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COMUNICADO DICIEMBRE DE 2015

RUIDO Y SUS REPERCUSIONES EN EL ÁMBITO LABORAL


La pérdida auditiva o hipoacusia neurosensorial es una de las enfermedades laborales más
comunes, su ocurrencia registra más casos que los problemas de piel y del sistema respiratorio.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la hipoacusia es causada por la


exposición al ruido a largo plazo, por encima de los 85 decibeles. Quienes transitan las calles de las
grandes ciudades están expuestos al ruido emanado por los motores de los carros y buses, lo mismo
ocurre con los trabajadores de nuestra empresa, donde constantemente se está expuesto a los
ruidos de los equipos, vehículos y maquinaria.

El oído es uno de los mecanismos más refinados y sensibles del cuerpo humano, puede dañarse o
alterarse con facilidad. De su bienestar depende conservar una de las facultades básicas del ser
humano, que lo diferencia de otras especies: la capacidad de comunicarse articuladamente a través
del habla y la escucha. Una pérdida auditiva no sólo comporta una lesión física grave y muchas
veces irreversible, sino que además representa un grave trastorno psicológico, pues afecta la
interacción social.

El ruido es el contaminante ambiental más frecuente, al punto que un tercio de la población mundial
padece algún grado de sordera o pérdida auditiva causada por la exposición a sonidos de alta
intensidad. Cualquier persona expuesta de forma repetida, tiene la posibilidad de desarrollar una
hipoacusia progresiva al cabo de los años. Más allá de sus efectos sobre la salud, el ruido provoca
accidentes laborales de las siguientes formas:

Dificultando a las personas escuchar y comprender correctamente las voces y señales. Ocultando
el sonido de un peligro que se aproxima o de las señales de advertencia (por ejemplo, las señales
de marcha atrás de los vehículos).Distrayendo a los trabajadores. Contribuyendo al estrés, que
aumenta la carga cognitiva y la probabilidad de cometer errores.

Algunas prácticas saludables son: Proveer un ambiente sano y las protecciones necesarias para
realizar su labor: como tapaoídos, orejeras. En caso de estar expuestas a emisiones por encima de
los 85 decibeles, también es responsabilidad individual velar porque en el campo personal
(EXTRALABORAL) no se atente contra la buena salud de los oídos.

WILLIAM HÉRNAN VÁSQUEZ TORRES


Gerente General

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