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LA SALUD MENTAL EN EL PERU

La salud mental es una de la situación de mayor preocupación en el Perú ya que hay muchos
casos de trastornos mentales en niños y adolescentes, esto siempre existió, pero ahora es
mucho mas evidente, el día 10 de octubre se celebro el día mundial de la salud mental, una
fecha establecida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que busca sensibilizar a la
población frente a las enfermedades mentales. La salud es un concepto amplio de
interpretación de lo que significa “sentirse bien”, pero a veces se nos olvida que la salud
mental es parte integral de “sentirse bien”.

La salud mental, según la definición propuesta por la OMS es el estado de bienestar que
permite a cada persona realizar sus habilidades, enfrentarse a las dificultades de la vida,
trabajar productiva y fructíferamente y contribuir con su comunidad. Si analizamos bien la
definición nos damos cuenta que la salud mental nos limita a las personas a que lleguen a ser
lo que deseen ser, nos impide superar obstáculos cotidianos de la vida y da a lugar la falta de
productividad en el compromiso cívico que nos da como resultado frustración, pobreza y
violencia, incapacidad de desarrollar en democracia y el bien común. Por lo que, las
enfermedades mentales y los trastornos mentales comunes (ansiedad y depresión) son
frecuentes. Los estudios epidemiológicos recientes realizados en el Perú por el Instituto
Especializado de Salud Mental Honorio Delgado - Hideyo Noguchi confirman los hallazgos de
otros países: hasta el 37% de la población tiene la probabilidad de sufrir un trastorno mental
alguna vez en su vida. La prevalencia de depresión en Lima Metropolitana es de 18,2%3, en la
sierra peruana de 16,2%4 y en la Selva de 21,4%5. 1

La depresión es una de las enfermedades mental no atendidas, así como alto nivel de
sentimientos negativos, por ende, pensamientos suicidas. Por otro lado, la violencia contra la
mujer y niñas que se vive en Lima Metropolitana, la sierra y la selva es otro problema
desatendido en el Perú. A su vez la exposición de la violencia es un factor de riesgo para
enfermedades mentales, casi un 50% de la población ayacuchana es sometida a la violencia
política, tiene como riesgo presentar enfermedades mentales, tales como depresión y
trastornos de estrés postraumático. Las enfermedades mentales son causa de gran sufrimiento
personal para quienes las padecen y para las personas de su entorno. En un país donde la
atención psiquiátrica no está disponible en varias regiones y donde los seguros privados no
están obligados por ley a cubrir tales atenciones, la enfermedad mental empobrece
rápidamente a la familia. Por otro lado, la falta de un sistema de atención y rehabilitación con
base en la comunidad, obliga a que pacientes con síntomas graves, que dificultan
significativamente la interacción familiar, deban vivir y permanecer todo el día en sus casas, el
resultado es el rechazo familiar, la discriminación y exclusión del enfermo y del familiar que lo
cuida, con graves consecuencias para la salud mental del cuidador. 2

Del mismo modo, las enfermedades mentales son causa de discapacidad y por lo tanto, de
empobrecimiento, las mujeres deprimidas por ejemplo. Por lo tanto, las repercusiones de la
exposición a la pobreza, la violencia, la frustración se traduce en alteraciones del sistema
nervioso central, las enfermedades mentales deben ser atendidas con prioridad con una
perspectiva de salud pública, equidad y derechos humanos, pues su alta prevalencia y su
impacto individual y colectivo hacen de los trastornos mentales un verdadero problema de
salud pública en el Perú.

1
Rev. Rondón 2006:23
2
Rev. Rondón 2006:23
Por otro lado, en el Perú tenemos distintos escenarios como fueron el terrorismo y el conflicto
armado de este provoco, en el año 2006 fue creada la dirección ejecutiva de salud mental,
como una instancia gubernamental rectora para velar por la atención integral en los servicios
de salud de todo el país, permitiendo que poblaciones mas alejadas o vulnerables del país
tengan igualdad de oportunidades para desarrollar y mantener su salud mental a través del
acceso a una atención en salud adecuada; considerando las diferencias de genero y el impacto
diferencial que tuvo la violencia política sobre las mujeres. Por lo que, Sus seis objetivos
contemplan: 1) Asumir el rol rector del Ministerio de Salud en la elaboración y conducción de
las políticas, planes y estrategias de Salud Mental en el país; 2) Posicionar a la salud mental
como un derecho humano y un componente indispensable para el desarrollo nacional
sostenible; 3) Implementar el Modelo de Atención Integral en Salud Mental y Psiquiatría; 4)
Fortalecer y desarrollar el potencial humano en salud mental; 5) Garantizar el acceso
equitativo y uso racional de medicamentos necesarios para la atención psiquiátrica, dentro de
una política nacional de medicamentos; y . 6) desarrollar un Programa de Reparaciones en
Salud, para contribuir a que la población afectada por el conflicto armado interno recupere la
salud mental y física, que se reconstituya las redes de soporte social y se fortalezca las
posibilidades para el desarrollo personal y social 3

Paralelamente el MINSA definió tres objetivos: 1. Apoyar a la comunidad, organizando


actividades de promoción, prevención, atención y rehabilitación en salud mental. 2.
Desarrollar actividades de capacitación en salud mental con diferentes sectores sociales,
poniendo especial énfasis en el personal de salud. 3. Promover un trabajo organizado entre las
diferentes organizaciones de la comunidad y el Ministerio de Salud. 4

En el 2004 y 2005, en las poblaciones afectadas por violencia política, en los departamentos de
Ayacucho, Apurímac y Huancavelica, fue un total de 1560 personas por lo que se encontró
mayor demanda de atención en el grupo etario de 26 a 45 años que son los adultos jóvenes.
Entre los logros alcanzados por el INSM, podemos señalar: 1. Sensibilización de las autoridades
sanitarias y políticas de las zonas intervenidas, sobre la importancia de la Salud Mental. 2.
Organización de la sociedad civil, afectada y no afectada por la violencia política, en pro de una
vida mental saludable. 3. Reconocimiento de nuevas situaciones patologizantes en el medio
social de la población afectada por la violencia política (alcoholismo, pandillaje, violencia
doméstica, trastorno de atención, entre otros.) 4. Alianzas estratégicas con sectores
involucrados (Ministerio de Educación, Ministerio de la Mujer, Municipalidades, Iglesia
Católica, Iglesia Mormona, Policía Nacional, Asociaciones de Familiares, etc.) 5. Capacitación y
participación activa de la comunidad en la promoción, prevención, tratamiento y rehabilitación
de sus pacientes. 6. Rol rector del Ministerio de Salud en el Plan de Reparación recomendado
por la Comisión de la Verdad y Reconciliación con víctimas de Violencia Política 5.

En conclusión, vemos que la salud mental es un bien común que merecemos todos por la
importancia que implica en nuestra vida cotidiana y como afecta si no tenemos un buen
equilibrio emocional, también vemos que los problemas de salud mental en el país son la
causa del terrorismo, la violencia contra la mujer y la pobreza extrema, son las q arrojan a una
depresión, ansiedad o muchos casos al suicidio.

Referencias bibliográficas

3
Art. Rommy, Matos, Cabra 2006
4
Art. Rommy, Matos, Cabra 2006
5
Art. Rommy, Matos, Cabra 2006
Rondón Marta B.. Salud mental: un problema de salud pública en el Perú. Rvdo. Perú medicina ex. salud
pública [Internet]. octubre de 2006 [citado el 10 de octubre de 2022]; 23(4): 237-238. Disponible en:
http://www.scielo.org.pe/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1726-46342006000400001&lng=es

Kendall Rommy, Matos Luis J, Cabra Miriam. Salud mental en el Perú, luego de la violencia política:
Intervenciones itinerantes. An. Fac. med.  [Internet]. 2006  Jun [citado  2022  Oct  10] ;  67( 2 ): 184-190.
Disponible en: http://www.scielo.org.pe/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1025-
55832006000200012&lng=es.

Ornelas Ramírez, Alan , Ruíz Martínez, Ana Olivia , Salud mental y calidad de vida: Su relación
en los grupos etarios. PSIENCIA. Revista Latinoamericana de Ciencia Psicológica [Internet].
2017;9(2):1-16. Recuperado de: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=333152922001

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