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SUBTERRÁNEAS
Exploración, Evaluación, Caracterización y Gestión
Editor:
JCI INGENIERÍA & SERVICIOS AMBIENTALES S.A.C.
RUC 20451626303
Av. La Paz Nº 1381 Miraflores
Lima - Perú.
Autores:
© Alfredo Iglesias López
© Gema Ortiz Villalobos
© Ramón Rodríguez Pons-Esparver
© Julio César Minga
ISBN: 978-612-48699-0-7
Hecho el depósito legal en la Biblioteca Nacional del Perú N° 2021-10414.
Colaboradores y Revisores:
Armayor Cachero, José Luis. Redacción del punto Ética del Agua (20.5).
De Bustamante, Irene. Redacción de la parte 1. Revisora de la parte 1.
Ibarra Torres, Pedro Ignacio. Redacción de Geofísica. Revisor del capítulo de Geofísica (2.7).
Iglesias Delgado de Torres, Carlos. Redacción y revisor de la parte 2. Colaborador en la redacción y revisor
del capítulo 18.
Iglesias López, Paloma. Redacción de la parte 3. Coautora, junto con Alfredo Iglesias y M. Villanueva, del
libro Perforación, equipado, ensayo y protección de sondeos de aguas subterráneas (1989), base de
información en la parte 4.
Morales Escalante, Raúl. Redactor del punto Acuíferos en rocas volcánicas del capítulo 2.2. Supervisor del
capítulo 2.9 y redactor del punto “Características generales de la investigación Hidrogeológica en Medios
Fisurados” capítulo 2.9.
Rubio Sánchez-Aguililla, Félix. Redacción de Geofísica. Revisor del capítulo de Geofísica (2.7).
Villanueva Martínez, Manuel. Coautor, junto con Alfredo Iglesias, del libro Pozos y Acuíferos (1984), base
de información en la parte 2. Redacción de la parte 4. Coautor, junto con Alfredo Iglesias, del libro Perforación,
equipado, ensayo y protección de sondeos de aguas subterráneas (1989), base de información en la parte 4.
García-Vera de Lope, Cristina. Revisora de la parte 3 y parte 6.
González de Vallejo, Luis. Revisor de la parte 6.
Jiménez Gil, Sergio. Revisor de la parte 4.
Ramas Ayala, José. Redactor del punto 19.6.
Vela Laina, Rafael. Revisor de la parte 1.
Yenes Gallego, Ignacio. Colaborador en la redacción de capítulo 16. Revisor de la parte 5.
Reservados todos los derechos. No se permite la reproducción total o parcial de esta obra, ni su incorporación
a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio sin autorización previa
y por escrito de los autores.
AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
LOS AUTORES
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AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
DEDICATORIA
AGRADECIMIENTOS
A los profesionales y estudiantes que fueron parte del curso de especialización en Aguas Subterráneas,
por sobrellevar la exigencia de los profesores en el desarrollo del curso, confiamos que se llevan lo mejor
en conocimientos y un espacio donde se debatió mucho sobre temas de actualidad en relación con los
recursos hídricos en Perú y España.
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AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
PRÓLOGO
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Iglesias, A., Ortiz, G., Rodríguez, R., César, J.
El análisis de este libro nos lleva a apostar por su utilidad para los alumnos de Ingeniería de Minas y de
Ciencias Geológicas. Me ha parecido un libro claro en la exposición y riguroso en los planteamientos,
pero, sobre todo, describe y cuantifica, es decir, ayuda a comprender los fenómenos y, al mismo tiempo,
a resolver los problemas mediante el cálculo y la simulación numérica, principal diferencia con otros
textos ya disponibles. Creo que será de mucha utilidad en el ámbito de la ingeniería precisamente por
esta vocación cuantificadora.
No obstante, conviene recordar que la finalidad principal del libro es servir de referencia para la formación
de nuevos especialistas en la materia; especialmente en Perú, donde la escasez de recursos hídricos es
uno de los principales problemas.
Mi felicitación para los autores por su acierto y esfuerzo, a la UNFV por esta iniciativa docente y, desde
luego, a todos los estudiantes a los que este libro va dirigido, tanto de la UNFV como de la UPM o de
cualquier otro centro educativo, porque van a disponer de un libro de consulta claro, conciso, riguroso y
con una extraordinaria capacidad de cuantificación. No podía faltar mi especial felicitación a los alumnos
del Curso Internacional “Aguas Subterráneas: exploración, evaluación, caracterización y gestión” de la
UNFV, porque van a ser los primeros en comprobar, disfrutar y aprender con los muchos temas inéditos
que encontrarán en el mismo.
Asimismo, comparto plenamente el cariño que sienten los autores por Iberoamérica, y muy
particularmente por sus jóvenes estudiantes, adquirido durante muchos años de cursos internacionales
de postgrado, tanto a un lado como al otro del Atlántico, que nos une más que separarnos.
PRÓLOGO
La cuarta parte aborda las distintas metodologías de captación de las aguas subterráneas en diferentes
contextos prácticos, detallándose las etapas y tecnologías fundamentales para la puesta en servicio de
una captación: perforación, limpieza, desarrollo y equipado.
La quinta parte está destinada a introducir, de una manera práctica, las herramientas de simulación
hidrogeológica más populares, tanto de flujo como de transporte, presentando las bases teóricas y
computacionales de las mismas, así como casos teóricos y reales que permitirán al lector familiarizarse
con dichas herramientas. Además, esta quinta parte incluye una interesante introducción a la simulación
del flujo multifásico en medio poroso, lo que permite presentar su aplicación a dos tipos de problemas
técnicos de gran actualidad: la explotación de yacimientos de hidrocarburos y la inyección de CO2 en
formaciones acuíferas salinas profundas.
La última parte aborda la gestión de las aguas subterráneas; comienza presentando las metodologías y
la instrumentación técnica para la monitorización y control cuantitativo y cualitativo de las aguas
subterráneas, para después abordar, las técnicas de gestión para proyectos de investigación
hidrogeológica. Tras ello, finalmente, se tratan en detalle tres temas de gran relevancia practica: control
de la intrusión marina en acuíferos costeros, el uso conjunto de las aguas superficiales y subterráneas y
la recarga artificial de acuíferos, todas ellas temáticas fundamentales en las tareas de mitigación de los
efectos del cambio climático.
La clara exposición de los autores y el carácter pedagógico del desarrollo del texto hacen que la lectura
del libro sea muy directa y amena para los estudiantes o profesionales interesados en esta materia.
Conociendo a los autores y a sus numerosas obras pedagógicas anteriores, estoy seguro que esta nueva
obra será apreciada y bienvenida por muchos, y que contribuirá eficazmente a la difusión de las
tecnologías actuales de la hidrogeología tanto en relación con su aplicación a casos prácticos, como en
cuanto a servir de estímulo a futuros estudiosos para proseguir en su desarrollo científico y tecnológico
futuro.
PRÓLOGO
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Iglesias, A., Ortiz, G., Rodríguez, R., César, J.
Estaba convencido que el curso dispondría de buenos y completos apuntes, pues tantos años de
docencia en los profesores que iban a impartirlo lo garantizaba. Pero se comprometieron a venir con un
libro entero escrito para publicar en Lima, incluyendo todas las materias a impartir en el curso, y, ¿cómo
no?, cumplieron su palabra. Sé que ha sido un gran esfuerzo para ellos, pero es una tarea importante
porque los resultados de su docencia quedarán a disposición de quien lo necesite y, sobre todo, servirán
de base a los profesores de nuestra universidad, para que, en el futuro, impartan esta asignatura.
El sistema de conocimientos que aquí se presenta es un nuevo intento de producir un texto
decididamente orientado a la práctica de hidrología en aguas subterráneas. Es sin duda una obra
moderna, ya que obedece a una razón de ser realmente congruente con el presente y su concepción, en
la actualidad manifiesta el impulso del desarrollo de la hidrología; y contribuye a una de las facetas más
cruciales del desarrollo de los recursos de agua, como, indiscutiblemente, es la formación de
hidrogeólogos al servicio del país.
Sé que estas líneas no han parecido la presentación de un libro, pero ¿qué mejor forma hay de presentar
algo que relatando los acontecimientos tal cual han ido sucediendo? Sé que el libro será una obra de
éxito y será muy apreciado por profesores y alumnos de nuestra universidad, pues para ellos se ha
escrito.
Por último, y sobre todo, quiero dar testimonio de mi cariño, amistad y agradecimiento a los cuatro
profesores y autores: Alfredo Iglesias, Gema Ortiz, Ramón Rodríguez y Julio César, por haber sido
solidarios conmigo en la oferta docente universitaria para un país, queridísimo por todos, me consta,
llamado Perú.
ÍNDICE GENERAL
PARTE 1
UBICACIÓN, GEOMETRÍA, CARACTERÍSTICAS Y EVALUACIÓN DE ACUÍFEROS
PARTE 2
CÁLCULO DE PARÁMETROS HIDROGEOLÓGICOS DE ACUÍFEROS. ENSAYOS DE BOMBEO
PARTE 3
CALIDAD, CONTAMINACIÓN Y TRATAMIENTOS CORRECTORES DE LAS AGUAS
SUBTERRÁNEAS. ESTUDIO DE TRANSPORTES DE SOLUTOS.
PARTE 4
CAPTACIÓN GENERAL DE AGUAS SUBTERRÁNEAS. PERFORACIÓN DE SONDEOS DE
CAPTACIÓN DE AGUAS SUBTERRÁNEAS
PARTE 5
MÉTODOS NUMÉRICOS DE SIMULACIÓN DEL FLUJO, MULTIFLUJO Y TRANSPORTE DE
CONTAMINANTES
PARTE 6
GESTIÓN DE LAS AGUAS SUBTERRÁNEAS
ÍNDICE
PARTE I: UBICACIÓN, GEOMETRÍA, CARACTERÍSTICAS Y EVALUACIÓN DE ACUÍFEROS.... xlvii
CAPÍTULO 1 Formaciones geológicas y su comportamiento frente al agua. Permeabilidad y
porosidad. Funcionamiento de acuíferos. Nivel piezométrico. El agua en la naturaleza.
Importancia y problemas .................................................................................................................... 51
1.1 Introducción general al estudio de las aguas subterráneas. El agua como fuente de suministro.
El agua como problema; túneles, ferrocarriles y carreteras. Agua y medio ambiente .............. 51
1.2 Introducción general al comportamiento de las formaciones geológicas frente al agua ........... 54
Acuíferos, acuitardos, acuífugos y acuícludos .......................................................................... 54
Tipos de acuíferos y su comportamiento .................................................................................. 55
Tipos de acuíferos según su estructura y funcionamiento ........................................................ 57
1.3 Susceptibilidad al almacenamiento y transmisión del agua de formaciones geológicas ........... 58
Porosidad.................................................................................................................................. 58
Permeabilidad ........................................................................................................................... 59
1.4 Los acuíferos y sus capacidades frente a los parámetros, cantidad, calidad, espacio y tiempo
.................................................................................................................................................. 59
1.5 Funcionamiento de acuíferos, energía y nivel piezométrico ..................................................... 61
1.6 Movimiento del agua en medios porosos.................................................................................. 64
Movimiento del agua en el suelo .............................................................................................. 64
Movimiento del agua en la zona no saturada ........................................................................... 64
Movimiento del agua en la franja capilar................................................................................... 65
Movimiento del agua en la zona saturada. Isopiezas ............................................................... 65
CAPÍTULO 2 Introducción general a la hidrogeología. Conceptos generales de geología,
estratigrafía y tectónica aplicados a la hidrogeología. Textura y estructura de formaciones.
Balance y funcionamiento. Técnicas auxiliares de investigación. Mapas hidrogeológicos.
Inventario. Geofísica. Sondeos de reconocimiento.......................................................................... 69
2.1 Acuíferos: origen, ubicación geometría y características .......................................................... 69
Acuíferos en valles aluviales fluviales ....................................................................................... 70
Acuíferos en grandes cubetas detríticas ................................................................................... 71
Acuíferos en grandes cubetas carbonatadas............................................................................ 72
Acuíferos plegados ................................................................................................................... 73
Acuíferos en calizas inclinadas ................................................................................................. 73
Acuíferos en calizas inclinadas con cierre por falla................................................................... 75
Acuíferos en calizas inclinadas con doble drenaje ................................................................... 75
Acuíferos colgados ................................................................................................................... 76
Acuíferos en rocas ígneas ........................................................................................................ 77
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AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
15.10 Limpieza y desarrollo de sondeos. Métodos químicos de desarrollo de sondeos .................. 495
Principios generales. Acidificación .......................................................................................... 495
Procesos químicos de la acidificación .................................................................................... 496
Descripción del proceso.......................................................................................................... 497
Fundamentos físicos y químicos de la acidificación................................................................ 499
PARTE V: MÉTODOS NUMÉRICOS DE SIMULACIÓN DEL FLUJO, MULTIFLUJO Y TRANSPORTE
DE CONTAMINANTES ....................................................................................................................... 501
CAPÍTULO 16 Estudios hidrodinámicos, métodos de simulación numérica. Modelos
tridimensionales. Modelo Modflow .................................................................................................. 505
16.1 Introducción general y planteamiento didáctico del capítulo .................................................... 505
16.2 Modelos hidrogeológicos de simulación de flujo de acuíferos.................................................. 506
Antecedentes .......................................................................................................................... 506
Modelo Modflow...................................................................................................................... 507
Processing Modflow ................................................................................................................ 509
16.3 Discretización numérica de las ecuaciones del flujo ................................................................ 510
Método del balance 2D ........................................................................................................... 510
Método Modflow 3D ................................................................................................................ 512
Discusión de las ecuaciones, configuración del modelado e interface de PMWIN ................. 514
16.4 Modelado. Configuración del Sistema. Gestión del Tiempo ..................................................... 516
Definición del espacio de trabajo ............................................................................................ 516
Mallado XYZ. Características de capa .................................................................................... 517
Definición de celdas condiciones de borde ............................................................................. 521
Configuración del tiempo ........................................................................................................ 524
Condiciones iniciales .............................................................................................................. 526
Asignación de parámetros ...................................................................................................... 527
16.5 Modelado. Configuraciones Especiales. Relación acuífero-río, recarga, pozos ....................... 531
Módulos especiales de configuración del sistema .................................................................. 531
Simulación de pozos de bombeo/inyección ............................................................................ 532
Simulación de la recarga de acuíferos y flujo impuesto .......................................................... 533
Simulación de las zonas de evapotranspiración directa ......................................................... 535
Simulación de la transferencia de agua entre ríos y acuíferos ............................................... 536
Simulación de condiciones de contorno dependientes de la piezometría ............................... 538
Simulación de drenes ............................................................................................................. 538
16.6 Modelado. Proceso de ajuste del modelo. Régimen permanente y transitorio......................... 540
Ajuste del modelo. Herramientas: isocurvas y pozos de observación .................................... 540
LISTA DE FIGURAS
PARTE I
UBICACIÓN, GEOMETRÍA, CARACTERÍSTICAS Y EVALUACIÓN DE ACUÍFEROS
Figura 1-1 Cono de influencia al bombear una captación. ..................................................................... 55
Figura 1-2 Tipos de acuíferos según su textura..................................................................................... 56
Figura 1-3 Esquemas de acuífero libre y confinado............................................................................... 57
Figura 1-4 Esquema de acuífero semiconfinado. .................................................................................. 57
Figura 1-5 Tipos de acuíferos según su estructura y funcionamiento.................................................... 58
Figura 1-6 Nivel piezométrico. ............................................................................................................... 63
Figura 1-7 Perfiles y movimiento del agua en suelo y subsuelo. ........................................................... 64
Figura 1-8 Niveles piezométricos en los perfiles de suelo y subsuelo. .................................................. 65
Figura 1-9 Tipos de acuíferos y niveles piezométricos. ......................................................................... 65
Figura 1-10 Isopiezas y líneas de flujo. ................................................................................................. 66
Figura 2-1 Valles aluviales y esquema de terrazas. .............................................................................. 70
Figura 2-2 Cubetas detríticas continentales. ......................................................................................... 71
Figura 2-3 Grandes cubetas calizas. ..................................................................................................... 72
Figura 2-4 Acuíferos plegados. .............................................................................................................. 73
Figura 2-5 Acuífero calizo inclinado. ...................................................................................................... 74
Figura 2-6 Perfil de acuífero calizo inclinado. ........................................................................................ 74
Figura 2-7 Acuífero calizo inclinado, cerrado por falla. .......................................................................... 75
Figura 2-8 Perfil de acuífero calizo inclinado con doble drenaje. ........................................................... 75
Figura 2-9 Acuífero colgado. ................................................................................................................. 76
Figura 2-10 Acuífero en rocas ígneas.................................................................................................... 77
Figura 2-11 Esquema de acuífero confinado. ........................................................................................ 78
Figura 2-12 Esquema de acuífero semiconfinado. ................................................................................ 78
Figura 2-13 Formación de baja permeabilidad. ..................................................................................... 79
Figura 2-14 Basaltos fracturados. .......................................................................................................... 80
Figura 2-15 Productos piroclásticos gruesos muy porosos. .................................................................. 80
Figura 2-16 Ignimbritas con fracturamiento vertical producido por enfriamiento.................................... 80
Figura 2-17 Interpolación entre puntos para la obtención de isopiezas. ................................................ 82
Figura 2-18 Isopiezas trazadas sobre los datos de 7 puntos. ................................................................ 83
Figura 2-19 Isopiezas de la Vega de Guadix. ........................................................................................ 83
Figura 2-20 Trazado de isopiezas ante bordes impermeables y bordes de recarga /descarga. ............ 83
Figura 2-21 Isopiezas trazadas sobre una vaguada. ............................................................................. 84
Figura 2-22 Isopiezas trazadas sobre una divisoria............................................................................... 84
Figura 2-23 Isopiezas en relación rio-acuífero ....................................................................................... 84
Figura 2-24 Análisis de isopiezas. ......................................................................................................... 85
Figura 2-25 Evaluación de flujo al mar. ................................................................................................. 85
Figura 2-26 Esquema de frecuencia de isopiezas en medios de distinta permeabilidad y espesor. ..... 86
Figura 2-27 Esquema explicativo de un mapa geológico. ..................................................................... 88
Figura 2-28 Esquema de organización de la leyenda. ........................................................................... 89
Figura 2-29 Colores y edades geológicas. ............................................................................................ 89
Figura 2-30 Simbología y estructura de formaciones. ........................................................................... 90
Figura 2-31 Cronoestratigráfica internacional. ....................................................................................... 91
Figura 2-32 Esquema general de un dispositivo electródico. .............................................................. 104
Figura 5-1 Empaquetado máximo y mínimo de un medio granular homométrico. ............................... 188
Figura 5-2 Esquema para la deducción del coeficiente de almacenamiento por liberación elástica. ... 189
Figura 6-1 Esquema explicativo de la ley de Darcy. ............................................................................ 200
Figura 6-2 Régimen de flujo. ............................................................................................................... 200
Figura 6-3 Velocidad de Darcy y velocidad real. ................................................................................. 201
Figura 6-4 Balance de agua en un cubo poroso elemental (VER). ...................................................... 203
Figura 6-5 Esquema para la deducción de la ecuación de Poisson. ................................................... 206
Figura 6-6 Esquema para la deducción de la ecuación general del flujo transitorio. ........................... 207
Figura 6-7 Esquema de discretización en nodos de un acuífero. ........................................................ 208
Figura 6-8 Problema de zanjas. Método analítico................................................................................ 211
Figura 6-9 Problema de zanjas. Red de flujo. Método gráfico. ............................................................ 214
Figura 6-10 Problema de zanjas. Métodos numéricos......................................................................... 215
Figura 7-1 Esquema para la deducción de la fórmula de Thiem.......................................................... 233
Figura 7-2 Esquema para la deducción de la fórmula de Dupuit. ........................................................ 234
Figura 7-3 Recta de Thiem. ................................................................................................................. 236
Figura 7-4 Esquema de flujo hacia pozos en acuíferos libres y confinados. ....................................... 237
Figura 7-5 Esquema de bombeo en acuífero semiconfinado............................................................... 238
Figura 7-6 Función Ko(r/B) para acuífero semiconfinado en régimen permanente. ............................ 238
Figura 7-7 Función W(u) para acuífero confinado en régimen transitorio. Curva de Theis. (Tomado de
Benitez 1963). ...................................................................................................................... 240
Figura 7-8 Sistema de cambio de ejes de coordenadas para la aplicación del método de superposición
y coincidencia de Theis. ....................................................................................................... 243
Figura 7-9 Recta de Jacob. ................................................................................................................. 243
Figura 7-10 Ábacos de la función de pozo en acuífero semiconfinado. ............................................... 245
Figura 7-11 Recta di-log ri de perfil de descensos para un tiempo fijo t. ............................................. 246
Figura 7-12 Recta di-log ri obtenida de los pares de valores procedentes de la observación en campo
para un tiempo fijo t (Pozos y Acuíferos 1984). .................................................................... 247
Figura 7-13 Familia de rectas di-log ri obtenida de los pares de campo para los diversos tiempos fijos ti
(Pozos y Acuíferos 1984). .................................................................................................... 248
Figura 7-14 Esquema para la deducción del valor del descenso residual dr en el análisis de la
recuperación de niveles posterior a la parada. ..................................................................... 251
Figura 7-15 Recta de recuperación (Pozos y Acuíferos 1984). .......................................................... 253
Figura 7-16 Rectas de recuperación con efectos de vaciado y recarga (Pozos y Acuíferos 1984). ... 255
Figura 7-17 Curva d-lg t con efecto de capacidad por bombeo en pozo de gran diámetro (Pozos y
Acuíferos 1984). ................................................................................................................... 257
Figura 7-18 Esquemas de bombeo a caudal crítico............................................................................ 258
Figura 7-19 Curva 1/Q-lg t para interpretación de bombeos a caudal crítico (Pozos y Acuíferos 1984).
............................................................................................................................................. 259
Figura 7-20 Esquema de los efectos de un bombeo en presencia de una barrera impermeable (pozo
imagen). ............................................................................................................................... 260
Figura 7-21 Curvas Ig d – lg t de descensos a causa de un bombeo en presencia de una barrera
impermeable (Pozos y acuíferos 1983). ............................................................................... 262
Figura 7-22 Curvas d – lg t de descensos a causa de un bombeo en presencia de una barrera
impermeable (Pozos y acuíferos 1983). ............................................................................... 262
Figura 7-23 Esquema para el cálculo de la distancia entre pozo imagen y pozo de observación (Pozos
y acuíferos 1983). ................................................................................................................ 264
Figura 7-24 Esquema de formación de pozos imagen como consecuencia de un bombeo en presencia
de dos barreras (Pozos y acuíferos 1983). .......................................................................... 266
Figura 7-25 Esquema de los efectos de un bombeo en presencia de un borde de recarga (pozo imagen)
(Pozos y acuíferos 1983). .................................................................................................... 267
Figura 7-26 Curva lg d – lg t de descensos por bombeo en presencia de un borde de recarga. (Pozos y
acuíferos 1983). ................................................................................................................... 268
Figura 7-27 Curva d – lg t de descensos por bombeo en presencia de un borde de recarga. (Pozos y
acuíferos 1983). ................................................................................................................... 269
Figura 7-28 Bombeo en presencia de borde de recarga. (Pozos y acuíferos 1983). ......................... 270
Figura 7-29 Ábaco de Jenkins. ........................................................................................................... 272
Figura 7-30 Distorsión de las curvas de Theis por efecto de drenaje diferido. ................................... 274
Figura 7-31 Distorsión de las rectas de Jacob por efecto de drenaje diferido. .................................... 275
Figura 7-32 Curvas tipo para bombeo en acuífero libre con drenaje diferido según Prickett. ............. 277
Figura 7-33 Esquema de drenaje diferido. en el que aparece la estabilización central antes de entrar en
el periodo de validez de Jacob, desapareciendo así el primer tramo recto. ......................... 279
Figura 7-34 Curvas de Neuman. ........................................................................................................ 281
Figura 7-35 Curvas de Neuman. Tipo A. ............................................................................................. 283
Figura 7-36 Curvas de Neuman. Tipo B. ............................................................................................ 283
Figura 7-37 Método de Neuman. Ajuste semilogarítmico. .................................................................. 284
Figura 7-38 Esquema de pozo incompleto. ........................................................................................ 285
Figura 7-39 Descensos acumulados por un bombeo cíclico............................................................... 289
Figura 7-40 Ábaco para el cálculo de descensos en un bombeo cíclico. ........................................... 289
Figura 8-1 Oscilación de la marea. ...................................................................................................... 297
Figura 8-2 Oscilación del nivel en un punto de un acuífero situado a distancia x de la costa............. 298
Figura 9-1 Procesos modificadores de la composición química de las aguas subterráneas. FCIHS (2006).
............................................................................................................................................. 310
Figura 9-2 Hidrogramas químicos para interpretación de datos analíticos de aguas. ......................... 315
Figura 9-3 Diagrama columnar para calidad de aguas subterráneas. ................................................. 315
Figura 9-4 Diagrama circular para calidad de aguas subterráneas. .................................................... 316
Figura 9-5 Diagrama de Stiff modificado para calidad de aguas subterráneas.................................... 316
Figura 9-6 Diagrama de Schoeller-Berkaloff para calidad de aguas subterráneas. ............................. 317
Figura 9-7 Diagrama de Piper para calidad de aguas subterráneas. FCIHS (2006). ........................... 318
Figura 9-8 Representación de puntos en un diagrama de Piper. Modificado de Bros (2006). ............. 319
Figura 9-9 Diagrama binario para la relación iónica SO42-/Cl-............................................................ 319
Figura 9-10 Diagrama de clasificación de la calidad de las aguas de riego. Modificado de Salinity
Laboratory Staff (1954). ....................................................................................................... 321
Figura 10-1 Tipologías de contaminación de las aguas subterráneas. ................................................ 331
Figura 10-2 Actividades que provocan contaminación de las aguas subterráneas. Collazo y Montaño
(2012). .................................................................................................................................. 332
Figura 10-3 Fuente de contaminación puntual. ................................................................................... 337
Figura 10-4 Fuente de contaminación difusa. ...................................................................................... 337
Figura 10-5 Ejemplo de fuga en depósito superficial. .......................................................................... 338
Figura 10-6 Contaminación por lixiviado de RSU. ............................................................................... 339
Figura 10-7 Contaminación por flujo inducido procedente de retorno de riego.................................... 339
Figura 10-8 Contaminación por flujo inducido procedente de río......................................................... 340
Figura 10-9 Contaminación a través de balsas de infiltración. ............................................................ 340
Figura 10-10 Contaminación por efluentes de fosas sépticas. ............................................................ 341
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AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
Figura 16-15 Proceso de asignación de valores a celdas a partir de una capa. .................................. 524
Figura 16-16 Asignación de información sobre el régimen del modelo. .............................................. 525
Figura 16-17 Asignación de valores de piezometría inicial. ................................................................. 527
Figura 16-18 Asignación de valores de permeabilidad horizontal........................................................ 527
Figura 16-19 Asignación de valores de permeabilidad vertical. ........................................................... 528
Figura 16-20 Asignación de valores de coeficiente de almacenamiento específico. ........................... 528
Figura 16-21 Asignación de valores de transmisividad........................................................................ 529
Figura 16-22 Asignación de valores de drenaje vertical. ..................................................................... 529
Figura 16-23 Asignación de valores de coeficiente de almacenamiento. ............................................ 530
Figura 16-24 Asignación de valores de porosidad efectiva. ................................................................ 530
Figura 16-25 Asignación de valores de porosidad cinemática. ............................................................ 531
Figura 16-26 Proceso de simulación de pozos de bombeo/inyección. ................................................ 532
Figura 16-27 Proceso de simulación de la recarga de acuíferos y flujo impuesto. .............................. 534
Figura 16-28 Proceso de simulación de las zonas de evapotranspiración directa............................... 535
Figura 16-29 Proceso de simulación de la transferencia de agua entre ríos y acuíferos. .................... 537
Figura 16-30 Proceso de simulación de drenes................................................................................... 539
Figura 16-31 Introducción de información de los sondeos y puntos de control. .................................. 541
Figura 16-32 Caja de dialogo del extractor de resultados. .................................................................. 542
Figura 16-33 Proceso para obtener líneas isopiezas........................................................................... 542
Figura 16-34 Proceso para obtener representaciones gráficas de evolución de piezometría y descensos.
............................................................................................................................................. 544
Figura 16-35 Proceso de elección de la técnica de resolución del modelo. ........................................ 546
Figura 16-36 Proceso para fijar los parámetros que controlan las salidas. ......................................... 547
Figura 16-37 Proceso para ejecutar el programa. ............................................................................... 549
Figura 16-38 Proceso para obtener balance hídrico. ........................................................................... 551
Figura 16-39 Balance hídrico. .............................................................................................................. 552
Figura 17-1 Módulo “Ajuste de Simulación” en modelo MT3D/SEAWAT. ........................................... 556
Figura 17-2 Pestaña “Estequiometría” para el modelo MT3D99.......................................................... 557
Figura 17-3 Pestaña “SEAWAT” del cuadro de diálogo “Ajustes de Simulación”. ............................... 558
Figura 17-4 Cuadro de diálogo “Concentración Inicial”. ....................................................................... 560
Figura 17-5 Cuadro de diálogo “Paquete Advección”. ......................................................................... 560
Figura 17-6 Colocación inicial de las partículas según NPLANE. (Sincore.com)................................. 562
Figura 17-7 Cuadro de diálogo “Paquete de Dispersión”. .................................................................... 564
Figura 17-8 Cuadro de diálogo “Reacción química”. ........................................................................... 564
Figura 17-9 Cuadro de diálogo “Gradiente Conjugado Generalizado”................................................. 568
Figura 17-10 Módulo “Observación de Concentración”. ...................................................................... 569
Figura 17-11 Cuadro de diálogo “Control de Salida............................................................................. 569
Figura 17-12 Pestaña “Tiempos de Salida”. ........................................................................................ 570
Figura 17-13 Cuadros de diálogo “Ejecutar” para MT3DMS (a) y SEAWAT (b). ................................. 571
Figura 17-14 Simulación de transporte puramente advectivo. ............................................................. 573
Figura 17-15 Simulación de transporte puramente dispersivo. ............................................................ 573
Figura 17-16 Simulación de transporte puramente difusivo. ................................................................ 574
Figura 17-17 Simulación de transporte advectivo, dispersivo y difusivo. ............................................. 575
Figura 18-1 Esquema de sistema petrolífero. ...................................................................................... 579
Figura 18-2 Esquema de las consecuencias de la caída de presión. .................................................. 582
Figura 18-3 Esquema de la disposición de las distintas fases en un yacimiento. ................................ 582
Figura 18-4 Evolución de las permeabilidades relativas en función de la saturación. ......................... 585
Figura 21-15 Esquema para el cálculo de la penetración de la cuña de intrusión en acuíferos confinados.
............................................................................................................................................. 706
Figura 21-16 Esquema para el cálculo de las reservas de una vez..................................................... 706
Figura 21-17 Intrusión marina regional. ............................................................................................... 707
Figura 21-18 Intrusión marina local. .................................................................................................... 707
Figura 21-19 Esquema del ejemplo planteado. ................................................................................... 708
Figura 21-20 Esquema para el cálculo de la penetración. ................................................................... 708
Figura 21-21 Esquema para el cálculo del avance de la interfase....................................................... 708
Figura 21-22 Esquema para el cálculo del caudal máximo extraíble sin salinizar los pozos. .............. 710
Figura 21-23 Esquema operativo......................................................................................................... 710
Figura 21-24 Salinización en Acuífero Libre. ....................................................................................... 711
Figura 21-25 Salinización en Acuífero Confinado. ............................................................................... 711
Figura 21-26 Diferentes tipos de estructuras. ...................................................................................... 712
Figura 22-1 Curva de regulación. ........................................................................................................ 722
Figura 22-2 Esquema básico para los modelos de gestión de uso conjunto. ...................................... 723
Figura 22-3 Esquema de uso conjunto: embalse aguas abajo de acuífero. ........................................ 725
Figura 22-4 Esquema de uso conjunto: embalse aguas arriba de acuífero. ........................................ 725
Figura 22-5 Esquema de uso conjunto: recarga inducida.................................................................... 726
Figura 22-6 Esquema de uso conjunto: recarga artificial de acuíferos. ............................................... 726
Figura 23-1 Ábacos de Jenkins. .......................................................................................................... 731
Figura 23-2 Recarga por serpenteos. .................................................................................................. 734
Figura 23-3 Recarga por pequeñas balsas. ......................................................................................... 735
Figura 23-4 Escarificación del lecho del río. ........................................................................................ 735
Figura 23-5 Vasos permeables. ........................................................................................................... 736
Figura 23-6 Balsas de recarga. ........................................................................................................... 736
Figura 23-7 Fosas de recarga. ............................................................................................................ 736
Figura 23-8 Canales de recarga. ......................................................................................................... 736
Figura 23-9 Balsas de recarga. Detalle. .............................................................................................. 738
Figura 23-10 Cálculo de la infiltración.................................................................................................. 739
Figura 23-11 Leyes de intrusión y penetración del agua marina. ........................................................ 739
Figura 23-12 Esquema horizontal para el diseño de barreras de inyección. ....................................... 740
Figura 23-13 Esquema vertical para el diseño de barreras de inyección. ........................................... 740
Figura 23-14 Esquema de gestión hidrológica en el sur de California. ................................................ 741
LISTA DE TABLAS
PARTE I
UBICACIÓN, GEOMETRÍA, CARACTERÍSTICAS Y EVALUACIÓN DE ACUÍFEROS
Tabla 1-1 Formaciones geológicas frente al agua. ................................................................................ 54
Tabla 2-1 Resistividades orientativas de diversos tipos de rocas. ....................................................... 103
Tabla 2-2 Resumen Orientativo para la exploración hidrogeológica en medio detrítico. ..................... 122
Tabla 2-3 Resumen Orientativo para la exploración hidrogeológica en medios Cársticos y Fisurados.
............................................................................................................................................. 123
Tabla 3-1 Plantilla para el cálculo de correlación................................................................................. 138
Tabla 3-2 Plantilla para el cálculo de frecuencias relativas y acumuladas. ......................................... 141
Tabla 3-3 Número máximo de horas de sol según latitud. ................................................................... 146
Tabla 3-4 Valores de ETP sin ajustar de Thornthwaite para temperaturas superiores a 26.5 °C. ....... 147
Tabla 3-5 Porcentaje del número máximo de horas de insolación mensual respecto al total anual según
latitudes. ............................................................................................................................... 149
Tabla 3-6 Coeficientes estacionales variables para el empleo del método de Blaney-Criddle en los
consumos por evapotranspiración. ...................................................................................... 150
Tabla 3-7 Balance de agua en el suelo. .............................................................................................. 153
Tabla 7-1 Función W(u) resumida para acuífero confinado en régimen transitorio. ............................ 242
Tabla 7-2 Coeficiente corrector del tiempo de estabilización. ............................................................. 271
Tabla 7-3 Valores tabulados del ábaco de Jenkins. ........................................................................... 273
Tabla 7-4 Valores de la función F(δ,ε). T.N.O. 1964........................................................................... 286
Tabla 8-1 Valores de la Difusividad. ................................................................................................... 300
Tabla 8-2 Valores de Transmisividad ................................................................................................. 301
Tabla 9-1 Componentes mayoritarios, minoritarios y traza de las aguas subterráneas. ...................... 307
Tabla 9-2 Valores tolerables de los principales iones presentes en las aguas subterráneas. Modificado
de FCIHS (2006). ................................................................................................................. 310
Tabla 9-3 Origen de los componentes mayoritarios de las aguas subterráneas. Iglesias (2001). ....... 311
Tabla 9-4 Error admisible para el balance iónico según conductividad eléctrica. Custodio y Llamas
(2001). .................................................................................................................................. 313
Tabla 9-5 Principales relaciones iónicas en las aguas subterráneas. FCIHS (2006). .......................... 314
Tabla 9-6 Valores paramétricos químicos y biológicos. BOE (2003). .................................................. 320
Tabla 9-7 Nivel de riesgo de salinización y alcalinización de un suelo. ............................................... 322
Tabla 9-8 Clases de agua según conductividad-SAR. Modificado de Collazo y Montaño (2012)........ 322
Tabla 9-9 Calidad del agua de riego según índice de Scott. Modificado de Cánovas (1986). ............. 323
Tabla 9-10 Valores máximos aconsejables para distintos usos industriales. Moore (1940). ............... 324
Tabla 10-1 Origen antrópico de los principales iones comunes contaminantes. Modificado de Iglesias
(2001). .................................................................................................................................. 330
Tabla 10-2 Principales agentes de contaminación biológica. Modificado de IGME (1985). ................. 330
Tabla 10-3 Principales contaminantes radioactivos en las aguas subterráneas. American Chemical
Society (1978). ..................................................................................................................... 330
Tabla 10-4 Índices de evaluación de la contaminación. Modificado de FCIHS (2006). ....................... 331
Tabla 10-5 Concentración del lixiviado procedente de RSU. Custodio y Llamas (1983). .................... 333
Tabla 10-6 Residuos líquidos domésticos, comerciales e industriales. Porras, Nieto et al. (1985). .... 334
Tabla 10-7 Sustancias industriales contaminantes. FCIHS (2006). ..................................................... 336
Tabla 10-8 Capacidad de intercambio iónico de las arcillas. FCIHS (2006). ....................................... 343
Tabla 10-9 Procesos atenuantes de los constituyentes de las aguas subterráneas; (X) Frecuente. IGME
(1985). .................................................................................................................................. 347
Tabla 10-10 Descripción de algunas técnicas de remediación. FCIHS (2006). ................................... 349
Tabla 11-1 Orden de prioridad en la delimitación de perímetros de protección. Martínez y García (2003).
............................................................................................................................................. 357
Tabla 11-2 Legislaciones sobre delimitación de perímetros de protección. Martínez y García (2003).357
Tabla 11-3 Zonificación y áreas de protección por países. Modificado de Martínez y García (2003). . 358
Tabla 11-4 Perímetros de protección de captación según legislación española. Martínez y García (2003).
............................................................................................................................................. 360
Tabla 11-5 Planificación de actividades en los perímetros de protección. Moreno y Martínez (1991).
............................................................................................................................................. 362
Tabla 11-6 Función de Pozo W(u). Modificado de Villanueva e Iglesias (1984). ................................. 368
Tabla 15-1 Características del trépano según materiales a perforar. .................................................. 430
Tabla 15-2 RPM más adecuadas en función del tipo de formación a perforar. ................................... 440
Tabla 15-3 Volumen de aire y presión necesarios para elevar un litro de agua con distintas sumergencias
y alturas................................................................................................................................ 454
Tabla 15-4 Selección del método de perforación más adecuado. ....................................................... 465
Tabla 15-5 Datos del ejemplo para curva granulométrica. .................................................................. 467
Tabla 15-6 Relaciones experimentales caudales diámetros tubos agua/aire. ..................................... 492
Tabla 18-1 Tipos de agua en función de su salinidad.......................................................................... 580
Tabla 18-2 Diferentes tipos de crudo en función de la densidad API. ................................................. 583
Tabla 18-3 Número y tipo de incógnitas en el modelo, basado en Mustieles, 2016. ........................... 605
Tabla 18-4 Número y tipo de ecuaciones en el modelo Composicional, basado en Mustieles, 2016. . 605
Tabla 18-5 Características de los proyectos de almacenamiento de CO2 (Hosa et al, 2011).............. 616
Tabla 19-1 Tipos y redes de control. ................................................................................................... 636
Tabla 19-2 Composición química de las aguas naturales. .................................................................. 643
Tabla 19-3 Características físico-químicas. ......................................................................................... 643
Tabla 19-4 Componentes no deseables. ............................................................................................. 647
Tabla 19-5 Componentes tóxicos. ....................................................................................................... 647
Tabla 19-6 Agentes contaminantes. .................................................................................................... 647
Tabla 19-7 Conductividad vs Resistividad. .......................................................................................... 657
Tabla 19-8 Tabla de equivalencias de presión. ................................................................................... 670
PARTE I
UBICACIÓN, GEOMETRÍA,
CARACTERÍSTICAS Y EVALUACIÓN
DE ACUÍFEROS
COMPRENDE:
AGUAS
SUBTERRÁNEAS
EXPLORACIÓN, EVALUACIÓN,
CARACTERIZACIÓN Y GESTIÓN
CAPÍTULO 1
Formaciones geológicas y su comportamiento frente al agua. Permeabilidad y
porosidad. Funcionamiento de acuíferos. Nivel piezométrico. El agua en la
naturaleza. Importancia y problemas.
1.1 Introducción general al estudio de las aguas subterráneas. El agua como fuente de suministro. El
agua como problema; túneles, ferrocarriles y carreteras. Agua y medio ambiente.
1.2 Introducción general al comportamiento de las formaciones geológicas frente al agua.
Acuíferos, acuitardos, acuífugos y acuícludos.
Tipos de acuíferos y su comportamiento.
Tipos de acuíferos según su estructura y funcionamiento.
1.3 Susceptibilidad al almacenamiento y transmisión del agua de formaciones geológicas.
Porosidad.
Permeabilidad.
1.4 Los acuíferos y sus capacidades frente a los parámetros, cantidad, calidad, espacio y tiempo.
1.5 Funcionamiento de acuíferos, energía y nivel piezométrico.
1.6 Movimiento del agua en medios porosos.
Movimiento del agua en el suelo.
Movimiento del agua en la zona no saturada.
Movimiento del agua en la franja capilar.
Movimiento del agua en la zona saturada. Isopiezas.
––– 49 –––
AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
CAPÍTULO 1
Formaciones geológicas y su comportamiento frente al agua. Permeabilidad y
porosidad. Funcionamiento de acuíferos. Nivel piezométrico. El agua en la
naturaleza. Importancia y problemas
––– 51 –––
Iglesias, A., Ortiz, G., Rodríguez, R., César, J.
De otra parte, la experiencia también ha demostrado que el único modo de analizar sistemas complejos
es acudir a los modelos y los métodos de simulación. Si verdaderamente se requiere pasar de estudios
simplemente cualitativos a estudios que permitan cuantificar adecuadamente el medio físico se debe
hacer uso de las adecuadas técnicas de simulación.
La característica fundamental de la hidrogeología aplicada a la ingeniería geológica y ambiental es que,
en estas últimas, la cuantificación rigurosa es absolutamente necesaria para los objetivos del estudio
dentro de una escala de trabajo local, acorde con el problema que se está abordando.
Sobre la base de los razonamientos expuestos y teniendo en cuenta que el campo de trabajo es el medio
físico, con reglas de comportamiento variables en el espacio, hay que admitir que los estudios de
hidrogeología aplicados a la ingeniería geológica no son en general una tarea fácil.
En primer lugar, la exigencia de los estudios citados es, en general, la cuantificación suficientemente
rigurosa. Esta cuantificación se extiende a problemas muy comunes en la ingeniería geológica, como
pueden ser:
––– 52 –––
AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
Se requiere la cuantificación rigurosa como objetivo fundamental del estudio. La cuantificación toma
como datos de base la observación del medio físico y la realización de ensayos sobre el mismo para
obtener sus parámetros característicos.
La calidad, fiabilidad y representatividad de los ensayos y observaciones, no es igual para todos los
casos, dependen de muchos factores entre los que se pueden enumerar: las fronteras y la escala del
problema, la estructura y textura del medio físico, el lugar concreto, las obras específicas para la
realización del ensayo, el rigor y representatividad de los medios, etc.
Con todos los datos recolectados, ensayos realizados e hipótesis establecidas, debe procederse al
cálculo de drenajes, vaciado de excavaciones, transmisión de contaminantes, filtraciones, etc., según los
objetivos del estudio. Estos cálculos, a su vez, están basados en un conjunto de métodos de cálculo
analíticos, numéricos o gráficos, que a su vez tienen una fiabilidad que vuelve a depender del tipo de
problema, escala, ámbito de trabajo, y/o tipología del medio físico.
Con estas bases, se debe admitir que los estudios de hidrogeología en ingeniería geológica se deben
realizar por aproximaciones sucesivas, acotando el problema y admitiendo la importancia de establecer
el rigor y la mayor precisión posible en cada uno de sus apartados.
Como ocurre en el "método científico", el contraste de hipótesis y resultados, cerciorándose de la
convergencia de todos ellos es el camino más adecuado y necesario para llegar a resultados
"profesionales" y fiables.
Debe indicarse que son muchas las ciencias, como:
➢ Geología
➢ Climatología
➢ Hidrología (Hidrodinámica, Hidroquímica)
➢ Geofísica
➢ Teledetección
➢ Ciencias medioambientales, etc.
y también las técnicas como:
➢ Sondeos
➢ Ensayos de bombeo
➢ Ensayos de inyección
➢ Ensayos con trazadores
➢ Simulación numérica
➢ Inventario de puntos de agua
➢ Inventario de puntos de contaminación, etc.
que pueden, y según convenga, deben aplicarse en los estudios hidrogeológicos en ingeniería geológica.
Entre ellos, pueden citarse los siguientes:
––– 53 –––
Iglesias, A., Ortiz, G., Rodríguez, R., César, J.
––– 54 –––
AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
interés para obtención de caudales que puedan servir a alguna necesidad hídrica, pero en la naturaleza
juegan un papel muy importante como elementos transmisores del agua en recargas verticales a través
de grandes superficies. Su capacidad de drenaje es media a baja.
Acuícludos. Pueden almacenar el agua en grandes cantidades, pero no tienen la posibilidad de
transmitirla. Se drenan con mucha dificultad. El agua se encuentra encerrada en los poros de la formación
y no puede ser liberada (arcillas, arcillas plásticas, limos arcillosos, etc.). En hidrogeología clásica, se les
asume como impermeables, pero en ingeniería geológica este concepto se hace menos preciso pues
drenajes muy limitados pueden presentar problemas en determinadas obras.
Acuífugos. Los constituyen las formaciones incapaces de almacenar y de transmitir el agua. Están muy
bien representados en las rocas compactas, como granito y gneis, y a veces incluso calizas muy
compactas sin carstificar. Se muestran como impermeables salvo pequeñas fracturas que pueden
permitir flujos.
Nivel estático
Tubería de impulsión o
mic
l din á
e
Niv
Entubado
Acuífero
Filtro
Bomba sumergida
Radio de influencia R
––– 55 –––
Iglesias, A., Ortiz, G., Rodríguez, R., César, J.
Hechas estas consideraciones iniciales, se pasa a comentar los tipos de acuíferos que existen en la
naturaleza, su modo de reaccionar en los diferentes casos hidráulicos y estructurales, y su
comportamiento frente al bombeo.
Desde el punto de vista de su litología, existen fundamentalmente tres tipos de materiales acuíferos, que
se representan para su mejor comprensión en la Figura 1-2:
Aquellos cuya permeabilidad es debida a su
porosidad intergranular. Son los denominados
acuíferos porosos y se encuentran entre ellos: las
gravas, arenas, etc., y en general, todos los
materiales detríticos con tamaño de grano de arena
como mínimo. El medio está constituido por granos,
permitiendo que el agua se almacene y circule por los
huecos intergranulares. Dichos huecos, pueden estar
rellenos de material granular muy fino disminuyendo
las características del medio para el almacén y
transporte de agua o incluso estar rellenos de
materiales arcillosos dejando prácticamente
anuladas estas características.
En ocasiones, los mismos granos están constituidos
por material poroso que los conforma, incluso,
mejores propiedades como almacén de agua (p.e.
granos constituidos por calcarenitas porosa). Los
medios granulares, dada su génesis formacional,
Figura 1-2 Tipos de acuíferos según su textura. suelen ser muy homogéneos a escalas reducidas.
Aquellos cuya permeabilidad es debida a grietas y fisuras, tanto de origen mecánico como de
disolución. Forman en conjunto los acuíferos cársticos y fisurados, y se encuentran entre ellos las calizas,
dolomías, granitos, basaltos, etc., siendo los dos primeros los tipos más importantes.
La carstificación es un proceso de disolución que acontece por acción del agua en formaciones
carbonatadas previamente fisuradas. Los acuíferos cársticos son poco homogéneos a pequeña escala,
pero suelen presentarse más homogéneos si la escala de trabajo es suficientemente amplia.
Por último, están los acuíferos cuya permeabilidad es debida a un conjunto de las dos anteriores
causas, y se tienen así los acuíferos cársticos y porosos, como, por ejemplo, son formaciones típicas las
calcarenitas.
En general, los acuíferos porosos son más homogéneos, aún dentro de la heterogeneidad que hay que
admitir a todos los acuíferos. Tanto éstos como los cársticos-porosos son capaces de almacenar gran
cantidad de agua por unidad de volumen de acuífero y, por tanto, son en general acuíferos lentos que
reaccionan con inercia a los bombeos. Los radios de influencia suelen ser más cortos que en los
cársticos.
Los acuíferos cársticos, sin embargo, son menos homogéneos y suelen ser más dispares los resultados
de los ensayos de bombeo. Tienen menor capacidad para almacenar agua y pueden ser considerados,
por ello, acuíferos rápidos, en los que los radios de influencia son más largos que en los restantes
acuíferos.
––– 56 –––
AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
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Iglesias, A., Ortiz, G., Rodríguez, R., César, J.
y un acuífero inferior semiconfinado. La diferencia de niveles entre el acuífero superior e inferior acarrea
una transferencia de agua vertical que alimenta el acuífero inferior.
En la Figura 1-5, se sintetiza el tipo de acuíferos existentes en la naturaleza, según su estructura y
funcionamiento. De acuerdo con lo expuesto, se puede tener una idea cualitativa de la forma de los conos
de influencia y de la velocidad de reacción de los diversos acuíferos ante un bombeo. Por ejemplo, los
acuíferos más lentos, es decir, los que transmiten con menor velocidad las influencias de los bombeos y
que además tendrán conos de influencia profundos, pero de radios cortos, serán aquellos de textura
porosa granular cuando trabajan como libres. Recíprocamente, los acuíferos que acusarán con mayor
velocidad los efectos de un bombeo puntual, con conos de bombeo poco profundos y radio de influencia
largos, serán los cársticos, cuando trabajan como cautivos.
SEMICONFINADOS
Porosidad
Es la relación entre el volumen de huecos y el volumen total de una roca. Es obviamente un parámetro
adimensional y depende únicamente de la constitución intrínseca de la roca, es decir, de su textura
característica, sin que intervenga la forma geométrica ni la potencia de la formación o su mecanismo de
funcionamiento hidráulico en la naturaleza.
Según el tipo de formación, los poros pueden ser debidos, bien a espacios intergranulares en las rocas
detríticas, o bien a grietas y fisuras en el caso de rocas fisuradas o cársticas, pero, en cualquier caso, el
concepto de porosidad puede asociarse a unas y otras.
La porosidad de una formación puede estar ligada únicamente a la textura de la misma o depender
además de las características del fluido que se mueve en su interior.
––– 58 –––
AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
Permeabilidad
La permeabilidad es el parámetro que permite evaluar la capacidad de transmitir agua de una formación
en atención a la textura de la misma, sin relacionarla con su estructura o forma geométrica.
Dentro de este concepto pueden subdividirse otros dos: la permeabilidad ligada tanto a las características
texturales del medio físico, como del fluido que transmite, que es denominada permeabilidad efectiva o
conductividad hidráulica, o bien, la denominada permeabilidad intrínseca, que es solo dependiente de
las características internas del medio permeable.
La permeabilidad efectiva K se define como el caudal que es capaz de atravesar una sección unitaria del
acuífero, normal al flujo, bajo un gradiente piezométrico unitario. Depende en consecuencia, tanto de las
características del medio físico (acuífero), como de las del fluido que lo atraviesa (agua).
La transmisividad es el parámetro definido para evaluar la capacidad de transmitir agua de los acuíferos,
teniendo en cuenta no solo la textura del acuífero y las características del fluido, sino también, las
características estructurales o geométricas.
Se define como el producto de la conductividad hidráulica K y el espesor del acuífero b.
T=K*b (Transmisividad)
En realidad, es el parámetro más característico y representativo a la hora de definir la aptitud de un
acuífero para transmitir agua.
1.4 Los acuíferos y sus capacidades frente a los parámetros, cantidad, calidad,
espacio y tiempo
Las formaciones geológicas susceptibles de almacenar y transmitir el agua o acuíferos tienen especiales
capacidades para acoplarse a los parámetros cantidad, calidad, espacio y tiempo que son los
requerimientos fundamentales del uso del agua en sus diversas aplicaciones. Pueden funcionar, cara al
agua subterránea, como elementos de:
➢ Suministro
➢ Regulación
➢ Transporte
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Iglesias, A., Ortiz, G., Rodríguez, R., César, J.
➢ Distribución
➢ Protección de la calidad.
De suministro, dada su capacidad de atender a una demanda puntual, del tipo que sea: abastecimiento
humano, agricultura o satisfacción de necesidades industriales.
De regulación, porque dado su gran almacenamiento de agua y su excelente distribución espacial, los
acuíferos presentan extraordinarias posibilidades para adecuar las aportaciones a la estructura de la
demanda, en cantidad, calidad, espacio y tiempo.
La misma característica comentada, de gran distribución espacial, puede permitir el uso de acuíferos
como elementos de transporte e incluso como redes de distribución.
Los acuíferos están, naturalmente, protegidos de la contaminación y pueden, en muchos casos, ser
elementos depuradores por filtrado. Son difíciles de contaminar, pero una vez contaminados, su
recuperación puede ser a veces imposible.
Los acuíferos pueden ser utilizados de muchas formas, tanto independientemente, como integrados en
sistemas superficiales, al objeto de lograr un fin, sintetizándose en los siguientes puntos, las operaciones
que pueden realizarse con ellos, para la satisfacción de las necesidades hídricas.
➢ Suministro: Operación simple de realizar un sondeo o captar una fuente y cubrir el suministro
urbano de una población, un regadío o una demanda industrial.
➢ Regulación
➢ Lucha contra la sequía
➢ Protección del medio ambiente
➢ Protección de la calidad
➢ Utilización conjunta.
Herramientas de la gestión:
➢ Control
➢ Análisis
➢ Simulación.
De todo ello conviene hacer un especial hincapié en las posibilidades de las formaciones acuíferas como
elementos de regulación.
De hecho, la lucha contra la sequía puede presentarse como un problema de regulación "in extremis" y
los acuíferos en su función de regulación deben demostrar su utilidad cara a permitir o apoyar en la
adecuación de aportaciones a la estructura de las demandas en:
➢ Cantidad
➢ Calidad
➢ Espacio
➢ Tiempo.
––– 60 –––
AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
Respecto al parámetro cantidad, los acuíferos no proporcionan, en general, caudales puntuales tan
importantes como las aguas superficiales, pero se pueden obtener caudales más pequeños desde
superficies muy amplias frente al carácter lineal de las aguas de superficie.
Respecto al parámetro calidad, debe indicarse que los acuíferos son de difícil contaminación por estar
naturalmente protegidos frente a la misma, pero una vez contaminados, su recuperación puede resultar
muy difícil.
Respecto al parámetro tiempo, el papel fundamental de los acuíferos lo juegan sus reservas, los grandes
volúmenes almacenados; que en épocas de sequía pueden ser utilizados en espera que las épocas
húmedas los restituyan. Baste indicar que las reservas de agua almacenadas en los 30 primeros metros
de los acuíferos, de la parte habitada de los continentes son suficientes para dejar satisfechas todas las
necesidades de la humanidad durante 15 años.
Por último, respecto al parámetro espacio, solo se indica la gran distribución espacial de los acuíferos
que se extienden por el 25 al 35 % de la parte habitada de los continentes.
o bien:
1 2
mgZ + mv + pV = Cte.
2
sacando mg factor común y al ser ρ=m/V
––– 61 –––
Iglesias, A., Ortiz, G., Rodríguez, R., César, J.
v2 p
mg Z + + = Cte.
2 g g
que no es más que la expresión del teorema de Bernoulli y en la que todos sus términos tienen
dimensiones de longitud.
Z = L
v 2 L2T −2
= −2
=L
2 g LT
p MLT −2 L−2
g = ML−3 LT −2 = L
En consecuencia, a los términos de la ecuación se les denomina alturas, con la siguiente denominación:
Z → altura de posición
v2
→ altura de velocidad
2g
p
→
g altura de presión.
El término v2/2g, o altura de velocidad, en el caso del movimiento del agua en el seno de un medio
permeable, puede ser despreciado frente a la altura de presión y la altura de posición, dado lo bajo del
valor de la velocidad del agua en dichos medios y, por lo tanto, la capacidad para realizar trabajo por
parte del agua en un punto A de un acuífero, vendrá dada por su nivel piezométrico o suma de las alturas
de posición y presión.
pA
h A = ZA +
𝛾 Peso específico = 𝜌𝑔
Al nivel piezométrico en el punto A, hA, se le suele también llamar, altura piezométrica, cota piezométrica
o carga hidráulica.
El nivel piezométrico se mantiene constante en la vertical de un almacenamiento de agua libre o en la
vertical de un medio permeable saturado cuando este es homogéneo e isótropo.
Tal y como se ve en la Figura 1-6, el punto A, está a la presión atmosférica y por tanto su nivel
piezométrico hA, es igual a su altura de posición ZA. El punto B tiene un nivel piezométrico hB que se
quiere comparar con hA.
––– 62 –––
AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
hB = Z B +
pB
= ZB +
(Z A − Z B ) = Z A = hA
es decir, el nivel piezométrico es el mismo en los puntos A y B.
En consecuencia, el nivel piezométrico
en un punto de un acuífero puede
definirse como el valor de la cota
respecto a una referencia que alcanza
el agua cuando dicho punto se libera a
la presión atmosférica. Esta altura, se
compone de dos sumandos; la altura
de posición del punto respecto a una
referencia, y la altura de presión
equivalente a la altura que alcanzaría
el agua sobre el punto al dejar este
libre a la presión atmosférica. Figura 1-6 Nivel piezométrico.
––– 63 –––
Iglesias, A., Ortiz, G., Rodríguez, R., César, J.
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AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
presión de A
Altura de posición de B
Altura de
posición.
Zona saturada
Movimiento del agua en la zona A
posición de A
saturada. Isopiezas
Altura de
Es la zona inferior donde el agua satura
totalmente los poros del acuífero. En esta
zona, el nivel piezométrico nunca es
inferior a la altura de posición. En la parte Figura
Figura1-8
9. Niveles
Niveles piezométricos enlos
piezométricos en losperfiles
perfilesdel
de suelo
sueloyysubsuelo
subsuelo.
más alta, junto a la franja capilar, el nivel
piezométrico y la altura de posición son coincidentes y nula la altura de presión. A medida que se
desciende en la zona saturada, el nivel piezométrico se mantiene, pero las pérdidas de altura de posición
se compensan con el incremento de altura de presión. Estas precisiones son válidas asumiendo la no
existencia de flujos verticales en la formación.
La superficie piezométrica es el
lugar geométrico de los puntos de
igual nivel piezométrico dentro de
la formación. Hay que distinguirlo
de la superficie freática, que es el
lugar geométrico de los puntos del
acuífero en que la altura de presión
es nula y que coincide con la
superficie del agua en los acuíferos
libres. En la superficie freática,
pueden existir, y de hecho existen,
distintos niveles piezométricos
dependiendo de la altura de
Figura 1-9 Tipos de acuíferos y niveles piezométricos. posición. En los acuíferos libres,
bajo condiciones de no existencia
de flujos verticales, la superficie piezométrica y freática son términos coincidentes.
El agua en la zona saturada se mueve de puntos de mayor nivel piezométrico a puntos de menor nivel
piezométrico, es decir, de zonas de mayor a menor energía. En consecuencia, el agua en la zona
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Iglesias, A., Ortiz, G., Rodríguez, R., César, J.
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AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
Capítulo 2
Introducción general a la hidrogeología. Conceptos generales de geología,
estratigrafía y tectónica aplicados a la hidrogeología. Textura y estructura de
formaciones. Balance y funcionamiento. Técnicas auxiliares de investigación.
Mapas hidrogeológicos. Inventario. Geofísica. Sondeos de reconocimiento.
2.1 Acuíferos: origen, ubicación geometría y características
Acuíferos en valles aluviales fluviales
Acuíferos en grandes cubetas detríticas
Acuíferos en grandes cubetas calizas
Acuíferos plegados
Acuíferos en calizas inclinadas
Acuíferos en calizas inclinadas con cierre por falla
Acuíferos en calizas inclinadas con doble drenaje
Acuíferos colgados
Acuíferos en rocas ígneas
Acuíferos confinados
Acuíferos semiconfinados
Acuíferos en formaciones de baja permeabilidad
2.2 Mapas de isopiezas
Elaboración de mapas piezométricos
Estudio y análisis de mapas piezométricos
2.3 Mapas geológicos. Aplicación a la identificación de acuíferos. Mapas hidrogeológicos
Descripción de un mapa geológico
Identificación de acuíferos en un mapa geológico
Mapas hidrogeológicos
2.4 Textura y estructura de las formaciones acuíferas
2.5 Funcionamiento de acuíferos. Recarga y descarga
2.6 Técnicas de investigación. Inventario de captaciones
Datos a capturar en un inventario
Elaboración de un inventario
Métodos de análisis de la información de un inventario
Almacenamiento de la información
2.7 Técnicas de investigación Geofísica y sondeos de reconocimiento
67
Iglesias, A., Ortiz, G., Rodríguez, R., César, J.
Introducción
Métodos eléctricos de corriente continua
Métodos electromagnéticos
Método sísmico
Métodos de gravimetría
Resonancia magnética
Registros en sondeos
2.8 Técnicas de investigación. El control del agua subterránea
2.9 Investigación hidrogeológica en distintos medios. Acuíferos detríticos, acuíferos carbonatados y
acuíferos fisurados
Características generales de la investigación hidrogeológica en medios detríticos
Características generales de la investigación hidrogeológica en medios carstificados
Características generales de la investigación hidrogeológica en medios fisurados
Exploración Hidrogeológica en distintos medios. Cuadro Orientativo General
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AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
CAPÍTULO 2
Introducción general a la hidrogeología. Conceptos generales de geología,
estratigrafía y tectónica aplicados a la hidrogeología. Textura y estructura de
formaciones. Balance y funcionamiento. Técnicas auxiliares de investigación.
Mapas hidrogeológicos. Inventario. Geofísica. Sondeos de reconocimiento.
69
Iglesias, A., Ortiz, G., Rodríguez, R., César, J.
Hechas estas consideraciones, es fácil deducir que la variedad de tipos de acuíferos, teniendo en cuenta
su litología, cierre, forma geométrica y mecanismos de recarga y descarga, pueden ser innumerables. A
continuación, se describen una serie de tipologías de acuíferos en función de los parámetros
hidrogeológicos y caracterización, frecuentes en la naturaleza, a efectos de su identificación.
––– 70 –––
AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
por infiltración de torrentes (y abanicos aluviales que se superponen a las terrazas), y por recargas
laterales de otros posibles acuíferos. Las descargas se dan por las zonas de efluencia de los ríos y por
las extracciones por bombeo en el acuífero.
71
Iglesias, A., Ortiz, G., Rodríguez, R., César, J.
Las descargas, pueden también llevarse a cabo por los sondeos de extracción y alguna descarga lateral
a otros acuíferos.
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AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
La descarga de los acuíferos se lleva a cabo por drenaje hacia los ríos y en los acuíferos costeros
directamente hacia el mar. Según sea el caso, una parte importante de la recarga del acuífero puede ser
drenada por bombeos.
Acuíferos plegados
En realidad, no es un caso muy claramente diferenciado, pero se distingue del anterior en que los
anticlinales-sinclinales sucesivos crean la necesidad de realizar estudios locales, no solo para ver dónde
realizar los sondeos de explotación, si no para entender que cada bloque o sinclinal parcial puede
comportarse como un acuífero diferente. Figura 2-4.
La formación acuífera, puede
estar constituida por
materiales de muchos tipos,
pero principalmente por
calizas, arenas u areniscas.
Las primeras de cualquier
origen marino o lacustre y las
segundas de origen
continental. Las calizas
almacenan poca agua, pero
pueden transmitirla muy bien
con pozos muy importantes.
Figura 2-4 Acuíferos plegados.
Las arenas, por el contrario,
son grandes almacenadoras y no muy buenas transmisoras (depende de la granulometría) y, sobre todo,
si las arenas están compactadas y o cementadas (areniscas).
El cierre, es de hecho múltiple, pues cada sinclinal es una cubeta, pero en su conjunto, el cierre general
es, para todas las cubetas, el impermeable del zócalo de los materiales acuíferos considerados.
La forma geométrica, suele ser alargada en el sentido del pliegue. Los espesores muy variables: desde
decenas hasta centenares de metros. En función de la situación del nivel piezométrico, puede haber un
único acuífero con diferentes profundidades según el pliegue, o bien pueden estar saturadas las partes
bajas del pliegue y secas las partes altas.
En este caso se tendría un conjunto de estructuras paralelas independientes, aunque muy parecidas
entre sí. Los sondeos deben hacerse paralelos a la dirección de los pliegues y según la profundidad de
los mismos y en su nivel de saturación buscar el eje de los sinclinales o los flancos.
Los mecanismos de recarga y descarga son muy simples. La recarga proviene, por lo general, de agua
de lluvia y de la posible infiltración de ríos en algún pliegue. Las descargas son, también individualizadas
por pliegues, y se realizan por fuentes, drenaje a ríos, o bien por las extracciones de los sondeos que
exploten el acuífero.
73
Iglesias, A., Ortiz, G., Rodríguez, R., César, J.
La formación acuífera es una banda caliza inclinada que tiene permeabilidad por carstificación. Aún
almacenando poca agua las calizas, dado que, en este caso, se pueden explotar a grandes
profundidades; el juego de regulación de agua puede ser muy importante.
Según la Figura 2-5 y 2-6, que permite una visión en perfil más simple, el tramo aflorante de las calizas
se recarga por lluvia y se descarga por la fuente.
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AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
El cierre, en estos acuíferos tiene que ser necesariamente doble (o incluso triple). Un cierre es el
impermeable de zócalo de la formación acuífera y otro el techo de la formación o en todo caso los
materiales post-orogénicos impermeables sobre los que brota la fuente.
La forma geométrica de este acuífero puede ser variada como corresponde a un afloramiento calizo
monoclinal. No obstante, lo más frecuente es que sean flancos de sinclinales, y por ello, que su forma
sea alargada en el sentido normal al empuje. Los tamaños suelen ser muy variables y los espesores que
atravesaría un sondeo dependen, no solo del espesor de la formación, sino también del valor de su
buzamiento, puesto que cuanto mayor sea este, mayor el espesor de material acuífero a atravesar.
Los mecanismos de recarga y descarga consisten en una entrada por infiltración directa de agua de
lluvia en el afloramiento y la descarga por fuentes. Hay veces que puede existir una recarga lateral de
otras formaciones, o incluso alguna recarga por ríos, según morfología de la zona, y la descarga en vez
de ser puntual localizada se lleva a cabo a lo largo de un río. Las captaciones suponen también puntos
de descarga del acuífero.
Los sondeos para la explotación del acuífero no se pueden realizar separándose de la fuente y del
acuífero para atravesar a este último en profundidad. Deben hacerse entre la fuente y el acuífero, y lo
más pegados posible al acuífero, para cortar la falla lo más profundamente posible y aprovechar el
máximo de espesor saturado.
75
Iglesias, A., Ortiz, G., Rodríguez, R., César, J.
Una particularidad de este tipo de estructura sobre los anteriores es que puede cambiarse la divisoria de
aguas por bombeo y se pueden desviar aportaciones de una zona excedentaria a otra deficitaria. Igual
que en casos anteriores, la zona adecuada para el bombeo es el flanco que está en el sentido del
buzamiento y no en el frente opuesto, separándolo de la fuente a una distancia adecuada, para perforar
el máximo de espesor saturado.
Acuíferos colgados
Los acuíferos colgados son estructuras, que con mucha frecuencia imposibilitan que exista una cubeta
capaz de almacenar reservas en cantidad. Figura 2-9.
Suelen estar a cotas altas con sus impermeables de zócalo visibles, y aun cuando su explotación se hace
compleja, pueden ser de interés local en muchas ocasiones y solucionar problemas de regadío y
abastecimiento no demasiado grandes.
La formación acuífera la pueden constituir diversos materiales o litologías, en general post-orogénicas,
y por tanto, subhorizontales. Dos ejemplos muy típicos serían las terrazas antiguas colgadas en los
valles de los ríos de materiales detríticos, y las calizas de deposición lacustre, horizontales, depositadas
en la parte alta de la serie por tener los carbonatos un producto de solubilidad más alto que los sulfatos
y precipitarse los últimos (es el ejemplo de la Figura 2-9).
El almacenamiento, es decir, las reservas de estos acuíferos están por encima del nivel del drenaje, lo
que ocasiona que no exista una cubeta donde se almacene el agua y el almacenamiento existente es el
que existe por encima de la cota de las fuentes en función del binomio recarga transmisividad del
acuífero. Esto pone de manifiesto que la explotación no puede ser la misma todos los años, pues en años
secos habrá menos reservas y no podrá hacerse uso de las reservas almacenadas por debajo del nivel
de las fuentes como ocurre en otros acuíferos.
El cierre, en rigor, no es tal cierre, sino que es únicamente el zócalo impermeable de la formación. Es,
por tanto, el que impide la circulación vertical del agua a zonas más bajas y el que propicia la aparición
de las fuentes en contacto con el acuífero.
La forma geométrica es muy variada y, en general, muy irregular. Tanto si se trata de calizas lacustres
como de terrazas antiguas, el drenaje se realiza por múltiples puntos del contacto entre el acuífero y el
impermeable de zócalo, y ello produce formas de erosión muy irregulares.
Los mecanismos de recarga y descarga son por infiltración directa del agua de lluvia y la descarga por
las fuentes colgadas, y por los bombeos en el acuífero.
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AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
Acuíferos confinados
Los acuíferos confinados, son formaciones permeables rodeadas completamente de materiales
impermeables. El agua en el acuífero está sometida a una presión por encima de su altura de posición,
y la liberación del agua es por procedimientos elásticos. Figura 2-11.
77
Iglesias, A., Ortiz, G., Rodríguez, R., César, J.
Acuíferos semiconfinados
Una variante del anterior es el acuífero semiconfinado. Es una formación que no está totalmente cerrada
por impermeables y que sobre su techo se apoya un semipermeable o acuitardo. Ello le permite recibir
recargas verticales de acuíferos verticales bien alimentados. Figura 2-12.
La formación acuífera pude ser de
cualquier tipo cárstica o detrítica,
pero la formación semipermeable
superior, necesita ser un acuitardo y
ello condiciona que sea
necesariamente una formación
detrítica. En esencia un acuífero
semiconfinado es un sistema
constituido por un acuífero inferior, Figura 2-12 Esquema de acuífero semiconfinado.
un acuitardo sobre él y un acuífero superior bien alimentado.
El cierre, que da cobijo al acuífero, es el impermeable de zócalo y lateral. La parte de arriba está
semicerrada por el acuitardo, aunque permite el paso de agua de transferencia vertical.
La forma geométrica, puede ser muy variada de igual modo que se indicó en el acuífero confinado. Pero
para el juego de recarga vertical es más frecuente que las formaciones sean sensiblemente horizontales.
Los mecanismos de recarga y descarga son en principio ninguno si no hay acción antrópica. Es decir;
en estado natural no hay circulación de agua, pero al bombear el acuífero inferior se crea un gradiente
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AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
piezométrico que propicia la recarga del inferior a expensas del agua del superior. La descarga es por
bombeos.
Este tipo de acuíferos y de fenómeno, es muy frecuente en la naturaleza y principalmente en grandes
sistemas detríticos continentales.
79
Iglesias, A., Ortiz, G., Rodríguez, R., César, J.
Las rocas volcánicas tienen porosidad cuando las explosiones volcánicas producen únicamente
productos piroclásticos (fragmentos de roca), que son transportados por el aire y que se depositan a
mayor o menor distancia del foco de emisión en función de su tamaño, de tal forma que cuando caen
Figura 2-14 Basaltos fracturados. Figura 2-15 Productos piroclásticos gruesos muy porosos.
están totalmente disgregados o bien pueden tener algún grado de compactación, pero entre fragmento
y fragmento no hay ninguna masa sólida.
El acuífero en este tipo de rocas está formado por basaltos, andesitas, riolitas, etc., que varían en su
grado de fracturamiento; a mayor grado de fracturas interconectadas las rocas volcánicas formarán un
mejor acuífero; cuando la cantidad de fracturas es reducida constituyen acuíferos pobres.
Las rocas volcánicas porosas están formadas por cenizas y tobas, estas últimas de granulometría y grado
de compactación variado; entre menos compactadas estén y los fragmentos sean mayores en tamaño,
su potencialidad acuífera será mayor.
Debido a que las emisiones volcánicas están constituidas por una gran cantidad de eventos, en los que
de forma irregular son emitidas lavas y se tienen explosiones, los materiales son muy irregulares lateral
y verticalmente, generando paquetes en los que alternan acuíferos, acuitardos, acuífugos y acuícludos,
por lo que son frecuentes los acuíferos multicapas, también llamados sistemas acuíferos. También por
esta razón estos materiales son muy heterogéneos y anisotrópicos.
Por lo expuesto en el párrafo anterior,
el cierre, en el caso de las rocas
volcánicas, está constituido por estas
mismas rocas, pero cuando el
fracturamiento es prácticamente nulo
o bien no está interconectado, o bien
porque las tobas tengan una
granulometría de arenas muy finas,
limos o arcillas.
Su forma geométrica es variada y
depende en mucho de la composición
química de la lava que las originó,
generando formas topográficas que Figura 2-16 Ignimbritas con fracturamiento vertical
van de lomeríos con grado de producido por enfriamiento.
Estas rocas representan una excelente área de recarga para el acuífero.
inclinación variable, hasta grandes
montañas; los espesores de estos acuíferos son mayores cuando se está más cerca de los centros de
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AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
donde fueron emitidas las rocas volcánicas, en estos casos llegan a tener más de 300 a 400 metros, y
sólo alguna decena de metros cuando están a varios kilómetros de distancia de las regiones donde se
originaron.
Los mecanismos de recarga y descarga. Cuando se originan las rocas volcánicas, en las regiones o
zonas donde es emitida la lava y se dan las explosiones, es frecuente que se formen montañas y la
topografía sea mucho más elevada que hacia las porciones de terreno donde la lava fluye o se depositan
los productos piroclásticos; debido a esto las zonas de recarga más importantes suelen estar en las
partes topográficamente elevadas, aunque en realidad, independientemente de la topografía, la recarga
de estos acuíferos se presenta donde afloran rocas fracturadas o porosas. Debido a la falta de
continuidad de los materiales permeables (fracturados o porosos), es frecuente encontrar manantiales,
los cuales representan descargas de estos acuíferos; estos manantiales tienen caudales variables que
pueden ir de uno a más de 20 litros segundo.
Lo antes expuesto permite concluir que las propiedades hidráulicas en las rocas volcánicas son muy
variables, debido principalmente a la diferencia en permeabilidad que se tiene entre rocas fracturadas y
porosas, pero también por los cambios en el espesor de los acuíferos y sistemas acuíferos. En este tipo
de rocas es frecuente tener conductividades hidráulicas que pueden variar de 1 a más de 200 m/día y en
el mismo sentido varían las transmisividades; los pozos en estos materiales, si no se realizan buenos
estudios geológicos estructurales, pueden resultar fallidos, aunque pueden tenerse pozos de 5 a 70 litros
por segundo, en función del tipo de roca volcánica en que se localicen.
81
Iglesias, A., Ortiz, G., Rodríguez, R., César, J.
En los mapas de isopiezas se debe cumplir, que la separación entre isopiezas (en términos de m de cota)
sea igual para toda la superficie (equidistancia), ello permite con mayor facilidad, obtener información de
la evolución espacial de la profundidad del agua desde la superficie del terreno, del sentido y valor de los
gradientes hidráulicos, de la dirección y sentido del flujo de agua subterránea, etc.
Dado que cada isopieza representa un valor del nivel piezométrico, el flujo de agua va de las isopiezas
de mayor valor a las de menor valor y por el camino más corto, es decir, por la línea normal a la isopieza.
Luego las líneas de flujo son líneas perpendiculares a las isopiezas y el sentido del flujo es el que va de
mayor a menor en el valor de las isopiezas.
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AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
Figura 2-18 Isopiezas trazadas sobre los datos de 7 Figura 2-19 Isopiezas de la Vega de Guadix.
puntos. Según IGME.
En la Figura 2-19 se incluye un plano de isopiezas orientativo de la Vega de Guadix (IGME).
Las isopiezas deben ser siempre trazadas perpendiculares a los bordes impermeables y sensiblemente
paralelas a los bordes de recarga y descarga, como se indica en la Figura 2-20.
Las isopiezas deben ser perpendiculares a los bordes impermeables, dado que el flujo perpendicular a
isopiezas no puede “ni entrar ni salir” en un borde impermeable. Por ello, al ser las isopiezas
perpendiculares al borde, las líneas de flujo, normales a las isopiezas, resultan paralelas al borde y ello
indica que el agua fluye entre las paredes del borde impermeable.
Por el contrario, ante un borde positivo (recarga/descarga), las isopiezas deben trazarse con tendencia
a ser paralelas a dicho borde, puesto que de este modo las líneas de flujo normales a las isopiezas
señalan la entrada salida de agua en el borde.
En el trazado de isopiezas se tiene que tener especial
cuidado, tanto en vaguadas como en divisorias, en
respetar la topografía (Figura 2-21 y 2-22).
Si no se sigue la topografía adecuadamente, se
trazarán isopiezas que indicaran que el agua está por
encima de la superficie, lo cual no es posible, salvo
que existan surgencias.
En la Figura 2-21 si no se sigue el trazado de la
Figura 2-20 Trazado de isopiezas ante bordes topografía, la isopieza de 40 cortaría a la línea de
impermeables y bordes de recarga /descarga.
nivel de 40 y la isopieza de 30 a la línea de nivel de
30, ello haría pensar que en esa zona de vaguada estaba manando continuamente agua, lo cual no es
así.
En la Figura 2-22 se puede ver el fenómeno contrario, las curvas de nivel, no señalan una vaguada
recolectora de aguas, sino una divisoria de aguas y se debe proceder de igual modo siguiendo la
topografía. Si no se hace así las isopiezas indicaran un agua más profunda que en la realidad.
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Iglesias, A., Ortiz, G., Rodríguez, R., César, J.
Figura 2-21 Isopiezas trazadas sobre una vaguada. Figura 2-22 Isopiezas trazadas sobre una divisoria.
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AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
En consecuencia, se pueden
sacar muchos efectos sobre
el movimiento del agua,
recarga y descarga en el
acuífero. Así en la Figura 2-
24, se representa unas
isopiezas de un valle aluvial
que desemboca en el mar, en
las que pueden observarse
varios efectos, que se
señalan en la figura. En
primer lugar, puede verse
una zona donde el río es
efluente y drena al acuífero
tomando agua de él. Al final
del curso del río y ya próximo
al mar, el fenómeno es el
contrario, es el río el que Figura 2-24 Análisis de isopiezas.
recarga al acuífero en un
proceso de influencia. El mar es en rigor un borde de nivel constante y el acuífero descarga en él, lo que
delatan una serie de isopiezas paralelas a la costa.
Existen además dos zonas, una de bombeo de un pozo en el curso alto del río y en su margen derecha,
donde se puede observar la zona deprimida causada por el bombeo; y la otra más abajo, en el sentido
de circulación del río y en su margen izquierda, donde existe un regadío con aguas superficiales y la
recarga de los retornos excedentarios crea una zona de niveles altos reflejados en las isopiezas, que se
extienden hacia abajo en el sentido del flujo.
Mediante las isopiezas es posible efectuar una evaluación del flujo al mar por ancho unitario de costa.
Figura 2-25.
Con las isopiezas y la distancia entre la
última que se considere y el mar, se puede
6
calcular el gradiente i según 𝑖 = .
3400
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Iglesias, A., Ortiz, G., Rodríguez, R., César, J.
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AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
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Iglesias, A., Ortiz, G., Rodríguez, R., César, J.
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AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
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Iglesias, A., Ortiz, G., Rodríguez, R., César, J.
mundial. Son en consecuencia tanto sus colores como nomenclatura de pisos estratigráficos y el tiempo
asignado a estos pisos, el estándar estratigráfico mundial.
Simbología. La simbología son signos para definir el tipo de contacto entre dos afloramientos, bien sea
estratigráfico o mecánico tectónico. Figura 2-30. Junto con ello, indican la estructura de las formaciones
geológicas, anticlinales, sinclinales y si son o no tumbados.
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AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
91
Iglesias, A., Ortiz, G., Rodríguez, R., César, J.
Columnas estratigráficas. Son columnas verticales donde se representan las formaciones litológicas
presentes en el mapa. Se disponen cronológicamente, situándose las más antiguas en la base de la
columna. Las columnas tienen una escala propia y una correspondencia marcada por números.
Asimismo, se usan los mismos colores y tramas del mapa. Suelen hacerse las precisas para aclarar la
disposición vertical de los materiales en entornos geológicos concretos del mapa. Entre las columnas
integradas en el mapa se trazan líneas marcando la correlación estratigráfica. Figura 2-31.
Por último, los mapas geológicos suelen complementarse con una Memoria, que trae una serie de
apartados con explicaciones textuales explicativas sobre Estratigrafía, Tectónica, Petrología,
Paleontología, Historia Geológica, Geología Económica, Bibliografía y algún dato sintetizado sobre los
autores y su procedencia.
Hay mapas que incluyen una memoria resumida en la misma hoja del mapa, pero suele ser común en
mapas bien elaborados incluir la memoria en un documento de texto separado.
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AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
Naturalmente, no todas las litologías, supuestamente permeables y porosas, son acuíferos claros.
Existen litologías variadas como arenas arcillosas, arcillas arenosas, calizas margosas, alternancias de
arcillas y conglomerados, alternancia de calizas y margocalizas, y muchas otras más que no puede
saberse de su potencialidad como acuíferos.
Estas observaciones tienen que completarse con alguna visita de campo para ver drenajes, existencia
de pozos, etc.
Mapas hidrogeológicos
Los mapas hidrogeológicos pueden tener una forma general similar a los geológicos, pero se centran
principalmente en mostrar más detallada y claramente la información sobre lo que constituye un acuífero,
su ubicación y forma, el movimiento del agua en el seno del acuífero (por lo que sobre los afloramientos
se dibujan las isopiezas) y la representación de los puntos de agua en el acuífero, como pozos, sondeos,
fuentes de drenaje y masas de agua en general; ríos, embalses, lagos, etc.
En consecuencia:
Las entidades de identificación del mapa, son iguales o similares.
Las entidades de ubicación geológica global, (en este caso de ubicación hidrogeológica) presentan
algunas diferencias, en el sentido de que las ventanas de información suelen atender a otros intereses.
Por ejemplo, suele ser lo habitual ventanas con las isoyetas del mapa, con los usos del agua sujetos a
una simbología específica, con la densidad espacial de captaciones o con esquemas generales de
funcionamiento hidrogeológico.
En las entidades de representación geológica (en este caso hidrogeológicas) es donde existen mayores
diferencias, y más que diferencias, adiciones y simplificaciones. Así para cada una de las entidades
puede indicarse:
Ventana de contenido. En la ventana de contenido se muestran los afloramientos de una manera más
sucinta y simplificada, eliminando formaciones de escaso interés, que en todo caso se agregan a las
importantes. Cada mapa tiene un grado de simplificación del geológico diferente, pero en cualquier caso
se representan los acuíferos y los impermeables de cierre de la manera más clara posible. Es muy
frecuente que se usen tramas y que se dé el color correspondiente a la trama dejando el fondo limpio
para más anotaciones.
Se incluyen siempre las isopiezas (o familias de isopiezas para más de una profundidad). Los pozos y
sondeos existentes, a los que se les suele acompañar su número de identificación como etiqueta, y a
veces alguna otra información adicional; y con mucho interés las fuentes de drenaje del acuífero o las
líneas de drenaje del acuífero en ríos o en el mar.
Se suelen representar las masas de agua como ríos, lagos y embalses con un énfasis más marcado que
en los mapas geológicos. Son también de particular atención en la representación las líneas divisorias
de las cuencas hidrográficas.
Leyenda. La leyenda suele dividir las formaciones en permeables, poco permeables o no permeables,
situando cada una de estas en una columna diferente. También en la litología se suele añadir la anotación
“acuífero” a aquellas formaciones que de hecho constituyen acuíferos.
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Iglesias, A., Ortiz, G., Rodríguez, R., César, J.
Simbología. En la simbología se añaden todos los signos relativos a puntos de agua, fuentes de drenaje,
isopiezas, y divisorias de aguas. Por lo demás, suele conservar los de los planos geológicos, aunque
también es frecuente que elimine los símbolos que supongan mucho detalle y aporten menos información
a la hidrogeología.
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AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
Otro caso diferenciado, con características acuíferas, porosidad y permeabilidad, son los acuíferos
cársticos de calizas y dolomías.
Para que una caliza adquiera permeabilidad, se requiere en primer lugar que existan empujes tectónicos
que fracturen la roca. Existiendo una red de fracturas, el agua tiene que infiltrarse por ella y al disolver la
caliza en las paredes de las grietas o fracturas va haciendo estas más gruesas y formando un carst. Se
requiere que el agua entre y tenga por donde salir; solamente quedará carstificada la porción de roca por
la que el agua ha circulado creando una red de flujo.
En los tramos carstificados, la formación se comporta, en general, como un acuífero muy permeable, con
características de transmitir el agua y dar pozos de elevados caudales, en ocasiones, extraordinarios. Su
porosidad es baja comparada con los acuíferos detríticos.
En los tramos que los materiales no han podido ser carstificados, es decir, donde el agua no ha podido
disolver la roca, la caliza es mucho menos permeable y porosa llegando en casos extremos a ser un
acuífugo, mientras los sondeos no dan ni nivel de agua.
Las rocas fracturadas sin disolución tienen baja permeabilidades en general y muy baja capacidad de
almacenamiento, estando condicionada la bondad de los sondeos y pozos a atravesar algunas fallas o
fracturas conectadas entre sí.
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Iglesias, A., Ortiz, G., Rodríguez, R., César, J.
––– 96 –––
AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
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Iglesias, A., Ortiz, G., Rodríguez, R., César, J.
❖ Longitud zanja
❖ Profundidad zanja
❖ Longitud galería
❖ Acondicionamiento del frente
❖ Fecha de construcción o acondicionamiento.
v. Datos de la explotación
❖ Usos del agua: municipal, agrícola, ganadero, industrial, usos recreativos, etc.
❖ Habitantes abastecidos
❖ Hectáreas regadas
❖ Animales abastecidos
❖ Industrias
❖ Fabricación de productos (anual)
❖ Volumen de extracción anual.
––– 98 –––
AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
Elaboración de un Inventario
Un inventario, es una herramienta muy importante en la investigación hidrogeológica y en la
infraestructura del conocimiento del acuífero.
Por este motivo, debe ser realizado por personal experto, aunque tenga sueldos más altos. Con
frecuencia, poner un inventario en manos inexpertas es elaborar un inventario inservible o de muy escasa
utilidad o, incluso, con la posibilidad de llevar la investigación a conclusiones erróneas.
El inventario debe ser:
➢ Selectivo
➢ Exhaustivo.
Es decir, selectivo desde el momento que se deben elegir puntos de características comunes para el
conocimiento de todas las circunstancias hidrogeológicas de la zona; y exhaustivo desde el momento
que deben tomarse y almacenarse todos los puntos que cumplan los requisitos requeridos.
Los inventarios deben actualizarse y mantenerse siempre útiles para los fines de la investigación y la
gestión. Debe siempre buscarse un mecanismo ágil, cómodo y eficaz en el modo de consulta.
Para hacer un inventario se deben llevar los siguientes elementos:
❖ Coche
❖ Sonda
❖ Mapa topográfico
❖ GPS
❖ Linterna
❖ Cinta métrica
❖ Cinta plástica (aislante)
❖ Libreta de campo impermeable.
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Iglesias, A., Ortiz, G., Rodríguez, R., César, J.
Es frecuente hacer un mapa con los puntos de inventario, con su número y junto a cada uno de ellos
representar una cruz con datos del punto de agua en cada esquina, por ejemplo, profundidad del nivel,
caudal, cota, etc.
Almacenamiento de la información
La información de un inventario tiene fundamentalmente dos formas de almacenarse: analógica y digital.
El almacenamiento analógico es un procedimiento antiguo, ya a penas usado, consiste en tener unas
fichas (existen muchos ejemplos en internet), con los datos que se quieren almacenar de los puntos de
agua y un plano o conjunto de planos, donde se sitúan los puntos de agua. La búsqueda de información
es lenta, poco eficaz y costosa en tiempo. Se incluye a continuación una pequeña selección de campos
de un inventario para servir de ejemplo.
Identificación Localización
Identificador: X (UTM ED50):
Hoja: Y (UTM ED50):
Octante: Huso:
Punto: Sector:
Naturaleza y uso Cota:
Naturaleza: Profundidad:
Uso: Fecha obra:
Otros Municipio:
Método perforación: Provincia:
Perímetro de protección: Sistema Acuífero:
Motobomba: Unidad Hidrogeológica:
Cuenca:
Lo primero que debe advertirse, en este ejemplo, es cómo está definida la identificación del punto de
agua. En una hoja topográfica se hacen ocho divisiones; dos filas y cuatro columnas, a cada una de ellas
se la llama octante. A un punto de agua se le denomina con una clave única pero compuesta; formada
por el número de hoja, el número de octante dentro de la hoja y el número del punto dentro del octante.
Estas tres cifras concatenadas deben identificar cómodamente a un punto y solo uno.
En los tiempos actuales, el único almacenamiento posible y adecuado es el digital. En este
procedimiento, cada ocurrencia es un ítem o registro y cada uno de estos registros son campos de
información, de tal modo que la información de cualquiera ocurrencia de punto de agua está compuesta
por los mismos campos que tendrán distintos valores para cada caso.
Se puede utilizar, si el número de puntos a almacenar no es excesivamente grande, una hoja de cálculo
electrónica como pueda ser EXCEL.
En cada fila se almacena una ocurrencia y en cada una de las zonas de intersección de esta fila con las
columnas, un campo de información. Así colocada la información, se puede hacer uso de todas las
capacidades de búsqueda y cálculo de la hoja EXCEL.
Cuando ya es un número de datos considerable, tanto en puntos de agua como en campos de
información, se usan bases de datos de Sistema Gestor de Base de Datos (SGBD) de modelo relacional.
Este modelo está constituido por tablas normalizadas relacionadas entre sí por claves.
La principal es la tabla maestra donde está toda la información que no va a tener variación temporal,
como coordenadas, naturaleza del punto o profundidad de la obra.
Esta tabla debe cumplir las formas normales de los modelos de datos relacionales, y la primera, la más
importante es que todos los atributos (campos) de la entidad, la información del mundo real que se quiere
almacenar debe depender funcionalmente de la clave. Es decir, para cada valor de la clave solo puede
existir una y solo una ocurrencia.
Existe una serie de tablas independientes para la información variable como son los niveles, caudales,
calidad del agua, que suelen controlarse periódicamente y son variables en el tiempo.
La clave concatenada en la tabla maestra es:
Hoja + Octante + Número
La clave concatenada en la tabla variable es:
Hoja + Octante + Número + Fecha
En la tabla variable se usa una clave concatenada con la fecha de la medida y así se consigue que para
cada medida exista una única clave. Esta tabla y la maestra estarán relacionadas por la clave
concatenada compuesta por Hoja + Octante + Número.
Por este procedimiento se elaboran las bases de datos de puntos de agua, que pueden ser muy grandes
e incluso de alcance a nivel nacional. Como ejemplo, puede indicarse que la base de datos de puntos de
aguas del Instituto Geológico y Minero de España tiene más de 150.000 puntos y varios millones de
registros totales.
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Iglesias, A., Ortiz, G., Rodríguez, R., César, J.
Introducción
Los métodos geofísicos son una importante herramienta de mínimo impacto ambiental para abordar el
conocimiento del subsuelo, y constituyen un excelente apoyo en la investigación hidrogeológica, así
como en estudios geológicos, exploración minera, etc. Dichos métodos aprovechan los contrastes
existentes de determinadas propiedades del subsuelo como la resistividad, emisión de radiación natural,
velocidad de propagación de las ondas sísmicas, valor de la gravedad, etc. En algunos casos se puede
incluso establecer una relación entre estas propiedades medidas y determinados parámetros
hidrogeológicos.
De una manera general, la prospección geofísica puede definirse como una colección de técnicas que
permite llevar a cabo un estudio del subsuelo mediante la interpretación de curvas, mapas, modelos, etc.;
obtenidos de mediciones de unos parámetros físicos y su posterior proceso.
Es ampliamente aceptado que un estudio geofísico consta de varias etapas que podrían sintetizarse en:
❖ Planteamiento del problema
❖ Planificación de la campaña.
❖ Ejecución de las medidas
❖ Proceso de los datos
❖ Interpretación.
Y que los factores que hay tener en cuenta a la hora de plantear, planificar y ejecutar una campaña son:
❖ El deseado nivel de resolución
❖ Las condiciones del lugar
❖ Tiempo, fondos y recursos de procesado disponibles para la investigación
❖ Experiencia del equipo investigador
❖ Disponibilidad de otros datos complementarios: geofísicos, geológicos, hidrogeológicos, etc.
Los métodos geofísicos se pueden clasificar en función de si estudian respuestas a propiedades
naturales (densidad, [gravimetría], susceptibilidad (magnetometría), campos eléctricos y
electromagnéticos naturales [Magnetotelúrico], etc.); o si lo hacen con propiedades que surgen como
respuesta a su previa excitación con algún tipo de fuente exterior: velocidad de propagación de esfuerzos
(sísmica), resistencia al paso de la corriente eléctrica (eléctricos de cc), generación de campos
electromagnéticos (EMDT), la reflectividad de las ondas electromagnéticas por cambio de la constante
dieléctrica (radar), la cargabilidad (PI), resonancia magnética de los protones (SRM), etc.
Todos los métodos pueden ser aplicados en investigaciones hidrogeológicas, y no existe un método
universal que dé respuesta correcta en cualquier situación. Cada método tiene sus limitaciones y hay
que saber, en cada caso, elegir el adecuado. Es conveniente combinar varias técnicas geofísicas, ya que
cada una es sensible a una propiedad física diferente y potencia la información que proporcionan,
además de compensar los defectos inherentes de cada método.
Como recomendación debe indicarse que la geofísica nunca tendrá éxito en sus objetivos si se realiza
de un modo independiente, deberán ser simultáneamente congruentes el modelo geológico, el modelo
hidrogeológico conceptual y el modelo geofísico.
Las medidas geofísicas pueden realizarse desde el aire, a partir de la superficie o bien desde el interior
de un sondeo que se explora en toda su profundidad. Entre los métodos de superficie, nos centraremos
en los más comúnmente empleados en Hidrogeología: los métodos eléctricos de corriente continua, los
métodos electromagnéticos y el método de Resonancia Magnética. Entre los registros en sondeos (well
logging), hablaremos de los siguientes: Gamma natural (GR), Potencial espontáneo (PE). Resistividad
normal corta y larga (RNC, RNL), Resistividad lateral (RL), Conductividad de fluido (C), Registro de flujo
(flowmeter), Verticalidad y alineación del sondeo del sondeo (Calibre) y Video del sondeo.
L
R=ρ (Resistencia eléctrica)
S
L: longitud del conductor
S: sección del mismo
Los factores que influyen en la RESISTIVIDADES ORIENTATIVAS DE DIVERSOS TIPOS DE
resistividad eléctrica de una roca son ROCAS
principalmente la porosidad, la Roca Resistividad
conductividad del fluido que rellena los
Rocas ígneas y metamórficas
poros y la conductividad de la matriz de más de 1.000 Ω.m
inalteradas
la roca. En formaciones saturadas son Rocas ígneas y metamórficas
100 a 1.000 Ω.m
los dos primeros los que más influyen en alteradas o fuertemente diaclasadas
el valor de la resistividad; en el caso de Calizas y areniscas 100 a 5.000 Ω.m
la conductividad del fluido que rellena
Margas 1 a 100 Ω.m
sus poros, el aumento de salinidad de
ese fluido baja aún más la resistividad: Arcillas 1 a 10 Ω.m
un terreno seco es más resistivo que Limos 10 a 100 Ω.m
saturado de agua dulce, y éste es aún
Arenas 100 a 1.000 Ω.m
menos resistivo si está saturado con
agua salada. Gravas 100 a más de 1.000 Ω.m
La resistividad de una roca tiene un Tabla 2-1 Resistividades orientativas de diversos tipos de rocas.
campo de variación de unos tres
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Iglesias, A., Ortiz, G., Rodríguez, R., César, J.
órdenes decimales. Dado un valor de resistividad, no puede identificarse como correspondiente a un solo
tipo determinado de roca. Ahora bien, dentro de la extensión de terreno abarcada por una determinada
campaña geoeléctrica, el margen de variación es mucho más reducido y en general pueden identificarse
las rocas por su valor de resistividad. Tabla 2-1.
El método eléctrico de corriente continua se basa fundamentalmente en la inyección al terreno, de
una corriente eléctrica continua, mediante un motor generador o pilas, a través de unos electrodos (A, B)
que denominamos electrodos de corriente o de emisión; e investiga el campo eléctrico creado mediante
la medida de la diferencia de potencial que dicho campo produce entre dos electrodos (M, N), que se
denominan electrodos de potencial o de recepción.
El conjunto de electrodos AB y MN recibe el nombre de dispositivo electródico.
En principio, los cuatro electrodos pueden adoptar cualquier disposición geométrica sobre el plano que
representa la superficie del terreno. Figura 2-32.
En cualquier dispositivo:
∆V
ρa = K (Resistividad aparente)
I
K: coeficiente que depende únicamente de la geometría del dispositivo electródico.
∆V: diferencia de potencial entre los bornes.
I: intensidad de corriente que circula por la muestra.
La resistividad aparente es una resistividad ficticia que se obtiene aplicando a los datos obtenidos sobre
un medio heterogéneo, la expresión correspondiente a un medio homogéneo. Esta resistividad no puede
considerarse como promedio ni como media ponderada de las resistividades reales presentes, pues
puede ocurrir que sea mayor o menor que todas ellas. Esta variable es la base para la interpretación, y
su unidad será también el ohmio metro (.m).
En el caso general en que los cuatro electrodos están dispuestos de modo cualquiera sobre una
superficie plana se tendrá:
.I 1 1 1 1
V = − − +
2 AM BM AN BN
Luego:
−1
1 1 1 1
K = 2 − − +
AM BM AN BN
Los dispositivos más empleados son en los que los cuatro electrodos AMNB se encuentran, por este
orden, sobre una misma recta. Si además los cuatro electrodos se disponen simétricamente respecto de
un centro O, tendremos un dispositivo simétrico.
Los dispositivos de medida más corrientemente empleados son: Wenner, Schlumberger y Dipolo-Dipolo.
Figura 2-33. Todos ellos son dispositivos lineales y simétricos.
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Iglesias, A., Ortiz, G., Rodríguez, R., César, J.
varios hilos conductores). En la Figura 2-38 se muestra un esquema típico de la forma de llevar a cabo
las mediciones en 2D, con los electrodos dispuestos en un perfil según una línea recta.
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Iglesias, A., Ortiz, G., Rodríguez, R., César, J.
La Polarización Inducida (PI) está considerada como un método de corriente continua, y es utilizada
junto con los métodos eléctricos de corriente continua, siendo los equipos empleados prácticamente los
mismos.
La polarización inducida se produce al inyectar corriente al terreno a través de los electrodos de corriente,
lo que provoca una carga de tensión en los electrodos de potencial, que no desaparece de manera
inmediata al interrumpir la inyección de la corriente, sino que decae lentamente.
El método de polarización inducida mide este decaimiento del voltaje. Este efecto corresponde a un
fenómeno complejo que se produce cuando fluidos en espacios porosos de la roca entran en contacto
con: minerales de lustre metálico, grafito, arcillas u otros minerales producto de alteración;
desencadenando una transferencia electrónica entre estos materiales y electrolitos iónicos del medio que
los contiene (roca caja). Por tanto, el efecto PI refleja la habilidad de minerales, rocas o litologías de
actuar como una capacidad eléctrica.
Una vez suprimida la corriente, el voltaje medido a través de los electrodos no decae a cero
instantáneamente, sino que lo hace en el orden de mili-segundos a segundos. La Figura 2-40 ilustra la
curva de caída de potencial de retorno al estado original de un material, al cual se le aplicó una corriente.
Este método es utilizado en hidrogeología para distinguir si los conductores observados son de origen
arcilloso o tienen su origen en un aumento de la salinidad del acuífero, como sería el caso en acuíferos
costeros. Hoy en día, mediante la inyección de corriente a diferentes frecuencias de inyección se obtiene
el espectro de impedancias en términos de magnitud y fase, lo que se conoce como resistividad compleja,
denominándose el método de PI espectral, de uso entre otros en estudios de contaminación.
Figura 2-40 Medida de IP (Cargabilidad), a través del decaimiento de voltaje (según Reynolds).
Métodos electromagnéticos
Los métodos electromagnéticos son también de los más aplicados en estudios hidrogeológicos.
Los Sondeos Electromagnéticos en el Dominio del Tiempo (S.E.D.T.) son cada vez más empleados como
sustitutos de los clásicos Sondeos Eléctricos Verticales (S.E.V.) por su mejor productividad, mayor
profundidad de investigación con una implantación más sencilla, y mejor focalización de la respuesta,
reduciendo influencias laterales.
Las tecnologías de Sondeo EM en el Dominio del Tiempo (SEDT), son efectivas en la determinación de
la conductividad eléctrica en el subsuelo desde pocos metros hasta más de 1.000 metros de profundidad.
El método operativo SEDT se basa en hacer circular cíclicamente, en cortos periodos de tiempo, un
campo eléctrico alterno alrededor de una bobina transmisora o de un cable largo puesto a tierra. Durante
el periodo de conexión se origina un campo magnético primario estable en el subsuelo. Cuando se corta
la corriente que circula por la bobina transmisora, el campo EM inducido en el subsuelo causa corrientes
parásitas (EMF) que se propagan tanto a través del terreno, como en los conductores próximos. Estas
corrientes disminuyen con el tiempo, provocando un campo magnético secundario decreciente en la
superficie. Este campo magnético secundario se genera cuando el campo primario está desconectado,
y por tanto, se puede medir sin alteraciones y con facilidad.
Cuando en el subsuelo hay cuerpos de conductividad eléctrica elevada, la atenuación de las corrientes
parásitas es significativamente menor que en los malos conductores. Por tanto, la medida de la relación
de decrecimiento del campo secundario proporciona una forma de detectar la presencia de cuerpos
conductores en el subsuelo y estimar su conductividad.
El dispositivo de medida común consiste en situar la bobina receptora en el centro de la bobina emisora
(generalmente cuadrada), e incluso utilizar la misma bobina para las dos funciones. En esta
configuración, la medida del campo decreciente en el centro de la bobina es equivalente a la medida 1D
de la resistividad, en función de la profundidad (análoga al método de SEV en corriente continua). La
profundidad de investigación es función del retardo (delay time) del campo decreciente, y es
independiente de la separación entre las bobinas emisora y receptora. Al aumentar el tiempo, la
intensidad de corriente se propaga a mayores profundidades. El método es rápido (pocos minutos de
medida por cada sondeo) y permite alcanzar, en función de las dimensiones/geometría de las bobinas
(bucles) usadas y de la potencia del transmisor, desde pocas decenas de metros a más de 1000 m de
profundidad (se utiliza un gran dipolo transmisor y un generador de alta potencia).
El proceso de medición se repite varias veces, almacenando rápidamente las medidas con un proceso
sumatorio, que destaca los voltajes creados y tiende a anular el ruido de fondo de la zona. Aumentando
el periodo de la señal del emisor y/o el tiempo de medida, las corrientes inducidas alcanzan terrenos más
profundos, y proporcionan así una información sobre mayores profundidades.
El método SEDT puede ser utilizado con diferentes configuraciones. Las configuraciones más comunes
son con bucles del emisor y del receptor en modo central (bucles cuyo centro es el mismo), en modo
coincidente (mismo bucle) y en modo “offset” (bucles cuyo centro no es el mismo), igualmente se puede
utilizar como transmisor un cable largo puesto a tierra. Los valores de un sondeo SEDT se representan
en forma de curvas de variación de la resistividad aparente en función del tiempo, y su interpretación se
lleva a cabo de forma análoga a los de los SEV’s.
En estudios regionales, para la cartografía de acuíferos, se están empleando las medidas
electromagnéticas heliportadas, gracias a su adquisición más rápida de datos, con una gran precisión y
resolución, y porque permiten el acceso a cualquier tipo de terreno.
El método magnetotelúrico (MT) hace uso de la medición de los campos eléctrico y magnético naturales
en la superficie terrestre, alcanzando una profundidad de exploración que varía desde cientos de metros
(audiomagnetotelúrica AMT) a kilómetros (MT y MT de largo periodo). Pueden emplearse en la
determinación de la geometría y profundidad del acuífero, y en determinar la estructura de cuencas
sedimentarias. Si la fuente empleada es controlada, no natural, se denomina método magnetotelúrico de
fuente controlada (CSMT-CSAMT), con ello se mejora la resolución hasta unos 250 m de profundidad
(CSMT), lo que incrementa su posibilidad de uso en estudios hidrogeológicos. Este método ha
experimentado un rápido auge en las últimas décadas, ya que es más penetrativo que el GPR y con
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Iglesias, A., Ortiz, G., Rodríguez, R., César, J.
mayor capacidad de resolución que los métodos eléctricos de corriente continua. Actúa bien en suelos
conductores o zonas de alta reflectividad, donde tiene problemas el GPR. También se comporta bien en
terrenos altamente resistivos. El método CSEM es capaz de identificar zonas fracturadas en basamento
cristalino.
El contenido en agua también modifica sustancialmente la constante dieléctrica de las rocas, siendo, por
tanto, el radar terrestre (GPR) una técnica susceptible de ser utilizada en estudios hidrogeológicos.
Funciona bien en materiales de grano grueso y somero como arenas y gravas, pero de una manera muy
limitada en materiales de grano fino como limos o arcillas, o en presencia de agua salada que atenúa
fuertemente la señal. Este método permite obtener una resolución muy alta (centimétrica), pero con poca
penetración (hasta unos 20 m de profundidad en casos favorables de terrenos resistivos); puede
aplicarse para determinar la potencia de hielo en lagos helados, la profundidad de la roca inalterada, la
estratificación de suelos, la profundidad del nivel freático, detección de huecos y estudios de Karst.
Método sísmico
El método sísmico estudia la velocidad y la atenuación de las ondas sísmicas al viajar por el subsuelo.
Parte de estas ondas son devueltas a la superficie por diversos mecanismos (refracción, reflexión,
difracción). Además de las ondas P y S que viajan por el subsuelo, existe otro tipo de ondas, las
superficiales, que tienen lugar en las proximidades de una superficie que separa dos medios de diferentes
constantes elásticas, como es la interfase tierra-aire. Estas ondas se utilizan para averiguar la distribución
de velocidades de las primeras capas.
Las aplicaciones más comunes del método sísmico en hidrogeología son indirectas: apoyo en estudios
sedimentológicos y estratigráficos, localización de fallas y fracturas, evaluación de condiciones de Karst,
determinación de la profundidad y continuidad del basamento. La diferencia de densidad entre rocas
secas y rocas saturadas ha sido utilizada fundamentalmente para detección del nivel freático mediante
el método sísmico, ya que la variación de densidad modifica la impedancia acústica de las rocas
(producto de la velocidad por la densidad), y por lo tanto su coeficiente de reflexión. Se han efectuado
investigaciones encaminadas a determinar la permeabilidad de un reservorio mediante microsismicidad
inducida.
El problema de relacionar la atenuación y velocidad de las ondas sísmicas con propiedades
hidrogeológicas como la porosidad, la permeabilidad, tipo de fluido, está todavía en estudio, sin que hasta
el momento se hayan encontrado soluciones al mismo.
Método gravimétrico
La gravimetría es un método geofísico normalmente utilizado en investigación hidrogeológica para
cartografiar las estructuras del subsuelo de interés en la caracterización geométrica de los acuíferos,
basándose en la diferencia de densidad entre las rocas involucradas.
Aunque la influencia de la hidrogeología en las medidas geodésicas es conocida desde los años 1960,
ha sido desde al año 1995 cuando se ha comenzado a utilizar técnicas geodésicas como herramienta de
estudio hidrogeológico y movimiento de fluidos. Hasta ahora, esta variación de la gravedad debido a
diferentes contenidos en agua, solo se ha considerado en estudios geodésicos como un elemento que
puede perturbar las mediciones de gravedad absoluta de muy alta precisión.
La gravimetría se puede hacer aerotransportada y ello implica que se pueden realizar vuelos para obtener
perfiles paralelos. Estos, pueden dar una imagen en profundidad del basamento de una cuenca
sedimentaria, que es precisamente donde se encuentran los acuíferos de interés.
En cubetas sedimentarias detríticas con zócalos de rocas competentes suelen dar una imagen clara y
fiable de su geometría mediante la gravimetría aerotransportada.
Resonancia magnética
Los métodos basados en la resonancia magnética nuclear son ampliamente empleados en testificación
y en laboratorio para la caracterización petrofísica de la formación en exploración petrolera. Los Sondeos
de Resonancia Magnética son un método geofísico sensible a la presencia del agua y pueden
proporcionar información hidrogeológica de los acuíferos: eficiente detección del agua, información de la
geometría del acuífero y estimación de sus propiedades hidrodinámicas, con medidas desde la superficie.
La base del método es que mediante una corriente alterna de frecuencia, la de resonancia del protón de
hidrógeno, generada en una antena o bucle en la superficie, se produzca la excitación de los protones
del agua libre del subsuelo. Posteriormente, se mide en superficie el campo electromagnético secundario
generado por los protones al volver a su posición de equilibrio, el cual depende de la cantidad de protones
(agua), su extensión y su movilidad, pudiendo obtenerse estimaciones de la porosidad, permeabilidad y
transmisividad de la formación.
Este método, desarrollado inicialmente en Rusia a principio de los años 1980, se comenzó a conocer en
Europa occidental en los años 1990. Desde entonces se ha expandido a América y Asia. Ha probado ser
bastante útil y preciso en proyectos de caracterización de aguas subterráneas y aún está en desarrollo,
tanto de instrumentación, con la aparición de nuevos aparatos de medida en USA y China, que junto con
los que ya estaban en el mercado de Rusia y Francia, han mejorado la calidad en la adquisición de datos;
como en el desarrollo de ampliar el modo de medida de 1D a 2D y 3D. El uso de SRM puede sustituir la
realización de ensayos de bombeo, con el consiguiente abaratamiento que supone la disminución en la
necesidad de hacer sondeos.
Registros en sondeos
Las propiedades físicas que pueden medirse en un sondeo son las mismas utilizadas en la Geofísica de
Superficie: resistividad eléctrica, radioactividad natural, velocidad de las ondas sísmicas, densidad, etc.
Una ventaja es que proporcionan un registro continuo a lo largo de la zona del sondeo a estudiar, y que
estos datos informan del estado del terreno en el mismo momento en que se está midiendo. En
testificación, una misma propiedad puede medirse con distintos tipos de dispositivo.
Las medidas se relacionan con las propiedades físicas y químicas de las rocas alrededor del sondeo, del
fluido que satura los poros de la formación, las propiedades del fluido en el sondeo y su construcción.
Una de las ventajas que tiene es la posibilidad de medir varios parámetros en un mismo sondeo, lo que
proporciona una información más completa y eficaz.
Los registros en pozo pueden ser empleados en múltiples aplicaciones: Información estratigráfica y
estructural, identificación, correlación de formaciones, localización y caracterización de acuíferos, estado
del pozo, detección y análisis de fracturas, localización de entradas de agua y movimiento del fluido,
determinación de la porosidad y permeabilidad de la formación, etc.
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Iglesias, A., Ortiz, G., Rodríguez, R., César, J.
Pueden usarse para establecer líneas base de las características de un acuífero o identificar movimientos
de plumas de contaminación a través de una red de sondeos. Pueden aportar importantes datos de
calibración de parámetros. Algunos de los registros en sondeo (p.e. sísmico, resistividad), pueden
emplearse en la interpretación de campañas de superficie, a modo de calibración. Proporcionan una
información precisa 1D de parámetros físicos que pueden hacerse extensibles a un área mayor mediante
geofísica de superficie, con tan solo realizar medidas de superficie sobre el sondeo testificado.
El registro de sondeos en estudios hidrogeológicos normalmente es sencillo de hacer y no requiere el
desplazamiento de grandes aparatos, no sucede lo mismo para sondeos profundos, como por ejemplo
para exploración de hidrocarburos. Simplemente se requiere un trípode pequeño con polea que se sitúa
sobre el brocal del sondeo y desde el cual baja una sonda, con los sensores correspondientes, a una
velocidad constante más bien baja. El cable de la sonda con sensores llega a un todoterreno, donde está
el carrete del cable y se recogen los datos en un ordenador que imprime los resultados.
Ver esquema de la Figura 2-41 y log real de la Figura 2-42.
Figura 2-41 Esquema de logs de γ, RS, C y PE. Figura 2-42 Fragmento log real γ, RS y PE.
arenas y las calizas tienen una resistividad alta, dependiendo de su saturación y fracturación, mientras
que arcillas, margas y limos tienen un carácter menos resistivo. La calidad del agua de formación afecta
a estas medidas, así p.e., una caliza con alto contenido en sales muestra resistividades muy por debajo
de lo que correspondería a una caliza con aguas sin excesiva carga salina. Este registro no puede ser
realizado en pozos entubados.
El registro de inducción, se basa en el empleo de sondas que disponen de bobinas transmisoras y
receptoras de campo electromagnético (como en superficie). Proporciona el valor de la conductividad de
la formación, inverso al de la resistividad. Tiene la ventaja con respecto al de resistividad que al ser un
método inductivo puede realizarse en pozos con fluido de sondeo no conductor y/o con entubación no
metálica (p.e. PVC). En zonas en las que la calidad del agua tiene una mayor concentración en sales, la
conductividad crece extraordinariamente y ello permite detectar zonas salinas. Comparando este registro
con el gamma natural, se observan desplazamientos en el mismo sentido, pero en el registro de
conductividad habrá, en las zonas salinas, un desplazamiento extraordinario en el sentido de incremento,
desmarcándose de la evolución gamma. Esto permite conocer las formaciones y tramos en los que existe
agua salina.
El registro de potencial espontáneo (PE) se basa en medir entre dos puntos, uno en superficie y otro
en la sonda que va recorriendo el sondeo, y se mide cual es la diferencia de potencial eléctrica generada
de forma natural en el subsuelo. La sencillez del equipo que precisa (un voltímetro), así como la facilidad
de implementación en el campo, justifican la descripción de este método. El origen de estos campos
eléctricos naturales (potenciales espontáneos) está asociado a diferentes fenómenos, como, por
ejemplo, a las variaciones de las propiedades del terreno (cambios de humedad, de su química, etc.), la
presencia de cuerpos metálicos, actividad biológica de la materia orgánica, etc.
Los valores de potencial espontáneo más altos, los dan las arcillas, margas y limos, mientras que los
más bajos, les dan calizas gravas y arenas, siendo los desplazamientos acordes con el sentido de
desplazamiento de conductividad y gamma, e inversos al de resistividad. Este registro es empleado para
detectar capas permeables, correlacionar capas, determinar valores de resistividad del agua de la
formación, etc.
El video de un sondeo es simple e intuitivo: consiste en una cámara de video especial que se introduce
en el sondeo y proporciona imágenes del mismo, pudiendo detenerse y ampliar la imagen y obtener fotos
de la zona de interés. El resultado es un video del interior del sondeo que permite ver todo tipo de
anomalías en el entubado, como roturas, oxidación, concreciones calizas y ferruginosas, etc.
Las sondas de flujo (ya sea de tipo molinete, de pulso eléctrico u otros sistemas), permiten determinar el
movimiento del fluido en el interior de un pozo, pudiendo registrar caudales, velocidades y sentidos de
movimiento, lo que permite determinar entradas y o pérdidas de fluido o estudiar casos de acuíferos
múltiples y/o confinados.
Otro registro muy útil para conocer el estado y estabilidad del sondeo, así como su verticalidad es el de
calibre (Caliper). La comprobación de la verticalidad y alineación de un sondeo se realiza con esta sonda,
que tiene un sistema de varias patas desplegables (1, 3 o más) que van siguiendo las variaciones del
diámetro de la perforación. Ello permite detectar derrumbes con cavernas, estrechamientos por empujes
del terreno y colapsos parciales, etc. También se emplea como control de calidad, para la corrección de
otros registros del efecto de variación del diámetro del sondeo.
Y, por último, la sugerencia final: la geología, hidrogeología y geofísica deben coincidir de un modo
congruente, porque los mejores resultados se consiguen con un trabajo en equipo.
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Iglesias, A., Ortiz, G., Rodríguez, R., César, J.
Precipitaciones
Controles climáticos Temperaturas
Otros
Aforo de fuentes
Aforo en cauces
Controles de cantidad
Niveles piezométricos
Control de extracciones
Los controles climáticos son suministrados por organismos diferentes a los que realizan la investigación,
pero según el caso, suele ser conveniente completar la zona con alguna estación termopluviométrica
propia que permita ajustar los datos de precipitación y evapotranspiración.
En lo referente a los controles de cantidad, debe admitirse que tal vez sean los de mayor interés en la
investigación del acuífero. Los controles de los caudales de las fuentes dan la medida de las aportaciones
del acuífero a lo largo del tiempo y para años de distintas características climáticas: medios, secos y
húmedos. Los controles de aforos de caudal en cauces permiten la obtención de los hidrogramas
(evolución de caudales con el tiempo) y en estos es posible estimar qué parte son aguas superficiales y
qué parte son aguas subterráneas. Ello permite ver la evolución de las aportaciones de los acuíferos a
lo largo del tiempo. Especialmente valiosos para este logro son los denominados aforos diferenciales,
consistentes en realizar controles de aforos en cauces antes de entrar en río en el acuífero y a su salida,
porque ello permite la estimación de la pérdida o ganancia de aportaciones hídricas del acuífero a causa
del río y sus características de influencia o efluencia.
El más habitual de los controles de cantidad, y seguramente el más común de todos los controles, es el
control de la piezometría del acuífero. El análisis de las variaciones piezométricas, en el tiempo y
principalmente tomando medidas en épocas húmedas y en estíos, aporta una información valiosísima a
la investigación hidrogeológica. La piezometría es, de hecho, el observador vigilante de las reacciones
del acuífero frente a las precipitaciones y, por ello, permite estudiar cómo es la recarga del acuífero, cuál
es su intensidad y cuánto tarda en producirse desde que la lluvia acontece. Al mismo tiempo, el análisis
de la evolución piezométrica permite conocer las reacciones del acuífero frente a las explotaciones, y en
ausencia absoluta de lluvias, su capacidad de embalse subterráneo a las distintas profundidades.
El control de extracciones, o la estimación de las extracciones en base a parámetros del uso del agua,
consumo eléctrico u otros, es también un parámetro de notable importancia, especialmente para ajustar
con mayor fiabilidad los balances de los acuíferos. Este tipo de control resulta difícil y complejo de hacer
y por ello es menos frecuente a pesar del interés de la información que aporta.
Los controles de calidad deben también hacerse, pues son indiciarios de puntos y zonas con procesos
modificadores de la calidad del agua, así como que condicionan las posibilidades de uso del acuífero.
Los controles de calidad, como se indica en el cuadro, son en principio generales con el análisis de los
iones mayoritarios existentes en el agua y otros de tipo específico, dedicados a suministrar información
sobre zonas contaminadas o con fenómenos capaces de variar la calidad natural del agua subterránea.
➢ Geología
➢ Fotogeología
➢ Parámetros
➢ Caudales
➢ Funcionamiento
➢ Inventario
➢ Sondeos de exploración
➢ Geofísica
➢ Controles iniciales.
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Iglesias, A., Ortiz, G., Rodríguez, R., César, J.
antiguos, la geología puede jugar un papel significativo. En los detríticos antiguos plegados, puede haber
sucesión de permeable/impermeables detectados en los afloramientos correspondientes, y es posible
conocer la serie e interpretar en profundidad. La estratigrafía es menos compleja que la anterior.
La foto aérea es de suma utilidad en los valles aluviales, pues permite una delimitación muy exacta del
acuífero, su uso es imprescindible, incluso con foto sin par estereoscópico (Google Earth). Siempre hay
algún dato que permite estimar el espesor de las terrazas, aunque de forma global y aproximada. Sin
embargo, su utilidad en las fosas tectónicas es más baja, pues salvo ayudar a delimitar los bordes amplios
de la fosa y diferenciar los tramos detríticos y evaporíticos, poco más puede hacer de un modo autónomo.
De todos modos, cierto es que un experto en cartografía con experiencia en foto aérea con pares
estereográficos, puede llegar a diferenciar la litología, sobre todo si ha tenido un buen apoyo de campo.
En los tramos eólicos la fotografía aérea de pares estereoscópicos es útil en su apoyo a la cartografía
geológica.
Parámetros. La permeabilidad es alta en los valles aluviales, pero en general el poco espesor hace que
no se obtengan pozos demasiado importantes, aunque útiles para solucionar problemas locales. El efecto
contrario se produce en las fosas tectónicas rellenas de material detrítico, donde con permeabilidades
globales bajas se pueden obtener, según sean los casos, pozos caudalosos dado que los espesores de
materiales detríticos son altos. En los restantes detríticos, como son arenas y areniscas la permeabilidad
es función de la existencia de finos en las arenas y del grado de compactación, suelen en general, tener
valores medios. En todos los casos descritos, las porosidades son altas, como corresponde a los medios
granulares.
Los caudales en estas formaciones son, como ocurre en la mayoría de los casos, muy variables, pero
suele ser frecuente en aluviales caudales de 2 a 5 l/s que en los mejores casos pueden llegar a 15 a
20 l/s. Caudales mayores ocurren en casos excepcionales. En las fosas detríticas debido a la alternancia
de arenas, limos y arcillas, los caudales medios pueden estar entre 5 y 15 l/s y pueden subir de15 a 40 l/s
en los sitios adecuados de la deposición detrítica y subir a los 60 l/s en tramos y circunstancias
excepcionales.
Funcionamiento. La recarga y descarga para estos tipos de acuíferos es diferente. En los valles
aluviales la recarga se reparte entre infiltración por agua de lluvia e influencia de los ríos mientras que la
descarga es por efluencia de ríos en los tramos bajos del valle, además de los pozos de bombeo si el
acuífero estuviera explotado. Exactamente igual ocurre en las fosas tectónicas rellenas de material
detrítico, aunque la influencia de la infiltración del agua de lluvia sea superior a la recarga de ríos en los
tramos altos dentro del acuífero. La descarga es principalmente por los ríos en los tramos más bajos de
la fosa y por los sondeos de explotación si los hubiera. En los detríticos eólicos son las principales
entradas, la infiltración de la lluvia y las recargas de ríos, mientras que las salidas suelen ser por descarga
a los ríos, fuentes y posible explotación.
El inventario de puntos de agua se realiza en los valles aluviales solo de pozos, y en su caso, sondeos;
no suele haber fuentes, ni suele ser útil el aforo de ríos por las diferencias que suele haber entre las
aportaciones de agua superficial y subterránea. En los aluviales suele haber pozos excavados y sondeos
que se interrumpen al llegar al zócalo. Son fáciles de inventariar, caminos llanos, pozos próximos y pozos
anchos que permiten introducir sondas y medir niveles con facilidad. Se pueden hacer inventarios
exhaustivos con datos que permitirán dibujar isopiezas y analizar su funcionamiento y a la vez poder
estimar transmisividades y obtener una distribución espacial de estas. En las fosas detríticas el tema
cambia, los pozos superficiales son esporádicos y, en general, carecen de interés. Se deben inventariar
los sondeos profundos que suelen ser más difíciles de medir por tener ocupada la entubación por la
tubería de impulsión. Son importantes los datos de caudales y las depresiones si fuera posible. Es la
forma de conocer a grandes rasgos las posibilidades del acuífero y las “zonas dulces” donde la
abundancia de pasadas arenosas o la especialmente gruesa granulometría, permite el logro de mayores
caudales. El inventario a nivel de comunicaciones no es tan favorable como en los aluviales, pero, aunque
las dificultades aumentan, sigue siendo razonablemente asequible. En las arenas eólicas y plegadas hay
que seleccionar los pozos o sondeos que las penetren y por ello en general habrá que inventariar todos
los sondeos de suficiente profundidad. Es importante extraer datos de caudales orientativos y las
profundidades a las que se encuentra el detrítico.
En términos generales se deben rellenar el máximo número de datos posibles y buscar la calidad de la
información, hoy día no se debe hacer un inventario sin sonda de calidad, GPS y altímetro de precisión.
Sondeos de exploración. En los aluviales suelen tener poca importancia, salvo para conocer la
profundidad del fondo y usarlos como paramétricos de la geofísica. En las fosas detríticas si es
interesante efectuar algún pozo de reconocimiento bien realizado, que permita conocer la frecuencia de
pasos arenosos, permeabilidades y caudales, así como profundidades aconsejables para la explotación
y en cualquier caso deben ser usados como paramétricos en una posible geofísica. En los acuíferos de
mantos eólicos de arenas y areniscas, deben hacerse sondeos para comprobar profundidades en el
espacio, para ser paramétricos de la geofísica, y para hacer pruebas de bombeo que permitan conocer
caudales posibles.
Geofísica. En los aluviales suele ser muy cómoda y sencilla la geofísica eléctrica resistiva trazada en
perfiles transversales al valle. Permite conocer el nivel de base del aluvial con una gran precisión y por
ello, dado que las formas de superficie pueden cartografiarse con foto aérea con gran exactitud, se tiene
una muy ajustada geometría del acuífero. Los sondeos eléctricos verticales (SEV), y más recientemente,
la tomografía de resistividad eléctrica (ERT) aplicados en las terrazas cuaternarias son rápidos, sencillos,
baratos y aportan mucha información, especialmente a la tomografía, pues se obtienen secciones 2D y
3D de resistividad con gran resolución. Otros métodos como los sondeos electromagnéticos en dominio
de tiempos (SEDT) o en dominio de frecuencias (conductivímetros superficiales), y sobre todo, los
sondeos de resonancia magnética nuclear, son de creciente aplicación. Mucho más compleja, costosa y
menos útil, es la geofísica en las grandes fosas tectónicas, pues a mayor profundidad de investigación,
la resolución obtenible es menor. En realidad, se puede obtener la forma de la cubeta entera con
gravimetría, sísmica y electricidad-electromagnetismo, pero la constitución de la manera íntima de ser
del acuífero, a medida que se profundiza, las capas de arenas entre arcillas, la frecuencia de tramos
arenosos, etc., presentan serias dificultades a la interpretación de detalle. En los mantos eólicos y
plegados, puede emplearse tomografía eléctrica, SEV, electromagnético y resonancia magnética para
detectar las profundidades de las capas arenosas.
Los controles iniciales siempre deben formar parte de la investigación por toda la información que
suministran y porque el “dato de control que no se tome, ya nunca se tendrá”. En los aluviales, el control
fundamental es el piezométrico, que permitirá ver las zonas de influencia y efluencia para las distintas
épocas del año, principalmente época de lluvias y estío. También los aforos diferenciales permiten
comprobar este último término, pero no son eficaces dado que la componente de agua subterránea suele
ser pequeña comparada con la que lleva el río. En las fosas tectónicas, se pueden hacer controles de
piezometría y calidad. En la piezometría deben tenerse en cuenta las diversas profundidades de los
pozos o piezómetros de control, así pueden y deben hacerse isopiezas para sondeos poco profundos y
para los datos piezométricos de sondeos profundos. En la calidad, se deben hacer análisis de iones
mayoritarios salvo zonas concretas conocidas, donde se requiera el seguimiento de algún otro parámetro.
Los aforos que deben realizarse son paramétricos, es decir; aforos de pequeñas porciones de acuíferos
117
Iglesias, A., Ortiz, G., Rodríguez, R., César, J.
que permitan conocer la escorrentía subterránea en ellos. Al mismo tiempo se evalúan métodos
empíricos de estimar la recarga y se ve qué método empírico refleja mejor las recargas en la zona. Ese
método empírico se extiende a la totalidad del acuífero.
En mantos detríticos eólicos y plegados, se debe, y es útil, hacer controles de piezometría, calidad, y
aforos diferenciales y de fuentes.
compartimentados tendrán puntos de drenaje para cada bloque. En cualquier caso, los dos tipos de
acuíferos pueden tener descargas por bombeos.
El inventario de puntos de agua debe extenderse tanto a pozos y sondeos como a manantiales. Los
manantiales en los acuíferos compartimentados suelen tener particular importancia para la delimitación
y cuantificación hídrica de los bloques. El inventario debe extenderse principalmente a sondeos
profundos, que en el caso del acuífero sinclinal, debería extenderse a la totalidad del acuífero y dar datos
para conocer o poder estimar la profundidad a la que se encuentra la formación carbonatada en cada
punto, así como un orientador de los caudales, que se ceden como media a lo largo de la estructura. En
el inventario de los acuíferos tectonizados es de interés conocer en qué bloque se encuentra el sondeo
inventariado. El inventario en los acuíferos carbonatados es una herramienta de investigación prioritaria,
porque suministra información sobre los caudales en el espacio, la situación en profundidad de las
calizas, y con frecuencia la compartimentación en bloque. Hacer inventario en este tipo de formaciones
suele ser mucho más costoso por topografía, que en las detríticas. Los sondeos tienen un control difícil,
como en la mayoría de los sondeos, por falta de espacio para introducir con comodidad los aparatos de
medida, pero en general más fáciles de controlar que en los detríticos.
Sondeos de exploración. En las calizas suele siempre ser interesante y muy conveniente hacer
sondeos de exploración, en especial si no se ha conseguido un inventario importante por falta de
captaciones de explotación del acuífero. En todos los casos, permitirán investigar las posibilidades de
caudal, la situación en profundidad de las calizas y servirán como sondeos paramétricos a la geofísica.
En el caso de los sinclinales, ayudarán a conocer su tendencia y profundidad, y en el caso de los
tectonizados, a la identificación de algún bloque. Estos sondeos suelen ser menos complicados que los
que se hacen en detríticos profundos a pesar de la dureza de las calizas. El equipado de estos sondeos
se reduce en realidad a entubado y zona filtrante, constituida en muchas ocasiones por ranurado a
soplete (no siempre).
Geofísica. En las calizas de sinclinales suaves, los métodos electromagnéticos (EMDT o SEDT) son de
uso frecuente y los más indicados en este tipo de ambiente, usualmente de alta resistividad superficial.
Cuando es posible disponer de bajas resistencias de contacto, también son de interés los métodos de
corriente continua como la tomografía de resistividad eléctrica, que proporciona resolutivas imágenes 2D
(y eventualmente 3D) de la distribución de resistividad. Son útiles para conocer la profundidad y espesor
de las formaciones calizas. Lo normal es trazar los perfiles perpendiculares al eje de la cubeta y poder
así seguir su forma y hundimiento. En los acuíferos calizos tectonizados, se pueden usar las mismas
técnicas, pero debe asumirse que en muchas ocasiones la interpretación es más compleja, tanto por el
buzamiento de los materiales, como por la falta de continuidad debida a la fracturación.
Controles iniciales. Seguramente son los acuíferos donde los controles iniciales aportan una mayor
información. En los sinclinales calizos, son muy importantes los aforos de fuentes y los aforos
diferenciales en ríos, pues son los determinantes de la evaluación de la recarga. Conviene un control
piezométrico con una red tupida, dado que con frecuencia si la explotación avanza, se acabará haciendo
un modelo de flujo en el acuífero. Además, una red de control de calidad, que debería analizar, en
principio, iones mayoritarios y en presencia de determinados problemas, análisis específicos. En los
acuíferos carbonatados tectonizados y plegados se deben controlar principalmente fuentes para tratar
de diferenciar, bloques, y con criterios muy claros, aforos diferenciales. La piezometría no podrá hacerse
con continuidad por culpa de las compartimentaciones, si se pueden conocer los bloques, se debe
colocar algún piezómetro por bloque y vigilar, en ellos la calidad del agua.
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Iglesias, A., Ortiz, G., Rodríguez, R., César, J.
pozos capaces de dar caudales que varían de 3 a 10 l/s, en función del tipo de roca intrusiva original y
del clima (en climas áridos el intemperismo es principalmente físico y da lugar a arenas); en climas
húmedos el intemperismo es predominantemente químico y se generan arcillas. En las rocas volcánicas
y como norma en las formaciones de basaltos antiguos los caudales son muy bajos incluso por debajo
de 0,5 a 1 l/s, pero en zonas donde estas rocas son recientes y multifracturadas pueden llegar a caudales
mayores a 50 l/s.
Funcionamiento. Conocer correctamente el funcionamiento hidrogeológico de las rocas plutónicas, es
complejo porque los acuíferos se forman en zonas fracturadas cuya delimitación es difícil y requiere de
estudios geológico-estructurales detallados. La entrada es por infiltración directa del agua de lluvia a
través de las fracturas, y las salidas por algún manantial, drenaje a un río o arroyo y posibles bombeos
si los hubiera. En las formaciones volcánicas permeables, no suele haber ríos dado que la permeabilidad
de los materiales hace que el agua de lluvia sufra una inmediata infiltración.
El inventario. En las rocas plutónicas los pozos suelen ser profundos; sus caudales muy bajos,
normalmente menores a 10 l/s, con excepción de las zonas en donde se interceptan fracturas o fallas;
en estos casos los caudales pueden ser altos, pero disminuyen con relación al tiempo, debido a que las
fracturas normalmente no están interconectadas.
En áreas en donde la meteorización ha generado un espesor importante de sedimentos residuales, los
acuíferos que se forman pueden abastecer a pozos poco profundos cuyo caudal dependerá del tipo de
intemperismo que los originó (caudales menores en donde las rocas intrusivas fueron de composición
básica y la meteorización fue química, debido a que se tendrán arcillas; y caudales mayores cuando las
rocas plutónicas fueron ácidas y el intemperismo predominante fue físico).
En las rocas volcánicas se suelen tener tanto pozos profundos como poco profundos; los caudales en
las rocas como los basaltos son mayores que los que se pueden extraer de las rocas como las riolitas y
las ignimbritas ácidas; aunque la cantidad de agua siempre estará en función directa del grado de
fracturamiento.
Geofísica. Los métodos de exploración geofísica en las rocas volcánicas son similares a los que se
emplean tradicionalmente en la hidrogeología, y son los que utilizan como fuente a la energía eléctrica o
electromagnética; en la actualidad (fecha en que se publica este libro), el método de exploración más
frecuente son los sondeos transitorios electromagnéticos en el dominio del tiempo (TEM); estos métodos
se han generalizado porque con bobinas de dimensiones reducidas se pueden lograr grandes
profundidades de exploración.
Cuando se busca explorar un acuífero somero se pueden utilizar también las tomografías de resistividad
eléctrica (ERT) y los EMDT-SEDT; estos suelen ser útiles para explorar en la parte meteorizada de las
rocas plutónicas, para delimitar la zona fracturada superior o bien el espesor de los sedimentos
residuales.
Es común que en libros de geofísica se reporten valores tipo para correlacionar resistividades contra
tipos de materiales, sin embargo un mismo material geológico puede variar mucho en sus valores de
resistividad, pues estos dependerán del grado de fracturamiento, meteorización, así como de la salinidad
del agua que contengan; por esta razón no es recomendable clasificar a “priori” los valores obtenidos en
la geofísica y para tener una correlación adecuada se recomienda tener un profundo conocimiento de la
geología de la zona y de la salinidad del agua que se pueda esperar tengan los materiales, o bien de que
estos lleguen a ser tan poco permeables que estén secos.
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Iglesias, A., Ortiz, G., Rodríguez, R., César, J.
Sondeos de exploración. En las rocas plutónicas sanas (no alteradas por meteorización) y en las rocas
volcánicas, se recomienda de forma previa a la perforación de un pozo, realizar estudios geológicos y
geológico estructurales detallados, con objeto de seleccionar el sitio en donde varios sistemas de
discontinuidades se intercepten; en estos sitios se deberá posteriormente realizar exploración geofísica
para determinar la profundidad de perforación del o los pozos exploratorios.
Controles iniciales. Para conocer el comportamiento del acuífero ante la extracción de agua, es
recomendable llevar un control de los niveles de agua en los pozos existentes y comparar su variación
con los eventos de lluvia, de esta forma establecer el grado de conexión de las fracturas y fallas, así
como la velocidad con la que se da la recarga, la cual en mucho dependerá de la heterogeneidad del
medio, de que se tenga un acuífero o un sistema acuífero (acuífero multicapa).
CÁRSTICOS FISURADO
SINCLINALES TECTONIZADOS PLATÓNICOS VOLCÁNICOS
Es muy útil para Es muy útil para
Es muy útil para Es útil para
interpretación 3D. En detección de
GEOLOGÍA detección de detección de
ocasiones no bloques. Suele ser
fracturas fracturas.
demasiado compleja difícil
Útil para contar y Útil para contar y
FOTO AÉREA Útil Útil
medir fracturas medir fracturas
Permeabilidades
Permeabilidades Permeabilidades Permeabilidades
medias-bajas y
PARÁMETROS altas y porosidades altas y porosidades medias-bajas y
porosidades
bajas bajas porosidades bajas
bajas
Muy altos y medios Muy altos y medios
CAUDALES Bajos Bajos
altos en general altos en general
Entradas:
Entradas: Entradas:
Entradas: Infiltración Infiltración.
Infiltración y Infiltración. Salida:
FUNCIONAMIENTO y laterales. Salida: Salida: ríos,
laterales. Salida: ríos, fuentes y
ríos y fuentes fuentes y
ríos y fuentes bombeos
bombeos
En principio pozos En principio
Sondeos profundos
Sondeos profundos no muy profundos pozos no muy
por los bloques. No
no muy difíciles de salvo profundos salvo
suelen estar
INVENTARIO controlar. Interesa excepciones. excepciones.
comunicados, poco
seguir la estructura Inventario Inventario
tupido. Importantes
sinclinal. Fuentes. orientador de orientador de
fuentes
caudales caudales
Sondeos para ver
Sondeos para ver Algún sondeo Algún sondeo
caudales y
SONDEOS caudales y usar para ver caudales para ver caudales
agotamientos y usar
EXPLORACIÓN paramétricos de y profundidades y profundidades
paramétricos de
geofísica de la fracturación de la fracturación
geofísica
SEV y EMDT
para delimitar
SEV para detectar SEV y EMDT para
No siempre puede zona de
GEOFÍSICA profundidades y delimitar zona de
ayudar fracturación. A
EMDT fracturación
veces inútiles por
poco contraste
Aforos ríos y
Aforos, ríos y
fuentes. Algún Pocos puntos de Pocos puntos de
CONTROLES fuentes. Piezometría
punto orientador de control control
INICIALES y calidad. Conviene
piezometría y piezométrico piezométrico
red tupida
calidad
Tabla 2-3 Resumen Orientativo para la exploración hidrogeológica en medios Cársticos y Fisurados.
123
AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
Capítulo 3
Ciclo hidrológico. Balance de agua. Evaluación de aportaciones y recarga de
acuíferos. Tratamiento de datos. Métodos empíricos y métodos de cálculo directo
sobre las curvas de agotamiento de hidrogramas. Balance de agua en el suelo.
Lluvia útil y demanda de agua para regadíos
3.1 El agua en el planeta. Ciclo hidrológico
3.2 Balance de agua. Evaporación, evapotranspiración y escorrentía superficial y subterránea
Entradas hídricas
Salidas hídricas
Balance entradas-salidas
3.3 Los datos para la evaluación de las escorrentías. Precipitación, temperatura y caudales
3.4 Tratamiento de datos. Contraste, corrección y completado de series hidrológicas y climáticas
Análisis previo
Contrastar
Corregir
Completar
Restituir
Análisis de variabilidad
Definición de años tipo
3.5 Métodos de cálculo de la escorrentía mediante la estimación de la evapotranspiración potencial.
Métodos de Thornwaite, Blaney Criddle, Penman, Turc y Coutagne
Método de THORNTHWAITE
Método de BLANEY CRIDDLE
Estimación de la ETR anual. Fórmula de TURC
Estimación de la ETR anual. Fórmula de COUTAGNE
3.6 Evapotranspiración real y lluvia útil. Balance de agua en el suelo
Retención del agua en el suelo
Balance de agua en el suelo
3.7 Drenaje de acuíferos. Hidrogramas. Ecuaciones principales. Cálculo de la escorrentía superficial
y subterránea por descomposición del hidrograma
Drenaje de acuíferos
Hidrogramas
Métodos de descomposición del hidrograma
CAPÍTULO 3
Ciclo hidrológico. Balance de agua. Evaluación de aportaciones y recarga de
acuíferos. Tratamiento de datos. Métodos empíricos y métodos de cálculo directo
sobre las curvas de agotamiento de hidrogramas. Balance de agua en el suelo.
Lluvia útil y demanda de agua para regadíos
sequía de 1972. La escasez general sufrida a escala mundial, en la producción agrícola del citado año
de 1972 fue un anuncio de los problemas que aguardan a la humanidad si no se emplean los recursos
de agua de una manera más eficiente.
Las dificultades tuvieron su origen en
el déficit de unos 400 km3 de agua en
la parte continental del ciclo del
agua, lo que produjo una
disminución en la recolección de
cereales de unos 35 millones de t.
Las cifras de la Organización
Mundial de la Salud sobre las
personas que mueren de hambre en
el mundo cada año, son dispares y
oscilan entre 12 y 24 millones.
¿Cuántos murieron en el año 1972?
La falta de estadísticas socorre en
esta ocasión a los técnicos y a los Figura 3-3 Ciclo hidrológico. Balance hídrico del Planeta.
políticos. Porque, en definitiva, si se
analizan los motivos de esta crisis de alimentos no puede por menos que denunciarse la falta de previsión
y planificación que en materia de aguas se mueve la humanidad.
Sobre la parte habitada del continente, solo podría contarse con 22.500 km3 y desde luego tampoco
éstos podrían ser utilizados en su totalidad, por motivos diversos como agua retenida en el suelo, grandes
avenidas, etc. Sin embargo, ¿cuál es la importancia del déficit de 400 km3, que originó la catástrofe,
frente a la magnitud de las cifras que se han reseñado? Sencillamente insignificante. Un adecuado
planteamiento en la regulación de las aportaciones hídricas podría evitar en el futuro catástrofes como la
acontecida en 1972.
Y, sobre todo, produce vértigo pensar que mientras un sector de la población mundial estaba azotado
por la sequía, el hambre y la muerte; debajo de sus pies, solo en los treinta primeros metros del subsuelo,
de la parte poblada de los continentes, existían almacenados 45.000 km3 de aguas subterráneas,
capaces de cubrir durante 15 años las necesidades totales actuales de toda la humanidad. Estas
reservas de agua almacenada se encuentran distribuidas sobre el 25 % de la superficie habitada del
Planeta.
Esta reflexión habla por sí sola y se perfila la realidad de que, para el futuro, es posible resolver los
problemas del agua para todo el mundo; pero para lograrlo, existe la necesidad de realizar una gestión
adecuada de los recursos hídricos que permita utilizar indistintamente las aguas superficiales y
subterráneas, según los casos, que proteja la calidad de ambos y que acometa con decisión y sin timidez
los trasvases de agua de las zonas excedentarias a las deficitarias.
Ante estos planteamientos, surge la necesidad de una herramienta cardinal que ordene los medios
técnicos, económicos, administrativos y legales, que permita pasar de la situación actual a una futura
deseable: El Plan Hidrológico. Pocos países disponen de una planificación hidrológica eficaz y coherente.
En España sí existe y gracias a ello y a su potente organización, es posible mantener usos del agua
extraordinarios para un país donde abundan las zonas semiáridas.
La situación futura deseable debe ser una decisión. Cuando se planifica, el futuro no se adivina ni se
extrapola; se decide. Y esta decisión, no será nunca una decisión técnica. Tiene un marcado acento
político. Se entiende por regulación la adaptación de las escorrentías a la estructura de las necesidades
en cantidad, calidad, espacio y tiempo, haciendo uso de los “elementos de regulación” en los “Sistemas
de Recursos Hidráulicos”. No se trata de conseguir caudales continuos en el tiempo (REGULARIDAD),
sino caudales acordes con las necesidades (REGULACIÓN), (Heras, R, 1972 y 1976 y Custodio, E 1976).
Los Sistemas de Recursos Hidráulicos, son el conjunto de elementos de suministro, regulación,
transporte, distribución, protección de la calidad y control, que permiten cumplir unos fines en materias
referentes al manejo de recursos, aportaciones y retornos del agua (Sahuquillo, A., 1983 y Yevjevich, V.,
1983). El sistema de recursos hidráulicos, puede ser SUPERFICIAL (embalses, conducciones, redes de
distribución, estaciones de aforo, etc.) y SUBTERRÁNEO (acuíferos, piezómetros, estaciones de aforo
diferencial, pozos de bombeo, etc.).
El uso conjunto o la utilización conjunta se puede definir como, la satisfacción de las necesidades
hídricas, haciendo uso de aguas de origen superficial o subterráneo, con una estrategia predefinida, para
lograr una mayor regulación, garantía, economía, distribución social de la riqueza, protección de la
calidad o conservación del medio ambiente.
Como tal balance tiene, en primer lugar, que definirse los términos y fenómenos de entrada y salida, y el
resultado general, que serían los superávits o los déficits.
En la Figura 3-4. Se muestra un esquema para la comprensión del balance hídrico y la generación de
aportaciones.
Entradas Hídricas
Precipitación. La entrada de agua en el balance es básicamente la precipitación, que debe ser entendida
como cualquier producto de la condensación del vapor de agua atmosférico que se deposita en la
superficie de la Tierra. Ocurre cuando la atmósfera (que es una gran solución gaseosa) se satura con el
vapor de agua, el agua se condensa y cae de la solución (es decir, precipita). El aire se satura a través
de dos procesos: por enfriamiento y añadiendo humedad. La precipitación, que alcanza la superficie de
la tierra, puede producirse en muchas formas diferentes, como lluvia, lluvia congelada, llovizna, nieve,
aguanieve y granizo; la virga es la precipitación que comienza a caer a la tierra pero que se evapora
antes de alcanzar la superficie.
Pluviometría es la medida de la cantidad de agua precipitada. Se puede expresar en unidades de
volumen por unidad de superficie (litros/metro cuadrado, l/m2), o por unidades de altura, m, cm, mm.
1 mm es equivalente a 1 l/m2.
El método estándar de medir la lluvia o nevada es un pluviómetro estándar, que puede ser de plástico o
metal, y de entre 100 mm y 200 mm. El cilindro interior se llena con 25 mm de lluvia, que al desbordar
fluye en el cilindro externo. Los calibradores plásticos tienen marcas en el cilindro interior con una
resolución de 0,25 mm, mientras que los calibradores metálicos requieren el uso de un palo diseñado
con marcas de 0,25 mm. Estos calibradores se adaptan para el invierno quitando el embudo y el cilindro
interior, y permitiendo que la lluvia de nieve entre en el cilindro externo. Una vez que la nevada o hielo
termina de acumularse, o cuando se acerca a 300 mm, se retira para que se derrita, o se usa agua
caliente para llenar el cilindro interior a fin de derretir la precipitación congelada en el cilindro externo,
guardando la cantidad de fluido caliente añadido, que luego se resta del total general, una vez que todo
el hielo o nieve se ha derretido.
Salidas Hídricas
La evaporación es el proceso físico por el cual el agua cambia de estado líquido a gaseoso, siendo
transferida a la atmósfera en forma de vapor. En hidrología suele ser común también, denominarla Tasa
neta de transferencia de vapor.
Cuando la transformación en vapor procede directamente de la nieve se denomina al fenómeno
sublimación.
La cantidad de evaporación que pueda producirse en un lugar depende básicamente de la disponibilidad
de energía, que depende de la radiación solar y de la capacidad que tenga la atmósfera en ese momento
y lugar, de recibir humedad. La evaporación depende también de la radiación solar recibida, la
temperatura del agua, la pureza del agua y la superficie libre expuesta a la atmósfera. Asimismo,
condicionan la evaporación, la velocidad y turbulencia del viento, la presión y temperatura atmosférica, y
la humedad atmosférica.
La evaporación tiende a calcularse por métodos instrumentales como son los tanques de evaporación,
evaporímetros y lisímetros, y se pueden estimar por métodos semiempíricos como las fórmulas de Meyer
y Penman.
La transpiración es el proceso por el cual el agua es devuelta a la atmósfera en forma de vapor a través
de los seres vivos, principalmente plantas, como resultado de sus procesos metabólicos. Su intensidad
depende del tipo de especie vegetal, de la estación del año, la hora del día, el estado de crecimiento de
la planta y determinadas propiedades características del suelo.
Para medir la transpiración, pueden usarse muchos métodos, como pueden ser las campanas de vidrio,
la medida del cambio de peso de una planta a medida que se va marchitando, o el empleo de fitómetros
y medidas de la escorrentía en cuencas muy pequeñas.
La evapotranspiración, es por tanto, un concepto mixto donde actúan la evaporación y la transpiración
y puede definirse como el resultado del proceso por el cual el agua cambia de estado líquido a gaseoso,
bien directamente o bien a través de las plantas, vuelve a la atmósfera en forma de vapor.
La evapotranspiración potencial (ETP) es la evapotranspiración cuantificada en el doble supuesto de
un desarrollo vegetal óptimo y para una capacidad de campo completa permanentemente. Es decir, es
la cantidad máxima de agua que transpirarían las plantas, si el suelo siempre tuviese reservas de
humedad suficientes para hacer frente a las necesidades demandadas por dichas plantas.
La ETP se calcula por diversos métodos empíricos como son los de Thornthwaite, Blaney-Criddle,
Penman, Jensen-Heise, Hargreaves y otros. Los dos primeros solo requieren el dato temperatura para
el cálculo, por lo que son universales. Penman además de temperatura, requiere humedad relativa, por
ello, aunque muy usado, lo es menos que los anteriores. Los métodos restantes citados piden más datos
como radiación solar, y son en general, mucho menos usados, salvo en zonas donde dispongan de
estaciones suficientes con los datos citados.
La evapotranspiración de referencia (ETo), definida por Doorembos y Pruitty en 1976, es la tasa de
evaporación de superficie cultivada de césped verde extensa, de 8-12 cm de altura, bien desarrollado y
uniforme, que cubre totalmente el suelo y tiene un crecimiento activo estando siempre bien regado.
Evapotranspiración real (ETR), es la evapotranspiración que tiene la posibilidad de ocurrir y ocurre.
Esta posibilidad está condicionada por los valores de precipitación y la reserva de agua en el suelo
existente en cada caso. La ETR es la parte de la ETP que va realmente a la atmósfera. ETP es un
máximo en condiciones de continua abundancia de agua en el suelo, ETR, es solo la parte que realmente
ha podido escapar a la atmósfera cuando tuvo reservas de agua en el suelo para poder hacerlo.
La ETR, se calcula mediante el balance de agua en el suelo y también se puede estimar por las fórmulas
empíricas de Turc y Coutagne, que se expondrán, más adelante, en este mismo capítulo.
Balance entradas-salidas
El balance de entradas-salidas, ha quedado sujeto a dos términos: entradas-precipitación y salidas-ETR.
Si la precipitación supera a la ETR, existirá un superávit: la aportación.
La aportación es el volumen total de agua contabilizable en un punto concreto de una cuenca y se
denominará también aportación total, escorrentía total o lluvia útil. Es la suma de dos componentes:
aportación superficial y aportación subterránea, o bien escorrentía superficial y escorrentía subterránea.
Es decir, contabiliza el agua cuyo origen es estrictamente superficial, de aquélla que después de
infiltrarse, ha transcurrido por los acuíferos y ha salido a fuentes, ríos o mar directamente.
La regulación es, como ya se ha dicho, una adaptación de las aportaciones a la estructura de las
necesidades (demandas) en cantidad, espacio y tiempo. En la
Figura 3-5 se representa en un
esquema la generación de
recursos. Esquemáticamente es
similar a la 3-4. Los recursos son
aportaciones reguladas o
volúmenes de agua capaces de
cubrir una necesidad en la
cantidad requerida y en el
momento y lugar que se
presenta.
Desde aquí, ya puede indicarse
que la evaluación de
Figura 3-5 Esquema de generación de aportaciones y recursos. aportaciones sigue dos caminos:
el primero mediante cálculos de
la ETP y la ETR, y el segundo mediante medidas directas de los caudales de los ríos y su interpretación
correspondiente para evaluar las aportaciones subterráneas.
El mejor método no es en realidad ni uno ni otro, sino que deben emplearse ambos y seguir después un
método de contraste de los unos con los otros para una mejor evaluación.
Las precipitaciones y temperaturas se obtienen de las estaciones de datos climáticos de los Organismos
del Clima de los diversos países. Para hacer un estudio fiable se necesitan estaciones fiables en
suficiente abundancia y con una distribución espacial homogénea, que permita calcular por toda la zona
con el mismo grado de fiabilidad.
Sin embargo, hay que asumir que los datos no son casi nunca aquellos que se desearían ni en cantidad
ni en calidad.
Los datos tanto P como T o A se presentan
con errores que no son conocidos. Los
periodos de datos suelen ser distintos en las
diversas estaciones y no es posible realizar
estudios de evaluación de aportaciones con
periodos temporales diferentes.
Además, los estudios mínimamente fiables
necesitan que la longitud de la serie
disponible sea representativa y que, de
hecho, recoja la variabilidad existente del
clima en la zona de la estación climática. Es
decir; para realizar un buen estudio
hidrogeológico, no se puede decir cuántos
serían los adecuados, pues este número es
diferente para cada lugar, lo que se precisa es
que la serie sea representativa del lugar y se
recojan todo tipo de periodos secos, medios y
húmedos. En zonas muy regulares, una serie
suficiente son unos 15 o 20 años. En zonas
muy irregulares suelen precisarse 30 a 35 y a
veces más años. Figura 3-6 Cuenca experimental mostrando tipos de estaciones
de datos.
Igualmente, los datos son incompletos, es
decir, se presentan épocas en que el dato no ha sido tomado o no figura.
Sin embargo, “un dato es un dato”, y no se puede despreciar lo que se tiene, porque aquello que no se
tomó, nunca podrá usarse, pero un dato tomado es cuando menos una orientación y puede ser tratado.
El próximo punto se dedica a orientar una metodología sencilla para el tratamiento y “mejora” de los datos
disponibles.
❖ Datos completos
❖ Número de años representativos
❖ Calidad de datos similares en todas las estaciones.
Para ello se debe comprobar qué datos hay erróneos y corregirlos, y qué datos faltan y completarlos.
El proceso para el tratamiento de datos en el estudio de una cuenca o acuíferos, debe realizarse con
cautela y siguiendo los pasos que se indican:
❖ Análisis previo
❖ Contraste de datos
❖ Corrección de datos
❖ Completado de datos
❖ Restitución de datos
❖ Análisis de la variabilidad
❖ Definición de años tipo.
Cada uno de estos puntos del tratamiento de datos para la evaluación de aportaciones, se comenta a
continuación.
Análisis Previo
Es el primer paso a dar y consiste en una
visión general espacial y temporal de la
zona en la que se va a realizar el estudio,
y en la que se encuentran las estaciones
con los datos. Debe mirarse qué datos
tienen las diversas estaciones, su
longitud, su periodo, su fiabilidad. Cuáles
son las que tienen periodos comunes y
suficientemente representativos.
Para llevar a cabo el tratamiento, no se
toman de golpe todas las estaciones de la
cuenca o acuífero, se tiene que
descomponer la zona en grupos de
estaciones que tengan similares
características. En la Figura 3-7 se recoge
el esquema de esta selección de zonas.
Se parte de un mapa que incluye
topografía, geología y alguna otra
información adicional. Se dispone a la
misma escala de los planos que recogen
Figura 3-7 Análisis previo. Descomposición en zonas de tratamiento. la situación de las estaciones
pluviométricas y termopluviométrica.
Se da una vista general a las estaciones y se ve cuales deben eliminarse por tener muy pocos datos o
estar fuera del periodo de datos de otras estaciones. Igualmente se eliminan aquéllas que se sepa que
tienen muchos errores, por circunstancias diversas o las que están claramente fuera de la zona y en
zonas climáticamente diferentes (muy diferente cota, vertiente, etc.). Quedan seleccionadas las
estaciones que van a entrar en el estudio.
El acuífero o cuenca en estudio debe subdividirse en zonas para el tratamiento, que contengan un
número no muy grande de estaciones termométricas y pluviométricas. No suele ser práctico pasar de
6 o 7. En cada grupo las estaciones tienen que ser homogéneas, como es cotas no muy diferentes,
misma zona climática, misma cuenca vertiente, etc. En cada grupo se debe conseguir que haya, al menos
una estación completa y fiable para el periodo elegido. Con las estaciones agrupadas en zonas
homogéneas, puede iniciarse, por los grupos de cada zona, el tratamiento de los datos de precipitación
y temperatura. Con los datos de caudales hay que proceder de un modo parecido seleccionando por
grupos, aquellas estaciones de aforo que puedan considerarse homogéneas.
Contrastar
El primer paso del tratamiento consiste en contrastar si existen datos erróneos. Los datos que en todo
caso se pueden detectar son los errores sistemáticos. Los errores fortuitos, se “sospechan” únicamente
y no se pueden corregir, a lo sumo, se pueden “advertir”.
Para contrastar valores de precipitación se utiliza el método de dobles masas, dobles acumulaciones o
dobles pesos. Es muy utilizado y conocido en contraste de resultados en análisis químicos y otros
valores. Consiste en elaborar un gráfico donde, en abscisas, se coloca el primer valor de una serie,
después el primero más el segundo, después el primero más el segundo más el tercero y así
sucesivamente. Todo esto para una de las estaciones en contraste. En el otro eje se hace lo mismo con
la otra estación, y se obtiene un gráfico de dobles acumulaciones como el de la Figura 3-8.
Si las estaciones son homogéneas; misma
cuenca vertiente, no muy lejanas, no muy
diferentes de cota, etc. en el gráfico se obtiene
una recta, que pone de manifiesto que las
estaciones son efectivamente homogéneas y que
no se detectan errores sistemáticos entre ellas.
Cuando existe algún periodo de errores
sistemáticos, la pendiente de la recta cambia y se
obtiene otro tramo recto como el de la figura. Solo
se tienen tramos rectos si las estaciones son Figura 3-8 Dobles acumulaciones.
homogéneas. En esta situación hay que discernir
cuál de los dos tramos representa a los datos erróneos, y cuál de las dos estaciones es la que los tiene.
Hay que acudir al análisis de las estaciones, ver si una de las dos es más completa y fiable, y comprobar
si en la “sospechosa” ha habido algún cambio que a partir de un momento pudiera conducir a errores
sistemáticos. Como ejemplo, se puede citar el caso de una estación pluviométrica, en la que se construyó
un frontón en el solar anexo impidiendo que una parte de la precipitación fuera al pluviómetro.
A veces es el primer tramo el que delata las medidas erróneas, seguramente porque hubo un cambio de
instrumental en la estación por otro más moderno y fiable.
En cualquier caso, se requiere tener información de las estaciones, para poder detectar los tramos
incorrectos con la mayor fiabilidad posible.
Corregir
Una vez detectados los tramos con errores, se debe proceder a sustituir estos valores por otros más
ajustados a la realidad. Esto puede hacerse con el mismo procedimiento de dobles masas. Se prolonga
el tramo de recta que se considera sin errores, y se corrigen los valores de la estación errónea.
Sin embargo, no se suele utilizar este procedimiento para las correcciones. Se usan los procedimientos
de correlación: regresión de y sobre x, de x sobre y, y la correlación ortogonal que es la más adecuada
y utilizada. En primer lugar, se recuerdan algunos parámetros estadísticos de uso común, siendo {X1,
X2, X3…Xi…Xn} el conjunto de valores de la estación X, y {Y1, Y2, Y3…Yi…Yn} el conjunto de valores
de la estación Y.
n n
1 1
X̅ = ∑ Xi , Y̅ = ∑ Yi (media)
n n
1 1
n n
2
1 2 2
1 2
σ X= ∑ (Xi-X̅ ) , σ Y= ∑ (Yi-Y̅ ) (varianza)
n n
1 1
n n
1 ̅)2 1 ̅ )2
σX=√ ∑ (Xi-X , σY=√ ∑ (Yi-Y (desviación típica)
n n
1 1
n
1
σXY= ∑ (Xi-X̅ )(Yi-Y̅ ) (covarianza)
n
1
σXY
r= (coeficiente de correlación)
σX σY
Se considera que dos variables cuantitativas, en este caso la precipitación en dos estaciones, están
correlacionadas cuando los valores de una de ellas varían sistemáticamente con respecto a los valores
homónimos de la otra. Es decir, si al disminuir los valores de precipitación en una estación disminuyen
los valores de precipitación en la otra y viceversa.
La correlación entre dos variables no implica, por sí
misma, ninguna relación específica entre estas dos
variables.
Con los valores de precipitación de las estaciones
se dibuja un gráfico donde se representa en
abscisas los valores de una estación y en
ordenadas los valores homónimos de la otra. Se
obtiene una nube de puntos (Xi, Yi), como la de la
Figura 3-9.
Figura 3-9 Regresión de y sobre x.
El ajuste se realiza por regresión lineal. La recta
que mejor se ajusta a las nubes de puntos, se puede calcular regresión de Y sobre X, que consiste en
tomar las diferencias entre la Y de la recta y la Y del dato, elevarlas al cuadrado y hacer mínima la suma
de los cuadrados de las diferencias.
La ecuación de la recta que da el mejor ajuste a la nube de puntos viene dada por:
σXY
Y-Y̅ = (X-X̅ ), -1<r<1
σ2 X
De un modo análogo se puede definir la regresión de X sobre Y siendo la recta de ajuste:
σXY
X-X̅ = (Y-Y̅ ), -1<r<1
σ2 Y
El coeficiente de correlación tiene las siguientes propiedades:
Está comprendido entre -1 y 1.
No varía la escala de medición al hacerlo. Es decir, si se expresa la precipitación en m, cm o mm, el
coeficiente de correlación no varía.
El signo del coeficiente de correlación es el mismo que el de la covarianza.
Si el coeficiente de correlación es positivo, la correlación es directa. Si es negativo, la correlación es
inversa y si es nulo no existe correlación.
Si el coeficiente de correlación lineal toma valores cercanos a −1, la correlación es fuerte e inversa, y
será tanto más fuerte cuanto más se aproxime r a −1. Si toma valores cercanos a 1, la correlación es
fuerte y directa, y será tanto más fuerte cuanto más se aproxime r a 1.
Si r = 1 ó −1, los puntos de la nube están sobre la recta creciente o decreciente. Entre ambas variables
hay dependencia funcional.
No se suelen encontrar nunca valores de correlación r=1, salvo que otro técnico haya restituido los
valores de una estación con la que se está correlacionando.
A continuación, se desarrolla un ejemplo de restitución de un valor con regresión.
Se tienen las precipitaciones de dos estaciones para una serie 1999-2012.
Año 1999 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012
Estación X 65 63 67 64 68 65 70 66 68 67 69 71 70
Estación Y 68 66 68 65 69 66 68 65 71 67 68 70 ?
Precipitaciones en cm/año
X Y x = X - X̅ y =Y - Y̅ x2 xy Y2
El valor de r = 0,7 es suficientemente bueno para admitir la restitución del valor no conocido de 2012, en
la estación Y, y puede obtenerse por sustitución en la expresión de la recta obtenida:
Y=0,476 X+35,82, Y=0,476 . 70+35,82=69,1
Que es la precipitación que se asigna por correlación a la estación Y en el año 2012.
En realidad, estos cálculos se han realizado en el ejemplo para explicar cómo se hace, pero si se trata
en una hoja EXCEL, la obtención de la recta y el coeficiente de correlación es inmediata.
Solo se requiere dibujar el gráfico XY (dispersión) y agregar línea de tendencia con ajuste lineal, pidiendo
en opciones el cálculo de la ecuación de la recta y el coeficiente de determinación r2 (cuadrado del
coeficiente de correlación r). Figura 3-10.
El coeficiente de correlación es la
raíz de 0,4937, es decir 0,7. Tanto
la ecuación como el coeficiente
coinciden con los calculados en el
ejemplo.
El tipo de correlación más usado y
más útil es la correlación ortogonal.
En ella, Figura 3-11, se hace
mínima la suma de las distancias
de los puntos a la recta ajustada.
Figura 3-10 Recta de correlación para el ejemplo (EXCEL). En este caso, la ecuación de la
recta que da el mejor ajuste a la
nube de puntos, viene dada por las siguientes expresiones:
nλ2- σ2 X σ2 XY
Y-Y̅ =m(X-X̅ ), y m= = , λ2> λ1>0
σ2 XY nλ1- σ2 Y
Siendo: 𝜆1 = (1 + 𝑟)𝑛 , 𝜆2 = (1 − 𝑟)𝑛 , 𝑦 − 1 < 𝑟 < 1
Suponiendo que la distribución de frecuencias de
las desviaciones del conjunto de los puntos
respecto a la recta de regresión ortogonal, fuese
normal, en el interior de las bandas obtenidas,
trazando paralelas a la recta de regresión a una
distancia 2√λ2 , estaría comprendido el 95 % de
los puntos de la nube.
Estas bandas se llaman las bandas de garantía
del ajuste, y entre ellas, se puede considerar que
se encuentra el 95 % de los puntos. Están a una
Figura 3-11 Regresión ortogonal.
distancia de la recta de ajuste de 2√λ2 .
Debe tenerse en cuenta que σ=√λ2 , y por tanto las bandas de garantía se sitúan a dos veces la
desviación típica. Figura 3-12.
La nube de puntos puede limitarse por una
parábola, en la que el semieje mayor es 𝜆1 y el
semieje menor es 𝜆2 , por ello siempre λ2 <λ1 y
las bandas de garantía se toman con 𝜆2 , que es
el eje menor.
A nivel operativo, las bandas de garantía tienen
una misión, y es que se puedan eliminar de la
correlación aquellos valores que estén fuera de
las bandas de garantía. Ello hace que el ajuste
sea mejor, más realista y la restitución de valores
Figura 3-12 Bandas de garantía. más fiable.
Esta circunstancia hace que sea más apreciada por los hidrólogos la restitución de precipitaciones (y
aportaciones), haciendo uso de la correlación ortogonal.
Completar
Completar es simplemente rellenar un dato que no existe. A nivel conceptual, es lo mismo que sustituir
un valor que se considera erróneo por otro. Se utiliza igualmente el procedimiento de correlación
ortogonal.
Para establecer la correlación, deben tomarse las series de las dos estaciones mes a mes. El dato que
falta en una estación debe quitarse también en la otra estación que lo tiene. Y hacer la correlación entre
los datos existentes y para los valores correspondientes.
Una vez se ha obtenido la recta de ajuste y el valor del coeficiente de correlación, puede procederse a
completar los datos existentes. Debe calcularse cada valor no existente a partir del correspondiente,
existente en la otra estación.
Referente al coeficiente de correlación, lo óptimo, para completar datos fiables, es que se aproxime a 1
lo más posible. Valores de r de 0,8 y 0,9 se consideran muy buenos para el ajuste. El valor de 0,7 se usa
como válido con mucha frecuencia e incluso a veces los hidrólogos restituyen valores con r entre 0,6 y
0,7. Por debajo de estos valores debe analizarse si realmente las estaciones son homogéneas.
Restituir
Cuando en una estación, falta un conjunto de meses seguidos, a veces 1 o 2 años, se puede proceder a
la restitución, que es simplemente, al igual que el completado, rellenar los datos de una estación a partir
de los valores correspondientes existentes de otra estación. Se usa también el método de correlación
ortogonal, pero hay que tener en cuenta algunos aspectos que, en cierto modo, son de sentido común.
Los datos que se vayan a sustituir de una estación deben ser una serie pequeña dentro de la serie total
de la estación. La estación incompleta y la completa, desde la que se va a hacer la restitución, deben
tener una serie suficientemente larga para obtener una correlación fiable. Los datos incompletos de la
estación incompleta, también deben ser fiables.
La restitución de grandes series, principalmente de caudales, suele hacerse con distintos tipos de
modelos, entre los que se encuentran los modelos de comparación de cuencas, los de precipitación-
escorrentía y los auto-regresivos.
De estos métodos de restitución por modelado, se hará una exposición más detallada en el capítulo 4.
Análisis de variabilidad
El clima es variable en cada punto. La precipitación no es la misma cada año, ni en cada estación o lugar.
Hay estaciones donde las precipitaciones entre los años más lluviosos o húmedos no tienen diferencias
muy altas con los años secos en los que llueve menos. Ello conduce a tener que buscar un método para
poder evaluar cómo es de variable la precipitación; cual es la probabilidad de que una precipitación sea
menor de un valor dado.
Para ello se usan funciones de distribución, diagramas en los que, en abscisas, se representa la
precipitación, y en ordenadas, la probabilidad de que la precipitación sea menor que la marcada en
abscisas.
El mejor método para una completa comprensión de este método es desarrollar un caso real como el
que se expone a continuación.
Se dispone de una serie de valores anuales de precipitación de 16 años.
Según Heras (1972), existen numerosas leyes de distribución que se ajustan, más o menos
aceptablemente, a variables hidrológicas. Además de las leyes estadísticas, en la práctica suelen
utilizarse ajustes gráficos, dibujando únicamente la serie de valores, ordenados de menor a mayor, y
encajando la ley de distribución.
En la práctica este método da muy buenos resultados, principalmente porque las variables hidrológicas
no se ajustan excesivamente bien a las leyes estadísticas. En cualquier caso, es recomendable el uso
de ambos métodos y sobre todo usar, si es posible, funciones teóricas porque el cálculo es automatizado.
Las funciones de ajuste más utilizadas son la Log normal, Goodrich y Gumbel, también se usan la Normal
y la Gamma de dos parámetros. Son funciones que se pueden encontrar en numerosos artículos en la
Web, e incluso los programas informáticos de ajuste con los test de verosimilitud o bondad del ajuste.
La función de Goodrich es la más usada para valores medios, mientras que Gumbel encaja dentro de
valores extremos. Los programas informáticos con los que se ajusta esta ley, permiten calcular los
valores del suceso (lluvia o caudales) para diversos periodos de retorno (inverso de la probabilidad de
ocurrencia).
Conociendo los valores de separación, se procede como indica la Figura 3-16. Se paran los años que
cumplen la condición y se elaboran las medias.
El año tipo seco es aquel que se elabora con las
medias mensuales de los años secos; el año tipo
húmedo es aquel que se elabora con las medias
mensuales de los años húmedos; y el año tipo
medio es el que se elabora con la media de la serie
completa.
En general, los cálculos de aportaciones hídricas se
deberán extender a años tipo para tener una
información más completa de periodos más
favorables y desfavorables, además de los medios.
Si se desea discretizar más los años tipo a muy
secos, secos, medios, húmedos y muy húmedos,
se tienen que extraer de la función de distribución
los valores correspondientes al 20 %, 40 %, 60 % y
80 % de probabilidad y proceder análogamente;
pero suele ser suficiente para la posterior
evaluación la distribución en tres años tipo.
Puede también indicarse que muchos hidrólogos
Figura 3-16 Esquema para el cálculo de años tipo. simplifican este proceso obteniendo la media de la
serie anual. Todos los años que tengan valores
superiores a la media, más el 15 %, serán húmedos; y los que sean inferiores a la media, menos el 15 %,
secos. Los restantes, que quedan incluidos en el intervalo central, serán los medios.
Método de Thornthwaite
Es un método de estimación de la ETP mensual. Es muy sencillo, en el sentido de que solo necesita la
T media mensual y la insolación, que son datos habituales, disponibles y de fácil obtención. Esta
temperatura requiere una corrección en función de la duración astronómica del día y el número de días
del mes correspondiente. Los datos básicos que utiliza son la temperatura media mensual obtenida de
las temperaturas medias diarias, y la latitud, que condiciona las horas de insolación en las diversas
épocas del año. Thornthwaite estima la ETP mensual sin corregir, según:
10 Ti a
ei =16 ( ) (EPT mensual de Thornthwaite sin corregir)
I
Siendo:
ei: evapotranspiración mensual media sin corregir (mm/mes)
El valor de a viene dado por la expresión y también puede ser consultado en tablas
a = 0,000000675 x I3 -0,0000771 x I2 + 01792 x I + 0,49239
Una vez correctamente obtenida ei, se procede a hacer la corrección por días del mes y horas de
insolación, según:
N d
ETPi = ⌈ d⌉ ei (EPT mensual de Thornthwaite con corrección)
12 30
N: número de horas de sol del mes
d: número de días del mes
N se obtiene de una tabla, que por comodidad se adjunta para latitudes Norte y latitudes Sur
(Tabla 3-3).
La tabla del hemisferio Sur se puede obtener a partir de esta, o bien restando cada valor de la tabla de
las 24 h que tiene el día, o bien sustituyendo el mes de enero por julio, el de febrero por agosto y así
sucesivamente. Se pueden obtener valores del Sur a partir de los del Norte y viceversa.
Para valores de temperatura media mensual superiores a 26,5 ºC, la ETP, sin ajustar, se obtiene
directamente de la tabla, que se adjunta a continuación, dado que es independiente del valor de I. En
este caso, para obtener el valor de la ETP mensual, hay que multiplicar por los días del mes. Tabla 3-4.
tm(°C) 0 0.1 0.2 0.3 0.4 0.5 0.6 0.7 0.8 0.9
26 4.5 4.5 4.6 4.6 4.6
27 4.6 4.7 4.7 4.7 4.8 4.8 4.8 4.8 4.9 4.9
28 4.9 5 5 5 5 5.1 5.1 5.1 5.1 5.2
29 5.2 5.2 5.2 5.2 5.3 5.3 5.3 5.3 5.4 5.4
30 5.4 5.4 5.4 5.5 5.5 5.5 5.5 5.5 5.6 5.6
31 5.6 5.6 5.6 5.6 5.7 5.7 5.7 5.7 5.7 5.8
32 5.8 5.8 5.8 5.8 5.8 5.8 5.9 5.9 5.9 5.9
33 5.9 5.9 5.9 5.9 6 6 6 6 6 6
34 6 6 6 6 6.1 6.1 6.1 6.1 6.1 6.1
35 6.1 6.1 6.1 6.1 6.1 6.1 6.1 6.1 6.1 6.1
36 6.1 6.1 6.2 6.2 6.2 6.2 6.2 6.2 6.2 6.2
37 6.2 6.2 6.2 6.2 6.2 6.2 6.2 6.2 6.2 6.2
38 6.2
Tabla 3-4 Valores de ETP sin ajustar de Thornthwaite para temperaturas superiores a 26.5 °C.
Todos estos cálculos hoy día se hacen con programas de ordenador, de los que hay muchos disponibles
en la red. Igualmente ocurre con las tablas que existen en multitud de artículos sin más que consultar por
Google.
No obstante, y como en anteriores capítulos, se va a desarrollar un ejemplo manual para la total
comprensión del cálculo.
E F M A M J J A S O N D
DATOS: Temperatura
3.9 6.1 8.7 10.2 15.7 18.0 2.0 21.0 17.0 15.0 10.0 3.6
diaria media mensual
CÁLCULOS: Cálculo
0.69 1.35 2.31 2.94 5.65 6.95 9.42 8.78 6.38 5.28 2.86 0.61
de i (tabla o fórmula)
Cálculo de i I= ∑i=53,21
Cálculo análogo al mes de junio, se aplica a todos los meses del año
Método de Blaney-Criddle
Este método es principalmente aplicable a las áreas cultivadas, solo aplicable al periodo vegetativo.
Considera el tipo de vegetación por lo que la aproximación es, en principio, más realista. Se requiere
tener datos precisos sobre la superficie que ocupa cada cultivo.
La expresión general de Blaney-Criddle de la ETP mensual es:
47,7 Ti +813
ETPi =K p (EPT mensual de Blaney-Criddle )
100
Siendo,
ETPi: evapotranspiración potencial en mm/mes del mes i.
K: coeficiente empírico según tipo de vegetación (Tabla 3-6).
Ti: temperatura media diaria del mes i en ºC.
p: porcentaje de número máximo de horas de insolación en el mes respecto al total anual (Tabla 3-5).
Se adjuntan las tablas con los valores de p y K.
Se incluye también un ejemplo aclaratorio de la formulación expuesta.
Lat. Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic
60° N 4.67 5.65 8.08 9.65 11.74 12.39 12.31 10.7 8.57 6.98 5.04 4.22
55° N 5.33 5.98 8.16 9.44 11.21 11.65 11.65 10.35 8.52 7.21 5.57 4.93
50° N 5.98 6.3 8.24 9.24 10.68 10.91 10.99 10 8.46 7.45 6.1 5.65
45° N 6.37 6.51 8.28 9.09 10.35 10.5 10.61 9.77 8.42 7.6 6.41 6.09
40° N 6.76 6.72 8.33 8.95 10.02 10.08 10.22 9.54 8.39 7.75 6.72 6.52
35° N 7.05 6.88 8.35 8.83 9.76 9.77 9.93 9.37 8.36 7.87 6.97 6.86
30° N 7.3 7.03 8.38 8.72 9.53 9.49 9.67 9.22 8.33 7.99 7.19 7.15
25° N 7.53 7.14 8.39 8.61 9.33 9.23 9.45 9.09 8.32 8.09 7.4 7.42
20° N 7.74 7.25 8.41 8.52 9.15 9 9.25 8.96 8.3 8.18 7.58 7.66
15° N 7.94 7.36 8.43 8.44 8.98 8.8 9.05 8.83 8.28 8.26 7.75 7.88
10° N 8.13 7.47 8.45 8.37 8.81 8.6 8.86 8.71 8.25 8.34 7.91 8.1
5° N 8.32 7.56 8.47 8.29 8.66 9.41 8.68 8.6 8.23 8.42 8.06 8.3
0° 8.5 7.66 8.49 8.21 8.5 8.22 8.5 8.49 8.21 8.5 8.22 8.5
5° S 8.68 8.6 8.23 8.42 8.06 8.3 8.32 7.56 8.47 8.29 8.66 9.41
10° S 8.86 8.71 8.25 8.34 7.91 8.1 8.13 7.47 8.45 8.37 8.81 8.6
15° S 9.05 8.83 8.28 8.26 7.75 7.88 7.94 7.36 8.43 8.44 8.98 8.8
20° S 9.25 8.96 8.3 8.18 7.58 7.66 7.74 7.25 8.41 8.52 9.15 9
25° S 9.45 9.09 8.32 8.09 7.4 7.42 7.53 7.14 8.39 8.61 9.33 9.23
30° S 9.67 9.22 8.33 7.99 7.19 7.15 7.3 7.03 8.38 8.72 9.53 9.49
Lat. Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic
35° S 9.93 9.37 8.36 7.87 6.97 6.86 7.05 6.88 8.35 8.83 9.76 9.77
40° S 10.22 9.54 8.39 7.75 6.72 6.52 6.76 6.72 8.33 8.95 10.02 10.08
45° S 10.61 9.77 8.42 7.6 6.41 6.09 6.37 6.51 8.28 9.09 10.35 10.5
50° S 10.99 10 8.46 7.45 6.1 5.65 5.98 6.3 8.24 9.24 10.68 10.91
55° S 11.65 10.35 8.52 7.21 5.57 4.93 5.33 5.98 8.16 9.44 11.21 11.65
60° S 12.31 10.7 8.57 6.98 5.04 4.22 4.67 5.65 8.08 9.65 11.74 12.39
Tabla 3-5 Porcentaje del número máximo de horas de insolación mensual respecto al total anual según latitudes.
Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic
Agrios 0.41 0.36 0.44 0.43 0.44 0.41 0.41 0.64 0.41
Albaricoque 0.22 0.45 0.43 0.46 0.51 0.51 0.38 0.60 0.41
Alfalfa 0.41 0.70 0.64 0.67 0.74 0.67 0.64 0.40 0.41
Algodón 0.12 0.38 0.50 0.50 0.60 0.65 0.30 0.30
Arroz 0.32 1.34 1.42 1.40 1.44 0.51
Caña de Azúcar 0.77 0.69 0.49 0.52 0.53 0.56 0.59 0.73 0.85 0.84 0.91 0.86
Cebollas tardías 0.28 0.45 0.30 0.31 0.28
Cebollas tempranas 0.28 0.45 0.30
Cereales 0.40 0.60 0.40
Ciruelas 0.17 0.34 0.34 0.50 0.48 0.32 0.42 0.48 0.24
Frutales de pepita 0.14 0.46 0.49 0.74 0.71
Hortalizas 0.20 0.20 0.30 0.40 0.40 0.50 0.60 0.70 0.60 0.50 0.20 0.20
Maíz 0.12 0.38 0.42 0.26 0.10
Maíz ciclo largo 0.12 0.20 0.38 0.42 0.26 0.10
Melones 0.15 0.18 0.25 0.51
Patata tardía 0.40 0.65 0.70 0.75 0.30
Patata temprana 0.55 0.72 0.73 0.62
Remolacha
0.19 0.27 0.55 0.87 0.69 0.36 0.15 0.10 0.03
azucarera
Tabaco 0.87 0.69 0.36 0.15 0.10
Tomates tardíos 0.32 0.41 0.71 0.67 0.81
Tomates tempranos 0.15 0.20 0.30 0.30
Trébol 0.50 0.81 0.55 0.77 0.83 0.760 0.44
Tabla 3-6 Coeficientes estacionales variables para el empleo del método de Blaney-Criddle en los consumos por
evapotranspiración.
Siendo,
P: Precipitación anual en mm/año
T: Temperatura media anual en ºC
1
χ=
0,8+0,14 T
Únicamente válida para valores de P comprendidos entre
1 1
y
8χ 2χ
En la Figura 3-18, se representa una hectárea de suelo donde hay fenómenos de precipitación, retención,
de ETR y de excedentes.
La reserva de agua de las plantas o cantidad máxima de agua que puede contener el suelo y tiene
disponible para las plantas, viene dado por la
expresión:
Ru = 100 x 100 [Dif CC- PMP] x DA x PRM
Donde,
Ru: Reserva de agua utilizable por las plantas
(mm)
CC: Capacidad de campo
PMP: Punto de marchitez permanente
DA: Densidad aparente
Figura 3-18 Juego del agua en el suelo.
PRM: Profundidad radicular media
Ejemplo de cálculo:
DATOS
Densidad Aparente = 1,4. Capacidad de campo = 22,7 %. Punto de marchitez = 11 %.
Profundidad radicular media = 0,30 m
CÁLCULOS
Volumen zona radicular = 100 m x 100 m x 0,30 = 3.000 m3/ha
Agua utilizable por las plantas = (22,7 % -11 %) = 11,7 %
Reserva de agua utilizable por las plantas = 3000 x 0,117 x 1,4 = 491,4 m3/ha = 49,1 mm
O N D E F M A M J J A S Total
P (Precipitación) 26 32 61 6.7 84 24 32 18 5 7 5.6 28 328.1
ETP (potencial) 57 27 13 14 12 37 53 77 110 126 127 76 728.6
Variación de la reserva -31 3.8 27 -7 6.9 -13 -21 -15 -- -- -- --
Reserva de agua
18 22 49 42 49 36 15 0 0 0 0 0
utilizable
ETR (real) 57 28 13 14 12 37 53 33 5 7 5.6 28 292.7
Excedentes (lluvia útil) -- -- 21 -- 65 -- -- -- -- -- -- -- 85.7
Déficit (demanda de
-- -- -- -- -- -- -- 44 105 49 121 48 436.9
agua)
Tabla 3-7 Balance de agua en el suelo.
En octubre llueven 26 mm y la ETP es de 57 mm, hay un déficit de 31 mm que sale de la reserva y se
queda en 18 mm. En diciembre la precipitación es de 61 y la ETP de 13 y hay un excedente de 48 mm.
Con este excedente se llena la reserva, que quedó en 22 mm a finales de noviembre, y hay un excedente
total de 21 mm que es lluvia útil o aportación.
En el mes de mayo ocurre el efecto contrario, frente a una ETP ya importante de 77 mm, la precipitación
es tan solo de 18 mm. Los 55 mm de déficit, lo único que pueden hacer es vaciar los 15 mm que quedan
en la reserva y queda un déficit real de agua de 44 mm, que si no se satisface con regadíos las plantas
y cosechas morirán. Así todos los meses.
El cálculo del balance entre precipitación y ETP, con el efecto regulador de la reserva Ru, va definiendo
si ese mes hay superávit y escorrentía o bien hay déficit y se necesita añadir agua de regadío para que
no se marchiten las plantas.
En la Figura 3-19, representa gráficamente
los valores deducidos en el cuadro.
Representa la evolución de la P, ETP y ETR
a lo largo de los meses del año, y las áreas
que marcan la utilización de reservas de agua
utilizable por las plantas, los excedentes y
llenado de reservas y una gran área que
señala las diferencias entre la ETP y la ETR;
es decir, los meses en que las plantas
necesitaban evapotranspirar agua, pero el
suelo estaba seco y no existía esa
disponibilidad. Esta área marca el déficit de
agua que sería necesario regar si se quiere
mantener vivos y creciendo los cultivos.
La suma mensual de los excedentes, da el
Figura 3-19 Balance de agua en el suelo.
valor de la escorrentía total anual; superficial
y subterránea, que de hecho es lo que se está buscando con todo el proceso de cálculo.
La suma mensual de los déficits es el déficit anual estricto de los regadíos y es la cifra base para el
cálculo del agua que debe aportarse.
Sin embargo, aun pudiendo conocerse con las cifras obtenidas, el porcentaje de la precipitación que
supone la escorrentía, no es posible separar la parte de escorrentía superficial de la escorrentía
subterránea. Para ello, se requiere estudiar las posibilidades que ofrece el hidrograma y la
descomposición de su recta de agotamiento. Este procedimiento, se explica a continuación.
Drenaje de acuíferos
Las leyes de drenaje son similares al vaciado de un recipiente lleno de agua al que se le practica un
orificio cerca del fondo. El caudal de salida disminuye hasta su agotamiento.
La expresión de la salida es una exponencial decreciente, llamada curva de agotamiento y viene dada
por:
Donde:
Q = Caudal al final de un periodo t
Q0 = Caudal inicial
= Coeficiente de agotamiento 2 T/4SL2 [t -1] (depende de características del acuífero: Transmisividad
T, Coeficiente de almacenamiento S y distancia al borde de la fuente L)
t = tiempo
Operando en la expresión del agotamiento se tiene:
lg Q = lg Q0 + lg e-t , lg Q = log Q0 - t lg e
lg Q = - 0,4343 t + lgQ0
Esto quiere decir que la curva de agotamiento, que es una exponencial decreciente en escala métrica
(abscisas, tiempos y ordenadas caudales de drenaje), en escala semilogarítmica (abscisas, tiempos y
ordenadas logaritmos de caudales de drenaje), es una recta.
La pendiente de esta recta viene dada por Pendiente = - 0,4343 y Ordenada en el origen = lgQ0
A efectos de comprender mejor cómo es el drenaje de un acuífero, se tiene lo siguiente:
Q /Q0 = e-t para un tiempo fijo Q /Q0 = cte.
P. ej. para 1 mes, siendo B el Coeficiente de Disminución Mensual (Iglesias, 1982) = cte. = Q /Q0 = e-30
Esto significa que si una fuente da 100 l/s y su coeficiente de disminución mensual B es de 0,6, al mes
siguiente tendrá un caudal de 100 · 0,6 = 60 l/s y al siguiente será de 60 · 0,6=36 l/s, y así sucesivamente.
El coeficiente B depende de y esta de las características del acuífero, luego un acuífero siempre se
agota con el mismo B.
Hidrogramas
El gráfico que representa la evolución de los caudales que pasan por un punto de un río con el tiempo,
se denomina hidrograma. El hidrograma es una curva con subidas y bajadas que representan las
aportaciones por lluvia y los agotamientos en sequía. En la Figura 3-20 se representa un hidrograma. La
parte a) es un hidrograma normal, mientras que en la parte b) se dibuja el mismo hidrograma, pero con
el eje vertical de caudales en escala logarítmica. En esta última parte, b) se tiene, por lo que se ha visto,
que los agotamientos son líneas rectas; luego cuando en los tramos de estío la curva toma una línea
recta, a partir de ese punto empieza el agotamiento. Cuando se está en periodo de agotamiento, en
épocas sin lluvias, el agua que pasa por los ríos solo puede venir de lo que aporten las fuentes, dado
que el agua de superficie ha escurrido con anterioridad.
A medida que disminuyen las
precipitaciones, en la curva,
van descendiendo los valores
del caudal. Hay un momento
en que el agotamiento sigue
una línea recta, en ábaco
semilogarítmico. En el punto
de inicio de la recta se tiene
el primer valor de caudal que
representa exclusivamente
aguas subterráneas y el
último punto de esa recta,
antes de que los caudales
inicien su ascenso
consecuencia de las lluvias,
también. Como
consecuencia se puede
trazar el hidrograma de
Figura 3-20 Hidrograma.
a) Métrico b) Semilogarítmico. aguas subterráneas, con las
rectas de agotamiento y las
rectas que unen los puntos del final de un agotamiento con el principio del siguiente.
Del hidrograma, con su trazado superficial y subterráneo, puede obtenerse las aportaciones. En cada
mes, la curva tiene un valor del caudal total que se representa en la curva superior de la figura; y un valor
de caudal subterráneo en la inferior, donde se observa el área rayada. Multiplicando los valores del
caudal por el tiempo de un mes y sumando los 12 meses del año, se obtiene la escorrentía total para el
año y la escorrentía subterránea para el mismo periodo. La escorrentía superficial será la diferencia entre
ambas.
Asignación espacial
Para distribuir en el espacio los valores
obtenidos en las estaciones, son usados
fundamentalmente dos métodos: el método de
las isoyetas (o isocurvas) y el método de los
polígonos de Thiessen.
El primero de los métodos consiste en trazar
las isoyetas, líneas de igual precipitación, de un
modo análogo a como se trazaron las isopiezas
en el punto 2.2. (Figura 3-25).
Cada isoyeta tiene un valor, y al área
comprendida entre dos isoyetas se la da el
valor medio de la precipitación de las isoyetas
que la limitan.
Así, para calcular la precipitación total sobre
una cuenca, habrá que sumar las
Figura 3-25 Asignación espacial. Método de las Isoyetas. precipitaciones sobre cada área entre dos
isoyetas. Siendo Ai el área entre dos isoyetas y
Pi su precipitación media, la precipitación total Pi sobre la cuenca total de superficie At, será:
Y del mismo modo se procede para calcular la precipitación total sobre un acuífero.
Capítulo 4
Hidrología general aplicada a la restitución de aportaciones de cuencas y acuíferos
4.1 Restitución de aportaciones. Conceptos generales y métodos
4.2 Índices físicos: rectángulo equivalente, curva hipsométrica, índice de compacidad e índice de
pendiente
Rectángulo equivalente
Curva hipsométrica
Índice de compacidad
Índice de pendiente
Pendiente media del río
4.3 Restitución por comparación de cuencas. Restitución por modelización de la precipitación
escorrentía
Comparación de cuencas
Precipitación escorrentía
4.4 Modelo para el estudio de descargas de acuíferos. Modelo MEDA. A. Iglesias
Antecedentes
Fundamentos generales y campo de aplicación del modelo MEDA
Diseño conceptual del modelo MEDA de precipitación-caudal
Diseño conceptual del modelo MEDA de precipitación-nivel
Aplicaciones al uso conjunto de aguas superficiales y subterráneas
Regulación-garantía
Programa de ordenador
CAPÍTULO 4
Hidrología general aplicada a la restitución de aportaciones de cuencas y acuíferos
Rectángulo Equivalente
El rectángulo equivalente de una cuenca, es un rectángulo que tiene el mismo perímetro y la misma
superficie de la cuenca. Figura 4-1.
En el rectángulo equivalente, las
curvas de nivel se transforman
en rectas paralelas al lado
menor, siendo estos dos lados el
equivalente a la primera y la
última curva de nivel. Las áreas
que delimitan estas rectas
paralelas al lado menor son
iguales a las áreas que en la
Figura 4-1 Rectángulo equivalente.
cuenca delimitan las dos curvas
de nivel correspondientes.
El cálculo del rectángulo equivalente, cálculo de a y b es muy simple y sale del sistema:
S=a b
P = 2a+2b
a y b son los lados del rectángulo, S la superficie de la cuenca y P su perímetro.
Que dos rectángulos equivalentes de dos cuencas sean parecidos,
ya da una idea de la homogeneidad, cuando menos, morfológica de estas dos cuencas.
Curva Hipsométrica
La curva hipsométrica es un gráfico superficie vs altitud que representa las superficies dominadas por
encima de cada cota Figura 4-2.
Caracteriza el relieve de una cuenca y su
distribución de alturas a lo largo de dicha
cuenca.
También se utiliza la llamada curva de
distribución que representa el % de
superficie de cuenca entre curvas de
nivel.
La curva hipsométrica da una imagen de
la distribución de cotas y pendientes de
una cuenca es, por tanto, un índice Figura 4-2 Curva hipsométrica.
comparativo de mucho interés sobre todo
a la hora de comparar la generación de escorrentías. Desde el gráfico se puede leer directamente la
superficie existente entre determinadas cotas y evaluar las zonas de altiplano, pendiente etc.
Cabe indicar que, entrando con el 50 % del área en el eje de las abscisas, se obtiene la altitud media de
la cuenca que intercepta con la curva hipsométrica.
Índice de Compacidad
También llamado de Gravelius, da una idea de la forma de la cuenca, relacionando dos perímetros. El
perímetro de la cuenca P y el perímetro de un círculo de área equivalente.
Viene dado por:
P
Ic=0,28 (Índice de Compacidad)
√S
Siendo P el perímetro de la cuenca y S su superficie.
Índice de Pendiente
Este índice da una idea del valor medio de las pendientes en una cuenca. Viene dado por:
n
1
Ip= ∑ √βi (an -an-1 ) (Índice de Pendiente)
n=2
√L
HM -Hm
I= (Pendiente media del río)
Lr
Donde HM y Hm son las alturas máximas y mínimas del río, y Lr la longitud del río.
Todo ello expresado en unidades homogéneas.
Comparación de cuencas
La restitución por comparación de cuencas se basa en que se tienen dos cuencas que sean parecidas.
Índices físicos parecido como pendiente, compacidad, curva hipsométrica, rectángulo equivalente, etc.
Deben estar próximas y en la misma zona climática, sin que agentes físicos excesivos las separen.
Figura 4-3.
En una cuenca, la 1 de la figura, son
conocidas las precipitaciones P1 y los
caudales Q1, para una serie histórica
representativa. En la cuenca 2, se conoce la
precipitación P2 para la misma serie y se
desconocen los caudales Qx, que son la
incógnita. Los caudales desconocidos se
desean restituir para la misma serie histórica
Figura 4-3 Comparación de cuencas. representativa de la que se dispone en la
cuenca 2. La primera hipótesis que se formula
para la comparación de cuencas es que, al ser cuencas homogéneas, va a haber proporcionalidad entre
sus índices físicos.
Siendo Ex y E1 los índices de escorrentía de las cuencas 2 y 1, dados por la relación entre la aportación
total At y la precipitación P.
K es el factor de proporcionalidad, y para su tanteo se puede usar la denominada fórmula de Heras.
Ipx Icx
α +β
Ip1 Ic1
K=
α+β
Donde Ipx e Ip1 son los índices de pendiente de las cuencas, e Icx e Ic1 los índices de compacidad
respectivos.
α y β son parámetros que en principio pueden tomarse α=1 y β=2.
Esta es la forma más arriesgada de actuar, en la práctica real, si existen valores conocidos de caudal en
la cuenca incógnita, se contrastan para los valores del mismo periodo de la cuenca conocida y se pueden
ajustar los valores de α y β.
Precipitación escorrentía
Los modelos de precipitación escorrentía son algoritmos capaces de calcular valores de escorrentía de
una cuenca en base a la precipitación y los parámetros físicos representativos de dicha cuenca.
Su expresión general, puede ser del tipo siguiente:
ET (i) =f (Pi, Pi-1…. Pi-τ, S1, S2…Sn, G1, G2…Gm)
Siendo:
ET (i) = Escorrentía total en el mes i
Antecedentes
Los primeros resultados del modelo MEDA vieron su luz en 1984, a través de la publicación "Diseño de
un modelo para el estudio de descargas de acuíferos. Modelo MEDA." (B.G. y M. T-XCV-I, A. Iglesias
1984). Posteriores revisiones han sido difundidas en diversos cursos, conferencias y en los informes del
Convenio de Investigación entre el IGME y la ETSIMM para el desarrollo de métodos numéricos
aplicables a la investigación y gestión de las aguas subterráneas.
El modelo MEDA ha sido utilizado en algunos estudios en España y en el extranjero, siendo en Cuba
donde su uso ha sido más generalizado, según referencian los profesores Armando Hernández Valdés
y Diosdado Pérez Franco (ISPJE-La Habana).
Un importante segundo grupo de revisiones, fue realizado por su autor durante 1987 y 1988 dentro del
convenio de investigación anteriormente citado. En esta revisión se incluyó por primera vez la simulación
de la precipitación–nivel.
La tercera revisión del modelo MEDA se lleva a cabo de 1990 a 1992, dando lugar a la versión V 3.0
(Arjona, J. y otros 1983), que se presenta en el Congreso de Hidrogeología de Alicante de 1973. Esta
versión se desarrolla bajo una interface de usuario amigable y con funcionalidades gráficas. Se utilizó el
compilador Clipper y el generador de aplicaciones UI.
La última revisión, que en el presente proyecto se desarrolla, ha sido realizada por el tesinando desde
septiembre del año 2000 hasta noviembre de 2001, dentro del convenio de investigación anteriormente
citado y dentro del acuerdo específico 1999-2001, supone una nueva mejora y actualización de las
funcionalidades del modelo, así como el desarrollo de la Versión 4, la primera realizada completamente
bajo interface Windows y con aprovechamiento completo de memoria. (Iglesias, E. y Ortiz, I.)
El programa del modelo MEDA al igual que los restantes programas del PAI (Paquete de apoyo
informático a la hidrogeología), realizados dentro del Convenio, es absolutamente "open" pudiendo ser
copiado, cedido o transformado sin limitaciones. Únicamente queda prohibida la venta del programa,
pero no de sus aplicaciones y se pide la oportuna referencia al origen de datos en los diversos trabajos
que se realicen.
próximo a la zona de descarga, en base a los niveles de meses anteriores en el mismo punto y al conjunto
de parámetros anteriormente citados.
En consecuencia, este método de simulación consta de dos módulos bien diferenciados, el de
precipitación–caudal y el de precipitación–nivel.
El método de precipitación–caudal es un modelo discreto en el tiempo, mientras que el de precipitación–
nivel es discreto en el tiempo y continuo en el espacio.
El método de simulación está basado en las leyes de descargas de manantiales más comúnmente
utilizadas y que vienen dadas por la expresión:
Q=Q0 e-αt
En rigor, esta formulación es similar a la que define la descarga por un orificio practicado en la parte baja
de un recipiente lleno de agua y que se vacía por gravedad.
Tanto el modelo precipitación-caudal, como el modelo precipitación-nivel, están basados en este
fenómeno físico y sobre ello se argumenta todo el proceso de simulación.
A pesar de su sencillez, el modelo MEDA tiene un campo de aplicación extenso y singularmente
importante en hidrogeología.
En el caso de estudios de posibilidades de aplicación de fuentes y manantiales a usos concretos del
agua; agricultura, ganadería, industria, etc., se tiene la posibilidad de simular series extensas que
permiten conocer la garantía de estos usos frente a una serie hidrológica restituida representativa. Se da
de este modo, una mejor aproximación a las posibilidades de las fuentes para dejar satisfecho el uso que
quiere establecerse, pudiendo incluir en el cálculo años de sequías extraordinarias que no se hubieran
detectado únicamente con los años de medida real.
En este sentido, conviene indicar que para que una serie hidrológica, en este caso, de caudales de
descarga de una fuente, sea representativa, en climas como el español y muy particularmente en la zona
de levante y sur, se requieren 40 o 50 años de datos. Es muy difícil y tan solo ocurre en algún caso
singular que se disponga de medidas de aforo de la fuente durante estos 40 o 50 años y para todos los
meses de la serie. Suele ocurrir, que solo se disponga de datos incompletos de unos pocos años, y su
consideración, en términos absolutos, conduzca sistemáticamente a errores en el diseño y perspectivas
del abastecimiento. Es el modelo en este sentido una herramienta de extraordinaria utilidad para la
correcta planificación de estos abastecimientos.
La estimación de recargas es otra de las funcionalidades del modelo de particular interés en
hidrogeología. Es más precisa que los métodos basados en la estimación empírica de la ETP y ETR,
porque integra las medidas directas de aforo de la fuente y su restitución formal para una serie histórica
representativa. Así como sea la calidad de los datos y el grado de ajuste que se haya logrado, así es la
calidad y fiabilidad de los resultados obtenidos de recargas mensuales sobre el acuífero.
Se dispone, asimismo, de una serie de precipitaciones sobre el área de recarga para un largo periodo de
tiempo (SP), de tal suerte que el periodo de (SQ) esté comprendido en el de (SP).
El modelo MEDA (modelo para el estudio de descargas de acuíferos) pretende obtener, por restitución,
una serie de caudales de descarga para el periodo largo (SP).
El caudal de una fuente o la descarga de un acuífero en general, no se correlacionan con la precipitación
con carácter mensual. Las descargas dependen del volumen almacenado en el acuífero, por encima de
la cota de drenaje, y dicho volumen se correlaciona con las lluvias ocurridas en varios meses o incluso
en años anteriores.
Sin embargo, donde sin duda se establece una interdependencia clara, es entre la precipitación de un
periodo y el volumen de descarga acontecido a lo largo del tiempo, como consecuencia de esta
precipitación.
El método para calcular el volumen de descarga consecuente a una precipitación dada, puede
encontrarse en el informe del Instituto Geológico y Minero de España "Estudio del manantial de
Alomartes". Plan de Urgencia de Andalucía. Emilio Castillo (INGEMISA) 1981.
El hidrograma de una de las fuentes estudiadas para el periodo conocido (SQ) se incluye en la Figura
4-5, en escalas, natural y semilogarítmica, junto a las precipitaciones mensuales acontecidas en el mismo
periodo.
En consecuencia, puede admitirse que, el volumen descargado puede relacionarse con la precipitación
mediante expresiones sencillas, del tipo:
V=m.P+n o bien V=mPn
Estas relaciones, se han obtenido para los casos "medibles" del hidrograma, comprendidos entre el final
de un agotamiento y el principio del otro, como se ha visto, pero puede admitirse que existe la misma
correlación entre la precipitación de un mes y el volumen que se descarga como consecuencia de esta
precipitación, que es, en definitiva, el mismo concepto.
El segundo paso a dar es el estudio de la curva de agotamiento.
Tal y como es bien conocido, la función más usualmente ajustable para dicha curva, viene dada por:
Q=Q0 e-αt
Por tanto:
log Q= log Q0-αt log e, log Q= log Q0-kt
Que representada en escala semilogarítmica es una recta de pendiente.
K=α log e, k=0,4343 α
que permite obtener el valor del coeficiente de agotamiento por el procedimiento clásico. De la fórmula
pueden obtenerse algunas conclusiones prácticas:
log (Q/Q0) = -kt y (Q/Q0) = antilog (-kt) = B = Cte.
Es decir, puede establecerse que, el caudal en un momento dado es función del caudal de un periodo
anterior multiplicado por un coeficiente B comprendido entre 0 y 1.
Si el periodo es de un mes:
(Q/Q0) antilog (-30k)
En este caso se definirá B como el "coeficiente de disminución mensual", y será un valor comprendido
entre 0 y 1, tal que, al multiplicarlo por el caudal de un mes, se obtendría el caudal al siguiente mes en
ausencia de recarga.
Para el ejemplo expuesto en la Figura
4-5, los valores de B obtenidos oscilan
entre 0,50 y 0,66, lo que implica que, en el
periodo de agotamiento, el caudal de
descarga está comprendido entre el 50 %
y el 66 % del caudal del mes anterior.
La última etapa del diseño del modelo
MEDA se llevará a cabo con la Figura 4-6.
En el mes i, el caudal de descarga es Qi.
Si no existiera recarga en este mes, el
caudal del mes i+1, sería BQi.
Sin embargo, dado que puede existir una precipitación Pi, el caudal tendrá en realidad un valor superior
en el mes i+1: Qi+1.
La precipitación Pi, incrementará el volumen almacenado en el acuífero en una cantidad equivalente al
área comprendida entre las dos curvas de agotamiento representadas.
El cálculo de este volumen puede realizarse por sustracción entre las áreas limitadas entre las curvas de
agotamiento y el eje de tiempos.
El volumen almacenado cuando el caudal vale Qi+1 viene dado por:
Qi+1
V2 = Qi+1 e −αt dt =
0 α
En este mismo momento, el volumen almacenado como consecuencia del caudal Qi del mes anterior
será:
B Qi
V1 = Qi +1 e − t =
0
El volumen V1 que se ha almacenado como consecuencia de las lluvias del mes Pi será:
Q BQ
V = V −V = i +1 − i
2 1
Naturalmente se pretende calcular Qi+1
Qi +1 = V + B Qi
o bien
V = M (Pi )
N
Por tanto:
Qi +1 = (M Pi + N ) + B Qi
o bien
Qi +1 = M (Pi ) + B Qi
N
Fórmula 2
Es decir, el caudal de un mes es función del caudal del mes anterior y de la precipitación del mes anterior,
quedando definido por cinco parámetros de ajuste:
M y N: Parámetros de la correlación
: Coeficiente de agotamiento
Hay que estudiar convenientemente los parámetros B y del acuífero y no permitir que la calibración se
efectúe con valores fuera de rango entre los calculados. Admitir que estos parámetros pueden tener
diversos valores, según el estado de niveles en el acuífero y que deben introducirse en el programa con
los oportunos bloques condicionales.
La correlación lineal (ortogonal) tiene un rango de validez. Para valores demasiado bajos, puede dar
resultados anómalos e incluso negativos, que deben ser igualados a cero en el programa.
La correlación potencial e incluso la lineal, puede dar subidas demasiado altas, para rangos muy altos
de la precipitación, sobre todo en meses de verano que tengan lluvias anormalmente altas.
El modelo tiene aplicación a los acuíferos que reaccionen con la precipitación de un modo rápido,
independientemente de que su agotamiento sea lento.
Posteriormente, sucesivos análisis del modelo, han dado lugar a mejoras sustanciales en su formulación.
La primera de las investigaciones condujo a analizar las deficiencias de utilizar únicamente la
precipitación como elemento de correlación. Dicha precipitación, se presenta como causante directa del
incremento de agua en el acuífero, y sin embargo, es la lluvia útil, diferencia entre precipitación y
evapotranspiración real, la que forma parte de la recarga en el acuífero.
Las fórmulas de cálculo de lluvia útil en función de precipitación y temperatura y otros parámetros de
clima y situación geográfica, son diversas, únicamente aproximadas y aplicables a regiones y climas
concretos.
Después de analizar los valores de la ETP y ETR en España, a través de “Guía resumida del clima en
España”. Instituto Nacional de Meteorología, 1982 y “Evapotranspiraciones potenciales y balances de
agua en España”. Francisco Elías Castillo y Rafael Gimenez Ortiz, 1965, se propone para aplicar al
modelo MEDA:
útil = Pi − (Ti )
Lluvia
para el mes i, donde es un parámetro de calibración cuyo valor medio aproximado es 1,4, y podrá variar
entre 1,3 y 1,6, siendo más adecuados los valores altos para zonas cálidas y los más bajos para las más
frías.
En consecuencia, la recarga para el mes i, vendrá dada por:
(
Ri = M Pi − (Ti ) )
N
(
Qi +1 = M Pi − (Ti )
N
) +BQ i (A. Iglesias 1985)
Es posible también, incluir bombeos, como un volumen de agua que se extrae mensualmente, con la
limitación, a veces insalvable, de que los bombeos no produzcan afecciones dinámicas al punto de
descarga.
En este caso, y siendo Wi el volumen bombeado en el mes i, podría admitirse:
(
Qi +1 = M Pi − (Ti ) ) + B Q −W
N
i i (A. Iglesias 1985)
Otra de las posibilidades que pueden ser incluidas en este modelo es la de calibración automática de sus
parámetros. El Método está desarrollado haciendo uso del algoritmo de Marquard y puede ser analizado
en el documento informe de 1985 del Convenio entre el IGME y el Departamento de Matemática Aplicada
y Métodos Informáticos de la ETSIM (Programa "Marq" Elorza Tenreiro, Javier 1985).
(
Qi +1 = M Pi − (Ti ) ) + B Q −W
N
i i
en ausencia de bombeos Wi = 0 y
(
Qi +1 = M Pi − (Ti ) )
N
+ B Qi
que es la fórmula más general y utilizable del modelo MEDA, y que solo en el caso de que no se disponga
de temperatura o quiera utilizarse precipitación en lugar de lluvia útil, con T = 0 se reduciría a:
Qi +1 = M (Pi ) + B Qi
N
Se supone un acuífero libre con un canal o borde de descarga a una distancia L de su límite impermeable.
La recarga se efectúa muy alejada del borde de drenaje, por lo que, en la zona de estudio, próxima a
dicho borde, se puede suponer que la atraviesa la totalidad de la recarga del acuífero.
Los caudales de drenaje del acuífero pueden relacionarse con los niveles piezométricos en el mismo,
mediante la ley de Darcy:
dh
Q = Kh
dx
Puede escribirse:
Q dx = K h dh
Como para x = 0, h= hc
y, para x = x, h = h
puede integrarse según:
K h dh
x h
Q dx =
0 hc
Luego:
Qx = K
(h 2
− hc2 )
2
(h 2 − hc2 )
K
Q=
2x
(
Qi +1 = M Pi − (Ti )
N
) +BQ
i
Operando y simplificando:
(
hi2+1 = M Pi − (Ti ) )
N
(2 x ) + B h 2 + (1 − B ) h 2
i c
K
(
hi +1 = M Pi − (Ti )
N
)
(2 x ) + B h 2 + (1 − B ) h 2
i c
K Fórmula 3
Cuyos parámetros son:
M = Parámetro de correlación
N = Parámetro de correlación
β = Parámetro de lluvia útil. Acotable
α = Coeficiente de agotamiento. Acotable
B = Coeficiente de disminución mensual. Fijo según α
x = Distancia piezómetro-borde descarga. Fijo
K = Permeabilidad. Acotable
hc = Altura hipotética del borde de drenaje. Acotable.
La fórmula 3 permite generar el nivel piezométrico representativo del mes (i+1), en un piezómetro situado
a una distancia x del borde de descarga del acuífero, en función del nivel representativo del mes anterior
(i), de la precipitación y temperatura de dicho mes (i), de una serie de parámetros característicos del
sistema subterráneo (K, α, B) y un conjunto de parámetros de correlación climática (M, N y β).
Constituye, por tanto, la fórmula fundamental del modelo MEDA de precipitación-nivel, para hipótesis de
acuífero libre y recarga muy alejada del borde de drenaje.
Otra de las posibilidades que ofrece este modelo es, permitir entre ciertos límites, la estimación de
recargas efectivas mensuales y, según qué casos, la estimación de la permeabilidad de la formación.
En efecto, si la fórmula 3, permite una buena calibración entre valores reales medidos y los que se
calculen a través de ella, la recarga mensual, para un ancho unitario de acuífero, vendrá dada por:
(
Ri = M Pi − (Ti ) )
N
2 T
= coeficient e de agotamiento =
4 L2 S
El parámetro tiene una franja de valores obligados en función de los gráficos descritos para su
estimación; su margen de variación será en general muy estrecho.
Consecuentemente, se puede jugar con la relación Ri/K.
K, puede variar en el mismo sentido de aumento de R, pero al mismo tiempo, está atrapada por un valor
fijo de .
2 T 2 K b
=
4 L2 S 4 L2 S
Fijadas estas relaciones, puede entenderse que, fijados o acotados una serie de parámetros mediante
pruebas o ensayos experimentales, existe la posibilidad de estimar las restantes, una vez calibrado el
modelo.
Una vez establecidos estos conceptos, para las hipótesis de acuífero libre y recarga alejada del borde
de drenaje, puede deducirse la ecuación característica para el caso de acuífero libre, con punto de
análisis y recarga por lluvia, próximos a dicho borde de drenaje.
La Figura 4-9, es similar a la Figura 4-8, pero se considera una recarga por lluvia W por metro lineal de
acuífero en el sentido del corte.
w (L − x ) = K h
dh
dx
En la que se verifica:
Como para x = L, Qx=0
y para x = 0, Qx=w·L
Integrando entre 0 y x y entre hc y h:
h x
h dh =
w
(L − x ) dx
hc 0 K
h 2 − hc2 w x2
= L x −
2 K 2
h 2 − hc2
2
=
w
2 K
(
2 L x − x2 )
(2 L − x )
wx
h 2 − hc2 =
K
wLx x
h 2 − hc2 = 2 −
K L
w L =
K
(h 2
− hc2 )
x
x 2 −
L
wL=Q
Q=
K
(h 2
− hc2 )
x
x 2 −
L
Qi +1 =
K
(h 2
i +1 − hc2 )
x
x 2 −
L
Qi =
K
(h 2
− hc2 )
x
i
x 2 −
L
Que, sustituido en la fórmula general, deducida en el apartado anterior del modelo MEDA de
precipitación-caudal, con correlación potencial y uso de lluvia útil:
(
Qi +1 = M Pi − (Ti )
N
) + BQ i
Se tiene:
K
x
(h 2
i +1 )
− hc2 = M Pi − (T ) ( )
N
+
BK
x
(
hi2 − hc2 )
x 2 − x 2 −
L L
Operando y simplificando:
x
x 2 −
(
hi2+1 = M Pi − (T )
N
)
K
L
+ B hi2 + (1 − B ) hc2
De donde:
x
x 2 −
(
hi +1 = M Pi − (T )
N
) L
+ B hi2 + (1 − B ) hc2
K Fórmula 4
Que sustituirá a la fórmula 3 para el caso de considerar el punto de análisis próximo al borde de drenaje
y existir una recarga por lluvia inmediata uniformemente distribuida.
Las hipótesis de acuífero cautivo pueden desarrollarse del mismo modo que las de acuífero libre, con la
salvedad de que no tendría sentido admitir recargas próximas por las propias características de
confinamiento del acuífero.
El caudal Q, que atravesaría una banda unitaria de acuífero de potencia b, tendría para el punto situado
a distancia x del borde de drenaje de nivel constante; la expresión dada por DARCY:
dh
h
Qi +1 = K b
hc
Q dx = K b dh
x h
0 hc
Luego:
Q x = K b (h − hc )
Q=
Kb
(h − hc )
x
Siguiendo las hipótesis de correspondencia inmediata entre niveles y caudales, se tiene:
Qi +1 =
Kb
(hi +1 − hc )
x
Qi =
Kb
(hi − hc )
x
Introduciendo estos valores en la fórmula básica del modelo MEDA de precipitación-caudal:
(
Qi +1 = M Pi − (Ti )
N
) + B Qi
K b
(hi +1 − hc ) = M Pi − (Ti ) ( ) + B Kxb (h − h )
N
i c
x y
(
hi +1 = M Pi − (Ti ) )
N x
Kb
+ B hi + (1 − B ) hc
Que restituye los niveles piezométricos para el caso de acuífero confinado y estando, naturalmente,
alejada la recarga del punto de análisis y del borde de drenaje.
Regulación-Garantía
Es posible el estudio de la regulación y la garantía de la misma. Se realiza mediante una subrutina que
se limita sencillamente a tomar los valores de la serie simulada, discretizarlos en intervalos iguales y ver
la frecuencia de valores comprendidos en cada intervalo. Posteriormente acumula estas frecuencias, y
lista en una tabla las probabilidades de que el caudal sea menor que cada uno de los límites de intervalos
marcados.
Esta operación la efectúa para la serie simulada, la simulada en presencia de bombeos y esta última con
los caudales de bombeo sumados, como correspondería al caso de vertido de agua al cauce.
Se parte de la base de que el proceso de calibración se ha efectuado satisfactoriamente.
Los valores de caudal-garantía para la serie simulada sin bombeos, permiten representar la Figura 4-10.
La curva permite apoyo en la toma de decisiones, sobre si se desea usar cantidades bajas de agua con
una garantía de suministro muy alta o bien usar más, pero con menor garantía.
Un análisis de la serie simulada
permite ver que los meses de julio,
agosto, septiembre y octubre, en los
que se demanda mucha agua para
riego, son los de aportación más baja.
Se llega a la conclusión de que
bombeos complementarios de unos
500 m3/día en julio, 1200 m3/día en
agosto, 4000 m3/día en septiembre y
unos 4500 m3/día en octubre, podrían
mantener un montante de riego entre
los 600 m3/día y 7000 m3/día para
utilizar en estos meses, frente a los
3000 m3/día a 3500 m3/día, que como
máximo aportará el cauce en los
Figura 4-10 Gráfico caudal-garantía. meses de agosto y septiembre.
Al simular la serie en presencia de estos bombeos, la curva de la Figura 4-10, se desplaza hacia la
izquierda, dando menores caudales para la misma garantía o bien bajando la garantía si se quiere
suministrar los mismos caudales.
Es decir, el bombeo del acuífero supone: o bien disponer de menos agua en el cauce, o bien tener la
misma agua, pero con menor garantía. En cualquier caso, el agua extraída y utilizada en otro uso fuera
del cauce, hace que la satisfacción conjunta de usos del agua sea más elevada en términos globales.
La curva regulación-garantía, que se deduce en este caso y que también se representa en la Figura 4-10,
se desplaza la derecha, en la zona de caudales más bajos a expensas de ir en sentido contrario en la
zona de altos.
Se observa cualitativamente la mejora de la regulación y garantía del servicio, en la operación de uso
conjunto simulada, siguiendo mecanismos de interpretación del gráfico análogos a los ya descritos.
El análisis cuantitativo de la
operación debe obtenerse de la
lectura de los valores de las tres
series, cuya representación gráfica
se incluye en la Figura 4-11.
Se ha pasado de tener una
disponibilidad para riegos de
3000 m3/día en los meses de estío, a
poder alcanzar prácticamente el
doble, gracias a la operación de uso
conjunto. Es cierto, que este
beneficio de estío se lleva a
expensas de disminuir los caudales
al río en el mes de noviembre,
diciembre y meses siguientes, pero Figura 4-11 Aprovechamiento de riego.
en estos periodos el agua ya no es
demandada para riegos y en cualquier caso supone ya un bien abundante.
Programa de Ordenador
A lo largo del tiempo se han realizado varias versiones del programa del modelo MEDA. Se han utilizado
compiladores cada vez más actualizados. Pero en realidad lo más cómodo, en todos los sentidos, es
utilizar una hoja EXCEL, que permite obtener las series de caudales y los gráficos en el formato que se
desee.
Capítulo 5
Parámetros característicos de las formaciones geológicas en su comportamiento
frente al agua. Parámetros hidrogeológicos. Porosidad total. Porosidad cinemática.
Coeficiente de almacenamiento por liberación elástica. Coeficiente de
almacenamiento por desaturación. Permeabilidad efectiva. Permeabilidad
intrínseca. Transmisividad
5.1 Porosidad total, porosidad efectiva y porosidad cinemática
5.2 Coeficiente de almacenamiento por liberación elástica y coeficiente de almacenamiento por
desaturación
5.3 Permeabilidad efectiva o conductividad hidráulica. Permeabilidad intrínseca
5.4 Transmisividad y difusividad
CAPÍTULO 5
Parámetros característicos de las formaciones geológicas en su comportamiento
frente al agua. Parámetros hidrogeológicos. Porosidad total. Porosidad cinemática.
Coeficiente de almacenamiento por liberación elástica. Coeficiente de
almacenamiento por desaturación. Permeabilidad efectiva. Permeabilidad
intrínseca. Transmisividad
Está referida al volumen total de poros, independientemente de que el fluido tenga o no la capacidad de
circular entre ellos.
El segundo concepto es la porosidad eficaz me, también denominada porosidad cinemática, quedando
relacionada según:
Se refiere al volumen de poros conectados, por los que el transporte de fluido es posible y queda ligado,
obviamente, no solo a la textura de la formación, sino también a las características del fluido.
La porosidad total de una roca detrítica depende de la forma, distribución granulométrica y modo de
empaquetado de sus granos. Sobre este punto conviene hacer algunas observaciones. En estado
natural, las rocas detríticas pueden tener sus granos con mayor o menor grado de compactación. Esto
es debido a factores como génesis formacional, ambiente sedimentario, carga litoestratigráfica, etc. El
tipo de empaquetado puede variar desde el cúbico, que es el que deja mayores espacios intergranulares,
al rómbico, que es el de mayor compactación.
Si se considera el medio
constituido por esferas del mismo
tamaño, tal y como se representa
en la Figura 5-1, el empaquetado
cúbico dejaría espacios
intergranulares que propiciarían
Empaquetado cúbico 47,64 % Empaquetado rómbico 25,95 % una porosidad total del 47,64 %; y
el empaquetado rómbico, del
25,95 %. El tamaño de los granos
esféricos no influiría en la
porosidad, dado que
porcentualmente el volumen de
huecos frente al volumen total
Figura 5-1 Empaquetado máximo y mínimo de un medio granular
homométrico.
Figura 12. Empaquetado máximo y mínimo de un medio sería siempre el mismo.
granular homométrico
Si el medio es heterométrico, con granos de tamaños variados, los granos más finos ocuparían los
huecos entre los más grandes, disminuyendo el valor de la porosidad total. Lo mismo ocurriría si la forma
de los granos es variable y picuda.
En la naturaleza, las formaciones detríticas tienden a lograr empaquetados altos, suelen tener una
distribución granulométrica diversa, según los casos y la forma de los granos, no perfectamente esférica,
mostrándose en la mayoría de los casos granos de forma diversa con proliferación de bordes angulares
variopintos.
La porosidad real de interés, en los estudios de ingeniería geológica, es la que tiene la formación en su
estado natural. En general, la porosidad medida en muestras descomprimidas de testigos suele dar
valores mucho más elevados que la real medida “in situ” para la misma formación.
En el techo del acuífero, la presión es superior a la atmosférica, y ello implica que, si un sondeo comunica
la superficie con el acuífero, el nivel del agua sube por dicho sondeo hasta el punto de equilibrio, donde
quedará situado el nivel piezométrico, suma de las alturas de posición y presión.
Un descenso en el nivel piezométrico del acuífero, sin llegar al techo del mismo, trae como consecuencia
una variación del estado de presiones en el medio físico que se traduce en una liberación elástica de
agua. Al descender el nivel, dos son los cambios que se producen:
Al bajar la presión a que está sometida el agua, esta tiende a expandirse.
Al bajar la presión interna a que está sometido el acuífero por el agua, este tiende a descomprimirse.
En los acuíferos confinados, en definitiva, el agua se libera por mecanismos elásticos debido al efecto
conjunto de la expansión del agua y a la descomprensión vertical de la estructura granular.
El coeficiente de almacenamiento de un acuífero confinado o coeficiente de almacenamiento por
liberación elástica podría deducirse a grandes rasgos, considerando los volúmenes de agua liberados en
estos dos fenómenos.
Según la Figura 5-2, se imagina un prisma de
formación, de base unitaria. Al descender 1m el
nivel piezométrico, se liberaría una cantidad de
agua equivalente al coeficiente de
almacenamiento por liberación elástica.
1m
Descompresión del agua:
N.P.
Si la presión disminuye en p, el volumen inicial N.P. - 1 m
de agua en el acuífero Vw se incrementará en el
valor Vw. IMPERMEABLE
Espesor
Este valor Vw será el agua cedida en la b
descomprensión del agua contenida en el
acuífero. ACUÍFERO
IMPERMEABLE
1
p
Figura 13. Esquema para la deducción del coeficiente
Figura 5-2 Esquema para la deducción del coeficiente
elásticade
B= de almacenamiento por liberación
VW 1
almacenamiento por liberación elástica.
VW = p VW
VW B
Dado que el volumen de agua existente en el acuífero VW en el prisma considerado, es igual al volumen
del material acuífero de dicho prisma VA por la porosidad eficaz me del acuífero.
Luego, puede establecerse:
VW = . .me .V A
VA según la figura, será producto de la base unitaria por el espesor de acuífero b, luego:
VW = . .me .b
La liberación total de agua o coeficiente de almacenamiento por liberación elástica S, será la suma de
los dos volúmenes calculados, así:
S = Vw + V A = b me + b
S = b( + me )
S, es conceptualmente adimensional, tal y como se ha indicado.
Se tiene:
−2
Fuerza M L T M T −2
= = =
Volumen L3 L2
b = L
= Superficie = L2
−2
=
L
Fuerza M L T M T −2
Superfice L2
= = −2
=
L
Fuerza M L T M T −2
−2
L M T −2
S = M T2 L
L −2
+ −2
=
L
→
L M T M T L M T −2 Adimensional
En los acuíferos libres, al descender el nivel se producen los mismos fenómenos de liberación elástica,
pero al agua liberada por este concepto, hay que añadir el agua vaciada existente en los poros, es decir,
el agua desaturada al vaciar una altura de 1m, en un prisma de acuífero de base unitaria.
Este último valor es coincidente con la porosidad eficaz.
Por tanto, llamando S' al coeficiente de almacenamiento de un acuífero funcionando como libre, se tiene:
S ' = S + me
Siendo, lógicamente, adimensional.
El coeficiente de almacenamiento por liberación elástica S es muy pequeño en relación con el coeficiente
de almacenamiento por desaturación o porosidad eficaz me, por ello, se suele asumir, sin cometer errores
significativos, que:
S ' = me
Se usa el cm/s y el m/día como unidades más habituales, aunque m/día suele utilizarse en hidrogeología
con carácter prácticamente general.
La permeabilidad intrínseca y la permeabilidad efectiva se relacionan, únicamente, por los parámetros
capaces de definir las características del fluido.
g
K = K0 K = K0
o bien
Donde:
K = Permeabilidad efectiva [LT-1]
K0= Permeabilidad intrínseca
= Peso específico del agua [ML-2T-2]
= Viscosidad dinámica del fluido [ML-1T-1]
= Viscosidad cinemática [L2T-1].
y, en consecuencia:
K 0 = K = LT
−1
.ML−1T −1
= L2
−2 −2
ML T
Buscar una relación capaz de definir, con carácter generalista, la permeabilidad intrínseca en función del
medio no ha sido posible a pesar de los esfuerzos de diversos investigadores. En cualquier caso, no
influye solamente el tamaño que conforma el medio, sino también, su forma y superficie, no admitiendo
generalización estas dos últimas características.
Los más prestigiosos autores de esta temática han establecido las siguientes relaciones:
K 0 = c d 02 Hazzen
K 0 = c m n d e2 Slichter
m − 0.13
K0 = d e2
(1 − m)
1
3
Terzaghi.
La variable “de” es el denominado diámetro eficaz, que para el caso más general, todos los autores
citados lo cifran en el d10 de la curva granulométrica de la muestra. Es decir, el tamaño de abertura de
tamiz que permite el paso del 10 % en peso de la muestra de material granular.
Los coeficientes c, m, n y λ dependen de las características geométricas y de fricción de los granos,
pudiendo por ello admitirse que, para cualquier caso:
K0 = Cte. d e2
y, por tanto:
K = K0
K 0 = Cte. d10
2
T=K*b (Transmisividad)
PARTE II
CÁLCULO DE PARÁMETROS
HIDROGEOLÓGICOS DE ACUÍFEROS.
ENSAYO DE BOMBEO
COMPRENDE:
✓ CAPÍTULO 6: Leyes que gobiernan el flujo de las aguas subterráneas. Ley de Darcy. Ecuaciones
fundamentales del flujo en medios porosos: Laplace, Poisson y Ecuación General del Flujo Transitorio.
Métodos de resolución. Métodos analíticos, redes de flujo y métodos de simulación.
✓ CAPÍTULO 7: Métodos de evaluación de parámetros hidrogeológicos. Ensayos de bombeo, ensayos de
inyección y ensayos con trazadores.
✓ CAPÍTULO 8: Evaluación de parámetros hidrogeológicos en acuíferos conectados a mares y océanos de
mareas vivas.
Esta parte se ha redactado con base en un conjunto de documentos, todos ellos del autor. Destacan apuntes de los diversos
cursos de hidrogeología en los que ha impartido docencia (Curso de Hidrogeología Noel Llopis, Curso de Ingeniería
Geológica, Curso de Hidrogeología Aplicada, etc.) de estos se escribieron dos libros cuyas referencias se adjuntan.
Iglesias, A. (2002). Capítulo 5: Hidrogeología. En: González de Vallejo. Ingeniería Geológica. Madrid: Pearson Education.
Iglesias, A. (1984). Capítulos II a V. En: Villanueva Martínez, M. e Iglesias López, A. Pozos y Acuíferos Técnicas de
evaluación mediante ensayos de bombeo. ITGE. 426 páginas.
Estas dos referencias citadas son la base de información actual de la parte 2 de este libro.
AGUAS
SUBTERRÁNEAS
EXPLORACIÓN, EVALUACIÓN,
CARACTERIZACIÓN Y GESTIÓN
Capítulo 6
Leyes que gobiernan el flujo de las aguas subterráneas. Ley de Darcy. Ecuaciones
fundamentales del flujo en medios porosos: Laplace, Poisson y Ecuación General
del Flujo Transitorio. Métodos de resolución. Métodos analíticos, redes de flujo y
métodos de simulación.
6.1 Ley de Darcy. Validez. Generalización 3D y medio anisótropo. Velocidad real del flujo
Ley de Darcy
Velocidad de Darcy y velocidad real
Generalización de la ley de Darcy. Medio homogéneo e isótropo
Generalización de la ley de Darcy. Medio anisótropo
6.2 Ley de la continuidad. Ecuación de Laplace. Régimen permanente en ausencia de fuentes y
sumideros
Ecuación de la continuidad para flujo estacionario
Ecuación de Laplace
6.3 Ecuación de Poisson. Régimen permanente en presencia de fuentes y sumideros
6.4 Ecuación General del Flujo Transitorio
6.5 Métodos numéricos de resolución
Resolución de la ecuación de Laplace por el método de las diferencias finitas
Resolución de la ecuación de Poisson por el método de las diferencias finitas
Régimen transitorio. Aproximación por el método de las diferencias finitas
6.6 Métodos analíticos, redes de flujo y métodos de simulación
Métodos analíticos
Redes de flujo
Métodos de simulación
CAPÍTULO 6
Leyes que gobiernan el flujo de las aguas subterráneas. Ley de Darcy. Ecuaciones
fundamentales del flujo en medios porosos: Laplace, Poisson y Ecuación General
del Flujo Transitorio. Métodos de resolución. Métodos analíticos, redes de flujo y
métodos de simulación
Ley de Darcy
Fue enunciada por su autor en 1856, después de diversos trabajos y experimentaciones, en la Villa de
Dijon. Establece que el caudal Q, que es capaz de atravesar un medio permeable, es proporcional al
área de paso del medio permeable A, normal al flujo, y al gradiente de niveles piezométricos entre la
entrada y la salida del flujo en el medio permeable i.
La constante de proporcionalidad es la permeabilidad del medio, en la que quedan incluidas las
características del fluido. Es decir, es la permeabilidad efectiva, conductividad de DARCY o conductividad
hidráulica. En consecuencia y con carácter global:
En el caso de la Figura 6.1, el experimento mantiene constantes los niveles hA y hB, y al ser constante el
valor K y A para todo el medio permeable, se establece la forma más sencilla de Darcy:
hA -hB
Q=-K A
L
La ley de Darcy es únicamente válida para el caso en que el régimen sea laminar.
Para evaluar si el régimen es realmente laminar, hay que acudir al denominado número de Reynolds,
que representa la relación entre las fuerzas de inercia y viscosas en el seno de un fluido. Figura 6-2.
ρvd
Re = (Número de Reynolds)
μ
Donde:
= Velocidad del fluido
d = Tamaño medio de las partículas. Se considera el d50 (tamaño de malla que permite el paso del 50%
de una muestra del acuífero granular) en medios granulares y 2e en medios fisurados, siendo e el
ancho medio de las fisuras.
= Densidad del fluido
= Viscosidad dinámica
El número de Reynolds es adimensional.
-3
(ML )(L)
[Re ]=
(MLT-2 )(T)(L-2 )
De todos modos, para su cálculo, habrá que utilizar unidades homogéneas; por ejemplo, en cm/seg,
d en cm, en g/cm3 y en dina.seg/cm2.
Un valor del número de Reynolds comprendido
entre 1 y 10, denota un régimen laminar en el
que puede considerarse aplicable la ley de
Darcy, aunque es particularmente fiable con
valores inferiores a 4.
El régimen se manifiesta totalmente turbulento
para valores de 60 a180 y en los valores
intermedios puede asumirse como cuasi-
Figura 6-2 Régimen de flujo.
turbulento. En cualquier caso, con esta última
gama de parámetros, el flujo no cumpliría la ley
de Darcy.
En la relación:
dh
Q=-KA
dx
La permeabilidad K es la dependiente tanto de las características del medio como de las del fluido; es
decir, se refiere a la permeabilidad efectiva o conductividad hidráulica que por esta circunstancia también
suele ser denominada como permeabilidad de Darcy.
̅̅̅̅̅ h
v̅=-Kgrad (Darcy generalizado para medio homogéneo e isótropo)
Siendo:
v̅ =(vx , vy , vz )
∂h ∂h ∂h
̅̅̅̅̅
grad h= ( , , )
∂x ∂y ∂z
Z=(escalar)
Haciendo coincidir ejes con direcciones principales del medio anisótropo, las componentes escalares del
tensor de permeabilidad, serían:
Kxx 0 0
[K̿ ]= [ 0 Kyy 0]
0 0 Kzz
Siendo, por tanto:
∂h ∂h ∂h
vx = -Kxx vy = -Kyy vz = -Kzz
∂x ∂y ∂z
las componentes del vector velocidad, que se utilizarán en la deducción de las ecuaciones del flujo
como se indica a continuación.
Se considera que, si por una cara entra un flujo unitario v, por la opuesta saldrá v+ v.
Según el desarrollo de Taylor, la función incrementada es igual a la función sin incrementar más la
derivada de la función por el incremento y una serie de términos, que son infinitésimos de orden superior,
despreciables en según qué circunstancias.
Es decir:
2 3
∂f ∂ f ∆x2 ∂ f ∆x3
f(x+∆x)=f(x)+ ∆x+ 2 + +…
∂x ∂x 2! ∂x3 3!
∂f
que se aproxima según, f(x+∆x)=f(x)+ ∆x
∂x
El balance de agua en el cubo elemental se lleva a cabo aplicando el desarrollo en serie de Taylor,
despreciando infinitésimos de orden superior al primero y sumando las componentes del caudal unitario
(flujo), en cada dirección.
Se tiene, en consecuencia, el siguiente balance entre caras del VER:
∂vx ∂vx
Cara yz (vx + ∆x-vx ) ∆y ∆z ⟹ ∆x ∆y ∆z
∂x ∂x
∂vy ∂vy
Cara xz (vy + ∆y-vy ) ∆x ∆z ⟹ ∆y ∆x ∆z
∂y ∂y
∂vz ∂vz
Cara xy (vz + ∆z-vz ) ∆x ∆y ⟹ ∆z ∆x ∆y
∂z ∂z
Para respetar las condiciones de masa entrante igual a masa saliente, estas tres cantidades tienen que
ser nulas. Por tanto:
∂vx ∂vy ∂vz
∆x ∆y ∆z + ∆y ∆x ∆z+ ∆z ∆x ∆y=0
∂x ∂y ∂z
∂vx ∂vy ∂vz
+ + =0 Ecuación de la continuidad para flujo estacionario.
∂x ∂y ∂z
Ecuación de Laplace
La ecuación de Laplace es la primera de las ecuaciones diferenciales en derivadas parciales, que
gobiernan el flujo en medios porosos (permeables en general, cuando el medio pueda ser asumido como
poroso). Se refiere al flujo en condiciones de régimen permanente y en ausencia de fuentes y sumideros.
Esta ecuación, como en todas las ecuaciones del flujo en medios porosos, se obtiene aplicando
conjuntamente la ecuación de la continuidad y la ley de Darcy. De hecho, es lógico que así sea. El flujo
se gobierna aceptando, de una parte, que la masa entrante debe ser igual a la saliente y que ambas,
dentro del medio poroso, están condicionadas por los planteamientos de Darcy.
Así, se tiene:
∂vx ∂vy ∂vz
Continuidad ⟹ + + =0
∂x ∂y ∂z
∂h
vx = -Kxx
∂x
∂h
Darcy ⟹ vy = -Kyy
∂y
∂h
vxz = -Kzz
∂z
Sustituyendo:
∂ ∂h ∂ ∂h ∂ ∂h
(-Kxx )+ (-Kyy )+ (-Kzz ) =0
∂x ∂x ∂y ∂y ∂z ∂z
Si se considera el medio homogéneo (la permeabilidad es la misma en cualquier punto del espacio) e
isótropo (la permeabilidad es la misma en cualquier dirección del espacio), se tiene: kxx = kyy = kzz = k.
2 2 2
∂h ∂h ∂h
+ + =0 (Ecuación de LAPLACE)
∂x2 ∂y2 ∂z2
(Régimen permanente. Medio homogéneo e isótropo. Ausencia fuentes y sumideros)
Esta ecuación, con frecuencia parece aparatosa e incomprensible para los técnicos del medio físico que
no desarrollan sus tareas dentro del mundo de las matemáticas. Sin embargo, si se sigue la génesis de
su deducción, se comprende que lo único que expresa en términos simplistas, es que el agua que entra
en un recinto de trabajo debe ser igual al agua que sale, si no se quiere que varíe el nivel de agua en el
recinto. Desde este punto de vista, no es una ley teórica sino exacta. Todas las fórmulas que utilizan en
hidrodinámica salen de esta ley o de otras deducidas con idénticos criterios.
Otro problema distinto, es aplicar esta ley a casos concretos del trabajo en hidrogeología aplicada a la
ingeniería geológica. Para ello es preciso resolver e integrar la ecuación diferencial.
La posibilidad de resolver esta ecuación depende, como en otras ecuaciones diferenciales que gobiernan
fenómenos físicos en campos gravitatorios, de las condiciones de contorno del problema concreto.
Hay dos tipos característicos de condiciones de contorno:
Condiciones Dirichlet N.P. conocido en frontera
Condiciones Neuman Flujo conocido en frontera.
La resolución de la ecuación solo es posible por métodos analíticos en sistemas físicos sencillos, como
es el caso de flujo hacia pozos y algunos problemas de flujo entre zanjas. Para casos reales más
complejos, debe acudirse a métodos aproximados de resolución numérica, o también, en algunos otros
casos, a métodos gráficos de resolución como redes de flujo.
∂vx ∂vy
∆x(b∆y)+ ∆y(b∆x)=R(x,y)∆x∆y
∂x ∂y
Aplicando Darcy con hipótesis de homogeneidad e isotropía
Kxx =Kyy =Kzz =K
y, siendo:
Q
R(x,y)=
∆x∆y
b=Potencia del acuífero
Figura 6-5 Esquema para la deducción de la ecuación de Poisson. T = kb
Se obtiene la ecuación de Poisson:
2 2
∂ h ∂ h R(x,y)
+ =- (Ecuación de POISSON)
∂x2 ∂y2 T
(Régimen permanente. Presencia de fuentes y sumideros. K homogénea e isótropa)
En esta ecuación se tiene:
Si R(x,y) = 0 es coincidente con la ecuación de Laplace
Si R(x,y) positiva = recarga
Si R(x,y) negativa = bombeo
Todo lo dicho para la resolución de la ecuación de Laplace es válido para la de Poisson. Sin embargo,
esta última es más realista y completa, y se ajusta mejor a la mayoría de los problemas reales que suelen
presentarse. Establece de modo simplista que la suma de entradas y salidas de agua en un recinto
acotado debe ser igual al bombeo o recarga que incida sobre tal recinto, siempre en condiciones de
régimen permanente (no variación de los niveles piezométricos en el recinto) y de medio homogéneo e
isótropo en cuanto a la permeabilidad del medio.
vx v y h
x(by) + y(bx) = R( x, y, t )xy − S (xy)
x y t
Como en anteriores ecuaciones se aplica Darcy generalizado:
h h h
vx = −k xx v y = − k yy vz = −k zz
x y z
Y asumiendo una vez más condiciones de homogeneidad e isotropía (kxx = kyy = kzz = k), discretización
cuadrada ( x = y ) y T = kb, se obtiene:
2 2
∂ h ∂ h S ∂h R(x,y,t) (Ecuación general del flujo en régimen
+ = - transitorio)
∂x2 ∂y2 T ∂ T
(Régimen transitorio. Presencia de fuentes y sumideros. k homogénea e isótropa)
Los términos de esta ecuación tienen el siguiente significado:
2h 2h
+
x 2 y 2 Suma de caudales entrantes por las caras laterales
S h
T t Volúmenes desalmacenados en la unidad de tiempo
R ( x, y , t )
T Bombeos o recargas en la unidad de tiempo.
En definitiva, esta ecuación indica que el balance de caudales entrantes y salientes en un recinto, por
razones de gradientes piezométricos, más las recargas externas al sistema como bombeos y recargas,
debe ser igual a los caudales de llenado o vaciado del recinto.
h hi +1, j − hi , j
=
x x
h −h
h i, j + 1 i, j
=
Figura 6-7 Esquema de discretización en nodos de un acuífero. y y
Segundas diferencias:
hi +1, j − hi , j hi , j − hi −1, j
− hi −1, j − 2hi , j + hi +1, j
h2
x x
= =
x 2 x (x) 2
hi , j +1 − hi , j hi , j − hi , j −1
−
h2
y y hi , j −1 − 2hi , j + hi , j +1
= =
y 2 y (y ) 2
Sumando e igualando a 0; es decir, sustituyendo las expresiones de las segundas derivadas de Laplace
por sus valores discretizados en diferencias finitas, se tiene,
Para x = y
Que representa la ecuación de Laplace en diferencias finitas. Haciendo variar los valores de i, j entre 1 y
el número de filas y de columnas; se tiene una matriz de rango num., filas X num., columnas, que es un
sistema de ecuaciones cuya resolución nos da los valores del nivel h en cada nodo.
Para x = y
Ri , j (x) 2
hi −1, j + hi +1, j + hi , j −1 + hi , j +1 − 4hi , j =
Ti , j
Ecuación de POISSON en diferencias finitas.
= h hi , j − h i , j
=
t t o bien t t
Por sustitución:
Ecuación en D.F. Método Explícito
n n n n n n n +1 n n
h i −1, j − 2 h i , j + h i +1, j h i , j −1 − 2 h i , j + h i , j +1 S i , j h i , j − h i , j R i , j
+ = −
(x) 2 (y ) 2 Ti , j t Ti , j
Tt
0
Estabilidad explícita S (x) 2 (<0,25) (malla cuadrada)
Tal y como puede verse en la Figura 6-8, existen dos zanjas A y B, cuyos niveles son constantes de
hA=15 y hB=8. Las zanjas se encuentran en un acuífero libre de K=2 m/día, penetran totalmente la
formación permeable y están separadas L=26 m. Se estudiará el fenómeno calculando los caudales
circulantes entre zanjas (por metro lineal de zanja) y la forma de la superficie piezométrica.
Métodos Analíticos
Se intenta llegar a una expresión que dé el caudal de paso por metro de zanja, y la ecuación de la
superficie piezométrica. En el caso representado en la Figura 6-8, el caudal por metro de zanja no pasa
por una sección constante b.1, sino por una sección variable h.1. El espesor del acuífero, al ser libre, no
es constante, sino que depende del espesor saturado en cada punto situado a la distancia x de la zanja
A, que vendrá dado por el nivel piezométrico h.
El caudal Q que pasa por un
punto x genérico:
dh
Q = −K A
dx
para 1 m de longitud de zanja
A= área de paso = h.1,
K = permeabilidad
dh
Q = −K h
dx luego:
Q
dx = −h dh
K
Cuando x varía entre 0 y L, h
Figura 6-8 Problema de zanjas. Método analítico. varía entre hA y hB:
Q L hB
dx = − hdh
K 0 hA
hB
Q L h2
x0 =
K 2 hA
QL 1 2
K
(
= hA − hB2
2
)
y el caudal de transferencia por metro de zanja, vendrá dado por:
Q=
K 2
2L
(
hA − hB2 )
Que, para el caso propuesto, k=2 m/día, hA=15 m, hB=8m y L=26, se obtiene:
Q = 6,19 m3/día
La ecuación de la superficie piezométrica podría obtenerse buscando la relación que diera el valor del
nivel piezométrico h en función de la situación x. Para ello, habría que establecer la integración entre la
zanja A y la zanja B para proceder a eliminar Q entre ambas ecuaciones.
Así pues, para el caso de acuífero libre:
dh Q
Q = −K h dx = −h dh
dx luego K
Integrando entre 0 y x:
Qx h A2 − h 2
x h
Q
dx = − hdh =
K 0 hA
; K 2
Integrando entre x y L:
(L − x ) = h − h B
2 2
Q Q
L
dx = − hdh
hB
K x h
; K 2
L − x h 2 − hB2
= 2 2 − 1(h A − h ) = h − hB
L 2 2 2 2
x hA − h ; x
operando y simplificando:
2 2
2 h A - hB
h = x + h2A
L
Redes de Flujo
Los métodos de resolución basados en redes de flujo son muy comunes y clásicos dentro de la ingeniería
geológica. Tiempo atrás no se disponía de ordenadores, ni métodos numéricos convenientemente
adaptados, y las resoluciones por métodos analíticos de los problemas del flujo tenían las dificultades
conocidas de condiciones de contorno y heterogeneidad del medio físico, que con frecuencia
imposibilitan su aplicación.
La construcción de redes de flujo y en general la aplicación de este método, han sido convenientemente
explicados en el oportuno capítulo de este libro, no obstante, deben desde aquí hacerse algunas
puntualizaciones complementarias. La construcción de una red de flujo para resolver gráficamente la
ecuación de Laplace es relativamente fácil en aquellos problemas en los que los límites son estables, y
también en el caso de movimiento de acuíferos confinados, mientras que presenta mayores dificultades
en aquellos casos que se refieran al movimiento en condiciones de acuífero libre, si no se conoce de
antemano la posición de la superficie freática. Una red de flujo es un gráfico bidimensional compuesto
por dos familias de curvas de índole especial: las líneas de flujo o líneas de corriente, las cuales indican
la trayectoria del movimiento del agua; y las líneas equipotenciales, que unen los puntos de igual
potencial. El empleo de las redes de flujo está limitado a la investigación de secciones bidimensionales
que sean representativas del movimiento en el medio poroso, y el análisis de problemas tridimensionales
que presenten simetría axial o radial.
En un medio homogéneo e isótropo, para el cual sea válida la ley de Darcy, las líneas de corriente son
ortogonales a las líneas equipotenciales. Una red de flujo puede concebirse como un enrejado de dos
familias de líneas mutuamente ortogonales dispuestas de tal manera que, como regla, las líneas de
corriente acaben en líneas equipotenciales y viceversa, delineando, en parte, el dominio del movimiento.
La excepción a esta regla aparece cuando se presenta una superficie de rezume. Para poder elaborar
una red de flujo es preciso que el movimiento satisfaga los criterios de independencia del tiempo y de
homogeneidad, que tenga lugar paralelamente al plano de la red y que, además, tenga validez la ley de
Darcy.
Las redes de flujo pueden construirse tanto para el estudio del movimiento en una sección vertical como
en un plano horizontal. La mayoría de las acciones corresponden al estudio de la filtración a través de
diques, presas y estructuras similares. Estas redes suelen corresponder a secciones verticales. También
pueden elaborarse redes para el estudio de movimientos horizontales utilizando mapas de isopiezas,
vistas anteriormente en este mismo capítulo; en este caso, debido a las variaciones de transmisividad y
a la falta de paralelismo entre el movimiento y la red, suele ser raro que se pueda llegar a construir sobre
la mayor parte de dicho mapa una red de mallas cuadradas; las desviaciones de la forma cuadrada
pueden interpretarse como variaciones de la recarga, de la descarga o de la transmisividad.
Para construir una red de flujo, no existe un camino único, porque siendo continuas las funciones
potencial () y flujo (), existe una gran posibilidad de elección entre las líneas de corriente y
equipotenciales. En la práctica se escogen algunas líneas (pocas) representativas de cada familia.
Sin embargo, la razón entre el número de tubos de corriente y el de saltos de potencial es una constante
para cada problema y se deduce a partir de la fórmula del caudal de filtración.
La red de flujo queda unívocamente determinada al fijar el número de líneas de corriente o de líneas
equipotenciales. Es recomendable limitar a cuatro o cinco el número de tubos de corriente, pero, de
hecho, puede utilizarse un número fraccionario (de tubos de corriente o de saltos de potencial). En la
realidad, solo en contados casos, el número de tubos de corriente y el de potencial serán enteros a la
vez.
El cálculo del caudal de paso, que tiene lugar en un sistema representable en una sección vertical debajo
de la estructura hidráulica, se consigue dibujando la red de flujo y retocándola hasta conseguir su
necesario “aspecto cuadrado”. Las equipotenciales siempre serán perpendiculares a los bordes
impermeables y sensiblemente paralelas a los bordes de nivel constante; al contrario, ocurrirá con las
líneas de flujo. Con la red terminada se tendrá una serie de nF de “tubos de flujo”, estando limitado cada
uno de ellos por dos líneas de flujo, y un número nS de saltos de potencial entre los bordes de potencial
constante. Para calcular el caudal a través de cada uno de los tubos de flujo se aplica Darcy,
obteniéndose para un tubo de flujo genérico:
h
q = Kb
l
siendo b el ancho del tubo, l la longitud entre dos saltos de potencial y h el salto de potencial en el
elemento cuadrado.
Como b = l por construcción q = k h. El caudal total que pasa por los nF tubos de flujo será Q = nF
y q = nF k h. Por otra parte h = H/nS, siendo H el salto total de niveles piezométricos entre los dos
bordes de nivel constante que limitan el problema, luego:
nF
Q=k H
n S , con lo que puede estimarse el caudal de transferencia entre bordes.
A partir de los valores de h obtenidos, la red de flujo permite la determinación de la presión intersticial y
de la velocidad en el medio poroso. En realidad, en cada cuadrado curvilíneo se obtienen valores
discretos promedios de h en vez de una variación continua como resultaría de la solución analítica. Los
valores discretos de h serán tanto más exactos, cuanto más pequeña se haya hecho la subdivisión de
los elementos de la red. El hecho de que el potencial disminuya a lo largo de cada línea de corriente
permite calcular h en cualquier punto. En el origen de la línea de corriente, el nivel piezométrico se
determina a partir del plano de referencia elegido. La disminución entre este punto y aquel en el que se
pretende hallar los valores de la presión y de la velocidad, se calcula en función del número de saltos de
potencial entre ambos puntos y de la pérdida por salto, es decir H/nS. Una vez se ha calculado h, los
valores de la presión p se deducen inmediatamente a partir del valor de z y de la función de h = z + p/.
El problema propuesto se realiza a
partir de la red de flujo igualmente ue
por métodos analíticos. En la Figura
6-9 se dibuja la red para el problema
de las zanjas. Los dos bordes de
nivel constante son fáciles de
identificar, pues son los niveles de 15
y 8 m definidos en el problema para
las zanjas A y B respectivamente. El
zócalo del acuífero es un borde
impermeable y las equipotenciales
se ajustarán perpendiculares a él. El
tema de mayor dificultad es trazar la
Figura 6-9 Problema de zanjas. Red de flujo. Método gráfico.
superficie superior, dado que se trata
de un acuífero libre; debe ajustarse entre las alturas de A y B dando una forma de parábola suave, típica
de acuíferos libres como se dedujo en el punto anterior. Se dibujan, como se ve en la Figura 6-9, cuatro
tubos de flujo del mismo espesor, que van de A a B conservando sus proporciones. Después se van
trazando las equipotenciales perpendiculares a bordes y a líneas de flujo y consiguiendo que la red quede
cuadrada. Se tienen, según se ve, cuatro tubos de flujo y nueve saltos de nivel cuyos valores están
definidos y son la novena parte del salto total H. En consecuencia, el caudal de filtración vendrá dado
por:
nF 4
Q=k H = 2 (15 − 8) = 6,22
nS 9 m3/día
Resultado muy parecido al obtenido por métodos analíticos.
Métodos de Simulación
Consiste básicamente en discretizar el medio físico en un conjunto decidido de intervalos, fijar el lugar y
características de las fronteras del sistema, asignar a cada uno de estos intervalos los niveles
piezométricos y parámetros hidrogeológicos que les correspondan y plantear las ecuaciones del flujo
también para cada intervalo. Queda un sistema de ecuaciones con tantas ecuaciones e incógnitas como
intervalos que se resuelve por ordenador. La solución de este sistema de ecuaciones son los niveles
piezométricos en cada intervalo discreto.
En la Figura 6-10, el espacio
físico existente entre las dos
zanjas A y B, de longitud L, se
divide en intervalos iguales de
ancho x, tal que (n-1).x = L.
Cada banda de ancho x,
tendrá un nodo de control a
derecha e izquierda, de tal
modo que existirán n nodos.
Cada nodo genérico i tendrá un
nivel piezométrico
representativo hi y una
permeabilidad media Ki.
Figura 6-10 Problema de zanjas. Métodos numéricos.
Como ya se vio anteriormente,
el caudal que pasa por un punto x genérico:
dh
Q= K A
dx
Para 1 m de longitud de zanja A = h.1
dh
Q = K.h
dx
Q
dx = h.dh
K
Integrando entre i-1 e i:
Q
x i - 1 dx = h i - 1 hdh
xi hi
K i -1
Q h hi
[ x i - x i -1 ] = [ ]
K i -1 2 hi -1
2 2
Q hi hi - 1
_x = -
K i -1 2 2
2Q_x
= hi2 - hi2-1
K i -1
siendo:
Ki
Bi =
K i -1 ;
2 2 2 2
Bi hi+1 - Bi hi - hi + hi -1 = 0
2 2 2
hi -1 - ( Bi + 1) hi + Bi hi+1 = 0
Esta ecuación representa un sistema de n-2 ecuaciones lineales, al hacer variar la i entre i=2 e
i=n-1.
Existen n-2 incógnitas, dado que h1= hA y hn = hB que son los niveles en las zanjas A y B conocidos.
El sistema de ecuaciones es el siguiente:
i=2)
2 2 2
h1 - ( B 2 + 1) h2 + B 2 h3 = 0
i=3)
2 2 2
h2 - ( B3 + 1) h3 + B3 h4 = 0
i=4)
2 2 2
h3 - ( B4 + 1) h4 + B4 h5 = 0
...............
...............
i=n-2)
2 2 2
hn-3 - ( Bn- 2 + 1) hn- 2 + Bn- 2 hn-1 = 0
i=n-1)
2 2 2
hn- 2 - ( Bn-1 + 1) hn-1 + Bn-1 hn = 0
La solución del sistema permitiría conocer los niveles en cada nodo, que sería una aproximación
numérica a la ecuación de la superficie piezométrica.
El sistema expuesto no es lineal, y por ello, se hace más complicada su resolución. Se suele acudir a un
algoritmo iterativo basado en el comportamiento real de los acuíferos libres en problemas hidrodinámicos.
En efecto, en los acuíferos libres, el área de paso del flujo varía con el espesor saturado puntual, y este
varía con el nivel piezométrico. Al variar el espesor saturado, varía la transmisividad para el mismo valor
de la permeabilidad. El método consiste en dar iteraciones al modelo configurado para acuífero
confinado, que es lineal y sencillo de cálculo, con las transmisividades modificadas en función de los
niveles obtenidos al final de cada iteración. Esto permite que, en cada iteración, los espesores reales que
se introducen configuren el sistema como un acuífero libre. Cuando los resultados entre dos iteraciones
sucesivas cumplen un criterio de error, se da por terminada la simulación, dando como resultado los
últimos niveles calculados. En definitiva, lo único que se requeriría como modificación, sería igualar los
espesores de celda a los niveles piezométricos medios de los dos nodos adyacentes después de cada
iteración. De otra parte, no tiene sentido hablar de espesores de acuífero en funcionamiento como libre,
pues dependen del nivel piezométrico. Por ello, para tratar espesores variables, hay que deducirlos de
la diferencia entre los niveles piezométricos y la cota del fondo (variable) del acuífero.
El problema ejemplo propuesto se trata con el modelo Zanja1, realizado a tal efecto, y se obtienen los
siguientes resultados:
SALIDA DE RESULTADOS DEL MODELO ZANJA1
Valores de niveles simulados
Valores iniciales de simulación Nodo Nivel simulado
NUMERO TOTAL DE NODOS= 10 1 15
PERMEABILIDAD GENERAL 2 2 14.42941
3 13.83626
ESPESOR GENERAL= 15 4 13.21767
NIVEL HA= 15 5 12.57014
6 11.88925
NIVEL HB= 8
7 11.16937
8 10.4031
9 9.580376
10 8
Se puede observar que los niveles simulados reproducen con aceptable exactitud la ecuación de la
superficie piezométrica obtenida por métodos analíticos, además, si se desean obtener los caudales de
paso se puede aplicar Darcy entre nodos y sacar la media. En este caso se obtiene: Q= 6,19 m3/día, que
es el mismo que el obtenido por métodos analíticos.
Aunque solo se pretendía explicar el método, debe indicarse que en este caso solo se han tomado 10
nodos y ello trae como consecuencia algún desajuste en las soluciones, principalmente en los nodos
próximos a la zanja B. Mayor precisión en las soluciones aproximadas se consigue simulando un mayor
número de nodos y con criterios de error más exigentes.
Aparentemente este método resulta más difícil y engorroso, sin embargo, no debe olvidarse que existen
modelos en el mercado orientados al usuario de muy fácil configuración del medio físico y uso en general.
Permiten simular todo tipo de opciones. Debe destacarse, en este sentido, el modelo Modflow, disponible
en Internet en su versión básica.
Capítulo 7
Métodos de evaluación de parámetros hidrogeológicos. Ensayos de bombeo,
ensayos de inyección y ensayos con trazadores.
7.1 Introducción y estado del arte en ensayos de bombeo. Planteamiento general de los ensayos de
bombeo
Introducción y estado del arte en ensayos de bombeo
Ensayos de bombeo
7.2 Ensayos de bombeo en régimen permanente. Métodos de Thiem, Dupuit y De Glee
Ensayos de bombeo en régimen permanente. Planteamiento de la deducción de las ecuaciones
Método de Thiem. Acuífero confinado en régimen permanente
Método de Dupuit. Acuífero libre en régimen permanente
Método de De Glee. Acuífero semiconfinado en régimen permanente.
7.3 Ensayos de bombeo en régimen transitorio. Métodos de Theis, Jacob, Jacob Cooper y Hantush
Ensayos en régimen transitorio. Planteamiento de la deducción de las ecuaciones
Método de Theis. Acuífero confinado en régimen variable
Método de Jacob. Acuífero confinado en régimen variable
Método de Jacob –Cooper. Corrección de espesor saturado. Acuíferos libres en régimen transitorio
Método de Hantush. Acuífero semiconfinado en régimen variable
7.4 Perfil de descensos. Campos de pozos. Recuperación de niveles después de la parada
Perfil de descensos
Campos de pozos
Métodos de recuperación. Régimen variable
7.5 Pozos de gran diámetro y bombeos a caudal crítico
Pozos de gran diámetro
Bombeos a caudal crítico
7.6 Barreras impermeables y bordes de recarga. Método de las Imágenes
Barreras impermeables o bordes negativos. Método de las imágenes
Bordes positivos o recargas laterales
7.7 Efectos de drenaje diferido. Métodos de Boulton, Walton y Prickett.
7.8 Método 3D de Neuman
Solución Neuman
Método interpretativo de Neuman en ábaco logarítmico
Método interpretativo de Neuman en ábaco semi-logarítmico
CAPÍTULO 7
Métodos de evaluación de parámetros hidrogeológicos. Ensayos de bombeo,
ensayos de inyección y ensayos con trazadores
dh
v = −K
dr
o bien, generalizando:
h h h
v x = − K xx v y = − K yy v z = − K zz
r y z
Admitiéndose en este caso una permeabilidad anisótropa donde Kxx, Kyy y Kzz serían componentes
del tensor de permeabilidad.
v = - K grad h
La ley de Darcy solo es rigurosamente aplicable en presencia de régimen laminar, pudiendo conducir a
importantes errores cuantitativos su aplicación en régimen turbulento.
Otro investigador, Dupuit (1863), publicó por estos años trabajos relativos a estudios teóricos y prácticos
sobre el movimiento del agua desde canales abiertos a través de terrenos permeables.
El régimen se consideraba en equilibrio y se quedaron implícitamente sentadas las bases de un primer
e incipiente tratamiento de acuíferos libres.
En 1906, Thiem en su Hidrologische Methodem, sintetiza la formulación de la hidráulica de pozos en
régimen permanente y se establecen las bases de ensayos de bombeo para acuíferos confinados y
régimen de equilibrio.
Estos métodos, cuyas expresiones básicas se sintetizan a continuación, relacionan los descensos en un
punto que se sitúa a una distancia r de un pozo de bombeo con el caudal Q, y en dicho pozo, la
transmisividad T o permeabilidad K y el radio de influencia del acuífero.
Q R
H0 − H = L (THIEM - acuífero confinado)
2T r
Q R
H 02 − H 2 = L (DUPUIT - acuífero libre)
K r
H0: nivel inicial
H: nivel de equilibrio en un punto de observación
R: distancia pozo bombeo - punto de observación
Q: caudal bombeado
T: transmisividad
K: permeabilidad
R: radio de influencia.
Hay que resaltar en este punto, que la hidráulica de pozos ha seguido dos caminos en la utilización de
sus fórmulas y ecuaciones básicas. Un primer camino pretende conocer flujos de drenaje y alturas
piezométricas del agua frente a unas condiciones impuestas y unos determinados parámetros del
acuífero, mientras que, el segundo camino lo que pretende es, frente a unas condiciones prefijadas
observadas y medidas, calcular los parámetros que permitan el funcionamiento del sistema según ha
sido observado (problema inverso).
En este segundo camino, es donde ha ido integrándose poco a poco la parte más importante de la
hidráulica de pozos: los ensayos de bombeo.
Los ensayos de bombeo son, sin lugar a duda, el método más extendido, de más fácil aplicación y mayor
garantía en sus resultados que se usa tradicionalmente al objeto de conocer las características
hidrogeológicas de los acuíferos, así como el grado de perfección del acabado de las captaciones de
aguas subterráneas que en ellos se ubica.
Los métodos de Thiem y Dupuit permiten el cálculo de parámetros como: transmisividad o permeabilidad,
radio de influencia e incluso pérdidas de carga en el pozo; cuando la realidad física del sistema respeta
las siguientes condiciones:
❖ Acuífero homogéneo, isótropo e infinito
❖ Flujo radial y régimen laminar
❖ No existen recargas exteriores
❖ Penetración total de la formación permeable
❖ Caudal de bombeo constante sin infiltración
❖ Pozo de diámetro cero
❖ Régimen permanente con niveles en equilibrio.
Thiem se aplica además a acuíferos confinados, mientras que Dupuit es de aplicabilidad a acuíferos
libres.
La hidrodinámica subterránea fue acotándose a medida que los diversos autores y publicaciones fueron
sintetizando las ecuaciones diferenciales capaces de gobernar el flujo de agua en el seno de una
formación permeable.
Estas ecuaciones se obtienen por aplicación conjunta de la ley de Darcy y la ley de continuidad.
Así, se tiene:
Ecuación de Laplace. Flujo en régimen permanente en ausencia de fuentes y sumideros. Acuífero
homogéneo e isótropo:
2h 2h 2h
+ + =0
x 2 y 2 z 2 LAPLACE
Ecuación de Poisson. Flujo en régimen permanente en presencia de fuentes o sumideros. Acuífero
homogéneo e isótropo:
2h 2h 2h R
+ 2 + 2 =−
x 2
y z T POISSON
Donde R es el valor de una recarga ajena al sistema y T la transmisividad.
Ecuación general del flujo en régimen transitorio. Acuífero homogéneo e isótropo con existencia de
fuentes y sumideros:
2 h 2 h 2 h R S h
+ + + =
x 2 y 2 z 2 T T t Ecuación General del Flujo
Donde S es el coeficiente de almacenamiento.
El análisis en régimen transitorio de la evolución de descensos, causada en una formación por efecto de
un sondeo, empezó a gozar a partir de aquí, del privilegio de un gran número de modelos analítico-
interpretativos, consecuente con las aportaciones de otros tantos técnicos e investigadores.
La proliferación de métodos ha sido causa directa de la gran diversidad de comportamientos a que
pueden dar lugar las variadas gamas de sistemas físicos existentes en la naturaleza. En este sentido,
resulta evidente que, el éxito final en la interpretación depende, en esencia, de lo adaptable que sea el
método analítico utilizado al binomio físico-operaciones de ensayo.
En este sentido, cabe indicar que cuanto más fácil es la configuración de la naturaleza, entendida como
permanencia de las características del medio físico en un ámbito espacial, mayor es la posibilidad de
encontrar modelos interpretativos disponibles, capaces de reproducir analítica o numéricamente el
problema planteado.
La mayor parte de los métodos de análisis existentes parten, emulan o modifican el trabajo de C. V. Theis
de 1935, que sentó las bases de la moderna hidráulica de pozos en régimen transitorio.
El método es únicamente válido para acuíferos confinados ideales, con liberación elástica de agua. Theis
partió de la ecuación general del flujo en régimen transitorio, considerando dos dimensiones y la no
existencia de recargas verticales.
2 h 2 h S h
+ =
x 2 y 2 T T
Siendo:
e−u
W (u ) =
u U
dU
La denominada función de pozo, para acuífero confinado, y que fue posteriormente tabulada.
En síntesis:
W (u )
Q
d= THEIS (acuífero confinado)
4T
Donde:
T: transmisividad
S: coeficiente de almacenamiento
T: tiempo.
Las relaciones de Theis fueron deducidas asumiendo fuertes limitaciones en la realidad física del acuífero
ensayado:
❖ Acuífero homogéneo, isótropo e infinito.
❖ Flujo radial y régimen laminar.
❖ Ausencia de recargas exteriores.
❖ Pozo totalmente penetrante y de diámetro cero.
❖ Caudal de bombeo constante que produce un inmediato descenso de nivel.
Años después, este método pudo ser simplificado para tiempos largos y distancias cortas, según el
extendido y universalmente utilizado, método de Jacob de 1940.
Este investigador, a la vista de la función en serie de la función de pozo:
u2 u3 u4
W (u ) = 0.577216 − lu + u − + − +
2 2! 3 3! 4 4!
Comprobó que, para valores de u<0.03 (en la práctica habitual u<0.01), era suficiente tomar únicamente
dos términos del desarrollo, quedando simplificada la función de pozo a:
W (u ) = L
2.25Tt Q 2.25Tt
h0 − h = L
r 2S y por tanto 4T r 2S
o lo que es lo mismo:
Q 2.25Tt
d = 0.183 lg 2 JACOB (acuífero confinado)
T r S
Los métodos analíticos - interpretativos de Theis y Jacob han sido los más utilizados a lo largo del tiempo.
El primero, con su metodología de superposición y coincidente con curvas patrón, y el segundo, con su
ajuste lineal en gráfico semilogarítmico.
Resultan evidentes las limitaciones que presentan estos métodos para su aplicación a acuíferos reales,
al menos desde el punto de vista conceptual.
Sin embargo, hay que admitir lo universal que ha sido su uso y -en muchas ocasiones su abuso- dando
resultados que, en general, han podido aceptarse y que han servido de base a la hora de fijar parámetros
de los acuíferos. Estos métodos pueden incluso aplicarse a acuíferos libres, si se admiten dos nuevos
grupos de limitaciones a la realidad física:
El acuífero es rígido, liberándose agua por desaturación instantánea.
La depresión es baja frente al espesor saturado inicial.
Para ello es preciso aplicar, no los descensos observados, sino los corregidos, obtenidos restando a los
primeros la relación entre el cuadrado de los mismos y el doble del espesor saturado inicial. Esta
corrección suele ser conocida como corrección de Dupuit, a pesar de ser debida a Jacob, 1963 (68).
Quedaba aún una "asignatura pendiente", dentro del tratamiento del régimen permanente: la aplicación
a acuífero semiconfinado. De Glee, entre 1930 y 1951, resuelve la ecuación del flujo en régimen
permanente, en presencia de fuentes y sumideros (Poisson).
Se plantea un sistema con acuífero superior bien alimentado, un paquete semipermeable constituido por
un acuífero (semiconfinante), y un acuífero inferior.
El flujo vertical del acuífero superior a inferior, consecuente al gradiente piezométrico creado por un
bombeo en la formación acuífera (inferior), se introducía en el término de recargas F/T de la fórmula de
Poisson en polares.
2 h 1 h F
+ =−
r r r T
Q r
h0 − h = K0 DE GLEE (acuífero confinado)
2T B
Donde K0(r/B) es la función modificada de Bessel, de segunda especie y orden cero, B es el denominado
factor de goteo:
T b'
B=
K'
Donde:
T: transmisividad del acuífero inferior
b': espesor del paquete semiconfinante
K': permeabilidad vertical del paquete semiconfinante.
La función K0(r/B) puede simplificarse para determinados casos. Así, para r/B<0.1:
Q 1.12 B
h0 − h = L DE GLEE (acuíferos semiconfinados)
2T r
Todos los métodos hasta aquí señalados fueron el principio y la base, en sentido amplio, de la hidráulica
de pozos, siendo a partir de la década de los 50 y hasta principios de la de los 70, el periodo en el que
se desarrollan diversos métodos analítico - interpretativos.
Cada modelo correspondía a un modelo físico bien diferenciado, como la existencia de bordes
impermeables y de recarga (método de las imágenes); estudio de relaciones acuífero-río. Jenkins (1968);
pozos de gran diámetro, Papadopulos (1967), y otros muchos relacionados con drenaje vertical en
acuíferos semiconfinados, penetración parcial, o drenaje con almacenamiento en el acuícludo.
Muchos de estos métodos fueron desarrollados por un investigador particularmente significativo: M. S.
Hantush, que entre 1956 y 1967, cubrió la, seguramente, más importante parte de la investigación en
hidráulica de pozos. Una parte de sus más importantes investigaciones se recogen en su singular obra
"Hydraulics of Wells", 1964.
La aportación más popularizada de las investigaciones de Hantush fue, sin duda, la resolución de la
ecuación general del flujo para régimen transitorio y acuífero semiconfinado.
r
W u,
B Función de pozo en acuífero semiconfinado
r 2S
u=
4Tt Variable auxiliar
T b'
B=
K ' Factor de goteo
Q r
h0 − h = W u, PRICKETT (Acuífero libre con drenaje diferido)
4T B
Siendo:
T
u=
r 2S D=
4Tt S'
Dónde:
S: Coeficiente de almacenamiento como acuífero confinado
Donde la función f, representa en este caso, una función de pozo genérica, que para cada caso particular
se reduce a una función conocida, siendo:
uA = Variable auxiliar de Theis. Con S, coeficiente de almacenamiento
uB = Idem. Con S', porosidad eficaz
= Variable auxiliar de Hantush
Ensayos de Bombeo
Los ensayos de bombeo son, sin lugar a duda, el método más completo y fiable para el cálculo de los
parámetros hidrogeológicos de un acuífero. Consisten en bombear un pozo, en principio a caudal
constante, y analizar el descenso de los niveles piezométricos tanto en el pozo de bombeo como en los
pozos o piezómetros circundantes. Existen dos tipos básicos de métodos de ensayo: ensayos de bombeo
en régimen permanente y ensayos de bombeo en régimen transitorio o variable. En los primeros, los
niveles piezométricos no varían y los descensos producidos en el entorno del pozo se interpretan como
consecuencia de un bombeo constante en el mismo; mientras que en régimen variable, lo que se analiza
es la evolución de los niveles en el pozo de bombeo y pozos de observación a lo largo de la prueba.
h 2 h
+ =0
x 2 y 2
h = nivel piezométrico.
Ello implica que el acuífero pueda ser considerado homogéneo, isótropo e infinito, junto a la no existencia
de recargas verticales.
Para el caso de flujo radial hacia un punto, donde se sitúa el pozo de bombeo, puede transformarse la
ecuación a coordenadas polares, tomando como eje de coordenadas el eje del pozo, que será un punto
al proyectarlo sobre el plano XY.
La transformación se realiza según:
x = r cos
y = rsen
Por lo tanto:
dh
r = Cte.
dr
Para calcular esta constante, solo hay que imaginar que el caudal que sale por el pozo debe ser igual al
que atraviesa una superficie cilíndrica de altura constante b y radio genérico r.
En este caso, según Darcy:
dh
Q = 2 r b k
dr
Luego:
dh Q Q
Cte = r = =
dr 2 bk 2 T
Y, por tanto:
dh Q Q dr
r = dh =
dr 2 T 2 T r
Si se efectúa la integración entre el radio genérico r y el radio de influencia R, la distancia del descenso
es nula. Además, se tiene que el nivel variará entre el valor h a distancia genérica y el valor h0
representativo de niveles en reposo, a escala regional.
h0 R
Q dr
dh =
h 2 T r r
Donde:
h0 = nivel piezométrico inicial
h = nivel piezométrico a la distancia r
d = descenso a la distancia r
Q = caudal de bombeo
T = transmisividad
R = radio de influencia
r = distancia al eje del pozo.
Si el acuífero se comportara como libre, habría una variación fundamental respecto al caso anterior; el
espesor constante b de la superficie cilíndrica será variable e igual al nivel h, ya que, al ser libre el
acuífero, el nivel saturado se corresponde con el nivel piezométrico referido al fondo de la formación
permeable.
Por tanto:
dh
Q = 2 rhk
dr
Luego:
Q dh
hdh =
2 k r
Análogamente al caso anterior, pero siendo h0, conceptualmente, el espesor saturado inicial, se tiene:
h0 R
Q dr
hdh =
h 2 k r r
Y finalmente:
Q R
h02 − h 2 = L
k r
dh Q dr
Q = 2 Tr dh =
dr 2 T r
Para integrar esta última expresión, se tienen que definir los límites de integración. Cuando h varía entre
un nivel genérico h y el nivel inicial del acuífero h0, r variará entre un radio genérico r, en el que el nivel
vale h y una distancia R (radio de influencia), el descenso es nulo y por tanto h vale h0.
ho R
Q dr
dh = h0 − h =
Q
ln
R
2T r 2 T r , o bien
h r y
Q R
d= ln (Thiem)
2πT r
Q R
h02 − h 2 = L Dupuit
k r
Q r
d1 − d 2 = ln 2
2 T r1 , en logaritmos decimales y efectuada la división con 2 queda:
Q r
d1 − d 2 = 0.366 log 2
T r1
Por analogía, si se considera que no existen pérdidas de carga en el pozo y que el radio de influencia
(distancia al punto en que la depresión causada por el bombeo valdría ya prácticamente cero) vale R.
Q R Q R
dp = ln dp = 0.366 lg
2 T rp T rp
ò 1
Que es la relación de Thiem expuesta anteriormente. Indica sencillamente que las diferencias entre las
depresiones (d1 - d2) en dos pozos de observación, situados a distancias r1 y r2 del pozo que bombea a
caudal constante Q, es el producto de Q/2T por el logaritmo neperiano del cociente inverso de las
distancias r2/r1.
Este tipo de ensayo no permite, lógicamente, calcular la S, dado que, al no variar el nivel, no se producen
vaciados en el acuífero. Sin embargo, es muy útil para calcular la T en zonas que llevan mucho tiempo
bombeando continuamente y en las que el régimen puede considerarse permanente.
El método de cálculo de la T es el siguiente: Si se considera un punto de observación genérico a una
distancia ri del que bombea a caudal constante Q, y en el que se ha producido una depresión di sobre el
nivel estático antes de comenzar el bombeo. Puede establecerse:
Q R
di = 0.366 lg
T r1
Q Q
di = 0.366 lg ri + 0.366 lg R
T T
Si se toma lg ri como variable, para lo cual solo será necesario trabajar en un gráfico semilogarítmico,
esta última fórmula (en dicho tipo de gráfico) representará una recta de la forma:
y = mx + n
y = di
Q
m = −0.366
T
x = lg ri
Q
n = cte = 0.366 lg R
T
n −1 lg 10 n
lg ri = lg 10 − lg 10
n
= = lg 10 = 1
lg 10 n −1
y m = d
d2 Q R
d− = ln
2h0 2 T r
Q r
d= K0 (Formula De Glee)
2 T B
r: distancia al punto de observación
B: factor de goteo (se estudia a continuación)
K0(r/B) es una función que no tiene solución analítica, por lo cual está tabulada. Se representa en la
Figura 7-6, de la que pueden obtenerse los valores de K0 en función de r y B
T b'
B: factor de goteo = K'
Siendo:
b'/K': resistividad hidráulica
K': permeabilidad vertical
del semipermeable
b': espesor del
semipermeable
T: transmisividad del
Figura 7-6 Función Ko(r/B) para acuífero semiconfinado en régimen permanente.
acuífero inferior
Cuando la relación r/B es < 0.1, la función K0(r/B) toma valores que pueden sustituirse por ln 1.12B/r.
Así, para estos casos:
Q 1.12 B
d= ln
2 T r
2 h 2 h S h
+ =
x 2 y 2 T t
Ello implica que el acuífero es homogéneo e isótropo, junto a la no existencia de recargas verticales.
Para el caso de flujo radial hacia un punto donde se sitúa el pozo de bombeo, puede transformarse la
ecuación a coordenadas polares, tomando como eje de coordenadas el eje del pozo, que será un punto
al proyectarlo sobre el plano XY.
La transformación se realizaría según:
x = r cos
y = rsen
Que es la ecuación general del flujo en medios porosos, expresada en coordenadas polares.
La resolución fue llevada a cabo por C.V. Theis (1935), dando lugar al inicio de la hidráulica de pozos en
régimen transitorio.
Para ello, se efectúa en primer lugar el cambio de variable:
r 2S
u=
4Tt
h Q
límr →0 r =
r 2 T Ley de DARCY
W (u )
Q
h0 − h = d =
4 T
Siendo W(u), la denominada por C.V. THEIS, función de pozo para acuífero confinado y régimen
transitorio.
e −U
W (u ) =
u U
dU
Estos resultados, obtenidos por el autor citado, se refieren al caso general en el que la permeabilidad K
permanece constante, en cualquier punto del espacio.
Una simplificación de este método es, el de Jacob, que consiste en desarrollar en serie W(u).
u2 u3 u4
W (u ) = −0.577216 − ln u + u − + − +
2 2! 3 3! 4 4!
Cuando u<0.03 se pueden despreciar todos los términos, menos los dos primeros. Sin embargo, es
norma ya extendida, despreciarlos a partir de u<0.1. Por tanto:
W (u) = −0.577216 − ln u + u y
d=
Q
(− 0.577216 − ln u ) = Q (ln 0.562 − ln u ) = Q ln 0.562
4T 4T 4T u y
Q 2.25Tt Q 2.25Tt
d= ln 2 d = 0.183 lg 2
4T r S o bien T r S (JACOB)
u: (r2S) / (4Tt).
S: coeficiente de almacenamiento.
t: tiempo a partir del comienzo del bombeo, consideradas condiciones de reposo.
Esta integral no tiene solución analítica, por lo cual, la función de pozo W(u), se encuentra tabulada.
e−u
W (u ) =
u u
du
En la Figura 7-7 y la Tabla 7-1 adjuntas, pueden obtenerse los valores de W(u) en función de u y de 1/u
respectivamente.
Por tanto, se tiene:
Q
d= W (u )
4 T (1)
r 2S
u=
4Tt (2)
Q W (u )
T =
4 d (3)
4Tt
S=
r 2 .1 / u (4)
Los datos de campo se representan en gráficos del tipo:
d − lg t ; d − lg r 2 / t ; d − lg r 2
r 2S 1
lg t = lg + lg
4T u
1.0 …............. 31.6590 27.0538 22.4486 17.8435 13.2383 8.6332 4.0379 .2194
1.5 …............. 31.2535 26.6483 22.0432 17.4380 12.8328 8.2278 3.6374 .1000
2.0 …............. 30.9658 26.3607 21.7555 17.1503 12.5451 7.9402 3.3547 .04890
2.5 …............. 30.7427 26.1375 21 .5323 16.9272 12.3220 7.7172 3.1365 .02491
3.0 …............. 30.5604 25.9552 21.3500 16.7449 12.1397 7.5348 2.9591 .01305
3.5 …............. 30.4062 25.8010 21.1959 16.5907 11.9855 7.3807 2.8099 .006970
4.0 …............. 30.2727 25.6675 21.0623 16.4572 11.8520 7.2472 2.6813 .003779
4.5 …............. 30.1549 25.5497 20.9446 16.3394 11.7342 7. 1295 2.5684 .002073
5.0 …............. 30.0495 25.4444 20.8392 16.2340 11.6289 7.0242 2.4679 .001148
5.5 …............. 29.9542 25.3491 20.7439 16.1387 11.5336 6.9289 2.3775 .006409
6.0 …............. 29.8672 25.2620 20.6569 16.0517 11.4465 6.8420 2.2953 .0003601
6.5 …............. 29.7872 25.1820 20.5768 15.9717 11.3665 6.7620 2.2201 .0002034
7.0 …............. 29.7131 25.1079 20.5027 15.8976 11.2924 6.6879 2.1508 .0001155
7.5 …............. 29.6441 25.0389 20.4337 15.8286 11.2234 6.6190 2.0867 .00006583
8.0 …............. 29.5795 24.9744 20.3692 15.7640 11.1589 6.5545 2.0269 .00003767
8.5 …............. 29.5189 24.9137 20.3086 15.7034 11.0982 6.4939 1.9711 .00002162
9.0 …............. 29.4618 24.8566 20.2514 15.6462 11.0411 6.4368 1.9187 .00001245
9.5 …............. 29.4077 24.8025 20.1973 15.5922 10.9870 6.3828 1.8695 .000007185
Para la gama de valores de u que interesen, elíjase la columna correspondiente u = k x potencia de 10, y en la misma fila de los valores
de k (que aparecen en la primera columna) se encontrarán, en la misma columna elegida, los valores correspondientes de la función de
pozo W = (u).
Tabla 7-1 Función W(u) resumida para acuífero confinado en régimen transitorio.
Si se dispone de una curva patrón (en papel transparente), que represente W(u) en función de 1/u, puede
observarse que la curva de campo d-lgt y el patrón W(u)-1/u solo difieren en cantidades constantes para
ordenadas y abscisas.
Q r 2S
4 T y 4T (en representación doble logarítmica)
Por tanto, se trata de la misma curva, representada en distintos ejes. La Figura 7-8 puede ayudar a la
comprensión de este punto.
El método consiste en superponer el papel transparente, haciendo coincidir las dos curvas.
Se toma un punto sencillo de la curva patrón, por ejemplo, (W(u) =1, 1/u=10) y se ven los valores de d y
t que se corresponden con la curva de campo.
Siendo:
m = d: caída por ciclo logarítmico.
Para calcular el almacenamiento se ve el punto en que la recta corta a 0X. Este valor se iguala a t0, que
como se ha visto es:
r 2S
t0 =
2.25T y
2.25Tt0
S=
r2
t0: punto de corte con 0X.
Referente a la posibilidad de utilizar el método de Jacob, debe indicarse que los valores de u se hacen
menores cuanto más pequeña es la distancia r al pozo de bombeo, y menor es el tiempo t transcurrido
desde que se inició la prueba. Por ello es siempre aplicable Jacob en el pozo de bombeo, mientras que,
en los puntos de observación, solo es aplicable a partir de un determinado tiempo, que se calcula según:
u 0.1
r 2S 10 r 2 S r 2S
0 .1 t t 2.5
4Tt 4T T
Q r
d= W u,
4T B
Esta función W(u, r/B) también está tabulada.
r 1
W u, ,
B u
Es análoga a la de Theis, pero con unas derivaciones para cada valor de r/B.
Haciendo coincidir, por superposición, la curva de campo d-lgt con la derivación r/B de la anterior que
mejor ajustada quede, se obtienen de un modo idéntico al de Theis, valores de: W(u, r/B), 1/u, d, t, y r/B,
pudiendo obtenerse T, S y K' (permeabilidad vertical de la formación semiconfinante).
Perfil de Descensos
Tanto para acuíferos libres como para cautivos, merece la pena comentar el modo de analizar los perfiles
de descensos, es decir, las curvas d-r (descensos-distancias), al objeto de obtener los parámetros T y S
con métodos parecidos a los descritos para el régimen permanente. Este tipo de análisis permite conocer
de un modo gráfico y rápido la T, la S, pérdidas de carga y radio de influencia. Se parte de la expresión
general de Jacob, estudiada en el correspondiente apartado del presente capítulo.
Según la fórmula [1] del mismo apartado, se puede sustituir:
𝑇𝑡
R = radio de influencia = 1.5√
𝑆
y, por tanto:
Q R2
d=0.183 lg 2 1
T r
Los descensos d son función de dos variables en esta última relación: la distancia r del punto de
observación al pozo de bombeo, y el tiempo t transcurrido desde que se inició la prueba y que se
encuentra incluido en la expresión del radio de bombeo.
Operando en la fórmula (1)
Q Q
d=0.183 lg R2 -0.183 lg r2
T T
Q 2 Q
d=-0.183 lg r +0.183 lg R2
T T
Q Q
d=-0.366 lg r +0.366 lg R
T T
Esta expresión es matemáticamente coincidente con la obtenida para régimen permanente (fórmula de
Thiem) en el apartado 2, del capítulo 11, y solo varían en el concepto de R.
Aquí R no es un parámetro fijo, sino variable con el tiempo, según la ya citada relación del radio de
influencia. Por ello, para que la fórmula [2] sea aplicable a un método de resolución gráfica en papel
semilogarítmico, es preciso fijar un tiempo.
En efecto: Si en la citada expresión [2] se hace Ig r = Ig ri como variable, siendo R un valor fijo al tomarse
un tiempo fijo t, representará una recta de la forma:
Y=mx+n
Tendría que tomarse la precaución de usar un gráfico semilogarítmico, en el cual al representar en la
escala logarítmica los valores de r¡, quedaran automáticamente representados los valores de Ig ri.
La recta (d=ri) se representa en la Figura 7-11.
y= di,
x= lg ri
Q
m=0.366
T
Q
n=cte= 0.366 lg R
T
En definitiva, el método operativo es el siguiente: Se tiene un pozo de bombeo a caudal constante Q, su
radio es rp y la depresión que se produce en el mismo al cabo de un tiempo t es dp.
Se tienen, asimismo, pozos de observación a distancias r1, r2, r3, . . ., rn, en los cuales las depresiones
producidas en el mismo instante t a causa del bombeo, son d1, d2, d3, ..., dn.
Se llevan a un gráfico semilogarítmico (Figura 7-12) los pares de valores (r,d), incluyendo el par (rp-dp),
y se ajusta una recta a los valores obtenidos.
Figura 7-12 Recta di-log ri obtenida de los pares de valores procedentes de la observación en campo para un tiempo
fijo t (Pozos y Acuíferos 1984).
En este caso se ha considerado rp =1 m. Además, también tiene que considerarse que todos los
piezómetros pueden analizarse dentro del periodo de validez del método de Jacob, para el
tiempo t.
Teniendo en cuenta todo lo dicho anteriormente, se sabe que la pendiente de la recta m tiene un valor
de:
Q
m=0.366
T
Como m puede medirse en el gráfico y el caudal Q de bombeo es conocido, se obtiene T según:
Q
T=0.366
m
La pendiente m es, como se sabe, igual a la caída de la recta para un ciclo logarítmico ∆d, y por tanto:
Q
T=0.366
∆d
De otra parte, el valor de (rp, dp) se sale de la recta ajustada. Ello sucede debido a que en el pozo de
bombeo existen pérdidas de carga.
Si no existiesen tales pérdidas, el punto (rp, dp) estaría en dicha recta, pues dp coincidiría con el descenso
teórico.
La diferencia, por tanto, entre la dp teórica (prolongación de la recta hasta su intersección con la vertical
del valor rp), y la dp real mediría el valor de las pérdidas de carga.
Si el valor del radio del pozo rp fuera inferior a 1 m, como suele ocurrir, habría que extrapolar los valores
a otro ciclo logarítmico (10-1, 100).
El valor del radio de influencia se calcula haciendo di = 0 en la fórmula [2].
Q Q
di =0=-0.366 lg ri +0.366 lg R
T T
lg ri = lg R
ri =R
Es decir, el valor del radio de influencia R viene dado por el punto de corte de la recta con el eje de
abscisas. Conocidos T y R y habiéndose fijado t, puede obtenerse la S de la relación:
Tt
R=1.5√
S
Figura 7-13 Familia de rectas di-log ri obtenida de los pares de campo para los diversos La T, la S y las pérdidas
tiempos fijos ti (Pozos y Acuíferos 1984). de carga pueden sacarse
para cada recta y obtener
una media, aunque en teoría deberían ser coincidentes para cada recta ti.
Los radios de influencia r, variarán para cada fi y para hallarlos se deberá tener en cuenta que pueden
existir valores fuera del periodo de validez de Jacob. Estos valores serán los correspondientes a
distancias ri largas y tiempos de bombeo t cortos.
A consecuencia de esto, las rectas pueden sufrir distorsiones en su proximidad al punto de corte con el
eje de abscisas, que no tienen que ser tenidas en cuenta a la hora de calcular el radio de influencia R.
Este método puede ser usado de un modo independiente para obtener una valoración global de la T, la
S y las pérdidas de carga. Da también una idea de la homogeneidad del acuífero y de la evolución del
radio de influencia R a lo largo del bombeo. Sin embargo, es conveniente hacer un análisis piezómetro a
piezómetro por los métodos de Theis o Jacob descritos anteriormente.
Campos de Pozos
Podría establecerse que un campo de pozos es una región de un acuífero, en la cual existen una serie
de sondeos, pozos o captaciones en general, que están extrayendo o bien introduciendo agua en el
acuífero y, como consecuencia, producen conjuntamente una serie de descensos o afecciones que
involucran a todo el campo, manifestándose en todas las captaciones en él construidas.
Este problema tiene una solución sencilla, pero es de gran interés por muchas razones. Entre ellas debe
pensarse que, a efectos prácticos, cuando se calcula el descenso que va a tener un sondeo o pozo al
extraerse un caudal Q (al objeto, por ejemplo, de instalar la bomba en la posición correcta), debe
calcularse no solo el efecto debido a su propio bombeo, sino que además hay que sumarle los descensos
producidos por los pozos vecinos.
El valor del descenso total producido en un punto de un campo como consecuencia de los bombeos de
los pozos ubicados en él, es la suma de los descensos parciales que produciría cada uno de los bombeos
de los pozos del campo en dicho punto. Esto es lógico, dado que las leyes del flujo subterráneo son
soluciones de la ecuación de la continuidad, y esta es una ecuación diferencial de segundo orden, por
tanto, una combinación lineal de sus soluciones es también una solución.
Evidentemente, se ha indicado que los efectos deben sumarse, y esto debe entenderse como suma
algebraica. Un pozo en el que en vez de producirse un bombeo se produce una inyección del caudal Q,
no debe ser considerado como una afección en el sentido de aumentar las depresiones, sino en el sentido
de disminuirlas, y, por tanto, debe ser restada del efecto de descenso total producido en el punto
considerado del campo que se estudia. Sintetizando, puede considerarse un campo en el que existe n
sondeos bombeando a caudales constantes.
Q1, Q2, Q3, …, Qi, …, Qn
durante tiempos:
t1, t2, t3, …, ti, …, tn
situados a distancias:
r1, r2, r3, …, ri, …, rn
De un punto A, en el cual va a estudiarse el descenso total producido por el bombeo de los n pozos. El
descenso total producido en el punto A, dA vendrá dado por:
Y si r/B<0.1
i=n
1 1.12 B
dA = ∑ Qi ln
2πT ri
i=1
Todas estas fórmulas admiten simplificaciones en función de los distintos casos que se estudien.
Estos métodos se basan en el análisis de la «recuperación» o evolución del ascenso de niveles posterior
al paro de la extracción de agua en el pozo.
Para analizar la evolución de los niveles después de la parada de la bomba en el pozo, hay que empezar
por simular matemáticamente esta parada.
Para ello puede procederse, razonando, que el efecto de parar un pozo que lleva bombeando un tiempo
t, a caudal constante Q, es el mismo que simular que el pozo no se para y que a partir del instante t se
le inyecta un caudal constante Q.
El descenso que se observa en el pozo o «descenso residual», se expresa en la diferencia entre los
niveles estático y dinámico, será como consecuencia de lo visto en el apartado de «Campos de pozos»
y afecciones entre ellos, la diferencia entre el descenso producido por el bombeo desde que se inició el
mismo y el ascenso producido por la inyección desde el momento de la parada.
La deducción matemática se resuelve con la ayuda de la Figura 7-14.
El pozo está sometido a un bombeo
con caudal Q que teóricamente no se
interrumpe, y la curva de descensos
producidos es OAB.
Cuando ha transcurrido un tiempo t y
el descenso producido es dM, se para
el pozo, o lo que es lo mismo, se
simula una inyección de caudal Q. La
curva de ascensos teóricos vendrá
dada por AE; dicha curva se obtiene
llevando dichos ascensos teóricos a
partir de la horizontal de dM y en el
sentido negativo del eje de ordenadas.
La curva residual, que en rigor es la
observada en campo, será la
representada por AD, diferencia de las
dos anteriores.
En un tiempo genérico tg, desde que se
inició el bombeo, el pozo llevará
parado un tiempo t' = tg - t. En este
momento, el descenso dB debido al
bombeo será:
Figura 7-14 Esquema para la deducción del valor del descenso residual
dr en el análisis de la recuperación de niveles posterior a la parada. Q 2.25 T(t+t' )
̅̅̅=0.183 lg
dB =FB
T r2p S
Siendo:
Q = caudal de bombeo constante.
T = transmisividad.
rp = radio del pozo.
S = coeficiente de almacenamiento.
t = tiempo que duró el bombeo real.
t’ = tiempo que ha transcurrido desde que se paró el bombeo.
El ascenso dI producido por la inyección a caudal Q, que se simula a partir del tiempo t, que es cuando
se interrumpe el bombeo, viene dada por:
2.25 T(t+t' )
Q r2p S
dR =0.183 lg
T 2.25 Tt'
r2p S
de donde:
Q t+t'
dR =0.183 lg
T t'
Expresión en la que si se toma dR como función, y Ig (t + t')/t' como variable, representa una recta de la
forma:
y = mx
En la que:
y=dR
t+t'
x= lg
t'
Q
m=0.183
T
Esta recta pasa por el origen de coordenadas y queda representada en la Figura 7-15.
Sin embargo, dadas sus características, los ensayos en recuperación pueden tener validez por sí
mismos. Por ejemplo, no son demasiado sensibles a las variaciones del caudal de bombeo. Este puede
ponderarse.
Si se realiza un bombeo con caudales:
Q1 durante un tiempo t1,
Q2 durante un tiempo t2
………………………………….
Qn durante un tiempo tn
Puede obtenerse un caudal medio ponderado
QM= Q1t1 + Q2t2 + ... + Qntn
t1+ t2 + ... + tn
que es el que debe introducirse en la relación que da la T en recuperación.
Se requiere que los caudales Q1, Q2... Qn no sean muy distintos.
El análisis de la recuperación es también aconsejable, si no imprescindible, en aquellas pruebas en las
que durante el bombeo no ha sido posible la medición de niveles. Por ejemplo, en los bombeos con aire
comprimido, y en los valvuleos que se realizan mientras se construyen los sondeos. Se puede estimar
un caudal medio de extracción y luego seguir la evolución de niveles en recuperación, para interpretarla
por el método comentado.
El ensayo en recuperación es más corto que el de bombeo. Ello es debido a que el tiempo que se usa
es:
(t + t')/t'
Cuando el tiempo de recuperación t' es igual al tiempo de bombeo t,
(t + t')/t' = 2
y la recta representativa llega al minuto 2 del gráfico logarítmico.
Es necesario, en general, terminar las mediciones en el primer ciclo de dicho gráfico. Es decir, con valores
de (t + t')/t' comprendidos entre 100 y 101.
10° < (t + t')/t' < 101
Ello equivale a tiempos de recuperación t' comprendidos entre t y 0,1 t.
Una recuperación debe durar, como mínimo, el 10 por 100 del tiempo de bombeo, pudiendo considerarse
como muy aceptable, en la mayoría de los casos, tomar las medidas de ascenso de niveles durante un
tiempo equivalente al 30 por 100 del bombeo. En este último caso, la recta habría alcanzado el minuto 4
de la escala logarítmica.
Dado que este tipo de ensayos son más cortos que los de análisis de descensos, es frecuente, en los
casos en los que se desean hacer muchas pruebas en un corto espacio de tiempo, utilizar un bombeo
determinado, para usar métodos de régimen permanente sin seguir la evolución de descensos; para
interpretar posteriormente la evolución de los ascensos después de la parada, que requiere un tiempo
de la tercera a la décima parte menor.
El punto donde la recta ajustada corta a los ejes tiene también un valor significativo.
En la Figura 7-16 pueden verse las rectas de dos recuperaciones.
Estas rectas presentan la anormalidad de no pasar por el origen de coordenadas. Por ello, de acuerdo
con la metodología expuesta, estas dos rectas no son rigurosamente interpretables al objeto de calcular
la T. El valor que se
obtenga para este
parámetro se ajustará
más a la realidad,
cuanto más se acerque
al origen de
coordenadas el punto
de corte de las rectas
con los ejes.
El desplazamiento de
las rectas tiene un
significado. La primera
de ellas corta al eje de
ordenadas, lo que
indica que los niveles
Figura 7-16 Rectas de recuperación con efectos de vaciado y recarga (Pozos y Acuíferos no se han recuperado
1984).
cuando ha transcurrido
un tiempo suficientemente largo, desde que se detuvo el bombeo. Ello es síntoma de que el acuífero se
ha vaciado a consecuencia del volumen de agua que se le ha extraído durante el periodo de bombeo.
El ensayo no se ha realizado en las condiciones de contorno impuestas para la resolución de la ecuación
general de la hidráulica en medios porosos. El acuífero ensayado no puede asimilarse a un acuífero
infinito a efectos prácticos. En las curvas de bombeo, seguramente, se produjeron descensos anormales,
que ahora pueden interpretarse como un efecto de vaciado. Los descensos totales en el bombeo son
suma del descenso teórico (Theis) más una componente lineal del paulatino vaciado del acuífero. A veces
puede deducirse la ley de vaciado y restituir la curva de descensos en bombeo, para una interpretación
más rigurosa de la misma.
La segunda curva que se representa en la Figura 7-16 corta al eje de abscisas. Ello implica que el pozo
ha recuperado su nivel en un tiempo menor al teórico necesario, lo cual es solamente posible cuando ha
existido una recarga de agua exterior al sistema pozo-acuífero. Estas recargas pueden tener, como se
sabe, diversos orígenes: recargas por goteo vertical, laterales, infiltración desde cauces o balsas
superficiales, e incluso, y como más significativo, el reciclado del agua bombeada. Este tipo de anomalías
se estudian con más detalle en los siguientes apartados.
Otra de las aplicaciones de este método consiste en poder, en ocasiones y bajo determinadas
condiciones, calcular el área de embalse subterráneo. Si se realiza un bombeo de caudal Q durante un
tiempo t, y se observa en la curva de recuperación un vaciado claro del acuífero, puede procederse del
siguiente modo:
Se calcula el espesor de acuífero vaciado hv por intersección de la recta de recuperación, con el eje de
ordenadas. Si el área de embalse subterráneo es A, el volumen vaciado será:
Volumen vaciado = A • hv. • S
Siendo S el coeficiente de almacenamiento.
Dicho volumen vaciado, deberá coincidir con el volumen extraído por el pozo durante el bombeo Q • t, y
por tanto:
Q • t = A • hv • S
A = (Q • t )/( hv • S)
Que requerirá, como siempre, utilizar unidades homogéneas.
m3
Q(
) t(días)
2 día
A(km )=
hv (m)S 106
Por último, queda indicar que no tiene sentido ser riguroso con las desviaciones de la recta sobre el
origen, y solamente deberán ser interpretadas como vaciado o recarga, si dichas desviaciones son
significativas respecto a la depresión total en el caso del vaciado, o se producen antes del minuto 4 o 5
de la escala logarítmica (t+t’)/t’, en el caso de recargas exteriores.
Figura 7-17 Curva d-lg t con efecto de capacidad por bombeo en pozo de gran diámetro (Pozos y Acuíferos 1984).
La recomendación que se hace es prolongar el bombeo, el tiempo suficiente para poder interpretar el
tramo recto posterior al bombeo:
r2p
te =25
T
Este tiempo será únicamente largo en los casos en que el radio rp sea muy grande y la T muy pequeña.
Sin embargo, tiempos de bombeo de setenta y dos horas comunes en este tipo de pruebas, suelen ser
suficientes aun en los casos más desfavorables.
̅̅̅̅=0.183 Q lg 2.25 Tt
d=CE
T r2 S
o lo que es lo mismo:
1 0.183 t
= lg
Q dT t0
Siendo como siempre:
r2 S
t0 =
2.25 T
Si el nivel permanece constante, bien a la altura de
la bomba o bien a la altura del muro del acuífero, la
variación del caudal viene definida por la relación
anterior:
1 0.183 0.183
= lg t - lg t0
Q dT dT
Que representada, en papel semi- logarítmico, se
obtiene una recta de la forma: Figura 7-18 Esquemas de bombeo a caudal crítico.
y=mx+n
Donde m es la pendiente
0.183
m=
dT
Dicha recta se representa en la Figura 7-19.
Q W(u' ) r'2 S
d' = , siendo u' = [2]
4πT 4Tt
r' = distancia entre pozo imagen y pozo de observación.
La superposición de estos dos efectos daría la evolución con el tiempo del descenso total, que se
observaría en el punto considerado.
Se demostró, al explicar el método de superposición y coincidencia de Theis, que la curva de campo (lg
d – lg t) y la curva patrón (lg W(u) - lg 1/u), eran la misma curva, expresada en ejes distintos.
El desplazamiento de los ejes, en el sentido de las ordenadas, estaba relacionado por el sumando:
Q
log
4πT
En efecto, tomando lg en [1].
Q
log d=lg +lgW(u)
4πT
Q
La d en la curva de campo y la W(u) en la curva patrón se desplazaban en el valor log considerado.
4πT
Q W(u)
T=
4πd
Cuando ya ha llegado el efecto de barrera al pozo de observación:
Q W(u)
T=
4 π (2d)
Luego se obtiene un valor de
T mitad del real.
En Figura 7-21 se
esquematiza el proceso de
distorsiones por bombeo de
un pozo, en presencia de
una barrera.
Se han dibujado las curvas
de descensos teóricos como
consecuencia de un bombeo
en un acuífero infinito; y la
curva de descensos, como
consecuencia de una
simulación de bombeo a
caudal Q en el pozo imagen. Figura 7-21 Curvas Ig d – lg t de descensos a causa de un bombeo en presencia de
La suma de ambos efectos una barrera impermeable (Pozos y acuíferos 1983).
da como resultado la curva
de descensos reales.
Se puede ver en el
gráfico que esta última
curva tiene dos tramos.
Uno no influenciado
por el efecto del pozo
imagen; y otro, cuando
ya ha transcurrido el
tiempo necesario para
que dicho efecto se
produzca.
Del primer tramo podrá
obtenerse la T y la S.
Del segundo, solo
podrá obtenerse la T,
Figura 7-22 Curvas d – lg t de descensos a causa de un bombeo en presencia de una que será mitad de la
barrera impermeable (Pozos y acuíferos 1983). real. La S no puede
obtenerse del segundo
tramo, dado que está desplazado en el eje de tiempos.
Este análisis resulta más simple y útil utilizando el método de Jacob, siempre y cuando se esté dentro de
su periodo de validez.
Q t r'2 S
d=0.183 lg , t0 =
T t'0 2.25 T
Las dos relaciones, tanto la debida al pozo de bombeo como la del pozo imagen, son dos rectas en
escala semilogarítmica.
Q Q
d=0.183 lg t- 0.183 t0
T T
Q Q
d'=0.183 lg t- 0.183 t'0
T T
Estas dos rectas tienen la misma pendiente y cortan al eje de abscisas en dos puntos distintos
t0 y t0’.
Cuando en el instante t llega el efecto del bombeo en el pozo imagen al punto de observación, a la ley
de descensos por el bombeo real se le suma la ley de descensos por el bombeo simulado:
Q Q
d+d' =20.183 lg t- 0.183 t0 t'0
T T
La pendiente de la nueva recta es ahora doble de la pendiente de la recta de descensos al bombear el
pozo en un acuífero infinito.
Al doblarse la pendiente, se duplica la magnitud de la caída por ciclo 𝛥d, que pasa a valer 2 • Δd, y por
tanto, la T que se obtiene, en el segundo tramo ya distorsionado, es la mitad de la real.
En efecto:
En primer tramo (sin influencia del pozo imagen).
Q
T=0.183
∆d
En segundo tramo (con influencia del pozo imagen).
Q
T=0.183
2 ∆d
De la relación [3] puede obtenerse la ley general de descensos por un bombeo, en presencia de una
barrera rectilínea infinita.
Q Q
D=d+d' =2 0.183 lg t-0.183 lg tt'0
T T
Q Q r2 S r'2 S
D=0.366 lg t-0.366 lg ( )
T T 2.25 T 2.25 T
Q Q r' r S
D= 0.366 lg t-0.366 lg
T T 2.25 T
Q 2.25Tt
D=0.366 lg
T r'rS
Conviene indicar que la distorsión de doblarse la pendiente no se efectúa del modo brusco representado
en Figura 7-23. Ello es debido a que las primeras afecciones en el pozo de observación, causadas por
el bombeo hipotético en el pozo imagen, no están dentro del periodo de validez de aplicación del método
de Jacob y no se ajustan a una línea recta.
Deben ajustarse el primer y segundo tramo recto, y considerar puntos de cambio la intersección de
ambos.
En determinadas circunstancias, es posible conocer la situación de la barrera partiendo de la distancia
entre pozo imagen y pozo de observación, que tiene un cálculo sencillo.
En la Figura 7-23 se representa una curva de campo d-lgt con la distorsión típica, debida a la presencia
de una barrera impermeable.
Sea r la distancia del pozo de bombeo al pozo de observación, y r' la distancia del pozo de observación
al pozo imagen.
En el primer tramo recto (no influenciado) se toma una depresión d cualquiera, que se verifica a un tiempo
t. Esta depresión d ha sido debida al efecto de bombeo del pozo real.
En el segundo tramo (influenciado) se busca un punto en el que exista una depresión d'=d, debido al
bombeo del pozo imagen. Esta depresión d' se verifica a un tiempo t', y debe acotarse en ordenadas
entre el segundo tramo recto y la prolongación del primero.
Figura 7-23 Esquema para el cálculo de la distancia entre pozo imagen y pozo de observación (Pozos y acuíferos
1983).
Se tiene:
Q
d= W(u)
4πT
Q
d'= W(u')
4πT
Como d = d'
Q Q
W(u)= W(u' ) , W(u)=W(u' ) y u=u'
4πT 4πT
por tanto, como:
t'
r'=r√
t
Podría también obtenerse r' despejándolo de las fórmulas generales de descensos, pero no resulta
aconsejable, por ser más complicado el desarrollo de los cálculos y, sin embargo, no más exacto.
El cálculo es análogo en gráficos doble-logarítmicos.
Conocido r’ no es siempre posible conocer la situación de la barrera, si no se tienen más datos.
A partir de los valores de r y r’ y teniendo alguna otra información, como por ejemplo, que estos valores
están alineados en una dirección perpendicular a la barrera, puede conocerse la situación de ésta. Si no
ocurre así, deberán tenerse tres piezómetros, con tres valores de r'. Tres círculos con centro en el
piezómetro de observación y radio, los tres diferentes valores de r', se cortarán en el pozo imagen, siendo
la barrera, la mediatriz del segmento trazado entre éste y el pozo de bombeo.
Cuando solo se tienen dos piezómetros, se obtienen únicamente dos circunferencias, que tendrán dos
puntos de corte. Para conocer la situación exacta de la barrera es preciso tener una idea sobre la región
del acuífero en que puede encontrarse.
Como norma general para el análisis de bombeos influenciados por la presencia de una barrera rectilínea
impermeable, puede indicarse que la T y la S reales del acuífero se obtendrán del primer tramo, tanto en
gráfico semilogarítmico como doble-logarítmico.
Del segundo tramo no podrá obtenerse la S por existir desplazamientos que variarían t0 y u. La T
calculada en este segundo tramo será mitad de la real, pudiendo considerarse como T de
comportamiento. Es decir, la T con la que van a evolucionar los descensos en un punto del acuífero al
que ya le han llegado las afecciones, debidas al bombeo ficticio en el pozo imagen.
El análisis es análogo cuando existen varias barreras. Cada barrera rectilínea impermeable se sustituye
por su pozo imagen, que bombea de un modo ficticio con las mismas características del pozo real.
Por ejemplo, cuando existan dos barreras, la curva ajustada en gráfico semilogarítmico tendrá tres tramos
rectos: El primer tramo sin influencias, el segundo a consecuencia de la influencia de la primera barrera
y el tercero a consecuencia de la segunda.
El segundo tramo tendrá una pendiente doble respecto del primero y el tercero, el triple del primero.
El esquema comentado no es
rigurosamente cierto. Al existir dos
barreras, existirán dos pozos
imágenes y cada uno de éstos tendrá
otro pozo imagen, simétricamente
situado, respecto de la barrera
correspondiente (Figura 7-24).
Así considerado, el número de pozos
imagen llega a ser infinito.
Sin embargo, los sucesivos pozos
imagen están cada vez más alejados y
su influencia es más tardía. Cada uno
de ellos dará lugar a un nuevo tramo Figura 7-24 Esquema de formación de pozos imagen como
recto que incrementará la distorsión consecuencia de un bombeo en presencia de dos barreras (Pozos y
con una pendiente igual a la del primer acuíferos 1983).
tramo. Los tramos segundo y tercero corresponden a las influencias de los dos primeros pozos imagen,
y son los que deben utilizarse para el cálculo de la situación de la barrera.
Dado que la duración de los ensayos es limitada, resulta difícil encontrarse con más de tres o cuatro
tramos distorsionados.
Por último, cabe recomendar que siempre que se analicen casos de bombeos en presencia de barreras,
debería reconocerse convenientemente la geología del lugar, al efecto de saber la forma y situación de
los materiales impermeables.
Cuando se inicia la afección debida al pozo imagen se pueden restar las relaciones [3] y [4].
Q t r'2 S
d'=0.183 lg siendo t'0 =
T t'0 2.25 T
r' = distancia entre pozo de observación y pozo imagen.
Y, el descenso que se observará como consecuencia del bombeo en presencia de borde de recarga,
después de llegar al pozo de observación la influencia del pozo imagen, será:
Q t Q t
D=d-d' =0.183 lg - 0.183 lg
T t0 T t'0
' Q t'0
D=d-d =0.183 lg ⌊5⌋
T t0
La depresión no depende del tiempo, es constante y, por tanto, a partir del tiempo t en que llega al pozo
de observación, las afecciones del bombeo simulado en el pozo imagen, la recta de Jacob se sitúa
horizontal, marcando una
estabilización de niveles
indefinida con el tiempo.
La interpretación de los
parámetros del acuífero T y
S solamente puede
realizarse en el primer
tramo, antes de transcurrido
el tiempo t, si éste es
suficientemente largo.
Después de transcurrido
dicho tiempo, existirá en el
pozo de observación un
Figura 7-27 Curva d – lg t de descensos por bombeo en presencia de un borde de régimen permanente, siendo
recarga. (Pozos y acuíferos 1983).
la depresión constante la
que se hubiera alcanzado en el instante t.
El descenso puede ser obtenido de la expresión [5].
r'2 S
Q t'0 Q
D=0.183 lg D=0.183 lg 2.25 T
T t0 T r2 S
2.25 T
Q r'2 Q r'
D=0.183 lg 2 D=0.366 lg
T r T r
Una transformación útil de esta última fórmula, que relaciona el descenso con la distancia del pozo al
borde de recarga (río, lago, embalse, etc.), puede deducirse, considerando que el pozo de bombeo de
radio rP es también pozo de observación, siendo la distancia entre éste y el borde de recarga X0.
Q 2X0
D=0.366 lg
T rp
Conviene indicar aquí, tal y como se hizo en el anterior apartado, que la estabilización no se produce del
modo brusco marcado en la Figura 7-28. El rigor matemático se ha omitido con el ánimo de dar una
mayor claridad en la exposición.
En Figura 7-28 se dibujan las curvas de pozo real, pozo imagen y las resultantes de la diferencia de
ambas, de una manera más realista.
Anteriormente se había
considerado que hasta
llegar al instante t0’, la
curva de descensos en
el pozo de observación
no sufría distorsiones y
que a partir de este
momento quedaba
totalmente estabilizada.
Sin embargo, antes del
tiempo t0’ se producen
descensos en el pozo de
observación debidos al
supuesto bombeo en el Figura 7-28 Bombeo en presencia de borde de recarga. (Pozos y acuíferos 1983).
pozo imagen, aunque la
evolución de los mismos no pueda ajustarse a la recta teórica de Jacob, y mientras no transcurra un
tiempo tv’ que es el mínimo para la aplicación válida de dicho método, no serán ajustables los descensos
a una alineación recta y, por tanto, no se producirá la estabilización total.
En la citada Figura 7-28 puede verse, en esquema, cómo el proceso de estabilización no se realiza de
un modo brusco, sino paulatino.
El tiempo te, al que se verifica la estabilización absoluta, vendrá dado por el tiempo mínimo necesario
para que sea válido el método de Jacob, para el análisis de descensos en el pozo de observación
producidos por el bombeo ficticio en el pozo imagen.
En este caso:
r'2 S
u>0.1 u=
4Tt
y, por tanto:
r'2 S r'2 S
0.1> y t>10
4Tt 4T
Si se considera que el pozo de observación es el mismo pozo de bombeo:
r' = 2X0
Y el tiempo de estabilización vendría dado por la expresión:
X20 S
te =10
T
Sin embargo, este tiempo se refiere a la estabilización absoluta, mientras que, a efectos prácticos, el
pozo llevará un cierto tiempo con descensos muy próximos al de dicha estabilización absoluta. Por ello,
en función del error que desee cometerse y de la distancia a la que esté el río, pueden aplicarse los
coeficientes correctores de la Tabla 7-2 adjunta.
𝑿𝟐𝟎 𝑺
COEFICIENTE CORRECTOR DEL TIEMPO DE ESTABILIZACIÓN 𝒕𝒆 = 𝟏𝟎
𝑻
Errores en%
1% 2% 4% 5% 6% 8% 10%
Distancia al río en m
50 0.80 0.40 0.20 0.16 0.13 0.1 0.08
100 0.72 0.36 0.18 0.14 0.12 0.9 0.72
200 0.65 0.32 0.16 0.13 0.11 0.08 0.06
400 0.60 0.30 0.15 0.12 0.10 0.07 0.06
800 0.55 0.27 0.13 0.11 0.09 0.06 0.05
2.000 0.50 0.25 0.12 0.10 0.08 0.06 0.05
Tabla 7-2 Coeficiente corrector del tiempo de estabilización.
El uso de las fórmulas y razonamientos empleados son de gran utilidad en el estudio de las relaciones
acuífero-río.
Cuando se alcanza el tiempo de estabilización absoluta, el acuífero se comporta como un mero
transmisor del agua del río, lago o embalse, es decir, el agua bombeada en el pozo corresponde a la que
está cediendo el río al acuífero, sin que se obtenga ninguna fracción del almacenamiento de éste.
La relación entre el caudal obtenido del acuífero y el obtenido del río, en función del parámetro auxiliar
tT
2 , se representa en la Figura 7-29 debida a Jenkins.
X0 S
T: Transmisividad.
S: Coeficiente de almacenamiento.
Los ábacos de Jenkins permiten conocer, en un tiempo dado t, qué fracciones del caudal bombeado Qi
proceden del río y del almacenamiento del acuífero, o qué volúmenes de los totales extraídos proceden
de uno u otro sitio.
Los valores del ábaco de la Figura 7-29, también se expresan en la Tabla 7-3 adjunta.
Cuando se
interrumpe el
bombeo, el río sigue
cediendo agua al
acuífero, dado que
su nivel está más alto
que la zona de
acuífero vaciada
durante el bombeo.
Si se desea conocer
la evolución de los
caudales que con
carácter decreciente
va cediendo el
Figura 7-29 Ábaco de Jenkins.
acuífero al río,
pueden efectuarse los cálculos suponiendo que el bombeo continúa y que, en el instante de la parada,
se inicia una inyección de caudal Q en el pozo de bombeo.
A un tiempo determinado de la parada, el efecto resultante será la diferencia de ambos efectos.
Queda, por último, indicar que en general los bordes de recarga positivos no son totalmente penetrantes,
ni rectilíneos, ni su conexión hidráulica con el acuífero es perfecta. En estos casos puede demostrarse
que el problema se reduce a conseguir calcular una distancia del pozo al río, que siendo mayor o menor
que la real X0, solape los efectos reseñados.
Por ello, los ensayos de bombeo que se realizan al objeto de conocer las relaciones acuífero río, deben
hacerse de larga duración para observar suficientemente las estabilizaciones, midiendo, además, caso
de ser posible, las disminuciones del caudal del río. Se obtendrán valores teóricos de X0, que comparados
con el real, permitirán las oportunas correcciones.
En el segundo tramo, el caudal Q se compone de dos partes: el que realmente se obtiene del acuífero y
el que proviene del efecto anómalo por recarga vertical diferida. El acuífero real tiene que ceder menos
agua y la pendiente, según la relación anterior, disminuye, iniciando un proceso de seudoestabilización.
En el tercer tramo deja de existir la recarga anómala, el caudal que reclama la bomba instalada en el
pozo se obtiene en su totalidad del acuífero. La recta adopta de nuevo una pendiente, que depende de
Q y de T.
Q
pendiente=∆d=0.183
T
Que es la misma del primer
tramo.
Dado que las pendientes y,
por tanto, las caídas por
ciclos de las rectas
ajustadas al primer y tercer
tramo son iguales, las
transmisividades T que se
calculen para ambos serán
la misma.
Para los coeficientes de
almacenamiento S, el Figura 7-31 Distorsión de las rectas de Jacob por efecto de drenaje diferido.
problema varía. Baste indi-
car que, si existen dos rectas, existirán dos puntos de corte t0 con el eje de abscisas, pudiendo obtenerse
dos distintos valores de S.
La discusión surge en este punto. Muchos técnicos, especialistas en este tema se inclinan por utilizar
uno u otro tramo para el cálculo de S. Sin embargo, parece ser lo más lógico utilizarlos indistintamente
en función de las circunstancias físicas del ensayo; por ello, se trata a continuación de reflexionar sobre
algunos de los diversos mecanismos de funcionamiento, que pueden dar lugar a un esquema de drenaje
diferido.
Un grupo importante de casos lo constituye el bombeo en los acuíferos libres con permeabilidad por
porosidad intergranular. En este caso, el almacenamiento del acuífero aporta el agua, fundamentalmente
por drenaje gravitacional de los poros.
El cono de bombeo se forma rápidamente, pero en dicho cono queda agua retenida, que va bajando por
gravedad lentamente hasta el nivel dinámico.
El agua que cede el acuífero por unidad de descenso en el primer tramo es menor que la real, dado que
una parte, en muchos casos, importante de la misma queda retenida en la zona desaturada del cono de
bombeo y baja muy lentamente. Por ello, no sirve el primer tramo para el cálculo de la S, dado que el
valor que se obtendría sería muy inferior al real.
Cuando ya se ha incorporado toda el agua gravífica al nivel dinámico saturado, el agua que cede el
acuífero por unidad de descenso es ya acorde con su coeficiente de almacenamiento, que coincidirá con
su porosidad eficaz y, por tanto, puede efectuarse su cálculo en el tercer tramo.
Boulton, Prickett y Walton estudiaron matemáticamente este fenómeno con las condiciones de contorno
habituales para la deducción de la fórmula de Theis, añadiendo la necesidad de que la base impermeable
del acuífero fuese horizontal y que el descenso fuera despreciable frente al espesor saturado; llegaron
mediante la resolución de la ecuación fundamental de la hidráulica de medios porosos, a la relación:
Q r r2 S'
d= W (u, ) siendo u=
4πT D 4Tt
Para tiempos largos (tercer tramo),
T
D=√
αS'
La ecuación:
Q r
d= W (u, )
4πT D
Es muy parecida a la de Hantush para el drenaje vertical.
La función W(u,r/D) no tiene solución analítica y está tabulada. Se representa en la Figura 7-32, que es
debido a Prickett.
Figura 7-32 Curvas tipo para bombeo en acuífero libre con drenaje diferido según Prickett.
Estas curvas pueden ser utilizadas como curvas patrón para aplicar a las curvas de campo el método de
superposición y coincidencia, de un modo análogo al expuesto en los métodos de Theis y Hantush.
El método operativo es casi análogo al de Hantush.
Se hace coincidir la curva A y la derivación (r/D), que se ajuste con el primer y segundo tramo de la curva
de campo, representada, naturalmente, en escala doble-logarítmica. Se toma un punto sencillo pudiendo
obtenerse 1/u, W(u,r/D) y r/D de la curva patrón y d y t de la curva de campo.
Se podrá obtener:
r
Q W (u, )
T= D
4πd
4Tt
S=
1
r2 ( )
u
Se desplazan los ejes en el sentido del eje de abscisas, sin que se incremente el desplazamiento en el
sentido de las ordenadas, y se ajusta la curva patrón B al tercer tramo de la curva de campo. Se obtienen
de un modo análogo los valores W(u,r/D), 1/u, d y t, y se calculan, por tanto:
r
Q W (u', )
T= D
4πd
4Tt
S'=
1
r2 ( )
u'
T r r 1 r2 S'
D=√ , = , =
αS' D 1 α r 2
( )T
√(α) T D
S'
La T es la misma para el primer y tercer tramos.
De una parte, por los razonamientos expuestos, había de ser la misma. De otra, el método operativo
seguido no permite que existan variaciones de un tramo a otro, habidateniendo en cuenta que al
desplazarse los ejes en el sentido de las abscisas, sin incremento en las ordenadas, para una W(u,r/D)
elegida en la curva patrón, se va a tener un valor de d en la curva de campo que no variará con el
desplazamiento. En la fórmula para la obtención de T se introducirán los mismos parámetros tanto en el
primer como tercer tramo, obteniéndose valores idénticos de transmisividad.
Según Prickett, el coeficiente de almacenamiento S obtenido en el primer tramo, coincide con el que tiene
el acuífero, cuando trabaja como cautivo; y el S' obtenido en el tercero es el que tendría en su
funcionamiento como libre, es decir, su porosidad eficaz.
El S y S' deberán estar ligados por el coeficiente de compresibilidad del agua y el módulo de elasticidad
del acuífero. Consecuentemente, se tomará el valor del coeficiente de almacenamiento calculado a partir
del último tramo.
El modelo expuesto es excesivamente teórico, y existen muchas circunstancias en las que será necesario
apartarse de este método operativo.
Por ejemplo: Imagínese un acuífero constituido por un nivel de gravas muy gruesas (índice de retardo
despreciable). Encima de éste, se encuentra otro de muy poco espesor, constituido por arenas finas. En
el primer minuto de bombeo, el nivel, que estaba lo suficientemente alto para saturar parte de las arenas,
desciende por debajo del techo de gravas, comportándose este acuífero como libre desde que se inicia
la prueba. Las arenas empezarán a drenar agua, disminuyendo la pendiente de la recta de descensos.
Cuando el efecto termina, dicha recta toma de nuevo su curso normal.
Si se quiere conocer la S de las gravas, habrá que obtenerla del primer tramo. El último tramo estará
desplazado e influido por los aportes de agua provenientes de las arenas, que no son el acuífero real en
el esquema expuesto. Este último esquema sería válido para aquellos acuíferos sobre los que existiera
un paquete detrítico parcialmente saturado y de mucha menos entidad acuífera. Por último, también
deberá obtenerse la S a partir de la interpretación en el primer tramo, en los casos equivalentes a
acuíferos semiconfinados con drenaje vertical, en los cuales no exista acuífero superficial bien alimentado
y el semiconfinante sea de poco espesor.
Los drenajes diferidos están matemáticamente estudiados desde un ángulo muy teórico. En la naturaleza
son muy frecuentes, incluso en medios fracturados, a pesar de que los diversos autores no los
consideran. La cantidad de casos distintos que pueden presentarse, dando lugar a distorsiones
parecidas, es innumerable. Por todo ello, carece de lógica tratar de conocer el fenómeno o esquema de
funcionamiento a partir de las formas de las curvas. El proceso debe ser inverso. Teniendo una idea del
posible fenómeno, se debe seleccionar los tramos de las curvas y sus métodos interpretativos para poder
obtener los parámetros del acuífero, más acordes con la realidad física.
Tratando de analizar cómo pueden presentarse las distorsiones en las curvas de campo, conviene
empezar por fijarse en las curvas de Prickett de la Figura 7-32.
Cuanto menor es el valor (r/D), dado por la derivación correspondiente, más difícilmente observable es
el efecto de drenaje diferido. Si se están analizando los descensos en el mismo pozo de bombeo, dado
que r es muy pequeño, (r/D) es también muy pequeño y consecuentemente, para la mayoría de los casos,
es muy difícil poder observar el efecto.
Siguiendo en esta línea, cuanto más lejano está el piezómetro, más fácilmente observable es el efecto
de drenaje diferido. Al ser r grande, el valor (r/D) aumenta, y con valores grandes de este último
parámetro, el tramo central se acusa más rápidamente y de un modo más brusco.
El método de superposición y coincidencia, que tiene una precisión aceptable cuando se ajustan curvas
de campo sin distorsiones, tiene, en el caso de que dichas distorsiones sean importantes y haya que ir
al ajuste de pequeños tramos, grandes dificultades en su aplicación. Es muchas veces función del punto
de vista de la persona que interpreta que la superposición y coincidencia de curvas se realice en uno u
otro lugar.
Por este motivo, suele ser
recomendable utilizar también
el método de Jacob en el
gráfico semilogarítmico. El
procedimiento presenta a su
vez el problema: siendo los
piezómetros más alejados los
de más clara interpretación,
es, sin embargo, en ellos
donde más tiempo tarda en
ser aplicable el ajuste
rectilíneo. Ocurre con mucha
frecuencia, como se indica en
la Figura 7-33, que la
Figura 7-33 Esquema de drenaje diferido. en el que aparece la estabilización
central antes de entrar en el periodo de validez de Jacob, desapareciendo así el pseudoestabilización por
primer tramo recto. recarga diferida se inicia antes
de que sea aplicable el
método de Jacob y, por tanto, antes de que se defina el primer tramo recto.
La T y S se obtendrán del último tramo recto, haciendo uso de la pendiente de dicho tramo, y su punto
de corte con el eje de abscisas t0’.
Si las circunstancias físicas del ensayo, previamente conocidas, aconsejasen obtener la S del primer
tramo, se presenta el problema de no poder ser calculada, por no poder obtenerse por este procedimiento
el valor de t0.
Suele ser recomendable, aunque no sea muy ortodoxo utilizar el siguiente procedimiento práctico:
Una vez obtenida la T por el método de Jacob (último tramo), se representan los descensos en escala
doble-logarítmica. Se ajusta la curva patrón de Theis al último tramo, procurando que se obtenga la
misma T que se obtuvo por el método de Jacob. Se desplazan los ejes paralelos al eje de abscisas, sin
que cambien las ordenadas, hasta lograr una nueva coincidencia en el primer tramo. De esta coincidencia
puede obtenerse el valor de S.
Se concluye recomendando que en los ensayos de bombeo en los que puedan existir efectos de drenaje
diferido, y en general, en cualquier tipo de ensayo, es necesario conocer previamente, lo mejor posible,
las circunstancias geológicas y físicas de la zona para poder así proceder a intentar la interpretación con
mayores garantías de éxito.
Solución Neuman
La solución analítica del problema que se ha descrito, fue llevada a cabo por Neuman (1975) bajo las
siguientes hipótesis:
➢ Acuífero libre.
➢ La zona no saturada no tiene influencia sobre el descenso del nivel freático.
➢ El agua que es bombeada al inicio proviene de una liberación instantánea desde
almacenamiento elástico.
➢ Al final del proceso, el agua procede del drenaje (desaturación) del acuífero.
➢ El descenso es despreciable comparado con el espesor saturado del acuífero.
➢ La porosidad eficaz, S’, es al menos diez veces mayor que el coeficiente de almacenamiento
específico por liberación elástica, S/b.
El flujo de agua en un acuífero no confinado hacia un pozo de bombeo, puede ser descrito por la siguiente
ecuación:
2 2
∂ h Kr ∂h ∂ h S ∂h
Kr + +Kz =
∂r2 r ∂r ∂z2 h0 ∂t
Donde z es la elevación sobre la base del acuífero, Kr es la conductividad en la dirección radial, Kz es la
conductividad en la dirección vertical, b es el espesor del acuífero y S es el coeficiente de
almacenamiento por liberación elástica.
Sintetizando:
Q
d(r,t)=h0 -h(r,t)= W(uA ,uB ,Γ)
4π T
donde W(uA,uB,) es la Función de Pozo de Neuman para un sistema no confinado. Los valores de uA,
uB y son los siguientes:
r2 S 1
uA = = para el tramo de descenso inicial
4Tt 4tS
r2 S' 1
uB = = para el tramo de descenso final
4Tt 4tγ
r2 Kz
Γ= =β
h20 Kr
donde h0 es el espesor saturado inicial.
T=Q dD/4 π d Se obtiene la transmisividad T que dará el mismo valor que en el primer tramo
ty=Tt/r2S’, luego:
S’=T t/r2ty Se obtiene el coeficiente de almacenamiento por desaturación (porosidad eficaz) S’
β =KD (r2/b2), luego:
KD= β/(r2/b2) Se obtiene la anisotropía KD, igual que en el primer tramo
σ = S/S’ Se obtiene σ
Siendo:
R: radio de influencia.
rp: radio del pozo.
dI G
=1+
dc R
ln
rp
dI
dc =
G
1+
R
ln
rp
Esto implica que, conocido el descenso estabilizado en un pozo incompleto dc, puede conocerse el
descenso de en un pozo completo hipotético, sin más que dividir dI, por el valor:
G
1+
R
ln
rp
A partir del valor dc, se puede obtener la T. Necesita conocerse o estimarse el valor de R.
Estos cálculos han de realizarse en ausencia de pérdidas de carga en el pozo. Por ello, cuando se ensaya
un pozo incompleto, deben estimarse las pérdidas de carga por alguno de los métodos descritos en otros
apartados de este trabajo. Se descontarán dichas pérdidas del descenso observado, obteniéndose así
el descenso teórico en pozo incompleto dI, que al ser corregido por los métodos expuestos, da el valor
de dc con el que puede obtenerse el valor de T.
Si se quisiera conocer el descenso real en un pozo completo que bombease el mismo caudal, al dc, habría
que estimarle unas pérdidas de carga adicionales.
Una vez obtenida la T sería muy simple conocer los valores de Q (teóricos), que cedería un pozo
completo para diversas depresiones, mediante la aplicación de la fórmula de Thiem.
almacenamiento S. Con mucha frecuencia esto no es posible al no contar con ningún piezómetro de
observación.
En ocasiones el pozo ensayado se ubica en un acuífero del que, por otros trabajos similares, se conoce
con aproximación suficiente el valor del almacenamiento, pudiendo utilizar esta información para el
cálculo del caudal a partir de la fórmula general. En cualquier caso, mejor que utilizar cualquier procedi-
miento de tanteo para el valor de S, es aconsejable tomar los valores recomendados en los oportunos
capítulos de este texto, es decir, aquel que más se ajuste a las condiciones de trabajo y características
particulares del acuífero.
Por lo que se refiere al coeficiente de pérdidas de carga B, siempre será posible estimar su valor
realizando una serie de bombeos escalonados en el propio pozo, con esta específica finalidad.
Resulta evidente que, conocidos o estimados los valores de T, S, B, y fijado el tiempo de duración del
bombeo, así como el descenso que se desea producir, es fácil deducir el caudal para estas determinadas
condiciones a partir de la ecuación general.
Para fijar el descenso es necesario analizar la situación del acuífero/s dentro del contexto general del
sondeo y de la columna de agua en estado de reposo. Así, debe procurarse no dejar colgados varios
acuíferos cuando se trate de un sistema multicapa, ya que las condiciones exigidas para el cálculo de
caudales, a partir de la ecuación general de descenso, no se cumplen. En este supuesto se producirá un
desequilibrio en la relación descenso-caudal, es decir, el caudal conseguido por unidad de descenso
será tanto menor cuanto mayor sea el número de acuíferos que queden colgados.
Si el acuífero es libre y el espesor saturado del mismo es pequeño, el descenso máximo admisible, por
razones que ya se han expuesto, no debe superar el 30 o el 35 por 100 del espesor saturado inicial,
siendo aconsejable no sobrepasar el 15 por 100.
Otro factor a tener en cuenta, para fijar el descenso, es el económico. Cuando los niveles estáticos están
situados a mucha profundidad y las depresiones producidas por efecto del bombeo son importantes, los
gastos de elevación pueden ser excesivos y no hacer rentable la explotación, que tal vez podría serlo
con caudales menores y descensos más reducidos.
El tiempo de bombeo para una explotación ininterrumpida se aconseja, a efectos de cálculos, fijarlo en
cien días por las razones siguientes:
El mayor porcentaje del descenso total se produce en los primeros momentos de iniciar el bombeo. La
evolución posterior de niveles sigue normalmente una alineación recta en una representación
descenso-Ig t y, por tanto, a medida que el tiempo de bombeo es mayor, la incidencia en el descenso es
menor, al considerar un ciclo logarítmico determinado y el siguiente.
Por lo general, el tiempo de cien días es la duración de un periodo de estiaje, pudiendo suponerse que
durante este tiempo no existirán influencias por infiltración de agua de lluvias.
Cuando existe un campo de pozos que explotan al mismo acuífero, es evidente que existen afecciones
mutuas, que serán tanto más importantes cuanto más próximos estén los pozos entre sí. Estas
afecciones originan unos descensos adicionales, que será necesario sumar a los descensos provocados
en cada pozo como consecuencia de su propio bombeo.
Cuando se trate de acuíferos compartimentados de pequeña extensión y sin recursos suficientes, deberá
analizarse la recta de recuperación para conocer el descenso residual, y determinar el vaciado producido
como consecuencia del volumen de agua extraído durante la realización del ensayo. A partir de este
análisis, como se ha visto en el punto 4 del capítulo 7, puede estimarse el área de embalse subterráneo
del acuífero y, consecuentemente, el volumen de agua almacenada en el mismo. A partir de estas
valoraciones se decidirá el caudal de explotación más racional para la captación ensayada.
Cuando el régimen de bombeo sea
cíclico, con determinadas horas
diarias de funcionamiento,
seguidas de periodos de reposo,
quedarán unos descensos
residuales acumulados, como
consecuencia de los bombeos, tal
y como se esquematiza en la
Figura 7-39, y que han de tenerse
en cuenta para determinar el
caudal en función del descenso
Figura 7-39 Descensos acumulados por un bombeo cíclico. máximo permitido o aconsejable.
Para el cálculo de los descensos
residuales acumulados, como consecuencia de un régimen de bombeo cíclico, se adjunta en la
Figura 7-40 (Da Costa, 1963).
Conocido el valor de la transmisividad del
acuífero, el caudal de bombeo y la relación
entre el tiempo de bombeo y el de parada (f),
es fácil deducir el descenso total acumulado
al término de n ciclos.
Se puede tantear con distintos valores de Q,
y tomar aquel que produzca un descenso
residual al cabo de n ciclos, tal que, sumado
al provocado por el bombeo
correspondiente a un ciclo, se obtenga el
descenso total deseado.
Cuando el comportamiento del acuífero sea
tan complejo que los datos del ensayo
resulten no interpretables, por cualquiera de
los procedimientos expuestos en este texto,
será conveniente comenzar la explotación
del pozo a modo de bombeo experimental,
con el régimen que parezca más idóneo y,
en función de la evolución de niveles, al
cabo de un cierto tiempo de bombeo, ajustar
el caudal de acuerdo con los resultados
obtenidos durante el mencionado bombeo Figura 7-40 Ábaco para el cálculo de descensos en un bombeo
cíclico.
experimental.
Ensayos de inyección
En general, en las obras civiles en su amplio sentido, es siempre muy importante conocer las condiciones
geológicas del terreno que formará parte de la obra, bien porque se intenta utilizar como soporte directo,
o bien porque se quiere trabajar dentro de él. El terreno no se presenta en general aislado en los
problemas de la ingeniería, sino que siempre entra en juego la interacción terreno-agua. Cuando el agua
hace presencia en un terreno, normalmente se agravan los problemas, tanto en el hecho de que exista
agua en el mismo, como por la circunstancia, aún más desfavorable, de que pueda circular. Esta agua
que se mueve, si su desplazamiento no se ha previsto y controlado, puede provocar todos los fenómenos
inquietantes que tienen nombres poco agradables para los ingenieros civiles: fugas, sifonamientos,
cavernas, entumecimientos, agua a presión y subpresiones. En casi todos los casos se trata de eliminar
o desviar un exceso de agua que hace difícil o impide el trabajo en condiciones normales, técnicas y
económicas, o que cambia las características del terreno haciéndolo defectuoso para la ejecución de la
obra civil que se ha proyectado. En otros casos, el ingeniero querrá dirigir la circulación del agua, bien
para llevarla en cantidad importante a puntos elegidos (pozos filtrantes, captaciones, etc.), o al contrario,
para alejarla de zonas críticas (drenajes, rebajamiento del nivel hidráulico, etc.). Por estas razones, el
hidrogeólogo debe analizar y proponer soluciones en los problemas de geología ligados íntimamente a
la ingeniería civil. En cualquier caso, el geólogo encargado de los estudios de este tipo de obras deberá
tener una formación hidrogeológica profunda.
Al tratar de los métodos que se emplean en la práctica, para la resolución de los problemas planteados,
es de importancia primordial conocer bien las leyes que rigen la circulación del agua en los terrenos, y
una de las características que permite estudiar los movimientos del agua que pueden producirse es el
coeficiente K de permeabilidad de Darcy. Este coeficiente se calcula, muy frecuentemente, haciendo uso
de las pruebas o ensayos de inyección. Independientemente de todo lo visto en el apartado de ensayos
de bombeo, debe indicarse que, aun siendo estos ensayos los más fiables y que más parámetros
proporcionan, la tradición de las pruebas de inyección en ingeniería geológica hace que puedan ser
consideradas las técnicas por excelencia para la obtención de permeabilidades en las formaciones de
suelo y subsuelo.
Las pruebas de inyección, métodos de Lugeon, Lefranc, Matsuo y otros se describen en el oportuno
capítulo de este libro, y se recomienda su lectura para comprender plenamente el análisis que aquí se
efectúa. Las pruebas de inyección tienen interés desde el momento que son pruebas “in situ”. Las
medidas de permeabilidad que pueden realizarse en laboratorio sobre muestras pequeñas, raramente
representan las características hidrogeológicas reales del terreno, ni aún en el caso más favorable en
que la muestra no haya sufrido alteraciones que modifique sus propiedades.
Por ejemplo, es prácticamente imposible tomar muestras verdaderamente inalterables de graveras de
aluviones, por otra parte, esos aluviones, generalmente, son muy heterogéneos a pequeña escala. La
medida del coeficiente de permeabilidad en laboratorio, en una muestra que suponga inalterada, daría
un valor puntual del coeficiente K. La obtención seriada de tales medidas puntuales daría resultados con
una gran dispersión de manera que la medida no tendría significación.
En un macizo rocoso, por citar otro caso, las circulaciones de agua se producen a favor de fisuras o
grietas más o menos abiertas. Es raro que el macizo rocoso tenga una permeabilidad propia apreciable,
y desde luego, no es la permeabilidad que interesa al ingeniero, ya que de manera general es
despreciable con respecto a la que puede denominarse permeabilidad "en grande" del macizo y que se
debe a la fisuración. Esta permeabilidad "en grande" no se puede obtener por medidas de laboratorio,
efectuadas sobre muestras extraídas del macizo rocoso.
Así pues, se ve la necesidad ineludible y el interés de realizar pruebas de permeabilidad sobre el terreno,
y desde este punto de vista, las pruebas o ensayos de inyección suponen una clara mejora, sobre los
métodos basados en el tratamiento de las muestras de sondeos.
Sin embargo, se debe contar, sobre todo, con el cuidado puesto en la ejecución de ensayos y medidas,
guiándose por la filosofía, ya enunciada por el profesor Terzaghi (1956): "Estos ensayos no tienen valor
si no se ejecutan correctamente por el experimentador que tenga una gran práctica". De hecho, la
mayoría de las fórmulas para el cálculo de la permeabilidad por métodos de inyección (Lugeon, Lefranc
y otros) parten de la ecuación de Thiem de régimen permanente y acuífero confinado; y debería
conservarse en la realidad práctica de los ensayos, el conjunto de limitaciones y condiciones de contorno,
que se impusieron para la resolución de la ecuación del flujo en régimen permanente al deducir la fórmula
de Thiem: acuífero confinado, medio saturado, régimen permanente, medio homogéneo e isótropo, etc.
En realidad, se usa y abusa de este conjunto de métodos, que por otra parte gozan de una gran tradición
en ingeniería civil y problemas de ingeniería geológica, y no se suele tener el cuidado debido en su
aplicación. Resulta difícil o casi imposible que se alcance el régimen permanente cuando se inyecta agua
en un pozo, durante unos pocos minutos. En rigor estos ensayos no son claramente cuantitativos; siguen
una metodología estandarizada, y por ello suelen ser un buen método para comparar la propiedad
permeabilidad a distintas profundidades, en un sondeo o entre sondeos contiguos perforados en la misma
formación. Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones, los valores de permeabilidad obtenidos son
poco fiables.
Los métodos de inyección se ejecutan en general en sondeos, pero también pueden realizarse en pozos,
trincheras o excavaciones.
El ensayo Lugeon es el más conocido, el más clásico, el que se realiza con mayor frecuencia, y también
con frecuencia, el peor realizado. Se trata de un ensayo de inyección de agua bajo presión, en sondeos
y dentro de macizos rocosos mecánicamente resistentes, cuya permeabilidad proviene, generalmente,
de una fracturación tectónica o de una fisuración por disolución. Da una idea de la permeabilidad "en
grande" del macizo rocoso. Es un ensayo simple que proporciona, de forma inmediata, medidas
cualitativas, y mediante la aplicación de determinadas fórmulas, el valor del coeficiente K; pero se insiste
en que la fiabilidad en muchas ocasiones es baja. Dada su simplicidad, se debe hacer sistemáticamente
en todos los sondeos de reconocimiento de macizos rocosos. Normalmente se efectúa la prueba en
tramos de 5 metros de longitud a medida que se perfora un sondeo, aislándolos entre sí por un obturador.
En el ensayo concebido primitivamente por Lugeon, cada tramo se prueba primero a presión atmosférica,
y luego a presiones crecientes (normalmente 0, 2,5, 5 y 10 kg/cm2) durante un periodo de tiempo
constante de 10 minutos. En cada escalón de presión se anotan los volúmenes de agua absorbidos por
el terreno durante ese tiempo de ensayo. La presión considerada en el momento de ejecución de la
prueba, es la suma de la presión dada por la lectura del manómetro y de la altura de la columna de agua,
evaluada en kg/cm2, entre el manómetro y el punto superior del tramo ensayado. Eventualmente, deberán
considerarse y disminuirse para la realización de cálculos, las pérdidas de carga.
Los resultados de esta prueba pueden presentarse en gráficos en forma de corte de sondeo (log) en
función de la profundidad, dándolo bien en unidades "Lugeon" o bien en absorción por prueba en 1/m x
min., en función de la presión ensayada. Estos logs son particularmente útiles para ver los cambios
cualitativos de la permeabilidad a lo largo de toda la perforación, y seguramente, la mayor utilidad de
estas y otras pruebas de inyección sea poder efectuar estas comparaciones.
De otra parte, el propio Maurice Lugeon en su obra Barrages et Géologie (1932), a propósito de su propio
ensayo, indica que: "Una de las grandes ventajas que presenta el método de perforación con corona, es
que se puede siempre hacer experiencias sobre la permeabilidad de las rocas atravesadas. El método
consiste en colocar en el extremo de un tubo, que se baja por el agujero del sondeo, cierto número de
arandelas de caucho que rocen contra las paredes rocosas, el envío de agua bajo presión aplasta los
diferentes discos elásticos. Se produce una obturación hacia arriba. Se mide entonces fácilmente, la
pérdida de agua de la sección de la roca experimentada".
Aun queriendo exaltar las bondades y gran tradición de estas pruebas y, sobre todo, sus indudables
ventajas sobre métodos de laboratorio en muestras de testigos de la perforación; hay que ser realista y
asumir su baja fiabilidad.
Los ensayos de bombeo son, sin lugar a dudas, los métodos más fiables para obtener parámetros de
permeabilidad en las formaciones saturadas del subsuelo. Sin embargo, son más caros y por ello se
rechazan sistemáticamente dentro de la obra civil y la ingeniería geológica. Pero la confianza que aportan
compensa con creces su pequeño sobrecosto. De otra parte, en las pruebas de inyección se introducen,
en la formación ensayada, volúmenes de agua bajísimos, lo que implica que tengan un carácter
netamente puntual. Los ensayos de bombeo suelen y deben ser de una duración significativa (1 a 3 días
es lo usual), y en este tiempo se extrae gran cantidad de agua de la formación, que acude de zonas muy
separadas del pozo de bombeo, se ensaya en una extensión muy importante del medio físico, y en
consecuencia los ensayos de bombeo tienen una alta representatividad espacial.
La recomendación que se debe hacer desde este capítulo, es que sigan realizándose las pruebas de
inyección con la frecuencia y distribución espacial que es habitual, pero teniendo siempre en cuenta dos
aspectos: el rigor y cuidado en la realización de la prueba y su interpretación y realizar ensayos de
bombeo de duración suficiente, que aunque en menor número, permitan contrastar los resultados de las
pruebas de inyección, y sobre todo, que permitan mejorar la confianza en los resultados de permeabilidad
obtenidos.
Existen una gran variedad de formas de realizar pruebas con trazadores, al objeto de poder estimar los
parámetros hidrogeológicos de la formación que pueden consultarse en la bibliografía recomendada
(Custodio, E. Y Llamas, M. 1976, cap. 12); se citarán aquí dos de los métodos más usuales.
CAPÍTULO 8
Evaluación de parámetros hidrogeológicos en acuíferos conectados a mares y
océanos de mareas vivas.
8.1. Análisis del efecto de las mareas en la superficie piezométrica de acuíferos costeros
8.2. Diseño de un método de evaluación de parámetros hidrogeológicos en acuíferos conectados a
mares y océanos de mareas vivas.
CAPÍTULO 8
Evaluación de parámetros hidrogeológicos en acuíferos conectados a mares y
océanos de mareas vivas.
π x2 S
-(√ )
t0 T 2 π t π x2 S
h=h0 e sen ( -√ )
t0 t0 T
donde:
T: Transmisividad del acuífero.
π x2 S
-(√ )
t0 T
A=h0 e
Donde A, en este caso, es la máxima amplitud de la oscilación en el acuífero sobre el nivel de referencia.
Operando en esta expresión se puede obtener la expresión que dé el valor de la difusividad D=T/S, en
función de la distancia al mar x, la máxima oscilación en el acuífero A, el periodo de la marea y la semi
amplitud de la oscilación en el mar h0.
Tomando logaritmos neperianos en la expresión anterior, tenemos:
π x2 S
-(√ t T )
0
ln A=ln h0 +ln(e )
π x2 S
ln A=ln h0 - (√ ) ln e
t0 T
2 π x2 S
(ln h0 -ln A) =
t0 T
De donde puede deducirse el valor de la difusividad T/S
T π x2
D= =
S h 2
t0 (ln 0 )
A
Esto permite obtener la difusividad de un acuífero conociendo la máxima oscilación del nivel A (sobre el
nivel de referencia), en un punto del acuífero situado a distancia x del mar y la semiamplitud de la marea.
Hay que entender que puede ser un procedimiento de investigación de parámetros muy cómodo y
sencillo. Medir la máxima oscilación en 24 horas de los piezómetros de un acuífero costero, con los
valores de la distancia del piezómetro al mar y la oscilación de la marea en el mar, puede obtenerse la
difusividad.
Si se tienen valores del coeficiente de almacenamiento, puede obtenerse una distribución del valor de la
transmisividad.
En las dos siguientes tablas, (Tabla 8-1 y Tabla 8-2) de doble entrada, elaboradas en una hoja EXCEL,
se pueden obtener valores de la difusividad en función de distancia al mar y de semioscilación máxima
del agua en el acuífero, y valores de transmisividad con los mismos planteamientos y el supuesto de una
porosidad eficaz generalizada del 5 %.
0.03 28 114 256 456 712 2849 6410 11395 71219 284876
0.06 39 158 355 632 987 3948 8882 15791 98692 394770
0.09 49 197 442 786 1228 4913 11055 19654 122836 491343
0.15 67 269 606 1077 1683 6732 15147 26928 168299 673194
0.21 85 342 769 1367 2136 8543 19222 34173 213582 854329
Iglesias, A., Ortiz, G., Rodríguez, R., César, J.
0.24 95 379 852 1515 2368 9471 21309 37882 236763 947051
0.27 104 417 938 1667 2605 10420 23444 41679 260491 1041965
0.3 114 456 1026 1823 2849 11395 25639 45580 284876 1139502
0.9 417 1667 3751 6669 10420 41679 93777 166714 1041965 4167860
1.5 1257 5030 11317 20119 31437 125746 282929 502986 3143660 12574641
2.1 4749 18996 42741 75984 118725 474899 1068523 1899596 11872477 47489908
2.4 12133 48533 109199 194132 303332 1213327 2729986 4853308 30333174 121332696
3 1.23E+34 4.90E+34 1.10E+35 1.96E+35 3.06E+35 1.23E+36 2.76E+36 4.90E+36 3.06E+37 1.23E+38
1.5 63 251 566 1006 1572 6287 14146 25149 157183 628732
2.1 237 950 2137 3799 5936 23745 53426 94980 593624 2374495
2.4 607 2427 5460 9707 15167 60666 136499 242665 1516659 6066635
3 6.00E+32 2.00E+33 6.00E+33 1.00E+34 2.00E+34 6.00E+34 l.E+35 2.00E+35 2.00E+36 6.00E+36
PARTE III
CALIDAD, CONTAMINACIÓN Y
TRATAMIENTOS CORRECTORES DE
LAS AGUAS SUBTERRÁNEAS.
ESTUDIO DE TRANSPORTES DE
SOLUTOS
COMPRENDE:
AGUAS
SUBTERRÁNEAS
EXPLORACIÓN, EVALUACIÓN,
CARACTERIZACIÓN Y GESTIÓN
CAPÍTULO 9
Calidad de las aguas subterráneas
9.1. Concepto de calidad natural
Constituyentes del agua subterránea
Características físico-químicas del agua subterránea
9.2. Calidad según composición química. Procesos modificadores
9.3. Análisis químico del balance iónico
9.4. Tratamiento de datos químicos. Relaciones iónicas y representación gráfica
Relaciones iónicas
Hidrogramas químicos
9.5. Calidad según uso: consumo humano, agricultura, ganadería e industria
Consumo humano
Consumo agrícola
Consumo ganadero
Consumo industrial
CAPÍTULO 9
Calidad de las aguas subterráneas
Para garantizar la ausencia de contaminación y/o de error analítico, el factor “f” debe presentar
un valor situado en el rango 80-100 µS/cm.
❖ Color: capacidad de absorber ciertas radiaciones del espectro visible debido a la presencia de
sustancias disueltas en el agua, especialmente materia orgánica. Su valor se mide por
comparación con un estándar arbitrario de Cl3Co + Cl6PtK2 (Gómez, 2001). En general, las aguas
subterráneas se caracterizan por concentraciones inferiores a 5 ppm de Pt.
❖ Olor y sabor: las aguas con concentraciones de iones cloruro superiores a 300 ppm tienen gusto
salado; aquéllas con concentraciones de iones sulfato superiores a 400 ppm tienen gusto salado
y amargo; aquéllas con altos contenidos en dióxido de carbono tienen gusto picante (Collazo y
Montaño, 2012).
❖ Turbidez: dificultad del agua para transmitir la luz, mide el contenido de sustancias coloidales y
de materia en suspensión. Según Bros (2006), en aguas transparentes, tiene valores inferiores
a 1,42 ppm de SiO2; en aguas turbias, presenta valores de 6,25-9 ppm de SiO2; para aguas muy
turbias, se tienen valores superiores a 9 ppm de SiO2; en las aguas subterráneas, la turbidez se
caracteriza por ser inferior a 1 ppm de SiO2.
❖ Densidad: definida como la masa de la unidad de volumen, disminuye con la temperatura y
aumenta con la salinidad. En agua dulce presenta el valor de 1 g/cm3; en agua de mar es de
1,025 g/cm3; en salmuera, de 1,2 g/cm3.
❖ pH: grado de acidez o basicidad del agua. Se mide por la concentración de protones en
disolución y depende del equilibrio químico de las sustancias disueltas. Valores inferiores a 7
corresponden a medios ácidos; valores iguales a 7 son representativos de medios neutros; y
valores superiores a 7 indican medios básicos. En el agua subterránea, su valor varía entre 6,5
y 8. Se calcula mediante [9-4].
pH=- log [H+ ] [9-4]
❖ Demanda química de oxígeno (DQO): capacidad del agua para consumir oxígeno en los
procesos químicos. Mide el contenido en materia orgánica y especies oxidables. Las aguas
subterráneas se caracterizan por valores de DQO de 1-5 ppm de O2 (Collazo y Montaño, 2012);
valores más altos podrían indicar contaminación.
❖ Demanda bioquímica de oxígeno (DBO): capacidad del agua para consumir oxígeno en los
procesos biológicos aerobios, debido a la presencia de materia orgánica. Se refiere normalmente
a los 5 días. En aguas subterráneas, por lo general, es inferior a 1 ppm de O2; valores más altos
podrían indicar contaminación.
❖ Alcalinidad (A): capacidad del agua para neutralizar los ácidos. Mide el contenido de aniones
hidrolizables. La alcalinidad TAC mide esta capacidad hasta pH = 4,5, y la alcalinidad TA hasta
pH = 8,3. En las aguas naturales, este parámetro se debe principalmente a las concentraciones
de HCO3- y CO32- (alcalinidad carbonatada), ya que el resto de aniones se encuentran en muy
pequeñas cantidades; en las aguas subterráneas, con pH de 6,5-8, la alcalinidad carbonatada
se mide exclusivamente como la concentración de HCO3- según [9-5]. Los valores de TAC y TA
varían entre 100-300 y 0-10 ppm de CaCO3, respectivamente.
mg meq -
A ( CaCO3 ) =A ( HCO3 ) 50 [9-5]
L L
❖ Dureza (D): capacidad del agua para reaccionar con jabón y producir incrustaciones. Mide el
contenido en iones alcalinotérreos, principalmente Ca2+ y Mg2+. El valor de este parámetro se
determina mediante [9-6] y [9-7].
meq 2+ meq meq
D( CaCO3 ) =Ca ( ) +Mg2+ ( ) [9-6]
L L L
mg meq
D ( CaCO3 ) =D ( CaCO3 ) 50 [9-7]
L L
En función de su dureza, las aguas subterráneas se clasifican como: 1) aguas blandas (inferior
a 50 ppm CaCO3); 2) aguas ligeramente duras (50-100 ppm CaCO3); 3) aguas moderadamente
duras (100-200 ppm CaCO3) y 4) aguas muy duras (superior a 200 ppm). La dureza también
incluye el efecto reducido de los iones de Sr y Fe.
❖ Residuo seco (Rs): masa de la materia resultante de evaporar una unidad de volumen de agua.
Está relacionado con la conductividad eléctrica mediante [9-8]. El valor de residuo seco para
agua dulce es de 50-1.500 ppm; para agua de mar, de 35.000 ppm; para salmuera, de 300.000
ppm.
μS
CE ( , 20ºC) =f Rs (110ºC) [9-8]
cm
Para garantizar la ausencia de contaminación y/o de error analítico, el factor “f” debe presentar
un valor de 0,8-1,5.
❖ Total de sales disueltas (TDS): masa de todas las sustancias disueltas en el agua, sean o no
volátiles; se mide en ppm.
Finalmente, en la zona saturada existe una estrecha relación entre la litología del acuífero y la
mineralización de las aguas subterráneas, de modo que predominan los procesos de disolución
(evaporitas, carbonatos, sulfuros, etc.). Todas estas reacciones serán estudiadas más ampliamente en
el apartado 10.3 del presente libro.
En concreto, la procedencia de los principales componentes de las aguas subterráneas, definidos
previamente en las Tablas 9-1 y 9-2, se indican en la Tabla 9-3.
Constituyentes Procedencia
❖ Disolución del CO2 atmosférico o del suelo
Bicarbonatos ❖ Disolución de calizas y dolomías
❖ Hidrólisis de silicatos
❖ Lavado de terrenos
❖ Oxidación de sulfuros
Sulfatos
❖ Disolución de yeso
❖ Concentración en el suelo de agua de lluvia
❖ Lavado de terrenos de origen marino
Cloruros ❖ Aguas congénitas y fósiles
❖ Aguas de lluvia y su concentración en el terreno
❖ Procesos de nitrificación natural
Nitratos
❖ Agua de lluvia (en muy pequeña proporción)
❖ Ataque de silicatos
Sodio ❖ Lavado de sedimentos de origen marino
❖ Cambios de bases con arcillas de origen marino
❖ Ataque de silicatos
Potasio ❖ Disolución de sales potásicas (localmente)
❖ Agua de lluvia (en pequeña proporción)
❖ Disolución de calizas, dolomías, yeso y anhidrita
Calcio ❖ Ataque de silicatos cálcicos
❖ Disolución del cemento calcáreo de algunas rocas
❖ Disolución de dolomías y calizas dolomíticas
Magnesio
❖ Ataque de silicatos magnésicos y ferromagnésicos
Tabla 9-3 Origen de los componentes mayoritarios de las aguas subterráneas. Iglesias (2001).
En la práctica, debido a errores acumulados en cada una de las determinaciones individuales, existirá
una diferencia entre los dos términos de [9-9]; dicha diferencia representa el error del balance iónico, que
vendrá dado por [9-10] (Custodio y Llamas, 2001).
∑ cationes- ∑ aniones
Error (%)=200x ( )
∑ cationes+ ∑ aniones
Para comprobar si el error del balance iónico es o no aceptable, debe tenerse en cuenta el valor de la
conductividad eléctrica del agua y las relaciones establecidas en la Tabla 9-4 (Custodio y Llamas, 2001).
Conductividad
50 200 500 2000 >2000
Eléctrica (μS∕cm)
Error admisible (%) 30 10 8 4 4
Tabla 9-4 Error admisible para el balance iónico según conductividad eléctrica. Custodio y Llamas (2001).
Relaciones iónicas
La Tabla 9-5 indica las relaciones iónicas más importantes que pueden ser analizadas en una muestra
de agua subterránea, así como su correspondiente interpretación.
Para la relación Mg2+/Ca2+, por ejemplo, valores de 0,3-1,5 indican un origen continental, de modo que
valores superiores a la unidad suelen ser indicativos de terrenos dolomíticos o ricos en silicatos
magnésicos (gabros y basaltos). Además, procesos como la disolución-precipitación de CaCO3 y/o la
reducción de sulfatos, pueden implicar también cambios significativos.
Dado que el contenido en HCO3- es relativamente constante en las aguas subterráneas, la relación Cl-
/HCO3- es de interés para seguir el proceso de concentración de sales en el flujo. Así, si el incremento
de cloruros es debido a la concentración de sales por adición de fertilizantes, la relación experimenta un
crecimiento menor que cuando se produce intrusión marina. La disolución-precipitación de CaCO3
también puede ejercer una fuerte influencia sobre el valor de esta relación iónica.
En aguas algo salinas, el ion SO42- tiende a hacerse constante. Por ello, aumentos en el valor de la
relación SO42-/Cl- pueden significar contaminación agrícola/industrial, mientras que disminuciones
pueden implicar intrusión marina y/o reducción de sulfatos.
La relación K+/Na+ presenta valores de 0,001-1 en aguas continentales, y de 0,02-0,025 en agua marina.
Su mayor o menor valor en las aguas subterráneas dependerá del origen continental o marino del K+,
pero también de los procesos de adsorción del Na+ y/o el K+ a los que estén siendo sometidas.
Modificaciones en las relaciones Ca2+/Cl-, Mg2+/Cl- y Na+/Cl- indican intercambios iónicos, precipitaciones,
disoluciones, etc. Por su parte, aquéllas experimentadas en la relación NO3-/Cl- son indicio de
contaminación agrícola y/o procesos de reducción.
Hidrogramas químicos
La Figura 9-2 incluye los distintos tipos de hidrogramas químicos que permiten interpretar los datos
analíticos obtenidos en laboratorio.
Como se muestra en la Figura 9-3, los diagramas columnares o de Collins representan cationes (Ca2+,
Mg2+, Na+, K+) y aniones (HCO3- + CO32-, SO42-, Cl-, NO3-) en dos columnas contiguas.
DIAGRAMA
COLUMNAR O
DE COLLINS
DIAGRAMAS DIAGRAMA
BINARIOS CIRCULAR
ANÁLISIS
QUÍMICO
DIAGRAMA DIAGRAMA
TRIANGULAR POLIGONAR O
O DE PIPER DE STIFF
DIAGRAMA
LOGARÍTMICO
O DE
SCHOELLER-
BERKALOFF
Figura circular
Figura 9-4: Diagrama 9-4 Diagrama circular de
para calidad paraaguas
calidad de aguas subterráneas.
subterráneas
Los diagramas de Stiff modificados son diagramas poligonales constituidos por tres rectas divididas, por
una perpendicular, en seis segmentos. La longitud de los segmentos es proporcional a la concentración,
en meq/L, de los iones presentes en el agua; los segmentos situados a la izquierda corresponden a los
cationes y los situados a la derecha a los aniones. Finalmente, los extremos de los segmentos se unen
proporcionando el correspondiente polígono (Figura 9-5).
Estos diagramas resultan interesantes
puesto que permiten visualizar el tipo de
agua y el grado de mineralización de la
muestra. Asimismo, facilitan el análisis de
las relaciones iónicas entre las diferentes
especies. Si se representan sobre un
mapa, concretamente ocupando la
posición del punto de muestreo, pueden
dar una idea sobre la variación espacial
de la composición de las aguas
Figura
Figura 9-5: 9-5 Diagrama
Diagrama de Stiff
de Stiff modificado
modificado parapara calidad
calidad de aguas
de aguas subterráneassubterráneas.
subterráneas.
Los diagramas de Schoeller-Berkaloff se
construyen sobre columnas con escala logarítmica, igualmente espaciadas y del mismo módulo, sobre
las que se sitúan las concentraciones de los componentes mayoritarios (Ca2+, Mg2+, Na+ + K+, HCO3- +
CO32-, SO42-, Cl-, NO3-) en mg/L. La primera columna logarítmica no corresponde a ningún ión y presenta
unidades de meq/L; el resto de las columnas se colocan utilizando a esta primera como referencia, de
modo que el peso equivalente de cada ión debe coincidir necesariamente con el 1 de la primera (Figura
9-6).
Estos diagramas permiten analizar la evolución temporal de las aguas subterráneas en un mismo punto,
así como definir los procesos modificadores de su composición (reacciones de intercambio iónico,
oxidación-reducción, reducción de sulfatos, intrusión marina, etc.).
meq/l Ca2+ (mg/l) Mg2+ (mg/l) Na++K+ (mg/l) Cl- (mg/l) SO42- (mg/l) CO32-+HCO3- (mg/l)
10000
10000
10000
10000
10000
10000
NO3- (mg/l)
100
1000
1000
1000
1000
1000
1000
100
10
100
100
100
100
100
100
10
1
10
10
10
10
10
10
1
0,1
Figura
Figura 9-6: 9-6 Diagrama
Diagrama de Schoeller-Berkaloff
de Shoeller paradecalidad
Berkaloff para calidad aguas de aguas subterráneas.
subterráneas
Los diagramas de Piper son representaciones constituidas por dos triángulos equiláteros laterales y un
rombo central. En uno de los dos triángulos equiláteros se representan las concentraciones de los
cationes mayoritarios (Ca2+, Mg2+, Na+ + K+), mientras que, en el otro, los aniones mayoritarios (HCO3- +
CO32-, SO42-, Cl-, NO3-). Dichas concentraciones, en meq/L, se expresan como porcentajes con respecto
a la concentración total de iones, también en meq/L; los vértices indican el 100 % de un ión concreto. El
rombo central, en el que se proyectan los datos de los diagramas triangulares, muestra el grupo de aguas
al que corresponden las muestras según su composición geoquímica (Figura 9-7).
Figura 9-7 Diagrama de Piper para calidad de aguas subterráneas. FCIHS (2006).
Para representar la composición de una determinada muestra de aguas subterráneas, se grafican los
puntos correspondientes a los cationes y aniones utilizando, para ello, líneas auxiliares paralelas a la
opuesta a cada uno de los vértices, trazada según el porcentaje que representa el elemento mayoritario
de ese vértice sobre el total. A continuación, se proyectan estos dos puntos sobre el rombo central,
prolongando las líneas de ambos triángulos (Figura 9-8).
Estos diagramas se utilizan especialmente para determinar la evolución geoquímica de las aguas
subterráneas, reflejando procesos modificadores de su composición como son el intercambio iónico, la
disolución y precipitación de especies iónicas, la reducción de sulfatos, la mezcla entre dos tipos de agua,
etc.
Consumo humano
El agua destinada al consumo humano se define, en la normativa sanitaria, como todas aquellas aguas
que: 1) ya sea en su estado original, ya sea después del tratamiento, son utilizadas para beber, cocinar,
preparar alimentos, higiene personal y para otros usos domésticos, sea cual fuere su origen e
independientemente de que se suministren al consumidor a través de redes de distribución públicas o
privadas, de cisternas, o de depósitos públicos o privados; 2) son utilizadas en la industria alimentaria
para fines de fabricación, tratamiento, conservación o comercialización de productos o sustancias
destinadas al consumo humano, así como las utilizadas en la limpieza de las superficies, objetos y
materiales que puedan estar en contacto con los alimentos; y 3) son suministradas como parte de una
actividad comercial o pública, con independencia del volumen medio diario de agua suministrado.
El agua para consumo humano debe presentar unas determinadas características físicas, químicas,
organolépticas, biológicas y de radiactividad que cumplan con los valores máximos admisibles, a fin de
garantizar su salubridad y proteger la salud pública.
Cada país tiene su propia
legislación en cuanto a las normas VALORES PARAMÉTRICOS QUÍMICOS Y BIOLÓGICOS
que deben cumplir las aguas
subterráneas para consumo Compuesto Concentración Compuesto Concentración
doméstico. En España, por
0 UFC en 100
ejemplo, la calidad para consumo B. Coliformes Fluoruros 1,5 mg/L
ml
humano se basa en lo dispuesto
Aluminio 0,2 mg/L Hierro 0,2 mg/L
en el Real Decreto 140/2003, de 7
de febrero, donde se definen los Amonio 0,5 mg/L HPAs 0,0001 mg/L
criterios sanitarios Antimonio 0,005 mg/L Manganeso 0,05 mg/L
correspondientes; dicha Arsénico 0,01 mg/L Mercurio 0,001 mg/L
normativa se apoya, a su vez, en
Benceno 0,001 mg/L Níquel 0,02 mg/L
la Directiva 98/83/CE, de 3 de
noviembre, y esta última en las Boro 1 mg/L Nitratos 50 mg/L
recomendaciones establecidas Bromatos 0,01 mg/L Plaguicidas 0,0005 mg/L
por la Organización Mundial de la
Cadmio 0,005 mg/L Plomo 0,01 mg/L
Salud (OMS). En caso de que las
aguas no cumplan la normativa Cianuro 0,05 mg/L Selenio 0,01 mg/L
vigente, deben investigarse las Cloruros 250 mg/L Sodio 200 mg/L
causas y tomarse las pertinentes Cobre 2 mg/L Sulfatos 250 mg/L
medidas correctivas.
Cromo 0,05 mg/L THMs 0,1 mg/L
En la Tabla 9-6 se recogen los
Tabla 9-6 Valores paramétricos químicos y biológicos. BOE (2003).
valores máximos admisibles para
algunos compuestos de las aguas
subterráneas, según el Real Decreto 140/2003.
Para el resto de usos del agua, que se estudiarán a continuación, no existe legislación que los regule.
No obstante, se mostrarán las distintas clasificaciones que permitirán determinar si el agua es o no de
calidad para cada caso concreto.
Consumo agrícola
Los principales parámetros que intervienen en la calidad del agua para consumo agrícola son los
siguientes: conductividad eléctrica, concentración de cloruros, sulfatos y nitratos, y porcentaje de sodio.
No obstante, el éxito en el desarrollo de esta actividad no solo depende de la calidad del agua empleada,
sino también del tipo de suelo, el tipo de riego y el cultivo.
La aptitud del agua para el riego de un
determinado cultivo puede determinarse a
partir del diagrama creado por el U.S.
Salinity Laboratory Staff en 1954 (Figura
9-10). Dicho diagrama relaciona la
concentración relativa de sodio con
respecto al calcio y el magnesio (índice
SAR), con la conductividad eléctrica del
agua a 25 ºC.
El índice SAR, también denominado
relación de adsorción del sodio, se calcula
mediante [9-11], donde las
concentraciones de sodio, calcio y
magnesio vienen dadas en unidades de
meq/L.
Na
SAR= [9-11]
√Ca+Mg
2
Conductividad
Riesgo de Riesgo de Índice
eléctrica (𝛍𝐒 ∕
salinización alcalinización SAR
𝐜𝐦)
Bajo Bajo <250 0-10
Medio Bajo 250-750 0-8
Alto Bajo 750-2.250 0-6
Muy alto Bajo >2.250 0-4
Bajo Medio <250 10-18
Medio Medio 250-750 8-16
Alto Medio 750-2.250 6-12
Muy alto Medio >2.250 4-10
Bajo Alto <250 18-26
Medio Alto 250-750 16-22
Alto Alto 750-2.250 12-18
Muy alto Alto >2.250 10-14
Bajo Muy alto <250 >26
Medio Muy alto 250-750 >22
Alto Muy alto 750-2.250 >18
Muy alto Muy alto >2.250 >14
Tabla 9-7 Nivel de riesgo de salinización y alcalinización de un suelo.
En la Tabla 9-8 se muestra un análisis de las distintas clases de agua existentes, según el diagrama
conductividad-SAR de la Figura 9-10.
Agua con contenido medio en sodio, con cierto peligro de acumulación de sodio en el suelo
S2
(especialmente en los de textura fina) y de baja permeabilidad.
S3 Agua con contenido alto en sodio, con alto peligro de acumulación de sodio en el suelo.
S4 Agua con contenido muy alto en sodio, no se aconseja para el riego en general.
Tabla 9-8 Clases de agua según conductividad-SAR. Modificado de Collazo y Montaño (2012).
A la vista de lo indicado en la Figura 9-10, y las Tablas 9-7 y 9-8, las aguas con conductividades e índices
SAR muy altos serán aquéllas que presenten peores características y, en consecuencia, menor aptitud
para el riego de cultivos.
Otra clasificación de aguas para riego es la del coeficiente salino CALIDAD DEL AGUA DE RIEGO
o índice de Scott (K), entendido éste como la altura de agua (en SEGÚN ÍNDICE DE SCOTT
pulgadas) que, por evaporación, puede generar una cantidad de
Calidad del agua Índice de Scott
sales que proporcionen un espesor de suelo de cuatro pies, para riego (K)
perjudicial para las plantas más sensibles. Dicho coeficiente Mala <2
viene dado por la relación entre la concentración de sodio,
Mediocre 6-1,2
cloruros y sulfatos, en unidades de mg/L, según [9-12], [9-13] y
[9-14]. Tolerable 6-18
Buena >18
La Tabla 9-9 indica la aptitud del agua para riego, según los
distintos valores del coeficiente salino o índice de Scott (K). Las Tabla 9-9 Calidad del agua de riego
concentraciones en iones sodio, cloruro y sulfato vienen dadas según índice de Scott. Modificado de
en mg/L. Cánovas (1986).
2.040 -
K= - si Na+ -0,65 Cl ≤0 [9-12]
Cl
6.620 2- -
K= si 0,48 SO4 >Na+ -0,65 Cl >0 [9-13]
Na+ +2,6 Cl-
662 - 2-
K= - 2- si Na+ -0,65 Cl -0,48 SO4 >0 [9-14]
Na+ -0,32 Cl -0,43 SO4
Consumo ganadero
El agua subterránea utilizada para consumo animal debe presentar características físicas, químicas y
biológicas similares a las del consumo humano, de modo que, en todo momento, se garantice la salud
del ganado. Por todo ello, ante la ausencia de legislaciones y/o clasificaciones específicas, son de
aplicación en este caso las mismas normas que las utilizadas para abastecimiento humano.
Algunas consideraciones generales a tener en cuenta para potenciar la buena alimentación del ganado
son: 1) los animales herbívoros necesitan agua con mayor concentración de sodio y cloruros que los
cerdos o las aves; 2) la relación entre el calcio y el fósforo depende del tipo de ganado (6:1 - 0,6:1 para
ganado vacuno; 2,5:1 - 1,25:1 para ganado porcino; y 2,5:1 - 1,5:1 para ganado avícola); y 3) pequeñas
cantidades de flúor, yodo y cobalto son siempre necesarias (Iglesias, 2001).
Consumo industrial
La diversidad de usos que tiene el agua en la industria hace que las necesidades de calidad sean muy
diferentes. En cualquier caso, siempre deberá garantizarse el buen funcionamiento de los equipos y, en
general, de todo el proceso industrial, por lo que habrá que prestar especial atención a características
como la acidez y la dureza del agua, causantes de problemas como la corrosión y las incrustaciones.
En la Tabla 9-10 se indican los límites máximos aconsejables para los distintos usos industriales
existentes.
Cerveza rubia 10 - - 0,1 500 75 Bajo 0,2 Agua potable: NaCl < 275 ppm: pH
6,5 a 7,0
Cerveza negra 10 - - 0,1 1.500 150 Bajo 0,2 Agua potable: NaCl < 275 ppm: pH
6,5 a 7,0
Conservas 10 - - 0,2 - - Bajo 1 Agua potable
generales
Iglesias, A., Ortiz, G., Rodríguez, R., César, J.
Lavandería - - 50 0,2 - - - -
Tabla 9-10 Valores máximos aconsejables para distintos usos industriales. Moore (1940).
VALORES MÁXIMOS ACONSEJABLES PARA DISTINTOS USOS INDUSTRIALES.
DUREZA
TURBIDEZ COLOR Fe + Mn TAC ppm RESIDUO OLOR Y
USO TOTAL ppm SH2 ppm OTROS REQUISITOS
ppm ppm ppm CaCO3 SECO ppm GUSTO
CaCO3
Licores 10 - - 0,1 500 a 1.000 150 0,2 Agua potable; pH 6,5 a 7,0
Tabla 9-10 (Cont.) Valores máximos aconsejables para distintos usos industriales. Moore (1940)
AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
CAPÍTULO 10
Contaminación de las aguas subterráneas y tratamientos correctores
10.1. Concepto de contaminación. Agentes contaminantes e índices de contaminación
10.2. Origen de la contaminación: actividades domésticas, urbanas, agrícolas, ganaderas, industriales
y mineras
Contaminación de origen natural
Contaminación de origen antrópico
Contaminación de extensión puntual
Contaminación de extensión difusa
Contaminación de modo directo
Contaminación de modo inducido
10.3. Mecanismos de contaminación
10.4. Procesos de transporte y atenuación de contaminantes
10.5. Remediación de acuíferos contaminados
CAPÍTULO 10
Contaminación de las aguas subterráneas y tratamientos correctores
Tabla 10-1 Origen antrópico de los principales iones comunes contaminantes. Modificado de Iglesias (2001).
❖ Contaminantes biológicos: incluyen diversos organismos patógenos, bacterias, virus y protozoos,
de origen fecal principalmente, que pueden transmitir enfermedades al ser humano en su ingestión
junto con el agua (Tabla 10-2).
En acuíferos detríticos con una marcada porosidad intergranular, estos contaminantes biológicos
pueden ser filtrados (bacterias) y/o adsorbidos (virus) por el medio, reduciendo ampliamente el
recorrido máximo realizado por ellos. En medios no saturados, por ejemplo, este recorrido máximo
es de 1-3 m mientras que, en medios saturados, se eleva a 15-30 m (IGME, 1985).
Tabla 10-3 Principales contaminantes radioactivos en las aguas subterráneas. American Chemical Society (1978).
El grado de degradación de las aguas subterráneas se hace patente a través de distintos índices de
evaluación de la contaminación (FCIHS, 2006) (Tabla 10-4).
La contaminación de las aguas subterráneas por lixiviación produce, por tanto, un aumento de la
mineralización, una elevación de la temperatura, la presencia de color y olor desagradable.
1 2 3 4
Caudal mVh - 1 - -
pH 8,2 6,2 5,7 a 7,6 7,5
Sólidos disueltos mg/L 22000 8000 650 a 7800 2500
Conductividad a 18 °C 30 20 - 3
Dureza ppm CaCO3 1000 11000 - 1700
CO3H- ppm 12000 15000 2000 a 10000 2000
SO42- ppm 600 1600 50 a 680 10
CI- ppm 120 2700 700 a 2200 200
Na+ ppm - 4000 500 a 1700 100
K+ ppm - 2600 450 a 1800 10
Ca2+ ppm 60 5600 110 a 2500 400
Mg2+ ppm - 480 90 a 320 150
N total ppm 2800 3500 70 a 1200 -
N amoniacal ppm 1700 2500 50 a 750 -
Fe total 60 150 15 a 250 -
Mn 0,3 35 - -
Ni 0,4 0,3 - -
Zn - 50 - -
Cu 0,4 0,5 - -
Cr total No detect. 5 - -
PO4 20 - 2 a 20 -
DBO a 5 días, ppm O2 4000 150 000 80 a 30000 -
DQO (Cr2O7K2), ppm O2 12000 130 000 - -
Fenoles 3 - - -
Sólidos en suspensión ppm 400 70 - -
Ácidos volátiles - 33 000 - -
Número de gérmenes 300000 - - -
(1) Valor promedio del vertedero de basuras de Montjuïc (Barcelona). Datos Ayuntamiento de Barcelona.
(2) Valor del vertedero de basuras de Garraf (Vall d’en Joan) (Begues, Barcelona). Datos Ayuntamiento de Barcelona.
(3) Límites extremos de varios vertederos de basuras en la zona de Los Ángeles (Boulier y Torres, 1969).
(4) Valor de un vertedero próximo a Los Ángeles (Boulier y Torres, 1969).
Tabla 10-5 Concentración del lixiviado procedente de RSU. Custodio y Llamas (1983).
Las aguas residuales domésticas y urbanas son canalizadas a través de las redes de alcantarillado
hasta los cauces fluviales, donde son eliminadas con o sin tratamiento de depuración previo; a
veces son eliminadas directamente mediante pozos negros, fosas sépticas, etc. Estos residuos
líquidos tienen una composición muy variada, aunque se caracterizan generalmente por la
presencia de sales minerales disueltas, materia orgánica, sólidos en suspensión, compuestos no
biodegradables, microorganismos o, incluso, metales pesados procedentes de la industria (Tabla
10-6). Como en el caso de los lixiviados, la capacidad filtrante del terreno puede ejercer una
importante influencia sobre el contenido de contaminante que llega finalmente al acuífero.
Los agentes contaminantes generados por la actividad industrial pueden ser de naturaleza
inorgánica (metales pesados, sólidos disueltos, ácidos, bases, etc.) y orgánica (fenoles,
detergentes, yesos, aceites, hidrocarburos, etc.), siendo su composición muy variada (Tabla
10-7). En líneas generales, estos vertidos se caracterizan por una alta concentración en sólidos en
suspensión y materia orgánica disuelta, por un pH ácido, y por la presencia de compuestos tóxicos
(fenoles, metales pesados, disolventes, compuestos organoclorados, cianuros, pesticidas, etc.),
aceites y grasas.
❖ Vertido de residuos de origen doméstico, urbano, ganadero o industrial sobre zonas de recarga,
cauces superficiales y/o conexiones río-acuífero.
❖ Inyección de aguas residuales.
❖ Accidentes o fugas en depósitos de almacenamiento y conducciones de transporte de productos
contaminantes, tanto superficiales como subterráneas (redes de alcantarillado, pozos negros,
fosas sépticas, etc.) (Figura 10-5).
soporte para el desarrollo de un gran número de procesos físico-químicos, entre los que se incluye
el filtrado natural de algunas partículas y/o microorganismos, que será tanto más intenso cuanto
menor es la granulometría del medio detrítico; en medios cársticos, en cambio, este efecto de
filtrado no existe.
La contaminación por lixiviados procedentes de residuos depositados en superficie (residuos
sólidos urbanos e industriales en vertederos, escombreras, etc.), generados por la acción de las
aguas de lavado de fertilizantes, pesticidas y purines, y por el flujo inducido de aguas superficiales
contaminadas (ríos, retornos de riego, aguas residuales urbanas o industriales, etc.) mediante
bombeo, son algunos de los ejemplos más representativos en cuanto a este tipo de mecanismo
se refiere (Figuras 10-6, 10-7 y 10-8, respectivamente).
Los vertidos voluntarios sobre el terreno y aquéllos ocasionados por accidentes en el transporte
de sustancias, así como las fugas en conducciones e instalaciones superficiales, y las producidas
por accidentes industriales, también experimentan una propagación de la contaminación desde la
superficie.
Asimismo, la sobreexplotación de
captaciones situadas en acuíferos costeros
puede dar lugar a un fenómeno de avance de
la cuña de agua salada, denominado
intrusión marina, hacia las zonas más
continentales sobre las que se sitúan las
captaciones de agua potable (Figura 10-12).
Este proceso puede incluso englobar
materiales de naturaleza evaporítica (yesos,
sales, etc.), con el consiguiente agravio para
la calidad de las aguas subterráneas.
En los casos señalados anteriormente, la
contaminación se realiza de forma directa, lo
que supone un mayor riesgo para los
Figura 10-12 Contaminación por intrusión marina. recursos disponibles si se compara con la
contaminación que tiene lugar desde la
superficie o desde la zona no saturada del acuífero, donde tiene lugar un proceso de autodepuración
natural.
En este mecanismo de propagación impera la influencia del gradiente hidráulico y, por tanto, el
movimiento del flujo es fundamentalmente horizontal.
❖ Intercambio de gases (CO2, CH4, SH2, H2, etc.): potencia la descomposición de las sustancias
orgánicas en el medio. Dependiendo de su intensidad, las condiciones en el medio serán aerobias
o anaerobias.
Dónde:
MD: flujo másico de dispersión mecánica (kg/m2d)
Ve: velocidad real (m/d)
αL: dispersividad longitudinal (m)
αT: dispersividad transversal (m)
C: concentración (kg/m3)
La difusión molecular se produce por el movimiento browniano, tanto longitudinal como transversal,
de las partículas del contaminante cuando existe un gradiente de concentración, a fin de igualar
las concentraciones en todo punto del medio detrítico, esto es, en el sentido decreciente de
concentración, motivo por el que su signo es también negativo. Según lo anterior, este fenómeno
es independiente del movimiento, por lo que puede producirse incluso cuando el flujo se encuentra
en reposo. Además, su ocurrencia se traduce en la creación de una zona de mezcla (Figura 10-15).
y velocidad de propagación dependen de las características del medio detrítico, y del tipo de fuente y de
contaminante (Freeze y Cherry, 1979).
Los procesos atenuantes de la contaminación, correspondientes a la zona saturada, son
fundamentalmente los de neutralización y los de precipitación-disolución, si bien pueden darse, de forma
puntual, algunos de los procesos comentados anteriormente.
❖ Neutralización: fundamental para residuos muy ácidos o muy básicos, busca, mediante reacciones
ácido-base, mantener constante el pH a niveles neutros.
❖ Precipitación-disolución: directamente relacionado con el índice de saturación y el producto de
solubilidad, resulta especialmente importante para elementos como el calcio, el magnesio, los
bicarbonatos y los sulfatos, y para algunos elementos minoritarios/traza como el arsénico, el boro,
el cadmio, el hierro, el manganeso, el cianuro, el plomo o el mercurio. Para el caso concreto del
Fe2+ y el Mn2+, la precipitación de Fe(OH)3 y Mn(OH)3 conlleva la coprecipitación de algunos iones
metálicos como el Cu, Pb, Zn, As, W, V, F- y PO43-.
Formación de
Fuerza iónica
Precipitación
Degradación
Respiración
Asimilación
Ácido-Base
Dispersión
Oxidación-
Disolución
Reducción
complejos
Absorción
desorción
Filtración
Síntesis
Celular
Constituyente
-
Cl , Br- X
-
NO3 X X X X
2-
SO4 X (X) (X) (X) X (X) (X)
-
HCO3 X (X) (X) X X X
3-
PO4 X X X X X X X X
+
Na X (X) X
+
K X (X) X
NH+4 X X (X) X X X X X
2+
Ca X (X) (X) X
Mg2+ X (X) X (X) X
2+
Fe X X X X X X X
2+
Mn X X X X X X X
F3+
e y M4+
n X X X X X
Óxidos e hidróxidos
Solutos orgánicos X X (X) X X (X) (X) X X
Microorganismos X X X X X
Tabla 10-9 Procesos atenuantes de los constituyentes de las aguas subterráneas; (X) Frecuente. IGME (1985).
ii. Barreras físicas: de aplicación a acuíferos de espesor reducido, consisten en la perforación de una
estructura, hasta el muro del acuífero, y su relleno posterior con bentonita y/o materiales sintéticos
impermeables, que permita prevenir la migración de los contaminantes (Figura 10-19). La
ubicación de dicha estructura dependerá de las características del acuífero, del movimiento del
flujo en su interior y de la localización de las captaciones a tratar. En cualquier caso, se trata de
una medida muy costosa tanto a nivel técnico como económico.
CAPÍTULO 11
Protección de aguas subterráneas
11.1. Protección de la cantidad y la calidad
11.2. Concepto de perímetro de protección de captaciones
11.3. Métodos de delimitación de perímetros de protección
Método de análisis del sistema de flujo con tiempo de tránsito
Método del radio fijo calculado mediante tiempo de tránsito
Método del radio fijo calculado mediante función descenso
Método de la ecuación del flujo uniforme
Método de Wyssling
Método de Jacobs y Bear
Método de Sauty y Thiery
Modelos matemáticos
CAPÍTULO 11
Protección de aguas subterráneas
acuífero. Por último, interesa conocer el desarrollo socioeconómico del emplazamiento para prever qué
actividades pueden llegar a desarrollarse, así como el poder contaminante de cada una de ellas y de los
residuos producidos.
En la Tabla 11-3 se muestra un resumen de las diferentes legislaciones vigentes, a nivel internacional,
para la definición de perímetros de protección en captaciones de abastecimiento.
son posibles las actividades propias del mantenimiento del sondeo de abastecimiento y se
encuentra vallada para impedir el acceso del personal no autorizado (Tabla 11-5).
❖ Zona próxima o de restricciones máximas: permite proteger la captación de una contaminación
bacteriológica y, dependiendo del tipo de acuífero, su delimitación podrá basarse en criterios
hidrodinámicos, geológicos o una combinación de ambos. Para acuíferos permeables por
porosidad, esta zona queda delimitada entre la zona de protección inmediata y la isócrona de 50
días establecida en base a los estudios de Knorr (1951) sobre el tiempo necesario para la
eliminación de virus y bacterias en un acuífero, y de los componentes químicos fácilmente
degradables. Para acuíferos permeables por fisuración y/o carstificación, coincide con los
afloramientos de los materiales que constituyen el acuífero. Se le aplican restricciones a algunas
actividades (Tabla 11-5).
❖ Zona lejana o de restricciones moderadas: basada en criterios hidrodinámicos y/o geológicos, su
objetivo es proteger la captación de contaminantes químicos, biológicos y/o radioactivos de
elevada persistencia. En acuíferos detríticos, abarca el área comprendida entre el límite de la zona
de protección próxima y la isócrona de 30 años. En acuíferos cársticos, en los que la zona de
protección próxima coincide con los afloramientos calizos, se localiza a unos 500 m alrededor de
la anterior. Se les aplican restricciones a los vertidos de origen urbano, las actividades de tipo
industrial y al transporte de sustancias químicas y de hidrocarburos. Algunas de estas
restricciones, incluidas las asociadas a actividades agrícolas y ganaderas, están condicionadas a
la realización de un informe técnico que incluya las condiciones que deben cumplirse para no
alterar la calidad de las aguas subterráneas (Tabla 11-5).
❖ Zona exterior o remota: abarca el área comprendida entre el límite de la zona lejana y el límite del
área de alimentación de la captación. Está sometido a restricciones en el desarrollo de actividades
que produzcan contaminantes tóxicos de muy lenta degradación o no degradables.
❖ Subzonas de protección: corresponden a pequeñas zonas alejadas de la captación y localizadas
fuera del sistema de zonación previamente descrito, pero que presentan conexión hidráulica con
la misma. Las restricciones a aplicar en estas zonas son las mismas que las indicadas para la
zona próxima (Tabla 11-5). Son especialmente importantes en acuíferos fisurados o cársticos.
❖ Zonas de protección C: corresponden a zonas donde existen riesgos de intrusión marina.
Requieren necesariamente de la limitación de los caudales de extracción (Tabla 11-5), aunque no
suponen una planificación de actividades potencialmente contaminantes al encontrarse aguas
debajo de las captaciones (Figura 11-1).
Figura 11-1 Zonación de los perímetros de protección de captaciones para abastecimiento. López Geta et al. (2009).
Cuenca Nuevas captaciones de Perímetros de protección definidos Pp a elaborar en el primer Pp a elaborar en el segundo
hidrográfica abastecimiento horizonte del plan (2008) horizonte del plan (2018)
(Art. 173 R.D.P.H. y Perímetros de protección (Art. 173 R.D.P.H.) con captaciones de abastecimiento 173 R.D.P.H. y R.T.S.) de las
Tajo (03) R.T.S.) con zonificación. recursos reservados para usos urbanos en 1 UH del Canal de Isabel II, diversas captaciones de abastecimiento
Con las limitaciones (Madrid-Talavera). poblaciones y mancomunidades de 25 poblaciones de > 2.000
establecidas en Art. 89 de > 15.000 hab. De UH 05 con hab de diferentes UH.
la L.A. limitaciones del Art. 89 L.A.
PP (Art. 173 R.D.P.H.) Calidad y cantidad PP (Art. 173 R.D.P.H.) Calidad y cantidad
Segura (07) ------------ ------------
captaciones abastecimiento >5.000 hab. captaciones abastecimiento >500 hab.
Obligatorio elaborar Todas las captaciones de abastecimiento público deberán disponer de PP durante la
Júcar (08) perímetros de protección ------------ vigencia del Plan. Prioridad en función del riesgo de contaminación y población abastecida.
con zonificación. Considera: 1) >15.000 hab. 2) 2.000 a 15.000 hab. 3) <2.000 hab.
NOTA: El Consejo de Ministros acordó aprobar los Planes Hidrológicos de cuenca mediante el RD 1664/1998 de 24 de julio (BOE, 1998 b). Entre agosto y septiembre de 1999 se
publicaron en el BOE sucesivas órdenes con los textos normativos de los diferentes Planes Hidrológicos. La Normativa contenida en los Planes Hidrológicos de cuenca no ha sido
publicada. El RD 378/2001 de 6 de abril (BOE, 2001 a) aprobó el Plan Hidrológico de las Islas Baleares, publicándose sus determinaciones de contenido normativo en junio de
2002.
ABREVIATURA EMPLEADAS
L.A: Ley de aguas R.T.S.: Reglamentación Técnico Sanitaria de Agua de UH: Unidades Hidrogeológicas
R.D.P.H.: Reglamente del Dominio Público Hidráulico consumo público (BOE, 1990. Derogada el 22 hab: Habitantes
PP: Perímetros de protección de febrero de 2003). Art.: Artículo
Tabla 11-4 (Cont.) Perímetros de protección de captación según legislación española. Martínez y García (2003).
AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
PLANIFICACIÓN DE ACTIVIDADES EN LOS PERÍMETROS DE PROTECCIÓN
Zona de
Zonas de restricciones Zonas de restricciones Zona de protección contra Zona de protección de la
restricciones
Definición de máximas y zona satélites moderadas la intrusión salina cantidad
absolutas
actividades
Condic: Condic: Condic: Condic:
Prohib. Prohib. Permit. Prohib. Permit. Prohib. Permit. Prohib. Permit.
*1 *1 *1 *1
Uso de fertilizantes X X X
Uso de herbicidas X X X
Uso de pesticidas X X X
Iglesias, A., Ortiz, G., Rodríguez, R., César, J.
Almacenamiento de
X X X
estiércol
Vertido de restos de
X X X
animales
Ganadería extensiva X X X
Almacenamiento de
materias fermentables
X X X
para alimentación del
ganado.
Abrevaderos-refugios
X X X
de ganado
Silos X X X
Tabla 11-5 Planificación de actividades en los perímetros de protección. Moreno y Martínez (1991).
PLANIFICACIÓN DE ACTIVIDADES EN LOS PERÍMETROS DE PROTECCIÓN
Zona de
Zonas de restricciones Zonas de restricciones Zona de protección contra Zona de protección de la
restricciones
Definición de máximas y zona satélites moderadas la intrusión salina cantidad
absolutas
actividades
Condic: Condic: Condic: Condic:
Prohib. Prohib. Permit. Prohib. Permit. Prohib. Permit. Prohib. Permit.
*1 *1 *1 *1
Vertidos superficiales
de aguas residuales X X X
urbanas sobre el
terreno
Vertidos de aguas
residuales urbanas en X X X
pozos negros, balsas o
fosas sépticas
Vertidos de aguas
residuales urbanas en X X X
Vertido de residuos X X X
sólidos urbanos
Cementerios X X X
Asentamientos X X X
industriales
Vertidos residuos X X X
líquidos industriales
Tabla 11-5 (Cont.) Planificación de actividades en los perímetros de protección. Moreno y Martínez (1991).
AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
PLANIFICACIÓN DE ACTIVIDADES EN LOS PERÍMETROS DE PROTECCIÓN
Zona de
Zonas de restricciones Zonas de restricciones Zona de protección contra Zona de protección de la
restricciones
Definición de máximas y zona satélites moderadas la intrusión salina cantidad
absolutas
actividades
Condic: Condic: Condic: Condic:
Prohib. Prohib. Permit. Prohib. Permit. Prohib. Permit. Prohib. Permit.
*1 *1 *1 *1
Vertidos residuos
X X X
sólidos industriales
Amacenamiento de
X X X
hidrocarburos
Depósitos de
Iglesias, A., Ortiz, G., Rodríguez, R., César, J.
X X X
productos radioactivos
Inyección de residuos
industriales en pozos y X X X
Conducciones de
X X X
líquido industrial
Conducciones de
X X X
hidrocarburos
Apertura y explotación
X X X
de canteras
Relleno de canteras o
X X X
excavaciones
Tabla 11-5 (Cont.) Planificación de actividades en los perímetros de protección. Moreno y Martínez (1991).
AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
Dónde:
d: distancia captación-línea de tiempo de tránsito (m)
Ve: velocidad real (m/d)
t: tiempo de tránsito (d)
K: conductividad hidráulica (m/d)
me: porosidad eficaz (adim.)
i: gradiente hidráulico (adim.)
Qt
R=√ [11-4]
π (me b+I t)
Dónde:
Q: caudal de bombeo (m3/d)
t: tiempo de tránsito (d)
R: radio del perímetro de protección (m)
Qt
R=√ [11-5]
π me b
❖ Método de la recarga (USEPA, 1993): la recarga por infiltración de agua de lluvia y/o el tiempo de
tránsito son elevados en relación con el caudal bombeado, por lo que el radio del perímetro de
protección pasa a calcularse según [11-6].
Q
R=√ [11-6]
πI
Figura 11-2 Método del radio fijo calculado. Modificado de Martínez y García (2003).
∞ e-u
W(u)= ∫u ∂u [11-8]
u
S R2
u= [11-9]
4Tt
Dónde:
d: descenso de nivel piezométrico a la distancia R (m)
Q: caudal de bombeo (m3/d)
T: transmisividad (m2/d)
W (u): función de pozo (adim.)
R: radio del perímetro de protección (m)
S: coeficiente de almacenamiento (adim.)
t: tiempo de bombeo (d)
El radio del perímetro de protección R [11-11] se calcula a partir de [11-9] y [11-10].
4πTd
W(u)= [11-10]
Q
4Ttu
R=√ [11-11]
S
En la Tabla 11-6 se indican los valores de la función pozo W(u) para distintos valores de u. Por tanto, se
utilizará para, a partir del valor de la función pozo, obtener el valor de u y, a partir de este último, el de la
distancia a la captación R.
Dónde:
Y: anchura del perímetro de protección en la divisoria hidrogeológica (m)
X: distancia al punto de gradiente nulo o estancamiento (m)
K: conductividad hidráulica (m/d)
b: espesor saturado (m)
Q: caudal de bombeo (m3/d)
i: gradiente hidráulico (adim.)
1,0 …............. 31,6590 27,0538 22,4486 17,8435 13,2383 8,6332 4,0379 0,2194
1,5 …............. 31,2535 26,6483 22,0432 17,4380 12,8328 8,2278 3,6374 0,1000
2,0 …............. 30,9658 26,3607 21,7555 17,1503 12,5451 7,9402 3,3547 0,04890
2,5 …............. 30,7427 26,1375 21 ,5323 16,9272 12,3220 7,7172 3,1365 0,02491
3,0 …............. 30,5604 25,9552 21,3500 16,7449 12,1397 7,5348 2,9591 0,01305
3,5 …............. 30,4062 25,8010 21,1959 16,5907 11,9855 7,3807 2,8099 0,006970
4,0 …............. 30,2727 25,6675 21,0623 16,4572 11,8520 7,2472 2,6813 0,003779
4,5 …............. 30,1549 25,5497 20,9446 16,3394 11,7342 7, 1295 2,5684 0,002073
5,0 …............. 30,0495 25,4444 20,8392 16,2340 11,6289 7,0242 2,4679 0,001148
5,5 …............. 29,9542 25,3491 20,7439 16,1387 11,5336 6,9289 2,3775 0,006409
6,0 …............. 29,8672 25,2620 20,6569 16,0517 11,4465 6,8420 2,2953 0,0003601
6,5 …............. 29,7872 25,1820 20,5768 15,9717 11,3665 6,7620 2,2201 0,0002034
7,0 …............. 29,7131 25,1079 20,5027 15,8976 11,2924 6,6879 2,1508 0,0001155
7,5 …............. 29,6441 25,0389 20,4337 15,8286 11,2234 6,6190 2,0867 0,00006583
8,0 …............. 29,5795 24,9744 20,3692 15,7640 11,1589 6,5545 2,0269 0,00003767
8,5 …............. 29,5189 24,9137 20,3086 15,7034 11,0982 6,4939 1,9711 0,00002162
9,0 …............. 29,4618 24,8566 20,2514 15,6462 11,0411 6,4368 1,9187 0,00001245
9,5 …............. 29,4077 24,8025 20,1973 15,5922 10,9870 6,3828 1,8695 0,000007185
Para la gama de valores de u que interesen, elíjase la columna correspondiente u = k x potencia de 10 y, en la
misma fila de los valores de k (que aparecen en la primera columna) se encontrarán, en la misma columna
elegida, los valores correspondientes de la función de pozo W = (u).
Q
XL =- [11-13]
2πKbi
Q
YL =± [11-14]
2Kbi
Dónde:
XL: distancia, desde la captación, al punto de gradiente nulo o estancamiento (m)
YL: distancia al límite lateral en la divisoria hidrogeológica (m)
Figura 11-3 Método de la ecuación de flujo uniforme. Modificado de Martínez y García (2003).
Método de Wyssling
Diseñado para acuíferos continuos, homogéneos e isótropos, consiste en determinar la zona de llamada
de una captación (Wyssling, 1979; Lallemand-Barrés y Roux, 1989), definida como la parte del área de
alimentación en la que se observa un descenso piezométrico ocasionado por el bombeo y el tiempo de
tránsito es considerado como óptimo (Figura 11-4).
La zona de llamada se calcula mediante [11-15], [11-16] y [11-17] (Wyssling, 1979; Moreno y Martínez,
1991).
Q
B= [11-15]
Kbi
B Q
B' = = [11-16]
2 2Kbi
Q
X0 = [11-17]
2πKbi
Donde:
B: anchura del frente de llamada (m)
B’: ancho del frente de llamada a la altura de la captación (m)
X0: radio de llamada (m)
Q: caudal de bombeo (m3/d)
K: conductividad hidráulica (m/d)
b: espesor saturado (m)
i: gradiente hidráulico (adim.)
La isócrona correspondiente al tiempo de tránsito deseado se calcula a través de [11-18], [11-19] y [11-
20] (Wyssling, 1979; Moreno y Martínez, 1991).
l + √l (l + 8 X0 )
S0 = [11-18]
2
-l + √l (l + 8 X0 )
Su = [11-19]
2
l=Ve t [11-20]
Donde:
S0: distancia aguas arriba, correspondiente a un tiempo de tránsito t (m)
Su: distancia aguas abajo, correspondiente a un tiempo de tránsito t (m)
l: distancia captación-línea de tiempo de tránsito (m)
X0: radio de llamada (m)
Ve: velocidad real (m/d)
t: tiempo de tránsito (d)
Figura 11-4 Cálculo de perímetros de protección mediante el método de Wyssling. Martínez y García (2003).
Figura 11-5 Cálculo de perímetros de protección mediante el método de Jacobs y Bear. Modificado de Martínez y García
(2003).
Las isócronas se determinan a partir de las variables reducidas dadas por [11-21], [11-22] y [11-23] (Bear,
1979; Lallemand-Barrés y Roux, 1989).
20 VD b
X'= X [11-21]
Q
20 VD b
Y'= Y [11-22]
Q
2 T2 i2
t'= t [11-23]
me Q b
Donde:
X’, Y’: distancias reducidas
t’: tiempo reducido
VD: velocidad de Darcy (m/d)
b: espesor saturado (m)
Q: caudal de bombeo (m3/d)
T: transmisividad (m2/d)
Q
Y= Y' [11-25]
20 T i
Donde:
X, Y: distancias reales (m)
Finalmente, se completa la curva definitiva sobre el plano de trabajo para determinar el perímetro de
protección real.
El método de Jacobs y Bear ha sido modificado por diversos autores, dando lugar a [11-26] (USEPA,
1991), para acuíferos libres y confinados, y [11-27], [11-28], [11-29], [11-30] y [11-31] (Krijgsman y Lobo-
Ferreira, 2001).
me Q 2πKbi
TX = [XL - Ln (1+ XL )] [11-26]
Ki 2πKbi Q
Donde:
Tx: tiempo de tránsito desde un punto X al pozo de bombeo (d)
me: porosidad eficaz (adim.)
K: conductividad hidráulica (m/d)
i: gradiente hidráulico (adim.)
Q: caudal de bombeo (m3/d)
b: espesor saturado (m)
XL: distancia pozo de bombeo-punto X (m)
0,00002X5 -0,0009X4 +0,015X3 +0,37X2 +X
R1 = [11-27]
F
Figura 11-6 Ábaco correspondiente al método de Jacobs y Bear. Modificado de Martínez y García (2003).
Q
R3 =4√ [11-29]
me b
πbt
X=2 K i√ [11-30]
Q me
2πKbi
F= [11-31]
Q
Donde:
R1: distancia de protección aguas arriba (m)
R2: distancia de protección aguas abajo (m)
R3: distancia de protección perpendicular a la dirección de flujo (m)
t: tiempo de tránsito desde un punto X al pozo de bombeo (d)
Qt
R=√ [11-32]
π me b
Donde:
Q: caudal de bombeo (m3/d)
t: tiempo de isócrona (d)
R: radio del perímetro de protección (m)
Sobre el ábaco de la Figura 11-8 se localizan dos círculos sucesivos t’1 y t’2 , que cumplan la condición t’1
< t’ < t’2, y se interpola el radio de la circunferencia correspondiente a t’. El radio real de la circunferencia
ya ha sido previamente calculado según [11-32].
Sin embargo, al considerar un acuífero homogéneo en situación de desequilibrio estático, isótropo, de
pendiente uniforme y sometido a un caudal de bombeo constante, el área de alimentación pasa a ser
parabólico, con foco en el punto donde se encuentra la captación y eje de simetría coincidente con la
dirección del flujo.
La forma de proceder, en este caso, es muy similar a la ya empleada en la aplicación del método de
Jacobs y Bear. De este modo, las isócronas se determinan a partir de las variables reducidas dadas por
[11-34], [11-35] y [11-36], expresiones completamente análogas a las utilizadas en el otro método citado.
2 T2 i2
t' = t [11-34]
me Q b
20 T i
X' = X [11-35]
Q
20 T i
Y' = Y [11-36]
Q
Donde:
X, Y: distancias reales (m)
X’, Y’: distancias reducidas
t’: tiempo reducido
t: tiempo de isócrona (d)
Tras el cálculo del tiempo reducido t’ mediante [11-34], y su interpolación respecto a las curvas
disponibles en el ábaco de la Figura 11-8 (Sauty y Thierry, 1975; Iglesias, 2001), se determinan algunos
puntos de corte entre el límite de la zona de alimentación y los ejes. Las coordenadas reales se calculan
mediante [11-37] y [11-38].
Q
X= X' [11-37]
20 T i
Q
Y= Y' [11-38]
20 T i
Modelos matemáticos
La definición del perímetro de protección de una captación también puede realizarse mediante el uso de
modelos matemáticos.
MODFLOW, desarrollado por el United States Geological Survey, bajo lenguaje de programación Fortran,
es un modelo tridimensional de flujo de aguas subterráneas, en régimen permanente y/o en régimen
transitorio, basado en el método de las diferencias finitas aplicado a medios porosos (McDonald y
Harbaugh, 1988). MODFLOW utiliza una estructura modular constituida por diversos paquetes (río, dren,
evapotranspiración, recarga, pozo, etc.) en los que las opciones computacionales específicas, así como
las opciones hidrogeológicas, están construidas de forma independiente para cada una de las celdas. La
resolución de las ecuaciones que definen el flujo en el acuífero proporciona, como resultado, los valores
de nivel piezométrico representativos de cada una de dichas celdas. Dichos resultados simulados
deberán compararse con los obtenidos en campo, a fin de calibrar el modelo y obtener comportamientos
representativos de la realidad.
MODPATH es un modelo de transporte advectivo que permite simular el comportamiento de un
determinado soluto en el flujo de las aguas subterráneas. Para ello, utiliza los resultados proporcionados
previamente por el programa MODFLOW. Este programa, basado en un esquema semi-analítico de
localización de partículas (Pollock, 1994), busca representar el recorrido de partículas aisladas (Figura
11-9), así como calcular tiempos de tránsito y zonas de captura de contaminantes para diferentes pasos
de tiempo y regímenes (permanente o estacionario).
CAPÍTULO 12
CAPÍTULO 12
Estudios de transporte de solutos. Métodos de simulación numérica
Donde:
∂ ∂Ck
(me Dij ): término dispersivo (kg/m3d)
∂xi ∂xj
∂ k
(me vi C ): término advectivo (kg/m3d)
∂xi
k
qs Cs : fuentes y/o sumideros (kg/m3d)
∑ Rn : término reactivo (kg/m3d)
k
C : concentración de la especie k disuelta (mg/m3)
me : porosidad eficaz (adim.)
t: tiempo (d)
xi : distancia en el eje de abscisas (m)
Dij : coeficiente de dispersión hidrodinámica (m2/d)
vi : velocidad real en el eje de abscisas (m/d)
qs : caudal volumétrico para fuentes y sumideros (d-1)
k
Cs : concentración de la especie k en fuente o sumidero (mg/m3)
Sustituyendo las ecuaciones [12-2] y [12-3] en [12-1], y eliminando el índice de especie con el objetivo
de simplificar las expresiones, se obtiene finalmente [12-4].
∂(me Ck ) ∂Ck k ∂me ∂C k
k
=me +C =me +q's C [12-2]
∂t ∂t ∂t ∂t
̅̅̅
∂Ck k ̅k
∑ Rn =-ρb -me λ1 C -ρb λ C [12-3]
∂t 2
∂C ̅
∂C ∂ ∂C ∂
me +ρb = ̅
(me Dij ∂x ) - ∂x (me vi C)+qs Cs -q's C-me λ1 C-ρb λ C [12-4]
∂t ∂t ∂xi j i 2
Donde:
ρb : densidad aparente (m/d)
̅
ρb ∂C
R=1+ [12-6]
me ∂C
Teniendo en cuenta las tres componentes del espacio para los términos advectivo, dispersivo y difusivo,
la ecuación general de transporte [12-5] se convierte en [12-7]. El término L(C) representa el término
reactivo y la existencia de fuentes y sumideros.
∂C ∂ ∂C ∂ ∂C ∂ ∂C
R me = me (Dx -vx C) +me (Dy -vy C) +me (Dz -vz C) +L(C) [12-7]
∂t ∂x ∂x ∂y ∂y ∂z ∂z
n+1 n n n-1
∂C Ci,j,k -Ci,j,k ∂C Ci,j,k -Ci,j,k
R me =R me ; R me =R me [12-8]
∂t ∆t ∂t ∆t
vx(i,j+1,k)C vy(i+1,j,k)C
∂ ∂ ∂ i,j+1,k -vx(i,j,k)Ci,j,k i+1,j,k -vy(i,j,k)Ci,j,k
(me vx C)+ (me vy C)+ (me vz C)=me ( + +
∂x ∂y ∂z ∆x ∆y
𝑣𝑧(𝑖,𝑗,𝑘+1)𝐶
𝑖,𝑗,𝑘+1 −𝑣𝑧(𝑖,𝑗,𝑘)𝐶𝑖,𝑗,𝑘
) [12-9]
∆𝑧
2 2 2 Ci-1,j,k -2Ci,j,k +Ci+1,j,k Ci,j-1,k -2Ci,j,k +Ci,j+1,k Ci,j,k-1 -2Ci,j,k +Ci,j,k+1
∂ C ∂ C ∂ C
me Dx 2 +me Dy 2 +me Dz =me D ( + + )[12-10]
∂x ∂y ∂z2 (Δx)2 (Δy)2 (Δz)2
Si se introducen las expresiones [12-8], [12-9] y [12-10] en la ecuación de expresión [12-7], considerando
Δx=Δy=Δz y L(C)=0, se obtiene la ecuación general de transporte en diferencias finitas según el método
explícito [12-11] o implícito [12-12]. Ambos métodos son aproximaciones numéricas que permiten obtener
soluciones dependientes del tiempo para problemas físicos complejos, con presencia de ecuaciones
diferenciales ordinarias o en derivadas parciales.
Los métodos explícitos permiten calcular los valores de una determinada variable, en este caso, la
concentración de soluto en un momento posterior al actual. Su programación es sencilla y por eso son
los más utilizados, pero encuentran su mayor limitación en su inestabilidad.
Los métodos implícitos, en cambio, son más difíciles de implementar, pero su estabilidad no depende de
la rigidez de los sistemas. En este caso, los valores de la concentración de soluto se calculan de forma
regresiva, esto es, para el momento actual y en función del valor en instantes anteriores.
n+1 n
Ci,j,k -Ci,j,k Ci-1,j,k +Ci+1,j,k +Ci,j-1,k +Ci,j+1,k +Ci,j,k-1 +Ci,j,k+1 -6Ci,j,k
R = D( )-
∆t Δx2
vx(i,j+1,k)C
i,j+1,k -vx(i,j,k)Ci,j,k +𝑣y(i+1,j,k)Ci+1,j,k -vy(i,j,k)C +vz(i,j,k+1)C
i,j,k i,j,k+1 -vz(i,j,k)Ci,j,k
( ) [12-11]
∆x
n n-1
Ci,j,k -Ci,j,k Ci-1,j,k +Ci+1,j,k +Ci,j-1,k +Ci,j+1,k +Ci,j,k-1 +Ci,j,k+1 -6Ci,j,k
R =D ( )-
∆t Δx2
vx(i,j+1,k)C
i,j+1,k -vx(i,j,k)Ci,j,k +vy(i+1,j,k)Ci+1,j,k -vy(i,j,k)C +vz(i,j,k+1)C
i,j,k i,j,k+1 -vz(i,j,k)Ci,j,k
( )= [12-12]
∆x
CAPÍTULO 13
CAPÍTULO 13
Contaminación de las aguas subterráneas por actividades mineras y abandono de
explotaciones
Exploración
Su consumo se efectúa por los siguientes mecanismos:
➢ Riego de accesos para el proyecto.
➢ Refrigeración de equipos.
Cumming (2015) analiza los diferentes métodos de
prospección, llegando a la conclusión que la técnica
generalmente empleada por las empresas mineras, para
obtener muestras representativas del material rocoso, se
realiza mediante la extracción de testigos por
perforaciones diamantinas. Estas máquinas requieren
un volumen de agua en función del tamaño del equipo,
la capacidad de avance y el número de horas de labores;
aunque para un manejo eficiente, recirculan el agua a
través de pozas de sedimentación para los lodos de
Figura 13-2 Perforaciones diamantinas.
perforación. Ver Figura 13-2.
Para el caso del riego de accesos, se efectúa en los meses de verano y como una medida de control de
material particulado y suspendido en el aire. El volumen utilizado depende de la disponibilidad de agua,
la frecuencia de uso y distancia de la vía.
Por ser actividades temporales, no se considera la dotación de agua para consumo del personal, esta es
suministrada mediante bidones que son trasladados de la ciudad más cercana. Igualmente, no se
considera el agua para la limpieza de los baños químicos.
Desarrollo
Si los estudios en la etapa explorativa entregan rentabilidad económica para los dueños del proyecto, se
continúa con el desarrollo de la mina, entendiéndose como la etapa de construcción de instalaciones. En
esta parte del proceso, el uso de agua es menor que la etapa anterior.
Explotación
De acuerdo a la Comisión Chilena de Cobre (s.f), en la etapa de explotación, el consumo de agua se da
en campamentos, mina y en el proceso de beneficio.
Consumo de agua en campamentos: Su uso es para la bebida,
lavado, riego y baños. Se trata de volúmenes poco significativos
respecto al total de agua en la etapa de explotación. Es
importante precisar, que no todas las minas poseen
campamentos, dependen de su distancia a los centros poblados
y la cantidad de dinero invertido por el titular del proyecto.
Consumo en actividades propias de la mina: Se diferencian
dos tipos de consumo, según el método de explotación minera:
➢ Minería superficial: En riego de caminos para controlar el
material particulado suspendido. El volumen utilizado varía
entre 0 a 15% del consumo total en la etapa de explotación.
➢ Minería subterránea: El consumo de agua es reducido, el
desafío radica en la extracción de aguas naturales
provenientes de la contención de agua de lluvia o por
afloramientos de la napa freática. Ver Figura 13-3.
Figura 13-3 Bombeo de agua subterránea. Consumo en el proceso de beneficio: Representa el mayor
consumo de agua con respecto a los volúmenes totales.
Involucra la concentración, fundición y refinación del mineral. Como caso práctico, se analizará el proceso
de beneficio del cobre. Ver Figura 13-4.
El mineral de cobre recibe un determinado sistema de beneficio según sus características:
➢ Sulfurado: Suelen ser mezclas de sulfuros de cobre y hierro, entre los minerales más importantes
se tiene a la calcopirita, bornita, enargita y tetraedrita. Su procesamiento se realiza a través de
flotación y procesos pirometalúrgicos.
Cierre y rehabilitación
El consumo de agua en la etapa de cierre y rehabilitación varía en función de las actividades
programadas. En el caso del cierre de las bocaminas se inyecta material cementante, que es elaborado
en base a material de desecho del proceso de beneficio, tales como relaves, escorias y agua de mina.
En el caso de la estabilidad geoquímica, una de las técnicas para prevenir la generación de drenaje ácido
de mina (DAM) consiste en aislar la roca generadora bajo agua, para reducir la velocidad a la que el
oxígeno interactúa con el material. La formación de ácido sulfúrico se ralentiza, pero no se evita
totalmente.
Impacto residual.
Para nuestro caso, podemos definirlo como la variación de las propiedades físicas y químicas del agua,
que ocurre aún después de aplicar medidas mitigadoras, y que no pueden ser utilizadas para otros fines
por sus condiciones actuales.
Figura 13-5 Variación de la química del agua subterránea de acuerdo con el régimen de flujo. Montoya, 2014.
Consideraciones legales
En la actualidad, no existe una normativa específica para aguas subterráneas en el Perú, lo más cercano
es una reglamentación ambiental (Reglamento de la Ley 29338, ley de Recursos Hídricos y sus
modificatorias) que incluye dentro de la preservación de la calidad de los cuerpos de agua, a los de origen
subterráneos.
En el caso de las fuentes de contaminación, estos deben ser considerados como vertimientos para
encontrar un sustento legal; lo que implica que las plumas contaminantes tienen que cumplir con los
Límites Máximos Permisibles para la descarga de efluentes líquidos de actividades minero-metalúrgicas
(Decreto Supremo Nº 010-2010-MINAM).
En relación a los niveles de concentración de los elementos para cuerpo receptor (Estándares de Calidad
Ambiental, actualmente vigente el Decreto Supremo N° 004-2017-MINAM), las aguas subterráneas son
evaluadas con el ECA de agua superficial al aflorar, y por lo general, representa complicaciones durante
la fiscalización ambiental; no es práctico comparar las aguas superficiales con aquellas que provienen
del subsuelo; de forma natural, estas últimas presentan bajo oxígeno disuelto y potencial reductor, por lo
que no cumplirán con los requerimientos normativos sin antes no reciben un tratamiento de purificación.
DRASTIC
Desarrollado por Aller y colaboradores en 1987 para EPA, con el objetivo de evaluar la vulnerabilidad
intrínseca de los acuíferos. Es un método de gran uso, tanto para la cualificación como para el mapeo.
Se basa en la asignación de índices que van de 1 a 10, de acuerdo a las características y el
comportamiento de las variables consideradas en el acrónimo DRASTIC:
D (depth - profundidad del agua freática)
R (recharge – recarga neta)
A (aquifer – litología del acuífero)
S (soil – tipo de suelo)
T (topography – topografía)
I (impact – litología de la sección subsaturada)
C (hidraulic conductivuty – conductividad hidráulica del acuífero).
Cavero, M (2013) recopila la expresión del cálculo y la valoración de cada parámetro.
DRASTIC = (Dr · Dw) + (Rr · Rw) + (Ar · Aw) + (Sr · Sw) + (Tr · Tw) + (Ir · Iw) + (Cr · Cw)
Donde:
r: indica factor de clasificación o valoración.
w: indica factor de ponderación.
Además de la valoración de 1 a 10 que se da a cada parámetro, se pondera su influencia dentro de la
evaluación de la vulnerabilidad mediante la asignación de unos pesos de 1 a 5.
De acuerdo a la bibliografía, se recomienda optar por los siguientes valores para el factor de ponderación.
Ver Tabla 13-1.
Dw Rw Aw Sw Tw Iw Cw
5 4 3 2 1 5 3
Tabla 13-1 Factor de ponderación DRASTIC.
Ambos factores (r y w) se multiplican por parámetro y se suman finalmente, para obtener el valor final.
En los siguientes ítems se detallan la valoración por parámetro y clasificación del valor final.
VALORACIÓN DE LA PROFUNDIDAD
AGUA SUBTERRÁNEA VALORACIÓN DE LA RECARGA
NETA
Profundidad (m) Valoración Dr
Recarga (mm) Valoración Rr
0 - 1.5 10
0 - 50 1
1.5 - 4.6 8
50 - 103 3
4.6 - 9.1 7
103 - 178 6
9.1 - 15.2 5
178 - 254 8
15.2 - 22.9 3
> 245 9
22.9 - 30.5 2
Tabla 13-3 Valoración de la recarga neta.
>30.5 1
Tabla 13-2 Valoración de la profundidad agua
subterránea.
CATEGORIA DE VULNERABILIDAD
GOD
Desarrollado por Foster en 1987, se basa en la asignación de índices que van de 0 a 1, considera 3
variables que son lo que nominan el acrónimo GOD:
G (ground water occurrence - tipo de acuífero)
O (overall aquifer class - litología de la cobertura)
D (depth - profundidad del agua o del acuífero).
Cavero, M (2013) recopila la expresión del cálculo y la valoración de cada parámetro.
GOD= G*O*D
En la siguiente figura se detallan los valores de cada parámetro y su clasificación por grado de
vulnerabilidad según el valor. Ver Figura 13-6.
Figura 13-6 Valores por parámetros y rangos de clasificación de los resultados del método de GOD.
En minería subterránea
En la minería subterránea se retira una
cantidad mínima de material de sobre capa o
excedente para tener acceso al yacimiento. El
ingreso se logra mediante conductos o
socavones verticales, que conducen a una red
horizontal de túneles que tienen acceso directo
al mineral.
Si bien la minería subterránea es un medio
menos destructivo de acceder al yacimiento,
es más costosa e implica riesgos a la
seguridad, mucho más que en la minería
superficial, incluyendo la minería a tajo abierto.
Existe un alto potencial de generar drenaje
ácido de mina (DAM). Ver Figura 13-9. Figura 13-9 Túneles de acceso a yacimientos.
En planta concentradora
La planta concentradora no genera impactos significativos en el componente hidrogeológico, salvo lo
relacionado con el suministro de agua fresca requerida por el proceso, que puede provenir de fuentes
subterráneas. Se considera los siguientes impactos:
➢ Generación de residuos líquidos industriales, que al ser vertidos sin un tratamiento previo
considerando su concentración de metales, puede generar impacto sobre los cuerpos de agua.
➢ Consumo de agua para su uso, en los distintos procesos que se llevan a cabo en ella. Este punto
se explicará más en detalle en la descripción del uso del agua.
Donde:
Hierro ferroso: Fe+2
Hierro férrico: Fe+3
Si este hierro férrico se dispersa, se contaminarán las aguas y además el hierro férrico comenzará a
reaccionar con los minerales sulfurados que se encuentran en los estratos rocosos que alcanza a cubrir
la pluma de dispersión, oxidándolos y produciendo liberación de protones. Luego, la generación de
drenaje ácido es catalizada y se van produciendo nuevos focos de generación.
➢ Se puede alterar la calidad del agua subterránea debido a infiltraciones de aguas de contacto
desde la superficie del botadero de estériles. Esto es más complejo en los botaderos de estériles
que en los depósitos de relaves, debido a que la gran heterogeneidad física de los estériles hace
que el flujo a través del depósito sea bastante complejo.
➢ El desvío de escorrentías entorno al depósito de estériles puede reducir la recarga en acuíferos
PARTE IV
CAPTACIÓN GENERAL DE AGUAS
SUBTERRÁNEAS. PERFORACIÓN DE
SONDEOS DE CAPTACIÓN DE AGUAS
SUBTERRÁNEAS.
COMPRENDE:
AGUAS
SUBTERRÁNEAS
EXPLORACIÓN, EVALUACIÓN,
CARACTERIZACIÓN Y GESTIÓN
CAPÍTULO 14
Métodos de captación de aguas subterráneas
14.1. Aprovechamiento de fuentes
Tipos de manantiales
Acondicionamiento de manantiales
14.2. Zanjas de captación
Descripción
Construcción y equipado de zanjas
Estimación de caudales
14.3. Galerías
Descripción
Galerías de drenaje
Galerías de captación
14.4. Pozos excavados y pozos con drenes horizontales
Descripción
Métodos de construcción de pozos
Pozos con galerías
Pozos con drenes radiales
Pozos con sondeo
14.5. Sondeos
Descripción
CAPÍTULO 14
Métodos de captación de aguas subterráneas
Tipos de manantiales
Hay muchos tipos de manantiales, en función básicamente de tres parámetros:
➢ Las características de geometría y parámetros de las formaciones que drenan.
➢ La morfología de la zona de salida.
➢ La cadencia temporal e intensidad de las lluvias o recargas de otro tipo que tenga el acuífero.
Los acuíferos detríticos son, en general, sistemas de alta inercia dado que su permeabilidad es por
porosidad intergranular, con porosidades eficaces altas (5-15 %). El flujo es lento, y como consecuencia,
los caudales de drenaje suelen ser homogéneos en el tiempo. La descarga de estos acuíferos es más
rápida y presenta picos de descarga más acusados cuanto mayor es la transmisividad y menor la
porosidad.
Los acuíferos kársticos son sistemas de baja inercia, en los que tanto la recarga de agua como la
descarga por agotamiento, se manifiestan con mucha rapidez en la variación de los caudales de las
fuentes.
Los acuíferos fisurados suelen dar lugar a manantiales de pequeña entidad, en general, con unas
oscilaciones de caudal muy frecuentes y ligadas a las precipitaciones, lo que hace que sean manantiales,
a menudo, intermitentes. Solo en el caso de rocas cristalinas, en la parte superficial de la montera, donde
la permeabilidad está ligada a la meteorización y a una fracturación múltiple muy acusada, es posible ver
manantiales con una mayor inercia.
Acondicionamiento de manantiales
Antes de iniciar los métodos de acondicionamiento de manantiales debe indicarse que estos pueden ser
de drenaje puntual, por consiguiente, el agua de salida se recoge de modo inmediato en un solo punto,
o bien, de drenaje difuso. Este último se refiere a que el agua sale por una zona a través de varios puntos
de drenaje.
Los dos principales inconvenientes que tiene un manantial que ha de ser utilizado para proporcionar agua
para usos humanos son los siguientes:
➢ La alteración de caudales en función de las lluvias, que deja el drenaje en épocas de mínimos, por
lo que el abastecimiento adquiere una garantía muy baja.
➢ Los peligros de contaminación por falta de protección del manantial o sus canales de recogida.
Además de lo visto, hay que hacer frente al problema de que el drenaje sea puntual o difuso.
La captación consiste en excavar un depósito que recoja las aguas de drenaje del acuífero, a través de
un dren o zanja, en el caso de drenaje puntual; o de varios drenes o zanjas convenientemente dirigidos,
en el caso de drenaje difuso (Figura 14-1).
Existen 3 métodos principales para captar
agua y acondicionar un manantial: uno
sencillo, otro por si se quiere añadir un
depósito y un método de drenaje.
La elección del método depende de las
características del manantial (ubicación,
caudal, extensión, consumo que hay que
satisfacer). Si su emergencia tiene una
localización muy precisa y poco profunda
(menos de 2 m), y el consumo previsto es
Figura 14-1 Esquema de captación de una fuente. inferior al caudal del manantial, se utiliza el
método más sencillo. Si la situación es similar
a la anterior, pero con un caudal inferior al necesario para el consumo, hay que construir un depósito.
Por último, si la emergencia del manantial es difusa o profunda, es necesario establecer un drenaje aguas
arriba del manantial.
Método sencillo
Es el más frecuente de todos los métodos y es aplicable, sobre todo, si el manantial emerge fácilmente
por sí solo y con un caudal suficiente. Figura 14-2.
La adecuación comprende varias operaciones a
realizar simultáneamente. Primero hay que
limpiar, desbrozar, escardar, nivelar y terraplenar
hasta la capa impermeable del suelo, el
perímetro del manantial.
Se reúnen las redes de agua en un pozo o un
recipiente de captación. Un poco más lejos, se
cava una zanja para recoger el agua, de modo
que no se contamine al contactar con las últimas
capas de terreno que atraviesa. Esta zanja suele
llenarse de piedras o guijarros grandes que filtren
el agua y permitan que fluya con facilidad. Una Figura 14-2 Esquema de manantial y acondicionamiento
vez realizada la filtración con la ayuda de la sencillo.
grava, se fijan al extremo de la zanja una o varias
tuberías de evacuación y se levanta a la salida un muro de contención con arcilla u hormigón.
Posteriormente, se cubre de mortero el recipiente de captación. Es preciso garantizar la estanqueidad
con una capa de arcilla o una lona de plástico o idealmente con ambas.
Debe llevarse a cabo la realización de la obra exterior de albañilería en el lugar de extracción, y de una
losa de hormigón para que la fuente no se convierta en un barrizal.
Debe ser protegida la obra, el lugar y el área de captación (cobertura del recipiente de captación con una
capa de tierra y revestimiento de césped, cercado del estanque, colocación en la parte superior y
alrededor del manantial de un canalón de protección para evitar la escorrentía provocada por las
avenidas, y excavación de un pequeño canal de evacuación del agua no utilizada). Debe comprobarse
que la pureza del agua se mantiene tras los trabajos.
Hay dos opciones:
➢ Acondicionamiento de un manantial importante de gran calidad, con depósito, pero sin filtración.
➢ Acondicionamiento de un manantial importante con depósito y filtración previa, en caso de calidad
menor.
Método de captación de una fuente con construcción de un depósito filtrante o no filtrante
Este método se utiliza cuando el caudal del manantial es demasiado débil para suministrar
permanentemente a la población (o a la red a la que está conectado) la cantidad de agua necesaria; o
bien cuando se desea dar otros usos al agua no utilizada a ciertas horas del día o de la noche (como el
riego de cultivos cercanos). Figura 14-3.
En función de la calidad del agua recogida, pueden
emplearse dos técnicas:
Cuando el agua es pura (lo cual sucede en la mayoría
de los casos), para la captación desde el manantial se
realiza un trabajo similar al anterior, pero sustituyendo
el recipiente de captación por un depósito.
Cuando el agua debe ser previamente tratada, el
método es igual que el anterior, pero el depósito está
formado por dos compartimentos, uno de los cuales
contiene un filtro formado por grava y arena. El agua
penetra a su través, atraviesa todas las capas de
grava y arena, y tras su filtrado fluye hacia el otro lado
de la pared. A continuación, se extrae del depósito con
ayuda de un sifón o se envía a una red.
Método de acondicionamiento para drenajes muy
Figura 14-3 Esquema de acondicionamiento con y sin difusos:
filtro.
Este método se utiliza cuando la zona de emergencia
del manantial es amplia y difusa, dando con frecuencia un aspecto pantanoso al terreno. En tal caso, es
preciso captar el agua con ayuda de varios drenes.
Los drenes son conductos enterrados y perforados que permiten captar el agua de un acuífero por simple
gravedad. A menudo vienen prefabricados, pero pueden elaborarse con facilidad en el mismo lugar de
trabajo a partir de tuberías de PVC, cortándolas parcialmente o perforándolas y cerrando uno de los
extremos mediante fundición. También pueden fabricarse con cerámica o rocas. En ocasiones, estos
drenes se colocan con la finalidad de incrementar la capacidad de un estanque de captación sencillo.
¿Por qué colocar drenes? Porque cuando se cava una zanja en un suelo saturado de agua, con el
objetivo de instalar un drene, se produce un efecto de «descenso de la capa freática». El agua difusa
presente en el terreno tiende a fluir naturalmente hacia el drene por gravedad.
Los drenes dirigen el agua hacia el recipiente de captación del manantial. Instalados en las zanjas,
recogen el agua que fluye para dirigirla hacia el mencionado recipiente de captación. Se disponen de tal
modo que capten el máximo de redes de agua, colocándose en la zanja sobre lechos de grava si el agua
no es demasiado lodosa. En caso contrario, se recubren por completo con una capa de grava,
preferiblemente limpia y clasificada en función de su calibre, de unos 20 centímetros, que garantiza en
cierto modo la filtración, mejorando así la calidad del drenaje. El conjunto se cubre con una tela protectora
filtrante de tipo geotextil o con una tela sintética tejida. También se puede intercalar arena entre la grava
y la tela para no desgarrar esta última, y que los intersticios que hay entre la grava y el geotejido sean
cada vez más estrechos, lo cual mejora la filtración. Se recubre todo con tierra.
El agua se recoge en el recipiente de captación, que debe ser lo suficientemente grande como para poder
ser visitado y sometido a mantenimiento en el futuro. Finalmente, el agua es transportada hasta la salida
por una tubería.
Medidas de seguridad
Debe procurarse mantener el emplazamiento acondicionado del modo mencionado anteriormente,
prestando especial atención a la creación de un perímetro de seguridad a su alrededor que lo proteja de
todo tipo de contaminaciones (fertilizantes, estiércol), que podrían afectar al agua extraída.
Eventualmente, para proteger la instalación de la erosión, es necesario instalar zanjas de derivación de
las aguas de escorrentía pluvial.
El nivel de las aguas del estanque de captación debe estar siempre por debajo del nivel de emergencia
del manantial, antes del inicio de los trabajos, so pena de no poder captar el agua del mismo. Por tanto,
resulta prudente instalar a la salida un tubo de rebosamiento del estanque.
Es conveniente que la población colabore estrechamente en la elección, la preparación y el seguimiento
del manantial.
En caso de captación por drenaje:
Debe llevarse a cabo con el mayor cuidado un estudio previo del terreno que permita determinar la
ubicación de las zanjas, su profundidad y el tipo de drenaje a realizar (si la zona es muy amplia, será
necesario considerar la posibilidad de emplear varios sistemas de drenes en T o Y que desemboquen en
un mismo recipiente de captación).
El drenaje modifica profundamente el terreno en el que se realiza. La parte superficial, anteriormente
saturada de agua, se seca debido al descenso de la capa freática, produciéndose una modificación del
paisaje y la vegetación del que debe avisarse a las poblaciones de los alrededores.
Descripción
Se entiende por zanja de drenaje toda excavación horizontal, a cielo abierto y de cierta longitud,
destinada a la captación de aguas subterráneas que tengan su nivel piezométrico próximo a la superficie
del terreno. Cuando el terreno en que se practica la zanja no tiene la suficiente consistencia, este tipo de
captaciones irán revestidas con obra de fábrica, dejando los necesarios espacios libres para que el agua
circule hacia el interior de la misma sin dificultad.
Este tipo de captaciones suelen disponerse de forma perpendicular a las líneas de flujo, y el caudal que
pueden aportar dependerá, además, de las características específicas del acuífero, de la longitud que
tenga la zanja o galería. Es fácil entender que la anchura de la obra tiene una despreciable influencia
sobre el caudal, que de ella se puede extraer.
Normalmente, estas obras suelen situarse en las proximidades de cursos de agua que aseguren los
recursos necesarios para una explotación continuada. Para estas condiciones, el régimen será
permanente a partir de un cierto tiempo relativamente corto. Este tiempo es el necesario para que el radio
de acción del bombeo alcance la fuente de alimentación.
Estimación de caudales
No es propósito de este apartado entrar en análisis matemáticos, limitándose a exponer las fórmulas
sencillas, que permitan la estimación de los caudales que podrían extraerse de una obra de este tipo,
conocidos los parámetros del acuífero.
El caudal que puede extraerse de una zanja, funcionando en régimen permanente en las proximidades
de un río y paralela al mismo, viene dado por la siguiente relación:
dT
Q= L
X0
Siendo:
Q: caudal
d: descenso en la zanja.
T: transmisividad.
Xo: distancia de la zanja al río.
L: longitud de la zanja.
Esta fórmula es válida para acuíferos cautivos, que rara vez se presentan en estos casos; y para libres,
en los que el descenso d sea reducido frente al espesor saturado Ho.
Si el descenso d es importante respecto de Ho, es válida la fórmula, sin más d2 que sustituir d por d2/2Ho,
quedando la fórmula general.
d2
d-
2H0
Q= L
X0
En el caso de que la zanja no se realice en las proximidades de un río, no existirá régimen permanente.
El caudal Q que se obtenga será variable para un descenso prefijado.
Si la longitud de la zanja es importante, puede usarse con aproximación la siguiente relación: +++++++
ST
Q=2d√ L
πt
Pudiendo hacerse las mismas consideraciones apuntadas para el caso de acuífero libre.
14.3 Galerías
Descripción
Si la excavación se efectúa de modo subterráneo, en forma de túnel, se denomina galería. Al igual que
en el anterior caso, la galería irá revestida siempre que el terreno atravesado así lo aconseje. El origen
de las galerías es muy antiguo. En Armenia existen galerías, denominadas kanats, del año 2.700 a.C.
Su función es doble; sirven de captación y transporte de agua.
Se caracterizan por la gran dificultad a la hora de instalar cierres, recurriéndose al uso de depósitos
reguladores.
En cualquier caso, las galerías han sido muy utilizadas para captación de aguas subterráneas de
diferentes orígenes desde tiempos muy remotos.
Se puede hacer una clasificación algo artificiosa entre galerías de drenaje y galerías de captación
propiamente dichas.
Galerías de drenaje
Se construyen atravesando un acuífero
(Figura 14-5). Al estar la galería a la presión
atmosférica, se crea una depresión que hace
que las aguas del acuífero se conduzcan hasta
ella.
El flujo de agua se autoconduce por gradiente
hacia la galería y desde allí sale por gravedad
al exterior, donde es aprovechada.
Puede ser habitual introducir por la galería un
Figura 14-5 Esquema galería con drenaje del acuífero.
tubo de drenaje embebido en un lecho de
gravas. Es un método más seguro ante potenciales derrumbamientos.
La galería tiene que estar revestida para aguantar las presiones, y este revestimiento tiene que permitir
el paso libre de agua desde el acuífero. Existen multitud de opciones, desde hacerse un revestimiento
de mampostería con ladrillos dejando un hueco entre uno y otro para el drenaje, hasta incluso perforar
paredes cuando, la galería, está revestida de cemento u hormigón.
Galerías de captación
Se ha querido hacer distinción entre estos dos tipos de galerías, porque las circunstancias
geomorfológicas en que se aplican son diferentes.
En principio, una galería de captación no se haría en el
acuífero, sino para captar el acuífero. Es decir, se
atravesaría una zona impermeable hasta llegar a un
acuífero en el que se construiría el revestimiento filtrante.
Un esquema muy típico se representa en la Figura 14-6,
donde se esquematiza la explotación de un acuífero
plegado complejo. Al hacer la galería muy por debajo del
Figura 14-6 Esquema galería de captación. nivel de drenaje natural, se garantiza la regulación y el
aprovechamiento de las reservas en la época de estío.
Descripción
Son excavaciones en el terreno, en general circulares y de poca profundidad. Aunque hay casos
excepcionales de profundidad en pozos; en los más profundos no suele pasar de 30 o 40 m. Pozos de
10 a 20 m son muy frecuentes. Los diámetros mínimos están condicionados por el espacio mínimo para
que quepa un operario, que suele ser de 1,2 a 1,6 m. Los diámetros máximos los condiciona el volumen
a excavar, dado que aumenta con el cuadrado del diámetro.
Los pozos se realizan en terrenos no consolidados, así son propicios los cuaternarios y zonas de
acumulación de arcillas, gravas y arenas.
Los pozos pueden excavarse con alguna maquinaria sencilla, haciendo menos penoso el trabajo de
excavación (Figura 14-9). Entre estas cabe destacar el uso de perforadora de hélice, continua o
discontinua, la cuchara bivalva o simplemente la pala mecánica con forma de uña.
En el método de la hélice, Figura 14-9, la perforación se efectúa comunicando a la herramienta una
velocidad de giro, una presión en cabeza y un par de rotación.
La hélice continua extrae el terreno conforme va
penetrando en él. En la discontinua, por el
contrario, es necesario parar la perforación y
extraer la hélice. La hélice discontinua permite
un mayor diámetro de perforación, al actuar la
acción del par motor en una menor longitud de
herramienta de corte.
En ambos casos, la entubación se realiza por el
método de hinca:
Consiste en excavar en el interior de los anillos
de hormigón, de tal forma que estos bajan por su
propio peso al quedar descalzados por la
extracción del terreno situado bajo ellos.
La perforación finaliza cuando se equilibra el
peso de los anillos con el rozamiento lateral del Figura 14-10 Excavadora de cuchara bivalva.
terreno (20-30 m).
La cuchara bivalva es el artificio mecánico que se utiliza habitualmente para hacer pilotes
En la Figura 14-10 se observan dos mordazas simétricas que se introducen en la excavación, se cierran
en el fondo y suben el detritus al vertido exterior. La entubación también se realiza con anillos de
hormigón con el método de hinca, la diferencia con el método de la hélice radica en el útil empleado para
la extracción del terreno, lo demás es similar.
La hinca de estos drenes se efectúa directamente por presión con el auxilio de gatos hidráulicos
(Ranney), o bien introduciendo los drenes en un tubo de hincado, que es el que soporta la presión
(Fehlmann).
La distribución y ubicación de cada uno de los drenes se hace atendiendo a las características más
favorables del acuífero a explotar.
Durante la fase de penetración de los drenes, se realiza una operación de desarenado o desarrollo previo
siendo, al finalizar la obra, cuando se efectúa un desarrollo intenso y definitivo. Esta operación es de gran
importancia y, en buena medida, el caudal aportado por el colector o dren depende del grado de
desarenado conseguido en su entorno. Cuando el desarrollo de los drenes es bueno, estos actúan a
modo de galerías filtrantes con radios que pueden alcanzar 1 m.
Como ya se ha indicado, la principal ventaja de los pozos de colectores es su elevado rendimiento, siendo
en ocasiones el único procedimiento para satisfacer una determinada demanda de agua.
A título orientativo, baste decir que un pozo Ranney
(Figura 14-12) de ocho colectores horizontales de
40 m de longitud cada uno, y un diámetro medio
desarrollado de 2 m, a lo largo del dren, tiene una
superficie filtrante unas 40 veces superior a la que se
conseguiría con un pozo ordinario de 2 m de diámetro,
con un descenso de 2 m, que estuviera situado en el
mismo acuífero.
Entre las ventajas que tienen estos pozos hay que
señalar que, además del importante incremento de
caudal sobre cualquier otro tipo de pozo (del orden de
cinco veces superior), los pozos de drenes radiales
ofrecen las siguientes:
➢ Los drenes o colectores pueden situarse en las
zonas preferentes, atendiendo a las mejores
características del acuífero, así como a las
direcciones más favorables de circulación.
También pueden aprovecharse Figura 14-12 Esquema de pozo Ranney.
simultáneamente varios acuíferos, colocando
los drenes convenientemente distribuidos entre los diversos horizontes acuíferos.
➢ La velocidad de circulación del agua hacia el cajón del pozo es muy pequeña, siendo despreciables
los arrastres de partículas sólidas, así como las colmataciones por incrustación de las
mencionadas partículas de grano fino en las ranuras de los drenes.
La casa Ranney da como velocidad de circulación máxima de 1 cm/seg, mientras que Fehlmann afirma
que dicha velocidad es igual a la de la permeabilidad del terreno acuífero.
Para el cálculo de los caudales, deberá comenzarse por el estudio previo que es imprescindible realizar
antes de acometer una obra de este tipo. Se determinarán, por los métodos convencionales, las
constantes hidráulicas del acuífero que se pretende explotar.
Para ello se perforará un sondeo que permita la instalación del oportuno grupo moto-bomba, para la
realización del ensayo de bombeo. Varios piezómetros de pequeño diámetro, convenientemente
situados, servirán de puntos de observación durante el ensayo, suministrando los datos pertinentes que
permitan el cálculo de las constantes del acuífero y el radio de acción del bombeo con la mayor precisión
posible.
Schneebeli, haciendo una semejanza entre el funcionamiento hidráulico de un pozo de drenes radiales
y una zanja vertical, da la siguiente fórmula para el cálculo del caudal en un pozo de colectores:
Acuífero libre:
h20 -h2d
Q=πK
R hd hd 1
ln ( n ) +f(n) c ln [( ) πa]
c/√4 2πrd sen
hd
K = permeabilidad del terreno acuífero.
hd = altura mínima del agua sobre los drenes.
ho = altura máxima de columna de agua, estando el nivel en reposo.
R = radio de acción del bombeo.
n = número de colectores o drenes.
c = longitud de los drenes.
a = altura del eje de los drenes sobre el fondo del acuífero.
1
f(n)=
1
2n (1- n )
√2
A pesar de la complejidad de la fórmula, que incluye aspectos geométricos del acuífero, no es posible
valorar el grado de desarrollo de los drenes, que de modo tan decisivo influye en el caudal de explotación
del pozo.
La expresión simplificada de Schneebeli, para el cálculo del caudal, es:
2πTd
Q= n
R√4
ln
c
siendo:
T = transmisividad del acuífero.
d = descenso producido por el bombeo (d pequeño frente ho).
Según Ranney, el caudal viene dado por la fórmula siguiente:
d
Q=2πT
2R
ln
r
r: radio efectivo del pozo 2/3 c.
Esta casa considera que el máximo radio efectivo es de 30 m y el radio de acción R lo cifra en 3.000 m.
14.5 Sondeos
Descripción
Los sondeos son perforaciones cilíndricas, efectuadas con maquinaria especial, que pueden tener varios
cientos de metros de profundidad y diámetros, también muy variables entre 100 y 600 mm. Son, en
consecuencia, el único procedimiento útil cuando hay que captar el agua en acuíferos profundos, pues
la excavación de pozos puede ser muy penosa o imposible en cuanto se pretende profundizar unas
decenas de metros.
Métodos de perforación han existido desde mucho tiempo atrás. Existe un artificio chino de hace más de
2.600 años, con el cual se han realizado pozos a percusión de centenares de metros, que era utilizado
en la obtención de salmueras para la producción de sal en el interior de China. El cable de perforación
era realizado con listones de bambú y el movimiento de vaivén se conseguía por medio de un arco y una
noria.
Pero el desarrollo real de las técnicas de perforación de sondeos no ha tenido lugar hasta el siglo XX,
donde aparecen las bombas verticales y electro-sumergidas, y que hacen de los sondeos un elemento
imprescindible para la captación de hidrocarburos y de aguas subterráneas en acuíferos profundos.
Los métodos de perforación que existen en la actualidad son los siguientes:
➢ Percusión a cable
➢ Rotación con circulación directa
➢ Rotación con circulación inversa
➢ Rotopercusión con circulación directa
➢ Rotopercusión con circulación inversa
Todos estos métodos constan de una herramienta rompedora de los materiales que en la profundización
van encontrando, un sistema de dar fuerza y peso a esta herramienta, un fluido capaz de refrigerarla,
dado que en el esfuerzo de destruir materiales tiende a calentarse excesivamente, y, por último, constan
de un método de extraer los detritus y llevarlos a superficie.
Cada uno de estos métodos disponibles es preferente para atravesar un determinado tipo de litologías,
y realizar a cabo, con seguridad, los diversos diámetros y profundidades que puedan requerirse.
El método más antiguo es el de percusión a cable y el más moderno el de rotopercusión con circulación
inversa. El método menos popular en aguas subterráneas es el de rotación con circulación directa, sin
embargo, es el principal usado en la prospección de hidrocarburos. No obstante, en la captación de
aguas subterráneas se usan todos los métodos reseñados y se elige uno u otro en función de las
características generales de la perforación.
En los siguientes puntos se desarrolla, en detalle, cada uno de estos métodos.
CAPÍTULO 15
Captaciones de aguas subterráneas. Perforación, limpieza, desarrollo y equipado
de sondeos de aguas subterráneas
15.1. Métodos de perforación en distintos medios hidrogeológicos
15.2. Perforación por percusión a cable
Introducción
Metodología de la perforación
Equipo de perforación
Sarta de perforación
Fluido de perforación
Formaciones más adecuadas para perforar mediante percusión
Problemas más frecuentes en la perforación y su tratamiento
Crítica del método: ventajas e inconvenientes
15.3. Perforación a rotación con circulación directa
Principios generales
Equipo de perforación
Sarta de perforación
Fluido de perforación
Formaciones más adecuadas para el método
15.4. Perforación a rotación con circulación inversa
Introducción
Equipo de perforación
Sarta de perforación
Problemas más frecuentes en la perforación y su tratamiento
Formaciones más adecuadas para el método
Consideraciones económicas
Crítica del método: ventajas e inconvenientes
15.5. Perforación por rotopercusión
Introducción y síntesis del método
Síntesis de funcionamiento
Equipo de perforación
Sarta de perforación
Resumen
15.6. Rotopercusión con circulación inversa
Introducción y síntesis del método
Varillaje de doble pared
Martillos y bocas de corte
Racores cruzados
Campana
Sistema ODEX
Consideraciones finale
15.7. Acondicionamiento y equipado de sondeos. Empaque de gravas
Consideraciones generales
Toma de muestras de terreno
Análisis de muestras. Curvas granulométricas
Estudio de la curva granulométrica
Selección de la grava para el empaque filtrante
Colocación del empaque filtrante
Espesor del empaque filtrante
15.8. Acondicionamiento y equipado de sondeos. Selección de rejillas y filtros
Conceptos generales
Abertura de las rejillas
Selección del material
Disposición de las rejillas
Criterios para la selección de rejillas y filtros
15.9. Limpieza y desarrollo de sondeos. Métodos mecánicos de desarrollo de sondeos
Introducción
Desarrollo mecánico de sondeos para captación de aguas subterráneas
Consideraciones finales
15.10. Limpieza y desarrollo de sondeos. Métodos químicos de desarrollo de sondeos
Principios generales. Acidificación
Procesos químicos de la acidificación
Descripción del proceso
Fundamentos físicos y químicos de la acidificación
CAPÍTULO 15
Captaciones de aguas subterráneas. Perforación, limpieza, desarrollo y equipado
de sondeos de aguas subterráneas
Introducción
El método de perforación por percusión a cable es el más antiguo, existiendo referencias históricas que
se remontan hasta el año 2000 a.C. en China. Con este antiguo método se alcanzaba profundidades
superiores a los 200 m mediante balancín contrapesado, que se accionaba por un extremo mediante tiro
humano, mientras por el otro, la herramienta percutora colgaba del "cable" formado mediante cañas de
bambú. En 1859, en Pensilvania, el Coronel Drake realiza el primer pozo de petróleo del que se tienen
noticias, precisamente mediante el método de percusión. De aquí que este método también se denomina
Pensilvaniense.
Metodología de la perforación
Destrucción de la formación:
Se realiza por el impacto producido mediante caída libre de una herramienta pesada llamada trépano
sobre la formación.
Evacuación del "detritus":
La extracción del detritus producido se realiza mediante una herramienta cilíndrica hueca provista en su
fondo de una válvula de retención. A esta herramienta se denomina cuchara o válvula.
Avance de la perforación:
El avance de la perforación se logra con un movimiento alternativo de subida y caída libre del trépano,
que se obtiene mediante un mecanismo de biela y manivela. El cable que soporta la herramienta pasa
por una polea situada en el extremo superior de la torre y desciende hasta el balancín, el cual al ser
arrastrado por el mecanismo biela/manivela, produce un movimiento alternativo, obligando al cable a
seguir el mismo movimiento y provocando en definitiva el ciclo de subida y bajada del trépano.
Equipo de perforación
El equipo de perforación responde básicamente al esquema que se presenta en la Figura 15-1 que se
adjunta, siendo sus componentes fundamentales:
➢ Balancín
➢ Tambor de perforar
➢ Tambor de limpieza
➢ Tambor de entubación
➢ Torre.
Sarta de perforación
De abajo a arriba, los elementos que componen la sarta son: trépano, barrón, tijera, montera y cable.
Seguidamente se describe brevemente cada uno de ellos.
➢ Trépano: Es la herramienta que golpea directamente sobre el fondo del sondeo, realizando cuatro
funciones: penetrar, triturar, escariar y mezclar. En un trépano se pueden distinguir las siguientes
partes (Figura 15-2):
▪ Cuello: Parte cilíndrica situada inmediatamente
debajo de la rosca.
▪ Cuadro de llave: Estrangulamiento de sección
cuadrada sobre el que se agarran las llaves para
aflojar o apretar la herramienta sobre el barrón.
▪ Cuerpo del trépano: Parte principal que forman
las guías.
▪ Canales de agua: Hendiduras en el cuerpo del
trépano separadas por las guías.
▪ Boca: Extremo que golpea en el fondo. Junto
con la superficie de desgaste son las partes del
trépano que sufren la abrasión. Su mantenimiento
se realiza mediante recarga con electrodos
especiales.
Los parámetros que caracterizan la boca de un
trépano son los siguientes:
a. Ángulo de escape: Es la conicidad por encima
de la superficie de desgaste.
b. Ángulo de penetración: Es el ángulo que forma
el filo del corte.
c. Superficie de desgaste: Parte del trépano en
contacto directo con la pared del sondeo y, por
consiguiente, la que determina su diámetro.
d. Cara trituradora: Es la superficie inferior del
trépano.
e. Borde de ensanche: Es el filo exterior del
trépano.
f. Perfil del borde de penetración: Puede ser
recto, cóncavo o convexo.
g. Barrón: Es una barra de carga. su misión
Figura 15-2 Esquema descriptivo del trépano.
consiste en proporcionar peso a la sarta.
(Figura 15-3).
Figura 15-3 Barrón. Figura 15-4 Tijera o destrabador. Figura 15-5 Montera.
h. Tijera: También se denomina destrabador, y está formada por dos eslabones engarzados que
permiten un juego libre de unos 30 cm. Su función es únicamente de seguridad, ya que permite el
golpeo hacia arriba en un supuesto enganche del trépano. (Figura 15-4).
i. Montera: Tiene como misión unir el resto de la sarta con el cable. La unión de la montera con el
cable será tal que permita el giro libre de la sarta sobre su eje, con lo que se consigue que la
perforación sea cilíndrica. (Figura 15-5).
j. El cable: Sus dimensiones y características están determinadas por el peso de la herramienta y
longitud total a perforar. Debe ser flexible para adaptarse a las curvaturas de las poleas. La torsión
del cable de perforar será siempre a la izquierda, con objeto de que su tendencia sea apretar las
roscas de la sarta (son roscas a derecha), y porque al tensarlo tiene tendencia a girar a la derecha
tomando al bajar su primitiva posición a la izquierda, produciendo un movimiento de giro en el
trépano muy conveniente para la perforación.
Fluido de perforación
En este método de perforación no existe circuito continuo de extracción de detritus. La extracción del
detritus se hace por limpieza periódica del fondo del sondeo mediante una "válvula” o “cuchara".
La mezcla del detritus y el agua forman el lodo de perforación cuyas características deberán ser vigiladas,
ya que, si el lodo es muy espeso, dificultará la caída de la herramienta, absorbiendo una parte de la
energía destinada al golpeo y habrá que añadir una segunda pérdida de energía destinada a triturar aún
más finamente los detritus contenidos por exceso en ese lodo. Será necesario aclarar el lodo, bien
mediante “valvuleo” en el caso de haber cortado ya suficiente agua en la perforación, bien añadiendo
agua, caso de no haber cortado todavía agua suficiente en la perforación.
Cuando se limpia muy frecuentemente, al aclarar el lodo, disminuye su capacidad para mantener en
flotación el detritus y se produce su precipitación, actuando entonces el detritus como un "colchón" en el
fondo del sondeo, que absorbe prácticamente toda la energía del golpeo y no permite el avance.
A veces se añade arcilla o bentonita para conseguir un lodo capaz de levantar el detritus y evitar ese
efecto "colchón".
Principios generales
La perforación mediante el sistema de rotación consiste en la destrucción de la roca con un útil,
normalmente un tricono, y la evacuación del detritus a través de un fluido de perforación.
En el campo del petróleo y de la investigación minera, que no es objeto de este texto, el método ha tenido
y continúa teniendo su principal aplicación, por lo que su desarrollo y grado de tecnificación avanza con
gran rapidez.
En los últimos lustros, el sistema de rotación ha conquistado un espacio importante en la perforación con
fines de alumbramiento de aguas subterráneas, reduciendo de modo notable la utilización del método de
perforación por percusión; desplazándolo, de modo casi total, en la perforación de terrenos sueltos
cuando se pretenden alcanzar grandes diámetros y profundidades.
La perforación con fines petrolíferos o de investigación minera, donde la existencia de acuíferos puede
suponer un inconveniente, consiste en la rotura de la formación y la extracción del detritus al exterior
Equipo de perforación
Los elementos principales que
componen el equipo de perforación,
Figura 15-6 Esquema de perforación con circulación directa.
son los siguientes:
❖ Cabeza o mesa de rotación
❖ Bomba de lodos (rotación directa)
❖ Motores
❖ Torre o mástil
❖ Panel de mandos
❖ Gatos hidráulicos estabilizadores.
La cabeza y la mesa de rotación son los elementos que tienen como misión transmitir el movimiento de
rotación al varillaje de perforación. La tendencia actual es la de equipamiento mediante cabeza de
rotación en lugar de la mesa.
La mesa de rotación es un elemento fijo, y cuando la rotación se transmite a través de ella se precisa de
una barra conductora, denominada "Kelly", que desempeña la función de suspender el varillaje, hacer
que este gire y conducir el lodo. Pasa por el centro de la mesa, subiendo y bajando libremente para
efectuar las operaciones de perforación.
La cabeza de rotación es un elemento móvil que se desliza a lo largo del mástil, al que mediante una
pieza intermedia o adaptador, se unen las varillas de perforación, siendo innecesaria la barra Kelly. La
cabeza de rotación puede desplazarse de la vertical del mástil mediante giro lateral para permitir el
entubado, y puede girar facilitando el enroscado y desenroscado de las varillas de perforación.
La torre telescópica y abatible, el cable y el cabrestante para enrollar este, sirven para introducir y extraer
los útiles de perforación.
Sarta de perforación
Los elementos fundamentales que forman la sarta de perforación son los siguientes:
i. Útil de perforación
ii. Barras de carga o lastrabarrenas
iii. Varillaje
iv. Barra conductora o Kelly (en algunos casos)
v. Cabeza de inyección.
❖ El útil de perforación por excelencia es el tricono (Figura 15-7). En casos extraordinarios en los que
los terrenos son blandos y están constituidos esencialmente por arcillas plásticas, que originan
obstrucciones del tricono, suelen utilizarse con gran eficacia las trialetas como elemento alternativo
a los triconos.
Figura 15-9 Influencia de las lastrabarrenas de carga en la forma en que trabajan las varillas.
Fluido de perforación
El lodo o fluido de perforación es una mezcla de agua con los elementos finos de la formación (arcillas o
margas), o con productos químicos, teniendo las siguientes funciones:
❖ Evacuar el detritus.
❖ Refrigerar el tricono.
Pérdida de lodos
La pérdida de lodos se produce al atravesar horizontes de gran permeabilidad, el fluido contenido en el
pozo por encima de este nivel se introduce en la formación. Aún en la hipótesis de que el detritus siga
evacuándose, se procederá a tomar las medidas necesarias para mantener lleno de lodo el pozo, ya que
el peligro de importantes desprendimientos es inminente con el consiguiente riesgo de "enganche" de la
sarta. Se intentará impermeabilizar el horizonte permeable mediante la adición de bentonita o entubando.
Es normal una pérdida parcial de fluido, siendo preciso recuperar el nivel mediante adición de agua a la
balsa. En la rotación directa, la recuperación del nivel, en caso de pérdidas, está condicionado por la
capacidad de la balsa de lodos, obligando en algunos casos a aumentar la densidad de los mismos.
Desprendimientos
Se pueden controlar mediante la adición conveniente de bentonita en el lodo. En el peor de los casos
habría que recurrir al revestimiento mediante tubería.
No evacuación de detritus
Este fenómeno viene asociado al hecho de atravesar determinadas margas y arcillas ("embolamiento del
tricono"), produciéndose un taponamiento de la entrada del fluido al interior del varillaje. Este fenómeno
de taponamiento, cuando se perforan horizontes de bolos, es frecuente que se produzca a lo largo del
interior del varillaje.
Pérdida de verticalidad
En la perforación a rotación, la pérdida de verticalidad estará asociada a un exceso de peso sobre el
tricono. Si la pérdida de verticalidad es tal que no permite el entubado y engravillado, será necesario
repetir el sondeo. No procede intentar recuperar el sondeo.
Hinchamiento de paredes
Determinadas formaciones tipo margas/arcillas al hidratarse se expanden produciendo un hinchamiento
que puede provocar el "enganche" de la sarta o la pérdida de sección del sondeo, en los horizontes
constituidos por esas formaciones. Mediante un buen lodo se puede controlar este proceso. Será un lodo
de muy poco filtrado, se consigue mediante la adición de C.M.C. (carboximetilcelulosa sódica) que es un
polímero que actúa muy eficazmente.
Surgencias
El fenómeno más peligroso a efectos de proseguir la perforación, cuando aparece surgencia, es el
derrumbamiento de las paredes del pozo. Si por las características de las formaciones existe este peligro,
será necesario eliminarlo con cualquiera de estas dos opciones:
➢ Controlando la surgencia, mediante un lodo con densidad suficiente que la impida.
➢ Manteniendo la surgencia, pero revistiendo las paredes del sondeo mediante tubería, de forma
que la sarta esté perfectamente protegida.
Introducción
A finales del siglo XIX surge la técnica de perforación petrolera por excelencia: la rotación a circulación
directa. En este sistema de perforación, el lodo es bombeado desde la balsa al interior del varillaje,
produciendo el barrido del detritus y su transporte a superficie por el anular existente entre varillaje y
pared. Para conseguir este transporte del detritus se necesitan velocidades mínimas de 30-60 m/minuto.
Al incrementar el diámetro de perforación, manteniendo el diámetro del varillaje (está comprendido entre
2"3/8 y 6"5/8), se incrementará el anular varillaje/pared, pudiendo alcanzar superficies tales que para
conseguir las velocidades ascensionales adecuadas para el transporte del detritus habría que proveer el
equipo con unas instalaciones de bombeo prohibitivas.
La rotación a circulación inversa, como
desarrollo lógico de la directa, viene
precisamente a resolver este
problema. ¿Cómo? Invirtiendo el
sentido de la circulación. El lodo de
perforación desde la balsa pasa al
anular varillaje/pared, recogiendo el
detritus del fondo, y asciende por el
interior del varillaje hasta la balsa.
Mediante esta inversión de la
circulación se consigue una sección
de ascenso constante (sección interior
del varillaje), independiente del
diámetro de la perforación. En el
sistema inverso, el empuje Figura 15-10 Esquema de perforación con circulación inversa.
ascendente, se logra mediante la
inyección de aire en el interior del varillaje; una válvula desvía el aire hacia el interior del varillaje donde
se forma una emulsión con los lodos y estos ascienden por el interior hasta la balsa de lodos. En este
sistema (Figura 15-10) se sustituye el equipo de inyección de lodos (elemento fundamental en la directa),
por el equipo de aire comprimido que forma la emulsión con los lodos y los hace ascender por el interior
del varillaje (elemento fundamental de la inversa).
La circulación inversa es el procedimiento más aconsejable y utilizado para el alumbramiento, mediante
sondeos profundos de aguas subterráneas.
Es fácil comprender que cuando se precisan pozos de gran diámetro, el área del espacio anular existente
entre las paredes y el varillaje puede aumentar en proporciones tales, que sería preciso disponer de
bombas de inyección de lodos de dimensiones y costes desproporcionados (tales como los que disponen
los rigs de perforación de hidrocarburos). La columna del fluido deberá alcanzar una velocidad
ascensional de entre 30 y 60 m/minuto, capaz de arrastrar el detritus y hacer que el sistema funcione con
eficacia.
Este ha sido uno de los factores más determinantes para cambiar el procedimiento en la perforación para
sondeos de agua. Tampoco resulta despreciable el hecho de que, por razones que ya se explicarán, en
la rotación con circulación directa es preciso incrementar la densidad del lodo de perforación, lo cual
incide negativamente en el proceso posterior de desarrollo de los sondeos para la captación de agua
subterránea, e incluso, en una reducción de los caudales de explotación.
Se concluye pues, que salvo casos excepcionales, el sistema aconsejable para la perforación, en materia
de aguas subterráneas, es el de "rotación con circulación inversa" en terrenos detríticos compuestos por
capas alternas de arcilla, marga, gravas y arenas.
Equipo de perforación
Los elementos principales que componen un equipo de rotación a circulación inversa son los siguientes:
➢ Cabeza o mesa de rotación
➢ Compresor
➢ Motores
➢ Cabrestantes -Torre o mástil
➢ Panel de mandos
➢ Gatos hidráulicos estabilizadores.
Todos estos elementos van colocados sobre el chasis o estructura soporte, y esta última, a su vez, suele
ir montada sobre camión con el fin de dotar al equipo de la máxima capacidad de movimiento, factor de
una extraordinaria importancia desde el punto de vista de los costes.
La tendencia actual es la de equipar la máquina mediante cabeza de rotación en lugar de mesa de
rotación. Ambos elementos tienen como misión transmitir el movimiento de rotación a la sarta. La cabeza
de rotación es un elemento móvil que se desliza a lo largo del mástil, a la que, mediante una pieza
intermedia o adaptador, se unen las varillas de perforación, evitando la necesidad de barra Kelly. La
cabeza de rotación puede desplazarse de la vertical del mástil mediante giro lateral para permitir el
entubado y puede girar sobre un eje horizontal para facilitar el enroscado y desenroscado de las varillas
de perforación.
El compresor es el elemento que pone en marcha el circuito del fluido de perforación en el caso de la
rotación inversa, realizando esta misión la bomba de lodos, en el caso de la rotación directa. De las
características de presión y caudal dependerán los diámetros y profundidades de la perforación, así como
del método de rotación.
Cabeza de rotación y compresor son los elementos fundamentales del equipo.
La sarta de perforación
Los elementos fundamentales de la sarta, enumerados desde el fondo del sondeo hasta la cabeza de
rotación, son los siguientes:
➢ Elemento destructor (generalmente el tricono)
➢ Elementos que aportan peso (barras de carga o lastrabarrenas)
➢ Varillaje
➢ La válvula
Elemento destructor
El elemento destructor en la rotación a circulación inversa
normalmente es el tricono. En algunos casos se utilizan los
trépanos de aleta. Figura 15-11.
Los triconos están formados por tres piñas que giran
libremente sobre sus ejes. La orientación de los ejes no es
simétrica, de forma que el ataque a la formación se realiza en
rodadura más "resbalamiento", obteniendo un esfuerzo
cortante, capaz de arrancar trozos de formación. Las piñas con
diente largo y espaciado se utilizan para las formaciones
blandas; el diente corto y compacto para las formaciones
duras.
En la tabla que sigue, se dan unas recomendaciones acerca
del peso sobre el tricono y las revoluciones por minuto más
adecuadas en función del tipo de formación a perforar. Tabla
Figura 15-11 Trialeta de perforación. 15-2.
Varillas de perforación
Son elementos tubulares de acero estirado sin
soldadura, que generalmente se unen mediante
rosca. El transporte del aire comprimido se realiza a
través de una serie de canales longitudinales
existentes en la corona circular que forma su
sección transversal. En determinados varillajes,
estos canales van situados lateralmente, y el
empalme entre varillas es mediante tornillos. Las
varillas de perforación trabajarán siempre a
tracción, soportando el esfuerzo que supone el
25 % del peso de las barras de carga más su propio
peso. En la Figura 15-9 del párrafo anterior, puede
observarse el efecto que se produce cuando el
varillaje trabaja a compresión.
Válvula
La válvula es una pieza cilíndrica acoplada al
varillaje, en el que terminan los tubos de inyección
del aire laterales y se reconducen al interior de dicho
varillaje. En esta situación, el aire forma una
emulsión con lodos y detritus y la hace ascender
(Figura 15-12) hasta la superficie, expulsándola en
la balsa de lodos.
Las muestras de la perforación se toman a la salida
a la balsa de lodos y pueden tomarse con dos Figura 15-12 Válvula y flujo de lodos.
modalidades: cesto y cubo, siendo diferente la
interpretación que hay que hacer en cada una de ellas.
b) Desprendimientos
Se pueden controlar mediante la adición conveniente de bentonita en el lodo. En el peor de los
casos, habría que recurrir al revestimiento mediante tubería.
c) No evacuación de detritus
Este fenómeno viene asociado al hecho de atravesar determinadas margas y arcillas,
“embotamiento del tricono", produciéndose un taponamiento de la entrada del fluido al interior del
varillaje. Este fenómeno de taponamiento, cuando se perforan horizontes de bolos, es frecuente
se produzca a lo largo del interior del varillaje.
d) Pérdida de verticalidad
En la perforación a rotación con circulación inversa, la pérdida de verticalidad estará asociada a
un exceso de peso sobre el tricono. Si la pérdida de verticalidad es tal que no permite el entubado
y engravillado, será necesario repetir el sondeo. No procede intentar recuperar el sondeo.
e) Hinchamiento de paredes
Determinadas formaciones tipo margas/arcillas, al hidratarse se expanden produciendo un
hinchamiento que puede provocar el "enganche" de la sarta o la pérdida de sección del sondeo,
en los horizontes constituidos por esas formaciones. Mediante un buen lodo se puede controlar
este proceso. Será un lodo de muy poco filtrado; se consigue mediante adición de C.M.C.
(carboximetilcelulosa sódica), que es un polímero que actúa muy eficazmente.
f) Surgencias
El fenómeno más peligroso a efectos de proseguir la perforación cuando aparece una surgencia,
es el derrumbamiento de las paredes del pozo. Si por las características de las formaciones existe
este peligro, será necesario eliminarlo. ¿Cómo?
➢ Controlando la surgencia, mediante un lodo con densidad suficiente que la impida.
➢ Manteniendo la surgencia, pero revistiendo las paredes del sondeo mediante tubería, de forma
que la sarta esté perfectamente protegida.
Consideraciones económicas
La Inversión que requiere un equipo de rotación a circulación es muy superior a la necesaria para un
equipo de percusión. Los costes unitarios de perforación se pueden dividir en:
Costes fijos (Cf)
Salarios (incluida S.S.) 40 %
Amortizaciones 10 %
Gastos Generales 16 %
TOTAL Cf = 66 %
Costes variables (Cv)
Combustibles y lubricantes 10 %
Transporte 9%
Reparaciones 4%
Varios 11 %
TOTAL Cv = 34 %
Teniendo en cuenta esta estructura de costos por un lado, y el alto rendimiento del equipo perforando,
se pueden hacer las siguientes consideraciones:
i. La alta proporción de los costes fijos.
ii. El importante volumen de facturación, cuando el equipo está perforando.
El inconveniente que merece mención es el que supone atravesar horizontes constituidos por gravas y
bolos, cediendo este campo (p. ej.: terrazas) en exclusividad a la percusión.
Se indicó en apartados anteriores que este método se descarta para la perforación de formaciones
consolidadas (calizas, dolomías, conglomerados bien cementados, etc.).
La presión y caudal de aire necesarios son factores determinantes para poder o no ejecutar sondeos con
caudales de agua importantes a grandes profundidades.
Cuando los materiales de las formaciones geológicas están constituidos por terrenos blandos y
deleznables, existe el riesgo de desprendimientos que impiden el avance de la perforación, además de
comprometer la columna de perforación que puede quedar atrapada por enterramiento de la misma.
Utilizando la circulación inversa del fluido de perforación, se reduce la erosión en las paredes del pozo y
permite realizar sondeos con diámetros netamente superiores y con mayores garantías.
Como solución final puede utilizarse entubación simultánea a la perforación, mediante el empleo de
martillo neumático y tallante o bocas excéntricas.
No es aventurado decir que, el sistema de perforación, mediante rotopercusión con circulación inversa y
útiles especiales de perforación, constituye la esperanza de futuro para lograr sondeos con diámetros y
profundidades suficientes, que permitan la explotación de los acuíferos subterráneos, fundamentalmente
aquéllos que están constituidos por formaciones duras y consolidadas. La rapidez y eficacia del método
asegura su proyección de futuro.
Síntesis de funcionamiento
La rotura o fragmentación de la roca se produce por el impacto del útil de perforación, boca o tallante,
sobre el fondo del sondeo. El efecto de giro permite que los sucesivos impactos se produzcan en la roca
virgen, al variar la posición de los botones del tallante en cada golpe, consiguiéndose un mayor avance
de perforación.
La evacuación del detritus se realiza mediante la inyección de aire comprimido, que, bajando por el
interior del varillaje, a través del martillo, barre el fondo del sondeo, arrastrando la roca fragmentada por
el espacio anular hasta la superficie.
Equipo de perforación
No es objeto de este texto la descripción y detalle del funcionamiento de cada uno de los componentes
de un equipo de perforación, al considerar que cualquier catálogo de fabricantes de este tipo de
maquinaria suministra toda la información precisa para quien esté interesado en conocerla.
En síntesis, la máquina perforadora está compuesta por los siguientes elementos:
➢ Cabeza de rotación. Es la que trasmite el giro al varillaje y permite la entrada de aire. Se desliza
a lo largo de la torre, y permite introducir y extraer las varillas de perforación.
➢ Sistema de empuje y tracción. Se trasmite a la cabeza de rotación hidráulicamente.
➢ Motor. Proporciona la energía necesaria para el accionamiento de las bombas, cabrestantes,
grupo electrógeno y sistemas hidráulicos.
➢ Torre o mástil. Permite el deslizamiento de la cabeza. Su estructura estará diseñada para soportar
el peso de la sarta de perforación; será elevable y abatible.
➢ Bomba de espumante. Útil para la inyección de espumante cuando las condiciones de la
perforación lo requieran.
Sarta de perforación
La sarta de perforación está compuesta por los elementos siguientes, cumpliendo las funciones que a
continuación se describen:
Varillaje. Constituye la tubería de circulación del aire comprimido, que irá enroscada a la cabeza de
rotación y en su parte inferior al martillo neumático (Figura 15-14). El varillaje deberá ser acorde con la
capacidad de la máquina, sin que el peso total de la sarta comprometa la seguridad de la torre, ni
sobrepase la capacidad de tiro del cabrestante principal.
Bocas o tallantes. Los tallantes son los útiles que, acoplados a los martillos, golpean directamente sobre
la roca, fragmentándola (Figura 15-16). Disponen de botones de widia incrustados en la base y de salidas
de aire comprimido, que en su trayectoria ascendente evacuan la roca triturada por el espacio anular,
hasta la superficie.
Figura 15-15 Esquema de un martillo en fondo con su Figura 15-16 Tallantes (Talleres Segovia).
boca de perforación (Talleres Segovia).
El diámetro del tallante determina el diámetro del sondeo y, en consecuencia, su elección debe hacerse
teniendo en cuenta la superficie del anular resultante entre dicho diámetro y el del varillaje.
Centralizador. El centralizador o guía consiste en una barra que va interpuesta entre el martillo y el
varillaje, impide la desviación del sondeo, dando rigidez a la columna. Dicha barra es de mayor diámetro
que el varillaje, y junto con el martillo forma un cuerpo que impide el cabeceo que se trasmitiría al tallante
como consecuencia del pandeo del varillaje.
iii. El caudal necesario de aire del compresor dependerá del área del anular y del volumen de agua
aportada por los acuíferos.
iv. En formaciones duras, la velocidad de avance de la perforación aumenta con la presión de trabajo
(Gráfico 15-2).
No es deseable trabajar con presiones altas en terrenos blandos, puesto que, el excesivo avance impide
la correcta evacuación del detritus, además de erosionar las paredes de la perforación.
Una especial atención debe prestarse al caudal de aire comprimido proporcionado por el compresor. De
él depende el caudal de agua que puede extraerse del sondeo, durante la fase de ejecución, así como
la capacidad para extraer el detritus.
5 - - - - - - 3.08 0.5 2.57 0.65 2.21 0.77 1.79 1.03 1.62 1.28 1.4 1.54
10 - - - - - - 3.54 1 3.02 1.29 2.65 1.55 2.2 2.06 1.99 2.57 1.8 3.08
15 - - - - - - 4 1.6 3.47 1.95 3.08 2.33 2.62 3.09 2.36 3.85 2.1 4.62
20 - - - - - - 4.47 2.1 3.93 2.59 3.52 3.1 3.03 4.12 2.73 5.14 2.5 6.16
Iglesias, A., Ortiz, G., Rodríguez, R., César, J.
25 - - - - - - 4.93 2.6 4.38 3.24 3.95 3.88 3.44 5.15 3.1 6.43 2.9 7.7
30 - - - - 6.29 2.36 5.32 3.1 4.75 3.89 4.3 4.65 3.77 6.18 3.42 7.71 3.2 9.24
35 - - - - 6.69 2.75 5.71 3.6 5.12 4.54 4.67 5.43 4.1 7.21 3.74 9 3.5 10.8
45 - - - - 7.5 3.54 6.48 4.7 5.85 5.83 5.38 6.97 4.77 9.27 4.39 11.6 4.1 13.9
50 - - - - 7.9 3.93 6.87 5.2 6.21 6.48 5.74 7.75 5.11 10.3 4.71 12.9 4.4 15.4
55 - - - - 8.27 4.32 7.22 5.7 6.54 7.13 6.06 8.53 5.41 11.3 4.99 14.1 4.7 16.9
60 13.5 2.2 10.7 3.18 8.64 4.71 7.57 6.2 6.87 7.77 6.38 9.3 5.72 12.4 5.29 15.4 5 18.5
65 13.9 2.4 11.1 3.44 9.02 5.11 7.91 6.8 7.21 8.42 6.7 10.1 6.02 13.4 5.57 16.7 - -
70 14.4 2.5 11.5 3.72 9.39 5.5 8.26 7.3 7.54 9.07 7.02 10.9 6.33 14.4 5.86 18 - -
Tabla 15-3 Volumen de aire y presión necesarios para elevar un litro de agua con distintas sumergencias y alturas.
SUMERGENCIA
75 15.2 2.9 12.2 4.24 10.1 6.28 8.93 8.3 8.18 10.4 7.64 12.4 6.91 16.5 6.42 20.6 - -
80 15.2 2.9 12.2 4.24 10.1 6.28 8.93 8.3 8.18 10.4 7.64 12.4 6.91 16.5 6.42 20.6 - -
85 15.6 3.1 12.6 4.5 10.5 6.68 9.26 8.8 8.49 11 7.94 13.2 7.19 17.5 6.69 21.9 - -
90 16 3.2 13 4.77 10.8 7.07 9.58 9.4 8.8 11.7 8.24 14 7.47 18.5 6.97 23.1 - -
95 16.4 3.4 13.4 5.04 11.1 7.46 9.91 9.9 9.11 12.3 8.54 14.7 7.76 19.6 7.24 24.4 - -
100 16.8 3.6 13.7 5.3 11.5 7.85 10.2 10 9.42 13 8.84 15.5 8.04 20.6 7.51 25.7 - -
125 18.7 4.5 15.5 6.63 13.1 9.82 11.8 13 10.9 16.2 10.5 19.4 9.51 25.8 8.8 32.1 - -
175 22.4 6.3 18.9 9.28 16.2 13.7 14.7 18 13.7 22.7 13 27.1 11.9 36.1 - - - -
200 24.1 7.2 20.5 10.6 17.7 15.7 16.1 21 15 25.1 14.2 31 13.2 41.2 - - - -
225 25.8 8.1 22 11.9 19.1 17.7 17.4 23 16.3 29.1 15.5 34.9 14.4 46.4 - - - -
250 27.5 9.3 23.6 13.3 20.5 19.6 18.8 26 17.6 32.3 16.7 38.8 15.5 51.5 - - - -
275 29.2 9.9 25.1 14.6 22 21.6 20.1 29 18.9 35.6 18 42.6 16.8 56.7 - - - -
300 30.7 11 26.5 15.9 23.3 23.6 21.4 31 20.1 38.9 19.2 46.5 17.8 61.8 - - - -
Tabla 15-3 Volumen de aire y presión necesarios para elevar un litro de agua con distintas sumergencias y alturas.
AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
Iglesias, A., Ortiz, G., Rodríguez, R., César, J.
Resumen
Ecuación fundamental
➢ Método: reciente.
➢ Sistema: rápido, adecuado para formaciones de dureza media.
➢ Relación: profundidad/caudal de agua limitada.
➢ El compresor- elemento fundamental:
Presión
Caudal
➢ Revoluciones por minuto (R.P.M.): 15-50.
➢ Nº de R.P.M = 50 % más que el avance.
➢ Ejemplo: si avance = 10 cm / minuto nº R.P.M.= 15.
➢ Velocidad ascensional mínima = 800 m / minuto.
➢ Velocidad ascensional deseable = 1200 m/ minuto.
➢ Peso sobre el fondo = 200 kg / pulgada de diámetro.
➢ Presión mínima: para accionar el martillo = 10 bar.
➢ Presión para vencer contrapresión en anular lleno de agua, en atmósferas = altura en metros de
columna de agua / 10.
➢ Dureza /velocidad de rotación: relación inversa.
➢ Dureza / peso sobre el fondo del sondeo: relación directa.
➢ Velocidad de rotación / peso sobre el fondo: relación inversa.
(Figuras 15-25 a 15-27), que es excéntrico. Los martillos que funcionan con este tipo de boca de corte
pueden realizar sondeos que permiten la entubación simultánea, y sus diámetros en posición retraída
serán ligeramente inferiores al de la tubería auxiliar que se va descendiendo.
Figura 15-25 Boca excéntrica abierta. Figura 15-26 Boca excéntrica Figura 15-27 Boca excéntrica
cerrada. Underreamer.
Cuando la excéntrica actúa, el diámetro de perforación es superior al de la tubería auxiliar, facilitando así
su descenso; cuando se desea extraer la herramienta, se efectuará un giro del varillaje en sentido
contrario al del aprieta el tallante, la excéntrica se retraerá y podrá liberarse toda la sarta a través de la
tubería auxiliar.
Como ya se ha comentado, la utilización de estas herramientas incrementa notablemente el uso de la
rotopercusión en formaciones deleznables, al quedar protegidas por la tubería.
Conviene indicar que estos tallantes se acoplan al martillo de igual modo que los convencionales, por lo
que un mismo martillo puede servir para distintas bocas.
El precio de esta herramienta es elevado, estando entorno a los 6000€ para diámetros de 20’’ o superior.
Se fabrican martillos huecos expresamente diseñados para rotopercusión con circulación inversa, cuyo
campo de aplicación se limita a sondeos de investigación de pequeño diámetro. Estos martillos, por su
condición de huecos, disminuyen la capacidad del pistón y, en consecuencia, la fuerza de golpeo sobre
la roca. El martillo de circulación inversa se acopla directamente al varillaje de doble pared, ya que el
cruce del aire se produce en la propia boca de corte. El diámetro de estos es ligeramente inferior a la
boca o tallante, actuando como estabilizador e impidiendo la desviación del sondeo. Señalar, también
que su elevado coste limita el uso a condiciones especiales, donde la rentabilidad justifique su utilización.
El diámetro de estos martillos suele estar comprendido entre 150 y 204 mm.
Racores cruzados
Los racores son dispositivos, que montados sobre el martillo, tienen la función de desviar el sentido de
circulación del aire.
En la vista A, se observan los orificios de entrada de aire transportado por el exterior de la tubería de
doble pared, desviándolo hacia el interior del martillo, que actuará sobre la boca de corte con movimiento
percutor, destruyendo la roca. El aire es liberado a través de las toberas del tallante o boca, y recogido
por una campana, allí comienza su trayectoria ascendente, siendo desviado por el racord hacia el interior
del varillaje, vista B, hasta alcanzar la superficie. Con la debida velocidad ascensional se producirá la
evacuación del detritus.
Campana
La campana es un dispositivo donde se alojan el martillo y el racord. La función de la campana es
canalizar el aire del escape del martillo y la roca fragmentada, que circula por el espacio anular en el
tramo comprendido entre las toberas del tallante y la parte inferior de la misma, para ser recogido por
ésta, seguidamente por el racord, y continuar su recorrido ascendente a través de la cámara interior del
varillaje hasta la superficie.
Las pérdidas de aire a través del anular, existente entre la campana y las paredes de la perforación son
de escasa importancia.
La longitud de la campana es variable, pero debe ser suficiente para servir de elemento estabilizador que
garantice la verticalidad de la perforación.
En la Figura 15-21, se detalla el conjunto campana-tallante-martillo-racord y varillaje.
Los dientes colocados en la parte superior de la campana, con las puntas reforzadas de widia, permiten
re-perforar hacia arriba y extraer el material desprendido de los estratos superiores al sacar la maniobra.
El espesor de la chapa de la campana estará en función del diámetro de la misma, y siempre deberá
soportar las presiones laterales de terreno para evitar su aplastamiento. Espesores de chapa entre 10 y
12 mm pueden ser suficientes para un diámetro de 500 mm.
Sistema ODEX
El método Odex consiste en una boca o tallante que actúa como piloto y un tallante escariador excéntrico
situado encima de la broca, cuya misión es aumentar el diámetro de la perforación, a la vez que permite
la entubación simultánea del sondeo a medida que la perforación avanza.
El escariador que actúa con el giro del varillaje puede ser retirado junto con la sarta, por el interior de la
tubería, mediante giro de la sarta a izquierdas, que le hace perder su excentricidad a la vez que el sondeo
queda revestido con la tubería Odex.
En la Figura 15-28 A, puede observarse el escariador en posición de trabajo, y en la Figura 15-28 B en
posición retraída, permitiendo su extracción por el interior de la entubación.
El elemento clave del método es que el escariador y la tubería Odex avanzan a medida que lo hace la
perforación al ser arrastrada, como consecuencia del golpe del martillo por el resalte que se aprecia en
la Figura 15-28 A.
El detritus producido pasa a través de las ranuras indicadas en la Figura 15-28, y continúa su recorrido
ascendente hasta la superficie por el área anular, comprendido entre el varillaje y la tubería.
Con este procedimiento se pueden perforar, sin desprendimientos, algunos tipos de terrenos como:
arenas, gravas, calizas descompuestas y terrenos sueltos en general, cuya inestabilidad provocaría
desprendimientos de las paredes del sondeo, haciendo inviable la ejecución del mismo. No obstante, no
es recomendable este método de perforación para profundidades superiores a 30 o 40 m.
Consideraciones finales
A modo de resumen se recogen los conceptos básicos y datos más significativos del sistema de
rotopercusión con circulación directa e inversa.
❖ El caudal de aire cumplirá con las siguientes funciones: accionar el martillo, evacuar la roca
fragmentada o detritus, y permitir la actuación de sobrepresores o booster.
❖ Cuando el caudal de aire suministrado por un compresor es insuficiente para poder extraer el
caudal de agua aportado por el sondeo, se instalarán en serie las unidades necesarias.
❖ La velocidad ascensional del fluido de perforación, para que el sistema funcione con alto
rendimiento, no deberá ser inferior a 800 m/minuto, siendo deseable alcanzar los 1.200 m/minuto.
❖ Utilizando espumantes, la velocidad ascensional puede reducirse considerablemente, hasta
200 m/minuto, debido a la menor densidad de la columna ascensional de fluido y detritus.
❖ Cuando, usando martillo y circulación directa, el caudal de aire es inferior al necesario para extraer
el caudal aportado por el sondeo, la perforación podrá continuar cambiando a circulación inversa.
❖ La presión del aire será la suficiente para accionar el martillo y vencer la presión hidrostática
existente en el sondeo.
❖ Cuando la presión del compresor es insuficiente para accionar el martillo, se podrá incrementar en
varias veces, mediante el empleo de booster, siempre que se disponga de caudal de aire para
recomprimir.
❖ Los martillos no deben soportar presiones superiores a los 30 bar. Valores superiores pueden
ocasionar su rotura.
❖ Los martillos, en función de sus características técnico-constructivas, necesitan un determinado
volumen y caudal de aire para su correcto funcionamiento.
❖ En los casos que existan contrapresiones como consecuencia de importantes cargas hidrostáticas,
la presión que se debe suministrar al martillo superará entre 10 y 15 bar la contrapresión. Presiones
de trabajo inferiores a las señaladas reducirán la velocidad de desplazamiento del pistón y, en
consecuencia, la frecuencia de golpeo y disminución de la fuerza del impacto.
❖ Mediante el tampón regulador del martillo, cuando lo tenga, disminuyendo la sección del paso, se
puede reducir el consumo de aire y aumentar la presión, siempre que el caudal de aire sea el
necesario.
❖ Hay que imprimir la velocidad precisa a la columna de elevación, para que no vaya en detrimento
de la limpieza del fondo de la perforación.
❖ La duración media de un martillo es de 6.000 m, y la de una boca del orden de 700 m.
❖ Las varillas serán de diámetro y peso adecuado a las características del equipo y a la profundidad
que se desee alcanzar. El peso de la sarta no puede ser superior a la capacidad de tiro de la
máquina. Una varilla de doble pared de 6 m de longitud y 6” de diámetro pesa 450 kg
aproximadamente.
❖ La sección de paso de la doble pared del varillaje permitirá la circulación del aire, sin pérdidas de
carga excesivas.
❖ Durante el proceso de perforación, antes de incorporar una nueva varilla, se limpiará el fondo del
sondeo suspendiendo ligeramente la sarta. A mayor caudal de aire, menor será el tiempo
empleado en la limpieza y en la presurización de la sarta.
❖ Cuando existen pérdidas de circulación y/o desprendimientos, podrá continuar la perforación
usando entubación simultánea con el empleo del martillo de aire (Casing-Driver), y tallantes
excéntricos (Under-reamer).
❖ El sondista estará siempre atento al cuadro de mandos. Cuando el par de rotación aumenta
sensiblemente, debe pararse la perforación e intentar limpiar el sondeo, para evitar que la sarta
quede atrapada.
❖ La velocidad de rotación dependerá de la dureza del terreno: para terrenos blandos la velocidad
estará comprendida entre 40 y 60 r.p.m.; para terrenos de dureza media entre 15 y 40 r.p.m., y
para roca dura entre 15 y 30 r.p.m.
❖ No es indicado utilizar este método de perforación en formaciones detríticas o terrenos blandos.
❖ Los avances por día (24 horas de trabajo) pueden alcanzar entre 100 y 50 metros día para rocas
de dureza media sin saturar, con diámetros de 20”; y entre 50 y 25 m /día cuando el terreno está
saturado. Si se perfora con tricono, el avance se reduce a 25-15 m /día.
Ventajas de la rotopercusión
Entre las ventajas de la perforación mediante aire comprimido y martillo en fondo, caben destacar:
❖ Se pueden alcanzar grandes profundidades y diámetros importantes (600 m y 600 mm). Se
consiguen avances, en roca dura, muy superiores a los obtenidos mediante otros sistemas de
perforación.
❖ Los avances por día (24 horas de trabajo). La verticalidad del sondeo está asegurada por el
conjunto de los elementos alojados en la campana, caso de circulación inversa o mediante barras
estabilizadoras, cuando la circulación es directa.
❖ La utilización del booster permite contar con elevadas presiones, que facilitan la recuperación de
la sarta de perforación en caso de atranques. Cuando esto se produce, cabe inyectar aire a gran
presión por la tubería de doble pared y cerrar la salida por el interior del varillaje. La presión se
transmitirá al fondo del sondeo y mediante un pequeño movimiento de la sarta con el cabrestante
principal, la presión del aire encontrará la salida por el pequeño espacio anular comprendido entre
la perforación y la campana, arrastrando a gran velocidad los terrenos desprendidos y liberando
la sarta.
❖ La perforación con aire, en general, reduce costes respecto de otros sistemas, por ser un
procedimiento con mayores avances, sobre todo en roca dura y semidura.
Ventajas de la rotopercusión con circulación inversa sobre la directa:
❖ La reducción del caudal de aire es muy importante, del orden de 5 o 6 veces inferior al que sería
necesario en circulación directa.
❖ Permite mayores diámetros de perforación y alcanzar profundidades superiores.
❖ Cuando se utiliza la circulación inversa se consigue mayor estabilidad de las paredes del sondeo,
al no erosionar las mismas, la línea ascendente del fluido de perforación y los detritus extraídos.
❖ El detritus obtenido con circulación inversa es bastante representativo para identificar la situación
de los acuíferos.
❖ Este sistema, apoyado por la entubación simultánea, permite obtener además del 100 % de
recuperación del detritus, muestras de agua durante la perforación para la simple estimación de
su calidad.
Inconvenientes:
❖ El método no debe utilizarse en formaciones blandas.
❖ Para alcanzar grandes profundidades con diámetros importantes (400-500 mm), se requieren
equipos de estructura suficiente para soportar el peso de la sarta, lo que implica el encarecimiento
del equipo.
❖ El coste de un equipo de rotopercusión con circulación inversa, incluido varillaje, martillos,
compresores, booster y material auxiliar, es del orden de 750.000 €.
❖ Los traslados son laboriosos debido al número de unidades a trasladar, lo que incrementa el coste
de los sondeos.
❖ Cuando se funciona con booster y dos o más compresores, el consumo de combustible repercute
de modo importante sobre el precio de la producción.
❖ Se requiere disponer de una amplia superficie de terreno para colocar el equipo, compresores,
varillaje y utillaje. El agua bombeada del sondeo se evacuará sin dañar propiedades ni causar
molestias a terceros.
Como síntesis de lo visto en métodos de perforación, se ofrece el cuadro de selección del método de
perforación más adecuado (Tabla 15-4).
Consideraciones generales
Son los sondeos perforados en formaciones acuíferas no consolidadas, constituidas esencialmente por
arenas de diferentes tamaños, los que precisan de la colocación de un macizo de grava filtrante.
En ocasiones, también es necesario el acondicionamiento de acuíferos cársticos, que contienen arcillas
de descalcificación o arenas procedentes de la descomposición de dolomías, con graves problemas de
arrastres sólidos en suspensión. Pueden comprometer la viabilidad de su explotación si no se equipan
los sondeos con los filtros y empaques adecuados.
En general, cuando la granulometría del acuífero está comprendida entre 2 y 0,05 mm de diámetro, que
son los tamaños en que oscilan las arenas, es cuando normalmente se coloca un filtro artificial de gravas,
debidamente clasificadas, en el espacio anular comprendido entre las paredes de la perforación y el
entubado del sondeo. Además del empaque de gravas en los horizontes acuíferos a explotar, se sustituirá
el tubo ciego por filtros con aberturas, y tantos por cientos de sección libre adecuados al caudal de
explotación y al tamaño de la grava del empaque artificial.
El empaque de gravas, además de servir de contención de las paredes del pozo, actúa como filtro para
impedir que se provoquen arrastres de materiales sólidos durante la explotación del sondeo, que
deterioran los equipos de bombeo, pudiendo llegar, en algunos casos, a invalidar la obra de captación
por los elevados costes de reparación de los grupos motobomba, y el consiguiente relleno de las tuberías
de transporte y distribución, así como los depósitos reguladores y el propio sondeo.
Otra finalidad del macizo de gravas es la de conseguir una permeabilidad en el entorno del pozo, varias
veces superior a la del terreno acuífero, disminuyendo la velocidad de circulación del agua a su paso por
el empaque y aumentando el rendimiento específico del sondeo al reducirse las pérdidas de carga.
Finalmente, el macizo artificial de gravas será la base para poder desarrollar el sondeo mediante la
eliminación de un determinado porcentaje de finos, a la vez que se consigue una gradación de tamaños
de los granos, que irán disminuyendo a medida que aumenta la distancia al eje del sondeo.
En aquellos casos en que el acuífero esté constituido esencialmente por partículas superiores a 2 mm
(gravas), no es necesario colocar empaque, siendo suficiente la colocación de una rejilla o filtro adecuado
a la granulometría del acuífero, que permita el desarrollo por cualquiera de los procedimientos utilizados
en este tipo de operaciones.
Es obvio que, para terrenos cuyos granos sean inferiores a 0,05 mm de diámetro, que corresponden a
terrenos constituidos por limos o arcillas cuya permeabilidad es prácticamente nula, no debe considerarse
la utilización de filtros ni grava, ya que el caudal que pueden aportar no es rentable en una explotación
racional.
A partir de estos valores, en el Gráfico 15-4, se ha dibujado la curva granulométrica que corresponde a
esta muestra. Sobre el eje de ordenadas se ha llevado el tanto por ciento en pesos acumulados no
retenidos o que pasan, y sobre el eje de abscisas, el tamaño de los granos con escala logarítmica. Si en
lugar de utilizar escala logarítmica para las abscisas se representan con escala aritmética, se obtienen
curvas del tipo de las dibujadas en los gráficos 15-5 y 15-6.
Cuando en la escala vertical se lleva el tanto por ciento en peso del total de las muestras que pasan, en
vez del porcentaje retenido, se obtendrá la misma curva que para el anterior caso, pero invertida respecto
de aquella.
Las representaciones aritméticas ofrecen una más clara dimensión de la realidad de los tamaños de la
muestra; sin embargo, cuando la granulometría del terreno analizado es muy variable, la representación
semilogarítmica es obligatoria, para reducir la magnitud del eje de abscisas.
En toda curva granulométrica se reflejan, conjuntamente, el tamaño de las partículas del terreno y el
mayor o menor grado de homogeneidad, que dependerá de la pendiente de la curva.
Gráfico 15-5 Representación aritmética de una curva granulométrica correspondiente a una muestra de arena.
Gráfico 15-6 Representación aritmética de una curva granulométrica correspondiente a una muestra de arenas y gravas.
Gráfico 15-7 Curvas granulométricas igualmente uniformes correspondientes a dos muestras de distintos tamaños de
granos.
Es fácil deducir que cuanto más se acerca a la unidad el coeficiente U, mayor es el grado de uniformidad
del terreno, y cuanto más uniforme, mayor será la porosidad. La permeabilidad aumentará con el tamaño
de las partículas, ya que la superficie de rozamiento será tanto más pequeña cuanto mayor sea el
diámetro del grano.
Si el coeficiente de uniformidad toma valores próximos a la unidad, el porcentaje de material que podría
eliminarse en un proceso de desarrollo, sería siempre pequeño. En el caso límite de que U = 1, el
desarrollo resultaría imposible.
Valores de U < 2 representan terrenos uniformes y tanto menos uniforme cuanto mayor sea el valor de
U.
Terzaghi, K. y Peck, R.B. (1956) consideran como diámetro eficaz el valor de d20, y calculan el coeficiente
de uniformidad mediante la división:
U= d70 / d20
2 2
DE = AB.COS 30º - BE, como AB = 2BE; E = BE.COS 30º - BE
3 3
4
DE = ( COS 30º - 1) BE = 0.1547 BE
3
BE = 6.464 DE
En la curva 3, para eliminar el 40 % que corresponde a los tamaños de granos inferiores a 0,2 mm, el
diámetro mínimo de la grava sería de 1,2 mm. Por razones comerciales se utilizarán gravas entre 1 y
1,5 mm. Para el primer caso, el diámetro de granos de la formación que pasarían, serían los inferiores a
0,16 mm, que corresponde al 30 %; y en el segundo, pasarían los tamaños menores de 0,25 mm, con
un desarenado del 58 %.
Gráfico 15-8 Curvas granulométricas para el cálculo del macizo de gravas y límites en que debe ser colocado según
tamaño de granos de la formación.
Método 2:
Efectuado el análisis granulométrico de los terrenos a acondicionar y dibujada la curva granulométrica
correspondiente, se separa el 10 % de material más fino y el 30 % más grueso. Se determina el diámetro
medio del 60 % restante.
En el Gráfico 15-9 el diámetro medio del 60 % es de 0,75 mm.
La composición del macizo de grava tendría las siguientes características:
50 %: seis veces el diámetro medio del 60 %
50 %: tres veces el diámetro medio del 60 %
En el caso analizado:
50 % de 4,5 mm.
50 % de 2,25 mm.
Como siempre, los tamaños calculados se ajustarán a los comercializados.
Gráfico 15-9 Determinación del macizo de grava a partir del diámetro medio del 60 %.
Método 3:
Este procedimiento consiste en elegir la grava a partir de la relación:
D50/d50 = 8 a 12
siendo:
D50 = diámetro de las partículas de gravas correspondiente al 50 % retenido o que pasa.
d50 = diámetro de las partículas de la formación correspondiente al 50 % retenido o que pasa.
Método 4 (Johnson):
Para el diseño del macizo filtrante, como en los anteriores métodos, se comenzará por construir las
curvas granulométricas de los terrenos permeables a partir de las muestras obtenidas durante la
perforación.
Si el acuífero está constituido por diversos horizontes, se tomará como base la curva perteneciente al
material más fino.
En el Gráfico 15-10 se han dibujado las curvas 1 y 2, de acuerdo con el análisis de dos muestras de
distinta granulometría pertenecientes al mismo acuífero. Para el dimensionado de la grava se tendrá en
cuenta la curva 1 solamente. En dicha curva, se tomará el tamaño de las partículas de arena
correspondiente al 30 % no retenido, o que pasa, y dicho diámetro se multiplicará por un factor
comprendido entre 4 y 9, obteniéndose así el diámetro de la grava para el mismo porcentaje que pasa.
El valor 4 se utiliza cuando la formación es fina y uniforme, y entre 6 y 9 en aquellos casos en los que el
terreno tenga una granulometría heterogénea, con contenido de arcillas o limos. El resultado de estas
operaciones se sitúa en el gráfico sobre la línea horizontal del 70 % de retención (30 % que pasa).
En el Gráfico 15-10 se ha multiplicado por 5 el tamaño de arena de la curva 1 (0,26 mm), obteniéndose
el punto de la curva 3, cuyo diámetro es de 1,30 mm, y que es el de partida para trazar la curva
granulométrica de la grava a colocar para el empaque.
Gráfico 15-10 Selección del macizo filtrante a partir de la curva granulométrica del material más fino.
Tomando como referencia el punto señalado anteriormente, se dibujará una curva que, pasando por él,
tenga un coeficiente de uniformidad igual o inferior a 2,5. Dicha curva deberá ajustarse por métodos de
tanteo. En el caso expuesto:
d70 1,7
U= = =1,78
d20 0,95
Finalmente se escogerán cuatro o cinco tamaños de cribas, de tal manera que abarquen la totalidad de
los tamaños de la curva, estableciendo un rango de porcentaje retenido en cada una de las cribas. Dicho
rango puede variar en ocho puntos arriba o por abajo, con respecto del porcentaje de retención
determinado por cualquier punto de la curva.
En el caso que se analiza, la criba de mayor tamaño será de 2,6 mm, que permite el paso del cien por
cien, y por lo tanto, el máximo de retención admisible sería del 8 %. De la misma forma, se procederá
con la criba siguiente de mayor abertura, y así sucesivamente hasta completar los cuatro o cinco tamaños
de gravas.
Método 5 (Stow):
A partir de la curva granulométrica del terreno, y multiplicando por 5 los diámetros de los granos
correspondientes a d80, d50 y d15, se obtendrá la curva del macizo de grava a colocar. También ha de
cumplirse la condición de que el diámetro de grava D15 debe ser menor que cinco veces el d85.
Método 6 (Nold):
A partir del coeficiente de uniformidad del material que compone el acuífero, y una vez calculado su valor,
pueden presentarse dos casos:
1) Cuando d60 / d10 <3, el tamaño de la grava estará comprendido entre los valores de 5 d85 y 4 d75.
2) Cuando d60 / d10 <5, el tamaño de la grava podrá variar entre 5 d95 y 4 d90.
Método 7 (Kruse):
El método se fundamenta en establecer una relación entre los tamaños de grano del macizo filtrante y
los del acuífero, para el 50 % de retención o de paso (G/A).
Los valores de G/A que deben elegirse para estabilizar los acuíferos arenosos son:
En los sondeos donde se prevean posteriores tratamientos con ácido, el porcentaje máximo admisible
de materiales calcáreos no debe superar el 5 %; en caso contrario, la mayor parte del ácido se consumiría
en disolver las partículas calcáreas, en vez de eliminar las incrustaciones de calcio o hierro que hayan
podido producirse en las tuberías y filtros.
La grava deberá estar limpia, debiendo lavarse con agua dulce.
Las gravas limpias, bien clasificadas y redondeadas, ofrecen un menor rozamiento y, por tanto, los
sondeos acondicionados con gravas de estas características tienen menores pérdidas de carga, lo que
supone un ahorro energético durante su explotación.
El sistema de colocación mediante caída libre tiene el inconveniente anteriormente indicado, además del
riesgo de que se formen puentes o espacios vacíos cuando la profundidad del sondeo es considerable.
Solo en pozos con profundidad inferior a 100 m que dispongan de tubería auxiliar, además de la definitiva,
podría colocarse la grava a medida que se va extrayendo dicha tubería, con la garantía de que el espesor
del macizo es uniforme y no hay lugar a que se formen puentes. Para profundidades superiores pueden
presentarse problemas en la extracción de la tubería auxiliar.
➢ En sondeos de profundidades moderadas, se utiliza con eficacia para la colocación del macizo
filtrante, un tubo de 2” de diámetro interior, unido a una tolva, donde se deposita la grava. Para el
mejor funcionamiento del sistema, se le añade agua en la misma tolva con el fin de que la grava
descienda más fácilmente, a la vez que se evitan la formación de puentes.
➢ En pozos profundos, la colocación de gravas debe hacerse con circulación inversa, manteniendo
el sondeo lleno, para evitar desprendimientos de las paredes. El sentido de circulación facilitará el
asentamiento de la grava.
Cuando en un mismo acuífero existan niveles de material fino sobre otros de material más grueso, debe
colocarse grava clasificada correspondiente al material grueso por encima de su nivel, en cantidad
suficiente para que cubra el volumen vaciado que se produce como consecuencia de la extracción de
finos en el proceso de desarrollo.
En un sistema multicapa formado por numerosos acuíferos con separaciones reducidas y granulometrías
semejantes, es aconsejable colocar un macizo de la misma composición granulométrica, ya que la
columna de gravas de diferentes tamaños enfrentados a cada uno de los horizontes acuíferos, puede
sufrir un desplazamiento como consecuencia del volumen desarenado por asentamiento de la columna,
descolocando la grava elegida para cada acuífero.
La columna de gravas debe colocarse varios metros por encima del acuífero más próximo a la superficie,
garantizando, de esta manera, que ningún acuífero quede desprotegido ante un imprevisto descenso del
macizo filtrante.
Conceptos generales
Las rejillas son tubos metálicos filtrantes que, juntamente con la tubería de revestimiento, constituyen la
columna del sondeo.
El diseño del filtro adecuado a las características particulares de cada formación acuífera es la mejor
garantía para el aprovechamiento integral del caudal, que es capaz de ceder el acuífero.
El filtro, además de permitir la entrada del agua al interior del sondeo, sirve de contención de la grava
artificial, permite el desarrollo del pozo, mantiene las paredes de la perforación y, sobre todo, evita los
arrastres del material que no se desea eliminar.
Existen en el mercado numerosas firmas de fabricantes de rejillas que ofrecen una gama amplia de
posibilidades de elección, atendiendo a características como: composición del material, espesor de la
pared, tanto por ciento de peso, y disposición y número de aberturas.
Es el técnico responsable de la dirección del sondeo quien debe seleccionar la rejilla a utilizar en cada
caso, en función de la curva granulométrica del acuífero, del diámetro más adecuado y, en definitiva, del
caudal que se espera conseguir en cada captación. El objetivo primordial que debe cumplir una rejilla es
el de permitir la libre circulación del agua hacia el pozo con el mínimo posible de rozamiento, para evitar
pérdidas de carga parásitas que tan negativamente inciden en el coste de explotación de los sondeos.
Los descensos provocados por pérdidas de carga, como consecuencia de un mal dimensionado de
rejillas y macizos de gravas son, a veces, más importantes que los producidos en el acuífero; de ahí la
enorme importancia que tiene el diseño correcto de estos equipamientos.
Otro factor a tener en cuenta para la elección de la rejilla es la composición química de las aguas.
Atendiendo a dicha composición, deberán utilizarse materiales con aleaciones resistentes a la corrosión,
o que eviten incrustaciones que puedan limitar la vida útil del sondeo. También es conveniente tener
presente la resistencia mecánica del material, para prevenir aplastamientos por compresión o colapsos
por presiones laterales.
Si en un mismo acuífero existen granulometrías diferentes, la rejilla de menor abertura deberá penetrar
más de 0,5 m en el material más grueso, cuando el fino descansa sobre el de mayor tamaño, para evitar
problemas de arrastres de arenas procedentes del acuífero superior.
La posición 2 es muy semejante a la primera, siendo válidas las consideraciones hechas para el primer
caso. Sin embargo, esta disposición provoca mayores descensos en el acuífero.
La posición 3 se considera correcta, cuando se trate de acuíferos de gran potencia y se prevean
presiones laterales que pudieran colapsar el sondeo por aplastamiento de la rejilla. Los tramos de tubería
ciega intercalados darán una mayor consistencia a la columna de entubación.
La pérdida de caudal originada por este tipo de disposición de las rejillas puede quedar compensada por
el margen de seguridad.
Sobre este tema es aconsejable consultar a las casas fabricantes para conocer las características
específicas de cada tipo de rejillas en particular.
La posición 4 se considera correcta cuando se trate de acondicionar sondeos en acuíferos cautivos. En
este supuesto, la rejilla se enfrenta a la casi totalidad de la potencia del acuífero.
Conviene dejar un pequeño margen por arriba y por abajo sin rejilla, para evitar arrastres de las
formaciones limítrofes en que se encaja el acuífero. Téngase en cuenta que existen zonas de transición
entre los horizontes permeables y los no permeables, cuya composición granulométrica no es
homologable a la del acuífero que se desea acondicionar y explotar.
Aunque en general, y desde un punto de vista práctico, es recomendable instalar rejilla en el 80 % del
acuífero, ese porcentaje debe ser ajustado en función de la potencia del mismo y del espesor de la zona
de transición.
La posición 5 es la correcta cuando se trate de acuíferos libres. En estos casos, siempre habrá un
descenso de niveles como consecuencia de los bombeos que se realicen y, por lo tanto, en la zona
superior del acuífero no se precisa instalar la rejilla que, de otro modo, quedaría por debajo del nivel del
agua ante cualquier bombeo que se practique en el pozo.
Abaco 1
3π
Según Qm y D se obtiene P.P.T Qm (l/s) = *D(mm)*PPT (%)
10 000
Abaco 2
Se calcula el valor de RD medio y con el PPT se obtiene PPR
Abertura de filtro
RD =
Diámetro arena
4
PPR = CM * PPT; CM = Coef, mejora =
4 - RD π
Abaco 3
Con PPR y AP se fija un punto y n función de la situación de ese punto, se elige
la posible rejilla.
Debe, por tanto, existir una relación entre el caudal y la superficie de paso, que puede deducirse como
sigue:
Qm = V x S; siendo:
Qm: caudal por metro de filtro
V: velocidad de paso = 3 cm/seg
S: superficie de paso por m
Llamando al diámetro de la rejilla, D, y al porcentaje de paso teórico, P.P.T., puede establecerse que:
S = 2p(D/2) x (P.P.T.); luego:
3π
Qm (l/s) = x D(mm) x P.P.T (%)
10 000
En el Gráfico 15-12 del Ábaco Nº 1, se relaciona el diámetro con el porcentaje de paso teórico mediante
rectas que pasan por el origen.
El porcentaje de paso teórico viene dado por la relación entre la superficie por la que el agua pasa y la
superficie total de la rejilla.
Para manejar este ábaco, se empieza por definir el caudal por metro que se espera obtener, pudiendo
deducirse en el Gráfico 15-12 del Ábaco Nº 1, el porcentaje de paso teórico para diversos diámetros de
filtro.
En el Gráfico 15-12 del Ábaco Nº 2, tal y como se ha descrito para la elección del RD adecuado, puede
obtenerse el porcentaje de paso real que debe tener el filtro a instalar.
En el Gráfico 15-12 del Ábaco Nº 3, se tiene un punto P definido por PPR y la abertura de paso necesaria,
que debe estar previamente definida en función de la curva granulométrica. Las rejillas cuyas curvas
constructivas estén por debajo de la ordenada del punto P, serán válidas por tener suficiente PPR.
De otra parte, también puede accederse a rejillas con menor PPR utilizando empaques de grava que
proporcionen valores de RD más favorables.
El siguiente ejemplo ilustrará convenientemente el uso y manejo del Gráfico 15-12 del Ábaco Nº 1.
Sea la muestra de terreno representada en el Gráfico 15-13.
Introducción
En terrenos no consolidados es necesario resaltar la enorme importancia que tiene la limpieza y posterior
desarrollo de un sondeo una vez finalizado este. No obstante, conviene señalar aquí que solo será eficaz
el desarrollo de un sondeo si el diseño y dimensionado de las rejillas o filtros, así como del empaque de
grava filtrante, es el correcto. Quedan pues descartados los métodos aleatorios y siempre fáciles, de
instalar filtros con abertura y porcentaje de paso no acordes con el tamaño de la grava clasificada que
se coloque en el sondeo, a la vez que esta grava tendrá un tamaño proporcional a las arenas de la
formación acuífera que se pretende explotar.
En terrenos consolidados, el diseño del sondeo es muy elemental, siendo suficiente disponer la
entubación de una sección de paso suficiente para que la velocidad de entrada del agua hacia el pozo
sea lo más pequeña posible. De este modo, quedarán minimizados los descensos por pérdidas de carga.
Otro aspecto diferente es el desarrollo mediante procedimientos químicos que se tratará debidamente.
El principal objetivo del desarrollo de un sondeo para la captación de aguas subterráneas es conseguir
mejorar la permeabilidad en el entorno próximo a la obra de captación. Esta mejora conlleva el aumento
del rendimiento específico del sondeo y una disminución del coste energético durante su explotación.
Por ello, no suele ser rentable la cicatería en los desarrollos, ya que, con frecuencia, resulta
antieconómico el pretendido ahorro.
mientras que la velocidad en sentido inverso será menor, consiguiendo así que la componente final del
movimiento de los granos sea hacia el interior del sondeo.
Por tanto, en los distintos métodos que se describen a continuación, se debe producir un fenómeno de
movimiento del agua hacia el interior de la entubación con velocidad fuerte y otro, en sentido inverso,
con velocidad más débil.
Los métodos más usados para desarrollo de sondeos son los siguientes:
➢ Chorro de agua a presión
➢ Pistoneo
➢ Bombeo con aire comprimido
➢ Sobrebombeo
➢ Nieve carbónica
➢ Explosivos
Chorro de agua a presión
Consiste en la inyección horizontal de agua a presión (alrededor de 50 kg/cm2) que pasa a través de la
rejilla, poniendo en agitación y reordenando los finos de la formación. Periódicamente hay que detener
la operación y bombear el agua con el fin de evacuar los finos.
En la Figura 15-35 se representa un modelo de aspersores o toberas, y
el efecto que el chorro de agua produce en el acuífero.
Este procedimiento no es un desarrollo propiamente dicho, ya que no
provoca los movimientos mencionados hacia el sondeo y desde este a la
formación acuífera. Su efecto es más de agitación o remoción de los
granos, sean de la formación acuífera o del macizo de gravas,
inmediatamente pegados al filtro o rejilla del sondeo. Esta agitación se
produce en forma casi circular, como si la dirección del movimiento
siguiera las volutas de un caracol, con lo cual se produce una limpieza de
los granos inmediatos al filtro, con el desplazamiento de los finos
existentes hacia el interior de la tubería del sondeo, pero su efecto se
limita a un entorno excesivamente próximo a la rejilla o filtros del sondeo.
Pistoneo
Es una operación clásica en la fase de desarrollo de un pozo después de
Figura 15-35 Desarrollo por
chorro a presión.
su construcción. Puede ser interesante su aplicación en cualquier
momento de la vida de un pozo, y muy especialmente tras un tratamiento
químico.
El proceso es muy simple. Consiste en provocar, mediante una especie de émbolo que se mueve a lo
largo del cilindro que constituye la entubación del sondeo, un movimiento alterno ascendente-
descendente, por debajo del nivel de agua del sondeo.
Si el movimiento ascendente es más rápido que el descendente, conseguiremos el fenómeno de
velocidades alternas, debiendo ser mayor la primera (hacia el sondeo).
Para realizarlo basta construir un émbolo mediante una serie de tacos cilíndricos de madera separados
entre sí por discos elásticos (gomas, etc.), siendo el diámetro de estos discos mayor que el de los tacos,
y muy próximo al de la entubación del sondeo.
Pueden diferenciarse tres tipos de émbolos o pistones:
a) Rígido sin válvula: Su construcción se limitaría a la descrita, con la precaución de que el diámetro
de los discos elásticos fuera ligeramente superior a la de los tacos de madera y muy próxima,
aunque inferior, al diámetro interior de la tubería del sondeo.
b) Flexible sin válvula: Su construcción es análoga al anterior, pero con más vuelo en los discos
elásticos, esto es, los tacos de madera deben ser de un diámetro bastante inferior al de los discos.
c) Rígido con válvula: La construcción es análoga al primer caso, con la adición de una válvula en el
cuerpo que forma el conjunto discos-tacos, de tal manera que en el descenso la válvula abra y
permita el paso del agua sobre el pistón, y en el ascenso, de este, la presión del agua situada
sobre él cierre la válvula.
Bombeo con aire comprimido
Este es el método más utilizado generalmente, ya que un buen número de los actuales equipos de
perforación disponen de compresores capaces de iniciar el desarrollo mediante aire comprimido.
El proceso, en general, consiste en introducir en el
sondeo una tubería auxiliar para la evacuación del
agua, y otra, de menor diámetro, para la inyección
del aire, generalmente por el interior de la primera
(Figura 15-36). El aire así inyectado crea una
emulsión de aire y agua en el interior de la tubería de
evacuación del agua, que debido a su menor
densidad sufre un empuje ascendente, obligándola a
salir al exterior siempre que la relación de
sumergencia de la columna sea la adecuada. El
efecto del bombeo, así conseguido, provoca un
movimiento del agua de la formación hacia el
sondeo, con el consiguiente arrastre de las partículas
que se quieren eliminar. Si se interrumpe la inyección
de aire, el agua emulsionada contenida en la tubería
Figura 15-36 Desarrollo con aire comprimido.
auxiliar pierde el aire con rapidez, recuperando así
su densidad normal, descendiendo a su nivel, y creando un flujo desde el pozo hacia el acuífero de menor
importancia que el anterior. Este proceso de inyección-parada genera los movimientos de vaivén
necesarios para el desarrollo, con la ventaja de poder realizarlo en ciclos muy rápidos.
La utilización de este método para desarrollos no solo es eficaz, sino también barato, pero tiene
limitaciones. Dado el juego de presiones que posibilitan el bombeo con aire comprimido, es precisa la
existencia de una sumersión mínima del punto de inyección de aire. Experimentalmente se ha
comprobado que dicha sumersión debe ser igual a 1,5 veces la profundidad al nivel dinámico, para
obtener un rendimiento óptimo. Por otra parte, la presión de inyección de aire debe ser suficiente para
vencer la de la columna de agua existente sobre el punto de inyección. Así, para bombear agua desde
una profundidad de 100 m, necesitaremos una sumersión de 150 m y una presión mínima de aire de
15 kg / cm2.
Por otra parte, para que la emulsión de aire y agua sea suficiente, la relación de caudales de agua y aire
es de 1 a 6. Así, para bombear un caudal de 50 m3 / h sería necesario un mínimo de 300 m3 / h de aire o
lo que es igual 5.000 l.p.m. de aire. Igualmente, la relación de la tubería de salida del agua emulsionada,
la de inyección de aire y el caudal de bombeo constituyen una limitación adicional al método. Estas
relaciones experimentales se indican en el siguiente cuadro (Tabla 15-6).
La onda expansiva generada se desplaza a tal velocidad que produce un campo de esfuerzos de elevada
intensidad, en el medio por el que se propaga.
El resultado final es un aumento en el diámetro del pozo, y lo que es más interesante, la generación de
una red de fracturas dispuestas de un modo radial alrededor del pozo.
Se estima que el volumen de roca destruido varía entre 10 y 250 veces el volumen de explosivo
empleado. El volumen de roca, parcialmente afectado, varía entre 3000 y 4000 veces el volumen de
explosivo empleado (Pulido, 1978).
Existe una fórmula de carácter empírico (Llamas et al. 1983) para estimar, de un modo más preciso, el
volumen de roca destruido.
En la misma, se tienen en cuenta los factores propios de la naturaleza del explosivo empleado, así como,
los de la formación acuífera a tratar. Según esta ecuación:
V' = 0,5 x C x K x q x m x n
Donde:
C = volumen de roca destruida.
K: coeficiente de potencia del explosivo.
K =1,2 para gelatina o goma explosiva.
K =0,8 para amonato.
q: coeficiente de dureza del material.
q =1,2 para margas.
q =0,5 para calizas.
q =0,3 para rocas muy duras (calizas muy recristalizadas y dolomías).
m: coeficientes de holgura del explosivo.
D-d m
0 1
12,5 0,98
25 0,95
38 0,90
50 0,85
Donde:
D: diámetro del pozo (mm).
d: diámetro del explosivo (mm).
n: coeficiente de envoltura del explosivo.
n = 1 para zinc.
n = 0,9 para tubería de acero
A partir de esta expresión y conocidas las características del pozo a tratar, así como el radio en que
pretendemos que el pozo sea efectivo, se puede determinar la cantidad de explosivo a emplear.
Tampoco este procedimiento se utiliza con frecuencia, ya que puede provocar deterioros no deseables
en la captación.
Consideraciones finales
En todo proceso de desarrollo, cualquiera que sea el método utilizado, es necesario iniciarlo con suavidad
e ir intensificándolo en función de los resultados que se vayan consiguiendo, hasta obtener una limpieza
total del agua bombeada.
A lo largo de todo el proceso de desarrollo, es imprescindible un control continuo de la grava del empaque
e ir añadiendo a medida que desciende su nivel. En caso de que durante el desarrollo se extraiga mucho
material fino y no descienda el nivel de grava, lo más normal es que se haya producido un puente de
grava en el sondeo, por lo que deberemos intentar romperlo creando, por cualquiera de los métodos ya
mencionados, un flujo intenso desde el interior de la entubación hasta la formación.
Otros métodos de desarrollo, tales como la fracturación hidráulica, no suelen utilizarse en sondeos de
captación de aguas subterráneas, pese a su empleo en los pozos petrolíferos y de gas, debido,
fundamentalmente a que exige unas condiciones específicas de acabado y cementación del sondeo y la
utilización de un equipo o medios tan costosos, que no resultaría rentable en las condiciones y
metodologías actuales.
Los técnicos que desarrollan su actividad en el campo de la perforación, deben considerar, en su justa
medida, la gran importancia que tiene el desarrollo correcto de los sondeos, siendo generosos al
proyectar y valorar este aspecto en la redacción de los proyectos.
La indeterminación en los resultados de una acidificación estriba en la naturaleza anisótropa de las rocas
carbonatadas. El esquema de un tratamiento de acidificación es:
Inyección de ácido
Inyección de tapón de
agua
Bombeo
Castany
➢ Volumen de ácido:
1ª etapa...... 2 volumen del sondeo
Foam-gp (0,02 %)
➢ Retardador:
P19 (0,2 %)
CaCl2
➢ Volumen del tapón de agua = volumen del sector de pozo a tratar.
➢ Presión de acidificación = 5 kg/m2.
Como puede suponerse, hay que llegar a un compromiso entre la presión que se le aplica al ácido para
que este penetre en la formación, y el aumento en la velocidad de reacción que experimenta el sistema,
ya que desde un punto de vista práctico hay limitación en la duración de la operación de acidificación y,
por otra parte, no es conveniente que el ácido reaccione por completo en los primeros centímetros de
formación, sino que interesa que penetre "intacto" lo más profundamente posible.
Presión
La velocidad de reacción tiende a reducirse
con el aumento de la presión en la
acidificación de carbonatos (Figura 15-39).
Cuando el sistema de inyección es abierto,
el CO2 escapa con mayor celeridad,
desplazándose, la reacción, en el sentido
de disolver más carbonato y,
consecuentemente, la velocidad de la
reacción se ve incrementada.
Si el CO2 no puede escapar, en situación
Figura 15-39 Presión vs. Velocidad reacción. de un sistema cerrado, la reacción se
desplaza hacia la izquierda disolviéndose
el mismo en el agua. Además, hemos de tomar en consideración la presencia de cloruros de calcio y/o
magnesio, como producto de reacción, en la misma solución.
Tanto en el caso de agua pura como en una mezcla de esta con CaCl2, el CO2 se disuelve en mayor
proporción cuanto mayor es la presión a la que se encuentra. La sola presencia de CaCl2, por efecto ion
común, ralentiza la reacción.
PARTE V
MÉTODOS NUMÉRICOS DE
SIMULACIÓN DEL FLUJO,
MULTIFLUJO Y TRANSPORTE DE
CONTAMINANTES
COMPRENDE:
AGUAS
SUBTERRÁNEAS
EXPLORACIÓN, EVALUACIÓN,
CARACTERIZACIÓN Y GESTIÓN
CAPÍTULO 16
Estudios hidrodinámicos, métodos de simulación numérica. Modelos
tridimensionales. Modelo MODFLOW.
16.1. Introducción general y planteamiento didáctico del capítulo
16.2. Modelos hidrogeológicos de simulación de flujo de acuíferos
Antecedentes
Modelo MODFLOW
Processing MODFLOW
16.3. Discretización numérica de las ecuaciones del flujo
Método del balance 2D
Método MODFLOW 3D
Discusión de las ecuaciones, configuración del modelado e interface de PMWIN
16.4. Modelado. Configuración del Sistema. Gestión del Tiempo
Definición del espacio de trabajo
Mallado XYZ. Características de capa
Definición de celdas condiciones de borde
Configuración del tiempo
Condiciones iniciales
Asignación de parámetros
16.5. Modelado. Configuraciones especiales. Relación acuífero-río, recarga y pozos
Módulos especiales de configuración del sistema
Simulación de pozos de bombeo/inyección
Simulación de la recarga de acuíferos y flujo impuesto
Simulación de las zonas de evapotranspiración directa
Simulación de la transferencia de agua entre ríos y acuíferos
Simulación de condiciones de contorno dependientes de la piezometría
Simulación de drenes
16.6. Modelado. Proceso de ajuste del modelo. Régimen permanente y transitorio
Ajuste del modelo. Herramientas: isocurvas y pozos de observación
Ajuste en régimen permanente
Ajuste en régimen transitorio
CAPÍTULO 16
Estudios hidrodinámicos, métodos de simulación numérica.
Modelos tridimensionales. Modelo Modflow
Antecedentes
Los métodos numéricos en hidrodinámica, en general, también han tenido un notable desarrollo que
prácticamente se inicia con la década de los años setenta.
Los métodos numéricos aplicados a los modelos de simulación se utilizan para la configuración de
sistemas complejos con condiciones de contorno específicas (simulación de sistemas acuíferos con
bombeos y recarga, con relaciones acuífero-río, emergencias, etc.). Cabe destacar, muy en primer lugar,
el modelo de Prickett (1971), realizado en diferencias finitas y que, seguramente, ha sido el iniciador de
esta técnica a gran escala y el más utilizado en el mundo.
Modelos de simulación del flujo cada vez más perfectos, con mayores y más cómodas posibilidades de
configuración del sistema, fueron saliendo en años sucesivos, pudiendo destacarse los de Trescott
(1975- 1977) y McDonald (1984).
Estos modelos tuvieron sus precursores menos desarrollados en artículos de descripción de técnicas de
diferencias finitas, aplicadas al caso como Freze (1966-1968) y Prickett (1975).
Paralelamente a estos modelos de flujo, bi y tridimensionales en diferencias finitas, se fueron
desarrollando otros en elementos finitos, aunque prioritariamente de corte vertical como Neuman (1970,
71, 73 y 76) y Elorza-Ferragut (1986). Teniendo este último la particularidad de disponer de un algoritmo
válido tanto en régimen lineal, como en no lineal.
En realidad, no se han desarrollado modelos en elementos finitos, cara a la simulación del flujo en
problemas de gestión de recursos, que hayan tenido suficiente éxito, cara a su utilización general; pero
el tema ha sido tratado por diversos autores como, Zienkiewicz (1965), Pinder (1972), Wang (1977),
Cheng (1978) y Faust (1980).
Existen en la bibliografía trabajos que comparan el método de las diferencias finitas con el de los
elementos finitos, como Gray (1976) y Wang (1977). Claramente se llega a la conclusión que favorecen
a los elementos finitos en el sentido de mayor precisión y mejor discretización espacial del sistema, pero
las diferencias finitas son suficientes en ambos aspectos y requieren un menor conocimiento numérico,
por lo que su uso entre los hidrogeólogos es común y generalizado.
Solo muy recientemente, los modelos en elementos finitos se están desarrollando con carácter
aparentemente insustituible en la modelización de vertederos de residuos radiactivos, con fugas
potenciales de radio-nucleidos, donde la configuración de sistemas complejos y muy detallados se
muestra como absolutamente necesaria.
La aplicación de toda esta modelización al flujo de agua hacia pozos y al estudio de las pérdidas de
carga, puede considerarse no existente.
Modelo Modflow
Modflow es un programa que permite simular acuíferos y el movimiento del agua en el seno de estos.
Está desarrollado por Michael G. MacDonald y Arlen W. Harbaugh (1984) del Servicio Geológico de los
Estados Unidos. Para la resolución de las ecuaciones emplea el método de las diferencias finitas y una
serie de métodos numéricos específicos para la resolución de los sistemas.
El programa es de código libre, está escrito principalmente en Fortran, y puede ser compilado y corrido
en los sistemas operativos MSDOS, Windows o Unix. El Fortran que usa Modflow es prácticamente un
lenguaje algorítmico por la claridad con que expresa sus sentencias y estructuras. Se desarrolla en
módulos para las diversas opciones de simulación. Ello ha permitido su compilación en MSDOS, a pesar
de las limitaciones de memoria de este sistema. Para ello la compilación debía hacerse en Fortran Lahey.
Desde que el modelo original fue desarrollado en los años 80, el Servicio Geológico de los Estados
Unidos lo considera como un código estándar para la simulación de acuíferos y no para de hacer nuevas
investigaciones, desarrollando nuevas implementaciones para mejorar las capacidades del modelador.
Más recientemente se ha desarrollado algunas interfaces gráficas para Modflow, entre ellas están Visual
Modflow y Processing Modflow, que será el usado en este capítulo.
Este modelo es estrictamente
tridimensional, es decir, tiene el
mismo tratamiento el
movimiento vertical que el
horizontal, y las ecuaciones se
discretizan y resuelven en las
tres direcciones del espacio y el
tiempo. Ver Figura 16-1.
Como puede verse en la figura,
el modelo se discretiza en filas,
columnas y capas formando
celdas, que pueden ser
Figura 16-1 Discretización del modelo Modflow. (Adaptado de McDonald y irregulares y de diferentes
Harbaugh. tamaños. En el centro de la
celda se representan los nodos que es el punto donde se asocian todas las propiedades hidráulicas e
hidrogeológicas asignadas a la celda. Las celdas pueden ser activas o no activas, según convenga a la
adaptación del modelo al acuífero real que se está modelizando. Dentro de las celdas activas se pueden
simular las celdas de nivel constante.
El modelo Modflow es un programa que efectúa el modelamiento de agua subterránea por el método de
diferencias finitas. Esta versión (2005), es fácil de entender y puede ser modificada con respecto a
versiones anteriores. Es fácil de usar y fácil de darle mantenimiento, puede ser instalada en diversos
equipos con mínimos requerimientos y es eficaz en el uso de la memoria en el tiempo de ejecución.
Modflow originalmente fue diseñado solamente como un modelo de flujo de agua subterránea. Los
diseñadores del programa vieron la solución de adicionar ecuaciones relacionadas a través de paquetes.
Un ejemplo de estas ecuaciones adicionadas al paquete, es una ecuación de transporte que usa el flujo
calculado en la ecuación del movimiento de agua subterránea (MT3D).
Otro ejemplo es la estimación de parámetros, que resuelve una ecuación adicional para determinar los
parámetros óptimos hidráulicos. Estos resultados son aproximados a las observaciones reales que se
estén analizando (PEST).
Pero como paquetes de simulación integrados en Modflow, pueden citarse los siguientes:
➢ Simulación de drenes
➢ Simulación de las zonas de evapotranspiración directa
➢ Simulación de barrera general de niveles
➢ Simulación de barreras de flujo horizontal
➢ Simulación de almacenamiento intercalado
➢ Simulación de la recarga de acuíferos y flujo impuesto
➢ Simulación de depósito o reserva
➢ Simulación de la transferencia de agua entre ríos y acuíferos
➢ Simulación de direccionamiento del flujo
➢ Simulación de condiciones de contorno dependientes de la piezometría
➢ Simulación de pozos de bombeo/inyección
➢ Simulación de capacidad de humectación (llenado de zona seca)
➢ Simulación de drenes y evapotranspiración
Junto con todos estos paquetes de simulación especiales, aunque una buena parte de ellos son
imprescindibles en todas las modelizaciones (recarga, río, pozo, etc.) en Modflow, existen otras
funcionalidades de mucho interés, como el balance seleccionado por zonas y el trazado de líneas de
flujo.
Indicar, por último, que este modelo está en continua evolución, y hoy en día se le considera un estándar
universal.
Processing Modflow
Los modelos Fortran del USGS son verdaderas fuentes de enseñanza y base de desarrollo de modelos.
No obstante, su manejo, cuando se necesitan muchos nodos utilizando formatos Fortran, se hace
complicado. Los primeros modelos tenían este mismo problema, pero conviene decir que el modelo
Prickett y Lonquist, largamente utilizado, nació con un dimensionado máximo de 50 filas por 50 columnas,
con una sola capa y por ello, su manejo en ASCII se hacía asumible.
A pesar de todo, a medida que iba creciendo este modelo, era cada vez más complicada la
implementación de volúmenes de datos cada vez mayores. Se requería una interface gráfica que
permitiera introducir un volumen importante de datos por pantalla, y poder obtener algún gráfico de los
resultados de la simulación, como evolución de niveles, isopiezas, etc.
En este sentido, se cita la aplicación SIMA, que se realizó a finales de la década de los 80 en el
Departamento de Matemática Aplicada y Métodos Informáticos de la Escuela de Minas de la Universidad
Politécnica de Madrid. Fue un proyecto llamado “Desarrollo de un modelo numérico y aplicación
informática para protección medioambiental Aplicación SIMA flujo”, financiado por Endesa y desarrollado
por Román Hernández y Alfredo Iglesias. Esta aplicación no tuvo mucha trascendencia, dado que ya
estaba empezando a difundirse Modflow 3D, hasta ahora, el más completo de los modelos de flujo.
Empezaron a desarrollarse pre-posprocesadores e interfaces amigables para Modflow y, con
antecedentes en 2003 y 3004, Wen-Hsing Chiang y Wolfgang Kinzelbach realizan el Processing Modflow
con la publicación "3D-Groundwater Modeling with PMWIN", que lleva incluido un CD con el software,
hoy freeware.
PWWIN es una aplicación de interface amigable, que permite la configuración de un modelo de acuífero
y la introducción de sus datos de un modo gráfico y sencillo. Cuando los datos están introducidos, la
aplicación genera los ficheros de entrada a Modflow y se ejecuta el modelo, generando su propio fichero
de resultados. Posteriormente la aplicación permite la elaboración de diversos productos de informe
como isopiezas, gráficos de evolución de niveles, etc. (Figura 16-2).
Existe otro software en la actualidad que
destaca junto a PMWIN, entre los que
sirven de interface gráfico de Modflow, le
apoyan en el pre y pos proceso, y es
VisualModflow.
No obstante, PMWIN es de fama
universal, dado que es de uso muy
sencillo y se tiene disponibilidad de
versión freeware, versiones académicas
y una extensa bibliografía en red de
ejemplos y adaptaciones, propiciadas por
los autores. Figura 16-2 Funcionamiento de Processing MODFLOW.
PMWIN es la interface para Modflow, MOC3D, MT3D, MT3D/SEAWAT, PHT3D, RT3D, Modflow-2000
(estimación de parámetros), PEST (estimación de parámetros) y PMPATH. Estos modelos son todos
para el estudio del flujo, del transporte, la estimación de parámetros (problema inverso) y el trazado de
líneas y redes de flujo.
2 h 2 h S h R( x, y, t )
+ = −
x 2 y 2 T t T
Que discretizada, siguiendo el método implícito queda:
n n n n n n n n −1 n
h i −1, j − 2 h i , j + h i +1, j h i , j −1 − 2 h i , j + h i , j +1 Si , j h i , j − h i , j R i , j
+ = −
(x) 2 (y ) 2 Ti , j t Ti , j
Dado que:
𝐾𝑖−1,𝑗,2 𝑒 = 𝑇𝑖−1,𝑗,2
Q5 es el caudal del desalmacenamiento en el nodo, que viene dado por el volumen vaciado o rellenado
en el intervalo de tiempo ∆t, multiplicado por el coeficiente de almacenamiento. Q6 representa caudales
de bombeo o recarga y Qn es un término reservado para recargas inducidas verticales u otras que
procedan de un cálculo previo.
Así, teniendo en cuenta el balance de caudales escrito en la misma figura, con respeto de sus signos, se
tiene la siguiente ecuación en diferencias finitas:
y x
Qn + Ti −1, j ,2 (hi −1, j − hi , j ) + Ti , j ,1 (hi , j +1 − hi , j ) =
x y
y x Sxy (hi , j − h i , j )
= Ti , j ,2 (hi , j − hi +1, j ) + Ti , j −1,1 (hi , j − hi , j −1 ) + + Qi , j
x y t
El método utilizado en la discretización del tiempo es el implícito, y por ello, los valores de h representan
los niveles en el final del intervalo de cálculo, mientras que los niveles hɸ representan niveles conocidos
del principio del intervalo de cálculo.
Operando, se obtiene:
Ti −1, j ,2 (hi −1, j − hi , j ) Ti , j ,2 (hi +1, j − hi , j ) Ti , j ,1 (hi , j +1 − hi , j ) Ti , j −1,1 (hi , j −1 − hi , j )
+ + + =
x 2 x 2 y 2 y 2
S (hi , j − h i , j ) Qi , j Qn
= + −
t xy xy
Método Modflow 3D
La discretización de las ecuaciones es bastante simple en Modflow 3D, pues sigue el mismo método del
balance explicado anteriormente. La distribución de los nodos en 3D puede verse en la Figura 16-4.
En este caso, son 6 los caudales que
llegan de las celdas adyacentes por
razones de gradiente. Igualmente habrá
unos caudales adicionales provenientes
de bombeos y recargas, y otros
provenientes de relaciones río-acuífero,
evapotranspiración, efecto dren, etc. Pero
en cualquier caso la ecuación de la
continuidad va a ser la misma.
La suma de todos los caudales que inciden
en el nodo ha de ser igual a la variación del
almacenamiento.
∆h
∑ Qi =SS ∆V
∆t
Figura 16-4 Denominación de nodos en Modflow. El cálculo de los caudales se llevaría a
cabo de igual modo que en el apartado
anterior, aplicando la ley de Darcy.
(hi,j-1,k -hi,j,k )
q=k A i ,, q 1 =KR 1 ∆ci ∆vk
i,j- ,k
2
i,j- ,k
2 ∆rj-1/2
Donde
qi,j-1,k Caudal de paso entre el nodo (i,j-1,k) y el (i,j,k)
2
(hi-1,j,k -hi,j,k )
q 1 =KC 1 ∆rj ∆vk
i- ,j,k
2
i- ,j,k
2 ∆ci-1/2
(hi,j,k+1 -hi,j,k )
q 1 =KV 1 ∆rj ∆ci
i,j,k+
2
i,j,k+
2 ∆vk+1/2
(hi,j,k-1 -hi,j,k )
q 1 =KV 1 ∆rj ∆ci
i,j,k-
2
i,j,k-
2 ∆vk-1/2
Si se define la conductancia como permeabilidad por área de paso, dividido por la distancia entre nodos,
se puede iniciar el camino de la simplificación de las ecuaciones y su organización para ser más
fácilmente resueltas con programas de ordenador. Se tiene para cada dirección del espacio de acceso
al nodo (i,j) un valor de la conductancia, que depende del área de paso de ese caudal en función del
tamaño de la celda y las dimensiones geométricas de la celda. Así, se tiene para las 6 conductancias:
1
CR 1 =KR 1 ∆ci ∆vk
i,j- ,k
2
i,j- ,k
2 ∆rj-1/2
1
CR 1 =KR 1 ∆ci ∆vk
i,j+ ,k
2
i,j+ ,k
2 ∆rj+1/2
1
CC 1 =KC 1 ∆rj ∆vk
i+ ,j,k
2
i+ ,j,k
2 ∆ci+1/2
1
CC 1 =KC 1 ∆rj ∆vk
i- ,j,k
2
i- ,j,k
2 ∆ci-1/2
1
CV 1 =KV 1 ∆rj ∆ci
i,j,k+
2
i,j,k+
2 ∆vk+1/2
1
CV 1 =KV 1 ∆rj ∆ci
i,j,k-
2
i,j,k-
2 ∆vk-1/2
Siendo CR las conductividades en el sentido de las filas, CC en el sentido de las columnas y CV las
conductividades en el sentido vertical.
Con lo que, por sustitución, se podría obtener una expresión más sencilla de los caudales de paso:
q 1 =CR 1 (hi,j-1,k -hi,j,k )
i,j- ,k i,j- ,k
2 2
Los dos elementos básicos a simular en esta ecuación son como simular una celda inactiva y cómo
hacerlo para una celda de nivel constante. La celda no activa se simula con un valor de permeabilidad
nulo. Nunca se debe hacer nulo el coeficiente de almacenamiento, porque el sistema no lo admitirá,
dando indeterminaciones en la ejecución. Para el caso de celda de nivel constante, basta situar el
coeficiente de almacenamiento en un valor muy alto (10E32) y ello quiere decir que esa celda dará o
tomará toda el agua que sea necesaria, pero nunca descenderá ni podrá subir su nivel piezométrico.
La asignación de los parámetros del acuífero, así como el tamaño de malla y el intervalo temporal,
calculan inequívocamente la transferencia de agua entre las caras de las celdas y para todas las celdas
activas inexcusablemente. Cualquier otra simulación de aporte o extracción de agua se realiza en los
dos términos de caudales adicionales. Estos actúan únicamente en las celdas señaladas para ello; en
las que existe esa necesidad local de simulación, bombeos, ríos, flujo impuesto, recarga, etc.
En consecuencia, con los términos Pi,j,k h*i,j,k+ Qi,j,k , se simulan las acciones especiales del sistema.
Todos estos paquetes de simulación, en Modflow son poco amigables, pero son de una gran sencillez
en PMWIN, donde es posible seleccionar celdas o grupos de celdas en pantalla y asignarles el tipo de
fenómeno y los valores que propician el cálculo.
A continuación, en el punto 16.4 se explican de un modo práctico, ejecutando un caso sobre
Modflow/PMWIN y obteniendo copias de fragmentos de pantalla en el manejo del modelo, los pasos a
dar para elaborar un modelo de flujo.
La elaboración de un modelo pasa por cuatro fases:
i. Configuración del sistema. Gestión del tiempo. Incluye mallado, definición de bordes y
definición temporal del proceso de simulación, y asignación de parámetros.
ii. Configuraciones especiales. Relación acuífero-río, recarga, pozos, etc. Se termina el proceso
de configuración con la adición de simulaciones especiales.
iii. Proceso de ajuste del modelo. Régimen permanente y transitorio. Consistente en un ajuste
simultáneo de parámetros hidrogeológicos, hasta lograr que los valores de piezometría simulados
tengan una coincidencia aceptable con los reales observados. Suele incluirse el análisis de
sensibilidad y la validación del modelo, consistente el primero en un tanteo de elevación de
parámetros al doble y a la mitad de su valor, y comprobar si los resultados siguen las
modificaciones correspondientes. El segundo consiste en simular para periodos conocidos y
comprobar la utilidad del modelo y reproducción fiel a la realidad conocida.
iv. Ejecución del modelo. Explotación-simulación. Es la última fase, cuando se supone el modelo
ajustado. En estas condiciones se simulan hipótesis de ocurrencia climática o de extracciones
distribuidas en tiempo y espacio, y se obtiene la distribución de niveles piezomético inherentes a
la aplicación de estas hipótesis.
La interface de PMWIN para la realización de todas estas acciones es cómoda, sencilla y muy amigable.
Consiste en las distintas opciones de un menú desplegable. El menú se despliega de izquierda a derecha
y de arriba a abajo, conforme a normas estándar de muchas aplicaciones Windows. Cuando una
determinada opción de menú aparece en pantalla con un color gris claro, indica que la opción está
desactivada, bien porque sea preciso introducir datos previamente a través de otras opciones, o porque
para la configuración actual no contempla hipótesis que necesiten de esos parámetros u opciones.
La carga de datos al código Modflow se puede realizar en cualquier sistema de unidades coherente. El
programa no controla únicamente las unidades de tiempo, que son las que pueden elegirse. Las unidades
de longitud serán aquellas que decidan usarse implícitamente, pero hay que hacerlo usando la misma
unidad de longitud para todos los parámetros. Es decir, todos los datos que se suministren al modelo
deberán ser coherentes con las unidades que se estén utilizando.
celda activa. La fila y columna, que intersectan sobre la celda así seleccionada, aparecen resaltadas en
la pantalla.
Se pulsa el botón derecho del ratón y aparece una ventana de diálogo. Se cambian los valores de los
campos Column y Row de la sección Size. No se comenta la sección Refinement, a la que se volverá
más adelante. Al cambiar los valores por defecto, se ve que los nuevos valores son asignados a la fila y
columna que intersectan sobre la celda seleccionada.
Se repite el procedimiento anterior hasta asignar los valores deseados a todas las filas y columnas del
modelo.
Se sale del entorno de asignación de valores de malla pulsando el icono identificado con una puerta, y
se responde SÍ al mensaje de confirmación que aparece a continuación.
Dentro del entorno de asignación de valores de malla, es posible magnificar o reducir la porción de la
malla visualizada mediante el efecto “zoom” que brindan los iconos de lupa disponibles. Igualmente es
posible rotar o desplazar la malla mediante los dos iconos situados a la derecha de los anteriores (Ver
Figura 16-8).
parámetros que se verá más adelante. Si para una determinada celda se opta por introducir la
transmisividad, se debe hacer mediante la opción Parameters→Transmisivity; si por el contrario ha
optado porque la calcule el programa, debe introducir la permeabilidad en la opción
Parameters→Horizontal Hydraulic Conductivity y será el propio programa el que calcule la transmisividad
multiplicando este valor por el espesor saturado en cada instante.
Filtración o goteo entre capas (Leakance). El programa admite, bien que se introduzca el goteo que
se produce entre cada dos celdas de capas limítrofes, o bien que lo calcule el propio programa a partir
de los datos de permeabilidad vertical. Si para una determinada capa se opta por introducir el goteo,
debe hacerse a través de la opción Parameters–>Vertical Lekance, si por el contrario la opción es que lo
calcule el programa, se debe introducir la permeabilidad vertical en la opción Parameters–>Vertical
Hydraulic Conductivity.
Coeficiente de almacenamiento. El programa admite bien que, al igual que en casos anteriores, se
introduzca el coeficiente de almacenamiento de cada una de las celdas de la capa, o bien que lo calcule
el propio programa multiplicando el coeficiente de almacenamiento específico de cada celda por el
espesor saturado que en cada instante esta tenga. La introducción directa del coeficiente de
almacenamiento debe hacerse mediante la opción Parameters→Storage Coefficient. Si por el contrario
la opción es que lo calcule el programa, debe introducirse el coeficiente de almacenamiento específico
en la opción Parameters–Specific Storage y será el propio programa el que calcule el coeficiente de
almacenamiento multiplicando este valor por el espesor saturado en cada instante.
El espesor de cada celda se introduce en el modelo, asignando los valores de cota correspondientes a
su base y techo. PMWIN reserva una opción de menú para introducir las cotas del techo: Grid→Top of
Layers (TOP), y otra para introducir las cotas de la base: Grid→Bottom of Layers (BOT). Al elegir la
opción deseada aparece el entorno de asignación de valores a la malla que ya se conoce. La operativa
es similar a la expuesta en párrafos anteriores, estando activas las mismas opciones de menú e iconos
ya comentadas (Ver Figura 16-10).
3. Celda inactiva. Corresponde a celdas en las que no existe el acuífero, generalmente exteriores al
límite del modelo, pero que pueden darse igualmente en el interior del mismo. El programa asigna a
este tipo de celdas el código 0.
Se accede a esta opción a través de la secuencia Grid→Boundary Condition→IBOUND. Tras
seleccionar esta opción aparece el entorno de asignación de las condiciones de contorno a las filas y
columnas del modelo.
Por defecto, todas las celdas tienen asignado el valor 1. El procedimiento para asignar a una determinada
fila/columna un valor distinto del asignado por defecto es el siguiente:
Se verifica que el icono identificado con el signo + esté pulsado. Esto permite modificar los datos de la
malla. Si el icono no está pulsado, no es posible asignar nuevos valores a la malla.
Hay que situarse con el cursor en la celda cuyo valor se quiere cambiar y pulsar botón izquierdo del ratón
para hacer la celda activa.
Se pulsa el botón derecho del ratón y aparece una ventana de diálogo. Se cambia el valor del campo
Boundary Condition asignando a la celda seleccionada, por el código que le corresponda.
Se repite el procedimiento anterior hasta asignar los valores deseados a todas las celdas del modelo.
Se sale del entorno de asignación de valores de malla, pulsando el icono identificado con una puerta y
se responde Sí al mensaje de confirmación que aparece a continuación (Ver Figura 16-11).
Para copiar los valores de una capa a otra, es preciso seguir el siguiente procedimiento:
Situarse en la capa que se quiere copiar, moviéndose a través de ellas con las teclas de avance y
retroceso de página, del teclado numérico.
Se pulsa el icono de “copia de capas” identificado mediante dos planos azul y amarillo, situado en el
extremo derecho del menú de iconos. Los valores de la capa activa son copiados en memoria.
Se indica la capa a la que se quiere copiar el valor anterior, tecleando su número de capa en el campo
que aparece a la derecha del icono anterior. Los valores de capa en memoria son transferidos a la capa
correspondiente.
Una vez finalizado el proceso, se vuelve a pulsar el icono de “copia de capas” para desactivar la opción.
Es importante indicar que mediante este procedimiento se reasigna, a la capa destino, el valor de la capa
origen, independientemente de los valores que contuviera inicialmente la capa destino.
En el caso de que se desee asignar a todas las celdas de una determinada capa el mismo valor, el
procedimiento más rápido consiste en acceder a la opción de menú Value→Reset Matrix. Al seleccionar
esta opción, aparece una ventana de diálogo idéntica a las ya estudiadas, a través de la cual se puede
introducir el valor que se asignará a todas las celdas de la capa activa. El mensaje inferior nos indica que
se proceda con precaución, pues cualquier valor previamente asignado a las celdas de esta capa será
reemplazado por el nuevo valor introducido, sin pedir confirmación previa (Ver Figura 16-15).
Periodo de explotación. En un régimen transitorio, cada uno de los intervalos de tiempo en los que se
divide el período de explotación y que se caracteriza porque, durante el mismo, las características del
sistema y las condiciones de explotación permanecen invariables a lo largo del tiempo.
El período de explotación es la unidad temporal de introducción de las condiciones de explotación al
modelo (naturales o antrópicas), de la misma forma que la celda es la unidad espacial de introducción
de datos geométricos e hidrogeológicos.
Para identificar el número de periodos de explotación y su duración temporal, necesarios para la
realización de un modelo, es preciso analizar, pormenorizadamente, las condiciones de explotación del
modelo e identificar los periodos de tiempo durante los cuales todas ellas permanecen constantes. En el
momento en que cualquiera de estas condiciones de explotación varía (por ejemplo, aumenta o
disminuye el caudal bombeado por un pozo, varía la recarga inducida por la infiltración de agua de lluvia,
se modifican las condiciones de un río conectado hidráulicamente con el acuífero, etc.), finaliza un
periodo de explotación y comienza el siguiente.
Intervalo de cálculo
Se refiere únicamente al régimen transitorio. Es cada uno de los intervalos de tiempo en los que se divide
un período de explotación, con el objeto de obtener para él los resultados (piezometría o descensos)
suministrados por el modelo. El intervalo de cálculo es, por tanto, la unidad temporal de obtención de
resultados del modelo.
Modflow permite que los intervalos de cálculo, de un determinado periodo de explotación, sean todos de
la misma duración, o bien que estos se concentren más al principio del período de explotación (intervalos
de menos duración), y se espacien más al final del período de explotación (intervalos de mayor duración).
En el caso en el que los intervalos de cálculo tengan duración variable, sus duraciones respectivas
guardan la proporción de una serie geométrica, cuya razón puede fijarse y que generalmente oscila entre
1.0 y 1.2. El número de intervalos de cálculo y su duración puede ser distinto para cada periodo de
explotación (Ver Figura 16-16).
Condiciones iniciales
Piezometría inicial
Modflow precisa conocer cuál es el valor de la piezometría en todas las celdas del modelo en el instante
inicial. En el caso del régimen estacionario, el valor inicial asignado no afecta a la solución del modelo,
pudiendo asignar a este parámetro el valor que se quiera. Tan solo se debe tener la precaución de elegir
un valor suficientemente elevado, para que en el transcurso de la resolución del modelo ninguna celda
llegue a quedarse seca. Es preferible pecar por exceso que por defecto: si se elige como valor de la
piezometría inicial un valor muy por encima de la solución real del modelo, tan solo se incrementa
ligeramente el tiempo de cálculo invertido por el modelo. La versión nativa de Modflow tiene la
peculiaridad de que, si en el transcurso de la búsqueda de la solución se seca una celda, el modelo la
mantiene seca desde ese instante en adelante. Este efecto, de secado, puede propagarse a otras celdas
y se mantienen en ese estado en iteraciones posteriores. Este efecto invalida los resultados del modelo,
por lo que debe ser evitado. Algunas versiones de Modflow incorporan un módulo adicional que permite
que, si una celda se seca en un instante dado, se pueda volver a humectar si en las celdas contiguas o
en la situada bajo ella se dan las condiciones adecuadas: fundamentalmente, que en ellas se alcance
una piezometría superior a un determinado umbral. Utilizando adecuadamente este módulo podría
obviarse el efecto mencionado anteriormente.
En el caso de régimen transitorio, la piezometría inicial tiene una influencia directa sobre el resultado
final, por lo que es necesario conocerla con precisión e introducirla en el modelo. Es frecuente realizar
modelos en los que en un primer instante se modeliza una situación estacionaria, generalmente,
correspondiente a un intervalo de tiempo en el que exclusivamente actúan condiciones externas de
origen natural (p.e., recarga por infiltración de agua de lluvia, interacciones con ríos, etc.), que es anterior
al establecimiento de condiciones de explotación antrópicas. En estos casos, la piezometría obtenida
como resultado del modelo estacionario, se puede utilizar como piezometría inicial del modelo transitorio
que le sucede.
La piezometría inicial se introduce a través de la opción Parameters→Initial Hydraulic Head. Al
seleccionarla, aparece la pantalla de asignación de valores a celdas que ya se conoce, y cuyo
funcionamiento se ha indicado con anterioridad. En el caso de que en el modelo existan celdas que se
hayan definido como de cota constante, a través de la opción, dichas celdas adquieren el valor que se
les asigne como piezometría inicial y mantendrán este valor a lo largo de la simulación, cualesquiera que
sean las circunstancias que rodeen al modelo (Ver Figura 16-17).
Asignación de parámetros
Permeabilidad horizontal
A través de la opción Parameters→Horizontal Hydraulic Conductivity, se establece el valor de la
permeabilidad vertical que corresponde a cada celda del modelo. El valor introducido corresponde al de
la permeabilidad en sentido del eje x. Este valor es utilizado por Modflow para el cálculo de la
transmisividad en el sentido del eje x, cuando así se ha indicado en la definición de las capas del modelo.
Modflow calcula la transmisividad en el sentido del eje y a partir del factor de anisotropía, que en su
momento asignamos a la capa (Ver Figura 16-18).
Permeabilidad vertical
Modflow utiliza la permeabilidad vertical para el cálculo del flujo en modelos tridimensionales, y en el caso
de modelos cuasitridimensionales, para calcular la filtración o goteo (Leakage) que se produce entre dos
capas contiguas, si así se ha configurado en la definición de la capa. Por regla general, habida cuenta
de la génesis que ha dado lugar a las capas modelizadas, generalmente de origen sedimentario, la
permeabilidad vertical suele ser menor que la horizontal y puede tener valores entre 5 y 10 veces menor
que esta. Como todos los datos del modelo, si este valor va a ser utilizado, debemos introducir un valor
real comprobado.
La introducción de datos se efectúa a través de la opción Parameters→Vertical Hydraulic Conductivity
(Ver Figura 16-19).
Transmisividad
Cuando en la definición de capas del modelo se indica que se desea introducir el dato de la transmisividad
directamente, Modflow lee los valores introducidos a través de la opción Parameters→Transmisivity. El
valor introducido en las celdas corresponde a la transmisividad según el eje x. Modflow calcula la
transmisividad según el eje y multiplicando los valores, aquí introducidos, por el factor de anisotropía
correspondiente a cada capa (Ver Figura 16-21).
exclusivamente en modelos en régimen transitorio, y afecta a capas que estén saturadas en todo su
espesor (Ver Figura 16-23).
I498
Los datos para esta magnitud se introducen a través de la opción Parameters→Specific Yield (Ver Figura
16-25).
seleccionado, aunque los datos previamente asignados no se pierden, el modelo no contempla este
comportamiento a efectos de la modelización; es como si los datos no se hubieran asignado, pero con la
ventaja de que si posteriormente se quiere considerar el comportamiento de nuevo, a efectos de la
modelización, los datos previamente asignados permanecen almacenados.
asigna a cada capa, se parte de la premisa de que la suma de todos ellos se debe corresponder al caudal
bombeado o inyectado desde el pozo. El caudal se asigna introduciendo su valor, en las unidades en las
que se esté trabajando, en el campo Recharge Rate of the Well (Ver Figura 16-26).
La asignación de caudales unitarios a los pozos de cada capa se efectúa suponiendo una distribución
proporcional a la transmisividad de cada capa, siendo la ecuación:
Ti
qi = Q
Ti
i
El comportamiento “pozo” puede utilizarse para simular los intercambios de caudales que se producen
entre el acuífero y los sistemas hidrogeológicos limítrofes, cuando se conocen los caudales
intercambiados. En estos casos, se dispone a lo largo de las celdas situadas en la línea de contacto de
ambos sistemas, una batería de pozos cuyos caudales totalizados dan cuenta del caudal intercambiado
entre los dos acuíferos. La manera de distribuir el caudal total entre cada pozo es discrecional, siendo
habitual hacer una distribución proporcional al espacio ocupado por cada celda de contacto.
ocupadas por el vertedero se asigna la tasa correspondiente al lixiviado en el campo Recharge Flux, y
en el campo Layer Indicator (IRCH) se pondría el valor 2, para indicar que este lixiviado se incorpora a
la capa 2. En las celdas externas al vertedero se asigna la tasa de recarga de agua de lluvia en el campo
Recharge Flux, y en el campo Layer Indicator (IRCH) se pondría el valor 1, para indicar que esta recarga
se incorpora a la capa 1.
piezométrico del acuífero no se encuentre por debajo del lecho del río. En el momento en que el nivel
piezométrico del río alcanza este punto, es decir, cuando coincide con la cota del lecho del río, el caudal
que pierde el río a favor del acuífero alcanza su valor máximo, Qmax. Si el nivel piezométrico sigue
descendiendo, se produce la desconexión hidráulica entre el río y el acuífero. El río, en este caso, sigue
perdiendo agua, pero el caudal ya no se incrementa proporcionalmente a la diferencia de cotas, sino que
se mantiene constante con un valor Qmax.
Qi =
kLW
(Hr − Ha)
e si Ha ≥ Hb
Qi = Q max =
kTW
(Hr − Hb)
e si Ha ≤ Hb
Donde Qi es el caudal de agua que entra en el acuífero en la celda i, k es la permeabilidad de los
materiales del fondo del río, W es la anchura media del río en la celda, L es la longitud de río contenida
en la celda, Hr es la cota de agua del río, a la cota piezométrica del acuífero y Hb la cota del lecho del
río.
Siendo COND una constante denominada conductancia, cuyo significado ya es conocido, Hb la carga
hidráulica en la celda de borde y Ha la cota piezométrica en el acuífero. Con este comportamiento se
pueden simular condiciones de cota constante, sin más que asignar a la conductancia un valor muy
elevado. Si el régimen es transitorio, de un periodo de explotación a otro, pueden variar los valores de
los parámetros asignados, con lo que asignando a la conductancia un valor muy elevado se podría
simular el caso de celdas de cota constante cuyo valor de cota puede variar de unos periodos a otros.
Para la asignación de valores a las celdas donde se dé este comportamiento, tan solo se debe introducir
el valor de la conductancia en el campo GHB Hydraulic Conductance y el valor de la carga hidráulica en
la celda de borde en el campo Head on the Boundary.
Simulación de drenes
Los drenes se utilizan profusamente en ingeniería civil y agricultura, entre otros campos, con el objetivo
de reducir los niveles piezométricos en determinadas zonas de interés, para evitar que las raíces de los
cultivos se encuentren anegadas, para mantener en seco obras de ingeniería (túneles, sótanos de
edificaciones), etc. Los drenes son dispositivos de muy variadas formas constructivas, cuyo
funcionamiento es tal que drenan agua cuando el nivel piezométrico supera la cota a la que se encuentra
la boca de entrada al dren (umbral del dren), mientras que permanecen secos cuando el nivel
piezométrico permanece por debajo de dicho valor.
Se puede considerar a los drenes como ríos siempre ganadores. Tanto es así que la modelización del
comportamiento de determinados ríos se puede y debe hacer a través de esta opción. Si se supone un
tramo de río canalizado que atraviesa una ciudad, con un revestimiento de hormigón, por ejemplo, está
claro que su comportamiento dista mucho de ser como el considerado en el apartado anterior, pues,
aunque el nivel piezométrico se encontrara por debajo de la cota de agua del río, este no perdería agua.
En este caso, el comportamiento de Modflow que mejor simularía este tramo de río corresponde al
comportamiento dren.
A diferencia de lo que ocurre con los ríos, en los que el término de conductancia puede estimarse a partir
de la longitud del tramo de río que discurre por la celda, la anchura del río, el espesor de los sedimentos
del fondo y de la conductancia hidráulica de los mismos; las variadas formas y tipologías que pueden
adoptar los drenes hacen tremendamente dificultosa esta estimación. Por ello, la mejor manera de
obtener un valor de la conductancia es mediante un ensayo de campo. En este ensayo se mide el caudal
de agua que discurre por un tramo del dren y la cota piezométrica media de la celda en la que este se
encuentra. Como la cota umbral del dren es un dato constructivo conocido, la conductancia vendría dada
por la expresión:
Qi
COND =
Hd − Ha
La introducción de datos para los drenes se realiza a través de la opción Models→Modflow→Drain. Los
dos datos que hay que introducir en las celdas, en las que existe un dren, son el valor de la conductancia,
que se introduce en el campo Drain Hydraulic Conductance, y la cota topográfica absoluta, lo que ha sido
denominado umbral del dren, que se introduce en el campo Elevation of the Drain (Ver Figura 16-30).
Aparte de simular drenes convencionales, a través de este comportamiento se pueden simular, como ya
se ha visto, tramos de río impermeables, pero también manantiales, dado que su funcionamiento
responde perfectamente al que Modflow presupone para este comportamiento. Por otra parte, mediante
una batería de drenes se pueden simular igualmente surgencias en general, humedales, (siempre que
su comportamiento se pueda acomodar al enunciado) y zonas difusas de exudacón.
las líneas isopiezas y el texto asociado a ellas, luego hacerlas visibles en pantalla. La tercera opción (Fill
contours), permite rellenar los espacios comprendidos entre las distintas isolíneas mediante una trama
de color, que se puede hacer variar de manera uniforme entre dos colores determinados, a los que se
asignarán los valores extremos de la piezometría representada. El propio programa se encargará de
asignar, a los valores intermedios, el color que le corresponda dentro de la escala seleccionada. La cuarta
opción (Orient labels uphill), permite seleccionar la posición en que se mostrará el texto asociado a cada
isolínea. Por último, la quinta opción (Ignore inactive cells), permite eliminar de la representación, las
celdas inactivas del modelo.
El cuerpo intermedio de la ventana de diálogo permite, a continuación:
➢ Fijar los valores, entre los que se representarán, las curvas de nivel. Para ello se pulsa la cabecera
de la columna Nivel (Level). Aparece una ventana de diálogo, a través de cuyos campos se puede
fijar la cota mínima y máxima de representación (Minimum, Maximum), así como la separación a
considerar entre cada dos isolíneas (Interval).
➢ Seleccionar el color o colores con los que se mostrarán las curvas de nivel. Pulsando la cabecera
de la columna Línea (Line), aparece una ventana de diálogo a través de la cual se pueden asignar
los colores asociados a cada uno de los valores extremos seleccionados en el apartado anterior.
Cualquier valor comprendido entre ellos tendrá asignado un color intermedio a los seleccionados
de la escala que genera automáticamente el programa.
➢ Seleccionar los colores con los que se rellenará el espacio comprendido entre las distintas
isolíneas. La mecánica de trabajo es idéntica a la enunciada en el epígrafe anterior.
➢ Seleccionar con qué frecuencia se quiere rotular las isolíneas dibujadas. Al pulsar la cabecera de
la columna Etiqueta (Label), aparece una ventana de diálogo que permite indicar cuál será la
primera isolínea etiquetada (First label contour line), y a partir de ella, con qué frecuencia se desea
rotular el resto de isolíneas (Label line frequency).
➢ A través de las últimas dos columnas, podemos fijar el tamaño del texto utilizado en la rotulación
(Label Height), y la separación entre dos etiquetas consecutivas (Label Spacing).
Figura 16-34 Proceso para obtener representaciones gráficas de evolución de piezometría y descensos.
El gráfico puede contener además dos tipos de datos (Data Types): los observados en la realidad para
cada punto de observación (Observation) y los calculados por el programa (Calculated). De esta manera,
el gráfico obtenido se puede utilizar en el proceso de calibración del modelo, si el modelo está
adecuadamente calibrado ambos gráficos deberán coincidir de manera suficientemente razonable. La
comparación de ambos tipos de datos se puede realizar también numéricamente, pulsando el botón
Datos (Data), aparecen en este caso dos tablas conteniendo los valores observados y los calculados por
el programa en cada instante. Las diferencias entre valores observados y calculados se hacen más
evidentes a través del gráfico asociado al botón Diagrama de diferencias (Scatter Diagram). Como se
puede observar, estas opciones gráficas constituyen una herramienta inestimable en el proceso de
calibración del modelo.
El resto de opciones de esta pantalla son fundamentalmente de control de apariencia del gráfico en
pantalla. Se puede, por ejemplo, dibujar distintos tipos de líneas horizontales y verticales para facilitar la
lectura del gráfico, o permitir que el propio programa ajuste los valores máximos y mínimos graficados
con el objeto de obtener una representación adecuada, todo ello a través de la sección Opciones
(Options). Si se prefiere fijar los límites de los ejes afectos de la representación, se puede introducir los
valores máximos y mínimos a través de las secciones X-Axis (Time) e Y-Axis.
Técnicas de resolución
Una vez elegido el criterio de selección de resultados, hay que indicar a Modflow qué técnica de
resolución del modelo desea utilizarse, de las cuatro alternativas que ofrece el programa (Ver Figura 16-
35). Esto se realiza a través de la opción Models→Modflow→Solvers.
El sistema de ecuaciones que debe resolverse para obtener la solución del problema puede ser abordado
por diferentes métodos matemáticos, de los cuales lo más significativos, desde el punto de vista del
usuario, son, entre ellos, los más rápidos encontrando la solución y que, eventualmente, alguno de estos
métodos no podría ser capaz de encontrarla por un problema de convergencia.
En la mayor parte de los casos, que un método de cálculo sea más rápido que otro resultará indiferente,
pues las diferencias en tiempo serán de escasos minutos y, en ocasiones, ni eso. Si se considera que el
coste del tiempo de cálculo, en los actuales ordenadores personales, es prácticamente nulo, esta
diferencia tan solo tendría significado para modelos altamente complejos, con tiempos requeridos de
cálculo muy altos, en los que incluso pequeñas diferencias de tiempo podrían dar lugar a sobrecostos
altos, máxime teniendo en cuenta que en la fase de calibración y análisis de sensibilidad del modelo se
pueden llagar a hacer centenas de simulaciones. Al seleccionar cualquiera de los métodos de cálculo se
necesita la siguiente información, variable según el método escogido:
Número máximo de iteraciones (Allowed Iteration Number, Maximum Iterations). Todos los métodos
utilizan un procedimiento iterativo para localizar la posible solución. En el mejor de los casos, iteración
tras iteración, el programa va convergiendo hasta encontrar la solución al problema planteado, con el
error que le hayamos indicado. Eventualmente pudiera ocurrir que el método no fuera convergente para
nuestro caso concreto. Para evitar que el programa caiga en un bucle sin fin, se fija el número máximo
de iteraciones que se permita ejecutar antes de que el programa dé por finalizada la búsqueda, bien por
haber encontrado una solución o por haber superado el máximo de iteraciones permitidas. Varía desde
pocas centenas para casos simples a varios millares para los modelos más complejos.
Criterio de convergencia (Convergence Criterion, Head Change Closure Criterion). Cuando el máximo
valor absoluto de los cambios de piezometría, en todas las celdas, es menor que el criterio de
convergencia impuesto, el programa da por encontrada la solución y finaliza el proceso iterativo.
Normalmente se fija en valores comprendidos entre 0,01 y 0,001.
Criterio de obtención de salidas impresas (Printout From the Solver). Permite especificar con qué
frecuencia se desea obtener la impresión de los cálculos intermedios realizados durante el proceso de
búsqueda de la solución. En determinadas ocasiones permite identificar las causas que originan que un
determinado problema no converja.
Criterios varios para acelerar la búsqueda de soluciones. Son parámetros con los que puede jugarse
para afinar el proceso de búsqueda de solución y minimizar el tiempo de cálculo, máxime si se han de
hacer muchas ejecuciones durante el proceso de calibración. Muchas veces se pierde más tiempo
intentando determinar los parámetros que optimizan el proceso de cálculo, que el que se ahorra una vez
encontrados los mismos. Según el proceso de cálculo seleccionado, reciben distintos nombres: Number
of Iteration Parameters, Acceleration Parameter, Relaxation-Acceleration Parameter, etc. Eventualmente,
alguno de los métodos permite indicar además si el problema a resolver es de tipo lineal o no lineal, con
objeto de aquilatar aún más el proceso de búsqueda de la solución.
Figura 16-36 Proceso para fijar los parámetros que controlan las salidas.
Una vez introducidos los datos enumerados en los epígrafes vistos hasta ahora, se estará en disposición
de ejecutar el modelo. Lo primero que debe hacerse es fijar los parámetros que controlan las salidas
ofrecidas por el programa (Ver Figura 16-36).
Esto se realiza a través de la opción Models→Modflow→Output Control. Al seleccionarla, aparece una
ventana de diálogo dividida en tres cuerpos.
En el primer cuerpo se pueden seleccionar las opciones del programa que saldrán impresas como parte
de los resultados, de las cuales las únicas que interesan por el momento son las correspondientes a la
piezometría (Hydraulic Heads), descensos (Drawdowns), entendidos como la diferencia entre la
piezometría inicial y la final para cada periodo de explotación, el flujo analizado celda a celda (Cell-bycell
Flow Terms), que se utiliza para el estudio del balance hídrico, y por último una opción para reproducir
un eco de los datos de entrada introducidos (Echo Print of Input Values). Marcando la casilla
correspondiente, Modflow genera los ficheros de las opciones así marcadas tras la ejecución del
programa.
En el segundo cuerpo de la ventana de diálogo, se introduce el criterio para la frecuencia con la que se
desean obtener los resultados del programa. En virtud de los valores que se introduzcan en estos
campos, Modflow selecciona los intervalos de tiempo en los que posteriormente se podrán analizar
resultados. En el campo Periodo de Explotación (Stress Period), se selecciona la frecuencia con la que
se muestrean los periodos de explotación modelizados para obtener resultados interpretables. Si en este
campo se introduce 1, Modflow leerá y pondrá a nuestra disposición los resultados para todos los
periodos de explotación simulados; si se introduce un 2, mostrará los resultados para uno de cada dos
periodos de explotación, y así sucesivamente.
En el campo Intervalos de Tiempo (Time Step), se selecciona la frecuencia con la que se muestrean los
intervalos de simulación modelizados de cada periodo anteriormente elegido, para obtener resultados
interpretables. La operativa es idéntica a la explicada para los periodos de explotación. Si en este campo
se introduce un 1, Modflow leerá y pondrá a disposición los resultados para todos los intervalos de
simulación de aquellos periodos de explotación previamente elegidos, en base al criterio anterior; si se
introduce un 2, mostrará los resultados para uno de cada dos intervalos de simulación de los periodos
de explotación previamente elegidos, y así sucesivamente. Esta opción permite, en modelos con gran
número de periodos de explotación e intervalos de simulación, seleccionar solo aquellos instantes de
más relevancia para el proyecto, evitando el elevado consumo de espacio en disco que conlleva
almacenar resultados que no son de interés.
En el tercero de los cuerpos de la ventana de diálogo, se introduce el criterio para identificar celdas que
poseen una piezometría singular, esencialmente las celdas en las que no existe flujo (For no-flow cells),
esto es, aquellas marcadas como inactivas en las condiciones de contorno (Boundary Condition) y las
celdas que a lo largo de la modelización quedan secas (For cells, which went dry), es decir, aquellas en
las que la piezometría calculada estaría por debajo del límite inferior de la propia celda. Los valores, por
defecto, suministrados por el programa son -999.99 para las celdas inactivas y 1E+30 para las celdas
que se secan. Estos valores permiten identificar, rápidamente, este tipo de celdas, cuando se analizan
las matrices de resultados de piezometría suministradas como resultado del cálculo del modelo, y pueden
ser utilizados en los programas que interpretan automáticamente estos resultados, bien sean propios o
ajenos, con el fin de dar a estas celdas un tratamiento singular.
Una vez seleccionado el método de cálculo, se puede ejecutar el programa (Ver Figura 16-37). Para ello
se selecciona la opción Models→Modflow→Run.
Aparece una ventana de diálogo en la que, a través del primer cuerpo, se indica al preprocesador PMWIN
que versión de Modflow se está utilizando (Modflow Version), y la ruta del ejecutable correspondiente
(Modflow Program). Con la versión 5.3 de PMWin se puede usar MODFLOW96 + INTERFACE TO
MT3D96 AND LATER y como ejecutable C:\PM5\modflw96\lkmt2\modflow2.exe, suponiendo que se
haya realizado la instalación por defecto aconsejada. En el segundo cuerpo de la ventana de diálogo
aparece la lista de ficheros de Modflow que genera PMWIN. Si de una ejecución del programa a la
siguiente se ha introducido algún cambio en los datos, el propio PMWIN se encarga de regenerar
automáticamente los ficheros precisos, por lo que la intervención aquí resulta innecesaria.
En el tercer cuerpo de la ventana de diálogo aparecen diversas opciones que pueden seleccionarse, así:
Regeneración de todos los ficheros de datos de Modflow (Regenerate all input files for Modflow). Permite
la regeneración de todos los ficheros de datos de Modflow, se hayan o no introducido modificaciones en
los datos a través de las opciones de PMWIN. Es una opción útil cuando por diversas circunstancias (por
ejemplo, un corte de luz) se ha producido una corrupción de los ficheros requeridos por Modflow.
Chequeo de los datos del modelo (Check the model data). Esta interesante opción permite que PMWIN
compruebe la coherencia de los datos introducidos en el modelo, al menos, el de aquellos para los que
el preprocesador dispone de algún criterio, por ejemplo, que la cota topográfica de la base de una celda
no sea superior a la cota topográfica de su techo. Si se encuentran errores en este proceso, PMWIN los
recoge en el fichero CHECK.LST.
Generar solo los ficheros de datos, sin ejecutar Modflow (Generate input files only, don’t start Modflow).
Permite posponer la ejecución de Modflow a un instante posterior, o bien generar los datos que Modflow
requiere en un determinado ordenador y ejecutar Modflow a partir de ellos, en otro ordenador diferente,
por ejemplo, uno de mayor capacidad o potencia de cálculo.
No generar los ficheros para MODPTH (Don’t generate MODPATH files anyway). Se desactiva la
creación de ficheros requeridos para el programa MODPATH.
Una vez completados los datos de esta pantalla, se ejecuta Modflow pulsando el botón OK. Aparece a
continuación una ventana MSDOS indicando la secuencia de iteraciones consumidas en el proceso de
cálculo y notificando la localización del fichero OUTPUT.DAT que contiene información sobre el mismo.
Lo primero que debe mirarse en este punto, es la verificación del número de iteraciones consumidas en
el proceso de cálculo sea menor que el máximo que se haya indicado. Si el programa alcanza las
iteraciones máximas autorizadas, finaliza sin dar otras indicaciones.
Si esto ocurre, puede ser debido a dos circunstancias: o bien el programa requiere más iteraciones para
hallar la solución, que el número máximo indicado, o bien el proceso es no convergente. En el primer
caso, el problema se soluciona incrementando el número de iteraciones máximas permitidas haciendo,
por tanto, que el programa dedique mayor tiempo de cálculo en la búsqueda de la solución. En el caso
de que el proceso sea no convergente con el método de cálculo seleccionado, el problema se soluciona
generalmente optando por otros métodos disponibles.
Si con cualquiera de dichos métodos el proceso sigue sin converger, es prácticamente seguro que
tenemos algún tipo de dato incorrecto o con valores incoherentes, por ejemplo, parámetros
hidrogeológicos que no se correspondan con la realidad y ostensiblemente fuera de rango. Un caso
habitual en el que se presenta este problema de no convergencia es cuando por la conformación
geométrica de las celdas, en el proceso de cálculo, descienden los niveles y dejan bolsas aisladas sin
conexión hidráulica entre sí. Modflow es incapaz de manejar esta circunstancia, por lo que se debe
localizar las zonas en las que se produce este hecho y eliminarlas del modelo. La no convergencia puede
darse también cuando, teniendo todos los datos correctamente introducidos, el sistema a modelizar es
extremadamente complejo. Esta circunstancia es altamente infrecuente, por lo que en caso de no
convergencia debe descartarse siempre y en primer lugar un error en la introducción de datos.
Análisis de resultados
Funcionalidades de obtención del balance hídrico
Para obtener el balance hídrico se debe seleccionar la opción de menú Tools→Water Budget.
A través de esta opción, Modflow ofrece la posibilidad de obtener, para un determinado periodo de
explotación y para un determinado intervalo de tiempo del mismo, el balance hídrico del modelo o de una
porción de él (Ver Figura 16-38).
En las columnas siguientes aparece el caudal de agua que entra en la zona (IN), la que sale de la zona
(OUT) y el balance neto (IN-OUT).
El programa totaliza cada columna en una fila adicional (Sum Of The Layer) al pie de cada una de las
matrices consideradas. Además, en el caso del balance correspondiente al modelo total (Water Budget
Of The Whole Model Domain), calcula el error del balance (Discrepancy) entendido como la diferencia
entre entradas y salidas globales. Este parámetro es de especial significancia, puesto que para garantizar
la corrección del modelo debe mantenerse por debajo del 1 %.
CAPÍTULO 17
Modelos de transporte (MT3DMS/SEAWAT)
17.1. Introducción General y planteamiento didáctico
17.2. Modelo MT3DMS/SEAWAT. Manejo de la interfaz
17.3. Transporte advectivo, dispersivo, difusivo y reactivo. Ejemplo explicativo
CAPÍTULO 17
Modelos de transporte (MT3DMS/SEAWAT)
➢ CRHOREF: Utilizado solamente por Seawat, representa la concentración de referencia para las
especies. Para la mayor parte de las simulaciones, CRHOREF resulta ser nulo.
➢ Con retardo de un paso de tiempo: La ecuación de flujo se formula utilizando las densidades
de fluido provenientes del paso de tiempo, previo para el transporte. Esta opción de
acoplamiento explícito es normalmente mucho más rápida que la opción iterativa.
➢ Iterativo no lineal: La solución de las ecuaciones de flujo y transporte se obtiene en una
secuencia iterativa para cada paso de tiempo, hasta que las diferencias consecutivas de
densidad de fluido calculadas sean menores que un valor especificado por el usuario.
➢ Condicional: La solución de flujo queda estipulada a las siguientes condiciones: 1) el primer
paso de transporte de la simulación, 2) el último paso de transporte de la simulación y 3) el
cambio de densidad máximo en una celda es mayor que el umbral necesario para recalcular la
solución de flujo.
advección es resuelto por MMOC. El criterio para controlar el cambio entre los esquemas MOC y
MMOC viene dado por DCHMOC.
❖ Método de diferencias finitas: Debido a los problemas de dispersión numérica y oscilación artificial,
el método, solo es adecuado para resolver problemas de transporte no dominados por la
advección. El esquema de solución es implícito y se resuelve por el uso del gradiente conjugado
generalizado. La precisión viene dada por el número de Peclet Pe, que mide la relación entre la
distancia de mallado y la dispersividad longitudinal; si Pe < 2, el método es razonablemente
preciso. Es aconsejable utilizar este método para obtener primeras aproximaciones en las etapas
iniciales de un estudio de modelización.
❖ Método TVD de tercer orden: Basado en el algoritmo Ultimate. La solución es conservadora en
masa, sin dispersión numérica excesiva ni oscilación artificial.
El esquema de ponderación solo se necesita cuando se utiliza el método de las diferencias finitas. Para
el esquema de ponderación aguas arriba, la concentración de la interfase, en una dirección particular, es
igual a la concentración en el nodo aguas arriba en la misma dirección. Para el esquema de ponderación
centrado en el espacio, la concentración de la interfase se obtiene por interpolación lineal de las
concentraciones en las dos celdas vecinas (Zheng y Wang, 1998). El esquema centrado en el espacio
no conduce a una dispersión numérica intolerable, cuando el espaciamiento de malla es regular. Sin
embargo, si el transporte está dominado por la advección, se prefiere la ponderación aguas arriba, ya
que el esquema de ponderación centrado en el espacio puede conducir a una oscilación artificial
excesiva.
El algoritmo de rastreo de partículas se utiliza en combinación con el método de las características.
MT3DMS presenta varias opciones:
❖ Algoritmo de Euler de primer orden: La velocidad de la partícula se obtiene por interpolación lineal,
a partir de las descargas específicas en las caras de las celdas. Los errores numéricos tienden a
ser grandes a menos que se consideren pasos de transporte pequeños. El paso de transporte
permitido se determina mediante [17-1], donde Δx, Δy y Δz son los anchos de celda en cada una
de las direcciones, ɣc es el número de Courant, R es el factor de retardo, y 𝑣𝑥 , 𝑣𝑦 y 𝑣𝑧 las
componentes de la velocidad, también según cada dirección.
Δx Δy Δz
|Δt|= ɣc R MIN [ , , ] [17-1]
vx vy vz
❖ Número máximo de partículas móviles totales (MXPART): Número de partículas permitidas en una
simulación.
❖ Número de Courant (PERCEL): Número de celdas (o fracción de celda) en el que se permite el
movimiento a cualquier partícula, en cualquier dirección y en un paso de transporte. Generalmente,
0,5 ≤ PERCEL ≤ 1.
❖ Factor de ponderación de concentración (WD): Comprendido entre 0 y 1, el valor de 0,5 es, por lo
general, una buena elección, aunque a medida que la advección se hace más dominante puede
aumentarse hacia la unidad.
❖ Gradiente de concentración relativo insignificante (DCEPS): Criterio para la colocación de las
partículas, un valor de 10 a 5 es generalmente adecuado.
Si DCEPS es mayor que el gradiente de concentración de celda relativo DCCELLk,i,j [17-2], las
partículas NPH se colocan en la celda [i, j, k]; de lo contrario, se colocan partículas NPL. CMAXi,j,k
y CMINi,j,k son los valores de concentración máxima y mínima en la vecindad inmediata de la
celda [i, j, k], y CMIN y CMAX los valores de concentración mínima y máxima en toda la malla,
respectivamente.
CMAXi,j,k -CMINi,j,k
DCCELLi,j,k = [17-2]
CMAX-CMIN
Para introducir coeficientes de difusión específicos, para especies individuales, se utiliza el cuadro de
diálogo “Difusión Dependiente de Especies”. En dicho cuadro de diálogo, puede activarse o desactivarse
el cuadro de datos y, una vez activado, incluir la información requerida en el Editor. Los datos incluidos
son utilizados por MT3DMS/SEAWAT para sustituir el coeficiente de difusión molecular efectivo
introducido en el módulo de dispersión. Los datos especificados se utilizan solo si el módulo de dispersión
está activado.
El cuadro de diálogo del módulo “Reacción Química” se utiliza para simular adsorciones y reacciones
químicas. El tipo de reacción ya se ha seleccionado previamente a través del cuadro de diálogo “Ajustes
de simulación” del modelo MT3DMS/SEAWAT.
Los parámetros requeridos, en cada celda del modelo, para los tipos de adsorción y reacción
seleccionados son los siguientes:
❖ Tipo de adsorción: Se implementa en el modelo MT3DMS mediante el uso del factor de retardo R.
➢ Sin adsorción: No se simula la adsorción.
➢ Isoterma lineal y en equilibrio: Supone que la concentración adsorbida (𝐶𝑖,𝑗,𝑘 ̅ ) es
directamente proporcional a la concentración disuelta [17-3]. Por lo tanto, el factor de retardo
(Ri, j, k) es independiente de los valores de concentración (Ci, j, k) y se calcula una sola vez,
para cada celda, al comienzo de la simulación, utilizando para ello la porosidad del medio
poroso (ni, j, k), el coeficiente de distribución para la especie de soluto considerada (KD) y la
densidad aparente del medio poroso (ρb) [17-4]. La porosidad del medio poroso y la densidad
aparente ya han sido previamente introducidos a través del menú “Parámetros”; el coeficiente
de distribución, sin embargo, se indica en el cuadro de diálogo “Reacción Química”.
̅i,j,k =KD .Ci,j,k
C [17-3]
ρb
Ri,j,k =1+ KD [17-4]
ni,j,k
ρb KL .S̅
Ri,j,k =1+ [17-8]
ni,j,k (1+KL .Ci,j,k )2
Utilizando esta opción se puede especificar la concentración inicial para la fase líquida,
adsorbida o inmóvil. Para ello, basta con activar la opción "Utilizar la concentración inicial para
la fase líquida adsorbida o inmóvil que no está en equilibrio" en el cuadro de diálogo “Reacción
Para valores muy altos de τ, el modelo de dominio dual funciona como modelo de dominio
único, con una porosidad que se aproxima a la porosidad total del medio poroso. Para valores
muy bajos de τ, el modelo funciona como un modelo de porosidad única con la porosidad
efectiva.
Utilizando esta opción, se puede especificar la concentración inicial para la fase líquida, sorbida
o inmóvil. Para ello, basta con activar la opción "Utilizar la concentración inicial para la fase
líquida sorbida o inmóvil que no está en equilibrio" en el cuadro de diálogo “Reacción Química”
y especificar el valor de la concentración en "Concentración inicial para la fase líquida inmóvil"
de todas las especies para esta fase. Si no se activa esta opción, se supone que la
concentración inicial de la fase líquida inmóvil es nula.
❖ Tipo de reacción
➢ Reacción no cinética: La reacción no se simula.
➢ Reacción irreversible de primer orden: Los parámetros requeridos en este caso son las tasas
de reacción de primer orden para las fases disuelta y adsorbida, λ1 y λ2 respectivamente [17-
11].
Δt ρb
Δ(CRCT )i,j,k =- [λ1 Ci,j,k +λ2 ̅i,j,k ]
C [17-11]
Ri,j,k ni,j,k
Para la simulación de situaciones más complejas, tales como fases disueltas de un compuesto
orgánico y/o reacciones en cadena paterno-filial de primer orden, debe recurrirse a la
implementación del modelo de transporte MT3D99.
El módulo “Densidad de Fluido Prescrita” es utilizado por SEAWAT y, por tanto, está disponible
únicamente si el modo de simulación se establece como “Flujo de Densidad Variable y Transporte con
SEAWAT”, en el cuadro de diálogo “Ajustes de Simulación”, y si se desactiva el efecto de densidad de
todas las especies simuladas.
El módulo “Concentración de Fuente/Sumidero” se utiliza para especificar, a través del Editor de Datos,
la concentración asociada al fluido de las fuentes o sumideros distribuidos puntual o espacialmente. Las
fuentes puntuales incluyen pozos, bordes de nivel constante, bordes de nivel general, ríos y arroyos. La
recarga y evapotranspiración son las únicas fuentes y sumideros, respectivamente, y espacialmente
distribuidas. Debe tenerse en cuenta que la concentración en un sumidero nunca puede ser mayor que
la del agua subterránea en ese punto; por tanto, en esos casos, la concentración del sumidero se ajusta
automáticamente al valor de la concentración en el agua subterránea.
Los elementos de este módulo de transporte solo están disponibles cuando se han utilizado previamente
durante la simulación de flujo en Modflow, siendo elección del usuario la indicación o no de la
concentración para fuentes y/o sumideros. En caso de no especificarse la concentración de una fuente
y/o sumidero, el valor por defecto para la misma es cero.
Para el caso concreto del elemento “Concentración Específica Variable en el Tiempo”, el usuario tiene la
oportunidad de definir celdas de concentración constante en cualquier punto del modelo, así como
valores de concentración diferentes para distintos periodos de estrés. Una celda de concentración
específica que varía en el tiempo se define estableciendo los siguientes datos en el Editor de Datos:
❖ Bandera: Valor distinto de cero, indica la celda de concentración constante. Para cambiar el valor
de la concentración en un periodo de estrés determinado, debe establecerse un valor distinto de
cero y asignar el valor de concentración deseado en el apartado “Concentración Específica”. En
una simulación multiespecie, esta labor debe realizarse para todas las especies.
❖ Concentración específica: Concentración en la celda desde el comienzo de un periodo de estrés.
Si la condición de concentración constante no se aplica a una especie en particular, debe
asignarse un valor de concentración negativo para esa especie.
El módulo “Ratio de Carga de Masa” permite definir el caudal másico de un determinado soluto en la
masa de aguas subterráneas. Es de especial interés, por ejemplo, para el caso en el que se produce la
disolución de un derrame de petróleo, ya que el agua subterránea, que fluye a través del cuerpo de
petróleo residualmente saturado, recoge los hidrocarburos.
MT3DMS incluye, a través del módulo “Solver”, un proceso de resolución iterativo basado en el método
del gradiente conjugado generalizado para resolver el sistema de ecuaciones de transporte. Utilizando
este método, la dispersión, reacción y presencia de sumideros/fuentes se resuelven implícitamente sin
ninguna restricción de estabilidad en el tamaño del paso de transporte. Los ajustes y parámetros
necesarios para este módulo se especifican en el cuadro de diálogo “Gradiente Conjugado Generalizado
(GCG)” (Figura 17-9).
❖ Método de preacondicionamiento: Puede aplicarse el método de Jacobi, Sobrerrelajación
Simétrica Sucesiva (SSOR) y Cholesky Incompleto Modificado (MIC). MIC normalmente lleva a
cabo menos iteraciones, sin embargo, requiere mucha más memoria.
MT3DMS también da la opción de importar los datos de un archivo de datos externo a través del botón
“Cargar”.
El cuadro de diálogo “Control de Salida” (Figura 17-11) permite ajustar las opciones de
salida de MT3DMS/SEAWAT.
Las opciones de este cuadro de diálogo se agrupan bajo las tres pestañas descritas a continuación.
❖ Términos de salida: Determina la información a incluir en el archivo de salida “output.mtm” del
modelo de transporte. Todos los términos de salida denotados por (ASCII) se guardan en el archivo
de lista; los valores de concentración en fase disuelta calculados se guardan en los archivos
binarios no formateados MT3Dnnn.UCN, donde nnn es el número de especie; los valores de
concentración de la fase adsorbida o de la fase líquida inmóvil calculados, se guardan en los
archivos binarios no formateados MT3DnnnS.UCN. Todos los archivos de salida se encuentran en
la misma carpeta que su modelo. Se puede utilizar el Extractor de Resultados del menú
“Herramientas” para leer los archivos binarios no formateados.
❖ Tiempos de salida: El valor de la
frecuencia de salida, NPRS, indica si
la salida se produce en términos de
tiempo total de simulación
transcurrido o de número de pasos
de transporte. Si NPRS = 0, los
resultados de la simulación solo se
guardan al final de la simulación. Si
NPRS < 0, los resultados de la
simulación se guardan siempre que
el número de pasos de transporte
sea un múltiplo par de NPRS. Si
NPRS > 0, los resultados de la
simulación se guardan según se
especifica en la tabla mostrada en la
Figura 17-12. Figura 17-12 Pestaña “Tiempos de Salida”.
Hay dos formas de especificar los tiempos de salida. El usuario puede hacer clic en el encabezado de
tabla “Tiempo de Salida” y, a continuación, introducir un tiempo mínimo, un tiempo máximo, y un intervalo
de tiempo entre cada salida. MT3DMS utiliza estas entradas para calcular NPRS y los tiempos de salida.
La otra manera es especificar un NPRS positivo, presionar la tecla TAB y, a continuación, introducir los
tiempos de salida en la tabla “Tiempo de Salida”. Los tiempos de salida siempre se miden desde el
principio de la simulación.
❖ Miscelánea
➢ CINACT: Valor de concentración predeterminado para una celda de concentración inactiva
(ICBUND = 0). Carece de cualquier significado físico.
➢ THKMIN: Espesor saturado mínimo de una celda, expresado como la fracción decimal del
espesor de la capa modelo, por debajo del cual la celda se considera inactiva.
➢ NPRMAS: Frecuencia con la que se debe guardar la información del balance de masas en el
archivo resumen MT3Dnnn.MAS, donde nnn es el número de especie.
Si en el módulo “Ajustes de Simulación”, el modo de simulación está configurado como “Transporte de
Densidad Constante con MT3DMS”, el módulo “Ejecutar” aparece mediante el cuadro de diálogo
“Ejecutar MT3DMS” (Figura 17-13a). Si, por el contrario, el modo de simulación está configurado como
“Densidad Variable y Transporte con Seawat”, se muestra el cuadro de diálogo “Ejecutar SEAWAT”
(Figura 17-13b).
Figura 17-13 Cuadros de diálogo “Ejecutar” para MT3DMS (a) y SEAWAT (b).
Los ajustes disponibles en estos cuadros de diálogo para ejecución de los modelos MT3DMS y Seawat
son los siguientes:
❖ La tabla de archivos tiene tres columnas
➢ Generar: Antes de ejecutar la simulación del transporte, PM utiliza los datos especificados por
el usuario para generar archivos de entrada para MT3DMS o Seawat. Se genera un archivo de
entrada si no existe o si el cuadro “Generar” correspondiente está marcado.
➢ Descripción: Indica los nombres de los paquetes utilizados en el modelo MT3DMS o Seawat.
➢ Archivo de destino: Muestra las rutas y los nombres de los archivos de entrada al modelo
MT3DMS o Seawat.
❖ Opciones
➢ Regenerar todos los archivos de entrada: Permite forzar a PM a generar todos los archivos
de entrada. Esto es útil, si estos han sido borrados o sobrescritos por otros programas.
➢ Generar solo archivos de entrada, no inicie MT3DMS/Seawat: Si el usuario no desea
ejecutar MT3DMS o SEAWAT. La simulación se puede iniciar en un momento posterior o se
puede iniciar en el símbolo del sistema (cuadro DOS), ejecutando el archivo por lotes
MT3DMS.BAT o SEAWAT.BAT.
➢ Usar un Formato de archivo adecuado: Si se están ejecutando versiones antiguas con
formatos distintos a MODFLOW-2000, MT3D99 o versiones anteriores de MT3DMS.
El botón OK genera los archivos de entrada MT3DMS o SEAWAT, y un archivo por lotes MT3DMS.BAT
o SEAWAT.BAT, en la carpeta del modelo. Cuando se generan todos los archivos de entrada, PM ejecuta
automáticamente MT3DMS.BAT o SEAWAT.BAT en una ventana Prompt de comandos (cuadro DOS).
Durante la simulación, MT3DMS o SEAWAT escribe un registro de ejecución detallado en el archivo
OUTPUT.MTM u OUTPUT.SWT, que queda guardado en la carpeta del modelo.
El módulo “Vista” permite visualizar los resultados obtenidos tras la ejecución del modelo
MT3DMS/SEAWAT. Dicho módulo permite las siguientes opciones:
❖ Archivo de lista de ejecución: Permite visualizar el archivo de lista de ejecución OUTPUT.MTM de
MT3DMS u OUTPUT.SWT de Seawat, que contiene un registro de ejecución detallado guardado
por MT3DMS o Seawat, respectivamente.
❖ Diagrama de dispersión de concentración: Disponible solo si se ha definido el módulo
“Observaciones de Concentración”. Permite representar un diagrama de dispersión con los datos
de concentración observados y calculados en la simulación. Este diagrama es completamente
análogo al obtenido para los niveles piezométricos en Modflow.
❖ Curvas de tiempo-concentración: Disponible solo si se ha definido el módulo “Observaciones de
Concentración”. Permite representar curvas de tiempo-concentración completamente análogas a
las representadas para el caso tiempo-niveles piezométricos de Modflow.
En el Capítulo 10, se comentaron los procesos de transporte y atenuación de contaminantes para las
zonas no saturada y saturada de un determinado acuífero. Para el caso concreto de la zona saturada,
los mecanismos principales son la advección, la dispersión mecánica, la difusión molecular y las
reacciones, principalmente, las de naturaleza química.
El efecto de estos fenómenos anteriormente mencionados puede analizarse, de forma sencilla y
conceptual, a través de su modelización en el programa Processing Modflow utilizando, para ello, el
código MT3DMS/SEAWAT.
Considerando un acuífero libre, homogéneo e isótropo, de 20 m de espesor saturado, 25 m/d de
conductividad hidráulica y 5 % de porosidad eficaz, y asumiendo una fuente de contaminante de NaCl,
de concentración constante de 1.000 ppm, localizada en el borde izquierdo del modelo; se obtienen las
simulaciones mostradas en las Figuras 17-14, 17-15 y 17-16, correspondientes a transportes
exclusivamente advectivo, dispersivo y difusivo, respectivamente.
la tortuosidad, permeabilidad, forma y tamaño de los granos, etc., de modo que las partículas de
contaminante que encuentran caminos menos tortuosos y/o más anchos, avanzan con mayor rapidez a
lo largo del medio poroso.
Como ya se vio en su momento, el transporte difusivo es independiente del movimiento de las aguas
subterráneas y, en consecuencia, puede producirse incluso cuando no tienen lugar los procesos de
advección y/o dispersión. Un ejemplo de ello se muestra en la Figura 17-16 donde, en ausencia de otros
fenómenos, la difusión da lugar a una zona de mezcla desde el borde izquierdo del modelo, origen de la
contaminación e isolínea de concentración de NaCl de 1.000 ppm, hacia el lado derecho con ausencia
de contaminante.
CAPÍTULO 18
Simulación numérica de yacimientos de hidrocarburos. Comparación y diferencias
con la simulación hidrodinámica. Conceptualización general de los modelos
multiflujo multicomponente. Modelos característicos. Aplicación al almacenamiento
de CO2 en estado supercrítico en formaciones acuíferas salinas
18.1. Introducción a la simulación de yacimientos de hidrocarburos
Fases presentes, propiedades, ecuaciones
18.2. Propiedades
Propiedades del medio
Propiedades de los fluidos
Propiedades de interrelación entre las fases
18.3. Conceptos. Ecuaciones principales
Caso unidimensional. Una sola fase
Caso unidimensional. Más de una fase. Flujo multifásico
Caso tridimensional. Una sola fase. Flujo monofásico
Caso tridimensional. Más de una fase. Flujo multifásico
18.4. Modelos numéricos de simulación de la inyección de CO2
Modelo de Black Oil. Modelo composicional
18.5. Cambio climático. Visión general
Problemática. Corto y largo plazo
Protocolo de Kyoto (2005). Conferencia de París (2015)
Proyectos CAC en el mundo
Uso del CO2 en la producción mejorada de petróleo
Mercado del carbono (European Union Emission Trading Scheme, EU ETS)
18.6. Métodos de lucha contra el incremento de CO2 en la atmósfera
Almacenamiento geológico de CO2 (CAC)
Roca almacén, inyectividad, roca sello
Yacimientos de hidrocarburos y explotados, acuíferos salinos profundos y capas de carbón sin
interés minero
Inyectividad del CO2
18.7. CO2 en estado supercrítico. Propiedades físicas y químicas
Propiedades del CO2
18.8. Inyección de CO2 en formaciones acuíferas salinas. Trampas hidrostáticas, imbibición, disolución
y mineralización
Mecanismos de retención de CO2 en un acuífero salino
Retención estructural o estratigráfica
Retención residual
Retención por solubilidad
Retención mineral
Seguridad del confinamiento
Sismicidad inducida
18.9. Descripción de un proyecto de almacenamiento de CO2 en formaciones profundas
Captura, transporte y almacenamiento
Proyectos a escala industrial
Estudio de viabilidad
Almacenamiento de Hontomín
CAPÍTULO 18
Simulación numérica de yacimientos de hidrocarburos. Comparación y diferencias
con la simulación hidrodinámica. Conceptualización general de los modelos
multiflujo multicomponente. Modelos característicos. Aplicación al
almacenamiento de CO2 en estado supercrítico en formaciones acuíferas salinas.
➢ Generación y migración (millones de años): Son los procesos químicos y físicos por los que una
roca madre es capaz de generar y expulsar hidrocarburos. Esta generación depende de la
profundidad (presión y temperatura), y del tiempo geológico. El proceso de migración comienza
con la expulsión de los hidrocarburos de la roca madre hasta su llegada a la trampa.
➢ Roca sello: Es la roca, normalmente sedimentaria de grano fino, impermeable que impide a los
hidrocarburos seguir migrando hasta alcanzar la superficie. Las evaporitas son sellos muy
efectivos (anhidritas, sales).
➢ Trampa: Hace referencia a la geometría de cierre que impide que los hidrocarburos migren hasta
la superficie y permite que se almacenen (sean atrapados) en la roca almacén.
A la hora de comparar y establecer diferencias, la primera que aparece es que en hidrogeología, si se
considera la zona saturada, el único fluido presente es el agua. Sin embargo, cuando se trabaja en el
ámbito de la simulación de yacimientos de hidrocarburos, a la saturación del medio en cuestión
contribuirá más de un fluido. ¿Qué supone la presencia de más de un fluido –petróleo, gas, agua–?
¿Cómo se disponen en el yacimiento? ¿Tienen todos los fluidos la misma afinidad por la roca almacén?
¿Cómo afecta la presencia de varios fluidos al movimiento o flujo por el medio poroso de uno de ellos?
Otro aspecto a notar es que, en ambos casos,
TIPOS DE AGUA EN FUNCIÓN DE SU SALINIDAD
no hablamos de la misma agua. En
Agua tipo Salinidad (ppm) Densidad (g/L) hidrogeología hablamos de agua dulce, potable
Agua potable 250 1,0025 (< 250 ppm), destinada fundamentalmente al
Agua de mar 30000 1,03 consumo humano, agrícola e industrial. En el
caso del agua presente en los yacimientos de
Salmuera 180000 1,180
hidrocarburos, se trata de un agua más salada
Mar Muerto 230000 1,230 que el agua del mar; en ocasiones puede llegar
Tabla 18-1 Tipos de agua en función de su salinidad. a una salinidad tipo salmuera (150.000 a
180.000 ppm), no apta para el consumo, ni para
usos agrícolas, ni industriales. Por tanto, son aguas de propiedades distintas (Tabla 18-1). ¿Qué
consecuencias conlleva su extracción? ¿Qué se hace con ella?
Además de esta cuestión hay otra esencial. Las presiones de trabajo. Se puede decir que en la
modelización hidrogeológica se trabaja con bajas presiones en comparación con las presiones de trabajo
en un yacimiento de petróleo o gas. ¿Cómo afectan estas presiones? ¿Afectan por igual a todos los
fluidos? ¿Qué supone la pérdida de presión? ¿Cambian los parámetros característicos? ¿Se puede
recuperar la presión inicial de un yacimiento? ¿Y superar?
Existe también otra diferencia. La temperatura del medio. En general, al trabajar a mayores
profundidades, la temperatura en los yacimientos de hidrocarburos también será mayor que en los
acuíferos más superficiales. Relacionando estas propiedades, se puede decir que, a profundidades
mayores, mayores presiones, mayor salinidad, mayores densidades y temperaturas más altas. Para una
misma profundidad, si se mantiene constante la salinidad, la densidad disminuye al aumentar la
temperatura y, si se mantiene constante la temperatura, la densidad crece al aumentar la salinidad.
No nos podemos olvidar de la importancia que tiene el saber con qué sistema de unidades vamos a
trabajar. En el mundo de los hidrocarburos se suele trabajar con el sistema de unidades de campo, que
es distinto del sistema internacional de unidades. No hay que olvidar que una de las principales causas
de los errores que se comenten en la modelización proviene de los errores en las unidades de alguno de
los parámetros de modelización.
18.2 Propiedades
En este apartado se describen las propiedades citadas en la introducción. En primer lugar, se abordarán
las propiedades del medio, a continuación, las propiedades de cada fase y, posteriormente, las
propiedades que se refieren a la interrelación entre las fases.
permeabilidad intrínseca o permeabilidad absoluta, tiene las dimensiones de área (L2) y su unidad
se denomina Darcy (D = 9,87·10-9 cm2 = 9,87·10-13 m2). Corresponde a una medida de la
permeabilidad que depende únicamente del medio poroso, no del fluido presente. Esta es la
permeabilidad que se emplea en el mundo de los hidrocarburos.
❖ Compresibilidad (Cr)
Corresponde al cambio de volumen de la roca como consecuencia de un cambio unitario de
presión (Figura 18-2). La compresibilidad de la roca (Cr) es suma de las compresibilidades de la
matriz (Cm) y de los poros (Cp), ya que el volumen de la roca es suma del volumen de la matriz
(Vm) y del volumen de los poros (Vp). Normalmente la Cm es despreciable respecto de la Cp, por lo
que la Cr ≈ Cp, pudiéndose expresar en función de la porosidad. La compresibilidad es el inverso
del módulo de compresibilidad cuyo análisis dimensional es ML-1T-2. Por tanto, el análisis
dimensional de la compresibilidad es M-1LT2.
1 ∂∅
Cr = [ ]
∅ ∂P T
Al disminuir la
presión, se
reduce la
porosidad
encima de este, de estar presente, el gas libre. Los contactos entre las distintas fases no son
nítidos, sino que forman unas zonas de transición (agua-petróleo y petróleo-gas) como
consecuencia de la presión capilar (Pc) entre las fases.
Por tanto, existirá un contacto agua-petróleo (OWC, Oil Water Contact) y un contacto petróleo-gas
(GOC, Gas Oil Contact), cada uno de ellos situado a una profundidad y sometido a una presión.
Cuando se considera, como simplificación, que la presión capilar entre las fases es nula, entonces
el contacto entre las fases es nítido. En el caso de que no haya petróleo en el yacimiento, existirá
únicamente un contacto gas-agua (GWC, Gas Water Contact).
Junto a la densidad, es importante conocer lo que se denomina peso específico (). El peso
específico se define como la relación entre el peso de una substancia (producto de la masa por la
gravedad, m·g) y su volumen. Por tanto, la relación entre el peso específico y la densidad viene
dada por la fuerza de la gravedad (g), es decir, = ρ g.
La densidad del petróleo suele expresarse en gravedad o grados API (American Petroleum
Institute). Se trata de una medida de la densidad que nos indica lo pesado o ligero que es un crudo.
Para calcularla se tiene en cuenta la gravedad específica (𝛾𝑜 ), que es la relación entre la densidad
del líquido, en este caso el crudo, y la densidad del agua a la temperatura de referencia (60˚F ó
15.6˚C). La gravedad específica del agua es uno. En el Sistema Internacional coincide la gravedad
específica con la densidad del líquido. Un líquido con gravedad específica menor que la unidad
es más ligero que el agua a la temperatura de referencia, y por tanto, flota en el agua. La densidad
en o API se determina mediante:
141,5
°API= -131,5
γo
❖ Viscosidad ()
Es una propiedad que tiene que ver con la resistencia al flujo, al deslizamiento o a la deformación
cortante, de un fluido en el medio poroso. Se define como el cociente entre el esfuerzo cortante
() y el gradiente de velocidad (u), en la dirección normal al movimiento. Se conoce como
viscosidad absoluta o dinámica y su análisis dimensional es (M L-1 T-1). Existe también la
viscosidad cinemática (), que es el cociente entre la viscosidad dinámica y la densidad (=ρ),
cuyo análisis dimensional es (L2 T-1).
La viscosidad del petróleo dependerá en gran medida de si tiene o no gas disuelto en su seno. Si
se considera constante la temperatura del yacimiento, en función de la presión del yacimiento
podemos tener petróleo sin gas disuelto (petróleo muerto), petróleo con gas disuelto (petróleo
saturado), y petróleo con gas disuelto y presión por encima de la presión del punto de burbuja
(petróleo no saturado). Por tanto, a la hora de realizar una simulación deberemos conocer cómo
varía la viscosidad de los fluidos presentes en el yacimiento como consecuencia del cambio de
presión.
❖ Compresibilidad (Cf)
Corresponde al cambio de volumen del fluido en cuestión como consecuencia de un cambio
unitario de presión. Al aumentar la presión, el volumen del fluido disminuirá.
1 ∂V
Cf =- [ ]
V ∂P T
Por ese motivo, al ser siempre positiva la compresibilidad, aparece un signo negativo en su
definición. El análisis dimensional es el mismo que para la compresibilidad de la roca, es decir, es
M-1LT2:
petróleo, la fase mojante suele ser el agua. El gas suele ser siempre fase no mojante. A partir del
ángulo de contacto entre las fases se puede saber cuál es la mojante y cuál es la no mojante. En
un sistema petróleo-agua, cuando el ángulo de contacto está comprendido entre 0≤θ≤90°, se dice
que la fase mojante es el agua. Cuando ese ángulo cumple que 90≤θ≤180°, se dice que la fase
mojante es el petróleo.
( A v ) x − ( A v ) x +x = ( Ax )
t
− A ( v ) = A ( )
x t
− ( v ) = ( )
x t
v
A,
x x+x
anchura x
Para la ecuación de conservación del momento, necesitamos una expresión que relacione la velocidad
del fluido con el cambio de presión en el recinto. Para ello, igual que se ha hecho en hidrogeología,
acudimos a la ecuación de Darcy, considerando que las velocidades de los fluidos en el medio poroso
son bajas. Si recordamos lo ya enunciado en los capítulos 5 y 6, la ecuación de Darcy relaciona el caudal
(Q) por unidad de área (A), es decir, la velocidad (v) con el cambio de altura de la columna del fluido
(presión), entre dos puntos a y b separados por una distancia L. Este caudal es proporcional a la
permeabilidad efectiva (k, LT-1), que depende tanto del medio como del fluido en cuestión.
Q P
v= = −k
A x
Al considerar diferentes fases (petróleo, agua, gas), surge la necesidad de trabajar con una
permeabilidad que no dependa de los fluidos, sino únicamente del medio poroso (roca). Esta es la
permeabilidad absoluta o intrínseca (K, L2). Teniendo esto en cuenta y la viscosidad del fluido en cuestión
(), se puede expresar la ley de Darcy como:
K P
v=−
x
A continuación, nos ocuparemos de las ecuaciones constitutivas tanto del medio poroso como de las
fases presentes. Consideremos en primer lugar lo que sucede con la compresibilidad (C). Ya sabemos
que la compresibilidad se refiere al cambio de volumen (V), tanto de la roca como de los fluidos presentes,
como consecuencia de un cambio de presión unitario. Si consideramos condiciones isotérmicas, se tiene
la expresión de la compresibilidad, tanto para la roca (Cr) como para las fases (Cf) presentes:
1 1 V
Cr = ; Cf = −
P T V P T
En ella se puede apreciar la dependencia de la presión P con respecto al espacio (x) y el tiempo (t). Es
decir, la presión variará en cada punto y en cada instante de tiempo. Hay una segunda derivada parcial
de P con respecto al espacio y una derivada parcial primera de P con respecto al tiempo. Entre paréntesis
se encuentran las propiedades tanto del medio poroso como del fluido presente (, , C, K). La
compresibilidad C incluye las compresibilidades de la roca (Cr) y de las fases (Cf).
Ahora, seguimos definiendo cómo caracterizar la fase con la que estamos trabajando el modelo de fluido.
En general, se consideran dos posibilidades: el modelo Black Oil y el modelo Composicional. ¿Cuáles
son las diferencias entre ambos modelos? ¿Cuándo se usa cada uno de ellos? El modelo Black Oil es el
modelo más sencillo, veloz y que normalmente más se usa. Contempla tres fases, petróleo (O), gas (G)
y agua (w), con un solo componente en cada una de ellas. Para la fase petróleo contempla también que
pueda tener gas disuelto. Este gas disuelto estará condicionado por las propiedades del petróleo, no por
las de la fase gas libre. Del mismo modo, también contempla que pueda existir condesado de petróleo
en la fase gas.
¿Qué sucede cuando la estanqueidad no está asegurada? Al no encontrar la migración del hidrocarburo
en su recorrido una formación sello que impida su ascenso, el petróleo llega a la superficie (Figura 18-8).
Se pueden ver las burbujas de gas disuelto que se liberan con el cambio de presión. Cuando esto sucede,
aparecen unas formaciones en forma de "hormiguero" que en Venezuela se conocen como Menes. A
continuación, el hidrocarburo discurre por la superficie en forma de río de petróleo.
Si, por el contrario, estamos interesados en los cambios que tienen lugar en cada uno de los
componentes de nuestros hidrocarburos al cambiar las condiciones del yacimiento, utilizaremos el
modelo Composicional. En él se realiza una descripción de cada uno de los componentes que están
presentes en cada fase, pudiendo cambiar los componentes actuales al cambiar las condiciones del
yacimiento. Los balances o equilibrios que se establecen no son por fase sino por componente, p.e.,
metano, etano, propano, etc. (y así sucesivamente).
Si se quiere conocer cuál es la relación entre cada fase, es preciso acudir a los diagramas de fases. En
ellos se pueden ver cuáles son los límites de cada una de ellas en función de los valores de la presión y
la temperatura.
En el diagrama de fases de la Figura 18-9 se puede observar el punto crítico (C), la curva de la presión
de burbuja (a la izquierda) y la curva de la presión de rocío (a la derecha). Por encima de esas curvas,
se encontrarían las condiciones iniciales de nuestro yacimiento. Así, dependiendo de cuáles sean las
condiciones iniciales del yacimiento, yendo de izquierda a derecha, podríamos tener en nuestro
yacimiento varios tipos de petróleo –petróleo sin apenas gas disuelto (dead oil), petróleo con gas disuelto
(live oil), petróleo con mucho gas disuelto (volatile oil)–, o de gas –gas con condesado (condensate gas),
gas húmedo (wet gas) y gas seco (dry gas)–. Por ejemplo, si las condiciones iniciales de nuestro
yacimiento son del tipo Black Oil, un crudo con gas disuelto, el desarrollo del campo deberá maximizar
la producción, permaneciendo el mayor tiempo posible por encima de la curva de burbuja, para así, no
perder el empuje del gas disuelto en el crudo. Desde las condiciones iniciales del yacimiento se seguirán
distintos itinerarios de producción, dependiendo de las presiones y temperaturas que se van alcanzando
en cada caso.
Además del Rs y del B, el modelo de Black Oil también necesita conocer otras propiedades de los fluidos,
como son la compresibilidad, la viscosidad, la densidad, etc. En lo que a la densidad respecta, como la
masa se conserva, la densidad del petróleo en condiciones de yacimiento (o) se puede expresar en
función de Bo y Rso y de las densidades del petróleo y del gas en condiciones estándar (os, gs). Puede
observarse que la densidad del petróleo en condiciones de yacimiento (o) es la suma de las densidades
estándar del petróleo (os) y del gas (gsRso) disuelto en él.
Vo m oS + gS Rso
Bo = ;= o = oS o =
VoS V Bo Bo
Figura 18-11 Esquema de la evolución con la presión de los parámetros del modelo de Black Oil, basado en apuntes de
Kleppe, 2018.
El siguiente paso es incluir los parámetros que caracterizan el modelo de fluido Black Oil en la ecuación
de flujo. Para los sistemas monofásicos, la densidad en condiciones de yacimiento puede expresarse
como la relación entre la densidad en superficie o estándar –que es constante– y el factor volumétrico
de formación.
K P K P
= ( )
s
=
constant
= =
x x t ; B B ; x B x t B
Llegando a la ecuación:
2 P C P
=
x 2 K t
La descripción de este desarrollo, a partir del desarrollo de la derivada temporal y conociendo la expresión
de la compresibilidad, se puede ver con detalle a continuación:
K P 1 (1/ B )
= = +
x B x t B ; t B B t t
1 d P (1/ B ) P 1 P (1/ B ) P
= + = Cr +
t B B dP t dP t B t dP t
d (1/ B)
Sabiendo que: Cr = ; Cf = B ; C = Cr + C f
dP P
Cr (1/ B ) P (Cr + C f ) P
= + =
t B B dP t B t
Se llega a la ecuación:
2 P C P
=
x 2 K t
Como ya se ha enunciado anteriormente, esta expresión de la ecuación de flujo corresponde al caso más
sencillo, unidimensional, horizontal, con una sola fase y un componente.
Una vez planteada la ecuación de flujo, ¿cómo se puede trabajar con ella? ¿En qué casos? ¿Bajo qué
condiciones? Antes de nada, es importante saber que la ecuación de flujo solo tiene una solución exacta
para ciertos problemas definidos en dominios geométricos muy simples. Por esta razón, en la mayoría
de los problemas de flujo que se van a abordar es necesario buscar soluciones aproximadas. ¿Qué pasos
hay que seguir para obtener estas soluciones aproximadas?
En primer lugar, será necesario discretizar la ecuación de flujo en las variables de las que depende la
presión, es decir, en el espacio y en el tiempo. La dependencia espacial dependerá de si nuestro
problema es unidimensional, bidimensional o tridimensional. Hasta ahora estamos trabajando en una
dimensión, por lo que la dependencia de la presión en el espacio será solo en la dirección x. Con estas
discretizaciones, lo que se busca es encontrar una aproximación de las derivadas espaciales y
temporales de la ecuación de flujo obtenida.
Para realizar la discretización espacial, dividimos nuestro dominio unidimensional (Figura 18-12) en un
conjunto de elementos (n), todos ellos de una longitud (∆x). En el caso más simple, cada elemento está
representado por su punto central. Por esta razón, es necesario definir en cada elemento sus
propiedades, las condiciones iniciales (C.I.) y, en los extremos de nuestro dominio, las condiciones de
contorno o condiciones de borde (B.C.).
x
B.C. B.C.
1 2 3 i-1 i i+1 n-2 n-1 n
x
Figura 18-12 Esquema de discretización espacial en un dominio horizontal.
Para llevar a cabo la discretización espacial y temporal, se parte de la aproximación de la serie de Taylor.
Es decir, según esta aproximación, si se conoce el valor de una función (f) y sus derivadas sucesivas en
un punto x, se puede aproximar el valor de esa función en un punto cercano (x+∆x). La aproximación
será mejor cuantos más términos de la serie de Taylor se tengan en cuenta.
x x 2 x3
f ( x + x) = f ( x) + f '( x) + f ''( x) + f '''( x) + ...
1! 2! 3!
En nuestro caso, la función f es la presión P(x, t) en cada punto del dominio, y se puede llevar a cabo la
aproximación en espacio y tiempo en un punto lo suficientemente cercano al punto inicial (x, t). Es decir,
en un punto (x+∆ x, t+∆ t).
x x 2 x3
P( x + x, t ) = P( x, t ) + P '( x, t ) + P ''( x, t ) + P '''( x, t ) + ...
1! 2! 3!
t t 2 t 3
P( x, t + t ) = P( x, t ) + P '( x, t ) + P ''( x, t ) + P '''( x, t ) + ...
1! 2! 3!
Comenzamos aproximando la segunda derivada de la presión con respecto al espacio (x). Para ello,
desarrollamos dos aproximaciones, una hacia adelante y la otra hacia atrás, las sumamos y despejamos
la segunda derivada:
Hacia delante:
x x 2 x 3
P ( x + x, t ) = P ( x, t ) + P '( x, t ) + P ''( x, t ) + P '''( x, t ) + ...
1! 2! 3!
Hacia atrás:
( x )
2
P( x + x, t ) − 2 P( x, t ) + P( x − x, t )
P ''( x, t ) = +2 P ''''( x, t ) + ...
( x )
2
4!
Se llega a la expresión:
t
2 P Pi +t 1 − 2 Pi t + Pi −t 1
2 = + O ( x )
2
x i ( x )
2
Como puede observarse, la aproximación de la segunda derivada de la presión con respecto al espacio
en el elemento i del dominio horizontal, se obtiene a partir de la presión en dicho elemento y de las
presiones de los elementos contiguos al elemento i. El error cometido con esta aproximación, al no
considerar todos los términos del desarrollo en serie, se denomina error de discretización espacial y, en
este caso, es proporcional al cuadrado del tamaño de los elementos. Se dice que el error es del orden
de (x)2, es decir, O(x)2. Esta aproximación de la segunda derivada de la presión con respecto al
espacio, se denomina aproximación central.
Ahora vamos a ver cómo se aproxima la primera derivada de la presión con respecto al tiempo.
Consideramos la aproximación hacia delante y despejamos la primera derivada:
t t 2 t 3
P( x, t + t ) = P ( x, t ) + P '( x, t ) + P ''( x, t ) + P '''( x, t ) + ...
1! 2! 3!
t
P( x, t + t ) − P ( x, t ) t
P '( x, t ) = − P ''( x, t ) + ...
t 2
t
P Pi t +t − Pi t
t
t t+t
= + Ot
t i t
La aproximación de la primera derivada de la presión con respecto al tiempo en el elemento i del dominio
horizontal, se obtiene a partir de la presión en dicho elemento en los instantes t y t+t. El error cometido
con esta aproximación, al no considerar todos los términos del desarrollo en serie, se denomina error de
discretización temporal y, en este caso, es proporcional al tamaño del paso de tiempo. Se dice que el
error es del orden de (t), es decir, O(t).
Al comparar los dos errores de discretización que se cometen en las aproximaciones llevadas a cabo, se
observa que la aproximación de segundo orden O(x)2 tiende a cero más rápidamente que la de primer
orden O(t).
Dependiendo de si la aproximación de la primera derivada de la presión con respecto del tiempo se
realiza hacia adelante (t+t), hacia atrás (t-t), o hacia adelante y hacia atrás sobre un intervalo (∆t/2),
se obtienen las respectivas aproximaciones de dicha derivada hacia adelante, hacia atrás o central. La
aproximación central tiene un error de discretización temporal de segundo orden, O(t)2.
t +t t +t /2
P Pt +t − Pi t P Pi t +t − Pi t
= i + Ot = + O ( t )
2
t i t t i t
Aproximación hacia atrás Aproximación central
2 P C P
=
x 2 K t
Pi +t 1 − 2 Pi t + Pi −t 1 C Pi t +t − Pi t
, i = 1,..., n
x 2 K t
Obteniendo tantas ecuaciones como elementos se tengan en el dominio de trabajo, n en este caso. Para
que el problema esté bien planteado hay que definir tanto las condiciones iniciales (I.C.) como las
condiciones de borde o de contorno (B.C.). Obsérvese que en la ecuación de flujo aproximada, el signo
(=) ha sido sustituido por el signo de aproximación (≈).
Las condiciones iniciales, como su nombre indica, representan las condiciones del yacimiento antes de
que comience la simulación, en el instante (t=0). Es una información necesaria para poder comenzar los
cálculos, es decir, se necesita saber cuáles son las propiedades y presiones iniciales en cada punto
(elemento) del yacimiento.
En lo que a las condiciones de contorno se refiere (Figura 18-13), se consideran dos tipos de condiciones
en los extremos del dominio horizontal de longitud L. La condición tipo Dirichlet, en la que se fijan en los
extremos (x=0, x=L), las presiones, y la condición tipo Newmann, en la que lo que se fijan son los
caudales –o los gradientes de presión–.
En la condición de tipo Dirichlet, la presión se fija en los extremos del dominio durante el tiempo que dure
la simulación. Por lo tanto, se fijan las presiones en los extremos izquierdo (PL) y derecho (PR) del
dominio. Son ejemplo de este tipo de condición las presiones que se fijan en el fondo del pozo o en su
cabeza.
En la condición de tipo Newman, se fijan los gradientes de presión en los extremos del dominio durante
el tiempo que dure la simulación. Por lo tanto, se fijan los caudales en los extremos izquierdo (QL) y
derecho (QR) del dominio. Son ejemplo de este tipo de condición los caudales que se fijan en los pozos
de producción y de inyección. Cuando se fija Q=0, se está indicando una condición de no flujo –
impermeable–. La información correspondiente a las condiciones de contorno quedará recogida en las
ecuaciones de los elementos inicial y final del dominio, en la primera (i=1) y en la última (i=n) ecuación.
¿Cuál es el siguiente paso? Se han realizado las discretizaciones espacial y temporal, se ha aproximado
la ecuación de flujo, obteniéndose tantas ecuaciones como elementos, se han definido las condiciones
iniciales y las de contorno. Ahora queda resolver el sistema de ecuaciones en cada paso de tiempo hasta
alcanzar el tiempo final establecido en la simulación. Dependiendo de la aproximación de la primera
derivada temporal que se considere, se obtienen diferentes formulaciones de la ecuación de flujo.
Formulación explícita. Se obtiene cuando se considera la aproximación hacia delante de la primera
derivada de la presión con respecto del tiempo. En esta aproximación todas las presiones están referidas
al instante t. Únicamente la presión en el nodo i aparece también referida al instante t+t. Por tanto, se
puede despejar de forma explícita, de cada una de las ecuaciones, la presión del nodo correspondiente
en el instante t+t, conocidas el resto de las presiones implicadas en la ecuación en el instante t.
Pi +t 1 − 2 Pi t + Pi −t 1 C Pi t +t − Pi t
, i = 1,., n
x 2 K t
En el primer elemento, i=1:
t K
P1t +t = P1t + ( C Pt − Cb P1t + Cc PBCL
( x )2 C a 2
t
)
Pi +t + c Pi − Pi
t +t
1 − 2 Pi
t
+ Pi −t + t t +t t
1
, i = 1,., n
x 2 K t
No ocurre lo mismo en la formulación explícita. En este caso, para que la solución sea estable, el paso
de tiempo debe verificar la condición de Von Neumann, que depende del tamaño del elemento y de las
propiedades del medio y de los fluidos presentes.
C
t 12 ( x )
2
K
No se puede tomar un paso de tiempo mayor, pues en el caso de que se tome la solución obtenida será
inestable, es decir, estará fuera del rango de las soluciones posibles. Así pues, para alcanzar la solución
final de la simulación se estará obligado a seguir pasos temporales más pequeños que en las
formulaciones implícita y de Crank-Nicholson.
Consideremos un ejemplo de Kleppe (2018), que se muestra de forma esquemática en la Figura 18-14.
Si se considera una barra horizontal de un medio continuo en el que se realiza una discretización de 10
elementos, y en el que se consideran las propiedades y las condiciones iniciales y de contorno de la
figura, se obtendría, según el criterio de estabilidad de Von Neumann, el siguiente t:
C 1 0.2·1·10−4
t 12 ( ) = (10 ) = 0.001s
2 2
x
K 2 1
Este valor sería el límite superior del paso de tiempo que se podría utilizar con la formulación explícita.
En las formulaciones implícita y de Crank-Nicholson, se podrían tomar valores mucho mayores, por lo
que en un menor número de pasos de tiempo se cubriría el tiempo total de la simulación.
En la Figura 18-15, evolución de la presión con la longitud, se compara la solución analítica –exacta–
con las soluciones obtenidas con las formulaciones explícita e implícita.
Se puede observar que, para el límite del incremento de tiempo (t=0.001s) que indica el criterio de
estabilidad de Von Neumann, la solución explícita inicia levemente su inestabilidad, aunque permanece
dentro del rango de presiones posibles (PL=2atm, PR=1atm). ¿Qué es lo que sucede si se supera
mínimamente ese incremento de tiempo en la formulación explícita (Figura 18-16)?
La solución explícita se hace absolutamente inestable cuando t=0.0011s; en algunos puntos de la barra
alcanza presiones positivas y negativas fuera del rango posible de presiones.
Sin embargo, se puede apreciar en ambas gráficas que las soluciones obtenidas con la formulación
implícita para pasos de tiempo mucho mayores (t=0.01s y t=0.015s) permanecen estables. Esta es la
razón, ser incondicionalmente estable, por la que normalmente se emplea la formulación implícita, en
códigos como ECLIPSE de Schlumberger.
Si el flujo es no horizontal (Figura 18-17), en la ecuación de conservación del momento (v) aparece un
término que incorpora la contribución del cambio de profundidad a partir del ángulo de inclinación ()
respecto de la horizontal y de la densidad (ρ) y la gravedad (g).
K P
v=− − g sen
x
Asumiendo las mismas condiciones que las asumidas hasta ahora, cuando se consideraba una sola fase
–condiciones isotermas, sistema horizontal unidimensional, aplicación de la ley de Darcy en un área
constante transversal al flujo–, se pueden definir las condiciones de conservación de la masa y del
momento para cada uno de los fluidos presentes (f=o, g, w).
Kkrf Pf
−
x
( f v f ) = ( f S f )
t
vf = −
f x
Conservación de la masa en cada fase f Conservación del momento en cada fase f
Como ya se ha indicado con anterioridad, la permeabilidad efectiva de una fase (kf) es igual al producto
de la permeabilidad intrínseca o absoluta (K), por la permeabilidad relativa de esa fase (krf).
Sustituyendo la velocidad de cada fase en la ecuación de conservación de masa respectiva,
considerando el modelo de fluido de Black Oil (B, Rs) y posibles caudales (q’) de producción o inyección,
se obtienen las ecuaciones de flujo por cada fase.
Fase petróleo:
Kkro Po So
− qo =
x o Bo x t Bo
Fase gas:
En esta ecuación se puede distinguir la fase gas libre (Pg, Sg, Bg, g, krg, q’g) de la fase gas disuelto en
el petróleo, que está definida por las propiedades de la fase petróleo (Po, So, Bo, o, kro, q’o, Rso).
Fase agua:
Kkrw Pw Sw
− qw =
x w Bw x t Bw
Cuando se trabaja con más de una fase, flujo multidimensional, es importante conocer la movilidad (Mf)
de cada fase f, que se define como:
krf
Mf =
f
o bien,
krf
Mf =
f Bf
La forma general de resolver el sistema de ecuaciones resultante, teniendo en cuenta las condiciones
iniciales y de contorno, se denomina IMPES (IMplicit for Pressures and Explicit for Saturations). Se trata
de un método iterativo que permite calcular las presiones (formulación implícita) y las saturaciones
(formulación explícita) en el instante (t+∆t) a partir de la información conocida en el instante t.
K x P K y P K P
vx = − vy = − vz = − z
x
y z
Conservación del momento en cada una de las direcciones x, y, z del medio.
Si el medio poroso es homogéneo, las permeabilidades en cada dirección serán iguales (Kx=Ky=Kz=K).
Si no es homogéneo, se suele considerar que Kx=Ky y su valor entre 10 y 100 veces el valor de Kz.
Cuando el problema se plantea en dos o en tres dimensiones espaciales, la aproximación de la segunda
derivada, respecto de una determinada dirección (x, y, z) en el elemento i del dominio, se obtiene a partir
de la presión en dicho elemento y de las presiones de los elementos contiguos –que rodean– al elemento i.
Ckg = 1 Cko = 1 C kw =1
k =1 ; k =1 ; k =1
Para cada componente k se podrá definir el balance de masa, en una dimensión espacial, con
condiciones isotermas y con saturaciones en cada fase de So y Sg, de la forma siguiente
−
x
(Ckg g vg + Cko o vo + Ckw wvw ) =
t
( )
( Ckg g S g + Cko o S o + Ckw w S w ) ; -fases g, o, w-
−
x
(Ckg g vg + Cko o vo ) =
t
( )
( Ckg g S g + Cko o So ) ; -fases g, o-
En lo que se refiere a la conservación del momento, a la ley de Darcy, las ecuaciones son las mismas
que las vistas en el modelo de Black Oil:
Kkrf Pf
vf = −
f x
,
particularizando para las fases, resulta:
Kkrg Pg Kkro Po Kk P
vg = − vo = − vw = − rw w
g x
; o x ; w x
con k=1, 2, …, N
con k=1, 2, …, N
Las propiedades que en el modelo de Black Oil dependían de la presión (ρo, ρg, o, g) ahora, en el
modelo Composicional, dependerán también de la composición de cada componente Ck en las fases en
que esté presente (Cko y Ckg).
Para determinar los ratios de cada componente en cada una de las fases, se utilizan los valores de las
constantes de equilibrio, K-values.
➢ Componente 1, gas:
Kkrg Pg Kkro Po gS
x
(C1g g
g x
+ C1o o
o x
)=
t
(
( C1g g S g + C1o o So ) ) g =
Bg
;
➢ Componente 2, petróleo:
Kk P
(C2o o ro o ) = ( ( C2o o So ) )
x o x t
oS Kk P
( o ro o ) = oS o So
x o Bo o x t o Bo
Kkro Po S
( ) = o
x Bo o x t Bo
➢ Componente 3, agua:
Kk P
(C3w w rw w ) = ( ( C3w w S w ) ) w = wS
x w x t ; Bw
wS Kkrw Pw
( ) = wS S w
x Bw w x t Bw
Kkrw Pw S w
=
x w Bw x t Bw
Puede observarse cómo las tres ecuaciones de los tres componentes del modelo composicional,
coinciden con las tres ecuaciones de las tres fases del modelo de Black Oil.
Para poder resolver el sistema de ecuaciones resultante, de considerar el modelo composicional,
necesitaremos tener el mismo número de ecuaciones que de incógnitas (Tabla 18-3). ¿Cuántas
incógnitas se tienen?
Y, en la Tabla 18-4, se puede ver de dónde salen las 3N+15 ecuaciones necesarias.
ligeros de los hidrocarburos de forma individual, mientras que se agrupan los más pesados en lo que
sería un pseudo-componente. También se pueden modelar los componentes que no son hidrocarburos
como un componente.
Cuando se aborda la modelización de una inyección de CO2 en un acuífero salino profundo, se suele
considerar la existencia de dos fases, una fase gas –fase rica en CO2– y una fase líquida –fase rica en
agua–. En cuanto a los componentes, se consideran los siguientes: el CO2, el agua (H2O) y la sal (NaCl).
El CO2 y el H2O pueden estar tanto en fase líquida como gaseosa, mientras que la sal permanece siempre
en fase líquida.
b) Aumentar la capacidad de adaptación a los efectos adversos del cambio climático; promover la
resiliencia al clima y un desarrollo con bajas emisiones de gases de efecto invernadero, de un
modo que no comprometa la producción de alimentos.
c) Situar los flujos financieros en un nivel compatible con una trayectoria que conduzca a un
desarrollo resiliente al clima y con bajas emisiones de gases de efecto invernadero.
La eficiencia de la inyección de CO2 en la producción mejorada de crudo (EOR, Enhanced Oil Recovery)
viene dada por su miscibilidad con el petróleo. Para ello, las presiones deben ser superiores a la presión
mínima miscible. El CO2 disuelto reduce la viscosidad del crudo y permite mejorar el barrido de la fase
petróleo, pues mejora su capacidad de fluir a través de los poros de la roca almacén. Los proyectos en
los que se emplea el CO2 para recuperación mejorada de petróleo se caracterizan por ser crudos ligeros
o medianos (API) y encontrarse entre 800 y 3500 m. Por lo que la posibilidad de emplear el CO2 para la
mejora en la producción de petróleo es muy amplia.
Por esta misma razón, la inyección de CO2 en yacimientos maduros o parcialmente agotados de petróleo
tiene también beneficios ambientales, ya que permite que cantidades considerables de CO2 se retiren de
la atmósfera y se almacenen geológicamente. Estas grandes cantidades de CO2 proceden de plantas o
focos industriales desde donde, mediante gaseoductos, se lleva el CO2 en estado supercrítico (73 bar y
31,1 C) hasta el yacimiento.
El diseño de la inyección dependerá de la finalidad que se persiga con la misma. Se tratará de maximizar
tanto la recuperación de crudo como de la cantidad de CO2 que se almacena. A modo de ejemplo, citar
el de la planta de gasificación a partir de carbón Dakota Gasification Company’s Great Plains Synfuel
(EEUU). Dicha planta envía el CO2 producido (unos tres millones de toneladas de CO2 año) durante el
proceso de obtención de gas natural a partir del carbón, a través de un gaseoducto de 330 km de longitud
al campo de petróleo de Weyburn (Canadá) para la producción mejorada de petróleo.
Otro dato importante es el nivel de pureza del CO2 que llega al yacimiento. Este nivel de pureza
dependerá de la fuente que lo suministra. Para la recuperación mejorada, el hecho de que el CO 2
presente algunas impurezas puede ser hasta beneficioso.
Por ejemplo, el CO2 se disuelve con más facilidad en petróleo cuando están presentes pequeñas
impurezas. El sulfuro de hidrógeno (H2S) favorece la disolución y ayuda al CO2 a mezclarse con el
petróleo, sin embargo, presenta problemas en la producción, como es el aumento de la corrosión.
Cuando el fluido supercrítico de CO2 se inyecta a alta presión en el yacimiento, el CO2 se mezcla con el
petróleo, expandiéndolo y volviéndolo menos viscoso. La expansión impulsa al petróleo fuera de los
poros de las rocas, para que pueda fluir con más facilidad.
En estos casos, la inyección de CO2 suele alternarse con la inyección de agua para empujar el petróleo
liberado hacia los pozos productores. El CO2 que retorna a los pozos productores se recicla, es decir, se
vuelve a comprimir y a inyectar en el yacimiento.
Figura 18-19 a) Evolución del coste (€) del permiso de emisión de una tonelada de CO2. b) Evolución 2018.
(SENDECO2).
Según Abadía (2014), indica en el informe sobre la Experiencia del comercio de derechos de emisión
como herramienta para mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero, realizado por la Fundación
para la Sostenibilidad Energética y Ambiental (Funseam), el desplome y la pérdida de valor de los créditos
de carbono han sido ocasionados por las proyecciones de oferta de generación de CERs, Certificados
de Reducción de Emisiones, y demanda futura de la UE, ya que los analistas de los mercados de carbono
interpretan que todos los créditos necesarios hasta el 2020 se habrían generado en 2014-2015.
Los CERs son asignados por Naciones Unidas (UN) y regulados por el Protocolo de Kyoto. Las
instalaciones europeas pueden comprar CERs para cubrir su posible déficit de EUAs (European Union
Allowances). Tanto los CERs como los EUAs equivalen al derecho de emitir una tonelada de CO2. Los
precios en mayo de 2018 de ambos eran: EUAs 14,55€, CERs 0,21€.
cuanto a capacidad, la mayor parte que existen son emplazamientos offshore, cuyo acondicionamiento
para futuros almacenes de CO2 sería mucho más costoso.
Acuíferos salinos profundos
Una de las mejores opciones para almacenar grandes volúmenes de CO2 son las formaciones
permeables profundas con aguas salinas no aptas para el consumo. Estos acuíferos salinos no aptos
para el consumo de la población suelen tener una gran extensión y encontrarse a profundidades
adecuadas que garantizan que el CO2 inyectado se mantenga en estado supercrítico. Por otra parte, los
acuíferos salinos profundos son el tipo de formación almacén que presenta una mayor probabilidad de
estar cerca de las fuentes emisoras de CO2, permitiendo reducir significativamente los costes de
transporte.
La porosidad y permeabilidad, junto con la extensión, continuidad litológica y potencia de la formación
almacén, son algunos de los factores que determinan la capacidad de almacenamiento y el área de
confinamiento. Generalmente, son preferibles las formaciones con gran extensión lateral, pocas fallas
(las fallas podrían ser vías preferentes de escape). Las rocas de tipo arcilloso o evaporítico poseen
buenas propiedades para actuar como formación sello. Las litologías más favorables para la formación
almacén son las rocas sedimentarias, siliciclásticas o calcáreas si presentan fracturación. Las areniscas
son las rocas con mayor porosidad y permeabilidad y, además, tienen la ventaja de que gran parte de
los acuíferos se encuentran en este tipo de formaciones.
Los acuíferos salinos profundos no se han estudiado tan detalladamente como los yacimientos de
hidrocarburos. Generalmente, cualquier estimación de su capacidad incluye importantes incertidumbres
debido a la carencia de información. La selección de posibles almacenes está muy condicionada por el
conocimiento geológico del emplazamiento, por lo que principalmente se centrará en áreas donde ya se
hayan realizado exploraciones de hidrocarburos y se hayan encontrado trampas secas o no productivas.
Además, en esta opción de almacenamiento, la capacidad de contención del sello no ha podido ser
demostrada como en los yacimientos de petróleo y gas.
Capas de carbón sin interés minero
Las capas de carbón también pueden ser posibles almacenes de CO2. En este caso, el mecanismo de
retención es por absorción. La mayor afinidad del carbón por el CO2 que por el CH4 (se absorben dos
moléculas de CO2 por cada molécula de CH4 que se desplaza) ha conducido a que se valore la posibilidad
de almacenar CO2 en capas de carbón, a la vez que se recupera CH4 como gas de valor económico en
sí mismo, lo que reduciría los costes globales del proceso de captura, transporte e inyección.
Este tipo de almacenamiento es factible en carbones que se encuentren a profundidades inferiores a los
600 metros. En este caso el CO2 inyectado se encontrará en forma gaseosa y no en estado supercrítico.
Las condiciones más favorables para poder inyectar el CO2 en capas de carbón, serían contenidos de
ceniza inferiores al 25 % y permeabilidades superiores a los 5 mD (para permitir el adecuado
funcionamiento dinámico tanto del gas inyectado como del CH4 que se pretende producir). En general,
la densidad del CO2 almacenado en capas de carbón es sensiblemente mayor que en cualquier otra
litología que se encuentre a la misma profundidad.
La recuperación del CH4 contenido en las capas de carbón (Coal Bed Methane, CBM), supone entre un
10 % y un 20 % de la producción de gas natural en Estados Unidos, lo cual implica un elevado
conocimiento y experiencia en este campo. Sin embargo, la técnica de inyectar CO2 para mejorar la
recuperación del gas natural (Enhanced Coal Bed Methane Production, ECBM), se encuentra aún en
fase de estudio. Los principales problemas a los que se enfrenta esta técnica derivan de la baja
permeabilidad del carbón y del elevado coste de implantación (requiere un gran número de sondeos).
MRCSP East Bend Sandstone Mt. Simon Sandstone (Middle Cambrian) 1030 200 12% 100 20
Frío Sandstone, shale Upper Frío Formation (Oligocene) 1546 1500 30% 24 36
WESTCARB Cholla Sandstone Naco and Martin formations (Devonian) 1081 0 15% 200 0
SECARB Escatawpa Sandstone, conglomerate Lower Tuscaloosa Formation (Cretaceous) 2595 1180 21% 64 75.52
MRCSP Gaylord Dolomite Bass Islands Dolomite (Upper Silurian) 1061 22.4 12.50% 21 0.4704
Iglesias, A., Ortiz, G., Rodríguez, R., César, J.
PCOR Zama Dolomite, limestone Keg River Formation (Devonian) 1470 413 26% 343 141.659
Sleipner Unconsolidated sandstone Utsira Sand (Miocene) 1000 5000 37% 250 1250
Gorgon Sandstone, siltstone Dupuy Formation (Upper Jurassic) 2300 25 20% 500 12.5
Tabla 18-5 Características de los proyectos de almacenamiento de CO2 (Hosa et al, 2011).
AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
Figura 18-25 Evolución de la inyección de CO2 en función de la relación entre permeabilidades verticales y horizontales.
Izquierda Kv/Kh=1, derecha Kv/Kh=0,001 (Merchán, 2011).
Existen diversos tipos de trampas estructurales, y entre ellas destacan los anticlinales, aunque también
se incluyen fallas o discordancias sellantes. Los pliegues anticlinales se originan por deformaciones
ascendentes de los estratos. Las fallas son fracturas de la corteza terrestre a lo largo de las cuales ha
tenido lugar un desplazamiento apreciable. Los movimientos súbitos en las fallas son la causa de la
mayoría de terremotos. Sin embargo, la mayoría de las fallas son inactivas, y, por tanto, restos de una
antigua deformación. Las discordancias angulares consisten en rocas sedimentarias inclinadas o
plegadas sobre las que reposan estratos más planos y jóvenes.
Estas discordancias indican que durante la pausa del proceso de sedimentación se produjo un periodo
de deformación (inclinación) y erosión. Por último, los cambios laterales de facies (cambio lateral de
litología) constituyen el tipo más común de trampa estratigráfica. La retención del CO2 por la migración
desde el punto de inyección hasta la zona en la que encuentra la trampa, puede asimilarse con el
mecanismo de retención y confinamiento de los hidrocarburos al migrar desde la roca madre, en la que
se han generado, hasta la roca almacén, en la que quedan atrapados por la roca sello.
Para asegurar la retención estructural, debe examinarse cuidadosamente la integridad y continuidad del
sello y la no existencia de vías preferentes de escape. También es importante el ritmo de la inyección,
puesto que, en ocasiones, si es demasiado rápido y hay fallas presentes, puede generar movimientos
sísmicos al activarse estas fallas. El hecho de que el CO2 sea inyectado en forma de fluido supercrítico
también maximiza la efectividad del entrampamiento estructural.
Retención residual
La retención residual tiene lugar cuando el CO2 es inmovilizado en los poros de la roca por la acción de
la tensión superficial y las fuerzas capilares. Dichas fuerzas hacen que el CO2 quede retenido en los
poros de la formación almacén como consecuencia de la disminución de saturación de CO2 en la parte
posterior de la pluma ascendente. Se trata de un proceso que tiene lugar a medida que la pluma de CO2
asciende o migra lateralmente en la formación. El fenómeno de histéresis se entiende como la
irreversibilidad al cambiar de un régimen de drenaje (régimen de inyección), a un régimen de imbibición
(régimen de migración; finalizada la inyección se produce la entrada de la fase mojante, el agua de
formación). La histéresis hace que el mecanismo de retención residual tenga lugar con posterioridad al
cese de la inyección. La cantidad de CO2 inmovilizado de manera residual puede llegar a ser del orden
de entre un 20 % y un 25 % del CO2 inyectado (Metz et al., 2005). A medida que se inyecta CO2 en la
formación, el avance de la pluma está dominado por el empuje que ejerce el CO2 sobre el agua de la
formación.
En la parte delantera de la pluma de CO2 existe una mayor permeabilidad relativa del CO2 que en su
parte posterior. En la parte frontal, el agua de la formación es desplazada por el empuje del CO2
ascendente, mientras que, en la parte posterior, el espacio que va quedando por detrás de la pluma
(migración de la pluma) es invadido de nuevo por el agua de la formación.
Las sales disueltas en el agua incrementan la cantidad de CO2 retenido. Al aumentar la temperatura, las
fuerzas de tensión superficial disminuyen y se retiene menor cantidad de CO2. En cambio, si se
incrementa la presión, estas fuerzas aumentan, reteniendo mayor cantidad de CO2 de forma residual. La
continuidad del flujo de CO2 a través del espacio poroso de la roca almacén, se interrumpe en los puntos
de reducción del tamaño de los poros. Una burbuja de CO2 que ocupe un amplio espacio poroso, no
sería capaz de pasar a través de un estrechamiento o garganta menor, quedando atrapada en el poro
anterior al estrechamiento por la presión capilar.
Este fenómeno de confinamiento del CO2 en el interior de los poros se conoce como snap off. El CO2
retenido residualmente se encuentra en fase libre, es decir, no disuelto en la salmuera. Con el paso del
tiempo, el CO2 residual inmóvil podría disolverse en el agua de la formación (Kali y Gibson Poole, 2008).
Un método para optimizar la retención residual podría ser la inyección alternativa de CO2 y salmuera. De
esta forma, existirán mayores garantías de que una mayor cantidad de CO2 quede inmovilizado
indefinidamente en el espacio poroso antes de alcanzar la trampa estructural que actúe como sello.
Retención mineral
La retención mineral se produce a partir de la precipitación de nuevos minerales, tras la reacción química
del CO2 inyectado con las fases minerales reactivas presentes en la formación, o con los fluidos
mineralizados ricos en cationes como el calcio y el magnesio. El atrapamiento mineral depende de la
mineralogía de la roca almacén, la composición química del agua, y la presión y temperatura existentes.
Además, las posibles reacciones dependen de la superficie de contacto de los granos minerales y del
flujo de CO2 a través de la formación. Si se trata de una roca carbonatada, las reacciones se producirán
de forma casi inmediata.
Cuando la roca almacén es una arenisca, es decir, una roca dominada por la presencia de cuarzo, la
reacción química podría tener lugar a una gran escala de tiempo, o incluso podría no llegar a producirse.
Además, se considera que la retención mineral es un mecanismo de confinamiento permanente, cuya
lenta velocidad de actuación hace que el resto de mecanismos de retención adquieran una mayor
relevancia (Flett et al., 2004).
Para evitar que se produzcan este tipo de fallos, es decisivo llevar a cabo labores de seguimiento,
monitorización y evaluación y, en su caso, rehabilitación de los pozos y de sus ubicaciones de forma
continua antes, durante y después del proceso de inyección.
Sismicidad inducida
La experiencia pone de manifiesto que hay actividades humanas que pueden inducir pequeños seísmos,
aunque en ciertas ocasiones, estos pequeños seísmos pueden llegar a adquirir una magnitud que puede
considerarse importante, y pueden determinar la no viabilidad del proyecto después de haber realizado
inversiones muy importantes. Estas actividades son la minería, la explotación de yacimientos de petróleo,
la inyección de fluidos en el subsuelo, el aprovechamiento de la energía geotérmica o incluso el llenado
de embalses.
En un proyecto de inyección de CO2 en el subsuelo, especialmente teniendo en cuenta lo sucedido a
principios del mes de octubre de 2013 con el proyecto Castor (España), se debe analizar el riesgo de
sismicidad inducida. El proyecto Castor tenía por objetivo el almacenamiento de gas natural como reserva
estratégica en un antiguo campo de petróleo denominado Amposta, ubicado en la costa Mediterránea,
frente a las costas del norte de Castellón (Comunidad Valenciana, España). En la actualidad, el proyecto
está detenido debido a que durante la inyección del gas colchón –ritmo de inyección alto– se reactivó
una falla conocida y bien estudiada. Como consecuencia, se produjeron más de 600 seísmos de escasa
magnitud, aunque alguno de ellos superó la magnitud 4 en la escala Richter.
Por tanto, a la hora de estudiar la ubicación de un posible almacenamiento geológico profundo de CO2,
es preciso tener en cuenta todos los estudios sísmicos disponibles de la zona y, si fuera necesario o
requerido por la administración pertinente, realizar una sísmica que asegure que el riesgo de sismicidad
inducida es mínimo. Las secciones sísmicas permiten observar si hay o no grandes fracturas o si las
fracturas presentes alcanzan o no los niveles superficiales. Hay que tener en cuenta también la cercanía
de posibles límites de placa.
La forma que resulta más eficiente para efectuar el transporte por ceoducto es el estado supercrítico. En
este estado, el fluido tiene la densidad de un líquido, pero la difusividad y viscosidad de un gas. Para
poder garantizar el estado supercrítico en condiciones ambientales de presión y temperatura (31,1ºC), el
CO2 debe ser comprimido por encima de su presión crítica (7,39 MPa≈73 atm). Por último, a fin de reducir
los efectos corrosivos, es recomendable que el CO2 a transportar se encuentre totalmente seco y no
contenga anhídrido sulfúrico (SO3).
Estudio de viabilidad
La caracterización y la evaluación de los lugares de almacenamiento contemplados en esta Ley se
llevarán a cabo en tres etapas, que aparecen descritas en el Anexo I de esta Ley, de conformidad con
las mejores prácticas en el momento de la evaluación, y de los criterios que figuran a continuación:
Etapa 1: Recogida de datos. Conviene reunir datos suficientes para establecer un modelo tridimensional
volumétrico y estático, correspondiente al lugar de almacenamiento y al complejo de almacenamiento,
incluida la roca sello, así como a las zonas circundantes que incluyan las conectadas hidráulicamente.
Estos datos se referirán, al menos, a las siguientes características:
a) Geología y geofísica.
b) Hidrogeología (en particular existencia de acuíferos destinados al consumo).
c) Ingeniería de los depósitos o estructura geológica del lugar del almacenamiento (por ejemplo,
cálculos volumétricos del volumen de poro para la inyección de CO2 y la capacidad final de
almacenamiento).
d) Geoquímica (tasas de disolución, tasas de mineralización).
e) Geomecánica (permeabilidad, presión de fractura).
f) Sismicidad.
g) Presencia y estado de vías de paso naturales o artificiales, incluidos pozos y perforaciones.
h) Deberán documentarse las siguientes características de las proximidades del complejo:
i) Zonas que circundan el complejo de almacenamiento, susceptibles de estar afectadas por el
almacenamiento de CO2 en el lugar de almacenamiento.
j) Distribución de la población en la región en la que se sitúa el lugar de almacenamiento.
k) Proximidad de recursos naturales valiosos (en particular, zonas incluidas en la red Natura 2000 de
conformidad con la Directiva 79/409/CEE del Consejo, de 2 de abril de 1979, relativa a la
conservación de las aves silvestres y la Directiva 92/43/CEE del Consejo, de 21 de mayo de 1992,
relativa a la conservación de los hábitats naturales y de la fauna y flora silvestres, acuíferos de
agua potable e hidrocarburos).
l) Actividades en torno al complejo de almacenamiento e interacciones posibles con estas
actividades (por ejemplo, exploración, producción y almacenamiento de hidrocarburos, explotación
geotérmica de los acuíferos y utilización de reservas freáticas).
m) Proximidad de la fuente o fuentes potenciales de CO2 (en particular, estimación de la masa
potencial total de CO2 económicamente disponible para el almacenamiento), y redes de transporte
adecuadas.
Etapa 2: Creación del modelo geológico estático tridimensional. A partir de los datos obtenidos en la
etapa 1, se elaborará un modelo geológico estático tridimensional, o un conjunto de tales modelos,
correspondiente al complejo de almacenamiento propuesto, incluida la roca sello, y las zonas y fluidos
conectados hidráulicamente, utilizando simuladores informáticos de la estructura geológica del lugar del
almacenamiento. El modelo o modelos geológicos estáticos caracterizarán el complejo en términos de:
a) Estructura geológica de la trampa física.
b) Propiedades geomecánicas, geoquímicas y de migración de fluidos de la estructura geológica del
lugar del almacenamiento, cobertura (roca sello, formaciones estancas, horizontes porosos y
permeables) y formaciones circundantes.
c) Caracterización del sistema de fracturas y presencia de toda vía de migración de fluidos de origen
humano.
d) Superficie (extensión) y altura (espesor) del complejo de almacenamiento.
e) Volumen de espacio del poro (incluida la distribución de la porosidad).
f) Distribución básica del fluido en la situación de referencia.
g) Cualquier otra característica relevante.
La incertidumbre asociada a cada uno de los parámetros utilizados para elaborar el modelo, se evaluará
a través de una serie de hipótesis para cada parámetro y calculando los intervalos de confianza
adecuados. Asimismo, se evaluarán las incertidumbres asociadas al modelo propiamente dicho.
Etapa 3: Caracterización del comportamiento dinámico del almacenamiento, caracterización de la
sensibilidad, evaluación del riesgo. Las caracterizaciones y la evaluación de la seguridad se basarán en
una modelización dinámica, que incluirá simulaciones de inyección de CO2 a diversos intervalos de
tiempo en el lugar de almacenamiento, utilizando el modelo geológico estático tridimensional en el
simulador del complejo de almacenamiento construido en la etapa 2.
Etapa 3.1: Caracterización del comportamiento dinámico del almacenamiento. Deberán tenerse en
cuenta al menos los siguientes factores:
a) Tasas de inyección posibles y propiedades del flujo de CO2.
b) Eficacia de la modelización de procesos acoplados (es decir, la forma en que interactúan los
distintos efectos en el simulador).
c) Procesos reactivos (es decir, cómo se incorporan al modelo las reacciones in situ del CO2
inyectado con los minerales).
d) Simulador de depósito utilizado (podría ser necesario recurrir a varias simulaciones para validar
ciertas conclusiones).
e) Simulaciones a corto y largo plazo (para determinar el destino y el comportamiento futuro del CO2
a lo largo de décadas y milenios, así como el índice de disolución del CO2 en el agua).
La modelización dinámica facilitará la siguiente información:
a) Presión y temperatura de la formación de almacenamiento en función de la tasa de inyección y de
la cantidad de inyecciones acumulada con el tiempo.
b) Extensión y espesor de la zona de difusión de CO2 en función del tiempo.
c) Naturaleza del flujo de CO2 en la estructura geológica del lugar del almacenamiento, incluido el
comportamiento de las diferentes fases.
d) Mecanismos e índices de confinamiento del CO2 (incluidos los puntos de rebosamiento y las
formaciones estancas laterales y verticales).
e) Sistemas de confinamiento secundarios con que cuenta el complejo de almacenamiento.
f) Capacidad de almacenamiento y gradientes de presión de la estructura geológica del lugar del
almacenamiento.
g) Riesgo de fractura de la formación o formaciones de almacenamiento y de la roca sello.
h) Riesgo de penetración de CO2 en la roca sello.
i) Riesgo de fuga de la estructura geológica del lugar del almacenamiento (por ejemplo, por pozos
abandonados o sellados de manera inadecuada).
j) Tasa de migración (en los depósitos abiertos).
k) Tasas de sellado/relleno de las fracturas.
3.3.4 Caracterización de riesgos: Incluirá una evaluación de la seguridad e integridad del lugar de
almacenamiento a corto y largo plazo y, en particular, una evaluación del riesgo de fuga en las
condiciones de utilización previstas, y sus posibles repercusiones para el medio ambiente y la salud
humana en el peor de los casos. La caracterización de riesgos se apoyará en la evaluación de los riesgos
de la exposición y de los efectos. Incluirá también una evaluación de las fuentes de incertidumbre
observadas durante las etapas de caracterización y evaluación del lugar de almacenamiento y, cuando
sea posible, una descripción de las posibilidades de disminuir la incertidumbre.
En el Anexo 2 se indican los criterios para el establecimiento y actualización del plan de seguimiento
contemplado en el artículo 19.2 de la Ley, así como para el seguimiento posterior al cierre:
1. Establecimiento y actualización del plan de seguimiento.
1.1 Elaboración del plan: El plan de seguimiento detallará la forma en que se llevará a cabo dicho
seguimiento en las principales etapas del proyecto y, en particular, el seguimiento de las distintas fases
(comienzo, explotación y posterior al cierre). Se especificarán los siguientes aspectos en relación con
cada una de las fases:
a) Parámetros controlados.
b) Tecnología de seguimiento utilizada y razones de su elección.
c) Localización de los controles y justificación del muestreo espacial.
d) Frecuencia de aplicación y justificación del muestreo temporal.
Los parámetros objeto del control se elegirán de manera que respondan a los objetivos del seguimiento.
No obstante, en cualquier caso, el plan incluirá el seguimiento continuo o esporádico de los elementos
siguientes:
a) Emisiones fugitivas de CO2 en la instalación de inyección.
b) Flujo volumétrico de CO2 en las cabezas de pozo de inyección.
c) Presión y temperatura del CO2 en las cabezas de pozo de inyección (con objeto de determinar el
flujo másico).
d) Análisis químico de las materias inyectadas.
e) Temperatura y presión del depósito (para determinar el comportamiento y el estado de las fases de
CO2).
La elección de las técnicas de seguimiento se basará en las mejores prácticas disponibles en el momento
de la concepción.
Deberán tenerse en cuenta y, en su caso, aplicarse, las siguientes soluciones:
a) Tecnologías que permitan detectar la presencia, la localización y las vías de migración de CO2 en
las formaciones subterráneas y en la superficie.
b) Tecnologías que faciliten información acerca del comportamiento volumen‑presión, y de la
distribución vertical y en superficie de la saturación de pluma de CO2, para perfeccionar la
simulación numérica en tres dimensiones a los modelos geológicos tridimensionales de la
formación del almacenamiento establecidos de conformidad con lo dispuesto en el artículo 9 de
esta Ley y en el Anexo I.
c) Tecnologías que puedan aplicarse en una amplia extensión espacial, con el fin de obtener
información sobre posibles vías de fuga aún no detectadas en todo el complejo de almacenamiento
y en la zona circundante, en el caso de irregularidades significativas o de migración de CO2 fuera
del complejo de almacenamiento.
1.2 Actualización del plan: Se reunirán e interpretarán todos los datos obtenidos del seguimiento. Los
resultados observados se compararán con el comportamiento previsto en la simulación dinámica
volumen‑presión y saturación en tres dimensiones, emprendida en el contexto de la caracterización de
la seguridad de conformidad con el artículo 10, apartado 2, y con el Anexo I, etapa 3.
En caso de existir una desviación significativa entre el comportamiento observado y el previsto, deberá
volverse a calibrar el modelo tridimensional para que refleje el comportamiento observado. El nuevo
calibrado se basará en los datos obtenidos del plan de seguimiento, así como en los datos adicionales
obtenidos en su caso para mejorar la fiabilidad de las hipótesis del recalibrado.
Deberán repetirse las etapas 2 y 3 del Anexo I, utilizando el modelo o modelos tridimensionales
recalibrados, con el fin de obtener nuevas hipótesis de riesgos y tasas de flujo, y revisar y actualizar la
evaluación de riesgos.
En caso de que las comparaciones y el recalibrado de los modelos revelen la existencia de nuevas
fuentes de CO2, vías de paso y tasas de flujo u observen desviaciones significativas con respecto a las
evaluaciones anteriores, el plan de seguimiento se actualizará en consonancia.
2. Seguimiento posterior al cierre
El seguimiento posterior al cierre se basará en la información recogida y modelizada durante la aplicación
del plan de seguimiento contemplado en el artículo 19 de esta Ley y en el punto 1.2 del presente Anexo.
Servirá en particular para facilitar la información necesaria para la decisión contemplada en el artículo 24
de esta Ley.
Almacenamiento de Hontomín
El Ministerio de Industria, Energía y Turismo de España, a través de la Fundación Ciudad de la Energía,
participando de varios proyectos de la Comisión Europea y bajo la legislación nacional y comunitaria
vigente, comenzó el desarrollo en Hontomín (Burgos, España), de un proyecto piloto de inyección de
CO2 en un almacenamiento geológico profundo. Dicha ubicación se formalizó después de llevar a cabo
un amplio estudio a nivel nacional de estructuras geológicas que asegurasen, a partir de la información
disponible, que se cumplían los criterios geológicos que se establecen a nivel internacional en
instalaciones de este tipo.
Una vez elegido el emplazamiento, se llevó a cabo un conjunto de campañas sísmicas 2D y 3D de
caracterización. Con ello se consiguió una caracterización detallada de la estructura y de la posible zona
de inyección, con especial atención a la roca almacén, a la roca sello y a las propiedades físicas y
mecánicas de las principales formaciones geológicas. Toda la información sísmica sirvió para definir un
cubo sísmico de detalle de la estructura. Con esta información y con la información proveniente de
algunos pozos perforados previamente, se desarrolló un modelo geológico 3D de la zona del
emplazamiento.
En dicha zona se perforaron dos pozos, uno para llevar a cabo las diferentes pruebas de inyección, y
otro para labores de observación. Esto permitió obtener columnas estratigráficas de detalle a partir de
los distintos registros eléctricos que se llevaron a cabo en cada uno de los pozos.
Además, se estableció una red de análisis y monitoreo para conocer el estado del agua de formación
antes y durante la inyección de CO2, la posible sismicidad inducida, la evolución de pluma de inyección,
la evolución de las presiones, la estanqueidad de la formación sello, la influencia de la inyección alternada
de agua y CO2, etc.
PARTE VI
GESTIÓN DE LAS AGUAS
SUBTERRÁNEAS
COMPRENDE:
AGUAS
SUBTERRÁNEAS
EXPLORACIÓN, EVALUACIÓN,
CARACTERIZACIÓN Y GESTIÓN
CAPÍTULO 19
Monitoring. Control de la cantidad, calidad y contaminación de las aguas
subterráneas
19.1. Monitoring vs. monitoreo. Introducción
19.2. Redes de control piezométrico. Objetivos, diseño, distribución espacial y frecuencia temporal
Objetivos
Diseño
Distribución espacial
Frecuencia temporal
19.3. Controles de cantidad. Caudales en fuentes, extracción en pozos y aforos de cauces
superficiales
Caudales en fuentes
Aforos en cauces
Control de bombeos en pozos
19.4. Redes generales de control de la calidad. Objetivos, diseño y parámetros de control
Objetivos
Parámetros de control
Diseño
Distribución espacial y temporal
19.5. Redes específicas de control de la calidad: Intrusión marina, contaminación orgánica,
contaminación por metales pesados y otros. Objetivos, diseño y parámetros de control
Objetivos
Parámetros de control
Diseño. Distribución espacial y temporal
19.6. Material de control. Descripción y características
Sondas de nivel
Sensores de muestras de parámetros de calidad
Salinómetros
Sistemas de aforos en cauces
Monitorización automática de piezómetros
¿Cómo se mide la presión?
CAPÍTULO 19
Monitoring. Control de la cantidad, calidad y contaminación de las aguas
subterráneas.
Objetivos
Los objetivos de una red de control piezométrico, pueden ser, entre otros, los siguientes:
❖ Conocer el movimiento, dirección y flujo de las aguas subterráneas de un acuífero.
❖ Conocer la reacción del acuífero frente a las explotaciones y las circunstancias climáticas.
❖ Descubrimiento temprano de las zonas del acuífero en peligro o con tendencia a la
sobreexplotación.
❖ A veces, relación entre aguas superficiales y subterráneas.
❖ Elaboración de modelos para la gestión del acuífero.
❖ Suministrar informes de evolución y tendencia de los niveles del acuífero a los organismos
interesados que lo soliciten.
Diseño
El diseño debe contemplan los siguientes aspectos.
❖ Tipo de punto de agua en que se toma la medida.
❖ Artificio usado para medir.
❖ La distribución espacial de las mediciones.
636
AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
Se mide el periodo de vibración, que de hecho depende de la altura de la columna de agua, y se obtiene
automáticamente el nivel. Los datos pueden descargarse a un ordenador o enviarse directamente por
radio u otro procedimiento.
Tanto la distribución espacial de las mediciones, como su frecuencia temporal son función exclusiva de
los objetivos del monitoreo, y de las características del acuífero sometido a control. Ambas se estudian
más detalladamente a continuación.
Distribución espacial
Como es lógico, depende de muchos factores como:
❖ Objetivos perseguidos con el control.
❖ Disponibilidad presupuestaria.
❖ Tipo de acuífero.
❖ Usos a que se destina (“importancia del acuífero”).
❖ Inputs del acuífero (bombeos, recargas, distribución temporal de los bombeos).
❖ Tipología del acuífero (Poroso, cárstico, fisurado, aluvial, plegado, compartimentado, etc.).
❖ Homogeneidad o heterogeneidad (de usos y parámetros).
Son en general algunos de los criterios que orientan tanto la distribución como la densidad espacial de
los piezómetros de la red. Pero en realidad, todos los especialistas admiten que cada caso es único.
Es muy difícil dar cifras de número de piezómetros recomendable por km2, pero si por ejemplo se trata
de acuíferos razonablemente homogéneos, con usos del agua distribuidos y en los que se requieren
trabajos de modelado de flujo y trasporte, para llevar a cabo una gestión optimizada, pueden ser
convenientes, según casos, un punto cada 10 a 100 km2 para redes de control a nivel regional. Esta
recomendación coincide con el valor de referencia dado por Vrba en 1989.
Los piezómetros en principio se deben distribuir de la forma más regular posible, pero procurando
aumentar la densidad de ellos en las zonas donde, por diversas circunstancias, se esperen variaciones
espaciales importantes del nivel, mientras que se pueden ahorrar puntos de control en las zonas que se
esperen más estables.
Siempre deben tenerse en cuenta los objetivos; hay ocasiones en que uno o dos piezómetros son
suficientes para ver si una zona se está explotando de más, o las reacciones del acuífero frente a las
explotaciones son las esperables o no. Por ello, se insiste que en cada caso hay que tomar la decisión
de que red implementar.
Frecuencia temporal
Igual que en el caso anterior, la frecuencia de las medidas de nivel puede ser diferente para cada caso.
Depende de la velocidad de variación de los niveles en cada zona concreta. En acuíferos de variaciones
de nivel muy rápidas, ante sucesos externos, debe medirse con mayor frecuencia, pudiendo relajarse en
caso contrario.
638
AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
En cualquier caso, un mínimo recomendable es medir dos veces al año, eligiendo bien una época de
aguas altas y otra de aguas bajas. Una al final del estío y otra al final de la época de lluvias.
Lo deseable, en general, es medir con frecuencia mensual o bimensual, pues son datos que permitirán
mejores ajustes de los modelos numéricos de simulación del flujo.
Hay que entender que el análisis de los niveles se lleva a cabo por evoluciones piezométricas temporales
puntuales, en un solo pozo y, en general, para todos los pozos (gráficos niveles-tiempos), o bien se
analizan conjuntamente todos los niveles para un mismo tiempo, mediante planos de isopiezas. Estos
últimos permiten el análisis de los niveles en el espacio.
Esto indica que es muy conveniente medir todos los niveles de la red de control en un breve espacio de
tiempo, logrando así que las isopiezas sean lo más representativas posible de una época concreta.
También suele ser frecuente, y útil, medir con carácter mensual en número más reducido de piezómetros;
y dos veces al año (épocas seca y húmeda) todos los piezómetros de las redes de control. Estas últimas
se suelen denominar campañas “flash”. Las isopiezas de los meses de más medidas suelen ser la guía
para el trazado de los de menos.
Caudales en fuentes
Con frecuencia conviene llevar un control, si es posible mensual, del agua que evacuan las fuentes que
drenan el acuífero. Lo ideal es medir los caudales en todas las fuentes, o en las más principales, por las
que emanan los recursos excedentarios del acuífero.
El agua que sale por las fuentes no es la recarga del acuífero, es la recarga menos los bombeos. Por
ello, tener una medida periódica de los caudales de las fuentes permite conocer, en todo momento,
cuantos y cuando son los excedentes de que se dispone.
A veces las descargas de los acuíferos se dan subterráneamente a ríos, y en estos casos es cuando se
requiere acudir a los aforos diferenciales entre dos puntos de un río.
Aforos en cauces
En el último caso comentado en el apartado anterior, cuando el drenaje del acuífero no se produce en
puntos concretos, es decir, en fuentes, suele drenarse en tramos largos de ríos y el único modo de
conocer la descarga del acuífero es realizando un aforo en el mismo, antes de la zona de descargas y
otro aforo después de dicha zona. La diferencia de los caudales, en ausencia de precipitaciones, puede
dar el incremento del agua subterránea por drenajes al cauce, o el decremento debido a infiltraciones en
el cauce.
Cuando se dispone de una serie de aforos anuales, suficientemente frecuentes en ambos puntos (aguas
arriba y aguas debajo de drenajes), se puede trazar y descomponer el hidrograma de cada uno, y
restando las componentes subterráneas, deducir el drenaje anual del acuífero en esa zona.
También suele ser necesario en hidrogeología, implantar puntos de aforo sin que sea preciso acudir a
los aforos diferenciales. Simplemente se instala una estación para, descomponiendo el hidrograma,
poder evaluar la escorrentía subterránea de una zona.
El artificio utilizado es el molinete que consiste, simplemente, en una hélice que se sumerge en la
corriente de agua mediante una varilla acoplada. Tiene un contador de las revoluciones que da la hélice,
para el tiempo en que se mida. Las revoluciones totales obtenidas en un minuto y según la fórmula
específica de cada hélice, permiten conocer la velocidad del agua.
En el cauce se miden varias secciones y la velocidad del agua en cada una de estas secciones y a
diferentes profundidades. De un modo ponderado puede calcularse la velocidad media y contando con
la sección mojada el caudal.
El aforo siempre es un poco molesto y complicado, tanto para su realización como para su cálculo, dado
que hay que hacer medidas para varios perfiles verticales en el cauce y a varias profundidades para cada
perfil y luego calcularlas individualmente; por ello un procedimiento simplificador de uso general es el de
la elaboración de una curva de gastos.
El procedimiento consiste en instalar una escala en el cauce y la altura del agua que marca; se mide a
diario. Paralelamente se eligen épocas de suficiente variabilidad y se realizan aforos midiendo, al mismo
tiempo, la altura de la escala.
Es posible, en consecuencia, trazar la curva de
gastos. (Figura 19-2).
Esta curva, generalmente de forma parabólica,
se traza con los pares de valores: caudal
aforado - altura de la escala en el momento del
aforo.
Al tener valores diarios de la altura de escala, es
posible deducir los caudales diarios basándose
en la curva de gasto.
Figura 19-2 Curva de gastos.
Indicar por último que las redes de aforos en
aguas subterráneas son muy estratégicas, y tiene que intentarse ir al mínimo posible y tener el punto de
aforo muy controlado.
640
AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
Los aforos siempre deben realizarse en el mismo sitio y sección de cauce, teniendo controlado que no
haya sustracción o adición de caudales, para usos o drenajes diversos, aguas arriba de la estación de
aforo.
Por último, y lo que suele ser más habitual, es estimar los volúmenes bombeados basándose en el uso
del agua. Por ejemplo, en zonas de regadío, puede saberse el número de hectáreas que se riegan;
conociendo la dotación de una hectárea en la zona puede estimarse el consumo total, y por tanto el agua
total bombeada. Por descontado que, estos dos últimos métodos solo pueden llevarse a cabo siendo
conocedores de la zona o trabajando en equipo con aquellos que la conocen.
Objetivos
Los objetivos básicos del monitoreo llevados a cabo por las redes generales de control de la calidad son
los siguientes:
❖ Proporcionar resultados que reflejen exactamente la condición de las aguas subterráneas en el
acuífero.
❖ Determinar la variación espacial de la calidad de las aguas subterráneas.
❖ Vigilar o controlar la calidad de las aguas subterráneas que se utilizan para el suministro de agua.
❖ Identificar la presencia de la contaminación por una determinada actividad a la menor brevedad,
que permita la inmediata introducción de medidas de control.
Debe entenderse, y de hecho así es, que las redes generales del control de la calidad pueden prestar
los siguientes servicios:
❖ Suministran una información clave para la gestión y la protección de los acuíferos.
❖ Pueden ser una guía para la implantación de otras redes generales mejoradas o de redes
específicas.
❖ Proporcionan información de base para las acciones de remediación.
❖ Son el mecanismo más eficaz para identificar impactos antrópicos.
❖ También son el mecanismo eficaz, por excelencia, para detectar tendencias que pueden llegar a
causar implicaciones para la salud humana o en los ecosistemas dependientes de las aguas
subterráneas.
642
AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
Parámetros de control
En primer lugar, se expone la Tabla 19-2 que puede servir de guía sobre los parámetros a observar en
el monitoreo con redes generales de control.
Existen otros parámetros, que en la Tabla 19-3 se exponen con valores orientadores de la calidad y los
valores límites tolerables.
COMPOSICIÓN QUÍMICA DE LAS AGUAS CARACTERÍSTICAS FÍSICO-QUÍMICAS
NATURALES
Agua Agua Agua Orientador
Parámetro Tolerables
lluvia mar subterránea calidad
Aniones (mg/l) pH 7-8 6,5 - 9,5
Los metales y algunos otros elementos y compuestos se controlan en las redes generales, cuando se
considera necesario porque por las circunstancias del acuífero, puedan producirse. Este control puede
dar una detección temprana de futuros problemas para su oportuna corrección.
Como síntesis, puede indicarse que la selección de parámetros analíticos en el monitoreo de Calidad-
Contaminación está asociada a las siguientes circunstacias:
❖ El uso principal de las aguas subterráneas.
❖ La posibilidad que los parámetros definidos se encuentren presentes en concentraciones
problemáticas como resultado del régimen hidrogeoquímico natural, y/o el carácter de cualquier
carga contaminante que está siendo descargada al subsuelo. (Foster, 1989).
Si el interés principal es como fuente de suministro de agua potable, habrá que basarse en las guías de
cada país, OMS, o de otras agencias (tales como la CE, la EPA, etc.).
Diseño
Una red de este tipo tiene que diseñarse sobre piezómetros o pozos donde
sea posible la introducción de los artificios precisos, para tomar la muestra
en condiciones adecuadas de fiabilidad.
Los piezómetros o puntos de toma deben estar ranurados en la zona del
acuífero. Pueden ser pozos de producción (Figura 19-3), pero lo importante
en cualquier caso es que estén enrejillados en la zona del acuífero que se
quiere monitorear.
La composición química del agua subterránea se determina a partir del
muestreo en campo, con la obtención de algunos parámetros físico-
químicos y posteriormente en el laboratorio. La toma de muestras requiere
la aplicación de procedimientos existentes en protocolos de muestreo para
los siguientes logros:
❖ Garantizar la validez de la muestra.
❖ Asegurar la representatividad del agua del acuífero que está siendo
estudiado.
En el muestreo de las aguas subterráneas de un acuífero, deben hacerse
las siguientes consideraciones:
❖ Las muestras deben ser siempre representativas, almacenadas y
transportadas al laboratorio para su análisis, con la mínima
perturbación que sea posible.
❖ Los procedimientos para recogida, almacenamiento y análisis de
muestras deben cumplir con los objetivos del programa de monitoreo.
❖ Las campañas de muestreo deben hacerse guiadas por los
protocolos internacionales, pero adaptándolas y optimizándolas a las
condiciones locales.
Figura 19-3 Piezómetro
monitoreo.
644
AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
Desde el punto de vista metodológico, el muestreo debe ajustarse a los siguientes pasos:
➢ Inspección de la captación.
➢ Purgado de la captación.
➢ Recogida de muestras.
➢ Filtrado.
➢ Descontaminación de equipos.
➢ Almacenamiento y análisis.
Inicialmente el piezómetro o pozo de muestreo debe ser inspeccionado, por si existieran roturas en la
tapa, erosiones del cementado anular o alguna otra anomalía que permita presuponer que el piezómetro
pueda tener contaminaciones fáciles de aguas de superficie o externas al acuífero.
El agua existente en los pozos, entre campañas de muestreo, está sometida a interferencias con el medio
y no es representativa del agua de la formación. Es necesaria su renovación previa al muestreo.
Esta operación se denomina purga y consiste en eliminar el agua estancada en el pozo para obtener
agua representativa del acuífero, sin causar perturbaciones del flujo que puedan alterar su equilibrio
dinámico y físico-químico.
Hay que tener en cuenta que un bombeo excesivo puede ocasionar efectos no deseados, como
descensos pronunciados con flujos turbulentos, no siendo muestras representativas (pudiendo originarse
volatilización, oxidación o precipitación de contaminantes), o bien ocasionar que el agua se vuelva turbia
o que incluso se altere la dirección del movimiento de los contaminantes.
Se aplican diversos procedimientos de purga, como pueden ser la extracción de un volumen determinado
previamente calculado en función de las dimensiones del sondeo, la extracción mediante obturadores
(packers) o bien con extracciones de bajo caudal, hasta la estabilización de parámetros indicadores.
Como indicativo de que el agua es representativa del acuífero, puede determinarse la estabilidad de
parámetros fáciles de medir como pH, conductividad o temperatura.
La operación se realiza después de la medida del nivel, y el volumen a extraer es variable siendo
frecuente evacuar entre tres y diez veces el volumen del pozo.
Si el proceso de purga no se realiza o las muestras se hacen incorrectamente pierden representatividad,
por lo que se debe incluir en la ficha de campo una anotación sobre el tiempo de purga y el volumen de
agua extraído.
La recogida de muestras puede llevarse a cabo por numerosos procedimientos tales como botella
lastrada, hidrocaptor, bomba peristáltica, bomba sumergida, multimuestreador y otros.
Es fundamental después de capturar la muestra, descontaminar los equipos, usando lavados diversos,
y transportar y almacenar las muestras de una manera correcta. Existen muchas guías metodológicas
para orientar el modo correcto de proceder en estas operaciones; puede verse la “Guía operativa para la
recogida, almacenamiento y transporte de muestras de aguas subterráneas destinadas al análisis
químico y bacteriológico” del Instituto Geológico y Minero de España, o bien “Monitoreo de la calidad de
las aguas subterráneas una evaluación de métodos y costos CEPIS / OPS / OMS” (Foster, Stephen y
Caminero Gomes D. 1989).
Objetivos
Los objetivos básicos que persiguen la implantación de estas redes son, entre otros:
❖ El seguimiento y evolución de un problema de deterioro de la calidad concreto.
❖ Controlar focos potenciales de contaminación y detectar fallos en la protección ambiental de dicho
foco.
❖ Conocer cómo se extiende en el acuífero la contaminación producida por un foco de
contaminación.
❖ Conocer los puntos del espacio donde se pudieran acometer acciones de descontaminación con
éxito.
646
AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
Parámetros de control
Como ya se ha indicado, los parámetros de una red específica de control de la calidad dependen de sus
objetivos, no obstante, como orientador, se da una lista de los componentes no deseables, de los
componentes tóxicos y de los principales agentes contaminantes.
A continuación, se exponen la Tabla 19-4 de componentes no deseables y la Tabla 19-5 de componentes
directamente tóxicos. La Tabla 19-6 tiene dos partes, una de definición de agentes contaminantes y otra
donde se da una lista de los principales agentes contaminantes.
SH2 - No detectable
Fenoles (mg/l) - 0,001
Detergentes (mg/l) - 1
Zinc (mg/l) - 5
Fluoruro (mg/l) - 1,5
Tabla 19-4 Componentes no deseables.
Estos valores pueden variar ligeramente en función de la legislación de los diversos países:
AGENTES CONTAMINANTES
Agente contaminante Principales agentes
Toda propiedad física, organismo o sustancia que Hidrocarburos, detergentes, pesticidas,
deteriora las características naturales originales contaminantes químicos minerales,
del agua. contaminantes orgánicos,
contaminantes biológicos y
sustancias radiactivas.
Sondas de nivel
Sin duda alguna es el instrumento más antiguo y simple que se utiliza para conocer la profundidad a la
que se encuentra el agua en sondeos y piezómetros. Su concepción y manejo es muy simple, aunque
dependiendo de la calidad de los materiales empleados, se obtendrán unas medidas fiables y su duración
será mayor o menor.
Existe una amplia gama en el mercado de sondas eléctricas o hidroniveles, pero no todos cumplen con
las características requeridas para asegurar la fiabilidad de las medidas de nivel, que con ellos se
realicen.
648
AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
Los hidroniveles más utilizados, por su comodidad y precisión, son los del tipo eléctrico, es decir; las
sondas eléctricas. Estos pueden ser de un conductor cerrando el circuito con tierra, o de dos conductores,
con circuito electrónico asociado (Figura 19-4).
Figura 19-5 Sonda acústica o de silbato. Otro tipo de hidroniveles son las sondas de flotador (Figura
19-6), estas sondas totalmente mecánicas consisten en
dejar caer una boya con un peso específico (las hay de distintos diámetros que se usarán dependiendo
de la tubería en la que se necesita medir). La boya va sujeta a un cable de acero trenzado y enrollado a
un tambor, con un complejo sistema mecánico de engranajes, que a su vez lleva asociado un contador
numérico de ruedas.
El sistema mecánico regula la caída de la boya a una velocidad constante. Cuando, por ejemplo, la boya
toca un obstáculo o entra en contacto con el agua, se produce un descenso de la velocidad, lo que hace
que el sistema mecánico lo detecte y bloquee su descenso, por lo que su contador numérico se parará e
indicará en metros y centímetros la distancia a la que ha quedado bloqueada la boya y, por lo tanto, la
profundidad del agua desde su punto de medida.
Esta sonda presenta el problema de tener dificultades en piezómetros con inclinación, pues la boya al
rozar la pared de la tubería quedará bloqueada, dando lugar a medidas erróneas. Su transporte es muy
sencillo pues su peso y tamaño es muy reducido.
A continuación, se exponen las principales características
que debe tener un buen hidronivel, así como algunos de
los cuidados a tener en cuenta durante su manejo (Figura
19-7).
❖ El cable deberá estar graduado en toda su
longitud, en centímetros, señalando los decímetros
y metros mediante marcas bien diferenciadas con
Figura 19-7 Sonda de cable plano.
la numeración correspondiente. De esta manera
los registros serán más precisos, rápidos y cómodos.
❖ La longitud total del cable será mayor que el punto de máxima profundidad que se precise medir.
❖ El cable deberá ser totalmente inextensible a efectos prácticos, ya que a grandes profundidades
pueden producirse alargamientos que distorsionan la verdadera magnitud de las observaciones
realizadas.
❖ El cable deberá tener en su interior dos polos de acero inoxidable trenzado y núcleo de cobre, de
esta forma se evitarán elongaciones en este. Existen en el mercado cables similares, pero con sus
polos no trenzados; esto hace que los cables internos (polos) se desplacen por el interior de la
camisa de recubrimiento y sufran elongaciones, por lo tanto, medidas erróneas sistemáticas que
se irán incrementando en su uso continuado.
❖ Preferiblemente el cable no deberá ser totalmente plano, los polos de acero trenzados hacen que
el cable en sus laterales tenga mayor grosor, de esta forma, será más difícil que el cable se pegue
a las paredes del sondeo, dificultando su bajada, expuesto a un mayor rozamiento y desgaste,
como ocurre con el cable plano en su totalidad.
❖ El tambor de enrollamiento del cable deberá ser ligero y cómodo para su transporte, pero a su vez
robusto para tener una duración elevada en el tiempo.
En la actualidad las sondas eléctricas han evolucionado y se han ido desarrollando accesorios o
complementos para adaptarse a estas, como, por ejemplo:
❖ Señal acústica: Muy aconsejable, el circuito electrónico puede llevar asociado un buzzer. Al entrar
en contacto con el agua se encenderá la señal luminosa y este dispositivo hará que también se
emita una señal acústica.
❖ Dispositivo GF o de profundidad: Sirve para medir el nivel del agua y la profundidad del pozo
simultáneamente. Existe una versión para medir en pozos con gran concentración de fango o
sedimentos en el pozo.
650
AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
El tubo lleva asociados dos émbolos unidos por un cable de acero inoxidable. El émbolo superior
tiene un dispositivo que se encargará de cerrar la botella muestreadora una vez que reciba el golpe
de un contrapeso o mensajero. El mensajero consiste en una pieza metálica hueca en su interior
para pasar el cable de la sonda. Una vez que se tenga la botella muestreadora a la profundidad
deseada, se deja caer el mensajero que se desplazará por el cable. Al caer sobre la botella, se
accionará un mecanismo que hará que se cierre la botella, obteniendo una muestra exacta a la
profundidad deseada y sin residuos de muestras de acuíferos de otras zonas.
❖ Enrollador automático: Consiste en unas piezas que se acoplan al carrete de la sonda. Una vez
adaptadas las piezas, se fija una pistola tipo taladro operada por pilas, que hará que el carrete gire
en un sentido u otro, dependiendo si se quiere recoger el cable enrollándolo automáticamente o
desenrollándolo para bajarlo a una velocidad estable (Figura 19-11).
❖ Uso, operación y mantenimiento: Durante su manejo en
campo, es muy importante hacer un buen uso de los
hidroniveles o sondas eléctricas. Si es posible, se debe usar
la sonda en piezómetros dedicados a la investigación,
aunque si no es posible, se deben evitar los sondeos
instalados que carezcan de tubería piezométrica, porque de
lo contrario, se corre el riesgo de que se enganche el
electrodo en alguna de las bridas u otro elemento de la
instalación, perdiéndolo o teniendo que cortar el cable para
recuperar parte de la sonda. Otro problema habitual es el
deterioro o corte del cable. Es habitual en operarios sin
experiencia que por comodidad dejen el carrete de la sonda
Figura 19-11 Sonda eléctrica Seba
posado en el suelo y no en el borde la tubería, en este caso Hydrometrie con enrollador automático.
el cable rozará con el borde la tubería metálica o de PVC, si
se hace de esta manera, el recubrimiento del cable se irá pelando y lo dejará inutilizado (Figura
19-12).
Lo correcto será apoyar el soporte de la sonda en la tubería, o si no se desea o es complejo, se debe
poner un trozo de goma en la tubería por donde se hace pasar el cable, a ser posible enjabonando la
goma para que no se adhiera y evite un fuerte rozamiento que dificulte su enrollamiento.
Es aconsejable quitar las pilas o baterías cada vez que se termine de usar, pues si se olvidan las pilas
en su interior durante mucho tiempo, estas correrán el peligro de sulfatarse y podrán dañar el interior y
la electrónica. También es aconsejable enrollar correctamente el cable para evitar que este se enrede en
el tambor o se apile más en una zona que en otra.
Para finalizar, se indica que hay que evitar tirones fuertes cuando el cable quede enganchado, buscando
la posición más adecuada para soltarlo, en caso de que esta sufra este problema; así se evita que entre
agua en el electrodo, aunque en el caso de ocurrir este problema puede sustituirse con facilidad con el
kit del fabricante y siguiendo sus recomendaciones para reemplazarlo. En el caso de haber tenido que
cortar el cable por deterioro o por haber quedado enganchado, se debe acoplar un nuevo electrodo,
fijándolo en una zona del cable con una numeración que sea sencilla para descontar y no complique sus
labores de medida en el campo (por ejemplo en múltiplos de 10), siempre y cuando aún se disponga de
cable suficiente y sea más rentable que sustituirlo por completo, en este caso.
652
AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
Figura 19-13 Sonda eléctrica Seba Hydrometrie KLLQ para el control de la calidad del agua.
Estos instrumentos se han basado en el diseño de las sondas de nivel, adaptando sensores al cable
junto con la electrónica necesaria para su interpretación, de esta forma, en la actualidad se pueden medir
parámetros de calidad y contaminación en el punto óptimo y controlar eficazmente la calidad del agua
del acuífero. Gracias a este diseño se podrán obtener perfiles y gradientes de los parámetros deseados.
El más simple de estos dispositivos es el que permite medir el nivel
del agua junto con su temperatura (Figura 19-14). Dentro del
electrodo de nivel se ha adaptado un sensor de temperatura, del tipo
NTC, PT100, etc. Su electrónica está dotada de un display que irá
mostrando la temperatura del agua en el punto deseado, mientras
que el nivel se mide con el cable graduado, de la misa forma que un
hidronivel o sonda eléctrica.
Por diversos condicionantes de la electrónica, hasta hace
relativamente poco tiempo, era impensable poder medir la calidad
del agua dentro del pozo o piezómetro, las medidas tenían que
Figura 19-14 Sonda eléctrica Seba realizarse extrayendo una muestra de agua a la profundidad
Hydrometrie KLL-T, para la medida
del nivel y la temperatura del agua.
deseada, y posteriormente medir los parámetros requeridos de la
muestra con un laboratorio portátil en la superficie.
Hoy en día, la técnica ha evolucionado y nos permite medir los parámetros a la profundidad deseada.
Por una parte, se encuentran problemas derivados con las longitudes de los cables, por el manejo,
señales analógicas, limitando las longitudes y por lo tanto la profundidad a la que pueden desplazar los
sensores; otro problema era la resistencia de los electrodos o sensores de los parámetros medidos, etc.
Al poder implantar la tecnología digital se han resuelto muchos de estos problemas, así como el usar
nuevos sensores que son más resistentes a grandes profundidades y que resisten elevadas columnas
de agua.
No obstante, existen sensores, de algunos parámetros, con los que aún no se ha logrado superar grandes
columnas de agua, por lo que este factor será importante a tener en cuenta.
Sin duda alguna y aparte de la ventaja que implica poder medir in situ, lo más importante, con estos
nuevos instrumentos, es poder obtener los perfiles de los parámetros deseados según se va desplazando
la sonda multiparámetro por la columna de agua (Figura 19-15).
Figura 19-15 Sonda eléctrica Seba Hydrometrie KLL-Q, para la medida de la calidad del agua.
Al no poder sumergir todos los sensores a la misma profundidad, dependerá de la columna de agua que
aguante cada sensor.
654
AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
Por este motivo, se han desarrollado porta-electrodos multiparámetro que agrupan sensores de
parámetros diversos. A continuación, se citan los parámetros que se pueden medir en la actualidad
dentro de los sondeos o piezómetros:
❖ Nivel ❖ Amoniaco
❖ Temperatura ❖ Cloruros
❖ Conductividad ❖ Sodio
➢ Sólidos Disueltos Totales (TDS) ❖ Calcio
➢ Salinidad ❖ Fluoruro
❖ Oxígeno Disuelto ❖ Potasio
➢ Saturación de Oxígeno ❖ Turbidez
❖ pH ➢ Sólidos totales
❖ Potencial Redox ORP ❖ Clorofila
❖ Amonio ❖ Cianobacteria
❖ Nitratos ❖ Rodamina WT
Salinómetros
La configuración más común de estos instrumentos está formada por un sensor de temperatura, uno de
conductividad eléctrica y otro de nivel (presión). Se le puede denominar como salinómetro, pues sirve
para controlar el grado de intrusión en acuíferos costeros, midiendo estos parámetros junto con el de
salinidad.
La capacidad del agua para conducir la electricidad aumenta con la concentración de sales. De esta
forma, midiendo la conductividad eléctrica (CE) del agua mediante un par de electrodos, se puede estimar
su salinidad de forma rápida y fiable. La conductividad eléctrica se mide generalmente en unidades de
dS/m (deciSiemens por metro).
¿Cómo convertir conductividad específica a la salinidad? La palabra "específica", cuando se usa en la
física y la química, tiene un significado (específico). Se refiere a una cantidad dividida por una extensa
medida (dimensiones), para que sea una medida de las propiedades de una sustancia peculiar, en lugar
de un objeto particular. Por ejemplo, la conductividad específica (o simplemente la conductividad, que
por definición es ya una medida específica), mide la capacidad de una sustancia para conducir la
electricidad. Los científicos miden la conductividad en el agua de mar para determinar la salinidad.
Mientras que la conversión de la primera a la segunda utiliza una ecuación larga de varios términos, se
puede utilizar una calculadora en línea para hacer la conversión con solo tres variables.
i. Convertir la unidad de su medición, es decir, la conductividad de Siemens por metro (S / m) a mili-
siemens por centímetro (mS / cm). En otras palabras, se multiplica por 10.
ii. Elevar la conductividad (en mS / cm) a la fuente de 1,0878.
iii. Multiplicar el resultado por 0,4665. Esto le da la salinidad en gramos (de sal) por litro (de solución).
Una conversión exacta de la salinidad oscila entre 5 y 100 mili-siemens por centímetro, o de 0,5 a 10 S/m.
Los parámetros anteriores se aplican a 25 ºC.
El contenido de sales en el agua es lo que le da la capacidad de conducir electricidad. Cuantas más sales
estén disueltas en el agua, más va a conducir la electricidad. Cada caso es distinto, pero un orden de
magnitud de los valores de conductividad en el agua serían los siguientes:
❖ Agua pura: 0.055 µS/cm.
❖ Agua destilada: 0.5 µS/cm.
❖ Agua de montaña: 1.0 µS/cm.
❖ Agua para uso doméstico: 500 a 800 µS/cm.
❖ Máx. para agua potable: 1055 µS/cm.
❖ Agua de mar de 45 a 52 mS/cm.
(1 mS/cm= 1000 µS/cm).
Una vez se tiene la conductividad, puede obtenerse la salinidad, multiplicando por un factor de 0,6 o 0,7
para obtener el valor de la salinidad en mg/L. En tal caso la salinidad sería como se describe a
continuación:
❖ Agua pura: 0,033-0,0385 mg/L.
❖ Agua destilada: 0,3 - 0,385 mg/L.
❖ Agua de montaña: 0,6 - 0,7 mg/L.
❖ Agua para uso doméstico: 300 - 560 mg/L.
❖ Máx. para agua potable: 6033 - 7033 mg/L.
❖ Agua de mar: 31,2 - 36,4 g/L.
Conductividad eléctrica:
¿Qué es la conductividad? Es una medida de la capacidad de una solución para conducir una corriente
eléctrica. ¿Cómo se mide la conductividad?
La conductividad es una medición de la resistencia por volumen, la cual se determina aplicando un voltaje
en corriente alterna, a través de un elemento primario llamado “celda”, inmerso en una solución que
contiene iones.
En soluciones acuosas que contienen ácidos, bases y moléculas salinas, estas tienden a disociarse a su
estado iónico. En el estado iónico la conductancia de la solución puede medirse como conductividad.
Diferente al pH (el cual solo mide el ión hidrógeno), la conductividad no depende de un ión en particular,
pero sí de la “suma” de todos los iones de la solución.
La unidad básica de la medición de la conductividad es MHOS, o Siemens.
Resistencia Vs. Conductancia Conductividad Vs. Resistividad
1 1 La conductividad (C) es la inversa de la
OHM= =
MHO 1000000 μMHOS resistividad (R)
1 1 C=1/R
MHO= = C=1/18 MOHMS
MOHMHO 1000000 μOHMS
Nota: 1 µMHO=µSiemens C= 0.056 µS
656
AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
Figura 19-16 Tamaño iónico relativo. Figura 19-17 Movimiento iónico Vs. polarización.
Cuando el voltaje es aplicado a través de los electrodos, los iones positivos se mueven hacia el electrodo
negativo y los iones negativos se mueven hacia el electrodo positivo, causando un flujo de corriente.
Nótese que cuando todos los iones se han movido al respectivo electrodo opuesto (carga), no fluye
ninguna corriente más a través de la solución y el flujo de corriente se detiene. A esto se llama
polarización.
Para prevenir la polarización, se usa una señal c.a. en lugar de señal c.c. Esto resulta en una corriente
constante estable que es convertida en conductancia.
Por consiguiente, la aplicación de un potencial a un líquido ocasiona que los iones transporten corriente
a través de la solución.
El movimiento de los iones también depende de la geometría y tamaño. Pueden citarse ejemplos como
el que los iones más pequeños se mueven más rápidamente (H+ y OH-), y que los iones más grandes
se mueven más despacio. (Na+ y CI-).
658
AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
Disponiendo de la curva nivel/caudal, en cualquier momento se podrá saber el caudal circulante por la
estación de aforos, si se tienen los registros del nivel de la lámina del agua de la sección que se esté
controlando.
Con los datos de los aforos, los técnicos
calculan y elaboran la curva de nivel caudal
relativa a esa estación (Figura 19-19).
Sin embargo, estos métodos se consideran
empíricos y la calidad de la medida
dependerá del calibrado de la curva de gasto,
necesitándose muchos aforos para un
correcto calibrado de esta. Son muchos los
factores que influyen en la precisión de este
calibrado, como la ejecución del aforo,
instrumento empleado, etc. Es fácil que el
Figura 19-19 Curvas de nivel caudal.
error mínimo de este calibrado supere
fácilmente un 10 %, siempre y cuando se hayan podido efectuar las medidas en condiciones idóneas.
Los aforos pueden clasificarse en:
❖ Directos
❖ Indirectos
Aforo directo: Es aquel que mediante una sola operación nos permite conocer, de una forma inmediata,
el caudal circulante por una sección o conducto. Entre ellos se encuentran los métodos volumétricos, de
disoluciones químicas, vertederos, etc.
Aforo por dilución química: El sistema de dilución química o trazadores (Figura 19-20 Y 19-21), se usa
para medir el caudal de arroyos, ríos, canales de riego etc. Existen dos métodos: el de inyección en
proporción constante y la inyección lenta del trazador. Generalmente se suele utilizar el cloruro sódico
(sal común), ya que este es fácil de obtener, muy barato, fácilmente soluble en agua y no contamina.
Figura 19-20 Aforo por dilución química. Figura 19-21 Instrumento de medida.
El método consiste en echar una pequeña cantidad del trazador, aguas arriba del punto de medida. En
este punto de medida se recoge la muestra y con un equipo que mide la conductividad eléctrica del agua
y especialmente preparado para aplicar la fórmula correspondiente, se encarga de medir y registrar la
cantidad de sal que pasa por el sensor.
Cuando el instrumento detecta el final del paso, manda parar la medida al operario e inmediatamente
indica la medida del caudal. Este caudal se calcula mediante la fórmula:
Q=M/1112(C1-C0) dt
Donde:
Q: Cantidad de sal inyectada.
Co: La cantidad de sal inicial.
C1: La cantidad de sal medida.
Hasta ahora la técnica de dilución química con trazador se ha evitado, debido a su complejidad para
determinar la medida del caudal. Las muestras deben de tomarse y llevarse al laboratorio para determinar
con precisión la concentración del trazador.
Aforos indirectos: En general requieren dos operaciones: por un lado, determinar el área de la sección
por donde circula el agua, y por otro lado, calcular la velocidad media del agua en dicha sección. El
caudal circulante sería el producto del área de la sección por la velocidad. Este método indirecto es el
que se utiliza más frecuentemente (Figura 19-22 y Figura 19-23).
Figura 19-22 Aforo por vadeo. Figura 19-23 Aforo por vadeo (se muestra el tramado
imaginario).
❖ Área de la sección: La determinación del área de la sección del cauce puede ser muy sencilla,
caso de las acequias o canales de sección geométrica; o tener algunas complicaciones como es
el caso de las secciones irregulares en cauces naturales. En la práctica, esta operación, si el río
es vadeable, se realiza tendiendo una cinta métrica de margen a margen, sondeando con una
barra graduada, a distancias prefijadas desde la orilla, las distintas profundidades o calados; con
esta operación se dispone de un perfil transversal del cauce en su sección mojada, que nos permite
obtener el área de la sección.
En el caso de un río no vadeable, se recurre al uso de una embarcación, y si las profundidades
son muy grandes, suele utilizarse un ecosonda para determinar las profundidades.
❖ Velocidad de agua: En una sección determinada de un cauce, la velocidad del agua no es la
misma en todos los puntos de la sección, estando afectada por las distintas rugosidades del fondo,
existencia o no de vegetación, trazado en la planta del cauce, etc. Por todo ello, para el cálculo de
un aforo con precisión es preciso tomar las velocidades del agua en numerosos puntos de la
sección.
Una forma sencilla y barata de determinar la velocidad de las aguas de un cauce, es la utilización
de flotadores (discos o bolas de madera coloreada) que se lanzan al cauce en un tramo recto y
660
AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
uniforme, comprobándose con el cronómetro el tiempo que tardan en recorrer una longitud
previamente medida.
Este método tiene el inconveniente de que solo se aprecia la velocidad superficial, por lo que se
hace precisa la introducción de coeficientes correctores para determinar la velocidad media. El
método es poco correcto, debiéndose utilizar únicamente para un primer tanteo orientativo, o bien
en casos (grandes avenidas) en que las circunstancias impidan cualquier otro sistema.
A continuación, se describen distintos instrumentos de medida para realizar los aforos.
Ejecución del aforo con molinete: El
funcionamiento del molinete, que se describe
a continuación, es muy común y usado hasta
la fecha. Al introducir el molinete en un punto
de la corriente, la velocidad del agua hace
girar la hélice. Cada giro, de esta, genera un
impulso eléctrico que se centraliza en el
contador (Figura 19-24 y Figura 19-25).
Figura 19-24 Micromolinete. Figura 19-25 Molinete.
Cada hélice dispone de una fórmula de tarado
obtenida experimentalmente durante la fabricación de esta, mediante la cual, conocido el número de
revoluciones por segundo, se obtiene la velocidad del agua. La principal ventaja de este método frente a
los medidores de velocidad electrónicos radica en ser un sistema mecánico, en el que se puede observar
fácilmente el estado del instrumento, por lo que será fácil determinar si el equipo está en condiciones de
usarse.
En un instrumento electrónico es más difícil determinar el estado de funcionamiento del equipo, al menos
que este muestre valores poco coherentes no se sabe si está apto para su uso. Para esto será necesario
pasar calibraciones periódicas por un laboratorio cualificado. Las hélices del molinete deberán pasar
también periódicamente y después de un uso continuado, por un tarado específico de su fórmula;
deberán mandarse a un laboratorio de tarado de hélices cuando se observe un deterioro de esta.
Dependiendo de la velocidad del fluido y del calado en el que se vaya a hacer el aforo, se debe utilizar
una hélice con un determinado diámetro y paso de la hélice. Cada hélice dispone un tarado diferente con
su fórmula asociada, como ya se ha descrito anteriormente (Figura 19-26).
Figura 19-28 Aforo desde pasarela con Doppler ADCP instalado sobre un trimarán.
662
AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
Ejecución del aforo mediante tecnología ADCP “Acoustic Doppler Current Profiler”: En la actualidad,
estos sistemas, relativamente novedosos, nos permiten aforar desde la orilla o desde un puente,
pasarela, etc., sin que el personal tenga la necesidad de entrar en el agua como es el caso del aforo por
vadeo. Este sistema es adecuado cuando se tiene que medir en periodos de avenida, sin embargo,
conviene contrastar los datos con medidas efectuadas con elementos mecánicos, y en caso de avenida,
se debe utilizar con torno de orilla fijado a contrapesos, tipo Sinker, para salvar la integridad del personal
y evitar que el sistema ADCP se pueda perder por la elevada velocidad del agua (Figura 19-28, Figura
19-29 y Figura 19-30).
Figura 19-30 Aforador Doppler ADCP por vadeo con medida desde el lecho hacia la superficie.
Cuando se utiliza un trimarán, el equipo mide simultáneamente la batimetría del río mediante la función
“botton-tracking” (referencia de fondo), determinando el contorno inferior de la sección transversal del
cauce, a fin de poder integrar así el caudal total.
Como novedad, hay fabricantes que ofrecen la tecnología “Broadband” (Banda acústica de ancho
espectro), que garantiza una comunicación libre de atenuaciones del eco y un correcto posicionamiento
de la medida.
Sin embargo, tiene inconvenientes respecto al método de vadeo. El problema fundamental al ejecutar un
aforo con un ADCP montado sobre un trimarán, es el calado mínimo en el que se empieza a operar por
encima de los 30 cm. de calado mínimo. Dependerá de la tecnología y ajuste del fabricante, lo que impide
el aforo en muchos canales, arroyos y ríos con poco calado, siendo generalmente imposible aforar en
sus orillas.
Existen en el mercado otros medidores de
velocidad ADCP que permiten el aforo por vadeo,
invirtiendo el recorrido del eco. Se ubica el sensor
en el lecho del punto de medida y este efectúa
una medida de velocidad desde el fondo hasta
arriba, y otra de nivel también por ultrasonidos.
Se pueden realizar medidas en situaciones
hidráulicas complejas.
El sistema está diseñado para medir el vector y
la magnitud (usando la tecnología de ondas
gemelas), y puede analizar hasta 128 celdas
individuales, obteniendo de esta forma una
calidad del aforo muy elevada. A diferencia de los
aforos con trimarán, este sistema permite el aforo
Figura 19-31 Software de interpretación de aforos para el
con calados desde 0 y, por lo tanto, puede medir aforador Doppler ADCP.
en las orillas de los ríos o canales.
Estos sistemas disponen de un software de interpretación muy preciso que permite una rápida
interpretación del aforo incluso en el campo, lo que a su vez permite visualizar si el aforo se ha hecho de
forma correcta (Figura 19-31).
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AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
Figura 19-32 Sensores inteligentes Dipper para el control piezométrico Seba Hydrometrie.
Figura 19-33 Sensores inteligentes Dipper y MPS para el control de la calidad del agua Seba Hydrometrie.
Los sensores inteligentes integran dentro de su estructura o carcasa los presentes elementos:
❖ Elemento sensor. Se encarga de medir el parámetro requerido.
❖ Electrónica. Es la designada para dar las órdenes de alimentar al sensor para que se produzca la
medida, e interpretar y convertir las señales eléctricas, generadas por este, en unidades físicas
medibles.
❖ Memoria interna (data logger). Para almacenar los valores medidos asociándolos a una hora y
fecha. Se encuentra ubicada dentro de una carcasa de protección e inmersión en el agua, que
asegure su estanqueidad.
❖ Alimentación. Generalmente suministrada por una pila interna o batería.
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AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
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AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
En el caso de contar con un presupuesto limitado, se puede optar por Web Server Consiste en una
plataforma de control, elaboración y gestión de datos que, por un módico precio mensual, nos permite
acceder a nuestros datos desde cualquier lugar y cualquier dispositivo, sea laptop, smartphone, etc. El
acceso a estas Web Server suele estar protegido por contraseñas y son muy útiles para visualizar y
gestionar los datos de redes de monitorización.
Medida de nivel: La medición de nivel, partiendo de la presión hidrostática, es la solución más común
en la práctica y con la mejor facilidad de uso. El nivel piezométrico se mide por presión, es decir, se mide
la presión hidrostática que se ejerce sobre un sensor y se compensa con la presión atmosférica.
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AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
Figura 19-40 Sensor de presión hidrostática Dipper Figura 19-41 Sensor de presión hidrostática Diver. Sensor de
APT. Sensor de presión atmosférica Baro-Dipper Seba presión Atmosférica Baro Diver.
Hydrometrie.
El ahorro en cable es sustancial, máxime si se tiene que medir a mucha profundidad, sin embargo, el
error que se comete con este método es muy elevado por el siguiente motivo: al tener dos sensores
independientes, se deben sumar los errores cometidos por el sensor de presión hidrostática y el que
mide la presión atmosférica, es decir, se cometen dos imprecisiones, por otro lado, el cálculo de ambas
presiones se hace en un ordenador (que debe llevarse al campo) por un software, debiéndole aportar
también al software la altitud sobre el nivel del mar a la que se instala el sensor de presión atmosférica,
por lo que se debe llevar un altímetro bastante preciso. Cuanto menos preciso sea el altímetro, mayor
error se comete, y si esta altitud se obtiene con un smartphone la desviación será muy elevada.
Si a todos estos factores se añade que el cable que suspende el sensor de presión hidrostática es de
mala calidad, se tendrán elongaciones, por lo que son sistemas muy baratos en la práctica, pero
enormemente imprecisos.
Único sensor: El método que usa un solo sensor incorpora una célula capaz de medir ambas presiones,
es decir, la presión hidrostática que ejerce la columna de agua sobre la célula y la atmosférica,
compensándose directamente en la misma célula. Este método, a diferencia del que usa dos sensores,
necesita de un cable que deberá estar dotado de un tubo o capilar interno que se encuentre en contacto
con el exterior del agua, por lo que deberá ser capaz de tomar la presión atmosférica, para que esta se
pueda compensar en la misma célula de medida (Figura 19-42).
En este caso, se usa como medida una célula de presión diferencial. El sensor mide la diferencia de dos
presiones, es decir, la presión absoluta generada por la carga hidrostática, y la atmosférica se hace
dentro de la misma célula, compensándose internamente ambas. Por tanto, los sensores diferenciales,
672
AGUAS SUBTERRÁNEAS: Exploración, evaluación, caracterización y gestión
por su propio principio de medida, no tienen ningún error asociado a la influencia de la presión
atmosférica, ni errores derivados de su medida. Tampoco se debe dar la altitud sobre el nivel del mar,
con lo que se seguirán ahorrando las imprecisiones del método que usa dos sensores, solo se tendrá un
único error sin necesidad de sumar los errores mencionados en el método anterior.
Figura 19-42 Sensor de nivel por presión diferencial (hidrostática + atmosférica) Dipper Seba Hydrometrie.
Como desventaja, estos sensores necesitan de un cable con un capilar interno para tomar la presión
atmosférica y este cable es caro; se debe tener cuidado de que no entre agua, por ejemplo, por
condensación por el capilar interno. Este problema se resuelve fácilmente instalando un protector en la
toma de contacto del capilar con el aire, este protector muy barato tiene silicagel para evitar las
condensaciones. Es aconsejable que el cable esté graduado, de esta forma no se necesitará introducir
una sonda eléctrica para tomar la medida actual del nivel piezométrico, usando el cable para obtener el
dato y también servirá en caso de calibración de este.
Otro problema que se puede presentar es cuando el sensor sufra desperfectos y sea necesario enviarlo
a fábrica para su reparación, es tener que enviar el sensor, con muchos metros de cable, desde el campo
al fabricante. Es engorroso y caro, de otro modo, se perderán medidas que pueden ser cruciales durante
el tiempo de su reparación. Para evitar este problema es aconsejable usar conectores tipo Plug-In.
El conector Plug-in, consiste en un sistema que nos permite separar el cable del sensor. Este conector
está preparado para soportar columnas de agua de hasta mil metros con total estanqueidad. Dispone de
unas cavidades internas que hacen que la toma de la presión atmosférica no difiera de la que se tiene
en el exterior. De esta forma no se necesita enviar a reparar el sensor junto con el cable, con los costes
que esto implica, además se podrá usar el cable para acoplar fácilmente otro sensor de repuesto, por lo
que no se perderán medidas durante la reparación del sensor estropeado. Aparte del nivel piezométrico,
estos sensores pueden medir también otros parámetros dentro de la misma carcasa. Por ejemplo, la
temperatura del agua, conductividad eléctrica y otros parámetros de la calidad del agua.
CAPÍTULO 20
Planificación de proyectos de investigación hidrogeológica
20.1. Investigación hidrogeológica y planificación hidrológica
20.2. Proyectos de investigación general, regional y local. Escalas y objetivos
20.3. Módulos de programación general. Extensión al proyecto regional y local
20.4. Planes de actualización de la infraestructura hidrogeológica
20.5. Ética del agua. Formación y divulgación
Derechos humanos
Derecho humano al agua
Principios y características de los derechos humanos al agua y al saneamiento
Categorías del derecho humano al agua
Niveles, tipos de servicios y el derecho humano al agua
No discriminación e igualdad en el acceso a los servicios de agua y saneamiento
Sostenibilidad de los derechos humanos al agua y al saneamiento
CAPÍTULO 20
Planificación de proyectos de investigación hidrogeológica
Muy sintéticamente, se describe el contenido y objetivos prioritarios de cada una de estas etapas.
En la primera etapa, el objetivo es definir los grandes Sistemas Acuíferos de todo el territorio nacional y
dar las cifras previas de su potencialidad. En el caso de España (con 550 000 km2), esta etapa tuvo una
duración aproximada de un año y medio, y se sintetizó en la publicación del «Mapa Hidrogeológico
Nacional».
Desde un punto de vista metodológico se organizan dos vías o módulos. En uno de estos módulos, se
lleva a cabo el «mapa de reconocimiento hidrogeológico» en el que se delimitan y determinan los
sistemas acuíferos (Figura 20-1).
En el otro módulo se debe obtener el «mapa de lluvias útiles» mediante un mecanismo de contraste entre
cálculos empíricos de evapotranspiración y descomposición de la componente subterránea, de los
hidrogramas obtenidos en las estaciones de aforos de los ríos correspondientes.
Se llega, de este modo, a la definición y primeras cifras de potencialidad de los grandes Sistemas
Acuíferos de los países y regiones.
La segunda gran etapa de los PIAS, es la correspondiente a los «estudios regionales». Se realizan
extendidos a las cuencas hidrológicas de los grandes ríos del país o región, y su objetivo prioritario es
llegar a disponer de una infraestructura hidrogeológica que englobe la delimitación, características,
balance, utilización y recomendaciones de explotación de Sistemas y Unidades Acuíferas.
El tiempo que requiere es variable según las circunstancias. A título de referencia, se indica que para los
PIAS de España se dedicó un tiempo aproximado de cuatro años a cada cuenca.
Entre los servicios que se pueden prestar, se mencionan algunos de mayor interés y en general de mayor
prioridad para el ciudadano:
❖ Estudios y sondeos para abastecimiento de núcleos urbanos.
❖ Estudios y sondeos dentro del Plan Agua Roja (Abastecimiento a poblaciones en estado de alarma
por el déficit hídrico).
❖ Asesoramiento permanente a organismos públicos y Comunidades Autónomas, a través de los
Diversos Convenios de Asistencia.
❖ Asesoramiento a particulares y organizaciones diversas.
❖ Asesoramiento e integración de la Infraestructura Hidrogeológica en la Planificación Hidrológica
Nacional.
❖ Estudios de perímetros de protección en cantidad y calidad.
❖ Informes vinculantes legales (si lo pide la legislación).
❖ Informes de actualización de balances.
❖ Informes sobre zonas protegidas y reservas ecológicas.
❖ Cartografía Hidrogeológica.
❖ Publicaciones.
❖ Centro de documentación y banco de datos.
Referente a esta última prestación, cabe indicarse que debe considerarse una tarea prioritaria. La
conformación y continua alimentación de un centro de documentación y banco de datos hidrogeológicos,
en particular, puede considerarse el objetivo principal de la investigación hidrogeológica como elemento
generador del conocimiento.
Es un paso importante montar una sala de consulta pública de los diversos documentos producto de la
investigación hidrogeológica, y es un servicio que se puede ver extraordinariamente mejorado con la
informatización con un sistema ágil de consulta para el usuario, a través de visualización en pantalla y
sistemas de impresión.
Se ha mostrado un corto resumen de la historia metodológica y los logros que puede tener la
investigación hidrogeológica, vertebrada a través de los Planes Nacionales de Investigación de Aguas
Subterráneas.
Hay que indicar que el éxito de estos planes se debe a muchos factores, pero entre ellos debe destacarse,
de una parte, una buena programación y el alto grado de aplicación de esta programación, y de otra, a
la coordinación que debe haber entre los diversos organismos con competencias sobre el agua, como
departamentos ministeriales de obras públicas, agricultura, medio ambiente, energía, etc.
Una vez terminados los PIAS y generada toda su infraestructura del conocimiento, no es por sí sola, una
herramienta técnica tan perfeccionada como sería deseable.
Cara a las necesidades que plantean hoy las sociedades de los diversos países y regiones, tal vez sea
preciso incorporar determinadas mejoras.
Hay que tener en cuenta que muchas operaciones de manejo de recursos hídricos que serían muy
recomendables en muchas circunstancias, pueden no tener cabida dentro del marco legislativo del país
o región.
De esta consideración, pueden darse dos buenos ejemplos, que posteriormente serán útiles para definir
alguna de las lagunas de conocimiento, que es preciso cubrir en las infraestructuras hidrogeológicas, y
desde luego, en el marco legal:
➢ La recarga artificial de acuíferos.
➢ La utilización conjunta de aguas superficiales y subterráneas.
Referente a la primera, a pesar de los beneficios que cara a una mejor regulación y mejor garantía de la
misma, pueden obtenerse con operaciones tan simples e intuitivas como la recarga artificial de acuíferos;
hay que reconocer las dificultades de llevarla a cabo de una manera generalizada.
Mediante los diversos sistemas de recarga, bien por filtración desde la superficie, bien por pozos de
inyección, es posible introducir agua, en general, de escorrentía superficial de los meses de invierno y,
por tanto, no demandada en acuíferos, pudiendo después recuperarse por bombeo en los meses de
máxima necesidad.
Conduce esta operación a una mejora neta de las disponibilidades para la satisfacción de usos diversos
sin que sea de, otra parte necesario, que el acuífero tenga unos recursos potenciales altos.
Sin embargo, en muchas ocasiones el dominio del agua es diferente para aguas superficiales y
subterráneas; y se hace preciso transformar un bien público(p.e.), la escorrentía superficial, en un bien
que pueda ser privado, el agua subterránea. El problema podría aún agravarse si el agua recargada se
vertía a un cauce después de bombeada.
La utilización conjunta es otra de las operaciones que hoy se admite como de particular utilidad, cara a
la mejora del binomio regulación-garantía, y que, sin duda, va a poder extenderse en nuestros sistemas
de recursos hidráulicos con una mayor sencillez al amparo de la nueva ley.
La utilización conjunta supone una estrategia de manejo de recursos de distinta procedencia, superficial
y subterránea, para la satisfacción más racional de una demanda.
Los acuíferos, se utilizan prioritariamente para incorporar agua al sistema en épocas de déficits. Se
pueden requerir bombeos importantes, pero no todos los años y solamente en la cuantía que marquen
los déficits.
La operación más habitual suele consistir en servir agua superficial con una garantía baja y restituir los
déficits con bombeos en el acuífero.
El agua bombeada puede ser usada directamente o bien puede verterse a un cauce para su utilización
aguas abajo.
En este último caso, habrá que reconocer que no es preciso que, en el acuífero, se presenten unas
condiciones especiales para uso del agua, dado que no se va a usar sobre el mismo, sino en otro lugar
que puede estar muy distante y ofrecer mejores condiciones al uso del agua.
Volviendo a enlazar, después de este inciso, con el Plan Nacional de Investigación de Aguas
Subterráneas, hay que reconocer que los trabajos alcanzan su máximo esplendor y desarrollo en
aquellas zonas donde simultáneamente exista una potencialidad de recursos en aguas subterráneas y
una potencialidad de uso de esta agua.
El que un acuífero tenga una importante recarga fácil de movilizar, y que pueda usarse el agua en sus
inmediaciones por razones de clima, topografía, tradición de uso, etc.; han sido lógicos factores que han
incidido en la intensidad y prioridad de las investigaciones de los PIAS.
Además de esto, tanto la iniciativa particular como las actuaciones públicas agrícolas, se desarrollan
prioritariamente en estas zonas y es, por tanto, donde se tienen datos de calidad para conocer las
características hidrogeológicas de los acuíferos.
Hay que admitir, por tanto, que la infraestructura hidrogeológica, en principio, no dispondrá de datos
sólidos sobre acuíferos de cabecera en zonas con topografía abrupta, donde los usos de agua —
principalmente en regadío— no son posibles, y sin embargo se intuye que estos acuíferos podrán ser
muy útiles en el futuro como elementos capaces de verter agua a los ríos en operaciones de utilización
conjunta.
Acuíferos de pequeña extensión y de baja, e incluso inexistente potencialidad, que habían sido
considerados por la investigación con carácter testimonial o académico, adquieren importancia si sus
características de transmisión y almacenamiento de agua son adecuadas, como elementos de regulación
mediante operaciones de recarga artificial.
Otro de los temas en los que seguramente tienen que hacerse mejoras dentro de las infraestructuras
hidrogeológicas, debe ser el tratamiento de las series de datos hidrológicos; los datos y la manera de
exponer los resultados.
Para un hidrogeólogo, concluir un estudio asignando a un acuífero con una cifra de aportaciones medias
anuales, es significativo cara a la explotación. Al existir en la mayoría de los casos unas reservas
almacenadas en el acuífero, varias veces superiores a la recarga anual, existe un volante de inercia que
permite una flexibilidad total de los bombeos. Si no se supera la extracción de la aportación media anual,
se podrán dejar satisfechos los usos con una garantía prácticamente del 100 %, independientemente de
la presencia de estíos y años secos.
De otra parte, el hidrólogo superficial maneja caudales instantáneos con una determinada garantía para
la satisfacción de uso concreto que tiene una estructura temporal continua o variable. Además, la rapidez
con la que se moviliza el sistema de recursos superficiales le obliga a considerar detracciones inmediatas
de cualquier volumen que se utilice. Le resulta difícil integrar en sus estudios un sistema subterráneo
caracterizado por su lentitud y por su tardía reacción en la detracción de descargas al río, consecuencia
de un bombeo instantáneo, puntual y violento en los acuíferos.
Se piensa que estos pequeños comentarios justifican en parte las razones por las que un grupo de
especialistas suele limitarse a ver los acuíferos como un elemento más del sistema de recursos
superficiales, considerando que los bombeos que en ellos se efectúen producen en los ríos una inmediata
disminución de caudal; mientras que otro grupo de especialistas, conscientes de la lentitud en la reacción
de los acuíferos, ha visto tan lejana la afección a los ríos que no se ha planteado estudios de suficiente
intensidad en las relaciones entre acuíferos y corrientes superficiales.
La investigación hidrogeológica, consecuentemente a todo lo dicho, ha estudiado prioritariamente el
medio físico soporte del agua. Es decir, se ha centrado en la textura, estructura y consiguiente capacidad
para almacenar y transmitir agua de las formaciones geológicas permeables o acuíferos.
Ha sido, en general, menos preocupante, la precisión en el cálculo de la aportación que llegaba a ese
medio físico, porque como se ha visto, el gran volante de inercia que para una parte del ciclo hidrológico
suponen los acuíferos, permitía siempre un cierto tiempo para la reacción.
Las evaluaciones más afinadas, siempre se han ido haciendo mediante el análisis de los controles,
estudiando las reacciones de los acuíferos ante la evolución de las explotaciones con el tiempo.
Estos comentarios son suficientemente representativos para dejar claro cuáles pueden ser los grandes
logros y aciertos de los PIAS y cuáles son los aspectos en los que debería sufrir mejoras “a posteriori”,
si verdaderamente se desea dejar satisfecha la enorme demanda de conocimientos que implica el
quehacer hidrogeológico a escala de cuencas, países o regiones y que deberían aplicarse en una nueva
etapa, que podría denominarse de la «Planificación Hidrológica y Gestión Integrada de Recursos
Hídricos».
conocimiento de las necesidades, sino también de una mayor disponibilidad de herramientas técnicas
más modernas y eficaces.
Entre estas mejoras cabe destacar las siguientes:
❖ Evaluaciones más precisas, consecuencia de un tratamiento más riguroso de las series de datos
y de la incorporación de los modelos de flujo a las vías de evaluación.
❖ Los modelos de este tipo, realizados para la práctica en la totalidad de los acuíferos importantes
del país, permitirán, con su actualización y progresiva recalibración, una evaluación precisa y
actualizada de los balances de los acuíferos, en función de la evolución con el tiempo, de los datos
aportados por los controles hidrogeológicos.
❖ Estudio de las relaciones acuífero-río al nivel de necesidades, solicitado por la gestión del agua
en general y la utilización conjunta de aguas superficiales y subterráneas en particular.
❖ Se hará conveniente incrementar y mejorar los controles de aforos diferenciales en puntos
específicos de los acuíferos, para un cálculo más preciso de las descargas con su distribución
temporal. Datos que, al utilizarse en la calibración de los modelos de flujo, permitirán la continua
puesta a punto de las herramientas de estudio de las relaciones entre acuíferos y cauces
superficiales, tanto en estado natural como en régimen influenciado por los bombeos de los
acuíferos.
❖ Optimización de los controles hidrogeológicos en cantidad y calidad, que básicamente deberá
consistir en la incorporación de una red de control específica para el estudio afinado de las
relaciones acuífero-río y un proceso de tratamiento de las redes de control piezométrico, por
métodos geoestadísticos que permita una reestructuración espacial, y de la cadencia de las
medidas en aras a tener en todas partes la información precisa para los objetivos de la
investigación y la gestión, sin que existan zonas con información insuficiente o sobreabundante.
❖ Plan de obras tendente a la realización de sondeos piezométricos y estaciones de aforo.
❖ Hay que admitir que la investigación de acuíferos no utilizados o poco utilizados hasta la fecha, y
que pueden ser como se ha visto un objetivo interesante dentro del nuevo Plan de Investigación,
requerirá de sondeos que permitan un estudio real de las características del acuífero.
Características que anteriormente eran suministradas a partir de los sondeos de algunos órganos
de la Administración, empresas colaboradoras, o de particulares en general.
Por último, un moderno Plan de Actualización de la Infraestructura Hidrogeológica Nacional requiere un
potente y eficaz mecanismo para la difusión y explotación de los resultados.
Este tipo de investigaciones, como es la investigación hidrogeológica, tienen una inmediata repercusión
en la economía y en la sociedad, y ello implica que entre las salidas de resultados y las posibilidades de
utilización por parte de la Administración y del gran público en general, sea preciso organizar unas vías
de conexión claras y eficaces.
Estas vías se dividirán en tres grupos bien diferenciados:
❖ Directos.
❖ De difusión pública.
❖ De consulta pública.
Hay que indicar que todas estas vías, independientemente de su remodelación y potenciación, cara al
futuro, no son inventos actuales. Su efectividad ha sido muy contrastada a lo largo del tiempo. Sin difusión
no se aprovecha adecuadamente la investigación
Los procedimientos directos se refieren a la colaboración de los técnicos que han intervenido en la
investigación para la explicación de sus resultados. Buenos ejemplos de esta línea son la creación de
Oficinas Regionales que tengan como misión transmitir a otros organismos y al gran público los
resultados de la investigación.
La difusión pública de la investigación se basa en las publicaciones que periódicamente se realicen para
el conocimiento general.
Pueden citarse las siguientes:
❖ Cartografía hidrogeológica.
❖ Cartografía temática.
❖ Memorias-Síntesis de investigación.
❖ Anuario de controles.
❖ Normas de utilización de acuíferos.
❖ Folletos de divulgación.
Por último, las vías de consulta pública han de centrarse en los Bancos de Datos.
En estos Bancos, deben poder consultarse y fotocopiarse todos y cada uno de los documentos que
componen la infraestructura hidrogeológica. Es un mecanismo difusivo de primer orden, si se piensa en
que a este servicio podría tener acceso cualquier ciudadano. La tendencia en la mayoría de los países
es que este servicio sea gratuito.
Derechos humanos
Los derechos humanos son entendidos como garantías básicas, universales, legales o morales que
corresponden a toda persona, y que la protegen de las acciones u omisiones de los estados y algunos
actores no estatales. Incluyen derechos civiles, culturales, económicos, políticos y sociales, reconociendo
el valor supremo de la persona, de forma que todas ellas deben vivir en condiciones de vida digna.
El desarrollo nació vinculado inicialmente al de crecimiento económico como motor para la reducción
de la pobreza, y posteriormente, al de desarrollo humano, incluyendo, además, otras dimensiones como
la calidad de vida, la educación, vida saludable, e integrándose finalmente en un concepto más amplio
como el desarrollo sostenible.
En Julio de 2010 la Resolución de la Asamblea General de Naciones Unidas reconocía el derecho
humano al agua potable y al saneamiento (DHAS), como derecho esencial para el pleno disfrute de la
vida y de todos los derechos humanos.
El Consejo de Derechos Humanos afirmó este reconocimiento (septiembre de 2010), señalando que es
un derecho que se deriva del derecho a un nivel adecuado de vida.
Los principios y características de los derechos humanos, actualmente reconocidos, son los siguientes:
➢ Universalidad: Son inherentes a todas las personas.
➢ No discriminación e igualdad sustantiva: Nacionalidad, sexo, etc.
➢ Indivisibilidad: Todos los derechos tienen el mismo rango
➢ Interdependencia o interrelación: Entre los derechos
➢ Inalienabilidad: Los derechos humanos no se transmiten a otros.
➢ Irrenunciabilidad: No se puede renunciar a ellos.
➢ Imprescriptibilidad: No se pierden ni se adquieren.
➢ Inviolabilidad: Nadie puede permanecer ajeno a su violación.
➢ Limitación: Los derechos personales limitan con los de los demás.
CAPÍTULO 21
Intrusión marina en acuíferos costeros
21.1. Intrusión marina. Concepto, descripción del fenómeno y planteamiento general
Introducción: aspectos conceptuales de los fenómenos de intrusión marina
Mecanismos de la intrusión
La relación de GHYBEN-HERZBERG y sus restricciones
La zona de transición
Detección de la intrusión
21.2. Métodos de lucha contra la intrusión marina
21.3. La explotación y gestión de los acuíferos costeros con problemas de contaminación por intrusión
marina
Explotación de acuíferos costeros
Conceptos y ejemplos para la gestión
Investigación práctica de la intrusión
Planteamiento del control de la intrusión
CAPÍTULO 21
Intrusión marina en acuíferos costeros
Mecanismos de la intrusión
En 1889, se describió el fenómeno de intrusión de esta sugestiva forma:
"Quizá, uno no esté muy lejos de la realidad al suponer que, en los niveles más profundos, existen
y han existido por muchas centurias dos corrientes. La una, de lejos la más poderosa, constituida
por agua dulce que desde las dunas se dirige al Zuiderzee; bajo esta, en la costa del Zuiderzee,
una débil corriente de agua salada se dirige tierra adentro, donde se mezcla con la parte más
baja de la corriente primeramente mencionada" (Ghyben, 1889).
Las investigaciones más recientes han demostrado que la intrusión marina está gobernada por la leyes
que rigen el desplazamiento de dos líquidos inmiscibles en un medio poroso; y que entre el agua dulce
y la salada se forma una zona de transición, en la que ambas se mezclan debido a procesos de
dispersión hidrodinámica y difusión molecular; cuya forma, situación y evolución son función de la
estructura física del acuífero, el historial de extracciones y variaciones de la recarga en el mismo, y de
las fluctuaciones de las mareas.
Ecuación en la que, sobre una línea vertical, “Z” representa la distancia existente entre la separación
agua dulce-agua salada, denominada interface, y el nivel del mar; en tanto que “h” representa, en la
misma vertical, la altura de la superficie piezométrica con respecto al nivel del mar, motivo por el que es
conocida como "Relación de GHYBEN-HERZBERG", y cuya ilustración gráfica es la mostrada en la
Figura 21-6.
A esta idealización del problema se
llega gracias a las siguientes
simplificaciones:
➢ Existe un equilibrio hidrostático
entre los dos fluidos.
➢ La superficie de separación entre
los dos fluidos es un plano.
La zona de transición
Como ya se ha dicho, los procesos de dispersión hidrodinámica y difusión molecular tienden a mezclar
los dos fluidos. Como resultado, la idealizada superficie de separación se convierte en una zona de
transición, cuya potencia dependerá de la estructura, historial de extracciones, variaciones en la recarga
del acuífero y de las fluctuaciones de las mareas.
En la zona de transición existe un flujo
hacia el mar, cuya magnitud varía desde
valores próximos a cero, en las
proximidades a la fase de agua salada a
los de agua dulce, en las proximidades a
la fase de esta. La existencia de flujo en la
zona de transición es, de hecho, la única
justificación de que I/8 de los caudales
vertidos al mar por el acuífero, sean de
naturaleza salada, mientras que
Figura 21-8 Movimiento del agua y zona de transición. consideraciones de continuidad permitan
afirmar que la sal descargada al mar
procede del agua salada subyacente a la zona de transición. En definitiva, se da una situación como la
mostrada en la Figura 21-8.
La existente de una circulación de agua del mar tierra adentro, tiene las siguientes importantes
implicaciones:
a) En su recorrido tierra adentro, sufre una pérdida de carga.
b) La punta de la cuña de agua salada está desplazada hacia el mar, con respecto a la posición que
ocuparía en ausencia de dispersión.
c) Su persistencia en el tiempo puede llegar a alterar la litología de algunos materiales de la formación
acuífera, debido a fenómenos de intercambio iónico.
d) No son viables los proyectos de inyección de residuos radiactivos en la zona saturada de agua
salada del acuífero.
Detección de la intrusión
Cuando se trata de explotar de una forma racional un acuífero costero, es necesario determinar dónde
está, y cómo es, la zona de transición.
Para ello, se dispone de una variada serie de métodos físicos (sondeos mecánicos y eléctricos, etc.) y
químicos (análisis, relaciones iónicas, etc.), de entre los cuales merecen mencionarse, por su sencillez,
los basados en la interpretación de las relaciones:
Mg++ICa++ y Cl–ICO=+C03H-
Respecto a la primera, se puede afirmar que valores superiores a la unidad, indican la presencia de agua
salada, Mg++ICa ++ >1.
La segunda está basada en que el ion Cl (dominante en el agua salada) no es afectado por ningún
proceso de reducción, disolución o precipitación, y su presencia en las aguas subterráneas es muy baja;
es tanto que el ion bicarbonato, siendo el ion negativo más abundante en las aguas subterráneas, apenas
se hace presente en el agua del mar.
La Figura 21-9 muestra los resultados obtenidos de los análisis realizados en muestras tomadas de seis
pozos alineados en una línea perpendicular a la costa, en el Valle de Salinas (California).
Figura 21-9 Análisis realizados en muestras tomadas de seis pozos alineados en una línea perpendicular a la costa en el
Valle de Salinas (California).
Figura 21-10 Distribución y recarga. Figura 21-11 Barreras de inyección de agua dulce.
Una captación, que bombea caudales altos, produce depresiones demasiado importantes, las cuales
producen una llamada a la intrusión marina. El fenómeno puede mitigarse redistribuyendo las
captaciones en un espacio más amplio para que produzcan descensos puntuales menores.
Se puede efectuar, en cualquier caso, una recarga artificial que aumente el flujo al mar, y retire o impida
el avance de la cuña de agua salada.
Las barreras de inyección se fundamentan en aumentar, mediante inyección, el potencial de agua salada
en una línea de costa. Debe aumentarse lo suficiente para hacer que la interface baje por debajo del
zócalo impermeable del acuífero, y con ello se consiga frenar la cuña de intrusión marina e impedirle el
paso hacia el interior del continente.
Las barreras se forman con líneas de pozos próximos, que separan las zonas de mala calidad y las de
buena calidad que se desean proteger. Se inyecta agua de modo continuo, de forma que se logre que el
nivel piezométrico en cualquier punto de la línea sea mayor o igual a la profundidad a la que se encuentra
el zócalo impermeable, dividida por 40 (GHYBEN-HERZBERG).
Figura 21-14 Esquema para el cálculo de la penetración de la cuña de intrusión en acuíferos libres.
Por Darcy, se tiene el siguiente desarrollo:
dh h
q0 =-k (h+z ) dado que z= (β=0,0025)
dx β
h dh 1 dh
q0 =-k (h+ ) ; q0 =-k (1+ )h
β dx β dx
q0 x q0 h
dx=-h dh; ∫ dx =- ∫ h dh
1 1
k (1+ ) 0 k (1+ ) h0
β β
q0 x 1 2 q0 x
= (h20 -h2 ); h20 -h2 =
1 2 1
k (1+ ) k (1+ )
β β
Si buscamos la ecuación de la interface, solo hay que sustituir h = Z
2 2 2 q0 x 2 q0 x
β z20 -β z2 = ; z20 -z2 =
1 k β(1+β )
k (1+ )
β
Para calcular la penetración de la cuña, se hace 𝑥 = 𝐿 y en este caso 𝑧 = 0
1 k 2
L= z β (1+β)
2 q0 0
h dh kβ d h 2
q0 =-k ( -a) ; q0 =- ( -a)
β dx 2 dx β
h
Para x=x0 debe ser -a=b, luego:
β
h 2 2q0
b2 - ( -a) = (x-x0 )
β βk
h
Para x=x0 +L, -a=0, y se obtiene
β
β k b2
L=
2 q0
Figura 21-15 Esquema para el cálculo de la penetración de la cuña de intrusión en acuíferos confinados.
Donde pueden hacerse idénticas observaciones que, en el apartado anterior, salvo que la profundidad
del fondo impermeable en el libre, juega análogo papel que el espesor en el cautivo.
Explotación de las reservas de una vez.
Cuando se explota un caudal q, en un acuífero, se corta parte de su flujo inicial qo al mar, la interfase se
desplaza hasta alcanzar un nuevo equilibrio.
El mar ocupa parte del acuífero,
disminuyendo las reservas (reservas
de una vez, porque no se pueden
utilizar más que una vez. No son
recuperables). Véase Figura 21-16.
Las reservas de una vez por km de
costa valen:
VR = ½ A b me 1000 m3
Que pueden alcanzar valores
importantes.
(Si A = 1.000, b=50 m y me = 0'2
(20 %) VR =5 hm3) Figura 21-16 Esquema para el cálculo de las reservas de una vez.
La relación entre el volumen de la reserva y el volumen anual de incremento de la explotación del acuífero
nos da lo que puede tardarse en consumir la reserva. La relación entre los metros que avanzará la
interfase para alcanzar el equilibrio y este tiempo, da una idea sobre la velocidad de avance de la
interfase.
Siendo: K = 20 m2/día y
Z0= 30 m
q0 = 4400/1000=4,4 m3/día por m de costa
1 20
L= 302 0,025 (1+0.025)=52,2 m
2 4,4
Penetración de la cuña de agua salada para estas circunstancias 52,2 m.
Figura 21-20 Esquema para el cálculo de la penetración. Figura 21-21 Esquema para el cálculo del avance de
la interfase.
b) A 1 km del mar se produce un bombeo distribuido de 1.728 m3/día/km de costa. (Pozos de 2 l/s,
separados 100 m.) (Figura 21-21).
Hallar nueva penetración:
Ahora qo vale qo = 4.400-1.728 = 2.672 m3/día/km costa y el problema es análogo:
1 K 2
L= Z β(1+β)
2 q0 0
Siendo:
K = 20 m2/día.
Z0= 30 m.
q0 = 2672 m3/día por km de costa = 2,672 m3/día por m de costa.
Por tanto, se tiene:
1 20
L= 302 0,025 (1+0.025) =86 m
2 2,672
Penetración actual es de 86 m que supone un avance de la interfase de 34 m.
c) Calcular la velocidad media de avance de la interfase, hasta alcanzar el nuevo equilibrio.
1 m3
VR reserva de una vez= 34 30 0,2 1000≈ 105 de costa
2 km
105
tiempo en consumir la reserva ≈57 días
1760
34 m
Velocidad media de avance =0,6 m/día
57 días
d) ¿Qué caudal máximo podrá extraerse sin que el agua muestre síntomas de salinización?
Se trata de que la interfase llegue hasta la vertical de los pozos sin sobrepasarla, es decir, como
máximo L = 1.000 (Figura 21-22).
1 K 2
L= Z β(1+β)
2 q0 0
Siendo
L = 1000
K = 20 m2/día
Z0= 30 m
1 K 302 20 0,025 (1*0,025)
q0 = Z20 β(1+β)= = 0,231.
2 L 2 1000
Figura 21-22 Esquema para el cálculo del caudal máximo extraíble sin salinizar los pozos.
Consideraciones hidroquímicas.
Para ver si el empeoramiento de la calidad es por intrusión marina, pueden usarse entre otros muchos,
los siguientes métodos:
a) Aumento rápido del ion CL frente a los demás iones.
b) Hallar r/Mg/r Ca (relación entre meq/l en % de Mg y Ca). Las aguas normales tienen de 0'3 -1'5.
El agua de mar tiene 5. En consecuencia, un aumento de la relación es síntoma de la intrusión.
c) cHallar r/Cl/r/C03H. Esta es especialmente útil. En el agua subterránea varía de 0'1 a 5. En el agua
de mar entre 20 y 50. Cuando el empeoro de la calidad lleva aparejado un aumento rápido de esta
relación, puede pensarse en un fenómeno de intrusión.
Investigación del entorno.
Evidentemente, el problema de la intrusión va ligado en importancia al entorno, tanto en uso que se dé
al agua, como a las características hidrogeológicas y geometría del acuífero.
Uso del agua.
Cuando aparece el problema en una zona del acuífero, hay que ver qué es lo que debe protegerse según
los usos del agua: Pozos de abastecimiento, pozos para industria, cultivos especiales, etc.
Tipos de acuíferos.
Libres: la salinización es más lenta y avisa paulatinamente. La intrusión viene desde abajo
(de acuerdo a la Figura 21-24).
Confinados: la salinización es más rápida y repentina. No suele dar avisos con pequeños y lentos
empeoramientos del pozo. Según empieza el proceso, suele ser rápido llegar a un deterioro notable de
la calidad. Se produce lateralmente (como se puede ver en Figura 21-25).
Tipos de materiales.
Porosos puros: Son los detríticos en general. Muy difíciles de salinizar. Muy difíciles de lavar. Una gran
inercia. Lentos a la intrusión, representan grandes reservas de una vez, con posibilidad de utilización.
Kársticos puros: Calizas antiguas y otros en general.
Fáciles de salar y fáciles de lavar. Poca inercia.
Rápidos en la intrusión regional lateral. Dudosa o
impredecible salinización local. Pocas reservas de una
vez, con escasas posibilidades de utilización.
Kársticos y porosos: Calizas calcareníticas (recientes)
en general. Fáciles de salar, difíciles de lavar. Poca
inercia. Rápidos o medios a la intrusión regional lateral.
Suele ser rápida la intrusión local. Altas reservas de
una vez, con escasas posibilidades de utilización.
Tipos de estructuras.
Cuando se tiene que reubicar los pozos de bombeo, lo
idóneo es buscar zonas con K alta y fondo impermeable
alto.
Como en la Figura 21-26, se representa junto la
estructura de fondo horizontal, otras dos; una con fondo
impermeable buzando hacia el continente, y la segunda
con fondo impermeable buzando hacia el mar.
En la primera, la cuña de intrusión puede penetrar con
toda facilidad, mientras que en la segunda la inclinación
del sustrato impermeable favorece que la cuña de
intrusión quede frenada contra el fondo del acuífero.
Figura 21-26 Diferentes tipos de estructuras.
CAPÍTULO 22
Uso conjunto de aguas superficiales y subterráneas
22.1. Concepto de regulación de aportaciones
Características de las formaciones acuíferas en la regulación
22.2. Aspectos generales de las épocas deficitarias (sequía)
22.3. Uso conjunto. Conceptos generales de gestión para la utilización conjunta de aguas superficiales
y subterráneas
22.4. Operaciones de gestión de uso conjunto
CAPÍTULO 22
Uso conjunto de aguas superficiales y subterráneas
Los acuíferos pueden ser utilizados de muchas formas, tanto independientemente, como integrados en
sistemas superficiales, al objeto de lograr un fin, sintetizándose en los siguientes puntos las operaciones
y las herramientas de la gestión.
Operaciones de Gestión:
➢ Suministro
➢ Regulación
❖ Fuentes
❖ Relación río - acuífero
❖ Recarga artificial
➢ Lucha contra la sequía
➢ Protección del medio ambiente
➢ Protección de la calidad
➢ Utilización conjunta.
Herramientas de la gestión:
➢ Control
➢ Análisis
➢ Simulación.
De todo ello conviene hacer un especial hincapié en las posibilidades de las formaciones acuíferas como
elementos de regulación.
De hecho, la lucha contra la sequía puede presentarse como un problema de regulación "in extremis", y
los acuíferos, en su función de regulación, deben demostrar su utilidad con vistas a permitir o apoyar en
la adecuación de aportaciones a la estructura de las demandas en:
❖ Cantidad
❖ Calidad
❖ Espacio
❖ Tiempo.
Respecto al parámetro cantidad, los acuíferos no proporcionan, en general, caudales puntuales tan
importantes como las aguas superficiales, pero se pueden obtener caudales más pequeños desde
superficies muy amplias, frente al carácter lineal de las aguas de superficie.
Respecto al parámetro calidad, debe indicarse que los acuíferos son de difícil contaminación por estar
naturalmente protegidos frente a la misma, pero una vez contaminados, su recuperación puede resultar
muy difícil. Respecto al parámetro tiempo, el papel fundamental de los acuíferos lo juegan sus reservas;
los grandes volúmenes almacenados, que en épocas de sequía pueden ser utilizados en espera que las
épocas húmedas los restituyan. Baste indicar que las reservas de agua almacenadas en los 30 primeros
metros de los acuíferos, de la parte habitada de los continentes, son suficientes para dejar satisfechas
todas las necesidades de la humanidad durante 15 años.
Por último, respecto al parámetro espacio, solo se indica la gran distribución espacial de los acuíferos,
que se extienden por el 25 al 35 % de la parte habitada de los continentes.
Por ello, una planificación preventiva de utilización de recursos de agua, en los periodos de escasez, es
la vía más adecuada para paliar, parcial o totalmente, las consecuencias nocivas de la sequía.
Con esta curva, se puede ver cómo el caudal regulado en el río disminuye para la misma capacidad de
embalse, aunque el caudal regulado en el ámbito de toda la cuenca mejora al bombear agua de los
acuíferos.
Las curvas R1 y R2 están representadas con garantías del 100 %. R1 es la curva en ausencia de
bombeos, y R2 es la curva que se obtendría si los supuestos bombeos se efectuaran.
Existe una amplia gama de posibilidades de satisfacción de déficits en época de sequía, utilizando
conjuntamente los acuíferos y los ríos. Estas posibilidades se barajan en función del tipo del acuífero, del
régimen y situación del río, y de las condiciones de relación río-acuífero (López G., J.A., 1983 y López
C., B, 1988).
El área principal de conocimiento, para el estudio de todos estos planteamientos, se funda, precisamente,
en el cálculo de las disminuciones que va a sufrir la descarga del acuífero al río, medida en cantidad y
en tiempo, frente a un proceso de extracción localizado en un área específica del acuífero a lo largo de
un periodo definido. Los modelos matemáticos son las herramientas a utilizar para este logro. Los
resultados que aportan estos modelos se integran dentro de otros modelos o programas de
regulación-explotación o gestión.
Básicamente, consisten en balances de agua mes a mes entre nudos de ríos, siguiendo el método
aceptado en los Planes Hidrológicos Nacionales (de acuerdo a la Figura 22-2). Entre los embalses 1 y 2
cuyas disponibilidades son D1 y D2, se establece un balance de agua entre aportaciones, incluida su
distribución temporal y usos del agua.
Figura 22-2 Esquema básico para los modelos de gestión de uso conjunto.
Para un valor de disponibilidades en el punto 1, D1, un esquema de aportaciones, usos en el tramo
(incluidos aportes por agua importada y retornos de regadío), se obtiene un valor de disponibilidades en
el punto 2, D2. Esta disponibilidad D2, junto con la capacidad del embalse 2, definen las disponibilidades
reguladas y no reguladas para el siguiente tramo.
La aportación subterránea (AS) del acuífero al río puede ser modificada en función de los bombeos, y
esta modificación altera la disponibilidad en el punto 2.
Conviene señalar en este momento, cómo estas herramientas modelo son insustituibles en plan de
satisfacción de déficits en periodos de sequía. Los bombeos del acuífero vertiendo el agua al río, mejoran
la disponibilidad regulada DR2 y dejan absolutamente igual la disponibilidad global D2. Pero es necesario
conocer cuál es el nuevo régimen de descargas acuífero-río, después de haber bombeado el acuífero en
las épocas de déficit, porque estos bombeos ocasionan a su vez nuevos déficits.
Las relaciones acuífero-río son, consecuentemente, el punto más importante en el estudio de la
utilización conjunta para paliar déficits (Iglesias, A. 1983 y 1985).
Las relaciones acuífero río tienen tres perspectivas que deben contemplarse conjuntamente en los
estudios:
i. La primera y de mayor dificultad es conseguir, de una manera directa o restituida, series de
descargas acuífero-río para trabajar homogéneamente con las series de aportaciones totales
medidas en las estaciones.
ii. En segundo lugar, se fabrican las herramientas modelo de los acuíferos, en cuya calibración
deberán aplicarse las series de datos obtenidos en el punto anterior, u otros elementos de cálculo
específicos que permitan conocer la evolución de las descargas acuífero-río en cantidad y tiempo,
como consecuencia de determinadas simulaciones de bombeos en el acuífero.
iii. La tercera perspectiva de las relaciones acuífero-río, es un grupo de difícil definición, que puede
comprender, tanto la corrección de resultados, como el estudio de fenómenos de recarga inducida,
controles, etc.
Hay otros dos últimos aspectos del uso conjunto que tienen interés, cara a la mejora de las garantías de
la regulación.
El primero se refiere a las operaciones de recarga. En cierto modo, es útil todo lo dicho anteriormente. Si
se utilizan excedentes no regulados para recargar artificialmente el acuífero, es necesario conocer cuál
va a ser su repercusión en el río. Sería absurdo que la alimentación artificial produjera una descarga
rápida al río, que no permitiera su regulación dentro del acuífero, o bien, que el grueso de esta descarga
se produjera en época de excedentes.
Los pasos y herramientas de cálculo son, en definitiva, los mismos.
Queda, por último, indicar que el concepto usual de garantía, o su manera de usarlo, no es demasiado
válido para planteamiento de utilización conjunta.
Se considera garantía a la relación de meses con suministro suficiente a meses totales.
Es evidente que ahora interesa, no solo saber, si un mes es suficiente o no para cubrir una demanda,
sino que se necesita conocer su déficit al objeto de paliarlo.
Se hace preciso, no solo el estudio de las garantías, sino también de los déficits, de la cuantía y
características estadísticas de los mismos.
Cuando se utilizan procedimientos conjuntos para mejora de la garantía en usos de fuerte variabilidad
estacional, como los agrícolas, frecuentemente los resultados calculados son inferiores a los reales,
debido a que se considera para el cálculo de la garantía, los meses totales y no únicamente los meses
en que existe necesidad de suministro.
El porcentaje de meses deficitarios paliados por la operación de uso conjunto, debe calcularse sobre el
conjunto de meses que se quieren suministrar y no sobre los meses totales.
Figura 22-3 Esquema de uso conjunto: embalse aguas Figura 22-4 Esquema de uso conjunto: embalse aguas
abajo de acuífero. arriba de acuífero.
El curso superficial sirve unos recursos R con una garantía de suministro G. Se podría servir un mayor
volumen de recursos R para satisfacer mayores usos con una garantía más baja G'. Los nuevos déficits
ocasionados en esta disminución de garantía pueden ser restituidos en la cuantía precisa mediante los
oportunos bombeos en el acuífero.
Resulta preciso, en este punto, indicar que el concepto usual de garantía o su manera de usarlo, no es
demasiado válido para el planteamiento de la utilización conjunta.
Se considera garantía la relación de meses con suministro suficiente a meses totales.
Es evidente que ahora interesa, no solo saber si un mes es suficiente o no para cubrir una demanda,
sino que se necesita conocer su déficit al objeto de paliarlo.
Es indispensable, no solo el estudio de las garantías, sino también de los déficits, de la cuantía y
características estadísticas de los mismos.
Cuando se utilizan procedimientos conjuntos para mejora de la garantía en usos de fuerte variabilidad
estacional como los agrícolas, frecuentemente, los resultados calculados son inferiores a los reales,
debido a que se considera para el cálculo de la garantía, los meses totales y no únicamente los meses
en que existe necesidad de suministro.
El porcentaje de meses deficitarios paliados por la operación de uso conjunto, debe calcularse sobre el
conjunto de meses que se quieren suministrar y no sobre los meses totales.
En los casos anteriores, no se ha planteado
específicamente la posibilidad de que al
bombear el acuífero se invierta el sentido del
flujo, creando una recarga inducida del río al
acuífero (se observa en la Figura 22-5).
Teniendo en cuenta esta circunstancia,
pueden obtenerse regulaciones aún
Figura 22-5 Esquema de uso conjunto: recarga inducida. mayores y con garantías aún más favorables
para los usos del agua.
La recarga artificial de acuíferos (Figura 22-6) puede ser incluida entre las operaciones de uso conjunto
que reportan una mayor regulación de las aportaciones. Lugares como Israel y California basan la gestión
de sus aguas en mecanismos generalizados de recarga artificial.
De igual modo, como se almacena agua en
los embalses de superficie, pueden
recargarse los embalses subterráneos
cuando el agua no se necesite, para ser
extraída cuando las necesidades la
reclamen.
Por último, se indican algunos tipos de
modelos de particular interés en los
estudios de gestión del agua y de uso
generalizado en los problemas de lucha
contra la sequía, haciendo uso de las aguas
subterráneas.
Modelos de relación río-acuífero:
Tienen por objetivo conocer la estructura de
Figura 22-6 Esquema de uso conjunto: recarga artificial de
las descargas de los acuíferos a los ríos y acuíferos.
la modificación de estas descargas en el
tiempo, consecuentes a la simulación de bombeos en el acuífero.
Modelos de flujo:
Son modelos discretizados, que pretenden conocer la evolución de los niveles frente a simulaciones de
bombeos en el acuífero y su inversa, conocer los bombeos permisibles en el acuífero a lo largo del tiempo
y del espacio, para alcanzar una situación de niveles establecidos o mínima deseable. Pueden ser
utilizados, asimismo, en el estudio de las relaciones río-acuífero, previa a una conveniente calibración de
las descargas; llegando a ser en estos casos, las herramientas más precisas para el cálculo de
afecciones.
Modelos de series:
➢ Son modelos capaces de generar series de datos en base a series dadas.
➢ Las series generadas tienen características estadísticas similares a las series base.
➢ Son de gran utilidad para ser usadas en la predicción probabilística de aportaciones y para
utilizarlos como entrada en modelos ya calibrados con series reales, en la fase de simulación.
Modelos de gestión:
Este último tipo de modelos, se extiende a sistemas de recursos hidráulicos asentados en cuencas
hidrológicas. Tienen por objetivo conocer las variaciones de regulación y garantía en puntos de una
cuenca, frente a cualquier operación de manejo de recursos.
Permiten, asimismo, definir las reglas operativas en esta utilización de recursos para conseguir una
distribución deseable o definida del agua.
Todos los modelos y métodos que han sido comentados a lo largo de esta ponencia, son, en definitiva,
aplicaciones de la informática y los métodos numéricos, a la hidrogeología.
Son, como se ha dicho, las herramientas que han abierto las vías para poder disponer de una nueva y
mejor tecnología en la investigación, gestión, protección y distribución de los recursos del agua.
CAPÍTULO 23
Recarga artificial de acuíferos
23.1. Recarga artificial. Conceptos y fuentes de agua para recarga
Concepto y formas de recarga
Objetivos de la recarga
23.2. Métodos de recarga artificial
Recarga por filtración desde la superficie
Recarga por pozos de inyección
23.3. Estudio especial de las balsas de recarga por extensión superficial
Sistema general
Calidad del agua y colmatación
Cálculo de la infiltración
23.4. Estudio especial de las barreras de inyección contra la intrusión marina
Diseño de las barreras de inyección
23.5. Esquema vertical para el diseño de barreras de inyección
23.6. Evacuación de aguas residuales
Aguas residuales nocivas
Aguas residuales utilizables
CAPÍTULO 23
Recarga artificial de acuíferos
El agua que suele utilizarse para la recarga, atiende fundamentalmente a tres tipos.
❖ Escorrentía superficial. Que es el agua de los ríos en régimen más o menos normal.
❖ Agua de avenidas. Que se recarga, solamente cuando se producen grandes avenidas,
consecuencia de pluviometrías muy intensas. Se aprovechan así, unos excedentes,
mediante almacenamiento en el acuífero, que de otro modo se desperdiciarían por no poder
ser utilizados en tan corto espacio de tiempo.
❖ Aguas residuales. Se recarga con aguas que ya han sido utilizadas en algún proceso
industrial o humano. En este caso, la calidad es un factor limitativo muy para tener en
cuenta.
Objetivos de la recarga
Resulta evidente que la recarga no se realiza por capricho, sino que responde o debe responder,
a unos fines perfectamente definidos que pueden atender a una mejora de la gestión, a una
necesidad, o incluso verse liberado de determinados residuos molestos.
En este orden de ideas, cabe sintetizar los siguientes objetivos:
Regulación de aportaciones
Para centrar ideas, puede indicarse como ejemplo a España.
La escorrentía total de España es del orden de 110.000 hm3/año; de ellos unos 90.000 hm3/año
es escorrentía superficial propiamente dicha, y el resto, unos 20.000 hm3/año, escorrentía
subterránea que va a parar a los ríos o subterráneamente al mar (unos 4.000 hm3/año).
Pero estas cifras se refieren a todo el año y solo una pequeña parte de ellas pasan por los ríos en
las épocas de estío, que paradójicamente es cuando las necesidades de agua son mayores,
fundamentalmente por razones agrícolas.
Puede indicarse que se consumieron en España, en 1975, unos 25.000 hm3 (6.000 de origen
subterráneo y 19.000 de origen superficial). Los regadíos requirieron 21.500 hm3 y el
abastecimiento e industria unos 3.500 hm3.
Es decir, al menos unos 23.000 hm3 se necesitaron en el estío de 1975, cifra que no llevan nuestros
ríos en dicho periodo, y mucho menos aún en los ciclos climáticos secos.
Es evidente que se requiere almacenar el agua en las épocas húmedas, bien en embalses de
superficie, bien en acuíferos, si se quiere atender a las desfavorables exigencias de la demanda,
luchando contra la intermitencia del ciclo hidrológico.
La potencialidad tope de regulación subterránea vendría representada por la escorrentía
subterránea de 20.000 hm3/año y evidentemente, los recursos, es decir, la escorrentía subterránea
regulada, no podrá superar del 60 % al 80 % de esta cifra.
Esto, dicho a escala nacional, es simple, pero existen cuencas en donde los desequilibrios son
mucho más acusados que para el total nacional.
Por este motivo, poner en juego recursos por encima del valor de la escarnecía subterránea,
haciendo uso de la gran capacidad de almacenamiento de los embalses subterráneos o acuíferos,
muy superior a los embalses de superficie, puede hacer aconsejable una recarga de la escarnecía
superficial en los acuíferos, haciéndolos funcionar como embalses de superficie y con recursos
superiores a los valores de su recarga natural.
Este tipo de operaciones constituyen una de las grandes esperanzas de lucha contra la
intermitencia del ciclo hidrológico, y la desfavorable repartición temporal de las demandas, sobre
todo con vistas al fuerte incremento de estas últimas, de cara al futuro.
Depuración de aguas
Puede ser otro importante objetivo de la recarga.
Es bien conocida la capacidad de depuración de los terrenos, fundamentalmente, los porosos
intergranulares. Por ejemplo, es bien conocido el caso, en que en vez de bombear las aguas de
un río, se bombean pozos en su aluvial. Ello permite, mediante una recarga inducida, obtener un
agua exenta de sólidos en suspensión por un procedimiento más simple y barato, que eliminarlos
por decantación y floculación de las aguas del río.
El terreno no depura, en general, la calidad química del agua, sin embargo, es un excelente filtro
para los sólidos en suspensión, la materia orgánica y las bacterias (Colonias, Coliformes,
Colifecales, Escherichia Coli, Clostridium, etc.).
Además, si se trabaja en medio oxidante, es decir, por ejemplo, infiltrando agua en superficie y
estando bajo el nivel regional, es muy efectiva la eliminación de bacterias anaerobias, y se
transforma el nitrógeno en el sentido de oxidación NH3 N NO2 NO3; obteniéndose al final nitratos
que son admitidos por el Código Alimentario Español, hasta 50 ppm, mientras que no admite ni
trazas de nitritos.
Asimismo, según experiencias de E. Custodio en el Pirineo Oriental, el terreno detiene a veces los
fosfatos.
Por todo ello, puede ser muy útil y barato utilizar la recarga artificial, con el objetivo de obtener
agua depurada infiltrándola en superficie lo más por encima del nivel posible, y utilizándola por
simple bombeo en el acuífero.
El problema más grave suele constituirlo la presencia de virus, de difícil o nula filtración por el
terreno, aunque debe decirse, que muchos de ellos no soportan los rayos ultravioleta solares,
constituyendo el sistema de balsas de recarga superficial, por tanto, el método más seguro.
Dada la inversa relación entre granulometría y capacidad de depuración, la situación óptima se
tiene cuando se recarga en superficie, y entre esta y el acuífero que se va a bombear, existe un
tramo de granulometría muy fino.
Formación de barreras hidráulicas contra la intrusión marina
La recarga artificial puede ser un eficaz método contra la contaminación por intrusión de agua de
mar. La recarga puede efectuarse con dos objetivos: o bien aumentando el flujo de agua dulce al
mar, que frene la entrada de este; o bien mediante barreras de pozos de inyección que produzcan
potenciales de agua dulce elevados, e impidan pasar el agua de mar de la vertical de la barrera.
Es un tema al que, por su interés y didáctica, se le dará un tratamiento específico en los siguientes
apartados.
Además, dado que la L se puede salir algo del cauce, se aumenta la superficie de contacto que
también es un factor favorecedor de la infiltración.
La colmatación es progresiva, sin embargo, las avenidas destruyen los muros en L, lavando el
lecho del río. Pudiendo volver a construirse el sistema, haciendo uso de una simple pala cargadora,
y teniendo el sistema nuevamente en condiciones de funcionamiento.
Represas y pequeñas balsas
Se construyen diques de tierra
pequeños que cierran el cauce,
aumentando el tiempo, y la
superficie de contacto del agua con
el terreno (ver Figura 23-3). Si toda
el agua se infiltra, no hay problema.
Si no es así, deben preverse
vertederos para evitar la rápida
erosión de los diques. Cuando están
colmatados se destruyen para que
Figura 23-3 Recarga por pequeñas balsas.
la corriente arrastre los finos. Se
construyen nuevamente una vez finalizada la operación. A veces, en vez de muros de sierra, se
usan presas de goma inflables, que pueden desinflarse para que la corriente arrastre los finos.
Escarificación del lecho del río
Es de todos, el método más
simple. Consiste en
escarificar el lecho del río,
eliminando finos y mejorando
la infiltración (véase Figura
23-4).
Esta operación debe
efectuarse con sumo cuidado.
Se debe escariar a poca
profundidad y en el mismo
sentido de la corriente, para
evitar que los finos se Figura 23-4 Escarificación del lecho del río.
depositen detrás de la
máquina. Es preferible hacerlo con una corriente fuerte, que tenga un mayor poder de arrastre.
Una mala operación puede traer como consecuencia la destrucción del lecho del río a efectos de
infiltración. Se insiste en que estos procedimientos solo son válidos en momentos en que el río es
influente.
Vasos permeables
Son embalses de superficie cuya cerrada no es totalmente impermeable, recargando así acuíferos.
Aunque en principio, es un accidente desgraciado, algunas veces se construyen con este fin (ver
Figura 23-5).
Si tienen empaquetaduras de grava, se tienen que limpiar con aire comprimido por tramos,
haciendo uso de packing. Esto suele dejar los filtros suficientemente limpios para iniciar de nuevo
la operación.
Sistema general
En la Figura 23-9 se representa muy someramente el esquema. Sin embargo, en la realidad, el
sistema de balsas adopta, en general, forma de delta o semidelta a uno o ambos lados del río.
Se desvía el agua del río
mediante una pequeña
presa abatible o de goma
inflable, dirigiéndose a las
balsas. Las primeras
balsas son de decantación
y las siguientes de
infiltración, retornándose
al río los excedentes.
Figura 23-9 Balsas de recarga. Detalle.
Las comunicaciones entre
celdas o balsas se realizan por simples sistemas de cajoneras, a base de tablas que se deslizan
por correderas, y se fija así la altura de llenado.
La altura de agua óptima puede ser del orden de 1 m a 1,20 m.
Son de muy fácil manejo, en general, requieren un operario permanente y otros dos o tres en
épocas de recarga (avenidas).
Existe la idea de que las plantas que crecen en el fondo, al pudrirse, dejan el suelo más esponjoso
para la percolación.
Cálculo de la infiltración
El sistema que se usa para
calcular el agua que se infiltra,
consiste en dejar pasar agua
del río hasta que esta salga por
el rebose nuevamente,
después de llenar las celdillas.
Se gradúa la entrada, hasta
que la salida se anula.
El agua que entra, se infiltra y
se evapora. Mediante
Figura 23-10 Cálculo de la infiltración.
evaporímetros, se conoce la
evaporación, que se extrapola a la superficie total de las balsas. Restando la evaporación, se
conoce la infiltración (Figura 23-10). La infiltración disminuye con el tiempo, debido al efecto de
colmatación.
Entre la tubería principal, por la que se inyecta, y las paredes del sondeo, se deben introducir
tuberías para obtener muestras de los acuíferos superiores utilizables, y así poder comprobar
periódicamente el estado de las cementaciones.
Asimismo, debe diseñarse una red de pozos toma-muestras pilotos alrededor del de inyección,
que toquen los citados acuíferos superiores, y detecten posibles fugas en cualquier momento.
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