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ECOGRAFIA
Carol M. Rumack, MO, FACR J. William Charboneau, MO, FACR
Professor of Radiology and Pediatrics Professor of Radiology
University of Colorado Mayo Clinic College of Medicine
Denver School of Medicine Consultant in Radiology
Den ver, Colorado Mayo Clinic, Rochester, Minnesota

Stephanie R. Wilson, MO, FRCPC Deborah Levine, MO, FACR


Clinical Professor of Radiology Professor of Radiology
University of Calgary Harvard Medical School
Staif Radiologist Associate Radiologist-in-Chief of Academic Aifairs
Foothills Medical Center Director of Ob/Gyn Ultrasound
Calgary, Alberta, Canada Beth Israel Deaconess Medical Center
Boston, Massachusetts
© 2014
© MARBÁN
Joaquín María López, 72
28015 Madrid. España
Teléf.: (34) 91 543 55 55
Fax: (34) 91 544 13 80
www.marbanlibros.com

Edición en español de:


Diagnostic Ultrasound, 4e.
by Carol M. Rumack, MD, Stephanie R. Wilson, MD,
J. William Charboneau, MD and Deborah Levine, MD.

© Edición original
Mosby, !nc., an affiliate ofElsevier lnc.
Philadelphia, P A, USA
This edition of Diagnostic Ultrasound, 2-Volume Set, 4e by Caro) M. Rumack, MD, FACR,
Stephanie R. Wilson, MD, FRCPC, J. William Charboneau, MD, FACR and Deborah Levine, MD, FACR
is published by arrangement with E1sevier lnc.

Fotocopiar es un delito (Art. 270 c.P.)

Son muchos los delitos de distinta naturaleza que se cometen diariamente en nuestra sociedad y que
quedan impunes, pero ello no legitima a sus autores, que son delincuentes en cualquier caso.
En el supuesto de realizar estos actos de piratería, el elevado nivel de formación del destinatario de un libro
médico es, en todo caso, un agravante, pues no puede alegar ignorancia o falta de capacidad intelectual.
Este libro está legalmente protegido por los derechos de propiedad intelectual. Su reproducción mediante
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Art. 270 C.P. Será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años o de multa de seis a vein-
ticuatro meses quien, (... ) en perjuicio del tercero, reproduzca, plagie, distribuya o comunique pública-
mente, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica, o su transformación, interpretación o
ejecución artística fijada en cualquier tipo de soporte o comunicada a través de cualquier medio, sin la
autorización de los titulares de los correspondientes derechos de la propiedad intelectual o de sus cesio-
narios. La misma pena se impondrá a quien intencionadamente importe, exporte o almacene ejemplares
de dichas obras o producciones o ejecuciones sin la referida autorización.

MARBÁNIfI es marca registrada.


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en el artículo 274 C.P. que protege el derecho de propiedad industrial.

ISBN: 978-84-7101-972-1 (MARBÁN - Obra completa· Edición en español)


ISBN: 978-84-7101-973-8 (MARBÁN - Tomo 1)
ISBN: 978-84-7101-974-5 (MARBÁN - Tomo 2)
ISBN: 978-0-323-05397-6-2011 (Mosby, Inc - Edición en inglés)
0.1.: M-30951-Lvn

Impreso en España. Printed in Spain


AUTORES • DIRECTORES

Carol M. Rumack, MD es Profesora de Radiología Stephanie R. Wilson, MD es Profesora de Radiología


y Pediatría en la University of Colorado Denver School en la University of Calgary donde dirige una clínica de
of Medicine en Denver, Colorado. Su ejercicio clínico se especialidades por ecografia en el Foothills Medical Centre
desarrolla en el University of Colorado Hospital. Su inves- dedicada fundamentalmente al diagnóstico por imagen de
tigación principal se ha dedicado a la ecografia neonatal enfermedades del tubo digestivo y de los órganos gine-
de los lactantes de alto riesgo, en especial del cerebro. La cológicos. Con el apoyo del Canadian Institute of Health
Dra. Rumack ha publicado extensamente en este campo Research (CIHR), la Dra. Wilson trabajó en Toronto junto
y ha impartido conferencias frecuentes sobre ecografia al Dr. Peter Burns en la descripción y detección de masas
pediátrica. Es miembro del American College ofRadiology, hepáticas focales mediante ecografia con realce de contraste
de l que fue presidenta, y también del American Institute of (CEUS), siendo toda una autoridad en este campo. Es una
Ultrasound in Medicine y de la Society of Radiologists in experta reconocida en ecografia del tubo digestivo y de las
Ultrasound. Ella y su marido, Barry, tienen dos hijos, Becky vísceras abdominales y pélvicas, ha recibido numerosos
y Marc. galardones como profesora universitaria y es una habitual
conferenciante internacional y autora. La Dra. Wilson fue
la primera mujer Presidenta de la Canadian Association of
Radiologists (CAR), y actualmente es Presidenta Electa de
la International Contrast Ultrasound Society (ICUS). Ha
recibido la medalla de oro de la CAR en reconocimiento de
sus contribuciones a la Radiología. Entusiasta del golf, ella y
su marido, Ken, tienen dos hijos, Jessica y Jordan.

J. William Charboneau, MD es Profesor de Radio-


logía en la Mayo Clinic de Rochester, Minnesota. Sus
intereses actuales en investigación comprenden la biopsia y
extirpación de tumores guiadas por técnicas de imagen, así
como la ecografia hepática y de partes pequeñas. Es coau-
tor de más de 200 libros, Director Adjunto del Mayo Clinic
Family Health Book y un activo conferenciante a escala Deborah Levine, MD es Profesora de Radiología en
nacional e internacional. Es miembro del American College el Beth Israel Deaconess Medical Center, Boston, y la
of Radiology y la Society ofRadiologists in Ultrasound. Él y Harvard Medical School. Es Associate Radiologist-in-
su mujer, Cathy, tienen tres hijos, Nick, Ben y Laurie. Chief of Academic Affairs, Co-Chief of Ultrasound y
Director of Ob/Gyn Ultrasound del Beth Israel Deaconess
Medical Center. Sus intereses clínicos se centran en la
ecografia obstétrica y ginecológica. Su investigación ha
estado enfocada al uso de la RM fetal como ayuda a la
mejora del diagnóstico por ecografia. Es Chancellor del
American College of Radiology, Presidenta de la Comisión
de Ecografia del American College ofRadiology, miembro
del American Institute of Ultrasound in Medicine y la
Society of Radiologists in Ultrasound. Ella y su marido,
Alex, tienen dos hijos, Becky y Julie.
AUTORES • COLABORADORES

Jodi F. Abbott, MD Carol B. Benson, MD


Associate Professor Professor of Radiology
Boston University School of Medicine Harvard Medical School
Director of Antenatal Testing DÜ'ector of Ultrasou nd and Co-Director of
Boston Medica! Center High Risk Obstetrical Ultrasound
Boston, Massachusetts Brigham and Women's Hospital
Boston, Massachusetts
Jacques S. Abramowicz, MD, FACOG
Frances T. & Lester B . Knight Professor
Raymond E. Bertino, MD, FACR, FSRU
Ru sh University
Director, Ob/Gyn Ultrasound Medical Director of Vascular and General U!trasound
Rush University Medical Center OSF Saint Francis Medical Center
Co-Director, Rush Fetal and Neonatal Medicine Program Cl inica! Professor of Radiology and Surgery
Ru sh Uni versity University of Illinois College of Medicine
Chicago, lllinois Peoria, IIIinois

Ronald S. Adler, PhD, MD Edward 1. Bluth, MD, FACR


Professor of Radiology
Clinical Professor
Weill Medical College of CorneU Univers ity
Tulane University School of Medicine
Cbief, Di vision of Ultrasound and Biology lrnaging
Chairman Emeritus Radiology
Department of Radiology and Imaging
Ochsner Health System
Hospital for SpeciaJ Surgery
New Orleans, Louisiana
Attending Rad iologist
Departrnent of Radiology
New York Presbyterian Hospital J. Antonio Bouffard, MD
New York City, New York Senior Staff Radiologist
Henry Ford Hospital
Amit R. Ahuja, MD Detroit, Michigan
Diagnostic lrnaging Resident Consultant Radiologist
Foothills Medical Centre James Andrews Orthopedics and Sports Medicine Center
Calgary, Alberta, Canada Pensacola, Florida
Jean M. Alessi-Chinetti, BS, RDMS, RVT
Technical Director Bryann Bromley, MD
Vascular Laboratory C linical Associate Professor of Obstetrics and Gynecology
Tufts Medical Center Massachusetts General Hospital
Boston, Massachusetts Clinical Associate Professor of Obstetrics
and Gynecology and Radiology
Thomas Atwell, MD Brigham and Women's Hospita!
Assistant Professor of Radiology Boston, Massachusetts
Mayo Clinic College of Medicine
Consultant in Rad iology
Mayo Clinic
Dorothy 1. Bulas, MD
Rochester, Minnesota Professor of Radiology and Pediatrics
George Washington University Medica! Center
Diane S. Babcock, MD Pediatric Radiologist
Professor of Radiology and Pediatrics Children ' s National Medical Center
University of Cincinnati College of Medicine Washington, District of Columbia
Professor of Radiology and Pediatrics
Cincinnati Children's Hospital Medical Center Peter N. Burns, PhD
Cincinnati, Ohio
Professor and Chairman
Carol E. Barnewolt, MD Department of Medical Biophysics
Assistant Professor of Radiology Univers ity of Toronto
Harvard Medical Scbool Senior Scientist
Director, Di vision of Ultrasound Department of lmaging Research
Children 's Hospital Boston Sunnybrook Health Sciences Centre
Boston, Massachusetts Toronto, Ontario, Canada

Daryl J. Barth, RVT, RDMS Barbara A. Carroll, MD


Ultrasound Ass istant
Professor Emeritus of Radiology
Department of Sonography
Departrnent of Radiology
OSI St. Francis Medica! Center
Duke University Med ical Center
U1trasound Ass istant
Durham, North Carolina
Central Illinois Radio!ogica! AssociatesPeoria, nlinois
Beryl Benacerraf, MD J. William Charboneau, MD, FACR
Clinica! Professor of Obstetrics and Gynecology and Rad iology Professor of Radio logy
Brigham and Women's Hospital Mayo Cli nic College of Medicine
Massachusetts General Hospital Consultant in Radiology
Harvard Medica] School Mayo Clinic
Boston, Massachusetts Rochester, Minnesota

VI
AUTORES • COLABORADORES

Humaira Chaudhry, MD Katherine W. Fong, MBBS, FRCPC


FeIlow in Abdominal Imaging Associate Professor of Medica! Imaging
Duke University Medical Center and Obstetrics and Gynecology
Durham, North Carolina University of Toronto Faculty of Medicine
Co-director, Centre of ExceUence
Tanya P. Chawla, MD, FRCPC in Obstetric Ultrasound
Assistant Professor Mount Sinai Hospital
University of Toronto Toronto, Ontarío; Canada
Toronto, Ontario, Canada
Bruno D. Fornage, MD
David Chitayat, MD, FABMG, FACMG, FCCMG, Professor of Radiology and Surgical Oncology
FRCPC M. D. Anderson Cancer Center
Professor Houston, Texas
University of Toronto
Prenatal Diagnosis and Medical Genetics Program J. Brian Fowlkes, PhD
Department of Obstetrics and Gynecology Associate Professor
Mount Sinai Hospital University of Michigan
Toronto, Ontario, Canada Department of Radiology
Ann Arbor, Michigan
Peter lo Cooperberg, MD
Chief of Radiology Phyllis Glanc, MDCM
St. Paul's Hospital
Assistant Professor
Chief of Radiology
Department of Medicallrnaging
University of British Columbia
University ofToronto
Vancouver, British Columbia, Canada
Assistant Professor
Department of Obstetrics & Gynecology
Peter M. Doubilet, MD, PhD University of Toronto
Professor of Radiology Site Director
Harvard Medica! School Body lmaging
Senior Vice Chair Women's College Hospital
Department of Radiology Toronto, Ontario, Canada
Brigham and Women's Hospital
Boston, Massachusetts
Brian Gorman, MB, BCh, FRCR, MBA
Julia A. Drose, BA, RDMS, RDCS, RVT Assistant Professor of Radiology
Mayo Clinic College of Medicine
Associate Professor of Radiology
Consultant in Radiology
University of Colorado at Denver Health Sciences Center
Mayo Clinic
Chief Sonographer
Rochester, Minnesota
Divisions of Ultrasound and Prenatal Diagnosis & Genetics
University of Colorado Hospital
Aurora, Colorado S. Bruce Greenberg, MD
Professor
Beth S. Edeiken-Monroe, MD University of Arkansas for Medica! Sciences
Professor of Radiology Professor
Departrnent of Diagnostic Radiology Arkansas Children's Hospital
The University of Texas Houston Medica! School Little Rock, Arkansas
MD Anderson Cancer Center
Houston, Texas leslie E. Grissom, MD
Clinical Professor of Radiology and Pediatrics
Judy Estroff, MD Departlllent of Radiology
Associate Professor of Rad iology Tholllas Jefferson Medical College
Harvard Medical School Tholllas Jefferson University Hospital
Division Chief, Fetal Neonatal Radiology PhiJadelphia, Pennsylvania;
Children's Hospital Boston Chair, MedicaJ Imaging Department
Radiologist Medicallmaging Department-Radiology
Department of Radiology Alfred 1. DuPont Hospital for Children
Beth Israel Deaconess Medical Center Wilmington, Delaware;
Radiologist Pediatric Radiologist
Department of Radiology Medica! Imaging Department-RadioJogy
Brigham and WOlllen's Hospital Christiana Care Health Systelll
Boston, Massachusetts Newark, Delaware

Amy Symons Ettore, MD Benjamin Hamar, MD


Consultant Instructor of Obstetrics, Gynecology,
Department of Radiology and Reproductive Biology
Mayo Clinic College of Medicine Beth Israel-Deaconess Medica! Center
Rochester, Minnesota Boston, Massachusetts

VII
AUTORES • COLABORADORES

Anthony E. Hanbidge, MB, BCh, FRCPC Beth M . Kline-Fath, MD


Associate Professor Assistant Professor of Radi ology
University of Toronto Cincinnati Chi ldren' s Hospital Medical Center
Head, Division of Abdominal Imaging Cincinnati, Ohio
University Health Network
Mount Sinai Hospital and Women's College Hospital Clifford S. Levi, MD, FRCPC
Toronto, Ontario, Canada
Section Head
HeaJth Sciences Centre
H. Theodore Hareke, MD, FACR, FAIUM
Profe sor
Professor of Radi ology and Pediatri cs Uni versity of Manitoba
Jefferso n Medi cal ColJege Winni peg, Manitoba, Canada
Philadelphia, Pennsylvania
Chief of lmaging Research
Department of Medi cal Imaging Debora h Levine, MD, FACR
Alfred I. DuPont Hospital for Children Professor of Radio logy
Wi lmington, Delaware Harvard Medi cal 5chool
Associate Racliologist-in-Chief of Academic Affairs
lan D. Hay, MD Director of Ob/Gy n U1trasound
Professor of Medicine Beth Israel Deaconess Medi cal Center
Dr. R. F. Emslander Professor in Endocrinology Research Boston, Massachu etts
Division of Endocrinology and Internal Medicine
Mayo Clinic Bradley D. Lewis, MD
Consultant in Endocrinology and Intern al Medicine Associate Professor of Rad iology
Departrnent of Medicine Mayo Clinic CoIlege of Meclicine
Mayo ClinicRochester, Minnesota Consultant in Radi ology
Mayo Clini c
Christy K. Holland, PhD Rochester, Min nesota
Professor
Departments of Biomedi cal Engineering and Radiology Ana Loureneo, MD
Uni versity of Cincinnati
Assistant Professor of Diagnostic Imaging
Cincinnati, Ohio
Alpert Medical School of Brow n Uni versity
Prov idence, Rhode Island
Caroline Hollingsworth, MD
Assistant Professor of Radiology
Duke Uni versity Medical Center
Edward A. Lyons, OC, FRCPC, FACR
Durham, North Carolina Professor of Radi ology
Obstetrics & Gynecology and Anatomy
Bonnie J. Huppert, MD Uni versity of Manitoba
Radi ologist
Assistant Professor of Radiology
Health 5ciences Center
Mayo Clinic College of Medicine
Consultant in Radiology Winnipeg, Manitoba, Canada
Mayo Clinic
Rochester, Minnesota Gianearlo Mari, MD
Professor and Vice-ChaLr, Departrnent of Obstetrics and
E. Meridith James, MD, FACR Gynecology
Professor of Radiology Director, Division of Maternal-Fetal Medicine
Mayo Clinic College of Medicine Uni versi ty of Tenn essee Health Science Center
Consul tant in Radiology Memphis, Tennessee
Mayo Clinic
Rochester, Minnesota John R. M athieson, MD, FRCPC
Medi cal Director and Chief Radi ologist
Susan D. John, MD Vanco uver Island Health Authori ty
Professor of Radiology and Pediatrics Royal Jubilee Hospital
Chair, Department of Diagnostic and Interventional Imaging Victoria, British Columbia, Canada
Uni versity of Texas Medical School at Houston
Houston, Texas Cynthia V. Maxwell, MD, FRCSC, RDMS, DABOG
Assistant Professor
Neil D. Johnson, MBBS, MMed, FRANZCR Obstetrics and Gynecology
Professor, Radiology and Pediatrics Uni versity of Toronto
Cincinnati Children's Hospital Medical Center 5taff Perinatologist
Cincinnati, Ohio Obstetri cs and Gynecology
Division of Maternal Fetal Medi cine
Korosh Khalili, MD, FRCPC Toronto, Ontario, Canada
Assistant Professor
Unive rsity of Toronto John MeGa han, MD
5taff Radiologist Professor and Vice Chair of Radi ology
University Health Network
University of Califo rnia Davis Medical Center
Toronto, Ontario, Canada Sacramento, Califo rni a

\/11 1
AUTORES • COLABORADORES

Tejas S. Mehta, MD, MPH Julie E. Robertson, MD, FRCSC


Assistant Professor of Radiology FelJow
Beth Israel Deaconess Medical Center Division of Maternal Fetal Medicine
Boston, Massachusetts Obstetrics and Gynecology
University of Toranto
Christopher R. B. Merritt, BS, MS, MD Toronto, Ontario, Canada
Professor
Thomas Jefferson University Henrietta Kotlus Rosenberg, MD, FACR, FAAP
Philadelphia, Pennsylvania
Professor of Radiology and Pediatrics
The Mount Sinai School of Medicine
Norman lo Meyer, MD, PhD
Director of Pediatric Radi ology
Associate Professor, Division of Maternal-Fetal Medicine The Mount Sinai Medical Center
Vice Chair, Departrnent of OBGYN New York, New York
University of Tennessee Health Science Center
Memphis, Tennessee
Carol M. Rumaek, MD, FACR
Derek Muradali, MD, FRCPC Professor of Radiology and Pediatrics
Head, Division of Ultrasound University of Colorado Denver School of Medicine
St. Michael's Hospital Denver, Colorado
Associate Professor
University of Toronto Shia Salem, MD, FRCPC
Toranto, Ontario, Canada Associate Professor
University of Toranto
Sara M. O'Hara, MD, FAAP Radiologist
Associate Professor of Radiology and Pediatrics Mount Sinai Hospital
University of Cincinnati University Health Network
Director, Ultrasound Division Women's College Hospital
Cincinnati Children 's Hospital Medical Center Department of Medical Imaging
Cincinnati, Ohio Mount Sinai Hospital
Toronto, Ontario, Canada
Heidi B. Patriquin, MD t
Department of Medical Imaging, Nathan A. Saucier, MD
Sainte-Justi ne Hospital
R4 Resident
Quebec, Canada
Diagnostic Radiology
University of lllinois College of Medicine at Peoria
Joseph F. Polak, MD, MPH
Peoria, Illinois
Prafessor of Radiology
Tufts University School of Medicine
Chief of Radiology Eric E. Sauerbrei, BSe, MSe, MD, FRCPC
Tufts Medical Center Professor of Radiology, Adjunct Professor
Research Affiliation of Obstetrics and Gynecology
Director, Ultrasou nd Reading Center Queen 's University
Tufts University School of Medicine Director of Ultrasound
Boston, Massachusetts Kingston General Hospital and Hotel Dieu Hospital
Director of Residents Research
Philip Ralls, MD Queen 's University
Radiology Professor Kingston, Ontario, Canada
University of Southern California
Keck School of Medicine Joanna J. Seibert, MD
Los Angeles, California Prafessor of Radiology and Pediatrics
Arkansas Children 's Hospital
Cynthia T. Rapp, BS, RDMS, FAIUM, FSDMS University of Arkansas for Medical Sciences
VP of Clinical Product Development Little Rock, Arkansas
Medipattern
Toranto, Ontario, Canada
Chetan Chandulal Shah, MBBS, DMRD, MBA
Carl C. Reading, MD, FACR Assistant Professor
Arkansas Children 's Hospital
Professor of Radiology
University of Arkansas for Medical Sciences
Mayo Clinic College of Medicine
Little Rock, Arkansas
Consultant in Radiology
Mayo Clinic
Rochester, Minnesota Rola Shaheen, MB, BS, MD
Radiology Instructor
Maryam Rivaz, MD Harvard Medical School
Post Doctoral Fellow Chief of Radiology and
Departrnent of Obstetrics and Gynecology Director of Women's Imaging
University of Tennessee Health Science Center Harrington Memorial Hospital
Memphis, Tennessee Boston, Massachusetts

IX
AUTORES • COLABORADORES

William E. Shiels 11, 00 Mitchell Tublin, MO


Chairman, Department of Radiology Prafessor of Rad iology
Nationwide Children's Hospital Chief, Abdomi nal Imaging Section
Clínical Professor of Radiology, Pediatrics, and Biomedical Department of Rad iology
Engineering University of Pittsburgb School of Medicine
The Ohio State University College of Medicine Pittsburgh, Pennsylvania
Columbus, Ohio;
Adjunct Professor of Radiology Rebecca A. Uhlmann, MS
The University of Toledo Medical Center
Program Administrator
Toledo, Ohio
Obstetrics and Gynecology
University of Tennessee Health Science Center
Thomas O. Shipp, MO Mempbis, Tennes ee
Associate Professor of Obstetrics, Gynecology, and Reproductive
Biology
Harvard Medical School
Sheila Unger, MO
Boston, Massachusetts Clinical Geneticist
Associate Obstetrician and Gynecologist Institute of Human Genetics
Brigham & Women's Hospital University of Freiburg
Boston, Massachusetts Freib urg, Germany

Luigi Solbiati, MO Marnix T. van Holsbeeck, MO


Director, Department of Diagnostic Imaging Professor of Rad iology
General Hospital of Busto Arsizio Wayne State University School of Medicine
Bu to Arsizio, (V A) Italy Detroit, Michigan
Division Head, Musculoskeletal Radiology
Elizabeth R. Stamm, MO Henry Ford Hospital
Associate Professor of Radio logy Detroit, Michigan
University of Colorado at Denver Health Sciences Center
Aurara, Colorado Patrick M. Vos, MO
Clinical Ass istant Professor
A. Thomas Stavros, MO, FACR University of Britisb Columbi a
Medical Director, Ultrasound Invision Vancouver, British Columbia, Canada
Sally Jobe Breast Center
Englewood, Colorado Ozung Vu, MO, MBBS, Oip Anat
Senior Lecturer
George A. Taylor, MO University of New South Wales
John A. Kirkpatrick Professor of Radiology (Pediatri cs) Sydney, New South Wales, Australia
Harvard Medical School
Radiologist-in-Chief
Wendy L. Whittle, MO
Chi ldren's Hospital Boston
Boston, Massachusetts Maternal Fetal Medicine Specialist
Department of Ob tetrics and Gynecology
Wendy Thurston, MO Mount Sinai Hospital
University of Toronto
Assistant Professor
Toranto, Ontario, Canada
Departrnent of Medical Imaging
University of Toranto
Chief, Diagnostic lmaging Stephanie R. Wilson, MO, FRCPC
Department of Diagnostic lmaging Clinical Professor of Radiology
St. Joseph 's Health Centre University of Calgary
Courtesy Staff Staff Radiologist
Department of Medicallmaging Foothills Medical Centre
University Health Network Calgary, Alberta, Canada
Toranto, Ontario, Canada
Rory Windrim, MO, MSc, FRCSC
Ants Toi, MO, FRCPC Professor
Associate Professor of Radiology and Obstetrics and Gynecology Department of Obstetrics & Gynecology
University of Toronto University of Toronto
Staff Radiologist Staff Perinatologist
Uni versity Health Network and Mt. Sinai Hospital Mount Sinai Hospital
Toranto, Ontario, Canada Toranto, Ontario, Canada

Oidier H. Touche, MO Cynthia E. Withers


Chief Radiologist Staff Radiologist
Centre Sein Godinot Department of Radio logy
Godinot Breast Cancer Center Santa Barbara Cottage Hospital
Reims, France Santa Barbara, California

y
PREFACIO

Hemos sometido la cuarta edición de Diagnóstico por Ecografia a una exhaustiva revisión. Las ediciones
anteriores tuvieron muy buena acogida como texto de referencia, y ha sido el libro de consulta más utilizado
en todo el mundo para la formación y práctica de la ecografia. Estamos encantados de ofrecer una total
actualización de las imágenes y el texto, con numerosas áreas nuevas de utilidad.

Nos complace anunciar que una nueva autora, Deborah Levine, se ha unido a nosotros, ofreciéndonos su
experiencia en estudios de imagen fetal. El diagnóstico prenatal es uno de los horizontes de la medicina que
continúa creciendo como campo y ha ampliado nuestro conocimiento sobre lo que le sucede al feto antes de
detectar la lesión en el nacimiento. Estos antecedentes de la enfermedad en niños y adultos nos ayudan a tratar
a los pacientes mucho antes del parto.

Más de 90 reconocidos expertos en el campo de la ecografia han participado en esta edición. Esta cuarta edición
consta de más de 5.000 imágenes, muchas de ellas a todo color y absolutamente nuevas. La distribución se ha
modernizado exhaustivamente, de manera que se incluyen figuras con varias exploraciones sumamente útiles
o composiciones de características fundamentales. Todas estas imágenes reflejan el espectro de alteraciones
ecográficas que pueden aparecer en una enfermedad dada, en lugar de únicamente la manifestación más
frecuente.

La maquetación del libro se ha rediseñado para facilitar su lectura y análisis. Los recuadros en color destacan
la importancia o las características esenciales de determinados diagnósticos ecográficos. Los términos y
conceptos fundamentales se resaltan en negrita.

Diagnóstico por Ecografia consta de cinco partes.

La sección I analiza la fisica y los efectos biológicos de los ultrasonidos, así como los últimos avances en
los medios de contraste ecográficos.

La sección II aborda la ecografia abdominal, pélvica y torácica, incluidos los procedimientos


intervencionistas y el trasplante de órganos.

La sección III presenta ecografia de partes pequeñas, incluyendo la evaluación tiroidea, mamaria,
escrotal, carotídea, de vasos periféricos y en especial del aparato locomotor e incluye un nuevo capítulo
sobre intervenciones osteomusculares.

En la sección IV se trata ampliamente la ecografia obstétrica y fetal.

La sección V aborda de manera detallada la ecografia pediátrica.

Diagnóstico por Ecografia está dirigido a médicos ecografistas en ejercicio, residentes y todos los especialistas
interesados en conocer las amplias aplicaciones de la ecografia diagnóstica en la asistencia de los pacientes.
Nuestro objetivo es que Diagnóstico por Ecografia siga siendo el libro de referencia más completo existente
en la bibliografia ecográfica, con un estilo fácil de leer y magníficas imágenes.

Carol M. Rumack
Stephanie R. Wilson
J. William Charboneau
Deborah Levine

XI
En memoria de mis padres, los doctores Ruth y Raymond
Masters, que me animaron a disfrutar del desafío intelectual de
la medicina y me inculcaron el amor por cambiar la vida de los
pacientes.
CMR

A los colegas clínicos, residentes y becarios, que me han aportado


alegría profesional durante toda la vida. Y a mi maravillosa
familia, por su amor y apoyo incansable.
SRW

A Cathy, Nicholas, Ben y Laurie, por todo el amor y la alegría que


habéis aportado a mi vida. Sois todo lo que podría desear.
JWC

Para Alex, Becky y Julie. Vuestro amor y apoyo hicieron posible


este trabajo.
DL

AGRADECIMIENTOS

Nuestro aprecio más profundo y nuestra gratitud más sincera:

A todos nuestros extraordinarios autores, quienes han colaborado admirablemente, aportado textos e
imágenes magníficos, absolutamente acreditados y actualizados. Nunca agradeceremos suficientemente
sus contribuciones a este proyecto.

A Sharon Emmerling de Denver, Colorado, cuya capacidad sobresaliente de secretariado y


comunicación con los autores y editores ha facilitado el análisis y la revisión final de todo el
manuscrito. Su exquisita atención a los detalles y su exactitud han contribuido a que esta sea la mejor
de todas nuestras ediciones.

A Gordana Popovich y al Dr. Hojun Yu, por las ilustraciones y esquemas del capítulo 8, Tracto
gastrointestinal.

Al Dr. Hojun Yu por sus diagramas de anatomía hepática del capítulo 4, Hígado.

A Lisa Barnes, editora de contenidos de Elsevier, quien ha trabajado estrechamente con nosotros en
este proyecto desde el principio de la cuarta edición. También agradecemos la entusiasta participación
de otros muchos profesionales de Elsevier, incluyendo a Rebecca Gaertner, quien nos ha guiado
supervisando este proyecto. Ha trabajado pacientemente con nosotros hasta las fases finales de
desarrollo y producción. Ha sido un año intenso para todos nosotros, y nos sentimos muy orgullosos de
esta magnífica edición de Diagnóstico por Ecografia.
CONTENIDO

TOMO 1
SECCiÓN I • BASES FíSICAS Capítulo 9 Aparato urinario . 284
Mitchell Tublin, Wendy Thurston
Capítulo 1 Física de los ultrasonidos ........ ... . y Stephanie R. Wilson
Christopher R. B. Merritt Capítulo 10 Próstata . 349
Ants Toi
Capítulo 2 Bioefectos y seguridad . 32
J. Brian Fowlkes y Christy K. Holland Capítulo 11 Glándulas suprarrenales 382
Ami! R. Ahuja, Wendy Thurston
y Stephanie R. Wilson
Capítulo 3 Medios de contraste
en ecografía ........ ........ ... ... .. ...... ... 48
, Peter N. Burns
Capítulo 12 Retroperitoneo 398
Raymond E. Bertino,
Nathan A. Saucier y Daryl J. Barth

SECCiÓN" • ECOGRAFíA ABDOMINAL, Capítulo 13 Ecografía dinámica de las


PÉLVICA y TORÁCICA hernias inguinoescrotales y de
la pared abdominal anterior .. 432
Capítulo 4 Hígado . 68 A. Thomas Stavros y Cynthia T Rapp
Stephanie R. Wilson
y Cynthia E. Withers Capítulo 14 Peritoneo .. ... ............. ....... .... .. .. .. 469
Anthony E. Hanbidge
Capítulo 5 Bazo . 129 y Stephanie R. Wilson
Patrick M Vos, John R. Mathieson
y Peter L. Cooperberg Capítulo 15 Ginecología 490
Shia Salem
Capítulo 6 Vesícula y vías biliares .. 153
Korosh Khalili y Stephanie R. Wilson Capítulo 16 Biopsia dirigida por ecografía
de abdomen y pelvis . 547
Capítulo 7 Páncreas 193 Thomas Atwell, J. William Charboneau,
Philip Ralls John McGahan y Carl C. Reading

Capítulo 8 Tracto gastrointestinal 233 Capítulo 17 Trasplante de órganos . 569


Stephanie R. Wilson Derek Muradali y Tanya Chawla

XIII
CONTENIDO ¡

SECCiÓN 111 • ECOGRAFíA DE LAS PARTES Capítulo 23 Tendones . ....... ..... . . . .. 808
PEQUEÑAS, ARTERIA CARÓTIDA Bruno D. Fornage,
Y VASCULAR PERIFÉRICA Didier H. Touche
y Beth S. Edeiken-Monroe
Capítulo 18 Glándula tiroidea 634
Luigi Solbiati, J William Charboneau, Capítulo 24 Intervenciones
Carl C. Reading, E. Meridith James musculoesquel ét icas 836
e ¡anDo Hay Ronald S. Adler

Capítulo 19 Glándulas paratiroides 671 Capítulo 25 Vasos cerebrales


Bonnie J Huppert y Carl C. Reading ext ra cranea les ............ 848
Edward 1. Bluth
Capítulo 20 Mama 690 y Barbara A. Carrol!
A. Thomas Stavros
Capítulo 26 Arterias periféricas ... .. ...... .. ... .. 893
Capítulo 21 Escroto ....... ...... ... .. 753 Joseph F. Polak y
Brian Gorman Jean M Alessi-Chinetti

Capítulo 22 Manguito de los rotadores . 786 Capítulo 27 Venas periféricas ... ..... ... .... . . 914
Marnix T. van Holsbeeck, Amy Symons Ettore
Dzung Vu y 1. Antonio Bouffard y Bradley D. Lewis
CONTENIDO

TOMO 2
SECCIÓN IV • ECOGRAFíA OBSTÉTRICA Capítulo 39 Aparato genitourinario fetal .. 1194
Katherine W Fong,
Julie E. Robertson
Capítu lo 28 Perspectiva general de los
y Cynthia V Maxwell
estud ios de imagen obstétricos . 928
Deborah Levine
Capítulo 40 Sistema musculoesquelético
Capítulo 29 Efectos bio lógicos y seguridad fetal .. ............ 1224
Phyllis Glane, David Chitayat
de la ecogra fía en obstetricia .. 946
y Sheila Unger
Jaeques S. Abramowiez

Capítulo 30 Pri me r trimest re ............... .......... 954 Capítulo 41 Hidropesía fetal ... ........ . ... 1257
Clifford S. Levi y Edward A. Lyons Deborah Levine

Capítulo 31 A noma lías cromosómicas 996 Capítulo 42 Medidas fetales: crecimiento


Bryann Bromley y Beryl Benaeerraf fetal normal y anómalo ........... 1283
Carol B. Benson y Peter M Doubilet
Capítulo 32 Em ba razo m u Itifeta I ... ... ..... . .... 10 17
Tejas S. Mehta Capítulo 43 Valoración del feto: evaluación
por Doppler del embarazo
Capítulo 33 Ca beza y cue ll o fetales ........... 1034 y del perfil biofísico ........... 1297
Ana Loureneo y Judy Estroff Maryam Rivaz, Norman L. Meyer,
Rebeeea A. Uhlmann
Capítulo 34 Cerebro fetal . . ........... ... . 1062 y Gianearlo Mari
Ants Toí y Deborah Levine
Capítulo 44 Evaluación ecográfica
Capítulo 35 Co lumna fetal .. 1104
de la placenta . ............... ..... 1321
Erie E. Sauerbrei
Thomas D. Shipp
Capítulo 36 Tó rax fetal . .............. 1129
Rola Shaheen y Deborah Levine Capítulo 45 Ecografía del cuello uterino
y parto pretérmino .. . ............. 1343
Capítulo 37 Corazón fetal . ........ 1147 Wendy L. Whittle, Katherine
Elizabeth R. Stamm y Julia A. Drose W Fong y Rory Wíndrim

Capítulo 38 Pared abdominal y aparato Capítulo 46 Técnicas invasivas fetales


digestivo fetales .. 1174 dirigidas por ecografía ............ 1357
Jodi F. Abbott Benjamín Hamar

xv
CONTENIDO '3

SECCiÓN V • ECOGRAFíA PEDIÁTRICA Capítulo 54 Riñón pediátrico y gl ándulas


suprarrenales ............................. 162 1
Capítulo 47 Imagen cerebral en neonatos Diane S. Babcock y
y lactantes .................................. 1367 Heidi B. Patriquin
Carol M Rumack y Julia A. Drose
Capítulo 55 Tubo digestivo pediátr ico .. 1662
Capítulo 48 Doppler cerebral en neonatos Susan D. John
y lactantes .................................... 1438 y Caroline Hollingsworth
George A. Taylor
Capítulo 56 Ecografía de la pelvis
Capítulo 49 Doppler cerebral en niños ....... 1453 en pediatría ... ................... ...... 169 1
Dorothy I Bulas y Joanna J Seibert Henrietta Kotlus Rosenberg
y Humaira Chaudhry
Capítulo 50 Cabeza y cuello en pediatría .. 1483
Beth M Kline-Fath
Capítulo 57 Ecografía de la cadera
Capítulo 51 Conducto vertebral y aparato osteomuscu lar
en pediatría . . . . . ...... ..... .. 1522 en pediatría ............. .... ... 1743
Carol E. Bamewolt y Carol M Rumack Leslie E. Grissom
y H Theodore Harcke
Capítulo 52 Tórax pediátrico ....................... 1551
Chetan Chandulal Shah Capítulo 58 Ecografía pediátrica
y Bruce Greenberg intervencionista .............. .. .. 1764
Neil D. Johnson y William Shiels
Capítulo 53 Hígado y bazo pediátricos ..... 1580
Sara M ORara índice ...... ..... .... ............................... 1789

XVI
Capítulo 1

FÍSICA DE LOS ULTRASONIDOS


Christopher R. B. Merritt, MD

El fundamento de las aplicaciones de los ultrasonidos se


, 0..;.._ i '
basa en la detección y representación de la energía acústi- 1 CONCEPTOS BASICOS ,DEI.l" SONIDO '
ca reflejada desde las interfases dentro del cuerpo. Estas ., ' - }, ~~

interacciones proporcionan la información necesaria para


generar unas imágenes del cuerpo en alta resolución en Longitud de onda y frecuencia
escala de grises, además de la representación relativa a El sonido es la consecuencia del recorrido de la energía
parámetros de flujo. Sus propiedades específicas la han mecánica a través de la materia en forma de onda que pro-
convertido en una herramienta médica muy útil y versátil. duce de forma alternativa fenómenos de compresión y
Sin embargo, el einpleo de costosos aparatos no garantiza rarefacción. Las ondas de presión se propagan mediante
la obtención de estudios de imagen de elevada calidad el desplazamiento físico de la materia a través del cual se
que además tengan valor diagnóstico. Para conseguir el transmite el sonido. Como consecuencia de estos cambios
máximo beneficio de esta compleja tecnología es necesa- surge una onda sinusoidal (Fig. 1-1) en la que el eje Y in-
ria una combinación de habilidades, que incluye un pro- dica una presión en un punto determinado y el eje X re-
fundo conocimiento de los principios físicos que permiten presenta el tiempo. Los cambios en la presión con el
que la ecografía ofrezca sus exclusivas posibilidades diag- tiempo definen las unidades básicas de medida del
nósticas. El personal tendrá que comprender los funda- sonido. La distancia entre los puntos correspondientes
mentos de las interacciones de la energía acústica con los de una curva presión-tiempo se define como longitud de
tejidos y además conocer los métodos e instrumental para onda (A) y el tiempo (T) para completar un ciclo simple
optimizar la representación de los ultrasonidos. A partir que se denomina periodo. El número de ciclos completos
de este conocimiento, el personal obtendrá la máxima in- por unidad de tiempo es la frecuencia (f) de sonido. La
forma ción de cada estudio, evitando errores diagnósticos frecuencia y el periodo mantienen una relación inversa. Si el
deriva dos de la omisión de información o interpretación periodo (T) se expresa en segundos'¡ = liT o f = T X S -l .
errónea de artefactos. La unidad de frecuencia acústica es el hercio (Hz);
Tanto la imagen convencional de los ultrasonidos como 1 Hz = 1 ciclo por segundo. Las frecuencias elevadas se
el eco-Doppler se basan en la dispersión de la energía
acústica que provocan las interacciones relacionadas con
la fís ica de la acústica con las interfases de estructuras con
distintas propiedades. Se utiliza la amplitud de la energía
refl ej ada para generar las imágenes de ultrasonidos,
mientras que los cambios en la frecuencia proporcionan
información sobre objetos en movimiento como el flujo
sanguíneo. Para producir, detectar y procesar los datos de
los ultrasonidos, el personal deberá manejar múltiples va-
riables; algunas de ellas se pueden controlar directamen-
te. Para ello, el personal tiene que comprender los méto-
dos utilizados para generar los datos por ultrasonidos, al
igual que la teoría y modo en que operan los instrumentos
que detectan, representan y almacenan la información
acústica generada a partir de la exploración clínica. Figura 1-1 Ondas sonoras. El sonido se transmi-
Este capítulo expone los aspectos más importantes so- te mecánicamente a nivel molecular. En el estado
bre los fundamentos de la energía acústica, los principios de reposo, la presión se mantiene uniforme por
físicos de la imagen con ultrasonidos y flow detection (de- todo el medio. El sonido se propaga en forma de ondas de
tección de flujo), y generalidades acerca del instrumental presión alternantes que provocan los fenómenos de com-
utilizado,.con especial énfasis en los puntos más relevan- presión y rarefacción en el medio conductor. El tiempo que
tes de la práctica clínica. tarda una onda de presión en atravesar un determinado
punto se conoce como periodo, T. La frecuencia de la onda
El capítulo concluye con un comentario respecto a la
es 1iT. La longitud de onda, le, es la distancia entre los
aplicación terapéutica de los ultrasonidos enfocados de puntos correspondientes de la curva tiempo-presión.
alta intensidad.
determinado y no se verá afectada por la frecuencia o lon-
Aire 330
gitud de onda del sonido.
Grasa En la Figura 1-2 se muestran las velocidades de propa-
gación típicas para diversos tejidos. En el cuerpo se asume
Agua
que la velocidad de propagación del sonido es de 1.540
Partes blandas metros por segundo (m/s). Este valor es un promedio de
(media) .
mediciones obtenidas a partir de tejidos normalesl,2. Aur
Hígado tm:;~~::%n que este valor representa la mayoría de los tejidos bla!1
Riñón dos, los tejidos aireados como los pulmones o la grasa ti e
nen unas velocidades de propagación claramente menore .
c: Sangre de 1.540 mis, mientras que los tejidos como el hues o tel
'o
'5 drán velocidades mayores. Dado que son pocos los tejido.
oQ) Músculos
t/J normales con velocidades de propagación significatiV&
mente distintas del valor promedio del barrido con ultraso
1800
nidos, la representación ecográfica de dichos tejidos puedt:.
1400 1500 1600 1700
ser objeto de errores de medida o artefactos (Fig. 1-3). La
Velocidad de propagación en distintos tejidos (mIs)
velocidad de propagación del sonido (c) se relaciona con
FiguréJ 1-2 Velocidad de propagación. La velo- la frecuencia y longitud de onda mediante la siguiente
cidad de propagación del sonido en el organismo ecuación simple:
depende de las propiedades físicas del tejido y
varía considerablemente. Los aparatos de ultrasonidos c=/'A. 1
con aplicaciones médicas basan sus mediciones en el va-
lor medio de la velocidad de propagación, que se estima Así, una frecuencia de 5 MHz puede presentar una Ion
en 1540 mis. gitud de onda de 0,308 mm en un tejido: 'A. = cl/ = 1.540
mis x 5.000.000 S-l = 0,000308 m = 0,308 mm.

expresan en kilohercios (kHz; 1 kHz = 1.000 Hz) o mega- Medición de distancia


hercios (MHz; 1 MHz = 1.000.000 Hz). La velocidad de propagación tiene una especial relevancia
En la naturaleza, las frecuencias acústicas muestran fre- en la aplicación clínica de ultrasonidos y es esencial para
cuencias que abarcan desde menos de 1 Hz hasta más de determinar la distancia desde la interfase reflejada al trans-
100.000 Hz (100 kHz). La audición en el ser humano está ductor. Gran parte de la información necesaria para gene-
limitada a la parte baja de este rango y se extiende desde 20
a 20.000 Hz. Los ultrasonidos difieren del sonido audible
solamente en su frecuencia, que es 500-1.000 veces mayor
que el sonido que oímos habitualmente. Las frecuencias de
sonido utilizadas en aplicaciones diagnósticas suelen osci-
lar entre 2 y 15 MHz, aunque se están investigando frecuen-
cias de incluso 50 a 60 MHz para determinadas aplicacio-
nes especializadas de imagen. En general. las frecuencias
que se utilizan para imagen con ultrasonidos son más ele-
vadas que las que se aplican con el Doppler. Salvo el rango
de la frecuencia rigen los mismos principios acústicos.

Propagación del sonido


En la mayoría de las aplicaciones clínicas de los ultrasoni-
dos se transmiten salvas o pulsos de energía dentro del
cuerpo que se propagan a través de los tejidos. Las presio-
nes acústicas pueden viajar en una dirección perpendicu-
lar a la dirección de las partículas desplazadas (ondas
transversas), aunque en tejidos y fluidos la propagación
del sonido seguirá la dirección del movimiento de la par- FigureA 1-3 Artefacto en relación con la veloci-
tícula (ondas longitudinales). La velocidad con que se dad de propagación. Cuando el sonido atraviesa
una lesión que contiene grasa, el retorno del eco
desplazan las ondas de presión a través de los tejidos va-
se retrasa debido a que la grasa tiene una velocidad de
ría enormemente influida por las propiedades físicas de 1450 mis, menor que la del hígado. Como el aparato de
los tejidos. La velocidad de propagación está estrecha- ultrasonidos asume que el sonido se propaga a una veloci-
mente relacionada con la resistencia del medio a la com- dad media de 1540 mis, el retraso en el regreso del eco se
2 presión, que a su vez está influida por la densidad del me- interpreta como si la lesión se encontrara más lejana al
dio y su rigidez o elasticidad. La velocidad de propagación transductor. Por tanto, la imagen final mostrará un artefac-
aumenta con el aumento de la rigidez y se reduce por una to en el que el diafragma y otras estructuras más lejanas
reducción de la densidad. En el cuerpo la velocidad de que la lesión grasa se observan en una posición más pro-
propagación puede considerarse constante para un tejido funda de lo esperado (imagen simulada).
rar un barrido ecográfico se basa en la medición precisa del responsables del reflejo de una proporción variable de la
tiempo y recurre al principio del eco-promediado. Al en- energía sonora. Así, cuando el ultrasonido atraviesa desde
viar un pulso de ultrasonidos a un tejido, controlando el un tejido a otro o se encuentra con una pared vascular o 1/)

tiempo que tarda en volver el eco será sencillo calcular la células sanguíneas circulantes, se verá reflejada parte de O
la energía sonora. La proporción de reflexión o retrodifu-
:2
profundidad de la interfase que genera el eco, partiendo de e
que se conoce la velocidad de propagación del sonido para sión (back-scatter) viene determ,inada por la diferencia O
1/)
un tejido concreto. Por ejemplo, si el tiempo desde la trans-
misión del pulso es de 0,145 milisegundos (0,145 ms =
en las impedancias acústicas de los tejdios que forman la
interfase.
....f!
"3
0,000145 s) y la velocidad del sonido es de 1.540 mis, la La impedancia acústica (Z) viene determinada por el 1/)

distancia que ha recorrido el sonido será de 22,33 cm producto de la densidad (p) del medio donde se propaga .2
CI)
(1 .540 mis x 100 cmlm x 0,000145 s = 22,33 cm). Pues- el sonido y la velocidad de propagación (c) del sonido en "C
to que el tiempo medido incluye el tiempo para que un so- dicho medio (Z = cp). Las interfases con importantes dife- CU
(,)
nido viaje hasta la interfase y vuelva por el mismo camino rencias de impedancia acústica, como son las interfases .¡¡;
hasta el transductor, la distancia desde el transductor hasta entre tejidos y el aire o hueso, reflejan casi toda la energía ¡;¡:
la interfase reflejada será de 22,33 cm/2 = 11,165 cm hasta incidente. Las interfases compuestas por sustancias con ,...
la interfase reflejada (Fig. 1-4). La precisión de las medicio- diferencias más reducidas en la impedancia acústica, co- o
nes dependerá por tanto en gran manera de que la veloci- mo la interfase músculo-grasa, reflejan solamente una 'S
:!::
Q.
dad de propagación sea realmente la velocidad observada parte de la energía incidente, permitiendo que el resto si- !ti
para ese tejido (ver Figs. 1-2 y 1-3) Ydepende también de la ga adelante. Del mismo modo que sucede con la velocidad (.)

convención de que la onda de pulso sigue un recorrido di- de propagación, la impedancia acústica está determinada
recto hacia y desde la interfase reflejada. por las propiedades de los tejidos implicados y será inde-
pendiente de la frecuencia.
Impedancia acústica
En la actualidad, los aparatos de ultrasonidos con aplica-
ciones clínicas se basan en la detección y representación EJEMPLOS
del sonido o ecos reflejados. También es posible la ima- DE REFLECTORES ESPECULARES
gen basada en la transmisión de ultrasonidos, pero actual-
mente carece de aplicaciones clínicas. Para producir un • Diafragma
eco tiene que existir una interfase reflectora. El sonido • Pared de vejiga urinaria llena
que pasa a través de un medio totalmente homogéneo • Banda endometrial
no se encontrará con interfases para reflejar el sonido y el
medio parecerá anecoico o quístico. En la unión de teji-
dos o materiales con propiedades físicas distintas estarán
Reflexión
presentes las interfases acústicas. Estas interfases son
La reflexión que experimenta el ultrasonido cuando atra-
viesa una interfase acústica depende del tamaño y super-
ficie de dicha interfase (Fig. 1-5). Cuando la interfase es
grande y relativamente lisa, el sonido se refleja del mismo
modo que un espejo refleja la luz. Dichas interfases se co-
nocen como reflectores especulares, debido a que se
comportan como «espejos de sonido». La proporción de
energía reflejada por una interfase acústica puede expre-
sarse como una fracción de la energía incidente, que se
conoce como fracción de la energía incidente y se denomi-
na coeficiente de reflexión (R). Cuando un reflector es-
pecular es perpendicular al haz de sonido incidente, la
cantidad de energía reflejada viene determinada por las
siguientes relaciones:

R = (Z2 - zy I (Z2 + zy 2
lttJ Figura 1-4 Alcance de los ultrasonidos. La in-
~ formación necesaria para localizar espacialmente donde Zl y Z2 son las impedancias acústicas del medio que
un eco se basa en la medición precisa del tiempo. forma la interfase.
En el diagrama, el tiempo que tarda el eco en recorrer la Debido a que los aparatos de ultrasonidos detectan so-
distancia entre el transductor y el objeto y de vuelta de lamente las reflexiones que regresan al transductor, la re-
éste al transductor es de 0,145 ms. Al multiplicar la veloci- presentación de las fases especulares depende en
dad del sonido en el tejido (1.540 mIs) por estos tiempos, gran manera del ángulo de insonación (exposición a
se comprueba que el sonido que vuelve del objeto ha reco- 3
las ondas de ultrasonidos). Los reflectores especulares
rrido una distancia de 22,33 cm. Por tanto el objeto se en-
pueden devolver ecos al transductor solamente cuando el
cuentra a la mitad de dicha distancia o lo que es lo mismo
a 11,165 cm del transductor. haz de sonido sea perpendicular a la interfase. Cuando la
interfase no esté a 90° respecto al haz de sonido, el haz se
I"'ig r -5 Reflectores especulares y difusos. Reflector especular, A. El diafragma es una gran super-
ficie relativamente lisa que refleja el sonido de igual forma que un espejo refleja la luz. Por tanto, cuando el
sonido llega al diafragma con un ángulo prácticamente de 90° es reflejado directamente al transductor
provocando un fuerte eco. Cuando el sonido alcanza al diafragma de fomra oblicua, la reflexión se aleja del trans-
ductor, de forma que el eco no queda registrado (flecha amarilla). Reflector difuso, B. Al contrario de lo que ocurre
con el diafragma, el parénquima hepático está formado por interfases acústicas pequeñas en comparación con la
longitud de onda del sonido incidente. Estas interfases producen una dispersión del sonido en todas las direcciones
y sólo parte de la energía retorna al transductor para producir la imagen.

desvía lejos del transductor y no se detectará el eco (ver individuales mucho menores que la longitud de la onda d
Fig.1-5 , A). sonido incidente. Los ecos de estas interfases se dispersa
Muchos ecos del cuerpo no emergen a partir de reflecto- en todas las direcciones. Tales reflectores se denominan re
res especulares sino que proceden de interfases mucho flectores difusos y explican los ecos que se form an los pa
más pequeñas dentro de órganos sólidos. En tal caso las trones ecográficos característicos observados en órgano
interfases acústicas incluyen estructuras con dimensiones sólidos y tejidos (ver Fig. 1-5, B). Las interferencias cons
tructivas y destructivas del sonido dispersado por los re·
flectores difusos conlleva la formación de un moteado ul
trasónico, un hallazgo propio de la textura de los tejidos.
que se observa en las ecografías de los órganos sólido,
(Fig. 1-6). En algunas aplicaciones diagnósticas, la naturale·
za de las estructuras reflectantes crea conflictos importan-
tes. Por ejemplo, muchas paredes vasculares se comportan
como reflectores especulares que requieren una insona-
ción con un ángulo de 90° para optimizar la imagen, mien-
tras que la imagen con Doppler precisa un ángulo menor de
90° entre el haz de sonido y el vaso.

Refracción
Cuando el sonido pasa desde un tejido con una velocidad
de propagación acústica a otro tejido con una velocidad
sonora mayor o menor se observa una variación en la di-
rección de la onda sonora. Este cambio en la dirección de
la propagación se denomina refracción y viene determi-
Figura 1-6 Moteado en ultrasonidos. La inspec- nada por la ley de Snell:
ción minuciosa de una imagen de mama con ultra-
sonidos, que contiene un quiste pequeño, mues-
3
tra que está compuesta por numerosas zonas de diversa
intensidad (moteado). El moteado se debe a la interacción
constructiva (rojo) y destructiva (verde) de los campos donde 8 1 es el ángulo de incidencia del sonido que se
acústicos (anillos amarillos) generados por la dispersión de aproxima a la interfase, 82 es el ángulo de refracción y c1
ultrasonidos procedentes de todos los reflectores tisulares. y c2 son las velocidades de propagación del sonido en el
4
Este patrón de interferencia confiere a las imágenes su típi- medio que constituye la interfase (Fig. 1-7). La refrac-
co aspecto de grano y puede reducir el contraste. El mo- ción es importante ya que es causa de registros erró-
teado con ultrasonidos es la base de la textura de los teji- neos de una estructura en las imágenes obtenidas por
dos sólidos representada en las imágenes con ultrasonidos. ultrasonidos (Fig. 1-8). Cuando un aparato de ultrasoni-
lutas. El decibelio (dB) es una expresión que se utiliza
habitualmente para comparar distintos niveles de poten-
cia o intensidad de ultrasonidos. Estos valores son de tn
10 veces el loglo de la.relación de la potencia o intensidad O
que se comparan. Por ejemplo, si la intensidad medida en
:2
e
un punto de los tejidos es de 10 mW/cm 2, la diferencia en O
tn
intensidad es la siguiente:
..."3E
(10) (loglo 0,01/10) = (10) (loglo 0,001)= tn
(10) (-loglo 1.000) = (10) (-3) = -30dB .2
CI)
'O
A medida que atraviesa un tejido, el sonido pierde ener-
gía y la onda de presión se reduce en amplitud cuando se
aleja de su origen. Contribuye a la atenuación del sonido la
'"
U
:~
u..
transferencia de energía al tejido, lo cual implica transmi-
,....
sión de calor (absorción) y también la extracción de la o
Figura 1-7 Artefacto de refracción. Cuando el energía por reflexión y dispersión. La atenuación es por '3
:!::!
sonido pasa desde el tejido A con una velocidad tanto la consecuencia de efectos combinados de absor- Q.
de propagación (c,) al tejido B con una velocidad m
ción, dispersión y reflexión. La atenuación depende de la O
de propagación (c2) , existe un cambio en la dirección de la
frecuencia de insonación y de la naturaleza del medio que
onda de sonido debido a la refracción. El grado del cambio
se relaciona con la relación de las velocidades de propaga- atenúa. Las frecuencias elevadas se atenúan con mayor ra-
ción del medio que forma la interfase (sen8/sen8 2 = c,lcJ pidez que las frecuencias más bajas, y la frecuencia del
transductor es una determinante importante de la profun-
didad útil para obtener información mediante los ultraso-
nidos. La atenuación determina la eficacia con la que los
dos detecta un eco, interpreta que el origen del eco está
ultrasonidos penetran en un tejido concreto y varía de for-
a lo largo de una línea fija que parte del transductor, pero
ma considerable en los tejidos normales (Fig. 1-9).
si ha existido refracción del sonido, el eco detectado pue-
de proceder de una ubicación o profundidad distinta que
la qu e se representa en la imagen mostrada. Cuando se
sospeche que así sucede, se aumentará el ángulo de for-
ma que quede perpendicular a la interfase para minimi-
zar el artefacto.

Atenuación
A medida que la energía acústica se desplaza a través de
un medio uniforme, se realiza un trabajo y la energía se
transmite finalmente al medio por donde se transmite en
for ma de calor. La capacidad para realizar dicho trabajo
viene determinada por la cantidad de energía acústica
producida. La potencia acústica se expresa en watios
(W) o miliwatios (mW) y describe la cantidad de energía
acústica producida por unidad de tiempo. Aunque las me-
diciones de la potencia proporcionan una indicación de la
energía respecto al tiempo, no tienen en cuenta la distri-
bución espacial de la energía. La intensidad (1) describe
la distribución espacial de la potencia y se calcula divi-
diendo la potencia por el área en el que se distribuye la
potencia según la siguiente ecuación:

I (W /cm Z) = Potencia (W) / área (cm Z) 4

La atenuación de la energía acústica a medida que atra-


Figura 1-8 Artefacto de refracción. La imagen
viesa un tejido tiene gran interés puesto que depende de del útero con ecografía transabdominal (plano
la profundidad del tejido del cual se pretende obtener una axial) muestra la existencia de un pequeño saco
información relevante. Esto a su vez puede determinar la gestacional (A) y de lo que parece corresponder a un se-
elección del transductor y diversas programaciones del gundo saco (8). En este caso 8 está producido por la re-
equipo controladas por el explorador, como son el tiempo fracción que se produce en el margen del músculo recto
5
(profundidad), compensación de ganancia, atenuación de abdominal. La desviación en el camino del sonido provoca
(power) salida y niveles de ganancia del sistema. La ate- la creación de una imagen duplicada del saco en una loca-
lización errónea (imagen simulada).
nuación se mide en unidades relativas en lugar de abso-
~- .... A - --.. • ,_~ ""'~, .~~.
de la potencia de salida para reducir los niveles de poten-
INSTRU~E~TACIÓN -, '._ ,:: cia hasta el mínimo necesario para el problema diagnósti-
co en cuestión 3 .
El transmisor también controla la frecuencia de pulsos
Los aparatos de ultrasonidos son dispositivos complejos y
emitidos por el transductor o la frecuencia de repetición
sofisticados, pero todos están integrados por los siguien-
de pulsos (FRP). La FRP determina el intervalo de tiempo
tes componentes básicos:
entre los pulsos de ultrasonidos y es importante para de-
• Transmisor o pulsador que proporciona energía al
terminar la profundidad a la que se pueden obtener dato,
transductor
fiables con modalidades de imagen y Doppler. Los pulsos
• El propio transductor
de ultrasonidos tienen que espaciarse con suficiente tiem
e • Receptor y procesador para detectar y amplificar la
'o po entre ellos como para permitir que el sonido recorra l
'(3 energía dispersa y manipular señales reflejadas para su
(,) profundidad objeto de estudio y regrese antes de que SE-
CII representación
U'J envíe el siguiente pulso. Para obtener imágenes son ade·
• La representación de la imagen de ultrasonidos o los da-
tos de una forma válida para su análisis e interpretación cuados unas FRP de 1-10 kHz, lo cual supone un intervalG
de 0,1-1 ms entre pulsos. Así, una FRP de 5 kHz permite qUt
• Método de registro o almacenamiento de la imagen de
ultrasonidos el eco recorra y regrese desde una profundidad de 15,4 cm
antes de que se emita el siguiente pulso.
Transmisor
La mayoría de las aplicaciones clínicas utilizan ultrasoni- Transductor
dos pulsados, que consisten en la transmisión de pulsos Un transductor es cualquier dispositivo que conviérta una
breves de energía pulsátil al interior del cuerpo explora- forma de energía en otra. En el caso de los ultrasonidos, el
do. La fuente de dichos pulsos, el transductor de ultraso- transductor convierte la energía eléctrica en energía me-
nidos, recibe la energía a partir de la aplicación de voltajes cánica y viceversa. Los equipos de ultrasonidos diagnósti -
de elevada amplitud durante un tiempo concreto. El máxi- cos cumplen dos funciones: 1) convierten la energía eléc-
mo voltaje que se puede aplicar al transductor está limita- trica que proporciona el transmisor en pulsos acústicos
do por regulaciones que limitan la salida acústica de apa- dirigidos al interior del paciente, y 2) sirven como recep-
ratos para uso diagnóstico. La mayoría de los ecógrafos tor de ecos reflejados que transforman cambios débiles
dispone de un control que permite atenuar el voltaje de de presión en señales eléctricas para su procesado.
salida. Puesto que el uso de la máxima energía acústica Los transductores de ultrasonidos utilizan la piezoelec-
conlleva una mayor exposición del paciente a la energía tricidad, un principio descubierto por Pierre y Jacques
de ultrasonidos, el uso prudente aconseja una atenuación Curie en 1880. Los materiales piezoeléctricos tienen la
capacidad exclusiva de cambio en el perfil como respuesta
a la acción de un campo eléctrico. Además tienen la pro-
Agua 0,00
piedad de generar potenciales eléctricos cuando se com-
primen. Cambiando la polaridad el voltaje aplicado al
Sangre transductor cambia el grosor del transductor, que se ex-
Grasa
pande y contrae cuando la polaridad cambia. Esto conlle-
va la producción de una presión mecánica que puede
Partes blandas
(media) transmitirse al interior del cuerpo. Este efecto piezoeléc-
trico también puede acompañarse de la producción de
Hígado
pequeños potenciales a través del transductor cuando los
Riñón ecos retornados llegan al transductor. Las presiones posi-
Músculo tivas determinan una pequeña polaridad a través del
(paralelo) transductor; las presiones negativas durante la fase de ra-
Músculo
(transverso)
refacción de la onda acústica provocan una polaridad
opuesta a lo largo del transductor. Estos estrechos cam-
Hueso 5,00
bios de polaridad y los voltajes asociados son el origen de
toda la información procesada para generar la imagen de
~
+====r==~==~====~==~
o 2 4 6 8 10
,
000
ultrasonidos o representación de Doppler.
Cuando se estimula mediante la aplicación de diferen-
Atenuación (dB/cm/MHz) cias de voltaje a través de su grosor, el transductor vibra.
Figura 1-9 Atenuación. Conforme el sonido atra- La frecuencia de la vibración depende del material del
viesa los tejidos, pierde energía a través de la trans- transductor. Cuando se estimula eléctricamente el tras-
ferencia de la misma al tejido por los fenómenos de ductor, aparece un rango o banda de frecuencia. La fre-
calor, reflexión y difusión . La atenuación depende de la fre- cuencia preferente producida por un transductor viene
cuencia de insonación y de la naturaleza del medio atenua- determinada por la velocidad de propagación del material
6 do. Los valores de atenuación para tejidos normales varían
del transductor y su grosor. En las modalidades de onda
considerablemente. La atenuación aumenta también en
proporción a la frecuencia de insonación y es la causa de de pulso utilizadas en la mayoría de las aplicaciones clíni-
una menor penetración cuando se utilizan frecuencias altas. cas de los ultrasonidos, los pulsos de ultrasonidos contie-
nen frecuencias adicionales que son a la vez más altas y
más bajas que la frecuencia preferencial. El rango de fre- Los pulsos de ultrasonidos producidos por el transduc-
cuencias producido por un transductor determinado se tor son una serie de frentes de onda que forman un haz
conoce como su amplitud de banda. En general, cuanto tridimensional (3-D) de ultrasonidos. Las carterísticas de VI
más corto sea el pulso del ultrasonido producido por el este haz dependen de interferencias constructivas y des- O
~
transductor mayor será el ancho de banda. tructivas de las ondas de presión, de la curvatura del 'cO
La mayoría de los equipos de ultrasonidos actuales uti- transductor y de las lentes acústicas utilizadas para perfi- VI
lizan tecnología con una amplitud de banda ancha. La am-
plitud de la banda de ultrasonidos se refiere al rango de
lar el haz. La interferencia de las ondas de presión afecta a
una zona próxima al transductor donde la amplitud de la
....~
'3
fre cuencias producido y detectado por un equipo de ultra- presión varía considerablemente. Esta región se conoce VI
sonidos. Esto es importante ya que cada tejido del cuerpo como campo cercano o zona de Fresnel. Más allá del .2
ti ene una respuesta característica frente a los ultrasoni- transductor, a una distancia determinada por el radio del G>
~
dos ante una frecuencia determinada y tejidos distintos transductor y la frecuencia, el campo de sonido comienza «1
responden de forma difrente a otras frecuencias. El rango a diverger y la amplitud de la presión disminuye en una O
'c;;
de fre cuencias que surgen del tejido expuesto a los ultra-
son idos se conoce como el espectro de frecuencias de la
proporción constante y relacionada con el aumento de la
distancia desde el transductor. Esta región se llama cam-
u:
amplitud de banda de un tejido o signatura tisular. La po lejano o zona de Fraunhofer, En los dispositivos
tecnología de amplitud de banda amplia proporciona una transductores multielemento modernos, la sincroniza-
for ma de captura del espectro de frecuencias de los teji- ción precisa de activación de estos elementos permitien-
dos insonados, conservando la información acústica y la do la corrección de la divergencia del haz de ultrasonidos
signatura tisular. El haz de una amplitud de banda amplia y el enfoque a una determinada profundidad. Solamente
reduce el artefacto en moteado mediante un procesado la reflexión de los pulsos que regresan al transductor son
con agrupación de frecuencias compuestas. Esto es po- capaces de estimular al transductor con pequeños cam-
sible porque los patrones de moteado a diferentes fre- bios de presión que se transforman en cambios de voltaje
cuencias son independientes entre sí, y combinando los que se detectan, amplifican y procesan para construir la
datos a partir de múltiples bandas de frecuencia (o sea, imagen basada en la información del eco.
agrupándolas) se consigue la reducción del moteado en la
imagen final, lo cual proporciona una resolución de con- Receptor
traste mejorada. Con la llegada de los ecos al frente del transductor, se pro-
La longitud del pulso de ultrasonidos está determinada . ducen voltajes pequeños a lo largo de los elementos pie-
por el número de cambios alternativos de voltaje aplicados zoeléctricos. El receptor detecta y amplifica estas débiles
al transductor. En el caso de los dispositivos de ultrasoni- señales. El receptor también dispone de una forma de
dos la onda continua (OC), se aplica una onda alternante compensación de las distintas intensidades de eco por la
conti nua al transductor y la polaridad alterante produce atenuación que se produce en los distintos grosores tisu-
una onda de ultrasonidos continua. Para la obtención de lares mediante el control de la compensación de ganan-
imágenes se aplica un cambio breve y aislado al transduc- cia de tiempo (CGT) o compensación de ganancia de
tor, lo que ocasiona que vibre a la frecuencia deseada. Pues- profundidad (CGP).
to que el transductor sigue vibrando o «timbrando» duran- El sonido se ve atenuado cuando pasa al interior del
te un breve momento después de verse estimulado por el cuerpo y se pierde una energía adicional a medida que el
cambio en el voltaje, el pulso de ultrasonidos tendrá una eco vuelve desde el tejido hasta el transductor. La atenua-
duración de varios ciclos. El número de ciclos de sonido de- ción del sonido es proporcional a la frecuencia y es cons-
rivados de cada pulso determina la longitud del pulso. tante para un tejido específico. Puesto que los ecos que
Para la obtención de imágenes es preferible utilizar unas vuelven desde los tejidos más profundos son más débiles
duraciones breves del pulso, ya que las duraciones más que los que vuelven de estructuras más superficiales, ten-
amplias se acompañan de una resolución axial peor. Para drán que ser amplificadas más por el receptor para pro-
reducir la longitud del pulso a no más de dos o tres ciclos, ducir un aspecto de eco tisular uniforme (Fig. 1-10). Estos
se recurre a materiales de amortiguación en el diseño del ajustes consisten en controles de GGT que permiten al ex-
transductor. En aplicaciones clínicas se le aplican al trans- plorador amplificar de forma selectiva las señales proce-
ductor unos pulsos muy breves y los transductores ofrecen dentes de estructuras profundas o suprimir las que proce-
un amortiguado muy eficiente. Esto permite unos pulsos dan de tejidos superficiales, compensando la atenuación
de ultrasonidos muy breves, que consisten generalmente tisular. Aunque muchos dispositivos actuales proporcio-
en sólo dos o tres ciclos de sonido. nan alguna forma de CGT automática, el ajuste manual de
El pulso de ultrasonidos generado por un transductor este parámetro es uno de los controles más importantes
tiene que propagarse por el tejido para proporcionar in- para el explorador y tiene una profunda repercusión so-
formación clínica. Se requieren unas cubiertas especiales bre la calidad de la imagen de ultrasonidos obtenida para
para los transductores y gel de contacto que permita la su interpretación.
transferencia eficiente de energía desde el transductor Otra función importante del receptor es la compresión
hacia el cuerpo. Una vez que alcanzan el cuerpo, los pulsos de un amplio rango de amplitudes que retornan al trans- 7
de ultrasonidos se propagan, reflejan, sufren refracción y ductor en un rango que puede mostrarse por el explora-
son absorbidos según los principios básicos de la acústica dor. La relación de las amplitudes máxima y mínima que
previamente enunciados. se pueden representar se expresa en forma de decibelios
niveles de eco en la imagen y por tanto determinan el con-
traste de la imagen.

Representación de la imagen
Las señales de ultrasonidos pueden representarse de dis-
tintas formas 4 . A lo largo de los años, la imagen ha evolu-
cionado desde un simple modo-A a la representación de
alta resolución, en tiempo real y en escala de grises. Los
primeros dispositivos en modo-A representaban el voltaje
producido a lo largo del transductor por el eco de retorn'
e como una deflexión vertical en la pantalla de un oscilosco
-o
'0 pio. La oscilación horizontal del osciloscopio se calibra b,
oQ)
en para indicar la distancia del transductor a la superficl
reflectante. Mediante esta representación, la intensidad
amplitud del sonido reflejado quedaba indicado por la al
tura de la deflexión vertical mostrada en el osciloscopi o
En el modo-A solamente se podía registrar la posición
igu a -10 Compensación de ganancia de
tiempo (CGn. Sin la CGT, la atenuación tisular intensidad de la estructura reflectante.
origina una pérdida gradual de la representación Otra forma sencilla de obtener imágenes, los ultrason i
de tejidos profundos (A). En este ejemplo, se simula la ate- dos en modo-M, recoge la amplitud de ecos y muestra 1:
nuación tisular de 1 dB/cm-MHz con un transductor de 10 posición y reflectores en movimiento (Fig. 1-12). La image
MHz. A una profundidad de 2 cm la intensidad es de -20 en modo-M utiliza la claridad del registro para indicar la in
dB (1 % del valor inicial). Al aplicar una mayor amplificación tensidad de la señal reflejada. Puede ajustarse el tiempo ba
o ganancia a la señal de retorno para compensar esta ate- se de la representación para permitir diversos grados df
nuación se restaura una intensidad uniforme de los tejidos
resolución temporal, según las necesidades de la aplicaciór
en cualquier profundidad (8).
clínica. Los ultrasonidos en modo-M se interpretan evaluan
do patrones de movimiento de reflectores específicos y es
y se conoce como rango dinámico. En una aplicación clí- tableciendo relaciones anatómicas a partir de patrones ca
nica típica, el rango de señales reflejadas puede variar . racterísticos de movimiento. Actualmente, la principal
tanto como 1:10 12, lo cual supone un rango dinámico de aplicación del modo-M es para la evaluación de movimien-
hasta 120 dB. Aunque los amplificadores utilizados en los tos rápidos de las válvulas y cámaras cardiacas y paredes
equipos de ultrasonidos son capaces de procesar este ran- vasculares. La imagen en modo-M puede jugar un papel im
go de voltajes, la representación de la escala de grises es portante en el futuro para la medición de cambios sutiles dt'
más limitada y ofrece un rango de intensidades de señal la elasticidad de paredes vasculares en la aterogénesis.
de solamente 35-40 dB. Será necesaria una compresión y La principal aportación de los ultrasonidos viene dadó
reubicación de los datos para adaptar el rango dinámico por la representación en modo-B, escala de grises y
de la intensidad de las señales retrodispersadas al rango tiempo real, donde se utilizan las variaciones en la inten -
dinámico representado (Fig. 1-11). La compresión se rea- sidad de dicha representación o claridad, que se manifies-
liza en un receptor mediante la amplificación selectiva de tan como señales reflejadas de distintas amplitudes. Para
las señales más débiles. Unos controles posteriores del obtener una imagen bidimensional (2-0), se envían múlti-
postprocesado permiten que el explorador pueda reorga- ples pulsos de ultrasonidos en sucesivas líneas de barrido
nizar de forma selectiva la señal que retorna para su re- (Fig. 1-13), con lo que se construye una representaci ón
presentación. Estos controles afectan al brillo de distintos 2-0 de ecos que emergen de la zona estudiada. Cuando se

Figura 1 11 Rango dinámi-


co. El receptor de ultrasonidos
debe comprimir el amplio mar-
gen de amplitudes que llega al trans-
ductor en un rango que se pueda mos-
trar al explorador. En la imagen se
muestra la compresión y organización
de los datos para exhibir los rangos di-
námicos de 35 dB, 40 dB, 50 dB Y 60
dB. El rango dinámico más amplio que
se muestra (60 dB) permite visualizar
8 mejor las diferencias sutiles en la inten-
sidad del eco y es el preferido para la
mayoría de las aplicaciones. Los rangos
más estrechos hacen que destaquen
mayores diferencias entre los ecos.
representa una imagen de ultrasonidos sobre un fondo
negro, las señales de mayor intensidad aparecen en blan-
co. La ausencia de señal será negra y las señales de inten- m
sidad intermedia parecen sombras grises. Si se desplaza o
"C
el haz de ultrasonidos respecto al objeto estudiado y se 'co
almacena la señal reflejada, la parte más clara de la ima- m
gen 2-D reflejada representa estructuras que reflejan una
mayor proporción de la energía sonora transmitida de
...
~
"3
vuelta al transductor. m
En los aparatos más modernos se utiliza una memoria .!2
CI)
digital de 512 x 512 o de 512 x 640 píxeles para alma- "C
cenar los valores que se correlacionan con las intensida- cu
des que proceden de las posiciones correspondientes del U
'¡¡;
Figura 1·12 Representación en modo· M, La re-
paciente. Al menos será posible obtener 28, o 256, como ¡¡
gama de grises para cada píxel, según la amplitud del eco
presentación en modo-M cambia la amplitud del
que se desea representar. La imagen almacenada de este
....
eco y la posición en función del tiempo. Los cam- o
modo en la memoria se puede enviar a un monitor de ví- '5
bios en la representación de la posición del eco son útiles ~
en la evaluación de estructuras que se mueven rápidamen- deo para su representación. c.
CII
te, como es el caso de las válvulas cardiacas o las paredes Como la representación en modo-B relaciona la intensi- o
de las cámaras del corazón. En la imagen, las tres estruc- dad de la señal reflejada con el nivel de claridad en su re-
turas móviles en la imagen en modo-M del corazón fetal presentación en dispositivo de imagen (normalmente se
corresponden a la pared ventricular próxima septo (A) in- trata de un monitor de vídeo), es importante que el explo-
terventricular (B), y la pared ventricular más lejana (e). La rador comprenda la forma en que la amplitud de la infor-
línea basal es una escala de tiempo y permite el cálculo de
mación se transfiere en una gama de grises al monitor de
la frecuencia cardiaca a partir de los datos obtenidos con
la modalidad M.
vídeo. Cada fabricante de ultrasonidos ofrece múltiples op-
ciones respecto a la forma en que se comprime el rango di-

Figura 1·13 Imagen en modo·B, La imagen bidimensional en tiempo real se construye a partir de los pulsos de 9
ultrasonidos enviados en forma de líneas sucesivas. Cada línea de corte es sumada a la imagen, de forma que se
obtiene una representación bidimensional de los ecos obtenidos a partir del objeto explorado. En la imagen en
tiempo real se consigue una imagen completa 15-60 veces por segundo.
námico y también la función de transferencia que asigna tos transductores con movimientos circulares o lineales.
una gama de grises a una determinada amplitud de señal. Los transductores mecánicos sectoriales que utilizan uno
Aunque estos detalles técnicos varían entre equipos, la for- o más transductores de elemento simple o múltiple no
ma en que se puede manipular por el explorador puede re- permiten un enfoque variable. Este problema se ha re-
percutir considerablemente en el resultado final de la ima- suelto con los transductores con dispositivos anul are_o
gen. En general, es deseable representar un rango dinámico Aunque fueron importantes en los inicios de la imagen en
tan amplio como sea posible para objetivar ligeros cambios tiempo real, los dispositivos mecánicos sectoriales con fo·
en la ecogenicidad de los tejidos (véase Fig. 1-11). co fijo y de elemento simple no se utilizan actualmente.
Los ultrasonidos en tiempo real dan la impresión de mo-
vimiento al generar series de imágenes 2-D individuales a Dispositivos
e
'o una frecuencia de 15-60 por segundo. Los ultrasonidos en La tecnología actual utiliza un transductor compuesto d ...
'0
() 2-D y tiempo real son actualmente el principal método de múltiples elementos, habitualmente producido mediante
Q)
en imagen de ultrasonidos para el estudio del cuerpo humano un corte preciso de una pieza de material piezoeléctric(
y es también la forma más habitual de representación. Los en varias unidades pequeñas, cada una de las cuales cor
ultrasonidos en tiempo real permiten evaluar tanto la ana- su propio electrodo. Dichos dispositivos transdu ctore;'
tomía como el movimiento. Cuando se obtienen imágenes y pueden diseñarse con diversas configuraciones. Los habi-
se representan a una velocidad de varias veces por segun- tuales suelen ser lineales, fási cos o anulares. También se
do, el efecto es dinámico, y como la imagen refleja el estado han diseñado dispositivos 2-D de alta densidad. Median te
y movimiento del órgano en el momento del estudio, la in- una precisa sincronización con el disparo de las combina·
formación correspondiente se muestra en tiempo real. En ciones de los elementos de estos dispositivos, la interfe
aplicaciones cardiológicas los términos de «ecocardiogra- rencia de los frentes de ondas generados por los elemen
fía 2-D» o «eco-2-D» describen una imagen en modo-B y tos individuales se puede aplicar para cambiar la direcció
tiempo real; en la mayoría de las aplicaciones restantes se del haz de ultrasonidos y esto puede permitir dirigir el
utiliza el término «ultrasonidos en tiempo real». haz para la generación de imágenes en tiempo real en fo r-
Los transductores utilizados para la obtención de imá- matos lineales o sectoriales.
genes en tiempo real se clasifican según el método que
utilizan para dirigir el haz de sonido, la forma en que ge- Transductores de disposición lineal
nera cada imagen individual de forma rápida, teniendo en El formato de imagen rectangular que muestran los trans
cuenta que tienen que generarse entre 30 y 60 imágenes ductores lineales les hacen adecuados para representar
completas por segundo para aplicaciones en tiempo real. partes pequeñas, vasculares u obstétricas. En estos trans-
La conducción del haz se consigue mediante rotación ductores los elementos individuales se disponen de forma
mecánica u oscilación del transductor o de forma electró- lineal. Disparando los elementos del transductor de forma
nica (Fig. 1-14). La dirección electrónica del haz se lo- secuencial, de forma individual o en grupo, se generan
gra con dispositivos lineales y en fase y permite diversos una serie de impulsos paralelos, formando cada uno una
formatos de representación de la imagen. La mayoría de línea de visión perpendicular a la superficie del transduc-
los transductores con dirección electrónica que están en tor. Estas líneas de acceso individuales se combinan para
uso actualmente proporcionan además un enfoque que formar la imagen del campo visual (Fig. 1-14, A) . En fu n-
puede ajustarse según profundidad. La orientación me- ción del número de elementos del transductor y la se-
cánica del haz puede utilizar transductores de elemento cuencia en que se activen, se consigue el enfoque de la
simple con un foco fijo o utilizar dispositivos anulares de zona seleccionada.
elementos con foco controlado de forma electrónica. En la
imagen en tiempo real, los transductores que utilizan una Transductores de disposición curva
orientación mecánica o electrónica del haz generan repre- Los dispositivos lineales pueden configurarse form ando
sentaciones en un formato rectangular o de tarta. En obs- curvas convexas para producir imágenes que combinen
tetricia, con frecuencia se utilizan transductores de dispo- un campo relativamente grande de visión, con un form ato
sición lineal con formato de imagen rectangular cuando de representación sectorial. Los transductores de disposi-
se desea estudiar partes pequeñas y vasos periféricos. La ción curvada se utilizan en diversas aplicaciones; los de
representación rectangular tiene la ventaja de proporcio- mayor tamaño se utilizan en estudios generales de abdo-
nar un campo amplio de visión cerca de la superficie, pero men, obstetricia y pélvicos-transabdominal. Los trans-
requiere una superficie mayor para el contacto del trans- ductores de disposición curva, pequeños y de alta fre-
ductor. Los transductores sectoriales tanto con dirección cuencia se suelen utilizar en transductores para obtener
mecánica como electrónica necesitan en cambio una su- imagen transvaginal y transrectal y en exploraciones pe-
perficie menor de contacto y son más adecuados para el diátricas.
estudio de zonas con acceso limitado.
Transductores de disposición en fase
Aparatos mecánicos sectoriales A diferencia de los dispositivos mecánicos sectoriales,
10 Los transductores de los primeros aparatos de ultrasoni- los dispositivos en fase no tienen partes móviles. Se ob-
dos consistían en un elemento piezoeléctrico simple. Para tiene un campo sectorial de visión mediante múltiples
generar imágenes en tiempo real con estos transductores, pulsaciones de los elementos del transductor que se ac-
se necesitaban dispositivos mecánicos para desplazar es- tivan en una precisa secuencia bajo control electrónico.
Figura 1-14 Dirección
del haz. Transductor de
disposición lineal. A, Con
el transductor de disposición lineal,
los elementos individuales o los
grupos de elementos son pulsados
de forma secuencial , lo cual gene-
ra haces de ultrasonidos paralelos,
cada uno perpendicular a la super-
ficie del transductor. El movimiento
de estos haces a través de la su-
perficie del transductor genera lí-
neas que se combinan para formar
la imagen final. Dependiendo del
número de elementos el transduc-
tor y de la secuencia de activación,
puede conseguirse el enfoque a
distintas profundidades. Trans-
ductor de disposición en fase. B,
El transductor con disposición en
fase proporciona un campo de vi-
sión sectorial mediante la pulsa-
ción de los múltiples elementos del
transductor en una secuencia pre- A
cisa. Esto es origen de interferen-
cias de las ondas acústicas, el haz
de ultrasonidos genera líneas si-
tuadas a distintos ángulos de un
lado a otro lado del transductor, lo
que produce un formato de ima-
gen sectorial.

Al controlar el momento y secuencia en la que se activan Transductores bidimensionales


los elementos individuales del transductor, la onda re- Los transductores pueden formarse 1) mediante cortes de
sultante del transductor puede dirigirse de forma varia- una pieza rectangular del material del transductor perpen-
ble y también enfocar a distintas profundidades (ver Fig. dicular a su eje largo para producir varios elementos rec-
1-14, B). Al dirigir con rapidez el haz para generar una tangulares pequeños, o 2) creando varios elementos con-
seri e de líneas a distintos ángulos desde un lado del céntricos enlazados entre sí dentro de una pieza circular de
transductor a otro, se consigue un formato de imagen material piezoeléctrico para obtener un transductor anular.
sectorial. Esto permite un formato de transductores re- El uso de elementos múltiples permite un enfoque preciso.
lativamente pequeño con amplios campos de visión en Una ventaja importante en el diseño de transductores 2-D
profundidad. Estos transductores son especialmente úti- es que el haz puede enfocarse tanto en el plano de eleva- 11
les para los estudios intercostales, para evaluar el cora- ción como en el plano lateral y se puede conseguir un haz
zón, hígado o bazo y para estudios de otras regiones con uniforme y muy enfocado (Fig. 1-15). Estos dispositivos
acceso limitado. mejoran la resolución espacial y el contraste, reducen in-
no sólo están la resolución espacial, sino la distancia entre
el objeto que se quiere estudiar respecto al transductor, ya
que la penetración de los ultrasonidos disminuye ? med i-
da que la frecuencia disminuye. En general, debera selec-
cionarse la frecuencia máxima de ultrasonidos q u e
permita una penetración hasta la zona objeto de estu-
dio. En vasos superficiales y órganos como el tiroides, ma
ma o testículos, que están a 1-3 cm de la superficie, las
frecuencias de imagen de 7,5-15 MHz serán las habitua·
les. Estas frecuencias elevadas son igualmente adecuadas
e para aplicaciones intraoperatorias. En la evaluación de
'o
'o() estructuras más profundas de abdomen o pelvis a más de
Q)
IJ)
12 -15 cm de la superficie, se requieren frecuenci as de so-
lamente 2,25-3,5 MHz. Cuando se necesite máxima reso -
lución, será necesario un transductor de alta frecu encia
con una resolución lateral y de elevación para la pro fundi -
dad que se quiere explorar.
Figura 1-15 Dispositivo bidimensional, Los dis-
positivos bidimensionales de alta densidad con-
sisten en matrices bidimensionales de elementos ('~~> REPRESENTACiÓN .' ~', ',.'
transductores que permiten la adquisición de datos a partir J~ \ Y ALMACENAMIENTO DE LA IMAG~N
de un volumen en lugar de obtenerlos de un plano simple
de tejido. El control electrónico preciso de los elementos
Con los ultrasonidos en tiempo real, el autoaprendizaje del
individuales permite ajustar el enfoque tanto en el plano
azimuth como de elevación. explorador es inmediato gracias al visionado del monitor.
La claridad y contraste de la imagen en el monitor viene
determinada por la luz ambiente en la sala de exploración,
coherencias y son adecuados para el registro de datos de la claridad y contraste programados en el monitor de ví-
volúmenes de tejido para su uso en procesado y represen- deo, la programación de ganancia del sistema y los ajustes
tación 3-D. A diferencia de los transductores 2-D, en los que de CGT. El factor que probablemente más afecta la calidad
el retraso en la pulsación de los elementos individuales se de la imagen en muchos departamentos de ecografía es un
puede utilizar para dirigir el haz, los dispositivos anulares ajuste inadecuado de la imagen representada en el vídeo,
no permiten dirigir el haz y si se desea imagen en tiempo que no permite comparar las relaciones entre la represen-
real tiene que dirigirse de forma mecánica. tación que se ha programado en el monitor y el aspecto de
las copias o imágenes impresas posteriormente.
Selección del transductor Dada la importancia de la representación de la imagen
Entre las consideraciones prácticas para la elección del en tiempo real del vídeo de las imágenes para el autoapren-
transductor más adecuado para una aplicación concreta dizaje del explorador; es esencial que la representación y
las condiciones de iluminación con las que se visualizan
sean estandarizadas y encajen con la imagen visualiza da.
Las interpretaciones de las imágenes y su almacenamien-
to puede ser en forma de transparencia o película impresa
mediante cámaras ópticas o láser e impresoras, cintas de
vídeo o archivado digital y sistemas de comunicación
ADSC. Cada vez se utiliza más el almacenamiento digital
para archivar las imágenes de ultrasonidos.

MODALIDADES ESPECIALES DE IMAGE~l

Imagen de armónicos tisulares


La variación en la velocidad de propagación del sonido en
Figurq 1-16 Generación de armónicos, La for- la grasa y otros tejidos cerca del transductor se acompaña
ma de onda transmitida se muestra en A. A medi- de una aberración de fase que distorsiona el campo de
da que se propaga el sonido a través del tejido, el ultrasonidos, lo cual se manifiesta en forma de ruido y
componente de alta presión de la onda recorre más rápida- moteado en la imagen de ultrasonidos. Los armónicos ti-
12 mente el componente rarefaccional, lo que produce distor- sulares permiten un abordaje que reduce los efectos de la
sión (B) de la onda y genera componente de alta frecuencia
(armónicos). (De Merritt CR: Technology update, Radiol aberración de faseS, La propagación no lineal de los ultra-
Glin North Am 2001; 39:385-397.) sonidos a través del tejido se asocia con una propagación
más rápida del componente de alta presión de la onda de
presión de ultrasonidos que de su componente negativo imágenes obtenidas mediante armónicos tisulares suelen
(rarefaccional); esto supone una distorsión creciente del mostrar escaso ruido o moteado (Fig. 1-17). Puesto que
pulso acústico a medida que viaja al interior de los tejidos los haces de armónicos son más estrechos que los haces
y ocasiona la generación de múltiplos, o armónicos, de la transmitidos inicialmente, se mejora la resolución espa-
frecuencia transmitida (Fig. 1-16). cial y se reducen lóbulos laterales.
Las imágenes de armónicos tisulares se aprovechan de
la generación de estos armónicos en la profundidad. Pues- Composición espacial
to que la fo rmación de armónicos requiere la interacción Una causa importante de la degradación de la imagen y de
del campo transmitido con el tejido donde se propaga, la la pérdida de contraste es el moteado de los ultrasoni-
generación de armónicos no se produce en las proximida- dos. El moteado es la consecuencia de la interacción cons-
des de la interfase entre el transductor/piel y solamente tructiva y destructiva de los campos de ultrasonidos por
es relevante a cierta distancia del transductor. En la mayo- la dispersión de los ultrasonidos a partir de pequeños re-
ría de los casos los campos próximos y lejanos de la ima- flectores tisulares. Este patrón de interferencia muestra
gen se afectan menos por los armónicos que en las locali- unas imágenes de ultrasonidos con su típico grano (ver
zaci ones in termedias. Si utilizamos transductores con Fig. 1-6), reduce contraste (Fig. 1-18) Y hace que resulte
anchura de banda amplia y filtrado de señalo pulsos codi- más difícil la identificación de alteraciones sutiles. Su-
ficados, las señales armónicas reflejadas se pueden repre- mando imágenes desde distintos ángulos de insonación
sentar de fo rma selectiva. Puesto que la mayoría de las mediante la composición espacial (Fig. 1-19) se consi-
imágenes se deben a la interacción del haz electrónico con gue una mejoría significativa en la relación ruido-con-
la superficie de las estructuras superficiales o por aberra- traste (Fig. 1-20). Esto se debe a que el moteado es alea-
ciones en los bordes del perfil del haz, estos artefactos se torio y la generación de la imagen mediante su composición
eliminan utili zando la imagen con armónicos, ya que las reducirá el ruido del moteado, ya que solamente se refor-
señales productoras de artefactos no tienen suficiente zará la señal. Además, la composición espacial puede re-
energía para generar frecuencias de armónicos y por tan- ducir los artefactos que se producen cuando el haz de ul-
to serán filtradas durante la formación de la imagen. Las trasonidos se encuentra con un reflector especular con un

gura 1-17 Imagen de


armónicos tisulares. Ima-
gen convencional, A e
imagen de armónicos tisulares, S
de la vesícula de un paciente con co-
lecistitis. Obsérvese la reducción del
ruido y moteado en la imagen de ar-
mónicos tisulares. Como los armóni-
cos del haz no interactúan con las
estructuras superficiales son más
delgados que el haz transmitido ori-
ginalmente, se mejora la resolución
espacial y se reducen el moteado y
los lóbulos laterales. (De Merritt GR:
Technology update, Radiol Glin Nor-
th Am 2001; 39:385-397.)

Figura 1-18 Efecto del


moteado en el contraste.
A, El ruido de moteado en-
mascara parcialmente una lesión
simulada. S, Se ha reducido el mo-
teado, aumentando la resolución
del contraste entre la lesión y el 13
fondo (De Merritt GR: Technology
update, Radiol Glin North Am 2001;
39:385-397.)
ángulo mayor o menor de 90°. En la imagen convencional
en tiempo real, cada línea de barrido utilizada para gene-
ti) rar la imagen se encuentra con el objeto con un ángulo fijo
ca y constante. Como consecuencia los reflectores potentes

-
(,)
.C¡; que no son perpendiculares al haz de ultrasonidos disper-
,-
t i)
san el sonido en direcciones que impiden su detección y
(1)
ti)
representación clara. Esto a su vez se acompaña de una
ca definición pobre de los márgenes y unos límites menos
al precisos de quistes y otras masas. Se ha visto que la com-
1:
posición reduce estos artefactos. Las limitaciones de ia
'0
'(3
composición son una visibilidad reducida y la potencia-
O
CI)
ción de las sombras; sin embargo, quedan soslayadas por
U)
A B la capacidad para evaluar lesiones con y sin composición,
evitando el sombreado y potenciación cuando estos as-
pectos resulten importantes para el diagnóstico 6 .
Fgura 1-19 Combinación espacial. A, Imagen
convencional limitada a un ángulo fijo de inciden-
cia de las líneas de barrido con ultrasonidos hacia Ultrasonidos tridimensionales
las interfases tisulares, que muestra una mala definición de La ecografía 3-D específica para usos fetales, ginecológi-
los reflectores especulares que no son perpendiculares al cos y cardiacos recurre a dispositivos de hardware para
haz. B, Combinación espacial que combina imágenes registro de imagen, transductores 2-D de alta densidad o
obtenidas mediante insonación del objeto desde múltiples software de registro de planos de barrido a medida que se
ángulos. Además de mejorar la detección de las interfases, explora volumen del tejido. La imagen 3-D ofrece un volu-
la combinación reduce el ruido de moteado, ya que sola-
men de datos que se visionan en múltiples planos de ima-
mente se refuerza la señal y el moteado es aleatorio y no se
refuerza. Esto aumenta el contraste.
gen y permite una medición exacta del volumen de las le-
siones (Fig. 1-21).

Figura 1-20 Combinación


~ espacial. A, Imagen con-
vencional, y B, Imagen
de combinación en el tiroides. Ob-
sérvese la reducción del moteado
14 así como la mejor definición de teji-
dos superficiales (flecha azul) y de
pequeños quistes (fechas amarillas)
y calcificaciones (flecha blanca).
ti)
O
Los aspectos clave para la calidad de la imagen de ultrasoni- :2
dos son su resolución espacial, de contraste y la resolución
e
O

-
ti)
en el tiempo, así como la ausencia de ciertos artefactos.
~
Resolución espacial
:;
ti)
La capacidad para distinguir dos objetos muy próximos .2
como estructuras distintas depende de la resolución es- Q)
pacial del dispositivo de ultrasonidos. La resolución espa-
cial tiene que considerarse en tres planos, con distintos "m
()

factores para cada uno de ellos. El más sencillo es la reso- 'c;;


lución a lo largo del eje del haz de ultrasonidos o resolu- u:
ción axial. Con los ultrasonidos de onda pulsada, el trans- ....
ductor introduce una serie de breves pulsos de sonido o
"S
~
dentro del cuerpo. Cada uno de los pulsos de ultrasonidos Q.
está formado habitualmente por dos o tres ciclos de soni- CtI
(J
do. La longitud del pulso es el producto de la longitud de
la onda y el número de ciclos del pulso. La resolución
axial, la máxima resolución a lo largo del eje largo, depen-
de de la longitud del pulso (Fig. 1-22). Como la frecuencia
de los ultrasonidos y la longitud de onda están inversa-
Fig r 1-21 Imagen tridimensional de ultraso- mente relacionadas, la longitud del pulso disminuye a me-
nidos de un feto de 24 semanas. Los ultrasoni- dida que aumenta la frecuencia de imagen. Puesto que la
dos tridimensionales permiten recoger y revisar longitud del pulso determina la máxima resolución a lo
datos obtenidos a partir de un volumen de tejido en múlti-
largo del eje largo del haz de ultrasonidos, las mayores
ples planos de imagen , además de una representación de
las características de superficie. frecuencias del transductor proporcionan mejor re-
solución de imagen. Por ejemplo, un transductor que

'tJ Figura 1-22 Resolución axial. La


~ resolución axial es la resolución a lo
largo del eje del haz (A) y viene de-
terminada por la longitud del pulso (B). La
longitud del pulso es el producto de la longi-
tud de onda (que disminuye a medida que
aumenta la frecuencia) por el número de on-
das (normalmente dos o tres). Puesto que la
longitud del pulso determina la resolución
axial, los transductores de alta frecuencia
proporcionan una mayor resolución de la
imagen. Por ejemplo, en B, un transductor
de 5 MHz envía sonido con una longitud de
onda de 0,31 mm. Si cada pulso está forma-
do por tres ciclos de sonido, la longitud de
pulso es ligeramente inferior a 1 mm y los
objetos A y B, que se encuentran separados
a una distancia de 0,5 mm no pueden detec-
tarse como estructuras individualizables. Si
la frecuencia del transductor aumenta a 10 15
MHz la longitud del pulso será menor de
0,46 mm, lo que permitirá la individualiza-
ción de los objetos A y B.
la longitud del pulso será menor de 0,4 mm y permitirá
una mejor resolución para detalles más pequeños.
ti) Además de la resolución espacial, hay que tener en
cv cuenta la resolución en los planos perpendicular al eje del
o

-
'ti)
,-
t i)
CI)
ti)
cv
haz. La resolución lateral se refiere a la resolución en el
plano perpendicular al haz y paralelo al transductor y de-
pende de la anchura del haz de ultrasonidos. La resolu-
ción azimuth o resolución de elevación, se refiere al gro-
al sor del corte en el plano perpendicular al haz y al
transductor (Fig. 1-23). El ultrasonido es un método to-
c:
'o mográfico que proporciona cortes finos de información
'(3
(.) del cuerpo y tanto la anchura como el grosor del haz de
Q)
(/) ultrasonidos son determinantes importantes de la calidad
de imagen. La anchura y grosor del haz limitan la capaci-
dad para delimitar objetos pequeños y puede enmascarar
la formación de sombras y el resalte de pequeñas estruc-
turas, como las microca\cificaciones y pequeños quistes
Figura 1-23 Resolución lateral y de elevación,
tiroideos. La anchura y grosor del haz de ultrasonidos de-
La resolución en los planos perpendiculares al eje
del haz es un factor determinante de la calidad de termina la resolución lateral y la resolución de elevación,
imagen. La resolución lateral (L) es la resolución en el pia- respectivamente. Las resoluciones lateral y de elevación
no perpendicular del haz y paralelo al transductor y viene son claramente menores que la resolución axial del haz.
determinada por el ancho del haz de ultrasonidos. La reso- La resolución lateral se controla enfocando el haz, nor-
lución lateral puede controlarse enfocando el haz, normal- malmente mediante fase electrónica, para modificar la
mente electrónicamente, de forma que se altere la anchura anchura del haz a una profundidad concreta de interés. La
del haz a determinada profundidad . La resolución de ele- resolución de elevación depende de la construcción del
vación , o azimut (E) está determinada por el grosor del transductor y generalmente no se puede manipular por el
corte en el plano perpendicular al haz y al transductor y
explorador.
depende de la altitud del haz. La resolución de elevación
puede controlarse en la construcción del transductor. Am-
bas resoluciones, lateral y de elevación, son menores que
la resolución axial. ERRORES DE IMAGEN ;~ ~~.

trabaja a 5 MHz proporciona sonido con una longitud de Con los ultrasonidos, seguramente más que con cualquier
onda de 0,308 mm. Si cada pulso está formado por tres otro método de imagen, la calidad de la imagen obtenida
ciclos de sonido, la longitud de pulso es ligeramente me- viene determinada por la capacidad del explorador para
nor de 1 mm y esta será la máxima resolución en el eje reconocer y evitar artefactos y errores 7 • Muchos artefactos
largo. Si se aumenta la frecuencia del transductor a 15 MHz, de imagen se deben a errores en la técnica de exploración

Figura 1-24 Artefacto de rever-


~ beración, Los artefactos de rever-
beración aparecen cuando la se-
ñal de ultrasonidos es reflejada de forma
repetida entre interfases altamente reflec-
toras cerca del reflector. Ello condiciona un
retraso en el retorno del eco al transductor.
En la imagen, se observa una serie de ecos
espaciados regularmente a cada vez ma-
yor profundidad. El eco localizado en la
profundidad 1 está producido por una sim-
ple reflexión a partir de una interfase im-
16 portante. Los ecos a los niveles 2-4 están
producidos por múltiples reflexiones entre
esta interfase y la superficie (imagen simu-
lada).
o a un uso inadecuado del equipo y pueden evitarse. Los gen que están realmente fuera del volumen de muestra que
artefactos pueden ocasionar un diagnóstico erróneo y el explorador cree estar explorando (ver Fig. 1-7). Del mis-
pueden además enmascarar hallazgos importantes. Es mo modo, los lóbulos o haces laterales producen unos
esencial comprender los artefactos para una correcta in- ecos que inducen a error y proceden de los haces de soni-
terpretación de los estudios con ultrasonidos. do que quedan por fuera del haz principal de sonido
Muchos artefactos sugieren la existencia de estructuras (Fig. 1-25). Estos artefactos de los lóbulos laterales son
que no existen realmente; entre ellos están la reverbera- clínicamente relevantes debido a que pueden dar la im-
ción, refracción y lóbulos laterales. Los artefactos por presión errónea de estructuras o detritus en el interior de
reverberación surgen cuando la señal se refleja repetida- estructuras rellenas de líquido (Fig. 1-26). Los lóbulos la-
mente entre interfases muy reflectoras que habitualmente, terales también inducen a errores en las mediciones al
aunque no siempre, están cerca del transductor (Fig. reducir la resolución lateral. Al igual que sucede con otros
1-2 4). La reverberación también puede dar la falsa impre- artefactos, reubicar el transductor y su zona focal o utili-
sión de estructuras sólidas en zonas donde solamente zar otro transductor habitualmente permite la diferencia-
existe líquido. Ciertos tipos de reverberación pueden re- ción de los artefactos respecto yecos verdaderos.
sultar útiles ya que permiten la identificación de ciertos Los artefactos también pueden enmascarar ecos verda-
tipos de reflectores, como clips quirúrgicos. Los artefactos deros en la imagen u ocultar información y tambien ocul-
....
o
por reverberación pueden reducirse habitualmente o se tar información patológica importante. El sombreado se '3
:t::
elim inan cambiando el ángulo de estudio o la colocación produce cuando existe una marcada reducción en la in- Q.
~
del transductor para evitar las interfases paralelas que tensidad de ultrasonidos por debajo de un reflector o ate- U
contribuyen al artefacto. nuador fuerte. La formación de sombras ocasiona una
La rarefracción ocasiona un cambio en la dirección del pérdida parcial o completa de la información debida a la
haz de sonido, de forma que se insonan objetivos que no es- atenuación del sonido por estructuras superficiales. Otra
tán en la dirección del eje largo del transductor. Sus reflexio- causa frecuente de pérdida de información en la imagen
nes se detectan entonces y se representan en la imagen. Esto se debe a un ajuste inapropiado del sistema de ganan-
puede ser la causa de que aparezcan estructuras en la ima- cia y programación de CGT. Muchos ecos de bajo nivel
quedan próximos al ruido y se requiere experiencia para
ajustar los parámetros del equipo y poder mostrar la
máxima información con el mínimo ruido. También pue-

~ura -26 Artefacto de los lóbulos o haces


laterales. En la imagen correspondiente a la vesí-
cula se observa un eco interior brillante (A) que
sugiere la existencia de una banda o septo vesicular. Se
trata de un artefacto de lóbulos laterales debido a la exis-
A tencia de un reflector potente fuera del plano (B) medial
de la vesícula. Los ecos de bajo nivel presentes en la por-
Figura 1-25 Lóbulos laterales. Aunque la mayor ción dependiente de la vesícula (e) corresponden también
t..- ~ parte de la energía generada por el transductor es a un artefacto causado por el mismo fenómeno. Los arte-
~ emitida en forma de haz a lo largo del eje central factos de los lóbulos laterales y los del grosor de corte son
del transductor (A) parte de la energía se emite también de importancia clínica porque pueden orientar de forma
como lóbulos o haces laterales, que presentan una menor errónea respecto a la presencia de detritus en el interior de
intensidad que el haz principal (B y C). Los haces laterales estructuras líquidas. Al igual que ocurre con el resto de ar-
17
pueden alcanzar reflectores potentes fuera del plano de tefactos, el cambio de posición del transductor o la utiliza-
exploración y producir artefactos con representación en la ción de un transductor distinto permitirá habitualmente
imagen (véase también Fig. 1-26). distinguir estos artefactos de los ecos verdaderos.
den contribuir a la pérdida de una proporción considera- dos mediante el transductor y se reflejan a partir de las
ble de información unos ángulos de barrido deficientes, interfases acústicas dentro del cuerpo. Una sincroniza-
una penetración inadecuada y la baja resolución. Una se- ción precisa permite la determinación de la profundidad
lección poco cuidadosa de la frecuencia del transduc- desde donde se originan los ecos. Cuando las ondas pulsa-
tor y no tener presente las características focales del das se reflejan desde una interfase, la señal reflejada con-
haz pueden conducir a la pérdida de información clínica tiene información de amplitud, fase y frecuencia (Fig.
relevante en el caso de objetos profundos, reflectores de 1-29). Esta información permite deducir la posición, natu-
baja amplitud y de pequeño tamaño. Los artefactos de ul- raleza y movimiento de la interfase que refleja el pulso.
trasonidos pueden alterar el tamaño, perfil y posición de Las imágenes en modo-B sólo utilizan la información de
las estructuras. Por ejemplo, se genera un artefacto mul- amplitud de la señal reflejada para generar la imagen, con
c: titrayecto cuando el camino del eco que regresa no es el diferencias en la intensidad de los reflectores mostrados
'o
.C)
(J esperado, lo que supone ubicación inapropiada del eco en en la imagen como distinta gama de grises. Unos objetivos
Q)
tn la imagen (Fig. 1-27). que se mueven con rapidez, como los glóbulos rojos den-
tro del torrente sanguíneo, producen unos ecos de baja
Formación de sombras y potenciación amplitud que no se suelen representar, lo que se muestra
Aunque la mayoría de los artefactos degradan la imagen como patrones relativamente anecoicos dentro de la luz
de ultrasonidos e impiden la penetración, existen dos ar- de los grandes vasos.
tefactos de valor clínico, que son la formación de sombras Aunque la escala de grises se relaciona con la ampitud
y la potenciación. La formación de sombras se produce de la señal reflejada de ultrasonidos, se obtiene una infor-
cuando un objeto (p. ej., un cálculo) atenúa el sonido con mación adicional de los ecos que regresan y pueden utili-
mayor rapidez que los tejidos circundantes. La potencia- zarse para evaluar el movimiento de los objetos en movi-
ción se produce cuando un objeto (p. ej., un quiste) ate- miento. Cuando un sonido de alta frecuencia choca con
núa menos que los tejidos próximos. El fallo de la CGT una interfase estacionaria, el ultrasonido reflej ado tiene
aplicada al tejido normal para compensar apropiadamen- básicamente la misma frecuencia o longitud de onda que
te la atenuación de estructuras con una atenuación más el sonido transmitido (Fig. 1-30, A). Cuando la interfase
alta (formación de sombras) o menos atenuada (potencia- reflejada se mueve con respecto al haz de sonido emitido
ción), produce el artefacto (Fig. 1-28). Como la atenuación desde el transductor, sin embargo, existirá un cambio en
aumenta con la frecuencia, los efectos de la formación de la frecuencia del sonido reflejado por el objeto en movi-
sombras y potenciación son mayores con frecuencias más miento (Fig. 1-30, By C). Estas variaciones en la frecuen-
altas que cuando son bajas. La visibilidad de la formación cia son directamente proporcionales a la velocidad de la
de sombras y la potenciación se reduce con amplitudes interfase reflectante respecto al transductor y es la conse-
del haz excesivas, una inapropiada colocación de la zona cuencia del efecto Doppler. La relación de la frecuencia
focal y el uso de composición espacial. de ultrasonidos de retorno con la velocidad del reflector
se describe como la ecuación de Doppler, en la forma si-
guiente:

Las imágenes convencionales de ultrasonidos en modo-B La desviación de la frecuencia de Doppler es ~F; FR es


utilizan transmisión, detección y representación de eco la frecuencia del sonido reflejado a partir del objeto en mo-
pulsado. Se emiten breves pulsos de energía de ultrasoni- vimiento; FT es la frecuencia del sonido emitido por el

t¡J Figura 1-27 Artefacto multitrayecto. A, Imagen en espejo del útero generada por reflexión del sonido a partir de
~ una interfase producida por gas en el recto. B, Ecos reflejados a partir de la pared de un quiste ovárico que gene-
18 ra complejos trayectos de eco que retrasan el retorno de ecos al transductor. En ambos ejemplos, el mayor reco- I
rrido del sonido reflejado hace que en la representación aparezcan los ecos a mayor profundidad de lo que aparecen nor-
malmente. En A esto ocasiona una imagen artefactada del útero que aparece en la ubicación del recto. En B el efecto es
más sutil y más probable que sea origen de un error diagnóstico, ya que el artefacto sugiere un nódulo mural en donde
simplemente existe un quiste ovárico.
o
"3
:!:
c..
CIl
()

fttJ Figura 1-28 Formación de sombras y potenciación .


....- -~ A, Imagen no corregida de una masa en mama som-
~ breada que muestra que la masa atenúa 15 dB más
que el tejido normal circundante. B, Aplicando de forma apro-
piada el TGC obtendremos una representación de tejido de
mama normal. Sin embargo, debido a la atenuación de la masa,
aparece una sombra. e, Igualmente, el quiste atenúa 7 dB me-
nos que el tejido normal circundante, y la corrección TGC para
el tejido normal ocasiona una sobreamplificación de señales
más profundas al quiste, lo que produce potenciación de di-
chos tejidos.

transductor; ves la velocidad del objetivo respectO al tras- exacta tanto de la desviación de la frecuencia del Doppler
ductor y e la velocidad del sonido en el medio. La desvia- como del ángulo de insonación con la dirección del movi-
ción de la frecuencia de Doppler (~F), como ya se ha dicho, miento del objeto. A medida que el ángulo (8) Doppler se
se aplica solamente a objetos que se mueven directamente aproxima a 90°, el coseno de 8 se aproxima a O, y enton-
hacia el transductor o que se alejan de él (Fig. 1-31, A). En la ces ya no existe movimiento relativo del objeto en la
mayoría de las situaciones clínicas la dirección del haz de dirección o en la contraria del transductor y ya no se mide
ultrasonidos se dirige directamente en la dirección, o en la desviación de la frecuencia Doppler (Fig. 1-32). Puesto
opuesta, a la dirección del flujo y el haz de ultrasonidos nor- que el coseno del ángulo Doppler cambia con rapidez para
malmente alcanza el objeto en movimiento con un ángulo ángulos mayores de 60°, la corrección precisa del ángulo
que se conoce como ángulo Doppler (Fig. 1-31, B). En tal require que las mediciones del Doppler se hagan con án-
caso, ~F se reduce en proporción al coseno de dicho ángulo gulos menores de 60°. Por encima de los 60°, cambios pe-
según la siguiente ecuación: queños en el ángulo de Doppler se asocian con importan-
tes cambios en el coseno 8 y por tanto pequeños errores
6 en la estimación del ángulo Doppler resultan en errores
importantes en la estimación de la velocidad. Estas consi-
donde 8 es el ángulo entre el eje del flujo y el haz de ultra- deraciones son importantes cuando se utilizan los apara- 19
sonidos que incide. Si se puede medir el ángulo de Doppler, tos de Doppler tanto dúplex como en color. Se consigue
será posible estimar la velocidad del flujo. La estimación una imagen óptima de la pared vascular cuando el eje del
precisa de la velocidad del objeto requiere una medición transductor es perpendicular a la pared, mientras que las
e
'o
·ü
o
Q)
en

'l Modalidad Doppler de onda continua y modalidad Doppler de onda pulsada. A, La modalidad de
onda continua utiliza cristales distintos para transmitir y recibir los ultrasonidos. Aunque pueden detectar la pre-
sencia y dirección del flujo, los aparatos de onda continua no son capaces de distinguir las señales que proceden
de vasos a distintas profundidades (áreas sombreadas). B, Utilizando el principio de rango de ultrasonidos (ver Fig. 1-4), la
modalidad de onda pulsada permite observar los datos de flujo a partir de distintas profundidades procesando sólo las
señales que regresan al transductor transcurrido un determinado intervalo de tiempo (área sombreada en el vaso más pro-
fundo). El explorador puede controlar la posición del volumen muestra y en los sistemas Doppler-dúplex puede ver locali-
zación a partir de la cual se obtienen datos Doppler.

de diferenciar con el Doppler de OC, estos dispositivos no en función de su movimiento hacia el transductor, o ale-
permiten discriminar el movimiento que procede de dis- jándose de él, y el grado de saturación del color se utiliza
tintas profundidades y resulta difícil establecer, cuando para indicar la relativa desviación de la frecuencia relacio-
no es del todo imposible, el origen de la señal que se de- nada con los hematíes en movimiento.
tecta. Los equipos de Doppler de OC se utilizan sobre todo La imagen de flujo del Doppler color (IFDC) ensancha
en la cabecera de la cama o mesa de quirófano para confir- la ecografía dúplex convencional al proporcionar posibili-
mar la existencia de flujo en vasos superficiales. dades adicionales. El uso de saturación de color para mos-
Debido a las limitaciones de los sistemas de OC, la mayo- trar las variaciones en la frecuenccia de la desviación del
ría de las aplicaciones utilizan la onda pulsada activada por Doppler permite una estimación de la velocidad relativa de
rango. Más que una onda continua de emisión de ultrasoni- la imagen aislada, siempre que se observen variaciones en
dos, los dispositivos Doppler de onda pulsada emiten bre- el ángulo de Doppler. La representación del flujo en el cam-
ves pulsos de energía de ultrasonidos (Fig. 1-34, B). Utili- po de visión permite orientar y posicionar el vaso que se
zando pulsos de sonido se utilizan intervalos de tiempo desea estudiar en cada momento. La representación de la
entre la transmisión de un pulso y el regreso del eco como información espacial respecto a la velocidad es ideal para
una forma de determinar la profundidad en la que se pro- mostrar zonas pequeñas y localizadas de turbulencia den-
duce la desviación del Doppler. Los principios son pareci- tro del vaso, que proporcionan signos clave sobre estenosis
dos a los principios del rango de ecos que se aplican a la o irregularidades de la pared vascular ocasionadas por ate-
imagen (ver Fig. 1-4). En un sistema Doppler de onda pul- romas, trauma u otras enfermedades. El flujo dentro del
sada el volumen sensible del que se recoge la muestra de vaso se observa en todos los puntos y se muestran zonas de
datos de flujo se puede controlar respecto al espacio, pro- chorros estenóticos y áreas de turbulencia que pudieran
fundidad y posición. Cuando un Doppler de onda pulsada pasar inadvertidas en la modalidad dúplex. El contraste de
se combina con una imagen 2-D en tiempo real y modo-B flujo dentro de la luz vascular 1) permite la visualización de
en la forma de barrido dúplex, se puede concretar y moni- pequeños vasos que son invisibles en otras formas de re-
torizar con precisión la posición de la muestra de Doppler. presentación convencionales, y 2) potencia la visibilidad de
La forma más habitual de ecografía Doppler para su uti- las irregularidades de la pared. El CDFI ayuda a la determi-
lización en aplicaciones radiológicas es la imagen de nación de la dirección del flujo y mide el ángulo del Doppler.
Doppler colora (Fig. 1-35, A). En la imagen en Doppler
color, la información de la desviación de frecuencia que se Doppler en modo potencia
determina a partir de las mediciones del Doppler se mues- Una alternativa a la representación de la información de la
tra como un rasgo de la propia imagen. Los objetos esta- frecuencia con el Doppler color es utilizar un mapa de co-
cionarios o con un movimiento escaso proporcionan la lor que represente la potencia integrada de la señal de
base para la imagen en modo B. La fase de la señal pro- Doppler, en lugar de su desviación de frecuencia 9 (Fig.
22 porciona información respecto a la presencia y dirección 1-35, B). Como no se muestran los datos de desviación de
del movimiento y los cambios en la frecuencia de señal del frecuencia, no existe aliasing. La imagen no proporciona
eco respecto a la velocidad del objeto. Se muestran las se- información relacionada con la dirección de flujo o su ve-
ñales reflejadas de los hematíes representados en color locidad y el Doppler potencia es mucho menos ángulo-
I/J
ca
(,)
',-
c;;
....
I/J
(1)
I/J
ca
al

s::
'o

oQ)
en
Figura -?Q Información reflejada. La señal de
ultrasonidos reflejada contiene información de
amplitud, fase y frecuencia. Las señales B y e di-
fieren en amplitud pero tienen idéntica frecuencia. Se utili- L'.F = (FR - Fr) = 2" Fr " v
zan las diferencias en la frecuencia para generar imágenes c
en modo-B. Las señales A y B difieren en la frecuencia,
pero tienen unas amplitudes similares. Dichas diferencias
de frecuencia son la base de la ecografía Doppler.

A Objeto estacionario : (FR - Fr) = O

B El objeto se mueve hacia el transductor: (FR - Fr) > O

e El objeto se aleja del transductor : (FR - Fr) < O

Figura 1-30 Efecto Doppler. A, Estructura estacio- v


naria. Si la interfase responsable de la reflexión es
estacionaria, los ultrasonidos dispersos tienen la L'.F = (FR - Fr) = 2 " Fr " v " cos e
misma frecuencia o longitud de onda que el sonido transmi- B c
tido, por lo que no existirá diferencia alguna en las frecuen- Figura 1-31 Ecuaciones Doppler. La ecuación
cias transmitidas, FT Y reflejada, FR' B Y C, Estructura en ~ Doppler describe la relación de la desviación de
movimiento. Si la interfase reflectante se mueve con respec- frecuencia Doppler y la velocidad del objeto. A, En
to al haz de sonido emitido desde el transmisor, existe un su forma más simple se asume que la dirección del haz de
cambio en la frecuencia del sonido disperso por el objeto en ultrasonidos es paralela a la dirección del movimiento del
movimiento. Cuando la interfase se mueve hacia el transduc- objeto, siendo esta situación inhabitual en la práctica clíni-
tor (B) la diferencia en las frecuencias reflejada y transmitida ca. Con mayor frecuencia el ultrasonido choca con el vaso
es mayor de cero. Cuando el objeto se aleja del transductor con un ángulo 8. B, En este caso la desviación de la fre-
(C) esta diferencia es menor de cero. La ecuación Doppler es cuencia Doppler detectada se reduce en proporción al co-
útil para establecer una relación entre este cambio de fre- seno de 8.
cuencia y la velocidad de la estructura que se desplaza.

para el ángulo Doppler para proporcionar una medi-


20 máximas diferencias de frecuencia Doppler se obtienen ción de la velocidad. Esto permite la comparación de da-
cuando el eje del transductor y la dirección del flujo pre- tos de sistemas que utilizan distintas frecuencias Doppler
sentan un ángulo relativamente pequeño. y elimina el error de interpretación de datos de frecuencia
En aplicaciones vasculares periféricas, es muy reco- obtenidos con distintos ángulos de Doppler. En el caso de
mendable que las frecuencias Doppler sean corregidas aplicaciones abdominales, se recomiendan las medicio-
9=90° La amplitud de la señal del Doppler se relaciona con el
cos 9= 0.0 número de objetos en movimiento a una velocidad deter-
t-F = 0.0
9= 60° minada. En muchos aparatos la amplitud de cada compo- 1/)
cos 9 = 0.5 nente de frecuencia se muestra en escala de grises como O
t-F = 0.5
parte del espectro. La existencia de una amplia cantidad
:2
c:
de frecuencias en un punto concreto en el ciclo cardiaco O
1/)
origina un ensanchamiento del espectro.
En los sistemas de Doppler color se muestra una repre-
....E
'S
sentación de la desviación de la frecuencia Doppler como 1/)

9=0° una característica de la propia imagen (Fig. 1-33, B). Ade- .2


cos 9 = 1.0 G)
más de la detección de los datos de la desviación de la fre- "O
t-F=1.0
cuencia Doppler de cada píxel en la imagen, estos siste- ca
mas también pueden proporcionar una onda Doppler CJ
pulsada activada por rango con análisis espectral para la :~
LL
representación de los datos de Doppler.
....
o
Instrumentación del Doppler '3
Fi~ a 1-3' Efecto del ángulo Doppler sobre la ~
A diferencia de la ecografía en modo-A, en el modo-M o c.
desviación de la frecuencia. Para un ángulo de ca
en modo-B en escala de grises, que muestra información (.)
60° la desviación de frecuencia detectada por el
transductor es de solamente el 50% de la desviación que de las interfases tisulares, la ecografía Doppler se optimi-
se aprecia con un ángulo de O°. Para 90° no existe movi- za para una representación de información de flujo. Los
miento relativo del objeto aproximándose o alejándose del dispositivos de Doppler más sencillos son de onda conti-
transductor y no se observará desviación de frecuencia. La nua y en lugar de ser una ecografía de onda pulsada, utili-
desviación de frecuencia de Doppler se reduce en propor- zan dos transductores, ya que transmiten y reciben ultra-
ción al coseno del ángulo Doppler. Puesto que el coseno sonidos continuamente (onda continua o Doppler de
del ángulo cambia con rapidez con ángulos que queden
OC). Los haces transmitidos y recibidos se solapan en un
por enci ma de 60°, se aconseja el uso de ángulos Doppler
de menos de 60° para las estimaciones de velocidad. volumen sensible a cierta distancia del frente del trans-
ductor (Fig. 1-34, A). Aunque la dirección del flujo se pue-

nes de velocidad corregidas para el ángulo, aunque con


frecuencia se realizan las evaluaciones cualitativas del flu -
jo utilizando únicamente datos de desviación de frecuen-
cia Doppler. La interrelación de la frecu encia del trans-
ductor (FT) y ángulo Doppler (8) con la desviación del
ángulo Doppler (t.F) y la velocidad del objeto descritos
por la ecuación de Doppler son importantes para el uso
clínico apropiado de un equipo de Doppler.

Procesado y representación de la señal Doppler


Existen distintas opciones en el procesado de t.F, desvia-
ción de frecuencia de Doppler, para proporcionar una in-
formaci ón útil respecto a la dirección y velocidad del flujo .
La desviación de la fre cuencia Doppler que se aprecia clí- Figura 1-33 Representación Doppler. A, Forma
nicamente se encuentra dentro del rango audible. Esta ~ de onda del espectro de frecuencia Doppler que
señal audible puede analizarse mediante el oído y con en- muestra los cambios en la velocidad de flujo y la
trenamiento; el explo rador puede identificar distintas ca- dirección por deflexiones verticales de la forma de onda por
racterísticas del fl ujo. Con mayor frecuencia, los datos de encima y debajo de la línea de base. La anchura de la forma
la desviación del Doppler se muestran en forma gráfica de onda espectral (ensanchamiento espectral) se determina
como un espectro de frecuencias en función del tiempo por el rango de frecuencias presente en cualquier instante
del retorno de la señal. Se realiza una transformación rá- en el tiempo (flecha). Se utiliza una escala de brillo (grises)
para indicar la amplitud de cada componente de frecuencia.
pida de Fourier para realizar el análisis de frecuencia. El
B, Imagen de Doppler color. Datos de amplitud a partir de
resultante espectro de frecuencias Doppler se muestra en objetos estacionarios que proporciona la base de una ima-
la forma siguiente (Fig.1-33,A): gen en modo-B. La fase de la señal proporciona información
• Variación en el tiempo de las frecuencias Doppler pre- en relación con la presencia y dirección del movimiento y
sentes en el objeto explorado cambios de frecuencia relacionados con la velocidad del
• La envolvente del espectro, representará las máximas objeto. Las señales reflejadas desde los glóbulos rojos se
21
frecuencias presentes en un punto y momento determi- muestran en color en función de su movimiento hacia el
nado transductor y alejándose de él, y se aplican los grados de
• La anchura del espectro en un punto, indica el rango saturación del color para indicar la desviación de frecuencia
de las células rojas en movimiento.
de frecuen cias presentes.
....
-3 Doppler color y angio-Doppler (power-Doppler, Doppler potencia). A, La imagen en Doppler o
"S
color utiliza un mapa de color para representar la información obtenida de los cambios de frecuecia existentes en ~
Q.
las estructuras en movimiento que se exploran. El ruido atraviesa todo el espectro de frecuencia, lo cual limita su ni
sensibilidad. B, Angio-Doppler (power-Doppler) utiliza un mapa de color para mostrar la distribución de la amplitud y por O
tanto del poder de la señal Doppler de retorno. Aunque con esta forma de representación no es posible detectar la direc-
ción ni la velocidad del flujo, se consigue disminuir el ruido, lo cual aumenta la detección del flujo.

dependiente que la representación del Doppler color ba- ción espacial de frecuencias a través del vaso y la varia-
sado en frecuencia. A diferencia del Doppler color, en el ción temporal de la señal. Como la señal de Doppler en sí
que el ruido puede aparecer en la imagen con cualquier carece de significado anatómico, el explorador tiene que
color, en el Doppler potencia se permite que el ruido tenga interpretar la señal de Doppler y entonces determinar su
un color de fondo homogéneo que no interfiere demasia- relevancia en el contexto de la imagen.
do con la imagen. Esto supone una mejora importante en La detección de la desviación en la frecuencia de
el rango dinámico aplicable al barrido y permite unos pa- Doppler indica el movimiento del objeto, que en la mayo-
rámetros de ganancia efectivos disponibles y una mayor ría de las aplicaciones se relaciona con la existencia de
sensibilidad para la detección del flujo (Fig. 1-36). flujo . El signo de la desviación de frecuencia (positivo o
negativo) indica la dirección del flujo en relación con el
transductor. Una estenosis vascular se asocia habitual-
LIMITACIONES DE LA IMAGEN mente con amplias desviaciones de las frecuencias del
DE FLUJO CON DOPPLER COLOR Doppler tanto en sístole como en diástole en el punto de
máxima estrechez, con flujo turbulento en las regiones
• Dependencia del ángulo postestenóticas. En los vasos periféricos, el análisis de los
• Aliasing cambios de Doppler permite una predicción precisa del
• Imposibilidad de representar todo el grado de estenosis vascular. La información relacionada
espectro del Doppler en la imagen con la resistencia al flujo en el árbol vascular distal se pue-
• Artefactos por el ruido de obtener mediante el análisis de los cambios en la velo-
cidad de la sangre con el tiempo, en la forma que se mues-
tra en la representación espectral del Doppler.
La Figura 1-37 muestra un ejemplo gráfico de los cam-
VENTAJAS DEL DOPPLER bios de la forma de onda del espectro del Doppler como
EN MODO POTENCIA consecuencia de los cambios fisiológicos en la resistencia
del lecho vascular irrigado por una arteria braquial nor-
• No aliasing mal. Se infla un manguito de presión arterial por encima
• Mucha menor dependencia del ángulo de la presión sistólica para ocluir las ramas distales de la
• Ruido: color de fondo homogéneo arteria braquial. Esta oclusión provoca una reducción en
• Mayor sensibilidad a la detección de flujo la amplitud sistólica y el cese del flujo diastólico, lo que
muestra una forma de onda distinta de la que se suele ob-
servar en el estado de reposo normal. Durante el periodo
de isquemia inducido por la oclusión del manguito de pre-
Interpretación del espectro del Doppler sión de los vasos del antebrazo, se ha producido vasodila- 23
Los componentes de los datos del Doppler que se tienen tación. La onda de presión Doppler refleja ahora un árbol
que evaluar, tanto en la representación espectral como en vascular de baja resistencia en ese momento con una am-
la imagen de Doppler color, incluyen la desviación de fre- plitud sistólica aumentada y un rápido flujo a lo largo de
cuencia y su amplitud, al ángulo de Doppler, la distribu- la diástole, típico de la vasodilatación.
ré:' - ~ Frecuencia y
mapa de angioDoppler
(power-Doppler, Doppler
potencia) A, Doppler color con-
vencional. Se utiliza un mapa de co-
lor para mostrar las diferencias en la
dirección del flujo y el cambio de fre-
- - - - - ~ } Ruido cuencia Doppler. Puesto que el ruido
se encuentra por encima de todo el
espectro de frecuencias, los niveles
r:: Cambio de frecuencia Doppler +~ de ganancia se limitan a aquellos
'0 que no introducen un excesivo ruido.
'u(J B, Mapa de angio-Doppler (power-
G>
rJ) Doppler). A diferencia del anterior,
muestra la amplitud de la señal
A Mapa del angio-Doppler Doppler. Al ser la mayor parte del rui-
do de baja amplitud, será posible
hacer el mapa con colores similares
a; al fondo. Ello permite el uso de una
c..
Q,
o ganancia elevada que ofrece impor-
O tantes ventajas frente al Doppler en
.2
ti) color convencional en lo que a de-
e
ca tección de flujo se refiere.
Qi
'O
ca
Q,
ca Ruido
:E

B Cambio de frecuencia Doppler

Los índices Doppler son la relación sístole/diástole, ín- del flujo, evaluar una estenosis u oclusión y evaluar el flu-
dice de resistividad e índice de pulsatilidad (Fig. 1-38). jo sanguíneo a órganos y tumores. El análisis de la desvia-
Comparan el flujo sanguíneo sistólico y diastólico, mues- ción de frecuencia de Doppler respecto al tiempo se pue-
tran la resistencia al flujo en el árbol vascular periférico y de utilizar para deducir tanto una estenosis proximal
ayudan a evaluar la perfusión de tumores, trasplante re- como cambios en la impedancia vascular periférica. So n
nal, placenta y otros órganos. Con el eco-Doppler será por muchas las publicaciones sobre el uso de imagen con
tanto posible identificar vasos, determinar la dirección Doppler de onda pulsada que resaltan la detección de es-

Figura ;jI Impe-


dancia. A, Curva de
alta resistencia en
la arteria braquial, obtenida
por compresión mediante un
manguito alrededor del ante-
brazo que consigue una pre-
sión mayor que la presión
sistólica sanguínea. Como
consecuencia de la elevada
resistencia periférica, la am-
plitud sistólica es baja y el
flujo diastólico se invierte. B,
Baja resistencia en el lecho
vascular periférico debido a
la vasodilatación provocada
por la isquemia previa. Des-
pués de tres minutos de
compresión , la liberación del
manguito hace que la curva
muestre un aumento de la
amplitud y un flujo anterógra-
do rápido durante toda la
diástole.
ofrece en la detección de alteraciones del flujo, tendrá que
realizarse una búsqueda metódica con muestreo en múlti-
ples puntos dentro de la zona estudiada. Por el contrario, tn
los dispositivos de IFDC permiten un muestreo simultá- O
neo de múltiples puntos y es menos susceptible a este tipo
:2
s:::
de error. O
tn
Aunque el Doppler-color puede indicar la existencia de E
~
flujo sanguíneo, la interpretación errónea de las imágenes j
de Doppler color se acompañará de errores importantes. tn
Cada píxel de color muestra una desviación de la frecuen- .2
Q)
cia Doppler detectada en dicho punto. El desplazamiento
de la frecuencia no es el pico frecuencia que se aprecia en
el muestreo, sino una frecuencia media balanceada que
"(ti
(,)
.¡¡;
\-
intenta tener en cuenta el rango de frecuencias y sus am- u..
LIra 1-38 índices Doppler. La imagen Doppler plitudes relativas en el muestreo. Los fabricantes recu-
permite obtener información acerca del flujo tanto ,..
rren a distintos métodos para el cálculo de la frecuencia o
de estructuras vasculares grandes como de peque- '3
ñas. La impedancia de los vasos pequeños se refleja en la media balanceada que se representa en sus equipos. Ade- ;t::
más, la repetición de la frecuencia de pulsos (RFP) y el a.
onda espectral Doppler de los vasos aferentes. Los índices ('C

mapa de color seleccionados para la representación afec- O


Doppler utilizados en el estudio de la resistencia periférica se
basan en la frecuencia o velocidad pico sistólico (A), la tan al color mostrado. El color asignado a cada píxel del
frec uencia o velocidad diastólica mínima o del final de la Doppler viene determinado por la desviación de la fre-
diástole (B) y la frecuencia o velocidad media (M). Los índi- cuencia del Doppler (que a su vez depende de la velocidad
ces que se utilizan con mayor frecuencia son: la relación sís- del objeto y el ángulo Doppler), la RFP y el mapa de color
tole/diástole (NB), el índice de resistencia (IR = (A- B)/A) Y
seleccionado para la representación; por ello la interpre-
el índice de pulsatilidad (IP = (A - B)/M). Para el cálculo del
índice de pulsatilidad se utiliza la velocidad o frecuencia mí- tación del Doppler color tendrá en cuenta todas estas va-
nima diastólica, el cálculo de la proporción sístole-diástole y riables. Aunque la mayoría de los fabricantes proporcio-
del índice de resistencia se basa en el valor diastólico final. nan indicaciones en la pantalla que sugieren una relación
entre el color mostrado y la velocidad de flujo, esto puede
llevar a errores, ya que el Doppler-color no muestra velo-
tenosis, trombosis y alteraciones del flujo en arterias y cidad y solamente indica la desviación media de frecuen-
venas periféricas. Para estas aplicaciones son básicas las cia Doppler promediada y medida dentro del vaso. Sin la
mediciones del pico sistólico y frecuencia o velocidad al corrección del efecto del ángulo del Doppler no podrá es-
final de la diástole, análisis del espectro del Doppler y cál- timarse la velocidad (Fig. 1-39) puesto que la desviación
culo de ciertas relaciones de frecuencia o velocidad. Los de la frecuencia en un punto concreto es función de la ve-
cambios en la forma espectral de la onda medida median- locidad y del ángulo del Doppler, función de la desviación
te índices comparando flujos en sístole y diástole reflejan de la frecuencia en un punto determinado y de FRP, cual-
la resistencia del árbol vascular irrigado por un vaso y los quier velocidad podrá representarse con cualquier color y
cambios consecuencia de diversas patologías. en ciertas situaciones velocidades bajas pueden no visua-
Los cambios en los índices del Doppler respecto a la lizarse en absoluto. Al igual que con el Doppler espectral,
normalidad pueden ayudar en la identificación precoz del el aliasing viene determinado por la RFP. Con el Doppler
rechazo de un órgano trasplantado, disfunciones paren- color el aliasing ocasiona frecuencias mayores del doble
quimatosas y neoplasias. Aunque útiles, estas mediciones de la FRP para «envolver alrededor» y mostrarse en los
están influidas no sólo por la resistencia al flujo en vasos colores opuestos al mapa de colores. Los exploradores po-
periféricos, sino también por la frecuencia cardiaca, ten- co experimentados tienden a asociar el aliasing del
sión arterial y longitud de la pared v?scular Y elasticidad, Doppler color con una velocidad elevada, pero incluso con
compresión extrínseca de los órganos y otros factores. velocidades bajas se puede observar un aliasing cuando la
Por ello, la interpretación deberá tener en cuenta estas va- RFP sea suficientemente baja. A medida que se aumenta
riables. la RFP, el aliasing de desviaciones de frecuencia Doppler
elevaaas se reduce. Sin embargo, se pueden eliminar des-
Interpretación del Dopple .... color viaciones de baja frecuencia en la representación, lo cual
Aunque pueda parecer que en la representación gráfica del origina un error diagnóstico (Fig. 1-40).
Doppler-color la interpretación se verá facilitada, la com-
plejidad de la imagen de Doppler color hace que en reali- Otras consideraciones técnicas
dad sea más compleja que la del espectro simple del Aunque muchos de los problemas y artefactos asociados
Doppler. En cualquier caso, la imagen de Doppler color pre- con la imagen en modo-M (p. ej., la formación de sombras)
senta importantes ventajas sobre la imagen del Doppler se observan también con la ecografía-Doppler, la detec-
25
dúplex1 de onda pulsada, donde los datos de flujo se obtie- ción y representación de la información de frecuencia re-
nen solamente a partir de una pequeña porción del área lacionada a objetos en movimiento requiere consideracio-
que se visiona. Para tener la confianza de la sensibilidad y nes técnicas adicionales. Es importante comprender el
especificidad que el estudio con Doppler convencional origen de estos artefactos y su influencia en la interpreta-
Figura 1-39 Doppler co-
~ lar. Cada píxel de una
In imagen de Doppler color
cu representa la desviación de la
o

-
'c;;
,-
In
Q)
In
cu
frecuencia Doppler en un punto y
no puede utilizarse para estimar la
velocidad. Incluso aunque los
puntosA y B tengan valores de co-
lor similares y por tanto similares
al
frecuencias Doppler, la velocidad
en A es muy superior a la de B de-
bido al mayor ángulo Doppler de A
comparado con B. La velocidad
representada para una frecue ncia
Doppler determinada au menta
en proporción al ángulo Doppler.

ción de las mediciones de flujo obtenidas en la práctica centímetros por debajo de la superficie, serán necesarias
clínica. frecuencias Doppler en el rango de los 3-3,5 MHz para
conseguir una penetración adecuada.
Frecuencia Doppler
Uno de los objetivos principales del estudio con Doppler Filtros de pared
es la medición precisa de las características del flujo den- El instrumental del Doppler detecta no sólo el movimien-
tro de las estructuras vasculares. El movimiento de las cé- to del flujo sanguíneo, sino también el de las estructuras
lulas sanguíneas que sirve como fuente primaria de la se- adyacentes. Para eliminar estas señales de baja frecuencia
ñal del Doppler actúa como puntos dispersores, más que de la representación, muchos instrumentos utilizan fil-
como reflectores especulares. Esta interacción supone tros de paso elevado o filtros de pared, que eliminan las
una intensidad de sonido disperso que varía en magnitud señales que quedan por debajo de un determinado límite
de la cuarta potencia de la frecuencia, por lo que es impor- de frecuencia. Aunque efectivos para eliminar el ruido de
tante seleccionar la frecuencia del Doppler para un estu - baja frecuencia, estos filtros también pueden eliminar se-
dio concreto. A medida que aumenta la frecuencia del ñales de flujo sanguíneo de baja velocidad (Fig. 1-41). En
Doppler también aumenta la sensibilidad del Doppler, pe- determinadas situaciones clínicas, la medición de estos
ro la atenuación por el tejido también disminuye, lo cual re- flujos de velocidades lentas son clínicamente rel evantes y
duce la penetración. El explorador se enfrentará a la impor- una elección inapropiada del filtro de pared puede llevar
tante elección de equilibrio entre los requerimientos para a graves errores de interpretación. Por ejemplo, el flujo
sensibilidad y penetración en su estudio con Doppler. venoso de baja velocidad puede no detectarse cuando se
Puesto que muchos vasos abdominales quedan varios utiliza un filtro inapropiado y la baja velocidad del flujo

Figura 1-40 Repetición de la frecuencia de pulsos (RFP). Dependiendo del mapa de color seleccionado, la
~ velocidad del objeto, el ángulo Doppler y la RFP, una velocidad determinada puede aparecer con cualquier color
26 con el Doppler color. A y B son ecografías del mismo vaso. A, RFP es de 700 MHz y produce un aliasing por las
altas desviaciones de frecuencia Doppler en la arteria carótida, pero permite la identificación de un flujo relativamente len-
to en la vena yugular. B, La RFP de 4500 MHz elimina el aliasing en la arteria pero también suprime la representación de las
frecuencias de Doppler bajas de la yugular interna.
relación sistólico/ diastólico o índice de resistividad. En
PRINCIPALES CAUSAS DE APARICiÓN general, el filtro deberá dejarse en el nivel práctico más
DE ARTEFACTOS DOPPLER bajo, normalmente 50-100 MHz.
FRECUENCIA DOPPLER
Ensanchamiento espectral
• Las altas frecuencias aumentan la atenuación
El ensanchamiento espectral se refiere a la existencia de un
del sonido en los tejidos. rango amplio de velocidades de flujo en un punto determi-
• Los fil tros de pared suprimen las señales nado del ciclo de pulso, que cuando indica turbulencia, es
producidas por el flujo sanguíneo lento. un criterio importante de estrechamiento vascular de alto
ENSANCHAMIENTO EN LA AMPLITUD ESPECTRAL grado. Una ganancia excesiva del sistema o la existencia de
• Una excesiva ganancia en el sistema Doppler o cambios en el rango dinámico de la representación de la
cambios en el rango dinámico de la escala de grises del espectro del Doppler puede sugerir en-
sanchamiento del espectro de Doppler, mientras que el
representación en la escala de grises del
ajuste opuesto puede enmascarar un ensanchamiento del
espectro Doppler.
Doppler que será el origen de imprecisiones diagnósticas.
• Selección de un volumen de muestra
También puede producirse un ensanchamiento del espec-
....
excesivamente grande. o
tro por la selección de un volumen de muestra excesivo o :;
• Situación del volumen de muestra demasiado ct::
por la colocación del volumen de muestra demasiado cer- C.
al
próxima a la pared del vaso. ca de la pared vascular, donde se observan las velocidades O
AUMENTO EN EL ALIASING más lentas (Fig. 1-42).
• La disminución de la frecuencia de repetición
del pulso incrementa el alíasing. Aliasing
• La disminución del ángulo Doppler. El aliasing es un artefacto debido a la incoherencia en la
• Mayo r frecuencia en el transductor Doppler, medición de desviaciones elevadas de frecuencia Doppler.
Para garantizar que las muestras proceden solamente de
mayor alíasing.
una profundidad determinada es necesario esperar el eco
ÁNGULO DOPPLER de la zona estudiada antes de tansmitir el pulso siguiente
Relativamente impreciso por encima de los 60°. y esto limita la frecuencia con la que se pueden emitir los
pulsos, lo que requiere una RFP más baja para una pro-
TAMAÑO DEL VOLUMEN DE MUESTRA
fundidad mayor. La RFP también determina la máxima
• El ruido se incrementa en las paredes del vaso profundidad a la que se pueden obtener datos coherentes.
en caso de volúmenes de muestra grandes. Si la RFP es menor del doble de la desviación de frecuen -
cia máxima producida por el movimiento del objeto (lími-
te de Nyquist) se produce el alíasing (Fig. 1-43, A Y B).
diastóli co en determinadas arterias también puede que- Cuando la RFP es menor del doble de la desviación de la
dar eliminado de la representación, lo cual conlleva a frecuencia detectada, se podrá detectar la existencia de
errores en el cálculo de los índices de Doppler, como la desviaciones de frecuencia más lentas. Dada la necesidad

Figura 1-41 Filtros


~ de pared. Los filtros
de pared se utilizan
para eliminar el ruido de baja
frecuencia con el Doppler.
Se muestra el efecto del flujo
lento con los filtros de pared
de A, 100 Hz y B, 400 Hz.
Los filtros de pared elevada
suprimen la señal de flujo
sanguíneo lento y pueden
llevar a errores de interpreta-
ción. En general, los filtros
de pared deben mantenerse 27
al nivel práctico más bajo,
normalmente en el rango de
50-100 Hz.
velocidad estimada obtenida mediante Doppler solamente
será proporcional a la precisión de la medición del ángulo
Doppler. Esto es particularmente cierto cuando el ángulo
Doppler excede los 60°. En general deberá mantenerse él
ángulo en 60° o menos, ya que pequeños cambios en el
ángulo Doppler por encima de los 60° conllevan amplias
variaciones en la velocidad calculada. Así, la imprecisión en
las mediciones conlleva a errores mucho más importantes
en el cálculo de velocidades que los mismos errores con án-
c: gulos Doppler menores. No es precisa la corrección de án-
'o gulo en la medición de Índices Doppler como el índice de
'5
CJ
Q) resistividad, ya que estas mediciones se basan en la rela-
(J')
ción de las amplitudes sistólica y diastólica.

Tamaño del volumen de muestra


Con los equipos Doppler de onda pulsada el explorador
puede controlar la longitud del volumen de muestra y la
anchura viene determinada por el perfil del haz. El análi-
sis de las señales de Doppler requiere que el volumen de
muestra se ajuste para excluir todo lo posible el moteado
o interferencias en las proximidades de las paredes vascu-
lares.

Ganancia del Doppler


Al igual que con la imagen, es imprescindible una progra-
mación adecuada de la ganancia para unas mediciones
precisas y reproducibles. Una ganancia excesiva conlleva
la aparición de ruido en todas las frecuencias y puede lle-
var a sobreestimar la velocidad. Al contrario, una ganan-
cia insuficiente puede hacer que se subestime la velocidad
pico (Fig. 1-44). Se deberá seguir un planteamiento cohe-
rente para programar la ganancia. Después de situar el
volumen de muestra dentro del vaso, se incrementará la
ganancia del Doppler hasta un nivel en que se aprecie rui-
do en la imagen, entonces se reducirá gradualmente hasta
que el ruido desaparezca por completo.

Figura 1-42 Ensanchamiento del espectro. El


~ rango de velocidades detectado en un momento
determinado en el ciclo de pulso se refleja en el
espectro de Doppler en forma de un ensanchamiento es-
pectral. A, Espectro normal. Puede aparecer ensancha- Los dispositivos de ultrasonidos pueden trabajar en mo-
miento del espectro cuando existe flujo turbulento en rela- dos distintos: en tiempo real, Doppler color, Doppler es-
ción con estenosis vascular. B y e , Puede existir un pectral y en modo-M. La imagen se produce en un modo
ensanchamiento espectral artificial debido a una posi-
de barrido. En los modos de barrido, los pulsos de ultra-
ción inadecuada de la entrada cerca de la pared de un va-
so o B, al utilizar una entrada excesivamente grande o e,
sonidos a partir del trasductor emiten líneas de visión
por una ganancia excesiva en el sistema. que se mueven y dirigen en secuencias para generar la
imagen. Esto supone que el número de pulsos de ultra-
sonidos que alcanzan un punto determinado en un pa-
de RFP más bajas para alcanzar vasos profundos, las seña- ciente en un intervalo concreto sea relativamente pe-
les de arterias abdominales profundas son propensas a queño y se deposita una cantidad relativamente pequeña
mostrar aliasing en caso de velocidades elevadas (Fig. de energía en una zona determinada. Por el contrario, en
1-43, e y D). El aliasing puede reducirse habitualmente el Doppler espectral la imagen es una modalidad de tra-
aumentando la RFP, aumentando el ángulo Doppler (au- bajo sin barrido en la que se emiten múltiples pulsos de
mentando de este modo la desviación de frecuencia) o uti- ultrasonidos repetidos a lo largo de una línea para reco-
lizando un transductor Doppler de menor frecuencia. ger los datos del Doppler. En este modo el haz es estacio-
28
nario, lo que conlleva un mayor potencial de calenta-
Ángulo Doppler miento que con las modalidades de imagen. Para obtener
Cuando se hace una medición de velocidad con Doppler es imagen, la RFP suele ser de escasos miles de hercios con
necesario corregir el ángulo Doppler. La exactitud de una pulsos muy breves. Se utilizan pulsos más prolongados
en
o
"C
'co
en
E
~
::s
en
.2
Q)
"C
<ti
o
'¡¡;
ü:

o
"5
:!:::
C.
ro
(,)

.,.", Figura 1 43 Aliasing. La repetición de pulsos de frecuencia (RFP) determina la frecuencia de muestreo de una
~~ frecuencia de Doppler determinada. A, Si la RFP es suficiente (flechas), la forma de onda muestreada (curva naran-
~ ja) estimará con precisión la frecuencia muestreada (curva amarilla). B, Si la RFP es menor de la mitad de la fre-
cuencia que se está midiendo, se produce una inframuestreo en la representación de la desviación de menores frecuen-
cias (curva naranja). e, Para la programación en la práctica clínica el aliasing se manifiesta como una «envolvente» de las
frec uencias más altas para su representación por debajo de la línea de base. D, En la representación con flujo en color, el
aliasing produce un envolvente del mapa de color de frecuencias desde una dirección de flujo a la contraria, pasando por
una transición de color no saturada. La velocidad a través del vaso es constante, pero el aliasing se observa solamente en
determinadas partes del vaso debido al efecto del ángulo Doppler sobre la desviación de frecuencia Doppler. A medida que
aumenta el ángulo, la desviación de la frecuencia Doppler disminuye y deja de observarse el aliasing.

con el Doppler que con otros modos de imagen. Además Con los dispositivos actuales funcionando en modos de
para evitar el aliasing y otros artefactos con la imagen imagen es escasa la preocupación por potenciales bioefec-
Do ppler s uele ser necesa rio utilizar RFP más elevadas tos, ya que pocas veces se utilizan las intensidades sufi-
que con otras aplicaciones de imagen. Una mayor dura- cientes para provocar un calor medible. Con el eco-
ción del pulso y mayores RFP se acompañan de una Doppler el potencial de calentamiento térmico es
mayor magnitud de trabajo en los modos de trabajo con mayor. Mediciones preliminares a partir de equipos dis-
Dop pler y aumentan la ca ntidad de energía administra- ponibles comercialmente sugieren que al menos alguno
da con el ba rrido. El Doppler color, aunque es un modo de estos instrumentos son capaces de producir una eleva-
de barrido, produce condiciones de exposición entre las ción de la temperatura mayor de 1 oC en las interfases te-
del tiempo real y la imagen de Doppler ya que los dispo- jido/hueso, si se mantiene fija la zona focal del transductor.
sitivos de color tienden a enviar más pulsos en cada lí- Se recomienda, por tanto, precaución cuando se obtengan
nea de barrido y utilizan mayores duraciones de pulsos mediciones Doppler en las interfases tejido/hueso o cerca
que los dispositivos de imagen. Está claro que cualquier de ellas, como sucede en el segundo-tercer trimestre de 29
explorador tiene que ser consciente de que cambiar des- embarazo. Estas aplicaciones hacen necesario aplicar de
de imagen a modo Doppler cambia las condiciones de forma estricta las normas ALARA (acrónimo de as low as
exposición y potencialmente los efectos biol ógicos reasonable achievable, tan bajo como sea posible). Si-
(bioefectos) . guiendo estas normas el explorador utilizará la exposición
posible los riesgos potenciales y los beneficios obvios del
estudio con ultrasonidos, así como otros métodos diag-
1/) nósticos alternativos. Con esta información, los explora-
as
(,) dores pueden monitorizar las circunstancias de exposi-
'C¡; ción e implementar el principio de ALARA para que se
....
,-
1/)
mantenga la exposición del paciente y del feto en los nive-
Q)
1/)
les más bajos posibles, al tiempo que se cubren los objeti-
as vos diagnósticos.
al

c:
'o
.C)
(.)
Q)
ti)
Ganancia excesiva Ganancia correcta Ganancia insuficiente
PSV =75 cm/s PSV = 60 cm/s PSV = 50 cm/s
Aunque las principales indicaciones médicas de los ultra-
sonidos son diagnósticas, se han desarrollado rápidamen-
Figura 1-44 Ganancia del Doppler. Una estima- te indicaciones terapéuticas, especialmente el uso de los
ción precisa de la velocidad requiere un ajuste ade- ultrasonidos dirigidos de alta frecuencia (UDAF). Los
cuado de la ganancia del Doppler. Una excesiva UDAF se basan en tres importantes capacidades de los ul-
ganancia sobreestimará la velocidad pico (A) y una insufi-
trasonidos: 1) enfocar los ultrasonidos para produci r una
ciente ganancia subestimará dicha velocidad (e). Para
ajustar de forma adecuada la ganancia se asignarán primero energía muy localizada, 2) controlar la localización y ta-
el volumen de muestra y ángulo Doppler al lugar de la mues- maño de la zona focal, y 3) utilizar intensidades suficien-
tra. La ganancia se elevará hasta que se observe ruido de tes para destruir tejidos en la zona focal. Esto ha llevado a
fondo (A) y entonces de forma gradual se reducirá hasta que un interés creciente en los HIFU como una forma de des-
el ruido de fondo desaparezca de la imagen (B). truir tumores no invasivos y controlar el sangrado y alte-
raciones de la conducción cardiaca.
Los ultrasonidos dirigos de alta intensidad aprovechan
los mecanismos de los bioefectos térmicos (calentamien-
acústica más baja posible para obtener la información
to de tejidos) y mecánicos (cavitación). A medida que los
diagnóstica necesaria.
ultrasonidos pasan a través de un tejido, se produce ate-
nuación por la dispersión y absorción., La dispersi ón de
Bioefectos y dudas del explorador
los ultrasonidos se acompaña del retorno de parte de la
Aunque quien utilice ultrasonidos debe conocer las incerti-
energía transmitida al transductor, donde se utiliza para
dumbres sobre bioefectos, otro factor clave que deberá tener
producir una imagen o representación Doppler. La ener-
presente en la seguridad de los ultrasonidos es el propio
gía restante se transmite a las moléculas del campo acús-
explorador. El conocimiento y experiencia del explorador
son los principales determinantes de las implicaciones
riesgo-beneficio respecto al uso de ultrasonidos en una si-
tuación clínica concreta. Por ejemplo, una excesiva drama-
tización sobre los riesgos puede desanimar al uso apropia-
do de ultrasonidos, lo cual resultaría en perjuicio del
paciente al impedir la obtención de información útil o ex-
pondría al paciente a otras exploraciones más arriesgadas.
La habilidad y experiencia del explorador cuando realiza e
interpreta el estudio es probable que tenga un enorme im-
pacto sobre el beneficio global de la exploración. En base al
rápido crecimiento de los ultrasonidos y su proliferación en
manos de personal médico con mínimo entrenamiento, se-
rán muchos'más los pacientes que se pueden ver perjudica-
dos por diagnósticos erróneos debidos a indicaciones equi-
vocadas, técnica de exploración impropia y errores de
interpretación que los derivados propiamente de los
bioefectos. Un fallo diagnóstico de una alteración impor-
V Figura 1-45 Ultrasonidos dirigidos de alta fre-
tante (p. ej., un embarazo ectópico) es un riesgo real y son ~ cuencia (UDAF). La destrucción tisular local me-
los exploradores poco experimentados quienes pueden re- diante calentamiento se puede conseguir median-
presentar actualmente el mayor peligro con el uso de ultra- te UDAF dirigidos con intensidades picos focales de varios
sonidos diagnósticos. miles de W/cm 2 • La destrucción tisular puede limitarse a
Es esencial comprender los bioefectos para un uso pru- pequeñas zonas de pocos milímetros de tamaño sin lesión
30 de tejidos circundantes. Los UDAF parecen prometedores
dente de los ultrasonidos diagnósticos, y es importante
garantizar que se consiga su utilización con una relación para tratamientos mínimamente invasivos de puntos san-
riesgo-beneficio excelente. Todos los usuarios de la eco- grantes, fibroides uterinos y tumores de próstata, hígado y
mama.
grafía deben ser prudentes, asumiendo tanto como sea
tico y produce calor. En el pico espacial promedio tem- gando como herramienta para tratamientos no invasivos
poral (PEPT), se utilizan intensidades de 50-500 mWj cm 2 o mínimamente invasivos de puntos hemorrágicos, fibroi-
para imagen y Doppler, el calentamiento es mínimo y no des uterinos y tumores de próstata, hígado y mama 10•ll • Al
se han documentado bioefectos en humanos que sean igual que con los ultrasonidos diagnósticos, los UDAF se
atribuibles al calentamiento tisular con los dispositivos ven limitados por la presencia de gas o hueso interpuesto
clínicos. Con intensidades mayores, sin embargo, puede entre transductor y el objeto. La reflexión de ultrasonidos
conseguirse un calentamiento tisular suficiente como pa- de alta intensidad a partir de interfases potentes como el
ra ocasionar la destrucción de tejidos. Utilizando UDAF de gas intestinal, pulmón aireado o hueso puede suponer un
1-3 MHz, se pueden alcanzar intensidades focales pico de calentamiento tisular a lo largo de la zona reflejada y ca-
5.000-20.000 W jcm 2• Esta energía puede liberarse en un mino de la reflexión del sonido, lo que puede ocasionar
punto pequeño de pocos milímetros de tamaño, produ- una lesión tisular no deseada.
ciendo una rápida elevación de la temperatura con la con- Los principales retos de los UDAF son la orientación
siguiente coagulación del tejido, con escasa lesión de teji- mediante imagen y una monitorización adecuada del tra-
dos adyacentes (Fig. 1-45). La destrucción tisular es una tamiento cuando se está administrando. La imagen de re-
función de la temperatura alcanzada y de la duración de sonancia magnética (RM) proporciona una forma de mo-
dicha temperatura. En general, la elevación de la tempera- nitorizar la elevación de la temperatura durante el o
tura de un tejido de 60 oC durante 1 segundo es suficiente tratamiento, algo que no es posible con los ultrasonidos. '3
;t::
para producir necrosis por coagulación, algo que se Se puede dirigir el tratamiento mediante ultrasonidos o c.
ca
consigue con rapi dez mediante los UDAF. RM, pero los ultrasonidos tienen la ventaja de que permi- (,)

En base a la capacidad de producir una destrucción ti- ten comprobar la ventana acústica y guiar la ruta del soni-
sular muy localizada de tejido, los UDAF se están investi- do para la liberación de los UDAF.

31
Capítulo 2

BIOEFECTOS y SEGURIDAD
J. Brian Fowlkes y Christy K. Holland

Los ultrasonidos han proporcionado una fuente importan- de imagen con radiaciones ionizantes, el explorador tendrá
te de conocimiento para el diagnóstico en medicina y han que asumir la cantidad de exposición a Ultrasonidos reque-
ejercido un enorme impacto en la práctica clínica; especial- rida para su diagnóstico. Por tanto, el explorador debe co-
mente en obstetricia. Cada año se realizan millones de ex- nocer los potenciales bioefectos asociados con la exposi-
ploraciones ecográficas y los ultrasonidos siguen siendo ción a ultrasonidos. Deberá tranquilizar a los pacientes en
una de las modalidades de imagen con más rápido creci- relación con la seguridad de un diagnóstico por ultrasoni-
miento debido a su bajo coste, interacciones en tiempo real, dos. La comunidad científica ha identificado algún bioefec-
portabilidad y aparente ausencia de efectos biológicos to potencial de la ecografía y, aunque no se ha establecido
(bioefectos). No se ha establecido una relación causal entre una relación causal clara, ello no significa que no exista nin-
las aplicaciones clínicas del diagnóstico por ultrasonidos y gún efecto. Por tanto, es importante comprender la interac-
los bioefectos sobre el paciente o explorador. ción de la ecografía con los sistemas biológicos.

En la actualidad, la U. S. Food and Drug Administration Los efectos físicos del sonido pueden dividirse en dos gru-
(FDA) regula la emisión máxima de ultrasonidos hasta un pos principales: térmicos y no térmicos. La mayoría de
nivel determinado. Para pasar al proceso de comercializa- los profesionales saben que los efectos térmicos de una
ción es preciso que los dispositivos sean equivalentes en temperatura elevada sobre los tejidos son parecidos a los
eficacia y emisión a los productos de antes de 1976. Esta de cualquier fuente de calor localizado. Con los ultrasoni-
regulación histórica de la ecografía establece un margen de dos el calor se debe sobre todo a la absorción del campo
seguridad al tiempo que permite un rendimiento clínico sónico cuando se propaga a través del tejido. Sin embargo,
útil. El mecanismo ha restringido la exposición de ultrasoni- las fuentes «no térmicas » también pueden generar calor.
dos a niveles que aparentemente producen escasos, o pue- Existen muchos mecanismos no térmicos de los bioefec-
de que ningún, bioefecto evidente, según evidencias epide- tos. Los campos acústicos pueden aplicar fuerzas de ra-
miológicas, aunque en estudios animales hayan mostrado diación (radiación no ionizante) sobre las estructuras
ciertas evidencias de efectos biológicos. dentro del cuerpo tanto a nivel macroscópico como mi-
En un esfuerzo por aumentar la eficacia diagnóstica de los croscópico, con la consecuencia de que ejercen presión y
ultrasonidos, la emisión máxima de ultrasonidos para algu- un momento de torsión. La presión media en el campo
nas de las aplicaciones se ha incrementado mediante un acústico es distinta a la presión hidrostática de los flu idos,
proceso complementario de aprobación de la FDA conocido y cualquier objeto en el campo está expuesto a cambios de
como «510K Track 3». La gran mayoría de los sistemas de presión. El efecto se considera habitualmente menor que
ultrasonidos actualmente en uso fueron aprobados median- otros efectos, ya que se debe a otros factores en la fo rmu-
te este proceso. El Track 3 establece el potencial para un ma- lación del campo acústico. Los campos acústicos también
yor rendimiento de imagen y, como se tratará posterior- pueden ocasionar movimiento de líquidos. Dicho flujo de
mente, requiere que el explorador sea consciente de cierta inducción acústica se denomina corriente.
información adicional sobre posibles bioefectos. Es impor- Se conoce por cavitación acústica a la formaci ón de
tante para ello una toma de decisiones informada sobre po- burbujas por medio de la creación de campos acústicos en
sibles efectos adversos de los ultrasonidos en relación a la el líquido y ocasionan su vibración de volumen e incluso
información diagnóstica deseada. Las regulaciones actuales colapso en respuesta al campo acústico. Como resultado
de la FDA que limitan la potencia máxima siguen vigentes, de esta actividad se genera calor y se forman radicales li-
pero en el futuro, los sistemas permitirán a algunos ecogra- bres, micro corrientes de líquido alrededor de la burbuja,
fistas y médicos aumentar la potencia a su discreción por fuerzas de radiación a partir de la burbuja y generadas
32
encima de un nivel que podría inducir respuesta biológica. por el campo disperso acústico y acciones mecánicas que
Aunque las decisiones que se adoptan durante los estu- provocan el colapso de las burbujas o «cuerpos gaseosos»
dios ecográficos pueden no ser equivalentes al riesgo-be- (como se denominan habitualmente en publicaciones re-
neficio de las decisiones asociadas al uso de modalidades cientes sobre bioefectos).
Iidades sin barrido) y por tanto no será posible que los
ultrasonidos se distribuyan espacialmente, mientras que el
Doppler color, angio-Doppler o Doppler potencia y
modo-B (también llamado escala de grises) requieren que
Los ultrasonidos producen calor el haz se mueva hacia nuevas localizaciones (modalidades
A medida que los ultrasonidos se propagan por el cuerpo se de barrido) a una frecuencia coherente con la naturaleza
pierde parte de la energía por la atenuación. La atenuación en tiempo real de estas modalidades de imagen.
ocasiona pérdida de penetración y la incapacidad para vi-
sionar tejidos profundos. La atenuación es el resultado de Consideraciones temporales
dos procesos, dispersión y absorción. La dispersión de los La potencia de los ultrasonidos es la relación temporal a la
ultrasonidos se debe al redireccionamiento de la energía que se producen la energía de ultrasonidos. Por tanto, pa-
acústica por el tej ido que se encuentra a su paso durante la rece razonable controlar la forma en que se producen los
propagación. Con los ultrasonidos diagnósticos parte de la ultrasonidos en el tiempo como método para limitar sus
energía acústica transmitida dentro de los tejidos es de- efectos. (11
vuelta en la dirección del transductor, que se conoce como Los ultrasonidos pueden producirse en pulsos más que o
retrodispersión u onda reflejada, y permite que la señal de forma continua. Los sistemas de imagen de ultrasoni- :;
~
pueda detectarse y muestre una imagen. La energía se pier- dos trabajan siguiendo el principio del eco-pulso, según c.
ca
de en el camino de su propagación de los ultrasonidos por el cual se emite una ráfaga de ultrasonidos, seguida de un (.)
absorción. Las pérdidas por absorción se producen sobre periodo quiescente de escucha para oír los ecos que re-
todo mediante conversión de la energía de ultrasonidos en gresan. Esta onda de pulso de ultrasonidos barre el plano
calor. Este calor es responsable del mecanismo de los de la imagen varias veces durante la secuencia de imagen.
bioefectos inducidos por los ultrasonidos. Por otro lado, los ultrasonidos se pueden transmitir como
una onda continua (OC), donde la transmisión de ultra-
Factores que controlan el calentamiento tisular sonidos no se interrumpe. La intensidad temporal pico
La proporción del incremento de temperatura de los teji- se refiere a la intensidad máxima en cualquier instante
dos expuestos depende de varios factores, como son el en- durante la exposición a ultrasonidos (Fig. 2-1). La intensi-
foque espacial, frecuencia de ultrasonidos y tipo de tejido. dad de pulso promedio es el valor promedio de pulso de
ultrasonidos. El promedio temporal es el promedio a lo
Enfoque espacial largo de todo el periodo de repetición del pulso (tiempo
Los sistemas de ultrasonidos utilizan múltiples técnicas pa- transcurrido entre el inicio de ráfagas de ultrasonidos). El
ra concentrar la energía de los ultrasonidos y mejorar la factor trabajo se define como la fracción de tiempo du-
calidad de las señales medidas. Sería comparable al efecto rante la que están «encendidos» los ultrasonidos. Con un
de una lupa con la luz: el cristal recoge toda la luz que reci- tiempo «apagado» importante entre pulsos (factor traba-
be en su superficie y la concentra en una región pequeña. jo bajo) el valor promedio temporal será bastante más ba-
En ecografía y acústica en general, se utiliza el término in-
tensidad para describir la distribución espacial de la po-
tencia de los ultrasonidos (energía por unidad de tiempo),
donde la intensidad = potencia/superficie y la superficie
se refiere al área de la sección de corte del haz de ultrasoni-
~
.¡ji
~
a..
¡ •
Periodo de repetición del pulso
- - - - - _. p
+ •

dos. Otra dimensión habitual del haz es la anchura del haz


en una ubicación concreta del campo. En el caso de que una
potencia de ultrasonidos se concentre en una zona más pe-
queña, la intensidad será mayor. ___ _ __ o p-
Se puede utilizar el enfoque en un sistema de ultrasoni-
dos para mej orar la resolución espacial de la imagen. El
• •
Longitud de pulso
(duración temporal)
efecto secundario es un potencial mayor de bioefectos
ocasionados por el calor y la cavitación. En general, el
máximo potencial de bioefectos se produce entre la sonda
y el foco, pero la posición exacta dependerá de la distancia
focal, propiedades del tejido y calor generado dentro de la
propia sonda. -·PA
Volviendo a la analogía de la lente o lupa, la mayoría de TA
los niños aprenden que el secreto para poder hacer fuego
con una lupa está en una mano quieta. Los movimientos Tiempo -------~.
distribuyen la potencia del haz de luz en una superficie ma-
yor y de este modo reducen su intensidad. Esto es también g a -1 Parámetros de presión e intensidad
válido para la i'!lagen con ultrasonidos. Así, los sistemas de en aplicaciones clínicas de los ultrasonidos.
Las variables definidas son: p+ , forma de onda de 33
imagen que distribuyen un haz a través de un tejido redu-
presión pico positiva; p-, forma de onda de presión pico
cen la intensidad espacial media. La imagen con el Doppler negativa; TP , pico temporal; PA pulso medio y TA, media
espectral y el modo-M mantienen el haz de ultrasonidos . temporal.
en una posición estacionaria (ambos considerados moda-
jo. Por ejemplo, un factor trabajo del 10% reducirá la in- ción es cuando el calor se deposita demasiado deprisa,
tensidad temporal promedio por diez comparado con el como sucede con la ablación térmica terapéutica l .
U) pulso promedio. Estas variables promedio temporales Los huesos y tejidos blandos son dos zonas específicas de
ca son las variables más relacionadas con los bioefectos tér- interés debido a diferencias en fenómenos de calentamien-

-
(,)

:~ micos potenciales. Combinando la información temporal to. El hueso tiene una elevada atenuación de la energía
U)
y espacial se llega a los términos habituales de pico espa- acústica incidente. En las exploraciones durante el embara-
G)
U)
cial, intensidad temporal media (I SPTA ) e intensidad zo, el hueso calcificado se expone habitualmente a ultraso-
ca promedio temporal y espacial (I SATA)' nidos, como en las mediciones de diámetro biparietal
al Es importante la duración global o tiempo de perma- (OBP) del cráneo. Los huesos fetales contienen un aumento
c:::
nencia de la exposición de los ultrasonidos de un tejido progresivo de mineralización a medida que progresa la ges-
'o concreto, ya que exposiciones más largas del tejido pue- tación, aumentando el riesgo de calentamiento localizado.
'(3
(.)
Q)
den incrementar el riesgo de los bioefectos. El movimien- Se pueden producir situaciones de calentamiento relevan-
(J) to de barrido de la sonda reduce el tiempo de permanen- tes durante los estudios con ultrasonidos en obstetricia en
cia dentro de una zona concreta del cuerpo y minimizará tejido blando, donde las estructuras suprayacentes pro-
el potencial de bioefectos con los ultrasonidos. Por ello, porcionan una escasa atenuación del campo, como en el
una forma sencilla de reducir la exposición será realizar caso de un saco amniótico relleno de líquido.
un barrido eficiente, utilizando solamente el tiempo nece-
sario para el estudio. Calentamiento óseo
La absorción de ultrasonidos por parte del hueso permite
Tipo de tejido un rápido depósito de energía desde el campo sónico den-
Numerosos parámetros físicos y biológicos controlan el tro de un limitado volumen de tejido. Como consecuencia,
calor de los tejidos. La absorción es habitualmente el fac- se puede producir un rápido aumento de temperatura.
tor que más contribuye a la atenuación en los tejidos blan- Por ejemplo, Carstensen y cols. 2 combinaron un abordaje
dos. El coeficiente de atenuación es la atenuación por analítico y mediciones experimentales del aumento de
unidad de longitud del recorrido del sonido y normal- temperatura en calaveras de ratón expuestas a ultrasoni-
mente se refiere en decibelios por centímetro-megahercio dos con OC para estimar los incrementos de temperatura
(dBjcm-MHz). La atenuación habitualmente aumenta con en los huesos expuestos. Puesto que el hueso tiene un ele-
el aumento de la frecuencia de los ultrasonidos. La ate- vado coeficiente de absorción, la energía de ultrasonidos
nuación oscila desde una magnitud despreciable en el ca- incidente se asume que es absorbida en una lámina fi na
so de fluidos (p. ej., líquido amniótico, sangre, orina) hasta en la superficie ósea. Se estudió el incremento de la tem-
los valores más altos para hueso, con alguna variación en- peratura de la calavera del ratón con un haz enfocado de
tre diversos tipos de tejidos blandos (Fig. 2-2) 3,6 MHz con una anchura de haz de 2,75 mm (Fig. 2-3). La
Otro factor importante es la capacidad del cuerpo de en-
friar tejidos mediante la perfusión sanguínea. Los tejidos 8
bien perfundidos regulan su temperatura llevando lejos el
ex"ceso de calor producido por los ultrasonidos. La excep- 7
~
<ti 6 T
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.... .... ~ .. ---
ATENUACiÓN TISULAR '@
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0,0 0,5 1,0 1,5
Tiempo de exposición (minutos)

Figura 2-3 Calentamiento de una calavera mu-


rina en un campo sónico enfocado. En estos
experimentos la frecuencia fue de 3,6 MHz y la in-
Tipo de tejido tensidad focal media temporal fue de 1,5 W/cm 2 . Gírculos
sólidos: ratones jóvenes «17 semanas) (n = 7); cuadrados
34 Figura 2-2 Atenuación tisular. Valores para los abiertos: ratones viejos (>6 meses) (n = 4). Barras vertica-
tipos de tejido humano a la temperatura corporal. les: dos errores estándar en altura; curva superior: estima-
(Datos de Ouck FA, Starritt HG, Anderson SP. A ción teórica del incremento de temperatura por Nyborg 3 .
survey of the acoustic output of ultrasonic Ooppler equip- (De Garstensen EL, Ghild SZ, Norton S y co/s., Ultrasonic
mentoGlin Physiol Meas 1987;8:39-49). heating of the skull. J Acoust Soc Am 1990; 87: 131 0- 1317.)
intensidad temporal promedio focal fue de 1,5 W/cm 2•
Uno de los dos modelos (curva superior de la Figura 2-3) Incrementos de la temperatura
de uso habituaP predijo valores para el incremento de
del fémur fetal* con 1 W/cm 2
temperatura que fueron un 20% superiores a los medidos Edad Diámetro Incrementos de
en este experimento l ; por tanto, el modelo teórico parece gestacional (mm) temperatura
ser de naturaleza conservadora. (días) (oC)
Igualm ente, en el caso del fémur fetal, Drewniak y cols. 4
59 0,5 0,10
indicaron que el tamaño y estado de calcificación del hue-
78 1,2 0,69
so contribuye al calor del hueso en vivo (Tabla 2-1). Para 108 3,3 2,92
poner todo esto en perspectiva e ilustrar el papel del ex-
plorador a la hora de controlar el potencial de calenta- Tomado de Drewniak JL, Carnes KI , Dunn F. In vitro ultrasonic hea-
miento, parece sensato considerar el siguiente escenario: ting of fetal bone, J Acoust Soc Am 1989;86:1254-1258
·Se observaron incrementos de temperatura en el fémur fetal hu-
Si se reduce la potencia del barrido de ultrasonidos en 10 mano en 20 segundos aproximadamente proporcionales a la in-
dB, el aumento previsible de la temperatura se reduciría tensidad incidente.
hasta di ez veces, con lo que se consigue que el aumento de
3 oC observado por estos investigadores (Tabla 2-1) sea
virtualmente inexistente. Esto justifica claramente la alta para que se produzca este efecto. La potencia acústica
aplicación de la máxima ganancia y también máxima que se aplica habitualmente queda dentro de los límites
reducción e n la potencia de salida durante los estu- de la FDA, pero con el objeto de mejorar la calidad de la
dios ecográficos (ver sección siguiente sobre control de imagen con estas modalidades podría ser necesario modi-
salida de ultrasonidos). En estudios con fetos siempre de- ficar o atenuar estas restricciones regulatorias.
berá intentarse maximizar la amplificación de la ganancia, En el caso de la ecografía transvaginal existe una gran
puesto qu e esto no supone perjuicio para el paciente en proximidad entre el transductor y tejidos sensibles como
términos de exposición. Con frecuencia se hacen distin- los ovarios. Como se comentará más adelante, el aumento
ciones entre huesos de una ubicación más profunda con de temperatura cerca del transductor puede generar calor
respeto a la piel en el plano focal del transductor y huesos en lugares distintos al plano focal del transductor. Ade-
próximos a la superficie de la piel, como cuando se consi- más, la superficie del transductor por sí misma puede ser
deran apli caciones transcraneales. Esta distinción se trata una fuente importante de calor si la conversión de energía
más adelante en relación con los índices térmicos. eléctrica a acústica no es del todo eficaz. Deben tenerse
presentes estas consideraciones a la hora de estimar los
Calentamiento de partes blandas potenciales efectos térmicos en la ecografía transvaginal o
Existen dos situaciones clínicas de exposición a ultrasoni- en cualquier otra aplicación endocavitaria.
dos que son especialmente relevantes en las exploracio-
nes obstétricas/ginecológicas. La primera es la insona- Hipertermia y seguridad de los ultrasonidos
ción habitual a través de una vejiga llena. La orina es Nuestro conocimiento de los efectos biológicos derivados
un líquido con un coeficiente de atenuación relativamente de la generación de calor por parte de los ultrasonidos se
bajo. La baja atenuación permite aplicar amplitudes acús- basa en la experiencia previa existente con otras formas
ticas mayores a mayor profundidad del organismo. La se- más frecuentes de hipertermia. Existe un amplio campo
gunda, la onda de propagación puede experimentar una de conocimiento relativo a los efectos del aumento, locali-
distorsión de amplitud finita, lo que ocasiona que la zado o extenso, de la temperatura o hipertermia. Se ha
energía se desvíe mediante un proceso no lineal desde demostrado la existencia de efectos teratógenos secunda-
frecuencias más bajas a otras más elevadas. La conse-
cuencia es una onda de choque donde se produce una pro-
gresiva pendiente de la onda (Fig. 2-4) constituyendo el .......
extremo de la pendiente los componentes de alta frecuen-
cia. Puesto que la atenuación aumenta al hacerlo la fre-
: ..... - - Amortiguada

..:
+
••••• Normal
cuencia, la absorción de una gran proporción de la energía
de dicha onda ocurre en una distancia mucho menor, de- e •
-o :

.. .
positándose de forma concentrada la energía en el primer '00 F---------------~~--------------~
~
tejido interpuesto, que puede ser el feto. c..
Los sistemas de imagen con ultrasonidos incluyen ac-
tualmente modalidades que se basan en efectos no linea- ...
les. En la imagen tisular de armónicos, o imagen armó- ....
........
nica nativa, la imagen se genera a partir del reflejo de
componentes armónicos inducidos por propagación no Tiempo
lineal del campo de ultrasonidos. Esto tiene diversas ven-
Figura 2-4 Efecto de una distorsión finita en la 35
tajas en lo que se refiere a reducir los artefactos de ima-
propagación del pulso de ultrasonidos. Obsér-
gen y especialmente de cara a mejorar especialmente la
vese la pendiente creciente del pulso, que contie-
resolución lateral. En esta modalidad de imagen no lineal ne componentes de frecuencias elevadas.
la potencia acústica de imagen debe ser suficientemente
rios a hipertermia en pájaros, en todos los animales habi-
tuales de laboratorio, animales de granja y primates no EL ÍNDICE TÉRMICO
s
humanos . La gran variedad de efectos biológicos obser- Para informar con más facilidad al médico sobre
vados, que van desde alteraciones químicas celulares has- las situaciones de trabajo que pudieran en algu-
ta malformaciones congénitas groseras o abortos, indican nos casos ocasionar una elevación de la tempe-
la capacidad y universalidad de las condiciones hipertér- ratura de 1 oC se ha descrito el índice térmico en
micas para alterar los sistemas vivos 6 . la forma siguiente:
El National Council on Radiation Protection and Measu-
rements (NCRP) Scientific Committee on Biological Effects
1:
of Ultrasound ha recopilado una lista de las menores expo- TI=
'o siciones térmicas registradas como causantes de efectos
'C:;
oQ) teratógenos 7,8. Del estudio de estos datos parece despren-
en derse un margen inferior en la detección de los bioefectos donde W deg es la potencia de la fuente de ultra-
térmicos inducidos. Sin embargo, quedan dudas sobre la sonidos (en vatios) calculada como capaz de
relevancia de estos análisis de hipertermia respecto a su producir una elevación de la temperatura de
aplicación a los ultrasonidos de uso diagnóstic0 9 • Más re- 1°C en situaciones especiales. W o es la potencia
cientemente O' Brien y cols. lO sugirieron una sospecha más de la fuente de ultrasonidos (en vatios) que se
concreta sobre los efectos térmicos relacionados con expo- utiliza durante el estudio en cuestión.
siciones de duración breve. En la Figura 2-5 se muestra el Reproducido con permiso de la American Institute of
planteamiento recomendado para determinar una combi- Ultrasound in Medicine (AlU M)
nación de temperatura y duración de exposición. Obsérve-
se que la tolerancia a duraciones más breves y temperatu-
ras más elevadas sugiere un margen de seguridad mayor en
el caso de los ultrasonidos diagnósticos. En cualquier caso, que exista un aumento de temperatura mayor de 1 oc. En
es recomendable que el especialista que trabaje con ultra- un paciente afebril dentro de este límite, la NCRP determi-
sonidos disponga de la información relevante respecto al nó que no existe ningún motivo para esperar que ocurran
riesgo relativo de elevaciones térmicas en el campo acústi- efectos adversos en el paciente afebril. Sin embargo, en
co que se produce en las condiciones asociadas con un es- aquellos casos en los que el aumento de temperatura pue-
tudio concreto. Esto permitirá la toma de decisiones con da ser mayor, el explorador deberá sopesar los beneficios
conocimiento respecto a la exposición necesaria para obte- y los riesgos potenciales de la exploración. En esta línea,
ner una información clínicamente relevante. se ha aprobado el índice térmico (IT) como parte del
Standard for Real-Time Display ofThermal and Mechanical
índice térmico Acoustical Indices on Diagnostic Ultrasound Equipment de
El NCRP se ha manifestado respecto a la seguridad de las la American Institute of Ultrasound in Medicin e (AI UM)l1,
exploraciones en las que previsiblemente no se espera que sirve como orientación al explorador sobre el riesgo
potencial relativo de calentamiento tisular, con cálculos
58 basados en circunstancias de imagen y de la representa-
ción en pantalla del IT.
55 El NCRP Scientific Committee on Biological Effects of Ul-
Ü 52 trasound introdujo el concepto de índice térmico (ITy El
~
~ 49
propósito del IT es el de servir como indicador del poten-
::J
cial relativo de aumento de temperatura tisular, aunque
~ 46
ID
c. no permite conocer el aumento de temperatura real. El
E NCRP ha propuesto dos modelos tisulares para que pudie-
ID 43
1-
ran servir como ayuda para el cálculo de la poten cia de
40 ultrasonidos capaz de aumentar la temperatura tisular en
37 1°C: (1) un modelo homogéneo en el que el coeficiente de
0,1 10 100 1.000 atenuación es uniforme en toda el área de interés, y (2) un
Tiempo(s) modelo de atenuación fija en el que la atenuación mínima
es el camino desde el transductor a una distancia anató-
igura 2·5 Curva conservadora de límites para
mica distante es independiente de la distancia baja ate-
bioefectos fetales ocasionados por mecanis-
nuación de líquido en la vía (p. ej., líquido amnióticoY12 ,13 .
mos térmicos, Obsérvese el incremento de la tole-
rancia de temperatura asociado con duraciones más breves Debido a la preocupación por el paciente se recomendó
de las exposiciones, una modificación de las conclusiones asumir como cierto el «peor caso posible» en relación a
previas de AIUM Conclusions Regarding Heat statement (de las estimaciones de elevación de temperatura en vivo. La
26 de marzo de 1997). La AIUM aprobó unas conclusiones FDA, AIUM Y National Electrical Manufacturers Associa-
térmicas revisadas el 6 de abril de 2009. Para una descrip- tion (NEMA) adoptaron el IT como parte de su estándar
36 ción completa del origen de esta curva ver O'Brien y cols. 10 para la potencia de salida. Recomendaron estimar el efec-
(De OBrien WD Jr, Deng CX, Harris GR y co/s. The risk of to de la atenuación en el cuerpo reduciendo la potencial
exposure to diagnostic u/trasound in postnata/ subjects:
salida en el aparato (Wo) por un factor reductor igual a 0,3
therma/ effects. J U/trasound Med 2008; 27:517-535.)
dB/cm-MHz para el modelo de tejido blando 11 .
El AIUM Th ermal Index Working Group consideró tres embarazo. En base a sus resultados, la NCRP recomendó
modelos de tejido: (1) tejido homogéneo o modelo de teji- que el coeficiente de atenuación durante el primer, segundo
do blando, (2) un modelo de tejido con hueso en el foco, y y tercer trimestres fuera de 1,0, 0,75 Y 0,5 dB/MHz, respec-
(3) un modelo de tejido con hueso en la superficie o mo- tivamente 7. Estos valores representan estimaciones del
delo transcraneal 11 • El IT aplica tres modelos diferentes «peor caso posible». Siddiqi y cols.16 determinaron que el
para estos modelos térmicos. coeficiente de atenuación tisular promedio para la insona-
ción transabdominal (exposición a ondas de ultrasonidos)
Modelo de tejido homogéneo (partes blandas) en una población de pacientes voluntarias sanas y no em-
La convención de homogeneidad ayuda a simplificar la barazadas fue de 2,98 dB/MHz 14 . Esta cifra representa el
propagación acústica y atenuación, así como las caracte- valor promedio medido y es muy diferente, evidentemente,
rísticas de transferencia de calor al tejido. Es ésta una de a la estimación del peor caso posible referido anteriormen-
las más habituales aplicaciones de la imagen de ultrasoni- te. Esto lleva a un debate importante sobre la forma en que
dos y este modelo se aplica a situaciones en las que el hue- deben incluirse dichos parámetros en un índice.
so no está presente y puede utilizarse generalmente en Además, el hueso es una sustancia intercelular de tejido
estudios de fetos durante el primer trimestre (baja calcifi- conjuntivo colagenoso y calcificada. Su coeficiente de absor-
cación del hueso) . En la estimación del calor potencial, ción para las ondas longitudinales es un factor diez veces
hay que asumir muchas suposiciones y convenciones para mayor que la mayoría de los tejidos blandos (ver Fig. 2-2).
calcular una simple cantidad que permita orientar al ex- También se generan ondas de cizallamiento como ondas
plorador. Los cálculos de incremento de temperatura a lo de sonido que golpean al hueso con una incidencia oblicua.
largo del eje del haz dirigido por un transductor simple, El coeficiente de absorción para las ondas de cizallamiento
esférico curvado, de elemento único producen un doble es incluso mayor que el de las ondas longitudinales 17,19
pico. El primero se produce cerca del campo próximo (en- En base a los datos de Carstensen y cols. 2 descritos pre-
tre el transductor y el foco) y el segundo cerca de la región viamente, la NCRP propuso un modelo térmico para el ca-
focaJ14.15. El primer pico térmico se produce en la región lentamiento óseo. Utilizando este modelo, el índice tér-
con baj a intensidad de ultrasonidos y amplia anchura del mico óseo (ITa) se estima para las situaciones en las que
haz. Con un haz más grande, el enfriamiento se produce el foco del haz esté en el hueso o cerca del mismo. De nue-
sobre todo por la perfusión. En el campo próximo la mag- vo tienen que asumirse convenciones y compromisos pa-
nitud de intensidad local es el principal determinante del ra desarrollar el IT para este caso de exposición ósea, en la
grado de calentamiento. El segundo pico térmico se pro- forma que se expone:
duce en la localización de alta intensidad y haz estrecho a • En transductores inmóviles (operan en una posición
la altura o cerca del plano focal. Aquí el enfriamiento está fija) con el hueso en la posición focal, la localización de
dominado por la conducción y la potencia acústica es el la máxima temperatura está en la superficie del hueso.
determinante principal del grado de calentamiento. Por tanto el ITa se calcula en la distancia axial que
Dado el dilema de los «picos gemelos», la AIUM Thermal maximiza dicho índice, una convención para el peor ca-
Index Wo rking Group se comprometió a diseñar un IT que so posible.
incluyera fa ctores procedentes de ambos dominios térmi- • En transductores de barrido, se utiliza el índice tér-
cos 11 . Su fundamento se basaba en la necesidad de mini- mico para tejido blando (lTTB) porque el aumento de
mizar la sobrecarga de mediciones acústicas para el fabri- la temperatura en la superficie es mayor que o aproxi-
cante de equipos de ultrasonidos. Además hubo que hacer madamente igual al aumento de la temperatura cuando
ajustes para compensar los efectos de un amplio rango de existe hueso en el foco.
aperturas potenciales. La consecuencia fue la elaboración
de una serie de complicados cálculos y mediciones y, para Modelo tisular con hueso en la superficie
fiabilidad de los diversos fabricantes, se ha hecho un im- (aplicaciones transcraneales)
portante esfuerzo para perfeccionar un indicador de pan- Para aplicaciones craneales en adultos se utiliza el mismo
talla que ofrezca información de estas características al modelo de hueso en el foco para estimar la distribución de
ecografista. Se consideran distintos planteamientos para temperatura in situ. Sin embargo, puesto que el hueso se
estos cálculos 1o, pero los cambios requieren que la imple- localiza en la superficie, inmediatamente después de que
mentación aceptada habitualmente sea reevaluada y penetra el haz acústico en el cuerpo, no se incluye la ate-
aprobada para su uso por la FDA y considerada por la In- nuación de la potencia acústica 11 . En esta situación se uti-
ternational Electrotechnical Commission (lEC) yorganiza- liza el diámetro del haz equivalente en superficie para
ciones estánda r. calcular la potencia acústica.

Modelos de tejido con hueso en el foco Estimación de efectos térmicos


(aplicaciones fetales) Los ecografistas deben tener presentes diversos aspectos
Las aplicaciones de ultrasonidos en las que el haz acústico cuando se refieren al índice térmico con idea de estimar el
atraviesa el tejido blando durante una distancia fija y choca potencial para efectos térmicos. En primer lugar, el IT no
con el hueso casi siempre tiene relación con la ecografía es sinónimo de elevación de temperatura. Un IT igual a 1 37
obstétrica en mediciones del segundo y tercer trimestre. no significa que la temperatura vaya a subir 1 oc. Puede
Carson y colsP registraron mediciones ecográficas del gro- existir un mayor potencial de efectos térmicos a medida
sor de pared del abdomen materno en diversas fases del que aumenta el IT. En segundo lugar, un IT alto no signifi-
ca que vayan a producirse bioefectos, solamente que exis- aunque sin llegar el conocimiento alcanzado sobre los
te ese riesgo. Los factores que pueden aminorar la eleva- efectos térmicos de los ultrasonidos y otras fuentes de hi-
en ción de la temperatura real pueden no ser contemplados pertermia. El inicio de la cavitación acústica viene de-
ca por los modelos térmicos utilizados para los cálculos de terminado por un valor de umbral específico: la mínima

-
()
'c;;
,- IT. Sin embargo, el IT debe monitorizarse durante la ex- presión necesaria para iniciar el crecimiento de una cavi-
eCI)n ploración y minimizarse siempre que sea posible. Por últi- dad de líquido durante la fase de rarefacción del ciclo. Son
mo, el IT no tiene en cuenta la duración del barrido, de diversos los parámetros que afectan este umbral, como la
en
ca forma que minimizar el tiempo global de la exploración burbuja inicial o tamaño del núcleo de cavitación, las
al reducirá el riesgo potencial de efectos. características del pulso acústico (p. ej ., frecuencia central,
e frecuencia de repetición del pulso, duración del pulso);
'o Resumen de conclusiones sobre efectos ténnicos presión hidrostática ambiental y parámetros del fl uido

()
CI)
Las conclusiones de la AIUM respecto a los efectos térmi- del huésped (p. ej., densidad, viscosidad, compresibilidad,
(f) cos de los ultrasonidos pueden resumirse en los siguien- conductividad, tensión superficial). La cavitación iner-
tes aspectos 20 : cial se refiere a las burbujas que experimentan importan-
• No es previsible que las exploraciones de adultos que tes variaciones en sus tamaños de equilibrio en pocos ci-
supongan ascenso térmico de hasta 2 oC ocasionen efec- clos acústicos. En concreto, durante la contracción, la
tos térmicos (muchas exploraciones con ultrasonidos inercia del líquido circundante controla el movimiento de
quedan dentro de estos parámetros). la burbuja 21, Son necesarias presiones acústicas impor-
• Un número significativo de factores controlan la pro- tantes para generar una cavitación inercial, y el colapso de
ducción de calor. estas cavidades suele ser violento.
• El hueso osificado es un aspecto especialmente impor- El efecto del núcleo de cavitación preexistente puede
tante respecto a la exposición a ultrasonidos. ser uno de los principales factores de control en los efec-
• Existe actualmente una pauta que proporciona infor- tos mecánicos que ocasionan efectos biológicos. El cuerpo
mación respecto a la producción potencial de calor en es un filtro tan eficaz que estos lugares de nucleación Plle-
tejidos blandos y estructuras óseas. den encontrarse solamente en número reducido y lugares
• Aunque exista un límite impuesto por la FDA para las concretos. Por ejemplo, si se filtra el agua hasta las 2 ¡.tm,
exposiciones del feto, pueden esperarse incrementos los umbrales de cavitación se duplican 22 . En teoría, la fu er-
de temperatura que superen los 2 oc. za de tensión del agua que está desprovista de núcleos de
• Se espera que los índices térmicos reflejen mejor los cavitación es de alrededor de 100 megapascales (M Pa) 23 .
aumentos de temperatura que cualquier otro paráme- Se han propuesto varios modelos para explicar la forma-
tro único de campo de ultrasonidos. ción de burbujas en animales 24•25, y estos modelos se han
utilizado ampliamente para la determinación del umbral
de cavitación. Uno de dichos modelos se utiliza para la
predicción de tablas de buceo SCUBAy también tien e apli-
cación a los pacientes 26. Sigue sin estar claro actualmente
hasta qué punto dichos modelos pueden predecir la nu-
Fuentes potenciales de bioefectos cleación de burbujas en el caso del uso de ultrasonidos
Recientemente el conocimiento de la interacción de los diagnósticos en el cuerpo.
ultrasonidos con los cuerpos gaseosos (que se suele co- En la Figura 2-6 se muestra una unidad terap éutica de
nocer como «cavitación») ha crecido ostensiblemente, ultrasonidos de 1 MHz generadora de burbujas en agua
saturada de gas. Se eligió un medio en concreto y paráme-
tros de ultrasonidos para optimizar el entorno de la cavi-
tación. El uso de ultrasonidos en onda continua y la abun-
dancia de bolsas preexistentes de gas en el agua favorecen
la cavitación. Incluso aunque estos pulsos acústicos sean
más prolongados que los que se utilizan habitualmente en
la ecografía diagnóstica, los efectos de la cavitación tam-
bién se han observado con los pulsos diagnósticos en los
Iíquidos 27 • Los medios de contraste para ultrasonidos
compuestos por burbujas de gas estabilizadas son una
fuente de núcleos de cavitación, como se comentará más
adelante.

Ecoquímica
La generación de radicales libres y su detección propor-
Figura 2-6 Burbujas de cavitación acústica. ciona una forma de observar la cavitación y calibrar su
38 ...._ ~ Esta actividad de cavitación se ha generado en potencia y el riesgo de lesiones. La ecoquímica de los radi-
~ agua utilizando un dispositivo de ultrasonidos te-
cales libres es la consecuencia de temperaturas excesiva-
rapéutico. (Cortesía de National Center tor Physical Acous-
mente elevadas y de presiones dentro de unas burbujas
ties, University ot Mississippi.)
que rápidamente se colapsan. Estas circunstancias pue-
CONCLUSIONES DE LA AIUM SOBRE BIOEFECTOS DEL CALOR-TÉRMICOS
Aprobado el 6 de abril de 2009 Por las mismas condiciones de ex osición, la eleva IOn
de temperatura cerca del hueso es claramente supe-
rior a la de los tejidos blandos y aumenta con el de-
1. Un excesivo aumento de temperatura puede ocasionar sarrollo de la osificación a lo largo de la gestación.
efectos tóxicos en los mamíferos. Los efectos biológi- Por este motivo, en el lugar que colisione el az de
cos observados dependen de diversos factores, como ultrasonidos con el hueso fetal osificruJo se tendrá
la duración de exposición, el tipo de tejido expuesto, un especial cuidado dada su proximidad con los teji-
su tasa de proliferación celular y su potencial de rege- dos en desarrollo.
neración. La edad y estado de desarrollo son factores El límite regulatorio de la FDA para ISPTA3 es de 720 mW/
importantes cuando se considera la seguridad fetal o cm z• Para esta y menores intensidades se estima que
neonatal. Se pueden producir aumentos de tempera- el máximo incremento de temperatura sería teórica-
tura de varios grados Celsius por encima del rango mente de 2 oc.
normal. La p robabilidad de un efecto biológico adver- Aunque en general sea posible un resultado fetal ad-
so a umenta con la duración de la elevación de tempe- verso en cualquier edad gestacional, los efectos más
ratura. severos y detectables de exposición térmica obser-
2. En general, los tejidos adultos son más tolerantes fren- vados son durante el periodo de organogénesis. Por
te a incrementos de la temperatura que los tejidos feta- esta razón las exposiciones durante el primer tri-
les o neonatales. Por tanto, serán necesarias tempera- mestre deben restringirse a las potencias menores
turas más elevadas y/o exposiciones más prolongadas necesarias para obtener la información diagnóstica.
para ocasionar lesiones térmicas. A partir de gran can- Las exposiciones a ultrasonidos que elevan la tempera-
tidad de datos disponibles sobre sensibilidad térmica tura fetal en 4 oC por encima de lo normal durante 5
del tejido adulto se pueden emitir las siguientes aseve- minutos o más tienen el riesgo de inducir alteracio-
raciones: nes graves del desarrollo. Las anomalías congénitas
En duraciones de exposición de hasta 50 horas no se inducidas por temperatura se han descrito en diver-
han observado efectos biológicos importantes ad- sas especies. En la práctica clínica habitual y utili-
versos secundarias a incrementos de temperatura zando los equipos disponibles comercialmente, es
iguales o superiores a 2 oC de lo normal. poco probable que se produzcan dichas exposicio-
En incrementos de temperatura entre los 2° y 6 oC por nes térmicas en ningún punto de la anatomía fetal.
encima de lo normal no se han observado efectos El autocalentamiento de los transductores es un com-
biológicos adversos con elevaciones de la tempera- ponente del incremento térmico próximo al trans-
tura menor o igual a 6 -Iog lo(t/60) / 0,6, donde tes ductor. Puede ser importante en el barrido transva-
la duración de la exposición en segundos. Por ejem- ginal, pero no se dispone de datos sobre incremento
plo, para un incremento de temperatura de 4 °C-6 oC, de temperatura fetal a este respecto.
los límites para la duración t de las exposiciones fue 4. El incremento de temperatura durante la exposición de
de 16 y 1 minutos, respectivamente. los tejidos a campos de ultrasonidos diagnósticos de-
Para incrementos de temperatura mayores de 6 oC por pende de a) características de salida de la fuente de ul-
encima de lo normal, no se han visto efectos biológi- trasonidos, dimensiones de la fuente, frecuencia de ba-
cos adversos debido a incrementos de temperatura rrido, potencia, repetición de pulso, duración de pulso,
menor o igual a 6 - log lo (t/60) / 0,3, donde t es la autocalentamiento del transductor, tiempo de exposi-
duración en segundos. Por ejemplo, para un incre- ción y perfil de onda, y b) las propiedades tisulares, como
mento de temperatura de 9,6 oC y 6 oC, los límites atenuación, absorción, velocidad de sonido, impedancia
correspondientes de exposición t fueron de 5 minu- acústica, conductibilidad térmica, difusión térmica, es-
tos y 60 segundos, respectivamente. tructura anatómica y parámetros no lineales.
En exposiciones menores de 5 segundos no se han visto 5. Los cálculos del máximo incremento de temperatura
efectos biológicos adversos debidos a aumentos de debidos a la exposición a ultrasonidos in vivo no son
temperatura menores o iguales de 9 - loglo(t/60) / exactos debido a incertidumbres y aproximaciones aso-
0,3 donde t es la exposición en segundos. Por ejem- ciadas con características térmicas, acústicas y estructu-
plo, ante aumentos de temperatura de 18,3 oC, 14,9 oC rales del tejido implicado. Sin embargo, evidencias expe-
Y 12,6 oC los límites correspondientes de duración rimentales muestran que los cálculos son generalmente
de exposición t fueron 0,1, 1 Y 5 segundos, respecti- capaces de predecir valores medidos dentro de un factor
va mente. de duplicación. Así, tales cálculos se utilizan para obte-
3. La potencia acústica de salida de los dispositivos de ul- ner pautas de seguridad para exploraciones clínicas
trasonidos diagnósticos es suficiente para ocasionar donde las mediciones directas no sean posibles. Estas
elevaciones de temperatura en el tejido fetal. Aunque pautas, llamadas índices térmicos*, proporcionan una
se dispone de pocos datos sobre tejidos fetales, las si- representación a tiempo real de la probabilidad relativa
guientes conclusiones están justificadas: que un sistema diagnóstico pudiera inducir en el sujeto
En general, las elevaciones de temperatura se hacen expuesto. En la mayoría de las condiciones clínicamente
progresivamente mayores desde el modo-B al relevantes, el índice térmico de tejido blando, ITTB, y el
Doppler color y a las aplicaciones espectrales. índice térmico óseo, ITO, bien sobreestiman o se aproxi-
Para iguales condiciones de exposición el riesgo de man estrechamente a la mejor estimación del máxi-
bioefectos térmicos aumenta con la duración del mo incremento de temperatura (~Tmáx). Por ejemplo, si
tiempo de reposo durante la exploración. ITTB = 2, entonces ~ Tmáx $ 2 oc.
Reimpreso con permiso de AJUM. 39
* Los Índices térmicos son relaciones no dimensionales de los incrementos de temperatura estimados de 1 oC para modelos específicos
de tejidos. Ver American Institute 01 Ultrasound in Medicine. Standard lor real-time display 01 thermal and mechanical acoustic output in-
dices on diagnostic ultrasound equipment, Revision 2, Rockville, Md, 2001, AJUM and National Electrical Manulacturers Association.
den incluso generar luz o ecoluminiscencia28 . Con la adi-
ción de los compuestos adecuados, la luminiscencia quí-
ti) mica también puede utilizarse para la detección de
C'O radicales libres y puede generar pulsos cortos similares a
(,)
'c;;
,- los que se utilizan en la ecografía diagnóstica 29 . En la Figu-
~
ti)
ra 2-7 se muestra quimioluminiscencia generada por un
Cl) dispositivo de ultrasonidos terapéutico. El sistema se ilu-
ti)
C'O mina desde el fondo (en rojo) para mostrar burbujas y el
al aparato experimental. Las emisiones de la quimioluminis-
cencia son bandas azules que se observan a través de la
e
'o zona media del soporte de receptáculo de la muestra lí-
'0
o quida. La luz emitida es suficiente como para ser vista
~ simplemente adaptando los ojos a la oscuridad. También
puede recurrirse a la resonancia del spín electrónico con
moléculas que atrapan radicales libres para detectar acti- Figura 2-8 Colapso de burbuja cerca del bor-
vidad de cavitación capaz de producir radicales libres 30. de. Cuando la cavitación se produce cerca de los
En la actualidad se utilizan diversos esquemas de detec- bordes puede formarse un jet a través del centro
ción química para detectar cavitación mediante dispositi- de una burbuja que golpea contra superficie (Cortesía de
Lawrence A. Crum.)
vos diagnósticos in vitro.

Evidencia de cavitación
con aparatos de litotricia Resulta interesante la creciente evidencia de que las
Es posible generar burbujas in vivo utilizando pulsos cor- burbujas colapsables juegan un papel en la rotu ra de los
cálculos 32 .34. Una burbuja que se colapsa cerca de la super-
tos de amplitudes grandes con un aparato de litotricia de
ficie puede formar un chorro de líquido a través de su cen -
onda de choque (ESWL). La presión positiva pico para los
tro, que golpea la superficie (Fig. 2-8). Colocando una cu -
pulsos de litotricia puede ser incluso de 50 MPa, con una
presión negativa de unos 20 MPa. La distorsión de am- bierta de una lámina de aluminio en el foco de un aparato
plitud finita ocasiona altas frecuencias que aparecen en de litotricia se generan pequeños orificios 32 . El impacto es
la amplitud alta de los campos de ultrasonidos. Aunque incluso suficiente para perforar metal sólido y placas de
los pulsos de ESWL tienen una importante energía a fre- aluminio.
cuencias altas, debido a la distorsión de amplitud finita, Está claro que la litotricia y la ecografía diagnóstica di-
una gran parte de la energía queda realmente en el rango fieren en la potencia acústica generada y no son compara-
de los 100 MHz, mucho menor que las frecuencias de los bles respecto a los bioefectos producidos. Sin embargo,
ecógrafos diagnósticos. Las frecuencias menores hacen la algunos dispositivos diagnósticos producen presiones ra-
cavitación más probable. Aymé y Carstensen 31 demostra- refaccionales pico que superan los 3 MPa, lo que queda en
ron que los componentes de alta frecuencia en pulsos li- el rango bajo de salida de un aparato de litotricia 35 ·37 . Se
neales no distorsionados contribuyen poco a la muerte de han publicado casos clínicos de lesiones pulmonares y pe-
las larvas de la Drosophila. tequias como efectos secundarios de la ESWL38. La cavita-
ción inercial se sospechó como la causa, urgiendo a diver-
sos investigadores a estudiar los efectos de la exposición a
la ecografía diagnóstica del parénquima pulmonar39.4o .

Bioefectos sobre pulmón e intestino


El tejido pulmonar e intestinal son localizaciones clave de
los estudios sobre los bioefectos ecográficos 39 . La presen-
cia de aire en el espacio alveolar constituye una fu ente
importante de cuerpos gaseosos. Child y cols. 40 midieron
las presiones umbral para hemorragia y el ratón expuesto
a ultrasonidos diagnósticos de 1-4 MHz (es decir, 10 y 1
¡..tm de duración del pulso). El umbral de lesión en el pul-
món murino a esas frecuencias fue de 1,4 MPa. Entre los
hallazgos patológicos de dicha lesión destacan la extrava-
sación de células sanguíneas a los espacios alveolares 41.
Los autores propusieron que la cavitación, originada a
partir de alvéolos rellenos de gas, fue responsable de la
lesión. Sus datos proporcionan la primera evidencia di-
Figura 2-7 Reacción química inducida por ca- recta y clínicamente relevante de que las exposiciones di-
40 ~ vitación que produce luz visible. La reacción es rectas a ultrasonidos pulsados producen efectos perjudi-
la consecuencia de la producción de radicales li- ciales en el tejido de mamíferos en ausencia de un calor
bres. (Cortesía de National Center for Physical Acoustics,
importante. Se han referido focos hemorrágicos con eco-
University of Mississippi.)
Doppler a 4 MHz en monos 42 . La lesión en el pulmón del
mono fue de una importancia mucho menor que en el ca- Algunas investigaciones apuntan a la aparición de con-
so del ratón. En estos estudios fue imposible demostrar tracciones ventriculares prematuras (CVP) durante la
de forma categórica que las burbujas inducían estos efec- ecografía cardiaca en presencia de medios de contraste
tos, ya que no se observaron burbujas inducidas por cavi- cardiaco. Al menos un estudio con humanos indica un au-
tación. Se han medido los umbrales para la hemorragia mento de los CVP solamente cuando la ecocardiografía se
petequial del pulmón debida a ultrasonidos en ratones, realizaba con un medio de contraste, pero no en la ecocar-
ratas, conejos y cerdos 43 ,45 . Se cree que el estrés mecánico diografía sin medio de contraste o durante la inyección de
directo asociado con la propagación de los ultrasonidos un medio de contraste sin ecografía s8 . Otro estudio s9 de-
en el pulmón contribuye a la lesión observada 39.46. Tam - mostró que las microburbujas oscilantes afectaban los ca-
bién se han determinado los umbrales para la hemorragia nales de activación de estiramient0 60 ,61 en las células car-
en el intestino murino expuesto a ultrasonidos pulsados 47 . diacas, que generan la depolarización de la membrana y
Kramer y cols. 48 evaluaron la función pulmonar en ratas desencadenan potenciales de acción y con ello los CVP.
expuestas a ultrasonidos pulsados muy por encima de la También se debate la importancia de este bioefecto debi-
potencia del umbral acústico de lesión, con un índice me- do a que de forma natural también se producen estos CVP C\I
cánico (1M) de 9,7 (ver comentario siguiente). Las medi- a un ritmo y un ligero aumento puede que no sea signifi- o
ciones de la función cardiopulmonar incluyen la tensión cativo, especialmente cuando el paciente pueda benefi- "3
,,!::
Q.
arterial, frecuencia cardiaca, frecuencia respiratoria y ga- ciarse de su uso diagnóstico. Se deberá prestar atención ctI
()
ses arteriales (Peoz y Paz). Cuando solamente se expone un además a los pacientes con situaciones especiales en los
lado del pulmón de la rata, las mediciones cardiopulmo- que deban evitarse los CVP.
nares no cambian de modo significativo entre la línea ba- Las consecuencias de los bioefectos por el uso de los
se y los valores postexposición, por la reserva funcional medios de contraste para ultrasonidos requieren más es-
respiratoria de los lóbulos no expuestos. Sin embargo, tudios. Aunque el riesgo de presentar bioefectos existe, su
cuando ambos lados del pulmón presentan lesiones signi- magnitud e influencia en la fisiología humana sigue poco
ficativas inducidas por ultrasonidos, las ratas con incapa- clara. Los medios de contraste han demostrado su eficacia
ces de mantener la tensión arterial o niveles de reposo de en determinadas indicaciones, facilitando el tratamiento
la Po z arterial. del pacientéz. Además, los ensayos clínicos y seguimien-
Son necesarios nuevos estudios para establecer la rele- tos de diversos pacientes que reciben medios de contraste
vancia de estos hallazgos respecto a humanos. En general, y ultrasonidos han descrito escasos efectos. De hecho, evi-
los tejidos que contienen aire (o gas estabilizado) son más dencias recientes confirman la seguridad del uso de me-
susceptibles de presentar lesiones que aquellos sin gas. Se dios de contraste para ultrasonidos 63 .66 .
han publicado casos no confirmados de hemorragias pe-
tequiales en estudios a nimales por debajo de un 1M de DA. índice mecánico
Los cálculos para la predicción de la cavitación han demos-
Medios de contraste para ultrasonidos trado una compensación grosera entre el pico de presión
La aparente aus encia de cavitación en algunas ubicacio- rarefaccional y la frecuencia 67 . Esta previsible compensa-
nes en el cuerpo quizás se deba a que no existan núcleos ción parte de un pulso corto (escasos ciclos acústicos) y ci-
de cavitación disponibles. En base a evidencias en los es- clos de escaso trabajo « 1 %). Estos resultados relativa-
tudios animales ya descritos sobre pulmón e intestino, la mente simples se pueden utilizar para calibrar el potencial
presencia de cuerpos gaseosos claramente reduce el re- para el inicio de cavitación con los ultrasonidos diagnósti-
quisito de campo acústico para producir bioefectos. Mu- cos. El índice mecánico fue adoptado por la FDA, AIUM Y
chos medios de contraste ecográfico están compuestos de NEMA como una representación de la potencia en tiempo
burbujas de gas estabilizado, de forma que pueden pro - real para estimar el riesgo de formación de burbujas in vivo,
porcionar núcleos disponibles para una actividad poten- en analogía con el índice térmico. Como se comentó previa-
cial de cavitación, de ahí que la investigación de bioefectos mente, la temperatura de colapso para la cavitación inercial
en presencia de medios de contraste eco gráfico sea un es muy elevada. En el caso del 1M, se eligió una temperatura
área importante de investigación 49.s1 . Diversos estudios de colapso de 5.000 kelvin (K) por su capacidad de generar
han demostrado además que la exposición a ultrasonidos radicales libres, y la dependencia de frecuencia de la pre-
produce pequeñas petequias vasculares y lesión endote- sión necesaria para generar el umbral térmico adopta una
Iial en mamífeross2·s 7. Las emisiones acústicas a partir de forma relativamente sencilla. El 1M es un tipo de «índice
microburbujas activadas se correlacionan con el grado de mecánico de energía» ya que la raíz cuadrada del 1M es casi
lesión vascular s4,ss. proporcional al trabajo mecánico que se puede realizar en
Como consecuencia, la AIUM actualizó sus conclusiones una burbuja en la fase de rarefacción acústica.
de seguridad sobre bioefectos para la ecografía diagnósti- Diversas investigaciones han referido valores de 1M en
ca con medios de contraste gaseosos. Este bioefecto es animales e insectos por encima de los cuales los bioefectos
posible, pero se debate si ello constituye un riesgo fisioló - se asocian con la cavitación 66 . En la Figura 2-91as líneas dis-
gico importante. La recomendación de seguridad se ha continuas son cálculos de varios valores de 1M, donde todos
enfocado en el sentido de que los ecografistas y médicos los efectos parecen producirse con valores de 1M de 0,3 o 41
sean conscientes del riesgo de bioefectos en presencia de mayores. En muchos de estos casos, sin embargo, se sabe
medios de contraste gaseoso y sean capaces de decidir su que existen bolsas estables de gas (cuerpos gaseosos) en el
uso en base a una valoración riesgo/beneficio. tejido expuesto. Igualmente otras partes del cuerpo que
CONCLUSIONES DE LA AIUM SOBRE BIOEFECTOS EN ULTRASONIDOS DIAGNÓSTICOS
CON MEDIOS DE CONTRASTE GASEOSOS
Aprobado e18 de noviembre de 2008 ca con medios de contraste y proporcionaron unas ex-
haustivas revisiones del asunto: la World Federation for
Los medios de contraste disponibles actualmente son Ultrasound in Medicine and Biology (WFUMB) Contrast
cuerpos gaseosos en suspensión (microburbujas gaseosas Agent Safety Symposium * y la American InstjJute of Ultra-
estabilizadas). Los cuerpos gaseosos tienen el tamaño sound in Medicine 2005 Bioeffects Symposium Conferen-
adecuado para mostrar una fuerte ecogenicidad con ul- ce49 • A partir de la revisión de estos documentos y de lite-
trasonidos diagnósticos y también para su paso por la mi- ratura reciente, el Bioeffects Committee estableció las
crocirculación. Los agentes comerciales han superado ri- siguientes conclusiones:
gurosos análisis clínicos de seguridad y eficacia antes de
que la FDA aprobara su uso, estando en uso clínico en Es- Se ha referido la inducción de contracciones ventricula-
tados Unidos desde 1994. La información especificada so- res prematuras, fuga microvascular con petequias,
bre su composición y uso está detallada en el contenido hemorragia del capilar glomerular y muerte celular
del envoltorio. Hasta la fecha se ha demostrado un benefi- local en tejido de mamíferos in vivo, que se ha confir-
cio diagnóstico en pacientes con ecocardiografías subóp- mado de forma independiente en la exposición diag-
timas, con el objeto de opacificar las cámaras izquierdas y nóstica a ultrasonidos con un índice mecánico (1M)
mejorar la definición del borde del endocardio del ventrí- por encima de 0,4 si existe un medio de contraste ga-
culo izquierdo. Actualmente están desarrollándose otras seoso en la circulación.
aplicaciones diagnósticas. Aunque el significado clínico de tales bioefectos a mi-
Los medios de contraste se acompañan de potenciales croescala sea incierto, para minimizar el riesgo de di-
bioefectos no térmicos cuando los ultrasonidos interac- chos efectos se sugiere su uso prudente en asociación
túan con los cuerpos gaseosos y el mecanismo de tales con los ultrasonidos diagnósticos. En general, para la
efectos se relaciona con el fenómeno físico de la cavita- obtención de imagen con medios de contraste con un
ción acústica. Diversas publicaciones refieren bioefectos MI de 0,4 o por encima el explorador utilizará la dosis
adversos en tejido de mamíferos in vivo como consecuen- mínima del agente, 1M y tiempo de exploración nece-
cia de la exposición a ultrasonidos diagnósticos con me- sarios para la obtención eficaz de la información diag-
dios de contraste gaseoso dentro del torrente circulatorio. nóstica. Además, la ecocardiografía debe monitori-
Se ha referido la inducción de contracciones ventriculares zarse durante una ecocardiografía con perfusión de
prematuras por su activación durante una ecocardiogra- contraste sincronizado con el corazón con un 1M alto,
fía que utilizaba contrastes no comercializados yen expe- especialmente en pacientes con historia de infarto de
rimentación animal con medios de contraste comerciali- miocardio o enfermedad cardiovascular inestable.
zados. Se han referido fugas microvasculares, muerte de Además, los médicos y ecografistas deben seguir todo
miocardiocitos y hemorragia del capilar glomerular entre el protocolo suministrado en el envoltorio del medio
otros bioefectos. Dos sociedades médicas han examinado de contraste para estos productos, incluyendo pre-
el riesgo potencial de bioefectos en la ecografía diagnósti- cauciones, advertencias y contraindicaciones.
Reimpreso con permiso de A1UM
*Barnett S8. Safe use of ultrasound contrast agents, WFUMB Simposium on Safety of Ultrasound in Medicine: Ultrasound Contrast
Agents. Ultrasound Med BioI2007;33:171-172.

contienen gas pueden ser particularmente susceptibles a la paralelismo deseable entre ambas medidas, una térmica y
lesión por ultrasonidos, como la cubierta intestinal 6B • otra mecánica, para informar al explorador del umbral a
Como respuesta a estos riesgos la AIUM recomienda partir de donde la herramienta diagnóstica pued e produ-
unas pautas de seguridad respecto al riesgo de bioefectos cir cambios indeseables en el cuerpo.
relacionados con la interacción de los ultrasonidos con
núcleos que se producen de forma natural. Sigue investi- Conclusiones sobre bioefectos
gándose y todavía no está claro si tales lesiones se produ- de cuerpos gaseosos
cen en el tejido humano. La memoria de la AIUM sobre bioefectos en localizaciones
Implícitas con la formulación de la 1M están las situacio- en donde existe gas 20 se resume de la forma siguiente:
nes exclusivas para el inicio de la cavitación inercial. El 1. Los equipos de ultrasonidos actuales pueden p rod ucir
grado en que se rebasa el umbral, sin embargo, se relacio- cavitación in vitro e in vivo y pueden causar extravasa-
na con el grado de efectividad potencial de la burbuja, que ción sanguínea en tejidos animales.
puede correlacionarse con la probabilidad del bioefecto. 2. Un índice mecánico permite evaluar la probabilidad de
Obsérvese que, partiendo de los actuales conocimientos, cavitación y en principio parece responder mej or que
el que se exceda el umbral de cavitación no significa que otros parámetros para predecir la cavitación.
se produzcan bioefectos. Por debajo de 1M de alrededor 3. Se han observado resultados interesantes en modelos
de 0,4 las situaciones físicas no favorecen el crecimiento animales de lesión pulmonar, que indican un umbral
de burbujas, incluso en presencia de una amplia distribu- muy bajo para la lesión, pero las implicaciones de la ex-
ción de núcleos de burbuja en el cuerpo, lo que es cohe- posición en humanos no se han determinado aún.
42 rente con los resultados de la Figura 2-9. Además, mien- 4. En ausencia de cuerpos gaseosos, el umbral de lesión
tras que el IT es una medida promediada en el tiempo de es mucho mayor. (Esto es importante ya que los estu-
la interacción de los ultrasonidos con el tejido, el 1M es dios con ultrasonidos se realizan sobre todo en tejidos
una medida pico de esta interacción. Por tanto, existe un sin cuerpos gaseosos identificables.)
10
•• IM= 2
• El estándar también requiere que los parámetros apro-
piados por defecto funcionen al poner en marcha el
5
O
[] equipo, explorar un paciente nuevo, o cuando se cambie
O IM=l
.............................. a una exploración fetal. Después, el explorador puede
~ 190W cm- 2

t
K
2
1 .
Q,."."."."",,""""'Ó"'''''''''''''''''. ''''''''''
............. O i []
ajustar la potencia del sistema según sea necesario para
obtener la información clínicamente útil y tratando de
minimizar los valores de los índices.
~ .......................... • []. •••••• illÍl ~ 0,3 • Como ya se ha comentado previamente, los índices re-
10 W cm- 2 ••••• ferentes a efectos biológicos no incluyen ningún factor
5 []. ... relacionado con el tiempo que precisa completar la ex-
... O. . · ·· ··· ·
2 ••
. . . ... ploración ecográfica. La realización de una exploración
eficiente sigue siendo importante a la hora de limitar la
aparición de potenciales efectos biológicos.
0,1 - t - - - -- , -- - - , - - - - - - , - - - - - - , El documento elaborado por AIUM denominado Medi-
5 2 5 10
cal Ultrasound Safety, aconseja que el explorador se haga
Frecuencia (MHz)
cuatro preguntas para que el uso de la representación re-
• Pul m ó n d e ratón adulto (10 ¡.Ls) sulte efectiv0 69 :
• Pul m ó n de ratón adulto (1 ¡.Ls) 1. ¿Qué índice debe aplicarse a la exploración que se está
O Pu lmón de ratón neonatal (10 ¡.Ls)
[] La rvas de mosca de fruta (10 ¡.Ls) realizando?
O Hojas de elodea (5 ¡.Ls) 2. ¿Existen factores que puedan provocar una lectura de-
masiado alta o demasiado baja?
Figura 2-9 Umbral de los bioefectos por ultra- 3. ¿Puede reducirse aún más el valor del índice incluso
sonidos pulsado de baja intensidad media tem- aunque ya sea bajo?
poral. Los datos mostrados en presiones máxi-
4. ¿Cómo puede reducirse la exposición a los ultrasonidos
mas de rarefacción (p- en la Fig. 2-1) como función de la
frecuencia de ultrasonidos durante la exposición. La dura- sin comprometer la calidad diagnóstica de la prueba?
ción del pulso se muestra entre paréntesis en la leyenda. Los médicos cuentan con datos en tiempo real y se les
También se muestran los valores del índice mecánico (1M) exige no sólo comprender la forma en que los ultrasoni-
y el pico espacial local, intensidad de pulso promedio dos interaccionan con los tejidos, sino también controlar
(/SPPA)' (De American Jnstitute of UJtrasound in Medicine. la producción de efectos biológicos adversos. La represen-
Bioeffects and safety of diagnostic uJtrasound, Rockville, tación de los índices se puede utilizar para controlar los
Md, 1993, AJUM.) efectos adversos potenciales derivados de la realización
de una exploración con ultrasonidos. Los índices térmico
y mecánico proporcionan al explorador una mayor infor-
/'2> .R~~RESENTAC~ÓN ESTÁNDAR mación y al tiempo una mayor responsabilidad a la hora
,~
'.... " ,,'~_
0'#1 •
DE LOS INDICES de controlar la potencia de los aparatos.

Algunos grupos, entre los que se encuentran la FDA, NOTAS GENERALES SOBRE
AIUM Y la NEMA, ha n desarrollado el Standard for Real- SEGURIDAD DESARROLLADAS
Time Display of Thermal and Mechanical Acoustical Out- PORAIUM
put Indices on Diagnostics Ultrasound Equipment, que es
un método de información para el explorador acerca de Es importante conocer algunas posiciones oficiales res-
los índices tér mico y mecánico. La representación en pecto a la situación actual de los efectos biológicos rela-
tiempo real del 1M y del IT permitirá contar con mayor cionados con los ultrasonidos. Es fundamental destacar el
información acerca del riesgo de que se produzcan efec- alto nivel de confianza respecto a la seguridad que ofrecen
tos biológicos durante las exploraciones (Fig. 2-10). El dichas afirmaciones oficiales. Por ejemplo, en el año 2007
estándar requiere ajustes dinámicos de los índices cuan- AIUM se reafirma en sus afirmaciones previas en las que
do la potencia del aparato se modifica y permite que el se aseguraba que no se había confirmado que existan
explorador aprenda la forma en que el control puede efectos biológicos derivados del uso de ultrasonidos con
afectar estos índices. Entre los aspectos que se deben te- los equipos diagnósticos actuales, aunque potencialmente
ner presentes en relación sobre el estándar de la repre- pudieran producirse, y que los beneficios para el paciente
sentación destacan: derivados de su uso prudente sobrepasan los riesgos, si es
• Debe ser claramente visible en la pantalla y debe co- que existen. Igualmente, con respecto al uso de ultrasoni-
menzar a aparecer cuando el instrumento sobrepase un dos diagnósticos en investigación, la AIUM recomienda
valor del índice de 0,4; con la excepción de los instru- que en el caso de exposición a ultrasonidos para un uso
mentos incapaces de sobrepasar valores para los índi- distinto de lo que resulte clínicamente beneficioso, la per-
ces por encima de 1, a los que no se les exige represen- sona debe ser informada respecto a las condiciones de
tar los índices de efectos biológicos como el 1M. exposición y la forma que ello pudiera repercutir en las 43
• A veces se representa un índice solamente (1M o IT), en exposiciones normales. En su mayoría, incluso las explo-
relación con el mecanismo que con mayor probabilidad raciones con objetivos de investigación, son comparables
pueda originar el efecto. a estudios diagnósticos normales y no suponen un riesgo
CONCLUSIONES DE LA AIUM SOBRE CUERPOS GASEOSOS
Aprobado el8 de noviembre de 2008 4. Los umbrales para los efectos adversos no térmicos de-
penden de las características del tejido, duración de
Los efectos biológicos importantes, adversos, no térmicos exposición (ED) y parámetros de ultrasonidos como la
solamente se han podido identificar con ciertas exposicio- frecuencia (fJ, duración de pulso (PD) y frecuencia de
nes diagnósticas relevantes en tejidos que presentan con- repetición de pulso (PRF). En el caso de la hemorragia
centraciones bien definidas de cuerpos gaseosos. Tales pulmonar en el periodo postnatal en exp erimentación
cuerpos gaseosos o bien se producen de forma natural o animal, existe una relación empírica para el valor um-
pueden ser inyectados de forma exógena, como es el caso bral de la presión acústica in situ y es:
e de los medios de contraste para ultrasonidos. Esta conclu-
-o P\ = (2,4 f c 0.28 PRF°,04) / (PD°.27EDo. 23 ) MPa,
'(3 sión se refiere a la primera, al tiempo que los medios de
o
4) contraste merecen consideraciones distintas (Nota del donde los rangos y unidades de las variables investiga-
en editor: ver el recuadro de pago 42). das son f = 1 a 5,6 MHz, PRF = 0,017 a 1,0 kHz, PD = 1,0
1. La potencia de algunos dispositivos de ultrasonidos co- a 11, 7 ~s cy ED = 2,4 a 180 s. Las relaciones mencionadas
mercialmente disponibles pueden generar niveles que difieren de forma significativa de la correspondiente
producen hemorragia en los pulmones e intestino en fórmula utilizada para el 1M y está en desarrollo el 1M
distintos animales de laboratorio. específico de pulmón.
2. Se ha formulado un índice mecánico (IM) * para ayu- 5. El umbral del teórico peor caso posible para la nucleación
dar al explorador a calibrar la probabilidad de efectos de burbuja y posterior cavitación inercial en el tejido
biológicos relacionados con la cavitación en exposi- blando es 1M = 3,9 a 1 MHz. El umbral disminuye aproxi-
ciones diagnósticas relevantes. El 1M es un indicador madamente a 1,9 a 5 MHz y por encima, un nivel igual a la
mejor que mediciones de parámetros aisladas de ex- máxima salida permitida por la FDA de los EE. UU. para el
posición, p. ej., intensidad reducida de pulso-pico pro- uso de dispositivos de ultrasonidos diagnósticos. Valores
medio (lsPPA.3) o presión rarefaccional pico reducida experimentales para el umbral de cavitación se corres-
(Pr.3) para unos conocidos efectos biológicos no térmi- ponden con 1M > 4 para la extravasación de células san-
cos adversos. guíneas en ratones murinos y de 1M > 5,1 para provocar la
3. El valor de umbral de un 1M actual para la hemorragia parálisis de miembro trasero del neonato murino.
en ratón es de aproximadamente 0,4. El correspon- 6. En las exposiciones clínicamente relevantes (1M S 1,9)
diente umbral para el intestino es de 1M = 1,4; aún no se se han referido efectos no térmicos adversos biológica-
han concretado las implicaciones de estas observacio- mente importantes en tejidos de mamíferos que no
nes para la exposición humana. contenían cuerpos gaseosos bien definidos.
Reimpreso con permiso de AIUM
*EIIM es igual que la presión rarefaccional pico reducida (en MPa) en el punto de la integral de la intensida d de pulso máxima d ivi-
dida por la raíz cuadrada de la frecuencia del centro ultrasónico (en MHz). Ver American Institute ofUltrasound in Medicine. Standard
for real·time display ofthermal and mechanical acoustic output in dices on diagnostic ultrasound equipment, Revision 2. Rockville, Md,
2004, AIUM and National Electrical Manufacturers Association.

. adicional. De hecho, muchas investigaciones se pueden . Contrast Agents, and Naturally Occurring Gas Bodies 20 • No
realizar junto a estudios rutinarios. existe evidencia experimental independiente que confir-
Los efectos basados en modelos animales in vivo están me lesión en modelos animales por debajo de cÍertos
sintetizados en la AIUM Statements on Heat-Thermal Bioe- niveles prescritos de IT e 1M (ascenso térmico <2 oC e
ffects, Bioeffects on Diagnostic Ultrasound with Gas Body 1M <0,4). El nivel para el 1M es estricto, ya que los tejidos
que contienen cuerpos gaseosos sufren daño con niveles
mucho más bajos, a diferencia de los tejidos que no inclu-
yen cuerpos gaseosos. Los efectos biológicos no se han
detectado incluso con un 1M de 4,0 en ausencia de cuer-
pos gaseosos.

A partir de las causas potenciales conocidas de bioefectos,


revisaremos ahora las evidencias epidemiológicas que se
han aportado en parte para justificar la seguridad aparen-
te de los ultrasonidos. En 1988 Ziskin y PetittFOrevisaron
los estudios epidemiológicos realizados hasta entonces y
Figura 2-10 Representación de los índices de llegaron a la conclusión de que, «Los estudios epidemioló-
44 411....- ~
los bioefectos. Aspecto típico de una representa- gicos y el seguimiento de su uso clínico a lo largo de 25
~ ción de barrido con ultrasonidos que muestra (es- años no han aportado evidencias de ningún efecto adver-
quina superior derecha) el índice térmico en el hueso (ITH) so derivado del uso de la ecografía diagnóstica». Una revi-
y el índice mecánico (1M) de un transductor endocavitario. sión de 2008 71 de la literatura epidemiológica llevado a
damente baja sin seguimiento para determinar la
CONCLUSIONES DE SEGURIDAD naturaleza del efecto. Además, un estudio preliminar que
DE LA AIUM SOBRE ULTRASONIDOS incluyó 121.000 estudios fetales refirió la ausencia de
DIAGNÓSTICOS efectos 74 . Moore y cols.75 refirieron un aumento en la inci-
CONCLUSIONES DE LA AIUM SOBRE
dencia de partos de bajo peso, mientras que Stark y cols. 76
EL USO PRUDENTE Y SEGURIDAD CLÍNICA revisaron los mismos datos utilizando un tratamiento es-
Aprobado en oct ubre de 1 982; revisado en arzo de 2007 tadístico distinto y no encontraron un aumento significa-
tivamente distinto. Scheidt y cols.77 observaron unos re-
Los ultrasonidos diagnósticos están en uso desde me-
diados de los 50. Dados sus conocidos beneficios y la re- flejos de aprensión y tónicos del cuello anormales. Sin
conocida eficacia para el diagnóstico médico, que inclu- embargo, estas conclusiones resultan de difícil interpreta-
ye su uso durante el embarazo, la American lnstitute o/ ción, dado el tratamiento estadístico de los datos. Stark y
Ultrasound Medicine afirma en el presente documento cols. 76 apreciaron una incidencia aumentada de dislexia,
respecto a las condiciones vinculadas con su uso: No se pero los mismos niños mostraron pesos al nacimiento por
ha confirmado que existan efectos adversos asociados
con la exposición con los actuales instrumentos para el debajo del promedio. Abundan los problemas generales
diagnóstico por ultrasonidos en el caso de pacientes hu- en los estudios epidemiológicos, como la ausencia de unas
manos y en ausencia de medios de contraste. Los efectos condiciones de exposición bien documentadas y la edad
biológicos (como una hemorragia pulmonar localizada) gestacional, problemas en las muestras estadísticas (con-
se han referido en mamíferos, bajo exposiciones diag- tando tanto los resultados positivos como los negativos) y
nósticamente relevantes, pero no se ha establecido el el uso de sistemas de estudio antiguos, especialmente pa-
significado clínico de dichos efectos. Los ultrasonidos
pueden utilizarse por profesionales cualificados con la ra el uso de Doppler fetal. La dislexia fue estudiada como
finalidad de proporcionar beneficios médicos al paciente. parte de dos estudios randomizados, que incluyeron un
seguimiento a largo plazo y mostraron que no existían di-
CONCLUSIONES DE LA AIUM SOBRE SEGURIDAD ferencias entre los expuestos a ultrasonidos y los sujetos
EN EL ENTRENAMIENTO E INVESTIGACIÓN del grupo controF8.79.
Aprobado en marzo de 1983; revisado y aprobado en marzo de
2007 Ziskin y PetitteOresumieron también los factores para
evaluar la evidencia epidemiológica. Es importante reco-
Los ultrasonidos diagnósticos se vienen utilizando des- nocer que la evidencia epidemiológica puede utilizarse
de mediados de los años 50. No existen efectos biológi-
cos adversos confirmados como consecuencia de su uso. para identificar la asociación de las exposiciones y los
Aunque no se haya identificado riesgo que pueda alertar
frente a un uso prudente y conservador de los ultrasoni-
dos diagnósticos para usos docentes y de investigación,
la experiencia derivada de la práctica diagnóstica puede EMISIÓN ÓPTIMA DE ULTRASONIDOS:
o no ser relevante cuando se dan situaciones con tiem- MENOR POTENCIA DE EMISIÓN CON
pos de exposición y exposiciones alteradas. Por ello se
considera apropiado hacer la siguiente recomendación: IMÁGENES DE CALIDAD
Cuando las exploraciones se realicen con finalidades CONTROLES DIRECTOS
de entrenamiento o investigación, el sujeto será in- Tipo de aplicación: fetal, cardiaca, etc.
formado de las condiciones de la exposición pre- Intensidad de emisión: potencia, emisión transmisió[l.
vista y comparadas con las que se dan con un uso Enfoque: permite aumentar la intensidad de emiSión sola-
diagnóstico convencional. mente en la zona focal
Reimpreso con permiso de la AIUM
CONTROLES INDIRECTOS
Modalidad de ultrasonidos
Modos sin barrido (depositan calor en una zona)
cabo por una subcomisión de la AIUM referente a la epide- Onda continua de Doppler
Doppler pulsado o espectral
miología de la ecografía diagnóstica reiteró las conclusio- Modo-M
nes de la AIUM sobre el uso de los ultrasonidos diagnósti- Modos con barrido
cos en obstetricia 72 • Esta conclusión es similar a la Modo-B o escala de grises
aprobada en 1995 y difiere ligeramente de la aprobada en Doppler dolor
1987, que concluyó que no existían datos confirmados so- Doppler potencia
Frecuencia de repetición del pulso
bre efectos asociados a la exposición a ultrasonidos en
Aumenta las ráfagas de energía por unidad de tiempo
aquel momento. El matiz que se hizo fue que, aunque se Longitud de pulso
habían detectado algunos efectos, no podían justificar una Aumenta el volumen de muestra en estudios de Doppler
conclusión causal basada en dicha evidencia. Transductor apropiado
Resulta difícil realizar estudios epidemiológicos y los Frecuencia elevada; requiere más intensidad para alcanzar
análisis de datos e interpretaciones de resultados pueden la profundidad
Menor frecuencia; menos intensidad necesaria para alcan-
resultar aún más difíciles. Múltiples estudios epidemioló- zar la profundidad
gicos sobre la exposición fetal a ultrasonidos sugieren que Controles de ganancia
detectaban ciertos bioefectos y han sido objeto de debate. Compensación de ganancia de tiempo (CGT) pueden mejorar
45
Únicamente se ha citado un efecto inespecífico en una re- la imagen sin incrementar potencia
visión general sobre 1,2 millones de exploraciones en Ca- Ganancia del receptor, aumenta la amplitud del eco sin más
nadá 73 • Sin embargo, se trata de una incidencia extrema- intensidad.
CONCLUSIONES DE LA AIUM PARA SOBRE IMAGEN FETAL
en
ca
()
Aprobado el 22 de junio de 2005 lo que se considera seguro para el feto. Otro uso de «médi-
'c;; co limitado de ultrasonidos» pued constituir una prácti-
:¡: La AIUM recomienda un uso responsable de la ecografía ca de la medicina sin licencia. La Al M enfatiza que cual-
en diagnóstica para la imagen fetal. La AIUM se hace cargo de quier imagen requiere una documentación apropiada y
G)
en las crecientes presiones de pacientes para la realización un informe final para la historia clínica el paciente y que
ca de estudios ecográficos con el objeto de conciliación o irá firmado por el médico.
al tranquilidad, en gran parte derivados de una calidad de Aunque el uso general de los ultrasonidos para el diag-
imagen de las ecografías 3D y son consecuencia del gran nóstico se considera seguro, la energía de los ultrasonidos
c:: volumen de información respecto a estos avances. Aunque tiene el riesgo potencial de producir efectos biológicos.
-o
'0 solamente existen evidencias preliminares de que las eco- Los bioefectos de los ultrasonidos tienen su origen en es-
()
el) grafías 3D suponen un impacto positivo sobre la relación tudios durante un tiempo prolongado, el uso inapropiado
en parento fetal, la AIUM reconoce que muchos padres pue- del Doppler color o pulsado sin indicación médica o unos
den pretender realizar ecografías con este objeto. parámetros de índices térmicos o mecánicos excesivos. La
Dicha «imagen de recuerdo» surge habitualmente en di- AIUM recomienda a los pacientes que se aseguren de que
versas situaciones, que son las siguientes: los exploradores que realicen la ecografía hayan recibido
1. Imágenes de videoclips que reciben los padres durante un entrenamiento específico en imagen fetal para garanti-
una exploración médica que está clínicamente indicada. zar los mejores resultados posibles.
2. Comercios para la obtención de imagen fetal, habitual- La AIUM también cree que un coste añadido por propor-
mente sin supervisión médica y sin regulación del en- cionar al paciente imágenes o copias de sus registros médi-
trenamiento de los individuos que obtienen las imáge- cos puede violar los principios de la ética médica de la Ame-
nes; estas imágenes son llamadas a veces «vídeos de rican Medical Association8s•86 (E-8.062 y E-8.063) y el
entretenimiento», y American Col/ege 01 Obstetricians and Gynecolog isfs'l7. La
3. Como coste añadido a la visita médica (consulta u hos- AIUM por ello se reafirma en sus «conclusiones para un uso
pital) fuera de la cobertura de las relaciones contrac- prudente» y recoge como compatible con los principios éti-
tuales entre proveedor y aseguradora del paciente. cos de nuestras organizaciones profesionales solamente lo
La AIUM recomienda que sean los profesionales médi- apuntado en el escenario 1 previamente expuesto.
cos entrenados y acreditados (ya sean médicos licencia- El mercado de las imágenes de recuerdo se ve afectado en
dos, ecografistas registrados o candidatos dentro del re- parte por prácticas médicas del pasado, influidas por
gistro de ecografistas) quienes realicen el entrenamiento preocupaciones medicolegales como razón para no facili-
especializado en imagen fetal y ejecuten toda la explora- tar imágenes a los pacientes. Compartir imágenes con los
ción con ultrasonidos. Estos individuos se han entrenado pacientes no es probable que tenga un impacto medico le-
para reconocer situaciones médicas importantes, como gal negativo. Aunque estas dudas requieran mayor análisis
las malformaciones congénitas, artefactos asociados con y evaluación, animamos a compartir imágenes con los pa-
el barrido ultrasónico que puede remedar patología y téc- cientes como una buena práctica cuando los estudios obs-
nicas para evitar la exposición a ultrasonidos mas allá de tétricos con ultrasonidos que se realicen 89 estén indicados.
Reimpreso con permiso de la AJUM.

efectos biológicos, pero ello no prueba que la exposición cuencia del análisis de datos. Son varias las deficiencias en
ocasionara el bioefecto. La fuerza de la asociación queda la metodología de la selección y exposición de los grupos
establecida por la significación estadística de la relación. experimentales, pero en general, puede deducirse que
Hill BO y Abramowicz y cols. 71 desarrollaron los siguientes existe cierta asociación a partir de este estudio clínico
siete criterios para valorar la causalidad: randomizado y bien dirigido. En un estudio caso-control,
1. Fuerza de la asociación Campbell y cols. 82 refirieron una tasa significativam ente
2. Capacidad de reproducirse y con estudios previos rela- mayor de retraso en el habla en los niños qu e fueron inso-
cionados nados intraútero. No existe una asociación tan fuerte en
3. Especificidad de un bioefecto concreto o lugar de expo- los estudios caso control como en estudios prospectivos, y
sición las mediciones de retraso en el habla son complejas. Pos-
4. Relación del tiempo entre causa y efecto teriormente Salvesen y cols.83 no pudieron objetivar dife-
5. Existencia de dosis respuesta rencias significativas en el retraso en el habla, vocabulario
6. Verosimilitud del efecto limitado o tartamudeo en un estudio sobre 1107 niños
7. Evidencia basada en estudios de laboratorio expuestos intraútero (1.033 controles).
Cuando se consideran estos factores no parece existir
una clara relación entre la respuesta biológica adversa y la
exposición a ultrasonidos con finalidad diagnóstica. '::'\ CONTROL DE LA INTENSIDAD
Newnham y cols. 81 refirieron una restricción del creci- V DE LOS ULTRASONIDOS .
miento intrauterino en un estudio diseñado para determi-
6 nar la eficacia de los ultrasonidos para reducir el número El aspecto más importante sobre los bioefectos potencia-
de días de estancia y la tasa de prematuridad. Por tanto, les consiste en las acciones que el médico o ecografista
este estudio no fue diseñado para detectar bioefectos ad- puede adoptar para minimizar estos bioefectos. Es esen-
versos, pero se observó un bioefecto adverso como conse- cial que los exploradores comprendan los riesgos que in-
cluyen en el procedimiento, pero sin la capacidad de con- rán mejores resoluciones espaciales, la atenuación tisular
trolar la potencia de ultrasonidos, este conocimiento tiene aumenta al ampliar la frecuencia de ultrasonidos, de for-
un valor limitado. Se han aplicado ciertos métodos para ma que la penetración puede perderse. Quizás sean más
limitar la exposición a los ultrasonidos conservando unas importantes los controles de ganancia del receptor. El
imágenes válidas para el diagnóstico. receptor no tiene efecto sobre la amplitud de salida acús-
Los controles de los equipos de ultrasonidos pueden di- tica. Por ello, antes de activar la intensidad de salida se
vidirse en directos e indirectos. Los controles directos debe intentar aumentar la ganancia del receptor. Debe no-
son tipos de aplicaciones e intensidad de salida. Los tipos tarse que algunos controles de equipos interactúan real -
de aplicaciones son los diversos controles de sistema mente con la intensidad acústica de salida sin un control
que permiten una selecció n adecuada de un tipo de explo- directo. Se debe comprobar si el fabricante proporciona
ración determinada y aparecen en forma de iconos que se unos controles separados para el control de ganancia,
seleccionan por el explorador. Estos ajustes permiten li- compensación de ganancia de tiempo (CGT) y para la
mitar el tiempo requerido normalmente para optimizar intensidad acústica de salida. La CGT puede mejorar la ca-
parámetros de imagen y solamente deben utilizarse como lidad de imagen sin aumentar la potencia. C\I
se indica. Por ejemplo, no deben utilizarse los ajustes car- No existe realmente un sustituto para un explorador o
diacos para una exploración obstétrica. La intensidad de bien entrenado. Los índices y requerimientos de los es- '3
:!::
Q,
salida (que puede denominarse «potencia» o «output» o tándares de la representación de potencia ayudarán sola- ca
«salida») controla el conjunto de potencia ultrasónica mente a quienes quieran utilizarlos y entenderlos. La re- O
emitido por el transductor. Este control suele afectar la presentación en tiempo real de los índices mecánicos y
imagen en distintas proporciones, en función del enfoque. térmicos en los ecógrafos diagnósticos ayudarán al médi-
Deberá utilizarse la potencia más baj a capaz de generar co a evaluar y a minimizar los riesgos potenciales en el
una buena imagen para minimizar la intensidad de expo- uso de dicho instrumental. Se debe estimular tanto a mé-
sición. El enfoque del sistema lo maneja el explorador y dicos como a ecografistas para que aprendan más sobre la
puede modificarse para mejorar la calidad de imagen al forma de minimizar los bioefectos potenciales.
tiempo qu e se limita la intensidad acústica requerida sin
precisar un aumento de la intensidad.
Los diversos controles indirectos afectan considerable- ~ VíDEOS ECOGRÁFICOS
mente la exposición a los ultrasonidos, al decidir la forma .~ DE RECUERDO
en que se distribuye la energía ultrasónica en el tiempo y
espacio. Al elegir la modalidad de ultrasonidos (p. ej., mo- Es motivo de preocupación la creciente utilización de la
do-B, Doppler pulsado, Doppler color), el explorador con- ecografía diagnóstica como técnica de escaneo en mujeres
trola la forma de barrido del haz. Las modalidades sin ba- embarazadas con finalidad no médica para obtener una
rrido depositan la energía a lo largo de un camino simple y imagen de «recuerdo» del feto. Sin embargo, se recurre a
aumentan el riesgo de calentamiento. La frecuencia de la ecografía con este fin en el segundo y tercer trimestre,
repetición del pulso (FRP) indica la frecuencia de activa- que es cuando la calcificación ósea puede favorecer los
ción del transductor. Al aumentar el número de ráfagas de efectos térmicos. Además, las mujeres cuyos recursos eco-
ultrasonidos por segundo aumentará la intensidad tempo- nómicos les permitan repetir las exploraciones con ultra-
ral media. La FRP normalmente se controla cambiando la sonidos expondrán a sus fetos y a sí mismas a riesgos ma-
máxima profundidad de imagen en el modo-B o el rango de yores, si se demuestra que los bioefectos por ultrasonidos
velocidad en las modalidades del Doppler. La longitud de son aditivos <> simplemente que aumentan el riesgo de
las ráfagas (también llamadas «longitud de pulso» o «du- bioefectos. Cuando no exista un beneficio clínico en di-
ración de pulso») controla la duración de transmisión de chos estudios de recuerdo, la relación riesgo/beneficio es
cada ráfaga de ultrasonidos. Aumentando la duración de la claramente de cero. Por otra parte, puesto que el equipo
ráfaga al tiempo que se mantiene la misma PRF aumentará de ultrasonidos utilizado suele ser casi idéntico al utiliza-
la intensidad media temporal. El control de la duración de do por los médicos, el usuario podría no ser consciente de
la ráfaga puede no ser evidente. Por ejemplo, con el ultraso- que no se genera, interpreta o remite información médica
nido del Doppler, aumentando la muestra de Doppler, la a su ginecólogo. (Además se sabe que en los formularios
longitud del volumen aumentará la duración de las ráfagas. para la realización de estas ecografías se firma esta condi-
La selección de un transductor apropiado también li- ción). La FDN4 desaprueba el uso del equipo médico con
mitará la necesidad de uso de potencias acústicas eleva- esta finalidad y remite a los técnicos a los protocolos de la
das. Incluso a pesar de que altas frecuencias proporciona- AIUM en relación a los vídeos de recuerdo.

47
Capítulo 3

MEDIOS DE CONTRASTE
EN ECOGRAFÍA
Peter N. Burns

La inyección de un medio de contraste forma parte de la por corazón y pulmones. Esta es una especificación muy
rutina de trabajo en radiología para la obtención de radio- exigente que se ha cumplido únicamente en la última dé-
grafías, TC, RM y radioisótopos. Sin embargo, a pesar de la cada. Actualmente más de 60 países han aprobado el uso
importancia evidente del componente vascular en mu- de al menos un medio de contraste para la ecografía diag-
chos estudios eco gráficos en radiología, y a pesar de la nóstica abdominal. La tecnología universalmente acepta-
disponibilidad de los medios de contraste para ecografía, da es que las burbujas de gas encapsulado son más peque-
la imagen no cardiaca con ultrasonidos tan sólo está co- ñas que las células rojas y por tanto capaces de circular
menzando a adentrarse en los beneficios potenciales de con libertad por el árbol vascular.
su potenciación con la ayuda del contraste. La razón es Los medios de contraste actúan a partir de su presencia
que los ultrasonidos, a diferencia de la imagen radiológi- en el árbol vascular, desde donde se metabolizan fin al-
ca, se benefician de un contraste inherente entre la sangre mente (medios de contraste del lecho vascular) o por s u
y los tejidos sólidos, que permite que los grandes vasos se captación selectiva por parte del tejido después de la fa-
puedan visualizar sin recurrir a medios de contraste y la se vascular. Las propiedades más importantes del tejido
asociación de un método de sustracción de imagen. Ade- por su influencia en la imagen de ultrasonidos son el
más, la ecografía Doppler color es una herramienta poten- coeficiente lineal y no lineal de retrodispersión y la
te y efectiva, con la capacidad adicional de cuantificar pa- atenuación y la velocidad de propagación acústica 1•2 •
rámetros hemodinámicos como la dirección y velocidad La mayoría de los medios de contraste trabajan poten-
del flujo sanguíneo. ciando el eco desde la sangre incrementando la retrodis-
Son precisamente estas capacidades las que han am- persión todo lo posible y aumentando la atenuación en el
pliado los nuevos medios de contraste de última genera- tejido lo menos posible.
ción hasta abarcar también la microcirculación, redefi -
niendo el papel de los ultrasonidos que permiten estudiar Medios de contraste del lecho vascular
además problemas vasculares que hasta ahora solamente
resolvía la tomografía computarizada con contraste (TC) Burbujas de gas libre
y la resonancia magnética (RM). Los medios de contraste Gramiak y Shah 3 fueron los primeros en utilizar burbujas
pueden ayudar a delinear las estructuras vasculares y po- para potenciar el eco de la sangre en 1968. Inyectaron
tenciar las señales de Doppler a partir de pequeños volú- suero salino agitado en el ventrículo izquierdo durante un
menes de sangre. Aún más importante: por primera vez estudio ecocardiográfico y observaron unos ecos fuertes
estos agentes permiten imagen por ultrasonidos de la dentro de la luz de la aorta. Después se demostró que es-
perfusión de un órgano y de una lesión en tiempo real. tos ecos se originaron de las burbujas libres de aire que
Este capítulo pretende informar y ser una referencia so- emergían de la solución, bien por la agitación o a partir de
bre el uso práctico de los medios de contraste para estas la punta del catéter durante la inyección 4 • También se uti-
nuevas indicaciones. lizan soluciones agitadas de compuestos como el verde
indocianina y el diatrizoato/ meglumina (Renografi n), ya
aprobado para su inyección intraarterial. La aplicación de
, REQUERIMIENTOS Y TIPOS gas libre es un medio de contraste que se limita al cora-
,"
zón, incluyendo evaluación de la insuficiencia cardiacaS,
shunts intracardiacos 6 y dimensiones de cámaras 7 • Las li-
Los principales requerimientos de un medio de contraste mitaciones principales de las burbujas producidas de este
para ultrasonidos son: 1) que se pueda introducir con fa- modo se relacionan con su tamaño grande, al ser filtradas
cilidad en el torrente vascular, 2) que sea estable durante eficazmente por los pulmones, e inestables, se disuelven
la duración del estudio diagnóstico, 3) baja toxicidad, y 4) en alrededor de 1 s. Además de su uso ocasional para
que modifique una o más propiedades acústicas de los te- identificar shunts, las burbujas de aire libre se utilizan
jidos para que se pueda detectar mediante imagen de ul- rara vez en la actualidad como medio de contraste.
8 trasonidos. Aunque pueden observarse aplicaciones para
su inyección en arterias, el contexto clínico de la ecografía Burbujas de aire encapsulado
con contraste requiere que los medios de contraste sean Para superar la inestabilidad natural de las burbujas de
aptos para su inyección intravenosa y su paso, intactos, aire libre, se han investigado varias cubiertas que permi-
tieran unas partículas más estables. En 1980, Carol y cols. 8 preliminares con Levovist demostraron su capacidad de
encapsularon burbujas de nitrógeno en gelatina y las in- atravesar el lecho pulmonar en concentraciones suficien-
yectaron en la arteria femoral de conejos con tumores tes para potenciar las señales tanto del Doppler color co- ca
VX2 en el muslo. Aunque se pudo identificar potenciación mo espectral, así como los estudios en escala de grises ....
,-

del eco del borde del tumor, el diámetro mayor de las bur- que utilizan modos de imagen no lineal, como la inversión E
el)
bujas cubiertas (80 11m) impedía su administración intra- de pUIS0 13•14 • Levovist sigue aprobado para su uso en la O
O
venosa. En 1984 Feinstein y cols. 9 produjeron por primera Unión Europea (UE), Canadá, Japón u otros numerosos Q)

vez microburbuj as encapsuladas estables que eran com- países, aunque no en Estados Unidos. Con el Levovist se t:
Q)
parables en tamaño a los glóbulos rojos (RBC) y podrían iniciaron muchas aplicaciones clínicas para los medios de
superar el paso a través del corazón y entramado vascular contraste intravenosos que ahora ha dejado paso a los lla- ~
de los pulmones. Produjeron microburbujas mediante so-
nicación de una solución de suero con albúmina humana
mados medios de segunda generación; actualmente ya no
se comercializa.
...E
t:
O
y demostraron que podría detectarse en las cámaras iz- O
Q)
quierdas del corazón después de su inyección en sangre Burbujas de gas de baja solubilidad "C
periférica. Este medio de contraste fue desarrollado des- Las cápsulas que estabilizan las micro burbujas son extre- en
pués comercialmente como Albunex (Mallinckrodt Medi- madamente delgadas y permiten que gases como el aire O
cal, St. Louis) (Tabla 3-1). difunda a su través y desaparezca disolviéndose en la san- =a
Q)
Otro planteamiento para la estabilización de las burbu- gre. La rapidez con la que sucede depende de diversos fac- :E
jas de aire consiste en añadir una cubierta Iipídica di- tores, como la naturaleza del medio líquido y las burbujas M
suelta con polvo seco. Levovist (Schering AG, Berlín), que bajo insonación. Después de la inyección venosa, la dura- o
es una mezcla seca compuesta por un 99,9% de micropar- ción típica en el torrente circulatorio del Levovist y Echo- 3
:::
Q.
tículas microcristalinas de galactosa y un 0,1 % de ácido vist es de solamente unos pocos minutos. Puesto que es- 10
palmítico. Al disolverse en agua estéril, la galactosa se dis- tos medios de contraste se introducen como bolos y el O
grega en micropartículas, que proporcionan una superfi- efecto máximo es durante su primer paso, el tiempo útil
cie irregular para su adherencia a unas microburbujas de de imágenes es considerablemente menor que su dura-
3-4 11m de diámetro. La estabilización de las microburbu- ción. Los medios de segunda generación se diseñaron tan-
jas se consigue cuando se cubren con ácido palmítico, que to para aumentar la potenciación de la retrodispersión
separa la interfase gas-líquido y enlentece su disolución 10. como para permanecer más tiempo en el torrente circula-
Las microburbujas tienen un diámetro medio de 311m, en torio, aprovechando la ventaja de gases poco solubles co-
el 97 percentil a unos 6 11m, y son suficientemente esta- mo los perfluorocarbonos. Estos gases pesados difun-
bles como para poder atravesar el circuito pulmonar. El den más despacio a través de la cubierta de las burbujas y
medio de contraste se relaciona químicamente con su tienen una solubilidad en la sangre mucho menor. Opti-
predecesor el Echovist (SHU454, Schering AG), un medio son (GE, Healthcare, Milwaukee) es una burbuja recubier-
a base de galactosa que forma burbujas mayores utilizado ta de albúmina rellena de perfIuoropropano con una dis-
sobre todo para la visualización de estructuras no vascu- tribución del tamaño similar a las de su predecesor,
lares como la trompa de Falopio ll •12 • Numerosos estudios Albunex, y está aprobado para indicaciones «cardiológi-

Situaci6n regulatoria y comercializaci6n de medios de contraste


para ultrasonidos
Nombre Empresa Cubierta lipídica-gas Situación

Albúmina Mallinckrodt Sonicada-aire Aprobado en la UE, EE. UU., Canadá.


No comercializado
Echovist Schering Matriz de galactosa-aire Aprobado en UE, Canadá
Levovist Schering Lípido-aire Aprobado en UE, Canadá, Japón
No comercializado
Definity Lantheus Medical Imaging Liposoma/perfluropropano Aprobado en EE. UU. para cardiología, en
Canadá, Australia, Asia, América para radiología y
cardiología
SonoVue Braceo Fosfolípido/sulfuro de hexafluoruro Aprobado en UE para radiología y cardiología;
en EE. UU. para desarrollo clínico
Optison GE Healthcare Albúmina sonicada/ Aprobado en UE, EE. UU ., Canadá para
octafluoropropano cardiología
Imagent Schering Surfactante/aire, perfluropropano Aprobado en EE. UU. para cardiología
No comercializado
Sonavist Schering Polímero/aire Suspendido desarrollo
Sonazoid GE Healthcare/Daiichi-Sankyo Lípido/ perfluorobutano Aprobado en Japón para radiología
Bisphere Point Biomedical Polímero bicapa/aire Desarrollo clínico 'OO 49
Imagify Acusphere Polímero/perfluorobutano °'
Desarrollo clínico '
PESDA Porter y cols. '02 Albúmina sonicada/perfluorocarbono No desarrollado comercialmente

EU, Unión Europea; EE. Uu., Estados Unidos


cas» en la UE, EE. UU. y Canadá (Fig. 3-1, A). SonoVue Captación selectiva del contraste
(Bracco Imaging, SpA, Milán) utiliza el sulfuro de hexafluo- Un medio de contraste de acumulación en la sangre mues-
rano en una cubierta de fosfoIípidos y está disponible pa- tra el mismo flujo que la propia sangre y finalmente se me-
ra indicaciones de «cardiología y radiología» en la UE, Chi- taboliza desde el lecho vascular. Medios como el Definity,
na y diversos países. Definity (Lantheus Medical Imaging, SonoVue y Optison no se suelen detectar fuera del lecho
BilIerica, Mass) está formado por microburbujas de per- vascular y por ello se aproximan a lo ideal. Sin embargo, las
fluoropropano recubiertas con una capa bilípida flexible, preparaciones del contraste se pueden elaborar para que
que también muestra una estabilidad mejorada y una po- sean capaces de proporcionar potenciación a ultrasonidos
tenciación a bajas dosis 15 (Fig. 3-1, B). Definity está apro- también durante su metabolismo y además mientras se
bado para su uso en «cardiología y radiología» en Canadá, mantengan en el lecho vascular. Las suspensiones coloida-
e
'o Australia, Asia y otros países de Centro y Sudamérica y les de gotas líquidas con ciertas propiedades de cobertu-
'(3
oQ) para cardiología en EE. UU. Sonazoid (Daiichi Sankyo, ra 16,19,20 como el perfluroctilbromuro 18 y las microburbujas,
t/J Tokyo) está formado por burbujas de perfluorocarbono y se captan por el sistema reticuloendotelial (SRE), desde
una cubierta de lípidos 16 y está actualmente aprobado pa- donde se excretan finalmente, En el SRE puede proporcio-
ra radiología en Japón. nar contraste desde el interior del parénquima hepático,
Aunque diminutas, estas burbujas son grandes compa- perfilando la distribución de las células de Ku pfer 21• Los
radas con las moléculas y partículas utilizadas como me- medios como el Levovist y Sonazoid proporcionan la «fase
dios de contraste para la TC y RM. Los medios de contras- tardía» en el parénquima hepático y el bazo después de ex-
te para estas modalidades son suficientemente pequeños perimentar aclaramiento desde el lecho vascular 22 , lo que
y capaces de difundir a través del endotelio fenestrado de permite la detección de lesiones de células de Kupfer daña-
los vasos sanguíneos al intersticio. De este modo, las imá- das, como las cancerosas 23 ,24, Más adelante se tratan otras
genes potenciadas de radiografías y RM con frecuencia estrategias para una captación más específica y dirigida.
muestran una fase parenquimatosa de potenciación, que
se utiliza para identificar estructuras vasculares hiper-
permeables, como las implicadas en la angiogénesis tu-
moraP7. Las microburbujas, por otra parte, son de un
tamaño comparable al de los glóbulos rojos, de forma que
donde llegan los glóbulos rojos llegan estas moléculas Una dosis típica de medio de contraste ecográfico es del
(Fig. 3-2) Y más importante, no van donde no llegan los orden de decenas de microlitros (JlL) de burbujas en sus-
glóbulos rojos. Las microburbujas son los primeros me- pensión por kilogramo (kg) de peso, de forma que una do-
dios de contraste «del torrente circulatorio» puro en ra- sis para el peso total puede ser del orden de 0,1 a 1,0 mili-
diología clínica. litros (mI). En la Figura 3-3 se muestra la potenciación del

50
Figura 3-1 Medios de contraste para ultrasonidos. A, Burbujas de perfluoropropano con una cubierta de pro-
teína (Optison), que se observa aquí como fondo de los hematíes. B, Microburbujas de gas perfluorocarbono re-
cubiertas por lípido (Definity) bajo microscopio de campo oscuro.
zar con un método que suprima los ecos de estructuras no
portadoras de contraste.
El Doppler ofrece un método que separa de forma exitosa
los ecos de la sangre de los procedentes del tejido. Se consi-
deró inicialmente que podían utilizarse las microburbujas
como un medio «potenciador de ecos» que hiciera posible
que se manifestara la perfusión 27 • Sin embargo el Doppler
depende de la alta velocidad relativa de la sangre en movi-
miento en comparación con los tejidos próximos. Esta dife-
rencia permite el uso de paso rápido o filtro (de pared) para
separar las señales Doppler ocasionadas por el flujo san-
guíneo de las debidas a movimiento tisular, y es válida para
flujos en grandes vasos pero no funciona con flujos a nivel
de parénquima, donde el tejido se mueve a la misma veloci-
dad o más deprisa que la sangre que lo perfunde. En este
caso la desviación de la frecuencia del Doppler del tejido
sólido en movimiento es comparable o es superior al movi-
miento de la propia sangre. Puesto que no se puede recu-
rrir al filtro de pared sin eliminar tanto los ecos del flujo
Figura - Las burbujas son relativamente gran- como los tisulares, el uso de Doppler en tales situaciones
des como medios de contraste y permanecen en queda superado por las más intensas señales del movi-
el lecho vascular. La microscopia de las burbujas miento tisular: el artefacto flash en color o el artefacto de
de perfluorocarbono marcadas con fluorescencia (Definity) golpe en el espectraF8. A pesar de algunas sugerencias es-
muestra en los capilares que muchas de ellas son trans- peranzadoras en sentido contrario, estas limitaciones fun-
portadas como hematíes (flechas). (Cortesía J. Lindner, damentales hacen que el flujo parenquimatoso no pueda
Oregon Health Sciences.) visionarse utilizando Doppler con frecuencias clínicas, con
o sin medio de contraste 29 (ver Fig. 3-1).
¿Cuál es entonces la forma en que se pueden utilizar los
eco en el árbol arterial después de la inyección venosa medios de contraste para mejorar la visibilidad de peque-
periférica de un medio de contraste de segunda genera- ñas estructuras perfundidas dentro del tejido? Está claro
ción. Se aprecia el pico de su primer paso seguido de la que el método que pudiera identificar el eco procedente
recirculación y lavado a medida que se elimina en los si- del medio de contraste y que suprimiera el del tejido sóli-
guientes pocos minutos. Al infundir las burbujas a través do podría proporcionar tanto una sustracción en tiempo
de un gotero salino o bomba se puede conseguir una po- real con la imagen potenciada por el medio de contraste
tenciación sostenida que alcance los 20 minutos 2s • La pe- en modo -B y una forma de Doppler con supresión del ar-
queña cantidad de gas perfluorocarbono se va diluyendo tefacto de «golpe» en el Doppler espectral, sin el uso de
en la sangre y después se excreta a través de pulmones e
hígado. La pequeña traza del material de la cubierta se re-
duce por elementos biocompatibles que, en el caso de me- 35

dios habituales, ya están presentes en la sangre 26 . Cii - 10¡ll/kg


Uno de los principales objetivos diagnósticos cuando se .c'"ro 30 - 20¡J.l/kg
- 40¡J.I/kg
recurre a los medios de contraste ecográficos en un órga- alro 25 - 100¡J.I/kg
no sólido es detectar el flujo en perfusión, es decir, nive- roª - 200¡J.l/kg
les arteriolar y venoso. La potenciación pico en la Figura >o 20
.~
3-3 es de alrededor de 1.000 veces la potencia del eco de
~
ultrasonidos de la sangre. Aunque esto parezca impresio- al "O
15
nante no necesariamente llega a ayudar en el visionado de eal
la perfusión. Los ecos de la sangre asociados con dicho '0ro 10
e
flujo, como los sinusoides hepáticos, están en la zona me- 2
~ 5
dia de los ecos que proceden de las estructuras sólidas
circundantes del parénquima hepático, ecos que son casi
siempre más potentes que incluso los ecos potenciados -25 O 25 50 75 100 125 150 175 200 225 250 275 300
por el medio de contraste. Cuando se observan los vasos Tiempo en segundos

sanguíneos de una imagen no potenciada no tienen nivel Figura 3-3 Flujo arterial realzado con contras-
de ecos. Así, un medio potenciador de ecos realmente ~ te. El eco con realce del flujo arterial después de
reduce el contraste entre la sangre y tejido circundante, un bolo intravenoso de Optison a dosis creciente.
lo que hace que la luz vascular sea menos visible. Por tan- El realce del pico es de 30 dB, correspondiendo con un
aumento de 1.000 veces de la potencia del eco. Obsérvese
51
to, para visionar el flujo de pequeños vasos hepáticos, se
requiere un medio de contraste que o bien 1) potencie los que la dosis aumentada diez veces no tiene el mismo efec-
to sobre el realce del pico. De hecho, es el tiempo de lava-
ecos sanguíneos hasta un nivel que sea considerablemen-
do lo que aumentó.
te mayor que el del tejido circundante, o 2) se pueda utili-
un filtro-velocidad dependiente en los modos espectral y índice mecánico
color. La imagen contraste específica, en ocasiones lla- Por razones no relacionadas con la imagen de contraste, la
mada imagen no lineal, ha proporcionado dicho método FDA exige que los ecógrafos comercializados en Estados
y es de ese modo la forma de detectar el flujo en pequeños Unidos lleven una referencia en pantalla de la estimación
vasos. de presión negativa pico normalizado a la que se está ex-
poniendo el tejido. Esta presión se modifica en fun ción del
Comportamiento de la burbuja tejido que atraviesa el sonido, así como de la amplitud y
y presión incidente geometría del haz de ultrasonidos: cuanto más alta sea la
La clave para comprender los modos de imagen contras- atenuación, menor será el pico de presión en el tejido. El
te-específicos y su uso clínico exitoso se basa en la exclu- equipo no puede «saber» el tejido que se quiere visionar,
c:
'o siva interacción entre las burbujas del medio de contraste de forma que el índice se ha definido como un reflejo
'(3
u
Q)
y el proceso de imagen. Controlar y aprovechar esta inte- aproximado de la exposición a la presión de ultraso nidos
rn racción es esencial en todos los medios de contraste espe- en el foco del haz sobre un tejido promedio.
cíficos. A diferencia de los tejidos, las microburbujas dis- El índice mecánico (1M) se define como la presión pico
persan los ultrasonidos de forma dependiente de la rarefaccional (por tanto negativa), dividido por la raíz cua-
amplitud de sonido al que quedan expuestas por el proce- drada de la frecuencia de ultrasonidos. Esta magnitud se
so de imagen. La consecuencia es que existen tres amplios relaciona con el trabajo mecánico que puede realizarse so-
patrones en el comportamiento de la burbuja yen conse- bre una burbuja durante medio ciclo negativo de sonido 32 .
cuencia tres tipos de ecos (Tabla 3-2). El 1M se considera que indica la predisposición del sonido
El patrón depende primero de la intensidad, o con mayor para ocasionar cavitación en el medio. En los aparatos de
precisión, de la presión pico negativa, del campo acústico ultrasonidos, el 1M suele ser de 0,05-2,0. Aunque se mues-
incidente producido en el barrido. Con presiones inciden- tra un valor aislado para cada imagen, en la práctica los 1M
tes bajas (que se corresponden con potencias de transmi- reales varían a lo largo de la imagen. En ausencia de atenua-
sión bajas del barrido) los medios de contraste producen ción, el 1M es máximo en el foco del haz. La atenuación des-
un realce de la retrodispersión lineal, que aumenta el plaza este máximo hacia el transductor. Además, de bido a
eco de la sangre. Este es el comportamiento que fue inicial- la complejidad del procedimiento para calcular el 1M, que
mente previsto por los fabricantes de medios de contraste.
A medida que se aumenta el control de intensidad del ba-
rrido y la presión negativa incidente sobre la burbuja se si-
túa entre 50-100 kilopascales (kPa), que sigue estando por ÍNDICE MECÁNICO (1M) EN IMAGEN
debajo del nivel utilizado en la mayoría de las ecografías DE ULTRASONIDOS
diagnósticas, la retrodispersión del medio de contraste co-
mienza un comportamiento no lineal con la emisión de • Definido como:
armónicos. Su detección constituye la base de los modos P
IM=~
de imagen contraste específicos, como los armónicos, in- {f
versión de pulso y Doppler. Cuando la presión pico alcanza
y sobrepasa los 300 kPa o 0,3 megapascales (MPa) yalcan- donde P neg es el pico negativo de la presión de
za el nivel emitido por un equipo habitual de ecografía en ultrasonidos en MPa y f es la frecuencia de
modo-M convencional, las burbujas producen un eco fuerte ultrasonidos en MHz.
pero breve cuando se deshacen por el haz de ultrasonidos. • Refleja la presión negativa normalizada a la
Este comportamiento constituye la base de la forma más que queda expuesto el objeto (p. ej., una
habitual de cuantificar la perfusión. burbuja) en un campo de ultrasonidos
En la práctica, debido a los distintos tamaños presentes • Se define por el foco del haz de ultrasonidos
en una población real de burbujas 30, y también al efecto
• Varía con la localización lateral en la imagen
adicional de la frecuencia, los bordes entre estos compor- (menor en los bordes del sector)
tamientos acústicos no son rígidos y varían entre distin-
tos tipos de burbujas, cuyo comportamiento depende bas- • Se estima de forma distinta por los equipos
diversos fabricantes
tante de las propiedades del gas y cubierta31 .

Tres pautas de comportamiento acústico de los medios habituales


de gas perfluorocarbono/lípido en el campo de ultrasonidos
Pico de presión índice mecánico Comportamiento Comportamiento Aplicación
(aprox.) (1M) (AT 2 MHz) de la burbuja acústico

<100 kPa <0,7 Oscilación lineal Realce retrodispersión Realce de señal Doppler
52 lineal
0,1-0,4 Mpa 0,07-0,3 Oscilación no lineal Retrodispersión no lineal Imagen de perfusión en tiempo real
(bajo 1M)
>0,5 Mpa >0,4 Disrupción Ecos no lineales Medición activada de flujo-perfusión-
transitorios disrupción rellenado
-ca
,-
E
C)
O
CJ
(1)
1:
(1)
(1)
1;)

-...ca
1:
O
CJ
(1)

".2
UJ

"(1)
::lE

Figura 3·" Necesidad de imagen específica de contraste. A, Imagen convencional de hígado que muestra una
~ masa grande y sólida. B, La administración de contraste aumenta la ecogenicidad de la sangre , pero genera arte-
factos Doppler debido al brote y movimiento de tejidos. e, La imagen contraste específica muestra vasos sanguí-
neos no visibles con el Doppler. D, Al iniciar imagen con altos 1M después de una pausa se aprecia perfusión de la masa y
una zona necrótica. La lesión es un carcinoma hepatocelular. (Modificado de Burns PN, Wilson SR, Simpson DH. Pulse
inversion imaging of liver blood flow: improved method for characterizing focal masses with microbubble contrasto Invest
Radiol 2000;35:58-71.)

en sí mismo es sólo una estimación de la magnitud real maño en la sangre, y b) las investigaciones sobre las carac-
dentro del cuerpo, los índices mostrados por distintos terísticas acústicas de los primeros medios de contraste 33
equipos no son precisamente comparables. Por tanto, y co- demostraron picos en el espectro de atenuación y disper-
mo ejemplo, puede observarse más disrupción de burbujas sión que dependían tanto de la frecuencia de ultrasonidos
cuando se muestre un 1M de 0,5 con un equipo y con 0,6 y como del tamaño de las micro burbujas. Esta evidencia
el mismo paciente utilizando otro equipo. Por este motivo, sugiere que las burbujas resuenan en un campo acústico.
las recomendaciones de los parámetros del ecógrafo para A medida que la onda de ultrasonidos (que incluye com-
una exploración concreta no son superponibles entre equi- presiones y rarefacciones alternantes) se propaga por las
pos de diversos fabricantes. En cualquier caso, el 1M es el burbujas, las burbujas experimentan un cambio periódico
índice más importante para el explorador en relación con el en su radio en sincronía con las oscilaciones del sonido
comportamiento esperado de los medios de contraste con incidente. Al igual que sucede con las cuerdas oscilantes
burbujas. Por este motivo, normalmente se incorpora en la de un instrumento de cuerda, estas oscilaciones tienen
configuración de parámetros iniciales en el modo de ima- una frecuencia natural o resonante de oscilación en la
gen por contraste en el barrido y con la intensidad de salida que absorberán y dispersarán los ultrasonidos con una
entre los controles disponibles de primera línea para el ex- eficiencia especialmente alta. Teniendo en cuenta la osci-
plorador. lación lineal de la burbuja libre de aire en el agua, una teo-
ría simple 1,2 permite predecir la frecuencia resonante de
oscilación radial de una burbuja de 3 !lm de diámetro
/"3> RETRODISPERSIÓN"NO LINEAL: <
(diámetro medio de un medio de contraste de microbur-
'~' ~i~:~: (M~GENl pE" A~~ÓNICOS '';~~~:~'s: buja transpulmonar): alrededor de 3 MHz, que es aproxi-
.•=-,
madamente el centro de frecuencia de los ultrasonidos
El comportamiento de las burbujas en el campo acústico que se utilizan en una ecografía abdominal convencional 53
ofrece dos importantes evidencias: a) como se muestra en (Fig. 3-5). Esta coincidencia explica el motivo de que los
la Figura 3-4, la magnitud del realce del eco es mucho ma- medios de contraste ecográficos sean tan eficientes y pue-
yor de lo esperado para casos de dispersores de este ta- dan administrarse en cantidades tan pequeñas. También
10 está en el eje horizontal y la amplitud relativa en el eje ver-
tical. Además del eco fundamental a 3 Mhz, se aprecian
9
ti) una serie de ecos en todos los múltiplos de la frecuencia
C'O transmitida, conocidos como armónicos más altos.

-
(,) E 8
'C¡; 3- Por tanto, un método simple para distinguir las burbu-
,- <13
.S' 7 jas del tejido es excitar las burbujas de forma que produz-
t i) .o
(1) :; can armónicos para entonces, detectarlas al destacar so-
ti) .o 6
C'O ~ bre el eco fundamental del tejido. Los factores clave en la
al ID
respuesta armónica de un medio son la presión incidente
u 5
e del campo de ultrasonidos, la frecuencia, el tamaño de
e -al 4
'o E distribución de las burbujas y las propiedades mecánicas
·U .<13
oel) o 3
de la cápsula de burbuja (p. ej., una cápsula rígida amorti-
ti) guará la oscilación y atenuará su respuesta no lineal).
2
Imagen armónica en modo-B
Está muy extendido el uso de imagen y método Doppler ba-
2 3 4 5 6 7 8 9 10
sado en este fenómeno y se conoce como imagen armóni-
Frecuencia (MHz) ca36 . En el modo armónico el sistema transmite normal-
Figura 3-5 Microburbujas resonantes en un mente en una frecuencia pero se sintoniza para recibir eco
campo de ultrasonidos diagnóstico. Este gráfi- de modo preferente al doble de frecuencia, donde los ecos
co muestra que la frecuencia de resonancia (o na- proceden de donde están las burbujas. Habitualmente, la
tural) de la oscilación de una burbuja de aire en un campo frecuencia trasmitida está entre 1,5 y 3,0 MHz y la fre cuen-
de ultrasonidos depende de su tamaño. Para un diámetro cia recibida se selecciona siguiendo una estrategia de de-
de 3,5 !-1m, el tamaño necesario para un medio de contras-
te intravenoso inyectable, la frecuencia resonante será de
alrededor de 3 MHz.

4
predice que las burbujas que experimentan oscilación re-
sonante en un campo de ultrasonidos pueden inducir un 2
movimiento no lineal, la base de la imagen de armónicos.
Desde hace tiempo se sabe 34 que si las burbujas son «di- ~ O
rigidas» en un campo acústico de presiones acústicas sufi-
-2
cientemente elevadas, las excursiones oscilatorias de las
burbujas alcanzan un punto en el que las expansiones y
-4
contracciones alternantes del tamaño de la burbuja no son 4
iguales. Lord Rayleigh, cuyos fundamentos teóricos del so- 4
nido fueron la base de la imagen de ultrasonidos, fue quien
investigó estos asuntos por vez primera en 1917, perplejo
-4 -4
por los ruidos chirriantes que emitía su tetera cuando her-
vía el agua 35 . La consecuencia de tal movimiento no lineal ro
es que el sonido emitido por la burbuja y detectado por el
~ ] AAAAAAAAAAAAAAA,~~~~­
100

'~-10: ~
transductor, contiene armónicos, del mismo modo que la
cuerda resonante de los instrumentos musicales, depen-
diendo de que se pase el arco o se percuta, producirá un [L O 2 4 6 8 10 12
sonido que incluirá sobretonos (el término musical de los
armónicos), que son intervalos de octavas exactas por enci-
ma del tono de la nota fundamental) . El origen de este fenó-
meno es la asimetría que comienza con la oscilación de la
burbuja a medida que la amplitud aumenta. Cuando la bur-
buja se comprime por la onda de presión de los ultrasoni- O 2 4 6 8 10 12
dos, se hace más rígida y por ello resiste una mayor reduc- Tiempo (¡.ts)
ción en su tamaño. Al contrario, en la fase de rarefacción del
Figura 3-6 Microburbujas en un campo acústi-
pulso de ultrasonidos, las burbujas se hacen menos rígidas """- ~ ca. Las burbujas responden de forma asimétrica a
y por tanto crecen mucho más (Fig. 3-6). ~ las ondas de sonido diagnóstico (gráfica de arri-
En la Figura 3-7 se muestra un espectro de frecuencias ba), con rigidez cuando se comprimen por el sonido y
de un eco producido por un medio de contraste de micro- muestran sólo ligeros cambios en el radio (gráfica de aba-
54 burbujas después de su exposición a una ráfaga de 3 MHz jo). Durante la parte de baja presión de la onda de sonido,
de sonido. El medio de contraste concreto es Optison, aun- la rigidez de la burbuja se reduce y los cambios en el radio
que la mayoría de los medios de microburbujas se com- pueden ser grandes. Esta respuesta asimétrica conduce a
la producción de armónicos en la dispersión de la onda.
portan de un modo similar. La frecuencia de ultrasonidos
o nes convencionales y la mayoría de los equipos de ecografía
sólo requieren cambios en el software. Los ecos de tejido
-10
sólido, así como los propios hematíes, quedan suprimidos. ca
en
~
-20 También se han implementado el Doppler espectral ar-
mónico en tiempo real y Doppler color en diversos ~en
o -30 Armónicos O
c.>
Q)
equipos disponibles comercialmente. Está claro que re- (,)
Q)
--40 quieren un ancho de banda excepcional para trabajar en un Q)
" eQ)
".-E rango tan amplio de frecuencias. Por fortuna, recientemen-
c. -50 te se ha conseguido aumentar el ancho de banda de los dis- Q)
E
« -60 positivos de los transductores por la importancia que tiene '0
-70
para la realización de imagen convencional, de forma que el
modo de imagen armónica no requiere un gasto adicional
...eE
o(,)
-80 con transductores específicos.
Q)
O 5 10 15 20 25 "C
US frecuencia (MHz)
Imagen con Doppler espectral armónica 1/)
y potencia o
Figura 3-7 Emisión de armónicos con Optison. En las imágenes armónicas, el eco del tejido que simula
=s
Q)
La muestra de un medio de contraste es insonada material se reduce, pero no se elimina, invirtiendo el con- :E
a 3 MHz y se analiza el eco de su contenido de traste entre el medio de contraste y entorno (Fig. 3-8). El C')
I frecuencia. Se aprecia que el mayor pico de energía en el valor de este efecto es el de incrementar la visibilidad del o
eco es a 3 MHz de fundamental, pero que existen unos evi-
dentes picos secundarios en el espectro de 6, 9, 12, 15 Y18
medio cuando está en el vaso y normalmente enmascara- ~c.
MHz, así como picos entre estos armónicos (conocidos co- do por los fuertes ecos del tejido. En el Doppler espectral, ca
podríamos esperar la supresión del eco tisular para redu- o
mo «ultraarmónicos») y por debajo de la fundamental (los
«subarmónicos»). El segundo eco armónico es de alrededor cir el movimiento del tejido o artefacto de «golpe», común
de 18 dB menos que en el principal o fundamental. La ima- a toda ecografía Doppler, que limita la detección de flujo
gen armónica y el Doppler ayudan a separar y procesar esta de vasos en movimiento. Las mediciones en Doppler es-
señal de forma aislada. (De Becher H, Burns PN. Handbook pectral que muestran la relación señal-ruido mejoran me-
of contrast echocardiography, Ber/in, 2000, Springer.) diante una combinación de imagen de armónicos y con el
medio de contraste incluso hasta 35 dB 37. Las aplicaciones
tección (originalmente, filtro simple de paso de banda de de este método son la detección de flujo sanguíneo en pe-
radiofrecuencia con frecue ncia centrada en el segundo ar- queños vasos rodeados de tejido en movimiento, como
mónico), entre 3 y 6 MHz. Las imágenes de armónicos utili- sucede en las ramas de las arterias coronarias 38 . Sigue
zan el mismo dispositivo con transductores de las imáge- siendo de algún modo una técnica especializada.

W Figura 3-8 Imagen de inversión de pulso. Las imágenes in vitro de un plantilla de un vaso que contiene un medio
~ de contraste estacionario rodeado por material tisular equivalente (biogel y grafito). A, Imagen convencional, índice 55
mecánico (1M) = 0,2. B, Imagen armónica, 1M = 0,2, proporciona un mayor contraste entre el agente y el tejido. e,
Imagen con inversión de pulso, 1M = 0,2. Al suprimir los ecos lineales del tejido estacionario, la imagen con inversión de
pulso proporciona un mejor contraste entre el medio y el tejido con la imagen tanto convencional como armónica. (De Be-
cher H, Burns PN. Handbook of contrast echocardiography, Ber/in, 2000, Springer.)
En estudios Doppler color convencionales utilizando es más denso y por tanto rígido) que durante el ciclo rare-
contraste, la señal realzada del eco no hace nada para su- faccional. Aunque muy pequeño, el efecto es suficiente co-
primir el ruido «flash» del tejido en movimiento, y de he- mo para producir componentes armónicos importantes en
cho le añade incluso un ruido «brote» como señal de flujo la onda transmitida en el momento que alcanza el tejido
cuando el receptor está sobrecargado por ecos realzados profundo. Por ello, cuando la onda de sonido se dispersa
de la sangre (ver Fig. 3-4, C). El Doppler armónico en mo- por un objeto lineal como el miocardio, se produce un com-
do potencia, supera de forma efectiva este problema de ponente amónico en el eco, que se detecta en el barrido con
ruido al suprimir la señal procedente del tejido, mostran- el eco armónico de la burbuja 42 • Esta es la razón de que el
do un mejor detalle de pequeños vasos. Combinando el tejido sólido no sea completamente oscuro en una imagen
método armónico con el Doppler potencia se consigue armónica típica. El efecto es la reducción del contraste en-
e
'o una herramienta especialmente efectiva para la detección tre la burbuja y el tejido, lo que complica la detección de la
'ou de flujo en pequeños vasos de órganos abdominales, que perfusión en el tejido.
al
en están en movimiento con el latido cardiaco o la respira- Los tejidos armónicos, aunque son un inconveniente
ción (Fig. 3-9). Un estudio que comparaba el flujo a partir para el contraste de imagen, no son necesariamente algo
de imágenes armónicas y realce con armónicos y potencia negativo. De hecho, una imagen formada por armó nicos
con arteriolas dimensionadas histológicamente en las re- tisulares, sin la existencia de medios de contraste, tiene
giones correspondientes de la corteza renal, llegó a la con- ventajas sobre la imagen convencional. Se deben las ven-
clusión de que el método era capaz de demostrar flujo en tajas a los armónicos tisulares que se desarrollan cuando
vasos menores de 40 !lm; magnitud que es alrededor de el haz atraviesa los tejidos, en contraposición con el haz
10 veces menos que el correspondiente límite de resolu- convencional, que se genera en la superficie del transduc-
ción de imagen, incluso cuando el órgano se movía con la tor43.44. La imagen armónica reduce los artefactos que pro-
respiración normaJ39. Utilizando este modo potencia en el ceden de los primeros centímetros de tejido, como las re-
corazón permitirá imagen de flujo en el miocardi0 4o ,41 . verberaciones, los lóbulos laterales y también se suprimen
otras interferencias de bajo nivel, lo que hace de la imagen
Imagen tisular armónica armónica tisular la modalidad de elección en diversas si-
En la imagen de segundo armónico un barrido de ultra- tuaciones, en especial para visionar estructuras rellenas
sonidos transmite en una frecuencia y se recibe el doble de de líquid0 45 .
dicha frecuencia. La detección detectada del eco de las mi- En estudios de contraste, sin embargo, los armónicos
croburbujas permite un comportamiento peculiar de la tisulares limitan la visibilidad de las burbuj as dentro del
burbuja de gas en el campo de ultrasonidos. Sin embargo, tejido y por eso se pueden considerar un artefacto. Cuan-
cualquier fuente de la señal recibida en la frecuencia armó- do se plantea la forma de reducirlos, el explorador debe
nica que no proceda de la burbuja reducirá claramente la tener en cuenta las diferencias entre los armónicos pro-
eficacia de este método. Dichas señales no deseadas pue- ducidos por la propagación a través del tejido y los crea-
den proceder de faltas de alineamiento del transductor o dos por los ecos de las burbujas. En primer lugar, los ar-
de su electrónica asociada y tienen que resolverse eficaz- mónicos tisulares requieren un elevado pico de presión y
mente en un buen equipo de imagen armónica. Sin embar- por tanto sólo serán evidentes con 1M elevados. Si utiliza-
go, el propio tejido puede producir armónicos que serán mos una imagen de contraste con 1M bajo, como suele ser
recibidos por el transductor y se desarrollan cuando la on- el caso, quedan sólo los armónicos de las burbujas. En se-
da se propaga por el tejido. De nuevo esto se debe a la asi- gundo lugar, los armónicos del tejido con 1M elevados son
metría, pero en este caso el sonido sigue algo más veloz a continuos y sostenidos, mientras que los de las burbujas
través del tejido durante el medio ciclo compresional (que con 1M altos son transitorios cuando la burbuj a se rompe.

FigL " Doppler ar-


mOnlco en modo po-
tencia. Imagen Doppler
de un tumor experimental (carci-
noma VX2) de 1 cm de diámetro,
56 que muestra una clara separa-
ción de la señal realzada de la
sangre por imagen armónica
contraste específica.
transmitidos de forma que se centre alrededor de una fre-

1 cuencia. El sonido recibido se filtra entonces de forma que


solamente los componentes de alrededor del doble de fre-
cuencia serán detectados (armónicos altos, aunque pre-
sentes en el eco, son demasiado altos de frecuencia para
su detección por el transductor). Esta es la segunda ima-
gen armónica.
Sin embargo, esta modalidad de imagen plantea proble-
mas. Un sistema de eco pulsado no puede transmitir una
frecuencia y tiene que transmitir pulsos que contengan
una banda de frecuencias (Fig. 3-10, A). Igualmente, la
A o banda recibida de frecuencias tiene que restringirse a las
Frecuencia que quedan alrededor del segundo armónico. Si estas dos
regiones se solapan (Fig. 3-10, B), el filtro armónico reci-
biría ecos del tejido ordinario, reduciendo el contraste en-

1 tre el medio de contraste y el tejido. Si estas dos regiones


no se solapan, el rango de frecuencias (no el ancho de ban-
da) de los ecos mostrado será tan estrecho como para
comprometer la resolución de la imagen. Otra desventaja
del planteamiento del filtrado es que el eco recibido es dé-
bil, la región de solapamiento entre las frecuencias trans-
mitidas y recibidas se convierte en una porción mayor que
la totalidad de la señal recibida (Fig. 3-10, C).
Por tanto, el contraste en la imagen armónica depende
de cómo de fuerte sea el eco de las burbujas, que viene
determinado por la concentración de las burbujas y la in-
B O
Frecuencia tensidad del pulso de ultrasonidos incidente. En la prácti-
ca, estas fuerzas utilizan una modalidad armónica con
alto 1M, lo que resulta en disrupciones transitorias e irre-

1 versibles de las burbujas 46 • A medida que las burbujas en-


tran en el plano del barrido de una imagen de ultrasoni-
dos en tiempo real, proporcionan un eco pero después
desaparecen. Por tanto, en dicha imagen armónica los va-
sos que quedan dentro del plano de barrido no se visuali-
zan como estructuras tubulares continuas, sino que tie-
nen un aspecto puntiforme (Fig. 3-11).
Las imágenes con inversión del pulso superan este con-
flicto entre los requerimientos de contraste y resolución

e o Frecuencia

Figl 'a 3- O Compromisos forzados por la ima-


gen armónica. A, En la imagen armónica las fre-
cuencias transmitidas tienen que restringirse a
una banda alrededor del eco fundamental y las frecuencias
recibidas tienen que limitarse a una banda alrededor del
segundo armónico. Esto limita la resolución. B, Si se au-
menta el ancho de banda transmitido y recibido para mejo-
rar la resolución, se superponen algunos ecos fundamen-
tales del tejido al ancho de banda recibido y son detectados,
lo que reducirá el contraste entre medio de contraste y te-
jido. C, Cuando los ecos armónicos son débiles, debido a
la concentración baja del medio de contraste o a la baja
intensidad del pulso incidente, esta superposición puede
IJ Aspecto de los vasos sanguíneos
ser especialmente larga y la señal armónica puede compo-
"'"- -~ utilizando imagen armónica en modo-B en un
nerse sobre todo de ecos tisulares. ~ paciente con un hemangioma incidental. Obsérve-
se que los grandes vasos tienen un aspecto punteado por
Imagen con inversión de pulso la disrupción de las burbujas por el elevado 1M de los ultra- 57
La forma más evidente, e históricamente fue la primera, sonidos cuando entran en el plano acústico. (De Becher H,
Burns PN. Handbook of contrast echocardíography, Berlín,
de obtener una imagen que selecciona la imagen de ecos
2000, Sprínger.)
armónicos, consiste simplemente en filtrar los sonidos
en la imagen armónica y proporcionan mayor sensibili- el tejido más brillante. De hecho, se prefiere actualmente
dad y por tanto permiten una imagen con intensidad inci- la inversión de pulso en muchos equipos para la imagen
dente menor, no destructiva y continua de las microbur- armónica de tejidos. Por tanto, una óptima imagen de
bujas en un órgano como el hígado. El método también se contraste con inversión de pulso se realiza con frec uen-
basa en la oscilación simétrica de las burbujas ultrasóni- cia con 1M bajos. El principio de inversión de pulso es la
cas dentro de un campo acústico, aunque detecta «inclu- base de muchos modos de imagen, como la imagen de
so» los componentes no lineales del eco sobre todo el an- contraste coherente y la imagen armónica agrupada.
cho de banda del transductor.
En la imagen de inversión de pulso (también llamada Imagen Doppler con inversión de imagen
inversión de fase), se envían dos pulsos en rápida suce- A pesar de las mejoras ofrecidas por la inversión del pulso
sión al tejido. El segundo pulso es una imagen especular respecto a la imagen armónica para la supresión estacio-
del primero (Fig. 3-11); esto es, ha experimentado un naria del tejido, el método conserva cierto grado de sensi-
cambio de fase de 180°. El barrido detecta el eco de estos bilidad frente al tejido en movimiento. El movimiento del
sucesivos pulsos y forma su suma. En el tejido normal, que tejido produce ecos lineales que cambian ligeramente en-
se comporta de forma lineal, la suma de dos pulsos inver- tre pulsos, de forma que no se anulan totalmente. Ade más,
tidos es simplemente cero. En un eco de componentes no un 1M elevado de propagación no lineal también ocasiona
lineales, como los procedentes de una burbuja, los ecos ecos armónicos que aparecen en las imágenes de inver-
producidos por estos dos pulsos no serán una simple ima- sión del pulso, incluso a partir de estructuras con disper-
gen especular una de otra, debido al comportamiento asi- sión lineal como el parénquima hepático. Aunque los arte-
métrico del radio de la burbuja con el tiempo. La conse- factos por el movimiento tisular se pueden minimizar
cuencia es que la suma de esos dos ecos no es cero. Por utilizando un intervalo de repetición de pulso corto, los
tanto, se detecta la señal de la burbuja pero no la del teji- ecos no lineales del tejido pueden enmascarar los ecos de
do. Puede mostrarse de forma matemática que estos ecos burbujas, reduciendo la eficacia del contraste de micro-
sumados contienen los componentes lineales «incluso» burbujas, especialmente cuando se utiliza un elevado 1M.
los armónicos de la señal, incluyendo el segundo armóni- Un descubrimiento reciente para resolver estos pro-
C0 47 . Una ventaja de la inversión de pulso sobre el plantea- blemas es la generalización del método de inversión de
miento del filtro para detectar armónicos de burbujas es pulso llamada Doppler con inversión de puls0 47 • Esta téc-
que eliminan las restricciones del ancho de banda. El ran- nica, también llamada imagen potencia con inversión
go total de frecuencia emitido por el transductor puede de pulso, combina las características de la detección no
detectarse de este modo, proporcionando un ancho de lineal de la inversión de pulso con las posibilidades de la
banda completo y una imagen de alta resolución de los discriminación de movimiento del Doppler potencia. Se
ecos de las burbujas 48 . utilizan múltiples pulsos trasmitidos con polaridad al-
La imagen con inversión de pulso proporciona una me- ternante y la técnica de procesado de señal Doppler para
jor supresión de ecos lineales que las imágenes de armó- distinguir entre ecos de burbujas yecos de tejido en mo-
nicos y es efectiva sobre el ancho total de banda, mostran- vimiento o armónicos de tejido, según determine el ex-
do una mejor resolución de imagen que el modo armónico, plorador. Este método ofrece el potencial de mej orar el
(Fig. 3-12). Como este método de detección es más efi- rendimiento en medio de contraste-tejido y señal-ruido,
ciente para aislar el eco de las burbujas, podrán detectar- aunque con el coste de cierta reducción de la frec uencia
se los ecos más débiles de las burbujas insonadas con in- de imágenes. La representación más espectacular de es-
tensidades bajas no destructivas. A medida que el 1M te método respecto a su capacidad de detectar ecos ar-
aumenta, sin embargo, los armónicos tisulares mantienen mónicos muy débiles fue la demostración inicial de imá-
genes de perfusión en tiempo real del corazón 49 • Con
potencias de 1M de 0,1 o menos, las burbujas se mantie-
nen estables, con una oscilación no lineal, emitiendo se-
ñales armónicas continuas. Por su bajo 1M, muy pocas
burbujas se rompen, de forma que la imagen puede repe-
tirse con frecuencia en tiempo real. Puesto que se re-
quiere una oscilación mantenida, estable y no lineal para
este método, los mejores resultados los ofrecen las bur-
bujas con gas perfluorocarbono.

Imagen con modulación de amplitud y fase


Al recibir los ecos a partir de una secuencia de pulso, el
Figura 3-12 Imagen de inversión de pulso de receptor los combina de forma que asegure que los ecos
....- -~ una masa hepática hipervascularizada en fase con forma de espejo de tejidos sumen cero. El resto sigue
~ arterial, realizada en tiempo real con bajo 1M. Ob- siendo una combinación de componente no lineal del eco
58 sérvese que la resolución espacial de esta imagen es com- de la burbuja, cambiando (o modulando) el pulso a partir
parable a la de la imagen convencional , lo que refleja la de una transmisión con el siguiente, deslizando su fase y
ventaja de una imagen con ancho de banda amplio con- es sólo una de las estrategias posibles. Por ejemplo, cam-
traste-específico.
biando la amplitud del pulso en transmisiones consecuti-
vas y amplificando los ecos para compensarlo, los ecos li- Imagen con proyección de intensidad máxima
neales también pueden cancelarse. Los que persisten aún, temporal
no son sólo los persistentes ecos no lineales de las burbu- Una elaboración clínicamente impactante de la imagen
jas, sino todos los componentes de las burbujas so . Se pue- contraste-específica explota su sensibilidad suficiente para
de determinar matemáticamente de forma precisa qué detectar y representar ecos de burbujas individuales en
componentes no lineales se producen a partir de una par- tiempo real. Partiendo del equivalente de un «diafragma
ticular secuencia de pulsos y puede optimizarse una mo- abierto» fotográfico, donde los objetos brillantes crean tra-
dalidad de imagen contraste-específica para una aplica- zos de su propio movimiento, las burbujas pueden trazar la
ción específica s1 . morfología de la microvasculatura que les contienen. El re-
Casi todos los equipos diagnósticos actuales utilizan sultado, conocido como imagen de proyección temporal de
cierto grado de procesado de modulación multipulso en máxima intensidad (PTMI), puede producir una imagen de
sus modos de imagen contraste-específico, conocido co- la morfología vascular después de unos segundos de apnea
mo inversión de pulso con modulación de potencia (Fig. 3-14). Normalmente, el proceso MIP se inicia después
(IPMP) y secuencia de contraste de pulso (SCP). Mien- de un «flash», que rompe las burbujas dentro del plano del
tras que la presión pico negativa se mantenga baja «100 kPa) barrido. Cuando las nuevas burbujas se disuelven dentro
de forma que la burbuja no se rompa por los pulsos, se del plano, sus rutas quedan trazadas en una imagen que se
puede obtener una imagen de perfusión en tiempo real en integra dentro de un periodo seleccionado de 100 milise-
muchos órganos, incluidos miocardio, hígado, piel, prós- gundos hasta pocos segundoss 2• Estas imágenes también
tata y mama, incluso en presencia de movimiento tisular. pueden proporcionar una información dinámica: por ejem- C'?
Puesto que un criterio de rendimiento que mejora la de- plo, revelar si el patrón de realce arterial de una lesión he- o
tección de perfusión es la completa supresión de tejido de pática es centrípeto o centrífugo; las implicaciones son mo- "5
:t::
fondo, muchas imágenes de contraste específico son bas- tivo de estudio s3 . c..
as
()
tante negras antes de la inyección del contraste, lo que
hace difícil la exploración del paciente. Así, la imagen de
lado a lado, en la que se ve de forma simultánea una ima- ~ DISRUPCIÓN TRANSITORIA:
gen fundamental de bajo 1M junto (o superpuesta con) a la .~ . IMAGEN INTERMITENTE
imagen de contraste (Fig. 3-13), se ha convertido en el
método preferido para detectar lesiones pequeñas o guiar A medida que la presión incidente a la que resuena la bur-
los dispositivos invasivos como agujas o sondas de abla- buja expuesta aumenta, su oscilación se hace más viva,
ción, cuyos ecos son visibles en la imagen fundamental aumentando el radio en algunas burbujas por un factor de
pero se suprimeN en la imagen de contraste. cinco o más durante la fase de rarefacción del sonido inci-
La tecnología de imagen de bajo 1M en tiempo real y es- dente. Igual que una buena soprano puede romper un va-
pecífica para burbujas en los equipos comercializados de so de vino cantando en su frecuencia de resonancia, suce-
ecografía se ha estabilizado en los últimos años, pero sus de lo mismo con la micro burbuja cuando se la lleva a un
aplicaciones clínicas siguen expandiéndose, especialmen- sonido de mayor amplitud y se produce la disrupción irre-
te en la imagen de tumores, que a su vez presenta nuevos versible de su cubierta. La imagen física precisamente del
retos para este nuevo método de imagen. instante en el que se rompe la burbuja se ha extraído de

..., Figura 3-13 Pareja de


I ~ imágenes simultáneas I
I que muestran en tiem-
po real con bajo 1M (derecha) y I
en el mismo momento una
I image,:, contraste específica I
I con bajo 1M (izquierda). Es es-
, pecialmente útil para caracterizar !
pequeñas lesiones y dirigir dis- 59
positivos invasivos. El modo
contraste combina aquí modula-
ción de fase y amplitud.
La imagen intermitente tiene un uso doble: a) represen-
ta una forma muy sensible de detectar la burbuja 56, pero
!/) como implica la destrucción de la burbuj a, no puede reali-
ctI zarse de forma continua. El rellenado de las burbujas en
(,)
.¡¡; un lecho vascular típico lleva unos 5-10 segundos. La téc-
:¡:: nica de imagen con altos 1M cada 5 segundos para mostrar
!/)
CI) la perfusión se llama imagen activada o «intervalo de re-
!/)
ctI traso »57; b) el grado en que se repleciona una región con
al burbujas entre insonaciones separadas por un intervalo
fijo refleja el grado de perfusión de sangre en el plan o de
barrido y proporciona un método único para medir la per-
fusión tisular.

Imagen activada
Los primeros estudios con imagen de armónicos observa-
ron que presionando un botón de paro en el barrido du-
rante escasos momentos, interrumpiendo por tanto la
adquisición de imágenes de ultrasonidos durante un estu-
dio de contraste, se podía aumentar la efectividad de un
medio de contraste. Dicho efe cto resulta tan impresiona n-
te que fue responsable de las primeras imágenes de per fu-
sión del miocardio utilizando imagen armónica 58. Este re-
sultado se debe a la capacidad del campo acústico para la
disrupción de la cubierta de las burbuj as y destruirlas 46 .
Cuando la burbuja se rompe libera energía creando un eco
Figura 3-14 Proyección temporal de maxlma fuerte y transitorio rico en armónicos. Este proceso se co-
intensidad (PTMI). Imagen PTMI temporal de la noce de forma errónea como «emisión acústica esti mula-
vasculatura hepática normal que muestra una da». La naturaleza transitoria de este eco puede favo recer
acumulación realzada en 11 segundos después de que el su detección. Un método simple consiste en la sustracción
contraste alcance el hígado. La definición imprevista de
estructuras vasculares de ramas de quinto orden es evi- de la imagen desde la imagen de la ruptura, la imagen ba-
dente. La región focal no realzada (flecha) es un hemangio- sal obtenida bien antes o (más útil) inmediatamente des-
ma lentamente perfundido. (De Wilson SR, Jang HJ, Kim pués de la insonación. Tal método requiere unas imágenes
TK, y co/s. Real time temporal maximum-intensity-projec- de ultrasonidos almacenadas para procesado fuera de lí-
tion imaging of hepatic lesions with contrast-enhanced so- nea, junto con un software que permita alinear las imáge-
nography, AJR Am J RoentgenoI2008;190:691-695.) nes antes de la sustracción y resulta de utilidad en raras
circunstancias 57 .

estudios de vídeo con cámaras trabajando con frecuencias Doppler potencia armónico intermitente para
de imagen de hasta 25 millones de imágenes por segun- la detección de burbuja
do 54.55 (Fig. 3-15). Parece cierto sin embargo que desapa- La imagen de Doppler en modo potencia es una for ma de
rece la cubierta de la burbuja (y no de forma instantánea, detectar el movimiento de objetos como los hematíes
sino después de un periodo determinado por la composi- dentro del vaso. Funciona como un método simple de sus-
ción de la burbuja) liberando gas libre, que forma un dis- tracción pulso a pulso 59, en el que dos o más pulsos se en-
persor acústico muy efectivo, que ofrece ecos fue rtes no vían sucesivamente a lo largo de la línea de barrido de la
lineales durante breve tiempo. Este proceso se consideró imagen. Se comparan en cada línea las parejas de eco reci-
un tiempo de forma incorrecta relacionado con una libe- bidas. Si son idénticas no se muestra ninguna imagen, pe-
ración de energía, como un balón explotando, y fue erró- ro si existen cambios (por el movimiento del tejido entre
neamente llamado «emisión acústica simulada.» pulsos), se representa un color cuya saturación depende

(- - ------,
ftt¡J Figura 3-15 Fragmentación del medio de contraste. Estas imágenes fueron capturadas en 50 nanosegundos
~ con una cámara de alta velocidad por investigadores de la Universidad de California, Davis. La burbuja fue inso- 1
60 nada con ultrasonidos a 2,4 MHz con una presión pico negativa de 1,1 MPa (1M ~O, 7). La burbuja inicialmente tenía
3 I-lm de diámetro y se fragmenta durante la compresión después de la primera expansión. Los fragmentos resultantes no
se aprecian después de la insonación debido a que se disuelven totalmente o quedan por debajo de la resolución óptica.
(De Becher H, Burns PN. Handbook of contrast echocardiography, Berlin, 2000, Springer.)
PULSO INCIDENTE ECO LINEAL ECO NO LINEAL
~ Figura 3-16 Principio
~ básico de la imagen de
inversión de pulso. Un
pulso de sonido se transmite den- ....CI:I
,-
tro del cuerpo y se reciben los ...
CI:I
C)
ecos del medio de contraste y teji- 1)
O
(,)
do. Un segundo pulso que es la I
Q)
copia invertida del anterior, se eQ)
transmite en la misma dirección y
Q)
los dos ecos resultantes se su-
man. Los ecos lineales del tejido 1;;
son copias invertidas entre sí y se
cancelan o anulan. Los ecos de las
...ef!
O
microburbujas son copias distor- (,)
2)
sionadas entre sí, de forma que Q)
incluso los componentes no linea- "t:J
In
les se refuerzan entre sí y sumados O
producen una señal armónica po- "t:J
Q)
tente.
::E

3) Suma, s(t)

de la amplitud del eco que ha cambiado. Este método, armónica en angiopotencia o la imagen para detec-
aunque no está diseñado para la detección de la ruptura ción de medio de contraste (IDMC). Muchos equipos
de las burbujas, es muy adecuado para la imagen de la ofrecen un modo «en monitor» con 1M bajo que se puede
«disrupción» por alto 1M. El primer pulso recibe el eco de utilizar como una imagen contraste específica o imagen
la burbuja y el segundo ninguno, de forma que se recibe basal del hígado durante el recorrido del barrido y que,
una fuerte señal. En el Doppler potencia se manifiesta co- cuando se une al modo de contraste de alto 1M, puede ser
mo un procedimiento de sustracción línea a línea en el eco útil para guardar como plano de barrido alineado de la
de radiofrecuencia detectado por el transductor. Resulta región objeto de estudio.
interesante que la imagen de inversión del pulso, el méto-
do más habitual con 1M bajo, es equivalente al Doppler Imagen de disrupción-reposición:
potencia si el 1M es alto y hay disrupción de la burbuja. En medición de perfusión
la Figura 3-16 se muestra con claridad que cuando el eco Con la disrupción de burbujas y la monitorización de la re-
del segundo pulso no está presente (porque la burbuja no posición a la región de tejido, los ultrasonidos con contraste
está), la suma de los dos ecos de la burbuja es la misma
que la resta, que es lo que mide el Doppler potencia. El
hecho de que el segundo pulso transmitido sea invertido,
es indiferente para la burbuja que iya ha desaparecido!
Por tanto, con altos 1M el Doppler, ya sea potencia o con
inversión del pulso, son formas sensibles para detectar
burbujas, tanto si se mueven como si no lo hacen.
Este método se ha incorporado a los modos específica-
mente adaptados a detectar la distribución de las burbu-
jas con medios de contraste del tipo del Levovist o Sona-
zoid y que se captan por las células de Kupffer en la fase
postvascular. El transductor se desliza con suavidad por el
hígado unos minutos antes de que el medio haya abando-
nado el sistema vascular. Cuando esto sucede, los pulsos
con elevados 1M provocan la disrupción in situ de las bur-
bujas y son detectadas en la imagen. En la Figura 3-17 se
muestra una imagen, en la que el fallo en la captación en el I~ Figura 3-17 Imagen de alto 1M en Doppler po-
hígado representa una zona con células de Kupffer defi- ~ tencia utilizada para detectar burbujas de Le-
cientes debido a un colangiocarcinoma. Las modalidades I vovist mediante disrupción durante su fase post-
vascular en el hígado. Las burbujas se detectan dentro de 61
preferidas para este método son la inversión del pulso,
las células de Kupffer. El defecto de señal alrededor del
que tiene la ventaja de una imagen de alta resolución, pe-
hilio hepático es un colangiocarcinoma que no fue detecta-
ro la desventaja de unos fuertes armónicos en el tejido de do en la imagen precontraste.
fondo, o en las modalidades de Doppler potencia, como la ' - -
c:
'o
'o
()
Q)
en

t =-1 seg (realzado)

t =O seg (flash)
- V Figura 3-18 Imag;n de disrupción-reposición- para cuantificar flujo sanguíneo. El paciente con un carcinoma 1
~ de células renales está siguiendo un tratamiento antiangiogénico. La secuencia de imágenes con contraste simul-
62 táneas de un gran carcinoma de células renales se realiza durante una infusión estacionaria de un medio de con- I
traste Definity (derecha, imagen convencional; izquierda : ecografía con realce mediante contraste) . A, Tiempo (t) = -1 se-
gundo; el tumor está realzado. B, Tiempo = O segundos; un breve y alto 1M «flash» produce disrupción de las burbujas
d~ntro de~ano d.:.!?arrido. _ ___ _ Continúa J
-
.!
E
C)
O
CJ
el)
s:::::
el)

~
....E
s:::::
O
CJ
el)
OC
In
O
:e
el)
::E
(')
o
:;
:t::
C.
('O
O

t =1 seg después del flash

t = 4 seg después del flash


- - -- ---_.- -- - --- ---

~
---

Figura 3-18 (cont.) e, tiempo = +1 segundo; nuevas burbujas comienzan a lavar el plano de barrido. D, E Y F,
'IIJ
~ tiempo 4, 8, 18 segundos, respectivamente, después del flash; el plano de barrido está totalmente restablecido. 63
Continúa
---- - - -
~ - --- - - ---
ti)
(ti
o
'C¡;
,-
.....
ti)
Q)
ti)
(ti
al

c:
'o
'o
()
Q)
en

t =8 seg después del flash

t = 18 seg después del flash

64 Figura 3-18 (cont.) -1


Figura 3-18 (cont.) G,
Análisis de software (Q-
lab, Philips Ultrasound, ca
Bothell, Wash) , mediciones de
perfusión de la región de interés a =E
C)
partir de un registro de bucle de O
cine de un caso similar. Cuanto O
CI)
más abrupta sea la pendiente s::::
mayor será la tasa de flujo; cuan- CI)

to más alta la asíntota, mayor el


volumen vascular. La imagen de ~
interrupción-relleno permite así
cuantificar variaciones en el flujo
...E
s::::
O
del tumor y del volumen vascular O
total. CI)
'tJ
tn
O
:eCI)
:E
(')
o

~
c.
co
()

ofrecen un método único, no invasivo y validad0 60 para la 1M demasiado bajos las burbujas actúan como simples pe-
medición de la perfusión microvascular. En el método de ro potentes potenciadores del eco. Esta circunstancia es
medición de disrupción-rellenad0 6 1, se infunden microbur- de máxima utilidad para el realce en el Doppler espectral,
bujas a un ritmo constante hasta que se alcanza un realce pero se utiliza rara vez en los órganos abdominales. Con
estable en el lecho vascular. Se activa entonces la disrupción intensidades ligeramente mayores (inferior del rango de
de las burbujas mediante 1M altos «flash», que las despeja los que se utilizan para ecografía diagnóstica), las burbu-
entonces del plano de barrido (Fig. 3-18). Inmediatamente jas emiten armónicos que experimentan una oscilación no
comienzan a entrar nuevas burbujas a un ritmo relacionado lineal. Estos ecos no lineales pueden detectarse mediante
con la velocidad del flujo local y tasa de flujo, que se puede imagen contraste-específica, que generalmente se basa en
deducir mediante un modelo físico del proces062 • ráfagas de pulsos de bajo 1M modulados por fase y/o am-
Una importante aplicación de dicha medición es la eva- plitud. La imagen por inversión del pulso es un ejemplo de
luación de la respuesta de tumores y otros órganos a trata- dicho método. Finalmente, con los parámetros de mayor
mientos que afectan a la vascularización. En tratamiento intensidad, comparables con los que se utilizan en situa-
oncológico, se han propuesto muchas estrategias terapéuti- ciones normales, las burbujas pueden romperse delibera-
cas dirigidas a la proliferación vascular en el crecimiento damente, creando ecos fuertes y transitorios. Al detectar
tumoral, como fármacos diseñados específicamente para este eco con el Doppler potencia armónica se consigue
inhibir la propia transformación angiogénica 63 . Dichos fár- una de las formas más sensibles de que disponemos para
macos que son antiangiogénicos y que alteran la vasculari- ver imagen de las burbujas en concentraciones muy pe-
zación, tienen un efecto sobre el corte de la circulación del queñas, pero con el coste de destruir las burbujas. Dados
tumor e inhiben su crecimiento ulterior. No matan propia- los periodos largos de reposición del flujo tisular, será ne-
mente las células tumorales y de este modo el tumor con cesaria una imagen intermitente utilizando un intervalo
frecuencia responde contrayéndose en tamaño, de ahí el de retraso (en el que se interrumpe la imagen de alto 1M).
interés de un test funcional para establecer la respuesta al
fármaco. La experiencia hasta la fecha sugiere que los ultra-
sonidos con realce dinámico, por su característica alta sen- , ,,:~;:::\CON~)DERACIONES SOBRE ,'.
sibilidad, portabilidad y por ser un trazador intravascular ~ "c. SEGURIDAD, ~ REGULA~IONE;S .· .
puro, son un candidato firme para este fin 64. 68 .
La ecografía con contraste expone a los pacientes a ultra-
sonidos en la misma forma que en los estudios ecográficos
convencionales. Sin embargo, el uso de pulsos de ultraso-
nidos para romper las burbujas que están en vasos mi-
croscópicos, despierta nuevas dudas en relación a riesgos
Se han definido tres tipos de comportamiento en el campo potenciales. Cuando una burbuja produce un breve eco 65
acústico que dependen de la amplitud y frecuencia trans- asociado con su rotura, libera energía que se almacena du-
mitida por el haz de ultrasonidos (ver Tabla 3-2) En la rante su disrupción en el campo de ultrasonidos. ¿Puede
práctica, la mejor forma de monitorizar esta exposición es esta energía lesionar el tejido circundante? Con intensida-
mediante un índice mecánico mostrado en el monitor. Con des mayores, los ultrasonidos se sabe que ocasionan efec-
tos biológicos (bioefectos) en el tejido y los umbrales se las de otros medios de contraste radiológicos, como los
han estudiado exhaustivamenté9 . ¿Cambian estos umbra- utilizados en la imagen de TC84. En 2006, una revisión en
en les cuando están las burbujas dentro del lecho vascular? Europa con más de 23.000 inyecciones de medio de con-
ca Aunque se ha establecido la seguridad de los medios de traste para el diagnóstico abdominal a base microburbu -

-
o
'c;;
,- contraste ecográficos, como fármacos que son, hasta satis- jas mostró la ausencia de fallecimientos y sólo dos even-
eCI)n facer los más exigentes requerimientos de las autoridades tos adversos graves, lo cual ofrece una tasa de eventos
en reguladoras en diversos países, queda mucho por saber graves menor de 1:10.000 83 .
ca respecto a las interacciones entre los ultrasonidos y el te- Aunque no existan actualmente indicaciones radiológi-
al jido cuando están presentes las burbujas. cas aprobadas por la FDA, existe una amplia experiencia
La más extrema de estas interacciones se conoce como con medios de contraste para ultrasonidos en el labora -
cavitación inercial, y se refiere a la rápida formación, cre- torio de ecocardiología. En 2008, Kusnetsky y cols.85 re-
cimiento y colapso de una cavidad de gas en el fluido como vosarpm más de 18.671 pacientes sometidos a ecocar-
consecuencia de la exposición a ultrasonidos. Se estudió diografía en un contexto agudo en un único centro de
exhaustivamente antes del desarrollo de los medios de Estados Unidos y refirió que no se apreció ningún efecto
contraste a base de microburbujas. De hecho, la mayoría sobre la mortalidad cuando se utilizaban medios de con-
de los modelos matemáticos utilizados para describir las traste en este grup085. En 2008, Main y cols. 86 analizaron
microburbujas de contraste se plantearon originariamen- datos del registro de 4.300.966 pacientes consecutivos
te para describir la cavitación 71 • Cuando las ondas de soni- sometidos a ecografía transtorácica en reposo durante su
do de suficiente intensidad pasan a través del líquido, el hospitalización; 58.254 de estos pacientes recibieron un
medio ciclo de rarefacción puede destrozar el fluido, medio de contraste Definity. La mortalidad absoluta no
creando cavidades esféricas dentro del líquido. El rápido fue diferente entre ambos grupos, pero el análisis multi-
colapso posterior de estas cavidades durante el medio ci- variable reveló que en pacientes sometidos a ecocardio-
clo compresivo de la onda de sonido puede enfocar gran- grafía, entre los que recibieron contraste fue un 24% me-
des cantidades de energía en volúmenes muy pequeños, nos probable que fallecieran dentro del primer día
elevando la temperatura en el centro del colapso de miles respecto a los pacientes que no recibieron contraste. En
de grados kelvin, formando radicales libres e incluso lle- cualquier caso, después de cuatro muertes en pacientes
gan a emitir radiación electromagnética n . cardiópatas gravemente enfermos, las recomendaciones
Las preocupaciones respecto a los potenciales bioefec- actuales en Norteamérica son la precaución cuando se
tos inducidos por la cavitación han llevado a la realización utilicen medio con microburbujas en pacientes con com-
de varios estudios experimentales para evaluar si la exis- promiso cardiopulmonar severo 87-89 .
tencia de microburbujas de contraste puede actuar como Al menos existe un medio de contraste en desarrollo clí-
semillas de cavitación, potenciando los bioefectos 73-78 . Es- nico en Estados Unidos y pendiente de convertirse en el
te trabajo fue revisado por Haar 79 y en dos ocasiones por primer fármaco aprobado por la FDA para indicaciones
la World Federation for Ultrasound in Medicine and Biolo- «radiológicas».
gy80.81. Aunque se ha demostrado que añadiendo medios
de contraste a la sangre disminuye el umbral de cavita-
ción y efectos asociados (p. ej., hemólisis, lisis plaqueta-
ria), no se han referido bioefectos significativos en situa-
ciones comparables a la concentración de burbujas y
exposición a ultrasonidos a 1M bajos habituales en explo- El desarrollo de la tecnología de las microburbujas es pro-
raciones clínicas diagnósticas. De todos modos, parece bable que se centre en al menos dos áreas principales: en
prudente extender de los mismos principios de ALARA primer lugar por sus posibilidades de ofrecer una infor-
(acrónimo en inglés de as low as reasonable achivable, tan mación funcional gracias a las burbujas, que se potencia
bajo como sea posible) a los medios de contraste. Las eco- por el marcado activo de un proceso específico molecular
grafías con contraste deben exponer al paciente al menor o celular. Así, una burbuja alcanza a las células que cubren
1M, con un tiempo de exposición acústica total más breve los vasos sanguíneos (células endoteliales) implicadas en
y la frecuencia de ultrasonidos más alta posible que per- un proceso patológico como la inflamación (en la arterios-
mita una información diagnóstica adecuada. clerosis]9° o proliferación (cáncer)91. Esto se consigue fi-
En este tiempo al menos 3 millones de pacientes en to- jando los ligamentos a la superficie de la cubierta Iipídica,
do el mundo han recibido inyecciones de contraste con como un péptido y un anticuerpo92. Los anticuerpos fren-
microburbujas para el diagnóstico clínico. Estas inyec- te a factores como VCAM, un marcador de inflamación, y
ciones han sido muy bien toleradas y presentan por tan- VEGF receptor 2, un marcador de proliferación vascular,
to un registro excelente de seguridad, con supervisión han demostrado ya que dirigen con eficacia a las burbujas
postcomercial que sugiere que la causa principal de hacia la superficie endotelial (Fig. 3-19). Esta variedad de
eventos graves es la reacción anafiláctica, con una inci- imagen molecular tiene aplicaciones potenciales para
dencia estimada de 1 por 7.000 casos, tanto con las esfe- identificar el objeto y evaluar la eficacia de nuevos trata-
66 ras de perflutren aprobadas para indicaciones cardioló- mientos 94 .
gicas en Estados Unidos 82 como el sulfuro-hexafluorido Como segunda aplicación, se utilizan las burbujas como
aprobado en Europa 83. Esta tasa es comparable a la de la un potenciador de la propia terapia. Las burbujas pueden
mayoría de los analgésicos y antibióticos y menor que concentrar y reducir el umbral de la lesión tisular térmica
cu
~C)
O
()
Q)
s::
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O
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In
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"
Q)
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C')
Figura 3-19 Imagen molecular con ultrasonidos de un receptor con microburbujas marcadas. Imágenes o
~ (40 MHz) de un tumor subdérmico MeWo derivado de células de un melanoma humano en ratones después de la "5
.t::
inyección de microburbujas marcadas con un factor receptor 2 de crecimiento endotelial vascular (VEGF-R2). A, C.
m
Las burbujas circulantes han abandonado el lecho vascular y por tanto las visionadas están adheridas al objeto receptor. ()
La señal microburbuja-específica se muestra como una envolvente verde. B, Después de la disrupción «flash», el eco de la
microburbuja desaparece. La diferencia en la señal de la burbuja entre estas dos imágenes cuantifica la adhesión del tra-
zador al receptor diana. Las unidades de la escala son en milímetros. (De Rychak JJ, Graba J, Cheung AM, y co/s. Microul-
trasound molecular imaging of vascular endothelial growth factor receptor 2 in mouse model of tumor angiogenesis. Mol
Imaging 2007;5:289-296.)

en tratamientos con ultrasonidos enfocados de alta inten- peciales de diseños inyectables, que puedan llevarnos des-
sidad (HIFU). También pueden tener un efecto de apertu- de una modalidad de imagen que ya es versátil, hasta un
ra o de permeabilización de la capa endotelial, incluso de primer plano entre el diagnóstico y el tratamiento.
la barrera hematoencefálica 95 • Esto permite que ciertos
fármacos pasen a zonas de tejido seleccionado por el haz
de ultrasonidos. Los fármacos pueden circular por el to-
rrente circulatorio o incorporarse dentro de las propias
burbujas. En el último caso, el plásmido ADN, que no pue-
de sobrevivir en la sangre, puede ser transportado en la Los medios de contraste son seguros, efectivos y bien tole-
cubierta de la burbuja y liberarse mediante disrupción rados por los pacientes. A diferencia de los medios de con-
acústica 96 • La oscilación de gas libre cerca de la membrana traste de otras modalidades de imagen, las microburbujas
celular la hace permeable y permite al ADN penetrar en la se adaptan para el proceso de imagen en cuestión. Com-
célula. Tanto las células endoteliales como los miocitos, prender el comportamiento de las burbujas durante su ex-
han demostrado esta capacidad nueva para la terapia gé- posición al haz de imagen de los ultrasonidos es la clave
nica 97 • Por último, la barrera del propio endotelio puede para realizar un estudio efectivo de contraste con ultrasoni-
rebasarse inyectando nanopartículas líquidas, precurso- dos. La elección apropiada de un método de imagen con-
res de los medios de contraste gaseosos, lo que les permi- traste-específico se basa en el comportamiento del medio
te difundir en el intersticio y entonces utilizar una energía utilizado y de los requerimientos del estudio. El índice me-
acústica externa para activarse dentro de cuerpos gaseo- cánico (1M) es el principal determinante de la respuesta de
sos, donde puedan ser marcados o detectados 98 y pueden las burbujas de contraste a los ultrasonidos. Las imágenes
utilizarse para potenciar el tratamient0 99 • con armónicos y bajo 1M e imagen multipulso, hacen posi-
El uso de burbujas como sondas moleculares o celulares, ble el modo-B contraste-específico en tiempo real para la
señalándolas como una forma de detección o también para imagen de perfusión utilizando medios de contraste a base
liberar terapia de fármacos o génica y su uso como poten- de perfluorocarbono, aprobados para su uso clínico en mu-
ciador focal en tratamientos mínimamente invasivos, son chos países. Futuros desarrollos auguran la interesante
aplicaciones que están en su infancia actualmente. Los perspectiva de la imagen molecular y celular, el tratamiento
próximos años es probable que presenciemos una unión potenciador y liberación de fármacos y genes; todos ellos
sin precedentes de la imagen de ultrasonidos con series es- mediante ultrasonidos y microburbujas. 67
Capítulo 4

HÍGADO
Stephanie R. Wilson y Cynthia E. Withers

El hígado es el órgano más grande del cuerpo humano y mo exploración aislada, ya que con una selección apropia-
pesa alrededor de 1.500 g en el adulto. Dado que con fre- da, permite una representación del hígado en su conjunto y
cuencia se ve afectado por enfermedades locales y sisté- en consecuencia una rápida revisión de todas las caracte-
micas, suele ser necesario recurrir a exploraciones eco- rísticas de anatomía, tamaño, textura y superficie hepáti-
gráficas en busca de alteraciones hepáticas. casI. Por ello la diferenciación de los cambios difusos de la
cirrosis e hígado graso respecto a la normalidad queda re-
saltada en las reconstrucciones multiplanares (Fig. 4-1).
Los ultrasonidos son excelentes además para demostrar
masas hepáticas focales respecto a estructuras vasculares
vitales cuando se contempla la posibilidad de una cirugía.
La mejor forma de explorar el hígado es mediante la eco-
grafía en tiempo real, idealmente después de 6 horas de
ayuno. Se deben obtener proyecciones sagital, transversa,
coronal y subcostal oblicua utilizando tanto un transductor
abdominal como otro de mayor frecuencia. El hígado de
muchos pacientes queda oculto por debajo de las costillas El hígado está alojado en el cuadrante superior derecho
derechas inferiores, de forma que será de gran utilidad un del abdomen, suspendido del hemidiafragma derecho. A
transductor con un frente de sonda pequeño, y que permita nivel funcional, puede dividirse en tres lóbulos, derecho,
por tanto el abordaje intercostal. Por otra parte, la reciente izquierdo y caudado. El lóbulo derecho hepático se sepa-
aportación de los ultrasonidos con una imagen volumétri- ra del izquierdo por la cisura lobar principal, que pasa a
ca mejora considerablemente la evaluación del hígado co- través de la fosa de la veSÍCula biliar hacia la vena cava

ftJ Figura 4-1 Hígado normal. El hígado muestra un formato de nueve-en-uno en la adquisición volumétrica del
~ plano axial, con el punto central en el eje largo de las venas portas en el hilio hepático.
rior (Fig. 4-4). La vena hepática media sigue su recorri-
do por dentro de la cisura lobar principal y separa al seg-
mento anterior del lóbulo derecho del segmento medial
del izquierdo. La vena hepática derecha corre por den-
tro de la cisura intersegmentaria derecha y divide allóbu-
lo derecho en segmentos anterior y posterior. En las sec-
ciones más caudales del hígado, la vena hepática derecha
ya no se puede identificar, de modo que los límites seg-
mentarios se muestran imprecisos en su división de las
ramas anterior y posterior de la vena porta derecha. Las
principales ramas de las venas porta derecha e izquierda
corren por el centro dentro de los segmentos (intraseg-
mentario), con la excepción de la porción ascendente de
la vena porta izquierda, que corre por la cisura interseg-
mentaria izquierda. La cisura intersegmentaria izquierda,
que separa el segmento medial del lóbulo izquierdo del
segmento lateral, puede dividirse en las secciones craneal,
~ Figura 4-2 Anatomía lobar normal. El lóbulo de- media y caudal. La vena hepática izquierda forma ellí-
~ recho del hígado (LDH) puede separarse del lóbu- mite del tercio craneal, la rama ascendente de la vena por-
lo izquierdo (L/) por la cisura principal que pasa a tal izquierda representa el tercio medio y la cisura delli-
través de la fosa de la vesícula biliar (VB) y vena cava infe- gamento teres sirve de división más caudal del lóbulo
rior (Ve/). izquierd0 2 (Tabla 4-1).

Anatomía de Couinaud
inferior (VCI) (Fig. 4-2). El lóbulo derecho puede dividir- Como la ecografía permite la evaluación de la anatomía he-
se a su vez en los segmentos anterior y posterior por la pática en múltiples planos, los radiólogos deben ser capa-
cisura intersegmentaria derecha. La cisura interseg- ces de localizar de forma precisa una lesión en un segmento
mentaria izquierda divide al lóbulo izquierdo en medial determinado para el cirujano. La anatomía de Couinaud
y lateral. El lóbulo caudado está situado en la cara poste- es actualmente la nomenclatura universal para la localiza-
rior del hígado, con la VC! como su borde posterior y la ción de las lesiones hepáticas 3 (Tabla 4-2). Esta descripción
cisura del ligamento venoso como su límite anterior (Fig. se basa en los segmentos portales y es de gran relevancia
4-3). El proceso papilar es una extensión anteromedial tanto funcional como patológica. Cada segmento tiene su
del lóbulo caudado, que puede aparecer separado del hí- propio aporte sanguíneo (arterial, vena porta y vena hepá-
gado y simular una linfadenopatía. tica), linfáticos y drenaje biliar. Así, el cirujano puede rese-
Es esencial comprender la anatomía hepática para poder car un segmento de un lóbulo hepático, suponiendo que la
apreciar las posiciones relativas de los segmentos hepáti- irrigación del resto del lóbulo está intacta. Cada segmento
cos. Las venas principales del hígado siguen un trayecto tiene su rama o ramas de la vena porta en su centro. Existen
entre los lóbulos y segmentos (interlobar e intersegmen- ocho segmentos. Las venas hepática derecha, media e iz-
tario). Son límites segmentarios ideales pero se visualizan quierda dividen al hígado longitudinalmente en cuatro sec-
solamente cuando se dirige el barrido por el hígado supe- ciones. Cada una de dichas secciones se divide a su vez

69
~ Figura 4-3 Lóbulo caudado. A, Plano sagital y B, plano transversal , que muestran el lóbulo caudado (LC) sepa-
~ rada del lóbulo izquierdo por la cisura del ligamento venoso (flechas). Por detrás queda la vena cava inferior.
mento 1) puede recibir ramas tanto de la vena porta dere-
cha como de la izquierda. Al contrario de otros segmentos,
ni el segmento I tiene una o varias venas hepáticas que dre-
(J
nan directamente en la ve!.
'(3
'ni El aporte de la vena porta al lóbulo izquierdo se puede
lo..
o
+"
visualizar recurriendo a una proyección oblicua subxifoi-
>a dea craneal (proyección oblicua subcostal recurrente). Se
ni forma una «H recostada» a partir de la vena porta izquier-
(J
'S; da principal, la rama ascendente de la vena porta izquier-
:a; da y las ramas que se dirigen a los segmentos I1, III Y IV7
a. (Fig. 4-6). Los segmentos II y III están separados por el
ni segmento IV por la vena hepática izquierda y también por
c la rama ascendente de la vena porta izquierda y el liga-
E mento falciforme. El segmento IV está separado por los
o
"O segmentos V y VIII por la vena hepática media y la cisura
.o

-
ni hepática principal.
ni
,- '-' Figura 4-4 Anatomía venosa hepática, Las tres El aporte venoso portal al lóbulo derecho hepático tam-
~ venas hepáticas derecha (VHO), media (VHM) e iz- bién se puede relacionar con esa forma de H recostada. La
E quierda (VHI), son interlobares e intersegmentarias,
O') vena porta derecha principal da lugar a las ramas que irri-
o(J separan lóbulos y segmentos. A nivel de la confluencia ve-
gan los segmentos V y VI (caudalmente) y VII Y VIII (cra-
w nosa hepática con la vena cava inferior, la vena hepática
derecha separa el segmento posterior derecho (segmento 7) nealmente) . La mejor forma de visualizarlos es en los pIa-
= del segmento anterior derecho (segmento 8). La vena hepá-
tica izquierda separa el segmento medial izquierdo del seg-
nos sagital y oblicuo 7 (Fig. 4-6).
La proyección oblicua subxifoidea muestra la vena por-
mento lateral izquierdo. La vena hepática media separa los ta derecha en forma transversal, lo que permite identifi -
lóbulos derecho e izquierdo. Como ya se mostró previamen- car el segmento VIII que se localiza a un nivel más craneal
te, las venas hepáticas se ven mejor en una proyección obli- (cerca de la confluencia de las venas hepáticas) del seg-
cua subcostal. mento V. Los segmentos V y VIII están separados de los
segmentos VI y VII por la vena hepática derecha 7•

transversalmente por un plano imaginario a través de los Ligamentos


pedículos portales derecho e izquierdo principales. El seg- El hígado está cubierto por una capa de tejido conjuntivo
mento I es el lóbulo caudado, segmentos 11 y 111 son los fino llamado cápsula de Glisson. La cápsula rodea por
segmentos izquierdo superior e inferior, respectivamente y completo al hígado y tiene su máximo grosor alrededor de
el segmento IV, que después se divide en IVa y IVb, es el la VCI e hilio hepático. En el hilio hepático, están conteni-
segmento medial del lóbulo izquierdo. El lóbulo derecho dos la principal vena hepática, la propia arteria hepática y
está formado por los segmentos V y VI, de ubicación cau- el colédoco, dentro de unos pliegues de revestimiento pe-
dal al plano transverso y los segmentos VII y VIII, están ritoneales conocidos como ligamento hepatoduodenal
ubicados cranealmente4-6 (Fig. 4-5). El lóbulo caudado (seg- (Fig. 4-7). El ligamento falciforme lleva la vena umbilical

Anatomía hepática normal:


estructuras útiles para identificar los segmentos hepáticos
Estructura Ubicación Utilidad

VHD Cisura derecha intersegmentaria Divide la parte craneal de los segmentos anterior
y posterior del lóbulo derecho
VHM Cisura lobar principal Separa los lóbulos derecho e izquierdo
VHI Cisura intersegmentaria izquierda Divide la cara cefálica de los segmentos medial y lateral
del lóbulo izquierdo
VPD (rama anterior) Intrasegmentaria en el segmento anterior Sigue trayecto central en el segmento anterior del
del lóbulo derecho lóbulo derecho
VPD (rama posterior) Intrasegmentaria en el segmento posterior Sigue trayecto central en el segmento posterior
del lóbulo derecho del lóbulo derecho
VPI (segmento horizontal) Anterior al lóbulo caudado Separa el lóbulo caudado posteriormente del
segmento medial del lóbulo izquierdo anteriormente
VPI (segmento ascendente) Cisura intersegmentaria izquierda Divide segmentos medial y lateral del lóbulo izquierdo
Fosa VB Cisura lobar principal Separa lóbulos derecho e izquierdo
Cisura del ligamento teres Cisura intersegmentaria izquierda Divide la cara caudal del lóbulo izquierdo en segmentos
medial y lateral
70 Cisura de ligamentos venosos Límite anterior izquierdo del lóbulo caudado Separa el lóbulo caudado posteriormente del lóbulo
izquierdo anteriormente

Modificado de Marks WM, Filly RA, Callen pw. Ultrasonic anatomy of the liver; a review with new aplications. J Clin Ultrasound, 1979; 7:137-146.
VHD: vena hepática derecha; VHM: vena hepática media; VH/: vena hepática izquierda; VPD: vena porta derecha; VP/: vena porta izquierda; VB: vesicula biliar.
hacia el hígado durante el desarrollo fetal (Fig. 4-8). Des-
........__~ Anatomía hepática pués del parto, la vena umbilical se atrofia, formando el
Couinaud Tradicional
ligamento teres (Fig. 4-9) . Cuando alcanza el hígado, las o
cubiertas del ligamento falciforme se separan. La cubierta 'O
ctI
Segmento I Lóbul o caudado derecha forma la capa superior del ligamento coronario; C)
,-
Segmento 11 Segmento lateral del lóbulo izquierdo (superior) la izquierda la capa superior del ligamento triangular iz- ::I:
Segmento 111 Segmento lateral del lóbulo izquierdo (inferior) quierdo. La porción más lateral del ligamento coronario
Segmento IV Segmento medial del lóbulo izquierdo se denomina ligamento triangular derecho (Fig. 4-10).
Segmento V Segmento anterior del lóbulo derecho (inferior)
Las capas peritoneales que forman el ligamento coronario
Segmento VI Segmento posterior del lóbulo derecho (inferior)
Segmento VII Segmento posterior del lóbulo derecho (superior)
están muy separadas, dejando una zona que no está cu-
Segmento VIII Segmento anterior del lóbulo derecho (superior) bierta de peritoneo; esta región posterosuperior se cono-
ce como zona desnuda del hígado. El ligamento venoso

VHM vel

~ Figura 4-5 Anatomía segmentaria funcional de Couinaud. A, El hígado se divide en nueve segmentos. Los lí-
~ mites longitudinales azules (cisuras derecha, media e izquierda) son tres venas hepáticas. El plano trasverso queda
definido por los pedículos portales derecho e izquierdo principal. Segmento 1, lóbulo caudado, situado en la parte
posterior. VHO, vena hepática derecha; VHM, vena hepática media; VHI, vena hepática izquierda; VPO, vena porta derecha;
VPI, vena porta izquierda; va, vesícula biliar. B, Ecografía correspondiente que muestra la vena porta principal con sus
ramas derecha e izquierda. El plano a través de las ramas derecha e izquierda es la separación transversa de los segmen-
tos hepáticos. Por encima de este nivel quedan los segmentos 11, IVa, VII y VIII. Caudal están los segmentos 111, IVb, V y VI:
(De Sugarbaker PH: Toward a standard of nomenclature for surgical anatomy of the liver, Neth J Surg 1988;PO; 100.)

.,,; Figura 4-6 Anatomía venosa portal en dos pacientes. A, Se aprecia mejor en la proyección subcostal oblicua, 71
~ el portal principal está formado por la unión de las ramas venoportales derecha e izquierda en el hilio hepático. B, ---
Están marcadas las ramas segmentarias de las venas portales derecha e izquierda. Se aprecia bien el perfil en H
acostada de la bifurcación de la vena porta izquierda, formada por la vena porta izquierda horizontal y sus ramas segmen-
tarias a 2, 3 Y 4.
tu
c:
E
o
'C
.o
tu

~
- FI,u," 4-7 Hmo hepático. A, Plaoo sagital del hlllo hepá"co que muest,. el cooducto billa, (flecha) y la veoa po'J
....
,~
~ ta (VP) que queda dentro del ligamento hepatlcoduodenal. B, Imagen transversal que muestra las ramas de la vena
~ porta derecha e izquierda. VPOp, vena porta derecha posterior; VPIA, vena porta izquierda ascendente.
en - - - -------
o
o
w
=c:
'o
'uo
Q)
en

72 ftJ Figura 4-8 Ligamento falciforme que contiene grasa que facilita su localización. A, Imagen sagital a través del
~ ligamento falciforme. B, Proyección oblicua subcostal del ligamento falciforme. e, Ubicación de grasa justo por
delante de la rama ascendente de la rama izquierda ascendente de la vena porta. D, Extensión caudal de la grasa
en la ubicación del ligamento entre las venas hepáticas media e izquierda.
Ligamento triangular Ligamento Ligamento tres venas principales: las venas derecha, media e izquier-
derecho coronario triangular izquierdo da (ver Fig. 4-4). Todas ellas drenan en la VCI y al igual que
sucede con las venas portas no tienen válvulas. Como ya
se comentó, la vena hepática derecha normalmente es
única y sigue un recorrido por la cisura intersegmentaria
derecha, separando los segmentos anterior y posterior
del lóbulo derecho. La vena hepática media, que recorre la
cisura lobar principal, forma un tronco común con la vena
hepática izquierda en la mayoría de los casos. La vena he-
pática izquierda forma el límite más craneal entre los seg-
mentos medial y lateral del lóbulo izquierdo.

Ligamento teres (Ligamento redondo)


Tamaño y ecogenicidad normal del hígado
(Vena umbilical obliterada)
,--------------------------- El borde hepático superior queda aproximadamente a ni-
~ Figura 4-9 Ligamentos hepáticos. Diagrama de 1 vel del quinto espacio intercostal en la línea medioclavi-
~ la superficie anterior ~ hígado. J cular. El borde inferior se extiende a lo largo, o ligeramen-
te por debajo, del reborde costal. Una evaluación precisa
del tamaño hepático es compleja con un equipo de eco-
tiene en su interior el conducto venoso obliterado, que grafía en tiempo real 8
por el campo limitado de visión. Go-
hasta el momento del parto era un shunt de sangre desde sink y Leymaster propusieron la medición de la longitud
la vena umbilical a la VC!. hepática en la línea mediohepática. En el 75% de los pa-
cientes con una longitud hepática mayor de 15,5 cm exis-
tirá hepatomegalia. Niederau y cols. 9 midieron el hígado
Circulación hepática
en sus diámetros longitudinal y anteroposterior tanto en
Venas portales las líneas medio clavicular como en la línea media y rela-
El hígado recibe doble aporte de sangre de la vena porta cionaron estos datos con el sexo, edad, altura, peso y su-
y de la arteria hepática. Aunque la vena porta lleva sangre perficie corporal total. Observaron que el tamaño del ór-
venosa parcialmente oxigenada (80%) procedente de los gano aumenta con la altura y superficie corporal y
intestinos y el bazo, aporta más de la mitad de los reque- disminuye con la edad. El diámetro longitudinal medio
rimientos de oxígeno de los hepatocitos por su mayor flu- del hígado en la línea medioclavicular en este estudio fue
jo. Este doble aporte de sangre explica la baja incidencia de 10,5 cm, con una desviación estándar (DE) de 1,5 cm y
de infarto hepático. el diámetro medio medioclavicular antera posterior fue de
La tríada portal contiene ramas de la vena porta, arte- 8,1 cm (DE 1,9 cm). En la mayoría de los pacientes las me-
ria hepática y conducto biliar. Están contenidos dentro de diciones de la longitud hepática es suficiente para medir
una vaina de tejido conjuntivo que es la causa de que la el tamaño hepático. El lóbulo de Reidel es una extensión
vena porta tenga una pared ecogénica en la ecografía y con forma de lengua de la punta inferior del lóbulo dere-
que la distingue de las venas hepáticas, que tienen una pa-
red casi imperceptible. La vena porta principal se divide
en ramas derecha e izquierda. La vena porta derecha tie-
ne una rama anterior de distribución central dentro del
segmento anterior del lóbulo derecho y una rama poste-
rior dentro del segmento posterior del lóbulo derecho. La
vena porta izquierda sigue inicialmente un trayecto an-
terior al lóbulo caudado. La rama ascendente de la vena
porta izquierda sigue un trayecto anterior respecto a la
cisura izquierda intersegmentaria para dividir los seg-
mentos medial y lateral del lóbulo izquierdo.

Circulación arterial
Las ramas de la arteria hepática acompañan a las venas
porta. Las ramas terminales de la vena porta y sus arterio-
las hepáticas acompañantes y conductos biliares se cono-
cen como acinos.

Sistema venoso hepático W Figura 4-10 Ligamento triangular derecho. Ba-


La sangre perfunde el parénquima hepático a través de los ~ rri?~ oblicuo subcostal cerca de la cúpula del he-
sinusoides y después penetra en las vénulas hepáticas mldlafragma derecho (flechas curvas). Obsérvese 73
terminales. Estas ramas terminales se unen para formar el contorno y falta de homogeneidad del hígado de este
venas secuencialmente. La vena hepática varía en número paciente con cirrosis. El ligamento triangular derecho (fle- .
y posición. Sin embargo, en la población general, existen chas rectas) se visualiza por la ascitis.
cho del hígado, que con frecuencia se observa en mujeres sura accesoria verdadera que se extiende caudalmente
asténicas. desde la vena porta derecha hacia la superficie inferior
El hígado normal es homogéneo, contiene ecos de bajo del lóbulo derecho del hígado 12 .
nivel y jo es mínimamente hiperecoico o es isoeoico en
comparación con la corteza renal normal (Fig. 4-11, A). El Anomalías vasculares
hígado es hipoecoico comparado con el bazo. Esta rela- La arteria hepática común surge a partir del tronco ce-
ción es evidente cuando el segmento lateral del lóbulo iz- líaco y se divide en ramas derecha e izquierda en el hilio
quierdo está elongado y envuelve al bazo (Fig. 4-11, B). hepático. La descripción clásica recogida en los libros de
anatomía solamente se observa en e155% de la población,
el restante 45% presenta ciertas variaciones de esta ana-
. ANOMALÍAS DEL DESARROLLO tomía. Los patrones principales de dichas variaciones
ro son: 1) una arteria hepática que se origina a partir de la
c:
arteria gástrica izquierda (10%); 2) la arteria hepática de-
E Agenesia recha que se origina de la arteria mesentérica superior
O
'O La agenesia del hígado es incompatible con la vida. Se ha (11 %), Y 3) la arteria hepática común que se origina de la
.o
ro referido la agenesia de ambos lóbulos, derecho e izquier- arteria mesentérica superior (2,5%).

-
,~
ro
'-
C)
O
do l o. ll . En tres de cinco casos publicados de agenesia del
lóbulo derecho, el lóbulo caudado también estaba ausen-
te l l . Normalmente cursa con una hipertrofia de los lóbu-
Las anomalías congénitas de la vena hepática son las
atresias, estenosis y válvulas obstructivas, todas ellas ra-
ras. Entre las variaciones destacan la ausencia de la vena
O los restantes y las pruebas de función hepática son nor- porta derecha, con anomalías en las ramas de las venas
W males. porta principal y derecha y la ausencia del segmento hori-
=c: zontal de la vena porta izquierda 13 .
'o Anomalías de posición Por el contrario, las variaciones en la ramificación de las
'0 En el situs inversus total (viscerum), el hígado está en el venas hepáticas son más frecuentes. La vena accesoria
(.)
Q)
en hipocondrio izquierdo. En la hernia diafragmática con- más común drena el segmento anterosuperior del lóbulo
génita u onfalocele se observan diversos grados de her- derecho (segmento VIII) y se observa aproximadamente
niación del hígado dentro del tórax o fuera de la cavidad en un tercio de la población. Normalmente drena en la ve-
abdominal. na hepática media, aunque ocasionalmente se une a la ve-
na hepática derecha 14 • En el 10% de los individuos se ob-
Cisuras accesorias serva una vena hepática inferior derecha, que drena en la
Aunque la invaginación de la cúpula diafragmática se ha porción inferoposterior del hígado (segmento VI). Esta
llamado «cisura accesoria», no se trata de una verdadera vena inferior derecha drena directamente en la ve! y pue-
cisura, sino más bien de un deslizamiento del diafrag- de ser tan grande o mayor que la vena hepática derecha ls .
ma. Son el origen de pseudomasas en la ecografía del hí- Las venas marginales derecha e izquierda, que drenan en
gado cuando no se explora de forma minuciosa el hígado las venas hepáticas derecha e izquierda, se observan en
en los planos sagital y transverso (Fig. 4-12) . Las cisuras alrededor del 12% y 3% de la población, respectivamente.
accesorias verdaderas son raras y se deben a pliegues del La ausencia de la vena hepática principal es relativamente
peritoneo. La cisura hepática accesoria inferior es una ci- rara y se detecta en el 8% de los individuos ls . Resulta útil

74
'J Figura 4-11 Ecogenicidad hepática normal. A, El hígado es más ecogénico que la corteza renal. B, El hígado es
~ menos ecogénico que el bazo, como se aprecia en muchas mujeres delgadas, cuyo lóbulo izquierdo del hígado
envuelve al bazo.
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ttJ Figura 4-12 Deslizamiento del diafragma. A, Ecografía sagital que muestra masa ecogénica (flechas) adyacen-
~ tes al hemidiafragma en este paciente con un carcinoma de células renales (CCR). B, Imagen oblicua subcostal
que muestra que la masa es en realidad un deslizamiento diafragmático (flechas).

tener presentes estas variaciones del sistema hepático ve- la posibilidad de que se trate de cistadenomas biliares o
noso para definir de forma precisa las lesiones focales he- metástasis quísticas como parte del diagnóstico diferen-
páticas y para que el cirujano pueda realizar la resección cial de quistes de aspecto complejo (Fig. 4-14).
segmentaria hepática.
Quistes peribiliares
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Los quistes peribiliares se han descrito en pacientes con
ANOMAUIAS CONGÉNITAS enfermedad hepática severa 18 • Se trata de quistes peque-
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ños, de 0,2 a 2,5 cm y son habitualmente de localización
central dentro del hilio hepático o en la unión de los con-
Quiste hepático ductos hepáticos principales izquierdo y derecho. General-
Un quiste hepático se define como un espacio relleno de lí- mente son asintomáticos, pero en raras ocasiones causan
quido con una cubierta endoteliaL Los abscesos, quistes obstrucción biliar 18 . Desde el punto de vista anatomopa-
parasitarios y quistes postraumáticos son por tanto quistes tológico se cree que los quistes peribiliares representan
verdaderos. La existencia frecuente de epitelio columnar glándulas periductales pequeñas obstruidas. En la eco-
dentro de los quistes simples hepáticos sugiere que tienen grafía se aprecian como quistes pequeños, agrupados o
un origen ductal, aunque su causa precisa no es conocida. como estructuras de aspecto tubular con finos septos, pa-
Su presentación en la edad media tampoco tiene una causa ralelos a los conductos biliares y vena porta.
conocida. Aunque se pensó que eran relativamente raros,
los estudios ecográficos han demostrado que los quistes se Enfermedad poliquística del adulto
observan en el 2,5% de la población general, aumentando La enfermedad del riñón poliquístico del adulto se trans-
hasta el 7% en la población que supera los 80 años 16 . mite con un patrón hereditario autosómico dominante.
En los estudios ecográficos, los quistes hepáticos be- Los quistes hepáticos se asocian a esta patología en el
nignos son anecoicos y tienen una pared fina y bien deli- 57%-74% de los casos 19 • No existe correlación entre la
mitada y un refuerzo acústico posterior. En ocasiones el gravedad de la enfermedad renal y la severidad de la afec-
paciente puede desarrollar dolor y fiebre secundaria a tación hepática. Las pruebas de función hepática (LFT)
una hemorragia o infección del quiste. En estos pacientes suelen ser normales y, a diferencia de la forma autosómica
el quiste puede contener ecos interiores (Fig. 4-13, A). Y recesiva infantil del riñón poliquístico, no se asocia a fi-
septos, puede tener una pared engrosada o 'puede parecer brosis hepática o hipertensión portaL De hecho, si las LFT
sólido (Fig. 4-13, B). Aunque la aspiración puede aportar fueran normales, deberán descartarse las complicaciones
líquido para su evaluación, el quiste con una cubierta epi- de la enfermedad hepática poliquística, como el tumor, in-
telial puede recidivar. La ablación del qui·s te con alcohol fección del quiste y obstrucción biliar 19 .
puede realizarse con ayuda ecográfica 17 . Como alternati-
va, puede estar indicada la exéresis quirúrgica. Si se ob- Hamartomas biliares
servan septos gruesos o nódulos dentro de los quistes (complejo de von Meyerburg)
hepáticos se recomienda una tomografía computarizada Los hamartomas del conducto biliar fueron descritos por
(TC) o ecografía con contraste, ya que debe considerarse primera vez por Von Meyenburg en 1918 20 y son unas le-
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"'-1 Figura 4-13 Quistes hepáticos que presentan
~ hemorragia como complicación en dos pacien-
w tes. A, Dolor agudo en hipocondrio derecho en mu-
jer de 46 años. La ecografía sagital del lóbulo derecho
=s:::: muestra una masa subfrénica bien definida con un nivel uni-
'o forme de ecos interiores. Este aspecto puede malinterpre-
'(3
oQ) tarse como una masa sólida. S, Ecografía trasversa que
CJ) muestra una masa grande y bien delimitada con un aspecto
complejo, pero fundamentalmente sólido en su interior. C,
En la TC con realce del mismo paciente de S, se aprecia una
masa que no reé;llza, de baja densidad compatible con un
quiste. Los ultrasonidos son superiores a la TC en la carac-
terización de las masas quísticas.

siones pequeñas focales del hígado compuestas por gru- tastásico y en las publicaciones se describen como nódu-
pos de conductos biliares intrahepáticos dentro de un es- los sólidos aislados, múltiples o casi siempre innumera-
troma denso a base de colágen0 2 1. Estas malformaciones bles y bien definidos, normalmente menores de 1 cm de
benignas se detectan de forma casual en el 0,6-5,6% de las diámetro (Fig. 4-15). Los nódulos son casi siempre hi-
series de autopsias publicadas 22 • poecoicos 23 y con menor frecuencia hiperecoicos en la
Los rasgos de imagen de los complejos de Von Meyen- ecografía 24•25 e hipodensos en la TC con contraste. Tam-
burg (CVM) fueron descritos en la literatura como casos bién se han descrito focos de ecos brillantes ecogénicos
aislados y series de pocos casos, con descripción de su as- en el hígado con un artefacto distal de «anillo inferior» en
pecto en ecografías, TC y resonancia magnética 23 • Los CVM los pacientes con CVM (Fig. 4-16). Creemos que estos fo-
se malinterpretan con frecuencia como un carcinoma me- cos pueden deberse a la existencia de quistes delgados

76
"'-1 Figura 4-14 Cistadenoma biliar. A, Ecografía sagital que muestra un quiste irregular con gruesos septos y nódu-
~ los murales. S, Pieza quirúrgica.
por debajo de la resolución del equipo de ultrasonidos.
Los CVM suelen detectarse como observaciones inciden-
tales e irrelevantes junto a otras alteraciones congénitas,
como la fibrosis hepática y la enfermedad poliquístico re-
nal o hepática 22 • Se ha propuesto la asociación de los CVM
con el colangiocarcinoma26 •
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Hepatitis virales
La hepatitis viral es una enfermedad frecuente que puede
conducir a su vez a la hipertensión portal, cirrosis y carci-
noma hepatocelular (CHC). Recientes avances han permi-
tido identificar por lo menos seis virus distintos de la he-
W Figura 4-15 Complejo de von Meyenburg en un patitis: hepatitis A, B, C, O, E Y G27.
~ paciente con cáncer. La ecografía ' muestra una La hepatitis A se ha descrito en todo el mundo y se pue-
masa hepática hipoecoica aislada, sólida y peque- I
ña. Sin otra evidencia de enfermedad metastásica, se rea- de diagnosticar mediante estudios serológicos con el anti-
lizó una biopsia y se demostró que se trataba de una lesión cuerpo frente al virus de la hepatitis A (anti-HAV) como
I marcador. La principal vía de propagación de la enferme-
benigna y de naturaleza irrelevante.
dad es la ruta oral-fecal. En países en vías de desarrollo es

77
W Figura 4-16 Artefactos del complejo de von Meyenburg (CVM) en dos pacientes. Imágenes en plano A, sagi-
~ tal y B, transverso del lóbulo izquierdo del hígado que muestra múltiples focos ecogénicos brillantes con el arte-
facto de «anillo caído» (ring down). La biopsia demostró un CVM. Imágenes C, sagital y D, transversal del lóbulo
derecho de un paciente asintomático que muestra focos ecogénicos con artefacto de anillo caído distal. I
endémica y la infección se observa en fases tempranas de hepatitis postransfusionales no eran por hepatitis B sino
la vida. La hepatitis A es una infección aguda que conduce por otros virus. Actualmente se sabe que existen casos
ca a una recuperación completa o la muerte a consecuencia no debidos a transmisión percutánea y en los que no
o
.(3 de un fallo hepático fulminante. existe origen identificable en casi el 50% de los pacien-
'ca La hepatitis B se transmite por vía parenteral (transfu- tes con hepatitis postransfusional. Los pacientes co n in-
...o>.
lo..
siones de sangre, punciones con aguja) y también a través fección aguda tienen el máximo riesgo de una infección
de la exposición percutánea por contacto sexual y en el na- crónica, progresando hasta el 85% a una enfermedad
ca cimiento. El virus de la hepatitis B (HBV), a diferencia del hepática crónica. La hepatitis crónica por virus C (HCV)
o
.S; HAY, tiene un estado de portador, con una prevalencia esti- se diagnostica por la existencia de anticuerpos fre nte a
:Qj mada a nivel mundial de 300 millones. Las regiones con las HCV (anti-HCV) en sangre. La hepatitis C representa un
c. tasas más elevadas de portadores (5-20 %) son el sudeste importante problema de salud en Italia y otros países
ca asiático, China, el África subsahariano y Groenlandia. Los mediterráneos.
.5 marcadores más útiles para la infección aguda son el antí- La hepatitis D o hepatitis delta es totalmente depen-
E geno de superficie de la hepatitis B (HBsAg) y el anticuerpo diente del VHB por su infectividad, requiere el HBsAg pa-
o
"O frente al antígeno core de la hepatitis B (AntiHBc) ra proporcionar una cubierta para el virus de la hepatitis
.o

-
ca La hepatitis e (predominantemente) y hepatitis E se D (VHD). Su distribución geográfica es por ello similar a la
,~ llamaban anteriormente no-A, no -B (NANB) hepatitis, de ia hepatitis B. La VHD es una infección rara en Nortea-
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fueron descritas en 1974 por primera vez. Los investiga- mérica y se produce principalmente en adictos a las dro-
dores de EE. UU. observaron que la mayor pa rte de las gas vía parenteral (ADVP).
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'tJ Figura 4-17 Hepatitis aguda. Ecografía A, sagital y B transversal del lóbulo izquierdo que muestra un eng rosa-
~ mie.nto y ecogenicidad marcados del tejido blando que rodea la rama de la vena porta, llamado manguito peripor-
78 tal. Imagen e sagital y D transversal de la vesícula biliar con marcado engrosamiento de pared de forma que la luz
está prácticamente obliterada. La pared de la vesícula muestra un aspecto multicapa con extensas bolsas hipoecoicas de
líquido edematoso. (De Wilsan SR, The liver. Gastrointestinal disease, Test and syllabus, Restan, Va, 2004; American Calle-
ge af Radiolagy.)
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ftJ Figura 4-18 Hepatitis aguda. Hepatitis aguda en un paciente con fiebre, pruebas de función hepáticas anormales
~ y cálculos biliares. A, Imagen transversal del hilio hepático y B, transversal del lóbulo hepático izquierdo, que
muestra bandas ecogénicas gruesas y prominentes rodeando las venas portales en la tríada portal, que se conoce
como manguito periportal. En las proyecciones e, sagital y D, transversa, se aprecia la vesícula con moderado edema y
engrosamiento de la pared vesicular. La vesícula no está agrandada o a tensión y el paciente no presenta una colecistitis
aguda. Como se observa en este caso, el hallazgo casual de una colelitiasis puede inducir errores.

Manifestaciones clínicas En la hepatitis aguda existe un edema difuso de los hepa-


La hepatitis aguda no complicada se acompaña de la re- tocitos, proliferación de las células de Kupffer que cubren
cuperación clínica dentro de los 4 meses y este es el pro- los sinusoides e infiltración de las zonas portales por linfo-
nóstico en el 99% de los casos. citos y monocitos. Los hallazgos ecográficos van paralelos a
El fallo hepático fulmin ante o subfulminante sigue a la los hallazgos histológicos. El parénquima hepático puede
aparición de ictericia y se acompaña de ictericia en pro- tener una ecogenicidad difusamente disminuida, con un
gresión, coagulopatía y encefalopatía hepática. La mayo- brillo acentuado en la tríada portal o manguito periportal
ría de los casos de fallo hepático se deben a hepatitis B o (Figs. 4-17 y 4-18, A Y B). Son hallazgos asociados la hepa-
toxicidad a drogas y se caracterizan por la necrosis hepá- tomegalia y el engrosamiento de la pared de la vesÍCula bi-
tica. La muerte se produce si la pérdida de parénquima liar30 (Figs. 4-17 y 4-18, Cy D). En la mayoría de los pacien-
hepático supera el 40%28. tes el hígado parece normapl. Muchos casos de hepatitis
La hepatitis crónica se define por la persistencia de al- crónica parecen ecográficamente normales. Cuando apare-
teraciones bioquímicas pasados los 6 meses. Existen otras ce la cirrosis, la ecografía muestra una ecoestructura en-
etiologías distintas de la viral, como son las metabólicas grosada y otros cambios morfológicos de la cirrosis.
(p. ej., enfermedad de Wilson, déficit de alfa-antitripsina, 79
hemocromatosis), autoinmune e inducida por fármacos. Enfermedades bacterianas
El pronóstico y tratamiento de la hepatitis crónica depen- Las bacterias piógenas alcanzan el hígado por diversas
de de la etiología específica 29 . rutas, siendo la más habitual la extensión directa desde el
árbol biliar en los pacientes con colangitis supurativa y La ecografía ha demostrado ser de una gran utilidad en
colecistitis. Otras rutas son a través del sistema venoso la detección del absceso hepático. Los hallazgos con ultra-
portal en pacientes con diverticulitis o apendicitis y a tra- sonidos son variados (Fig. 4-19, A-F). Los abscesos clara-
vés de la arteria hepática en pacientes con osteomielitis y mente purulentos son de aspecto quístico con el líquido
endocarditis bacteriana subaguda. Las bacterias piógenas que oscila desde libre de ecos hasta muy ecogénico. Las
también están presentes en el hígado como consecuencia regiones de supuración precoz pueden mostrarse sólidas
de traumas cerrados o penetrantes. No se llega a saber la con ecogenicidad alterada, normalmente hipoecoicas, re-
causa en aproximadamente el 50% de los abscesos hepá- lacionadas con la existencia de hepatocitos necróticos 32 •
ticos; el resto se debe sobre todo a infecciones anaero- En ocasiones los organismos productores de gas dan lu-
bias. El diagnóstico de infección bacteriana hepática suele gar a focos ecogénicos con artefacto de reverberación
retrasarse. Los signos más habituales de presentación del posterior (Fig. 4-19, G-l). También se han descrito inter-
absceso hepático pió geno son la fiebre, malestar, anorexia fases líquido-líquido, septos internos y detritus. La pared
y dolor en el cuadrante superior derecho del abdomen. Se del absceso puede variar desde bien definida a irregular y
observa ictericia en alrededor del 25% de los pacientes. gruesa.

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..., Figura 4-19 Abscesos piógenos: variedad aspectos. Línea superior; lesiones tempranas. A y B, Evolución
~ rápida de un flemón a la licuefacción. A, Flemón mal delimitado con efecto masa en el segmento 7 del hígado. B,
A las 24 horas existe una zona central de licuefacción. e, Absceso precoz mal delimitado y que protruye hacia la
cápsula hepática. Resulta difícil caracterizar la masa como sólida o quística. No existe vascularización dentro de esta u
otras masas. Línea media. Abscesos cavitados maduros. O a F, Absceso maduro típico con una masa bien delimitada
80 con licuefacción y detritus interiores. Línea inferior, Abscesos relacionados con microorganismos formadores de gas.
G, Múltiples burbujas de aire apreciables como innumerables focos ecogénicos claros dentro de una masa hepática hi-
poecoica y mal delimitada. H, Imagen sagital del lóbulo izquierdo del hígado e 1, Te confirmatorio que muestra una masa
hepática con contenido gaseoso extenso.
Enfermedades por hongos
CANDIDIASIS HEPÁTICA: El hígado se afecta con frecuencia de forma secundaria a
HALLAZGOS ECOGRÁR COS la diseminación hematógena de infecciones micóticas en
otros órganos, casi siempre los pulmones. Los pacientes
«RUEDA DENTRO DE UNA RUEDA»
generalmente están inmunocomprometidos, aunque la
• Zona hipoecoica periférica
candidiasis sistémica puede producirse en el embarazo o
• Rueda ecogénica interior
después de la nutrición parenteral. Los hallazgos clínicos v
• Nido central hipoecoico o
consisten en fiebre persistente en un pacientes neutropé-
'3
nico, cuyos leucocitos vuelven a la normalidad 34 • ~
«OJO DE TORO» c.
Los hallazgos ecográficos de la candidiasis hepática ra
• Centro hiperecoico ()
son 35 :
• Borde hipoecoico
• «Rueda dentro de una rueda»: zona hipoecoica periféri-
ca con una rueda interior y central y nido hipoecoico. El
«HIPO ECOICO UNIFORME»
nido central es una zona de necrosis focal en la que se
• Fibrosis progresiva
observan los elementos fúngicos. Se ve precozmente en
la enfermedad.
«ECOGÉNICO»
• «Ojos de toro»: lesiones de 1-4 cm con centro hiperecoi-
• Calcificación como reflejo de cicatrización
co y borde hipoecoico. Está presente cuando los neutró-
filos vuelven a la normalidad. El centro ecogénico con-
tiene células inflamatorias (Fig. 4-20).
• Hipoecoico uniforme. Casi siempre se corresponden
con una fibrosis progresiva (Fig. 4-21, A).
• Ecogénico: calcificación variable, que representa forma-
ción de cicatriz (Fig. 4-21,B).
El diagnóstico diferencial del absceso hepático piogé- Aunque la aspiración hepática percutánea resulta de ayu-
nico incluye el amebiano o equinocócico, el quiste sim- da para conocer el organismo responsable en el absceso
ple con hemorragia, un hematoma y la neoplasia necróti- piogénica hepático, suele conducir a resultados falsos ne-
ca o quística. La aspiración con ayuda de ecografía es una gativos por la existencia de candidas 35 . La causa puede ser
forma expeditiva de confirm ar el diagnóstico. Las mues- un fallo al recoger la muestra de la porción necrótica cen-
tras deben remitirse tanto para cultivos anaerobios co- tral de la lesión, donde se encuentran las pseudohifas 34 •
mo para aerobios. En el pasado, el 50% de los abscesos
se consideraban estériles, probablemente debido a fallos Enfermedades parasitarias
en el transporte de la muestra en un contenedor sin oxí-
geno, de forma que no se podían identificar organismos Amebiasis
anaerobios 33 . Una vez qu e se ha llegado al diagnóstico de La infección hepática por el parásito Entomoeba histolyti-
absceso hepático mediante la identificación del pus o ca es la manifestación extraintestinal más frecuente de la
por el resultado del gram y cultivo, la colección puede amebiasis. La transmisión es a través de la ruta oral-fecal.
drenarse por vía percutánea utilizando la ayuda de eco- Los protozoos alcanzan el hígado al penetrar desde el co-
grafía o Te. lon, invadir las vénulas mesentéricas y entrar en la vena

..., Figura 4-20 Infección por hongos. La morfología fúngica en «ojo de toro» en un varón de 24 años con leucemia
81
~ linfoblástica aguda y fiebre. A, Ecografía sagital a través del bazo que muestra lesiones diana hipoecoicas. B, El
hígado presentaba múltiples masas. Esta proyección ampliada muestra un borde grueso y ecogénico y un borde
inferior hipoecoico más delgado con un nido denso ecogénico. La biopsia reveló pseudohifas. .
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ro ~ Figura 4-21 Candidiasis. A, Patrón hipoecoico uniforme. Se aprecian múltiples lesiones hipoecoicas hepáticas

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~ en un joven con leucemia aguda mielogénica. B, Patrón ecogénico después del tratamiento méd ico. Lesiones
calcificadas pequeñas (flecha) apreciables en otro paciente inmunocomprometido.

porta. Sin embargo, en más de la mitad de los pacientes con diagnóstico mediante la combinación de hallazgos clíni-
w abscesos amebianos del hígado el colon parece normal y cos y resultados serológicos. El test de hemagl utinación
=e los cultivos de heces son negativos, lo que retrasa el diag-
nóstico. El síntoma de presentación más habitual es el do-
indirecta es positivo en el 94%-100% de los casos.
'o Los fármacos ame bici das son un tratamiento eficaz. Los

u lor, que se produce en el 99% de los casos. Alrededor del síntomas mejoran en 24-48 horas y la mayoría de los pa-
Q)
en 15% presentan diarrea en el momento del diagnóstico. cientes se quedan sin fiebre en 4 días. Aquellos que presen-
Los hallazgos ecográficos son un lesión de perfil redondo tan deterioro clínico pueden beneficiarse también de un
u ovalado, la ausencia de una pared del absceso prominen- drenaje mediante catéter, aunque es inhabitual. La mayoría
te, hipogenicidad comparada con el hígado normat ecos de los abscesos amebianos hepáticos desaparecen con el
pequeños y de bajo nivet realce sónico distal y contigüidad tratamiento médico adecuad0 39 • El tiempo desde que se fi-
con el diafragma 36•37 (Fig. 4-22). Sin embargo, estos hallaz- naliza el tratamiento hasta la resolución varía desde 1,5 a
gos pueden coincidir con los de un absceso piogénico. 23 meses (tiempo medio 7 meses) 40. Una minoría de pa-
En una revisión de 112 lesiones amebianas, Ralls y cientes mantiene unos quistes hepáticos residuales y regio-
cols. 38 refirieron que había dos patrones ecográficos que nes focales de ecogenicidad aumentada o disminuida.
eran más frecuentes en los abscesos amebianos: 1) perfi-
les redondos u ovalados, en e182% versus 60% en los abs- Enfermedad hidatídica
cesos piogénicos, y 2) aspecto hipoecoico con ecos finos La causa más frecuente de enfermedad hidatídica en hu-
interiores con alta ganancia, en el 58% versus 36% en los manos es la infestación por un parásito llamado Echina-
abscesos piogénicos. La mayoría de los abscesos amebia- caccus granulasus, que tiene una distribución mundial. Es
nos se presentan en el lóbulo derecho hepático. Se llega al más frecuente en países con cría de ovejas y vacas, espe-

~ Figura 4-22 Absceso hepático amebiano: aspecto típico. Ecografía transversal en la que se aprecia masa sub-
~ diafragmática bien delimitada con aumento de la transmisión. Existe un nivel bajo uniforme de ecos interiores y no
se aprecia una pared bien definida del absceso.
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..., Figura 4-23 Quiste hidatídico. A, Ecografía basal en la que se aprecia un quiste simple en el lóbulo derecho con
~ un nódulo mural pequeño y una mota de calcio en su parte anterior. e, Tres semanas después el paciente acudió
con dolor en hipocondrio derecho y eosinofilia. El endocisto desprendido flota dentro de la lesión.

cialmente en el Medio Oeste, Australia y países Mediterrá- criben éxitos con drenaje percutáne0 44 ' 46 • Aunque está
neos. Entre las regiones endémicas en Estados Unidos descrito, la anafilaxia por una ruptura de quiste hidatídico
están las del Valle Central de California, el Valle Bajo del es rara. La ecografía se ha utilizado para monitorizar el
río Mississippi, Utah y Arizona y en el norte de Canadá. La curso del tratamiento médico en pacientes con enferme-
tenia E. granulosus es una lombriz de 3-6 mm de longitud, dad hidatídica abdominal 47 . La reaparición o persistencia
que vive en el intestino del huésped definitivo, habitual- de líquido dentro de la cavidad puede significar un trata-
mente un perro. Sus huevos se excretan con las heces del miento inadecuado y unos parásitos viables 48 •
perro y son deglutidas por el huésped intermedio: ovejas, La equinococosis alveolar hepática es una infestación
vacas, cabras y seres humanos. Los embriones eclosionan parasitaria rara por larvas del E. multilocularis. El zorro es
en el duodeno y pasan a través de la mucosa hasta alcan - el principal huésped. Los signos ecográficos son lesiones
zar el hígado por medio del sistema venoso portal. La ma- ecogénicas, que pueden ser simples o múltiples; necróticas
yoría de los embriones se quedan atrapados en el hígado, e irregulares con una pared bien definida; racimos de calci-
pero los pulmones, riñones, bazo y sistema nervioso cen- ficación dentro de la lesión y conductos biliares dilatados 49 •
tral y hueso pueden ser también órganos afectados de for-
ma secundaria. En el hígado el lóbulo derecho se afecta Esquistosomiasis
con mayor frecuencia. Los embriones supervivientes for- La esquistosomiasis es una de las infecciones parasitarias
man quistes de lento crecimiento. La pared del quiste está más frecuentes en humanos y se estima que afecta a 200
formada por una membrana externa, que tiene aproxima- millones de personas en todo el mund0 50 . La esquistoso-
damente 1 mm de grueso y que se calcifica (ectocisto). El miasis hepática está causada por el Esquistosoma manso-
huésped forma una cápsula de tejido conjuntivo denso ni, S. japanicum, S. mekongi y S. intercalatum. La afectación
alrededor del quiste (pericisto). La capa germinal interna hepática por el S. mansoni es especialmente grave. El
(endocisto) da lugar a cápsulas, que acaban formando el S. mansoni es prevalente en África, incluido Egipto y Sud-
protoescólex. Las cápsulas germinales pueden separarse américa, especialmente Venezuela y Brasil. Los huevos
de la pared y formar un sedimento fino llamado arena hi- alcanzan la vena porta e inducen una reacción granuloma-
datídica. Cuando se ingieren los quistes hidatídicos pro- tosa crónica, y fue primero descrita por Symmers en 1904
cedentes de los órganos de un herbívoro, los escólex se como «fibrosis en pipa cerámica»51. Las ramas terminales
fijan al intestino y crecen hasta formar gusanos adultos, de la vena porta se ocluyen y conducen a una hipertensión
con lo que se completa el ciclo vital. portal presinoidal, esplenomegalia, varices y ascitis.
Diversas publicaciones describen los hallazgos ecográ- Los signos ecográficos de la esquistosomiasis son unos
ficos de la enfermedad hidatídica hepática 4 1-43 (Figs. 4-23 tractos portales ensanchados y ecogénicos y que a veces
y 4-24). Lewa1l 42 propuso los siguientes cuatro grupos pa-
ra los quistes hidatídicos:
• Quistes simples que no contienen ninguna arquitectura MORFOLOGÍA ECOGAAFICA
interior. DE LOS QUISTES HIDATÍDICOS
• Quistes con endocistos secundarios a la ruptura (Fig.
4-23; B). 1. Quistes simples
• Quistes con matriz de quiste hijo (material ecogénico 2. Quistes con endoquiste despegado
entre los quistes hijos). secundario a ruptura
• Masas densamente calcificadas. 3. Quistes con quistes hijos
La cirugía es un tratamiento convencional de la enfer- 4. Masas densamente calcificadas
medad equinocócica, aunque recientes publicaciones des-
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t/J

W Figura 4-24 Enfermedad hepática hidatídica: variedad de aspectos. A, Aspecto típico que muestra quistes
~ conteniendo múltiples quistes hijos. e, Ecografía y e, Te confirmatoria, que muestran quiste unilocular aislado,
con una morfología muy infrecuente en la enfermedad hidatídica. D, La ecografía muestra una masa compleja. En
su parte anterior existen múltiples estructuras con forma de anillo que sugieren patología hidatídica. En la cirug ía la masa
quística mostró detritus gruesos e innumerables escólex. E, Ecografía y F, Te confirmatoria en los que se aprecian una
masa indeterminada con un borde delgado de calcificación : G, Masa compleja similar a la vista en D. Existen proyecciones
digitales dentro, que indican hidatidosis. H Ecografía e 1, Te confirmatoria que muestra una masa hepática central con
borde y una calcificación punteada interna.

alcanzan un grosor de 2 cm 52 ,53 . El hilio hepático es la re- frecuencia alrededor de 199055. 58 . Se sugirió que el uso de
gión más afectada. A medida que la fibrosis periportal pentamidina aerosolizada alcanzaba unos niveles sistémi-
progresa, el hígado se va contrayendo y prevalecen los cos más bajos que por vía intravenosa, permitiendo infec-
signos de hipertensión portal. ciones pulmonares subcIínicas y la diseminación sistémi-
ca del protozoo. Este tratamiento se utiliza hoy rara vez en
Pneumocystis carinii pacientes con SIDA, de forma que la infección diseminada
El Pneumocystis carinii es el organismo más frecuente en- se ve también muy ocasionalmente. Se ha referido infec-
tre los causa'ntes de infecciones oportunistas en pacien- ción extrapulmonar por P. carinii en hígado, bazo, corteza
tes con el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SI- renal, glándula tiroideas, páncreas y nódulos linfáti cos.
DA). La neumonía por Pneumocystis es la causa más Los hallazgos eco gráficos de la afectación hepática por P.
frecuente de infecciones con riesgo vital en pacientes con carinii van desde focos ecogénicos diminutos, sin sombra
el virus de la inmunodeficiencia adquirida (VIH). El P. ca- ecogénica, hasta sustituciones extensas de parénquima he-
84
rinii también afecta a pacientes sometidos a trasplante de pático normal por racimos ecogénicos que representan cal-
médula ósea u órganos sólidos, y también a aquellos que cificaciones densas (Fig. 4-25) . Se ha identificado un patrón
reciben corticoides o quimioterapia 54 • Se comenzó a des- ecográfico similar en la infección hepática por Mycobacte-
cribir el Pneumocystis carinii extrapulmonar con cierta rium avium intracelular y por citomegalovirus 59 .
CAMBIOS GRASOS FOCALES:
CARACTERÍSTICAS DE LAS ECOGRA'FÍAS
• Rápidos cambios con el tiempo, tanto de
Hígado graso aspecto como en la resolución
El hígado graso es un trastorno adquirido y reversible del • Sin alteración del trayecto o calibre de los
metabolismo que cursa con la acumulación de triglicéri- vasos regionales __
dos dentro del hepatocito. La causa más habitual es la • Sin alteraciones de contorno
obesidad. El hígado graso es un componente importante
del síndrome metabólico, que en los últimos años ha co- LUGAR PREFERIDO PARA ESPACIOS
brado mayor importancia. Una ingesta excesiva de alcohol RESPETADOS DE GRASA
ocasiona un hígado graso por estimular la lipólisis, al igual • Anterior a la vena porta en el hilio hepático
que el ayuno. Otras causas son una hiperlipidemia mal • Fosa de la vesícula biliar
controlada, la diabetes, un exceso de corticoides endóge- • Hígado maligno
nos o exógenos, embarazo, nutrición parenteral total, he-
patitis severa, enfermedades de depósito por glucógeno, LUGAR PREFERIDO PARA LA GRASA FOCAL
procedimientos para la obesidad mediante bypass yeyu- • Anterior a la vena porta en el hilio hepático
noileal, fibrosis quística, lipodistrofia congénita generali-
GRASA GEOGRÁFICA: LÍMITES CON ASPECTO
zada, diversos quimioterápicos como el metotrexate y
GEOGRÁFICO
toxinas como el tetracloruro de carbono y fosforo amari-
110 °. La corrección de la alteració n primaria normalmente
6

corrige el proceso, aunque se sabe actualmente que la in-


filtración grasa del hígado es un precursor de una signifi- versa, islotes de parénquima hepático normal pueden pa-
cativa enfermedad crónica y del hepatocarcinoma en al- recer masas hipoecoicas en un entorno de hígado con in-
gunos pacientes. La ecografía de la infiltración grasa varía filtración grasa densa. Los hallazgos de cambios grasos
dependiendo de la cantidad de grasa y de si los depósitos focales incluyen los siguientes (Fig. 4-27):
son difusos o locales 61 (Fig. 4- 26). La esteatosis difusa • Las zonas focales respetadas sin grasa y el hígado graso
puede manifestarse de la forma siguiente: focal casi siempre afectan la región periportal del seg-
• Leve. Aumento mínimo difuso en la ecogenicidad hepá- mento medio del lóbulo izquierdo (segmento IV) 63.64.
tica con visualización normal del diafragma y bordes de • La zona respetada de grasa con frecuencia se produce
los vasos intrahepáticos. en la fosa en la vesícula biliar y a lo largo de los bordes
• Moderado. Aumento difuso moderado en la ecogenici- hepáticos.
dad hepática con ligera disminución de la visualización • Puede producirse grasa focal subcapsular en pacientes
de los vasos intrahepáticos y del diafragma. diabéticos que reciben insulina en diálisis peritoneal 65
• Severo. Marcado aumento de la ecogenicidad con mala (Fig. 4-27, He 1).
penetración en el segmento posterior del lóbulo dere- • La ausencia de efecto masa; los vasos hepáticos gene-
cho del hígado y escasa o nula visualización de los vasos ralmente no están desplazados, aunque se han referido
hepáticos y del di afragma. vasos atravesando las metástasis 66 .
La infiltración grasa focal y la grasa focal limitada pue-
den simular una afectación neoplásica 62 • En la infiltra-
ción grasa focal, zonas de ecogenicidad aumentada están
junto a un fondo de parénquima hepático normal. A la in-

ESTEATOSIS DIFUSA
LEVE
• Aumento mínimo y difuso de la ecogenicidaa.
hepática

MODERADA ,¡/
• Aumento difuso moderado de la ecogenicidad
hepática
• Visualización ligeramente reducida de los
vasos intrahepático y del diafragma

GRAVE
• Marcado aumento de la ecogenicidad ..., Figura 4-25 Pneumocystis carinii. Infección di-
• Escasa penetración del hígado posterior ~ seminada por Pneumocystis carinii en un paciente
con SIDA que recibió previamente pentamidina
• Escasa o nula visualización de los vasos en aerosol. La ecografía muestra innumerables focos hi-
hepáticos y diafragma poecogénicos, sin sombra, difusos por todo el hígado.
=c:
'o
'(3
o
el)
en

W Figura 4-26 Grasa difusa: variedad de aspectos. Infiltración grasa leve: A, Lóbulo derecho sagital; B, Lóbulo
~ derecho transverso; e, Lóbulo izquierdo sagital. El hígado se muestra difusamente claro y ecogénico; la penetra-
ción del sonido sigue siendo buena. Infiltración grasa marcada: D, Lóbulo derecho sagital; E, Proyección sub-
costal oblicua. El hígado está agrandado y atenuado; la penetración del sonido es mala y las paredes de las venas hepáti-
cas no están definidas: F, Ausencia focal de grasa que simula una masa hipoecoica. Hígado normal en la biopsia de
seguimiento. Imágenes G, sagital y H, transversal que muestran ausencia focal de grasa del lóbulo caudado. 1, Ausencia
de grasa geográfica de todo el lóbulo izquierdo delimitado por la vena hepática media.

• Presentan bordes geométricos, aunque la grasa focal nos autores proponen que estas zonas focales respetadas
puede parecer redondeada, nodular o interdigitada con se deben a la reducción regional en el flujo sanguíneo por-
tejido normal 67 • tal, como se demuestra en la TC de exploraciones porto-
• Cambios rápidos con el tiempo; la infiltración grasa gráficas arteriales 68 • El conocimiento de los patrones típi-
puede desaparecer incluso en 6 días. cos y uso de TC, CEUS, RM o gammagrafía con isótopos
• Las TC de hígado demuestran las correspondientes zo- evitará la necesidad de una biopsia en la mayoría de los
nas hipoatenuantes. pacientes con alteraciones grasas focales.
La ecografía con realce de contraste (CEUS) es muy
útil para diferenciar los cambios grasos de una neoplasia, Enfermedades por depósito de glucógeno
ya que la grasa o regiones respetadas pueden parecer iso- (Glucogenosis)
vasculares, tanto en las fases de realce arterial como de Von Gierke fue el primero en describir las enfermedades
vena porta. Las técnicas de desviación química de RM son por depósito de glucógeno (EDG) por su afectación renal y
útiles para distinguir una infiltración grasa focal difusa. La hepática en 1929. Las EDG del tipo 1 (enfermedad de von
gammagrafía con isótopos en hígado y bazo ofrecerá unos Gierke, déficit de glucosa 6-difosfatasa) se manifiesta en el
resultados normales, indicando un número adecuado de periodo neonatal por hepatomegalia, nefromegalia y con-
células de Kupffer dentro de las regiones grasas 61 . Algu- vulsiones hipoglucémicas. A consecuencia del déficit enzi-
mático, grandes cantidades de glucógeno se depositan en brosis y conversión de la arquitectura normal del hígado
los hepatocitos y túbulos contorneados proximales .del ri- en nódulos estructuralmente anormales 71 . Confluyen tres
ñón 69 • Mediante una dieta y tratamiento de soporte muchos mecanismos patológicos importantes: muerte celular, fi- o
pacientes sobreviven hasta la infancia y hasta la edad adul- brosis y regeneración. La cirrosis se ha clasificado en 'C
(ti
ta joven y como consecuencia desarrollan adenomas benig- micronodular, cuando los nódulos son de 0,1 a 1 cm de C)
,-
nos o con menor frecuencia hepatocarcinomas 7o • diámetro y macronodular, caracterizada por unos nódu- J:
La ecografía de las EDG del tipo 1 parece indistinguible los de tamaño variable y de hasta S cm de diámetro. La
de la infiltración grasa difusa. Los adenomas hepáticos se- causa más frecuente es el consumo de alcohol en el caso
cundarios están bien delimitados y son masas sólidas de de la cirrosis micronodular, y la hepatitis viral crónica es la
ecogenicidad variable. Puede detectarse transformación etiología más habitual de la macronodular 72 . Los pacien-
maligna por el rápido crecimiento de las lesiones que pue- tes que siguen bebiendo evolucionan a una enfermedad
den presentar unos límites mal definidos 70. hepática terminal, que es indistinguible de otras causas
de cirrosis. Otras etiologías son la cirrosis biliar (prima-
Cirrosis ria o secundaria), enfermedad de Wilson, colangitis escle-
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la ci- rosante primaria y hemocromatosis. La clínica de presen-
rrosis como un proceso difuso caracterizado por una fi- tación clásica de la cirrosis es la hepatomegalia, ictericia y

~ Figura 4-27 Grasa focal: variedad de aspectos. Grasa focal clásica. Las imágenes A y B muestran la localiza-
~ ción más habitual de la grasa en el segmento 4, por delante de la bifurcación de la vena porta, donde es llama-
tiva y recuerda una masa. e, Otro paciente en el que se aprecia una forma más habitual y leve del mismo depósito 87
de grasa. O a G, Grasa tumoral: depósitos de grasa en todas las imágenes, que sugieren una masa hepática focal. La
vascularización del hígado está intacta en su recorrido por el área de la masa grasa. E, Grasa focal en el embarazo. H e 1,
Esteatonecrosis hepática apreciable en imágenes del lóbulo derecho hepático; se trata de una observación rara en pa-
cientes diabéticos que reciben insulina en su diálisis peritoneal.
ca
c:
E
o
"C
.Q
ca

-
.Sl
E
O)
o
o
w
=

"-J Figura 4-28 Cirrosis: variedad de aspectos. Línea superior; cambios parenquimatosos. A, Parénquima de
~ aspecto rugoso con innumerables nódulos finos hiperecoicos. e, Parénquima de aspecto rugoso con innumera-
bles nódulos pequeños hipoecoicos. C, Parénquima de aspecto rugoso con nodularidad en la superficie. Línea
media, Redistribución lobar. O, Imagen sagital que muestra un lóbulo caudado muy grande. E, Ecografía transversa en la
que se aprecia un pequeño lóbulo derecho, con agrandamiento del segmento lateral izquierdo. F, Proyección subcostal
mostrando un lóbulo derecho pequeño que se separa de un lóbulo izquierdo grande por la cisura lobar principal (flechas).
Línea inferior, Contorno anormal. G y H; Hígado pequeño en fase terminal con nodularidad superficial, que se aprecia
mejor en pacientes con ascitis, como en este caso. 1, Contorno hepático muy variable, como aquí, donde un nódulo gran-
de protruye desde el borde hepático profundo.

ascitis. Sin embargo, el daño hepático grave puede estar del núcleo caudado con la anchura del lóbulo derecho
presente sin ninguna pista clínica. De hecho, solamente el (C/LO) como indicador de cirrosis 73 . Un valor de C/LO
60% de los pacientes con cirrosis presentan signos y sín- de 0,65 es indicativo de cirrosis. La especificidad es alta
tomas de enfermedad hepática. (100%), pero la sensibilidad baja (43%-84%), lo que
Puesto que la biopsia hepática es un procedimiento in- indica que la relación C/LO es una medición útil cuando
vasivo, la posibilidad de detectar cirrosis de forma no in- es anormaF3. Sin embargo, ningún paciente padecía el
vasiva, como con la ecografía, tiene enorme interés. Los síndrome de Budd-Chiari en estos estudios (que tam-
patrones ecográficos asociados con la cirrosis son los si- bién es causa de aumento del núcleo caudado).
guientes (Fig. 4-28): • Ecoestuctura rugosa. Son frecuentes una ecogenicidad
• Redistribución del volumen. En las etapas iniciales de aumentada y una textura rugosa en la enfermedad hepá-
la cirrosis, el hígado puede estar aumentado, mientras tica difusa. Se trata de hallazgos subjetivos, sin embargo,
88 que en las etapas tardías con frecuencia es pequeño, con y pueden confundirse a causa de una compensación de
un a umento relativo del núcleo caudado, lóbulo izquier- un tiempo de ganancia inapropiado (TGC) y de la ganan-
do o ambos, en comparación con el lóbulo derecho. Di- cia global. La atenuación del hígado se correlaciona con la
versos estudios han evaluado la relación de la anchura existencia de grasa, no con fibrosis 74 • Los hígados cirróti-
cos sin infiltración grasa tendrán valores de atenuación
similares a los valores de controles. Esto explica la preci- CIRROSIS: SIGNOS ECO GRÁFICOS
sión relativamente escasa a la hora de distinguir una en- • Redistribución vascular
fermedad hepática difusa y las publicaciones contradic-
• Ecotextura burda
torias respecto a valores de atenuación de la cirrosis.
• Superficie nodular
• Superficie no dular. Se ha referido la irregularidad de
• Nódulos: regenerativos y displásicos
la superficie hepática durante el barrido de rutina como v
un signo de cirrosis cuando el aspecto es macroscópico • Hipertensión portal: ascitis, o
o existe ascitis 76 . La nodularidad se corresponde con la esplenomegalia y varices '3
:t::
Q,
presencia de nódulos de regeneración y fibrosis. 1'0
• Nódulos de regeneración (NR). Estos hepatocitos de O
regeneración están rodeados de septos fibróticos. Pues- de onda es trifásica; dos grandes ondas anterógradas,
to que los NR tienen una arquitectura similar a la del diastólica y sistólica y una pequeña retrógrada que se co-
hígado normal, los ultrasonidos y la TC tienen una capa- rresponde con el «impulso» auricular. Puesto que las pa-
cidad limitada para su detección. Los NR tienden a ser redes de las venas hepáticas son delgadas, la enfermedad
iso ecoicos o hipoecoicos con un borde ecogénico que se del parénquima hepático puede alterar su distensibilidad.
corresponde con tejido conj untivo fibrogras0 76 . La RM En muchos pacientes con cirrosis compensada (sin hiper-
tiene mayor sensibilidad que la TC y ultrasonidos en la tensión portal), la forma de onda es anormal. Se han des-
detección de NR. Puesto que algunos NR contienen hie- crito dos patrones anormales: una reducción de la am-
rro, las secuencias de gradiente eco demuestran estos plitud de las oscilaciones fásicas con pérdida o inversión
nódulos como hipointensos 77 • del flujo y una forma de onda aplanada 80•81• Estos patrones
• Nódulos displásicos. Los nódulos displásicos o nódu- anormales también se han descrito en pacientes con infil-
los hiperplásicos adenomatosos son mayores que los tración grasa del hígad0 81.
NR (diámetro de 10 mm) y se consideran premalignos. A medida que la cirrosis progresa, el estrechamiento lu-
Contienen hepatocitos bien diferenciados, un aporte ve- minal de las venas hepáticas puede asociarse con altera-
noso portal y células atípicas o claramente malignas. El ciones del flujo visibles en el eco-Doppler. Las señales de
aporte venoso portal puede detectarse mediante ima- alta velocidad a través de una zona de estrechamiento
gen de flujo de Doppler color y se distingue del aporte producen aliasing de color y turbulencia (Fig. 4-29).
de la arteria hepática del carcinoma hepatocelular La forma de onda de la arteria hepática también muestra
(CHCr 9 • En un paciente con cirrosis y masa hepática, unas dinámicas de flujo alteradas en la cirrosis y enferme-
con frecuencia se realiza la biopsia percutánea para ex- dad crónica hepática. Lafortune y cols.82 observaron un au-
cluir o diagnosticar el CHe. mento en el índice resistivo de la arteria hepática después
de la ingesta en pacientes con un hígado normal. La vaso-
Características del eco-Doppler constricción de la arteria hepática se produce como una
La forma de onda de Doppler normal de las venas hepáti- respuesta normal al flujo venoso portal aumentado estimu-
cas refleja la hemodinámica de aurícula derecha. La forma lado por la ingesta (cambio del 20%). En pacientes con ci-

..., Figura 4-29 Estenosis de las venas hepáticas: cirrosis. A, Imagen en escala de grises de las venas hepáticas 89
~ que muestran una progresiva estrechez luminal. B, Imagen de Doppler color que muestra un flujo de dirección
adecuada hacia la vena cava inferior en azul. Se hizo un ajuste del color por el flujo rápido a través de las zonas de
estrechamiento.
rrosis y enfermedad hepática crónica el aumento postpran-
dial normal en el índice resistivo queda amortiguad0 83 . COLATERALESVENQSAS
PORTOSISTÉMICAS: PRINGlPALES ZONJ S
IDENTIFICADAS MEDIANT~ ECOGRAI(J\.
ALTERACIONES VASCULARES 1. Unión gastroesofágica
2. Vena paraumbilical en el ligamento
Hipertensión portal falciforme
La presión de la vena porta normal es de 5-10 mm Hg (14 3. Venas esplenorrenal y gastrorrenal
cm de HzO). La hipertensión portal se define como 1) la 4. Anastomosis intesticial-retroperitoneal
presión cuña de la vena hepática o presión directa de la 5. Venas hemorroidales
ca vena hepática 5 mm Hg superior a la presión de la VC!; 2)
c: presión esplénica venosa superior a 15 mm Hg, o 3) pre-
E sión de la vena porta (medida quirúrgicamente) mayor de
O
"C 30 cm HzO. Fisiopatológicamente, la hipertensión portal
.c
ca puede dividirse en dos grupos: presinusoidal e intrahepá-
ca tico, en función de que la presión cuña hepática sea nor- de enfermedades que afectan la zonas portales del hígado,
~ especialmente la esquistosomiasis, cirrosis biliar prima-
E mal (presinusoidal) o elevada (intrahepática).
C) Hipertensión portal presinusoidal puede subdividir- ria, fibrosis hepática congénita y sustancias tóxicas, como
O cloruro de polivinilo y metotrexate 84•
(,) se en extrahepática e intrahepática. Las causas de la hi-
W pertensión portal extrahepática presinusoidal son la La cirrosis es la causa más frecuente de hipertensión
portal intrahepática y da cuenta de más del 90% de to-
=c: trombosis de las venas porta y esplénica. Debe sospechar-
dos los casos de hipertensión portal en el mundo occiden-
'o se en cualquier paciente que presente signos clínicos de
'0 hipertensión portal: ascitis, esplenomegalia y varices con ta\. En la cirrosis los canales vasculares distorsionados
u
Q) aumentan la resistencia al flujo sanguíneo venoso portal y
tn una biopsia hepática norma\. La trombosis del sistema ve-
noso portal se observa en niños de forma secundaria a la obstruyen el flujo venoso hepático de salida. La enferme-
cateterización de la vena umbilical, onfalitis y sepsis neo- dad hepática metastásica difusa también cursa con hiper-
nata\. En los adultos las causas de trombosis de la vena tensión por el mismo mecanismo. Con el tiempo, las en-
porta son traumatismos, sepsis, CHC, carcinoma de pán- fermedades trombóticas de la VC! y venas hepáticas, así
creas, shunts portocava, esplenectomía y ' situaciones de como la pericarditis constrictiva y otras causas de fallo
hipercoagulabilidad. Las causas presinusoidales intra- cardiaco derecho severo, también pueden conducir a la
fibrosis centrolobulillar, regeneración hepática, cirrosis y
hepáticas de hipertensión portal son como consecuencia
finalmente hipertensión porta\.
Los hallazgos ecográficos de la hipertensión portal son
los signos secundarios de la esplenomegalia, ascitis y co-
laterales venosas portosistémicas (Figs. 4-30 y 4-31).
Cuando la resistencia al flujo sanguíneo de las venas
portales excede la resistencia al flujo en los canales comu-
nicantes pequeños entre las circulaciones portal y sisté-
micas, se forman colaterales portosistémicas. Así, aunque
el calibre de la vena portal inicialmente puede aumentar
(>1,3 cm) en la hipertensión portal 8S, con el desarrollo de
shunts portosistémicos, el calibre de la vena porta puede
disminuir86 . En la ecografía se objetivan principalmente
cinco regiones de colaterales portosistémicas 87. 89 (ver
Fig.4-30)
• Unión gastroesofágica: Entre las venas coronaria y
gástrica corta y el sistema venoso esofágico. Estas vari-
ces son especialmente importantes ya que pueden con-
ducir a hemorragias graves y potencialmente letales.
Una dilatación de la vena coronaria (>0,7 cm) se asocia
con hipertensión portal severa (gradiente portohepáti-
co> 10 mmHg)B6 (Fig. 4-31, Cy D) .
• Vena paraumbilical: Discurre por el ligamento falcifor-
me y conecta la vena porta izquierda con las venas epi-
gástricas sistémicas cerca del ombligo (Síndrome de
f¡¡¡J Figura 4-30 Hipertensión portal. Lugares princi- Cruveilhier-Baumgarten)90 (Fig. 4-31, A). Algunos su-
90 ~ pales de las colaterales portosistémicas. (De Su- gieren que si el flujo hepatófugo en una vena paraumbi-
bramanyan BR, Balthazar EJ, Madamba MR, y lical permeable excede el flujo hepatópeto en la vena
co/s.: Sonography of portosystemic venous col/atera/s in porta, los pacientes pueden estar protegidos frente al
portal hypertension, Radiology 1983;146:161-166.)
desarrollo varices esofágica91.9z .
• Esplenorrenal y gastrorrenal: Pueden apreciarse ve- pueden anastomosar con la renal, frénica y venas lum-
nas tortuosas en la región del hilio esplénico y renal iz- bares (tributarias sistémicasJ.
quierdo (Fig. 4-31, E YF] , que representan las colatera- • Hemorroidales: La región perianal, en la región donde o
les entre las venas esplénicas, coronarias y gástricas las venas rectal superior, que se extiende desde la vena 'O
O)
ca
cortas y las venas suprarrenal y renal izquierdas. mesentérica inferior, se anastomosa con las venas recta- ,-
• Intestinal: En regiones en las que el tracto gastrointes- les inferior y media sistémicas. J:
tinal se hace retroperi toneal, las venas del colon ascen- La ecografía con Doppler dúplex proporciona informa-
dente y descendente, duodeno, páncreas e hígado se ción adicional respecto a la dirección del flujo portal. Sin

~ Figura 4-31 Hipertensión portal. A, Imagen sagital de la vena paraumbilical recanalizada en un paciente con
91
~ ascitis macroscópica. B, Imagen sagital que muestra una vena coronaria aumentada que discurre craneal a la
vena esplénica (St.? e, Escala de grises y D, Doppler color, que muestran varices extensas en la distribución de la
vena coronaria. E, Escala de grises y F, Doppler color de varices esplénicas hiliares.
embargo pueden detectarse falsos resultados cuando la mesentéricas superior y esplénica de los pacientes con
muestra de volumen se toma de colaterales periportales en cirrosis y esplenomegalia, en comparación con los con-
pacientes con trombosis de la vena porta o flujo portal he- troles normales. Resulta interesante el hecho de que en
patófug093 . La proporción del flujo venoso portal normal pacientes con cirrosis e hígado de tamaño normal, el flujo
puede variar en el mismo individuo, aumentando después esplácnico no estuviera aumentado. Los paci entes con
de la ingesta y con la inspiración 83,9 4 y disminuyendo con el esplenomegalia aislada e hígado normal no se incluyeron
ejercicio y posición de bipedestación. 95 Un aumento menor en este estudio.
del 20% en el diámetro de la vena porta durante la inspira- Las limitaciones de la ecografía Doppler para la evalua-
ción profunda indica hipertensión portal con una sensibili- ción de la hipertensión portal se deben a su incapacidad
dad del 81 % y especificidad del 100%96. para determinar las presiones vasculares y tasas de flujo
La vena porta normal demuestra un flujo ondulante de forma precisa. Los pacientes con hipertensión portal
hepatópeto (hacia el hígado). La velocidad de flujo veno- con frecuencia se encuadran enfermos, con hígado retraí-
so portal medio es de uso 15-18 cmls y varía con la respi- do, ascitis abundante e intestino flotante; todo ello impli -
ración y latido cardiaco. A medida que se desarrolla la hi- ca dificultades técnicas importantes para la ecografía. Si
pertensión portal, el flujo en la vena porta pierde su comparamos la ecografía Doppler dúplex con la angio -
patrón ondulatorio y se hace monofásico. A medida que se RM, la imagen de RM fue superior para la evaluación de la
agrava la hipertensión portal, el flujo se hace bifásico y fi- permeabilidad de la vena porta y shunts quirúrgicos, así
nalmente hepatófugo (se aleja del hígado). También pue- como para la detección de varices 98 . Sin embargo, cuando
de apreciarse shunt intrahepático arterioportal. técnicamente fue posible, el estudio Doppler fu e preciso
La hepatopatía crónica también se asocia con un flujo en la evaluación de la anatomía portal normal y la direc-
esplácnico aumentado. Recientes evidencias sugieren ción del flujo. La ecografía Doppler dúplex ofrece las ven-
=c::
que la hipertensión portal se debe parcialmente al flujo
hiperdinámico de la cirrosis. Zweibel y cols. 97 observaron
tajas adicionales de un coste reducido y de la portabilidad
del equipo, y por tanto debe utilizarse como método ini-
'o
'C:;
() que el flujo sanguíneo estaba aumentado en las arterias cial de cribado de la hipertensión portal.
Q)
ti)

92 fItJ Figura 4-32 Trombosis de vena porta: benigna y maligna. Trombo maligno: proyección transversal en A, pro-
~ yección del hilio hepático, y B, vena porta izquierda ascendente. Ambas están distendidas por trombos oclusivos.
Trombo benigno: e, imagen transversa y D, sagital, con trombo blando no oclusivo en la vena porta izquierda en
el hilio hepático.
W Figura 4-33 Transformación cavernosa de la vena porta. A, Escala de grises y B, Doppler color. Numerosos
~ vasos colaterales periportales presentes.

Trombosis de la vena porta pático, que representa la circulación colateral periportapol.


La trombosis de la vena porta se ha asociado con neopla- Este patrón se observa en trombosis de larga evolución (re-
sias, como el CHC, enfermedad hepática metastásica, car- quiere de unos 12 meses de evolución) y por tanto es más
cinoma de páncreas y leiomiosarcoma de la vena porta 99, fácil que se produzca con enfermedades benignas 102 • El
con la pancreatitis crónica, hepatitis, septicemia, trauma, trombo agudo puede ser una imagen relativamente ane-
esplenectomía, shunts portocava, estados de hipercoagu- coica y por tanto puede pasar inadvertida, salvo que se bus-
labilidad como el embarazo, en neonatos, la onfalitis, cate- que con eco-Doppler. La trombosis maligna de la vena
terismo de la vena umbilical y deshidratación aguda 100. porta tiene una fuerte asociación con el CHC por ser habi-
Los hallazgos ecográficos de la trombosis de la vena por- tualmente expansivo, como lo es la oclusión maligna por
ta son trombos ecogénicos dentro de la luz de la vena, cola- otra enfermedad primaria o secundaria (Fig. 4-34).
terales de la vena porta, expansión del calibre de la vena y El eco-Doppler es útil para distinguir entre trombo ve-
transformaciones cavernosas 100 (Figs. 4-32 y 4-33). La noso portal benigno y maligno en pacientes con cirrosis.
transformación cavernosa de la vena porta se refiere a Ambos trombos, blando y maligno, pueden mostrar flujo
numerosos vasos con forma de gusano a nivel del hilio he- sanguíneo continuo. Sin embargo, se observó que el flujo

W Figura 4-34 Metástasis de la vena porta por un cáncer de colon. A, Proyección sagital de la vena porta princi-
93
~ pal en el hilio hepático, y B, ecografía subcostal oblicua de la rama ascendente izquierda de la vena porta, que
muestra una vena porta distendida y muy ecogénica (flechas). Además existe la evidencia de una transformación
cavernosa, un hallazgo infrecuente de la oclusión maligna de la vena porta.
pulsátil tenía una especificidad del 95% para el diagnósti- El barrido en tiempo real le permite al radiólogo evaluar
co de trombosis venosa portal maligna (ver Fig. 4-32). La las ver y vena hepática de forma no invasiva. Entre los ha-
sensibilidad fue de solamente el 62% debido a que mu- llazgos eco gráficos destaca la evidencia de la oclusión de
chos trombos malignos eran hipovasculares 103 . la vena hepática (Figs. 4-35, By 4-36) Y el desarrollo de
colaterales intrahepáticas anormales (Fig. 4-3 7). Según
Síndrome de Budd-Chiari la extensión de la afectación del síndrome de Budd-Chiari
El síndrome de Budd-Chiari es un síndrome relativamente puede no ser posible visualizar parcial o totalmente las ve-
raro que se caracteriza por la oclusión de las luces de las nas hepáticas, presentar una estenosis con dilatación
venas hepáticas con o sin oclusión de la luz de la IVe. El proximal, ecogenicidad intraluminal, paredes engrosadas,
grado de oclusión y existencia de circulación colateral im- trombosis (Figs. 4-38 y 4-39) Y colaterales intrahepáticas
plica el curso clínico. Algunos pacientes mueren en la fase difusasl07-l08 (ver Fig. 4-37). Pueden identificarse redes
aguda del fallo hepático. Las causas del síndrome de membranosas como obliteraciones focales o ecogénicas de
Budd-Chiari son alteraciones de la coagulación, como la la luz l08 . Sin embargo, la ecografía en tiempo real subestima
policitemia rubra vera, leucemia crónica y hemoglobinu- la existencia de trombosis y redes membranosas y puede
ria paroxística nocturna; trauma; extensión de un tumor a no ser concluyente en un paciente con cirrosis con venas
partir de un CHC primario, carcinoma renal o carcinoma hepáticas que resulten difíciles de visionar l07 . Las colatera-
adrenocortical; embarazo, alteraciones congénitas y les intrahepáticas en las imágenes de escala de grises
membranas obstructivas. El paciente típico en Norteamé- muestran estructuras vasculares tubulares en una localiza-
rica es una mujer adulta joven que toma anticonceptivos ción anormal y se aprecian habitualmente extendiéndose
orales y que presenta una clínica aguda de ascitis, dolor desde la vena hepática a la superficie hepática, donde se
en hipocondrio derecho, hepatomegalia y, en menor me- anastomosan con vasos sistémicos capsulares.
=c: dida, esplenomegalia. En algunos casos, no existe un fac- La ecografía con Doppler dúplex y Doppler color pue-
'o tor etiológico. El síndrome es frecuente en otras zonas den ayudar a determinar tanto la existencia como la direc-
'0 geográficas, como la India, Sudáfrica y Asia. ción del flujo hepático venoso en la evaluación de pacien-
(.)
CI)
ti) La evaluación ecográfica del paciente con el síndrome tes con sospecha de Budd-Chiari. La mejor forma de
de Budd-Chiari se basa en signos ecográficos en la gama visualizar las venas hepáticas media e izquierda en el pla-
de grises y Doppler l04-llS . Siempre se aprecia ascitis. El hí- no transverso es a nivel del xifoides. Desde este ángulo las
gado suele estar aumentado y abollonado en la fase aguda venas casi siempre van paralelas al haz del Doppler, per-
(Fig. 4-35, A). El infarto hemorrágico ocasiona una ecoge- mitiendo una óptima recepción de las señales del Doppler.
nicidad regionalmente muy alterada. Cuando la zona in- La vena hepática derecha se evalúa de forma óptima des-
fartada se hace más fibrótica aumenta la ecogenicidad los . de un abordaje intercostal derecho llO . Pueden rastrearse
El lóbulo caudado se suele respetar en el síndrome de las intrincadas rutas que sigue el flujo sanguíneo fuera del
Budd-Chiari debido a que las venas emisarias drenan di- hígado en los pacientes con el síndrome de Budd-Chiari
rectamente en la VCI a un nivel más bajo que las venas documentando las oclusiones venosas hepáticas, colate-
hepáticas principales implicadas. El aumento de flujo a rales hepáticas sistémicas, colaterales venosas hepáticas
través del lóbulo caudado conduce a un aumento relativo venoportales y el aumento del calibre de venas accesorias
del lóbulo caudado. o anómalas hepáticas.

94
\J Figura 4-35 Síndrome de Budd-Chiari agudo. A, Proyección transversal del hígado que muestra un lóbulo cau-
~ dado abollonado y grande. B, Imagen sagital de la vena hepática derecha, con ausencia de vasos hacia el interior
de la vena cava. Doppler que muestra ausencia de flujo en este vaso.
o
'O
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,-
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v
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'3
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C.
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o

~ Figura 4-36 Síndrome de Budd-ehiari. Aspecto anormal de 1


~ la vena hepática en tres pacientes en imágenes transversalesI
de la vena cava inferior intrahepática. A, Vena hepática dere-
cha inapreciable por competo. Las venas hepáticas media e izquierda
muestran estructuras tensas adyacentes a la vena cava inferior. B, Se I
observa una vena hepática como una cuerda trombosada. La vena
hepática no alcanza la vena cava inferior. No se observa la vena hepá-
I tica izquierda. e, Solamente puede apreciarse una vena hepática, la
vena hepática media, como una cuerda trombosada.

95
~ Figura 4-37 Síndrome de Budd-ehiari. Colaterales intrahepáticas anormales en la ecografía de gama de grises
~ en dos pacientes. Ambas imágenes muestran vasos con ubicaciones anormales y una tortuosidad aumentada en
comparación con la vasculatura intrahepática normal.
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. \J Figura 4-38 Síndrome de Budd-Chiari, A, Imagen en escala de grises de la confluencia venosa hepática que
~ muestra la completa ausencia de la vena hepática derecha con obliteración de la luz del tronco común de las venas
hepáticas izquierda y derecha. B, Doppler color que muestra que el flujo en la vena hepática media (azul) se dirige
con normalidad a la vena cava inferior. Al estar el tronco obstruido, todo el flujo se dirige a la vena cava inferior (rojo), que
es anormal. Otras imágenes muestran anastomosis de la vena hepática izquierda con las colaterales de superficie. C,
Doppler color en el que se aprecia una vena hepática izquierda anómala con flujo a la vena cava inferior (dirección normal)
y alíasing por la larga estenosis. D, Forma de onda en el Doppler espectral de una vena hepática izquierda con una veloci-
dad anormalmente alta de aproximadamente 140 cm/s, que confirma que se trata de una estenosis grave.

El flujo sanguíneo normal en las venas VCI y hepático es la impresión de escala de grises de VCI y venas hepáticas no
fásico en respuesta tanto a los ciclos cardiacos como res- detectadas, comprimidas, de las venas hepáticas o VCI que
piratorios 116 . En el síndrome de Budd-Chiari, el flujo en la son anormales en definitiva 1l4,lls. El flujo invertido asocia-
VC!, venas hepáticas o ambas cambia de fásico a ausente, do en la vena porta y colaterales epigástricas también se
invertido, turbulento o continuo 1l2 .1!5 . El flujo continuo evalúa de forma óptima con esta técnica lls .
se ha llamado señal de Doppler pseudoportal y parece La enfermedad hepática venooclusiva ocasiona una
reflejar bien una obstrucción parcial de la VCI o una com- progresiva oclusión de las vénulas hepáticas pequeñas. La
presión extrínseca de la VCI111, el flujo sanguíneo portal enfermedad es endémica en Jamaica y es secundaria a
también puede afectarse y es típico que esté enlentecido o toxicidad por alcaloides por el té de arbusto. En Nortea-
invertid0 112 • mérica muchos casos son iatrogénicos, secundarios a irra-
Con la adición del Doppler a la ecografía en gama de gri- diación y quimioterapia aplicada en el trasplante de mé-
ses en la exploración de pacientes con sospecha de síndro- dula ósea 113 • Los pacientes con enfermedad venooclusiva
me de Budd-Chiari, se consigue una evidencia reforzada de hepática son clínicamente indistinguibles de los que pa-
decen el síndrome de Budd-Chiari. La ecografía Doppler superior y venas esplénicas y distalmente afectando raíces
dúplex demuestra un calibre normal, de flujo permeable y venosas portales. El aspecto eco gráfico es el de una masa
fásico anterógrado (hacia el corazón) de las venas hepá- quística anecoica, que conecta con el sistema venoso portal.
tica principal y de VCP13. El flujo en la vena porta, sin em- El Doppler pulsado demuestra flujo venoso turbulento 118 .
bargo, puede ser anormal, mostrando un flujo invertido o
de vaivén 1l3•117 . Además se puede sospechar el diagnóstico Shunts venosos portosistémicos
de enfermedad venooclusiva hepática en pacientes con un intrahepáticos
flujo portal disminuido (comparado con la medición basal Las fístulas arterioportales intrahepáticas son complicacio-
antes de la terapia de ablación). nes bien reconocidas de las biopsias hepáticas con agujas
de grueso calibre y de traumatismos. Por el contrario, los
Aneurisma de vena porta shunts venosos portohepáticos intrahepáticos son raros.
Los aneurismas de la vena porta son raros. Su origen es o Sus causas son tema de debate y se cree que pueden ser
bien congénito o bien adquirido y secundario a hiperten- bien congénitos o relacionados con la hipertensión por-
sión portal 118 . Los aneurismas de la vena porta se han des- taI 119.12O • Los pacientes suelen ser de mediana edad y acu-
crito proximalmente a la unión de las venas mesentéricas den con encefalopatía hepática. Anatómicamente, los

..., Figura 4-39 Síndrome de Budd-Chiari con trombosis extensa de la vena cava inferior. A, Imagen sagital de la
~ vena cava inferior (Vel) que muestra que está distendida por trombos ecogénicos. B, Vena hepática media como
una cuerda trombosada. C, Escala de grises de la vena hepática derecha (VHO), y D, Imagen de Doppler color en
la que se aprecia que la vena hepática normal está distendida por trombos. Existe un flujo en la vena proximal al trombo
(azul).
shunts venosos portohepáticos son más frecuentes en el menor de un milímetro hasta varios centímetros de diá-
lóbulo derecho. La ecografía demuestra vasos tubulares metro. Se distingue del hemangioma por la existencia de
tortuosos o canales vasculares complejos, que conectan tra ctos portales dentro del estroma fibro so de los espa-
una rama de la vena porta con una vena hepática o al IVC118-121.cios sanguíneos. La patogenia de la peliosis se relaciona
E! diagnóstico se confirma mediante angiografía. con la rotura de las fibras de reticulina que dan soporte a
las paredes sinusoidales, secundario a lesión celular o una
Aneurisma de arteria hepática necrosis hepatocelular inespecífica 125 . El diagnóstico de
y pseudoaneurisma peliosis puede hacerse con seguridad sola mente median-
La arteria hepática ocupa el cuarto lugar por frecuencia te diagnóstico histopatológico. La mayoría de los casos de
de los aneurismas intraabdominales, después de los de peliosis afectan al hígado, aunque cualquier órgano sólido
aorta infrarrenal, y arterias ilíaca y esplénica. El 80% de y ganglios linfáticos pueden verse igualm ente afectados.
los pacientes con un aneurisma de arteria hepática expe- Aunque las primeras publicaciones describían deteccio-
rimentan una rotura catastrófica dentro del peritoneo, nes accidentales de peliosis hepática en autopsias de pa-
árbol biliar, tracto gastrointestinal o vena porta 122 . Se han cientes emaciados crónicamente, se ha descrito en la ac-
descrito pseudoaneurismas de arteria hepática secunda- tualidad en trasplantados de hígado o riñón, asociada a
rios a una pancreatitis crónica. El Doppler dúplex muestra múltiples fármacos, especialmente esteroides anaboli-
un flujo de arteria turbulento dentro de una masa sonolu- zantes y con una mayor incidencia en pacientes VIH+ 126 .
cente 122 . La disección primaria de la arteria hepática es La asociación con el VIH puede producirse de forma aisla-
rara y en la mayoría de los casos lleva a la muerte antes de da o como parte de una angiomatosis bacilar dentro del
su diagnóstico 123 • La ecografía puede mostrar el colgajo de espectro de enfermedades oportunistas del SIDA 127 • La
la íntima y la luz verdadera y la falsa luz. peliosis hepática potencialmente puede seguir un curso
= agresivo y letal.
Telangiectasia hemorrágica hereditaria Los signos de imagen de la peliosis hepática co n fre-
La telangiectasia hemorrágica hereditaria o enfermedad cuencia se han descrito en publicaciones sobre casos ais -
de Osler-Weber-Rendu, es un trastorno autosómico do- lados128.13o y con frecuencia sin una confirmación histoló-
minante que cursa con malformaciones arteriovenosas en gica adecuada. La angiografía de las lesion es pelióticas se
el hígado, fibrosis hepática y cirrosis. Los pacientes pre- han descrito como la acumulación de contraste detectado
sentan múltiples telangiectasias y episodios repetidos de en la fase tardía de la fase arterial que se hace más eviden-
hemorragia. Los hallazgos ecográficos consisten en una te en la fase parenquimatosa l31 . En la ecografía, las lesio-
arteria hepática grande nutriente común de hasta 10 mm, nes descritas son inespecíficas y se manifiestan como ma-
múltiples estructuras tubulares dilatadas que son las mal- sas aisladas o múltiples de ecogenicidad h eterogénea 128.
formaciones AV y venas hepáticas de drenaje grandes se- 129.132. Se han referido calcificaciones 132 . (Fig. 4-40). Las TC
cundarias al shunt AV124. muestran lesiones nodulares de baja atenuación que pue-
de mostrar realce o no con la inyección de contraste128.131
Peliosis hepática .La peliosis hepática es de difícil diagnóstico tanto clínica
La peliosis hepática es un trastorno caracterizado por ca- como radiológicamente y tiene que sospecharse en un in-
vidades rellenas de sangre que oscilan desde un tamaño dividuo susceptible con una masa hepática.

98
~ Figura 4-40 Peliosis hepática. Peliosis hepática en un joven de 34 años con deterioro de la función hepática y
~ pendiente de trasplante. A, Lóbulo derecho, sagital, y e, Lóbulo izquierdo, sagital. Los barridos muestran múltiples
masas con innumerables calcificaciones punteadas delgadas. (De Muradali O, Wilson SR, Wanless IR y cols. Pe-
liosis hepatis with intrahepatic calcifications. J Ultrasound Med 1996;15:257-260.)
da como la ecografía con inversión de pulso, que permite
una detección preferencial de la señal desde el medio de
contraste con supresión de la señal del tejido de fondo.
Los medios de contraste actualmente en uso son medios
Entre las masas hepáticas focales se incluyen diversas de segunda generación integrados por finas burbujas y
neoplasias benignas y malignas, así como masas relacio- gas perflurocarbono contenido dentro de una cubierta es-
nadas con el desarrollo, de tipo inflamatorio y traumático. tabilizadora. Los medios con microburbujas son medios
En la imagen de sección transversal existen dos aspectos de contraste de torrente sanguíneo que no difunden a tra-
básicos relacionados con la lesión hepática focal: caracte- vés del endotelio vascular. Esto es de una importancia po-
rización de una lesión hepática focal (¿qué es?) y detec- tencial para la obtención de imagen de hígado, ya que me-
ción (¿está ahí?). La contestación a cada pregunta requie- dios de contraste comparables para la TC o RM difunden
re un estudio dirigido y con frecuencia ajustado de al intersticio de un tumor. Nuestra propia experiencia con
acuerdo con la situación clínica. medios a base de micro burbujas de perflurocarbono se
basa sobre todo en el Definity (Lantheus Medical Imaging,
Caracterización de la masa hepática BilleriGa, Mass.) y ciertos contactos con el Optison (GE,
La caracterización de una masa hepática en una ecografía Healthcare, Milwaukee) 134.13S.
convencional se basa en el a specto de la masa en la escala Los medios a base de microburbujas se aprobaron para
de grises y en la información vascular derivada de la su uso en obtención de imagen de hígado en más de 70
ecografía espectral, color y de Doppler potencia. Con su países. En nuestra práctica clínica, nosotros realizamos
excelente resolución espacial y de contraste, la morfología habitualmente un CEUS para caracterizar masas descu-
de la escala de grises de una masa permite la diferencia- biertas de modo accidental, aquellas que se observen en
ción entre masa quística y sólida y los aspectos típicos su- barridos de revisiones de pacientes con riesgo de padecer
gieren un diagnóstico correcto sin necesidad de nuevas un CHC y cualquier masa focal remitida por nuestros mé-
exploraciones. Con mayor frecuencia, sin embargo, el dicos con imágenes externas o TC o RM indeterminados.
diagnóstico definitivo no se basa en la información de la En EE. UU., sin embargo, el uso de micro burbujas en la
escala de grises únicamente, sino en la información vascu- imagen abdominal aún no se ha aprobado 136 •
lar obtenida a partir del estudio con Doppler. Sin embar- Los medios de contraste con microburbujas son exclusi-
go, el Doppler con frecuencia no es concluyente en el caso vos por su propiedad de interactuar con el proceso de
de masas hepáticas focales, especialmente en pacientes imagen 13S . El principal determinante de dicha interacción
grandes o en lesiones pequeñas o profundas o con una es el pico de presión negativo de la onda de pulso ultrasó-
masa con señales que por su propia naturaleza sean débi- nico transmitida, reflejado por el índice mecánico (1M),
les. Los artefactos por movimiento también son muy pro- un número mostrado en el equipo de ultrasonidos. Las
blemáticos en los estudios con eco-Doppler abdominal, y burbujas muestran oscilaciones estables y no lineales
las masas del lóbulo izquierdo próximas a la pulsación del cuando se exponen al campo de ultrasonidos con un bajo
ápex cardiaco, por ej emplo, casi siempre acaban resultan- 1M, con la producción de armónicos de la frecuencia trans-
do en fallidos Doppler convencionales. Por todas estas ra- mitida, con una frecuencia doble del sonido emitido por el
zones, la ecografía convencional no se recomienda para la transductor, el segundo armónico. Cuando se eleva el 1M
caracterización de las masas hepáticas focales y una masa lo suficiente, las burbujas acaban en una irreversible dis-
detectada en los ultrasonidos generalmente se valora más rupción con producción de una señal breve y de alta in-
adelante con TC con contraste (TCCC) o RM para definir tensidad de ultrasonidos (ver Capítulo 3).
mejor sus características. La caracterización de la lesión con medios a base de mi-
croburbujas se basa en la vascularidad de la lesión y en el
Papel de los medios de contraste realce de la lesión en las fases arterial y venosoportal. La
con microburbujas evaluación de la vascularidad lesional depende de la
A nivel mundial el diagnóstico no invasivo de las masas imagen continua de los medios, mientras se mantienen
hepáticas se realiza mediante la TCCC y RM Y se basa en dentro del lecho vascular. Se puede documentar la exis-
patrones conocidos del realce en las fases arterial y veno- tencia, número, distribución y morfología de cualquier
sa portal. Estos métodos no invasivos de caracterización lesión vascular (Figs. 4-41 y 4-42). Un 1M bajo es esencial,
se han hecho tan precisos que la biopsia mediante exci- ya que respeta una proporción del medio de contraste sin
sión o percutánea para el diagnóstico por biopsia de las que se destruyan las burbujas en el campo acústico, per-
masas hepáticas actualmente se realiza rara ,,:,ez. Sin em- mitiendo tiempos prolongados de observación en tiempo
bargo, en los últimos años la ecografía con contraste com- real. La morfología de las lesiones vasculares es discrimi-
pite ya con los rangos de la TC o RM a la hora de propor- natoria y facilita el diagnóstico de las lesiones hepáticas.
cionar información diagnóstica similar, además de la La mejor forma de apreciar el realce de la lesión es
información exclusiva que brinda el CEUS133. comparando la ecogenicidad de la lesión con la ecogenici-
Para resolver un estudio Doppler que no aporta infor- dad del hígado a una profundidad similar en la misma
mación suficiente sobre una lesión focal hepática existen imagen, y requiere el conocimiento del flujo sanguíneo 99
dos soluciones posibles: 1) inyectar un medio de contras- hepático. El hígado tiene una irrigación doble a partir de
te con microburbujas para realzar la señal de Doppler de la arteria hepática y la vena porta. El hígado recibe la prin-
la sangre, y 2) utilizar una técnica de imagen especializa- cipal proporción de su aporte de la vena porta, mientras
tU
c:
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..., Figura 4-41 Carcinoma hepatocelular. Caracterización de una masa hepática focal con medios de contraste de
~ microburbujas. A, Imagen basal en escala de grises que muestra una masa focal posterior que es hipoecoica. B,
En la misma ubicación con índice mecánico (1M) bajo se aprecia antes de la llegada de las microburbujas que toda
la imagen es negra. La lesión no es visible. C y D, Imágenes en tiempo real obtenidas con bajo 1M. C, Cuando las burbujas
aparecen en el campo de visión, se aprecian unos vasos ecogénicos desorganizados en el hígado y en la lesión. D, Des-
pués en la fase arterial se aprecian más vasos en la lesión que en el resto del hígado. E, Imagen de fase arterial en el pico
del realce que muestra una masa hipervascular. F, Imagen de fase venosa portal en la que se observa un hígado realzado.
La lesión es menos ecogénica que el hígado o ha " lavado».
~ Figura 4-42 Signos discriminatorios de la imagen vascular con medios de contraste a base de microburbu-
~ jaso Lado izquierdo, Imagen basal; lado derecho, imágenes vasculares. Línea superior, carcinoma hepatocelular.
A, En la basal se aprecia una masa exofítica en el segmento 6. B, Los vasos en la parte anterior de la lesión son
tortuosos y dismórficos. Línea del centro. Hiperplasia nodular focal. e, Lesión poco visible. D, Vasos estrellados típicos
de este diagnóstico. Línea inferior. Hemangioma. E, Imagen basal que muestra lesiones heterogéneas con borde delgado
ecogénico. F, Imagen vascular de 1M bajo que muestra nódulos periféricos brillantes y lagos. No existen vasos lineales vi- 101
sibles. (De Brannigan M, Bums PNB, Wilson SR, Blood flow pattems in focalliver lesions at microbubble enhanced ultra-
sound. Radiographics 2004; 24:921-924.)
que la mayoría de los tumores hepáticos la reciben de la go, los detalles de la morfología vascular y realce lesional
arteria hepática. En el inicio de la inyección, una técnica pueden evaluarse de forma incluso más sensible median-
con bajo 1M conseguirá que la mayor parte del campo de te la técnica de seguimiento de burbujas llamada proyec-
visión aparezca virtualmente en negro, al margen del as- ción de máxima intensidad (PMI) 137. Con esta técnica,
pecto basal del hígado y lesión en cuestión. De hecho, una que se realiza con el lavado de entrada de contraste o en el
masa conocida puede ser invisible en este momento (ver pico de la fase de realce arterial, un 1M alto y breve des-
Fig. 4-41, B). A medida que llegan las microburbujas al truirá todas las burbujas dentro del campo de visión. Las
campo visual, los pequeños vasos del hígado (Fig. 4-43) Y imágenes secuenciadas cuando se reperfunden la lesión y
aquellos vasos de dentro de la lesión hepática podrán vi- el hígado, siguen el recorrido de las burbujas añadiendo
sualizarse, seguidos de un realce generalizado cuando el información entre la secuencia de imágenes.
volumen microvascular y la lesión se rellenan con el me- Se han establecido algoritmos para el diagnóstico de
dio de contraste. El parénquima hepático aparecerá más masas hepáticas focales con CEUS, que guarda similitud
ecogénico en la fase arterial que en el estudio basal e in- con los algoritmos de la Te o RM, pero también presenta
cluso más realzado en la fase venosa portal, como reflejo importante diferencias138.14o (Tabla 4-3). El diagnóstico de
de su flujo sanguíneo. Los patrones de vascularidad y real- masas hepáticas benignas, hemangioma e hiperplasia
ce de una lesión hepática, en comparación, pueden refle- no dular focal (HNF) se aproxima al 1000/0, al mostrar sig-
jar por ello el flujo sanguíneo real y la hemodinámica de la nos característicos de realce de la fase y un realce mante-
lesión en cuestión, como una masa hiperarterializada que nido en la fase venosa portal tal que su realce iguala o ex-
aparecerá más realzada frente a un hígado menos resalta- cede el realce del hígado adyacente. En comparación, los
do en la secuencia de la fase arterial (ver Fig. 4-41, E). Por tumores malignos tienden a mostrar lavado, de tal suerte
el contrario, una lesión hipoperfundida se manifestará co- que el tumor parece poco resaltado en la fase venosa por-
=e mo oscura o hipoecoica dentro de un hígado con realce en
la secuencia de la fase arterial.
tal del realce (ver Fig. 4-41, F). Como excepciones a esta
'o regla general, están los frecuentes lavados del adenoma
'(3
(.) En la actualidad la evaluación del realce lesional se sue- hepático benigno y el retraso o falta de lavado del CHe. La
CI)
ti) le realizar con la técnica de bajo 1M ya descrita. Sin embar- discriminación entre masas hepáticas benignas o malig-
nas tiene igualmente una elevada precisión 141 •

Detección de masa hepática


En contra de lo que se suele pensar, la excelente resolu-
ción espacial permite que las lesiones pequeñas se pue-
dan apreciar bien en la ecografía. Por ello no es el tamaño
sino la ecogenicidad lo que hace que una lesión sea o no
evidente en la ecografía. Así, una masa pequeña, de sólo
unos milímetros puede verse con facilidad si su ecogenici-
dad está aumentada o disminuida respecto a parénquima
hepático próximo. Puesto que muchas metástasis son o
bien hipoecoicas o hiperecoicas en relación con el hígado,
un estudio minucioso debe permitir su detecci ón. En cual-
quier caso, muchas lesiones metastásicas son de ecogeni-
cidad similar al parénquima de fondo, haciendo su detec-
ción un problema difícil o imposible, incluso aunque
tengan un tamaño considerable. Esto ocurre cuando la
retrodispersión de una lesión es virtualmente idéntica a
la del parénquima hepático.
Para resolver este problema en la ecografía convencional
e inherente a la ausencia de contraste entre muchas lesio-
nes metastásicas y el hígado adyacente, el método más
efectivo hasta la fecha es mejorar la visibilidad de la lesión
con ultrasonidos potenciados con medio de contraste (Fig.
..., Figura 4-43 Vasculatura hepática normal. lma-
~ gen de proyección temporal de máxima intensi- 4-44). Los dos métodos disponibles, proporcionan un real-
dad que muestra el realce acumulado 11 segun- ce del hígado de fondo sin realce de las lesiones metastási-
dos después de que el contraste alcance el hígado. Se cas, mejorando de este modo su visibilidad. Aunque su me-
obtiene una definición espectacular de la estructura vas- canismo de acción es distinto, en ambos existe un realce de
cular que hace visibles hasta las ramas de quinto orden. las microburbuias del hígado normal, sin realce de las me-
La región de focal sin realce (flecha) que se perfunde más tástasis hepáticas. Esto aumenta la retrodispersión proce-
lentamente se corresponde con un hemangioma (De Wil- dente del hígado comparado con las lesiones hepáticas y se
son SR, Jang HJ, Kim TK, y cols., Real time temporal
mejora de este modo su detección.
maximum-intensity-projection imaging of hepatic lesions
with contrast-enhanced sonography. AJR Am J Roentge-
El primer método recurre al contraste de primera gene-
nol 2008; 190:691-695.) ración Levovist (Schering AG; Berlín). Después del aclara-
miento del medio de contraste desde el lecho vascular, las
Algoritmo esquemático para el diagnóstico
de masas hepáticas con CEUS

Hemangioma
o o
FA
Realce nodular periférico
Progresión centrípeta del realce

~
FVP
Relleno completo o parcial

FA
Realce hipervascular centrífugo
Arterias estrelladas
HNF
FVP
Realce mantenido
Cicatriz central hipoecoica
FA
Realce hipervascular difuso o centrípeto
Arterias dismórficas
Adenoma
FVP
Realce mantenido
Lavado suave

FA
Realce de bordes
Metástasis
Hipervascular difuso
Hipovascular

FVP
Lavado rápido

Fase arterial (FA) Fase venosa portal (FVP)

0(+) Realce Lavado suave • (-) Realce (lavado)

De Wilson SR, Burns PN . Microbubble contrast enhanced ultrasound in body imaging: what role? Radiology 2010.
HNF hiperplasia nodular focal

microburbujas persisten en el hígado, probablemente den- la detección de lesiones tiene ventajas en lo que se refiere
tro de las células de Kupffer por fagocitosis. Un barrido con al barrido, ya que la población de micro burbujas se con-
alto 1M sobre el hígado produce un realce brillante en la serva y el tiempo no es ya tan importante. Virtualmente
distribución de las burbujas. De este modo todo el hígado todas las metástasis y CHC estarán sin realce frente al hí-
normal se ve realzado. Las metástasis hepáticas, exentas de gado en la fase portal, ya que el parénquima hepático está
células de Kupffer, no realzan y por tanto se muestran como ya con un realce óptimo en esta fase. Por ello, todas las
agujeros negros o hipoecoicos dentro de un parénquima lesiones malignas tienden a parecer hipo ecoicas en la fase
realzado 142 • En un estudio multicéntrico realizado en Euro- portal, permitiendo una mejor detección de la lesión (Figs.
pa y Canadá en el que participamos nosotros, se apreciaban 4-41, F Y 4-44, e y D). Esta observación, que las lesiones
más lesiones y más pequeñas que en el barrido de base 143 . malignas tienden a ser hipoecoicas en la fase venosa por-
En su conjunto, la detección de lesiones fue equivalente a tal del realce con perfluorocarbono, resulta útil tanto para
las obtenidas con la TC o RM. La diferencia en dB entre las la detección de lesiones como para su caracterización. El
lesiones y el parénquima hepático fue un múltiplo, debido realce de lesiones benignas, HNF y hemangiomas, gene-
a la retrodispersión aumentada por el medio de contraste ralmente iguala o excede el realce del propio hígado en la
dentro del tejido hepático normal. Aunque muchos estu- fase venosa portal.
dios parecen alentadores, este medio de contraste de pri- La detección de masas hepáticas hipervascularizadas
mera generación ya no está comercializado. (p. ej., CHC, metástasis) también mejora con el barrido
Por ello, y ante las necesidades actuales para una mejor con contraste de perfluorocarbono en la fase arterial. Es-
detección se utiliza un medio de contraste de segunda ge- tos medios mostrarán las masas hiperecoicas en relación 103
neración de CEUS con el medio de contraste perfluoro- con el parénquima hepático en la fase arterial debido a
carbono y barridos de bajo 1M tanto en la fase arterial que su aporte sanguíneo depende sobre todo del flujo de
como venosa portal. El uso de una técnica de bajo 1M para arteria hepática.
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' J Figura 4-44 Detección mejorada de las masas hepáticas focales con medios de contraste de microburbu-
~ jaso A y B, Levovist (Schering, Berlín). A, Ecografía basal que muestra una masa sutil hipoecoica con un halo hi-
poecoico. B, Imagen postvascular en la que se aprecia una ecogenicidad aumentada en el hígado: la lesión es muy
hipoecoica y es más evidente. e y D, Definity (Lantheus Medicallmaging, Billerica, Mass). e, La ecografía basal no muestra
ninguna metástasis en este paciente con carcinoma de pulmón. D, Fase venosa portal en la que se aprecian múltiples
metástasis focales sin realce.

focales. Sin embargo, una vez que se ha detectado la masa,


. NEOPLASIAS HEPÁTICAS los excelentes medios de contraste actuales con su óptima
resolución espacial han proporcionado unas pautas para
el manejo inicial del paciente 14\ que incluye el reconoci-
La visualización eco gráfica de las masas focales hepáticas miento de los siguientes signos:
puede darse en diversas circunstancias clínicas: desde la • Un halo hipoecoico identificado alrededor de una ma-
detección accidental en un paciente asintomático o como sa hepática ecogénica o isoecoica es un signo ecográfico
parte de una búsqueda orientada en un paciente con ries- ominoso que necesita un diagnóstico definitivo.
go de neoplasia hepática. Los hemangiomas, HNF y ade- • Una masa hepática hipoecoica y sólida es muy proba-
nomas son las neoplasias benignas que habitualmente se ble que sea relevante y tambi én requiere un diagnóstico
detectan en el hígado, al tiempo que el CHC y las metásta- definitivo.
sis dan cuenta de la mayoría de los tumores malignos. • Las masas hepáticas sólidas y múltiples pueden ser
El papel de la imagen en medicina para la evaluación de significativas y sugieren enfermedad maligna multifocal
una masa hepática focal identificada es establecer si la o metastásica. Sin embargo, los hemangiomas también
masa es importante, si requiere confirmación de su diag- suelen ser múltiples.
104 nóstico y cuáles de ellas son relevantes y benignas y no • Una historia clínica de neoplasia, enfermedad hepática
precisan estudios complementarios para confirmar su na- crónica o hepatitis con síntomas atribuibles al hígado,
turaleza. En un estudio ecográfico existe un solapamiento son una información necesaria para interpretar una le-
considerable entre los aspectos de las masas hepáticas sión hepática focal.
Neoplasias hepáticas benignas Los hemangiomas cavernosos se suelen observar en eco-
grafías abdominales realizados por cualquier otra razón, y
Hemangioma cavernoso la confirmación de todas las lesiones visualizadas ha de-
Los hemangiomas cavernosos son los tumores benignos mostrado ser costosa e innecesaria. Por ello se considera
hepáticos más frecuentes y se observan en alrededor del una práctica aceptable tratar a los pacientes de forma
4% de la población. Se producen en todos los grupos de conservadora sin confirmación del diagnóstico, Cuando se
edad, pero son más habituales en adultos, especialmente descubre una lesión hiperecoica típica de hemangioma
mujeres, con una relación mujer/hombre de 5/1 145 . La cavernoso de forma casual no será necesario realizar más
gran mayoría de los hemangiomas son pequeños, asinto- exploraciones, o, como mucho, se realizará un nueva ecogra-
máticos y se descubren de forma casual. Las lesiones ma- fía en 3-6 meses para documentar la ausencia de cambios,
yores, rara vez cursan con síntomas de dolor abdominal A la inversa, lesiones potencialmente relevantes pueden
agudo, a causa de hemorragia o trombosis en el interior simular la morfología de un hemangioma en la ecografía y
del tumor. La trombocitopenia debida al secuestro y des- cursan como una masa simple o múltiples masas de eco-
trucción de las plaquetas dentro de los hemangiomas ca- genicidad uniforme aumentada, Puede tratarse de metás-
vernosos de gran tamaño (Síndrome de Kasabach-Me- tasis de una neoplasia primaria de colon o de un tumor
rritt), se observa en ocasiones en niños y pocas veces en vascular primario, como un tumor neuroendocrino o es-
adultos. pecialmente pequeños CHe. En un estudio prospectivo
Tradicionalmente se ha creído que una vez que se iden- sobre 1.982 pacientes con cirrosis de nuevo diagnóstico,
tificaba en un adulto, el hemangioma alanzaba un tamaño Caturelli y cols. 156 detectaron que el 50% de las lesiones
estable y rara vez cambiaba de tamañ0 146,147 , En nuestra ecogénicas del hígado con morfología sugestiva de he-
experiencia, sin embargo, hemos observado un considera- mangioma ése era su diagnóstico, aunque el 50% restante
ble crecimiento de algunas lesiones a lo largo de muchos demostraron ser un CHe. Los autores también demostra-
años de seguimiento. Los hemangiomas pueden crecer ron que en 1.648 con cirrosis conocida y la detección de
durante el embarazo o por la administración de estróge- una masa con aspecto de hemangioma, todas las masas
nos, lo que sugiere que el tumor es hormona dependiente, eran CHe. Estos resultados resaltan la necesidad imperio-
En el estudio anatomopatológico del hemangioma se sa de confirmar el diagnóstico de todas las masas con esta
observan múltiples canales vasculares que están alinea- morfología en pacientes de alto riesgo, Por tanto, en un
dos por una simple capa de endotelio y tienen como so- paciente con una neoplasia conocida, un riesgo aumenta-
porte septos fibrosos. Los espacios vasculares contienen do de hepatoma, resultados anormales en las PFH, sínto-
trombos. mas clínicos atribuibles al hígado o un patrón ecográfico
El aspecto eco gráfico del hemangioma cavernoso es atípico, se recomienda una de las siguientes pruebas diag-
variable. Habitualmente la lesión es pequeña « 3 cm de nósticas adicionales para confirmar la sospecha de he-
diámetro), bien delimitada, homogénea e hiperecoica mangioma; ecografía con microburbujas, TC, gammagra-
(Fig. 4-45, A). La ecogenicidad aumentada se ha relaciona- fía con hematíes marcados o RM.
do con numerosas interfases entre las paredes de los se- En la fase arterial del CEUS, los hemangiomas muestran
nos cavernosos y la sangre que contienen 149 . Se ha corre- lagos o acúmulos que son más brillantes que el parénqui-
lacionado el hallazgo inespecífico (y que no siempre se ma hepático adyacente. No existen vasos lineales. Con el
observa) del realce acústico con hipervascularidad en la tiempo la progresión centrípeta del realce conduce a un
angiografía l5O , (Fig, 4-45, H). Aproximadamente el 67%- relleno globular completo, con realce mantenido igualo
79% de los hemangiomas son hiperecoicos 151,152 de los superior al del hígado en la fase venosa portal, que puede
cuales el 58%-73% son homogéneos 147 , 150, Otros signos persistir varios minutos 157 (Fig, 4-46). Este realce se pro-
que ahora nos resultan familiares son una zona central no duce con rapidez o lentamente y de forma incompleta, in-
homogénea que contiene áreas hipoecoicas, que puede cluso en la fase venosa portal. Hemos diagnosticado casi
parecer uniformemente granular (Fig, 4-45, D-FJ o con as- el 100% de nuestros hemangiomas con CEUS, evitando
pecto de encaje (D); un borde ecogénico, ya sea un borde utilizar la TC, RM o gammagrafía con hematíes marcados
fino o una gruesa corteza (E-G) y la tendencia al festonea- para confirmar el diagnóstico, especialmente en las lesio-
do del contorno (B]153. Las lesiones más grandes tienden a nes detectadas de forma accidental. Esperamos que en el
ser heterogéneas, con focos centrales hipoecoicos que se futuro la mayoría de los hemangiomas vistos en ecografía
corresponden con cicatrices fibrosas (Fig. 4-45, C), espa- se confirmen mediante CEUS,
cios vasculares o ambos. Un hemangioma puede parecer En una minoría de los pacientes, la imagen no permite
hipo ecoico sobre fondo de un hígado con infiltración gra- llegar a un diagnóstico definitivo del hemangioma, La
sa 154 , Son raras las calcificaciones (Fig. 4-45, 1), biopsia percutánea del hemangioma hepático puede rea-
Los hemangiomas se caracterizan por un flujo sanguí- lizarse de forma segura 158,159. Cronan y cols. 159 realizaron
neo extremadamente lento que de forma rutinaria no sue- biopsias a 15 pacientes (12 de los cuales eran ambulato-
le detectarse con el Doppler color o dúplex, Algunas lesio- rios) utilizando agujas de Franseen de 20-G. En todos los
nes pueden mostrar una desviación de un kilohertcio en pacientes la muestra histológica fue diagnóstica y se ca-
el rango bajo o medio de los vasos periféricos y centrales. racterizaba por grandes espacios con cubierta endotelial. 105
La capacidad del Doppler pulsado, que es más sensible Se recomienda la interposición de hígado normal entre la
para flujos lentos, para detectar señales dentro de un he- pared abdominal y el hemangioma para que sirva de tapo-
mangioma es algo controvertido 155 , namiento de cualquier potencial sangrado,
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'tJ Figura 4-45 Hemangiomas: variedad de aspectos, Línea superior, Morfología típica. A, Múltiples masas ecogé-
~ nicas pequeñas. B, Masa aislada grande lobulada y ecogénica. e, Masa lobulada ecogénica con área central hi-
poecoica, probablemente debida a trombosis o cicatriz central. Línea media. D, Hemangioma atípico. Es hi-
poecoico y tiene un borde ecogénico delgado. E, Morfologías típicas y atípicas. El hemangioma atípico tiene un borde
ecogénico uniforme y grueso. F, Hemangioma atípico parcialmente hipoecoico en su parte central con un borde ecogénico
irregular. Línea inferior, Observaciones infrecuentes. G, Abultamiento de un hemangioma exofítico a partir de lóbulo late-
ral izquierdo del hígado. H, Masa hipoecoica con transmisión aumentada, signo indicativo, aunque raro, de hemangioma.
1, Calcificación central de un hemangioma con sombra acústica distal. Se trata de una observación rara en el hemangioma.

Hiperplasia nodular focal sucede con el hemangioma, la HNF es invariablemente un


La hiperplasia nodular focal es la segunda causa más fre- hallazgo casual detectado como masa en un paciente asin-
cuente de masa hepática benigna después del hemangio- tomático 162 .
ma 160. Se cree que estas masas son un desarrollo de lesio- La hiperplasia no dular focal es típicamente una masa
nes hiperplásicas y estarían relacionadas con una zona de bien delimitada y circunscrita con una cicatriz centraJ162.
malformación vascular congénita, probablemente una mal- Muchas lesiones tienen menos de 5 cm de diámetro, aun-
106 formación arterial preexistente con forma de araña 161 . Las que normalmente son aisladas, se han referido múltiples
influencias hormonales pueden ser un factor, ya que la HNF masas de HNF. A nivel microscópico, las lesiones consis-
es mucho más frecuente en mujeres que en hombres, espe- ten en hepatocitos normales, células de Kupffer, conduc-
cialmente en los años de la maternidad162-164. Al igual que tos biliares y componentes de la tríada portal, aunque no
se encuentran estructuras venosas portales normales. Al ca. La HNF también puede mostrar un aspecto de diverso
igual que con las lesiones hiperplásicas, existe prolifera- rango en la escala de gris, desde hipoecoico hasta ser rara
ción de hepatocitos normales, no neoplásicos, que se vez hiperecoico. Los signos del Doppler de la HNF son o
agrupan de forma anormal. Los conductos biliares y los muy sugestivos por el hecho de que se observan los vasos "O
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vasos arteriales de gruesa pared son prominentes, espe- sanguíneos centrales y periféricos bien desarrollados. Los C')
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cialmente en la cicatriz fibrosa central. El excelente aporte estudios patológicos de la HNF describen un vaso de san- ::I:
sanguíneo hace rara la hemorragia, necrosis y calcifica- gre arterial mayor de lo esperado para la localización del
ción 162 • Estas lesiones producen un contorno anormal de hígado 161 . Nuestra experiencia sugiere que este vaso nutri-
la superficie del hígado o pueden desplazar los vasos san- cio es normalmente demasiado obvio en la imagen de
guíneos normales dentro del parénquima. Doppler color, aunque otras masas vasculares pueden pre-
En la ecografía, la HNF produce una masa hepática poco sentar también vasos inhabitual mente grandes 167 . Los va-
evidente que resulta difícil de di ferenciar por su ecogenici- sos sanguíneos pueden apreciarse por su trayecto en el
dad del parénquima hepático adyacente. Por las similitu- interior de la cicatriz y su trayecto central lineal o estrella-
des con el hígado normal, no sorprende el hecho de que se da. El estudio espectral normalmente muestra predomi-
hayan descrito lesiones de HNF en todas las imágenes co- nantemente las señales arteriales en su parte central, con
mo una «lesión silente» que puede ser extremadamente un rango medio de desviación (2-4 kHz).
sutil o pasar inadvertida 16s . Las alteraciones sutiles del Igual que en el hemangioma, la HNF se diagnostica de
contorno (Figs. 4-47 Y 4-48, E y F) y el desplazamiento de forma certera con CEUS 168 •171 . En la fase arterial, las lesio-
las estructuras vasculares sin duda deben sugerir la posi- nes son hipervasculares y con morfologías muy sugestivas
bilidad de una HNF. La cicatriz central puede apreciarse en por la presencia de vasos lesionales estrellados, una arte-
las ecografías con escala de grises como hipoecoica, lineal ria nutricional tortuosa y una dirección de rellenado cen-
o estrellada dentro de la zona central de la masa 166 (Fig. trífugo (Fig. 4-49). La fase de relleno arterial es homogé-
4-48, A). En ocasiones la cicatriz puede parecer hiperecoi- nea y en exceso respecto al hígado adyacente. El realce

'tJ Figura 4-46 Caracterización del hemangioma mediante realce con Definity. Se muestra la resolución de una
~ masa indeterminada en la TC de un varón de 65 años con carcinoma de esófago. A, TC torácica en la que se
aprecia una masa realzada indeterminada como hallazgo casual en el lóbulo hepático izquierdo. B, La ecografía
sagital muestra la masa como hipoecoica. C, D y E son imágenes obtenidas entre 10 Y 14 segundos después de la inyec-
ción del medio de contraste. Muestran un realce periférico nodular y la progresión centrípeta del realce a pesar de la rapidez 107
del llenado de la lesión. Se trata del típico llenado-inmediato del hemangioma. La lesión mantiene su realce hasta los 5
minutos (no se muestra). (De Wilson SR, Burns PN. Microbubble enhanced ultrasound imaging: what role? Radiology 2010,
[en prensa].)
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~ ~ Figura 4-47 Hiperplasia nodular focal. A, Sagital y B, transversa, ecografías que muestran masa isoecoica en el
~ ~ lóbulo caudado. Las variaciones en el contorno son la clave para apreciar la existencia de una masa.
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=s:: venoso portal es mantenido de forma que el realce de la predisposición a presentar hemorragia y al mayor riesgo
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'(3 lesión iguala o excede al hígado adyacente con una cicatriz de degeneración maligna 174 se recomienda su exéresis.
(.)
CI) no realzada. En raras ocasiones la HNF puede mostrar la- A nivel anatomopatológico el adenoma hepático es
en vado, que es con frecuencia débil y retrasado. La ecografía normalmente solitario de 8-15 cm y bien encapsulado. Al
aislada debe ser capaz de sugerir la existencia de estas sig- microscopio el tumor está formado por hepatocitos nor-
nificativas lesiones sin precisar más pruebas de imagen. males o ligeramente atípicos. Los conductos biliares y cé-
El barrido con sulfuro coloidal resulta muy útil en pa- lulas de Kupffer son escasos o están ausentes 176 • Los ade-
cientes con sospecha de HNF, ya que el 50% de las lesio- nomas hepáticos pueden mostrar tanto calcificación como
nes van a captar el sulfuro coloidal igual que el hígado grasa (Fig. 4-50), ambos serán ecogénicos en la ecografía,
adyacente y otro 10% estará «caliente». Por tanto, sola- con un aspecto en la escala de grises en algunos casos
mente en e140% de los pacientes con HNF será imposible muy sugestivo.
el diagnóstico de confirmación con el barrido con sulfuro El aspecto ecográfico del adenoma hepático es inespe-
coloidapl1·112. En estos pacientes puede recurrlrse al TCCC cífico. La ecogenicidad puede ser hiperecoica (Figs. 4-50 y
o RM para llegar al diagnóstico. Las RM realzadas con Pri- 4-51), hipoecoica, isoecoica o mixta 172 • Con la hemorragia,
movist mostrarán una especificidad aumentada en el puede hacerse evidente un componente líquido dentro y
diagnóstico de HNF173. alrededor de la masa (Fig. 4-52) Y puede apreciarse tam-
La biopsia puede ser necesaria en una minoría de pa- bién hemoperitoneo. Los cambios con el sangrado son va-
cientes con HNF, es decir, los que no muestran lesiones riables, dependiendo de la duración y cantidad del san-
calientes en el barrido con sulfuro coloidal, especialmente grado.
si los signos de la RM o TC son inespecíficos. Puesto que la La diferenciación de los adenomas hepáticos de la HNF
HNF rara vez acarrea problemas y no sufre transforma- es con frecuencia posible con la escala de grises o a partir
ción maligna, se recomienda un manejo conservador174. de las características del Doppler. Además, ambos tienen
una demografía similar, se producen en mujeres jóvenes
Adenoma hepático en su etapa de maternidad, con frecuencia con el antece-
El adenoma hepático es mucho menos frecuente que la dente de ingesta de anticonceptivos. Ambos muestran
HNF. Sin embargo, desde los años 70 se ha producido un unos vasos definidos perilesionales e intralesionales con
importante aumento de su incidencia, claramente relacio- desviaciones en el rango medio (2-4 kHz). Golli y cols. 167
nada con el inicio de la toma de anticonceptivos. Como era describieron aumentos en las estructuras venosas en el
de esperar, por ello, los adenomas hepáticos, similares a la centro de los adenomas hepáticos y escasez de vasos arte-
HNF, son más frecuentes en mujeres. El tumor puede cur- riales. En nuestra experiencia, no es un hallazgo constan-
sar sin síntomas, pero con frecuencia el paciente o el mé- te, aunque consideramos que los adenomas hepáticos son
dico, durante la exploración del paciente, siente una masa sustancialmente menos vasculares que la mayoría de las
en el cuadrante superior derecho. Pueden presentar dolor masas HNF y ciertamente no muestran la tortuosidad vas-
como consecuencia de sangrado o infarto dentro de la le- cular intra- o perilesional asociada con la HNF. La mayoría
sión. La manifestación más alarmante es el shock debido a de los adenomas son fríos tras la administración de sulfu-
108 la rotura del tumor y hemoperitoneo. Se ha publicado la ro coloidal de tecnecio 99 m, como consecuencia de la au-
asociación de los adenomas hepáticos con las glucogeno- sencia o reducción de células de Kupffer. Se han publicado
siso En especial la frecuencia del adenoma con el EDG tipo casos aislados de captación de radiocoloide 177 • Los barri-
1 (enfermedad de Von Gierke) es del 40%175. Debido a la dos hepatobiliares pueden ser útiles en el diagnóstico de
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W Figura 4-48 Hiperplasia nodular focal en tres pacientes (HNF). Equivalente en escala de grises (A, e y E) de
~ Doppler color (B, D Y F). A, Imagen virtualmente normal que solamente sugiere una masa sutil e isoecoica. B, Ima-
gen Doppler que muestra patrón de arterias estrelladas y confirma la autenticidad de la observación. e, Hígado
graso y región hipoecoica focal en la punta del segmento 3. Se consideró que era un respeto graso. D, Los hallazgos del
Doppler muestran una masa hipervascular con un aspecto estrellado. Los hallazgos clásicos de la HNF. E, Masa de con-
torno alterado en el lóbulo derecho del hígado. F, Imagen de Doppler que de nuevo muestra una vascularidad central es- 109
trellada, sugestiva de HNF; esta hipervascularidad con vasculatura estrellada habitualmente se observa mediante ecografía
convencional en la HNF.
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\iI Figura 4-49 Hiperplasia nodular focal. Mujer asintomática de 22 años con HNF mostrando una definición vas-
~ cular excelente en las imágenes de fase arterial de ultrasonidos con contraste (CEUS) obtenidas mediante la téc-
nica de máxima proyección de intensidad (MPI). A, Imagen basal que muestra expansión abollonada de la punta
del lóbulo hepático izquierdo. B a E, Imágenes secuenciales tomadas en la fase arterial y con relleno centrífugo. F, Imagen
110 en la fase venosa porta a los 3 minutos que muestra un realce sostenido y una cicatriz central que no realza (flecha). (De
Wilson SR, Greenbaum LO, Goldberg BB, Contrast-enhanced ultrasound; what is the evidence and what are the obstacles?
AJR J Roentgenol 2009; 193:55-60.)
~ Figura 4-50 Adenoma hepático. A, Ecografía y B, TC confirmatoria, en los que se aprecia una masa hepática
~ grande exofítica en una mujer asintomática. La masa muestra unos focos muy ecogénicos que se corresponden
con áreas de grasa y calcificación en la TC.

los adenomas hepáticos. Puesto que estas lesiones no En un paciente con dolor en el hipocondrio derecho y
contienen conductos biliares, el trazador no se excreta y la posible hemorragia, es importante realizar una TC sin
masa persiste como una zona fo tón-activa. realce del hígado antes de inyectar el contraste. La hemo-
En un escenario clínico típico, la diferenciación de la rragia aparecerá como zonas de alta densidad dentro de
HNF del adenoma supone un verdadero problema. Ambas la masa (ver Fig. 4-52, [J. La lesión con frecuencia de-
masas son detectadas habitualmente de forma casual en muestra realce transitorio y rápido durante la fase arte-
mujeres asintomáticas, y ambas cursan con masas hiper- rial179. Los adenomas hepáticos tienen un aspecto variable
vasculares en la fase arterial. Su importancia y manejo es en la RM y no siempre se pueden distinguir de los CHe.
totalmente diferente y por ello se requieren signos más
sutiles para distinguirlas. Su diferenciación suele ser posi- Tumores grasos. Lipomas y angiomiolipomas
ble mediante CEUS, aunque muestra una masa hipervas- hepáticos
cular en la fase arterial similar a la de la HNp78, el adeno- Los lipomas hepáticos son extremadamente raros y sola-
ma hepático se caracteriza por un relleno centrípeto y no mente se han referido casos aislados en la literatura médi-
homogéneo. Además, múltiples publicaciones refieren un ca180.l82. Existe una asociación entre lipomas hepáticos y
posible lavado en la fase venosa portal, aunque con fre- angiomiolipomas renales y esclerosis tuberosa. Las lesio-
cuencias distintas. Nuestra impresión también es que el nes son asintomáticas. La ecografía demuestra una masa
adenoma hepático, aunque hipervascular, no muestra la ecogénica bien delimitada e indistinguible del hemangio-
profusa vascularización de la HNF (Fig. 4-53). ma, metástasis ecogénicas o grasa focal, salvo que la masa

~ Figura 4-51 Adenoma hepático: aspecto en la escala de grises. A, Ecografía sagital del lóbulo izquierdo de híga-
~ do de un varón asintomático de 35 años con una masa muy ecogénica. Es infrecuente observar un adenoma en una
persona que por lo demás es normal. B, Ecografía de una mujer china de 26 años que muestra una masa ecogénica
con halo hipoecoico. El halo hipoecoico fue relacionado con la zona circundante de atrofia hepática en la biopsia.
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W Figura 4-52 Sangrado en los adenomas hepáticos, A y B. Ecografías de dos mujeres jóvenes que acuden por
~ dolor abdominal debido a una hemorragia en el adenoma. Las masas son muy abigarradas y su aspecto en una
paciente con dolor sugiere hemorragia dentro de una lesión preexistente. TC e, sin contraste y D, con contraste
de la paciente de B en las que se aprecia el valor de una TC sin contraste, y que confirma la alta atenuación de la sangre
dentro del adenoma.

sea grande y próxima al diafragma, en cuyo caso la transmi- produce sobre todo en hombres, con una relación hom-
sión del sonido a través de la masa grasa producirá un eco bre/mujer alrededor de 5:1 176 . Los factores etiológicos
de diafragma roto o discontinuo 181 (Fig. 4-54, A). La TC dependen de la distribución geográfica. Aunqu e la cirrosis
confirma el diagnóstico y revela la naturaleza grasa de la alcohólica sigue siendo una causa predisponente del he -
masa por las unidades Hounsfield negativas (-30 HUJ180,183 patoma en Occidente, tanto las hepatitis C como la B son
(Fig, 4-54, B). Los angiomiolipomas, en comparación, tam- en la actualidad especialmente relevantes. Estas infeccio-
bién pueden parecer ecogénicos en la ecografía (Fig, 4-54, C), nes virales también explican la elevada incidencia en el
aunque pueden no tener suficiente grasa para que sea com- África sub sahariana, sudeste asiático, China, Japón y Me-
patible con la atenuación grasa de la TC, algo que hace el diterráneo. Por su creciente importancia en el mundo oc-
diagnóstico de confirmación más difícil sin la biopsia, cidental, el hígado graso con el desarrollo de la esteatohe-
patitis está ocupando una relevancia creciente como
Neoplasias hepáticas malignas antecedente en el desarrollo de cirrosis y CHe. Las afla-
toxinas, metabolitos tóxicos producidos por hongos en
112 Carcinoma hepatocelular ciertos alimentos, también se han implicado en la patoge-
El carcinoma hepatocelular es uno o de los tumores ma- nia de los hepatomas en países en desarrollo 176 .
lignos más habituales, especialmente en el sudeste asiáti- La presentación clínica del CHC con frecuencia se re-
co, África subsahariana, Japón, Grecia e Italia. El HCC se trasa hasta que el tumor alcanza un estadio avanzado. Los
síntomas consisten en dolor en hipocondrio derecho, pér- tiempo y el aumento de tamaño, las masas tienden a ha-
dida de peso y edema abdominal cuando existe ascitis. cerse más complejas y heterogéneas como consecuencia
La anatomía patológica del HCC se observa en tres va- de la necrosis y fibrosis (Fig. 4-55, E) . La calcificación,
riantes: aunque rara, está descrita en la literatura 190 . Los tumores
Tumor solitario pequeños pueden ser difusamente hiperecoicos, por una
Múltiples nódulos metamorfosis grasa o dilatación sinusoidal (Fig. 4-55, C)
Infiltración difusa lo que les hace indistinguibles de la infiltración grasa fo-
Existe una predisposición a la invasión venosa. La vena cal, hemangiomas cavernosos y lipomas187.188, 191. La grasa
porta está afectada en el 30%-60% de los casos y con ma- intramural también se observa en masas de gran tamaño
yor frecuencia que el sistema venoso hepático184.186. y puesto que tienden a ser focales es raro que sean causa
El aspecto ecográfico del CHC es variable. Las masas de dudas en el diagnóstico. Los pacientes con las infre-
pueden ser hipoecoicas, complej as o ecogénicas. La mayo- cuentes lesiones superficiales pueden acudir con rotura
ría de las masas son pequeñas «5 cm), son hipoecoicas espontánea y hemoperitoneo (Fig. 4-55, f).
(Fig. 4-55, A) Y se corresponden histológicamente con un Diversos estudios que evaluaron las lesiones focales del
tumor sólido sin necrosis187.188. En casi todos los CHC pe- hígado con Doppler dúplex y CDFI sugieren que el CHC
queños se observa un halo periférico delgado e hipoecoi- tiene unas señales de alta velocidad caracterÍsticas192.194.
co que se corresponde con una cápsula fibrosa 189. Con el El eco-Doppler es excelente para detectar neovasculariza-

V Figura 4-53 Adenomas hepáticos: imagen de proyección de máxima intensidad (MIP). A, Barrido basal en
~ una mujer asintomática de 29 años con función hepática anormal que presenta un hígado graso y masas focales
superficiales hipoecoicas. B, Fase arterial precoz de MPI que muestra vascularidad difusa. e, El pico de la fase de
realce arterial, la masa es hipervascular y homogénea. D, En la fase venosa portal la masa muestra lavado, fue precisa la
confirmación diagnóstica mediante biopsia. (De Wilson SR, Burns PN, Microbubble enhanced ultrasound imaging: what
role? Radiology 2010 [en prensa.])
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\J Figura 4-54 Tumores grasos hepáticos: lipoma y angiomiolipoma. A, La ecografía muestra una masa hepática
~ sólida muy ecogénica, que inicialmente sugiere un hemangioma. La falta de continuidad del eco del diafragma que
se debe a una tasa de transmisión alterada es un signo diagnóstico. B, TC confirmatoria que muestra la densidad
grasa de la masa, un lipoma confirmado. e y D, Otra masa ligeramente exofítica y muy ecogénica en el hígado, que sugiere
inicialmente hemangioma (A y S, De Reinhold C, Garant M, Hepatic lipoma, Can Assoc Radiol J 1996;47: 140-142; y D, Dee
Wilson SR, The liver, Gastrointestinal disease 6th series. Test and syllabus, Reston, Va, 2004. American College of Radiology.)

ción en los trombos del tumor dentro de las venas porta- hígado cirrótico adyacente. Los nódulos displásicos pue-
les, lo que es diagnóstico de CHC incluso sin demostración den mostrar una fase arterial de hipovascularidad transi-
de lesión parenquimatosa (Fig. 4-56). toria seguida por isovascularidad. La identificación de es-
El CEUS con microburbujas es muy superior al eco- te signo urge a la biopsia en nuestro centro.
Doppler convencional para la caracterización del CHC en La ecografía con micro burbujas puede contribuir tam-
el hígado cirrótico, que es mucho más sensible para la de- bién a la detección del CHe. Los barridos del hígado en la
tección de vascularización lesional (Tabla 4-4). Las lesio- fase arterial pueden detectar focos hipervasculares poten-
nes son hipervasculares, a menudo mostrando vasos dis- cialmente debidos a CHe. Los barridos en la fase venosa
mórficos (ver Fig. 4-42, B) Y con frecuencia mostrando portal, en comparación, muestran el CHC hipoecoico o con
regiones no realzadas que representan necrosis o cicatri- regiones de lavado, permitiendo de nuevo la detección de
ces195.196 (Fig. 4-57). En la fase venosa portal, la lesión lesiones no sospechadas. El hígado arterializado de la ci-
muestra lavado de tal forma que queda menos realzado rrosis, sin embargo, es complejo por varias razones: Pri-
que el hígado adyacente (ver Fig. 4-41, F). Se han descrito mero porque muestra todos los vasos dismórfico s, en ge-
recientemente variaciones de este patrón típico 195 como neral, y la evaluación de una vascularidad focal aumentada
una hipovascularización en la fase arterial y retraso o au- en un nódulo pequeño es difícil. La imagen de fase venosa
sencia de lavado en la fase venosa portal (Fig. 4-58). Los portal tardía también está debilitada cuando el hígado re-
nódulos regenerativos, en comparación, muestran una cibe una mayor proporción de aporte sanguíneo de la arte-
fase arterial y venosa portal y realce similares al resto de ria hepática. Por ello, el lavado de un nódulo no es tan evi-
dente como en el hígado normal. Este punto tiene un niveles de alfafetoproteína sérica son normales. Los tumo-
enorme interés para nosotros y actualmente están en cur- res suelen ser solitarios, de 6-22 cm, bien diferenciados y
so investigaciones que evalúan hígados crónicamente en- con frecuencia encapsulados por tejido fibros0 2oo.202. Con
fermos. Se realizan con frecue ncia TC197 y RM 198 para cri- unas tasas de supervivencia a los 5 años de aproximada-
bar y evaluar CHe. La importancia de CEUS está avalada mente el 25%-30%, el pronóstico es generalmente mejor
por la American Assaciatian fa r the Study of Liver Diseases para el carcinoma fibrolaminar que para el CHC203.204. Mu-
(AASLD) y se ha incluido en las guías de manejo clínico de chos pacientes, sin embargo, presentan una enfermedad
nódulos pequeños detectados en el seguimiento de CHC 199. avanzada en el momento del diagnóstico. Se recomienda
El carcinoma fibrolaminar es un subtipo histológico una resección agresiva del tumor en el momento de su
del CHC que se observa en pacientes más jóvenes (adoles- presentación y también en el caso de la enfermedad recu-
centes y adultos jóvenes) sin hepatopatía coexistente. Los rrente 202 . La ecogenicidad del carcinoma fibrolaminar es

"J Figura 4-55 Carcinoma hepatocelular: variedad de aspectos. A, Nódulos pequeños focales hipoecoicos.
~ B, Nódulos multifocales hipoecoicos, que pueden ser difíciles de diferenciar de los nódulos cirróticos de fondo.
C, Nódulos focales ecogénicos que simulan un hemangioma. D, Nódulo ecogénico grande en un hígado cirrótico. 115
E, Masa grande de ecos mixtos. Regiones hipoecoicas que se corresponden con zonas patológicas de necrosis. F, Masa
grande lobulada con región central hipoecoica que sugiere una cicatriz. G, Tumor expansivo que rellena la vena porta como
observación única en la ecografía. H, Hígado cirrótico pequeño que muestra tumores exofíticos. 1, Masas superficiales de
ecogenicidad mixta en un paciente joven con hepatitis B que acude por rotura espontánea de hígado.
variable. Son frecuentes en el carcinoma fibrolaminar las alcanzando su pico de incidencia en las décadas sexta y sép-
calcificaciones punteadas y una cicatriz ecogénica central tima de la vida. El hemangiosarcoma tiene un interés espe-
ro (signos diferenciales con el hepatoma por su rareza). cial debido a su asociación con carcinógenos específicos:
O Thorotrast, arsénico y cloruro de polivinilo 176 . Solamen-
'O

..
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O
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Hemangiosarcoma (angiosarcoma)
Los hemangiosarcomas son tumores malignos extremada-
mente raros. Se observan casi exclusivamente en adultos,
te se han publicado unos pocos casos de hemangiosarcoma
hepático en la literatura radiológica. El aspecto eco gráfico es
el de una gran masa de ecogenicidad mixta2os.206.
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V Figura 4-56 Trombo venoso portal maligno por un carcinoma


~ hepatocelular, A, Proyección de eje largo de la vena porta que
muestra una masa de tejido blando extensa e intraluminal. B, Con
la imagen de flujo del Doppler se aprecia un patrón de flujo desorganizado
~ 16 con múltiples velocidades de flujo y aliasing de color. e, Formas de ondas
espectrales intraluminales de la vena porta, que tienen una forma de onda
arterial sugestiva de neovascularización. O y E, TC con contraste que
muestra el trombo y confirma la neovascularización.
Esquema de algoritmos para el diagnóstico de n6dulos
en el hígado cirrótico con CEUS

FA hipervascular
Típico
FVP lavado

Fa isovascular
Variación FA
FVP lavado
CHC
FA hipervascular

FVP: Retraso de la FVP : no lavado


Variació n FVP
FA hipervascular
Retraso en lavado

FA: hipovascular transitorio


NO
Nódulos FVP : isovascular

benignos
NR FA Y FVP : isovascular

FA FVP Retraso de la FVP

o (+)Realce Isovascular (-) Realce (lavado)

Solapamiento entre NO y CHCBO


(Cualquier foco o vaso dismórfico con realce arterial dentro de un nódulo o lavado obvio
durante el fase porta será sospechoso de un CHC)

(De Wilson SR, Burns PN, Microbubble contrast enhanced ultrasound in body imaging: what role? Radiology 2010, en prensa.)
CHC, Carcinoma hepatocelular, FA, fase arterial, FVp, fase venosa portal ; NO nódulos displásicos, NR nódulos regenerativos, CHCBO
carcinoma hepatocelular bien diferenciado.

Hemangioendote/ioma epite/oíde hepático cia también su tratamiento. La incidencia de metástasis


El hemangioendotelioma hepático (HEH) es un tumor hepáticas depende del tipo de tumor primario y de su esta-
maligno de origen vascular que se observa en adultos. Se dio en el momento de la detección inicial. En la autopsia, el
afectan tejidos blandos, pulmón e hígado. El pronóstico es 25-50% de los pacientes que mueren por cáncer tienen
variable y muchos pacientes sobreviven a los 5 años con o metástasis hepática. Los pacientes con supervivencias cor-
sin tratamiento 207 • El HEH es un tumor maligno raro y de tas (<1 año) después de la detección inicial de metástasis
origen vascular que se observa en adultos. El HEH hepáti- hepática son los que padecían CHC y carcinomas de pán-
co comienza con múltiples nódulos hipoecoicos, que cre- creas, estómago y esófago. Los pacientes con superviven-
cen y confluyen con el tiempo, formando masas mayores cias más largas son los que fueron diagnosticados de carci-
que se fusionan y tienden a afectar la periferia del hígado. nomas de cabeza y cuello y carcinoma de colon. La mayor
Pueden presentar focos de calcificación207.2o8. La cápsula parte de los pacientes con mela noma presentan una inci-
hepática por encima de las lesiones de HEH puede re- dencia extremadamente baja de metástasis en el momento
traerse inducida por el tumor, y este signo inhabitual es del diagnóstico. La afectación hepática en la autopsia sin
muy sugestivo del diagnóstico. Es importante tener pre- embargo llega a ser de hasta un 70%.
sente que las metástasis periféricas postquimioterapia y Los tumores primarios más frecuentes como causantes
los tumores que causan obstrucción biliar y atrofia seg- de metástasis hepáticas, y por orden decreciente de fre-
mentaria pueden presentar un aspecto similar209 . Se llega cuencia, son los de vesícula biliar, colon, estómago, pán-
al diagnóstico de HEH hepático mediante biopsia percutá- creas, mama y pulmón. La mayoría de las metástasis hepáti-
nea y tinción inmunohistoquímica. cas son por diseminación hematógena a través de la arteria
hepática o vena porta, pero también puede originarse a par-
Enfermedad hepática metastásica tir de una diseminación linfática procedente de tumores de 117
En EE. UU. la enfermedad hepática metastásica es 18-20 ve- estómago, páncreas, ovarios o útero. La vena porta propor-
ces más frecuente que el CHe. La detección de las metásta- ciona un acceso directo al hígado para las células tumorales
sis altera bastante el pronóstico del paciente y con frecuen- originadas en el tracto gastrointestinal y probablemente
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CI)
en

ftt¡J Figura 4-57 Carcinoma hepatocelular típico (CHC) de-


~ tectado en el seguimiento mediante ultrasonidos, A, Ma-
sa hipoecoica pequeña en el lóbulo derecho de un hígado
cirrótico pequeño. a, Ecografía con realce de contraste (CEUS) en el
pico de la fase arterial que muestra la hipervascularidad típica. C,
Imagen de CEUS en la fase venosa portal a los dos minutos. La le-
sión ha lavado con respecto al resto del hígado relativamente más
realzado. (De Wilson SR, Burns PN, Microbubble enhanced ultra-
sound imaging: what role? Radiology 2010 [en prensa}.)

explique la alta incidencia de las metástasis hepáticas a par- de contraste como ya se ha dicho, dudamos que la CEUS
tir de órganos que drenan en la circulación portal. pueda alguna vez utilizarse en la práctica clínica rutinaria
Las ventajas de los ultrasonidos como cribado para la para este fin por el gran número de pacientes que requie-
enfermedad hepática metastásica se basan en su preci- ren estudios para la enfermedad metastásica. En cual-
sión, rapidez, ausencia de radiación ionizante y disponibi- quier caso, a partir de una base caso-a-caso, no se trata de
lidad. Además destaca por la capacidad multiplanar de los una modalidad que resuelva problemas, la CEUS puede
ultrasonidos para una excelente localización segmentaria jugar un papel complementario en la evaluación del pa-
de las masas, con la posibilidad de detectar proximidad a ciente con enfermedad hepática metastásica.
estructuras vitales o afectación de las mismas. Aunque En la ecografía convencional en escala de grises, los
publicaciones aisladas describen la detección de metásta- pacientes con enfermedad metastásica hepática pueden
sis en la ecografía en manos expertas, compitiendo con la acudir con una lesión hepática simple (Fig. 4-59, A), aun-
TC y RM 210 , la ecografía no se utiliza de modo universal que con mayor frecuencia acuden con múltiples masas
como técnica de investigación de primera línea para el cri- hepáticas focales. Todas las lesiones hepáticas en un híga-
bado de enfermedad metastásica; la TC ha cubierto ese do concreto tienen una morfología ecográfica hepática
papel. La experiencia sugiere que los ultrasonidos sin mi- idéntica. Sin embargo, las lesiones confirmadas mediante
croburbujas como medio de contraste no pueden compe- biopsia que tienen distintos aspectos pueden tener una
tir con la TC trifásica para la detección de metástasis 143 • histología subyacente idéntica. Es importante recordar
Aunque muy mejorada, cuenta con la adición de medios que las metástasis también pueden presentarse en un hí-
gado que ya ha presentado una alteración difusa o focal, cales benignas frente a las malignas. Su indicación tiene
casi siempre un hemangioma. La afectación metastásica un valor predictivo positivo y negativo del 86% y 88%,
del hígado puede manifestarse con distintas formas, mos- respectivamente. Por lo tanto, nuestra conclusión es que
trando una afectación hepática difusa y rara vez infiltra- aunque no es absolutamente indicativo de neoplasia, se
ción geográfica (Fig. 4-59, C-F). observa en lesiones que requieren más investigaciones y
El conocimiento de una neoplasia previa o concomitan- la confirmación de su naturaleza, al margen de la presen-
te y los hallazgos de una neoplasia diseminada en la eco- tación y estado del paciente. La correlación radiológica-
grafía son de gran ayuda para una correcta interpretación histopatológica del halo hipoecoico que rodea a la masa
de unas masas detectadas en la ecografía. Aunque no exis- hepática ha revelado que, casi siempre, el borde hipoecoi-
tan signos confirmatorios de la enfermedad metastásica co se corresponde con parénquima hepático normal, que
en la ecografía, son sugerentes las lesiones sólidas múl- queda comprimido por el rápido crecimiento del tumor.
tiples de distinto tamaño y un halo hipo ecoico que ro- Con menor frecuencia, el anillo hipoecoico se debe a la
dea a la lesión hepática. Un halo alrededor de la periferia proliferación del tumor de células malignas, fibrosis tu-
de la masa hepática en la ecografía es un signo ominoso moral o vascularización o borde fibrótic0 212 · 214 •
fuertemente asociado a neoplasias, especialmente enfer- El aspecto ecográfico de la enfermedad metastática hepá-
medad metastásica, aunque también un CHe. tica se ha descrito como ecogénico, hipoecoico, en diana,
En una revisión nuestra de 214 pacientes consecutivos calcificado, quístico y difuso. Aunque el aspecto ecográfico
con lesiones hepáticas focal es, 66 presentaban lesiones es inespecífico para establecer el origen de las metástasis,
que demostraron un halo hipoecoico; 13 fueron CHC (Fig. se pueden aplicar ciertas generalidades (Fig. 4-61).
4-60, A Y B); 43 tenían metástasis (Fig. 4-60, C-F); cuatro Las Metástasis ecogénicas tienden a crecer a partir de
tenían hiperplasia no dular fo cal y dos adenomas (ver Fig. un origen gastrointestinal o desde un CHC (Fig. 4-61, 1).
4-51). Cuatro lesiones no se confirmaron. En 1992, Wer- Cuanto más vascularizado, será más fácil que la lesión sea
necke y cols. 211 describieron la importancia del halo hi- ecogénica 193.215, por ello, las metástasis de carcinomas de
poecoico en la diferenciación de las lesiones hepáticas fo- células renales, masas neuroendocrinas, carcinoide, co-

..., Figura 4-58 Abordaje multimodalidad para el diagnósti-


~ co del carcinoma hepatocelular. Pequeño CHC en un va-
rón de 59 años con cirrosis secundaria a etanol y hepatitis
por virus C. A, RM de buena calidad negativa, que no evidencia ma-
sas en T2 ni tampoco hipervascularidad en barridos con realce. Se
expone la imagen representativa. B, Ecografía basal que muestra un
nódulo hipoecoico aislado en el lóbulo derecho del hígado cirrótico.
e, Imagen de CEUS en fase arterial que muestra una clara hipovas-
cularidad de la masa. La masa rápidamente se hizo isovascular y no
mostró lavado. La familiaridad con estas variaciones de patrones de
realce del CHC con CEUS urgió a solicitar una biopsia, que confirmó 119
un CHC moderadamente diferenciado. (De Wilson SR, Burns PN, Mi-
crobubble enhanced ultrasound imaging: what role? Radiology 2010,
[en prensa].)
El patrón en ojo de toro o patrón en diana se caracte-
ENFERMEDAD METASTÁSIC~ HEPÁT CA: riza por una zona periférica hipoecoica (ver Fig. 4-60). El
PATRONES HABIT. ALE S aspecto es inespecífico y frecuente, aunque se suele iden-
METÁSTASIS ECOGÉNICAS tificar con metástasis del carcinoma broncogénico 218 •
• Tracto gastrointestinal Las Metástasis calcificadas son características por su
• Carcinoma hepatocelular marcada ecogenicidad y sombreado acústico distal (ver
• Vasculares primarios Fig. 4-61, B). Los adenocarcinomas mucinosos de colon se
• Carcinoma de células del islote asocian casi siempre con metástasis calcificadas. El calcio
• Carcinoide se observa como un punteado pequeño e innumerable de
• Coriocarcinoma ecogenicidades sin un claro sombreado. Otras neoplasias
• Carcinoma de células renales que han dado lugar a metástasis calcificadas son los tumo-
res endocrinos pancreáticos, leiomiosarcomas, adenocar-
METÁSTASIS HIPO ECOICAS cinoma de estómago, neuroblastoma, sarcoma osteogéni-
• Carcinoma de mama co, condrosarcoma y cistadenocarcinoma de ovario y
• Cáncer de pulmón teratocarcinoma 219 .
• Linfoma Las metástasis quísticas son infrecuentes y general-
• Esófago, estómago y páncreas mente muestran signos que las distinguen de los ubicuos
quistes hepáticos benignos, con nódulos murales, paredes
OJOS DE TORO O PATRÓN EN DIANA
gruesas, niveles líquido-líquido y septos internos 22o .221 •
• Cáncer de pulmón Las neoplasias primarias con componente quístico, como
METÁSTASIS CALCIFICADAS el cistadenocarcinoma de ovario y páncreas y el carcino-
=e • Con frecuencia: adenocarcinoma mucinoso ma mucinoso de colon, pueden producir lesiones quísti-
'o • Menos frecuente: sarcoma osteogénico cas secundarias, aunque es raro. Con mayor frec uencia las
'(3
oCI) • Condrosarcoma neoplasias quísticas ocasionan una necrosis extensa, que
C/)
• Teratocarcinoma se observa casi siempre en sarcomas metastásicos, que
• Neuroblastoma habitualmente tienen ecos de bajo nivel y paredes engro-
sadas y vellosas (ver Fig. 4-61, H). Los tumores neuroen-
METÁSTASIS QUÍSTlCAS docrinos y carcinoides son habitualmente de elevada eco-
• Necrosis: sarcomas genicidad y con frecuencia muestran cambios quísticos
• Patrones de crecimiento quístico: secundarios (ver Fig. 4-61, l). Las metástasis grandes co-
cistadenocarcinoma de ovario o páncreas lorrectales también pueden ser en raras ocasiones necró-
• Carcinoma mucinoso de colon ticas, con lo que desarrollan un predominio de masas he-
páticas quísticas.
PATRONES INFILTRATlVOS
La desorganización difusa del parénquima hepático re-
• Cáncer de mama fleja la enfermedad hepática infiltrante y es la más
• Cáncer de pulmón compleja de apreciar en la ecografía, probablemente al no
• Melanoma maligno ser posible su comparación con un parénquima hepático
normal (ver Fig. 4-59, G-l). En nuestra experiencia, son los
carcinomas de mama y pulmón, así co mo los melanomas,
riocarcinoma y células de islote tienden a ser hiperecoi- los tumores primarios que presentan este patrón. El diag-
caso Los tumores de este grupo especial de tumores pue- nóstico puede ser incluso más difícil si el paciente tiene
den simular un hemangioma en la ecografía. un hígado graso por quimioterapia. En dichos pacientes
Las Metástasis hipoecoicas son generalmente hipovas- serán útiles las modalidades de imagen CEUS, TC o RM.
culares y pueden ser mono celulares o hipercelulares y sin También será difícil la detección en casos de infiltración
estroma intersticial. Las lesiones hipoecoicas representan segmentaria y lobar por tumores secundarios, ya que
el patrón típico visto en las metástasis de un cáncer de ma- pueden simular otras patologías benignas, como la infil-
ma o pulmón no tratadas (Figs. 4-60 y 4-61), así como gás- tración grasa (ver Fig. 4-59, D-FJ o una cirrosis (Fig. 4-63).
trico, pancreático y esofágico. La afectación linfomatosa del Los ultrasonidos con realce mediante medios de
hígado puede también manifestarse como lesiones hi- contraste juegan un papel importante en el diagnóstico y
poecoicas (Fig. 4-62). La celularidad uniforme dellinfoma detección de metástasis 143.222 • En la fase venosa portal, to-
sin un componente de estroma importante como fondo, se das las metástasis muestran lavado, que tiende a ser com-
considera relacionado con su aspecto hipoecoico en la eco- pleto y además rápido, comenzando dentro de la franja de
grafía. Aunque en la autopsia el hígado es un órgano secun- tiempo que se suele aplicar a la fase arterial (Fig. 4-64).
dario para la afectación de los linfomas de Hodgkin y no Por ello, las metástasis se muestran en forma de áreas ne-
Hodgkin, la enfermedad tiende a infiltrar de forma difusa y gras abultadas dentro del parénquima realzado. La fase
pasar inadvertida en la ecografía y TC216. El patrón de múl- arterial de realce es variable, aunque muchas metástasis,
120
tiples masas hipoecoicas hepáticas es más típico de \infa- al margen de su previsible realce, muestran una hipervas-
mas primarios no Hodgkin o linfa mas asociados con el cularidad transitoria en la fase arterial, seguida de un la-
SIDN 16.217. Las masas linfomatosas pueden parecer anecoi- vado rápido. También se puede apreciar hipovascularidad
cas y tabicadas, simulando abscesos hepáticos. y realce del contorno.
Los colangiocarcinomas periféricos son tumores in- y múltiples nódulos hiperecoicos periféricos peque-
frecuentes que se presentan como un tumor hepático si- ñOS 224 , 22 5.
milar a las metástasis, tanto en la escala de grises como en Dado el inespecífico aspecto de la hepatopatía metastá-
CEUS. Se puede apreciar una retracción capsular. sica, se utiliza con frecuencia la biopsia guiada median-
La afectación hepática en el sarcoma de Kaposi, te ecografia para poder determinar el diagnóstico del te-
aunque frecuente en pacientes con SIDA en la autopsia, jido primario. Además, los ultrasonidos son una excelente
rara vez se diagnostica media nte estudios de imagen 223 • forma de monitorizar la respuesta a la quimioterapia en v
La ecografía ha dem ostrado una infiltración periportal pacientes oncológicos, o
'3
~
a.
1'0
(J

fttJ Figura 4-59 Afectación hepática con metástasis en tres pacientes. Línea superior, Masas hepáticas focales:
~ la variante más habitual y más sencilla de apreciar. A, Imagen sagital del lóbulo derecho que muestra una masa
hipoecoica bien delimitada y lobulada. e, Imagen sagital del lóbulo izquierdo que muestra masas confluentes en
segmento 3. e, Imagen transversa donde se aprecian dos masas hipoecoicas focales separadas por hígado normal. Línea
media, Patrones geográficos raros de metástasis. O y E, Proyecciones subcostales que muestran los lóbulos derecho e
izquierdo del hígado. Un nítido borde geográfico separa el hígado ecogénico normal del tumor hipoecoico. La variación de 121
distribución y ecogenicidad sugiere un cambio graso o alteración de perfusión. F, La Te confirmatoria. Línea inferior, Afec-
tación difusa tumoral: con frecuencia la más difícil de apreciar en las ecografías, como se demuestra aquí. G, Ecografía
transversa. H, Proyección similar con mayor ampliación. Ambas imágenes muestran un hígado de parénquima rugoso. Es
más sugestivo de cirrosis que del tumor extenso mostrado en la Te en 1, Te.
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~ Figura 4-60 Halo hipoecoico, A y B, Carcinoma hepatocelular que muestra unas masas ecogénicas con halo
~ circundante. e y D, Imagen sagital y transversa de una metástasis aislada y grande de un cáncer de mama. E y F,
Hígado grande relleno de pequeñas masas con halo hipoecoico por carcinomas de células pequeñas de pulmón .
La zona más afectada en lesiones hepáticas como conse-
TRAÜlVtA HEPÁTICO cuencia de traumatismos cerrados es el lóbulo derecho,
~.,.,"'.<.
especialmente su segmento posterior 227 . Foley y cols. 228
observaron que la forma más habitual de lesión era una
El abordaje para el tratamiento del traumatismo hepático laceración perivascular que discurría paralela a las ramas
cerrado es cada vez más conservador. La exploración qui- de las venas hepáticas derecha e izquierda y las ramas an-
rúrgica estará indicada en los pacientes en situación de terior y posterior de la vena porta derecha. Otros hallaz-
shock o hemodinámicamente inestables 226 . En el paciente gos fueron los hematomas sub capsulares, pericapsulares
hemodinámicamente estable, muchos hospitales realizan y aislados; fractura hepática, definida como una lacera-
de entrada una Te para evaluar le extensión del trauma ción que se extiende entre dos superficies viscerales; lace-
hepático. Los ultrasonidos se utilizan para la monitoriza- raciones que afectan al lóbulo izquierdo y hemoperito-
ción del patrón de cicatrización. ne0 228 (Fig. 4-65). Los infartos hepáticos son raros después

W Figura 4-61 Patrones de la hepatopatía metastásica. Línea superior, Lesiones ecogénicas. A, Múltiples me-
~ tástasis ecogénicas pequeñas por un coriocarcinoma. B, Metástasis de colon con aglomerados de calcio en la
sombra acústica distal. e, Adenocarcinoma metastásico grande y poco diferenciado, con ecogenicidades peque-
ñas puntiformes que sugieren microcalcificaciones. Línea media, Lesiones hipoecoicas de tamaño creciente de D, pán- 123
creas; E, pulmón; y F, adenocarcinoma, de un primario desconocido. Línea inferior, Metástasis quísticas. G, Liposarcoma
metastásico raro de muslo. Metástasis que tiene un patrón de crecimiento quístico. H, Sarcoma metastásico de intestino
delgado con necrosis, e 1, Metástasis muy ecogénicas con un componente quístico bien definido, muy sugestivo de me-
tástasis de un tumor carcinoide o neuroendocrino.
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C) W Figura 4-62 Linfoma hepático. Ecografías A, sagital y B, transversal , que muestran nódulos pequeños e hi-
8 ~ poecoicos focales por todo el hígado. El linfoma también puede afectar de forma difusa al hígado sin producir al-
W teraciones ecográficas focales.

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'0
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Q)
de un trauma abdominal cerrado debido al doble aporte Shunts portosistémicos
en sanguíneo del hígado. Los shunts portosistémicos se realizan para descompri-
Van Sonnenberg y cols. 229 evaluaron los hallazgos ecográ- mir el sistema portal en pacientes con hipertensión por-
ficos de un trauma agudo sobre el hígado «24 horas des- tal. Los shunts quirúrgicos más frecuentes son meso cava,
pués del trauma) y establecieron que la hemorragia era eco- esplenorrenal distal (shunt de Warren), mesoauricular y
génica. Dentro de la primera semana, la laceración hepática portocava. La ecografía Doppler dúplex y CDFr son méto-
se hacía menos hi poecoica y distinta como consecuencia del dos no invasivos fiables para la evaluación de la permeab i-
tejido desvitalizado y la incorporación de líquido intersti- lidad del shunt o de una eventual trombosis 23 0-233 . Ambas
cial. Después de 2-3 semanas, la laceración se hace cada vez modalidades parecen efectivas para evaluar los shunts
más indistinguible por la reabsorción de líquidos y el relle- portocava, mesoauricular y mesocava 230 • La permeabili-
no de los espacios contenido de granulación. dad del shunt se confirma al detectar el flujo en la zona

W Figura 4-63 Pseudocirrosis. Mujer anciana que acude a urgencias por aumento del perímetro abdominal. A,
124 ~ Ecografía subcostal de hígado que muestra parénquima hepático nodular heterogéneo, nodularidad en su super-
ficie y ascitis. B, Imagen sin contraste de Te del hígado que confirma los hallazgos, la ascitis, nodularidad de su-
perficie y parénquima heterogéneo. El realce con contraste no sugirió enfermedad metastásica focal. En la autopsia se
objetivaron metástasis difusas de un cáncer de mama.
anastomosada. Si no se puede visualizar la anastómosis, también la técnica más popular para el alivio de la hiper-
el flujo hepatófugo del flujo portal es un signo indirecto de tensión portal sintomática, en especial en varices esofági-
permeabilidad.231.232 cas con sangrado gastrointestinal, y con menor frecuencia
La comunicación esplenorrenal es particularmente difí- en la ascitis refractaria. Se realiza por vía percutánea, con
cil de evaluar mediante eco-Doppler debido al gas inter- inserción de un stent expansible metálico, TIPS, y tiene
puesto del intestino y la grasa, que impiden una coloca- una menor morbimortalidad que los procedimientos qui-
ción precisa del transductor. 230 •234 CDFI localiza con mayor rúrgicos de shunt235 •
precisión los extremos esplénico y renal del shunt de Wa- La técnica de realización del SPIT requiere un acceso
rren. El extremo esplénico se visiona mejor desde un transyugular hasta la VCI infrahepática, con selección de
abordaje subcostal, mientras que el venoso renal izquier- una vena hepática óptima respecto a su ángulo y diámetro.
do puede apreciarse de forma óptima a través del flanco Después de elegir la vena porta bien mediante radioscopia
izquierdo. Grant y cols 230 refirieron que la ecografía en o eco-Doppler; se pasa una aguja de punción transyugular
Doppler-color detectaba permeabilidad o trombosis de desde la vena hepática a la vena portal intrahepática y se
forma adecuada en las 14 comunicaciones de su revisión crea el shunt. El tracto se dilata hasta un diámetro aproxi-
al poder evaluar el flujo en ambos extremos del shunt. mado de 10 mm, con monitorización del gradiente de pre-
sión portal y relleno de las varices en la venografía portal.
Shunt portosistémico intrahepático transyugular Se deja un stent como puente en su lugar 236 .
Los shunts portosistémicos intrahepáticos transyugulares Además de los problemas agudos derivados del proce-
(SPIT) son las aportaciones más recientes y actualmente dimiento en sí, los SPIT pueden presentar complicaciones

..., Figura 4-64 Sincronización del lavado. Este varón de 49 años tenía metástasis conocidas por un cáncer de
~ colon . A, Imagen de TC axial que demuestra una masa de baja atenuación en el segmento lateral del lóbulo izquier-
do. B, Ecografía basal en la que se aprecia una masa ligeramente exofítica, de una ecogenicidad mixta. e, CEUS
en fase arterial en el pico de realce que muestra hipervascularidad. D, Imagen de 45 segundos que muestra un claro lavado
de la lesión, que había comenzado a los 28 segundos. (De Wilson SR, Burns PN, Microbubble enhanced ultrasound ima-
ging: what role? Radiology 2010 [en prensa].)
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.,., Figura 4-65 Trauma hepático. A, Sangrado intra-


~ hepático agudo, y B, Hematoma periférico agudo
(flechas) entre la superficie hepática y la pared ab-
dominal suprayacente, con aumento de ecogenicidad. e,
Hematoma antiguo que rodea la punta del lóbulo derecho
hepático, que parece una colección líquida con bandas .

.,., Figura 4-66 Shunts portosistémicos transyugulares intrahepáticos (SPIT). A, Imagen de Doppler color que
~ muestra el flujo a través de un shunt que se dirige adecuadamente hacia el corazón con un patrón turbulento. B,
Velocidad a mitad del shunt y con corrección de ángulo normal (150 cm/s).
por estenosis u oclusión del stent, debido a hiperplasia de circulación sistémica. También es una observación habi-
la cubierta pseudoíntima. Al año, las tasas de permeabili- tual una velocidad pico sistólico aumentada en la arteria
dad primaria varían entre el 25% y el 66% con una per- hepática y también estará aumentada la velocidad en la
meabilidad asistida de alrededor del 83% 237.238. El eco- vena porta principal, debido a que el stent sirve como con-
Doppler proporciona una forma no invasiva de monitorizar ducto de baja resistencia, por tratarse de un bypass de la
a los pacientes con TIPS, ya que la disfunción del injerto circulación hepática de alta resistencia. La velocidad que
puede cursar de forma silente. Los barridos se realizarán se ha referido de la vena porta principal en pacientes con v
de forma inmediata después de la técnica, con intervalos shunt permeable oscila entre 37-47 cm/s240'242. Las veloci- o
'3
posteriores de tres meses y según evolución clínica. dades de la arteria hepática aumentan desde los 79 cmls .~
a.
Los hallazgos del Doppler normal pos procedimiento preshunt hasta los 131 cmls una vez realizado el procedi- ro
()
son un flujo de alta velocidad y turbulento (pico medio mient0 239 .
sistólico de 135-200 cm/s) 239 a través del stent y un flujo Las evaluaciones ecográficas deben incluir las medicio-
hepatófugo en las ramas venosas portales intrahepáticas, nes de las velocidades del stent con corrección de ángulo
al drenar el parénquima hepáti co a través del shunt en la en tres puntos a lo largo del stent yen la vena porta prin-

"-J Figura 4-67 Signos secundarios de shunt funcional. Todas las imágenes muestran ascitis macroscópica, que
~ sugiere shunt disfuncionante. A, Escala de grises, y B, Doppler que muestra el TIPS permeable. Las velocidades a 127
través del shunt fueron de alrededor de 130 cm/s, es decir, normal. e, Imagen sagital que muestra que el flujo de
la vena porta principal sigue una dirección apropiada hacia el shunt, apareciendo en rojo. D, Imagen transversa de hilio
hepático en la que se observa la rama ascendente de la vena porta izquierda en azul, fluyendo hacia el shunt; esta dirección
también es correcta. Por tanto, a pesar de la ascitis, la evaluación con ultrasonidos no demostró shunt disfuncional.
DISFUNCIÓN DE LOS SHUNTS
PORTOSISTÉMICOS INTRAHEPÁTICOS
TRANSYUGULARES
La biopsia percutánea de una enfermedad maligna que
SIGNOS DIRECTOS afecte al hígado tiene una sensibilidad superior al 90% en la
• Ausencia de flujo, compatible con trombosis u mayoría de las series estudiadas247.248. Las contraindicacio-
oclusión de la derivación nes relativas a la biopsia percutánea son una diátesis hemo-
• Velocidad pico del shunt: rrágica incontrolable, una ruta de acceso poco segura y un
<90 o >190 cmls paciente poco colaborador. La guía mediante ultrasonidos
• Cambio en la velocidad pico del shunt: permite la observación en tiempo real de la punta de la agu-
reducción >40 cmls o aumento >60 cmls ja a medida que avanza hacia la lesión. Se han desarrollado
• Velocidad en la vena porta principal <30 cmls varias conexiones de biopsia que permiten la observación
• Inversión del flujo en la vena que se aleja de continua de la aguja, y también de su seguimiento por un
la vena cava inferior, que sugiere estenosis de trayecto predeterminado. De modo alternativo, muchos au-
la vena hepática tores prefieren una técnica de mano libre. Se pueden biop-
• Flujo venoso portal intrahepático hepatópeto siar con éxito incluso las masas pequeñas (2,5 cmJ249. Con la
ayuda ecográfica también se puede realizar la aspiración
SIGNOS SECUNDARIOS percutánea y el drenaje de colecciones líquidas complica-
• Reacumulación de la ascitis das. Se ha utilizado la inyección de etanol con guía ecográfi-
• Reaparición de la ascitis ca en el tratamiento de CHC y metástasis hepáticas 25o .
• Reaparición de la vena paraumbilical
=c: repermeabilizada
'o ~ ~¡'-
'(3
()
(1)
ECOGRAFíA INTRAOP~IA ~:
en
cipal, y además se valorará la dirección del flujo en la vena
porta intrahepática y en la vena hepática implicada (Fig. La ecografía intraoperatoria es actualmente una aplicación
4-66 Y 4-67). consolidada de la técnica ecográfica. El hígado expuesto se
Entre las complicaciones que se detectan mediante explora con un transductor estéril de 7,5 MHz o con una
la ecografía destacan: cubierta estéril. Se ha visto que el uso de los ultrasonidos
Oclusión del stent intraoperatorios cambia la estrategia quirú rgica entre el
Estenosis del stent 31 %-49% de los pacientes sometidos a resección hepática,
Estenosis de la vena hepática bien por permitir una resección más precisa o bien porque
La detección de estas complicaciones está relacionada indique que son inoperables por masas no sospechadas o
con la identificación tanto de anomalías directas como de por invasión venosa 251. 252 . Diversos estudios hacen hinca-
signos secundarios.243 -246 Los signos directos incluyen la pié respecto a nuevas mejoras con la adición de CEUS a los
ausencia de flujo, velocidad pico del shunt anormal, un cam- procedimientos intraoperatorios 2S3 . La detección mejorada
bio en la velocidad pico del shunt, una velocidad baja en la de metástasis con CEUS, sin duda explica estas mejoras.
vena porta principal, inversión del flujo en la vena hepática
y flujo portal intrahepático venoso hepatópeto. Los signos Agradecimientos
secundarios son la reacumulación de ascitis, con reapari- Dr. Hojun Yu por sus maravillosos esquemas y t rabajo ar-
ción de varices y la recanalización de la vena paraumbilical. tístico
Capítulo 5

BAZO
Patrick M. Vos, John R. Mathieson y Peter L. Cooperberg

La ecografía es una técnica de imagen de gran utilidad pa- mente fijada al mesenterio dorsal anterior al polo supe-
ra diagnosticar o excluir alteraciones esplénicas y tam- rior del riñón izquierdo, dando lugar a la zona nuda del
bién resulta de ayuda en el segui miento de pacientes con bazo 2• El tamaño de la zona nuda esplénica varía, pero
alteraciones conocidas del bazo. Las lesiones esplénicas suele abarcar menos de la mitad de la superficie esplénica
pueden observarse en diversas situaciones y el radiólogo posterior (Fig. 5-2). Este rasgo anatómico es análogo a la
debe tener presente el espectro de procesos que pueden zona nuda hepática y puede ser útil para distinguir una
afectar al bazo, así como el contexto clínico en el que se colección intraperitoneal de otra pleural.
producen!. El bazo normal del adulto presenta una convexidad su-
El bazo e hipocondrio izquierdo (H!) deben evaluarse perolateral, una concavidad inferomedial y tiene un pa-
de forma rutinaria en todos los estudios abdominales, es- trón de eco homogéneo. El bazo queda entre el fundus
pecialmente en pacientes con sospecha de esplenomega- gástrico y el diafragma, con su eje largo en línea con la
lia. En general, el bazo puede examinarse mediante ultra- 10.ª costilla y normalmente se sitúa entre las costillas 9.ª
sonidos sin grandes dificultades. Puesto que el bazo y 11.ª. La superficie visceral o inferomedial tiene peque-
normal tiene una ecogenicidad uniforme, las alteraciones ñas indentaciones en la zona de contacto con el estómago,
focales se detectan sin dificultad. Igualmente, las altera- riñón, páncreas y flexura esplénica. El bazo está suspendi-
ciones periesplénicas y colecciones líquidas se detectan do por el ligamento esplenorrenal, que está en contacto
fácilmente. Una evaluación inadecuada del bazo y estruc- con la pared posterior peritoneal, ligamento frenocó-
turas circundantes es por ello relativamente rara. Ocasio- lico y el ligamento gastroesplénico. El ligamento gas-
nalmente y debido a que el bazo está en el HI, pueden en- troesplénico está integrado por dos capas del mesenterio
contrarse dificultades. La sombra sónica de las costillas, dorsal que separa el fondo de saco en su parte posterior
gas abdominal interpuesto y el pulmón por encima pue- del fondo de saco por delante.
den enmascarar la visualización de estructuras más pro- Su peso se relaciona con la edad y sexo del paciente: nor-
fundas . Serán de gran ayuda la experiencia y cierta persis- malmente pesa unos 150 g en la autopsia (rango 80-300gy
tencia para superar estas dificultades. El bazo reduce su peso y tamaño con la edad avanzada y
se hace más pequeño en mujeres. También aumenta du-
rante la digestión y puede variar en tamaño dependiendo
del estado nutricional del cuerpo.
Entre las funciones esplénicas destaca la fagocitosis,
hematopoyesis fetal, Iinfopoyesis adulta, respuesta inmu-
El bazo emerge como una masa de células mesenquimato- ne y almacenamiento eritrocitario.
sas localizadas entre las capas del mesenterio dorsal, El bazo puede estar congénitamente ausente. Puede ser
que conecta el estómago con la superficie peritoneal pos- extirpado en diversas situaciones, como por ejemplo, a
terior por encima de la aorta (Fig. 5-1, A). Estas células consecuencia de una cirugía inadecuada. Actualmente la
mesenquimatosas se diferencian hasta formar la pulpa tendencia quirúrgica es la de preservar el bazo siempre
esplénica, el tejido conectivo de soporte, y la cápsula es- que sea posible 4 . Una persona puede vivir sin problemas
plénica. La arteria esplénica entra en el bazo primitivo y sin bazo, sin embargo, y especialmente en la infancia, la
las ramas arteriolares se ramifican a través del tejido con- respuesta inmune puede verse mermada, sobre todo en
juntivo hasta dentro de los espacios sinusoides. relación con las bacterias encapsuladas. La presentación
Cuando el estómago embrionario rota 90° en su eje lon- de sepsis fulminante postesplenectomía es un riesgo a
gitudinal, el bazo y mesenterio dorsal se arrastran hacia largo plazo y se deberá tratar con medidas preventivas
la izquierda junto con la curvatura mayor del estómago apropiadas para minimizar dicho riesgos.6 .
(Fig. 5-1, B). La base del mesenterio dorsal se fusiona con
el peritoneo posterior sobre el riñón izquierdo, dando lu-
gar al ligamento esplenorrenal. Esto explica el motivo . TÉCNICA ECOGRÁFICA
de que, aunque el bazo sea intraperitoneal, la arteria es- 129
plénica entra desde el retroperitoneo a través del liga-
mento esplenorrenal (Fig. 5-1, CJ. En la mayoría de los Todos los estudios ecográficos abdominales, al margen de
adultos, una porción de la cápsula esplénica está firme- su indicación, deben incluir al menos una proyección co-
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~ Figura 5-1 Desarrollo embriológico del bazo, Representaciones esquemáticas axiales del abdomen superior. A,
~ Embrión de 4-5 semanas. El mesenterio anterior al estómago (Mae) en el mesenterio ventral. El mesenterio ventral
se divide en dos porciones por el hígado (L) el ligamento falciforme (LF) anteriormente y el ligamento gastrohepá-
tico o epiplon menor (EM) en la parte posterior. Por detrás del estómago está el mesenterio dorsal (MD), que contiene el
bazo en desarrollo (Bd) y el páncreas (P). El mesenterio dorsal se divide en dos porciones por el bazo: el ligamento espleno-
gástrico en la parte anterior y el ligamento esplenorrenal, en la parte posterior. El páncreas (P) no es todavía retroperitoneal
y se mantiene dentro del mesenterio dorsal. Ao, aorta; RO, riñón derecho; RI, riñón izquierdo. B, Embrión de 8 semanas. El
estómago rota en sentido contrario a las agujas del reloj y desplaza al hígado a la derecha y al bazo a la izquierda. La porción
del mesenterio dorsal, que contiene al páncreas, vasos esplénicos y bazo, comienza a fusionarse con la superficie del retro-
peritoneo anterior, dando lugar a ligamento esplenogástrico y la «zona nuda" del bazo. Si la fusión es incompleta, el bazo se
fijará al retroperitoneo solamente por un mesenterio largo, dando lugar a un bazo móvil o errante. e, Neonato. La fusión del
mesenterio dorsal es ahora total. El páncreas ahora es completamente retroperitoneal y una porción del bazo se ha fusionado
con el retroperitoneo. Obsérvese la estrecha relación entre la cola del páncreas y el hilio
____ esplénico.
_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _- - J
ronal del bazo y del polo superior renal izquierdo. El nuciosa en el plano coronal de sección es muy precisa
abordaje más habitual y fácil para visualizar el bazo es para excluir lesiones intra- y periesplénicas y para docu-
mantener al paciente en posición supina y colocar el mentar el tamaño aproximado del bazo. o
transductor en los espacios intercostales izquierdos infe- Si se detecta una alteración dentro o alrededor del bazo, N
(ti
riores. El paciente puede explorarse entonces con varios deberá recurrirse a otros planos. Un plano oblicuo de al
grados de inspiración para maximizar la ventana del bazo. sección junto al espacio intercostal puede evitar las som- 10
Una inspiración profunda introduce aire en el pulmón en bras acústicas de las costillas (Fig. 5-3). En algunos pa- o
el ángulo costofrénico y puede enmascarar la visualiza- cientes con espacios intercostales estrechos el barrido '3
~

ción. Una inspiración poco profunda deprime la porción intercostal puede ser difícil. El plano transversal desde
c.
ca
(.)
central del hemidiafragma izquierdo y también al bazo de un abordaje lateral, normalmente intercostal, puede ayu-
forma que pueda visualizarse. La sección del plano debe dar a localizar una lesión dentro del bazo anterior o pos-
desplazarse hacia delante y atrás para ver todo el volu- terior. A este respecto y especialmente para los que se
men del bazo. En nuestra experiencia una exploración mi- inicien en la técnica, debe resaltarse que el ápex de la ima-

W Figura 5-2 Zona nuda del bazo. Variabilidad en las relaciones del bazo con la superficie del retroperitoneo ante- 131
~ rior que se aprecia en pacientes con ascitis. A, Este bazo carece de zona nuda y el ligamento esplenorrenal (fle-
cha) está delimitado en ambos lados por el líquido ascítico. B, Parte del polo inferior del bazo se ha fusionado por
detrás. e, Polo inferior fusionado con el retroperitoneo (flechas). D, Gran parte del bazo de este paciente se fusiona por
detrás. Obsérvese la relación del bazo con el riñón izquierdo (K).
(U
e
E
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.Q
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...
(U
C)
o
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w ..., Figura 5-3 Importancia del plano de barrido. A, Exploración en el plano coronal que muestra parte del bazo
=c:
'0
~ enmascarado por interposición de aire del pulmón. B, Visualización mejorada del bazo en el barrido oblicuo alinea-
do con el 10.° espacio intercostal.
'C:;
u
Q)
ti)

gen sectorial siempre se coloca en la parte alta de la panta- alrededor del bazo o un derrame pleural izquierdo, se po-
lla. Sin embargo, en la imagen transversa intercostal late- drá ver mejor el bazo desde un abordaje anterolateral.
ral izquierda, la parte alta de la pantalla (vértice del Con frecuencia es mejor que rote el paciente hasta 45° so-
sector) será realmente la parte izquierda del paciente; la bre el lado derecho, de forma que se pueda ver mejor el
parte derecha de la imagen sectorial será posterior y el bazo a partir de un abordaje más posterior.
lado izquierdo de la imagen anterior. Para visualiZar la En general, se utilizan los mismos transductores curvilí-
imagen de forma adecuada, el médico tendría que rotarla neos y parámetros para el bazo que para otros órganos
90° en sentido horario. intraabdominales. Se puede utilizar un transductor de al-
Cuando el bazo no está agrandado, ni rodeado por una ta frecuencia para mayor detalle. Las modalidades avan-
masa grande, el barrido desde una posición anterior (co- zadas de imagen como la ecografía armónica y de combi-
mo si se tratara del hígado), no es útil por la interposición nación se utilizan para mejorar la calidad de imagen y
de gas dentro del estómago y la flexura esplénica del co- detectar lesiones pequeñas.
lon. Sin embargo, si el paciente tiene un bazo o hígado re- La utilización de ultrasonidos realzados con contraste
lativamente grande, podrá visualizarse desde un abordaje (CEUS) se ha extendido tanto para su uso en investigación
anterior (Fig. 5-4). Si existe líquido intraperitoneallibre como para aplicaciones clínicas. Existen múltiples publi-

132
..., Figura 5-4 Esplenomegalia. A, Proyección transversa y B, coronal de campo ampliado (campo de visión exten-
~ dida) (Siescape) , imágenes que muestran un marcado crecimiento del bazo $ ; L, hígado.
caciones recientes sobre el CEUS en el bazo y para carac- nicas para medir mediante planimetría secciones seria-
terizar las lesiones esplénicas 7,8, Sin embargo, su papel en das del bazo y entonces computar el volumen del bazo
la práctica general está aún por determinar. añadiendo valores a cada sección9 . Sin embargo, estas téc- o
nicas son complejas y poco populares. El método que más N
m
se utiliza es el tamaño «a ojo» del bazo (Fig. 5-6, ver ade- al
más Fig. 5-4). Por desgracia, este método de valoración It)

requiere bastante más experiencia que la necesaria para o


'3
otras técnicas de imagen y es relativamente imprecisa. Va- :'.:
a.
El perfil del bazo nor mal es variable. El bazo está formado rios autores han utilizado diferentes métodos para medir ro
por dos componentes que se unen en el hilio: un compo- el tamaño esplénico. La longitud del bazo medida en una
o
nente superomedial y otro inferomedial. Más craneal, en proyección coronal u oblicua que incluya al hilio es la más
el barrido transversal, el bazo tiene habitualmente grasa, aceptadalo,ll (Fig, 5-7). Esta proyección se puede obtener
con un perfil en «coma invertida», con un componente del- durante una inspiración profunda o en respiración en re-
gado que se extiende hacia delante y otro componente que poso. Lo importante es que este método se correlaciona
se extiende medialmente, tanto craneal como adyacente al bien con el volumen esplénico, especialmente cuando se
polo superior del riñón izquierdo. Respecto a este segundo realiza con el paciente en decúbito lateral derecho
componente (superomedial) se puede apreciar su impron- (DLD)ll.
ta sobre el fundus gástrico en las radiografías simples de Múltiples estudios han intentado establecer nomogra-
abdomen o en estudios con bario. Cuando el barrido se des- mas del tamaño esplénico. En un estudio sobre 703 adul-
plaza en dirección caudal, solamente se verá el componente tos normales, la longitud del bazo fue menor de 11 cm y
inferior del bazo. Este componente (inferolateral) puede la anchura menor de 7 cm y su grosor menor de 5 cm en
delimitarse como un borde delgado de grasa por debajo de el 95% de los pacientes l2. Rosenberg y cols. lO determina-
la flexura esplénica, igual que la observada en la radiografía ron un límite superior para el bazo normal de 12 cm en
simple. Puede extenderse caudal al margen costal y mani- niños y de 13 cm en muchachos (~15 años). Hosey y cols,u
festarse clínicamente como un borde esplénico palpable. comprobaron una longitud esplénica media de 10,65 cm.
Sin embargo, cada uno de los componentes, supero medial En este estudio los hombres también tenían un bazo ma-
o inferomedial, puede crecer de forma independiente, sin yor que las mujeres. Spielmann y cols.l4 mostraron que la
crecimiento del otro componente. longitud del bazo se correlaci9naba con la altura y deter-
Es importante reconocer las estructuras normales minaron nomogramas para atletas altos y sanos. En muje-
que se relacionan con el bazo. El diafragma abraza al ba- res más altas de 168 cm, la longitud esplénica medida fue
zo por detrás, por encima y lateralmente. El lóbulo iz- de 10 cm y aumentaba 0,1 cm por cada pulgada de incre-
quierdo hepático se extiende dentro del cuadrante supe- mento en la altura. En hombres más altos de los 180 cm, la
rior izquierdo y lateral al bazo (Fig. 5-5). El fundus longitud esplénica aumentaba 0,2 cm por cada pulgada de
gástrico y fondo de saco menor son mediales y anteriores aumento en la altura. Los límites superiores de los bazos
al hilio esplénico. El fundus gástrico puede contener gas normales fueron de 14 cm para las mujeres de 198 cm de
o líquido, que puede confundirse con una colección líqui - altura y de 16,3 cm para hombres de 213 cm de altura. Por
da. La cola del páncreas queda detrás del estómago y fon- último, a diferencia de la altura del paciente, Kaneko y
do de saco menor y se acerca al hilio esplénico, estrecha- cols. 5 no encontraron correlación entre el volumen esplé-
mente relacionado con la arteria y vena esplénica. En nico y el peso o superficie corporal del paciente.
consecuencia, el bazo puede utilizarse como «ventana»
para evaluar la zona de la cola del páncreas. El riñón iz-
quierdo generalmente es caudal y medial al bazo. Una SITUACIONES PATOLÓGICAS '.
referencia útil para identificar el bazo e hilio esplénico es
la vena esplénica, que generahnente se puede identifi-
car sin dificultad. Esplenomegalia
El parénquima esplénico es homogéneo. El hígado ge- El diagnóstico diferencial de la esplenomegalia es muy ex-
neralmente se considera más ecogénico que el bazo, pero tenso. Incluye infecciones (p. ej., mononucleosis, tuber-
de hecho la ecogenicidad del parénquima es mayor en el culosis, malaria), trastornos hematológicos (mielofi-
bazo que en el hígado. Utilizando una presentación de do- broide, linfoma, leucemia), congestión (hipertensión
ble imagen se pueden comparar ambas ecogenicidades. portal, trombosis portaljesplénica, insuficiencia cardiaca
La impresión de que el hígado tiene una mayor ecogenici- congestiva), inflamación (sarcoidosis), neoplasia (he-
dad se debe a un mayor número de vasos reflectantes. mangioma, metástasis) e infiltración (p. ej., enfermedad
Al igual que con las mediciones de otras estructuras, es de Gaucher)16 (Tabla 5-1) .
útil obtener medidas que determinen los límites superio- La frecuencia y etiología de la esplenomegalia varía en-
res de la normalidad. El tamaño del bazo normal depende tre países desarrollados y en vías de desarrollo e incuso
del sexo, edad y altura corporal. El rango de normalidad del entre hospitales de la misma región l7. La ecografía es muy
bazo adulto, junto con su complejo perfil tridimensional, útil para determinar el grado de agradamiento. En casos 133
hacen que sea difícil establecer un rango normal para las límite de esplenomegalia, sin embargo, el diagnóstico
exploraciones ecográficas. Lo ideal es que el médico eva- puede ser muy difícil. Se aportan unas dimensiones útiles
lúe el volumen o peso esplénico. Se han desarrollado téc- en la sección previa (ver Figs. 5-6 y 5-7).
=c:
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(,)
C1l
en

~ Figura 5-5 Relación del bazo con estructuras vecinas. El lóbulo hepático izquierdo se extiende por el hipocon-
~ drio izquierdo del bazo. Ecografías A, coronal , y B, transversal que muestran un lóbulo hepático izquierdo por
encima del bazo. El hígado es hipoecoico comparado con el bazo. e y D, El hígado se extiende sobre el bazo en
otro paciente con hígado graso. e, Ecografía transversa que muestra un hígado ecogénico y un bazo relativamente hi-
poecoico. D, Te axial donde se aprecia un lóbulo hepático derecho que envuelve al bazo.

134
~ Figura 5-6 Esplenomegalia en dos pacientes. A, Ecografía en plano coronal que muestra un bazo aumentado
~ con márgenes que rebasan el formato del sector. Porción media enmascarada por la sombra de una costilla. Ao,
aorta. B, Ecogenicidad aumentada de un bazo aumentado.
galia (Fig. 5-8); las lesiones focales, afectación multiorgá-
Sección longitudinal
nica y linfadenopatía indicarían un linfoma.
Sin embargo, en muchos pacientes, exhaustivos estu- o
dios radiológicos y de laboratorio fallan a la hora de llegar N
ctI
al diagnóstico, En estos casos de esplenomegalia «aisla- ce
da», los riesgos de una enfermedad grave subyacente de- 10
ben evaluarse frente a los riesgos de técnicas más invasi- o
vas, como una biopsia esplénica o la esplenectomía 16 , En "3
~
C.
casos seleccionados, la biopsia guiada mediante ultraso- lO
O
nidos de alteraciones focales puede ser útil para llegar al
diagnóstico, con una tasa de complicaciones aceptable y
una elevada precisión 20 ,
Las complicaciones de la esplenomegalia son el hiper-
esplenismo y la rotura esplénica espontánea, La rotura
espontánea se produce habitualmente en pacientes con
esplenomegalia después de un traumatismo mínimo o
eventos insignificantes como la tos 21 ,

Causas de esplenomegalia

W Figura 5-7 Medición del bazo. El diagrama Esplenomegalia Esplenomegalia masiva


~ muestra el abordaje ecográfico para medir la lon- «18 cm) (>18 cm)
gitud y anchura del bazo. La mejor forma de cuan-
tificar el tamaño esplénico es obteniendo una proyección HEMATOLÓGlCAS
Defectos de membrana de los Talasemia mayor
coronal que incluya el hilio. (De Lamb PM, Lund A, Kanaga-
hematíes
sabay RR, y co/s. Sp/een size: how well do linear u/trasound
Hemoglobinopatías
measurements corre/ate with three dimensiona/ CT vo/ume
Anemias hemolíticas
assessments? Br J Radio/ 2002; 75:573-577.) autoinmunes

REUMATOLÓGICAS
Artritis reumatoide
Lupus eritematoso diseminado
El bazo es capaz de crecer hasta alcanzar un tamaño Sarcoidosis
enorme. Puede extenderse caudalmente hasta la fosa ilía- INFECCIOSAS
ca izquierda y puede atravesar la línea media y parecer Virus Leishmaniasis visceral
una masa inferior al lóbulo hepático izquierdo en la sec- Bacteria Síndrome malárico
ción longitudinal. El grado de esplenomegalia no es, en Micobacteria hiperreactivo con
general, una herramienta fiable para realizar un diagnós- Hongos esplenomegalia
Parásitos Complejo Micobacterium avium
tico diferencial preciso. El diagnóstico diferencial de la
esplenomegalia masiva, definida como un bazo mayor CONGESTIVA
de 18 cm, es menos extenso y abarca trastornos hemato- Cirrosis hepática
Trombosis venosa (hepática,
lógicos e infecciones 18 (Tabla 5-1). La evaluación ecográfi- portal, esplénica)
ca de la arquitectura esplénica se utiliza para distinguir Insuficiencia cardiaca
entre)esiones focales (aisladas o múltiples) que ocasio- congestiva
nan la esplenomegalia y la esplenomegalia difusa. INFILTRATIVA
El hallazgo más frecuente es la hipertrofia difusa y en Linfomas Linfomas
estos pacientes, la imagen habitualmente no es útil para Neoplasias mieloproliferativas Neoplasias mieloproliferativas
llegar a un diagnóstico específico. Cuando el bazo aumen- Cáncer metastásico Enfermedad de Gaucher
ta de tamaño puede ser más ecogénico, pero los médicos Amiloidosis
Enfermedad de Gaucher
no podrán distinguir entre los distintos tipos de esplenome- Enfermedad de Niemann-Pick
galia sobre la base de dicha ecogenicidad (ver Fig. 5-6, B). Enfermedades de depósito de
En estudios experimentales se ha intentado cuantificar el glucógeno
grado de fibrosis en el hígado y bazo mediante las caracte- Síndrome hemofagocítico
rísticas de la textura ecográfica, pero no se han estableci- Histiocitoma de células de
Langerhans
do aplicaciones clínicas hasta la fecha 19 . 135
Los signos clínicos y radiológicos pueden ser útiles para Datos de Pozo Al , Godfrey EM , Bowles KM, Splenomegaly: investigation,
diagnosis and management. Blood Rev 2009 ; 23:105- 111 ; Y Abramson JS,
realizar el diagnóstico diferencial. La hepatopatía y la evi- Chatterji M, Rahemtullah A. Case reeords of Massaehusetts General Hospi-
dencia de colaterales venoportales permiten diagnosticar tal. Case 39-2008. A 51 year old woman with splenomegaly and anemia. N
Eng J Med, 2008, Dee 18;359:2707-2718.
una hipertensión portal como la causa de la esplenome-
Alteraciones focales futuro 23. Finalmente puede ser necesaria la biopsia percu-
Los ultrasonidos son extremadamente útiles para detec- tánea o la esplenectomía para un diagnó stico definitivo.
tar y caracterizar lesiones esplénicas focales. Sin embar-
go, y debido al solapamiento en el aspecto de las lesiones Quistes esplénicos
esplénicas, con frecuencia no es posible llegar a un diag- Los quistes esplénicos, como los quistes de cualquier otro
nóstico específico basado solamente en los hallazgos eco- sitio, son lesiones hipoecoicas con un realce acústico pos-
gráficos. La lesión esplénica puede ser solitaria o múltiple. terior. Los quistes simples son redondos u ovalados de
Las lesiones focales pueden ser quísticas, quísticas com- perfil y tienen una pared fina y bien delimitada. Los quis-
plejas o sólidas. Además las lesiones pueden clasificarse tes complejos no cumplen estos criterios y pueden pre-
según su tamaño en masas microoodulares «1 cm), 00- sentar tabicaciones, paredes gruesas, calcificación, com-
dulares (1 -3 cm) o focales (>3 cm)22. El conocimiento de ponentes sólidos o ecos interiores.
la historia clínica previa, presentación clínica y los hallaz- En ocasiones, los quistes pueden crecer hasta alcanzar
gos ecográficos serán necesarios para elaborar un diag- grandes tamaños, siendo de predominio exofítico. En tal
nóstico diferencial apropiado y plantear el tratamiento caso puede ser difícil apreciar su origen (Fig. 5-9).

=
t:
'o
'0
oQ)
ti)

~ Figura 5-8 Varices. A, Escala de grises en plano coronal y S, Doppler potencia que muestran esplenomegalia y
~ varices tortuosas mediales al bazo. e y D Varices mediales e inferiores al bazo debido a shunt esplenorrenal.
o
N
ca
al
LO
o
'3
~
c.
ca
(J

'-J Figura 5-9 Quiste primario congénito (epider-


~ moide). A, Imagen coronal extendida, campo de
visión extendido (Si escape) en la que se aprecia
una lesión quística grande de 11 cm que contiene material
heterogéneo en un paciente asintomático. Se observa el
borde pequeño del bazo caudal y lateral al quiste. B, Imagen
transversal de ultrasonidos ampliada que muestra ecos in-
teriores por cristales de colesterol y detritus simulando una
lesión sólida. e, Te después del contraste intravenoso que
demuestra un gran quiste que hace impronta sobre el estó-
mago.

Las lesiones quísticas esplénicas más habituales son los epidermoides esplénicos típicos son lesiones anecoicas,
quistes congénitos primarios y los quistes hidatídicos. En- bien delimitadas y de pared fina y no cambian con el tiem-
tre las lesiones quísticas raras destacan los pseudoquistes po (Fig. 5-10, A). Los pseudoquistes, o también llamados
pancreáticos, linfangiomas, hemangiomas, peliosis, ha mar- falsos quistes, no tienen cubierta celular y probablemente
tomas, angiosarcomas y metástasis quísticas 24 • Otras lesio- se deban a trauma, infección o infarto 27 • Estos quistes con
nes que pueden simular quistes en los ultrasonidos son los frecuencia son complejos, con calcificaciones en la pared y
abscesos, linfoma, metástasis necróticas y hematomas 2s • ecos interiores (Fig. 5-10, B). Sin embargo, la diferenciación
En el mundo desarrollado la mayoría de los quistes es- entre ambos tipos de quistes no suele ser posible porque exis-
plénicos son hallazgos casuales que cursan sin síntomas y te un considerable grado de solapamiento entre las imáge-
se descubren en estudios de rutina y generalmente son nes y el estudio anatomopatológico (Fig. 5-10, C). Además,
quistes congénitos o pseudoquistes. Estos quistes pueden pocas veces puede establecerse el antecedente de un trau-
cursar con síntomas cuando son grandes o cuando se pre- ma o infección importante en el caso de los pseudoquistes.
sentan con complicaciones como una hemorragia interna, Ambos tipos de quistes pueden ser complejos, con calcifi-
infección o rotura. caciones en la pared o ecogenicidad aumentada del líquido
Los quistes congénitos primarios, también llamados ocasionada por cristales colesterol, restos inflamatorios o
quistes epidermoides, se caracterizan por la existencia de hemorragia (Fig. 5-11; ver además Fig. 5-9). 137
un revestimiento endotelial a la exploración anatomopato- Enfermedad hidatídica (o equinococócica) es la cau-
lógica 26 • A pesar de proceder de restos embrionarios de las sa más frecuente de quistes esplénicos en zonas endémi-
células mesenquimatosas primitivas del bazo, los quistes cas. La afectación esplénica aislada, sin incluir el hígado y
peritoneo, es rara 30 . El aspecto del quiste hidatídico de-
pende del estadio de la enfermedad y varía entre simple o TIPOS DE QUISTES ESPLÉNICOS
complejo, con o sin quistes hijos (Fig. 5-12). Se llega al • Quistes congénitos
diagnóstico combinando una historia clínica apropiada, • Pseudoquistes
perfil demográfico, pruebas serológicas y aspectos en la • Hidatídicos (equinococo)
imagen 31,32 , La aspiración con aguja percutánea puede ser
• Pseudoquistes pancreáticos
diagnóstica, siempre que el patólogo esté advertido sobre
• Quistes de cubierta endotelial
la eventual presencia de escólex.
Los pseudoquistes debidos a pancreatitis en el bazo, o Linfangiomas
próximos, se diagnostican habitualmente por signos aso- Hemangiomas quísticos
ciados a la pancreatitis 33 . La peliosis es muy rara y se ca- • Peliosis
ra racteriza por múltiples espacios rellenos de sangre, algu- • Metástasis quísticas*
e nas veces afectando a todo el baz0 34 . En la ecografía estas • Abscesos*
E lesiones parecen múltiples lesiones hipoecoicas mal defi- • Hematoma*
o
'O nidas. Las lesiones pueden ser hiperecoicas cuando exista
.o *No son quistes verdaderos
ra trombosis.
ra Los quistes de cubierta endotelial pueden ser Iinfan-
=
ra
~
C)
giomas y hemangiomas quísticos 35,36. Los linfangiomas se
han descrito como quistes múltiples de tamaño diverso, carcinomas de ovario o de colon. En ocasiones una necrosis
o
o que oscila entre pocos milímetros y varios centímetros y de la metástasis puede simular una lesión quística.
w están divididos por septos delgados 37 • Se han referido he- Las causas más habituales de absceso esplénico son la
=c:
'o
mangiomas con espacios quísticos de tamaño variable.
Las metástasis quísticas del bazo se observan habitual-
endocarditis, septicemia y trauma 38 • Los abscesos pióge-
nos de bazo pueden tener un aspecto similar a los quistes
'0 mente en pacientes con metástasis diseminadas, como los simples, pero habitualmente se llega al diagnóstico con el
(,)
(1)
en

f¡¡¡J Figura 5-10 Quistes esplénicos en tres pacientes. A,


~ Quiste congénito primario. Imagen coronal de un quiste
pequeño simple de 1,5 cm. B, Pseudoquiste grande, de 12
cm, complejo, después de un trauma previo sobre el hipocondrio
izquierdo. e, Dos quistes incidentales en una mujer asintomática.
Un quiste de 5 cm con bordes irregulares y un quiste simple de 6 cm
en la parte inferior del bazo. Tanto los quistes congénitos como los
pseudoquistes pueden mostrar este mismo aspecto.
apoyo de los hallazgos clínicos. La presencia de gas indica Cuando los nódulos o granulomas curan, pueden calcifi-
una causa infecciosa. El gas puede ser un signo ambiguo carse y mostrarse como lesiones ecogénicas pequeñas,
cuando solamente se aprecie un único foco pequeño, cur- cicatriciales, poco aparentes y claras con sombra poste- o
vilíneo o puntiforme. La existencia de un artefacto de re- rior en un bazo por lo demás normal (Fig. 5-17). Esta será N
('ti
verberación (sombreado sucio) indica la presencia de gas probablemente la forma más habitual de detectar lesio- al
(Fig. 5-13). Sin embargo, los hallazgos ecográficos de un nes no dulares esplénicas. Las calcificaciones de la arteria It)
absceso piógeno son variables y en casos concretos la as- esplénica también son frecuentes y no deben confundirse o
'3
piración será necesaria para el diagnóstic0 39 • El drenaje con un granuloma (Fig. 5-18) ~
Q.
mediante catéter percutáneo es una opción segura que Los microabscesos se observan habitualmente en pa- ro
O
puede ser terapéuticamente exitosa 40 • cientes inmunocomprometidos con infecciones genera-
lizadas. Normalmente c'oexisten en hígado y bazo y son
Lesiones nodulares esplénicas de aspecto similar. Los microabscesos normalmente se
Las lesiones nodulares son con frecuencia múltiples y manifiestan como múltiples nódulos hipo ecoicos (Fig.
pueden subdividirse en micronodulares «1 cm) y nodu- 5-19, A). En la candidiasis hepatoesplénica los patro-
lares (1-3 cm). Si existen nódulos esplénicos en un pacien- nes ecográficos más habituales son los nódulos hi-
te con diagnóstico conocido de Iinfoma, tuberculosis o poecoicos y los focos hiperecoicos de 2-5 mm de tama-
sarcoidosis, estos nód ulos probablemente se deban a la ño, ocasionalmente con calcificación central. Se han
misma enfermedad. Sin embargo, cuando no se haya esta- descrito otros dos patrones ecográficos: el aspecto de la
blecido el diagnóstico y los nódulos son un hallazgo aisla- rueda dentro de la rueda; se cree que la «rueda » hi-
do, pocas veces se podrá concretar el diagnóstico con el poecoica externa se debe a un anillo fibroso que rodea
uso exclusivo de estos signos de imagen. Las etiologías la «rueda» ecogénica interior de células inflamatorias y
más habituales de los nódulos esplénicos son la infección una zona central hipo ecoica necrótica 4 4 • El aspecto en
(micobacteria, histoplasmosis), sarcoidosis y neoplasias ojo de toro se debe a células inflamatorias ecogénicas
(linfoma, metástasis). Otras causas menos frecuentes de en el centro rodeado de un borde externo fibrótico hi-
lesiones nodulares con imágenes parecidas son los cuer- poecoic0 4 5 (Fig. 5-19, B).
pos de Gamna-Gandy, Pneumocystis jiroveci (antes llama- Ellinfoma y la enfermedad metastásica también pue-
do P carinii) y la enfermedad por arañazo de gat0 4 1-43 . den manifestarse con un patrón difuso nodular y peque-
La tuberculosis activa que afecta al bazo se observa ha- ño, especialmente los Iinfomas de Hodgkin y no-Hodgkin
bitualmente en la diseminación miliar y en infecciones de bajo grado (ver Fig. 5-20, A).
por micobacterias atípicas. Los hallazgos típicos ecográfi-
cos son múltiples nódulos hipoecoicos de 0,2 a 1 cm de Lesiones esplénicas sólidas focales
tamaño (Fig. 5-14). En ocasiones los nódulos son hipere- Neoplasias. El bazo suele verse afectado con frecuencia
coicos o presentan lesiones mayores de escaso eco o quísti- en pacientes con linfoma. Los pacientes con afectación
cas debidas a abscesos tuberculosos (Figs. 5-15 y 15-16). Iinfomatosa del bazo suelen presentar además Iinfadeno-

139
...,
Figura 5-11 Quiste esplénico calcificado. A, Imagen ecográfica coronal. Obsérvese la sombra por la pared
~ próxima. B, Te sin contraste que muestra la calcificación de pared. Quistes congénitos, pseudoquistes y quistes
hidatídicos «quemados» pueden presentar un aspecto similar.
patía abdominal con síntomas constitucionales. En la en- con la consiguiente licuefacción, las lesiones pueden ma-
fermedad de Hodgkin, se observa aumento del tamaño nifestarse como quistes anecoicos o simular abscesos 48 •
esplénico en el 30% -40 % de los casos, pero en un tercio Las lesiones hiperecoicas son raras.
de dichos pacientes no existe afectación linfomatosa del Las neoplasias primarias son los linfomas primarios, el
bazo en el estudio anatomopatológico. Igualmente, y al angiosarcoma y el hemangiopericitoma. Ellinfoma aisla-
contrario, un tercio de los pacientes con enfermedad de do (primario) del bazo es raro y se encuentra en menos
Hodgkin y afectación esplénica tienen un bazo de tamaño del 1 % de los pacientes con linfoma. Habitualmente se de-
normal. En ellinfoma no-Hodgkin el bazo se afecta en el be a una enfermedad de Hodgkin 46 . El angiosarcoma es
40% de los pacientes durante el curso de la enfermedad. una neoplasia vascular maligna primari a rara en el bazo
Se ha n descrito cuatro tipos de afectación linfomatosa con un pronóstico muy malo. Los signos ecográficos son
del baz0 47, que se corresponden con los siguientes hallaz- una o varias masas complejas y de ecoestructura hetero-
gos patológicos: 1) afectación difusa, habitualmente un génea (Fig. 5-21). Puede apreciarse un aumento del flujo
bazo aumentado con ecoestructura normal o parches no Doppler en los componentes sólidos del tumor49 •SO • El he-
homogéneos; 2) lesiones nodulares hipoecoicas focales mangiopericitoma es un tumor muy raro que puede apa-
pequeñas «3 cm) ; 3) lesiones nodulares grandes (>3 cm), recer en el bazo con un potencial variable de maligniza-
y 4) masas sólidas abollonadas (Fig. 5-20). Las lesiones ción. En la ecografía se manifiesta como una masa
focales dellinfoma son habitualmente hipo ecoicas e hipo- hipoecoica vascularizada y distinta del parénquima esplé-
vasculares 2s . En ocasiones, después de la necrosis central nico circundante 34 .

=e
'o
'uo
Q)
en

..., Figura 5-12 Quistes hidatídicos. A, Imagen


~ ecográfica transversa en la que se aprecian
quistes hijos rellenando el quiste madre en un
paciente con afectación hepatoesplénica activa. e y e,
Otro paciente con antecedente de enfermedad hidatídi-
ca. e, Imagen coronal que muestra densas calcificacio-
nes en la pared próxima ocasionando extensa sombra.
e, Te sin contraste del bazo con una pared bien delimi-
tada y calcificaciones redondeadas compatibles con
quistes calcificados.
o
N
ctI
al
U')
o
"5
~
Q.
cu
O

e ..., Figura 5-13 Absceso esplénico. A, Ecografía co-


ronal que muestra colección de gas con una «som-
bra sucia" (cabeza de flecha). B, Te confirmatoria
que demuestra la presencia de gas y líquido dentro del ba-
zo. e, Absceso por staphylococcus aureus meticilin-resis-
tente (SAMR) en otro paciente con endocarditis y émbolo
séptico que muestra una estructura quística compleja.

í
raras. Las metástasis son relativamente frecuentes en el
I CAUSAS DE NÓDULOS ES LÉN~ melanoma maligno, pero pueden observarse en cual-
INFECCIOSAS ~' ~ quier enfermedad metastásica, como en el carcinoma de
• Tuberculosis/ complejo Micdbacterium -;;~Ül~ pulmón, mama, ovario, estómago, colon y en el sarcoma
de Kaposi 52. Las metástasis habitualmente son hipoecoi-
intracelullare
cas, pero pueden ser ecogénicas, heterogéneas o incluso
• Absceso piógeno quísticas (Fig. 5-22).
• Histoplasmosis Lesiones benignas. El hemangioma es el tumor benig-
• Cándida abscesos no más frecuente de bazo, con una incidencia que oscila
• Enfermedad por arañazo de gato entre el 0,3%-14% en series de autopsias 53 . Los hemangio-
• Pneumocystis jiroveci mas habitualmente son un fenómeno aislado, pero también
(antes neumonía por P carinii) pueden formar parte de una patología extendida, como la
hemangiomatosis de Klippel-Trenaunay-Weber 54.55 . Las le-
INFLAMATORIA
siones suelen tener un aspecto ecogénico bien delimitado
• Sarcoidosis similar al aspecto típico de los hemangiomas hepáticos, pe-
NEOPLASIA ro en el bazo se observa esta presentación con mucho me-
• Linfoma nos frecuencia que en el hígado (Fig. 5-23). También se han
descrito lesiones de ecogenicidad mixta, con espacios quís-
• Metástasis
ticos de variable tamaño y focos de calcificación 35.53.
OTROS El resto de los tumores benignos del bazo son raros e in-
• Cuerpos Gamna-Gandy cluyen hamartomas, angiomas de células litorales, trans-
• Enfermedad de Gaucher formación nodular angiomatoide esclerosante (SANT) y el
pseudotumor inflamatorio. Los hamartomas están habi-
tualmente bien delimitados, son homogéneos e isoecoicos
o ligeramente hipo/hiperecoicos 56 (Fig. 5-24). Los hamar-
Las metástasis en el bazo son relativamente raras y ge- tomas pueden contener áreas quísticas o calcificaciones 141
neralmente se producen como un fenómeno tardío. Se ob- burdas y en ocasiones demuestran una vascularidad au-
servan habitualmente en pacientes con diseminación de mentada en la imagen con Doppler57. El aspecto ecográfico
la enfermedad metastásica, más que como forma de pre- del angioma de células litorales es variable y se han des-
sentación 51• Las metástasis aisladas en el bazo son muy crito lesiones focales hipo/hiperecoicas, así como patrones
=r::
'o
'(3
(J
Q)
t/J

~ Figura 5-14 Tuberculosis en dos pacientes (TB), A, Ecografía coronal que muestra granulomas calcificados con
~ sombra en la cara superior del bazo y lesiones de escaso eco (cabezas de flecha) en la porción media, con secuen-
cia de una tuberculosis reactivada. Imagen de campo de visión extendida (Siescape) B, transversal y e, coronal de
un paciente joven con SIDA y T8 miliar activa. Se aprecian numerosos nódulos hipoecoicos pequeños en todo el bazo, que
está agrandado .

42
~ Figura 5-15 Tuberculosis miliar del bazo, Imagen A, Coronal y B, dispositivo lineal de alta resolución que mues-
~ tra múltiples focos delgados de granulomas tuberculosos. Se trata de una T8 activa.
o
N
nJ
al

fItJ Figura 5-16 Tuberculosis atípica en el bazo de


~ un paciente con SIDA. Focos pequeños ecogéni-
cos por todo el bazo. También se identifican focos fItJ Figura 5-18 Calcificaciones. Arteria esplénica
aislados en hígado y riñones. Repetidas biopsias en varios ~ central calcificada en un paciente en diálisis peri-
puntos confirmaron que se trataba de granulomas de Mi- toneal.
cobacterium avium intracellulare. La neumonía por Pneu-
mocystis jiroveci (antes P cariniJ), puede presentarse de
este modo.
masa en la ecografía. Si se observa una lesión típica peri-
férica, de perfil en cuña e hipo ecoica la primera opción
deberá ser el infarto esplénic0 60.61 . (Figs. 5-26 y 5-27). Sin
difusos moteados sin lesiones apreciables 34 •s8 (Fig. 5-25). embargo, el aspecto ecográfico de los infartos esplénicos
La transformación nodular angiomatoide esclerosante varía y puede apreciarse en forma de cambios multino-
(TNAE) es una lesión vascular benigna que se ha descrito dulares o con forma de masa con bordes irregulares 62 . La
recientemente en el bazo. Es muy limitada la información evolución temporal del aspecto en ultrasonidos del infar-
respecto al aspecto de esta lesión esplénica. Los pseudotu- to esplénico ha demostrado que la ecogenicidad de la le-
mores inflamatorios normalmente se manifiestan como sión se debe a la edad de infarto. Los infartos son hi-
masas hipoecoicas bien delimitadas s9 • poecoicos, o sin ecos, en estadios tempranos, y progresan
El infarto esplénico es una de las causas mas frecuen- a lesiones hipoecoicas cuando se desarrolla la fibrosis
tes de lesiones focales esplénicas y puede simular una con el paso del tiemp0 63.64.

143
fItJ Figura 5-17 Granulomas calcificados en pacientes con sarcoidosis. A, Múltiples focos claros pequeños a lo
~ largo del bazo, alguno de ellos con sombra posterior. B, Te después de contraste i.v. que muestra múltiples calci-
ficaciones parenquimatosas por todo el bazo.
ro
(.)
'o
'ro
...>-o
~

ro
(.)
'S:
:Q)
a.
(ij
c:
E
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'O
.o
ro

-ro
,-
~
C)
o(.)
. fttJ Figura 5-19 Microabscesos en dos pacientes, A, Ultrasonidos con un transductor lineal de alta frecuencia con
~ el que se aprecian múltiples microabscesos mal definidos en un paciente con sepsis por Klebsiella. B, Abscesos
por Gandida en el bazo de un paciente con SIDA. Obsérvese que la lesión presenta en el centro un núcleo ecogé-
nico, típico de Gandida.
w
=e
'o
'(3
()
Q)
ti)

fttJ Figura 5-20 Patrones de linfoma en distintos pacientes, A, Numerosos nódulos pequeños que se deben a un
~ linfoma de células T en un bazo hipertrófico. B, Múltiples nódulos sólidos en pacientes con linfoma folicular. e,
Masa sólida abollonada en un paciente con linfoma no-Hodgkin. D, Gran masa mal definida debida a un linfoma
de células B que sustituye al bazo y que se extiende más allá del contorno normal. El linfoma puede afectar también al
bazo de forma difusa sin anomalías focales.
Otras alteraciones

Enfermedad de células falciformes o


La enfermedad de células falciformes afecta siempre al ba- N
ns
zo. Las complicaciones esplénicas más frecuentes son la In
autoesplenectomía, el secuestro agudo, el hiperesplenismo, It)
un infarto masivo y el absceso. En la váriante homocigóti- o
ca de la enfermedad de células falciformes, múltiples infar- "3
~

tos conducen generalmente a un bazo pequeño y fibrótico y c.


CII
la pérdida completa de su función (autoesplenectomía). O
Aunque existen tratamientos prometedores actualmente,
muchos pacientes con enfermedad homocigótica de células
falciformes serán asplénicos ya al final de la infancia y ju-
ventud precoz. Esto se acompaña de un bazo pequeño, con
frecuencia difícil de visualizar, con un aspecto de ecogenici-
dad difusa. Los pacientes con la variante heterocigótica
~ Figura 5-21 Neoplasia esplénica maligna: an- suelen presentar esplenomegalia y secuelas de infarto
~ giosarcoma. Imagen ecográfica en la que se apre- esplénic0 6s•66 • En algunos pacientes persisten zonas de teji-
cian lesiones hipoecoicas mal definidas. Otros ha- do esplénico conservado sobre un fondo de bazo por lo de-
llazgos ecográficos son una ecoestructura heterogénea,
más pequeño y fibrótico, que no deberá confundirse este
masas complejas y esplenomegalia.
aspecto con una masa o un absceso .

."", Figura 5-22 Metástasis. A, Melanoma me-


~ tastásico con múltiples lesiones ecogénicas
esplénicas (flechas). B y e , Metástasis de car-
cinoma de colon. B, Masa esplénica ecogénica hete- 145
rogénea. Se observan lesiones similares por todo el hí-
gado. e, Te después del contraste en el mismo
paciente demostrando lesiones hipodensas en bazo e
hígado compatibles con una enfermedad metastásica.
ca
c:
E
o
"C
.c
ca

-
E
ca
,-

el
o(,)
w
\J '.gur Hemangioma en dos pacientes. A, Lesión pequeña (1,4 cm) ecogénica redondeada y bien delimi-
=c: ~ tada (flecha) que es parecida a la de los típicos hemangiomas hepáticos. B, Imagen coronal con múltiples heman-
'o giomas esplénicos ecogénicos de diferentes tamaños en el bazo. Obsérvese la arteria esplénica calcificada adya-
'0
u cente a la vena.
el)
(IJ

El secuestro esplénico agudo es una complicación de Enfermedad de Gaucher


la enfermedad de células falciformes de riesgo vital que La enfermedad de Gaucher cursa con esplenomegalia casi
habitualmente se produce en párvulos y niños con la en- siempre y aproximadamente en la tercera parte de los pa-
fermedad en su variante homocigótica. Se debe al súbito cientes además se observan nódulos esplénicos. Dichos
atrapamiento de sangre dentro del bazo, que deriva en un nódulos suelen ser lesiones hipoecoicas bien delim itadas,
agrandamiento del bazo. En la ecografía el bazo es mayor pero también pueden ser irregulares, hiperecoicas o de
de lo esperado y heterogéneo con múltiples zonas hi- una ecogenicidad mixta 67•68 (Fig. 5-28) . A nivel anatomo-
poecoicas 65 . Es importante recordar que en pacientes con patológico, estos nódulos representan áreas focales con
variante homocigótica de la enfermedad de células falci- células de Gaucher asociadas a fibrosis e infarto. En raras
formes, un bazo aparentemente normal puede ser real- ocasiones se ve afectado el bazo en su conjunto, mostran-
mente una esplenomegalia. do la ecografía un bazo difusamente heterogéneo.

Cuerpos de Gamna-Gandy
Los cuerpos de Gamna-Gandy (nódulos Gamna) son nó-
MASAS ESPLÉNICAS SÓLIDAS FOCALES dulos sideróticos que se deben a infartos hemorrágicos
focales organizados, que se aprecian habitualmente en la
BENIGNAS
esplenomegalia congestiva y enfermedad de células falci-
• Hemangioma formes . Los cuerpos de Gamna-Gandy en la ecografía se
• Hamartoma visualizan como múltiples focos punteados hiperecoicos,
• Angioma de células litorales pero se aprecian mejor en la resonancia magnética (RM).
• Linfangioma
• Transformación nodular angiomatoide Trauma esplénico
esclerosante (TNAE) En bazo es la lesión visceral más frecuente en pacientes
• Pseudotumor inflamatorio con trauma cerrado de abdomen. El espectro de lesiones
esplénicas va desde la contusión al estallido esplénico. La
MALIGNAS gravedad de la lesión esplénica puede puntuarse siguien-
• Linfoma do a la American Association lar the Surgery 01 Trauma
• Metástasis (AAST) Organ lnjury Seoring Sea le (OIS)1°. Las opciones
• Angiosarcoma terapéuticas dependen de criterios clínicos y hemodiná-
• Hemangiosarcoma micos e incluyen desde medias conservadoras con o sin
embolización a la cirugía 4 •
OTRAS La ecografía puede ser de gran utilidad y muy precisa en
• Infarto el diagnóstico de lesión esplénica. Sin embargo, la tomogra-
o
N
ctI
m
10
o
"3
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C.
ctI
()

'tJ Figura 5-24 Hamartoma. Lesión ligeramente hi- 'tJ Figura 5-25 Angioma de células litorales. Le-
~ perecoica redondeada de unos 5 cm (flechas) que ~ sión ovalada bien delimitada de unos 5 cm. Se
surge de los bordes mediales del bazo. realizó la esplenectomía cuando se observó creci-
miento durante el seguimiento.

fía computarizada (TC) ha demostrado ser especialmente cavidad peritoneal se puede detectar en la pelvis o espa-
útil en esta área, ya que se evalúa mejor la gravedad de las cio de Morison, o en ocasiones puede permanecer sin pa-
lesiones hepáticas y además permite valorar otras lesiones red en el cuadrante superior izquierdo (Fig. 5-30).
abdominales asociadas en la misma exploración71 . Además, Es importante considerar el momento del estudio eco-
las lesiones vasculares esplénicas y traumáticas (p. ej., san- gráfico en relación con el traumatismo. Justo después del
grado activo, pseudoaneurisma, fístulas arteriovenosas) incidente traumático, el hematoma es líquido y puede dife-
resultan difíciles de detectar mediante ultrasonidos 72 • Sin renciarse con facilidad del parénquima esplénico. Una vez
embargo, la lesión esplénica no siempre es clínicamente
aparente y la rotura esplénica, espontánea o patológica,
se puede producir después de traumatismos o eventos in-
significantes como la tos 21 • Esto puede verse con frecuencia
en pacientes con un bazo patológicamente hipertrofiado y
con una consistencia alterada y con extensión del bazo por
debajo de la parrilla costal.
Las ventajas de los ultrasonidos es que son rápidos y
portátiles y fácilmente integrables en la resucitación de
pacientes con trauma, sin que esto suponga retraso en las
medidas terapéuticas 73 . Ad emás, si el paciente está hemo-
dinámicamente inestable, obtener una TC puede ser im-
posible 74 . Por ello, la obtención de una ecografía en el de-
partamento de urgencias después de un trauma cerrado
puede no sólo centrarse en el líquido intraabdominal, sino
también en la evaluación de órganos sólidos. Además,
ahora que se prefiere el tratamiento no quirúrgico, la eco-
grafía es útil en numerosas exploraciones de seguimiento.
Cuando se afecta el bazo en un trauma cerrado de abdo-
men, existen dos situaciones posibles. Si la cápsula está
intacta, podrá existir un hematoma intraparenquima-
toso o sub capsular (Fig. 5-29) . Si la cápsula se rompe
estaremos ante un hematoma focal o libre intraperito- 'tJ Figura 5-26 Infarto esplénico. Infarto triangular
neal. Con la rotura capsular es posible demostrar líquido ~ hipoecoico (flecha) en la cara superior del bazo y
rodeando al bazo en el cuadrante superior izquierdo. que se extiende a la cápsula esplénica. análogo a
la densidad pleural de perfil en cuña del infarto pulmonar.
Aunque la sangre con frecuencia se distribuye por toda la
m
t:
E
o
"C
.o
m
~ ft,J Figura 5-27 Infarto esplénico. A, Imagen coronal longitudinal en la que se observa una zona central hipoecoica
~ ~ bien delimitada que alcanza la cápsula esplénica medial y lateral en un paciente con esplenomegalia en diálisis
tn peritoneal. B, Te correspondiente después del contraste i.v. que demuestra la zona sin realce y perfil en cu ña, que
8 es compatible con infarto.
W

=e
'o
'0
(>
CI) que la sangre coagula y durante las siguientes 24-48 horas, cuencia no se visualiza por separado del líquido adyacen-
en la ecogenicidad del hematoma perisplénico será muy pare- te. En estos casos el perfil de la colección líquida puede
cida al del parénquima esplénico normal y simulará es ple- proporcionar un dato importante sobre la localización del
nomegalia. Después, la sangre se vuelve a licuar y el diag- hematoma. Si la colección es creciente y está bien adapta-
nóstico vuelve a ser fácil. En las lesiones esplénicas con da al contorno del bazo, el hematoma probablemente sea
frecuencia existen áreas focales de falta de homogeneidad subcapsular. La irregularidad en el perfil se observa más a
dentro del bazo, pero pueden ser sutiles (Fig. 5-31). menudo en hematomas periesplénicos.
No existe un claro consenso en la literatura sobre si el El líquido periesplénico puede persistir durante sema-
seguimiento con imagen es de ayuda o incluso necesa- nas o incluso meses después de la lesión esplénica. Aun-
ri0 75 • Si se realiza un seguimiento, el clínico debe ver el que realmente se trata de una situación exp uesta a la ro-
hematoma sub capsular distinto del hematoma pericapsu- tura diferida del bazo, es posible que todas las rupturas
lar, que está delimitado por la propia cápsula (ver Fig. esplénicas se produzcan en el mismo momento de la le-
5-29, B). La cápsula esplénica es muy delgada y con fre- sión y queden sin pared ya inicialmente 76 • La rotura diferi-
da podría ser simplemente la extensión de la sangre den-
tro de la cavidad peritoneal o hematoma periesplénico.
Además de la ruptura de la cápsula esplénica se puede
producir una lesión interna del bazo con la cápsula espléni-
ca intacta, que puede ser la causa de un hematoma intrapa-
renquimatoso o sub capsular del bazo, que inicialmente se
muestra sólo como una falta de homogeneidad en un pa-
rénquima esplénico por lo demás uniforme. Después, el he-
matoma puede resolverse y sucesivos barridos mostrarían
cambios quísticos en el lugar de la lesión inicial.
La ecografía de un hematoma periesplénico puede re-
cordar bastante a un absceso esplénico. Un hematoma
puede también infectarse y transformarse en un absceso
subfrénico izquierd0 38 . Cuando no es posible llegar al
diagnóstico clínico, la aspiración con aguja fina permitirá
diferenciar entre hematoma y absceso.

ANOMALíAS CONGÉNITAS
148
ft,J Figura 5-28 Enfermedad de Gaucher. Bazo Los bazos accesorios, también llamado, esplenúnculos,
~ agrandado que contiene un nódulo de 2 cm (Cor- son variantes normales frecuentes que se describen en
tesía de M. Maas, MO, Amsterdam.)
hasta el 30% de las autopsias. Lo habitual es que se ubi-
o
N
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m
10
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co
(J

..., Figura 5-29 Hematoma subcapsular. A, Imagen transversa que muestra un hematoma relleno de líquido y detri-
~ tus (H) en la cara lateral del bazo. B, Línea semilunar ecogénica clara y delgada (flecha) que se corresponde con la
cápsula esplénica.

quen en las proximidades del hilio esplénico y tengan una confundir con masas anormales o pueden experimentar
ecogenicidad muy similar a un bazo normal. Los esple- en raras ocasiones torsiones y ocasionar un dolor abdo-
núnculos pueden confundirse con nódulos linfáticos hi- minal agudo 77.78 . Sin embargo, la gran mayoría de los ba-
pertrofiados alrededo r del bazo o con masas en la cola del zos accesorios se reconocen con facilidad en la ecografía
páncreas. Cuando el bazo crece, los bazos accesorios cre- como masas de unos 5 cm de diámetro redondas y peque-
cen también. Se han descrito bazos accesorios ectópicos ñas con la misma ecogenicidad del bazo (Fig. 5-32). La TC,
a varios niveles, como páncreas y escroto que se suelen RM y en casos difíciles la gammagrafía con glóbulos rojos

149
..., Figura 5-30 Hematoma periesplénico. A, Imagen coronal que muestra un hematoma (flechas) lateral al bazo (S).
~ B, Te correspondiente después del contraste i.v. que muestra una laceración esplénica (flechas) y un hematoma
periesplénico grande. También se observa líquido libre en el hipocondrio derecho.
=c:
-o
'0 ft,J Figura 5-31 Laceración esplénica. A, Imagen co-
U
Q) ~ ronal en la que se aprecian áreas hipoecoicas irre-
UJ gulares y sutiles (flechas). Existe una pequeña can-
tidad de sangre (anecoica) alrededor del bazo. B y e,
Diferentes pacientes. B, Imagen longitudinal que muestra
áreas hipoecoicas ovoidales. Reconstrucción coronal de la
Te después de contraste i.v. que demuestra la laceración
esplénica y un gran hematoma periesplénico.

marcados con 99 m Te y dañados con calor permiten lle- mentos de soporte y a un mesenterio largo y móvil (ver
gar al diagnóstic0 79 • Fig. 5-1, B). El bazo móvil puede experimentar torsión, lo
El «bazo errante» (o bazo móvil) puede detectarse en que ocasiona un dolor abdominal agudo o crónico BO •B1• Si
ubicaciones inusuales y confundirse con una masa (Fig. se llega al diagnóstico de bazo errante en un paciente con
5-33). Se debe a la ausencia o extrema laxitud de los liga- dolor abdominal agudo, deberá confirmarse el diagnósti-
co de torsión mediante imagen de Doppler color, que mos-
trará la ausencia de flujo sanguíneo B2 •
Las otras dos anomalías congénitas importantes son la
asplenia y la polisplenia. Estas anomalías se comprenden si
se entienden como parte del espectro de anomalías llama-
do heterotaxia visceral. Una disposición normal de las
partes asimétricas del cuerpo se llama si tus solitus. La si-
tuación especular se llama situs inversus. Entre estos dos
extremos existe un amplio espectro de alteraciones llama-
das situs ambiguus. Las anomalías esplénicas con heterota-

ft,J Figura 5-33 Bazo itinerante. Imagen sagital ex-


Figura 5-32 Bazo accesorio. Ecografía coronal
ft,J ~ tendida (campo de visión extendida) sobre la línea
~ que muestra un bazo accesorio (esplenúnculo) media del abdomen de una mujer joven asintomá-
adyacente a la parte inferior del bazo. tica. H, hígado; B, bazo; U, útero; VU, vejiga urinaria.
o
N
CU
al

W Figura 5-34 Cola del páncreas simulando una masa. A, Ecografía en la que se observa una lesión de 2 cm
~ adyacente al hilio esplénico (flecha). B, Te que demuestra que la «lesión» es en realidad la cola del páncreas
(flecha).

xia visceral son la polisplenia y la asplenia. Es interesante el


hecho de que la polisplenia tiene un flanco izquierdo o ~ PROCEDIMIENTOS
una dominancia de las estructuras del cuerpo del lado iz- ~' INTERVENCIONISTAS
~

quierdo respecto aliado derecho. Pueden tener dos pulmo-


nes que morfológicamente son del lado izquierdo, una vena Diversas publicaciones y series de casos han descrito in-
ácigos izquierda como continuación de una vena cava inte- tervenciones esplénicas percutáneas 85.86• Aunque se des-
rrumpida, atresia biliar, ausencia de la vesícula biliar, mal- criben habitualmente series cortas, la seguridad y éxito de
rotación gastrointestinal y, con frecuencia, malformaciones dichas técnicas es similar a las realizadas en cualquier
cardiovasculares. Por el contrario, los pacientes con asple- otra parte del abdomen B7 •
nia pueden tener un lado-derecho bilateral. Así, pueden La biopsia guiada mediante ultrasonidos puede ayu-
verse dos pulmones morfológicamente derechos, un híga- dar a llegar al diagnóstico con una baja tasa de complica-
do ubicado en la línea media, posición invertida de la aorta ciones y un elevado rendimiento diagnóstic0 2o. Reciente-
abdominal y vena cava inferior, anomalías del retorno ve- mente se están realizando biopsias de aguja fina y de
noso y riñones en herradura. La gran variedad de anoma- centro cortante con éxito para el diagnóstico de anoma-
lías posibles se correlaciona obviamente con la multiplici- lías focales, como abscesos, sarcoidosis, neoplasias esplé-
dad de formas de presentación, pero la ausencia de bazo en nicas primarias, metástasis y linfoma88•89•
sí misma se acompaña de un deterioro de la respuesta in- En los pacientes con abscesos, quistes, hematomas y tu-
mune, por lo que dichos pacientes pueden presentar infec- mores necróticos infectados, suele ser exitoso el drenaje
ciones graves, como la meningitis bacteriana6 • percutáneo mediante catéter 40 • Recientemente se ha pu-
La polisplenia debe diferenciarse de la esplenosis pos- blicado incluso la ablación por radiofrecuencia (ARF) en
traumática 83 • La esplenosis es una patología adquirida y el baz0 90 .
definida como autotrasplante de tejido esplénico viable A pesar de estas publicaciones, muchos radiólogos inter-
en diversos compartimentos anatómicos del cuerpo. Se vencionistas siguen siendo reacios a realizar técnicas inter-
produce después de una rotura traumática o iatrogénica vencionistas sobre el bazo. Su principal preocupación es el
del bazo B4 • La imagen con isótopos con hematíes dañados miedo al sangrado debido a la naturaleza altamente vascu-
por calor y marcados con tecnecio es el estudio más sensi- larizada del órgano. Sin embargo, los médicos deben tener
ble para la confirmación de una esplenosis postraumática
151
presente que un procedimiento percutáneo exitoso dirigi-
y polisplenia congénita. Pueden demostrarse bazos acce- do mediante ecografía también puede evitar la necesidad
sorios de sólo 1 cm con este métod0 78 • de una esplenectomía87 •
ecogénica del estómago que simularía una lesión intra-
ERRORES DE INTERPRETACiÓN esplénica. En algunos pacientes es simplemente la grasa
que existe alrededor del estómago. En ocasiones, el lí-
quido en el fundus gástrico puede simular una colección
Los ecografistas tienen que ser cautelosos respecto a los líquida periesplénica. Esta impresión se puede resolver
errores graves que se pueden cometer con la ecografía si se pasa el transductor a un barrido transversal o se le
cuando se explora el hipocondrio izquierdo y el bazo. El pide al paciente que beba un poco de agua durante la ex-
primero es una zona semilunar de escasos ecos por enci- ploración.
ma del bazo, relacionada con el lóbulo izquierdo del híga- Cuando la parte inferior del bazo se ubica posterolateral
do en individuos delgados 91 -94 (ver Fig. 5-5). El lóbulo he- al polo superior del riñón izquierdo se puede observar
pático izquierdo puede simular el aspecto de un hematoma una variante anatómica ocasional. Esta variante se llama
subcapsular o un absceso subfrénico. Si se observa al híga- bazo retrorrenal. Conocer esta variante evita interpretar
do deslizándose sobre un bazo más ecogénico interrum- de forma errónea que se trata de una masa anormal.
piendo la respiración se llega al diagnóstico correcto. Las Cuando se detecta mediante ecografía deberá evitarse en
venas porta y hepática pueden ayudar a identificar esta cualquier procedimiento intervencionista que se preten-
estructura como hígado. da realizar sobre el riñón izquierdo 95 .
La cola del páncreas puede simular una masa adyacen- Puede resultar muy difícil determinar el lugar de origen
te al hilio esplénico (Fig. 5-34). Esto es especialmente de masas grandes detectadas en el hipocondrio izquierdo
cierto si el plano de la sección es paralelo al eje largo de que pueden proceder del bazo, glándula suprarrenal, ri-
la cola pancreática. Al identificar la arteria y vena esplé- ñón izquierdo, cola del páncreas, estómago o retroperito-
nicas se confirmará que se trata de una cola del páncreas neo. La movilidad diferente que se observa con la respira-
= normal.
Igualmente, el fundus gástrico puede situarse en el hi-
ción superficial puede ser útil para diferenciarlas. Además
la identificación de la vena esplénica penetrando por el
Iio del bazo. Un plano oblicuo durante el barrido puede hilio esplénico puede ser definitiva. En caso de duda se
pasar a través del bazo e incluir el hilio, con una porción recurre a la TC o RM.
Capítulo 6

VESÍCULA Y VÍAS BILIARES


Korosh Khalili y Stephanie R. Wilson

La evaluación ecográfica de las vías biliares es una de las Coinaud es igualmente importante para la descripción de las
exploraciones con ultrasonidos más adecuada y eficaz. La alteraciones biliares intrahepáticas (ver Capítulo 4).
naturaleza quística, tanto de la vesícula como de los con- Los conductos intrahepáticos no guardan una relación
ductos biliares, especialmente cuando se dilatan, le pro- constante dentro de la triada portal y se pueden observar
porciona a los ultrasonidos una inherente resolución de en una posición anterior o posterior a la vena, o incluso
elevado contraste con los tejidos circundantes. Este fac- siguiendo un trayecto tortuoso con respecto a la vena.
tor, la excelente resolución espacial de la ecografía, y la Los conductos hepáticos derecho e izquierdo, esto es,
ventana acústica que proporciona el hígado, permiten ex- las ramas de primer orden del CHC se observan habitual-
ploraciones de alta calidad en la mayoría de los pacientes. mente mediante ecografía, y las de segundo orden tam-
La ecografía sigue siendo la modali dad de elección en la bién pueden visualizarse 2 (Fig. 6-1). Con frecuencia es
detección de cálculos, valoración de dolor en el hipocon- necesario el uso de ecografía espectral o del Ooppler color
drio derecho y en la evaluación inicial del paciente con para distinguir las arterias de los conductos hepáticos. En
ictericia o alteraciones de las pruebas de función hepáti- nuestra experiencia, la visualización de ramas de tercer
ca. Igual que la RMjCPRM y TC con contraste, la ecografía orden o superior es con frecuencia un hallazgo anormal y
también juega un papel clave en la evaluación multimodal requiere un estudio que explique la causa de la dilatación.
de los complejos problemas del árbol biliar, como es el La mayoría de los conductos hepáticos derecho o izquier-
caso del diagnóstico y estadiaje de colangiocarcinoma bi- do son extrahepáticos y, junto al CHC, forman la porción
liar. El desarrollo reciente de la ecografía con medios de hiliar o central del árbol biliar en el hilio hepático. Esta es
contraste para la detección de masas hepáticas amplía la ubicación más habitual del colangiocarcinoma. Se ha
aún más el espectro de sus posibilidades. Tanto para los dicho que el diámetro normal de las ramas de primer or-
departamentos de ecografía que trabajan en las áreas den o superior del CHC tienen 2 mm o menos y no más del
más remotas como para la mayoría de los hospitales ter- 40% del diámetro de la vena porta adyacente 2•
ciarios, no existe una localización anatómica en el cuerpo El patrón de ramificación más habitual del árbol biliar se
que se pueda estudiar mejor mediante la ecografía de las observa en el 56%-58% de la población 3•4 (Figs. 6-2 y 6-3).
vías biliares. En el lado derecho, el conducto hepático derecho forma las
ramas derecha anterior y posterior, que drenan los seg-
mentos anterior (segmentos 5 y 8) y posterior (segmentos
6 y 7) del lóbulo derecho, respectivamente. En el lado iz-
quierdo, las ramas de los segmentos 2 y 3 se unen a la iz-
quierda del ligamento falciforme para formar el conducto
Anatomía y variantes de la normalidad hepático izquierdo. Este conducto se hace extrahepático
Conocer la ubicación normal de los conductos biliares y cuando se coloca a la derecha del ligamento falciforme,
sus variaciones anatómicas es importante para el estadia- donde se une a los conductos de los segmentos 4 y 1.
je de neoplasias y para poder planificar la intervención. La clave para entender las variantes comunes normales
En la terminología biliar, proximal significa la porción del del árbol biliar se basa en la variabilidad del lugar de in-
árbol biliar que queda relativamente más cerca del hígado serción del conducto posterior derecho (CPO) (segmen-
y hepatocitos, mientras que distal es más caudal y próxi- tos 6 y 7). El CPO se suele extender centralmente hacia el
ma al intestino. El término «orden de ramificación» se hilio en dirección craneal. Pasa por encima y por detrás
refiere al nivel de división del conducto biliar comenzan- del conducto anterior derecho (CAD) y después se diri-
do desde el conducto hepático común (CHC); las ramas ge caudalmente y se une al CAD para formar el conducto
de primer orden son los conductos hepáticos derecho e hepático derecho corto (ver Fig. 6-2). Otros tres puntos de
izquierdo. Las de segundo orden serán sus respectivas di- inserción frecuentes del CPO explican la mayoría de las va-
visiones (también llamadas raíces biliares secundarias y riantes anatómicas. Si el CPO se extiende más a la izquier-
así en adelante). El término central alude a la proximidad da de lo habitual, puede unirse con la unión de los conduc-
con el hilio portal, mientras que el periférico se refiere a tos hepáticos derecho e izquierdo (patrón de trifurcación;
las ramas de mayor orden del árbol biliar intrahepático, aproximadamente en el 8% de las variantes normales) o
que se distribuyen en la profundidad del parénquima del conducto hepático izquierdo (aprox. 13%) (Fig. 6-4).
hepático. El conocimiento de la anatomía funcional de Cuando el CPO se extiende en dirección caudal-medial,
cu
c:
E
o
'O
.c
cu
cu
:¡:::::
~

e
IJ)
o ..., Figura 6-1 Conductos biliares normales. A, Los conductos hepáticos derecho e izquierdo (cabeza de fle cha) se
o aprecian en su posición habitual por delante y por detrás de las venas portales. B, Conducto hepático común/
w
colédoco de calibre normal en la proyección sagital que queda en su posición habitual por delante de la vena
=c: porta (\1) y arteria hepática (flecha).
'o
'(3
(.)

~ puede unirse con el colédoco o conducto hepático común a la derecha de la arteria hepática. Entonces pasa por de-
directamente (aprox. 5%). El drenaje anómalo de varios trás de la primera porción del duodeno y la cabeza del
segmentos hepáticos directamente en el conducto hepáti- páncreas y algunas veces está imbricado con esta última.
co común es menos frecuente. Finaliza en la ampolla de Vater que rara vez se identifica
El calibre normal del CHC/colédoco en pacientes sin en la ecografía transabdominal.
historia de patología biliar es de hasta 6 m en la mayoría
de los estudios S (ver Fig. 6-1). Existe controversia respec- Técnica ecográfica
to a si existe un ensanchamiento normal del conducto con Nuestra técnica para la evaluación de los conductos intra-
la edad 6 . Tampoco los estudios sobre la asociación de co- hepáticos consiste en un examen de rutina similar al que
lecistectomía y un colédoco de calibre aumentado son se realiza en la evaluación hepática, con exploraciones tan-
concluyentes. Aunque se han documentado diámetros de to en el plano sagital como transversal. Además realizamos
hasta 10 mm entre la población asintomática normal, la un barrido dirigido para evaluar el hilio hepático, recordan-
gran mayoría de los diámetros quedan por debajo de los do que requiere una orientación en el plano oblicuo para
7 mm. Por tanto, un diámetro de 7 mm o mayor requiere mostrar la longitud de los conductos hepáticos derecho e
más investigaciones, como la posible correlación con ni- izquierdo en una imagen aislada. Para ello utilizamos una
veles de las enzimas de colostasis. proyección subcostal oblicua con el borde izquierdo del
El lugar de inserción del cístico en el colédoco es muy transductor más cefálico que el borde derecho. El frente del
variable. El cístico puede unirse al colédoco a lo largo de transductor se dirige hacia el hombro derecho. Con una ins-
su borde lateral, posterior o medial. Puede también seguir piración profunda plena y en apnea, si se desplaza el trans-
un trayecto paralelo al conducto, e insertarse en el tercio ductor desde el hombro a la región umbilical se visualiza la
inferior del conducto, cerca de la ampolla de Vater 7 • El vena hepática media, después el eje largo de los conductos
conducto biliar normal se extiende caudalmente dentro hepáticos derecho e izquierdo en el hilio hepático, seguido
del ligamento hepatoduodenal, anterior a la vena porta y por el colédoco en sección transversal. Si se gira el trans-

154 A B
..., Figura 6-2 Variantes de la normalidad de la ramificación del conducto biliar. Conducto posterior derecho (CPD)
~ en rojo. A, El CPD se une al conducto anterior en el 56%-58% de la población. B, Patrón de trifurcación: 8% . C, El
CPD se une al conducto hepático izquierdo: 13%. D, El CPD se une al hepático común o colédoco directamente, 5%.
<O
o
"3
~
o.
ClI
O

~ Figura 6-3 Orden habitual de ramificación ductal. Las vías biliares intrahepáticas están dilatadas debido a una
~ obstrucción del colédoco (no mostrado). A y B, Proyección subcostal oblicua que muestra los conductos hepáti-
cos derecho (O) e izquierdo (1). COA, conducto derecho anterior; COp, conducto derecho posterior: 2, segmento 2
ductal; 3, segmento 3 ductal; 4, segmento 4 ductal.

ductor 90° respecto a este plano, y de nuevo en apnea e Quistes del colédoco
inspiración, se podrá visualizar una proyección del eje lar- Los quistes del colédoco representan un grupo heterogé-
go del CHC y del colédoco en el hilio hepático. neo de enfermedades congénitas que se manifiestan co-
La imagen armónica permite un contraste mejorado mo dilataciones del cístico, focales o difusas, de la vía
entre los conductos y tejidos adyacentes, que permite una biliar.-Est_os-quistes se observan con mayor frecuencia en
mejor visualización del conducto, su contenido intralumi- países del Este de Asia; la incidencia en Japón es de
na\, y pared (Fig. 6-5). Recomendamos el uso habitual y 1:13.000 frente a la de poblaciones occidentales de
como rutina de la imagen armónica para evaluar la vía bi- 1:100.0008.9 . La ratio mujer/hombre es de 3:1 a 4:l.
liar. Las técnicas de barrido específicas para la evaluación Aunque la mayoría de los pacientes con quistes del colé-
de la coledocolitiasis y del colangiocarcinoma se tratan en doco se diagnostican en edades tempranas de la vida, al-
las secciones correspondientes. rededor del 20% se descubren en la edad adulta, cuando
se realiza una ecografía por síntomas relacionados con la

155
~ Figura 6-4 Conducto posterior derecho aberrante. A, Imagen transversa obtenida craneal al hilio hepático que
~ muestr~ un ~onducto derecho p~ste~ior aberrante (flecha) dentro del conducto hepático izquierdo. Se ,trata de la
anomalla mas frecuente de las vlas biliares. B, Imagen con realce de TC que muestra la misma anomalla.
..., Figura 6-5 Imagen de armónicos de la vía biliar. A, Proyección longitudinal del colédoco con frecuencias fun-
~ damentales y B, con imagen armónica. Existe un aumento de contraste respecto a ruido con armónicos, aclarando
= efectivamente el artefacto de ecos de bajo nivel sobre el conducto relleno de líquido. (De Ortega O, Burns PN,
Hope Simpson O, Wilson SR, Tissue harmonic imaging: is it a benefit for bi/e duct sonography? AJR Am J Roentgeno/
2001; 176:653-659.)

litiasis biliario. La clasificación más aceptada de los quis- plasia. El algunos casos el quiste es suficientemente grande
tes incluye cinco tipos ll (Fig. 6-6). Tipo 1 quistes del colé- como para que no se pueda detectar con rapidez su co-
doco, una dilatación fusiforme del colédoco, la más fre- nexión a la vía biliar. Se recurre a varias ventanas y ángulos
cuente (80%) y junto con el tipo ¡Va, se asocian con un de insonación para demostrar la relación de la lesión con
conducto común anormalmente largo (>20 mm) entre el las vías biliares y para diferenciarlos de pseudoquistes pan-
conducto biliar distal y el conducto pancreático. Este colé- creáticos y quistes de duplicación entérica. Se ha utilizado
doco largo puede permitir el reflujo de jugo pancreático la gammagrafía biliar, la colangiopancreatografía-resonan-
en el colédoco, ocasionando su dilatación, aunque es algo cia magnética (CPRM), y colangiopancreatografía retrógra-
controvertid0 8.12 . Los quistes del tipo 11 son divertículos da endoscópica (CPRE) para delimitar mejor la estructura
verdaderos de los conductos biliares y son muy raros. Los de los quistes del colédoco. La CPRE es necesaria para ga-
quistes del tipo 111, coledococeles, se limitan a la porción rantizar que la dilatación no es la consecuencia de una neo-
intraduodenal del colédoco. Los quistes del tipo IVa son plasia distal, especialmente en el caso de los quistes del
dilataciones biliares múltiples intra- y extrahepáticas, colédoco del tipo ¡ (Fig. 6-7). Puesto que existe un riesgo
mientras que los quistes del tipo IVb se limitan a las vías demostrado de colangiocarcinoma con todos los quistes
biliares extrahepáticas. La enfermedad de Caroli se ha cla- del colédoco se recomienda la resección quirúrgica.
sificado como quiste del tipo V, pero tiene un origen em-
brionario distinto y no es un quiste verdadero 9 . Enfermedad de Caroli
En la ecografía, en la estructura quística se identifica un La enfermedad de Caroli es una patología congéni ta rara
contenido que puede ser barro, cálculos o incluso una neo- del árbol biliar intrahepático que se debe a una malforma-

11 111 IV
..., Figura 6-6 Sistema de clasificación de Todani para los quistes coledocales. Quistes tipo 1; dilatación difusa
~ del conducto biliar extrahepático; el tipo más frecuente (80%) . Tipo 11; divertículo verdadero del conducto biliar,
muy raro. Tipo 111, también llamado coledococele, es una dilatación difusa de la parte más distal (intraduodenal)
del colédoco. Tipo IV: dilatación multifocal de los conductos biliares intra- y extrahepáticos. Tipo V: enfermedad de Caro-
Ji, se omite porque no es un verdadero quiste del colédoco. (De Todani T, Watanabe y, Narusue M, y ca/s., Cangenita/ bi/e
duct cysts, c/assificatian, aperative procedures and review af thirty-seven cases inc/uding cancer arising from cho/edachal
cyst. Am J Surg 1977; 134:263-269.)
CAUSAS DE OBSTRUCCIÓN BILIAR
MISCELÁNEA BENIGNA NEOPLASIAS
• Coledocolitiasis* • Colangiocarcinoma
• Hemobilia* • Carcinoma de vesícula
• Litiasis biliar congénita • Tumores localmente invasivos (sobre todo
Enfermedad de Caroli* adenocarcinoma pancreático)
Quistes del colédoco • Tumores ampulares
• Colangitis infecciosa • Metástasis
• Colangitis aguda piógena*
• Parásitos biliares* COMPRESIÓN EXTRÍNSECA
• Colangitis piógena recurrente* • Síndrome de Mirizzi*
• Colangiopatía del VIH • Pancreatitis
Colangitis esclerosante • Adenopatía <O
O
* se refiere a ictericia dolorosa '3
=:
c.
111
O

..., Figura 6-7 Quistes del colédoco. A, Tipo 1, Dilatación fusiforme del colédoco, pero no se aprecia lesión obs- 157
~ tructiva. Es el tipo más frecuente de quiste del colédoco. B, Quiste tipo I que muestra colangiocarcinoma (fecha)
creciendo dentro del quiste (proyección longitudinal). e, Ecografía y D, CPRM , Tipo IV: Existe dilatación tubular
de la parte más central de las vías biliares intrahepáticas. Los conductos extrahepáticos dilatados fueron resecados
previamente.
fttJ Figura 6-8 Enfermedad de Caroli. A, Imagen transversa a través del lóbulo izquierdo del hígado que demuestra
~ un conducto dilatado con saculaciones típicas de la enfermedad de Caroli. Cálculos con sombra intermedia (fle-
=e
'o
cha) en el conducto proximal. B, Colangiograma correspondiente que muestra los cálculos (flecha) como defectos
l de relleno.
·0
u
CI)
ti) ción de las placas ductales, las células primordiales que cuente indicación de estudio ecográfico de abdomen. El
dan lugar a los conductos biliares intrahepáticos. Existen objetivo principal de dichos estudios es determinar si el
dos tipos de enfermedad de Caroli: el simple, forma clási- paciente tiene una obstrucción de los conductos b iliares
ca y la segunda y más frecuente, que cursa con fibrosis por una enfermedad hepatobiliar o de la vía biliar. La eco-
hepática periportal 13 • Esta segunda variante también se grafía es muy sensible para la detección de dilatación de
llama síndrome de Caroli. La enfermedad de Caroli se ha vías biliares y por ello una excelente modalidad para co-
asociado con la enfermedad quística renal, casi siempre menzar la investigación mediante imagen (Fig. 6-9). Di-
una ectasia tubular renal (riñones médula en esponja). chos estudios deben realizarse conociendo la situación
Sin embargo, ambas formas pueden verse también en pa- clínica del paciente, especialmente si el paciente tiene una
cientes con la forma autosómica dominante del riñón po- ictericia dolorosa como la que se observa con la obstruc-
Iiquístico. La enfermedad de Caroli afecta a hombres y ción aguda o infección que afecta a las vías biliares. El es-
mujeres por igual y en más del 80% de los pacientes se tudio ecográfico debe centrarse en dar respuesta a las si-
manifiesta antes de los 30 años 14 • guientes tres preguntas:
La enfermedad de Caroli conduce a una dilatación sacu- 1. ¿Están los conductos biliares y vesícula biliar dilatados?
lar o, con menor frecuencia, a una dilatación fusiforme del 2. Si están dilatados, ¿a qué nivel?
árbol biliar intrahepático, que conduce al estasis biliar, 3. ¿Cuál es la causa de dicha dilatación?
formación de cálculos y brotes de colangitis y sepsis (Fig.
6-8) . La enfermedad casi siempre afecta al árbol biliar de Coledocolitiasis
forma difusa, aunque también puede ser causa de una La coledocolitiasis puede clasificarse en primaria y secun-
afectación focal. Los conductos dilatados contienen cálcu- daria. La coledocolitiasis primaria implica la formación
los y barro biliar. A diferencia de la colangitis piogénica, el nueva de cálculos, con frecuencia constituidos por cálcu-
contenido ductal no forma moldes dentro del sistema di- los biliares (cálculos de pigmentos) dentro de los con-
latado y por ello se identifica mejor como contenido duc- ductos. Diversos factores etiológicos están relacionados
taPs. Además, se ha descrito mediante la ecografía la pre- con las enfermedades que ocasionan estenosis o dilata-
sencia de ramas venosas portales rodeadas de conductos ción de los conductos biliares, llevando a la estasis y son:
biliares dilatados y unos septos ecógenicos que atravie- • Colangitis esclerosante
san los conductos dilatados y que se corresponderían con • Enfermedad de Caroli
estructuras ductales embrionarias persistentes l 6 . Cuando • Infecciones parasitarias (p. ej., Clonorchis, Fasciola, As-
se asocia a una fibrosis hepática congénita se observarán caris) 17
signos de una arquitectura hepática alterada e hiperten- • Enfermedad hemolítica crónica, como la enfermedad de
sión portal. El 7% de los pacientes con la enfermedad de células falciformes
Caroli desarrolla un colangiocarcinoma l4 . • Cirugía biliar previa, como las anastomosis bilioentéricas
La migración de cálculos desde la vesícula al colédoco
Obstrucción de vías biliares da lugar a la coledocolitiasis secundaria. Mientras que
La elevación de los parámetros hepáticos colostáticos, la coledocolitiasis primaria es relativamente rara fuera de
que se manifiesta clínicamente como ictericia, es una fre- regiones endémicas (Este de Asia), la coledocolitiasis se-
cundaria es bastante frecu ente y explica la distribución interferida por gas, lo que hace difícil la detección de cálcu-
por todo el mundo de la litiasis biliar. Los cálculos biliares los en el colédoco distal. Entre los factores técnicos ópti-
se encuentran entre un 8%-18% de los pacientes con cál- mos para mejorar la evaluación destacan los siguientes:
culos sintomáticos lB. • Cambios en la posición del paciente. El colédoco se
puede explorar en supino, decúbito lateral izquierdo y
Cálculos intrahepáticos en bipedestación. El cambio en la posición relativa de
La imagen armónica y combinada ha mejorado las posibi- los órganos adyacentes y del gas intestinal puede per-
lidades de detectar peque ños cálculos dentro de los con- mitir una visualización muy mejorada del conducto
ductos biliares intrahepáticos. Nuestra experiencia indica distal.
que la ecografía es comparable y en ocasiones supera a • La elección de la ventana ecográfica. La proyección
otras modalidades de imagen biliar, incluida la CPRM. Sin subcostal es la más útil para la evaluación del hilio he-
embargo, se desconoce la sensibilidad actual de la ecogra- pático y colédoco proximal. Una proyección epigástrica
fía para detectar cálculos intrahepáticos. será la más adecuada para el colédoco distal.
El aspecto de los cálculos depende de su tamaño y tex- • El uso de ecografía compresiva. Comprimiendo física-
tura (Fig. 6-10). Muchos cálculos son muy ecogénicos y mente el epigastrio se puede colapsar el intestino su-
con sombra acústica posterior. Los cálculos pigmentarios perficial y desplazar el gas intestinal que impide la vi-
pequeños «5 mm) en un paciente con colangitis piógena sualización.
recurrente pueden no presentar sombra (Fig. 6-11, D). • Evaluación detallada del colédoco distal. Con fre-
Cuando los conductos afectados están rellenos de cálcu- cuencia la mejor forma de visualizar el colédoco distal
los, puede que dichos cálculos no se detecten de forma intrapancreático es con el transductor dirigido a la ca-
individual y en su lugar se observe una estructura lineal beza pancreática en el plano transverso. Una vez que se
ecogénica de sombra posterior. Los cálculos deben sospe- ha identificado la dilatación del colédoco, una ligera ro-
charse siempre cuando se observen unas ecogenicidades tación del transductor para «echar un vistazo» en el
lineales o poco aparentes, con o sin sombra, en la región punto de cambio de calibre permitirá percibir de forma
de las tríadas portales, paralelas al curso de las venas por- fugaz un cálculo impactado en el conducto distal, que de
tales dentro del hígado. La imagen armónica mejora tanto otro modo pasaría inadvertido en la proyección ecográ-
la resolución del contraste como la detección de la sombra fica. Igualmente, una proyección sagital centrada en la
acústica y por ello se recomienda su uso para la evalua- cabeza del páncreas debe mostrar el colédoco dilatado
ción de rutina de las vías biliares 19• en la cara dorsal de la cabeza. De nuevo la manipulación
suave del transductor, centrado en la zona de cambio de
Cálculos en el colédoco calibre, será la mejor forma de detectar el cálculo im-
La mayoría de los cálculos del colédoco estarán en el con- pactado en el conducto distal.
ducto distal en la ampolla de Vater. Por ello, la evaluación El aspecto típico de los cálculos del colédoco es una le-
ecográfica debe incluir la evaluación de todo el conducto, sión ecogénica redondeada con sombra acústica pos-
especialmente en la región periampular. Por desgracia, esta terior (ver Fig. 6-10). Es importante recordar que no se
región suele ser la más difícil de explorar debido a que está debe observar un contorno líquido alrededor del cálculo

159
~ Figura 6-9 Obstrucción del colédoco ocasionado por factores extrínsecos. A, Adenocarcinoma pancreáti-
~ co. Zona corta de transición con hombro, calibre ductal grande, junto con una masa obstructiva como hallazgos
típicos de una obstrucción maligna. B, Pancreatitis. Afilamiento alargado del conducto que sugiere una causa
benigna. Obsérvese el engrosamiento de la vesícula por simpatía debido a una inflamación adyacente.
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oQ)
CIJ

\J Figura 6-10 Coledocolitiasis. A, Cálculos intrahepáticos (flecha) en el lóbulo derecho causantes de som bra
~ acústica. Obsérvese el conducto dilatado proximal a un gran cálculo. B, Múltiples acúmulos de cálculos (cabe-
zas de flecha) en el lóbulo izquierdo que se muestran como estructuras lineales ecogénicas con sombra. Ambos
pacientes (A y B) tienen fibrosis quística. C y D, Cálculos en colédoco. C, Pequeños cálculos (flecha) que pueden no
mostrar sombra. D, Cálculo grande (flecha) con los signos típicos dentro de un colédoco dilatado, (C y D, De Ortega D,
Burns PN, Hope Simpson D, Wifson SR, Tissue harmonic imaging: is it a benefit for bife duct sonography? AJR Am J Roent-
genof 2001; 176:653-659.)

distal del colédoco impactado, ya que está comprimido lineales ecogénicos con sombra 20 • Su corta longitud y un
contra la pared del conducto. Los bordes laterales del cál- grado relativamente alto de ecogenicidad, la ausencia de
culo no deben apreciarse, reduciendo la visibilidad del dilatación ductal y la ausencia de vesícula deben servir
cálculo, frente a cálculos observados en la vesícula o con- para diferenciar los c1ips quirúrgicos de los cálculos.
ducto proximal, donde es probable que estén rodeados
por bilis. Los cálculos pequeños pueden carecer de una Síndrome de Mirizzi
buena sombra acústica y mostrar sólo una ecogenicidad El síndrome de Mirizzi describe un síndrome clínico de
reproducible brillante y lineal, en lugar de curvada o rec- ictericia con dolor y fiebre debido a la obstrucción del
ta. El conocimiento de este aspecto de cálculos en colédo- CHC secundario a cálculos impactados en el conducto cís-
co mejorará claramente su detección. tico. Ocurre casi siempre cuando el cístico y el CHC siguen
Entre los errores en el diagnóstico de coledocolitiasis un recorrido paralelo. El cálculo suele estar impactado en
60 están los cálculos hemáticos (hemobilia), tumores pa- el conducto cístico di stal y la inflamación y edema asocia-
pilares y en ocasiones el barro biliar. Ninguno de ellos dos ocasionan la obstrucción del colédoco adyacente. La
presentan sombra. Los c1ips quirúrgicos en el hilio hepáti- obstrucción del conducto cístico cursa con brotes sucesi-
co, la mayoría por colecistectomías, parecen como focos vos de colecistitis y el cálculo impactado puede erosionar
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a.
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~ Figura 6-11 Colangitis esclerosante primaria. A, Tejido inflamatorio isoecoico que causa obstrucción de los
~ conductos hepáticos derecho e izquierdo (flechas) con dilatación proximal. B, Conductos intrahepáticos dilatados
en «cola de ratón» a medida que se extienden centralmente hacia el hilio hepático. Obsérvese el tejido hipoecoico
ductal/periductal que obstruye los conductos centrales (cabezas de flecha). C, Ocasionalmente se aprecian divertículos
saculares (flecha) del conducto. Obsérvese el calibre variable de los conductos dilatados. D, Cálculos intraductales míni-
mos (flechas) en conductos ligeramente dilatados e irregulares. E y F. Engrosamiento de la pared del colédoco de grado
moderado y severo. Obsérvese el estrechamiento extremo, centralmente anecoico de la luz.
hasta llegar al CHC, ocasionando una fístula colecisto-co- La extensión a la vesícula es frecuente. Los antecedentes clí-
ledocal y obstrucción biliar 21 • La identificación de dicha nicos suelen ser importantes para el diagnóstico.
complicación (llamada Mirizzi tipo 11) es importante debi-
do a que el tratamiento requiere la reparación quirúrgica Neumobilia
de la fístula. Pueden presentar colecistitis aguda, colangi- La presencia de aire dentro de las vías biliares se debe ha-
tis e incluso pancreatitis 22 . bitualmente a intervenciones biliares previas, anastomo-
Se debe sospechar el síndrome de Mirizzi en la ecogra- sis bilioentéricas o stents en el colédoco. En el caso de un
fía cuando se produzca una obstrucción biliar con dilata- abdomen agudo la neumobilia puede deberse a tres pato-
ción de los conductos biliares a nivel del CHC en presencia logías:
de colecistitis aguda o crónica. Así, la vesícula presenta La colecistis enfisematosa puede conducir a neumobi-
signos de colecistitis aguda pero puede estar o no disten- lia. Sus factores de riesgo y hallazgos se tratan baj o el epí-
dida 2 • Un cálculo impactado en el conducto cístico con grafe Colecistitis aguda. La inflamación por impactación
edema circundante a nivel de la obstrucción servirá como de cálculos en el colédoco puede erosionar la pared ductal
confirmación (Fig. 6-12). conduciendo a la fístula coledocoduodenal. La tercera
causa, una colecistitis aguda prolongada, pued e llevar a la
Hemobilia erosión del asa adyacente del intestino, con mayor fre-
El trauma biliar iatrogénico, casi siempre derivado de cuencia duodeno o colon transverso, la llamada fístula
procedimientos percutáneos o biopsias de hígado, es la colecistoentérica. Los cálculos pueden pasar desde la ve-
causa de aproximadamente el 65% de las hemobilias. sícula al intestino y ocasionar una obstrucción intestinal
Otras etiologías son la colangitis o colecistitis (10%), mal- que se conoce como íleo biliar.
formaciones vasculares (7%), trauma abdominal (6%) y El aire dentro de los conductos biliares tiene un aspecto
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neoplasias, especialmente el carcinoma hepatocelular y
colangiocarcinoma (7%) 23. El dolor, sangrado y una icteri-
típico. Se observarán estructuras brillantes, ecogénicas,
'o que siguen a la tríada portal, casi siempre en zonas no de-
'C:;
oQ) cia bioquímica son los signos de presentación. Además de clives (Fig. 6-14). Se aprecia además una sombra «sucia» y
UJ las pérdidas sanguíneas, ocasionalmente graves, las com- un artefacto de reverberación (<<anillo caído») en las gran-
plicaciones son la colecistitis, colangitis y pancreatitis. des colecciones de aire. El movimiento de las burb ujas de
El aspecto de la sangre dentro de las vías biliares es simi- aire se aprecia mejor justo después de cambiar la posición
lar al de los coágulos de sangre que se observan en cualquier del paciente, lo cual es diagnóstico. Las calcificaciones ar-
otro lugar (Fig. 6-13). Casi siempre el coágulo es ecogénico o teriales extensas que se observan especialmente en dia-
de una ecogenicidad mixta y retráctil, con un perfil adapta- béticos, puede simular neumobilia.
do al del conducto. En ocasiones la hemobilia puede mani-
festarse en forma tubular con una zona central hipoecoica.
La hemorragia aguda se aprecia como líquido con ecos inte- Infección de vías biliares
riores de bajo nivel. Los coágulos pueden ser desplazables. Colangitis aguda (bacteriana)
Es esencial el antecedente de obstrucción biliar para la
colangitis bacteriana, que se asocia en el 85% de los casos
a cálculos de colédoc0 24 . Otras causas de obstrucción es la
estenosis biliar como consecuencia de trauma o cirugía,
alteraciones congénitas como los quistes del colédoco y
tumores parcialmente obstructivos. Las neoplasias intrín-
secas o extrínsecas que ocasionen obstrucción biliar com-
pleta rara vez producen una colangitis piógena antes de la
intervención biliar 25 . La presentación clínica suele ser de:
1) fiebre (~90%), 2) dolor en hipocondrio derecho (~70%),
Y 3) ictericia (~60%); la tríada clásica de Charcot. Existe
leucocitosis o al menos desviación a la izquierda en elleu-
cograma y niveles elevados de fosfatasa alcalina (ALP) y
bilirrubina en la gran mayoría de los pacientes. Con fre-
cuencia se observa una leve elevación de transaminasas,
pero ocasionalmente se alcanzan niveles de hasta 1000
precozmente en el curso de la enfermedad debido al súbi-
to aumento de las presiones intrabiliares 25 • La bilis está
casi siempre infectada por bacterias gramnegativas, que
~ Figura 6-12 Síndrome de Mirizzi. El síndrome de con frecuencia crecen después en los hemocultivos.
~ Mirizzi en un paciente con dolor abdominal e icte- La colangitis aguda es una emergencia médica. Se reco-
ricia. Ecografía sagital que muestra un colédoco mienda ecografía como primera modalidad de imagen pa-
62 dilatado por un gran cálculo impactado en el conducto cís- ra determinar la causa y nivel de la obstrucción y excluir
tico distal. El aspecto puede malinterpretarse como un cál- otras enfermedades, como la colecistitis, hepatitis aguda y
culo en colédoco. Existe engrosamiento de la pared del síndrome de Mirizzi. La ecografía es más precisa que la
conducto cístico (flecha).
tomo grafía computarizada (TC) y más práctica que la re-
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o
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~
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..., Figura 6-13 Hemobilia: espectro de ecografías. A, Coágulo de sangre ecogénico (cabeza de flecha) dentro de
~ un conducto dilatado, después de la inserción de un catéter de drenaje. Obstrucción biliar ocasionada por un tu-
mor de páncreas. B y e , Coágulo ecogénico en el conducto hepático común en dos pacientes después de una
biopsia hepática. O y E, Hemobilia espontánea en un cáncer con tratamiento anticoagulante. Obsérvese el aspecto tubular
del coágulo (flecha) con luz central anecoica. F, Imagen de CPRM que muestra hallazgos similares. G, He!. Sangre en la
vesícula en tres distintos pacientes. Todos los pacientes desarrollan dolor después de la biopsia hepática. Obsérvese los
bordes angulosos del coágulo en G, típicos de coágulos de sangre.
- - - - - - - - - - ---

sonancia magnética (RM), eco-endoscopia y CPRE en la yor de 6 mm se considera anormal en la mayoría de pacien-
eval uación inicial de pacientes con una potencial enfer- tes. Debe buscarse una leve dilatación del árbol biliar
medad biliar aguda 26 • intrahepático, un hallazgo que suele pasar inadvertido. Pa-
Entre los hallazgos ecográficos de una colangitis bacte- ra ello recurriremos a un acceso subcostal oblicuo del hilio
riana destacan (Fig. 6-15): hepático para evaluar el calibre de los conductos hepáticos
• Dilatación de vías biliares derecho e izquierdo, así como del colédoco, que puede dar
• Coledocolitiasis y posible barro una medida normal pero parecer «tenso» o tener un aspec-
• Engrosamiento del conducto biliar to distendido. Se observa dilatación de vías biliares en el
• Abscesos hepáticos 75% de los pacientes. El cálculo obstructivo normalmente
La dilatación de VÍas biliares, cuando existe, se diagnosti- se aloja en el colédoco distal, pero puede ser móvil, ocasio-
ca bien mediante ecografía. Un diámetro del colédoco ma- nando una obstrucción intermitente. Rara vez se verá aire
'J Figura 6-14 Neumobilia. A, Abundante aire en los conductos centrales que se manifiestan como estructuras linea-
~ les ecogénicas paralelas a las venas porta. Obsérvese la sombra sucia (flecha) y el artefacto de reverberación. B,
=r::: '------
Aire en la vesícula. La neumobilia se suele extender a la vesícula. Obsérvese el artefacto de reverberación (flecha).
'o
·ü
oQ) dentro de los conductos y su presencia sugiere una fístula Norte de África y Sudamérica (sobre todo Perú y Bolivia) 27 .
ti)
colédoco-entérica, en ausencia de una manipulación biliar La infección está relacionada con el consumo de agua o
previa. Al igual que sucede en otras causas de colangitis, verduras crudas contaminadas por una larva (metacerca-
puede existir un engrosamiento del perímetro de la pared ria) de la F hepatica. La infección tiene dos estadios: la fa-
del conducto cístico y extenderse a la vesícula biliar. Pue- se aguda, que dura unos 3-5 meses y la fase crónica que
den observarse múltiples abscesos hepáticos pequeños (al- dura desde unos años a más de una década. La fas e aguda
guna vez agrupados en un lóbulo o segmento hepático), se relaciona con la migración de la larva inmadura a través
pero tienden a hacerse visibles en la ecografía cuando ex- de la pared del intestino, cápsula hepática y cavidad peri-
perimentan licuefacción y son un hallazgo tardío. toneal hasta llegar al parénquima hepático. Los pacientes
pueden presentar dolor en hipocondrio derecho, hepato-
Trematodos hepáticos megalia y fiebre prolongada. El destino final de las larvas
Fascioliasis. La infección por fascio/a hepática es endémi- es la vía biliar, donde madura el parásito y produce huevos
ca en muchas regiones del mundo, como Asia, Europa, e inicia la fase madura de la infección. La Fascio/a madura

'J Figura 6-15 Colangitis aguda bacteriana en una mujer de 22 años. A, Conducto biliar con engrosamiento de
~ pared (cabezas de flecha) y B, Vesícula con engrosamiento de pared que ayuda a diferenciar la colangitis bacteria-
na aguda de la colangitis esclerosante primaria, donde la vesícula se afecta solamente en el1 0%-1 5% de los ca-
sos. Obsérvese el cálculo en la vesícula.
es el trematodo más largo (20-40 mm de longitud), el pla-
no de perfil (1 mm de grueso) y puede detectarse directa-
mente dentro de los conductos biliares. Los síntomas se
relacionan con la obstrucción biliar con ictericia intermi-
tente, fiebre y abscesos intrahepáticos. La mitad de los pa-
cientes está asintomática en la fase crónica 27 .
El aspecto de la imagen de fas cioliasis depende de la fa-
se de infección. En la fas e aguda, la ecografía demuestra
signos inespecíficos de hepatomegalia, adenopatías hilia-
res y lesiones hipoecoicas o de ecogenicidad mixta 28.29
(Fig. 6-16). Las lesiones hepáticas con frecuencia son múl-
tiples y confluyen, son subcapsulares y mal definidas y
están presentes en ~90 % de los pacientes 29 . El hallazgo
específico es el trayecto migratorio de la larva, que se ma- <O
o
nifiesta por pequeños quistes en la periferia del hígado '3
con trayectos serpinginosos formando racimos, que se :t::
C.
l1l
aprecia mejor mediante la TC o RM3o. Estudios repetidos O
pueden mostrar únicamente la evolución de la enferme-
dad con la progresiva migración central de las lesiones y ..., Figura 6-16 Infección porfasciola hepática, fase
el rastro periportal que representa la linfangiectasia en la ~ aguda (parenquimatosa). Imagen oblicua a través
tríada portaPl. La ecografía es más útil en la fase ductal del lóbulo derecho que muestra lesiones hipoecoi-
cas mal definidas en el parénquima hepático. Los pacientes
crónica de la enfermedad, delimitando la dilatación duc-
suelen presentar fiebre y dolor (Cortesía de Dr. Adnan Kaba-
tal y los gusanos en los conductos y vesícula como mate- alioglu, Akdeniz University Hospital, Antalya, Turkey).
rial plano, a veces en movimiento (Fig. 6-17). Se detecta-
ron los trematodos vivos dentro de la vesícula biliar en el
37% de los pacientes en una serie de 87 pacientes 29 . Colangitis piógena recurrente
La colangitis piógena recurrente se conoce con otros
Clonorquiasis y opistorquiasis. El Clonorchis sinensis, nombres también, como hepatolitiasis y colangiohepa-
Opisthorchis viverrini y el Opisthorchis felineus son de una titis oriental. Se trata de una enfermedad caracterizada
morfología y ciclo vital similar, pero su distribución geográ- por una obstrucción biliar crónica, con estasis y forma-
fica es distinta. Todos ellos afectan gravemente la salud de ción de cálculos, que conducen a episodios recurrentes de
grandes poblaciones. El C. sinensis es endémico en el Este y colangitis piógena recidivante. Su incidencia es máxima
Sudeste de Asia; O. viverrini se observa en Camboya, Laos, en el Sudeste y Este asiático. Es rara y esporádica en otras
Tailandia y Vietnam y el o. feline us en Asia Central, Rusia y poblaciones. Aunque se ha querido relacionar con infec-
Ucrania 27 . La infección se adquiere por ingestión de pesca- ciones por trematodos (especialmente con C. sinensis), la
do crudo (carpa contaminada por larvas o metacercarias), malnutrición o la bacteriemia portal, la etiología de la co-
que migran a través de la ampolla de Vater siguiendo una langitis piógena recidivante sigue siendo desconocida 33 .
ruta ascendente por el conducto hepático, maduran y viven Puede afectarse cualquier segmento del hígado, pero el
dentro de conductos biliares pequeños y de mediano cali- segmento lateral del lóbulo izquierdo es el que se afec-
bre. El gusano maduro es más pequeño que la F hepatica y ta con mayor frecuencia. Las complicaciones agudas de la
mide 8-15 mm. En la fase aguda, la infección tiende a cursar enfermedad, principalmente la sepsis, puede ser fatal y
sin síntomas en el caso del C. sinensis y o. viverrini. La infes- requiere descompresión biliar percutánea o quirúrgica.
tación puede durar años o incuso décadas 27. La estasis y la inflamación crónica conducen finalmente a
En la imagen ecográfica, el C. sinensis yO. viverrini mues- una atrofia severa del segmento afectado. La cirrosis bi-
tran unos hallazgos similares que se observan en casos de liar y el colangiocarcinoma son complicaciones a largo
infestación moderada o severa 32 . La principal alteración plazo. El tratamiento de la hepatolitiasis se basa en dilata-
es una dilatación difusa de los conductos biliares intra- ciones biliares repetidas y en la extracción de cálculos 34.
hepáticos periféricos, normalmente con conductos cen- La ecografía se utiliza con frecuencia para cribado y
trales o extrahepáticos normales o mínimamente dilata- también para monitorizar la colangitis piógena 2s . El as-
dos (Fig. 6-18). La dilatación periférica se debe a la pecto típico en la ecografía es de unos conductos dilata-
predilección del gusano por estos conductos. La infección dos y rellenos de barro y cálculos, limitados a uno o más
activa se sospecha por el aumento de ecos periportales segmentos del hígado (Figs. 6-19 y 6-20). Los pacientes
(que sugeriría de edema) y focos ecogénicos flotantes en también presentan múltiples masas ecogénicas en el híga-
la vesícula biliar, que representan gusanos o detritus 32 . La do y requiere mucha atención percatarse de que éstos de
dilatación biliar puede pérsistir incluso después del trata- hecho están dentro de unos conductos extremadamente
miento. La infección crónica por estos trematodos se ha dilatados. Cuando se identifica un conducto dilatado, su 165
relacionado directamente con el colangiocarcinoma y se contenido puede ser hipoecoico o ecogénico y los cálculos
ha propuesto también como causa de colangitis piógena pueden no mostrar sombra acústica. Con la atrofia severa
recurrente. La imagen del o. felineus no se ha descrito de del segmento afectado, puede existir una mínima propor-
forma sistematizada. . ción de parénquima hepático y los conductos tortuosos y
=e
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Q)
rn

..., Figura 6-17 Infección por fasciola hepática, fase


~ crónica (biliar). A, Imagen transversal del lóbulo iz-
quierdo que muestra un conducto izquierdo dilata-
do y relleno de material ecogénico (flecha), debido al parási-
to y detritus. B, Imagen de CPRM que muestra el mismo
conducto dilatado (flecha). e, Proyección sagital de la vesí-
cula con una estructura flotante y plana, que es el parásito.
La detección del movimiento del parásito es patog nomóni-
ca. Los pacientes presentan pocos o ningún síntoma en la
fase crónica de la infección.

rellenos de cálculos pueden parecer simples masas hete- ecogénicas dentro de los conductos biliares. El aspecto es
rogéneas. similar al stent biliar, que debe descartarse de los antece-
dentes. En la proyección transversa el gusano redondo
Ascariasis rodeado por la pared del conducto tiene un aspecto como
El AscarÍs !umbrÍcoÍdes es un gusano redondeado que se de diana. El gusano puede enrollarse sobre sí mismo o
estima que infecta a la cuarta parte de la población mun- puede ocupar una porción del sistema de conductos, lle-
dial. Utiliza la vía oral-fecal para su transmisión y es más gando lejos dentro del parénquima hepático, cerca de la
frecuente en niños, probablemente por sus menores nive- cápsula o dentro de la vesícula biliar. El movimiento del
les de higiene 3s • El gusano tiene una longitud de 20-30 cm gusano durante la exploración facilita el diagnóstico.
y hasta 6 cm de diámetro. Es activo dentro del intestino Cuando la infestación es grave, pueden existir múltiples
delgado y puede penetrar por el árbol biliar de forma re- gusanos uno sobre otro dentro del conducto distendido,
trógrada a través de la ampolla de Vater ocasionando obs- con aspecto de espaguetis. En ocasiones los gusanos se
trucción biliar aguda. Generalmente los pacientes infecta- muestran como un defecto de repleción amorfo yecogéni-
dos están asintomáticos, pero pueden acudir por cólicos co, haciendo el diagnóstico muy difícil 3s •
biliares, colangitis, colecistitis alitiásica o pancreatitis.
166 El aspecto de la ascariasis biliar en la ecografía depende Colangiopatías del VIH
del número de gusanos dentro de los conductos biliares También llamada colangitis del SIDA, la colangiopatía
en el momento del estudio. Casi siempre se identifica un del VIH es un proceso inflamatorio que afecta a las vías
sólo gusano que parece como un tubo o líneas paralelas biliares en' los estadios avanzados de la infección por el
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C.
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'tJ Figura 6-18 Infección por c/onorquis sinensis.


~ A, Proyección transversal que muestra conductos
periféricos dilatados sin causa obstructiva aparen-
te. Se observan otros conductos periféricos dilatados en
otras zonas del hígado (no mostrado). B, TC del mismo
conducto dilatado. C, Imagen transversal a través dellóbu-
lo derecho en la que se aprecia un conducto hepático de-
recho central de calibre normal (cabeza de flecha), un ha-
llazgo habitual. Los pocos conductos dilatados implican
una infestación leve.

167

'tJ Figura 6-19 Colangitis piógena segmentaria recurrente. A, Ecografía transversal y B, TC que muestra una se-
~ vera atrofia del segmento 3 (flechas) alrededor de unos conductos anormales y rellenos de cálculos.
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ca
ca
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CII
ti)

..., Figura 6-20 Colangitis piógena recurrente. A, CPRM axial a través del hígado que muestra unas vías biliares
~ muy dilatadas y rellenas de cálculos. B, Imagen ecográfica transversal del lóbulo derecho que muestra un gran
cálculo (asterisco) en el conducto derecho posterior dilatado, que se corresponde con anomalías en la proyección
en la CPRM (asterisco en A). C, Cálculo enorme en el conducto central (flecha) con sombra acústica posterior marcada. D,
Múltiples cálculos pequeños en el lóbulo izquierdo, que simulan una masa ecogénica conglomerada en la ecografía. Se
trata del aspecto más habitual de la colangitis piógena recurrente, especialmente cuando se acompaña de atrofia del pa-
rénquima hepático.

virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) (SIDA, sín- • Dilatación del colédoco ocasionada por una papila de
drome de inmunodeficiencia adquirida). Casi siempre es Vater inflamada y estenosada (estenosis papilar). La
secundaria a infecciones oportunistas y por ello ocurre en propia papila inflamada puede apreciarse como un nó-
pacientes con recuentos de CD4 menores de 100. Los pa- dulo ecogénico que protruye en el conducto distaJ37.
cientes acuden por dolor intenso en hipocondrio derecho • Engrosamiento difuso de la pared de la vesícula biliar,
o epigástrico, tinte colostático no ictérico y unos valores que se aprecia con mucha mayor frecuenci a que en la
muy elevados de la fosfatasa alcalina con biJirrubina nor- colangitis esclerosante primaria 38 .
mal. En la mayoría de los pacientes se identifica un pató-
geno; normalmente se trata del Cryptosporidium o con
Enfermedades de vías biliares relacionadas
menor frecuencia citomegalovirus 36 .
con patología autoinmune
Se ha recomendado la ecografía como primera prueba
de imagen en la evaluación de la colangiopatía del VIH Cirrosis biliar primaria y colangitis autoinmune
(Fig. 6-21). Una ecografía negativa descarta de forma efi- La cirrosis biliar primaria y la colangitis autoinmune
caz la enfermedad. Los hallazgos son los siguientes: (también llamada colangiopatía auto inmune ) afecta a
• Pared de las vías biliares engrosada, tanto extra- como conductos que son demasiado pequeños para apreciarse
intrahepática en imagen. Solamente se pueden detectar los cambios ma-
• Estrechez focal y dilatación idéntica a la colangitis es- croscópicos de la arquitectura hepática relacionados con
-c1erosante primaria la cirrosis biliar. La cirrosis biliar, como consecuencia de
lO
O
'3
:t:::
Q.
C'CI
O

..., Figura 6-21 Colangiopatía del VIH. A, Vía biliar intrahepática. Obsérvese el tejido ecogénico (cabezas de flecha)
~ rodeando la tríada portal central y la estrechez irregular ocasionada en los conductos biliares. B, Colédoco dilata-
do y su pared mínimamente irregular. C, Estenosis papilar. El colédoco dilatado se afila de forma abrupta en una
ampolla inflamada y ecogénica (cabeza de flecha). D, Proyección transversa de la ampolla (flecha), aumentada y ecogénica,
vista en la parte caudal de la cabeza pancreática.

cualquier causa de obstrucción biliar difusa se manifiesta La colangitis esclerosante primaria (CEP) es una enfer-
como un hígado difusamente aumentado salvo que el hí- medad crónica que afecta a toda la vía biliar. El proceso
gado esté en una fase terminal. consiste en una inflamación fibrosante de los conductos
biliares pequeños y grandes, que conduce a estenosis bi-
Colangitis esclerosan te primaria liar y colostasis y finalmente cirrosis biliar, hipertensión
La colangitis esclerosante es una enfermedad inflamato- portal y fallo hepátic0 39,4o, Se produce más frecuentemen-
ria crónica que afecta a las vías biliares. El término prima- te en hombres, con una edad media de 39 años en el mo-
ria se aplica a la colangitis esclerosante cuando no se co- mento del diagnóstic0 35 . Alrededor del 80% de los pacien-
noce la etiología de la enfermedad. tes padecen una enfermedad inflamatoria intestinal

CAUSAS DE COLANGITIS ESCLEROSANTE SECUNDARIA


• Colangitis esclerosante relacionada con IgG4 • Estenosis isquémica de los conductos biliares
• Colangiopatía del VIH • Estenosis tóxica relacionada con la infusión
./'
• Neoplasia del conducto biliar* intraarterial de floxuridina
• Cirugía y trauma del tracto biliar • Después del tratamiento del quiste hidatídico
• Coledocolitiasis • Colangitis esclerosante primaria
• Alteraciones congénitas del tracto biliar
Modificado de Narayanan Menon KV, Wiesner RH, Etiology and natural history of primary sclerosing cholangitis.
J Hepatobiliary Pancreat Surg 1999;6:343-351.
*Colangitis esclerosante primaria no determinada previamente
concomitante, habitualmente una colitis ulcerosa, pero No existen estudios sistematizados que comparen el as-
esta asociación es menos frecuente en países no occiden- pecto en proyección transversal de la colangitis debida a
ca tales. También puede coexistir con otros trastornos au- IgG 4 Y la colangitis esclerosante primaria. Diversos ha-
o toinmunes o patología esclerosante sistémica, como la fi- llazgos permiten diferenciar o al menos remitir al pacien-
'o
'ca brosis retroperitoneaP3. te a los especialistas correspondientes para que conti-
...o>-
'- La mayoría de los pacientes diagnosticados de colangi-
tis esclerosante primaria están asintomáticos. La ecogra-
núen los estudios. En la enfermedad por IgG 4 el paciente
suele ser más anciano y la enfermedad puede resolver
ca fía es la clave dentro de la evaluación multimodalidad que espontáneamente o mejorar. En nuestra experiencia el en-
o requieren los pacientes con esta patología. La alta resolu- grosamiento de la pared del conducto bil iar puede ser
'S;
:G) ción espacial de los ultrasonidos permite la detección de mucho más pronunciada que en la CE P y puede simular
a. pequeños cambios precoces que pasarían inadvertidos una masa. Las constricciones son más importantes, pero
ca con la CPRM. Los hallazgos ecográficos consisten en en- la irregularidad de la mucosa, que es un facto r importante
e grosamientos irregulares del perímetro de la pared del en la CEP, es difícil de apreciar aquí. Muchos pacientes con
E conducto biliar de diverso grado, que invaden o estrechan colangitis por IgG 4 tienen afectación de otros órganos
o
't:J la luz (Fig. 6-11). Aparecen estrecheces focales y dilata- .que pueden estudiarse durante el estudio. Así, la afecta-
JJ
ción pancreática confirma prácticamente el diagnóstico.

-
ca ciones de los conductos biliares. La enfermedad extrahe-
ca
,- pática es más fácil de visualizar. Se necesita un alto grado Muchos de los cambios mejoran a las pocas semanas del
E de sospecha y exploración minuciosa de la tríada portal comienzo del tratamiento con corticoides.
C) en todos los segmentos hepáticos para detectar la afecta-
o Colangiocarcinoma
o ción ductal. La irregularidad de la mucosa biliar engro-
w sada es una clave que debe buscarse. Un estudio prelimi- El colangiocarcinoma es una neoplasia poco frecuente
=c: nar sugirió un aspecto falsamente normal de los conductos que puede surgir de cualquier porción de las vías bilia-
'o biliares intrahepáticos en el 25% de los pacientes 36 . La res. Su incidencia varía según demografía y es máxima
'13 vesícula biliar y conducto cístico están afectados en el en poblaciones con factores de riesgo cono cidos. La inci-
(,)
Gl
en 15%-20% de los pacientes 37 . La coledocolitiasis, que se dencia global oscila desde 1-2/100.000 en EE. UU., 2-6
creyó que descartaba la enfermedad, ahora se reconoce en países occidentales, 5,5 en Japón y llega incluso hasta
como una complicación y se detecta con mayor frecuencia el 80-130 por 100.000 en la parte Noreste de Tailandia,
en pacientes sintomáticos 38 . En casos más avanzados se donde el trematodo Opisthorchis viverrin i es endémi-
aprecian los hallazgos habituales de la cirrosis. C0 42 ,43. La frecuencia del colangiocarcinoma aumenta con
El colangiocarcinoma se desarrolla en el 7%-30% de la edad, con un pico de incidencia en la 8 .ª década. Mu-
los pacientes con colangitis esclerosante primaria y su chos colangiocarcinomas son esporádicos, pero existen
diagnóstico es especialmente difícil en este contexto. 40 La varios factores de riesgo, habitualm ente relacionados
rápida progresión de la enfermedad o el desarrollo de una con la estasis e inflamación crónica de las vías biliares.
masa visible son muy sugestivos de esta complicación. Es La colangitis esclerosante primaria es el factor de
necesario el trasplante hepático en las fases tardías de la riesgo más habitual de colangiocarcinoma en el mundo
enfermedad. Por desgracia, la enfermedad puede recidivar occidental. El riesgo a lo largo de toda la vid a de desarro-
en el órgano trasplantado entre el 1-20% de los pacientes41. llar un colangiocarcinoma detectable en estos pacientes
es de alrededor del 10%44. El factor de riesgo más común
Colangitis relacionada con IgG 4 en otras poblaciones son las infecciones b ilia r es recu-
La colangitis relacionada con la IgG es una manifestación rrentes y la litiasis biliar.
biliar de la fibroesclerosis sistémica multifocal. La etiolo- Los colangiocarcinomas se clasifican según la localiza-
gía exacta de la enfermedad es desconocida pero se asocia ción anatómica: intrahepáticos, tambi én llamados peri-
a una elevación de la inmunoglobulina G sérica y específi- féricos (aprox.10%); hiliares, también llamados de Klatskin
camente de la IgG subtipo 4 en la mayoría de los pacien- (aprox. 60%) y distales (aprox. 30%)45. Aproximadamen-
tes. En el abdomen, los órganos que se afectan con mayor te el 90% de colangiocarcinomas son adenocarcinomas,
frecuencia son el páncreas, como causa de la pancreatitis siendo los carcinomas escamosos el siguiente subtipo
autoinmune, seguida de las vías biliares y vesícula biliar, más frecuente 46 . Macroscópicamente los colangiocarci-
los riñones (nefritis intersticial) y el retroperitoneo (fi- nomas se dividen en tres subtipos: esclerosante, nodular y
brosis retroperitoneal). También es frecuente el antece- papilar. Los dos primeros subtipos con frecuencia coexis-
dente de enfermedad de las glándulas lacrimales o saliva- ten. Los tumores noduloesclerosantes son el subtipo
les. La enfermedad predomina en pacientes ancianos y es más frecuente y aparecen como una masa co mpacta que
más frecuente en varones. La enfermedad tiende a res- rodea y estrecha el conducto afectado, con un componente
ponder a corticoides, a diferencia de la colangitis escle- intraductal nodular. La mayoría de los colangiocarcinomas
rasante primaria. La colangitis por IgG 4 afecta tanto a los hiliares son de la variedad nodular esclerosante. Estos tu-
conductos grandes como a los pequeños. Existe un infil- mores inducen una reacción desmoplástica muy llamativa
trado linfoplasmocítico alrededor de los conductos con y muestran un patrón periductal, perineural y linfático de
fibrosis asociada como causa de constricciones y que si no diseminación a lo largo de los conductos, así como suben-
se trata pueden llevar a la cirrosis. Dada la similitud en la dotelial dentro de los conductos. El colangiocarcinoma
imagen con la colangitis primaria esclerosante hasta hace papilar representa aproximadamente el 10% de estos tu-
poco tiempo se han confundido estas enfermedades. mores y son los más comunes en el colédoco distal. Los pa-
cientes debutan como una masa polipoide intraductal que tumores tienen un pronóstico mucho mejor y se piensa que
expande, más que estrechar, el conduct0 45 ,47,48, histológicamente son distintos de los colangiocarcinomas
El pronóstico global de los colangiocarcinomas es malo, intrahepáticos, recordando los tumores papilares de los
En una serie numerosa de un solo centro la supervivencia conductos biliares extrahepáticoss 3,s7, El aspecto más habi-
a los 5 años para pacientes con colangiocarcinoma intra- tual del colangiocarcinoma intrahepático intraductal es el
hepáticos, hiliar y distal fue del 23%, 6% Y 24%, respecti- de una o varias masas polipoides que quedan confinadas a
vamente y mejoró a solamente al 44%, 11 % Y 28% en pa- los conductos biliares, La abundante producción de mucina
cientes sometidos a resección 49 , puede ocasionar dilataciones importantes en los conductos
lobares y distales afectados (Fig, 6-23). Una forma de pre-
Colangiocarcinoma intrahepático sentación más inhabitual es como una masa sólida dentro
Los colangiocarcinomas intrahepáticos, también llama- de la estructura quística que representa un tumor dentro
dos colangiocarcinomas periféricos, son la localización de un conducto extremadamente dilatado que no se comu-
menos frecuente de los colangiocarcinomas, pero repre- nica con las vías biliares (Fig. 6-24).
sentan la segunda neoplasia por frecuencia del hígado,
Proceden de ramas de segundo o mayor orden de las vías Colangiocarcinoma hiliar
biliares dentro del hígado y su origen histológico es dis- La identificación correcta y estadiaje del colangiocarcino-
tinto que el de los conductos extrahepáticos, La incidencia ma hiliar es compleja con cualquiera de las modalidades
del colangiocarcinoma intrahepático ha crecido drástica- de imagen, Esto se debe a la naturaleza desmoplástica
mente en las últimas décadas, en parte debido al aumento del tumor (que causa formación de tejido fibroso), sus pa-
en el número de pacientes con cirrosis e infecciones pro- trones peribiliares y subendoteliales de crecimiento y la
longadas por hepatitis C50, Recientemente se la identifica- anatomía compleja del hilio hepático, con estructuras que
do también la hepatitis B como un factor de riesg0 51 , Estos quedan justo por fuera del hígado y están rodeadas de te-
tumores se asocian con un mal pronóstico debido a que la jido conectivo. Los ultrasonidos juegan un importante pa-
masa con frecuencia es irresecable 52,53. pel tanto en la detección como en el estadiaje de los co-
La manifestación más habitual del colangiocarcinoma langiocarcinomas debido a que con frecuencia son la
intrahepático es una masa grande intrahepática, Su aspec- primera modalidad en la evaluación de estos tumores,
to en la ecografía suele ser el de una masa sólida hipovas- Además, la ecografía con frecuencia se realiza antes de
cular con ecogenicidad heterogénea que puede mostrarse cualquier manipulación biliar y colocación de stent. Pues-
hipoecoico, isoecoico o hiperecoico (Fig, 6-22). Un signo to que la intervención biliar con frecuencia suele enmas-
útil para la diferenciación del carcinoma hepatocelular carar la enfermedad intraductal y ocasiona un engrosa-
(CHC) es una incidencia muy superior de obstrucción miento secundario del conducto biliar, la ecografía debe
ductal, que se ha referido del 31 % en los colangiocarcino- ser la única modalidad de sección transversal para eva-
mas intrahepáticos y de solamente el 2% en los CHC54,55, luar conductos no manipulados, La mayoría de los pacien-
Sin embargo, una metástasis hepática puede cursar con tes con colangiocarcinoma hiliar acuden a su estudio eco-
obstrucción ductal intrahepática y en tal caso podría ser gráfico con ictericia, prurito y parámetros de colostasis
indistinguible 56 , hepática elevada o con síntomas vagos y elevación de fos-
Una manifestación mucho más infrecuente de colangio- fatasa alcalina y gammaglutamiltranspeptidasa.
carcinoma intrahepático es una masa exclusivamente in- Patrones de crecimiento tumoral. El colangiocarcino-
traductaL Estas masas polipoides distienden los conductos ma hiliar suele comenzar con frecuencia bien en el con-
afectados, con frecuencia de tercer y cuarto orden y se dise- ducto biliar izquierdo o en el derecho y se extiende tanto
minan dentro del conducto que rellenan con mucina, Estos proximalmente por ramas de órdenes superior como dis-

171
..., Figura 6-22 Colangiocarcinoma periférico. A, Ecografía y B, RM potenciada en T2 de una masa 'sólida que
~ engloba la vena hepática derecha, No es posible la diferenciación con metástasis a partir de estas imágenes,
fttJ Figura 6-23 Tumor papilar intraductal de los conductos biliares productor de mucina. A, Ecografía : :s,]
~ CPRM que muestran un tumor papilar que emerge del conducto hepático común (fecha) y ocasiona una d ilatación
ductal difusa debido a una excesiva producción de mucina.
----------------------
talmente por dentro del CHC y conductos biliares contra- de la vena porta, lleva a la atrofia del lóbulo implicado. La
laterales. La diseminación del tumor puede ser sub- enfermedad nodular comienza con frecu encia en el hilio
=c: endotelial o dentro del tejido conjuntivo peribiliar, que portal y dentro del ligamento hepatoduodenal (ganglios
'o
'(3 conduce a obstrucción o estenosis ductal irregular. Los locales) y se extiende a las estaciones celíaca, mesentérica
u
Q) tumores también se extienden por fuera de los conductos superior, peripancreática y pancreatoduodenal posterior
ti)
para afectar a vena porta y arteria adyacente. La obstruc- (ganglios distantes) S8. Las metástasis suelen ser hepáticas
ción crónica, especialmente si se acompaña de afectación yen la superficie peritoneal.

fttJ Figura 6-24 Colangiocarcinoma intrahepático intraductal.


~ A, Tomografía computarizada y S, Ecografía en la que se apre-
cia una masa sólida y quística en el lóbulo derecho hepático. C,
Ecografía intraoperatoria que demuestra la masa totalmente dentro de
un conducto extremadamente dilatado. Se objetivó un colangiocarcino-
ma de bajo grado en el estudio anatomopatológico.
Tratamiento y estadiaje. El tratamiento curativo del co- cuencia subestime la extensión tumoral 62 • La atrofia 10-
langiocarcinoma requiere su resección quirúrgica. La gran bar conduce a la tortuosidad de los conductos biliares y,
mayoría de los pacientes con una enfermedad ya irreseca- en caso de larga evolución, a una desviación en el eje del
ble mueren antes de los 12 meses de su diagnóstic0 45 • El hígado derivado de la hipertrofia del lado contralateral. La
abordaje quirúrgico actual de los pacientes con colangio- atrofia del lóbulo se suele acompañar de obliteración de
carcinoma hiliar es la resección del lóbulo afectado con di- su vena porta y proscribe la resección. Las diferencias en
sección hiliar extensa para extraer el tumor extendiéndose la ecogenicidad portal por diversos grados de obstruc-
al lóbulo contralateral (Iobectomía ampliada). Se crea una ción ductal y vascular entre dos lóbulos es un hallazgo in-
anastomosis bilioentérica que permita el drenaje biliar. Ac- frecuente (Fig. 6-27).
tualmente no existen sistemas de estadiaje de uso generali- Las venas porta principal, derecha e izquierda deben
zado que permitan estratificar con seguridad a los pacien- evaluarse con escala de grises y Doppler color. El estre-
tes en función de que sean resecables quirúrgicamente. Sin chamiento de las venas porta derecha o izquierda condu-
embargo, Jarnagin y cols. 58 propusieron un sistema que ce a un flujo compensatorio aumentado en la arteria he-
permite un estadiaje preoperatorio del colangiocarcinoma pática acompañante. Cuando se observa una señal arterial <D
hiliar. Puesto que se realiza una lobectomía, el resto del pa- prominente en el Doppler color, el flujo venoso portal de- o
'S
rénquima hepático, vena porta, arteria hepática y al menos be estudiarse con cuidado (Fig. 6-27). Un tumor que cu- ~
o.
cierta longitud proximal del conducto biliar lobar (rama de bre, estrecha u oblitera la vena porta principal o la propia 10
O
primer orden del CHC) deberá quedar libre de enfermedad. arteria hepática hace que el tumor sea irresecable, salvo
La vena porta principal y la propia arteria hepática ideal- que se plantee una resección en bloque de los vasos. La
mente también deberían quedar libres de enfermedad. El detección de una infiltración tumoral extrahepática y las
resto del hígado no debe presentar una atrofia importante, metástasis peritoneales precoces son difíciles de detectar
que podría no soportar la funció n hepática. Aunque los mediante ecografía y se recomiendan la TC y RM como
ganglios regionales pueden extirparse en bloque con el tu- ayuda para la evaluación preoperatoria.
mor, una afectación ganglionar distal proscribe la resec- Evaluación mediante ecografía con medios de contras-
ción. Los avances en las técnicas quirúrgicas permiten ac- te. Algunos medios de contraste ecográfico persisten en el
tualmente anastomosis bilioentéricas utilizando conductos parénquima hepático después de una fase intravascular
de segundo orden y resección vascular con reconstrucción. breve. En esta fase postvascular hepatoespecífica de realce
Por ello, los criterios de resecabilidad varían en función de aumenta el contraste de forma clara entre el parénquima
la edad del paciente y de las preferencias quirúrgicas. hepático y los tumores invasivos que no muestran realce.
Evaluación mediante ecografía convencional y Doppler. Por ello, el componente invasivo del colangiocarcinoma
La evaluación precisa del colangiocarcinoma requiere un (que no se aprecia en una minoría de pacientes) se hace
abordaje hábil y paciente por un médico concienzudo. El visible en casi todos, si no en la totalidad 62 (Fig. 6-28). La
uso de varias proyecciones y posiciones del paciente, ade- capacidad de visualizar el tumor invasivo directamente
más de la familiaridad con las vías biliares y variantes co- también permite un rendimiento mejorado de la ecografía
munes mejora claramente el ren dimiento ecográfico. Una en el estadiaje del colangiocarcinoma hiliar 62 • La fase hepa-
vez que se detectan unos conductos intrahepáticos di- toespecífica del realce se debe a la captación de contraste
latados, se evaluarán los siguientes parámetros: por las células de Kupffer y solamente ocurre con algunos
• Nivel de obstrucción medios de contraste de primera y segunda generación63 •
• Existencia de masas
• Atrofia lobar Colangiocarcinoma distal
• Permeabilidad de las venas porta principal, derecha e El colangiocarcinoma distal es clínicamente indistingui-
izquierda. ble del hiliar yen el 75%-90% de los pacientes cursa con
• Afectación de la arteria hepática
• Adenopatías locales o a distancia
CRITERIOS DE IRRESECABILlDAD
• Presencia de metástasis.
La dilatación de conductos biliares intrahepáticos de
DEL COLANGIOCARCINOMA HILlAR
mayor orden sin unión de los conductos derecho e izquier- • Afectación del conducto hepático hasta las
do es el aspecto clásico del colangiocarcinoma hiliar 56 ramas biliares secundarias bilateralmente
(Figs. 6-25 y 6-26). Cuando se detectan, los conductos dila- • Afectación u oclusión de la vena porta
tados deben rastrearse en dirección al hilio hepático para principal proximal a su bifurcación
establecer el orden de rama afectada por el tumor (con-
• Atrofia de un lóbulo hepático con afectación
ductos segmentarios y mayores o conductos hepáticos de-
de la rama de la vena porta contralateral
recho/izquierdo). La extensión tumoral bilateral en los
segmentos de conductos contraindica la resección. • Atrofia de un lóbulo hepático con afectación
El tumor que obstruye no siempre se visualiza mediante contralateral de ramas biliares secundarias
ecografía. Las tasas de detección ecográfica de masa osci- • Metástasis distantes (peritoneo, hígado y
lan entre el 21 %-87%, siendo los estudios más recientes pulmón)
los que muestran tasas más altas 59-61 . Cuando una masa no De Jarnagin WR, Cholangiocarcinoma ofthe extrahepatic
se visualiza directamente, su presencia puede deducirse bile ducts, Semin Surg Dncol 2000;19 :156-176.
por el nivel de obstrucción, aunque puede que con fre-
=

..., Figura 6-25 Colangiocarcinoma hiliar resecable. A, Imagen sagital del lóbulo derecho que muestra un tumor
~ invasivo ecogénico sin dilatación segmentaria de los conductos de los segmentos 8 y 5, que indica una afectación
de ramas de segundo orden. B, Proyección transversal del lóbulo central izquierdo en la que se muestra un tumor
(asterisco) que obstruye el conducto hepático izquierdo distal (flecha) y un segmento 4 aberrante (cabeza de flecha). C, Ima-
gen de RM en T2 coronal que confirma los hallazgos de la ecografía de un tumor central que obstruye el conducto hepáti-
co izquierdo (flecha) y conducto aberrante del segmento 4 (cabeza de flecha). D, Imagen transversal del hilio hepático que
traza el tumor (asterisco) estrechando la vena porta derecha y desplazando las ramas de la arteria hepática derecha (flecha).
E, Imagen de Doppler (mismo plano que D) que confirma la afectación de la arteria hepática derecha. F, Imagen correspon-
diente de Te en fase arterial que también muestra el íntimo contacto del tumor (asterisco) con las ramas de la arteria hepá-
tica derecha (flecha). El tumor no se extiende en la profundidad del lóbulo izquierdo y las arterias principal e izquierda y
vena porta no están afectadas; por ello, el paciente fue sometido a una hepatectomía extendida del lado derecho.
una ictericia progresiva 45 . Aunque el subtipo de esclero- ria hepática común. Es frecuente la diseminación a los
sis nodular sigue predominando, se ven a menudo masas ganglios linfáticos adyacentes al tumor, y la diseminación
polipoides. La resección quirúrgica es el tratamiento a ganglios más distantes como el celíaco, mesentérica su-
más efectivo, por lo que es vital una búsqueda minuciosa perior y regiones periportales, proscribe la resección 45 . El
de una posible diseminación que proscribiría la resección. abordaje quirúrgico de un colangiocarcinoma distal es
El tumor puede extenderse localmente en dirección cra- una pancreatoduodenectomía.
neal dentro de los conductos, incluso afectando al cístico y En la ecografía el colangiocarcinoma muestra un aspec-
los conductos hepático derecho e izquierdo. Por ello tiene to variable. Un tumor polipoide se manifiesta como una
que quedar claramente determinada la extensión superior masa intraductal de conducto en expansión y bien defini-
del tumor. El tumor también puede extenderse más allá de da, casi siempre sin vascularidad interior (Fig. 6-29). El
las paredes del conducto. Los pacientes pueden acudir con tumor nodular-esclerosante ocasiona una constricción
una masa obstructiva distal con un aspecto idéntico al del ductal focal irregular y un engrosamiento de la pared duc-
adenocarcinoma pancreático. Es preciso determinar el es- tal. En la enfermedad más avanzada, el tumor se muestra
tado de las estructuras vasculares adyacentes, incluidas como una masa hipovascular e hipoecoica con bordes mal co
las venas mesentéricas superior y hepática común y arte- delimitados que invaden estructuras vecinas o
"3
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Q.
ca
()

..., Figura 6-26 Colangiocarcinoma hiliar irresecable. A, Conductos intrahepáticos izquierdo y derecho dilatados
~ sin unión central, como se aprecia, característicos del colangiocarcinoma. La determinación del nivel de obstruc-
ción es clave para evaluar si es resecable. B, Proyección del lóbulo derecho, los conductos derecho anterior y
posterior (cabezas de flecha) se aproximan entre sí, pero nunca se juntan para formar el conducto hepático derecho. C, En
175
la proyección para el lóbulo izquierdo, las ramas de segundo y tercer orden finalizan de forma abrupta, bloqueadas por el
tumor. Puesto que el tumor afecta por completo a las ramas de primer orden (conductos hepáticos izquierdo y derecho) en
ambos lados, es irresecable. D, El tumor también afecta y estrecha la vena porta izquierda.
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\J Figura 6-27 Hallazgos secundarios en un colangiocarcinoma hiliar. A, Diferenciación en la ecogen icidad lobar.
~ El lóbulo derecho hepático está demarcado por el izquierdo por su mayor ecogenicidad. El sistema biliar derecho
está obstruido por el tumor centralmente. B, Arterias hepáticas con flujo compensatorio aumentado . Se obser-
va claramente cómo las ramas de la arteria hepática están aumentadas (flechas) a cada lado de la rama ascendente de la
vena porta izquierda, al tiempo que se aprecia que no existe flujo en la vena porta. Este hallazgo sugiere una estenosis
severa u obstrucción de la vena porta. C y D, Atrofia lobar. Marcada atrofia del lóbulo derecho con hipertrofia compensa-
dora del lóbulo izquierdo. Asteriscos. Segmento medial del lóbulo izquierdo aumentado. E y F, Atrofia lobar. Marcada
atrofia del lóbulo izquierdo hepático. A pesar del pequeño tamaño, ensanchamiento de la cisura del ligamento venoso
(flechas) y márgenes hepáticos cóncavos como signos secundarios. F, RM axial SSFSE en T2 con hallazgos similares .

.., Figura 6-28 Colangiocarcinoma: evaluación convencional frente a con contraste. A, Imagen rutinaria en es-
~ cala de grises que demuestra conductos dilatados que terminan de forma abrupta. El tumor no es visible. B, Ima-
gen con realce mediante Levovist obtenida en fase postvascular que define claramente los bordes del tumor no
resaltado.
Metástasis de vías biliares
Las metástasis de vías biliares simulan diversos aspectos CAUSAS DE NO VISUALIZACIÓN
y afectan tanto a los conductos intra como extrahepáticos DE LA VESÍCU A
(Fig. 6-30). Los antecedentes de neoplasias actuales o en
• ColecistectomÍa previa
el pasado junto con lesiones múltiples deben sugerir me-
tástasis. En nuestra experiencia, la mama, colon y piel
• Contracción fisiológica
(melanoma) son los primarios más habituales de las neo- • Conducto fibrosado de la vesícula biliar;
plasias respectivas. colecistitis crónica .-
• Vesícula llena de aire o colecistitis
enfisematosa
• Barro edematizante
• Agenesia de vesícula
• Localización ectópica
Anatomía y variantes de la normalidad CD
La vesícula es un órgano con forma de pera que queda en o
:i
el borde inferior del hígado, entre los lóbulos derecho e cie hepática, adquiere una cobertura peritoneal (parte de la ~
Q.
izquierdo (Fig. 6-31). La vena hepática media queda en el cápsula hepática) sobre el 50%-70% de su superficie 1o . El ro
O
mismo plano anatómico y sirve para localizar la fosa de la resto de la vesícula está recubierta por tejido de adventicia
vesícula biliar. La cisura interlobar, la tercera estructu- que se funde con el tejido conectivo en contigüidad con el
ra que separa los lóbulos hepáticos, se extiende desde el hígado. En los procesos enfisematosos generalizados o en
origen de la vena porta derecha hasta la fosa de la vesícula la inflamación local, este espacio potencial entre la vesícula
biliar. Esta cisura se ha visto en hasta el 70% de los estu- y el hígado es una zona habitual para el edema. El fallo en la
dios ecográficos hepáticos 64 y también sirve como refe- migración puede conducir a una vesícula intrahepática (o
rencia para la fosa de la vesícula biliar. La vesícula biliar se parcialmente intrahepática), un hallazgo raro pero impor-
divide en fundus, cuerpo y cuello. El fundus es el segmen- tante ya que impide la cirugía laparoscópica65 (Fig. 6-32).
to más anterior, y con frecuencia inferior. En la región del Por el contrario, la vesícula puede quedar totalmente recu-
cuello de la vesícula, puede existir un infundíbulo llama- bierta por una cobertura peritoneal, pendiendo del mesen-
do bolsa de Hartmann, que es una localización habitual terio que se extiende desde el hígado. Esto conduce a una
para la impactación de los cálculos 10. mayor movilidad de la vesícula y parece ser un factor de
La vesícula deriva de una evaginación del árbol biliar em- riesgo para la presentación de una rara complicación: la
brionario. La porción proximal de la evaginación forma el torsión (o vólvulo) de vesícula 66 .
conducto cístico y la porción distal forma la vesícula biliar. Cundo no se puede identificar la vesícula en la ecografía
Dentro del conducto cístico (yen ocasiones del cuello de la casi siempre se debe a una colecistectomÍa previa. En oca-
vesícula) existen pliegues mucosos llamados válvulas es- siones, una colecistitis crónica que conduce a una vesícula
pirales de Heister, que a veces se pueden identificar en la colapsada y fibrosada hace que su detección sea compleja.
ecografía. Durante el desarrollo inicial, la vesícula está en La agenesia de vesícula es rara y se observa en el 0,09% de
una posición intrahepática, pero cuando migra a la superfi- la población 67 . Aunque la mayoría de las veces se trate de

177
~ Figura 6-29 Colangiocarcinoma distal. Masa sólida intraductal polipoide (flechas) dentro del colédoco, ocasio-
~ nando obstrucción ductal.
=c:
'o

u
al
en

..., Figura 6-30 Metástasis en las vías biliares: espectro de aspectos. A, Masa ecogénica totalmente intraductal
~ que obstruye el lóbulo hepático. S, Infiltración de pared periductal/ductal (cabezas de flecha) con obliteración del
conducto hepático izquierdo. e, Tumor hiliar mal delimitado con obstrucción ductal. D, Tumor intraductal ecogé-
nico (flecha) dentro de los conductos extrahepáticos. En todos los casos, el tumor simula un colangiocarcinoma. El diag-
nóstico en las cuatro imágenes fue una metástasis de un carcinoma de mama.

un hallazgo accidental, la dilatación del conducto biliar y que separa los componentes. La duplicación de la vesÍcu-
coledocolitiasis puede producirse con la agenesia de vesí- la con frecuencia sucede junto con la duplicación del con-
cula, que conduce a un intento de colecistectomía en algu- ducto cístico y puede diagnosticarse de forma prenatal.
nos pacientes. En la mayoría de los casos, el conducto císti- Las variaciones del conducto cístico se tratan en la sec-
co también está ausente. Cuando no se pueda visualizar la ción de anatomía de la vía biliar.
vesícula en la ecografía en pacientes sintomáticos será La vesícula recibe su irrigación de la arteria cística,
aconsejable la TC o CPRM para evitar un procedimiento in- que surge de la arteria gastroduodenal. En la colecistitis
necesario. La vesícula puede también estar en una posición aguda puede detectarse una arteria cística prominente.
ectópica, como suprahepática, suprarrenal, dentro de la
pared abdominal anterior o en el ligamento falciforme 1o. Técnica ecográfica
La vesícula puede plegarse sobre sí misma, el cuerpo so- La evaluación de la vesícula se realiza habitualmente con
bre el cuello o el fundus sobre el cuerpo. Esta última es la ecografías rutinarias en proyecciones sagital y transversal.
llamada en gorro frigio y no tiene ninguna relevancia clí- Si la vesícula no se visualiza, sin embargo, son imprescindi-
178 nica. Una vesícula tabicada está compuesta por dos o bles las maniobras específicas para evaluar la vesícula yasí
más compartimentos intercomunicados divididos por evitar que se pase por alto patología vesicular. Esto se hace
septos finos I D, lo cual se diferencia de la vesícula en porce- primero mediante ecografías oblicuas subcostales, realiza-
lana (ver Adenomiomatosis), que tiene un tabique grueso das con el borde izquierdo del transductor más craneal que
el borde derecho. La cara del transductor se dirige hacia el bre todo por carbonato cálcico 70 • Con frecuencia se asocia
hombro derecho. Un desplazamiento del transductor des- a estasis biliar y rara vez puede ocasionar colecistitis agu-
de una posición craneal a caudal muestra la vena hepática da o migrar por los conductos biliares. El aspecto en la
media en posición craneal y la fosa de la vesícula caudal en ecografía es el de un material muy ecogénico con sombra
un plano único. Forman los límites anatómicos que separan acústica posterior, formando un nivel de bilis cálcica en
los lóbulos derecho e izquierdo. La fosa sigue un curso des- varias posiciones del paciente (Fig. 6-34).
de la superficie anterior de la vena porta derecha oblicua-
mente hacia la superficie del hígado. Puede tener un aspec- Barro biliar
to variable, influido sobre todo por el estado de la vesícula; El barro biliar también conocido como arena biliar o mi-
después de la colecistectomía la fosa parece una línea eco- crolitiasis se define como una mezcla de partículas y de
génica como consecuencia del resto de tejidos conectivos. bilis que se produce cuando precipitan los solutos en la bi-
La ingestión de alimentos, especialmente de grasas, ha- lis. Su existencia fue descrita por primera vez a partir de la
ce que se contraiga la vesícula. La vesícula contraída se aparición de la ecografía. Se desconoce la prevalencia exac-
muestra con paredes engrosadas y puede enmascarar al- ta del barro en la población general, ya que la mayoría de <O

teraciones luminales o de pared. Por tanto, la exploración los estudios han estudiado poblaciones de riesgo. Los facto- o
'3
de la vesícula debe realizarse por lo menos después de 4 res predisponen tes para el desarrollo del barro son el em- ,,!::
a.
horas de ayuno. barazo, una rápida pérdida de peso, ayuno prolongado, en- (1)
O
fermedades críticas, nutrición parenteral prolongada (PT),
Patología biliar ceftriaxona o el tratamiento prolongado con octreótido y el
La patología biliar está distribuida por todo el mundo. Su trasplante de médula ósea. En un estudio, realizado duran-
incidencia es máxima en Europa y Norteamérica (10%) y te un periodo de 3 años, alrededor del 50% de los casos se
mínima en el este de Asia (4%) Y del África sub sahariana resolvieron espontáneamente, un 20% persistieron sin sín-
(2%-5%)68. Los factores de riesgo habituales son edad, tomas, el 5%-15% desarrollaron cálculos y entre el 10% y
sexo femenino (no en los países asiáticos), fecundidad, el 15% presentaron síntomas 71 . Las complicaciones del ba-
obesidad, diabetes y embarazo. Aunque muchos pacientes rro biliar son la formación de cálculos, cólicos biliares, cole-
están asintomáticos, alrededor de uno de cada cinco desa- cistitis alitiásica y pancreatitis.
rrollan una complicación, con frecuencia un cólico biliar. El aspecto ecográfico del barro es de unos ecos amorfos
El riesgo de colecistitis aguda u otras complicaciones gra- y de bajo nivel dentro de la vesícula en una posición decli-
ves de los cálculos biliares en pacientes con una historia ve, sin sombra acústica. Con el cambio de posición del pa-
de cólicos biliar es de alrededor de 1%-2% por añ0 69 . ciente, el barro puede desplazarse lentamente a una nue-
La ecografía es muy sensible para la detección de cálcu- va zona declive. En el ayuno, los pacientes críticos pueden
los dentro de la vesícula. Los diversos tamaños y número tener grandes cantidades de barro biliar y rellenar por
de cálculos dentro de la vesícula explican el variable aspec- completo la vesícula. El barro puede simular tumores po-
to de la ecografía (Fig. 6-33,A). La gran diferencia en la im- lipoides, llamados barro edematizante (Fig. 6-35). La
pedancia acústica de los cálculos y bilis adyacente los hace ausencia de una vascularidad interior, la potencial movili-
muy reflectantes, lo que explica el aspecto ecogénico con dad del barro y una pared de vesícula normal son signos
una potente sombra acústica posterior. Los cálculos peque- todos que van a favor de la presencia de barro. Cuando
ños «5 mm) pueden no mostrar sombra pero sí ecogenici-
dad. La movilidad es un hallazgo clave de los cálculos, per-
mitiendo su diferenciación de pólipos, u otras entidades. Se
puede recurrir a varias maniobras para demostrar la movi-
lidad del cálculo, como explorar primero con el paciente en
decúbito lateral derecho, izquierdo o en bipedestación para
que el cálculo se desplace dentro de la vesícula.
Pueden aparecer múltiples cálculos o uno sólo grande,
que produzca una sombra acústica uniforme. Cuando la ve-
sícula está llena de pequeños cálculos o de un único cálculo
gigante, la fosa de la vesícula puede mostrarse como una lí-
nea ecogénica con sombra posterior. Esto puede diferen-
ciarse del aire o calcificaciones de la pared de la vesícula
mediante análisis de los ecos. Con los cálculos, la pared vesi-
cular se visualiza primero en el campo próximo, seguida por
el eco brillante del cálculo y por último por la sombra acús-
tica llamada complejo pared-eco-sombra o WES (WES =
wall-echo-shadow) (Fig. 6-33, B). En presencia de aire o cal-
cificación, no se visualiza la pared vesicular normal, única-
179
mente el eco brillante y la sombra posterior sucia.
La leche de calcio biliar se conoce también como limo 'tJ Figura 6-31 Vesícula normal mostrando un plie-
biliar y es una patología rara en la que la vesícula está ~ gue delgado.
rellena de una sustancia pastosa, semisólida formada so-
=e
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'uu
el)
ti)

'tJ Figura 6-32 Vesícula intrahepática. Ecografía A,


~ sagital y B, transversal a través del hígado q ue de-
fine un borde completo del tejido hepático ro-
deando la vesícula. Existe una extensa colelitiasis. e, Co-
langiografía-TC sagital que muestra contraste dentro de la
vesícula (flecha) con múltiples cálculos. El paciente pre-
senta un situs ambiguus con vesícula intrahepática y repe-
tidos episodios de colecistitis.

persistan las dudas, la ausencia de realce con contraste de aguda sea similar en grupos con edades má s avanzadas 69 •
los ultrasonidos, la TC o RM permiten un manejo conser- Clínicamente, los pacientes presentan un dolor prolonga-
vador. En ocasiones, el barro tiene la misma ecotextura do, constante en el hipocondrio derecho o epigastrio aso-
del hígado, enmascarando a la vesícula, lo cual se llama ciado a dolor a la palpación en el hipocondrio derecho.
hepatización de la vesÍCula, que se puede reconocer Suelen presentar fiebre, leucocitosis y un aumento en los
identificando la pared normal de la vesícula. niveles de la fosfatasa alcalina y bilirrubina.
La ecografía es actualmente el método m ás práctico y
Colecistitis aguda preciso de diagnóstico de colecistitis aguda (Figs. 6-36 y
La colecistitis aguda es una enfermedad relativamente fre- Fig. 6-37). Cuando se ajusta para el sesgo de verificación,
cuente, con una incidencia del 5% de todos los pacientes la sensibilidad y especificidad de la ecografía es de aproxi-
que acuden a un departamento de urgencias con dolor ab- madamente el 88% y 80%, respectivamente 74 • La coles-
dominal y del 3%-9% de las admisiones hospitalarias 72 • En cintigrafía utiliza radiación ionizante, no puede realizarse
más del 90% de los pacientes la causa es la impactación de en la cabecera de la cama y también presenta una tasa
los cálculos 73 • La impactación de cálculos en el conducto elevada de falsos positivos. Aunque menos precisa que la
cístico o cuello de la vesÍCula conduce a la obstrucción, con ecografía para el diagnóstico de la colecistitis aguda, la TC
180 distensión luminal, isquemia, sobreinfección y ocasional- puede ser útil para establecer complicaciones 7s . Los ha-
mente necrosis de la vesícula. En el grupo de edad por de- llazgos ecográficos son los siguientes 76 (Tabla 6-1) .
bajo de los 50 años, las mujeres se ven afectadas tres veces • Engrosamiento de la pared de la vesÍCula «3 mm)
más que los hombres, aunque la incidencia de colecistitis • Distensión de la luz de la vesÍCula (diámetro >4 cm)
<O
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C.
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O

~ Figura 6-33 Cálculos en la vesícula. A, Imagen sagital de múltiples cálculos en posición declive que se manifies-
~ tan como focos ecogénicos con sombra acústica posterior. B, Complejo pared-eco-sombra (WES) en la vesícula
relleno de cálculos. Pared de vesícula delgada (flecha).

• Cálculos engrosada. La vesícula inflamada con frecuencia estará dis-


• Cálculo impactado en el conducto cístico o cuello de la tendida, salvo que la pared se haya perforado. Se apreciarán
vesícula los cálculos, incluidos cálculos obstructivos y el barro. Con
• Colecciones líquidas pericolédoco frecuencia se aprecia un borde delgado de líquido, que re-
• Signo de Murphy ecográfico positivo presenta el edema alrededor de gran parte del órgano.
• Pared de la vesícula hip erémica con el Doppler Un signo ecográfico de Murphy es el dolor importante
Engrosamiento de la pared de la vesÍCula. Tiene varias a la palpación con la sonda del transductor sobre la vesÍ-
causas; el aspecto de la pared de la vesícula en la colecistitis cula comprimiendo el hipocondrio derecho. Con frecuen-
aguda es inespecífico, pero no suele estar presente un en- cia se induce sobre todo con la inspiración profunda, que
grosamiento marcado de la pared con estratificación, como desplaza el fundus de la vesícula por debajo del reborde
el que se observa en estados edematosos generalizados (Fig. costal, lo que permite una compresión directa. Este signo
6-38). Habitualmente se observan bolsas múltiples, focales puede estar ausente en pacientes ancianos si los analgési-
y no contiguas e hipoecoicas de edema dentro de la pared cos se tomaron antes de dicha exploración o cuando una

181
~ Figura 6-34 Leche de bilis cálcica. A, Ecografía y B, TC que muestra nivel de bilis cálcica.

~
r:::
'o
'(3
oQ)
(J)

~ Figura 6-35 Barro edematizante en tres pacientes. A, Ecografía sagital que muestra vesícula rellena de barro
~ de aspecto tumoral. B, Imagen transversal de aspecto polipoide del barro en la pared declive de la vesícula, con
cálculos junto a dicho borde. Ecografías e, sagital y D, oblicua subcostal del mismo paciente que muestran hepa-
tización de la vesícula con ecos interiores que simulan el parénquima hepático normal. En los tres pacientes la pared de la
vesícula era normal. No se detectó vascularidad en el barro edematizante.

inflamación prolongada ha conducido a una colecistitis Aunque ninguno de estos signos sea patognomónico de
gangrenosa. La hiperemia de la pared de la vesícula y una colecistitis aguda, la combinación de múltiples hallazgos
arteria CÍstica prominente son hallazgos relativamente debe permitir llegar a un diagnóstico correcto. Algunos
específicos de la colecistisis aguda (ver Fig. 6-36, D). El pacientes pueden no presentar los signos clásicos, lo que
Doppler potencia ha demostrado ser superior al Doppler hará el diagnóstico difícil. Esto sucede en pacientes con
color en la detección de tal hiperemia 77 • Sin embargo, la una inflamación leve, pero con mayor frecuenci a en pa-
hiperemia es sólo una impresión cualitativa y los artefac- cientes hospitalizados por otros motivos, que no reciben
tos por movimiento limitan la utilidad del Doppler poten- dieta oral y son incapaces de comunicar síntomas. Una
cia. La última generación de equipos ecográficos permite vesícula distendida en estos pacientes debe inducir sos-
la realización de técnicas de Doppler de gran sensibilidad pechas y llevar a la realización de una ecografía del hipo-
y es frecuente la detección del flujo en la arteria cística de condrio derecho. La úlcera duodenal perforada, hepatitis
una vesícula normal. En nuestra experiencia esto limita la aguda, pancreatitis, colitis o diverticulitis e incluso una
evaluación cualitativa de la hiperemia de la pared de la pielonefritis pueden mostrar un signo de Murphy positivo
vesícula. Nos basamos sobre todo en los cambios morfoló- y un engrosamiento de la pared de vesícula por simpatía
gicos de la vesícula para el diagnóstico de colecistitis agu- (Fig. 6-39). La ausencia de una vesícula distendida y cál-
da, pero consideramos que el Doppler puede ser útil en culos es con frecuencia el signo clave respecto al origen no
determinados casos. biliar de la colecistitis.
Co/ecistitis gangrenosa Vesícula perforada
Cuando una colecistitis aguda es muy grave y prolongada, La perforación de la vesícula se produce en el 5%-10% de
la vesícula puede experimentar necrosis. Los signos eco- los pacientes con colecistitis aguda y generalmente sucede
gráficos de la colecistitis gangrenosa son las bandas de en casos de inflamación prolongada69 • Suele apreciarse,
tejido ecogénico dentro de la luz que representan mem- aunque no siempre, el foco de la perforación, como un pe-
branas desprendidas y sangre (ver Fig. 6-37, D). La pared queño defecto o hendidura en la pared de la vesÍCula (ver
de la vesícula también se hace irregular, con pequeñas co- Fig. 6-37, EJ. Los signos de perforación son el desinflado de
lecciones dentro de la pared debidas a abscesos o hemo- la vesÍCula, que pierde su forma normal de gorro, y una co-
rragia 69 • El signo de Murphy está ausente en dos tercios de lección de líquido perivesicular; que con frecuencia consis-
los pacientes,78 posiblemente por la necrosis del nervio te en una pequeña colección de líquido alrededor del defec-
tributario de la vesÍCula. La colecistitis hemorrágica es to de la pared, a diferencia del pequeño reborde de líquido
una complicación gangrenosa poco frecuente caracteriza- alrededor de todo el órgano de las colecistitis no complica-
da por el sangrado dentro de pared y luz de la vesícula. das 79 • La colección puede presentar bandas inferiores típi-
Los síntomas clínicos son indistinguibles de los de la cole- cas de abscesos de otras regiones (ver Fig. 6-37, F). La per- ce
cistitis gangrenosa y solamente en ocasiones se presenta foración de la vesícula puede extenderse hasta el hígado o
'3
en el paciente sangrado gastrointestinal. adyacente, formando un absceso. La existencia de una le- :t::
C.
ClI
O

W Figura 6-36 Colecistitis aguda. Colecistitis aguda típica en una mujer joven con signo de Murphy negativo que
~ recibió analgésicos narcóticos. Imágenes A, sagital y B, transversal que muestran una vesícula tensa con engro-
samiento de pared, nivel líquido de detritus y un cálculo obstructivo en el cuello de la vesícula. C, Doppler color
que muestra una arteria cística grande. D, Doppler potencia que muestra colecciones de edema dentro de una pared en-
grosada e hiperémica. (De Wilson SR. Gastrointestinal disease, 6th series, test and syllabus. Res ton, Va, 2004, American
College if Radiology.)
=

tJ Figura 6-37 Colecistitis aguda: variedad de aspectos, A a C; Colecistitis aguda no complicada. A, Aspecto típico
~ con distensión de la vesícula, leve engrosamiento de pared y cálculos. B, Colecistitis aguda. Cambios típicos más
avanzados con una pared más engrosada y luz aumentada. Existen múltiples cálculos en zonas declives. C, Vesícula
distendida rellena de barro. Después de un estudio cuidadoso se detecta un cálculo (flecha) en el conducto cístico. D, Colecisti-
tis gangrenosa: Membrana desprendida (flecha) que se aprecia como un eco intraluminallineal. E, Perforación mostrada como
solución de continuidad de la pared de la vesícula (flechas). F, Cambios inflamatorios pericolecistíticos. Existe grasa inflamada
ecogénica (flecha) y un absceso (A). La vesícula está tensa e hipertrófica. G a 1, Colecistitis enfisematosa. G, Ecografía sagital
de la vesícula con un foco de aire intraluminal que aparece como un foco ecogénico brillante (flecha) con sombra sucia. H, Vesí-
cula rellena de aire (flecha). La vesícula no se visualiza realmente y conocer su ubicación es esencial para evitar que se confunda
con gas intestinal. 1, TC que muestra aire en la pared vesicular y lumen. (F, Cortesía de Dr, A. E. Hanbidge, University of Toranta.)

sión quística en el hígado alrededor de la fosa vesicular de- bres que en mujeres; alrededor de la mitad de los pacientes
be sugerir un absceso pericolecistítico. padecen diabetes y entre un tercio y la mitad de los pacien-
tes no tienen cálculos 69•8o • Estos pacientes tienen una inci-
Colecistitis enfisematosa dencia de perforación de vesícula mucho mayor que los que
La colecistitis enfisematosa representa menos del 1% del padecen la típica colecistitis aguda. y se recomienda un tra-
total de casos de colecistitis aguda, pero es rápidamente tamiento quirúrgico urgente en todos los pacientes.
progresiva y fatal en casi el 15% de los pacientes. La cole- El aspecto de una colecistitis enfisematosa en la ecografía
cistitis enfisema tosa difiere de la colecistitis aguda en va- depende de la cantidad de gas presente (ver Fig. 6-37, G-I).
rios aspectos. Es entre 3 y 7 veces más frecuente en hom- El gas con frecuencia estará presente dentro de la luz
Torsión (vólvulo) de la vesícula
CAUSAS DE ENGROSAMIENTO La torsión de la vesícula es una patología aguda rara. Los
DE LA PARED DE LA VESÍCULA pacientes acuden con síntomas de colecistitis aguda. El
vólvulo se suele ver en mujeres ancianas y se relaciona
SITUACIONES EDEMATOSAS GENERALIZAD~.s
con una vesícula móvil con un mesenterio suspensorio
• Insuficiencia cardiaca congestiva
largo. Las referencias en la imagen son una vesícula masi-
• Fracaso renal
vamente distendida e inflamada que queda en una posi-
• Cirrosis en fase t erm inal
ción inhabitualmente horizontal, con su eje largo orienta-
• Hipoalbuminemia
do en la dirección izquierda-derecha. Puede verse una
SITUACIONES INFLAMATORIAS torsión de la arteria cística y conducto cístico. Si la torsión
• Primarias es mayor de 180°, la gangrena de la vesícula será inevita-
Colecistitis aguda ble; en el resto de casos, cursará con obstrucción del císti-
Colangitis co y colecistitis aguda. En ambos casos el tratamiento será
Colecistitis crónica quirúrgic0 84 . <D
• Secundarias o
Hepatitis aguda Colecistitis crónica ~a.
Úlcera duodenal perforada La colecistitis crónica se asocia con la simple presencia de 111
Pancreatitis O
cálculos en la vesícula y, por tanto, los pacientes suelen
Diverticulitis/colitis estar asintomáticos o sufren una leve enfermedad. La co-
NEOPLASIAS lecistitis crónica tiene la misma incidencia y factores de
riesgo que la litiasis biliar. Los casos más evolucionados
• Adenocarcinoma
incluyen un engrosamiento de la pared con fibrosis, que
• Metástasis
se manifiesta en la ecografía como una pared de vesícula
MISCELÁNEA engrosada y con cálculos. El diagnóstico diferencial con la
• Adenomiomatosis colecistitis aguda se hace por la ausencia de otros signos,
• Varicosidades mu rales como disensión de la vesícula, signo de Murphy e hipere-
mia de la pared 8s . Los brotes de colecistitis aguda pueden
complicar una colecistitis crónica.
como en la pared de la vesícula. Se observan pequeñas
La colecistitis xantogranulomatosa
cantidades de gas como líneas ecogénicas, con una som-
Es una rara forma de colecistitis crónica que cursa con co-
bra posterior sucia o un artefacto de reverberación (arte-
lecciones de macrófagos cargados de lípidos dentro de los
facto de anillo caído). Pueden resultar difíciles de apreciar
nódulos o bandas amarillo-grisáceas en la pared de la ve-
la presencia de cantidades grandes de gas. Se verá una lí-
sícula biliar. Además de los cálculos, los nódulos o bandas
nea brillante ecogénica con una sombra posterior sucia en
hipoecoicas que se observan de una pared engrosada y
toda la fosa de la vesícula. El movimiento de las burbujas
de gas es un hallazgo útil y puede inducirse mediante la
compresión de la fosa de la vesícula. También puede ob- Colecistitis aguda alitiásica:
servarse neumobilia 8o • correlaci6n ecograficopatol6gica
Co/ecistitis alitiásica Fisiopatología Aspecto ecográfico
La colecistitis alitiásica se puede observar en pacientes sin
Obstrucción del conducto Cálculo en la vesícula,
factores de riesgo, pero es más frecuente en pacientes crítica-
cístico o cuello de la posiblemente en el cuello o
mente enfermos, que tendrán un peor pronóstico. Entre los vesícula conducto cístico
factores de riesgo destacan la cirugía mayor, trauma severo, Secreciones continuadas Distensión de la vesícula
sepsis, nutrición parenteral total (NPT), diabetes, arterios- Infiltración de células Engrosamiento de la pared de la
inflamatorias vesícu la
clerosis e infección por VIW 3. En pacientes hospitalizados, es Edema de la pared de la Pared de la vesícula con frecuencia
más habitual en varones ancianos con arteriosclerosis 81, que vesícula estriada con surcos de líquido
además tendrán mucho mejor pronóstico. edematoso. Signo de Murphy
ecográfico positivo (>90%)
El diagnóstico de colecistitis alitiásica puede ser difícil Hipervascularidad Hiperemia de la pared de la
debido a que la distensión de la vesícula, engrosamiento vesícu la
de la pared, barro interior y líquido pericolecistítico, to- Estasis de vesícula con Barro biliar
dos ellos pueden estar presentes en pacientes críticamen- sobrecrecimiento
bacteriano en la vesícula
te enfermos sin colecistitis 82 • Los pacientes pueden estar en 72 horas
obnubilados o recibir analgésicos, con lo que reducen la Empiema de vesícu la Contenido lu minal heterogéneo de
respuesta al signo de Murphy. La combinación de hallaz- ecogenicidad variable con capas
Presión aumentada en la Membranas desprendidas,
gos sugiere el diagnóstico: cuanto más signos presente el luz de la vesícula y pared hipovascularidad 185
paciente mayor será la posibilidad de colecistitis 83 . En Gangrena Pérdida del signo de Murphy
cualquier caso se puede realizar una colescintigrafía o Perforación Pérdida del perfil en gorro,
una muestra percutánea de contenido luminal como ayu- colección en la fosa de la vesícu la
o proximidad
da al diagnóstico.
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'o
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()
(1)
CI)

..., Figura 6-38 Causas sistémicas de edema de pared de la vesícula. Ecografía A, sagital y B, transversal de
~ pacientes con hipoalbuminemia que muestra un marcado engrosamiento de la pared de la vesícu la con una luz
pequeña. C, Imagen sagital de una vesícula en un paciente con cirrosis con cambios similares a los de A y B. D,
Insuficiencia cardiaca congestiva, sin dolor y con signos de Murphy negativos y con un engrosamiento de la pared de la
vesícula y cálculos como hallazgo casual.

que se deben a nódulos xantogranulomatosos cargados gruesamente calcificada, se observará una sombra acústi-
de lípidos deben sugerir el diagnóstic0 86 . ca densa posterior. Las calcificaciones leves se muestran
como una línea ecogénica con un grado variable de som-
Vesícula de porcelana bra acústica posterior. El contenido luminal puede ser vi-
La calcificación de la pared de la vesícula se llama vesícula sible. Pueden verse acúmulos parcheados de calcio como
de «porcelana». Su etiología es desconocida, pero se produ- focos ecogénicos con sombra posterior69 . El diagnóstico
ce asociada a la litiasis biliar y puede representar una for- diferencial se realiza con los cálculos y con la colecistitis
ma de colecistitis crónica. Esta rara patología se describe gangrenosa. Puesto que las calcificaciones se producen en
hasta en un 0,8% de las muestras de colecistectomía, con la pared de la vesícula, el complejo WES estará ausente
un predominio femenino y se refiere sobre todo a partir de (ver Litiasis biliar).
la sexta década de vida 87 . Dos estudios numerosos han de-
fendido una alta incidencia de carcinoma de vesícula en la Adenomiomatosis (hiperplasia adenomatosa)
vesícula de porcelana, sugiriendo la coincidencia de ambas La adenomiomatosis de vesícula es una patología benigna
patologías en el 0%-7% de los pacientes 88.89 . No obstante, ocasionada por la exageración de las invaginaciones nor-
se recomienda su exéresis profiláctica 86• males del endotelio luminal (senos de Rokitansky-As-
El grado de patrón de calcificación determina el aspecto choff), asociada a la proliferación de músculo liso (Fig.
ecográfico (Fig. 6-40) . Cuando toda la pared vesicular está 6-41). Las zonas afectadas muestran engrosamiento de la
pared de la vesícula con espaci os quísticos interiores, cla- transductores lineales o de mayor frecuencia ecográfica,
ve para su diagnóstico radiol ógico. La gran mayoría de las puede mostrar varios signos que son diagnósticos de la
adenomiomatosis son asintomáticas 90 . patología y permiten distinguirlos de una neoplasia. El
La adenomiomatosis puede ser focal o difusa. El aspec- hallazgo más diagnóstico, pero no el más frecuente, es la
to más común en la ecografía es el de una pared de focos existencia de espacios quísticos. También son típicos los
delgados y ecogénicos en la pared de la vesícula, que crean focos ecogénicos con el artefacto anillo caído o de cente-
el artefacto de cola de cometa, posiblemente debido al lleo en el estudio de Doppler. La adenomiomatosis focal es
propio espacio quístico o a detritus interiores (Fig. 6-42). más común en el fundus de la vesícula y menos frecuente
La siguiente manifestación de esta patología por frecuen- estrechando la porción media del órgano, llamada vesícu-
cia es formando masas prominentes en áreas focales de la en reloj de arena (Fig. 6-43) .
adenomiomatosis, llamadas adenomiomas. La evalua- Los adenomiomas fúndicos están con frecuencia ple-
ción minuciosa del adenomioma requiere algunas veces gados sobre el cuerpo de la vesícula y ocasionalmente

<O
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~
c.
C1l
O

..., Figura 6-39 Engrosamiento por simpatía de la pared de la vesícula en tres pacientes con signo de Murphy
~ ecográfico positivo. A a e, Hepatitis aguda. A y B, proyecciones de la vesícula que muestran marcado engrosa-
miento del perímetro de la pared de la vesícula. La luz no está agrandada. e, El lóbulo izquierdo del hígado mues-
tra un manguito periportal. O a F, Perforación de una úlcera duodenal. O y E, Engrosamiento asimétrico marcado de la
pared de la vesícula. F, Aire intraperitoneal libre. La línea peritoneal en el epigastrio (flecha) marca un foco de aumento de
brillo (realce) con sombra posterior sucia. G a 1, Pielonefritis aguda. G y H, Engrosamiento asimétrico de la pared de la ve-
sícula. 1, TC que muestra un nefrograma estriado (flecha). (D, E Y F, Cortesía delDr, Hanbídge, Uníversíty of Taranta.)
W Figura 6-40 Vesícula de porcelana. A, Ecografía; B, Te correspondiente. En la ecografía el aspecto puede con-
~ fundi~s~ con un cálculo dentro de la luz de la vesícula. Sin embargo, no existe pared de vesícula superficial al foco
=c: ecogenlco.
'o
'C:;
uQ)
pueden confundirse con una masa pericolecistítica o in-
en cluso una masa hepática. Toda la glándula puede estar MASAS POLIPOIDES
afectada ocasionando el colapso de la luz. La ausencia de DE LA VESÍCULA
espacios quísticos, focos ecogénicos o artefactos de cente-
lleo o presencia de vascularidad interior debe inducir a • Pólipos de colesterol (50%-60%)*
realizar nuevos estudios para diferenciarlos de una neo- • Pólipos inflamatorios (5%-10%)*
plasia. La RM o CPRM consiguen una mayor especificidad • Adenoma* (5%)
y permiten llegar al diagnóstico a partir de la presencia de • Adenomiomatosis focal
espacios quísticos dentro de una pared engrosada91 . • Adenocarcinoma de vesícula
• Metástasis (s.t. melanoma)
Masas polipoideas de la vesícula biliar
La diferenciación entre pólipos benignos y malignos es
* Datos de Bilhartz LE, Acalculous cholecystitis,
cholesterolosis, adenomyomatosis and polyps of
esencial debido a que las masas benignas son frecuentes y gallbladder. En Fledman M y cols., editors. Sleisenger &
los pólipos malignos requieren una intervención precoz Fordtran 's gastrointestinal and liver disease, 7th ed. New
para mejorar el pronóstico. Las masas múltiples y con un York, 2002, Elsevier Science, pp 1116-1130.
tamaño de hasta 10 mm son los criterios más utilizados

'tJ Figura 6-41 Adenomiomatosis segmentaria. A, Adenomioma del fundus. B, Adenomiomatosis en reloj de
~ arena. En ambos casos obsérvese la constricción del contorno de la vesícula y engrosamiento de la pared con
hipertrofia de músculo liso. En la ecografía los senos exagerados de Rokitansky-Aschoff pueden mostrarse como
espacios císticos o como focos ecogénicos con artefacto de cola de cometa, posiblemente debido a cristales de colesterol
(dibujados como partículas amarillas) alojados en su interior.
de benignidad. Las lesiones menores de 10 mm son con de 20 cmls y un índice de resistencia menor de 0,65 son \
mayor frecuencia benignas cuando se resecan y no cam- más sugestivos de neoplasia 95 •
bian de tamaño en los seguimientos 92 • Se ha referido ma-
lignización en el 37%-88% de los pólipos resecados ma- Pólipos de colesterol
yores de 10 mm 93 . Otros factores que aumentan el riesgo Aproximadamente la mitad de todas las lesiones polipoi-
de malignización son una edad por encima de los 60 años, deas de vesícula son pólipos de colesterol. Representan la
que sean aisladas, litiasis biliar, cambios rápidos de tama- forma focal de la colesterolosis de vesícula, una patología
ño en el seguimiento ecográfico y una morfología sésil 94 . no neoplásica frecuente y de etiología desconocida. La co-
Aunque los signos del Doppler benignos y malignos se so- lesterolosis consiste en la acumulación de lípidos dentro
lapan considerablemente, una velocidad de flujo mayor de macrófagos. La forma difusa, llamada habitualmente

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Q.
IV
O

ftJ Figura 6-42 Adenomiomatosis. Espectro de aspectos. A-C, Adenomiomatosis focal, la manifestación más
~ habitual. A, Área focal pequeña de engrosamiento de la pared anterior del fundus (flecha) con un foco ecogénico
brillante con artefacto distal en cola de cometa. B, Múltiples focos brillantes (flecha) con artefactos distales. C,
Engrosamiento focal muy ecogénico de la pared de la vesícula (flecha). Ecogenicidad aumentada, algo poco habitual en
tumores malignos que suelen mostrarse hipoecoicos. D a F, Adenomioma de fundus. D, El adenomioma se muestra hi- 189
poecoico y simulando una masa, E. Área con forma de capuchón con múltiples focos muy ecogénicos finos que sugieren
múltiples cristales en los senos de Rokitansky-Aschoff. F, Múltiples espacios dentro del adenomioma. G a 1, Adenomioma-
tosis segmentaria. G y H, Áreas con forma de masa que obliteran la luz vesicular. Múltiples espacios quísticos que sugieren
el diagnóstico correcto. 1, Múltiples focos ecogénicos que sugieren cristales en los senos de Rokitansky-Aschoff.
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'o
'0
uQ)
en

W Figura 6-43 Adenomioma en reloj de arena. Ecografía A, sagital y B, transversal en las que se aprecia un engro-
~ samiento de la pared vesicular, que configura la forma en reloj de arena. En el punto del engrosamiento de la pared ,
existen innumerables focos ecogénicos brillantes con artefacto de «anillo caído», que sugiere cristales de coleste-
rol en los senos de Rokitansky-Aschoff. e y D, Doppler color y espectral que muestra artefacto de «centelleo» sin vascula-
ridad real, que apoya el diagnóstico.

«vesícula de fresa» no es visible en imagen. La colestero- mas colónicos. Los adenomas representan menos del 5% de
losis tiene los mismos riesgos que la litiasis biliar, pero los pólipos de la vesícula y se producen como lesiones soli-
ambas patologías no suelen coexistir96 . Los pólipos de co- tarias. Los adenomas suelen ser pedunculados y las lesiones
lesterol normalmente son de 2-10 mm, aunque se han grandes pueden contener focos de trasformación maligna 96 •
descrito lesiones de hasta 20 mm 93 . En series anatomopa- Los adenomas tienden a ser hiperecoicos de forma homogé-
tológicas, la quinta parte de ellas son aisladas, pero la me- nea, pero se hacen más heterogéneos a medida que aumen-
dia de pólipos es de och0 96 . tan de tamañ0 93 (Fig. 6-45). El engrosamiento de la pared de
El aspecto ecográfico de los pólipos de colesterol es de la vesÍCula adyacente al adenoma sugiere neoplasia. En oca-
lesiones múltiples, ovaladas y sin sombra, fijadas a la pa- siones, un adenomioma puede presentarse como una le-
red de la vesícula (Fig. 6-44). A diferencia de los cálculos sión sésil, poli poi de de la vesÍCula. Los signos ecográficos,
pequeños y sin sombra acústica, los pólipos no son móvi- como ya se ha descrito en la adenomiomatosis, deben per-
les. Las lesiones mayores pueden contener un patrón fino mitir su diferenciación. Los pólipos inflamatorios de la
de focos ecogénicos 97 . vesícula son entre el 5% y el 10% de todos los pólipos de
190 vesÍCula y son múltiples en la mitad de los casos96 • Los póli-
Adenomas, adenomiomas y pólipos inflamatorios pos inflamatorios tienden a producirse asociados a la litiasis
Los adenomas son neoplasias benignas verdaderas, con un biliar y colecistitis crónica98 . El aspecto ecográfico de estas
potencial premaligno mucho más bajo que el de los adeno- lesiones no se ha estudiado de forma sistematizada.
producirse la extensión tumoral a través de los conductos
biliares o englobando la vena porta o arteria hepática.
También es posible la invasión directa de asas adyacentes
del intestino, especialmente duodeno o colon. Una conse-
cuencia es la fístula colecistoentérica y la inflamación
que puede confundirse con un absceso benigno. Las me-
tástasis a peritoneo son frecuentes .
La diseminación linfática del carcinoma de vesícula
también es frecuente y puede producirse en ausencia de
órganos adyacentes 101 . Los primeros ganglios afectados
son los de la región hiliar. Las adenopatías pueden enton-
ces extenderse bien caudalmente por el ligamento hepa-
toduodenal, para afectar los ganglios peripancreáticos y
mesentéricos o a través del ligamento gastrohepático ha- co
cia las estaciones celíacas. o
"3
La resección quirúrgica es la única oportunidad de cura; :t::
C.
sin embargo, las tasas de resecciones referidas en la litera- ca
O
tura oscila entre el 10%-30%101. Si el tumor no se limita a la
~ Figura 6-44 Pólipos en la vesícula. Tumores mucosa será necesaria una colecistectomía extendida que
~ múltiples y de pequeño tamaño (::; 10mm) como incluya una resección de 3-5 cm del borde hepático adya-
signos muy sugestivos de lesión benigna. cente a la fosa de la vesícula o una hepatectomía derecha
formal. También se extirparán los ganglios linfáticos regio-
nales de los conductos CÍstico y colédoco. La existencia de
metástasis hepática o peritoneal no contigua, adenopatías
Neoplasias
metastásicas celíaca o mesentérica o la afectación de la ve-
Los adenocarcinomas primarios de vesícula pueden pre-
na porta o arteria hepática hacen que la masa sea irreseca-
sentarse como masas poli poi des. El melanoma es la causa
ble y debe por tanto descartarse de forma minuciosa.
del 50%-60% de las metástasis de la vesícula. Se aprecian
como lesiones hiperecoicas polipoides de amplia base,
Aspecto ecográfico
potencialmente múltiples y normalmente con más de 10
El aspecto en la ecografía varía dependiendo del patrón
mm de diámetro 99 . Otros adenocarcinomas metastatizan del carcinoma (Fig. 6-46). Cuando las masas que sustitu-
rara vez en la vesícula. El carcinoma hepatocelular avan- yen la fosa de la vesícula normal son pequeñas, puede re-
zado puede invadir directamente la fosa de la vesícula y sultar difícil apreciarlas, ya que se mezclan con el hígado.
extenderse a través de la pared vesi cular y aparecer como
La ausencia de una vesícula de aspecto normal sin antece-
una masa luminal. El componente hepático grande de la
dente de colecistectomía debe incluir sospechas. Un fac-
masa y su naturaleza hipervascular servirán también para
tor que ayuda al diagnóstico es la existencia habitual de
su diagnóstico.

Carcinoma de vesícula
El carcinoma de vesícula es una neoplasia infrecuente que
se produce sobre todo en la población anciana, con una
tasa mujer/hombre de 3:1. En la mayoría de los casos, el
carcinoma se asocia con cálculos. La litiasis biliar crónica
y la consiguiente displasia se han citado como factores
causales 10o . Alrededor del 98 % de los carcinomas de vesí-
cula son adenocarcinomas, el resto se deben a carcino-
mas de células escamosas y metástasis. Se han descrito
los siguientes tres patrones de enfermedad:
• Masa procedente de la fos a de la vesícula, que oblitera la
vesícula e invade el hígado adyacente (patrón más habi-
tual)
• Focal y difusa, engrosamiento irregular de pared
• Masa polipoidea intraluminal

Patrones de diseminación tumoral


Como la pared de la vesícula es bastante delgada y la sepa-
ra escaso tejido conectivo del parénquima hepático, la in- ~ Figura 6-45 Adenoma de vesícula. Imagen trans-
vasión hepática por contigüidad es la forma más habi- ~ versa de la vesícula que muestra lesión poli poi de
tual de diseminación. Los tumores de vesícula también se descubierta de modo casual en un paciente con
extienden a lo largo del conducto CÍstico hacia el hilio he- colecistitis aguda leve. La lesión fue un adenoma tubulo-
velloso en la resección.
pático, donde simulan un colangiocarcinoma hiliar. Puede
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U)

..., Figura 6-46 Cáncer de vesícula; variedad de aspectos. A y B, Masa polipoide. A, Pequeña masa polipoide
~ sésil. B, Estudio con sonda lineal de alta frecuencia que demuestra que no existe invasión más allá de la vesícula.
C, La imagen correspondiente, una RM en un plano coronal , muestra pólipo resaltado, D a F, Engrosamiento de
pared. D y E; Engrosamiento de pared heterogéneo extenso y asimétrico. F, TC correspondiente. G a 1. Cáncer invasivo
de vesícula. G y H, Gran masa que sustituye a la fosa de la vesícula e invade el hígado. H, Obstrucción biliar ocasionada
por la masa invasiva (flecha) 1, TC correspondiente.

un cálculo inmóvil que está engrosado por el tumor, el La ecografía tiene un buen rendimiento para el estadia-
«cálculo atrapado». En el estudio con Doppler, la masa je del carcinoma de vesícula. Bach y cols. 102 refiri ero n una
muestra un flujo arterial y venoso. El engrosamiento difu- sensibilidad del 94% y una precisión del 63% en la pre-
so, maligno de la pared difiere de otras causas en que la dicción de resecabilidad, comparado con los hallazgos
pared es irregular con pérdida de las capas murales nor- quirúrgicos. Sin embargo, la ecografía suele ser difícil en
males. Las masas polipoides intraluminales se diferencian pacientes con enfermedad irresecable, debido a la limita-
de las alteraciones no neoplásicas por la inmovilidad de la da detección de ganglios linfáticos contiguos y especial-
masa, tamaños mayores (>1 cm) y una vascularización mente de las metástasis peritoneales. Se recomienda la Te
prominente. El carcinoma de vesícula puede producir para mejorar la detección de la enfermedad metastásica
grandes cantidades de mucina, que distienden la vesícula. de la vesícula.
Capítulo 7

PÁNCREAS
Philip Ralls

Por extrañas razones, la ecografía transabdominal de pán- creas queda oblicuo en el espacio pararrenal anterior del
creas ha sido ignorada durante mucho tiempo en las revi- retroperitoneo, con la cabeza caudal al cuerpo y cola. El
siones procedentes de Estados Unidos1. 2, aunque en Euro- páncreas cubre la columna y aorta, por tanto el cuello y
pa se cita con frecuencia en la literatura 3 • Esto refleja la cuerpo son más superficiales que la cabeza y cola. La posi-
tendencia de la radiología clínica en Norteamérica y no se ción más caudal de la cabeza suele conducir al error técni-
debe necesariamente a la actual utilidad de la ecografía co de no visualizar toda la cabeza en los barridos (trasver-
comparada con otras modalidades de imagen pancreática. sos), lo cual se puede evitar si comprendemos la anatomía
Son varios los factores que han conducido a la creciente y visualizamos el proceso uncinado normal por detrás del
impopularidad de los ultrasonidos para la imagen pan- tronco gastrocólico en las imágenes de la cabeza pancreá-
creática en la práctica clínica, entre los que destacan la tica (Fig. 7-1). El conocimiento de algunas claves de la téc-
dificultad para interpretar y especialmente para realizar nica ecográfica permitirá optimizar la imagen de todo el
la ecografía pancreática. Otros factores son económicos, páncreas.
como se expone:
• En Estado Unidos se abona un importe menor por una Cuerpo pancreático
ecografía que con la TC o RMjCPRM. La ecografía compresiva con un transductor curvado de
• Se percibe que la ecografía consume más tiempo del ra- «huella grande» es la clave técnica para la visualización
diólogo que otras modali dades de imagen. del cuerpo del páncreas. La compresión desplaza el gas y
• Los gastroenterólogos son más partidarios de remitir líquido del estómago y duodeno que quedan por encima y
los pacientes con patología pancreática para que se re~­ sitúa al transductor más cerca del propio páncreas. Las
licen técnicas realizadas por gastroenterólogos, como la principales claves vasculares de referencia para el pán-
CPRE y ecoendoscopia. creas son la vena esplénica (VE) y la vena mesentérica
A pesar de estas tendencias y de la «investigación» que superior (VMS) y arteria mesentérica superior (AMS).
reflejan estas mismas tendencias, la seguridad y eficacia (Fig. 7-2). Algunos llaman a la región que queda entre el
de la ecografía es evidente. La ecografía pancreática pue- cuerpo y la cabeza del páncreas el «cuello», generalmente
de ser eficiente y una herramienta valiosa en diversas en- se refieren a una parte del cuerpo pancreático ventral a
fermedades comunes, como la pancreatitis y la neoplasia AMS-VMS y la confluencia portoesplénica (Fig. 7-3).
pancreática. La ecografía es con frecuencia la primera Se comienza el estudio con el paciente en supino, ini-
prueba en pacientes con ictericia o dolor abdominal. Sin cialmente conteniendo la respiración. La apnea puede ha-
embargo, la ecografía pancreática es «tecnicodependien- cer que el paciente contraiga los músculos abdominales,
te» y requiere comprender las técnicas para optimizar los que impediría una buena compresión. Las imágenes que
resultados. El conocimiento de los signos ecográficos de se obtienen en varios grados de respiración interrumpida
las enfermedades pancreáticas fre cuentes (o menos fre- o con menor frecuencia respiratoria facilitarán la visuali-
cuentes) es esencial para conseguir una imagen y resulta- zación del páncreas. En inspiración, el hígado puede ser
dos clínicos correctos en estos pacientes. una buena ventana de insonación. En algunos pacientes,
un colon transverso de implantación alta puede impedir
una visualización adecuada del cuerpo del páncreas. A di-
. ANATOMíA Y TÉCNICA ECOGRÁFICA ferencia del estómago y duodeno, cuyos respectivos con-
tenidos son compresibles, las heces no pueden compri-
mirse y por tanto impiden una buena ecografía. En estos
La preparación del paciente es importante en la ecografía pacien~es, puede resultar útil la ecografía caudal al colon
pancreática. Mis colegas y yo mismo preferimos que nues- transverso y con angulación cefálica por detrás del colon.
tros pacientes ayunen durante las 8 horas previas (nor- Una posición en decúbito lateral izquierdo también es
malmente la noche). Permitimos que nuestros pacientes útil, especialmente para ver la parte izquierda del cuerpo
beban agua y tomen la medicación oral. y cola más central. Se coloca el transductor a la derecha de
Existen tres regiones clave del páncreas: cabeza, cuerpo la línea media y en un ángulo «caudal de barril» (eje lon-
y cola. La visualización de cada una requiere conocer la gitudinal) del cuerpo pancreático y cola (Fig. 7-4) .
anatomía pancreática, una posición adecuada del pacien- Otras técnicas potencialmente útiles son el barrido du-
te y el uso frecuente de múltiples transductores. El pán- rante una maniobra de Valsalva y el barrido después de
~ Figura 7-1 Cabeza pancreática normal y tronco gastrocólico. A, Imagen transversal de la cabeza pancreática
~ y su referencia ventral , el tronco venoso gastrocólico (TVG). El uncinado caudal es dorsal al TVG. VMS , vena me-
sentérica superior; AMS, arteria mesentérica superior. B, En otro paciente, obsérvese el punto triangular del pro-
ceso uncinado que se orienta medialmente (flecha blanca) por detrás de la VMS y casi alcanza a la AMS (flecha amarilla).

=e
'o
El TVG (flecha azulj entra en la VMS.

'0
(.)
CI) beber agua o tras la administración de contraste, algunas cosjextrahepáticos. Con frecuencia no se consigue visua-
t/J
veces combinado con un barrido mientras que el paciente lizar de forma adecuada la cabeza pancreática y sin
se levanta o incorpora, utilizando el estómago relleno de embargo es técnicamente evitable. La compresión supina
líquido como ventana. es útil pero pocas veces permite visualizar la región pe-
riampular. Las referencias vasculares de la cabeza pan-
Cabeza pancreática creática son la vena cava inferior (VC!) dorsal mente, las
La cabeza es una estructura pancreática clave, donde se AMS y VMS medialmente y la arteria gastroduodenal
detectan cálculos en los conductos biliares, neoplasias pe- (AGD) y arcada pancreatoduodenal en su parte anterola-
riampulares y obstrucciones de los conductos pancreáti- teral (Fig. 7-5). La cabeza pancreática suele estar directa-
mente por delante de la VC! craneal al páncreas, y la VC!
está adyacente a la vena porta. Esta localización es la en-
trada en el fondo de saco peritoneal, el forame n epiploico
(hiato de Winslow).
El proceso uncinado (o uncinado) es una porción cau-
dal de la cabeza pancreática que abraza por detrás a la

~ Figura 7-2 Cuerpo pancreático normal y refe-


~ reneias. Imagen transversal del cuerpo del pán-
creas y su referencia dorsal , la vena esplénica (fle-
cha blanca) y confluencia portoesplénica. Obsérvese la ~ Figura 7-3 Cuello y cuerpo pancreático nor-
ecogenicidad normal del parénquima, igual a la ecogenici- ~ mal. Imagen transversal del cuerpo del páncreas.
dad del hígado. La arteria mesentérica superior (flecha El «cuello» del páncreas (flecha) es una parte del
amarilla) está rodeada por un collar de grasa. A, aorta; P , cuerpo ventral a la arteria mesentérica superior y confluen-
páncreas. cia portoesplénica. RI, riñón izquierdo.
,...
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Q.
l1l
O

W Figura 7-4 Cuerpo y cola del páncreas. A, Imagen transversal del cuerpo del páncreas obtenida colocando el
~ transductor hacia la derecha de la línea media y angulando hacia atrás y hacia la izquierda. B, En otro paciente,
con pancreatitis crónica, la proyección transversa muestra un conducto pancreático dilatado son calcificaciones
esparcidas (flecha) al final del conducto en la cola del páncreas.

AMS y VMS, finalizand o en un punto orientado medial- cola. La ecografía a través de bazo y riñón izquierdo, aun-
mente. El proceso uncinado es medial y dorsal a la AMS y que no siempre muestre la propia cola de páncreas nor-
VMS (Fig. 7-6 Y ver también Fig. 7-1, B). La AGD es una mal, puede mostrar alteraciones en la región de la cola
referencia para la cabeza pancreática ventrolateral. La (p. ej., pseudoquistes, masas) que son invisibles desde
AGD sigue un curso entre el páncreas y la segunda porción otras proyecciones. La proyección a través del riñón iz-
del duodeno (Fig. 7-7). quierdo y bazo debe formar parte de la rutina de trabajo
Otra referencia vascular útil para la cabeza pancreática de todas las ecografías pancreáticas.
y proceso uncinado es el tronco gastrocólico (TGC). Di-
versas venas esplénicas se unen de forma variable para Parénquima pancreático
formar el TGC. Con fre cuencia incluyen las venas cólicas El aspecto del páncreas normal varía ampliamente en eco-
media y venas gastroepiploica derecha y pancreatoduo- genicidad y textura, perfil y tamaño. El parénquima suele
denal. El TGC entra po r el lado derecho de la VMS justo ser isoecoico o hiperecoico en comparación con el parén-
por delante de la cabeza pancreática, donde sirve de refe-
rencia ventral para el proceso uncinad0 4 (ver Fig. 7-1).
La posición en decúbito lateral izquierdo es la mejor
para ver el páncreas adyacente al duodeno. En la posición
del DLI, la ecografía en inspiración y utilizando la vesícula
o el hígado a cada lado de la vesícula para visualizar la
porción más a la derecha y distal (ampular) del páncreas
y de los conductos biliares (Fig. 7-8).

Cola del páncreas


Pocas veces será necesario o útil que el paciente beba
agua mientras se realiza la ecografía cuando se explora
cabeza o cuerpo del páncreas. Sin embargo, el estómago
relleno de agua proporcion~ una excelente ventana para
la visualización de la cola pancreática, la porción más difí-
cil de visualizar mediante ecografía. Para ver la cola, se
coloca al paciente en una posición oblicua derecha ante-
rior y se explora a través de un estómago relleno de agua W Figura 7-5 Cabeza pancreática normal y refe-
(Fig. 7-9). Otra forma útil de ver la región de la cola del ~ rencias vasculares. Ecografía transversal que
páncreas es una imagen coronal a través de bazo y riñón muestra las referencias vasculares de la cabeza
izquierdo, con el paciente en la posición de decúbito late- pancreática: vena cava inferior (Vel) dorsal mente, arteria
ral derecho (Fig. 7-10). El Doppler color puede mostrar la mesentérica superior (AMS) y vena mesentérica superior
(VMS) medial mente y arteria gastroduodenal (AGD).
arteria y vena esplénica, facilitando la identificación de la
~ Figura 7-6 Proceso uncinado normal. A, Imagen transversal en la que se aprecia el proceso uncinado (U), la
~ parte del páncreas dorsal a la vena mesentérica superior (VMS) y arteria mesentérica superior (AMS). Obsérvese la
punta medial marcada del uncinado (flecha amarilla), (ver además Fig . 7-1, B). Vel, vena cava inferior, AO, aorta. B,
=e Ecografía longitudinal en otro paciente que muestra el proceso uncinado (flecha) dorsal a la VMS y ventral a la vena cava
inferior (Vel). El cuello/cuerpo del páncreas (P) es ventral a la VMS.
'o

u
(1)
ti)
quima hepático (Fig. 7-11; ver además Figs. 7-2 y 7-3). El perfil del páncreas puede variar bastantes. Las varia-
Existen evidencias de que la ecogenicidad pancreática au- ciones en el perfil de la cabeza del páncreas son más pro-
menta con la edad s. blemáticas, ya que pueden simular una masa de cabeza
La textura del parénquima varía ampliamente desde del páncreas; una pseudo masa. Habitualmente estos
una arquitectura interna homogénea a lobular (Fig. 7-12). abultamientos se extienden hacia la derecha de las arte-
El tamaño pancreático varía también entre individuos. rias gastroduodenal y pancreatoduodenal (Fig. 7-13).
Guerra y cols. 6 observaron que el tamaño de la cabeza del Otra pseudomasa frecuente es un abultamiento en el
páncreas oscilaba entre 6 y 28 mm (17,7 ± 4,2 mm), el cuerpo anterior, que con frecuencia se aprecia en la zona
cuerpo entre 4-23 mm (10,1 ± 3,8 mm) y el tamaño de la en la que el lóbulo izquierdo del hígado contacta con el
cola entre 5-28 mm (16,4 ± 4,2 mm). Los hombres y las páncreas. Las pseudo masas tienen una textura y ecogeni-
mujeres tienen un tamaño pancreático similar. cidad idéntica a las del páncreas normal, permitiendo su

~ Figura 7-7 Vesícula, duodeno y cabeza pan-


~ creática normales. Ecografía transversa que ~ Figura 7-8 Área ampular y conducto biliar nor-
muestra la arteria gastroduodenal (flecha) como ~ males. Exploración ecográfica que atraviesa vesí-
referencia de la cabeza pancreática anterolateral normal. cula e hígado, con el paciente en decúbito lateral
La AGD sigue un trayecto entre el páncreas y la segunda izquierdo, para visualizar la región ampular y el conducto
porción del duodeno (D). La vesícula biliar (VB) es lateral al biliar distal normal (flecha) cuando pasa a través de la ca-
duodeno. La imagen muestra la porción cefálica de la ca- beza pancreática y entra en el duodeno a través de la pa-
beza pancreática. pila mayor (Vel, vena cava inferior; D, duodeno).
car una infiltración grasa mediante ecografía. Aunque el
páncreas graso se ha descrito como más ecogénico que el
páncreas normal 9, es algo que resulta difícil de apreciar
(ver Fig. 7-12). El páncreas puede parecer ecográficamente
normal con una sustitución grasa completa 10 (Fig. 7-14).
La tomografía computarizada (TC) es sensible para el
diagnóstico de sustitución grasa, mientras que la ecogra-
fía no es fiable. En la fibrosis quística, diabetes, obesidad y
en ocasiones, en edades avanzadas y también en el sín-
drome de Schwachman-Diamond (SSD) puede producirse
una sustitución grasa severa del parénquima pancreático.
El SSD es un trastorno genético congénito raro que se ca-
racteriza por la insuficiencia pancreática, displasia de mé-
dula ósea y alteraciones anatómicas l l .
Se puede apreciar una peculiar pseudomasa por una ca-
beza pancreática relativamente hipoecoica o proceso un-
cinado (o páncreas ventral) respecto al páncreas dorsal
(Fig. 7-15). Algunas evidencias sugieren que este fenóme-
no se debe al relativo de esta parte de la glándula por la
grasa 1Z. 14. Basado en un estudio prospectivo, Coulier1s ob-
\J Figura 7-9 Cuerpo y cola pancreática normales.
~ Imagen transversa del cuerpo y cola pancreática, servó que el «páncreas cefálico ventral embriológicamen-
rodeando la vena esplénica, vista a través del estó- te hipoecoico» nunca se observaba antes de los 25 años y
mago relleno de líquido, con el paciente en una posición era más frecuente en mujeres de edad media con un «pán-
anterior oblicua derecha. RI, riñón izquierdo, B , bazo. creas moderadamente ecoico».

Embriología del conducto pancreático


diferenciación con lesiones pancreáticas verdaderas. Los precursores embriológicos del páncreas del adulto se
Cuando no se puedan obtener imágenes de alta calidad desarrollan en dos brotes (<<yemas»), llamados pancreá-
del páncreas por dificultades técnicas, será más difícil de tico dorsal (craneal) y pancreático ventral (caudal).
diferenciar una pseudomasa de una neoplasia verdadera Estas yemas embrionarias (primordio) surgen de lados
del páncreas. opuestos de la unión del intestino anterior e intestino me-
dio (Fig. 7-16). Los dos primordios pancreáticos rotan pa-
Páncreas graso ra quedar próximos, fusionándose habitualmente a [as
Puesto que el parénquima pancreático puede ser ecogéni- 6-8 semanas de gestación 16 . La yema dorsal (craneal) se
camente normal, puede ser difícil o imposible diagnosti- convierte en el cuerpo y cola del páncreas. La ventral

~ Figura 7-10 Cola pancreática normal. Cola pancreática vista a través del bazo, con el paciente en posición de
~ decúbito lateral derecho. A, Imagen coronal longitudinal que muestra la cola pancreática normal (flecha) a través
del bazo. B, Imagen transversa de la cola pancreática normal (flecha). Obsérvese un cálculo grande en el riñón
izquierdo (RI) con una sombra acústica evidente.
cu
(,)
'u
'cu
...>-"'o"
cu
(,)
'S;
:a;
el.
'i
c:
E
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"cu
J:2

....cu
,-
E
C)
o W Figura 7-11 Ecogenicidad parenquimatosa pancreática normal, Ecografía longitudinal. A, La imagen tiene una
~ ~ ecogenicidad no muy distinta de la del hígado. B, Imagen de otro paciente con un aspecto más ecogénico.

=r::
'o
'0
oQ)
C/) (caudal) se transforma en la cabeza y proceso uncinado, conducto accesorio. Otra excepción es el páncreas divi-
que termina en una posición caudal respecto al cuerpo y sum, en el que los conductos pancreáticos ventral y dorsal
cola. La yema ventral también es el origen embrionario de no se fusionan (Fig. 7-18, B). La consecuencia es que la ma-
la vesícula, conducto biliar e hígado. El hecho de que el yor parte de las secreciones pancreáticas (las segregadas
conducto biliar y la cabeza pancreática compartan origen por el páncreas dorsal) entran en el duodeno a través del
podría explicar la fusión habitual (60%-80%) de los con- conducto accesorio a través de la papila menor.
ductos pancreático y biliar en la ampolla y de su entrada La terminología descriptiva de los conductos pancreáti-
común en el duodeno a través de la papila mayor. cos es algo confusa. Es más claro utilizar una descripción
El conducto pancreático es crucial para la función exo- funcional como la mostrada en la Figura 7-15, B: conducto
crina del páncreas, que transporta las secreciones digesti- pancreático principal y accesorio. Muchos autores utili-
vas pancreáticas al duodeno. Muchos adultos tienen un zan el conducto accesorio y el conducto de Santorini co-
conducto simple principal que se origina cuando se fusio- mo sinónimos. Otros definen el conducto de Santorini co-
nan las porciones de ambos conductos de cada primordio mo todo el conducto ventral, incluyendo el conducto
pancreático. El conducto pancreático principal se vacía en accesorio. El conducto pancreático principal en ocasiones
el duodeno a través de la papila, normalmente después de se llama también conducto de Wirsung, aunque otras ve-
unirse con el colédoco en la ampolla. En el 20%-40% de ces se reserva dicho nombre para el conducto ventral.
los individuos el conducto no se une; el conducto biliar En individuos normales el diámetro del conducto pan-
entra por separado en el duodeno a través de la papila creático es normalmente de 3 mm o menos. Hadidp9 ob-
mayor 17 . El conducto pancreático entra por separado, nor- servó que el conducto principal tenía un diámetro de 3 mm
malmente cerca del conducto biliar. en la cabeza, de 2,1 mm en el cuerpo y de 1,6 mm en la
El conducto del cuerpo y cola (del conducto en el esbozo cola. El diámetro del conducto puede variar bastante. En
pancreático dorsal) se fusiona con el conducto de la cabe- individuos en ayuno el conducto se aprecia como una es-
za (del conducto del esbozo pancreático ventral) para for- tructura lineal en el cuerpo pancreático (Fig. 7 -19). El diá-
mar el conducto pancreático principal (Fig. 7-16). Una metro aumenta con la edad, aunque 3 mm parece un diá-
porción del conducto de cuerpo y cola, el conducto acce- metro apropiado como límite de la normalidad en los
sorio (Fig. 7-17), con frecuencia persiste (50% en las se- pacientes ancianos s. Utilizando 2,5 mm como límite supe-
ries de autopsias) y entra en el duodeno a través de la pa- rior de la normalidad, Wachsberg 20 mostró que la inspira-
pila menor 18 • La papila duodenal menor queda unos ción puede aumentar el tamaño del conducto hasta exce-
centímetros proximal a la papila mayor. der dicho límite en e112% de los pacientes, posiblemente
Lo habitual es que solamente una proporción insignifi- por un aumento en las secreciones pancreáticas 21 . La in-
cante de las secreciones drenen a través del conducto acce- yección de secretina aumenta el tamaño del conducto, po-
sorio. Como excepción, cuando el conducto accesorio es el siblemente por aumentar las secreciones pancreáticas,
único conducto que entra en el duodeno; en tal caso el con- algo que podría explicar nuestras observaciones y tam-
ducto de la cabeza pancreática se vacía en el conducto dor- bién de otros autores, de que el tamaño del conducto pan-
sal, no en el duodeno (Fig. 7-18,A). Esta variante anatómica creático podría aumentar después de la ingesta en algu-
se encuentra en el 10% de los individuos que tienen un nos individuos normales 7•
Variantes anatómicas de la imagen causa aparente 22 • Las variaciones congénitas del páncreas
La ecografía transabdominal juega poco papel en el diag- son raras y se producen en alrededor del 10% de la pobla-
nóstico de las variantes del páncreas, que generalmente ción. Entre las variantes destacan el páncreas divisum,
se descubre y evalúa con colangiopancreatografía pan- páncreas anular y agenesia parcial. Muchas variantes del
creática retrógrada endoscópica (CPRE), colangiopan- páncreas carecen de relevancia clínica y se descubren de
creatografía-resonancia magnética (CPRM) y, más recien- forma casual por imagen, en la cirugía o en la autopsia. El
temente, TC multid etector 16 . La eco-endoscopia ha páncreas divisum, la variante más habitual, puede predis-
demostrado su utilidad en el diagnóstico del páncreas di- poner a la pancreatitis, aunque la literatura es poco clara ,...
visum, especialmente en pacientes con pancreatitis sin respecto a esta asociación 23 • La gran mayoría de los pa- o
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..., Figura 7-12 Ecogenicidad del parénquima hepático normal. Ecografías transversas en 12 pacientes que mues-
~ tran distintos patrones del parénquima pancreático normal. La ecogenicidad, textura y tamaño varían considera-
blemente.
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cu ftJ Figura 7-13 Variaciones anatómicas normales: pseudomasas en la cabeza pancreática, Las variaciones en
f! ~ el perfil de la cabeza del páncreas pueden consistir en abultamientos de la arteria gastroduondenal. A, Imagen
~ transversa de una pseudomasa que se extiende hacia la derecha de la arteria gastroduodenal (flecha) B, Imagen
(,) transversa de otra pseudomasa. O, duodeno.
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ftJ Figura 7-14 Infiltración grasa del páncreas, A, En esta imagen transversal, el aspecto y ecogenicidad del pán-
~ creas no difiere demasiado de muchas glándulas normales (ver también Fig. 7-12). B, TC en la que se aprecia una
infiltración grasa difusa (Caso cortesía de los Ors. Vinay Ouddlewar y Jabi Shiriki.)

ftJ Figura 7-15 Páncreas ventral hipoecoico, A, Ecografía transversal de la cabeza pancreática. Obsérvese el pro-
~ ceso uncinado hipoecoico (flechas), probablemente relacionado con menos cambios grasos de los presentes en
el componente dorsal (O). B, Ecografía longitudinal del páncreas. El proceso uncinado más posterior (fecha) mues-
tra ecogenicidad más baja que el resto del páncreas. (Caso cortesía de Stephanie Wilson, MO.)
cientes (95%) con páncreas divisum no desarrollan pan- 4 SEMANAS 5-6 SEMANAS
creatitis 24 .

Estructuras peripancreáticas
El estómago intraperitoneal generalmente se localiza
inmediatamente ventral al cuerpo pancreático retroperi-
toneal, con el espacio potencial colapsado del saco menor
peritoneal entre ambos órganos (Fig. 7-20). Esto explica ....
porqué el líquido en el estómago puede ser útil a veces o
:;
para la visualización ecográfica del páncreas. El fondo del 8 SEMANAS :!:::
Q.
saco menor está situado entre el epiplón menor, epiplón O
C1l

mayor y el estómago por delante y el peritoneo parietal y


mesocolon transverso por detrás (Fig. 7-21).
El antro y el bulbo duodenal son estructuras intrape-
ritoneales, mientras que la segunda y tercera parte del
duodeno son retroperitoneales y rodean la cabeza del
páncreas. La tercera porción del duodeno es una referen-
cia útil, que define la parte caudal de la cabeza pancreáti-
ca. El colon transverso y fl exura hepática suelen quedar
por encima del páncreas, en ocasiones impidiendo su vi-
..., Figura 7-16 Desarrollo embriológico del pán-
sión directa. ~ creas. A las 4 semanas los precursores embrioló-
El mesocolon transverso emerge a partir del páncreas gicos del páncreas del adulto se desarrollan como
y duodeno, formado por el peritoneo parietal que cubre el dos brotes (<<yemas»), llamados primordio pancreático dor-
páncreas y duodeno (Fig. 7-2 1). El mesocolon transverso sal (O, azul) y ventral (\1, marrón). La yema ventral también es
cubre al mesocolon transverso y forma parte de los lími- el origen embriológico de la vesícula biliar (VB), conducto
tes posteriores del fondo de saco peritoneal menor. biliar e hígado (H). Las yemas pancreáticas embrionarias
emergen de los lados opuestos de la unión del intestino an-
La cola del páncreas queda dentro del ligamento esple-
terior y medio primitivo. A las 5-6 semanas los dos primor-
norrenal y contacta con el riñón izquierdo, flexura cólica dios pancreáticos rotan en proximidad. A las 6-8 semanas
izquierda (esplénica) y el hilio del bazo por detrás. Así, los primordios habitualmente se fusionan. La yema pancreá-
una porción de la cola del páncreas es intraperitoneal y tica dorsal se convierte en cuerpo y cola del páncreas.
algunas veces móvil.

fue del3% en los pacientes con pancreatitis no necrotizan-


PANCREATITIS AGUDA te (intersticial) y del 17% en aquellos que padecían una
pancreatitis necrotizante. En la misma revisión observaron
un 30% de mortalidad en las necrosis infectadas frente al
La pancreatitis aguda (PA) se defi ne siguiendo la Atlanta 12% en las no infectadas. El fallo orgánico es incluso más
Classification de 1992 como «un proceso inflamatorio del diferencial: no existía mortalidad sin el fallo de algún órga-
páncreas con afectación variable de otros tejidos regiona- no, 3% con fallo de un solo órgano y 47% de mortalidad en
les u órganos a distancia, asociados con la elevación de caso de fallo multiorgánico.
niveles de enzimas pancreáticos en sangre yfu orina»25. Las causas de PA son numerosas y diversas. Un proble-
Más de 200.000 pacientes son admitidos en los hospitales ma al evaluar y tratar la PA ha sido la ausencia de una cla-
de EE. UU. con pancreatitis aguda. Resulta difícil determi- sificación universalmente aceptada. El International Sym-
nar la prevalencia de la pancreatitis aguda debido a que posium on Acute Pancreatitis (Atlanta, 1992) intentó
las formas leves con frecuencia pasan inadvertidas. La in- resolver estos problemas proponiendo un sistema de cla-
cidencia actual de PA se ha referido de 5-35 por cada sificación que estuviera clínicamente orientad0 30. Las cau-
100.000 habitantes (0,005%-0,035%)26. sas predominantes de PA son los cálculos y el alcohol, que
El espectro clínico de la PA va desde las formas benignas, dan cuenta de alrededor del 80% de todos los casos (Ta-
autolimitadas (75% de los pacientes) a las pancreatitis gra- bla 7_1)31.
ves que pueden ser fulminantes y ser causa de fallecimien- Todos los pacientes, incluyendo los alcohólicos conoci-
to rápido por fallo multiorgánico 27 • Las PA leves se resuel- dos, que acuden en su primer episodio de PA deben tener
ven generalmente de forma espontánea con tratamiento de una ecografía para evaluar las vías biliares en busca de
soporte. Las pancreatitis agudas intersticiales (edemato- cálculos 32 . La evaluación de las vías biliares es esencial en
sas) se deben a una glándula hipertrofiada y congestionada pacientes con PA debido a que la colecistectomía con la
sin necrosis o hemorragia apreciables 28. Banks y Freeman 29 extirpación de los cálculos en el colédoco evita la recidiva
observaron que la mortalidad global de la pancreatitis era de PN3, que puede ser fatal. Los cálculos afectan a alrede-
de aproximadamente el 5%. La PA causa la muerte por dos dor del 15% de la población de los EE. UU.34, pero la pre-
mecanismos: infección y fallo multiorgánico. La mortalidad valencia varía ampliamente según etnias. Entre los ameri-
en las primeras dos semanas normalmente se produce por canos nativos, alrededor del 50% de los hombres y e180%
fallo multiorgánico y después, por infección. La mortalidad de las mujeres están afectados con una prevalencia que es
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B Descripción funcional e Origen embriológico

..., Figura 7-17 Anatomía pancreática ductal. A, Cabeza pancreática. Imagen transversal en la que se aprecia el
~ conducto pancreático accesorio (flecha blanca). El conducto pancreático principal (flecha amarilla) se observa
dorsal y medial al colédoco (flecha roja). Vel, vena cava inferior, D, duodeno. B, Sistema ductal pancreático,
descripción funcional. Conducto accesorio mostrado en rosa (flecha negra) y el conducto principal en marrón. El conduc-
to accesorio (flechas naranjas) persiste solamente en una minoría de individuos. C, Sistema ductal pancreático, origen
embriológico. Componente dorsal del conducto adulto principal y conducto accesorio (flechas negras, conducto de San-
torini, rosa) ambos originados a partir del primordio dorsal. El componente ventral del conducto principal (flecha naranja,
conducto de Wirsung, marrón) en la cabeza del páncreas surge a partir del primordio ventral y normalmente se fusiona con
el conducto principal del cuerpo pancreático (primordio dorsal).

la más alta del mund0 35 • Después de una cuidadosa bús- pancreatitis biliar que mostró mejores resultados con la
queda de cálculos en la vesícula, debe evaluarse el con- descompresión del conducto dentro de las pri meras 48
ducto biliar respecto a colecodolitiasis y obstrucción. Las horas desde el inicio de los síntomas. No hubo diferencias
publicaciones varían en sus datos, pero la prevalencia de en que la descompresión fuera espontánea o mediante
litiasis en el colédoco en pacientes con litiasis sintomá- tratamiento quirúrgico o CPRE.
tica oscila probablemente entre el 10% y el 20%. Si el co- Se desconoce la forma en que los cálculos ocasionan la
lédoco no está dilatado en la ecografía, la prevalencia de PA, aunque debe estar relacionada de algún modo con el
cálculos en el colédoco se sitúa alrededor del 5%36. Con paso de cálculos por el colédoco o a su través. Los cálculos
una técnica minuciosa de ultrasonidos se pueden identifi- ocasionan entre un 30% y un 50% de los episodios de PA,
car cálculos en el colédoco con una sensibilidad del 75%37. mientras que solamente un 3%-7% de los pacientes con
Cuando exista dilatación biliar o coledocolitiasis en la cálculos desarrollan pancreatitis 33 . Otra importante causa
ecografía, puede existir un cálculo impactado en el colé- de PA es el barro biliar (microlitiasis). Estos casos expli-
doco distal. Parece razonable asumir que es necesaria una can gran parte de lo que hasta hace poco se llamaban PA
intervención urgente para aliviar la obstrucción. Sin em- idiopáticas 44 . El resto de variadas causas de PA son neo-
bargo, existe una evidencia contradictoria en el contexto plasias 45.46, infección, páncreas divisum, toxinas, fármacos
agudo 3s ' 42 : Acosta y cols. 43 refirieron los resultados de un y factores genéticos, traumáticas y iatrogénicas (endosco-
estudio clínico randomizado prospectivo de pacientes con pia, postoperatorio)31. Entre el 5% y el 7% de los pacien-
....
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Q.
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Conducto ventral ()

A Drenaje excl usivo a través de papi la menor

fttJ Figura 7-20 Espacio potencial del saco perito-


~ neal menor. Imagen transversal entre el estómago
(flecha) y páncreas (P).

Ventral de Wi rsung

B Páncreas divisu m

..., Figura 7-18 Variantes del conducto pancreáti-


~ co con secreciones entrando en el duodeno a
través de la papila menor. A, Papila menor sola-
mente. Conducto ventral de la cabeza pancreática que se
vacía en el conducto dorsal en lugar de hacerlo en el duo-
deno. S, Páncreas divisum que carece de la formación del
conducto principal del adulto debido a que los conductos
de ambos primordios no se fusionaron. El conducto del pri-
mordio dorsal sigue separado del conducto principal en la
cabeza. Esta variación anatómica está presente en el 5%-
10% de la población.

fttJ Figura 7-21 Reflexiones pe riton ea les y meso-


~ colon transverso. El mesocolon transverso (fle-
cha amarilla) emerge de la parte anterior del pán-
creas y duodeno, formado por el peritoneo parietal que
reviste al páncreas y duodeno. El mesocolon transverso
reviste al colon transverso y forma parte de los límites pos-
teriores del saco peritoneal posterior (flecha azul).

Causas de pancreatitis aguda


(PA,
Causa Casos de PA

.., Figura 7-19 Imagen transversal del páncreas que Cálculos biliares 40 %
~ muestra el aspecto del conducto pancreático co- Alcoholismo 40%
mo una estructura lineal y colapsada del cuerpo Idiopáticas 10%
(flechas). Otras 10%
tes con tumores pancreatobiliares, benignos y malignos, de ser útil en la sospecha de pancreatitis de origen biliarss .
debutan con una pancreatitis aguda 47 . La ecoendoscopia también es válida en el diagnóstico de
microlitiasis y páncreas divisum s6 .
Planteamiento de la imagen Por su tasa de complicaciones y costes, la CPRE, ante-
La ecografía abdominal y tomo grafía computarizada con riormente tanto diagnóstica como terapéutica, actual-
contraste (Teee) son dos modalidades de enorme utilidad mente se reserva para el tratamiento s7 . Algunas veces aso-
en pacientes con PA. Otros estudios útiles, pero secundarios, ciada con la esfinterotomía endoscópica (EE) y extracción
diagnósticos y terapéuticos son la CPRM, resonancia mag- de cálculos, la CPRE es una modalidad terapéutica muy
nética (RM), ePRE y eco-endoscopia. La elección de la mo- valiosa en coledocolitiasis con ictericia, dilatación del co-
dalidad depende de la situación clínica. La ecografía debe lédoco, PA o colangitis s8 .
realizarse para detectar cálculos y obstrucciones de las vías
biliares en todos los pacientes en quienes la PA biliar sea Hallazgos ecográficos
posible. La TeeC estará indicada precozmente en el curso La evaluación de la vesícula y conductos biliares es el pilar
clínico de pacientes con pancreatitis grave, sobre todo para de la mayoría de los estudios ecográficos realizados en
diagnosticar necrosis pancreática. La necrosis se manifiesta pacientes con pancreatitis aguda. En cualquier caso, com-
como una falta de realce del páncreas en la Tecc48. La necro- prender las alteraciones pancreáticas o extra pancreáticas
sis pancreática se considera importante cuando esté afecta- asociadas a la PA es importante. El uso combinado de ami -
da más del 30% de la glándula o una superficie mayor de 3 lasa y lipasa sérica mejora la sensibilidad y especifi cidad
cm. Los pacientes con necrosis pancreática tienen que mo- hasta un 90% y 95%, respectivamente, en el diagnóstico
nitorizarse estrechamente respecto a un deterioro clínico y de PN9, pero los casos leves todavía pueden escaparse. En
ser tratados con antibióticos profilácticos49,s l . Sharma y las PA leves, el paciente puede acudir después de que la
=
t:
Howden s2 observaron que la profilaxis antibiótica reducía
de forma importante la sepsis en un 21,1% y la mortalidad
elevación transitoria de amilasa y lipasa se haya normali-
'o zado. Por tanto, no existirán marcadores serológicos de
'13
oQ) en un 12,3%, frente a los que no llevaban profilaxis. La TC pancreatitis 60 . En estos pacientes el diagnóstico de PA leve
ti) también es la exploración más precisa para buscar compli- es clínico. Por otro lado, el diagnóstico puede pasar inad-
caciones diferidas de la pancreatitis aguda. vertido en pancreatitis graves debido a que el dolor esté
La colangiopancreatografía-RM (CPRM) es una forma ausente o quede enmascarado por otros síntomas más
precisa para detectar cálculos en la vesícula y conductos graves. Lankisch y cols.61 analizaron las pancreatitis fata-
biliares en pacientes con PN1. LA RM abdominal puede les entre 1980 y 1985 Y refirieron que el 30,2% de los ca-
proporcionar información similar al TCee, incluido el sos no fueron diagnosticadas hasta la autopsia. En casos
diagnóstico de necrosis pancreáticaS3.54. Por su elevado como estos la imagen (TC, ecografía o RM) puede ser im-
coste, la CPRM y RM deberían reservarse a pacientes en portante como apoyo del diagnóstico clínico o sugerir un
quienes la Te o ecografía no proporcionan una informa- diagnóstico insospechado de pancreatitis aguda.
ción suficiente para decidir el tratamiento y para aquellos Después de una búsqueda minuciosa de cálculos en ve-
que tienen contraindicación para la Teec. sícula y vías biliares, debe rastrearse todo el páncreas, y
La ecoendoscopia es más sensible que la ecografía ab- después del barrido del páncreas se buscará patología pe-
dominal en la detección de cálculos en el colédoco y pue- ripancreática en el fondo de saco menor, espacios para-
rrenal anterior y mesocolon transverso.
La prevalencia referida de alteraciones en la ecografía en
IMAGEN EN LA PANCREATITIS AGUDA la PA varía desde e133% hasta el 91,7%. En un estudio re-
(PA) / trospectivo de pacientes con PA, Finstad y cols. 32 encontra-
ron alteraciones en el 91,7% de sus pacientes 32 . La ecogeni-
PAPEL DE LA ECOGRAFÍA
cidad pancreática típicamente se reduce en la PA debido al
• Detecta cálculos como causa de PA edema intersticial. En algunos pacientes, la ecogenicidad es
• Detecta dilatación y obstrucción del colédoc normal. Rara vez, la ecogenicidad aumenta realmente y po-
• Diagnóstico de PA no sospechada 0 - ~ siblemente en relación con una hemorragia, necrosis o
confirmación del diagnóstico de PA saponificación grasa. Cotton y cols.62 observaron que, en
• Como guía para aspiración y drenaje comparación con el hígado, la ecogenicidad del páncreas
aumentaba en el 16% de los individuos normales y, en el
PAPEL DE LA TOMOGRAFÍA COMPUTARIZADA 32% de los 'pacientes con PA. Finstad y cols. 32 apreciaron
• Detecta necrosis pancreática (pacientes con que los pacientes con PA aumentaban en conjunto la ecoge-
sospecha de pancreatitis grave) nicidad, aunque existían áreas focales de mayor ecogenici-
• Detecta complicaciones de PA dad y falta de homogeneidad.
• Diagnóstico de PA no sospechada o El aumento de tamaño del páncreas es casi la regla en
confirmación del diagnóstico de PA pacientes con PA. Por desgracia, dicho aumento puede ser
• Diagnóstico de patología que parece PA, como difícil de juzgar, debido a que no suele conocer el tamaño
isquemia gastrointestinal, úlceras o del páncreas antes del inicio de la pancreatitis y éste varía
perforación o rotura de aneurisma aórtico ampliamente. En 1995, Guerra y cols. 6, observaron que el
• Como guía para aspiración y drenaje grosor del cuerpo del páncreas normal en 261 adultos fue
de 10,1 mm (±3,8 mm; rango 4-23 mm). En 2005 Finstad
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C.
IV
(.)

~ Figura 7-22 Páncreas aumentado, pancreatitis


~ aguda con inflamación. Imagen transversal del V Figura 7-23 Pseudopancreatitis. Imagen longi-
páncreas que muestra una dimensión anteropos-
~ tudinal del páncreas (P); el hígado presenta un hí-
terior de 26 mm a nivel de la arteria mesentérica superior
gado graso más ecogénico que el páncreas nor-
(AMS). Obsérvese la inflamación aguda ventral al páncreas
mal, que parece un páncreas hipoecoico.
(flecha amarilla) y ventral a (flecha azulj la confluencia de las
venas esplénica y mesentérica s uperior (e).
El hallazgo clásico de una ecogenicidad glandular dis-
minuida está presente sólo en el 44% de los pacientes.
y cols. 32 observaron que la medida anteroposterior (AP) Además, cuando existe infiltración grasa del hígado, el
media del cuerpo pancreático a nivel de la AMS fue de páncreas normal puede parecer hipoecoico, un patrón de
21,1 mm (±6,4 mm; rango 12-45 mm), casi el doble de la «pseudopancreatitis» (Fig. 7-23). La heterogenicidad
media de los individuos normales del estudio de Guerra. pancreática es un hallazgo subjetivo, pero frecuente, y es-
El valor de 22 mm como referencia parece por tanto razo - tá presente en más del 50% de los pacientes (Fig. 7-24).
nable (media más de tres d esviaciones estándar) como En algunos pacientes se observan regiones hipoecoicas
límite superior del grosor del páncreas normal, sin olvi- focales (Fig. 7-25).
dar que probablemente sea un parámetro poco sensible El hallazgo más frecuente y por tanto más útil es la infla-
para diagnosticar la PA (Fig. 7-22). mación asociada a la pancreatitis (Fig. 7-26; ver además
Con el objeto de definir un protocolo ecográfico para los Figs. 7-22 y 7-24). Se pueden detectar cambios extrapan-
hallazgos relacionados con la pancreatitis, Finstad y cols. 32 creáticos, incluso cuando el contorno pancreático sea nor-
refirieron que la ecografía detectó alteraciones en 45 de
48 pacientes (91,7%) (Tabla 7-2).

Alteraciones ecográficas
en la pancreatitis aguda
N.o de pacientes
Alteración Prevalencia
(Total 48)

Inflamación peripancréatica 29 60%


Parénquima heterogéneo 27 56%
Ecogenicidad de la glándula 21 44%
reducida
Margen ventral impreciso 16 33%
Páncreas aumentado' 13 27%
Cambios focales del eco 11 23%
pancreático
Colecciones líquidas 10 21%
peripancreáticas
Masa focal 8t 17%
Inflamación perivascular 5 10%
Dilatación ductal pancreática 2 4%
Trombosis venosa 2 4%
V Figura 7-24 Páncreas heterogéneo, pancreati-
~ tis aguda. Imagen transversal que muestra una
Modificado de Finstad TA, Tchelepi H, Ralls pw. Sonography of acute
pancreatitis: prevalence of findings and pictorial essay, Ultrasound Q \;1heterogenicidad que puede ser sutil y parecer un
2005;21 :95-1 04 hallazgo subjetivo. La flecha indica la inflamación perivas-
• Dimensión anteroposterior (AP) ;;, 23 mm en la arteria mesentérica cular y un coágulo en la vena mesentérica superior-vena
superior.
t Cinco de ocho hipoecoicas esplénica.
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CtI .,., Figura 7-27 Inflamación y líquido ascítico, pan-
:¡::
f!C) .,., Figura 7-25 Áreas focales hipoecoicas, pan- ~ creatitis aguda. Imagen transversal del cuadrante
o(.) ~ creatitis aguda. Imagen transversal que muestra . superior derecho en la que se aprecia una inflama-
un páncreas heterogéneo con zona hipoecoica ción aguda en el espacio pararrenal anterior (retroperitoneal)
w (flecha). y espacio perirrenal (flechas amarillas). La ascitis se observa
en el espacio subhepático adyacente (flecha blanca).
=e
'o
'0 mal y el páncreas no esté claramente aumentado. La infla- mesocolon transverso. Los espacios pararrenales ante-
()
Q)
(/) mación pancreática es habitualmente hipoeoica o anecoica riores se ven mediante un abordaje coronal desde el flan-
(Fig. 7-27) Y se adapta a los espacios retroperitoneales o co (Fig. 7-30). El paciente se explora en decúbito supino
peritoneales. Puede ser difícil o imposible distinguir la in- con el transductor en ángulo para conseguir un barrido
flamación del líquido (Fig. 7-28). Como diferencia con la sagital a través del flanco. Las zonas de inflamación den-
inflamación, las colecciones líquidas con frecuencia tienen tro del espacio pararrenal anterior se observan inmedia-
unos bordes convexos, que son más gruesos y más localiza- tamente adyacentes a la grasa ecogénica dentro del espa-
dos, pueden causar efecto masa y algunas veces tienen cio perirrenal. La inflamación de la pancreatitis aguda
transmisión directa del sonido (Fig. 7-29). dentro del espacio pararrenal anterior en ocasiones so-
La inflamación se observa casi siempre ventral y adya- brepasa la fascia de Gerota (Fig. 7-30). Pueden apreciarse
cente al páncreas en el retroperitoneo prepancreático masas inflamatorias (antes llamadas flemones) (Fig. 7-31
(ver Figs. 7-22, 7-26 Y7-28), los espacios pararrenales an-
teriores derecho e izquierdo, espacios perirrenales y el

.,., Figura 7-28 Inflamación que simula líquido.


.,., Figura 7-26 Inflamación por pancreatitis agu- ~ Imagen longitudinal del cuadrante superior dere-
~ da. Imagen transversal que muestra una inflama- cho en la que se aprecia que la inflamación aguda
ción aguda ventral al páncreas (flecha amarilla) y (flechas) en el espacio pararrenal anterior (retroperitoneal)
ventral a la confluencia (e) de las venas esplénica-mesen- simula líquido y podría confundirse con ascitis. Obsérvese
térica superior (flecha blanca). El páncreas está hipertrofia- la masa inflamatoria retroperitoneal inflamatoria (M). RO,
do y heterogéneo. riñón derecho.
.....
o
:;
~
el.
ca
O

W Figura 7-29 Colecciones líquidas asociadas con la pancreatitis. A, Ecografía transversal y B, imagen de Te del
~ «saco menor" con colección de líquido. Dicha colección está realmente en el retro peritoneo prepancreático. Ob-
sérvese el estómago desplazado (flechas).

y ver Fig. 7-28). El mesocolon transverso se puede apre-


ciar bien en la mayoría de los pacientes mediante barri- COMPLICACIONES LOCALES DE LA
dos longitudinales. Se explorará caudal al páncreas y por PANCREATITIS AGUDA
detrás del estómago (Fig. 7-32 Y ver además Fig. 7-21)
donde la inflamación se extiende en dirección caudal y • Colecciones líquidas agudas
puede alcanzar el colon trasverso. El propio colon trans- • Pseudoquistes
verso puede resultar difícil de identificar. En el plano • Abscesos pancreáticos
transverso queda directamente por delante (anterior) de • Necrosis
la cabeza del páncreas y proceso uncinado. La extensión • Necrosis infectada
de la inflamación a lo largo de los espacios perivasculares, • Hemorragia
especialmente en la confluencia de la vena esplénica y es- • Trombosis venosa
plenoportal, es típica de la PA (Figs. 7-33, 7-34, 7-35, ver • Pseudoaneurisma
además Figs. 7-22, 7-24 Y 7-2 6). Esta inflamación perivas-

W Figura 7-30 Inflamación en los espacios para- W Figura 7-31 Masa inflamatoria en el espacio pa-
~ rrenal anterior y perirrenal. Imagen longitudinal ~ rarrenal anterior. Imagen coronal longitudinal del
coronal del cuadrante superior derecho en posi- cuadrante superior izquierdo que muestra una masa
ción decúbito supino que facilita la visualización de los es- inflamatoria retroperitoneal (M). Dichas masas se denomina-
pacios pararrenal y perirrenal. La inflamación delimita en ban anteriormente flemones. Dicho término quedó obsoleto
parte el espacio perirrenal (flecha) que está delimitado por a partir dellnternational Symposium on Acute Pancreatitis de
la fascia de Gerota. 1992 (Atlanta). OPI, derrame pleural izquierdo.
=

\"tI Figura 7-32 Inflamación en el mesocolon


~ transverso. Imagen longitudinal. A, Inflama-
ción sutil, relativamente menor (flechas). B,
Inflamación más importante (flechas). e, Colon trans-
verso, que puede resultar difícil de visualizar, inflama-
ción del mesocolon más difusa (flechas).

cular puede explicar por qué algunos pacientes desarro- neales son similares a los que se observan en pacientes
llan trombosis de las venas portas (Figs. 7-36 y 7-37; ver con ascitis, quizás por el peritoneo «agujereado».
además Fig. 7-34). En ocasiones los hallazgos retroperito-
Complicaciones
Las complicaciones de la pancreatitis aguda pueden clasi-
ficarse como complicaciones sistémicas (aquellas relacio-
nadas con el fallo de órganos) y complicaciones locales 63 •

Colecciones líquidas agudas


Las colecciones líquidas asociadas a la pancreatitis repre-
sentan un espectro de la enfermedad y por tanto su clasi-
ficación puede ser problemática (Figs. 7-38 y 7-39; ver
además Fig. 7-29). Las colecciones líquidas, cuando con-
tienen detritus o necrosis o pueden estar infectadas, no
siempre se pueden caracterizar. Aproximadamente el
40% de los pacientes con PA desarrollan colecciones li-
quidas agudas 64,6s . Alrededor de la mitad de estas pueden
resolverse espontáneamente y casi el 70% se resuelven
en pacientes con pancreatitis no necrotizantes 6s • Por tan-
to, el drenaje u otra intervención en colecciones agudas
son inadecuados, salvo que exista sospecha de sobreinfec-
ción. En la Atlanta Classification se propone que la dife-
renciación entre colección líquida y pseudoquiste se haga
a las 4 semanas del inicio de la enfermedad 2s • Otros auto-
\"tI Figura 7-33 Inflamación perivascular. Imagen res sugieren que la colección líquida que persista más de
~ transversal del cuerpo pancreático que muestra 6 semanas debería considerarse un pseudo quiste, La defi-
inflamación hipoecoica (flechas) alrededor de la
nición de 6 semanas se basa en el tratamiento quirúrgico
vena esplénica.
tradicional: la pared del pseudoquiste necesita 6 semanas
,...
o
'3
,~
a.
ca
O

~ Figura 7-34 Pancreatitis que ocasiona una inflamación perivascular. A , Ecografía transversal y B, TC de pán-
~ creas en las que se aprecian evidencias claras de inflamación perivascular (flechas), hipoecoicas en la ecografía e
hipodensidad en la TC.

~ Figura 7-35 Inflamación perivascular y coágulo debido a pancreatitis. A, Ecografía transversal del páncreas
~ que muestra una confluencia libre de trombos. Obsérvense los signos obvios de inflamación perivascular y peri-
pancreática (flechas amarillas). B, Ecografía transversa en Doppler color que confirma el coágulo de la vena esplé-
nica (flecha amarilla) y la confluencia permeable (flecha verde).

~ Figura 7-36 Coágulo en la vena mesentérica superior. Imagen ecográfica que muestra el coágulo en la vena
~ mesentérica superior (flechas) en dos pacientes con pancreatitis aguda.
~ Figura 7-38 Colección líquida aguda. Imagen
~ longitudinal que muestra inflamación y colección
líquida aguda (flecha) en el mesocolon transverso;
S, estómago.
~ Figura 7-37 Coágulo en la vena porta izquier-
~ da. Ecografía transversal que muestra coágulo en
la vena porta izquierda (flecha) secundario a una
=c: pancreatitis. valencia varía entre el 20%-40%, siendo el rango más alto
'o las de origen alcohólic0 69 . En ocasiones los pseudoquistes
'(3
oQ) pueden deberse a traumatismos (Fig. 7-40).
ti) para «madurar» para que pueda ser drenado quirúrgica- El signo más importante para diagnosti car el pseudo-
menté 6 • quiste con la imagen consiste en diferenciarlo de la neo-
plasia quística, un error que puede llevar a resultados clí-
Pseudoquistes nicos adversos 7o • Por desgracia esta distinción puede ser
Los pseudoquistes pancreáticos son una complicación bien difícil. El mejor criterio para el diagnóstico es la historia
conocida de las pancreatitis agudas y crónicas. Los pseudo- clínica o la evidencia en imágenes de una pancreatitis
quistes dan cuenta del 75%-90% de todas las lesiones quís- aguda o crónica. Si esto no es posible, diferenciar un pseu-
ticas del páncreas. La «pared» del pseudoquiste pancreáti- doquiste de lesiones pancreáticas se hace problemático.
co consiste en tejido fibroso y de granulación. Así, a Los hallazgos ecográficos de los pseudoquistes son varia-
diferencia de los quistes verdaderos olas neoplasias quísti- bles. Los pseudoquistes pueden oscilar en su aspecto des-
ca s, los pseudoquistes no tienen una cubierta epitelial. Los de puramente quísticos a unas colecciones con considera-
pseudoquistes son más habituales en los pacientes con ble irregularidad mural, tabicaciones y ecogenicidad
pancreatitis crónica (PC), que en pacientes con pancreatitis interior debido a detritus (Fig. 7-41) por necrosis, hemo-
aguda. La prevalencia de los pseudoquistes oscila entre el rragia (ver Fig. 7-40) o infección. Conseguir diferenciar
5% y el 16% en pacientes con PA. En el caso de la PC la pre- con éxito un pseudoquiste de una neoplasia quística de-

~ Figura 7-39 Colección líquida asociada a una pancreatitis. A, Ecografía transversal y B, Te que muestran un
~ páncreas agrandado y heterogéneo con una inflamación peripancreática prominente y colección líquida que des-
pués se resolvió espontáneamente.
tampoco precisan intervención y se pueden seguir de for-
ma segura 73,74. Las indicaciones para su drenaje son el do-
lor abdominal, normalmente debido al crecimiento del
pseudoquiste (por sangrado), la obstrucción biliar (Fig.
7-41) Y la obstrucción gastrointestinal (normalmente
duodenal)1s. La formación de una fístula interna o externa
puede originar ascitis pancreática o derrame pleuraF6. La
inflamación de la pancreatitis puede diferir y disecar a
través de los planos tisulares circundantes. Por ejemplo,
los pseudoquistes y masas inflamatorias pueden alcanzar
el cuell0 77 o el escrot0 78 (Fig. 7 -42).

Necrosis y absceso
La necrosis pancreática importante se define según el
sistema de la Atlanta C1assification como un parénquima
pancreático sin contraste mayor de 3 cm o que afecte a
\J Figura 7-40 Fractura pancreática y pseudo- más del 30% de la superficie del páncreas en la TCCC (ver
~ quiste asociado. Imagen transversal que muestra Fig. 7 -35). Estos pacientes presentan mayor riesgo que los
una fractura/laceración (flecha) del cuerpo del
páncreas. Se ha desarrollado un pseudoquiste (PC) ventral que no presentan necrosis y se tratan con antibióticos
al páncreas. El trauma es una causa infrecuente de pseu- profilácticos y deben monitorizarse estrechamente. La
doquistes pancreáticos. (Caso cortesía de Stephanie Wil- necrosis no puede diagnosticarse de forma definitiva con
son, MO.) la ecografía, aunque la ecografía con contraste sí podría.
La terminología de la Atlanta Classification es algo confu-
sa en ocasiones cuando describe infecciones importantes
pende por tanto de un alto grado de sospecha de la posibi- asociadas a pancreatitis. El término «Absceso pancreático»
lidad de una neoplasia quística y saber apreciar los hallaz- se limita a colecciones líquidas infectadas, básicamente
gos altamente sugestivos «de los sospechosos habituales»: pseudoquistes que se infectan. Las necrosis pancreáticas
neoplasia serosa quística (adenoma quístico), neoplasia infectadas, una complicación mucho más grave, pueden
quística mucinosa, tumor pseudo papilar sólido y neopla- también tener su origen en colecciones rellenas de pus, que
sia mucinosa papilar intrad uctaFl. La caracterización de también podrían considerarse «abscesos» en otros contex-
las neoplasias quísticas mediante TC o RM es poco fiable, tos clínicos. Por tanto, lo mejor sería considerar dos distin-
incluso aunque en las revisiones bibliográficas se le atri- tos tipos de abscesos asociados a la pancreatitis aguda:
buya una certeza diagnóstica del 90% o más 72 • • El absceso pancreático de la Atlanta Classification, una
El manejo conservador de los pseudoquistes es adecua- colección/pseudoquiste de líquido infectada con míni-
do, salvo que se produzcan complicaciones. Como se ha ma necrosis.
referido, muchos pseudoquistes se resuelven espontánea- • Necrosis infectada con una colección líquida, que surge
mente. Los pseudoquistes persistentes no complicados a partir de un tejido pancreático necrótico.

.,,; Figura 7-41 Pseudoquistes que ocasionan obstrucción biliar. Ecografía longitudinal oblicua de dos pacientes
~ distintos en las que se aprecia una dilatación por obstrucción del conducto biliar. La obstrucción biliar es una indi-
cación de drenaje del pseudoquiste.
Resulta difícil determinar el mejor método de trata-
miento de los pseudoquistes. Se tendrá en cuenta la causa
de la pancreatitis, comunicación del conducto pancreático
con el pseudoquiste y la experiencia técnica local a la hora
de elegir el método terapéutico. Aunque los datos no están
claros, el drenaje percutáneo (OPC) de los pseudoquistes
es en conjunto menos exitoso que el drenaje quirúrgico o
endoscópic0 79 • En cualquier caso, se debe utilizar el ope
como primera opción y se reservan otras técnicas para los
\J Figura 7-42 Inflamación por una pancreatitis fallos del ope. En el numeroso grupo de pacientes con una
~ que ocasionó una masa escrotal. Ecografía lon- anatomía ductal normal y sin comunicación con el con-
cu gitudinal con campo de visión extendido desde el ducto pancreático, el OPC es exitoso en más del 80%. Por
c: cuadrante superior derecho hasta el escroto derecho. Exis- otra parte, el OPC fallará en el 77%-91 % de los pacientes
E te una masa inflamatoria (flechas) caudal al ligamento in- que tienen una obstrucción o estrecheces del conducto 7s .
O
~ guinal. La diseminación extensa de la inflamación aguda es
.o frecuente en la pancreatitis aguda. RO, riñón derecho; H, Por tanto, la CPRpo y en algunos casos la CPRMS3.69, serán

-
CU útiles para la selección de la técnica terapéutica.
cu hígado.
,- La mejor opción terapéutica para los abscesos pancreá-
E
C)
ticos (colecciones líquidas infectadas sin necrosis significa-
O tiva) es el OPC81. El OPC también se puede utilizar en necro-
()
W
Tratamiento sis infectadas, para las que es curativa en muchos pacientes 82
El mejor tratamiento de los pseudoquistes es la cirugía, y es útil el momento de la técnica en otros 79 • Aunque el ma-
=t::
el drenaje percutáneo dirigido por imagen y el drenaje
guiado mediante endoscopia. Andrén-Sandberg y cols. 66
nejo de la infección en la pancreatitis sigue evolucionan-
'o
.C) d0 2s, el tratamiento de la infección de la necrosis pancreáti-
oQ) concluyeron: ca sigue siendo el desbridamiento quirúrgico.
en
No existen estudios randomizados sobre protocolos de ma-
Complicaciones vasculares
nejo de los pseudoquistes pancreáticos. Lo más importante es
Las complicaciones vasculares se observan tanto en las
diferenciar entre pseudoquiste agudo y crónico para su manejo;
pero al mismo tiempo que no pasen inadvertidas las neoplasias pancreatitis agudas como en las crónicas. Los pseudoa-
qUÍsticas. El tratamiento conservador debe tenerse en cuenta neurismas y trombosis venosas son las principales
siempre como la primera opción (los pseudoquistes no deben complicaciones vasculares. La mayor parte de las pan-
tratarse simplemente porque están ahí) creatitis hemorrágicas son insignificantes clínicamente y
se deben a patología venosa o de vasos pequeños, mien-
tras que las hemorragias potencialmente letales habitual-
mente están relacionadas con la digestión enzimática o
con pseudoaneurismas de vasos de grueso calibre, como
son las arterias esplénicas, gastroduodenal (Fig. 7-43) Y
pancreaticoduodenal. La incidencia de hemorragias en
pacientes con pseudoquistes es del 5%, pero tiene una
mortalidad de hasta el 40%83. La erosión vascular puede
producir una brusca expansión dolorosa del quiste o un
sangrado gastrointestinal dentro del conducto pancreáti-
co (hemosuccus pancreaticus)84. La trombosis del sistema
portal venoso se observa tanto en las pancreatitis agudas
como en las crónicas 63 ; la trombosis de la vena espléni-
ca es más frecuente (Fig. 7-44). Agarwal y cols.8s ·refirie-
ron una prevalencia del 22% de trombosis de la vena es-
plénica en pacientes con pancreatitis crónica. Bernades y
cols. 86 refirieron una prevalencia de trombosis de la ve-
na porta del 5,6% (15/266). La trombosis de la vena es-
plénica puede ocasionar un sangrado gastrointestinal a
\J Figura 7-43 Pseudoaneurisma pancreático. partir de varices gástricas, llamado hipertensión portal
~ Doppler color transversal que muestra un pseudoa- «siniestra» (del lado izquierdo).
neurisma asociado a una PA en la arteria gastro-
duodenal. Se aprecia la porción coagulada del pseudoaneu-
risma (cabezas de flecha). El calibre denota la porción
PANCREATITIS CRÓNICA
permeable del pseudoaneurisma. Los pseudoaneurismas
son una complicación rara de la pancreatitis, mucho menos
frecuente que la trombosis venosa. Obsérvese el aspecto de
La prevalencia de la pancreatitis crónica oscila entre el 3,5
color «yin y yang» (rojo/azul) del Doppler color que represen-
ta el remolino de sangre dentro de la lesión. yel 10/100.000 habitantes. La PC se caracteriza por una
inflamación pancreática intermitente con progresión y da-
con una enfermedad avanzada. Por desgracia, estos cam-
bios están pocas veces presentes en la enfermedad pre-
coz, reduciendo la sensibilidad de la imagen. En conse-
cuencia la imagen no es de gran utilidad en la PC precoz.
Además, los cambios morfológicos no se correlacionan
bien con la función exo- y endocrina92 •
A pesar de la creencia extendida de que la ecografía glo-
balmente es inferior para el diagnóstico que TCCC, CPRM "'-
y la ecoendoscopia93 .95 , los ultrasonidos con frecuencia se o
"3
recomiendan como primera prueba diagnóstica 87 . BolondF :t!
el.
estableció que el diagnóstico mediante ecografía de la PC (ti
O
era difícil debido al «polimorfismo anatómico de los cam-
bios y la incidencia relativamente alta de resultados falso-
negativos en los estadios precoces de la enfermedad». En
la práctica clínica se aceptan los ultrasonidos como pri-
W Figura 7-44 Coágulo en la vena esplénica. Ima- mer paso para el diagnóstico cuando se sospeche una Pe.
~ gen de Doppler potencia que muestra un coágulo
parcial en la vena esplén ica (flecha) debido a una Hallazgos ecográficos
pancreatitis crónica. C, Confluencia de las mesentéricas La ecografía puede ser efectiva para el diagnóstico de la PC,
superior y esplénica.
pero se requieren además otras pruebas si se plantea una
intervención. El signo clave de la PC es la dilatación ductal
(Fig. 7-46) Y las calcificaciones, que pueden ser en las ra-
ño irreversible de la glá ndula. A nivel anatomopatológico mas ductales (Fig. 7-47), conducto principal (Fig. 7-48) o
los signos claves son la fibrosis, con atrofia acinar e infla- ambas. Cuando se observan estos hallazgos en un paciente
mación crónica con conductos distorsionados y bloquea- con dolor e historia de alcoholismo, el diagnóstico de PC
dos 87 . La PC finalmente conduce a cambios estructurales será seguro. La PC es superior a la ecografía para detectar
permanentes y funciones endocrina y exocrina deficientes. calcificaciones y dilatación ductal. Las calcificaciones se ha-
Entre los cambios crónicos destacan alteraciones en la tex- cen mucho más evidentes en las imágenes ecográficas bus-
tura parenquimatosa, atrofia glandular, agrandamiento de cando el artefacto en cola de cometa96 (Fig. 7-49).
la glándula, masas focales, con un conducto pancreático di- Las zonas de ecogenicidad aumentada o reducida se co-
latado y en forma de collar de cuentas (con frecuencia con rresponden con los efectos de una fibrosis parcheada: es-
calcificaciones intraductales) y pseudoquistes. tas áreas focales de ecogenicidad alterada suelen ser sub-
El alcoholismo es la causa principal de pancreatitis jetivas y difíciles de apreciar.
crónica (70%-90% en países occidentales) 88. Otras causas
son la obstrucción ductal pancreática ocasionada por Pseudoquistes
estrecheces, hipertrigliceridemia, hipercalcemia, pan- Los pseudoquistes son más frecuentes en pacientes con
creatitis autoinmune, pancreatitis tropical y otras mu- pancreatitis crónica (20%-40 %) que con la forma aguda
taciones genéticas 89 .
La pancreatitis crónica se caracteriza clínicamente por
dolor, malabsorción y diabetes. El tratamiento de las PC no
complicadas suele ser conservador y se dedica el mayor es-
fuerzo a mejorar la calidad de vida del paciente aliviando el
dolor y mitigando la malabsorción y diabetes. Las interven-
ciones quirúrgicas y endoscópicas se reservan a las compli-
caciones, como son los pseudoquistes, abscesos y neopla-
sias87 . Pueden presentar obstrucción y trombosis de las
venas porta (ver Fig. 7-37). La PC también puede conducir a
la obstrucción del conducto pancreático y biliar, algunas ve-
ces ocasionando un signo del «doble conducto» (Fig. 7-45).
En nuestro centro, debido a la elevada prevalencia del alco-
holismo, el signo del doble conducto se debe a una PC con
mayor frecuencia que al periampuloma90. La frecuencia de
la obstrucción del colédoco en pacientes hospitalizados por
PC oscila entre el 3%-23% (media 6%). La frecuencia de
obstrucción duodenal es de alrededor del 1,2% en los pa-
cientes hospitalizados 91 . Todos estos hallazgos se producen ..., Figura 7-45 Signo del doble conducto. Imagen
en varias combinaciones y con distintas frecuencias 7. ~ longitudinal oblicua que muestra dilatación por
obstrucción del conducto pancreático (GP) y con-
ducto biliar extrahepático (EH). La pancreatitis crónica cur-
Abordaje de la imagen
sa con frecuencia con el signo del doble conducto. VB;
El diagnóstico por imagen de la pancreatitis crónica de- Vesícula.
pende de la detección de cambios estructurales asociados
ni
(,)
'C:;
'ni
'-
....o
>-
ni
(,)
'S;
:a;
Q.

ñi
c:
E
o
"O
.o

-
ni
ni ~ Figura 7-46 Dilatación del conducto pancreáti- ~ Figura 7-47 Conducto pancreático dilatado y
,-
ni ~ co. Ecografía transversal del cuerpo pancreático ~ calcificaciones en las ramas ductales. Calcifi-
'- que muestra un conducto dilatado, arrosariado caciones ductales como signo de referencia de
C)
o(,) debido a una pancreatitis crónica. una pancreatitis crónica. Ecografía transversa q ue m uestra
w varios cálculos en ramas ductales.

=c:
'o
.C)
u
CI)
(J)

~ Figura 7-48 Conducto pancreático dilatado con cálculos. Ecografías: A, transversal y B, longitudinal que muestran
~ una pancreatitis crónica con dilatación del conducto pancreático (CP) y múltiples cálculos en el conducto principal
(flecha). Los cálculos en las ramas ductales se manifiestan como focos ecogénicos casi confluentes en el parénquima.

~ Figura 7-49 Calcificaciones resaltadas por el color del artefacto en cola de cometa. Ecografías en Doppler
~ color que muestran que el artefacto en cola de cometa hace las calcificaciones pancreáticas mucho más eviden-
tes; el paciente padecía una pancreatitis crónica.
porta se produce con menor frecuencia; así, Bernades y
cols. 86 refirieron la prevalencia de la obstrucción de la ve-
na esplenoportal en el 13,2%, siendo la obstrucción de la
vena esplénica del 8%, de la vena porta del 4% y de la
mesentérica superior del1 %.
La pancreatitis asociada a trombos en la vena esplénica
o porta con frecuencia cursa con colaterales distintas de
las que se observan en la hipertensión portal por la he- ,....
patopatía. Estas colaterales, más que derivar el flujo del o
"3
hígado enfermo dirigen el flujo hacia el hígado, sorteando ~
c.
el coágulo. La trombosis de la vena esplénica con frecuen- cv
O
cia ocasiona una hipertensión portal del lado izquierdo
(<<siniestra») (Fig. 7-54), que cursa con varices gástricas
que pueden provocar hemorragias gastrointestinales po-
tencialmente letales. La ruta hepatópeta de bypass del
coágulo de la vena esplénica (Fig. 7-55) incluye colatera-
les gástricas cortas que conducen a la formación de vari-
ces murales gástricas (Fig. 7-56), que después se dirigen
hacia el hígado por la vena coronaria. Puede ser difícil o
..., Figura 7-SO Pseudoquiste en el cuerpo pan- imposible detectar el coágulo de la vena esplénica o inclu-
~ creático. Este pseudoquiste (PS) está casi libre de
so la propia vena esplénica. Por ello, el diagnóstico de coá-
detritus interiores; el flujo invertido en la vena esplé-
nica (flecha) se debe a una hipertensión portal secundaria a gulo de la vena esplénica depende de la detección de cola-
cirrosis. El paciente padecía una pancreatitis crónica. terales, como ·Ias varices gástricas cortas o una vena
coronaria dilatada 99 . Cuando la vena porta principal está
coagulada, el flujo sanguíneo se dirige al hígado alrededor
(5%-16%) (Figs. 7-50 y 7-51) 69. Los pseudoquistes pue- del coágulo. Si el coágulo sanguíneo persiste, estas colate-
den presentarse con diversos perfiles, contener detritus rales hepatópetas se dilatan, lo que deriva en una trans-
necróticos (Fig. 7-52), hemorragia (aprox. 5%) (Fig. 7-53) 67 formación cavernosa de la vena porta. En un estudio se
o incluso un patrón completamente sólid0 7. objetivaron varices de la pared de la vesícula biliar y se
evidenciaron en el 30% de los pacientes con trombosis de
Trombosis venosa esplénica y portal la vena porta 100 (Fig. 7-57). Puede diagnosticarse de for-
La trombosis del sistema venoso portal puede producirse ma eficaz mediante Doppler color o imagen en escala de
en la pancreatitis crónica debido a 1) lesión de la íntima grises 102 .
por inflamación aguda recurrente, 2) fibrosis e inflama-
ción crónica, o 3) compresión ya sea por el pseudoquiste Masas asociadas a la pancreatitis crónica
o por el páncreas hipertrofiad0 97 . La trombosis de la ve- Las masas pancreáticas focales se observan en aproxima-
na esplénica es relativamente frecuente en pacientes con damente el 30% de los pacientes con pe. Las masas rela-
pe (5%98_40%97) (ver Fig. 7-44). La trombosis de la vena cionadas con el carcinoma y la pancreatitis son normal-

..., Figura 7-51 Pseudoquiste hemorrágico en la cola del páncreas. A, Pseudoquiste complejo relleno de detritus,
~ que se observa a través de la cola del páncreas en un paciente con una pancreatitis crónica. B, Te que muestra
detritus en el pseudoquiste.
..., Figura 7-52 Pancreatitis crónica en dos pacientes con pseudoquistes. A, Ecografía longitudinal que muestra
~ márgenes irregulares con algún detritus interior. B, Ecografía oblicua a través del bazo en la que se aprecia un
pseudoquiste complejo, macizo y relleno de detritus en la cola del páncreas.

mente fáciles de diferenciar clínicamente y mediante adenocarcinoma ductal es distinto del que suele presen-
= imagen (Fig. 7-58). En algunos pacientes, sin embargo, la tar el paciente con Pe. En la PC las calcificaciones son múl-
distinción puede resultar difíci¡t03 (Fig. 7-59). Las masas tiples y ductales. En el carcinoma son generalmente sólo
asociadas con la pancreatitis se observan en una propor- una o si no escasas calcificaciones gruesas, habitualmente
ción sorprendentemente alta en pacientes que han sido no relacionadas con un conducto dilatado. Las masas hi-
sometidos a cirugía por sospecha de neoplasia pancreáti- perecoicas, incluso sin calcificaciones evidentes, suelen
ca (5%-18,4%)104. En una serie, el 10,6% (47 de 442 pa- estar (aunque no siempre) relacionadas con la Pe. Una
cientes) sometidos a pancreaticoduodenectomía (resec- masa isoecoica o hipo ecoica no calcificada, que se observe
ción de Whipple) presentaron una patología benigna10s . en un paciente sin evidencia clínica o de imagen de PC, es
De los 47, 40 (9,2%) fueron resecados por sospecha de inespecífica. En tal caso, estarán indicados otros estudios
neoplasia. de imagen o biopsia para distinguir en carcinoma de la Pe.
La existencia de calcificación dentro de la masa hace Como ya se comentó, el signo del doble conducto es ines-
que el diagnóstico de PC sea más probable (Fig. 7-60). So- pecífico y se observa tanto en pancreatitis como en la neo-
lamente el 4%-6% de los adenocarcinomas ductales pre- plasia de páncreas. Es más típico de PC detectar múltiples
senta calcificaciones106.107. El patrón de calcificación en el ramas de conductos dilatadas en la cabeza pancreática, y
su observación es rara en el caso de carcinomas de pán-
creas (Fig. 7-61). Los pseudoquistes son frecu entes en la

..., Figura 7-54 Coágulo esplénico con hiperten-


..., Figura 7-53 Pseudoquiste hemorrágico en el ~ sión portal izquierda (<<siniestra»). Puede cursar
~ cuerpo pancreático. Pseudoquiste relleno de de- con varices gástricas aisladas (flecha verde) y
tritus en una pancreatitis crónica. El pseudoquiste ocasionar hemorragias gastrointestinales potencialmente
hemorrágico puede resultar difícil de distinguir de un pseu- letales. La vía hepatópeta del by pass del coágulo de la ve-
doquiste no hemorrágico relleno de detritus. Páncreas nor- na esplénica (flecha púrpura) conduce a colaterales gástri-
mal (no se muestra). cas cortas (flechas naranjas).
,...
o
'3
(!::
c.
CII
O

..., Figura 7-57 Varices y coágulo. Ecografía Doppler


~ color oblicua en la que se observa que un coágulo
..., Figura 7-55 Colaterales gástricas cortas por en la vena porta principal origina colaterales hepa-
~ coágulo en la vena esplénica (flecha). Ecografía tópetas con una transformación cavernosa de la vena por-
Doppler color longitudinal coronal en un paciente ta y, en algunos pacientes, varices en la pared de la vesícu-
con hipertensión portal del lado izquierdo «<siniestra») que la biliar.
muestra sangre en las colaterales venosas gástricas (fle-
cha) fluyendo lejos del hilio esplénico.
crónica edematosa llO . Se ha visto que alrededor del 2% de
las masas pancreáticas resecadas por sospecha de maligni-
pe (20%-40%) 69, pero se observa n en ambas situaciones. dad eran en realidad PAI111. Aunque las masas benignas de-
Los llamados pseudo quistes obstructivos que se produ- bidas a causas habituales de PC son más frecuentes, la masa
cen con el carcinoma habitualmente son periféricos a las por PAI es mucho más probable que se confunda con un
lesiones de cuerpo o cola. Los pseudoquistes asociados a carcinoma. En una serie, 13 de 19 masas (68,4%) ocasiona-
la pancreatitis se presentan en cualquier punto de la glán- das por los tipos habituales de pe fueron resecadas por sos-
dula, aunque normalmente emergen de zonas de necrosis. pecha clínica de malignidad, mientras que las 11/11
La pancreatitis autoinmune (PAI) es un imitador de (100%) masas relacionadas con PAI se consideraron malig-
masas del carcinoma pancreático 109 (Fig. 7-62). Las PAI dan nas en el preoperatorio 10S •
cuenta de muchos casos que anteriormente se clasificaban Las experiencias puntuales sugieren que cuando se ob-
como «pancreatitis idiopática» y suponen quizás el 4%- serve una masa pancreática definida en la ecografía, pero
6%% de todos los pacientes diagnosticados de pe. La ter- no en la Te, probablemente la PC sea la causa de la masa.
minología PAI resulta algo confusa y como otros sinónimos Otro hecho que crea incertidumbres en ocasiones es que
a dmitidos destacan la pancreatitis esclerosante crónica,
pancreatitis esclerosante linfoplasmocítica y pancreatitis

..., Figura 7-56 Varices murales gástricas. Ecogra- ..., Figura 7-58 Masa asociada a pancreatitis cró-
~ fía Doppler color longitudinal de un paciente con ~ nica con calcificación y dilatación de conduc-
hipertensión portal del lado izquierdo. Se aprecian tos. Ecografía transversal de la cabeza del pán-
varices murales gástricas (flechas) inhabituales en estos creas; cuando se detectan signos clásicos como la
pacientes. El pseudoquiste que ocasiona el coágulo de la dilatación ductal con múltiples calcificaciones será eviden-
vena esplénica está comprimiendo al estómago. te el diagnóstico de pancreatitis crónica.
~ Figura 7-59 Masas asociadas a pancreatitis crónica en la cabeza del páncreas simulando un carcinoma. Dos
~ diferentes pacientes. A, Imagen de ecografía transversal que revela una masa (flecha) sin calcificaciones u otros sig-
nos de pancreatitis crónica, simulando masas malignas. A, aorta; va, vesícula biliar; VCI, vena cava inferior. B, Eco-
grafía transversal que muestra una masa (flecha azul) que simula una neoplasia (flecha amarilla : conducto pancreático.)

=c:: createctomía (resección de Whipple). La ictericia es la for-


'o ma de presentación más habitual de estos tumores
'(3
u
Q) (85 %)114. Los tumores de este grupo incluyen el adenocar-
CIJ cinoma ductal pancreático (alrededor de los dos tercios de
las neoplasias periampulares), carcinoma ampular (15%-
25%), carcinoma duodenal (10%) y colangiocarcinoma
(10%)114. La mejor supervivencia es la del carcinoma duo-
denal y carcinoma ampular, pero solamente si se compara
con las bajas tasas de supervivencia del colangiocarci noma
y especialmente con las del cáncer pancreático.
La evaluación de la imagen de estos tumores es básica-
mente la misma que la descrita más adelante para el ade-
nocarcinoma pancreático ductal. El abordaje varía en fun-
ción de la presentación clínica y experiencia personal.
Muchos coinciden, con Ross y Bismar114 : «la dispo nibili-
dad relativa, economía y utilidad de los resultados hacen
de la ecografía un estudio de imagen inicial habitual para
los pacientes con sospecha de ictericia obstructiva».

Carcinoma pancreático
El carcinoma pancreático ductal es el carcinoma primario
~ Figura 7-60 Masa con el artefacto de cola de pancreático más frecuente y supone el 85%-95% de todas
~ cometa con Doppler color. Ecografía transversal las neoplasias pancreáticas 115.116 . El adenocarcinoma duc-
que muestra una masa (flecha), calcificación que se tal tiene un ligero predominio en los hombres y cas i siem-
objetiva por el prominente efecto de CCTA (cola de cometa) pre afecta a pacientes entre los 60 y 80 años. La prevalen-
que sugiere el diagnóstico de probable pancreatitis crónica.
cia del carcinoma pancreático se triplicó durante la mitad
del siglo xx. La mortalidad por cáncer de páncreas ha ido
descendiendo en hombres desde 1975 y se ha estabiliza-
los pacientes con pe tienen mayor riesgo de por vida de do en las mujeres después de elevarse entre 1975-1984 117 •
desarrollar carcinoma de páncreas (4%)112 comparados El cáncer de páncreas representa solamente el 2% de to-
con la población general (1 %-2%) 113. dos los cánceres, pero es la cuarta causa de muerte más
frecuente en los EE. UU. Según los datos de la American
Cancer Society de 2008, el adenocarcinoma es la neo-
NEOPLASIAS PANCREÁTICAS plasia más maligna (Tabla 7-3). La supervivencia global
a los 5 años es baja: 2%-5% y sus factores de riesgo son el
tabaco (duplican el riesgo de los no fumadores), obesidad,
Neoplasia periampular pancreatitis crónica, diabetes, cirrosis y el uso de tabaco
Las neoplasias periampulares son difíciles de diferenciar sin humo. Un antecedente familiar de cáncer de páncreas
entre sí y generalmente se tratan de forma idéntica: pan- también es un factor de riesgo 118 . Existen además raros
-20% de los pacientes son susceptibles de cirugía curativa
cuando se diagnostican 120. 121 . El estudio de imagen de ruti-
na, ya sea ecografía o TC, puede detectar una enfermedad
avanzada 122 .
Aunque el diagnóstico de los tumores periampulares y
la seguridad del procedimiento de Whipple han mejorado
en las últimas décadas, el pronóstico de los pacientes con
carcinoma de páncreas sigue siendo malo. En un meta- ,....
análisis sobre la práctica totalidad de la literatura quirúr- o
"S
gica relacionada con la resección del cáncer de páncreas, ~
Q.
Gudjonsson 123 objetivó errores importantes y exageracio- ClI
(.)
nes a la hora de referir cifras de supervivencia y que la
tasa de supervivencia global era menor del 0,4%. La me-
jor tasa global de supervivencia procedente de estudios
detallados es de sólo el 3,6% y para los estudios no quirúr-
\J Figura 7-61 Varios conductos pequeños dilata-
gicos del 1,7%. En otro estudio Gudjonsson 124 estableció:
~ dos. Ecografía transversal que muestra múltiples
ramas ductales dilatadas en la cabeza pancreáti-
ca, más frecuente en la pancreatitis crónica y que se ob- Las resecciones en el cáncer de páncreas se llevan realizan-
serva pocas veces en el cáncer de páncreas. do 65 años, con aproximadamente 20.000 casos referidos. Di-
versos autores refieren una tasa de supervivencia a los 5 años
del 30% al 58%. La revisión de la literatura revela solamente
1200 supervivientes a los 5 años; sin embargo, se han referido
síndromes asociados con mayor riesgo, como el síndrome 10 veces más supervivientes resecados (en varios países) y los
de Peutz-]eghers l19 . no resecados fueron olvidados. Este elevado porcentaje de su-
La selección de las técnicas de imagen en pacientes con pervivencia se obtiene al reducir el subconjunto en el que se
cáncer de páncreas requiere un abordaje racional basado basan los cálculos y al utilizar métodos como el de Kaplan-
en las inexorables realidades de la enfermedad. Aunque Meier, que produce cifras altas a medida que aumenta el nú'
las técnicas sofisticadas de los candidatos para la resec- mero de pacientes que se pierden en el seguimiento. Después
de los ajustes, difícilmente se podrían encontrar más de 350
ción llevan mucho tiempo y esfuerzo, es esencial recordar
supervivientes resecados. Se requiere urgentemente una revi-
que solamente unos pocos pacientes serán potencialmen-
sión de los métodos estadísticos.
te resecables cuando se diagnostican. Estos serán los pa-
cientes que se puedan beneficiar potencialmente de esos
Conlon y cols. 121 refirieron que la supervivencia a los 5
sofisticados estudios de «resecabilidad». Además, para la
años no equivalía a curación. En sus estudios sobre 118 pa-
pequeña minoría que se puede resecar con esperanza de
cientes resecados, la supervivencia media fue de 14,3 me-
cura, el pronóstico también es malo. La mayoría de los pa-
ses. Doce pacientes sobrevivieron 5 años después de la ci-
cientes con carcinoma de páncreas de reciente diagnósti-
rugía (10,2% de los pacientes resecados), pero 5 de los 12
co ya tienen una enfermedad avanzada e irresecable en el
pacientes fallecieron de cáncer de páncreas en eI6.º año del
momento de su diagnóstico inicial. En la mayoría de los
postoperatorio. En el momento del trabajo, seis pacientes
estudios de centros de oncología, solamente entre el 10%
seguían vivos sin evidencia de enfermedad, después de un
seguimiento medio de 101 meses (rango, 82-133 meses).
En los tumores periampulares distintos del adenocarcino-
ma ductal, la supervivencia a los 5 años es superior, o sea, el
9% frente al 36% en el estudio de Wade y cols. 125

Supervivencia a los 5 años


del cáncer*
Lugar % Posición*

Páncreas 5 1
Hígado 10,8 2
Pulmón/bronquios 15 3
Esófago 15,6 4
Colon/recto 64 9
Riñón 65,5 10
\iI Figura 7-62 Masa en la cabeza pancreática. Útero/cérvix 71 ,6 11
~ Ecografía transversal de una masa hipoecoica en Tiroides 96,7 17
la cabeza pancreática de una pancreatitis autoin- Próstata 98,4 18
mune (PAI) que simula un carcinoma de páncreas. La vena
Datos de la American Cancer Society
porta (flecha) está desplazada por la masa. • De peor a mejor: 18 neoplasias frecuentes.
les, especialmente el carcinoma de páncreas y neoplasias
IMAGEN DEL CÁNCER DE PÁNCREAS: periampulares. Las ecografías con frecuencia detectan
ni
TRES CONCEPTOS CLAVE carcinoma pancreático debido a que este método es el de
(,) elección para el cribado de pacientes con ictericia 127 y se
'u
'ni
1. La gran mayoría de los pacientes con cáncer
suele utilizar también para evaluar pacientes con dolor.
de páncreas se pueden clasificar como
...>-o
~
I Existen pocos estudios recientes en EE. UU. sobre el carci-
«irresecables para su curación» a partir de
noma de páncreas. En cualquier caso, la ecografía clara-
la ecografía o Te inicial.
ni mente es efectiva para detectar el carcinoma pancreáti-
2. Solamente el 10%-20% de los pacientes
.:;
(,)

requieren estudios de rececabilidad


C0 122 ,128,129 con una sensibilidad del 72%-98%63 .
:a; sofisticados, ya sean realizados mediante Te,
Se ha referido que la tomografía computarizada mul-
Q.
tidetector (TCMD) ofrece una sensibilidad del 86%-97%
RM o ecografía (transabdominal o
ni para todos los tumores pancreáticos. La TC es menos ope-
c::: endoscópica) .
radora dependiente que la ecografía, y además la TC ofre-
E 3. Las estadísticas sobre supervivencia de los
o ce un reembolso económico mayor de los gastos, lo que
pacientes con cáncer de páncreas están
"
.c
ni
sobreponderadas en la literatura médica. La
utilidad de la cirugía es cuestionable en esta
hace que sea la técnica de imagen preferida para los ra-
diólogos en la detección de tumores. La ecografía puede
ni
....
,- neoplasia . ser útil para caracterizar anomalías observadas en la TC,
~ como establecer si la lesión es quística o sólida. La RM,
m CPRM, CPRE y ecoendoscopia son todas comparables en
o(,)
sensibilidad a la TC, pero se reservan a la solución de pro-
w A pesar de estos hechos tan devastadores, muchos ciru- blemas o circunstancias concretos 115.
=e janos son partidarios de un abordaje agresivo, como ex-
'o presó Farnell y cols. 126 : Hallazgos ecográficos

oQ) Entre el 60% y el 70% de los cánceres de páncreas se ori-
Se ha conseguido un importante progreso en el diagnóstico,
CI'J ginan a partir de la cabeza del páncreas, un 25%-3 5% en
estadiaje preoperatorio y seguridad en la cirugía. Sin embargo,
el cuerpo y cola y el 3%-5% son difusos106,1l6 (Fig. 7-63).
la supervivencia a largo plazo después de la resección es poco
habitual y la cura rara. Dicho esto, los autores sostienen su pos- Esta distribución explica en parte las buenas tasas de de-
tura agresiva en relación a esta enfermedad, reconociendo que tección del cáncer, ya que la cabeza y cuerpo se ven con
la resección ofrece la única posibilidad de curación. mayor facilidad ecográficamente que la cola. La clave del
cáncer pancreático periampular es el signo del doble-con-
Dada la opinión quirúrgica prevalente, los radiólogos ducto, con la doble dilatación del conducto biliar (Fig.
siguen siendo requeridos para realizar estudios para eva- 7-64) Ydel conducto pancreático (Fig. 7-65) . El adenocar-
luar si el cáncer de páncreas es potencialmente resecable cinoma pancreático ductal puede ocasionar una conside-
en el grupo del 10%-20% de los pacientes en los que el rable reacción desmoplástica, de forma que incluso una
estudio inicial no mostró una enfermedad avanzada. masa que parezca excéntrica puede causar una obstruc-
ción ductal (Fig. 7-66) . Si se detecta la masa en la región
Detección del cáncer de páncreas de la cabeza pancreática y no existe dilatación ductal, de-
La ecografía y la TC son las principales herramientas dis- berán buscarse lesiones distintas del adenocarcinoma
ponibles para detectar enfermedades pancreáticas foca- pancreático ductal.
En una revisión de 62 pacientes con carcinoma pan-
creático, Yassa y cols. 106 observaron que los tumores eran
ovoidales o esféricos en 37 pacientes (60%) e irregulares
en 25 (40%). Cuarenta tumores (65%) deformaban el
perfil de la glándula, mientras que seis lesiones (10%) no
ocasionaban ningún cambio en el contorno de la glándula y
eran detectados sólo porque la ecogenicidad del tumor di-
fería de la del páncreas normal. Treinta y cuatro tumores
(55%) eran homogéneamente ecogénicos en comparación
con el páncreas normal, 25 (40%) tenían una ecotextura
heterogénea (Fig, 7-67), dos (3%) eran homogéneamente
hiperecoicos y uno (2 %) era isoecoico. Muchos de los tu-
mores heterogéneos eran hipo ecoicos con áreas de ecoge-
nicidad variada. Se objetivaron calcificaciones en cuatro
pacientes (6%) Ypequeñas zonas intratumorales quísti-
cas en nueve pacientes (15%) (Fig. 7-68). Los pseudoquis-
tes postobstructivos se detectaron en cuatro pacientes
(6%) (Fig. 7-69), proporción similar a los 5%-10% referi-
~ Figura 7-63 Carcinoma difuso de páncreas.
dos en un artículo de revisión 13o• Dichos pseudoquistes
~ Ecografía transversal ; menos del 5% de todos los
adenocarcinomas ductales son difusos. podrían ser secundarios a una pancreatitis obstructiva l3l .
La atrofia glandular puede suceder debido a la obstruc-
,....
o
"S
.:t:
Q.
(\l
O

'tJ Figura 7-64 Ecografía longitudinal oblicua que


~ muestra una masa grade e hipoecoica (M) obstru-
yendo el colédoco extrahepático (CEH). ft¡¡J Figura 7-66 Adenocarcinoma pancreático duc-
~ tal excéntrico. Ecografía longitudinal oblicua que
muestra que este carcinoma puede ocasionar una
considerable fibrosis (reacción desmoplástica) y obstruir el
ción ocasionada por un tumor. Esta atrofia resulta más conducto biliar extrahepático. Así, incluso esta masa (M)
fácil de apreciar con Te que con ecografía. Es importante que parece algo distante del colédoco (CEH) puede oca-
recordar que las masas ocasionadas por pancreatitis cró- sionar una obstrucción ductal.
nica pueden simular perfe ctamente cánceres periampula-
res. Muy pocos carcinomas tienen un flujo interior que se
puede detectar medi ante Doppler color. enfermedad metastásica. Los hallazgos de imagen de
cáncer irresecable son fiables (PPV ~ 100%). Solamente
Imagen de resecabiJidad en raras ocasiones pueden resecarse dichos tumores para
A medida que mejoran los resultados de la pancreatoduo- conseguir la curación mediante cirugía. A la inversa, mu-
denectomía (técnica de Whipple), algunos cirujanos se chos tumores que se creen resecables por su aspecto en la
han hecho más agresivos. Al tiempo, con los avances de la imagen se descubre después que son irresecables en la
cirugía, muchos cánceres pancreáticos son ahora técnica- cirugía. Por desgracia, incluso los pacientes «resecables»
mente resecables. Por desgracia, la habilidad técnica para con enfermedad local tienen una supervivencia a los 5
resecar no se acompaña de unos mejores resultados (en años entre el 10%121 y el 20%117.
comparación con la no-resección).
Los hallazgos que sugieren tumor irresecable son los
tumores mayores de 2 cm, extensión extra capsular,
invasión vascular (venosa o arterial), Iinfadenopatía y

ft¡¡J Figura 7-67 Carcinoma pancreático ecogénico


~ y heterogéneo. Ecografía transversal que mues-
tra un tumor que obstruye el conducto biliar extra-
hepático. La ecogenicidad aumentada es inhabitual (flecha
ft¡¡J Figura 7-65 Carcinoma pancreático. Ecografía blanca) en el adenocarcinoma ductal pancreático. Este
~ transversal que muestra una masa hipoecoica que cáncer heterogéneo cursa con el signo del doble conducto
obstruye el conducto pancreático. Obsérvese el con dilatación del conducto pancreático (CP). La dilatación
patrón «arrosariado» del conducto dilatado y obstruido. A , del conducto intrahepático se manifiesta por la dilatación
aorta; VCI , vena cava inferior. de pequeños conductos (flechas amarillas).
alteraciones que la ecografía transabdominal. La TCMD
tiene claras ventajas para detectar la invasión duodenal Y
1'0 retroperitoneal, y también para la detecci ón de ganglios
(,)
'u linfáticos malignos. No está claro cuántas Te de resecabi-
'1'0 lidad serían necesarias si se hicieran primero ecografías
...o>-
~

de resecabilidad. La ecografía, especialmente con Ooppler,


puede ser efectiva para detectar pacientes que son ya irre-
1'0 secables para su curación129.138'141. Nuestros datos mues-
(,)
.:; tran un valor predictivo del 100% para la irresecabili-
:¡ dad139. En la predicción de la resecable, sin embargo, el
C.
40% de los pacientes que se consideran resecables con el
1'0 Ooppler color resultaron ser irresecables en la cirugía. A
e
la vista de estos datos, parece lo mejor utilizar la ecogra-
E
o fía, como menos invasiva, para cribar el subgrupo de pa-
'O cientes que necesitan estudios de resecabilidad, reservan-
.c
1'0 do los TeMO 3-D para aquellos en los que no existan
,~ signos ecográficos de enfermedad avanzada 142 .
....1'0 ~ Figura 7-68 Área quística en el adenocarcino-
~ ~ ma pancreático ductal. Ecografía transversal que
C) muestra una masa compleja en la cabeza pan-
o(,) Ecografía Doppler color
creática. Se aprecian pequeñas zonas quísticas intratumo- Hemos desarrollado una técnica para evaluar si son rese-
w rales (flecha) en alrededor del 10%-15% de los cánceres cables los tumores de páncreas mediante la ecografía
pancreáticos. Estos quistes pueden apreciarse también en
=c: Ooppler 139. Las imágenes se obtienen con un transductor
la pancreatitis crónica, lo que hace que este signo carezca
'o de valor para diferenciar ambas patologías (O , duodeno , curvilíneo de huella grande, utilizando la técn ica de com-
'(3
(,)
VRI, vena renal izquierda). presión y eco-Ooppler para evaluar la relación de la masa
Q)
(fJ tumoral con los vasos críticos, incluyendo la vena porta
principal, VMS (Fig, 7-70), vena esplénica, vena renal iz-
quierda y VeL Las arterias evaluadas son la aorta, eje ce-

,
Como se ha comentado, solamente un pequeño porcen-
taje de pacientes sin evidencia de enfermedad avanzada líaco (Fig. 7-71), arterias esplénica y hepática común y
en los estudios de imagen iniciales (10%-20%) requieren AMS (Fig. 7-72), Se observan variaciones anatómicas, Los
sofisticados estudios de resecabilidad, al margen de que
se trate de ecografía transabdominal, TC, RM o ecoendos-
copia 132•133 . En este subgrupo de pacientes con cáncer de IMAGEN DEL CÁNCER DE PÁNCRE S
páncreas, muchos radiólogos de EE. UU., prefieren el uso
de la Te o RM a la ecografía. Otras técnicas disponibles • Le ecografía Doppler color debe utilizarse
con la ecoendoscopia 134 y la tomografía con emisión de para cribar a los pacientes con. cáncer d
positrones (PET) 135. La utilidad de una evaluación me- páncreas resecable.
diante una TCMO (Te multidetector) de corte fino para • La Te multidetector u otras exploraciones se
reconstrucción tridimensional (3D) de los tumores de realizarán entonces en los pacientes en os
páncreas, de la que fueron pioneros ]effrey y su grupo de que no exista evidencia ecográfica de
Stanford 136,137 es clara, No se dispone de datos comparati- enfermedad avanzada.
vos, pero estas imágenes de Te sin duda muestran más

~ Figura 7-69 Adenocarcinoma pancreático ductal que ocasiona un «pseudoquiste obstructivo ... A, Imagen
~ transversal que revela un cáncer poco llamativo en el cuerpo del páncreas (flechas amarillas) con un pseudoquiste
periférico a la masa (flecha blanca), B, Imagen de Te un nivel similar que muestra idénticos signos,
vasos que están afectados u ocluidos por el tumor se clasi-
fican según el score para Doppler color pancreático. Se
registrarán además otros factores que afectan a la reseca-
bilidad (metástasis, ganglios aumentados) (Tabla 7-4).
La ecografía con Doppler color puede predecir de forma
correcta la irresecabilidad en más del 80% de los carcino-
mas de páncreas. Muchos de estos pacientes precisarán
entonces menos TC y otras evaluaciones de imagen, redu-
ciendo de este modo los gastos y necesidad de utilizar
pruebas más invasivas.
Aunque casi ignorado en los estudios de imagen en las
neoplasias pancreáticas y periampulares de EE. UU., exis-
ten suficientes evidencias de que la ecografía color, puede
ser de gran utilidad para evaluar si son resecables las neo- fItJ Figura 7-70 Adenocarcinoma pancreático duc-
plasias de páncreas. Cualquier evaluación futura de ima- ~ tal con estenosis de la vena mesentérica supe-
gen y manejo de los tumores pancreáticos debería incluir rior. Doppler con volumen de muestra espectral
a la ecografía con Doppler color. Un estudio de Polonia que se desplazó desde la región de menor velocidad pre-
estenótica a la post-estenótica (de alta velocidad). Imagen
objetivó que la precisión diagnóstica de rutina, con
de Doppler-color revela una zona de estenosis (flecha).
Doppler color, potencia y 3D era comparable a la del TC
helicoidal a la hora de detectar el carcinoma de pán-
creas 122 . El uso de medios de contraste ecográficos parece
prometedor de cara a mejorar la evaluación ecográfica de el pseudoquiste pancreático sigue siendo el más frecuente
los tumores de páncreas 143 , pero actualmente se trata de y da cuenta del 75% o más del total de lesiones quísticas 67 .
una técnica en investigación. Deberá recogerse una cuidadosa historia clínica para des-
cartar una pancreatitis aguda o crónica, de forma que se
minimice la posibilidad de confusión de un pseudoquiste
LESIONES QUíSTICAS con otras masas quísticas. Entre las lesiones no pseudo-
, PANCREÁTICAS quísticas destacan los quistes simples y las neoplasias
quísticas. Aunque pueden ser útiles ciertos signos en la
Comprender las lesiones quísticas pancreáticas es cada imagen, el diagnóstico diferencial de las lesiones quísti-
vez más importante debido a que las mejoras en las técni- cas, especialmente cuando son pequeñas, es poco fiable a
cas de imagen han supuesto una detección creciente de partir de la Te o RMN. Visser y cols 72 observaron que, in-
estas lesiones, con frecuencia como hallazgos casua- cluso aunque su fiabilidad diagnóstico era del 90% o su-
les67.144,145. Nuevos conceptos y definiciones anatomopato- perior, la caracterización era poco fiable.
lógicas de las neoplasias quísticas, especialmente muci- Por fortuna, el seguimiento de las lesiones quísticas uni-
nosas e intraductales papilares, han alterado el enfoque loculares con un diámetro de 3 cm o menos parece segu-
del diagnóstico de estas lesiones. ro 67 (Fig. 7-73) . Sahani y cols 146 refirieron que 35 de 36
A pesar del aumento en el número de lesiones quísticas lesiones uniloculares de 3 cm o menos fueron benignas.
de páncreas detectadas por las mejoras tecnológicas 144,145, Los septos interiores se asociaban con malignidad in situ

fItJ Figura 7-71 Adenocarcinoma pancreático ductal que engloba el tronco celiaco y la aorta. A, Imagen ecográ-
~ fica de Doppler color que muestra una masa hipoecoica (flechas) que engloba a la aorta (A) y tronco celiaco . B, Te
al mismo nivel y que muestra los mismos hallazgos. Esta lesión es claramente irresecable para la curación.
.., Figura 7-72 Adenocarcinoma pancreático ductal que infiltra la arteria mesentérica superior (AMS). A.
~ Doppler color longitudinal que muestra que la masa hipoecoica, que también engloba al tronco celíaco, estenosa
la AMS (flecha). B, Doppler color transversal en otro paciente que demuestra una infiltración mucho más extensa
(cabezas de flecha). El adenocarcinoma estrecha y ocluye las venas con mucha mayor frecuencia que las arterias. Este
estrechamiento es equivalente a la típica infiltración angiográfica.

=c:
'o
o borderline en 10 de 50 casos (20 %). Otros cirujanos sómico dominante 154 O la enfermedad de von Hippel-
'ü creen que la resección de estas lesiones es la mejor op- Lindau (VH L) 155 . En la fibrosis quística también pueden
u
Q)
en ción 68.147 . La utilidad de los marcadores tumorales y la ci- observarse múltiples quistes pancreáticos!56.
tología del líquido quístico es tema de debate68.148·15o. Son Los quistes pancreáticos múltiples son más frecuentes
muchos los que están de acuerdo en que los pacientes y en la enfermedad de VHL. La prevalencia de los quistes
signos de alto riesgo deben tratarse de forma más agresi- pancreáticos en pacientes con VHL oscila entre el 50% y
va, incluyendo a los pacientes sintomáticos, con creci- el 90%, y en consecuencia los quistes pancreáticos son las
miento del quiste en sucesivos estudios, tumores mayores lesiones más frecuentes en la enfermedad de VHU 55 . Por
de 3 cm de diámetro, tejido interior blando o con engrosa- tanto, los quistes simples múltiples deben sugerir el diag-
miento mural o septa!. nóstico de VHL (Figs. 7-74 Y 7-75). Además de los quistes
simples, otras lesiones pancreáticas asociadas a la VHL
Quistes pancreáticos simples
Los quistes pancreáticos simples son raros en la pobla-
ción general, con una prevalencia del 0,2%151 al 1,2 %147.
Estos porcentajes bajos pueden subestimar la realidad, ya
que en publicaciones sobre imagen 152 y autopsias 153 se re-
fieren a prevalencias bastante más elevadas: 20%-24,3%,
respectivamente. Nuestra experiencia sugiere que las ta-
sas de prevalencia menores están más cerca de la preva-
lencia real que se observa en la imagen clínica. Detectar
un quiste pancreático simple debe inducir la sospecha de
enfermedades hereditarias que cursen con una elevada
prevalencia de quistes, como el riñón poliquístico auto-

. $core de Doppler color


pancreático (PCDS)
Score Descripción

PCDAO El tumor sin contacto con el vaso .., Figura 7-73 Quiste pancreático benigno (su-
PCDS 1 Tumor en contacto un 1 %-24% alrededor del pe- ~ puesta mente). Ecografía Doppler color transver-
rímetro del vaso
sal que muestra un quiste de 2 cm descubierto de
PCDS 2 Tumor en contacto un 25%- 49% alrededor del
perímetro del vaso
forma accidental en la ecografía abdominal y seguido du-
PCDS3 Tumor en contacto un 50% -99% alrededor del rante 4 años sin cambios de tamaño. Es generalmente se-
perímetro del vaso guro seguir estas lesiones, Q, quiste, AO, aorta; VRI, vena
PCDS4 Tumor engloba el 100% del perímetro del vaso renal izquierda, Vel, vena cava inferior; AMS, arteria me-
PCDA5 Vaso invadido u ocluido sentérica superior; VMS , vena mesentérica superior.
que en el caso de la NMP y afecta por igual a hombres y
SIGNOS DE ALTO RIESGO DE LAS mujeres.
La mucina se segrega dentro de los conductos, ocasio-
LESIONES QUÍSTICAS PANCREÁTICAS
nando una dilatación importante (Fig. 7-78) Y en ocasio-
• Pacientes sintomáticos nes extrusión mucinosa desde la ampolla de Vater 157 • La
• Crecimiento en sucesivas exploraciones NMPI con frecuencia se presenta como una pancreatitis
• Diámetro >3 cm aguda. Las lesiones tanto benignas como malignas pue-
• Tejido blando interior den ocasionar una obstrucción del conducto biliar 159 (Fig.
• Engrosamiento mural o septaI 7 -79). La NMPI puede presentarse con el espectro desde
una lesión benigna hasta claramente maligna. El adeno-
carcinoma invasivo se ha visto en alrededor del 30% de
los casos resecados. Es probable que el 70% de los pacien-
son las neoplasias quísticas serosas y los tumores endo- tes presenten carcinomas invasivos o in situ l45 . La supervi-
crinos pancreáticos, que tienen un riesgo ligeramente su- vencia global a los 5 años para los pacientes con un NMPI
perior de padecer adenocarcinoma d uctal 155 • resecado es superior al 70 %157. Existe controversia res-
pecto al ma nejo evolutivo de los pacientes. Algunos consi-
Neoplasias quísticas deran que a los pacientes asintomáticos o a aquellos con
Los tumores quísticos del páncreas dan cuenta de alrede- lesiones originadas en ramas del conducto se les puede
dor del 10% de las lesiones quísticas pancreáticas. Aun- hacer un seguimiento o tratarles con pancreatectomía
que la mayoría de los tumores sólidos son los adenocarci- segmentaria 160.
nomas ductales con un mal pronóstico, los tumores El signo clave de la NMPI en la ecografía es la dilatación
quísticos son habitualmente lesiones benignas o neopla- ductal (Fig. 7-80; ver también Figs. 7-78 y 7-79). Los ha-
sias de bajo grado. Los tumores quísticos malignos dan llazgos consisten en dilatación multiquística lobulada de
cuenta de alrededor del 1 % de todas las lesiones malignas las ramificaciones de los conductos del conducto pancreá-
del páncreas 68 . Los tumores mucinosos (NMPI, NMP) sue- tico principal y tumores papilares intraductales 161 . Debido
len ser malignos. El riesgo de malignidad es mayor en in- a que la mucina tiene un aspecto ecográfico muy similar a
dividuos de edad avanzada. Resulta difícil encontrar datos los detritus o barro, el grado y extensión de la dilatación
de prevalencia fiables 157. En la Tabla 7-5 se exponen los ductal puede ser muy difícil de apreciar mediante la eco-
tumores más habituales por orden de prevalencia. grafía, TC o RM en T2. La calcificación es rara.

Neoplasias quísticas serosas


Neoplasia quística mucinosa
Las neoplasias quísticas serosas (N QS) anteriormente co- Las neoplasias quísticas mucinosas (NQM) surgen como
nocidas como «adenomas microquísticos» son tumores tumores quísticos de novo, a diferencia de las NMPI, que
benignos, aunque se han descrito pocos casos invasivos emergen a partir del conducto pancreático. Las NQM se
malignos 68.157 • La NQS se produce con mayor frecuencia en producen con mayor frecuencia en el cuerpo pancreático,
mujeres y afecta más a menudo a la cabeza del páncreas l5o . pero pueden aparecer en cualquier punto de la glándula 160.
Estas lesiones están form adas por una miriada de quistes
pequeños, generalmente demasiado pequeños para que
se puedan apreciar mediante la ecografía (Fig. 7-76, A).
Las múltiples paredes reflectantes derivadas de las pare-
des de los pequeños microquistes explican el aspecto eco-
génico, análogo al de un r iñón po-liquístico infantil. Es ha-
bitual la transmisión sónica directa. En la TC la NQS se
muestra con densidad agua (densidad media de los quis-
tes). Los quistes mayores (1 -3 cm) suelen estar en la peri-
feria de la lesión (Fig. 7-76, B) . En una minoría de los pa-
cientes se observa un patrón fi broso radiap45 y suelen
presentar una calcificación centra l (30%-50 %) (Fig.
7-77). Las lesiones pequeñas « 2 cm) pueden parecer
idénticas a quistes simples. Este patrón es frecuente en la
variante serosa del adenoma oligo cístic0 15O •

Neoplasia mucinosa papilar intraductal


La neoplasia mucinosa papilar intraductal (NMPI) fue re-
ferida antes del año 1982 156, y se le ha conocido también '-ti Figura 7-74 Enfermedad de von Hippel-Lindau
con otros nombres: tumor mucinoso papilar intraductal ~ (VHL) con múltiples quistes pancreáticos. Eco-
(I PMT), neoplasia mucinosa-hipersecretora intraductal y grafia transversal que muestra múltiples quistes
neoplasia mucinosa ductectática 150. A diferencia de la pancreáticos simples (flechas) que deben hacer sospechar el
neoplasia cística mucinosa (NMP), la NMPI procede de los diagnóstico de VHL debido a que los quistes simples son ra-
conductos pancreáticos, normalmente de la cabeza del ros y suelen ser aislados y los quistes múltiples de la enferme-
dad poliquística son igualmente raros (Spl V, vena esplénica).
páncreas. La NMPI se observa en personas más ancianas
=e
'o
'(3
oQ)
en
..,; Figura 7-75 Múltiples quistes pancreáticos en
~ la enfermedad de VHL. A, Ecografía trasversal del
páncreas que muestra múltiples masas pancreáti-
cas, sugestivas del diagnóstico de enfermedad de von Hip-
pel-Lindau. B, Ecografía longitudinal del riñón derecho que
muestra lesiones asociadas de la VHL: múltiples carcino-
mas de células renales (CCR) y quistes renales grandes. e,
Imagen de TC al mismo nivel que muestra una miriada de
quistes pancreáticos y algún CCR del lado derecho. Se ob-
serva un CCR pequeño en el lado izquierdo (flecha).

Las NQM pueden ser multiloculares y simular simples cido. Las NQM comparten similitudes histopatológicas y
quistes, pero en general presentan hasta seis loculaciones pronósticas con los tumores quÍsticos ováricos mucino-
internas. Las tabicaciones interiores pueden ser pocas o sos. A consecuencia de las nuevas definiciones patológi-
muchas, muy finas o gruesas y papilares; son comunes los cas que requieren la presencia de estroma ovárico en las
detritus interiores (Fig. 7-81). Las calcificaciones normal- NQM, estos tumores se diagnostican pocas veces en hom-
mente lineales y periféricas se producen en alrededor del bres en la actualidad 157•16Z • Los tumores mucinosos, antes
15% a120% de las lesiones. Las NQM se observa en muje- clasificados como NQM en hombres, ahora se considera-
res perimenopáusicas como masas quÍsticas multilocula- rían más como NMPI. Las NQM pueden ser benigna, pueden
res, normalmente en la cola del páncreas 157 • tener un «potencial maligno bajo» o pueden ser claramen-
La NQM es la lesión que más se puede confundir con el te malignas. Por tanto, las NQM generalmente se tratan
pseudoquiste por tener en algunos casos un aspecto pare- como lesiones malignas.

Tumor sólido pseudopapilar


El tumor sólido pseudopapilar (TSS) es el nombre que
Prevalencia de las lesiones
pancreáticas quísticas más aconseja la Organización Mundial de la Salud 163 y se
describe con mayor frecuencia en mujeres jóvenes. Entre
Posición* Neoplasia otras denominaciones previas de este tumor destacan la
neoplasia qUÍstica, sólida y papilar, neoplasia papilar
1 Neoplasia quística serosa (adenoma microquístico) -quÍstica, neoplasia papilar quÍstica epitelial, tumor papi-
2 Neoplasia mucinosa papilar intraductal (NMPI)
3 Neoplasia quística mucinosa (NQM)
lar qUÍstico y tumor de Franz. Franz fue quien describió
4 Tumor sólido pseudopapilar por primera vez este tumor en 1959 164 . Alrededor del
5 Otros tumores quísticos 15% de los TSS son malignos. La probabilidad de maligni-
dad aumenta con la edad del paciente 150 . La resección sue-
' Estimación subjetiva basada en la experiencia del autor
le ser curativa.
.....
o
'5
~
a.
ca
(J

~ Figura 7-76 Neoplasia quística serosa (NQS). A, Ecografía oblicua que muestra los signos clásicos de la NOS,
~ con varios quistes pequeños, arquitectura radial y calcificación central. No se observa en el páncreas normal. B ,
Ecografía transversal que muestra los signos clásicos de la NOS, incluidos varios quistes pequeños, una calcifica-
ción central pequeña (flecha) y pocos quistes grandes más periféricos. No se observa páncreas normal. (Caso cortesía de
R. Brooke Jeffrey, MO).

~ Figura 7-77 Neoplasia quística serosa. A, Ecografía transversal que muestra una lesión a través del bazo y riñón
~ izquierdo. Calcificaciones y varios quistes periféricos grandes. B, bazo; RI, riñón izquierdo. B, Imagen de TC rota-
da y plegada para encajar con la imagen de ecografía, que muestra mejor las densas calcificaciones.

EL TSS se produce con mayor frecuencia en la cola del Tumores quísticos raros
páncreas. Los TSS suelen ser masas redon deadas y encap- Se ha referido prácticamente cualquier histología imagi-
suladas 165 con proporciones variables de áreas necróticas nable como lesión «necrótica» o «quística»156.167'169 en el
de aspecto quístico y focos de tejido blando (Fig. 7-82). Las páncreas. En general, no existe un aspecto ecográfico ca-
cavidades en el TSS no son «verdaderos» quistes sino re- racterístico para estos tumores raros.
giones necróticas que contienen sangre y detritus 157• Se
han referido calcificaciones centrales y en el borde en el
29% de los pacientes 150. Buetow y cOIS. 166 describieron 31 OTRAS MASAS PANCREÁTICAS
casos estudiados mediante ecografía, Te y RM Y observa-
ron una ecotextura variable: se observaban áreas anecoi-
cas e hipoecoicas en su parte central. Se apreciaba trans- Tumores endocrinos pancreáticos
misión directa en todos los casos en los que se apreciaban Los tumores endocrinos pancreáticos (TEP) son un grupo
áreas quísticas amplias, al margen de la ecoestructura. reducido pero importante de neoplasias pancreáticas,
\iI Figura 7-79 Neoplasia mucinosa papilar intra-
~ ductal. Ecografía oblicua longitudinal que muestra
una NMPI que ocasiona una obstrucción masiva
\iI Figura 7-78 Neoplasia mucinosa papilar intra- del conducto biliar. Tanto las NMPI benignas como las ma-
~ ductal (NMPI). Ecografía intraductal que muestra lignas pueden ocasionar obstrucción del conducto biliar.
unos conductos pancreáticos masivamente dila-
tados (flechas) y rellenos de mucina, típico de una NMPI
del conducto principal.

=c:
'0
TEP son hiperfuncionantes. Los no hiperfuncionantes
tampoco ocasionan problemas endocrinos. Por tanto, es-
·0
() tos dos tumores pueden ser tardíos en su presentación,
Q)
en previamente conocidos como «tumores del islote» o tu- habitualmente por dolor 174, efecto masa o invasión malig-
mores neuroendocrinos. Se pensó inicialmente que pro- na o metástasis 114 (Fig. 7-83). La detección casual de tu-
cedían de los islotes pancreáticos, pero estos tumores mores pequeños no funcionantes es ahora más frecuen te
ahora se considera que proceden de células germinales (Figs. 7-84 Y 7 -85)
neuroendocrinas del epitelio ductaJ17o. Los TEP son raros, Los insulinomas y gastrinomas son los TEP más habi-
con una incidencia anual de aproximadamente S casos tuales entre los hiperfuncion·a ntes (alrededor del 80% de
por millón l7l . Los TEP constituyen ell %-5% de las neopla- todos los TEP). Otros son raros (Tabla 7 -6). Los TEP hiper-
sias pancreáticas 172 • Las dos presentaciones distintas de- funcionantes tienden a ser pequeños y, con la excepción
penden de donde resida la hiperfunción endocrina 173 . Las del insulinoma, malignos. Cuando se sospecha un TEP hi-
lesiones hiperfuncionantes tienden a manifestarse clíni- perfuncionante, la localización preoperatoria es necesa-
camente cuando el tumor es pequeño, esto es, las manifes- ria. La elección de la modalidad depende de las preferen-
taciones clínicas ocasionan síntomas clínicos antes de que cias del centro sanitario y se puede elegir entre la
el tumor crezca lo suficiente como para causar problemas ecografía transabdominal, TC o ecoendoscopia 175 • La
por su tamaño o por metástasis. Alrededor del 90% de los TCMO es superior a la ecografía para detectar pequeños

\iI Figura 7-80 Neoplasia mucinosa papilar intraductal. NMPI con afectación del conducto principal y ramas. A,
~ Ecografía transversal que muestra una dilatación lobulada de las ramificaciones del conducto y dilatación difusa
del conducto pancreático principal. B, Ecografía transversal de la cabeza pancreática y cuerpo proximal que
muestra la dilatación de ramas del conducto en una cabeza pancreática agrandada.
para los insulinomas varía ente 9%176 y 65%175. La sensi-
TUMORES QUÍSTICOS RAROS bilidad de la ecografía para los gastrinomas es de sólo el
• Cistadenoma de células acinares 20%-30%177. En la ecografía la mayoría de los TEP son pe-
queños (1-3 cm), y se trata de masas redondas u ovaladas,
• Coriocarcinoma quístico.
hipoecoicas y con borde liso. La ecografía intraoperatoria
• Linfangioma quístico
es la forma más sensible y precisa de evaluar estas neo-
• Teratoma quístico plasias (Fig. 7-86) Y muchos autores lo consideran obliga-
• Tumor endocrino pancreático quístico torio para el tratamiento quirúrgico de los TEP hiperfun-
• Metástasis, otros cionantes.
Ecográficamente, los TEP más grandes e hiperfuncio-
. nantes suelen estar bien delimitados y son redondos u
tumores endocrinos 174, pero algunas veces la ecografía ovalados (Figs. 7-83 y 7-85). Normalmente son hipoecoi-
muestra lesiones que están ocultas para la Te y es difícil cos en comparación con el parénquima normal. Estos tu-
visionar los TEP con ecografía a bdominal convencional: mores pueden presentar cambios quísticos y calcificacio-
son pequeños cuando el paciente acude por trastornos nes 177 • Los TEP mayores no funcionan tes pueden ser
endocrinos. Los insulinomas o gas trino mas son con fre- difíciles de diferenciar de los adenocarcinomas pancreáti-
cuencia menores de 2 cm de diámetro. La sensibilidad de cos ductales más habituales. Los hallazgos ecográficos
la detección con la ecografía varía. La tasa de detección que sugieren el diagnóstico son: 1) flujo color interno pro-

..., Figura 7-81 Tres pacientes con neoplasia quística


~ mucinosa (NQM). A, Ecografía transversal en posición
oblicua anterior derecha que muestra una lesión con re-
lativamente pocos huecos pero de componentes bastante sóli-
dos. B, Ecografía transversal en la que se aprecia que esta com-
pleja lesión tiene más tejido blando con ecos interiores que otras
NQM vistas anteriormente. No se aprecia prácticamente pán-
creas normal. e, Neoplasia quística mucinosa clásica. Ecogra-
fía transversal que muestra una NQM rellena de detritus y con
múltiples huecos individuales separados por finos tabiques. Se
aprecia alguna calcificación periférica (flechas).
'-J Figura 7-83 Tumor endocrino pancreático no
~ hiperfuncionante (TEP). Doppler color oblicuo
longitudinal que muestra un tumor hipoecoico de
unos 5 cm , suficientemente grande como para ocasionar
una obstrucción del conducto biliar y precisar un stent. El
color del flujo es típico con los TEP.
'-J Figura 7-82 Tumor grande seudopapilar sólido
~ (TSS). Ecografía transversal que muestra un gran
TSS en la cola del páncreas , la localización más
habitual de estos tumores. Los TSS son habitualmente re-
= dondos con una proporción variable de focos necróticos,
,5 de aspecto quístico o tejido blando. Las cavidades del TSS
'C) no son quistes verdaderos sino más bien regiones necróti-
~ cas que contienen sangre y detritus.
CIJ

minente (aro en el carcinoma), 2) ausencia de dilatación


ductal biliar o pancreática en la lesión de cabeza del pán-
creas, y 3) ausencia de progresión o metástasis en imáge-
nes seriadas.

Neoplasias pancreáticas inhabituales o raras


En la ecografía, muchas variantes histológicas del adeno-
carcinoma ductal pancreático son indistinguibles de los '-J Figura 7-84 TEP pequeño no hiperfuncionante.
tumores que cursan con los signos anatomopatológicos ~ Ecografía trasversal que muestra un tumor endo-
crino pancreático no hiperfuncionante de unos 9
habituales. Estos son el carcinoma de células adenoesca-
mm diagnosticado de forma casual durante una explora-
mosas, carcinoma anaplásico y el carcinoma pleomórfi- ción ecográfica. Se realizó una pancreatectomía distal.
co de células gigantes. El carcinoma de células centrales

'-J Figura 7-85 TEP pequeño no hiperfuncionante. Ecografía longitudinal y eco-Doppler color ampliado, que mues-
~ tran un tumor pancreático endocrino de unos 2 cm que hace impronta sobre la arteria mesentérica superior (fle-
cha). El TEP es hipervascular en el Doppler-color.
· Tumores pancreáticos endocrinos
1/)
Localizado en Todos
Tipo del tumor
el páncreas
Tamaño
losTEP
ca
f
O
Hiperfuncionantes e
Insulinoma 90%-100% 2-3 cm 45% 'ca
C.
Gastrinoma 40%-60% 1-2 cm 35%
Otros 10% r--
VIPoma O
90%
Glucagonoma
"S
100% ~
Somatostatinoma 50%-60% a.
al
TEP carcinoide 100% O
No hiperfuncionantes
Todos los tumores 5+cm 10%

VI P: pOlipéptido intestinal vasoactivo

acinares, aunque suele ser indistinguible del adenocarci-


no ma ductal, puede ser mayor y mostrar necrosis cen-
tral. El Iinfoma pancreático primario es extraordinaria-
mente raro, aunque con cierta frec uencia se trata de
adenopatías o una afectación difusa en una enfermedad ..., Figura 7-86 Insulinoma en la ecografía intra-
diseminada l15 • Otros tum ores pancreáticos raros son los ~ operatoria. Esta lesión de 10 mm fue descubierta
tumores de origen en el tejido conectivo (sarcomas), por un hiperinsulinismo. Los tumores endocrinos
pancreáticos funcionales son típicamente detectados
pancreatoblastomas, qui stes disontogenéticos y metás-
tasisI78.179. cuando todavía son más pequeños que las lesiones no hi-
perfuncionantes debido a que presentan síntomas endo-
crinos. La ecografía intraoperatoria se considera obligato-
Lipoma ria en muchos centros para el tratamiento quirúrgico de los
Al contrario del aspecto ecogénico de la grasa y lesiones TEP. (Cortesía de Dr. Hisham Tchelepi.)
grasas, los lipomas pancreáticos son habitualmente hi-
poecoicosl80.181 (Fig. 7-87) . Otros lipomas pueden mos-
trar un aspecto mixto, con proporción variable de ecos
interiores o mostrarse hiperecoicos. La causa de la grasa Tumores metastásicos
hipoecoica no se conoce, pero puede depender del núme- En series de autopsias las metástasis son los tumores más
ro de vasos sanguíneos, cantidad y grosor del estroma del frecuentes y se detectan cuatro veces más frecuentemen-
tejido conectivo, cantidad de septos fibrosos que separan te que el cáncer de páncreas 179 • Su detección clínica era
los lóbulos grasos y proporción del contenido de agua rara antes del advenimiento de las modernas técnicas de
dentro de la grasa180.182 • imagen 183 . Las metástasis pancreáticas rara vez son clíni-

..., Figura 7-87 Lipoma pancreático. Ecografía transversal de un lipoma pancreático casi anecoico (L). En contraste
~ con el aspecto habitualmente ecogénico de la grasa y lesiones grasas, los lipomas suelen ser hipoecoicos. S,
Imagen de TC que confirma la naturaleza grasa de la lesión. (Caso cortesía de Vinay Duddlewar).
'tJ Figura 7-88 Metástasis de carcinoma de pul- 'tJ Figura 7-89 Metástasis de un carcinoma de cé-
~ món que muestra la típica metástasis hipoecoi- ~ lulas renales al páncreas. Ecografía Doppler co-
=c: ca. Las metástasis pancreáticas son la neoplasia
pancreática más habitual en las autopsias, aunque se de-
lor que muestra metástasis hipervascularizada. La
diferenciación de un tumor pancreático endocrino hiper-
'o
.C) tecta rara vez clínicamente, ya que se producen en fases vascularizado puede resultar difícil en estos casos.
(J
al tardías de la diseminación de la enfermedad.
en

camente significativas, ya que generalmente se producen moto y posiblemente curado (Fig. 7-89). El diagnóstico
tarde en la diseminación de la enfermedad metastásica. diferencial de un TEP hipervascular pu ede ser difícil en
Los tumores primarios que con mayor frecuencia metas- tales casos.
tatizan son el carcinoma de células renales (CCR), car-
cinoma de mama, carcinoma de pulmón (Fig. 7-88),
melanoma, carcinoma de colon y cáncer de estóma- ECOGRAFíA CON REALCE
g0115.179.183. POR CONTRASTE
En las metástasis al páncreas puede existir un largo in-
tervalo desde el diagnóstico inicial de la lesión primaria La ecografía con medios de contraste (CEUS) muestra
y la detección de la metástasis. Esto es así especialmente unos resultados prometedores que pueden resultar bene-
en el CCR y, en menor grado, en el melanoma. Klein y ficiosos tanto para la ecografía endoscópica como para la
cols. 183 observaron que el retraso medio desde el descu- ecografía abdominal del páncreas. En el momento actual,
brimiento del CCR primario y las metástasis fue de 10 CEUS se considera en el mejor de los casos una técnica
años. El intervalo más largo fue de 24 años. Un escenario experimental94.184 CEUS pudiera ser de ayuda en el diag-
clásico es la detección de una masa hipervascular (o ma- nóstico de necrosis pancreáticas en pacientes con pan-
sas) en el páncreas en un paciente que tiene un CCR re- creatitis aguda severa 143.
Capítulo 8

TRACTO GASTROINTESTINAL
Stephanie R. Wilson

La ecografía del tubo digestivo con frecuencia resulta


fru strante y siempre es compleja. El contenido de gas
dentro de la luz intestinal puede traducirse en una visi-
bilidad difícil o imposible. El propio líquido intraluminal, Submucosa - - - , . . . ¡ -
simula masas quísticas y el material fecal es el origen de Mucosa ---~~~Iñ\
diversos artefactos y pseud otumores. En cualquier caso, Epitelio "UILI'.K~,-.
Lámina propria '.-<.'_;i-\\1I,9· ~
el intestino normal muestra un patrón reconocible y al-
Muscularis mucosa
gunas patologías intestinales crean patrones de altera-
ción ecográfica característicos. Además, en algunas pato-
logías, como la apendicitis aguda y la diverticulitis aguda,
la ecografía puede jugar un papel importante como prin-
cipal técnica de investigación. Ade más, la ecoendosco-
pia, aplicando transductores de alta frecuencia en la luz
intestinal, es una técnica cada vez más popular para va-
Muscularis - --:--+'
lorar esófago, estómago y recto. propria

..., Figura 8-1 Representación esquemática de las


~ capas histológicas de la pared intestinal.
ANATOMíA Y TÉCNICA ECOGRÁFICA

La marca intestinal ten el reconocimiento de partes específicas del intestino


El intestino es un tubo hueco con cuatro capas concén- son las rugosidades gástricas, válvulas conniventes (pli-
tricas (Fig. 8-1). Desde la luz hacia el exterior de disponen cas circulares) y haustras del colon (Fig. 8-3).
las capas: 1) mucosa, que está formada por una cubierta La ecografía en tiempo real permite la evaluación del
epitelial, tejido conectivo laxo (o lámina propria) y mus- contenido y del diámetro de la luz gastrointestinal y de su
cularis mucosa, 2) submucosa, 3) muscularis propria, con motilidad. La hipersecreción, obstrucción mecánica e ileo
una capa circular interna y otra de fibras longitudinales, y serán las causas de que exista excesivo líquido en el intes-
4) serosa o adventicia. Estas capas histológicas se corres- tino. Es normal apreciar peristaltismo en el intestino del-
ponden con su aspecto ecográfico l -3 (Tabla 8-1) que se co- gado y estómago. La actividad debe estar aumentada en la
noce como la marca intestinal y se pueden visualizar obstrucción mecánica y en las enteritis inflamatorias. En
hasta cinco capas (Fig. 8-2). Las capas ecográficas apare- casos de íleo paralítico o en fases terminales de una obs-
cen de forma alternativa: ecogénicas e hipoecoicas; la pri- trucción intestinal mecánica se observará una actividad
mera, tercera y quinta capas son ecogénicas y la segunda disminuida.
y cuarta hipoecoicas. Esta relación de capas histológicas
con las capas de la ecografía es fácil de recordar a partir
de la identificación de los componentes musculares de la
CAPAS HISTOLÓGICAS DEL INTESTINO
pared intestinal (la muscularis mucosa y muscularis pro-
pria) que son capas hipoecoicas en la ecografía. • Mucosa
En la ecografía de rutina, la marca intestinal puede va- Consiste en una capa epitelial, tejido
riar desde un «ojo de toro» en sección transversal, con conectivo suelto o lámina propria y
una zona central ecogénica y un borde hipoecoico, hasta muscularis mucosa
la representación completa de las cinco capas ecográficas. • Submucosa
La calidad de la ecografía y su resolución del transductor
• Muscularis propria
determinan el grado de diferenciación de las capas. La pa-
Consiste en fibras circulares internas
re d intestinal normal es uniforme y elástica, con un pro-
y externas
medio de grosor de 3 mm si está distendido y de 5 mm si
no lo está. Otras características morfológicas que permi- • Serosa o adventicia
y PetzoldtS en 1976 y posteriormente por Bluth y col s., que
Marca intestinal: correlaci6n lo describieron como un patrón de «pseudorriñón», resal-
histol6gico-ecográfica tando que representaban una lesión patológicamente im-
Histología Ecografía portante en más del 90% de los pacientes con este patrón.
En ambas descripciones el borde hipoecoico externo se
Mucosa interfase superficial Ecogénica correlaciona con la pared engrosada del intesti no, mien-
Muscularis mucosa Hipoecoica tras que el centro ecogénico se relaciona con la luz resi-
Submucosa Ecogénica
Muscularis propria Hipoecoica
dual del intestino o ulceraciones mucosas. La diana y el
Serosa/interfase Ecogénica pseudorriñón son los equivalentes anormales de la marca
intestinal derivados de un intestino normal.
La identificación de un intestino engrosado en la ecogra-
fía puede relacionarse con diversas patologías 4 . Las posibi-
Patologia de la pared intestinal lidades diagnósticas se pueden deducir determinando: 1)
La evaluación de un intestino engrosado en la ecografía es extensión y ubicación de la patología, 2) conservación o
muy superior a la que permite un intestino normal por dos destrucción de las capas de la pared, y 3) afectación con-
razones. El intestino grueso, especialmente cuando se aso- céntrica o excéntrica de la pared. El cará cter benigno lo
cia a alteración de los tejidos blandos perientéricos, crea favorece una afectación segmentaria extensa con engrosa-
un efecto masa, que se aprecia con facilidad en la ecogra- miento concéntrico y con la conservación de las capas de
fía. Además, un intestino engrosado es relativamente po- la pared. La patología benigna clásica que muestra un en-
bre en gases, lo que mejora su evaluación ecográfica 4 • La grosamiento de la pared intestinal es la enferme dad de
patología de pared intestinal determina que existan patro- Crohn . El carácter maligno será más probable en afecta-
=e nes ecográficos característicos (Fig. 8-4). El más familiar, ciones de segmentos cortos con enfermedad excéntrica y
'o el patrón en diana, fue descrito por primera vez por Lutz destrucción de las capas de la pared. La patología maligna

(,)
QI
en

~ Figura 8-2 Marca intestinal: correlación ecográfica-esquema. Esquema con sus correspondientes imágenes
~ de ultrasonidos en un paciente con un engrosamiento leve de intestino por enfermedad de Crohn. Las capas mus-
culares (azulj son negras o hipoecoicas en la ecografía. La submucosa y mucosa superficial (amarillo) son hipere-
coicas. Existe una pequeña cantidad de líquido y aire en la luz intestinal de la ecografía.
<Xl
o
:;
:!:::
a.
10
U

"tJ Figura 8-3 Exploración intestinal. Proyecciones A, sagital y B, transversal del estómago que muestra una rugo-
~ sidad gástrica normal. El estómago colapsado muestra un engrosamiento variable de la pared. C y D, Válvulas
conniventes (plicae circularis) del intestino delgado. Se ven con mayor facilidad cuando existe líquido en la luz del
intestino (C) o cuando las válvulas están edematosas (D). E Y F, Variaciones del aspecto de las haustras del colon en dos
personas normales.
típica que muestra un engrosamiento de la pared es el ade- Las masas de la pared intestinal, a diferencia del en-
nocarcinoma de estómago o colon. Se trata de una orienta- grosamiento de la pared intestinal, puede ser intralumi-
ción, más que de reglas, ya que por ejemplo un intestino nal, mural o exofítico, todas ellas con o sin ulceración (Fig.
crónicamente engrosado por la enfermedad de Crohn pue- 8-4). Las masas intestinales intraluminales y las masas
de presentar una destrucción de las capas debido a cam- mucosas pueden mostrar un aspecto variable en la eco-
bios fibróticos, y el adenocarcinoma infiltrativo puede pre- grafía, pero con frecuencia quedan enmascaradas por gas
sentar cierta conservación de las capas. La linfadenopatía o contenido intestinal. Por el contrario, la patología intes-
y la hiperemia se pueden ver asociadas tanto a un engrosa- tinal que crea una masa exofítica, con o sin afectación o
miento maligno como benigno de la pared. ulceración mucosa, puede formar masas fácilm ente visi-

=c:
'o
'0
(J
al
(f)

,-.,

'-' Figura 8-4 Patología de la pared intestinal. Esquema de los aspectos ecográficos con sus equivalentes ecográ-
~ ficos. Arriba: Masa intraluminal. Pseudopólipo inflamatorio en una ecografía. Medio: Signo del pseudorriñón,
con engrosamiento simétrico de la pared y destrucción de las capas de la pared. Ecografía de un carcinoma de
colon. Abajo, Masa exofítica. Diseminación de la serosa en el peritoneo visceral. (De Wilson SR, The bowel wall looks
thickened: what does that mean? En Cooperberg PL, editor, Radiologic Society of North America categorical course sylla-
bus, Chicago, 2002, RSNA, pp219-228.)
bIes. Puede resultar difícil atribuirles un origen intestinal quido, cuando el médico intenta determinar el origen de
cuando no se visualiza en la ecografía la marca intestinal, una colección de líquido documentada. Además, el líquido
la diana o el pseudorriñón. En consecuencia, las masas in- oral y un enema Fleet pueden mejorar la localización y
traperitoneales de morfología variada, en las que no se diagnóstico de las masas intraluminales o intramurales
pueda establecer claramente que proceden de una víscera gástricas y rectales, respectivamente.
abdominal sólida o de ganglios linfáticos, se considerarán
de origen intestinal. Evaluación Doppler de la pared
del tubo digestivo
Técnica de imagen El intestino muestra poca señal en el Doppler color, ya que la
Las ecografías de rutina se realizarán con el paciente en exploración es difícil en un asa intestinal normal que es mó-
ayunas. Se realiza una ecografía en tiempo real de todo el vil. Tanto la neoplasia como la enfermedad inflamatoria
abdomen con un transductor de 3,5 MHz y/o S MHz y se muestran una vascularidad incrementada, en comparación
observará cualquier masa o marca intestinal. La pelvis se con la pared del intestino normal (Fig. 8-6), mientras que el
explora antes y después de vaciar la vejiga, ya que la vejiga intestino isquémico o edematoso tiende a ser relativamente c:o
llena facilita la visualización de patologías en algunos pa- hipovascular. Cuando se añade el Doppler color y espec- o
:;
cientes y desplaza las asas intestinales en otros. La zona de tral al estudio de la pared intestinal de pacientes con do- ~
Q.
interés será objeto de un detenido análisis, incluyendo el lor abdominal agudo, se aportarán evidencias de que el cu
O
análisis con compresión? (Fig. 8-5). Aunque esta técnica engrosamiento de la pared intestinal tenga un origen en
fue descrita inicialmente con sondas lineales de alta fre- cambios isquémicos o inflamatorios. Teefey y cols. 8 estu-
cuencia, las sondas convexas sectoriales lineales de S MHz diaron 35 pacientes y encontraron que un flujo ausente o
y 9 MHz resultan muy satisfactorias. El factor crítico es un poco visible en el estudio Doppler color y la ausencia de
transductor con una zona focal corta, que permita una re- señal arterial eran indicativos de isquemia. Por el contra-
solución óptima de las estructuras próximas a la piel. rio, el flujo Doppler y un índice de resistencia menor de
Se aplica una presión lenta y graduada. El intestino nor- 0,6 eran compatibles con inflamación (Fig. 8-6). En la ex-
mal se comprime y las bolsas de gas se desplazan lejos de periencia de mi grupo, hemos observado que el Doppler
la región de interés. Por el contrario, en el caso de asas color es de gran ayuda para confirmar nuestra sospecha
anormalmente engrosadas del intestino y las asas obs- de patología inflamatoria intestinal.
truidas incompresibles se mantienen sin cambios. Los pa-
cientes con irritación peritoneal o defensa localizada tole-
rarán habitualmente un aumento suave y lento en la . NEOPLASIAS GASTROINTESTINALES
presión de la ecografía compresiva, mientras que mostra-
rán' una respuesta marcadamente dolorosa si se realiza
una exploración rápida y poco gradual. En las mujeres, la El papel de la ecografía en la evaluación de neoplasias del
ecografía transvaginal es muy valiosa para la evaluación tracto gastrointestinal (GI) es similar a la de la tomografía
de las porciones de intestino dentro de la pelvis verdade- computarizada (TC). Rara vez se obtiene una visualiza-
ra, especialmente recto y colon-sigmoides. En ocasiones ción adecuada en las lesiones mucosas precoces o con nó-
resulta útil para la ecografía el líquido oral o el enema lí- dulos intramurales pequeños, pero sí se podrán detectar

~ Figura 8-5 Esquema de la ecografía con compresión. Izquierda, Intestino normal comprimido. Medio, Intestino
~ con engrosamiento anormal o derecha, un asa obstruido, como el que se observa en un caso de apendicitis aguda,
que será incompresible. (Basado en Puylaert JB. Acute appendicitis; ultrasound evaluation using graded compres-
sion. Radiology 1986; 158;355-360.)
=c:
-o
'13
(J
Q)
en

W Figura 8-6 Aportación del Doppler a la evaluación del intestino en tres pacientes. A y B, Imágenes transver-
~ sales del íleon proximal de una lesión obstructiva. La luz está distentida y con líquido. La pared está ligeramente
engrosada. B, Imagen de Doppler transversal que muestra una marcada hiperemia de la pared intestinal como
reflejo de su inflamación. e y D, Proyecciones transvaginales de una mujer joven con dolor en la fosa ilíaca derecha que
muestra al apéndice como una estructura redondeada o tubular adyacente al ovario. D, Imagen de Doppler color que
muestra al apéndice hiperémico, compatible con la inflamación. E y F, Imágenes transversales del colon ascendente en la
que se aprecia el engrosamiento de la pared con destrucción completa de las capas debido a un carcinoma invasivo del
colon. Los tumores neoplásicos intestinales muestran invariablemente una vascularidad como la que se aprecia aquí.

cuando el tumor crece hasta formar una masa exofítica, te en el diagnóstico de pacientes con tumores del tubo
un segmento engrosado del intestino con o sin ulceración digestivo y con frecuencia antes de su identificación ini-
(ver Fig. 8-4) o una masa intraluminal de tamaño aprecia- cial. Una sintomatología abdominal imprecisa, con dolor
ble (Fig. 8-7). Se suelen realizar las ecografías precozmen- abdominal, una masa palpable en el abdomen y la anemia
GO
o
'3
~
Q.
10
O

..., Figura 8-7 Adenocarcinoma de tubo digestivo en tres pacientes. A y B, Cáncer de la unión gastroesofágica. A,
~ Ecografías A, sagital y B, transversal de abdomen superior que muestra un pseudorriñón (cabezas de flecha) adyacente
al lóbulo hepático izquierdo. C y D, Carcinoma de colon transverso. C, Imagen del eje longitudinal de colon que •
muestra una luz dilatada y rellena de partículas de líquido ecogénicas. D, Distalmente, existe una masa en todo el perímetro
(flechas) con un aspecto de «corazón de manzana». Se aprecia un ganglio linfático hipoecoico e hipertrófico justo por debajo del
tumor, E y F, Adenocarcinoma velloso intraluminal de estómago. E, Ecografía transversal después de la ingestión de líquido en la
que se observa una masa ecogénica no homogénea ecogénica relativamente bien delimitada (flechas) dentro del cuerpo del
estómago. El líquido está dentro de la luz gástrica (S). F, Estudio confirmatorio con bario que muestra el tumor velloso (flechas).
=e
'o
'(;
(.)
el)
UJ

..., Figura 8-8 Adenocarcinoma de tubo digestivo. Correlación ecográfica-TC. A, Ecografía y B, TC, en las que se
~ observa una masa en el hipocondrio izquierdo grande y necrótica con hipertrofia de los ganglios linfáticos perien-
téricos (flecha) en un varón de 60 años de edad que acudió por molestias abdominales y pérdidas hemáticas. C y
D, Carcinoma infiltrante de colon transverso en un varón de 42 años de raza negra que acudió al servicio de urgencias por
dolor abdominal agudo. C, Ecografía transversal del epigastrio que muestra un segmento sin hallazgos de intestino engro-
sado con pérdida total de las capas de la pared en la localización del colon transverso. Por debajo del intestino existe un
efecto masa difuso (fecha) que sugiere grasa infiltrada o inflamada. D, TC que confirma hallazgos. La neoplasia no se sos-
pechó por la prueba de imagen ni en la cirugía.

son indicaciones frecuentes para realizar estas ecografías. mores de intestino ·delgado, de los cuales el 90% proce-
La detección de las morfologías típicas que se suelen aso- den del yeyuno proximal (Fig. 8-8, A Y B) o del duoden0 9 .
ciar con las neoplasias del tubo digestivo puede conducir La enfermedad de Crohn se asocia con una incidencia de
a un reconocimiento preciso, a su localización e incluso al adenocarcinoma claramente aumentada y suele aparecer
estadiaje de la enfermedad. Con la posibilidad de dirigir a nivel del íleon. Los adenocarcinomas de intestino delga-
las siguientes exploraciones, como la biopsia dirigida por do generalmente son anulares macroscópica mente y con
ecografía. frecuencia ulcerados.
El carcinoma de colon es muy frecuente. Su incidencia
Adenocarcinoma sólo la sobrepasan las neoplasias de pulmón y mama. El
El adenocarcinoma es el tumor maligno más común del carcinoma de colon da cuenta de casi todas las neoplasias
tubo digestivo. Da cuenta del 80% de todas las neoplasias malignas colorrectales. El adenocarcinoma colorrectal
gástricas. Estos tumores surgen casi siempre de la región crece con dos patrones morfológicos principales: tumo-
prepilórica, el antro y la curvadura menor, que son las res intraluminales polipoides, que son los más preva-
porciones del estómago que mejor se exploran con la eco- lentes en el ciego y colon ascendente y lesiones constric-
grafía. Macroscópicamente, el adenocarcinoma tiene pa- toras anulares (ver Fig. 8-7, e y D) que son los más
trones de crecimiento variables; pueden ser tumores infil- frecuentes en el colon descendente y sigmoid. En raras
trantes, polipoides (Fig. 8-7, Ey F), fungoides y ulcerados. ocasiones, se observan tumores similares a los que se ob-
La infiltración puede ser superficial o transmural; esta servan en el estómago, en el colon (Fig. 8-8, e y D).
última es responsable de la «linitis plástica» o estómago Muchos tumores del tubo digestivo no se visualizan en
en «botella de cuero». El adenocarcinoma es mucho me- la ecografía. Sin embargo, las masas grandes, ya sean in-
nos frecuente en el intestino delgado que en el estómago traluminales (ver Fig. 8-7), o exofíticas o tumores anula-
o intestino grueso. Explica alrededor del 50% de los tu- res (ver Fig. 8-7, By C) cursan con alteraciones ecográfi-
cas 1o.n . Los tumores de longitud variable pueden engrosar
la pared del tubo digestivo, ya sea de forma simétrica con- PATRONES DE CRECIMIENTO DEL
céntrica o con un patrón asimétrico. Pueden ocasionar LINFOMA
una morfología en diana o pseudorriñón (ver Fig. 8-4, tira
• Nodular o poli poi de
media) . La presencia de aire en las ulceraciones de la mu-
• Lesiones ulceradas pseudocarcinomatosas
cosa produce habitualmente una ecogenicidad lineal, con
• Masas tumorales infiltrantes
frecuencia con artefacto de «anillo caído» dentro de la
masa. Los tumores son normalmente, aunque no siempre,
hipoecoicos. Las lesiones anulares pueden ocasionar una
obstrucción intestinal con dilatación, hiperperistaltismo intestino delgado14.1 5 (Fig. 8-10). Con frecuencia se obser-
y aumento del líquido intraluminal en el intestino proxi-
van ecos grandes, lineales y de gran amplitud con artefac-
mal a la lesión l l . Deberá buscarse específicamente una tos de anillo caído que indican gas en la luz residual o
evidencia de invasión indirecta, hipertrofia de los ganglios ulceración. Esta patología especial se ha descrito como
linfáticos regionales y de metástasis hepáticas. una de las formas de presentación más habituales de pa- co
o
cientes con ellinfoma que se produce en el síndrome de '3
Tumores estroma les del tubo digestivo (TETD) ~
inmunodeficiencia adquirida (SIDA), en comparación con c.
CI)
De los tumores mesenquimatosos que afectan al tubo di- los linfomas del resto de la población. Se apreciará un au- O
gestivo, los que tienen su origen en el músculo liso son los mento de tamaño de los ganglios linfáticos regionales,
más frecuentes y dan cuenta de alrededor del 1 % de todas aunque no es frecuente una alteración generalizada de los
las neoplasias del tracto gastrointestinal. Estos tumores ganglios linfáticos.
estromales gastrointestinales se observan casi siempre en
el estómago e intestino delgado. Los tumores de colon son Metástasis
los menos frecuentes y se observan casi siempre en el rec- El melanoma y los tumores primarios de pulmón y mama
to. Aunque los TETO pueden detectarse como hallazgo son los tumores que con mayor frecuencia cursan con
casual durante la cirugía, ecografía o autopsia, estos tu- afectación secundaria del tubo digestivo 16 (Fig. 8-11). Por
mores vasculares con frecuencia llegan a ser muy grandes orden de frecuencia, se afectan estómago, intestino delga-
y pueden experimentar ulceración, degeneración, necro- do y colon. Las neoplasias secundarias que afectan el epi-
sis y hemorragia l2 . plón y peritoneo cursan con ascitis, nódulos finos peque-
En la ecografía, los tumores del músculo liso (estroma- ños o que confluyen en la superficie del tubo digestivo o
les) producen habitualmente lesiones que forman masas extensas «tartas o pastillas» en el epiplón que práctica-
redondeadas de tamaño y ecogenicidad variable, que sue- mente engloban las asas afectadas l9 .2o (Fig. 8-12). Las me-
len presentar áreas quísticas centrales (Fig. 8-9). Su ori- tástasis del peritoneo casi siempre proceden de tumores
gen intestinal no siempre resulta fá cil de establecer, pero primarios de ovario o del tubo digestivo. Las metástasis
si existe ulceración, las bolsas de gas en el cráter de la úl- en gota en el fondo del saco de Douglas se manifiestan
cera sugieren su origen. El origen de los tumores de mús- como nódulos peritoneales pequeños y sólidos, sin origen
culo liso debe tenerse en cuenta en el diagnóstico diferen- obvio en una víscera pélvica.
cial de las masas abdominales indeterminadas y que se En la ecografía, los nódulos submucosos pequeños, con
descubren de forma casual en pacientes asintomáticos, tendencia a ulcerarse, se detectan rara vez en la ecografía;
especialmente si muestran cambios centrales quísticos o algo distinto a lo que sucede con los tumores grandes y
necróticos (Fig. 8-9, E Y F). Estos tumores son aptos para que infiltran de forma difusa con sus grandes ulceracio-
una biopsia dirigida mediante ecografía. nes, especialmente en el intestino delgado (ver Fig. 8-11),
donde se presentan como masas bien delimitadas e hi-
Linfoma poecoicas y que con frecuencia tienen ecos brillantes con
El intestino también puede verse afectado por un linfoma artefactos en anillo caído en las zonas de ulceración. La
con dos formas básicas de presentación: como parte de presentación de ascitis con partículas, engrosamiento del
una diseminación generalizada en estadios III y IV de lin- epiplón y nódulos en el peritoneo visceral/parietal y pla-
fama de cualquier tipo o, con mayor frecuencia, como pri- cas deberá sugerir una enfermedad metastásica.
mario del tubo digestivo, que casi siempre es debido a un
linfoma no Hodgkin. Los tumores primarios constituyen
solamente el 2%-4% de los tumores malignos del tubo di- ENFERMEDAD INFLAMATORIA
gestivo l2 , pero dan cuenta del 20% de los detectados en el INTESTINAL: ENFERMEDAD DE CROHN
intestino delgado. Se han observado tres patrones princi-
pales de crecimiento: nodular o polipoide, ulceraciones La enfermedad inflamatoria intestinal (EII) comprende la
con aspecto de carcinoma y masas tumorales infiltrantes, enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa. La colitis ulce-
que con frecuencia invaden el mesenterio adyacente y rosa es una inflamación de la mucosa del colon que mues-
ganglios linfáticos9 . tra mínimos cambios eco gráficos, incluso en enfermeda-
Los nódulos submucosos pequeños pueden pasar inad- des agudas o en las de larga evolución. La enfermedad de
vertidos con facilidad en la ecografía. Sin embargo, mu- erohn, en cambio, es una enfermedad inflamatoria granu-
chos pacientes presentan masas grandes y fácilmente vi- lomatosa crónica transmural que afecta a todas las capas
sibles, muy hipoecoicas y ulceradas en el estómago e de la pared intestinal, mostrando también frecuentes
=

..., Figura 8-9 Tumores estromales del tubo digestivo (TETO) en cuatro pacientes. A y e, Masa intestinal exofíti-
~ ca, leiomioma gástrico análogo al de la Figura 8-4. A, Ecografía transversal del epigastrio que muestra la marca
gástrica normal y una masa exofítica focal. e, Después de la ingesta de agua, la luz contiene líquido que se mues-
tra negro y entonces se aprecia claramente la masa sólida. e y O, Leiomiosarcoma gástrico. e, Ecografía transversal des-
pués de la ingesta de líquido que muestra una compleja, intramural (flechas) que se proyecta dentro de la luz rellena de lí-
quido del estómago (8). O, Estudio baritado que confirma el tumor intramural (flechas). E y F, Ecografía de dos pacientes
que presentan una masa grande y compleja de aspecto necrótico, en el abdomen superior. Aunque el origen intestinal de
la masa no es evidente en las imágenes, el diagnóstico correcto de TETO se sospecha por su aspecto. El yeyuno es el
origen del tumor en E y el estómago en F.
cambios en tejido blando perientérico. Debido a esta pa- para evaluar alteraciones mucosas y luminales, la ecogra-
tología macroscópica característica, la enfermedad de fía, igual que la TC, ofrecen una información adicional va-
Crohn representa el grueso de pacientes remitidos para liosa sobre la pared del tubo digestivo, ganglios linfáticos,
estudio ecográfico por enfermedades inflamatorias intes- mesenterio y tejidos blandos regionales. El estudio basal
tinales. determina la extensión y actividad de la enfermedad eva-
La enfermedad de Crohn es un proceso complejo de luando los signos clásicos de la enfermedad de Crohn:
etiología desconocida. Casi siempre afecta al íleon termi- engrosamiento de la pared del tubo digestivo, infiltración
nal y al colon, aunque cualquier porción del intestino pue- grasa, hiperemia, linfadenopatía mesentérica, estenosis y
de verse afectada. Macroscópicamente, en la enfermedad alteraciones de la mucosa. La ecografía también predice
de Crohn la pared del tubo digestivo suele ser muy gruesa las complicaciones: masas inflamatorias (flemón o abs-
y rígida con una estenosis luminal secundara. Es típico de- ceso J, fístulas, obstrucción, perforación y apendicitis 19 .
tectar ocasionales o continuas ulceraciones y fisuras pro- Además, la ecografía detecta las recidivas postoperatorias
fundas, que suelen conducir a la formación de fístulas. Es e identifica a los pacientes que precisan técnicas más in-
frec uente la hipertrofia de los ganglios linfáticos y las asas vasivas 19 • La exposición de radiación es importante en la eX)

afectadas están deslustradas. El mesenterio se muestra población joven con la enfermedad de Crohn si se realiza o
'3
engrosado y adiposo, deslizándose sobre los bordes del una TC con cada exacerbación; y por ese motivo la ecogra- ,,!::
a.
intestino hacia el borde antimesentérico. Las recidivas fía es nuestra técnica de evaluación de rutina en pacientes IU
O
después de la cirugía y la enfermedad perianal son signos con esta patología.
típicos.
Se caracteriza por frecuen tes exacerbaciones y remisio- Signos clásicos
nes, con el inicio de la enfermedad en la edad adulta tem-
prana, y la forma crónica de la enfermedad de Crohn se Engrosamiento de la pared del tubo digestivo
puede evaluar mediante una técnica no invasiva y sensi- La alteración que se detecta con mayor frecuencia en pa-
ble como es la ecografía. Aunque los estudios baritados y cientes con la enfermedad de Crohn, la demostración del
endoscópicos siguen siendo las principales herramientas engrosamiento de la pared intestinal en la ecografía, es la

'J Figura 8-10 Linforna del intestino delgado en dos pacientes. A, Imagen transversal paramediana izquierda que
~ muestra una masa redonda hipoecoica. La ecogenicidad central con artefacto de anillo caído sugiere su origen
intestinal. e, TC que confirma sospecha y muestra una masa de tejido bando grande que se corresponde con la
luz del intestino residual. e y D: Paciente con SIDA. D, Ecografía en la que se aprecia una masa (negro) muy hipoecoica
focal en epigastrio son definición de capas de pared, que es típica de un linfoma intestinal. El gas luminal se muestra con
ecogenicidad central brillante y una sombra sucia. D, TC confirmatorio.
nJ
(.)
'o
'nJ
...>.o
~

nJ
(.)
'S;

Q.

nJ
1:
'E
o
'O
oC
nJ
nJ
~
~ 'J Figura 8-11 Melanoma maligno metastásico en el intestino delgado, A, La ecografía paraumbilical transversal
el ~ muestra una masa hipoecoica bien definida con ecogenicidad central irregular y artefacto de gas que indica su
8 origen digestivo. e, Te confirmatorio.
W

=c:
'o base para la detección inicial, para la detección de recidi- de ser importante 23 •24 • La ecogenicidad de la pared varía
'5 vas 20 y para determinar la extensión de la enfermedad. En en función del grado de infiltración inflamatoria y fibro-
(.)
Q)
CJ) un metaanálisis sobre la precisión de la ecografía para de- siso Es habitual la estratificación con las capas del intesti-
tectar la enfermedad de Crohn, Fraquelli y cols.21 mostra- no conservadas (Fig. 8-13, A Y B; ver Fig. 8-2) . Es posible
ron una sensibilidad del 88% y una especificidad del 93%, un aspecto en diana o de pseudorriñón en la enfermedad
cuando el umbral para el engrosamiento de la pared intes- aguda o enfermedad fibrótica de larga evolución cuando
tinal se estableció en 3 mm, y del 75% y 97%, respectiva- las capas de la pared intestinal se van perdiendo (Fig.
mente, para un umbral mayor de 4 mm. En otro metaaná- 8-13, e y D). La enfermedad de larga evolución, y con fre -
lisis se compararon distintas modalidades de imagen para cuencia terminal, puede mostrar también sutiles cambios
el diagnóstico de El! y la sensibilidad media estimada para en el engrosamiento de la pared con depósito de grasa en
el diagnóstico por pacientes fue alta y sin diferencias signi- la submucosa, que muestra una ecogenicidad aumentada
ficativas con otras modalidades de imagen: el 89,7%, para (Fig. 8-13, Ey F) . El intestino afectado de fo rma activa pare-
la ecografía, el 93%, con la resonancia magnética (RM), el ce rígido y fijo, con disminución o ausencia de peristaltis-
87,8% mediante la gammagrafía y el 84,3% con la TC 22. mo. Son frecuentes las zonas respetadas. Los segmentos
El engrosamiento de la pared intestinal en la enferme- afectados varían en longitud desde unos pocos milímetros
dad de Crohn es más frecuente que sea concéntrico y pue- hasta varios centímetros.

'J Figura 8-12 Metástasis peritoneales en dos pacientes. A, Imagen transversal que muestra ascitis y placa en el
~ peritoneo visceral de un cáncer ovárico metastásico como una placa de tejido blando (flechas) en la superficie del
asa de intestino delgado. e, Ecografía transvaginal de una metástasis en gota de un primario gástrico que muestra
ascitis con gruesas partículas. Existe una fina siembra en el ángulo vesicouterino.
Infiltración grasa
También es típico el edema y la fibrosis mesentérica en la ENFERMEDAD DE CROHN: SIGNOS
enfermedad de Crohn, y generan una masa en el mesente- ECO GRÁFICOS
rio adyacente al intestino que puede deslizarse sobre el
SIGNOS CLÁSICOS
borde del intestino afectado o englobarlo por completo.
• Engrosamiento de la pared del tubo digestivo
La infiltración grasa del intestino anormal crea un halo
ecogénico uniforme alrededo r del borde mesentérico del • Infiltración grasa
intestino, con un aspecto que recuerda al del tiroides en la • Hiperemia
sección de corte (Fig. 8-14). Puede hacerse más heterogé- • Estenosis
neo e incluso hipoecoico en la enfermedad de larga evolu- • Linfadenopatía mesentérica
ción. La infiltración grasa es la causa más frecuente de • Alteraciones de la mucosa
separación del asa intestinal y se detecta en los estudios
gastrointestinales con contraste 19 . También es la altera- COMPLICACIONES
ción más llamativa y evidente en la ecografía de pacientes • Masas inflamatorias
con procesos inflamatorios perientéricos (Fig. 8-15). Por • Fístula
ello, la detección de infiltración grasa debe llevar a una • Obstrucción
evaluación minuciosa del intestino regional. • Perforación
• Apendicitis
Linfadenopatía
Son signos frecuentes unos ganglios mesentéricos y pe-
rientéricos blandos e hipertrofiados en la fase activa de la
enfermedad de Crohn (Fig. 8-16). La linfadenopatía se ob-
serva con mucha menor frecuencia en la fase inactiva. Los Estenosis
ganglios se muestran como masas hipoecoicas focales re- Las estenosis se relacionan con el estrechamiento del in-
dondeadas, rodeando al intestino en la localización que testino y las angulaciones agudas fijas. Las superficies lu-
corresponde a la fijación mesentérica. Los ganglios con minales de los segmentos afectados casi siempre se mues-
fre cuencia son bastante redondeados y habitualmente tran con una posición fija y constante, con la luz en forma
pierden la banda ecogénica no lineal del hilio del ganglio. de área central con una ecogenicidad lineal dentro del asa
Igual que le sucede al intestino, los ganglios linfáticos intestinal engrosada (Figs. 8-18 y 8-19). Sucede aquí lo
muestran hiperemia como reflejo de su inflamación. Los contrario que en los segmentos engrosados, donde se
ganglios tienen un tamaño moderado. Los ganglios mayo- puede conservar el diámetro de la luz (Fig. 8-20). Puede
res, por encima de 3 cm de diámetro, sugieren una com- deducirse una obstrucción incompleta si se observan seg-
plicación maligna de la enfermedad de Crohn. mentos hiperperistálticos y dilatados proximales a la es-
tenosis. Las ondas peristálticas del intestino obstruido,
Hiperemia proximal al segmento estenosado, pueden producir un
La evaluación del flujo sanguíneo es útil para monitorizar movimiento visible a través del segmento estenosado.
la actividad inflamatoria y la respuesta al tratamiento. Se Con menor frecuencia los segmentos afectados del intesti-
ha visto que la actividad de los cambios inflamatorios se no muestran dilatación luminal con saculación junto con
correlaciona con la hiperem ia, en la forma que se muestra la estenosis, y la luz existente puede ser de un calibre va-
en la evaluación con Doppler color (Fig. 8-17). Aunque riable. En ocasiones se desarrollan conglomerados y be-
subjetivo, añadir el Doppler color a la ecografía en escala zoares en el intestino entre los segmentos estenosados.
de grises supone una evidencia adicional valiosa respecto Parente y cols.28 mostraron que la ecografía intestinal es
a cambios inflamatorios en el intestino y grasa inflamada una técnica precisa para detectar estenosis en el intestino
adyacente 19 (ver Fig. 8-6, A-D). Además, van Oostayen y delgado, especialmente en pacientes con una enfermedad
cols. 26 mostraron que las mediciones del flujo sanguíneo grave que serán candidatos para la cirugía.
en la arteria mesentérica superior también se correlacio-
naba con la actividad de la enfermedad: los valores de flu- Alteraciones de la mucosa
jo eran significativamente más elevados (826 ± 407 ml/ Las masas aglomeradas pueden deberse a la agrupación
min) en 15 pacientes con enfermedad activa respecto a 14 de intestino afectado, mesenterio inflamado edematoso,
pacientes sin enfermedad activa (3 23 ± 103 ml/min) (p < mayor depósito de grasa y, pocas veces, a linfadenopatía
0,05). Más recientemente Ser ra y colsY demostraron que mesentérica. Las asas afectadas pueden presentar angula-
la ecografía con contraste (CEUS), realizada con un me- ción y fijación que ocasiona la retracción de un mesente-
dio de contraste de burbuja de segunda generación, era rio, que está fib r ótico, y engrosado.
una técnica más sensible y reproducible que el Doppler. El
CEUS permite tanto evaluaciones cualitativas como cuan- Complicaciones
titativas de la hiperemia de la pared intestinal al observar En manos experimentadas, la ecografía es un método pre-
el patrón de realce y también cuando se evalúa la relación ciso para la detección de complicaciones intestinales en la
entre el grosor máximo de la capa realzada con el CEUS y enfermedad de Crohn. Por ello es una excelente primera
el grosor de toda la sección de la pared, como se muestra elección en situaciones de exacerbación aguda en este
en le ecografía en escala de grises (Fig. 8-17, C) . grupo poblacionaF9.
=

'tJ Figura 8-13 Engrosamiento de la pared intestinal en tres pacientes con enfermedad de erohn. Imagen A,
~ transversal y B, sagital que muestran el engrosamiento típico de la enfermedad activa con conservación de las
capas; flecha, ganglio linfático. e, Imagen transversal y D, sagital que muestran pérdida completa de las capas de
pared, como la que se observa en una enfermedad muy activa. E, Ecografía y F, Te correspondiente a un íleon terminal en
un paciente con enfermedad terminal y depósito de grasa en la submucosa, que se muestra ecogénica en la ecografía. (e
y D, De Wilson SR, The bowel wal/ looks thickened: what does that mean? En Cooperberg PL, editor, Radiologic Society of
North America categorical course syl/abus, Chicago, 2002, RSNA, pp219-228.)

Masas inflamatorias cambio flemonoso puede detectarse en forma de zonas


Las masas inflamatorias que afectan al mesenterio fibro- mal definidas e hipoecoicas sin contenido líquido en zo-
graso son las complicaciones más frecuentes de la enfer- nas de grasa inflamada (Fig. 8-21). La formación del abs-
medad de Crohn, aunque sea raro el desarrollo de absce- ceso supone una masa compleja o rellena de líquido (Fig.
sos con pus drenable. Antes del estado de licuefacción, el 8-21, G Y H). El contenido de gas dentro del absceso es útil
tanto por sugerir un absceso como porque conlleva un rante el estudio ecográfico, la fístula se mostrará habi-
error potencial de la ecografía, especialmente si está en tualmente brillante o ecogénica, con o sin efecto de arte-
una proporción elevada. Los abscesos pueden ser intrape- facto de anillo caído, debido al aire dentro del trayecto
ritoneales o extraperitoneales o pueden estar en ubicacio- fistuloso. Por el contrario, si el recorrido de la fístula es-
nes remotas, como el hígado, pared abdominal (Fig. 8-21) tá vacío o parcialmente cerrado, la fístula se mostrará
Ymúsculo psoas. negra o hipoecoica (Fig. 8-23, By C). La palpación del
abdomen durante la exploración puede producir un mo-
Formación de fístulas vimiento del líquido o aire a través de la fístula, ayudan-
Esta típica complicación de la enfermedad de Crohn se do a su identificación.
produce casi siempre en el extremo proximal de un seg-
mento engrosado y estenosado del intestino. Aunque no Perforación localizada
se pueden evaluar las ulceraciones de la mucosa con la Aunque la perforación intestinal libre es rara en la enfer-
ecografía, las fisuras profundas del intestino se muestran medad de Crohn, es frecuente una perforación localizada
como áreas ecogénicamente lineales que penetran en pro- con masas flemonosas contenidas dentro de la inflama- eX)

fundidad en la pared y sobrepasan el borde de la luz intes- ción perientérica circundante. Es típico un borde festo- o
"S
tinal (Figs. 8-22 y 8-23). Con la forma ción de la fístula, se neado del borde de la zona intestinal inflamada (Fig. ~
a.
pueden apreciar bandas de ecogenicidad variable en los 8-24). En ocasiones se puede identificar un trayecto con 10
O
segmentos de intestino anormal hacia la piel (Fig. 8-23, C), contenido aéreo, que atraviesa la pared intestinal hacia la
vejiga (Fig. 8-23, A), vagina u otras asas intestinales grasa perientérica. Las masas flemonosas deben alertar al
anormales. Si existe gas o movimiento en la fístula du- ecografista sobre una posible perforación.

W Figura 8-14 Deslizamiento progresivo de la grasa en la enfermedad de Crohn. A, Proyección en el eje longi-
~ tudinal de un íleon terminal (IT) engrosado. Las capas de la pared están preservadas. B, Proyección transversal de
IT que muestra un efecto masa hiperecoico (flechas) junto al borde medial intestinal que representa grasa despla-
zada. C, Te confirmatoria que muestra tanto el engrosamiento de la pared del IT como la llamativa grasa (flechas). D, El
consiguiente estudio baritado muestra la separación de las asas de intestino delgado en la misma ubicación. El desplaza-
miento de la grasa es la explicación más habitual de esta separación del intestino.
=e
'0
'0
u
Q)
en ~ Figura 8-15 Inflamación de la grasa en dos pa-
~ cientes. A, Eje longitudinal y B, transversal del co-
lon sigmoides en pacientes con enfermedad de Crohn
que muestra engrosamiento de la pared intestinal. La grasa
inflamada en el mesenterio sigmoides muestra un efecto ma-
sa ecogénico, sobre todo en el borde profundo del intestino
anormal en A. En B, la grasa (flechas) se desliza alrededor de
los márgenes del asa intestinal. C, Colon recto-sigmo ides en
una ecografía transvaginal en una paciente con edema gene-
ral izado y ascitis. La grasa perientérica (flechas) es gruesa y
ecogénica. El asa intestinal muestra una luz rellena de líquido
y un engrosamiento leve de pared intestinal.

~ Figura 8-16 Linfadenopatía en dos pacientes con enfermedad de Crohn. A, Imagen transversal de la fosa
~ ilíaca derecha que muestra un íleon terminal engrosado. Existe grasa inflamada en el lugar del mesenterio. Un
ganglio mesentérico (flecha) muestra una masa pequeña, sólida e hipoecoica dentro de la grasa. B, M últiples gan-
glios mesentéricos de diverso tamaño, que se manifiestan como masas de tejido blando hipoecoicas dentro del mesenterio
y se visualizan mejor en el plano entre la válvula ileocecal y la bifurcación aórtica.
c:o
o
"S
~
Q.
ClI
O

..., Figura 8-17 Hiperemia en la enfermedad de Crohn.


~ A, Imagen transversal que muestra un íleon engro-
sado con conservación de las capas de pared. B,
Adición al estudio del Doppler color con selección en el
transductor por defecto. C, En la fase arterial de la ecografía
con medios de contraste (CEUS), la pared del intestino
muestra realce transmural, que se corresponde con enfer-
medad clínicamente activa. La CEUS supone un método in-
cluso más sensible para mostrar realce transmural de la pa-
red intestinal en el pico de realce de la fase arterial.

Complicaciones inflamatorios perianales información, sola o en combinación con ETR30. También la


La inflamación perianal es una complicación frecuente y ecografía vaginal en las mujeres contribuye bastante a
muy debilitante en quien padece la enfermedad de Crohn. nuestra evaluación de la enfermedad rectal y perirrectal.
En esta enfermedad se pueden for mar unos tractos muy También es ideal para mostrar fístulas enterovesicales,
complejos y transesfinterianos que afectan a tejidos pro- enterovaginales o rectovaginales 31 . Si existen síntomas en
fundos de las nalgas (Fig. 8-25), periné, escroto (en hom- la vejiga, recomendamos una ecografía transvaginal con
bres) y labios y vagina (mujeres) . A diferencia de las fístu- una vejiga parcialmente llena. La afectación rectal en la
las perianales convencionales (que se explica por la teoría enfermedad de Crohn se caracteriza por: 1) engrosamien-
criptoglandúlar), las fístulas en la enfermedad de Crohn to de la pared rectal con conservación de las capas de la
no muestran predilección por la ubicación de los orificios pared, 2) inflamación de la grasa perirrectal, y 3) hiper-
internos y son muy complejas. La ecografía transrectal trofia de los ganglios linfáticos. Los principios de interpre-
(ETR) se realiza con frecuencia en pacientes con Crohn tación de la enfermedad inflamatoria perianal se tratan
rectal o patología perianal y puede mostrar con éxito abs- más adelante bajo Ecoendoscopia.
cesos y trayectos fistulosos. Sin embargo, según nuestra
experiencia no hemos conseguido un éxito homogéneo
con este procedimiento, que con frecuencia es doloroso y , ABDOMEN AGUDO
no aporta datos suficientes para este particular grupo po-
blacional. Por el contrario, en pacientes de ambos sexos,
hemos visto que la ecografía perineal puede ser bien to- La ecografía es una herramienta valiosa en pacientes con
lerada y con frecuencia es una técnica que aporta mayor una enfermedad gastrointestinal específica, como es el ca-
so de la apendicitis o la diverticulitis 32 • Sin embargo, su pables y zonas dolorosas focales. La doctrina de «haz una
contribución a la valoración de pacientes con una enfer- ecografía cuando duela» es muy válida y ha llevado a los
medad del tracto gastrointestinal es menos segura. Sei- ecografistas a describir el valor eco gráfico equivalente a
bert y cols. 33 subrayaron el valor de la ecografía en la eva- la exploración física con descripciones tales como el signo
luación de pacientes con un abdomen distendido y sin gas de Murphy ecográfico o signo ecográfico de McBurney. Al
y detectaron ascitis, masas no sospechadas y asas de in- igual que sucede con el abordaje radiológico para la inter-
testino delgado anormalmente dilatadas y rellenas de lí- pretación de la radiografía, es esencial una evaluación re-
quido. En mi experiencia, la ecografía ha sido útil no sólo glada en la ecografía del abdomen en los pacientes con
en un abdomen sin gas, sino en diversas patologías. La abdomen agudo de etiología incierta.
ecografía supone una considerable aportación al diagnós- La evaluación abdominal mediante ultrasonidos debe
tico si se utiliza junto con la radiografía simple, Te u otras incluir el gas y líquido visible (para determinar su locali-
modalidades de imagen. El aspecto en tiempo real de los zación luminal o extraluminal), los tejidos perientéricos y
estudios ecográficos permite una interacción directa pa- el propio tubo digestivo. La identificación de gas en una
ciente-ecógrafo-médico, con confirmación de masas pal- zona concreta donde no deba existir es un dato muy im-

=
r:::
'0
'0
oCI)
ti)

W Figura 8-18 Estenosis en tres pacientes con la enfermedad de Crohn. A, Ecografías en A, eje longitudinal y B,
~ eje corto que muestran un asa de intestino difusamente engrosado, el íleon proximal a la válvula ileocecal y este-
nosis de la luz central ecogénica. La grasa mesentérica está inflamada. C, Estudio radiográfico de intestino delga-
do con contraste que muestra una estenosis importante en el íleon. Ecografías D, en el eje longitudinal y E, eje corto del
íleon terminal que muestran la abrupta transición en el calibre del intestino (flecha). El intestino proximal a la flecha está
dilatado y relleno de líquido, el intestino distal presenta una estenosis confirmada en el F, con un enema de intestino delga-
do. G. Imagen de eje longitudinal del íleon neoterminal que muestra una pared engrosada sin hallazgos y con alteración de
su calibre (flechas). H, Imagen de eje corto a través de la estenosis que muestra la pared engrosada y grasa circundante
inflamada. 1, Te confirmatoria.
()()
o
'3
=:
c.
IU
O

W Figura 8-19 Angulación del intestino delgado en


~ tres pacientes, A, B Y e, Proyecciones de eje longi-
tudinal de una angulación del intestino delgado agu-
da, que predispone a la estenosis y obstrucción mecánica
del intestino.

\.1 Figura 8-20 Segmento de intestino proximal afectado por un segmento estenosado. Imágenes de A, eje
~ longitudinal y B, transversal que muestran engrosamiento de la pared intestinal con conservación de capas en un
paciente con la enfermedad de Crohn. La luz está rellena de líquidos y aumentada de calibre.
cu
e
E
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"O
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"
Q)
en

~ Figura 8-21 Masas inflamatorias en la enfermedad de Crohn. Tira superior. Flemones (F). A, Asa de colon
~ sigmoides engrosada en la sección transversal. Adyacente a los bordes existe una zona mal definida e hipoecoica
dentro de una zona grasa muy inflamada. B, Ecografía transversal en la fosa ilíaca derecha, que muestra un íleon
terminal engrosado superficialmente. En el interior de una zona grasa muy inflamada, existe una zona mal delimitada e hi-
poecoica que representa el flemón. C, TC confirmatoria. Tira media. Masas inflamatorias con aire pero sin pus drenable.
D, Imagen transversal de la fosa ilíaca derecha que muestra bastante grasa inflamada. En su parte central existe una co-
lección líquida o absceso (A) con pequeños focos ecogénicos y con sombra (flechas) ocasionados por burbujas de aire. E,
Ecografía transversal a través del íleon terminal que muestra un engrosamiento del intestino, una zona de grasa inflamada
ecogénica y una zona hipoecoica focal mal definida en la profundidad del intestino; las burbujas de aire exteriores al intes-
tino se aprecian como brillantes focos (flecha) ecogénicos. F, TC confirmatoria. Tira inferior. Abscesos drenables. G, Co-
lección líquida grande inter-asas. H, Ecografía e 1, TC confirmatoria que muestra una colección líquida con pequeñas bur-
bujas de gas en la pared del abdomen anterior. (B, E, F, He I de Sarrazin J, Wi/son SR. Manifestations of Crohn disease at
ultrasound, Radiographics 1996; 16:499-520.)

portante para el diagnóstico. El gas en sí mismo puede de pasar fácilmente inadvertido, especialmente si la
mostrarse como brillante, un foco ecogénico, pero es la colección es grande. El gas en la pared del tubo digestivo,
identificación de artefactos asociados a las bolsas de gas neumatosis intestinal, con o sin gas en la vena porta, su-
los que llevan normalmente a su detección, como son los giere la posibilidad de isquemia intestinal.
artefactos de anillo caído o de sombra «sucia». El gas ex- El gas intraperitoneallibre puede ser difícil de detec-
traluminal puede ser intraperitoneal o retroperitoneal y tar en la ecografía y la sospecha de su existencia debe ur-
su presencia sugiere bien una perforación de víscera.hue- gir a realizar otros estudios de imagen. La posibilidad de
ca (Fig. 8-26, A Y B) o una infección con organismos for- grandes artefactos por gas enmascara la visualización de
madores de gas 34 (Fig. 8-26, e y D). El gas no luminal pue- parte o la totalidad de la imagen ecográfica y lleva a mu-
chos profesionales a evitar el reto de la interpretación de realizar una evaluación cuidadosa peritoneal es mediante
la ecografía, lo que justifica su preferencia por la Te. Sin una sonda de 5 MHz o incluso 7,5 MHz, con la zona focal
embargo, se derivan datos útiles de la presencia de gas colocada al nivel previsto del peritoneo. En situaciones
intraperitoneal en la ecografía. clínicas, el realce de la banda peritoneal es un signo muy
La posibilidad de artefactos por gas entre la pared abdo- específico pero también poco sensible para detectar neu-
minal y el hígado subyacente fue bien descrita por Lee y moperitoneo 35 .
cols.34. En nuestro grupo de trabajo, observamos que la Las colecciones encapsuladas de líquido pueden pa-
banda peritoneal tenía un aspecto brillante, continuo y recer porciones del tubo digestivo. Las colecciones en el
ecogénico y que el aire adyacente a la banda peritoneal hipocondrio izquierdo o pélvicas que parecen ser de estó-
mostraba un resalte de esta capa, debido a que el gas tiene mago o recto, pueden caracterizarse administrando líquido
una mayor impedancia acústica a las ondas de sonido que oral o rectal. Al evaluar la actividad peristáltica y morfolo-
el propio peritoneo (Fig. 8-26, A Y B). La mejor forma de gía de la pared también se podrán distinguir las coleccio-

co
o
'3
~
Q.
m
O

~ Figura 8-22 Fístula enterovesical en la enfermedad de Crohn. A y B, Imágenes transversales del íleon terminal
\;i' que muestra un engrosamiento de la pared y hiperemia. C, Aire en la vejiga en zonas no declives con ecos brillan-
tes y sombra sucia. O y E, Proyecciones del eje longitudinal del íleon que muestran hiperemia y aposición luminal
constante, compatible con una estenosis. F, Vejiga con aire luminal y un tracto que contiene aire de la vejiga al intestino
adyacente. G, Intestino proximal relleno de líquido proximal al engrosamiento, que sugiere una obstrucción intestinal me-
cánica incompleta. H e 1, Te coronal que confirma que el aire de la vejiga y la masa inflamatoria están relacionados con la
cúpula vesical.
=c:
'o

o(1)
en

'J Figura 8-23 Fístulas en cuatro pacientes con enfermedad de Crohn, A y a, Fístulas enterovesicales. A, Ima-
~ gen que muestra un tracto entre un intestino anormal (G) y la vejiga (8). Se aprecia una burbuja de aire por los focos
ecogénicos brillantes (flecha). a, Tracto hipoecoico que conecta la masa inflamatoria (M) con la vejiga (8). C, Fís-
tula enterocutánea. Tracto hipoecoico que va desde el asa de intestino anormal (G) a la superficie cutánea (flecha). D,
Fístula rectovaginal en la ecografía transvaginal que se muestra como un tracto brillante con contenido de aire (flecha) y
que sigue un trayecto desde el recto (R) a la vagina (\1).

nes intra- y extraluminales. Las colecciones in ter-asas y los ganglios linfáticos mesentéricos se muestran típica-
en el flanco son aperistálticas y tienden a corresponderse mente como masas focales, poco evidentes y de tamaño
en su contorno con el de la pared abdominal o intestinal variable (ver Fig. 8-16). Su identificación en la ecografía
adyacente, con frecuencia formando ángulos agudos, que sugiere hipertrofia ya que no se suelen apreciar en explo-
rara vez se ven en los líquidos intraluminales. raciones de rutina. Deben buscarse también masas anor-
El aspecto de los tejidos blandos perientéricos es con males relacionadas u ocasionadas por una alteración del
frecuencia el signo primero y más evidente de patología tubo digestivo, que casi siempre tendrán un origen neo-
en las ecografías abdominales. La inflamación de la grasa plásico o inflamatorio.
perientérica muestra un efecto masa hiperecoico (ver Fig.
8-15), con frecuencia sin el aspecto normal del intestino
Dolor en fosa ilíaca derecha
normal con su contenido de pequeñas colecciones de gas.
La infiltración neoplásica de la grasa perientérica suele Apendicitis aguda
ser indistinguible de la infiltración inflamatoria en la eco- La apendicitis aguda es la causa más frecuente de presen-
grafía (ver Fig. 8-8, e y D) . tación del «abdomen agudo » en el servicio de urgencias.
Las adenopatías mesentéricas son otra manifesta- Los pacientes habitualmente refieren un dolor en la fosa
ción, tanto de procesos inflamatorios como neoplásicos ilíaca derecha (FID), con dolor a la palpación y leucocito-
del tubo digestivo, que debe buscarse de forma específica siso Se puede palpar una masa. En su presentación típica
cuando se realice una ecografía abdominal. Como en cual- se procede a la apendicectomía sin prueba de imagen
quier otra región, los ganglios tienden a cambiar de tama- preoperatoria. Este planteamiento se complica con fre-
ño y perfil cuando se sustituyen por tejido anormal. Una cuencia cuando el apéndice extirpado al paciente es nor-
adenopatía normal, ovalada o aplanada, con un eco lineal mal y sus síntomas se derivan de otros factores. Por otro
normal se hace progresivamente redonda e hipoecoica lado, la cirugía de la apendicitis aguda puede retrasarse
con la sustitución tanto inflamatoria como neoplásica. A en algunos pacientes en los que la clínica es atípica y en-
diferencia del aspecto ecográfico de las asas intestinales, tonces dicho planteamiento puede derivar en una perfo-
ración previa a la cirugía, lo qu e la convierte en un proce- tis mesentérica aguda, variantes de la enfermedad de
dimiento complejo, que se sigue con frecuencia de la Crohn, diverticulitis del lado derecho, infarto segmentario
formación de un absceso. En la literatura médica, se ha agudo del epiplón y, en mujeres, la patología aguda gineco-
referido una incidencia de laparotomías con extirpación lógica 39 . Es importante reconocer que no solamente otros
de apéndices normales y no inflamados de alrededor del diagnósticos sugieren apendicitis, sino que la apendicitis
16%-47% de los casos (media del 26%) 36.37. Además se también puede sugerir otros diagnósticos, especialmente
puede producir una perforación en hasta el 35% de los la enfermedad pélvica inflamatoria (EPI). Esto sucede casi
pacientes 38. Es este balance entre la tasa de laparotomía siempre cuando el apéndice se localiza en la pelvis verda-
negativa y la tasa de perforaciones en el momento de la dera, en cuyo caso el cambio inflamatorio agudo puede
intervención lo que motiva a realizar un estudio de ima- afectar al cérvix uterino y ovarios en la exploración clínica.
gen transversal antes de proceder al tratamiento de pa- El apéndice normalmente se localiza caudal a la base del
cientes que acuden por dolor agudo en FID. En un pacien- ciego, pero también puede ser retrocecal y retroileal. En
te con sospecha de apend icitis, los objetivos de la ecografía una minoría de pacientes el apéndice puede localizarse en
son identificar al paciente con apendicitis aguda, identifi- la pelvis verdadera y es esta situación la que genera confu- co
car al paciente sin apendicitis y, en este grupo, identificar sión en el diagnóstico, casi siempre confundiendo su diag- o
:;
una explicación alternativa de su dolor en FID. nóstico con enfermedades ginecológicas. :!:::
a.
Los síntomas de la apendicitis se solapan con diversas A partir de los datos que ofrece una revisión de 462 pa- 111
()
patologías gastrointestinales, como la tiflitis aguda, adeni- cientes con sospecha de apendicitis sometidos a apendi-

~ Figura 8-24 Perforación localizada con flemón. Dos jóvenes mujeres con un brote agudo con síntomas de la
~ enfermedad de Crohn. En la primera paciente: Imagen A, eje transversal y B, longitudinal de intestino que muestra
engrosamiento de la pared y una masa hipoecoica profunda con proyecciones digitales en la grasa perientérica
circundante, que sugieren flemón. También en A, aparece aire como un foco brillante que se extiende más allá de la luz
intestinal hasta la pared intestinal, que sugiere perforación localizada. En la segunda paciente e, Imagen transversal del
íleon que muestra amplia zona de interrupción de la pared intestinal, un flemón hipoecoico adyacente y un tracto aéreo de
la perforación localizada. D, Imagen de eje longitudinal del asa del íleon que muestra la pared uniformemente engrosada
con conservación de las capas. El flemón está sobre el borde del intestino y no se observa en la proyección longitudinal.
cierto modo por la experiencia local 41 . Algunas institucio-
ABDOMEN AGUDO: ABORDAJE nes también criban los pacientes en base a su peso, en-
m ECOGRÁFIC viando a los pacientes para ecografía y reservando la TC
(,) para los pacientes más grades. Al margen de este plantea-
'C:; Gas Masas
'm miento recomendamos una evaluación ecográfica de
• Intraluminal • Neoplásicas
...o>-
"-
• Extraluminal • Inflamatorias
todas las mujeres (añadiendo la ecografía transvaginal
en aquellas mujeres en las que no se pueda explicar su
m Intraperitoneal Tejidos blandos dolor después de completar una ecografía pélvica supra-
(,)
Retroperitoneal perientéricos púbica tradicional.
'S;
:a; Pared intestinal • Grasa inflamada La fisiopatología de la apendicitis aguda probablemente
C. Vesícula biliar / • Ganglios linfáticos esté relacionada con la obstrucción de la luz apendicular:
ñi conductos Intestino en el 35% de los casos se demuestra un fecalit042• Las se-
e creciones mucosas continúan aumentando la presión in-
biliares • Pared
E traluminal y comprometiendo el retorno venoso. La mu-
O • Venas porta • Calibre
'O
Líquidos • Peristaltismo cosa sufre hipoxia y se ulcera. Sobreviene entonces la
oC
m

- Infección clínica infección bacteriana, que desemboca en la gangrena y la


m • Intraluminal
,- perforación. Un absceso sin pared es más frecuente que
Intestino de calibre • Masa palpable
m una contaminación libre peritoneal.
"- normal • Dolor máximo a la
C) La apendicitis aguda comienza con un dolor cólico tran-
O Intestino dilatado palpación
(,) sitorio, visceral o referido en la zona periumbilical asocia-
W • Extraluminal • Ecográficos do a náuseas y vómitos. Coincidiendo con la inflamación
Libre Signo de McBurney de la serosa del apéndice, el dolor se desplaza a la FID que
e Loculado Signo de Murphy entonces puede asociarse a signos físicos de irritación pe-
'o
'(3
o4) ritoneal. Tanto los datos clínicos como los experimentales
ti) dan soporte a la suposición de que algunos pacientes han
padecido repetidas crisis de apendicitis 43 •44 • Las muestras
cectomía, Bendeck y cols. 40 refirieron que las mujeres eran quirúrgicas han mostrado infiltrados inflamatorios cróni-
quienes más se beneficiaban de la imagen preoperatoria, cos en pacientes con crisis recurrentes de dolor en FID
con significación estadística, con menor tasa de apendicec- antes de la apendicectomía.
tomías negativas que las mujeres sin dicho estudio preope- En 1986, Puylaere describió el valor de la ecografía con
ratorio. No se observó una mejora similar en las apendi- compresión gradual para la evaluación de 60 pacientes
cectomías negativas en niñas y niños o en hombres. consecutivos con sospecha de apendicitis aguda. Desde en-
Tanto la TC como la ecografía permiten llegar a un diag- tonces otros investigadores han mejorado los criterios eco-
nóstico sensible y específico para la apendicitis. La elec- gráficos para el diagnóstico, estableciendo de for ma certera
ción de la modalidad de la imagen viene determinada en el valor de la ecografía en la evaluación del paciente con

..,; Figura 8-25 Enfermedad inflamatoria de Crohn perianal. A, Imagen axial del canal anal que muestra una aper-
~ tura interna (flecha) por detrás "a las 6 eh punto». Fístula transesfinteriana que sigue un trayecto hacia un absceso
grande posterior de perfil en herradura que se visualiza mejor en B, que también muestra colecciones más profun-
das en la nalga izquierda.
evidencia poco clara de apendicitis. La precisión que ofrece ce, por encima de donde la apendicitis era altamente pro-
la ecografía puede bajar las tasas de laparotomías negativas bable, se concretaron en 6 mm o 7 mm, con el consiguien-
hasta aproximadamente el 10%, una mejoría clara sobre te cambio en sensibilidad y especificidad. La visualización
las tasas conseguidas solamente por el «instinto»45. ecográfica de un apéndice con un fecalito, al margen del
Las primeras publicaciones de Puylaert sobre el éxito diámetro apendicular, debe considerarse también un re-
en el diagnóstico de la apendicitis aguda con la ecografía sultado positivo. Rettenbacher y cols.49 añadieron la eva-
con compresión dependían exclusivamente de la visuali- luación de la morfología apendicular para confirmar la
zación del apéndice anormal, un tubo ciego, no compresi- sospecha de apendicitis. Un apéndice en parte o totalmen-
ble y aperistáltico que emerge del extremo del ciego con te redondeado guarda una elevada correlación con una
su marca intestinal (Fig. 8-27). Sin embargo, otros investi- apendicitis aguda, mientras que un apéndice ovoide no
gadores refirieron haber detectado apéndices normales (ver Fig. 8-27). El Doppler color también contribuye al
en una ecografía 46. 47 (Fig. 8-28) . El apéndice normal es diagnóstico, mostrando hiperemia en la pared apendicu-
compresible, con un grosor de pared de 3 mm 0.menos 48 . lar en el apéndice con inflamación aguda.
Jeffrey y cols. 45 establecieron que el tamaño podía dife- Lee y cols. 50 describieron la ecografía con compresión ca
renciar un apéndice normal de otro inflamado de forma gradual con el uso añadido de la técnica de la compre- o
'5
aguda. Los niveles de umbral para el diámetro del apéndi- sión manual posterior para el diagnóstico de apendicitis =:
Q.
10
()

\J Figura 8-26 Valor del gas en el diagnóstico ecográfico en dos pacientes. A y B, neumoperitoneo, A, Ecografía
~ que muestra un foco prillante ecogénico debido a aire entre la pared abdominal y el hígado. También se observa un
realce de la banda peritoneal. B, Radiografía simple confirmatoria. e y D, Absceso con contenido de aire no sospe-
chado y secundario a diverticulitis aguda en un trasplantado renal. e, Imagen transvaginal de una masa grande con conte-
nido de aire (flechas) posterior al útero. D, Te que confirma el absceso con contenido de aire. Este tipo de absceso puede
resultar muy difícil de apreciar en la ecografía suprapúbico. (B, De Murada/i D, Wilson S, Bum PN, y co/s., A specific sign of
pneumoperitoneum on sonography: enhancement of the peritonea/ stripe. AJR Am J Roentgeno/ 1999; 17: 1257-1262.)
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~ Figura 8-27 Apendicitis aguda en tres pacientes: variedad de aspectos. A, e y E, Proyecciones en eje longi-
~ tudinal del extremo ciego del apéndice. e, La punta se dirige a la izquierda de la imagen cuando el apéndice as-
ciende en dirección craneal desde su origen del ciego. B, D Y F, Proyecciones transversales correspondientes. El
apéndice parece redondo en el eje corto en todos los casos y la luz está distendida y con líquido. El apéndice está rodeado
por grasa inflamada. La marca intestinal está conservada en los dos casos superiores (A-D). Los casos de la tira inferior
(E,F) muestran pérdida de las capas de la pared, lo que sugiere la existencia de cambios gangrenosos.
cación de una punta ciega del apéndice con un diámetro
APENDICITIS AGUDA: DIAGNÓSTICO aumentado, distensión luminal e inflamación de la grasa
ECO GRÁFICO adyacente será obvia (Fig. 8-29). En caso de que la rotura
de un apéndice pélvico se produzca antes de la ecografía,
El paciente con dolor en la fosa ilíaca derecha
la identificación del absceso pélvico sin la identificación
(FID) y leucocitosis
del propio apéndice puede suponer unos resultados ambi-
IDENTIFICAR APÉNDICE guos para determinar el origen de la inflamación pélvica.
Aunque la sensibilidad de la ecografía para el diagnósti-
• Extremo ciego
co de apendicitis se reduce con la perforación, los signos
• No compresible que se asocian estadísticamente con dicha perforación son
• Tubo aperistáltico la existencia de líquido pericecalloculado, flemón o absce-
• Marca intestinal so, grasa prominente pericecal o periapendicular y pérdida
• Procede de la base del ciego en el perímetro de la capa submucosa del apéndiceS! (Fig.
• Diámetro mayor de 6 mm 8-30, A Y B). Los diagnósticos falsos positivos de apendici-
tis aguda se producen cuando un apéndice normal o un
SIGNOS DE CONFIRMACiÓN engrosamiento terminal de íleon se confunden con un
• Grasa perientérica inflamada apéndice inflamado. El conocimiento de los criterios diag-
• Colecciones pericecales nósticos ya comentados, especialmente del diámetro apen-
• Apendicolito dicular y de su morfología, deben minimizar estos errores.
Los errores clínicos que se producen con la apendicitis
casi siempre son en mujeres jóvenes con patología gine-
aguda. Utilizando una ecografía con compresión gradual cológica, especialmente EPI aguda, rotura o torsión de
aislada, los autores consiguieron la visualización del quistes ováricos y trombosis postparto de la vena ovárica.
apéndice vermiforme en 485 de 570 pacientes (85%). El Como se comentó, Bendeck y cols. 40 confirmaron que las
uso de la compresión manual posterior identificó el apén- mujeres con sospecha de apendicitis eran las que más se
dice vermiforme en otros 57 de los 85 restantes, elevando beneficiaban de una TC o ecografía preoperatoria, con una
el número de apéndices vermiformes identificados hasta tasa estadísticamente significativa de menos apendicecto-
alcanzar 542 del total (95%). mías negativas que en las mujeres que fueron sometidas a
El apéndice alojado en la pelvis verdadera puede mos- cirugía sin estudios de imagen previos. Llegaron a la con-
trar una evidencia sutil de inflamación en el estudio supra- clusión de que la imagen preoperatoria debe formar parte
púbico debido a que la patología puede ser profunda den- de la evaluación rutinaria de las mujeres con sospecha de
tro de la cavidad pélvica. En nuestra experiencia esto apendicitis.
sucede más a menudo en mujeres, posiblemente debido a Existen otras patologías distintas de las de origen gine-
la mayor capacidad de su pelvis y a que la presentación cológico que también se pueden malinterpretar como
clínica con frecuencia es la de una EPI. Esta patología con- apendicitis aguda. Patologías gastrointestinales como una
creta se puede estudiar perfectamente mediante sonda i1eítis terminal aguda con adenitis mesentérica 52 , tiflitis
ecográfica vaginal debido a que el apéndice está con fre- aguda, diverticulitis aguda (especialmente de un divertí-
cuencia íntimamente ligado al útero o a los ovarios. Los culo del extremo cecal) y enfermedad de Crohn en la zona
signos ecográficos requeridos para el diagnóstico son ce cal o afectando al propio apéndice 53 . Enfermedades uro-
idénticos, aunque el origen de tal apéndice en la base del lógicas, especialmente las relacionadas con cálculos e in-
ciego puede ser imposible de determinar con la ecografía fartos segmentarios del epiplón del lado derecho, también
transvaginal y la compresión con la sonda de ultrasonidos pueden simular una apendicitis aguda. Con el objeto de
con frecuencia no es posible. En cualquier caso, la identifi- establecer el valor de la ecografía para establecer una al-

..., Figura 8-28 Apéndice normal. A. Imagen del eje longitudinal y B, Imagen transversal que muestra un apéndice
~ normal (A) que emerge de la base del ciego (e). El apéndice muestra la marca intestinal , un extremo ciego y mide
6 mm o menos de diámetro.
..., Figura 8-29 Valor de la ecografía transvaginal para el diagnóstico de la apendicitis aguda. A, Proyección de
~ eje longitudinal del apéndice desde una ecografía transvaginal, que era la única proyección para mostrar el extre-
mo ciego del apéndice relleno de líquido. B, Apéndice grande, relleno de líquido, de pared eng rosada y muestra la
sombra de un apendicolito.

ternativa diagnóstica en pacientes con sospecha de apen- Diverticulitis del lado derecho
dicitis aguda, Gaensler y cols.54 observaron que el 70% de La inflamación aguda de divertículos del lado derecho es
los pacientes con otros diagnósticos presentaban altera- distinta de las diverticulitis más frecuentes que se detec-
= ciones que se visualizaban en la ecografía. tan en el hemicolon izquierdo. Estos divertículos se p ro-
ducen con mayor frecuencia en mujeres que en hombres y
Apendicitis de Crohn tiene una predilección por los asiáticos. Muchos pacientes
Los pacientes con enfermedad de Crohn pueden presen- son adultos jóvenes. Los divertículos del lado derecho
tar una apendicitis aguda ocasionada por la afectación in- suelen ser solitarios y congénitos por su origen. Se trata
flamatoria intestinal del apéndice, al contrario de la apen- de divertículos verdaderos y por ello tienen todas las ca-
dicitis aguda supurativa. La pared del apéndice de forma pas de la pared intestinal. Su inflamación se asocia a dol or
característica está muy engrosada e hiperémica con con- espontáneo y a dolor a la palpación en la fosa ilíaca dere-
servación de las capas de la pared, y la superficie luminal cha y leucocitosis y casi todos los casos se diagnostican
con frecuencia está en aposición 53 (Fig. 8-31). Este aspec- erróneamente de apendicitis.
to contrasta con el de la apendicitis supurativa, en la que En la ecografía, la diverticulitis aguda se asocia a la in-
se observará una distensión luminal y el engrosamiento flamación de la grasa pericolónica. Los divertículos pue-
de la pared es a lo sumo moderado. den estar localizados en el ciego o en el colon ascendente
La apendicitis de Crohn es un proceso autolimitad0 55.56 adyacente. Cuando se inflaman, se manifiestan de form as
y el tratamiento debe ser conservador si se puede estable- distintas 57 • Casi siempre los divertículos son bolsas o e s-
cer el diagnóstico correcto con técnicas no invasivas. En tructuras de aspecto sacular que emergen de la pared co-
los escasos casos de pacientes en los que hemos propues- lónica 58 (Fig. 8-32). Las capas de la pared se continúan
to este diagnóstico, las ecografías de seguimiento han de- dentro de la pared del divertículo congénito. Es habitual la
mostrado la resolución de los hallazgos ecográficos sin hiperemia del divertículo y la infamación de la grasa. Si
progresión de la enfermedad. Los pacientes con enferme- existe un fecalito dentro del divertículo, se manifestará
dad de Crohn que presentan una apendicitis de Crohn su- como un foco brillante ecogénico localizado dentro o m ás
ponen el 10% de todas las presentaciones, y esta pobla- allá del segmento de pared colónica engrosada. En ocasio-
ción de pacientes habitualmente tienen una evolución nes, puede no ser evidente el divertículo culpable y la úni-
más favorable. Si el apéndice se extirpa quirúrgicamente ca observación a favor puede ser la grasa inflamada y el
con la errónea creencia de que el paciente tenía una apen- engrosamiento focal de la pared colónica. En el contexto
dicitis supurativa, es rara la recidiva o la progresión de la clínico apropiado será altamente sospechoso de diverti-
enfermedad de Crohn. culitis aguda.
El tratamiento de la diverticulitis aguda es conservador
y no quirúrgico, resaltando la importancia de la imagen
ECOGRAFÍA DE LA PERFORACIÓN preoperatoria en los pacientes con dolor en FID atribuido
APENDICULAR a esta patología.

• Líquido pericecalloculado Tiflitis aguda


• Flemón Los pacientes inmunocomprometidos se ven casi siempre
• Absceso afectados por la tiflitis aguda, de forma que los pacientes
• Grasa pericecal prominente con SIDA y los que padecen leucemia mielogénica agu-
• Pérdida del perímetro o capa submucosa da justifican la gran mayoría de casos con esta patología.
del apéndice El citomegalovirus (CMV) y el criptosporidium son los
patógenos aislados con mayor frecuencia en pacientes
CX)
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C.
IV
O

\J Figura 8-30 Perforación del apéndice en tres pacientes. A, Imagen de eje longitudinal y B transversal que
~ muestran el extremo ciego del apéndice. Existe una pérdida de definición de las capas de la pared y el apéndice
está rodeado por un efecto masa ecogénico que representa la grasa inflamada en el mesoapéndice. En A, la flecha
señala una burbuja de gas extraluminal en la punta del apéndice; perforación del extremo que fue confirmada durante la
cirugía. C, Ecografía y D, Te que muestran una colección de líquido periapendicular o absceso. El apéndice descomprimi-
do se ve centralmente en la ecografía. E, Eje longitudinal y F, transversal, imágenes de la fosa ilíaca derecha que muestran
un absceso con un apendicolito con sombra acústica. (C, De Bimbaum BA, Wilson SR, Appendicitis at the millennium.
Radiology 2000;215:337-348). •
lfttJ Figura 8-31 Apendicitis de Crohn. A, Imagen eco-
~ gráfica de la fosa ilíaca derecha que muestra un asa
de pared engrosada del intestino rodeada de grasa
inflamada. Imágenes B, transversal y e, longitudinal de alta
frecuencia de un asa intestinal que muestra el extremo ciego.
Existe un engrosamiento mural e hiperemia. Las superficies
luminales están en aposición. Todos los cambios se resuelven
completamente con tratamiento conservador (De Wilson SR,
The bowel walllooks thickened: what does that mean? En Coo-
perberg PL, editor, Radiologic Society of North America cate-
gorical course syllabus, Chicago, 2002, RSNA, pp 219-228.)
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con tiflitis y colitis, aunque también se han implicado Adenitis mesentérica e ileítis terminal
otros organismos. El estudio ecográfico muestra un en- La adenitis mesentérica asociada a la ileítis terminal es la
grosamiento concéntrico y uniforme de la pared colónica principal causa gastrointestinal de error diagnóstico de
muy llamativo, normalmente localizado en el ciego y co- apendicitis aguda. Lo habitual es que los pacientes acudan
lon ascendente adyacente 59 (Fig. 8-33). La pared del colon por dolor espontáneo y a la palpación en FID. En la eco-
puede ser de varias veces el grosor normal, reflejando la grafía se aprecian unas adenopatías mesentéricas hiper-
infiltración inflamatoria de la pared del tubo digestiv0 6o ,61 , trofiadas en íleon terminal. La Yersinia enterocolitica y el
La emergencia abdominal en pacientes con SIDA es nor- Campylobacter jejuni son los organismos causales más
malmente una complicación de la colitis por CMV con ul- habituales 52,63 .
ceraciones profundas y puede cursar con hemorragia,
perforación y peritonitis 62 • La colitis tuberculosa puede Infarto del epiplón segmentario del lado derecho
afectar igualmente al colon derecho y se asocia con fre- El infarto segmentario del lado derecho del epiplón es una
cuencia con linfadenopatía (que afecta especialmente a patología rara que se confunde invariablemente con la
los ganglios mesentéricos y epiplón), esplenomegalia, ma- apendicitis aguda 64 • De etiología desconocida, se cree de-
sas intraesplénicas, ascitis y masas peritoneales y todas bido a un aporte sanguíneo frágil y anómalo al epiplón
ellas pueden evaluarse mediante ecografía. derecho inferior, que lo hace susceptible de sufrir un in-
\¡; Figura 8-32 Diverticulitis del lado derecho en dos pacientes. Ecografía transversal a través del colon ascen-
~ dente (AC), que muestra una proyección en forma de bolsa hipoecoica, que representa un divertículo inflamado
que procede de A, la pared lateral intestinal, y B, el borde medial del intestino. Ambos están rodeados de grasa
inflamada (flechas).

..., Figura 8-33 Tiflitis aguda. A, Proyección de eje


~ longitudinal del colon ascendente que muestra un
marcado engrosamiento del ciego y la pared del co-
lon ascendente. Las capas están preservadas. B, Proyección
transversal del colon engrosado (a nivel de la flecha izquier-
da en A), con superficies luminales en aposición. e, Proyec-
ción transversal del ciego (a nivel de la flecha derecha en A)
que tiene una pared engrosada y muestra una luz rellena de
líquido. (De Wilson SR, The bowel walllooks thickened: what
does that mean? En Cooperberg PL, editor, Radiologic So-
ciety of North America categorical course syllabus, Chicago,
2002, RSNA, pp 219-228.)
.,., Figura 8-34 Infarto agudo del epiplón. A, Ecografía que muestra una masa grande y dolorosa en la fosa ilíaca
~ derecha (FID; flechas) en un hombre anciano con dolor en FID. La masa es uniformemente ecogénica y atenuada
y su aspecto ecográfico sugiere grasa inflamada. B, Te que confirma la sospecha.

farto doloros0 6s . Los pacientes acuden por dolor espontá- foraciones. Se produce con mayor frecu encia la formación
neo y a la palpación en FID y se diagnostican de apendici- de un absceso focalizado que la peritonitis. En una mino-
tis aguda. En la ecografía se observa una placa o área con ría de casos presentan formación de fístula, con comuni-
=c: forma de tarta de ecogenicidad aumentada que sugiere cación con la vejiga, vagina, piel u otras asas intestinales.
'o
.(3 grasa inflamada o infiltrada, superficial, localizada en el Las muestras quirúrgicas demuestran acortamiento y en-
U
<11 flanco derecho y adherida al peritone0 64 (Fig. 8-34). No grosamiento del segmento del colon afectado, asociado
en existen alteraciones intestinales subyacentes. Puesto que con hipertrofia muscular. La respuesta inflamatoria peri-
el infarto segmentario es un proceso autolimitado, su diverticular puede ser mínima o extensa.
diagnóstico correcto evitará una cirugía innecesaria. La La ecografía parece ser valiosa en la evaluación precoz
TC es confirmatoria, mostrando una grasa llamativa con de los pacientes con sospecha de diverti culitis aguda 69 •70 •
una configuración de masa en el lado derecho del epiplón. Los signos clásicos son un intestino con engrosamiento
segmentario y la inflamación de los divertículos y de la
Dolor en la fosa ilíaca izquierda grasa perientérica. Una exploración negativa junto con
La evaluación ecográfica del paciente con dolor en la fosa una sospecha clínica baja será normalm ente un buen dato
ilíaca izquierda (FII) es menos problemática que la del pa- para detener los estudios. Sin embargo, un estudio negati-
ciente con el dolor del lado derecho. Las causas potencia- vo en un paciente con clínica muy sugestiva justifica un
les de dolor en la FII no son las del dolor en la FID y la di- estudio con Te. Igualmente, la demostración de cambios
verticulitis aguda es la causa de la mayoría de los casos en inflamatorios extensos pericolónicos en la ecografía de-
los que se encuentra una explicación válida del dolor. Los berá continuarse con una TC para definir mejor la natura-
signos clínicos de la diverticulitis aguda son también leza y extensión de la enfermedad pericolónica antes de la
menos variables que los de la apendicitis aguda, lo que ha- cirugía u otra intervención.
ce la sospecha de diverticulitis una buena indicación para Debido a la elevada frecuencia de divertículos y de la
el uso de la ecografía en su exploración. hipertrofia del músculo liso del colon, parece probable
que se deberían observar en la ecografía de rutina, pero
Diverticu/ifis aguda no es esa nuestra experiencia. Sin embargo, con el desa-
Los divertículos del colon habitualmente son deformida- rrollo de la diverticulitis aguda, tanto el divertículo infla-
des adquiridas y se detectan sobre todo en poblaciones mado como el colon engrosado se hacen evidentes. Es po-
urbanas del Oesté6• La incidencia de divertículos aumen- sible que un fecalito impactado, con o sin for mación de
ta con la edad 67 afectando aproximadamente a la mitad de micro absceso, acentúe el divertículo, mientras que el es-
la población en la novena década. Siempre se asocian a pasmo del músculo liso, la inflamación y el edema acen-
disfunción muscular e hipertrofia. Los divertículos son túan el engrosamiento de la pared intestinal. La identifi-
habitualmente múltiples y su localización más frecuente cación de los divertículos en la ecografía es muy sugestiva
es en el sigmoides y colon izquierdo. La diverticulitis agu- de diverticulitis 71 .
da y la diverticulosis espástica se asocian con la tríada Los divertículos se disponen en hileras paralelas a lo
clásica de presentación: dolor en FIl, fiebre y leucocitosis. largo de los márgenes de la teniae colí, de forma que es
Los divertículos pueden observarse también en el colon precisa una técnica minuciosa para su identificación. Una
derecho, donde no se ha podido demostrar que exista una vez demostrado el engrosamiento del asa intestinal, se de-
asociación con hipertrofia muscular o disfunción. terminará el eje longitudinal del asa (Fig. 8-35). Una incli-
El material fecal condensado se cree que favorece la in- nación suave del transductor hacia los bordes del asa au-
flamación inicial en el ápex del divertículo y conduce a la mentará la visualización de los divertículos, ya que pueden
diverticulitis aguda 68 . Seguirá la diseminación a los tejidos estar en los bordes lateral y medial del asa, en lugar de
peridiverticulares y las microperforaciones o macroper- directamente anterior o posterior. Se obtienen proyeccio-
nes seccionales en toda la extensión del intestino engro- pared engrosada del intestino (Fig. 8-37); cambios infla-
sado. Se confirmarán las alteraciones en ambas proyec- matorios en la grasa pericolónica, que se ven como zonas
ciones. Los errores relacionados con asas intestinales mal definidas e hiperecoicas sin contenido de gas o líqui-
solapadas, en particular, pueden eliminarse mediante esta do (Fig. 8-38), Yla formación de absceso, que se aprecia en
técnica elaborada. La identificación de los divertículos en forma de colecciones líquidas loculadas en localizaciones
la ecografía se correlaciona bastante bien con la inflama- intramural, pericolónica o a distancia. Con el desarrollo
ción, ya que es inhabitual observar divertículos en ausen- de masas por la inflamación extraluminal, los divertículos
cia de inflamación (Fig. 8-36). ya no pueden identificarse solamente con la ecografía, po-
La principal fuente de error cuando se utiliza la ecogra- siblemente por quedar incorporados dentro del proceso
fía es a la hora de identificar abscesos con gas o abscesos inflamatorio. Por ello, la demostración de un segmento
interasas en pacientes con sospecha de divertículos. La engrosado del colon con una masa inflamatoria adyacente
meticulosa técnica de rastrear los segmentos afectados de puede ser compatible con diverticulitis, pero también con
colon en la sección del eje longitudinal y transversal ayu- una enfermedad neoplásica u otra enfermedad inflamato-
dará a detectar pequeñas cantidades de gas extraluminal. ria. Los tractos sinuosos intramurales se muestran como
Los signos ecográficos de la diverticulitis incluyen un ecos lineales de gran amplitud, que suelen presentar el
engrosamiento concéntrico segmentario de la pared in- artefacto en anillo caído, dentro de la pared intestinal. Ha-
testinal que con frecuenci a es llamativamente hipoecoico, bitualmente los tractos son profundos entre la muscularis
lo que refleja el engrosamiento predominante de la capa propria y la serosa. Las fístulas son tractos lineales que se
muscular (ver Fig. 8-35); divertículos inflamados, que se extienden desde el segmento implicado hasta la vejiga, va-
manifiestan como focos ecogénicos brillantes con sombra gina o asas adyacentes. Su ecogenicidad depende de su
acústica o artefacto en anillo caído dentro o más allá de la contenido, normalmente gas o líquido; también se obser-

fIttJ Figura 8-35 Hipertrofia muscular por enferme-


~ dad colónica diverticular. A, Ecografía en el eje
longitudinal del colon sigmoides que muestra pro-
minencia de la capa muscular externa, la muscularis propria
que aparece hipoecoica. Las fibras musculares externas
longitudinales están ligeramente más ecogénicas que las •
fibras musculares interiores circulares. B, Proyección trans-
versal; e, Te típica que muestra los efectos de la hipertrofia
de músculo liso.
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el W Figura 8-36 Divertículos en el colon. A, Ecografía de eje longitudinal y B, Te correspondiente; muestran una
8 ~ bolsa pequeña (flechas) que procede de la pared del colon descendente. Existen leves cambios inflamatorios en la
W grasa perientérica.

W Figura 8-37 Diverticulitis aguda del colon sigmoides


~ en tres pacientes. Proyecciones transversales del co-
lon izquierdo. A, Prominencia leve de la capa muscular,
el divertículo (flecha) muestra focos ecogénicos brillantes con
sombra, posiblemente por un fecal ita en su interior. La pared del
divertículo no es evidente. Existe una mínima cantidad de grasa
inflamada. B, Divertículo (flecha) que tiene una pared gruesa e
hipoecoica. Existe un foco ventral pequeño y brillante, pero no
hay sombra. e, Foco mayor de ecogenicidad y sombra relacio-
nada con un absceso que se ha formado en la base del divertí-
culo inflamado. Los divertículos se suelen visualizar bien en sec-
ción transversal.
va el engrosamiento del mesenterio y la grasa mesentéri-
ca inflamada (Fig. 8-38). ECOGRAFÍA DE LA DIVERTICULITlS
Los signos ecográficos y clínicos de la diverticulitis son INTESTINO
más específicos que los de la apendicitis aguda y los erro- • Engrosamiento concéntrico se&,mentario
res diagnósticos se producen con menor frecuencia. Sin de la pared
embargo, la torsión de los apén dices epiploicos (omenta-
Hipertrofia muscular reflectante hipoecoica
les) puede producir un aspecto en la ecografía que recuer-
da bastante una diverticulitis aguda cuya diferenciación DIVERTÍCULOS INFLAMADOS
será difíciFl. La grasa inflamada o infartada del apéndice • Focos ecogénicos dentro o más allá de la pared
muestra sombra y una ecogen icidad aumentada en rela-
intestinal
ción con el borde del colon y recuerda un divertículo infla-
• Tractos sinuosos intramurales
mado. Sin embargo, los cambios inflamatorios perientéri-
Ecos de alta frecuencia dentro de la pared
cos regionales son habitualmente mínimos y con escasos
síntomas sistémicos. No serán visibles los apéndices epi- intestinal
c:o
ploicos no inflamados, excepto con la ascitis, en cuyo caso Sombra acústica o artefacto en anillo caído o
se apreciarán como focos ecogénicos uniformemente es- '3
~
TEJIDO BLANDO PERIENTÉRICO Q.
paciados a lo largo de los márgenes del colon. ro
• Inflamación de la grasa pericolónica (.)

Efecto masa hiperecoico


• Engrosamiento del mesenterio
OTRAS ALTERACIONES
• Formación de absceso
Colección líquida loculada
La oclusión de la luz del tubo digestivo produce obstruc- Con frecuencia con componente de gas
ción que puede ser mecáni ca, en la que existe un impedi- • Fístulas
mento físico para la progresión del contenido luminal, o Tractos lineales desde el intestino a la vejiga,
funcional, en la que existe una parálisis de la musculatura vagina o asas adyacentes
intestinal que impide dicha progresión (íleo paralítico )72. Hipoecoicas o hiperecoicas
Obstrucción intestinal mecánica
La obstrucción intestinal m ecánica (OIM) se caracteriza
por: 1) dilatación del tubo digestivo proximal al lugar de cas de la pared intestinal, asociadas con estenosis lurni-
la obstrucción, 2) acumulación de grandes cantidades de nal y lesiones intestinales extrínsecas, que incluyen las
líquido y gas, y 3) hiperperistaltismo como reflejo de que debidas a adherencias. La obstrucción-estrangulación
el intestino intenta pasar el contenido luminal más allá de surge cuando la circulación del asa intestinal obstruida se
la obstrucción. Si el proceso se mantiene, se produce el ve reducida.
agotamiento y sobredistensión de las asas intestinales, La ecografía en pacientes con sospecha de OIM no suele
con reducción secundaria de la actividad peristáltica. ser útil porque las adherencias, la causa más habitual de
Existen tres categorías amplias de obstrucción mecánica: obstrucción intestinal, no son visibles en la ecografía. Ade-
obturación-obstrucción, relacionada con el bloqueo de más, la presencia de abundante gas en el tubo digestivo, tí-
la luz por material intralumi nal; alteraciones intrínse- pico en muchos pacientes con obstrucción, suele dar lugar

~ Figura 8-38 Cambios pericolónicos con la diverticulitis avanzada en dos pacientes. A, Proyección de eje
~ longitudinal del colon descendente que muestra un segmento largo de intestino engrosado con una muscularis
propria engrosada. Edema de la grasa perientérica llamativo y que muestra una masa ecogénica homogénea por
debajo del intestino. B, Grasa igualmente inflamada con cambios flema nasos (P) que muestran una zona hipoecoica central
dentro de la grasa; G, intestino.
.,,; Figura 8-39 Obstrucción mecánica del intestino delgado. A, Imagen sagital del flanco derecho que muestra
~ múltiples asas adyacentes dilatadas y rellenas de líquido de intestino delgado con la morfología típica de una obs-
trucción distal mecánica de intestino delgado. B, Imagen transversal en fosa ilíaca izquierda que confirma la mul-
tiplicidad de asas dilatadas implicadas en el proceso. Se aprecia una pequeña cantidad de ascitis entre las asas dilatadas.

a ecografías de una calidad no diagnóstica. Sin embargo, en • El calibre del tubo digestivo desde el estómago hasta el
una minoría de pacientes con OIM, que no presentan una recto, observando cualquier punto donde se altere di-
=e
-o
distensión gaseosa importante, la ecografía puede ser útil.
En un estudio prospectivo, Meiser y Meissner73 observaron
cho calibre (Fig. 8-39).
• Contenido de las asas dilatadas, con especial atención a
'0 que la ecografía era positiva en el 25% de los pacientes con la naturaleza de su líquido y gas (Fig. 8-40)
o
(1)
en radiografías «normales». La ecografía aislada permite un • Actividad peristáltica dentro de las asas dilatadas, que
diagnóstico completo de la causa de obstrucción en seis pa- estará muy exagerada y será anormal, con frecue ncia se
cientes en un estudio retrospectivo de ecografía sobre 26 produce un movimiento de vaivén del contenido lumi-
pacientes con obstrucción de colon conocida, y también nal. En la estrangulación el peristaltismo se reduce o
predijo de forma correcta la ubicación de la obstrucción de cesa por completo.
colon en 22 casos (85%) y la etiología de la obstrucción en • Lugar de la obstrucción de la alteración luminal (cál-
21 (81 %)11. En 13 pacientes en los que se confirmó finalmen- culos grandes, bezoares 74, cuerpos extraños, invagina-
te que se trataba de un adenocarcinoma, cinco presentaron ción, tumores polipoides ocasionales), intrínsecos (en-
masa en la ecografía, cinco un engrosamiento segmentario grosamiento segmentario de la pared intestinal y
y otros 11 mostraron un signo en diana por invaginación. formación de estenosis en la enfermedad de Crohn, car-
Los estudios gastrointestinales de potenciales OIM de- cinomas anulares) y extrínsecos (abscesos, endometrio-
ben incluir la evaluación de los siguientes aspectos: mas) como causa de la obstrucción .

.,,; Figura 8-40 Segmentos hipoperistálticos dilatados. A, Ecografía sagital del flanco derecho de un paciente con
~ estenosis de Crohn que muestra una gran dilatación del colon ascendente. Se aprecia un nivel líquido-sedimento
como reflejo del hipoperistaltismo de este segmento intestinal obstruido. K, riñón . B, Ecografía sagital en un pa-
ciente con íleo paralítico que muestra una dilatación extensa de intestino delgado. Las asas están rellenas de líquido y
están sin movimiento y con nivel líquido-líquido (cabezas de flecha). (A, De Sarrazin J, Wilson SR. Manifestations of Crohn
disease at ultrasound, Radiographics 1996;16:499-520.)
• Localización de las asas de delgado, observando cual- mosis, hernias internas o estenosis de la anastomosis. De
quier posición anormal. La obstrucción asociada a her- nuevo, podrá reconocerse un asa dilatada sin gas en la
nias externas es ideal para su detección ecográfica, ya ecografía en una localización compatible con la anasto-
que las asas dilatadas del intestino pueden rastrearse mosis enteroentérica, que se dirige desde el hipocondrio
hacia donde el intestino tiene calibre normal pero con derecho cruzando la línea media. Su detección, localiza-
una localización anormal (Fig. 8-41). Las hernias de Spi- ción y perfil deben permitir un diagnóstico ecográfico co-
gel y las hernias inguinales son los tipos que se ven con rrecto de la obstrucción del asa aferente 77 •
mayor frecuencia mediante ecografía. La intosuscepción o invaginación de un segmento del
Se ven unas características ecográficas específicas en intestino (intussusceptum) dentro del siguiente segmento
las obstrucciones de asa cerrada y de asa aferente, invagi- distal (intussuscipiens), es una causa relativamente rara de
nación y malrotación de intestino medio. La obstrucción OIM en el adulto que suele asociarse a un tumor como
de asa cerrada se produce cuando la luz intestinal está punto de partida. En nuestra experiencia, con frecuencia
ocluida en dos puntos a lo largo de su longitud, una situa- se trata de un lipoma con aspecto de masa muy ecogénico
ción grave que facilita la estrangulación y necrosis. Cuan- (relacionada con su contenido de grasa) e intraluminal. Es ce
do el asa obstruida queda excluida de la porción más patognomónica el aspecto ecográfico de múltiples anillos, o
'3
proximal del tubo digestivo, existirá poco o nada de gas relacionados con las capas invaginadas del intestino teles- :t:
Q.
dentro de los segmentos obstruidos, que se dilatarán y re- copado y visto en sección transversaF8 (Fig. 8-43, A). En (11
O
llenarán de líquido. Como consecuencia, la radiografía ab- ocasiones, sólo puede apreciarse el signo de la diana 79 . El
dominal puede ser anodina (Fig. 8-42, A) Y la ecografía aspecto longitudinal que sugiere un «horca de heno»80 no
podría ser de la máxima ayuda al mostrar los segmentos se detecta con tanta fiabilidad, en ambas proyecciones; la
afectados dilatados (Fig. 8-42, B) Ycon frecuencia el intes- invaginación grasa mesentérica con la invaginación mos-
tino de calibre normal distal al punto de la obstrucción. trará una zona excéntrica de mayor ecogenicidad. El lipo-
Los signos de la obstrucción de asa cerrada pueden eva- ma como punto de partida mostrará igualmente un foco
luarse bien mediante la ecografía y consisten en un intes- de mayor ecogenicidad (Fig. 8-43, A Y C).
tino delgado dilatado, un asa intestinal con perfil en C o U La malrotación del intestino medio predispone a la
(Fig. 8-42, C) el signo del remolino y dos asas adyacentes OIM y al infarto. Se observa con frecuencia en adultos. Una
colapsadas 7s •76 • Este último signo es de difícil observación alteración ecográfica relacionada con los vasos mesenté-
en la ecografía, aunque sí se aprecia en la Te. Sin embargo, ricos superiores sugiere malrotación 81 . En las ecografías
en nuestro grupo hemos sospechado acertadamente obs- transversas, la vena mesentérica superior se aprecia en la
trucción en asa cerrada en varios pacientes sobre la base cara ventral izquierda de la arteria mesentérica superior,
de radiografías prácticamente normales, con dilatación de lo opuesto de la relación normal.
intestino delgado y un asa con perfil en U o en C, especial-
mente si existía un engrosamiento o neumatosis de la pa- íleo paralítico
red intestinal, sugestiva de infarto intestinal. El íleo paralítico es un tipo de obstrucción relacionada
La obstrucción de asa aferente es una complicación con una función dinámica de la pared del intestino. La pa-
rara de la gastrectomía subtotal, con gastroyeyunostomía rálisis de la musculatura intestinal, en respuesta a una
tipo Billroth ll, que se produce por rotación de la anasto- agresión generala local, puede impedir la progresión del

~ Figura 8-41 Obstrucción mecánica de intestino delgado: hernia ventral. A, Ecografía que muestra asas de intes-
~ tino delgad~ relle~as de líq~ido con unas válvulas ~on~i~entes edematosas. B, Eco~rafía paraumbilical transversa que
muestra un Intestino de calibre normal en una locallzaclon anormal entre dos asas dilatadas del intestino delgado (S8).
=c:
'0
.C)
()
Q)
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..., Figura 8-42 Obstrucción en asa cerrada. A, Ra-


~ diografía irrelevante. e, Ecografía que muestra una
gran dilatación sin gas y rellena de líquido de asas de
intestino delgado. e, Asa aislada que muestra un perfil suge-
rente en e o en U.

contenido luminal. Aunque la luz siga permeable, no exis- Infecciones del tubo digestivo
te progresión. La ecografía habitualmente es de poca ayu- Aunque se puede apreciar un tubo digestivo relleno de lí-
da debido a que estos pacientes de forma característica quido y con peristaltismo activo en las gastroenteritis vi-
tienen unas ecografías de mala calidad por las grandes rales o bacterianas, muchos pacientes afectados no mues-
cantidades de gas presentes en el tubo digestivo. Sin em- tran alteraciones ecográficas relevantes. Sin embargo,
bargo, en raras ocasiones la ecografía permite objetivar algunos patógenos, especialmente la Yersinia enterocoliti-
asas intestinales dilatadas y rellenas de líquido, casi in- ca, Mycobacterium tuberculosis y Campylobacter jejuni,
móviles o aperistálticas. Un nivel líquido-líquido en un asa producen alteraciones ecográficas muy sugestivas en la
dilatada es típico del íleo paralítico y refleja la ausencia de región ileocecal, en la forma ya descrita. Ciertas poblacio-
contenido intestinal (ver Fig. 8-40, B). nes de alto riesgo, como la de los pacientes con SIDA y
neutropenia 59, parecen susceptibles de padecer tiflitis
Edema intestinal aguda y colitis, que también se manifiestan de forma
Los pacientes con vasculitis aguda de diversas etiologías muy representativa en la ecografía.
pueden presentar dolor abdominal agudo y ascitis, con
edema masivo de la pared del intestino delgado como Pacientes con SIDA
principal alteración de la imagen. La hipoalbuminemia, Los pacientes con SIDA tienen mayor riesgo de desarro-
insuficiencia cardiaca congestiva y una trombosis venosa llar tanto neoplasias del tubo digestivo, especialmente lin-
espontánea también se pueden manifestar como un ede- fama (ver Fig. 8-10, Cy D), como infecciones oportunistas
ma difuso de la pared intestinal. Será fácil reconocer unas inhabituales, con mayor frecuencia esofagitis por Candida
válvulas conniventes prominentes, engrosadas e hipoecoi- y colitis por CMV60 •61 . La incidencia relativa de infección en
cas 82 (Fig. 8-44) Y rugosidades gástricas en el estudio eco- comparación con las neoplasias es de alrededor de 4:1 o
gráfico que además se deberá incluir una evaluación con 5:1. La tiflitis aguda se describió anteriormente (ver Fig.
Doppler de las venas mesentéricas y portas. 8-33). El frecuente síntoma de diarrea acuosa asociado
con diversos patógenos de intestino delgado, no muestra mucosa, que pueden estar engrosadas varias veces su ta-
nada relevante en la ecografía, salvo un intestino relleno maño normal 84 .
de líquido y activo con un grosor normal. Actualmente, Con frecuencia se realiza una ecografía antes del diag-
con el uso de tratamiento con triple terapia, los médicos nóstico de colitis pseudo membranosa, con frecuencia por
rara vez encuentran pacientes con enfermedad gastroin- el antecedente de fiebre, dolor abdominal y diarrea acuo-
testinal relacionada con el SIDA. sa. Existe poca documentación ecográfica sobre los ha-
llazgos 85,86, que son sugestivos de colitis pseudomembra-
Colitis pseudomembranosa nosa, Normalmente todo el colon está afectado en un
La colitis pseudomembranosa es una patología inflamato- proceso que produce un engrosamiento llamativo de la
ria necrotizante del intestino que puede aparecer como pared intestinal. Son típicas las marcas exageradas de las
respuesta a un grupo heterogéneo de noxas. En el mo- haustras y un engrosamiento no homogéneo de la submu-
mento actual, casi siempre se debe a la antibioterapia y es cosa con aposición virtual de las superficies mucosas de
consecuencia de la toxina del Clostridium difficile, un habi- las paredes engrosadas 58 (Fig. 8-45). Se debe sospechar la
tante normal del tubo digestiv0 83 . La diarrea acuosa es el colitis pseudomembranosa en cualquier paciente con en-
síntoma más frecuente y normalmente se produce duran- grosamiento difuso de la pared intestinal pero sin un an-
te la antibioterapia, pero puede manifestarse más tarde y tecedente previo de EH, Dado que no siempre se dispone
suceder pasadas 6 semanas de su administración. La de- del dato de una antibioterapia previa, se deberá pregun-
mostración endoscópica de las placas exudativas pseudo- tar directamente al paciente.
membranosas en la superficie mucosa del intestino y el
cultivo de la enterotoxina del C. difficile serán diagnósti- Quistes congénitos
cos. La ulceración superficial de la mucosa se asocia con Los quistes por duplicación se caracterizan por la pre-
una infiltración inflamatoria de la lámina propria y sub- sencia de las capas normales de la pared intestinal y se

..., Figura 8-43 Invaginación en dos pacientes. A, Eco-


~ grafía que muestra múltiples anillos concéntricos repre-
sentativos de una invaginación con el intosuscipíens y
el íntosusceptum. Nódulo submucoso metastásico como punto
de partida. B, Ecografía de la fosa ilíaca derecha que muestra un
punto muy ecogénico de inicio debido a un lipoma (flecha). La
grasa invaginada del mesenterio también es ecogénica. e, TC
confirmatoria de la imagen de B. (B Y e, De Wílson SR, The
bowel wall looks thíckened: what does that mean? En Cooper-
berg PL, editor, Radíologíc Society of North America categorícal
course syllabus, Chicago, 2002, RSNA, pp 219-228.)
=
1:
'o

(,,)
Q)
en

W Figura 8-44 Edema de intestino delgado secundario a


~ vasculitis. A y B, Ecografía que muestra un marcado edema
de las válvulas conniventes de todo el intestino delgado. e,
TC confirmatoria. (De Wilson SR: Evaluation of the small intestine by
ultrasonography En Gourtsoyiannis NC, editor: Radiological imaging
of the small intestine, Heidelberg, Springer-Verlag, pp 73-86.)

observan en cualquier porción del tubo digestivo. Estos subyacentes, como la enfermedad pulmonar obstructiva
quistes pueden visualizarse en la ecografía, ya sea de ruti- crónica, colagenosis, EH, iatrogenia en la endoscopia y
na o endoscópica, y deben considerarse una posibilidad bypass post-yeyunoileal. En muchas situaciones los pa-
diagnóstica siempre que se aprecien quistes abdominales cientes están asintomáticos y la observación es casual. Sin
no explicados. Los quistes del intestino caudal son va- embargo, su demostración es de gran relevancia clínica
riantes de los quistes abdominales y se detectan en la re- cuando exista una enterocolitis necrotizante o patología
gión presacra y se relacionan con el recto (Fig. 8-46). isquémica intestinal. Ambas patologías se asocian a una
necrosis de la mucosa en la que el gas luminal pasa a la
Enfermedad isquémica intestinal pared intestinal.
La enfermedad isquémica intestinal casi siempre afecta La descripción ecográfica de la neumatosis intestinal se
al colon y es más prevalente en personas ancianas con ar- limita a publicaciones de casos aislados. Se han demostra-
teriosclerosis. En personas más jóvenes puede ser una do ecos de gran amplitud en la pared intestinal, con arte-
complicación de arritmias cardiacas, vasculitis, coagulo- factos por aire o sombra 87.88 (Fig. 8-47). El engrosamiento
patía, embolismo, shock o sepsis 12 • Los signos ecográficos de la pared intestinal puede observarse cuando la neuma-
de la enfermedad isquémica intestinal no se han descrito tosis se asocia a una EH subyacente. Si se sospecha isque-
en profundidad, pero se puede observar engrosamiento mia intestinal, se recomienda una cuidadosa evaluación
de la pared intestinal. La neumatosis intestinal complica hepática para buscar evidencias de aire venoso portal.
la isquemia intestinal mostrando su aspecto ecográfico
característico. Mucocele apendicular
El mucocele apendicular es relativamente infrecuente y
Neumatosis intestinal en una serie se observó en el 0,25% de 43.000 muestras
La neumatosis intestinal es una entidad relativamente ra- de apendicectomía. Muchos pacientes con esta patología
ra en la que se observan bolsas de gas intramural a lo lar- están asintomáticos. Puede palparse una masa en casi el
go del tubo digestivo. Se ha asociado a diversas patologías 50% de los casos. Existen variantes benignas y malignas
c:o
o
'3
.'!:::
Q.
lO
U
~ Figura 8-45 Colitis pseudo membranosa. A, Proyección de eje longitudinal y B, transversal del colon ascenden-
~ te que muestra un engrosamiento llamativo de la pared intestinal. (De OMalley ME, Wilson SR. U1trasound of
gastrointestinal tract abnorma/ities with CT corre/ation, Radiographics 2003;23:59-72.)

~ Figura 8-46 Quistes congénitos. Ecografías, A, sagital y B, transversa en el epigastrio que muestran un quiste
~ por duplicación incidental, adyacente a la curvatura menor del estómago. Ecografías pélvicas C, suprapúbica y D,
transvaginal de una masa pélvica presacra compleja, un quiste del intestino caudal incidental.
un aspecto laminado o espiral. Estas masas son frecuente -
mente retrocecales y pueden ser móviles, Aunque su as-
m pecto ecográfico no siempre es específico, la posibilidad
o diagnóstica del mucocele debe sospecharse cuando se ob-
'o
'm serve una masa quística oval alargada en la fosa ilíaca de-
"-
...O>. recha en cualquier paciente con apéndice91 ,

m Hematoma gastrointestinal
o
'S;: El traumatismo abdominal cerrado, complicado con un
:a; hematoma duodenal o trauma rectal, ya sea sexual o iatro-
a. génico, despu~s de una biopsia rectal, son las principales

,s:m causas de hematoma local detectado mediante ecografía.


El hematoma normalmente se localiza en la sub¡nucosa.
E Hematomas mayores o más difusos pueden ser complica-
o
'O ciones de tratamiento anticoagulante o de trastornos de la
.o
m coagulación asociados a la leucemia. Si los hematomas
m
....
,- son grandes, puede apreciarse un engrosamiento difuso
de la pared intestinal en las ecografías.
t!!
el
o
o Úlcera péptica
w Se trata de un defecto del epitelio hasta la profundidad de
=c: ..., Figura 8-47 Neumatosis intestinal. Ecografía
~ que muestra tres asas intestinales con ecos bri-
la submucosa que se observa en las localizaciones gástri-
ca y duodenal. Aunque se observa rara vez con ecografía,
'o
'o() llantes de gran amplitud (flechas) que se originan
tiene un aspecto muy característico. El cráter relleno de
Q) dentro de la pared intestinal.
(J) gas de la úlcera se ve brillante, ecogénico con artefacto de
anillo caído, ya sea en una zona focal de engrosamiento de
con un ratio de aproximadamente 10:1 89 . En la forma be- la pared o más allá de la pared, dependiendo de la profun-
nigna la luz apendicular está obstruida por una cicatriz in- didad de la penetración (Fig. 8-49). El edema en la fase
flamatoria o fecalitos. La mucosa glandular en el segmento aguda y la fibrosis en la fase crónica pueden cursar con
aislado continúa segregando moco estéril. La variante neo- un engrosamiento y deformidad local de la pared.
plásica del mucocele se asocia con el cistadenoma mucoso
o cistadenocarcinoma apendicular primario. Aunque Bezoares
macroscópicamente el apéndice sea similar en las varian- Los bezoares son masas de material extraño o comida,
tes benigna y maligna, la variante maligna se suele asociar que habitualmente se encuentra en el estómago después
al pseudomixoma del peritoneo si se produce la rotura 90 . de la cirugía de un ulcus péptico (fitobezoares) o des-
En la ecografía, los mucoceles habitualmente producen pués de la digestión de sustancias orgánicas indigeribles,
grandes masas quísticas hipoecoicas en la FID bien deli- como el pelo (tricobezoar), estas masas pueden producir
mitadas de paredes gruesas y con calcificación de la pared densidades intraluminales de sombras en la ecografía y se
(Fig. 8-48). El contenido interior muestra con frecuencia han documentado como una rara causa de obstrucción

..., Figura 8-48 Mucocele apendicular. A, Ecografía y B, TC de un apéndice grande y repleto de mucosidad que fue
~ un hallazgo casual. El aspecto espiculado de la ecografía es típico. Existe una mancha de calcificación en la pared
en la TC.
del intestino delgado 74 • También se pueden formar en el de la grasa pericolónica y mesentérica 94. Puede ser con fre-
intestino delgado asociadas a estasis crónico. cuencia un hallazgo casual sin relevancia clínica ni sínto-
mas asociados. En la colonopatía fibrosante de la FQ avan-
Cuerpos extraños intraluminales zada se pueden observar estenosis fibrosantes 95,96. También
Pueden identificarse en el tubo digestivo cuerpos extra- se ha referido cultivo de C. difficile en algunos pacientes con
ños grandes, como botellas, velas, vibradores sexuales, FQ y engrosamiento de la pared del colon sin síntomas
contrabando, herramientas y alimentos, especialmente en acompañantes de dolor abdominal o diarrea 97 . Sin embar-
el recto y colon sigmoide, donde se producen unos ecos go, los coprocultivos positivos no son la regla en la FQ con
especulares diferenciados con sombras acústicas nítidas. engrosamiento apreciable de la pared del colon.
Su detección mejora cuando se sospecha de su existencia.

Enfermedad celíaca , ECOENDOSCOP~


Ocasionalmente acuden al departamento de ecografía pa-
cientes adultos no diagnosticados de enfermedad celíaca.
De hecho, personalmente he explorado pacientes en los La ecoendoscopia, realizada con transductores de alta fre-
que la ecografía fue el primer estudio que sugirió el diag- cuencia en la luz intestinal, permite la detección de altera-
nóstico correcto. Las observaciones ecográficas consisten ciones de la mucosa, delimitación de las capas de la pared
en un intestino delgado relleno de líquido anormal, con intestinal y definición de los tejidos blandos circundantes
moderada dilatación de las asas afectadas. Se observa una hasta una profundidad de 8-10 cm del transductor de cris-
morfología anormal, que Dietrich y cols. 92 describieron tal. Así, podrán evaluarse los tumores ocultos por debajo de
como una reducción de las plicas circulares de Kerckring la mucosa normal, tumores que penetran las capas de la
(válvulas conniventes) con pérdida de densidad y unifor- pared intestinal y afectación tumoral de las estructuras vi-
midad. El peristaltismo está aumentado. Se suele apreciar tales o ganglios linfáticos. El estadiaje de tumores de la mu-
un aumento del calibre de la arteria mesentérica superior cosa ya diagnosticados es una de las principales aplicacio-
y de la vena porta93 . También he observado una frecuente nes de la técnica de la ecoendoscopia.
invaginación intermitente en este grupo poblacional.
Tubo digestivo alto
Fibrosis quística Los transductores rotacionales de alta frecuencia, con len-
El tratamiento agresivo de los problemas pulmonares de la tes de 7,5 MHz dentro del endoscopio de fibra óptica son
fib rosis quística (FQ) aumenta las probabilidades de en- los más adecuados para la ecoendoscopia de esófago, estó-
contrar pacientes adultos que lleguen al departamento de mago y duodeno. Se suele utilizar sedación suave del pa-
ecografía para que realice una ecografía abdominal. Se po- ciente y se coloca al paciente en decúbito lateral izquierdo
drá observar un engrosamiento de la pared intestinal, es- y se inserta el endoscopio hasta la ubicación deseada. Se
pecialmente del hemicolon derecho y en menor extensión aspira el gas intraluminal y se infla un balón que cubre el
el izquierdo e intestino delgado asociado con la infiltración transductor de cristal con agua sin aire. Se determina la

..., Figura 8-49 Ulcus péptico. A, Ecografía transversal del estómago que muestra masa excéntrica hipoecoica con
~ focos ecogénicos centrales brillantes que se deben a aire dentro del cráter de la úlcera. B, Estudio realizado con
bario que confirma lo referido.
Recto: estadiaje de tumores y carcinoma rectal
La ecografía transrectal (endorrectal) es una modali-
dad bien implantada para el estadiaje del carcinoma rectal.
Su resolución de las capas sobrepasa la eficacia de la TC o
la RM (Fig. 8-50). Aunque se evalúan diversas patologías
mediante ecografía endorrectal, su principal aplicación es
el estadiaje de los carcinomas rectales ya diagnostica-
dos. Los pacientes se estudian en decúbito lateral izquier-
do después de aplicar un enema de limpieza. Se obtienen
imágenes tanto axiales como sagitales. Actualmente se dis-
pone de diversas sondas rígidas transrectales, que recu-
rren a amplias tecnologías de transductores sectoriales
mecánicos y lentes rotacionales. En nuestro departamen-
W Figura 8-50 Ecoendoscopia rectal normal. A to, una sonda rígida biplano sustituye a la sonda tradicio-
~ este paciente se le administró un enema de Fleet y nal con una lente mecánica rotacional, que representa el
tiene líquido en la luz rectal. Las capas de la pared recto en una imagen axial como un círculo multicapa.
están desdibujadas. Las capas musculares son hipoecoi-
cas y la submucosa es la capa ecogénica dominante. La
grasa perirrectal parece ecogénica o blanca. Se muestra
un ganglio normal y pequeño en la grasa perirrectal en for-
ma de ganglio hipoecoico pequeño y redondo. (De Berton
F, Gola G, Wilson SR, Perspective on the role of transrectal
=c: and transvaginal sonography of tumors of the rectum and
'o anal canal, AJR Am J Roentgenol 2008; 190: 1495-1504.)
.C)
oQ)
(J)
ubicación por la distancia de la inserción desde la arcada
dentaria y la identificación de referencias anatómicas, co-
mo el bazo, hígado, páncreas y vesícula biliar. La rotación y
deflexión de la punta del transductor permite el barrido
de las lesiones visualizadas en distintos planos98 •
Con la ecoendoscopia es posible la identificación, locali-
zación y caracterización de masas benignas. Las varices se
aprecian como masas compresibles hipoecoicas y quísticas
profundas en la sub mucosa o en capas externas del esófa-
go, unión gastroesofágica o fundus gástric0 99 • Los tumores
benignos como los fibromas o leiomiomas son masas só-
lidas bien delimitadas sin afectación mucosa que pueden
limitarse a la capa de la pared de la que proceden, normal-
mente la submucosa y la muscularis propria, respectiva-
mente. Las úlceras pépticas habitualmente ocasionan un
marcado engrosamiento de todas las capas de la pared gás-
trica, con un cráter demostrable. La enfermedad de Méné-
trier cursa con un engrosamiento de los pliegues mucosos.
El estadiaje del carcinoma esofágico incluye la evalua-
ción de la profundidad de extensión del tumor y la evalua-
ción de afectación regional con adenopatías locales y estruc-
turas vitales adyacentes lOo . Las lesiones estenosantes que no W Figura 8-51 Esquema del estadiaje TNM del
permiten el paso del endoscopio pueden dar como resulta- ~ componente tumoral (T) en el cáncer rectal
do estudios técnicamente insatisfactorios o incompletos. mediante ecografía. Se muestra una progresiva
Ellinfoma gástrico es habitualmente muy hipoecoico. invasión en profundidad de los tumores (rojo) comenzando
Su invasión es a lo largo de la pared gástrica u horizontal a las 10 en punto, donde T es una lesión no invasiva super-
ficial que afecta solamente capas superficiales de la pared
y la afectación de estructuras extramurales y ganglios lin- intestinal. A las 7 en punto, lesión T1 que invade la submu-
fáticos es menor que en el carcinoma gástrico. Así, una cosa (amarillo). A las 5 en punto, lesión T2 que invade la
ulceración local de la mucosa con infiltración extensa de muscularis propria (azul). A las 2 en punto, lesión T3 que
las capas profundas sugiere linfoma, que también puede completa la invasión de todas las capas de la pared rectal ,
crecer con un patrón polipoide o tratarse de una infiltra- con invasión de la grasa perirrectal circundante. En la cara
ción difusa sin ulceración 101 • El carcinoma gástrico, por anterior directamente (12 en punto), lesión T4 que muestra
el contrario, emerge de la mucosa gástrica, es habitual- invasión de la glándula prostática. (De Berton F, Gola G,
Wilson SR, Perspective on the role of transrectal and trans-
mente más ecogénico, tiende a invadir verticalmente o a
vaginal sonography of tumors of the rectum and anal canal,
través de la pared gástrica y con frecuencia afecta ya a los
AJR Am J RoentgenoI2008;190:1495-1504.)
ganglios perigástricos en el momento de su diagnóstico.
Además, hemos evaluado de forma rutinaria mujeres ciones o grietas superficiales que acogen pequeñas burbu-
con carcinoma rectal utilizando la sonda transvaginal co- jas de gas atrapadas en la profundidad de la superficie de
locada en la vagina después de un enema Fleet. Esta técni- la lente permiten demostrar artefactos de anillo caído y
ca es excelente, especialmente en mujeres con grandes sombra acústica, con pérdida de la definición de las capas
tumores, ya que se obtiene una excelente visualización de por debajo de la úlcera. Los ganglios linfáticos se muestran
septos rectovaginales del tumor y de los ganglios linfáti- redondos u ovalados, como masa hipoecoica en la grasa
cos en el mesorrecto. perirrectal. El Doppler color es un complemento excelente
Se realiza el estadiaje de los tumores siguiendo la modifi- para las sondas transrectales, mostrando la extensión del
cación de Astler-Coller 103 de la Dukes Classification, o sim- tumor en base a su hipervascularización (Fig. 8-54). En la
plemente con el componente de tumor primario de la ecografía, muchos ganglios pueden ser reactivos más que
Union Internationale Contre le Cancer (UICC) TNM Classi- neoplásicos, al tiempo que pequeños ganglios pueden pre-
fication 104, donde T representa tumor primario, N la afec- sentar una invasión microscópica (ver Fig. 8-52). En raras
tación ganglionar y M metástasis a distancia (Fig. 8-51). ocasiones pueden apreciarse depósitos dentro de unos
El carcinoma rectal emerge de la superficie mucosa in- ganglios hipertróficos (ver Fig. 8-53). Por tanto, el estadia-
testinal. El tumor se muestra como una masa relativamen- je definitivo requiere evaluación anatomopatológica, tanto
te hipoecoica que puede distorsionar la luz rectal. La inva- del tumor como de los ganglios regionales.
si ón de capas profundas, la sub mucosa, la muscularis Wang y cOIS. 195 estudiaron seis muestras normales y 16
propria y grasa perirrectal ocasiona una discontinuidad de neoplásicas in vitra con un transductor de 8,5 MHz. Deter-
dichas capas en la ecografía (Figs. 8-52 y 8-53). Las ulcera- minaron de forma precisa la invasión de la submucosa en

~ Figura 8-52 Tumores rectales vistos con una ecografía transrectal. A, Carcinoma rectal: T1, Masa hipoecoi-
~ ca ~nt~e las 6 y las 8 en.punto. La submucosa (línea ecogénica) y la muscularis propria (la línea hipoecoica exte,rna)
estan Intactas. S, Carcinoma rectal: T2, El tumor explorado por delante. La muscularis propria (flecha) es la Imea
hipoecoica que está engrosada y nodular, compatible con afectación tumoral. C, Cáncer rectal: T3, Tumor grande que
afecta toda la pared lateral derecha del recto. Invasión de la grasa perirrectal (flechas) en varias zonas. Un gran ganglio se
aprecia a las seis en punto; pequeños ganglios se aprecian igualmente a las 5 y a las 8. D, Carcinoma metastásico en la
pared rectal. Masa hipoecoica entre las 10 Y la 1 en punto. Afecta las capas profundas de la pared rectal pero no a la mu-
cosa rectal. Existe un pequeño ganglio (flecha).
C'O
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...
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...o
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C'O
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C'O

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o()
w
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'o
'u
(J
Q)
CJ)

~ Figura 8-53 Tumores rectales en la ecografía transrectal utilizando la técnica biplano, A y B, Cáncer super-
~ ficial T1 en una mujer de 42 años con una masa palpable pequeña en la exploración rectal digital. Imágenes (A)
curvada axial y (B) sagital lineal que muestran un tumor hipoecoico con una sutil afectación de la submucosa
ecogénica. C, Carcinoma rectal T3 en una imagen axial en un varón de 56 años. Clara extensión macroscópica del tumor
a la grasa perirrectal. Márgenes ecogénicos (flechas) del resto de submucosa presentes en cada lado del t umor invasivo.
D, Adenocarcinoma rectal mucinoso T3 extensivo en un varón de 64 años. La imagen axial muestra destrucción de la
submucosa, borde ecogénico (flecha), que es evidente en el lado derecho de la imagen. Ganglio redondo hipertrófico que
muestra un depósito tumoral hipoecoico. (De Berton F, Gola G, Wilson SR. Perspective on the role of transrectal and trans-
vaginal sonography of tumors of the rectum and anal canal, AJR Am J Roentgenol 2008; 190: 1495-1504.)

el 92,5% e invasión de la muscularis propria en el 77%. 4. Imposibilidad de distinguir ganglios afectados por el
Los tumores invasivos con extensión más allá de la mus- tumor de aquellos con cambios reactivos
cularis propria se predijeron de forma precisa en el 90% 5. Imposibilidad de identificar ganglios d e tamaño nor-
de las ocasiones. Los estudios in vivo apoyan estos exce- mal con invasión microscópica tumoral .
lentes resultados106,107. Comparando la ecografía transrec- A pesar de estas limitaciones la ecoendoscopia endorrec-
tal preoperatoria y el estadiaje con TC en 102 pacientes tal parece una excelente herramienta de imagen para el es-
consecutivos, Rifkin y cols. 108 observaron que la ecografía tadiaje preoperatorio de los cánceres rectales accesibles.
fue superior a la TC para la evaluación de la extensión tu- El cáncer del canal anal es un tumor muy raro que se
moral y en la detección de afectación ganglionar. aprecia bien mediante la ecografía anal (Fig. 8-55).
Limitaciones de la ecografía rectal son las siguientes: El cáncer rectal recidivante después de su resección
1. Imposibilidad para identificar la invasión tumoral suele ser extraluminal, afectando el margen de la cirugía
2. Imposibilidad de conseguir imagen en tumores esteno- previa de forma secundaria. La ecografía transrectal puede
santes utilizarse junto a los niveles del antígeno carcinoembriona-
3. Imposibilidad de obtener imagen de tumores a más de rio en sangre (CEA) para detectar recidivas. Se acepta como
15 cm desde el orificio anal evidencia de recidiva una masa pericólica hipoecoica o un
ex)
o
'3
~
c.
ctI
()

~ Figura 8-54 Aportación del Doppler color en la ecografía transrectal para el estadiaje y diagnóstico de cán-
~ cer rectal. A y B, Cáncer rectal en estadio T2 en un varón de 58 años. A, Imagen axial que muestra un tumor
hipoecoico. Destrucción evidente de la submucosa con afectación de la muscularis propria en el lado derecho de
la imagen. B, Doppler color con parámetros por defecto que muestra la hipervascularidad típica. El color delimita al tumor
de la pared rectal normal en el lado izquierdo de la imagen. C y D, Adenocarcinoma rectal pequeño que se origina en un
pólipo adenomatoso en un hombre de 55 años de edad. C, Imagen axial que muestra una masa polipoide isoecoica con
una amplia base rodeada de líquido dentro de la luz rectal. La masa afecta solamente a la capa submucosa. D, Imagen de
Doppler color que muestra una profusa vascularidad y pedículo vascular de la masa polipoide. E y F, Adenoma tubulove-
llosa en una mujer de 58 años. E, Imagen transvaginal que muestra una masa de ecogenicidad mixta que parece rellenar
la luz del recto. F, Doppler color que muestra el tipo de vascularidad estrellada y ramificada del tumor tubulovelloso. (De
Berton F, Gola G, Wilson SR. Perspective on the role of transrectal and transvaginal sonography oftumors of the rectum and
anal canal, AJR Am J Roentgenol 2008; 190: 1495-1504.)
ca
c::
E
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'"C
.c
ca
ca
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ca
"-
el
O
(,)
W

=e
'o
'(3
(J
al
UJ

e .., Figura 8-55 Cáncer del canal anal. A, Imagen del


eje longitudinal y B, transversal que muestra un tu-
mor hipoecoico que interrumpe los planos norma-
les del canal anal. C, Ecografía que muestra la vascularidad
del tumor. (De Berton F, Gola G, Wilson SR. Perspective on
the role of transrectal and transvaginal sonography of tu-
mors of the rectum and anal canal, AJR Am J Roentgenol
2008; 190: 1495-1504.)

engrosamiento local de la pared rectal en capas, ya sean su- son los mismos de cualquier otro sitio (Fig. 8-56). Los tu-
perficiales o profundas. La radioterapia previa puede oca- mores quísticos de retención se deben a la obstrucción
sionar un engrosamiento difuso de toda la pared rectal, de glándulas mucosas y ocasionan masas quísticas de di-
normalmente de ecogenicidad moderada o alta, con un as- verso tamaño que se localizan en la profundidad de la pa-
pecto que puede diferenciarse fácilmente del aspecto hi- red rectal.
poecoico focal del cáncer recurrente. La biopsia dirigida
mediante biopsia de una alteración detectada facilita la di-
Canal anal
ferenciación histológica de la recidiva respecto a cambios
postoperatorios, inflamatorios o postradioterapia. Incontinencia fecal
El carcinoma prostático invade el recto directamente, La ecoendoscopia anal realizada añadiendo un cono rí-
pero también otros tumores más lejanos pueden invadir gido fijado a la sonda radial de 7,5 MHz, permite una eva-
el recto, normalmente como consecuencia de disemina- luación precisa del canal anal, incluido el esfínter interno
ción al fondo de saco peritoneal posterior. Puesto que es- y externo 109 . Inicialmente utilizada en la evaluación de la
tos tumores afectan inicialmente las capas profundas de incontinencia, esta prueba muestra la integridad de los
la pared rectal, con afectación mucosa cuando progresa la esfínteres con demostración del grado y envergadura de
enfermedad, su aspecto eco gráfico es distinto del de los los defectos musculares.
carcinomas rectales primarios (ver Fig. 8-52, D) . Las mujeres jóvenes, después del trauma obstétrico de
Los tumores benignos mesenquimatosos, especial- un parto, con frecuencia quedan afectadas de incontinencia
mente los que tienen su origen en el músculo liso, son ra- fecal. Nosotros, y otros autores también, hemos comproba-
ros en el recto. Cuando se detectan sus signos ecográficos do que la evaluación transvaginal del esfínter anal (realiza-
fermedad de Crohn que desarrollan inflamación peria-
nal como parte de su enfermedad y 2) aquellos que desa-
rroBan abscesos perianales o fístulas perianales de
forma espontánea. El primer grupo se describió previa-
mente en la sección dedicada a la enfermedad de Crohn.
En los demás pacientes surge una infección perianal en
las pequeñas glándulas interesfinterianas, que se locali-

ce
o
'3
~
Q.
CIl
O

W Figura 8-56 Tumor gastrointestinal estromal


~ (TGER) de recto. La imagen ecográfica transrec-
tal muestra una masa redon deada bien definida y
sólida que procede de la capa muscularis propria de una
mujer de 59 años, asintomática, con una masa palpable y
que se detectó en un estudio de rutina. El tumor está cre-
ciendo con un patrón submucoso y la superficie mucosa
protruye a una luz rellena de líquido.

do con una sonda transvaginal de visión lateral y cerca de la


entrada) era tan eficaz como el abordaje transanaJ31.108.1l0·1l2.
El esfínter anal interno, en continuidad con la muscula-
ris propria del recto por encima, se observa como un ani-
llo circular hipoecoico o anillo negro por debajo de los
ecos de la mucosa (Fig. 8-57). El esfínter anal externo, por
el contrario, está peor definido y es más ecogénico, se
muestra gris en la ecografía y en continuidad con las fi-
bras de la banda puborrectal. La interrupción traumática
de las capas musculares se manifiesta como defectos de
continuidad de la textura muscular normal y casi siempre
es anterior (Fig. 8-58). La cicatriz postraumática puede
asociarse a cambios en el perfil del canal anal entre re-
dondo y ovalado (ver Fig. 8-57).

Enfermedad inflamatoria perianal


La enfermedad inflamatoria perianal se observa en dos
distintas poblaciones de pacientes: 1) aquellos con la en-

W Figura 8-57 Recto normal y canal anal. A, Abor-


~ daje transvaginal. Imagen transversal con una son-
da vaginal, que muestra la mucosa rectal normal
serpenteante, una submucosa prominente (blanco) y la mus-
cularis propria como un borde delgado y negro (flechas). El
recto normalmente es oval como se muestra en esta imagen.
B, Abordaje transperitoneal. Canal anal que muestra un es-
fínter anal interno grueso y bien definido (flechas) como un
anillo continuo negro con la muscularis propria de la pared
rectal por encima. El esfínter anal externo es menos definido
y ecogénico. e, Abordaje transperineal. La rotación de la
sonda a 90° desde B permite mostrar el canal anal en el eje
longitudinal (flechas , esfínter anal interno).
ca
u
'u
'ca
~

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ca
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'S;
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o
u
w
=

."" Figura 8-58 Rotura traumática del esfínter anal en dos pacientes, Proyecciones A, transversales y B, de eje
~ longitudinal del canal anal desde un abordaje transvaginal que muestran interrupción del esfínter por delante des-
de las 9 a las 3. La flecha en la imagen sagital muestra la extensión craneal del esfínter anal interno. e, Proyeccio-
nes transversales y D de eje longitudinal del canal anal que muestran una interrupción de todo el grosor del canal anal
anterior entre las 11 y la 1. La flecha de cada imagen muestra burbujas de aire dentro de la fístula anovaginal.

zan sobre todo en la línea dentada, casi siempre en varo- La ecografía se realiza con sondas curvilíneas de alta
nes jóvenes. Es importante documentar las colecciones frecuencia aplicadas firmemente sobre la piel del periné y
líquidas y la relación de los tractos inflamatorios con el entre el introito y canal anal en mujeres y entre el escroto
mecanismo esfinteriano para su tratamiento quirúrgico. y canal anal en hombres 110. Se necesita una presión firme
La ecografía transanal en la evaluación de la enferme- sobre el transductor para conseguir buena visualización
dad inflamatoria perianal es limitada debido a que la colo- del canal anal. Comenzamos el procedimiento con el
cación de una sonda rígida dentro del canal anal puede no transductor en el plano transversal respecto al cuerpo. El
permitir la evaluación de la enfermedad en la región pe- transductor debe dirigirse en dirección craneal y anterior
rianal. Preferimos la ecografía transvaginal junto con la al plano del canal anal, para después angularlo a través
ecografía transperineal en mujeres y transperineal en del plano del canal anal, que permite una representación
hombres para evaluar este problema. de sección de corte de la unión anoescrotal hacia la aper-
tura anal. La rotación del transductor de 90° permitirá la
imagen del plano longitudinal. Los tractos y colecciones
ECOGRAFÍA DE LA ENFERMEDAD del periné, nalgas, escroto y labios también pueden eva-
luarse y se siguen en una dirección retrógrada hacia su
PERlANAL
comunicación con el canal anal.
• Apertura interna en el canal anal oree () Los tractos inflamatorios y las masas se clasifican si-
• Tractos y su relación con el esfínter anal guiendo a Parks y cols. 113 Esta clasificación proporciona
• Aperturas exteriores una descripción anatómica de los trayectos fistulosos, que
• Colecciones líquidas servirá de guía para el tratamiento quirúrgico. Los cuatro
subtipos principales son: interesfinteriano (entre los es-
ce
o
'3
~
c.
cu
U

~ Figura 8-59 Enfermedad perianal inflamatoria en nueve pacientes. Tira superior; Aperturas y tractos infla-
~ matorias simples (flechas). Imágenes transversales del canal anal que muestran la apertura interna «a la 1» en A,
tracto transesfinteriano que sigue un trayecto hasta una pequeña colección ; B, Tracto interesfinteriano; e, Tracto
extraesfinterinao largo. Tira media , Más tractos complejos (flechas). D, Tracto extraesfinteriano anterior que muestra fluido
en su interior. E, Tractos interesfi nterianos complejos bilaterales y colecciones de focos ecogénicos brillantes a causa de
aire extraluminal. F, Tracto en boomerang o herradura que rodea al canal anal por detrás y lateral. Existen aperturas internas
a las 2, a las 4 y a las 9. Tira inferior, Abscesos perianales (A). G, Absceso en la cara posterolateral izquierda del canal anal
relleno de partículas. H, Absceso posterior grande complejo, con su correspondiente nivel de detritus. 1, Absceso posterior
grande que muestra una apertura interna grande a las 6.

fínteres interno y externo), transesfinteriano (cruzando durante la ecografía ayudan a su identificación. En nuestra
ambos esfínteres anales hasta la fosa isquiorrectal o is· experiencia inicial con 54 pacientes con masas inflamato-
quioanal), supraesfinteriano y extraesfinteriano. En rias perianales, los hallazgos ecográficos se confirmaron
cada paciente documentamos además la apertura interna en 22 de los 26 pacientes (85 %) que fueron operados pos-
y la externa, si es posible. Los trayectos se aprecian en la teriormente de su enfermedad.
ecografía como áreas lineales hipoecoicas o zonas tubula-
res con contenido líquido, en función de su tamaño yacti- Agradecimientos
vidad (Fig. 8-59). Al igual qu e en el caso de las fístulas de El autor quiere expresar su agradecimiento a Gordana Po-
cualquier otro lugar, los foco s ecogénicos que se mueven povich por su trabajo artístico.
Capítulo 9

APARATO URINARIO
Mitchell Tublin, Wendy Thurston y Stephanie R. Wilson

La principal función del riñón es la excreción de los pro- ción distal de los conductos mesonéfricos se incorpora al
ductos metabólicos de desecho. El riñón cumple esta fun- tejido conectivo en el trígono vesical. Al mismo tiempo,
ción convirtiendo más de 1.700 litros de sangre en 1 litro los uréteres se abren por separado a la vejiga 2 • En lactan-
de orina altamente concentrada l . El riñón es además un tes y niños, la vejiga es un órgano abdominal y solamente
órgano endocrino que segrega varias hormonas: eritropo- en la pubertad se convierte en una estructura pélvica ver-
yetina, renina y prostaglandinas. El riñón también partici- dadera 2 (Fig. 9-2).
pa en la regulación de la homeostasis controlando los ba-
lances de agua-sal y ácido-base. El sistema colector renal, Desarrollo de la uretra
uréteres y uretra funcionan como conductos y la vejiga El epitelio de la uretra masculina y la totalidad de la uretra
sirve como reservorio de la excreción urinaria. femenina proceden del endodermo del seno urogenital.
Los tejidos conectivos uretrales y músculo liso se forman
a partir del mesénquima esplácnico adyacente 2•
EMBRIOLOGíA

ANATOMíA
Desarrollo de los riñones y de los uréteres
En el embrión humano se desarrollan tres riñones: prone-
fros, mesonefros y metanefros (riñón definitivo o perma- El riñón
nente y El pronefros aparece precozmente en la cuarta El riñón en el adulto, cada riñón mide aproximadamente 11
semana embrionaria y es rudimentario y no funcionan te. cm de largo, 2,5 cm de anchura y 5 cm de profundidad y
El mesonefros se forma posteriormente, en la cuarta se- pesa entre 120-170 gramos 3 . Emanian y cols. 4 demostraron
mana y funciona como riñón temporal hasta que comien- que el volumen del parénquima del riñón derecho era me-
za a funcionar el metanefros (novena semana). El meta- nor que el del izquierdo, posiblemente debido a un espacio
nefros (riñones permanentes) se desarrolla a partir de potencial relativamente mayor para el crecimiento del ri-
dos fuentes; el esbozo ureteral y el blastema metane- ñón izquierdo (crecimiento del riñón derecho inhibido por
frogénico 2• El esbozo ureteral forma el uréter, pelvis renal el hígado) o un flujo del riñón izquierdo relativamente au-
y conductos colectores, e interactúa con (y también pene- mentado (la arteria renal es normalmente más corta que la
tra en) el blastema metanefrogénico. Esta interacción es derecha). La longitud del riñón izquierdo se correlaciona
necesaria para iniciar la ramificación del esbozo ureteral bien con la altura corporal y el tamaño renal disminuye con
y la diferenciación de las nefronas dentro del blastema la edad avanzada, debido a la reducción del parénquima.
(Fig. 9-1). Al comienzo, los riñones permanentes se en- El riñón izquierdo normalmente está 1-2 cm más cra-
cuentran en la pelvis. Con el crecimiento fetal los riñones neal que el derech0 3 • Los riñones son móviles y se move-
se alojan en el retroperitoneo superior. En el ascenso los rán en función de la posición corporal, y en la posición
riñones rotan 90°, de forma que la pelvis renal se orienta supina el polo superior renal izquierdo queda a nivel de la
en dirección anteromedial. Los riñones alcanzan su ubica- duodécima vértebra torácica y el polo inferior a nivel de la
ción de adulto y posición en la novena semana de la gesta- tercera vértebra lumbar.
ción. A medida que ascienden los riñones, reciben su El riñón normal del adulto tiene un perfil de alubia
aporte sanguíneo de vasos próximos; la irrigación del con un contorno liso convexo en su cara posterior, ante-
adulto es a partir de la aorta abdominal. rior y lateral. En su parte medial la superficie es cóncava y
se conoce como hilio renal. El hilio renal continúa con
Desarrollo de la vejiga una cavidad central llamada seno renal. Dentro del seno
En la séptima semana de la gestación, el septo urorrectal renal están las ramas principales de la arteria renal, tribu-

-
se fusiona con la membrana cloacal, que la divide en seno tarias principales de la vena renal y sistema colector3 . El
urogenital ventral y recto dorsal. La vejiga se desarrolla resto del seno renal está englobado por grasa. El sistema
a partir del seno urogenital. Al principio, la vejiga se con- colector (pelvis renal) queda por detrás de los vasos rena-
tinúa con el alantoides, que finalmente se transforma en les en el hilio renal (Fig. 9-3).
un cordón fibroso, llamado uraco, el ligamento umbilical El parénquima renal está compuesto por la corteza y
mediano del adulto. A medida que crece la vejiga, la por- las pirámides medulares. Las pirámides medulares re-
nales son hipo ecoicas respecto a la corteza renal y se pue- mado por el defecto parenquimatoso de la unión. Las co-
den identificar en la mayoría de los adultos normales (Fig. lumnas hipertrofiadas están habitualmente localizadas
9-4). La corteza renal normal suele ser menos ecogénica en la unión de los tercios superior y medio del riñón y
que hígado o bazo. Platt y cols.5 observaron que el 72% de contienen una corteza renal que se continúa con la corte-
153 pacientes con ecogenicidad cortical renal igual que la za renal adyacente del mismo subriñón. Las columnas
del hígado tenían una fun ción renal normal. Una ecogeni- contienen pirámides renales y normalmente miden me-
cidad renal mayor que el hígado tenía una especificidad y nos de 3 cm 7,8 (Fig, 9-6). La ecogenicidad de la CHB y cor-
valor predictivo positivo respecto a función renal anormal teza renal adyacente depende del plano de exploración,
en el 96% y 67%, respectivamente. Sin embargo, la sensi- Las alteraciones en la orientación tisular de producen
bilidad de este criterio ecográfico es baja (20%). distintas reflexiones acústicas 7 , Los ecos de la CHB son
Durante el desarrollo normal, dos masas parenquima- más brillantes que los de la corteza renal adyacente cuan-
tosas, llamadas ranúnculi, se fusionan parcialmente. Los do se ven de frente 7 (Fig, 9-6), Puede resultar difícil dife-
defectos de unión parenquimatosa se observan en el lugar renciar tumores avasculares pequeños de una CHB. Sin
de la fusión y no deben confundirse con procesos patoló- embargo, la demostración de arterias arcuatas mediante
gicos (p. ej., cicatriz renal, angiomiolipoma). El defecto de Doppler color sugiere una CHB más que un tumor, En
unión parenquimatosa casi siempre se localiza craneal y ocasiones será necesario realizar una tomografía compu-
anterior y puede segui rse en dirección medial y caudal tarizada (TC) para distinguir entre una CHB y lesiones
hasta el seno renal. Normalmente se orienta más horizon- renales sin deformación de bordes.
tal que vertical y por ello se aprecia mejor en la ecografía El artefacto de duplicación renal puede deberse a la
sagital 6 (Fig. 9-5). Los defectos corticales de la unión se refracción del haz de sonido entre la porción inferior del
observan con mayor frecuencia en el riñón derecho, aun- bazo o hígado y la grasa adyacente 9 , Middleton y Melson 9
que también pueden detectarse defectos de la unión en el observaron que el artefacto de la duplicación simulaba
riñón izquierdo con ventanas acústicas favorables. una duplicación del sistema colector, masas suprarrenales
La columna hipertrofiada de Bertin (CHB) es una va- y engrosamiento del polo superior cortical renal. Este ar-
riante de la normalidad y se debe a la falta de reabsorción tefacto se observa casi siempre en el riñón izquierdo y en
del parénquima polar de uno a ambos sub riñones que se pacientes obesos, Si se cambia el transductor de posición
deben fusionar para formar los riñones normales 7• Los o el paciente hace una inspiración profunda de forma que
signos ecográficos que pueden ayudar a detectar la CHB el hígado y bazo se interpongan como ventanas acústicas
son una indentación del seno renal lateral y un borde for- se eliminará esta falsa impresión .

• ....._----- Conducto mesonéfrico

~--- Masa metanéfrica


Remanente del mesodermo
'--~;:..-~--- del pronefros B
Esbozo ureteral
---=,.......;¡-- Mesonefros

Pelvis
Hígado en
desarrollo Cordón
nefrogénico Cáliz mayor

Cáliz menor
Cloaca --'t--~
Pelvis
Conducto mesonéfrico

Agrupación celular
Esbozo del uréter Masa metanéfrica mesenquimatosa
y divertículo del mesodermo
metanéfrico intermedio Túbulo
colector Masa de mesodermo
metanéfrico

Primordio
A del metanefros

Túbulo colector arqueado

t¡¡J Figura 9-1 Embriología del riñón y uréter. A, Proyección lateral de un embrión de 5 semanas que muestra tres
~ riñones embrionarios, B a E, Etapas sucesivas del desarrollo del esbozo ureteral (5. a a 8. a semana) hasta uréter,
pelvis, cálices y túbulos colectores. (De The urogenital system, En Moore KL, Persaud TVN, editores, The de velo-
ping human; clinically oriented embryology, 5th ed. Philadelphia, 1993, Saunders, pp, 265-303,)
Seno urogenital primitivo

.....-1__.---,r-- Mesonefros Mesonefros


ni Esbozo
(,)
'O ureteral
Tabique urorrectal
'ni Conducto mesonéfrico
...O
~
'-
Intestino posterior

A Membrana cloacal B
ni
(,)
Parte
'S;
:¡; veSical ] ,
Q.
Parte :;
ñi pélvica g
c::: Q)
Parte
E e
(j)

D
Gónada
O Membrana fálica
'C Tubérculo genital urogenital
Jl

-
ni
ni
,-
E
tn mesonéfrico
O fIt¡J Figura 9-2 Embriología de la vejiga
(,)
W Uréter l: ..,¡I' - - - Porción pélvica ~ y uretra, Diagramas que muestran la
del seno urogenital división de la cloaca en el seno uroge-
= E Trompa
uterina nital y recto; absorción de los conductos meso-
Riñón néfricos; desarrollo de la vejiga urinaria, uretra y
uraco y cambio en la localización de los uréte-
••H~-+- Ovario res; A, y B, embrión de 5 semanas, e a H, 7-12
Útero semanas (A,e, E y G, hembras); B, D, F Y H,
varones) (De The urogenital system, En Moore
KL, Persaud TVN, editores, The developing hu-
man; clinically oriented embriology, 5th ed. Phi-
G ladelphia, 1993, Saunders, pp265-303.)

El riñón tiene una cápsula verdadera fibrosa y delgada, derecho se abre craneal a la zona nuda hepática y ambos
rodeada de grasa perirrenal. La grasa perirrenal está en- espacios perirrenales se comunican con el espacio perito-
globada por delante por la fascia de Gerota y por detrás neal pélvico l l . Los espacios perirrenales derecho e izquier-
por la fascia de ZuckerkandPo. El espacio perirrenal do se comunican entre sí a través de la línea media a nivel
de la 3.ª-S.ª vertebra lumbar (L3-LS)1l.

El uréter
El uréter es un conducto largo (30-34 cm) de cubierta
mucosa que conduce a la orina desde la pelvis renal has-
ta la vejiga. Cada uréter varía de diámetro desde 2 hasta
8 mm 3 . Cuando entra en la pelvis, el uréter pasa po r
delante de la arteria ilíaca común (externa) . El uréter si-
gue un trayecto oblicuo a través de la pared vesicular
(ver Fig. 9-3).

La vejiga urinaria
La vejiga se ubica en la pelvis, caudal y anterior a la cavi-
dad peritoneal y posterior a los huesos pubianos 3• En su
parte craneal el peritoneo se refleja sobre la cara anterior
de la vejiga. Dentro de la vejiga, los orificios ureterales y
uretrales demarcan una zona conocida como trígono
vesical; el orificio uretral también delimita el cuello de la
vejiga. El cuello vesical y el trígono mantienen constante
su perfil y posición; sin embargo, el resto de la vejiga pue-
de cambiar de perfil y posición en función del volumen de
orina que contenga la vejiga. Por debajo del peritoneo que
fIt¡J Figura 9-3 Anatomía de riñón, uréter y vejiga, cubre la vejiga existe una capa de tejido conectivo suelto

~
de subserosa, que forma la capa adventicia de la pared
vesical. Adyacente a la adventicia existen tres capas mus-
O'l
o
"3
~
c.
ca
O

..., Figura 9-4 Riñón normal. Ecografías A, sagital y B, transversal de la anatomía normal con diferenciación cortico-
~ medular que muestra unas pirámides medulares relativamente hipoecoicas y una cortical menos ecogénica que
hígado o bazo.

culares: la externa (longitudinal), media circular y la más podrá seguir en dirección caudal con la imagen tanto
interior de las capas de la vejiga que está formada por mu- transversal como sagital. En mujeres, a través de un abor-
cosa. La pared vesical debe ser lisa y de un grosor unifor- daje transvaginal, se apreciará un uréter distal dilatado
me. El grosor de la pared depende del grado de distensión
vesical. Vejiga y uretra
La mejor forma de evaluar la vejiga es cuando está mode-
radamente rellena, aunque una vejiga demasiado llena
. TÉCNICA ECOGRÁFICA ocasiona molestias. La vejiga debe explorarse en planos
transversal y sagital. Para visualizar mejor la pared vesi-
cal en mujeres, es útil la ecografía transvaginal. Si se des-
La posibilidad de visualizar el tracto genitourinario me- conoce la naturaleza de una masa grande rellena de líqui-
diante ecografía depende del hábito físico del paciente, do en la pelvis, se deja que el paciente orine o se drena la
experiencia del explorador y equipo ecográfico. El pacien- orina mediante una sonda de Foley, lo que permitirá de-
te estará en ayunas como mínimo 6 horas para limitar el terminar la localización y aspecto de la vejiga respecto a la
gas intestinal. Se utilizarán sondas de alta frecuencia en pa- masa rellena de líquido. La uretra en mujeres puede ex-
cientes con un hábito corporal adecuado (ver Capítulo 1). plorarse mediante abordajes transvaginal, transperineal
Se suele utilizar la imagen armónica para los pacientes de y translabiaP2 (Fig. 9-7). La uretra posterior y prostática
ecografía difícil (obesos), y gracias a la incorporación de se explora mejor con sondas endorrectales (Fig. 9-8).
recientes avances, como la imagen combinada, que se
consigue mejorar la visibilidad de lesiones y reducir arte-
factos.
ANOMALíAS CONGÉNITAS
El riñón .
Los riñones pueden evaluarse en planos transversal o co- Anomalías relacionadas con el crecimiento renal
ronal. La posición óptima del paciente varía, y aunque
suele ser suficiente la posición decúbito supino y lateral, Hipoplasia
pueden requerir una posición oblicua y en ocasiones in- La hipoplasia renal es una anomalía parenquimatosa renal
cluso decúbito prono (pacientes obesos). Normalmente, en la que existe una cantidad muy baja de nefronas y la fun-
es necesario combinar los abordajes subcostal e intercos- ción renal depende de la masa renal. La hipoplasia verda-
tal para una completa evaluación renal; el polo superior dera es una anomalía rara. Muchos pacientes con hipopla-
del riñón izquierdo es especialmente difícil de visualizar sia unilateral están asintomáticos y en ellos esta patología
sin combinar abordajes. suele ser un hallazgo casual. La hipoplasia se considera la
consecuencia de que el esbozo ureteral hace contacto con
El uréter la parte más caudal del blastema metanefrogénico. Esto
El uréter proximal se visualiza mejor a partir de una pro- puede suceder por un desarrollo retrasado del esbozo
yección coronal oblicua como ventana acústica. El uréter ureteral o por un contacto retrasado del esbozo con el
se sigue hasta la vejiga, conservando el mismo abordaje. blastema de migración craneal. La hipo pi asia se diagnos-
Un uréter no dilatado puede ser imposible de visualizar tica cuando se identifican menos lóbulos renales, aunque
por el gas interpuesto. La exploración transversal del re- éstos sean normales 13 . En la ecografía, el riñón es pequeño
troperitoneo suele demostrar un uréter dilatado, que se pero de aspecto normal.
Malformaciones relacionadas con el ascenso
del riñón
Ectopia
El fracaso del riñón para ascender durante el desarrollo
embriológico es el origen del riñón pelviano, con una
prevalencia de 1/724 autopsias 1S . Estos riñones con fre-
cuencia son pequeños y tienen una rotación anormal. El
50% de los riñones pelvianos son hipofunci onantes 1s . Los
uréteres suelen ser cortos, con mal drenaj e y la dilatación
del sistema colector les predispone a la infecció n y forma-
ción de cálculos. El aporte sanguíneo suele ser complejo y
deriva de múltiples arterias regionales (habitualmente las
ilíacas interna y común). Si el riñón asciende demasiado
alto puede sobrepasar el foramen de Bochdalek y conver-
V Figura 9-5 Línea de unión anterior. Ecografía
tirse en un riñón intratorácico verdadero; lo cual carece
~ anterior que demuestra una línea ecogénica que
se extiende desde el seno renal a la grasa periné- de transcendencia clínica. Cuando no se identifique el ri-
frica. El defecto se localiza habitualmente en la unión de ñón en la fosa renal deberá iniciarse la búsqueda inmedia-
los tercios medio y superior del riñón , como en este caso. ta de un posible riñón pelviano (Fig. 9-9). Si el riñón ha
ascendido demasiado alto, será útil la ecografía para esta-
blecer si el diafragma sigue intacto.

= Lobulación fetal
La lobulación fetal está presente hasta los 4-5 años de
Ectopia renal cruzada
En la ectopia renal cruzada ambos riñones se encuentran
edad; sin embargo, se describe una lobulación persistente
en el mismo lado. En el 85%-90% de los casos el riñón
en el 51 % de los riñones adultos 14 . Existe un pliegue de la
ectópico se ha fusionado con el otro. El polo superior de
corteza sin pérdida del parénquima cortical. En la ecogra-
un riñón se suele fusionar con el polo inferior del otro ri-
fía se aprecian nítidas hendiduras por encima de las co-
ñón, aunque la fusión puede producirse a cualquier nivel.
lumnas (septos) de Bertin 1S .
La incidencia es de 1:1.000 a 1:1.500 de las autopsias 14• La
fusión del blastema metanefrogénico no permite una ro-
Hipertrofia compensatoria
tación o el ascenso apropiados, por lo que ambos riñones
La hipertrofia compensatoria puede ser difusa o focal. Se
tienen una ubicación más caudal, aunque las uniones reo.
produce cuando las nefronas existentes aumentan para
trovesicales conservan una localización nor mal. En la eco-
permitir al parénquima renal sano acometer más trabajo.
grafía, ambos riñones están en el mismo lado y habitual-
La forma difusa se observa en la nefrectomía contralate-
mente fusionados (Fig. 9-10). En los pacientes con un
ral, agenesia renal, hipo pI asia renal, atrofia renal y displa-
cólico nefrítico es muy importante saber que las uniones
sia renal. La forma focal se observa en forma de islotes
ureterovesicales están en su ubicación normal.
residuales de tejido normal hipertrofiados dentro de un
riñón que está enfermo. La hipertrofia compensadora fo-
Riñón en herradura
cal puede ser especialmente llamativa en el contexto de la
La incidencia del riñón en herradura en la población gene-
nefropatía por reflujo. La hipertrofia compensadora difu-
ral es del 0,01% al 0,25%. Los riñones en herradura se
sa se sospecha en la ecografía cuando se identifica un ri-
producen cuando el blastema metanefrogénico se fusiona
ñón hipertrófico, pero que por lo demás tiene un aspecto
antes del ascenso, y la fusión se produce en los polos infe-
normal. La hipertrofia compensatoria focal puede resul-
riores (95 %). Lo habitual es que el istmo esté compuesto
tar más problemática con la ecografía. Amplias zonas no-
por tejido renal funcionante, aunq~e en raras ocasiones
dulares pero con tejido renal normal entre cicatrices po-
está integrado por tejido fibroso. El riñón en herradura se
drían simular una masa renal sólidaS.
aloja por delante de los grandes vasos abdominales y reci-
be su aporte de vasos regionales, como la aorta y otros
vasos regionales, como las arterias mesentéricas, ilíaca
CRITERIOS ECO GRÁFICOS DE LA 'común, ilíaca interna e ilíaca externa. La rotación anormal
COLUMNA HIPERTROFIADA DE BERTI de la pelvis renal ocasiona una obstrucción de la unión
ureteropélvica, que es la causa de que el riñón en herradu-
• Indentación lateral del seno renal ra predisponga a infecciones y formación de cálculos.
• Limitado por un defecto parenquimatoso Otras malformaciones asociadas son el reflujo vesicoure-
de la unión teral, duplicación del sistema colector, displasia renal,
• Localización en la unión de los-ter. d o uréter retro cava, riñón supernumerario, malformación
medio y superior anorrectal, atresia esofágica, fístula rectovaginal, onfalo-
• Se continúa con la corteza renal adyacente cele y malformaciones cardiovasculares y óseas.
• Contiene pirámides renales En la ecografía, del riñón en herradura normalmente es-
• Tamaño menor de 3 cm tá más caudal de lo normal y los polos inferiores se pro-
yectan medialmente. La imagen transversal del retroperi-
toneo mostrará el istmo renal cruzando la línea media por prevalencia de la agenesia bilateral en autopsias es del
delante de los grandes vasos abdominales (Fig. 9-11). Son 0,04%. Esta patología muestra una predilección por los va-
probables la hidronefrosis (pielocaliectasia) y los cálculos rones con una tasa de 3:1 14• La agenesia unilateral habitual-
del sistema colector. mente es un hallazgo casual en el que el riñón contralateral
es más grande debido a una hipertrofia compensadora. La
agenesia renal se produce cuando: 1) existe ausencia del
Malformaciones relacionadas con el esbozo
ureteral blastema metanéfrico, 2) ausencia de desarrollo del esbozo
ureteral, o 3) ausencia de la interacción y penetración del
Agenesia renal esbozo ureteral en el blastema metanéfrico. La agenesia re-
La agenesia renal puede ser uni- o bilateral. La agenesia bi- nal se asocia a malformaciones del aparato genital y habi-
lateral es una anomalía rara e incompatible con la vida. La tualmente se trata de masas pélvicas quísticas, tanto en

ttJ Figura 9-6 Columnas de Bertin hipertrofiadas. Ecografías A, sagital y B, transversal que muestran el aspecto
~ típico de las columnas de Bertin . C, Pirámides medulares dentro de la columna hipertrofiada de Bertin. D, Ecoge-
nicidad de la columna que puede variar dependiendo de la orientación. E, Ecografía transversal y F, Imagen corres-
pondiente en Doppler potencia que confirma una columna hipertrofiada.
mal mente es más pequeño que el no rmal y puede estar
por encima, por debajo, enfrente o por detrás del riñón
normal. El riñón supernumerario suele tener sólo unos
cuantos cálices y un solo infundíbulo. La formación del ri-
ñón supernumerario probablemente se deba al mismo
mecanismo que da lugar a la duplicación del sistema co-
lector 14 . Dos esbozos ureterales alcanzan el blastema me-
tanéfrico, que se divide entonces, o alternativamente, y
forman ya el inicio de dos blastemas. En la ecografía se
detectará un riñón más.

Duplicación del sistema colector y ureterocele


El sistema colector duplicado es la malformación congéni-
ta más habitual del aparato urinario, con una incidencia
publicada del 0,5 %-10% de todos los neonatos 14• El grado
de duplicación es variable. La duplicación es completa
fItJ Figura 9-7 Ecografía translabial de una uretra cuando existen dos sistemas colectores separados y dos
~ femenina. Ecografía translabial que muestra una
uréteres separados, cada uno con su orificio ureteral. La
uretra hipoecoica tubular que se extiende desde la
vejiga hasta la superficie cutánea. duplicación es incompleta cuando los uréteres se unen y
entran en la vejiga a través de un orificio ureteral único. La
duplicación ureteropélvica surge cuando se for man dos
=c: hombres como en mujeres. Otras malformaciones asocia- esbozos ureterales y se unen con el blastema metanefro-
das posibles son las malformaciones osteomusculares, génico o cuando existe una división de un esbozo ureteral
'o
'0
(J malformaciones anorrectales y la criptorquidia. único precozmente durante la embriogénesis. En condi-
<11
UJ En la ecografía, aunque el riñón está ausente, se suele ciones normales, durante el desarroll o embriológico el
detectar una glándula suprarrenal. La glándula suprarre- orificio ureteral se orienta en dirección craneal y lateral
nal puede estar ausente en el 8%-17% de los pacientes para formar parte del trígono vesical. Con la duplicación
con agenesia renaPs y puede ser difícil distinguir entre completa, el uréter del polo inferior renal migra y adopta
agenesia renal y riñón hipoplásico o displásico. En estas su localización normal, mientras que el uréter que drena
patologías, el riñón contralateral estará hipertrofiado co- el polo superior renal migra de form a anormal hacia un
mo consecuencia de la hipertrofia compensadora. Nor- orificio ureteral más caudal y medial. Los pacientes pre-
malmente el colon rellena el lecho de riñón ausente. Hay sentan una mayor incidencia de obstrucciones uretero-
que ser prudente para evitar confundir un asa intestinal pélvicas de la unión y útero didelfo (útero dúplex)1s.
con un riñón normal. En la duplicación completa, el uréter que drena en el po-
lo inferior sigue un trayecto más perpendicular a través
Riñón supernumerario de la pared vesical, lo que le hace más propenso al reflujo.
El riñón supernumerario es una malformación extraordi- El uréter ectópico del polo superior es proclive a la obstruc-
nariamente infrecuente. El riñón supernumerario nor- ción, reflujo o ambos (Fig. 9-12). La obstrucción puede oca-

fItJ Figura 9-8 Ecografía transrectal de una uretra masculina. Ecografía A, sagital, B, transversal que muestra la
~ uretra con calcificaciones en las glándulas ureterales (flechas) rodeadas por músculo pobre en ecos del esfínter
interno; B, Vejiga; cabeza de flecha, conducto eyaculador; S, glándulas seminales. (Cortesía de Ants Toi, MO, The
Taranta Hospital.)
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..., Figura 9-9 Pelvis renal. Ecografía transversal W Figura 9-10 Ectopia cruzada-fusionada. Eco-
~ que muestra la pelvis posterior del riñón izquierdo ~ grafía sagital que muestra dos riñones fusionados
posterior al útero (asterisco). entre sí.

sionar una dilatación qu ística de la porción intramural del cia de ureterocele. Un ureterocele se manifiesta en forma
uréter, que da lugar al ureterocele. Los ureteroceles pue- de estructura redonda, de aspecto quístico dentro de la
den ser uni- o bilaterales y se producen en uréteres nor- vejiga (Fig. 9-13). En ocasiones puede ser suficientemente
males, duplicados o ectópicos. Los ureteroceles pueden grande como para ocupar toda la vejiga y ocasionar una
ocasionar una obstrucción urinaria persistente y dar lu- obstrucción del cuello vesical. En mujeres, la ecografía
gar a infecciones del tracto urinario recurrentes o persis- transvaginal es útil para identificar ureteroceles pequeños 17
tentes (ITU). En caso de que sea grande, puede bloquear (Fig. 9-14). Estos ureteroceles pueden ser transitorios.
el orificio ureteral contralateral y el orificio uretral en el Madeb y cols. 81 demostraron que la ecografía transvaginal
cuello vesical. El tratami ento de estos ureteroceles sinto- con Doppler color y espectral proporciona la información
máticos es quirúrgico. Sin embargo, la mayoría de los ure- adicional necesaria respecto a las dinámicas de flujo, evi-
teroceles son transitorios, incidentales y carecen de rele- tando procedimientos invasivos.
vancia clínica.
En la ecografía, unos sistemas colectores duplicados se Obstrucción de la unión ureteropélvica
ven como dos senos renales ecogénicos centrales con pa- La unión ureteropélvica (UUP) en una malformación fre-
rénquima renal interpuesto entre ellos. Por desgracia, es- cuente con una tasa de 2:1 a favor de los hombres. El riñón
te signo es poco sensible y solamente se observa en el izquierdo se afecta el doble de veces que el derecho. La
17% de las duplicaciones renales 16 . La hidronefrosis del obstrucción de la UUP es bilateral en el 10%-30% de los
polo superior, con visualización de dos sistemas colecto- casos 19 • La mayoría de los pacientes adultos acuden con
res y uréteres distintos es diagnóstica. La vejiga debe eva- un dolor crónico en flanco o espalda mal definido. Los pa-
luarse siempre de form a minuciosa respecto a la existen- cientes sintomáticos y los que presentan complicaciones,

~ Figura 9-11 Riñón en herradura. Ecografía A, transversal que muestra el istmo cruzando por delante de los gran-
~ des vasos retroperitoneales, con el parénquima renal de cada extremo de la herradura abrazando la columna
vertebral. B, Estudio confirmatorio de Te con contraste.
=s::: ..., Figura 9-12 Sistema colector duplicado. Ecografía A, sagital que muestra una masa quística en el polo superior.
'o
'0 ~ Obsérvese la dilatación del sistema colector y el adelgazamiento cortical. B, Urografía intravenosa diferida que
u
Q)
muestra un sistema colector izquierdo duplicado con dilatación del polo superior.
rn

como infecciones sobreañadidas, cálculos o disfunción re- focal de peristaltismo se acompaña de un amplio espectro
nal, deberán tratarse. Los pacientes tienen una mayor in- de hallazgos, que van desde una ureterectasia hasta la hi-
cidencia de riñón displásico y de agenesia renal contrala- dronefrosis progresivafhidrouréter. Al igual que en las
terales. La mayoría de las obstrucciones de la UUP son obstrucciones de la UUP, los hombres se ven más afecta-
idiopáticas y se consideran funcionales más que anató - dos que las mujeres y el uréter izquierdo suele estar afec-
micas 19 . La evaluación histológica de las muestras reseca- tado 19 . La afectación bilateral se ha descrito en el 8%-50%
das con afectación han demostrado excesiva cantidad de de los pacientes. Los signos clásicos ecográficos son una
colágeno entre los haces musculares de un músculo defi- dilatación fusiforme del tercio distal del uréter (Fig.
ciente o ausente y músculos con una excesiva longitud 19 . 9-16). En función de la gravedad, puede o no acompañar-
En ocasiones serán causas de obstrucción unas válvulas se de pielocaliectasias. Los cálculos pueden formarse in-
intrínsecas, una estenosis luminal verdadera y arterias mediatamente proximales al segmento adinámico.
aberrantes. En la ecografía, existirá hidronefrosis a nivel
de la UUP (Fig. 9-15). Con frecuencia se observa un llama-
Malformaciones relacionadas con el desarrollo
tivo abombamiento de la pelvis renal y si se mantiene en
vascular
el tiempo, puede derivar en una atrofia del parénquima
renal. El calibre del uréter, por otra parte, es normal, pero Vasos aberrantes
deberá realizarse una minuciosa evaluación del riñón A medida que asciende durante el desarrollo embriológi-
contralateral para descartar malformaciones asociadas. co, el riñón recibe la vascularización de niveles cada vez
más altos de la aorta. Existirán arterias renales aberran-
Megacálices congénitos tes si el aporte vascular de los niveles inferiores de la aor-
Los megacálices congénitos son un alargamiento unilate- ta se mantiene. Los vasos aberrantes pueden comprimir
ral y no obstructivo de los cálices. No es progresivo y se al uréter en cualquier punto de su recorrido. El Doppler
conservan el parénquima que queda por encima y la fun- color puede ser útil para identificar vasos obst ruidos cru-
ción renal. La infección y formación de cálculos son más zando la unión ureteropélvica.
frecuentes por el alargamiento de los cálices. La patogenia
exacta es especulativa y su asociación más frecuente es Uréter retrocava
con el megauréter primari0 2o. En la ecografía se observan El uréter retrocava es una malformación congénita rara
numerosos cálices alargados. Están ausentes las impre- pero bien conocida con un predominio de hombres, con
siones papilares y se mantiene el grosor cortical. una relación 3:1. La mayoría "de los pacientes acuden por
dolor en la segunda a la cuarta década de la vida. Habi-
Megauréter congénito tualmente la vena cava inferior (VC!) infrarrenal se desa-
En megauréter (congénito, megalouréter) se debe a una rrolla a partir de la vena supracardinal, pero si se desarro-
obstrucción funcional del uréter. El segmento más distal lla a partir de la vena subcardinal, el uréter pasará por
del uréter carece de peristaltismo. La ausencia ureteral detrás de la VC!. El uréter pasa después medial y por de-
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W Figura 9-13 Duplicación del sistema colec-


~ toroA, Ecografía sagital que muestra dilatación
del polo inferior, probablemente relacionado
con reflujo. B, Ecografía sagital que muestra el parénqui-
ma central separando el polo superior y el polo inferior.
Existe una moderada dilatación de ambas mitades. C,
Ecografía sagital de vejiga y uréter distal del paciente de
B. Obsérvese la dilatación del uréter a partir de polo su-
perior y un gran ureterocele.

lante entre la aorta y la ve! y cruza los vasos ilíacos dere- Malformaciones relacionadas con el desarrolla r
ch os. Entra entonces en la pelvis y vejiga de forma normal. de la vejiga
La ecografía muestra el sistema colector y la dilatación
ureteral proximal. En pacientes con buena insonación se Agenesia vesical
puede identificar el uréter retro cava comprimido. La agenesia vesical es una malformación rara. La mayorí-=--
de los lactantes con agenesia vesical son mortinatos y cas
todos los que sobreviven son hembras 21 . Se observan mu -
chas malformaciones asociadas, y en la ecografía estará:...
ausente la vejiga.

Duplicación vesical
La duplicación vesical se divide en tres tipos ls:
Tipo 1: El pliegue peritoneal completo o incompleto sepa-
ra dos vejigas.
Tipo 2: Un septo interior divide la vejiga. El septo puede
ser completo o incompleto y se puede orientar en el pIa-
no coronal o sagital. Pueden existir múltiples tabiques.
Tipo 3: Una banda transversa de músculo divide la vejiga
en dos cavidades desiguales.

Extrofia vesical
La extrofia vesical se observa en 1/30.000 neonatos, con
fttJ Figura 9-14 Ureteroceles pequeños bilaterales. una tasa de 2:1 de predominio masculino 1s. El fallo en el
~ Ecografía transvaginal transversal que muestra desarrollo del mesodermo por debajo del ombligo condu-
dos pequeñas estructuras qu ísticas relacionadas ce a la ausencia de la pared del abdomen inferior y pared
con la pared vesical. Con la sonda en la vagina, el trígono vesical anterior. Existe una elevada incidencia de malfor-
vesical y los orificios ureterales se muestran en el campo maciones osteomusculares, gastrointestinales y genitales.
próximo del transductor. Estos pacientes presentan una incidencia aumentada
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~ W Figura 9-15 Obstrucción en la unión ureteropélvica. Ecografías A, sagital y e transversal que muestran un
~ ~ abombamiento marcado de la pelvis renal con caliectasia asociada.

=c:
'0 (200 veces) de carcinoma vesical (adenocarcinoma en el mantiene permeable entre ambos extremos. El quiste nor-
'0
u
Q)
90% de los casos )15. malmente se sitúa en el tercio inferior del uraco. Existe una
ti) incidencia aumentada de adenocarcinoma. En la ecografía,
Anomalías del uraco se aprecia un quiste en la línea media, con y sin ecos interio-
Habitualmente el uraco se cierra en la última mitad de la res y en una posición craneal respecto a la vejiga. El seno
vida feta]1 5. Los cuatro tipos de malformaciones congéni- del uraco se forma cuando el uraco se cierra en el extremo
tas del uraco, en orden de frecuencia son15.22.23 (Fig. 9-17): de la vejiga, pero sigue permeable en el ombligo. El divertí-
1. Uraco permeable (50%) culo del uraco se forma si el uraco se cierra en el extremo
2. Quiste del uraco (30%) umbilical pero sigue abierto en la vejiga. El divertículo del
3. Seno del uraco (15%) uraco es normalmente un hallazgo casual. Existe una mayor
4. Divertículo del uraco (5%) incidencia de carcinoma y formación de cálculos.
Existe una mayor tasa en hombres (de 2:1). El uraco per-
meable suele asociarse con una obstrucción uretral y sirve Malformaciones relacionadas con el desarrollo
como mecanismo de protección para permitir un desarrollo uretral: divertículos
fetal normal. El quiste del uraco se forma si el uraco se cie- La mayoría de los divertículos uretrales son adquiridos
rra en el extremo umbilical y también en el vesical, pero se como consecuencia de lesiones o infecciones, aunque rara

W Figura 9-16 Megauréter congénito. Ecografía A, sagital que muestra una marcada dilatación del uréter distal por
~ encima de la unión ureterovesical. e, ecografía sagital que muestra una moderada ureterectasia en la zona media.
vez sean congénitos. La mayoría de los divertículos ure- vaginal anterior que fluctúa. Pueden aparecer cálculos
trales en las mujeres se fo rman como consecuencia de in- por estasis urinario. La ecografía, transvaginal o transla-
fección de las glándulas periuretrales; algunas puede rela- bial, permite la detección de estructuras quísticas simples o
.~
cionarse con el parto y la mayoría se localizan en la uretra o complejas que se comunican con la uretra a través de un
media y son bilaterales. Con frecuencia se nota una masa cuello delgado (Fig. 9-18). 'c:::"
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\iI Figura 9-17 Malformaciones congénitas del uraco. A, Uraco permeable que se extiende desde la vejiga hasta
~ el ombligo. B, Seno uracal. e, Divertículo del uraco. D, Quiste del uraco. (Modificado de Schnyder PA, Candarjia
G. Vesicouracha/ diverticu/um: CT diagnosis in two adu/ts. AJR Am J Roentgeno/1981;137:1063-1065.)
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~ ~ Figura 9-18 Divertículo uretral en una mujer joven con una masa vaginal pal.pable, Ecografías A, sagital y 8
~ ~ transversal que muestran una masa quística compleja adyacente a la uretra anterior.

=e
'o desechando el uso de otros términos como nefritis bacte-

oQ) . INFECCIONES GENITOURINARIAS riana, nefronia lobar, celulitis renal, nefritis lobar, flemón
en renal y carbunco renaJ26.
En la ecografía, la mayoría de los riñones con pielone-
Pielonefritis
fritis aguda son normales. Sin embargo, los hallazgos eco-
gráficos pueden ser diversos (Fig. 9-19):
Pielonefritis aguda
• Aumento del tamaño renal
La pielonefritis aguda es una inflamación tubulointersti-
• Compresión del seno renal
cial del riñón. La inflamación llega por dos rutas distintas: .
• Ecogenicidad disminuida (secundaria al edema) o aumen-
infección ascendente (85%; p. ej.: Escherichia co/í) y dise-
to de la ecogenicidad (potencialmente por hemorragia)
minación hematógena (15%; p. ej.: Staphy/ococcus aureus).
• Pérdida de la diferenciación corticomedular
Las mujeres con edades entre 15-35 años son las que más
• Masa(s) mal delimitadas
a menudo se afectan 24 y el 2% de las embarazadas desa-
• Gas en el interior del parénquima renaJ2S.26
rrollarán pielonefritis aguda 2s . Muchos adultos acuden
• Ausencia focal o difusa de la perfusión de Doppler color
con dolor en el flanco y fiebre y pueden diagnosticarse
correspondiente a zonas edematosas inflamadas
con ayuda de estudios de laboratorio (bacteriuria, piuria y
Si la pielonefritis es focal, las masas mal delimitadas
leucocitosis). Con el tratamiento antibiótico apropiado,
pueden ser ecogénicas, hipoecoicas o de ecogenicid~d
tanto los hallazgos clínicos como los de laboratorio mues-
mixta. Las masas ecogénicas pueden ser el aspecto mas
tran una rápida mejoría. La imagen solamente será nece-
frecuente de la pielonefritis focaJ27.
saria cuando los síntomas y alteraciones de laboratorio
La ecografía, con el Doppler potencia, es menos sensible
persistan. La imagen es útil para identificar causas poten-
que la TC, imagen de resonancia magnética (RM) o ga~­
ciales de infección insuficientemente tratada, como son
magrafía cortical renal con emisión de positrones de foton
los abscesos renales y perirrenales, cálculos y obstrucción
único y tecnecio 99m (99mTc-DMSA SPECT) para demos-
urinaria. La Society o[ Uroradi%gy propuso el nombre
trar cambios en la pielonefritis aguda. Sin embargo, la
pielonefritis para describir riñones con infección aguda,
ecografía es más accesible y menos costosa y por ello es
una modalidad de cribado excelente para monitorizar y
hacer el seguimiento de complicaciones 28 y tam b"len para
ECOGRAFÍA DE LA PIELONEFRITIS la evaluación de embarazadas con pielonefritis aguda por
AGUDA la ausencia de radiaciones ionizantes 2s,26.
Existe una infección renal peculiar, conocida como pie-
• Aumento del tamaño renal litis alcalina incrustante, que se ha descrito en trasplan-
• Compresión del seno renal tados renales y riñones nativos de pacientes debilitados o
• Ecotextura anormal inmunodeprimidos 29 , Esta patología suele deberse al Cory-
• Pérdida de la diferenciación nebacterium urealyticum, un microorganismo que meta-
corticomedular boliza la urea, La incrustación de cálculos uroteliales se
• Masas mal delimitadas desarrolla en riñones con hematuria, con paso de cálculos
• Gas dentro del parénquima renal y una orina con olor a amoniaco, La disuria y dolor supra-
púbico son los signos clínicos más habituales cuando se
afecta la vejiga. El tratamiento requiere antibióticos yaci- plicación de la pionefrosis, puede deberse a la extensión
dificación de la orina. En la ecografía, la pielitis alcalina directa de infecciones peritoneales o retroperitoneales o
incrustante puede sospecharse cuando se identifica un a cirugía previa 23 . Los pequeños abscesos pueden tratarse o
urotelio engrosado y calcificad0 29 . La calcificación puede de forma conservadora con antibióticos, mientras que los 'C
ca
ser fina y lisa o gruesa e irregular. Se tendrá una especial abscesos grandes con frecuencia precisan drenaje percu- c::
'C
precaución para no confundir la calcificación urotelial con táneo y, cuando sea insatisfactorio, cirugía. ::l
la formación de capas de cálculos en el sistema colector 29 . En la ecografía, el absceso renal se manifiesta en forma
de masa compleja hipoecoica de pared gruesa que puede
...ca
O
~

Absceso renal y perinéfrico mostrar una buena transmisión directa (Fig. 9-20). Pue- ca
a.
Las pielonefritis no tratadas o inadecuadamente tratadas, den apreciarse detritus interiores y tabicaciones. En oca- oC(
pueden conducir a la necrosis parenquimatosa y a la for- siones se observa una «sombra sucia» posterior al gas
mación de abscesos. Los pacientes con mayor riesgo de dentro del absceso. El diagnóstico diferencial es con: 1)
absceso renal son aquell os con diabetes, inmunocom- quistes hemorrágicos e infectados, 2) quistes parasita-
prometidos, enfermedades crónicas debilitantes, obstruc- rios, 3) quistes multiloculados, y 4) neoplasias quísticas.
ción del tracto urinario, cálculos renales infectados yabu- Aunque no sea tan preciso como la Te para determinar la
so de drogas por vía parenteraFS.30. Los abscesos renales existencia y extensión de un absceso perinéfric0 2s , la eco-
tienden a ser solitarios y pueden descomprimirse de for- grafía es una modalidad excelente para los pacientes en
ma espontánea en el sistema colector o espacio perinéfri- seguimiento de trata miento conservador con absceso pa-
co. Los abscesos perinéfricos, que también son una com- ra documentar su resolución.

W Figura 9-19 Pielonefritis aguda en tres pacientes. A, Áreas ecogénicas con un sutil aumento de ecos en la
~ corteza anterior del riñón derecho. B, Área aislada focal hipoecoica en el polo superior del riñón de otro paciente.
Ecografías e, sagital y D, transversal en un tercer paciente que muestra un riñón edematoso con ecogenicidad
focal alterada y pérdida de diferenciación corticomedular. El seno renal está atenuado por el parénquima edematoso.
..., Figura 9-20 Absceso renal. Dos pacientes con un absceso clínicamente aparente que se trataron con éxito me-
~ diante drenaje por catéter y antibióticos. A, Ecografí~ transversal que muestra un gran quis.te c~n mínim,:s capas
= de detritus. B, Imagen transversal en el segundo paciente que muestra un absceso complejo mas pequeno.

Pionefrosis se sospechará cuando la ecografía muestre detritus móvi-


La pionefrosis implica la existencia de material purulento les en el sistema colector (con o sin nivel líquido-detritus ),
en un sistema colector obstruido. En función del nivel de gas en el sistema colector y cálculos (Fig. 9-21).
la obstrucción, se puede afectar cualquier parte del siste-
ma colector, incluido el uréter. El diagnóstico precoz y su Pielonefritis enfisematosa
tratamiento son esenciales para evitar el desarrollo de La pielonefritis enfisematosa (PNE) es una infección rara
bacteriemia y shock séptico potencialmente letales. La ta- y potencialmente letal del parénquima renal que se carac-
sa de mortalidad de la bacteriemia y el shock séptico es teriza por la formación de gas 33 . La mayoría de los pacien-
del 25% y 50%, respectivamente 31 y un 15% de los pa- tes son mujeres (2:1) y diabéticas (90 %), con una media
cientes están asintomáticos cuando acuden 32 • En los adul- de edad de 55 años. En los pacientes diabéticos la PNE
tos jóvenes la obstrucción de la UUP y los cálculos son las tiende a producirse en sistemas colectores no obstruidos,
causas más frecuentes de pionefrosis, mientras que la aunque lo contrario será cierto para los no diabéticos. La
obstrucción ureteral neoplásica es habitualmente el fac- enfermedad bilateral sucede en el 5%-1 0% de los pacien-
tor predisponente en pacientes ancianos 2s • La pionefrosis tes con PNE. La Escherichia coli es el microorganismo en

..., Figura 9-21 Pionefrosis. Ecografía sagital en dos pacientes que muestran sistemas colectores dilatados con
~ detritus interiores en partes declives. A, Cálculo obstructivo en la unión ureteropélvica. B, Detritus en capas dentro
del sistema colector dilatado de una mujer anciana con una obstrucción ureteral distal maligna.
el 62%-70% de los casos; y otros gérmenes posible son: dentro del sistema colector unas líneas ecogénicas linea-
K/ebsiella (9%), Pseudomonas (2%), Proteus, Aerobacter y les no declives con sombra sucia acústica posterior distal,
Candida 25 ,30. En su presentación muchos pacientes impre- indicativas de gas (Fig. 9-23). Al igual que en la PNE, la TC o
sionan de gravedad con fiebre, dolor en el flanco, hiper- es necesaria con frecuencia para identificar la pielitis en- '¡:
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glucemia, acidosis, deshidratación y desequilibrio hi- fisematosa, ya que en la ecografía la mancha por la som- e
'¡:
droiónic0 34 . Un 18% presentan -únicamente- fiebre de bra acústica del gas puede enmascarar la extensión preci- j
origen desconocido (FOD)3S.
Wan y cols. 36 revisaron retrospectivamente 38 pacientes
sa de la enfermedad perirrenal.
...
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con PNE e identificaron dos tipos de enfermedad: PNE 1, Pie/onefritis crónica a.
que se caracterizaba por la destrucción del parénquima y La pielonefritis crónica es una nefritis intersticial, que se <C
la presencia de gas entreverado o moteado, y la PNE 2, que suele asociar al reflujo vesicoureteral. La nefropatía por
se caracterizaba por colecciones líquidas renales y peri- reflujo se considera la causa del 10%-30% de todas las
rrenales, con gas loculado o burbujas o con gas en el siste- nefropatías terminales (NPTJ38 (Fig. 9-24). La pielone-
ma colector. La tasa de mortalidad de la PNE 1 fue del 69% fritis crónica normalmente comienza en la infancia y es
y de la PNE 2 del 18%. Los autores concluyeron que los más frecuente en mujeres. Los cambios renales pueden
distintos resultados de la PNE 1 Y PNE 2 eran consecuen- ser unilaterales o bilaterales, pero normalmente son asi-
cia del estado inmunitario del paciente y de la perfusión métricos. El reflujo en los túbulos colectores se produce
del riñón afectado. La nefrectomía urgente fue el trata- cuando los orificios de los conductos papilares son incom-
miento de elección en la PNE 1, mientras que el drenaje petentes; este reflujo acurre con mayor frecuencia en las
percutáneo será el abordaje recomendado para la PNE 2. papilas compuestas, que se encuentran habitualmente en
La Te fue la modalidad de imagen de elección en pacientes los polos de los riñones. Las cicatrices corticales por ello
con PNE, para determinar la localización y extensión del tienden a producirse sobre los cálices polares. Se asocia
gas renal y perirrenal. La evaluación ecográfica de la PNE 1 una retracción papilar con unos cálices con aspecto de
o 2 puede ser difícil, debido a que la sombra sucia por el maza. En la ecografía se observa un cáliz de dilatación ro-
gas parenquimatoso enmascara las capas profundas y la ma, que se asocia a una cortical cicatricial o atrofia cor-
sombra también puede llevar a errores de interpretación ticaP9 (Fig. 9-25). Estos cambios pueden ser multicéntri-
de los cálculos renales o del gas intestinaJ37 (Fig. 9-22). cos y bilaterales. Si la enfermedad es unilateral, puede
existir una hipertrofia compensadora del riñón contrala-
Pielitis enfisema tosa teral. Cuando es multicéntrica la hipertrofia compensado-
La pielitis enfisematosa es la existencia de gas localizado ra del parénquima normal puede crear un islote de tejido
dentro del sistema colector urinari0 33. Esta patología se normal que simule un tumor.
observa sobre todo en mujeres con diabetes o cálculos
obstructivos y se ha referido que tiene una mortalidad del Pie/onefritis xantogranulomatosa
20%. Es importante excluir causas iatrogénicas de gas La pielonefritis xantogranulomatosa (PXG) es una infec-
dentro del sistema colector. En la ecografía se aprecian ción supurativa crónica en la que el parénquima renal

e \iI Figura 9-22 Pielonefritis enfisematosa tipo 1 (PNE1), A, Ecografía sagital de la fosa renal derecha que muestra
una sombra extensa por gas que enmascara el riñón subyacente. B, Te que muestra una destrucción difusa del
parénquima renal derecho con extenso parcheado por gas. Se deberá evaluar de forma minuciosa la ecografía
••

para que no pase inadvertida la PNE1. En caso de que no se consiga visionar el riñón en un paciente séptico es obligado
realizar otras pruebas de imagen alternativas.
'tJ Figura 9-23 Pielitis enfisematosa. A, Ecografía transversal del riñón izquierdo que muestra una sombra «limpia»
~ posterior a un cálculo renal (e) y sombra sucia detrás de gas en el sistema colector no declive (G). B, Imagen de
Te sin contraste que muestra un cálculo y gas en el sistema colector izquierdo.

=e
'o
'0 destruido es sustituido por macrófagos cargados de grasa. cuefacción de las masas parenquimatosas. En ocasiones,
oQ) La PXG suele ser unilateral y puede ser difusa, segmenta- las grandes masas quísticas complej as pueden parecer
(/)
ria o focal. La PXG suele asociarse a nefrolitiasis (70 %) y pionefrosis. El seno renal central puede ser intensamente
con una nefropatía obstructiva 40 · 42 • La enfermedad casi ecogénico, con sombras acústicas extensas debidas a un
siempre se produce en mujeres de edad media y diabéti- cálculo coraliforme (Fig. 9-26). Puede producirse una ex-
cas 42 • Los signos de presentación son inespecíficos: dolor, tensión perinéfrica, pero esto se aprecia mejo r mediante
masa, pérdida de peso e ITU (Proteus o E. co1I1 40 . El riñón la Te. La PXG difusa no tiene unos signos ecográficos ca-
afectado de forma difusa normalmente es no funcionante. racterísticos, pero se debe sospechar cuando exista adel-
Los hallazgos eco gráficos de una PXG difusa son una hi- gazamiento parenquimatoso, hidronefrosis, cálculos, de-
pertrofia renal, conservación del perfil reniforme y ausen- tritus en un sistema colector dilatado y colecciones
cia de la diferenciación corticomedular. La existencia de líquidas perinéfricas 43 . La PXG segmentaria se muestra
múltiples áreas hipoecoicas se corresponde con cálices como una o más masas hipoecoicas, con frec uencia aso-
dilatados o masas inflamatorias parenquimatosas 4o. La ciadas con un cáliz únic0 40,44. Puede apreciarse un cálculo
transmisión directa es variable y depende del grado de li- obstructivo en la papila. La PXG focal surge de la corteza

'tJ Figura 9-24 Nefropatía por reflujo: evaluación de trasplante renal. A, Ecografía sagital que muestra una hidro-
~ nefr~sis derecha marcada en ausencia de corteza por encima. B, Cistografía que confirma un reflujo ureteral
masIvo.
renal y no se comunica con la pelvis renal. No puede dis-
tinguirse con ecografía de un tumor o un absces0 4o • HALLAZGOS ECOGRÁFICQS DE LA:
NECROSIS PAPlLAR
Necrosis papilar • Pirámides edematosas
Los factores causales implicados en la isquemia, que con-
• Cavitación papilar
duce a la necrosis papilar, son el abuso de analgésicos,
diabetes, ITU, trombosis de la vena renal. hipotensión • Cáliz adyacente deformado
prolongada, obstrucción del tracto urinario, deshidrata- • Papila desprendida en el sistema wlector
ción, anemia de células falciformes y hemofilia 45 . Al co- que puede calcificarse y simular un cálculo
mienzo, la papila se edematiza y entonces se produce una • Papila desprendida que puede ocasionar
comunicación con el sistema calicial. La parte central de la obstrucción O>
papila se cavita y puede desprenderse. Ocasionalmente, la o
papila necrótica se calcifica. Los hallazgos ecográficos si- '3
:!::
C.
guen paralelos a los cambios patológicos. Pueden apre- Tuberculosis CtI
ciarse unas pirámides edematosas, aunque resultan difíci- La tuberculosis del tracto urinario (TB) accede al riñón O
les de reconocer (Fig. 9-27). Con la cavitación papilar, la por diseminación hematógena del Mycobacterium tuber-
ecografía muestra colecciones quísticas dentro de las pi- culosis desde una fuente extrarrenal (habitualmente el
rámides medulares. Si la papila se desprende, el cáliz afec- pulmón). La TB del tracto urinario se manifiesta normal-
tado se deforma. La papila desprendida puede apreciarse mente 5-10 años después de la primera infección pulmo-
en el sistema colector como una estructura ecogénica sin nar. Las radiografías de tórax pueden ser normales (35%-
sombra. Si la papila desprendida se calcifica, podrá detec- 50%), mostrar TB activa (10 %) o una TB inactiva curada
tarse una sombra acústica que simula una nefrocalcinosis (40%-55%). La mayoría de los pacientes acuden con
medular46 . Puede desarrollarse una hidronefrosis si la pa- signos del tracto urinario inferior y síntomas como pola-
pila desprendida obstruye el uréter. quiuria, disuria, nicturia, tenesmo o hematuria macro o

~ Figura 9-25 Pielonefritis crónica. A, Ecografía sagital que muestra un parénquima ecogénico con atrofia más
~ marcada de los polos renales (flechas). Dilatación del sistema colector por reflujo vesicoureteral. B, Ecografía sa-
gital que muestra un riñón atrófico con cicatriz y dilatación del sistema colector debido a reflujo. e, Ecografía sa-
gital que muestra una cicatriz ecogénica con perfil en cuña en el polo medio del riñón. D, Te confirmatoria.
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~ W Figura 9-26 Pielonefritis xantogranulomatosa, A, Ecografía sagital que muestra una masa central grande con
~ ~ calcificación. Dilatación calicial con detritus purulentos (flecha). B, Te confirmatoria que muestra un cálculo cora-
C) liforme con hidronefrosis proximal y múltiples abscesos intrarrenales.
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O
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= microscópica. Un 10%-20% de los pacientes estarán asin- inespecíficos. El edema en el trígono vesical ocasiona una
tomáticos 47 • Los análisis de orina que sugieren TB de trac- obstrucción urinaria. En la ecografía, la afectación precoz
to urinario son una piuria estéril, hematuria microscópica de la vejiga se muestra como un engrosamiento focal o
y un pH ácido. La TB se diagnostica de forma definitiva a difuso de la pared de la vejiga y el engrosamiento puede
partir de cultivos de orina para bacilos acidoalcohol-resis- ser muy extenso (Fig. 9-28).
tentes. Sin embargo, se necesita para su crecimiento entre Los cambios últimos o más crónicos de la TB incluyen
6 y 8 semanas. estenosis fibróticas, cavitación extensa, calcificación, le-
Aunque ambos riñones están afectados inicialmente, siones tipo masa, abscesos perinéfricos y fís tulas 47 • Los
las manifestaciones del tracto urinario de la TB son típi- cambios crónicos, en especial los relacionados con las es-
camente unilaterales. Los cambios agudos precoces con- tenosis fibróticas, ocasionan una severa repercusión fun-
sisten en el desarrollo de tuberculomas bilaterales pe- cional sobre el riñón. Las estenosis se pueden producir a
queños y múltiples. Das y cols. 48 observaron que las cualquier otro nivel del sistema colector urinario o del
alteraciones ecográficas que se observaban con mayor uréter. La obstrucción ocasiona entonces una dilatación
frecuencia eran las lesiones renales focales. Las lesio- del sistema colector proximal y atrofia por presión del pa-
nes focales pequeñas (5-15 mm) eran ecogénicas o hi- rénquima renal (Fig. 9-29). Con el tiempo se produce una
po ecoicas con un borde ecogénico. Las lesiones focales calcificación de las áreas de caseificación o la descama-
mayores (>15 mm) presentaban una ecogenicidad mixta ción de papilas. Cuando la infección irrumpe dentro del
y estaban peor delimitadas. La enfermedad bilateral se espacio perinéfrico se puede desarrollar un absceso. Los
observó en el 30% de los pacientes. La mayoría de los tu- abscesos perinéfricos ocasionan final mente fís tulas a las
berculomas curan espontáneamente o después de los tu- vísceras adyacentes. El signo típico de la TB renal crónica
berculostáticos. Un tiempo después (quizás años) uno o del tracto urinario superior es un riñón pequeño, afuncio-
más de los tuberculomas crecerán. Con el aumento de nal y calcificado: el riñón «mastic». En la vej iga la infec-
tamaño se produce la cavitación y la comunicación con el ción crónica y la fibrosis ocasionan una vejiga engrosada
sistema colector. Los cambios patológicos resultantes re- de menor capacidad y engrosada 47 • En raras ocasiones se
cuerdan la necrosis papilar. La afectación papilar se ob- observa una calcificación moteada y curvilínea de la pa-
serva cuando se muestra un trayecto lineal sonolucente, red vesical 49 .
que se extiende desde el cáliz afectado hasta la papila. La mayoría de los casos de TB del tracto genitourinario
Pueden detectarse masas de tejido blando calicial que re- se pueden diagnosticar mediante una combinación de
presentan papilas. Después de la ruptura en el sistema urografía con contraste intravenoso/retrógrado y ecogra-
colector, surge la baciluria de Mycobacterium tuberculo- fía, TC y urografía-TCso. Premkumar y cols. s1 demostraron
sis, que permitirá la diseminación de la infección renal en 14 pacientes con TB avanzada del tracto urinario que
hasta otros puntos del aparato urinario. Se pueden pro- la mejor forma de obtener una información renal detalla-
ducir espasmos o edema en la región de la unión uretero- da morfológica y también de su estado funcional era con
vesical, dando lugar a hidronefrosis e hidrouréter. Tam- la TC y la urografía. Das y cols.sz refirieron que la aspira-
bién se observan úlceras lineales ureterales. En el 33% ción guiada mediante ecografía de aguja fin a: 1) podía ser
de los pacientes con TB de tracto urinario se detectan le- diagnóstica en pacientes con cultivos de orina negativos, y
siones vesicales 48 . Las manifestaciones precoces vesica- 2) podría confirmar el diagnóstico de TB del tracto geni-
les son el edema de mucosa y la ulceración. Los síntomas tourinario superior en los pacientes con lesiones sospe-
clínicos precoces (disuria y polaquiuria) también son chosas y cultivos positivos.
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\J Figura 9-27 Necrosis papilar. Ecografías A, sagital y 8, transversal que muestran papilas edematosas.

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Infección por hongos el huésped humano a través de la piel. Son conducidos a
Los pacientes con antecedentes de diabetes mellitus, caté- través del sistema venoso portal hasta el hígado, donde ma-
teres implantados, neoplasias, trastornos hematopoyéti- duran hasta su forma adulta. El S. haematobium penetra en
cos, antibióticos de forma crónica o tratamiento corticoi- el plexo venoso perivesical desde los plexos hemorroida-
deo, trasplante y abuso de drogas de uso parenteral están les 59 . El gusano hembra deposita sus huevos dentro de las
expuestos a desarrollar infecciones fúngicas del tracto vénulas de la pared vesical y el uréter; lo que ocasionará la
urinario 53. formación de granuloma y endarteritis. Las pruebas seroló-
gicas que demuestran la existencia de huevos permiten su
Candida albicans diagnóstico. La hematuria es el síntoma más habitual 59 •
La Candida albicans es el hongo que afecta con mayor fre- En la ecografía, los riñones son normales hasta que la en-
cuencia al tracto urinario. La afectación del parénquima fermedad llega a una fase avanzada. En el uréter y vejiga se
renal, que se suele manifestar como pequeños abscesos desarrollan pseudotubérculos y el urotelio se engruesa (Fig.
parenquimatosos, se produce en el contexto de una afec- 9-31). Con el tiempo los pseudotubérculos se calcifican. La
tación sistémica difusa. Los abscesos pueden calcificarse calcificación puede ser fina, granular; lineal o gruesa e irre-
con el ti empo 54 . También es posible la extensión al especio
perinéfrico. La invasión del sistema colector finalmente es
el origen de bolas de hongos. Los micetomas del sistema
colector pueden diferenciarse de los coágulos sanguíneos,
cálculos radiolucentes, tumores de células transicionales,
papilas desprendidas, pólipos epitelioides y leucoplasia
en base a la historia clínica y a los cultivos de orina 55-57. En
la ecografía, los microabscesos por Candida son habi-
tualmente unas lesiones corticales típicamente pequeñas
e hipoecoicas. Su aspecto es parecido al de otros abscesos
bacterianos. Las bolas de hongos son masas ecogénicas y
sin sombra en el tejido blando dentro del sistema colec-
tor 58 (Fig. 9-30). Las bolas de hongos son móviles y pue-
den ocasionar obstrucción e hidronefrosis.

Infecciones parasitarias
Son frecuentes una gran variedad de infecciones parasita-
rias en países en vías de desarrollo, pero los ecografistas
deben estar familiarizados con tres infecciones parasita-
ras del tracto urinario: esquistosomiasis, equinococo (hi-
dátide) y filariasis. \J Figura 9-28 Tuberculosis aguda de la vejiga
~ urinaria. Ecografía transvaginal vesical que mues-
tra un engrosamiento urotelial marcado de la pa-
Esquistosomiasis red vesical izquierda (cabezas de flecha) y del uréter distal
La Schistosoma haematobium es el parásito que con mayor izquierdo en la unión ureterovesical (flecha).
frecuencia afecta al tracto urinario. Los gusanos entran en
Las manifestaciones eco gráficas de una hidatidosis pre-
coz son un quiste anecoico que puede presentar una pa-
ctI red perceptible. La nodularidad mural sugiere presencia
o de escólex. Cuando hay quistes hijos se apreciarán masas
'0 quísticas multiloculadas (Fig. 9-32). Las membranas del
'ctI
...o>.
~
endocisto pueden desprenderse y precipitar al fondo del
líquido hidatídico para formar la «arena hidatídica»62.
ctI Pueden producirse varios patrones de calcificación, que
o van desde cáscara de huevo hasta densas calcificaciones
'S;
:¡ reticulares. Las calcificaciones con forma de anillo dentro
a. de lesiones calcificadas mayores sugieren quistes hijos
ctI calcificadoss9.62 . Puede resultar difícil el diagnóstico eco-
.5 gráfico sin una historia clínica apropiada. Sin embargo,
E son varios los antecedentes que pueden hacer sospechar
o
".c
ctI ..., Figura 9-29 Tuberculosis renal crónica. Ecografía
hidatidosis, como membranas flotantes, quistes hijos y
unos quistes de pared gruesa y de doble contorno 63 .
,!!! ~ sagital que muestra bulbosidad de los cálices de po-
..... lo medio y superior con una marcada atrofia del pa-
f! Filariasis
m rénquima que los cubre. Se observa un área focal de calcifi- La mayoría de los pacientes con filariasis (Wucherería
o cación (fecha) en la región del infundíbulo del polo superior.
o bancroftí) se infectan entre los 10 y 12 años de edad, aun-
w que los signos de la elefantiasis normalmente se desarro-
=r:: gular6°. Si se producen infecciones de repetición, la vejiga se llarán entre 5-20 años después de la infección inicial. La
'o hará pequeña y fibrosa. La estasis vesical cursa con una ma- filariasis se transmite a humanos a través de mosquitos y
'13 los gusanos migran por vía linfática s9. Se produce una in-
u
Q)
yor incidencia de cálculos ureterales y vesicales s9 . Los pa-
ti) cientes con la enfermedad crónica también tendrán una flamación granulomatosa. La obstrucción de los linfáticos
mayor incidencia de carcinoma de células escamosasS9. retroperitoneales conduce a la dilatación, proli feración y
consiguiente ruptura de esos linfáticos en el sistema pie-
Enfermedad por equinococo (hidatidosis) localicial. El diagnóstico se suele hacer por linfangiogra-
Los dos principales tipos de hidatidosis que afectan al tracto fía 64 . La ecografía no resulta útil.
urinario se deben al Echínococcus multílocularís y con ma-
yor frecuencia al Echínococcus granulosus. La hidatidosis Síndrome de inmunodeficiencia adquirida
renal se observa en el 2%-5% de los pacientes con hidatido- El curso de la enfermedad y las manifestaciones del virus
siss9, suele ser solitaria y habitualmente afecta a los polos de la inmunodeficiencia humana (VIH), SIDA y nefropatía
renales 61 . Los quistes hidatídicos pueden producirse a lo lar- asociada a VIH han evolucionado rápidamente en gran
go del uréter o dentro de la vejiga. Cada quiste hidatídico parte por los avances en los cuidados de los pacientes con
está integrado por un pericisto, ectocisto o endocisto. La VIH. El tratamiento con antirretroviral muy activo (HA-
enfermedad por equinococo con frecuencia cursa sin sínto- ART) ha supuesto una reducción en la incidencia de infec-
mas hasta que el quiste adquiere tamaño suficiente como ciones oportunistas y ha mejorado la supervivencia.
para romperse o comprimir estructuras adyacentes .

..., Figura 9-30 Bola de hongos. Ecografía sagital ..., Figura 9-31 Esquistosomiasis vesical. Ecogra-
~ que muestra un tejido blando ecogénico dentro de ~ fía sagital que muestra un engrosamiento asimé-
la corteza dilatada del polo superior. trico de la pared vesical.
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' J Figura 9-32 Quiste hidatídico renal. A, Ecografía sagital que muestra una masa quística compleja en el polo in-
~ feriar. B, TC con contraste que muestra múltiples quistes hijos confluentes. (Caso cortesía de Drs. Vikram Dogra y
Su/eman Merchant.)

Las publicaciones iniciales de la literatura radiológica VIH+. La incidencia de NPT en pacientes VIH disminuye
observaron un aumento en la incidencia de infecciones inicialmente después del inicio de los HAART. Sin embar-
genitourinarias oportunistas en estos pacientes inmuno- go, el aumento de la prevalencia de VIH en la población de
comprometidos (citomegalovirus-CMV-, Candida albicans, los EE. UU. ha supuesto un mayor número neto de pacientes
cryptococcus, Pneumocistis jiroveci -antes P. carinii-, myco- con nefropatía asociada a VIH (NAVIH) 69. El tratamiento
bacterium avium-intracellulare, m ucormycosis) y tumores renal sustitutivo es una opción viable a largo plazo en es-
(lintoma, sarcoma de Kaposi) 65. La aparición de estas infec- tos pacientes y muchos centros han evaluado también la
ciones con frecuencia es inespecífica (y ahora es rara), pero utilidad del trasplante renal en los pacientes bien contro-
la presencia de unas calcificaciones difusas viscerales/renal lados de su infección por VIH. En pacientes con VIH,la NA-
pueden sugerir una infección diseminada por P. jiroveci, CMV VIH es la causa más frecuente de nefropatía crónica. Los
o M. avium-intracellulare (Fig. 9-33). Las infecciones genitou- pacientes de raza negra muestran un marcado riesgo. La
rinarias que padecen actualmente estos pacientes, como la clave histológica de la NAVIH es una glomeruloesclerosis
pielonefritis, abscesos renales y cistitis, son similares a las focal segmentaria. La nefropatía en pacientes con VIH
que se observan en individuos no infectados por el VlH. también se deriva de la enfermedad por inmunocomple-
El uso de los HAART por tanto ha cambiado el espectro jos en el VIH y a la microangiopatía trombótica del VIH.
d e enfermedades crónicas renales vistas en pacientes con Sin embargo, otras patologías no directamente asociadas

..., Figura 9-33 Nefropatía por neumocistis detectada en un paciente con SIDA, Ecografías A, sagital y B, trans-
~ versal que muestran múltiples focos ecogénicos esparcidos por el parénquima renal. Algunos focos muestran la
sombra acústica distal de una calcificación. Se aprecian unos hallazgos similares en el hígado. (De Spouge AR,
Wilson S, Gopinath N, Y co/s. Extrapu/monary Pnuemocystis carinii in a patient with AIDS: sonographics findings, AJR Am
J Roentgeno/1990;155:76-78.)
malacoplaquia, pero existe cierta asociación con la diabe-
tes, hepatopatía etílica, infecciones por micobacteria, sar-
coidosis y trasplante, que sugiere como causa una res-
puesta inmune alterada 78 . Los pacientes pueden acudir
con hematuria y síntomas de irritabilidad vesical. En la
ecografía se observan una o varias masas de base mucosa
y unos 0,5-3 cm, habitualmente en la base vesical. La mal-
acoplaquia puede ser localmente invasiva 77 (Fig. 9-35, B).

Cistitis enfisematosa
La cistitis enfisema tosa se observa con mayor frecuencia en
mujeres y en las que padecen diabetes. Los pacientes acu-
den con síntomas de cistitis y en ocasiones tienen neuma-
turia 7s . El organismo implicado más frecuente es la E. coli.
Existirá aire tanto intraluminal como intramural, pero po-
cas veces se produce una gangrena vesical. En los pacientes
gravemente enfermos, el urotelio se ulcera, necrosa y des-
cama completamente. La cistitis enfisematosa puede sos-
W Figura 9-34 Nefropatía asociada con NAVIH. pecharse en la ecografía cuando se asocien «artefactos de
~ Ecografía transversal que muestra una ecogenici- anillo caído» con artefactos de «sombra sucia»79. La vejiga
dad renal muy aumentada. La biopsia confirmó
habitualmente estará engrosada y ecogénica 33 .
una glomeruloescierosis segmentaria.
=c:
'o Cistitis crónica
'0 La inflamación crónica de la vejiga es secundaria a diver-
(.)
CI) con la infección por VIH (p. ej., hipertensión, diabetes, ne- sos agentes. Aunque la histología también puede variar, su
en fropatía, nefritis intersticial) pueden derivar en una NPT
en pacientes tratados con éxito mediante HAART71. Se lIe-
ga al diagnóstico definitivo de NAVIH mediante biopsia
renal. La ecografía renal es útil en estos pacientes para CAUSAS DE ENGROSAMIENTO
excluir una obstrucción y establecer el tamaño renal. Las DE LA PARED VESICAL
primeras publicaciones también sugirieron que una eco- FOCAL DIFUSA
genicidad renal bastante aumentada era un signo muy
específico de NAVIH (y de la nefropatía por heroína) 6s.72.73 Neoplasia Neoplasia
y éste fue también el aspecto más habitual en las series • Carcinoma de células • Carcinoma de células
más numerosas publicadas hasta la fecha (Fig. 9-34). transicionales transicionales
Otros signos referidos en esta serie de 152 pacientes con • Carcinoma de • Carcinoma de
VIH e insuficiencia renal consistieron en un riñón de as- células escamosas células escamosas
pecto lobular, la disminución de la diferenciación cortico-
• Adenocarcinoma • Adenocarci noma
medular, una reducción de la grasa renal sinusal y una
heterogenicidad del parénquima 74 . • Linfoma Infecciosas/
• Metástasis inflamatorias
Cistitis Infecciosas/ • Cistitis
inflamatorias • Tuberculosis
Cistitis infecciosa • Tuberculosis (crónica)
Las mujeres están expuestas a un mayor riesgo debido a la (agudas) • Esquistosomiasis
colonización de la breve uretra femenina por la flora rectal.
• Esquistosomiasis (crónica)
La obstrucción de la salida vesical o la prostatitis ocasiona
(aguda)
una cistitis en los hombres. El patógeno más frecuente es el Enfermedades
E. coWs. Es frecuente el edema de la mucosa y una menor • Cistitis médicas
capacidad de la vejiga. Los hallazgos pueden ser más pro- • Malacoplaquia
• Cistitis intersticial
minentes en el trígono y cuello vesical. Los pacientes acu- • Cistitis cística
• Amiloidosis
den con tenesmo y hematuria. El hallazgo más frecuente en • Cistitis glandular
la ecografía es un engrosamiento de la pared vesical. Si la • Fístula Vejiga neurógena
cistitis es focal, pueden formarse pseudopólipos que se- • Hiperreflexia
Enfermedades
rán imposibles de diferenciar de un tumor 76 (Fig. 9-35). detrusora
médicas
• Endometriosis Obstrucción de salida
Malacoplaquia
La malacoplaquia es una infección granulomatosa rara • Amiloidosis vesical
que tiene predilección por la vejiga urinaria y es más fre- • Con hipertrofia
Trauma
cuente en la mujer (4: 1), con una incidencia pico en la sex- muscular
• Hematoma
ta década de la vida 77 . Se desconoce la patogenia de la
al
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C.
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()

"'" Figura 9-35 Cistitis infecciosa. A, Ecografía transver-


~ sal hecha en decúbito que muestra un engrosamiento
de la vesícula (cabezas de flecha) con formación de
pseudopólipos (flechas). B, Malacoplaquia vesical. Ecografía
transversal que muestra una masa de base mucosa con invasión
focal de la glándula prostática. C, Cistisis glandular. Ecografía
transversal que muestra una masa sólida papilar.

manifestación en imágenes, incIúida la vejiga engrosada, inflamación, radiación o neoplasia. Pueden producirse '
es inespecífica. La cistitis crónica puede ocasionar una in- fístulas entre la vejiga y vagina, intestino, piel, útero y
vaginación de «nidos» de urotelio dentro de la lámina uréter. Las fístulas vesicovaginales casi siempre se rela-
propia (nidos epiteliales de Brunn), que pueden inducir cionan con cirugía ginecológica o uro lógica, carcinoma
cambios morfológicos que simulan una neoplasia 80 . Si la vesical y carcinoma de cérvix. Las fístulas vesicoentéri-
porción central del nido de Brunn degenera, se desarrolla cas habitualmente se producen como una complicación
un quiste (cistitis quística). Si la irritación crónica per- de la diverticulitis de la enfermedad de Crohn. Las fístu-
siste, los nidos de Brunn pueden evolucionar a estructu- las vesicocutáneas se deben a cirugía o trauma. Las fís-
ras glandulares (cistitis glandular), que puede ser el pre- tulas vesicouterinas son complicaciones raras de la sec-
cursor de un adenocarcinoma 75 . La cistitis cística y la ción de la cesárea. Las fístulas vesicoureterales también
cistitis glandular se manifiestan en la ecografía como son raras y normalmente se refieren después de una his-
quistes de la pared vesical o masas sólidas papilares (ver terectomía 8 1 .
Fig. 9-35). La diferenciación de una neoplasia es imposi- En ocasiones, se pueden observar unas bandas lineales
ble sin imagen y la cistoscopia y la biopsia serán necesa- de ecogenicidad variable 82 .83 . Si la vejiga se comunica con
r ias para la confirmación diagnóstica. el intestino, vagina o piel, puede apreciarse una colección
anormal de gas en la luz vesical. En la ecografía esto se
observa en forma de focos ecogénicos lineales no declives
FíSTULAS, CÁLCULOS con un sombreado sucio distal. La palpación del abdomen
Y CALCIFICACiÓN durante el estudio puede desplazar el aire a través de la
fístula, mejorando su detección 83 (Fig. 9-36). Para trazar
Fístulas vesicales las fístulas vesicovaginales, con frecuencia breves, se pue-
Las fístulas vesicales pueden ser congénitas o adquiri- den trazar flujos jets mediante Doppler color con medio
das. La etiología de las fístulas adquiridas es por trauma, de contraste de microburbujas diluidas en la vejiga 84 .
=e
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'0
u
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en

~ Figura 9-36 Gas dentro de la vejiga urinaria; cistitis enfisematosa. A, Ecografía transversal que muestra una
~ línea ecogénica lineal con sombra sucia y artefactos de reflejo posteriores dentro de la vejiga. B, Rad iografía con-
firmatoria que demuestra abundante gas en la pared vesical. e, Aire iatrogénico introducido en la cistoscopia que
aparece en zonas no declives como focos ecogénicos brillantes con múltiples artefactos de reflejo. D, Fístula enterovesical
(flecha) mostrando gas en la vejiga en forma de múltiples focos ecogénicos en una eco'grafía transvaginal. (De Damani N,
Wilson S. Nongynecologic applications of transvaginal ultrasound. RadioGraphics 1999;19:S179-S200.)

Cálculos renales punto en que el uréter cruza los vasos ilíacos yen la unión
Los cálculos renales son frecuentes: se ha referido una pre- ureterovesical (UUV). El diámetro de la UUV es muy estre-
valencia del 12% en la población general 8s . La litiasis au- cho (1-5 mm) y explica la elevada proporción de cálculos
menta con la edad y los hombres de raza blanca se afectan que se alojan en el diámetro distal del uréter86 • Aproxima-
con mayor frecuencia. El 60%-80% de los cálculos se com- damente el 80% de los cálculos menores de 5 mm pasarán
ponen de calci086 • Existen múltiples causas predisponen- espontáneamente.
tes, como la deshidratación, estasis urinario, hiperurice- Los cálculos renales se pueden detectar mediante dis-
mia, hiperparatiroidismo e hipercalciuria que pueden tintas pruebas de imagen, como radiografías simples, to-
ocasionar cálculos renales, pero en la mayoría de los pa- mografías, urografía intravenosa (UlV), ecografía y TC sin
cientes no se identifica una causa evidente. Los cálculos contraste. El uso de una u otra modalidad de imagen para
del cáliz que no son obstructivos suelen cursar sin sínto- la detección de cálculos, especialmente en pacientes con
mas. Los pacientes con cálculos pequeños en el cáliz pue- cólico renal, ha cambiado de forma franca en la última ge-
den presentar una micro o macrohematuria y síntomas neración. Incluso antes de la introducción de la TC con
cólicos, a pesar de que no existan signos sugestivos en la contraste 88, el «patrón oro» para la investigación del cóli-
imagen de obstrucción 87 . Un cálculo que migra y ocasiona co ureteral, la UlV, ya se había sustituido en algunos cen-
una obstrucción infundibular o de la UUp, suele coexistir tros por una combinación de radiografías simples de ab-
con síntomas de dolor lateral. Si el cálculo alcanza al uré- domen y ecografía. Se ha referido una sensibilidad del
ter, éste puede alojarse en tres zonas de las estenosis ure- 12%-96% para la detección de los cálculos mediante eco-
terales: justo pasada la unión uteropélvica (UUP); en el grafía. Esta amplitud de resultados es la consecuencia de
distintas definiciones (renal o ureteral), composición y Cálculos ureterales
tamaños de los cálculos 89 . Middleton y cols. 90 refirieron La búsqueda de cálculos ureterales con ecografía puede
una sensibilidad para la detección de cálculos renales del ser especialmente difícil por la interposición de gas y la
96%, algo inferior al patrón oro de 1988, con la combina- ubicación profunda en el retro peritoneo del uréter (Fig.
ción de radiografía simple y tomografía. Los cálculos ma- 9-40). Sin embargo, la ecografía transvaginal y transpe -
yores de 5 mm se detectan con una sensibilidad del 100% rineal puede ser una forma muy adecuada para detectar
con la ecografía. La ecografía co n o sin radiografía simple y demostrar cálculos distales que no se aprecian con el
compite favorablemente con la TC sin realce en los pa- abordaje transabdominal suprapúbic0 83,103,104. Cuando el
cientes con cólico ureteraI91 -93 . La sensibilidad de la detec- uréter está dilatado, los 3 cm distales se visualizan como
ción mediante la ecografía de los cálculos urinarios en una estructura tubular hipoecoica que penetra en la veji-
pacientes con dolor agudo en flan cos es del 77%_93%94-96. ga de forma oblicua. Un cálculo se manifiesta como un
Dado el valor predictivo negativo de la ecografía en pa- foco ecogénico con sombra acústica distal nítida dentro
cientes con dolor en el flanco. Algunos recomiendan la de la luz del uréter (Fig. 9-41). Puede existir un edema
ecografía como la prueba inicial de cribado, especialmen- asociado a nivel del trígono vesical. La evaluación trans-
te en pacientes con «cólicos menores»89. abdominal de los orificios ureterales en busca de jets es
La creciente concienciación de la población respecto a útil para evaluar la obstrucción 105 . En la ecografía en esca-
los riesgos de la radiación por TC 97, especialmente por ex- la de grises, puede entrar en la vejiga flujo con ecos de
posiciones repetidas, ha favorecid o el uso de este aborda- bajo nivel. Este chorro probablemente se observe con la
je más coste-efectivo, incluso en centros con protocolos ecografía por la diferencia de densidades entre el chorro
de reducción de dosis de radiación. Sin embargo, la TC se y la orina de la vejiga 106. Una buena hidratación antes del
sigue utilizando para: 1) pacientes con dolor grave en los estudio optimiza la diferencia de densidad entre la orina
que el tamaño y localización del cálculo ureteral no se de la uretra y la de la vejiga. Se informará al paciente de
aprecia bien, y 2) pacientes cuyo cribado inicial mediante que no debe vaciar la vejiga totalmente después de la hi-
exploración ecográfica sea negativo o ambiguo. dratación. La diferencia de densidad entre la orina con-
La técnica del explorador tien e un claro impacto en centrada de la vejiga y la orina de menor gravedad espe-
las posibilidades de la ecografía para visionar los cálcu- cífica del uréter después de la hidratación permitirá su
los renales. En la ecografía, los cálculos renales se apre- detección 107.
cian como focos ecogénicos con sombras acústicas níti- Además de la evaluación con escala de grises, el Doppler
das (Fig. 9-37). Pero incluso en localizaciones favorables, mejora la detección de jets ureterales. El Doppler color
puede ser difícil detectar los cálculos rutinarios peque- permite la visualización simultánea de ambos orificios
ños si tienen una sombra acústica posterior débil. Las ureterales 10s (Fig. 9-42). En función del estado de hidrata-
ventajas y desventajas entre penetración tisular y reso- ción, la frecuencia del jet puede variar menos de un uno
lución deben tenerse en cuenta cuando se elige la fre- por ciento respecto al flujo continuo. Sin embargo, los jets
cuencia de la sonda en las zonas focales apropiadas, pa- deben ser simétricos en los individuos sanos. Los pacien-
ra maximizar la somb ra de la señal. Kimme-Smith y tes con una obstrucción de alto grado tendrán un jet total-
cols. 98 mostraron que los transductores de dispositivos mente ausente o un jet continuo de bajo grado en el lado
anulares eran más capaces de demostrar sombra en los sintomático. Los pacientes con obstrucción de bajo grado
cálculos con ventaja sobre los transductores mecánicos pueden presentar o no jets asimétricos 10s (Fig. 9-42). Una
de tipo sectorial. La imagen armónica debe aplicarse evaluación semi cuantitativa de la frecuencia relativa del
también de forma rutinaria, especialmente en pacientes jet del lado afectado 108 puede mejorar la precisión diag-
obesos. El Doppler color también mejora la detección de nóstica, pero no se ha extendido el uso de esta técnica. Así,
cálculos pequeños y con mínima sombra99 . Lee y cols.IOO los centros que evalúan los jets ureterales con Doppler
mostraron que la mayoría de los cálculos del tracto uri - color recurren a esta técnica como ayuda en la evaluación
na rio (83%) presentaban artefactos de centelleo con el de una obstrucción ureteral y respecto a la posibilidad de
Doppler color y potencia, aunque el artefacto era al me - paso espontáneo de un cálculo ureteral. Geavlete y cols. 109
nos parcialmente dependiente de la composición del observaron que si existe un jet ureteral en el lado del cóli-
cálculo 101 (Fig. 9-38) . co renal asociado con un índice de resistencia (IR) de 0,7
Existen diversos hallazgos que pueden simular un cálcu-
lo renal en la ecografía y pueden llevar a estudios falsos-
positivos, como el gas intrarrenal (ver Fig. 9-23), calcificacio-
nes de la arteria renal (Fig. 9-39), una papila desprendida
PATOLOGÍAS QUE PUEDEN SIMULAR
calcificada, células tumorales transicionales calcificadas, UN CÁLCUO RENAL
pielitis alcalina incrustada y stents ureterales incrustados. • Gas intrarrenal
Aunque la evaluación ecográfica de la manifestación se- • Calcificación de arteria renal
cundaria de un cálculo ureteral obstructivo (dilatación del
• Papila desprendida calcificada
sistema colector) normalmente es bastante clara, entre los
• Células tumorales transicionales
errores posibles d~?tacan: 1) evaluación antes de que se
calcificadas
desarrolle la hidrori~frosis, lo que conduce a un resultado
fa lso negativo, y 2) confundir un quiste parapiélico y una • Pielitis alcalina incrustada
pielocaliectasia con una hidronefrosis lO 2• • Calcificación incrustada de stent urinario
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"J Figura 9-37 Cálculos renales. Ecografías sagita-


~ les. A, Foco ecogénico en el polo medio pequeño
con sombra debido a un cálculo no obstructivo. S,
Múltiples cálculos en el polo inferior con hidronefrosis leve
asociada. C, Cálculo grande coraliforme con caliectasia gra-
ve en el polo superior (cabezas de flecha).

o menos y valores delta de IR de 0,06 o menos, el paso ciones que no se consiguen resolver, puede evaluarse de
espontáneo del cálculo se produce en el 71 % de los casos. forma cuantitativa midiendo los Índices resistivos arteria-
Los estudios iniciales sugirieron que la adición del les intrarrenales (IR = velocidad sistólica pico-velocidad
Doppler dúplex a la escala de grises permitiría el diag- telediastólicajvelocidad sistólica pico). Se considera que
nóstico tanto de las obstrucciones crónicas como de las con la obstrucción, la tensión de la pared de la pelvis renal
agudas 110. Varias publicaciones han resaltado que la he- aumenta, lo que ocasiona un breve periodo de vasodilata-
modinámica compleja que se desencadena en las obstruc- ción mediado por prostaglandinas l l l . Con la obstrucción

"J Figura 9-38 Artefacto de remolino que indica cálculos renales. A, Ecografía sagital que muestra dos focos
~ ecogénicos sutiles en el polo inferior renal. S, Al añadir el Doppler color se observa el artefacto en remolino que
confirma el cálculo.
como respuesta al material de contraste iodado utilizado
para la UlV (patrón oro). Los estudios de seguimiento uti-
lizando modelos in vitro e in vivo también sugieren que la
impresión inicial de que el IR era representativo de la re-
sistencia vascular han fracasado. El IR depende en gran
manera de la compliance tisular/vascular (una complian-
ce reducida implica una IR elevada y viceversa) y de la on-
da presiones de pulso l12 · l15 .

Cálculos vesicales
Los cálculos vesicales se deben con frecuencia a su migra-
ción desde el riñón o a estasis vesical. La estasis urinaria
normalmente tiene su origen en la obstrucción en el trac-
to de salida vesical, cistoceles, vejiga neurogénica o un
cuerpo extraño en la vejiga. Los cálculos vesicales pueden
..., Figura 9-39 Hallazgos ecográficos que simu- ser asintomáticos. En caso de presentar síntomas, los pa-
~ lan un cálculo re nal. Ecografía transversal que cientes refieren dolor vesical o mal olor de la orina con o
muestra una calcificación lineal en una arteria dis- sin hematuria. En la ecografía se apreciarán unos focos
tal renal. ecogénicos móviles con sombra acústica distal (Fig. 9-43).
Si el cálculo es grande, se apreciará el edema de los orificios
ureterales y el engrosamiento de la vejiga. En ocasiones los
prolongada, muchas hormonas, como la renina-angioten· cálculos pueden adherirse a la pared vesical debido a la in-
si na, kalicreína-kinina y prostaglandinas-tromboxano, re- flamación adyacente, y estos cálculos se denominan cálcu -
d ucen la vasodilatación y provocan una vasoconstricción los vesicales «colgantes».
difusa. Platt y cols. 110 utilizaron un umbral de IR mayor de
0,70 para indicar obstrucción, observando una diferencia Nefrocalcinosis
en IR de 0,08 a 0,1 cuando se comparaban los pacientes La nefrocalcinosis es una calcificación del parénquima re-
con riñones obstruidos con los no obstruidos. Las prime- nal. La calcificación puede ser distrófica o metastásica. En
ras publicaciones que recomendaron la evaluación con la calcificación distrófica, el depósito de calcio se produce
Doppler de la fisiología de la obstrucción renal fueron en tejidos desvitalizados (isquémicos o necróticos)116. Este
después matizadas por estudios posteriores menos pro- tipo de calcificación parenquimatosa se observa en tumo-
metedores 102.111 • Los fa ctores que pueden contribuir a es- res, abscesos y hematomas. La nefrocalcinosis metastási-
tos resultados poco esperanzadores son: 1) la elevación ca ocurre casi siempre en situaciones de hipercalcemia,
marginal de la IR en obstrucciones parciales, 2) respuesta secundaria a hiperpartiroidismo, acidosis tubular renal y
vasoconstrictora reducida a la obstrucción en pacientes fallo renal. La nefrocalcinosis metastásica puede clasificar-
tratados con fármaco s antiinflamatorios no esteroideos se además por la localización del depósito de calcio como
(AINE), y 3) una respuesta vasoconstrictora generalizada cortical o medular. Las causas de nefrocalcinosis cortical

..., Figura 9-40 Cálculo ureteral distal. Ecografías sagitales de los uréteres distales en dos pacientes. A, el cálculo
~ está a 1 cm de la unión ureterovesical (UUV) con edema extenso de la mucosa ureteral distal. B, cálculo fino en la
UUV sin edema obvio. Obsérvese la sombra acústica posterior.
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C)
o ..,; Figura 9-41 Cálculo ureterovesical. Ecografías transvaginales que muestran el valor de esta técnica. A, Peque-
~ ~ ños cálculos obstruyen un uréter ligeramente dilatado a nivel de la UUv. B, Cálculo mayor con extenso edema
ureteral circundante.
=c:
'o
'(3
oQ) son la necrosis cortical aguda, glomerulonefritis crónica, calcio se extrae por los linfáticos y si la cantidad excede
(JJ situaciones de hipercalcemia crónica, envenenamiento por la capacidad de los linfáticos se formarán depósitos en
etilenglicol, enfermedad de células falciformes y rechazo de los extremos y bordes de la médula. Las manifestaciones
trasplante renal. Las causas de nefrocalcinosis medular ecográficas de la calcificación medular precoz consisten
son el hiperparatiroidismo (40%), acidosis tubular renal en unos bordes ecogénicos sin somb ra rodean do las pi-
(20%), riñón con médula en esponja, metástasis óseas, pie- rámides medulares 117 . Sin embargo, la ecogenicidad me-
lonefritis crónica, síndrome de Cushing, hipertiroidismo, dular aumentada también puede deberse a un riñón con
neoplasia, necrosis papilar renal, sarcoidosis, enfermedad m édula en esponja 118 (Fig. 9-44) Y tamb ién puede ser un
de células falciformes, exceso de vitamina O y enfermedad hallazgo transitorio en neonatos 1l9• Los nuevos depósi-
de Wilson 116. tos de calcio ocasionarán una sombra acústica en la eco-
Según la teoría de Abderson-Carr-Randall sobre la grafía (Fig. 9-45). Las calcificaciones pueden perforar el
progresión del cálculo la concentración de calcio en el cáliz y formar el origen para un nuevo crecimiento de
líquido alrededor de los túbulos renales está elevada. El cálculos 12O •

..,; Figura 9-42 Evaluación con Doppler color de cólicos ureterales. Imágenes transversales de la vejiga en dos
~ pacientes. A, Jets ureterales bilaterales simétricos normales. B, Jet ureteral izquierdo persistente distal al cálculo
obstructivo en la UUV izquierda. Obsérvese el artefacto de remolino por detrás del cálculo ureteral.
O)
o
:;
~
Q.
ca
\iI Figura 9-44 Riñón esponjoso medular. Ecogra- O
~ fía sagital que muestra una ecogenicidad medular
muy aumentada (<<anillos medulares»).

(no un síndrome) de CCR es la enfermedad quística re-


\iI Figura 9-43 Cálculo vesical. Ecografía transver- nal adquirida (NPQA) que se produce en pacientes en
~ sal que muestra un foco ecogénico declive con hemodiálisis de larga evolución o en diálisis peritoneal.
nítida sombra acústica posterior. Los CCR de estos pacientes son pequeños y tienden a ser
relativamente menos agresivos128.129.
Los subtipos histológicos del CCR son de células claras
Aunque la fisiopatología de la nefrocalcinosis difiere de la (70%-75%), papilar (15%), cromófobo (5%), oncocítico
nefrocalcinosis medular; sus manifestaciones ecográficas (2%-3%) y tumores del conducto colector o medulares
pueden sugerir una ecogenicidad cortical aumentada; la cal- «1 %). Los pacientes con tumores papilares, cromófobos y
cificación cortical precoz puede sospecharse por la mayor oncocíticos tienen un pronóstico mucho mejor que los de
ecogenicidad cortical. Con la calcificación progresiva se ob- células claras y del conducto colector. Se ha intentado dis-
serva una progresiva sombra continua del borde calcificado. tinguir subtipos histológicos mediante imagen, en gran
parte basados en la cinética de la TC con contraste, pero
hasta la fecha, los patrones se solapan y no ha sido posible
. TUMORES GENITOURINARIOS una clasificación preoperatoria mediante imagen. Sin em-
bargo, en la ecografía se han resaltado unos signos poten-
cialmente relevantes, por ejemplo, que la ausencia de ne-
Carcinoma de células renales crosis y presencia de calcificación parece asociarse a un
El carcinoma de células renales (CCR) da cuenta del alre- mejor pronóstico (subtipos papilar y cromófobo )130.
dedor del 3% de las neoplasias del adulto y del 86% de La historia natural del CCR ha cambiado sustancialmen-
todos los tumores primarios renales malignos l21 . Existe te con el advenimiento de las modernas modalidades de
una predilección por hombres con una tasa de 2:1 y el pi- imagen transversal. Anteriormente muchos pacientes con
co de edad se sitúa entre los 50 y 70 años. Se desconoce la CCR se diagnosticaban con enfermedades metastásicas ya
etiología, aunque existe una débil asociación con el taba- evolucionadas. La clásica tríada diagnóstica de dolor en
co 122, exposición química, asbestosis, obesidad e hiperten- el flanco, hematuria y masa renal palpable solamente se
sión. La inmensa mayoría de los CCR son esporádicos, pe- observaba en el 4%-9% de los pacientes cuando acu-
ro se estima que en el 4% se producen en el contexto de dían 131 . Los síntomas constitucionales (anorexia, pérdida
síndromes herediatarios 123.124 . Estos CCR «hereditarios» de peso) eran frecuentes con la enfermedad avanzada. Las
se producen en edades tempranas, son multifocales y bila- manifestaciones que se refieren como secundarias a la
terales y afectan a hombres y mujeres por iguaJ123. La en- producción de hormonas son la eritrocitosis (eritropoye-
fermedad de Von Hippel-Lindau (VHL) es el síndrome tina), hipercalcemia (parathormona, metabolitos de la vi-
hereditario mejor conocido. El 24%-45% de los pacientes tamina O, prostaglandinas), hipokaliemia (ACTH), galac-
con VHL desarrollarán un CCR (ver comentario poste- torrea (prolactina), hipertensión (renina) y ginecomastia
rior). Muchas de estas lesiones son multicéntricas y bila- (gonadotropina). Se han descrito metástasis de los CCR a
terales y todos ellos son carcinomas de células claras 12S ·127 . casi todos los órganos. Puede producirse también una re-
Otros síndromes cancerosos renales son el cáncer renal gresión espontánea del tumor primario, aunque no está
papilar hereditario, síndrome de Birt-Hogg-Dubé, leio- claro el mecanismo 132 .
mioma-CCR hereditario, oncocitoma renal familiar, cáncer
de colon no poli poi de hereditario y CCR medular. Tam- Planteamiento para la imagen y tratamiento
bién se ha publicado una mayor incidencia de CCR en pa- Con los avances actuales en las técnicas de imagen trans-
cientes con esclerosis tuberosa124 . Otro factor importante versal, los ecografistas son capaces de detectar masas rena-
'tJ Figura 9-45 Nefrocalcinosis medular en dos pacientes. A, Riñón de Anderson-Carr. Ecografía sagital que de-
~ muestra un aumento de la ecogenicidad y un patrón de pseudoborde alrededor de todas las pirámides medulares
e importante punteado con sombra por cálculos. B, Ecografía sagital que muestra extensa calcificación medular
en un paciente con acidosis tubular renal.

les más pequeñas. La tasa de prevalencia de carcinoma de el gadolinio en el desarrollo de la fibrosi s sistémica nefro-
células renales oculto, que se descubre de forma casual génica (FSN) quedó claro su riesgo potencial en estos pa-
en la TC, es del 0,3%133. Antes de la llegada de la TC, los tu- cientes 144. Así, la ecografía recuperó de nuevo un papel
= mores renales menores de 3 cm suponían el 5% de las importante en la caracterización de la masa en pacientes
lesiones, mientras que actualmente estas lesiones están en- con insuficiencia renal con riesgo de nefropatía después
tre el 9% y el 38% de todos los tumores renales 134. Wars- de la exposición a contraste iodado en la TC o por FSN
hauer y cols. 135 demostraron la escasa sensibilidad del an- después del gadolinio en la RM.
terior patrón oro de imagen transversal: urografía miccionalj La mayor detección de lesiones pequeñas e incidenta-
tomografía lineal, para la identificación de masas renales les, junto con un mejor conocimiento de la historia natural
menores de 3 cm de diámetro y de masas menores de 2 cm de estos tumores ha llevado a un abordaje menos agresivo
mediante ecografía. jamis-Dow y cols. 136 observaron que la de los CCR. Los abordajes quirúrgicos tradicionales, o sea,
TC era más sensible que la ecografía para la detección de la nefrectomía radical, se reservan actualmente a las lesio-
pequeñas masas renales «1,5 cm) y que tanto la ecografía nes centrales y grandes. El hecho de que las lesiones pe-
como la TC permiten evaluar las masas mayores de 1 cm. queñas y sólidas sean más probablemente benignas en
Igualmente demostraron que una combinación de ecogra- pacientes ancianos 145 y el potencial limitado de metásta-
fía y TC permitía una caracterización precisa de una lesión sis de las lesiones pequeñas «3 cm) 146 hace que se reco-
mayor de 1,0 cm en el 95% de los casos y que ninguno de miende un «seguimiento vigilante», sobre todo en pacien-
estos métodos puede caracterizar de forma precisa lesio- te ancianos o comorbilidades 147 . En pacientes jóvenes y
nes menores de 1 cm de diámetro. Por ello, la combinación también en pacientes más ancianos que no quieran o sean
de ecografía con TC es superior a cada una de forma aisla- incapaces de someterse a un seguimiento con imágenes,
da. Con la llegada de la TC helicoidal se pueden eliminar los se puede intentar una cirugía ahorradora de nefronas (n e-
errores de registro respiratorios y el promedio de volumen frectomía parcial por laparotomíajlaparoscopia, la crioa-
parcial. La fase nefrográfica de la TC helicoidal permite una blación laparoscópica, ablación mediante crioablaciónj
mejor detección y también mejora la caracterización de la ablación por radiofrecuencia) . La eficacia primaria/se-
lesión 137-14o . Con la ecografía combinada y la TC helicoidal cundaria y las tasas de supervivencia a largo plazo con
suelen ser innecesarias otras modalidades de evaluación estas técnicas son comparables a la nefrectomía tradicio-
en la mayoría de las masas renales. na1 148 . Gervais y cols. 149 observaron que la ablación me-
La imagen de resonancia magnética para caracterizar diante radiofrecuencia (ARF) del CCR puede realizarse
las masas ha mejorado de forma significativa con el desa- con éxito en los exofíticos de hasta 5 cm de tamaño (Fig.
rrollo de dispositivos de fase multibobinas, imagen de apnea 9-46). Los tumores con un componente en el seno renal
rápida y realce con el contraste gadopentetato de dime- serán de tratamiento difícil.
glumina. La RM juega un papel cada vez más importante
en la detección y caracterización de algunas masas rena- Aspecto ecográfico
les141.142 yen concreto juega un papel especial en la defini- La mayoría de los CCR son sólidos en la ecografía. Los tu-
ción de masas renales de alta atenuación 143 • Sin embargo, mores pueden ser hipoecoicos, isoecoicos e hipercoicos
muchos centros reservan la RM renal para pacientes con: (Fig. 9-47). Una serie sobre ecografía precoz refirió que la
1) alergia a contraste iodado, 2) TC indeterminada para mayoría de los CCR eran isoecoicos (86%), mientras que
masas renales, o 3) cuando no se haya podido determinar la minoría eran hipoecoicos (10%) o ecogénicos (4%)150.
la extensión de la afectación vascular con la ecografía y la Otras series posteriores observaron el aspecto de los tu-
Te. Anteriormente, la RM renal también se realizaba para mores CCR más pequeños que se detectan actualmente.
evaluar el realce lesional en pacientes con insuficiencia Los CCR de <3 cm con frecuencia son ecogénicos en com-
renal. Sin embargo, debido al importante papel que juega paración con el parénquima renal circundante. Forman y
cols.151 observaron que el 77% de los CCR más pequeños existe un patrón ecográfico específico, ya que también
eran ecogénicos, y Yamashita y cOIS. 152 .153 refirieron que el pueden ser hiperecoicos 162 .
61 % eran ecogénicos. Entre e15% y el 7% de los CCR son tumores quísticos 164. o
.~
Los CCR pequeños y ecogénicos pueden resultar difíci- Se han descrito cuatro patrones de crecimiento dentro de
ca
les de distinguir de angiomiolipoma benigno (AML) con la los CCR quísticos: multilocular, unilocular, necrótico (ne- s:::
.~
ecografía. Yamashita y cols. 153 subrayaron el solapamiento crosis quística) y tumores que se originan a partir de un ::::s
entre el aspecto de las imágenes de CCR/ AML, si bien se
habían publicado características diferenciales. En el 84%
quiste simple 165 (Figs. 9-48 y 9-49). El diagnóstico de los
distintos subtipos tiene relevancia clínica, ya que los sub-
...~
O

de los casos de CCR, y no en el AML, se refirió la existencia tipos multiloculares y uniloculares parecen menos agresi- ca
Q.
de un borde hipoecoico delgado, que sería debido a una VOS 164. En la ecografía, un CCR quístico multilocular se oC(
pseudocápsula en la anatomía patológica. Sólo en los car- muestra como una masa quística con septos interiores.
cinomas de células renales ecogénicos se detectan peque- Estos septos pueden ser gruesos (>2 mm), nodulares y
ños espacios quísticos intralesionales (Fig. 9-47). Tam- pueden contener calcificación (ver Fig. 9-47). El aspecto
bién se consideran típicos una sombra débil posterior en ecográfico típico de un CCR quístico unilocular es el de
los AML con halos hipoecoicos o espacios quísticos en los una masa rellena de detritus con paredes gruesas e irre-
CCR154. En cualquier caso, el solapamiento en la imagen gulares que se pueden calcificar. El aspecto de los CCR ne-
debe conducir a una caracterización inmediata mediante eróticos en la ecografía depende del grado de la necrosis
TC o RM 155. tumoral. Los tumores que se originan de un quiste sim-
Se desconoce la base patológica del aspecto hiperecoico ple son raros (excluidos los pacientes con VHL). En la eco-
de los CCR, pero se ha documentado una mayor ecogeni- grafía puede observarse un nódulo tumoral mural en la
ciad en los CCR con arquitectura papilar, tubular o micro- base de un quiste simple. La TC helicoidal normalmente
cística y en tumores con pequeñas calcificaciones, necro- permite una caracterización precisa de la naturaleza inte-
sis, degeneración quística o fibros is 134• La calcificación rior de la mayoría de las lesiones renales quísticas 166.
macroscópica puede ser puntiforme, curvilínea, difusa Se ha referido el uso de eeo-Doppler 167 para la detec-
(rara), central o periférica156'16o. Daniels y cols. 159 demos- ción de la vascularidad tumoral en lesiones malignas de
traron que la calcificación central se asociaba a tumores hígado, riñones, glándulas suprarrenales y páncreas. La
malignos en el 87% de los casos. Cuando existe un borde mayoría de los tumores renales (70%-83%) presentan
sombreado posterior o una calcificación difusa será impo- una desviación de la frecuencia del Doppler de 2,5 MHz 167'
sible caracterizar la lesión renal mediante ecografía. Se 171 . Se han observado cambios parecidos con las masas

necesita una TC para identificar rasgos adicionales de ma- inflamatorias, pero los pacientes con infección renal de-
lignidad (p. ej., realce de masas de tejido blando) 161. ben presentar una clínica evidente. Por desgracia, la au-
Los tumores papilares dan cuenta del 15% de todos los sencia de una desviación en el Doppler de alta frecuencia
CCR130,162; el tipo papilar se caracteriza por un crecimiento no excluye la malignidad 17O • Recientemente se ha conse-
lento, un estadio más bajo en el momento de la presenta- guido la confirmación del flujo sanguíneo dentro de los
ción y un mejor pronóstico 163 . Los tumores papilares tam- tumores sólidos mediante ecografía con medios de con-
bién tienden a ser hipoecoicos o isoecoicos, aunque no traste de burbuja e índice mecánico bajo (1M) con inver-

..., Figura 9-46 Ablación por radiofrecuencia dirigida mediante ecografía de un carcinoma de células renales.
~ A, Ecografía transversal que muestra un carcinoma pequeño <3 cm) sutil, ligeramente ecogénico (cabezas de fe-
cha). e, Ecografía transversal durante el tratamiento que muestra la mancha de la ablación (flecha).
=c:
'o

o
~

~ Figura 9-47 Aspectos ecográficos del carcinoma de células renales en ecografías sagitales. A, Tumor dimi-
~ nuto hipoecoico incidental. B, Tumor ecogénico pequeño con espacios quísticos centrales. e, Nódulos ecogéni-
cos pequeños que simulan un angiomiolipoma. D, Masa renal en el polo central, ecogénica y exofítica. E, Masa
renal en polo superior hipoecoica exofítica. F, Masa en seno renal central grande sin caliectasia asociada. G, Masa hetero-
génea grande sólida en el polo inferior del riñón que comprime la pelvis renal con caliectasia en polo superi or. H, Gran
masa renal infiltrante con conservación del perfil reniforme. 1, Gran masa quística en el polo superior que muestra numero-
sos septos interiores gruesos.

sión de pulso. Los criterios de neovascularización utiliza- ma de que «una buena imagen radiológica es virtualmen-
dos con la TC o RM para la caracterización de la masa te diagnóstica en todos los casos» puede no ser cierta en
(realce septal y nodular) también se pueden aplicar a los la era del ubicuo TC helicoidal. En series anatomopatoló-
medios de contraste estables de segunda generación l 72.173 gicas y de biopsia recientes sobre masas renales peque-
(Fig. 9-50). Sin embargo, el hecho de que no existe apro- ñas «3 cm), sólidas y con realce se ha demostrado que
bación por parte de la US Food and Drug Administration existe un número sorprendentemente alto de estas lesio-
(FOA), aspectos relacionados con su reembolso económi- nes que son benignas (p. ej. AML dentro de la grasa, onco-
co, la logística asociada con técnicos/radiólogos intensi- citomas metanéfricos, adenomas). Además, la biopsia con
vos o los protocolos de realce con contraste han impedido aguja dirigida mediante imagen (aspiración o núcleo) ha
la implantación de esta técnica. demostrado ser relativamente segura y normalmente que
acaba siendo un procedimiento concluyente175' 179 •
Biopsia y pronóstico Nuevos avances en inmunobiología y una mayor acepta-
En el contexto de la imagen clásica existía un papel escaso ción de las técnicas de ablación aumentarán seguramente
para la biopsia percutánea en el paciente con una masa el papel de la imagen como guía para una masa renal, es-
solitaria y sin otra neoplasia conocida. Previamente la pecialmente la dirigida por ecografía, en un futuro próxi-
biopsia dirigida mediante ecografía o TC se reservaba pa- mo (Fig. 9-51).
ra pacientes en los que se consideraban el linfoma o las En pacientes con hallazgos de imagen (o resultados de
metástasis renales y aquellos en los que era necesaria la la biopsia) definitivos de CCR, el estadiaje en el momen-
confirmación tisular de CCR metastásico134·166.174. El dog- to del diagnóstico tiene un impacto directo sobre el pro-
III: Afectación tumoral de los ganglios linfáticos regiona-
les o de estructuras venosas.
IV: Invasión de órganos adyacentes y metástasis a distancia. o
'¡:
Las supervivencias a los cinco años para los pacientes se- ca
gún estadios, fueron: en el estadio 1del 67%, II: del 51 %, III: e
'¡:
del 33,5% y IV: del 13,5%180. Los pacientes en estadios 1y II :::l
reciben tratamiento quirúrgico (nefrectomía parcial o to-
tal). Los pacientes en estadio rrr con linfadenopatía y con
...~
o

frecuencia se tratan de forma paliativa. Los pacientes en es- ca


c.
tadía rrr y trombo tumoral se tratan mediante nefrectomía «
radical y trombectomía. Los pacientes en estadio IV normal- O')

mente reciben solamente tratamiento paliativo l81, aunque o


'3
un mayor conocimiento de la biología molecular del CCR ha ;t::
a.
llevado a ensayos sobre inhibidores nuevos de moléculas ca
pequeñas marcadas y anticuerpos monoclonales 182 .
o

Errores de interpretación
La ecografía es inferior a la TC y RM para el estadiaje de los
CCR. Por desgracia, la obesidad y la interposición de gas
intestinal hacen difícil evaluar las adenopatías o la afecta-
ción vascular. En pacientes delgados y en los que tenían
una mínima cantidad de gas podrán evaluarse las venas
renales y el retroperitoneo mediante la ecografía, algo se
debe realizar en todos los pacientes con una masa renal. La
ecografía es excelente para evaluar la VCI intrahepática y
para determinar la extensión craneal del trombo venoso
tumoral en el CCR (Fig. 9-52). Habboub y cols. 183 observa-
ron una precisión para detectar afectación de la vena renal
~ Figura 9-48 Patrones de crecimiento quístico y de la VCI del 64% y 93%, respectivamente. La adición del
~ del carcinoma de células renales. Polo superior, Doppler color mejoró la precisión para diagnosticar tanto
Multilocular; superior lateral, unilocular; Inferior la-
los trombos de la vena renal como los de la VCI hasta al-
teral, Necrosis quística; polo inferior, origen en la pared de
un quiste simple. (De Yamashita y, Watanabe 0 , Miyazaki canzar e187% y 100%, respectivamente. Es esencial deter-
H, y co/s. Cystic renal ce" carcinoma. Acta Radiologica minar la localización y extensión de la trombosis tumoral
1994:35: 19-24). vascular para planificar el abordaje quirúrgico. Sin embar-
go, las limitaciones del estadiaje que lastran a la ecografía,
TC y RM son: 1) detección de la invasión tumoral micros-
nóstico. La clasificación del estadiaje de Robson para el cópica de la cápsula renal, 2) detección de los depósitos
CCR es la siguiente: metastásicos de los ganglios linfáticos de tamaño normal,
1: Tumor limitado a la cápsula renal. y 3) diferenciación de los ganglios linfáticos hiperplásicos
11: Invasión tumoral de la grasa perinéfrica. inflamatorios de ganglios tumorales.

~ Figura 9-49 Carcinoma de células renales dentro de un quiste. A, Quiste complejo con nódulo mural. B,
~ Doppler color que muestra flujo dentro del septo (Caso cortesía de Vikram Oogra, MO.)
=e
'o
'C:;
u
~

"J Figura 9-50 Aportación de la ecografía con microburbujas como contraste en la determinación de vascula-
~ ridad de las masas renales. A, Ecografía basal de una masa renal en el polo medio hipoecoica y exofítica (flecha).
S, Fase arterial del realce que sigue inmediatamente a la inyección de las microburbujas. Existen pequeños vasos
lineales en la masa (flecha). e, Fase nefrográfica que muestra el realce tanto del riñón normal como de un carcinoma de
células renales relativamente hipovascular. D, Fase diferida que muestra la pérdida de realce del carcinoma de células re-
nales (Caso cortesía de Ed. Grant, MO.)

Carcinoma de 'células transicionales enfermedades del tracto superior se realizó con éxito me-
El carcinoma de células transicionales (CCT) de la pelvis diante una combinación de UIV, urografía retrógrada y ci-
renal da cuenta del 7% de todos los tumores primarios de tología de orina. Publicaciones recientes indican la utilidad
riñón l84 . Los CCT renales son entre 2 y 3 veces más fre- de la urografía-TC y potencialmente también de la urogra-
cuentes que las neoplasias ureterales. Los CCT vesicales, fía-RM I 87. Las TC vesicales se despistan de forma eficaz
por su extensa superficie, son 50 veces más frecuentes que mediante cistoscopia. Los pacientes con mayor riesgo de
los CCT de la pelvis renaP8S. La naturaleza multifocal y bila- desarrollar un CCT precisan unas pautas de seguimiento
teral de los CCT requiere un diagnóstico y estadiaje preci- estrecho, que deberán cumplir estrictamente aquellos con
so, que permitirá un planteamiento quirúrgico apropiado. nefritis de Balkan, reflujo vesicoureteral, CCT recurrente
Yousem y COIS. 186 revisaron 645 casos de CCT de vejiga, multifocal de vejiga, tumores vesicales de alto grado, carci-
uréter y riñón y observaron que el 3,9% de los pacientes noma in situ de uréteres distales después de una cistecto-
con cáncer vesical desarrollaron una lesión del tracto su- mía, hábito tabaquito importante, exposición a carcinóge-
perior (media, dentro de los 61 meses); un 13% de los CCT nos o tratamiento con cicIofosfamida l86 .
eran ureterales y el 11 % de aquellos con CCT renal desa- Los carcinomas de células transicionales pueden ser pa-
rrollaron tumores metácronos (media, 28 y 22 meses, pilares o no papilares. Los CCT papilares son lesiones po-
respectivamente). Los CCT síncronos se observaron en el Iipoides exofíticas adheridas a la mucosa por un tallo. Este
2,3% de los pacientes con CCT vesicales, el 39% con CCT tipo de tumor tiende a ser de bajo grado en su presenta-
ureterales y el 24% con CCT renales. El seguimiento de las ción. Los CCT poli poi des habitualmente infiltran lenta-
mente y metastatizan en fases avanzadas de la enferme- miento renal, conservando del perfil reniforme del con-
dad. Los CCT no papilares son sésiles y se manifiestan junto (Fig. 9-56). Las lesiones sésiles son especialmente
como tumores planos o nodulares. El engrosamiento mu- difíciles de visionar directamente mediante ecografía, pe-
coso que es lo típico del CCT sésil puede ser difícil de deli- ro los hallazgos secundarios de una lesión obstructiva (ca-
mitar incluso con la Te. Estos tumores son habitualmente liectasias, pelviectasias) se delimitan bien. Un pequeño
de alto grado e infiltrantes 185. subgrupo de CCT sésiles y papilares puede presentar cal-
cificaciones distróficas, que hacen que el tumor sea difícil
188
Tumores renales de diferenciar de una papila desprendida Y calcificada .
Los tumores de células transicionales del riñón son más El CCT rara vez invade la vena renaP89.
frecuentes en hombres que en mujeres (4:1). Los CCT rena-
les se observan habitualmente en ancianos con una edad Tumores ureterales
media en el momento del diagnóstico de 65 años 185 . Alrede- El carcinoma de células transicionales (CCT) del uréter da
dor del 75% de los pacientes con tumores de la pelvis renal cuenta del 1%-6% de todos los cánceres del tracto urina-
acuden con hematuria microscópica o macrosópica y el rio185.190. Los hombres se afectan con mayor frecuencia
25% refieren dolor en el flanco. El CCT renal se descubre de que las mujeres (3:1). Igual que sucede con el CCT renal,
forma casual en menos del 5% de los pacientes 185. las lesiones ureterales se identifican habitualmente en pa-
Por desgracia, la ecografía del seno renal conlleva pro- cientes ancianos, con una incidencia pico de CCT ureteral
185
blemas importantes para la evaluación del proceso pato- entre las décadas quinta y sexta de la vida . La mayor
lógico debido a su variable aspecto. La grasa dentro del parte de los tumores se detectan en el tercio inferior del
seno renal se muestra como una masa hipoecoica que uréter (70%_75%)185'190. Alrededor del 60% de los CCT
puede simular un CCT sólido (Fig. 9-53). En casos poco ureterales son papilares y el 40% son no pap!'1 ares 185 . Los
claros se recomienda la confirmación mediante UIV o uro- síntomas más habituales son hematuria, polaquiuria, di-
grafía-TC para descartar la neoplasia, especialmente en suria y dolor 190. Las modalidades tradicionales de imagen
pacientes con hematuria (Fig. 9-54). y de elección para la evaluación del CCT ureteral son la
El aspecto ecográfico de los CCT renales es variable y UIV o la urografía retrógrada, pero se han documentado
depende de la morfología de la lesión (papilar; no papilar avances con la urografía-TC multidetector (y su capacidad
o infiltran te), localización, tamaño y la existencia o no de para detectar y estudiar incluso lesiones uroteliales pe-
hidronefrosis (Fig. 9-55). Los tumores pequeños no obs- queñas)191.192. En la ecografía se pueden apreciar la hidro-
tructivos pueden resultar imposibles de visualizar en la nefrosis y el hidrouréter yen ocasiones una masa ureteral
ecografía. Con el crecimiento, los tumores papilares pue- sólida 190 .
den apreciarse como masas sólidas centrales en el seno
renal hipoecoicas poco evidentes (Fig. 9-56). El diagnósti- Tumores vesicales
co diferencial se hará con los coágulos sanguíneos, papilas El carcinoma de células transicionales vesical es un tumor
desprendidas y bolas de hongos. maligno frecuente. Los CCT vesicales se detectan con ma-
La infiltración tumoral dentro de la pelvis renal o del yor frecuencia en hombres (3:1) con una incidencia pico
parénquima renal puede ser poco evidente. Los hallazgos en el sexta y séptima década de la vida. Ocurren con ma-
sugestivos de CCT infiltrante son la distorsión y agranda- yor frecuencia a nivel del trígono y a lo largo de las pare-

W Figura 9-51 Oncocitoma renal. A, Ecografía sagital que muestra una gran masa renal parcialmente exofítica isoecoi-
~ ca que no puede diferenciarse ~e un carcinoma de células renales. e, Biopsia dirigida por ecografía ?e la lesión renal
(cabezas de flecha) en otro paciente, realizada antes de una posible ablación que confirma el onCocltoma.
=c: ~ Figura 9-52 Trombosis venosa con carcinoma
'o
'0 ~ de células renales. A, Ecografía sagital de la vena
O cava inferior (Vel) que muestra un gran trombo
Q)
en que termina dentro de la vena cava inferior infrahepática.
B, Ecografía transversal en el mismo paciente que nuestra
un trombo que se extiende desde el hilio del riñón derecho
dentro de una vena distendida hasta la vel (1), e, Ecografía
transversal que muestra un trombo expansivo maligno en
la vena renal por delante de la aorta (A). D, Ecografía sagi-
tal de otro paciente que muestra un trombo expansivo den-
tro de la vel retrohepática. E, Ecografía transversal del
mismo paciente de D, mostrando un trombo maligno en la
vel parcialmente adherido.

des lateral y posterior de la vejiga. Aproximadamente el ecográfica de los tumores sólidos polipoides es excelen-
70% de los cánceres vesicales son superficiales y el resto te (~95%) 193 . El aspecto es el de una masa focal inmóvil o
son invasivos. Los pacientes habitualmente acuden con un engrosamiento urotelial (Fig. 9-57). Sin embargo, la
hematuria, aunque también pueden referir síntomas de ecografía parece inespecífica y el diagnóstico diferencial
polaquiuria, disuria y dolor suprapúbico. La detección es amplio, ya que debe hacerse con cistitis, engrosamiento
de la pared vesical por obstrucción en el tracto de salida Carcinoma de células escamosas
vesical, cambios posradiaciónjpostoperatorios, coágulos El carcinoma de células escamosas (CCE) es raro, pero es el
de sangre adheridos, carcino ma de próstata invasivo, lin- segundo tumor urotelial maligno más frecuente después
foma, metástasis, endometri osis y neurofibromatosis. Al- del CCT. El CCE da cuenta del 6%-15% de los tumores pél-
gunos tumores papilares vesicales también pueden calci- vicos renales y del 5 % -8% de todos los tumores vesica-
ficarse. Serán necesarias la cistoscopia y la biopsia para su les 196.197 • La infección e irritación crónica y los cálculos con-
diagnóstico. Igualmente puede recurrirse a la ecografía ducen a una metaplasia escamosa y a la leucoplaquia del
transvaginal o transrectal para evaluar las masas de la pa- urotelio. La leucoplaquia se considera una lesión prema-
red vesical cuando el abordaje suprapúbico se vea com- ligna. El CCE tiende a ser una lesión sólida, plana e infil-
prometido (Fig. 9-57). trante con ulceración extensa. En el momento del diagnós-
Los carcinomas de células transicionales (y de células es- tico suelen existir ya metástasis a distancia. Al igual que O)
camosas) también pueden proceder de divertículos de la con otras lesiones renales, el CCR renal se visualiza en la o
vejiga urinaria. Muchos divertículos tienen un cuello es- ecografía como un riñón difusamente agrandado que con- "3
:t::
trecho, que hace que sean inaccesibles a la evaluación con serva su perfil reniforme. La eco estructura renal está des- a.
ca
cistoscopio, de forma que la imagen juega un papel impor- truida y con frecuencia se aprecian cálculos (47%-58%)196. O
tante para la detección de estos tumores. Las localizaciones En tal caso podría ser imposible la diferenciación del CCE
periureterales y posterolaterales de pared de la mayoría de renal con una pielonefritis xantograulomatosa. Con fre-
los divertículos vesicales permiten una visualización eco- cuencia presentan metástasis y una extensión perinéfrica
gráfica adecuada 194 • En la ecografía los tumores diverticula- del tumor. El CCE ureteral es raro y en tal caso se apreciará
res son masas moderadamente ecogénicas y sin sombra. una hidronefroureterectasia proximal a la masa tumoral.
Aunque la ecografía es adecuada para la detección de tu- En ocasiones, la lesión se aprecia como una masa mal defi-
mores, el estadiaje se realiza mejor clínicamente si se com- nida irregular y sólida. Suelen presentar cálculos asocia-
bina además con la TC o RM con contraste 19S . dos. Los CCE de vejiga tienden a ser grandes, sólidos e infil-

..., Figura 9-53 Grasa en seno renal que si-


~ mula un carcinoma de células renales
transicionales (CCT). Ecografías sagitales
en dos pacientes. A, Zona focal pequeña de hipoge-
nicidad dentro de grasa del seno en el polo inferior. B,
Imagen de Doppler color al mismo nivel que A, que
muestra vasos normales con trayecto a través de la
zona, confirmando que se trata de grasa irrelevante
en lugar de un tumor. C, Grasa hipoecoica en seno
renal central que simula CCT infiltrante. Seno renal
normal confirmado mediante TC.
e
'o
.C) ft,J Figura 9-54 Carcinoma infiltrante de cé-
o
Q)
~ lulas transicionales (CCn en el polo su-
en perior. A, Ecografía sag ital que muestra hi-
pogenicidad alargada dentro de la parte s uperior del
complejo eco del seno central y cal iectasias en polo
superior poco llamativas. B, TC con contraste en re-
construcción coronal que confirma CCT del polo
superior. C, Urografía retrógrada preoperatoria que
muestra un cáliz en un polo superior amputado e
irregular.

trantes. Los CCE también pueden proceder del interior de pelvis renal tienen un antecedente de ¡TU crónica 198 y dos
divertículos vesicales194 . La ecografía puede ser una moda- tercios de ellos también de cálculos, habitualmente cálcu-
lidad eficaz para la detección de CCE pedunculados vesica- los coraliformes. Los médicos tienen que ser cautos a la ho-
les, pero la TC o la RM parecen unas modalidades más ra de diferenciar un adenocarcinoma de vejiga de un ade-
apropiadas para detectar la invasión perivesical y las ade- nocarcinoma de recto, útero o próstata con invasión vesical.
nopatías regionales y metástasis a distancia. El pronóstico es malo. En la ecografía, se apreciará una ma-
sa en pelvis renal, uréter o vejiga urinaria, en ocasiones con
Adenocarcinoma calcificación. Con frecuencia se asocian a cálculos.
El adenocarcinoma de la pelvis renal, uréter y vejiga es ra-
ro. Casi todos los pacientes con un adenocarcinoma de la Oncocitoma
Los oncocitos son células epiteliales grandes. El típico
citoplasma eosinofílico granular de estas células es la con-
secuencia de una mitocondria citoplásmica extensa. Los
oncocitomas pueden surgir en las glándulas paratiroides,
tiroides, suprarrenales, glándulas salivales y riñones. Los
oncocitomas dan cuenta del 3,1%-6,6% de todos los tu-
mores renales199.200. Hay una mayor incidencia en hom-
bres (1,7:1) con una incidencia que hace pico entre las
décadas sexta y séptima 201 . La mayoría de los pacientes
están asintomáticos199 . Los oncocitomas pueden ser pe-
queños o extremadamente grandes (media: 3-8 cm) y
multicéntricos (5 %-10 %) o bilaterales (3%). Los tumores
bilaterales se observan sobre todo en síndromes heredita-
:r. .-'f'
rios (Birt-Hogg-Dubé, oncocitosis hereditariay oo,202. Son
ft,J Figura 9-55 Patrones de crecimiento morfoló- raras la calcificación y la hemorragia. Estos tumores histo-
~ gico del carcinoma de células transicionales. lógicamente pueden tener un aspecto benigno o maligno.
La diferenciación entre oncocitomas y CCR cromófobos
puede ser difícil 203 y se han des crito lesiones mixtas for- res para diferenciar los oncocitomas de los CCR. En las pri-
madas tanto por células oncocíticas como por elementos meras series quirúrgicas, los oncocitomas representaban
del CCR cromófobo (ver Fig. 9-51). alrededor del 5% de todos los tumores diagnosticados ini~
o
No es sorprendente que el oncocitoma y el carcinoma de cialmente como CCR por imagen 2os• Es probable que se do- '¡:
('ti
células renales no se puedan dife renciar por imagen. Da- cumente un mayor porcentaje de oncocitomas benignos en e
vidson y cols. 204 demostraron que la homogeneidad en la TC series futuras con lesiones pequeñas fruto de extirpaciones '¡:
::::s
y la cicatriz estrellada «central» eran unos malos indicado- incidentales en procedimientos ahorradores de nefronas.
...o
('ti
~
('ti
c.
«
O)
o
"5
~
Q.
ca
o

~ Figura 9-56 Carcinoma de células transicionales (CCT) del riñón, A, B Y C, Ecografías sagitales de tres diferentes
~ pacientes mostrando hidronefrosis en relación con tumores sólidos grandes y centrales de la pelvis (flecha en C). D,
CCT infiltrante en el polo superior que se extiende desde el cáliz hasta el parénquima renal (flechas): E, Gran masa
infiltrante parenquimatosa sólida y lobulada (flechas) con caliectasias asociadas. F, Extensión perirrenal del tumor.
=c:
'o
'(3
(.)
(1)
(fJ

~ Figura 9-57 Masas vesicales de distintos orígenes. Variedad de aspectos. A, Carcinoma de células transicio-
~ nales (CCT) polipoide pequeño. B, CCT invasivo que afecta a la grasa perivesical (flecha). e, Hipertrofi a benigna
de próstata que simula una gran masa invasiva de la pared vesical. D, CCT difuso en una imagen sagital transva-
ginal; el catéter de Foley está alojado en su sitio. E, CCT invasivo difuso en la ecografía suprapúbica. F, Cistitis intersticial
que simula un tumor difuso. G, Endometrioma que se manifiesta como una masa quística sólida con pequeños espacios
quísticos. H, Feocromocitoma que se muestra como una masa submucosa en la pared vesical anterior. 1, Linfoma de la
pared posterior vesical.

No existe un aspecto diferencial de los oncocitomas. Es- de músculo liso y vasos sanguíneos. Los AML se observan
tas lesiones presentan diferentes patrones ecográficos y de forma esporádica o pueden detectarse en pacientes
pueden ser homogéneos o heterogéneos, con una pared con esclerosis tuberosa. En pacientes sin estigmas de es-
nítida o mal definida, dependiendo de su tamaño 206 . Se clerosis tuberosa, los AML son habitualmente unilaterales
puede apreciar una cicatriz central, necrosis central o cal- y se observan en mujeres de edad media. Hasta el 50% de
cificación, aunque estos signos pueden ser idénticos a los los pacientes con AML tendrán signos clínicos de esclero-
del CCR (ver Fig. 9-51). La ausencia de especificidad de la sis tuberosa (retraso mental, epilepsia, adenomas sebá-
TC y la ecografía de los oncocitomas casi siempre conduce ceos faciales) y hasta el 80% de los pacientes con esclero-
a su resección quirúrgica, aunque como ya se comentó, sis tuberosa tendrán uno o más AMU07 • Los AML que se
recientes mejoras en la inmunohistoquímica podrían ha- asocian a esclerosis tuberosa son habitualmente tumores
cer recomendable el seguimiento mediante imagen en pa- pequeños, múltiples y bilaterales sin predisposición por
cientes con una biopsia compatible con oncocitomas be- el sexo. Los AML esporádicos tienen una historia de pre-
nignos. sentación idéntica a la asociada a la esclerosis tuberosa.
Es raro que estos tumores pequeños «4 cm) 208 sean sin-
Angiomiolipomas tomáticos, pero con el crecimiento, estos tumores pueden
Los angiomiolipomas (AML) son tumores renales benig- sangrar, cursando entonces con síntomas como la hema-
nos con distintas proporciones de tejido adiposo, células turia, dolor en flanco y masa palpable en el flanco.
En la ecografía el patrón eco gráfico de las AML depen- la VCJ209. Puede ser difícil diferenciar un AML grande y
de de la proporción de grasa, músculo liso, elementos exofítico de un liposarcoma retroperitoneal grande
vasculares y hemorragia que contenga. Estos tumores (Fig. 9-59). Existen signos útiles que permiten diferen- o
pueden localizarse dentro del parénquima renal o pue- ciarlos de los liposarcomas y son: 1) un defecto en el pa- '¡:
ca
den ser exofíticos (Fig. 9-58) . Cuando predomina el mús- rénquima renal donde se origina el tumor, y 2) existencia e
'¡:
culo, la hemorragia o los elementos vasculares el tumor de vasos hipertróficos y otras lesiones AML2!O. Los vasos j
será hipo ecoico. Siegel y cols. 154 mostraron que las múl- sanguíneos en los AML carecen del tejido elástico nor-
tiples interfases de grasa y ausencia de grasa en los AML mal y son propensos a la formación de aneurismas y he-
...~
o
más típicos, junto con las dife rencias en la impedancia morragia 211 • El Doppler color parece ser la mejor moda- ca
Q.
acústica que diferencian estas interfases, son la causa de lidad de imagen para detectar un pseudoaneurisma «
una dispersión y atenuación de las ondas de sonido. Di- intratumoral en un AML hemorrágico 2!2. O'l
cha histología conduce al aspecto típico de la ecografía Se puede hacer un seguimiento de los AML pequeños y o
de los AML: una lesión ecogénica con sombra detecta- asintomáticos respecto a su crecimiento. Si son grandes, '3
,,!:
ble. Como ya se comentó, aunque se han propuesto di- sintomáticos o sangran deben extirparse. Cuando sea po- c.
(IJ
()
versos signos diferenciales, existe un importante solapa- sible, la cirugía con ahorro de riñón será preferible, ya que
miento de imágenes entre los AML clásicos Y los CCR los tumores pueden ser benignos o múltiples. También se
pequeños ecogénicos. También se ha descrito la afecta- puede recurrir a la embolización para tratar de forma ac-
ción de los ganglios lin fáticos y la extensión de los AML a tiva el sangrado de los AML213.

~ Figura 9-58 Imágenes posibles de los angiomiolipomas (AML), A, Típico tumor pequeño hiperecoico intrapa-
~ renquimatoso. B, Múltiples focos pequeños en la corteza anterior del polo medio. e, Gran masa solitaria y muy
ecogénica en el polo inferior. D, Masa exofítica que engloba la corteza y el espacio perirrenal (flechas); el aspecto
plano sugiere un tumor blando de tejido elástico. E, Masa exofítica grande (flecha). La ecogenicidad de la masa puede ser
muy parecida a la grasa perirrenal. F, Gran masa intrarrenal compleja (flechas) ligeramente ecogénica y que tiene un com-
ponente hipoecoico que representa elementos miomatosos (M). G, H e l. AML hemorrágicos. G, AML exofíticos rotos en el
polo superior con un hematoma perirrenal (H). H, Masa ecogénica con hemorragia hipoecoica central. 1, AML grande y de
predominio exofítico. El riñón por debajo de la masa parece normal. La masa (flechas) muestra una mayor ecogenicidad por
la grasa en el AML y una gran hemorragia hipoecoica (H).
ASPECTO ECO GRÁFICO
DEL LINFOMA RENAL
• Afectación parenquimatosa focal
• Inflitración difusa
• Invasión a partir de una masa retroperitoneal
• Afectación perirrenal

tU
c: El aspecto ecográfico del linfoma r enal depende del
E patrón de afectación. Se han descrito cuatro patrones: 1)
o afectación parenquimatosa focal, 2) infiltración difusa, 3)
"O
.c ..., Figura 9-59 Angiomiolipoma exofítico. Ecogra- invasión por una masa retroperitoneal, y 4) afectación pe-
tU
tU
~ fí~ s.agital que muestra un gran AML exofítico eco- rirrenal. La afectación focal parenquimatosa puede ma-
,-
....tU genlco . nifestarse en forma de nódulos solitarios o múltiples. Es-
...
C) tas masas parecen homogéneas e hipoecoicas o anecoicas
o (Fig. 9-60). Pueden parecer quistes pero sin aumento de
o
w Linfoma la transmisión directa 215 •216 . Al igual que sucede con otros
tumores infiltrantes renales, el linfoma infiltrante se
=c: Riñón manifiesta por la conservación del perfil reniforme, a pe-
'o
'0 Los riñones no contienen tejido Iinfoide, por tanto la afec- sar de la distorsión de la arquitectura renal. El riñón pue-
(,)
al tación Iinfomatosa del riñón se produce por diseminación de ser hipertrófico (Fig. 9-61). El tumor puede invadir el
en hematógena o por extensión contigua de una enfermedad seno renal y destruir el complejo ecogénico centraJ217.
retroperitoneal. La afectación renal se produce con mayor Puede producirse una invasión directa del riñón por ma-
frecuencia en el contexto del!infoma no Hodgkini que con sas ganglionares linfáticas retroperitoneales que englo-
el!infoma de Hodgkin. Para cuando la afectación renal se ban vasos y uréter. En ocasiones, se extiende un conglo-
hace evidente la enfermedad suele estar ya diseminada. merado de adenopatías hipo ecoicas retroperitoneales a la
Los síntomas del tracto urinario son infrecuentes. En oca- pelvis renal y provoca una hidronefrosis. La ausencia de
siones presentan dolor, se palpa una masa en el flanco o una invasión venosa renal, a pesar de una invasión retro-
refieren hematuria. En la autopsia se aprecia afectación peritoneal extensa y de un tumor del seno renal, permite
renal en un tercio de los pacientes con Iinfoma 214 y se ob- la diferenciación entre !infoma renal y CCR. En raras oca-
serva con más frecuencia afectación renal bilateral que siones, un tumor de predominio perirrenal se puede
unilateral. Se puede observar una afectación renal unila- reconocer en la ecografía como una masa o co rteza peri-
teral en pacientes que reciben tratamiento . rrenal hipo ecoica circundante. El tumor puede confundir-


..., Figura 9-60 Linfoma renal. A, Ecografía transversal que muestra una deformidad ligera del contorno del polo
~ medio derecho y una lesión hipoecoica mal definida. B, La Te con contraste confirma una ligera deformidad del
borde renal por la lesión y muestra lesiones contralaterales.
.., Figura 9-61 Linfoma renal. A, Ecografía transversal que muestra un riñón globular ecogénico y agrandado. B, TC
~ sin contraste que muestra una marcada nefromegalia.

se con un hematoma o hematopoyesis extramedular218.219 Leucemia


(Fig. 9-62). La afectación renal en una leucemia puede ser difusa o
focal. En las series de autopsias la infiltración leucémica
Uréter del riñón se ha referido hasta en un 65% de los pacien-
El uréter puede verse englobado o desplazado por un lin- tes 221 y a pesar de ello, la leucemia renal puede resultar
fama retroperitoneal adyacente. El desplazamiento del extremadamente difícil de identificar mediante ecografía.
uréter por un tumor periureteral es más frecuente y la in- El aspecto típico de la leucemia renal en la ecografía es
vasión de la pared del uréter se produce solamente en un una hipertrofia renal bilateral. Sin embargo, el 15% de
tercio de los casos 190. La consecuencia es una dilatación los pacientes con leucemia presentan una nefromegalia
del sistema colector intrarrenal y del uréter hasta el nivel inespecífica sin infiltración leucémica 222 . La leucemia renal
de la masa retroperitoneal, algo que se aprecia con facili- también se manifiesta como un patrón de ecos groseros
dad en la ecografía. con distorsión del complejo de ecos del seno centraF23. De
forma alternativa, los riñones pueden ser difusamente
Vejiga ecogénicos. Las masas focales pueden ser solitarias o múl-
Los linfomas primarios de vejiga emergen de los folículos tiples 224 • Estos pacientes son proclives a las hemorragias
linfoides en la submucosa. El tumor de submucosa nor- renales, subcapsulares o perinéfricas.
malmente infiltra las demás capas de la pared vesical. 220 .
La mayoría de los pacientes con linfoma vesical primario Metástasis
tienen entre 40 y 60 años y las mujeres se ven afectadas
con mayor frecuencia que los hombres. En la ecografía se Riñón
aprecia la masa en la pared de la vejiga habitualmente cu- Las metástasis renales habitualmente quedan enmascara-
bierta por epitelio intacto. Si la masa es grande se suele das, aunque en las series de autopsias realizadas antes de
producir ulceración (Fig. 9-63) . la existencia de imagen transversal presentaban una inci-

~ Figura 9-62 Linfoma de Burkitt perirrenal. A, Ecografía transversal que muestra un tumor perirrenal mal definido
~ y extenso. El riñón (cabezas de flecha) está comprimido e invadido por el tumor. B, TC con contraste que muestra
un tumor perirrenal abollonado. El tumor afecta al riñón y a la musculatura del flanco que lo cubre.
eran habitualmente multifocales. Sin embargo, pueden
producirse grandes tumores, que serían indistinguibles de
los CCR primarios. Por tanto, una lesión renal nueva en un
paciente con un cáncer avanzado es más probable que sea
metastásico que un tumor primario. Si se descubre una le-
sión renal simultáneamente en un paciente con un tumor
primario conocido, o con un tumor en remisión y sin evi-
dencia de otras metástasis, será necesaria la biopsia para
diferenciar un CCR primario de una metástasis renal.
La TC con contraste es la mejor técnica radiológica para
la detección de metástasis renales, aunque la ecografía es
igual de sensible 228 . En la ecografía, el aspecto dependerá
del patrón de afectación. Una metástasis solitaria se
muestra como una masa solitaria que es indistinguible de
un CCR; esto sucede con el carcinoma de colon228 . Puede
ser evidente la necrosis central, hemorragia y calcificación.
En caso de múltiples metástasis se manifiestan como ma-
sas hipoecoicas mal delimitadas. Es posible la afectación
\J Figura 9-63 Lintoma vesical. Ecografía sagital
~ transversa que muestra un engrosamiento exten- del espacio perinéfrico en el melanoma maligno y en el
so de la pared vesical con una mucosa intacta. cáncer de pulmón 228 • Las metástasis infiltran tes de riñón
pueden ser especialmente difíciles de detectar con ecogra-
fía, siendo la única manifestación ecográfi ca un riñón hi-
=c: pertrófico, igual que sucede con otros procesos infiltran-
'o
'0 dencia del 2%-20% 225 . La literatura médica antes de la tes, pero conservando su silueta reniform e (Fig. 9-64).
o(1)
imagen transversal también refería que el riñón era el
en
quinto órgano receptor de las metástasis por frecuencia, Uréter
después de pulmones, hígado, hueso u suprarrenales 226 ,227. Las metástasis ureterales son raras y en el 90% de los ca-
La verdadera prevalencia de las metástasis renales en el sos se observan metástasis difusas en otros puntos 229 • La
momento actual, en el que dispone de imagen trans.veTsal - enfermedad metastásica ureteral se produce por vías he-
es desconocida, pero la prevalencia de una afectación re- matógena o linfática y los tumores que pueden afectar de
nal subclínica, aparente por imagen, probablemente sea forma secundaria al uréter son melanomas, carcinomas
mayor de la estimada en las autopsias macroscópicas, vesicales, de colon, mama, gástricos, pulmón, próstata, ri-
La invasión a los riñones se produce por diseminación ñón y lesiones cervicales. Existen tres tipos de afectación
hematógena, Los tumores primarios más frecuentes ureteral: 1) infiltración de los tejidos blandos periuretera-
por su capacidad de metastatizar en riñones son los carci- les, 2) afectación transmural de la pared ureteral, y 3) nó-
nomas de: 1) pulmón, 2) mama, y 3) de células renales en dulos submucosos. En los primeros dos tipos, la imagen
el riñón contralateral l2l , La diseminación metastásica re- puede demostrar estenosis con o sin masas asociadas, y
nal puede manifestarse como una masa solitaria, como en el tercer tipo se apreciarán lesiones intraluminales 190 •
masas múltiples o como una infiltración difusa que hiper- En la ecografía la localización del tumor se puede detectar
trofia el riñón. Choyke y cols. 228 evaluaron 27 pacientes si existe una masa. Normalmente la única manifestación
con metástasis renales y encontraron que las metástasis de la afectación ureteral es una hidronefrosis secundaria.

\J Figura 9-64 Metástasis renales (primario de pulmón). A, Ecografía sagital que muestra un tumor mixto infiltran-
~ te en todo el polo superior del riñón. B, Te con contraste que demuestra las metástasis infiltrantes bilaterales.
Vejiga
Aunque raro, la vejiga puede recibir una metástasis de un PLANTEAMIENTO DE LOS QUISTES
melanoma, pulmón, mama o estómago. El aspecto en la RENALES COMPLEJOS DESCUBIERTOS
ecografía es inespecífico. Puede observarse una masa só- EN UNA ECOGRAFÍA
lida en la pared vesical (Fig. 9-65).
Ecos interiores
• Seguimiento con ecografía si no existen otros
Adenocarcinoma del uraco
El uraco mide 3-10 cm de longitud y representa un rema- signos de malignidad.
nente obliterado del alantoides. Está recubierto por epite- • Realizar tomografía computarizada (Te) si se
asocian signos de malignidad (paredes
lio transicional. El remanente uracal se divide en porciones
engrosadas, septos múltiples o gruesos o
supravesical, intramural e intramucoso. Las neoplasias ura-
calcificación septal extensa).
cales son raras y normalmente proceden de la parte supe-
rior de la porción intramural del remanente uracal o de la Septos
parte caudal de la porción extravesical de la vejiga 230 • Los • Seguimiento con ecografía si los tabiques son
cánceres del uraco representan el 0,01 % de todos los cán- pocos y delgados (::; 1mm).
ceres del adulto, el 0,17%-0,34% de los cánceres vesicales • Realizar Te si existe irregularidad septal y
y el 20%-39% de todos los adenocarcinomas de vejiga 231 • nodularidad, septos complejos múltiples o
Alrededor del 75% de los cánceres del uraco se observan elementos sólidos en la fijación de la pared septal.
en varones 232 . La mayoría de los tumores surgen de la cúpu-
Calcificación
la vesical en la unión vesicouracal. Los tumores del uraco
• Seguimiento con ecografía si existe una
tienen mal pronóstico y tienden a invadir la pared abdomi-
pequeña cantidad de calcio o leche de calcio sin
nal anterior. La mayoría de los pacientes acuden por hema-
una masa de tejido blando asociada.
turia, aunque otros síntomas frecuentes son la polaquiuria,
• Realizar Te si existe una calcificación amorfa,
disuria y mucosuria 232 . En la ecografía, se aprecia una masa
gruesa e irregular.
en la cúpula vesical que con frecuencia está calcificada
• Realizar Te si la calcificación impide una
(50%-70%). La masa puede ser sólida, quística o compleja:
visualización ecográfica adecuada.
quística-sólida. Es frecuente la extensión tumoral en la gra-
sa perivesical, espacio de Retzius y pared abdominal, y tam- Pared perceptible bien delimitada o
bién es frecuente la recidiva local después de su resección. nodularidad mural
• Si se sospecha malignidad, realizar Te.
• Utilizar la combinación eco-Te para analizar los
Neoplasias raras signos interiores de un quiste renal complejo
que permita determinar si es más probable que
Riñón sea benigno o maligno.
Los tumores yuxtaglomerulares son tumores benignos - Las lesiones benignas pueden seguirse
raros que afectan con mayor frecue ncia a mujeres. La se- mediante estudios seriados de imagen.
creción de renina por estos tumores genera hipertensión. - Las lesiones de tipo maligno requieren
En la ecografía estas lesiones suelen ser pequeñas, sólidas extirpación quirúrgica.
e hiperecoicas 233 • La extirpación aliviará la hipertensión .

.., Figura 9-65 Metástasis vesicales de un adenocarcinoma gástrico. A, Ecografía suprapúbica transversal que
~ muestra una masa intraluminal sólida con afectación evidente de la pared vesical. B, Ecografía transvaginal con-
firmatoria que muestra con mejor definición la naturaleza papilar del tumor.
.., Figura 9-66 Feocromocitoma vesical. A, Imagen
=e ~ suprapúbica de la vejiga que muestra la superficie lisa
'o
.C) de una masa sólida vesical. e, Ecografía transvaginal
(.) con vejiga parcialmente vaciada que muestra la mucosa intac-
Q)
en ta sobre el nódulo submucoso. e, Imagen de Doppler color
que confirma la vascularidad lesional. (De oamani N, Wilson S,
Nongynecologic applications of transvaginal ultrasound, Radio-
Graphics 1999;19:S179-S200.)

Los leiomiomas son tumores benignos que surgen de la ción quÍstica. Pueden apreciarse neurofibromas vesicales
cápsula renal. Normalmente se descubren de forma ca- como hallazgo aislado o junto a una enfermedad sistémica.
sual, pero pueden crecer lo suficiente como para dar clíni- Estos tumores son parecidos a los leiomiomas en la ecogra-
ca evidente. En la ecografía se apreciará una masa perifé- fía. Los hemangiomas cavernosos se encuentran casi
rica bien delimitada. El tumor carcinoide es un tumor siempre en la cúpula y pared vesical posterolateraJ236. Se
renal raro que tiende a ser sólido con calcificación central han descrito dos tipos en la ecografía: 1) masa intraluminal
o periférica 234 . Otros tumores benignos descritos son los bien definida, sólida e hiperecoica que está muy vasculari-
lipomas y los hemangiomas. zada en el eco-Doppler, y 2) engrosamiento difuso de la pa-
El sarcoma renal da cuenta de aproximadamente el 1% red con múltiples espacios hipo ecoicos y calcificación 236 .
de todos los tumores malignos de riñón. Elleiomiosarco- Los feocromocitomas vesicales son raros y dan cuenta de
ma es el más frecuente y supone el 58% de todos los sarco- sólo el 1% de todos los feocromocitomas 235 . Los pacientes
mas renales y el hemangiopericitoma el 20%. En la eco- pueden presentar síntomas como cefaleas, sudoración y ta-
grafía, estos tumores no pueden distinguirse del CCR. Se quicardia relacionadas con la distención vesical y diuresis.
refiere una incidencia de liposarcomas de un 20% de to- El feocromocitoma surge de la sub mucosa y puede encon-
dos los sarcomas renales, y en función de la proporción de trarse en cualquier punto de la vejiga, pero habitualmente
grasa madura que presenten, estos tumores pueden ser hi- se detecta en la cúpula. En la ecografía se aprecia como una
perecoicos e indistinguibles de los AML. Los sarcomas me- masa intramural sólida y bien delimitada en la pared vesi-
nos frecuentes son el rabdomiosarcoma, fibrosarcoma y cal (Fig. 9-66). Los tumores mesenquimatosos malignos
sarcoma osteogénico. El tumor de Wilms se describe rara vesicales son raros y los más frecuentes son elleiomiosar-
vez en adultos y no se puede diferenciar radiológicamente coma y el rabdomiosarcoma. En la ecografía se apreciará
del CCR. Todos los sarcomas renales son tumores agresivos. una masa infiltrante y grande.

Vejiga
Los tumores mesenquimatosos de vejiga también son ra- , ENFERMEDAD QUíSTICA RENAL
ros y dan cuenta de alrededor del 1 % de todos los tumores
vesicales. EIleiomioma es el tumor benigno más frecuen-
te. La mayoría de los tumores surgen de la submucosa cerca Quistes corticales
del trígono vesicaJ235. Estos tumores pueden mostrar creci- Los quistes renales simples son benignos y están relle-
miento intravesical (63%), intramural (7%) o extravesical nos de líquido. Se desconoce su patogenia exacta, aunque
(30%)235. En la ecografía se apreciará una masa sólida bien es posible que se trate de lesiones adquiridas. Probable-
delimitada redonda u oval. Puede presentar una degenera- mente se originen a partir de los conductos contorneados
distales o de los tubos colectores 237 • La incidencia de los
quistes simples aumenta con la edad y se detectan en al
menos e133% de las personas mayores de 60 años 238 . Mu-
chos quistes son asintomáticos. Los pacientes con quistes
grandes pueden referir dolor en el flanco y hematuria. El
quiste se puede caracterizar de forma fiable mediante la
ecografía cuando: 1) sea anecoico, 2) tenga una pared
posterior imperceptible y bien delimitada, 3) sea redon-
deado u ovoideo, y 4) realce la transmisión del sonido.
Cuando se cumplen todos estos criterios no se necesitan
nuevos controles ni seguimiento (Fig. 9-67). Si un quiste
renal es grande y sintomático, se puede realizar la aspira-
ción del quiste y la esclerosis mediante diversos fármacos.
Pueden encontrarse diversos quistes simples en ambos
riñones y en raras ocasiones varios quistes simples pue-
den afectar solamente a un riñón o a una parte localizada
de uno de los riñones. ..., Figura 9-67 Quiste renal. Signos típicos del
Los quistes renales complejos no cumplen los estrictos ~ quiste renal: pared lisa, centro sin ecos y un realce
criterios referidos de quiste renal simple e incluyen a los acústico posterior debido a aumento de la trans-
quistes que contienen ecos interiores, septos, calcificacio- misión directa.
nes, paredes definidas de forma perceptible y nodularidad
mural (Fig. 9-68). En función del grado de anormalidad,
muchos quistes complejos requieren nuevas pruebas de amorfa, irregular y gruesa es más sospechosa y requiere
imagen con Te. La combinación de la ecografía con la TC una resección, especialmente si existen componentes só-
con realce (o RM) ayuda a determinar si la lesión quística lidos con realce en la TC241. Por otra aparte, los depósitos
compleja es más probable que sea benigna o maligna. de leche cálcica dentro del quiste son un hallazgo benigno
Los ecos interiores dentro de un quiste son la conse- (Fig. 9-68, F). Con frecuencia se aprecian en la ecografía
cuencia habitualmente de una hemorragia o infección. focos ecogénicos brillantes que simulan calcificación de la
Aproximadamente el 6% de los quistes se complican con pared quística en la pared de septos y paredes quísticas
una hemorragia 239 • La infección de un quiste puede produ- (Fig. 9-68, A). Estos focos carecen de consecuencias y no
cirse por una siembra hematógena, por reflujo vesicoure- se corresponden con calcificaciones en la Te. Unas pare-
teral o como complicación de una punción de quistes o de des engrosadas y bien definidas o la existencia de nodula-
manipulación quirúrgica. Una pared quística engrosada y ridad mural excluyen esencialmente un diagnóstico de
con nivel de detritus-líquido o gas-líquido sugiere que se quiste benigno (Fig. 9-68, G YH). Estas lesiones requieren
trata de un quiste infectado en la ecografía. A los quistes la extirpación quirúrgica para excluir malignidad.
que se sospeche que son hemorrágicos en la ecografía (p. La valoración del potencial de malignización de los
ej., quistes que contengan ecos de bajo nivel pero cumplan quistes renales basada en la complejidad en su imagen fue
con los demás criterios de quistes benignos) se les puede la base de la clasificación introducida por Bosniak en
hacer un seguimiento con ecografías seriadas. Los quistes 1991 174 • Muchos ecografistas intentan clasificar los quis-
infectados requieren aspiración y drenaje para su diag- tes según su complejidad, pero los criterios de Bosniak se
nóstico y tratamiento. basan fundamentalmente en la TC y la ecografía se consi-
Con frecuencia se aprecian septos en el quiste renal co- dera una ayuda útil. Los criterios son útiles para describir
mo consecuencia de una hemorragia, infección o aspiración el potencial de malignidad de las lesiones quísticas rena-
percutánea. En ocasiones, dos quistes adyacentes compar- les en la ecografía.
ten pared y pueden parecer un único quiste separado por La lesión quística clase 1 de Bosniak tiene todos los
un tabique. Si el septo es fino o poco evidente, liso y se fija a signos de benignidad de los quistes simples en la ecografía
la pared del quiste sin elementos engrosados se diagnosti- y en la TC con contraste. Las lesiones del tipo 2 de Bos-
cará de quiste benign0 240 • (Fig. 9-68, C). Los quistes comple- niak son más complejas y puede tener tabiques y calcifica-
jos con septos engrosados (>1 cm) e irregulares o con sep- ciones en la Te. Presenta una gran atenuación (proteinácea
tos que tengan elementos sólidos en la fijación de la pared, o hemorrágica) en la TC menor de 60 unidades Hounsfield
son sospechosos. La aspiración quística no estará indicada (HU) que realza menos de 10 HU después de la administra-
en estas lesiones quísticas multiseptales 240 • La ecografía se- ción del contraste y que con frecuencia aparece como un
rá con frecuencia mejor que la TC para definir las caracte- quiste simple en la ecografía. La evaluación del riesgo de
rísticas internas de estas lesiones quísticas. malignización puede ser fallida si el ecografista utiliza sig-
La calcificación de los quistes renales puede ser fina o nos eco gráficos de lesiones más complejas de forma arbi-
lineal o amorfa y gruesa. La calcificación en una pared fina traria para asignar grados de Bosniak. Las lesiones míni-
o septal sugiere un quiste complicado, más que maligni- mamente complejas en la TC (Bosniak 2) pueden tener un
dad, siempre que se observan el resto de signos de quiste aspecto mucho más maligno en la ecografía. Pueden apre-
benigno en la ecografía y sin que exista realce de una ma- ciarse altos niveles de proteína en el líquido quístico, como
sa de tejido blando asociada en la TC241. La calcificación ecos de bajo nivel, un aspecto que pudiera interpretarse de
~

m
c:
E
o
'C
.c
m
m
:¡:
~
C)
o
o
w
=c:
'0
'0
(,)
4)
en

\¡J Figura 9-68 Quistes renales complejos. A, Quiste renal diminuto (flecha) en la corteza anterior no resuelto. Foco
~ ecogénico brillante con artefacto de «anillo caído» como única anormalidad visible. B, Quiste visible que muestra
un foco de ecogenicidad brillante (flecha) con artefacto de anillo caído. Esta ecogenicidad no representa calcifica-
ción. e, Quiste benigno complejo con algún septo fino. Artefacto en anillo caído que se origina de los septos y de la pared
quística. O, Quiste complejo que muestra septos nodulares gruesos. E, Quiste que muestra numerosos septos internos
gruesos y finos. F, Quiste renal con leche cálcica que se muestra como un material ecogénico declive que se desplazaba
en la exploración en tiempo real. G y H, Quiste con nódulos murales. 1, Gran quiste hemorrágico que muestra abundantes
detritus internos dentro de un quiste que por lo demás parece simple.

fo rma errónea como una lesión maligna «sólida». Además, mienda la cirugía, se hará un seguimiento con imagen en
los septos delgados dentro del quiste tipo 2 de Bosniak un contexto clínico apropiado, como cuando se sospecha un
mostrarán con frecuencia un aspecto mucho más ominoso absceso en pacientes con fiebre. leucocitosis y piuria o en
en la ecografía. Es esta discrepancia ecográfica-TC la que ha pacientes ancianos con comorbilidades. Otras lesiones de
dado lugar al término 2F en la clasificación (lesión proba- esta categoría con los quistes hemorrágicos muy comple-
blemente benigna que en cualquier caso se seguirá me- jos. nefromas quísticos multilobulares, enferm edad quís-
diante imagen). El riesgo de malignización en una lesión tica localizada y CCR quístico. El realce con TC de los sep-
quística que se ha clasificado apropiadamente como Bos- tos, nódulos murales y componentes sólidos dentro de
niak 2F (por TC) se estima en un 5%242. quistes muy complejos aumentan de forma clara el riesgo
La categoría Bosniak 3 de lesión quística es indeter- de malignización en la categoría 4 de lesiones quísticas
minada en la Te. La presencia de septos irregulares y de Bosniak.
gruesos con calcificaciones y nodularidad de pared se La ecografía ha jugado un papel complementario en la
asocia con aumento de la mortalidad, que es independien- estratificación del riesgo de las lesiones quísticas renales
te de la modalidad de imagen utilizada. Aunque se reco- más complejas, ya que no demuestra adecuadamente la
neovascularización del tumor renal. El realce de pared o Enfennedad quística medular
septos, que es evidente en la TC, se ve rara vez resaltado La nefronoptisis juvenil familiar y la enfermedad quística
en la ecografía con Doppler color o potencia (ver Fig. medular se caracterizan por pequeños quistes en la unión o
9-49). Sin embargo, los medios de contraste con micro- corticomedular yen la médula. Los riñones son pequeños o 'C
ca
burbujas pueden aumentar la importancia de la ecografía de tamaño normal. El signo tipico es la fibrosis tubulointers- e
en la caracterización de las masas renales (ver Fig. 9-50). ticial en ambas patologías 249. La nefronoptisis juvenil es una 'C

El realce de la lesión renal utilizando imagen con inver- patología autosómica recesiva. Los pacientes acuden por po-
sión continua de pulso y bajo 1M (o un equivalente) puede liuria, pérdida de sal y finalmente insuficiencia renal termi-
simular el realce mostrado con la TC o RM con contras- nal. La enfermedad quística medular es una patología au-
te 172.243 . Además, la posibilidad de la ecografía con con- tosómica dominante. Los pacientes afectados presentan
-
o
~
::J

ca
c.
oC(
traste para mostrar la neovascularización puede ser espe- unos síntomas similares a los de la nefronoptisis en la terce- O)
cialmente relevante en pacientes con insuficiencia renal y ra o cuarta décadas de la vida 250 . En la ecografía se observan o
permite evaluar la idoneidad de la ablación 244. Aun así si- unos riñones ecogénicos con quistes medulares (0,1-1,0 cm). "S
~
Q.
guen existiendo obstáculos, ya que las técnicas son labo- ca
riosas y consumen tiemp o, el realce es cualitativo y los Enfermedad poliquística renal o
medios de contraste no se han aprobado aún por la FDA La nefropatía poliquística autosómica recesiva (NPQAR) se
para su uso en imagen no cardiaca. divide en cuatro grupos: perinatal, neonatal, infantil y juve-
nil, en función de la edad de inicio de las manifestaciones
Quistes parapélvicos clínicas. Desde el punto de vista anatomopatológico, la
Los quistes parapélvicos no se comunican con el sistema NPQAR se caracteriza por diversas proporciones de dilata-
colector. Pueden originarse a partir de restos linfáticos o ción de los túbulos colectores renales, asociados a quistes
restos embrionarios 24S • La mayoría son asintomáticos, pe- hepáticos y fibrosis periportal. La afectación hepática es
ro en ocasiones los quistes parapélvicos cursan con hema- habitual que predomine en los pacientes mayores con
turia, hipertensión o hidronefrosis y pueden infectarse o NPQAR. La NPQAR se produce en 1:6.000 a 1:14.000 neo-
sangrar 246 . En la ecografía, los quistes parapélvicos se natos. Los pacientes con enfermedad perinatal presenta-
muestran como masas anecoicas y bien delimitadas en el rán unos riñones masivamente hipertrofiados, pulmones
seno renal (Fig. 9-69). Si han sangrado, se observarán los hipoplásicos y oligohidramnios. Fallecen normalmente a
ecos interiores en el quiste. Puede ser difícil diferenciar consecuencia de fracaso renal e hipoplasia pulmonar. Los
entre quistes múltiples parapélvicos y una hidronefrosis niños mayores acuden con manifestaciones relacionadas
(Fig. 9-69). Normalmente es suficiente una técnica opti- con hipertensión portal. Los signos ecográficos de la NPQAR
mizada y la exploración en tiempo real para distinguir en- de predominio renal son la ausencia de una diferenciación
tre quistes parapélvicos múltiples distribuidos al azar y corticomedular y unos riñones con hipertrofia masiva (Fig.
no comunicantes con los cálices y pelvis renal comunican- 9-70). En ocasiones se ven unos quistes macroscópicos.
tes dilatados, que son los signos clave de la hidronefrosis. La nefropatía poliquística autosómica dominante
Si no es posible la diferenciación mediante ecografía, una (NPQAD) se acompaña de un gran número de quistes corti-
TC diferida con contraste solucionará este dilema. cales bilaterales y medulares renales. Los quistes pueden
variar en tamaño y con frecuencia son simétricos. La NPQAD
Quistes medulares es el trastorno hereditario renal más frecuente y no muestra
predilección por sexos. Su incidencia es de 1:500 a 1:1.000 y
Riñón medular en esponja la NPQAD es el origen del 10%-15% de los pacientes en diá-
El riñón medular en esponj a (RME) se define como un ri- lisis. Hasta el 50% de los pacientes tienen antecedentes fa-
ñón con unos túbulos colectores ectásicos y dilatados. Pue- miliares. La afectación esporádica se debe a una expresión
de ser focal o difusa y su etiología es desconocida. La inci- variable y a mutaciones espontáneas. Los signos y síntomas
dencia de RME en la población general no se conoce, pero de masas palpables, dolor, hipertensión, hematuria y ITU no
se describe en el 12% de la población con cálculos rena- comienzan hasta la 4.ª-5.ª década de la vida. El 50% de los
les 220.247 . Se han publicado asociaciones con patologías co- pacientes evolucionan a fracaso renal, que normalmente se
mo la hemihipertrofia, síndrome de Ehlers-Danlos, esteno- produce alrededor de los 60 años 251 • Las complicaciones de
sis pilórica hipertrófica congénita, hiperparatiroidismo, la NPQAD son la infección, hemorragia, formación de cálcu-
enfermedad de Caroli y enfermedad poliquística autosómi- los, rotura quística y obstrucción. La formación de cálculos
ca recesiva 220 • La RME no complicada no se asocia habitual- tiende a producirse en pacientes con más quistes y de ma-
mente con síntomas, pero pueden producirse la formación yor tamaño 252 • Entre las anomalías asociadas destacan los
de cálculos, los cólicos urinarios, hematuria, disuria y dolor quistes hepáticos (30%-60%), quistes pacreáticos (10%),
en el costado 248 . El inicio de la RME sintomática es habitual- quistes esplénicos (5%), quistes en tiroides, ovario, endo-
mente entre la tercera y la cuarta décadas de la vida 220. metrio, vesículas seminales, pulmón, encéfalo, glándula hi-
La ectasia tubular puede ser difícil o imposible de reco- pofisaria, mama y epidídimo, aneurismas cerebrales en
nocer mediante la ecografía (ver Fig. 9-44). Cuando exista frambuesa (18%-40%), aneurisma de aorta abdominal, le-
nefro calcinosis se pueden apreciar múltiples focos con siones cardiacas y divertículos de colon. Los pacientes que
sombra ecogénica localizados en las pirámides medulares no están en diálisis no tienen mayor incidencia de CCR251.
(ver Fig. 9-45). La erosión del sistema colector por una En la ecografía los riñones están hipertróficos y susti-
calcificación puede ocasionar una obstrucción. tuidos por quistes múltiples bilaterales y simétricos de
=e
'o
'(3
u
CI)
(JJ

\¡¡I Figura 9-69 Quistes renales centrales: quistes para-


~ pélvicos e hidronefrosis. A y B, Múltiples masas quísti-
cas con una disposición aleatoria que sugiere quistes
parapélvicos. e, Quistes parapélvicos que simulan una hidronefro-
siso Esto, de hecho, es raro en la ecografía. Ecografías D, sagital y
E, transversal que muestran una hidronefrosis verdadera con co-
municación entre los componente centrales del quiste.

diverso tamaño (Fig. 9-71). Los quistes complicados con de Bear y cols. 254 y refirieron que en los pacientes de 30
hemorragia o infección tendrán unas paredes gruesas, años o menos y con antecedentes familiares de NPQAD
ecos interiores y/o niveles líquido-detritus. Las calcifica- eran necesarios dos quistes renales uni o bilaterales para
ciones distróficas dentro de las paredes del quiste o cálcu- llegar el diagnóstico de NPQAD. En pacientes con 30-59
los pueden mostrarse como focos ecogénicos con sombra años, eran necesarios dos quistes en ambos riñones y en
acústica nítida distal. aquellos con 60 años o más se requieren cuatro quistes en
Los quistes renales en pacientes por debajo de los 30 cada riñón. Estos criterios fueron modificados reciente-
años son raros. Ravine y cols. 253 modificaron los criterios mente para adaptarse a un inicio relativamente tardío de
la enfermedad en pacientes con enfermedad renal poli-
quística del tipo 2, pero sigue siendo suficiente para ex-
cluir la enfermedad que existan menos de dos quistes en o
.~
individuos de alto riesgo por encima de los 40 años 255 •
La ecografía es la modalidad de imagen inicial más estu- 'c:"
.~
diada como sistema de cribado en pacientes NPQAD y es :J
apta para el seguimiento de estos pacientes. El volumen re- ......
O
nal y la evaluación de flujo sanguíneo evaluado mediante
'"
RM pueden ayudar a predecir la progresión de la enfermedad.
En un estudio reciente con RM del Consortium for Radiolo- '"
Q.
oC(
gic lmaging Studies of Policystic Kidney Disease (CRISP), la O)

reducción del flujo renal iba paralela al aumento del tama- o


:;
ño renaJ256. Ambos eran predictores independientes de la ~
Q.
caída de la tasa de filtrado glomerular (FG). Sin embargo, ca
O
este pronóstico basado en la RM no se ha extendido fuera
de un grupo selecto de centros investigadores.

Riñón displásico multicístico


El riñón displásico multiquístico (RDM Q) es una anomalía
del desarrollo hereditaria también conocida como displa-
sia renal, disgenesia renal y riñón multiquístico. El ri-
ñón es pequeño, malformado y se compone de múltiples f¡¡¡J Figura 9-70 Poliquistosis renal autosómica re-
quistes con poco (o ninguno) parénquima renal, que fun- ~ cesiva. Paciente de dos años con insuficiencia
renal. La ecografía sagital muestra una hipertrofia
ciona mal (o nada en absoluto). Los cambios displásicos
marcada e innumerables microquistes.
son normalmente unilateral es y afectan a todo el riñón,

f¡¡¡J Figura 9-71 Poliquistosis renal autosómica do-


~ minante. A, Enfermedad precoz: numerosos quis-
tes pequeños intrarrenales. B, Enfermedad avanza-
da; hipertrofia renal y más quistes. e, Enfermedad terminal;
hipertrofia renal masiva. El riñón está completamente susti-
tuido por quistes de diverso tamaño.
aunque rara vez pueden ser bilaterales, segmentarios o los son delgados se manifestarán como una masa ecogéni-
focales. Si son unilaterales, el RDMQ cursará sin síntomas. ca inespecífica de aspecto más sólido. La calcificación de
Cuando es bilateral es incompatible con la vida. Afecta por la cápsula y septos es rara. Por lo diverso de sus aspectos
igual a hombres y mujeres y también a ambos lados por es imposible que la imagen sirva como medio para dife-
igual. Hasta el 30% de los pacientes presentan una obs- renciar el NQML del CCR quístico.
trucción contralateral de la UUP. La patQgenia exacta no
está clara, sin embargo el 90% de los casos se asocian con Enfermedad quística localizada
cierta forma de obstrucción del tracto urinario durante la La enfermedad quística localizada es una patología rara,
embriogénesis. La gravedad de las malformaciones y la benigna y no hereditaria que simula la nefropatía poli-
edad del paciente en el momento del diagnóstico explican quística autosómica (NPQA) y el NQML. En la enfermedad
las distintas manifestaciones del RDMQ, que van desde quística localizada, múltiples quistes estrechamente agru-
una gran masa multiquística en el parto hasta un riñón pados ocupan o bien una porción del riñón o su totalidad
con pequeños quistes no detectados hasta la edad adulta. (de ahí su descripción previa como «enferme dad poli-
Los hallazgos ecográficos del RDMQ son: 1) quistes múl- quística unilateral) 259. En la ecografía la enferm edad poli-
tiples no comunicantes, 2) ausencia tanto del parénquima quística localizada parece una masa por conglomerado de
normal como del seno renal normal, y 3) áreas ecogénicas múltiples quistes de tamaño diverso separadas por pa-
debidas a mesénquima primitivo o quistes delgados 257 (Fig. rénquima normal o atrófico (Fig. 9-74) .
9-72). En adultos se detecta una masa quística pequeña en La ausencia de quistes dentro de otros órganos (o del
fosa renal y la calcificación de la pared quística se observa riñón contralateral) y la ausencia de una historia familiar
como focos ecogénicos con sombra. La calcificación puede coherente con la NPQA deben conducir al diagnóstico de
ser tan extensa que haga imposible la visualización con enfermedad quística localizada, aunque habitualmente
=c: ecografía, siendo necesaria entonces la TC para llegar al será necesaria la confirmación con TC/RM. Además (la
'o diagnóstico. La enfermedad segmentaria normalmente se TC/RM mostrarán mejor la típica cápsula gruesa, fibrosa
'uu observa en riñones duplicados, y cuando los quistes son y encapsulada del NQMU 60 .
Q)
en delgados la masa puede parecer sólida y ecogénica.

Nefroma quístico multilocular Neoplasias asociadas con la enfermedad


El nefroma quístico multilocular (NQML) es una neoplasia quística
quística benigna poco frecuente compuesta de múltiples Nefropatía quística adquirida
quistes no comunicados y contenidos dentro de una cáp- . La nefropatía quística adquirida (NPQA) se prod uce en ri-
sula bien definida. En ocasiones, existe un estroma sarco- ñones nativos de pacientes con fracaso renal que son so-
matoso, lo que hace que se trate de una lesión más malig- metidos a hemodiálisis o diálisis peritoneal. La NPQA
na. El NQML no tiene predilección por un lado u otro y en afecta al 40%-90% de dichos pacientes, en fun ción de la
ocasiones se detectan tumores en ambos riñones. Estos duración de la diálisis128.129.250,261. El carcinoma de células
tumores se observan en pacientes varones de menos de 4 renales se ha referido en el 4%-10% de los paci entes con
años de edad y en mujeres entre 4-20 años y entre 40 a 60 NPQN61. Se especula con la patogenia de la NPQA. La hi-
años 258 . Muchos niños acuden por una masa abdominal, y
perplasia epitelial ocasionada por sustancias tóxicas po-
los adultos pueden estar asintomáticos o presentar dolor
dría jugar cierto papel en el desarrollo tanto de los quistes
abdominal, hematuria, hipertensión e ITU.
como de los tumores 261. En el estudio anatomopatológico
El aspecto ecográfico del NQML es variable y depende
se observan múltiples quistes pequeños (0,5-3 cm) que eng-
del número y tamaño de los lóculos. Con unos lóculos
loban ambas cortezas y médulas renales. Es frecuente la
múltiples y grandes los quistes no comunicantes se visua-
hemorragia intraquística. La ecografía, TC o RM será de
lizarán como masas bien definidas (Fig. 9-73) . Si los lócu-
utilidad en la evaluación y seguimiento de los pacientes
con NPQA y sus complicaciones128.129,262. Los datos dispo-
nibles sugieren que la NPQA y el desarrollo tumoral per-
sisten incluso después de un trasplante exitoso. La NPQA
y los tumores pueden desarrollarse en aloinjertos renales
durante el tratamiento con diálisis 263 . En la ecografía, el
hallazgo de tres a cinco quistes en cada riñón en un pa-
ciente con fracaso renal crónico es diagnóstico 263 . Los
quistes suelen ser pequeños, igual que los riñones, que
típicamente serán muy ecogénicos (Fig. 9-75). Se verán
quistes con ecos interiores cuando hayan sangrado. Los
tumores son sólidos o quísticos con nódulos murales.

Enfermedad de von Hippe/-Lindau


La enfermedad de Von Hippel-Lindau (VHL) se transmite
.., Figura 9-72 Displasia renal multiquística. Riñón a través de un gen autosómico dominante con expresión
~ pequeño malformado que contiene múltiples quis- variable y moderada penetran cia. Su incidencia es de
tes. (Caso cortesía de Deborah Rubens, MFD.)
1:35000 251 • Las malformaciones más importantes son la
..,; Figura 9-73 Nefroma quístico multilocular. A, Ecografía transversal q ue muestra una masa quística compleja,
~ exofítica y multitabicada con lóculos no comunicados. B, TC con contraste que confirma el diagnóstico.

angiomatosis retiniana, hemangioblastomas del siste- y adenoma sebáceo. Algunos casos se transmiten de forma
ma nervioso central (SNC), feocromocitomas y el carci- autosómica dOITl.inante, aunque también otros casos han
noma de células renales (40%). El CCR en pacientes con surgido por mutación espontánea. Las lesiones renales aso-
VHL suele ser multifocal (75%-90%) y bilateral (75%). A ciadas son los quistes, AML YCCR (1 %_2%)251. La incidencia
estos pacientes se les suele ofrecer una cirugía con ahorro oscila entre 1/9.000 Y 1/170.000 265 . Los quistes renales va-
de nefronas. Los quistes renales, el hallazgo más habitual rían de tamaño. ETl la ecografía, cuando sólo existen quistes
de la enfermedad de VHL, se observan hasta en el 76% de puede ser difícil distinguir la ET de la NPQAD. La existencia
los pacientes 264 . Los quistes oscilan entre 0,5 y 3,0 cm de de quistes y un AIVl L múltiple confirmado por TC sugiere una
tamaño y casi todos tienen una base en la corteza. La eco- ET (Fig. 9-77). Se recomienda un cribado periódico para eva-
grafía se puede utilizar como prueba de cribado inicial luar la AML respecto al crecimiento y desarrollo tumoral.
para la enfermedad de VHL Sin em bargo, la TC y la RM son
mejores para la detección de los tumores pequeños multi-
focales y bilaterales de la enfermedad de VHL y también . TRAUMA
son las modalidades preferidas para el seguimiento des-
pués de la cirugía con ahorro de nefronas (Fig. 9-76).
Lesiones rena es
Esclerosis tuberosa Las lesiones traumáticas del riñón pueden ser cerradas o
La esclerosis tuberosa (ET) es una enfermedad de transmi- penetrantes. La :rr1ayoría de los tipos de traumatismos ce-
sión genética que se cursa con retraso mental, convulsiones rrados sobre rift c:5n son relativamente menores y curan

ft¡J Figura 9-74 Enfermedad quística localizada. A, Ecografía sagital que lCluestra múltiples quistes de varios tama-
~ ños, muy próximos entre sí, distribuidos por todo el riñón. B, TC con cont,-~ste que confirma la sustitución del riñón
izquierdo por quistes.
La tomografía computarizada (TC) se considera la princi-
pal modalidad de imagen para la evaluación de una sospe-
cha de trauma renaF66. Como el traumatismo renal se suele
acompañar de lesiones de otros órganos, la TC tiene la ven-
taja de que proporciona una imagen multiórgano. En teo-
ría, la ecografía tiene la posibilidad de evaluar riñones trau-
matizados, pero en realidad las limitaciones técnicas suelen
impedir una exploración adecuada. La ecografía no propor-
ciona información respecto a la función renal y probable-
mente sea más adecuado su uso para el seguimiento de
pacientes con un traumatismo parenquimatoso renal cono-
cido. Los hematomas renales pueden ser hipoecoicos, hi-
perecoicos o heterogéneos. Las laceraciones se muestran
como defectos lineales que se pueden extender a través del
riñón si existe una fractura (Fig. 9-78). Las colecciones pe-
..., Figura 9-75 Nefropatía quística adquirida. Eco-
rirrenales asociadas, formadas por sangre y orina, estarán
~ grafía sagital que muestra un riñón pequeño eco- presentes si existe fractura renal. El hematoma subcapsu-
génico que contiene múltiples quistes. Se aprecia lar puede apreciarse como una colección de líquido peri-
una pequeña cantidad de líquido de diálisis peritoneal. rrenal que aplana el contorno renal subyacente (Fig. 9-79).
El estallido renal consiste en múltiples fragmentos de teji-
do desorganizado con hemorragia asociada y colección de
=c:: sin tratamiento. Las lesiones penetrantes son la conse- orina en el lecho renal. La ecografía Doppler puede ser útil
'o cuencia habitual de heridas por arma de fuego o arma en la evaluación de las lesiones sobre el pedículo renal.
'0
u blanca. Los riñones con quistes, tumores e hidronefrosis Publicaciones recientes han sugerido también el papel de
al
en son más proclives a las lesiones. Las lesiones se clasifican la ecografía con contraste para la evaluación inicial desde la
en las siguientes cuatro categorÍas: 266 cabecera de la cama y como seguimiento de lesiones rena-
I. Lesión menor (75%-85%): contusiones, hematoma les en pacientes críticamente enfermos 268 ,269.
subcapsular, infarto cortical pequeño y laceraciones
que no alcanzan al sistema colector. Lesiones ureterales
11. Lesión importante (10%): laceración renal que se Las lesiones traumáticas del uréter son casi siempre una
puede extender hasta el sistema colector e infarto re- complicación de la cirugía ginecológica (7 0%) o urológica
nal segmentario. (30%), y los traumatismos cerrados y lesiones penetran-
III. Lesión catastrófica (5 %): lesión del pedículo vascu- tes son mucho menos frecuentes como causa de dichas
lar y estallido renal. lesiones. El tratamiento de estas lesiones es algo contro-
IV. Arrancamiento de la unión ureteropélvica. vertido. Muchos urólogos sugieren una nefrostomÍa y
Las lesiones de la categoría I se tratan de forma conser- stent ureteral como abordaje inicial, si es posible. Los
vadora, mientras que las lesiones de categoría III y IV re- stents ureterales pueden dejarse 8-12 semanas para per-
quieren cirugía urgente. Las lesiones del tipo " pueden miti r que el uréter cure 271 • La ecografía no es útil en la eva-
tratarse de forma conservadora o quirúrgica dependien- luación de estas lesiones, salvo para detectar colecciones
do de su gravedad 266.267 • líquidas medibles y la hidronefrosis .

..., Figura 9-76 Enfermedad de van Hippel-Lindau. Ecografías A, transversal y B, sagital que muestran múltiples
~ lesiones quísticas complejas y pequeñas.
o
'¡:
CU
c:
.¡:

-
:::l
O
~
CU
a.
«

W Figura 9-77 Esclerosis tuberosa con múltiples


~ angiomiolipomas. Ecografía A, sagital y B, tra.n~-
versal que muestran múltiples tumores ecogem-
cos bien definidos por todo el riñón . e, Exploración corres-
pondiente con la Te sin contraste que muestra múltiples
lesiones renales con atenuación grasa.

Lesiones vesicales Se dispone de software para el cálculo incluso en platafor-


Las lesiones vesicales son la consecuencia de traumatis- mas de bajo nivel. Sin embargo, Keogan y cols. 272 recomen-
mos cerrados, penetrantes y yatrogénicos. Las lesiones daron el promedio de una serie de mediciones de IR en un
vesicales pueden ocasionar rotura extraperitoneal e intra- riñón antes de que se refiera una media representativa ais-
peritoneal o una combinación de ambas. La ecografía ha- lada. Muchos ecografistas consideran un IR de 0,7 como
bitualmente no es útil para la evaluación de estas lesiones, umbral alto de la normalidad en adultos, aunque se puede
excepto para identificar grandes colecciones de líquido o
líquido libre peritoneal.

ALTERACIONES VASCULARES

Ecografía Doppler vascular renal


El número y tamaño de las arterias que irrigan al riñón es
muy variable. La imagen con Doppler dúplex o color permi-
te demostrar el flujo renal, tanto normal como anormal. El
flujo normal dentro de la arteria renal y sus ramas tiene un
patrón de perfusión de «baja resistencia», con flujo conti-
nuo de sangre anterógrado durante la diástole. Se han utili-
zado diversos parámetros de Doppler para describir los
cambios en el espectro arterial del Doppler que pueden
acompañar a la enfermedad renal. El parámetro más fre- W Figura 9-78 Laceración renal. Ecografía trans-
cuente es el Índice resistivo (IR = frecuencia sistólica pico- ~ versal que muestra disrupción cap~ular y hemato-
frecuencia telediastólica / pico sistólico de frecuencia). El ma perirrenal con ecogenicidad mixta. (Caso cor-
IR es una medición de fácil cálculo y es angulodependiente. tesía de John McGahan, MD.)
no estar influido por el aliasing y la dependencia del ángu-
lo. Sin embargo, la dirección y velocidad del movimiento
son evidentes solamente con la ecografía Doppler color.

Oclusi6n e infarto de la arteria renal


La oclusión de la arteria renal puede ser consecuencia
tanto de un émbolo como de una trombosis in situ. El gra-
do de afectación renal depende del ta maño y localización
del vaso ocluido. Si se ocluye la arteria renal principal, to-
do el riñón se verá afectado, mientras que si la afectación
~
es por una oclusión de localización peri férica se produce
CU un infarto segmentario o focal. El riñón infartado de for-
s::
ma aguda suele tener un aspecto normal en la ecografía
E en escala de grises. Sin embargo, no se puede visualizar
O
'O flujo dentro del riñón con el Doppler dúplex o color. Los
..o
CU infartos segmentarios o focales se ma nifiesta n como ma-
CU
:¡: sas con perfil en cuña e indistinguibles de una pielonefri-
~ 'J Figura 9-79 Hematoma subcapsular después tis aguda (Fig. 9-80) . Con el tiempo puede formarse una
O'l
O ~ de una biopsia renal. Obsérvese la compresión masa ecogénica o cicatriz. En la oclusión, crónica, se ob-
() del riñón (cabezas de flecha) por un gran hemato-
W
serva un riñón pequeño, cicatricial y terminal.
ma subcapsular hiperecoico.
= Fístula y malformación arteriovenosa
observar un IR mayor de 0,7 en los menores de 4 años y en Las comunicaciones arteriovenosas anormales pueden
ancianos, a pesar de tener una función renal normaF73-275. ser adquiridas (75%) o congénitas (25%). Las lesiones
Mostbeck y cols. 276 también demostraron cómo el IR varía adquiridas suelen ser iatrogénicas, aunque se pueden
con la frecuencia cardiaca y puede oscilar desde 0,57 ± 0,06 producir comunicaciones arteriovenosas anormales de
(pulso, 120jmin) hasta 0,70 ± 0,06 (pulso, 70jmin). forma espontánea por erosión tumoral. La mayor parte de
A pesar de estas variaciones, la literatura inicial indicó las lesiones adquiridas son en una arteria dominante nu-
el potencial del Doppler para mejorar la evaluación eco- triente y una vena dominante de drenaje. Las malforma-
gráfica de la disfunción renal. Los cambios en el espectro ciones congénitas están formadas por una maraña de va-
renal (cuantificado a partir del IR) se asociaban con obs- sos pequeños y anormales. La ecografía en escala de
trucción urinaria aguda o crónica, enfermedades renales grises no pone de manifiesto nada anormal. Al añadir el
nativas intrínsecas graves, rechazo del trasplante renal y Doppler color o dúplex a la imagen se podrán definir me-
enfermedad vascular renal. Unos resultados posteriores jor estas lesiones 279 . El Doppler dúplex demuestra la velo-
menos favorables en estudios sobre seguimiento y expe- cidad del flujo, un IR reducido (0,3-0,4) y un fl ujo diastóli-
riencia clínica indujeron a la mayoría de los radiólogos a co turbulento en el extremo arterial. También se observan
abandonar el IR. En una revisión se refirió que esta res- las pulsaciones arteriales en la vena de drenaje. Existe
puesta fallida respecto a las expectativas iniciales podía ensanchamiento espectral. La ecografía con Doppler color
obedecer a la escasa comprensión de los cambios hemodi- puede demostrar una maraña de vasos tortuosos con múl-
námicos que influyen en el Doppler espectral 1l2 . De hecho, tiples colores, que indican la orientación aleato ria y el flu-
aunque los términos «IR» o «resistencia vascular renal » jo turbulento dentro de la malformación (Fig. 9-81).
se utilizaron de modo indistinto en los artículos iniciales,
en estudios de seguimiento que utilizaban modelos in vi- Estenosis de arteria renal
tro e in vivo se demostró de modo convincente que el índi- La hipertensión puede ser primaria (95 %-99%) o se-
ce resistivo era bastante independiente de la resistencia cundaria (1 %-5%). La gran mayoría de los pacientes con
vascular. Estos estudios demostraron que el IR varía como hipertensión secundaria tienen una enfermedad renovas-
consecuencia de las presiones de la onda pulsátil, que cular. La enfermedad renovascular casi siempre se debe
explicaría además la observación de Mostbeck de los cam- a la arteriosclerosis (66%) y la mayoría de las causas res-
bios frecuencia -dependiente en el IR y también de los tantes se deben sobre todo a displasia fibromuscular 280 •
cambios en la compliance vascularjintersticiaI 1l3 - llS . Se han utilizado diversas técnicas de imagen en un esfuer-
El Doppler color se basa en la desviación media de fre- zo por detectar a los pacientes con hipertensión renovas-
cuencia Doppler, mientras que el Doppler potencia se re- cular. Destacan en este sentido la angiografía intravenosa
laciona con el espectro integrado del Doppler potencia, y la sustracción digital intraarterial, gammagrafía renal
que se relaciona con el número de hematíes que producen con captopril, ecografía con Doppler dúplex y color y an-
desviación del Doppler. El Doppler potencia está expuesto gio-resonancia magnética.
a un artefacto de destello importante. Sin embargo, Bude Numerosos estudios y la propia experiencia clínica en la-
y cols.277 demostraron que en individuos normales y coo- boratorios de ecografía refrendan la utilidad del Doppler
peradores, el Doppler potencia era superior al Doppler como exploración inicial de cribado de la hipertensión vas-
color convencional para demostrar vasos intrarrenales cular renal. A pesar de ello el uso de este método sigue con-
normales. El Doppler potencia también tiene la ventaja de trovertido. El planteamiento del cribado debe incluir: 1)
detección de señales Doppler anormales en la estenosis o dencia del aneurisma de arteria renal es de 0,09% a 0,3%286.
justo distales a ella, o 2) detección de señales Doppler anor- La etiología puede ser congénita, inflamatoria, traumática,
males en la vasculatura intrarrenal. La evaluación de las arteriosclerótica o relacionada con la enfermedad fibro- o
arterias renales principales en su totalidad suele resultar muscular. Si es grande (>2,5 cm), no calcificado o se asocia 'C
ca
imposible. Se estima que las arterias renales principales no a embarazo, la posibilidad de rotura aumenta y se reco- C
'C
llegan a apreciarse en el 42% de los pacientes 281 . Además, mienda tratamiento. En la ecografía en escala de grises se ::l
aproximadamente el 14%-24% de los pacientes tendrán apreciará como una masa qUÍstica. Al añadir el Doppler dú-
plex o color, la imagen muestra de forma fiable el flujo arte-
....
O
unas arterias renales accesorias que normalmente no se E
ca
detectan con la ecografía. Por tanto, la evaluación de las ar- rial dentro de la masa quÍstica (Fig. 9-84). a.
terias renales principales como abordaje de cribado para la ~
estenosis de arteria renal falla con frecuencia, especialmen- Trombosis de la vena renal
te en pacientes de difícil ecografía. El segundo plantea- La trombosis de la vena renal (TVR) normalmente es la
miento es explorar la vasculatura intrarrenal, que se puede consecuencia de una alteración subyacente del riñón, des-
identificar en casi todos los pacientes. Normalmente existe hidratación o hipercoagulabilidad. Los tumores renales y
una rápida pendiente ascendente en sístole con un segun- de la glándula suprarrenal izquierda pueden crecer den-
do pico pequeño en la sístole precoz. Una onda de pulso tro de las venas, lo que ocasiona la TVR. Una compresión
tardus-parvus frecuente por debajo de la estenosis se debe extrínseca debida a tumores, fibrosis retroperitoneal,
a una aceleración sistólica enlentecida con baja amplitud pancreatitis y traumatismo también puede derivar en una
del pico sistólico (Fig. 9-82). Para evaluar el retraso en el TVR al reducir el diámetro de la vena y enlentecer su flujo.
ascenso rápido deben tomarse las siguientes mediciones: En adultos la etiología más frecuente es la glomerulone-
• Tiempo de aceleración: tiempo desde el inicio de la fritis membranosa. El 50% de los pacientes con esta pato-
sístole al pico sistólico. logía presentan una TVR. Cuando la trombosis es aguda, el
• Índice de aceleración: pendiente del ascenso sistólico. paciente acude por dolor en el flanco y hematuria. Se pue-
Se ha propuesto un tiempo de aceleración mayor de den desarrollar colaterales venosas en el caso de oclusio-
0,07 segundos y una pendiente del ascenso sistólico menor nes más crónicas, y por ello los pacientes con TVR crónica
de 3 m/s 2 como umbrales en la evaluación de estenosis re- con frecuencia están asintomáticos.
nales281 . El reconocimiento simple del cambio en el patrón Los hallazgos eco gráficos de la TVR son inespecíficos y
puede ser suficiente 282 (Fig. 9-83). La manipulación farma- entre ellos destacan un riñón hipertrófico, edematoso e
cológica con captopril 283 puede resaltar las alteraciones de hipoecoico con pérdida de la diferenciación corticomedu-
la onda de pulso en los pacientes con estenosis de la arteria lar normaJ287,288 (Fig. 9-85). En ocasiones los trombos se
renal. El Doppler sigue siendo una técnica controvertida observan en la vena renal, pero en la fase aguda pueden
para la detección de estenosis de la arteria renal nativa. El ser anecoicos e invisibles. El uso del Doppler color y dú-
uso de medios de contraste intravasculares aumenta la tasa plex puede ayudar, mejorando las posibilidades de detec-
de éxitos para la evaluación de la estenosis de la arteria re- tar flujo en las venas renales que no necesariamente indica
naJ294. También juega un papel importante en la evaluación una TVR. Los flujos extremadamente lentos con frecuen-
y seguimiento de pacientes sometidos a angioplastia de ar- cia no pueden detectarse en paciente de ecografía difícil a
teria renal e implantación de un stents 28S . pesar de una técnica optimizada. La ausencia o inversión
del flujo telediastólico en las arterias nativas renales in-
Aneurismas de arteria renal traparenquimatosas es un signo secundario de TVR. Platt
Los aneurismas de arteria renal son dilataciones saculares y cols. 289 evaluaron 20 riñones nativos en 12 pacientes con
o fusiformes de la arteria renal o una de sus ramas. La inci- signos clínicos sugestivos de TVR aguda. Demostraron

.., Figura 9-80 Infarto renal, A, Ecografía sagital que nuestra una masa ecogénica con perfil en cuña en la corteza
~ renal anterolateral. B, Te confirmatoria con contraste que muestra un infarto segmentario renal.
.." Figura 9-81 Malforma-
~ ción arteriovenosa re-
nal (MAV). Superior:
imagen izquierda, ecografía sagi-
tal normal de un riñón. Imagen
derecha, foco de aliasing color
=e (flecha). Medio: form a de onda
'o espectral que muestra vena de
'0
u
CI)
drenaje de alta velocidad. Infe-
en rior: onda espectral que muestra
una señal arterial desde el inte-
rior de una MAV. Obsérvese la
alta velocidad y baja resistencia
del flujo (IR = 0,46).

que estudios arteriales normales con Doppler no deben Trombosis de la vena ovárica
impedir ulteriores exploraciones de TVR cuando se sos- La trombosis de la vena ovárica se detecta en mujeres en el
peche TVR, y que la ausencia o inversión de señales dias- postparto, pero también se ha descrito como consecuencia
tólicas no debe considerarse altamente sugestivo de TVR. de una enfermedad pélvica inflamatoria, enfermedad de
Si los hallazgos son ambiguos se deberá realizar una RM. Crohn o después de una cirugía ginecológica. El lado dere-
La TVR crónica conduce habitualmente a un riñón ecogé- cho se afecta con mayor frecuencia que el izquierdo. La eco-
nico pequeño y funcionalmente terminal. grafía en escala de grises, el Doppler color o dúplex demos-
trarán una estructura tubular larga y rellena de trombos
Estenosis que se extienden desde la región de la vena renal hasta la
Normal
de arteria renal profundidad de la pelvis. Los pacientes normalmente se
tratan mediante anticoagulación y antibióticos.

PATOLOGíA MÉDICA
GENITOURINARIA

Los pacientes que presentan niveles de creatinina eleva-


dos se remiten con frecuencia al departamento de ecogra-
fía como prueba preliminar de cribado. El obj etivo es des-
cartar una obstrucción mecánica subyacente. Si no se
detecta tal obstrucción con frecuencia indica que se trata
.." Figura 9-82 Diagrama esquemático de los tra-
de una alteración parenquimatosa renal (de ahí los térmi-
~ zados de la arteria renal con Doppler. Lado de- nos «nefropatía médica» o «nefropatía parenquimatosa»).
recho; trazado de una arteria renal normal. Obsér- En la ecografía, el riñón con una lesión aguda se puede
vese el pico sistólico precoz. Medio: Trazado que muestra mostrar de aspecto hiperecoico, ecogénico o normal y con
flujos de alta velocidad medidos en la estenosis. Lado iz- frecuencia se detecta un delgado borde de líquido perirre-
quierdo: trazado que muestra la forma de onda tardus- nal en el contexto agud0 290 ,291 .
parvus habitual por distal a la estenosis. (De Mitty HA, Sha- El riñón con una enfermedad crónica es pequeño y eco-
piro RS, Parsons RB, y co/s. Renovascular hypertension, génico (Fig. 9-86). Por desgracia es habitualmente impo-
Radial Glin North Am 1996;34:1017-1036.)
sible distinguir mediante la ecografía entre las numerosas
o
'¡:
ca
c:
.¡:
:::l
...E
O

ca
Q.
«

\J Figura 9-83 Estenosis de la arteria renal. A, Forma de onda espectral intrarrenal que muestra la señal tardus-
~ parvus con un t iem po de aceleración prolongado y bajo índice de resistencia (IR). B, La forma de onda en el origen
de la arteria renal desde la aorta muestra una velocidad pico alta de 410 cm/s con un IR de 0,43.

causas de enfermedad renal intrínseca en base al aspecto nes grandes y ecogénicos. Los riñones prerrenales y con
del riñón, aunque el tamaño renal es un parámetro clínico NTA son el origen del 75% de los pacientes que presentan
importante que se utiliza para distinguir entre los proce- un fracaso renal agudo.
sos agudos y los crónicos. Por este motivo con frecuencia
es necesaria la biopsia cuando los hallazgos clínicos no Necrosis cortical aguda
sean concluyentes. La necrosis cortical aguda (NCA) es una causa rara de fra-
caso renal agudo y es consecuencia de una necrosis isqué-
Necrosis tubular aguda mica de la corteza con respecto de las pirámides medulares.
La necrosis tubular aguda (NTA) es la causa más frecuente La parte más externa de la corteza se conserva viable como
de fracaso renal reversible y se debe al depósito de detri- consecuencia de su aporte sanguíneo capsular. La NCA se
tus celulares dentro de los túbulos colectores renales. produce asociada a sepsis, quemaduras, deshidratación
Tanto las agresiones de tipo isquémico como las tóxicas severa, mordedura de serpiente y embarazo complicado
pueden ocasionar una lesión tubular. Los factores desen- con un desprendimiento de placenta o aborto séptico. La
cadenantes son la hipotensión, deshidratación, fármacos, etiología exacta es desconocida, aunque probablemente se
metales pesados y exposición a disolventes. El aspecto relacione con un episodio transitorio de vasoespasmo in-
ecográfico de la NTA depende de la etiología responsable trarrenal, trombosis intravascular o lesión endotelial capi-
del cuadro. Una hipotensión que ocasione una NTA mos- lar glomerular. En la ecografía, la corteza central es inicial-
trará con frecuencia alteraciones ecográficas, mientras mente hipoecoica 292 (Fig. 9-87). Con el tiempo (media, dos
que los fármacos, metales y disolventes cursan con riño- meses) ambos riñones se atrofian y la corteza se calcifica.

..., Figura 9-84 Aneurisma


~ de arteria renal. A, Esca-
la de grises y B, Doppler
color que muestra el flujo dentro
de un aneurisma de arteria renal
periféricamente calcificado.
ftJ Figura 9-85 Trombosis de la vena renal. A, Ecografía sagital que muestra un riñón izquierdo difusamente ede-
~ matoso con pérdida de la diferenciación corticomedular. B, Te con contraste que confirma hallazgos mostrando
un riñón izquierdo mal perfundido y un trombo en la vena renal izquierda (cabeza de flecha).

Glomerulonefritis ciencia renal progresiva, disminuyen de tamaño yaumen-


=s:: La necrosis y proliferación mesangial de los glomérulos son tan la ecogenicidad cortical; las uniones corticomedulares
'o
los signos principales de la glomerulonefritis aguda. En- están conservadas. En la fase terminal de la enfermedad,
'(3 tre las enfermedades sistémicas que también cursan con los riñones se hacen más pequeños y más ecogénicos y la
(.)
Q)
UJ
glomerulonefritis destacan la poliarteritis nodosa, lupus médula se muestra tan ecogénica como la corteza 293 .
erimatoso sistémico, granulomatosis de Wegener, síndro-
me de Goodpasture, púrpura trombocitopénica y síndrome Amiloidosis
urémico hemolítico. Los pacientes suelen presentar hema- La amiloidosis puede ser primaria o secundaria y suele te-
turia, hipertensión y uremia. En la ecografía ambos riñones ner su origen en una patología sistémica. El 10%-20% de
se ven afectados. El tamaño de los riñones puede ser nor- los casos se localizan en un órgan0 294 . Los pacientes con
mal, pero pocas veces se aprecia nefromegalia. Los patro- amiloidosis suelen acudir con fracaso renal. Los pacientes
nes ecográficos de la corteza están alterados; la corteza re- con amiloidosis primaria suelen ser varones con una edad
nal puede ser normal, ecogénica o hipoecoica, pero la media de 60 años. Las causas de la amiloidosis secundaria
médula está respetada (ver Fig. 9-86). Con el tratamiento son el mieloma múltiple (10%-15%), artritis reumatoi-
los riñones pueden recuperar su tamaño y ecogenicidad de (20%-25%), tuberculosis (50%), fiebre mediterrá-
normales. La glomerulonefritis crónica se produce cuan- nea familiar (26%-40%), carcinoma de células renales
do persiste la enfermedad aguda durante semanas o meses y enfermedad de Hodgkin 294 . Durante la fase aguda los
después del episodio agudo. Se produce una pérdida de pa- riñones muestran una hipertrofia simétrica. Con la progre-
rénquima simétrico, global e intenso. Los cálices y papilas sión de la enfermedad, los riñones reducen su tamaño y en
son normales y la proporción de grasa peripélvica aumenta la ecografía se aprecia una atrofia cortical con mayor ecoge-
(ver Fig. 9-86). Se observarán unos riñones pequeños, lisos nicidad. Se pueden detectar masas focales renales, calcifi-
y ecogénicos con prominencia del complejo eco central. caciones amorfas, masas pélvicas centrales renales -que
pueden ser depósitos hemorrágicos o de amiloide- y masas
Nefritis intersticial aguda en el tejido blando perirrenaJ. Igualmente, la afectación del
La nefritis intersticial aguda (NIA) es una reacción de hi- uréter y vejiga puede ser focal o difusa. Se pueden observar
persensibilidad aguda casi siempre relacionada con fár- engrosamiento de la pared o las masas, con o sin calcifica-
macos. Se han implicado la penicilina, meticilina, rifampi- ción. Se llega al diagnóstico mediante biopsia.
cina, sulfamidas, AINE, cimetidina, furosemida y tiazidas.
Normalmente el fracaso renal mejora cuando se suprime Endometriosis
el fármaco. En la ecografía se observan unos riñones hi- La endometriosis se produce cuando el tejido endometrial
pertróficos y ecogénicos. se encuentra fuera del útero en mujeres durante la edad
fértil. Las pacientes habitualmente acuden por dolor, infer-
Diabetes mellitus tilidad, dismenorrea, dispareunia y menorragia. Aproxima-
La diabetes es la causa más frecuente de fracaso renal damente el 1% de las mujeres con endometriosis pélvica
crónico. La nefropatía diabética se considera relacionada presentan una afectación del tracto urinario y casi siempre
con un hiperfiltrado glomerular. Se produce una hipertro- a nivel de la vejiga. Los pacientes con endometriosis vesical
fia r:enal. Con el tiempo se desarrolla una glomeruloescle- acuden por hematuria. La endometriosis vesical puede ser
rosis intercapilar difusa, que ocasiona un progresivo des- focal o difusa. Con menor frecuencia se afectan el uréter y
censo del tamaño renal. En la ecografía los riñones están rara vez el riñón. En la ecografía los pacientes con en dome-
inicialmente agrandados, pero con el tiempo y la insufi- triosis vesical muestran un quiste mural o intraluminal o
una lesión compleja o sólida. Se llega al diagnóstico me- reumatoide y poliarteritis 75 • Predominan síntomas irrita-
diante biopsia a través de una cistoscopia (Fig. 9-88). tivos con la micción y pueden presentar hematuria (30%) 295.
En la ecografía se visualiza una vejiga de escasa capacidad o
oC
Cistitis intersticial y gruesa pared (Fig. 9-89). Puede cursar con una obstruc- ca
La cistitis intersticial es una inflamación crónica de la pa- ción ureteral. En algunos casos puede resultar imposible c:
'C
red vesical de etiología desconocida. Normalmente afecta diferenciar una cistitis intersticial de un carcinoma difuso ::::J
a mujeres de edad media y se ha asociado a enfermedades de células transicionales, y será necesario realizar una cis- ....
O
sistémicas, como el lupus eritematoso sistémico, artritis toscopia con biopsia para la confirmación. E
ca
c.
oC(
0'1
o
:;
~
a.
IV
O

'tJ Figura 9-86 Nefropatía médica/enfermedad pa-


~ renquimatosa renal en cuatro pacientes, Ecografías
A, sagital y B, transversal que muestran una ecogeni-
cidad renal muy aumentada y pérdida de diferenciación corti-
comedular en la enfermedad aguda. e, Un riñón extremada-
mente agrandado muestra una ecogenicidad corticomedular
aumentada, pero menor grado que en A o B. D, Riñón ecogé-
nico. Obsérvense las pirámides relativamente hipoecoicas y la
lucencia perirrenal «<sudor perirrenaJ.». E, Riñón pequeño ter-
minal que muestra atrofia cortical y lipomatosis del seno renal.
ctI
(J
'o
...
\ctI

...>-o
ctI
(J
'S;
:a;
Q.

ñi
c:
E
o \J Figura 9-88 Endometrioma vesical. Ecografía
"C
.o ~ transvaginal que muestra componentes quísticos
ctI en una masa mural típica de un endometrioma (De
ctI Damani N, Wilson $ , Nongynecologic applications of trans-
:¡:
...ctI
el)
\J Figura 9-87 Necrosis cortical aguda. Ecografía
~ transversal que muestra un borde de hipogenici-
vaginal ultrasound. RadioGraphics 1999; 19:$179-$200.)

o
(J dad cortical.
w cambio una vejiga de pared gruesa, cortical y trabeculada
=c:: que con frecuencia se asocia a una dilatación del tracto
superior (Fig. 9-90, By C). Se puede apreciar un volumen
'o t VEJIGA NEURÓGENA
'(3
() residual posmicción 296 • Si no se diagnostica de forma ade-
CII
rn cuada la vejiga neurógena se puede producir un rápido
La micción es un proceso de coordinación neurológica deterioro de la función renal.
que se controla desde áreas de la corteza cerebral. Estas
áreas controlan el músculo detrusor de la vejiga, así como
los esfínteres uretrales interno y externo. Para simplificar, DIVERTíCULOS VESICALES
las lesiones que causan una vejiga neurógena pueden di-
vidirse en arreflexia del detrusor (lesión de la motoneu-
rona inferior) o hiperreflexia del detrusor (lesiones por Los divertículos vesicales pueden ser congénitos o adqui-
encima de arco reflejo sacro). ridos. Los divertículos congénitos se conocen también co-
En la ecografía, la arreflexia del detrusor cursa con una mo divertículos de Hutch y se localizan cerca del orificio
vejiga lisa, de pared fina y gran capacidad. La vejiga puede ureteral. La mayoría de los divertículos adquiridos se de-
alcanzar una posición muy craneal dentro del abdomen ben a una obstrucción de salida de la vejiga. La mucosa
(Fig. 9-90, A). La hiperreflexia del detrusor produce en vesical se hernia a través de zonas débiles de la pared, que

\J Figura 9-89 Engrosamiento difuso de la pared vesical. Dos pacientes que acuden con retención vesical. A,
~ Cistitis intersticial. B, Carcinoma de células transicionales en el segundo paciente. Ambas ecografías muestran un
marcado engrosamiento del perímetro de la pared vesical después de la colocación de la sonda de Foley. Fue
precisa la cistoscopia y biopsia para su diferenciación.
suelen tener una ubicación posterolateral y próxima a los simular una masa renal tanto en la ecografía como con la
orificios ureterales. El cuello del divertículo puede ser es- Te. En la ecografía, la masa puede mostrarse hiperecoica
trecho o ancho. Es el cuello estrecho el que conduce a la o isoecoica 297.298 . La correlación quirúrgica con los antece-
estasis urinaria y da lugar a complicaciones, como la in- dentes y la sospecha de esta posibilidad deben evitar in-
fección, cálculos, tumores y obstrucción ureteral. Los tu- necesarias evaluaciones de imagen adicionales.
mores que proceden de un divertículo tienen peor pro-
nóstico que los tumores que se originan de la vejiga. Los Derivaciones urinarias
divertículos están formado s solamente por mucosa y sub- La derivación urinaria, o conductos ileales se constru-
mucosa, sin la capa muscular. Los tumores, por este moti- yen en pacientes con vejigas no funcionantes o pacientes
vo, crecen e invaden mucho más deprisa la grasa perivesi- postcistectomizados. En la actualidad, se tiende a reali-
cal adyacente. zar derivaciones urinarias contenidas. Se utiliza una en
En la ecografía, los divertículos se muestran como una porción de intestino para crear la bolsa que puede suplir o
evaginación vesical. La ecogenicidad interior del divertí- una función de vejiga normal. La bolsa se fija a la pared '3
=:
culo varía en función de su contenido. El cuello suele ser abdominal (bolsa cutánea) o a la uretra (bolsa ortotópi- a.
<ti
fácil de apreciar (Fig. 9-91). Se aprecia la orina fluyendo ca). Las complicaciones postoperatorias son similares en O
de dentro a fuera del divertículo. ambos casos y son la extravasación de orina, reflujo, for-
mación de fístulas, absceso, urinoma, hematoma, trom-
bosis venosa profunda, íleo y obstrucción de intestino
. EVALUACiÓN POSTQUIRÚRGICA delgado. El papel de la ecografía consiste básicamente en
la detección de complicaciones, más que en evaluar la
bolsa en sí. Será posible su evaluación mediante ecogra-
Nefrectomía fía si la bolsa está rellena de orina (Fig. 9-92). Puede
La grasa retroperitoneal vascularizada se suele introducir apreciarse una pared intestinal de perfil engrosado e
en los huecos de la nefrectomía parcial. La grasa puede irregular, colecciones de moco intraluminal, pseudoma-

~ Figura 9-90 Vejiga neurógena. A, Arreflexia del


~ detrusor (lesión de motoneurona inferior) que
muestra una vejiga de pared adelgazada y gran
volumen. B y e, Dos pacientes con hiperreflexia del detru-
sor (lesión de la motoneurona superior). La ecografía
muestra una vejiga de pared gruesa y trabeculada.
=

..., Figura 9-91. Divertículos vesicales: espectro de imágenes. A, Gran divertículo vesical que contiene múltiples
~ cálculos (flechas). B, Divertículo posterolateral de Hutch. C, Divertículos múltiples de cuello ancho. D, Múltiples
divertículos de variado tamaño. E, Ecografía transvaginal que muestra un divertículo inhabitual en una mujer con
detritus en la luz vesical. F, Gran carcinoma de células transicionales con calcificación extensa que rellena el divertículo. G
a 1, Pacientes con divertículo de cuello estrecho (G). H e 1, Flujo urinario dentro y fuera del divertículo.

sas y segmentos de invaginación intestinaJ299. Además se


pueden formar cálculos en la bolsa.

CONCLUSIÓN

A pesar de las impresionantes mejoras conseguidas con la


Te y la RM respecto a la última generación, la ecografía si-
gue desempeñando un papel importante en la evaluación
de la anatomía y patología del riñón, uretra y vejiga. La
capacidad de la ecografía para identificar y caracterizar
la patología genitourinaria es una historia de éxitos en la
evolución de la imagen.

Agradecimientos
...,
Figura 9-92 Conducto ileal (derivación urinaria). Los autores quieren mostrar su agradecimiento a la
~ Imagen ecográfica de un conducto que muestra la Dra. Jenny Tomashpolskaya por sus maravillosas ilus-
marca de la pared intestinal y un relleno variable.
traciones.
Capítulo 10

PRÓSTATA
Ants Toi

Lindgren en Suecia de la «pistola de biopsia» hizo posible


FUNDAMENTOS un progreso adicional.
Además del Doppler color se han incluido otras pruebas
de imagen, como la ecografía con medios de contraste,
Papel de la ecografía transrectal de pr6stata ecografía 3D y elastografía8 ' lO , Actualmente parece claro
Al comienzo de los años 80 'Ia ecografía transrectal (ETR) que la ETR, especialmente en la evaluación de un cáncer,
de próstata se consideraba la principal prueba de imagen no debe realizarse de forma aislada, Es importante dispo-
de la próstata en la patología benigna y maligna (p. ej. hi- ner de una historia apropiada y de resultados del TR y de
perplasia benigna, infertilidad obstructiva) y también de la PSA antes de comenzar la exploración.
evaluación del cáncer, incluido el cribado, diagnóstico,
biopsia, estadiaje y monitorización de la respuesta al trata-
miento. Con la experiencia y el desarrollo de nuevas técni- ANATOMíA
cas de imagen, como la resonancia magnética (RM), se han
perfilado mejor las ventaj as y limitaciones de la ETR y
otras técnicas de imagen para próstata1.2. La mayor parte Estructuras generales
de los pacientes que se remiten para una ETR acuden para Los textos anatómicos clásicos describen la próstata co-
la evaluación de un cáncer, biopsia o para dirigir otros pro- mo una anatomía lobar, con lóbulos anterior, posterior,
cedimientos terapéuticos1.3. La ETR se consideró inicial- lateral y mediano, Aunque el concepto de lóbulo mediano
mente una prueba de cribado fu ndamental para el cáncer abombado sobre la vejiga puede resultar útil en la evalua-
de próstata. Este papel se ha sustituido por el antígeno es- ción de pacientes con hipertrofia benigna de próstata
pecífico de próstata (PSA) y el tacto rectal (TR) 4.5. En oca- (hiperplasia), esta anatomía lobar no es útil para la identi-
siones acuden los pacientes por infertilidad y prostatitis. ficación del carcinoma de próstata l l , Las disecciones anató-
La ETR como guía también permite dirigir una biopsia de micas detalladas de la próstata revelan una anatomía zo-
lesiones dentro de la pelvis en mujeres y'hombres. nal, con una próstata dividida en las siguientes cuatro
zonas glandulares rodeando a la uretra prostática:
Evolución de la ecografía prostática • Zona periférica
Inicialmente, la próstata era (y así sigue siendo) evaluada • Zona de transición
mediante un abordaje transabdominal transvesical. El • Zona central
abordaje transvesical es útil para próstatas grandes y • Zona fibromuscular anterior
también para la evaluación vesical. La evaluación trans- Estas zonas tienen orígenes embrionarios distintos y
vesical se limita al tamaño de la próstata, perfil y peso. Sin también susceptibilidades distintas frente a las enferme-
embargo, el detalle que se consigue es inadecuado para la dades (Fig. 10-1). En el varón joven normal, la ecografía
detección del cáncer de próstata. Además, muchos cánce- rara vez permite identificar estas zonas salvo que exista
res de próstata se producen en la parte posterior, donde la una situación patológica (Fig, 10-2), En la ecografía es
ecografía transvesical no los detecta. Como consecuencia, más útil considerar la próstata como una zona periférica o
a partir del interés de las imágenes de la ecografía prostá- glándula exterior (zona periférica + zona central) y otra
tica se desarrolló una serie de transductores pequeños glándula interna (zona de transición + estroma fibromus-
intracorporales que se pueden utilizar con técnicas trans- cular anterior + esfínter uretral interno )11.13 (Fig, 10-3),
rectales. La zona periférica, la mayor de las zonas glandulares,
En los años 60 y 70, investigadores japoneses publica- contiene aproximadamente el 70% del tejido glandular
ron su experiencia con un ecógrafo radial emplazado en prostático en una persona joven antes del inicio de la hi-
un silla 6•7 • Instalaron su dispositivo en una furgoneta lla- perplasia prostática benigna (HPB) y es el lugar de casi el
mada «Dolphin» que se utilizaba como pantalla móvil pa- 70% de los cánceres 12.14 (Fig, 10-4). Rodea al segmento ure-
ra el cáncer de próstata en Japón. Desde entonces su uso tral distal y se separa de la zona transicional y zona central
ha evolucionado con el desarrollo de sondas más peque- por la cápsula quirúrgica, que habitualmente se ve como
ñas, escala de grises e imagen en tiempo real, mejor dise- una línea hipoecoica, pero puede hacerse hiperecoica por
ño de los transductores de cristal y sujeción de los dispo- la acumulación frecuente de cuerpos amiláceos o calcifica-
sitivos guía para biopsias. El desarrollo por parte de ciones a lo largo de dicha línea, Los urólogos en el momento
=
t:
'o
'C)
o = Zona de transición
....._ .....1= Área glandular periuretral
u
Q)
ti)
=Verumontanum _ = Vesículas seminales

....._ .....1=Zona central ....._ .....1= Conducto eyaculador

,--_.....al =Estroma fibromuscular _ =Zona periférica

Figura 10-1 Diagrama de la anatomía zonal de la próstata. Esta es la anatomía de un varón joven, en el que la
zona de transición (área blanca) es pequeña. La zona de transición experimenta un marcado agrandamiento en
varones ancianos con hiperplasia benigna de próstata. A, Sección coronal a nivel de próstata media. B, Sección
sagital en la línea media. e, Sección parasagital. D, Sección axial a través de la base. E, Sección axial a través del ápex.

de la resección suprapúbica (o resección transuretral de la En la base de la próstata está el esfínter uretral interno,
próstata) disecaban por esta línea, que por ello llamaban la que es grueso, muscular y proporciona la continencia, Su
cápsula «quirúrgica». La zona periférica ocupa las regiones cuantioso contenido muscular explica que parezca hi-
posterior; lateral y apical de la próstata y se extiende ligera- poecoico, Contiene las glándulas periuretrales que con
mente anterior; recuerda una huevera que sujeta un «hue- frecuencia contienen calcificaciones ll - 13 (ver Figs, 10-1,
vo» que sería la glándula central. 10-2, By 10-3,A),
La zona de transición en un hombre joven puede con-
tener aproximadamente el 5% del tejido glandular pros- Estructuras vasculares y nerviosas
tático, Se muestra como dos pequeñas zonas glandulares La próstata está irrigada por las arterias prostaticovesica-
colocadas como dos alforjas adyacentes al esfínter uretral les, que emergen de las arterias ilíacas internas de cada
proximal, un tubo muscular de hasta 2 cm de diámetro. La lado. Estos vasos dan lugar a la arteria prostática y a la
zona de transición es el lugar de origen de la mayoría de arteria vesical inferior. La arteria prostática da lugar a
las HPB y de cerca de120% de los cánceres de próstata 12,14. las arterias uretral y capsular. La arteria vesical inferior
La zona central constituye aproximadamente el 25% irriga la base vesical, vesículas seminales y uréter, La arte-
del tejido glandular, Tiene un perfil en cuña en la base ria uretral irriga un tercio de la próstata y las ramas cap-
prostática, entre las zonas periféricas y transicionales, sulares irrigan el resto 1S ,
Los conductos del vaso deferente y vesículas seminales Con el Doppler color, especialmente cuando se utiliza el
entran en la base de la próstata en la zona central, donde modo potencia, la próstata se muestra ligera-moderada-
se denominan conductos eyaculadores y pasan a través en mente vascularizada, Las arterias capsular y uretral se
dirección a los colículos seminales (cresta) o verumon- ven con facilidad y las ramas de la glándula interna y zona
tanum (ver Figs, 10-1 y 10-2). La zona central se conside- periférica pueden ser prominentes, con frecuencia con los
ra relativamente resistente al proceso patológico y es el vasos periuretrales como eje de un patrón radial (Fig,
lugar de origen de solamente un 5% de los cánceres de 10-5), Se suele visualizar una maraña de vasos cubriendo
próstata 12 ,14, la base de la próstata y deberá recordarse esta circunstan-
o,....
o
"3
,"!:
C.
m
O

Figura 10-2 Ecografía axial de la próstata. A, Imagen transversal por encima de la base que muestra las vesícu-
las seminales (Sil? y el conducto deferente (11; B, vejiga. 8, Ecografía axial a nivel de la mitad de la glándula. Ob-
sérvese el esfínter interno hipoecoico normal (flechas horizontales) y los conductos eyaculadores (flecha vertical).
e, Ecografía axial del t ercio inferior de la próstata que muestra una uretra hipoecoica (U). Gran parte de la glándula visible
a este nivel es la zona periférica. Obsérvese la línea irregular en las caras posterolaterales (flechas), consecuencia de la
entrada de haces vasculonerviosos. O, Ecografía axial justo por debajo de la próstata que muestra la uretra distal (U). Mús-
culos visibles de la banda pélvica (flechas).

Figura 10-3 Proyección sagital de la próstata. A, Proyección mediosagital que muestra el esfínter interno uretral
(flechas blancas), que contiene la uretra ecogénica colapsada (*). Los conductos eyaculadores siguen un trayecto
desde los vasos deferentes (11 hasta el verumontanum (flecha oblicua). 8, Proyección mediosagital en la base que
muestra los vasos deferentes (11 y vesículas seminales adyacentes (S) cuando entran en la próstata. e, Proyección para-
sagital que muestra la próstata lateral , que es homogénea e isoecoica y está compuesta por casi la totalidad del tejido de
la zona periférica; Sil, vesículas seminales. O, Proyección parasagital por encima de la próstata que muestra las vesículas
seminales (Sil? y los vasos deferentes (11 en sección de corte por encima de la próstata (P).
cia para evitar interpretarlos como una vascularidad tu- dos con la ecografía transrectal y pélvica pueden confun-
moral. dir,el esfínter con tumores, ya que ambos son igual de hi-
Recientemente se ha conseguido determinar la inerva- poecoicos. Tal error se suele reflejar en los informes como
ción de la próstata, aunque no todos los libros de texto que existe «un nódulo hipo ecoico sospechoso de unos 2
están actualizados 16.18. La inervación parasimpaticomi- cm en la parte anterior de la próstata». El esfínter muscu-
mética depende de las raíces sacras S2-S4 y la simpática lar termina en el verumontanum en forma de un pequeño
depende del nervio hipogástrico. Se combinan en el plexo abultamiento anterior, con frecuencia con una calcifica-
pélvico justo por encima y lateral a la próstata y dan lugar ción pequeña y llamativa en su punta, que le da un aspecto
a 6-16 ramas pequeñas, que inervan las vesículas semina- de Torre Eiffel.
les, próstata, elevador del ano y cuerpos cavernosos. Las La zona de transición interior está separada de la peri-
ramas cavernosas son responsables de las erecciones. Los férica por la cápsula quirúrgica habitualmente hipoecoica
nervios y vasos sanguíneos siguen un recorrido conjunto (ver Fig. 10-4, A). Esta línea se hace evidente cuando la
como haz vasculonervioso en la fascia de Denonvilliers HPB aumenta la zona de transición. Se suelen observar los
(rectoprostática) en la cara posterolateral de la próstata, cuerpos amiláceos como focos ecogénicos que se desarro-
donde los vasos' son visibles con la ecografía en Doppler llan a lo largo de la cápsula quirúrgica (Fig. 10-6, C). Con
color. Estos nervios son vulnerables a las lesiones durante frecuencia en varones jóvenes no existe una línea clara
la cirugía, radioterapia y otras intervenciones. La pro sta- que separe estas zonas (ver Fig. 10-2, B). La zona periférica
tectomía con ahorro nervioso tiene como objeto conser- tiene una textura uniforme y homogénea y es ligeramente
var estos nervios y preservar la potencia sexuap6'18. más ecogénica que la zona de transición. La ecogenicidad
de la zona periférica se toma como referencia de ecogeni-
cidad en la próstata y se define como iso ecoica. La ecoge-
=e ASPECTO ECOGRÁFICO nicidad en otras zonas de la glándula se compara con la de
'o la zona periférica. Lateralmente, la zona periférica se cur-
'uu va por delante para englobar la zona de transición y esta
41 Se han propuesto diversos abordajes ecográficos, siendo el parte curvada cranealmente fue denominada «cuernos
en
más habitual el que engloba la ecografía transabdominal y anteriores» por el Dr. Babaian de Texas, porque le recor-
otras modalidades de imagen de sección transversal (ver daba los cuernos de buey. El borde de la próstata forma
Fig.10-l). Las imágenes se muestran como si el explorador una interfase clara con la grasa periprostática, a excep-
estuviera a los pies del paciente en supino y mirara hacia su ción de la parte pastero lateral, donde los vasos penetran
cabeza. El recto se muestra a los pies de la pantalla con el en la próstata y presentan un borde mal definido, un as-
haz ecográfico emitiendo dentro del recto. En la imagen pecto que puede simular una extensión tumoral a través
transversal, la pared abdominal anterior estará en la parte de la cápsula. En la grasa periprostática se aprecian unas
superior de la pantalla y el lado derecho del paciente en el venas prominentes del plexo venoso de Batson, que algu-
lado izquierdo de la pantalla (ver Fig. 10-2). En el plano sa- nas veces contienen flebolitos calcificados con sombra l1 .
gitalla pared abdominal anterior de nuevo se localiza en la
parte superior de la pantalla y la cabeza del paciente en el Anatomía ecográfica sagital
lado izquierdo de la imagen (fer Fig. 10-3). En la proyección sagital media, el esfínter del músculo
uretral interno se extiende desde la vejiga hasta el veru-
Anatomía ecográfica axial montanum. Cuando los cuerpos amiláceos rellenan las
Por encima de la base prostática, están las vesículas semi- glándulas periuretrales pueden adoptar una configura-
nales, relativamente hipoecoicas, que son estructuras pa- ción lineal hiperecoica (Fig. 10-3, A). La zona fibromuscu-
res, multitabicadas, cefálicas respecto a la base de la prós- lar anterior forma una zona poco llamativa del esfínter
tata (ver Fig. 10-2, A). Normalmente miden alrededor de interno. En el verumontanum, la uretra distal se arquea
1 cm en el plano sagital, pero ocasionalmente pueden es- ligeramente hacia adelante y finalmente emerge por el
tar más dilatadas en hombres normales. Los conductos ápex de la próstata, justo antes de entrar en el diafragma
deferentes adyacentes son visibles como unos tubos mus- genital, donde está el esfínter uretral externo. En la línea
culares uniformes que miden unos 6 mm de diámetro y media verdadera el ápex puede resultar difícil de identifi-
siguen un trayecto desde el anillo inguinal interno hasta car ya que se fusiona con la uretra. Con frecuencia un leve
su emplazamiento alIado de las vesículas seminales, para abultamiento justo a nivel de la unión ayuda a su identifi-
penetrar entonces en la próstata en la mitad de su base, cación. Cuando se mide la longitud craneocaudal de la
donde reciben a los conductos eyaculatorios. Los dos próstata, el plano ecográfico puede desviarse mínima-
conductos eyaculatorios se continúan con el verumonta- mente hacia un lado de esta uretra apical para identificar
num (collículus seminal). el ápex de forma más precisa. En el plano medio son visi-
En el plano axial, la uretra entre el cuello de la vejiga y el bles los conductos eyaculadores como unos tractos hi-
verumontanum y su músculo liso circundante, el esfínter poecoicos que se extienden desde los vasos deferentes en
interno, pueden ser muy llamativos, midiendo unos 2 cm la base hasta el verumontanum localizado centralmente
de diámetro. Especialmente en hombres jóvenes, el esfín- (ver Figs. 10-2, A Y 10-3, A).
ter muscular puede parecer tan hipoecoico como para En el plano parasagital, se puede observar en el hombre
adoptar el aspecto de un defecto de resección transuretral con hiperplasia una zona de transición anterior hiperplá-
(ver Figs.10-2, By 10-3,A). Quienes no estén familiariza- sica separada de la posterior que está situada en una zona
o
..-
o
'3
~
c.
m
O

Figura 10-4 Hiperplasia prostática benigna (HPB). A, Proyección axial que muestra una zona de transición lige-
ramente hipoecoica muy agrandada (TZ) que engloba la zona periférica más ecogénica (PZ). Su interfase es la
cápsula quirúrgica ('). La región por dentro de la cápsula quirúrgica (zona de transición) también es llamada la
«glándula interior» y la región por fuera de la cápsula quirúrgica, la glándula exterior, se compone de la zona central además
de la zona periférica. (La zona periférica es la «huevera» que coge al «huevo» de la glándula central). B, Quiste degenerati-
vo benigno en la zona de transición (flechas). Carece de importancia clínica. La zona de transición puede ser acústicamen-
te muy heterogénea, lo que hace difícil el diagnóstico de cáncer. e, Naturaleza heterogénea de la hiperplasia en la zona de
transición; U, uretra. Existen zonas hiperecoicas (flecha negra) e hipoecoicas (' ). Esta falta de homogeneidad hace difícil la
detección de un cáncer. D, Proyección sagital que muestra un error en la ecografía transrectal (ETR) de una HPB. Si el
campo visual no es suficientemente profundo (flechas), puede salir cortado un agradamiento llamativo del lóbulo mediano
y escapar a su detección . E, Ecografía mediosagital transvesical que muestra un claro agradamiento masivo del lóbulo
mediano (ML) que protruye sobre la vejiga. P, próstata. La evaluación por síntomas de prostatismo se hace mejor por vía
transvesical que transrectal con la ETR. F, Proyección axial del defecto quirúrgico (') después de una resección transuretral
de la próstata (RTUP).
periférica por la cápsula quirúrgica. El conducto deferen- costo de una menor visibilidad de las lesion es y detección
te y vesículas seminales son visibles por encima de la ba- del borde. A las sondas con una frecuencia central de unos
ca se. Algo más lateral, se termina la zona de transición, de- 5 MHz se les atribuía anteriormente un buen balance en-
(.) tre resolución espacial y contraste tejido/cáncer. Los
jando sólo la parte de la zona periférica que se curva por
'c:)
transductores con mayores frecuencias reducen el con-
..
'ca
o
~

>-
delante a los lados de las glándulas (cuernos anteriores).
En la HPB, la zona de transición está agrandada por delan-
te y comprime la zona periférica en un delgado borde pos-
traste y conducen a la saturación de ecos de las lesiones 20 .
Las sondas deben estar cubiertas con fundas o condo-
ca
(.)
teriorl l (Fig. 10-4, A). nes durante el estudio (Fig. 10-7). Las fu ndas suelen ser
'S;: de látex, por lo que se debe disponer de fun das sin látex
:Q) Cápsula prostática para personas alérgicas al látex. Entre usos, las sondas se
o. En las imágenes sagital y transversal el borde de la prós- lavan y sumergen en una solución antiséptica siguiendo
ca tata parece nítidamente definido con la grasa periprostá- las recomendaciones del fabricante . Se tendrá especial
c: tica a excepción de los bordes posterolaterales, donde el cuidado en la profundidad de la inmersión de la sonda pa-
E haz vasculonervioso penetra en la próstata y hace que el ra evitar que se dañe la lente y las con exiones eléctricas.
o
Algunas sondas utilizan una interfase de agua entre la
".cca borde parezca irregular (ver Fig. 10-2, C). A nivel histoló-

-
gico la próstata carece de una verdadera cápsula membra- lente y la mucosa rectal. Esto reduce el artefacto de campo
ca
,- nosa, más bien se trata de tejido conectivo condensado próximo y puede ser útil para examinar la propia pared o
f! por donde cruzan vasos y nervios 19 . Además de la ausen- estructuras próximas a la pared rectal. Sin embargo, esta
C'l cia de una cápsula bien definida, la existencia de unos va- interfase de agua puede crear un artefacto si el aire entra
o en el sistema.
(.) sos prominentes, pero normales en la zona posterolateral
w de los tejidos blandos periprostáticos, hacen que resulte
=c: difícil la evaluación de la integridad «capsular» en pacien-
tes con cáncer de próstata.
Técnica ecográfica
El paciente habitualmente descansa en decúbito lateral
'o
'ü izquierdo durante la exploración. Algunos ecografistas
u
al
CIJ prefieren una posición de litotomía, especialmente cuan-
~ EQUIPOS Y TÉCNICAS do se realice la exploración con otros procedimientos uro-
lógicos o intervenciones transperineales. La limpieza
rectal se suele hacer antes de la ecografía. Se prefiere un
La mayoría de los equipos de ecografía modernos dispo- enema que se administra el propio paciente, pero también
nen de sondas transrectales, que se han desarrollado se puede recurrir a laxantes en personas que no puedan
para poder realizar ultrasonidos del recto y de la próstata. administrarse el enema. Algunos autores creen que el
La frecuencia del transductor debe ser de al menos 5 MHz enema reduce las complicaciones infecciosas de la biop-
y muchas alcanzan hasta 7 y 11 MHz. El diseño de la sonda sia 21 . Se realizará un tacto rectal de rutina antes de la
y de los dispositivos de biopsia varía. Puede ser ventajoso inserción de la sonda para estar seguros de que no existen
utilizar la sonda más delgada que proporcione una ima- anomalías rectales que puedan interferir con una inser-
gen adecuada, ya que algunos hombres tienen unos esfín- ción segura de la sonda y para relacionar la imagen con las
teres «tensos» y no pueden tolerar sondas grandes. alteraciones palpadas. Se inserta suavemente la sonda
Los dispositivos de cristal pueden tener una configu- dentro del recto aplicando una lubricación adecuada. Para
ración convexa, lineal y de rotación mecánica. Los trans- reducir las molestias, se puede utilizar lidocaína viscosa
ductores con rotación mecánica permiten una imagen de (Xilocaína) en gel como lubricante en esfínteres tensos o
360 0 y son excelentes para la evaluación de ano y recto. La con patología anal, como en el caso de fisuras o hemorroi-
configuración del plano de exploración incluye visión ter- des inflamadas. La inserción de sondas de visión terminal
minal, visión terminal fuera de eje, visión lateral y visión se puede hacer bajo visión directa para facilitar el segui-
lateral lineal a lo largo de ambos lados. Se suelen combi- miento de la curva del canal rectal y reducir las molestias
nar el axial de visión lateral y las lentes lineales en la mis- al paciente. Recientemente, Ching y cols. 22 sugirieron que
ma sonda para permitir proyecciones axiales y sagitales el uso de sondas de visión terminal para dirigir las biop-
sin que sea necesario retirar la sonda. sias también mejoraba la detección de cánceres.
Cuando se explore la glándula prostática, lo mejor es un
Diseño del transductor abordaje sistemático (ver Figs. 10-2 y 10-3). Lo habitual
Después del desarrollo inicial de dispositivos lineales y ra- es explorar primero la próstata en escala de grises obte-
diales rotantes, los fabricantes desarrollaron sondas para niendo imágenes representativas, comenzando desde la
ecografía prostática transrectal biplano, bien con una base de la uretra hasta el ápex, entonces en el plano sagi-
sonda única o bien con múltiples sondas en la misma má- ta!, desde el lóbulo derecho a la línea media y luego desde
quina. Una sonda adecuada para la mayoría de las biopsias el lóbulo izquierdo. Después se repite el estudio con eco-
es un transductor de visión terminal, que permita una ima- grafía Doppler en el plano transverso para poder evaluar
gen multiplanar en proyecciones transversal y axial y que la simetría vascular (ver Fig. 10-5).
sea apropiada para dirigir la biopsia (Fig. 10-7). Se toman medidas en la forma siguiente: anchura máxi-
La tendencia actual en el diseño de sondas da preferen- ma (A, de derecha a izquierda), plano anteroposterior (AP,
cia a frecuencias medias (8-10 HMz) y un amplio ancho de línea media anterior a superficie rectal), y longitud (L;
banda. Esto aumenta la resolución espacial, pero con el máxima craneocaudal). Aunque se pueden utilizar varias
técnicas ecográficas para estimar el tamaño prostático 23,24,
el volumen prostático se suele calcular con la fórmula del PATOLOGíA BENIGNA
volumen de un «esferoide elongado» = 0,5236 X (A X AP
X L). La medición del volumen es sólo moderadamente re-
petible y muchos médicos sólo son capaces de repetirlo Variantes de la normalidad
dentro de un rango del 10% en la mayoría de los casos, El La ectasia ductal benigna se observa en varones ancia-
volumen prostático pueden convertirse a peso prostático, nos que desarrollan atrofia y dilatación de los conductos
ya que la gravedad específica del tejido prostático es de al- prostáticos periféricos, Se aprecian de forma aislada o o
,..
rededor 1 cc, de forma que (lcc/ ml) de tejido prostático es agrupados con orientación radial, y son estructuras tubu- o
:;
equivalente a 1 g. Se pueden conseguir mediciones más lares de 1-2 mm de diámetro en la zona periférica, comen- :!::
Q.
precisas y repetibles con la «técnica de sección pendiente», zando en la cápsula y de forma radial hacia la uretra, ClI
O
pero requieren mucho tiempo y sondas de visión lateral es- Cuando se agrupan los conductos dilatados forman áreas
peciales y equipamiento externo de escalado, hipoecoicas que pueden confundirse con un cáncer de
El Doppler color y potencia se utiliza de forma rutinaria próstata. La ectasia ductal no tiene relevancia clínica (ver
y especialmente cuando se busque un cáncer, Nuestro Fig. 10-6, A Y B),
grupo considera que la densidad del vaso es más fácil de Las calcificaciones prostáticas y cuerpos amiláceos
evaluar con Doppler pulsado, que representa el color de son hallazgos normales y son más frecuentes con edades
for ma más clara y es entre tres y cinco veces más sensible avanzadas, Ambos forman focos o aglomerados ecogéni-
que la representación del Doppler multicolor (Fig. 10-5). cos y brillantes, Los cuerpos amiláceos son simplemente
Los índices de pulsatilidad no han demostrado utilidad. detritus proteináceos en los conductos prostáticos dilata-
Halpern y cols,25 refirieron que el trazado de densidad de dos, muchas veces en las glándulas periféricas y a lo largo
los vasos prostáticos con el Doppler variaba con la posición de la cápsula quirúrgica, aunque también se observan en
del paciente, siendo la posición declive más vascular, aun- la próstata, Cuando están formando densos aglomerados,
que no es esta nuestra experiencia, Una vascularidad de- los cuerpos amiláceos pueden ocasionar una importante
m asiado realzada es inespecífica y se puede apreciar en atenuación sónica, que impide la exploración ETR de las
la hipertrofia, inflamación y cáncer. Un problema para la partes anteriores de la próstata, En la imagen Doppler ge-
ecografía Doppler es la elevada densidad vascular que se neran un artefacto de remolino importante, Las infeccio-
aprecia cubriendo la base de los lóbulos derecho e izquier- nes subclínicas, inflamación y atrofia pueden contribuir a
do y que no debe confundirse con la vascularidad resaltada su formación. Los cuerpos amiláceos no tienen relevancia
que se aprecia en los tumores, La ecografía trasversal fuera clínica e incluso cuando son densos o están aglomerados
de eje que capta las bases de forma asimétrica puede suge- no llegan a ser palpables, Las calcificaciones de zona peri-
rir erróneamente que un lado tiene mayor vascularidad e férica no sirven para justificar durezas o nódulos, Los pa-
inducir la sospecha de un tumor, Es importante estar con- cientes con alteraciones palpables requieren nuevas ex-
vencido de la orientación axial verdadera en la base ploraciones con biopsia (ver Fig. 10-6, e y D) .
cuando se evalúen estos vasos, Incluso un ligero desplaza-
miento del plano axial que incluya sólo vasos de un lado Hiperplasia benigna de próstata
puede sugerir un realce asimétrico de la vascularidad sos- La hipertrofia de próstata con la HPB es una causa frecuente
pechoso de cáncer, Para evitar este error serán útiles pro- de síntomas del tracto urinario inferior (STU!) en hom-
yecciones parasagitales para explorar los vasos basales. bres ancianos. LA HPB afecta alrededor del 50% de los varo-

Figura 10-5 Anatomía normal con el Doppler en paCientes con una HPB moderada. A, Proyección axial con
~ Doppler potencia que muestra los vasos uretrales (U), algunos vasos junto a la cápsula quirúrgica (S) y numerosos
paquetes neurovasculares (NV) en un lado. Se trata de un grado medio de vascularidad. Obsérvense los grandes
v asos, la mayoría venas, fuera de la próstata. Se tendrá la precaución cuando se realice una biopsia fuera de la próstata de
evitar lesionar dichos vasos. B, Doppler color con imagen de flujo comparada con Doppler pulsado. Con el Doppler color
la densidad vascular es ligeramente más difícil de evaluar y el grado de vascularidad es más dependiente de los parámetros
d el equipo que con el Doppler potencia.
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Figura 10-6 Variantes anatómicas normales. A, Proyección axial con ectasia glandular benigna (flechas) que se
muestra como una zona hipoecoica periférica que contiene múltiples tubos de orientación rad ial. Este aspecto
hipoecoico no debe confundirse con un cáncer. B, Proyección parasagital de glándulas con ectasia benigna (fle-
chas). e, Proyección axial que muestra abundante material ecogénico, con calcificaciones y cuerpos amiláceos (flechas)
junto a la cápsula quirúrgica y la zona periférica. Carece de importancia clínica y normalmente no es palpable. Impide la
visibilidad ecográfica. D, Estudio con Doppler del mismo paciente que muestra importante ruido de artefactos en el Doppler
debido a las calcificaciones. Casi todo el color visible es artefacto.

nes por encima de los 60 años y más del 90% entre los que laserterapia. Muchos hombres tienen una preocupación
rebasan los 70. El peso de la glándula en un varón joven es errónea sobre el tamaño de la próstata. El problema es la
de unos 20 g. A partir de los 50, el tiempo de duplicación del obstrucción urinaria, no el tamaño prostático, que se corre-
peso de la próstata es de 10 años. Una próstata que pese laciona en cierto modo con la obstrucción.
más de 40 g generalmente se considera aumentada en varo- El aspecto ecográfico de la HPB varía y depende de los
nes ancianos. La etiología de la HPB no está clara, pero pro- cambios histopatológicos subyacentes. El hallazgo ecográ-
bablemente se relacione con cambios hormonales con la fico típico de la HPB es un aumento de la glándula inter-
edad. El proceso se acompaña de hjpertrofia e hiperplasia na (zona de transición). En la HPB la zona de transición
de los elementos fibrosos, musculares y glandulares, afec- aumentada puede mostrar un agrandamiento difuso o dis-
tando sobre todo a las zonas de transición y periuretrales 1.12 . tintos nódulos hipo ecoicos, isoecoicos o hiperecoicos 27 (ver
También llamado prostatismo y obstrucción de la sa- Fig. 10-4). El patrón ecográfico típico depende de la mezcla
lida vesical, los STUI pueden deberse a aumentos en el de elementos glandulares, estromales y musculares y
tamaño de la próstata y al tono muscular, ambos con la nódulos que pueden ser fibroblásticos, fib romusculares,
consecuencia de una constricción uretral. Los síntomas musculares, hiperadenomatosos o fibroadenomatosos y
son polaquiuria, nicturia, un chorro débil, intermitencia, pueden experimentar una cavitación degenerativa 27.28 . Los
vaciado incompleto y tenesmo. Los síntomas se han cuan- nódulos de la HPB tienden a presentar nítidos márgenes, a
tificado por el índice de síntomas de la American Urologi- diferencia de la zona de transición del cáncer, que puede
cal Association (AUA) 12.26. Después de descartar enferme- manifestarse como un nódulo difuso y mal delimitado y
dades neurológicas, diabetes y patología urinaria, el normalmente hipoecoico. La hiperplasia de los elementos
tratamiento se centrará en la próstata. glandulares periuretrales consiste en un agrandamiento
La resección transuretral de la próstata (RTUP) se del «lóbulo medio» que se aprecia como un abultamiento
considera un estándar terapéutico para muchos pacientes, hacia la vejiga urinaria.
pero existen otras alternativas terapéuticas como una mo- Las calcificaciones y quistes degenerativos o de re-
nitorización estrecha, tratamiento médico, cirugía abierta y tención son frecuentes en la zona de transición (Fig. 10-8;
A, ver además Fig. 10-4, B). Debido a la distorsión de la prostatitis y los síntomas del dolor pélvico engloban mu-
glándula en los pacientes con HPB, algunos nódulos hi- chos síndromes clínicos y pueden afectar gravemente la
perplásicos pueden protruir hacia la zona periférica, aun- calidad de vida de muchos hombres, que padecen dolor
que realmente se originen en la zona de transición. Los crónico, disfunción sexual y STUI. Tanto el paciente como
nódulos de la zona de transición hipoecoicos y bien deli- su médico se ven frustrados con frecuencia porque el
mitados son casi siempre benignos 29 • Aunque los nódulos diagnóstico y tratamiento pueden requerir mucho tiempo
en la HPB se limitan generalmente a la zona de transición, y resultar ineficaces. El impacto de la prostatitis en la cali-
en ocasiones pueden circunscribirse a la zona periférica dad de vida se ha comparado con la morbilidad del infarto o,....
(al contrario de lo referido por libros especializados), don- de miocardio, angina o enfermedad de Crohn. Se conside- o
:;
de se podrán observar como nódulos isoecoicos con un ra que entre un 9% y un 13% de todos los hombres de =:
40-50 años de edad están afectados. Alrededor del 25%
c.
halo bien delimitado de aspecto similar al que se observa ca
<..>
en la zona de transición. Pueden generar un abultamiento de las consultas médicas al urólogo se relacionan con sín-
prominente sobre la cápsula. Puesto que estos nódulos tomas de prostatitis. En varones de menos de 50 años, la
benignos y periféricos se palpan como nódulos firmes o prostatitis crónica/síndrome de dolor pélvico crónico es
duros, de aspecto canceroso, deben ser biopsiados para la principal causa de visita al urólogo, y en varones por
confirmar su naturaleza benigna y evitar una preocupa- encima de los 50 es la tercera causa más común después
ción innecesaria30 . de la HPB y el cáncer32 .33 • La ausencia de una conciencia-
El tamaño prostático se correlaciona poco con la obs- ción pública de esta patología probablemente se explique
trucción urinaria y con frecuencia se puede observar una por las reservas que tienen los varones, en general, para
próstata grande en perso nas asintomáticas, a la vez que abordar temas «personales».
otros pacientes con grandes dificultades miccionales deri- Un grupo de consenso del National Institute of Health
vadas de una obstrucción prostática pueden tener unas (NIH) en 1999, del National Institute of Diabetes and Di-
glándulas pequeñas. Por tanto, se debe recordar que la gestive and Kidney Diseases (NIDDK) y el International
disfunción urinaria es multifactorial y puede derivarse de Prostatitis Collaborative Network establecieron la defini-
alteraciones del sistema nervioso central, columna, vejiga, ción y un sistema de clasificación de la prostatitis en
próstata y uretra. Los pacientes con disfunción urinaria cuatro categorías 32 .34 :
requieren una evaluación de todos estos aparatos y siste- 1. Prostatitis aguda bacteriana
mas y no sólo de la próstata. Los estudios de pacientes con 11. Prostatitis bacteriana crónica
síntomas de prostatismo se realizan mejor en proyección III. Prostatitis crónica/síndrome de dolor pelviano crónico
transvesical. La ecografía transvesical permite evaluar el a. Inflamatorio
tamaño prostático, identificar el lóbulo mediano y evaluar b. No inflamatorio
el volumen prostático y volumen postmiccional, caracteri- IV. Prostatitis inflamatoria asintomática
zar la pared vesical, trabeculación, divertículos, tumores y
cálculos y también evaluar los riñones y uréteres respecto
a hidronefrosis y masas 12 (ver Fig. 10-4).
La ecografía transrectal juega un pequeño papel en la
evaluación de la HPB y STUI. Se utiliza sobre todo cuando
existen sospechas de cáncer de próstata (HPB es una cau-
sa de elevación del PSA) o haya necesidad de una determi-
nación precisa del volumen prostático que permita deter-
minar y seguir de forma apropiada un tratamiento médico
o quirúrgico l l .
Los pacientes sometidos a RTUP muestran inicialmente
un importante defecto quirúrgico, que rápidamente redu-
ce su tamaño a medida que la glándula se colapsa en el
defecto. Esto puede sorprender a urólogos poco experi-
mentados, que pueden pensar que han extirpado más te-
jido del que sugiere el defecto visible. Sin embargo, los
pacientes suelen quedar asintomáticos después del pro-
cedimiento, lo que sugiere que la cantidad de tejido pros-
tático extirpado no se correlaciona necesariamente con el
éxito (ver Fig. 10-4, F).

~ Figura 10-7 Sondas habituales para estudios


Prostatitis
....- -~ transrectales e intracavitarios. Izquierda, Sonda
Los conocimientos de la patología llamada prostatitis han
~ no cubierta. Derecha, sonda cubierta con un pre-
evolucionado en los últimos años. No se trata de una mera servativo interno, guía de biopsia y preservativo exterior. La
«infección de la próstata»; la prostatitis se refiere a un mayoría de los pacientes acuden para biopsia, de forma
síndrome de dolor crónico de próstata en el que, sor- que para ahorrar tiempo y retiradas e inserciones adiciona-
prendentemente, no siempre están presentes la infección, les de la sonda mi grupo comienza el estudio con la sonda
inflamación e incluso la afectación de la próstata 31 . La revestida y con la guía de biopsia en su lugar.
La prostatitis bacteriana aguda es la forma menos fre- normal en la ecografía. Algunas ecografías muestran ha-
cuente de prostatitis y se observa en alrededor del llazgos inespecíficos como áreas hipoecoicas periféricas,
2/10.000 visitas ambulatorias. El 5%-10% se harán cróni- calcificaciones, congestión venosa, fluj o arterial aumenta-
cas 35 . Los pacientes presentan síntomas de infección urina- do, engrosamiento del cuello vesical, borde prostático hi-
ria o sistémica aguda, normalmente debidas a microorga- poecoico e hipogenicidad periuretraP3,36AO,41,
nismos gramnegativos como la Escherichia coli. Los La prostatitis inflamatoria asintomática se diagnos-
hallazgos ecográficos solamente se detectan en alrededor tica en hombres sin historia de dolor genitourinario, pero
de la mitad de los hombres y consisten en edema, hipertro- que muestran cambios inflamatorios en la histología. Con
fia prostática, aumento del flujo sanguíneo, ingurgitación frecuencia se realiza la biopsia por elevaciones del PSA
venosa, halo periférico hipoecoico o cambios parcheados que son frecuentes en la inflamación de próstata, incluso
de los ecos que pueden estar aumentados o disminuidos o en una inflamación asintomática.
ambos 33,36 (Fig. 10-9, A Y B). Los síntomas deben ceder Los protocolos diagnósticos han intentado distinguir
pronto con antibioticoterapia, pero el tratamiento debe entre los diversos tipos de prostatitis utilizando antece-
mantenerse 4-6 semanas. Si no desaparecen los síntomas, dentes, exploración física y cultivos de orina u otras mues-
deberá sospecharse la existencia de un absceso. Los abs- tras 32 • Un aspecto a tener en cuenta con la ETR y biopsia es
cesos se producen en el 0,5%-2,5% de los pacientes con que muchos de estos varones presentan un PSA elevado,
prostatitis bacteriana aguda y son más frecuentes en los con frecuencia fluctuante, con un rango que rebasa inclu-
que padecen diabetes mellitus o están inmunodeprimidos so los 10 nanogramos por mililitro (ng/ ml) y las frecuen-
(incluso en VIH) y después de catéteres o procedimientos tes zonas inflamatorias pueden simular un cáncer en la
instrumentales (Fig. 10-9, EJ. En dichos pacientes, se debe ecografía, Puede ser necesaria la biopsia para excluir el
realizar una ETR precoz para el diagnóstico. Los abscesos cáncer. La tasa PSA libre/total de las patologías inflamato-
=e pequeños no requieren drenaje, pero los abscesos grandes
pueden drenarse con facilidad por vía transrectal o trans-
rias tiende a ser más elevada que la que se observa en el
cáncer38 (Fig, 10-9, Cy D) .
'o
'(3
oCI) perineal, utilizando como guía la ETR o se pueden sajar Otras patologías infecciosas/inflamatorias que afectan
(f) mediante cistoscopia33,37'39. La experiencia demuestra que a la próstata no encajan fácilmente en estos grupos, Entre
la simple aspiración transrectal puede ser efectiva sin ne- ellas están la malacoplaquia, prostatitis eosinofílica, pros-
cesidad de catéter de drenaje. Los abscesos se resolvieron tatitis por citomegalovirus (CMV) y prostatitis granulo-
incluso después del simple drenaje, aunque si fuera nece- matosa, La prostatitis granulomatosa normalmente es
sario se puede repetir la aspiración. idiopática, pero también puede derivarse de una instru-
La prostatitis bacteriana crónica también es rara. Los mentación previa y ser secundaria a bacterias (p, ej., tu-
pacientes están normalmente afebriles pero presentan berculosis, brucelosis, sífilis), hongos (coccidiomicosis,
repetidos episodios con síntomas que recuerdan una in- blastomicosis, histoplasmosis, cripcocosis) y parásitos
fección bacteriana urinaria. En general, los cultivos de ori- (esquistosomiasis). Los casos que podrían observarse en
na son negativos, pero alguno de ellos cursan con organis- Norteamérica se deben al bacilo de Calmette-Guérin
mos gramnegativos, casi siempre E. coli. Alrededor de la (BCG). El BCG se instila en la vejiga para tratar el carcino-
mitad de los pacientes con prostatitis crónica responden a ma de células transicionales, Se introduce en la próstata,
tratamiento antibiótico empírico de 6-12 semanas de du- donde puede ocasionar una inflamación granulomatosa.
ración 35 . La mayoría no muestran hallazgos ecográficos. La prostatitis granulomatosa simula un cáncer en el tacto
La prostatitis crónica/Síndrome dolor pelviano cró- rectal y ETR Y eleva el PSA. Aunque se pueda determinar
nico (PC/OPC) es la forma más frecuente de inflamación el antecedente de la instilación del BCG suele ser necesa-
prostática y da cuenta del 90% de los casos, Afecta alrede- ria la biopsia para excluir el cáncer42 (Fig. 10-9, C YD).
dor de 1,9/100 hombres; es la más difícil de entender y La aportación de la ETR es limitada en pacientes con
tratar. Los síndromes de PC/OPC se clasifican en dos ti- prostatitis aguda. La exploración física y la colocación de la
pos, A y B. El tipo inflamatorio A se diagnostica por leu- sonda en el recto suele ser difícil por el dolor que ocasiona.
cocitos visualizados en las secreciones prostáticas, de ori- La ecografía puede demostrar una alteración importante,
na y semen. Por el contrario, el tipo B no inflamatorio no que simula un carcinoma. En general, las próstatas inflama-
muestra evidencia de inflamación y también se llama das son hipoecoicas y con frecuencia muestran áreas llama-
prostatodinia. La etiología es desconocida y el nombre tivamente hipoecoicas con vascularidad resaltada.
PC/OPC reconoce que la próstata puede no ser la única
fuente de las molestias, Sin embargo, los síntomas son Próstata y quistes en las vesicales seminales
idénticos a una infección prostática verdadera. Se han im- Los quistes prostáticos se han agrupado en seis catego-
plicado factores neurológicos, psicológicos, el estrés y rías: 1) quistes parenquimatosos, 2) quistes aislados me-
cierta predisposición genética, así como su asociación con diales (utrículo y müllerianos), 3) quistes ductales eyacu-
otras patologías, como la fibromialgia, síndrome del colon latorios, 4) abscesos, 5) quistes tumorales, y 6) quistes
irritable y síndrome de la fatiga crónica, No se ha identifi- relacionados con enfermedades parasitarias (esquistoso-
cado una causa en la mayoría de los hombres con PC/DPC. miasis, hidatidosis)43-45. Los quistes más frecuentes son los
Los pacientes pueden responder a antibióticos, alfablo- quistes parenquimatosos degenerativos que se obser-
queantes, antiinflamatorios no esteroideos (AlNE) yanal- van en lóbulos hiperplásicos de la zona de transición. No
gesia, que se utilizan con frecuencia de forma multimo- tienen relevancia clínica pero en ocasiones pueden hacer-
dap1.33. En la mayoría de los casos la próstata parece se suficientemente grandes como para contribuir a obs-
trucciones eyaculatorias o urinarias. Habitualmente sue- mo túbulos o quistes agrupados con un diámetro de 1-2
len ser quistes uniloculares o multiloculares con tabiques mm y una orientación radial. Carecen de relevancia.
finos en un nódulo de HPB en la zona de transición (ver Los quistes de retención son quistes focales, con fre-
....caca
Fig.1 0-8,A). Algunos pacientes desarrollan una dilatación
atrófica de los conductos prostáticos, que se muestran co-
cuencia en la superficie de la próstata, ocasionando una
obstrucción del conducto. Lo habitual es que sean peque-
....In
...
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Figura 10-8 Quistes prostáticos. A, Quiste de retención degenerativo de una HPB (flecha). Es el tipo más
frecuente de quiste descrito en la próstata y carece de importancia clínica. Obsérvese la marcada asimetría de la
hiperplasia benigna de próstata, con una zona de transición izquierda (L) mucho mayor que la derecha (R) y la
posición asimétrica de la uretra (U). B, Quistes del utrículo en proyección axial a través de la base de la próstata (U). Estos
quistes están habitualmente en la línea media y tienen una pared distinta. e, Proyección mediosagital que muestra un
quiste del utrículo (U) con su típico perfil en lágrima apuntando hacia el verumontanum (flecha). Estos quistes pueden
obstruir los conductos eyaculadores y ocasionan una obstrucción seminal y la dilatación de las vesículas seminales (SV),
como se aprecia en este paciente. D, Quistes de la zona periférica (flecha). Estos quistes son raros, pero pueden ser tan
duros que recuerdan la dureza del cáncer a la exploración en el tacto rectal. Se requiere biopsia para demostrar que no son
cancerosos. Desaparecen después de la biopsia. E, Quiste del utrículo con calcificaciones parietales (flechas). Este tipo
de quistes se relaciona con la hematoespermia.
=s:::
'o
'uu
Q)
en

Figura 10-9 Prostatitis. Muchos pacientes tienen una próstata de aspecto normal que puede estar muy tensa si
la patología es aguda. A, Inflamación no aguda demostrado por biopsia. Múltiples áreas dispersas hipoecoicas
en ambos lados (flechas) que simulan un tumor en la ETR y Doppler y se asocian con elevación del PSA. B, Doppler
potencia que muestra una mayor vascularidad en zonas de inflamación (' ). C, Prostatitis granulomatosa por BCG sin
caseificación como una lesión-masa (flecha) en un varón cuyo cáncer vesical fue tratado con instilación del bacilo de
Calmette-Guerin (BCG). Simula un tumor, aunque el diagnóstico se puede sospechar por la historia. D, Prostatitis granu-
lomatosa que parece un tumor que se extiende más allá de la cápsula e invade la pared rectal (flecha). /, Masa inflamatoria.
E, Absceso grande de próstata en paciente con SIDA. Casi toda la próstata está sustituida por la colección del absceso
(*). N, nódulo. Este paciente y otros pacientes con absceso responden con rapidez a una o dos aspiraciones del absceso
dirigidas mediante ETR y antibióticos.

ños, menores de 1 cm. Pueden estar muy tensos y ser pal- naturaleza benigna y para evitar nuevas dudas clínicas
pables como una próstata dura, nodular, que parece un cuando se vuelva a palpar de nuevo un «nódulo» duro
cáncer en el tacto rectal, pero la ecografía muestra un típi- (Fig. 10-8, D).
co quiste. No tienen relevancia clínica, pero si son palpa- Los quistes congénitos de la próstata se producen cer-
bles, en nuestro grupo lo aspiramos para confirmar su ca o en la línea media y se relacionan con los conductos
wolffianos (mesonéfricos o pronéfricos; arquinéfricos) o ticos. Los pacientes afectados pueden beneficiarse de la
müllerianos (paranéfricos)43. La mayoría de los pacientes aspiración cuando los quistes son grandes y sintomáticos.
con lesiones quísticas congénitas de próstata y vesículas Puede asociarse a malformaciones renales ipsilaterales, co-
seminales estarán asintomáticos. En ocasiones estos quis- mo la agenesia renal, debido a que las vesículas seminales
tes causan síntomas o se infectan, especialmente si son se derivan de los conductos wolffianos (mesonéfricos),
grandes (ver Fig. 10-8, By C). que también dan lugar al uréter y conducto deferente.
Las malformaciones congénitas son frecuentes en la También se asocian con la enfermedad poliquística, hemi-
próstata y vesículas seminales y t ambién alrededor de vértebra y la ausencia ipsilateral testicular. En raras oca- o
,..
ellas 44,46. Los tubérculos müll erianos dan lugar al utrículo siones las vesículas seminales están afectadas por tumo- o
prostático, una bolsa pequeña en la línea media situado res (metástasis, cistadenoma, adenoma papilar), abscesos '3
~
cerca de la cima del verumontanum. Los quistes del utrí- yamiloidosis 47 .48. Q,
ca
culo prostático se deben a la dilatación del utrículo pros- (.)
Otras alteraciones que simulan quistes de próstata y ve-
tático (ver Fig. 10-8, E). Los quistes del utrículo pueden sículas seminales son el ureterocele, quistes del conducto
asociarse a agenesia renal unilateral y rara vez contienen de Cowper (en el diafragma urogenital por debajo del
espermatozoides. Los quistes del utrículo siempre están ápex de la próstata), y divertículos de próstata. La vesícula
en la línea media y normalmente son pequeños y quedan seminal es un punto frecuente para la inserción ectópica
contenidos dentro de la próstata, pero a veces se hacen del uréter 43.47 .
muy grandes y alcanzan varios centímetros de diámetro Pueden observarse calcificaciones del conducto defe-
(ver Fig. 10-8, By C). Los quistes ductales müllerianos rente o vesículas seminales con la diabetes o infección. La
puede surgir de restos del conducto paramesonéfrico. Los calcificación diabética tiende a afectar las paredes y re-
quistes ductales müllerianos están principalmente en la cuerda «las vías del tren» en las radiografías, mientras
línea media, pero se pueden extender alejándose de la lí- que la calcificación inflamatoria/infecciosa es luminal y
nea media y pueden ser grandes y extenderse por encima segmentaria y puede asociarse con calcificaciones de las
de la próstata. No se asocian con otras lesiones y jamás vesículas seminales 48 . En ocasiones se aprecia una calcifi-
contienen espermatozoos. Al igual que ocurre con los cación de 1 cm de diámetro en cáscara de huevo en las
quistes del utrículo, tienen un perfil en lágrima apuntan- vesículas seminales. Estas calcificaciones son asintomáti-
do hacia el verumontanum, presentan una pared visible cas y secundarias a inflamación.
gruesa y ocasionalmente calcificacio nes murales o conte-
nidas. En la práctica, los quistes del utrículo y müllerianos Infertilidad y ecografía transrectal
parecen similares y su diferenciación no es importante. Si La infertilidad se define como el fracaso para conseguir un
son grandes, ambos tipos pueden obstruir los conductos embarazo después de un año de interrelaciones sin pro-
eyaculatorios o desarrollar calcificaciones y hacerse sin- tección y afecta al 15% de las parejas. El factor masculino
tomáticos, siendo el origen de dolor e infecciones, y rara es responsable solamente en el 20% de las parejas y con-
vez pueden presentar una transform ación tumoral. tribuye en el 30%-40% restante 49 . Cuando se trata de una
Los quistes eyaculatorios ductales son habitualmente infertilidad masculina es detectada habitualmente, aun-
pequeños y probablemente se deban a una dilatación que no siempre, a partir de un análisis anormal de semen.
quística del conducto eyaculatorio, quizás debida a una La AUA ha definido como pautas de «la mejor práctica»
obstrucción. Pueden presentar divertículos en el conduc- para investigar la infertilidad masculina, que se investi-
to. Tienden a ser de perfil fusifo rmes y habitualmente son guen a ambos cónyuges de forma simultánea 49.5o . Los ob-
puntiformes en ambos extremos. Los quistes de los con- jetivos de la evaluación del varón incluyen:
ductos eyacula torios contienen esper matozoos cuando se 1. Identificación de patología potenCialmente corregible.
aspiran. Pueden asociarse con infertilidad y se observan 2. Identificación de patología irreversible para la que
en pacientes con recuento bajo de esperma. Alguno de existan tratamientos alternativos (inseminación de do-
ellos cursan con dolor perineaI 43.45.46. nantes) o adopción, evitando tratamientos ineficaces.
Los abscesos de próstata forman «quistes» que re- 3. Detección de patologías amenazantes para la salud
cuerdan los abscesos descritos en cualquier otro punto subyacentes a la infertilidad.
4. Detección de anomalías genéticas (p. ej., fibrosis quísti-
por ser cavidades con paredes gruesas e irregulares y de-
ca) que pueda afectar la salud de los descendientes si
tritus en su contenido líquido (ver Fig. 10-9, E) . Los orga-
se recoge el esperma o se utiliza para técnicas de re-
nismo coliformes, como el E. coli, son la etiología más fre-
cuente. Las patologías predisponentes son la diabetes, producción asistida.
Los factores masculinos pueden clasificarse en pretesti-
procedimientos instrumentales e inmunodeficiencia. La
culares, testiculares Y postesticulares 49 . Los factores pre-
aspiración transrectal o drenaje RTUP son tratamientos
testiculares incluyen las patologías como un comporta-
eficaces, además del tratamiento antibiótico 4H5 . Los quis-
miento reproductivo fallido y anomalías genéticas (p. ej.,
tes ocasionados por parásitos son raros en países occi-
gen CFTR, cromosoma Y, microdele~i?nes). Los ~~ctores
dentales y pueden ser secundarios a la esquistosomiasis
testiculares incluyen trastornos geneticos y adqumdos de
(bilharziasis) o hidatidosis (equinococo)44.4 5.
la espermatogénesis (infecciones, trauma, criptorquidia
Las neoplasias quísticas son raras, pero se han descri-
tratada) que, a excepción del varicocele generalmente son
to cistadenomas y cistadenocarcinomas 44,45.
irreversibles. Las causas postesticulares (bajo número de
Los quistes de vesÍCulas seminales son raros y habi- esperma en la eyaculación) generalmente se deben a pro-
tualmente aislados (Fig. 10-10, C). Casi todos son asintomá-
blemas obstructivos y se observan en alrededor del 40% de También se puede utilizar la ETR para la inyección en las
los hombres estériles, aunque solamente un 1 %-5% tienen vesículas seminales de un medio de contraste ecográfico o
obstrucciones del conducto eyaculatorio y son aptos pa- radiológico para demostrar la permeabilidad de los con-
ra tratamientos quirúrgicos como la liberación del quiste ductos eyaculatorios y para retirar esperma de las vesícu-
prostático o la resección transuretral de los conductos las seminales para la reproducción asistida.
eyaculatorios (RTCE) 49.51.52. Esto excluye la reversión de No existen síntomas específicos asociados a la obstruc-
una vasectomía que es exitosa en el 75%-95% de los pa- ción del conducto eyaculatorio, aunque se sospecha su
cientes y el embarazo se consigue en el 30%-70% de las diagnóstico en varones infértiles con azoospermia u oli-
parejas 49 . En 100 hombres consecutivos con azoospermia, gospermia que tienen un volumen eyaculado bajo, carac-
la distribución de la etiología de las azoospermias fue por terísticas sexuales secundarias y testículos normales, do-
alteraciones genéticas: el 27%, enfermedades o influencia lor durante o después de la eyaculación u orgasmo o un
externa (orquitis, radioterapia, infecciones, cirugía, trau- antecedente de prostatitis. Los hallazgos sugestivos en la
ma) el 22%, criptorquidia corregida: el 27%, y desconocida imagen son los quistes en la línea media, vesículas semi-
el 22%53. La lista de Campbell-Walsh Urology50 expuso la nales (>1,5 cm) o conductos eyaculatorios dilatados con
distribución de la frecuencia de las causas como varicocele calcificación a lo largo de los conductos 51 .52. Kuligowska y
el 38%, criptorquidia el 23%, obstrucción el 13%, normal el Fenlon 54 refirieron la frecuencia relativa de los hallazgos
9%, criptorquidia y fallo testicular el 6% y resto de causas, de la ETR en hombres in fértiles con azoospermia de bajo
alrededor del 10%. Eso explica el amplio espectro de tras- volumen: aspecto normal (25%), ausencia bilateral de
tornos además de la obstrucción del conducto eyaculatorio conducto deferente (34%), oclusión bilateral del conduc-
como causa de la azoospermia. to deferente, vesículas seminales y conductos eyaculato-
El papel de la ETR y en menor medida de la RM 46 es rios por calcificación o fibrosis (16%), ausencia unilateral
=c:
identificar obstrucciones y anomalías anatómicas del con-
ducto eyaculatorio que sean corregibles anatómicamente
del conducto deferente (11 %), quistes obstructivos de las
vesículas seminales, conductos eyaculatorios o próstata
'o
'0 en el hombre azoospérmico u oligospérmico en los que se (9%) y obstrucción ductal debido a cálculos (4%). Todos
()
Q)
(J) palpa un conducto deferente (Fig. 10-10). Es interesante el estos síntomas y hallazgos también se aprecian en hom-
hecho de que la presencia o ausencia del conducto deferen- bres normales y fértiles pero son más habituales en varo-
te se diagnostica por palpación del cordón espermático y nes con infertilidad obstructiva 52 (Fig. 10-10).
no mediante imagen49.51.52. Se ha recurrido a la vasografía El tratamiento de la sospecha de obstrucción eyaculato-
para demostrar la obstrucción, pero'casi se ha abandonado ria distal consiste en RTCE, que se realiza para descompri-
esta técnica por el riesgo de lesión del conducto deferente. mir los conductos o drenar quistes obstructivos. En varo-

Figura 10-10 Infertilidad. A, Vesículas seminales di-


latadas en ambos lados (SV) (> 1,5 cm). Es una eviden-
cia probable de obstrucción mecánica de los conductos
eyaculatorios y que puede ser causa de infertilidad. Este hallazgo
no es específico, ya que este grado de agrandamiento también
se puede observar en varones fértiles y normales. B, Agenesia
unilateral de la vesícula seminal y vaso deferente (11). Sola-
mente el lado derecho está intacto; RSV, vesícula seminal dere-
cha. e, Quistes de la vesícula seminal derecha unilateral (e),
ecografía transvesical; LSV, vesícula seminal izquierda. Este pa-
ciente también carece del riñón derecho ipsilateral.
nes sometidos a RTCE, del 50% al 100% experimentan ble que se asocien a la patología ominosa, Además de la
mejoría de sus síntomas y un 20%-30% consiguen emba- historia clínica y exploración, la mayor parte de los pa-

......ca
razosS 1,S2, cientes se someterá inicialmente a una evaluación de ca
La ausencia de conducto deferente es un diagnóstico ETS, análisis y cultivos de orina. Los varones de más de
clínico que se realiza por palpación del cordón espermáti- 40 años serán evaluados respecto a neoplasias, especial- 1/)

co, Parece ocurrir en dos tipos de hombres: 1) los que tie- mente del cáncer de próstata, aunque sea una etiología ...
'o
11.
nen una mutación de al menos un gen (CFTR) regulador rara,
transmembrana de la fibrosis quística, y 2) hombres ge- La imagen es útil y ha demostrado hallazgos en casos no ....o
néticamente normales con ausencia congénita del con- explicados o persistentes, La ETR es muy accesible y ha o
'3
ducto deferente. Alrededor del 80%-99% de los varones demostrado hallazgos en el 74%- 95% de los varones con =:
a.
adultos con fibrosis quística tienen una ausencia congéni- hematospermia persistente, Los hallazgos incluyen calci- co
O
ta bilateral del conducto deferente, que probablemente ficaciones prostáticas, cálculos en el conducto eyaculato-
sea prenataL Es interesante el hecho de que la prevalencia rio, HPB, vesículas seminales dilatadas, calcificaciones de
sea menor en niños, lo que sugiere que los cambios se ad- las vesículas seminales, quistes en el conducto eyaculato-
quieren en algunos casos, Las malformaciones del con- rio y prostatitissB. 6o (ver Figs, 10-8, E Y 10-10, A), El
ducto deferente suceden incluso con una única mutación Doppler color permitirá detectar malformaciones vascu-
del CFTR en varones sin síntomas de fibrosis quística, Las lares raras, En la práctica puede ser difícil determinar si el
vesículas seminales pueden estar presentes, Las malfor- hallazgo de ETR es responsable de la hematospermia, ya
maciones renales son raras en el grupo CFTRss·s 7, que con frecuencia se aprecian hallazgos similares en va-
En general, la ausencia bilateral del conducto deferente rones asintomáticos, Por fortuna, el conjunto de hallazgos
o de las vesículas seminales se asocia con mayor probabili- se debe a patologías benignas.
dad a la fibrosis quística y a la alteración del gen CFTR La RM con bobina endorrectal también es útil, ya que
(6 0%-70%) que a la agenesia o a anomalías renales, Por el permite detectar puntos sangrantes que no son evidentes
contrario, la ausencia unilateral del conducto deferente o en la ecografía, especialmente el sangrado en las vesículas
de las vesículas seminales con fre cuencia (91 %) se asocia seminales 61 , En ocasiones serán necesarias la uretrosco-
a malformaciones renales, como la agenesia. Es preciso re- pia y cistoscopia,
cordar que puesto que el conducto deferente, vesículas En la mayoría de los pacientes no es necesario más trata-
seminales y uréter se desarrollan a partir del conducto miento que recuperar la tranquilidad, ya que el sangrado es
mesonéfrico (wolffiano), las malformaciones pueden ma- ligero y autolimitado, En el resto de casos, el tratamiento
nifestarse en todos los derivados de este conduct0 46,4B,s7, se dirigirá a las etiologías responsables, con antibióticos,
apertura del quiste o aspiración y tratamiento sistémico
Hematospermia de la hipertensión y diátesis hemorrágica SB ,
La hematospermia es la presencia macroscópica de san-
gre en el semen, En la mayoría de los casos se trata de una
patología benigna y autolimitada y lo habitual es que se • CÁNCER DE PRÓSTATA
resuelva espontáneamente en unas pocas semanas, La in-
cidencia es incierta. La hematospermia ocasiona una gran
ansiedad en los hombres, que temen padecer un cáncer o De cara a los cuidados óptimos del paciente, es importan-
enfermedades de transmisión sexual (ETS). La lista del te para quienes recurran a la ETR para evaluar el cáncer
diagnóstico diferencial es extensa, pero la mayoría de los de próstata, que sean conscientes de las diferentes facetas
casos son iatrogénicos (después de intervenciones como del cribado, diagnóstico y tratamiento y papel del PSA. El
una biopsia o cistoscopia), infecciosos o inflamatorios, y cáncer de próstata supone un problema complejo, lleno
pueden tratarse de forma eficaz y con mínima y simple de incertidumbres y dilemas para los varones, sus parejas
investigación, Los tumores malignos (sobre todo próstata, y los médicos. El cáncer de próstata constituye un impor-
pero también testículos y vesículas seminales) son una tante problema de salud y además es un cáncer frecuente
causa rara de hematospermia y se observan solamente en y también causa común de mortalidad. Existe un trata-
el 3,5% de los casos, sobre todo en varones por encima de miento efectivo, pero los tratamientos tienen una impor-
los 40 años, Las etiologías más habituales son SB,S9: tante repercusión sobre la calidad de vida, que se ve alte-
• Inflamación e infección (hasta el 39%) rada por efectos secundarios, A diferencia de otros
• Obstrucción ductal, quistes y calcificaciones en vesícu- cánceres, no todos los cánceres de próstata evolucionan
las seminales de forma inevitable a las metástasis y la muerte, Existe
• Iatrogénicasjtraumáticas (biopsia prostática es ahora una gran proporción de pacientes que siguen una evolu-
la causa más frecuente) ción indolente que no se beneficia de un tratamiento radi-
• Factores sistémicos (hipertensión, diátesis hemorrágica) ca\' pero que al tiempo tiene que diferenciarse de la enfer-
• Alteraciones vasculares (varices, malformaciones arte- medad progresiva, El cáncer de próstata afecta sobre todo
riovenosas) a varones de más de 50 años y por tanto se le asocian co-
• Idiopáticas (alrededor del 15%) morbilidades como causa de muerte, Tiene una larga evo-
El principal objetivo de la investigación es aliviar la an- lución y no es raro que precise alrededor de 10 años para
siedad, ya que la mayoría de los casos de hematosper- el paso desde el diagnóstico asintomático hasta que sea
mia, especialmente en varones jóvenes, es muy improba- una causa específica de muerte. Esto hace que resulte difí-
cil determinar si el cribado y protocolos terapéuticos son Entre los varones con cánceres localizados y sin trata-
efectivos, ya que los ensayos necesitan más de 10 años, miento, el 9%-68% mueren antes de 10 años y el pronós-
durante los que el diagnóstico y cambios terapéuticos po- tico depende del grado tumoral. Las metástasis preceden
drían hacer que los resultados de los estudios acaben a la muerte en unos 3 años. La mortalidad a los 10 años
siendo relevantes 62 -65 . con tumores de bajo grado (Gleason 2-4) es del 9%-13%,
Para complicar aún más el asunto no existe consenso los tumores de grado intermedio (Gleason 5-7) del 13%-
sobre la forma óptima de tratamiento de la enfermedad 24% y los tumores de alto grado (Gleason 8-1 0) del 44%-
clínicamente localizada, que es la forma de presenta- 66%. Los tumores impalpables (Tl) y/ o palpables (T2) se
ción más habitual (91 % de los casos) en los EE. UU. 66 . comportan de modo similar6s .

Epidemiología Antígeno específico de próstata


El adenocarcinoma de próstata se ha convertido en el El antígeno específico de próstata ha supuesto un enorme
cáncer más diagnosticado en varones: dos o tres veces avance en el diagnóstico y tratamiento del cáncer de prós-
más frecuente que los carcinomas de pulmón o colorrec- tata 74.77 • El PSA es un enzima que se segrega normalmente
tal. Se trata de una enfermedad que se observa sobre todo en los conductos prostáticos y tiene como fun ción fluidifi-
en varones de más de 50 años. Después del cáncer de pul- car la eyaculación. La próstata es la principal fuente de
món, el cáncer de próstata es la segunda causa de muerte PSA y solamente se encuentran trazas en otros tejidos de
por cáncer en varones en los EE. UU. y mata a unos 45.000 hombres y mujeres. Algunas fugas de PSA alcanzan en
cada año. Los varones americanos tienen alrededor de suero donde se pueden medir 78 . Unos niveles de PSA ele-
1/6 (17%) de riesgo de por vida de desarrollar un cáncer vados se deben a una fuga excesiva o excesiva producción.
de próstata y alrededor de 1/30 de riesgo de mortalidad. Se cree que en el cáncer se produce una media de 10 veces
=c: El riesgo es mayor entre los varones afroamericanos y más PSA que en un volumen similar de tejido benign0 7s.79 .
'o aquellos con antecedentes familiares de cáncer de prósta- En el suero está parcialmente sin combinar (libre) y par-
ta6 7-70 . Es la cuarta causa de neoplasia maligna a nivel
'(3
o
(1)
cialmente combinado a proteínas como la alfa-l-antitrip-
en mundial. Las tasas de Escandinavia y Norteamérica son sina. La ratio de PSA libre/total (porcentaje de PSA libre)
las más elevadas (especialmente los afroamericanos: 272 difiere en la patología benigna y maligna. En el cáncer y
por cada 100.000) y más bajas en China (1,9 por cada prostatitis crónica la ratio tiende a ser baja 80 .
100.000)12.50, pero las tasas están aumentando en estos El antígeno específico de próstata se considera con más
países 71 . La incidencia y estadiaje en el momento del diag- propiedad como un test de alteración o irritación prostá-
nóstico han disminuido desde comienzos de los años 90, tica. Se producen unos niveles elevados en el cáncer pero
en parte por la introducción del cribado con el PSA. La ge- también de forma variable en patología benigna, como la
nética y aspectos ambientales parecen jugar su papel en la HBp, inflamación, después de la eyaculación, manipula-
incidencia del cáncer de próstata 72 • El riesgo se duplica ción prostática, biopsia y cistoscopia. La exploración rec-
con un único familiar afectado y es incluso mayor cuando tal digital y la ETR sin biopsia generalmente no suelen
se afectan varios familiares 70 . Más del 95% de las neopla- elevar el PSA de forma significativa, pero es prudente ex-
sias primarias de la próstata son adenocarcinomas. En traer la sangre antes de dichos estímulos prostáticos. Los
raras ocasiones otras neoplasias primarias afectan a la niveles de PSA pueden reducirse artificialmente por un
próstata, como en el caso del carcinoma de células transi-
factor 2x con las medicaciones antiandrogénicas como el
cionales, sarcomas y linfomas so,73 . La próstata puede afec-
finasteride (prosear) y dutasteride (Avodart). Se obser-
tarse de forma secundaria por tumores y estructuras re-
van unos niveles impredeciblemente bajos con medica-
gionales, como la vejiga o el recto.
ciones de herbolario como el palmeta ameri cano y PC
SPEC74.7s,78,81,82.
Al menos existen dos estándares de PSA en uso, el Hy-
britech y el World Health Organization (WH O 96/670) .
CÁNCER DE PRÓSTATA: Sus valores difieren alrededor del 23 % y no existe forma
CLAVES IMPORTANTES de interconvertirlos. Existe una variación diurna. La va-
riación entre individuos es del 14%-16%81.83. Estos aspec-
• El cáncer más diagnosticado en varones.
tos tienen importancia cuando el PSA se sigue de forma
• La segunda causa de muerte por cáncer en
seriada, como sucede en un seguimiento activo y en segui-
varones (después del cáncer de pulmón). mientos posterapéuticos. El PSA en estos pacientes debe
• La cuarta causa de neoplasia más frecuente realizarse por laboratorios que utilicen el mismo están-
a nivel mundial. dar. Las recomendaciones para utilizar el PSA para decidir
• Muchos y variados tratamientos que se la biopsia están cambiando y actualmente no existe ya un
personalizan para la situación del paciente. consenso general. Anteriormente, un nivel de PSA de 4
• Tratamientos que se asocian con aspectos mg/ml o menos (y más habitualmente: <2,5 ng/ml) se
de la calidad de vida. consideraba «negativo» y no requería biopsia. Valores
• Muchos varones tienen tumores por encima de 10 ng/ml eran suficientemente elevados
microscópicos que pueden no alterar la para recomendar la biopsia en todos los casos y se com-
longevidad. probaba cáncer en la biopsia en alrededor del 50%84 de
los casos. La ventana de 4-10 ng/ml era problemática
porque alrededor del 35%-44% de los hombres en este Velocidad de PSA
rango tenían cáncers5,s6. El resto tenían ca usas benignas Con respecto al tiempo, los niveles de PSA en el hombre
para unos niveles altos de PSA (p, ej" HPB) y con frecuen - con cáncer de próstata suben más deprisa que en varones
cia se sometían a innecesarias biopsias (baja especifici- con HPB. La tasa de ascenso de PSA en el tiempo se deno-
dad), Otras tácticas implicaban la densidad de PSA, veloci- mina velocidad. En el grupo de PSA de 4-10 ngjml si exis-
dad de PSA y PSA específico para edad y se desarrollaron ten tres tests de PSA en dos años y la velocidad excede
para el grupo de 4-10 ngj ml para evitar la b i opsia cuando 0,75 ngjmljaño, este rápido cambio distingue a los hom-
bres con cáncer de los que padecen una HPB con una es- o
,..
la elevación era más probablemente debida a patología
benigna, pecificidad del 90%75.79.S1.S7,S9. En hombres por encima de o
'3
los 59 años y PSA menor de 4 ngjml, deberá utilizarse un :!::
a.
Densidad de PSA umbral de velocidad de PSA menor, de 0,4 ngjmljañ0 74,9o , ClI
O
La producción de PSA por tejido prostático benigno (nor- Muchos centros no esperan años y ofrecen la biopsia si
mal e hiperplásico) es generalmente menor que la produc- existe un ascenso no explicado en el grupo 4-10 ngjml
ción por un cáncer, Si existe un exceso de n iveles de PSA mayor de 1 ngjml entre dos tests separados menos de 1
po r encima de lo esperado para el volumen de la glándula año entre síS.7 5,79,Sl,s7, Unas velocidades más elevadas se
medida por ETR, el paciente tiene un mayor r iesgo de cán- asocian con una mayor agresividad del cáncers1 ,
cer. La densidad de PSA (PSAd) se define corno PSAjvolu-
men (p. ej., PSA 6,0 y volumen glandular de 75 cc, PSAd = Tasa PSA libre! total
6,0 j75 = 0,08)15. Al restringirse las biopsias en el grupo de El antígeno específico de la próstata (PSA) está parcial-
PSA de 4-10 ngjml a los que presenten una PSAd por enci- mente libre en sangre y en parte ligado a proteínas, sobre
ma de 0,12-0,15 se detectarán alrededor del 80% de los tOdo a la alfa-1-antitripsina. La medición habitual de PSA
que tengan cáncer y se evitarán algunas b i opsias. En el es la suma del PSA libre y del ligado. Por razones no expli-
ejemplo precedente, la PSAd es de 0,08 que el menos de cadas la relación librejtotal tiende a ser elevada en las pa-
0,1 2. Este nivel de PSA es compatible con la predicción pa- tologías benignas y más baja en los cánceresS,75,79,S1.87. En el
ra el volumen glandular y por tanto la biopsia puede evi- grupo de PSA de 4-10 ngjml, añadiendo una relación PSA
tarse, con una confianza aproximada del 80 % de que no librejtotal menor del 20% se detectan alrededor del 95%
existe un cáncer. Sin embargo, se escapan un 20% de cán- de los cánceres y se reduce el número de biopsias en
ceres S,79,Sl,S7. La PSAd se ha convertido en un marcador de aproximadamente un 30%. Sin embargO, pasarán inad-
la agresividad del cáncer de próstata que ayuda a determi- vertidos hasta un 5% de los cánceres clínicamente signifi-
nar si es razonable una expectación activa para hombres cativos. Aún no se ha establecido un claro punto de corte
de bajo riesgo con bajo volumen de cáncer en. la biopsia s1. que se acepte de forma generaF6.
La densidad PSA en zona de transición (TZ), se calcu-
la como volumen PSAjTZ. Intenta aumentar la especifici- Estándares actuales de PSA
dad del PSA contando la proporción de PSA elaborado por Todas las técnicas descritas derivadas del PSA pueden re-
la TZ, que es la zona de la hiperplasia. El pun to de corte se ducir el número de biopsias, pero con el costo de que pa-
ha estimado en 0,35 ngjml. Esta técnica no es reproduci- sen inadvertidos cánceres clínicamente significativos. En
ble sobre todo por las dificultades en la medi ción del volu- la práctica es inhabitual un PSA mayor de 1,5 ngjml en
men TZ de forma precisa 75 . En nuestras mano s el PSA total varones sanos de cualquier edad s2 . Muchos médicos evi-
es más preciso para la detección del cáncer. tan estas tácticas contemporizadoras y recomiendan
biopsia con un PSA no explicable mayor de 4 ngjml y, más
PSA edad-específico recientemente, en cualquier varón con un PSA mayor de 2
El antígeno próstata-específico aumenta n.ormalmente ngjmI S1 ,91, Las técnicas de PSA descritas pueden utilizarse
con la edad 75.s2 . Utilizando diferentes umbrales de niveles para decidir la urgencia para repetir la biopsia cuando la
de PSA a distintas edades puede ser posible bacer el PSA primera biopsia fue negativa.
más sensible en varones jóvenes y menos sensible en va- Hay que tener presente que no todos los cánceres pro-
rones mayores y evitar innecesarias biopsias 75,79,ss. Los ducen PSA y que el 20%-40% de los varones tendrán
rangos normales propuestos son 0,0-2,5 ng/ml (40-49 un PSA normal. La biopsia estará indicada cuando exista
años), 0,0-3,5 ngjml (50-5 9 años), 0,0-4,5 ng/ ml (60 -69 un ganglio sospechoso a la palpación o ecografía, incluso
años) y 0,0-6,5 ngjml (70-79 años )SS. con PSA normal s,s4. Aunque el PSA y sus variantes sigan
No hemos encontrado utilidad al PSA edad-específico, siendo el mejor test para la detección del cáncer de prós-
ya que aunque el PSA aumenta con la edad, el cambio de- tata, planificación terapéutica y monitorización terapéuti-
bido a la edad es muy sutil s2 . Gran parte del aumento con ca 74, existe cierta controversia sobre los valores «norma-
la edad se debe al aumento de la próstata coJ"1 la HPB en les», características del test, como la sensibilidad y
varones ancianos. Por tanto, la PSA edad específica es especificidad92 y valores de PSA en el cribado del cáncer
realmente dependiente del volumen prostá-d eo, que se de próstata93 ,94. Anteriormente 4,0 y más recientemente
evalúa mejor con ETR. 2,5 ngjml se aceptan como límite superior de la normali-
Además, los valores propuestos como edad -específicos dad, especialmente en lo que respecta a la necesidad de
en el trascendente grupo de 50-75 años son de alrededor biopsia 76,sl. La mayoría de los varones <<normales» de
de 4,0 mgj ml, que encajan en la mayoría de 13 S recomen- cualquier edad tienen un PSA menor de 1,5 ngj ml s2 . Es
daciones de biopsia. preciso tener presente que el PSA no es una simple dico-
tomía «sí/no» o «positivo/negativo», sino que más bien otros motivos presentan un cáncer microscópico inciden-
proporciona un índice continuo del riesgo de padecer ta1 69 . Existen dudas de que los programas de cribado y
cáncer de próstata 74,76,95,96. No existe un nivel por debajo biopsias sistemáticas puedan detectar estos cánceres in-
del cual no se haya descrito un cáncer, existen casos con significantes. Sin embargo esto es poco probable, espe-
niveles incluso menores de 0,5 ng/ml. Los niveles supe- cialmente en los más jóvenes, y es probable que muchos
riores implican mayor riesgo de cáncer, espe.cialmente de cánceres detectados influyan en la morbimortalidad y re-
cánceres agresivos 92 • Un PSA normal no debe evitar pro- duzcan las expectativas de vida. Alrededor de 16 de cada
ceder a la biopsia si el tacto rectal o los hallazgos ecográ- 100 casos de cáncer de próstata detectados a través de un
ficos son sospechosos de cáncer8,84. cribado serán fatales si no se tratan 56.64.
En el año 2009 la AUA publicó nuevas conclusiones so- El cáncer de próstata en varones por encima de los 50
bre «las mejores prácticas» respecto al PSN4, teniendo en años en promedio necesita unos diez años para causar la
cuenta los resultados publicados en el interín en los estu- muerte. A estas edades otras etiologías también son causa
dios de screening ERSPC94 y PLC093 (ver Screening). La de mortalidad. Por este motivo muchos autores recomien-
AUA propone obtener un PSA basal a los 40 años (para dan un cribado anual con tacto rectal y PSA entre las
programar frecuencia de posteriores estudios) y no utili- edades de 50 y 75 años, y también sugi eren que el criba-
zar un valor umbral aislado para plantear la biopsia. Las do se realice solamente en varones razonablemente sanos
decisiones de biopsiar se adoptarán más bien teniendo en y que tengan una expectativa de vida de 10 años. Además,
cuenta el PSA, tacto rectal y factores adicionales como la el cribado debe realizarse solamente después de comen-
edad, antecedentes familiares, biopsia previa y comorbili- tar con el paciente los beneficios y limitaciones del criba-
dad es, PSA libre/total, velocidad PSA y densidad PSA. do y las consecuencias de los procedimientos diagnósticos
Además se informará a los varones sobre los riesgos y be- y terapéuticos 4.5,64,76,93. Los hombres en riesgo (afroameri-
=c: neficios del cribado para el cáncer y de las opciones de canos y aquellos con familiares próximos con cáncer de
'o una vigilancia activa frente a un tratamiento inmediat0 74 . próstata) deberán plantearse iniciar el cribado a los 40-
'0 Esta pauta resulta de difícil aplicación debido a que no 45 años. Finalizar el cribado con los 75 años se debe a
u
Q)
CJ) existe un punto de corte preciso o punto de activación, y la que se entiende que la longevidad media a los 75 es de
necesidad de biopsia se deja a la discreción del paciente y 10,8 años más, de forma que la detección y tratamiento
su médico. Otros grupos han publicado diferentes proto- del cáncer de próstata después de esa edad no es proba-
colos 87,93, pero hasta la fecha siguen pendientes sus reco- ble que aporte beneficios a la salud o longevidad 5. Se
mendaciones actualizadas 5. deberá considerar otras variables que aumentan la proba-
Se estám evaluando nuevos tests genéticos y molecula- bilidad de cáncer antes del cribado (edad, etnias, antece-
res por su capacidad de detectar y estadiaje del cáncer de dentes familiares, síntomas urinarios, PSA libre/total, PSA
próstata y pronto estarán disponibles para su uso clíni- y tacto rectal, biopsia previa negativa). Se dispone de mu-
C0 97 . En los últimos años se utilizaba la fosfatasa ácida pa- chos nomogramas que incluyen estos factores y permiten
ra detectar el cáncer de próstata, que solamente es anor- individualizar el riesgo de cáncer antes de la biopsia. Se
mal cuando el cáncer ya ha metastatizado. Ya no se utiliza pueden revisar buscando en internet bajo prostate can-
y se ha sustituido por completo por el PSA y pruebas de cer risk calculator96.1oo.
imagen como la gammagrafía ósea, TC y RM. Hasta la fecha, los beneficios sobre la salud y mortalidad
de los cribados de cáncer de próstata no se han podido
Screening determinar de forma incontestable mediante ensayos nu-
El propósito del cribado es detectar cáncer de próstata clí- merosos y randomizados. Los estudios sugieren que el
nicamente significativo en pacientes asintomáticos de cribado, combinado con tratamientos apropiados, puede
cualquier edad, con la intención de ofrecer un tratamiento mejorar los resultados. Un programa regional altamente
curativo que mejore el pronóstic0 4,68,69,76, Las herramien- especializado que se ha llevado a cabo en Austria y que
tas de cribado son el tacto rectal y el PSA, El cáncer de utilizaba un cribado agresivo con PSA y sus derivados,
próstata es asintomático en su etapa precoz y curable. Los ETR sofisticada y protocolos de biopsia y programas espe-
síntomas surgen cuando se ha extendido más allá de la cializados y específicos (sobre todo prostatectomía radi-
próstata y se ha hecho incurable. En la fase pre-PSA la ma- cal) redujeron la mortalidad del cáncer de próstata en un
yoría de los cánceres estaban ya extendidos más allá de la 59%, frente al 29% del resto de Austria 99 . Sin embargo,
próstata (estadio T3 o T4), y solamente eran ya posibles otros resultados en el interín del año 2009 de dos estu-
cuidados paliativos. La llegada del cribado con PSA ha su- dios de cribado numerosos (ERSPC y PLCO) ofrecieron
puesto una «migración» del estadio, en el sentido de que unos resultados conflictivos 101.
se detectan muchos cánceres de próstata en estadios más El European Randomized Study ofScreening for Prostate
precoces (TI y T2), cuando todavía es una opción el trata- Caneer (ERSCP) refirió sus resultados de 9 años 94 . El estu-
miento curativo12,50,68,98. dio reclutó 162.387 varones con edades entre 55 y 69
Sin embargo, existen controversias en torno al cáncer años, la mitad de los que fueron cribados utilizando PSA a
de próstata 68,98. El cáncer de próstata es sin duda una pa- lo largo de 4 años, con recomendación de biopsia para
tología clínica importante en la que los tratamientos pue- PSA mayores de 3 ng/ml. Los protocolos terapéuticos no
den evitar la enfermedad sintomática y la muerté 99 . Sin eran obligatorios. La incidencia de cáncer en el grupo cri-
embargo, es frecuente el cáncer microfocal de escasa rele- bado frente al control fue de 8,2/4,8%. El cribado supuso
vancia y hasta el 30% de los varones que fallecen por una reducción del 20% de mortalidad específica por cán-
cer de próstata (incluida la mortalidad relacionada con el para describir turnares que son impalpables y no visibles
tratamiento). Existía riesgo de sobrediagnóstico y sobre- con ETR, pero que se detectan en la biopsia de aguja, Se
tratamiento. La detección del cáncer en varones que ha- estima que un 85% o más de los cánceres TIc son clínica-
brían estado asintomáticos toda su vida se estimó en alre- mente significativos y se podrían beneficiar del trata-
dedor del 50%. Estimaron que sería necesario cribar a mient0 7S ,8S,107,
1410 nuevos varones y tratar 48 casos adicionales de cán- Los tumores en estadio T2 (antes B) son palpables co-
cer para evitar una muerte por cáncer de próstata. Estas mo un nódulo por tacto rectal y son cánceres confinados
proporciones son parecidas a las que se publican en los dentro de la próstata, habitualmente en la zona periférica. o
,..
programas de cribado de cáncer de pulmón o colon 4. As- Los tumores en el estadio T3 (antes CJ presentan una ex- o
tensión local fuera de los límites de la próstata y dentro de '3
pectos aun no resueltos son el análisis coste/beneficio, ~

los tejidos blandos periprostáticos (T3a) o vesículas se-


c.
continuas mejoras en el tratamiento del cáncer y aspectos C'O
C..>
de la calidad de vida relacionados con la investigación y el minales (T3b). Los tumores del estadio T4 (antes D) se
tratamient0 94 . fijan o invaden estructuras adyacentes distintas de las ve-
La American Prostate, Lung, Colorectal and Ovarian sículas seminales, como cuello vesical, esfínter externo,
(PLCO) Cancer Screening Trial refirió sus resultados de ca- recto, músculos elevadores y pared pélvica,
si 10 años 93 . Dicho estudio reclutó 76.693 varones con Con el estadiaje TNM el tumor local T se modifica con
edades de entre 55 y 74 años, la mitad cribados mediante una N (estado del ganglio) y M (metástasis a distancia no
tacto rectal y PSA anual (>4 ng/ml se consideró positivo). linfática) 104,10s, Los pacientes con estadios clínicos TI a T3
A los 7 años la detección del cáncer de próstata para los no presentan evidencia de enfermedad metastásica con
pacientes cribados/control fue de 116/95, lo que arroja otras técnicas de imagen (ETR, RM, gammagrafía ósea,
una tasa de detección del cáncer significativa de 1,22. Sin PET). Por desgracia estas otras modalidades muestran
embargo, la mortalidad específica del cáncer de 2,0/1,7 una gran variabilidad en la precisión para el estadiaje lo-
(ratio 1,13) por cada 10.000 personas/año no fue signifi- cal, que oscila entre el 50% y el 92%1,103,108,109, Muchos mé-
cativa, lo que sugiere que el cribado no proporcionó ven - dicos utilizan su propia referencia y acuden a calculadoras
tajas respecto a la supervivencia. Los problemas con el de estadiaje de internet, como el de Kattan (www,nomo-
estudio PLCO fueron que: 1) antes del reclutamiento, alre- grams,org), para estimar la diseminación extracapsular o
dedor del 45% de los hombres había pasado un cribado metastásica y asignar un pronóstico llO ' 112 , Se recomien-
con PSA y tacto rectal (o sea, muchos pacientes con cáncer dan otras modalidades de imagen para detectar metásta-
fu eron apartados del estudia), y 2) alrededor del 52% de sis a distancia y se puede recurrir a la gammagrafía ósea
los del grupo control estaban contaminados por tener con isótopos, Te o RM en cánceres con un PSA elevado
tests de PSA al margen del estudi0 93 . La consecuencia es (>10-20 ng/ml) o con histología agresiva (puntuación de
que no había un verdadero grupo control. Gleason de >6 o > 7) o con sospecha clínica de enfermedad
La clave no está en si hacer un cribado es efectivo para extracapsular a la palpación1,l09,
la detección del cáncer (lo es) sino si un cribado a toda la Además del estadiaj e clínico, la gradación anatomopa-
población puede hacer más daño que benefici0 lOl . Por tológica se realiza mediante el sistema de puntuación de
ello, deberá tratarse el tema de los riesgos y beneficios del Gleason, que analiza el aspecto microscópico de la dife-
cribado y el tratamiento se debatirá con el paciente antes renciación glandular y agresividad histológica, siendo el
de ofrecerle el cribado con PSA y la decisión de proceder grado 1 bien diferenciado y el grado 5 poco diferenciado,
o no será personal y debe asumirla el paciente 4,S.76,

Estadiaje y gradación anatomopatológica


El estadiaje tumoral y el grado anatomopatológico son ca-
racterísticas importantes que ayudan a establecer las ne-
cesidades y opciones terapéuticas y a determinar el pro-
nóstic0 6S , El estadiaje, o estimación de la diseminación T1 (antes A). T2 (antes B)
tumoral, se realiza siguiendo la clasificación tumor-node- - N o palpable - Palpable,
metástasis (TNM) de la American ¡oint Committee on Can- - Contenido
cer (AJCC), que tiene una aceptación internacional y la
capacidad de integrar la información clínica, la imagen y
la anatomía patológica102.lOs, El Staging Manual de la AJCC
de 2010 incorpora la puntuación de Gleason y el PSA en
su estadiaje, Anteriormente se seguía la clasificación de
Jewett y Whitmore 86,106 (Fig, 10-11 YTabla 10-1).
Los tumores en estadio T1 (antes A) no son palpables
clínicamente debido a que son pequeños, blandos o están T3 (antes C) T4 (antes O)
localizados en la parte anterior de la glándula, que no se - Extensión local - Metastásico
cápsula o SV
puede alcanzar mediante palpación, Este estadio se utili-
zaba anteriormente para describir cánceres detectados Figura 10- 11 Estadiaje actual del cáncer de prós-
microscópicamente en escamas obtenidas mediante RTUP, tata utilizando la clasific ación de tumor-nódul o-
Más recientemente se introdujo un estadio T1c adicional metástasis.
Muchos tumores no son anatomopatológicamente unifor-
Estadiaje del cáncer mes y muestran grados de Gleason distintos en distintas
de próstata de la American Joint zonas. La puntuación de Gleason se asigna determinando
Committee on Cancer el grado más dominante y el segundo más dominante y
Estadio Descripción añadiendo el segundo para obtener una puntuación de
Gleason entre 2 y 10 113 -115 • Las puntuaciones entre 1 y 6 se
Tumor primario (T) consideran bien diferenciadas; 7 moderadamente dife-
Clínica renciada y entre 8 y 10, poco diferenci ado. El pronóstico
TX No se puede conocer el tumor primario es peor para las puntuaciones más elevadas.
TO Sin evidencia de tumor primario
T1 Tumor clínicamente inexpresivo, ni palpable,
ni visible por imagen Tratamiento
T1a Tumor incidental como hallazgo histológico en e15% Una vez que se ha descubierto el cáncer y se ha estableci-
o menos del tejido resecado do que es clínicamente relevante y se entiende que es tra-
T1 b Tumor incidental como hallazgo histológico en más table para su curación, se dispone de múltiples opciones
del 5% del tejido resecado
T1 c Tumor identificado por biopsia con aguja
en función del grado, estadio y opciones del paciente. Has-
(p. ej. por un PSA elevado) ta la fecha no existe consenso sobre el tratamiento óptimo
T2 Tumor confinado a la próstata* para los cánceres más frecuentes y clínicamente localiza-
T2a Tumor que afecta a la mitad de un lóbulo o menos dos so • Las opciones terapéuticas pueden ser tratamientos
T2b Tumor que afecta a más de la mitad de un lóbulo,
ya establecidos, como la prostatectomía radical y la radio-
pero no a ambos lóbulos
T2c Tumor que afecta ambos lóbulos terapia (radioterapia con haz externo conformado y dosis
T3 Tumor que se extiende a través de la cápsula escalada y braquiterapia) y también técnicas emergentes
= T3a
prostáticat
Extensión extracapsular (uni o bilateral)
pero todavía no contrastadas, como la inspección activa,
crioterapia y terapias focales como los ultrasonidos de al-
T3b Tumor que afecta a las vesículas seminales
ta intensidad, ablación por radiofrecuencia, tratamiento
T4 Tumor fijo o que invade estructuras adyacentes distintas
de las vesículas seminales, como el esfínter externo, fotodinámico y haz de radiación externa altamente enfo-
recto, vejiga, músculos elevadores y/ o pared pelviana cado y braquiterapia «pulsada». Los varones con enfer-
Anatomía patológica (pT)t
medad avanzada pueden someterse a una espera vigilada
pT2 Confinado a un órgano (se sigue al paciente y se retrasa el tratamiento hasta que
pT2a Unilateral , la mitad de un lado o menos se produzcan los síntomas) o tratamiento paliativo 12 ,so,66.
pT2b Unilateral que afecta más de la mitad de un lado El control del cáncer con tratamientos quirúrgicos o
pero no ambos lados
médicos en varones con enfermedad limitada al órgano
pT2c Enfermedad bilateral
pT3 Extensión extraprostática en pacientes de bajo riesgo sobrepasa el 90% a los 10
pT3a Extensión extraprostática o invasión microscópica años, pero fracasa rápidamente en pacientes con enfer-
del cuello vesical§ medad de alto riesgo y más extendida so . Todos los trata-
pT3b Invasión de las vesículas seminales mientos se acompañan de importantes efectos secunda-
pT4 Invasión del recto, músculos elevadores,
y/o pared pelviana
rios con diversa trascendencia que pueden afectar de
forma importante la calidad de vida, como son la inconti-
Ganglios linfáticos regionales (N) nencia, disfunción eréctil y estenosis ureterales, además
Clínica de los propios problemas quirúrgicos. Los pacientes pue-
NX No evaluados los ganglios linfáticos regionales
NO No hay metástasis en ganglios linfáticos
den escoger un tratamiento determinado que dependerá
N1 Metástasis en ganglios regionales de la experiencia local y las complicaciones esperables.
Las elevadas tasas de curación y las supervivencias a largo
Patológica
pNX Ganglios regionales sin muestra
plazo han hecho que la calidad de vida sea un asunto im-
pNO No hay ganglios regionales afectados portante cuando se plantea el tratamiento SO ,62,63,66,1l6.
pN1 Metástasis en un ganglio regional La prostatectomía radical es el «patrón oro» del trata-
Metástasis a distancia~ miento y tiene la ventaja de la supervivencia sin enferme-
MO Sin metástasis a distancia dad frente al tratamiento expectante ll7 . Las tasas de cura-
M1 Metástasis a distancia ción en hombres con cáncer de bajo grado exceden el
M 1a Ganglios linfáticos no regionales 90%, pero se reducen en los grados y estadios más altos.
M1b Hueso
Por ejemplo, cuando están afectados los ganglios en la
M1c Otros puntos con o sin afectación ósea
prostatectomía radical, la supervivencia a los 10 años cae
• Tumor detectado en uno o ambos lóbulos mediante biopsia con aguja, aproximadamente al 15%. Se intentan evitar lesiones so-
pero no palpable o evidente mediante imagen, se clasifica como T1c bre el paquete vasculonervioso, cuando es seguro para el
tlnvasión del ápex de la próstata o dentro (pero sin sobrepasar la cápsu-
la prostática clasificado como T2 (no como T3) control del cáncer, para evitar problemas eréctiles y de
:j:No existe clasificación patológica T1 continencia (prostatectomía con ahorro nervioso). En
§Margen quirúrgico positivo debe indicarse como un descriptor R1 (en-
fermedad microscópica residual) manos experimentadas la continencia está conservada en
'liCuando exista metástasis en más de un sitio, se aplica la categoría más el 90% y la función eréctil en el 50%-90%, dependiendo
alta. pM1c es la más alta
De Edge S8, 8yrd DR, Greene FL, y cols ., AJCC Cancer Staging Manual.
de la edad del paciente. Como alternativas a la prostatec-
7th ed. New York: Springler-Verlag ;2010. tomía abierta retropúbica está la cirugía laparoscópica y
la cirugía robótica, que tienen unos resultados parecidos
en manos experimentadas, aunque la recuperación post- mapeo-ETR y RM a base de técnicas de definición tumoral
quirúrgica es más rápida 5o,66. con contraste, como la RM -espectroscopia 71 . Actualmente

--
Los dos abordajes con radioterapia son el haz externo y están en desarrollo dos nuevas estrategias: espera moni- ~
las semillas radioactivas (braquiterapia). La radioterapia torizada e inspección activa, con la intención de diferir el ~
con haz externo y dosis escalada conformada utiliza una tratamiento invasivo y evitar los efectos secundarios y un tIJ
imagen guía, normalmente tomografía computarizada posible sobretratamiento. Estos abordajes están dirigidos ...
'O
c..
(TC), para delimitar/conformar estrechamente el haz a la a hombres que no toleran el tratamiento y a aquellos con
próstata, Esto permite aumentar/escalar la dosis diana enfermedad clínicamente insignificante y de bajo volu- ....o
mientras que se minimizan los daños colaterales a órga- men, La «enfermedad clínicamente insignificante» se ha o
nos adyacentes. Normalmente los marcadores de referen- definido por Epstein y cols 11 9 con la aguja de biopsia como "3
:!::
C.
cia se insertan en la próstata con la guía de la ETR para un promedio de limitación del cáncer (afectación no ('ti

>50% del núcleo, todos los centros con menos de un Glea- O


mejorar la planificación y facilitar la representación vi-
sual del objetivo, A los 5 años están libres de recurrencia son 7 y menos de tres centros positivos) y una densidad
bioquímica (sin elevación del PSA) el 70%-80%. La fun- de PSA menor de 0,15 11 9 •
ción eréctil está conservada en casi el 50% y la continen- La espera vigilada se aplica a hombres con cáncer asin-
cia en el 80% de los pacientes 50,62, tomático, en los que no es probable que se beneficien del
La braquiterapia consiste en la colocación intraopera- tratamiento dadas las comorbilidades acompañantes. Se
toria de semillas radiactivas, normalmente yodo-125, en monitorizan hasta que presentan síntomas y entonces re-
la próstata, utilizando la guía de la ETR y una plantilla pe- cibirán cuidados paliativos, normalmente hormonas 5o ,
rineal. La colocación directa de semillas radioactivas en la Vigilancia activa (monitorización activa con intentos cu-
próstata permite unas dosis de radiación local más eleva- rativos) es un «fenómeno de la era PSA» cada vez más po-
das. La técnica está restringida a pacientes de bajo riesgo pular y que es casi exclusivo del cáncer de próstata. Parte
y con PSA menores de 10 ng/ml, puntuación de Gleason de la base de que muchos hombres con cáncer de bajo ries-
de 6 o menos y volumen glandular menor de 50 ce/mI. La go nunca sufrirán un cáncer y fallecerán de otras causas.
fun ción eréctil queda preservada en alrededor del 50% y Después de su diagnóstico inicial de enfermedad de bajo
la continencia en aproximadamente el 80% de los pacien- riesgo, se monitorizan de forma activa el PSA, tacto rectal,
tes, aunque son frecuentes la estenosis urinaria y la irrita- ETR y biopsias repetidas para detectar signos de progre-
ción intestinaI 50,62, sión antes de someterles a tratamiento. Se utilizan unos
No se ha podido establecer de forma categórica la efica- criterios estrictos para definir pacientes que cumplan crite-
cia para las siguientes técnicas emergentes 71 ,118: rios de bajo riesgo (PSA < 10 ng/ mI, Gleason :56, estadio
• Crioterapia. Las criosondas se introducen bajo control T1c o T2a, <50% de longitud de cualquier núcleo de biop-
ecográfico para marcar tejido mediante frío . El desarro- sia, > 3 núcleos de biopsia). Estos pacientes se monitorizan
llo de la «bola de hielo» se puede monitorizar mediante con regularidad con tactos rectales, PSA y biopsias repeti-
ecografía, das. Una progresión importante que precise tratamiento
• Ecografía enfocada de alta intensidad (HIFU): calien- se define como el rápido aumento del PSA (tiempo de du-
ta y destruye el tejido, El tratamiento se monitoriza me- plicación <2 años) y el aumento en el grado tumoral. En una
diante ecografía transrectal y más recientemente con serie con seguimiento de 7 años con este planteamiento, el
laRMN. 55% de los hombres seguían monitorizados, el 45% preci-
• Ablación térmica mediante radiofrecuencia. Las saron tratamiento, y la supervivencia del conjunto fue del
sondas de radiofrecuencia se insertan bajo control eco- 84% y la específica para la enfermedad del 99%50,120.122.
gráfico transrectal para calentar la próstata; el calor
puede monitorizarse con la RM, Papel de la ecografía transrectal
• Tratamiento fotodinámico. Los agentes fotosensibles En contra de lo que se pensaba inicialmente, la ETR no ha
son inyectados en la vena. Después dichos agentes se resultado imprescindible en hombres con sospecha de
activan con sondas láser insertadas en la próstata bajo cáncer (es decir, cribado, detección, guía para biopsia, es-
la guía ecográfica y la activación resultante crea unos tadiaje, monitorización de la respuesta al tratamiento). La
radicales químicos reactivos que destruyen el tejido experiencia ha demostrado que todas las modalidades de
dentro de la zona iluminada. imagen, como ETR, TC y RM, presentan ventajas y limita-
Estas técnicas pueden aplicarse de forma global a la ciones para explorar a estos pacientes 1,123.
próstata, pero actualmente se están considerando como Actualmente, la ETR cumple tres papeles principales en
tratamiento focal de tumores prostáticos. El tratamiento el cáncer de próstata: 1) dirigir la biopsia, 2) dirigir el tra-
focal es un intento de evitar el sobretratamiento y reducir tamiento, 3) medir el volumen. Como guía terapéutica
los efectos colaterales que se producen cuando se trata a permite la braquiterapia, inserción de marcadores de re-
hombres con enfermedad de bajo volumen y bajo riesgo. ferencia para dirigir la radioterapia con haz externo y dosis
En el 13%-38% de los varones, el cáncer de próstata es escalada, braquiterapia, crioterapia, termoterapia, abla-
sobre todo unifocal, y en hombres con enfermedad multi- ción por radiofrecuencia e HIFU 1. Las mediciones precisas
focal se considera que el nódulo dominante es importan- de la próstata son importantes para determinar lo ade-
te y es el que necesita el tratamiento, no los focos secun- cuado de la braquiterapia y para calcular la densidad del
darios . Las nuevas técnicas están en desarrollo para PSA, que se utiliza para el estadiaje, monitorización y se-
definir mejor la lesión primaria e incluyen la biopsia con guimiento de pacientes bajo vigilancia activa,
radamente precisa para el estadiaje, pero generalmente
PAPEL DEL ANTÍGENO ESPECÍFICO no tanto como la TC o RM. Todas estas técnicas pueden
DE PRÓSTATA (PSA) mostrar la extensión macroscópica y la afectación de las
• La combinación de tacto rectal y niveles de vesículas seminales, pero ninguna puede detectar de for-
ma segura la extensión microscópica y afectación ganglio-
PSA constituyen una referencia de manejo
nar. Como consecuencia, muchos médico? se basan en su
para la identificación del cáncer de próstata
perspicacia clínica o utilizan nomo gramas multifactoriales
• El nivel de PSA se asocia directamente con para el estadiaje (p. ej., Kattan, Partin), que incluyan el tac-
el riesgo tumoral del cáncer de próstata to rectal, PSA, Gleason y otras variables llo. ll2 . Sin embargo,
• No todos los cánceres producen PSA algunos médicos consideran una ETR concienzuda más
• Entre el 20% y el 40% de los hombres con precisa que el tacto rectal y las tablas 125 (Fig. 10-12).
ca cáncer clínicamente significativo tendrán Actualmente la monitorización del tratamiento se hace
c:
un nivel de PSA normal mejor con el PSA, que es un indicador más fácil y objetivo
E
o • El PSA puede estar elevado en patologías no del riesgo tumoral total y de la actividad neoplásica que la
'O ETR. Sin embargo, la ETR es excelente como guía para la
.o malignas
ca

-ca
,-
ca
'-
C)
o
CJ
• Las variantes del PSA se utilizan para
mejorar la previsión
- Densidad de PSA
- PSA específico para la edad
biopsia y también ayuda a dirigir el tratamiento, y estas
funciones han hecho que sea su principal aplicación en
hombres con sospecha de cáncer de próstata.

w - Densidad de PSA en la zona de transición Aspecto ecográfico

=c: - Velocidad de PSA


Ecografía en escala de grises
'o - Ratio de PSA libre/total En conjunto, el 50%-70% de los cánceres de próstata son
'0
u
Q)
visibles con la ETR. El aspecto típico es el de un nódulo
en hipoecoico en la zona periférica, que no se puede atri-
buir a causas benignas y que habitualmente se localiza en
ECOGRAFÍA TRANSRECTAL (ETR) y la zona periférica y abomban la cápsula 28,126'128. (Figs. 10-
CÁNCER DE PRÓSTATA 13, 10-14y 10-15). La sensibilidad de este hallazgo es pa-
recida al de la detección del cáncer con el tacto recta!, PSA
• En el momento actual, la ETR cumple tres y RM. LA TC no puede detectar el cáncer hasta que exista
papeles principales una importante distorsión glandular por crecimiento ex-
- Guía la biopsia tensivo del tumor.
- Guía el tratamiento La consecuencia es que el 30%-50% de los cánceres
- Mide volumen no son visibles con la ETR (Figs. 10-14 Cy 10-15,Ay B).
• ETR no es la técnica principal para la El aspecto normal de una ETR no implica la ausencia de
identificación del cáncer de próstata cáncer y no deben retrasar una biopsia sistemática si exis-
• Entre el 50% y el 75% de los cánceres de te una sospecha clínica de cáncer. Los pacientes con sos-
próstata son visibles con la ETR pecha clínica de cáncer de próstata no deben remitirse
• El aspecto clásico es el de un nódulo simplemente para ETR sino para ETR y biopsia.
hipoecoico en la zona periférica El aspecto ecográfico del cáncer de próstata se ha deba-
• Sólo alrededor de un 50% de las 50 zonas tido ampliamente. Los primeros investigadores conside-
raban de forma errónea que muchos cánceres de próstata
periféricas hipoecoicas son un cáncer.
eran hiperecoicos. En 1985 Lee y cols.126 demostraron de
forma convincente el aspecto hipoecoi co de un cáncer.
Otros confirmaron posteriormente que una proporción
considerable de los cánceres de la zona periférica eran
La mejor forma de cribado es mediante tacto rectal y hipoecoicos en alguna región28.123.127.129 (ver Figs. 10-13 a
PSA. Aunque la ETR probablemente sea tanto o más sensi- 10-15). La justificación patológica es la sustitución del te-
ble o que el tacto rectal o el PSA, es muy subjetiva, invasiva jido glandular laxo normal por una masa de células tumo-
y costosa para un cribado. El valor añadido de la ETR so- rales empaquetadas con menos superficies reflectantes y
bre el PSA + tacto rectal en la detección del cáncer en el por tanto menos ecos y aspecto hipoecoico. Los tumores
cribado es de alrededor del 5%124. Para el diagnóstico del que crecen por infiltración o que tienen una fuerte estruc-
cáncer se necesita la biopsia, y la mejor forma de realizar- tura glandular conservarán sus interfases tisulares y la
la es con la guía mediante ETR. El número de departamen- ecogenicidad y por tanto parecerán «isoecoicos»28.
tos que recurrían a la ETR para calcular el volumen y la Cuando se intentó correlacionar la ecogenicidad de las
densidad del PSA estaba disminuyendo, pero la PSAd neoplasias con la proporción de fibrosis estroma!, se ob-
vuelve a resurgir por su contribución como ayuda en deci- servó que las lesiones hipoecoicas tenían menos fibrosis
siones de vigilancia activa. estro mal que sus contrapartidas más ecogénicas. Igual-
La ecografía transrectal no se suele utilizar en el estadia- mente las lesiones hipoecoicas tendían a mostrar un as-
je para detectar afectación extracapsular. LA ETR es mode- pecto más agresivo que las lesiones isoecoicas 129 . Nuevas
....o
o
:;
:!:
a.
<ti
O

Figura 10-12 Estadiaje de un cáncer de próstata extendido. La ETR es casi tan precisa como la TC o RMN
para determinar la existencia de extensión extracapsular. A, Cáncer en estadio T3A de (r) que se ha extend ido
fuera de la próstata hasta el paquete vasculonervioso (flechas). Obsérvese la dificultad para diferenciar la extensión
tumoral por la irregularidad normal debida a los haces vasculonerviosos. e, Cáncer en estadio T3C (proyección parasagi-
tal) que se extiende (flechas) hasta las vesículas seminales (811 por encima de la próstata.

Figura 10-13 Cáncer de próstata; aspectos típicos. A, Nódulos hiperecoicos en la la zona periférica junto a
la cápsula que no pueden atribuirse a causa benigna (flecha). e, Corte anatomopatológico gigante de A, que
muestra una masa celular sólida homogénea de tejido (flecha), que refleja mal el sonido en comparación con la
próstata adyacente, que muestra múltiples interfases glandulares. C, Nódulo canceroso hipoecoico en la zona periférica
(r). Obsérvese también el nódulo de HBP bien delimitado en la zona de transición derecha (flecha). D, Corte gigante de C
para su correlación , que muestra una masa tumoral homogénea (r). Existe una segunda lesión pequeña en el lado derecho
(flecha gruesa). Obsérvense también el nódulo izquierdo y derecho de la HBP que se correlacionan con la imagen de la ETR
(flechas).
ca
(,)
'(3
'ca
...>-
~
o

ca
(,)
'S;
:Q)
a.
ca
t:
E
o
'O
Jl

-
ca
ca
,-
E
O')
o
(,)
w
=
c:
'o
'(3
o
QI
C/)

Figura 10-14 Cáncer de próstata; aspectos menos frecuentes, A, Pequeña lesión hipoecoica que queda total-
""'"......"..~ mente por dentro de la zona periférica (flecha); se demostró que se trataba de un cáncer. Tacto rectal negativo y
~ PSA ligeramente elevado. B, Doppler potencia de A que muestra una mayor vascularidad (flecha) en la región del
nódulo. C, Lesión pequeña «en punta de iceberg» visible posteriormente en el lóbulo derecho (T). El cáncer rellena casi
todo el lóbulo derecho (flechas blancas y negras). La mayor parte de este tumor es isoecoica y por tanto no visible en la
escala de grises. Se debe tener presente que el cáncer de próstata suele ser multifocal y mayor que la lesión que se mues-
tra con ETR. D, Doppler potencia que muestra una zona grande anormal de hipervascularización que afecta no sólo a una
lesión hipoecoica periférica pequeña, sino también a gran parte de la zona de transición (flechas); PSA = 265 ng/ml; Pun-
tuación de Gleason 7/10. E, Cáncer multifocal que afecta tanto al lóbulo derecho como al izquierdo; uno hipoecoico y el
otro isoecoico. El tacto rectal fue negativo. PSA = 4,5 ng/ml con una ratio del 14% libre/total de PSA. En el lóbulo izquierdo
existe una zona sospechosa anterior (flecha). El lóbulo derecho parece muy normal y libre de lesiones. En la biopsia ambos
lóbulos tenían un cáncer Gleason 6/10.

investigaciones sugieren que la ecogenicidad varía con la respuesta desmoplástica del tejido glandular circundante
existencia de glándulas tumorales con luces ensanchadas frente a la presencia del tumor o con la infiltración de la
y también con las glándulas prostáticas residuales y el es- neoplasia en una HPB con el trasfondo de calcificaciones
troma 130 • degenerativas preexistentes 131 .132 . Pueden ser ecogénicos
Se ha descrito el cáncer hiperecoico pero es raro. En cánceres de tipos histológicos infrecuentes, como el pa-
cánceres grandes, el aspecto puede relacionarse con una trón cribiforme y la comedononecrosis con calcificaciones
fo cales. Las calcificaciones asociadas a comedonecrosis glándula prostática circundante (Figs. 10-14, Cy 10-15,A).
son diminutas y se comportan como cristales por ser muy Cuando existe, el tumor isoecoico se puede detectar sola-
ecogénicas, más que las calcificaciones distróficas. En la mente si existen signos secundarios, como asimetría glan-
ecografía son llamativas y muestran un centelleo, lo que dular, abultamiento capsular y zonas de atenuación 133 .
les da el aspecto de «cielo estrellado» (Fig. 10-15, C) 133. Esto suele ser cierto en los cánceres en la zona de transi-
Unos pocos cánceres extendidos muestran un aspecto hi- ción (Figs. 10-14, Ey 10-15, D).
perecoico, probablemente como consecuencia de la infil- Cuando el tumor sustituye toda la zona periférica, con fre-
tración por la neoplasia de una HPB. La biopsia de la le- cuencia se hace menos ecogénico que la glándula interior, o
,....
sión hiperecoica con guía ecográfica es la única forma de justo lo contrario de la relación ecográfica normal. Cuando o
'3
demostrar que la lesión que se observa es una neoplasia. toda la glándula se sustituye por tumor, sobre una HPB, la ~
c.
Un número importante de cánceres de próstata, alrede- glándula será difusamente heterogénea (Fig. 10-15, B). ClI
O
dor del 30%, resulta difícil o imposible de detectar con Solamente el 50% de las zonas hipoecoicas con cánce-
ETR debido a que son iso ecoicos y no contrastan con la res 135 • Otras causas benignas de zonas hipoecoicas que se

~ Figura 10-15 Cáncer de próstata: otros aspectos. A, Cáncer avascular casi isoecoico e impalpable. El tacto
~ rectal fue normal; PSA de 6,08 ng/ml y la ratio libre/total del 12 %. La ETR fue sólo ligeramente sospechosa para
- cáncer en el izquierdo (flecha). La biopsia mostró un cáncer Gleason 7/10 en el lado derecho indetectable por
ecografía y que afectaba al 25% del tejido. En el lado izquierdo donde existe una lesión visible (flecha) la biopsia mostraba
sólo un 15% de cáncer. Esto resalta la necesidad de hacer tanto una biopsia sobre un objetivo concreto como sistemática.
B, Doppler potencia que muestra una señal casi indetectable a pesar de un cáncer bilateral extenso. Alrededor del 80%
de los cánceres muestran una vascularidad aumentada. La potente señal anterior del Doppler color es un artefacto (A) por
la calcificación. C, Cáncer extenso con «cielo estrellado» debido a una comedonecrosis dentro del tumor. El nódulo ma-
ligno se extiende a través de la zona periférica desde la derecha a la izquierda (entre cursores). A la derecha, los acúmulos
calcificados son cuerpos amiláceos normales (cabeza de flecha). A la izquierda las densidades tienen un carácter distinto:
pequeñas, más esparcidas, redondeadas y muy ecogénicas y «centellean» como prueba de movimiento (flechas). Todo ello
es muy sugestivo de comedoconecrosis intratumoral. D, Cáncer aislado en la zona ·de transición visible como un abulta-
miento hipoecoico amorfo en la zona de transición derecha (flechas). El tacto rectal fue negativo. La biopsia para investigar
un PSA de 12 ng/ml mostró un cáncer Gleason 6/10. E, Lesión en la zona periférica hipoecoica típica. La biopsia mostró un
cáncer Gleason 8/10 (flecha). F, Doppler potencia que muestra una vascularidad realzada en la lesión (flecha). G, Elasto-
grafía de la misma lesión (flecha) de F, que muestra color azul en la lesión, que implica tejido rígido.
detectan en la próstata son un músculo del esfínter inter- Existen errores con la imagen de Doppler. No todos los
no normal, hipe rpla si a, prostatitis, quistes, hematoma, cánceres son vasculares. La ausencia de vascularidad no
vasos y una ectasia glandular benigna 28 . debe evitar una biopsia en un nódulo que por lo demás sea
Afortunadamente, el 70% de los cánceres de próstata sospechoso 139 (Fig. 10-15, B). La cápsula de la próstata es
surgen de una zona periférica homogénea, que también muy vascular, especialmente en la base y ápex, y puede si-
tiene una textura ecográfica muy homogénea, y frente a di- mular neovascularización en manos de un explorador inex-
cha textura el cáncer resulta más fácil de detectar. Alrede- perto. Las calcificaciones prostáticas y los cuerpos amilá-
dor del 20% estarán en la zona de transición 14•136 donde ceos ocasionan un importante artefacto con el Doppler y
los cánceres de próstata resultan muy difíciles de detectar pueden impedir estudios diagnósticos (ver Fig. 10-6, D).
frente a un trasfondo heterogéneo y vascular variable de
hiperplasia 27 . Los signos que apoyan un cáncer en la zona Ecografía con medios de contraste
de transición son la identificación de áreas hipoecoicas mal Actualmente se investiga el uso de medios de contraste
delimitadas, que parecen diferentes de otros nódulos de con micro burbujas. A diferencia del Doppler convencio-
HPB, y la pérdida focal de cápsula quirúrgica. En ocasiones nal, el realce vascular del contraste permite la detección
los tumores abomban de forma asimétrica la cápsula 108 . de microvasos 135 • Se han utilizado la densidad vascular y
Un cáncer que es especialmente difícil de detectar es el el tiempo hasta el realce pico. Se ha conseguido incre-
tumor de la línea media anterior, que está en el área fi- mentar la detección tumoral y posiblemente la detección
bromuscular anterior a la uretra, debido a que queda lejos de tumores con puntuaciones de Gleason altas, pero tam-
de la sonda y la uretra está interpuesta. Los tumores de la bién se ven falsos positivos, especialmente en las prostati-
línea media anterior son también difíciles de biopsiar. Ha- tis. Se ha utilizado como premedicación el dutasteride
bitualmente la biopsia sistemática de la zona de transi- (Avidart), que reduce el tamaño prostático y suprime la
=c:
-o
ción no recogerá una muestra adecuada, ya que quedan
en una localización demasiado anterior y también porque
vascularidad con cierto éxito, mejorando la visi bilidad de
neovascularización que no responde. En la actualidad se
'0 se evita deliberadamente la uretra durante al biopsia. Los estudian medios de contraste y burbujas marcadas que se
oCI)
ti) cánceres de la línea media anterior pueden hacerse muy ligan a tejidos específicos. En el momento actual el realce
grandes antes de su detección. Es necesario acordarse de con contraste está en fase de investigación 136,138'140,142.
explorar esta zona durante la exploración con la ETR y se- Cuando se evalúan nuevos abordajes, el lector debe
rá útil recurrir a la RM para la detección de estos tumores acordarse de establecer el valor añadido o aportación de
anteriores 137 . cualquier nuevo abordaje comparado con la ETR-escala
de grises y biopsia dirigida y no sólo con los resultados
Imagen en Doppler color y potencia aislados de nuevos abordajes.
Se ha evaluado la imagen con Doppler para la detección de
la neovascularización asociada con el cáncer. Este plan- Ecografías tridimensionales
teamiento es especialmente atractivo para detectar un Se ha evaluado la ecografía tridimensional (3D), y puesto
cáncer isoecoico, ya que los estudios anatomopatológicos que depende de la ecografía bidimensional, en general no
muestran cánceres con aumento de su densidad micro- aporta mejoras para la detección del cáncer. Pero puede
vascular 136· 138 . (Fig. 10-14, By D). Se ha utilizado tanto el aportar pequeñas mejoras en el estadiaje del cáncer138 . La
Doppler color con sus imágenes de flujo como el Doppler imagen 3D tiene cierta importancia cuando se requiera
potencia, que es entre 3-5 veces más sensible, pero pare- determinar de forma precisa el volumen para monitorizar
cen tener una sensibilidad parecida. 137 Los resultados han los cambios en el tamaño glandular. Los dispositivos 3D
permitido un aumento de tan sólo un 5%-17% en las de- comercializados para la biopsia son el TargetScan y Per-
tecciones de cáncer respecto a la escala de grises 9.136,138. cuNav. El Target Scan es una unidad de ultrasonidos espe-
Los nódulos hipo ecoicos sospechosos, que también son cializada que incorpora un canal de biopsia en la sonda y
avasculares, tienden a ser unos tumores mayores y con utiliza una aguja flexible exclusiva: permite la segmenta-
puntuaciones de Gleason más altas en la biopsia 136,139. La ción volumétrica y computa puntos para la biopsia para
vascularidad puede estar aumentada en patologías no permitir un patrón de muestra de biopsia más uniforme y
malignas como la inflamación (ver Fig. 10-9, B). No existe repetible 143 . Ha demostrado su utilidad en pacientes que
un beneficio neto derivado del uso del Doppler color en la necesitan un mapeo tumoral preciso antes de tratamiento
zona de transición, ya que los nódulos de HPB pueden ser focal. El PercuNav se utiliza a mano alzada y en el movi-
desde hipo a hipervasculares. miento de la sonda se sigue utilizando métodos electro-
El Doppler parece ser sensible a la posición del pacien- magnéticos. Tales dispositivos pueden facilitar una CEUS/
te. Un grupo ha demostrado que el lado declive de la prós- RM con registro/fusión precisa y ayuda como guía de
tata parece más vascular que la parte superior y se reco- biopsia en pacientes con ETR negativo en los que la RM
mienda que la exploración se realice en posición supina 25 . detecta una lesión que requiere biopsia o cirugía. El Per-
Nuestra experiencia es la contraria, el lado craneal se cuNav puede utilizarse en cualquier órgano.
muestra más vascular. También preferimos utilizar el mo-
do Doppler, que es más sensible para la detección de flujo, Elastografía
da más información en pantalla sobre la densidad vascu- La elastografía está en proceso de evaluación; genera un
lar y unas imágenes que son más estables con diversos mapa codificado de color de la «rigidez» tisular (módulo
parámetros del equipo(ver Fig. 10-5). elástico). Algunos tumores de próstata presentan una
densidad celular aumentada, lo que conduce a cambios en las seminales, con una sensibilidad del 23%-80%, pero
la elasticidad del tejido y a su rigidez, que puede ser apta una alta especificidad del 81%-99%1. De nuevo, y dadas
para su detección mediante «imagen de tensión». Cuando las amplias variaciones en los resultados publicados, mu-
la próstata se deforma ligeramente por la presión suave chos médicos se basan en su propio criterio clínico o con-
de una sonda controlada a mano, las zonas de diferente sultan nomogramas (p, ej" Partin, Kattan)1l0,112.
sensibilidad/rigidez de la próstata se registran con distin-
tos colores. Los tumores tienden a ser más rígidos que el
teji do benigno. Se pueden localizar las zonas que contie- o
.,..
BIOPSIA GUIADA POR ECOGRAFíA
nen un cáncer, pero en realidad la detección global es pa- o
recida o ligeramente mejor que con la biopsia sistemática, "3
~
Q.
pero esta técnica no puede utilizarse para evitar la biop- La biopsia de próstata y el diagnóstico del cáncer han ex- CtI
()
sia. En casos de inflamación crónica y atrofia se ven falsos perimentado una gran revolución con la guía mediante
positivos. La experiencia personal me ha demostrado que ETR y la pistola de biopsia. Estas dos aportaciones permi-
actualmente la elastografía es subjetiva y tiene una curva ten unas biopsias seguras y efectivas y probablemente
de aprendizaje larga, con unas imágenes difíciles de re- sean responsables del creciente interés en el cáncer de
producir10.136.144. (Fig. 10-15, E-G). Las nuevas técnicas que próstata. El abordaje dirigido mediante ETR ha sustituido
utilizan ondas de sonido para tensión tisular están en fase a los abordajes transrectales dirigidos con el dedo «ciego»
de desarrollo para evitar las variaciones vistas con la o las tradicionales transperiton!;!ales. Prácticamente todas
compresión manual. las biopsias dirigidas mediante ETR se realizan por vía
transrectal (Fig, 10-16, A). Muchos investigadores han
Resumen descrito sus experiencias 1,21.
Una ETR concienzuda, que permita detectar nódulos hi-
poecoicos y dirigir la biopsia, sigue siendo el pilar funda- Preparación
mental para el diagnóstico de cáncer mediante ecogra- La biopsia de próstata se realiza habitualmente en un en-
fía l,84,145, Se investiga y parece prometedor conseguir un torno ambulatorio y requiere una mínima preparación del
realce adicional. Pero hasta la fech a aumenta considera- paciente 20 ,147. La experiencia ha demostrado que lo mejor
blemente su complejidad y el tiempo de la ecografía y tan es programar y preparar al paciente para la ETR y biop-
sólo ha proporcionado leves mejoras en la detección del siar en la misma visita (frente a dos visitas). Si la ETR
cáncer respecto al estudio en escala de grises 84,145. En el muestra una causa benigna de los hallazgos clínicos, la
momento actual, en los casos complejos, como aquellos biopsia puede retrasarse.
que presentan múltiples biopsias negativas con el PSA en Se obtendrá el consentimiento informado. Algunos re-
aumento, se puede obtener la información de forma más comiendan el uso de enemas de limpieza antes de realizar
fiab le utilizando una RM con bobina endorrectal y apli- la biopsia. Se administra un antibiótico de rápida absor-
cando mejoras en el procesado l, El único aspecto que se ción y amplio espectro, habitualmente una quinolona co-
mantiene es el uso de la ETR para la biopsia de lesiones mo el ciprofloxacino, una dosis una hora antes y durante
observadas en la RM solamente. Estos aspectos se resuel- varios días después de la biopsia21.150. Sin embargo, la re-
ven mediante técnicas de ETR/RM y co-registro/fusión y sistencia antibiótica va en aumento, y alrededor de la mi-
biopsia guiada por RM. tad de las complicaciones infecciosas se deben al E. eolí,
El estadiaje para establecer la extensión local extracap- que se ha hecho resistente a la ciprofIoxacino lSl ,
sular en los tejidos periprostáticos o vesículas seminales Los pacientes que toman tratamiento anticoagulante
sigue siendo imperfecto en todas las modalidades, inclui- (aspirina, AINE, clopidogrel, warfarina)149 no deben hacer-
dos el tacto rectal, ETR, TC y RM, Los hallazgos en la ETR se la biopsia hasta que estos fármacos se hayan interrumpi-
que son sospechosos de extensión extracapsular son el do varios días, dependiendo de cada fármaco, La aspirina
abultamiento capsular, distorsión, aspecto angulado del es un tratamiento frecuente en el grupo de edad con cáncer
borde lateraP08,147 y también un nódulo hipoecoico con de próstata, Incluso una dosis de 81 mg bloquea de forma
una longitud mayor de 23 mm y con base en la cápsula 148 irreversible la función plaquetaria durante 7-10 días. Es un
(ver Figs. 10-7, A Y 10-12, B). Los signos de invasión de la tema controvertido y algunos autores sugieren que el tras-
vesícula seminal son el abultamiento posterior en la base torno de coagulación inducido por la aspirina no es tan gra-
de la vesícula o la asimetría en las ecogenicidad de las ve- ve como para impedir una biopsia segura152-lSS , Puesto que
sículas seminales, especialmente cuando se asocia a zonas pueden surgir complicaciones hemorrágicas después de la
hipoecoicas en la base. Estos hallazgos son muy subjetivos biopsia de próstata, será difícil una defensa medicolegal de
y su valor predictivo positivo es de alrededor del 50%- un procedimiento electivo que se realiza con el conoci-
63%. En general, aunque se puede sospechar la extensión miento de que se está tomando un anticoagulante. Se pue-
en algunos casos, los hallazgos no son suficientemente fia- de recomendar el acetaminofen en hombres que necesiten
bles para dirigir de forma segura el tratamiento del pa- analgesia para patologías como la artritis, ya que no es an-
ciente. Una ventaja de la ETR es que se puede realizar el ticoagulante. Lo mejor es que dicho cambio lo indique el
estadiaje con biopsia para confirmar la extensión extra- médico que remite al paciente, Se confirmará una coagula-
capsular o la invasión de las vesículas seminales. La RM ción normal con un índice internacional normalizado (INR)
también ofrece una precisión variable: 54% a 93%. La RM menor de 1,5 antes de la biopsia. Los pacientes con otras
parece más efectiva para excluir la invasión de las vesícu- coagulopatías deben visitar al hematólogo.
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Figura 10-16 Técnica de la biopsia de próstata, A, Dia-


grama que muestra la técnica de guía con ETR. B, «Pisto-
la de biopsia» desechable. e, Mecanismo de fu nción de la
aguja. 1, aguja cerrada avanzando hacia la lesión , 2, al activar, el
estilete recubierto interno entra en la lesión. 3, la vaina exterior
avanza y corta y recoge la muestra. D, Biopsia de aguja como la
utilizada en la ETR (flechas). Se observa la línea de puntos hacia el
objetivo (*). T, tumor. E, Cáncer recidivante de próstata en el lugar
anatómico después de una prostatectomía radical. La lesión (fle-
chas negras) está en posición caudal de la pelvis por detrás de los
huesos del arco púbico (flechas blancas) y rodean la uretra (U).

La biopsia se evitará durante las infecciones urinarias. para ahorrar tiempo y examinar la próstata. Ya se ha decidi-
El médico debe esperar 4-6 semanas después de que ha- do biopsiar, de forma que solamente falta establecer los de-
yan desaparecido los síntomas y confirmará las sensibili- talles del objetivo que se va a biopsiar3,21. Se dispone de di-
dades a los antibióticos para determinar una profilaxis versas sondas y guías (Fig, 10-16; ver además Fig. 10-7).
adecuada para la biopsia. Ya no se aconseja en pacientes Ching y cols. 22 refirieron recientemente que las sondas de
con cardiopatía valvular la profilaxis para la endocarditis visión distal/guías proporcionaban mejor muestreo que
en procedimientos genitourinarios como la biopsia de los dispositivos de visión lateral. Las guías electrónicas di-
próstata, aunque se sigue recomendando en procedimien- rigen el camino de la guja (Fig. 10-16, D).
tos dentales 156 . La anestesia local reduce las molestias de la biopsia. Lo
habitual es utilizar 5-10 cc de Iidocaína al 1 % (Xylocaína)
Técnica sin epinefrina inyectada bien en los paquetes neurovascu-
Los pacientes descansan en posición de decúbito. Se realiza lares o en la base de la próstata o, más fácil, en la propia
un tacto rectal antes de la inserción de la sonda para palpar glándula en la zona de la biopsia 3,21 . Con las inyecciones
la próstata y confirmar que la inserción de la sonda es segu- directas en la glándula la anestesia es casi instantánea en
ra. Nosotros insertamos la sonda con la aguja guía ya fijada la mayoría de los pacientes. Se ha propuesto un gel anes-
tésico. Algunos pacientes sienten dolor a pesar de aneste- Efectos secundarios y complicaciones
sia local; se debe disponer de acetaminofen para su uso Son frecuentes unos efectos secundarios menores, como
después de la biopsia. el sangrado en la orina, heces y esperma y se observan en
La pistola automática de biopsia con agujas de 18 g la mayoría de los pacientes sometidos a biopsia transrec-
tiene una gran aceptación por los pacientes y es segura 153 . tal. Este sangrado menor dura sólo unos pocos días pero'
La mejor forma de realizarla es por un solo médico que puede continuar durante varias semanas. El líquido eya-
controle tanto la sonda como la pistola. Con la pistola em- culado puede mantenerse decolorado durante meses. Las
plazada en su sitio, la aguja se «aparca» en la guía, des- complicaciones de la biopsia prostática que requieran in- o
,....
pués de cerciorarnos de que la punta está segura dentro tervención médica son relativamente pocas, menos del o
de la guía. La sonda y la aguja contenida se mueven hacia 1 %-2%, al margen de la modalidad de guía, tamaño de "3
.t::
C.
el objetivo utilizando la línea obj etivo (Fig. 10-16, D). Un aguja o abordaje21.153.155. Destacan la sepsis, hematomas IV
()
simple y rápido movimi ent o avanza la pistola y punta de grandes, retención urinaria y un sangrado rectal impor-
la aguja hasta la superficie de la lesión. Una vez que alcan- tante. Con el uso de antibióticos profilácticos las compli-
za la posición, el dispositivo se activa y la aguja avanza caciones sépticas que requieren tratamiento son de alre-
aproximadamente 2-3 cm. Inicial mente el estilete interior dedor del 1 %. La sepsis puede aumentar rápidamente en
avanza para cortar el núcleo del tej ido y lo engancha en la gravedad hacia un shock séptico. Es preciso advertir al
cámara biselada de la aguja interior (Fig. 10-16, e y D). paciente que deberá buscar ayuda médica rápidamente si
Primero recogemos muestras de zonas sospechosas, por empieza a notar fiebre o malestar. Se consultará al espe-
si el paciente no pudiera tolerar el procedimiento comple- cialista en infecciosas como ayuda para la elección del an-
to, y terminamos con muestras sistemáticas. Se evitará la tibiótico en hombres que necesiten repetir la biopsia pero
biopsia a través de la uretra, esfínter interno y conductos hayan tenido infección en una biopsia previa. La siembra
eyaculatorios ya que pueden ocasionar un sangrado ure- tumoral es prácticamente desconocida.
tral considerable y potenciales lesiones sobre estas es- Alrededor del 1%-6% de los pacientes presentan una
tructuras. Cuando se ha finalizado la biopsia se retira la reacción hipotensiva de perfil vasovagal después de la
sonda, se palpa la zona en busca de hematomas y, si exis- biopsia. Puede ocurrir incluso 30-60 minutos después de
ten, se aplicará presión con el dedo durante aproximada- la técnica 153 . Cursa con palidez, sudoración, náuseas y vó-
mente un minuto para ayudar a que se detenga el sangra- mitos, y con frecuencia con bradicardia de 50-60 latidos/
do. Después de la biopsia dejamos al paciente durante una min y marcada hipotensión asociada. La mayoría de los
hora en observación, los primeros 20 minutos en supino y hombres se recuperan espontánea y rápidamente con el
el resto del tiempo sentado. Esto ayuda a evitar proble- reposo, aunque rara vez pueden necesitar atropina intra-
mas ocasionados por el inicio tardío de complicaciones venosa. Nosotros dejamos a nuestros pacientes en la clíni-
vasovagales. ca durante una hora después de la biopsia para evitar pro-
La citología con y sin guía con ETR se ha hecho en el blemas con estas reacciones hipotensoras vasovagales.
pasado, pero se producen falsos positivos y falsos negati- La biopsia no debe tomarse jamás a la ligera. Algunos
vos y no es posible la puntuación de Gleason 65 • pacientes han precisado hospitalización prolongada y

Inicial Extendida
10 núcleos + objetivos concretos 13 núcleos

~ Figura 10-17 Lugares de biopsia vistos de frente desde la cara posterior de la próstata. La imagen de la iz-
t.......,....~ quierda ?
~uestra los 10 puntos d~ biopsia está~dar. S, sext~nte , L, lat~ral «cu~r~o anterior». Se obtienen mues-
~ tras adiCionales de cualqUier leslon que sea eVidente ademas del patron slstematlco (+). La imagen de la derecha
m uestra un patrón extendido típico de las biopsias; en este caso un patrón de 13 núcleos. Además de los puntos del sex-
ro
tante (S), las muestras se toman de las zonas periféricas laterales (L), en profundidad de la zona de transición anterior y
d e la zona periférica en la línea media (M) en la base, craneal al verumontanum.
existen casos publicados de pacientes que han fallecido En la primera sesión, se recogen primero biopsias de
por complicaciones relacionadas con una biopsia21. las zonas vasculares o hipoecoicas sospechosas, seguidas
de un patrón sistemático de 10-12 centros. Existen ligeras
Indicaciones variaciones entre diversos autores3,21 (Fig. 10-1 7). Lo ha-
Existen indicaciones tanto para las biopsias iniciales co- bitual es que se obtengan las muestras de la zona periféri-
mo para las posteriores en el estudio de un cáncer. ca en la base, zona media y ápex de la glándula y tanto
medial como lateralmente en cada lóbulo. Muchos resal-
Biopsia inicial tan la necesidad de recoger muestras laterales, especial-
La biopsia se realiza en pacientes con la sospecha clínica mente de los «cuernos anteriores» (la parte de la zona
de cáncer cuando los resultados van a modificar el trata- periférica que se curva hacia delante y que es importante
miento posterior. Las indicaciones son las siguientes: para buscar nódulos hipoecoicos)16o. Este planteamiento
ca l. Tacto rectal anormal debe suponer una tasa global del 30%-60% de biopsias
1:
2. PSA de 10 ngjml o más (algunos autores recomiendan positivas y alrededor del 60+% de rendimiento para lesio-
E reducir el criterio de PSA a 4 o incluso a 2,5 ngjml) nes que son sospechosas en la ecografía84.
o
'O 3. Nódulo visible en la ETR
.o
ca 4. Velocidad de PSA excesiva Biopsia repetida
ca 5. Escamas positivas en la RTUP La biopsia se repite cuando es necesario, utilizando un
ij:
ca 6. Hombres con adenocarcinoma metastático con un pri- patrón de muestras más extenso en las siguientes situa-
"-
en mario no identificado. ciones:
o
o El número de muestras y las ubicaciones de la biopsia l. Biopsia inicial negativa, pero se mantiene una alta sos-
w prostática que se deben recoger en una biopsia prostática pecha de cáncer. (Nódulo palpable, PSA > 10 o que si-
es un tema controvertido. Inicialmente se pensaba que sólo gue aumentando).
e debían recogerse muestras de zonas sospechosas. Se des-
'0 2. Biopsia inicial con histología sospechosa y que puede
'uo cubrió pronto que sólo alrededor del 50% de las zonas hi- conducir a un tratamiento radical (alto grado de NIP,
Q)
ti) po ecoicas presentaban cáncer y que el cáncer estaba pre- células atípicas, cáncer microscópico).
sente en zonas de la próstata de aspecto normal. Esto llevó 3. Seguimiento de hombres con vigilancia activa.
a una biopsia sextante (seis centros) «diana más sistemáti- Dado que alrededor del 30%-40% de los cánceres no
ca»135.157 . Después se ha propuesto un número creciente de son visibles en la ETR, existe la posibilidad de que las
centros, ya que alrededor del 30% de los cánceres se pier- muestras iniciales no recogieran el cáncer y es razonable
den por la biopsia sextante. Se considera apropiado entre repetir la biopsia. Si los resultados iniciales fue ron negati-
10-12 núcleos en la primera visita 3,21,158. vos, pero el PSA sigue subiendo, nosotros repetimos gene-
ralmente al año. Si la histología inicial es una neoplasia
intraepitelial de próstata (NIP), son células atípicas (pro-
liferación acinar pequeña atípica = ASAP) o cánceres mi-
INDICACIONES PARA LA BIOPSI croscópicos, repetimos la biopsia a los 3 meses, ya que
DE PRÓSTATA* estas lesiones presentan una mayor asociación, que ronda
BIOPSIA INICIAL el 30% con cánceres importantes 21,158,161,162. En nuestras
• Tacto rectal anormal manos, en el año 2008, de 968 varones que fue ron some-
tidos a una primera biopsia encontramos cáncer en el
• Elevación no explicable del antígeno próstata-
50%, cánceres microscópicos en el 2%, NIP en el 10% y
específico (PSA) ~
ASAP en un 4%. Por tanto, a un 16% de los varones se les
• Ecografía transrectal anormal pedirá que vuelvan para una biopsia de seguimiento (da-
• Velocidad de PSA excesiva tos no publicados).
• Escamas positivas en la resección de próstata A partir de la tercera biopsia el rendimiento disminuye
• Adenocarcinoma metastásico con primario y muchos laboratorios cambiarán a seguimientos de 1 a 2
desconocido años. Las tasas de detección del cáncer en biopsias repeti-
das son 1:22% a 38%; 2:10%; 3:5%, y 4:4%.21,163
BIOPSIA REPETIDA
Las biopsias repetidas utilizan un patrón más extenso
• Biopsia inicial negativa, persiste alta sospecha
de muestras l62,164 (Fig. 10-17). Se han evaluado los lugares
clínica
que se pasaron por alto en primeras biopsias 165 y se ha
• PSA mayor de 10 ngjml o aumentando propuesto a partir de dichos datos realizar biopsias ex-
• Histología inicial sospechosa (alto volumen de tendidas 3,21,158. Hemos observado que era muy efectivo un
NIP, células atípicas, microcáncer) patrón de 13-15 núcleos siguiendo el modelo de Babaian
• Seguimiento de varones bajo vigilancia activa y cols. 162. Se obtienen muestras de cada lóbulo: zona peri-
férica lateral (dos núcleos), zona periférica medial (3 nú-
*Para investigar el cáncer en cualquier paciente en el que
la información anatomopatológica pudiera alterar el cleos = puntos sextantes) y zona de transición (1 núcleo),
manejo y en quien la biopsia puede realizarse de forma así como un núcleo de la línea media en su base. En con-
segura. junto se obtienen 13 núcleos y el rendimiento del cáncer
NIP, neoplasia intraepitelial de próstata con la biopsia repetida pued'e alcanzar un valor tan alto
como de un 40% en pacientes de riesgo. La mayoría de los
cánceres se detectan en los lugares originales del sistemá- cha situación muchos urólogos se deciden actualmente
tico, con una discreta contribución adicional por la zona de por la radioterapia del lecho prostático y pelvis y no con-
transición y línea media 162 . Si las biopsias extendidas repe- fían en la biopsia. Si se necesita una prueba histológica
tidas son negativas, pero se mantienen las sospechas (PSA antes del tratamiento, se recurre a la ETR con biopsia
en aumento) utilizamos la RM como ayuda para localizar para evaluar el lugar anatómico en busca de adenopatías
áreas sospechosas. Al repetir la biopsia, es importante bus- y masas pélvicas (Fig. 10-16, EJ. Si se solicita, en tales
car minuciosamente la parte anterior de la glándula frente casos obtenemos dos muestras de cada lado de la anasto-
al esfínter uretral interno en la zona fibromuscular, su- mosis y biopsia de cualquier masa anormal. Se tendrá o,..
puestamente tumor-resistente. Con frecuencia tumores especial cuidado de no confundir vasos pélvicos impor- o
tantes con masas, lo cual se puede evitar con el uso del
'3
grandes se «ocultan» en esa zona. Resultan difíciles de de- ~
c.
tectar y de dicha región no se recogen bien las muestras Doppler antes de la biopsia. ctJ
O
en la biopsia sistemática 137 .
Se ha propuesto la llamada biopsia de «saturación» uti- Biopsia en varones con ano ausente
lizando el abordaje transperitoneal y la plantilla de bra- Los hombres que tienen el ano cerrado por resecciones
quiterapia que ayuda a cubrir de forma sistematizada to- abdominopélvicas previas son un grupo de difícil manejo
da la próstata. Tales biopsias se realizan habitualmente cuando su PSA se eleva. La visibilidad de la próstata queda
bajo anestesia general y no está claro si su valor añadido restringida tanto por vía transabdominal como transperi-
sobrepasa el de la biopsia extendida de 15 biopsias de nú- neal. La biopsia dirigida por ecografía transperineal y con
cleos 158•1S9 . El Doppler color ha aumentado ligeramente su anestesia local es moderadamente exitosa para conseguir
sensibilidad y especificidad al margen de que se detecte tejido prostático. Es útil realizar antes de la biopsia una
una lesión en la escala de grises 139 (Fig. 10-14, e y D). RM, que mostrará áreas sospechosas que no se ven bien
con ecografía. Exploramos al paciente en posición de lito-
Biopsia después de la prostatectomía radical tomía y utilizamos la misma sonda transrectal por su pe-
La prostatectomía radical debería reducir el PSA a nive- queño tamaño y la presionamos con firmeza contra el pe-
les prácticamente indetectables. La recidiva de la enfer- riné y procederemos del mismo modo que con la biopsia
medad se sospecha cuando el PSA vuelve a subir. En di- transrectal. Es preciso infiltrar con unos 20 mi de lidocaí-

Figura 10-18 Radioterapia dirigida por ecografía. Unos marcadores introducidos mediante la guía de la ETR y
utilizados como guía de la radioterapia externa con dosis escalada. A, Imagen transversal que muestra una semilla
basal (flecha) con el característico artefacto de reverberación en cola de cometa. B, Semilla en la superficie rectal
(flecha). e, Semilla apical (flecha), justo aliado de la uretra (U). D, Radiografía pélvica que muestra tres marcadores en su lugar.
=e
'o
.C)
oCI)
en

Figura 10-19 Braquiterapia dirigida por ecografía. Ecografía transrectal utilizada para planificar y dirigir la bra-
quiterapia (implantación de semillas radiactivas) utilizando un dispositivo especial de pasos y plantilla de agujas
perineales. A, Una de las múltiples imágenes transversales de la próstata utilizadas para planificar los puntos para
las semillas (puntos) y determinar las curvas de isodosis de radiación (líneas coloreadas). Se omite la dosis uretral (área
central blanca dentro del triángulo verde). Obsérvense los marcadores de la cuadrícula en la parte inferior (A, a, b .... G) y el
lado izquierdo (1,0, 1,5,2, 0 ... 4,5) Y los puntos de la cuadrícula superpuestos en el campo. B, Colocación dirigida por ETR
en quirófano; U, uretra. Imagen transversal que muestra los puntos de la cuadrícula guía y la punta en una aguja de inser-
ción como un eco «parecido a una hamburguesa" (flecha). e, Imágenes sagitales que muestran la aguja de braq uiterapia
insertada en la base de la próstata (flecha) para insertar una hilera de semillas. D, Reconstrucción Te posprocedimiento
que muestra la posición de las semillas (verde) y que toda la próstata está recibiendo una dosis alta de radiación (blanco).
(Imágenes cortesía de Dra. Juanita Crook, Radiation Oncology, Princess Margaret Hospital, Toronto.)

na al1 % para la anestesia perineal. En nuestras manos el opción cada vez más frecuente con el advenimiento del
rendimiento diagnóstico para el cáncer es de alrededor tratamiento focal. La necesidad de una guía es común a
del 30%. Otras publicaciones refieren valores de hasta el técnicas como la radioterapia (radioterapia configurada
40%-82%166.167. Un abordaje alternativo consiste en utili- para dosis escalada; Fig. 10-18), braquiterapia (Fig. 10-19)
zar la RM para la detección inicial de la lesión, seguido de Y crioterapia, y también tratamientos más actuales, como
la biopsia transciática por Te. la ablación por radiofrecuencia, HIFU, terapia génica con
inyección viral y tratamiento fotodinámi coso.168. Muchos
de estos tratamientos pueden modificar la textura de la
TRATAMIENTO DIRIGIDO próstata, lo que hará imposible la detección de recidivas
, POR ECOGRAFíA del cáncer con ETR. Después de dichos tratamientos reali-
zamos biopsias sistemáticas de 10 núcleos en estos pa-
La ecografía transrectal puede utilizarse para dirigir el cientes cuando se requiere tejido para el tratamiento de
instrumental hasta la próstata para el tratamiento tanto los pacientes, y con frecuencia encontramos tejidos duros
transrectal como transperineal. Se ha convertido en una y sólidos casi como la madera.
OTRAS TÉCNICAS DE IMAGEN

La imagen de resonancia magnética es una técnica de


creciente utilidad para evaluar la próstata y para la detec-
ció n y estadiaje del cáncer. Su precisión en la detección
tumoral, tamaño y estadio mejoran con el uso de bobinas o
....
endorrectales o pélvicas, medios de contraste y secuen- o
cias especializadas. Los principales problemas derivados '3
~
Q.
del uso de la RM son su disponibilidad, coste, tiempo e ca
intolerancia a la bobina endorrectal. El equipo de biopsia O
se ha adaptado al uso en la RM 1 .
La tomografía computarizada no juega ningún papel
en la detección del tumor primario o en el estadiaje local,
'tJ Figura 10-20 Otra aplicación de la ETR: masa
pero ayuda en la detección de adenopatías y metástasis a
....:""'"""'"~ pélvica. Mujer con una masa pélvica anormal que
distancia. La TC es de gran valor para la planificación de la ~ sirve para ilustrar usos no prostáticos de la guía
radioterapia y la confirmación de la colocación de las se- con ETR y biopsia en mujeres y hombres. Se trata de una
millas en la braquiterapia 1• masa pélvica recurrente (M) después de una histerectomía
La gammagrafía ósea tampoco juega ningún papel en por cáncer uterino. La exploración con ETR y biopsia pro-
la detección del tumor primario o estadiaje local, pero son porcionaron la prueba histológica necesaria antes del si-
el pilar fundamental para detectar metástasis óseas en va- guiente tratamiento. La técnica transrectal es útil para
rones con síntomas óseos o PSA mayor de 10 ng/m]1. biopsiar cualquier masa pélvica que pueda alcanzarse con
la sonda.

~ OTRAS APLICACIONES DE LA ETR


,~ EN HOMBRES Y MUJERES parecer masas por detrás del recto y no deben aspirarse
por el riesgo de infección.
Tanto en hombres como en mujeres la ruta transrectal es Sin embargo, nosotros hemos realizado drenaje de
útil para evaluar y obtener muestras de masas pélvicas abscesos y biopsias de diversas masas, incluidas las ma-
que quedan dentro del rango de sonda y aguja. La ETR sas ováricas, masas recur rentes después de la cirugía de
también proporciona un acceso de alta resolución en mu- diversos tumores primarios, masas periureterales, ma-
jeres adolescentes y adultas cuando no es posible el acce- sas vesicales y masas pericolónicas, tanto en varones co-
so transvaginal (Fig. 10-20). mo en mujeres. Todos estos procedimientos requieren la
Existen pocas limitaciones. Como existen grandes vasos misma preparación y protocolo que la biopsia básica de
en la pelvis, es importante utilizar el Doppler para explo- próstata 169 •
rar la zona en la que se quiere hacer una biopsia. Se debe Los uréteres distales y la unión ureterovesical son fácil-
recordar que los riñones pélvicos pueden parecer masas mente accesibles para su evaluación por lesiones obstruc-
patológicas. También los meningoceles anteriores pueden tivas ureterales distales, incluidos los cálculos.
Capítulo 11

GLÁNDULAS SUPRARRENALES
Amit R. Ahuja, Wendy Thurston y Stephanie R. Wilson

Las glándulas suprarrenales son los órganos pares más En el momento del nacimiento, la glándula se compone
pequeños del abdomen, con un peso de 4 g cada una en sobre todo de corteza fetal primitiva y médula suprarrenal.
el adulto que no está en situación de estrés l . A pesar de Inmediatamente después del parto la corteza primitiva co-
su tamaño, las glándulas suprarrenales son imprescindi- mienza a involucionar, desapareciendo al año del nacimien-
bles para mantener la hemostasia mediante la secreción to. Al mismo tiempo, la delgada corteza suprarrenal per-
hormonal. También es el origen en común de un número manente se diferencia en las tres zonas de la glándula del
importante de enfermedades. Se pueden utilizar diver- adulto (glomerulosa, fasciculada y reticular)3 (Fig. 11-1).
sas técnicas de imagen para investigar a los pacientes en
los que se sospecha de patología suprarrenal. La tomo-
grafía computarizada (TC) tiene una amplia implanta- ANATOMíA Y FISIOLOGíA
ción y se considera la principal modalidad de imagen a la
que hay que añadir los recientes avances en la imagen de
la resonancia magnética (RM) y tomografía con emisión La glándula suprarrenal se encuentra a nivel de la 11." o
de positrones (TC-PET), que proporcionan beneficios 12." costilla torácica, lateral a la 1." vértebra lumbar (Fig.
adicionales. La ecografía sigue siendo una herramienta 11-2). Cada glándula está compuesta por una cresta y las
siempre disponible, económica y efectiva para la enfer- alas medial y lateral y casi siempre ofrece un aspecto de
medad suprarrenal. Es esencial para el radiólogo com- VoY invertida.
prender no sólo el espectro de patologías suprarrenales, Estas glándulas están rodeadas de tejido areolar graso
sino también las aplicaciones y limitaciones de todas las con una cápsula delgada, fibrosa y varias extensiones fi-
técnicas de imagen para que pueda elegir el abordaje brosas dentro de las glándulas suprarrenales 2• Con la fas-
más adecuado. cia como soporte, las glándulas suprarrenales están rela-
tivamente fijas, a diferencia del riñón, que está anclado a
la fascia perinéfrica. Así, las glándulas suprarrenales tie-
EMBRIOLOGíA nen una relación más constante con los grandes vasos ab-
dominales que con el riñón (Fig. 11-3). La glándula supra-
rrenal y el riñón se separan durante la inspiración
La glándula suprarrenal se compone de dos partes: corte- profunda o en posición de bipedestación. Esto permite la
za y médula, que tienen un origen embrionario distinto. diferenciación entre el riñón y las masas suprarrenales
La corteza se desarrolla a partir del mesodermo y la mé- durante la exploración ecográfica 4 •s.
dula de la cresta neural. La glándula suprarrenal derecha se localiza por de-
Durante la sexta semana del desarrollo fetal existe una trás a la vena cava inferior y craneal al polo superior del
rápida proliferación de las células mesenquimales que se riñón derecho (Fig. 11-4). Medialmente el pilar del dia-
originan del epitelio peritoneal de la pared abdominal fragma sigue paralelo al ala medial de la glándula, mien-
posterior, cerca del extremo craneal del mesonefros (ri- tras que el ala lateral está pegada a la cara posterolateral
ñón primitivo). Estas células penetran en el mesénquima hepática (ver Fig. 11-3). El ala medial puede extenderse
retroperitoneal para transformarse en la corteza supra- caudalmente junto a la cara medial del polo superior del
rrenal primitiva 2• Continúa la proliferación de las células riñón. El extremo de la glándula siempre termina craneal
mesenquimales y estas células pasan a recubrir la corteza respecto a los grandes va"sos6.
primitiva de forma más compacta para convertirse en la La glándula suprarrenal izquierda se aloja en una po-
corteza suprarrenal permanente. Al final de la octava sición anteromedial al riñón (Fig. 11-5). Puede extender-
semana gestacional, la masa cortical se separa de la su- se desde debajo del polo superior del riñón hasta el nivel
perficie peritoneal posterior y se rodea de tejido conecti- del hilio renal en e110% de las personas 7,8, La aorta y pilar
vo retroperitoneal. del diafragma están en la cara medial suprarrenal. Los dos
Durante la séptima semana del desarrollo las células tercios craneales de la glándula son posteriores al estó-
que se originan del neuroectodermo migran e invaden la mago y por ello está recubierta por el peritoneo del saco
cara medial de la corteza suprarrenal primitiva en desa- menor. El tercio caudal de la glándula se relaciona con la
rrollo. Estas células se diferencian a células cromafines de cara posterior del cuerpo pancreático y vasculatura esplé-
la médula suprarrenal. nica 9 (ver Fig, 11-3).
Corteza fetal D Médula
Ft
LI
Primordio y corteza
permanente

Zona fasciculata Q Zona glomerulosa 11 Zona reticularis

A B C E F H

Figura 11-1 Embriología de la glándula suprarrenal. A, Seis semanas. B, Siete semanas. e, Ocho semanas, O
y E, Fases tard ías de encapsulación de la médula por la corteza. F, Recién nacido. G, Al año mostrando que la ,...
,...
corteza fetal casi ha desaparecido. H, A los cuatro años mostrando el patrón del adulto de las zonas corticales.
o
(Modificado con permiso de Moore KL, editor, The developing human: clinically oriented embryology, 5th ed. Philadelphia, '3
1993, Saunders.) ~
Q.
«1
O

Las glándulas suprarrenales tienen un rico aporte vas- altamente ecogénica. La médula lineal ecogénica es más
cular para facilitar su fun ción endocrina. Las arterias su- prominente en el feto y recién nacido. Sin embargo, tam-
prarrenales superior, media e inferior surgen a partir de bién se puede identificar en adultos delgados. Oppenhei-
la arteria frénica inferior, aorta y renal respectivamente. mer y cols. 10 propusieron que el aumento de la ecogenici-
Cada glándula drena a través de la vena suprarrenal infe- dad medular en neo natos se debía a un aumento del
rior que en el lado derecho drena directamente en la vena colágeno alrededor de los vasos centrales y a una orienta-
cava inferior (VCl) yen el izquierdo drena en la vena renal ción al azar de su población celular, que originaba múlti-
izquierda. ples interfases reflectantes.
En la ecografía, la corteza suprarrenal es menos ecogé- . En una evaluación detallada, Ma y colsY demostraron
nica que la grasa perirrenal circundante, mientras que la que, en promedio, las glándulas suprarrenales medían
médula es más visible como una estructura lineal central 3-4 cm de longitud, 1-2 cm de anchura y 2-3 mm de gro-
sor. Aunque el perfil de las glándulas suprarrenales puede
variar, el grosor de los extremos, especialmente los extre-
mos laterales, se mantiene relativamente constante, y por
ello son los indicadores más útiles para hablar de hiper-
trofia glandular.
El ala medial de la glándula suprarrenal es mayor en su
parte craneal y más pequeña o ausente en la caudal, mien-
tras que el ala lateral es mayor en su parte caudal y me-

Arteria y vena esplénicas

Glándula Derecho Izquierdo Glándula


suprarrenal Pilares suprarrenal
derecha del diafragma izquierda

Figura 11-3 Esquema transversal de la anato-


mía de las glándulas suprarrenales. (De Mitty
~ Figura 11-2 Anatomía e irrigación de las glán-
HA, Yeh HC, Radiology of the adrena/s with sono-
~ dulas suprarrenales. (Cortesia de Jenny Tomash).
graphy and CT. Philadelphia, 1982, Saunders.)
Figura 11-4 Glándula suprarrenal derecha del adulto normal. Ecografía A, sagital y B, transversal que muestra
la suprarrenal como una estructura lineal hipoecoica que queda más profunda y ligeramente lateral a la vena cava
inferior (1). El riñón tiene una posición más caudal respecto a la glándula suprarrenal izquierda y por el lo no se ob-
serva en el mismo plano. e, Te que confirma la posición retrocava de la glándula suprarrenal derecha. Solamente se apre-
cia el extremo del polo superior del riñón derecho. La glándula suprarrenal izquierda, en comparación , está localizada por
delante del riñón izquierdo.

nor en la craneaF. La visualización completa de la glándu- La corteza suprarrenal en un adulto que no esté en situa-
= la suprarrenal en un plano ecográfico es prácticamente ción de estrés segrega alrededor de 20 mg de cortisol cada
imposible debido al complejo perfil de la glándula 12 . día y con estímulos de estrés aumenta la secreción hasta
La glándula suprarrenal juega un papel fundamental en 150-200 mgjdía. Se desconoce la importancia clínica de
la secreción hormonal y en el mantenimiento de la ho- los andrógenos suprarrenales. En exceso, los andrógenos
meostasis. La corteza segrega hormonas esteroides y la ocasionan hirsutismo o virilización en mujeres y pseudo-
médula catecolaminas. La corteza se subdivide en tres zo- pubertad precoz en varones 13 •
nas distintas. La zona glomerulosa, que es la capa más La médula suprarrenal es responsable de la síntesis y
externa, produce y segrega el mineralcorticoide aldoste- secreción de catecolaminas epinefrina y norepinefrina.
rona. Esta hormona es parte de un eje hormonal coordi- Estas hormonas juegan un importante papel en la res-
nado (renina-angiotensina-aldosterona) implicado en la puesta a estrés real o anticipado, pero no son imprescin-
homeostasis del volumen de líquidos y tensión arterial. La dibles para la vida 13.
principal acción de la aldosterona la ejerce sobre los túbu-
los renales, mediante la retención de sodio. La zona fasci-
culata y la zona reticularis actúan como una unidad úni- ECOGRAFíA SUPRARRENAL
ca segregando cortisol (glucorticoide) y andrógenos.

La habilidad para visualizar las glándulas suprarrenales


se relaciona con el hábito corporal, experiencia del eco-
grafista y características del equipo. Con la introducción
de ecógrafos de alta resolución, sectoriales, en tiempo real
las glándulas suprarrenales son más fáciles de explorar.
Lo ideal es que el paciente esté en ayunas desde 6-8 horas
antes de la exploración para reducir la proporción de gas
intestinal interpuesto.
Marchal y colsY refirieron que las glándulas suprarre-
nales izquierda y derecha se visualizaban con la ecografía
de alta resolución en tiempo real en el 71% y 92% de los
pacientes, respectivamente. La corteza y médula se pue-
den diferenciar en el 13% de los pacientes. Por el contra-
rio, Günther y cols.1 4 estudiaron 60 individuos sanos con
ecografía de alta resolución en tiempo real e identificaron
glándulas suprarrenales solamente en una mujer delgada.
En neonatos, la ecografía de alta frecuencia en tiempo real
identificó las glándulas suprarrenales derecha e izquierda
Figura 11-5 Glándula suprarrenal izquierda hi- en el 97% y 83% de los pacientes, respectivamente 1o.
pertrófica por un feocromocitoma. Visualización
de este feocromocitoma (P) a través de un abor-
Ecografía multiplanar
daje epigástrico ventral. La suprarrenal se muestra anterior
al polo superior del riñón izquierdo (K).
Debido al complejo perfil de la glándula suprarrenal, es pre-
ciso un abordaje comprensivo, multiplanar y sistemático
,...
,...
o
'3
;t::
c.
Figura 11-6 Importancia de la posición en la localización de la patología de la glándula suprarrenal. A, Masa (1l

suprarrenal derecha. Ecografía sagital que muestra una masa sólida craneal al polo superior renal derecho . B, O
Adenopatía metastásica en otro paciente. Una ecografía sagital muestra una adenopatía sólida y pequeña (flecha)
posterior al polo superior del riñón derecho. Esta localización no es compatible con una glándula suprarrenal.

para que se pueda evaluar en su totalidad. La glándula debe


eval uarse en los planos transversal, coronal y longitudinal, . ENFERMEDADES INFECCIOSAS
así como en posiciones supino, oblicua y decúbito lateral.

Glándula suprarrenal derecha Las infecciones más frecuentes de la glándula suprarrenal


La glándula suprarrenal derecha se evalúa mejor desde la son la tuberculosis (T8), histoplasmosis, blastomicosis,
línea medioaxilar o axilar anterior7.12.14. La clave para la meningococo, equinococo, citomegalovirus (CMV), her-
identificación de la glándula suprarrenal derecha es re- pesvirus y Pneumocistits16-18•
cordar su localización suprarrenal y su relación con la VC! La tuberculosis muestra un aspecto variable en fun-
(Fig. 11-6). El hígado proporciona una buena ventana ción del estadio de la infección. En su forma aguda existe
acústica. Como alternativa, puede recurrirse a un aborda-
je subcostal oblicuo paralelo a la caja torácica en la línea
medioclavicular. La ecografía desde un abordaje anterior
o posterior directo suele ser mala por la interposición de
gas intestinal o por intervenir interfases musculares y
grasas (Fig. 11-7).

Glándula suprarrenal izquierda


La glándula suprarrenal izquierda es más difícil de explo-
rar que la derecha y se evalúa mejor desde el epigastrio o
intercostal en las líneas axilar posterior o medioaxilar, a
través de bazo o riñón 7•14. La clave para la identificación de
la glándula izquierda es recordar qué queda por delante
del polo superior del riñón izquierdo (ver Fig. 11-5). Al
igual que sucede con la suprarrenal derecha, un abordaje
posterior directo no suele ser útil con la glándula supra-
Figura 11-7 Planos de exploración para la vi-
rrenal izquierda.
sualización ecográfica de las glándulas supra-
rrenales. 1, 2 , Abordajes laterales (derecha): 1, lí-
Errores nea medioaxilar, 2 , línea axilar anterior. 3, 5, Abordajes
Cuando el plano de exploración es paralelo a la superfic;:ie ventral (derecha e izquierda): paramediano o línea medioda-
anterior del ala lateral, puede apreciarse un falso alarga- vicular. 4, Abordaje ventral (suprarrenal derecha a través del
mien to 1S , que puede llevar a diagnósticos erróneos de lóbulo hepático derecho): longitudinal oblicuo. 6, Abordaje
hiperplasia o masa pequeña. Si se modifica el ángulo de lateral (izquierdo): línea axilar posterior. (Modificado de
insonación del haz de sonidos al alterar el espacio inter- Günther RW, Kelbel G. Lenner V, Real-time ultrasound of
costal se podrá distinguir entre un agrandamiento real o normal adrenal glands and small tumors. J Glin U/trasound
1984;12:211-217.)
fictici o.
nos sospechar una infección o una hemorragia antes que
CAUSAS DE CALCIFICACIÓN una neoplasia. Cuando la TB infecta las glándulas supra-
SUPRARRENAL rrenales, las radiografías de tórax y cultivos de esputo
pueden ser negativos. Antes de administrar tuberculostá-
Infección
ticos, la TB era la causa más frecu ente de e nfermedad de
• Tuberculosis Addison (insuficiencia suprarrenal). Actualmente los
• Histoplasmosis trastornos autoinmunes predom inan com o la etiología
• Echinococcus más habitual de la insuficiencia s uprarrenal.
Hemorragia previa La infección equinocócica de la glándula suprarrenal
Neoplasia se manifiesta de idéntica forma qu e en cualquier otro sitio
• Carcinoma adrenocortical y casi siempre es en forma de quistes con proporciones
• Mielolipoma variables de calcificación zo .
• Feocromocitoma La inmunosupresión debida al síndrome de inmuno-
Hemangioma (raro) deficiencia adquirida (SIDA), trasplante u otras causas,
aumenta el riesgo en estos pacientes de afectación infec-
ciosa de la glándula suprarrenal. Entre lo s organismos ha-
bituales destacan los hongos (histoplasmosis), micobac-
PSEUDO MASAS SUPRARRENALES
terias, CMV, herpesvirus, Pneum ocystis carinii Oiroveci),
• Pilar diafragmático engrosado virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y toxoplas-
• Bazo accesorio mosis17.18. Grizzle 18 describió la lesión focal o difusa de la
• Fundus gástrico glándula por CMV en el 70% de los pacientes con SIDA
=r:: • Divertículo gástrico que fallecieron. En la ecogra fía estas lesiones son habi-
'o • Vena renal tualmente masas hipoecoicas que pueden ser heterogé-
'(3
(,)
Q) • Adenopatía retro cortical y retroperitoneal neas y pueden contener gas si se forman abscesos.
ti)
• Quistes y tumores en el polo renal superior Los abscesos suprarrenales bacterianos se detectan
con mayor frecuencia en neona tos y son relativamente in -
• Tumores pancreáticos
frecuentes en adultos z1 .zz . En el neonato, la siembra hema-
• Lóbulo caudado hepático hipertrofiado
tógena de las glándulas normales o de las que se afecten
• Colon relleno de líquido e interpuesto
por hemorragia puede derivar en la formación de absce-
entre el estómago y el riñón SOS22. En la ecografía los abscesos suprarrenales se mues-
tran como masas quísticas avasculares complejas.

un aumento difuso, con frecuencia no homogéneo, ocasio- NEOPLASIAS SUPRARRENALES


nado por necrosis caseosa. Suele apreciarse una calcifica- BENIGNAS : .
ción puntiforme. En la fase crónica las glándulas suprarre-
nales se hacen atróficas y más calcificadas 17.18 . La TB y la Adenoma
histoplasmosis son las dos causas más frecuentes de cal- Los adenomas son el tumor suprarrenal más frecuente y
cificación suprarrenal en el adulto 19 (Fig. 11-8). Una calci- se ha descrito en hasta el 9 % de las muestras de autop-
ficación en ausencia de masa de tejido blando debe hacer- sias 23 .24 . La incidencia aumenta con la edad y se ha referi-
do una mayor frecuencia en pacientes con hipertensión,
diabetes, hipertiroidismo, carcinoma de células renales 25
o adenomatosis colorrectal hereditaria 26 . En el10% de los
casos se observan adenomas bilaterales 27 .
Los adenomas se pueden clasificar como hiperfuncio-
nantes y no hiperfuncionantes. Los no hiperfuncionan-
tes son más frecuentes, habitualmente asintomáticos y
casi siempre son hallazgos casuales. Los hiperfuncio-
nantes tienden a presentar clínica con síntomas relacio-
nados con un exceso de producción hormonal, que casi
siempre se manifiesta como un síndrome de Cushing o
una enfermedad de Conn.

Síndrome de Cushing
El síndrome de Cushing fue descr ito por Harvey Cushing
en 1932 y se caracteriza por una obesidad de tronco, hir-
Figura 11-8 Calcificación de la glándula supra- sutismo, amenorrea, debilidad y estrías abdominales. Se
....~~ rrenal. Ecografía sagital que muestra una gran debe a una secreción excesiva de cortisol, que puede
~ calcificación de la glándula suprarrenal con som-
producirse con la hiperplasia suprarrena l (70%), adeno-
bra acústica distal.
ma (20%), carcinoma (10%) 28 o por administración exó-
Tratamiento
SIGNOS DE LOS ADENOMAS Los pacientes con una masa suprarrenal y evidencia de un
SUPRARRENALES exceso en la producción hormonal habitualmente requie-
ren resección para aliviar los síntomas. Cuando se descu-
• Tumor suprarrenal más frecuente bre una masa no hiperfuncionante, la diferenciación entre
• Causa más frecuente de incidentaloma etiologías benignas y malignas puede dirigir el posterior
suprarrenal tratamiento. Las masas suprarrenales mayores de 6 cm se
• No hiperfuncionante > hiperfuncionante consideran sospechosas de malignidad y se suelen rese-
car33 -36 . Las lesiones entre 4-6 cm se someten a un estre-
SIGNOS DIAGNÓSTICOS
cho seguimiento, aunque es igualmente aceptable su ex-
• Sin signos específicos por ecografía tirpación quirúrgica. El tratamiento de lesiones menores
• Masa suprarrenal no realzada < 10 HU (rica de 4 cm de tamaño deberá basarse en los hallazgos adicio-
en lípidos) nales de imagen, en la forma siguiente.
• TC realzada en fase de lavado de contraste
dinámico (pobre en lípidos) Consideraciones sobre imagen ,....
,....
• Pérdida de señal en la desviación química El número de lesiones incidentales descubiertas de forma
de RM (rica en lípidos) accidental ha aumentado considerablemente en los últi-
mos años como consecuencia de una mayor utilización de
imagen transversal y a unas técnicas de imagen mejora-
das. En pacientes sin malignidad conocida, estas lesiones
casi siempre son benignas, incluso en pacientes con una
gena de corticoides. La enfermedad de Cushing se debe
neoplasia conocida, un «incidentaloma» lo más probable
a unas glándulas suprarrenales hiperplásicas que segre-
es que se deba a un adenoma 37 • Sin embargo, distinguir
gan una cantidad excesiva de cortisol como consecuencia
entre benigno o maligno (metástasis) es esencial para el
de una hormona corticotropina elevada (ATH) por un
manejo de estos pacientes. La caracterización precisa de
a denoma hipofisario. El perfil bioquímico que consiste en
un cortisol plasmático elevado y 17 -hidroxicorticoides las tumoraciones benignas basada exclusivamente en ha-
urinarios elevados con ATH sérica baja sugiere un tumor llazgos de imagen puede hacer innecesaria la biopsia.
suprarrenal autónomo (adenoma/carcinoma) como ori- Dos importantes signos permiten una diferenciación pre-
gen del exceso hormonal. cisa entre los adenomas suprarrenales y la enfermedad
maligna: contenido lípido intracitoplásmico y lavado fi-
Enfermedad de Conn siológico de contraste. La mayoría de los adenomas supra-
La enfermedad de Conn se debe a una secreción excesiva rrenales contienen suficiente lípido intracitoplásmico como
de aldosterona y fue descrita por primera vez en 1955 29 • para producir una atenuación típicamente baja en la TC sin
El hiperaldosteronismo primario se debe a un adenoma contraste. Numerosos estudios diseñados para establecer
suprarrenal (70%) o hiperplasia suprarrenal (30%) y po- un criterio de umbral apropiado han llegado a la conclusión
cas veces a carcinomas suprarrenales 3o • Clínicamente el de que las masas suprarrenales que midan menos de 10 uni-
hiperaldosteronismo cursa con hipertensión, debilidad dades Hounsfield (HU) en la TC sin contraste se clasificarán
muscular, tetania y alteraciones electrocardiográficas como adenomas con una sensibilidad del 71 % y una especi-
(ECG). Los pacientes con una hipertensión no explicada e ficidad del 98%38. Sin embargo, aproximadamente el 30%
hipotasiemia pueden tener un exceso de secreción de al- de los adenomas son pobres en lípidos y pueden mostrar
dosterona. Los pacientes con hiperaldosteronismo por un una atenuación mayor de los 10 HU, solapándose por tanto
a denoma suelen ser muj eres 3!, mientras que los que pa- con la enfermedqd maligna. En esta situación, se puede rea-
decen un hiperaldosteronismo por hiperplasia suelen ser lizar una evaluaCión con contraste multifase para distinguir
varones 32 • Estos tumores tienden a ser pequeños «2 cm). estas lesiones como adenomas suprarrenales y se podrá de-
En la bioquímica destacan unos niveles de aldosterona en mostrar un lavado rápido del contraste, más rápido que
sangre y orina elevados, hipotasiemia, hipernatremia y un en las lesiones malignas: Caoili y cols. 39 observaron que apli-
bicarbonato elevado con pH en plasma bajo. Un nivel de cando un nivel umbral de > 60% de lavado absoluto o > 40%
renina suprimido indica que se trata de un hiperaldoste- de lavado relativo a los 15 minutos postinyección, los adeno-
ronismo primario. mas podían distinguirse de las metástasis con una sensibili-
dad del 98% y un 97% de especificidad.
Diferenciación histológica Cuando la masa sigue indeterminada en la evaluación
A nivel anatomopatológico puede ser difícil diferenciar con TC, puede realizarse la desviación química con RM pa-
los nódulos de la hiperplasia de los adenomas suprarre- ra detectar la existencia de grasa microscópica. Todavía
n ales. Los nódulos mayores de 1 cm es probable que no se ha establecido un criterio fiable para el lavado de
sean adenomas 1 . También puede resultar imposible dife- contraste con la RM40-42 . La TC-PET también ha demostra-
r enciar un adenoma de un carcinoma adrenocortical do resultados prometedores en la diferenciación entre
partiendo sólo de índices biológicos. Histológicamente enfermedad benigna y maligna 43 .
los adenomas no hiperfuncionantes están compuestos Habida cuenta de su prevalencia, los adenomas supra-
de células rellenas de lípidos, que indican su inactividad rrenales pueden descubrirse en evaluaciones ecográficas
secretora 1 • rutinarias. Se muestran como masas sólidas bien delimi-
Figura 11-9 Adenoma suprarrenal. Ecografías A, sagital y B, transversal que muestran una masa suprarrenal
derecha sólida y pequeña entre el hígado y el polo superior renal. La ecografía es ambigua en cuanto al significado.
e, Te de otro paciente con el mismo diagnóstico que muestra la típica baja atenuación de la glándula suprarrenal
derecha, confirmando el diagnóstico de adenoma (A y B, Cortesía de J Wilfiam Charboneau.)

tadas, redondeadas y pequeñas (Fig. 11-9). Por desgracia, prarrenal. Los hombres y mujeres se afectan por igual y
estos signos en las imágenes se solapan bastante con los son tumores que predominan en la quinta y sexta década
=c:
'0
de la enfermedad maligna y se requieren otras pruebas de de la vida. Los mielolipomas se descubren habitualmente
'ue imagen para llegar al diagnóstico. de forma casual en pacientes asintomáticos, con una inci-
Q) Cuando se detecta una gran masa abdominal, especial- dencia en autopsias del 0,08%-0,2 %46. Aunque los tumo-
en mente en el cuadrante superior derecho (CSD), la ecogra- res pueden oscilar en su tamaño desde microscópicos
fía puede ser superior a la TC para determinar el órgano hasta alcanzar incluso los 30 cm, la mayoría son menores
de origen. Gore y cols. 44 demostraron que el reflejo de gra- de 5 cm de diámetro 47 • Si estos tumores experimentan he-
sa retroperitoneal en el CSD se desplaza hacia atrás por morragia o necrosis o comprimen estructuras circundan-
las masas hepáticas y subhepáticas, mientras que las ma- tes, serán sintomáticos.
sas renales y suprarrenales lo desplazan hacia delante. La Los signos en las imágenes del mielolipoma difieren en
mejor forma de apreciarlo es mediante un plano parasagi- función de la proporción presente de grasa, elemento
tal (Fig. 11-10). mieloide, hemorragia, calcificación y osificación. Cuando
existe una proporción importante de grasa, estos tumores
Mielolipoma se muestran como una masa ecogénica en el lecho supra-
Los mielolipomas suprarrenales son raros, benignos y no- rrenal (Fig. 11-11). Si son pequeños pueden ser difíciles
hiperfuncionantes, compuestos por proporciones varia- de diferenciar de la grasa retroperitoneal ecogénica adya-
bles de grasa y elementos de la médula ósea 45 . Su etiología cente. La propagación de un artefacto de velocidad se
y patogenia se desconoce, aunque se considera que estas debe a una reducción de la velocidad del sonido a través
lesiones emergen de la zona fasciculata de la corteza su- de las masas grasas. Se produce una aparente interrup-

Figura 11-10 Desplazamiento de la banda de grasa retroperitoneal. Ecografías parasagitales. A, Desplaza-


miento anterior de la banda de grasa retroperitoneal (flecha) por un cáncer cortical suprarrenal derecho. B, Despla-
zamiento posterior de la banda de grasa retroperitoneal (flechas) por un gran adenoma hepático.
..-
..-
Figura 11-11 Mielolipoma. Ecografías A, sagital y B, transversal que muestran una masa bien delimitada, homo-
o

génea y muy ecogénica en la glándula suprarrenal derecha. :t:
C.
1'0
O

ción diafragmática, que se describió por primera vez por tro de mielolipomas de predominio mieloide hipoecoicos
Richman y cols. 48 con un mielolipoma suprarrenal y se de- o isoecoicos.
be a una variación de velocidad (Fig. 11-12). La existencia El diagnóstico diferencial de las masas grasas suprarre-
de este artefacto es una buena evidencia de la naturaleza nales incluye mielolipoma, angiomiolipoma renal, lipoma,
grasa de la lesión. Musante y cols.46 observaron que este liposarcoma retroperitoneal, linfangioma, depósito de
artefacto únicamente se manifestaba en tumores que re- grasa aumentado y teratoma 49 . Si se confirma el origen su-
basaban los 4 cm. Los tumores pueden presentar un as- prarrenal de una masa grasa con la imagen (Ecografía, TC
pecto homogéneo o heterogéneo y, en caso de predominio o RM) el diagnóstico más probable será el de un mieloli-
del componente mieloide, su aspecto será isoecoico o hi- poma suprarrenal. Cuando sean grandes o atípicos, puede
poecoico. La heterogenicidad puede deberse a una hemo- ser necesaria la biopsia o aspiración con aguja fina para
rragia interna, que es frecuente. Pueden apreciarse áreas establecer el diagnóstico. La presencia de células grasas
focal es de calcificación. maduras y megacariocitos es típica del mielolipoma su-
La tomografía computarizada es muy sensible para el prarrenaI 49 ' Sl .
diagnóstico del mielolipoma suprarrenal y debe realizar-
se para confirmar la existencia de la grasa macroscópica Feocromocitoma
sospechada en la ecografía (Fig. 11-12). Musante y cols. 46 El feocromocitoma fue descrito por primera vez por
observaron que la TC sin contraste podría explicar signos Frankel en 1886 y suele tratarse de tumores hiperfuncio-
ecográficos confusos, como la demostración de grasa den- nantes que segregan norepinefrina y epinefrina en el to-

Figura 11-12 Mielolipoma. A, Ecografía sagital que muestra una masa suprarrenal ecogénica grande con inte-
rrupción aparente del diafragma como consecuencia de una artefacto de propagación de velocidad al viajar el
sonido más lento a través de la masa grasa que a través del hígado normal adyacente. B, TC confirmatoria que
demuestra la existencia de grasa dentro de la masa suprarrenal derecha. (Cortesía de J. William Charboneau).
El feocromocitoma extrasuprarrenal que se sospecha
CAUSAS DE MASAS SUPRARRENALES que está en el retroperitoneo puede resultar más difícil de
cu CON CONTENIDO GRASO localizar con la ecografía, por el hábito corporal y el gas
o intestinal. En estos pacientes la TC y la RM son de una uti-
'u • Mielolipoma suprarrenal
lidad extrema para su localización. En pacientes con sos-
'cu
~ • Angiomiolipoma exofítico pecha de enfermedad recidivante o metastásica, la gama-
....o • Lipoma grafía con iodo-131 metaiodobenzilguanidina (131 I-MIBG)
>-
cu • Liposarcoma retroperitoneal - - - puede jugar un papel determinante para su detección 55.
o • Teratoma retroperitoneal
'$
:Q) • Linfangioma Neoplasia endocrina múltiple .
Q. La neoplasia endocrina múltiple (N EM) es una enferme-
cu dad familiar que se clasifica en tres tipos:
c: • NEM 1 afecta a los islotes pancreáticos, corteza supra-
E rrente circulatorio. El exceso de secreción de estas cateco-
rrenal e hipófisis y glándulas paratiroides
o laminas conduce a las manifestaciones clínicas de
'O • NEM Ha (síndrome de Sipple) incluye el carcinoma ti-
.c hipertensión, cefalea pulsátil o severa, palpitaciones con

-e
cu roideo, hiperplasia paratiroidea y feocromocitoma
cu frecuencia con taquicardia y una excesiva sudoración 52 .
,- • NEM Hb (I1I) incluye todas las patologías de lIa, además
Estos síntomas con frecuencia son paroxísticos.
de una facies marfanoide, neuromas mucosos y ganglio-
m El feocromocitoma habitualmente procede del tejido
o neuromatosis gastrointestinal.
neuroectodérmico de la médula suprarrenal. Suele ser so-
o Transmitido con un tipo de herencia autosómica do-
w litario, aunque en el 10% de los casos es bilateral. Los feo-
minante, la NEM II se cree originado en un defecto gené-
cromocitomas extrasuprarrenales se observan en el
=c: 10% de los pacientes y fueron descritos en el órgano de
tico a nivel de la creta neural 56 . Los feocromo citomas de
'o los síndromes NEM suelen afectar a la glándula suprarre-
'u(,) Zuckerkandl, cadenas simpáticas nerviosas, quimiorre-
nal, y son normalmente bilaterales (65%) 57, multicéntri-
CI) ceptores aórticos y carotídeos, vejiga, próstata y tórax. En
(f)
niños son frecuentes los feocromocitomas múltiples o ex- cos dentro de la glándula, con mayor frecuenci a malignos
trasuprarrenales 53 . El 10%-13% de los feocromocitomas y también asintomáticos. Los pacientes diagnosticados de
intra-suprarrenales y el 40% de los extrasuprarrenales NEM II deben ser estudiados a nivel bioquímico o con
son malignos 16 . La enfermedad metastásica es el único in- imagen de forma rutinaria, ya que pueden desarrollar fi-
dicador fiable de malignidad. Los feocromocitomas se nalmente feocromocitomas suprarrenales bilaterales.
asocian con distintos trastornos neuroectodérmicos,
como la esclerosis tuberosa, neurofibromatosis, enferme- Tumores benignos raros
dad de von Hippel-Lindau y neoplasia endocrina múltiple Los ganglio neuromas son tumores benignos que se ob-
lIa (50%) y IIb (90%)16. La incidencia en autopsias es de servan casi siempre en adultos 5B . Pueden ser gangliones y
alrededor del 0,1 % Ysu frecuencia en pacientes hiperten- células de Schwann y proceden casi siempre de la cadena
sos es del 0,4% al 2%54. Este raro tumor se produce con simpática y un 30% de los casos de la glándula suprarre-
mayor frecuencia entre los 40 y 60 años de la vida y es una nal 5B . Son de crecimiento lento y normalmente cursan sin
causa curable de hipertensión. síntomas, salvo que se produzcan problemas de presión.
El screening bioquímico es esencial para confirmar el Rara vez los ganglio neuromas aumentan las catecolami-
diagnóstico de feocromocitoma, midiendo el nivel de ca- nas urinarias, con síntomas asociados de diarrea, hiper-
tecolaminas urinario y sus metabolitos ácido vanil- tensión y sudoración 5B . En la ecografía se muestran como
mandélico (AVM) y metanefrinas totales. sólidos y homogéneos y, dada su consistencia blanda, son
A nivel anatomopatológico el feocromocitoma está bien deformables y cambian de perfil en lugar de desplazar ór-
encapsulado, tiene un peso de 90-100 g y mide 5-6 cm de ganos 59. Se llega al diagnóstico sólo mediante estudio his-
diámetro 54. La glándula derecha se afecta el doble de ve- tológico.
ces que la izquierda. Estos tumores tienen un color rojo- Los hemangiomas de la glándula suprarrenal son ra-
marrón en la superficie de corte y a nivel microscópico ros, benignos y no hiperfuncionantes. La mayoría son
presentan células pleomórficas grandes con abundante pequeños y se descubren de forma accidental en la autop-
citoplasma y núcleos irregulares. Pueden presentar calci- sia. Pueden crecer bastante y alcanzan entre 2 y 15 cm de
ficación. Los gránulos neurosecretores pueden apreciarse diámetr0 6o. Su histología recuerda a los hemangiomas de
a nivel ultraestructural 52 . cualquier otro punto del cuerpo y forma n canales múlti-
La ecografía ha demostrado precisión para detectar los ples dilatados de cobertura endotelial y rellenos de san-
feocromocitomas suprarrenales, especialmente porque gré1. Su ecografía muestra que carecen de patrón estruc-
muchos de ellos son grandes y están bien delimitados. En tural con componentes quísticos, sólidos y complejos.
62
ocho casos de feocromocitoma confirmado quirúrgica- Puede apreciarse calcificación en forma de flebolitos
mente, Bowerman y cols. 54 observaron que la mayoría (Fig. 11-14). La RM es útil para la diferenciación de los
eran sólidos, homogéneos o heterogéneos. Los tumores hemangiomas hepáticos y puede jugar un papel impor-
heterogéneos presentaban zonas de necrosis o hemorra- tante en los hemangiomas suprarrenales cuando se sos-
gia (Fig. 11-13). Los tumores eran de predominio cístico, pecha su diagnóstico. Con el tiempo y su crecimiento, es-
que se correspondía a sangre vieja y detritus necróticos y tas lesiones con frecuencia sangran y por este motivo en
uno mostró un nivel líquido-líquido. estas lesiones se recomienda el tratamiento quirúrgico.
.,...
.,...
o
"3
Figura 11-13 Feocromocitoma. A, Ecografía transversal de una masa solida suprarrenal derecha entre el riñón y :!::
el.
la vena cava inferior. El área hipoecoica central se corresponde con una zona de necrosis. B, TC que muestra un ctI
tumor grande parcialmente necrótico pegado a la cara posterior de la vena cava inferior. O

Otros tumores suprarrenales benignos raros son los te- mores hiperfuncionantes son detectados de forma más
rato mas, lipomas, fibro mas, leiomiomas, osteomas y neu- precoz por las manifestaciones clínicas de un exceso de
rofibromas. Los hallazgos radiológicos son inespecíficos y producción hormonal, y son los siguientes:
en la mayoría de los casos se llega al diagnóstico por estu- • Síndrome de Cushing (el más frecuente)
dios anatomopatológicos. • Síndrome adrenogenital (virilización o feminización)
• Pubertad precoz
• Síndrome de Conn (raro)
NEOPLASIAS SUPRARRENALES Los tumores hiperfuncionantes se producen con mayor
, MALIGNAS frecuencia en mujeres, mientras que los no hiperfuncio-
nantes son más habituales en varones. En conjunto, los
Cáncer adrenocortical cánceres adrenocorticales son más frecuentes en mujeres.
El cáncer de corteza suprarrenal (adrenocortical) prima- Estos tumores se observan más a menudo en la cuarta dé-
rio es una neoplasia rara, con una incidencia de 2 por mi- cada, con una frecuencia igual en ambos lados. Los tumo-
llón, que da cuenta de sólo el 0,2% de los fallecimientos res varían de tamaño y pueden ser pequeños o muy gran-
por cáncer63 . Procede de cualquiera de las capas de la cor- des en el momento de su presentación. Al corte, su
teza suprarrenal. Estos tumores pueden ser hiperfuncio- superficie es fundamentalmente amarilla y en el caso de
nantes (54%) o no hiperfuncionantes (46%) 63. Los tu- lesiones grandes se observan áreas de hemorragia y ne-

Figura 11-14 Hemangioma de la glándula suprarrenal. A, Ecografía sagital que muestra una masa sólida ines-
pecífica (M) en la glándula suprarrenal izquierda. B, TC que muestra una masa suprarrenal izquierda heterogénea,
con realce e inespecífica con calcificación focal.
cu
t:
E
O
'O
..Q
CU
CU
,-
~

~
C)
O Figura 11-15 Tumores suprarrenales de gran tamaño. A, Feocromocitoma suprarrenal. Ecografía sagital del
O flanco izquierdo que muestra una masa grande y compleja con componentes quísticos que ocupa una zona por
W
delante del riñón izquierdo. B, Carcinoma adrenocortical. Ecografía sagital del flanco izquierdo que muestra una
= masa sólida no homogénea anterior al riñón izquierdo.

crosis. El cáncer adrenocortical es un tumor muy maligno Linfoma


que tiende a invadir la vena suprarrenal, vcr y linfáticos 64 Ellinfoma primario de la glándula suprarrenal es raro,
ya recidivar después de la cirugía. pero puede surgir de elementos linfoides heterotróficos
Su aspecto ecográfico es variable dependiendo del ta- que se encuentran ocasionalmente en las glándulas su-
maño de la masa. Los tumores hiperfuncionantes tienden prarrenales 66 . Con mayor frecuencia, la afectación supra-
a ser más pequeños cuando se descubren y normalmen- rrenal se debe a la diseminación por contigüidad de
te muestran un patrón ecográfico homogéneo similar a una enfermedad retroperitoneal tumoral. El linfoma no
la corteza renal. Cuanto mayores sean, más heterogé- Hodgkin es el tipo celular más frecuente y el 4% de los
neos serán, con zonas centrales de necrosis y hemorra- pacientes muestran masas suprarrenales discretas, con
gia. Alrededor del 19% muestran calcificación. Todas las frecuencia bilaterales (46%) 67.68. Se observa afectación su-
lesiones tienden a estar bien delimitadas con un borde prarrenal en el 24% de las autopsias 67 . Después del trata-
lobulado. En ocasiones, se aprecia un borde delgado que miento se puede detectar recidiva aislada en la glándula.
recuerda una cápsula (27%) 63. Fishman y cols.65 refirie- La necrosis y calcificación dentro del linfoma de la glán-
ron que se trataría de una porción bien vascularizada del dula suprarrenal son raras sin un tratamiento previ0 67 .
cáncer adrenocortical que sería específico para su diag- En la ecografía, el linfoma intranodal o extranodal se
nóstico. muestra habitualmente como una masa poco evidente o
Por desgracia, el aspecto ecográfico de las masas supra- un conglomerado hipoecoico (Fig. 11-1 7), posiblemente
rrenales no permite la diferenciación entre adenoma, car- por la población celular homogénea intratumoral. Las ma-
cinoma, feocromocitoma y metástasis (Fig. 11-15). Las sas pueden ser tan hipoecoicas como para parecer quis-
lesiones más pequeñas son más probablemente benignas tes; sin embargo, la ausencia de una transmisión directa
y las mayores, con hemorragia, necrosis y calcificación será reflejo de su naturaleza sólida.
más probablemente malignas (Fig. 11-16). Si se observa
una masa grande, necrótica y calcificada como hallazgo Sarcoma de Kaposi
aislado y en ausencia de un tumor primario, deberá sos- Las glándulas suprarrenales de pacientes con SIDA pre-
pecharse un carcinoma adrenocortical. La ecografía es un sentan una mayor incidencia de infecciones oportunis-
excelente método de despistaje que permite una confir- tas (citomegalovirus, Candida, Cryptococcus, herpesvirus,
mación rápida y no invasiva y también determina la loca- Pneumocystis, Mycobacterium avium -intracellulare, VIH,
lización de la lesión en pacientes en los que se sospecha toxoplasmosis)17,18,69,70 y de neoplasias (sarcoma de Kapo-
clínicamente que tienen un cáncer suprarrenal. El Doppler si, linfoma). Si se afecta el 90% o más del tejido suprarrenal
color y dúplex resulta útil para buscar las venas y la exten- por la infección o tumor se produce una insuficiencia su-
sión tumoral del tumor, especialmente cuando otras mo- prarrenal franca 71 • Suele ser una manifestación tardía en
dalidades de imagen sean ambiguas. La ecografía se pue- pacientes con SIDN9,7o. La ecografía del sarcoma de Kaposi
de utilizar para evaluar la diseminación metastásica y de la glándula suprarrenal no está bien documentada en la
guiar una aspiración con aguja, que puede ser difícil cuan- literatura. Puede observarse una masa sólida inespecífica
do se intenta diferenciar entre un adenoma y un carcino- con o sin necrosis en el lecho suprarrenal. Será necesaria la
ma bien diferenciado. biopsia para su confirmación (Fig. 11-18).
Metástasis Las metástasis son habitualmente más heterogéneas o con-
La glándula suprarrenal ocupa el cuarto lugar por orden tienen lípidos y muestran lavado diferido del contraste,
de frecuencia de las enfermedades metastásicas después en comparación con los adenomas. Pueden presentar ne-
de pulmón, hígado y huesos. Los tumores primarios que crosis y hemorragia central. Es rara la calcificación en las
con mayor frecuencia dan metástasis en las suprarrena- metástasis 23 . En la ecografía, las masas se muestran sólidas
les son el pulmón, mama, melanoma, riñón, tiroides y cán- y con cierta falta de homogeneidad debido a la necrosis o
cer de colon. Muchas de ellas siguen un curso silente. Aun- hemorragia (Fig. 11-19). En algunos casos, es necesaria la
que una masa suprarrenal detectada en un paciente con biopsia percutánea para confirmar o excluir las metástasis.
una neoplasia primaria conocida es más probable que re- Esto puede realizarse con ayuda ecográfica o dela Te.
presenten un adenoma que una metástasis, es necesario
diferenciar entre ambas para dirigir el tratamiento del
paciente. El uso de TC sin contraste, análisis de contraste , QUISTES SUPRARRENALES
diná mico y desviación química de la RM han mejorado
bastante la capacidad de diferenciar los adenomas supra-
rrenales de la metástasis 37 • En algunos casos la TC-PET Los quistes suprarrenales son lesiones benignas raras y se ,....
,....
puede jugar un papel complementari0 43 • describen casi siempre de forma accidental en la autopsia, o
Las metástasis suprarrenales pueden ser uni o bilatera- con una frecuencia del 0,06%72. Los quistes se encuentran "3
:!:
les y varían de depósitos microscópicos a masas enormes. con igual frecuencia en ambos lados y son habitualmente a.
ClI
U

Figura 11-16 Carcinoma adrenocortical: la importancia de localizar una gran masa en el flanco respecto a
la glándula suprarrenal. A, Ecografía transversal y B, TC correspondiente, que muestran una masa heterogénea,
grande y sólida por encima del riñón derecho y que afecta a la cara posterior de la vena cava inferior. Las masas
suprarrenales derechas quedan habitualmente por encima del riñón derecho. C, Ecografía transversal y D, TC correspon-
diente, que muestra una masa grande y sólida por delante del riñón izquierdo. Las masas suprarrenales izquierdas se
suelen localizar por delante del riñón izquierdo.
Figura 11-17 Lintoma suprarrenal. A, Ecografía transversal que muestra una gran masa suprarrenal sólida hepá-
tica en un paciente con SIDA. e, Te que muestra masas sólidas suprarrenales bilaterales, masas hepáticas y es-
plenomegalia.
=
r::::
'o
'0
oQ)
(/) unilaterales, pero pueden ser bilaterales hasta en e115 % • Endoteliales (45%): angiomatosos, linfangiestásic os,
de los casos 73 . Los quistes suprarrenales pueden obser- hamartomatosos
varse a cualquier edad, pero casi siempre se desarrollan • Pseudoquistes (39%): secundarios a hemorragia d en-
entre la tercera y la quinta década. Muestran un predomi- tro de una glándula suprarrenal normal o tumoral
nio de 3:1 por las mujeres 74 . • Epiteliales (9%)
La mayoría de los quistes suprarrenales son asintomáti- • Parasitarios (7%): los más frecu entes e quinocócicos.
coso Con su crecimiento los quistes provocan síntomas re- Ecográficamente, los quistes suprarrenales tienen las
lacionados con el desplazamiento o la compresión de las mismas características que los quistes de cualquier otro
estructuras adyacentes, como dolor o molestias abdomi - punto del cuerpo (Fig. 11-20). Habitualm ente tienen un
nales, náuseas, vómitos y dolor de espalda. Los quistes perfil redondo u ovalado, con una pared delgada y lisa.
suprarrenales se clasifican en cuatro tipos según su ori- Presentan una buena transmisión directa, pero se suelen
gen61.7S.77: observar detritus interiores. Alrededor del 15% muestran
calcificación curvilínea periférica de la pared, normal -
mente en los pseudoquistes y quistes suprarrenales p ara-
sitarios (Fig.11-21).
Una aspiración percutánea de los quistes que muestre
esteroides o colesterol suprarrenal será útil para de -
terminar un origen suprarrenal en los casos en los que no
consiga resolver esta duda una técnica de imagen 74 . Los
quistes suprarrenales son benignos y se les puede hacer
un seguimiento con imágenes seriadas. Si crecen en exce-
so o se hacen sintomáticos, pueden requerir la aspiración
percutánea con o sin esclerosis o la cirugía.

LESIONES SUPRARRENALES QUÍSTmAS


• Pseudoquistes
• Quiste endotelial
• Quiste epitelial
• Infección ( equinococo, absceso)
• Neoplasia necrótica
Figura 11-18 Sarcoma de Kaposi. Ecografía sa-
• Feocromocitoma quístico
gital que muestra una masa suprarrenal derecha,
heterogénea y predominante sólida. • Linfangioma
~ Figura 11-19 Metástasis suprarrenales derechas en diversos pacientes. A, Ecografía sagital que muestra una
..."'"""""~ suprarrenal engrosada que conserva el perfil del extremo suprarrenal. B, Ecografía sagital que muestra una masa
~ sólida de tamaño moderado por encima del riñón. e, Ecografía sagital que muestra una masa grande y poco ho- ,....
mogénea con un borde hipoecoico entre el hígado y el polo superior renal. ,....
o
'3
~
c.
ca
Hemorragia postraumática (.)

. HEMORRAGIA SUPRARRENAL La hemorragia suprarrenal postraumática se detecta has-


ta en un 25% de los pacientes con lesiones graves 80 • La
mayoría de los pacientes tendrán lesiones ipsilaterales
Hemorragia espontánea torácicas, abdominales o retroperitoneales 81 . La glándula
La hemorragia espontánea en la población adulta es ra- derecha se afecta con mayor frecuencia que la izquierda.
ra 78 • Se suele asociar a una situación de estrés grave, co- Se han propuesto tres mecanismos que explicarían la he-
mo sucede en la sepsis, quemaduras, traumas e hipoten- morragia suprarrenal:
sión. También se observa en alteraciones hematológicas, • Compresión directa de la glándula con rotura de los si-
como la trombocitopenia y la coagulación intravascular nusoides y vénulas.
diseminada (CID). Los pacientes que reciben anticoagu- • Compresión de la vena cava inferior aumentando la pre-
lación también son susceptibles de presentar una hemo- sión venosa suprarrenal en el punto en que su vena dre-
rragia suprarrenal, que normalmente se produce dentro na directamente en la VC!.
de las primeras 3 semanas de iniciada la anticoagula- • Fuerzas de deceleración que ocasionan cizallamiento de
ción 61 . También la ligadura y división de la vena suprarre- los vasos pequeños y perforación de la cápsula supra-
nal derecha durante el trasplante ortotópico del hígado rrenal.
puede ser el origen de una congestión venosa e infarto El aspecto ecográfico de la hemorragia suprarrenal es
hemorrágico o de la fo rmación de hematomas en la glán- casi siempre el de una masa brillante, ecogénica en el le-
dula suprarrenal derecha 79 . La glándula congestionada cho suprarrenal, que se hace más pequeña e hipoecoica
puede entonces romperse, ocasionando una hemorragia con el paso del tiempo. En ocasiones, una hemorragia su-
que requiera una reintervención. prarrenal se muestra inicialmente como una masa anecoi-

Figura 11-20 Quiste suprarrenal. Ecograf.ías A, sagital y B, transversal que muestran un quiste grande, anecoico
~ y bien delimitado con transmisión directa.
Figura 11-21 Pseudoquiste suprarrenal, A, Ecografía sagital que muestra una masa suprarrenal parcialmente
calcificada con sombra acústica. B, TC que muestra un quiste parcialmente calcificado que sustituye la glándula
suprarrenal derecha. (Cortesía del Dr. Mitchell Tublin.)

=e
'o ca y después se transforma en ecogénica con el tiempo pero es rara la enfermedad de Addison 83 . Las glándulas
'uu (Fig. 11-22), posiblemente porque la hemorragia inicial suprarrenales suelen ser pequeñas y pueden mostrar una
Q)
CIJ era sangre no coagulada. Con la resolución del hematoma mayor atenuación en la Te.
suprarrenal pueden aparecer pequeñas zonas focales de
calcificación. La mayoría de los hematomas suprarrenales Enfermedad de Wolman
(83%) tienen un aspecto redondeado u oval y se produ- La enfermedad de Wolman es una rara enfermedad here-
cen sobre todo en la médula 81. La hemorragia central pue- ditaria, autosómica recesiva, que se produce por depó-
de tensar o romper la corteza ocasionando una hemorra- sito de lípidos debida a una deficiencia de la lipasa del
gia perisuprarrenal. ácido liposomal. Muchos pacientes fallecen en sus prime-
La hemorragia suprarrenal unilateral tiene escasa rele- ros 6 meses de vida. La enfermedad se caracteriza por una
vancia clínica, pero los pacientes con hemorragia bilateral marcada hepatoesplenomegalia y una hipertrofia masiva
presentan mayor riesgo de desarrollar una insuficiencia de la glándula suprarrenal. Las glándulas suprarrenales
suprarrenal aguda. Por ello es esencial excluir la hemo- muestran calcificación puntiforme.
rragia dentro de una neoplasia preexistente, y serán ne-
cesarios estudios de seguimiento para documentar la he-
morragia suprarrenal, en la forma que se realiza con la INTERVENCiÓN DIRIGIDA
ecografía. Muchos hematomas se resuelven espontánea- POR ECOGRAFíA
mente con el tiempo sin necesitar intervención.
Biopsia
Welch y cols. 84 publicaron su experiencia de 10 años con
TRASTORNOS DEL METABOLISMO la biopsia suprarrenal en una revisión de 277 biopsias
percutáneas de 270 pacientes. La sensibilidad fue del
81 %, especificidad del 99% y precisión del 80%. El valor
Hemocromatosis predictivo fue del 99% y el negativo del 80%. La tasa de
La hemocromatosis puede ser primaria (idiopática) o se- complicaciones alcanzó el 2,8%. Las complicaciones po-
cundaria a repetidas transfusiones de sangre. Los pacien- tenciales de la biopsia suprarrenal percutánea dependen
tes con una hemocromatosis idiopática tienen un defec- del abordaje y son el hematoma (0,05%-2,5%) 85, neumo-
to en su mucosa intestinal que permite una mayor tórax (la más frecuente)85, pancreatitis (6%) 86, sepsis y
absorción de hierro con el consiguiente exceso de depósi- siembra en el trayecto de la aguja. La biopsia con aguja de
to en hígado, páncreas, corazón, bazo, riñones, ganglios un feocromocitoma puede precipitar una crisis hiperten-
linfáticos, glándulas endocrinas y piel. Clínicamente pre- siva y debe evitarse 87.
sentan cirrosis, diabetes mellitus e hiperpigmentación 82 . Las biopsias de las glándulas suprarrenales se realizan
Los pacientes con hemocromatosis secundaria tienen con mucha frecuencia mediante la guía de la Te. Sin em-
unos depósitos 'de hierro aumentados en las células del bargo, cuando la lesión es visible y fácilmente accesible, se
sistema reticuloendotelial de hígado, bazo y médula ósea. puede recurrir a la ecografía para dirigir el procedimien-
No suele cursar con disfunción de órganos 82. to. En la derecha se suele elegir un abordaje transhepático
Un depósito excesivo de hierro en las glándulas conduce para evitar el espacio pleural (Fig. 11-23). En el lado iz-
con frecuencia a una insuficiencia adre no cortical leve, quierdo se elige un abordaje posterior, lateral o anterior,
,...
,...
Figura 11-22 Hemorragia suprarrenal espontánea en dos pacientes. A, Hemorragia crónica. Ecografía sagi- o
tal que muestra dos focos ecogénicos debidos a un coágulo de sangre en una glándula suprarrenal derecha agran- '3
,~
dada. B, Hemorragia aguda. Ecografía sagital que muestra una masa grande y compleja que desplaza el riñón c.
ctI
izquierdo en dirección caudal y anterior. O

las muestras de la glándula suprarrenal. Ambas glándu-


las, derecha e izquierda, son accesibles con facilidad. En
24 pacientes se realizó una aspiración con aguja fina me-
diante ayuda ecográfica de las glándulas suprarrenales.
Jhala y cols. 88 refirieron que se obtuvo una celularidad
adecuada en todos los pacientes sin complicaciones rele-
vantes.

Drenaje
El drenaje percutáneo de un absceso suprarrenal o el dre-
naje y esclerosis de un quiste suprarrenal son posibles
siempre que exista un acceso seguro para la colocación
del catéter. La elección del catéter depende de la viscosi-
dad del material que se desea drenar. Debido a la profun-
didad de la localización de la glándula suprarrenal estos
Figura 11-23 Biopsia percutánea suprarrenal. procedimientos tienen que realizarse muchas veces con el
Ecografía sagital que muestra la colocación trans- soporte de la re.
hepática de una aguja (línea ecogénica) dentro de
una pequeña metástasis en un paciente con cáncer de pul-
món. (Cortesía de J. William Charboneau.)
ECOGRAFíA INTRAOPERATORIA

dep endiendo del tamaño de la lesión y de que se disponga La ecografía intraoperatoria con transductor de 7,5 MHz
de un acceso seguro. Se prefi ere un abordaje posterior al es útil cuando se realiza una adrenalectomÍa parcial. La
anterior en el lado izquierdo en un intento de evitar el de- glándula suprarrenal expuesta se insona para conseguir
sarrollo de una pancreatitis. una localización precisa de la patología que permitirá des-
Recientemente, la ecografía endoscópica CEE) ha de- pués que el cirujano disponga de unos límites claros para
mostrado ser segura y un méto do a lternativo válido para la resección.
Capítulo 12

RETROPERITONEO
Raymond E. Bertino, Nathan A. Saucier y Daryl J. Barth

Además del estudio de órganos sólidos, la ecografía del mica, que se consideraba aparte de otras enfermedades
retroperitoneo se aplica con frecuencia al diagnóstico de cardiovasculares, era con diferencia la principal causa de
patología vascular arterial. muerte (445.687) en Estados Unidos 3 • El ictus que se con-
sideraba por separado de otras enferm edades cardiovas-
culares era la tercera causa de muerte (1 43.579). Según la
ATEROSCLEROSIS American Heart Association (AHA) si se eliminaran las
principales formas de patología cardiaca y vascular la ex-
pectativa de vida subiría casi 7 años 4 •
La principal causa de enfermedad de las arterias en hu- La aterosclerosis es un proceso complejo. Comienza con
manos es la aterosclerosis 1 . Es la primera causa de enfer- la lesión del endotelio, que aumenta la permeabilidad de
medades cardiovasculares e incluye la patología cardiaca, la íntima, permitiendo la acumulación de lipoproteínas de
accidentes cerebrovasculares (ACVA, ictus), hipertensión baja densidad en la pared arterial s. Esto ocasiona una in-
y patología vascular periférica. Puede ser el factor más flamación y se forma una placa dentro de la pared arte-
importante de otras patologías, como la insuficiencia car- rial, formada pór lípidos, células de la musculatura lisa,
diaca, arritmias (como la fibrilación auricular) y la mio- macrófagos y calci0 6•7 . Puede aparecer además hemorra-
cardiopatía. La patología cardiovascular (PCV) es la prin- gia dentro de la placa. La placa aterosclerótica conduce a
cipal causa de mortalidad en Estados Unidos desde 1900, una reducción del flujo sanguíneo a los órganos diana al
excepto en el año 1918 en que lo fue la gripe epidémica 2 • estrechar la luz endovascular, que tiene como consecuen-
Sin embargo, se han hecho progresos. Las tasas de mor- cia que surjan signos de isquemia y síntomas como la
talidad por PCV cayeron un 27% entre 1995 y 2005 2• En el claudicación y disfunción eréctil (enfermedad aortoilía-
año 2005, la PCV se refería como la causa de muerte de ca), hipertensión e insuficiencia renal (enfermedad ar-
856.030 personas. En el año 2005 la cardiopatía isqué- terial renal) y la isquemia mesentérica (enfermedad
arterial mesentérica).
El proceso inherente con la propia aterosclerosis, se
considera también responsable de la formación del aneu-
risma. Aunque existen otras causas de aneurismas, como
la necrosis quística de la capa media, traumas e infeccio-
nes, se cree que la aterosclerosis explica aproximadamen-
te el 90% de los aneurismas de aorta abdominal.

ANEURISMA DE AORTA ABDOMINAL

La aorta abdominal reduce el diámetro lentamente desde


el hiato diafragmático hasta la bifurcación aórtica (Fig.
12-1). Gran parte de dicho estrechamiento se produce en
la aorta abdominal proximal cuando emergen sus ramas
más gruesas (celíaca, mesentérica superior y renales). El
tamaño normal de la aorta abdominal supracelíaca oscila
entre 2,5 y 2,7 cm en hombres y entre 2,1 y 2,3 cm en mu-
jeres. En diámetro normal de la aorta abdominal oscila
"" Figura 12-1 Anatomía de la aorta abdominal. entre 2,0 y 2,4 cm en hombres y 1,7 Y2,2 cm en mujeres 8 .
~ La aorta abdominal va reduciendo su diámetro
desde el hiato aórtico hasta su bifurcación. Gran Mortalidad
parte de dicho afilamiento se produce una vez que salen El aneurisma de aorta abdominal (AAA) es una patología
sus principales ramas: las arterias celíaca, mesentérica su-
frecuente en la población anciana. Cada año 33.000 pacien-
perior y renales.
tes se someten a una reparación quirúrgica en los EE. UU.9
ROTO el diámetro de una arteria de al menos el 50% compara-
do con el diámetro normal de la arterias. Por ejemplo, si
un paciente tiene una aorta que mide 2,2 cm de diáme- o
G)
tro, la aorta se entendería como aneurismática si alcanza c::
los 3,3 cm. Esta definición puede ser de difícil aplicación
para la aorta abdominal, ya que puede no estar claro cuál
...
O
'¡:
G)
es el diámetro normal de la aorta para un paciente con- a.
Mueren, nunca llegan
a ser intervenidos 60% creto. e
d)
La mayor parte de los AAA son infrarrenales. La defini-
a::
ción más práctica y habitual de un AAA infrarrenal espe-
C\I
cífico es que existe un aneurisma cuando la aorta infrarre- ....
nal alcanza un diámetro de 3,0 cm o más. Esta definición o
'3
es válida en la mayoría de casos. Sin embargo, la defini- ~
o.
ción puede resultar insuficiente, especialmente en pa- «1
o
cientes pequeños. Se debe recordar que una aorta que
mida 2,5 cm de diámetro se puede considerar acertada-
TRATADOS
mente aneurismática si el paciente tiene un diámetro de
aorta proximal de 1,6 cm.
Los aneurismas que afectan a las arterias renales o a la
aorta suprarrenal son más raros y suelen observarse en
aneurismas de aorta torácica. Los AAA a nivelo por enci-
ma de las arterias renales se incluyen dentro de la clasifi-
cación de Crawford de aneurismas toracoabdominales 13
(Fig. 12-3). La literatura médica utiliza de modo casi ex-
Sobreviven 95% clusivo el término «aneurisma de aorta abdominal» para
referirse a los aneurismas infrarrenales.

Fisiopatología
Las arterias tienen tres capas: íntima, media y adventicia.
La íntima, la capa más interior, se compone de endotelio
Figura 12-2 Aneurisma de aorta abdominal y lámina elástica interna, junto con un escaso tejido inter-
(AAA) roto: supervivencia. En lugar de la supervi- puesto l . La adventicia, la capa externa, está formada por
vencia del 20% de los pacientes con rotura de un tejido conectivo y porta los nervios y vasa vasorums.
AAA que sobreviven (cuña verde), si el AAA se trata antes La capa media dota de gran parte de su resistencia a la
de su rotura sobreviven el 95%. aorta y está formada por elastina, colágeno y células de
músculo liso y proteínas de la matriz extracelular. La elas-
tina se produce de forma muy reducida en humanos y con
La rotura de un AAA es un evento catastrófico que explica la edad existe una progresiva pérdida de la elastina en el
8.500 fallecimientos hospitalarios cada año lo . Muchos pa- cuerpo. De forma característica un aneurisma de aorta
cientes con rotura de aneurisma fallecen antes de alcanzar muestra una importante reducción de su contenido de
el hospital y, entre los que sí llegan a ser admitidos por ro- elastina 14 . La destrucción de la elastina se produce por ac-
tura, la mayoría fallecen antes de su intervención. Entre los ción de enzimas cono las metaloproteinasas de la matriz
que son operados, la mortalidad a los 30 días es del 50%. La (MPM)1s. Diversas medicaciones son capaces de reducir la
mortalidad global de una rotura de AAA es del 80%10y en- tasa de destrucción de la elastina, bien por supresión de
tre los sometidos a una reparación quirúrgica electiva del las MPM o por inhibir otras rutas bioquímicas, y parecen
3%-5 %11. Estos datos sugieren que la mayoría de los falle- dar resultados prometedores en la reducción de la tasa de
cimientos por roturas de AAA son evitables (Fig. 12-2). crecimiento del AAA l 6. Las estatinas y la doxiciclina son
Se han realizado muchas investigaciones encaminadas a inhibidores conocidos de las enzimas MPM.
reducir la mortalidad del AAA. El cribado por ecografía ha
demostrado que es un paso coste-efectivo. Los tratamien- Historia natural y tratamiento médico
tos médicos pueden reducir la tasa de crecimiento del El aneurisma de aorta abdominal es una patología de pa-
AAA una vez detectado. En aneurismas grandes la repara- cientes ancianos. Los AAA son raros antes de los 50 años y
ción quirúrgica o endovascular es mucho más segura afectan a hombres cuatro veces más que a las mujeres. El
cuando se hace de modo electivo que de modo urgente. A riesgo de desarrollar un AAA también aumenta en fumado-
partir de estos fundamentos se puede reducir bastante la res y cuando existen antecedentes familiares de AAA con
mortalidad por AAA. parentesco familiar de primer grado. Otros factores que au-
mentan el riesgo son los antecedentes de la patología vas-
Definición cular periférica, una enfermedad cardiovascular y la hiper-
Existen muchas definiciones de aneurisma arteriaJ12. tensión 17 . El AAA aumenta habitualmente el diámetro con
Una definición generalmente aceptada es el aumento en una tasa de 1,7-2,6 mm cada año, y esta tasa de crecimiento
Figura 12-3 Los ane urismas aisla-
dos de la aorta abdominal supra-
rrenal son raros. La mayoría de los
AAA también afectan la aorta torácica por
encima del diafragma. Los AAA aislados se
incluyen dentro de la clasificación de Crawford
de aneurismas toracoabdominales. La eco-
grafía longitudinal muestra un aneurisma de
aorta abdominal suprarrenal aislado que mide
5,5 cm en un paciente con un diámetro de la
aorta abdominal de 1,45 cm.

aumenta a medida que el aneurisma se hace mayor17 . La vida (QALY) quedaba dentro de los márge nes aceptables
tasa de crecimiento es más rápida en mujeres 1B•19 . para el servicio nacional de salud británico (British Natio-
A medida que aumenta el tamaño, el riesgo de ruptura nal Health Service]29. Un estudio realiza do en Dinamarca
también aumenta. La rotura es rara mientras que el AAA consiguió una reducción de la mortalida d intrahospitala-
sea menor de 4,0 cm de diámetro, con un riesgo anual del ria del 68 % en un grupo detectad o de y pudo llegar
0,3 %. La tasa de rotura aumenta al 1,9 % cuando alcanza a la conclusión de que la detección del con la ecogra-
4,0-5,0 cm y al 6,5% entre 5,0-6,0 cm de diámetro. Aun- fía era coste-efectivo 3o . Sin embargo, recientes estudios
s:::: que los datos para los aneurismas mayores son algo con- realizados sobre mujeres respecto a la utilidad de la de-
'o tradictorios, cuando el diámetro es mayor de 6 cm el ries- tección de AAA no han sido concluyentes 27•
'0
oCl) go de ruptura es claramente mayor 20 •21 . Otros factores de Un metaa nálisis so licitado por la U.S. Preventive Services
U)
riesgo de rotura son continuar fumando y la enfermedad Task Force (USPSTF) que ana lizaba datos procedentes de
pulmonar crónica obstructiva (EPOe). Además la tasa de cuatro estudios, incluyó lo s dos estud ios europeos ya
rotura en mujeres es cuatro veces mayor que la del hom- mencionados. Dicho estudio ll egó a la co ncl usión de que
bre 22 . La rotura en mujeres se produce con aneurismas en «para varones co n edades comprendidas entre los 65 y 74
proporción más pequeños, aunque la relación exacta de ese años, la recomendación de seguir proced imientos de de-
riesgo añadido no se ha cuantificado exactamente. Dado tección reducía la mortalidad relaci ona da con el AAA»31.
que unos aneurismas menores en mujeres tienen un riesgo Según estos estudios, en 2005 se publicaron las siguientes
similar al de aneurismas mayores en los hombres, las reco- recomendaciones 32 :
mendaciones de tratamiento electivo en mujeres se indican
con aneurismas de menor tamaño que en hombres 19 • Las La USPSTF recomienda un screening de aneurisma de aorta
recomendaciones en relación a cuánto más pequeños de- abdominal (AAA) mediante ecografía en pacientes con edades
ben ser oscilan entre 3,0 mm hasta más de 5,0 mm. entre 65 y 74 años que fumaron alguna vez.
El tratamiento médico actual se limita a su capacidad Fundamento: La USPSTF ha observado una clara evidencia
para prevenir el crecimiento de un AAA. Existe una evi- de que la detección de AAA y reparación quirúrgica de AAA
dencia algo contradictoria respecto a dejar de fumar 23 y el grandes (5,5 cm o más) en hombres entre los 65 y 74 años que
control de la hipertensión es efectivo a la hora de reducir h a n fumado en alguna ocasión (fum adores actuales o anti-
la tasa del crecimiento del aneurisma. Las estatinas y la guos) conduce a una mortalidad por AAA menor. Existe una
doxiciclina pueden reducir la tasa de crecimiento del buena evidencia de que la ecografía abdom inal realizada en
aneurisma 24-26. Otras medicaciones que parecen promete- un contexto de evaluación con la calidad necesaria (es decir,
doras en estudios animales e in vitro son los inhibido res en una institución acreditada y con unos profesionales acredi-
de la angiotensina 11 y medicaciones antiinflamatorias. tados), es una prueba de detección precisa para el AAA. Tam-
bién hay evidencia sobre importantes perjuicios por la detec-
ción y tratamiento precoz, como son un mayor número de
Screening cirugías con su importante morbimortalidad clínica asociada
y los perjuicios psicológicos a corto plazo. En base a la mode-
Estudios recientes rada magnitud del beneficio neto, el USPSTF concluye que los
La patología del AAA cumple los criterios de la 10." Orga- beneficios de un screening para el AAA en hombres de edades
nización Mundial de la Salud (OMS) para la instauración entre 65 y 74 años que han fumado exceden los perjuicios que
de programas de detección 27 • La investigación sobre la Pudiera ocasionar.
efectividad y coste-eficacia de la detección mediante eco-
grafía de los AAA ha sido extensa, especialmente en Euro- LA USPSTF apreció que la mortalidad por AAA también
pa. En un estudio que se llevó a cabo en Gran Bretaña, el era menor en hombres no fumadores en los que se había
Multicentre Aneurysm Screening Study (MASS), se puso de realizado el screening. Sin embargo, la magnitud del bene-
manifiesto una reducción del riesgo de un 42 % en la mor- ficio sobre la mortalidad era bastante menor que entre
talidad relacionada con el aneurisma en una población de fumadores y la USPSTF llegó a la conclusión de que el be-
hombres con edades de 65-74 años 2B • El estudio llegó a la neficio no superaba los efectos negativos del screening (o
conclusión de que el coste por año ajustado a calidad de sea, coste, y la ansiedad de los pacientes identificados)32.
Posteriormente, el acta del Screening Abdominal Aortic crecer más rápidamente a medida que aumenta su tama-
Aneurysms Very Efficiently (SAAAVE) pasó el control del ño, existe un acuerdo general de que los aneurismas más
congreso de los EE. UU. y fue firmado el 8 de febrero de pequeños requieren unas exploraciones menos frecuentes o
Q)
2006. Desde el 1 de enero de 2007, Medicare cubre un que los grandes. Para el resto de situaciones no existe un e
screening mediante ecografía para detección de AAA, que acuerdo general sobre la frecuencia de las revisiones eco-
gráficas. Las recomendaciones para evaluar aneurismas
...o
'¡:
realizan profesionales cualificados. Los pacientes elegi- Q)
dos fueron hombres fumadores de más de 100 cigarrillos menores de 4,0 cm de diámetro oscilan entre 1 y 3 años 34. a.
en total durante toda su vida) y hombres y mujeres con En el U.K Small Aneurysm Trial, Brady y cols. 35 llegaron a la
conclusión de que la monitorización podría realizarse a in-
...e
Q)
una historia familiar de AAA en un pariente en un primer a:
grado de consanguinidad. Para quedar cubiertos los pa- tervalos de 36, 24, 12 Y3 meses para aneurismas de 35, 40,
C'II
cientes tienen que someterse al estudio de detección para 45 Y50 mm respectivamente. Siguiendo esta pauta, el ries- ,....
AAA como parte del reconocimiento programa de bienve- go de reevaluar el tamaño de un AAA que sea menor de 55 o
'3
nida de Medicare (Welcome to Medicare Physical Exam ; mm sería menor del 1%, y conseguir una tasa del 5% re- ~
c.
WTMPE) y completar el estudio dentro de los primeros 6 queriría unas revisiones incluso menos frecuentes. ca
()
meses de Medicare. A la vista de estos resultados nuestro grupo de clínicos
para aneurismas se ha interesado en nuevas pautas de
Abordaje ecográfico monitorización de los aneurismas. Actualmente seguimos
El screening para AAA tiene que ser de alta sensibilidad. los AAA ecográficamente cada 2 años cuando los aneuris-
Es obligatorio que sea evaluada toda la aorta infrarrenal. mas son menores de 40 mm, cada año si tienen 40-44 mm
El screening con ecografía puede ser positivo, negativo o y cada 6 meses una vez que el aneurisma alcanza los 45
indeterminado. El número de estudios indeterminados mm. A medida que aumente nuestra experiencia con el
debe ser muy bajo; menor del 5%. programa de monitorización, probablemente sigamos los
Existen actualmente dos abordajes para el cribado eco- AAA incluso con menor frecuencia.
gráfico del AAA. El primero está reflejado en las guías ac- La vigilancia de los aneurismas suele conducir a su se-
tuales de la American College of Radiology (ACR) y requie- guimiento en una base de datos. Nuestro servicio de radio-
re la obtención de un número completo de imágenes logía intervencionista comenzó la base de datos en 2003
documentadas para cada paciente3 3 • Cuando un estudio con el objeto de seguir los AAA36. El servicio se ofrece a los
de screening es positivo para AAA, las imágenes registra- médicos que nos remiten al paciente con un AAA conocido
das serán suficientes para documentar el tamaño del de cualquier tamaño, y los pacientes se introducen en la
aneurisma de forma concluyente. El estudio de detección base de datos a petición de su médico. El médico ordena
por tanto servirá además como el primer estudio diagnós - todas las ecografías aórticas posteriores y monitoriza to-
tico. Este tipo de estudio de detección no es muy distinto dos los resultados. Consideramos que el médico de cabe-
de la exploración «diagnóstica» completa y probablemen- cera es muy receptivo a este servicio. Los pacientes se ven
te sea la modalidad más habitual en servicios de radiolo- inicialmente en nuestro servicio de radiología intervencio-
gía que manejan gran volumen de ecografías. nista, de forma que conocen a los médicos y enfermeros
El segundo abordaje lo han aplicado varias compañías especializados implicados y son informados respecto a su
móviles que ofrecen detección de aneurismas a la pobla- patología, tratamiento y la forma en la que se seguirá el
ción general. Estos programas por beneficio están prepaga- aneurisma. Después de esa primera visita, toda la comuni-
dos por los individuos que requieren la detección; el bene- cación será por teléfono o correo. La base de datos se revi-
fici o se basa en que al realizar un elevado número de casos sa periódicamente para estar seguros de que el paciente
dentro de un breve periodo de tiempo se pueden mantener mantiene sus citas. Cuando los aneurismas alcanzan el ta-
los costos al mínimo. No está claro si se mantiene la calidad maño de tratamiento, 4,5 mm como diámetro máximo, los
de los mecanismos de control en este tipo de exploraciones, pacientes se ven con más regularidad en la clínica.
que con frecuencia solo admiten dos tipos de resultados:
positivo o negativo. Los estudios positivos no suponen una Técnica ecográfica
extensión del estudio para que sea diagnóstico. De hecho, Cuando se hace el seguimiento de un aneurisma conocido
un estudio positivo supone una recomendación al paciente se recogerá una historia clínica adecuada. Son aspectos de
para obtener una prueba diagnóstica. Esto le permite al interés si el paciente presenta dolor de espalda y/o abdo-
proveedor al mismo tiempo reducir costes. minal o sensibilidad a la palpación. Estos síntomas se con-
La reducción de costes de este tipo de estudio ofrece un sideran una indicación de tratamiento del aneurisma.
beneficio potencial. Si el bajo coste de este tipo de servicio Son de aplicación los siguientes principios en los estu-
puede extenderse ampliamente y si se resuelve el aspecto dios de detección y de seguimiento. Es necesaria la explo-
del control de la calidad, el screening (que es tan seguro ración de toda la aorta infrarrenal. Identificar la bifurca-
como coste-efectivo) puede estar disponible para un ma- ción aórtica garantiza que distalmente se ha explorado lo
yor segmento de la población. suficiente. Al identificar las arterias celíacas, mesentérica
superior o renal del hiato aórtico del diafragma, se podrá
Vigilancia asegurar que la exploración proximal ha alcanzado una
Una vez que se ha diagnosticado el AAA, el paciente pasa amplitud craneal suficiente. Las imágenes deben obtener-
de detección a programa de vigilancia, donde se reevalúa se tanto en planos transversales como longitudinales. El
periódicamente el aneurisma. Puesto que el AAA tiende a objetivo es encontrar el diámetro máximo de la aorta, me-
dido desde el borde exterior de la pared hasta el borde
exterior de la pared contralateral. Las medici ones deben
as tomarse perpendiculares a la luz aórtica. Para garantizar
o que las mediciones son perpendiculares, son mejores las
'0
...
'as imágenes longitudinales que permiten unas mediciones
...o
~
más precisas (Fig. 12-4).
La mayoría de los aneurismas infrarrenales son fusifor-
as mes con una sección relativamente circular. En un aneu-
o
'S: risma fusiforme, las mediciones del tam año que se tomen
:¡ en cualquier plano longitudinal a través de la aorta serán
Q.
iguales (Fig. 12-5). Las paredes de la aorta se aprecian ge-
a; neralmente bien en la imagen longitudinal, debido a que
e
son paralelas a la cara del transductor, lo que produce un
E
o Figura 12-4 Medición de la aorta abdominal. eco fuerte desde las paredes. La imagen transversal es es-
'O pecialmente importante para identificar los aneurismas
.c Las mediciones AAA de las imágenes longitudina-
as

-as
,-
...atns
o
o
les son habitualmente las más precisas siempre
que su obtención sea perpendicular a la luz. Las medicio-
nes incluyen las paredes tanto anterior como posterior, que
suelen apreciarse bien.
que son excéntricos, que son menos frecuentes. Si el aneu-
risma es excéntrico, las mediciones tienen que tomarse
en el plano de la excentricidad del aneu risma para encon-
trar el diámetro mayor del aneurisma (Figs. 12-6 y 12-7).
w
=c:
'o
'(3
u
al
en

Figura 12-5 La mayoría de los aneurismas de aorta abdominal son fusiformes. Con esta configuración el AAA
es circular en el corte transversal. Ecografías A, longitudinal y B, transversal en escala de grises que muestran las
mediciones de un AAA.

Figura 12-6 Aorta con aneurisma sacular. A, A partir de un plano longitudinal, la aorta parece normal. B, Imagen
transversal de la aorta que fue necesaria para detectar de forma fiable este tipo de aneurisma. En el aneurisma
sacular, salvo que la imagen longitudinal se pueda obtener en el plano del diámetro máximo de la aorta, tiene que
utilizarse la imagen transversal para medir el diámetro máximo.
Nos otros obtenemos generalmente imágenes desde cine permiten que el médico que revise la exploración pue-
dos ventanas: la línea media abdominal anterior, que da determinar si existe excentricidad del aneurisma.
permite una imagen de la máxima longitud de la aorta oCI)
abdominal y desde el flanco izquierdo, con el paciente Tomografía computarizada c:
en decúbito lateral derecho. La aorta abdomina l media y
distal se suele apreciar mejor en esta posición, especial-
La tomografía computarizada (TC) juega un papel limita-
do en la detección del AAA y su seguimiento, pero debe
...
O
'¡:
CI)
mente en pacientes obesos. Las arterias ilíacas comunes utilizarse en cualquiera de las siguientes situaciones: Q.
proximales pueden también apreciarse mejor desde esta
posición.
• Si el paciente es tan obeso o complejo como para obte- e
;
ner una imagen adecuada que permita asegurar si el
Nosotros obtenemos bucles en formato de cine en longi- aneurisma es excéntrico con una cierta garantía en el
a:
tudinal y transversal desde la ventana anterior y lateral iz- estudio inicial. Una vez que se objetiva que el aneurisma
quierda. Los bucles de cine longitudinales permiten una es fusiforme parece razonable que algunas o el resto de
medición sencilla de la aorta. Los bucles transversales de exploraciones se hagan mediante ecografía.

Figura 12-7 Aneurisma pequeño de aorta que al-


canza 3,0 cm, A, Ecografía longitudinal. Obsérvese el
AAA que se tomó una medida incorrecta desde la pa-
red interior a la pared interior, en lugar de la medición correcta,
que es de pared exterior a pared exterior. B, El paciente se perdió
durante el seguimiento del aneurisma. Acudió de nuevo 6 años
después con una historia de 6 semanas de dolor abdominal y de
espalda. El aneurisma que fue redescubierto de forma casual du-
rante una ecografía abdominal. En la imagen longitudinal el aneu-
risma había aumentado ligeramente de tamaño (4,6 cm). e, Ima-
gen transversal que muestra que la luz aórtica es mayor y
extremadamente excéntrica, con un diámetro máximo de 7,3 cm.
D, Ecografía transversal y E, Te con imagen de reconstrucción
que muestran una llamativa excentricidad del aneurisma. Retros-
pectivamente, el dolor de espalda/abdomen del paciente fue
consecuencia de una perforación contenida del aneurisma.
• El aneurisma se sabe excéntrico y el área no se puede risma fusiforme, que es el tipo más habitual de AAA. Sin
visualizar correctamente mediante ecografía. embargo, si no se puede observar toda la aorta infrarrenal
• El pacientes está muy sintomático (incluido el paciente en el plano transversal tampoco se podrá excluir un aneu-
en área de urgencias). risma excéntrico (Figs. 12-6 y 12-7).
• Existen porciones de las arterias ilíacas que se saben
aneurismáticas y que no se aprecian con claridad. Ecografía versus Te para la evaluación
• El AAA se sospecha que sea inflamatorio (se describe de la ruptura
posteriormente) y todavía no se ha hecho la Te. Como ya se mencionó previamente, la rotura de un aneu-
• Se sospecha que el aneurisma ha alcanzado un tamaño risma es catastrófica y con mucha frecuen cia es causa de
suficiente para que necesite una planificación terapéu- fallecimiento del paciente. Aunque la ecografía desempe-
tica. ñó un papel importante en el rápido diagnóstico del AAA
en el área de urgencias hace 25 años 37 , probablemente ya
Falsos positivos/falsos negativos no ocupe dicho lugar en la mayoría de los hospitales. Las
El screening del aneurisma aórtico debe ser muy preciso. casi ubicuas TC multidetectoras de alta velocidad han he-
En cualquier caso hemos observado dos tipos de circuns- cho que el diagnóstico con TC sea extremadamente rápi-
tancias donde es posible que se presenten falsos positi- do. La TC es diagnóstica de AAA en todos los casos, es al-
vos. El primero sucede cuando la aorta en el hiato diafrag- tamente diagnóstica para el sangrado retroperitoneal
mático mide 3,0 cm o más y se llama erróneamente asociado a la rotura del AAA y no depende del operador.
«aneurismática». El tamaño normal de la aorta suprace- Por todos estos factores, obtener una ecografía formal
lía ca es de 2,1 a 2,7 cm B• Partiendo de la definición de en pacientes con una necesidad urgente de diagnóstico en
aneurisma que precisa un diámetro de 1,5 veces o más el la mayoría de los casos será poco acertado. Si el paciente
= diámetro normal, una aorta pequeña no sería aneurismá-
tica hasta que alcanzara aproximadamente 3,2 cm de diá-
tiene rotura de AAA el tiempo es fundam ental y el pacien-
te necesita toda la información posible que se pueda obte-
metro, mientras que una aorta supracelíaca mayor no se- ner de forma fiable. Realizar una ecografía supone un
ría aneurismática incluso con 4,0 cm. riesgo de perder unos minutos muy valiosos que pueden
La segunda circunstancia en la que se han visto varios suponer la diferencia entre la vida y la muerte del pacien-
resultados falsos positivos es cuando la columna se con- te (Fig. 12-9).
funde como pared posterior de la aorta. Esto es especial-
mente probable cuando la visualización es mala, como Planificación terapéutica
sucede con pacientes obesos. La pared posterior verdade- La angiotomografía computarizada (ATC) es generalmen-
ra de la aorta puede ser difícil de determinar. Normalmen- te el método de imagen más adecuado para la planifica-
te la imagen transversal o la imagen desde el flanco iz- ción terapéutica del AAA. La distancia de las arterias rena-
quierdo permiten definir la pared posterior verdadera y les desde el inicio del aneurisma y la existencia de arterias
permiten establecer si existe aneurisma (Fig. 12-8). renales accesorias y su localización es importante. Si el
En cuanto a los falsos negativos estos se producen paciente se considera candidato para un injerto intralu-
cuando la visualización de la aorta infrarrenal es incom- minal, es esencial además el conocimiento de la anatomía
pleta. Cuando se observa bien toda la aorta infrarrenal tridimensional (3D) del aneurisma y la visualización de
como una imagen longitudinal, se puede excluir un aneu- sus arterias ilíacas. Además, la evaluación de las arterias
mesentéricas es muy valiosa para determinar si será ne-
cesaria la reimplantación de la arteria mesentérica infe-
rior (AMI). Toda esta información se puede conseguir de
'" forma fiable con la ATe.

~

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1

Evaluación postoperatoria con ecografía


Después de una reparación quirúrgica abierta de un aneu-
~ .. r _ 3
risma de aorta, no se suele realizar un seguimiento con
,x_ 4
imagen. Sin embargo, se recurre a la imagen para evaluar
complicaciones postoperatorias, como la trombosis, in-

~. 1: fección, estenosis (acodadura del injerto, hiperplasia de


la íntima, aterosclerosis) y pseudoaneurisma anasto-
mótico. La ecografía juega un papel en el diagnóstico de
cualquiera de estas complicaciones. Otra complicación es
- 7
la fístula aortoentérica, generalmente a la tercera por-
.~ Disf 3.15 cm AORTA LONG O
ción del duodeno y que es potencialmente catastrófica y
Figura 12-8 Aneurisma de aorta abdominal fal- cursa casi siempre con una hemorragia digestiva alta. La
"'".......-~ 50
positivo. Se ha colocado el cursor profundo en ecografía no desempeña ningún papel en el diagnóstico
~ el eco de la columna lumbar, posterior a la aorta. de la fístula aortoentérica.
Este puede ser el origen de un falso positivo, casi siempre La ecografía juega un papel importante, potencialmente
cuando la visualización es mala por obesidad. La imagen
mucho mayor incluso, después de la reparación quirúrgi-
transversal suele detectar el error.
ca de un aneurisma aórtico con injerto endoluminal. Las
recomendaciones actuales son una supervisión de por vi- En caso de endofuga el aneurisma puede seguir crecien-
da mediante imagen de las fugas endoluminales en los pa- do y finalmente romperse. Las endofugas se producen en
cientes que se hayan sometido a injertos endoluminales aproximadamente un tercio de los AAA tratados con IEL 41 . oCI)

-
por un AAA38 . Una endofuga es una zona de AAA que se Las fugas del tipo 1 y 3 requieren un tratamiento inmedia-
c:
ha excluido por un injerto endoluminal (IEL) y que sigue to cuando se llega al diagnóstico. Las endofugas del tipo 4 O
recibiendo flujo sanguíneo. Existen cuatro tipos de endofu- generalmente se observan durante la colocación del injer- ' ¡:
CI)
gas, que se clasifican según los cuatro distintos orígenes de to y son auto limitadas; no precisan tratamiento. En el caso a.
flujo sanguíneo dentro del saco aneurismático (Fig.12-10). de endofugas del tipo 2 las decisiones son más complejas. E
La re entrada de la sangre desde el saco se suele producir Las fugas pequeñas pueden observarse mediante su se- G)
a través de las ramas permeables de la aorta en todos los guimiento para comprobar si se resuelven o si se produce a::
tipo s de endofugas. . expansión del aneurisma 41 • C\I
.....
En el tipo 1 de endofuga, uno de los extremos del IEL Por la posibilidad de endofugas, los AAA tratados me- o
no queda firmemente adherido a la pared arterial, permi- diante IEL se someten a una vigilancia mediante imágenes '3
~
tiendo que la sangre penetre en el saco aneurismático. El de rutina. Las imágenes habitualmente consisten en ex- c.
(ti

tip o 2 se debe a flujo retrógrado dentro del saco del aneu- ploraciones anuales con TC multifásica con contraste. Es- O
risma a través de una rama aórtica, normalmente la AMI o ta exploración periódica eleva los costes y expone al pa-
una arteria lumbar. En la fuga de tipo 3 existe una inte- ciente al contraste y a una considerable radiación. Con el
rrup ción de la integridad del IEL debido a una fisura de Doppler color dúplex se pueden visualizar las endofugas
fábri ca o a la separación de partes del componente modu- (Fig. 12-11). Aunque son muy controvertidos, diversos es-
lar del IEL. La fuga de tipo 4 se debe a la porosidad del IEL tudios sugieren que el Doppler color dúplex se compara
con sangre que atraviesa los poros del injerto. Solamente favorablemente con la TC en la detección de fugas y po-
se observa precozmente después de la implantación y se dría ser el método preferido de supervisión 42 •43 • Los estu-
auto corrige. El término endotensión se refiere a un saco dios que comparan el dúplex con contraste con dúplex en
aneurismático que se mantiene presurizado en presencia color estándar han comprobado que la adición del con-
de un IEL. Se conoce también como endofuga del tipo 5. traste mejora la calidad del estudio. Diversos estudios su-
Su existencia se sospecha por el continuo crecimiento en gieren que la ecografía resaltada con contraste (CEUS) es
el tamaño de un saco aneurismático en ausencia de otro al menos tan sensible como la TC para la detección de las
tip o de fuga 39.40. endofugas 44.45 (Fig. 12:12). El asunto sigue siendo un tema

Figura 12-9 Rotura de aneurisma de aorta abdominal, Si se realiza una A, ecografía y B, Te por sospecha de
rotura de AAA se incurre en una grave pérdida de tiempo para el diagnóstico diferencial; en este caso fueron 45
minutos (flechas blancas). Se prefiere la TC en este contexto, ya que se puede hacer con rapidez y resuelve de
forma más fiable todas las dudas. e, Ecografía transversal y D, TC con contraste que muestra el mismo AAA visualizado
en el lugar de la rotura. El paciente no sobrevivió .
de estudio, aunque con más experiencia, el dúplex CEUS ENDOFUGAS
probablemente juegue un papel importante para la super- Tipo 1 Tipo 2
visión de injertos intraluminales en AAA. Fuga de fijación Flujo de ramas

OTRAS PATOLOGíAS QUE OCASIONAN


DILATACiÓN DE LA AORTA ABDOMINAL

Aneurisma inflamatorio de aorta abdominal


Los AAA inflamatorios constituyen aproximadamente el
5% de todos los AAA46. Según algunos investigadores, los
AAA inflamatorios están probablemente relacionados con
la fibrosis retroperitoneal (ver comentario posterior) y
ambos forman parte de la clasificación de periaortitis
crónica 47 . Los AAA inflamatorios se reconocen como una A B
pared aórtica extremadamente engrosada con una fibro-
sis circundante que tiende a respetar la pared posterior. Tipo 3
Defecto en el injerto o Tipo 4
Al igual que en la fibrosis retroperitoneal, la inflamación desconexión modular Porosidad de la prótesis
puede afectar a los uréteres ocasionando su obstrucción.
Los AAA inflamatorios son menos propensos a la ruptura
que otros AAA, pero en cambio son más proclives a pre-
=c: sentar síntomas como el dolor de espalda. Se pueden uti-
'o lizar fármacos antiinflamatorios como tratamiento de la
'0
O
CI)
inflamación 47 . Con el tratamiento quirúrgico o endovascu-
CJ) lar, la inflamación que rodea a muchos AAA se resuelve.
En la ecografía los AAA inflamatorios pueden detectarse
por una corteza de tejido que rodea a la aorta (Fig. 12-13).

Arteriomegalia y ectasia aórtica


La arteriomegalia es una dilatación difusa arterial que e
afecta a muchas arterias, cada una con un diámetro au- Figura 12-10 Endofugas del aneurisma de aorta
mentado de al menos el 50% comparado con su diámetro abdominal después de su reparación con un in-
normal. La ectasia se refiere a una dilatación difusa o fo- jerto endoluminal (IEL). Tipo 1 de fuga (fuga de
cal con un aumento menor del 50%8. fijación). La sangre sigue entrando en el saco aneurismático
en uno de los tres extremos dellEL bifurcado, zonas donde
Pseudoaneurisma tiene que estar firmemente fijado a la pared arterial. La sali-
Un aneurisma verdadero es una dilatación de la arteria da, como en todas las endofugas, es a través de las ramas
de la aorta que siguen permeables. Se indica el tratamiento
que está contenido por las tres capas de la pared arterial.
en el tipo 1 de fuga. Tipo 2 (fuga de rama arterial). La san-
Por el contrario, un pseudoaneurisma es una dilatación gre entra en el saco aneurismático a través de una rama ar-
que queda confinado por sólo dos de las tres capas, una de terial permeable. Este tipo de fuga puede ser autolimitada y
ellas o solamente el tejido blando adyacentes. En la aorta puede ser lo único que se observe. El tratamiento se indica
abdominal, el pseudoaneurisma puede ser una complica- para el caso de que el aneurisma aumente. Fuga del tipo 3
ción quirúrgica tardía de la reparación de un aneurisma (pérdida de la integridad delIEL). Cualquiera de los módu-
aórtico o de otra cirugía arterial, casi siempre en zonas de los dellEL se ha separado o se generó una rotura durante la
anastomosis. En la ecografía el aspecto suele ser similar al elaboración del IEL. La sangre penetra en el saco desde la
luz del IEL a través del sitio de la pérdida de integridad del
de un aneurisma verdadero. Con los signos apropiados, el
IEL. Está indicado el tratamiento. Tipo 4 de fuga (porOSidad
diagnóstico diferencial de pseudoaneurisma frente a un en el dispositivo). La sangre entra en el saco desde la luz
aneurisma verdadero se basa sobre todo en el contexto dellEL a través de un revestimiento intacto del IEL. Se trata
clínico (trauma previo o reparación de aneurisma). de un proceso autolimitado que se observa solamente du-
rante la cirugía. Los poros de la prótesis se obturan con ra-
Ú lcera penetrante pidez por componentes de la sangre.
Las úlceras penetrantes se describen desde hace unos 20
años. Se considera la consecuencia de una úlcera ateros-
clerótica que penetra en la capa media, permitiendo que
se forme un hematoma intramural 48 . Este abombamiento PATOLOGíA ESTENOSANTE
dentro de la media puede desarrollar o mantener el flujo, , DE LA AORTA ABDOMINAL
formando una estructura de tipo aneurismática. Las úlce-
ras penetrantes se producen con mayor frecuencia en la La estenosis u oclusión de la aorta abdominal puede ser
aorta torácica, pero también se observan en la aorta abdo- congénita o secundaria a la aterosclerosis, vasculitis
minal 49 (Fig. 12-14). (arteritis), trauma o émbolos. La disección puede ser
causa de estenosis. El síndrome de la aorta media es una
estenosis congénita rara que también se denomina coar-
tación abdominal. o(1)
Los síntomas de la estenosis u oclusión aórtica son la
claudicación intermitente y la impotencia. Estos síntomas
junto con el hallazgo de unos pulsos femorales disminui-
...c:
O
'C
(1)
dos, se llaman síndrome de Leriche, aunque el término c.
se suele utilizar de forma más amplia para aludir a signos
y síntomas que pueden derivarse de la enfermedad oclusi-
...E
(1)

va aórtica o incluso de la propia oclusión. En la inmensa


a:
mayoría de pacientes con estenosis u oclusión aórtica, la ,...
C\I

enfermedad se debe a aterosclerosis; sin embargo, deter- o


'3
minados contextos clínicos sugieren otras etiologías. ,t::
C.
En la enfermedad embólica la llamativa brusquedad del Figura 12-11 Arteria mesentérica inferior (AMI), ('g
O
cuadro de inicio de los síntomas es la mejor evidencia clínica tipo 2 de fuga. Imagen de Doppler color dúplex
de la naturaleza del evento. El paciente suele relatar exacta- desde el flanco izquierdo en este paciente obeso
mente lo que estaba haciendo cuando comenzaron los sínto- en el que se redujo con éxito la distancia a la AMI, Obsér-
mas, incluso aunque el evento fuera unas semanas antes vese el flujo de vaivén en la AMI.
(p. ej., «me acababa de levantar de cortar mis rosas»). La ra-
pidez con la que el paciente acude en busca de tratamiento
depende de la gravedad de la reducción del flujo sanguíneo. La estenosis aórtica postraumática puede producirse
Un émbolo a cualquier arteria tiene que interpretarse como en pacientes de cualquier edad, incluso pacientes jóvenes.
muy grave y como señal de aviso. La mayoría de los émbolos La lesión aórtica inicial puede ser una lesión violenta no
a la aorta abdominal proceden del corazón. Presentar un penetrante sobre el abdomen s1 . La lesión íntima resultan-
émbolo arterial de cualquier tipo es similar a sufrir un em- te puede ocasionar una fibrosis subíntima que deriva en
bolismo pulmonar: tener uno implica el riesgo de sufrir más. una estenosis.
Si el origen del émbolo fue cardiaco, el siguiente émbolo en La disección aislada de la aorta abdominal es rara. La
formarse puede tener un resultado menos favorable, como afectación de la aorta abdominal casi siempre se debe a la
por ejemplo si llega a la circulación cerebral, con la conse- extensión de una disección de aorta torácica, que puede
cuencia de un ictus, o a la circulación mesentérica, que deri- ocasionar obstrucción de la aorta abdominal o de sus ra-
varía en un infarto intestinal. El diagnóstico diferencial de mas arteriales.
cualquier paciente que haya presentado un émbolo debe ser En la mayoría de los casos de sospecha de estenosis aór-
exhaustivo y la anticoagulación suele ser la regla, al menos tica, preferimos evaluar la aorta con angio-TC en lugar del
hasta que se pueda establecer y resolver el origen. eco-dúplex. La enfermedad vascular periférica se confir-
La arteritis de Takayasu es causa de estenosis aórtica ma primero en el paciente mediante índices tobillo-brazo
y es importante tenerla presente, ya que sucede en pa- (ITB), antes y después del ejercicio, con y sin ecografía
cientes más jóvenes. Puede afectar a la aorta abdominal o dúplex arterial de las extremidades inferiores. El siguien-
a sus ramas so . La arteritis de Takayasu puede presentarse te paso del diagnóstico diferencial es obtener un mapa de
con síntomas debidos a la estenosis aórtica o a la esteno- las arterias que irrigan las extremidades inferiores para
sis de sus ramas. dirigir el tratamiento. Los mapas del árbol arterial se ob-

Figura 12-12 Endofuga después de la inyección de contraste. A, Imagen de ecografía y e, Te, para compara-
ción que se correlacionan totalmente. (Cortesía de Stephanie Wilson, MO.)
=c:
'o
·0 Figura 12-13 Aneurisma inflamatorio de aorta
CJ
G>
en abdominal. Sospecha de aneurisma aórtico infla-
matorio con una corteza de tejido de unos 7 mm de
grosor que se proyecta hacia el exterior de las paredes ante-
rior y lateral de la aorta abdominal (flechas). Ecografía A, lon-
gitudinal y B, transversal. e, Diagnóstico confirmado por Te
en el que se muestra una corteza ligeramente realzada de
tejido fuera de la aorta. Obsérvese que la pared posterior
está respetada.

tienen de forma más fiable y fácil mediante la ATC o angio- ces un trayecto posterior a la vena cava inferior. La arteria
grafía con catéter convencional que con el dúplex. renal izquierda casi siempre emerge de posiciones entre
Sin embargo, existen determinadas situaciones en las las 3 y las 4. La arteria renal izquierda habitualmente sur-
que estarán indicadas la ecografía aórtica o ilíaca median- ge directamente de detrás de la vena renal izquierda 52 •
te ecografía Doppler dúplex para evaluar la patología es- En la mayoría de los casos una arteria renal única irriga
tenótica (Fig. 12-15). Son necesarias varias ventanas de cada riñón. En el 30% de los riñones uno o ambos riñones
insonación para completar la totalidad del estudio de la están irrigados por dos o más arterias 53 . Cuando existen
aorta y sus ramas. Puede resultar difícil mantener el ángu- dos arterias renales la arteria más pequeña se llama arte-
lo del Doppler en 60° o menos. ria accesoria. Las arterias accesorias casi siempre emer-
gen a 1-2 cm de la arteria renal principal. Sin embargo,
puede salir desde cualquier punto desde la AMS hasta, en
PATOLOGíA DE LAS RAMAS raros casos, tan lejos como las arterias ilíacas. Algunas ar-
DE LA AORTA ABDOMINAL terias accesorias no entran en el riñón por el hilio sino por
uno de sus polos. Estas arterias accesorias se conocen co-
Arterias renales mo arterias polares.
Otras arterias que se pueden confundir en ocasiones
Anatomía con una arteria renal accesoria son las arterias lumba-
Las arterias renales salen por debajo de la arteria me- res. En ocasiones se ven próximas a la aorta abdominal y
sentérica superior (AMS). Normalmente emergen a son pequeñas y emergen de zonas más posteriores que las
1-2 cm de la AMS, pero también se pueden originar de arterias renales accesorias (Fig. 12-16). Las arterias lum-
las arterias ilíacas comunes. Las principales arterias re- bares pueden identificarse por su forma de onda de muy
nales son las únicas ramas largas laterales de la aorta alta resistencia, similar a la de la arteria de una extremi-
abdominal. dad en una persona en reposo. Las arterias lumbares pue-
Cuando se observan en sección transversal, viendo la den identificarse en ocasiones por su trayecto cuando ro-
aorta como si fuera la esfera de un reloj, la arteria renal dean al cuerpo vertebral y siguen un curso abrupto hacia
derecha surge de la aorta entre las 9 y las 11. Sigue enton- detrás junto a la cara lateral de los cuerpos vertebrales.
En las malformaciones renales como la ectopia cruzada- sión renovascular es elevad0 58 , El cribado de la hiperten-
fusionada o el riñón en herradura (ver Capítulo 9), el sión renovascular es muy oportuno cuando concurren
a porte arterial es muy variable, lo que hace que la evalua- ciertos hallazgos clínicos, o
ción mediante el dúplex sea muy compleja 54,55. El tratamiento de la hipertensión renovascular secun- Q)
s::::

Estenosis de la arteria renal e hipertensión


dario a la estenosis de la arteria renal habitualmente es
endoluminal mediante angioplastia transluminal percutá-
.s
.~

Q)
reno vascular nea o colocación de un stent. El uso del stent endovascular a.
Datos recientes de la US Department of Hea/th and Hu- ha aumentado drásticamente, Entre los años 1996 y 2000, e
...
man Services indican que el 31,3% de la población de 20 o el volumen de implantación de stents arteriales aumentó Q)

más años puede ser hipertensa o sigue tratamiento para la un 240%59,60 y continua creciendo. Muchos pacientes se a:
hipertensión 56 , Más del 90% de ellos no tienen una causa benefician claramente del tratamiento endoluminal de su ,...
N
conocida 57, pero en una minoría de casos se debe a una re- estenosis renal, pero otros no, e incluso un porcentaje de o
ducción de la perfusión arterial de los riñones, con activa- los pacientes empeoran cuando se tratan, Conocer quie- "3
~
ción del sistema renina angiotensina que, a través de una nes serán los pacientes que se beneficien depende todavía c.
ro
(,)
compleja serie de eventos, deriva en una elevación de la del juicio clÍnic0 60-62 .
tensión arterial. Este mecanismo es la causa de sólo el1 %- Se dispone de diversos estudios radiológicos para eva-
5% de las hipertensiones, pero dada la elevada prevalencia luar la estenosis de la arteria renal, como la angiografía
de la hipertensión, el número de pacientes con hiperten- convencional, angio-TC, angio-resonancia magnética (ARM),

Figura 12-14 Úlcera penetrante. A, Imagen longitudinal que muestra un abultamiento de la aorta con una aorta
abdominal que por lo demás es normal. S, Te a nivel del abultamiento. El resto de la aorta no está dilatada y no tenía
más que una mínima aterosclerosis. e y D, Angiografía antes y después de la sustitución del injerto endoluminal.
cu
c:
E
O
'tJ
.c
CU
CU
:+:
~
C)
O
(,)
W

=c:
'o
·0
oQ)
en

Figura 12-15 Bifurcación aórtica estenótica. A, Doppler dúplex que muestra una velocidad mayor de 500 cm/s
en una estenosis de la bifurcación aórtica. Proximal a la estenosis, la velocidad aórtica varía entre 35 a 50 cm/s. B,
Angio- Te que muestra una estenosis muy circunscrita de la aorta abdominal en su bifurcación. e, Angiografía que
muestra una estenosis severa. D, Estenosis tratada con stents «en beso» con buenos resultados.

gammagrafía con captopril y ecografía Doppler dúplex. de aprendizaje y durante dicha curva, la exploración pue-
Las opiniones difieren en relación a la estrategia más ven- de resentirse de imprecisiones o ser demasiado prolonga-
tajosa para dichas pruebas 5s•63 • Las ventajas de la ecogra- da. Es probable que la exploración se realice mejor en de-
fía Doppler dúplex de la arteria son su bajo coste y la ca- partamentos capaces de albergar grandes volúmenes de
pacidad de conseguir información diagnóstica en casi trabajo donde es útil monitorizar los resultados con pe-
todos los pacientes, al margen del grado de disfunción riodicidad frente a los resultados de la angiografía con-
renal. Muchos artículos apoyan el uso del Doppler dúplex vencional, angioTC o angioRM. Dicha monitorización es
de arteria renal en la evaluación de la hipertensión arte- muy valiosa en la progresión dentro de la curva de apren-
rial renovascular 64. 66 • dizaje y para mejorar la confianza en la exploración. Una
Para que el Doppler dúplex se pueda considerar una vez que los exploradores tengan confianza en ·sus explora-
prueba adecuada de primera línea tiene que ofrecer una ciones se realizará con más rapidez.
alta sensibilidad y precisión. La utilidad es máxima cuan- También es motivo de preocupación la fiabilidad cuando
do se hace un cribado clínico adecuado de los pacientes se explora a pacientes obesos. Unos años después de iniciar
para dicha prueba, de forma que la probabilidad antes de los programas ecográficos con nuestro Doppler dúplex re-
la prueba sea mayor que en la población hipertensa en su visamos un total de 100 exploraciones consecutivas de ar-
conjunto. Realizar este test tiene que ser además útil para teria renal (50 pacientes) registrando el índice de masa
los servicios de ecografía, ya que sin duda existe una curva corporal (IMC) en cada paciente (datos no publicados,
HALLAZGOS CLÍNICOS EN PACIENTES
HIPERTENSOS QUE AUMENTAN LA oCI)
PROBABILIDAD DE PATOLOGÍA c:
O
NEFROVAStULAR ~
'C
(ESTENOSIS DE LA ARTERIA RENAL) CI)
Q,

• Antecedente de patología vascular periférica, E


~
CI)
cerebrovascular o cononaria a:
• Inicio reciente de la hipertensión
• Hipertensión refractaria (sin respuesta
o
frente al menos a tres fármacos) '3
,,!::
• Hipertensión maligna (con edema de papila) o Q,
CI)
acelerada (sin edema de papila pero ()

habitualmente con cambios en el fondo de ojo) Figura 12-16 Arterias lumbares. Ecografía con
Doppler color de ambas arterias lumbares que
• Soplo en abdomen o flanco
muestra sus típicos orígenes posteriores (flechas).
• Niveles de creatinina y/o colesterol elevada.
Mayor probabilidad incluso cuando aumentan
los niveles de creatinina después de recibir
tratamiento con inhibidores de la encima normal. Las 24 arterias de pacientes obesos y con obesidad
convertidora de la angiotensina (lECA) mórbida se pudieron estudiar con éxito.
• Insuficiencia cardiaca congestiva o edema Nuestros especialistas evaluaron de forma rutinaria la
agudo de pulmón sin causa aparente calidad de la ecografía dúplex de cada arteria renal con
una escala de 5 puntos. Todas las exploraciones que se
Datos de Safian RD, Textor Se. Renal-artery stenosis. N puntuaron con 2 o más se consideraron como de diagnós-
Engl Med 2001; 344,431-442; Y Krijnen P, van Jaarsveld tico adecuado; se pudo explorar con éxito toda la porción
Be, Steyerberg EW; y cols. A clinical prediction rule for extrarrenal de la arteria. En la Tabla 12-1 se exponen las
renal adtery stenosis.Ann Intern Med 1998;129:705-711 puntuaciones medias de las 100 arterias de nuestro estu-
dio. Nuestra experiencia muestra que la ecografía Doppler
dúplex renal puede completarse con éxito en la mayoría
de los pacientes obesos (Fig. 12-17).
2002, Saint Francis Medical Center, Peoria, /11). De las 100 Causas de estenosis de la arteria renal. Las causas más
arterias, 20 eran de pacientes obesos (IMe ~ 30) Y cuatro frecuentes de estenosis de la arteria renal en adultos son
eran extremadamente obesos (IMe ~ 40). Treinta de las ar- la aterosclerosis y la displasia fibromuscular 67 • La enfer-
terias eran de pacientes con sobrepeso ([Me ~ 25) Y 46 de medad aterosclerótica se produce con frecuencia en el
pacientes de peso normal. Fuimos capaces de completar tercio proximal de la arteria, habitualmente en el origen
una exploración técnicamente adecuada en 96 de 100 arte- de la arteria 67 (Fig. 12-18). La angioplastia percutánea
rias. De las 4 arterias que no pudieron estudiarse, tres eran transluminal aislada ofrece unos resultados mixtos en el
de pacientes con sobrepeso y una en un paciente con peso tratamiento de la enfermedad aterosclerótica. En lesiones

Figura 12-17 Ecografía dúplex de arteria renal de un paciente obeso. A, Fotografía de un paciente (altura 170;
131,5 kilos; IMe 45,4). B, Imagen del origen de la arteria renal derecha de dicho paciente. Imagen del flanco dere-
cho; el origen de la arteria está a 13,5 cm del transductor.
Éxito del Doppler dúplex en arterias renales según hábito corporal
del paciente
(ti
(.)
'(3 CATEGORíA N,O ARTERIAS N,O ARTERIAS PUNTUACIONES
,(ti DE PESO ESTUDIADAS
~
QUE NO PUDIERON ESTUDIARSE MEDIAS
....o Extremadamente obesos (IMe ~40) 4 o 4,00
>- Obesos (IMe ~30 y < 40) 20 O 4,30
(ti
(.) Sobrepeso (IMe ~ 25 y < 30) 30 3 4,00
'S; Normal (IMe < 25) 46 4,61
:ai
a. IMe. fndice de masa corporal.
(ti
c:
E que están en el origen de la arteria tienden a mostrar un dilatación postestenótica inmediatamente distales a cada
o
'O enorme retroceso elástico que permite que el balón se in- estenosis (Fig, 12-19), La DFM suele responder bien a una
.c fle totalmente, pero también que recupere rápidamente simple angioplastia transluminal percutánea, Un trata-

-
(ti
(ti
,- su situación estenótica cuando se desinfla el balón. El de- miento único suele ser suficiente para controlar la tensión
sar rollo de stents ha modificado la situación permitiendo arterial y además se mantiene en el tiempo 73. Rara vez es
~
C'I que la arteria sea intubada. Después del stent persiste el necesaria la colocación de un stent en la DFM.
o(.) riesgo de reestenosis secundaria a la hiperplasia de la ín- Otra causa de flujo sanguíneo disminuido en la hiper-
w tima 64•68 . La reestenosis se observa en el 16% de los pa- tensión renovascular es la disección . Si la disección se
=e cientes después de 6-12 meses de la implantación del extiende hasta la arteria renal, el colgajo elevado de la Ín-
'o stent69 y dicha incidencia es mayor en pacientes con se- tima puede ocluir total o parcialmente el orificio de la ar-
'u(J guimientos que superan el año. Debido a su relativo bajo teria renaL De modo alternativo, si la disección se extien-
G> coste, la ausencia de contraste iodado y su elevada preci- de dentro de la arteria renal, la íntima elevada ocasiona
rn
sión, la ecografía Doppler dúplex de la arteria renal es un una estenosis u oclusión dentro de la arteria misma. El
método ideal de seguimiento de arterias renales con stent. tratamiento endovascular con frec uencia es exitoso me-
La displasia fibromuscular (DFM) es la segunda causa diante un stent de la arteria estrechada o por fenestración
más frecuente de hipertensión renovascular en mujeres de de la íntima disecada 74 (Fig. 12-2 0).
edades entre 20 y 50 años. Se observan muchos subtipos Los émbolos pueden ocasionar u n brusco cese del fluj o
patológicos y la DFM más frecuente en las arterias renales sanguíneo a parte o la totalidad del riñón. El paciente sue-
es la fibroplasia mediaFo,71, La histología de estas lesiones le referir dolor de espalda. El diagnóstico se suele retrasar
se caracteriza por crestas fibromusculares 72 • Estas lesiones con la consecuencia de un daño irreversible sobre el riñón
casi siempre se observan en los dos tercios distales de la afectado. La revascularización d el riñón es poco probable
arteria renal y con frecuencia tienen un aspecto angiográfi- que consiga una recuperación completa de la función
co que sugiere una malla fina y fibrosa, El aspecto típico en cuando se retrasa más de 90 minutos 75 •
la angiografía es el de un «collar de perlas», debido a múlti- La estenosis de la arteria renal t am bién se puede pro-
ples regiones displásicas en hilera con pequeñas zonas de ducir en niños y la DFM es la causa más frecuente. La

Figura 12-18 Estenosis aterosclerótica cerca del origen de la arteria renal (flecha), A, Angiografía. B, Imagen
única durante el despliegue del stent. Debido al retroceso elástico, las lesiones ateroscleróticas que están próxi-
mas al origen de la arteria renal suelen requerir la colocación de un stent. C, Después del stent, la zona previamen-
te estenosada ha mejorado claramente.
neurofibromatosis y la vasculitis también pueden pro- produzca en gran parte de la arteria, haciendo que sea
ducir una estenosis de la arteria renal en niños 76 • El sín- menos útil como monitorización, pero en cambio mejora
drome de la aorta media, que es una hipoplasia de la la capacidad de visionar la totalidad de la arteria. o
aorta abdominal, también se acompaña de una reducción Q)
Dejamos programados los filtros de pared bajos. La e
del flujo sanguíneo renal. La coartación de aorta casi
sie mpre se descubre por otro motivo, pero cuando se de-
ganancia de color suele estar alta. Cuando sea necesario,
la potencia de salida se aumenta para mejorar la visuali-
...o
.~

Q)
tecta, también puede ocasionar una hipertensión reno- zación. En equipos que permiten el control del tamaño del a.
vas cular (Fig. 12-21). conjunto, lo colocamos en su máximo tamaño posible pa- e
d)
ra mejorar la sensibilidad de la detección del flujo. Es im-
Ecografía Dopplerduplex de arteria renal portante mantener una frecuencia de imágenes ade-
a:
Cuando se realiza un Doppler dúplex de la arteria renal es cuada (>10 imágenes/s). Dejamos la tasa de imágenes en
esencial explorar toda la porción extrarrenal de la arte- lo necesario programando la ventana de color tan estre-
ria. La exploración no debe ser considerada adecuada cha como sea posible. También reducimos la línea de den-
hasta que se haya podido visionar toda la porción extra- sidad de la imagen y la anchura del sector del transductor.
rrenal de la arteria renal principal mediante exploracio- Nuestras imágenes de la arteria renal con frecuencia no
nes de Doppler cada 2-3 mm. Las arterias accesorias y las son «bonitas» por el aliasing y la alta ganancia de color,
ramas largas y precoces de la arteria renal principal tie- pero nuestro objetivo es ver la arteria. Con estos paráme-
nen que evaluarse también. Incluso entonces, pueden pa- tros podemos visionar la totalidad de la arteria en casi
sar inadvertidas estenosis de arterias accesorias o ramas todos los pacientes, al margen del tamaño.
de arteria renales. Afortunadamente la falta de visualiza- Habitualmente utilizamos un transductor 5-2 o 5-1 cur-
ción de las ramas arteriales o sus accesorias es poco pro- vilíneo (Philips 1-22 o HOI 5000). Algunos de nuestros es-
bable que modifique el tratamiento del paciente 77 ,78 . pecialistas prefieren el uso de un dispositivo con trans-
La visualización de la arteria renal es la clave para una ductor de fase 4-1 o 5-1. En pacientes delgados, es
exploración ecográfica exitosa. En nuestra institución se probable que la exploración desde la línea media anterior
prepara a los pacientes con un dieta blanda pobre en fibra sea exitosa. Sin embargo, en nuestro entorno se utiliza
el día antes y quedan en ayuno oral (nada por boca) des- más a menudo el abordaje desde el flanco, ya que ofrece
pués de las 7 pm del día previo. Les pedimos además que una mayor probabilidad de visionar la arteria renal en su
eviten la cafeína, tabaco y productos lácteos. La explora- totalidad en pacientes obesos. Además es más fácil conse-
ción eco gráfica es bastante más sencilla con el paciente guir un ángulo aceptable de Doppler de menos de 60° des-
preparado. de el flanco . Se recurre con frecuencia a la apnea, aunque
La ecografía con Doppler color de toda la porción extra- no es útil en todos los pacientes, ya sea porque están dis-
rrenal de la arteria suele ser necesaria. En raras ocasiones neicos o por un lento pero constante desplazamiento cra-
la arteria renal derecha se aprecia mejor sin el Doppler neal de los riñones, que ocurre en muchos pacientes in-
color, utilizando el hígado como ventana. El Doppler color cluso en apnea. Incluso sin la apnea la exploración suele
a veces hace que el lugar de la estenosis sea evidente de- ser exitosa.
bido al remolino de color o velocidad aumentada diastóli- Cuando sea posible evitaremos explorar pacientes que
ca que hace que una porción de la arteria siga rellena de estén en insuficiencia cardiaca, con disnea aguda, que
color a lo largo del ciclo cardiaco. En nuestro servicio no presentan una disminución aguda de la movilidad o que
buscamos la representación provocando el aliasing, ya están en ventilación mecánica. Todos estos pacientes tie-
que habitualmente tenemos puestos los parámetros de la nen una menor posibilidad de cooperar. La ecografía
escala de color bajos para aumentar nuestras posibilida- Dopplerduplex generalmente no es urgente. La explora-
des de visionado de la arteria. Esto hace que el aliasing se ción probablemente se haga más fácil, más exitosa y con-

Figura 12-19 Displasia fibromuscular (DFM): angiografía. A, Obsérvese el aspecto de «collar", detectado casi
siempre en los dos tercios distales de la arteria renal (flecha). S, La DFM suele responder bien a la angioplastia con
balón. e, Después de una angioplastia con balón el aspecto de la arteria ha mejorado.
=c:
-o
'0
u
Q)
ti>

Figura 12-20 Disección de aorta con una íntima elevada en el interior de la luz de la aorta. A, Ecografía de la
aorta abdominal proximal en un adicto a la cocaína de 30 años de edad. S, Doppler dúplex que muestra una forma
de onda renal muy anormal en el riñón izquierdo. También resulta muy difícil apreciar la arteria renal izquierda prin-
cipal con el Doppler color. El tiempo de ascenso sistólico es de 190 ms y la aceleración de 34 cm/ s 2 . e, Inyección selectiva
en la arteria renal izquierda en la angiografía, que muestra una moderada estenosis en el origen de la arteria renal izquierda
(flecha). D, Después del stent de la arteria renal izquierda, la angiografía muestra su origen totalmente permeable. E, Forma
de onda muy mejorada en la arteria renal izquierda después del stent. Obsérvese el tiempo de elevación sistólica de 35 ms
y la aceleración de 339 cm/s 2 • F, La arteria renal resulta fácil de apreciar con el dúplex color después del stent por el au-
mento del flujo.
siga una mayor precisión una vez que la situación del pa- mento de la arteria renal sea alto (~ 0,80), probablemente
cie nte mejore. debido al daño irreversible de los vasos sanguíneos de pe-
La realización del estudio con Doppler dúplex de la arte- queño calibre sobre riñones con elevados IR61. o
Q)
ria renal se basa sobre todo en conseguir unas buenas ve- También es importante prestar atención a las formas s::::
locidades a lo largo de la arteria renal principal. Sin em- de onda intrarrenales. Una forma de onda muy patológi-
ca puede ser un indicador muy valioso de estenosis. Un
....O
'¡:
bargo, las mediciones del índice de resistencia (IR) Q)
tamb ién son importantes. El tratamiento de la estenosis pico sistólico retrasado (tardus) y con velocidades que a.
de la arteria renal es menos probable que sea efectivo en están muy reducidas (parvus) puede ser un signo impor- E
la reducción de la tensión arterial cuando el IR del seg- tante de estenosis más proximal. La forma de onda intra- d)
c:

Figura 12-21 A Y B, Ecografía dúplex renal de un jugador de rugby de 15 años de edad que acude por hiperten-
sión . Las formas de onda de las arterias renales derecha e izquierda muestran una velocidad baja, baja resistencia
y pico redondeado; todo ello sugiere una forma de onda postestenótica. No se apreció ninguna estenosis en la
arteria renal. Las formas de onda sugerían una estenosis aórtica más proximal , algo que sería explicable en una coartación
de aorta. e, Te 3D de la aorta torácica que muestra que el estrechamiento severo era congénito. D, Te axial que muestra
una aorta torácica muy estenosada. E, Imagen de Te reconstruida curvada que muestra una arteria renal izquierda total-
mente permeable. Existen dos arterias renales derechas que también están permeables.
Aceleración = 1:1 Tiempo de ascenso sistólico

Tiempo --------;.~ Tiempo - - - - - - -.......

~ Figura 12-22 Forma de onda sistólica de la arteria renal. A, Forma de onda normal. B, Sístole precoz. Existe
E una rápida aceleración de la sangre en la arteria renal. El tiempo de ascenso sistólico (flecha púrpura) es el tiempo
O consumido durante el periodo de aceleración . La aceleración es el cambio en la velocidad durante el ascenso
:g sistólico (flechas azules) dividido por el tiempo de ascenso sistólico.
ni
ni
~
~ rrenal puede analizarse de forma cuantitativa calculando aórtica se mide en el origen de la AMS o por encima de
O)
O el tiempo de ascenso sistólico y la aceleración (Fig. 12-22). ella), tiempo de aceleración, índice de aceleración, ta-
(J
W Aunque nosotros calculemos estos parámetros, normal- sa renal interlobar80•81 y relación renal-renaI82 .84 . La
mente sirve igualmente una valoración cualitativa del as- Cleveland Clinic utiliza una combinación de la RAR de 3,5
=c: pecto de la forma de onda. Nosotros solamente nos basa- o mayor o una VPS de 200 o mayor como criterio para de-
'o mos en la forma de onda tardus-parvus para establecer finir la estenosis de arteria renal de más del 60%65. Noso-
'o()
CI) el diagnóstico cuando dicho hallazgo es pronunciado tros utilizamos una variante de las guías de la Cleveland
en (Compárese B y E de la Fig. 12-20; ver además A y B de la Clinic utilizando la misma RAR del estudio pero con una
Fig.1 2-21). VPS mayor. Nosotros hemos realizado una validación in-
Por último, debido a que normalmente las lesiones o al- terna de nuestras guías pero seguimos buscando formas
teraciones renales afectan al tratamiento del paciente, no- de mejorarlas.
sotros creemos que estará indicada una ecografía renal Resultados falsos positivos/falsos negativos. Para con-
cuando se realice un Doppler dúplex de arteria renal, sal- seguir la máxima precisión es importante que ésta no se
vo que se disponga de una imagen transversal del riñón base únicamente en los datos numéricos obtenidos. Cuan-
reciente (< 1 año). Entre los hallazgos casuales de nuestro do se observa una velocidad alta o cuando la relación aór-
centro hemos observado pielonefritis xantogranulomato- tico-renal sea elevada, el ecografísta que lo interpreta tie-
sas, tumores suprarrenales, hidronefrosis y varios carci- ne que visualizar de forma activa los signos secundarios
nomas de células renales 79 (Fig. 12-23). de estenosis, como su característico soplo diastólico audi-
Interpretación del Doppler. Existen diversas guías para ble y la turbulencia postestenótica (Fig. 12-24). Sin estos
la interpretación del Doppler. Los parámetros propuestos hallazgos típicos el ecografista tiene que plantearse la po-
para la evaluación de una estenosis son la velocidad pico sibilidad de que la alta velocidad y alta RAR sean unos re-
sistólica (VPS), relación aórtico/renal (RAR, definida sultados falsos-positivos.
como máxima velocidad sistólica en la arteria renal divi- Existe mayor riesgo de falsos negativos cuando la visua-
dido por la velocidad sistólica aórtica, donde la velocidad lización es marginal y no se consigue evaluar adecuada-

Figura 12-23 Imagen en escala de grises de los riñones y estructuras circundantes. A, Tumor suprarrenal
derecho pequeño, secretor de aldosterona (flecha) como parte de un estudio en escala de grises. B, Pielonefritis
xantogranulomatosa, imagen en escala de grises de una adolescente haitiana de 15 años con hipertensión que
muestra distorsión renal. La hipertensión se curó mediante nefrectomía. e, Gran carcinoma de células renales en riñón
izquierdo. Hemos detectado tumores de células renales de todos los tamaños.
mente la totalidad de la arteria. Quizás en el 5%-10% de
los pacientes no se pueda ll egar a un diagnóstico preciso
por la visualización inadecuada de una o ambas arterias. o
La exploración es compleja para el explorador poco en- G>
c:
trenado, pero el programa de Doppler dúplex de arteria
renal puede resultar grati fican te. Por su bajo coste frente
...
O
.~

G>
a otras pruebas diagnósticas, el Doppler reduce el umbral a.
para el diagnóstico de la hipertensión renovascular. Los 2
obstáculos se relacionan sobre todo con la curva de apren- 4)
dizaje y la inversión de tiempo inicial. Comenzar un progra- a::
ma es más factible en un centro sanitario grande donde la ('1
.,....
demanda será posiblemente mayor que en departamen- o
tos pequeños. Una vez que se ha consolidado el programa, '3
~
el estudio es económicamente viable y puede suponer c..
C'O
mejoras en los cuidados del paciente. Figura 12-24 Signos secundarios de estenosis. O
El aumento del flujo diastólico, como en esta ima-
gen, puede ayudar a confirmar la existencia de
Aneurisma de arteria renal estenosis de la arteria renal. Otro signo secundario es una
Los aneurismas de la arteria renal son infrecuentes y pue- forma de onda tardus-parvus.
den ser saculares o fusi formes. Pueden ser secundarios a
aterosclerosis o DMF. Con frec uencia se pueden apreciar y
realizar el seguimiento mejor con la TC que con la ecogra-
Arterias mesentéricas
fía. Muchos aneurismas de la art~ria renal no tienen con-
secuencias sobre la morbimo rtalidad 85. Se planteará el Anatomía
tratamiento cuando: 1) el aneurisma sea mayor de 2,0 cm, Tres arterias son las principales fuentes del flujo sanguí-
2) se considera como la causa de los síntomas (hematuria, neo arterial del tracto gastrointestinal: celíaca, mesentéri-
dolor, hipertensión), o 3) el paciente sea una mujer en ca superior y mesentérica inferior. La arteria celiaca
edad fértil que quiere quedarse embarazada 86 •87 • El pa- (AC) surge de la aorta abdominal a nivel del hiato aórtico
ciente y su familia tienen que ser conscientes de que el del diafragma. La AC irriga al bazo, páncreas e hígado, jun-
paciente padece un aneurisma renal para estar preveni- to con el estómago y el duodeno proximal. El patrón típico
dos respecto a los síntomas de forma que tanto el diag- de ramificación de la AC se sigue de las arterias esplénicas
nóstico como el tratamiento puedan realizarse con rapi- y hepáticas comunes, que se identifican con facilidad. La
dez. Actualmente no existen unas guías de manejo que tercera rama de la AC es la gástrica izquierda, que se de-
estén ampliamente aceptadas sobre el número de veces tecta con mucha menor frecuencia en la ecografía. Las ra-
que es necesario obtener imágenes de los aneurismas de mas de la arteria hepática común se ramifican en la propia
arteria renal (Fig. 12-25). arteria hepática y la gastroduodenal. Esta última es im-

Figura 12-25 La mayoría de los aneurismas de arteria renal con ateroscleróticos o congénitos. A, Este mu-
chacho de 11 años con hipertensión tenía una estenosis renal severa, muy probablemente por DFM. Existe un
aneurisma postestenótico. S, La misma arteria después de la angioplastia con balón. Dos años después el aneu-
risma se redujo considerablemente.
Figura 12-26 Inyección en la arteria mesentérica superior (AMS) en un paciente con una estenosis severa
de la arteria celíaca. A, Imagen precoz de un estudio angiográfico que muestra una AMS (flecha negra) que relle-
na la arcada pancreático-duodenal (flechas blancas). La arteria gastroduodenal (AGD) comienza a rellenarse de
forma retrógrada (cabeza de flecha blanca). B, Imagen de la misma inyección poco después. El flujo retrógrado en la AGD
=c: ha rellenado las arterias hepáticas derecha e izquierda (flechas blancas). Además existe un flujo retrógrado en la breve ar-
teria hepática común (flecha negra), que se rellena entonces la arteria esplénica (cabeza de flecha blanca).
'o
·0
()
Q)
en
portante ya que lleva el flujo sanguíneo colateral a la cir- en las ramas ascendente y descendente. La arteria hemo-
culación celíaca cuando la AC está muy estenosada u rroidal superior da sus ramas sigmoideas cuando sigue su
ocluida. curso caudal hacia el recto (Fig. 12-27).
La arteria mesentérica superior emerge habitual- En la flexura esplénica se producen unas conexiones en-
mente de la aorta anterior 1 cm por debajo del origen de tre la AMS y la AMI. LA AMI puede llevar flu jo sanguíneo a
la AC. La AMS irriga al páncreas, duodeno distal, yeyuno, la AMS cuando la AMS proximal está ocluida. Entonces la
íleon y colon proximal llegando hasta la flexura esplénica. sangre fluye desde la AMI a través de la arteria marginal
En casi e120 % de las personas, la AMS aporta algo de flujo de Drummond (Fig. 12-28) Y a t ravés del arco de Riolan,
sanguíneo hepático a través de una arteria hepática susti- en ocasiones permeable y más directo, a través de la arte-
tuida o accesoria. Otras ramas importantes de la AMS son ria cólica media para llegar final mente hasta la AMS. La
la arteria pancreaticoduodenal inferior (APD!) y la arteria arteria cólica media es una rama anterior de la AMS y ge-
cólica media. La APDI y sus ramas forman una arcada de neralmente se identifica solamente en casos de oclusión
vasos sanguíneos alrededor de la cabeza del páncreas con de la AMS (Fig. 12-29).
la arteria gastroduodenaI 88,89. En la oclusión de la arteria
celíaca, la arcada APDI -gastroduodenal con frecuencia se Isquemia mesentérica
convierte en la principal ruta del flujo sanguíneo para al- Isquemia aguda. La isquemia mesentérica aguda se pro-
canzar la circulación celíaca (Fig. 12-26). En casos de duce cuando existe una reducción brusca del flujo arterial
oclusión de la AMS, el flujo sanguíneo suele fluir en direc- al intestino. La causa más habitual es un émbolo cardiaco.
ción opuesta a través de la arcada, irrigando la AMS oclui- La isquemia mesentérica aguda también puede ser secun-
da con sangre procedente de la arteria celíaca. daria a una disección de aorta. Aunque menos frecuente,
La arteria mesentérica inferior irriga el colon descen- también se puede observar por una reducción abrupta del
dente, colon sigmoide y recto superior. La AMI emerge de flujo arterial en la trombosis de AMS, reducción del gasto
la aorta anterior ligeramente a la izquierda de la línea me- cardiaco sin que exista obstrucción del árbol arterial o
dia y aproximadamente a dos tercios de la distancia entre una trombosis de la vena mesentérica superior 90 . Sola-
el nacimiento de la arteria renal y la bifurcación aórtica. mente es necesario que una única arteria se vea compro-
Cuando se observa la aorta en sección transversal, la AMI metida de forma aguda para que se desencadene una is-
emerge aproximadamente desde una posición a la 1 en quemia mesentérica y casi siempre es la AMS. Los
punto. En una proyección longitudinal, el aspecto es simi- pacientes acuden por dolor abdominal severo de comien-
lar al de la AMS, excepto porque la AMI es bastante más zo brusco, acompañado de náuseas y vómitos y diarrea.
pequeña y siempre sigue un trayecto caudal y a la izquier- Posteriormente presentará heces en «jalea de grosella»
da de la aorta. Después de 1-2 cm, la AMI se bifurca en por sangrado intestinal y descamación mucosa.
arteria hemorroidal superior, que sigue caudal y ligera- La isquemia mesentérica aguda es una emergencia me-
mente a la izquierda de la línea media y en la cólica iz- dica y tiene una elevada mortalidad, que oscila desde el
quierda que sigue un trayecto lateral al colon descenden- 30% y el 95%91. Las amplias diferencias en la mortalidad
te. La arteria cólica izquierda se divide inmediatamente referida se deben probablemente a la rapidez del diagnós-
oCI)
e
...o
.¡:
CI)
a.
...e
CI)

"
o
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~
a.
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Figura 12-27 Arteria mesentérica inferior (AMI) con un aspecto similar al de la AMS cuando se explora lon-
gitudinalmente. A, Doppler color longitudinal. B, Imagen de Te curvada y reconstruida que muestra una bifurca-
ción precoz en la arteria cólica izquierda (sección proximal indicada por la flecha) y hemorroidal superior (cabezas
de flecha). Las ramas sigmoideas de la arteria hemorroidal superior no son visibles en esta imagen.

t ico. La supervivencia del paciente depende del diagnósti- mia mesentérica crónica. La isquemia crónica normalmen-
co y tratamiento rápido y preciso. En la mayoría de los te es la consecuencia de la aterosclerosis que ocluye lenta-
casos la ecografía no juega ningún papel en el diagnóstico mente las arterias que irrigan el intestino. Debido a que la
de la isquemia mesentérica aguda 92 • Estos pacientes pue- formación de la placa es lenta, la circulación colateral tiene
den tener cualquier tamaño y con frecuencia presentan la oportunidad de desarrollarse y mantener la perfusión
u na gran cantidad de gas intestinal que compromete el intestinal necesaria. La estenosis de la arteria mesentérica
diagnóstico ecográfico. En la mayoría de los casos, el mé- es relativamente frecuente y se refiere en el 17,5% de la
dico simplemente no puede correr el riesgo de perder población anciana viva. Muchos pacientes con estenosis
tiempo iniciando el diagnóstico diferencial con la ecogra- severa de una o más arterias que irrigan el intestino no
fía Doppler dúplex de la mesentérica. La ATe o angiografía presentan síntomas y no requieren tratamient0 93 • Estos
son las pruebas de imagen de elección 93 . pacientes conservan un flujo sanguíneo adecuado para el
intestino a través de circulación colateral. Incluso el propio
Isquemia crónica. La ecografía con Doppler dúplex juega flujo sanguíneo colateral tiene que estar reducido antes de
un papel más importante para el diagnóstico de la isque- que el paciente inicie los síntomas. En la mayoría de los

Figura 12-28 Aortografía en un paciente con oclusión de la AMS. A, La AMI (flecha) es muy larga e irriga una
gran arteria de Drummond (flecha curvada). B, Unos momentos después, el flujo a través de la arteria de Drum-
mond entra en la AMS (flechas) a través de la arteria cólica media.
peso. El síndrome no se entiende bien, pero el dolor se
considera posiblemente relacionado con isquemia97.98.
Otros investigadores sostienen una etiología neurogéni-
ca 99 . Algunos pacientes responden de for ma evidente a la
cirugía y quedan asintomáticos 97 ·lOo . La cirugía consiste en
dividir el ligamento arcuato mediano y puede incluir la
revascularización de la AC.

Ecografía Doppler dúplex de la arteria mesentérica


La ecografía Doppler dúplex de la arteria mesentérica casi
siempre se realiza con el paciente en ayunas. Muchos estu-
dios que evaluaron la adición de un estudio postprandial
han llegado a la conclusión de que no aporta nadalOl.103.
Figura 12-29 Rama anterior principal de la El flujo sanguíneo al intestino en situación de ayuno es
AMS. Arteria cólica media que no suele apreciarse relativamente bajo. Las formas de onda normales en la
en la ecografía, salvo si irriga un flujo colateral. En AMS y AMI son de alta resistencia. Cuando el paciente co-
este caso la arteria cólica media es visible por la delgadez me, el flujo se deriva al intestino y la AM S tiene una forma
del paciente.
de onda de menor resistencia. La AC irriga al hígado y ba-
zo, que tienen una mayor necesidad de fl ujo que el intesti-
no cuando el pacientes está en ayunas. En consecuencia,
casos dos o tres de las arterias que aportan el flujo mesen- la AC tiene una menor resistencia que la AM S o AMI cuan-
=c:
'o
térico CAC, AMS, AMI) tienen que estar muy afectadas an- do se explora a un paciente en ayunas.
Puesto que la isquemia crónica puede ser fatal es im-
'"
CJ
CI)
(J)
tes de que el paciente experimente isquemia mesentérica
crónica, pero son muchos los pacientes con enfermedad
arterial múltiple que están asintomáticos 93 . De nuevo el
prescindible que la exploración se realice e interprete de
forma que garantice una alta sensibilidad. La mayoría de
médico debe recordar que, aunque raro, una isquemia me- las estenosis que ocasionan una isquemia mesentérica
sentérica importante puede ser secundaria a la estenosis crónica se producen en los primeros 1-2 cm del origen de
de una arteria, especialmente de la AMS94. la AC, AMI y AMS. Es posible, aunque raro, que exista una
El inicio de la clínica es insidioso y el paciente suele pre- rama arterial ocluida como causa de una isquemia mesen-
sentar pérdida de peso y dolor postprandial. Son frecuen- térica crónica. La ecografía no es una técnica fiable para el
tes los signos atípicos en los antecedentes y los pacientes cribado de las estenosis más distales.
suelen referir síntomas de «indigestión». Los pacientes La evaluación de la AC comienza en su origen y sigue
con isquemia crónica con frecuencia son muy delgados, lo hasta su bifurcación en las arterias esplénicas y hepática
que facilita la ecografía. común. Al igual que en todos los estudios con Doppler dú-
La vasculitis, casi siempre se trata de una arteritis de plex, se avanza lentamente cada 2-3 mm el volumen
Takayasu, puede conducir también a una isquemia mesen- muestreado a través de la AC con las form as de onda visio-
térica. Aunque lo habitual es que los síntomas sean cróni- nadas y las zonas anormales se pueden documentar con
cos, la afectación de las arterias mesentéricas puede ser cada imagen. Se registra un conjunto estándar de formas
rápidamente progresiva y ocasionar un infarto intestinal9S • de onda de la AC proximal, media y distal.
En pacientes con estenosis u oclusión celíaca grave, la
Síndrome de ligamento arcuato mediano AC con frecuencia recibe su aporte sanguíneo de la AMS, a
Casi siempre, los pacientes con isquemia mesentérica sin- través de la arcada pancreatoduodenal. El flujo sanguíneo
tomática tienen al menos dos arterias mesentéricas este- de la arteria gastroduodenal se invierte, llevando la san-
nosadas o totalmente ocluidas. Los pacientes con el sín- gre desde la arcada de vuelta a la arteria hepática común.
drome del ligamento arcuato mediano presentan una El flujo sanguíneo entonces llega hasta el hígado a través
estrechez que sólo afecta a la arteria celíaca. de la propia arteria hepática. Para alcanzar el bazo, el flujo
El ligamento arcuato mediano del diafragma está próxi- sanguíneo de la arteria gastroduodenal fluye en sentido
mo a la AC. Este ligamento es una banda de tejido fibroso retrógrado a la arteria hepática común hasta alcanzar la
que cruza la aorta, normalmente por encima de la AC, arteria esplénica. La evaluación de la dirección del flujo
aunque puede cruzarla también por debajo. La deformi- sanguíneo en la arteria hepática común debe ser una par-
dad y estrechez de la AC provocada por el ligamento ar- te de la exploración ecográfica de la arteria celíaca para
cuato mediano son hallazgos muy frecuentes de las angio- detectar los casos en los que exista este flujo colateral
grafías en la aortografía lateral. Un estudio refirió que el (Fig. 12-30).
24% de las aortografías realizadas por razones no referi- La evaluación de la AMS comienza en su origen y se diri-
das mostró una estenosis de la AC de al menos el 50% de- ge distalmente para valorar las formas de onda cada 2-3 mm,
bida al ligamento arcuato mediano 96 . documentando las formas de onda en la arteria proximal,
En el síndrome del ligamento arcuato mediano, los pa- media y distal. La exploración puede realizarse con o sin
cientes que solamente tienen estrechez de la arteria ceIía- apnea. Sin embargo, con apnea, se suele producir un mo-
ca experimentan un dolor postprandial importante que vimiento del volumen muestreado respecto a la AC y AMS.
tiene como consecuencia que dejen de comer y pierden Con el paciente respirando, el ecografista puede pensar
que la forma de onda se obtiene a partir de la AMS, cuan- No existen unos criterios que estén ampliamente acepta-
do de hecho es la AC la que muestrea o a la inversa, en la dos para el Dopplerduplex respecto a lo que constituye ,una
AC cuando en realidad la que se muestrea es la AMS. Hay estenosis importante de la AMI. Por ello, la evaluación de o

-e
Q)
que ser especialmente cuidadoso cuando no se recurre a una estenosis severa tiene que basarse más en datos cuali- 1:
la apnea para garantizar que se está explorando el vaso tativos que en cuantitativos. Las velocidades sistólicas ele- O
vadas en presencia de una velocidad diastólica elevada y .¡:
deseado. Q)
La AMI solamente tiene un breve tronco antes de rami- turbulencia postestenótica son indicativos de una estenosis Q.
ficarse en la arteria cólica, sigmoidea y hemorroidal supe- grave. Un VPS mayor de 200 cmls en la AMI es un indicador
preciso de estenosis grave 108. La estenosis de la AMI puede 4)
rio r. En la mayoría de los pacientes la AMI es fácil de loca- a::
lizar, siendo la única rama anterior de la aorta abdominal contribuir bastante al desarrollo de la isquemia mesentéri-
por debajo del nivel de las arterias renales. La AMI requie- ca. Hemos observado y tratado muchos pacientes con is- .,..
N

re un estudio de Doppler de sólo 3-4 cm. quemia mesentérica en los que la AMI estenótica era el úni- o
"S
Por último, tienen que aplicarse maniobras especiales co aporte sanguíneo intestinal (Fig. 12-33). El tratamiento ~

de la isquemia mesentérica crónica puede ser quirúrgico o


a.
cuando se sospeche que la estenosis de la AC se debe al ca
<..>
endoluminal. Las tasas de reestenosis con el tratamiento
ligamento arcuato mediano. El test habitual es volver a
endoluminal son altas y por ese motivo, la supervisión pos-
medir la velocidad del flujo en la arteria cuando el pacien-
tratamiento es importante. Al igual que en otras arterias
te hace una inspiración profunda. Hemos observado que
tratadas con stent, la reestenosis normalmente se debe a
esta prueba no es muy coherente. La reevaluación de la
una hiperplasia de la íntima, que es común dentro de los
arteria con el paciente en bipedestación puede ser supe-
stents de metal desnudo pero que sucede incluso más habi-
rior por su capacidad de mostrar la normalización de ve-
tualmente en el extremo del stent (Fig. 12-34).
lo cidades en la AC en el contexto de la compresión por el
Sin embargo, la supervisión postratamiento con dúplex
ligamento arcuato mediano 104 . Nuestra experiencia nos resulta algo confusa porque las velocidades Doppler se
indica que la exploración con el paciente en bipedestación mantienen elevadas en la AMS con stent109 • Algunos auto-
es muy superior a la inspiración profunda para normali- res especulan que esta elevación de la velocidad se deba a
zar las formas de onda (Fig. 12-3 1). un cambio en las propiedades elásticas de la pared arterial
Interpretación dúplex 3e la mesentérica. Probable- inducido por la incorporación del stent. Además, el objeti-
mente los criterios dúplex más ampliamente aceptados vo del stent con frecuencia no es restaurar el flujo normal,
para la estenosis mesentérica son los que se describieron sino solamente restaurar suficiente flujo para que el pa-
inicialmente. Estos establecieron que una VPS mayor de ciente se quede asintomático. Las arterias tratadas con
275 cmls en la AMS y de 200 cmls en la AC son indicati- stent con frecuencia aportan flujo colateral a otras arterias
vos de estenosis de más del 70% de estas arterias 10S . Otros no tratadas que siguen estenosadas u ocluidas. Las arte-
investigadores encontraron las velocidades diastólicas rias con stent con frecuencia muestran un flujo aumenta-
como un indicador más preciso. Un grupo observó que la do a lo largo de su trayecto. Esto se traduce en velocidades
velocidad telediastólica (VTD) mayor de 45 cmls era un que están uniformemente elevadas a lo largo de la arteria.
indicador muy preciso de una estenosis de la AMS mayor Hemos observado este resultado no sólo en la AMS, sino
del 50%86.106. Otro grupo observó que la VTD mayor de también en otras arterias mesentéricas (Fig. 12-35). Las
70 cmls era muy precisas para el diagnóstico de estenosis decisiones terapéuticas después del stent tienen que
de la AMS mayor del 50%, siendo la VTD mayor de 100 cmls adoptarse en el contexto de todo el cuadro clínico, no so-
la necesaria para el diagnóstico de estenosis de la AC por
encima del 50%107.
En nuestro laboratorio hemos encontrado unos criterios
muy sensibles utilizando como datos las velocidades sistó-
licas (pero no diastólicas), pero se acompañan también de
un número significativo de estudios falsos positivos. Por su
elevada sensibilidad, confiamos que las exploraciones de
alta calidad que no muestren unas velocidades sistólicas
mayores que las establecidas anteriormente, excluirán el
diagnóstico de isquemia mesentérica crónica. Cuando las
velocidades alcancen el umbral referido anteriormente,
observaremos signos secundarios que apoyen el diagnós-
tico de estenosis importante, antes de que podamos asu-
mir que la estenosis es real. Estos signos secundarios son
una velocidad diastólica aumentada y la existencia de una
turbulencia postestenótica. También apoyan el diagnósti- ~ Figura 12-30 Paciente con oclusión en el ori-
co de estenosis severa (Fig. 12-32). En ausencia de hallaz- ""....",...~ gen de la arteria celíaca. Volumen de muestra
gos secundarios, los radiólogos tienen que plantearse la ~ situado en el origen de la arteria hepática común
posibilidad de resultados falsos positivos. En este contexto (AHC) que muestra una velocidad negativa (ver escala de
tenemos un umbral bajo para recomendar una angio-TC o velocidad de la forma de onda espectral) que indica flujo
retrógrado (se aleja del transductor).
angio-RM para establecer el diagnóstico.
=c:
'0
'0
O
Q)
(J)

Figura 12-31 Acodadura en la arteria celíaca secundaria al ligamento arcuato mediano. La aortografía muestra
el aspecto típico de la arteria celíaca (AC) (flecha negra) sec;:undario al ligamento arcuato mediano. A, Inyección se-
lectiva en AC que muestra una severa estrechez en el punto de la acodadura (flecha blanca). B, Imagen en escala de
grises con el paciente en supino que muestra la acodadura en la celíaca (flecha larga) y su relación con la AMS (flechas cortas).
e, Imagen en escala de grises de un paciente en supino en inspiración profunda en la que se aprecia una discreta mejoría de
la acodadura. D, Imagen en escala de grises con el paciente en bipedestación que muestra la resolución de la acodadura. E,
Doppler color con el paciente en supino que muestra la acodadura que ocasiona la estenosis. F, Con el paciente en bipedes-
tación, la arteria se estira sin estrechamiento. G, Imagen espectral que muestra una elevada velocidad de 588 cm/s con el
paciente en inspiración profunda. H, Con el paciente en bipedestación la velocidad es normal (163 cm/s).
oG)
...
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O
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a.
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a.
ca
Figura 12-32 Turbulencia postestenótica. A, Forma de onda espectral en el punto de la estenosis que muestra O
unas velocidades diastólicas elevadas de más de 200 cm/s. La porción de color de la imagen muestra un soplo
(flecha) reflejado como color fuera del vaso y cerca del punto de la estenosis, que se creyó debido a vibración del
tejido. B, Forma de onda espectral que muestra la típica forma de onda en " pelo pincho» debida a la turbulencia posteste-
nática. Existe un artefacto en espejo en la imagen, debido a las muy elevadas velocidades, la línea basal de la forma de
onda se ha colocado en la parte inferior, lo que hace que la imagen en espejo aparezca en la parte alta del trazado (flecha).
El artefacto en espejo también es típico de turbulencia.

bre la base de las velocidades solamente. Si el paciente es- recta. Por ello se recurre pocas veces a estudios ecográficos
tá totalmente asintomáti co no se iniciará un tratamiento, para la evaluación primaria de toda la VCl y venas ilíacas.
al margen de los resultados de la ecografía dúplex. La principal excepción es en lactantes, en los que la evalua-
ción de la VCl con ecografía ofrece una oportunidad mucho
Venas ilíacas y vena cava inferior mayor de obtener una buena información diagnóstica.
Al igual que sucede con otras venas del cuerpo, el rango
de patología de las venas ilíacas y cava inferior (VCl) es Anatomía
estrecho. La trombosis de las venas ilíaca y VCI probable- La VCl se divide en varios segmentos. El más proximal (o
mente sea la patología más frecu ente, pero es mucho me- sea, central) es el suprahepático (posthepático), que es
nos habitual que la trombosis venosa de las extremidades corto e intratorácico. En adultos este segmento tiene
inferiores. aproximadamente 2,5 cm de longitud y tiene como tributa-
Con frecuencia, las venas ilíacas y la vena cava infrarrenal rias a las venas hepáticas. El siguiente segmento es ¡otra-
no se pueden evaluar bien mediante ecografía de forma di- hepático, con las venas hepáticas accesorias y caudadas

Figura 12-33 Aortografía mesentérica. A, Aortografía mesentérica que muestra relleno solamente en una de las
arterias mesentéricas, una muy gruesa AMI (flecha). Obsérvese además el hallazgo casual de una DFM en la arte-
ria renal derecha. B, Aortografía oblicua que muestra una estenosis en el origen de la AMI (fecha). La estenosis fue
resuelta con éxito mediante un stent.
nl
c:
E
o
'C
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nl
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nl
lo..
C)
o(.)
Figura 12-34 AMS estenótica en el extremo dis-
w tal de un stent implantado previamente. A, An-
=e giografía que muestra la estenosis en el extremo
distal de un stent. Se trató mediante una angioplastia con
'o
'0 balón. B, Doppler color y dúplex espectral 3 años después
(,)
Q) que muestra una velocidad extremadamente elevada en la
en AMS. Obsérvese la elevación de la velocidad diastólica. e,
Imagen de Doppler dúplex en escala de grises que muestra
que la estenosis ha recid ivado en el extremo distal del stent
de laAMS.

Figura 12-35 Arterias celíaca y mesentérica su-


perior ocluidas. A, Angiografía que muestra amplia
permeabilidad en el origen de una AMI grande y
con stent. B, Doppler dúplex en el origen de la AMI que
muestra elevación de las velocidades sistólica y diastólica.
e, Doppler dúplex a 3 cm distal del origen de la AMI que
muestra una elevación muy similar de la velocidad . La eleva-
ción de la velocidad se considera debida al aumento del flu-
jo que lleva la AMI para irrigar órganos que normalmente
irriga la celíaca y mesentérica superior.
como tributarias. El próximo segmento es infrahepático Variantes anatómicas
(suprarrenal, que tiene las venas renales como tributa- Existen tres variantes principales de la VCI. La más habi-
rias). El último segmento es infrarrenal y su último seg- tual es la duplicación en la porción infrarrenal de la VC! y o(1)

-e
mento tiene a las venas gonadales como tributarias. Si- se observa con una incidencia del 2% (Fig. 12-37, A). Con e
guiendo en dirección caudal, la VC! se divide en las venas mayor frecuencia el canal izquierdo de la VC! entra en la o
vena renal izquierda. La VC! suprarrenal tiene una anato- . ¡:
ilíacas comunes. La vena ilíaca común derecha pasa entre (1)

-
la arteria ilíaca común derecha y la columna donde se mía normal. La segunda anomalía por orden de frecuencia c..
co mprime produciendo la fisiología de May-Thurner es una transposición de la VC! (lado izquierdo) (0,5%,
(llamada síndrome de May-Thu rner, cuando es causa de Fig. 12-38, B), que también suele drenar en la vena renal (1)

izquierda. Al igual que en la VC! duplicada, la anatomía


a:
trombosis) (Fig. 12-36). Las venas ilíacas comunes tienen
como tributarias principales a las venas ilíacas internas y por encima del nivel de las venas renales es normal. En
externas. ambas anomalías, el segmento del lado izquierdo cruza la o
"3
~
Q.
ca
o

Figura 12-36 Fisiología de May-Thurner. A, Te realizada en un paciente con una reducción importante de las
fases en las formas de ondas venosas de la pierna izquierda en la imagen Dopplerdúplex. La vena ilíaca común
izquierda (flecha negra) está comprimida al pasar entre la arteria ilíaca común (flecha blanca) y la columna. B, Re-
construcción de Te en 3D que muestra la aorta y arterias ilíacas comunes (azul suave) y la vena cava inferior (Vel) y venas
ilíacas comunes (púrpura). e, Reconstrucción en 3D de una Te de las venas ilíacas y ve!. Obsérvese la ligera muesca en
la vena ilíaca común izquierda en el punto donde cruza por detrás de la arteria ilíaca común derecha. D, Reconstrucción de
Te de las venas vel e ilíaca vistas desde una posición izquierda y superior de la pelvis. Las venas ilíaca derecha y vel se
solapan entre sí. Las venas ilíaca externa izquierda y la ilíaca común izquierda se presentan por fuera. El estrechamiento de
la vena ilíaca común izquierda (flecha amarilla) se aprecia bien en esta proyección.
Figura 12-37 Anomalías de la vena cava inferior. A, Imagen de Te de una vel dupliéada (flechas negras), la
anomalía más frecuente de la vel. La vel izquierda se une a la vena renal izquierda. La vel por encima del nivel de
las venas renales conserva su localización habitual. B, Ecografía de otra anomalía de la vel : una vel izquierda si-
gue su recorrido a la izquierda de la aorta. La vel izquierda se une con la vena renal izquierda.

=c:
'0
aorta por debajo del nivel de la vena renal izquierda. Ade- ria que las venas profundas de las extremidades. Es rara la
.C) más el segmento anómalo puede cruzar bien por delante trombosis de las venas ilíacas de forma aislada; se detecta
oQ) o por detrás de la aorta 110. en el 1,6% de los casos de trombosis venosa profunda de
(JJ
La tercera anomalía por frecuencia es la continuación las extremidades inferiores (DVT) 114.
de la ácigos de la VC!. La VC! infrarrenal sigue en su parte En adultos, los trombos de las venas ilíacas son más fre-
craneal hasta la hemiácigos o venas ácigos. La VC! no atra- cuentes que en la VCJ. Los trombos casi siempre se deben
viesa el hígado en esta situación, no existe una VC! intra- a la extensión de la trombosis de las venas de las extremi-
hepática. Las venas hepáticas drenan normalmente en la dades inferiores. La compresión extrínseca de la VC! y ve-
VC! suprahepática (posthepática), que entra en la aurícula nas ilíacas, como sucede en la fisiología de May-Thurner o
derecha. La incidencia de la continuación de la ácigos es el útero grávido, también puede ocasionar una trombosis.
aproximadamente de un 0,6%110. La trombosis de la vena ilíaca en adultos pocas veces se
Respecto a las tributarias de la VC!, existen variantes en puede visionar directamente en la ecografía por carecer
la anatomía de las venas hepáticas, vena renal izquierda y de una ventana adecuada. Lo habitual es que la ecografía
venas gonadales. Las venas hepáticas presentan numero- sólo permita sospechar la posibilidad de una trombosis
sas variantes que son importantes para la planificación de ilíaca.
las técnicas quirúrgicas o trasplantes l11 . La variante más Los signos ecográficos de una trombosis venosa se
frecuente es la existencia de una vena hepática derecha aprecian en las venas femorales comunes. Cuando el
accesoria 112. trombo de la vena femoral común se extiende tan proxi-
La vena renal izquierda pasa habitualmente por de- malmente como se pueda apreciar será fácil deducir la
lante de la aorta abdominal para unirse a la VC!. También posible extensión en las venas ilíacas. Los casos más suti-
puede rodear la aorta (hasta en el 8,7%)110, donde la ve- les cursan con un flujo continuo, bajo o ausente en una
na renal izquierda tiene dos ramas, una que pasa por de- vena femoral común abierta (no trombosada). Las formas
trás de la aorta y la otra por delante. Con menor frecuen- de onda de la vena femoral generalmente muestran las fa-
cia puede ser retroaórtico (hasta en el 2,4 %), cuando ses del ciclo respiratorio o las fases del ciclo cardiaco, o
una vena renal izquierda única pasa por detrás de la aorta. ninguno de los dos. Cuando no se pueden apreciar las fa-
En ambos casos la porción de la vena renal izquierda que ses con claridad, como sucede con el flujo continuo o flu-
pasa por detrás de la aorta suele descender una distancia jos bajos o ausentes, se debe sospechar una obstrucción
corta hacia la pelvis cuando pasa por detrás de la aorta llO . más proximal al flujo (Fig. 12-38; ver además Fig. 12-36).
La vena gonadal derecha se une a la VC! justo por de- Antes de realizar otras pruebas para detectar una obs-
bajo del nivel de la vena renal derecha o de la vena renal trucción más proximal, es aconsejable practicar algunas
izquierda en el 90% de los casos. Cuando la anatomía de la maniobras para eliminar causas no patológicas de la au-
VC! es la habitual, la vena gonadal izquierda casi siem- sencia de fases. En primer lugar el paciente debe quitarse
pre drena en la vena renal izquierda. En una duplicación o la ropa interior por si estuviera demasiado prieta, que es
-VC! izquierda, la vena gonadal izquierda casi siempre dre- una causa de obstrucción no patológica. En segundo lugar,
na en la VCI del lado izquierd0 113 • la ecografía evaluará si la vejiga está llena y en caso de que
esté moderada o totalmente llena se pedirá al paciente
Trombosis que orine. En tercer lugar, si la paciente está en el segundo
Las venas ilíacas y la VC! son venas grandes con alto flujo o tercer trimestre del embarazo, se estudiarán las formas
de volumen. Son menos propensas a la trombosis prima- de onda en posiciones oblicua posterior o decúbito. Si la
o
(1)
s::::
...
O
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(1)
Q.
E
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a:

Figura 12-38 Ecografía Doppler dúplex por ede-


ma en la pierna izquierda. A, Forma de onda en la
vena femoral izquierda sin fases. Todas las venas
en el muslo izquierdo tienen similares formas de onda. No
existían trombos en la pierna izquierda. La exploración se
interpretó erróneamente como normal. S, Forma de onda
normal en la vena ilíaca común derecha. e, Pierna izquierda
que fue reexaminada al día siguiente y ahora sí muestra un
trombo amplio. Cuando se realizó la primera exploración
probablemente ya existía el trombo venoso ilíaco, que des-
pués se extendió hasta la vena femoral común en 24 horas.
Las forma de onda de las piernas son en ocasiones el único
dato ecográfico de trombosis de la vena ilíaca.

co mpresión se debe a un útero grávido que comprime las más probable que sea un falso positivo cuando es bilateral
venas, estas maniobras con fre cuencia permitirán que la que cuando es unilateral (Fig. 12-40).
forma de onda recupere la normalidad, mostrando que no En el contexto de una ausencia de fases en la vena femoral
existe un bloqueo fijo de las venas (Fig. 12-39). común, la obstrucción más proximal puede ser secundaria a
Si estas maniobras no fueran suficientes para restaurar una trombosis aguda o crónica, fisiología de May-Thurner o
una forma de onda normal, puede existir una obstrucción compresión extrínseca de la vena por una masa benigna
proximal de las vena(s) femoral(es) . En caso de que sea o maligna o una colección líquida. Cuando se aprecia una au-
unilateral, probablemente se trate de una obstrucción de sencia de fases, se realizarán otros estudios de imagen para
la vena ilíaca. Si es bilateral la obstrucción podría estar a evaluar posibles etiologías. Nosotros recurrimos habitual-
nivel de ambas venas ilíacas o de la VC!. En muestra expe- mente a la TC con contraste (Fig. 12-41) Y, durante el emba-
riencia la ausencia de fases en una vena femoral común es razo, a la RM. Otra opción es la venografía pélvica.

Figura 12-39 Paciente en el tercer trimestre del embarazo con edema en miembros inferiores. A, Forma de
onda en la vena femoral profunda con el paciente en supino que muestra una reducción de las fases, todas las
venas del muslo izquierdo tienen una forma de onda similar. La única variación que se aprecia en el flujo es cuando
se produce un aumento (compresión sobre pantorrillas o muslos), que ocasiona breves incrementos en el flujo. S, Con el
paciente en posición oblicua posterior derecha, dicho giro ha apartado el útero grávido de las venas ilíacas izquierdas. El
fl ujo de la vena femoral común izquierda muestra unas fases respiratorias normales.
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Figura 12-40 Fases de la vena femoral. A Y S,


Forma de onda de las venas femorales comunes
bilateralmente planas. e, Paciente con una obs-
trucción al flujo de salida vesical.

Ftgura 12-41 Metástasis de carcinoma cervical.


A, Formas de ondas venosas normales de la pierna
derecha. S, Edema en la pierna izquierda rodeand o
los vasos ilíacos. Las formas de onda muestran unas fases
reducidas. e, Te que muestra una masa que rodea los va-
sos ilíacos. Las arterias iliacas internas y externas se mues-
tran con unas flechas negras. La paciente presentaba recidi-
va de un carcinoma.
En lactantes, especialmente en aquellos con catéteres ve- Las neoplasias primarias de la VC! son incluso más ra-
nosos femorales, la ecografía de la VC! puede ser valiosa ras. Los leiomiosarcomas pueden producirse en otros
para evaluar una trombosis. La VC! intrahepática general- puntos del sistema venoso, pero casi siempre proceden de oQ)
mente se visualiza bien. Los trombos pueden apreciarse la VC!. c:
habitualmente bien en la escala de grises y se confirman
mediante ecografía Doppler color o espectral. La VC! infra-
La ecografía no es el principal método de imagen para
estos tumores. Cuando se observen signos ecográficos de
...
O
'¡:
Q)
hepática es más difícil de visualizar, pero con frecuencia se afectación tumoral, se suele aconsejar una imagen trans- c.
puede evaluar de forma adecuada mediante un abordaje
bastante lateral en el que se obtienen imágenes coronales
versal con TC o RM para poder establecer la extensión to-
tal de la afectación.
...e
Q)

utilizando cualquiera de los riñones como ventana.


a:
Otros hallazgos en la vena cava inferior
Síndrome de Budd-Chiari La dilatación de la VC! y orificios venosos hepáticos se ob- o
El síndrome de Budd-Chiari es una patología rara ocasio- serva en pacientes con insuficiencia cardiaca congesti- '3
~

nada por la obstrucción del flujo de salida de las venas va 119 • (Fig. 12-42). c.
ca
hepáticas. En los caucásicos esta patología se suele rela- La colocación de filtros de veI se ha extendido. En nues- O
cionar con estados de hipercoagulabilidad. En asiáticos, la tra experiencia se detectan de forma inconstante. Cuando
principal causa es la obstrucción membranosa de la VCI115. se detectan se muestran como cuerpos extraños ecogéni-
Cuando existe una obstrucción aislada de la VCI, la angio- cos en la VC!. Pocas veces es posible determinar más sobre
plasti" transluminal percutánea, con o sin implantación el filtro que su existencia y localización aproximada (Fig.
de stent, suele ser exitosa. Los shunt portosistémicos in- 12-43). La VC[ puede convertirse en esclerótica en los pa-
trahepáticos transyugulares (TIPS) suelen ser efectivos cientes con filtros de larga evolución, en los que puede
en la obstrucción de la vena hepática 116 • apreciarse la ausencia de VC! junto con las venas colatera-
El síndrome de Budd-Chiari cursa con múltiples mani- les retroperitoneales. Los extremos de los filtros también
festaciones intrahepáticas 117.118 . Las manifestaciones de la pueden penetrar en la pared de la VC!. Este hallazgo es muy
VC[ son visibles en la ecografía y son una malla en la VC! frecuente en la TC y también es un hallazgo casual, aunque
justo por encima de [as venas hepáticas ll5 y estrecha- pueden surgir complicaciones 12O • La penetración de la VC!
miento de la VC[ intrahepática ocasionada por edema he- puede observarse con la ecografía como un cuerpo extraño
pático y trombosis de la VCP16. ecogénico que se extiende fuera de la VC!.

Neoplasias de la vena cava inferior


Las neoplasias de la VC! son raras y casi siempre suce- PATOLOGíA NO VASCULAR
den en el contexto de la extensión de tumores de órgano DEL RETROPERITONEO
só lido a través del drenaje venoso para entrar en la VC!.
Este fenómeno se observa cuando un carcinoma de cé- La ecografía no es la principal modalidad de imagen utili-
lulas renales se extiende a través de las venas renales zada para la definición de problemas retroperitoneales no
hasta la VC!. Se repite el mismo fenómeno cuando un vasculares. Cuando las alteraciones descritas más adelan-
carcinoma hepatocelular o adrenocortical se extien- te se detectan en la ecografía, casi siempre será necesario
de a través de las venas hepáticas o suprarrenales hasta obtener imágenes transversales con TC o RM para definir
alcanzar la VC!. totalmente la alteración.

Figura 12-42 A Y e, Dos imágenes que muestran dilatación de la vel y hepática secundarias a insuficiencia car-
diaca congestiva. (Cortesía de Carl Reading, MD.)
Figura 12-43 Filtros de la vena cava inferior. A, Filtros de la VCI que pueden resultar muy difíciles de visionar.
Ecos lineales brillantes (flechas amarillas) que indican un delgado filtro dentro de la VCI (flechas rojas). Esta imagen
representa una visualización inusualmente buena del filtro. B, Reconstrucción coronal de una TC que muestra la
ubicación y forma de un filtro. (Cortesía de Anthony Hanbidge, MO.)

=c: Masas sólidas La enfermedad metastásica es otra causa de masas


'o Probablemente la masa sólida más frecuente sea la linfa- sólidas en el retro peritoneo. Las metástasis casi siempre
.(3
()
denopatía (ganglio linfático hipertrófico). Las causas de se producen en ganglios linfático s, pero también se pue-
Q)
en hipertrofia de un ganglio pueden ser malignas o benignas den observar en otras zonas. Con frecuencia es imposible
(infección, linfoma) pero en todos los casos tiene que ex- saber con seguridad si la masa es ganglionar o está cen-
cluirse la malignidad. Los ganglios linfáticos son casi siem- trada en algún tipo de tejido (Fig. 12-44).
pre hipoecoicos. La identificación de una estructura como Las neoplasias primarias en el r etroperitoneo son raras
probable ganglio linfático suele ser por su localización en y las más frecuentes con ellinfoma l2l . Las siguientes neo-
las regiones paraaórtica o paracava o en el mesenterio. plasias por frecuencia son el sarcoma, liposarcoma, leio-

Figura 12-44 Enfermedad metastásica retro-


peritoneal. A, Metástasis de un adenocarcino-
ma esofágico en el retro peritoneo, en una proba-
ble adenopatía (cabezas de flecha amarillas); Sp, columna;
flecha roja, aorta; flecha azul, VCI; flechas verdes , riñón
derecho. B, Imagen de RM del paciente aproximadamen-
te un mes después. La anatomía muestra cambios lige-
ros. e, Doppler color dúplex que muestra que la lesión
(cabezas de flecha amarillas) es vascular y se irriga a par-
tir de una arteria lumbar; flecha roja, aorta; flecha azul,
VCI. El volumen de muestra del Doppler está en una arte-
ria lumbar dilatada que irriga la lesión.
o(1)

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(1)
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Figura 12-45 Periaortitis crónica. A, TC de una periaortitis crónica con AAA (AAA inflamatorio) que tenía un diá-
~ metro máximo de 4,9 cm. El paciente estaba sintomático y se trató con un injerto endoluminal poco después de la
TC . Obsérvese la calcificación (flecha blanca) que señala la pared aórtica. El tejido inflamatorio está por fuera de la
aorta (flechas rojas). B, TC 2 años después que muestra que el tamaño aórtico es más pequeño . La inflamación ha desapa-
recido.

miosarcoma e histiocitoma fibroso. Generalmente se


extirpan estos tumores y tienen una tasa de recidiva rela- , CONCLUSiÓN
tivamente alta 122 •
También se observan masas benignas en retroperito-
neo, como los fibromas, schwannomas, neurofibromas Se suele recurrir a la ecografía para una evaluación dirigi-
y lipomas. Los paragangliomas extrasuprarrenales (feo- da de los órganos sólidos y vasos sanguíneos del retrope-
cromocitomas extrasuprarrenales) son habitualmente ritoneo. La evaluación de órganos sólidos se trata en otros
benignos pero también pueden ser malignos 123 . La dife- capítulos. En las patologías de los vasos sanguíneos del
renciación entre benigno y maligno en el caso de las ma- retro peritoneo, la ecografía se considera un excelente mé-
sas retroperitoneales no se suele conseguir mediante eco- todo diagnóstico y con frecuencia es la principal modali-
grafía y los hallazgos de una masa no sospechada en dad de imagen para el diagnóstico. Por diversas razones la
el retroperitoneo requieren una evaluación mediante TC ecografía no es el método principal de imagen de zonas de
oRMN. tejido conectivo del retroperitoneo. Para realizar un estu-
También se pueden detectar colecciones líquidas en el dio diagnóstico riguroso, cuando se exploren los órganos
retroperitoneo, como un hematoma, urinoma, linfocele, del retro peritoneo y los vasos sanguíneos, el médico tiene
absceso y pseudoquiste pancreático. En caso de que se que tener los conceptos claros de todos los hallazgos re-
puedan ver con claridad y esté indicado, con frecuencia la troperitoneales que se puedan apreciar, de forma que se
ecografía junto a la radioscopia son la mejor forma de dre- puedan ofrecer los mejores cuidados al paciente.
nar estas colecciones.

Fibrosis retroperitoneal
Como ya se comentó, la fibrosis retroperitoneal (FRP) se
suele agrupar con el AAA inflamatorio en el proceso pato-
lógico llamado periaortitis crónica. La FRP puede apre-
ciarse como una masa que suele rodear la aorta y arterias
ilíacas comunes. Puede englobar estructuras adyacentes,
casi siempre los uréteres, con la consecuencia del despla-
zamiento de los uréteres, y con frecuencia son obstruc-
ción. Cuando se relaciona con un AAA, la FRP suele mejo-
rar con la reparación del AAA (Fig. 12-45).
En la FRP la ecografía muestra una masa que engloba la
aorta abdominal (Fig. 12-46). La pared posterior de la
aorta suele estar respetada. Una masa periaórtica que se- Figura 12-46 Periaortitis crónica. Imagen ecográ-
para la aorta de la columna sugiere que la causa es malig- fica coronal de una periaortitis crónica sin AAA (fibro-
na 124 . La ecografía no es sensible para la detección de sis retroperitoneal) (flechas blancas) rodeando la aor-
FRp125, aunque sí es sensible para la detección de un AAA, ta (Aa). Vana cava inferior (VCO ligeramente visible y rodeada
con el que puede coexistir. La ecografía también es sensi- por la masa. El riñón izquierdo (flechas verdes) es hidronefró-
ble para la detección de obstrucción ureteral e hidrone- tico como consecuencia del atrapamiento del uréter izquierdo
frosis, la complicación más frecuente. por la masa periaórtica (Cortesía de Carl Reading, MD.)
Capítulo 13

ECOGRAFÍA DINÁMICA DE LAS


HERNIAS INGUINOESCROTALES y
DE LA PARED ABDOMINAL ANTERIOR
A. Thomas Stavros y Cynthia T. Rapp

Los pacientes con hernias inguinales suelen acudir por un las únicas «hernias inguinales» son inguinales. Sin em-
abultamiento o masa que con frecuencia se diagnostica bargo, las hernias spigelianas y femorales están tan
clínicamente y es raro que requiera estudios de imagen (a próximas al área inguinal que se consideran hernias in-
excepción de cuando se quiera evaluar también el lado guinales igualmente. La evaluación ecográfica de la ingle
opuesto en el preoperatorio). Al mismo tiempo, los pa- debe por tanto incluir las hernias spigelianas, inguina les
cientes con hernias que acudan por dolor pero sin una directas e indirectas y femo rales.
masa o abultamiento se suelen remitir para realizar un
estudio de imagen. En el pasado, el procedimiento de elec-
ción era la «herniografía». Últimamente se utilizan la Te o
RM para identificar y caracterizar las hernias (Fig. 13-1).
Sin embargo, la ecografía en tiempo real ofrece varias
ventajas respecto a otras modalidades de imagen, que son
su capacidad de explorar al paciente tanto en posiciones
de bipedestación como en supino, recurriendo a manio-
bras dinámicas como la de Valsalva y la compresión y la
posibilidad de describir el movimiento en tiempo real
(Fig. 13-2) . La colocación del paciente y las maniobras di-
námicas influyen sobre la capacidad de diagnosticar la
hernia del explorador, además modifican su tamaño y
contenido y permiten evaluar si es reductible. La ecogra-
fía también facilita la evaluación de la sensibilidad e im-
portancia clínica de la hernia.
Existen varias definiciones de ingle. La definición más Figura 13-1 Hernias inguinales. La tomografía
~ computarizada (TC) abdominal muestra unas her-
habitual es que la ingle comprende el pliegue inguinal en
nias inguinales indirectas bilaterales con conten i-
la unión de abdomen y muslo y las áreas adyacentes inme- do graso y tamaño moderado (flechas).
diatamente por encima y por debajo. En sentido estricto

Figura 13-2 Hernias femorales. A, Te abdominal que


~ muestra que no hay evidencia de hernias femorales, B,
Imagen ecográfica de un canal femoral durante la apnea
que parece normal. e, Ecografía transversal del canal femoral du-
rante la maniobra de Valsalva, mostrando unas hernias bilaterales
con contenido graso; la derecha mayor que la izquierda (flechas).
Las hernias se observa n en zonas de debilidad natural,
que son áreas donde los vasos penetran en la pared abdo-
minal (femoral y spigelianas), donde se produce la migra-
ción fetal de los testículos, cordón espermático o ligamen-
to redondo (inguinal indirecta) ya través de los tendones
anchos y planos llamados aponeurosis (inguinal directo).
Las hernias no se producen a través de los vientres mus-
culares de la pared abd ominal, salvo que se hayan seccio-
nado en una intervención previa.

Suele utilizarse un transductor de 50 mm de largo y alta


frecuencia (~12 MHz). Solamente en pacientes muy obe-
sos será necesaria una frecue ncia más baja, normalmen-
a - Hernia femoral. Imagen en el eje lar-
te de 7-9 MHz, con un dispositivo curvo. Es importante
go de una hernia femoral con contenido líquido en
utilizar un transductor de 50 mm, ya que su campo de un paciente que acude por dolor y edema.
visión extendido (CVE) perm ite una identificación mejor
de las referencias, especial mente en pacientes que pre-
sentan diastasis de las apo neurosis. En departamentos grasa puede ser intraperitoneal (mesentérica u omen-
en los que el transductor disponible más grande sea de tal) o preperitoneal por su origen. En general, no es posi-
38 mm, puede ser útil utilizar un dispositivo trapezoidal ble distinguir mediante la ecografía si la hernia contiene
o convexo virtual. En algunos casos las modalidades de grasa intra o preperitoneal. Solamente en casos de her-
CVE son útiles, especialmente en las hernias inguinales nias que contengan grasa tanto intra como preperitoneal
indirectas que se exti enden hasta el escroto y las hernias se podrá hacer dicha diferenciación. Las hernias que con-
incisionales grandes. Es importante tener la posibilidad tienen grasa intraperitoneal pueden contener intestino
de almacenar y revisar los bucles de vídeo para poder después y por tanto presentan mayor riesgo que las que
capturar los eventos dinám icos que son críticos para el contienen grasa preperitoneal. Algunas hernias contienen
diagnóstico. líquido de origen intraperitoneal (Fig. 13-4). Las hernias
con contenido intestinal se consideran de mayor riesgo
porque su estrangulación puede conducir a un infarto in-
testinal (Fig. 13-5). Las hernias grandes que con mayor

La mayor parte de las hernias detectadas mediante eco-


grafía no contienen intestino, de hecho, la mayoría de las
hernias contienen exclusivamente grasa (Fig. 13-3). La

Figura 13-3 Hernia inguinal indirecta. Imagen Figura 13-5 Hernia inguinal indirecta. Proyec- 433
ecográfica en el eje largo de una hernia inguinal ción del eje corto del canal inguinal en posición de
indirecta (flechas) que contiene solamente grasa bipedestación que muestra una hernia inguinal in-
(AEI, arteria epigástrica inferior) directa con contenido intestinal.
Figura ,.j 6 Hernia inguinal indirecta. Pantalla dividida de proyecciones en el eje largo de una hernia inguinal de
contenido graso durante una apnea y maniobra de Valsalva. La imagen izquierda muestra la hernia durante la ap-
nea (flechas). La imagen derecha obtenida durante una maniobra de Valsalva muestra la hernia forzada distalmen-
=e te en dirección horizontal dentro del canal inguinal (flechas y flechas punteadas).
'o
'0
oQ)
ti)
probabilidad contienen intestino son más fáciles de de- distiende en apnea y se ensancha durante la maniobra de
tectar clínicamente y requieren ecografía en menos oca- Valsalva. Las hernias que impresionan de contenido exclu-
siones para su diagnóstico. Las hernias pueden contener sivo de grasa durante la apnea pueden mostrar después
intestino delgado, colon y apéndice. Otros contenidos mu- contenido intestinal durante la maniobra de Valsalva. En
cho menos frecuentes de las hernias son los ovarios y «las algunos pacientes la hernia se hace dolorosa durante la
orejas vesicales». maniobra de Valsalva.
La maniobra de compresión es esencial para evaluar
si la hernia es reductible y dolo rosa en pacientes con her-
nias detectables ecográficamente, al margen de si el pa-
ciente está en supino o bipedestación. Las maniobras de
compresión también son útiles en pacientes en supino en
Las maniobras dinámicas, que representan la principal los que la maniobra de Valsalva fue ineficaz. La compre-
ventaja de la ecografía con respecto a la tomografía com- sión ayuda a evaluar si la hernia es reductible. Las her-
putarizada (TC) y la resonancia magnética (RM), son la nias pueden ser totalmente reductibles, parcialmente re-
maniobra de Valsalva, la maniobra de compresión y la po- ductibles o no reductibles (incarceradas). El perfil de las
sición en bipedestación. Las maniobras dinámicas son úti- hernias se correlaciona con que sean o no reductibles.
les, porque muchas hernias se reducen espontáneamente Una hernia con un fundus ancho y cuello estrecho es pro-
cuando el paciente está en supino y apnea, lo que hace al- bable que no se pueda reducir, mientras que una hernia
gunas hernias indetectables. Las hernias que contienen con un cuello amplio respecto al fundus es más probable
grasa son casi iso ecoicas con los tejidos próximos y por que se pueda reducir (Fig. 13-7). La evaluación del dolor
ello relativamente invisibles. Las maniobras dinámicas fa- es muy importante debido a que la ecografía dinámica es
vorecen que la grasa dentro de la hernia se desplace, de tan sensible que detecta muchas hernias asintomáticas e
forma que sea más evidente el contenido de la hernia. La insignificantes. Además, en algunos pacientes el dolor se
dirección del movimiento puede ser útil, debido a que el debe a otras etiologías.
movimiento de los tejidos próximos es casi siempre en la La posición de bipedestación es esencial en todos los
dirección anteroposterior (AP), mientras que el cOJ)tenido pacientes que se evalúen mediante ecografía. Muchos pa-
de la hernia con frecuencia se mueve en sentido horizon- cientes están sintomáticos sólo en posición de bipedesta-
tal durante la maniobra de compresión. El contenido de la ción o están más sintomáticos en bipedestación. La mejor
hernia puede cambiar con las maniobras dinámicas. Por forma de demostrar el líquido es con el paciente en bipe-
último, se evalúa si es reductible y presenta dolor. destación, especialmente las mujeres. Son necesarios al-
La maniobra de Valsalva es muy útil cuando el pacien- gunos minutos para que el líquido libre «forme el charco»
te está en supino. Fuerza el contenido de la hernia hacia en el extremo inferior del saco herniario en la posición de
:ct34
delante y con frecuencia en sentido horizontal en una di- bipedestación. Por ello será útil una imagen diferida de la
rección inferomedial (Fig. 13-6). Algunas hernias se hacen posición en bipedestación para demostrar el líquido pe-
visibles solamente durante la maniobra de Valsalva. En ritoneal (Fig. 13-8). Otras hernias contienen intestino so-
otros casos puede apreciarse cómo el saco herniario se lamente en posición de bipedestación. Algunas hernias
están sólo presentes en posición de bipedestación o se tanto nunca estará enmascarada por gas. Una vez que se
demuestran mucho mejor en dicha posición (inguinales ha identificado en el plano transversal, la AEI se puede se-
directas o femoral). La condición de reductible de la her- guir en dirección inferolateral hasta su origen en la arteria
nia varía entre las posiciones de supino y bipedestación, ilíaca externa. El anillo inguinal interior (anillo inguinal
de forma que es importante evaluar si es reductible en profundo) queda en la entrepierna entre la arteria iliaca
ambas posiciones. En muchos pacientes las hernias ingui- externa y la AEI proximal. Las hernias inguinales direc-
nales son más reductibles en supino que en bipedesta- tas emergen a través del «tendón conjunto», en una posi-
ción, mientras que en otras ocurre lo contrario. Igualmen- ción inferomedial respecto al origen de la AEI. Las her-
te el dolor a la palpación puede variar entre las posiciones nias spigelianas se producen a través de la fascia
de supino y bipedestaci ón. spigeliana justo lateral al lugar por donde entra la AEI. Las
hernias femorales quedan dentro del canal femoral cau-
dal respecto al ligamento inguinal (Fig. 13-10).
Una vez que se ha identificado el origen de la arteria
epigástrica inferior, el transductor debe rotarse hasta un
eje paralelo al ligamento inguinal, que sigue un recorrido
La ecografía muestra unos signos característicos de las oblicuo desde una posición superolateral a otra inferome-
hernias inguinales que quedan por debajo del ligamento dial. El paciente debe explorarse en el eje largo (LAX) pa-
inguinal. Existen cuatro tipos de hernias dentro de la defi- ralelo al ligamento inguinal y eje corto (SAX) perpendicu-
nición de inguinales: inguinales indirectas, inguinales di- lar al ligamento inguinal, en lugar de ser explorado en
rectas, spigelianas y femorales. La clave para distinguir planos longitudinal y trasversal (ver Fig. 13-9).
entre los tres primeros tipos depende de la arteria epi-
gástrica inferior (AEI). Esta arteria emerge de la arteria Hernias inguinales
ilíaca externa y sigue después un trayecto superomedial, Las hernias inguinales pueden clasificarse en directas e
cruzando la fascia spigeliana y la línea semilunar y acaba indirectas. Los términos directo e indirecto se refieren a
atravesando la cara medial y posterior del músculo recto la forma en que se presenta la hernia durante la repara-
abdominal. La AEI puede identificarse mediante ecografía ción quirúrgica. Las hernias directas protruyen en el ca-
en todos los pacientes junto a la superficie posteromedial nal abierto quirúrgicamente de forma «directa» desde
del músculo recto abdominal a un nivel que queda aproxi- atrás. Las hernias indirectas en cambio entran en el ca-
madamente a mitad de cami no entre el ombligo y la sínfi- nal abierto quirúrgicamente de forma «indirecta» desde
sis púbica mientras se explora en el plano transversal una posición superolateral después de pasar a través del
(Fig. 13-9). La AEI queda por delante del peritoneo y por anillo inguinal interno (anillo inguinal profundo). Desde

HERNIA REDUCTIBLE RELACIONADA CON EL PERFIL RELATIVO


DE LAANCHURA DEL CUELLO Y EL FUNDUS

C')
.....
o
"S
~
Q.
(1)
O

435
Figura 13-7 Perfiles típicos de las hernias. Izquierda. Hernia inguinal directa que muestra un cuello ancho en
~ comparación con el fundus. Este perfil de la hernia se correlaciona con que sea totalmente reductible. Derecha.
Hernia de la línea alba con un cuello muy estrecho en comparación con la anchura del fundus. Este perfil de hernia
se correlaciona con su condición de no reductible y mayor riesgo de estrangulación.
ca
CJ
'(3
'ca
...>-o
~

ca
CJ
'S;

c.
ca
r::::
E
o
"ca
oC
ca
=E
en
o
CJ
w
=c:
'o
.C) Figura 13-8 Posición del paciente e imagen de
(.)
G> t....- -~ la hernia. A, Proyección de eje largo que muestra
CIJ ~ una hernia inguinal indirecta de tamaño modera-
do que sólo contiene grasa, con el paciente ~n posición
supino durante una maniobra de Valsalva. B, Inmediata-
mente después, el paciente se coloca en bipedestación y
la hernia parece ligeramente mayor que en A, pero sigue
conteniendo sólo grasa. e, Imagen diferida en posición de
bipedestación que ahora muestra un contenido intraperi-
toneal y no sólo preperitoneal.

Claves para identificar el anillo inguinal interno =


arteria epigástrica inferior

Eje largo y eje corto - no longitudinal y transversal

Figura 13-9 Vasos epigástricos inferiores (VEI) como referencias claves para la evaluación del área inguinal.
436 ~ La imagen 1 se obtiene en el plano transversal aproximadamente a la mitad de camino entre el ombligo y la sínfisis
púbica. La arteria epigástrica inferior y su vena par quedan junto a la superficie posterior mediolateral del músculo
recto anterior. La imagen 2 se obtiene unos centímetros más caudal y los VEI están más laterales. Imagen 3 a un nivel don-
de los VEI (flecha) están en el borde del músculo recto. Este es el nivel en el que se producen la mayoría de las hernias
spigelianas. La imagen 4 muestra que una vez que se identifica el origen de la arteria epigástrica inferior, debe rotarse el
transductor en los planos que van paralelos y perpendiculares al canal inguinal -proyecciones de eje largo y eje corto.
Tipo de hernia-ingle-reconstrucción Te coronal mujeres (Fig. 13-12). En el eje corto, el anillo inguinal in-
terno y el cuello de la hernia inguinal indirecta quedan
entre la arteria ilíaca externa junto a su lado lateral y la ~

AEI junto a su lado medial. O


'C
En el eje largo, las inguinales indirectas pueden mostrar .!
t:
dos aspectos; deslizante y no deslizante. El tipo deslizan- ca
te de hernia inguinal indirecta tiene un cuello relativa- ca
mente ancho comparado con el fundus, con pérdida del
ángulo entre el cuello y el fundus y es más probable que
,=E
Vasos O
epigástricos
contenga intestino y otros contenidos intraperitoneales. 'O
inferiores El tipo no deslizante tiene un cuello relativamente más .c
ca
estrecho comparado con el fundus y mantiene los casi 90° 'O
Tendón entre cuello y fundus (Fig. 13-13). Las hernias no desli- !
conjunto zantes normalmente sólo contienen grasa preperitoneal y ca
c.
no son reductibles: se suelen clasificar erróneamente co- .i2
mo «lipoma del cordón espermático» o «lipoma del canal Q)
inguinal» en la cirugía. Pueden existir lipomas verdaderos 'O
del cordón espermático pero son raros. Las hernias ingui-
>-
VI
Q)
nales no deslizantes son más difíciles de diagnosticar me- ¡¡;
diante ecografía que las deslizantes debido a que: 1) tien-
den a ser más pequeñas, 2) contienen solo grasa, que es 2(,)
Figura 1J- Ubicaciones de los cuatro tipos casi siempre isoecoica con los tejidos próximos, y 3) su VI
Q)
de hernias «inguinales», Imagen TC abdomino- condición de no reductibles minimiza el desplazamiento O
pélvica reconstruida en el plano coronal. Las her- t:
del contenido durante las maniobras dinámicas. En el eje
nias inguinales indirectas emergen desde dentro del ani- 'sen
llo inguinal interno o profund o, que queda en la entrepierna t:
entre la arteria ilíaca externa y la epigástrica proximal infe- VI
rior. Las hernias inguinales directas emergen a través del ca
«tendón conjunto» que es caudal y medial respecto al ori- '2
~
Q)
gen de la arteria epigástrica inferior. Las hernias spigelia- .t:
nas surgen a través de la fascia spigeliana y justo lateral a VI
la arteria epigástrica inferior, donde alcanza el borde lateral .i2
del músculo recto anterior. Las hernias femorales están Q)
dentro del canal femoral , caudales al canal inguinal yalli- 'O
gamento inguinal. ca
.~
E
'ca
t:
el punto de vista ecográfico, los términos directo e indi-
'O
recto son algo confusos. Sería menos confuso caracterizar ,!!!
las hernias como hernias del anillo inguinal interno (indi- ....
rectas) y hernias que no son del anillo (directas). ~
en
O
(,)
Hernias inguinales indirectas W
Las hernias inguinales indirectas son el tipo más frecuen-
te de hernias inguinales. Son congénitas y representan la
,...
C')

o
persistencia de un proceso vaginal permeable. En los :;
~
hombres los testículos descienden desde la cavidad abdo- c.
(1l
minal hasta el escroto, lo que puede acompañarse de un ()
cierre tardío o incompleto del canal inguinal. Por tanto,
las hernias inguinales indirectas son más comunes en va-
rones. Sin embargo, en mujeres puede producirse el cie-
rre diferido o incompleto del canal de Nuck. El cuello de
fttJ Figura 13-11 Relación de las hernias inguina-
una hernia inguinal indirecta es el segmento que queda .....- ~ les indirectas (HII) con la arteria epigástrica in-
dentro del anillo inguinal y el fundus queda dentro del ca- ~ feriar (AEI) origen de la arteria ilíaca externa
nal inguinal (Fig. 13-11). El cuello (anillo inguinal inter- (AlE). El cuello de la hernia emerge del anillo inguinal inter-
no) queda justo por encima y lateral al origen de la AEI y no (AI/), se extiende anteriormente y después se extiende
tiende a orientarse en una dirección AP. Mientras que el en dirección inferomedial proximal la AlE y queda por de-
fundus (canal inguinal) tiene una orientación horizontal, lante del cordón espermático (CE) en hombres o del liga-
sigue un trayecto inferomedial y pasa superficial respecto mento redondo (LR) en mujeres. RA, recto abdominal ; V/E, 4371
al origen de la AEI. El fundus de una hernia inguinal indi- vena iliaca externa; AFC, arteria femoral común; VFC, vena
femoral común; VSM, vena safena mayor; LI , ligamento in-
recta tiene una posición anterolateral respecto al cordón guinal; C/ canal inguinal.
espermático en hombres y al ligamento redondo en
~

1ii
e
'E
o
'O
Jl
(U Eje largo de anillo inguinal interno
derecho y canal inguinal
.....!
E
C)
ot)
w
= Anillo
inguinal
interno~ "-
Arteria epigástrica
inferior

Figura 13-12 Hernia inguinal indirecta. Proyección de eje largo que muestra el cuello de una hernia que queda
en el anillo inguinal interno (AII) que es craneal y lateral a la arteria epigástrica inferior proxi mal (AE/). El saco de la
hernia sigue entonces un trayecto horizontal en una dirección inferomedial dentro del canal inguinal (C/). Las her-
nias inguinales siempre pasan superficiales a la AEI.

corto el tipo deslizante de hernia inguinal directa puede res. En tal caso es útil evaluar la relación del saco hernia-
diagnosticarse bien a nivel del anillo inguinal interno o a rio con el cordón espermático. Las hernias in directas tien -
nivel del canal inguinal. Sin embargo, el tipo no deslizante den a quedarse a lo largo de la cara anterolateral del
puede diagnosticarse solamente a nivel del canal inguinal, cordón espermático, mientras que los sacos herniarios de
donde tiene su máxima anchura. las directas suelen ser posteromediales respecto al cor-
En algunos casos puede ser difícil demostrar la relación dón (Fig. 13-14). En mujeres, las hernias inguinales indi-
del cuello de la hernia con los vasos epigástricos inferio- rectas están por delante del ligamento redondo (Fig. 13-15).

Figura 13-13 Hernias inguinales indirectas: dos tipos. A, tipo deslizante. El cuello (flechas) es tan ancho o más
438 ~ que el fundus (cabezas de flecha), con pérdida del ángulo entre el anillo inguinal interno y el canal inguinal. Las hernias
deslizantes normalmente tienen contenido intraperitoneal y son reductibles. B, Tipo no deslizante. El cuello (flechas)
es estrecho en comparación con el fundus (cabezas de flecha) y se mantiene el ángulo de casi 90° entre el anillo inguinal in-
terno y el canal. Las hernias no deslizantes normalmente contienen solamente grasa y no son reductibles. Suelen clasificarse
erróneamente como «lipomas» del canal inguinal o cordón espermático. Círculo; arteria epigástrica inferior.
Las hernias inguinales indirectas grandes pueden apla- hernias inguinales directas protruyen «directamente» en
narse y afilar el cordón espermático (Figs. 13-16 y 13-17), el canal inguinal abierto desde una posición posterior. Las
ocasionando dolor irradiado al escroto. hernias inguinales indirectas en cambio se extienden por ...O
Es mucho más probable la extensión hasta el escroto o el canal inguinal abierto de forma «indirecta» desde una ·C
labios mayores en las hernias inguinales indirectas que en
las hernias inguinales directas.
dirección superolateral. La zona del tendón conjunto y
por tanto el cuello de la hernia inguinal directa, emergen
...e
G)

cu
desde una posición inferomedial respecto a los vasos epi- cae
Hernias inguinales directas gástricos inferiores (Fig. 13-21).
Las hernias inguinales directas son el segundo tipo por El cuello de las hernias inguinales directas habitualmen- ·E
O
frecuencia de las hernias inguinales y son adquiridas. Se te es más ancho que el fundus. Esto hace que la incarcera-
producen por dos mecanismos : por el paso a través de un
defecto en el tendón «conjunto» (Fig. 13-19) o debido a un
ción y estrangulación de las hernias directas sea algo raro.
La mayor parte de las hernias inguinales directas peque-
"cu
.a

estiramiento excesivo del tendón dentro del canal ingui- ñas-medianas son reductibles totalmente, pero las hernias "cuf
nal (Fig. 13-20). Durante la reparación de una hernia, las inguinales directas grandes pueden ser reductibles de for- c.
~
G)

"m>-
J!
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cu
o
m
G)
O
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.c
A Proyección de eje corto m
~
G)

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:¡::
E
C)
o
o
w
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(')

o
'3
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a.
ca
O

Figura 13-1 .. Saco herniario en relación con el cordón espermático. A, Saco herniario directo e indirecto en
~ reiación con el cordón espermático (CE). Izquierda; Esquema que muestra el saco herniario inguinal indirecto que
tiende a quedar por delante del cordón espermático, mientras que el saco herniario inguinal directo queda poste-
rior al cordón . Centro: Proyección de eje corto que muestra una hernia inguinal directa que contiene grasa (H) posterior y
medial al cordón espermático (CE). Derecha, Proyección de eje corto que muestra una hernia inguinal indirecta que contie-
ne grasa (H) que está anterior y lateral al cordón espermático (CE). B, Proyecciones de eje largo de hernias inguinales de- 439
recha directa e izquierda indirecta en el mismo paciente. Izquierda. Imagen que muestra el saco de una hernia inguinal di-
recta derecha que es posterior al cordón espermático (CE). Derecha. Imagen que muestra un saco herniario inguinal
indirecto que queda anterior al cordón espermático (CE).
M

ca
e
'E
o
oc
.c
ca
ca
l;:
E
en
o(,) Fgura 3- Hernia inguinal indirecta. A, Proyección de eje largo con contenido graso de una hernia inguinal
w indirecta (flechas oblicuas) con el saco anterior al ligamento redondo (flechas verticales). B, Proyección de eje cor-
to de la hernia (flechas) en A.
=c:
'o
'0
(.)
Q)
en

Figura 11- 6 Hernia ingui-


nal indirecta. Proyección de
eje corto que muestra una
hernia inguinal indirecta desplazada y
que en su parte posterior comprime
un cordón espermático hiperecoico.

Figura 13-17 Hernia in-


guinal directa. Proyección
de eje corto que muestra
440 una hernia inguinal que desplaza y
comprime un cordón espermático
(CE) hiperecoico en dirección an-
terior y lateral.
...
..
O
'C
el)
s::::
~

m
s::::
E
o
"O
oC
~
"O
~
~

Figura 3·18 Hernia inguinal indirecta. Imagen


o.
de campo extendido (CVE) de eje largo, que mues- .!!!
el)
tra una hernia inguinal indirecta extremadamente "O
grande (H) que se extiende caudal mente por toda la exten- Figura 3-20 Hernia inguinal directa. Proyec- >-
sión del canal inguinal hasta el escroto; (T, testículos). ción de eje largo de una hernia inguinal directa en
el)
grande que muestra un tendón conjunto adelga-
m
ma incompleta, especialmente en posición de bipedesta-
ción. La mayor parte de las hernias inguinales directas se
zado y estirado y la fascia transversal y peritoneo subya-
centes (flechas) formando el saco herniario; circulo , arteria
epigástrica inferior. Obsérvese que el cuello de las hernias
e (.)
en
inguinales directas ha surgido caudal y medial a la arteria el)
reducen por completo de forma espontánea en posición
epigástrica inferior (circulo).
o
supino y en apnea y por ello sólo son visibles durante ma- s::::
j
niobras de Valsalva en posición de bipedestación. C)
El tendón conjunto está formado por la aponeurosis de .5
los músculos oblicuo interno y abdominal transverso y en
~
por la fascia transversal subyacente (transversa) y se for- 'c...
ma caudal respecto al borde inferior de la aponeurosis del el)
~
oblicuo externo. En muchos pacientes las aponeurosis de en
los músculos oblicuo interno y transversal del abdomen .!!!
no están demasiado adheridas entre sí. La aponeurosis el)
"O
~
.~
E
.~
s::::
=e
~

~
C)
o(.)
w
,..
C')

o
"3
~
C.
lIS
o

Figura 13-21 Hernia inguinal directa (HIC): su


relación con la anatomía circundante. El cuello
de la hernia surge de la zona del tendón conjunto
que es medial e inferior a la arteria epigástrica inferior (AEI).
El saco herniario no pasa superficial a la AEI y es posterior
Figura 13-19 Hernia inguinal directa. La proyec- y medial al cordón espermático (CE) o ligamento redondo
ción de eje largo muestra una hernia inguinal di- (LR). RA, recto abdominal; VIE, vena iliaca externa; AlE, ar-
recta con contenido graso que pasa a través de teria iliaca externa; AFC, arteria femoral común; VFC vena
441
una fisura aguda (*) en el tendón conjunto (flechas) y se femoral común; VSM, vena safena mayor; CEILR, cordón
extiende en dirección caudal por el canal inguinal (cabezas espermático o ligamento redondo; L/, ligamento inguinal;
de flecha). AfI, anillo inguinal interno.
Figura 13-22 Hernia inguinal directa. A, Proyección de eje corto de una hernia inguinal d irecta que muestra un
tendón conjunto adelgazado y abultado, integrado por la aponeurosis del oblicuo interno (flechas superficiales) y
la aponeurosis del transverso abdominal (cabeza de flecha) y fascia transversal subyacente (flecha horizontal)
y peritoneo (' ). B, Proyección de eje largo que muestra el tendón conjunto (entre tres flechas verticales y cabeza de flecha) ,
fascia transversal subyacente (flecha oblicua) y peritoneo (' ).
=

del abdominal transverso se separa de la fascia transver-


sal subyacente y del peritoneo por una capa variable de
grasa preperitoneal y el tendón conjunto no es una estruc-
tura realmente bien delimitada (Fig. 13-22).
El adelgazamiento y abultam iento anterior del tendón
conjunto (<<insuficiencia del tendón conjunto») es el ante-
cedente del desarrollo de una hernia inguinal directa. En
los hombres el abultamiento anterior desplaza y rota el
cordón espermático lateralmente. El adelgazamiento y
abultamiento del tendón conjunto empuja la aponeurosis
de los músculos oblicuo interno y transverso abdominal
enfrentándolos, con lo que el tendón conjunto parece una
estructura menos evidente que cuand o el paciente está en
posición supino yen apnea (Figs. 13-2 3 y 13-24) . A medi-
da que progresa el adelgazamiento y el abultamiento, se
puede formar una fisura dentro del tendón que conduCirá
a la formación de una hernia inguinal directa. Las hernias
inguinales directas más pequeñas se extienden hacia de-
lante a través del suelo del canal inguinal, pero las hernias
grandes se transforman en inferomediales y se extienden
distalmente dentro del canal. Los facto res que pueden fa-
vorecer la progresión con el paso del tiempo de la insufi-
ciencia del tendón conjunto hasta una hernia inguinal di-
Figura 13-23 Tendón conjunto: dos proyeccio- recta consolidada son cualquier causa de aumento de la
....- ~ nes. Ilustración superior: Relación del tendón con-
presión intraabdominal (obesidad, el embarazo, ascitis, la
~ junto con el cordón espermático en apnea y posi-
ción supina. Las capas están separadas por tejido conectivo tos, esfuerzos) y una debilidad generalizada del tejido co-
laxo o grasa. Ilustración inferior; Abultamiento del tendón nectivo. Puesto que estas causas subyacentes .afectan por
conjunto durante la maniobra de Valsalva o en posición de igual a ambos lados, las hernias inguinales con frecuencia
bipedestación: las capas tienden a estrecharse entre sí y son son bilaterales, aunque suelen ser asimétricas (Fig. 13-25).
más difíciles de distinguir entre sí. Cuando la aponeurosis del Resulta difícil explicar el motivo de que varíen tanto clíni-
oblicuo interno (1) Y transversal del abdomen (2) se aproxi- camente las hernias inguinales bilateralmente simétricas.
man entre sí, el tendón conjunto parece una estructura No es raro encontrar una hernia inguinal directa sintomá-
442 menos evidente. 3, fascia transversal, 4, peritoneo; el abulta-
tica y muy dolorosa al tiempo que la hernia contralateral
miento anterior del tendón conjunto empuja al cordón esper-
es asintomática y no dolorosa.
mático lateralmente y lo rota desde una orientación «más
ancha que larga» a otra «más larga que ancha». Las hernias inguinales directas y sus antecedentes, la
insuficiencia de la pared inguinal posterior, son proble-
Figura 13-24 Tendón conjunto: dos proyecciones más. Imagen izquierda. Relación del tendón conjunto con el
~ cordón espermático en apnea y posición supina. El tendón conjunto queda por detrás del cordón espermático.
Imagen derecha. Maniobra de Valsalva que se acompaña de un abultamiento anterior del tendón conjunto, que
entonces protruye hacia delante contra el cordón espermático y empuja y rota el cordón lateralmente.

mas frecuentes de los deportistas (ver «Hernias del de - tejidos por inducción hormonal, predispone al desarrollo
porte»). de las hernias femorales.
Las hernias femorales emergen del canal femoral caudal
Hernia femoral al canal inguinal y al pliegue ilioinguinal. El canal ingui-
Las hernias femo rales referidas son raras debido a que nal queda justo medial a la vena femoral común (VFC) y
son difíciles de diagnosticar cl ínicamente hasta que se es- craneal a la unión safenofemoral (Fig. 13-26). La unión
trangulan, y de hecho son mucho menos frecuentes que safenofemoral, igual que sucede con el.origen de la arte-
las hernias inguinales. A diferencia de las hernias inguina- ria epigástrica inferior en el caso de las hernias inguina-
les, las hernias femorales son más habituales en mujeres les, es la referencia clave para identificar el canal femoral.
que en hombres. Se cree que la presión intrapélvica au- La ubicación más frecuente de las hernias femorales es
mentada que se produce durante el tercer trimestre del medial a la VFC, pero algunas son anteriores a los vasos
embarazo, junto con el hecho de que se reblandecen los femorales comunes (Figs. 13-27 y 13-28). La mayor parte

....
M

o
"3
:!::
Q.
al
O

443
'" Figura 13-25 Hernias inguinales bilaterales. Proyecciones de eje corto que muestran hernias bilaterales ingui-
~ nales directas, que son frecuentes. _
~

ca
e
'E
o
"ca
.c
ca
=E
C)
Figura 13-27 Hernia femo ral: relación con los
o(J vasos femorales. Proyección de eje corto que
w muestra que la mayoría de las hernias femorales
= emergen mediales a la vena femo ral común (VFC) y se pue-
den extender por delante de la VFC cuando aumentan. Al-
gunas hernias femorales (hernias de Teale) pueden surgir
de la parte anterior de la VFC (flecha). MI, músculo iliop-
F~gura 13-26 Hernia femoral (HF); relación con soas; a, arteria femoral común, v, vena fem oral común; HF
la anatomía circundante, Hernias femorales den- y flecha , ubicaciones más habituales de la hernia femoral.
tro del canal femoral , medial a la vena femoral co-
mún (VFC) y craneal a la unión safenofemoral y ligamento
inguinal (L/). Las hernias femorales pequeñas se mantienen
mediales a la VFC, pero las hernias grandes normalmente Hernias spigelianas
abrazan por delante la parte anterior de la VFC. RA, recto Las hernias spigelianas son raras. Las hernias spigelianas
abdominal; AEI, arteria epigástrica inferior; VIE, vena iliaca detectadas mediante ecografía son más frecuentes de lo
externa; AlE, arteria iliaca exteriro; AFC, arteria femoral co- que parece recoger la literatura. Las hern ias spigelianas
mún, VSM, vena safena mayor; CE/LR, cordón espermáti- habitualmente se consideran hernias de la pared abdomi-
co/ligamento redondo; AI/, anillo inguinal interno.
nal anterior, más que hernias inguinales. Pueden produ-
cirse en cualquier punto del trayecto de la fascia spige-
liana, el complejo tendinoso aponeurótico que está entre
de las hernias femorales quedan por delante de la VFC,
surgen medialmente y después se extienden anterior-
mente. Es raro que una hernia femoral surja por delante
(hernia de Teale) (Fig. 13-29). Aunque se ha referido que
las hernias inguinales son posteriores y laterales a la VFC,
nosotros nunca las hemos observado en dicha localiza-
ción. Una hernia femoral tiende a tener un cuello estrecho
en comparación con la anchura del fundus, un perfil que
predispone a la estrangulación de la hernia femoral. De
hecho, las hernias femorales son el tipo de hernia inguinal
que se estrangula con mayor probabilidad (Fig. 13-30).
Las hernias femorales tienen un contenido variable y la
mayoría contienen sólo grasa. Las hernias inguinales con
contenido intestinal casi siempre son irreductibles y con
frecuencia se estrangulan.
El canal femoral es más profundo que el canal inguinal y
resulta más difícil de evaluar con el transductor lineal y
dispositivo de alta frecuencia. Las hernias femorales pe-
queñas, o incluso las de tamaño moderado, se reducen
por completo en supino durante la apnea y se pueden de- Figura 13-28 Hernia femoral en la maniobra de
444 Valsalva. A, No hay evidencia de una hernia femo-
mostrar de forma fiable con el paciente en decúbito supi-
ral en apnea. B, Durante la maniobra de Valsalva
no y maniobra de Valsalva o en bipedestación durante las
una hernia con contenido graso (flechas) parece medial a la
maniobras de compresión. Las hernias femorales son con vena femoral común (VFC).
frecuencia bilaterales (ver Fig. 13-2, C).
radio de 2 cm del anillo inguinal interno. Además, cuando
se hace sintomática, el dolor provocado por las hernias
spigelianas puede resultar difícil de distinguir del causa-
do por las hernias inguinales indirectas. Por ello nosotros
incluimos las hernias inguinales en nuestro comentario
de las hernias inguinales.
La fascia spigeliana se compone de varias capas distin-
tas de tendones aponeuróticos en aposición laxa. De fuera
a dentro lo forman la aponeurosis de los músculos oblicuo
externo, oblicuo interno y transverso abdominal. Por den -
tro de la aponeurosis está la fascia transversal y el perito-
neo. En las hernias spigelianas el tendón transverso abdo-
minal siempre está roto y en muchos casos la aponeurosis
del oblicuo interno también estará rota (Fig. 13-32). En la
mayoría de los casos la aponeurosis del oblicuo externo
estará intacta y normalmente fuerza al saco herniario o
Figura 13-29 Hernia femoral de Teale. Pequeña bien a extenderse medialmente sobre la cara anterior del
hernia femo ral derecha del tipo de Teale que que- músculo recto abdominal o lateralmente sobre el músculo
da anterior a la vena femoral común (FV) pero no oblicuo externo y le obliga a adoptar un perfil de yunque
existe hernia femoral en el lado izquierdo. o seta (Figs. 13-33 y 13-34). Al igual que en las hernias
inguinales, las hernias spigelianas tienen un cuello estre-
cho y un fondo amplio, lo que las hace al menos parcial-
el m úsculo oblicuo lateralmente y el recto anterior me- mente irreductibles y proclives a la estrangulación (Fig.
dialmente. Sin embargo, casi todas las hernias spigelianas
se producen en el ext remo inferior de la línea semilunar,
caudal a la línea arcuata, donde ya no existe la vaina del
recto posterior y donde la fascia spigeliana esta perforada y
debilitada por los vasos epigástricos inferiores (Fig. 13-31).
En muchos pacientes esta ubicación queda dentro de un

Figura 13 31 Hernia spigeliana (HS): su rela-


t....- ~ ción con la anatomía circundante. Casi todas
~ las hernias spigelianas surgen del extremo caudal
de los vasos epigástricos inferiores, lateral al borde lateral
del músculo recto abdominal (RA), aunque habitualmente
se consideran pared abdominal anterior más que hernias
Figura 13-30 Hernia femoral no reductible. Eje inguinales, el cuello de las hernias spigelianas con frecuen-
corto que muestra una gran hernia femoral no re- cia queda a 2 cm del anillo inguinal interno (AI/) , lugar de
ductible que emerge del canal femoral (*), medial a donde proceden las hernias inguinales indirectas. AEI arte-
la vena femoral común (VFC). El cuello largo y estrecho ria epigástrica inferior; VIE, vena ilíaca externa; AlE, arteria
445
(flechas) se extiende directamente hacia delante y el gran iliaca externa; AFC arteria femoral común; VFC, vena fe-
fundus (cabezas de flecha) relleno de líquido peritoneal es moral común , VSM, vena safena mayor; CE/LR, cordón
el origen de esta hernia con alto riesgo de estrangulación. espermático/ ligamento redondo; L/, ligamento inguinal.
ca Lámina anterior de
o la vaina del recto
'o
.....
'ca
o
>-
Piel

Grasa
ca
o M. oblic. ext.
'S;
:¡; M. oblic. int.
Q, , Lámina posterior
M. transv. abd.
Fascia de la vaina del recto
C;; transversal
,5
E
o
"'C
~
ca
ca
=~
C)
oo
w
=

Figura 13-32 Hernia spigeliana: aponeurosis rota. Hernia spigeliana pequeña en la que las aponeurosis de. los
'"'"__~ músculos transverso abdominal y oblicuo interno están rotas, pero donde la aponeurosis del oblicuo externo, como
~ es habitual, está intacta. Está en el patrón más frecuente de defecto de la aponeurosis en las hernias spigelianas.

13-35). Puesto que las hernias spigelianas pasan por múl- diástasis y ensancharse. Para demostrar la anatomía en
tiples capas de tendones, las proyecciones de la hernia tales casos (ver Figs. 13-32 y 13-33) serán útiles las mo-
también se extienden por vía intraparietal entre las múlti- dalidades ecográficas con campo visual ampliado.
ples capas de los músculos laterales (entre los músculos
transverso abdominal y oblicuo interno o entre los mús- Hernias del deporte
culos oblicuo interno y externo). En algunos casos la fas- Las hernias del deporte son una causa frecuente de dolor
cia spigeliana, igual que la línea alba, pueden mostrar inguinal y púbico entre la élite de los atletas profeSiona-
les. La hernia del deporte es un tema complejo, algo con-
fuso y controvertido. No existe ni una definición univer-
salmente aceptada de la hernia del deporte ni tampoco un
acuerdo global sobre su mejor tratamiento. La hernia del
deporte, también llamada «hernia del deportista» y «pub-
algia atlética», es compleja ya que se produce en una zona
donde coinciden muchos tendones y resultan difíciles de
separar entre sí y donde la debilidad de un tendón puede
conducir al fallo de otros o a la inestabilidad de la sínfisis
púbica. Además, existen múltiples alteraciones que con-
Figura 13-33 Hernia spigeliana; perfil en seta.
tribuyen al dolor. La cirugía puede ayudar algo con alguna
La ecografía de campo extendido transversal
muestra una hernia spigeliana derecha pequeña de las causas subyacentes, pero no al resto.
con contenido graso y no reductible. Debido a que no hay La hernia del deporte casi siempre se produce en atletas
rotura de la aponeurosis oblicua externa, se fuerza al saco de élite que saltan, flexionan la cintura y hacen súbitos
herniario a extenderse medial mente sobre la superficie ante- cambios de dirección. Los jugadores de fútbol, hockey y
446 rior del músculo recto derecho y lateralmente sobre la cara los jugadores de fútbol americano o australiano son quie-
anterior del oblicuo externo derecho. Esto tiene la conse- nes se afectan con mayor frecuencia. La «pubalgia del de-
cuencia del perfil en seta o yunque, que es la causa de que porte» puede ser especialmente debilitante para atletas
no sea reductible y de su mayor riesgo de estrangulación.
de élite o profesionales, provocándoles largas temporadas
pared inguinal posterior parece indistinguible de la her-
nia inguinal directa (ver Figs. 13-23 y 13-24). En el eje lar-
go, sin embargo, la insuficiencia de la pared inguinal p.os- ~

terior y la hernia inguinal directa muestran perfIles o


'C
distintos. La insuficiencia de la pared posterior es semi-
circular, mientras que la hernia inguinal directa protruye
...e
Q)

cv
caudalmente dentro del canal inguinal en una proyección ¡;
de forma de dedo (Fig. 13-36). A nivel del canal inguinal e
proximal, la insuficiencia y la hernia sólo se pueden dis- 'S
tinguir en el eje largo, mostrándose idénticos en el eje cor- o
to. Sin embargo, más distal dentro del canal inguinal, la
diferenciación puede hacerse en el eje corto. El saco de la
"cv
.a

hernia inguinal directa puede apreciarse por detrás del


cordón espermático (ver Fig. 13-14), mientras que el ca-
"!cv
Q.
nal inguinal parecerá normal. cv
La insuficiencia de la pared posterior puede progresar a Q)
Figura 13" Hernia spigeliana: perfil típico.
Hernia spigeliana izquierda no reductible de con-
tenido intestinal y con cuello estrecho y amplio
una
junto
hernia inguinal directa de dos formas: el tendón con-
se puede fisurar por completo o el tendón puede "m>-
Q)
fundus, el perfil típico de las hernias spigelianas. adelgazarse y tensarse hasta el punto de que se vea empu-
jado en dirección inferomedial dentro del canal inguinal
distal. Ambas complicaciones surgen caudal y medial al ~()
origen de los vasos epigástricos inferiores; en pacientes m
de incapacidad y riesgo de dar por finalizada su carrera Q)
con fisuras agudas del tendón, el cuello es pequeño y el O
profesional. Las hernias del deporte son mucho más fre- e
saco herniario parece delgado (fascia transversal y perito- 'S
cuente en hombres que en muj eres por las diferencias de
neo) (Fig. 13-37). En el estiramiento grave del tendón C)
inserción del músculo recto en el pubis, pero la incidencia
conjunto, sin embargo, el cuello será amplio y el saco her-
e
,-
está aumentando en las mujeres. m
niario parecerá más grueso (aponeurosis de los músculos cv
El tipo de hernia que se asocia con mayor frecuencia al
dolor inguinal en atletas es la hernia inguinal directa o
oblicuo interno y transverso abdominal además de la fas- 'c
~
cia transversal y el peritoneo) (ver Figs.13-20 y 13-36). Q)
su precursor, «el déficit de la pared inguinal posterior» oC
Puesto que suele existir cierto grado de tendinosis u m
(insuficiencia del tendón conjunto). En muchos atletas
osteítis púbica, incluso cuando exista una hernia ingui- ~
con dolor inguinal, sin embargo, la hernia no es la única ni
nal directa o insuficiencia de la pared inguinal posterior, Q)
siquiera la principal causa del dolor.
La ecografía dinámica es la mejor modalidad de imagen
evaluar la hernia sin más con la ecografía será insuficiente
para el diagnóstico diferencial de estos pacientes. La eco-
"cv
()
para demostrar las hernias inguinales asociadas con la
grafía puede mostrar la tendinosis en los tendones del 'S
pubalgia del deporte, pero la RM suele ser mejor para de· 'cv
mostrar causas del dolor ajenas a la hernia.
recto y aductor (Fig. 13-38), pero no es tan fiable como la e
La patología subyacente suele ser una tendinosis (cam-
RM, que además demuestra una osteítis púbica y hallaz- =a
gos como la fisura secundaria. En un paciente con otra pa- cv
bio degenerativo de los tendones sin signos de inflama-
ción), ya sea en el origen del aductor largo o en la inser-
tología, limitarse a reparar de forma aislada la hernia in- ~
C)
guinal o la deficiencia de la pared posterior puede no
ción del recto abdominal. Los tendones de estos dos o
curar el dolor inguinal del paciente. Por tanto, un diagnós- ()
músculos están imbricados, lo que les hace inseparables
tico diferencial óptimo por imagen en deportistas requie-
w
entre sí cuando se insertan en el pubis. La tendinosis de
un tendón normalmente conduce a la tendinosis del otro
o
y fi nalmente a la inestabilidad de la sínfisis púbica y a la '3
~
osteítis del pubis. La tendinosis del músculo recto abdo- Q.
ca
minal también puede acompañarse de microfisuras en las o
que la aponeurosis del oblicuo interno y transverso abdo-
minal (componentes del tendón conjunto) se insertan
dentro de la vaina del recto anterior, provocando que se
abomben anteriormente dentro del canal inguinal (insufi-
ciencia de la pared inguinal posterior o insuficiencia del
tendón conjunto) que también conduce a la dilatación del
anillo inguinal externo (superficial). El tendón conjunto
adelgazado y debilitado empuja al cordón espermático la-
teralmente, lo rota y lo comprime. Debido a estos efectos Figura 13-35 Hernia spigeliana estrangulada.
sobre el cordón espermático, el dolor resultante se irradia Imagen de campo extendido transversal que
con frecuencia hacia el escroto. muestra una hernia spigeliana izquierda estrangu-
447
La insuficiencia de la pared inguinal posterior es ha- lada con amplio contenido intestinal y de grasa (flechas).
bitualmente bilateral, incluso a pesar de que los síntomas Obsérvese la textura hiperecoica del contenido estrangula-
sean sólo unilaterales. En el eje corto, la insuficiencia de la do edematoso.
C'O
o
'o
...
'C'O
....o
>-
C'O
o
':;
:a;
c.
cue
E
o
1J
oC
C'O

=C'O

~
en
o
o
w
=

Figura 13-36 Insuficiencia de pared inguinal versus hernia inguinal directa, Proyecciones de eje largo que
muestran distintos aspectos de la insuficiencia inguinal de pared posterior y una hernia inguinal directa. A, Insufi-
ciencia de la pared inguinal posterior que parece semicircular en su perfil. B, Hernia inguinal directa clara que se
extiende distal mente dentro del canal inguinal en una proyección digital posterior al cordón espermático. A nivel del canal
inguinal proximal, la diferenciación sólo es posible en proyecciones de eje largo, ya que la insuficiencia y una hernia franca
parecen idénticas en las proyecciones de eje corto obtenidas proximalmente.

Figura 1338 Tendinosis bilateral del tendón


Figura 13-37 Fisura aguda en el tendón con- aductor largo, Obsérvese que el edema y engro-
448 junto (flechas). Obsérvese que el cuello es pe- samiento del tendón (flechas) es mayor en el lado
queño en comparación con el fundus en la pro- derecho sintomático que en el lado contralateral. La tendi-
yección de eje largo; es una configuración inhabitual para nosis en pacientes con pubalgia del atleta suele ser bilate-
las hernias inguinales directas. ral , pero asimétrica.
re normalmente tanto una ecografía dinámica como una
RM inguinal. En pacientes con hernia inguinal o insufi- ECOGRAFÍA DINÁMICA PARA LA
ciencia de la pared abdominal suele ser necesario tanto la HERNIA INGUINAL: INFORME NEGATIVO
reparació n quirúrgica como un tratamiento médico o qui- Exploración
rúrgico de la tendinosis asociada y de la inestabilidad de • Ecografía dinámica inguinal derecha.
la sínfisis púbica.
Indicación
• Dolor inguinal derecho.
Procedimiento
• Se evalúa la ingle derecha tanto en decúbito
supino como bipedestación, con y sin
Es importante utilizar una terminología correcta en los compresión y maniobras de Valsalva,
informes de los resultados de una exploración ecográfica utilizando un transductor de 12 MHz.
dinámica inguinal. Además de la indicación de la explo-
ración el informe debe referir las siguientes cuestiones: Hallazgos
1) el nombre de la exploración, 2) componentes dinámi- • No existe evidencia de hernias inguinales
cos específicos de la exploración, 3) el lado explorado, 4) directas o indirectas, femorales o spigelianas.
existencia o ausencia de una hernia, 5) tamaño de la her- Impresión
nia, 6) contenido de la hernia, 7) si es reductible o no, • No existe evidencia de una hernia inguinal
y 8) si la hernia es o no dolorosa. Los cirujanos que tra- derecha.
tan a estos pacientes esperan ver todos estos elementos
reflejados en el informe, y cuando todos estos datos
no quedan reflejados, la exploración será revisada y re-
petida. ECOGRAFÍA DINÁMICA PARA LA
Nosotros, habitualmente no medimos las hernias y refe- HERNIA INGUINAL: INFORME POSITIVO
rimos el tamaño de la hernia de forma subjetiva como pe-
Exploración
queña, mediana o grande. Una hernia puede ser com-
• Ecografía dinámica de la ingle bilateral.
pletamente reductible, parcialmente reductible o no
reductible. La condición de hernia no reductible puede Indicación
variar en las posiciones supino o bipedestación. Las her- • Dolor inguinal derecho.
nias son más reductibles en supino que en bipedestación,
pero también es cierto lo contrario. Aludimos también a Procedimiento
que las hernias sean no dolorosas, ligeramente, mode- • Se evalúa la ingle derecha e izquierda tanto en
radamente o muy dolorosas cuando se comprimen con decúbito supino como bipedestación, con y sin
el transductor. El dolor es importante para determinar si compresión y maniobras de Valsalva,
la hernia es más probable que sea un hallazgo casual o utilizando un transductor de 12 MHz.
que sea clínicamente importante.
Hallazgos
Cuando se ha descrito una hernia en el informe aludi-
mos además a nuestra búsqueda de otros tipos de hernias • Tamaño: pequeña
inguinales ipsilaterales o contralaterales. Un cirujano • Contenido: contiene grasa
que se plantee una reparación laparoscópica de la hernia • Reductible: completamente reductible
necesitará saber si existen además otras hernias ipsilate- • Dolor: moderadamente dolorosa
rales o contralaterales. En un paciente con una hernia in- • Lado: derecho
guinal, la existencia de una hernia femoral ipsilateral o • Tipo: hernia inguinal indirecta
spigeliana puede requerir el uso de una malla mayor. La
Otras hernias ipsilaterales
existencia de una hernia contralateral puede llevar a una
• No existen pruebas de una hernia inguinal,
reparación bilateral más que unilateral. Si el lado contra-
lateral no se menciona en el informe del cirujano, éste pe- femoral o spigeliana en el lado derecho.
dirá que se haga un nuevo estudio sin costo para el pa- Hernias contralaterales
ciente que permita evaluar dicho lado. • No existen hernias inguinales contralaterales
en el lado izquierdo.
Hernias de la línea alba
Las hernias de la línea alba son hernias de la pared ante- Impresión
rior abdominal que protruyen a través de la línea alba. Las 1. Existe una hernia inguinal derecha que es el
que suceden por encima del ombligo se llaman hernias origen del dolor del paciente y que es
epigástricas y las que se producen por debajo del ombli- pequeña, contiene grasa y es completamente 449
go son las hernias hipogástricas. Las hernias hipogástri- reductible pero moderadamente dolorosa.
cas son mucho menos frecuentes que las hernias epigás- 2. No existen otras hernias inguinales ipsilaterales.
tricas, ya que la línea alba es mucho más estrecha y corta 3. No existen hernias inguinales contralaterales.
por debajo del ombligo que por encima.
pocos pueden mostrar solamente una capa de fibras en-
ECOGRAFÍA DINÁMICA PARA LA trelazadas. En el último grupo la línea alba es más débil y
HERNIA INGUINAL: INFORME POSITIVO más proclive al estiramiento (di ástasis del recto abdomi-
BILATERAL nal) y fisura (hernia epigástrica de la línea alba).
Cualquier causa de aumento prolongado de la presión
Exploración
intraabdominal predispone al debilitamiento de la línea
• Ecografía dinámica bilateral.
alba, como sucede en el embarazo, obesidad mórbida y
Indicación ascitis. El primer paso suele ser la diástasis del recto ab-
• Dolor inguinal derecho. dominal, con adelgazamiento y estiramiento de la línea
alba, que es más evidente en tensión o en posición de bi-
Procedimiento pedestación. El estiramiento de la línea alba empuja las
• Se evalúa la ingle derecha e izquierda tanto en fibras decusadas lejos, reduce su solapamiento, debilita el
decúbito supino como en bipedestación, con y tendón y predispone a la hernia epigástrica.
sin compresión y maniobras de Valsalva, En pacientes con diástasis, la línea alba es más delgada
utilizando un transductor de 12 MHz. y ancha de lo normal. Cuando el paciente está en supino y
Hallazgos en apnea, el abultamiento anterior asociado del tendón no
será evidente (Fig. 13-39, B). Sin embargo, cuando el pa-
• Tamaño: moderado
• Contenido: contenido de grasa y intestinal ciente ejecuta una maniobra de Valsalva o eleva la cabeza
de la almohada en supino, o está en bipedestación, el abul-
• Reductible: reductible en posición supina,
tamiento se hará visible (Figs. 13-39, e y 13-40). En pa-
pero no reductible en bipedestación
cientes con diástasis de los rectos anteriores, el abulta-
• Dolorosa: muy dolorosa
=c: • Lado: derecho
miento anterior se extiende a lo largo de toda la longitud
'o craneocaudal del segmento epigástrico de la línea alba. En
'u() • Tipo: hernia inguinal indirecta
pacientes con hernia epigástrica, cualquier abultamiento
al
(fJ Otras hernias ipsilaterales estará más localizado a lo largo del eje craneocaudal. Aun-
• No existen otras hernias inguinales directas, que la diástasis no suele cursar con dolor, las hernias epi-
femorales o spigelianas en el lado derecho. gástricas sí son dolorosas.

Otras hernias contralaterales


• Existe una hernia inguinal indirecta pequeña,
con contenido de grasa, completamente A
reductible y no dolorosa.
Impresión 8
1. Existe una hernia inguinal indirecta en el lado
derecho que es de tamaño moderado, con
contenido de grasa, muy dolorosa, que es e
completamente reductible con el transductor
cuando el paciente está en supino, pero
irreductible en bipedestación. Es la causa del o
dolor inguinal derecho del paciente.
2. No existen otras hernias ipsilaterales.
3. Existe además una hernia inguinal indirecta E
izquierda como hallazgo casual, pequeña y con
contenido de grasa no dolorosa y Figura 13-39 Línea alba entre los músculos
completamente reductible. ""- ~ rectos anteriores: posibles aspectos. Proyec-
~ ciones transversales. A, Línea alba gruesa nor-
mal. B, Línea alba más delgada pero más ancha, posible-
mente como consecuencia de tener menos decusaciones
La línea alba es una capa gruesa de aponeurosis que
de las fibras de decusación de los rectos anteriores o co-
separa los músculos rectos anteriores. Está formada por mo representación de una diástasis de los rectos cuando el
la fusión y solapamiento de las fibras de las vainas ante- paciente está en posición supina y apnea. e, Adelgaza-
rior y posterior de los músculos rectos anteriores derecho miento marcado y abultamiento de la línea alba que se pro-
e izquierdo. A diferencia con el «tendón conjunto» y de la duce en la diástasis de los rectos durante la maniobra de
línea semilunar, donde existen múltiples capas delgadas Valsalva o en posición de bipedestación. e, Hernia típica
de aponeurosis finas asociadas que no forman una estruc- pequeña de la línea alba epigástrica con un cuello cerca de
tura evidente, la línea alba es única, gruesa y bien defini- la línea media de la línea alba. E, Pequeña hernia en la línea
alba con cuello excéntrico cerca del borde derecho de la
450 da, extremadamente hiperecoica y fácil de reconocer en la
línea alba. Obsérvese que la línea alba habitualmente tiene
ecografía en la mayoría de los pacientes (Fig. 13-39, A). un cuello estrecho y fundus amplio en la proyección trans-
Sin embargo, el grado de decusación de las fibras de los versal , un perfil que se correlaciona con que no sea reduc-
lados derecho e izquierdo varía. La mayoría de los pacien- tible y con un mayor riesgo de estrangulación.
tes presentan tres capas de fibras entrelazadas, pero unos
I=igura '1 Diástasis de la línea alba de los
~ rectos. Una imagen con campo visual extendido Figura 13-42 Hernia epigástrica de la línea al-
obtenida en bipedestación en el plan0 transversal ba. Proyección transversal de una hernia de la lí-
muestra un marcado ensanchamiento, adelgazamiento y nea media epigástrica no reductible pequeña y
abultamiento de la línea alba con diástasis de los rectos con contenido de grasa que surge a partir de una fisura de
anteriores abdominales. localización excéntrica cerca del borde derecho de la línea
alba (flechas).

Las hernias epigástricas de la línea alba son más fáci- que la exploración abdominal se realice con un transductor
les de detectar que las hernias inguinales, ya que se explo- de dispositivo curvilíneo y 3 MHz, enfocado demasiado
ran con el propio transductor y el ecografista o médico está profundo en el eje de elevación como para identificar cual-
de hecho visualizando la línea alba. Las hernias inguinales quier estructura excepto hernias grandes en pacientes
epigástricas suelen ser suficientemente superficiales por obesos. El médico tiene que tener un alto índice de sospe-
su localización como para que se puedan ver mejor con cha de cara a utilizar el transductor apropiado.
transductores de dispositivos lineales de 10-12 MHz. Con Aunque las hernias epigástricas detectadas clínicamen-
estos transductores, normalmente será muy evidente el te tienden a ser muy grandes y con frecuencia contienen
defecto a través de la línea alba, ya que puede ser isoecoico intestino y otros componentes intraperitoneales, las her-
o hipoecoico comparado con la línea alba que es extrema- nias epigástricas detectadas con la ecografía son habitual-
damente hiperecoica. El defecto suele estar demasiado cer- mente de un tamaño entre pequeño y moderado y sólo
ca de la línea media, pero puede ser también excéntrico a los contienen grasa preperitoneal (Fig. 13-43). En las hernias
lados derecho o izquierdo de la línea alba (ver Fig. 13-39, D que contienen solamente grasa preperitoneal, la membra-
YE, YFigs. 13-41 Y13-42). La razón más frecuente para que
una hernia de la línea alba epigástrica pase inadvertida es

...o
C')

"3
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C.
co
O

Figura 13-41 Hernia de la línea alba. Imagen de


campo visual extendido transversal en posición
de bipedestación que muestra una hernia de la lí-
nea alba (cabezas de flecha) epigástrica no reductible,
grande y con contenido de grasa que muestra un marcado Figura 13-43 Hernia epigástrica de la línea al-
ensanchamiento y adelgazamiento de la línea alba. Obsér- ba. Proyección transversal de una pequeña hernia
vese que su cuello, el defecto de la línea alba (flechas), es epigástrica de la línea alba no reductible, con con-
estrecho en comparación con el fundus (cabezas de fle- tenido de grasa y perfil de seta (cabezas de flecha) que
cha). Obsérvese también que la grasa dentro de la hernia muestra una pequeña fisura de la línea alba. La grasa den-
parece ser totalmente preperitoneal, ya que la fascia trans- tro de la hernia es grasa preperitoneal. La fascia transver- 451
versal por debajo del cuello está intacta (asterisco). Las sal subyacente (flecha negra abierta) y la membrana perito-
hernias de la línea alba son más frecuentes en pacientes neal (flecha abierta blanca) están intactas y en una posición
que tienen una diástasis preexistente de los rectos. normal.
nen solamente grasa preperitoneal son tan pequeñas que
resulta difícil creer que la hernia sea el origen del dolor
(Fig. 13-44). Estas hernias no son palpables y los pacientes
suelen presentar dolor, que es más probable que se deba a
fisuras o tendinosis de la línea alba que a la herniación de
una pequeña cantidad de grasa preperitoneal.
No es suficiente limitarse a identificar la diástasis en un
paciente que refiere dolor en la línea media epigástrica.
La línea alba en la zona del dolor y a lo largo de todo el
segmento epigástrico tiene que explorarse en busca de
hernias, ya que los pacientes con diástasis tienen mayor
riesgo de presentar múltiples hernias epigástricas. Es im-
portante evaluar la línea alba en toda la lo ngitud en cual-
quier paciente en el que se encuentra una hernia epigás-
trica en la línea alba. La mayoría de las hernias contienen
solamente grasa preperitoneal, de forma que no se pue-
den apreciar en la laparoscopia y tienen que repararse
externamente. Si los cirujanos no saben que existen múl-
tiples hernias, pueden utilizar una pieza de malla dema-
siado pequeña en la reparación de todas las hernias.
FIgura 1 M Fisura de la línea alba. Fisura del- Nuestra experiencia es que las hernias epigástricas «reci-
=c: gada de la línea alba (flechas) como causa de dolor divantes» realmente son hernias secundarias que no se
pero era no palpable. Dichas fisuras son relativa- reconocieron y repararon en su momento, más que recidi-
'0
'ü mente frecuentes en pacientes con una diástasis preexis-
(,)
tente de los rectos anteriores. vas verdaderas (Fig. 13-45).
Q)
C/) La hernia hipogástrica de la línea alba normalmente
queda a unos pocos centímetros del ombligo. Por debajo
de esta zona, el recto anterior está más adherido o incluso
na peritoneal subyacente y la fascia transversal estarán fusionado. Al igual que ocurre en las hernias epigástricas,
intactas y la hernia no puede apreciarse o repararse me- las hernias hipogástricas de la línea alba ti enen un cuello
diante laparoscopia. Las hernias epigástricas siempre tie- estrecho, normalmente son pequeñas-moderadas y con-
nen un cuello muy estrecho comparado con el tamaño del tienen solamente grasa preperitoneal, no suelen ser re-
fundus y por tanto no suelen ser reductibles y están ex- ductibles y son proclives a la estrangulació n (Fig. 13-46).
puestas a un mayor riesgo de estrangulación, incluso cuan-
do son pequeñas. Algunas hernias epigástricas que contie- Hernias umbilicales
Las hernias umbilicales se producen a través de un anillo
umbilical ensanchado. En neo natos se deben a un regreso
diferido al abdomen de las asas intestinales que quedan en

Figura 1 45 Dos hernias epigástricas. Proyec-


ción longitudinal que muestra una hernia epigás- Figura 3-46 Hernia hipogástrica de la línea al-
trica de la línea alba, no reductible, pequeña y ba. Proyección longitudinal que muestra una her-
contenido de grasa caudal y una zona de fisura superior. nia hipogástrica periumbilical de la línea alba, con
Este paciente presentaba otras tres pequeñas hernias más contenido de grasa y tamaño moderado (asterisco) inme-
452 craneales. Son frecuentes las hernias epigástricas múlti- diatamente caudal al ombligo (U). Obsérvese que el cuello
ples de la línea media, hasta el punto que debe explorarse de la hernia (flechas) es muy estrecho y que la grasa ede-
la totalidad de la línea alba en pacientes con hernias epi- matosa estrangulada es hiperecoica en comparación con
gástricas. la grasa subcutánea circundante.
Figura 13-4'" Hernia umbilical. Proyección lon- Figura 13-48 Hernia umbilical. Proyección longi-
gitudinal que muestra una hernia umbilical con t...- ~ tudinal de una hernia umbilical de moderado tama-
contenido intestinal y de grasa, de moderado ta- ~ ño, con contenido de grasa (flechas) en un paciente
maño (H). Las hernia umbilicales pasan a través de los ani- moderadamente obeso que acude por dolor umbilical. La
llos umbilicales dilatados (U). hernia no es evidente clínicamente. En dichos pacientes
obesos el ombligo está varios centímetros por debajo del
anillo umbilical. Por tanto, se tiene que explorar por encima
del ombligo para identificar hernias pequeñas-moderadas.
la base del cordón umbilical durante el primer trimestre.
En muchos casos las hernias umbilicales de los neo natos se
reducen espontáneamente a los 3-4 años de edad. Los que La evaluación ecográfica de las hernias umbilicales es
no se reducen a dicha edad precisan reparación. similar a la de cualquier otra hernia. Se recurre a manio-
Las hernias umbilicales pueden aparecer en cualquier bras dinámicas, con identificación de tipo, tamaño, conte-
momento de la vida. Cualq uier causa que aumente la pre- nido, si es reductible y si muestra dolor.
sión intraabdominal o una debilidad del tejido conectivo
puede conducir a la dilatación del anillo umbilical y a la Hernias paraumbi/ica/es y periumbi/ica/es
formación de la hernia umbilical. Las hernias umbilicales La hernia «paraumbilical» no es realmente un tipo de her-
incorporan contenido intraperitoneal, pero las hernias nia. Normalmente es una hernia epigástrica o bien una
umbilicales pequeñas normalmente contienen solamente
grasa intraperitoneal (Fig. 13-47). Se nos solicitan mu-
chas menos exploraciones de hernias umbilicales me-
diante ecografía que para los pacientes con dolor inguinal,
ya que el diagnóstico de las hernias umbilicales suele ser
evidente desde el punto de vista clínico. El papel de la eco- ,..
C')

grafía suele limitarse a la evaluación del dolor umbilical o


:;
~
en los pacientes con una obesidad mórbida de tal magni- c.
(1l
tud que la hernia umbilical no pueda detectarse clínica- (,)
mente o por si existe estrangulación. En pacientes obesos
el ombligo sigue un recorrido oblicuo desde su parte más
profunda craneal a la más superficial caudal (Fig. 13-48) Y
por tanto el anillo umbilical puede estar ubicado mucho
más craneal de lo sospechado por la posición del ombligo.
En los pacientes obesos, las hernias umbilicales no trata-
das tienden a aumentar de tamaño con el tiempo. Normal-
mente son reductibles pero pueden hacerse irreductibles
y también pueden estrangularse. Clínicamente, puede ser
difícil distinguir entre una onfalitis aguda y una hernia Figura 13-49 Hernia umbilical pequeña estran-
umbilical pequeña estrangulada. Ambas pueden presen- gulada y no reductible. Obsérvese en la proyec-
453
tar dolor y enrojecimiento en la zona umbilical. Sin em- ción transversal que la grasa estrangulada y ede-
bargo, la ecografía permite hacer la diferenciación de for- matosa dentro de la hernia es hiperecoica comparada con
ma sencilla (Figs. 13-49 y 13-50). la grasa subcutánea.
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Figura 13-50 Seno uracal infectado en un pa-


ciente con dolor y decoloración umbilical, A,
Proyección transversal que muestra un ombligo
edematoso. B, Proyección longitudinal que muestra un seno
uracal permeable (flechas) que pasa a través de los tejidos
edematosos en el ombligo inferior. e, Proyección longitudi-
nal con eco-Doppler color que muestra una hiperemia infla-
matoria intensa con tejidos inflamados que rodean el tracto
del seno uracal permeable infectado (flecha).

hipogástrica de la línea alba que está demasiado cerca del clives a tener un cuello estrecho y transformarse en no
ombligo (Figs. 13-51 y 13-52). Las hernias periumbilicales reductibles (Figs. 13-53 y 13-54). Las hernias incisionales
de la línea alba, ya sean las hipo o las epigástricas, son espe- se observan donde las hernias naturales no: a través de
cialmente propensas a la estrangulación (ver Fig. 13-46). los vientres de los músculos que se han seccionado pre-
viamente (Fig. 13-55). Las hernias incisionales pueden
Hernias incisionales observarse a través de cicatrices muy pequeñas (accesos
Las hernias incisionales se observan en cicatrices quirúrgi- de laparoscopia). Los pacientes sometidos a una recons-
cas. La herniación puede producirse a través de cualquier trucción miocutánea de mama con un colgajo del recto
tipo de cicatriz quirúrgica, incluidos en accesos de la lapa- anterior son especialmente propensos a presentar una o
roscopia y zonas de los estomas. Las hernias incisionales se varias hernias incisionales.
observan en cualquier área a lo largo de la pared abdomi-
nal anterior donde se haya realizado una incisión. Hernias múltiples
La herniación será consecuencia de un adelgazamiento Los pacientes que tienen un tipo de hernia es más proba-
y estiramiento de la cicatriz o a partir de una fisura en un ble que padezcan otros tipos de hernias. Estos pacientes
segmento de la cicatriz. El hecho de que la cicatriz se haya también pueden presentar hernias contralaterales del
estirado o roto afectará al perfil de la hernia, si es reducti- mismo tipo y también hernias ipsi o contralaterales de
454
ble y el riesgo será de estrangulación. Las hernias incisio- otro tipo, y existen varias razones para ello. En primer lu-
nales debidas a adelgazamiento y estiramiento de la cica- gar el bilateralismo puede ser secundario al momento
triz tienen un cuello amplio y son reductibles, mientras del cierre de los canales fetales, y el cierre diferido por
que las que se deben a fisuras en la cicatriz son más pro- cualquier motivo probablemente afecte a ambos lados al
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Q)
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F : Pequeña hernia periumbilical. Pa- >o
ti)
ciente que acude por dolor periumbilical durante Q)
el tercer trimestre del embarazo. La proyección ca
longitudinal muestra una hernia epigástrica de la línea alba
no reductible y con contenido graso (asterisco). La presión ~(,)
ti)
intraabdominal aumentada, junto con el reblandecimiento Q)
de los ligamentos que se produce al final del tercer trimes- ¡:I 3-...2 Hernia incisional. Hernia incisional o
tre predispone a todos los tipos de hernias. U , ombligo; M, de contenido de grasa en el hipocondrio derecho e
(cicatriz de colecistectomía) con un cuello estre- ::::J
miometrio del útero grávido. C)
cho (fechas) y un fundus ancho, que no es reductible. .5
ti)
.~
tiempo. En segundo lugar, los factores subyacentes que
e
~
Q)
conducen a la formación de hernias pueden afectar a to- oC
dos los puntos de forma simultánea. Los factores que au - ti)
~
mentan el riesgo de hernias son cualquier causa de au-
Q)
mento crónico de la presión intraabdominal y también la '"O
tensión repetida. El embarazo, obesidad mórbida y la as- C'CI
(,)
citis aumentan la presión intraabdominal el tiempo sufi-
ciente como para que se desarrollen las hernias. Ciertas
'E
'C'CI
profesiones se acompañan de lesiones por tensión repeti- e
:e;
tiva. El etilo de vida sedentario, déficit nutricionales y fac-
tores hereditarios pueden favorecer un tejido conectivo ....
C'CI
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E
C)
o(,)
w

Figur 5, Hernia periumbilical de la línea


alba media. Proyección longitudinal que muestra
una hernia hipogástrica de la línea alba, pequeña 3- Hernia incisional. Hernia incisional 455
y con contenido de grasa no reductible. Obsérvese que el ventral de cuello estrecho, que contiene grasa que
defecto se produce a través de la línea alba caudal al om- es reductible de forma incompleta, sin compre-
bligo y anillo umbilical. U, ombligo. sión en la izquierda y con compresión en la derecha.
fica, el médico tiene que buscar los otros tres tipos de her-
nias inguinales ipsilaterales. Las hernias inguinales indi-
rectas y femorales pueden suceder simultáneamente (Fig.
13-56). Además, las hernias inguinales directas o indirec-
tas pueden aparecer en el mismo lado. En las proyecciones
de eje largo, el cuello de las hernias recuerda las perneras
de un pantalón a caballo sobre los vasos epigástricos infe-
riores, lo que explica el motivo de que a la combinación de
las dos hernias se le denomine hernias en pantalón (Fig.
13-57). También se evalúa la ingle contralateral, lo cual es
especialmente importante en pacientes que serán someti-
dos a una reparación laparoscópica, ya que los cirujanos
son más partidarios de hacer reparaciones bilaterales uti-
lizando un abordaje lapa roscó pico que realizar una her-
niorrafia externa. Las hernias inguinales directas y las fe-
morales son con mayor frecuencia bilaterales. Se han
Figura 13-55 Hernia incisional. Proyección longi- encontrado hasta 4-5 hernias en el mismo paciente (Fig.
tudinal que muestra una hernia incisional con con- 13-58). Son relativamente frecuentes las hernias múltiples
tenido líquido peritoneal de moderado tamaño, que de la línea alba y las incisionales también.
se produce a través del vientre del músculo recto anterior, un
lugar en el que no se producen hernias naturales. Hernias inguinales recurrentes
=e debilitado. La evidencia sugiere que los pacientes con
La reparación de la hernia puede realizarse por una inci-
sión directa anterior del canal inguinal o por vía laparos-
'o
'0 múltiples hernias tienen unos niveles elevados de metalo- cópica. Las reparaciones de la hernia realizadas hace dé-
(.)
al
en proteinasas que pueden debilitar los tejidos blandos. cadas se hacían sin malla. Inicialmente se elevaba la fascia
En un paciente con un dolor inguinal unilateral, pero sin para reforzar el área inguinal, pero tendía a ensancharse
hernia demostrable en dicho lado durante la exploración el canal inguinal y conducía a hernias femo rales «recidi-
ecográfica dinámica, el estudio puede interrumpirse des- vantes». Se desarrollaron las reparaciones «sin tensión»
pués de la exploración del lado sintomático. Pero en cual- externas con malla de prolina para evitarlo. Los datos re-
quier paciente en el que se encuentre cualquier tipo de cientes sugieren que los resultados de las reparaciones
hernia inguinal durante una exploración dinámica ecográ- laparoscópicas igualan los de las reparaciones externas.

Fig ra 1.) 5- Hernias en "pantalón ... Proyección


de eje largo de una zona inguinal derecha que
muestra hernias inguinales tanto directas (dir) co-
mo indirectas (ind) con los vasos epigástricos inferiores (*)
456 entre ellas; se trata de una hernia en pantalón. El cuello de
las hernias inguinales directas e indirectas recuerdan las
Figur 13-56 Dos hernias. Imagen longitudinal
perneras de un pantalón a caballo entre los vasos epigás-
de hernias indirectas y femorales.
tricos inferiores.
Las reparaciones laparoscópicas tienen la ventaja de que recurrente no es la única causa de dolor inguinal recurrente
permiten una reparaci ón bilateral, pero requieren aneste- o residual después de la herniorrafia, y la ecografía dinámica
sia general. Las reparaciones externas son generalmente es una parte integral de la evaluación de otras causas en pa-
limitadas a un lado, pero pueden hacerse con anestesia cientes con dolor postherniorrafia agudo o crónico.
regional. La mayoría de las reparaciones de hernias ac- En la fase aguda, un dolor residual sin cambios respecto
tualmente son «sin tensión» y utilizan malla. La malla al dolor preoperatorio es raro y normalmente es la conse-
puede utilizarse tanto en las reparaciones externas como cuencia de una reparación fallida de la hernia. La hernia ori-
en las laparoscóp icas. Se utilizan diversos tipos de mallas. ginal persiste y puede demostrarse ecográficamente. Con
Por desgracia, el dolor recurrente o residual es relativa- mayor frecuencia el dolor agudo se origina en patologías
mente frecuente después de una herniorrafia. Pero la hernia distintas de la hernia recurrente, como son el dolor incisio-

....
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C.
lO
O

58 Paciente con cinco diferentes ti-


pos de hernia. A, Pequeña hernia femoral con
contenido graso anterior a la vena femoral común
(VFC) en apnea (imagen izquierda) y durante la maniobra
de Valsalva (imagen derecha). B, Hernia femoral derecha
de moderado tamaño con contenido de grasa que queda
medial y anterior a la VFC en apnea (imagen izquierda) y
durante las maniobras de Valsalva (imagen derecha). e,
Pequeña hernia inguinal indirecta izquierda con contenido
de grasa en apnea (imagen izquierda) y con las maniobras 457
de Valsalva (imagen derecha). D, Pequeña hernia inguinal
indirecta en apnea (imagen izquierda) y con maniobras de
Valsalva (imagen derecha). E, Hernia hipogástrica de la lí-
nea alba no reductible y con contenido de grasa.
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.a FIgur'l13-59 Hematoma. Dolor intenso, edema y
ca equimosis a las dos semanas de una herniorrafia
ca
=EO)
inguinal izquierda debido a un enorme hematoma
que rellena por completo el canal inguinal desde la ingle
o() hasta el polo superior de los testículos.
Figura 1;;)-60 Seroma. Seroma extremadamente
w grande alrededor de la malla (m), que cursa con
intenso dolor y edema unos días después de una
=e nal, el dolor derivado de hematomas agudos (Fig. 13-59), Y herniorrafia.
'o seromas (Fig. 13-60) Y en ocasiones el dolor se irradia al
'0
(,)
Q) escroto como consecuencia de la compresión del cordón es-
en permático por un seroma, hematoma, la malla o una repara- guinal que no comprimen el cordón espermático u ocasio-
ción que hace que el espacio de anillo inguinal esté dema- nan isquemia testicular, se suelen manejar de forma
siado tenso. En tales casos es importante evaluar el escroto conservadora. Los hematomas o seromas postherniorrafia
ipsilateral y los testículos con imagen en escala de grises y pueden infectarse de forma secundaria y desarrollar un
ecografía Doppler, ya que la compresión del cordón de cual- absceso. Los granulomas del punto de sutura o abscesos
quier etiología puede conducir a un infarto testicular (Fig. de sutura puede ocasionar dolor (Fig. 13-62).
13-61, A). La evidencia con el Doppler de una isquemia tes- El dolor recurrente tardío ti ene diversas etiologías,
ticular indica la necesidad de una descompresión urgente, pero la hernia recurrente es la principal sospecha, espe-
ya sea mediante evacuación de un hematoma/seroma en el cialmente cuando el dolor es similar al que presentó el
canal inguinal o liberando un anillo inguinal interno repara- paciente antes de la cirugía. Las causas del dolor tardío
do (Fig. 13-61, B). Los hematomas o se romas del canal in- son una hernia recurrente, seroma, hematoma, absceso,

Figura 13-61 Isquemia testicular. Isquemia testicular debida a un hematoma grande dentro del canal inguinal
458 izquierdo después de una herniorrafia con dolor irradiado al escroto. A, Testículo izquierdo inflamado y edematoso .
B, Análisis espectral de Doppler pulsado del testículo izquierdo que muestra velocidades reducidas y una impe-
dancia aumentada por la compresión del cordón espermático por un hematoma. Evidencia con el Doppler de un flujo re-
ducido en el testículo ipsilateral en un paciente postherniorrafia que indica la necesidad de evacuar el hematoma.
Figura 13-62 Abscesos subagudos de los pun-
tos de sutura. Este paciente desarrolló dolor y
enrojecim iento en la ingle derecha semanas des-
pués de una herniorrafia que por lo demás seguía una bue-
na evolución. La ecografía demostró punto (s) en el centro
de la colección líquida del complejo hiperémico.
¡gura 13-63 Ma"a normal. La malla utilizada en
esta reparación de una hernia es gruesa y ecogé-
nica y se pueden observar las fibras individuales
tracción de los bordes de la malla, reacción inmune a la dentro de la malla. Produce una fuerte sombra acústica. La
malla, c1ips espirales, compresión del cordón espermático malla sólo se puede aprecian bien en un pequeño porcen-
y fibrosis y cicatriz del nervio i1ioinguinal. Una vez más taje de casos.
será importante la ecografía dinámica en la evaluación de
los pacientes, aunque ésta será más difícil que en pacien-
tes que no fueron intervenidos. malmente se abomba ligeramente hacia fuera en la
En pacientes con herniorrafia sin malla, la hernia recu- posición de bipedestación y durante la maniobra de Valsal-
rrente será normalmente del mismo tipo que la original. va (Fig. 13-66). Pocas veces será útil una historia minucio-
Sin embargo, no es raro, incluso en reparaciones sin ten- sa ya que los pacientes no suelen ser conscientes del tipo
sión, encontrar una hernia femoral «recurrente». En tales de malla que se utilizó.
casos, especialmente desp ués de una reparación externa, Sin embargo, se intentará por todos los medios identifi-
la hernia femoral podía existir ya antes de la reparación, car la malla, ya que las hernias recurrentes no se produ-
aunque de forma subclínica y no detectada. Esta es la
principal razón de que sea importante buscar todos los
tipos de hernias inguinales durante la ecografía dinámica.
En nuestra experiencia, las hernias femorales «recurren-
tes» son menos frecu entes después de reparaciones «sin
tensión» que utilizan malla, ya que utilizan una pieza sufi-
cientemente grande para cubrir el tendón conjunto, anillo
inguinal interno, canal fem oral y área spigeliana.
En pacientes cuyas hernias se hayan reparado con mallas,
no será posible determinar mediante ecografía si la hernia ,...
C')

recurrente es directa o indirecta; sólo será posible determi- o


:;
nar si es una hernia inguinal recurrente. La clave para de- :!::
C.
(\1
tectar hernias recurrentes en pacientes que tienen una ma- O
lla en su lugar es identificar la malla y evaluar entonces
hernias a lo largo de los bordes de la malla con ecografía
dinámica. En pacientes que son evaluados respecto a una
hernia recurrente, la maniobra más útil suele ser la manio-
bra de compresión con el paciente en bipedestación.
Puesto que se dispone de diversos tipos de malla, su as-
pecto varía también bastante. En casos ideales podemos
ver la textura de la malla (Fig. 13-63). En la mayoría de oca-
siones, sin embargo, la malla puede apreciarse solamente
como una línea ecogénica de grosor variable y variable Figura 13-64 Ma"a en una herniorrafia con
sombra o como una zona de sombra variable (Figs. 13-64 y .....- ~ fuerte sombra. La malla habitualmente se mues- 459
13-65). Algunos tipos nu evos de malla son delgados y mu- ~ tra gruesa y ecogénica y se acompaña de una
cho más difíciles de identificar mediante ecografía. La ma- fuerte sombra acústica, pero las fibras individuales dentro
de la malla no se aprecian en la ecografía.
lla normal se pliega y puede enrollarse en los bordes y nor-
Figura 13·67 Hernia inguinal recurrente. Ima-
gen de eje corto que muestra una pequeña hernia
reductible (línea punteada) con contenido graso
que surge del borde inferomedial de la malla (m), lugar de
donde suelen emerger las hernias inguinales recurrentes.
ig -6!.. Malla de herniorrafia con sombra
=c: débil. Malla delgada y mal definida acompañada
'o de una sombra acústica débil. Tal malla puede
'0 postoperatorio. Después, se forma la fibrosis que general-
()
identificarse solamente con transductores de alta frecuen-
Gl cia, técnica óptima y cuidadosa búsqueda. mente sujeta la malla en su sitio. Es durante las primeras 6
en semanas del postoperatorio, antes de que la malla se haya
fibrosado a la pared abdominal anterior, cuando la malla
cen a través del centro sino en los bordes de la malla. La puede quedarse suelta de sus anclajes. En nuestra expe-
mayor parte de las hernias se producen junto al borde riencia es más probable que suceda después de reparacio-
inferomedial de la malla (Fig. 13-67), pero sigue siendo nes laparoscópicas y no porque la reparación sea defectuo-
importante identificar la malla para entonces evaluar to- sa o porque la reparación laparoscópica sea menos efectiva,
da la periferia, ya que las hernias se pueden producir jun- sino porque el paciente se encuentre «demasiado bien, de-
to a cualquier borde de la rilalla. La hernia del borde de la masiado pronto» después de un periodo mínimamente in-
malla probablemente se produzca porque el borde afecta- vasivo de reparación y reanude unas actividades que pue-
do tiene un «tensado flojo» (Fig. 13-68). dan exponer a la reparación a un riesgo dentro de esas 6
Los bordes de la malla pueden ancIarse al tejido conecti- primeras semanas. Algunos pacientes pueden referir una
vo próximo mediante suturas, clips quirúrgicos o clips espi- sensación de desgarro coincidiendo con algún movimiento,
rales especiales. Las suturas o clips sujetan la malla en su seguido del inicio de un dolor inguinal recurrente, pero en
lugar en promedio durante las primeras 6 semanas del la mayoría de los pacientes el inicio suele ser más insidioso.
El hematomajseroma crónico puede cursar con dolor
crónico y su evacuación suele aliviar el dolor. Por ello, la

Fig rd 3-66 Malla de herniorrafia arrugada. La


malla puede abombarse durante la maniobra de Figura 13-68 Desprendimiento de la malla con
Valsalva o cuando el paciente es explorado en po- hernia. Imagen transversal de campo extendido
sición de bipedestación, lo cual es normal. Estas imágenes (CVE) que muestra una pieza grande de malla uti-
460 de pantalla dividida muestran una malla arrugada en decú- lizada para la reparación de una hernia ventral grande que
bito supino y en apnea (imagen izquierda) y abultamiento se ha desprendido a lo largo de su borde derecho (cabeza
con tensado de algunas arrugas en posición de bipedesta- de flecha), permitiendo que protruya una hernia recurrente
ción (imagen derecha). bajo el borde desprendido (flechas).
mantendrá firmemente en su lugar por la fibrosis, incluso
después de la retirada del clip.

Complicaciones de la hernia
Las complicaciones de la hernia son la incarceración, la
obstrucción y la estrangulación. Las hernias incarcera-
das son hernias simples que son irreductibles. Las her-
nias obstruidas contienen asas intestinales incarceradas
que están mecánicamente obstruidas. Las hernias estran-
guladas tienen un contenido incarcerado con vasculari-
dad comprometida. No todas las hernias estranguladas
contienen asas intestinales, incluso la grasa preperitoneal
puede estrangularse. La mayoría de las hernias incarcera-
das no están ni obstruidas ni estranguladas, pero todas las
hernias obstructivas y estranguladas también están incar-
ceradas. Preferimos no utilizar el término incarcerada ya
Figura 3 6 Clips espirales. Radiografía ante- que muchos médicos que nos remiten a los pacientes con-
roposterior de la pelvis que muestra clips espirales funden la incarceración con obstrucción o estrangulación,
en ambas áreas inguinales por herniorrafias ingui-
creyendo con frecuencia que la incarceración es una ur-
nales bilaterales.
gencia quirúrgica cuando no lo es realmente. Solamente
las hernias incarceradas que también están obstruidas o
estranguladas son emergencias quirúrgicas. Incluso las
búsqueda de un hematomajseroma es una parte obligada hernias estranguladas que contienen solamente grasa
de la ecografía postherniorrafia. Algunos pacientes pue- preperitoneal pueden no ser una emergencia. Es la exis-
den desarrollar una reacción alérgica o de hipersensibili- tencia de asas intestinales dentro de las hernias estrangu-
dad a la malla, con un seroma fino ubicado en la superficie ladas lo que las convierte en una urgencia. Por ello, en lu-
de la malla. gar de incarcerada utilizamos el término no reductible,
Cuando la ecografía demuestre que no existe hernia, he- porque el médico que nos remite al paciente es más difícil
matoma o seroma, es importante evaluar la malla buscan- que confunda este término con estrangulación.
do dolor. En muchos casos sin una patología que se pueda El perfil de las hernias afecta a que sean o no reducti-
demostrar mediante ecografía, la malla es dolorosa, por bles y la probabilidad de que se obstruya o estrangule en
diversas razones. En primer lugar la malla puede compri- el futuro. El tipo de hernia afecta su perfil; las hernias que
mir el cordón espermático. La compresión de la malla pro- tienen un cuello relativamente ancho en comparación
duce un dolor que se irradia al escroto. En segundo lugar, la con su fundus suelen ser completamente reductibles y ra-
malla puede aplicar una tensión a la fibrosis que mantiene
los bordes en su lugar, y esto es especialmente frecuente en
pacientes con una ganancia de peso importante desde la
intervención. La malla se suele abombar hacia delante en
tales casos. En otros casos la fibrosis que mantiene la malla
en su lugar ha atrapado los nervios, especialmente el ner-
vio ilioinguinal. Esto sería un diagnóstico de exclusión,
que se confirma infiltrando el nervio, y después liberándo-
lo quirúrgicamente. El nervio ilioinguinal normal se identi-
fica en la ecografía por encima del canal ilioinguinal. Se ....C'?
o
puede utilizar la ecografía para dirigir el bloqueo de un ner- :;
~
vio, pero no creemos que la ecografía juegue un papel im- a.
(ti
portante en el diagnóstico de atrapamiento del nervio O
ilioinguinal en pacientes sometidos a herniorrafia.
Los cIips espirales utilizados en el anclaje de la malla
merecen una mención especial. Como pueden estar ten-
sos y son una fuente de dolor postherniorrafia, actual-
mente los clips espirales casi no se utilizan. Sin embargo, su
popularidad en el pasado tiene como consecuencia que to-
davía haya pacientes que los llevan. Los clips espirales tie-
nen un aspecto radiológico y ecográfico típico (Fig. 13-69).
En algunos pacientes postherniorrafia sin otra patología
eco gráfica demostrable, el único hallazgo es un dolor focal Figura 13-70 Clip espiral. Aspecto ecográfico tí-
~ pico de un clip espiral (flechas) utilizado como an- 461
directamente sobre el clip en cuestión, que tiene su típica
apariencia (Fig. 13-70). La extracción quirúrgica del clip claje de los bordes de una malla en la reparación
aliviará el dolor espontáneo y a la palpación sin afectar la de una hernia inguinal que ocasiona dolor espontáneo y a
la palpación.
solidez de la reparación, ya que el borde de la malla se
Aunque el compromiso vascular es la clave de la es-
trangulación, el eco- Doppler no es la modalidad más sen-
sible para demostrar los signos de estrangulación. La eco-
grafía en escala de grises sí tiene dicha sensibilidad. La
eco-Doppler muestra flujo arteri al dentro de la hernia con
cierto éxito, pero en general no es suficientemente sensi-
ble para demostrar un flujo venoso y no puede mostrar
flujo linfático en absoluto. La pared de los vasos linfáticos
y venosos es muy delgada y fácilm ente compresible den-
tro de los tejidos que rodean el cuell o de la hernia. Por
~
otro lado las arterias tienen una pared relativamente
ca gruesa y son incompresibles por los tejidos circundantes.
e Por tanto, en las hernias estranguladas los linfáticos y ve-
Figura 1'3-71 Hernia de la línea alba. Ecografía
E de eje largo con campo visual extendido que nas se obstruyen mucho antes de que se reduzca el flujo
o
'tJ muestra una hernia hipogástrica de la línea alba arterial. La sangre puede seguir irrigando la hernia es-
.c estrangulada. La clave para reconocer la estrangulación es
ca trangulada mucho después de que se detenga el flujo ve-
ca su hiperecogenicidad de la grasa dentro de la hernia. noso y linfático. El flujo de entrada persistente en presen-
~
~ cia de un paro del flujo de salida venoso y linfático: 1)
C) aumenta la presión intravascular, 2) provoca un trasuda-
o
(.)
ra vez se obstruyen o estrangulan. Las hernias inguinales
do y exudado aumentado y de líquido en el espacio-extra-
w que habitualmente tienen un cuello ancho y rara vez se
celular, y 3) provoca cambios en la escala de grises de la
estrangulan son las hernias inguinales directas y alguna
=t: de las hernias inguinales indirectas.
hernia incluso cuando el eco-Doppler sigue detectando
'o flujo arterial. Los hallazgos más sensibles respecto a es-
'(3 Las hernias que tienen un cuello relativamente estrecho en
oCI) trangulación son los siguientes:
comparación con su fundus es más raro que sean irreducti-
CJ) • Grasa hiperecoica (Fig. 13-71)
bles y que se obstruyan o estrangulen. Los tipos de hernia
• Engrosamiento isoecoico de un saco herniario ecogéni-
que habitualmente tienen un cuello estrecho y presentan un
ca y normalmente delgado (Fig. 13-72)
alto riesgo de estrangulación son las femorales, spigelianas
• Líquido dentro del saco (Fig. 13-72)
(ver Fig. 13-35), de la línea alba (ver Fig. 13-46), umbilicales
• Engrosamiento de la pared intestinal en las hernias con
(ver Fig.13-47) y algunas hernias inguinales indirectas.
contenido intestinal (Fig. 13-73)
En la mayoría de las hernias estranguladas, se observa
más de uno de estos hallazgos en la escala de grises, inclu-
so cuando el eco-Doppler todavía muestra flujo normal

Figura 13-72 Hernia femoral. Proyección de eje Figura 13-73 Hernia de la línea alba. Proyección
corto que muestra una hernia femoral estrangulada longitudinal que muestra una hernia de la línea al-
462 que muestra dos signos adicionales de estrangula- ba epigástrica periumbilical estrangulada. La gra-
ción en la escala de grises: líquido trasudativo y exudativo y sa es hiperecoica, la pared del saco herniario es isoecoica
engrosamiento isoecoico de la pared del saco herniario. El y está engrosada y una pequeña asa intestinal (b) tiene la
saco normalmente se muestra delgado yecogénico. pared engrosada y carece de peristaltismo.
o
...
'C
Se
~

cae
'E
o
"
.c
~

"~~
Q.
oS!
G)
J Estrangulación, A, Hiperecogenicidad anormal de la grasa dentro de esta hernia umbilical que in-
dica que está estrangulada. B, El Doppler color y el Doppler pulsado con análisis espectral muestran líquido nor- "m>-
mal dentro de la hernia, a pesar de estar estrangulada. Los hallazgos de la escala de grises son más sensibles que G)

~
el eco-Doppler para detectar signos de estrangulación en la hernia.

(.)
m
G)

dentro del contenid o herniario (Fig. 13-74). Se tendrá El ligamento redondo puede dar lugar a quistes y leio- o
e
precaución de comparar el líquido dentro del saco hernia- miomas. A diferencia de los hidroceles del canal inguinal, 'sC)
rio con la estrangulación. Las hernias no estranguladas que están fijos en su posición, los quistes del ligamento e
que tienen contenido intraperitoneal pueden contener lí- redondo pueden ser móviles y se pueden mover hacia m
quido peritoneal, especialmente en mujeres. atrás y delante entre la cavidad abdominal y el canal in - ,~
guinal. El ligamento redondo contiene fibras de músculo ...e
G)
Patología que simula her nias inguinales liso de donde puede surgir el leiomioma (Fig. 13-77). .s:.
Existe una amplio espectro de lesiones ocupantes de es- m
pacio en la ingle que simulan hernias inguinales. Las pato- oS!
G)
logías, que se producen dentro del canal inguinal son los
lipomas, quistes o hidrocele del proceso vaginal (hidroce-
les del canal de Nuck), quistes de ligamento redondo, leio-
"~
,2
miomas o varices, desmoides, endometriomas, sarcomas,
E
,~

hematomas, seromas, testículos no descendidos e implan- e


tes peritoneales metastásicos. La adenopatía inguinal, los
aneurismas de la femoral común o de la arteria ilíaca ex-
"
~
~

terna y los pseudoaneurismas, bursa iliopsoas y quistes ~


C)
sebáceos pueden detectarse en la ingle, pero por fuera del o(.)
canal inguinal. Además, el dolor por procesos inflamato- w
rios puede simular un dolor inguinal: una apendicitis agu-
da y la diverticulitis aguda pueden cursar con dolor cerca ....M
de la ingle. o
"3
Los quistes o hidroceles del canal inguinal pueden :t:::
Q.
producirse tanto en hombres como en mujeres. En hom- ca
O
bres estas colecciones líquidas localizadas pueden produ-
cirse cuando el segmento del proceso vaginal del perito-
neo dentro del canal inguinal no se fusiona al tiempo que
los segmentos proximal y distal sí se fusionan. Esto con-
duce a la acumulación de líquido dentro de un segmento
no fusionado del proceso vaginal y se forma un hidrocele
localizado. En hombres esto sucede dentro del canal in-
guinal, cerca del cordón espermático y puede comprimir el
cordón (Fig. 13-75). En mujeres el proceso no fusionado
vaginal se llama canal de Nuck, de forma que este quiste o
hidrocele localizado se conoce como quiste o hidrocele del F 1 Hidrocele. Proyección de eje corto 463
canal de Nuck (Fig. 13-76). Los hidroceles habitualmente del canal inguinal derecho que muestra un hidro-
son uniloculares y fijos en su posición dentro del canal, pe- cele (H) comprimiendo el cordón espermático (CE)
posteriormente y a la derecha.
ro pueden ser lobulados y tabicados a medida que crecen.
Figura 13 77 leiomioma. Proyección de eje lar-
go de un canal inguinal derecho de una mujer que
muestra un leiomioma (L) que surge a partir delli-
gamento redondo (flechas) y que se manifiesta como un
nódulo palpable. AEI, arteria epigástrica inferior.

gu a 1" e Hidrocele. Proyección de eje corto


=c: de una mujer que muestra un hidrocele finamente
tabicado y lobulado en el canal de Nuck (canal in- (Fig. 13-78). Las varices del ligamento redondo son habi-
'o
'ü guinal). tualmente más sintomáticas y mayores cuando el pacien-
oQ)
(/)
te está en bipedestación y después de un ejercicio como
correr, en que las varices se hacen hiperémicas. En ocasio-
Las varices del ligamento redondo se desarrollan co- nes se produce una trombosis espontánea de las varices
mo rutas colaterales del drenaje venoso uterino durante del ligamento redondo, casi siempre en el periodo post-
el embarazo. Normalmente son asintomáticas y son ha- parto cuando se reduce el flujo colateral uterino a través
llazgos casuales, pero en algún paciente pueden ocasionar de ellas (Fig. 13-79).
una alteración dolorosa y palpable a nivel inguinal o en los Los endometriomas se producen a lo largo del recorri-
labios. Normalmente desaparecen espontáneamente y do del ligamento redondo por dentro del canal inguinal
por completo después del parto, pero en algunos casos (Fig. 13-80). Suelen tener un antecedente de variación cí-
pueden persistir y ocasionar un dolor inguinal y edema clica en el tamaño y dolor a la palpación.
durante meses o incluso años después del último embara- La mayoría de los llamados lipomas del canal inguinal
zo. Son poco evidentes en decúbito supino, pero se hacen no son verdaderos lipomas, sino hernias inguinales in-
mayores y tienen un flujo más rápido en bipedestación directas del tipo no deslizante que contienen sólo grasa

9 Jra 13-78 Varices. Varices en el ligamento redondo evidentes solamente cuando el paciente está en bipedes-
464 tación. La paciente acude por una inflamación dolorosa del labio mayor izquierdo después de correr. A, Imagen
desdoblada que muestra un ligamento redondo durante la apnea en decúbito supino (imagen izquierda) y en posi-
ción de bipedestación (imagen derecha). e, Eco-Doppler que muestra abundante flujo dentro de las varices del ligamento
redondo con el paciente en bipedestación.
Fgu a 13- Lipoma inguinal. Proyección de eje
Figura Varices. Proyección de eje largo
~ corto del canal inguinal derecho que muestra un
"'"_ ~ que muestra unas varices del ligamento redondo
lipoma hiperecoico verdadero del canal inguinal
~ izquierdo parcialmente trombosadas en una pa-
lateral al cordón espermático (CE). La mayoría de los «lipo-
ciente que acude por dolor inguinal izquierdo a las 4 sema-
mas" del canal inguinal son simples hernias inguinales del
nas del parto. La disminución del flujo uterino que se pro-
tipo no deslizante que contienen grasa preperitoneal.
duce en el post parto puede conducir a una trombosis de
las varices del ligamento redondo que se desarrollaron
como rutas colaterales durante el embarazo.
(Fig. 13-84) a consecuencia de cirugía previa, pueden si-
mular clínicamente una hernia incisional de pared abdo-
minal anterior.
preperitoneal. Sin embargo, los lipomas verdaderos pue- Los hematomas del recto anterior (Fig. 13-85) o de los
den producirse en cualquier punto a lo largo de la exten- músculos oblicuos (Fig. 13-86) pueden cursar con dolor y
sión del canal inguinal (Fig. 13-81) Y dentro del escroto o edema que simula una hernia de pared abdominal ante-
labios mayores (Fig. 13-82). rior. El paciente suele (aunque no siempre) referir el ante-
cedente de un trauma agudo importante. En pacientes sin
Patologías que simulan hernias anteriores un antecedente típico, será útil la ecografía.
de la pared a bdominal Los tumores desmoides (fibromatosis agresiva) son
Los lipomas subcutáneos o intramusculares tienen un raros, excepto en pacientes con una historia familiar de
aspecto eco gráfico idéntico a los del canal inguinal o de
los labios (Figs. 13-81 y 13-82).
En pacientes evaluados por hernias incisionales, unas
cicatrices llamativas (Fig. 13-83) Y la necrosis grasa

o
"3
,1:::
Q.
cu
O

Figura 13-80 Endometrioma. Proyección de eje


~ largo del canal inguinal izquierdo que muestra un Figura 13-82 Lipoma labial. Proyección trans-
465
quiste complejo multiloculado, un endometrioma, ~ versal de un lipoma isoecoico del labio mayor iz-
en un paciente que acudió por dolor e inflamación inguinal quierdo en una paciente que acudió por inflama-
intermitente. ción no dolorosa del labio izquierdo.
. u, 13- Hernia incisional. Llamativo tejido
cicatricial como causa de una alteración palpable
en el lado derecho (imagen izquierqa) sospechosa
de hernia incisional. La ubicación de la imagen especular
en el lado izquierdo (imagen derecha) es normal. El pacien-
J:ig ra 13-8 Fisura y hematoma. Imagen de
te acudió por abultamiento indoloro en la zona de una inci-
campo extendido de eje largo que muestra una fi-
sión quirúrgica previa en la fosa ilíaca derecha.
sura en el músculo recto anteri or derecho con un
hematoma que se manifiesta por dolor agudo e inflama-
ción en la ingle derecha y pared abdominal anterior baja. El
fibromatosis adenomatoide familiar (FAF), cuyos tumores médico que le remitió sospechaba una hernia aguda dere-
=e
'o
suelen ser intraabdominales. Los desmoides de pared
abdominal anterior son habitualmente esporádicos.
cha del deportista.

'0 Surgen a partir de elementos fibrosos de las aponeurosis


(,,)
al
en o de vainas musculares de la pared abdominal anterior. (Fig. 13-90) Y fibrosarcomas (Fig. 13-9 1) pueden simular
Los desmoides son localmente invasivos y tienden a reci- hernias de la pared abdominal anterio r.
divar si no se extirpan de forma amplia, pero no metasta-
tizan a distancia. La ecografía de los desmoides es la de
nódulos sólidos o masas que son de perfil regular y que
tienen cierta vascularidad interna (Figs. 13-87 y 13-88).
Los desmoides resultan difíciles de distinguir de sarco-
mas, excepto por un flujo sanguíneo ligeramente menor La ecografía dinámica es la exploración clave en la evalua-
en el Doppler color o potencia. Si no se extirpan crecen ción del dolor inguinal y de pared abdominal anterior. Los
progresivamente (Fig. 13-89). componentes dinámicos de la exploración incluyen las
Los tumores benignos y malignos del tejido conecti- maniobras de Valsalva y de compresión y la exploración
vo de la pared abdominal anterior como los fibromas tanto en supino como en bipedestación. La ecografía diná-

gu ,,- Quistes calcificados aceitosos. Figura 13-8 Fisura y hematoma. Imagen trans-
La imagen transversal muestra una masa que se ~ versal de campo extendido que muestra una fisura
466 manifestó como un abultamiento palpable no do- aguda y un hematoma dentro del músculo oblicuo
loroso en las proximidades de una incisión previa en la lí- interno (ii) en un paciente que acudió por dolor agudo en la
nea media hipogástrica y que se considera clínicamente fosa ilíaca izquierda: eo , músculo oblicuo externo; ta, mús-
sospechosa de hernia incisional. culos transversos del abdomen.
F g ra 3- Tumor desmoide. Tumor desmoide F;gura 1 -88 Tumor desmoide. Tumor desmoide
en la pared abdominal anterior que es muy hi- .....- -~ de pared abdominal anterior con pequeña propor-
poecoico, de perfil irregular y difícil de distinguir ~ ción de flujo sanguíneo periférico.
de un sarcoma. Acudió por masa dolorosa y palpable.

mica le permite al médico determinar el tipo de hernia, la hernia sea ecográficamente demostrable, la explora-
tamaño, contenido, si es reductible y el dolor a la palpa- ción debe continuarse buscando otros tipos de hernias
ción. Cada uno de estos signos se debe determinar duran- inguinales o de abdomen anterior ipsilaterales o contrala-
te la exploración y mencionarse de forma específica en el terales. Incluso cuando no se encuentren otras hernias,
informe final. Nosotros nos permitimos una estimación será importante que el cirujano mencione de forma espe-
subjetiva de la im portancia clínica de la hernia según el cífica en el informe que se ha realizado una búsqueda
tipo, tamaño, contenido y dolor a la exploración, porque completa en ambas ingles y que no existen hernias adicio-
con frecuencia se id entifican hernias inguinales insignifi- nales.
cantes en la ecografía que son clínicamente irrelevantes. La estrangulación es la complicación diferida más temi-
La evaluación del dolor inguinal en deportistas es más da. Los hallazgos en escala de grises de la estrangulación
compleja que en no deportistas por su asociación con la (grasa hiperecoica, engrosamiento isoecoico del saco her-
tendinosis y osteítis púbica. Suele ser necesario añadir la niario, líquido dentro del saco y engrosamiento de la pa-
RMN o ecografía dinámica para identificar una patología red intestinal) son todos más sensibles para la estrangula-
subyacente y elegir la mejor combinación de tratamiento ción que los que se puedan apreciar con eco-Doppler.
quirúrgico y no quirúrgico. El dolor recidivante después de la herniorrafia es un
Los pacientes con una hernia tienen con frecuencia problema relativamente frecuente. La ecografía dinámica
múltiples hernias, de forma que en un paciente en el que puede ser útil en la evaluación tanto de recidivas agudas

('1)
,....
o
"3
;t::
Q.
1'0
O

Figura 13-89 Tumor desmoide. Aunque los tumores desmoides se consideran histológicamente benignos y que 467
no metastatizan, son localmente invasivos y pueden crecer si no se extirpan. A, Este tumor desmoide se desarro-
lló como un nódulo doloroso unos meses después del embarazo. La paciente eligió no extirparlo. B, A los 23
meses el tumor creció desde 1,3 a 2,4 cm. La paciente prefirió entonces extirparlo.
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(,)
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'O
i W Figura 13-90 Fibroma, Proyección de eje largo

=m

~
~ de un fibroma benigno de la vaina del recto ante-
rior del músculo recto anterior inferior derecho que
se manifestó como inflamación indolora cerca de la ingle
O derecha. Obsérvese que existe una vascularidad mínima.
(,)
W
= del dolor inguinal como en las crónicas. La mayoría de las
hernias se hacen actualmente con malla. La clave de la
identificación ecográfica de las hernias recidivantes es
evaluar los bordes con maniQbras dinámicas, ya que las
hernias recidivantes surgen de los bordes de la malla. W Figura 13-91 Fibrosarcoma, Proyección trans-
Muchos procesos patológicos pueden simular una her- ~ versal de un fibrosarcoma de la vaina anterior del
nia, son raros e inespecíficos, pero los quistes o hidroceles músculo recto anterior que se manifiesta como un
del proceso vaginal (o del canal de Nuck) y del ligamento abultamiento indoloro. Su aspecto es parecido al fibroma
redondo son relativamente frecuentes y muestran un as- mostrado en la Figura 13-90, pero está mucho más vascu-
larizado por dentro.
pecto eco gráfico que es prácticamente patognomónica.

468
Capítulo 14

PERITONEO
Anthony E. Hanbidge y Stephanie R. Wilson

La ecografía de pelvis y abdomen se ha convertido en una El mesenterio del intestino delgado es un pliegue pe-
extensión de la exploración física cuando se evalúan pa- ritoneal que está especializado, tiene un perfil en abanico
cientes con síntomas y signos abdominales. y se extiende desde la segunda vértebra lumbar hasta la
Es precisa, segura, fácil mente disponible y es relativa- fosa ilíaca derecha. Conecta yeyuno e íleon a la pared ab-
mente poco costosa. Las evaluaciones se suelen centrar en dominal posterior. Está formado por una doble capa de
la evaluación de las vísceras sólidas, la vesícula y las vías peritoneo, vasos sanguíneos, nervios, capilares linfáticos
biliares. Con frec uencia, sólo se registran las imágenes de en las vellosidades, ganglios linfáticos y una proporción
estos órganos y la cavidad peritoneal se descuida o se eva- variable de grasa. La mejor forma de evaluar mediante
lúa de forma superficial. Existe la creencia general de que ecografía el mesenterio intestinal es cuando existe ascitis:
la ecografía no resulta especialmente útil para la imagen se muestra en forma de capas lisas separadas por líquido
de peritoneo debido a limitaciones técnicas, como una que flotan libremente y se dirigen hacia el centro del ab-
mala visualización y la interferencia de gas intestinal. domen, lejos de las asas del intestino delgado (Fig. 14-1).
Además, los médicos con frecuencia no están demasiado En ausencia de ascitis, el mesenterio resulta más difícil de
familiarizados con los signos ecográficos comunes de la apreciar pero se han descrito una serie de estructuras
patología peritoneal, como queda reflejado en la extensa alargadas sin peristaltismo separadas entre sí por ecos
literatura sobre hígado, vesícula, vías biliares, bazo, riño- especulares que donde mejor se aprecian es en el cua-
nes, vejiga, órganos reproductivos y la escasez de datos drante inferior izquierdos. Suele ser difícil localizar una
que existen en cambio de peritoneo y cavidad peritoneal. patología del mesenterio y puede ser útil la relación con
Como consecuencia, la enseñanza sobre una técnica eco- otras referencias anatómicas. Por ejemplo, un linfoma se
gráfica que permitiría la evaluación de estas zonas de for- puede localizar bien con respecto al mesenterio cuando
ma óptima es mínima. se aprecia una masa que engloba los vasos mesentéricos.
Si se sospecha una patología peritoneal se suele recu- El epiplón también está formado por pliegues especiali-
rrir a la imagen de una tomografía computarizada (TC) 1.2 zados del peritoneo. Está formado por una doble capa del
o de resonancia magnética (RM) 3-S. Consideramos que la
ecografía también pu ede ser una técnica sensible y espe-
cífica en este context0 6 . Para que sea exitosa sin embargo
debe cumplir dos requisitos: 1) el explorador tiene que
ser consciente de la potencial afectación del peritoneo y
cavidad peritoneal por la patología, y 2) estas regiones
tienen que explorarse de forma minuciosa.

" *~~JiI,~~ "".,- ... ,,' ~~ ,. , ~J '~ ,~ ..~. 1 ~ '~

PERITONEO, EPI~LON Ve MESENTERIO


.
",;~t:r:'~~~'t~¿~~
: },~,...

El peritoneo es una membrana serosa constituida por cé-


lulas epiteliales. Se divide en peritoneo visceral y parietal.
El peritoneo parietal recubre las paredes de la cavidad
abdominal anterior y posterior formando una línea delga-
da y ecogénica en la capa más profunda de la pared abdo-
minal anterior. Las asas intestinales se aprecian por debajo
del peritoneo parietal y se desplazan de forma indepen-
diente con la respiración. El peritoneo visceral por otra
parte cubre los órganos intraabdominales y en condicio-
nes normales no es visible con la ecografía. El espacio po- Figura 14-1 Mesenterio normal con ascitis ma-
tencial entre estas dos capas se conoce como cavidad ~ croscópica. Imagen ecográfica sagital oblicua de
peritoneal y normalmente contiene escaso volumen de abdomen que muestra las capas mesentéricas
líquido que actúa como lubricante. normales del intestino (flechas) perfiladas por líquido.
peritoneo, vasos sanguíneos, linfáticos y una variable pro- pueden identificar y loealizar patologías con respecto al
porción de grasa. El epiplón menor conecta la curvatura epiplón mayor incluso en ausencia de ascitis.
menor del estómago y el duodeno proximal con el hígado.
El epiplón mayor desciende desde la curvatura mayor del
estómago, por delante del contenido abdominal, con fre-
cuencia alcanza incluso la pelvis, para reflejarse entonces
sobre sí mismo desde una estructura de cuatro capas que
asciende y se separa para envolver el colon transverso. La evaluación ecográfica del peritoneo requiere rigor eva-
Existe un espacio potencial entre las dos capas del epiplón luando, hasta donde sea posible, el peritoneo parietal y
mayor, que se continúan con el saco menor. visceral, mesenterio, epiplón y cavidad peritoneal. La ins-
~
En condiciones normales, el epiplón puede resultar pección inicial del peritoneo y cavidad peritoneal se rea-
tV muy difícil o imposible de distinguir con ecografía. En pre- liza con transductores de una frecuencia estándar, 3,5 o
s::::
sencia de ascitis puede apreciarse flotando en el líquido 5 MHz (Fig. 14-2, A). Se programa un campo de visión
E con un grosor variable, en función de su contenido graso. extendido para tener acceso a cavidad peritoneal en toda
o
'tJ En enfermedades el epiplón mayor puede estar infiltrado, su profundidad, pero no más. Esto añade perspectiva a la
.c

-
tV engrosado y presentar adenopatías. Su localización su- imagen. La zona focal se ajusta de forma continua para
tV
,- perficial permite una evaluación ecográfica minuciosa evaluar en detalle diferentes profundidades dentro del
~ con transductores de alta frecuencia y normalmente se campo de visión extendido. La potencia y ganancia se
C)
o(,)
w
=c:
'0
'(3
(,)
Q)
CJ)

..,; Figura 14-2 Optimización de la técnica. Estadio 3 de un adenocarcinoma papilar de ovario. A, Imagen sagital
~ suprapúbica de los anejos derechos utilizando un transductor de 5,2 MHz curvilíneo, tomada al comienzo de la
exploración y que muestra ascitis y una masa lobulada sólida (M). El campo de visión incluye una visión en profun-
didad completa de toda la cavidad peritoneal pero no sobrepasa dicha profundidad. B, Imagen sagital transabdominal del
flanco izquierdo con un transductor de mayor frecuencia, 7,4 MHz, curvilíneo que muestra ascitis y una siembra hipoecoica
en la superficie serosa del colon descendente (flechas). Se ha programado con baja ganancia un recurso utilizado para
470 optimizar la visualización de la siembra, que se aprecia como una línea delgada y continua en la superficie serosa del intes-
tino, que contiene sombra aérea. e, Imagen transversal transvaginal anexial derecha obtenida con un transductor de 8,4
MHz transvaginal que muestra una masa (M) anexial derecha con ascitis. Se ha programado con alta ganancia para carac-
terizar mejor esta ascitis con partículas.
ajustan con una alta ganancia para caracterizar de forma
óptima el líquido libre como anecoico o con partículas y
con baja ganancia para visualizar adenopé\tías hipoecoi- oG)
cos o masas. Una vez que se ha completado la inspección
inicial, se utilizarán transductores de frecuencias más ele-
vadas para una evaluación más minuciosa y para caracte-
..
e
o
'C
G)
rizar las alteraciones en el campo próximo (Fig. 14-2, B). Q.
En la exploración transabdominal se recurre a una com-
presión gradual para desplazar el gas intestinal. Para deter-
minar el lugar de origen de un proceso peritoneal resultará
útil asociar diversas técnicas. La palpación de una masa
abdominal, ya sea con el transductor o a mano alzada, per-
mite concretar la distensibilidad y la movilidad de la masa.
Las masas que surgen del peritoneo parietal suelen estar
fijas, mientras que las que proceden del peritoneo visceral
suelen ser móviles. Esta distinción puede apreciarse tam-
bién cuando el paciente cambia de posición o ante cambios Figura 14-3 Cirrosis hepática con hipertensión
en la respiración. Por ejemplo, en el hipocondrio derecho, ti..- -~ portal. Imagen sagital del hipocondrio derecho
es probable que una lesión en el campo próximo se locali- ~ que muestra claramente una gran cantidad de as-
ce en el peritoneo parietal si el hígado se mueve de forma citis rodeando un hígado hipertrófico abollonado y graso
ind¡;pendiente de ella con la respiración. (L). K, Riñón derecho.
La exploración m ediante la ecografía transvaginal
es muy importante en las mujeres con riesgo o con sospe-
nas con un especial énfasis siempre que se sospeche asci-
cha de patología peritoneal (Fig. 14-2, C). El fondo de saco tis. La ecografía también es precisa para cuantificarl4 y
de Douglas es una zona afectada con frecuencia, especial- localizar la ascitis y se puede utilizar para la paracentesis
mente en la carcinomatosis y en patologías agudas. Esta diagnóstica o terapéutica. Además de su excelente capaci-
técnica permite una evaluación muy precisa tanto del pe- dad para cuantificar la ascitis, la ecografía permite carac-
ritoneo pélvico parietal como del visceraI 9•l o. Además de terizar la ascitis como anecoica o con partículas. Esto es
evaluar útero y ovarios, la sonda puede dirigirse al fondo útil para determinar su etiología, ya que las ascitis con
de saco de Douglas, elevando la mano de exploración y partículas sugiere la presencia de sangre, pus o células
con movimientos hacia ambos lados de la pared pélvica. neoplásicas en el líquido. La presencia de partículas debe
La ecografía transvaginal también permite una visualiza- urgir a una evaluación más detallada del peritoneo con
ción mejorada de las asas de intestino intrapélvicas y la ecografía ls ,16, obtención de imagen con TC o RM y para-
vejiga urinaria. centesis terapéutica.
El hemoperitoneo tiene a su vez diversas etiologías,
como el trauma, un aneurisma roto, ruptura de embarazo

Uno de los primeros usos de la ecografía de abdomen y


pelvis fue la detección de ascitis l l . Normalmente existen
entre 50-75 mI de líquido en la cavidad peritoneal, que
actúan como lubricante. La ascitis se produce por un exce-
so de acumulación de líquido peritoneal y se puede clasi-
ficar como trasudado o como exudado, dependiendo del
contenido de proteínas. En Norteamérica, la cirrosis, car-
cinomatosis peritoneal, insuficiencia cardiaca congestiva
y tuberculosis dan cuenta del 90% de todas las causas y la
acumulación de sangre, orina, quilo, bilis o jugos pancreá-
ticos son causas menos frecuentes.
La ascitis puede detectarse mediante exploración física
cuando el volumen alcanza los 500 mI. La ecografía trans-
abdominal permite detectar de forma fiable volúmenes
grandes de líquido (Fig. 14-3). La ecografía transvaginal
es más sensible a este respecto, ya que permite apreciar Figura 14-4 Cistadenoma mucinoso de ovario
volúmenes de tan sólo 0,8 mI con la sonda transvaginaJ12 ~ grado 2/3. Imagen transversal transvaginal anexial
derecha que muestra pequeñas cantidades de lí- 471
(Fig. 14-4). Con el paciente en supino el líquido libre tien-
quido libre con partículas (P) y siembre serosa (flechas) en-
de a acumularse en las gotieras paracólicas y pelvis 13 ; es-
tre las asas intestinales de la pelvis. Sólo era visible en la
pecialmente en el extremo craneal de la gotiera paracólica exploración transvaginal.
derecha y bolsa de Morison. Deberán estudiarse estas zo-
extendido para evaluar lesiones intraabdominales en pa-
cientes traumatizados 17 . 21 . El objetivo primario de este es-
tudio limitado es detectar líquido libre intraperitoneal
con la ecografía en centros de traumatología. El líquido
detectado en este contexto sugiere con bastante probabi-
lidad una lesión intraabdominal que requiere una laparo-
tomía urgente. La FAST-eco ha sustituido al lavado perito-
neal en muchos centros.
La ascitis quilosa es un hallazgo infre cuente en el que
se acumula linfa en la cavidad peritoneal. Las causas son
diversas: trauma, cirugía, linfangioma, linfoma, Iinfan-
giectasia e higroma quístico. La ecografía puede mos-
trar una ascitis con partículas o nivel líquido-líquido debi-
do a la formación de capas de líquido linfático 22 •23 •
En ocasiones resulta difícil decidir si el líquido que se
aprecia en la cavidad peritoneal está libre o tabicado. Es
útil modificar la posición del paciente para determinar si
< 4-5 Hemoperitoneo en una ruptura de
el líquido se mueve por la fuerza de la gravedad. Por ejem-
embarazo ectópico, Imagen ecográfica transver-
sal transvaginal de anejos izquierdos que muestra plo, el líquido libre de la gotiera paracólica derecha con el
líquido libre con partículas (P). paciente en supino puede desplazarse desde esta zona si
el paciente descansa en decúbito lateral izquierdo. La
=e morfología del líquido también es importante. El líquido
'O ectópico, rotura de masa hepática (p. ej., adenoma, hema- libre tiende a adaptarse a la fo rma de los órganos próxi-
'ü toma) y sangrado postquirúrgico. La hemorragia espontá- mos y con frecuencia muestra ángulos agudos cuando en-
()
Q)
C/) nea se observa en pacientes que reciben anticoagulantes. tra en contacto con estructuras próximas como las asas
El aspecto del sangrado agudo es variable y puede ser un intestinales. En cambio, el líquido loculado tiene unos
líquido tanto anecoico como con partículas (Fig. 14-5). Se bordes redondeados y muestra un efecto masa, que con
puede manifestar con niveles detritus-líquido si el pacien- frecuencia desplaza las estructuras próximas de su locali-
te se mantiene en una posición estable durante un tiempo. zación habitual. Las colecciones lo culadas se observan en
La h~morragia masiva suele ser secundaria a una masa cualquier punto de la cavidad abdominal y pelvis. La ca-
ecogénica grande que se hace más heterogénea cuando racterización del líquido y la demostración de compleji-
sucede la lisis (Figs. 14-6 y 14-7). dad en las colecciones de líquido peritoneal, localizadas o
La ecografía abdominal centrada en traumatismos generalizadas, son las ventajas que ofrece la ecografía y en
(FAST-eco) se ha convertido en un método de cribado muy ese sentido es superior a la Te (Fig. 14-8).

Figura 14-(j Coágulo de sangre, Coágulo de Figura 14-7 Hematoma pélvico a los dos días
sangre agudo secundario a la ruptura de un pseu- ~ de la cirugía en una mujer que toma anticoagu-
472 doaneurisma de la anastomosis de la arteria hepá- lantes, Imagen ecográfica transvaginal sagital en
tica después de un trasplante hepático. Imagen ecográfica la línea media que muestra el útero (U) con líquido en el
sagital del hipocondrio izquierdo que muestra una masa canal endometrial, rodeado por un gran hematoma hetero-
sólida y heterogénea (?alibres). géneo hipoecoico (cabezas de flecha).
o
G)
c::::
...o
'C
G)
Q.

Figura 1<1·eS Peritonitis fibrinosa. A, Te axial, con contraste oral y endovenoso a través de la pelvis media de una
mujer que muestra líquido tabicado en el fondo de saco de Douglas y anejos derechos con su borde realzado
(flecha). S, Imagen ecográfica transversal transvaginal tomada el mismo día, que muestra la alta complejidad de
este líquido (flecha) con más detalle.

por adherencias. Con el tiempo se forman quistes de in-


QUISTES DE INCLUSIÓN
clusión que con frecuencia se encapsulan en ovario y oca-
PERitONEAL (LíQUIDO
sionan dolor y tensión pélvica. Los quistes de inclusión
ENQÚ.lSTADO BENIGNO)
varían de tamaño y complejidad y pueden ser relativa-
mente simples o contener ecos internos y tabiques 24' 26 •
El líquido producido por ovarios activos en pacientes pre- Con frecuencia ocasionan cierta confusión cuando se ob-
menopáusicas normalmente se absorbe por el peritoneo. tiene una imagen, que se puede malinterpretar como quis-
En ocasiones este equilibrio se ve desbordado en enfer- tes ováricos, paraováricos, hidrosálpinx o incluso cáncer
medades que afectan la pelvis, como una cirugía previa, de ovario. La clave para llegar al diagnóstico correcto es
traumatismos, una enfermedad pélvica inflamatoria (EPI), sospechar esta patología a partir del perfil de la paciente,
la enfermedad inflamatoria intestinal (EH) o una endome- demostrando entonces casi siempre con una ecografía
triosis. En estos pacientes el líquido producido por los transvaginal que el ovario es normal, que puede estar
ovarios puede no llegar a absorberse y quedar atrapado dentro de un quiste de inclusión o en su límite (Fig. 14-9).

Figura 14-9 Quiste de inclusión peritoneal. A, Imagen ecográfica transversal de anejos derechos y S, RM en T2 473
axial a través de la pelvis media, que muestra un ovario derecho normal (O) rodeado de líquido enquistado, adap-
tado a los contornos de la cavidad peritoneal. (Reproducido de Wilson SR, Pseudomyxoma peritonei, En Cohen
HL, editor, Gastrointestinal disease, test and syllabus, American College of Radiology 2004:73-84.)
~

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c:
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oC
cu
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o
o
w
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Figura 14-10 Linfangioma pélvico en mujer asintomática. A, Imagen ecográfica transversal transvaginal que
muestra un útero normal (U) en sección transversal , rodeado por innumerables espacios quísticos con septos finos
que separan los componentes rellenos de líquido. No se identifica nodularidad. La exploración en tiempo real su-
giere que estos quistes son blandos y elásticos. B, Imagen transvaginal obtenida lateral al útero que muestra que los cam-
bios quísticos son extensos. Su distribución y extensión no sugiere un origen ovárico. e, Dos imágenes transvaginales
vistas lado-con-Iado que muestran un ovario derecho (R) e izquierdo (L) normales, que excluyen los ovarios como origen
de la patología. D, RM en T2 que confirma las masas quísticas intraperitoneales extensas, que parecen zonas con alta in-
tensidad de señal (flechas). Los tabiques entre los componentes líquidos son delgados. (Reproducido de Wilson SR, Pseu-
domyxoma peritonei, En Cohen HL, editor, Gastrointestinal disease, test and syllabus, American College of Radiology
2004;73-84.)

Los quistes peritoneales de inclusión complejos también la cavidad peritoneal. Pueden ser simples o altamente
se denominan mesoteliomas multiquísticos 27 . complejos con extensos tabiques internos, como se obser-
van en ocasiones en ellinfangioma 29 •3o (Fig. 14-10). Los
- quistes mesentéricos más pequeños suelen ser móviles,
, QUISTES MESENTÉRICOS cambiando de ubicación a la palpación o con los cambios
posturales. Los quistes que cursan sin síntomas se suelen
tratar de forma conservadora, especialmente si son sim-
Los quistes mesentéricos son masas intraabdominales ra- ples o con el aspecto típico de un linfangioma. La cirugía
ras, que con frecuencia se descubren en una imagen de for- se suele reservar para los casos en que se quieren aliviar
ma casual. Sin embargo, pueden debutar clínicamente por síntomas o resolver complicaciones agudas.
una distensión abdominal como consecuencia de su tamaño
o de forma aguda por dolor; como consecuencia de una com-
',," ','< - '. .~
plicación como una hemorragia, rotura o torsión. Los quis- TUMORES PERITONEALES . _ ~~
, ,,.;; '. • ~¡:;

tes mesentéricos casi siempre son linfáticos (linfangio- , , '. ~ - -~ - .-.-.' =-

mas) o de origen mesotelial, pero también pueden ser


entéricos (quistes por duplicación entérica) o de origen Los tumores que afectan al peritoneo suelen detectarse
474 urogenital. También se observan quistes dermoides y con la ecografía y normalmente son malignos. Los tumo-
pseudoquistes (infecciosos, inflamatorios o traumáticos )28. res metastásicos son mucho más frecuentes que los tumo-
Los quistes mesentéricos varían de tamaño, desde me- res primarios. El ovario es el principal lugar del primario
nos de 1 cm hasta alcanzar incluso 25 cm, rellenando toda en la mayoría de las pacientes. Otros focos de la enferme-
epiplón también mejora con la ascitis. La infiltración del
epiplón se manifiesta por un aspecto de «tarta de epi-
plón»32, que puede flotar libremente en el líquido ascítico oCI)
(Fig. 14-19). El epiplón también puede estar adherido al e
peritoneo parietal en el campo próximo (Fig. 14-20), o
más profundo en la cavidad peritoneal y adherido enton-
...o
'C
CI)
ces al peritoneo visceral y asas intestinales de delgado Il.
circundantes (Fig. 14-21). El engrosamiento del mesen-
terio, nódulos mesentéricos y adenopatías son tam-
bién signos de la carcinomatosis.
Después de documentar una afectación peritoneal ex-
tensa con la ecografía, se hará una cuidadosa búsqueda de
la lesión primaria dentro de la pelvis y abdomen, si aún no
se ha identificado. Esta búsqueda no debe limitarse a ór-
ganos sólidos, vesícula y vías biliares y debe extenderse a
estómago e intestino.

Tumores primarios del peritoneo


Figura 14- Metástasis en peritoneo parietal Los tumores primarios del peritoneo son raros: carcino-
...- ~ de un carcinoma de células escamosas de pul- ma papilar seroso peritoneal primario (CPSPP), meso te-
~ món. Imagen sagital del hipocondrio derecho que liorna maligno y linfoma. EL CPSPP es un tumor peritoneal
muestra un nódulo hipoecoico (flecha) anterior al hígado multicéntrico con una morfología idéntica al carcinoma
(L). Con la respiración, el hígado se desplaza libremente y
papilar seroso ovárico (CPSO) y de grado equivalente, pe-
de forma independiente del nódu lo, que se mantiene está-
tico, lo que sugiere su localización en el peritoneo parietal. ro que respeta o invade mínimamente los ovarios 33 • Las
K , riñón. mujeres con CPSPP es más habitual que acudan con asci-
tis que las mujeres con CPSO y tienen una peor supervi-
vencia a los 3 años 34• La imagen muestra los signos típicos
de una carcinomatosis peritoneal, pero sin un primario
dad primaria son el estómago, colon, mama, páncreas, ri-
evidente35 .36 (Fig. 14-22). Los ovarios suelen ser normales,
ñones, vejiga, útero y piel (melanomas).
pero están hipertrofiados por afectación superficial.
El mesotelioma peritoneal primario da cuenta del 10%-
Carcinomatosis peritoneal
30% de todos los casos de mesotelioma maligno 1•2,27,40 y es
La carcinomatosis peritoneal es el término que describe
más frecuente en hombres de edad media. El tumor es in-
u na afectación difusa del peritoneo con enfermedad me-
tast ásica. La siembra de la carcinomatosis afecta al perito-
neo parietal (Fig. 14-11) o al visceral (Fig. 14-12) Ypuede
manifestarse por adenopatías hipoecoicas poco eviden-
tes, masas irregulares o un engrosamiento hipoecoico en
for ma de corteza del peritoneo 16 . Es frecuente la ascitis y
p uede ser el único hallazgo. El fon do de saco de Douglas,
e piplón mayor, bolsa de Morison y espacio subfrénico de-
recho son las zonas más frecuentes 3 1 y por ello cualquier
exploración ecográfica del peritoneo por sospecha de en-
fermedad metastásica debe incluir una minuciosa y deta-
llada evaluación de estas zonas (Fig. 14-13). La línea pa-
rietal peritoneal se suele conservar en la ecografía con
s iembras pequeñas pero se perderá habitualmente cuan-
d o la lesión crece. El crecimiento de una lesión es normal-
mente hacia dentro, hacia la cavidad peritoneal, pero tam-
bién puede producirse un crecimiento hacia fuera con
invasión de la pared abdominal (Fig. 14-14). Si se produce
una calcificación samomatosa dentro de la adenopatía
peritoneal, parecerá ecogénica en la ecografía y si la calci-
fi cación es densa puede mostrar una sombra acústica pos-
terior (Fig. 14-15). Figura 14-12 Metástasis en el peritoneo visce-
La carcinomatosis peritoneal se puede detectar en la ...__~ ral de un adenocarcinoma de colón. Imagen
ecografía en ausencia de as citis (Figs. 14-16 y 14-17), pe- ~ oblicua sagital obtenida en el hipocondrio derecho 475
ro su existencia favorece bastante la detección de lesiones que muestra un nódulo ecogénico (flecha) en la superficie
p eritoneales. Se pueden apreciar adenopatías de tan sólo del hígado (L), rodeado de ascitis. Con la respiración, el
2-3 mm en el peritoneo parietal o visceral con la sonda nódulo se desplaza junto con el hígado, lo que sugiere que
transvaginal (Fig. 14-18). La detección de afectación del su ubicación está en el peritoneo visceral.
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Figura 14~13 Carcinomatosis peritoneal por un adenocarcinoma mucinoso, presumiblemente de origen


gastrointestinal. A, Imagen ecográfica transversal de la pelvis y B, Te al mismo nivel, que muestra ascitis y masas
ováricas (O) sólidas bilaterales sugestivas de tumor de Krukenberg . La llamativa complejidad de líquido con partí-
culas y septos se aprecia mejor en la ecografía (flechas en A). C, Imagen ecográfica transversal en abdomen medio y D,
imagen correspondiente de la Te, que muestran una «tarta de epiplón» gruesa (flechas) que desplaza las asas intestinales
en dirección posterior dentro de la cavidad peritoneal. Existe además una pequeña cantidad de volumen de líquido libre. E,
Imagen ecográfica en plano sagital del cuadrante superior derecho que muestra un borde de material complejo y ecogeni-
476 cidad media por encima del hígado e imbricado con su convexidad (flecha). Existe nodularidad ecogénica en el peritoneo
parietal del diafragma, que no se moviliza con el hígado durante la respiración , confirmando su origen en el peritoneo pa-
rietal. (Reproducido de Wilson SR, Pseudomyxoma peritonei, En eohen HL, editor, Gastrointestinal disease, test and sylla-
bus, American College of Radiology 2004;73-84.)
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Figura 14-14 Siembra en pared abdominal en un Figura 14-15 Cáncer ovárico seroso papilar en
~ paciente con carcinomatosis peritoneal conoci- estadio 3, bien diferenciado. Imagen ecográfica
da. Imagen transversal de abdomen medio que sagital a través del hígado que muestra un implan-
muestra una masa (M) sólida hipoecoica en la pared anterior te calcificado (flecha) en el ligamento venoso, con sombra
del abdomen, superficial al peritoneo parietal (flechas). acústica posterior.

variablemente fatal y al igual que sucede con el mesotelio- los pacientes 46, mientras que la mayoría de los autores
ma pleural, existe una asociación con la exposición al as- consideran actualmente que esta patología casi siempre
besto. Hasta el 65% de las radiografías de tórax muestran se origina en una perforación de un tumor epitelial 'apen-
evidencia de exposición al asbesto en el momento del dicular47 . Esta enfermedad tiende a quedar localizada en
diagnóstico. En esta patología el peritoneo visceral y pa- la cavidad peritoneal y es rara su extensión extraperito-
rietal están difusamente engrosados o afectados extensa- neal. El PP engloba neoplasias mucinosas benignas, ma-
mente por placas y nódulos tumorales. Estas placas y nó- lignas y borderline, lo que implica un pronóstico variable
dulos confluyen hasta formar masas llamativas. La víscera y poco predecible, La supervivencia en conjunto a los 5
puede quedar englobada o ser invadida por el tumor. Sue- años es del 40%-50%, en función del tipo celular48 .
len presentar ascitis en casi el 90% de los casos 41 . Al igual Los pacientes con PP acuden con dolor y distensión ab-
que en la carcinomatosis peritoneal, los nódulos y placas dominal. Al final el intestino queda encapsulado por el
suelen ser hipoecoicos en el mesotelioma peritoneal (Fig.
14-23). También se pueden observar placas pleurales y
un derrame pleural. Los órganos sólidos deberán evaluar-
se respecto a la invasión directa o metastásica. Se confir-
mará el diagnóstico mediante una biopsia dirigida por
ecografía 42 • En general, suelen ser necesarias biopsias del
núcleo a partir de varias ubicaciones por la dificultad que
suele existir en establecer el diagnóstico de mesotelioma
peritoneal.
Ellinfoma primario peritoneal es extremadamente ra-
ro y es una variante del no Hodgkin 2.43. Existe una creciente
incidencia en pacientes con el síndrome de la inmunodefi-
ciencia adquirida (S IDA) 44. De nuevo, los signos son una
siembra peritoneal difusa, con frecuencia formando masas
focales. Las masas linfomatosas pueden ser extremada-
mente hipoecoicas y pueden confundirse con colecciones
líquidas en evaluaciones poco minuciosas (Fig. 14-24).

Pseudomixoma peritoneal
El pseudomixoma peritoneal (PP) es una enfermedad in-
traabdominal rara y con frecuencia letal, que se caracteri- Figura 14-16 Cáncer papilar seroso de ovario
za por una ascitis gelatinosa disecante con múltiples im- ~ en estadio 3 sin ascitis. Imagen ecográfica sagi-
tal del hipocondrio derecho que muestra una sutil 477
plantes focales de epitelio columnar y con una copiosa
y delgada «corteza» ecogénica de siembra (flechas) en la
secreción globular de mucina extracelular45 • Existe con-
superficie hepática y que se extiende hasta la bolsa de Mo-
troversia sobre el origen del PP. Algunos estudios refieren rison, K, riñón,
tumores simultáneos en ovario y apéndice en el 90% de
~

ca
e
'E
o
"C
.c
ca
ca
~
C)
Figura 14-17 Implante peritoneal con ascitis. A, Imagen ecográfica transversal y B, Imagen Te axial del hipo-
o(,) condrio derecho que muestra un pequeño implante peritoneal (flecha) por encima del segmento 7 hepático. Ob-
w sérvese que el implante se aprecia mejor en la imagen ecográfica.

=c:
'o
'ü material mucinoso y se produce la obstrucción intestinal. el festoneado hepático s2 • La ecografía puede ser útil para
(,)
Q)
en El tratamiento de elección consiste en la extracción dellí- dirigir la paracentesis en estos pacientes, ya que permite
quido mucinoso acumulado mediante intervenciones re- identificar zonas menos viscosas con una mayor probabi-
petidas 49 . La quimioterapia intraperitoneal perioperato- lidad de aspirar líquido de form a exitosa.
ria puede añadir beneficios adicionales so. Puesto que el
paciente acude por síntomas abdominales, el diagnóstico
se suele realizar con la ecografía o la TeS!. En la ecografía ~ ENFERMEDAD IN~LAMATORIA
se suele apreciar una ascitis compleja que refleja la natu- ..:; ~
~
PERITON~ÉÁ'L
•• C.

raleza gelatinosa del líquido. Los focos ecogénicos dentro


del líquido no son móviles y las asas intestinales, en lugar La peritonitis se define como una infla mación difusa del
de flotar libremente, se desplazan hacia el centro y atrás peritoneo visceral y parietal, tanto por causas infecciosas
por la masa circundante, lo que les da el aspecto típico de o inflamatorias 3 • Entre las causas infecciosas destacan las
«estallido estelar» (Fig. 14-25). Otro signo típico del PP es bacterias (incluida la tubercul osis), virus, hongos y pará-

Figura 14-18 Carcinomatosis peritoneal de un Figura 14-19 «Tarta de epiplón» que flota libre-
cáncer de ovario. Imagen ecográfica transvaginal ~ mente. Imagen ecográfica transversal en la línea
to.-
478 oblicua-sagital que muestra implantes peritonea- ~ media inferior del abdomen que muestra una tarta
les pequeños «5 mm), parietales (campo cercano) y visce- de epiplón (flechas) flotando libremente en el líquido ascíti-
rales (campo lejano) (flechas) rodeados de ascitis con par- co. Obsérvese el borde libre inferior de un epiplón patoló-
tículas. gicamente aumentado.
esplénico produciéndose una siembra difusa en la cavi-
dad peritoneal. La ecografía mostrará uno o más quistes
hidatídicos con su típico aspecto, con sus quistes hijos, o
..
G)
signo ecográfico del «nenúfar» o membranas múltiples y e
estrechamente plegadas dentro de la cavidad quística. o
·C
G)
Absceso Q,
Los abscesos suelen observarse en el lugar de una perfo-
ración localizada o puede ser la consecuencia del trata-
miento tardío de una peritonitis, en cuyo caso se suelen
desarrollar en zonas declives del abdomen y pelvis. Los
espacios subfrénicos o subhepático y el fondo de saco de
Douglas son ubicaciones frecuentes. La ecografía suele
estar limitada para detectar abscesos intraabdominales,
especialmente en el postoperatorio. Estos pacientes son
menos móviles por su cirugía reciente y con frecuencia
llevan todavía apósitos y heridas, limitando el acceso pa-
ra la sonda de la ecografía. Además, la visibilidad suele
Figura 14-20 Tarta de epiplón adherida al peri- estar limitada por abundante gas, como consecuencia de
~ toneo parietal. Imagen ecográfica transversal en un íleo paralítico. En este contexto puede ser muy difícil
abdomen medio que muestra una tarta de epiplón distinguir entre un asa intestinal dilatada, aperistáltica,
(flechas) en el campo próximo, adherida al peritoneo parie- rellena de líquido y gas y una colección extraluminal por
tal. Se aprecian asas de intestino delgado (BL) en el campo absceso.
lejano , perfiladas por la ascitis.
Los signos habituales de un absceso intraabdominal
son unas colecciones redondas u ovaladas con paredes
bien definidas e irregulares. Normalmente contienen de-
tritus y tabiques en su interior (Figs. 14-29 y 14-30) Yen
sitos. Las causas no infecciosas son más raras y pueden ocasiones pequeñas bolsas de gas qu e se muestran como
ser la peritonitis química (secundaria a jugos gástricos,
focos ecogénicos en la ecografía, con frecuencia con un
biliares o pancreáticos), granulomatosa (secundaria a artefacto de reverberación posterior. La existencia de
cuerpos extraños como el talco) y peritonitis esclero-
gas dentro de una colección es casi diagnóstica de infec-
sante, asociada con la diálisis peritoneal ambulatoria
ción 55 . El drenaje dirigido mediante ecografía o TC es ge-
continua (DPAC).
neralmente el tratamiento de elección y será útil un se-
La mayoría de las peritonitis infecciosas son bacte-
guimiento ecográfico para evaluar la respuesta a la
rianas, secundarias a complicaciones de patologías di- intervención terapéutica.
versas que afectan a órganos intraabdominales. Las más
frecuentes son las necrosis intestinales por isquemia,
apendicitis perforada, diverticulitis perforada, úlcera
duodenal perforada, EH y fís tulas postoperatorias. Los
cultivos de los exudados en este contexto suelen poner de
manifiesto una flora mixta, con predominio de los bacilos
gramnegativos y gérmenes anaerobios.
La peritonitis bacteriana espontánea (PBE) sucede
con menor frecuencia y se asocia sobre todo a la cirrosis y
al síndrome nefrótico. Los hallazgos clínicos suelen ser
poco evidentes y llegar al diagnóstico exige un alto grado
de sospecha. La PBE deberá sospecharse en cualquier ci-
rrótico con ascitis, fi ebre y un deterio ro clínico no explica-
ble. Los cultivos del líquido ascítico revelan habitualmen-
te un único organismo, normalmente E. coli.
El aspecto ecográfico de una peritonitis infecciosa varía,
pero puede mostrar ascitis con partículas (Fig. 14-26, A),
ascitis lo culada o ascitis co n contenido líquido tabicado
(Fig. 14-27), detritus o gas53 . También se suele apreciar un
engrosamiento del peritoneo parietal y visceral (Fig. 14-
26, B), mesenterio y epiplón y puede observarse un exu-
dado heterogéneo entre las asas intestinales. Figura 14-21 Tarta de epiplón adherida al peri-
479
La peritonitis secundaria a virus, hongos o parásitos es toneo parietal. Imagen ecográfica transversal del
rara y se observa en ocasiones en pacientes inmunodepri- abdomen medio que muestra una tarta de epiplón
midos (Fig. 14-28) o en DPAC. La hidatidosis puede afec- gruesa (flechas) adherida al peritoneo parietal y que englo-
tar al peritone0 54• Se puede romper un quiste hepático o ba asas intestinales rellenas de gas (BL).
=

Figura 14-22 Carcinoma papilar seroso peritoneal primario. A, Ecografía sagital que muestra una masa perito-
neal muy compleja entre el hemidiafragma derecho y el hígado (L). El borde hepático está festoneado. B, Imagen
ecográfica sagital en el hipocondrio izquierdo que muestra una masa peritoneal de complejidad similar sobre la
convexidad esplénica (S). C, Imagen de abdomen medio que muestra quistes peritoneales complejos y una masa sólida de
un tamaño enorme. O, Imagen transvaginal obtenida en el fondo de saco de Douglas que muestra tejido normal. Toda la
bolsa está rellena de un tumor complejo, sólido y quístico. (Reproducido de Wilson SR, Pseudomyxoma peritonei, En Co-
hen HL, editor, Gastrointestinal disease, test and syllabus, American College of Radiology 2004;73-84.)

Peritonitis tuberculosa anecoica, pero con mayor fre cuencia se observan partí-
La tuberculosis (TB) sigue siendo una patología prevalen- culas y contiene filamentos finos, móviles y compuestos
te en países en vías de desarrollo y con un nuevo aumento de fibrina (Fig. 14-31). Estas hebras filamentosas pueden
en países desarrollados, especialmente entre la población ofrecer un aspecto de enrejado. Otro signo es el engrosa-
con SIDA Ypoblación inmigrante s6 . Otros grupos de ries- miento hipoecoico irregular y nodular del peritoneo, me-
go son los pacientes alcohólicos y cirróticos. Entre todos senterio y epiplón s9 . Son frecuentes las adenopatías aso-
los pacientes con TB sin SIDA, la enfermedad extrapulmo- ciadas en el mesenterio y retroperitoneo y son más
nar se presenta sólo en el 10%-15% de los casos y se eleva habituales que en la carcinomatosis peritoneaI 6o ,61, Los
hasta el 50% en pacientes con SIDN7. El peritoneo es un ganglios pueden ser poco llamativo s o formar conglo-
lugar frecuente para la afectación extrapulmonars8, pero la merados por periadenitis. La caseificación dará lugar a
radiografía mostrará evidencia de TB pulmonar solamente un centro hipoecoico dentro del ganglio, algo parecido a
en el 14% de estos pacientes. Por ello es necesario un alto lo que sucede en los ganglios linfáticos metastásicos
índice de sospecha (especialmente en grupos de alto ries- que experimentan necrosis. Los ganglios ecogénicos por
go) y el conocimiento de los hallazgos ecográficos más fre- depósito de grasa sugieren el diagnóstico de TB. La eva-
cuentes para llegar al diagnóstico más precoz de esta en- luación ecográfica de una víscera sólida puede mostrar
fermedad potencialmente curable, que además permitirá afectación, especialmente las mas as hipoecoicas en el
reducir su morbimortalidad. bazo. La ecografía ayuda en la paracentesis diagnóstica
480 No existen signos ecográficos patognomónicos de la en la TB y permite dirigir la aspiración con aguja fina de
peritonitis TB, pero en un contexto clínico adecuado, un adenopatías hipertróficas 62 . La ecografía también per-
proceso peritoneal difuso debe sugerir su diagnóstico. mite documentar de forma fiable la respuesta al trata-
Se suele apreciar ascitis, que puede ser libre o tabicada y miento.
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Figura 14-23 Mesoteliorna peritoneal. A, Ima-


~ gen ecográfica sagital del hipocondrio izquierdo
que muestra una masa heterogénea lobulada (M)
que afecta el epiplón mayor. B, Imagen sagital en el abdo-
men inferior que muestra dos pequeños e hipoecoicos im-
plantes en el campo cercano (flechas). e, Imagen sagital
del hipocondrio derecho que muestra una tarta de epiplón
(flechas). Obsérvese la ausencia de ascitis.

481
Figura 14-24 Lintorna no Hodgkin en el peritoneo. A, Imagen ecográfica trasversal y B, Te axial del hipocondrio
derecho que muestra una masa (M), que desplaza las asas intestinales medial mente. La grasa infiltrada (flechas)
se aprecia lateralmente a la masa como un efecto masa ecogénico en la ecografía.
=

Figura 14-25 Pseudomixoma del peritoneo. A, Imagen sagital del hipocondrio derecho que muestra líquido
complejo rodeando el hígado (L). Existe un leve y sutil festoneado del borde hepático profundo. B, Imagen ecográ-
fica sagital del hipocondrio izquierdo que muestra el bazo (S) rodeado por un líquido altamente complejo yecogé-
nico. Los componentes ecogénicos del líquido no se desplazan con la gravedad. Existe una indentación en la convexidad
del bazo donde la patología peritoneal parece invaginarse con el parénquima esplénico. e, Imagen ecográfica sagital de la
línea media de la pelvis que muestra un útero normal en anteversión (U). El fondo de saco de Douglas está relleno de un
líquido altamente complejo. D, Imagen ecográfica sagital oblicua del abdomen derecho en el borde de la pelvis que mues-
tra un quiste peritoneal intrapélvico de borde delgado con tabiques intracísticos. No está dentro del ovario. El ovario dere-
cho normal (O) con pequeños folículos se observa adyacente al quiste intraperitoneal. El ovario izquierdo normal se obser-
vó en otra parte. E, Imagen transversal de la gotiera paracólica derecha que muestra un «estallido estelar» dentro del
82 líquido (flecha) que se asocia, en nuestra experiencia, a la existencia de mucina en la cavidad peritoneal. F, Estructura muy
ecogénica en forma de placa anterior que representa un epiplón muy engrosado y anormal , una «tarta de epiplón». Existen
nódulos hipoecoicos dentro de la tarta que son muy sugestivos de depósitos tumorales. (Continúa)
Figura 14-25 Cont. G, También obtenida de la cavidad peri-
~ tonea!. Esta imagen muestra que las asas intestinales están
comprimidas en la profundidad en el abdomen por el líquido oel)
anormal y engrosado y la tarta de epiplón. H e 1, Imágenes de TG en el
e
abdomen superior y la pelvis (L, hígado; S, bazo) que sirvieron para
confirmar un proceso peritoneal extenso, el festoneado de los órganos
...o
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el)
y un fondo de saco de Douglas relleno de líquido. (Reproducido de
Wilson SR, Pseudomyxoma peritonei, En Gohen HL, editor, Gastroin-
c.
testinal disease, test and syllabus, American Gollege of Radiology
2004;73-84.) o
"3
~
a.
ca
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Peritonitis esclerosante La cirugía suele ser compleja en estos pacientes y el pro-


La peritonitis esclerosante es la principal complicación de nóstico es malo. El diagnóstico precoz de la peritonitis es-
la DPAC y se caracteriza por la formación de una membra- clerosante es importante para reducir su mortalidad.
na de tejido conectivo que cubre el peritoneo y finalmente La ecografía es de una enorme utilidad para el diagnósti-
engloba y estrangula las asas intestinales 63 .64. Los pacien- C0 65 • Uno de los primeros hallazgos es un aumento del pe-
tes al principio refieren dolor abdominal y la pérdida del ristaltismo en múltiples asas intestinales. La ascitis, tanto
ultrafiltrado yal final se produce la obstrucción intestinal. libre como loculada, es frecuente. Con el tiempo el líquido

~ Figura 14-26 Peritonitis supurativa. A, Imagen ecográfica transversal transvaginal del fondo de saco de Douglas
483
~ que muestra un líquido libre con partículas (P). B, Imagen ecográfica transversal más anterior en la pelvis que
muestra un engrosamiento difuso tanto del peritoneo parietal (flechas) como del visceral (cabezas de flecha). Se
aprecia un asa intestinal con perfil en S serpenteando en el peritoneo visceral engrosado.
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Figura 14-27 Peritonitis bacteriana espontánea,


A, Imagen transversal oblicua del hipocondrio dere-
cho que muestra ascitis con tabiques rodeando el
lóbulo hepático derecho (L). Imágenes B, sagital y e, trans-
versal del abdomen medio/inferior que muestran un líquido
con partículas (P) con extensos tabiques (cabezas de flecha).
Las asas intestinales están desplazadas hacia atrás.

se hace más complejo con formación de hebras (Fig. 14-32). testinal afectad0 66 (Fig. 14-33). La apendicitis y la diverti-
Las asas intestinales se enmarañan entre sí y quedan liga- culitis son las patologías agudas más habituales que dan
das a la pared abdominal posterior por una cobertura lugar a una inflamación focal de la grasa. Otras posibilida-
membranosa característica. Esta membrana puede apre- des son la EH, la pancreatitis y la colecistitis aguda com-
ciarse con la ecografía como una capa uniformemente eco- plicada. La progresión a flemón habitualmente muestra el
génica que mide entre 1 y 4 mm de diámetro. desarrollo de una región hipo ecoica dentro de la grasa
ecogénica con contenido líquido (Fig. 14-34). Sin trata-
miento puede progresar a la formación de un absceso. La
imagen con eco-Doppler color suele mostrar un flujo san-
guíneo aumentado en la zona de la inflamación 67 .

El aspecto e importancia de la grasa peritoneal inflamada


en la TC es algo familiar para los ecografistas. Si la ecogra- ~ , ~. INFÁRTO SEGMENTARlO DEL
fía tiene que ser válida cuando se exploran pacientes con '~ EPIPLÓN DEL ~ºªJ~~~RECHO
síntomas abdominales, el aspecto ecográfico de la grasa '-
inflamada tiene que resultar igual de familiar. El infarto segmentario del epiplón del lado derecho es
La grasa perientérica inflamada se muestra como un una patología rara que normalmente cursa con dolor ab-
«efecto masa» ecogénico que con frecuencia desplaza a dominal en el lado derecho y que se suele confundir con
las asas de intestino fuera del plano explorado. La ecogra- el diagnóstico de apendicitis. Es importante hacer el
fía con compresión puede resaltar de forma llamativa la diagnóstico correcto, ya que se trata de una patología au-
detección de grasa inflamada focalmente y una palpación tolimitada y que se resuelve por tanto de forma espontá-
484
suave con el transductor sobre esta zona suele mostrar nea con medidas de soporte. El infarto del epiplón se
que es precisamente el punto de máximo dolor. Con fre- produce en cualquier edad y se cree la consecuencia de
cuencia se podrá identificar en la ecografía una alteración una variante embriológica de la irrigación de la parte in-
subyacente asociada, como por ejemplo un segmento in- ferior derecha del epiplón que la hace propensa al infar-
oQ)
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igura 14-28 Peritonitis por histoplasma. A,


Imagen ecográfica sagital del hipocondrio iz-
quierdo que muestra infiltración del epiplón
(cabezas de flecha) en ausencia de ascitis. B, Te axial
que confirma la infiltración del epiplón (cabezas de fle-
cha). e, Imagen laparoscópica que muestra el epiplón
disecado fuera del peritoneo parietal (flecha curvada)
con múltiples granulomas pequeños en el peritoneo pa-
rietal (cabezas de flecha). La biopsia demostró que se
trataba de una peritonitis por Histoplasma en un pa-
ciente inmunodeprimido.

485
Figura 14-29 Absceso. Imagen ecográfica trans- FIgura 14-30 Absceso. Imagen ecográfica sagi-
versal del abdomen medio que muestra una gran tal del hipocondrio derecho que muestra un gran
colección líquida (A). absceso con tabiques interiores (A).
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E Figura 14-31 Peritonitis tuberculosa, A, Imagen ecográfica transversal en la línea media que muestra asas intes-
en tinales densamente imbricadas (flechas) y rodeadas por la ascitis. Obsérvese el engrosamiento del peritoneo vis-
8 ceral. s, Imagen ecográfica sagital de anejos izquierdos que muestra el ovario (O) englobado en el peritoneo vis-
W ceral engrosado y rodeado por ascitis.

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Q)
ti) too Los factores precipitantes son los esfuerzos y unas
comidas copiosas.
La ecografía muestra una masa que recuerda una tarta,
ovoide, ecogénica en el hemiabdomen derecho en el
punto del dolor a la palpación 68 •69 (Fig. 14-35). Una cuida- La endometriosis es una patología frecuente que afecta so-
dosa exploración pondrá de manifiesto una alteración del bre todo a mujeres premenopáusicas y se produce cuando
intestino subyacente. La típica ubicación del infarto de existe endometrio funcional fuera del útero. Las pacientes
epiplón del lado derecho es anterolateral a la flexura he- pueden estar asintomáticas, pero con frecuencia refieren
pática del colon y se corresponde con la masa grasa deli- dolor pélvico, dispareunia o infertilidad. Los ovarios y liga-
mitada en la Te, con áreas de trabeculación. La masa con mento suspensorio son los puntos más afectados, pero los
frecuencia se adhiere al peritoneo parietal, desplazándo- implantes de endometrio pueden afectar a intestino, vejiga
se el intestino por debajo con la respiración. urinaria, peritoneo, tórax o tejidos blandos 7o •

Figura 14-33 Grasa inflamada. Imagen ecográfi-


486 ~ ca transversal del hipocondrio derecho que mues-
\J Figura 14-32 Peritonitis esclerosante. Imagen tra grasa inflamada ecogénica (F) relacionada con
...._ ~ ecográfica transversal del abdomen medio que un segmento amplio de íleon terminal engrosado en un
~ muestra ascitis tabicada, compleja y difusa. paciente con enfermedad de Crohn.
oQ)
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Figura 14-35 Infarto segmentario del epiplón


Figura 14-34 Grasa inflamada con flemón. lma- ~ del lado derecho. Imagen sagital del hemiabdo-
.....- -~ gen ecográfica sagital oblicua del hipocondrio de- men derecho que muestra una masa ecogénica
~ recho que muestra un íleon terminal engrosado ovoidea (cabezas de flecha). Era el punto de máximo dolor
con grasa inflamada ecogénica y la formación de un fle- del paciente.
món perientérico hipoecoico (flecha).

La evaluación ecográfica suele ser normal en pacientes superficie serosa de las asas intestinales pélvicas o en la
co n endometriosis. Si existen endometriomas, la eco- vejiga urinaria. Estas placas pueden fijar la pared del ór-
grafía transvaginal es muy sensible para detectar y ca- gano en cuestión y mostrar flujo en la imagen de Ooppler
racterizar las masas, mostrando con frecuencia los típi- color. La mejor forma de detectar la endometriosis es me-
cos quistes «chocolate» con ecos interiores uniformes de diante la sonda transvaginal (Fig. 14-36).
bajo nivel. Pueden asoci arse a líquido libre complejo con
presencia de trabéculas. En ocasiones pueden identifi-
carse focos finos ecogénicos a lo largo de las superfi-
cies peritoneales pélvicas. Estos focos no son específicos
de la endometriosis y también se observan en las neo-
plasias ováricas papilares serosas. Es esencial la correla- La leiomiomatosis peritoneal diseminada (LPO) es una
ción clínica y, en ocasiones, puede ser necesaria la eva- patología relativamente rara que se caracteriza por múlti-
luación laparoscópica, con biopsia del peritoneo para ples nódulos, consecuencia de la proliferación de la mus-
descartar un tumor. culatura lisa sobre la superficie de la cavidad peritoneaFl.
Otro posible hallazgo ecográfico de la endometriosis es La LPO con frecuencia parece un proceso maligno pero se
la existencia de placas endometriales hipoecoicas en la llega fácilmente al diagnóstico mediante la biopsia.

487
.." Figura 14-36 Placa de endometrio. Imágenes ecográficas transvaginales A, sagital y B, transversal que mues-
~ tran placas de endometrio hipoecoico (cabezas de flecha) junto a la superficie serosa del colon sigmoides.
F 9u a 1 37 Leiomiomatosis peritoneal diseminada. A, Ecografía sagital y B, Te axial que muestran múltiples
nódulos pequeños peritoneales, realzados e hipoecoicos (flechas).

F"gura 14-38 Neumoperitoneo. A, Imagen sagital


t..- ~ en la línea media superior con el paciente en supino
~ que muestra una zona pequeña de realce de la banda
de peritoneo parietal (flecha) con artefacto de anillo caído por
aire libre. B, Imagen ecográfica sagital del hipocondrio dere-
488 cho con el paciente en decúbito lateral izquierdo que muestra
una zona pequeña de realce de la tira peritoneal (flecha) por
aire libre que se ha desplazado hasta la región anterior al híga-
do. e, Radiografía en bipedestación del abdomen que confi r-
ma el aire libre bajo el hemidiafragma derecho (flecha).
Lo habitual es que la LPD sea un hallazgo casual de la como un realce de la línea peritoneal parietal, con fre -
imagen o de procedimientos como una laparoscopia, cesá- cuencia con artefacto de reverberación posterior75 • Otro sig-
rea, laparotomía o ligadura de trompas postpart0 27 • Se ob- no ecográfico del neumoperitoneo en pacientes con ascitis oQ)
serva sobre todo en mujeres y principalmente en el periodo es la burbuja de gas en el líquido ascítico. Las burbujas de
e
reproductivo. La exposición a estrógenos parece jugar un gas pueden mostrarse como focos finos ecogénicos que flo- S
papel etiológico. Muchas pacientes tienen también leiomio- tan y que guardan una fuerte asociación con la perforación 'C
mas uterinos. Normalmente está indicado un manejo con-
servador. Cuando la LPD se produce durante el embarazo o
de víscera hueca y la infección del líquido peritoneal. Cuan-
do se detecta el aire libre, la ecografía suele mostrar la causa
:.
con anticonceptivos, puede desaparecer espontáneamente subyacente, de forma que deberá explorarse el resto de ab-
después del pato o con la interrupción de los anticoncepti- domen y pelvis en busca de tumores o una inflamación 74 •
vos. La transformación maligna del LPD no está clara. Se
han descrito casos aislados de leiomiosarcomas poco des-
pués de establecer el diagnóstico de LPD, pero en cualquier , CONCLUSiÓN
caso no se ha podido establecer una clara asociación. En la
ecografía se aprecian múltiples nódulos pequeños por toda
la cavidad peritoneal (Fig. 14-37). En la mayoría de los pacientes la evaluación del peritoneo
se realiza fácilmente por medio de la ecografía y no debe
suponer una pérdida importante de tiempo cuando el pe-
ritoneo es normal. Existen limitaciones en pacientes ex-
tremadamente obesos y en pacientes postoperados, pero
en general, la mayoría de las enfermedades peritoneales
La tomo grafía computarizada sirve como referencia para pueden detectarse de forma fiable y además se podrán ca-
la detección, localización y cuantificación del aire 72 • Las racterizar mediante la ecografía. Sin embargo, existen
radiografías simples también ofrecen gran sensibilidad ya muchos patrones de enfermedad peritoneal que son ines-
que permiten detectar una colección de tan sólo 1 mI de pecíficos y los signos ecográficos deben interpretarse jun-
aire libre en una radiografía en bipedestación. Sin embar- to con los síntomas clínicos del paciente, su exploración y
go, la ecografía suele ser la primera prueba de imagen so- pruebas de laboratorio. Cuando se requiera líquido o teji-
licitada para evaluar un dolor abdominal, de forma que la do para llegar a un diagnóstico específico, la ecografía se-
detección de aire libre es de una importancia extrema. rá una modalidad eficiente y coste-efectiva para dirigir la
La técnica ecográfica es esencial cuando se evalúa el aire técnica 76 . También por ser segura y ubicua y además rela-
libre. El paciente se debe explorar en posición de decúbito tivamente económica, permite monitorizar la progresión
supino y oblicua posterior izquierda, prestando una espe- de la enfermedad y la respuesta al tratamiento. En pacien-
cial atención al epigastrio e hipocondrio derech0 74,75. El aire tes con cáncer de ovario, la ecografía se realiza de forma
libre en epigastrio con el paciente en supino se desplazará invariable como parte del diagnóstico diferencial del pa-
con frecuencia al cuadrante superior derecho al cambiar el ciente. Puesto que la diseminación peritoneal es el principal
paciente a una posición oblicua izquierda (Fig. 14-38). El ai- determinante tanto del pronóstico como del tratamiento,
re libre casi siempre se detecta por debajo del peritoneo pa- recomendamos que se incluya la cavidad peritoneal en la
rietal, se verá mejor con un dispositivo lineal y se muestra evaluación ecográfica de este grupo poblacional.

489
Capítulo 15

GINECOLOGÍA
Shia Salem

La ecografía juega un papel integral en la evaluación de la tiende al fórnix posterior de la vagina, formando el receso
patología ginecológica. Permite concretar el órgano o zo- rectouterino o fondo de saco posterior. En su parte la-
na de la alteración y proporciona un diagnóstico o un teral, el reflejo peritoneal forma los ligamentos anchos,
diagnóstico diferencial más breve en la gran mayoría de que se extienden desde la cara lateral del útero a las pare-
los pacientes. Tanto el abordaje transabdominal como el des laterales de la pelvis (Fig. 15-1). Los ligamentos re-
transvaginal son actualmente técnicas bien establecidas dondos emergen de los cuernos uterinos por delante de
para la evaluación de los órganos pélvicos femeninos. La las trompas de Falopio en los ligamentos anchos, se ex-
ecografía transvaginal se considera hoy parte imprescin- tienden en dirección anterolateral y siguen su trayecto a
dible de casi todas las exploraciones ecográficas. La eco- través de los canales inguinales para insertarse en la fas-
grafía Doppler-color o espectral permite evaluar los flu- cia de los labios mayores.
jos sanguíneos normales y patológicos. La ecografía ayuda El cérvix se localiza posterior al ángulo de la vejiga y
además a distinguir estructuras vasculares de las no vas- está anclado al ángulo vesical por el parametrio. El cérvix
culares, como son una trompa de Falopio dilatada o asas se abre a la vagina superior a través del orificio externo.
intestinales rellenas de líquido. La ecohisterografía pro- La vagina es un canal fibromuscular que queda en la línea
porciona una evaluación más detallada del endometrio y media y sigue un recorrido desde el cérvix hasta el vestí-
permite la diferenciación entre lesiones intracavitarias, bulo de los genitales externos. El cérvix se continúa con la
de endometrio y submucosas. Más recientemente, la eco- vagina proximal y crea un espacio entre las paredes vagi-
grafía multiplanar tridimensional ha demostrado ser nales y la superficie del cérvix, que se denomina fórnix
un complemento de extrema utilidad para evaluar útero y vaginal. Aunque el espacio es continuo, se divide en ante-
endometrio 1 . La ecografía también juega un importante rior, posterior y dos fórnix laterales 2 •
papel como guía de procedimientos intervencionistas. La Las dos trompas de Falopio siguen un recorrido lateral
resonancia magnética ofrece una caracterización tisular desde el útero hasta al borde libre del ligamento ancho.
excelente y puede ser útil cuando la ecografía no sea con- Cada trompa mide entre 7-12 cm de longitud y se divide
cluyente en el estadiaje de neoplasias. La tomografía com- en las porciones fibromuscular, ístmica, ampular e infun-
putarizada juega un papel limitado, pero también se utili- dibular 2• La porción intramural o intersticial es de un
za en el estadiaje del cáncer. centímetro de longitud, queda contenida dentro de la pa-
red muscular del útero y es la parte más estrecha de la
trompa. El istmo que forma el tercio medio es algo más
, ANATOMíA PÉLVICA NORMAL ancho, redondo y con forma de cordón y se continúa con
la ampolla, que es tortuosa y constituye aproximadamen-
te la mitad de la longitud de la trompa. La ampolla termi-
El útero es un órgano muscular hueco de pared gruesa. Su na en la porción más distal, el infundíbulo, o extremo con
estructura interna consiste en una capa muscular, o mio- fimbrias, que es una estructura con un perfil de embudo
metrio, que forma la mayor parte de la masa del útero, y que se abre a la cavidad peritoneal (Fig. 15-1).
una capa mucosa, el endometrio, que está firmemente Los ovarios tienen un perfil elíptico, con un eje largo
adherida al miometrio. El útero se sitúa entre dos capas que suele estar orientado verticalmente. La superficie del
del ligamento ancho lateralmente, la vejiga por delante y ovario no está recubierta por peritoneo, pero le cubre una
el colon-recto-sigmoides por detrás. El útero se divide en capa simple de células cuboidales o columnares, llamada
dos porciones principales, cuerpo y cérvix, por una ligera epitelio germinal, que se continúa con el peritoneo en el
estrechez a nivel del orificio interno. El fundus es la zona hilio del ovario. La estructura interna del ovario se divide
superior por encima de la entrada de la trompa de Falo- en corteza externa y médula interna. La corteza es un en-
pio. La zona del cuerpo del útero por donde entran las tramado intersticial, o estroma, que está compuesto por
trompas se llaman cuernos. La superficie anterior del fibras reticulares y células con perfil fusiforme y que con-
fundus uterino y el cuerpo están recubiertos de peritoneo. tiene los folículos ováricos y cuerpos lúteos. Por debajo
El espacio peritoneal anterior al útero es la bolsa vesi- del epitelio germinal, el tejido conectivo de la corteza está
couterina o fondo de saco anterior. Este espacio suele condensado para formar una cápsula fibrosa, la túnica al-
estar vacío, pero puede también contener pequeñas asas bugínea. La médula, que es más pequeña de volumen
intestinales. Posteriormente el reflejo peritoneal se ex- que la corteza, está compuesta por tejido fibroso y vasos
sanguíneos, sobre todo venas. En las mujeres nulíparas, el Cuerpo Fundus
uterino uterino
ovario se ubica en una depresión de la pared pélvica late-
ral llamada fosa ovárica, rodeada por delante de la arte- cu
,-
ria umbilical obliterada, por detrás por el uréter y la arte- el)
O
ria ilíaca externa y craneal por la vena ilíaca externa 2• Las Fimbrias
15
fi mbrias de la trompa de Falopio quedan por encima y la- O
Q)
terales al ovario. La superficie anterior del ovario está fija- e
ováricos Ligamento
da a la cara posterior del ligamento ancho por un breve
suspensorio
CJ
mesoovario. El polo inferior del ovario está fijado al útero del ovario
,...
10
por el ligamento ovárico, mientras que el polo superior Cérvix
o
se fija a la pared lateral de la pelvis por una extensión la- Figura 15-1 Órganos ginecológicos normales. '3
~
teral del ligamento ancho llamada ligamento suspenso- t..- Diagrama del útero , ovarios y trompas y estructu-
~ o.
(ti
rio (infundibulopélvico) del ovario. El ligamento suspen- ~ ras relacionadas. En el lado izquierdo, el ligamento ()
sorio contiene los vasos y los nervios del ovario. Estos ancho se ha extirpado. (Cortesía de Jocelyne Salem.)
liga mentos no son rígidos y por ello el ovario puede ser
muy móvil, especialmente en mujeres que hayan estado
. . .
embarazadas.
, MÉTODOS ECOGRÁFICOS'" " .' ",'ti
La irrigación arterial del útero procede sobre todo de la ~> • ~"" ::1" ~'" ~~..... ~~~t"" ,:::...,¡;~K~;;<,:> 0>-,- ~t,,;, ~ -. ,<_

a rteria uterina, una rama principal del tronco anterior


de la arteria ilíaca interna. La arteria uterina asciende por Ecografía transabdominal versus transvaginal
el borde lateral del útero en el ligamento ancho y, a nivel Las ecografías transabdominal y transvaginal son técnicas
de los cuernos uterinos, corre lateralmente a su anasto- complementarias y ambas se utilizan con frecuencia en la
mosis con la arteria ovárica. Las arterias uterinas se evaluación de la pelvis femenina. El abordaje transabdo-
anastomosan con profusión atravesando la línea media a minal permite visualizar toda la pelvis y ofrece una visión
través de las arterias arcuatas anterior y posterior, que si- global. Sus principales limitaciones se presentan durante
guen un recorrido dentro del ligamento ancho y entonces la exploración de pacientes que son incapaces de llenar la
penetran en el miometri0 2• El plexo venoso uterino acom- vejiga, son pacientes obesas o pacientes con útero en re-
paña a las arterias. troversión, en las que el fundus puede quedar alejado de
Las arterias ováricas emergen de la aorta lateralmen- la zona enfocada por el transductor. La técnica transabdo-
te, ligeramente por debajo de las arterias renales. Cruzan minal también es menos efectiva para la caracterización
los vasos ilíacos externos en el borde pélvico y siguen me- de las masas anexiales.
dialmente dentro del ligamento suspensorio del ovario. Debido a la proximidad del transductor con el útero y
Después de dar ramas al ovario, las arterias ováricas con- anejos, la ecografía transvaginal permite el uso de trans-
tinúan medialmente en el ligamento ancho para anasto- ductores de alta frecuencia, lo que ofrece una resolución
mosarse con las ramas de la arteria uterina. Las venas muy superior, que proporciona mayor calidad de imagen y
ováricas dejan el hilio ovárico y forma un plexo venoso en detalle anatómico. Sin embargo, debido a sus mayores fre-
el ligamento ancho que se comunica con el plexo uterino cuencias, el campo de visión extendido (CVE) queda limita-
venoso. La vena ovárica derecha drena en la vena cava in- do, lo que supone una importante desventaja de la técnica
ferior por debajo de la vena renal derecha, mientras que la transvaginal. Las grandes masas pueden llenar o incluso
vena ovárica izquierda drena directamente en la vena re- extenderse fuera del campo de visión, con lo que la orienta-
nal izquierda 2•
El drenaje linfático de los órganos pélvicos es variable,
pero tiende a seguir unos patrones reconocibles. Los va-
sos linfáticos del ovario acompañan a la arteria ovárica
VENTAJAS DE LA ECOGRAFÍA
hacia los ganglios lateroaórticos y periaórticos. Los linfá-
ticos del fundus y cuerpo uterino superior y trompa de
TRANSVAGINAL
Falopio acompañan a los del ovario. Los linfáticos del • Utiliza transductores de alta frecuencia.con
cuerpo uterino inferior siguen un curso lateral a los gan- mejor resolución
glios linfáticos de ilíacos externos, mientras que los del • Exploración de pacientes que son incapaces
cérvix recorren tres direcciones: lateral, hacia los ganglios de llenar la vejiga - .... ---
linfáticos ilíacos externos; posterolateral, hacia los gan- • Exploración de pacientes obesas
glios linfáticos ilíacos internos y posteriormente, hacia los
• Evaluación del útero en retroversión
ganglios linfáticos del sacro lateral. Los linfáticos de la va-
• Mejor diferenciación entre masas anexiales
gina superior siguen un trayecto lateral con las ramas de
y asas intestinales
la arteria uterina hacia los ganglios linfáticos ilíacos exter-
nos e internos, mientras que los de la vagina media siguen • Mejor descripción de las características
internas de la masa pélvica
491
las ramas de la arteria vaginal hacia los ganglios linfáticos
ilíacos internos. Los vasos linfáticos de la vagina inferior • Mejor detalle de una lesión pélvica
cerca del orificio se unen con los de la vulva y drenan en • Mejor detalle del endometrio
los ganglios linfáticos inguinales superficiales 2 •
ción resultará difícil y podrían no visualizarse los ovarios o transvaginal, las mujeres infért iles y una sospecha de mal-
masas ubicados en una posición craneal o lateral. La eco- formación uterina congénita 3 •
grafía transvaginal distingue mejor masas anexiales que Se le explica al paciente el procedimiento y se obtiene
asas intestinales y proporciona mejor detalle de las carac- un consentimiento informado. Se inserta un espéculo es-
terísticas internas de una masa pélvica, por su mayor reso- téril dentro de la vagina y se prepara el cérvix con solu-
lución. Por todo lo dicho, las técnicas transvaginal y tran- ción antiséptica. Se utiliza un catéter especial o una·sonda
sabdominal son técnicas complementarias entre sí. de nutrición pediátrica de 5 F que se inserta dentro de la
Muchas mujeres pueden necesitar tanto estudios trans- cavidad uterina. El catéter se deberá rellenar previamente
abdominales como transvaginales. Si el estudio inicial es con salino antes de su inserción para minimizar el artefac-
completamente normal o si se detecta una alteración bien to de aire. Es necesario un catéter de histerosalpingogra-
delimitada no serán necesarios más estudios. Se realizará fía con balón en las muj eres con un cérvix incompetente,
un segundo estudio si el órgano pélvico no se visualiza para evitar la fuga retrógrada del salino a la vagina. El ba-
bien. En nuestro departamento comenzamos con una eco- lón debe colocarse tan cerca del orificio interno como sea
grafía transabdominal para observar las masas grandes o posible y se rellena con salino, no con aire.
cualquier alteración evidente, pero no le pedimos al pa- El espéculo se retira entonces y el transductor vaginal
ciente que mantenga llena la vejiga. Si la vejiga está llena se inserta en la vagina. Se identifica la posición del catéter
entonces realizamos una ecografía completa. En caso de en la cavidad endometrial y se recoloca si fuera necesario.
que esté vacía, procedemos directamente con la ecografía Se inyecta entonces salino estéril lentamente a través del
transvaginal. La ecografía transvaginal debe realizarse catéter bajo control ecográfico continuo. Se explora siste-
siempre en mujeres con sospecha de alteraciones endo- máticamente el útero en los planos sagital y coronal para
metriales, en pacientes con elevado riesgo de enfermedad delimitar la totalidad de la cavidad endometrial y se regis-
=c: (antecedentes familiares importantes de cáncer de ova- tran las imágenes más apropiadas.
'o rio) y para evaluar las características internas de una ma- En mujeres premenopáusicas con ciclos regulares, el
"ü sa pélvica. Para exploraciones de seguimiento, sólo será
oCI) EHG se suele realizar en los primeros 10 días del ciclo
ti) necesaria la técnica diagnóstica más eficiente. menstrual, preferiblemente entre los días 4 y 7, que es
cuando el endometrio es más delgado y se evita la posibi-
Ecohisterografía lidad de interrumpir un embarazo precoz. En mujeres con
La ecohisterografía (EHG) requiere la instilación de salino ciclos irregulares, el procedimiento se realiza poco antes
estéril en la cavidad endometrial bajo guía ecográfica. El de finalizar la menstruación. En mujeres postmenopáusi-
salino distiende la cavidad, y separa las paredes del endo- cas que reciben tratamiento hormonal sustitutivo (THS).
metrio. La indicación más habitual de la EHG es un san- La EHG se realiza poco después de la menstruación. En
grado uterino anormal en mujeres tanto menopáusicas mujeres postmenopáusicas que no reciben THS, se puede
como postmenopáusicas. Otras indicaciones son la eva- realizar el procedimiento en cualquier momento. La EHG
luación de alteraciones en el endometrio o intracavitarias no debe realizarse en mujeres que estén o puedan estar
detectadas por ecografía transvaginal o un endometrio embarazadas o en quienes padezcan una enfermedad
que se ha visualizado de forma subóptima en la ecografía pélvica inflamatoria (EPI). En la mayoría de los casos no
es necesaria una preparación especial de la paciente. Pue-
den administrarse antibióticos profilácticos en mujeres
con EPI crónica y en quienes padezcan cardiopatía con
riesgo de desarrollar una endocarditis infecciosa 4 •
Recientemente la EHG se está combinando con una eco-
grafía multiplanar tridimensional, que proporciona una
información adicional a la EHG estándar s,6. El volumen de
datos tridimensional se analiza después de completar la
EHG, lo que reduce el tiempo que permanece distendida la
cavidad endometrial.

Anatomía ecográfica normal


El útero se aloja en la pelvis verdadera entre la vejiga uri -
naria y el colon rectosigmoides por detrás (Fig. 15-2). La
posición uterina es variable y se modifica con los cambios
en la distensión de vejiga y recto. El cérvix está fijado en la
492 Figura 15-2 Útero normal (U), cérvix (e) y vagi- línea media, pero el cuerpo es muy móvil y muestra una
na (V). Ecografía sagital que muestra un eco lineal orientación oblicua a cualquier lado de la línea media. La
central que representa las superficies en aposi-
flexión se refiere al eje del cuerpo uterino en relación con
ción de la mucosa vaginal (V).
el cérvix, mientras que la versión lo es respecto al eje del
del adulto, varía considerablemente de tamaño. Las di-
mensiones máximas del útero son de aproximadamente
8 cm de longitud, 5 cm de anchura y 4 cm de diámetro AP. .~
El parto aumenta el tamaño normal en más de 1 cm en en
O
cada dimensión 12'14 • Merz y cols.u observaron unas dife-
"O
rencias significativas en la longitud del útero entre primí- U
CI)
paras y multíparas, con un aumento de aproximadamente c:
1 cm en primíparas y 2 cm en multíparas. Después de la a
menopausia el útero se atrofia, con una reducción de tama-
ño más rápida en los primeros diez años de la menopau-
,..
10
o
sia 12 • En pacientes por encima de los 65 años, el útero oscila "3
~
entre 3,5-6,5 cm de longitud y 1,2-1,8 cm de diámetro 14 • el.
(\)
El miometrio está formado por tres capas que pueden o
distinguirse por ecografía (Fig. 15-5). La capa interme-
dia es la más gruesa y tiene una textura uniformemente
homogénea de baja-moderada ecogenicidad. La capa in-
terna del miometrio es delgada, compacta y relativamen-
Figura 15-3 Útero e n retroversión. Ecografía
transvaginal sagital que muestra un útero en retro- te hipovascular1s.16. Esta capa interna, que es hipoecoica y
versión y endometrio secretor (cursores). está rodeada de endometrio relativamente ecogénico,
también se ha referido como halo subendometrial. La
fina capa externa es ligeramente menos ecogénica que la
capa intermedia y se separa de ella por los vasos arcuatos.
cérvix con la vagina. El útero normalmente está en ante- Las arterias arcuatas están entre las capas externas e
versión, pero puede estar recto o en ligera retroflexión en intermedias del miometrio y se ramifican en las arterias
las ecografías transabdominales, por el desplazamiento radiales, que siguen su recorrido por la capa intermedia
posterior por una vejiga distendida. El útero también pue- hasta el nivel de la capa interna. Las arterias radiales en-
de estar en retroflexión cuando el cuerpo se inclina hacia tonces se ramifican en las arterias espirales, que penetran
atrás (en relación con el cérvix) o en retroversión cuando en el endometrio e irrigan la capa funcional. Las venas
todo el útero se inclina hacia atrás (en relación con la va- uterinas son mayores que las arterias arcuatas acompa-
gina) (Fig. 15-3). El fund us de un útero en retroversión o ñantes y con frecuencia se identifican como unas áreas
retroflexión suele resultar difícil de evaluar con la ecogra- anecoicas, focales y pequeñas, tanto en la ecografía trans-
fía transabdominal. Dado que parte del útero se sitúa lejos sabdominal como en la transvaginaP7. Este patrón vascu-
del transductor puede mostrarse hipoecoico y simular un lar puede confirmarse por eco-Doppler (Fig. 15-5).
fibroma. La ecografía transvaginal ha demostrado ser Se puede detectar calcificación en las arterias arcuatas
muy idónea para evaluar los úteros en retroversión o re- en las mujeres postmenopáusicas por la esclerosis de
troflexión ya que el transductor está próximo al fundus, Monckeberg18.19. En la ecografía, dicha calcificación se
que está ubicado posteriormente. muestra en forma de áreas ecogénicas lineales periféricas
El tamaño y perfil de un útero normal varía a lo largo de con sombra, que deben distinguirse de los leiomiomas
la vida en relación con la edad, estado hormonal y partos. calcificados (Fig. 15-6). Se trata de un proceso fisiológico
El útero infantil y prepuberal oscila entre 2,0 y 3,3 cm
(me dia 2,8 cm) de longitud, con un cérvix que mide los
dos tercios de dicha longitud y 0,5-1,0 cm (media 0,8 cm)
en el diámetro anteroposterior 7. El útero prepuberal tiene
un aspecto tubular o de pera invertida, con un diámetro
AP del cérvix mayor que el del fundus 8. En el periodo neo-
natal inmediato, debido a la estimulación hormonal ma-
terna residual, el útero neonatal es ligeramente mayor,
variando su longitud entre 2,3-4,6 cm (media 3,4 cm) y un
diámetro AP de 0,8-2,1 cm (media 1,2 cm)9. Se suele ob-
servar además un endometrio ecogénico en el útero neo-
natal en casi todos los lactantes (Fig. 15-4).
En casi el 25% de los úteros neo natales se aprecia una
pequeña cantidad de líquido endometriapo. El crecimien-
to del útero prepuberal es mínimo desde la lactancia has-
ta casi los 8 años de edad, momento en que el útero gra-
dualmente aumenta de tamaño hasta la pubertad l l . En
ese periodo aumenta de tamaño con un crecimiento más Figura 15-4 Útero neonatal normal. Ecografía 493
pro nunciado del cuerpo hasta que alcanza finalmente el sagital que muestra un perfil de pera invertida con
aspecto del útero adulto con su perfil de pera, con un diá- el cérvix (e) con un diámetro anteroposterior y lon-
metro y longitud del cuerpo de aproximadamente el doble gitudinal mayor que el cuerpo uterino. B, vejiga. El endo-
del que tiene el cérvix8. El útero postpuberal normal, o metrio ecogénico (flecha) es delgado y normal.
cu
(J
'o
'cu
...o
'-

~
cu
(J
'S:
:a;
Q.

cae
E
o
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.o

-
cu Figura 15-5 Venas uterinas. A, Ecografía transvaginal del útero rodeado por ascitis que muestran múltiples venas
,-cu uterinas anecoicas periféricas. B, Con formación por eco-Doppler: e, endometrio, i, capa interna hipoecoica del
miometrio. La capa externa del miometrio está separada de la capa intermedia por las venas uterinas arcuatas.
E
tn
o
(J
w de envejecimiento que puede verse acelerado en pacien- En mujeres normales, la forma de onda del Doppler suele
tes diabéticas. mostrar un patrón de alta velocidad y alta resistencia.
=c::
'0
Se pueden observar unos focos pequeños muy ecogéni- La cavidad endometrial normal se observa como un
'0 cos en la capa interna del miometrio en mujeres normales. perfil ecogénico lineal como consecuencia de la reflexión
oQ)
Estos focos, que miden sólo unos pocos milímetros, pueden especular de la interfase entre las superficies opuestas del
(/)
ser aislados o múltiples y no suelen mostrar sombra acústi- endometrio 22 • El aspecto ecográfico del endometrio varía
ca. Se cree que representan una calcificación distrófica durante el ciclo menstrual (Fig. 15-7, A-D) Y se ha correla-
relacionada con instrumentación previa, por una dilatación cionado con la histología 1S,23,24. El endometrio está com-
o curetaje o una biopsia endocervicaFo. También se pueden puesto por una capa funcional superficial y una capa
apreciar focos ecogénicos de aspecto similar en el endome- basal profunda. La capa funcional se engruesa a lo largo
trio y endocérvix que casi siempre se deben a microcalci- del ciclo menstrual y se desprende con la menstruación.
ficación 21 . Estos focos ecogénicos, ya sean dentro del endo- La capa basal permanece intacta durante el ciclo y contie-
metrio o en la capa interna del miometrio, se creen ne las arterias espirales, que se hacen tortuosas y alarga-
hallazgos casuales y carecen de importancia clínica. das para irrigar la capa fun cional cuando se engruesa. La
La perfusión uterina se puede evaluar mediante fase proliferativa del ciclo antes de la ovulación está bajo
Doppler dúplex o Doppler color de las arterias uterinas. la influencia del estrógeno, mientras que la progesterona
es la principal responsable del mantenimiento del endo-
metrio en la fase secretora después de la ovulación.
La fase menstrual del endometrio consiste en una lí-
nea ecogénica. Durante la fase proliferativa, el endome-
trio se engruesa y alcanza 4-8 mm. El endometrio se mide
mejor en un plano sagital de la línea media del útero y
debe incluir tanto la porción anterior como la posterior
del endometrio. Es importante no incluir la fina capa in-
terna hipo ecoica del miometrio en esta medición. Se pue-
de apreciar una región relativamente hipoecoica que re-
presenta la capa funcional alrededor de la línea ecogénica
central. En la proliferación precoz, esta zona hipoecoica es
delgada, pero aumenta y se define con mayor claridad en

FASES DEL ENDOMETRIO


PREMENSTRUAL: ASPECTO ECO GRÁFICO
Fase menstrual: línea ecogénica delgada
discontinua
Fase proliferativa: engrosamiento hipocoico
494 (4-8mm)~~
Figura 15-6 Calcificación de la arteria arcuata.
Fase periovulatoria: capa triple (6-10 mm)
...._ Ecografía sagital transvaginal que muestra focos
~
~ calcificados hiperecoicos lineales periféricos pe- Fase secretora: engrosamiento
queños en las arterias arcuatas. hiperecoico (7-14 mm)
la fase proliferativa tardía (periovulatoria), probable- mucus y glucógeno dentro de las glándulas y al incremen-
mente como consecuencia del edema. El aspecto hipoecoi- to en el número de interfases por la tortuosidad de las ar-
co del endometrio proliferativo se ha relacionado con una terias espirales. Puede apreciarse un realce acústico pos- ns
,-
estructura histológica relativamente homogénea por la terior al endometrio secretor, pero es inespecífico, ya que el)
O
disposición ordenada de los elementos glandulares. también se puede observar en el endometrio proliferati-
'O
Después de la ovulación, la capa funcional del endome- vo, aunque no con tanta frecuencia 24 . O
Q)
trio cambia de hipoecoica a hiperecoica a medida que el Después de la menopausia, el endometrio se atrofia al .5
endometrio progresa a la fase secretora 23.24 . El endome- no estar ya bajo control hormonal. En la ecografía, el en- CJ
trio en esta fase mide 7 -14 mm de grosor. La textura hiper- dometrio se muestra como una línea ecogénica delgada 10
ecoica del endometrio secretor se debe al aumento de que no mide más de 8 mm en la mujer asintomática nor- 'r
o
'3
~
Q.
cu
O

Figura 15-7 Endometrio: posibles aspectos. Ecografías transvaginales. A, Endometrio delgado normal en fase
~ proliferativa precoz. S, Endometrio normal en fase proliferativa tardía con el aspecto en triple capa. Línea ecogé-
nica central debida a las superficies opuestas del endometrio rodeadas de una capa más gruesa e hipoecoica,
unida con una capa basal ecogénica exterior. e, Fase secretora precoz normal de endometrio. La capa funcional que rodea
la línea ecogénica se ha hecho hiperecoica. D, Endometrio normal, grueso en fase secretora tardía. E, Endometrio postme-
nopáusico delgado normal. F, Pólipo ovalado bien definido que es más hiperecoico que el endometrio periovulatorio circun- 495
dante. G, Endometrio engrosado secundario a múltiples pólipos pequeños confirmados en la ecohisterografía. H, Endome-
trio quístico engrosado debido a hiperplasia en una paciente que tomaba tamoxifeno. 1, Endometrio quístico, engrosado
secundario a gran pólipo en una paciente que tomaba tamoxifeno.
maFS(Fig.15-7, E) . La cavidad endometrial se aprecia me- de la mitad de ellos no tendrán cavidad uterina (no cavi-
jor en ecografía tridimensional con una imagen coronal tarios). La otra mitad tienen cavidad uterina endometrial
reconstruida. (cavitarios), de ellos alrededor del 70% no se comunica
con el otro cuerno (no comunicante) y aproximadamente
Malformaciones congénitas e130% se comunica con el otro cuerno (comunicante)Zs.29.
La incidencia de malformaciones congénitas uterinas es El fallo de fusión de los conductos müllerianos puede
de aproximadamente el 1%. Se asocian a otras complica- ser completo, que se manifiest a con un útero didelfo, o
ciones obstétricas, como una restricción del crecimiento con dos cérvix y dos cuernos uterinos, o parcial, que cur-
uterino y parto pretérmino. El extremo caudal fusionado sa con un útero bicorne bicervical (dos cérvix y dos
de los conductos (paramesonéfricos) müllerianos forma cuernos uterinos) o a un útero unicervical bicorne (un
el útero, cérvixy dos tercios supexiores de la vagina, mien- 'cérvix y dos cuernos uterinos). El útero didelfo tiene un
tras que los extremos craneales no fusionados forman las septo vaginal longitudinal asociado en aproximadamente
trompas de Falopio. Anteriormente se pensaba que la fu- el 75% de los casos y existe una separación completa de
sión se producía en dirección craneal. Sin embargo, la des- los cuernos y cuellos uterinos, mientras que existe alguna
cripción de casos con duplicación cervical y un cuerpo y comunicación entre los cuernos uterinos en el útero bi-
fundus uterino totalmente fusionados han cuestionado corne bicervical.
este concepto. Una reciente hipótesis apunta que la fusión El fallo de reabsorción del septo medio ocasiona un
se produce en la porción medial de los conductos y pro- útero tabicado y útero subtabicado, dependiendo de si el
gresa en dirección caudal o craneal o en ambas direccio- fallo es completo (se extiende a la entrada cervical) en el
nes 26,27. El septo medial formado por las paredes mediales tabicado o parcial en el útero subtabicado. Este tabique
de los conductos müIlerianos se reabsorbe entonces, de- ocasiona una duplicación completa o parcial de las cavi-
=s:: jando una cavidad uterina única. Las malformaciones dades uterinas sin duplicación de los cuernos uterinos y
'o uterinas son secundarias a (Figs. 15-8 y 15-9): es la alteración más frecuente de los conductos mülleria-
'C:> nos (~55%) 29. El útero tabicado se asocia con uno de los
(,) • Detención del desarrollo de los conductos müllerianos
Q)
ti) • Fallo de fusión de los conductos müllerianos peores pronósticos de fertilidad, con un alto grado de
• Fallo de reabsorción del septo medial. aborto espontáne0 29 . Los úteros tabicados o subtabicados
La detención en el desarrollo de los conductos mülle- pueden distinguirse del útero bicorne observando el con-
rianos puede ser unilateral o bilateral. El desarrollo bila- torno externo del útero. El útero arcuato se debe a una
teral detenido es extremadamente raro e implica la au- reabsorción casi completa del septo mediano y sólo una
sencia congénita de útero, o aplasia uterina. El desarrollo leve indentación del endometrio en el fundus, el conto rno
interrumpido unilateral ocasiona un útero unicorne y uterino externo es normal. Existe un cierto debate sobre
unicervical (un cuerno uterino y un cérvix) . La hipopla- si el útero arcuato debe considerarse una malformación o
sia de un conducto mülleriano cursa con un cuerno uteri- una variante de la normalidad.
no rudimentario. Aproximadamente el 65% de los úteros Las malformaciones uterinas se han descrito también
unicornes tendrán un cuerno rudimentario y alrededor en pacientes que fueron expuestas al dietilbestrol (DES),

:-:::::.-

1f ~@(
~

A
Útero
normal B
Útero
didelfo e
Útero bicorne
bicervical
~
o
f :
Útero bicorne
y unicervical

,.--------.... -
((fJ! y ¡
,..-

496 E
l

\ I
Útero unicorne
y unicervical F
!
Útero
subtabicado G
Útero
tabicado
1r
H
Útero
arcuato

."" Figura 15-8 Malformaciones congénitas del útero, Diagrama de tipos habituales (Cortesía de Jocelyne Salem.)

~
cu
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10

o
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Q.
ca
o

Figura 15-9 Malformaciones uterinas congénitas. A, Útero unicorne; B, Útero arcuato; e, Útero subtabicado;
~ D, Útero tabicado con embarazo en el lado derecho; E y F, Útero didelfo con dos cuernos uterinos separados,
(flechas negras) y cérvix (fechas). A-E, Reconstrucción coronal; F, imagen de RM. (A, E Y F, Cortesía de Anna Lev-
Toaff, MO.)

fármaco que se retiró del mercado en 1971. El DES admi- pacientes con malformaciones uterinas, deberán evaluar-
nistrado durante el primer trimestre atraviesa la placenta se los riñones mediante la ecografía. En pacientes con au-
y ejerce un efecto directo sobre el sistema mülleriano del sencia o ectopia renal, el útero debe evaluarse en busca de
feto. La ecografía permite demostrar una reducción difusa malformaciones. Las malformaciones renales son más fre-
del tamaño del útero y una cavidad uterina con un perfil cuentes en pacientes con útero unilateral (~40%) y son
irregular en P O,3 i. casi siempre ipsilaterales a la malformación uterina.
497
Existe una fuerte asociación entre malformaciones El sistema de clasificación más habitual es el de la Ame-
uterinas y malformaciones renales congénitas, espe- rican Fertility Society (AFS), que se basa en la embriología
cialmente con la agenesia y ectopia renap2. En todas las (Tabla 15-1). Sin embargo, este sistema es problemático,
dad y especificidad27.29.38.39 (ver Fig. 15-9). La proyección
Clasificación coronal a través de todo el útero, que no puede obtenerse
de las malformaciones de los conductos
en una ecografía rutinaria por la limitada movilidad del
müllerianos
transductor en la vagina, es esencial para un diagnóstico
Clase Malformación preciso. La proyección coronal proporciona una visualiza-
ción externa más precisa del contorno del fundus uterino
I Agenesia parcial o completa y del endometrio, que per mite una mejor diferenciación
II Útero unicorne
111 Útero didelfo entre úteros bicornes, tabicados y arcuatos. El útero nor-
IV Útero bicorne mal, tabicado y arcuato, normalmente tiene un contorno
V Útero tabicado del fundus externo plano o convexo, pero pueden presen-
VI Útero arcuato tar una indentación del fu ndus poco profunda que mide
VII Malformaciones asociadas el DES
ca menos de 1 cm de profundidad, mientras que el útero bi-
c:
corne presenta una hendidura externa del fundus de al
'E De American Fertility Society
(') DES, dietilbestrol menos 1 cm que divide los dos cuernos 33 .39 . El útero uni-
o
"O corne es pequeño y sólo tiene un ángulo en el cuerno, co-
.c
ca locado lateralmente con un perfil que recuerda un plátano
ca curvado. El útero arcuato tiene un contorno externo del
~
ya que no tiene en cuenta muchas anomalías uterinas
fundus normal con una amplia indentación lisa del endo-
C) complicadas o alteraciones vaginales, como los septos.
metrio del fundus que forma un ángulo obtuso en su pun-
o(,) Tampoco aporta mediciones para ayudar a determinar si
to central y mide menos de 1 cm cuando se mide desde el
w el útero es arcuato, tabicado o bicorne. Salim y cols.33 mo-
ángulo del cuerno 39 . La resonancia magnética, nucle~r
dificaron el sistema de la AFS añadiendo mediciones obte-
=c:
-o
nidas a partir de una proyección coronal del útero.
(RM) es muy precisa para demostrar las anomahas uten-
nas 29.3S . Por su costo relativamente elevado la RM se suele
'0 La ecografía 20 convencional se considera un test de
() reservar para las malformaciones más complicadas.
el) cribado adecuado, ya que la mayoría de las malformacio-
C/)
nes uterinas se pueden obtener por este meto , do 34 . La ex-
Anomalías del miometrio
ploración debe realizarse durante la fase secretora del ci-
clo menstrual, cuando el endometrio está más engrosado,
Leiomioma
Pueden apreciarse dos ecos complejos en el endometrio
Los leiomiomas (fibroides) son las neoplasias más fre-
en los úteros bicornes o tabicados. La ecografía permite
cuentes del útero. Se describen en el 20%-30% de las mu-
además definir el contorno externo del útero. En el útero
jeres por encima de los 30 años 40 y son más frecue?t~s en
didelfo y bicorne las cavidades del endometrio están
mujeres de raza negra. Los fibroides suelen ser multlples
ampliamente separadas y existe una profunda indenta-
y son la causa más frecuente de hipertrofia no grávida del
ció n en el contorno del fundus. El útero tabicado, por el
útero. Aunque suelen cursar sin síntomas, las mUjeres ~o n
contrario, tiene un perfil relativamente normal y las dos
leiomiomas pueden experimentar dolor y metrorragias.
cavidades endometriales están relativamente próximas
Los leiomiomas pueden clasificarse como intramurales,
entre sí y separadas por el septum. El septo tiene un apor-
confinados al miometrio; submucosos, que se proyectan
te sanguíneo pobre y contiene tejido fibroso y/o miome-
a la cavidad uterina y desplazan o distorsionan el endo-
triaps,36. La ecografía combinada con la histerosalpingo-
metrio, o subserosos, que se proyectan a la superficie pe-
grafía ofrece un alto nivel de precisión para distinguir
ritoneal del útero.
entre útero tabicado y bicorne 37 . Es importante diferen-
Los fibroides intramurales son los más frecuentes. Los
ciar ambas malformaciones, ya que el útero tabicado pue-
fibroides submucosos, aunque menos frecuentes, produ-
de tratarse mediante una resección histeroscópica ambu-
cen síntomas con mayor frecue ncia y pueden asociarse con
latoria del septo. Pero como el útero bicorne consiste en
la infertilidad. Los fibroides subserosos son pedunculados
dos cuernos uterinos separados, y cada uno contiene un
y pueden presentarse como una masa anexial. También se
componente completo de miometrio y de endometrio, la
pueden proyectar entre las hoj as del ligamento anc~o, ~on­
corrección, si fuera necesaria, requiere cirugía abdominal.
de se describen como «intraligamentosos». Los fIbrOldes
El útero unicorne es difícil de diferenciar del útero
cervicales dan cuenta de alrededor del 8% de los fibroides.
normal por ecografía convencional. Puede sospecharse
Los fibroides son estrogenodependientes y pueden au-
cuando el útero parece pequeño y en una posición lateral.
mentar de tamaño durante los ciclos anovulatorios, como
Puede apreciarse una hidrometra en un cuerno rudimen-
tario opuesto y confundirse con una masa uterina o
anexial. El útero bicorne también puede malinterpretarse
como masa uterina o anexial si el eco complejo endome-
trial no se aprecia en el cuerno. En muchos casos el útero CLASIFICACIÓN DE LOS LEIOMIOMAS
bicorne se diagnostica primero de forma casual en el em- Intramurales Confinados al miometrio
498 barazo precoz cuando el saco gestacional se muestra con Submucosos Se proyectan a la cavidad ~l'ina
un cuerno y existe una reacción decidual en el otro. Subserosos Se proyectan desde la superficie
La ecografía tridimensional con imagen multipla-
peritoneal
nar ha demostrado ser precisa para la detección y clasifi-
~
cación de malformaciones uterinas, por su gran sensibili-
consecuencia de una estimulación estrogénica sin oposi- leiomiomas rara vez se desarrollan en mujeres postmeno-
ción 41 y durante el embarazo, aunque alrededor del 50% de páusicas y muchas veces se estabilizan o reducen su tama-
todos los fibroides muestran pocos cambios significativos ño después de la menopausia. Pueden aumentar de tamaño
\~
durante el embaraz0 42 • Los fibroides identificados en el pri- en pacientes postmenopáusicas sometidas a THS. El ta- O)
mer trimestre del embarazo se asocian con un mayor ries- moxifeno se ha referido que provoca un crecimiento de los O
go de pérdida del feto. Dicho riesgo es mayor en pacientes leiomiomas 44 • Un incremento rápido en el tamaño del fi-
'O
(,)
CI)
con múltiples fibroides que en quienes tienen un sólo fi- broide, especialmente en mujeres postmenopáusicas, debe c:
broide 43. Los fibroides grandes no interfieren con el emba- inducir sospechas de un cambio sarcomatoso. a
razo o un parto vaginal normal, excepto cuando están ubi- La histología del leiomioma se compone de células de
cados en el segmento uterino bajo o en el cérvix. Los músculo liso de perfil fusiforme en patrones en espiral se- ,...
10

o
"S
~
o.
o'"

Figura 15-10 Fibroides uterinos: posibles aspectos. A-D, Fe 1. Ecografías transvaginales. E, G Y H, Ecografías
transabdominales. A, Líquido fibroide subseroso hipoecoico localizado (flecha). B, Fibroide submucoso hi-
poecoico (flecha). e, Atenuación marcada del haz de sonidos por un fibroide (flechas). D, Fibroide subseroso
pedunculado (flecha) que se aprecia como una masa anexial sólida en el lado izquierdo. E, Eco-Doppler color de un fibroi-
de pedunculado subseroso que muestra flujo sanguíneo que procede del útero. F, Fibroide con calcificación que oca- 499
siona una sombra posterior. G, Fibroide calcificado con calcificación curvilínea (flecha) que simula una cabeza fetal. H, Fi-
broide con degeneración quística (cabezas de flecha) en el embarazo. La paciente acudió con dolor espontáneo y a la
palpación sobre el fibroide degenerado (flecha , feto). 1, Lipoleiomioma. Masa muy ecogénica dentro del miometrio (flecha)
con atenuación posterior (cabeza de flecha, endometrio).
de extensión intracavitaria y si se puede resecar 50 • Los fi-
LEIOMIOMAS: ASPECTO ECOGRÁFICO broides con al menos el 50% de su masa proyectándose
• Aspecto variable en la cavidad endometrial se pueden resecar por vía histe-
• Masas hipoecoicas o heterogéneas roscópica 51 .52 • En muchos casos serán necesarios también
la EHG y la ecografía 3D para distinguir elleiomioma sub-
• Distorsión del contorno uterino externo
mucoso de una lesión endometrial. Los fibroides submu-
• Atenuación o sombra sin masa evidente


Calcificación
Degeneración o necrosis
- cosos habitualmente son masas hipoecoicas sólidas de
amplia base con una capa ecogénica por encima del endo-
metrio.
La ecografía transvaginal permite detectar leiomiomas
muy pequeños y puede ser diagnóstica al demostrar el
origen uterino de leiomiomas subserosos, grandes y pe-
parados por proporciones variables de tejido conectivo
dunculados que simulan masas anexiales. El Doppler es
fibroso. El miometrio circundante puede verse comprimi-
útil para mostrar los vasos uterinos que irrigan el fibroi de
do hasta formar una pseudocápsula. A medida que crecen
(Fig. 15-10, D YE). Los fibroi des grandes se suelen evaluar
los leiomiomas pueden sobrepasar la capacidad de su irri-
mejor por vía transabdominal y los fibroides subserosos o
gación con la consecuencia de su isquemia y degeneración
quística. pedunculados pueden pasar inadvertidos si se utiliza so-
La ecografía de los leiomiomas muestra un aspecto va- lamente el abordaje transvaginal, debido a su limitado
riable (Fig. 15-10, A-H). Los leiomiomas casi siempre son campo de visión 53 • Los leiom iomas del fundus de un útero
hipoecoicos (Fig. 15-10, Ay B) o con una ecotextura hete- en retroversión se detectan mucho mejor mediante una
rogénea. Con frecuencia distorsionan el contorno exterior ecografía transvaginal.
=r:: del útero. Muchos leiomiomas muestran áreas de ate- La embolización de la arteria uterina (EMU) es una
'o alternativa actual aceptada de la ci rugía y tratamiento
'0 nuación o sombra acústica sin una masa apreciable, lo
(.)
Q) que hace imposible estimar el tamaño (Fig. 15-10, C). La médico para los fibroides sintomáti cos. Tiene que apre-
CI)
atenuación se cree debida a la densa fibrosis dentro de la ciarse aire dentro del fibroi de antes del mes de la EMU
sustancia del tumor. Kliewer y cols 45 propusieron que la (Fig. 15-11). Se cree que se debe al relleno potencial con
sombra posterior que emerge desde dentro de la sustan- aire del espacio potencial que deja el tejido infartado y ra-
cia de un leiomioma (y no de focos ecogénicos) se origina- ra vez se debe a infección 54 . No existen signos fiables para
ría a partir de zonas de transición entre los tejidos en con- diagnosticar un fibroide infectado después de una EMU y
tacto. La anatomía patológica de la zona de transición es imprescindible que exista correlación con la clínica y
incluye los bordes del leiomioma con el miometrio nor- laboratorio para que se pueda excluir la infección del fi-
mal adyacente, los bordes entre el tejido fibroso y el mús- broide. La endometritis es rara y puede producirse días o
culo liso y los bordes de las espirales y haces de músculo semanas después de la EMU. La expulsión transcervical
liso. Este tipo de sombra es un signo diagnóstico de gran del fibroide se produce hasta en el 3% de las pacientes
utilidad diagnóstica para distinguir un leiomioma pedun- después de una EMU. Esto sucede en fibroides que están
culado o exofítico de otros tipos de masas anexiales 46 . en contacto con la superficie del endometrio (es decir,
Se puede producir calcificación en los fibroides de mu- submucosos) o intramurales con un componente submu-
54 55
jeres mayores, que con frecuencia se muestran en áreas COS0 . . La mayoría se expulsan espontáneamente.

focales de mayor ecogenicidad con sombra (Fig. 15-10, F)


o como un borde curvilíneo ecogénico, que puede simular Tumores uterinos lipomatosos
la línea exterior de una cabeza fetal 47 (Fig. 15-10, G). Los tumores uterinos lipomatosos (lipoleiomiomas) son
Cuando los fibroides presentan un crecimiento rápido, unas neoplasias benignas y raras for madas por unas pro-
tienden a sobrepasar las posibilidades de su aporte san- porciones variables de lipocitos, músculo liso o tejido fi -
guíneo, lo que conduce a la degeneración y necrosis y se broso. La histología del tumor comprende un espectro de
producen áreas de menor ecogenicidad o espacios quísti- lipomas, lipoleiomiomas y fib rolipomiomas puros. La eco-
cos dentro del fibroide (Fig. 15-10, H). Tiende a ocurrir grafía muestra como signo característico una masa muy
más a menudo en el embarazo y afecta aproximadamente ecogénica atenuada dentro del mio metrio y que es vir-
al 7%-8% de las mujeres embarazadas con fibroides, que tualmente diagnóstico de esta patología 56 (Fig. 15-10,1) .
pueden acudir por dolor en dicha zona 40 • Aunque raro, los El Doppler representa la total ausencia de flujo dentro de
fibroides pedunculados se pueden torsionar. Se han des- la masa 57 . Es importante identificar la lesión dentro del
crito leiomiomas gigantes con múltiples espacios quísti- útero de forma que no se confunda con el dermoide ovári-
cos como consecuencia del edema 48 . co, con contenido graso, que es más común y de aspecto
Los fibroides submucosos pueden colapsar el endome- similar58 . Puesto que los tumores lipomatosos uterinos
trio, distorsionando la cavidad con grados diversos de ex- suelen ser asintomáticos no será necesaria la cirugía.
tensión intracavitaria. La ecografía transvaginal permite
500 una mejor diferenciación entre las lesiones sub mucosas e Leiomiosarcoma
intramurales y su relación con la cavidad endometrial 49 . El leiomiosarcoma es raro y da cuenta del 1,3% de las
La ecohisterografía y más recientemente la ecografía neoplasias uterinas y puede surgir a partir de un leiomio-
3D, son muy útiles para determinar la localización y rela- ma uterino preexistente 4o. Con frecuencia las pacientes
ción exacta del fibroide con el endometrio, la proporción están asintomáticas aunque pueden presentar sangrado
del endometrio surgen de la capa basal y habitualmente
son resistentes al estímulo hormonal. La adenomiosis se
puede observar tanto en forma nodular como difusa. La
.~
más frecuente es la adenomiosis difusa que se compone de C)
focos de adenomiosis esparcidos por el interior del miome- O
trio, mientras que la forma nodular consiste en nódulos
'O
(,)
CI)
circunscritos llamados adenomiomas. La forma de pre- e
sentación suele ser inespecífica: hipertrofia uterina, dolor a
pélvico, dismenorrea y menorragia. La adenomiosis se ob-
serva con mayor frecuencia en mujeres con partos previos
y es mucho más rara en nulíparas o postmenopáusicas.
Antes de la llegada de la ecografía transvaginal, rara vez
se llegaba a su diagnóstico mediante la ecografía transab-
dominal. La ecografía transvaginal ha hecho que el diag-
nóstico de la adenomiosis sea fácil y preciso, y esta pato-
logía se detecta cada vez con mayor frecuencia s9 ·62 (Fig.
15-13). El útero puede estar hipertrofiado con una confi-
guración globular y con un miometrio de aspecto difusa-
mente heterogéneo sin una masa evidente o deformidad
del contorno. El miometrio puede estar engrosado de for-
ma asimétrica y el borde endometrio-miometrio puede
Figura 15-11 Fibroide que contiene aire después estar mal delimitado. También pueden observarse peque-
~ de una embolización arterial. ños quistes en el miometrio, con frecuencia subendo-
metriales y también dentro del miometrio, y en el estudio
anatomopatológico se comprueba que se trata de glándu-
las dilatadas en un tejido endometrial ectópic0 6o• Se han
uterino. Esta patología se diagnostica pocas veces antes descrito estrías lineales ecogénicas endometriales y nó-
de la cirugía. En la ecografía el aspecto es parecido al del dulos ecogénicos endometriales (ID), así como áreas hi-
leiomioma de rápido crecimiento o degenerado, excepto poecoicas no homogéneas con bordes mal definidos en el
porque exista evidencia de invasión local o metástasis a miometri0 63 • Puede inducirse el dolor focal uterino con el
distancia (Fig. 15-12). transductor transvaginal. Se han referido las estrías linea-
les/nódulos ecogénicas subendometriales y el engrosa-
Adenomiosis miento asimétrico como signos para mejorar la especifici-
La adenomiosis es una patología común que se caracteriza dad y valor predictivo positivo en el diagnóstico de
en la anatomía patológica por la presencia de glándulas de adenomiosis 63 . El variable aspecto ecográfico se debe a la
endometrio y estroma dentro del miometrio, asociadas a distribución del tejido endometrial ectópico, el grado de
una hiperplasia del músculo liso adyacente. Es habitual- hipertrofia muscular asociada y la existencia y tamaño de
mente más extensa en la pared posterior4o • Las glándulas los quistes dentro del tejido endometrial heterotópic0 63 •

501
Figura 15-12 Leiomiosarcoma. Ecografía transabdominal A, sagital y B, transversal que muestra una masa ute-
~ rina grande y heterogénea con áreas quísticas. Existe un borde del miometrio normal restante.
=c:
'O
'0
(J
Q)
en
Fa r"l 5- 3 Adenomiosis en ecografía transvaginal: posibles aspectos. A, Quiste subendometrial (cabeza de
flecha, endometrio). B, Quistes y heterogenicidad en el miometrio anterior con borde anterior mal definido (cabeza
de flecha). e, Heterogenicidad del miometrio con bordes del endometrio mal definidos (cabezas de flecha). D,
Múltiples quistes subendometriales y nódulos ecogénicos (flecha). E, Miometrio heterogéneo de forma difusa con múltiples
quistes y mala definición de los bordes del endometrio (cursor). F, Amplia zona de heterogenicidad del miometrio que pro-
duce un efecto masa focal y desplazamiento del endometrio (cabeza de flecha). Puede simular un fibroide.

La adenomiosis y los leiomiomas se producen con fre- pueden ayudar a diferenciar ambas patologías. Normal-
cuencia asociados dentro del útero 61 . La existencia de fi- mente, los leiomiomas tienen unos bordes bien delimita-
broides ha demostrado que limita la capacidad para diag- dos mientras que los adenomiomas tienen peor definidos
nosticar la gravedad de la adenomiosis 62 . sus bordes. En los adenomiomas el eco-Doppler muestra
Los adenomiomas localizados pueden apreciarse me- una vascularidad interior, mientras que los fibroides co n
diante una ecografía transvaginal como áreas delimitadas frecuencia presentan un patró n periférico 66.67 . La RM es
no homogéneas en el miometrio con márgenes poco defi- muy segura para el diagnósti co de una adenomiosis, que
nidos y contenido quístic059.64.65. Sin embargo, estos ade- se muestra en forma de zonas mal definidas con señal re-
no miomas suelen ser difíciles de distinguir de los leiomio- ducida dentro del miometrio o un engrosamiento difuso o
mas. Los bordes de la masa y el patrón del eco-Doppler focal de la zona de unión (>12 mm) en las imágenes en
T2 68·70 . Reinhold y cols. 69 observaron que la RM y la eco-
grafía eran de una precisión comparable para el diagnós-
tico de la adenomiosis.
ADENOMIOSIS: SIGNOS ECO GRÁFICOS
Malformaciones arteriovenosas
•Hipertrofia difusa del útero
Las malformaciones arteriovenosas uterinas (MAV) con-
•Miometrio difusamente heterogéneo sisten en un plexo vascular de arterias y venas sin un en-
•Engrosamiento asimétrico del miomctrio tramado capilar interpuesto. Se trata de lesiones raras
•Áreas hipo ecoicas no homogéneas que normalmente afectan al miometrio y en ocasiones al
•Quistes en el miometrio endometrio. En muchos casos son adquiridas a partir de
•Mala definición del borde endometrio- un trauma, cirugía y neoplasia trofoblástica gestacional
miometrio (NTG). Las MAV uterinas se diagnostican con mayor fre-
• Dolor local a la palpación inducido por el cuencia después de un aborto y del periodo postparto. Las
transductor vaginal pacientes suelen acudir con sangrado vaginal abundante
502
• Estrías lineales ecogénicas acompañado de anemización por las pérdidas sanguíneas.
subendometriales Es muy importante el diagnóstico debido a que un legrado
probablemente empeoraría el sangrado y puede conducir
• Nódulos ecogénicos subendometriales
a una hemorragia catastrófica.
En la ecografía, las MAV uterinas son inespecíficas y
muestran unos signos escasos (Fig.15-14,A). Pueden ma- CAUSAS DE ENGROSAMIENTO
nifestarse como estructuras anecoicas serpinginosas den- ENDOMETRIAL
,~
tro del miometrio, con cierta heterogeneidad en el mio- • Embarazo intrauterino precoz
C)
O
metrio o como una masa en el endometrio o miometrio. El
• Aborto incompleto "O
Doppler color es más específico y muestra un flujo sanguí- O
• Embarazo ectópico G)
neo abundante dentro de unas estructuras anecoicas 71 •72 e
(Fig. 15-14, B). Existe un florido mosaico de color, que es • Retención de restos de parto (3
más extenso que la alteración ' de la escala de grises. El • Enfermedad trofoblástica
eco-Doppler espectral muestra un flujo de alta velocidad y • Endometritis
baja resistencia, con un flujo venoso de alta velocidad que • Adherencias
con frecuencia es ind istingui ble de la señal arteriaF2. Se • Hiperplasia
confirma el diagnósti co mediante la angiografía, que • Pólipos
muestra un llenado venoso precoz. Las MAV pueden tra- • Carcinoma
tarse mediante embolización de la arteria uterina.
Las MAV uterinas pueden sobrediagnosticarse errónea-
mente en la fase precoz después de un aborto o periodo
postparto 73 . Muchas MAV diagnosticadas mediante eco- asociados como la embolización, mientras que ninguna
grafía se han resuelto después de un seguimiento ecográ- lesión con una VPS menor de 39 cmls precisó emboliza-
fico. También puede suceder por un flujo focal de baja re- ción 74 • En cualquier caso, un sangrado importante es indi-
sistencia por productos de retención después del cación de tratamiento inmediato (embolización).
alumbramiento y en la NTG o como un hallazgo normal
debido a la subinvolución del lecho placentario 73 . Una Alteraciones del endometrio
gonadotropina coriónica humana (GCH) negativa será útil Debido a su mayor resolución, la ecografía transvaginal es
para distinguir una MAV de la NTG en muchos casos con muy adecuada para la representación y definición de pe-
retención de restos placentarios. Si el paciente está esta- queñas alteraciones dentro del endometrio y para deter-
ble, deberá plantearse un tratamiento conservador con su minar con precisión el contorno endometrio-miometri0 7s .
correspondiente seguimiento para comprobar que la le- El conocimiento del aspecto ecográfico normal del endo-
sión se resuelve 73 ,74. A pesar de existir un considerable so- metrio permite un reconocimiento más precoz de las si-
lapamiento, la velocidad pico sistólica (VPS) es útil para tuaciones patológicas que se manifiestan por un engrosa-
diferenciar a las pacientes de alto riesgo de las de bajo miento del endometrio con unos bordes mejor o peor
ri esgo. Timmerman y cols. 74 revisaron 30 pacientes con definidos, o irregulares. Muchas patologías del endome-
una MAV diagnosticada ecográficamente, definida como trio, como la hiperplasiá, pólipos y el carcinoma, pue-
un área hipervascular anormal en el miometrio con flujo den ocasionar un sangrado anormal, especialmente en las
turbulento. Las lesiones con un VPS mayor de 83 cmls te- pacientes postmenopáusicas. Todas estas patologías pue-
nían una mayor probabilidad de necesitar tratamientos den mostrar una ecografía similar. Una línea hiperecoica,

Figura 15-14 Malformación uterina arteriovenosa. A, Ecografía transversal transvaginal que muestra una falta 503
~ de homogeneidad en la textura del fundus uterino. B, Imagen de eco-Doppler color que muestra un patrón de
color llamativo con aparente inversión del flujo y área de aliasing de color. (De Huang M, Muradali D, Thurston WA,
y cols.: Uterine arteriovenous malformations: Gray-scale ultrasound and Doppler US features with MR imaging correlation,
Radiology 1998;226: 115-123.)
que rodea parcial o totalmente el endometrio, que se ha que la ecografía transvaginal aislada para detectar altera-
descrito como un signo de un proceso focal intracavitario, ciones focales en la mujer con sangrado postmenopáusi-
probablemente ocasionado por la interfase entre la masa co. Algunos recomiendan que se realice una EHG a todas
intraluminal y el endometrio circundante o el propio en- las mujeres con sangrado postmenopáusico, incluso cuan-
dometri0 76 . do la ecografía transvaginal fuera normaI 92 ,93. Neele y
La ecohisterografía ha demostrado ser de gran valor para cols,94 observaron que el 30% de 111 mujeres postmeno-
profundizar en la evaluación de un endometrio anormal- páusicas sanas y asintomáticas con una ecografía transva-
mente engrosad0 51,52,n'8o. La EHG puede distinguir entre ginal normal tenían una alteración endometrial detectada
alteraciones focales o difusas del endometrio y ayuda a de- con la EHG. La cuestión importante es si el tratamiento de
terminar el posterior tratamiento. Cuando la alteración es estas patologías benignas mejora la calidad de vida de la
~
difusa, se obtiene una biopsia ciega, no dirigida, pero en el paciente, su morbimortalidad y supervivencia, Se requie-
C6 caso de un proceso focal es necesaria una histeroscopia con ren nuevas investigaciones 90 .
c::::
biopsia o extirpación dirigida 52,80. La EHG también permite Otros estudios han evaluado el endometrio en pacientes
E distinguir entre procesos del endometrio benignos y malig- postmenopáusicas asintomáticas y llegaron a la con-
o
'O
.a nos 81,82, Las pacientes con cáncer de endometrio tienen clusión de que un endometrio de 8 mm o menos se pue-
ca unas cavidades endometriales poco distensibles, a pesar de de considerar normaJ25,95·97. La mayoría de estas publica-
ca
,- una canulación correcta del introito cervical 82 . ciones han incluido un grupo mixto de pacientes en
ot-
f!
C)
Con la reconstrucción de la proyección coronal, la eco- quienes se realizó o no la THS. En el grupo teórico de mu-
o(,) grafía en 3D también es valiosa en pacientes con sospecha jeres de 50 años o más, postmenopáusicas que no están
de alteraciones endometriales y en aquellos casos de en- sangrando ni recibiendo THS, Smith-Bindman y cols.98 re-
w
dometrio mayor de 6 mm 1, comendaron plantearse la biopsia si el endometrio medía
=e más de 11 mm, ya que el riesgo de cáncer era del 6,7%
'o Endometrio postmenopáusico (similar al de las mujeres postmenopáusicas con sangra-
'0
(.)
CI)
El sangrado postmenopáusico se considera un sangrado do y grosor endometrial > 5 mm). Si el endometrio mide
en vaginal en la mujer postmenopáusica distinto del sangra- 11 mm o menos, la biopsia no es necesaria ya que el
do cíclico con la THS secuencial. Dado que la prevalencia riesgo de cáncer es extremadamente baj 0 98. Utilizar
del cáncer endometrial es baja, el valor predictivo negativo este punto de corte proporciona un aceptable punto de
de un endometrio delgado es alto y por ello un endometrio corte para la detección de cáncer y para biopsias innece-
delgado puede tenerse en cuenta como fiable para excluir sarias solicitadas a raíz de un hallazgo casual.
el cáncer, Diversas publicaciones han demostrado que en Las pacientes postmenopáusicas pueden recibir THS,
pacientes con sangrado postmenopáusico con una mues- debido a que la sustitución con estrógenos reduce el ries-
tra de endometrio, una medida del endometrio de 4 mm o go de osteoporosis y alivia los síntomas de la menopausia.
menos 83 ·85 o de 5 mm o menos 86·88 se considera normal. El Sin embargo, la sustitución con estrógenos sin oposición
sangrado en estas pacientes normalmente se debe a un hormonal se asocia a un mayor riesgo de hiperplasia en-
endometrio atrófico. En 1.168 mujeres con sangrado dometrial y de carcinoma. Por ell o, el tratamiento con es-
postmenopáusico, entre las que se detectaron 114 cánce- trógenos se suele combinar con progesterona en pautas
res endometriales, ninguna mujer con cáncer endometrial combinadas continuas o secuenciales. Las pacientes
tenía un endometrio que midiera menos de 5 mm 84 . que reciben THS secuencial tienen unos cambios ecográfi-
Un metaanálisis de 35 estudios publicados, que incluyó cos en el endometrio similares a los del endometrio pre-
5892 mujeres, demostró que el grosor del endometrio menopáusico. Cuando se produce un sangrado no cíclico,
mayor de 5 mm detectaba e196% de los cánceres de endo- debe sospecharse una hiperplasia endometrial, pólipos o
metrio y el 92% de cualquier patología de endometri0 89 . A una neoplasia. En estas pacientes la ecografía debe reali-
partir de este metaanálisis, en una conferencia de consen- zarse 4-5 días después de completar el sangrado cíclico,
so multidisciplinaria auspiciada por la Society o[ Radiolo- cuando el endometrio sea más delgad0 90,99.
gist in Ultrasound programada para debatir el papel de la El hallazgo de una pequeña cantidad de líquido en el ca-
ecografía en mujeres con sangrado postmenopáusico se nal del endometrio, detectada mediante ecografía trans-
llegó a la conclusión de que un grosor endometrial de vaginal, puede ser normal en pacientes asintomáticas 1oo
más de 5 mm era anormal 90 . (Fig. 15-15). Cantidades mayores de líquido se asocian
La evaluación transvaginal del grosor endometrial ha con patología benigna, casi siempre relacionada con una
demostrado ser muy reproducible, con una coincidencia estenosis cervical y también con neoplasiaslOl'1 02. Ellíqui-
intraobservado~ e interobservadores excelentes 91 • Cuan- do debe excluirse cuando se mide el endometrio. Como el
do el endometrio no se puede visualizar en su totalidad o líquido permite un mejor detalle del endometrio, es muy
sus bordes son poco claros, el estudio debe considerarse importante evaluar el endometrio con detalle respecto a
como «no diagnóstico» y debe llevar a otras exploraciones irregularidades y masas polipoideas 103 .
(p, ej., EHG, histeroscopia)90, La conferencia de consenso
504 también estableció cuándo debe utilizarse la EHG o histe- Hidrometrocolpos y hematometrocolpos
roscopia en la evaluación del sangrado postmenopáusico, La obstrucción del tracto genital ocasiona una acumula-
y adelantó la conclusión de que cualquiera de las dos es ción de secreciones y sangre en el útero (metro) y/o vagi-
adecuada si se sospecha una alteración focal en la ecogra- na (colpos) con una ubicación que depende de la enverga-
fía transvaginal, y que la ecohisterografía es más sensible dura de la obstrucción. Antes de la menstruación, la
en el caso de las hiperplasias sin atipia celular 40 . Cada uno
de estos tipos puede subdividirse a su vez en hiperplasias
simples y complejas, en función de la proporción de
complejidad y agrupamiento de las glándulas. En la hiper-
.-
~
C)

plasia simple (quística), las glándulas están quísticamen- O


te dilatadas y rodeadas por abundante estroma celular,
'O
O
el)
mientras que en la hiperplasia compleja (adenomatosa) .5
las glándulas están agrupadas entre sí con poca interven- CJ
ción del estroma.
La hiperplasia endometrial es una causa frecuente de ...o
LO

sangrado uterino anormal. La hiperplasia se desarrolla a :;


,~
partir de una estimulación con estrógenos sin oposición a.
ro
hormonal. En mujeres post o perimenopáusicas suele ser O
secundaria una THS con estrógenos sin oposición. La hi-
perplasia se observa con menor frecuencia en los años
reproductivos, pero puede detectarse en mujeres con ci-
clos anovulatorios persistentes, enfermedad ovárica poli -
quística y mujeres obesas con una mayor producción de
Figura 15-15 Endometrio postmenopáusico estrógenos endógenos. La hiperplasia también puede ob-
normal en la ecografía transvaginal. Pequeña servarse en tumores productores de estrógeno s, como los
cantidad de líquido (flecha) en el canal endometrial tumores ováricos de células granulosas y los tecomas.
postmenopáusico. En la ecografía el endometrio suele estar difusamente
engrosado y ecogénico con unos bordes bien delimitados
(Fig. 15-18). También se puede apreciar un engrosamien-
acumulación de secreciones en la vagina y útero se llama to focal o asimétrico. Pueden apreciarse pequeños quistes
hidrometrocolpos. Después de la menstruación, el he- dentro del endometrio en la hiperplasia quística; sin
embargo, se puede observar también un aspecto similar
matometrocolpos es la consecuencia de la presencia de
sangre menstrual retenida. La obstrucción puede ser con- en la atrofia quística y los cambios quísticos también se
génita y suele deberse a un himen no perforado. Otras aprecian en los pólipos endometriales. Estas áreas quísti-
causas congénitas son el septo vaginal, la atresia vagi- cas representan glándulas quísticas dilatadas en el estu-
nal o un cuerno uterino rudimentario 104 . La hidrometra dio anatomopatológico 106.107 • A pesar de que los cambios
y la hematometra también pueden ser adquiridas como dentro del endometrio engrosado se aprecian con mayor
consecuencia de una estenosis tumoral cervical o endo- frecuencia en patología benigna, también se pueden de-
m etrial o por una fibrosis postirradiación101,105, tectar en el carcinoma endometriapo8. Como la hiperpla-
En la ecografía, si la obstrucción es a nivel de la vagina, sia tiene un aspecto ecográfico inespecífico será necesaria
existirá una marcada distensión de la vagina y cavidad en- la biopsia para su diagnóstico.
d ometrial con líquido. Si se detecta antes de la pubertad,
la acumulación de secreciones es anecoica, Después de la Afrofia del endomefrio
menstruación, la existencia de sangre retenida supone un La mayoría de las mujeres con sangrado uterino postmeno-
páusico presentan una atrofia endometriaI 84·88,lo9. En la eco-
material ecogénico en el líquido (Fig. 15-16). También
pueden formarse capas de material ecogénico, con forma-
ción de un nivel líquido-líquido.
La hidrometra o hematometra adquiridas muestran
u na cavidad endometrial distendida y rellena de líquido
q ue puede contener material ecogénico (Fig. 15-17). Será
d ifícil diagnosticar una sobreinfección (piometra) de la
hidrometra con la ecografía, y habitualmente se llega a es-
te diagnóstico por la clínica en presencia de hidrometra 1os .

Hiperplasia endomefrial
La hiperplasia del endometrio se define como la prolifera-
ción de las glándulas de tamaño y perfil irregular, con un
aumento de la relación glándula/estroma en comparación
con el endometrio proliferativo normal 40. El proceso es di-
fu so, pero no afecta a la totalidad del endometrio. La his-
tología de la hiperplasia endometrial puede dividirse en Figura 15-16 Hematocolpos en paciente joven
hiperplasia sin atipia celular e hiperplasia con atipia celu- ~
con himen no perforado. Ecografía sagital trans-
t...-
505
lar (hiperplasia atípica). Los estudios a largo plazo han ~ abdominal que muestra una vagina distendida y
demostrado que alrededor del 25% de las hiperplasias rellena de material ecogénico y que comprime la vejiga (b)
a típicas progresarán a un cáncer, frente a menos del 2% anteriormente.
=c:
'o
Figura 15-17 Hematometra en una paciente con estenosis cervical secundaria a un carcinoma cervical.
Ecografía A, transabdominal y B, transvaginal que muestra un canal endometrial muy distendido relleno de partí-
'ü culas de material ecogénico, debidos a sangre y detritus.
(J
el)
en

grafía un endometrio atrófico es normalmente delgado y dometrial durante la EHG, esta técnica es ideal para de-
mide menos de 5 mm, y en estas pacientes no es necesario mostrar los pólipos (Fig. 15-19, A-F) . La EHG también es
realizar más investigaciones o tratamiento. La histología una técnica valiosa cuando la ecografía transvaginal es
muestra unas glándulas endometriales dilatadas, pero las incapaz de diferenciar un pólipo endometrial de un leio-
células son cuboideas o planas y el estroma fibrótico. Un mioma submucoso (ver Fig. 15-19, G y H). El pólipo pue-
endometrio delgado con cambios quísticos en la ecografía de apreciarse emergiendo del endometrio, mientras en el
transvaginal es compatible con el diagnóstico de atrofia fibroide se aprecia como una capa normal de endometrio
quística, pero cuando el endometrio está engrosado, el as- cubriendo el fibroide submucoso. Pueden apreciarse zo-
pecto es indistinguible de la hiperplasia quística 108 . nas quísticas dentro del pólipo (ver Fig. 15-7, 1), que re-
presentan glándulas dilatadaslo6.107. En ocasiones se de-
Pólipos endometria/es tecta una arteria en el pedículo con el eco-Doppler (signo
Los pólipos del endometrio son lesiones benignas fre- del pedículo arterial) que haría innecesaria la realización
cuentes que se observan con mayor frecuencia en mujeres de una ecohisterografía 11l.ll2 (ver Fig. 15-18, B).
peri o postmenopáusicas. Los pólipos pueden ser causa Los pólipos endometriales no pueden distinguirse en
de sangrado uterino, aunque casi siempre son asintomáti- un legrado porque un pólipo sobre un tallo plegable pue-
coso En la mujer que menstrúa, los pólipos del endometrio de pasar inadvertido con la cureta. Si persiste el sangrado
pueden asociarse al sangrado intermenstrual o menome- en una mujer postmenopáusica después de un legrado y
trorragia y pueden ser causa de infertilidad. En el estudio raspado no diagnóstico con un grosor endometrial mayor
histológico, los pólipos son un sobrecrecimiento del tejido de 8 mm, se recomienda una histeroscopia con visualiza-
endometrial recubierto de epitelio y que se proyecta por ción directa de la cavidad endometrial 113 •
encima del epitelio superficial adyacente 4o • Pueden ser
pedunculados o de base ancha, o pueden tener un tallo Carcinoma de endometrio
delgado. Aproximadamente el 20% de los pólipos endo- El carcinoma de endometrio es la neoplasia maligna más
metriales son múltiples y la degeneración maligna es rara. frecuente en Norteamérica. La American Cancer Society
En ocasiones un pólipo presenta un tallo largo, permitien- (AeS) estima en 40.100 los nuevos casos de cáncer endo-
do que protruya en el cérvix o incluso en la vagina. metrial en los Estados Unidos en el año 2008 y en cerca de
En la ecografía los pólipos parecen un engrosamiento 7.470 fallecimientos por esta causa. Desde 1998, la inci-
ecogénico no específico, que puede ser difuso o focal (ver dencia ha descendido en torno a un 0,8% cada año des-
Fig. 15-7, G). Sin embargo, también puede manifestarse pués de un periodo de aumento durante la década previa.
como masas focales, redondeadas y ecogénicas dentro de Las tasas de mortalidad están estabilizadas desde 1992 114 •
506 la cavidad endometrial llo (ver Figs. 15-7, Fy 15-18). Este El carcinoma de endometrio es muy curable, ya que más del
aspecto resulta bastante más fácil de identificar cuando 75% están confinados al útero en el momento de su diag-
existe líquido dentro de la cavidad endometrial delimitan- nóstico. Muchos carcinomas endometriales (75%-80%) se
do la masa. Puesto que se instila líquido en la cavidad en- producen en mujeres postmenopáusicas. La presentación
clínica más habitual es un sangrado uterino, aunque sola- pos también pueden obstruir el canal del endometrio, con
mente un 10% aproximadamente de las mujeres con la consiguiente formación de hidrometra o hematometra.
sangrado postmenopáusico tendrán un carcinoma en- A pesar de que determinados aspectos ecográficos sean C'II
dometrial. Existe una fuerte asociación con el tratamiento más propios de etiologías benignas o malignas, muestran 'o,
O
estrógeno sustitutivo en mujeres postmenopáusicas y signos de solapamiento y la biopsia de endometrio suele
con los ciclos anovulatorios en mujeres premenopáusicas.
"S
ser necesaria para un diagnóstico definitivo. CJ
el)
Otros factores de riesgo son la diabetes, obesidad, hiper- El papel de la eco-Doppler en el diagnóstico del carcino- .5
tensión y partos escasos. Aproximadamente el 25% de las ma endometrial sigue siendo objeto de debate. El flujo C!J
pacientes con hiperplasia endometrial atípica progresarán sanguíneo es difícil de detectar en el endometrio normal.
a un carcinoma endometrial bien diferenciad0 40 • Los estudios iniciales utilizando eco- Doppler transvaginal ,....
U')

En la ecografía, un endometrio engrosado tiene que color y espectral sugirieron que permitiría diferenciar un
considerarse un cáncer hasta que se demuestre lo carcinoma endometrial y un endometrio postmenopáusi-
contrario. El endometrio engrosado puede estar bien de- co normal o benigno a partir de la existencia de flujo de
fi nido, ser uniformemente ecogénico y ser indistinguible baja resistencia en las arterias uterinas de mujeres con
de la hiperplasia y los pólipos. El cáncer es más probable cáncer de endometrio, comparado con el flujo de alta re-
cuando el endometrio tiene una ecotextura heterogénea sistencia de las mujeres con endometrio normal o benig-
con bordes irregulares y mal delimitados (Fig. 15-20). Los no 115•116 . Sin embargo, estudios posteriores han demostra-
cambios quísticos dentro del endometrio se observan con do que no existe una diferencia significativa en el flujo
mayor frecuencia en la atrofia de endometrio, y los póli- sanguíneo uterino entre los procesos benignos y malig-

Figu a 15-18 Pólipo endometrial e hiperplasia .


....- ~ A, Ecografía transvaginal que muestra un endo-
~ metrio engrosado (cabezas de fecha) con pólipo
redondo central (flecha). S, Eco-Doppler color que muestra 507
las arterias nutricionales. e, Ecohisterografía que confirma
el pólipo (flecha) y un endometrio grueso (cabezas de fle-
cha) debido a hiperplasia.
=e
'o
'o
o
Q)
ti)

Igura 1 19 Ecohisterografías de pÓlipos, fibroides y adherencias, A, Pólipo ecogénico redondo y bien defi-
nido. B, Cubierta de pólipos pequeños. e, Pólipo con su tallo. D, Pólipo con áreas quísticas. E, Pólipo pequeño. F,
Pólipo pequeño, G, Fibroide submucoso e hipoecoico. H, Fibroide submucoso hipoecoico 9tenuante. 1, Adheren-
cias endometriales. Obsérvense las bandas puente de tejido dentro del canal endometrial relleno de líquido.

nos 117 •119 . El flujo de alta resistencia en la arteria uterina mente invasión superficial, mientras que la obliteración
también se ha documentado en asociación con fibroides del halo indica invasión profunda 124. La ecografía transva-
uterinos l16 , Algunas publicaciones han referido flujos de ginal y la RM en T2 sin realce ofrece una precisión simi-
baja resistencia en las arterias subendometriales o endo- lar 125, pero la RM con contraste ha demostrado que es su -
metriales de las lesiones endometriales malignas97.12o, perior a ambas para demostrar una invasión tumoraP26-l2B.
mientras que otros no han demostrado diferencias esta- La RM permite evaluar la extensión cervical (estadio JI) y
dísticamente significativasllB.119.l21 . Sladkevicius y cols. 119 la extensión extrauterina (estadios 1II y IV).
observaron que el grosor del endometrio era un método El tamoxifeno es un compuesto antiestrogénico no es-
mejor para discriminar entre endometrio normal y pato- teroideo, de uso muy extendido como tratamiento adyu-
lógico o benigno y maligno que el eco-Doppler de las arte- vante en mujeres pre y postmenopáusicas con cáncer de
rias uterinas, subendometriales o intraendometriales 119 • mama. El tamoxifeno actúa compitiendo con el estrógeno
508 Se puede utilizar la ecografía en la evaluación preopera- por los receptores de estrógeno. En la mujer premeno-
toria de un paciente con un carcinoma endometrial para páusica, el tamoxifeno tiene un efecto antiestrogénico, pe-
determinar la invasión del miometrio 122·124 • Un halo sub- ro en las mujeres postmenopáusicas ejerce efectos estro -
endometrial (capa interna del miometrio) indica normal- génicos. Se ha referido un mayor riesgo de carcinoma
endometrial en pacientes que reciben tratamiento con El cribado ecográfico rutinario de las mujeres asintomáti-
tamoxifeno 129, así como un mayor riesgo de hiperplasia cas que reciben tamoxifeno no ha sido efectivo en la de-
y pólipos endometriales 130,l3l. En la ecografía los cam- tección precoz de cáncer de endometrio y por ese motivo ns
,-
bios relacionados con el tamoxifeno son inespecíficos y no se recomienda 139 . el
O
parecidos a los descritos en la hiperplasia, pólipos y carci- (5
noma 131 .133 . Se ven con frecuencia cambios quísticos den- Endometritis (J
Q)
tro del endometrio engrosado (ver Fig. 15-7, He 1). Los La endometritis se puede producir en el postparto, des- c::::
pólipos se observan con frec uencia y presentan una ma- pués de un legrado o ser secundaria a una EPI. En la eco- a
yor incidencia en mujeres que reciben el tamoxifeno que grafía, el endometrio se muestra grueso y/o irregular y la
en las no tratadas y estos pólipos pueden ser muy gran- cavidad puede o no contener líquido (Fig. 15-21). Puede
o
des 134.135 • Existe correlación entre un mayor engrosamien- apreciarse gas con una sombra acústica distal dentro del '3
~
to del endometrio y una duración de la toma del tamoxife- canal endometrial. Sin embargo, el gas también se detecta C.
1'0
no de más de 5 años 134• En algunas pacientes que toman el hasta en el 21 % de las mujeres clínicamente normales en (J
tamoxifeno, los cambios quísticos realmente han demos- las primeras 3 semanas del postparto 140. Es necesaria una
trado que son subendometriales por su ubicación y repre- correlación clínica cuando se observa gas endometrial en
sentan cambios anormales del tipo adenomiosis en la ca- la paciente durante el postparto.
pa interna del miom etrio 136. Debido a la dificultad de
distinguir los bordes endometrio-miometrio en muchas Adherencias del endometrio
de estas pacientes, es útil la ecohisterografía para determi- Las adherencias del endometrio (sinequias, síndrome de
nar si la alteración es endometrial o subendometriaJ137.138. Asherman) son de origen postraumático o postquirúrgico

Figura 15-:20 Carcinoma endometrial: aspecto variado en dos pacientes. A, Ecografía transabdominal y e, 509
transvaginal que muestran una gran masa heterogénea endometrial (cabezas de flecha) que comprime el miome-
trio adyacente. C y D, Ecografía transvaginal que muestra un engrosamiento endometrial irregular localizado con
proyecciones polipoideas ecogénicas (flechas) dentro de un canal endometrial relleno de líquido.
Figura 15-21 Endometritis: variaciones en el aspecto en dos personas. Ecografías transabdominales. A, Nivel
~ líquido-líquido (flecha) dentro del canal endometrial en una paciente con enfermedad pélvica inflamatoria. B, Veji-
ga. Se resolvió con tratamiento antibiótico. B, Múltiples focos hiperecogénicos lineales con sombra debida a aire
dentro del canal endometrial en el post parto de una mujer febril.
=
y pueden ser causa de infertilidad y pérdidas repetidas de permite demostrar una mala posición, una perforación y
embarazo. Su diagnóstico ecográfico es difícil salvo que el una retirada incompleta (Fig. 15-22, E-H). Una posición
líquido distienda la cavidad endometrial. El endometrio excéntrica del DIU sugiere una penetración en el miome-
habitualmente parece normal en las ecografías transab- trio. Si no se aprecia el DIU en la ecografía deberá realizar-
dominal o transvaginal, aunque pueden apreciarse las ad- se una radiografía que permita determinar si está en la
herencias por vía transvaginal como irregularidades o cavidad libre peritoneal o no está, por haberlo expulsado
bandas hipoecoicas con forma de puente dentro del endo- previamente. El DIU puede quedar oculto por alteraciones
metrio 141 . El mejor momento para apreciarlas es durante intrauterinas coexistentes, como los coágulos de sangre o
la fase secretora, cuando el endometrio es más hiperecoi- un aborto incompleto. Cuando un DIU intrauterino coinci-
co. La EHG es una excelente técnica para demostrar las de con un embarazo intrauterino (Fig. 15-22, !J, puede
adherencias y deberá realizarse en todos los casos de sos- apreciarse de forma fiable precozmente durante el primer
pecha de adherencias 142 . Las adherencias se muestran co- trimestre, pero rara vez puede identificarse después. En el
mo bandas puente de tejido que distorsionan la cavidad primer trimestre puede extraerse con seguridad el dispo-
(ver Fig. 15-19,!J o también como membranas ondulantes sitivo con ayuda de la ecografía.
que se aprecian mejor con la ecografía en tiempo real 4 •
Las adherencias de base ancha pueden impedir la disten- Alteraciones del cérvix
sión de la cavidad uterina 77 y se pueden seccionar me- El cérvix puede ser difícil de evaluar mediante ecografía
diante la histeroscopia. transabdominal, ya que está en la parte baja de la pelvis, por
detrás de la vejiga. La mejor visualización se consigue con la
Dispositivos intrauterinos anticonceptivos ecografía transvaginal, que puede diagnosticar de forma fia-
La ecografía juega un importante papel para determinar ble las patologías normales y benignas cervicales 146 .
la ubicación de los dispositivos intrauterinos anticoncep- Los quistes de Nabothian (de inclusión) del cérvix
tivos (DIU). Los DIU se detectan de forma fiable tanto con con frecuencia se aprecian durante una ecografía de ruti-
la ecografía transabdominal como con la transvaginal na (Fig. 15-23). Su tamaño oscila desde unos pocos milí-
(Fig. 15-22). Son estructuras lineales muy ecogénicas metros hasta alcanzar 4 cm y pueden ser simples o múlti-
dentro de la cavidad endometrial del cuerpo del útero. ples y suelen diagnosticarse de forma casual, aunque
Los diversos tipos de DIU muestran un aspecto típico en la pueden asociarse con la curación de una cervicitis cróni-
ecografía, que refleja su aspecto macroscópico. Se suele ca. En ocasiones los quistes de Nabothian presentan unos
apreciar la sombra acústica de los DIU y también es habi- ecos interiores, posiblemente debidos a hemorragia o in-
tual observar los ecos paralelos (reflejos de entrada-sali- fección . La existencia de múltiples quistes puede tener su
da), que representan las superficies anterior y posterior origen en una hipertrofia benigna del cérvix 147 .
del DIU 143 (Fig. 15-22, A). Los nuevos DIU que contienen Los pólipos cervicales son una causa frecuente de san-
hormonas (p. ej., Mirena) pueden resultar difíciles de vi- grado vaginal y se observan en la ecografía, aunque su
510 sualizar mediante ecografía 144 • La ecografía 3D es muy útil diagnóstico es clínico. Aproximadamente el 8% de los
por proporcionar una evaluación más completa de la ubi- leiomiomas surgen del cérvix. Pueden ser pedunculados
cación de los DIU, al permitir visualizar la totalidad del y prolapsar a la vagina. En pacientes sometidas a una his-
DIU en el plano coronap44.14S (Fig. 15-22, D) . La ecografía terectomía supracervical, el resto cervical en ocasiones
puede simular una masa. La ecografía transvaginal suele cuencia se asocia al síndrome de Peutz-Jeghers 149. Se ob-
ser diagnóstica y permite demostrar un cérvix normal. El servan múltiples zonas qUÍsticas dentro de la masa cervi-
resto cervical puede medi r hasta 4,4 cm en el diámetro AP caJl49,150 (Fig. 15-25). Esta patología debe diferenciarse ca
,-
y 4,3 cm de longitud 148. La estenosis cervical puede ser con facilidad de los quistes profundos de Nabothian por- C)
O
secundaria a la radioterapia previa, biopsia del cono, atro- que éstos no se asocian con masas.
"O
fia cervical postmenopáusica o carcinoma cervical. (J
C1)
El carcinoma cervical se suele diagnosticar clÍnica- .5
mente y las pacientes rara vez se remiten para evaluación VAGINA CJ
ecográfica. La ecografía demuestra una masa retrovesical
sólida, que puede ser indistinguible de un fibroide cervi- ,...
10

o
cal (Fig. 15-24). Se recurre a la RM para el estadiaje del La vagina sigue un trayecto caudal e inferior desde el "3
:!::
carcinoma. cérvix entre la vejiga y el recto. La mejor forma de visua- el.
cu
El adenoma maligno, también llamado «adenocarcino- lizarla es con las ecografías de línea media sagitales con ()
ma de mínima desviación» es una neoplasia cervical rara angulación caudal ligera del transductor. Se muestra co-
que emerge de las glándulas endocervicales y con fre- mo una estructura tubular hipo ecoica colapsada con un

Figura 15-22 Dispositivos intrauterinos anticonceptivos (DIU). A, B, E Y G. Ecografías transabdominales. He


~ 1, Ecografías transvaginales. A, Estructura lineal altamente ecogénica en una localización normal dentro del canal 511
endometrial en el cuerpo del útero. B, DIU-anillo chino poco habitual. e, Radiografía de B. D, Reconstrucción co-
ronal que muestra todo el DIU en su ubicación normal. E, DIU en posición arriba-abajo con extremos colocados caudal-
mente. F, Radiografía de E. G, DIU en posición anormal en el segmento uterino inferior. H, DIU ubicado en el miometrio
externo. 1, DIU en un útero grávido de 30 semanas.
=c:
'o
'(3
u
Q)
en

F gura 15-23 Quistes de Nabothian en ecografías transvaginales. A, Quistes normales. S, Quiste de Nabothian
aislado. e, Múltiples quistes de Nabothian. D, Quiste de Nabothian con hemorragia (flecha) y quiste simple de
Nabothian (cabeza de flecha).

eco lineal de alta amplitud por aposición de superficies En pacientes con histerectomÍa, no debe malinterpre-
de la mucosa vaginal (ver Fig. 15-2). La malformación tarse un manguito vaginal como una masa. Stein y cols. 148
congénita más frecuente del tracto genital femenino es observaron que el límite superior del manguito vaginal
el himen imperforado con el consiguiente hematocol- era de 2,2 cm en las mujeres que fueron sometidas a his-
pos. En ocasiones la ecografía permite caracterizar una terectomÍa transvaginal y de 2,4 cm en aquellas sometidas
masa vaginal. Los quistes de los conductos de Gartner a una histerectomÍa transabdominal. Por otra parte, el
son remanentes del extremo caudal del conducto meso- diámetro se reduce bastante con la edad avanzada y el
néfrico, que forman masas simples o múltiples a lo largo Doppler color suele mostrar flujo dentro del manguito. Un
de la pared anterolateral o lateral de la vagina. Son las manguito mayor de 2,2 cm o que contenga una masa defi-
lesiones quÍsticas más frecuentes de la vagina y normal- nida sugiere malignidad. Las áreas nodulares pueden de-
mente se aprecian de forma casual durante una explora- berse a fibrosis postirradiación 153 •
ción ecográfica. Suelen ser rrequeñas y cursan sin sÍnto-
mas y pueden asociarse a alteraciones renales o ,~\-, '.o{'~ .., ......,~~ _',~' '

ureterales l51 . Las masas sólidas de la vagina son raras. Se RECESO_REC:r,OUTERINO


_.-té.
han descrito dos casos de neurofibroma de vagina que
512 se manifestaron como masas sólidas 152 . Al igual que en el
carcinoma de cérvix, la ecografía no se utiliza para el El receso rectouterino (fondo de saco posterior) es el
diagnóstico del carcinoma de vagina, aunque juega cier- reflejo más posterior e inferior de la cavidad peritoneal.
to papel en el estadiaje. Está localizado entre el recto y la vagina y también se co-
nace como fo ndo de saco de Douglas. El fórnix posterior dentro del líquido con mayor frecuencia debido a su me-
de la vagina está estrechamente relacionado con el fondo jor resolución (Fig. 15-26). También se observan abscesos
de saco posterior y está separado por el grosor de la pared pélvicos y los hematomas en el fondo de saco.
vaginal y de la membra na peritoneal. El fondo de saco es
un espacio potencial y por su localización es un lugar fre-
cuente para la colección de líquido intraperitoneal. Se OVARIO
puede detectar una cantidad de tan sólo 5 mI de líquido
mediante una ecografía transvaginaps4.
El líquido e n el fondo de saco es un hallazgo normal Anatomía ecográfica normal
en mujeres asintomáticas y se puede observar durante to- La ubicación uterina influye en la posición de los ovarios. ....
1./')

o
das las fases de ciclo menstrual. Entre sus posibles oríge- Los ovarios normales se identifican lateralmente o en una '3
:!:
nes están una rotura folicula r, sangre por una menstrua- posición posterolateral respecto al útero y en anteflexión C.
ni
ci ón retrógrada y un aumento de la permeabilidad capilar en la línea media. Cuando el útero está a un lado de la lí- O
de la superficie ovárica por influencia del estrógeno 1SS •IS6 . nea media (una variante de la normalidad), el ovario ipsi-
Las colecciones patológicas de líquido en el fondo de saco lateral suele estar por encima del fundus uterino. En el
de Douglas pueden asociarse con una ascitis generalizada, útero en retroversión, los ovarios tienden a ubicarse en
sangre por la rotu ra de un embarazo ectópico, un quiste ·una posición lateral y craneal, cerca del fundus uterino.
hemorrágico o pus por una infección. La ecografía puede Cuando el útero aumenta de tamaño, los ovarios tienden a
ayudar en la diferenciación del tipo de líquido, ya que la desp lazarse en una dirección más craneal y lateral. Des-
sangre, pus, mucina y exudados malignos normalmente pués de la histerectomía, los ovarios tienden a localizarse
contienen ecos dentro del líquido, mientras que el líquido en una posición más medial y directamente por encima
seroso (ya sea fisi ológico o patológico) es habitualmente del manguito de la vagina.
anecoico. La sangre coagulada puede ser muy ecogéni- Por la laxitud de sus fijaciones ligamentosas, el ovario
ca lS7 . La ecografía transvaginal permite demostrar ecos puede adoptar una posición extremadamente variable y

Figura 15-24 Carcinoma cervical. Ecografías A,


sagital transabdominal y B, transvaginal que
muestra una gran masa cervical (flecha). El borde 513
de la masa con el borde de tejido normal está marcado
(cabezas de flecha) en B. C, eco-Doppler color que mues-
tra la hipervascularidad de la masa.
=e
,o
'0
(,)
Q)
en

Figura 15-25 Adenoma maligno. Ecografías A y


""-_ ~ B, transabdominal y e, transvaginal que muest;a.n
~ una masa ecogénica cervical (flechas) con multl-
pies áreas quísticas.

puede estar alto en la pelvis o en el fondo de saco. Por su nantes no se reabsorbe. Después de la ovulación, se desa-
posición variable, los ovarios craneales o extremadamen- rrolla el cuerpo lúteo y puede identificarse en la ecogra-
te laterales podrían no ser visibles desde un abordaje fía como una estructura pequeña hipoecoica o isoecoica
transvaginal por quedar fuera del campo de visión. Los en la periferia del ovario. El cuerpo lúteo involuciona an -
ovarios son de perfil elipsoide, con su eje craneocaudal tes de la menstruación.
paralelo al de los vasos ilíacos internos, que quedan por Debido a la variabilidad de perfil, el volumen ovárico
detrás y sirven como una referencia útil (Fig. 15-27). se ha considerado el mejor método para determinar el ta-
En la ecografía, el ovario normal tiene una ecotextura maño ovárico. La medición del volumen se basa en la fór-
relativamente normal con una médula muy ecogénica mula para una elipse (0,523 X longitud X anchura X al-
central. Puede apreciarse periféricamente en la corteza tura). Diversos estudios han demostrado que el volumen
unos pequeños folículos quísticos o anecoicos bien defini- de los ovarios es mayor que lo que se pensaba anterior-
dos. El aspecto de los ovarios cambia con la edad y fase del mente; en los primeros dos años de vida es algo mayor de
ciclo menstrual. Durante la fase de proliferación precoz, 1 cc en el primer año de vida y 0,7 cc en el segundo 158 . El
muchos folículos que están estimulados por la hormona límite superior de la normalidad se ha referido en 3,6 cc
estimulante folicular (HEF) y la hormona luteinizante en los primeros 3 meses y de 2,7 cc entre los 4 y 12 meses,
(HL) se desarrollan y aumentan de tamaño hasta el 8.°_9.° y 1,7 cc en el segundo año 158 • El volumen ovárico sigue
día del ciclo menstrual. En ese momento un óvulo se hace siendo relativamente estable hasta los 5 años de edad y
14
dominante, destinado para la ovulación y aumenta de ta- entonces aumenta gradualmente hasta la menarquia, mo-
maño hasta alcanzar 2,0-2,5 cm en la ovulación. Los de- mento en que el volumen medio es de 4,2 ± 2,3 cc, con un
más folículos se hacen atrésicos. El quiste folicular se límite superior de 8,0 cc8 . Con frecuencia se aprecian unos
forma cuando el líquido de uno de los folículos no domi- folículos o quistes en los ovarios neo natales o en la pre-
menarquia. En un estudio se observó la actividad de los domina\. Utilizando ambas técnicas se consiguió ver más
folículos en e187% de las niñas prepúberes l l . Estos folícu- ovarios (68%) que cuando solamente se utilizaba uno de
los normalmente miden menos de 9 mm, pero pueden al- los abordajes, Unos ovarios de emplazamiento craneal
canzar hasta 17 mm 159 . pueden quedar fuera del campo de visión del transductor
En la mujer adulta que menstrúa, un ovario normal transvaginal y la ecografía transabdominal podría no per-
puede alcanzar hasta los 22 cc. eohen y cols. 160 evalua - mitir visionar unos ovarios muy pequeños o de emplaza-
ro n 866 ovarios normal es mediante una ecografía trans- miento profundo. La falta de visualización del ovario no
ab dominal y refirieron un volumen ovárico de 9,8 ± 5,8 excluye una lesión de ovario.
cc, con un límite superi or de 21,9 CC I60. Otro estudio rea- El volumen medio de los ovarios se ha referido entre 1,2
lizado sobre 406 mujeres con ovarios normales y que y 5,8 cm I60 ,161,165-169. Los valores medios en estos estudios
utilizaba una ecografía transvaginal, refirió un volumen pueden ser algo elevados debido a que los ovarios no visua-
medio de los ovarios de 6,8 cc con un límite superior de lizados no se incluyeron. En un estudio en el que se evalua-
18,0 CC 161 . No existe una sign ificativa paridad relativa en ron 563 pacientes con ovarios normales postmenopáusicos
los cambios ováricos de volumen en las mujeres preme- mediante una ecografía transvaginal se refirió un volumen
nopáusicas 13 • ovárico medio de 2,0 cc con un límite superior de la norma-
Los focos ováricos ecogénicos se ven con frecuencia lidad de 8,0 CC 161 . Un volumen ovárico de más de 8,0 cc se
en ovarios que por lo demás son normales (Fig. 15-28). considera a todos los efectos como anormal. Algunos
Son focos diminutos (1-3 mm) sin sombra y normalmente autores sugieren que el volumen del ovario que duplica al
múltiples o de localización periférica, aunque pueden ser del otro lado también deberá considerarse anormal, al
difusos. Se creía que representaban quistes de inclusión margen de su tamaño actuap66,168.
con sus calcificaciones psamomatosas asociadas l62 . En un
estudio con correlación ana tomo patológica sobre siete Quistes postmenopáusicos
ovarios normales con focos ecogénicos, Maradali y cols. 163 Los quistes simples se observan hasta en un 15% de los
demostraron que estos focos se debían a la reflexión espe- ovarios postmenopáusicos y no se relacionan con la edad,
cular de las paredes de diminutos quistes no resueltos tiempo trascurrido desde la menopausia o tratamiento
por debajo de la resolución espacial de la ecografía más hormonal l7l , Estos quistes se detectan con mayor frecuen-
que a calcificaciones. Estos focos ecogénicos no indican cia en la ecografía transvaginal por su mayor resolución,
una enfermedad impo rtante subyacente, de forma que no pero en algunas mujeres, especialmente en las histerecto-
requieren más estudios. mizadas o con ovarios muy craneales, los quistes sólo se
La calcificación focal puede observarse en ocasiones detectarían por vía transabdomina\. Muchos de estos
en ovarios de aspecto normal y se cree que representa quistes pueden desaparecer o reducir su tamaño con el
una reacción del estroma fre nte a hemorragias o infeccio- ti empo 172-174 (Fig. 15-30).
nes previas l64 . Sin embargo, la calcificación puede ser una Diversos estudios han mostrado una incidencia muy
manifestación inicial o precoz de una neoplasia, de forma baja de malignidad en los quistes uniloculares postme-
que se recomienda un seguimiento eco gráfico. nopáusicos menores de 5 cm de diámetro y sin tabiques
o componentes sólidos1 73-178 • Ekerhovd y cols,178 detecta-
Ovario postmenopáusico ron cuatro tumores borderline o malignos en 247 muje-
Después de la menopausia, el ovario se atrofia y los folícu-
los desaparecen en los siguientes años reduciendo el ova-
rio su tamaño con el paso de los años 13,165-167. Por su menor
tamaño y la ausencia de folículos, el ovario postmenopáu-
sico puede resultar difícil de visualizar con la ecografía
(Fig. 15-29). Un asa intestinal estacionaria se puede con-
fundir con un ovario norma\. Por ello la ecografía tiene
que realizarse de forma minuciosa en busca de peristaltis-
mo. La visualización ecográfica de unos ovarios postme-
nopáusicos normales varía enormemente en la literatura,
desde sólo un 20% hasta el 99% utilizando los abordajes
transabdominal o el transvaginap61,165,17O, La variación
probablemente se deba a diferencias en la técnica y tiem-
po transcurrido desde la menopausia, El ovario decrece
de tamaño con la edad y por ello la capacidad para ver los
ovarios disminuye también con el tiempo transcurrido
desde la menopausia l7l ,
La ausencia del útero también influye porque los ova-
rios serán más difíciles de detectar después de la histerec-
515
tomía por la pérdida de referencias anatómicas. En 290
ovarios postmenopáusicos que se sabía que estaban pre- ..., Figura 15-26 Líquido ecogénico en el fond o de
sentes, Wolf y cols,171 visualizaron solamente el 41 % de ~ saco debido a sangre en la ecografía transvaginal.
los ovarios por vía transvaginal y el 58% por vía transab-
Fig l"a 15-2 Ovario normal. A y B. Ecografía transvaginal que muestra unos ovarios normales con pocos folícu-
los en dos pacientes. La vena ilíaca interna está por detrás del ovario.
=

res postmenopáusicas (1,6%) sometidas a cirugía pór Lesiones no neoplásicas


quistes ováricos simples detectados por ecografía trans-
vaginal. Estos cuatro tumores eran mayores de 7,5 cm de Quistes funcionales
diámetro. Se suele recomendar un seguimiento de las Los quistes funcionales del ovario pueden ser foliculares,
mujeres postmenopáusicas con quistes ováricos simples del cuerpo lúteo y quistes teca-luteína. Los quistes foli -
menores de 5 cm de diámetro sin intervención quirúrgi- culares se producen cuando un folículo maduro fall a al
ca, salvo que se produzca un incremento del tamaño o ovular o no involuciona. Los folículos normales pueden
cambio en las características de la lesión. La cirugía se variar desde unos pocos milímetros hasta 2,5 cm, y un
recomienda habitualmente en quistes postmenopáusi- quiste folicular no puede distinguirse con certeza hasta
cos mayores de 5 cm y en los que contienen tabiques in- que sea mayor de 2,5 cm. Por ello, un quiste simple menor
teriores o nódulos sólidos de 2,5 cm en una mujer premenopáusica debe considerar-

516
Figura 15-28 Foco ecogénico ovárico. Ecografía transvaginal en dos pacientes. A, Dos focos ecogénicos dimi-
nutos en un ovario de aspecto normal. B, Múltiples focos ecogénicos diminutos periféricos (quistes diminutos
persistentes).
,S!
C)
O
15
CJ
Q)
e
CJ

Figura 1;,- Ovario postmenopáusico normal. A y S, Ecografías transvaginales de dos pacientes que mues-
t....- ~
tra un ovario postmenopáusico normal (O). 1, vena ilíaca interna. Obsérvese el pequeño tamaño y ausencia de
~ folículos.

se un folículo y por tanto dentro de la normalidad. Los momento de la exploración ecográfica 181-l83. Las caracte-
fo lículos y quistes foliculares suelen ser unilaterales, asin- rísticas internas se aprecian mucho mejor con la ecografía
tomáticos y con fre cuencia se detectan de forma casual en transvaginal, por su mayor resolución. Un quiste con he-
la exploración ecográfica. Los quistes foliculares normal- morragia aguda normalmente es hiperecoico y puede
mente involucionan espontáneamente. "- parecer una masa sólida (Fig. 15-31, A-C). Sin embargo,
Después de la ovulación, se desarrolla el cuerpo lúteo suele tener una pared posterior lisa y muestra un realce
que puede identificarse ecográficamente como una es- acústico posterior, como reflejo de la naturaleza quística
t ructura hipoecoica o isoecoica dentro del ovario. El cuer- de la lesión. Pueden apreciarse ecos interiores de bajo ni-
po lúteo suele contener ecos de bajo nivel en s\l interior,
con frecuencia con una pared más gruesa que el folículo y
un aspecto dentado. Es típico que tenga un borde de color
alrededor de la pared en el eco-Doppler (anillo de fuego;
ver Fig. 15-31, C). El cuerpo lúteo suele involucionar debi-
do al fallo en la absorción o excesivo sangrado dentro del
cuerpo lúteo. Timor-Tritsch y Goldstein 179 recomiendan
utilizar el término «cuerpo lúteo » en lugar de «quiste del
cuerpo lúteo» salvo que alcance los 4-5 cm. Los quistes
del cuerpo lúteo son menos frecuentes que los quistes
foliculares, pero tienden a ser mayores y más sintomáti-
cos. El principal síntoma es el dolor. Estos quistes suelen
ser unilaterales y más propensos a la hemorragia y ruptu-
ra. Si se fertiliza el huevo, el cuerpo lúteo continúa como
cuerpo lúteo del embarazo y se transformará en quístico e
hipertrófico. El tamaño máximo se alcanza a las 8-10 se-
manas y a las 16 semanas el quiste suele desaparecer18o .

Quiste hemorrágico
La hemorragia interna se produce en ambos tipos de quis-
tes funcionales, aunque es mucho más frecuente en los
quistes del cuerpo lúteo. Las mujeres con quistes hemo-
rrágicos con frecuencia presentan un dolor pélvico de ini- Figura 15-30 Gran quiste ovárico postmeno-
páusico. Ecografía transvaginal que muestra un 517
cio agudo. Los quistes hemorrágicos muestran diversos
signos debido al variable aspecto de la sangre (Fig. 15-31). quiste ovárico de 7 cm que no contiene ecos inte-
riores o septos y que no se ha modificado de tamaño en los
El aspecto depende de la cantidad de sangre y el tiempo
últimos 4 años.
transcurrido desde el inicio de la hemorragia respecto al
cu
o
'o
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...o>o.
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Q.

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u
Q)
rJ)

Figura 15-31 Quistes hemorrágicos en la ecografía transvaginal: posibles aspectos. A, Quiste hemorrágico
...- ~ agudo. B, Quiste hemorrágico agudo que simula una lesión sólida. e, Doppler color que muestra un anillo perifé-
~ rico de vascularidad (anillo de fuego), típico del cuerpo lúteo, pero sin vascularidad en el interior del quiste. D,
Gran quiste que contiene múltiples ecos interiores de bajo nivel. E, Patrón reticular de ecos interiores y septos dentro del
quiste. F, Patrón reticular. G, H e 1. Variaciones en la retracción del coágulo. El coágulo en I sugiere una masa sólida. La
ausencia de señal en el eco-Doppler color apoya la naturaleza benigna de la lesión.

vel (Fig. 15-31, D), pero este aspecto es más frecuente en toneal en el fondo de saco de Douglas ayuda a confirmar el
los endometriomas. A medida que se hemolisa el coágulo, diagnóstico de rotura o fuga de quiste hemorrágico. La
el patrón interior se hace más complejo, con un patrón re- rotura de un quiste hemorrágico simula una rotura de un
ticular que contiene ecos interiores y líneas imbricadas embarazo ectópico, tanto clínica como ecográficamente.
que se consideran la consecuencia de bandas de fibrina l 84 Los quistes funcionales son la causa más frecuente
(Fig. 15-31, E Y F) Y que no deben confundirse con tabi- de hipertrofia ovárica en mujeres jóvenes. Dado que los
ques, que son más gruesos. A medida que el coágulo se quistes funcionales habitualmente se resuelven espontá-
retrae (Fig. 15-31, G-J) se transformará su borde exterior, neamente en un plazo de dos o tres ciclos menstruales, el
que se hace cóncavo anguloso en lugar del que muestran seguimiento no suele ser necesario en los quistes simples
los nódulos murales sólidos, que tienen un margen exte- pequeños y en los quistes hemorrágicos típicos. Sin em-
rior convexo. Con el eco-Doppler color observa que no bargo, debe realizarse un seguimiento de los quistes ma-
existe flujo dentro del coágulo. Patel y cols. 184 observaron yores en distintas fases del ciclo menstrual, normalmente
518
que se podía llegar al diagnóstico específico en aproxima- en 6 semanas, para mostrar cambios de aspecto o la reso-
damente el 90% de los quistes hemorrágicos si se consi- lución.
gue demostrar la existencia de un patrón reticular o un Los quistes de inclusión epitelial de superficie son
coágulo retráctil. La existencia de líquido libre intraperi- no funcionales y normalmente se observan en mujeres
postmenopáusícas, aunque pueden detectarse a cualquier pueden sustituir la mayor parte del ovario. La ascitis y el
edad. Se suelen localizar en la periferia en la corteza. Sur· derrame pleural asociados pueden conducir a depleción
gen a partir de invaginaciones de la corteza del epitelio de de líquidos y electrólitos intravasculares, con la conse-
,-cu
la superficie del ovari0 40 • Aunque inicialmente son dimi- cuencia de hemoconcentración, oliguria y desequilibrio C)
nutos, uniloculares y de pared delgada, estos quistes pue- hidroiónico 187 • El SHO grave normalmente se trata de for- O
(5
den medir hasta varios centímetros de diámetro. En oca- ma conservadora para corregir la depleción del volumen U
Q)
siones los quistes de inclusión epiteliales de superficie intravascular y normalmente se resuelve en 2-3 semanas. c:
pueden ser hemorrágicos, especialmente cuando se pro- Los quistes teca-luteÍnicos son los quistes ováricos é3
duce una torsión. funcionales más grandes y se asocian con niveles altos de
GCH. Lo habitual es que estos quistes se produzcan en .,..
U)

o
Lesiones del ovario asociadas con el embarazo mujeres con la enfermedad trofoblástica gestacional, pero :¡
~
Las lesiones exclusivas del embarazo son los ovarios hi- también se pueden observar en el SHO como una compli- Q.
11)
perestimulados, el síndrome de la hiperestimulación del cación del tratamiento para la infertilidad. En la ecografía, O
ovario, quistes teca-luteínicos, hiperreacción luteínica y el los quistes teca-luteínicos suelen ser bilaterales, multilo-
raro luteoma del embarazo 180 . Los ovarios con hiperesti- culares y muy grandes. Pueden experimentar hemorragia,
mulación son una respuesta normal a los niveles eleva- torsión y rotura.
dos circulantes de GCH. Se suelen diagnosticar en mujeres La hiperreacción luteÍnica (HL) se debe a una res-
que se han sometido a una inducción de ovulación. En la puesta anormal a la GCH circulante en ausencia de trata-
ecografía, los ovarios están hipertróficos y con múltiples miento de inducción de ovulación. Aproximadamente el
quistes, alguno de los cuales será hemorrágico. Los quis- 60% de los casos de HL se producen en embarazos falli-
tes hipertróficos pueden experimentar torsión 185 . Nor- dos con niveles normales de GCH. La HL suele producirse
malmente involucionan espontáneamente durante el em- en el tercer trimestre y con menor frecuencia en el puer-
barazo. perio. Las pacientes están asintomáticas habitualmente,
El síndrome de hiperestimulación ovárica (SHO) se aunque puede observarse una virilización materna en ca-
aplica cuando la hiperestimulación se acompaña de des- si el 25% de las pacientes. La incidencia de la HL aumenta
plazamientos líquidos 186 (Fig. 15-32). Clínicamente, los en pacientes con enfermedad ovárica poliquística 188 . A
tres grados de SHO son: leve, moderado y grave. El grado diferencia del SHO, los desplazamientos de líquidos cor-
leve se asocia con leves molestias abdominales, pero sin porales son raros. En la ecografía, los ovarios están bilate-
una excesiva ganancia de peso. Los ovarios están hiper- ralmente hipertrofiados con múltiples quistes similares a
tróficos, pero tienen menos de 5 cm de diámetro en pro- los del SHO, aunque los ovarios tienden a ser menos gran-
medio. Un SHO moderado cursa con una ganancia de pe- des y esta patología se produce en fases más avanzadas
so de 3-5 kilos y una hipertrofia ovárica entre 5-12 cm. La del embarazo. La HL es un proceso autolimitado que se
paciente puede referir náuseas y vómitos. En el SHO gra- resuelve espontáneamente.
ve existe una ganancia de peso mayor de 5 kilos y la pa- Elluteoma del embarazo es un proceso benigno raro y
ciente refiere intenso dolor abdominal y distensión. Los exclusivo del embarazo, que se resuelve espontáneamen-
ovarios están muy hipertróficos (>12 cm de diámetro) y te. Las células estromales luteinizadas pueden ser hormo-
contienen numerosos quistes grandes y de pared fina, que nalmente activas, produciendo andrógenos y sustituyen-

519
Figura 15-32 Hiperestimulación ovárica. A, Ecografía transvaginal que muestra un ovario muy hipertrófico re-
~ dondo con múltiples quistes no complicados. B, Ecografía sagital en el hipocondrio derecho que muestra gran
cantidad de líquido libre intraperitoneal.
do al parénquima ovanco normal. La mayoría de las quistes. Los quistes paraováricos no muestran cambios
pacientes están asintomáticas, aunque se puede observar cíclicos y con frecuencia se localizan por encima del fun-
virilización materna casi en el 30% de los casos. Estas pa- dus uterino 193 . Pueden presentar ecos interiores como
cientes tienen un riesgo del 50% de virilización del feto consecuencia de la hemorragia 194. Los quistes más gran-
femenino 189. El feto masculino no se ve afectado. En la eco- des pueden experimentar torsión y ruptura, igual que
grafía los luteomas habitualmente se presentan como una otras masas quísticas. Las neoplasias quísticas benignas,
masa de predominio hipoecoico, heterogénea y muy vas- como los cistadenomas y los cistadenofibromas de origen
cularizada. Una masa ovárica en una paciente embaraza- paraovárico son raras. En la ecografía, los quistes parao-
da con signos de virilización debe sugerir este diagnósti- váricos se muestran como simples quistes o pueden con-
co, ya que el luteoma es la causa más frecuente de tener pequeñas zonas nodulares y en ocasiones presentan
~
virilización materna durante el embarazo. tabiques 19S • Se ha referi do malignización en el 2%-3 % de
(ti las masas quísticas paraováricas en estudios anatomopa-
e Síndrome del resto ovárico tológicos196.197 y con una frecuencia todavía menor si la
'El En raros casos se detecta una masa quística en una pa-
o masa tiene menos de 5 cm198.199. El diagnóstico específico
'O ciente sometida a oforectomía bilateral en la que se ha de quiste paraovárico es posible solamente demostra n do
.c
(ti abandonado una pequeña cantidad de tejido ovárico resi- un ovario ipsilateral normal cerca del quiste, pero separa-
(ti
....
,- dual de forma involuntaria. La cirugía habitualmente fue do de éJ199,20o.
~ difícil por las adherencias de la endometriosis, EPI o por
C) un tumor 190. El tejido ovárico residual puede ser funcional Quistes peritoneales de inclusión
o
(,) y producir dolor pélvico o una compresión extrínseca del Los quistes peritoneales de inclusión se observan sobre
w uréter distal o ambos. En la ecografía los quistes varían de todo en mujeres premenopáusicas con antecedentes de
=c: pequeños a relativamente grandes, totalmente quísticos o cirugía abdominal previa, pero también se han descrito en
'o masas complejas l91 •192 . Normalmente existe una delgada pacientes con historia de traumatismos, EPI o endome-
'(3
u corteza de tejido ovárico en la pared del quiste 192 • triosis. Los ovarios son los principales productores de lí-
Q)
CJ) quido peritoneal en las mujeres 156. En pacientes con adhe-
Quistes paraováricos rencias peritoneales, el líquido puede acumularse dentro
Los quites paraováricos (paratubáricos) dan cuenta de al- de las adherencias y englobar los ovarios formando u na
rededor del 10% -20 % de todas las masas anexiales. Se gran masa anexiaFol-204. Los quistes peritoneales, de incl u-
detectan en el ligamento ancho y habitualmente son de sión están cubiertos por células mesoteliales y esta pato-
origen mesotelial o paramesonéfrico o, en raras ocasio- logía también se conoce como mesotelioma quístico be-
nes, de origen mesonéfrico 193 • Se observan a cualquier nigno o líquido enquistado benigno. Clínicamente la
edad, pero son más frecuentes en las décadas tercera y mayoría de las pacit:mtes acuden por dolor y/o masa pél-
cuarta. Estos quistes suelen ser pequeños, pero varían de vica.
tamaño y en la ecografía muestran el aspecto típico de los En la ecografía los quistes peritoneales de inclusión s on
masas quísticas anexiales multiloculadas, con frecuencia
con un perfil abigarrad0 205 (Fig. 15-33). Los signos diag-
nósticos son la existencia de un ovario intacto en presen -
cia de septos y Iíquid0202.204. Esto indica el origen extraová-
rico de la masa. El ovario puede ubicarse en posici ón
central o desplazado a la peri feria y, aunque parezca dis-
torsionado, se identifica con facili dad. Los septos repre-
sentan las bandas mesoteliales y fi brosas que se observan
en el estudio ana tomo patológico. El líquido suele ser an e-
coico, pero contiene ecos en alguno de los compartimen-
tos debidos a hemorragia o líquido proteináceo. Los quis-
tes peritoneales de inclusión ti enen que diferenciarse d e
los quistes paraováricos y el hidrosálpinx. Todas estas
patologías son extra ováricas, pero los quistes paraovári-
cos están separados del ovario, mientras que el ovario es-
tá dentro o en la pared de un quiste de inclusión perito-
neal. Los quistes paraováricos son habitualmente
redondos u ovalados y no se asocian con un antecedente
de cirugía pélvica, trauma o inflamación. El hidrosálpinx
se muestra como una estructura tubular u ovalada con
pliegues que con frecuencia son visibles y el ovario se
Figura 15-33 Quiste peritoneal de inclusión. muestra por fuera de la estructura quística. Es importa nte
520 Ecografía transabdominal que muestra áreas quís- un diagnóstico preciso de los quistes peritoneales de in-
ticas múltiples rellenas de líquido con tabiques li- clusión, ya que el riesgo de recidiva después de la resec-
neales (flechas) que representan adherencias fijadas al
ción quirúrgica es del 30%-50%206. Se recomienda un t ra-
ovario normal (O).
tamiento conservador, como la supresión del ovario con
anticonceptivos orales o aspiraclOn del líquid0 204 . Los de chocolate. Aunque la endometriosis suele asociarse
quistes peritoneales de inclusión no tienen potencial de con infertilidad, se puede detectar un endometrioma en
malignización. una paciente embarazada. Los endometriomas suelen
cursar sin síntomas y con frecuencia son múltiples y pre-
Endometriosis sentan diversos aspectos, desde quistes anecoicos hasta
La endometriosis se define como la presencia de tejido masas de aspecto sólido derivado de la degradación de los
endometrial funcionante fuera del útero. La endometrio- productos sanguíneos con el paso del tiempo207. El típico
sis casi siempre se observa en el ovario, trompa de Falo- aspecto ecográfico es el de una masa de predominio quís-
pio, ligamento ancho y fon do de saco de Douglas, pero tico bien definida, unilocular o multilocular que contiene
también se pueden observar en cualquier punto del cuer- unos ecos interiores de bajo nivel, homogéneos y difusos ,..
10
o
po, como la vejiga urinaria o el intestino. Se han descrito (Fig. 15-34, A-D). Se aprecia mucho mejor en la ecografía '3
dos variantes: difuso y localizado (endometrioma) (Fig. transvaginaF08. Los ecos interiores de bajo nivel se apre- :t:
Q,
cian de form a difusa por toda la masa o en porciones de- ro
15-34). La forma difusa, más frecuente, consiste en im- ()
plantes endometriales pequeños que afectan a las vísce- clives. En ocasiones se aprecia un nivel líquido-líquido.
ras pélvicas y sus fij aciones ligamentosas. El endometrio En la pared del quiste pueden apreciarse focos hipere-
ectópico responde a las hormonas y experimenta sangra- coicos lineales y pequeños (Fig. 15-34, A) , posiblemente
do durante la menstruación, ocasionando una reacción deriva dos de los depósitos de colesterol acumulados den-
inflamatoria local con adherencias. Esta forma difusa de tro de la pared del quiste 209 • En un estudio retrospectivo,
endometriosis es demasiado pequeña para que se pueda Patel y cols. 209 observaron ecos interiores difusos de bajo
apreciar. Sin embargo, ocasionalmente se puede apreciar nivel en el 95% de los endometriomas. Llegaron a la con-
en forma de depósitos nodulares o con forma de placa en clusión de que este hallazgo, en ausencia de signos neo-
la pelvis, asociados a una ascitis con partículas y endome- plásicos, era muy sugestivo de endometrioma, especial-
triomas en el ovario. Puede ser difícil de distinguir de las mente con una presentación multilocular o con focos
metástasis peritoneales (Fig. 15-34, E Y F). La endome- hiperecoicos en la pared, mientras que el endometrioma
triosis afecta habitualmente a mujeres durante los años era muy poco probable cuando no había un componente
reproductivos, y los síntomas clínicos son la dismenorrea, de masas que contuviera ecos de bajo nivel. En un estudio
dispareunia e infertilidad. prospectivo de Dogan y cols. 2!O observaron que los signos
La forma localizada de endometriosis consiste en una típicos de endometriomas como los ecos interiores de ba-
masa pequeña que se denomina endometrioma o quiste jo nivel, márgenes regulares, perfil redondo y paredes

Figura 15-34 Endometriosis: posibles aspectos. Ecografías transvaginales A y D, Ecos de un nivel uniforme 521
""- ~ dentro de la masa quística ovárica. A, Foco ecogénico periférico típico. B, Nivel líquido-líquido. e, Nódulos ecogé-
~ nicos marginales avasculares. D, Enfermedad bilateral. E, Placa de endometrio en la superficie posterior del útero
(flechas) . F, fondo de saco de Douglas relleno (flechas). U, útero.
ca
u

...o
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(J
Q)
en

..., Figura 15-35 Masas ováricas en cuatro pacientes embarazadas. Imágenes de Doppler color transvaginal. A y
t....- ~ B. Decidualización del endometrioma en dos pacientes. A, Masa ovárica rellena de ecos interiores de bajo nivel
~ típica de endometrioma, con un nódulo mural vascular sólido a las 23 semanas de gestación. El nódulo desapare-
ce y la masa se reduce después del parto. B, Otra paciente a las 24 semanas de gestación muestra una gran masa de
predominio sólido con un componente quístico pequeño. La masa ha seguido creciendo durante el embarazo y se confirma
en laj;irugía. C, Cistadenocarcinoma de ovario de bajo potencial maligno. Masa ovárica rellena de ecos interiores de
bajo nivel con un nódulo vascular sólido a las 11 semanas de la gestación: cirugía a las 16 semanas. D, Carcinoma de
células claras en un endometrioma. Masa ovárica con bajo nivel de ecos y gran componente vascular sólido que había
crecido; 26 semanas de gestación. Confirmado en la cirugía.

gruesas suponían un valor predictivo positivo del 97%. En resuelve espontáneamente o muestra una reducción im-
ocasiones se observa calcificación en un endometrioma y portante de tamaño en los siguientes ciclos menstruales,
se puede interpretar erróneamente como dermoide 21l . En mientras que los endometriomas tienden a mostrar pocos
raras ocasiones en el embarazo se produce una deciduali- cambios de tamaño en el patrón de ecos interiores. A nivel
zación de la pared del endometrioma, que cursa como una clínico, la mayoría de las mujeres con un quiste hemorrági-
masa vascular sólida que no se puede diferenciar de una co acuden por dolor pélvico agudo, mientras que las muje-
neoplasia 212 •213 (Fig. 15-35, A-D). También se han descrito res con un endometrioma están asintomáticas o presentan
endometrioides y carcinomas de células claras dentro del molestias más crónicas asociadas a sus menstruaciones.
endometrioma40 (Fig. 15-35, D).
El aspecto del endometrioma puede ser similar al del Síndrome del ovario poliquístico
quiste ovárico hemorrágico, ya que ambos son masas El síndrome del ovario poliquístico (SOPQ) es un trastorno
522 quísticas que contienen sangre de una antigüedad varia- endocrinológico complejo de la producción de estrógeno y
ble. Sin embargo, el quiste con mayor frecuencia muestra andrógenos que tiene como consecuencia una anovulación
un patrón reticular interno y se asocia más a menudo con crónica. Los niveles de HL están elevados y los de HEF de-
líquido libre en el fondo de saco. Un quiste hemorrágico se primidos, y un hallazgo característico es una ratio HL/HEF
ca
,-
en
O
(5
(J
Q)
.5
~

Figura 15-36 Ovarios poliquísticos: aspecto típico en la ecografía transvaginal. A y B, Ovarios redondos hi-
~ pertróficos (delineados con el cursor) con leve aumento estromal de la ecogenicidad y múltiples folículos periféri-
cos (signo del «collar de perlas») y folículos centrales.

elevada. A nivel anatomopatológico los ovarios contienen un aumento del volumen del ovario mayor de 10 ce. Aun-
un mayor número folículos en varios estadios de madura- que se considera que la ecogenicidad del estroma es espe-
ción y atresia y la concentración local aumentada de an- cífica de los ovarios poliquísticos no se incluyó como cri-
drógenos produce alteraciones del estroma. El SOPQ es una terio por su naturaleza subjetiva, El consenso a partir de
causa frecuente de infertilidad y una tasa mayor de la nor- las mediciones del volumen del ovario funciona igual de
mal de pérdida precoz de feto 214,215. Las manifestaciones bien que la evaluación del estroma en la práctica clínica.
clínicas del SOPQ van desde signos leves de hiperandroge- Jonard y cols. 222 refirieron que más de 12 folículos eran el
nismo en mujeres delgadas que menstrúan con normalidad mejor criterio diagnóstico 222 . Estos criterios no se consi-
al síndrome clásico de Stein-Leventhal (oligomenorrea o deran válidos si la paciente está tomando anticonceptivos
amenorrea, hirsutismo y obesidad). o existe un folículo dominante mayor de 10 mm.
Los signos eco gráficos típicos de los ovarios poliquísti- Al no producirse la ovulación, los folículos persisten en
cos son unos ovarios hipertróficos bilaterales que contie- estudios seriados. Se recomienda un seguimiento a largo
nen múltiples folículos y un aumento de la ecogenicidad plazo en las pacientés con el SOPQ, ya que unos niveles de
del estroma (Fig. 15-36), Los ovarios tienen un perfil más estrógeno sin oposición parecen asociarse a un mayor
redondeado, con unos folículos que normalmente están riesgo de carcinoma de endometrio o mama.
en la periferia (<<collar de perlas»), aunque pueden tam-
bién presentarse de forma errática por todo el parénqui- Torsión de ovarios
ma del ovario. La ecografía transvaginal, por su mayor re- La torsión de ovarios es una patología aguda del ovario que
solución, es más sensible para detectar folículos pequeños. requiere una intervención quirúrgica urgente (Fig. 15-37).
Sin embargo, muchas mujeres con SOPQ no presentan es- Se debe a una rotación parcial o total del pedículo del ova-
tos típicos signos ecográficos, El volumen del ovario pue- rio en su eje, que conduce al compromiso del drenaje ve-
de ser normal en el 30% de las pacientes 216,217. noso y linfático, ocasiona una congestión y edema del pa-
Con la ecografía transvaginal se considera la ecogenici- rénquima del ovario y lleva a una pérdida final de la
dad aumentada del estroma como el signo más sensible y perfusión arterial y al consiguiente infarto. La torsión sue-
específico de los ovarios poliquísticos 21 B,219. En un reduci- le observarse en la infancia y durante los años reproducti-
do número de pacientes, los signos ecográficos pueden vos, y es rara después de la menopausia. Existe un mayor
ser unilaterales 215 ,220 , En una conferencia de consenso del riesgo durante el embarazo, especialmente en pacientes
año de 2003 de la American Society for Reproductive Medi- con ovarios en hiperestimulación 223 . Clínicamente cursa
cine and European Society of Human Reproduction and con intenso dolor pelviano, náuseas y vómitos. Puede pal-
Embriology se definió el SOPQ mediante dos de tres crite- parse una masa y la torsión es más frecuente en el lado
rios: 1) oligoovulación y/o anovulación, 2) hiperandroge-
523
derecho, y el dolor puede simular el de una apendicitis
nismo (clínico y/o bioquímico), y 3) ovarios poliquísti- aguda. Esto se debe a un espacio más reducido en el lado
cos 221 • Además, el diagnóstico de ovario poliquístico debe izquierdo, que está ocupado por el colon sigmoides y pro-
tener 12 o más folículos que midan 2-9 mm de diámetro o tege al ovario izquierdo 224 •
. Figura 15-37 Torsión de ovario. Esta adolescente de 18 años acude por dolor abdominal agudo en la fosa ilíaca
derecha, que inicialmente se pensó debido a apendicitis. A, Ovario derecho aumentado con folículos periféricos
hipertróficos. El Doppler color demuestra mínimo flujo, mucho menor que en el lado normal. B, Un día después, el
ovario ha cuadriplicado su tamaño sin que se demuestre flujo en el Doppler.
=
La torsión se produce en ovarios normales o asociada a no del remolino) es útil para el diagnóstico de la tor-
quistes o masas ováricas preexistentes, que suelen ser be- sión 233 . La ausencia de flujo sanguíneo dentro del pedículo
nignas 225 . Sin embargo, en mujeres postmenopáusicas, la vascular sugiere un ovario no viable 232 ,234. Siempre se
masa tiene una mayor incidencia de malignidad, con una comparará con el aspecto morfológico y patrones de flujo
mayor frecuencia de necrosis del ovario por el retraso diag- del ovario contralateral y será útil, ya que en un ovario
nóstic0 226.227 • La torsión de un ovario normal suele produ- torsionado puede existir una reducción del fluj 0229,235. El
cirse en niñas y mujeres jóvenes con anejos especialmente signo más constante en la torsión de ovario es un ovario
móviles, que permiten la torsión del mesosálpinx228 • hipertrófico unilateral. En un contexto clínico apropia-
Los signos ecográficos son variables, en función de la do, un ovario hipertrófico debe sugerir torsión, incluso en
duración y grado del compromiso vascular y de si existe presencia de flujo ovárico en el eco-Doppler 235 ,236. La tor-
una masa anexial (Fig. 15-38). Se considera que la existen- sión es muy improbable si la morfología del ovario es nor-
cia de múltiples folículos corticales en un ovario hipertro- mal, al margen de los hallazgos del Doppler.
fiado es un signo específico, aunque no siempre está pre-
sente 228 . La hipertrofia multifolicular es la consecuencia Edema masivo de ovario
del trasudado del líquido a los folículos por el compromi- Un edema masivo es una situación debida a una torsión
so circulatorio. Se suele apreciar líquido libre en el fondo parcial o intermitente del ovario, que ocasiona una obs-
de saco 229 • El Doppler color y espectral puede mostrar la trucción linfática pero no arterial. Se acompaña de una
ausencia de flujo en el ovario afectado. Sin embargo, los hipertrofia del ovario ocasionada por un edema marcado
hallazgos del Doppler pueden variar dependiendo del del estroma. Los pocos casos descritos con ecografía
grado y cronicidad de la torsión y de si existe una masa muestran una gran masa anexial de predominio multi-
anexial asociada 230 • La existencia de flujo arterial o venoso quístic0 237 .m .
o ambos no excluye el diagnóstico de torsión. Se ha referi-
do una forma de onda arterial en el Doppler y flujo color Neoplasias
en casos de torsión demostrados quirúrgicamente 231 ,232 .
Como explicación posible se ha propuesto que la trombo- Cáncer de ovario
sis venosa conduce a síntomas antes de la oclusión arte- El cáncer de ovario es la quinta causa de muerte por neo-
rial y que la persistencia de flujo arterial anexial se debe a plasia en las mujeres de los EE. UU. La ACS estimó en
la doble irrigación arterial de los ovarios (arteria ovárica 21.650 los nuevos casos de cáncer de ovario en EE. UU.
y ramas ováricas de la arteria uterina)Z32. Un pedículo vas- en el año 2008, con unos 15.520 fallecimientos. Entre
cular rotado (formado por el ligamento ancho, trompas de 1987 y 2004, la incidencia ha disminuido con una tasa del
Falopio y ramas de arteria y vena uterina anexiales yová- 0,9% por año 114 . El cáncer de ovario representa e125% de
ricas) puede mostrarse como una estructura hiperecoica todas las neoplasias ginecológicas, con una incidencia pi-
redondeada con múltiples bandas hipoecoicas concéntri- co en la sexta década de la vida. Aunque sea la tercera neo-
524 cas múltiples (aspecto de diana) o una estructura tubu- plasia ginecológica más frecuente, tiene la mayor mortali-
lar o elipsoide con ecos interiores heterogéneos 233 . En el dad como consecuencia de su diagnóstico tardío. Debido a
eco-Doppler color, la existencia de unos vasos rotados, que es una patología paucisintomática, el 60%-70% de las
enroscados o circulares dentro del pedículo vascular (sig- . mujeres acuden con una enfermedad avanzada (estadios
1II o IV) en el momento de su diagnóstico. La mortalidad a rio y un antecedente personal de cáncer de mama, endo-
los 5 años es del 20 % -30%, p ero con un diagnóstico pre- metrio y colon. La historia familiar se considera el factor
coz en un estadio 1, esta tasa sube hasta el 80 %-90 %. Por de riesgo más importante. El riesgo de por vida de una
,~
ello se deben dirigir todos los esfuerzos necesarios para mujer para desarrollar un cáncer de ovario es de 1/70 en
(1,4%). Sin embargo, si la mujer tiene un parentesco de O
desarrollar métodos de detección precoz del cáncer de
'O
ovario. primer grado (madre, hija, hermana) o de segundo grado (,)
CI,)
Se asocian con un mayor riesgo de cáncer de ovario una (tía o abuela) con algún familiar que tuvo un cáncer de e
edad avanzada, antecedentes familiares de cáncer de ova- ovario, el riesgo sube al 5% y con dos o más familiares, el c:;

Figura 15-38 Torsión ovárica en dos jóvenes mujeres con masas ováricas. A, Imagen transabdominal sagital de
~ una)o~e~ con .dolor agu~o que muestra un gran quiste (?! anterior al útero (U) y craneal
respecto.a vejiga (B). Esta
poslclon Inhabitual debe Inducir la sospecha de una torslon. No puede detectarse flujo en el ovano con el Doppler
color. B, e yD. Otra joven con dolor agudo. B, Imagen transabdominal que muestra una gran masa quística multiloculada en 525
la línea media. No se puede identificar de forma categórica ningún ovario. e, Imagen transvaginal que muestra líquido ecogé-
nico dentro de componente quístico. D, Imagen transabdominal a la derecha de una masa que muestra estructuras tubulares
tortuosas, que no muestran flujo con el Doppler, lo que sugiere un pedículo ovárico rotado. Se confirmó un ovario derecho
torsionado y no viable en la cirugía, y la anatomía patológica informó de un gran cistadenoma mucinoso.
riesgo de por vida alcanza el 7%240. Alrededor del 3%-5% La histología de las neoplasias epiteliales representa el
de las mujeres con antecedentes familiares de cáncer de 65%-75% de los tumores de ovario y el 90% de las neopla-
ovario tendrá un síndrome de cáncer de ovario heredita- sias ováricas malignas 40 (Tabla 15-2). El resto de las neo-
rio. Los tres principales síndromes hereditarios asociados plasias son los tumores de células germinales (15 %-
con el cáncer de ovario son el síndrome de cáncer de 20%), tumores del cordón estromal (5%-10%) y
mama-ovario, el más frecuente, debido a mutaciones en tumores metastásicos (5 %-10%).
los genes supresores BRCA1 y BRCA2, con una elevada A nivel ecográfico el cáncer de ovario se presenta como
frecuencia de ambos cánceres; el síndrome del cáncer una masa anexial (Fig. 15-39). Las lesiones anecoicas son
colorrectal no polipoideo (Lynch 11) en el que los cánce- más probablemente benignas, mientras que las lesiones
res de ovario se observan asociados a un cáncer colorrec- con unas paredes irregulares, septos engrosados e irregu-
tal no polipoideo o endometrial o ambos y el síndrome lares, nódulos murales y elementos sólidos ecogénicos
del cáncer de ovario sitio-específico, el menos frecuen- son con mayor probabilidad malignas 251 ' 252 . Se han pro-
te, sin una mayor incidencia de cáncer de mama o colo- puesto muchos sistemas de puntuación y modelos mate-
rrectaF41. Los síndromes hereditarios de cáncer de ovario máticos basados en características morfológicas para dis-
se cree que siguen una herencia autosómica dominante y tinguir entre masas benignas y malignas. Sin embargo, la
el riesgo de por vida en estos pacientes es del 40%-50%. evaluación subjetiva de los signos morfológicos ecográ-
Tienen una edad de inicio más precoz (10-15 años) que ficos (reconocimiento de un patrón) por un médico ex-
otros cánceres de ovari0 241 • perimentado en interpretarlo, ha demostrado ser el mej or
Se han referido diversos estudios de cribado para mujeres métod0 253 ,254. Al utilizar este método el médico debe ser
asintomáticas utilizando la ecografía transvaginal, de forma capaz de distinguir entre masas benignas y malignas en
aislada o combinada con el eco-Doppler y/o marcadores casi el 90% de los casos 2SS • Van Calster y cols. 256 observa-
=e biológicos, como el antígeno del cáncer (CA) 125242.247. El CA ron que el patrón de reconocimiento por ecografistas era
'O 125 es una glicoproteína de elevado peso molecular reco- superior al CA 125 en la discriminación entre benignas y
'0 nocida por el anticuerpo monoclonal OC 125. Ha demos- malignas.
(,)
Q)
en trado ser de extraordinaria utilidad en el seguimiento del El eco-Doppler color y pulsado se ha recomendado para
curso clínico de pacientes sometidas a quimioterapia y distinguir entre masas de ovario benignas y malignas,
para detectar enfermedad recidivante subclínica 248 ,249 , partiendo de la premisa de que las masas malignas, debi-
Aunque el CA 125 está elevado en aproximadamente el do a su neovascularización interna, mostrarán un alto flu-
80% de las mujeres con cáncer epitelial de ovario, detecta jo diastólico que puede detectare en las forma de onda del
menos del 50% de la enfermedad en estadio I y es poco eco-Doppler espectral. El crecimiento del tumor maligno
sensible para tumores mucinosos y de células germina- depende de la angiogénesis, con un desarrollo anormal de
les 249 . Otras neoplasias y también cierta patología benig- los vasos tumores 257 , Estos vasos anormales carecen de
na, también se asocian con una elevación sérica del CA músculo liso dentro de su pared, lo que junto con su shunt
125. El uso de CA 125 y/o ecografía como prueba para el arteriovenoso, conduce a una reducción de la resistencia
cribado del cáncer de ovario no se recomienda de cara a vascular y por tanto a una velocidad de flujo diastólico
un uso clínico rutinario 2S0 . El cribado rutinario ha condu- mayor. Por ello, el índice pulsátil (lP) y el índice resistivo
cido a cirugías innecesarias con sus correspondientes (IP) deben ser menores en las lesiones malignas. Aunque
riesgos potenciales 2S0 • muchas publicaciones han referido una tendencia a que

Tipo Anomalía Incidencia EjemplOS

Tumores epiteliales estromales 65%-75% Cistadenoma seroso (carcinoma)


Cistadenoma mucinoso (carcinoma)
Carcinoma endometrial
Carcinoma de células claras
Tumor de células transicionales
11 Tumor de células germinales 15%-20% Teratoma
Dermoide
Inmaduro
Disgerminoma
Tumor del saco vitelino
111 Tumores del cordón sexual-estromales 5%-10% Tumor de células granulosas
Tumor de las células de Sertoli-Leydig
Tecoma y fibroma
IV Tumores metastásicos 5%-10% Primario genital
Útero
526 Extragenital primario
Estómago
Colon
Mama
Linfoma
tanto el IP como el IR sean menores en las lesiones malig- Los estudios que comparaban los signos morfológicos
nas, existe un excesivo solapamiento como para que se con los hallazgos ecográficos de Doppler apreciaron que
pueda diferenciar de forma fiable entre lesiones benignas el eco-Doppler no mostraba más información diagnóstica
o malignas en una paci ente concreta258.263. Se han pro-
puesto otros parámetros como la ubicación del vaso para
que la evaluación morfológica aislada254.26D.261.266. Valen-
tin 253 determinó que, en manos experimentadas, las eva-
'"
,-
C)
O
(5
mejorar la especificidad del eco-Doppler en la evaluación luaciones morfológicas eran el mejor método de discrimi- (J
(1)
de las masas ováricas 264 . Las lesiones malignas tienden a nación entre masas benignas y malignas (con la principal s:::
presentar un flujo más central, mientras que las lesiones ventaja de que cuando se añadía el eco-Doppler se mejo- a
benignas tienden a un flujo más periférico. Sin embargo, raba la confianza con la que se llega al diagnóstico) . Otros
Stein y cols. 259 encontraron también un considerable sola- han observado que el eco-Doppler; si se añade a una eva- ....
U)

o
pamiento, con un 21 % de lesiones malignas con flujo pe- luación morfológica eco gráfica, mejora la especificidad y "S
~
riférico y un 31 % de lesiones benignas con flujo central. el valor predictivo positiv0263.267.269 Brown y cols. 27D obser- C.
tU
Guerriero y cols. 265 observaron una alta precisión para varon que un componente sólido no hiperecoico era el o
predecir malignidad cuando el eco-Doppler color demos- predictor que resultaba más estadísticamente significati-
traba flujo arterial dentro de la parte sólida de una masa. vo de malignidad. Schelling y cols. 27l también demostra-

Figura 15-39 Neoplasias epiteliales del ovario: posibles aspectos. A y B. eistadenomas serosos. A, Septos
~ dentro de la masa quística que son muy delgados. B, Septos más gruesos. e, eistadenoma serosos con bajo 527
potencial maligno. Partículas ecogénicas de bajo nivel y nódulos murales . D y E, eistadenomas mucinosos. F,
eistadenocarcinoma mucinoso. Son característicos su gran tamaño y la tabicación. La nodularidad septal es típica (fle-
chas), G, H e l. Paciente con cistadenocarcinoma seroso. Extensa nodularidad que muestra vascularidad que confirma
la sospecha morfológica de masa maligna. Existe un flujo diastólico elevado con un bajo índice de resistencia.
. - -
ron que un componente sólido en una masa anexial con proyecciones papilares pueden for marse en la superficie
vascularidad central ofrecía una elevada precisión, sensibi- del quiste y órganos circundantes, lo que fija la masa. Se
ca lidad y especificidad para predecir malignidad. Un me- suele apreciar ascitis.
()
taanálisis de 46 estudios publicados permite llegar a la con- Cistadenoma y cistadenocarcinoma mucinoso. Los tu-
'o mores mucinosos son el segundo tumor ovárico epitelial
......o>-
'ca clusión de que las técnicas ecográficas que combinan
evaluación morfológica con imagen de flujo con el eco- más frecuente, y da cuenta del 20% -25 % de las neopla-
Doppler color (CDFI) son claramente superiores para ca- sias de ovario. Los cistadenomas mucinosos suponen el
ca
()
racterizar las masas ováricas que una evaluación morfoló- 20%-25% de todas las neoplasias benignas de ovario, y
':; gica, CDFI o índices de Doppler aislados 272 • El eco-Doppler los cistadenocarcinomas alcanzan entre un 5% y un 10%
:¡ probablemente no sea necesario cuando la masa tenga de todas las neoplasias malignas primarias de ovari0 40 .
Q,
unas características morfológicas benignas, debido a que la Los cistadenomas se pro ducen con mayor frecuencia en
'ai evaluación de la morfología es muy precisa en este grupo las décadas 3."-6.", pero pueden detectarse en mujeres
e de lesiones 259 •262 • El Doppler probablemente sea útil para mucho más jóvenes, mientras que los cistadenocarcinoma
'E evaluar una masa que morfológicamente sea indetermina- mucinosos casi siempre se detectan en las décadas 4."-7."
o
'O da o sugestiva de malignidad. Los hallazgos del Doppler Los tumores mucinosos son menos frecuentemente bila-
.c
ca deben combinarse con la evaluación morfológica, signos terales que sus contrapartidas serosas, ya que solamente
ca
:;: clínicos, edad de la paciente y fase del ciclo menstrual para un 5% de las neoplasias benignas y un 15%-20 % de las
E una evaluación óptima de las masas anexiales 273 • neoplasias malignas se observan en ambos.lados a la vez.
el El 80%-85% de los tumores mucinosos son benignos 274 •
o
() Tumores de superficie epiteliales-estromales En la exploración ecográfica los cistadenomas muci-
w Se considera generalmente que los tumores de superficie nosos pueden ser unas masas quísticas enormes, que mi -
=c:
'0
epiteliales-estroma les surgen de la superficie epitelial
que cubre el ovario y el estroma del ovario subyacente
den hasta 15-30 cm rell enando toda la pelvis y abdomen
(Figs. 15-39, D Y 15-40). Presentan múltiples septos y
'ü (Fig. 15 -39). Estos tumores se dividen en cinco amplios ecos de bajo nivel debidos a material mucoide en las por-
(J
el)
(JJ grupos, basados en la diferenciación epitelial; seroso, ciones declives de la masa (Fig. 15-39, D Y E). Las proyec-
mucinoso, endometrioide, células claras y células ciones papilares se ven con menos frecuencia que en su
transicionales (Brenner)40. Este grupo de tumores da contrapartida serosa. Los cistadenocarcinomas mucinosos
cuenta del 65%-75% de todos los tumores del ovario y del suelen ser masas quísticas grandes, multiloculares y con-
80%-90% de los cánceres del ovario. La forma de disemi- tienen proyecciones papilares y material ecogénico. Gene-
nación de los cánceres es principalmente peritoneal, aun- ralmente tienen un aspecto similar al de los cistadenocar-
que también se puede producir una extensión directa a cinomas serosos (Fig. 15-39, FJ.
estructuras contiguas y la diseminación linfática. La dise- La penetración o la ruptura de la cápsula tumoral con-
minación linfática es sobre todo a los ganglios paraaórti- ducen a la diseminación intraperitoneal de las células se-
cos, y la diseminación hematógena habitualmente se pro- cretoras de mucina que rellenan la cavidad peritoneal con
duce en fases avanzadas de la enfermedad. material gelatinoso. Esta patología, conocida como pseu-
Cistadenoma seroso y el cistadenocarcinoma. Los tu- domixoma peritoneal, es similar ecográficamente a la
mores serosos son los tumores de superficie epitelio-es- ascitis o puede contener múltiples tabicaciones que lle-
tromal más frecuentes y suponen el 30% de todos los tu- nan gran parte de la pelvis y abdomen. Puede apreciarse
mores del ovario y el 50%-70% de los cánceres de ovario. material ecogénico de bajo nivel dentro del líquido. Est a
Los cistadenomas serosos dan cuenta de alrededor del circunstancia puede apreciarse tanto en el cistadenoma
25% de todas las neoplasias benignas de ovario y los cis- como en el cistadenocarcinoma mucinoso. La ruptura de
tadenocarcinomas de alrededor del 50% de todas las un mucocele del apéndice también conduce a un pseudo-
neoplasias malignas del ovari0 40 . La incidencia pico de los mixoma peritoneal.
cistadenomas serosos es en la 4."-5." décadas de la vida, Tumores borderline del ovario o tumores de bajo po-
mientras que los cistadenocarcinomas se producen en tencial maligno. Existe un grupo intermedio de tumores
mujeres premenopáusicas o postmenopáusicas. Aproxi- epiteliales que se clasifican por su histología como «bor -
madamente el 20% de los tumores serosos benignos y el derline» o de «bajo potencial maligno». Son mucho más fre-
50% de los tumores serosos malignos son bilaterales. Su cuentes en los tumores serosos y mucinosos y se producen
tamaño varía bastante, pero en general son más pequeños en el 10% y el 15% de cada uno. Estos tumores muestran
que los tumores mucinosos. signos citológicos de malignidad pero no invaden el estro-
En la ecografía los cistadenomas serosos son unas ma- ma y, aunque son malignos, tienen un pronóstico mucho
sas quísticas normalmente grandes y de pared delgada, mejor. Debutan en edades más tempranas que los cistade-
uniloculares que pueden presentar tabicaciones (Fig. nocarcinomas y tienen una supervivencia a los 5 y 20 años
15-39, A Y B). En ocasiones se observan proyecciones pa- del 95% y 80%, respectivamente. Se pueden tratar con ci-
pilares. Los cistadenocarcinomas serosos pueden ser rugía ahorradora de ovario para preservar la fertilidad.
muy grandes y normalmente se trata de masas quísticas Los signos ecográficos sugerentes de tumores de bajo
528 que contienen múltiples proyecciones papilares, que sur- potencial maligno son un quiste de tamaño pequeño-me -
gen de las paredes y tabiques del quiste (Fig. 15-39, CoI) . diano o ecos de bajo nivel (similar al endometrioma) con
Los septos y paredes pueden ser gruesos. Dentro de las nódulos murales vasculares (Figs. 15 -35, e y 15-39, C) o
loculaciones puede existir material sólido ecogénico y las una masa cística con un nódulo multilocular (en panal de
cientes están asintomáticas y el tumor se descubre de mo-
do casual en exploraciones ecográficas o durante una in-
tervención. En torno al 30% se asocian con neoplasias ns
quísticas, normalmente cistadenomas serosos o mucino- 'o,
O
sos, cistadenomas o teratomas quísticos, con frecuencia (5
en el ovario ipsilateraJ278 (Fig. 15-41). En la ecografía, los O
Q)
tumores de Brenner son masas sólidas hipoecoicas y se .5
puede observar calcificación de la pared exterior. Es raro CJ
un componente quístico, pero cuando existe se debe nor-
malmente a un cistadenoma coexistente 274,279. En la anato- ,..
Il)

o
mía patológica las masas de células transicionales son tu- '3
:t:::
mores sólidos compuestos de estroma fibroso denso. Son Q.
10
parecidos a los fibromas y tecomas ováricos y a los leio- O
Figura 15·4(\ Cistadenoma mucinoso. Muestra miomas uterinos, tanto en la ecografía como en la anato-
macroscópica que evidencia múltiples loculacio- mía patológica.
nes quísticas.
Tumores de células germinales
Los tumores de células germinales derivan de las células
germinales primitivas de la gónada embrionaria. Dan
abejas) bien delimitad0 275 ,276. El tejido ovanco normal
cuenta del 15%-20% de las neoplasias ováricas, siendo el
puede observarse adyacente a la lesión y puede ser útil 95% de ellos teratomas quísticos benignos. Los demás,
excluir un cáncer invasivo del ovari0 275 ,277. Se conoce como
incluidos los disgerminomas y los tumores de los senos
signo del creciente ovárico 277 • endodérmicos (saco vitelino), se observan sobre todo en
Tumor endometrial. Casi todos los tumores endometria- niños y adultos jóvenes y casi siempre son malignos.
les son malignos. Son la segunda causa por frecuencia de Cuando existe una gran masa ovárica fundamentalmente
neoplasias malignas epiteliales y representan el 20%- sólida en una niña o mujer joven, deberá sospecharse
25% de las neoplasias ováricas. En el 25%-30% de los ca- fuertemente el diagnóstico de tumor maligno de células
sos son bilaterales y se producen con mayor frecuencia en
germinales 280.
la 5.a y 6." décadas de la vida. Sus rasgos histológicos son Teratoma quístico. El teratoma quístico supone aproxi-
idénticos a los del adenocarcinoma endometrial yaproxi-
madamente el 15%-25% de todas las neoplasias de ova-
madamente el 30% de las pacientes tienen un adenocarci-
rio, y en el 10%-15% son bilaterales. Están integrados por
noma endometrial asociado, que se considera un tumor
derivados bien diferenciados de las tres capas germina-
primario independiente. Aproximadamente el 15%-20%
les; ectodermo, mesodermo y endodermo. Como suelen
de los cánceres endometrioides se asocian a endometrio-
predominar los componentes del ectodermo, los terato-
sis, que puede presentarse en la endometriosis o en el
mas quísticos son virtualmente siempre benignos y tam-
ovario ipsilateral o contralateral 40 . El tumor endometrioi-
de tiene mejor pronóstico que otras neoplasias epitelia~
les, probablemente porque se diagnostica en un estadio
más precoz. La ecografía muestra una masa quística que
contiene proyecciones papilares, aunque algunos tumo-
res endometrioides son sobre todo una masa sólida que
contiene áreas de hemorragia o necrosis 274.
Tumor de células claras. Este tumor se considera que
tiene su origen en los conductos müllerianos y que es una
variante del carcinoma endometrioide. El tumor de célu-
las claras es casi siempre maligno y supone el 5%-10% de
todos los carcinomas primarios de ovario. Es más fre-
cuente en las décadas quinta y sexta y es bilateral en alre-
dedor del 20% de las pacientes. En el 50%-70% de los
carcinomas de células claras existe una endometriosis
pélvica asociada y alrededor de un tercio surgen por den-
tro de la cubierta del endometrioma40 (ver Fig. 15-35, Cy D).
En la ecografía se muestra sobre todo como una masa
quística, compleja e inespecífica 274 •
Tumor de células transicionales. También conocido co- ~ Figura 15-41 Tumor de células transicionales
mo tumor de Brenner, el tumor de células transicionales ~ (Brenner) en la pared de un cistadenoma muci-
se deriva del epitelio de la superficie del epitelio que desa- noso. Ecografía transabdominal que muestra una 529
rrolIa una metaplasia para formar los componentes típi- gran masa quística bien delimitada (C) con un nódulo mural
cos pseudouroepiteliales 274 • Es raro y da cuenta del 2%- hipoecoico sólido (flecha). La anatomía patológica demos-
3% de todas las neoplasias ováricas, es casi siempre tró un tumor de Brenner dentro de la pared de un gran cis-
benigno y en el 6%-7% es bilateral. La mayoría de las pa- , tadenoma mucinoso.
=

Figura 15-42 Quistes dermoides: posibles aspectos. A, Masa pequeña muy ecogén ica en un ovario sin otros
....._ ~
hallazgos. B, Ecografía transabdominal transversal que muestra el útero (U). En la región anexial existe una masa
~ muy ecogénica y atenuante (flechas) , signo de la «punta del iceberg». e, Masa ovárica muy ecogénica sin tejido
ovárico normal. D, Masa de ecos variados con nivel pelo-aire (flecha recta) y un tapón dermoide de contenido graso y
muy ecogénico (flecha curvada) con sombra. E, Masa con nivel grasa-líquido (flecha), con capa declive más ecogénica. F,
Masa con ecos de contenido uniforme, área quística pequeña y calcificación (flechas) con sombra. G, Combinación de los
aspectos de malla dermoide y tapón dermoide. H, Malla dermoide con múltiples interfases hiperecogénicas lineales
flotando dentro de la masa quística. 1, Múltiples estructuras esféricas móviles flotando en una gran masa pélvica quística.

bién se llaman quistes dermoides. Los teratomas quísti- nostica durante el embarazo 40 y la torsión es su principal
cos y los cistadenomas serosos son las neoplasias ováricas complicación, mientras que la ruptura es rara y se observa
más frecuentes. Al contrario de lo que sucede con los tu- en el 1 % de las pacientes y ocasiona una peritonitis quí-
mores de la superficie epitelial-estromal, los teratomas mica secundaria. La transformación maligna también es
quísticos se observan con mayor frecuencia en los años de rara y se observa en e12 % de las pacientes y normalmente
reproducción activa, pero pueden detectarse a cualquier se observa en mujeres más ancianas 40 •
edad y también en mujeres postmenopáusicas. Estos tu- En la ecografía los teratomas quísticos tienen un aspecto
530 mores pueden manifestarse como una masa palpable. Los variable que va desde ser totalmente anecoicos o totalmen-
teratomas quísticos cursan habitualmente sin síntomas y te hiperecoicos. Sin embargo, ciertos signos se consideran
con frecuencia se descubren de forma casual durante una específicos (Figs.15-42 y 15-43): una masa predominante
ecografía. En casi el 10% de los casos, el tumor se diag- quística con un nódulo mural ecogénico, el tapón der-
de estruma ovárico, comparado con el flujo sanguíneo
TE RATO MAS QUÍSTICOS: SIGNOS central ausente de los teratomas quísticos benignos 29o . Es-
ECOGRÁFICOS to probablemente se deba al tejido tiroideo altamente ,~
vascularizado del estruma ovárico, frente a la grasa avas- C)
• Tapón dermoide O
cular y el pelo que se visualiza en los teratomas quísticos.
• Signo de la «punta del iceberg» 'O
Aunque son raros los efectos hormonales asociados, la U
Q)
• Malla dermoide ecografía puede resultar valiosa para identificar una le- e
• Esférulas móviles (raro) sión pélvica en un paciente hipertiroideo cuando no haya C;
• Nivel grasa-líquido con capa ecogénica evidencia de una lesión tiroidea en el cuello 291 •
no declive El teratoma inmaduro es raro, y representa menos del
,....
lO

o
1 % de todos los teratomas y contiene tejido inmaduro de 'S
~
las tres capas germinales. Se trata de un tumor maligno de o.
10
rápido crecimiento y casi siempre se produce en las dos o
moide 2B1. El tapón dermoide normalmente contiene pelo, primeras décadas de la vida. En la ecografía el tumor se
dientes o grasa y con frecuencia genera una sombra acús- muestra normalmente como una masa sólida, pero tam-
tica. La correlación con la TC ha demostrado que en mu- bién se han descrito estructuras quísticas de diverso ta-
chos casos el componente quístico es puro sebo (que es mañ0 280 • Son típicas las calcificaciones en el teratoma in-
líquido a la temperatura corpora 1) mas ' que l"d
lqUJ o 2B2 . maduro.
La mezcla de un mechón de pelo y sebo es muy ecogéni- Disgerminoma. El disgerminoma es un tumor maligno
ca ya que existen muchas interfases tisulares y produce de células germinales que supone el 1%-2% de todas las
una sombra acústica muy poco definida que enmascara la neoplasias primarias de ovario y el 3%-5% de todos los
pared posterior de la lesión. Se conoce como signo de la tumores malignos primarios 40 . Están formados por célu-
«punta del iceberg»2B3 (Fig. 15-42, B). Pueden surgir fo- las germinales indiferencia das y son morfológicamente
cos muy ecogénicos con sombra acústica bien definida de idénticos a los semi nomas de los varones. Los disgermi-
otros elementos, como dientes y huesos. En ocasiones se nomas son muy radiosensibles y tienen una supervivencia
aprecian flotando interfases lineales múltiples hipereco- a los 5 años del 75%-90%. Este tumor se observa sobre
génicas dentro del quiste que se ha demostrado que son todo en mujeres por debajo de los 30 años y es bilateral en
fibras de pe10 2B4, lo cual se considera un signo específico y aproximadamente el 15% de los casos.
se conoce como malla dermoide 2Bs (Fig. 15-42, D). El disgerminoma, el teratoma quístico y el cistade-
También se puede ver un nivel grasa-líquido o pelo- noma son las neoplasias ováricas que con mayor frecuen-
líquido (Fig. 15-42, D YEJ . En la mayoría de los casos, co- cia se detectan en el embaraz0 4o• En la ecografía son ma-
mo en el endometrioma y los quistes hemorrágicos, la ca- sas sólidas de predominio ecogénico, pero también
pa más declive será más ecogénica. Sin embargo, en pueden contener pequeñas zonas anecoicas secundarias
aproximadamente el 30% de los dermoides, la capa no a hemorragia o necrosis 28o (Fig. 15-44). La TC y la RM han
declive será más ecogénica 286 • Otro signo raro pero tam- demostrado que estas masas sólidas son lobuladas con
bién característico es la observación de múltiples estruc- septos fibrovasculares entre los lóbulos 292 • En una publi-
turas ecogénicas esféricas que flotan en una gran masa cación sobre el Doppler en tres disgerminomas se refirió
pélvica quística 287 (Fig. 15-42, J). En el microscopio estas un flujo arterial prominente dentro de los septos fibrovas-
estructuras están integradas por pelo, hemosiderina y culares de una masa ecogénica, sólida y multilobulada 293 .
queratina de descamación con contenido de fibrina. Tumor del saco vitelino. Este raro tumor de rápido cre-
Patel y cols. 288 observaron que una masa anexial que cimiento, que también se llama tumor del seno endo-
mostrara dos o más características ecográficas de signos dérmico, es el segundo tumor maligno ovárico de células
dermoides tenía un valor predictivo positivo del 100%. Se germinales por orden de frecuencia después del disger-
han descrito errores en el diagnóstico de los teratomas minoma. El tumor del saco vitelina tiene mal pronóstico.
quísticos 289 • La hemorragia aguda dentro del quiste ovári-
co o de un endometrioma puede ser tan ecogénica como
para que parezca un tumor dermoide. Sin embargo, habi-
tualmente se aprecia el realce posterior del sonido, mien-
tras que el tapón dermoide tiende a amortiguar el sonido.
Otros errores son los fibroides pedunculados, especial-
mente Iipoleiomiomas, y la apendicitis perforada con un
apendicolito. Un dermoide ecogénico puede parecer simi-
lar al gas intestinal y puede pasar inadvertido. Si una ma-
sa pélvica bien definida es palpable clínicamente y en la
ecografía parece normal, el paciente debe reevaluarse y
someterse a una minuciosa exploración en busca de un
dermoide. 531
El estruma ovárico es un teratoma ovárico compuesto
Figura 15-43 Teratoma quístico. Muestra anato-
total o parcialmente de tejido tiroideo. Sucede en el 2%-
mopatológica que muestra una gran masa ovárica
3% de los teratomas. El Doppler color detectó flujo san- de contenido líquido, grasa, pelos y dientes.
guíneo central en el tejido sólido de cuatro casos referidos
=c::
-o
'0
(,,)
el)
en
Figura 15-44 Disgerminomas en tres mujeres
~ jóvenes. A, Ecografía transabdominal transversal
que muestra una gran masa (M) pélvica sólida ad-
yacente al útero (U). B, Ecografía transvaginal que muestra
una gran masa sólida ovárica con áreas hiperecoicas linea-
les delgadas que probablemente representen septos fibro-
sos. e, Ecografía transabdominal transversal que muestra
una gran masa ovárica derecha con aumento de la vascu-
laridad con el Doppler color. El disgerminoma también está
en el lado izquierdo (L); UT, útero.

Se cree que surge a partir de un carcinoma embrionario trógenos 4 0 y pueden existir signos clínicos secundarios de
multipotencial indiferenciado por diferenciación selectiva la producción de estrógenos. Aproximadamente el 10%-
hasta formar el saco vitelina y estructuras vitelinas 40 • Nor- 15% de las pacientes finalmente desarrollan un carcino-
malmente se observa en mujeres menores de los 20 años ma endometrial. El tipo juvenil da cuenta del 5% de los
de edad y casi siempre es unilateral. Se han visto niveles tumores de células granulosas y se observa en pacientes
altos de alfafetoproteína asociados con el tumor del seno menores de 30 años y niñas. En las jóvenes premenstrua-
endodérmico. El aspecto ecográfico es parecido al del dis- les, estos tumores suelen cursar con una sexualidad pre-
germinoma 28o • coz como consecuencia de la secreción de estrógenos. En
la ecografía los tumores de células granulosas del adulto
Tumores estroma les de los cordones sexuales tienen un aspecto variable, y se manifiesta como masas
Los tumores estromales de los cordones sexuales emer- sólidas, tumores con grados variables de cambios hemo-
gen de los cordones sexuales de la gónada embrionaria y rrágicos o fibróticos o también como lesiones quísticas
del estroma ovárico. Los tumores de este grupo son el tu- multiloculares 294 • Las metástasis, aunque raras, se ven
mor de células granulosas, el tumor de Sertoli-Leydig como masas de base peritoneal, similares a las neoplasias
(androblastoma), te coma y fibroma. Este grupo da cuen- epiteliales o las masas quísticas hepáticas 29s •
ta del 5%-10% del total de neoplasias ováricas y del 2% Tumor de células de Sertoli-Leydig. Este raro tumor
de todos los tumores malignos de ovario. también llamado androblastoma, constituye menos del
Tumor de células granulosas. Representa el 1%-2% de 0,5% de las neoplasias ováricas. Generalmente se observa
las neoplasias ováricas y tiene un bajo potencial de malig- en mujeres menores de 30 años y casi siempre es unilate-
532
nidad. Alrededor del 95 % son del tipo adulto y se produ- ral. Es maligno en el 10%-20% de los tumores. Los tumo -
cen sobre todo en mujeres postmenopáusicas, casi siem- res malignos tienden a recidivar relativamente pronto
pre unilaterales. Los tumores de células granulosas son después de su diagnóstico inicial, con pocas recurrencias
más frecuentes en tumores ováricos productores de es- pasados los 5 años 29 6. Clínicamente se producen signos y
síntomas de virilización en alrededor del 30% de las pa- tran su aspecto típico y se han referido aspectos diversos,
cientes, aunque alrededor de la mitad no presentan mani- probablemente debido al edema y degeneración quística
festaciones endocrinas 4o . En ocasiones estos tumores de que tiende a producirse dentro de estos tumores 298 .
células de Sertoli-Leydig se asocian con la producción de
estrógeno. En la ecografía, los tumores de Sertoli-Leydig Tumores metastásicos
suelen manifestarse como masas sólidas hipoecoicas o Alrededor del 5%-10% de las neoplasias de ovario son de
pueden ser similares de aspecto a los tumores de células origen metastásico. Los primarios más frecuentes de las
granulosas 296 . metástasis de ovario son la mama y el aparato digestivo.
Tecoma y fibroma. Ambos emergen del estroma ovárico El término de tumor de Krukenberg debe reservarse a
y pueden resultar difíciles de distinguir entre sí anatomo- aquellos tumores que contienen las típicas células secre- ....
1/)

o
patológicamente. Los tumores con abundancia de células toras de mucina en «sortija de sello», que habitualmente "S
~
tecales se clasifican como tecomas, mientras que los que proceden de estómago y colon. El carcinoma de endome- Q.
IV
tienen menos células tecales y más tejido fibroso se clasi- trio con frecuencia metastatiza en el ovario, pero puede ()
fica n como tecofibromas o fibromas. Los te comas cons- ser difícil de distinguir de un carcinoma endometrial pri-
tituyen aproximadamente el 1 % de todas las neoplasias mario, como ya se comentó. En la ecografía las metástasis
ováricas y el 70% se producen en mujeres postmenopáu- de ovario suelen ser masas bilaterales y sólidas, que pue-
sicas. Son unilaterales, casi siempre benignos y con fre- den sufrir necrosis y adoptar un aspecto complejo, de pre-
cuencia muestran signos clínicos de producción de estró- dominio quístico, que simula un cistadenocarcinoma299.300
genos. Los fibromas representan alrededor del 4% de las (Fig. 15-46). Testa y cols. 301 observaron que casi todas las
neoplasias ováricas, son benignos, normalmente unilate- metástasis de ovario procedentes de los tumores prima-
rales y se observan con mayor frecuencia en mujeres me- rios de mama, estómago y útero eran sólidas, mientras
nopáusicas y postmenopáusicas. A diferencia de los teco- que las de colon y recto eran mas heterogéneas, la mayo-
mas, los fibromas rara vez se asocian a la producción de ría multiquísticas y de bordes irregulares. La ascitis pue-
estrógeno y por ello con frecue ncia cursan sin síntomas, a de observarse tanto en tumores primarios como en los
pesar de alcanzar un gran tamaño. Se ha referido ascitis metastásicos. Ellinfoma puede afectar al ovario, normal-
en hasta el 50% de los pacientes con fibromas de más de mente de forma difusa, diseminada y suele ser bilateral. El
5 cm de diámetro 297 • aspecto ecográfico es de una masa sólida hipoecoica simi-
Síndrome de Meigs (ascitis asociada a derrame pleural). lar allinfoma de cualquier otra zona del cuerpo.
Se producen en el 1%-3% de las pacientes con fibromas
ováricos, pero es inespecífico. También se ha referido aso-
ciado a otras neoplasias de ovario; los fibromas también
se observan en el 17% de las pacientes con nevus baso-
celular (síndrome de Gorlin). En esta entidad los fibro-
mas suelen ser bilaterales, calcificados y se observan en Las trompas de Falopio normales son difíciles de identifi-
mujeres jóvenes (edad media de 30 años) 296. car mediante ecografía transabdominal o transvaginal,
En la ecografía estos tumores tienen un aspecto típico salvo que estén dilatadas rodeadas de líquido. Las trom-
(Fig. 15-45). Como consecuencia del tejido fibroso homo- pas de Falopio normales son unas estructuras ecogénicas
géneo de estos tumores se observa una masa hipoecoica ondulantes de aproximadamente 8-10 mm de anchura,
con atenuación posterior marcada 297 . El principal diagnós- que siguen un recorrido posterolateral desde el útero has-
tico diferencial es con el tumor de Brenner y el fibroide ute- ta acabar dentro del fondo de saco posterior y cerca del
rino pedunculado. No todos los fibromas y tecomas mues- ovario. La luz no se ve normalmente salvo que esté rellena

533
Figura 15-45 Fibroma ovárico. A, Ecografía transvaginal que muestra una masa sólida hipoecoica (F) con cierta
~ atenuación posterior. B, Muestra anatomopatológica que evidencia un fibroma de naturaleza sólida y homogénea.
Figura 15-46 Metástasis ováricas de un carcinoma de colon en dos pacientes. A, Masas ováricas sólidas
bilaterales (M) o tumores de Krukenberg en mujer joven; U, útero. B, Masa compleja, de predominio quístico, con
septos y nódulos que simulan un cistadenocarcinoma de ovario en una mujer postmenopáusica.

de líquido 302. Las alteraciones del desarrollo de las trom- La presencia de un DIU aumenta el riesgo de EPI. Las se-
pas de Falopio son raras. Las alteraciones de las trompas cuelas a largo plazo incluyen un dolor pélvico crónico, in-
= se descubren en el embarazo, infecciones y neoplasias. fertilidad y un mayor riesgo de embarazo ectópico.
La EPI de transmisión sexual se disemina por la mucosa
Enfermedad pélvica inflamatoria de los órganos pelvianos, infectando inicialmente el cér-
La enfermedad pélvica inflamatoria es una patología fre- vix y endometrio uterino (endometritis), trompas de Fa-
cuente de incidencia creciente. La EPI normalmente se lopio (salpingitis aguda) y finalmente la región de ambos
debe a enfermedades de transmisión sexual (ETS), casi ovarios y peritoneo. Se desarrolla un piosálpinx como
siempre vinculadas a la gonorrea y clamidia. La infección consecuencia de la oclusión del tubo. La paciente suele
habitualmente sigue una diseminación ascendente desde acudir por dolor, fiebre, dolor pelviano a la palpación y
el cérvix y endometrio. Causas menos frecuentes son la leucorrea. Se suele palpar una masa.
extensión directa por un apéndice diverticular o abscesos Los signos eco gráficos pueden ser normales al comien-
postquirúrgicos que se rompen dentro de la pelvis y tam- zo de la EPp03. A medida que la enfermedad progresa o se
bién las complicaciones puerperales y postaborto. La di- hace crónica, se observan diversos signos (Figs. 15-47 y
seminación hematógena es rara pero puede producirse en 15-48). El engrosamiento o líquido en el endometrio su-
la tuberculosis. La EPI suele ser bilateral, excepto cuando giere endometritis. Puede detectarse pus en el fondo de
tenga su origen en la extensión directa de un proceso in- saco que contiene partículas ecogénicas, que diferencia el
flamatorio adyacente, que será más a menudo unilateral. pus del líquido seroso en esta región. Se pueden apreciar
unos ovarios hipertróficos con múltiples quistes y bordes
mal definidos como consecuencia de una inflamación pe-
ENFERMEDAD PÉLVICA INFLAMATORIA: riovárica 303. En la ecografía transabdominal, las trompas
HALLAZGOS ECO GRÁFICOS /' dilatadas pueden manifestarse como unas masas quísti-
cas complejas de predominio quístico, con frecuencia in-
• Endometritis distinguibles de otras masas anexiales. Sin embargo, la
Engrosamiento o líquido en~ dometrial ecografía transvaginal permite distinguir un tubo relleno
• Pus en el fondo de saco de líquido por su perfil tubular, de configuración algo ple-
Líquido con partículas gada y paredes ecogénicas bien definidas 304. La trompa
• Inflamación periovárica dilatada puede distinguirse de una asa intestinal rellena
Ovarios hipertróficos con múltiples quistes de líquido por la ausencia de peristaltismo. Pueden obser-
y bordes mal definidos varse también ecos interiores de bajo nivel dentro de la
• Piosálpinx o hidrosálpinx trompa rellena de líquido (piosálpinx) y en ocasiones
Trompas de Falopio rellenas con o sin ecos también un nivel de líquido-pus. Un líquido anecoico den-
I tro del tubo indica hidrosálpinx. Una pared de la trompa
interiores
engrosada (::::5 mm) indica una enfermedad aguda305.306.
• Complejo tubo ovárico En la evaluación de 14 EPI agudas y 60 crónicas, Timar-
Fusión de la trompa y el ovario inflamados Tritsch y cols. 306 describieron tres aspectos de la estructu-
• Absceso tuboovárico ra de la pared tubárica: 1) signo de la rueda dentada,
534 Masa compleja multiloculada con variable una estructura en rueda dentada anecoica visible en la
proporción de septos, bordes irregulares y sección transversal de la trompa con paredes gruesas, que
ecos interiores esparcidos. se observa sobre todo en la enfermedad aguda; 2) «signo
de las cuentas de un collar», que representa unos nódu-
los murales que miden 2-3 mm de sección transversal en irregulares y con ecos interiores esparcidos. Suele existir
una trompa llena de líquido. Se deben a restos de pliegues un realce acústico posterior y un nivel de líquido-detritus
degenerados y plegados de endosálpinx que sólo se ob- o gas dentro de la masa. El aspecto ecográfico puede re-
serva en la enfermedad crónica, y 3) septos incompletos, sultar indistinguible de otras masas anexiales benignas y
septos hiperecoicos que se originan como una protrusión malignas y es necesaria la correlación clínica para llegar a
triangular de una de las paredes, pero no alcanzan la pa- un correcto diagnóstico. Como los ovarios son relativa-
red opuesta y se observan con frecuencia en la enferme- mente resistentes a la infección, con la ecografía transva-
dad aguda y en la crónica y no sirve para diferenciarlas. ginal pueden visualizarse áreas de tejido ovárico recono-
Patel y cols.307observaron que las indentaciones opuestas cibles dentro de la masa inflamatoria 154 .
diametralmente en la pared (<<signo de la cintura») tiene Tanto la ecografía transabdominal como la transvaginal
la máxima probabilidad de diferenciar un hidrosálpinx de serán útiles para evaluar a pacientes con EPI. El abordaje
otras masas anexiales 307 . transabdominal es útil para evaluar la extensión de la en-
A medida que la infección empeora se forman adheren- fermedad, mientras que el abordaje transvaginal es sensi-
cias periováricas, con fusión de las trompas dilatadas e ble para detectar unas trompas dilatadas, cambios infla-
inflamadas y del ovario, que forma el llamado complejo matorios periováricos y las características internas de los
tuboovárico (Fig. 15-48, B). El ovario todavía puede reco- abscesos tuboováricos 303,308. La ecografía también es útil
nocerse, pero ya no se puede separar de la trompa empu- en el seguimiento de la respuesta al tratamiento antibióti-
jando con el transductor vaginap06. Si progresa más con- co. Los abscesos tubo ováricos pueden tratarse mediante
d uce a una desintegración total y ya no se podrá reconocer aspiración y drenaje dirigido por ecografía.
trompa y ovario por separado, formándose un absceso En la EPI crónica la fibrosis y unas adherencias exten-
tuboovárico. En la ecografía se muestra como una masa sas pueden enmascarar los bordes de los órganos pélvi-
multiloculada compleja con septos variables, de bordes cos, que se funden en una gran masa de bord ~s mal defini-

..., Figura 15-47 Hidrosálpinx en tres pacientes.


~ Imágenes transvaginales que muestran estructu-
ras tubulares rellenas de líquido de tamaño varia- 535
ble. A, Septos incompletos relacionados con el pliegue de
la trompa. B, Ecos de bajo nivel dentro de la trompa. e,
Nodularidad de superficie.
Figura 15-48 Enfermedad pélvica inflamatoria en dos pacientes. A, Imagen transvaginal que muestra un ovario
muy hipertrófico rodeado de un borde de grasa muy ecogénico e inflamado (flechas). Existe una colección de líqui-
do compleja dentro del ovario. No existe una arquitectura normal. S, La trompa (TJ está distendida y rellena de
detritus como reflejo del pus. El ovario (O) está igualmente relleno de pus con unos bordes mal definidos que muestran un
complejo tuboovárico.
=c:
'o
'0
()
el) dos. La torsión aislada de las trompas de Falopio es rara, bIes, para determinar si la masa ya estaba presente y si
en pero ocurre asociada a un hidrosálpinx crónic0 309 . La pa- existe algún cambio de tamaño o características internas.
ciente acude con un dolor pélvico de inicio brusco y seve- Cuando se observa una masa en la ecografía debe defi-
ro. El hidrosálpinx y la torsión de la trompa se ha referido nirse en la forma siguiente:
también como una complicación tardía en pacientes con • Localización y tamaño
ligadura de trompas 31O • • Contorno externo (bien definido, mal definido o de bor-
des irregulares).
Carcinoma • Consistencia interna (quística, compleja de predominio
El carcinoma de las trompas de Falopio es el menos fre- quístico, de predominio sólido, o sólida).
cuente (0,3%) de todos los cánceres ginecológicos, siendo En general, las masas uterinas son sobre todo sólidas, a
el adenocarcinoma el tipo más frecuente. Ocurre casi diferencia de las masas ováricas, que suelen ser quísticas.
siempre en mujeres postmenopáusicas en su sexta déca- Si la masa parece surgir del útero, se suele tratar de un
da y acuden con dolor, sangrado vaginal y una masa pélvi- leiomioma benigno. Los leiomiomas son causa frecuente
ca. Una minoría de las pacientes presenta secreción acuo- de masas anexiales sólidas, en cuyo caso si muestran un
sa profusa, conocida como hydrops tubae profluens. El origen a partir del útero será diagnóstico. En ocasiones
tumor suele afectar al extremo distal, pero también puede puede ser imposible determinar el origen exacto de la ma-
afectar a la totalidad de la trompa. Los hallazgos clínicos y sa mediante la ecografía; la RM será entonces útil.
ecográficos son bastante parecidos a los del carcinoma de La gran mayoría de las masas ováricas son funcionales
ovario. En la ecografía el carcinoma de las trompas de Fa- por naturaleza. Las masas ováricas que son puramente
lopio se ha descrito como una masa sólida o quística y quísticas y tienen unos bordes bien definidos son casi
perfil de salchicha con proyecciones papilares311.314. Patlas siempre benignas. El tamaño de la masa también es im-
y cols. 315 concluyeron que deberá sospecharse este diag- portante. En mujeres premenopáus icas, los quistes sim-
nóstico cuando se observe una masa sólida cuya posición ples o los quistes hemorrágicos típicos menores de 3 cm
se corresponda con la ubicación esperada de la trompa de pueden considerarse funcionales y no será preciso un se-
Falopio asociada con unos ovarios normales, especial- guimiento. Los quistes simples mayores de 3 cm también
mente si los ovarios son móviles 31S • suelen ser funcionales, pero su involución debe confir-
marse con el oportuno seguimiento. En las mujeres postme-
nopáusicas los quistes menores de 5 cm también suelen
EVALUACiÓN ECOGRÁFICA ser benignos. Masas mayores, especialmente si alcanzan
• UNA MASA PÉLVICA EN UNA
MUJER ADULTA
más de 10 cm, tienen una mayor incidencia de maligni-
dad. Las masas ováricas sólidas suelen ser malignas, ex-
cepto los teratomas, fibromas y los tumores de células
La ecografía se utiliza con frecuencia para evaluar una transicionales (Brenner), que con frecuencia tienen un as-
536 masa pélvica (Tabla 15-3). Deberán registrarse datos clí- pecto ecográfico específico. Las masas complejas pueden
nicos como la edad de la paciente, síntomas, situación ser benignas o malignas, y deben evaluarse posteriormente
menstrual e historia familiar cuando se evalúe una masa. respecto al contorno de pared, septos y nódulos murales.
Se comparará con estudios previos, cuando estén disponi- Unos bordes irregulares con septos gruesos e irregulares,
Masas ováricas: signos ecográficos sugestivos de enfennedad
Sugestivo de enfermedad benigna Sugestivo de malignidad ca
'o,
Tamaño Pequeña «5 cm) Grandes (> 10 cm) O
Contorno externo Pared delgada Pared gruesa
'O
(,)
Bordes bien definidos Bordes mal definidos o irregulares C1)

Consistencia interna Puramente quístico Sólido o complejo .5


Septos delgados Septos gruesos o irregulares
CJ
Nódulos sólidos ecogénicos
Proyecciones papilares o
Hallazgos en el Doppler Alta resistencia o sin flujo Flujo de baja resistencia 'S
;t:
Nódulos avasculares Nódulos vasculares a.
Hallazgos asociados Ascitis; implantes peritoneales cu
O

proyecciones papilares y nódulos ecogénicos sólidos favo- hasta que finalmente, con la lisis completa, vuelven a ser
recen el diagnóstico de malignidad. El Doppler color y es- anecoicos. Con frecuencia no es posible distinguir un abs-
pectral puede demostrar vascularidad dentro de septo y ceso de un hematoma con la ecografía, y suele ser la nece-
nódulos. Un flujo de alta resistencia es muy sugestivo de saria correlación con la clínica.
enfermedad benigna, mientras que un flujo de alta resis- Los Iinfoceles pélvicos se producen después de una in-
tencia sugiere malignidad, aunque también puede apre- terrupción quirúrgica de los conductos linfáticos, normal-
ciarse en patología benigna. Aunque la ascitis se asocia mente después de una disección de los ganglios linfáticos
con masas benignas se observa con mucha mayor fre- o de un trasplante renal. En la ecografía los Iinfoceles son
cuencia en la enfermedad maligna. La ascitis maligna sue- quísticos y tienen un aspecto similar al de los urinomas,
le contener partículas ecogénicas. que son colecciones localizadas de orina o seromas, que
Cuando se sospecha que una masa es maligna el abdo- son colecciones de suero. Será necesaria la aspiración di-
men debe evaluarse también en busca de ascitis e implantes rigida por ecografía para diferenciar estas patologías.
peritoneales, uropatía obstructiva, adenopatías y metás-
tasis hepatoesplénicas. Las metástasis hepatoesplénicas Masas del tracto gastrointestinal
son raras en los cánceres de ovario, pero si ocurren suelen Las pseudomasas pélvicas más frecuentes son el material
ser en la periferia de la superficie de hígado y bazo como fecal en el recto que simula una masa compleja en el fondo
consecuencia de un implante peritoneal. Las metástasis de saco y un colon recto-sigmoides relleno de líquido que
hematógenas dentro de parénquima de hígado y bazo se parece una masa anexial quística. La ecografía transvagi-
observan en fases avanzadas de la enfermedad. nal permite distinguir habitualmente una pseudomasa de
una masa verdadera, pero cuando no sea posible, se reali-
zará un estudio con RM. Las neoplasias intestinales, es-
pecialmente las que afectan el recto-sigma, ciego e íleon,

Las masas pélvicas y pseudo masas pueden no tener un


origen ginecológico. Para llegar a este diagnóstico es im-
portante visualizar útero y ovarios por separado de las
masas (Fig. 15-49). Normalmente no es posible por el des-
plazamiento normal de las estructuras pélvicas normales
por la masa. Las masas pélvicas no ginecológicas casi
siempre se originan en el tracto gastrointestinal o urina-
rio o pueden desarrollarse después de una cirugía.

Masas pélvicas postoperatorias


Las masas postoperatorias pueden ser abscesos, hemato-
mas, Iinfoceles, urinomas o seromas. En la ecografía, los
abscesos son masas anecoicas de perfil ovalado con pare-
des gruesas e irregulares y realce acústico posterior. Pre-
sentan una ecogenicidad interior variable y pueden demos-
trarse unos ecos muy intensos con sombra debida al gas. Figura 15-49 Hematopoyesis extramedular.
Los hematomas se presentan con una diversidad de sig- Ecografía transversal en una mujer de 44 años asin-
nos que varían con el tiemp0 316 . En la fase aguda inicial, tomática con talasemia que muestra una masa 537
los hematomas son anecoicos. Después de la organización anecoica (M) a la izquierda y separada del útero (U) y ambos
y formación del coágulo, se hacen muy ecogénicos. Con la ovarios, que contienen quistes (flechas). Se llegó al diagnós-
tico mediante una biopsia percutánea dirigida por Te.
lisis del coágulo, los hematomas se hacen muy complejos,
pueden simular una masa anexial. Estos tumores mues- de la cronicidad del proceso 322 , El engrosamiento endo-
tran el típico signo de la diana de las masas haustrointes- metrial es variable, pero cuando alcanza 10 mm y no exis-
tinales, que consiste en un foco ecogénico central ocasio- te una masa endometrial, ya sea en el periodo postaborto
nado por el aire en el centro de la luz, rodeado de una o en el postparto, es baja la probabilidad de una retención
pared hipoecoica engrosada317 • Los abscesos relaciona- de restos placentarios clínicamente relevante 318,323 , La
dos con la enfermedad inflamatoria del tracto gastrointes- vascularidad dentro de la masa o un endometrio engro-
tinal también pueden parecer una masa anexial. En el lado sado sugieren retención de restos (Fig, 15-50, A), mien-
derecho, casi siempre se debe a una apendicitis o enfer- tras que la ausencia de vascularidad favorece la posibili-
medad de Crohn, mientras que los abscesos en el lado iz- dad de un coágulo sanguíneo, Sin embargo, la ausencia de
quierdo suelen ser secundarios a una enfermedad diverti- vascularidad no excluye retención de restos,
cular y se observan en un grupo de edad más avanzada.
Tromboflebitis de la vena ovárica
Masa de la vía urinaria La trombosis o tromboflebitis puerperal de la vena ovári-
Las pacientes con riñón pélvico pueden presentar una ca es una patología poco frecuente pero potencialmente
masa clínicamente palpable. Se reconoce con facilidad en letal (Fig, 15-51). Las pacientes acuden con fiebre, dolor
la ecografía por el perfil reniforme típico y la ausencia del abdominal bajo y una masa palpable, normalmente a las
riñón en su localización habitual. En ocasiones, una vejiga 48-96 horas del postparto, La causa subyacente es el esta-
muy distendida se confunde con un quiste ovárico. Cuan- sis venoso y la diseminación de una infección bacteriana a
do se identifica una masa quística pélvica, es imprescindi- partir de una endometritis, La vena ovárica derecha está
ble que la vejiga se estudie por separado de la masa. Los afectada en el 90% de los casos, El fl ujo venoso retrógrado
divertículos vesicales también pueden simular una ma- se produce en la vena ovárica izquierda en el puerperio,
=c: sa quística anexial. El diagnóstico se confirma demostran- que protege este lado de la diseminación bacteriana des-
'o do la comunicación con la vejiga y por un aspecto que se de el útero 40 , Se diagnostica mediante ecografía, TC y
'ü modifica al orinar. Los uréteres distales dilatados pue- RM324,325, La ecografía puede demostrar una masa inflama-
(,)
Q)
(J) den simular quistes anexiales en las ecografías transver- toria lateral al útero y anterior al músculo psoas, La vena
sales; sin embargo, las proyecciones sagitales muestran ovárica puede apreciarse como una estructura tubular
su aspecto tubular y su continuidad con la vejiga. anecoica de orientación cefálica desde la masa y que con-
tiene trombos ecogénicos. Los trombos suelen afectar
más la parte cefálica de la vena ovárica derecha y se pue-
TRASTORNOS PÉLVICOS TRAS den demostrar ecográficamente en la unión de la vena
, EL PARTO ovárica derecha con la vena cava inferior, incluso algunas
veces se extiende a la vena cava inferior 326 , También pue-
El útero está hipertrofiado durante el periodo del postpar- den apreciarse trombos en la vena cava inferior. El Doppler
to y retorna al tamaño previo al embarazo de forma gradual permite demostrar la ausencia de flujo en estas venas 327 •
en 6-8 semanas. El endometrio regresa a su situación no La mayoría de las pacientes responden a anticoagulantes
grávida a las 3-6 semanas 318 . Suelen detectarse pequeñas y antibióticos y durante el seguimiento se asiste a la reso-
cantidades de líquido y material ecogénico (sangre) en el lución del trombo y recuperación de un flujo normal con
canal endometriaJ319,32o, También se observa aire hasta la 3." la imagen del Doppler dúplex,
semana de un parto vaginal sin complicaciones 140, La pato-
logía del periodo postparto suele ser la consecuencia de Complicaciones de la cesárea
infecciones o hemorragias, Las situaciones patológicas es- En la cesárea se realiza una incisión transversa uterina,
pecíficas se producen en el periodo postparto y son la en- En la exploración ecográfica, el lugar de la incisión pue-
dometritis, retención de productos de la concepción y de identificarse como una región ovalada y simétrica con
tromboflebitis de la vena ovárica, La endometritis es más hipogenicidad respecto al miometrio, ubicada entre la pa-
frecuente después de la cesárea que en el parto vaginal y red posterior de la vejiga y el segmento uterino inferior 328 .
sucede en pacientes con trabajo de parto prolongado o una Las suturas dentro del lugar de la incisión pueden reco-
ruptura prematura de membranas o que retienen restos nocerse como ecos pequeños, puntiformes y de gran am-
del parto, El origen más frecuente de organismos es la flora plitud (Fig. 15-52),
vaginal normal. Clínicamente se manifiesta por dolor pélvi- Pueden aparecer hematomas a partir de una hemorra-
co y fiebre de origen desconocido, gia a nivel de la incisión (hematomas de colgajo vesical) o
dentro del espacio prevesical (hematomas subfasciales).
Retención de restos placentarios Los hematomas de colgajo vesical se diagnostican con
La retención de los restos de parto después de un aborto la ecografía cuando se observa una masa compleja anecoi-
o parto puede ocasionar una hemorragia secundaria o ca mayor de 2 cm de diámetro que se localiza adyacente a
pueden servir como nido para una infección, En la ecogra- la cicatriz y entre el segmento uterino inferior y la pared
fía, una masa ecogénica en la cavidad endometrial sugie- vesical posterior (Fig, 15-53), La ecogenicidad varía en
538 re este diagnóstico (Fig. 15-50), aunque un coágulo de función de la proporción de organización dentro del he-
sangre también pueden manifestarse como una masa 321 , matoma 316, La existencia de aire dentro de la masa es muy
Pueden apreciarse calcificaciones dentro de la masa, que sugestiva de hematoma infectado 329 , Los hematomas
son muy sospechosas de retención de placenta madura o subfasciales son de localización extraperitoneal, están
co ntenidos dentro del espacio prevesical y se deben a la del sitio placentario. Estas tres patologías se engloban
interrupción de los vasos epigástricos inferiores o sus ra- dentro de la neoplasia trofoblástica persistente (NTP)
mas durante la sección de la cesárea330 o a un parto vagi- y todas ellas muestran una proliferación trofoblástica.
.~
nal traumático 331 . En la ecografía se observa una masa en
O
compleja o qUÍstica por delante de la vejiga. Suelen ser Embarazo molar hidatidiforme
'O
necesarios transductores de alta frecuencia y enfo'q ue El embarazo molar hidatidiforme es la form a más habi- (,)
el)
próximo para reconocer las masas superficiales. Es im- tual de NTG y tiene una incidencia de 1/1.000 embarazos .5
portante identificar el músculo recto para distinguir el en Norteamérica 332 • La incidencia es mucho más elevada CJ
hematoma de herida superficial (que se localiza por en los pueblos asiáticos. Existe un mayor riesgo entre las
delante del recto anterior) del hematoma subfascial (pos- menores de 20 años, en las mujeres de más de 3S años de ...o
U')

terior a dicho músculo)330. El colgajo vesical y hematoma edad y en mujeres con un embarazo molar previo. El ries- '3
:t::
subfascial se pueden observar de forma simultánea en la go también aumenta con el número de abortos previos 333 . C.
t\l
misma paciente. Sin embargo, tienen un origen de sangra- El embarazo molar se caracteriza histológicamente por O
do distinto y deben tratarse como patologías distintas. una degeneración quística (hidatidiforme) de las vellosi-
dades coriónicas, con ausencia o con una vascularización
inadecuada y proliferación trofoblástica anormal.
/~ NEOPLASiA TROFOBLÁSTICA El síntoma de presentación más habitual es el sangra-
'0 ";~~~J~CIONAL do vaginal y se observa en más del 90% de los casos. Se
produce con frecuencia el paso de vesículas (vellosida-
La neoplasia trofoblástica gestacional (NTG) representa des hidrópicas) a través de la vagina que se considera
un espectro de patologías que incluyen el embarazo molar específico del diagnóstico de un embarazo molar 334 • El
hidatidiforme, el coriocarcinoma y el tumor trofoblástico útero puede estar hipertrófico para la fase del embarazo

..., Figura 15-50 Productos retenidos del parto;


~ aspectos pOSibles: A, Ecografía Doppler color
I sagital transvaginal en una paciente postaborto
que muestra el engrosamiento del endometrio con una zo-
I na focal de vascularidad aumentada. B, Ecografía transva-
I ginal sagital en otra paciente que muestra una masa eco- I
I génica central bien definida debida a una placenta I
539
parcialmente retenida. e, Ecografía sagital transvaginal de i
I otra paciente que muestra retención de tejido placentario
I que contiene calcificación en el fundus que se extiende al
miometrio: placenta retenida increta.
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Q.

cue
'E
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"O
oC Figura 15-51 Tromboflebitis de la vena ovárica, A, Ecografía transversal de una paciente con fiebre y dolor en
('(1
fosa ilíaca derecha 4 días después de una cesárea y que muestra una masa (M) a la derecha del útero post parto
--....E
('(1
(U). B, Ecografía sagital de abdomen que muestra un trombo ecogénico en una vena ovárica derecha distendida
(OV). El trombo (flechas) se aprecia extendiéndose por la vena cava inferior (Ve/).
C')
o(,)
w
=c: y también puede experimentar un rápido crecimiento.
Las complicaciones médicas son: hipertensión inducida
evolución benigna 334•336 , Sin embargo, el diagnóstico preci-
so y la clasificación del embarazo molar son importantes
'o
'o
t) por el embarazo, hiperemesis gravídica, preeclampsia e debido al riesgo de NTP. Por este motivo todas las pacien-
CI)
ti) hipertiroidismo. El uso rutinario de la ecografía en cual- tes con un embarazo molar se monitorizarán con GCH se-
quier mujer durante su embarazo ha hecho posible que manal y se les recomendará evitar un nuevo embarazo
actualmente se llegue al diagnóstico precoz y pocas mu- durante al menos un año.
jeres muestren los signos clásicos de hipertensión y El embarazo molar hidatidiforme se clasifica como em-
preeclampsia 335 , barazo molar completo o embarazo molar parcial sobre la
Los niveles de GCH en el embarazo molar están anor- base de signos citológicos y anatom opatológicos.
malmente elevados, ya que suelen estar por encima de
100.000 mUjml. En el 15%-30% se observan quistes te- Embarazo molar completo
caluteínicos de los ovarios como reflejo de los niveles El embarazo molar completo se caracteriza por un cario-
anormalmente alterados de GCH. tipo diploide de 46,XX en aproximadamente el 80%-90%
El embarazo molar se trata mediante la evacuación ute- de los casos, con un cromosoma ADN de origen exclusiva-
rina, que es suficiente en la mayoría de las pacientes. mente paterno 337 . Esto sucede cuando un huevo con cro-
Aproximadamente el 80% de las molas completas y el mosomas maternos ausentes o inactivos se fertiliza po r
95% de las molas parciales experimentan después una un espermatocito haploide normal. En ocasiones, la ferti -

540 Figura 15-52 Suturas de la incisión cesárea, Figura 15-53 Hematoma de colgajo vesical.
Imagen transvaginal transversa que muestra múl- Ecografía sagital de una paciente con fiebre y do-
tiples focos ecogénicos brillantes en el lugar de la lor abdominal inferior 8 días después de una cesá-
cirugía. rea que muestra hematoma (H) entre la vejiga y la cicatriz
de la incisión de la cesárea (flecha); U, útero.
de una fertilización de un huevo normal por dos esperma-
tacitas haploides. La triploidia de origen materno no se
asocia con NTG 34 0, La histología del embarazo molar par- ca
,-
cial tiene unos tejidos que se han desarrollado bien pero C)
O
generalmente se trata de tejidos fetales anómalos (tri-
"O
ploides). La degeneración hidrópica del vello placentario (,)
(1)
es focal e intercalada con vellosidades placentarias nor- .5
males. La proliferación trofoblástica es leve, Los signos y ~
síntomas son menos frecuente s y severos debido a la pro-
liferación trofoblástica leve, Pocas veces se llega al diag-
o
nóstico de embarazo molar parcial de forma prospectiva, '3
:t::
y la mayoría se diagnostica clínicamente como aborto in- a.
complet0 334,336, ca
O
Los signos eco gráficos de un embarazo molar parcial se
descubren con menor frecuencia y se solapa con otras pa-
Figura 15-54 Embarazo molar completo: as- tologías, como el embarazo sin embrión o un aborto in-
to..- ~pecto clásico. Ecografía transabdominal que complet0 335 • En el embarazo molar parcial, la placenta
~ muestra una masa vesicular ecogénica que dis- tiene un tamaño excesivo y contiene numerosos espacios
tiende el endometrio. La masa está rellena de innumera- quísticos distribuidos de forma no uniforme (Fig. 15-55).
bles espacios quísticos distribuidos de forma uniforme que Fine y cols. 341 observaron que este diagnóstico se asociaba
se corresponden con vel losidades coriónicas hidrópicas
de form a significativa con una relación de la dimensión
en el estudio anatomopatológico.
transversa-anteroposterior del saco gestacional mayor de
1,5 y también con cambios quísticos, irregularidad o au-
mento de la ecogenicidad en la reacción decidualjplacen-
lización de un huevo vacío por dos espermatocitos haploi- ta o miometrio. Se observa además un crecimiento fetal
des deriva en un patrón 46, XY333 . Cuando el embrión mue- lento que puede presentar múltiples malformaciones.
re en una etapa precoz, no se aprecian partes fetales 337 • La degeneración hidrópica placentaria (no relaciona-
La placenta se sustituye en su totalidad por unas vellosi- da con la neoplasia trofoblástica) también puede mostrar
dades coriónicas hidrópicas anormales con una prolifera- signos ecográficos similares. La degeneración hidrópica
ción trofoblástica excesiva. ocurre con frecuencia en el aborto del primer trimestre de
Los clásicos signos ecográficos del embarazo molar cualquier causa. Los espacios quísticos asociados pueden
completo son un útero hipertrófico con una masa ecogé- ser difíciles o imposibles de diferenciar de una mola pre-
nica central que expande el canal endometrial. La masa coz. Por ello, en los casos con signos ecográficos ambiguos,
contiene múltiples espacios quísticos de diverso tamaño, los restos del parto deberían revisarse de forma minuciosa
que representan vellosidades hidrópicas (Fig. 15-54). Es- para evitar que se pase por alto una mola hidatidiforme.
tos espacios quísticos pueden variar de tamaño desde
unos pocos milímetros hasta 2-3 cm. En el segundo tri-
mestre el diagnóstico mediante ecografía transabdominal
es muy preciso. En el primer trimestre el tejido de la mola
se mostrará como una masa ecogénica y fundamental-
mente sólida, porque las diminutas vellosidades hidrópi-
cas no se han desarrollado aún. Por su mejor resolución,
la ecografía transvaginal permite definir con ventaja las
vellosidades hidrópicas de forma más precoz. En las mo-
las completas el feto estará ausente, salvo el raro caso de
un embarazo gemelar coexistente, en cuyo caso es necesa-
ria la ecografía para llegar al diagnóstico.
Los ovarios pueden estar muy aumentados de tamaño
en el embarazo molar completo por presentar múltiples
quistes tecaluteínicos bilaterales. Son grandes y habitual-
mente multiloculares y pueden experimentar hemorragia
o torsión y ser el origen de dolor pélvico. Los quistes teca-
luteínicos serán más llamativos cuando la enfermedad
trofoblástica sea severa. Se ven con menor frecuencia du-
rante el primer trimestre 338,339 , Figura 15-55 Embarazo molar parcial a las 8
~ semanas de la gestación. Ecografía transvaginal
Embarazo molar parcial que muestra un útero grávido con saco vitelino y
541
El embarazo molar parcial tiene un cariotipo triploide . embrión vivo de 8 semanas (flecha). A la derecha se apre-
de 69,XXX, 69,XXY o 69, XYY. La mayoría de las molas par- cia una placenta grande con múltiples espacios quísticos
ciales tienen un conjunto de cromosomas maternos y dos pequeños compatibles con vellosidades hidrópicas. La
anatomía patológica confirmó la mola parcial.
conjuntos de cromosomas paternos, como consecuencia
Estudios recientes han demostrado que la ecografía es NTP se produce más a menudo después de un embarazo
mucho más precisa en el diagnóstico del embarazo molar, y hasta el 20% de las molas completas desarrollan
C'II molar completo que en el embarazo molar parcial. una enfermedad persistente que requiere un tratamiento
U Kirk y cols.342 evaluaron la ecografía del primer trimestre adicionaJ332,334. Las molas completas con grados severos
'o
'C'II y observaron una precisión del 95% para el diagnóstico de proliferación trofoblástica presentan el máximo riesgo
...o>-
~
de mola completa y del 20% en el caso de la mola parcial, y desarrollan una enfermedad persistente en el 50% o
con una precisión global de mola hidatidiforme del 44%. más de estos pacientes 336 . El riesgo estará también au-
C'II En 859 molas hidatidiformes diagnosticadas anatomopa- mentado en pacientes por encima de los 40 años de edad
u tológicamente, Fowler y cols. 343 observaron que la ecogra- y en mujeres que hayan tenido múltiples embarazos mo-
'S;
:¡ fía realizada en el primer trimestre y comienzos del se- lares 337 • El riesgo de enfermedad persistente después de
Q,
gundo mostraba una precisión similar del 44%, con una un embarazo molar parcial es mucho menor y se observa
'ii precisión del 79% en las completas y del 29% en las par- en aproximadamente el 5% de los casos 334,337, Con menor
,5 ciales. Además, la tasa de detección ecográfica mejoró frecuencia la NTP se produce después de un parto normal
E después de las 14 semanas de gestación. a término, aborto espontáneo o rara vez en un embarazo
o
'O ectópico 332 •
.o

-
C'II Coexistencia de mola hidatidiforme
,~ y un feto normal Mola invasiva
E Los embarazos gemelares con un feto aparentemente nor- La mola invasiva es la forma más frecuente de la NTP y da
tn mal y la mola hidatidiforme son infrecuentes, con una in- cuenta del 80%-95% de los casos 346. Las pacientes habitual-
o cidencia estimada de 1/20.000-1/100.000 344,345. Se distin- mente acuden por sangrado vaginal y una elevación persis-
U
w gue de un embarazo molar parcial al identificarse un feto tente de la GCH sérica 1-3 meses después de la evacuación
=s:: de aspecto normal con su correspondiente placenta junto de la mola 347 . La histología de la mola invasiva muestra ve-
'o a la masa de tejido placentario que muestra cambios mo- llosidades coriónicas formadas y una proliferación trofo-
'ü lares (Fig. 15-56). Los estudios iniciales sugerían que es - blástica en la profundidad del miometrio (Fig. 15-57). Se
u
al
UJ tas pacientes presentaban un elevado riesgo de desarro- consideran histológicamente benignas y limitadas habitual-
llar NTp344. Sin embargo, un estudio más numeroso con 77 mente al útero. En raras ocasiones el tejido molar penetra
casos mostró que el riesgo de NTP era similar al que se atravesando todo el grosor del mio metrio y conduce a la
observa en una mola gemelar completa y era superior al perforación del útero y se acompaña de una hemorragia
continuar con el embaraz0 34s . Las 53 mujeres que decidie- grave 348 . Las lesiones pueden invadir más allá del útero has-
ron continuar el embarazo presentaron un mayor riesgo ta los tejidos del parametrio, órganos adyacentes y vasos
de complicaciones de embarazo, pero 20 (38%) dieron a sanguíneos. En raras ocasiones la mola invasiva puede em-
luz fetos vivos, habitualmente después de 32 semanas. bolizar a distancia, y alcanzar pulmones y encéfalo.

Neoplasia trofoblástica persistente Coriocarcinoma


La neoplasia trofoblástica persistente es una complica- El coriocarcinoma es una neoplasia extremadamente rara.
ción potencialmente letal del embarazo que engloba la Su incidencia es de 1/30.000 embarazos. Al igual que su-
mola invasiva, el coriocarcinoma y el, extremadamente cede en las demás formas de NTP, el factor de riesgo más
raro, tumor trofoblástico en el lugar de la placenta. La importante del coriocarcinoma es el embarazo molar. Las

542
Figura 15-56 Mola completa que coexiste con un feto a las 16 semanas de la gestación. A y B, Masas eco-
génicas grandes con innumerables espacios quísticos diminutos, la morfología clásica de una mola completa (M)
con un feto normal (F) y una placenta anterior normal (P).
cu
,-
C)
O
'O
(,)
Q)
c:
a
,...
U)

o
'3
;t:
Q.
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Figura 15-57 Mola invasiva de 6 semanas después de la evacuación de una mola completa. Ecografías A,
~ transversal y 8, sagital que muestran una gran masa rellena de múltiples espacios quísticos que se extienden
dentro del miometrio en el lado derecho.

gestaciones molares preceden al coriocarcinoma en el ser resistentes a la quimioterapia y tienen mayor riesgo de
50%-80% de los casos y 1/40 embarazos molares dan lu- metástasis.
gar al coriocarcinoma. El coriocarcinoma es una lesión
celular pura del miometrio con una proliferación trofo- Signos ecográficos de la NTP
blástica anormal sin formación de vellosidades. Son sig- La ecografía juega un papel importante en la detección y
nos prominentes la hemorragia y la necrosis 333 . La inva- estadiaje de la NTP y en la monitorización de la respuesta
sión vascular precoz es frecuente, con la consecuencia de al tratamiento. Los signos ecográficos de la NTP son me-
metástasis a distancia, que casi siempre afectan a los pul- nos conocidos que los del embarazo molar primario. Aun-
mones, seguidos de hígado, encéfalo, tracto gastrointesti- que la ecografía transvaginal suele ser innecesaria para el
nal y riñones. El compromiso respiratorio puede ser su diagnóstico de embarazo molar primario, es esencial para
forma de presentación iniciap49. También son frecuentes el diagnóstico de la NTP. Las pequeñas lesiones del mio-
la invasión venosa y las metástasis retrógradas a vagina y metrio típicas de esta patología pueden no ser evidentes
estructuras pélvicas 349 . en la ecografía transabdominal 351 • La mola invasiva, corio-
carcinoma y TTLP pueden mostrarse de forma parecida
Tumor trofoblástico en el lugar de la placenta en la ecografía 352 .353 . Las alteraciones ecográficas más ha-
El tumor trofoblástico en el lugar de la placenta (rrTLP) es bituales en la NTP son un nódulo focal ecogénico en el
la forma más rara y con frecuencia fatal de la NTp350. Al miometrio 349,351.353 (Fig. 15-58). La lesión habitualmente
igual que con el cario carcinoma y la mola invasiva, el TTLP queda cerca del canal del endometrio, pero puede encon-
puede suceder a cualquier tipo de gestación, pero en más trarse en la profundidad del miometrio. Las lesiones pue-
del 90% de los casos se desarrolla después de un embara- den parecer sólidas y uniformemente ecogénicas, hi-
zo a término normap4B. El tumor puede producirse ya a poecoicas o complejas y multiquísticas, similares al tejido
partir de la 1. a semana y hasta varios años después del em- de la mola. Se han descrito paredes gruesas, con zonas
barazo. El sangrado vaginal es el síntoma más frecuente, anecoicas irregulares, consecuencia de la necrosis tisular
aunque algunas mujeres pueden acudir por amenorrea. En y hemorragia351.353 (Fig. 15-59). En otros casos las zonas
el estudio anatomopatológico el TTLP es distinto de otras anecoicas dentro de las lesiones representan espacios
neoplasias trofoblásticas. Emerge del trofoblasto no vello- vasculares. Cuando el tumor sustituye todo el miometrio,
so «intermedio» que infiltra la decidua, arterias espirales y el útero está agradado, con el miometrio mostrándose he-
miometrio en el lecho placentario. El TTLP suele quedar terogéneo y lobulado. El tumor puede extenderse más allá
confinado al útero, pero puede ser localmente invasivo en del útero hasta el parametrio, pared pélvica lateral y órga-
la pelvis o puede metastatizar a pulmones, ganglios linfáti- nos adyacentes. En casos extremos, la NTP se muestra co-
cos, peritoneo, hígado, páncreas o encéfalo. La GCH no es mo una masa pélvica grande e infiltrante (Fig. 15-60). La
un marcador fiable de la TTLP. Habitualmente es negativa ecografía puede ser diagnóstica en el contexto adecuado
o está levemente elevada. Las tinciones histoquímicas con (p. ej., embarazo molar reciente, GCH creciente, una eco-
trofoblasto intermedio para GHC serán débiles o ausentes, grafía previa normal documentada) .
mientras que ellactógeno placentario humano (LPH) será
543
Después del tratamiento efectivo las lesiones ecográfi-
muy positivo. Por desgracia, el LPH sérico no es un predic- cas se transforman progresivamente en más hipoecoicas y
tor fiable del comportamiento tumoraP50. Se recomienda pequeñas de tamaño. Finalmente, en muchos casos no se
el tratamiento quirúrgico, ya que estas lesiones tienden a aprecian alteraciones residuales. Sin embargo, hasta el
C'CI
(.)
'0
...
'C'CI
...o
~
C'CI
(.)
'S;
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Q.

16
c:
E
o
'O
.a
C'CI
:! Figura 15-58 Nódulo focal ecogénico en el miometrio en una neoplasia trofoblástica persistente (NTP). A,
~ Ecografía transversal transvaginal que muestra ecogenicidad uterina focal central que podría confundirse con un
C) endometrio engrosado. B, Imagen sagital que muestra que la zona ecogénica queda dentro del miometrio, por
8 detrás del canal endometrial normal. (Cortesía de Drs. Margaret Fraser-HiII, Peter Burns y Stephanie Wilson.)
W

=s::
'o 50% de las pacientes presentan alteraciones persistentes NTP incluye un aliasing extenso de color, mezcla de señ a-
'(3
() después del tratamiento, que son difíciles de distinguir de les de color, pérdida de la evidencia de vasos y disposición
Q)
en lesiones activas eco gráficamente, vascular anárquica. Las zonas de Doppler color anormal
Los signos de la NTP con eco-Doppler color y dúplex con frecuencia parecen mayores que las alteraciones eco-
reflejan la marcada hipervascularidad del trofoblasto in- gráficas correspondientes.
vasiv0 354.3SS • Las arterias uterinas espirales irrigan directa- Las exploraciones con eco-Doppler y dúplex son no in-
mente los espacios vasculares prominentes, que se comu- vasivas y alternativas fiabl es a la angiografía convencional
nican entonces con la venas de drenaje. Estos shunts para detectar y estadiar la NTP pélvica355.356. El Doppler e s
arteriovenosos funcionales producen una hipervascula- además útil para detectar la recidiva de la enfermedad y
ridad uterina anormal y flujo de alta velocidad y baja im- hacer el seguimiento de la respuesta terapéutica 357 • En el
pedancia en la exploración con dúplex 354 . El flujo sanguí- embarazo molar primario puede ser difícil o imposibl e
neo trofoblástico tiene una VPS alta característica y un detectar una vascularidad anormal, pero es el principal
IR bajo. La VPS es normalmente mayor de 50 cm/s y con signo de la NTP. Las evaluaciones cualitativas de vascula -
frecuencia incluso de 100 cm/s. El IR suele ser menor de ridad con el eco-Doppler no son diagnósticas de NTP. Sin
0,5 y con frecuencia queda por debajo de 0,4. Por el con- embargo, la hipervascularidad en el eco-Doppler de la
trario, el flujo normal del miometrio tiene menos de 50 NTP se aprecia también en otras patologías, como las ex-
cm/s y el IR ronda 0,7. El eco-Doppler color típico de la tremadamente raras MAV, una fuen te potencial de error n .

544 Figura 15-59 Espacios quísticos que representan vasos y hemorragia en la NTP, A, Ecografía sagital que
muestra un útero levemente hipertrófico con una masa compleja en el miometrio anterior y con sangre en la cavi-
dad del endometrio. B, Doppler color que muestra un patrón en mosaico de color florido en el tumor del miometrio
anterior y sangre en la cavidad del endometrio. (Cortesía de Drs. Margaret Fraser-HiII, Pe ter Burns y Stephanie Wilson.)
,...
LO

O
"3
~
Q.
cu
O

Figura 5-61 Coriocarcinoma después de un embarazo normal como causa de una masa pélvica en la NTP.
~ Ecografías A, sagital y S, transversal que muestran una gran masa compleja y mal delimitada con componentes
tanto quísticos como sólidos. El útero no se puede identificar. En el eco-Doppler (no mostrado) se apreciaron se-
ñales trofoblásticas por doquier dentro de la masa. El coriocarcinoma en la NTP no se sospechó clínicamente ni tampoco
en la ecografía hasta que se realizó el Doppler. (Cortesía de Drs. Margaret Fraser-HiII, Peter Burns y Stephanie Wilson.)

Las señales trofoblásticas en el Doppler espectral no son al mostrar una hipervascularidad marcada y el flujo sanguí-
exclusivas de la NTP. Se observan también en todas las si- neo trofoblástico típico dentro de la lesión. El eco-Doppler
tuaciones con un trofoblasto funcional, como en un emba- también mejora la especificidad diagnóstica al mostrar las
razo fallido, restos placentarios retenidos y embarazo ectó- formas de onda uterinas normales cuando no hay NTP y la
pico. Estos potenciales fallos se distinguen de la NTP por ecografía es anormal, como cuando otras lesiones uterinas
los signos clínicos, morfología ecográfica y anatomía pato- simulan el aspecto de la NTP o persisten unas alteraciones
lógica. Sin embargo, la TTLP debe tenerse presente incluso inespecíficas después de un tratamiento efectivo 355 •
con un nivel de GC H normal (Fig. 15-61). En la mayoría de
los pacientes el diagnóstico de la NTP es muy evidente y la Diagnóstico y tratamiento
información adicional que aporte el eco-Doppler sirve de Como la NTP surge casi siempre de un embarazo molar, el
apoyo, pero no es imprescindible. Sin embargo, cuando no diagnóstico se basa normalmente en una regresión anor-
se sospecha la NTP clínicamente, el Doppler color o dúplex mal de la GCH después de la evacuación uterina. El diag-
aportan los primeros indicios de enfermedad trofoblástica nóstico anatomopatológico no se considera imprescindi-

~ Figura 15-61 Tumor trofoblástico en el lugar placentario (TTLP). Esta mujer de 28 años, grávida 10, para 2,
~ acudió por sangrado importante que precisó transfusión (GCH negativo). A, Ecografía transversal transvaginal que 545
muestra una masa uterina de 3 cm de diámetro, central y compleja que afecta al canal endometrial y al miometrio.
S, Eco-Doppler color que muestra una alteración extensa del color que es más extensa que en escala de grises. (Cortesía
de Drs. Margaret Fraser-HiII, Pe ter Burns y Stephanie Wilson.)
ble por los riesgos que existen de perforación uterina con La neoplasia trofoblástica persistente se clasifica, sim-
el legrado y no modifica de forma clara el tratamiento y los plificando, en metastásica y no metastásica, a partir del
resultados349.358. Los pacientes se tratan a partir del esta- estadiaje de la tomografía computarizada craneal, toráci-
diaje clínico que incluye una TC craneal, de tórax y abdo- ca y abdominopélvica 349,358. La NTP no metastásica tiene
minopélvica. Aunque el diagnóstico de la NTP suele ser un pronóstico excelente. El t ratamiento a base de monote-
evidente, la NTP puede pasar desapercibida en algunas rapia con metotrexate consigue una remisión persistente
pacientes, como cuando el estudio anatomopatológico sea en prácticamente el 100% de los casos 358 . La NTP metas-
incapaz de detectar la mola hidatidiforme en un aborto del tásica se subdivide en grupos de alto y bajo riesgo y casi
primer trimestre. La NTP que se desarrolla en tales casos o todas las pacientes con enfermed ad metastásica de bajo
después de gestaciones no molares puede malinterpretar- riesgo curan con quimioterapia simple 349 . Por el contrario,
se como un embarazo fallido o retención de productos del las pacientes con enfermedad de alto riesgo tienen un
parto. El diagnóstico de la TTLP es entonces complicado pronóstico claramente peor y una mayor probabilidad de
por unos niveles bajos o negativos de GCH. Además, las pa- fallo con la monoterapia. La enfermedad de riesgo más
cientes con NTP pueden presentar una importante varie- elevado y peor pronóstico se relaciona con una duración
dad de problemas no ginecológicos, como un compromiso de la enfermedad de más de 4 meses, niveles de GCH pre-
respiratorio y cerebral, gastrointestinal o hemorragia uro- tratamiento mayores de 40.000 mU /ml, existencia de me-
lógica346.349. En los casos difíciles, la imagen será el primer tástasis encefálicas o hepáticas, antecedentes de embara-
estudio que sugiera el diagnóstico (Fig. 15-61). zo a término e historia previa de quimioterapia fallida.
Con la excepción del TTLP, los niveles de GCH son un Estas pacientes se tratan de fo rma agresiva con una com-
marcador ,s ensible y específico para la detección y moni- binación apropiada de poli-quimioterapia intensa, radio-
torización de la NTP. El tiempo medio normal para la de- terapia adyuvante y cirugía. Con un tratamiento adaptado
=c::
saparición de la GCH en molas benignas es de 7-14 sema-
nas (media, 11 semanas) pero puede llegar al año.
a medida, incluso pacientes de alto riesgo tienen tasas de
curación del 80%_90%349,359.
'o
'0
o
CIl
tJ'J

546
Capítulo 16

BIOPSIA DIRIGIDA POR ECOGRAFÍA


DE ABDOMEN Y PELVIS
Thomas Atwell, J. William Charboneau, John McGahan
y Carl C. Reading

La biopsia y el drenaj e de abscesos guiados por ecografía cos anticoagulantes como la warfarina, heparina o inhibi-
es un procedimiento diagnóstico y terapéutico muy útil. dores del adenosintrifosfato (ADP) (p. ej., clopidogrel).
La creciente experiencia con la ecografía y los avances tec- Cuando esta valoración inicial sea irrelevante, la mayoría
nológicos han ampliado considerablemente las aplicacio- de las biopsias superficiales se podrán realizar sin más
nes de la ecografía como guía de técnicas invasivas. El pruebas de laboratorio. Sin embargo, si los antecedentes
planteamiento de esta técnica requiere el conocimiento sugieren un trastorno del sangrado, deben obtenerse el
de los principales métodos actuales y sus aplicaciones en tiempo de protrombina (TP), tiempo de tromboplastina
general adaptadas a las regiones anatómicas específicas. parcial activado (TTPa) y recuento plaquetari0 4 • El papel
del tiempo de hemorragia es de una importancia cuestio-
nable para determinar el riesgo de sangrado. En la mayo-
ría de los casos no existe una evidencia que apoye el valor
del tiempo de sangrado para predecir el mismo3.5.
Las coagulopatías leves se pueden relacionar con el uso
Debido a su coste relativamente bajo y a su amplia dispo- de aspirina y de algunos antibióticos. En este contexto, se
nibilidad, la biopsia dirigida por ultrasonidos se ha con- debe interrumpir el fármaco y posponer el procedimiento
vertido a nivel mundial en uno de los métodos más impor- hasta que su efecto desaparezca. Algunas coagulopatías
tantes de la práctica radiológica para el diagnóstico de pueden corregirse con los hemoderivados adecuados.
tejidos. La biopsia dirigida por ultrasonidos es una técnica Puede administrarse desmopresina (DDAVP) al paciente
segura y precisa para la confirmación de una sospecha de urémico o al paciente con el antecedente de la toma re-
masa maligna y para la caracterización de lesiones benig- ciente de aspirina para mejorar la actividad plaquetaria 6 .
nas en distintas zonas del cuerpo1. 2 • Además, una confir- La embolización post-biopsia del trayecto de la aguja se
mación mínimamente invasiva de los tejidos reduce los ha referido que controla la hemorragia en pacientes con
gastos del paciente al evitar la necesidad de un diagnósti- alto riesgo de sangrado y en aquellos en los que la necesi-
co quirúrgico y también reduce la duración de la estancia dad de la biopsia sobrepasa los riesgos de la técnica 7,8.
hospitalaria y el número de pruebas diagnósticas comple- La segunda contraindicación relativa es la ausencia de
mentarias. La ausencia de radicación ionizante y la ima- una ruta segura para la biopsia. Una ruta de la biopsia
gen en tiempo real durante el procedimiento hacen que que atraviesa grandes vasos, como las venas esplénicas o
esta técnica sea más segura. porta extrahepática puede aumentar el riesgo del sangra-
do. Igualmente será preferible una ruta de biopsia libre
Indicaciones y contraindicaciones del estómago o intestino suprayacente, aunque se han
En la mayoría de los casos se realiza en el contexto de una realizado dichas biopsias con agujas más finas (21GJ9. Las
posible neoplasia, ya sea para el diagnóstico inicial de biopsias a través de una ascitis han demostrado que son
cáncer o para la confirmación de una enfermedad metas- seguras10,1l.
tásica. En muchos pacientes, la biopsia se realiza para eva- La tercera contraindicación relativa de la biopsia con
luar la existencia de una enfermedad parenquimatosa en aguja es un paciente no cooperador, en el que un movi-
un órgano nativo o el rechazo de un órgano ya trasplanta- miento no controlado durante la colocación de la aguja,
do. En ocasiones, la biopsia está indicada simplemente aumenta el riesgo de lesión y de hemorragias imprevistas.
para establecer la naturaleza de una masa descubierta de
forma casual. Métodos de imagen
Entre las contraindicaciones relativas de la biopsia Se pueden utilizar tanto la ecografía como la tomo grafía
con aguja percutánea está una coagulopatía no corregible, computarizada para dirigir la intervención percutánea. La
carecer de una ruta segura para la biopsia y el paciente elección del método depende de múltiples factores, como
que no coopera. Para evaluar una coagulopatía inheren- el tamaño de la lesión y su ubicación, visibilidad relativa
te, la información más valiosa viene de la historia clínica de la lesión en las dos modalidades y disponibilidad del 547
del propio paciente 3, que incluirá tendencia al sangrado o equipamiento. La mayoría de las masas se pueden biop-
necesidad de transfusiones o un antecedente familiar de siar con éxito utilizando tanto la ecografía como la TC,
diátesis hemorrágica. Se deberán revisar también las me- siendo la elección una decisión que depende de las prefe-
dicaciones que toma el paciente en lo referente a fárma - rencias del personal.
Ecografía serción y biopsia. En la década pasada, la radioscopia-Te
La ecografía ofrece varias ventajas como acceso para guiar ha permitido visualización en tiempo real de la posición
una intervención percutánea y son su fácil disponibilidad, de la aguja. Esto ha reducido el tiempo necesario para los
un coste relativo bajo y su portabilidad. Además no re- procedimientos intervencionistas con la contrapartida de
quiere radiaciones ionizantes y sirve de guía en casi todos una mayor dosis de radiación 16.
los planos anatómicos. Pero sin duda la mayor ventaja de
la ecografía es que proporciona información en tiempo Selección de la aguja
real de la punta de la aguja a medida que pasa a través del Existen diversas agujas de variados calibres (diámetro de la
tejido y hasta que alcanza el objetivo. Esto permite una aguja), longitud y diseño de la punta para su uso en biopsias
colocación precisa y fiable de la aguja y se evita la afecta- percutáneas. El calibre de la aguja se indica por el diámetro
ción de estructuras importantes que puedan estar próxi- exterior, siendo las agujas de mayores calibres las que tie-
mas. Además, la imagen del Doppler de flujo en color nen menor número de calibre. A nivel conceptual, la agujas
(IDFC) permite identificar la naturaleza vascular de una pueden agruparse en las de pequeño calibre (20 o menor) o
masa y de este modo evita complicaciones al pasar la agu- calibres grandes (19 o más). Suelen utilizarse agujas de
ja y también le facilita al médico evitar estructuras vascu- pequeño calibre para obtener células para un análisis cito-
lares que están en el trayecto de la aguja. lógico utilizando un procedimiento que se conoce como
Se puede recurrir a la guía ecográfica para la biopsia de aspiración con aguja fina (AAF), pero también se pueden
muchos órganos y regiones del cuerpo. La técnica es ópti- obtener piezas finas de tejido para su análisis histológico
ma para lesiones de ubicación superficial o a una profundi- con las agujas de este calibre pequeño. Las masas que que-
dad moderada en una persona delgada o de tamaño nor- dan por detrás de las asas intestinales pueden puncionarse
mal y también para lesiones dentro de órganos propensos con una mínima probabilidad de infección 9 . Las muestras
=c: al desplazamiento respiratorio (p. ej., riñón e hígado). En
el hígado, la ventaja de dirigir la biopsia con la ecografía en
más pequeñas obtenidas con agujas de calibre pequeño son
adecuadas para confirmar la recidiva tumoral o las metás-
'o
'(3
() tiempo real es que permite una visualización continua del tasis en un paciente conocido por una neoplasia previa pri-
Q)
en objeto durante la biopsia. Las lesiones ubicadas dentro o maria. Incluso cuando la muestra es pequeña, el patólogo
por debajo del hueso o el intestino relleno de aire, no se suele ser capaz de realizar un diagnóstico preciso compa-
pueden visualizar por una reflexión casi completa del so- rando la biopsia con el tejido original.
nido a partir del hueso o la interferencia de aire. Las agujas de calibres mayores se utilizan para obtener
En teoría, cualquier masa que se pueda visualizar con la mayores muestras de tejido para un análisis histológico y
ecografía es apta para su biopsia con una aguja dirigida citológico más exhaustivo. Estas agujas son necesarias para
por ecografía. En nuestra experiencia muchas biopsias de obtener suficiente tejido diagnóstico y definir el subtipo de
hígado y riñones se realizan con guía ecográfica, como son algunos tipos de neoplasia (p. ej., linfoma), alguna lesión
las biopsias de tiroides y glándulas paratiroideas. Los gan- benigna y muchas enfermedades parenquimatosas cróni-
glios linfáticos superficiales son especialmente adecua- cas difusas (p. ej., cirrosis hepática, glomerulonefritis, re-
dos para una biopsia en tiempo real dirigida por ultraso- chazo de trasplante renal) 17. Las muestras de tejido con
nidos. En ocasiones, el páncreas (especialmente los aguja de gran calibre también se utilizan para generar una
trasplantes de páncreas) y otros puntos del abdomen y muestra adicional «con un toque de preparación», donde
pelvis pueden ser biopsiados con guía ecográfica siempre el tejido se golpea contra el lado del porta para la muestra,
que la visualización de la lesión sea adecuada. dejando una muestra celular en el porta para su estudio
En comparación con la TC, los procedimientos dirigidos citológico 18.
por ecografía requieren menos tiempo para su realización Las preferencias y nivel de experiencia del patólogo im-
y pueden ser más coste-efectivos 12·14 . La biopsia dirigida plicado en la interpretación de las muestras de biopsia
ecográficamente ha demostrado ser más precisa que la TC son aspectos importantes para la selección del tamaño y
y con menor tasa de falsos negativos 13 .1S . el tipo de la aguja. Los citopatólogos se especializan en la
interpretación de las muestras celulares, que interpretan
Tomografía computarizada los resultados en función de las células proporcionadas.
Está bien documentada la tomografía computarizada co- Por desgracia, algunas clínicas no disponen de una inter-
mo un método de guía preciso para la biopsia percutánea pretación citopatológica. Los histopatólogos, en cambio,
de la mayoría de las regiones corporales. Proporciona una con frecuencia prefieren una muestra de biopsia grande
resolución espacial excelente de las estructuras entre la para su interpretación. Así, una muestra de biopsia gran-
superficie cutánea y la lesión estudiada y proporciona una de de una lesión metastásica con frecuencia permite una
imagen precisa de la punta de la aguja. Además, la lesión predicción más fiable del lugar del tumor primario que
que esté ubicada en la profundidad del abdomen o dentro una muestra pequeña de aspirado citológico. La determi-
de un hueso se verá mejor en la TC que con la ecografía. En nación del primario le permite al oncólogo calibrar el tra-
nuestra experiencia, muchas biopsias de hueso, suprarre- tamiento que se utilizará.
nales, pancreáticas y retroperitoneales se realizan con
548 guía de TC, debido a que estas estructuras con frecuencia Procedimiento de la biopsia
se visionan mejor con este método de imagen. Antes de realizar un procedimiento invasivo, deben expli-
Tradicionalmente la TC se limitaba por su incapacidad carse en términos que el paciente pueda entender el pro-
para visualizar de forma continua la aguja durante la in- cedimiento, riesgos, alternativas y beneficios para que
pueda obtenerse el consentimiento informado. El médico (<<pistola» de biopsia), la punta de la aguja se avanza hasta
que realice la técnica tiene que resolver las dudas del pa- el borde de la lesión. Se presta una especial atención al
ciente en relación con el dolor potencial durante el proce- recorrido previsto del dispositivo para evitar la lesión de UJ
dimiento y las posibles complicaciones de la biopsia. Des- estructuras profundas. Algunos dispositivos de biopsia ':;
Q)
pués de comentar el procedimiento, cualquier duda del permiten un avance manual inicial del estilete a través de a.
paciente debe responderse en su totalidad. la lesión deseada hasta alcanzar la profundidad necesaria. >-
Las biopsias con frecuencia se realizan en pacientes am- Cuando se activa la vaina de corte del resorte, la vaina eQ)
bulatorios y las molestias de esta técnica rara vez son gra- avanza sobre el estilete, pero no existe ya un avance adi- E
ves y suelen controlarse con la administración adecuada cional de la aguja hacia delante (Fig. 16-2). o
"O
de anestésicos locales después de que la piel se haya este- La mayoría de las biopsias se realizan a base de varios oC
pases dentro de la masa de forma coaxial, en los que una ctI
rilizado y cubierto. Se coge una vía venosa (VI) antes de la Q)
aguja introductora mayor se coloca previamente en la ma-

-
biopsia en el caso de que sea necesaria la administración "O
de líquidos o fárm acos durante el procedimiento. No suele sa. El estilete interior de la aguja se retira entonces y el de ctI
,-
ser necesaria la premedicación y pueden administrarse menor calibre, pero más largo, se coloca dentro de la luz. E
sedantes o analgésicos como el midazolam o el fentanyl De este modo se pueden obtener múltiples muestras con tn
por vía endovenosa después de obtener el consentimien- la aguja más pequeña sin necesidad de recolocar la aguja
o
(.)
Q)
to19 . Si la historia del paciente sugiere un trastorno hemo- del introductor mayor. Esta técnica permite recoger gran '-
rrágico, deben revisarse los estudios de coagulación antes cantidad de tejido con una única punción de la cápsula del o
a.
de la biopsia. En pacientes con un mayor riesgo de sangra- órgano. Aunque este abordaje debería reducir las compli- ctI
do es prudente una vía de mayor calibre o una segunda vía. caciones por el sangrado, es algo que no se ha podido de- :2
Existen dos opciones para esterilizar el transductor: mostrar de forma concluyente en la práctica 21 , quizás por tn
'¡:
se puede cubrir con una fun da de plástico estéril, aunque el calibre grande de la aguj a del introductor o por el ma- :c
puede degradar la calidad de la imagen y hace más difícil yor tiempo que la aguja del introductor.permanece dentro ctI
el manejo del transductor, y como alternativa, se puede del órgano, desgarrando potencialmente la cápsula.
'¡¡;
a.
esterilizar directamente el propio transductor con povi- Después de realizar la biopsia, el paciente queda en ob- o
dona iodada (Betadine) y se coloca entonces directamen- servación en el departamento de radiología durante 1-2 al
te sobre la piel. Se utiliza gel estéril como agente acústico
de acoplamiento. Después de la biopsia, el transductor se
enjuaga durante 10 minutos en una solución bactericida
horas. En el caso de una biopsia renal o cuando existan
dudas clínicas respecto a complicaciones potenciales, pa-
rece sensato aumentar el tiempo de observación. En algu-
-
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o
'3
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de di aldehído. nos centros médicos los resultados citológicos iniciales a.
ca
La mayoría de las biopsias dirigidas ecográficamente se están disponibles dentro de ese plazo. Si los resultados o
realizan bajo una visualización continua en tiempo real. del análisis citológico inicial no son concluyentes se podrá
Se dispone de un sistema de guía para aguja diseñado realizar una nueva biopsia, con el paciente todavía ingre-
para facilitar una colocación adecuada de la aguja. Estas sado en el departamento. Cuando se obtienen muestras
guías dirigen la aguja a distintas profundidades desde la de biopsia del núcleo se realiza un análisis de criotomos
superficie del transductor, que dependerá del ángulo pre- para su diagnóstico cuando la muestra de citología no fue-
seleccionado de la guía respecto al transductor (Fig. 16-1). ra concluyente. En este caso pueden ser necesarias mues-
Muchos radiólogos prefieren la técnica de la mano libre, tras adicionales si se requiere una fijación permanente o
en la que la aguja se inserta a través de la piel directamen- una tinción específica.
te en el campo de visión del transductor sin el uso de la
guía. El explorador dirige entonces la aguja de forma inde- Visualización de la aguja
pendiente hacia la lesión deseada bajo visualización eco- La visualización continua en tiempo real de la punta de
gráfica en tiempo real. avance de la aguja es una de las principales ventajas de la
Comparando estas dos técnicas de biopsia se puede ecografía como método de guía durante la biopsia. Por
apreciar la facilidad técnica que permite el método de la desgracia, con frecuencia este es también un aspecto téc-
aguja guiada. Puede reducir el tiempo para realizar la nicamente difícil para algunos radiólogos. Los neófitos
biopsia, especialmente en manos de un especialista neófi- pueden optar por comenzar su práctica con un maniquí
t0 20 • Sin embargo, la técnica de la mano libre permite una de prueba para biopsia por ecografía para desarrollar la
mayor flexibilidad al operador a la hora de realizar sutiles coordinación necesaria en la realización de dichos proce-
aj ustes en el trayecto de la aguja en el caso de que el pa- dimientos 22 •23 •
ciente se mueva, especialmente con la respiración. La principal razón de que no se visualice la punta de la
Las biopsias con aspiración de aguja fina se realizan co- aguja es un alineamiento inadecuado entre la punta de
locando la punta de la aguja dentro de la lesión deseada y la aguja y el transductor. Para visualizar toda la aguja, la
«flotando» rápidamente la aguja dentro de la masa, para aguja y el haz central del transductor tienen que estar en
recoger muestras dentro de la luz de la aguja fina. Algunos el mismo plano. Esto permite que se pueda visualizar todo
dispositivos de biopsia incluyen la jeringa en el extremo el tallo de la aguja. Aunque esto sucede pocas veces con el
para proporcionar una presión negativa dentro de la luz, uso de una guía mecánica de aguja, dicha colocación para- 549
aumentando de este modo su rendimiento. lela puede ser difícil utilizando la técnica de la mano libre,
Las agujas de mayor calibre se utilizan para obtener nú- especialmente cuando el radiólogo esté centrado en la
cleo del tejido. Con la biopsia de núcleo típica con resorte imagen ecográfica. En muchos casos, el radiólogo simple-
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W Figura 16-1 Biopsia con aguja dirigida ecográficamente. A, Imagen ecográfica que muestra una masa en el
~ lóbulo derecho del hígado. B, La aguja se observa dentro de los límites del ángulo elegido, con la punta en la
W
~ m
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=
mente observa el alineamiento de la aguja con el trans- La ecogenicidad del órgano que se quiere biopsiar
ductor para permitir una corrección grosera de la desvia- también refleja la visibilidad de la aguja de biopsia. Si el
ción de ruta (Fig. 16-3), afinando entonces el alineamiento parénquima es relativamente hipoecoico, como es el caso
de la aguja con la imagen ecográfica. de hígado o bazo, la aguja ecogénica puede identificarse
El balanceo o entrar-salir de la aguja durante la inser- con facilidad. Al contrario, si el órgano o tejidos blandos
ción mejora la visualización de la aguja. Este movimiento son relativamente hiperecoicos, suele ser difícil visualizar
de balanceo ocasiona una deflexión del tejido blando ad- la punta de la aguja ecogénica con este fondo. Esto tiene
yacente a la aguja y hace que la trayectoria de la aguja sea una especial importancia en las biopsias de masas en pa-
mucho más evidente dentro de un campo que por lo de- cientes obesos o de masas rodeadas de grasa compleja,
más es estacionario. Como alternativa, cuando se utiliza como sucede en el retro peritoneo.
un sistema coaxial, la aguja más fina puede «bombearse» Se utilizan con frecuencia transductores con disposi-
o mover dentro-afuera dentro de la cánula mayor. tivos lineales o curvados para dirigir los procedimientos
También se puede mejorar la visualización de la aguja por su buena resolución en el campo próximo, que permi-
aumentando la reflectividad de la aguja de biopsia. Las te la visualización de la aguja después de una penetración
agujas de mayor calibre son más fáciles de visualizar que relativamente pequeña en el tejido. También se debe pro-
las pequeñas. Dejando el bisel de la aguja dirigido hacia el gramar la zona focal del haz ecográfico en campo próximo
transductor también aumenta la visibilidad de la punta de para una mejor visualización de la aguja. Se suelen utilizar
la aguja. Algunos autores han observado que la IDFC es útil transductores sectoriales si existe una ventana acústica
para visualizar el movimiento de la aguja 24, aunque noso- pequeña o cuando existe una lesión profunda que está si-
tros no lo hemos incorporado al eco-Doppler de forma ruti- tuada en ángulos pronunciados.
naria en nuestra práctica. Se han realizado modificaciones La visualización clara de la aguja de biopsia es un ele-
en el diseño de la punta de la aguja para mejorar su visibili- mento importante para el éxito de las biopsias con aguja
dad, como son las estrías en la punta de la aguja o un estile- dirigidas ecográficamente. Se recurrirá a las diversas téc-
te roscado. Se dispone de agujas extrarreflectantes diseña- nicas ya descritas para mejorar la visualización de la agu-
das específicamente para la guía ecográfica. La mayoría de ja. Sin embargo, el factor clave es una experiencia conside-
las agujas son suficientemente visibles en la ecografía siem- rable en ecografía en tiempo real para poder realizar unas
pre que aguja y transductor estén bien alineados. biopsias dirigidas ecográficamente con éxito.

W Figura 16-2 Aguja de biopsia con estilete central. A, Punta de la aguja de biopsia antes del uso del estilete. B,
~ Estilete desplegado con la toma de la biopsia (flechas) evidente en el estilete expuesto. e, Cánula externa sobre el
estilete, que permite que se obtenga el tejido en el pase.
Aplicaciones anatómicas específicas cluyentes y el diagnóstico de una enfermedad parenqui-
matosa. La biopsia de lesiones grandes y superficiales se
Hígado realiza con facilidad. Con experiencia podrán biopsiarse
El hígado es el órgano abdominal en el que se realizan además lesiones más profundas y menores de 1 cm 25 ,26
más biopsias percutáneas. Entre las indicaciones más ha- (Fig. 16-4).
bituales de la biopsia hepática destacan la confirmación En nuestra clínica la biopsia hepática se realiza en casi
no quirúrgica de una enfermedad metastásica, la caracte- todas partes bajo guía ecográfica por la visualización en
rización de una masa hepática focal con imágenes no con- tiempo real de la aguja. Esta ventaja se hace especialmen-

,..
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Q.
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ft¡¡J Figura 16-3 Alineamiento a mano


~ libre de una aguja de biopsia con
el transductor ecográfico. A, La
aguja de la biopsia se alinea de forma preci-
sa dentro del plano central del transductor.
B y e, Alineamiento incorrecto. B, Aguja de
biopsia alineada fuera del centro relativo del
transductor. e, La aguja de biopsia se alinea
correctamente con el centro del transductor,
pero se angula fuera del plano central.
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.g .." Figura 16-4 Biopsia dirigida mediante ecografía de una metástasis hepática pequeña, A, Imagen ecográfica 1
CU ~ longitudinal del lóbulo hepático derecho inferior que muestra una masa de 1 cm (flecha). B, Fotografía macroscó-
~ pica de una biopsia de núcleo que muestra el núcleo blanco típico del tejido patológico (flechas) delimitado por un
E
C'l parénquima hepático de aspecto típicamente normal (cabezas de flecha)._ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _--..-J
O
O
W
te relevante cuando existe un movimiento importante en La biopsia percutánea dirigida ecográficamente de un
=1:
el hígado debido a la respiración y desplazamientos del trombo de la vena porta ha demostrado ser un diagnósti-
'o diafragma. co seguro y preciso para el estadiaje del carcinoma hepato-
'u
o Las lesiones en el lóbulo hepático izquierdo y la parte in- celular31 . Las implicaciones del trombo tumoral tienen con-
Q)
rn ferior del lóbulo derecho pueden realizarse habitualmente secuencias importantes sobre las opciones terapéuticas
desde un abordaje subcostal. Las lesiones ubicadas por en- específicas.
cima en la cúpula hepática suponen una dificultad técnica Las biopsias hepáticas son relativamente seguras, con
para el uso habitual de la biopsia dirigida por TC, pero en una tasa de complicaciones global de menos del1 % 32-36. La
cambio la ecografía en tiempo real y fuera de eje permite hemorragia es la más frecuente y las complicaciones hemo-
una colocación precisa de la aguja en el punto deseado del rrágicas importantes son más probables en el caso de pa-
tumor, con frecuencia a partir de dicho abordaje intercos- cientes con neoplasia que en aquellos con fallo hepático
tal. Aunque el abordaje intercostal puede invadir el espacio agudo, hepatitis crónica activa o cirrosis 3S.37.38. La mayoría
pleural, pocas veces se punciona el pulmón aireado, ya que de las complicaciones se producen precozmente después
se visualiza bien en la ecografía y se puede evitar. Normal- del procedimiento de la biopsia; el 60% se producen den-
mente colocamos al paciente en decúbito lateral izquier- tro de las primeras 2 horas y e180% antes de las 10 horas 3s .
do (DLI), en lugar de dejarle en una posición supina, cuan- Múltiples estudios con series refieren una mortalidad de
do se desea un abordaje intercostal para mejorar así la las biopsias percutáneas hepáticas del 0,1 % o menos 3S-37 •
visibilidad del hígado a través del espacio intercostal. Cuan-
do se trabaja a lo largo del lado derecho del paciente dicha Páncreas
posición evitará además que el paciente esté pendiente de A pesar del creciente uso de la eco-endoscopia (EE) Y la
la manipulación de la aguja. Si es posible es preferible AAF dirigida por EE, la biopsia percutánea de tumores del
orientar el transductor a lo largo del eje longitudinal páncreas sigue siendo necesaria con frecuencia cuando se
del paciente. Dicha orientación minimiza la interferencia trata de un tumor en la cola del páncreas o cuando no se
de la respiración, ya que tumor y aguja permanecen en el disponga de EE. La biopsia será necesaria para documen-
campo de visión a lo largo del procedimiento. tar malignidad o diferenciar la malignidad de una patolo-
Las lesiones hepáticas benignas como la infiltración gía benigna, como una pancreatitis focal.
grasa focal, las áreas focales de hígado normal dentro de En nuestro centro, la mayoría de las biopsias pancreáti-
un hígado con infiltración grasa y los hemangiomas atípi- cas se realizan bajo la guía de la TC, dada la profundidad
cos pueden todos simular en ocasiones el aspecto de una del páncreas y la existencia de aire por las asas intestina-
neoplasia en los estudios de imagen. La biopsia de estos les y la grasa hiperecoica abdominal, que hacen la visuali-
procesos se puede realizar con guía ecográfica para ex- zación de la aguja difícil. En cualquier caso, la biopsia de
cluir la malignidad y confirmar su naturaleza benigna las masas pancreáticas en pacientes de tamaño y com-
(Fig. 16-5). Aunque los hemangiomas cavernosos son le- plexión normal, también se puede realizar bajo la guía
siones vasculares, estas masas se han biopsiado por vía ecográfica (Fig. 16-6).
percutánea con éxito y sin complicaciones importan- Cuando se hace la biopsia del páncreas se atraviesa el
tes 27 -28 • Tiene que prestarse una especial atención a los tracto gastrointestinal (TG). Con la ecografía, el estóma-
hemangiomas cavernosos sin intervención de parénqui- go o intestino puede estar desplazado o comprimido.
ma hepático, ya que esto puede ser el origen de un sangra- Brandt y cols. 9 demostraron la seguridad de atravesar el
do catastrófic0 30 • El hígado normal adyacente puede tapo- tracto gastrointestinal (estómago, intestino delgado, co-
nar un sangrado potencial del hemangioma. lon) al realizar biopsias percutáneas en 66 procedimien-
tos. La mayor parte de estas biopsias se realizaron utili- La diferenciación entre un tumor pancreático seroso
zando una aguja de 21 G, sin complicaciones relacionadas benigno y mucinoso potencialmente maligno puede re-
con la ruta de la biopsia en estos paciéntes. sultar difícil a partir de la imagen solamente, Por desgra- 1/)
Una ventaja importante de la ecografía respecto a la TC cia, las neoplasias quísticas pancreáticas son difíciles de 'S;
Q)
es la posibilidad de biopsiar masas pancreáticas fuera de diagnosticar de forma precisa con la biopsia percutánea, y a.
plano, algo muy útil cuando existen vasos interpuestos en en un estudio solamente se llega al diagnóstico definitivo »
la Te. La biopsia dirigida por ecografía tiene una precisión en el 60% de los pacientes 43 . En la biopsia de una lesión eQ)
del 93%-95%, comparada con la precisión que se consi- quística pancreática es esencial obtener células epitelia- E
gue cuando se dirige con la TCyque es del 86%-100%9.39,40, les, ya sea de la pared de la lesión o de interior del líquido o
't:J
En algunas series, la tasa de éxitos de la biopsia para el quístico, También se ha propuesto el análisis de los aspi- .c
(ti
diagnóstico del carcinoma de páncreas ha sido más bajo rados de líquido percutáneo de la lesión quística como Q)
que la tasa de éxitos para el diagnóstico de lesiones en ayuda para distinguir una neoplasia quística de un pseu-

-
't:J
otros órganos del abdomen 9,41,42 . Esto puede ser debido a doquiste 43-45 , Un nivel de amilasa alto es compatible con (ti
,-
un error en la toma de muestras, ya que puede existir una un pseudoquiste, La existencia de marcadores tumorales E
considerable reacción desmoplástica acompañando al con líquido quístico también será útil para sospechar una C)

adenocarcinoma pancreático, Al señalar la porción cen- neoplasia quística,


o
()
Q)
tral hipoecoica de la masa pancreática, el médico tiene La seguridad de la biopsia percutánea del páncreas ha ¡",

que optimizar su precisión diagnóstica, Además, la biop- quedado ya bien establecida, con una tasa de complicacio- o
a.
sia del núcleo, ya sea de forma aislada o añadiendo la AAF, nes del 1%_2%9,39, En una revisión publicada se refieren (ti
supone un mayor rendimiento diagnóstico comparada seis fallecimientos relacionados con biopsias pancreáti- :2
C)
con la AAF aislada 40 , cas 46 . Cinco de dichas muertes fueron atribuidas a pan- 'C
't:J
(ti
'¡¡;
a.
o
al
,..
<O

o
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~
c.
ca
(,)

~ Figura 16-5 Biopsia de un hemangioma cavernoso, A, Tomografía computarizada (fe) con contraste que
I ~ muestra una masa vascular de 1,5 cm en el lóbulo hepático izquierdo. B, Ecografía transversal que muestra una 553
masa elíptica hipoecoica en un hígado de infiltración grasa. e, Biopsia dirigida por ecografía utilizando una aguja
de 18 G. D, M.uestra his:ológica donde se aprecian espacios_vasculares alineados (flecha) diagnósticos de hemangioma
I cavernoso, aSI como globulos grasos redondeados y pequenos (flecha punteada) dentro de hepatocitos con tinción de
hematoxilina-eosina.
cu
e
E
o
1J
.c

-
cu
cu
,-
E
C)
o(.) \J Figura 16-6 Biopsia pancreática dirigida por ecografía. A, TC con contraste que muestra un conducto pan-
w ~ creático levemente dilatado con una terminación brusca en la cabeza del páncreas (flecha). No se identifica una
masa definida en la TC. B, Ecografía para una biopsia dirigida que muestra una aguja de 19 G que pasa a través
=s:: del lóbulo hepático izquierdo (L) con una aguja dentro de una masa hipoecoica de 2 cm en la cabeza del páncreas (flechas).
'o La biopsia fue positiva para adenocarcinoma.
'0
u
Q)
en
creatitis y la otra a sepsis. No se apreció cáncer ni en la Riñón
muestra de la biopsia ni tampoco en el estudio postmor- La biopsia del riñón se realiza para valorar enfermedad
tem de estos pacientes, lo que sugiere un mayor riesgo de parenquimatosa o para caracterizar una masa renal. Esta
desarrollar pancreatitis después de una biopsia en el pán- última indicación es algo controvertida tanto con respecto
creas normal. En esta numerosa revisión de biopsias per- a la indicación de dicha biopsia como también en lo que se
cutáneas, en 10 de 23 biopsias se produjo una siembra de refiere a la precisión de la biopsia para caracterizar la ma-
la neoplasia pancreática a través del trayecto de la aguja, y sa renal (Fig. 16-7).
por este motivo la biopsia no estará indicada en pacientes La imagen transversal ha permitido una caracterización
que son candidatos a la cirugía. precisa de muchas masas renales benignas, quistes clara-

554
\J Figura 16-7 Biopsia dirigida por ecografía de una masa renal. A, Imagen longitudinal de una masa sólida de
~ 2 cm que se extiende desde el polo inferior del riñón izquierdo (K). B, La masa fue biopsiada con un dispositivo de
18 G que confirmó que se trataba de un carcinoma de células claras.
mente benignos y angiomiolipomas con contenido gra- embargo, es sabido que la ausencia de crecimiento de la
so. El problema surge con las masas indeterminadas y con masa renal no implica un resultado negativo verdadero,
realce, en concreto, con el oncocitoma y el carcinoma de ya que el 25% de los tumores renales no crecerán 53 •
células renales, que no se pueden diferenciar mediante La mejor medición para determinar el valor verdadero
la imagen 47 . Siendo esto así y siguiendo a Silverman y de la biopsia de una masa renal es su comparación con la
cols.48, las indicaciones aceptadas para la biopsia de una pieza extirpada (quirúrgica). Sin embargo, los estudios
masa renal son las siguientes: dan unos resultados mixtos, con tasas no diagnósticas de
1. Masa renal y neoplasia primaria extrarrenal. hasta el 30% y una precisión del 72%_97%47,54.58. Por des-
2. Masa renal y hallazgos de imagen que sugieren cáncer gracia, un resultado negativo sigue siendo motivo de sospe-
renal irresecable. cha, dependiendo de los hallazgos de imagen. Wunderlich y
3. Pacientes con una masa renal y comorbilidad quirúrgica. cols. 56 esquematizaron el papel de la biopsia percutánea
4. Masa renal que pueda deberse a una infección. en la forma siguiente: «un resultado negativo de unos ha-
Cuando se realiza en las circunstancias adecuadas la llazgos de imagen suficientemente sospechosos debe in-
biopsia puede suponer un cambio en el tratamiento clíni- terpretarse como sospechoso de malignidad y por tanto
co en aproximadamente el 40% de los pacientes 49 • Aun- debe ser indicación de una cirugía exploradora».
que estas indicaciones se aceptan generalmente en la co- Se recurre a la biopsia renal guiada por ecografía en pa-
munidad radiológica, existe cierta controversia respecto a tología renal parenquimatosa. La inserción de una agu-
las biopsias rutinarias de los tumores antes de su resec- ja en la corteza del polo renal inferior bajo guía ecográfica
ción quirúrgica definitiva. en tiempo real presenta pocas complicaciones y ofrece
Tal planteamiento de la biopsia renal se basa en la cre- unas muestras tisulares de excelente calidad para su aná-
ciente incidencia de tumores descubiertos de forma ca- lisis, La aguja de biopsia 18 G proporciona una muestra
sual, pequeños « 3 cm), especialmente en pacientes an- de biopsia equivalente a la obtenida con una aguja tradi-
cianos, que en el 25% serán benignos 50 • La biopsia renal cional de corte de 14 G 59. De hecho, Hergesell y cols. 60 ob-
percutánea ofrece unos res ultados excepcionales 49 •51,52, servaron una tasa de éxitos del 99% para obtener tejido
pero estos estudios suelen estar limitados por la forma de diagnóstico utilizando una aguja de 18 G Y sólo un 0,36%
determinar los resultados negativos verdaderos, que se de pacientes experimentaron complicaciones hemorrági-
basa en la estabilidad en el seguimiento de la imagen. Sin cas significativas. En esta serie la ecografía postbiopsia <D
,...
o
'3
~
C.
111
(,)

---

~
~ Figura 16-8 Fístula arteriovenosa después de la
~ biopsia de un trasplante renal. A, Imagen ecográfica
que muestra una aguja de 18 G en el polo inferior. B,
Doppler color 3 semanas después que muestra la comunica-
ción focal entre la arteria renal y la vena, que indica la existen-
cia de una fístula. e, Doppler espectral que muestra la forma 555
de onda con alta velocidad y baja resistencia de la fístula arte-
riovenosa. La mayoría de las fístulas arteriovenosa carecen de
importancia clínica y se trombosan espontáneamente,
demostró un hematoma oculto clínicamente mayor de 2 respectivamente. Se puede solicitar una Te o RM para
cm en el 2% de los pacientes. Se detectó por Te una hemo- confirmar el diagnóstico antes de realizar la biopsia.
rragia asintomática en el 90% de los pacientes después de Aunque los adenomas benignos pueden ser mayores
una biopsia de riñón no complicada 61 . En el 10% de los de 3 cm, la probabilidad de un carcinoma suprarrenal si-
pacientes se aprecian fístulas arteriovenosas (FA) inme- lente aumenta de forma significativa cuando una masa
diatamente después de una biopsia renal que normal- suprarrenal descubierta de forma casual es mayor de 4 cm 69.
mente se resuelven espontáneamente (Fig. 16-8). En este contexto, se recomienda la extirpación quirúrgica,
Desde el punto de vista clínico el sangrado importante . ya que la biopsia tiene un rendimiento tisular insuficiente
es la complicación más grave después de una biopsia re- como para poder diferenciar un adenoma benigno de un
nal, y se produce en el 0,3%-6,3% de los pacientes 6o ,62.6s . carcinoma adrenocortical.
La hematuria macroscópica se observa en el 5%-7% y Los radiólogos que realizan biopsias renales deben es-
suele ceder a las 6-12 horas 66 • La hematuria microscópica tar familiarizados con el manejo de las crisis hipertensi-
puede suceder incluso en el 100% de los pacientes y no vas después de una biopsia inadvertida de un feocromo-
debe considerarse una complicación. citoma70 • Aunque el feo cromocitoma suprarrenal se
biopsia de forma segura sin premedicació n67 , en el caso de
Glándulas suprarrenales que la historia clínica sugiera un feo cromocitoma, deben
La principal indicación de la biopsia suprarrenal es la de realizarse más estudios de laboratorio para llegar al diag-
confirmar una enfermedad metastásica en un paciente nóstico antes de realizar la biopsia. Si la biopsia es necesa-
con una masa suprarrenal y una neoplasia primaria en ria, se cursará interconsulta al especialista de endocrino-
otro punto. Actualmente la caracterización que permiten logía y se planteará un pre-tratamiento con bloqueantes
la Te y la resonancia magnética (RM) han sustituido a la alfaadrenérgicos y metyrosina 71 •
=
1:
biopsia en muchos casos en su función de determinar la
benignidad de la masa suprarrenal. Sin embargo, en oca- Bazo
'o
'0 siones se requiere un diagnóstico histológico. En tal caso, El bazo es el órgano abdominal que se biopsia con menor
CJ
Q)
ti) se suele preferir una guía con la Te para la técnica de frecuencia. Esto se debe a que las metástasis aisladas al
biopsia suprarrenal, por la localización profunda de las bazo son excepcionalmente raras. En la mayoría de los ca-
glándulas suprarrenales en el retroperitoneo. La biopsia sos, cuando se visualiza un tumor esplénico, existirá una
percutánea permitirá llegar al diagnóstico en más del afectación concomitante en otro órgano abdominal, como
93%-96% de los pacientes 67 .68. el hígado o gangllQs linfáticos, en los que se hará la biop-
La glándula suprarrenal derecha es más accesible a la sia. Además, el bazo es un órgano muy vascularizado y el
biopsia dirigida por ecografía que la izquierda, porque el riesgo, por tanto, de la biopsia parece alto. La tasa de he-
lóbulo hepático derecho proporciona una ventana ecográ- morragias significativas por biopsia con aguja oscila des-
fica que permite optimizar la imagen (Fig. 16-9). Las ma- del 0% al 8%72.79. En algunos casos requieren esplenecto-
sas suprarrenales, brillantes, ecogénicas y con contenido mía 73 •7s • También puede producirse un neumotórax
graso y las que son homogéneas, con paredes finas y relle- iatrógeno después de una biopsia esplénica79 .
nas de líquido, no requieren biopsia debido a que repre- Actualmente, la principal indicación para realizar una
sentan mielolipomas suprarrenales benignos y quistes, biopsia percutánea del bazo es la de diferenciar linfoma

556 - ,
[§ Figura 16-9 Biopsia de masa suprarrenal guiada mediante ecografía. A, Te sin contraste que muestra una
...,
~ masa de 2 cm en la glándula suprarrenal derecha. B, Ecografía longitudinal que muestra la importancia del hígado J
como ruta hacia la glándula suprarrenal derecha.
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Figura 16-10 Biopsia dirigida ecográficamente de un mela noma metastásico en el bazo. A, Te con contras-
W
~ te que muestra una masa de 4 cm en el bazo. B, Ecografía transversal que muestra una aguja de biopsia de 18 G
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recurrente, metástasis e infección en un paciente con graves del 0,05% al 0,19% y unas tasas de mortalidad del :¡
:!:::
una lesión nueva en el bazo, pero sin patología en otra 0,008% al 0,038%46,84-86. a.
t1l
parte del abdomen (Fig. 16-10). En el paciente inmuno- Aunque rara, la hemorragia es la complicación grave U
comprometido, la diferenciación entre malignidad e in- más frecuente de la biopsia de órganos sólidos y explica la
fección fúngica puede ser esencial para el manejo del mayoría de las muertes relacionadas con biopsias, Si se
paciente. La biopsia percutánea puede ofrecer un diag- sospecha hemorragia después de una biopsia y el pacien-
nóstico específico en aproximadamente el 90% de los pa- te está hemodinámicamente estable, se realizará una Te.
cientes 72 ,73,8o. La Te es más precisa que la ecografía para evaluar una
hemorragia 61 . En la ecografía la sangre reciente muestra
Pulmón una ecogenicidad similar a la de los tejidos adyacentes y
La ~iopsia percutánea de pulmón se suele realizar con puede por tanto pasar inadvertida (Fig. 16-12).
guía de Te. Sin embargo, la ecografía ha demostrado ser La diferencia en las tasas de complicación asociadas con
efectiva en la biopsia de masas que se apoyan en la pared el uso de agujas de biopsia de centro de gran calibre y las
torácica, sin la interposición de un parénquima pulmonar agujas de calibre fino no es tan importante como se pudie-
aireado 8 1.82 (Fig, 16-11). Tales lesiones pueden ser masas ra esperar. Un estudio comparativo inicial encontró una
pulmonares, pleurales y mediastínicas. Las principales tasa de complicaciones del 0,8% con las agujas finas (22 G)
ventajas de la ecografía en el pulmón son: 1) guía en tiempo Y del 1,4% con las gruesas (14-18 G), una diferencia que
real durante la respiración del paciente, 2) posibilidad de no era significativa 87 , Además, las agujas mayores propor-
biopsiar de forma eficiente fuera de plano, 3) posibilidad cionan tejido diagnóstico en el 90% de las biopsias frente
de biopsia de lesiones en pacientes que tendrían dificulta- al 65% en el caso de las finas . Welch y cols. 88 observaron
des para cooperar, y 4) ausencia de radiación ionizante83 , unas tasas similares de complicaciones con el uso de agu-
La biopsia guiada por ecografía de masas mediastínicas jas de 18 G Y las de 21 G (0,3%).
puede realizarse si la masa es visible, Se pueden evitar los Otras complicaciones graves secundarias a la biopsia
vasos mediastínicos en el trayecto de la aguja con el uso son el neumotórax, pancreatitis, fístula biliar, perito-
del Doppler color antes de la introducción de la aguja. nitis, infección (Fig. 16-13) Y siembra en el trayecto. La
siembra en el trayecto de la aguja es una complicación
Complicaciones muy rara (0,003%)46 y se ha descrito después de la biop-
La biopsia con aguja percutánea guiada por imagen es una sia de varias neoplasias, como las que proceden de pán-
técnica muy implantada para obtener tejido diagnóstico, creas, próstata, hígado, riñón, pulmones, cuello, pleura,
en gran parte por su bien documentada seguridad. Diver- mama, ojos o retroperitoneo 46,89-100. Debido a que la siem-
sas revisiones, numerosas, que utilizan cuestionarios bra es tan rara, en la mayoría de los casos no debe afectar
multicéntricos han referido unas tasas de complicaciones la decisión de realizar una biopsia percutánea.
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= ..., Figura 16-11 Biopsia dirigida por ecografía de una masa pulmonar periférica. A, Te sin contraste que muestra 1
~ una masa pulmonar izquierda periférica. B, Imagen ecográfica oblicua que muestra una aguja de biopsia de 20 G
aislada entre la masa hipoecoica, que está rodeada de pulmón aireado (L). La biopsia confirmó una histoplasmosis. )

Entre las complicaciones menores destacan la reacción gía subyacente quirúrgicamente corregible (p. ej., perfora-
vasovagal y el dolor. ción intestinal) se trata mejor con cir ugía.
La mayoría de los drenajes percutáneos de abscesos se
llevan a cabo para conseguir la curación sin necesidad de
una intervención quirúrgica. En otros pacientes es un pro-
cedimiento temporal que permite posponer la cirugía de-
finitiva hasta que el paciente se estabilice (drenaje de abs-
Al igual que con la biopsia con aguja, la aspiración percu- ceso periapendicular) o que permite una cirugía en un
tánea ha ganado una creciente aceptación en la práctica
clínica debido a su seguridad, sencillez y eficacia. La eco-
grafía proporciona una guía precisa de la aguja que permi-
te la aspiración con aguja o el drenaje con catéter de una
colección líquida superficial o profunda en muchas zonas
del cuerpo.

Indicaciones y contraindicaciones
Los criterios originales para un drenaje percutáneo espe-
cificaban que la colección líquida debía de ser unilocular y
sin comunicaciones, y se consideraba esencial un soporte
quirúrgico 101,102. Actualmente, el drenaje percutáneo de
abscesos se realiza de forma segura en las colecciones ais-
ladas, multiloculares y multifocales con o sin comunica-
ción con el tracto gastrointestinaP02,103. Tales complicaciones
incluyen abscesos complejos de órgano sólido, abscesos
abdominales con relación enteral (p. ej., secundarios a
apendicitis y diverticulitis), abscesos tuboováricos y cole-
cistectomía percutánea por una vesícula biliar inflamada. ..., Figura 16-12 Hematoma isoecoico después de
Es más probable que un drenaje percutáneo sea exitoso ~ una biopsia de un trasplante pancreático. He-
en los abscesos con niveles aire-líquido o colecciones de matoma (H) intraperitoneal postbiopsia grande y
558 gas superficiales, mientras que los abscesos con burbujas reciente, isoecoico respecto al parénquima hepático adya-
de gas atrapadas y profundos es más difícil que ofrezcan cente (L) y riñón derecho (K). Los coágulos de nuevo desa-
unos resultados satisfactorios con un drenaje percutá- rrollo « 30 mini pueden ser ecogénicos y por tanto pasar
neo 104. El líquido mal definido en el peritoneo con patolo- desapercibidos.
~ Figura 16-13 Absceso después de la biopsia de una masa hepática. A, Imagen ecográfica transversal que
~ muestra una biopsia con aguja de 18 G en una metástasis de 3 cm (flecha). B, Imagen longitudinal obtenida
2 semanas después que muestra una colección líquido de 6 cm que contiene detritus, por delante del lóbulo he-
pático izquierdo en el lugar de la biopsia. La posterior aspiración y colocación de un drenaje confirmó el absceso.

tiempo en lugar de una cirugía en varios tiempos (p. ej., colocación inicial de la aguja y la radioscopia para la colo-
drenaje de absceso peridiverticular). Esto es especial- cación del catéter, utilizando la técnica de intercambios
mente deseable en pacientes de alto riesgo y sépticos con sobre la guía (técnica de Seldinger), optimiza las venta-
complicaciones médicas. jas de ambas modalidades de guía. La radioscopia permite
Las contraindicaciones del drenaje percutáneo con ca- opacificar entonces el área drenada y confirmar la coloca-
téter son todas relativas y si milares a las de la biopsia per- ción definitiva del catéter y lo adecuado del drenaje.
cutánea. Aunque sea raro, la ausencia de una ruta segura No existe un método único de guía del drenaje percutá- ....<O
para el drenaje percutáneo excluye el procedimiento. A neo que sea apropiado para todas las colecciones de líqui- o
"5
diferencia de la biopsia percutánea, en la que el intestino do o abscesos abdominales. El abordaje de cualquier co- ~
c.
se puede atravesar sin complicaciones, la aspiración de lección líquida o absceso potencial tiene que sopesarse en ro
()
líquido y drenaje de abscesos a través del intestino debe relación con el paciente, los procedimientos y circunstan-
evitarse. El avance inicial del drenaje a través del intestino cias específicas.
normalmente contaminado puede contaminar una colec-
ción de líquido estéril y ocasiona una infección de una co- Selección del catéter
lección estéril y, como consecuencia, ser el origen de una Se dispone de diversos catéteres y sistemas de introduc-
infección iatrógena. Además, la colocación del drenaje a ción para el drenaje percutáneo de abscesos, y su elección
través del intestino puede ocasionar no sólo una perfora- depende sobre todo de las preferencias del médico. Al
ción importante sino también una fístula entera!. igual que en otros procedimientos, el médico o radiólogo
En caso de diátesis hemorrágica ésta debe corregirse tiene que estar familiarizado y sentirse cómodo con el sis-
antes de la colocación del drenaje y se administrará ade-
más la sedación necesaria (local o general).

Métodos de imagen
La selección de la ecografía o la TC como guías para la aspi-
ración y drenaje se basa en varios factores, como son la lo-
calización de la colección líquida y las ventajas e inconve-
nientes de cada técnica de imagen, como ya se comentó. Por
ejemplo, una simple paracentesis se realiza mejor con la
guía ecográfica (Fig. 16-14). Los drenajes más complicados
en el retroperitoneo o pelvis se ejecutan mejor con la ayuda
de la Te. Las colecciones de líquido abdominal superfi-
cial pueden aspirarse fácilmente con la guía ecográfica. Si
se realiza una TC antes del procedimiento se obtiene una
visión detallada de los componentes potencialmente más
profundos de la colección y un mapa anatómico para plani-
ficar una ruta segura de acceso.
En ciertas áreas anatómicas, como la vesícula biliar, el ~ Figura 16-14 Paracentesis dirigida ecográfica-
tracto biliar y los riñones, es preferible en ocasiones la ~ mente. Imagen longitudinal que muestra un an-
combinación de ecografía y guía radioscópica para la co- giocatéter de 5 french con orificios laterales en la
locación del catéter. El uso combinado de ecografía para la cavidad peritoneal izquierda durante una paracentesis.
"'" Figura 16-15 Catéter de drenaje con bucle de bloqueo. A, Los tres componentes del catéter con bucle de blo-
~ queo son un estilete interior afilado (arriba), dilatador (medio) y el catéter con bucle distal de bloqueo (abajo). B,
Catéter ensamblado listo para su colocación utilizando la técnica de trócar. J

tema elegido. En general, los líquidos densos se drenarán anestésicos locales son suficientes para la aspiración con
mejor con catéteres de calibre más grueso. Un catéter de aguja; sin embargo, para la inserción del catéter de drena-
10-14 french proporciona un drenaje adecuado en la ma- je, la dilatación del trayecto de drenaje puede ser un pro-
yoría de los abscesos. Catéteres más pequeños (6-8 cedimiento muy doloroso y es beneficioso administrar
french) son idóneos para colecciones menos viscosas. Se sedantes como el midazolam o analgésicos como el fen-
suelen utilizar catéteres con dispositivos de retención, co- tanylo.
mo los bucles de bloqueo, para evitar el desplazamiento
del catéter (Fig. 16-15). Aspiración diagnóstica
Puesto que las colecciones líquidas con frecuencia tienen
Preparación del paciente un aspecto inespecífico, la aspiraci ón diagnóstica suele
Se debe explicar el procedimiento y riesgos al paciente y ser el primer paso. Se dirige una aguja fina al interior de la
=c: después se obtiene el consentimiento informado. Se eva- colección líquida con la modalidad de imagen elegida co-
'o lúa el estado de la coagulación mediante una historia clí- mo guía. Esta inserción de la aguja define una ruta segura
'0
(.)
Q) nica y estudios de coagulación. Nosotros solicitamos pla- y precisa hasta la colección líquida. Se aspira una pequeña
en quetas y un TP en los procedimientos de drenaje. Se coge cantidad de líquido y se envía para evaluación microbiol ó-
una vía en todos los pacientes para la administración de gica apropiada. El cultivo resultante y datos sobre sensibi-
fármacos de urgencia, por si surgieran complicaciones, lidad se utilizan para decidir tratamiento antibiótico. Si el
como la hemorragia, sepsis o hipotensión. Los pacientes líquido no parece infectado (p. ej., claro, inodoro, incolo-
suelen recibir antibióticos de amplio espectro por vía en- ro) el radiólogo puede optar por aspirar la cavidad com-
dovenosa para reducir el riesgo de sepsis. Es necesario un pletamente o no realizar el procedi miento de drenaje. Es-
buen nivel de analgesia para conseguir una situación con- to es importante, ya que un catéter colocado en una
fortable para el paciente y también su colaboración. Los colección estéril podrá servir al fi nal como nido de una
eventual infección, con la consiguiente infección de la co-
lección. Si se aspira pus, se tendrá especial cuidado en as-
pirar solamente pequeñas cantidades de líquido, porque
cualquier reducción en el tamaño de la cavidad hará que
sea más difícil la posterior colocación del catéter.

Colocación del catéter


La inserción del catéter se realiza utilizando el trócar o la
técnica de Seldinger; la elección depende del médico que
realice la técnica. En la técnica del trócar, el catéter se
ajusta sobre una cánula rígida y el estilete interior cortante se
coloca dentro de la cánula para su inserción (ver Fig.16-15).
El catéter ensamblado se avanza hasta el interior de la co-
lección líquida y entonces se impulsa la cánula y se forma
el asa distal y se tensa para asegurar que el catéter queda
dentro de la colección líquida. Este método funciona muy
bien en colecciones grandes y superficiales. Con la técnica
de Seldinger (técnica de intercambios con guía), se avan-
za una guía a través de la aguja de aspiración y se enrolla
dentro de la colección líquida. La aguja se retira entonces y
la guía se utiliza como un anclaje para el paso del dilatador
que ensanchará el trayecto del catéter. El conjunto catéter-
"'" Figura 16-16 Drenaje dentro de un absceso cánula se coloca sobre la guía dentro de la colección líqui-
~ pélvico. Con la aspiración del absceso y consi- da. La guía y cánula interior se retiran entonces a medida
560 guiente movimiento del líquido dentro del drenaje, que el catéter se avanza simultáneamente. El bucle distal
la imagen longitudinal del eco-Doppler transperineal mues-
tra una desviación del color, permitiendo una buena visua- de fijación del catéter se configura de nuevo para evitar el
lización del catéter. desplazamiento del catéter. Si el catéter resulta difícil de
detectar con la ecografía puede recurrirse al Doppler con
flujo color para mejorar la visibilidad. Durante la aspira- Los drenajes de cavidades de abscesos pequeños pue-
ción o irrigación las desviaciones del Doppler mejoran la den retirarse totalmente de una sola vez, mientras que las
visualización del catéter (Fig. 16-6). cavidades más profundas deben retirarse gradualmente
La ubicación final del catéter es importante para maxi- después de varios días, lo que favorece la curación por se-
mizar la eficacia del drenaje, y para dicho objetivo la TC y gunda intención.
la ecografía son técnicas complementarias y deben utili-
zarse conjuntamente. La TC proporciona un mapa del iti- Abscesos abdominopélvicos: generalidades
nerario anatómico para la colocación ideal del catéter. De- La mayoría de los abscesos pélvicos son secundarios a pa-
bido a que esta posición ideal pocas veces queda entro del tología intestinal subyacente o se detectan después de la
plano axial, la ecografía permitirá dirigir aguja, guía y ca- cirugía. El drenaje percutáneo de los abscesos abdomina-
téter hasta su posición ideal. La colocación final se puede les o postquirúrgicos se ha convertido en el principal tra-
verificar entonces con la Te. tamiento de elección, siendo la curación el objetivo espe-
rado. El drenaje percutáneo también juega un papel
Procedimiento de drenaje importante en el tratamiento de abscesos diverticulares,
Después de dejar el catéter de drenaje en su posición, la apendiculares y los relacionados con la enfermedad de
cavidad se aspira por completo y se irriga con suavidad. CrohnlOS.106. El drenaje de los abscesos en estos pacientes
Se tendrá especial cuidado de no distender la cavidad du- críticamente enfermos puede ayudar a aliviar la sepsis y
rante la irrigación, ya que puede aumentar el riesgo de permitir que se pueda realizar la cirugía curativa necesa-
bacteriemia. Se obtendrán repetidas imágenes para de- ria de forma electiva.
terminar el tamaño de la cavidad residual, la posición del El drenaje de abscesos abdominales se realiza casi
tubo de drenaje y si todo el absceso se comunica con el siempre mejor con la guía de la TC, que permite una mejor
tubo de drenaje. Si la cavidad del absceso no está resuelta visualización y evita las asas intestinales adyacentes. La
por completo, será necesaria la recolocación del catéter TC además proporciona una visión general de todo el ab-
de drenaje o la colocación de un segundo drenaje. Este ti- domen, para asegurar que se han drenado todas las colec-
po de manipulaciones se suele realizar bajo control ra- ciones. La ecografía puede proporcionar una guía excelen-
dioscópico el día después de la colocación inicial del dre- te para el drenaje percutáneo de la colección, pero la
naje. La posición correcta del drenaje y el tamaño revisión cuidadosa de la imagen de TC ayuda en la planifi-
adecuado del drenaje son los factores más importantes cación de un abordaje óptimo libre de asas intestinales. A
....<O
o
para un drenaje exitoso. diferencia de la TC, la ecografía es especialmente valiosa '3
~
en el tratamiento del paciente crítico que no se puede en- c.
m
viar al departamento radiológico. ()
Cuidados durante el seguimiento
Todos los drenajes deben irrigarse de forma periódica. Los abscesos pélvicos son de origen variable y presen-
La inyección y aspirado con 10 mi de salino isotónico tres tan un acceso difícil por su localización profunda, intesti-
o cuatro veces al día suele ser suficiente. Si el drenaje es no adyacente, vasos sanguíneos y vejiga urinaria. Los
especialmente persistente o el absceso es grande, serán abordajes tradicionales son el abordaje transperitoneal
necesarias más irrigaciones y con volúmenes mayores de anterior y el transglúteo posterior. Un abordaje trans-
salino. La colección líquida puede drenarse por gravedad glúteo es relativamente doloroso y se tendrá la precau-
o mediante una succión intermitente y baja. El carácter y ción de evitar el nervio ciático. Las colecciones pélvicas
volumen del débito debe registrarse por cada equipo de pequeñas son de difícil acceso que será seguro utilizando
enfermería y valorado a diario por el servicio de radiolo- los accesos tradicionales.
gía. Cuando el drenaje cambia de forma clara tanto en vo- El drenaje transvaginal guiado por ecografía se ha es~a­
lumen como de características debe ser reevaluado en blecido como una alternativa viable a estos abordajes tra-
busca de fístulas, bloqueo del catéter, reacumulación de dicionaleslo7.108 (Fig. 16-17). Se dispone de guías de aguja
absceso o una colección previamente no diagnosticada para sondas transvaginales que ayudan a dirigir la aguja
A las 24-48 horas de la colocación del tubo debe reali- hasta la colección líquida. Este abordaje transvaginal pue-
zarse un sinograma para observar la cavidad del absceso, de utilizarse para drenar abscesos tuboováricos que no
que se haya completado el drenaje del absceso, la posición respondan al tratamiento médico. La técnica del trócar
del catéter y posibles fístulas. Las cavidades de los absce- también puede ser exitosa en la colocación del drenaje
sos simples pueden drenar 5-10 días. Los abscesos secun- transvaginal. El drenaje eco gráfico transrectal se ha des-
darios a fístulas intestinales, biliares o urinarios pueden crito también como drenaje de colecciones pélvicas líqui-
drenar durante 6 meses o más. Mientras que persista el das 109, pero dicho abordaje se utiliza rara vez.
drenaje, se realizarán sinogramas cada 3-4 días y el dre- En las colecciones pélvicas no purulentas no es nece-
naje se dejará en su lugar. Es posible el seguimiento am- saria la colocación inmediata del catéter de drenaje. Mu-
bulatorio en pacientes seleccionados. chos de estos pacientes responden a la aspiración en un
solo paso, con lavado y tratamiento antibiótico basados
Retirada del catéter en los resultados de los cultivos del aspirado llo.1l1 .
Los tres criterios para la retirada del catéter son: Los abscesos enterales se comunican con frecuencia 561
1. Drenaje mínimo en 24 horas con el tracto gastrointestinal. Para drenar estos absce-
2. Paciente afebril sos con éxito tiene que reconocerse previamente la comu-
3. Cavidad residual mínima nicación TG, permitiendo entonces que se cure y cierre
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ca
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o(.)
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'oo
Q) r ~ Figura 16-17 Drenaje transvaginal de un absceso 1
en I ~ pélvico guiado por ecografía, A, TC con contraste
que muestra un absceso (A) profundo en la pelvis,
posterior al útero (U). B, Imagen ecográfica transvaginal que
muestra la punta de la aguja (flecha) en la cavidad el absceso
(A). e, Con la técnica de cambios de catéter, se inserta un ca-
téter con bucle de bloqueo (flechas) dentro de la cavidad de
absceso para su drenaje.

antes de la retirada del catéter. Las fístulas pueden no ce- líquido, aunque también se muestran como una masa só-
rrar si existe una obstrucción distal, tumor o infección lida. Tanto la ecografía como la Te proporcionan una guía
persistente. Incluso con los tratamientos más agresivos, el excelente para la aspiración percutánea el drenaje de los
éxito en el tratamiento de los abscesos con comunicación abscesos hepáticos con un 67%-94% de tasa de curacio-
enteral es menor que en los abscesos no comunican- nes 11 2,115·117 .
tes ll2·1l3 . Existe una dificultad específica en el tratamiento Algunos autores sugieren tratar los abscesos hepáticos
percutáneo de los abscesos relacionados con la enfer- con antibióticos y aspiración percutánea solamente, sin
medad de Crohn. Solamente se podrá evitar la interven- drenaje con el catéter, aunque se requieren múltiples pro-
ción quirúrgica a corto plazo en el 50% de los pacientes, cedimientos de aspiración 118 • Tal planteamiento parece
con una baja tasa de éxitos en pacientes con fístulas intes- razonable en colecciones pequeñas, menores de 5 cm 1l9,120 .
tinales preexistentes 106,114. Pueden desarrollarse fístulas Los microabscesos múltiples pequeños «1 cm) se tratan
enterocutáneas a lo largo del trayecto de drenaje en es- habitualmente con antibióticos solamente después de
tos pacientes. una aspiración diagnóstica 121 . La curación final depende
con frecuencia de la identificación y tratamiento adecua-
Aplicaciones anatómicas específicas do del origen de la infección.
Los abscesos hepáticos amebianos se deben a la Enta-
Hígado moeba histolytica. La mayoría de los abscesos hepáticos
Además de los antibióticos, la aspiración percutánea o el amebianos se tratan de forma eficaz y exclusivamente con el
drenaje deben considerarse como el principal tratamien- metronidazol con una tasa de éxitos del 85%_95%122,123. Sin
to de la mayoría de los abscesos hepáticos piógenos embargo, el drenaje percutáneo del absceso amebiano esta-
(Fig. 16-18). Los abscesos piógenos hepáticos se deben rá indicado cuando el diagnóstico no esté claro, la cavidad
casi siempre a: 1) siembra hematógena de una fuente in- sea grande (> 5 cm) o esté creciendo, se sospeche una so-
testinal, como la apendicitis o diverticulitis, 2) extensión breinfección piógena o existan signos de ruptura de la cavi-
562 directa de una colecistitis o colangitis (Fig. 16-19), o 3) dad del absceso 123.124, el drenaje con el catéter en esta situa-
cirugía o trauma. Al igual que sucede en los abscesos de ción es seguro y generalmente proporciona la curación.
cualquier otro punto, el aspecto ecográfico de los absce- Anteriormente los abscesos hepáticos hidatídicos por
sos hepáticos suele ser el de una colección compleja de Echinococcus granulosus se consideraban una contraindi-
cación para el drenaje del absceso percutáneo por la incerti- cirugía en pacientes críticamente enfermos con colecistitis
dumbre que generaba una potencial reacción anafiláctica litiásica y con colecistitis alitiásica. A diferencia de la cole-
por el contenido quístico, pero últimamente estos absce- cistectomía quirúrgica, la principal ventaja de la colecistos-
sos se tratan con éxito con aspiración percutánea combi- tomía dirigida por ecografía es que el procedimiento puede
nada con un tratamiento antihelmíntico apropiado 125 . La realizarse en la cabecera de la cama. De este modo los pa-
técnica se divide habitualmente en tres etapas: 1) aspira- cientes críticamente enfermos no se desplazan al quirófano
ción parcial del contenido quístico, 2) instilación de un fár- o departamento de radiología. Al igual que con otros cetéte-
maco escolicida, como el nitrato de plata, salino hipertóni- res de drenaje, la colecistostomía se coloca con facilidad
co o albendazol, y 3) aspiración completa del quiste. Esta con la ayuda de la ecografía utilizando una ruta transhepá-
técnica ha demostrado ser exitosa en más del 98% de los tica, ya sea utilizando la técnica del trócar o del intercambio
casos 125 -127 . Se adoptarán las pertinentes precauciones an- de guía con la técnica de Seldinger (Fig. 16-20).
tes del tratamiento, ya que se han observado reacciones La colocación de la colecistostomía puede ser exitosa
anafilácticas en el 2%-4% de los pacientes 126 -128 • hasta en un 100% de los casos, con una rápida mejoría
Las complicaciones del drenaje percutáneo de los abs- clínica en el 56%-95% de los pacientes 129•131 • Debido a la
cesos hepáticos son la sepsis, hemorragia y lesión de la importante comorbilidad de estos pacientes, se han refe-
pleura por el catéter. La sepsis se produce en casi un 25% rido tasas de mortalidad del 36%-59% en pacientes hos-
de los pacientes, incluso con antibioticoterapia l2O • Debe pitalizados después de la colocación de un drenaje de co-
evitarse colocación intercostal del drenaje, ya que dicha lecistostomía 129•132 •
r uta podría introducir bacterias en el espacio pleural. También se plantea la aspiración aislada de la vesícula
como tratamiento de los pacientes enfermos con colecistitis
Vías biliares aguda que tengan un alto riesgo quirúrgico (Fig. 16-21).
Vesícula biliar. La colecistostomía percutánea ha evolu- Debido a que sólo se obtienen hemocultivos positivos en
cionado hasta convertirse en una alternativa razonable a la el 50% de los casos de colecistitis aguda, el drenaje conti-

<P
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o
"S
~
c.
ca
O

~ Figura 16-18 Drenaje guiado por ecografía de un absceso


~ hepático. A, Imagen ecográfica transversal que muestra una 563
masa quística que contiene detritus en el lóbulo hepático dere-
cho, compatible clínicamente con absceso. B, Aguja y guía en el absce-
so. e, Imagen de eco-Doppler que ofrece una mejor visualización del
catéter.
m
c:
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o
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m
m
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C)
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'0
(,)
Q)
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.., Figura 16-19 Drenaje dirigido por ecografía de un


~ absceso piógeno hepático secundario a una cole-
cistitis. A, Imagen ecográfica longitudinal que mues-
tra colelitiasis con un engrosamiento complejo de la pared de
la vesícula (G8) y una colección adyacente de líquido con de-
tritus (A) en el hígado. B, Catéter de drenaje dentro del absce-
so. e, Sinograma posterior a través del catéter de drenaje (fle-
cha) que muestra la comunicación (flecha punteada) entre la
vesícula biliar (G8) y el absceso (A).

nuo puede que no sea tan importante como parte del tra- por «casualidad», mientras que la ecografía permite una
tamiento de esta patología. Un estudio demostró respues- punción directa y dirigida del conducto apropiado.
ta clínica en el 77% de los pacientes quirúrgicos de alto
riesgo en los que sólo se utilizó la aspiración, en compara- Páncreas
ción con una respuesta del 90% en los que se trataron me- La aspiración o drenaje percutáneo de colecciones líqui-
diante colecistostomía percutánea 133 . Se tendrá especial das del páncreas surgen en el contexto de la pancreatitis.
cuidado en evitar la punción directa de la pared vesicular En ausencia de infección u obstrucción de una víscera
en pacientes con obstrucción biliar por el importante hueca adyacente, las colecciones líquidas peripancreáti-
riesgo de fístula biliar l34 . cas secundarias a una pancreatitis no requieren trata-
Vías biliares. La colangiografía y el drenaje transhepáti- miento 13S . Igualmente las necrosis pancreáticas estériles
cos se realizan habitualmente utilizando una colangiogra- no suelen necesitar tratamiento.
fía «ciega» con radioscopia para la colocación inicial de la Las necrosis pancreáticas infectadas y algunos pseu-
aguja. Sin embargo, el uso combinado de ecografía para doquistes pueden precisar al final una intervención per-
la punción inicial con la aguja y la radioscopia para la co- cutánea. Aunque la Te sea superior a la ecografía en la
locación final del catéter utilizando la técnica de la guía evaluación de la pancreatitis, la ecografía proporciona
optimizan las ventajas de ambos sistemas de guía para la una fácil guía de los procedimientos intervencionistas
colangiografía transhepática, drenaje biliar y otros proce- percutáneos (p. ej., aspiración de líquido) en estos pacien-
dimientos invasivos. Los conductos elegidos pueden pun- tes. El manejo estándar de las necrosis pancreáticas infec-
564 cionarse bajo guía ecográfica en la colangiografía transhe- tadas es el desbridamiento quirúrgico 136• Sin embargo, el
pática o como lugar para la inserción definitiva del catéter. drenaje percutáneo puede proporcionar un control a cor-
En pacientes con obstrucción segmentaria biliar, una téc- to plazo de la sepsis en casi el 75% y la curación en el 50%
nica ciega permite la opacificación del árbol biliar sólo de los pacientes. Dicho procedimiento suele precisar unos
catéteres de diámetro muy grueso y con intensas y fre- Los pseudo quistes pancreáticos surgen en casi el 6%
cuentes irrigaciones, que realmente suponen una «necro- de los pacientes después de un episodio de pancreatitis
sectomía percutánea»137. aguda 139. Alrededor de la mitad de los pseudoquistes se U)
La definición del absceso pancreático es algo contro- resuelven espontáneamente (pero sólo un tercio de los 'S;
vertida; en general, un absceso pancreático contiene poco que tienen más de 6 cm) 141.142. La simple aspiración de los Qi
a.
o nada de necrosis pancreática y se debe a una pancreati- pseudoquistes pancreáticos se asocia con una elevada ta- >-
tis o trauma pancreático 138 • El drenaje percutáneo de esos sa de recur rencia y por ello se prefiere en casos selectos el 1:
el)
abscesos es efectivo y puede suponer la curación en alre- drenaje percutáneo con catéter14H44 (Fig. 16-22). Las in- E
dedor del 90% de los pacientes139.140. La clave en el manejo dicaciones para el drenaje del pseudoquiste pancreático O
'C
de estas frecuentes y complejas colecciones es un drenaje son las siguientes. .c
optimizado dentro de la cavidad infectada y la frecuente • Los síntomas relacionados con el pseudoquiste m
el)
monitorización de la función del drenaje y tamaño de la • Complicación de infección o hemorragia 'C
cavidad. Suelen requerir frecuentes manipulaciones del • Aumento del tamaño durante el periodo de observación ro
:;:
drenaje, que drenaj es de tamaño variable de 8-30 french 140. • Diámetro de 6 cm o más ro
~
Los catéteres de drenaje pueden permanecer en su lugar • No reduce el tamaño durante las últimas 6 semanas de O')

durante varias semanas o incluso meses.


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observación CJ
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~ Figura 16-20 Colecistostomía utilizando la guía ecográfica, Imágenes ecográficas A, longitudinal y B, transver- 565
~ sal que muestran cálculos dentro de la vesícula biliar (G8) y colección líquida que contiene detritus, lo que repre-
senta un absceso (A). Se identifica una perforación de la pared de la vesícula biliar (flecha). C, Catéter de drenaje
colocado con la guía ecográfica. D, TC posterior que confirma la colocación del catéter dentro de la luz de la vesícula.
El éxito con el drenaje de un pseudoquiste pancreático
oscila entre el 70% y el 100%143. El éxito final depende de
la integridad del conducto pancreático 146 .

Bazo
Los abscesos esplénicos son raros y en el pasado eran
tratados quirúrgicamente. Sin embargo, con la creciente
experiencia en el manejo de los abscesos por vía percutá-
nea, la colocación de drenajes dirigidos por imagen en
abscesos esplénicos seleccionados se ha realizado con
éxito en casi el 100% de los pacientesI47.149. En colecciones
líquidas esplénicas infectadas más pequeñas (::;3 cm) pa-
rece razonable intentar la aspiración, con la colocación de
un drenaje si se produce reacumulación del líquido. Los
abscesos más complejos, multiloculad os o de ubicación
profunda deben manejarse quirúrgicamente. El principal
riesgo del drenaje esplénico es el sangrado 75 .

Riñones
'J Figura 16-21 Aspiración de la vesícula biliar
La mayoría de los abscesos renales puede tratarse con
~ guiada .e cográficamente. Utilizando la técnica de
mano libre se avanza una aguja transhepática J éxito con drenaje percutáneo combinado con tratamiento
=e hasta la luz de una vesícula llena de barro bili~r. antibiótico (Fig. 16-23). Debe considerarse el tamaño del
'o absceso cuando se elige el tipo de tratamiento. En absce-
'0
u
Q)
en

'J Figura 16-22 Drenaje guiado ecográficamente


~ de un pseudoquiste pancreático. A, TC con con-
traste que muestra la gran colección líquida de un
pseudoquiste (P) anterior y craneal respecto al páncreas. B, I
Imagen ecográfica que muestra la aguja de aspiración (fle-
cha) en el pseudoquiste, que contiene detritus ecogénicos.
e, Con la técnica del intercambio de catéter se colocó un
catéter con bucle de bloqueo dentro del pseudoquiste pan-
creático para su drenaje.
sos menores de 3 cm, el tratamiento antibiótico de forma marcadores químicos que confirmen la naturaleza serosa
aislada es suficiente como tratamiento 150. El éxito en del líquido. Si no existe evidencia de malignidad, el quiste
el drenaje percutáneo de abscesos mayores oscila entre el se instila con material de contraste bajo radioscopia para tn
excluir una comunicación con el sistema colector urina-
.:;
70% y el 90%, con mej ores resultados en el tratamiento
Q)
en los abscesos de menor tamaño lSO • rio. No se realizará ninguna esclerosis si existe tal comu- a.
nicación. El quiste se rellena entonces con alcohol del >-
95% hasta la mitad del volumen del quiste, sin exceder los eQ)
100 mp52. La inyección de Iidocaína con el alcohol atenúa E
~ TRATAMíENTO PERCUTÁNEO
el dolor quemante que suele acompañar la inyección de o
l.~ JºEL
QUISTE alcohol. El paciente se gira colocándose en diversas posi-
"O
.o
nJ
ciones durante un periodo de 20 minutos para facilitar la Q)
Quiste renal

-
exposición de la pared quística al agente esclerosante, el "O
La simple aspiración de los quistes renales grandes, sinto- alcohol se aspira entonces y se retira el drenaje o coloca nJ
,-
máticos u obstructivos es ineficaz en el manejo a largo para succión continua. Se pueden realizar inyecciones re- E
plazo de los quistes renales, por la rápida reacumulación petidas en los siguientes 2-3 días para maximizar la escle- C'l
del líquido en el quiste dentro de la cavidad lSl . Esto ha rosis. Esta técnica es exitosa en más del 95 % de los pa-
o()
conducido al interés por la a spiración combinada con la cientes 151 ,153 . Aunque el alcohol es el agente esclerosante ...o
Q)

esclerosis para proporcionar una ablación más perma- que se suele utilizar, otros posibles agentes son la tetraci- a.
nente del quiste (Fig. 16-24). clina, doxiciclina, talco e iodina. nJ
El procedimiento requiere un drenaje de 6-8 french :2
C'l
dentro del quiste con aspiración del líquido quístico. Si es- Quiste hepático .¡:
tuviera en duda la naturaleza verdadera del quiste, ellí- Al igual que los quistes renales, los quistes hepáticos pue- "O
quido se debe remitir para estudios cito lógicos y de otros den esclerosarse con éxito para proporcionar un alivio nJ
'c;;
a.
o

....
<O

o
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~
a.
(1l
o

fIt,J Figura 16-23 Drenaje de absceso renal. A, Te con


~ contraste de administración oral que muestra una ma-
sa pequeña (2,5 cm) de baja atenuación (flechas) en la
mitad del riñón izquierdo. B, Ecografía longitudinal del riñón
izquierdo que muestra una masa quística de 2,5 cm con detri-
567
tus interiores (flechas). e, Imagen trasversal del riñón (K). Utili-
zando la técnica de Seldinger se coloca un catéter con bucle
de bloqueo (flecha) en el absceso renal.
[ - ... FI9U," 16-24 Escterosls de quiste ",nal. A, Imagen longitudinal del ,"ón de,echo que mu-;strn un quiste g,ande. •
~ B, Después de la aspiración y esclerosis, el quiste se ha descomprimido por completo.
-- --- --- ---

duradero de los síntomas. Normalmente se excluye una grado de confianza en la aspiración percutánea en el caso
comunicación con el árbol biliar inyectando previamente de los quistes simples sintomáticos,
=c::
'o
contraste en el quiste bajo radioscopia. Se ha propuesto La aspiración guiada eco gráficamente de los quistes
'0 una menor cantidad de alcohol (25% del volumen del ováricos benignos sintomáticos es muy efectiva para el
u quiste )154. En un estudio los investigadores utilizaron al- alivio de los síntomas lS8 • Debe realizarse una exhaustiva
Q)
en cohol y/o tetraciclina para tratar con éxito el 85% de los exploración previa para caracterizar totalmente el quiste
quistes hepáticos sintomáticos 1SS • sintomático. Si el quiste se puede caracterizar de forma
fiable como benigno y sin hallazgos preocupantes, se po-
Quiste' ovárico drá proceder a su aspiración. Algunos autores recomien-
Tradicionalmente la extirpación quirúrgica de los quistes dan obtener marcadores tumorales séricos antes del pro-
ováricos sintomáticos ha sido el tratamiento de elección. cedimiento como ayuda para descartar la malignidad 1S9 .
El manejo percutáneo se ha desaconsejado por incerti- Utilizando un abordaje transabdominal o endovaginal, se
dumbres respecto a la siembra de células malignas en la utilizará una aguja de 20 G o de 22 G para aspirar el quiste
aspiración de una neoplasia de bajo grado y la baja sensi- en su totalidad, con un alivio del 100% en una serie 158 . El
bilidad en la caracterización del líquido quístico aspira- líquido debe remitirse para los estudios pertinentes, in-
d0 156,1S7. Sin embargo, dados los criterios ecográficos bien cluyendo citología. La recidiva del quiste se observa en el
conocidos de quistes ováricos benignos, ha aumentado el 11 %-26% de las pacientes 160 ,161 .

568
Capítulo 17

TRASPLANTE DE ÓRGANOS
Derek Muradali y Tanya Chawla

El trasplante de órganos es el tratamiento de elección pa-


ra los pacientes con hígado, riñón y páncreas en fase ter- TRASPLANTE HEPÁTICO
minal de la enfermedad. Los pacientes con insuficiencia
hepática fulminante no disponen de otra opción terapéu-
tica que no sea el trasplante ortotópico del hígado. Aun- Entre los años 1998 y 2008 se realizaron en Estados Uni-
que los pacientes con fallo renal o pancreático pueden dos 91861 trasplantes hepáticos 4 • La supervivencia al año
tratarse mediante diálisis o tratamiento médico, su super- en el trasplante de hígado es de aproximadamente el 87%
vivencia a largo plazo y calidad de vida mejoran conside- para el trasplante y la expectativa de vida sin el trasplante
rablemente con el trasplante. Recientes mejoras sobre la es menor que dicha expectativa después del trasplante. La
supervivencia del injerto se han atribuido a la combina- hepatitis e es la enfermedad que con mayor frecuencia
ción de una mejor adecuación entre donante y receptor!, precisa un trasplante, seguida por la hepatopatía enólica
mejor tratamiento inmunosupresor, mejoras en la técnica y la cirrosis criptogénica. Otras hepatopatías en fase ter-
quirúrgica y un reconocimiento precoz de las complica- minal que se tratan mediante trasplante son las enferme-
ciones relacionadas con el trasplante. Estas mejoras han dades colostásicas crónicas, como la cirrosis biliar pri-
supuesto una tasa de supervivencia para los pacientes al maria y la colangitis esclerosante primaria; enfermedades
año de más del 80 % en cada uno de estos trasplantes 2.3. metabólicas, como la hemocromatosis y la enfermedad
Puesto que la presentación clínica de las complicacio- de Wilson y otras hepatitis, como las hepatitis autoinmu-
nes postrasplante varía mucho y suele ser inespecífica, los nes y la insuficiencia hepática aguda. Los pacientes con
estudios de imagen son esenciales para monitorizar el es- una hepatitis B en fase terminal se consideraban antes ma-
tado del injerto. Si se retrasa el diagnóstico, la función del los candidatos para el trasplante, debido a la alta recurren-
injerto se puede ver comprometida de manera irreversi- cia de infección en el implante, asociada con una rápida
ble y en los casos más graves se produce la pérdida com- progresión a la cirrosis. El uso de hiperinmunoglobulinas y
pleta de su función, siendo aconsejable el retrasplante. Sin análisis del nucleósido han cambiado estas expectativas a
embargo, la escasez crónica de órganos de donantes aptos un pronóstico más favorables.
puede retrasar o impedir un retrasplante inmediato, con La mayoría de los centros consideran el trasplante so-
consecuencias clínicas devastadoras. Por ello, la preserva- lamente en pacientes con carcinoma hepatocelular
ción de la función del aloinjerto junto con una detección (CHC) en fase precoz o rara vez en metástasis neu-
precoz de las complicaciones, con el inicio de un trata- roendocrinas. Las pautas generalmente aceptadas para
miento precoz, son esenciales en el manejo clínico de esos el trasplante en pacientes con CHe cumplen los criterios
pacientes. de Milán: 1) no hay lesiones que superen los 5 cm de diá-
Los ultrasonidos han revolucionado la práctica del tras- metro, o 2) no existen más de tres lesiones mayores de
plante de órganos debido a que la ecografía en escala de 3 cm de diámetro s.6.
grises permite una óptima evaluación del parénquima, y Las contraindicaciones para el trasplante hepático son
el Doppler color y espectral hace posible la evaluación una cirrosis compensada sin complicaciones, neoplasia
tanto de la perfusión del parénquima como del estado de extrahepática, colangiocarcinoma, sepsis activa no trata-
las principales arterias y venas trasplantadas. Durante la da, enfermedad cardiopulmonar avanzada, alcoholismo o
ecografía rutinaria del trasplante, se detectan múltiples adicción a drogas o una alteración anatómica que impida
artefactos relacionados con las propiedades intrínsecas la intervención quirúrgica. Aunque la trombosis de la ve-
de las estructuras o de la técnica quirúrgica. La diferencia- na porta no es una contraindicación absoluta para el tras-
ción de estas pseudolesiones de la patología verdadera plante hepático, su existencia hace la cirugía más comple-
exige un buen conocimiento de la base fisiológica de los ja y los pacientes postrasplante muestran una mayor
artefactos y tener presente el espectro de posibles pre- morbimortalidad s.
sentaciones ecográficas de las complicaciones relaciona-
das con el trasplante. Este capítulo se centra en las pre- Técnica quirúrgica
sentaciones ecográficas del órgano trasplantado normal, Tradicionalmente, la mayor parte de los trasplantes hepá-
las complicaciones agudas y crónicas relacionadas con el ticos requerían la extracción del hígado del receptor y su
trasplante y los errores potenciales de interpretación que sustitución con el injerto del cadáver. La cirugía requiere
puedan llevar a un diagnóstico erróneo. cuatro anastomosis vasculares (vena cava suprajinfra-
hepática, arteria hepática, vena porta) así como la anasto- Se puede dejar un tubo en T durante unos 3 meses para la
mosis biliar (Fig. 17-1). colangiografía y otras intervenciones biliares.
La arteria hepática se reconstruye con unas anastomo- Cuando el colédoco del receptor muestra patología (p.
sis «en boca de pez» entre la arteria celíaca del donante y ej., colangitis esclerosante) y es demasiado corto o dema-
la bifurcación de las arterias hepáticas derecha e izquier- siado estrecho de diámetro, se realizará una coledocoye-
da o el punto de la ramificación de las arterias gastroduo- yunostomía. Esta técnica requiere una anastomosis entre
denal y la propia hepática del receptor. Cuando la arteria el colédoco de donante y un asa de 40 cm de yeyuno del
hepática nativa sea de un diámetro pequeño o muestre un receptor. Se asocia a un mayor riesgo de sangrado, fugas
flujo mínimo, se anastomosará a través de un injerto de biliares y colangitis recurrente en comparación con la
arteria ilíaca interpuesta del donante directamente a la anastomosis terminoterminal.
aorta supracelíaca o infrarrenaF. El creciente desequilibrio entre el número de pacientes
cu La anastomosis de la vena porta habitualmente es en lista de espera de trasplantes y la ausencia de órganos
c:::
terminoterminal entre las venas porta de donante y re- de donantes cadáveres disponibles ha llevado a un pro-
E ceptor. En casos de trombosis venosa portal extensa del gresivo aumento en el número de trasplantes de órga-
O
'C receptor, se implanta un injerto puente desde la vena por- nos procedentes de donantes vivos. El hígado del re-
.c
CU ta o la vena ilíaca del donante, o como última alternativa, ceptor se sustituye por un lóbulo hepático derecho del
CU una anastomosis entre ambas, venas porta y arteria hepá- donante vivo. En la población pediátrica, se ha utilizado
~
e
el
tica del donante, y los vasos arteriales del receptor 7•S •
Durante la hepatectomía, la vena cava inferior (VCI)
con éxito el segmento lateral del lóbulo izquierdo o todo el
o lóbulo izquierdo. Sin embargo, el tamaño relativamente
(,) del receptor normalmente se secciona por encima y por pequeño del lóbulo izquierdo no es suficiente para sopor-
w debajo de la porción intrahepática. La VCI del donante se tar una función hepática adecuada en un adulto. Otra ven-
=c: anastomosa entonces con dos anastomosis terminotermi-
nales suprahepáticas e infrahepáticas. En un intento de
taja de utilizar un lóbulo derecho (frente al lóbulo izquier-
'o do) es que la porción donante para el trasplante es la
·0 conservar la VCI retrohepática del receptor, algunas técni-
(.) relativa facilidad de colocación del lóbulo derecho en el
al
en cas recomiendan la creación de una anastomosis entre las espacio subfrénico derecho, que permite una anastomosis
VCI de receptor y donante con una configuración termino- venosa hepática menos compleja, con una reducción en la
terminal o laterolateral (<<anastomosis piggyback») o una incidencia de torsión, en comparación con los injertos de
anastomosis termino-terminal entre VCI del donante y un lóbulo izquierdo 9 .
tronco común de las tres venas hepáticas 7• En trasplantes de vivos, la cirugía del donante consiste
El colédoco de donante y receptor se unen mediante en una colecistectomía seguida de una hepatectomía, con
una anastomosis terminoterminal, después de la colecis- extracción de los segmentos V, VI, VII YVIII, así como de la
tectomía. Con esta técnica se conserva el esfínter de Oddi vena hepática derecha. En ocasiones se realiza una hepa-
y actúa como barrera para la diseminación de infecciones. tectomía derecha extendida para incluir una porción de
segmento IV y la vena hepática media. Sin embargo, mu-
chos cirujanos prefieren no extraer la vena hepática me-
dia, sino dejarla intacta en el donante por su íntima rela-
ción de la vena hepática media y la vena hepática izquierda
cerca de su drenaje en la VCI 9 •
Al margen del tipo de trasplante hepático, tiene que ob-
tenerse una imagen rutinaria de cada anastomosis con
ecografía en escala de grises y Doppler color y espectral.
Para interpretar el aspecto en escala de grises y los signos
del Doppler de estas regiones anastomóticas, el ecografis-
ta debe conocer las técnicas quirúrgicas utilizadas en el
trasplante hepático.

Ecografía del trasplante hepático normal


El trasplante hepático normal tiene una ecotextura homo-
génea o ligeramente heterogénea en la ecografía de escala
de grises, mostrándose idéntico al normal no trasplanta-
do. En el periodo postoperatorio precoz, habitualmente

e ..,; Figura 17"1 Trasplante normal de hígado: abor"


daje quirúrgico. El hígado trasplantado muestra
cuatro anastomosis vasculares y una anastomosis
existe una pequeña cantidad de líquido intraperitoneal
libre o seromas o hematomas pequeños, que tienden a re-
solverse en el plazo de 7-10 días.
biliar. La vena cava inferior (VC', azul) se trasplanta con El árbol biliar debe tener un aspecto normal, con una
unas anastomosis suprahepática e infrahepática. Se suele luz anecoica y paredes delgadas e imperceptibles. Si
570 realizar una anastomosis terminoterminal para el colédoco existe un tubo en T in situ, la pared del conducto adya-
(CBD, verde) y vena porta (VP, púrpura), mientras que la cente puede mostrarse ligeramente prominente debido
arteria hepática (AH, rojo) se reconstruye con una anasto- a irritación y edema. En una situación ideal, la anasto-
mosis en boca de pez. mosis biliar (terminoterminal o enterobiliar) debe vi-
.........
ltJ
Figura 17-2 Focos ecogénicos en el trasplante hepático. Ecografías transversas les que muestran focos eco- o
"3
~ génicos brillantes si milares con sombra acústica posterior secundaria a A, Calcificación intrahepática; B, Calcifi- ~
c.
caciones de la arteria hepática, y e, Neumobilia. ca
o

sualizarse e inspeccionarse respecto a cambios de cali- Complicaciones biliares


bre o grosor de pared. Las complicaciones del tracto biliar son una causa impor-
Con frecuencia se observa neumobilia en los pacientes tante de morbimortalidad en el 15%-30% de los pacientes
con coledocoyeyunostomía que se manifiesta en forma de con trasplante ortotópico de hígado y pueden observarse
fo cos ecogénicos y brillantes, con o sin una sombra acústi- hasta en el 25% de todos los pacientes trasplantados1o.1 2 •
ca posterior en la luz del colédoco. La desaparición de una Las complicaciones relacionadas con las anastomosis bi-
neumobilia previamente observada deberá alertar al eco- Iioentéricas normalmente se manifiestan durante el pri-
grafista respecto a la aparición en el interín de una este- mer mes de la cirugía y son la dehiscencia de la anasto-
nosis biliar de la anastomosis bilioentérica. Además, el mosis, sangrado y un riesgo aumentado de colangitis por
ecografista debe ser consciente de que el aire biliar in- sobrecrecimiento bacteriano. Las complicaciones rela-
traductal puede confundirse con cálculos diminutos bi- cionadas con la coledococoledocostomía se observan so-
liares o calcificaciones de la arteria hepática adyacente bre todo durante el primer mes después del trasplante y
debido a que estas estructuras pueden mostrarse idénti- se suelen tratar mediante una colangiopancreatografía
cas en la imagen en escala de grises (Fig. 17-2). retrógrada endoscópica (CPRE) l1. Al margen del tipo de
La permeabilida d vascular de los vasos trasplantados anastomosis utilizado, las complicaciones del árbol bi-
(arteria hepática, vena porta y venas hepáticas, VC!) se liar pueden clasificarse de forma simplificada en las re-
evalúa mediante: 1) inspección directa de estenosis del lacionadas con fugas, estenosis, barro intraluminal o cál-
diámetro, 2) presencia de trombos dentro de la luz vascu- culos, disfunción del esfínter de Oddi y enfermedad
lar, y 3) formas de onda espectral normales y con una di- recurrente.
rección del flujo apropiada. Se prestará una especial aten-
ción a las zonas anastomosadas debido a que estas áreas Estenosis biliar
son más proclives a desarrollar estenosis hemodinámica- El diagnóstico precoz de las complicaciones del árbol bi-
mente significativas en comparación con el resto de vasos. liar puede ser difícil, ya que los receptores del trasplante
Puesto que pueden desarrollar estenosis segmentarias y no experimentan normalmente dolor porque el hígado
oclusiones intrahepáticas, la arteria hepática y vena porta trasplantado tiene una escasa inervación 13 • Por ello, los
principal, así como sus principales derecha e izquierda, pacientes con estenosis biliares pueden estar asintomáti-
deberán explorarse con el Doppler color y espectral. cos o presentar una ictericia no dolorosa o alteraciones en
La arteria hepática normal muestra una pendiente de las pruebas de función hepática (PFH) l1. Estas estenosis
ascenso sistólica rápida, con un tiempo de aceleración pueden clasificarse según la localización de la estenosis
(TA; tiempo desde el fi nal de la diástole al primer pico sis- intrahepática (Fig.17-4).
tólico) menor de 100 cm/ s, y flujo continuo a lo largo de la Las estenosis anastomóticas son la causa más fre-
diástole, con un índice de resistencia (IR) de 0,5-0,7 (Fig. cuente de obstrucción biliar después del trasplante 14•1S y
17-3, A). Una vena porta normal será habitualmente de surgen de las cicatrices quirúrgicas como consecuencia
contorno liso, con una luz anecoica que puede mostrar de la retracción de la pared del conducto y la consiguiente
cambios sutiles en el calibre en la anastomosis quirúrgica. estrechez del diámetro luminaF6. Estas estenosis son más
Las venas porta muestran flujo continuo, monofásico y frecuentes en pacientes con una coledocoyeyunostomía
hepatópeto con ligeras variaciones de su velocidad rela- en y de Roux que en pacientes con una anastomosis biliar 571
cionadas con la respiración (Fig. 17-3, B). El aspecto del terminoterminal. En la ecografía se observará una esteno-
Doppler de las venas hepáticas muestra una forma de sis focal en la anastomosis asociada con dilatación del
onda fásica, que refleja los cambios fisiológicos en el flujo conducto biliar intrahepático y un colédoco distal de ta-
sanguíneo durante el ciclo cardiaco (Fig.17-3, C). maño normal o casi normal.
ca
(J
'(3
'ca
...o>-
~

ca
(J
'S:
:Q)
a.
ca
1:
E
o
'O
.c
ca
ca
:¡::
ca
~
tn
o
(J
~ Figura 17-3 Trasplante normal de hígado: Doppler color y espectral, Doppler color y espectral de A, arteria
w ~ hepática normal; B, vena porta normal; e, vena hepática derecha. (De Crossin J, Muradali O, Wilson SR, Ultrasound
of liver transplants: normal and abnormal. Radiographics 2003;23: 1093-1114.)
=1:
'o
'C)
o
CII
ti) Las estenosis intrahepáticas se detectan proximales a sección y 3) isquemia del árbol biliar derecho 19. En su con-
la anastomosis y pueden ser unifocales o multifocales. La junto, las fugas biliares pueden clasificarse por su origen:
irrigación arterial del colédoco distal (conducto del recep- 1) en el lugar de la anastomosis, 2) en el lugar de salida
tor) es rica por su abundante flujo colateral, mientras que del tubo en T, 3) como consecuencia de la necrosis del
la arteria hepática reconstruida solamente tiene la irriga- conducto biliar, y 4) secundarias a biopsias hepáticas per-
ción que le llega al colédoco proximal y los conductos in- cutáneas 20 (Fig. 17-6).
trahepáticos (conducto del donante )11,17. Por ello, la mayo- La mayoría de las fístulas anastomóticas y las fugas de
ría de las estenosis del conducto intrahepático se deben a salida del tubo en T se producen dentro del primer mes
isquemia por oclusión de la arteria hepática (trombosis postquirúrgico. Las fugas anastomóticas pueden estar
o estenosis importante). En raros casos la isquemia biliar relacionadas con la técnica quirúrgica o con isquemia por
puede tener su origen en un tiempo de preservación en compromiso de la arteria hepática. Clínicamente las fugas
frío prolongado del órgano del donante 16,18. Otras causas anastomóticas se asocian a una peritonitis o una sepsis
de estenosis intrahepática son secundarias a lesiones de intraabdominal y pueden detectarse en la ecografía como
tipo inmunológico por rechazo crónico, colangitis esclero- grandes colecciones periportales, colecciones subfréni-
sante recidivante, colangitis ascendente e infecciones por cas, colección subhepática o ascitis. Las fugas del tubo en
citomegalovirus (CMV) . T se relacionan con errores técnicos al colocar el tubo en
Los hallazgos ecográficos consisten en áreas focales de T y se detectan de modo accidental en la colangiografía. El
estrechez del colédoco intrahepático o proximal y dilata- bilioma resultante suele ser pequeño y los pacientes con
ción segmentaria de los conductos biliares intrahepáticos, estos tipos de fugas biliares estarán habitualmente asin-
sin 'evidencia de masa obstructiva. La existencia de mate- tomáticos 20.
rial intraluminal dentro de un árbol biliar dilatado es un Las fugas por necrosis del conducto biliar se producen
signo ominoso, causado en ocasiones por una isquemia pasado el primer mes de la cirugía y son la consecuencia
biliar severa, como consecuencia del desprendimiento de de una estenosis severa de la arteria hepática o de una
todo el epitelio biliar. En este escenario el material eco- trombosis de la arteria hepática. Esta complicación se
génico intraluminal representa una combinación de ba- suele asociar a una disfunción hepática progresiva y a una
rro biliar o cálculos, epitelio biliar desprendido y hemo- mala evolución clínica, que finalmente precisará un re-
rragia intraluminaJ16 (Fig. 17-5). trasplante. En la ecografía, el árbol biliar suele estar dila-
tado, con paredes gruesas y se puede comunicar con múl-
Fugas biliares tiples biliomas circundantes 2o .
La incidencia de las fugas biliares en los trasplantes hepá- En raros casos las fugas biliares se producen como con-
ticos de donante cadáver es del 5,3%-23%. La tasa de secuencia de una lesión del conducto biliar por biopsias
complicaciones biliares puede ser significativamente más hepáticas percutáneas. La bilis puede fugar por el tra-
572 alta en trasplantados de donantes vivos, posiblemente de- yecto de la aguja hasta la cavidad peritoneal. Estas fugas
bido a: 1) las fugas derivadas de la división del hígado al pueden resolverse sin necesidad de tratamiento o pueden
extraer, 2) variantes de la anatomía biliar que supongan persistir y hacerse clínicamente evidentes cuando existe
más de un orificio del conducto biliar en el margen de re- una obstrucción biliar distapo.
Colangitis esclerosan te recidivan te dilatación biliar y engrosamiento mural en presencia de
La colangitis esclerosante recidivante se produce en casi una arteria hepática con forma de onda normal.
el 20% de los receptores sometidos a un trasplante orto- En ocasiones, los pacientes con una colangitis ascen-
tó pico por colangitis esclerosan te, con un intervalo medio dente pueden acudir con un aspecto ecográfico idéntico.
de 350 días s.8•21 . Los hallazgos ecográficos consisten en un Las etiologías infecciosas incluyen flora enteral e infeccio-
engrosamiento mural difuso del conducto hepático y colé- nes oportunistas (p. ej., CMV, Cryptosporidium) 16.
doco y abombamientos con forma de divertículos del co-
lédoco 16•22 (Fig. 17-7). La enfermedad recurrente debe Barro y cálculos biliares
sospecharse en pacientes trasplantados por una colangi- El barro biliar se detecta dentro del árbol hepatobiliar en
tis esclerosante primaria en fase terminal que acuden con el 10%-20% de los pacientes trasplantados a partir del 6.°

o
'3
~
C.
IV
O

~ Figura 17-4 Conducto biliar: estenosis en cuatro pacientes. Paciente 1: A, Ecografía en escala de grises del
~ colédoco (CSD) que muestra estenosis anastomótica (flechas) que se confirma en B, colangiopancreatografía re-
trógrada endoscópica (CPRE, flechas). Paciente 2. C, Ecografía en escala de grises que muestra las paredes del
colédoco muy engrosadas (flechas) de forma secundaria a colangitis como consecuencia de una estenosis anastomótica.
D, CPRE correspondiente que muestra la estenosis anastomótica (fechas) . En ambas CPRE el colédoco distal a la esteno-
sis se muestra dilatado por la presión de la inyección del contraste durante la técnica. Paciente 3: E, Ecografía transversal
que muestra una dilatación biliar central (flechas). F, Colangiopancreatografía-resonancia magnética (CPRM) radial que
muestra estenosis anastomótica (fecha). Paciente 4: G, Ecografía transversal y H, CPRM radial en T2 que muestra una 573
estenosis en el conducto biliar intrahepático izquierdo (entre flechas) secundario a isquemia por una estenosis de la arteria
hepática (A y B De Crossin J, Muradali O, Wilson SR, Ultrasound of liver transplants: normal and abnormal. Radiographics
2003;23: 1093-1114.)
=

..., Figura 17-5 Conducto biliar: isquemia secundaria a trombosis de la arteria hepática en dos pacientes. Pa-
~ ciente1: Ecografías transversales de A, derecha y B, izquierda, lóbulos hepáticos que muestran conductos biliares
intrahepáticos dilatados (flechas) con material ecogénico intraluminal secundario a mucosa desprendida. e, La
correspondiente tomografía computarizada (TC) con contraste muestra material de alta densidad dentro de unos conduc-
tos biliares hepáticos dilatados. Paciente 2: D, Ecografía transversal de un conducto biliar común isquémico (flechas) que
muestra material ecogénico intraluminal secundario a sangre y mucosa desprendida. E, Te correspondiente que muestra
detritus intraluminales que se extienden a los conductos biliares centrales intrahepáticos (flechas).
día y hasta 8,5 años despu és de la intervención. La patoge- Complicaciones arteriales
nia del barro biliar en estos pacientes es incierta, aunque En el explante, los vasos arteriales extrahepáticos que
se ha relacionado con la isquemia, rechazo, obstrucción irrigan el hígado, como las arterias parabiliares, quedan
mecánica, fugas biliares y la existencia de tubos en T y es interrumpidos 26 . Esto tiene como consecuencia que la ar-
más frecuente en pacientes con hepaticoyeyunostomía 13 . teria hepática trasplantada se convierte en la única irriga-
Una vez en el donante o árbol biliar del receptor, el barro ción sanguínea del epitelio biliar intrahepático. Cualquier
puede ocasionar una obstrucción biliar y una colangitis compromiso de la perfusión de la arteria hepática puede
ascendente potencialmente letal (Fig. 17-8). La detección suponer una isquemia biliar y, potencialmente, necrosis
del barro biliar es un signo ominoso que debe llevar a una biliar. La necrosis biliar es incompatible con la supervi-
meticulosa evaluación del colédoco para descartar una le- vencia del injerto y es una indicación absoluta de retras-
sión obstructiva o fuga, evaluación de la arteria hepática plante. Sin embargo, la isquemia biliar no complicada (es
para garantizar una óptima perfusión arterial y una valo- decir, sin necrosis) puede ser reversible si el flujo arterial
ración clínica detallada para descartar infección. se reinstaura 27 • La detección de la disfunción de la arteria
Los cálculos intraductales son raros pero pueden tener hepática antes del desarrollo de una necrosis biliar es im- .....
.,...
su origen en los cambios inducidos por la ciclosporina en prescindible en el tratamiento de Jos pacientes con tras- o
la composición biliar, que in duce la formación de cristales plante hepático. :;
:t::
en el colédoco, con la consiguiente formación de cálculos. Q.
(Q
Otras causas son la retención de cálculos del donante y Trombosis de la arteria hepática O
cálculos secundarios a estasis biliar por obstrucción me- La trombosis de la arteria hepática es la complicación vas-
cánica (p. ej., estenosis, tubos en T disfuncionantes, for- cular más importante del trasplante hepático, con una in-
mación de un mucocele en el resto del quiste ductal, aco- cidencia del 2,5%-6,8% y una mortalidad de hasta el
damiento del colédoco redundante ) 24,25 (Fig. 17-9). 35 %28. Si no se retrasplantan estos pacientes la mortali-
dad puede alcanzar incluso el 73%29.
Disfunción del esfínter de Oddi La fisiopatología suele ser difícil de esclarecer y como
En una minoría de pacientes con anastomosis biliar ter- factores de riesgo destacan los pacientes que precisan
minoterminal, se observa disfunción hepática en presen- una reconstrucción vascular compleja (en relación con un
cia de una dilatación difusa de los conductos biliares del aporte sanguíneo al hígado múltiple o vasos pequeños de
donante sin estenosis biliar. La causa es incierta, pero po- donante y receptor), rechazo, estenosis grave, tiempo ele-
dría estar relacionada con una devascularización o dener- vado de isquemia fría del hígado del donante e incompati-
vación de la ampolla de Vater, que ocasiona una disfun- bilidad AB08,3o.
ción del esfínter de Oddi. Los pacientes se suelen tratar Después del trasplante, el conducto biliar del donante
mediante esfinterotomía dirigida por CPRE, que ha de- depende por completo de la arteria hepática trasplantada,
mostrado que normaliza las PFH y descomprime el árbol especialmente la derecha, para su irrigación arterial. Por
biliar ll •14 . ello, los pacientes con trombosis de la arteria hepática

V Figura 17-6 Conducto biliar: fuga anastomótica. A, Ecografía transversal y B, Te correspondiente que muestra
~ gran bilioma (B) abombando el margen quirúrgico de un trasplante de donante vivo emparentado, como conse-
cuencia de una fuga anastomótica. El bilioma ejerce efecto masa sobre la anastomosis y produce una dilatación
del conducto biliar intrahepático (flechas).
=s::
'o
'(3
()
G)
en

e ~ Figura 17-7 Conducto biliar: colangitis esclerosante recurrente en tres pacientes, Paciente 1: A y e, Ecogra-
fías transversales con distintos grados de ampliación que muestran engrosamiento difuso y un conducto hep~t!co
común arrosariado (flechas): Paciente 2: C, Ecografía trasversal que muestra una pared del conducto hepatlco
común muy engrosada (flechas). Paciente 3: D, Ecografía transversal que muestra una estenosis (flecha) en la mitad del
conducto hepático común. E, Imagen correspondiente de CPRM que muestra estenosis multifocales en los conductos
biliares extrahepáticos e intrahepáticos como causa de un árbol biliar arrosariado. (A y B De Crossin J, Muradali D, Wilson
SR, Ultrasound of liver transplants: normal and abnormal. Radiographics 2003;23: 1093-1114.)
576
pueden presentar un cuadro diferido de fuga biliar, fallo La evidencia directa requiere la identificación y localiza-
hepático fulminante o episodios intermitentes de sepsis ción de una estenosis hemodinámicamente significativa
que se consideran secundarios a la formación de abscesos dentro del vaso. El hilio hepático debe evaluarse primero ti)
hepáticos dentro del tejido infartad0 30 . Sin embargo, la con Doppler color para detectar zonas focales de alíasing O
C
presentación clínica concreta, los hallazgos clínicos y el de color dentro de la arteria hepática, que indicarían la ca
C)
pronóstico del paciente se relacionan con el momento de existencia de flujo turbulento de alta velocidad producido "-
'O
la trombosis de la arteria hepática. La trombosis de la ar- por segmentos estenosados. Cuando la estenosis es he- Q)
teria hepática que se produce dentro del mes del trasplan- modinámicamente significativa, el trazado espectral reve- 'O
te se puede clasificar como trombosis de la arteria hepáti- la una velocidad pico sistólica (VPS) mayor de 2-3 mis ...c
Q)

ca precoz y se suele asociar con una necrosis del árbol junto con un flujo distal turbulento. La evidencia indirec- ca
biliar; bacteriemia, fallo hepático fulminante y tiene una ta de estenosis de arteria hepática es una forma de onda Q.
ti)
elevada incidencia de morbilidad del paciente 29 . La eco- tardus-parvus en cualquier punto dentro de la arteria he- ca
grafía en escala de grises suele mostrar una arteria hepá- pática (IR >0,5 y AT >100 ms). Esta forma de onda sugiere .=
tica en el hilio hepático, pero no se detecta flujo en el la existencia de una región estenótica de localización más ,...
.....
Doppler color o espectral en el hilio o parénquima. proximaj27. La evidencia indirecta de estenosis es mucho o
La trombosis de la arteria hepática que se produce des- más frecuente en la práctica clínica que la documentación '3
~
pués de un mes del trasplante se clasifica como trombo- de la propia estenosis (Figs. 17-11 Y 17-12). Q.
1'0
sis tardía de la arteria hepática. Se suele asociar con un La existencia de una forma de onda intraparenquimato- O
curso clínico más leve y los pacientes pueden permane- sa tardus-parvus indica alteraciones en el lecho arterial
cer asintomáticos durante meses o años o presentar un intrahepático por una perfusión arterial del hígado altera-
curso clínico insidioso que finalmente se acompaña de da. Aunque se detecta casi siempre en pacientes con este-
complicaciones del árbol biliar, fiebre recurrente o bacte- nosis de la arteria hepática, la forma de onda tardus-par-
riemia. Se piensa que el desarrollo de vasos arteriales co- vus también puede ser consecuencia de vasos colaterales
laterales, incluso a las dos semanas de la cirugía, explica que surgen de una trombosis de la arteria hepática o, me-
la supervivencia de los trasplantes en estos pacientes. nos frecuentemente, de una aterosclerosis aortoilíaca. Por
Aunque la resección de todas las conexiones vasculares tanto, una forma de onda intraparenquimatosa tardus-
en el trasplante podría impedir el desarrollo de esta cir- parvus no permite la diferenciación entre estenosis del
culación colateral, los vasos arteriales colaterales po- tronco y trombosis de la arteria hepática sino se consigue
drían surgir a partir del potencial angiogénico de epiplón visualizar y se puede explorar de forma meticulosa el
y mesenterio. En la ecografía se aprecia una forma de tronco de la arteria hepática 31 .
onda tardus-parvus (IR <0,5; TA, >100 ms) dentro del Pueden existir grados leves de estenosis de la arteria
parénquima hepático (Fig. 17-10). Dentro del hilio no se hepática sin alteraciones en el Doppler. Por tanto, si existe
detecta flujo arterial, pero en caso de existir colaterales una sospecha clínica elevada, un estudio Doppler normal
arteriales periportales, se puede observar una forma de no debe excluir nuevas investigaciones con otras técnicas
onda tardus-parvus. Por tanto, la demostración de flujo
arterial en el parénquima hepático no excluye la existen-
cia de una trombosis de la arteria hepática y se recomien-
da una meticulosa inspección de la forma de onda en el
parénquima 29.3o (Fig. 17-10).
En ocasiones se emite un diagnóstico falso positivo de
trombosis de la arteria hepática en casos de severo edema,
hipotensión sistémica y alto grado de estenosis de la arteria
hepáticaS. En situaciones de mala visibilidad del hilio hepá-
tico por la cintura abdominal o gas intestinal interpuesto, la
ausencia de un flujo detectable dentro de la arteria hepáti-
ca debe interpretarse con cautela y se confirmará mediante
una angiotomografía computarizada (ATC).

Estenosis de la arteria hepática


La estenosis de la arteria hepática se ha referido en casi el
11 % de los receptores de trasplante y casi siempre se pro-
duce por encima de la anastomosis quirúrgica o a pocos
centímetros de ella. Los factores de riesgo para el desarro-
llo de una estenosis incluyen una mala técnica quirúrgica,
lesión en el c1ampaje, rechazo y trauma sobre la íntima
ocasionado por los catéteres de perfusión 27 . Clínicamente, tt,J Figura 17-8 Conducto biliar: barro. Ecografía
los pacientes pueden presentar una isquemia biliar con ~ oblicua que muestra barro secundario a una co-
unas PFH anormales. langitis ascendente en el conducto biliar común
La ecografía Doppler puede proporcionar una evidencia (flecha) con extensión al conducto hepático derecho (cabe-
directa o indirecta de la estenosis de la arteria hepática. za de flecha).
=c:
'o
'0
O
Q)
en

.
e
)
.., Figura 17-9 Conducto biliar: cálculos. A, Ecografía y B, Te correspondiente sin contraste que muestra la eXls-
tencia de un cálculo obstructivo grande (flecha) en el colédoco. C, Ecografía transversal que muestra focos eco-
génicos (flecha) compatibles con un cálculo intraductal en este paciente con colangitis esclerosante recurrente
primaria. D, SPGR-RM axial correspondiente en T1 pre-gadolinio que muestra una señal de alta frecuencia intraductal I
(flecha) compatible con cálculo. E, Ecografía transversal a nivel del conducto hepático común que muestra foco ecogénico
sin sombra (flecha) en el conducto, compatible con cálculo blando. F, Imagen de RM radial en T2 que muestra un defecto
de relleno bien definido (flecha) que confirma la existencia de un cálculo dentro del conducto colédoco proximal. J
.....
.,...
o
"5
~
c.
ca
()

fttJ Figura 17-10 Arteria hepática: trombosis en tres pacientes. Paciente 1: A, Ecografía transversal de un infarto
~ de lóbulo derecho que se muestra como una zona sólido-quística (flechas) como consecuencia de una trombosis
de arteria hepática. B, TC correspondiente que muestra el infarto como una región en forma de cuña y baja ate-
nuación. e, En el Doppler espectral no se puede demostrar flujo en la arteria hepática principal. Se detecta una forma de
onda tardus-parvus dentro del hígado que indica un problema anterógrado de la arteria hepática. En este caso, una trom-
bosis de la arteria hepática con irrigación a partir de vasos arteriales colaterales de los tejidos hepáticos. Paciente 2: D,
Ecografía trasversal que muestra un conducto biliar muy dilatado (fechas) con material ecogénico dentro de la luz secun~
dario a mucosa desprendida y sangre. E, TC correspondiente que muestra unos conductos biliares intrahepáticos muy
dilatados (flechas) . La necrosis biliar es menos apreciable en la TC, F, Colangiografía percutánea que muestra el relleno
enmarañado con contraste de los conductos intrahepáticos con múltiples defectos de relleno. Los defectos del relleno se
corresponden con una mucosa biliar desprendida. Paciente 3: G, Ecografía transversal que muestra múltiples vasos cola-
terales (flecha) en el hilio hepático (P, vena porta principal). H, Ecografía Doppler espectral dentro del hígado que muestra
una forma, de onda tardus-parvus. 1, AngioTC que muestra una oclusión de la arteria hepática (flecha) por una trombosis
aguda. Se identifican múltiples colaterales arteriales (cabezas de flecha), como se muestra en G.
=c:
:§ V Figura 17-11 Estenosis de la arteria hepática: signos en el Doppler: A, Forma de onda espectral intrahepática
(.) ~ y B, Forma de onda de la arteria hepática en el hilio hepático que muestra un tiempo de aceleración prolongado y
~ baja resistencia; una forma de onda tardus-parvus que sugiere un problema anterógrado. e, Forma de onda es-
pectral en la anastomosis que muestra flujo de alta velocidad mayor de 400 cm/s. El Doppler color correspondiente mues-
tra aliasing entre azul y turquesa entre el rojo y el azul en la estenosis, con turbulencia más allá.

con sección de corte (ATe, angiografía), aunque la esteno- en la anastomosis arteria donante-receptor y pueden ser
sis, si se detecta, sea leve en estos pacientes. ocasionadas por infección o fallo de la técnica.
La ecografía en escala de grises de los pseudoaneuris-
índice de resistencia elevado en la arteria hepática mas de la arteria hepática muestra una estructura quísti-
En el periodo postoperatorio precoz, una arteria hepática ca (anecoica), que sigue de modo característico el curso
normal mostrará un flujo arterial de alta resistencia (IR > de la arteria hepática, con un intenso remolino de flujo en
0,8) o la ausencia total de flujo en diástole (IR = 1,0) en la el Doppler color y una forma de onda espectral desorgani-
exploración con Doppler. En estos pacientes el flujo den- zada (Fig. 17-13). Las opciones terapéuticas están relacio-
tro de la arteria hepática normalmente regresa a la nor- nadas con la ubicación del pseudo aneurisma. Los pseu-
malidad en unos pocos días. La etiología de esta forma de doaneurismas extrahepáticos se pueden tratar mediante
onda es incierta, aunque se cree relacionada con la edad cirugía, embolización transcatéter o inserción de un stent,
de los donantes mayores o un tiempo prolongado de is- mientras que los pseudoaneuris mas intrahepáticos se
quemia fría. Un alto IR de la arteria hepática en la evalua- tratan con frecuencia mediante embolización con muelle
ción con Doppler no tiene relevancia clínica y no debe ma- endovascular.
linterpretarse como signo de alteración de la arteria
hepática 32 . Estenosis de la arteria celiaca
La estenosis de la arteria celíaca puede tener su origen en
Pseudoaneurismas de la arteria hepática una enfermedad ateromatosa del eje celíaco o en su
Los pseudoaneurismas de la arteria hepática son infre- compresión por el ligamento arcuato del diafragma. Si
cuentes complicaciones del trasplante (1%) y se produ- es grave, la estenosis celíaca puede ocasionar una reduc-
cen sobre todo en la anastomosis vascular o es consecuen- ción del flujo arterial al aloinjerto. Los pacientes suelen
cia de una angioplastia previa. Los pseudoaneurismas estar asintomáticos antes del trasplante, posiblemente
intrahepáticos son raros, habitualmente periféricos y por el rico entramado colateral, que se suele desarrollar a
asociados a biopsias con agujas percutáneas, infección o través de la arcada pancreaticoduodenal. Después del
procedimientos biliares. Los pseudoaneurismas intrahe- trasplante, los pacientes se vuelven sintomáticos con evi-
páticos casi siempre son asintomáticos pero pueden oca- dencia de isquemia biliar y alteraciones en las PFH, como
580 sionar hemorragias arteriales potencialmente letales o, consecuencia de la mayor demanda de flujo impuesta a la
en el caso de los pseudoaneurismas micóticos, producir arteria celíaca por el hígado recién trasplantado.
fístulas entre el aneurisma y el árbol biliar o venas porta- La ecografía Doppler puede ser normal o puede mostrar
les 8 . Los pseudoaneurismas extrahepáticos se producen una forma de onda de baja resistencia y tardus-parvus en
la arteria hepática trasplantada y con jet de alta velocidad trínsecos a la vena porta que también influyen son una
a través de la estenosis celíaca. Los pacientes se tratan con mayor resistencia al flujo descendente por la estenosis su-
sección del ligamento arcuato o, en el caso de una enfer- prahepática de la ve! o un flujo sanguíneo venoso portal
medad ateromatosa, mediante un injerto de bypass aorto- disminuido. Las presentaciones clínicas consisten en el
hepátic0 33.34 (Fig. 17-14). fallo hepático y en signos de hipertensión portal (hemo-
rragia gastrointestinal por varices o ascitis masiva).
Complicaciones de la vena porta La ecografía en escala de grises de la estenosis de la
Las estenosis o trombosis de la vena porta son raras y re- vena porta mostrará la estenosis del vaso luminal, nor-
presentan una incidencia documentada del 1%_13%30.35,36. malmente en la propia anastomosis. La exploración con
Entre los factores de riesgo destacan una mala técnica Doppler muestra una región focal de aliasÍng de color, que
quirúrgica, un mal alineamiento de los vasos, excesiva refleja un flujo turbulento de alta velocidad, con un au-
longitud de los vasos, estados de hipercoagulabilidad y mento en la exploración espectral de la velocidad de tres
una cirugía previa sobre la vena porta 30 . Los factores ex- o cuatro veces en el lugar de la estenosis en relación con el
.....
T""

fttJ Figura 17-12 Estenosis de la arteria hepática en dos pacientes. Paciente 1: A, Doppler espectral intraparen- 58
~ quimatoso que muestra una forma de onda de baja resistencia (IR = 0,4). B, Correspondiente angioTC con con-
traste que muestra una estenosis sutil de la arteria hepática proximal (flecha). Paciente 2: e, Doppler espectral
intraparenquimatoso que muestra una forma de onda tardus-parvus y de baja resistencia con retraso en el tiempo de la
aceleración de 120 ms. D, Corre_spondiente angioTC que muestra una estenosis larga de la arteria hepática (entre flechas8
segmento preestenótico (Fig. 17-15). Chong y cols. 37 mos- nativo, el trombo puede reducir su tamaño e incluso reca-
traron que las velocidades anastomóticas de la vena porta nalizarse, mostrando múltiples canales de flujo venoso
que eran mayores de 125 cmls o presentaban una rela- dentro del trombo. El tratamiento de la trombosis de la
ción de velocidad de 3:1 en la anastomosis, representaban estenosis de la vena porta consiste en la trombectomía,
una especificidad mayor del 95% para estenosis de la ve- resección del segmento de la vena porta, trombólisis per-
na porta. cutánea, colocación de un stent y angioplastia con balón.
La estenosis de la vena porta verdadera tiene que dis-
tinguirse de la pseudoestenosis de la vena porta. Esta Complicaciones de la vena cava inferior
patología se observa cuando la vena porta del receptor es La estenosis de la VC! es una complicación rara del tras-
mayor que la del donante y no existe un gradiente diferen- plante hepático y se observa en la anastomosis supra o
cial a través del lugar de la estenosis. infrahepática. La estenosis de la ve! sucede con mayor
La trombosis de la vena porta se muestra como un frecuencia en receptores pediátricos y en pacientes some-
material ecogénico sólido dentro de la luz de la vena porta tidos a retrasplante 38 . Las causas de estenosis son una in-
(Figs. 17-16 Y 17-17). En la forma aguda de la trombosis, coherencia anastomótica, acodamiento de la VC!, fibrosis
el trombo puede ser anecoico, lo que hace su detección o hiperplasia de la neoíntima. En la ecografía en escala de
difícil en la ecografía en escala de grises. En este contexto grises se puede apreciar un estrechamiento obvio en el
el trombo será evidente sólo por la ausencia de flujo veno- lugar de la anastomosis, asociado con una región focal de
so portal en el Doppler color o espectral, lo que resalta la aliasing en el Doppler color. Durante la exploración espec-
necesidad de una evaluación minuciosa con la ecografía tral se aprecia un gradi ente de velocidad que triplica o
en escala de grises y Doppler de todo el sistema porta. Al cuadruplica la velocidad a través de la estenosis en com-
igual que en la trombosis de la vena porta en el hígado paración con el segmento preestenótico. Las venas hepá-
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oQ)
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..., Figura 17-13 Pseudoaneurismas de la arteria hepática en dos pacientes. Paciente 1: A, Ecografía en escala
~ de grises que muestra una masa quística pequeña cerca del hilio hepático (cabezas de fleCha). B, Doppler color
que confirma la vascularidad dentro del aneurisma (cabezas de flecha) que surge de la arteria hepática (flecha): e,
TC correspondiente con contraste que confirma el pseudoaneurisma que surge de la anastomosis de la arteria hepática.
582 Paciente 2: Ecografías, D, transversal y E, sagital que muestran una masa de perfil ovalado en la línea media (flechas): F, En
el Doppler color y espectral se identifica un flujo desorganizado en una parte de la masa, que representa un pseudoaneu-
e
risma parcialmente trombosado. Las flechas marcan la porción trombosada del pseudoaneurisma. (A, B Y De Crossin J,
Muradali D, Wilson SR, Ultrasound of liver transplants: normal and abnormal. Radiographics 2003;23: 1093-1114.)
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..., Figura 17-14 Estenosis de la arteria celíaca:


~ pinzamiento por el ligamento arcuato. A, Eco-
grafía transversal que muestra una estrechez de la
arteria celíaca secundaria a un pinzamiento por el ligamen-
to mediano arcuato (flecha). B, Trazado espectral de la re-
gión del estrechamiento que muestra unas velocidades
pico sistólico elevadas de 412 cm/s. e, Trazado espectral
de la arteria intrahepática del lóbulo izquierdo que muestra
una forma de onda tardus-parvus de baja resistencia. Des-
pués de la ligadura quirúrgica del ligamento arcuato las
formas de onda vuelven a la normalidad.

ticas pueden mostrar una inversión del flujo o pueden mente fijadas en una posición, de forma que cualquier
perder sus fases normales, presentando una forma de on- movimiento del injerto produce un acodamiento y estre-
da monofásica 8 (Figs. 17-18 Y 17 -19). chez de las venas hepáticas. Además, el crecimiento pro-
La trombosis de la VC! se ha referido en menos del 3% gresivo de los injertos parciales de hígado después de la
de los receptores y se debe a dificultades técnicas durante cirugía se puede acompañar de estrechamiento o rotación
la intervención, situaciones de hipercoagulabilidad o de las venas hepáticas, que contribuyen aún más al estre-
compresión por colecciones líquidas adyacentes 26.38 . La chamiento de la salida venosa 39,40.
ecografía en escala de grises muestra trombos ecogénicos Clínicamente la estenos is de la vena hepática puede ma-
dentro de la VCI que pueden continuarse por las venas he- nifestarse por una congestión hepática, hepatomegalia,
páticas. En casos de CHC recidivante, los trombos del tu- ascitis y derrame pleural. La obstrucción venosa hepática
mor pueden extenderse desde las venas hepáticas hasta la en la situación postoperatoria precoz es una emergen-
VC! (Fig. 17-20). cia quirúrgica y suele ser necesaria la reintervención para
la corrección o el retrasplante, cuando existe una conside-
Estenosis de la vena hepática rable proporción de necrosis hepática. La obstrucción
La estenosis de la vena hepática se produce con una fre- venosa hepática tardía se asocia con un deterioro más
cuencia del 1% en los trasplantes hepáticos ortotópi- insidioso de la función hepática, Estos pacientes pueden
cos y del 2%-5% en los trasplantes de vivo. Esta discre- beneficiarse de la inserción de un stent metálico o de una
pancia en la frecuencia se debe sobre todo a la técnica venoplastia de balón, ya que la corrección quirúrgica con
quirúrgica. En el trasplante ortotópico de hígado se reali- frecuencia es difícil por los cambios fibróticos alrededor
za una anastomosis entre la VC! de donante y receptor sin de los puntos anastomosados 39,40.
tocar las venas hepáticas. En los trasplantes hepáticos de Los signos directos de una estenosis venosa hepática 583
vivo, sin embargo, la vena hepática del donante se anasto- consisten en una estrechez focal en la ecografía en escala
mosa bien al muñón de la vena hepática o a la VC! del re- de grises asociada a un flujo turbulento en la exploración
ceptor. Esto implica que las venas hepáticas están rígida- de Doppler color o espectral (Fig. 17-21). Una form a de
53.0 cm/s - 80

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en .." Figura 17-15 Estenosis de la vena porta: estenosis anastomótica, A, Ecografía en escala de grises de la vena
~ porta principal que muestra estenosis de la anastomosis (cabeza de flecha). B, Doppler color que muestra aliasing
en la región de la estenosis debida a un flujo turbulento de alta velocidad. e, Doppler espectral que muestra velo-
cidades de 32,8 cm/s cerca de la estenosis. D, Las velocidades en la estenosis están elevadas y son de 156 cm/s. E, Flujo
postestenótico turbulento de alta velocidad: 120,1 cm/s. F, Más allá del flujo turbulento, las velocidades son de 53 cm/s.
Esto supone un aumento del gradiente de la velocidad que se triplica a través de la anastomosis y por tanto que se trata
de una estenosis hemodinámicamente significativa.

onda espectral persistente y monofásica es sugestiva, pe- ascitis con partículas puede también observarse en la carci-
ro no diagnóstica, de estenosis de la vena hepática. Las nomatosis peritoneaI. aunque parece menos probable en la
formas de onda monofásicas también pueden apreciarse población de receptores trasplantados s.
en venas hepáticas normales no obstruidas. Sin embargo,
la existencia de formas de onda bifásicas o trifásicas des- Hemorragia suprarrenal
carta una estenosis importante de la vena hepática 40 • La hemorragia de la suprarrenal derecha se puede obser-
var en el postoperatorio inmediato y se debe a la ingurgi-
Colecciones líquidas extrahepáticas tación venosa ocasionada por la ligadura de la vena supra-
Las colecciones líquidas perihepáticas y la ascitis se ob- rrenal derecha durante la extracción de una porción de la
servan con frecuencia después de un trasplante. En el pe- VC! o a una coagulopatía secundaria a una hepatopatía
riodo postoperatorio precoz se puede observar una pe- preexistente 26 . En la ecografía la hemorragia suprarrenal
queña cantidad de líquido que se resolverá en pocas se manifiesta como una estructura nodular hipoecoica o
semanas. Las colecciones líquidas y hematomas son como una colección líquida en la región de la suprarrenal
frecuentes en zonas de anastomosis vasculares (hilio he- derecha (Fig. 17-23).
pático y adyacente a la VC!) y las anastomosis biliares, en
el fondo de saco menor y en espacios perihepático y Colecciones líquidas intrahepáticas
subhepátic0 7 • A consecuencia de que las invaginaciones Las colecciones líquidas estériles postoperatorias se sue-
peritoneales que rodean al hígado se ligan durante el tras- len localizar a lo largo del ligamento falciforme y del liga-
plante, pueden aparecer colecciones líquidas alrededor mento venoso y tienen el aspecto de estructuras rellenas
de la zona nuda hepática, una ubicación que no se observa de líquido anecoico rodeando los ligamentos ecogénicos
en el hígado preoperatorio S (Fig. 17-22). (Fig. 17-24). Los biliomas se muestran como quistes
La ecografía es muy sensible para detectar estas coleccio- complejos o estructuras redondeadas e hipoecoicas. Los
nes líquidas, aunque carece de especificidad ya que la san- hematomas intraparenquimatosos pueden ser conse-
584 gre, pus o bilis y líquido linfático tienen un aspecto ecográ- cuencia de la cirugía del trasplante, biopsia percutánea o
fico similar. La existencia de ecos interiores en una colección una secuela de traumatismo del donante (p. ej., accidente
líquida, aunque inespecífico, sugiere sangre o infección. La de tráfico).
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W Figura 17-16 Vena porta: trombo blando en dos pacientes. Paciente 1: A, Ecografía transversal y B, TC co-
~ rrespondiente con contraste que muestra un trombo no oclusivo en la vena porta principal (flechas): Paciente 2:
e, Ecografía sagital y D, TC correspondiente con contraste que muestra un trombo oclusivo en la vena porta
principal (flechas).
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..,; Figura 17·17 Vena porta: trombo maligno en dos pacientes, Paciente 1: A, Ecografía transversal de un trombo
~ maligno (flechas) en la vena porta derecha con B, Extensión a la vena porta principal (flecha). e, TC trifásico del
hígado que muestra un carcinoma hepatocelular recurrente (flechas) que explica el trombo de la vena porta, Pa-
ciente 2: D, Ecografía transversal que muestra un trombo maligno en la vena porta principal (flechas) . El hígado es extre-
madamente anormal, con una masa ecogénica grande (cabezas de flecha). E, La fase venosa portal del TC trifásico confir-
586 ma la existencia de un carcinoma hepatocelular recurrente (cabezas de flecha) acompañado de un trombo maligno con
realce y expansivo en la vena porta principal (flechas). (A, B Y e De Crossin J, Muradali O, Wilson SR, Ultrasound of liver
transplants: normal and abnorma/. Radiographics 2003;23: 1093-1114.)
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W Figura 17-18 Anastomosis de la vena cava inferior infrahepática: normal y anormal en dos pacientes. Eco-
~ grafías sagitales de la VCI que nuestra A, Calibre normal de la anastomosis (flechas) y B, Estenosis de la anasto-
mosis (flechas).

Absceso versus infarto vas del hígado trasplantado, que también se pueden mani-
En las etapas iniciales puede resultar difícil diferenciar un festar como una masa sólida o compleja en la ecografía en
absceso hepático de un infarto. Al principio, tanto el absce- escala de grises, como son los infartos (Fig. 17-26), absce-
so como el infarto se pueden mostrar como una zona sutil e sos, hematomas, CHC recurrentejmetastásico y trastor-
hipoecoica asociada a un engrosamiento localizado de la nos linfoproliferativos postrasplante.
ecotextura parenquimatosa. Los infartos después se orga- El carcinoma hepatocelular (CHC) recurrente es una
nizan como lesiones avasculares o con perfil en cuña, que grave complicación que se puede desarrollar potencial-
pueden finalmente desarrollar una zona central hipoecoica mente en pacientes trasplantados con una historia preope-
que refleja licuefacción y necrosis. Un infarto hepático focal
debe diagnosticarse mediante la correspondiente eviden-
cia de Doppler de un compromiso de la arteria hepática.
Al igual que en los infartos, el aspecto ecográfico de un
absceso hepático también varía según su maduración. El
aspecto típico de un absceso hepático evolucionado es el
de una estructura quística compleja con unas paredes
gruesas e irregulares y líquido con partículas en su inte-
rior, con o sin septos asociados.
Tanto el infarto como los abscesos contienen burbujas
de aire, como focos brillantes ecogéniCQs con o sin sombra
acústica posterior (Fig. 17-25). En ocasiones las burbujas
de aire dentro de la luz de un absceso intraparenquimato-
so se pueden confundir con una neumobilia benigna o con
aire fuera del hígado y dentro del tracto gastrointestinal.
Es preciso un alto índice de sospecha en los pacientes con
riesgo tanto de absceso como de infarto para evitar estos
errores.

Masas sólidas intrahepáticas


.., Figura 17-19 Estenosis anastomótica suprahe-
El diagnóstico diferencial de una masa solitaria en el híga-
~ pática de la vel. Doppler color sagital de un seg-
do trasplantado es parecido al de un hígado nativo. Por mento estenosado de la VCI con aliasing produci-
ejemplo, las lesiones benignas, como el hemangioma y los do por un flujo turbulento de alta velocidad, tanto en la VCI
58
quistes son relativamente frecuentes en el hígado tras- como en la vena hepática. El trazado espectral muestra un
plantado, con el mismo rango de aspectos al descrito para aumento de la velocidad que triplica el aumento de la re-
el hígado nativo. Sin embargo, existen patologías exc\usi- gión estenosada (flecha izquierda).
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..., Figura 17-20 Trombosis de la VCI en tres pacientes, Ecografías A, transversal y B, sagital que muestran un
~ trombo venoso maligno en la vel y vena hepática (flechas) en un paciente con carcinoma hepatocelular recurrente
después del trasplante. C, Ecografía transversal de las venas hepáticas y O, Ecografía sagital de la vel que mues-
tra un trombo blando (flechas) en cada una. A, ascitis. E, Ecografía sagital; F, Te correspondiente con contraste que mues-
588 tran un trombo blando en la vel (flechas). (A y B De Crossin J, Muradali D, Wilson SR, Ultrasound of liver transplants: normal
and abnormal. Radiographics 2003;23: 1093-1114.)
ratoria de cirrosis en fase terminal con un hepatoma cono-
cido u oculto. El lugar más habitual para el CHC recurrente I TRASPLANTE RENAL
es el pulmón, posiblemente ocasionado por la emboliza-
ción de células tumorales a través de las venas hepáticas
antes o durante el trasplante. El segundo lugar por frecuen- El trasplante renal es el tratamiento de elección para mu-
cia de los hepatomas recurrentes es dentro del aloinjerto, chos pacientes con un fracaso renal crónico (FRC) sufi-
seguido de adenopatías linfáticas regionales o a distancia. cientemente grave como para requerir diálisis. Las únicas
La detección precoz de los hepatomas recurrentes en el contraindicaciones para el trasplante son la falta de idonei-
hígado trasplantado es esencial para facilitar una resec- dad para una anestesia general o cirugía, infección o neo-
ción, ablación o quimioterapia precoz 26•41 (Fig. 17-27). Al plasia preexistente o el riesgo de una nefropatía recurrente
igual que en la población general, los receptores de tras- (p. ej., vasculitis activa u oxalosis). Antes del trasplante, se
plante pueden desarrollar cualquier tipo de neoplasia pri- debe conseguir un donante adecuado cuyo antígeno linfoci-
maria o secundaria dentro del hígado. tario humano (ALH) encaje con el del receptor42 •
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~ Figura 17-21 Estenosis de la vena hepática.


~ A, Doppler color y B, TC correspondiente que
muestra una estenosis focal (flecha) de la vena
hepática derecha en la unión con la VC!. e, Doppler
espectral que muestra un flujo monofásico en la vena
hepática derecha.
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..., Figura 17-22 Colección líquida extrahepática. A-D, Hematoma en el borde quirúrgico del lóbulo derecho de un
~ trasplante de vivo emparentado. A, Ecografía transversal que muestra un hematoma agudo que se muestra eco-
génico, heterogéneo y sólido. B y C, El hematoma se licúa después de semanas con bandas interiores y nivele lí-
quido-detritus. D, A los 2 meses con más licuefacción del hematoma se aprecia como una colección anecoica más peque-
ña. Las flechas marcan los límites del hematoma con el hígado. E, Ecografía sagital que muestra hemoperitoneo alrededor
del bazo (8) con nivel líquido-líquido y bandas interiores. F y G, Fuga anastomótica del asa en Y de Roux. Ecografía
transversal y el Te correspondiente que muestran una gran colección líquida en el cuadrante inferior izquierdo. H e 1, Bilio-
ma secundario a fuga anastomótica. Ecografía sagital y transversa que muestra una colección ecogénica subfrénica
compleja (flechas) .

Puesto que el número de pacientes con FRC sigue en au- Al margen de si se utiliza un donante cadáver o vivo, la
mento, la principal limitación para la expansión de los relación coste-beneficio de un trasplante exitoso sobrepasa
programas de trasplante renal es la escasez crónica de ri- ampliamente la del paciente en FRC, de forma que se re-
ñones de donante adecuados. Esta escasez de órganos ha quieren diversos recursos sanitarios para garantizar altas
llevado a un aumento de los trasplantes de donantes vivos tasas de éxito. La ecografía es la modalidad de imagen no
emparentados. Estos donantes pueden ser miembros de invasiva más valiosa para monitorizar el trasplante renal.
590
la familia o amigos próximos con una relación larga con el
receptor. La expectativa media de vida de los trasplantes Técnica quirúrgica
de cadáver es de 7-1 Oaños, mientras que la de los vivos es Una ecografía detallada del trasplante renal requiere el
de 15 a 20 años 42 • conocimiento del procedimiento quirúrgico utilizado que
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,..

..., Figura 17·23 Hemorragia suprarrenal derecha. A, Ecografía sagital y B, Te que muestra una masa suprarrenal
~ pequeña derecha (flechas).

se practica en la mayoría de centros hospitalarios y las re- ilíaca externa. En pacientes con trasplantes de donante vi-
laciones anatómi cas postquirúrgicas. Se selecciona el cua- vo, la arteria renal de donante se anastomosa con la arte-
drante inferior d erecho o izquierdo para la incisión, en ria iliaca interna (terminoterminal) o con la arteria ilíaca
base a los antecedentes quirúrgicos del paciente y las pre- externa (terminolateral) del receptor. Pueden unirse múl-
ferencias del cirujano. Normalmente se accede al cua- tiples arterias del donante de tamaño similar con una
drante inferior derecho porque la vena ilíaca derecha es anastomosis latero lateral para formar un ostium común.
más superficial y horizontal en este lado de la pelvis y fa- De modo alternativo, se pueden anastomosar múltiples
cilita la creación de las anastomosis vasculares 43.44. arterias como un parche de Carrel o anastomosarse por
El tipo de anastomosis vasculares requerido depende separado con la arteria iliaca externa 43.44.
de si el aloinjerto es de cadáver o de vivo y también del Casi siempre se realiza una anastomosis terminotermi-
número y tamaño d e arterias renales del donante. En el nal de la vena renal del donante con la vena ilíaca exter-
paciente con trasplante de cadáver, se realiza una anasto- na. En el caso de múltiples venas renales, las venas más
mosis terminolateral de la arteria del donante, junto con pequeñas se suelen ligar, de forma que quedaría una única
una porción de la aorta (parche de Carrel) con la arteria vena de donante 44 .

~ Figura 17·24 Colección líquida intrahepática. Ecografías A, transversal y B, sagital que muestra líquido anecoi-
~ co rodeando un ligamento falciforme ecogénico (cabezas de flecha).
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I '" Figura 17-25 Infecciones hepáticas en tres pacientes: abscesos aislados. A-C, Abscesos con contenido de
~ aire (flechas) en segmento IV hepático. A, Ecografía transversal, B, TC y C, Radiografía simple que muestran ai.re
I dentro del absceso. En la ecografía se muestra como una interfase ecogénica asociada con una sombra sucia.
D-F, Abscesos multifocales. Ecografías D, transversal y E, sagital que muestran múltiples colecciones pequeñas paren-
quimatosas (flechas). F, Te correspondiente que muestra un sutil realce del borde (flecha). G-I: Colangitis ascendente. G,
Ecografía transversal que muestra una ecogenicidad periductal (flechas) del conducto biliar intrahepático derecho. H, Eco-
grafía oblicua que muestra engrosamiento del colédoco, con ecogenicidad aumentada de la grasa periductal (flechas) . 1,
RM en T1 con contraste que muestra realce periductal.
~ ------

592
'" Figura 17-26 Infarto atípico. A, Ecografía transversal que muestra un infarto atípico (flecha) en forma de masa
~ redondeada asociada con un halo hipoecoico adyacente. B, TC correspondiente que muestra el infarto (flecha)
como avascular y con realce del parénquima circundante. (De Crossin J, Muradali O, Wilson SR, Ultrasound of liver
l.!!!.nsplants: normal and abnormal. Radiographics 2003;23: 1093-1114.)
~ Figura 17-27 Carcinoma hepatocelular recurrente (CHC) en dos pacientes. Paciente 1: A, Ecografía transver-
~ sal que muestra dos masas de aspecto maligno (flechas) secundarias a un CHC. B, La TC correspondiente en fase
arterial muestra realce periférico de las masas (flechas) . C, Ecografía sagital que muestra un tercer CHC en el
segmento medial del lóbulo izquierdo (flecha) y una adenopatía linfática grande (L) . D, Ecografía transversal en la línea me-
dia que muestra múltiples adenopatías metastásicas hipertrofiadas. Paciente 2: E, Ecografía sagital que muestra una masa
sólida (flecha) con regiones ecogénicas e hipoecoicas. F, La correspondiente TC en fase arterial muestra masas hipervas-
culares (flechas) compatibles con un carcinoma hepatocelular recurrente. (A-O, De Crossin J, Muradali D, Wilson SR, Ultra-
sound of liver transplants: normal and abnormal. Radiographics 2003;23: 1093-1114.)
~ Figura 17-28 Cirugía del trasplante renal. A, Trasplante simple de cadáver. La arteria renal principal (flecha roja) 1
=c: ~ y la vena renal principal (flecha púrpura) se anastomosan con la arteria y vena ilíaca externa, respectivamente; el
'o

~
'ü uréter (flecha negra) se anastomosa a la pared de la vejiga urinaria. B, Trasplante cadavérico doble: La aorta (A) y
oQ) vel (e) se anastomosan con la arteria y vena ilíaca externa, respectivamente, y los uréteres (flechas negras) se anastomo-
(/) san con la pared superolateral de la vejiga.

El uréter se suele anastomosar a la pared superolateral un riñón de cadáver único de un adulto. En la extracción
de la vejiga urinaria a través de una neocistostomÍa. Se se extirpan ambos riñones en bloque, con conservación
utilizan diversas técnicas para crear una neocistostomÍa, de los uréteres, arterias y venas renales principales, así
pero el procedimiento básico consiste en tunelizar el uré- como de los segmentos de la aorta y VC! suprarrenal e in-
ter a través de la pared de la vejiga para evitar el reflujo al frarrenal. La aorta del donante y la VC! se cosen justo por
riñón trasplantado. En pacientes con cirugía repetida del encima del origen de arteria y vena renales y se realiza
sistema colector y aquellos con cirugías complejas, el uré- una anastomosis terminolateral de los extremos caudales
ter del receptor se puede utilizar como un conducto hacia que se anastomosan con arteria y vena ilíaca externa del
la vejiga 43 (Fig. 17-28). receptor. Los uréteres del donante se implantan dentro de
Dada la crónica escasez de donantes de órganos, los ri- la vejiga urinaria a través de ureteroneocistostomÍa indi-
ñones pares de cadáveres jóvenes «5 años de edad) vidual o común 45 . Esta cirugía es más frecuente en la po-
pueden trasplantarse en bloque o intentando proporcio- blación pediátrica que en adultos (Fig. 17-28).
nar una masa renal funcional, análoga a la masa renal de
Ecografía del trasplante renal normal

Evaluación en escala de grises


La ecografía del trasplante renal es normalmente fácil de
realizar por la ubicación superficial del riñón, ya sea en el
cuadrante inferior derecho o izquierdo. Como el aloinjer-
to queda en su sitio por su pedículo, se han observado di-
versas orientaciones. Casi siempre el riñón se alinea con
su eje largo paralelo a la incisión quirúrgica y el hilio con
una orientación caudal y posterior. En ocasiones, en pa-
ciente obesos el eje largo puede quedar en un plano ante-
roposterior 46 •
Las mediciones longitudinal y transversal (anchura x
profundidad) del trasplante deb en obtenerse a partir d e
una imagen del riñón que atraviese el hilio en los planos
sagital y transversal, respectivamente. Aunque no exis-
594
ten datos normativos para la comparación, estas medi-
~ Figura 17-29 Ecografía en escala de grises ciones sirven como una útil referencia basal para evaluar
~ normal de un trasplante renal. los cambios en el tiempo del volumen del aloinjerto. El
riñón normal puede hipertrofiarse hasta un 15% dentro
de las primeras dos semanas que siguen a la interven- tivo, mostrándose como estructuras de perfil en cuña que
ción y finalmente puede aumentar su volumen hasta un son hipoecoicas respecto al parénquima adyacente4 2•
4 0%, alcanzando su volumen final alrededor de los 6 El ecografista debe tener siempre presente que el riñón
meses 47 -49 • trasplantado puede mostrar una patología intrínseca del
El riñón trasplantado parece morfológicamente similar riñón del donante. En nuestra práctica clínica hemos ob-
al riñón nativo y algunas de las diferencias sutiles se atri- servado patologías del donante en el riñón trasplantado:
buyen a una mejor resolución por la proximidad del aloin- quistes benignos, angiomiolipomas y riñón con médula en
jerto respecto a la superficie cutánea (Fig. 17-29). La cor- esponja (Figs. 17-30 Y 17 -31).
teza renal normal está bien definida, es hipoecoica y se
diferencia con facilidad de la grasa del seno renal central Evaluación con Doppler
ecogénica y muy refl ectante. Además de esta diferencia- El Doppler color permite una evaluación de la perfusión
ción mejorada corticomedular, las pirámides renales del intraparenquimatosa y es útil para localizar arteria y vena
aloinjerto se visualizan más fá cilmente que en el riñón na- renal principales. El parénquima renal debe cribarse ini-

~ Figura 17-30 Quistes renales benignos en cuatro pacientes. Ecografías sagitales de riñones trasplantados. A,
~ Quiste simple del polo superior que es avascular en la ecografía Doppler color. B, Quiste en el polo superior con
una banda fina simple. e, Quiste de leche cálcica con calcificación en zona declive. D, Quiste renal marsupializado
(flechas) que se manifiesta como una masa ecogénica.
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t/J

V Figura 17-31 Patología del donante en cuatro pacientes. Ecografía sagital de riñones trasplantados. A, Nefrocal-
~ cinosis con calcificaciones en la médula renal. B, Angiomiolipoma diminuto (flecha) , L, Linfocele. e, Morfología de
Anderson-Carr con bordes ecogénicos alrededor de las pirámides medulares. D, Cicatriz en polo medio (flecha).

cialmente con Doppler color en busca de zonas focales de cífico de disfunción del trasplante y no es útil para determi-
hipo perfusión y localizar las arterias interlobares para su nar la causa de la disfunción (Fig. 17-33).
estudio espectral 42 • Las venas intraparenquimatosas y extraparenquimato-
Los trazados espectrales de las arterias interlobares se sas muestran un flujo monofásico o fásico con el ciclo car-
deben obtener desde el polo superior, polo medio y polo diaco. No existen unos valores pico normales para estos
inferior con parámetros de filtro bajo, máxima ganancia y la vasos. Es de gran importancia constatar la existencia o
menor escala que muestre la velocidad pico sistólica. La ausencia de flujo dentro del trasplante y vena renal prin-
forma de onda normal es de baja impedancia con un brusco cipal, con un gradiente de velocidad adecuado a través de
salto y flujo diastólico continuo; un IR de 0,6-0,8 es normal. la anastomosis venosa para el manejo de estos pacientes.
Suponiendo que el flujo en la arteria ilíaca común del re-
ceptor sea normal, la velocidad de la arteria renal principal Trasplante renal anormal
trasplantada debe ser menor de 200 cmls (Fig. 17-32). Un Los trasplantes renales se evalúan de forma rutinaria con
IR intraparenquimatoso de 0,8-0,9 se considera ambiguo, y ecografía como parte de un protocolo de cribado o como
si es mayor de 0,9 se clasifica como anormal, sugiriendo un parte del diagnóstico diferencial de la disfunción renal en
aumento de la resistencia intraparenquimatosa. En conjun- caso de elevación de los niveles de creatinina o reducción
to, un Índice de resistencia elevado es un marcador inespe- del gasto urinario. Las complicaciones postoperatorias se
han referido en casi el 20% de los receptores de trasplan- puede existir una ausencia total de flujo en diástole o una
te renal 44. Cuando se detectan en un injerto con sospecha inversión del flujo diastólic0 42 (Fig. 17-35). A pesar de la
clínica de disfunción, el ecografista deberá orientar las ausencia de especificidad de la escala de grises y del
posibles etiologías en términos de: 1) patología parenqui- Doppler en estas situaciones agudas, las mediciones se-
matosa, 2) causas prerrenales, y 3) complicaciones pos- riadas con Doppler espectral, junto a las evaluaciones
t renales. La patología del trasplante parenquimatoso se clínicas y los hallazgos bioquímicos, le proporcionan al
debe a necrosis tubular aguda, rechazo agudo y crónico e médico una guía útil en lo que se refiere a la monitoriza-
infección. Los problemas prerrenales incluyen todos los ción de la función del aloinjerto y a la necesidad de una
factores que afecten al fl ujo sanguíneo al riñón o el drena- biopsia percutánea.
je venoso del injerto. Las complicaciones postrenales pue-
den ser lesiones intrínsecas o extrínsecas que pueden Rechazo crónico
obstruir un componente del sistema calicial o el propio El rechazo crónico se define como la reducción de la fun-
uréter trasplantado. ción del aloinjerto que comienza al menos a los 3 meses
del trasplante y se asocia con un engrosamiento fibroso
Patología parenquimatosa de la íntima, fibrosis intersticial y atrofia tubular. Es la
principal causa de la pérdida tardía del injerto. El factor
Necrosis tubular aguda y rechazo agudo de riesgo más habitual del desarrollo de un rechazo cróni-
La necrosis tubular aguda (NTA) se debe a una isquemia co es el antecedente de episodios previos recurrentes de
del órgano del donante que puede ser previa a la anasto- rechazo agud0 42 •43 • En la ecografía existe un progresivo
mosis vascular o secundaria a hipotensión perioperatoria. adelgazamiento de la corteza renal, prominencia de la
Es más frecuente en el periodo postoperatorio precoz y es grasa del seno renal central y una reducción del tamaño
la principal causa de fu nción diferida del injerto (definida global del trasplante. Las calcificaciones distróficas se
como la necesidad de diálisis dentro de la primera sema- pueden apreciar de forma dispersa por todo el parénqui-
na del trasplante ) 43.51. En pacientes que precisan diálisis, ma restante. En el trasplante renal terminal puede calcifi-
la recuperación se produce habitualmente en las primeras carse toda la corteza renal y se muestra como una inter-
2 semanas del trasplante, pero puede retrasarse hasta 3
meses. La NTA ocurre en la mayor parte de los injertos de
cadáver y se observa rara vez en donantes vivos por el
tiempo relativamente breve de isquemia fría del riñón del
donante 42 •
Pocas veces se obtienen imágenes de los trasplantes afec-
tados por un rechazo hiperagudo, ya que el fallo se produ-
ce de modo inmediato en la anastomosis vascular durante
la cirugía 43 . El rechazo agudo se observa hasta en el 40%
de los pacientes en el periodo postrasplante precoz, con
una incidencia pico a las 1-3 semanas de la cirugía y es un
indicador de pronóstico adverso a largo plazo. La mayoría
de los pacientes con rechazo agudo están asintomáticos,
pero una pequeña proporción presentan síntomas pseudo-
catarrales, con malestar, fiebre y dolor a la palpación del
injerto. Suponiendo que se pueda llegar con rapidez al diag-
nóstico, el rechazo agudo debe controlarse rápidamente
con altas dosis de corticoides o antibioticoterapia 42.52 •
Los signos de imagen de la NTA y rechazo agudo son
casi idénticos en la escala de grises y en el Doppler. Ambas
patologías pueden cursar con aumentos en la longitud y
sección de corte del aloinjerto. Sin embargo, las compara-
ciones volumétricas precisas entre estudios de dimensio-
nes pueden resultar difíciles y no se han aceptado los su-
tiles cambios de las mediciones como un signo clínico de
peso que apoye una potencial disfunción. Otros hallazgos
en la escala de grises son el grosor cortical, una ecogenici-
dad cortical aumentada o disminuida, la reducción de la ..., Figura 17-32 Doppler de un trasplante renal
diferenciación corticomedular, la pérdida de ecos del seno ~ normal. Doppler color que muestra flujo a través
renal y la prominencia de las pirámides (Fig. 17-34). de los riñones (arriba). Trazados espectrales infra-
La evaluación con el Doppler color puede ser normal o rrenales de los polos superior, medio e inferior, que mues-
tran índices de resistencia menores de 0,8 y flujo continuo 597
en ocasiones mostrar una reducción difusa del flujo san-
guíneo. El índice de resistencia de las arterias intraparen- a lo largo de toda la diástole. La arteria renal principal
muestra un flujo continuo con velocidades pico menor de
quimatosas también es inespecífico en esta patología y
200 cm/s (abajo).
puede ser normal o estar elevado. En los casos graves,
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en

..., Figura 17-33 índices de resistencia elevados en dos pacientes. A-C, Rechazo agudo. A, Ecografía sagital que
~ muestra una ecogenicidad cortical aumentada. B, Doppler espectral realizado inicialmente que muestra que no
hay flujo en diástole y por tanto el índice de resistencia (IR) es de 1,0. C, Seguimiento con Doppler espectral una
598 semana después, que muestra inversión del flujo en diástole, que coincide con el deterioro clínico del paciente. D-F, Obs-
trucción del sistema colector. D, Ecografía sagital que muestra un grado 3 de pelvicaliectasias, secundario a una este-
nosis del uréter (no mostrada). E, Doppler espectral que muestra un IR de 1,0. F, Doppler espectral realizado después de la
resolución de la pelvicaliectasia mostrando un IR normal de 0,72 .
r--
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'S
~
Q.
C'CI
U

~ Figura 17-34 Necrosis tubular aguda. Ecografías A, sagital y B, transversal que muestran un grosor cortical y
~ ecogenicidad aumentados, así como la pérdida de la diferenciación corticomedular normal. J

fase nítidamente ecogénica aso ciada a una sombra distal Complicaciones vasculares prerrenales.
limpia (Fig. 17-36).
Trombosis arterial
Infección La trombosis de la arteria renal se produce en menos del
La pielonefritis del trasplante se origina en una infección 1 % de los trasplantados, normalmente dentro del primer
ascendente, diseminación hematógena o diseminación por mes y suele cursar sin síntomas. La causa más frecuente es
contigüidad a partir de una colección líquida infectada. Los un rechazo hiperagudo o agudo, que se debe a la oclusión
hallazgos ecográficos son una corteza renal ecogénica, difu- de las arteriolas intraparenquimatosas con trombosis re-
sa o focalmente granular asociada a la pérdida de la unión
corticomedular, una ecogenicidad aumentada y engrosa-
miento de la grasa perirrenal secundaria a la extensión de
la inflamación o infección de los tejidos adyacentes y engro-
samiento uroepitelial (Fig. 17-37).
La pionefrosis puede aparecer ocasionalmente en un
riñón trasplantado obstruido. En las fases iniciales la luz

~RI085
del sistema colector dilatado parece anecoica. Una vez
que la luz se rellena de material purulento, aparecen ecos
de bajo nivel dentro del sistema calicial y uréter, alguna
vez asociados con niveles de detritus-líquido. El material
ecogénico dentro del sistema colector también puede ser
la consecuencia de la sangre intraluminal u otros defectos
de llenado o puede ser un artefacto como consecuencia de ~R110
e .
artefactos por dispersión o de lóbulo lateral (Fig. 17-37).
Los abscesos pueden surgir a partir de la infección de
una colección previamente estéril. En la ecografía, los abs-
cesos se muestran como una estructura quística compleja
que puede asociarse con niveles líquido-líquido o gas in-
traluminal (Fig.17-38).
Se puede observar aire dentro del sistema colector en la
pielonefritis enfisematosa que se aprecia como un foco ~ Figura 17-35 Formas de onda espectrales in-
brillante ecogénico con sombra sucia distal. Los quistes ~ trarrenales en cuatro pacientes. A, Forma de
de leche cálcica pueden producir una sombra sucia, si- onda normal con índice resistivo de 0,7. B, IR en la
mulando un absceso intrarrenal. La ecografía de paciente zona gris (0,85). e, IR elevado (1,0) sin flujo en diástole. D,
en posición de decúbito permite la diferenciación: el aire IR elevado (> 1,0) con inversión del flujo en diástole. Se ob-
asciende a posiciones no declives de la luz, mientras que serva en casos de resistencias vasculares muy aumenta-
das en el riñón por rechazo o trombosis de la vena renal.
la lecha cálcica no (Fig. 17-39).
=c:
-o
'0
u
Q)
(fJ

..., Figura 17-36 Fracaso renal crónico en seis pacientes. A y B, Adelgazamiento cortical. A , Ecografía sagital
~ que muestra un adelgazamiento cortical moderado con abundante grasa en seno renal. B, Con la progresión , el
riñón (flechas) se hace más pequeño y la corteza más delgada. C-F, Calcificaciones distróficas. Ecografías que
muestran C, Alguna clasificación periférica punteada (flechas) , D, Múltiples calcificaciones periféricas y centrales corticales
(flechas) y E, Calcificaciones lineales que se extienden desde la periferia a la corteza profunda (flechas). F, El riñón en fase
terminal está calcificado y se muestra con una interfase ecogénica (flecha) con una sombra sucia (cabezas de flecha). El
riñón no se suele identificar en la ecografía en esta fase.
trógrada de la arteria renal principal. Otros factores que tro tanto del hilio como de los vasos intraparenquimatosos.
predisponen son un riñón de donante pediátrico joven, em- Aunque se intenta con frecuencia la trombectomía con
bolismo aterosclerótico, estenosis adquirida de la arteria reparación arterial, suele estar indicada la nefrectomía en
renal, hipotensión, acodamiento vascular, ciclosporina, es- estos pacientes 44 •
tados de hipercoagulabilidad, trauma vascular intraopera- El infarto segmentario del aloinjerto se produce en los
torio y anastomosis de la íntima mal ejecutada53 . trasplantes con una arteria renal principal única con
El infarto global del aloinjerto sucede cuando existe una trombosis de la rama arterial principal (Fig. 17-40), en
trombosis oclusiva de la arteria renal principal sin perfu- trasplantes con múltiples arterias renales donde se trom-
sión del parénquima renal. En la ecografía en escala de gri- bosa una única arteria, y en pacientes con vasculitis sisté-
ses el riñón se muestra difusamente hipo ecoico e hipertró- mica. En la ecografía en escala de grises, un infarto seg-
fico. En el Doppler color y espectral existe una ausencia mentario se aprecia como una región hipoecoica mal
completa de flujo arterial y venoso distal a la oclusión, den- definida, una masa hipoecoica o una masa hipoecoica con

\.1 Figura 17-37 Infecciones relacionadas con el trasplante renal. A, Engrosamiento uroepitelial. Ecografía sa-
~ gital que muestra un engrosamiento leve uroepitelial (cabeza de flecha) B, Ecografía sagital que muestra un engro-
samiento moderado uroepitelial (flechas) rodeando unos sistemas colectores ligeramente dilatados con ecos inte-
riores, secundarios a una pionefrosis precoz. e, Ecografía trasversal que muestra un engrosamiento uroepitelial
moderado-severo (flecha), que puede interpretarse como una masa en la pelvis renal. O-F, Pielonefritis focal. O, Ecografía
sagital que muestra una región ecogénica focal, sutil, en la corteza del polo superior (cabezas de flecha). E, Flemón intra-
parenquimatoso que se muestra como una masa hipoecoica dentro de la corteza renal (flechas) . F, En el Doppler color el
flemón que se aprecia en la imagen de E es vascular. G y H, Pielonefritis difusa. G, Ecografía transversal que muestra un
riñón hipertrófico con una corteza renal granular ecogénica, rodeado de grasa perinéfrica inflamada ecogénica (F). H, Te
correspondiente que muestra grasa inflamada como realce perinéfrico. 1, Pielonefritis enfisematosa. La ecografía sagital
muestra aire (flechas) dentro del sistema colector, que se aprecia como focos lineales ecogénicos y brillantes con sombra
distal sucia.
=e
'o
'(3
(,)
CI)
en

W Figura 17-38 Infecciones relacionadas con el trasplante, A, Absceso perirrenal por Candida, Ecografía trans-
~ vaginal que muestra un absceso anexial derecho (A) con ecos interiores difusos en una paciente que acude por
dolor en fosa ilíaca derecha. B, Ecografía transabdominal sagital correspondiente que muestra un absceso (A) que
desplaza el polo inferior del trasplante. C y O, Ureteritis, Ecografía sagital del uréter proximal (C) y línea media (O) que
602 muestra grasa per-ureteral ecogénica inflamada (flechas) secundarias a un stent ureteral infectado (cabezas de flecha). E y
F, Cistitis. E, Ecografía transversal que muestra ecos interiores y niveles líquido-detritus (flecha) en la vejiga urinaria, secun-
darios a cistitis. La pared vesical está engrosada (cabezas de flecha) y se identifica tanto con la ecografía como en F con la
correspondiente Te.
\J Figura 17-39 Simulando una pielonefritis enfisematosa. A, Pielonefritis enfisematosa. Ecografía transversal
~ que muestra una colección de aire en el sistema colector (flecha). B, Quiste con leche cálcica ecográfica en su-
pino que muestra las capas de calcificación (cabezas de flecha) en el quiste que produce sombras sucias. e, La
ecografía del paciente en posición de decúbito cambia la orientación de las capas de calcio a la porción más declive del
quiste, permitiendo la diferenciación de la colección aire-líquido.

\J Figura 17-40 Trombosis en la arteria renal. A, Ecografía sagital que muestra una ecografía con una escala de
~ grises normal en el primer día del postoperatorio. B, Sin embargo, el Doppler potencia muestra la ausencia de
flujo en el polo inferior debido a trombosis de una arteria segmentaria. e, A los tres meses existe una cicatrización
secundaria de todo el polo inferior (flecha).
=c: 'tJ Figura 17-41 Estenosis de la arteria renal: sector del donante. A, Ecografía en Doppler color de la anastomosis
~ de la arteria renal del donante que muestra una zona focal de aliasing (flecha). e, Doppler pulsado que muestra un
'o
'(3
(.) área de estrechamiento en esta zona (flecha). e, Doppler espectral que muestra una velocidad, con corrección de
Q)
en ángulo, en el lugar de la flecha, mayor de 400 cm/s.

una pared ecogénica bien definida. En la ecografía De entrada se recurre al Doppler para detectar la ubica-
Doppler, la zona infartada es una zona con un perfil en cu- ción precisa de la anastomosis y también para documen-
ña carente de flujo en el Doppler color o espectral 54 . La tar las regiones focales de aliasing, que podrían indicar la
interpretación de los hallazgos de la ecografía en escala existencia de un flujo turbulento de alta velocidad y servir
de grises y Doppler no debe alterarse por la persistencia como guía para una expl oración espectral más meticulo-
de diuresis del aloinjerto o los datos de laboratorio, ya sa. Entonces se obtendrá un trazado espectral de la
que puede existir un infarto segmentario en presencia de anastomosis y de cualquier zona donde se detecte aliasing
una función renal preservada. de color para determinar la velocidad pico sistólica en di-
La ausencia de flujo sanguíneo en la exploración con cha región. Una PSV mayor de 200 cmls en presencia de
Doppler del parénquima renal se puede observar en si- un flujo turbulento distante será sospechosa de estenosis
tuaciones distintas de la trombosis arterial, como un re- de la arteria renal. Sin embargo, las velocidades altas en la
chazo hiperagudo o una tromhosis renal. Sin embargo, arteria renal pueden ser secundarias a una arteria ilíaca
en estas patologías la arteria renal principal está permea- externa. Por ello, se calculará la relación de PSV de arteria
ble en el Doppler espectral y puede mostrar inversión del renal/arteria ilíaca externa para determinar si la medi-
flujo diastólico 42 • ción de la velocidad de la arteria renal es la consecuencia
del estrechamiento o de tasas de alto flujo de la arteria
Estenosis de la arteria renal ilíaca externa. Además, se puede observar dentro del pa-
La estenosis de la arteria renal es la complicación vascu- rénquima renal un perfil tardus-parvus en la forma de on-
lar más frecuente del trasplante y se presenta en casi el da espectral cuando se explora la arteria intraparenqui-
10% de los pacientes dentro del primer año y se debe matosa en pacientes con estenosis de la arteria renaI 44•s4 •
sospechar en casos de hipertensión refractaria al trata- Si no se detecta ninguna alteración del flujo dentro de la
miento médico. La estenosis se puede producir en una arteria renal principal después de la exploración con
de las tres zonas de la arteria trasplantada: 1) la porción Doppler color y espectral, se podrá excluir una estenosis
del donante (Fig. 17-41), casi siempre se observa en importante s7 •
anastomosis terminolateral y se piensa que surge tanto En resumen, los criterios del Doppler para una esteno-
del rechazo como de una técnica quirúrgica difícil; 2) la sis de la arteria renal son el aliasing de color en el seg-
porción del receptor (Fig. 17 -42), que es rara y normal- mento estenótico, PSV mayores de 200 cmls, flujo distal
mente consecuencia de una lesión por el clampaje in- turbulento y un gradiente de velocidad entre la arteria
traoperatorio y una íntima aterosclerótica, y 3) a nivel renal y la arteria ilíaca externa mayor de 2:1.
604 de la anastomosis (Fig. 17-43), que es más frecuente en La estenosis arterial intraparenquimatosa se observa
las anastomosis terminoterminal y se relaciona directa- en el rechazo crónico como consecuencia de la cicatriz de los
mente con la técnica quirúrgica o secundaria a recha- tejidos que rodean los vasos afectados. En la ecografía
Z0 53.55.S6. Doppler espectral se observará un tiempo de aceleración
.....
,...
o
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=:
c.
ca
o

~ Figura 17-42 Estenosis de la arteria renal: sector del receptor. A, Doppler color que muestra una zona focal de
~ aliasing (flecha) proximal a la anastomosis de la arteria renal. B, Doppler espectral de la región de aliasing que se
aprecia en la imagen de A y que muestra una velocidad pico corregida para el ángulo de 400 cm/s. e, Angiografía
que muestra una zona focal de estenosis (flecha) que procede de la arteria ilíaca externa. D, Angiografía realizada después
de una angioplastia que muestra la desaparición de la zona estenosada (flecha).

605
=c::
'o

()
Q)
(J)

.." Figura 17-43 Estenosis de la arteria renal; anastomosis. A, Ecografía Doppler color que muestra una zona focal
~ de estrechamiento y aliasing en la anastomosis (flechas). B, Doppler espectral en la anastomosis que muestra u~a
velocidad elevada corregida para ángulo de 775,4 cm/s. e, Angiografía de arteria renal que confirma la estenosIs
de la anastomosis (flecha). D, Angiografía realizada después de la angioplastia que muestra la desaparición de la estenosis en
la anastomosis.

prolongado en las arterias segmentarias e interlobares, con Puede ocurrir un diagnóstico de Doppler falso positi-
una forma de onda de la arteria renal principal normal 43 • vo de la estenosis de la arteria renal cuando existe un giro
Las opciones terapéuticas de la estenosis de la arteria brusco en la arteria renal principal, si la arteria es muy tor-
renal son una angioplastia percutánea transluminal, colo- tuosa o cuando se cometen errores en la técnica del Doppler
cación de un stent intravascular y la cirugía. El manejo (Fig.17-44). La compresión inadvertida de la arteria renal
606 quirúrgico de estos trasplantes consiste en la resección y principal por el explorador mientras realiza una explora-
revisión de la estenosis con inserción de un injerto como ción espectral también es causa de una transitoria estre-
parche en el segmento estenótic0 44 • chez de la arteria y unas lecturas de PSV elevadas.
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~ Figura 17-44 Simuladores de estenosis de arteria renal. A, Acodadura brusca en la arteria renal. En la eco-
~ grafía en Doppler color se identifica aliasing en esta región (flecha) con velocidades pico sist.ó~icas de 429 cm/s en
el Doppler espectral. B-D. Corrección de ángulo mal alineado. B, Doppler espectral Inicial que muestra una I
velocidad de 298 cm/s elevada en la anastomosis de arteria renal. Esta lectura elevada de velocidad es un artefacto debido
a que la corrección del ángulo espectral no está alineada con la dirección de la arteria renal. C, En el Doppler espectral del
seguimiento se muestra una velocidad de arteria renal normal de 189 cm/s con una adecuada corrección del ángulo en la
dirección de la arteria. D, Angiografía renal que confirma una arteria renal normal (flechas) sin evidencia de estenosis.

Trombosis venosa En la ecografía en escala de grises, el aloinjerto se muestra


La trombosis oclusiva de la vena renal es ligeramente más hipertrófico, y en raros casos puede detectarse un trombo
frecuente que las trombosis arteriales, y se describe hasta intraluminal en una vena renal principal dilatada o dentro
en un 4% de los trasplantes y se asocia con dolor agudo, del sistema venoso intraparenquimatoso. Más determinan-
edema del aloinjerto y un cese brusco de la función renal te es la ecografía espectral y el Doppler color que muestran
entre los días 3.° y 8.° del postoperatorio. Los factores de la ausencia de flujo venoso en el parénquima renal, ausencia
riesgo son el antecedente de dificultades técnicas durante la de flujo en la vena renal principal e inversión del flujo dias-
intervención, hipovolemia, propagación de la trombosis fe- tólico en la arteria renal principal y también, en ocasiones,
moral o ilíaca y la compresión por colecciones líquidas s3.s8. en las arterias intraparenquimatosass9,6o (Fig. 17-45). El
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e
E
o
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.., Figura 17-45 Trombosis de la vena renal. A, Ecografía sagital que muestra un aumento de la ecogenicidad cor-
~ tical con una ecotextura burda. B-O, Doppler espectral de las arterias corticales (B), ramas de arterias de seno
renal (e) y arteria renal principal (O) que muestran inversión del flujo en diástole. No hay reflujo venoso detectado
en el trasplante.

ecografista debe ser consciente de que la inversión del flu- el rechazo agudo, la NTA, hematomas peritrasplante (que
jo en diástole en la arteria renal principal o en las ramas comprimen el injerto renal o vasos hiliares) y la glomeru-
arteriales parenquimatosas es muy sugestivo de trombosis loesc\erosis 61.
de la vena renal sólo en ausencia de flujo venoso en el parén-
quima renal y la vena renal principal. Estenosis de la vena renal
El flujo diastólico renal invertido, con flujo venoso La estenosis de la vena renal casi siempre se produce por
preservado, es un hallazgo no significativo que indica unas una fibrosis perivascular o compresión externa por colec-
resistencias vasculares extremadamente altas en los va- ciones líquidas adyacentes. La corteza renal parece nor-
sos intrarrenales pequeños o vasos del hilio principal. El malo hipoecoica, y en el Doppler color se identifica alia-
pronóstico de estos pacientes suele ser malo, con tasas de sing en la zona estenótica por un flujo turbulento focal de
pérdida del aloinjerto del 33%-55%. Las causas potencia- alta velocidad. En el Doppler espectral se observa un au-
les de inversión del flujo diastólico en estos pacientes con mento de la velocidad que triplica o cuadruplica la veloci-
dad a través de la zona de estenosis como reflejo de una
estenosis hemodinámicamente significativa S7 (Fig. 17-46).

Obstrucción del sistema colector postrenal


La obstrucción del sistema colector es inhabitual en los
trasplantados renales y se observa en menos del 5% de
los pacientes 43•s7 • Al estar el aloinjerto denervado el siste-
ma colector se dilata sin síntomas clínicos de dolor o mo·
lestias. Se llega al diagnóstico como hallazgo casual en
una ecografía rutinaria de cribado o como parte del diag-
nóstico diferencial en un paciente trasplantado y asinto-
mático con deterioro de los parámetros de función renal.
La causa más frecuente de obstrucción ureteral es por
estenosis isquémicas que habitualmente afecta al uréter
terminal en la unión ureterovesical. El uréter trasplanta· o
:;
do es especialmente susceptible frente a eventos isquémi- :t::
Q.
cos debido a su limitado aporte sanguíneo desde la arteria ca
O
W Figura 17-46 Estenosis de vena renal. Doppler renal. La unión ureterovesical suele ser la región con ma·
~ color de la anastomosis de la vena renal que yor afectación por ser también la más distante anatómica-
muestra una zona focal de aliasing (flecha blanca). mente del hilio renal, donde se origina la rama ureteral 44 •
La exploración espectral en la región de aliasing muestra Otras causas de obstrucción ureteral son las estenosis por
velocidades de 200 cm/s. La exploración espectral proxi- lesión iatrogénica, lesiones intraluminales (cálculos, coá-
mal al a/iasing muestra velocidades de 40 cm/s (flecha gulos sanguíneos, desprendimiento de papilas), fibrosis
amarilla) que se deben a una estenosis hemodinámica-
periinjerto y acodamiento ureteral (Figs. 17·47 Y 17 -48).
mente significativa en la vena renal.
La compresión extrínseca del uréter por una colección pe-

~ Figura 17-47 Estenosis ureteral. A, Ecografía sagital y B, Nefrostografía percutánea, que muestra un grado 3 de
~ pielocaliectasia secundario a estenosis de la unión ureteropélvica (flecha): e, Ecografía sagital que muestra un
grado 4 de pielocaliectasia. El uréter distal no se observó en la ecografía. D. Nefrostografía que muestra una este-
nosis de la unión ureterovesical (flecha). E, Ecografía sagital que muestra un grado 3 de pielocaliectasia secundaria a F,
Estenosis en la unión ureterovesical (flechas); cabezas de flecha, cálculos pequeños no obstructivos; B, vejiga; U, uréter.
m
1:
E
o
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=c:
'o
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()
CI)
en

'J Figura 17-48 Cálculos ureterales obstructivos múlti-


~ pies. A, Ecografía sagital del riñón que muestra una pie-
localiectasia grado 3. B, Ecografía sagital del uréter dis-
tal (U) que muestra múltiples cálculos obstructivos (flechas): C,
Te coronal que muestra múltiples cálculos ureterales obstructi-
vos (flechas); K, riñón; B, vejiga urinaria.

ritrasplante puede conducir también a una obstrucción Las pielocaliectasias leves pueden ser secundarias a
del sistema colector. causas no obstructivas como una sobrehidratación, un to-
La evaluación del sistema colector mediante una ima- no ureteral reducido (por denervación del trasplante), un
gen fundamental en escala de grises puede ser difícil a reflujo ureterovesical o pueden suceder en el periodo
consecuencia del artefacto del lóbulo lateral y de la dis- postoperatorio por un edema perianastomótic043 •62 • Ade-
persión, que potencialmente puede enmascarar una ópti- más, múltiples quistes parapélvicos pueden simular un
ma evaluación del sistema calicial y uréter. La imagen ar- sistema colector dilatado (Fig. 17-50).
mónica, sin embargo, utiliza un haz de ultrasonidos más
estrecho con lóbulos laterales más pequeños y es menos Malformaciones arteriovenosas
susceptible de presentar el artefacto por dispersión. Estos y pseudoaneurismas
parámetros hacen que la imagen armónica sea la ideal pa- Las malformaciones arteriovenosas intraparenquimato-
610 ra la evaluación de estructuras anecoicas, como es el caso sas (MA) se deben a traumas vasculares de la arteria o de
del sistema colector renal en regiones con dilataciones la vena durante las biopsias percutáneas, suelen ser asin-
sutiles y la existencia de cálculos intraluminales peque- tomáticas y tienen una escasa relevancia clínica. Como la
ños (Fig. 17-49). mayoría de ellas son pequeñas y se resuelven espontánea-
mente, se desconoce la incidencia real de las MA postras- de color fuera de los bordes de la vasculatura renal. El
plante, aunque se han referido tasas del 1 %-18%. En ca- Doppler espectral es típico por esto en todas las MA, con
sos raros pueden existir MA grandes con sangrado, fallo baja resistencia y flujo de alta velocidad y por la dificultad IJ)
cardiaco por alto gasto cardiaco o perfusión renal reduci- para diferenciar entre la arteria y la vena dentro de la mal- O
c:
da por un alto shunt arteriovenoso. En estos pacientes el formación. Si se detecta una vena de drenaje dominante, ca
en
tratamiento consiste en la embolización arterial 42• la forma de onda puede ser pulsátil o estar arterializa- '-
da 53.62·64 (Fig. 17-51).
'o
La ecografía en escala de grises puede no detectar las (1)
MA pequeñas. La ecografía con Doppler color muestra re- En la ecografía Doppler color, las regiones focales de cal- 't:J
giones focales de aliasing con una miriada de colores in- cificaciones distróficas corticales o los pequeños cálculos !c:
tensos, que se suelen asociar a una arteria nutricia o vena pueden simular una MA produciendo una señal intensa de ca
de drenaje prominente. El flujo turbulento dentro de MA color conocida como artefacto del centelleo 65 • Este arte- i5..
IJ)
produce vibración de los tejidos perivasculares, lo que facto puede diferenciarse de una MA verdadera en el tra- ca
hace que a estos tejido el Doppler les asigne una señal zado espectral por las calcificaciones y los cálculos que F
,...
,....
o
'5
~
Q.
IV
O

-.; Figura 17-49 Imagen de armónicos en dos pacientes. A, Imagen sagital fundamental que muestra cálculos
~ escasamente apreciables (flechas) y un sistema colector dilatado. S, Imagen armónica que muestra una resolución
mejorada de los cálculos (flechas) que ahora se aprecian con la asombra acústica distal, dentro de un sistema
colector anecoico. e, Imagen fundamental que muestra un quiste cortical (cabezas de flecha) con ecos interiores y una
mínima transmisión directa. D, Imagen armónica que muestra un quiste (cabeza de flecha) anecoico y simple, ahora aso-
ciado a una proporción adecuada de transmisión directa.
=s::
'o
'13
()
Q)
en

\J Figura 17 -50 Quistes parapélvicos versus pielocaliectasias en dos pacientes. Paciente 1: Quistes parapélvi-
~ coso Ecografías A; transversal y B, sagital que muestran múltiples quistes parapélvicos que simulan pielocaliecta-
sias. Paciente 2: Pielocaliectasia grado 3 que simula un quiste parapélvico. e, Ecografía sagital que muestra
múltiples estructuras anecoicas en la parte central del riñón, inicialmente interpretadas como quistes parapélvicos múlti-
ples. D, RM con contraste que muestra el relleno con el contraste de cálices muy dilatados (*). Se aprecia un quiste (flecha)
parapélvico simple.

producen las típicas bandas lineales en la exploración es- den simular un quiste complej o o simple, En la ecografía
pectral. En nuestra experiencia clínica hemos observado Doppler, el flujo se puede obtener con facilidad en la luz
además una banda lineal de color posterior a estas regio- de un pseudoaneurisma permeable, habitualmente con
nes de calcio que se extiende a los límites de la caja de patrón de remolino, mientras que con el Doppler espec-
color. No hemos observado este fenómeno en las MA y lo tral, se obtiene una forma de onda central de ida y vuelta
encontramos una herramienta útil para diferenciar las o un trazado desorganizado en el trazado arterial 43 , Suge-
malformaciones vasculares de las calcificaciones focales rimos que cualquier quiste que se identifique en el
(Fig.17-52). parénquima renal o en la región del hilio, se evalúe
Los pseudoaneurismas se deben a un trauma vascular con Doppler color para excluir la posibilidad de un
del sistema arterial durante la biopsia percutánea o, con pseudoaneurisma.
612 mayor frecuencia, en el lugar de la anastomosis vascular,
Los pseudoaneurismas pueden ser intrarrenales o extra- Colecciones líquidas
rrenales por su localización (Figs. 17-53 y 17-54). En la Las colecciones perinéfricas se demuestran en el 50% de
ecografía en escala de grises los pseudo aneurismas pue- los receptores de trasplantes 66•67 , Las colecciones más ha-
o
'3
=:
c.
ca
(,)

.,.; Figura 17-51 Malformaciones arteriovenosas (MA). A, Ecografía en escala de grises: MA no detectable. B,
~ Imagen correspondiente con Doppler color que muestra una gran MA. e, Ecografía sagital que muestra el polo
inferior de la MA. D, Doppler espectral de la MA de la imagen de e, que muestra una forma de onda de baja resis-
tencia y alta velocidad . E, Ecografía sagital que muestra una MA con sus vasos nutricios (flecha) . F, Ecografía sagital que
muestra el polo inferior de la MA con la vibración del tejido c ircundante.
,
cu
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E
o
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cu

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,-
E
C)
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w
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u
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(JJ

W Figura 17-52 Patología simuladora de una malformación arteriovenosa. A-C, Ecografías sagitales que mues-
~ tran el artefacto de centelleo p~oducido por A, calcificación cortical distrófica en el polo inferior (flecha) , B, Cál-
culo en polo superior y C, Cálculo en polo inferior. D-F, Diferenciación de las MA. En O, Doppler color y E,
Doppler potencia con artefacto de color (flechas) que se puede apreciar por detrás del borde renal. El tamaño del artefacto
de centelleo varía de tamaño según el de la caja de color. F, En el Doppler espectral, el artefacto de centelleo muestra ban-
das lineales igual que en estos tres trazados espectrales.

bituales son los hematomas, urinomas, linfoceles y absce- meras dos semanas de la intervención 42 • Suelen ser secun-
sos. El aspecto ecográfico de estas colecciones peritras- darios a fugas anastomóticas o isquemia ureteral. Raras ve-
plante suelen ser inespecíficas y se requieren signos ces los urinomas se deben a obstrucciones de alto grado del
clínicos para poder determinar su etiología. Sin embargo, sistema colector (Fig. 17-57). En la ecografía, los urinomas
la existencia de aire dentro de una colección perirrenal, están bien delimitados y son anecoicos y en algunos casos
sin antecedente de intervención percutánea, es muy su- pueden aumentar rápidamente de tamaño s4 . Las fugas uri-
gestivo de absceso. El tamaño y ubicación de cada colec- narias importantes pueden cursar con una extravasación
ción deberá documentare mediante estudios basales, ya amplia o una ascitis urinaria intraperitoneal macroscópica.
que un aumento de su tamaño indica la necesidad de una Los linfoceles se deben a la interrupción quirúrgica de
intervención quirúrgica. los linfáticos ilíacos y se han referido en los pacientes con
Los hematomas postoperatorios son de tamaño varia- una incidencia del 20%. Casi siempre se produce a las 4-8
ble pero suelen ser pequeños, perirrenales de localiza- semanas de la cirugía, pero puede aparecer incluso años
ción, insignificantes clínicamente y se resuelven espontá- después del trasplante. Aunque la mayoría se descubren de
neamenté 2• El aspecto ecográfico depende de la antigüedad forma casual y son asintomáticos, los linfoceles son la co-
de la colección. En la fase aguda, los hematomas son una lección líquida que con mayor frecuencia causa una obs-
masa sólida heterogénea ecogénica. Con el tiempo se li- trucción ureteral. Los linfoceles pueden infectarse o pue-
cúan y transforman en una estructura quística compleja den obstruir el drenaje venoso, ocasionando un edema en
con ecos interiores, bandas o tabicaciones. Los hemato- la extremidad inferior, escroto o labios 43. Las colecciones
614 mas postbiopsia tienen una morfología similar a sus con- sintomáticas se drenan (quirúrgica mente o por vía percu-
trapartidas postoperatorias (Figs. 17-55 y 17 -56). tánea) o se marsupializan. En la ecografía, los linfoceles son
Las fugas urinarias, o urinomas, se han referido hasta en colecciones bien delimitadas que son anecoicas o pueden
el 6% de los trasplantes renales y ocurren dentro de las pri- contener bandas interiores finas (Figs. 17-58 Y 17-59).
,...
1"'-

o
'3
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Q.
('ti
(,)

~ Figura 17-53 Pseudoaneurisma intrarrenal en dos pacientes. Paciente 1: A, Ecografía sagital que muestra una
~ estructura anecoica en el polo inferior que simula un quiste simple. B, En el Doppler color se identifica un flujo en
remolino en esta estructura, lo que indica que representa un pseudoaneurisma. e, Doppler espectral que muestra
un flujo en remolino desorganizado dentro del pseudoaneurisma que se identifica dentro de la imagen B. Paciente 2: O,
Ecografía sagital que muestra una estructura anecoica en el polo superior. E, En la ecografía Doppler color el flujo en remo- 615
lino se identifica en la estructura anecoica de la imagen O (flecha). Está adyacente a una gran MA central. F, Doppler es-
pectral que muestra un flujo desorganizado en el pseudoaneurisma (flecha amarilla) y flujo de baja resistencia y alta veloci-
dad en la MA central (flecha blanca).
ca
.5
E
o
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.o

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ca
,~
ca
~
C)
o
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w
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'o

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Q)
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..., Figura 17-54 Pseudoaneurisma extrarrenal de la arteria renal. A, Ecografía transversal que muestra una es-
~ tructura anecoica adyacente al hilio ren.al. B, Doppler color que muestra que esta estructura contiene un flujo en
rem~llno y representa un pseudoaneunsma. e, El Doppler espectral muestra un flujo desorganizado dentro del
pseudoaneunsma. D, Te que muestra un pseudoaneurisma que surge del lugar de la anastomosis de la arteria renal.

Técnica quirúrgica
, TRASPLANTE DE PÁNCREAS Desde el año 1966, año en que se hizo el primer trasplante
de páncreas, se han descrito varias técnicas quirúrgicas.
Las dos técnicas quirúrgicas de trasplante pancreático
El trasplante de páncreas se realiza en pacientes seleccio- más habituales consisten en el trasplante de toda la glán-
nados que presentan complicaciones importantes relacio- dula, con una anastomosis arterial a la arteria ilíaca co-
nadas con la diabetes tipo 1. El trasplante de páncreas re- mún del receptor. Sin embargo, las técnicas difieren sobre
presenta la única forma de autorregular el tratamiento todo en su drenaje exocrin0 3.68 .
sustitutivo endocrino, y más del 80% de los receptores La cirugía más tradicional, el drenaje exocrino vesical,
dejan de precisar insulina exógena dentro del año de la consiste en una anastomosis del duodeno del donante a la
intervención. Desde 1988 se han realizado en los Estados vejiga urinaria y la vena porta del donante a la vena ilíaca
616 externa del receptor (drenaje sistémico venoso-endocri-
Unidos más de 150.000 trasplantes de riñón-páncreas y
6.000 páncreas con supervivencias al año que superan el no )68 (Fig. 17-60). La pérdida crónica de las secreciones
90%3.4. pancreáticas a la vejiga puede suponer un problema de
\.1 Figura 17-55 Hematomas en el trasplante renal en dos pacientes. A, Hematoma subcapsular secundario
~ a una biopsia. Ecografía sagital que muestra un hematoma agudo que se muestra como una estructura sólida
heterogénea. S, Una semana después se desarrollan zonas quísticas dentro del hematoma. e, Al mes el hema-
toma se licúa y es más grande por el efecto hiperosmolar. D-F, Hematoma perirrenal postoperatorio. O, Ecografía
sagital que muestra un hematoma el día después de la cirugía y que se muestra como una masa sólida heterogénea y
ecogénica. E, Cuatro sem anas después el hematoma comienza a licuarse con componentes sólidos intercalados. F, A
las seis semanas el hematoma está licuado casi por completo; las flechas marcan la unión del hematoma con la corte-
za renal.

deshidratación, acidosis metabólica, irritación vesical 10- porciona un trasplante más fisiológico que las técnicas
cal y pancreatitis del aloinjert0 3• más tradicionales y no se asocia con la deshidratación o
Una técnica más reciente, el drenaje exocrino entéri- acidosis metabólica. Además, proporciona un control de
co, se está implantando con rapidez y consiste en la las glucemias más adecuado, con niveles de glucemia en
anastomosis del du odeno del donante a un asa en Y de ayunas más bajos, y puede asociarse con una menor inci-
Roux de yeyuno. El drenaj e endocrino puede ser sistémi- dencia de rechazo al trasplante que con los aloinjertos con
co (anastomosis de la vena porta del donante a la vena drenaje sistémico venoso-vesicap·69. En la Tabla 17-1 se
ilíaca común derecha o ve! distal) o a la vena porta muestran las principales diferencias entre los dos tipos de
(anastomosis de la vena porta del donante a la vena me- trasplantes pancreáticos (drenaje exocrino vesical y dre-
sentérica superior) (Fig. 17-61). Este tipo de cirugía pro- naje exocrino entérico).

Técnicas quirúrgicas del trasplante pancreático


Drenaje sistémico venoso-vesical Drenaje portal venoso-entérico

Localización Cuadrante superior derecho Cuadrante superior derecho


Orientación pancreática Cabeza caudal Cola caudal
Irrigación arterial Injerto del donante con perfil en Y anastomosado Arteria esplénica del donante a la arteria ilíaca
a la arteria ilíaca común del receptor común del receptor
Drenaje venoso Vena porta del donante anastomosada a la vena Vena porta del donante anastomosada con la vena
ilíaca externa mesentérica superior
Drenaje endocrino Sistémico venoso Vena porta
Drenaje exocrino En bloque, el muñón duodenal del donante con la Segmento duodenal anastomosado al asa en Y de
vejiga del receptor Roux del yeyuno
=
1:
-o

(,)
Q)
en

\J Figura 17-56 Hematomas atfpicos en dos pacientes. Paciente 1: A, Ecografía transversal que muestra un he-
~ matoma intraparenquimatoso que se muestra como un quiste anecoico con unas paredes ligeramente irregulares
(flecha): B, Ocho meses después el quiste ha desaparecido. Paciente 2: e, Ecografía sagital que muestra una
masa de aspecto sólido hipoecoica (flechas) en contacto con el polo superior del riñón trasplantado (K). D, Te de segui-
618 miento que muestra que se trata de un hematoma (flecha).
Ecografía de trasplantes de páncreas normal del trasplante. En nuestra experiencia, aunque el páncreas
Para realizar una eval uación ecográfica de un páncreas trasplantado normal puede quedar enmascarado, tanto la
trasplantado, el ecografista debe tener presente la técnica inflamación del trasplante como las colecciones líquidas pe-
quirúrgica utilizada, la posición del aloinjerto en el abdo- ritrasplante facilitan la visualización del páncreas.
men en la interven ción y los puntos de anastomosis vas- El páncreas normal conserva una morfología normal en
cular. Esto implica una detallada revisión del parte quirúr- escala de grises con unos límites bien delimitados, una
gico intraoperatorio o un comentario con el propio ecotextura homogénea, iso ecoica o mínimamente ecogé-
cirujano antes de explorar al paciente. nica respecto al hígado y un conducto pancreático no dila-
El trasplante con drenaje sistémico venoso-vesical se tado (Fig. 17-62). La grasa peripancreática muestra una
suele localizar en el cuadrante inferior derecho y puede mos- ecogenicidad normal. En ocasiones se observa una míni-
trar un eje diagonal u horizontal. El drenaje portal venoso- ma cantidad de líquido peripancreático que suele desapa-
entérico se realiza normalmente en el cuadrante superior recer sin complicaciones. Con el Doppler color se pueden
derecho o región paramedial derecha con un eje vertical. En localizar vasos mesentéricos, especialmente cuando el
ambos casos el aloinjerto puede resultar difícil de visualizar injerto se visualiza mal por el gas interpuesto. La ecogra- ,....
debido al gas intestinal interpuesto. Sin embargo, una meti- fía con Doppler espectral de un injerto normal muestra un
....
o
culosa ecografía con compresión intermitente del gas intra- flujo venoso monofásico continuo y una forma de onda "3
~
luminal interpuesto suele permitir una visualización exitosa arterial de baja resistencia. c.
ClI
U

ttJ Figura 17-57 Urinoma secundario a una obstrucción de la unión ureterovesical de alto grado. A, Ecografía
~ sagital que muestra una dilatación del cáliz del polo superior (flecha). B, Dilatación que finalmente se rompe a
través de la corteza adyacente (flecha). e, Obstrucción que forma un defecto cortical (flecha) y posteriormente un
urinoma perinéfrico (U).
=e
'0
'C:;
oQ)
en

'-' Figura 17-58 Linfoceles estériles en cuatro pacientes. A, Ecografía sagital que muestra un gran linfocele en
~ contacto con el trasplante. B, Ecografía sagital que muestra pequeño linfocele (L) adyacente a la arteria y vena
ilíaca externa. e, Linfocele (L) anecoico que ocasiona una obstrucción del uréter medio (flecha) y dilatación del
sistema calicial (e). D, Ecografía transversal que muestra un linfocele perinéfrico tabicado.

620
.........
o
'3
~
Q.
«1
o

"-' Figura 17-59 Linfoceles infectados en cinco pacientes. Ecografías sagitales que muestran linfoceles infectados 621
~ con A, Bandas interiores delgadas. B, Múltiples bandas interiores. e, Bandas interiores que drenan a la piel a tra-
vés de una fístula cutánea (flecha) . D, Tabiques gruesos yecos interiores, y E, Ecos interiores y calcificaciones de
pared puntiformes (flechas); L, linfoceles; K, riñón; A, ascitis.
=c:
'o
'0 A
(,)
al
en
V Figura 17-60 Trasplante de páncreas: sistémico venoso-drenaje vesical (cirugía tradicional). A, La vena por-
~ ta del donante (púrpura) se anastomosa con la vena ilíaca externa y el injerto en Y de la arteria del donante (flecha
coral) a la arteria ilíaca externa. El muñón duodenal (O) se anastomosa a la vej iga (8). B, La ecografía sagital mues-
tra un muñón duodenal anastomosado a la vejiga (8). P, páncreas.

622 V Figura 17-61 Trasplantes de páncreas: hilio venoso-drenaje entérico (técnica nueva). A, Vena porta del hilio
~ (púrpura) anastomosada a la vena mesentérica superior (azul) y arteria del donante (flecha) se anastomosa a la
arteria ilíaca común. El muñón duodenal (O) se anastomosa a la Y de Roux ('r? B, Ecografía transversal que mues-
tra un trasplante de páncreas (P) con muñón duodenal (O) relleno de líquido.
Trasplante de páncreas anormal En la ecografía en escala de grises no se detectan mal-
formaciones arteriales. Con la ecografía Doppler color,
Trombosis vascular sin embargo, aparece un mosaico de colores intensos, que
La trombosis del injerto, incluye tanto la trombosis arte- muestran una maraña de vasos dentro de las malforma-
rial como la venosa y se ha referido con una incidencia del ciones y vibración en tejidos adyacentes. El Doppler es-
2%-19% y es la segunda causa de pérdida en el trasplan- pectral revela un flujo de alta velocidad y baja resistencia
te, después del rechazo. Los trasplantes de páncreas son dentro de la lesión, que es típico de un shunt arterioveno-
más vulnerables a la trombosis del injerto que los tras- so (Fig. 17-65). En la ecografía en escala de grises, los
plantes renales, debido a que la tasa de flujo sanguíneo en pseudoaneurismas suelen mostrarse como estructuras
el páncreas trasplantado es más baja que en la de los riño- esféricas anecoicas, aunque se pueden detectar trombos
nes trasplantados 7o. 71 • intraluminales de base mural. En la ecografía con Doppler
Aunque los signos y síntomas clínicos de la trombosis del espectral se suele apreciar el típico patrón de vaivén.
injerto son inespecíficos, la detección de una trombosis
vascular es imprescindible tanto para salvar el trasplante Rechazo
como para evitar secuelas potencialmente letales, como la El rechazo es la causa más frecuente de pérdida del injerto
sepsis y el colapso cardiovascular. La trombosis venosa, pancreático después del trasplante. Su detección precoz
sigue siendo difícil porque los parámetros clínicos utiliza-
que se produce con una incidencia estimada del 5% es mo-
dos para evaluar la disfunción pancreática tienen una baja
tivo de una especial preocupación por el mayor riesgo de
sensibilidad y especificidad para la detección del rechazo.
hemorragia, pancreatitis, necrosis tisular, infección, propa-
En concreto, no existe ningún marcador bioquímico que
gación de la trombosis y embolismo pulmonar71 .
permita distinguir un rechazo agudo de una trombosis
La trombosis del injerto se puede clasificar como precoz
vascular o una pancreatitis.
o tardía en función del momento en que se diagnostique En la ecografía en escala de grises, el aloinjerto puede
después de la intervención. La trombosis precoz del injerto parecer hipoecoico o puede contener múltiples regiones
sucede dentro del primer mes del trasplante y es secunda- anecoicas y la ecotextura parenquimatosa puede estar
ria a tina lesión microvascular durante la conservación del parcheada y heterogénea 73.74 (Fig. 17-66). La utilidad del
injerto o a un error técnico durante la intervención. La índice de resistencia arterial (IR) como indicador de re-
trombosis del injerto tardía se produce pasado el mes del chazo es algo controvertida. Se ha demostrado que a par-
trasplante y normalmente es la consecuencia de una arte- tir de los IR de las arterias que irrigan al páncreas tras-
ritis aloinmune en la que se produce una oclusión gradual plantado no se puede diferenciar aloinjertos con rechazo
de vasos de pequeño calibre que finalmente culmina con leve-moderado de los trasplantes normales sin rechazo 73 •
una oclusión proximal completa de los vasos 70 • Otros facto- La razón puede ser que el páncreas trasplantado no tiene
res técnicos predisponentes a la trombosis del injerto son una cápsula de revestimiento importante y por ello el ede-
las coagulopatías, tiempos largos de conservación, vasos ma del rechazo del trasplante puede no acompañarse del
del donante de mala calidad, colocación del injerto en el la- aumento de las presiones parenquimatosas o resistencias
do izquierdo con la necesidad de unas anastomosis más vasculares elevadas 76 . Se han observado IR mucho más al-
profundas y el uso de un injerto venoso de extensión71 •
Con la ecografía, se apreciará el trombo oclusivo o no
oclusivo dentro de la luz de las arterias o venas trasplanta-
das (Fig. 17-63). También hemos observado múltiples ca-
sos de trombos en la línea de sutura de las arterias o venas
con extremos cegados (Fig. 17-64). En el Doppler espectral
no se detecta flujo arterial en los trasplantes con un trombo
oclusivo arterial. En los injertos con trombo oclusivo veno-
so, se detecta la ausencia de flujo venoso en el trazado es-
pectral con flujo arterial de alta resistencia mostrando o
bien la ausencia de flujo en diástole (IR = 1) o la inversión
del flujo diastólico 71 . Las arterias con ligadura quirúrgica
que contienen trombo pueden mostrar un patrón cíclico de
flujo adyacente al trombo, que nosotros consideramos se-
cundario a las corrientes en remolino locales, con una for-
ma de onda arterial más proximal normal.

Fístula arteriovenosa y pseudoaneurismas


Las fístulas arteriovenosas y los pseudoaneurismas son
complicaciones raras del trasplante pancreático que pue- ~ Figura 17-62 Trasplante de páncreas normal.
den ser secundarias a la ligadura ciega de vasos mesentéri- ~ Escala de grises de un trasplante de páncreas que 623
muestra una ecogenicidad y ecotextura normales
cos junto al borde inferior del páncreas durante la extrac-
del aloinjerto con conductos de páncreas no dilatados (ca-
ción. En algunos pacientes pueden producirse aneurismas bezas de flecha).
micóticos en el contexto de infecciones del injerto 72 •
=s::
'o
'u
(.)
Q)
(/)

W Figura 17-63 Trombosis del injerto en distintos pacientes. A, Ecografía transversal; B, Ecografía sagital, yC,
~ Doppler color que muestran un trombo no oclusivo (flechas). D, Ecografía en escala de grises (flecha) y E, Te co-
rrespondiente (flechas) que muestran un trombo venoso no oclusivo. F, Ecografía sagital que muestra un trombo
arterial oclusivo (flechas) . G, Ecografía sagital. H, Ecografía trasversal, e 1, Doppler color que muestra un trombo venoso
(cabeza de flecha) y arterial (flecha) no oclusivo en el mismo paciente.

624
tas de 0,8 en los aloinj ertos pancreáticos con rechazo de-
mostrado por biopsias. Aunque estas IR elevadas son sen-
sibles no son específicas para la detección de un rechazo
pancreático grave 75 •

Pancreatitis
Casi todos los pacientes desarrollan síntomas de pancrea-
titis inmediatamente después de la intervención, posible-
mente por la lesión e isquemia de la preservación 76 • Otras
causas de pancreatitis son una oclusión parcial o total del
conducto pancreático, mala perfusión del aloinjerto y en
el caso de los pacientes con el drenaje sistémico venoso-
vesical, pancreatitis debida a refluj 0 73.
El aspecto ecográfico de la pancreatitis en el aloinjerto es
parecido al de la pancreatitis en la glándula nativa (Fig. o
17 -6 7). Los hallazgos de la ecografía en escala de grises con- :;
~
Q.
sisten en un páncreas edematoso de tamaño normal, de con- ca
()
torno mal delimitado y ecogenicidad aumentada de la grasa
peripancreática por la inflamación adyacente, líquido peri-
pancreático y engrosamiento de las paredes intestinales ad-
yacentes. En casos de pancreatitis debida a obstrucción duc-
tal, se puede observar un conducto pancreático dilatad0 73 ,76.
En casos no agudos de pancreatitis, se pueden identificar
pseudoquistes adyacentes o distales al trasplante, que se
suelen mostrar como estructuras quísticas complejas,
'-' Figura 17-64 Trombo adyacente a la línea de
~ sutura. Trombo ecogénico (cabeza de flecha) en la
Colecciones líquidas
línea de sutura (flechas pequeñas) de la arteria li-
Las colecciones líquidas relacionadas con el trasplante gada con extremo ciego. El trazado espectral adyacente al
peripancreático pueden asociarse a una mayor probabili- trombo muestra forma de onda de vaivén (abajo), mientras
dad de pérdida de la func ión del aloinjerto y un aumento que el trazado espectral (arriba) más distal es normal.
global de la morbimortalidad del receptor. El diagnóstico
precoz y la caracterización de estas colecciones son fun-
damentales, ya que el tratamiento de las fases agudas se
ha asociado con una mejor función del injerto y una me-
nor morbilidad del receptor 77 , miento inmunosupresor y también por su diabetes melli -
En el periodo postoperatorio inmediato, el líquido peri- tus subyacente, En ocasiones se detectan abscesos que se
trasplante puede ser secundario a una fuga de líquido suelen asociar a hematomas, infecciones de vías urinarias
pancreático de los conductillos pancreáticos y linfáticos, y pancreatitis. Aunque el gas dentro de una colección lí-
un exudado inflamatorio, sangre u orina (Fig, 17-68). Es- quida indica la existencia de organismos productores de
tas colecciones requieren un estrecho seguimiento y dre- gas, las burbujas de aire dentro de una colección también
naje, dependiendo del estado clínico del paciente, pueden ser secundarias a una fístula o tejido de necrosis
Las fugas duodenales en el drenaje sistémico veno- en los casos de trombosis vascular. En el periodo postras-
so-vesical se producen por dehiscencia de las anastomo- plante, el desarrollo de una nueva colección o los cambios
sis duodenales y se acompañan de la formación de urino- en la morfología ecográfica de la colección pueden ser
mas, con frecuencia en la parte medial del trasplante. Los consecuencia de varias etiologías: una infección, disfun-
urinomas también pueden ocasionar una infección o ne- ción del conducto pancreático, del stent o del drenaje ex-
crosis del injerto 77 , terno, hemorragia o una infección tisular asociada 77 ,
Las fugas duodenales en los trasplantes pancreáticos
con el drenaje venoso porta-entérico se producen en el Complicaciones misceláneas
extremo ciego del duodeno del donante o a partir de la Otras complicaciones de los trasplantes pancreáticos son
anastomosis en el asa en Y de Roux, En la ecografía se ob- la invaginación del asa en Y de Roux, obstrucción del in-
jetiva una ascitis importante, engrosamiento de la pared testino delgado por adherencias o pancreatitis del injerto
duodenal y aire libre intraperitoneal en los pacientes con adyacente y la paniculitis,
dehiscencia de las suturas duodenales. Estas fugas pue-
den ocasionar una sepsis grave que puede ser potencial-
mente letal. Además, la existencia de enzimas digestivas ~ TRASTORNO LlNFOPROLlFERATIVO
en contacto con el injerto puede conducir a una necrosis I ~ .~ , POSTRASPLANTE 625
76
tisular importante ,
Los pacientes con trasplante pancreático también son Los trastornos linfoproliferativos postrasplante represen-
susceptibles de infección a consecuencia de su trata- tan un variado espectro de patologías que se pueden pro-
=c:
'o
'(3
u
Q)
en

..., Figura 17 -65 Malformación arteriovenosa (MA) en un trasplante de páncreas, A, Ecografía en escala de grises
~ que no muestra alteraciones. B, Doppler color que muestra un intenso mosaico de color dentro del páncreas se-
cundario a una MA parenquimatosa .

..., Figura 17-66 Rechazo de trasplante de páncreas. A, Ecografía transversal que muestra un páncreas hipoecoico
626 ~ (flechas) . El parénquima pancreático también está atrofiado. B, Ecografía oblicua que muestra una dilatación del
conducto pancreático (O) secundario a la atrofia de parénquima adyacente.
.....
.,....
o
'3
~
Q.
('CJ
O

..., Figura 17-67 Pancreatitis. Imágenes A, transversa y B, oblicua que muestran un aloinjerto abollonado y edema-
~ toso. e, Ecografía oblicua que muestra grasa peripancreática inflamada ecogénica (flecha). D, La grasa peripan-
creática tiene un aspecto «filamentoso» en la Te (flecha). P, páncreas trasplantado.
=e
'o
·u
u
Q)
en

fttJ Figura 17-68 Colecciones líquidas. A-C, Hematoma. Ecografías A, sagital y B, transversal, que muestran una
~ colección compleja con ecos interiores y filamentosos. C, TC correspondiente que muestra un hematoma en el
cuadrante superior izquierdo que se extiende al páncreas (P). D-I, Pseudoquistes pancreáticos en tres pacien-
tes. Paciente 1: D, Ecografía sagital que muestra un quiste epigástrico complejo con tabiques interiores. Paciente 2: E,
Ecografía sagital que muestra una colección compleja adyacente al páncreas (cabezas de flecha). F, TC correspondiente
que muestra una colección que se extiende por la cabeza pancreática (P) y que se asocia a líquido libre (flecha). Paciente
3: G, Ecografía sagital que muestra un gran pseudoquiste con ecos interiores que rodea la cola pancreática (P). H e 1, Eco-
628 grafía transversal y TC correspondiente que muestran una gran estructura quística anecoica que rodea el cuerpo del pán-
creas (P). La pared realzada en la TC. Cuando se aspiró la colección resultó ser estéril.
..., Figura 17-69 Trastornos linfoproliferativos postrasplante renal en dos pacientes. Paciente 1: A, Ecografía
~ sagital que muestra una masa infiltrante (flechas) en el hilio renal. B, Seis meses más tarde, la masa (cabezas de
flecha) ha infiltrado la corteza renal. e, Te correspondiente que muestra una masa que infiltra la corteza renal.
Paciente 2: Ecografías D, sagital y E, transversal que muestran una estructura hipoecoica-anecoica con ecos de bajo nivel
(flechas) en el hilio renal que podría interpretarse como un quiste complejo. F, La RM con contraste muestra que esta es-
tructura es una masa sólida (flechas).
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."", Figura 17-70 Trastornos linfoproliferativos postrasplante renal (TLPT): manifestaciones extrarrenales en
~ dos pacientes, Paciente 1: A, Ecografía sagital que muestra una masa hipoecoica en el hilio renal (flechas) . Eco-
grafías S, sagital y e, transversal del bazo que muestran una masa en el hilio (flechas) y también masas intraparen -
quimatosas (cabezas de flecha). Paciente 2: D, Ecografía sagital que muestra una masa hiliar (flechas) . E, Ecografía trans-
versal que muestra una masa (flechas) que engloba la arteria renal trasplantada. F, RM correspondiente que engloba los
vasos renales. G, Ecografía transversal que muestra un nódulo hepático de aspecto maligno (flecha). H, Ecografía sagital
que muestra una adenopatía maligna. 1, Te que muestra una adenopatía en la amígdala en el anillo de Walder (flechas)
secundaria a una TLPT.
o
"3
ct:::
Q.
('ti
()

.." Figura 17-71 TlPT renal: simulador. Ecografías


~ A, sagital y B, transversal que muestran una zona
mal definida e hipoecoical en el seno renal (fle-
e, La
chas) , que podrían representar una masa infiltrante.
RM correspondiente muestra que la zona hipoecoica re-
presenta grasa en el seno; K, riñón.

ducir en cualquier paciente con una inmunodeficiencia mediados por linfocitos T. Sin embargo, si el huésped está
primaria o secundaria subyacente. Puesto que los pacien- inmunocomprometido, con una deficiencia en las defen-
tes con trasplantes de órganos sólidos están crónicamen- sas de las células T, la proliferación de células B puede se-
te inmunodeprimidos, estarán expuestos al riesgo de de- guir produciendo trastornos linfoproliferativos policlona-
sarrollar un trastorno linfoproliferativo postrasplante les o monoclonales 78 •79 •
(TLPT). Al margen del tipo de trastornos linfoproliferati- El trastorno linfoproliferativo postrasplante da cuenta
va que afecte al paciente la patogenia es la misma en to- de casi el 20% de los tumores en el trasplante de órganos
dos los casos 78 • sólidos 80 . El riesgo de desarrollar un TLPT, así como el
La mayoría de los pacientes con un TLPT tienen una in- pronóstico del paciente, viene determinado por el grado
fección activa por el virus de Epstein, Barr, que induce de tratamiento inmunosupresor más que por el tipo de
una proliferación de los linfocitos B. En el huésped inmu- fármaco utilizado. El tratamiento inmunosupresor agresi-
nocomprometido esta proliferación de células B se regula vo necesario para evitar el rechazo del trasplante cora-
por múltiples mecanismos, muchos de los cuales están zón-pulmón ha supuesto una incidencia de TLPT de inclu-
=
c:::
'o
.C)
u
Q)
ti)

.., Figura 17-72 TLPT hepática en tres pacientes. Paciente 1: A, Ecografía oblicua que muestra una masa maligna
~ (flechas) que engloba y estrecha la vena porta principal. B, Te correspondiente que muestra una masa que infiltra
el hígado. Paciente 2: Doppler color e, transversal y D, sagital que muestra nódulos sólidos avasculares (flecha) .
E, Te correspondiente que muestra unas masas hipovasculares sólidas (flechas). Paciente 3: F, Ecografía transversal que
muestra el intestino con una pared adelgazada (flecha blanca) adyacente a zona de grasa ecogénica inflamada (flechas
negras). G, Te correspondiente que muestra asas de pared gruesa del intestino delgado (flechas).

632
so el 4,6% en estos pacientes. Sin embargo, en casos más En casos raros, se observan lesiones intraóseas, con unos
leves de inmunosupresión utilizados en pacientes con signos en la imagen de la tomografía computarizada (TC) y
trasplante hepático o trasplante renal la incidencia de en la resonancia magnética (RM) que son similares a la en-
TLPT es más baja y se ha referido del 2,2% y 1%, respec- fermedad metastásica, infección o linfoma óseo primario.
tivamente B1 • En su conjunto, el TLPT debe considerarse en el diagnósti-
Aunque el TLPT se puede observar incluso al mes del tras- co diferencial de cualquier paciente trasplantado que
plante, el tipo de inmunosupresión utilizado parece guardar acuda con adenopatías o una nueva lesión dentro de
cierta relación con el inicio de la enfermedad. Si la ciclos po- una víscera sólida o aparato locomotor 7B•B1,B3,B4.
rina es la medicación utilizada, el promedio de tiempo hasta En la ecografía las masas que se originan por un TLPT
el desarrollo de TLPT es de 15 meses, mientras que si es suelen ser hipoecoicas o muestra una ecogenicidad mixta,
azathioprina, la media es de unos 48 meses B1,B2 . con tamaños que oscilan entre 3-6 cm en el momento de
Los trastornos linfoproliferativos tienden a desarrollar- su diagnóstico B1 • Pueden apreciarse calcificaciones en la
se en el órgano aloinjertado, posiblemente debido a la es- masa secundaria a la necrosis tumoral o a su tratamiento.
timulación antigénica crónica del tejido del injerto, que Las masas que se desarrollan alrededor del punto de ,...
,...
puede atraer a los linfocitos proliferantes B a la región del anastomosis tienen el potencial de englobar vasos del o
trasplante. El TLPT además tiende a surgir del tejido linfá- hilio y ocasionar una compresión extrínseca de arteria y "5
~
tico en las regiones periféricas y alrededor de los puntos vena del órgano trasplantado. Las masas del hilio renal Q.
C\l
anastomóticos, y se manifiestan como masas que engullen también pueden obstruir el uréter, que ocasionan una <..>
y rodean los vasos del hil io tanto en los trasplantes de hí- obstrucción postrenal que requerirá la colocación de un
gado como de riñón 7B•B1 • catéter de drenaje B1 • Los ganglios linfáticos afectados tie-
Además de afectar al aloinjerto y tejidos adyacentes, el nen un aspecto anormal, mostrando una corteza engrosa-
TLPT se ha descrito en casi todos los órganos, siendo la en- da e hipo ecoica con ausencia o aplanamiento de la grasa
fermedad extraganglionar (81%) más frecuente que las del hilio (Figs. 17-69 - 17-72). El TLPT pancreático tiende
adenopatías (22 %). Las zonas más frecuentes de afectación a producir una hipertrofia glandular difusa con un aspec-
son el abdomen, tórax, ganglios linfáticos cervicales y tejido to que es indistinguible de la pancreatitis o el rechazo Bs •
linfático de la oro faringe. El hígado es el órgano intraabdo- El tratamiento inicial de los trastornos linfoproliferati-
minal más afectado y se observa en casi el 69% de los pa- vos es una reducción del tratamiento inmunosupresor.
cientes con TLPT. La afectación enteral afecta habitualmen- Suele ser suficiente en casos de TLPT policlonal y también
te al intestino delgado distal y colon proximal, y muestra en algunos casos de enfermedad monocIonal. Cuando fa-
clara tendencia a la ulceración y perforación espontánea. lla este tratamiento se iniciará la quimioterapia 7B•79 •
Capítulo 18

GLÁNDULA TIROIDEA
Luigi Solbiati, J. William Charboneau, Carl C. Reading,
E. Meredith James e Ian D. Hay

Gracias a la ubicación superficial de la glándula tiroidea, la los hombros para permitir una mejor exposición del cue-
ecografía de alta resolución y el Doppler color permiten llo, especialmente en pacientes obesos y de baja estatura.
mostrar la anatomía y objetivar situaciones patológicas La glándula tiroidea tiene que explorarse mediante unos
del tiroides con una gran claridad. Como consecuencia, la planos transversales y longitudinales. La imagen de los
ecografía juega un papel de una relevancia creciente en la polos inferiores se realiza pidiendo al paciente que deglu-
evaluación diagnóstica de la enfermedad tiroidea, aunque ta, lo que eleva momentáneamente la glándula tiroidea en
sea solamente uno de los métodos disponibles en la ac- el cuello. Tiene que explorarse toda la glándula, incluido
tualidad. Para poder utilizar la ecografía de una forma el istmo. La exploración tiene que extenderse además la-
efectiva y rentable, es importante comprender sus posibi- teralmente, para abarcar la región de la arteria carótida y
lidades y limitaciones actuales. vena yugular para poder identificar una cadena linfática
yugular hipertrófica y en sentido craneal para visualizar
adenopatías submandibulares y caudalmente para definir
ganglios linfáticos patológicos supraclaviculares.
Además de las imágenes registradas durante la explora-
ción, algunos médicos incluyen un registro permanente
Los transductores de alta frecuencia (7,5-15.0 MHz) dis- con la representación en diagrama del cuello mostrando
ponibles actualmente proporcionan al tiempo penetra- la ubicación(es) de los hallazgos anormales (Fig. 18-1).
ción en profundidad (hasta 5 cm) como una elevada defi- Este «mapa» cervical ayuda a comunicar la relación ana-
nición, con una resolución de 0,5-1,0 mm. Ningún otro tómica de la patología de forma más clara al médico res-
método de imagen permite alcanzar este grado de resolu- ponsable y al propio paciente. Además sirve como una
ción espacial. Los dispositivos lineales, ya sean rectangu- referencia útil para radiólogos y ecografistas para explo-
lares o trapezoidales, son preferibles a los sectoriales por raciones durante el seguimiento.
su campo de visión más amplio y la capacidad de combi-
nar imágenes en escala de grises de alta frecuencia y
Doppler color. La glándula tiroidea es uno de los órganos
más vascularizados del cuerpo. Como consecuencia, la ex-
ploración con Doppler proporcionará una valiosa infor-
mación diagnóstica en algunas enfermedades tiroideas. La glándula tiroidea se ubica en la parte anteroinferior del
Recientemente se han incorporado dos nuevas técnicas a cuello (compartimento infrahiodeo) en un espacio delimi-
los estudios diagnósticos de la glándula tiroidea que son la tado por músculo, tráquea, esófago, arterias carótidas y
ecografía con contraste y la ecoelastografía. La ecografía venas yugulares (Fig. 18-2). La glándula tiroidea se com-
con contraste utilizando medios de contraste de segunda pone de dos lóbulos ubicados a cada lado de la tráquea y
generación y un índice mecánico muy bajo proporcionan conectados a través del istmo, una estructura delgada so-
una información útil para el diagnóstico en determinados bre la pared anterior de la tráquea y a nivel de la unión de
casos de patología nodular yen procedimientos terapéuti- los tercios medio e inferior de la glándula tiroidea. Entre el
cos dirigidos mediante ecografía. La ecoelastografía se 10% y el 40% de los pacientes tienen un pequeño lóbulo
basa en el principio de que cuando los tejidos corporales se tiroideo (piramidal) que surge de la parte craneal del ist-
comprimen, las partes más blandas se deforman con mayor mo y se aloja delante del cartílago tiroideo l . Puede obser-
facilidad que las partes duras. La proporción de desplaza- varse habitualmente en los pacientes jóvenes, pero experi-
miento a distintos niveles se determina por las señales de menta una progresiva atrofia en la edad adulta y acaba
ultrasonidos reflejadas por los tejidos antes y después de siendo invisible. El tamaño y perfil de los lóbulos tiroideos
su compresión, y las deformaciones correspondientes se puede variar bastante en pacientes normales. En indivi-
calculan a partir de estos desplazamientos y se muestran duos altos, los lóbulos laterales tienen un perfil elongado
visualmente. Esta técnica ya ha demostrado su utilidad pa- longitudinalmente en las exploraciones sagitales, mientras
ra el diagnóstico en lesiones de mama, y ahora se aplica a que en personas de baja estatura la glándula es más ovala-
los nódulos tiroideos (ver comentario más adelante). da. En el recién nacido la glándula tiroidea tiene 18-20 mm de
La exploración se realiza en decúbito supino con el cue- longitud, con un diámetro anteroposterior (AP) de 8-9 mm.
llo extendido. Se coloca una almohadilla pequeña entre Al año de edad la longitud media es de 25 mm y el diáme-
tro AP es de 12-15 mm 2• En adultos la longitud media es de
unos 40-60 mm con una media de diámetro AP de 13-18
mm. El grosor medio del istmo es de 4-6 mm 3.
La ecografía es un método preciso para el cálculo del vo-
lumen tiroideo. En cerca de un tercio de los casos, las
mediciones ecográficas del volumen difieren del tamaño
físico estimado durante la exploración 4 . Las mediciones
del volumen tiroideo pueden ser útiles en las determina-
ciones del tamaño del bocio para establecer la necesidad
de cirugía, permitir el cálculo de la dosis de yodo 131 (131 I)
necesario para tratar una tirotoxicosis o evaluar la res-
puesta al tratamiento supresors. El volumen tiroideo pue- ....ca
de calcularse con parámetros lineales o de forma más pre- o
"3
cisa con fórmulas matemáticas. Entre los parámetros :!::
c..
lineales, el diámetro AP es el más preciso, ya que es relati- C1l
O
vamente independiente de las posibles asimetrías en las
."" Figura 18-1 «Mapa» cervical. Este diagrama
dimensiones entre ambos lóbulos. Cuando el diámetro AP ~ ayuda a comunicar las relaciones de la patología a
es de más de 2 cm, la glándula tiroidea se puede conside- los médicos y sirve como referencia para las ex-
rar «hipertrofiada». ploraciones durante el seguimiento. GSM, glándula sub-
El método matemático que se utiliza con mayor frecuen- mandibular.
cia para calcular el volumen tiroideo se basa en la fórmula
del elipsoide con un factor de corrección (longitud x an-
chura x grosor x 0,529 para cada lóbulo)6 (Fig. 18-3, A YB). hasta alcanzar el volumen de adultos de 10-11 ± 3 mP. El
Con este método, el error medio estimado es de aproxima- volumen tiroideo es generalmente mayor en pacientes
damente el 15%. El método más preciso es la integración que viven en regiones con déficit de yodo y en aquellos
de las superficies seccionales de la glándula tiroidea, que con hepatitis aguda o fracaso renal crónico. El volumen es
se obtienen con sucesivos cortes ecográficos espaciados 7• menor en pacientes con hepatitis crónica o que se hayan
Con este método el error estimado es del rango del 5%- tratado con tiroxina o yodo radiactivoS,?
10%8. La tecnología tridimensional (3D) actual permite El parénquima tiroideo normal tiene una ecogenici-
obtener de forma simultánea los tres planos originales de dad homogénea, de nivel medio-alto, que facilita la detec-
los lóbulos tiroideos y entonces calcular el volumen, ya sea ción de quistes focales o lesiones tiroideas hipoecoicas en
de forma automática o manua]9 (Fig. 18-3, Cy D). la mayoría de los casos (ver Fig. 18-2). La línea delgada e
En neonatos el volumen tiroideo oscila entre 0,40 y 1,40 hiperecoica alrededor de los lóbulos tiroideos es la cáp-
mI y aumenta 1,0-1,3 mI por cada 10 k de peso corporal, sula, y se identifica con frecuencia en la ecografía. Puede

."" Figura 18-2 Glándula tiroides normal. A, Ecografía transversal realizada con un transductor con sonda de 7,5
~ MHz. B, Esquema correspondiente, Tr, sombra de aire traqueal: e, arteria carótida común; J, vena yugular. (De
James EM, eharboneau JW: High frequency (10 MHz) thyroid ultrasonography, Semin Ultrasound, eT, MR
1985;6:294-309.)
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O) ..., Figura 18-3 Medición del volumen de la glándula tiroides, Imágenes A, transversal y B, longitudinal que mues-
"O
~ tran los calibres en los límites de la glándula tiroidea; Tr, sombra de aire de la tráquea. e, arteria carótida. El volu-
....
,~
CIl
men tiroideo calculado se basa en la fórmula elipsoide con un factor de corrección (long itud x anchura x grosor x
0,52 por cada lóbulo), en este caso, el volumen de 10 mi (o gramos), que está dentro de los límites normales para esta
"-
el mujer. e, Imágenes en tiempo real 3D de un lóbulo tiroideo normal, que se visualiza simultáneamente en los planos axial
o() (arriba izquierda), longitudinal (arriba derecha) y coronal (abajo izquierda). D, Reconstrucción volumétrica de la glándula.
w

c:: calcificarse en pacientes con uremia o con trastornos del lo tiroideo. En las exploraciones longitudinales, eLnervio
'o
'ou metabolismo del calcio. Con los equipos de Doppler dis- recurrente laríngeo y la arteria tiroidea inferior se alojan
Q)
UJ
ponibles actualmente, la rica vascularización de la glán- entre el lóbulo tiroideo y el esófago a la izquierda y entre
dula se aprecia con una distribución homogénea por todo el lóbulo tiroideo y el musculo largo del cuello a la dere-
el parénquima tiroideo (Fig. 18-4). La arteria y la vena cha. El esófago, básicamente una estructura de la línea
tiroideas se alojan en el polo superior de cada polo. La media, puede apreciarse lateralmente y suele estar en el
vena tiroidea inferior está en el polo inferior (Fig. 18-5) lado izquierdo. Se identifica con claridad por el aspecto
Y la arteria tiroidea inferior en la parte posterior del intestinal en diana en el plano transversal y por sus movi-
tercio inferior de cada lóbulo. El diámetro medio de las mientos peristálticos cuando el paciente deglute.
arterias es de 1-2 mm y las venas inferiores pueden alcan-
zar hasta 8 mm de diámetro. Habitualmente las velocida-
des pico alcanzan los 20-40 cmls en las arteria intrapa- / :,; MALFORMACIONES CONGÉNITAS
renquimatosas y son las velocidades detectadas más altas "r ~ . ':TIROIDEAS
~ ' , " , - - " <

en vasos sanguíneos que irrigan órganos superficiales.


Los músculos esternohioides y omohioides (múscu- Las patologías congénitas de la glándula tiroidea son la
los de la banda) se muestran como bandas hipoecoicas y aplasia de un lóbulo o de la totalidad de la glándula, di-
elongadas anteriores a la glándula tiroides (ver Fig. 18-2). versos grados de hipoplasia y la ectopia (Fig. 18-6). Pue-
El músculo esternocleidomastoideo se muestra como de utilizarse la ecografía como ayuda para establecer el
una banda oval lateral a la glándula tiroides. Una referen- diagnóstico de hipoplasia si se puede demostrar una glán-
cia anatómica importante es el músculo largo del cuello, dula de tamaño reducido. Se utiliza la ecografía de alta
ubicado por detrás de cada lóbulo tiroideo, en estrecho frecuencia en el estudio del hipotiroidismo congénito,
contacto con el espacio prevertebral. que es un trastorno relativamente frecuente que se obser-
El nervio recurrente laríngeo y la arteria tiroidea in- va en 1/3.000-4.000 neonatos. Es clínicamente importan-
ferior pasan por el ángulo entre la tráquea, esófago y lóbu- te establecer la causa del hipotiroidismo congénito (dis-
ENFERMEDAD TIROIDEA NODULAR:
EVALUACIÓN ECOGRÁFICA
• Establecer la localización de la masa en el
cuello (extratiroidea vs intratiroidea)
• Diferenciación entre benigno y maligno
• Detectar nódulos ocultos en pacientes con
antecedentes de irradiación sobre cabeza o
cuello o síndrome de MEN 11
~ Figura 18 Vascularidad normal tiroidea con • Determinar la extensión de una neoplasia
~ Doppler potencia.
tiroidea conocida ,..
IX)

• Detectar carcinomas residuales, o


"S
recurrentes o metastásicos ~
a.
ctI
genesia, dishormonogénesis o hipotiroidismo hipofisarioj • Guiar mediante ecografía una aspiración O
hipotalámico) ya que el pronóstico y tratamiento difieren. con aguja fina de un nódulo tiroideo o
La iniciación precoz del tratamiento puede evitar retrasos adenopatías cervicales.
mentales y de la maduración ósea10,1l.
Las mediciones de los lóbulos tiroideos diferencian la
aplasia (glándula aus ente) del bocio hipotiroideo (hiper-
génesis (formas familiares hereditarias) y una mala utili-
trofia de la glándula) . Se puede recurrir a la gammagrafía
zación del yodo como consecuencia de medicación. Cuan-
con isótopos para detectar tejido tiroideo ectópico (en po-
do la hiperplasia conduce a un aumento generalizado en el
siciones linguales o suprahioideas).
tamaño y volumen de la glándula, se utiliza el término bo-
cio. El pico de edad de los pacientes con bocio se observa a
los 35-50 años y las mujeres se afectan con una frecuencia
tres veces superior a los hombres.
A nivel anatomopatológico, en el estadio inicial existe una
hiperplasia de los acinos tiroideos, seguida de una forma-
Muchas enfermedades del tiroides se pueden manifestar
ción de micro y macro nódulos, con frecuencia indistingui-
clínicamente por uno o más nódulos tiroideos. Dichos nó-
bles del parénquima tiroideo normal, incluso a nivel histo-
dulos se acompañan de problemas clínicos comunes y no
lógico. Los nódulos hiperplásicos suelen experimentar una
están exentos de controversia clínica. En estudios epide-
degeneración por licuefacción con acumulación de sangre,
miológicos se estima que el 4%-7% de los adultos en Es-
líquido seroso y sustancias coloidales (Fig. 18-7). A nivel
tados Unidos tienen unos nódulos tiroideos palpables,
anatomopatológico se describen con frecuencia como nó-
con mayor frecuen cia en mujeres que en hombres 12.13 . La
dulos hiperplásicos, adenomatosos o coloidales. Muchas
exposición a radiaciones ionizantes aumenta la incidencia
(cuando no todas) las lesiones tiroideas quísticas son nódu-
de nódulos benignos y malignos. Así, un 20%-30% de la
los hiperplásicos que experimentarán degeneración exten-
población expuesta a radiación presenta una patología ti-
sa por licuefacción y, anatomopatológicamente, los quistes
roidea palpable 14,15 .
epiteliales verdaderos de la glándula tiroidea son raros. En
Aunque la patología nodular tiroidea es relativamente
frecuente, el cáncer tiroideo es raro y da cuenta de menos
del 1% de las neoplasias malignas 16 . La inmensa mayoría
de los nódulos tiroideos son benignos. El reto clínico con-
siste en distinguir los pocos casos de nódulos malignos im-
portantes clínicamente de los benignos, e identificar de es-
te modo los que necesitarán extirpación quirúrgica. Dicho
reto se complica, ya que la enfermedad no dular de la glán-
dula tiroidea queda clínicamente oculta «10-15 mm), aun-
que puede detectarse fácilmente por ecografía de alta reso-
lución. Un aspecto importante es la forma de tratar estos
nódulos pequeños descubiertos de forma casual por el eco-
grafista y se trata más adelante en este capítulo.

Signos patológicos y correlación ecográfica

Hiperplasia y bocio
Aproximadamente el 80% de la patología tiroidea no dular ~ Figura 18-5 Vena tiroidea inferior normal. fma-
se debe a la hiperplasia de la glándula y se produce en ~ gen de Doppler potencia que muestra una vena
cerca del5% de la población 17 • Su etiología se relaciona con tiroidea inferior grande asociada a una forma de
onda venosa normal.
déficits de yodo (endémico), trastornos de la hormono-
..., Figura 18-6 Malformaciones tiroideas con-
~ génitas. A, Hipoplasia del lóbulo tiroideo de-
recho: C; arteria carótida, Tr, sombra aérea de
la tráquea, B, Glándula tiroidea ectópica (sublingual).
Imagen ecográfica transversal por debajo de la base
de la lengua que muestra una estructura parenquima-
tosa en forma de U, e, Glánd ula tiroidea de perfil re-
dondeado ectópico (lingual) que contiene una zona
irregular de baja atenuación probablemente debido a
una degeneración nodular; flecha curva, mandíbula;
TC de un paciente distinto con el mentón extendido,

el curso del proceso de degeneración quística puede produ- so o coloidal. El líquido ecogénico o los niveles líquido-
cirse una calcificación grosera y perinodulars,ls, La función liquido en movimiento se corresponden con una hemo-
no dular hiperplásica se puede reducir, mantener dentro de rragia 22 • Los focos ecogénicos brillantes con artefactos
la normalidad o aumentar (nódulos tóxicos). en hilo de cometa probablemente se deben a microcris-
r::: En la ecografía, la mayoría de los nódulos hiperplásicos o tales o agregados de sustancia coloidal, que también se
'0
'0 adenomatosos son isoecoicos, en comparación con el teji- desplazan lentamente, como copos de nieve, dentro de la
u
Q)
en do tiroideo normal (Fig. 18-8,A), pero pueden transformar- colección Iíquida 23 , Los septos delgados intraquísticos
se en hiperecoicos por las numerosas interfases que exis- pueden tener su origen en bandas atenuadas de tejido ti-
ten entre las células y sustancia coloidal s,19 (Fig. 18-8, By C), roideo y se muestran totalmente avas culares en la ecogra-
Con menor frecuencia se observa un patrón hipoecoico en fía Doppler. Este proceso degenerativo puede conducir a
forma de esponja o panel de abejas (Fig. 18-9). Cuando el la formación de calcificaciones, pueden ser delgadas, es-
nódulo es isoecoico o hiperecoico, se suele apreciar un halo cudos periféricos (<<en cáscara de huevo») o focos bur-
delgado periférico hipoecoico, casi siempre debido a vasos dos y muy reflectantes con sombras acústicas asociadas,
sanguíneos perinodulares y leve edema o compresión del y dispersas por todas la glándulas (Fig. 18-11).
parénquima normal adyacente. Los vasos sanguíneos peri- Las proyecciones sólidas intraquísticas, o papilares, que
nodulares se suelen detectar mediante el eco-Doppler y con normalmente contienen señales Doppler color, pueden
la tecnología actual de Doppler de alta sensibilidad también resultar similares a los raros carcinomas tiroideos papila-
se puede detectar la vascularidad intranodulars,20,21. Los nó- res quísticos 21 ,22 , En algunos casos, la ecografía y el Doppler
dulos (autónomos) hiperfuncionantes suelen mostrar una color no permiten diferenciar los septos de los nódulos
vascularidad perinodular e intranodular abundante. Sin hiperplásicos coloidales de las vegetaciones que se obser-
embargo, debido al patrón hipervascular mostrado en la van en los carcinomas papilares. Se realizarán entonces
mayoría de los nódulos tiroideos sólidos con los equipos de estudios citológicos con aspiración, ecografía con contras-
Doppler de alta sensibilidad,'estos signos no permiten la de- te de segunda generación de microburbujas e imagen no
tección de nódulos hiperfuncionantes dentro de los bocios disruptiva. Los septos benignos no muestran realce
638 multinodulares con la ecografía 20,21. (<< desaparecen» en el modo armónico) (Fig, 18-12,A Y B) ,
Los cambios degenerativos de los nódulos en un bocio mientras que las vegetaciones malignas muestran un
se correlacionan con su aspecto ecográfico (Fig. 18-10), realce intenso en la fase arterial con un lavado relativa-
Las zonas puramente anecoicas se deben a líquido sero- mente rápido (Fig, 18-12, Cy D).
tástasis tiroideas. Muchos cánceres tiroideos están bien
diferenciados y el carcinoma papilar (incluidos el llamado
papilar mixto o carcinoma folicular) dan cuenta del 75%-
90% de todos los casos 16.24 . Por el contrario, los carcinomas
medular, folicular y anaplásico (combinados) representan
solamente el 10%-25% de todos los carcinomas tiroideos
diagnosticados actualmente en Norteamérica.

ce
,...
o
"3
~
a.
nl
O
~ Figura 18-- Histología de un cambio hiperplá-
~ sico (adenomatoso) de la glándula tiroidea. La
muestra histológica muestra folículos dilatados
grandes rellenos de material coloideo.
_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _.......J

Adenoma
Los adenomas suponen solamente el 5%-10% de la pato-
logía no dular del ti roides y son siete veces más frecuentes
en mujeres que en hombres s. La mayoría no se acompa-
ñan de disfunción tiroidea y tan sólo una minoría de ellos
cursan con hiperfunción « 10%), desarrollan autonomía
y pueden presentar clínica de tirotoxicosis. Muchos ade-
nomas son solitarios, pero también se pueden desarrollar
como parte de un proceso multinodular.
El adenoma folicular benigno es una neoplasia folicu-
lar verdadera, que se caracteriza por la compresión de los
tejidos adyacentes y su encapsulado fibroso. Existen va-
rios subtipos de adenoma folicular, como el adenoma fe-
tal, el adenoma celular de Hürthle y el adenoma em-
brionario, que se distinguen por el tipo de proliferación
celular. Los signos citológicos de los adenomas foliculares
generalmente son indistinguibles de los del carcinoma fo-
licular. La invasión vascular o capsular son las claves del
carcinoma folicular, que se identifica más por un análi-
sis histológico que citológico. La biopsia con aguja no es
por tanto un método fiable para distinguir un adenoma
folicular de un carcinoma tiroideo. Por tanto, dichos tu-
mores se extirpan quirúrgicamente.
Ecográficamente, los adenomas suelen ser masas sólidas
que pueden ser hiperecoicas, isoecoicas o hipo ecoicas (Fig.
18-13). Con frecuencia presentan un halo hipoecoico grue-
so, periférico y liso debido a la cápsula fibrosa y vasos san-
guíneos, que pueden apreciarse fácilmente mediante ima-
gen de Dopplercolor. Con frecuencia los vasos atraviesan
desde la periferia a la región central del nódulo y algunas
veces generan un aspecto de «radios y rueda». Este patrón
vascular suele apreciarse tanto en los adenomas hiperfun-
cionantes como en los hipofuncionantes y por tanto no per-
mite la detección de lesiones hiperfuncionantes.
~ Figura 18-8 Nódulo hiperplásico (adenomato-
Carcinoma ~ so). Imágenes ecográficas longitudinales. A, Nó-
La mayoría de los carcinomas tiroideos primarios son de dulo homogéneo ovalado (flechas) con un halo
origen epitelial y se derivan de células foliculares o parafo- uniforme delgado. B, Tres nódulos hiperecoicos típicos de
hiperplasia. e, Nódulo hiperecoico solitario que resultó ser
liculares 16 • Los tumores tiroideos malignos de origen me-
benigno en la biopsia con aspiración.
senquimatoso son extremadamente raros, igual que las me-
'J Figura 18-9 Hallazgos de nódulo benigno. Imagen longitudinal. Cambios quísticos extensos con aspecto en
~ panal de abejas con nódulos que muestran: A, Espacios quísticos grandes y B, Espacios quísticos más pequeños .
Estos signos indican con gran probabilidad un proceso benigno .

=c:
'o

oQ)
CIJ

'J Figura 18-10 Quistes coloidales. Imágenes ecográficas A, transversal y B, longitudinal (B, e y D), imágenes de
640 ~ cuatro pacientes que muestran el típico aspecto de los quistes coloidales . Alguno de los nódulos presenta un foco
ecogénico delgado que se piensa debido a microcristales. Alguno de estos focos se asocia a artefactos en hilo de
cometa (flecha en A) por detrás. Los nódulos que son casi todos quísticos, como estos, se consideran benignos . Los quis-
tes coloidales con frecuencia contienen ecos interiores.
El carcinoma papilar de tiroides aunque se puede lativa por cáncer papilar tiroideo es de solamente el
observar en pacientes de cualquier edad, tiene una pre- 4%_8%26.
valencia con un pico en la tercera y la séptima décadas El carcinoma papilar tiroideo tiene unos rasgos histoló-
de la vida 16 . Las mujeres se afectan con mayor frecuencia gicos característicos (cápsula fibrosa, microcalcificacio-
que los hombres. En el estudio microscópico el tumor es nes) y citológicas (núcleos en vidrio deslustrado, inclusio-
multicéntrico dentro de la glándula tiroidea en al menos nes citoplásmicas en el núcleo, indentaciones de la
el 20% de los casos 25 . En aproximadamente el 35% de membrana nuclear), que con frecuencia conducen a un
los casos se observan calcificaciones redondeadas y la- diagnóstico patológico relativamente fácil 28 . Especialmen-
minadas (cuerpos psamoma) en el citoplasma de las te las microcalcificaciones, que se deben a depósitos de
células del cáncer papilar. La principal ruta de disemina- sales cálcicas en los cuerpos psamoma, se observan con
ción del carcinoma papilar es por vía linfática a los gan- frecuencia tanto en el tumor primario como en las metás-
glios linfáticos cervicales próximos. De hecho, un pacien- tasis de los ganglios Iinfáticos 27.29 (Fig. 18-14). ce
,..
te con un cáncer ti roideo papilar puede acudir con unos De igual modo que los cambios ana tomo patológicos, las o
'3
ganglios linfáticos cervicales hipertróficos y una glándu- características ecográficas del carcinoma papilar suelen ser :t::
C.
la tiroidea palpable que es normaJ26,27. Es importante relativamente diferenciado ras y son (Figs.18-15 y 18-16): ro
O
destacar que la existencia de metástasis nodulares en el • Hipogenicidad (90% de los casos) debida al contenido
cuello generalm ente no parece empeorar el pronóstico de células estrechamente agrupadas, con mínima sus-
de esta neoplasi a. Las metástasis a distancia son muy ra- tancia coloidal.
ras (2%-3%) y casi siempre se producen en el mediasti- • Microcalcificaciones, que se muestran como focos hiper-
no y pulmón. Después de 20 años la mortalidad acumu- ecoicos y puntiformes diminutos con o sin sombra acús-

~ Figura 18-11 Calcificación en «cáscara de huevo», Calcificación periférica (cáscara de huevo) que antes se
~ consideraba sugestiva benignidad del nódulo, pero los nódulos malignos pueden presentar también el aspecto 641
mostrado en la imagen longitudinal. A, Calcificación burda periférica (flechas) que se acompaña de una sombra
acústica grande. B, Calcificación en cáscara de huevo y quiste coloidal con su aspecto típico en el lado derecho de otro
paciente. C, Masa sólida hipoecoica ocasionada por un carcinoma papilar rodeado de una zona de calcificación en cásca-
ra de huevo. D, Calcificación con un escudo periférico (en cáscara de huevo).
@'
~
Figura 18-12 Ecografía con contraste de diversos nódulos tiroideos rellenos de líquido para diferenciar
entre benignos y malignos con septos interiores o proyecciones sólidas. A, Ecografía convencional en modo-
B del lóbulo tiroideo derecho que muestra un nódulo mixto, sólido y quístico, grande. Tr, sombra aérea de la trá-
quea; e, arteria carótida. B, Ecografía con contraste. Después de la administración de material de contraste, el contenido
interior no es ya visible por la falta de realce, lo que indica que el contenido sea probablemente coloide y restos hemáticos.
e, Ecografía convencional en modo-B en el plano longitudinal que muestra un nódulo que surge (flecha) de la pared pos-
e terior. O, Ecografía con contraste, longitudinal, que muestra el nódulo aún visible, que indica realce después del contraste.
'o La lesión era un carcinoma papilar quístico.
'0
()
CIl
en
tica. En raros pero agresivos casos de carcinomas papi- cinoma nasofaríngeo 32 • En la ecografía Doppler potencia,
lares de la infancia, las microcalcificaciones pueden se suelen apreciar ganglios no quÍsticos con hipervascula-
constituir el único signo de neoplasia, incluso sin evi- ridad difusa con vasos tortuosos, shunts arteriovenosos
dencia de lesión nodular18.21.30.31 (Fig. 18-15, B). (AV) y alta resistencia vascular (IR> 0,8). En algunos ca-
• Hipervascularidad (90% de los casos). Con una vascula- sos, sin embargo, estos ganglios pueden mostrar una vas-
ridad desorganizada casi siempre en formas bien en- cularidad prominente, similar a la de los ganglios reacti-
capsuladas 31 (Fig. 18-16). vos y unos Índices de resistencia bajos31.
• Metástasis en ganglios linfáticos cervicales, muchos de Los carcinomas papilares rara vez muestran cambios
ellos contienen focos diminutos puntiformes y ecogéni- quísticos extensos (Fig. 18-18). En nuestra revisión sobre
cos debidos a microcalcificaciones (Fig. 18-17). Se loca- la proporción de cambios quísticos detectados en 360 car-
lizan sobre todo en la mitad caudal de la cadena yugular. cinomas tiroideos, solamente se observó una proporción
En ocasiones los nódulos metastásicos pueden ser císti- importante de cambios quÍsticos en menos del 3% de los
cos como consecuencia de degeneración extensa (Fig. casos 33 . La inmensa mayoría de los carcinomas papilares
18-17, H). se manifiestan sobre todo como una masa sólida. La inva-
Las metástasis nodulares quísticas muestran una pared sión de los músculos adyacentes se ve rara vez por eco-
externa engrosada, nodularidad interna y septos en mu- grafía, pero implica que la masa es maligna (Fig. 18-19).
642 chos casos, aunque pueden parecer exclusivamente císti- La variante folicular da cuenta del 10% de los casos de
cas en pacientes jóvenes 27 . Las metástasis quísticas linfá- carcinoma papilar y parece similar a la neoplasia folicular en
ticas cervicales se producen casi exclusivamente asociadas la inspección macroscópica y con la ecografía (Fig. 18-20).
al carcinoma tiroideo papilar, pero a veces también al car- Con estudios bajo microscopio de gran aumento se apre-
..., Figura 18-13 Adenoma folicular benigno: posibles aspectos. Imágenes transversales A, del lóbulo derecho y
~ B, del lóbulo tiroideo izquierdo de la glándula tiroidea de dos pacientes que muestran masas homogéneas, hi-
poecoicas y ovaladas con un halo delgado circundante, la cápsula del adenoma; Tr, sombra de aire traqueal: e ,
arteria carótida. C, Imagen longitudinal que muestra una lesión hiperecoica ovalada con un halo periférico grueso. D, His- 643
tología de una lesión en C. Obsérvese la cápsula uniforme (flecha) de la masa. E, Imagen longitudinal que muestra una
masa ovalada con componente quístico interior. F, Imagen longitudinal que muestra una masa homogénea hiperecoica
redondeada (flecha) en un paciente con una tiroiditis de Hashimoto.
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C'O 'tJ Figura 18-14 Carcinoma papilar: pequeño cáncer y su correlación microscópica. A, Imagen longitudinal que 1
'C ~
G) ~ muestra un nódulo hipoecoico sólido de unos 7 mm que contiene microcalcificaciones. e, Imagen microscópica
t:
C'O
patológica que muestra microcalcificaciones o «cuerpos psamoma» (flecha).

en
C'O
IC
G)
:::l cian unos signos a nivel del cuello parecidos a los del car- dente, dado el parecido citológico e histológico de estos
O' cinoma papilar y se clasifican como «variante folicular del dos tumores (Figs, 18-22 y 18-23), Por el mismo motivo la
G)
a. carcinoma papilar». El curso clínico y tratamiento es el biopsia con aguja fina tampoco es válida para la diferen-
en
G) mismo del carcinoma papilar tiroideo típico. ciación de neoplasias benignas y malignas, ya que el diag-
t: El microcarcinoma papilar es un tumor esclerosante nóstico patológico no se basa en diferencias en el aspecto
C'O
a. raro, no encapsulado que mide 1 cm o menos de diámetro celular, sino en la invasión capsular o vascular, Por ello,
en (Fig. 18-21). La mayoría de los pacientes (80%) acuden por muchos nódulos foliculares tienen que extirparse quirúr-
~
G)
unos ganglios linfáticos hipertrofiados y una glándula tiroi- gicamente para su diagnóstico preciso, Pocas veces se

-
"O dea normal palpable 26,28. El micro carcinoma papilar se ob- aprecian los signos que sugieren un carcinoma folicular,
C'O
,- serva mediante ecografía de alta frecuencia en alrededor que son unos márgenes irregulares, un halo irregular
~ del 70% de los casos, ya sea en forma de manchas peque- grueso y una disposición caótica y tortuosa de los vasos
O) ñas, hiperecoicas (como fibróticas) bajo la cápsula con en- sanguíneos interiores en la imagen del Dopplercolor20,34,
O
(J grosamiento y retracción de la cápsula o como un pequeño Carcinoma medular. El carcinoma medular da cuenta de
W
nódulo hipo ecoico con un perfil irregular más definido sin alrededor del 5% de todas las enfermedades malignas ti-
microcalcificaciones visibles, pero con frecuencia con seña- roideas, Se deriva de células parafoliculares o células e, y
e les vasculares dentro y alrededor de la lesión, segrega habitualmente la hormona calcitonina, que es un
'o
'(3 útil marcador sérico. Este cáncer suele ser familiar (20 %)
()
Carcinoma folicular, El carcinoma folicular es el segun-
Q)
rJ) do subtipo de cáncer tiroideo bien diferenciado, Da cuen- y es un componente esencial de la neoplasia endocrina
ta del 5%-15% de todos los casos de cáncer tiroideo y múltiple (NEM) del tipo 11 35 • La enfermedad es multicén-
afecta más a las mujeres que a los hombres 16 • Las dos va- trica y/o bilateral en alrededor del 90% de los casos fa mi-
riantes del carcinoma folicular difieren bastante en su his- liares 16 (Fig. 18-24). Existe una alta incidencia de afecta-
tología y curso clínico 16,24,28. Los carcinomas foliculares ción metastásica de los ganglios linfáticos. El pronóstico
mínimamente invasivos son encapsulados y solamente de los pacientes con cáncer medular es algo peor que el
la demostración anatomopatológica de una invasión focal del cáncer folicular,
de los vasos sanguíneos de la propia cápsula fibrosa per- El aspecto ecográfico de los carcinomas medulares suele
mite su diferenciación del adenoma folicular, El carcino- ser parecido al de los carcinomas papilares y se suele mani-
ma folicular extensamente invasivo no está bien encap- festar casi siempre como una masa sólida hipoecoica, Sue-
sulado y la invasión de los vasos y tiroides adyacente son len presentar calcificaciones (debidas a nidos calcificados
más fáciles de demostrar, Ambas variantes del carcinoma de sustancia amiloide) y tienden a ser más burdos que las
folicular tienden a diseminarse por vía hematógena más
que linfática y serán más probables las metástasis a dis-
tancia a pulmón, encéfalo, huesos e hígado que las metás- CARCINOMA FOLICULAR TIROIDEO:
tasis a los ganglios linfáticos cervicales, La variante muy SIGNOS ECO GRÁFICOS
invasiva del carcinoma folicular metastatiza en alrededor
del 20%-40% de los casos y los mínimamente invasivos lo • Márgenes irregulares del tumor
hacen en el 5%-10%, La mortalidad del carcinoma folicu- • Halo grueso y caótico
lar es del 20%-30% a los 20 años del postoperatorio 16,26 . • Disposición tortuosa y caótica de los vasos
Ningún signo ecográfico permite la diferenciación entre
, . .
sangumeos mtenores
..-
el carcinoma folicular del adenoma, lo que no es sorpren-
ce
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o
'3
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c.
(1)
(,)

.." Figura 18-15 Carcinoma papilar tiroi'deo; posibles aspectos. A, Imagen longitudinal que muestra un nódulo
~ sólido extremadamente hipoecoico sin evidencia de calcificación . B, Imagen longitudinal del tiroides en un pacien-
te de 6 años que muestra microcalcificaciones difusas extensas sin masa evidente. Se trata de un aspecto muy
raro y se encuentra con mayor frecuencia en niños que en adultos. Imágenes ecográficas C, longitudinal y D, transversal
que muestran nódulos hipoecoicos que contienen focos ecogénicos debidos a microcalcificación, Tr, sombra aérea de la 645
tráquea; e, arteria carótida, E, Imagen longitudinal que muestra un nódulo hipoecoico sólido con un halo grueso e irregular
y calcificaciones lineales en el borde anterior (flecha). F, Imagen transversal que muestra una masa isoecoica heterogénea
en el istmo (flechas) que contiene microcalcificaciones y tiene un halo grueso e irregular: Tr, sombra aérea de la tráquea; e,
arteria carótida,
..., Figura 18-16 Carcinoma papilar: aspectos con Doppler potencia. El flujo sang uíneo dentro del cáncer está con
~ frecuencia, pero no siempre, aumentado. A, Imagen longitudinal que muestra un nódulo de 1,5 cm con un halo
grueso e irregular. B, Imagen de Doppler potencia que muestra que el nódulo está hipervascularizado y tiene un I
flujo en el centro y en la periferia. C, Imagen longitudinal que muestra un nódulo hipoecoico con microcalcificaciones. D,
Imagen de Doppler potencia que muestra flujo sanguíneo dentro del cáncer.

calcificaciones de los carcinomas papilares típicos 36 (Fig. narse por vía linfática y en cambio son más proclives a la
18-25). Las calcificaciones pueden apreciarse no sólo en el invasión local agresiva de músculos y vasos 28 •
e tumor primario, sino también en las metástasis de los gan- En la ecografía, los carcinomas anaplásicos tiroideos
'O
'u
(J
glios linfáticos e incluso en las metástasis hepáticas. suelen ser hipoecoicos y suelen englobar o invadir los va-
Q)
ti) Carcinoma tiroideo anaplásico. El carcinoma anaplásico sos sanguíneos y músculos cervicales (Fig. 18-26). Con
tiroideo es habitualmente una enfermedad propia de per- frecuencia estos tumores no pueden explorarse ecográfi-
sonas ancianas y representa uno de los tumores sólidos camente de forma adecuada por su gran tamaño. En su
más letales. Aunque explica menos del2% de todos los cán- lugar, la tomografía computarizada (TC) o la resonancia
ceres tiroideos, se acompaña del peor pronóstico, con una magnética (RM) de cuello demuestran la extensión de la
tasa de mortalidad a los 5 años superior al 95o/? El tumor enfermedad con mayor precisión.
habitualmente se manifiesta como una masa que se expan-
de y se extiende más allá de la glándula e invade estructu- Linfoma
ras próximas. Suele ser inoperable cuando se diagnostica. El linfoma da cuenta de aproximadamente el 4% de las
Los carcinomas anaplásicos suelen asociarse a los carcino- neoplasias tiroideas. Casi siempre se trata del tipo no-
mas anaplásicos y foliculares y posiblemente se trate de Hodgkin y suele afectar a muj eres mayores. El signo clíni-
una desdiferenciación de la neoplasia. Tienden a no disemi- co típico es una masa de rápido crecimiento que cursa con
síntomas de obstrucción como la disnea y la disfagia 38 . En
el 70%-80% de los pacientes, ellinfoma surge de una ti-
roiditis Iinfocitaria crónica preexistente (tiroiditis de
CARCINOMA ANAPLÁSICO TIROIDEO: Hashimoto) con hipertiroidismo subclínico o clínico. El
SIGNOS ECO GRÁFICOS pronóstico es muy variable y depende del estadio de la
enfermedad. Las supervivencias a los 5 años van desde el
646 • Masa grande hipoecoica
90% en los casos en estadios precoces a menos del 5% en
• Engloba o invade los vasos sanguíneos
la enfermedad avanzada y diseminada.
• Invade músculos del cuello En la ecografía, el linfoma se muestra como una masa
muy hipoecoica y lobulada. Pueden apreciarse zonas am-
....co
o
"3
~
c.
ca
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,
..., Figura 18-17 Metástasis que afecta a los ganglios linfáticos cervicales: posibles aspectos. A y B, Imágenes
~ transversales próximas a la carótida (C) y vena yugular (J) que muestran ganglios linfáticos redondeados pequeños
I
e hipoecoicos (flechas). A pesar de su pequeño tamaño (aprox. 4 mm) el perfil redondeado y el aspecto hipoecoico I
e
son muy sugestivos de metástasis. y D, Imágenes longitudinales que muestran ganglios ovalados hipoecoicos. E, Ima-
gen longitudinal del lecho tiroideo después de la tiroidectomía que muestran dos adenopatías anormales, una de las cuales
contiene microcalcificaciones (flecha). F y G, Imágenes longitudinales que muestran adenopatías heterogéneas con calci-
ficaciones (flechas). H, Imagen longitudinal que muestra una adenopatía grande (flechas) que muestra cambios quísticos.
Los cambios quísticos en una adenopatía cervical son casi siempre secundarios a un carcinoma papilar metastásico. 1,
Imagen trasversal de una adenopatía grande y redondeada entre la yugular interna (J) y la carótida común (CCA).

plias de necrosis quística así como un englobamiento de cuencia de la diseminación hematógena o con menor fre-
los vasos sanguíneos cervicales adyacentes (Fig. 18-27). cuencia por la vía linfática. Las metástasis suelen ser de
En la imagen en Doppler-color, los linfomas tanto nodula- melanomas (39%), mama (21 %) y células renales
res como difusos del tiroides, se muestran muy vasculari- (10%) como primarios. Dichas metástasis pueden mani-
zados con unos vasos sanguíneos con una distribución festarse como nódulos solitarios bien delimitados o en
caótica y con shunts AV. El parénquima tiroideo adyacente forma de afectación difusa de la glándula. En la ecografía
puede ser heterogéneo como consecuencia de la tiroiditis los tumores tiroideos son masas sólidas homogéneas e hi-
crónica asociada 40. poecoicas sin calcificación 41 (Fig. 18-28).

Metástasis tiroideas Biopsia por aspiración con aguja fina


Las metástasis a tiroides son raras y se producen en las Una vez que se ha detectado el nódulo tiroideo, el princi-
fases tardías de la enfermedad neoplásica como conse- pal reto consiste en determinar si es benigno o maligno.
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tT ..., Figura 18-18 Carcinoma papilar tiroideo
(1)
a. ~ atípico, Tres ejemplos de degeneración quísti-
In ca, entre moderada y marcada, de un carcino-
(1)
t:(ti ma papilar. En la experi encia del autor, menos del 5%
de los carcinomas papilares presentan este aspecto
a. con gran proporción de cambios quísticos. Más del
In
~ 90% de los carcinomas tiroideos papilares son masas
(1) sólidas uniformes. A, B Y C: Imágenes longitudinales
que muestran tres grandes nódulos (flechas, cursores)
"(ti
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.... que representan cambios quísticos extensos.
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O
O Salvo que se realice su extirpación quirúrgica, se dispone Se suele aceptar que la biopsia con AAF es el método
W
de diversos métodos para caracterizar el nódulo, como más efectivo para diagnosticar una neoplasia en el nódulo
son la imagen con isótopos, ecografía y biopsia con aspira- tiroide0 42 -44 • En muchas circunstancias clínicas, la AAF ba-
ción con aguja fina (AAF). Cada una de estas técnicas tiene jo palpación directa es la primera exploración diagnóstica
ventajas e inconvenientes y la elección en cualquier situa- que se realiza de cualquier nódulo clínicamente palpable.
ción clínica específica depende sobre todo de la instru- No se utilizarán de form a rutinaria ni la ecografía ni tam-
mentación disponible y de la propia experiencia. poco la gammagrafía, sino que se reservarán para situa-
ciones o casos difíciles. La AAF tiene un importante im-
pacto sobre el manejo de los nódulos tiroideos debido a
que proporciona una información más directa que cual-
quier otra técnica diagnóstica disponible. Es segura, de
bajo coste y permite una mejor selección de pacientes pa-
ra la cirugía. El uso exitoso de la AAF en la práctica clínica
depende considerablemente de la presencia de un espe-
cialista experimentado que realice la técnica y de un ex-
perto citopatólogo que la interprete.
Los aspirados tiroideos con aguja fina se suelen clasifi-
car según la citología en cuatro categorías:
1. Negativo (no existen células malignas)
2. Positivo para malignidad
3. Sugestivo de malignidad
4. No diagnóstico.
..., Figura 18-19 Carcinoma papilar que invade Si el nódulo se clasifica en cualquiera de las dos prime-
648 ~ músculo, Imagen longitudinal que muestra una ras categorías los resultados son muy sensibles yespecífi-
masa hipoecoica que surge de la superficie ante- 44
COS • La mayor limitación de la técnica es la ausencia de
rior del tiroides. Esta masa (flechas) invade la tira muscular
especificidad en el tercer grupo, cuyos resultados son su-
(M) adyacente. La invasión muscular es muy rara.
gestivos de neoplasia, sobre todo por su incapacidad para
,...
IX)

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Q.
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W Figura 18-20 Carcinoma tiroideo papilar atípico. Imágenes longitudinales que muestran dos ejemplos de la
o
~ variante folicular del carcinoma tiroideo papilar. Masa A, ovalada isoecoica y S, hipoecoica que parece similar al
aspecto típico de una neoplasia folicular. Esta variante folicular es poco frecuente y representa el1 0% de los casos
de carcinoma papilar. El curso clínico y el tratamiento es el mismo que en el carcinoma tiroideo papilar típico.
_ _ _ _ _......J

diferenciar entre adenomas foliculares o de células de más preciso y coste-efectivo para la evaluación inicial de
Hürthle de sus contrapartidas malignas. En tales casos se los pacientes con patología tiroidea. A partir de la intro-
requiere la extirpación quirúrgica para poder llegar al ducción de la AAF en la práctica clínica, el porcentaje de
diagnóstico. Además, hasta el 20% de los aspirados pue- pacientes sometidos a tiroidectomía ha disminuido de
den ser no diagnósticos y aproximadamente la mitad de modo importante (hasta - 25%) Yel coste del tratamiento
ellos se deben a una toma inadecuada de las muestras ce- del nódulo tiroideo se ha reducido en un 25%45.
lulares de las lesiones qUÍsticas. Se recurre a la AAF bajo La evaluación de los nódulos tiroideos sobre todo con
control ecográfico para una toma de muestra selectiva AAF es habitual en Norteamérica y norte de Europa. En
de elementos sólidos de la masa. En la literatura médica otros países europeos y Japón, donde el bocio es prevalen-
mundial, la AAF de nódulos tiroideos tiene una sensibili- te, la evaluación inicial se suele basar en la gammagrafía y
dad del 65% al 98% y una especificidad del 72% al 100%, la imagen eco gráfica, por la necesidad de seleccionar los
con unas tasa de falsos negativos del 1 %-11 % Y de falsos nódulos que se estudiarán después con la AAF.
positivos del 1%_8 %45.51 (Tabla 18-1). En un estudio re-
ciente basado en más de 5.000 estudios citológicos, la Aplicaciones ecográficas
causa más frecuente de hallazgos falsos negativos fue la Aunque la AAF es el método diagnóstico más fiable para
imposibilidad de reconocer la variante folicular del carci- evaluar clínicamente nódulos tiroideos palpables, la eco-
noma papilar 51 . En nuestra experiencia, la precisión glo- gráfica de alta resolución tiene cuatro indicaciones im-
bal de la AAF supera el 95% y por ello es el método actual portantes 52 -54 :

W Figura 18-21 Carcinoma papilar atípico. A, Imagen longitudinal que muestra calcificaciones burdas sin efecto
~ masa, en la zona periférica e interior. S, Muestra macroscópica anatomopatológica de A, en la que se aprecia un
nódulo redondeado con múltiples zonas de calcificación macroscópicamente visibles (flechas). Esta es una forma
esclerosante rara de carcinoma papilar que contiene una gran proporción de fibrosis y calcificación.
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a.
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C\l
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ti)
J2
O)
'O
C\l
ij:
C\l

W
lo.
C)
O
() e ..., Figura 18-22 Neoplasia folicular: benigna y maligna en el mismo paciente. A, Lóbulo izquierdo y S, lóbulo
derecho del tiroides que muestra masas homogéneas e hipoecoicas redondeadas que perecen idénticas, excepto
por las diferencias de tamaño en las imágenes transversales. Tr, sombra aérea de la tráquea. La masa más peque-
ña era maligna y las mayores benignas. e, Muestra macroscópica de la neoplasia folicular que muestra un tumor homogé-
c: neo con una cápsula fina. Esta cápsula está presente tanto en las neoplasias benignas como en las malignas y con frecuen -
'o cia se observa en la ecografía. D, Aspecto microscópico de la cápsula que muestra invasión de las células foliculares de la
·0
(.) cápsula (flechas). Este es uno de los signos microscópicos que permiten el diagnóstico de malignidad, que no es visible en '
Q)
t/) la ecografía. J

Rendimienteo diagnóstico de la aspiración


con aguja fina (AAF)
Series N.o de casos Tasa FN Tasa FP Sensibilidad Especificidad

Hawkins y COIS. 46 1.399 2,4% 4,6% 86% 95%


Khafagi y colsY 618 4,1% 7,7% 87% 72%
Hall y COIS. 48 795 1,3% 3,0% 84% 90%
Altavilla y COIS . 49 2.433 6,0% 0,0% 71 % 100%
Gharib y Goellner4 5 10.971 2,0% 0,7% 98% 99 %
Ravetto y cols.50 2.014 11,2% 0,7 % 89% 99%
650
Modificado de Gharib H, Goellner JR, Fine-needle aspiration biopsy of the thyroid; an appraisal, Ann Intern Med 1993;118:282-289.
FN, falso negativo, FP; falso positivo
...c:oo
'3
:!::
a.
ro
o

~ Figura 18-23 Neoplasias foliculares malignas. A y B, Imágenes longitudinales de dos pacientes con masas hi-
~ poecoicas homogéneas ovaladas. C y D, Imágenes transversales de otros dos pacientes con masas homogéneas
redondead as. Estos cuatro carcinomas parecen idénticos a las neoplasias foliculares benignas (ver Fig. 18-13) Y
será necesaria su extirpación quirúrgica para excluir o determinar la malignidad de la mayoría de los tumores foliculares.

• Detección del tiroides y otras masas cervicales antes y ble. No siempre se puede determinar a partir simplemen-
después de la ti roidectomía. te de la exploración clínica si una masa está dentro o adya-
• Diferenciación de masas benignas y malignas en base a cente al tiroides. La ecografía permite diferenciar de
su aspecto ecográfico. forma fiable los nódulos tiroideos de otras masas cervica-
• Guía para la biopsia con AAF. les, como los higromas quísticos, quistes del conducto ti-
• Guía para el tratamiento percutáneo de nódulos tiroi- rogloso y los ganglios linfáticos. De forma alternativa la
deos hiperfuncionantes/no funcionantes y de metásta- ecografía puede ayudar a confirmar la existencia de un
sis ganglionares por un cáncer papilar. nódulo tiroideo cuando estos signos sean ambiguos en la
exploración clínica.
Detección de masas tiroideas Se puede utilizar la ecografía para detectar nódulos ti-
Un uso práctico de la ecografía consiste en establecer la roideos ocultos en pacientes con antecedentes de radia-
ubicación anatómica concreta de una masa cervical palpa- ción de cabeza o cuello durante la infancia o en quienes

~ Figura 18-24 Carcinoma tiroideo medular multicéntrico. Imagen dual transversal en un paciente con neoplasia
~ endocrina múltiple tipo 11 (NEM 11) que muestra masas hipoecoicas bilaterales (flechas) que contienen zonas de
calcificación grosera. e, carótida; Tr, tráquea; E, esófago.
c:
'o
'0
(.)
Q)
en

W Figura 18-25 Carcinoma medular tiroideo: posibles aspectos. A-C, Nódulos sólidos hipoecoicos con gruesas
~ calcificaciones interiores. D, E YF, Nódulos sólidos hipoecoicos con calcificaciones finas interiores. G, H e 1; Nó-
dulos sólidos hipoecoicos sin calcificación y con un aspecto similar al de las neoplasias foliculares . e, carótida.

tienen una historia familiar de síndrome NEM 11. Am- que se consideran «solitarios» en la gammagrafía o explo-
bos grupos tienen un mayor riesgo conocido de desarro- ración física son en realidad múltiples cuando se evalúan
llar una neoplasia tiroidea. Si se detecta el nódulo se po- con ecografía de alta frecuencia 22 .s6 (Fig. 18-29).
drá realizar una biopsia con la guía ecográfica. Se Se ha propuesto por ello utilizar la ecografía para detectar
desconoce si la detección de un cáncer tiroideo antes de nódulos adicionales ocultos en pacientes con lesiones clíni-
que sea clínicamente palpable pudiera cambiar o no el camente solitarias, algo que implica que la masa dominante
pronóstico clínico final de un paciente concreto. palpable sea benigna. Tal conclusión no es recomendable,
En el pasado, cuando se evaluaban los nódulos tiroideos ya que anatomopatológicamente los nódulos benignos sue-
por primera vez mediante gammagrafía, se aceptaba que len coexistir con los malignos. En una serie de 1.500 pacien-
un nódulo «frío solitario» tenía una probabilidad de ma- tes consecutivos sometidos a cirugía de carcinomas papila-
652 lignidad del 15%-25%, mientras que un nódulo «frío» en res, el 33% presentaban nódulos benignos coexistentes en
una glándula multinodular era maligno en menos del 1% el momento de la intervención s7 • Además, el cáncer papilar
de los casos ss • Sin embargo, el bocio benigno es multino- tiroideo se reconoce como multicéntrico en al menos el
dular en el 70%-80% de los casos, y el 70% de los nódulos 20% de los casos y oculto « 1,5 cm de diámetro) en casi
co
,...
o
'3
~ Figura 18-2 Carcinoma tiroideo anaplásico. A, Imagen transversal que muestra una gran masa hipoecoica ~
~ (flechas) que engloba toda la glándula, mayor a la izquierda, que ocasiona una desviación de la tráquea a la dere- c.
(1)

cha. Tr, sombra de aire de la tráquea; e, arteria carótida común ; J , vena yugular. B, Te con contraste del paciente ()

que muestra una gran masa y su relación con estructuras adyacentes.

~ Figura 18-27 Linfoma. A, Imagen transversal del lóbulo izquierdo del tiroides que muestra una masa difusa que
~ hipertrofia el lóbulo y se extiende a tejidos blandos (flechas) rodeando la arteria carótida común (e);
Tr, sombra de
aire de la tráquea. B, Te con contraste que muestra una masa hipovascular en el lóbulo tiroideo izquierdo que
engloba a la arteria carótida.

~ Figura 18-28 Metástasis tiroideas de un carcinoma de células renales. Imágenes A, longitudinal (escala de
~ grises) y B, Doppler potencia que muestra una masa vascular sólida de 1 cm.
'-' Figura 18-29 Bocio multinodular. A, Imagen transversal que muestra una hipertrofia del lóbulo derecho e istmo
~ con múltiples nódulos hipoecoicos e hiperecoicos confluyentes, Tr, sombra de aire de la tráquea. B y e, Imágenes
longitudinales que muestran múltiples nódulos confluyentes (flechas) . D, Imagen longitudinal dual que nuestra hi-
pertrofia de un lóbulo con múltiples nódulos.

el 48% de los casos 24,2S. En un estudio previo, casi las dos Se realizará una biopsia con AAF dirigida por ecografía
terceras partes (64%) de los pacientes con cáncer tiroideo en pacientes con bocio multinodular cuando exista un
tenían al menos un nódulo además del nódulo dominante nódulo dominante. Un nódulo dominante es el nódulo
detectado en la ecografía s8 . En la anatomía patológica estos mayor o el que tiene unos rasgos ecográficos distintos del
nódulos extra pueden ser benignos o malignos. Por tanto, resto de nódulos o hallazgos sugestivos de carcinoma.
t:: en pacientes con nódulos clínicamente solitarios, la detec- En pacientes con un cáncer tiroideo conocido, la ecogra-
'o
'uu ción ecográfica de unos pocos nódulos adicionales no es un fía será útil para determinar la extensión de la enfer-
Q) signo fiable que excluya la malignidad. medad, tanto preoperator ia como postoperatoria. En la
en
mayoría de los pacientes no se realiza un estudio ecográ-
fico preoperatorio de forma rutinaria antes de la tiroidec-
tomía, pero puede ser útil en aquellos con masas cervica-
les grandes para la evaluación de las estructuras próximas,
como la carótida y yugular respecto a evidencias de inva-
sión o de que estén englobadas por el tumor, De modo al-
ternativo, en los pacientes que acuden por adenopatías
cervicales ocasionadas por un cáncer tiroideo, pero en los
que se palpe una glándula tiroidea normal, la ecografía
preoperatoria permitirá detectar un foco oculto no palpa-
ble primario dentro de la propia glándula.
Después de 'una tiroidectomía parcial o total por un car-
cinoma, la ecografía es el método preferido de seguimien-
to para detectar una enfermedad residual, recurrente o
metastásica en el cuello s9 . En pacientes sometidos a una
'-' Figura 18-30 Aspiración con aguja fina de un tiroidectomía total, el aspecto ecográfico del tejido tiroi-
654 ~ nódulo tiroideo debido a una neoplasia folicular. deo restante puede servir como un factor importante para
Imagen transversal que muestra un nódulo grande decidir si es aconsejable realizar o no una tiroidectomía
sustituyendo al lóbulo derecho. Tr, sombra de aire de la trá- total. Si se identifica una masa, se puede determinar su
quea. La punta de la aguja de 25 G es muy evidente (flecha) naturaleza mediante AAF dirigida por ecografía (Fig. 18-30).
mientras que apenas se aprecia el tallo de la aguja.
En caso de no apreciar masas, el médico puede optar por
un seguimiento del paciente con estudios ecográficos pe- 10). En una serie publicada de 100 pacientes que presen-
riódicos. En pacientes con una tiroidectomía total o par- taban este signo, la biopsia con AAF fue benigna en todos
cial, la ecografía ha demostrado ser más sensible que la los casos 23 • Estos artefactos en hilo de cometa pueden loca-
exploración física para detectar enfermedad recurrente lizarse en las paredes de quistes y septos interiores o en el
dentro del lecho tiroideo o patología metastásica en los propio líquido quístico. Cuando se deposita una capa de
ganglios linfáticos 60 . Los pacientes con antecedentes de líquido más densamente ecogénico por gravedad en la
cáncer tiroideo con frecuencia se someten a exploracio- parte posterior de la cavidad quística, la probabilidad de
nes ecográficas periódicas del cuello para detectar enfer- detritus hemorrágicos es muy elevada. Con frecuencia acu-
medad recurrente no palpable o metastásica. Cuando se den los pacientes con detritus hemorrágicos por una masa
identifique una masa, la AAF bajo guía ecográfica permite cervical que es con frecuencia dolorosa y que ha experi-
llegar al diagnóstico de malignidad y ayuda a planificar la mentado un rápido crecimiento. El aspecto espongifor-
cirugía. me de los nódulos tiroideos está relacionado con la exis- ro
,..
tencia de unos cambios coloidales mínimos. Es un hallazgo o
"5
Diferenciación de nódulos benignos y malignos extremadamente raro en los nódulos malignos, especial- ~
Q.
De acuerdo con diversas publicaciones en relación con la mente cuando se asocia a otros hallazgos como unos bor- l1l
()
diferenciación de los nódulos tiroideos malignos y benig- des bien definidos e isoecogenicidad. Este patrón es muy
nos, la ecografía ofrece una tasa de sensibilidad del 63%- predictivo de nódulo benigno (ver Fig. 18-9).
94%, especificidad del 61%-95% y precisión global del
78%_94%4.5.61.67. Actualmente no existe ningún criterio
ecográfico aislado que permita distinguir los nódulos ti-
roideos benignos de los malignos con una fiabilidad to- Fiabilidad de los signos eco-
taI5.61·63.67. En cualquier caso, ciertos signos ecográficos se gráficos para la diferenciación entre
observan con mayor frecuencia con uno u otro tipo, mar- nódulos benignos y malignos
cando de este modo perfiles generales 34 (Tabla 18-2).
Diagnóstico patológico
Los signos anatómicos fundamentales de un nódulo tiroi-
deo en la ecografía de alta resolución son los siguientes:
Signo Benigno Maligno
• Consistencia interior (sólida, mixta -sólida o quística o
puramente quística) Perlil
• Ecogenicidad respecto al parénquima tiroideo adyacente Más ancho que largo +++ ++
Más largo que ancho + ++++
• Bordes
• Perfil Contenido interior
• Existencia de patrón de calcificación Contenido sólo quístico ++++ +
• Halo sonolucente periférico Quístico con septos ++++ +
Mixto sólido quístico +++ ++
• Existencia y distribución de señales de flujo sanguíneo
Artefacto en hilo de cometa +++ +
Contenido interior. En nuestra experiencia aproximada-
Ecogenicidad
mente el 70% de los nódulos tiroideos son sólidos, mien-
tras que el restante 30% muestra diversas proporciones Hiperecoico ++++ +
Isoecoico +++ ++
de cambios quísticos. Un nódulo que tiene un componente Hipoecoico +++ +++
quístico importante normalmente es un nódulo adeno- Marcadamente hipoecoico + ++++
matoso benigno (coloidal) que ha experimentado dege- Halo
neración quística o hemorrágica. Cuando se detecta con Halo delgado ++++ ++
equipos de ultrasonidos antiguos de baja resoludón, estas Grueso e incompleto + +++
lesiones se llamaban quistes por la presencia de detritus Ausente + +++
interiores y no se podía apreciar una pared gruesa. Desde Bordes
el punto de vista ana tomo patológico los quistes tiroideos Bien definidos +++ ++
simples con una cubierta epitelial verdadera son muy ra- Mal definidos ++ +++
ros. Prácticamente todas las lesiones quísticas tiroideas Espiculados + ++++
que se observan con la ecografía de alta resolución mues- Calcificación
tran cierta irregularidad de pared y elementos sólidos in- En cáscara de huevo +++ ++
teriores o detritus debidos a la degeneración nodular (ver Calcificación grosera +++ +
Microcalcificación ++ ++++
Figs.18-9 y 18-10). En el caso de que la ecografía en escala
de grises y alta resolución junto con el Doppler color no Doppler
permitan diferenciar detritus y septos de las vegetaciones Patrón de flujo periférico +++ ++
neoplásicas intraquísticas, la ecografía con contraste pue- Patrón de flujo interior ++ +++
de solucionar el problema al mostrar el realce arterial en Ecoelastografía
las proyecciones tumorales y la ausencia total de realce en Patrones 1 y 2 ++++ +
los septos benignos y detritus (ver Fig. 18-11, A Y B). Los Patrones 3 y 4 + +++
artefactos en hilo de cometa se detectan con frecuencia Datos de la experiencia del autor y revisiones de la literatura
en los nódulos tiroideos quísticos y probablemente se re- + , rara « 1 %); ++, baja probabilidad « 15%) ; +++, probabilidad interme-
dia (16%-84%); ++++, alta probabilidad (> 85%).
lacionen con la existencia de microcristales (ver Fig. 18-
Los carcinomas papilares pueden mostrar en raras muchas excepciones a estas tendencias generales, incluso
ocasiones una proporción variable de cambios quísticos y aunque la asociación de los bordes espiculados con los
mostrarse casi indistinguibles de los nódulos quísticos nódulos malignos se haya demostrado recientemente que
benignos 6s- 7o • En los carcinomas papilares quísticos, la de- es muy específica 67 •
tección de elementos sólidos o proyecciones (~1 cm con Calcificación. La calcificación se detecta en cerca del
señales de flujo sanguíneo y/o microcalcificaciones) den- 10%-15% de todos los nódulos tiroideos, pero la ubica-
tro de la luz deben inducir la sospecha de malignidad (ver ción y patrón de dicha calcificación tiene un valor predicti-
Fig. 18-18). Los ganglios cervicales metastáticos de cánce- vo mayor para distinguir entre las lesiones malignas y be-
res papilares primarios quísticos o sólidos también pue- nignas 22 , Las calcificaciones en escudo periférico
den mostrar un patrón quístico, algo que probablemente (cáscara de huevo), aunque se detectan rara vez, se han
sea patognomónico de la adenopatía maligna. considerado siempre una característica del nódulo benig-
Perfil. Un perfil más delgado que ancho, en el que el diá- no (ver Fig. 18-11). Sin embargo, según publicaciones re-
metro AP sea igualo menor que el diámetro transversal cientes, las calcificaciones periféricas engrosadas y
en un plano longitudinal o transversal es específico para discontinuas, especialmente si se asocian con un halo hi-
diferenciar los nódulos malignos y los benignos, proba- poecoico, son muy sensibles para el diagnóstico de la natu-
blemente porque las neoplasias malignas (más altas que raleza tumoral maligna de la lesión n ,73. Son más frecuentes
anchas) crecen a lo largo de los planos tisulares, mientras los focos ecogénicos de calcificación esparcidos con o sin
que los tumores benignos crecen paralelas a los planos ti- sombra acústica asociada. Cuando dichas calcificaciones
sulares normales 61 ,67,6S, son grandes y toscas (relacionadas normalmente con la
Ecogenicidad. Los cánceres tiroideos suelen ser hi- fibrosis y degeneración) los nódulos serán más probable-
poecoicos respecto al parénquima tiroideo normal adya- mente benignos, con una enfermedad de larga duración,
cente (ver Fig, 18-15). Por desgracia, muchos nódulos Cuando la calcificación es fina y puntiforme, sin embargo,
benignos también son hipoecoicos, De hecho, la mayoría será más probable que sea maligna. A nivel anatomopato-
de los nódulos hipoecoicos son benignos porque los nó- lógico, estas finas calcificaciones pueden ser secundarias a
dulos benignos son mucho más frecuentes que los nódu- cuerpos psamoma, habitualmente observados en los cán-
los malignos, Sin embargo, como se ha comprobado re- ceres papilares (ver Figs. 18-14 y 18-15),
cientemente, una marcada hipoecogenicidad es altamente Los carcinomas medulares tiroideos muestran con fre-
específica del diagnóstico de nódulo maligno, mientras cuencia unos focos ecogénicos brillantes, ya sea dentro
que la hipogenicidad que se suele observar en las lesiones del tumor primario o dentro de los ganglios linfáticos cer-
benignas suele ser menos llamativa67 , Un nódulo de pre- vicales afectados por metástasis 35 , Los focos ecogénicos ma-
dominio hiperecoico, aunque es algo relativamente infre- yores suelen asociarse con sombra acústica (ver Fig. 18-25).
cuente, es más probable que sea benign0 22 • Los nódulos . En su estudio histológico estas densidades se deben a una
isoecoicos, visibles por un borde periférico sonolucente fibrosis reactiva y calcificación alrededor de los depósitos
que los separa del parénquima normal adyacente, tienen de amiloide, que son típicos del carcinoma medular. En un
un riesgo bajo-intermedio de malignidad, La isoecogenici- contexto clínico adecuado (p, ej., síndrome NEM 11, au-
dad tiene una baja sensibilidad pero alta especificidad y mento de niveles de calcitonina sérica) el hallazgo de fo-
e valor predictivo positivo para el diagnóstico de nódulos cos ecogénicos dentro de un nódulo hipo ecoico tiroideo o
'o benignos67 , de una adenopatía cervical puede ser muy sugestivo de
'C:;
oCI) Halo. El halo sonolucente periférico que rodea de forma carcinoma medular.
(J)
completa o incompleta el nódulo tiroideo se observa en el Kakkos y cols.74 encontraron una fuerte asociación en-
60%-80% de los nódulos benignos y en e115% de los cán- tre las calcificaciones tiroideas detectadas ecográficamen-
ceres tiroideos 22,71 , Se cree que representan la cápsula del te y la malignidad tiroidea, especialmente en pacientes
nódulo, pero los nódulos hiperplásicos que no tienen cáp- jóvenes o en aquellos con un nódulo tiroideo solitario. Los
sula con frecuencia también presentan este signo ecográ- pacientes de menos de 40 años con nódulos calcificados
fico. La hipótesis de que representan un parénquima tiroi- constituyen un grupo de alto riesgo, ya que es cuatro veces
deo normal comprimido parece aceptable, especialmente más probable que sean portadores de neoplasia tiroidea
en el caso de cánceres tiroideos de rápido crecimiento, que otros pacientes de la misma edad sin calcificaciones
que con frecuencia son gruesos, irregulares y con halos intranodulares. Igualmente, la existencia de calcificacio-
incompletos (ver Fig. 18-15, C) que son hipovasculares o nes dentro de un nódulo solitario aumenta la incidencia
avasculares en el Doppler, La imagen de Doppler color o de malignidad. Por ello, estos pacientes tienen que eva-
potencia muestra que el halo delgado periférico completo, luarse más a fondo o someterse a un seguimiento.
que es muy sugestivo de nódulo benigno, representa va- De acuerdo con múltiples estudios de varios signos eco-
sos sanguíneos que recorren la periferia de la lesión; el gráficos observados en los nódulos tiroideos, las micro-
«patrón de canasta». calcificaciones muestran su precisión máxima (76%),
Bordes, Los nódulos tiroideos benignos tienden a presen- especificidad (93%) y valor predictivo positivo (70%) en
tar unos bordes nítidos, bien definidos, mientras que los las neoplasias como signo aislado. Sin embargo, la sensi-
malignos suelen ser irregulares, espiculados o mal delimi- bilidad es baja (36%) e insuficiente para que sea fiable en
tados, Sin embargo, en el caso de un nódulo concreto el la detección de neoplasias 30,32,67,74.
aspecto del borde externo no sirve para predecir de forma Patrón de flujo Doppler. Es bien conocido a partir de es-
fiable los rasgos histológicos, ya que se han identificado tudios histológicos que los nódulos más hiperplásicos son
lesiones hipovasculares y menos vasculares que el parén- el patrón de flujo intranodular alcanzó una especifici-
quima tiroideo normal. Por el contrario, la mayoría de los dad de 97,2% para el diagnóstico de malignidad tiroi-
carcinomas tiroideos mejor diferenciados son gene- dea 61 . En una publicación reciente, la existencia de al me-
ralmente hipervasculares, con vasos tortuosos e irregula- nos un hallazgo ecográfico maligno (más alto que ancho,
res y cortocircuitos arteriovenosos (ver Fig. 18-16). Los margen espiculado, hipogenicidad marcada, microcalcifi-
carcinomas mal diferenciados y anaplásicos suelen cación y macrocalcificación) tenía una sensibilidad del
ser hipovasculares debido a la extensa necrosis asociada 83,3%, especificidad del 74,0% y una precisión diagnósti-
con su rápido crecimiento (ver Fig. 18-26). ca del 78,0%67. La existencia de otros hallazgos (p. ej., cal-
El análisis cuantitativo de velocidades de flujo no es fia- . cificación del borde) mostró que carecía de significación
ble para distinguir entre nódulos benignos y malignos, y estadística para la diferenciación entre nódulos malignos
el único signo del Doppler que puede resultar útil es la y benignos.
distribución de los vasos. Con la tecnología actual, ningún ce
,...
nódulo tiroideo se muestra totalmente avascular o extre- Ecoelastografía o
'3
madamente hipovascular en la imagen del Doppler color Recientemente se ha desarrollado una técnica nueva: la ~
a.
o potencia. Las dos categorías principales de la distribu- ecoelastografía (o elastoecografía) que se aplica al es- (ti
O
ción de los vasos son los nódulos con vascularidad peri- tudio de nódulos tiroideos, siguiendo los resultados obte-
férica y los nódulos con vascularidad interior (con o sin nidos en nódulos mamarios'- La ecoelastografía propor-
componente periférico )20,21,7S. Estudios anteriores demos- ciona información de la elasticidad del tejido, basada en la
traron que el 80%-95% de los nódulos hiperplásicos, bo- premisa de que los procesos patológicos, como el cáncer,
ciosos y adenomatosos mostraban vascularidad perifé- alteran las propiedades físicas del tejido implicado. Las
rica, mientras que el 70%-90% de los tumores malignos mediciones de la ecoelastografía se realizan durante la ex-
mostraban una vascularidad interior, con o sin compo- ploración ecográfica, utilizando el mismo equipo ecográfi-
nente periférico s,IB,7s'77. Además, el índice de resistencia co y el mismo transductor. El explorador ejerce una ligera
(IR) de los vasos intranodulares era claramente mayor en presión con la sonda y selecciona la porción de la imagen
los nódulos malignos. En consecuencia, el patrón vascular que incluye el nódulo que pretende evaluar. El propósito
y el IR proporcionan una alta sensibilidad (92,3%) yespe- es adquirir dos imágenes ecográficas (antes y después de
cificidad (88%) para diferenciar tumores malignos y be- la compresión tisular) y registrar el desplazamiento tisu-
nignos 77 . Sin embargo, siguiendo otras publicaciones, la lar evaluando la propagación del haz, que proporciona
imagen con Dopplercolor no supuso una aportación fiable una medición precisa de la distorsión tisular 82,B3.
al diagnóstico ecográfico de los nódulos tiroideos 78'Bo . Con El elastograma ecográfico se muestra sobre una ecogra-
la generación actual de equipos de Doppler, que tienen fía típica en modo 8 en escala de grises con una escala de
una sensibilidad extremadamente alta para el flujo san- colores y se clasifica utilizando la puntuación de elastici-
guíneo, el solapamiento de ambas poblaciones de nódulos dad B4 . Para minimizar la variabilidad interobservadores e
aumenta claramente, con lo que se reduce la fiabilidad intraobservadores, la compresión con la mano libre apli-
diagnóstica de los signos ecográficosB 1. cada a la región del cuello se estandariza para mediciones
Los hallazgos en la escala de grises y Doppler color se- en tiempo real que se muestran en una escala numérica
rán altamente predictivos de malignidad solamente cuan- que permite mantener un nivel intermedio óptimo para la
do se observen múltiples signos simultáneamente en un evaluación elastográfica. Se han descrito cuatro patro-
nódul0 61,63,67. En una serie, la combinación de la ausencia nes en las evaluaciones elastográficas82.B3.Bs:
del signo del halo junto con las micro calcificaciones y Patrón 1: Elasticidad en todo el nódulo (Fig. 18-31).

~ Figura 18-31 Uso de la elastografía ecográfica para el nódulo tiroideo: hiperplasia nodular benigna (patrón
~ 1). A, Ecografía longitudinal convencional en modo-B y Doppler color que muestra un nódulo hipoecoico (flechas)
con halo periférico, artefactos interiores en hilo de cometa y patrón de flujo sanguíneo perilesional. B, Elastografía
ecográfica longitudinal en la misma localización que muestra un patrón 1 de color «suave".
'tJ Figura 18-32 Uso de la elastografía en el nódulo tiroideo: hiperplasia nodular benigna con cambios quísti-
~ cos (patrón 2). La mitad izquierda de la imagen muestra un nódulo quístico mal definido en la ecografía conven-
cional en escala de grises y modo-B. La mitad derecha del ecoelastograma del nódulo muestra un patrón de pre-
dominio elástico (verde) con pequeñas zonas interiores en forma de banda no elásticos.

Patrón 2: Elasticidad en una parte amplia del nódulo, gue una mayor precisión en nódulos pequeños y cuando
con aspecto inconstante de las zonas no elásticas (Fig. la biopsia con AAF no es diagnóstica o sigue una lesión
18-32). folicular, siempre que el nódulo sea sólido y esté despro-
Patrón 3: Presencia constante de grandes zonas no elásti- visto de gruesas calcificaciones.
cas en la periferia (Fig. 18-33).
Patrón 4: Uniformemente no elástica (Fig. 18-34). Guía para la biopsia con aguja
En publicaciones recientes de la literatura médica el 78%- La biopsia de las masas cervicales con aguja percutánea
100% de los nódulos benignos tienen una puntuación de 1-2, guiada mediante ecografía se ha convertido en una técni-
mientras que el 88%-96% de los nódulos malignos tienen ca importante en muchas situaciones clínicas. Su priríci-
una puntuación de 3-4. La sensibilidad fue del 82%-97%, es- pal ventaja es que ofrece una visualización continua en
pecificidad del 78%-100% valor predictivo positivo del 64%- tiempo real de la aguja, un requisito esencial para la biop-
81 % Yel valor predictivo nebativo del 91 %_98%83.88. sia de lesiones pequeñas. Muchos médicos utilizan una
e La especificidad y sensibilidad son relativamente inde- aguja de 25 G recurriendo a la capilaridad o a una mínima
'o pendientes del tamaño del nódulo. Sin embargo, se consi- succión con jeringa. Existen publicaciones sobre la utili-

en"
Q)

658 'tJ Figura 18-33 Uso de la elastografía ecográfica en el nódulo tiroideo: carcinoma tiroideo papilar (patrón 3).
~ A, Ecografía longitudinal convencional en modo-B que muestra un carcinoma papilar hipoecoico con márgenes
irregulares mal definidos (flecha). B, Elastografía ecográfica que muestra un patrón de predominio no elástico (azul)
con pequeñas zonas elásticas (verdes) en la parte posterior.
dad del uso de aguj as de corte mayores automatizadas comienda la evaluación del lóbulo contralateral para ex-
para un diagnostico patológico mejorad0 89,90. cluir la presencia de un nódulo residual.
La guía ecográfica se propone para todas las biopsias Los ganglios linfáticos cervicales tanto normales co-
tiroideas con aspiración, pero se recomienda de forma es- mo anormales pueden visualizarse de forma fiable me-
pecífica en tres situaciones. La primera de ellas es una ex- diante la ecografía de alta resolución. Tienden a alojarse
ploración física cuestionable o no concluyente cuando el en la cadena yugular interna y se extienden desde el nivel
nódulo se sospecha pero no se puede palpar con certeza. de las clavículas hasta el ángulo de la mandíbula o la re-
En estos pacientes la ecografía se utiliza para confirmar el gión del lecho tiroideo. Los ganglios linfáticos cervica-
nódulo y servir de guía para una biopsia precisa. El segun- les benignos normalmente tienen un perfil fino y ovalado
do escenario es el de los pacientes con elevado riesgo de y suelen exhibir una banda ecogénica central que repre-
cáncer tiroideo con una glándula normal en la exploración senta un hilio graso (Fig. 18-35). Los ganglios linfáticos
física pero un nódulo ya demostrado en la ecografía. En malignos se ubican más a menudo en el tercio inferior y c:o
T"'

este grupo están los pacientes con una historia previa de habitualmente son redondeados y sin hilio ecogénico, o
:;
radiación sobre cabeza o cuello, una historia familiar de probablemente por su obliteración por la infiltración tu- ~
Q.
síndrome de NEM 11 o una resección total o subtotal del moral (ver Fig. 18-17). Aunque con frecuencia los nódulos ca
(,)
tiroides por neoplasia. La tercera situación para una biop- malignos son hipoecoicos, también pueden ser difusa-
sia con guía ecográfica incluye a los pacientes con una mente ecogénicos, heterogéneos y contener calcificacio-
biopsia no concluyente o no diagnóstica realizada por pal- nes y cambios quísticos. También pueden observarse cal-
pación directa. Normalmente alrededor del 20% de las cificaciones en las metástasis nodales de neoplasias
muestras guiadas por palpación presentarán una citolo- tiroideas medulares o papilares y los cambios quísticos
gía no concluyente, casi siempre debido a la aspiración no son muy típicos del carcinoma papilar metastásico 92 • Ade-
diagnóstica de líquido de las lesiones quísticas. La ecogra- más, Lyshchik y cols.9 3 refirieron recientemente que en la
fía se utiliza en estos casos para dirigir la aguja de forma ecoelastografía, las adenopatías cervicales con un índice
selectiva hasta la porció n sólida de la masa. La precisión de deformación mayor de 1,5 eran habitualmente malig-
diagnóstica de la AAF es muy elevada, con una sensibili- nas (85 % de sensibilidad y 98% de especificidad).
dad de alrededor del 85% y especificidad del 99% en cen- Cuando la diferenciación entre benigno y maligno no
tros con experiencia amplia en el uso de estos procedi- sea posible con la ecografía, se suele recurrir a la AAF bajo
mientos 43. s0.91 . control e cográfico. En nuestra experiencia, la biopsia se
En pacientes sometid os a una resección tiroidea previa puede realizar con un alto grado de precisión en ganglios
por carcinoma, la AAF dirigida ecográficamente se ha con- cervicales de incluso 0,5 cm de diámetro 60 (Fig. 18-36).
vertido en un método importante para el diagnóstico pre- Además de los análisis citológicos, el «lavado» del aspira-
coz de enfermedad cervical recurrente o metastásica. En do remitirá para estudio con tiroglobulina, que es muy
pacientes sometidos a hemitiroidectomía por un nódulo preciso para el diagnóstico del cáncer metastásico papilar
benigno, con la detección de la muestra quirúrgica, se re- y folicular 94 .

~ Figura 18-34 Uso de la elastografía ecográfica en el nódulo tiroideo: carcinoma tiroideo papilar (patrón 4).
~ La mitad derecha de la imagen muestra un nódulo hipoecoico sólido (flecha) con microcalcificaciones, típico de un
carcinoma papilar. La mitad izquierda de la imagen muestra la elastografía ecográfica, que el nódulo es casi por
completo no-elástico (azulj patrón 4. Las pequeñas zonas elásticas que se observan en la parte posterior de la lesión son
artefactos debidos a las pulsaciones de la carótida subyacente.
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l~ ..., Figura 18-35 Ganglios linfáticos cervicales normales: la forma alargada es típica, Imágenes longitudinales.
:::J ~ A, Ganglio alargado y homogéneo excepto en el hilio central ecogénico. B, Ganglio alargado homogéneo normal
g cerca de la yugular sin hilio visible.
a.
1/)
O)
t: Guía para el tratamiento percutáneo La prevención de la recidiva del quiste requiere una in-
tU
a. Inyección de etanol de las lesiones tiroideas quísticas yección intranodular de un agente esclerosante. El etanol
1/)
benignas. Las lesiones que contienen líquido (normal- se viene utilizando con éxito en los últimos 20 años, a tra-
~
O) mente quistes coloidales) dan cuenta de alrededor del vés de una colocación precisa con ayuda de la guía ecográ-
'O 31 % de los nódulos tiroideos en la ecografía, pero menos

-
fica en tiempo real. El etanol se distribuye dentro de los
tU
,- del 1 % de ellos son quistes puros con cubierta epitelial s. tejidos por difusión e induce la deshidratación celular y la
~ El manejo de los nódulos tiroideos quísticos se basa pri- desnaturalización proteica, seguida de la necrosis por coa-
C)
O
mero en la biopsia con AAF para descartar la neoplasia. La gulación y fibros is reactiva. El líquido quístico se aspira
(,) simple aspiración puede acompañarse de la contracción totalmente con una aguja fina y entonces se instila etanol
W
definitiva de la lesión, pero la tasa de recidiva después de al 95% estéril bajo control ecográfic o en una cantidad que
la aspiración es alta: 10%-80%, dependiendo del número varía entre el 30% -60 % (depende de diferentes publica-
e de aspiraciones y del volumen del quiste; cuanto mayor ciones) del líquido aspirado (Fig, 18-37]97,98. Después el
'o
'C:; sea el volumen mayor el riesgo de recidiva 95 ,96.
oQ) etanol se puede aspirar en uno o dos días o quedar alojado
(JJ

..., Figura 18-36 Biopsia de un carcinoma papilar: recurrente del lecho tiroideo después de una tiroidectomía.
~ A, Ecografía transversal del lado d~rec~o del cuel!o ~ue mu~stra una masa .sólida (flechas) medial resp~cto a la
carótida (e) y vena yugular (J). B, BIopsia con aguja fina dirigida por ecografla que se observa en el Intenor de la
masa (flecha).
definitivamente en su lugar. En las cavidades quísticas riesgos anestesiológicos y quirúrgicos intrínsecos. El tra-
grandes se puede repetir este procedimiento una o dos ve- tamiento con yodo radiactivo requiere sesiones repetidas
ces después de varias semanas. El volumen de reducción antes de conseguir el eutiroidismo.
del quiste es más importante cuando se inyecta una canti- La inyección percutánea de etanol bajo control ecográfi-
dad mayor de etanol. Existe por tanto una relación entre el co se propuso por primera vez por Livraghi y cols. 101 en
volumen de etanol instilado y el efecto ablativo. 1990, y es una alternativa terapéutica. La difusión del eta-
La inyección de etanol suele tolerarse bien por el pa- nol ocasiona una lesión directa. La deshidratación celular
ciente. La complicación habitual es un dolor local leve o se sigue de la necrosis con coagulación inmediata y poste-
moderado y es consecuencia de la fuga de etanol por el riores cambios fibróticos. Se inyecta etanol estéril al 95%
tejido celular subcutáneo. Una complicación rara de la es- a través de una aguja de 21-22 G de raquianestesia con
cleroterapia con etanol es un hipertiroidismo transito- una punta cónica cerrada y tres orificios laterales termi-
rio, ronquera, hematoma y disnea. nales que permitirán la inyección de grandes cantidades c:o
.....
Se han referido tasas de éxito (desaparición total o reduc- de etanol, reduce el número de sesiones, aumenta el volu- o
'3
ción del volumen mayor del 70% del volumen inicial) con men de tratamiento y minimiza el riesgo de lesión del ner- ;t:
o.
este tratamiento que oscilan entre el 72%-95% en segui- vio laríngeo, debido a la difusión lateral del etanol. Se re- «1
(.)
mientos a largo plazo 9HOO y se consiguen sin alteraciones quieren varias sesiones de tratamiento (normalmente
en la función tiroidea. La inyección con etanol se considera 4-8), realizadas generalmente a intervalos de 2 días a 2
en algunas instituciones el tratamiento percutáneo de elec- semanas. La cantidad total administrada de etanol suele
ción de las lesiones quísticas de la glándula tiroidea. ser de 1,5 veces el volumen nodular.
Inyecciones de etanol de nódulos tiroideos con fun- La imagen con Doppler color y, si está disponible, la eco-
ción autónoma. Los nódulos tiroideos con actividad se- grafía con contraste serán muy valiosas para evaluar el
cretora y proliferativa independiente se definen como nó- resultado de la inyección de etanol. La reducción (hasta la
dulos tiroideos autónomos. En las gammagrafías con desaparición completa) de la vascularidad y el realce del
isótopos estos nódulos se muestran «calientes», en con- contraste están directamente relacionados con la necrosis
traste con la captación baja o ausente extranodular, pro- inducida por el etanol. Además, se puede elegir como ob-
bablemente por la avidez de captación del yodo y el grado jetivo la vascularidad residual después del tratamiento
de la hiperfunción tiroidea. Los pacientes pueden estar para conseguir una ablación completa 10z . La curación
tóxicos o no tóxi cos, dependiendo de la cantidad de hor- completa se define como la normalización del líquido li-
monas tiroideas segregadas. El nivel del hipertiroidismo bre de hormonas tiroideas y la reactivación de la tirotro-
suele ser proporcional al volumen del nódulo. Por ello, los pina sérica y del tejido extranodular. La curación parcial
nódulos autónomos hipertiroideos pueden ocasionar un se observa cuando se normalizan las hormonas tiroideas
amplio espectro de alteraciones funcionales, desde el eu- en el líquido y los niveles de tirotropina, pero el nódulo
tiroidismo (compensado) a un hipertiroidismo subclínico aún es visible en la gammagrafía101.103.
(pretóxico) y el hipertiroidismo clínico (tóxico). La inyección percutánea de etanol se suele tolerar gene-
El tratamiento actualmente disponible para los nódulos ralmente bien. Un efecto secundario frecuente es una que-
autónomos es la cirugía y el tratamiento con yodo radiac- mazón breve o un dolor moderado en el lugar de la inyec-
tivo. La cirugía es efectiva pero tiene la desventaja de sus ción, irradiado a las regiones mandibular o retroauricular.

661
..., Figura 18-37 Tratamiento con etanol de un quiste coloidal grande. A, Imagen transversal que muestra un gran
~ quiste col?idal con ag~ja en su interior. La inyección del etanol se muestra en forma de ecos de bajo nivel (E); Tr,
sombra aerea de la traquea. B, Imagen de seguimiento un mes después que muestra un componente quístico
grande que se ha resuelto prácticamente, dejando una glándula residual aumentada (flechas).
La retirada lenta de la aguja y el uso de agujas con múlti- ción percutánea de etanol (IPE) es un método efectivo y
ples orificios reducen este efecto. En algunos pacientes seguro de tratamiento de las adenopatías metastásicas li-
con nódulos grandes, cuando el tamaño de la necrosis es mitadas de un carcinoma tiroideo. En una revisión de 2002
grande, aparece fiebre que dura 2-3 días después del tra- de la Mayo Clinic, 14 pacientes sometidos previamente a
tamiento inicial. La única complicación importante es la tiroidectomía por carcinoma tiroideo papilar (CTP) acu-
lesión transitoria del nervio recurrente laríngeo y se ha dieron con adenopatías metastásicas en la imagen de se-
referido en el 1%-4% de los casos 81.B4. La lesión nerviosa guimiento ecográfico l15 . Cada adenopatía se trató con in-
inducida puede ser química o por compresión. La recupe- yección directa de etanol utili zando la guía ecográfica. Los
ración nerviosa completa es probable, ya que, a diferencia estudios de seguimiento a los dos años demostraron una
de lo que sucede en cirugía, no existe una interrupción reducción del 95% en el tamaño de las adenopatías trata-
anatómica del nervio. das. No se observaron complicaciones graves (parálisis
La eficacia de la respuesta es inversamente proporcio- recurrente del recurrente laríngeo, sangrado) en las series
nal al volumen del nódulo: cuanto más pequeño sea me- de la Mayo Clinic o en los 187 pacientes con nódulos de un
jor será la respuesta. La curación completa se ha visto en cáncer papilar tratados con IPE en el Hospital de Ita en Ja-
el 68%-100% de los nódulos pretóxicos y en el 50%- pón 1l6. Kim y cols. 117 refirieron unos resultados similares
89% de los nódulos tóxiCOSlOl·106. La inyección percutá- igualmente excelentes en 27 CTP de pacientes con cuatro
nea con etanol dirigida por ecografía es el tratamiento recidivas en el cuello. Todas las lesiones tratadas reduje-
de elección en pacientes añosos con contraindicaciones ron el tamaño de forma importante (media 93,6%). Llega-
para la cirugía, en mujeres embarazadas y en pacientes ron a la conclusión de que el !PE era una alternativa para
con nódulos grandes y autónomos (> 40 mI), además del controlar las recidivas en el cuello en pacientes selecciona-
tratamiento médico para conseguir el eutiroidismo con dos que eran malos candidatos para la cirugía.
mayor rapidez. La técnica de IPE es similar al método utilizado para el
Recientemente se ha referido el uso de la ablación por tratamiento percutáneo con etanol de los adenomas para-
radiofrecuencia (ARF) tanto con electrodos de enfria- tiroideos. Se fija una aguja de 25 G a una jeringa de tuber-
miento interno como multifacetados para el tratamiento culina que contiene hasta 1 mI de etanol estéril al 95%. La
de los nódulos tiroideos de función autónoma y casi siem- aguja se coloca con la guía ecográfica utilizando una técni-
pre en nódulos grandes que ocasionan síntomas compre- ca de mano libre que permite una colocación precisa de la
sivos. Se ha referido una considerable reducción en el ta- aguja dentro del nódulo (Fig. 18-38). Cada adenopatía se
maño (~50%) de las lesiones tratadas en todos los casos, inyecta en diversos puntos. La porción del ganglio inyecta-
y la completa normalización de la función tiroidea se con- da se hace hiperecoica debido a la formación de microbur-
siguió en el 24%-44% de los pacientesl07.108. bujas de gas. Normalmente después de 1 minuto, las zonas
Tratamiento percutáneo de los nódulos tiroideos «fríOS» hiperecoicas disminuyen. La aguja se reubica y se hacen
benignos sólidos solitarios. En pacientes con nódulos repetidas inyecciones hasta que la adenopatía parezca tra-
tiroideos benignos sólidos y solitarios «fríos» ya compro- tada de forma correcta. Los pacientes pueden experimen-
bados mediante biopsia, se ha propuesto la inyección con tar un dolor entre leve y moderado al inyectar el alcohol
etanol, fotocoagulación con láser intersticial y la ARF co- pero desaparece en minutos. En adenopatías pequeñas de
c: mo tratamiento percutáneo dirigido por ecografía para alrededor de 5 mm de diámetro una inyección aislada pue-
'o conseguir una considerable retracción del nódulo hasta de ser suficiente, pero si son mayores será necesaria una
'0
(.)
Q) convertirlo en una masa pequeña fibrosa-calcificada. Con nueva inyección al día siguiente para completar el trata-
en la inyección percutánea de etanol se consigue una reduc- miento. El seguimiento con ecografía a los 3 y 6 meses de-
ción media del nódulo del 84% (rango, 73%-98%) des- be mostrar una reducción en el tamaño de la adenopatía
pués de 3-10 sesiones 109 . Con la fotocoagulación intersti- en la mayoría de los casos. Si se visualiza el flujo sanguíneo
cial con láser de baja potencia, los volúmenes tiroideos en el nódulo antes del tratamiento, con frecuencia reduci-
medios se reducen el 40%-50% después de 6 meses, con rá su tamaño o desaparecerá en el seguimiento. Cuando en
una mejoría de los síntomas locales en cerca del 80% de el seguimiento el tamaño de la adenopatía no disminuye o
los pacientes y sin efectos secundariosllO·1l 2• queda un flujo sanguíneo residual en la exploración con
La ablación por radiofrecuencia con electrodos de refri- Doppler pulsado, se deberá repetir la inyección.
geración interna y baja potencia (20-70 W) también se ha Aunque desde el año 1993 estamos tratando con éxito
utilizado para el tratamiento de los nódulos tiroideos las adenopatías metastásicas cervicales, tanto del cáncer
fríos benignos, con una única sesión de ablación para un de células de Hürthle como del tiroideo medular, creemos
nódulo aislado. Se ha observado en el seguimiento una re- que el IPE se utilizó de forma óptima en pacientes selec-
ducción importante del volumen de los nódulos tratados cionados, especialmente en aquellos con múltiples ciru-
sin efectos adversos, pero se necesitan estudios con segui- gías cervicales que demostraron ser refractarios a la apli-
miento más largo para evaluar la eficacia y seguridad ll3 . cación repetida de yodo radiactivo. La mayoría de nuestros
Se han propuesto la ARF y la inyección con etanol como pacientes de la Mayo Clinic tratados con IPE mostraron
tratamiento de la enfermedad recidivante y también de estar en un estadio TNM I del CTP, cuya supervivencia
662 las adenopatías metastásicas en pacientes ya sometidos a causa-específica se aproxima al 100%, pero cuya calidad
cirugía previa ll4. de vida disminuye por las múltiples recidivas de adenopa-
Inyección percutánea de etanol de las adenopatías tías cervicales. De los 35 pacientes tratados entre 1993 y
metastásicas cervicales de carcinoma papilar. La inyec- 2004, e152% de las 56 adenopatías tratadas mediante IPE
,..
IX)

o
'3
,t::
C.
m
(,)

~ Figura 18-38 Tratamiento con etanol de metástasis tiroideas en una adenopatía cervical. A, Imagen longitu-
~ dinal de Doppler color que muestra un nódulo de aspecto patológico redondeado de 1,6 cm con moderada vas-
cularidad . S, La punta de una aguja de 25 G (flecha) está en el interior de la adenopatía. e, El efecto del etanol es
visible como un área focal hiperecoica (flecha) con la inyección y se debe a las microburbujas que se forman por la interac-
ción del etanol con los tejidos. Este aspecto hiperecoico dura entre varios segundos y unos minutos y se sigue de un as-
pecto normal o casi normal. Durante la inyección, la hiperecogenicidad es un marcador útil para identificar las zonas trata-
das. D, Imagen de seg uimiento a los 6 meses con Doppler potencia después de la inyección de etanol que muestra que la
adenopatía redujo llamativamente su tamaño (0,4 cm) y ya no está vascularizada. No fue preciso más tratamiento , salvo un
seguimiento cada 6-12 meses para confirmar la ausencia de cambios.

desaparecieron por completo y en el 48% restante eran Nódulo detectado de forma casual
aún identificables, pero redujeron considerablemente su Aunque utilizar la ecografía de alta frecuencia para detec-
tamaño y no mostraban flujo con el Doppler. Los pacientes tar los nódulos tiroideos no palpables y pequeños puede
en estadio 1fueron seguidos en promedio 5,6 años (rango, ser beneficioso en ciertos contextos clínicos, se puede
3-14 años) y no hubo crecimiento nuevo documentado de acompañar de problemas en otras circunstancias. ¿Cuál
ninguna de las adenopatías tratadas y ninguna de las ade- debe ser la actitud con algunos nódulos tiroideos detecta-
nopatías tratadas precisó intervención quirúrgica. En el dos de forma casual durante las exploraciones carotídeas,
último seguimiento el nivel de la tiroglobulina sérica me- paratiroideas y otras exploraciones ecográficas del cue-
663
dia (marcador tumoral) era casi indetectable: 0,3 ngjml y llo? El objetivo debe ser evitar evaluaciones costosas y
ninguno de los 35 pacientes presentaba ronquera des- extensas en la mayoría de pacientes con una enfermedad
pués de un tratamiento exitoso con ¡PElls. benigna, sin perder a la minoría de pacientes con un cán-
EVALUACIÓN DE LOS N0DULOS Prevalencia de los nódulos
DETECTADOS DE FOR~A C,ASUAL tiroideos
MEDIANTE ECOGRAFIA Método de detección Pacientes %
Nódulos de menos de 1,5 cm Autopsia 49

exploración física
Nódulos mayores de 1, 5 cm
----
• Seguimiento por palpación en la siguiente

• Evaluación normalmente mediante una AAF


Ecografía
Palpación
Cáncer oculto (autopsia)
Incidencia de cáncer (anual)
41
7
2
0,005

Nódulos son signos de malignidad


• Evaluación con AAF
mento real de la incidencia de cáncer tiroideo o es simple-
AAF, aspiración con aguja fina mente la consecuencia de una mayor tasa de detecciones
por el uso de métodos de diagnóstico por imagen como la
ecografía. Analizando los datos, Davies y WeIch 124 obser-
varon que la mayor incidencia se debía más a una mayor
cer tiroideo clínicamente significativo (Tabla 18-3). Para detección de enfermedad subclínica que a un aumento
comprender el reto de seleccionar los nódulos para su real en la incidencia de cáncer tiroideo. Su trabajo demos-
diagnóstico diferencial es necesaria una información de tró que el CTP daba cuenta de casi todo el aumento en la
soporte en las siguientes cuatro áreas: incidencia (Fig. 18-40). También demostraron que la ma-
1. La epidemia de los nódulos tiroideos se debe sobre yor tasa de detección se debía a cánceres tiroideos peque-
todo a la imagen ecográfica ños y subclínicos (Fig. 18-41). Es más, aunque la prevalen-
En la palpación física se estima que al menos el 7% de la cia del cáncer tiroideo casi se había duplicado en los
población de Estados Unidos tiene al menos un nódulo ti- últimos 30 años, la tasa de mortalidad se mantenía sin
roideo, pero también es cierto que existe una «epidemia» cambios (Fig. 18-42). Siguiendo a ROSS 12S: «considerando
de nódulos tiroideos detectados por ecografía. Existen es- la ansiedad, costes y complicaciones sufridas por muchos
tudios que demuestran que hasta el 67% de los pacientes de estos pacientes, sería razonable que nos planteáramos
tienen un nódul0 1l9• Nuestro estudio sobre 1.000 pacien- los beneficios de una mayor detección del cáncer».
tes consecutivos sometidos a ecografía con un transduc- 3. ¿Cuáles son los costes del uso frecuente de la biop-
tor de 10 MHz mostró una prevalencia del 41 0/0 120 . Este sia AAF para el manejo de los nódulos tiroideos de-
estudio también demostró una prevalencia creciente con tectados de forma casual?
la edad, equiparable a las tasas de prevalencia en autop- Si la biopsia con AAF se utiliza como el siguiente paso des-
sias adaptadas a la edad del paciente (Fig. 18-39). pués de la detección del nódulo, los costes para el pacien-
A partir de estos estudios parece razonable estimar que
más de 100 millones de estadounidenses tendrían nódulos
tiroideos en la ecografía. El problema de esta elevada tasa 100
de nódulos detectados de forma casual, los llamados «inci-
dental amas», ha llevado a algunos autores a preguntarse si ;g 80
~
es «el momento de apagar los ecógrafos»l21. La morbilidad en
o 60
y coste para los pacientes y la sociedad del diagnóstico dife- "5
'O
rencial de estos nódulos puede sobrepasar de lejos el bene- 'o
e
ficio de detectar un cáncer tiroideo oculto, ya que además la e 40
o
ü
gran mayoría de los cánceres tiroideos se comportan de Ü
ro 20
forma benigna. En concreto, los pacientes con CTP tienen c..
un 99% de supervivencia a los 10 años y aproximadamente
una supervivencia del 95% a los 30 añosS7•122 .
o
2. La incidencia del cáncer tiroideo está aumentando. o 10 20 30 40 50 60 70 80 90
En los últimos 50 años los patólogos refirieron que el Edad (años)
cáncer tiroideo clínicamente insignificante era sin embar-
go un hallazgo común en las autopsias. En los años 80 Ha- ~ Figura 18-39 Prevalencia de los nódulos tiroi-
rach y cols. 123 estudiaron glándulas tiroideas seccionadas ~ deos en la autopsia y ecografía. La autopsia
(círculos azules) reveló nódulos tiroideos en un
en cortes finos en autopsias y observaron que el 36% te-
promedio del 49% de los pacientes en el año 1955 y en la
nían cáncer tiroideo oculto. Llegaron a la conclusión de ecografía (círculos naranjas) se detectaron nódulos tiroi-
que si hubieran cortado las secciones de glándula tiroidea deos en el 41 % de los pacientes estudiados en el año
aún más finas, prácticamente todas las personas habrían 1985, en ambos casos se relaciona con la edad del pacien-
664 tenido un cáncer tiroideo, y que el CTP oculto era un ha- te. (De Horlocker TT, Hay JE, James EM, y cals. Prevalence
llazgo «normal» en las autopsias. af incidental nadular thyroid disease detected during high-
En las tres últimas décadas, en Norteamérica, la inci- resalutian parathyroid ultrasanagraphy. En Medeiros-Neta
dencia de cáncer tiroideo casi se ha duplicado 124 • Esto G, Gaitlin F, editores, Frontiers in Thyroidology, Vol 2, New
York, 1986, Plenum, pp 1309-1312.)
plantea la cuestión de si el incremento se debe a un au-
te y la sociedad serán grandes, pero cuando la biopsia AAF TENDENCIAS DEL CÁNCER TIROIDEO
se considera como un «patrón oro» para el diagnóstico del 1973-2002

nódulo se trata de una técnica imperfecta por varios moti- 9


vos. En primer lugar, los resultados no son diagnósticos o - Todos
o
o 8 - Papilar
en el 10%-20% de los casos 91.126 . En segundo lugar, existe ci - Folicular
o 7
una tasa de falsos negativos del 3%_5%127. En tercer lugar, - Poco diferenciado
la experiencia en la interpretación varía ampliamente de-
es
o. 6
ca
pendiendo de la citopatología del nódulo tiroideo. Por '5 5
e
al
desgracia, en centros con menor experiencia, el informe "O 4
'5
de «presencia de células foliculares que no permiten ex- e 3
al
cluir neoplasia» es más fre cuente que en centros con ma-
-
"O
en 2 ca
yor experiencia en la interpretación. Este informe habi- ca
en
tualmente tiende a recomendar la extirpación quirúrgica, ~ o
O "3
y en base a estas consideraciones, el 18% de todos los :t::
1973 1975 1979 1982 1985 1988 1991 1994 1997 2000 C.
pacientes a quienes se les hizo una biopsia AAF se some- IU
()
ten a cirugía de extirpación del nódulo en base a resulta- Año
dos positivos, sospechosos o no diagnósticos, y la mayor 't1J Figura 18-40 Cáncer tiroideo: incidencia. Gráfi-
parte de dichos nódulos resultan ser benignos91.128.129. En- ~ co que muestra la incidencia creciente de cáncer
tre estos pacientes quirúrgicos solamente el 15%-32% tiroideo en Norteamérica durante las últimas tres
tienen cáncer81 .128 . Por tanto, la mayoría de los pacientes décadas. Obsérvese que el tipo de neoplasia tiroidea es
casi siempre un carcinoma papilar. El incremento de la in-
operados de un nódulo tiroideo se intervinieron de una
cidencia se debe a una mayor tasa de detección con mé-
enfermedad nodular benigna y clínicamente irrelevante. todos de diagnóstico por imagen como la ecografía, más
Debe considerarse también el coste potencial de la biop- que a un aumento real en la incidencia de cáncer tiroideo.
sia con AAF en el diagnóstico diferencial de estos nódulos.
A título de comentario, se supone que a 1 millón de la
personas entre los 300 millones de los Estados Unidos se
les explora el tiroides con ecografía de alta frecuencia y en más alto que ancho y bordes irregulares y gruesos y tam-
casi el 40% de ellos se detectan uno o más nódulos tiroi- bién en las lesiones que contengan microcaIcificaciones.
deos. Por tanto, 400.000 personas tienen uno o más nódu-
los tiroideos detectados mediante la ecografía. Si se asume.
un costo de aproximadamente 1.500 $ por una biopsia AAF , ENFERMEDAD TIROIDEA DIFUSA
dirigida ecográficamente, mas el coste de estudio citopato-
lógico, se habrían gastado 600 millones de dólares para ex-
cluir o detectar el cáncer tiroideo en este grupo. Si el 18% Muchas enfermedades tiroideas se caracterizan por una
de estas biopsias AAF son sospechosas o no diagnósticas, afectación más difusa que focal. Esto supone habitual-
se pondrían en marcha 72.000 procedimientos con un cos- mente una hipertrofia generalizada de la glándula (bo-
te individual de 20.000 $, lo que arroja un coste adicional cio) y que no se palpen nódulos. Las situaciones específi-
de 144 millones de dólares. Por último, un 5%, o aproxima- cas que causan dicha hipertrofia generalizada son la
damente 3.600 pacientes, podrían experimentar una mor- tiroiditis Iinfocitaria crónica autoinmune (tiroiditis de
bilidad postoperatoria importante, con ronquera, hipopa-
ratiroidismo y dolor de larga evolución l 30 . Está claro que CÁNCER TIROID'EO PAPILAR: INCIDENCIA POR TAMAÑO
este tipo de manejo agresivo de los nódulos tiroideos impli- 1988-2002
ca unos enormes gastos en cuidados sanitarios y podría
4,0
tener un impacto clínico extremadamente negativo. o
o
4. ¿Qué tipo de nódulos descubiertos de forma casual o 3,5
ci
o
deben estudiarse? 3,0
Debido a la cantidad de nódulos detectados de forma es
o. 2,5
ca 1,1-2,0 cm
casual en la ecografía, el abordaje terapéutico debe per- '5
e 2,0
mitir que el máximo número de pacientes con cánceres al
"O
relevantes sean investigados y, sobre todo, se le debe aho- '5 1,5
.~
rrar a la mayoría de las lesiones benignas diagnósticos al
"O 1,0
en
diferenciales costosos y potencialmente perjudiciales. ca 0,5
en
Con este objetivo en mente, muchos abordajes, como el ~
O
nuestro propio, han demostrado que es al tiempo impru- 1988 1990 1992 1994 1996 1998 2000 2002
dente y poco práctico buscar el diagnóstico de la mayor
Año
parte de los pequeños nódulos detectados de forma ca-
't1J Figura 18-41 Cáncer tiroideo: incidencia por
665
sual en la ecografía. Cuando es técnicamente posible obte-
nemos una biopsia con AAF de las lesiones que muestran ~ tamaño del tumor. Obsérvese que la creciente
unos hallazgos ecográficos que se asocian claramente con incidencia es sobre todo la consecuencia de de-
tección de los tumores más pequeños.
malignidad, como una marcada heterogenicidad, perfil
INCIDENCIA Y MORTALIDAD DEL CÁNCER TIROIDEO
1973-2002
ENFERMEDADES DIFUSAS
g 9
DEL TIROIDES
g 8 • Tiroiditis supurativa aguda
o
7 • Tiroiditis granulomatos subaguda
o
el.6
• Tiroiditis de Hashimoto (tlroidiUs linfocitaria
.~ 5
e crónica) ~
~ 4
• Bocio adenomatoso o coloideo
:~ 3
~ 2
• Tiroiditis indolora (silente)
¡(l 1 Mortalidad
(f)

~OT--...,......-...,......-""'--""'--.----.----r-----'-"""'T-
1973 1976 1979 1982 1985 1988 1991 1994 1997 2000
Año
'tJ Figura 18-42 Cáncer tiroideo: incidencia frente lóbulo hipertrófico. El hallazgo ecográfico de una altera-
~ a mortalidad. Aunque la tasa de cáncer tiroideo ción generalizada del parénquima puede alertar al médi-
se ha duplicado en los últimos 30 años, la mortali- co para que se plantee una enfermedad tiroidea difusa
dad sigue sin cambios a lo largo de dicho periodo.
como causa subyacente. La AAF con soporte ecográfico, si
fuera necesaria, se realizará cuando se detecte un nódulo.
La detección de una hipertrofia tiroidea difusa en la eco-
Hashimoto), el bocio coloideo o adenomatoso y la enfer- grafía se ve facilitada cuando se observa un grosor del ist-
medad de Graves. Estas patologías se diagnostican habi- mo, normalmente un puente delgado de tejido que mide
tualmente a partir de hallazgos clínicos y de laboratorio y solamente unos milímetros en la dimensión AP. En la hi-
en ocasiones de la biopsia con AAF. Pocas veces estará in- pertrofia difusa del tiroides el istmo puede alcanzar hasta
dicada la ecografía aunque podrá ser útil cuando una en- 1 cm o más de grosor.
fermedad difusa subyacente ocasione una asimetría de la Cada tipo de tiroiditis, incluida la tiroiditis supurativa,
hipertrofia tiroidea, que pueda sugerir una masa en un tiroiditis granulomatosa (enfermedad de De Quervain) y

s::
'o
'0
u
Q)
en

'tJ Figura 18-43 Áreas focales de tiroiditis


~ subaguda. A, Doppler potencia longitudinal
del tiroides que muestra áreas hipoecoicas mal
definidas (flechas) secundarias a una tiroiditis subaguda
con la aspiración con aguja fina. B, Imagen longitudinal
666 de otro paciente que muestra una zona hipoecoica mal
definida (flechas). C, Este área vuelve a la normalidad
en un nuevo estudio en el seguimiento 4 semanas des-
pués del tratamiento médico.
la tiroiditis crónica linfocitaria (enfermedad de Hashimo- poecoica y heterogénea con detritus interiores, con o sin
to) muestra unos signos clínicos y de laboratorio distin- septos y gas. Con frecuencia se aprecian además nódulos
tos 132 . La tiroiditis supurativa aguda es una enfermedad inflamatorios.
inflamatoria rara que normalmente se debe a una infec- La tiroiditis granulomatosa subaguda o de De Quer-
ción bacteriana y afecta a niños. La ecografía puede ser vain es una enfermedad inflamatoria, espontáneamente
útil en pacientes seleccionados para detectar el desarrollo autolimitada, cuya causa probablemente sea una infec-
de un absceso tiroideo. La infección suele comenzar en los ción viral. Los signos clínicos son fiebre, hipertrofia de la
tejidos blandos peritiroideos. En las imágenes ecográficas glándula y dolor a la palpación. En la ecografía, la glándula
se observa el absceso como una masa mal definida, hi- estará hipertrofiada e hipoecoica, con una vascularidad

co
,...
o
"3
~
C.
«1
O

~ Figura 18-44 Tiroiditis de Hashimóto: micronodularidad. Imagen A, transversal y B, longitudinal del lóbulo iz-
~ quierdo que muestran múltiples nódulos hipoecoicos pequeños por infiltración linfocitaria del parénquima. e y D, 667
Imágenes longitudinales en otro paciente que muestran múltiples nódulos pequeños y un flujo aumentado en el
Doppler potencia. Este aumento del flujo puede indicar una fase aguda de la tiroiditis. E y F, Imágenes longitudinales de
otro paciente que muestra nódulos diminutos múltiples y un flujo reducido con el Doppler color. El flujo sanguíneo es normal
o reducido en la mayoría de las tiroiditis de Hashimoto.
(ti
CJ
'C
....
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'C
el)
a.
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CJ
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el)
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el)
a.
m
el) ..., Figura 18-45 Tiroiditis de Hashimoto: septos gruesos, A, Imagen transversal dual de un tiroides que muestra
t:
(ti ~ una llamativa hipertrofia difusa de ambos lóbulos y del istmo. Existen múltiples ecos lineales brillantes a lo largo de
a. todo el parénquima hipoecoico ocasionados por infiltración linfocitaria de la glándula con gruesas tabicaciones por
m bandas fibrosas. Tr, sombra de aire traqueal. Imágenes B, transversal y e, longitudinal de otro paciente que muestran sep-
~ tos lineales ecogénicos por toda la glándula. D, Imagen longitudinal de otro paciente que muestra áreas lineales gruesas
el)
'O que separan regiones hipoecoicas separadas.

....,~
(ti
lo.. normal o reducida derivada de un edema difuso de la evaluar la evolución de la enfermedad de De Quervain
el
o glándula. El proceso puede manifestarse en forma de zo- después del tratamiento médico.
CJ nas focales hipoecoicas 133.134 (Fig. 18-43). Aunque normal-
w El tipo de tiroiditis más habitual es la tiroiditis crónica
mente no es necesario, puede utilizarse la ecografía para linfocitaria autoinmune o tiroiditis de Hashimoto. Ha-
c:
'o
'(3
(,)
CI)
en

..., Figura 18-47 Tiroiditis de Hashimoto con cán-


~ cer tiroideo papilar, Imagen longitudinal que
muestra la típica tiroiditis de Hashimoto (microno-
668 ..., Figura 18-46 Tiroiditis de Hashimoto: nódulo, dularidad) y un nódulo dominante hipoecoico (flecha) en el
~ Imagen longitudinal que muestra un nódulo hi- polo superior debida a un carcinoma papilar tiroideo. El
poecoico (flechas) poco llamativo que se compro- nódulo dominante en una tiroiditis de Hashimoto debe
bó que era una tiroiditis de Hashimoto en la biopsia con considerarse «indeterminado» y debe realizarse una aspi-
aspiración con aguja fina. ración con aguja fina.
con un valor predictivo positivo del 94,7%135. En las mues-
tras anatomopatológicas, los micronódulos representan
los lóbulos del parél)quima tiroideo infiltrados por linfo-
citos y células plasmáticas. Estos lóbulos están rodeados
por múltiples tabiques fibrosos ecogénicos (Fig. 18-45).
Estos septos fibrosos dan al parénquima el aspecto de
«pseudolobulado». Tanto los lóbulos tiroideos benignos
como los malignos pueden coexistir con la tiroiditis cróni-
ca linfocitaria y con frecuencia será necesaria la AAF para
llegar al diagnóstico definitivo (Figs. 18-46 a 18-48). Al
igual que en otras enfermedades autoinmunes, existe un
mayor riesgo de malignidad, casi siempre relacionada con c:o
~

ellinfoma maligno de células B. o


:;
La vascularidad en la imagen de Dopplercolor es normal ;!::
Q.
o reducida en muchos pacientes con el diagnóstico de ti- cu
O
roiditis de Hashimoto (ver Fig. 18-44). En ocasiones, la
hipervascularidad recuerda el «infierno tiroideo» de la
fttJ Figura 18-48 Linfoma en la tiroiditis de Hashi- enfermedad de Graves. En una publicación se sugiere que
~ moto. Imagen transversal de un lóbulo izquierdo la hipervascularidad se produce cuando se desarrolla un
que muestra una hipertrofia difusa hipoecoica se- hipotiroidismo, quizás debido a la estimulación por los
cundaria a un linfoma en una glándula con tiroiditis de elevados niveles de tirotropina (TSH) 137. Con frecuencia
Hashimoto; Tr, sombra de aire de la tráquea. existe una linfadenopatía cervical, más evidente cerca del
polo inferior de la glándula tiroidea (Fig. 18-49). En la fase
final de la tiroiditis crónica se produce la atrofia y la glán-
bitualmente cursa con una hipertrofia indolora y difusa dula tiroidea será pequeña, con bordes mal definidos y
de la glándula ti roidea en mujeres jóvenes o de media
edad y se suele asociar a hipotiroidismo. Es la causa más
habitual de hipotiroidismo en Norteamérica. Los pacien-
tes con una enfermedad auto inmune desarrollan anti-
cuerpos contra su propia tiroglobulina y también contra
la principal enzima de la hormonogénesis tiroidea, la pe-
roxidasa tiroidea (POT). El aspecto ecográfico típico de la
tiroiditis de Hashimoto es una eco textura difusamente
engrosada del parénquima, generalmente más hipoecoi-
ca, que en el tiroides normaP30 (Fig. 18-44). En la mayoría
de los casos la glándula estará engrosada La presencia de
múltiples micronódulos hipoecoicos de 1-6 mm de diá-
metro es muy sugestiva de tiroiditis crónica y este aspecto
se conoce como micronodulación (Fig. 18-44). La micro-
nodulación es un signo muy sensible de tiroiditis crónica

..., Figura 18-50 Hipertiroidismo: enfermedad de


~ Graves. A, Imagen dual transversal de una glán-
dula tiroidea con una marcada hipertrofia difusa
fttJ Figura 18-49 Tiroiditis de Hashimoto con ade- de ambos lóbulos tiroideos y del istmo. La glándula es di-
~ nopatías hiperplásicas hipertrofiadas. Imagen fusamente hipoecoica. B, Imagen de Dopplercolor del ló-
longitudinal con micronodularidad de una tiroiditis bulo izquierdo que muestra un aumento de la vascularidad,
de Hashimoto y una adenopatía hipertrófica (flecha) por que indica una fase aguda en la evolución de la enferme-
debajo del polo inferior. dad de Graves. Tr, tráquea.
hipotiroidismo de grado variable. En la tiroiditis postpar-
to, la progresión al hipotiroidismo es más frecuente. En la
mayoría de los casos la enferm edad remite espontánea-
mente en 3-6 meses y la glándula puede recuperar un as-
pecto normal.
Aunque el aspecto de falta de homogeneidad y microno-
dularidad parenquimatosa difusa sea típico de la tiroiditis
de Hashimoto, otras patologías tiroideas, con mayor fre -
cuencia el bocio mulÚnodular y adenomatoso, pueden
mostrar un aspecto parecido. La mayoría de los pacientes
con bocio adenomatoso presentan numerosos nódulos de
pequeño tamaño separados por parénquima tiroideo de
aspecto normal (ver Fig. 18-29). Otros presentan hiper-
trofia con unos polos glandulares redondeados, falta de
homogeneidad de la glándula y no se reconoce tejido nor-
mal. El bocio adenomatoso afecta a las mujeres con una
frecuencia que triplica la de los hombres. .
La enfermedad de Graves es una alteración frecuente
de la glándula tiroidea que se caracteriza a nivel bioquími-
co por la hiperfunción (tirotoxicosis). La ecotextura pue-
de ser más «no-homogénea» que en el bocio difuso, sobre
todo por los numerosos vasos grandes intraparenquima-
tosos. Además, especialmente en pacientes jóvenes, el pa-
rénquima puede ser difusamente hipoecoico por la infil-
tración difusa linfocitaria o el contenido de predominio
celular del parénquima, que casi carece de sustancia co-
loidal. La ecografía-Doppler suele mostrar un patrón hi-
pervascular, que se conoce como «infierno tiroideo»
(Fig. 18-50). El Doppler espectral mostrará con frecuencia
velocidades sistólicas pico que sobrepasan los 70 cm/s,
que es la velocidad más elevada detectada en la enferme-
dad tiroidea. No existe correlación entre el grado de hi-
.""" Figura 18-51 Estruma de Reidel (tiroiditis fibro- perfunción tiroidea detectada en laboratorio y la exten-
~ sa invasiva). A, EcografíaDoppler color-dual trans- sión de la hipervascularidad o velocidades de flujo
versal de un tiroides que muestra un proceso hi- sanguíneo. En estudios previos se observó que podría uti-
poecoico difuso en el lóbulo derecho que se extiende lizarse el análisis con Doppler para monitorizar la res-
alrededor de la arteria carótida común (flechas). Tr, tráquea.
c:: puesta terapéutica de pacientes con la enfermedad de
'o B, Imagen longitudinal Doppler potencia de la arteria caróti-
'0 da común que muestra una masa de tejido blando hipoecoi-
Graves 138 • Se ha referido una co nsiderable reducción de
(,)
Q)
co (flechas) que engloba el vaso. e, TC con contraste que las velocidades de flujo en las arterias tiroideas superior e
rn inferior después del tratami ento médico.
muestra una leve hipertrofia del lóbulo tiroideo derecho y
engrosamiento del tejido blando (flechas) alrededor de la ar- El tipo más raro de enfermedad tiroidea inflamatoria es
teria carótida derecha común. Como hallazgo casual se de- la tiroiditis fibrosa invasiva, también llamada estruma
tecta una dilatación rellena de aire del esófago (E). de Riedel 132 . Esta enfermedad afecta sobre todo a mujeres
y con frecuencia progresa hasta la completa destrucción de
la glándula. En algunos casos se asocia a una fibrosis me-
diastínica o retroperitoneal o colangitis esclerosan te. En
textura heterogénea por la fibrosis progresiva. No existi- los pocos casos de tiroiditis fibrosa invasiva que se han
rán señales de flujo y en ocasiones pueden apreciarse nó- estudiado mediante ecografía, la glándula estaba difusa-
dulos; será necesaria la biopsia AAF para llegar al diag- mente hipertrófica y con una ecotextura parenquimatosa
nóstico 136 • no homogénea. La principal indicación de la ecografía es la
La tiroiditis indolora (silente) muestra un patrón his- de evaluar la extensión extratiroidea del proceso inflama-
tológico y eco gráfico típico de la tiroiditis autoinmune torio, con su afectación de vasos adyacentes (Fig. 18-51).
crónica (hipogenicidad, micronodulación y fibrosis) pero Dicha información puede ser especialmente relevante pa-
presenta signos clínicos que recuerdan la tiroiditis suba- ra el planteamiento quirúrgico. Habitualmente se requie-
guda clásica, con excepción de los nódulos dolorosos. Sue- re una biopsia abierta para distinguir esta patología del
le cursar con un moderado hipertiroidismo e hipertrofia carcinoma tiroideo anaplásico. Los hallazgos eco gráficos
670 tiroidea en la fase precoz, en algunos casos seguida de un de estas dos patologías pueden ser idénticos.
Capítulo 19

GLÁNDULAS PARATIROIDES
Bonnie J. Huppert y Carl C. Reading

La ecografía de alta frecuencia es una técnica de imagen picas de cuello o mediastino. Se produce una simetría
no invasiva muy implantada para la evaluación y trata- respecto a referencias fijas en el 70%-80%, por lo que
miento de pacientes con patología paratiroidea. La eco- normalmente se pueden hacer comparaciones entre am-
grafía se utiliza con frecuen cia para la localización preope- bos lados 3.4. La glándula superior ectópica normalmente
ratoria de glándulas hipertróficas o de adenomas en se aloja posterior al esófago o en el surco traqueoesofági-
pacientes con hiperparatiroidismo. También se recurre a co, en el espacio retro faríngeo o ha continuado su descen-
la ecografía como guía en biopsias percutáneas en caso de so desde el cuello posterior hasta el mediastino postero-
sospecha de adenoma paratiroideo o en glándulas hiper- superiors.6. Las glándulas superiores se encuentran con
tróficas, especialmente en pacientes con un hiperparati- menor frecuencia por encima del cuello o cerca de la parte
roidismo persistente o recurrente y en pacientes con sos- alta del lóbulo tiroideo o en raros casos se encuentran ro-
pecha de glándulas ectópicas. En pacientes seleccionados,
la ecografía se utiliza como guía de la ablación percutánea
con etanol de los adenomas paratiroideos como alternati-
va al tratamiento quirúrgico. Paratiroides Paratiroides
superior inferior

EMBRIOLOGíA Y ANATOMíA

Los dos pares, superior e inferior, de glándulas paratiroi-


deas tienen un origen embrionario distinto y el conoci-
miento de su desarrollo ayuda a comprender sus ubicacio-
nes definitivas l . 3 . Las glándulas paratiroideas superiores
se originan a partir del cuarto arco branquial junto con los
lóbulos laterales de la glándula tiroides. Se produce una
mínima migración durante el desarrollo fetal y la paratiroi-
des superior normalmente se mantiene asociada a la cara
posterior de la porción media y superior de la glándula ti-
roides. La mayor parte de las glándulas paratiroideas su-
periores (> 80%) se detectan durante la autopsia dentro no por encima:
de una zona de 2 cm justo por encima del cruce del nervio ----- - 0,5 cm
laríngeo recurrente y la arteria tiroidea inferior4 •
Las glándulas paratiroideas inferiores surgen del ar- ------- 1,0 cm
co branquial tercero junto con el timo. Durante el desarro- ------ - 2,0 cm
llo fetal estas glándulas paratímicas migran en sentido
------ - 3,0 cm
caudal junto con el timo a un plano más anterior que su
contrapartida superior, sorteando las glándulas superio- ------ - 4,0 cm
res para convertirse en las glándulas inferiores 3 • Debido a
su mayor migración caudal, las glándulas paratiroideas
inferiores son más variables en su localización que las
glándulas superiores y pueden detectarse en cualquier
punto comprendido entre el ángulo de la mandíbula y el fIt¡J Figura 19-1 Ubicación de las glándulas tiroi-
pericardio. Casi todas las glándulas paratiroideas inferio- ~ deas. Frecuencia en la ubicación de las glándulas
res (> 60%) se alojan en la cara posterior del polo inferior paratiroideas superior e inferior. Esquema anató-
del tiroides o justo por debaj 0 4 (Fig. 19-1). mico de 527 autopsias, T, timo. (Modificado de Gilmour JR,
Un porcentaje significativo de las glándulas paratiroi- The gross anatomy of the parathyroid glands, J Pathol
1938;46: 133-148.)
deas se aloja en posiciones relativas o francamente ectó-
deadas por tejido tiroideo dentro de la cápsula tiroidea 4.
~,
Las glándulas paratiroideas inferiores son ectópicas con : ", HIPERPARATIROIDISMO PRIMARIO
mayor frecuencia que sus contrapartidas superiores 4 •6. Al- '~
rededor del 25% de las glándulas paratiroideas inferiores
consiguen separarse totalmente del timo y siguen emi- Prevalencia
grando en dirección anteroinferior y se encuentran en el El hiperparatiroidismo primario se reconoce ahora como
cuello bajo junto al ligamento tirotímico o inmersas den- una patología endocrina frecuen te, con una prevalencia
tro del timo, o adyacentes, en el cuello bajo y mediastino en Estados Unidos de 1-2/1.000 habitantes 14. Las mujeres
anterosuperior. Como posiciones ectópicas menos fre- se afectan con una frecuencia entre dos y tres veces la de
cuentes de las glándulas paratiroideas inferiores destacan los hombres, especialmente después de la menopausia.
una posición alta en el cuello anterior, no descendida, an- Más de la mitad de los pacientes con hiperparatiroidismo
terior a la bifurcación carotídea con el resto del timo y primario sobrepasan los 50 años y son raros los casos por
más baja en el cuello junto o dentro de la vaina carotídea 7• debajo de los 20 años.
En otros raros casos, las glándulas ectópicas también se
han descrito en el mediastino y posteriores a esófago y Diagnóstico
carina, en la ventana aortopulmonar, dentro del pericar- Se suele sospechar un hiperparatiroidismo primario a
dio o incluso más lejos lateralmente dentro de triángulo partir del aumento de los niveles de calcio en un cribado
posterior del cuello. bioquímico de rutina. Los niveles elevados de calcio ióni-
La mayoría de los adultos tienen cuatro glándulas para- ca, hipofosfatemia e hipercalciuria son otros datos que
tiroideas, dos superiores y dos inferiores, cada una mide apoyan este diagnóstico. Un nivel de PTH sérica que esté
5 x 3 x 1 mm, con un peso medio de 35-40 mg (rango 10- «alto de forma inapropiada» para el nivel correspondien-
78 mg]3-s. Se han descrito glándulas supernumerarias te de calcio confirma el diagnóstico. Incluso cuando el ni-
(>4) en relación con la separación del esbozo paratiroi- vel de la PTH esté dentro del límite superior del rango
deo cuando se separa de las estructuras branquiales du- normal en un paciente hipercalcémico, se sospechará el
rante la compleja fase embriológica branquiaI 9•10. Estas diagnóstico de hiperparatiroidismo primario, ya que la hi-
glándulas supernumerarias se asocian con frecuencia al percalcemia por otras causas no paratiroideas (incluidas
timo en el mediastino anterior, lo que sugiere una rela- las neoplasias) debe suprimir la función glandular y redu-
ción en su desarrollo con las glándulas paratiroideas infe- cir el nivel de PTH sérica. Debido a la detección más pre-
riores l1 . Se han referido glándulas supernumerarias en coz con las crecientes pruebas de laboratorio de rutina,
un 13% de la población en estudios de autopsia 3.4, sin em- cuando acuden no suelen presentar los clásicos signos de
bargo, muchas de ellas son glándulas rudimentarias, pe- hiperparatiroidismo: «huesos dolorosos, cálculos renales,
queñas o desdobladas. Las glándulas supernumerarias molestias abdominales y molestias psíquicas». Muchos
propiamente dichas (>5 mg y localizadas lejos de las pacientes se diagnostican actualm ente antes de que pre-
otras cuatro glándulas) se detectan en un 5% de los ca- senten manifestaciones de hiperparatiroidismo como la
sos. La existencia de menos de cuatro glándulas paratiroi- nefrolitiasis, osteopenia, reabsorción subperióstica y
deas es rara clínicamente, pero se ha referido en casi el osteítis fibrosa quística. En general, los pacientes rara
r:: 3% de las autopsias. vez tienen unos síntomas claros, salvo que su nivel de cal-
'0
.C) Las glándulas paratiroideas varían de un color amari- cio exceda los 12 mg/dl. Sin embargo, pueden presentar
(,)
Q) llo a rojo-marrón, dependiendo del grado de vasculariza- unos síntomas sutiles como la debilidad muscular, males-
en ción y el contenido relativo de parénquima amarillo gra- tar, estreñimiento, dispepsia, polidipsia y poliuria, que
so y células principales s. Las células principales son la puede referir el paciente que por lo demás está asintomá-
fuente principal de la producción de hormona parati- tico cuando se le somete a un interrogatorio más dirigido.
roidea (PTH, parathormona). El porcentaje de grasa
glandular aumenta habitualmente con la edad o con una Patología
atrofia difusa. Las glándulas hiperfuncionantes por un El hiperparatiroidismo primario se debe a un adenoma
adenoma o hiperplasia contienen menor proporción de simple en el 80%-90% de los casos, a una hipertrofia
grasa y son vasculares y por tanto rojizas. Las glándulas múltiple de la glándula en el 10%-20%, y al carcinoma
suelen ser ovales o con perfil de judía, pero también pue- en menos del 1% de los casos6.15.16. El adenoma solitario
den ser esféricas, lobuladas, alargadas o aplanadas. Aun- puede afectar a una de las cuatro glándulas, y la afectación
que las glándulas paratiroideas normales se aprecian pluriglandular casi siempre se debe a una hiperplasia pa-
ocasionalmente con ecografía de alta frecuencia 12.13, lo ratiroidea y con menor frecuencia a adenomas múltiples.
habitual es que no se puedan visualizar, probablemente La hiperplasia normalmente afecta a las cuatro glándulas
por su pequeño tamaño, localización profunda y por ser de forma asimétrica, mientras que los adenomas múlti-
poco llamativas por un mayor contenido de grasa glan- ples pueden afectar a dos o posiblemente a tres glándulas.
dular. Las glándulas paratiroideas eutópicas reciben su El adenoma y la hiperplasia no siempre se podrán distin-
principal aporte sanguíneo de ramas de la arteria tiroi- guir por su histología de forma certera y la muestra puede
dea inferior, con una contribución menor y variable para informarse como tejido «hipercelular paratiroideo». Por
las glándulas superiores a partir de la arteria tiroidea este patrón poco evidente de afectación glandular y ya
superior3.7. que distinguir hiperplasia de adenomas múltiples es difí-
cil anatomopatológicamente, estas dos entidades se con-
sideran habitualmente en conjunto como «enfermedad CAUSAS DE HIPERPARATIROIDISMO
glandular múltiple»17. PRIMARIO
La mayoría de los casos de hiperparatiroidismo son es-
Adenoma simple 80%-90%
porádicos. Sin embargo, una radiación previa del cuello
Enfermedad pluriglandular 10%-20%
se ha asociado con el desarrollo de hiperparatiroidismo
Carcinoma <1%
en un pequeño porcentaje de casos. Los pacientes que re-
ciben tratamiento con litio durante mucho tiempo
también pueden presentar un hiperparatiroidismo pri-
mario. Hasta el 10% de los casos pueden ocurrir de forma
hereditaria, casi siempre debido al síndrome de neopla- los tejidos próximos por invasión local. Suelen mostrar una
sia endocrina múltiple, tipo 1 (NEM 1). Esta patología es cápsula gruesa y fibrótica. El tratamiento consiste en la re-
un trastorno frecuente que habitualmente se hereda con sección en bloque sin entrar en la cápsula, para evitar la
un patrón autosómico dominante y con una elevada pene- siembra tumoral. En muchos casos, la curación no es posi-
trancia, que ocasiona una hiperplasia para tiroidea adeno- ble por la naturaleza invasiva y metastásica de la enferme- o
matosa, tumores pancreáticos de los islotes celulares y dad, En general la muerte se produce no por la disemina- :;
;t:
adenomas hipofisari os. En más del 90% de los pacientes ción tumoral, sino por las complicaciones asociadas con un o.
10
con NEM 1 se produce una hipertrofia múltiple de la glán- hiperparatiroidismo persistente, O
dula paratiroidea 1B,19, La mayoría de los pacientes con
NEM 1 acuden por hipercaIcemia antes de la tercera o Tratamiento
cuarta década de su vida, No todas las glándulas paratiroi- No se dispone de un tratamiento médico efectivo definiti-
deas estarán hipertrofiadas macroscópicamente en la in- vo del hiperparatiroidismo primario. Los fármacos hipo-
tervención inicial de estos pacientes, pero todas ellas pre- caIcemiantes de vida media corta son la caIcitonina y el
sentan hiperplasia, Los pacientes con el síndrome NEM bifosfonato. Se utilizan los calciomiméticos (agonistas
HA desarrollan con menor frecuencia hiperplasia parati- de receptores sensibles al calcio) como cinacaIcet y los
roidea. Otros síndromes familiares raros también se aso- análogos sintéticos de la vitamina D, como el paricaIcitol,
cian con el hiperparatiroidismo primario secundario a sobre todo para el tratamiento del hiperparatiroidismo
hiperplasia, adenomas o carcinomas, Un tipo más raro de secundario,
síndrome familiar importante que tiene que distinguirse La cirugía es el único tratamiento definitivo del hiper-
del hiperparatiroidismo primario ocasionado por la hi- paratiroidismo primario, Diversos estudios han demos-
perplasia o adenoma es la hipercalcemia hipercalciúri- trado que las tasas de curación quirúrgica en manos de un
ca familiar (hipercaIcemia familiar benigna). La mayor cirujano experimentado son mayores del 95% y que las
parte de estos pacientes están asintomáticos, sin las com- tasas de morbimortalidad son extremadamente bajas 24,25.
plicaciones del hiperparatiroidismo primario, La parati- Por ello, en pacientes sintomáticos con hiperparatiroidis-
roidectomía no cura la hipercaIcemia y por tanto la inter- mo primario, el tratamiento de elección es la extirpación
vención quirúrgica es inadecuada, quirúrgica de la glándula(s) paratiroidea(s) afectada(s).
En carcinoma paratiroideo es una causa rara de hiper- . Sin embargo, teniendo en cuenta que se diagnostican
paratiroidismo primari0 2o -23 , La diferenciación histológica múltiples casos de hiperparatiroidismo primario en fases
del adenoma es difícil de establecer con certeza, ya que tan- precoces de la enfermedad, existe cierta controversia so-
to los carcinomas como los adenomas atípicos pueden bre si los pacientes asintomáticos con mínima hipercaIce-
mostrar actividad mitótica y atipias celulares, Los pacien- mia deben tratarse o no quirúrgicamente o con un segui-
tes con carcinoma paratiroideo acuden normalmente con miento médico a base de mediciones frecuentes de la
caIcemias muy elevadas (>14 mgjdl). Con frecuencia se densidad ósea, calcemia sérica y caIciuria con monitori-
llega al diagnóstico en la cirugía, cuando el cirujano descu- zación de la nefrolitiasis, En un estudio prospectivo con
bre una glándula firme e hipertrófica que está adherida a un seguimiento clínico de 10 años de duración que incluía

W Figura 19-2 Típico adenoma paratiroideo: Ecografía A, transversal y B, longitudinal de un típico adenoma (fle-
~ chas) ubicado adyacente a la cara posterior del tiroides (T), Tr, tráquea; e, arteria carótida común ; J, vena yugular
interna.
a 52 pacientes asintomáticos con hiperparatiroidismo prima- aumentado asimétrico en la glándula tiroidea adyacente
rio y niveles de calcio menores de 11 mg/ml, el 73% evolu- al adenoma paratiroideo.
cionan bien, sin evidencia de progresión de la enfermedad.
Sin embargo, e127% mostraron evidencia de progresión, ya Tamaño
que cumplían una o más de las indicaciones para cirugía 26. La mayoría de los adenomas paratiroideos tienen entre
Las recomendaciones para el manejo de los hiperparatiroi- 0,8 o 1,5 cm de longitud y un peso de 500-1.000 mg. Los
dismos primarios se han resumido en varios artículos, mu- adenomas más pequeños pueden ser unas glándulas mí-
chos de los cuales se basan en las conclusiones del National nimamente hipertrofiadas, que se muestran prácticamen-
Institute of Health (NIH) Consensus Conference y sus actuali- te normales durante la cirugía, aunque después se detecte
zaciones correspondientes. Sin embargo, se trata de un área hipercelularidad en el estudio histopatológico (Fig. 19-5).
que sigue en desarrollo y los abordajes terapéuticos pueden Los adenomas grandes pueden tener 5 cm o más de longi-
diferir sus planteamientos clínicos 24,25,27-3o. tud y un peso que supera los 10 g. Los niveles de calcio
sérico suelen ser más altos en los pacientes que presentan
los mayores adenomas 31.
, ASPECTO ECOGRÁFICO
Enfermedad de múltiples glándulas
La enfermedad de múltiples glándulas puede ser secun-
Perfil daria a una hiperplasia difusa o a múltiples adenomas. De
Los adenomas paratiroideos suelen ser ovalados y con forma individual, estas glándulas pueden tener el mismo
perfil de judía (Fig. 19-2). A medida que las glándulas pa- aspecto ecográfico y aspecto macroscópico que otros ade-
ratiroides aumentan de tamaño diseca entre los planos nomas paratiroideos (Fig. 19-6). Sin embargo, las glándu-
tisulares orientados longitudinalmente en el cuello y las pueden tener una hipertrofia desestructurada y asi-
adopta su perfil ovalado característico. Si este proceso es métrica y el diagnóstico de enfermedad multiglandular
más acusado se convierte en tubular o aplanada. Con fre- será difícil con la ecografía. Por ejemplo, si una glándula
cuencia existe asimetría en la hipertrofia y la parte cefáli- es mucho mayor que las demás, el aspecto puede malin-
ca y/ o caudal puede ser más abollonada, lo que le confiere terpretarse como un adenoma solitario. A la inversa, si
un perfil triangular, afilado, en lágrima o bilobular19,31-33. múltiples glándulas tienen tan sólo una mínima hipertro-
fia, se puede errar el diagnóstico igualmente.
Ecogenicidad y arquitectura interna
La ecogenicidad de la mayoría de los adenomas paratiroi- Carcinoma
deos es bastante menor que la del tejido tiroideo normal Los carcinomas suelen ser mayores que los adenomas 43-45.
(Fig. 19-3). El típico aspecto hipoecoico de los adenomas Los carcinomas suelen medir más de 2 cm, frente al centí-
paratiroideos se debe a una hipercelularidad uniforme de metro de los adenomas (Fig. 19-7). En la ecografía los carci-
la glándula con escaso contenido graso, que deja pocas in- nomas suelen tener también un contorno lobulado, arqui-
terfases que reflejen el sonido. En ocasiones los adenomas tectura interior heterogénea y componentes quísticos
tienen un aspecto heterogéneo con zonas de ecogenicidad interiores. Sin embargo, los adenomas grandes también
1: aumentada o reducida. Los lipoadenomas paratiroideos pueden mostrar los mismos hallazgos. En algunos casos,
'o funcionantes son más ecogénicos que la glándula tiroidea los probables carcinomas resultan indistinguibles ecográfi-
'C:;
u
(1) adyacente por su elevado contenido de grasa 34 (Fig. 19-3, camente de los adenomas grandes y benignos 43 . Algunos
en G). La gran mayoría de adenomas paratiroideos son ho- autores refieren que la relación profundidad/anchura de 1
mogéneamente sólidos. Alrededor del 2% tienen com- o más sería un signo ecográfico que se asocia más con el
ponentes quísticos debidos a una degeneración quística carcinoma que con el adenoma, con una sensibilidad del
(casi siempre) o quistes simples (menos frecuente) 35.36. 94% y especificidad del 95%45_La evidencia macroscópica
Los adenomas pueden contener en raras ocasiones calcifi- de invasión de estructuras adyacentes, como vasos o mús-
cación interior (Fig. 19-3, Hel). culos, es un criterio ecográfico preoperatorio para el diag-
nóstico de malignidad, pero es un hallazgo infrecuente.
Vascularidad
El Doppler potencia, espectral o de flujo de una glándula
paratiroidea hipertrófica puede mostrar un patrón de hi- < LOCALIZACiÓN DEL ADENOMA
pervascularidad con un flujo diastólico prominente (Fig.
19-4). Con frecuencia se objetiva una arteria extratiroi-
dea hipertrofiada que se origina de la arteria tiroidea Exploración ecográfica y localizaciones
inferior como irrigación del adenoma en su inserción a lo habituales
largo del eje larg0 37-42. Un hallazgo que se describe en los La exploración ecográfica del cuello para la localización
adenomas es el arco vascular, que engloba 90°-270° de la de un adenoma paratiroideo se realiza con el paciente en
masa. Este patrón de flujo vascular puede aumentar la supino. El cuello del paciente estará hiperextendido
sensibilidad de la detección inicial del adenoma paratiroi- con la ayuda de una almohadilla centrada entre las es-
deo y ayuda a confirmar el diagnóstico al permitir su dife- cápulas, y el explorador se sienta en la cabecera del
renciación con ganglios linfáticos, que tienen un patrón de paciente. Se utilizan transductores de alta frecuencia
flujo hiliar central. También se puede apreciar un flujo (8-17 MHz) para conseguir una resolución espacial y vi-
sualización óptimas y en la mayoría de los pacientes debe El protocolo de la exploración ecográfica para la locali-
utilizarse la máxima frecuencia posible que todavía per- zación del adenoma se corresponde con el patrón de di-
mita penetración tisular para poder visualizar las estruc- sección y visualización que utilizará después el cirujano
turas profundas, como los músculos largos del cuello. En en su exploración minuciosa del cuello. El adenoma pa-
pacientes obesos con cuellos gruesos o con glándulas ratiroideo superior suele estar adyacente a la cara pos-
multinodulares grandes, puede ser necesario utilizar terior de la porción media del tiroides (Fig. 19-8). La loca-
transductores de 5 MHz-8 MHz para obtener una profun- lización habitual del adenoma paratiroideo inferior es
didad de penetración adecuada. más variable, pero normalmente se aloj a próximo al polo

~ Figura 19-3 Espectro de la ecogenicidad y arquitectura interna de los adenomas paratiroideos y glándulas
~ hiperplásicas e hipertróficas. Ecografía longitudinal. A, Aspecto habitual hipoecoico homogéneo de un adeno-
ma paratiroideo (flechas) con respecto al tejido tiroideo adyacente. B, Adenoma sólido muy hipoecoico (flecha). e,
Ecogenicidad mixta-geográfica. Adenoma (flechas) hiperecoico en su parte craneal e hipoecoico en la caudal. D, Un ade-
noma (flechas) con ecotextura difusamente heterogénea (flechas): T, tiroides. E, Cambios quísticos parciales, Adenoma
ectópico (flechas) posterior a la vena yugular (J) con componentes tanto sólidos como quísticos. F, Adenoma totalmente
quístico de 2 cm (cursores) cerca del polo inferior del tiroides (T) . G, Lipoadenoma (flecha) más ecogénico que el tejido ti-
roideo del polo inferior adyacente (T). H, Glándula paratiroidea hipertrófica (flechas) con calcificaciones pequeñas sin som-
bra acústica en el contexto de un hiperparatiroidismo secundario relacionado con una insuficiencia renal crónica; T, tiroi-
des. 1, Glándula paratiroides hipertrófica (flechas) con calcificaciones periféricas densamente sombreadas en el contexto
de un hiperparatiroidismo secundario; T, tiroides.
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O) ..., Figura 19-4 Típica hipervascularidad de un adeno-
~ ma paratiroideo, A, Escala de grises longitudinal.y B,
"....cucu
,- Doppler potencia longitudinal que muestran la hlper-
...
C)
vascularidad de un adenoma paratiroideo con vasos nutrientes
polares y arcos vasculares periféricos prominentes. e, Doppler
O potencia longitudinal en otro paciente que muestra adenoma
U
W paratiroideo mayor con irrigación polar y vascularidad periféri-
ca prominente.

inferior del tiroides (Fig. 19-9). La mayoría de estos ade- resolución en los planos transversal (axial) y longitudinal
nomas inferiores están pegados a la cara posterior del po- (sagital). Cualquier adenoma paratiroideo potencial de-
lo interior tiroideo y el resto están en tejidos blandos tectado en el plano transversal tiene que confirmarse con
1-2 cm caudal al tiroides. Por ello, la exploración se inicia una imagen longitudinal para evitar que se confundan
a un lado del cuello, centrada en la región de la glándula otras estructuras con un adenoma.
tiroides, con el foco electrónico ubicado por debajo del ti- Algunos autores recomiendan utilizar la compresión
roides. Se obtienen imágenes en escala de grises de alta de tejidos blandos superficiales para ayudar en la detec-

..., Figura 19-5 Espectro de tamaños de los adenomas paratiroideos. Ecografías longitudinales. A, Adenoma
~ paratiroideo mínimamente hipertróficos, (cursores) de 0,5 x 0,2 cm. B, Típico adenoma de tamaño medio, 1,5-0,6 cm ;
400 mg; adenoma (flecha). e, Adenoma grande, 3,5 x 2 cm; > 4.000 mg, adenoma (cursores).
ción del adenoma 12,41. En esta acción que se conoce como trotraqueal. El giro completo de la cabeza suele hacer que
compresión «gradual» el transductor provoca una míni- el esófago se mueva al lado contralateral de la tráquea
ma deformidad de los tejidos subcutáneos suprayacentes cuando se comprime entre la tráquea y la columna cervi-
y músculos tirantes, aumentando la visibilidad de los ade- cal. Si el explorador aprecia que se desplaza totalmente el
nomas más pequeños «1 cm) y profundos. Se utiliza el esófago de un lado de la tráquea al otro durante el máxi-
eco-Doppler color o potencia para evaluar la vascularidad mo giro de la cabeza, el esófago ha realizado un «barrido»
de cualquier adenoma potencial, como en la detección y efectivo del espacio retrotraqueal y habría empujado
para la diferenciación de otras estructuras 38· 42. Se puede cualquier adenoma en esta localización fuera de la parte
apreciar una hipervascularidad llamativa en la inserción posterior de la tráquea.
polar de una arteria nutricional extratiroidea prominente,
también con los arcos periféricos de flujo sanguíneo. Des- Adenoma mediastíníco
pués de explorar un lado, se repite una exploración simi- La ubicación más frecuente de un adenoma paratiroideo
lar en el lado opuesto. Sin embargo, entre el1 % y el 3% de ectópico inferior es baja dentro del cuello o en el medias-
los adenomas paratiroideos son claramente ectópicos y tino superior 4,6,46,47 (Fig. 19-11). Los adenomas paratiroi- en
,...
no se encuentran en sus ubicaciones típicas adyacentes al deos son suficientemente hipo ecoicos como para que se o
tiroides. Por ese motivo deberá extenderse la exploración aprecien como estructuras visibles por separado de timo "3
:t:
a lo largo de las cubiertas carotídeas, cranealmente desde y estructuras adyacentes. Para visualizar esta zona de o.
1'0
el nivel de la mandíbula y caudalmente hasta el nivel del forma óptima, el cuello del paciente estará en hiper- U
yugulum y clavículas. Las localizaciones ectópicas más extensión máxima. Con esta técnica y el transductor en
frecuentes se consideran a continuación. angulación posterior y caudal hacia las cabezas clavicu-
lares, suele ser posible la visualización ecográfica a ni-
Ubicaciones ectópicas vel de las venas braquiocefálicas. Cuando el adenoma
está por debajo de este nivelo es más anterior, justo por
Adenoma retrotraqueallretroesofágico debajo del esternón, no se podrá detectar mediante eco-
Los adenomas superiores tienden a hipertrofiarse entre grafía.
los planos tisulares que se extienden hacia el mediastino Los adenomas ectópicos superiores localizados en el
posterior. La ubicación más frecuente de un adenoma su- mediastino tienden a estar en un plano más posterior que
perior es en la profundidad del cuello, posterior o poste- su contrapartida ectópica inferior y con frecuencia no son
rolateral a la tráquea o esófago (Fig. 19-10). La sombra visibles durante un estudio ecográfico tradicional. Suelen
acústica por el aire de la tráquea puede hacer difícil la eva- estar en la profundidad del cuello inferior o en el medias-
luación de esta zona. El transductor se angula medialmen- tino posterosuperior, lo que hace preciso un transductor
te para visualizar los teji dos posteriores a la tráquea. Con de 5 MHz para una penetración máxima. Los adenomas
frecuencia el adenoma hace una protrusión ligera desde ectópicos superiores pueden asociarse íntimamente con
detrás de la tráquea y solamente será visible una porción la cara posterior de la tráquea, y la maniobra de giro de la
de la masa. Al rotar la cabeza del paciente al otro lado cabeza, descrita para los adenomas retrotraqueales del
se acentúa la protrusión y esta maniobra proporciona me- cuello, puede aplicarse igualmente en estos casos. Con el
jor acceso al área retrotraqueal. Esta maniobra se repite cuello del paciente en hiperextensión y el transductor en
en el otro lado del cuello para visualizar la cara contrala- angulación caudal, puede visualizarse el mediastino pos-
teral del área retrotraqueal y es la misma maniobra que el terior en ocasiones hasta el nivel del ápex del arco aórtico;
cirujano realiza desplazando la punta de un dedo por de- por tanto, no se podrán visualizar los adenomas que que-
trás de la tráquea en un intento de palpar un adenoma re- den por debajo de este nivel.

..., Figura 19-6 Enfermedad glandular múltiple. A, Ecografía longitudinal del cuello derecho que muestra hipertrofia
~ de las glándulas par~t!r~idea~ s~per!ores e inferiores (flec~as) en el contexto de un hiperparatiroidismo secundario,
que puede resultar difiCil de distinguir de los adenomas multlples; T, tiroides. B, Imagen transversal de otro pacien-
te que muestra hipertrofia bilateral de las glándulas superiores (flechas) en el contexto de un hiperparatiroidismo secunda-
rio. Tr, tráquea; e, arteria carótida común .
\J Figura 19-7 Carcinoma paratiroideo. A, Ecografía longitudinal que muestra un carcinoma paratiroideo de 4 cm ,
~ heterogéneo (flecha) localizado cerca del extremo del polo inferior del lóbulo ti roideo izquierdo (1). B, Ecografía
trasversal con una imagen de flujo con Doppler color que muestra la prominente vascularidad interior de un carci-
r:: noma. e, arteria carótida común. C, Ecografía longitudinal de otro paciente que muestra un carcinoma de 4 cm lobulado,
'o
'uu quístico y sólido (flechas), adyacente al polo inferior del tiroides (D.
CII
en

\J Figura 19-8 Adenoma paratiroideo superior. Ecografías A, longitudinal y B, transversal que muestran un adeno-
~ ma (flechas) adyacente a la cara posterior de la porción media del lóbulo izquierdo tiroideo (1); e, arteria carótida
común ; E, esófago; Tr, tráquea.
V Figura 19-9 Adenoma paratiroideo inferior. Ecografía A, longitudinal y B, transversal que muestra un adenoma
~ (flechas) adyacente al polo inferior del lóbulo derecho tiroideo (T); e, arteria carótida común; Tr, tráquea.
en
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Q.
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O

V Figura 19-10 Adenoma paratiroideo superior ectópico: pliegue traqueoesofágico. A, Ecografía transversal
~ que muestra un adenoma (cursores) que surge del surco traqueoesofágico derecho localizado posteriormente en
el cuello. La cabeza del paciente está girada a la izquierda, lo que desvía el adenoma lateralmente y ayuda a su
visualización . e, arteria carótida común; Tr, tráquea. B, Ecografía longitudinal correspondiente que muestra un adenoma
paratiroideo superior ectópico (flechas) posterior en el cuello inferior y adyacente a la columna cervical; e, arteria carótida
común; e, Te del cuello inferior/mediastino superior en otro paciente que muestra un adenoma ectópico (flecha) en el sur-
co traqueoesofágico izquierdo adyacente al esófago (e).

V Figura 19-11 Adenoma paratiroideo ectópico: mediastino anterosuperior. A, Imagen transversal angulada
~ caudal mente hacia las clavículas que muestra un adenoma paratiroideo inferior ectópico ovalado de 1 cm (flecha)
en tejidos blandos del mediastino anterosuperior. B, Te del mediastino superior que muestra un adenoma ectópi-
co (flecha) en el mediastino anterosuperior, por debajo del manubrio y adyacente a los grandes vasos.
..., Figura 19-12 Adenoma paratiroideo ectópico: intratiroideo. A, Ecografía longitudinal que muestra un adenoma
~ paratiroideo intratiroideo hipoecoico totalmente rodeado de tejido tiroideo; T, tiroides. B, Doppler potencia corres-
pondiente que muestra una vascularidad prominente; T, tiroides. e, Ecografía longitudinal en otro paciente que
muestra un adenoma paratiroideo intratiroideo hipoecoico subcentimétrico. T, tiroides. D, Imagen correspondiente de flujo
con Doppler color que muestra la típica hipervascularidad con inserción polar del vaso nutricional; T, tiroides.

Adenoma intratiroideo roideos. Estos adenomas pueden ser difíciles de visualizar


e El adenoma intratiroideo es infrecuente y se ha descrito por parte del cirujano durante la intervención salvo que
'0
.C)
u como adenomas de glándula superior o inferior 4,6,8 , La ma- se abra la cubierta 4,8. Ecográficamente pueden quedar in-
Q)
UJ yoría de los adenomas intratiroideos están en la mitad mediatamente adyacentes al tiroides, aunque son habi-
posterior o media del tiroides inferior, completamente ro- tualmente delgados, la interfase capsular que se suele ver
deados de tejido tiroideo y orientados con su mayor di- entre el tiroides y el adenoma paratiroideo puede estar
mensión en una dirección craneocaudal (Fig. 19-12). Los ausente.
adenomas intratiroideos pueden pasar inadvertidos du-
rante la cirugía debido a que son blandos y similares al Adenomas de la vaina carotídealno descendidos
tejido tiroideo adyacente a la palpación. Puede ser nece- En raras ocasiones los adenomas ectópicos están alojados
saria una tiroidectomía o lobectomía subtotal para encon- en una posición craneal alta y lateral del cuello, cerca de la
trar el adenoma intratiroideo, Sin embargo, los adenomas bifurcación carotídea a nivel del hueso hioides y adyacen-
intratiroideos se visualizan bien con la ecografía, ya que tes a la glándula submandibular o en cualquier otro punto
son muy hipoecoicos, en contraste con el parénquima eco- de la vaina carotídea 4,7,19,48'50 (Fig. 19-13). Es probable que
génico tiroideo. La arquitectura interna y aspecto de estos estos adenomas surjan de las glándulas inferiores, que
adenomas son las mismas de las de los adenomas de cual- embriológicamente no descendieron o descendieron par-
quier otro punto del cuello. La ecografía del adenoma pa- cialmente, y como consecuencia se alojan dentro o adya-
ratiroideo intratiroideo puede ser similar a la que mues- centes a la vaina carotídea que rodea la arteria carótida,
tran los nódulos tiroideos por su aspecto y suele ser vena yugular y nervio vago. Pueden asociarse a una pe-
necesaria una biopsia percutánea para distinguir ambas queña cantidad de tejido tímico ectópico. Estos adenomas
entidades. con frecuencia pasan inadvertidos en la cirugía, salvo que
Algunos adenomas paratiroideos pueden alojarse por el cirujano abra de forma intencionada la vaina y llegue
debajo de una pseudocápsula que cubre la glándula tiroi- hasta ellos 6,7 , Desde el punto de vista ecográfico estas ma-
dea o también dentro de un pliegue del tiroides, pero és- sas parecen similares a ganglios linfáticos levemente hi-
tos no se suelen considerar verdaderos adenomas intrati- pertrofiados de la cadena yugular. Con frecuencia son ne-
ces arias imágenes correlativas y la biopsia percutánea ción 51 ·53 . El hiperparatiroidismo recurrente se define
para su confirmación antes de la cirugía. Los adenomas como la hipercalcemia que se produce después de un in-
glandulares superiores ectópicos no descendidos pueden tervalo de 6 meses de normocalcemia y que se debe al de-
alojarse en la parte alta del cuello en una localización pa- sarrollo nuevo de un tejido paratiroideo hiperfuncionante
ralaríngea, pero con frec uencia no se detectan con la eco- a partir de unas glándulas paratiroideas previamente nor-
grafía tradicional. males 54 . El hiperparatiroidismo recurrente se observa en
pacientes con un síndrome MEN no diagnosticado.
Debido a la fibrosis y cicatrización de una cirugía previa,
~\ HIPERPARATIROIDISMO la tasa de curación de una cirugía repetida es más baja
.~ PERSISTENTE O RECURRENTE que con la cirugía inicial. El riesgo de lesión del nervio re-
currente laríngeo y de una hipocalcemia por hipoparati-
El hiperparatiroidismo persistente es la persistencia roidismo también es mayor 55.56. La imagen antes de la
de una hipercalcemia después de una cirugía paratiroidea reintervención es especialmente beneficiosa y la mayoría
fallida. Normalmente se debe a un adenoma paratiroideo de las estrategias de manejo recomiendan un generoso
ectópico no descubierto o a una enfermedad pluriglandu- uso de estudios de imagen en este contexto53.55-60. La eco- o
lar no detectada, con el consiguiente fallo a la hora de ex- grafía es un modalidad de imagen de primera línea en la '"5
~
tirpar todo el tejido hiperfuncionante durante la interven- evaluación preoperatoria y también para la reinterven- a.
11)
(,)

.,,; Figura 19-13 Adenoma paratiroideo ectópico: cerca de la vaina carotídea. A, Ecografía longitudinal del lado
~ derecho del cuello que muestra un adenoma paratiroideo ectópico no descendido (flecha) externo a la vaina caro-
tídea y anterior a la arteria carótida común (C). La biopsia dirigida por ecografía confirmó el tejido paratiroideo
antes de la exploración quirúrgica. SG, glándula submandibular. B, Gammagrafía con tecnecio-99 m sestamibi y TCEPS
coronal que muestra un área focal de mayor actividad en el cuello lateral derecho superior (flecha) que se corresponde con
un adenoma ectópico. SG, glándulas salivales; T, tiroides. Ecografías e, transversal y O, longitudinal de otro paciente que
muestra un adenoma ectópico inferior izquierda (flechas) localizado dentro de la vaina carotídea y por detrás de la vena
yugular interna (J). La biopsia dirigida ecográficamente confirmó el tejido paratiroideo antes de la exploración quirúrgica.
En la cirugía, el adenoma estaba adherido al nervio vago. C, arteria carótida común.
ción de la enfermedad paratiroidea, que proporcionará la
localización anatómica de forma relativamente poco cos- ADENOMA PARATIROIDEO: CAUSAS DE
m tosa y no invasiva y evitará el uso de radiación ionizan- ERRORES DE INTERPRETACIÓN
o

-
'¡: te 41 ,42, 59.6D, Durante la evaluación ecográfica de los pacien-
RESULTADOS FALSO-POSITIVOS
'CI) tes reintervenidos, se prestará una especial atención a las
' ¡: ubicaciones paratiroideas ectópicas más probables (las • Nódulos linfáticos cervicales
CI)
asociadas con una glándula que no se descubrió en la pri- • Vasos sanguíneos prominentes
...m
Q.
mera intervención quirúrgica). • Esófago
"5 Un pequeño subgrupo de pacientes que desarrollan un • Músculos largos del cuello
oen hiperparatiroidismo recurrente se sometieron previa- ~ Nódulo tiroideo
m mente a un autotrasplante de tejido paratiroideo junto
> RESULTADOS FALSO-NEGATIVOS
>.

.....
con la paratiroidectomía total, casi siempre por complica-
m ciones de un fracaso renal crónico, El hiperparatiroidismo • Adenoma/glándula mínimamente
"C
en este contexto de autotrasplante paratiroideo se conoce hipertróficos
'o como hiperparatiroidismo dependiente del injerto, En • Bocio tiroideo multino dular
m
o el autotrasplante paratiroideo, una glándula se corta en • Adenoma paratiroideo ectópico
m fragmentos que se insertan en bolsas intramusculares
'¡:
~m
preparadas quirúrgicamente en el antebrazo o músculo
esternocleidomastoideo, Los injertos autotrasplantados
u; normofuncionantes son habitualmente muy pequeños y
también permite ablacionar una enfermedad hiperparati-
m muy similares en su ecotextura al músculo adyacente para
le roidea recurrente en el cuello o lugar del injerto (ver Abla-
CI) que se puedan detectar con la ecografía, Sin embargo, el hi-
:::J ción con etanol).
O" perparatiroidismo recurrente dependiente de un injerto
CI)
Q. puede ser detectado ecográficamente y se muestra como
en nódulos hipervasculares, hipoecoicos y nítidamente deli- HIPERPARATIROIDISMO
CI)
~ mitados, con unas dimensiones que oscilan entre 5-11 mm . SECUNDARIO
m y un aspecto similar a las glándulas paratiroideas hiperfun-
Q.
en cionantes o los adenomas que proceden del cuell0 61 (Fig,
Jl2 El hiperparatiroidismo secundario se caracteriza por una
19-14). El cirujano normalmente puede localizar los frag-
CI) pronunciada hiperfunción de la glándula paratiroidea co-
mentos trasplantados hiperfuncionantes con el paciente

-
"C mo consecuencia de una resistencia del órgano diana a la
,~ bajo anestesia local y se extirpa una porción del tejido im-
PTH y se describe sobre todo en pacientes con fracaso renal
plantado para curar la hipercalcemia, En ocasiones en pa-
E
C'l cientes que no son candidatos a una nueva intervención,
crónico, En estos pacientes la hipocalcemia crónica relativa
o es la consecuencia de múltiples factores complejos, como
o la inyección percutánea con etanol dirigida por ecografía
w una síntesis reducida de la forma activa de la vitamina D,
escasa absorción del calcio y vitamina D, hiperfosfatemia
persistente y resistencia ósea a las acciones de la PTH. Es-
tos factores contribuyen a la hiperplasia paratiroidea, Si
no se trata, el hiperparatiroidismo puede ocasionar una
desmineralización ósea, calcificación de tejidos blandos y
aceleración de la calcificación vascular, El tratamiento
quirúrgico del hiperparatiroidismo secundario es menos
frecuente, debido al éxito del trasplante renal, diálisis y al
tratamiento médico, con los nuevos calciomiméticos, Sin
embargo, en pacientes sintomáticos y refractarios a dichos
tratamientos, la paratiroidectomía subtotal o total con au-
totrasplante son opciones quirúrgicas 25 ,62-64,
Los pacientes con hiperparatiroidismo secundario tienen
múltiples glándulas hipertrofiadas, A nivel individual di-
chas glándulas pueden mostrar un aspecto ecográfico similar
al de los adenomas paratiroideos (ver Fig, 19-6). Sin embar-
go, estas glándulas pueden ser asimétricas en su hipertrofia
y más lobuladas, Aunque la imagen no suele ser necesaria,
se puede utilizar la ecografía para evaluar la gravedad de la
hiperplasia paratiroidea y evaluar así el agrandamiento de
la glándula 65 ,66. Los pacientes con unas glándulas hipertro-
fttJ Figura 19-14 Hiperparatiroidismo dependiente fiadas ecográficamente tienden a tener unos síntomas, valo-
~ de injerto, Ecografía longitudinal del antebrazo res bioquímicos y signos radiológicos claramente peores
izquierdo que muestra un nódulo ovalado de 2 cm, que los pacientes que no tienen dicha hipertrofia, La ecogra-
hipoecoico (flecha), debido a hiperplasia del tejido parati- fía también se utiliza en el hiperparatiroidismo secundario
roideo autotrasplantado,
como ayuda para la localización de las glándulas hipertro-
fiadas antes de la resección quirúrgica. La inyección dirigida Los músculos largos del cuello se encuentran adya-
por ecografía con etanol es otra opción terapéutica para la centes a la columna cervical. Si se visionan en el plano
ablación de unas glándulas para tiroideas hiperplásicas en transversal, se aprecia como una masa triangular hi-
pacientes con hiperparatiroidismo secundario refractario poecoica que puede simular un adenoma paratiroideo
que no sean buenos candidatos a la cirugía. grande. La ecografía en el plano longitudinal demostrará
su naturaleza larga y plana y que contiene las estrías eco-
génicas longitudinales típicas de músculos anatómicos. La
ERRORES DE INTERPRETACiÓN imagen en tiempo real mientras el paciente deglute puede
ser útil, ya que al tragar se mueve la glándula y estructu-
ras tiroideas adyacentes, como un adenoma paratiroideo,
Exploraciones falso-positivos pero no los músculos largos del cuello que están fijados a
Las estructuras cervicales normales y patológicas, como la columna y permanecen inmóviles. Por último, la com-
los ganglios linfáticos, pequeñas venas adyacentes a la paración con el lado opuesto del cuello mostrará unos ha-
glándula tiroides, el esófago, los músculos largos del cue- llazgos simétricos similares, ya que los músculos largos
llo y nódulos tiroideos pueden todos simular adenomas del cuello son estructuras pares localizadas a ambos lados o
paratiroideos, dando lugar a unos resultados falsos -posi- de la columna cervical. '3
~
tivos durante la ecografía del cuello. Los nódulos tiroideos son también fuentes potenciales c..
IV
Una fuente de ecografías falso-positivo es cuando se de error con la ecografía y la gammagrafía31.68 . Si un nódulo O
confunden los ganglios linfáticos cervicales con un adeno - tiroideo protruye desde la parte posterior del tiroides, pue-
ma paratiroideo 31 • Los ganglios linfáticos cervicales sue- de simular una masa en esta localización propia de un ade-
len apreciarse en la ecografía en el cuello lateral, adyacen- noma paratiroideo (Fig. 19-15). En este contexto es útil un
tes a la vena yugular y lejos del tiroides. Sin embargo, los signo que es la delgada línea ecogénica de la interfase cap-
ganglios linfáticos adyacentes a la arteria carótida pueden sular que separa el adenoma paratiroideo (que normal-
simular un adenoma ectópico. Los ganglios linfáticos tam- mente surge fuera del tiroides) de la propia glándula tiroi-
bién pueden visualizarse dentro del compartimento cer- des. Los nódulos tiroideos que surgen dentro de la glándula
vical central, cerca del polo inferior del tiroides, simulan- tiroidea, no suelen mostrar este plano tisular de separa-
do un adenoma de la glándula inferior. Los ganglios ción 69 . Morfológicamente, los nódulos tiroideos, a diferen-
linfáticos cervicales hipertrofiados pueden tener un as- cia de los adenomas paratiroideos, suelen ser parcialmente
pecto ovalado e hipoecoico que es similar al de los adeno- quísticos y alguno está calcificado. Además, los nódulos ti-
mas paratiroideos, pero con frecuencia también tienen roideos con frecuencia son heterogéneos, con ecogenicidad
una banda ecogénica central o un hilio compuesto de gra- mixta, mientras que los adenomas paratiroideos son habi-
sa, vasos y tejido fibroso, lo que los diferencia del adeno- tualmente homogéneos y de una ecogenicidad hipoecoica.
ma paratiroide0 67 . En cualquier caso puede ser necesaria Cuando no se puede distinguir un adenoma paratiroideo de
la biopsia dirigida por ecografía para distinguir un poten- un nódulo tiroideo por criterios de imagen, será necesaria
cial adenoma paratiroideo de un ganglio linfático atípico, una biopsia dirigida eco gráficamente.
especialmente en el contexto de una reintervención.
Muchas venas pequeñas quedan inmediatamente próxi- Exploraciones falso-negativos
mas a las caras posterior y lateral de ambos lóbulos de tiroi- Unos adenomas mínimamente hipertróficos desplazados
des y las venas tortuosas o segmentariamente dilatadas hacia atrás y enmascarados por un tiroides nodular hiper-
pueden simular un adenoma paratiroideo pequeño. Existen trófico muy aumentado, y los adenomas ectópicos son
una serie de maniobras ecográficas encaminadas a determi- fuente de resultados de imagen falso-negativos.
nar si dicha estructura es una vena y/o un adenoma, y son: Los adenomas mínimamente hipertróficos o las glán-
1) imagen en tiempo real de múltiples planos para mostrar dulas hiperplásicas son una causa frecuente de error
la naturaleza tubular de la vena, 2) maniobra de Valsalva, debido a que pueden ser difíciles de distinguir del tiroides
que provoca una ingurgitación transitoria de la vena, y 3) y tejidos blandos adyacentes 31 .70 (ver Fig. 19-5, A). Las
eco-Doppler espectral o color para mostrar el flujo venoso. glándulas normales pero mínimamente hipertrofiadas se
El esófago puede protruir parciamente desde detrás de observan en adenomas simples o en la enfermedad de
la cara posterolateral de la tráquea y simular una masa o múltiples glándulas por hiperplasia. Los bocios tiroideos
adenoma paratiroideo (ver Fig. 19-8, B). Al girar la cabeza multinodulares interfieren con la detección de un adeno-
en dirección contralateral, el paciente acentuará dicha ma paratiroideo de dos formas 31.6B.70. En primer lugar, la
protrusión. La inspección minuciosa de esta estructura hipertrofia de la glándula tiroidea desplaza las estructu-
muestra que tiene el aspecto del típico anillo concéntrico ras adyacentes a la parte posterior del tiroides, lejos del
que se observa en el intestino, con una capa hipoecoica transductor. Esto puede obligar al uso de transductores de
periférica muscular y un aspecto ecogénico central de la 5 MHz en lugar de los transductores de frecuencia más al-
mucosa y contenidos intraluminales. En un plano longitu - ta para conseguir la penetración necesaria, algo que redu-
dinal se consigue demostrar la naturaleza tubular de esta ce la resolución espacial. Además, los bocios tiroideos
estructura. En la imagen en tiempo real con el paciente pueden tener un contorno multinodular y una eco textura
deglutiendo se aprecia un flujo de mucosidad muy ecogé- irregular, que puede emitir sombras refractivas, que redu-
nico y microburbujas que fluyen por la luz, que confirman cen la visibilidad y por tanto impiden la detección de una
que la estructura es el esófago. hipertrofia de la glándula paratiroidea adyacente. Algu-
.., Figura 19-15 Nódulos tiroideos que pueden simular un adenoma paratiroideo. A, Ecografía transversal que
~ muestra un nódulo tiroideo hipoecoico (flecha) que surge desde dentro de la cara posterior del lóbulo tiroideo iz-
quierdo (T) y que podría simular un adenoma paratiroideo. Tr, tráquea. B, Ecografía transversal en otro paciente
que muestra un adenoma paratiroideo hipoecoico (flecha) posterior al lóbulo tiroideo izquierdo. También se aprecia un
nódulo (cabeza de flecha) en el tiroides adyacente (T), ligeramente hipoecoico que puede simular un adenoma paratiroideo.

nos adenomas ectópicos, como los adenomas retrotra- C0 19,56,81·86. Otra ventaja de la ecografía es su posibilidad de
queales o los adenomas localizados profundamente en el evaluar una patología tiroidea concomitante durante la
mediastino, no serán visibles debido a la sombra acústica evaluación de una enfermedad para tiroidea, que podría
por el aire adyacente y el hueso. tener impacto sobre el planteamiento quirúrgico.
En el hiperparatiroidismo persistente o recurrente, la
sensibilidad de la ecografía en la localización del adenoma
PRECISiÓN DE LA IMAGEN varía ampliamente. Sin embargo, la ecografía ha demos-
trado una de las mayores sensibilidades y precisiones de
todas las modalidades de imagen para la detección del
Ecografía adenoma en el contexto de la reintervención, especial-
La imagen ecográfica proporciona un método no invasivo mente cuando se combina con una biopsia AAF dirigida
y económico de localizar los adenomas paratiroideos en eco gráficamente por una sospecha de adenoma paratiroi-
el entorno preoperatorio del hiperparatiroidismo prima- de0 53,55,56,58,60,87·89. La ecografía ampliada con la biopsia con
ri0 41 ,42,59,71.80, Sin embargo, el éxito de la ecografía parati- AAF y estudios de PTH puede llevar a una especificidad
e roidea depende del uso de tecnología de alta frecuencia y que se aproxima al 100%, una sensibilidad del 90% y pre-
'o
'(3
()
alta resolución y mejora con la experiencia y diligencia del cisión del 82% respectivam ente 56 . Es importante recordar
Q)
en explorador, La sensibilidad de la localización ecográfica que en la mayoría de estas series clínicas numerosas de
del adenoma paratiroideo en el hiperparatiroidismo pri- pacientes sometidos a reintervenciones por hiperparati-
mario varía entre el 74% y el 89%40,41,59,74.77. La sensibili- roidismo, la gran mayoría de los adenomas paratiroideos
dad también mejora con el uso de una ecografía de una están todavía en el cuello o son accesibles mediante una
resolución más alta y de la experiencia, La precisión de la incisión cervicaI 55·57,60. Por tanto, es importante una ex-
ecografía a la hora de detectar la enfermedad adenomato- haustiva exploración del cuello en estos pacientes que se-
sa es del 74%-94%, con un valor predictivo positivo del rán reintervenidos. Si no fue ra visible el adenoma en la
93%_98%40,41,60,71,75,76, Sin embargo, la sensibilidad de la eco- ecografía, se sospechará una localización mediastínica ec-
grafía p¡:¡ra detectar adenomas mediastínicos ectópicos es tópica. Se deberá tener una buena predisposición para uti-
mucho menor y la precisión, sensibilidad y especificidad lizar múltiples pruebas de imagen, especialmente cuando
disminuye en el contexto de una enfermedad multiglan- los hallazgos iniciales den resultados ambiguos o el riesgo
dular 40 .42,71,73,77, Por ello el éxito de la localización del ade- quirúrgico sea elevad0 53,56,57,60. Este planteamiento mejora
noma paratiroideo con la ecografía depende también de de forma significativa la tasa de éxitos y reduce el tiempo
las características específicas de la población de pacientes quirúrgico y costes en el paciente reintervenid0 53,55,56.
que se explora, donde influye si se trata de una patología
paratiroidea multiglandular o ectópica mediastínica, Otras modalidades
Como ya se comentó previamente, la biopsia con aspi- Otra modalidad de imagen ampliamente extendida para
ración con aguja fina (AAF) es una ayuda valiosa para la localizar el adenoma paratiroideo es la gammagrafía con
exploración ecográfica y se utiliza para mejorar su preci- tecnecio 99m sestamibi (99mTC) 42,70.7 4 ,77,90.95. La gammagra-
sión, especificidad y sensibilidad. En cualquier masa sos- fía con 99mTc sestamibi es especialmente útil. Si se combina
pechosa de adenoma, la aspiración debe enviarse siempre con la tomografía computarizada con emisión de protones
para estudios de PTH y también para análisis citológi- simples (TCEPS), tiene una sensibilidad similar o mejor
que la ecografía 42 ,s8.7o,74,90'96. La gammagrafía puede demos-
trar adenomas en zonas que pasan inadvertidas con la eco-
grafía, especialmente en el mediastino y espacio retrotra-
queal. Sin embargo, la gammagrafía es más costosa que la
ecografía y necesita el uso de radiación ionizante. Al igual
que con la ecografía, la gammagrafía paratiroidea también
parece menos sensible y precisa en la enfermedad parati-
roidea multiglandular, en adenomas pequeños y en pre-
sencia de enfermedad tiroidea multinodular.
La imagen de resonancia magnética (RM) también
es útil en la evaluación de la enfermedad tiroidea multi-
nodular. Aunque más costosa que la ecografía, la RM ha
demostrado una especial utilidad para localizar los ade-
nomas mediastínicos y en la evaluación de paciente rein-
tervenido.
Otras modalidades de imagen menos frecuentes son la
tomografía computarizada (TC), angiografía y muestras
venosas 42.7S,102. La muestra venosa selectiva es más inva-
siva, costosa y técnicamente exigente que otras modalida-
des de imagen. Sin embargo, puede ser una técnica útil
para lateralizar la enfermedad paratiroidea, especialmen-
te en el contexto de una reintervención de alto riesgo o
cuando las pruebas de imagen previas no invasivas sean
ambiguas 102 .
La combinación de múltiples estudios de imagen preope-
ratorios demuestra una mayor sensibilidad en compara-
ción con evaluaciones con una modalidad única. Combi-
nando la imagen de ecografía con la gammagrafía con
99mTc sestamibi se aumenta la sensibilidad de los diagnós-
V Figura 19-16 Correlación de la ecografía y la ticos pr:eoperatorios de enfermedad paratiroidea 42,74,79,90,96
~ gamagrafía de un adenoma paratiroideo. A,
Ecografía longitudinal que muestra un adenoma (Fig. 19-16). La RM combinada con la gammagrafía con 99
hipoecoico (flechas) localizado caudal a la punta del polo mTc sestamibi aumenta la sensibilidad de la evaluación del
inferior del lóbulo tiroideo izquierdo (LTI) dentro del liga- hiperparatiroidismo recurrente o persistente 101 .
mento tirotímico. B, Imagen planar con tecnecio-99 m ses- Cuando se realizan múltiples estudios, la ecografía es
tamibi que muestra una actividad focal aumentada en el una buena elección como imagen inicial preoperatoria,
cuello inferior izquierdo que se corresponde con el adeno- por su carácter no invasivo, relativo bajo coste y una sen-
ma (flecha), por debajo del nivel del tiroides (T) y glándulas sibilidad y precisión competitivas cuando se utiliza en
salivales (SG).
manos experimentadas (Figs. 19-17 y 19-18).

V Figura 19-17 Correlación de la ecografía con la imagen de TC de un adenoma paratiroideo. A, Ecografía


~ transversal que muestra un adenoma paratiroideo supernumerario ectópico parcialmente quístico (flecha) por de-
trás de la yugular interna izquierda (J) pero externo a la vaina carotídea. Las glándulas izquierdas superior e inferior
y el lóbulo izquierdo tiroideo se habían resecado previamente. La biopsia confirmó tejido paratiroideo antes de repetir la
exploración quirúrgica. Tr, tráquea. B, Imagen de Te axial con contraste del cuello que muestra el mismo adenoma parati-
roideo (flecha) parcialmente cístico.
~ Figura 19-18 Correlación de la ecografía con la imagen de RM de un adenoma paratiroideo. Ecografías A,
~ longitudinal y B, transversal que muestran un adenoma paratiroideo superior (flechas) por detrás de la p~rción
media-superior del lóbulo tiroideo izquierdo (T); e, arteria carótida común; Tr, tráquea. C, Imagen de RM aXial de
fast spin-eco (FSE) en T2 de cuello que muestra el mismo adenoma paratiroideo superior izquierdo (flecha), que parece
hiperintenso en comparación con la glándula tiroidea (T).

Importancia en el hiperparatiroidismo primario cuentran en posiciones caudales del cuello o mediastino y


La curación definitiva del hiperparatiroidismo primario que el abordaje quirúrgico inicial tendría que cambiarse u
requiere la paratiroidectomía quirúrgica que puede optimizarse si la imagen muestra una enfermedad parati-
acompañarse de un grado muy elevado de éxito con una roidea cerca del tim0 24.56,76,80.
mínima morbilidad cuando se realiza en manos quirúrgi- En el hiperparatiroidismo persistente o recurrente, se re-
cas experimentadas24.25.103. Tradicionalmente el procedi- curre a estudios localizadores sin restricciones por la baja
miento quirúrgico clásico consistía en una disección tasa de éxitos quirúrgicos y la elevada morbilidad de las
abierta bilateral con inspección de cada glándula parati- reintervenciones, Los estudios para la localización preope-
roides y no se consideraba necesaria una imagen preope- ratoria en el hiperparatiroidismo recurrente contribuyen
ratoria de rutina. Las técnicas quirúrgicas mínimamente tanto al éxito como a la rapidez de una nueva intervención.
invasivas, como la recientemente descrita paratiroidec- En pacientes que son reexplorados por un hiperparatiroi-
tomía de mínimo acceso (PMA), gana adeptos y se uti- dismo recurrente, la tasa de curación quirúrgica fue del
liza como cirugía de primer paso en el hiperparatiroidis- 88%-89% y se considera que los estudios prospectivos de
mo primari024.103.107. En la PMA la glándula anormal se localización contribuyeron a esta elevada tasa de éxitos y al
extirpa a través de una incisión pequeña (2 cm) en el cue- menor tiempo quirúrgic0 53,55,56. Puesto que la mayoría de
llo, es una mejor solución estética, reduce los riesgos de los adenomas paratiroideos persistentes o recurrentes son
complicaciones y también el tiempo quirúrgico, estancias accesibles en el cuello y mediastino alto a través de una in-
hospitalarias y costes generales, con frecuencia sin sacri- cisión en el cuello, la ecografía y la gammagrafía con 99mTc
e ficar la eficacia terapéutica cuando se realiza por un ciru- sestamibi serán los procedimientos de elección y, en pa-
'o
'0 jano experimentado (Fig. 19-19). Además, la fibrosis pos- cientes seleccionados, pueden ayudar a dirigir un abordaje
oCI)
tquirúrgica se limita a un área menor, facilitando así centrado y con un acceso mínim0 42 ,55,56,58,60,87.
UJ
cualquier cirugía nueva en el futuro. La instauración exi-
tosa de estas técnicas mínimamente invasivas se reco-
mienda partiendo de la disponibilidad de: 1) técnicas de ECOGRAFíA INTRAOPERATORIA
imagen preoperatorias precisas para dirigir un aborda-
je quirúrgico focalizado, y 2) monitorización intraope-
ratoria de la hormona paratiroidea (MIHP), que facili- La ecografía intraoperatoria tiene en ocasiones una utili-
ta la determinación quirúrgica de la necesidad de nuevas dad adicional en la detección quirúrgica de los adenomas
exploraciones. paratiroideos, especialmente en el contexto de la reinter-
Muchos autores proponen el uso de imagen tanto ana- vención 19,108,109. La ecografía intraoperatoria puede reali-
tómica como funcional, con la ecografía y gammagrafía zarse con un transductor pequeño, convencional y de alta
con 99mTc sestamibi, para mejorar la certeza preoperatoria frecuencia (8-15 MHz) cubierto con una funda de plástico
de enfermedad unilateral y ayudar a excluir a pacientes estéril o con un transductor intraoperatorio dedicado es-
con enfermedad multiglandular que no serían candidatos pecíficamente a este fin, La ecografía intraoperatoria pa-
de PMN9.58.71.73.75.90.96. Con la MIHP el cirujano puede eva- rece ser la más útil para localizar las glándulas anormales
luar rápidamente el éxito de un abordaje unilateral. inferiores e intratiroideas 109 . Cuando se correlaciona con
Cuando los niveles intraoperatorios de PTH no se nor- la imagen preoperatoria, la ecografía intraoperatoria tam-
malizan o no se reducen al menos un 50% deberá sospe- bién puede ser una útil ayuda para dirigir una resección
charse una enfermedad multiglandular y el procedimiento quirúrgica centrada en el tejido limitando la lesión tisular
se transformará en una disección bilateral. Los defensores asociada a la exploración en un paciente reintervenido.
de una imagen preoperatoria en el hiperparatiroidismo También permite una resección dirigida de los adenomas
primario támbién destacan que algunos adenomas se en- ectópicos en el mediastino, tiroides y vaina carotídea. Si
,...
(1)

o

;!:::
Q.
ca
(.)

..., Figura 19-19 Comparación de los procedimientos quirúrgicos para la extracción del adenoma paratiroideo.
~ A, Fotografía intraoperatoria durante una disección bilateral de cuello en una paratiroidectomía. La glándula tiroi-
dea (T) se retrae hacia detrás y se expone el adenoma paratiroideo (flecha) . B, La correspondiente incisión en
«collar» de 6 cm con el drenaje quirúrgico. e, Fotografía intraoperatoria durante una cirugía mínimamente invasiva que
utiliza una incisión mucho más reducida; el adenoma paratiroideo (flecha) se expone adyacente al tiroides (T). D, Incisión
de una cirugía mínimamente invasiva de aproximadamente 2 cm. (Fotografías cortesía de Geoffrey B, Thompson, MO, Ma-
yo Clinic, Rochester, Minn.)

se detecta una glándula paratiroidea anormal el tiempo fático. La biopsia percutánea se realiza con una aguja de
quirúrgico se reduce. 25 G estándar sin corte para conseguir un aspirado que
contenga células paratiroideas o linfocitos (Fig. 19-20). El
aspirado tiene que analizarse para PTH, ya que unos
. BIOPSIA PERCUTÁNEA niveles elevados indicarán la existencia de tejido parati-
roideo, incluso aunque los resultados citológicos sean poco
concluyentes 19,S3-S6. Después de que el material aspirado
La biopsia percutánea con aguja fina dirigida ecográficameri- se haya colocado en una porta para su estudio citológico,
te se utiliza para la confirmación preoperatoria de las glán- el resto de la muestra dentro del cilindro de la aguja se
dulas paratiroideas anormales, especialmente en los candi- mezcla con una mínima cantidad de suero salino, se vacía
datos para una reintervención ss ,s6,sl -s9. Esta técnica puede en un tubo y se deja en hielo. Se repite con cada aspirado,
reducir los falsos positivos y aumentar la especificidad de la diluyendo la muestra para estudios de PTH en un volu-
ecografía, que permite una diferenciación fiable de los ade- men total de 1-2 mI. De forma alternativa, se vierten y
nomas paratiroideos de otras estructuras patológicas, como mezclan 3-4 aspirados directamente en el tubo que con-
los nódulos tiroideos y las adenopatías cervicales. Además tiene 1-2 mi de salino estéril, y se dejan entonces en hielo.
de su valor para la cirugía, una biopsia positiva convencerá a Cuando el presunto adenoma paratiroideo está adherido
los pacientes renuentes a una reintervención. La biopsia con al tiroides, será necesaria una biopsia con aguja fina para
aguja fina se obtiene generalmente para la confirmación diferenciar tejido tiroideo de paratiroideo. Estos aspira-
diagnóstica antes de realizar la ablación inyectando etanol dos deben analizarse también para PTH, ya que los tejidos
percutáneo en una glándula sospechosa de anormalidad tiroideo y paratiroideo pueden ser muy difíciles de dife-
Cuando la glándula sospechosa de adenoma está en una renciar por citología 19,s3,s6. Además, en ocasiones se tiene
ubicación remota de la glándula tiroides, la principal al- que atravesar el tejido tiroideo para llegar al adenoma pa-
ternativa para el diagnóstico diferencial es un ganglio lin- ratiroideo, ocasionando una posible contaminación de la
ción de la glándula restante puede ablacionarse con eta-
nol para controlar la hipercalcemia y evitar una nueva
cirugía, que tiene una alta tasa de complicaciones por hi-
popara tiroidismo postoperatorio. Los autoinjertos en
pacientes con hiperparatiroidismo injerto-dependiente
pueden tratarse del mismo modo 125 (Fig. 19-21). La hiper-
plasia adenomatosa con glándulas de funcionamiento au-
tónomo (hiperparatiroidismo terciario) también se
han tratado con inyección guiada por ecografía para redu-
cir la masa glandular, pero los resultados son impredeci-
bles126.127.
La ablación con etanol se realiza habitualmente bajo
anestesia local, después de confirmar tejido para tiroideo
con una biopsia de aguja fina. Con la guía de una ecografía
~ Figura 19-20 Biopsia con aguja percutánea de en tiempo real, se fija una aguja estándar de 25 G a una
~ un adenoma paratiroideo, Ecografía longitudinal jeringa de tuberculina de 1 mI que se inserta en la masa.
que muestra un adenoma ovalado de 1,5 cm hi- Con la punta en visualización continua, se inyecta etanol al
poecoico (flecha recta) en la parte inferior del cuello de un 95% estéril en múltiples regiones de la masa, hasta com-
paciente con hiperparatiroidismo recurrente, La biopsia pletar un volumen de la mitad aproximada de la masa, ha-
con aguja (flecha curva) obtuvo células paratiroideas y el bitualmente 0,1-1 mI. El tejido se hace muy ecogénico en el
aspirado fue pos itivo para la PTH, confirmando que la ma-
momento de la inyección y dicha ecogenicidad desaparece
sa era un adenoma paratiroideo. T, tiroides.
lentamente en un minuto. Existe además una marcada re-
ducción de la vascularidad del adenoma paratiroideo des-
pués de la inyección del alcohol, probablemente por trom-
muestra con células tiroideas 19. Se obtendrá una muestra bosis y oclusión de los vasos paratiroideos (Fig. 19-21, D).
histológica con una aguja de corte de pequeño calibre (20- Las inyecciones se repiten cada día o cada dos días hasta
22 G) que proporcionará más material celular para el aná- que el calcio sérico alcanza un valor normal. En la mayoría
lisis, aunque suele ser innecesario cuando se realiza el de los pacientes, serán necesarias tres inyecciones o me-
análisis de PTH. Además, es más posible una fibrosis peri- nos. Todos los pacientes sometidos a ablación con etanol
glandular postbiopsia que complique la cirugía ulterior de la glándula paratiroides requieren un seguimiento a
con biopsias con aguja de corte. La biopsia con aguja fina largo plazo estrecho de los niveles de calcio sérico para de-
de los presuntos adenomas paratiroideos se tolera bien, y tectar un hipoparatiroidismo posterior o, con más fre-
existen escasas referencias sobre complicaciones. Aunque cuencia, un hiperparatiroidismo recurrente.
sea una consideración teórica, la paratimosis (implante Los efectos adversos referidos por la ablación con eta-
de tejido paratiroideo hiperfuncionante en el cuello y me- nol en los adenomas paratiroideos se han limitado a dolor
diastino, que ocasiona hipercaJcemia) no parece ser com- temporal en la mandíbula durante el procedimiento y dis-
r::: fonía por parálisis de la cuerda vocal. La disfonía se debe
'o plicación de la biopsia con aguja fina 110.
'ou a parálisis del recurrente laríngeo, que es habitualmente
Q)
en un efecto temporal. Los pacientes con una cirugía parati-
roidea subtotal previa también tienen un mayor riesgo
, ABLACIÓN CON ETANOL teórico de hipoparatiroidismo postablación, y parece pru-
dente la ablación conservadora limitada a una porción de
la glándula restante.
Se puede recurrir a la ecografía como guía para la ablación
La eficacia a largo plazo de la ablación con etanol como
química con inyección percutánea del etanol en las glán-
tratamiento del hiperparatiroidismo en pacientes con en-
dulas paratiroideas anormalmente hipertrofiadas 1ll' 124 •
fermedad primaria no alcanza a la que se consigue con la
La ablación con etanol se utiliza sobre todo en pacientes cirugía ll2 · 115·117•l19 . Además, la fibrosis periglandular posta-
postoperatorios con hiperparatiroidismo recurrente o blación puede hacer que los futuros procedimientos qui-
persistente que tienen un tejido paratiroideo hiperfuncio- rúrgicos sean más difíciles. Por ello, la ablación con etanol
nante demostrado por biopsia y que es ecográficamente como tratamiento del hiperparatiroidismo primario se
visible o un tejido paratiroideo hiperfuncionante demos- reserva a pacientes que no puedan o no vayan a someter-
trado por biopsia en pacientes que son malos candidatos se a cirugía. Los estudios sobre resultados de la ablación
para cirugía 1l4.117 ' 1l9 • Algunos pacientes en diálisis con hi- con etanol en el hiperparatiroidismo primario refieren
perparatiroidismo secundario y los pacientes con historia que la mayoría de los pacientes tienen una mejoría bio-
de enfermedad pluriglandular e hiperparatiroidismo re- química parcial o completa, aunque muchos de estos pa-
currente después de una cirugía subtotal, también reci- cientes presentarán una recidiva de la enfermedad l14.115•119 •
ben este tratamiento l14.ll9'124. La ablación con etanol ha Por tanto, es necesario un seguimiento estrecho tanto bio-
demostrado ser muy útil en pacientes con NEM I con una químico como clínico y puede ser necesario repetir el tra-
paratiroidectomía subtotal previa y enfermedad recu- tamiento. Los motivos del fallo destacan por: 1) una abla-
rrente en la hemiglándula restante del cuello 1l4. La por- ción incompleta del tejido hiperfuncionante dentro del
\J Figura 19-21 Ablación con etanol de un tejido paratiroideo autotrasplantado hiperplásico. A, Doppler color
~ de tej idos del antebrazo superficial que muestra un nódulo vascular dominante que representa un tejido paratiroi-
deo hiperfuncionante (flecha) en un paciente con hiperparatiroidismo recurrente dependiente de injerto. B, Bajo la
guía ecográfica, se coloca la punta de una aguja (flecha) dentro del nódulo. e, Se inyecta etanol dentro de las porciones del
nódulo, que hace que los tejidos adyacentes a la punta de la aguja se hagan fuertemente ecogénicos de forma transitoria
(flecha blanca). No se inyectó en un nódulo adyacente más pequeño de tejido paratiroideo (flecha negra), para mantener la
función basal del injerto, D, Después de la ablación con etanol, el eco-Doppler potencia muestra una vascularidad reducida
en el nódulo inyectado (flecha).

adenoma tratado, y 2) glándulas hiperfuncionantes resi- que pueden tratar de forma precisa cantidades muy pe-
duales o no tratadas en el paciente con enfermedad glan- queñas de tejido. Con respecto a los pacientes que no se
dular no conocida. consideren buenos candidatos quirúrgicos existen ya pu-
En teoría los métodos térmicos de ablación tisular, co- blicaciones sobre tratamientos exitosos de adenomas pa-
mo la radioterapia, crioterapia y laserterapia, que se han ratiroideos en los que se ha utilizado ablación con láser
utilizado para tratar tumores en otras partes del cuerpo, percutáneo dirigido por ecografía128.129. Sin embargo, se
podrían aplicarse también para tratar la patología parati- requieren más estudios para determinar la utilidad de es-
raid ea del cuello. Estos métodos están limitados en el mo- tos métodos de ablación en el cuello como tratamiento de
mento actual por la ausencia de dispositivos de ablación la enfermedad paratiroidea.
Capítulo 20

MAMA
Thomas Stavros

los resultados del segundo y tercer estudio en el ensayo


APLICACIONES DE LA ECOGRAFíA ACRIN 6666 sean mejores que los del estudio de preva-
DE MAMA lencia. El cribado no equivale a diagnóstico e incluso en
manos de un experto en ecografía consume tiempo saber
La ecografía como modalidad de imagen en la mama tiene hacer un cribado mediante ecografía. Las reglas de inter-
tres funciones: 1) cribado inicial, 2) cribado secundario pretación son distintas para cribado y diagnóstico. La pro-
(después de una mamografía), y 3) diagnóstico. La ecogra- babilidad pre-test es mucho más baja en una población de
fía habitualmente no juega un papel demostrado dentro del cribado que en la población de diagnóstico, de forma que
cribado del cáncer de mama, pero el uso de la ecografía la probabilidad post-test de cáncer también es menor.
dentro del cribado secundario (después de una mamo- Unos hallazgos que pueden entenderse como sospecho-
grafía, como estudio básico), especialmente en mujeres con sos en pacientes con una masa palpable o sospecha a par-
tejido mamario denso en la mamografía, se ha extendido tir de una mamografía anormal, pueden ignorarse en el
desde la última edición y sigue en continua investigación. contexto de un cribado. En mi experiencia como investiga-
Kolb y cols.1.2, Buchberger y cols. 3 y Kaplan 4 han demos- dor del estudio ACRIN 6666, la tasa de llamadas devueltas
trado unos resultados muy prometedores para la ecografía para el cribado ecográfico se redujo en los cribados se-
como método de cribado secundario cuando se utiliza des- gundo y tercero, mientras que la tasa de detección real-
pués del cribado inicial en pacientes con mamas densas en mente aumentó. Consideramos que con más experiencia,
la mamografía. En los cuatro estudios, la ecografía detectó los datos del cribado ecográfico mejorarán.
aproximadamente tres carcinomas que habían pasado in- A pesar de los resultados de muchos estudios de criba-
advertidos en el primer cribado mediante mamografía por do ecográfico manual, nosotros consideramos que Esta-
cada 1.000 pacientes. Las lesiones no se detectaron en la dos Unidos no dispone de unos recursos médico ecogra-
mamografía porque no contenían calcificaciones y estaban fistas adecuados para un cribado ecográfico manual
enmascaradas por los densos tejidos adyacentes y super- debido a déficits crónicos en radiólogos de mama, mamo-
puestos en la mamografía. Tres de cada 1000 pacientes es grafistas y ecografistas de mama. Por tanto una expansión
la tasa previsible de detección mamográfica de cánceres del cribado requeriría mejoras no sólo en la devolución de
de intervalo en pacientes cribados previamente mediante llamadas y tasas de biopsias negativas, sino también en su
mamografías, lo cual sugiere que la ecografía puede ser automatización. Esta realidad ha conducido a un renovado
muy útil como cribado secundario en pacientes con masas interés por abordajes automatizados de cribado ecográfi-
densas en la mamografía. Además, el máximo diámetro y co. Se están desarrollando diversos equipos de ecografía
también el pronóstico de las lesiones detectadas solamen- de mama automatizados, pero no hay datos publicados de
te por ecografía es similar a las lesiones detectadas me- las exploraciones automatizadas todavía. La mayoría de
diante cribado mamográfico y el coste por cáncer detecta- los abordajes automatizados utilizan la ecografía tridi-
do es similar al de la mamografía. mensional (3D), pero la mayor experiencia se basa en la
El ensayo de cribado con ultrasonidos de mama com- ecografía bidimensional manual, de forma que queda aún
pleta de la American College of Radiology Imaging Net- mucho trabajo pendiente con la ecografía 3D. Un disposi-
work (ACRIN 6666) se diseñó para evaluar el papel del tivo automatizado utiliza barridos 20 que se almacenen
cribado ecográfico bilateral de mama completa en un gru- en vídeo más que en 3D. Los datos aún no publicados re-
po de pacientes con mayor riesgo de cáncer de mama y un fieren unos resultados de 7,2/1.000 como tasa de detec-
contenido mamario denso en la mamografía. Cada pacien- ción, que dobla la detección de la mamografía de 3,6/1.000
te se sometió a tres exploraciones en un plazo de 3 años en un cribado de prevalencia. Por tanto, la mayor detec-
además de la mamografía. Los resultados de la primera ción respecto a la mamografía es comparable a la de los
prevalencia mostraron que la ecografía detectó 4,2 cánce- estudios de cribado manual ya mencionados. El barrido

-
res por cada 1.000, más que los que se detectaron con la automatizado fue mejor que la ecografía manual en el
mamografía, pero con un mayor coste económico por porcentaje de cánceres detectados menores de 10 mm de
biopsias benignas en comparación con la mamografía. El diámetro máximo y fue tres veces superior en el grupo de-
cribado de toda la mama con la mano mantenida condujo tectado mediante ecografía que en el detectado con ma-
a biopsias en el 5% de las pacientes, pero solamente un mografía. Los estudios previos con ecografía manual y
8,8% de ellas fueron positivas. Personalmente espero que mamográficos observaron unos tamaños similares, pero
no mejores, de los cánceres detectados. Por tanto, los re-
12 12 5-7
sultados de un estudio son estimulantes para un abordaje MHz MHz MHz
automatizado en la ecografía de cribado de toda la mama. 1.5
Hasta la fecha, la ecografía de mama no se ha aprobado O
para el cribado, de forma que no se dispone de códigos
para facturación o reembolso. La mayoría de las explora-
ciones totales de mama son extensiones de exploraciones ~
diagnósticas dirigidas. Son necesarios más datos y sobre o
3 '3
todo más años de experiencia antes de que se aprueben cm
¡t::
a.
códigos de facturación y posibilidad de reembolso de los C'C!
O
cribados ecográficos de mama.
El papel aprobado y también más extendido de la eco-
grafía de mama es el diagnóstico. Se suele realizar de for-
ma dirigida después de una mamografía y exploración fí-
sica para proporcionar un diagnóstico más específico que
el que ofrecen la mamografía o exploración clínica de for-
ma aislada. Las masas palpables y las alteraciones mamo- ...,
Figura 20-1 Proyecciones de eje corto con tres
gráficas son las indicaciones más habituales para una eco- ~ transductores utilizados en la ecografía mama-
grafía dirigida de mama. Los objetivos específicos de la ria. Izquierda, transductor de 12 MHz, 1,5D (1 ,5
dimensional o matriz); media; transductor de 12 MHz 1D
ecografía diagnóstica dirigida son evitar biopsias, unos
(unidimensional); derecha transductor de 5-7 MHz y 1D. Los
intervalos más breves de seguimiento de las lesiones ma- transductores que son de 10 tienen una lente acústica en el
mográficas benignas, como guía de cualquier tipo de in- eje corto de la sonda con longitud focal fija, determinada
tervención, aportar una retroalimentación que mejore la para el uso más habitual del transductor. Los transductores
experiencia clínica y mamográfica y detectar las neopla- lineales que tienen frecuencias en el rango de 5-7 MHz (de-
sias que no fue ron detectadas en la mamografía. recha) se destinan a imagen vascular, no para imagen de
mama. En los fijos y de eje corto la profundidad focal suele
ser de 3-4 cm, que es la profundidad de las arterias carótida
y femoral en la mayoría de las pacientes. Estos transducto-
. EQUIPO ECOGRÁFICO res se enfocan a demasiada profundidad en la ecografía de
mama. Las lesiones pequeñas a 1,5 cm en el centro de la
zona mamaria en la mayoría de las pacientes, estarán suje-
La ecografía de mama requiere transductores de alta fre- tas con frecuencia al promediado de imagen con los tejidos
cuencia optimizados para campo próximo. Los transducto- adyacentes. Esto tiene como consecuencia una mala ca-
res para la ecografía de mama suelen tener dispositivos racterización y falsos negativos. Los pequeños quistes pue-
lineales electrónicamente enfocados. Todas las organizacio- den mostrarse erróneamente como sólidos y los nódulos
nes implicadas en la acreditación de la ecografía de mama: pequeños, poco evidentes e hipoecoicos quísticos y los
American Cancer Society (ACS), American College of Radi%- sólidos pequeños, hipoecoicos y poco evidentes, pueden
gy (ACR) y American Institute of U/trasound in Medicine
manifestarse como isoecoicos e indistinguibles de los teji-
dos adyacentes. Las lesiones más próximas a la piel están
(AIUM), requieren un mínimo de frecuencia de transductor
incluso más expuestas al promediado de volumen, mala
de 7 MHz. Estos dispositivos pueden enfocarse de modo caracterización y falsos negativos. El típico transductor de
electrónico, pero no en el eje corto (salvo que sean de 1,5 12 MHz y 1 D (medio) tiene una longitud focal de eje corto de
dimensionales o de dispositivo de matriz). El enfoque en el 1,5-2,0 cm, ideal para la ecografía de la mama. Una lesión
eje corto requiere que el foco fijo se coloque cuando se cons- pequeña a 1,5 cm de profundidad será más ancha que el
truye el transductor. La longitud focal de la lente del eje corto haz de ultrasonidos y no estará expuesta al promediado de
varía en función de la frecuencia del transductor y la aplica- imagen y se puede detectar con precisión y caracterizarse.
ción para la que se pretende utilizar; siendo más profundo Sin embargo, incluso con transductores de 12 MHz y 1D,
con frecuencias bajas y más superficial con las frecuencias las lesiones de campo próximo, a menos de 10 mm de la
piel, están expuestas al promediado de imagen, ya que el
altas. Los transductores de 5 MHz se utilizan habitualmente haz aún no se ha enfocado totalmente. Será necesaria una
para la ecografía vascular periférica, imagen que no sea de almohadilla acústica de gel o interfase de gel en muchos
campo próximo, y se enfocan demasiado profundos (3,5-4,0 casos. En general, se trata de lesiones de la piel o lesiones
cm habitualmente en la ecografía de mama). Cuando la lon- que son palpables y del tamaño de un guisante o más pe-
gitud focal del transductor está en la pared torácica, las le- queñas o lesiones que parecen estar justo bajo la piel en la
siones en porciones medias y próximas de la mama pueden mamografía. Los transductores con matriz de 12 MHz (iz-
ser objeto de promediado de volumen. El promediado de quierda) tienen zonas focales de eje corto ajustable. El haz
volumen puede alterar la ecogenicidad hasta el punto de se enfoca más prieto, el haz es más estrecho y se consigue
un haz más densamente enfocado y a una profundidad me-
que las lesiones quísticas parezcan erróneamente sólidas y
nor. Incluso las lesiones en campo próximo se podrán ex-
las lesiones sólidas e hipoeoicas parezcan iso ecoicas y poco plorar sin promediado de volumen y sin tener que utilizar
evidentes. Los transductores de 7,5-12 MHz, que se suelen almohadilla acústica y además tanto la caracterización co-
utilizar en la ecografía de mama, se enfocan a 1,5-2,0 cm de mo la detección serán mejores que con transductores de
profundidad, una distancia focal ideal para la ecografía ma- 1D. MZ; zona mamaria; RMZ, zona retromamaria; CW, pa-
maria, minimizando el volumen promediado (Fig. 20-1). Sin red torácica, subO, subcutáneo.
.,,; Figura 20-2 Utilidad de la almohadilla de separación. Incluso cuando se utilizan transductores 1 D de campo
~ próximo de alta frecuencia con una lente acústica para el eje menor y distancia focal de 1,5 cm para lesiones muy
superficiales se puede necesitar una separación acústica. A, Quiste sebáceo presente como masa palpable de
tamaño BB. No es visible sin almohadilla de separación. B, Con una capa más gruesa de gel acústico como separación, la
lesión se puede apreciar con claridad con su origen en la piel.
L

embargo, incluso los transductores que se enfocan en la ma- piel en la mamografía son también las más proclives a un
ma media en el eje corto pueden ocasionar un promediado promediado de volumen y deben visionarse de forma ru-
de volumen en lesiones pequeñas y de ubicación superficial, tinaria a través de una almohadilla acústica. En algunas
salvo que se utilice una almohadilla delgada o un gel acústi- pacientes si se realiza el barrido simplemente con una
co (Fig. 20-2). compresión más ligera se puede alterar la posición de la
Una buena norma general para la ecografía de mama es zona focal de eje corto lo suficiente como para evitar la
que las lesiones que parecen quedar justo por debajo de la necesidad de dicha almohadilla acústica. Se puede enfo-
car electrónicamente un t ransductor con dispositivo di-
mensional1,5 en el eje corto y también en el eje largo y se
pueden_reducir (pero no eliminar) los inconvenientes del
promediado de volumen del campo próximo (ver Fig. 20-1
c:
'o Y transductor izquierdo). Es im portante la elección del
'ü transductor adecuado, pero es igual de importante con-
(,.)
el)
en trolar la profundidad de la posición de la zona enfocada.
Los ultrasonidos actuales enfoca n continuamente todas
las profundidades al recibir el haz. Sin embargo, el usua-
rio tiene que elegir la profundi dad a la que la máquina en-
foca el haz transmitido del haz (zona focal trasmitida).
Esto se muestra como «zanahorias» de varios tamaños y
deben colocarse justo a la profundidad de cualquier le-
sión que se quiera estudiar. En el modo de exploración,
cuando se busca una lesión de profundidad desconocida,
lo mejor es utilizar múltiples zonas de profundidad. Una
.,,; Figura 20-3 Importancia de la posición correcta profundidad mal ubicada puede conducir a un grave pro-
~ de la transmisión de zonas focales en el eje lar- blema de promediado de volumen y a una mala definición
go. Esta imagen desdoblada muestra un quiste be-
del tamaño de las lesiones, especialmente si las zonas fo-
nigno pequeño con leche cálcica. La imagen de la izquierda
se obtuvo con una zona de transmisión focal bien ubicada a cales están demasiado profundas (Fig. 20-3).
nivel del quiste. No existe promediado de volumen y el quis- Es de una enorme utilidad la posibilidad de doble pan-
te se puede caracterizar con precisión. La imagen de la de- talla en la imagen de mama. Las imágenes desdobladas se
recha se obtuvo con la zona focal que se ubicó intenciona- utilizan sobre todo para comparar imágenes con ubicacio-
damente demasiado profunda. Como el haz de ultrasonidos nes en espejo de mama derecha e izquierda y documentar
no está bien enfocado en su eje largo, con la transmisión del tejido fibroglandular asimétrico que puede ocasionar
haz de ultrasonidos a la profundidad del quiste, el quiste una asimetría mamográfica o una masa palpable (Fig. 20-
estará sujeto a promediado de imagen con los tejidos adya- 4). La pantalla con imagen desdoblada también se puede
centes, que lo hará parecer sólido e isoecoico.
utilizar para documentar eventos dinámicos, como la
W Figura 20-4 Aportación de la imagen especular de pantalla desdoblada. A, Mamografía de ambas mamas que
~ muestra densidades focales asimétricas en la mama izquierda, cuadrante superior externo en la proyección cra-
neocaudal (CC) (flecha) B, Imagen ecográfica dividida en espejo que muestra tejido fibroso focal en el cuadrante
superior externo de la mama izquierda que es marcadamente asimétrica con el grosor del tejido en la imagen en espejo con
una localización en el cuadrante superior externo de la mama derecha. Esta colección de tejido fibroso asimétrico es la
causa de la asimetría mamográfica.

compresión y movilidad, en una imagen simple de imagen segmentos intralobular y extralobular. Los conductos 10-
congelada y en modo simultáneo, para mostrar una ima- bares dan lugar a mucha menos patología que las UDLT
gen en escala de grises en un lado y en Doppler color o (sobre todo papilomas ductales y el complejo ectasia
potencia en la otra. ductal-mastitis periductal). Sin embargo, la mayoría de
Las lesiones múltiples y las lesiones mayores que la an- los carcinomas ductales invasivos tienen un componen-
chura del transductor requieren técnicas especiales para te de carcinoma ductal in situ, que utiliza el sistema ductal
su evaluación. Entre los diversos métodos que existen pa- como vía de crecimiento hacia otras regiones de la mama.
ra mostrar campos de visión amplios, se pueden combi- Cada segmento ductal tiene varias hileras de UDLT que
nar imágenes desdobladas, imágenes convexas virtuales o surgen de él. Las UDLT tienden a presentar unos conduc-
imagen de campo extendido (Fig. 20-5). También resulta- tos terminales extralobulares largos, mientras que las
rá útil un sistema de imagen de archivo y comunicación UDLT posteriores suelen tener unos conductos terminales
(PACS) no sólo para la interpretación sin película e imáge- extralobulares más cortos. Algunas UDLT están alojadas
nes de archivo, sino también para el almacenaje de bucles en el extremo distal del sistema ductal y tienen una orien-
de vídeo digitales, el método más eficiente y estético de tación horizontal. Las UDLT son más numerosas que las
documentar eventos dinámicos. UDLT posteriores y terminales y con el tiempo un porcen-
taje creciente de ellas tienden a involucionar, quedando
un porcentaje cada vez mayor de UDLT anteriores. Puesto
ANATOMíA Y FISIOLOGíA que las UDLT anteriores sobrepasan ampliamente a las
DE LA MAMA UDLT posteriores, casi toda la patología mamaria que sur-

La mama es una glándula sudorípara modificada que se


compone de 15-20 lóbulos que no están delimitados entre
sí, se solapan y varían bastante de tamaño y distribución.
Cada lóbulo está formado por elementos parenquimatosos
(conducto lobar, ramificaciones de conductos más peque-
ños y lóbulos) y tejido estroma de soporte (tejido fibroso
estro mal interlobar compacto, tejido fibroso periductal
suelto y estro mal intralobular y grasa). La unidad funcional
de la mama es la unidad ductolobular terminal (UDLT),
que consiste en un lóbulo y su conducto terminal extralo-
bular. Cada lóbulo es un segmento intralobular de conducto W Figura 20-5 Imágenes de campo de visión ex-
terminal y un tejido fibroso estro mal intralobular suelto. ~ tendido. Campo de visión extendido que puede
Las UDLT son importantes ya que están en el lugar de ori- ser útil para demostrar lesiones malignas muy
gen de la mayor parte de la patología de mama y de las abe- grandes, multifocales y multicéntricas, niveles en ganglios
rraciones del desarrollo e involución normal (ADIN). linfáticos, integridad de implantes o, como en este caso,
Se considera que la mayoría que los carcinomas de ma- cambios fibroquísticos con numerosos quistes de tamaño
ma surgen del conducto terminal cerca de la unión de los variable dentro de la mama.
ge a partir de las UDLT se produce en la mitad superficial
de la zona mamaria, justo por debajo de la fascia mamaria
anterior.
La mama se puede dividir en tres zonas desde la parte
más superficial a la profunda (Fig. 20-6) Yla zona más su-
perficial es la zona premamaria o subcutánea, que que-
da entre la piel y la fascia mamaria anterior. La zona pre-
mamaria es realmente parte del tegumento y los procesos
que emergen desde dentro de la zo na premamaria no son
realmente lesiones mamarias verdaderas. En realidad se
trata de lesiones de la piel y/o tej ido celular subcutáneo
que son idénticas a las que surgen de cualquier otra parte
..., Figura 20-6 Tres zonas de la mama. La zona del cuerpo (lipomas, quistes sebáceos). La zona mamaria
~ premamaria o subcutánea (SCZ), la zona mamaria es la zona media y queda entre la fa scia mamaria anterior
(MZ) y retromamaria (RMZ). La zona mamaria es la
zona donde la mayoría de los conductos y lóbulos pueden y la fascia mamaria posterior, contiene los conductos 10-
dar lugar a la patología de mama. La zona mamaria está bares, sus ramas, casi todas las UDLT y gran parte de los
recubierta de una fascia gruesa y dura. Por delante queda elementos del estroma fibroso de la mama. La zona más
separada de la grasa subcutánea por la fascia mamaria an- profunda es la zona retro mamaria y contiene sobre todo
terior (AMF) y posteriormente de la grasa retromamaria y por grasa, vasos sanguíneos y linfáticos y es mucho menos
la fascia retromamaria (RMF). La fascia mamaria anterior se evidente en las ecografías que en las mamografías, ya que
continúa con los ligamentos de Cooper y cada ligamento la compresión ecográfica aplana la zona retromamaria
está formado por dos capas en aposición de la fascia ma-
contra la pared torácica. Esto difiere bastante de la mamo -
maria anterior. La zona retro mamaria está comprimida du-
rante la ecografía en tiempo real en una posición supino y grafía, donde la compresión mamográfica empuja la grasa
es relativamente pequeña y poco evidente en comparación retro mamaria fuera de la pared torácica y la expande en
con el aspecto de la mamografía. dirección anteroposterior (AP). Como la mayoría de la pa-
tología emerge de las UDLT y, en menor medida, de los
conductos mamarios, y puesto que la mayor parte de los
conductos y lóbulos quedan dentro de la zona mamaria,
casi toda la patología verdadera de mama emerge de la
zona mamaria. Aunque las lesiones que surgen dentro de
la zona premamaria y retromamaria son normalmente le-
siones cutáneas, las lesiones mamarias verdaderas que
surgen de la zona mamaria pueden afectar de forma se-
cundaria a los tejidos pre y retro mamarios.
La fascia mamaria que cubre la zona mamaria es dura
y relativamente más resistente a neoplasias malignas que
c: los tejidos fibrosos laxos del estroma. La fascia mamaria
'o
'0 .anterior se continúa con el ligamento de CooperoEn el
()
Q)
rn punto en el que se continúa con el ligamento, la fascia ma-
maria anterior se continúa superficialmente y en oblicuo
con la grasa subcutánea, se fija a la fascia superficial y si-
gue entonces un recorrido caudal a través de la grasa sub-
cutánea, donde se continúa como fascia mamaria anterior.
Cada ligamento de Cooper está compuesto por dos capas
en estrecha aposición de fasci a mamaria anterior con un
espacio virtual caudal, donde ambas capas se separan y
siguen un trayecto en el que se alejan entre sí como fascias
mamarias anteriores (Fig. 20-7). Esto afecta al aspecto
ecográfico de las neoplasias malignas, como se comentará
más adelante.
Las estructuras anatómicas normales de la mama ex-
panden el espectro de la ecogenicidad desde un gris de
nivel medio a intensamente hiperecoico. Las estructuras
..., Figura 20-7 Fascia mamaria y ligamentos de hiperecoicas normales son el tejido fibroso estromal in-
~ Coopero Dos capas de la fascia mamaria anterior terlobular, la fascia mamaria anterior y posterior, liga-
(flechas) forman las bases del ligamento de Coo- mento de Cooper y piel. Las paredes de los conductos,
per (cabeza de flecha blanca) , que se insertan dentro de la cuando son visibles, también se muestran hiperecoicos.
fascia superficial (flecha abierta). Las neoplasias invasivas Las estructuras normales que tienen unos ecos de nivel
con frecuencia desarrollan ángulos cuando invaden la base medio (isoecoicas) pueden corresponder a grasa, tejido
de los ligamentos de Coopero
epitelial en conductos y lóbulos y tejido fibroso estromal
~
o
:;
.:!::
C.
ca
O

~ Figura 20-8 Tejido mamario denso: correlación radiológico-ecográfica. El tejido denso en la radiografía (den-
~ sidad agua) (A) se puede corresponder con dos tipos distintos de tejido en la ecografía: S, Tejido glandular casi
isoecoico y e, Tejido fibroso estromal intensamente hiperecoico interlobular.

intralobular periductal. El tejido de densidad agua de la


mamografía se corresponde con una variedad de distintos
tejidos normales que pueden apreciarse ecográficamente.
El tejido fibroso estro mal interlobular, el tejido fibroso es-
tromal intralobular y periductal suelto y elementos epitelia-
les se mostrarán con una densidad igual que en la mamo-
grafía. Los tejidos densos en la mamografía se pueden
corresponder con tejidos totalmente hiperecoicos, simple-
mente isoecoicos o de ecogenicidad mixta hiperjisoecoi-
ca en la ecografía (Fig. 20-8). Muchos contienen mezclas
de elementos fib rosos y glandulares intercalados con va-
riables proporciones de grasa (Fig. 20-9). Con el tiempo,
la atrofia tiende a producirse más rápidamente en las re-
giones de la mama que quedan entre los ligamentos de
Cooper, dejando cada vez más elementos fibroglandulares
dentro de estos ligamentos (Fig. 20-10).
~ Figura 20-9 Densidad agua del tejido mamario.
Los conductos mamarios normales que no son elásti-
cos se pueden mostrar en la ecografía de dos formas. Un ~ La mayor parte del tejido de densidad agua en la
mamografía no es tejido fibroso o glandular puro,
conducto mamario se muestra totalmente isoecoico cuan-
sino una mezcla de tejido fibroso estromal interlobular hi-
do el conducto hiperecoico no se puede visualizar por un perecoico y glandular isoecoico o periductal laxo y tejido
mal ángulo de incidencia o por una resolución subóptima estromal interlobular. Obsérvese que el conducto lobar es
del transductor (cuando sólo sea visible el tejido fibroso ligeramente ectásico (flechas). Los elementos isoecoicos
del estroma laxo periductal). El conducto mamario tam- redondos o más largos que anchos (asteriscos) dentro de
bién se puede mostrar como un eco central y brillante ro- los segmentos periféricos de la zona mamaria se deben a
deado de tejido fibroso estro mal laxo e isoecoico cuando segmentos epiteliales y tejido estromal laxo dentro de las
las paredes en aposición del conducto central se pueden unidades ductolobulares terminales (UDLT). Obsérvese
detectar con claridad (Fig. 20-11, A). Es frecuente que el que las UDLT son más numerosas y prominentes en su
parte anterior que en la posterior.
conducto simple presente ambos aspectos ecográficos, en
hacen suficientemente grandes y numerosas como para
formar vainas continuas de tejido isoecoico. La prominen-
cia variable de las UDLT genera un espectro continuo en el
aspecto del tejido mamario por la UDLT que no es visible en
mamas que parecen ser totalmente iso ecoicas (Fig. 20-14).
Esto sucede casi siempre en la parte anterior, donde los
lóbulos son más numerosos, pero en ciertas zonas pueden
rellenar y distender toda la zona mamaria. Uno de los sig-
nos de mayor valor de la imagen armónica codificada
para alta frecuencia es que tiende a hacer que los nódulos
patológicos se muestren relativamente más hipoecoicos y
evidentes sobre un fond o de tejidos isoecoicos, reducien-
do la posibilidad de que tales nódulos no se detecten o
distingan de los lóbulos normales.
~ Figura 20-10 Atrofia mamaria. Al avanzar la El drenaje linfático de la mayor parte de la mama cir-
~ edad y en especial después de un embarazo a tér- cula desde su profundidad a la superficie, después al ple-
mino y la lactancia, los elementos glandulares de xo periareolar (plexo de Sappey) y por último a la axila.
la mama involucionan más deprisa en áreas de la zona ma- Algunas de las porciones profundas de la mama, especial-
maria (flechas) que quedan dentro de los ligamentos de mente en su parte medial, drenan con preferencia a lo lar-
Cooper que finalmente puede conducir a que gran parte o
go de la pared torácica hacia los ganglios linfáticos de la
la totalidad del tejido mamario residual quede atrapado
dentro de los ligamentos de Cooper (asteriscos). cadena mamaria interna. La mayor parte del drenaje de la
mama es a los ganglios linfáticos axilares. Muchas de las
metástasis mamarias de la mama están en la axila y son
minoría las que están en los nódulos linfáticos mamarios
función del ángulo de incidencia con las paredes ductales. internos. Los tres niveles de los ganglios linfáticos axilares
Los grados variables de ectasia ductal se hacen cada vez se determinan por su localización relativa al músculo pec-
más frecuentes con la edad, especialmente dentro de la toral menor. Los ganglios linfáticos que se alojan en la pe-
porción de los senos lactíferos del conducto lobar en la riferia del borde inferolateral del pectoral menor están en
región subareolar. En las ectasias ductales, el líquido el nivel 1; los ganglios linfáticos posteriores al pectoral
anecoico o hipoecoico separa las dos paredes ductales y menor están en el nivel 2 y los ganglios linfáticos que que-
comprime en grado variable los tejidos del estroma peri- dan proximales al borde superomedial del pectoral menor
ductal suelto (Fig. 20-11, By C). La ectasia ductal se obser- estarán en el nivel 3 o ganglios infraclaviculares. El dre-
va en casi el 50% de las mujeres por encima de los 50 años naje linfático a la axila suele pasar a través del nivel 1, des-
y suele ser asintomática. En ciertas pacientes la ectasia pués nivel 2 y por último al nivel 3 (Fig. 20-15). A partir
ductal se puede asociar con secreciones del pezón o pue- del nivel 3, las metástasis progresan hacia los ganglios de
de conducir a una mastitis periductal y sus complicacio- la vena yugular interna y supraclavicular. Los ganglios de
c: Rotter están entre el pectoral mayor y pectoral menor; es
'o nes agudas y crónicas.
'0 Los conductos dentro del pezón y regiones subareola- importante reconocer las adenopatías metastásicas de los
Q
Q)
UJ res inmediatas se aprecian mal en la ecografía por su niveles 2 y 3 Y de Rotter, ya que si pasan inadvertidas se-
trayecto casi paralelo al haz en estas ubicaciones. Sin em- rán una fuente frecuente de las llamadas recidivas de pa-
bargo existen maniobras encaminadas a que se pueda vi- red torácica.
sionar totalmente el conducto mamario a través de la re- Los ganglios de la mamaria interna quedan en una cade-
gión subareolar, incluso dentro del pezón cuando es na paralela a la arteria y vena mamaria interna a lo largo
necesario. Estas maniobras consisten en las técnicas de del lado profundo de la pared torácica y lateral a los bor-
compresión periférica, compresión con las dos manos des esternales. Las metástasis casi siempre afectan a los
y técnicas de pezón enrollado. Estas maniobras son de ganglios de la mamaria interna en los interespacios se-
la máxima utilidad cuando se evalúan pacientes con se- gundo y tercero. Si utilizamos la ecografía-Doppler para
creciones en el pezón (Fig. 20-12) Y se valoran nódulos identificar los vasos de la mamaria interna será más fácil
malignos respecto a su extensión intraductal por creci- encontrar alteraciones en los ganglios de la mamaria in-
miento dentro del conducto en dirección al pezón. La terna. Los ganglios normales de la mamaria interna se
compresión con las dos manos también es útil para eva- pueden identificar bajo circunstancias ideales, pero no en
luar una ginecomastia. todos los pacientes.
Las UDLT pueden ser visibles en la ecografía bajo cier- Un porcentaje importante de las pacientes tienen gan-
tas condiciones como estructuras pequeñas isoecoicas. glios que quedan dentro de la mama, son los ganglios
Las UDLT normales tienen alrededor de 2 mm de diáme- linfáticos intramamarios. Pueden estar en cualquier
tro pero pueden alcanzar los 5 mm en pacientes con cam- sitio dentro de la mama, pero son más frecuentes en el
bios fibroquísticos, adenosis u otras ADIN (Fig. 20-13). segmento axilar justo por debajo de la axila. Suelen estar
En pacientes embarazadas o en la lactancia y en pacientes a menos de un centímetro de la arteria mamaria poste-
con adenosis, las UDLT no sólo aumentan de tamaño, tam- rior, una rama de la arteria axilar que se extiende desde
bién aumentan en número. En ciertos casos, las UDLT se la axila hacia el pezón. Los ganglios intramamarios tam-
bién se pueden localizar en ocasiones en el borde medial bido a su ubicación superficial justo por debajo de la
de la mama superficial a los ganglios linfáticos mamarios piel.
internos. Estos ganglios linfáticos mediales se observan Las metástasis del cáncer de mama pueden afectar a los
con mucha menos frec uencia en la mamografía que en la ganglios linfáticos supraclaviculares, pero estos gan-
ecografía, ya que la compresión mamográfica los rechaza glios son positivos solamente cuando las adenopatías me-
lo suficiente de la pared torácica como para que puedan tastásicas son difusas. Las metástasis tienen que afectar
ser visibles en la mamografía. Los ganglios linfáticos in- los niveles 1, 2 Y 3 Y los mamarios internos y los ganglios o
C\I
tramamarios mediales pueden ser difíciles de demostrar linfáticos yugulares antes de alcanzar los ganglios supra- o
"'5
en la ecografía sin el us o de una almohadilla acústica de- claviculares. ~
a.
ClI
O

..., Figura 20-11 Conducto mamario: posibles aspectos normales. A, Con una resolución espacial elevada y 90°
~ de incidencia y un centrado perfecto, el conducto parece estar compuesto por una línea ecogénica (flechas) que
representa las paredes en aposición del conducto mamario colapsado . El tejido isoecoico adyacente es tejido
estromal periductallaxo. Por desgracia solamente una minoría de los conductos observados tiene un aspecto trilaminar en
el eje largo y aspecto de diana en el eje corto. Los conductos que quedan ligeramente fuera de foco, siguiendo un ángulo,
que no están perfectamente centrados dentro del haz muestran un aspecto diverso. Los conductos más profundos (cabe-
zas de flecha) están demasiado profundos para la longitud focal del eje corto del transductor. El eco central que representa
las paredes en aposición del conducto colapsado, no se aprecia. Solamente se puede identificar el tejido estromal periduc-
tal laxo. B, Este conducto levemente ectásico (flechas) se muestra en el eje lago (imagen superior) y en el eje corto (imagen
inferior). El conducto se aprecia ahora en forma de dos líneas hiperecoicas que representan las paredes anterior y posterior
del conducto separadas por secreciones dentro de la luz ductal. C, El conducto severamente ectásico (flechas) se aprecia
en el eje largo (imagen superior) y eje corto (imagen inferior). A medida que aumenta el grado de ectasia ductal, las paredes
del conducto se comprimen más y resultan menos evidentes, en la ectasia ductal severa el tejido estromal periductal laxo
puede no ser ya visible.
e W Figura 20-12 Maniobras para demostrar los conductos mamarios subareolares e intrapezón. A, Imagen izquier-
da. Los conductos subareolares resultan difíciles de valorar mediante un abordaje directo anterior porque sur~e I.a
sombra del pezón y areola y los tejidos planos del pezón son paralelos al haz de ultrasonidos. Imagen derecha, Tecnl-
cas de compresión periférica. Con una compresión vigorosa sobre el extremo periférico del transductor y deslizándolo sobre
el pezón para empujar el pezón a un lado, se puede minimizara la sombra y se puede mejorar el ángulo de incidencia del haz con
los conductos subareolares. Con frecuencia se pueden visualizar las lesiones que quedan justo por debajo de la región subareo-
lar (flecha). B, Imagen izquierda . La técnica del pezón enrollado es la mejor técnica para mostrar los conductos dentro del pe-
zón y si una lesión se extiende dentro del pezón desde los conductos subareolares. B, Imagen derecha, La técnica de compre-
sión con dos manos mejora aún más el ángulo de incidencia sobre los conductos subareolares y ayuda a evaluar si la lesión
(flechas) ha penetrado en las paredes ductales (cabeza de flecha). La técnica del pezón enrollado muestra que esta lesión intra-
ductal maligna no se extiende dentro del segmento intrapezón del conducto, pero la técnica de compresión con dos manos
muestra que ha invadido a través de la pared posterior del conducto y ha formado ángulos dentro de los tejidos periductales.

El primer ganglio linfático al que llega el drenaje linfáti-


co y el primer ganglio afectado por metástasis se ha lla- TÉCNICA ECOGRÁFICA
mado ganglio linfático centinela. La ubicación del gan-
glio linfático varía y depende de la localización del tumor
primario dentro de la mama. El ganglio centinela normal- Anotación
mente está a nivel del ganglio linfático axilar de nivel 1, La ubicación de un plano de barrido en la mama o la ubi-
pero en ciertos casos, puede ser intramamario o incluso cación de una lesión en la mama debe registrarse con ano-
alcanzar el nivel 2 y en ocasiones el ganglio centinela pue- taciones adaptadas a la terminología ecográfica BlRADS
de ser un ganglio mamario interno. de la ACR. Tiene que anotarse el lado (derecho o izquier-
do J, posición horaria, distancia del pezón en centímetros, los sólidos será preciso saber si la lesión está creciendo en
y orientación del transductor. Si se traza mediante marca- los conductos que la rodean. La mejor forma de conseguirlo
dores en centímetros con el transductor se facilita el re- es cuando el plano de barrido es paralelo al eje largo de los
gistro de la distancia desde el pezón, pero la distancia se conductos en la región del nódulo sólido.
suele estimar a partir de las distancias conocidas de los Además de la normativa terminológica BlRADS de la
transductores lineales de alta frecuencia, ya sea 38 mm o ACR, anotamos la profundidad de una lesión con los pará-
50 mm. La orientación del transductor puede ser longitu- metros ya comentados. Utilizamos tres zonas: A como ter-
dinal, trasversal o radial o antirradial, que es ortogonal al cio superficial, B para el tercio medio y e para el tercio
plano radial. La ventaja de la imagen radial es que los con- más profundo de la mama. Así, una lesión en una posición
ductos centrales siguen una orientación radial con res- a las 12 de la mama derecha que queda 2 cm del pezón y
pecto al pezón. El barrido en un plano que está radial res- tercio medio, cuando se realiza una ecografía radial se
pecto al conducto permite visualizar componentes en anotará como «R12 N2 RAD». Este método de anotación
crecimiento de lesiones del carcinoma ductal in situ es críptico y reproducible. Un icono de la mama derecha e
(CDISJ dentro del sistema ductal de la mama. izquierda con un marcador lineal que muestra la posición
Identificando componentes intraductales del tumor se y orientación del transductor será una alternativa válida
puede reducir las posibilidades de una mala caracteriza- para la anotación de la localización en la ecografía y mu-
ción de un nódulo maligno sólido como benigno o «proba- chos fabricantes de equipos de ecografía proporcionan
blemente benigno» y también facilita la demostración de iconos de la mama con este objeto.
una extensión real de componentes del CDIS, como lesio-
nes invasivas mixtas o intraductales malignas. Cuanto más Documentación de las lesiones
lejana esté una lesión del pezón, será menos probable que Todas las lesiones deben explorarse en su totalidad en dos
el conducto esté en un plano que sea realmente radial con planos ortogonales para evaluar la superficie y característi-
respecto al pezón, debido a la tortuosidad del conducto o cas internas, así como su perfil. Las imágenes grabadas en
porque el conducto de interés sea una rama ductal que no disco duro o software deben obtenerse en un mínimo de
tenga una orientación perfectamente radial. El ecografista dos planos ortogonales. Estos planos ortogonales deben
debe considerar planos internos radiales frente a planos ra- ser el longitudinal y el transverso, pero nosotros preferi-
diales externos verdaderos con respecto al pezón. El plano mos radial y antirradial. Cada plano de imagen debe regis-
radial interno es paralelo al eje largo de los conductos en la trarse con y sin calibres. Es importante documentar el
región de interés. Especialmente cuando se evalúan nódu- diámetro máximo de la lesión, ya que se trata de un impor-

..., Figura 20-13 Unidades ductolobulares terminales (UDLT). Las UDLT son conductos terminales extralobulares
~ y el lóbulo, que contienen los conductos ~ermin~les in:r~lobulares, y el tejido estro mal laxo isoecoico intralobular.
Las UDLT se muestran como estructuras Isoecolcas Similares a una raqueta de tenis; la cabeza de la raqueta (as-
terisco) representa el lóbulo y la empuñadura y mástil de la raqueta (flecha) sería el conducto extralobular terminal. La
imagen inferior en el centro es una histología en 3D. (Cortesía de Hanne M. Jensen, MO.)
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.!!:! "'" Figura 20-14 Prominencia variable de las UDLT, A, Solamente son visibles algunas UDLT aisladas. B, A medida
'O
Q) ~ que las UDLT se hacen grandes y más numerosas en la adenosis y adenosis del embarazo, casi se tocan entre sí.
Puesto que las UDLT anteriores son más numerosas que las UDLT posteriores, estos cambios tienden a afectar a
.....C'O
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la parte superficial de la zona mamaria antes y en mayor medida que a su parte más profunda. e, Cuando la hipertrofia
'- lobular es más pronunciada, toda la parte superficial de la zona mamaria puede mostrarse isoecoica respecto a la mitad
C)
O profunda, que todavía se mantiene homogéneamente hiperecoica. D, Cuando la prominencia lobular es más acusada,
(,) tanto las porciones superficiales como profundas de la zona mamaria se muestran casi homogéneamente isoecoicas. Las
W UDLT prominentes crean una suerte de estado de sensibilidad «intermedio» para la ecografía que queda entre las mamas
puramente hipoecoicas y las puramente isoecoicas.

tante indicador pronóstico. Cuando el diámetro máximo no


queda dentro de los planos estándar longitudinal, trasver-
sal, radial o antirradiaJ, se obtendrá un plano adicional obli-
cuo paralelo al eje largo de la lesión con y sin calibres. Las
películas sin calibres son especialmente importantes en
lesiones pequeñas, donde el calibre puede interferir en la
evaluación de las características de superficie.

Categorías de riesgo BIRADS


El sistema oficial Breast Imaging Reporting and Data
"'" Figura 20-15 Músculo pectoral menor y nive- System (BIRADS, sistema de datos y registro de imagen de
~ les de los ganglios linfáticos axilares, Una eco- mama) para terminología ecográfica fue desarrollada por
grafía de campo visual extendido muestra las
metástasis en los tres niveles linfáticos axilares en la iz- la ACR para estandarizar los registros y datos. Nosotros
quierda. El nivel de los ganglios linfáticos axilares se de- creemos en el uso de las categorías de riesgo de la BlRADS
termina por el músculo pectoral menor. Los ganglios que para la evaluación final de cualquier ecografía. Puesto que
quedan caudales y laterales al borde inferolateral del muchas ecografías se orientan hacia alteraciones clínicas o
músculo pectoral menor son ganglios de nivel 1; los que mamográficas de exploraciones conocidas por mamogra-
quedan más profundos del pectoral menor estarán en el fías previas que requieren que se caractericen como «BI-
nivel 2 y aquellos que están craneales y mediales al borde RADS O» (evaluación incompleta), cualquier evaluación en
superomedial del pectoral menor están en el nivel 3 de pacientes que se hayan sometido a ecografía diagnóstica se
ganglios linfáticos (infraclavicular).
basará en una combinación de los hallazgos de la ecografía
y mamografía. Las categorías del BIRADS son importantes entre la opción de un seguimiento a corto plazo de 6 me-
y mejoran el rendimiento de la ecografía. Si cada categoría ses o biopsia.
ecográfica se acompaña del mismo riesgo que la correspon- La exploración diagnóstica además de la mamografía y
diente categoría mamo gráfica BlRADS, las reglas para el la ecografía resultan de gran ayuda en pacientes con BI-
tratamiento de lesiones ecográficas pueden ser idénticas a RADS 4a y quizás en alguno en BIRADS 4b. Las pacientes
las reglas mamográficas de la misma categoría. No es nece- con lesiones BlRADS 2 y 3 generalmente no requieren es-
sario desarrollar unas reglas separadas para la ecografía. tudios de imagen adicionales. Las pacientes con BIRADS
No utilizamos el término BlRADS O después de la ecografía, 4b, 4c y 5 siempre se remitirán directamente a biopsia, al
salvo los raros casos en los que se realice la ecografía antes margen de otros resultados de imagen.
de la mamografía. Las categorías BIRADS son 0, evaluación
incompleta; 1, normal; 2, benigno; 3, probablemente be- Técnicas especiales de mama
nigno; 4, sospechosa; 5 maligno y 6 malignidad probada La evaluación ecográfica de mama depende mucho de las
mediante biopsia. Los riesgos previstos de malignidad para maniobras especiales dinámicas y posicionales durante
las categorías 1-5 son: BIRADS 1-2: 0%; BlRADS 3: 2% o la exploración. Las maniobras dinámicas consisten en va-
menos; BlRADS 4: mayor del2% y menor del 95%; BlRADS riar la compresión para evaluar la compresibilidad y movi-
5: 95% o mayor. Puesto que la categoría BlRADS 4 tiene un lidad. Las lesiones que permiten una compresión de más
rango tan amplio de riesgo (> 2% Y < 95%) se han desarro- del 30% son grasas con una alta probabilidad (ya sea un
llado subcategorías: 4a, 4b y 4c. lóbulo graso o un lipoma benigno). La trombosis venosa su-
La categoría ecográfica BIRADS 1 se refiere a los tejidos perficial (enfermedad de Mondor) requiere para su diag-
ecográficamente normales que cursan con alteraciones clí- nóstico que la vena sea incompresible y que no exista flujo
nicas o mamográficas. La categoría BIRADS 2 se corres- en el Doppler. El peloteo (compresión y liberación de la
ponde con patología benigna e incluye ganglios linfáticos compresión alternativa) puede ser útil para demostrar la
intramamarios, conductos ectásicos, todos los quistes sim- movilidad de los ecos en conductos ectásicos o quistes
ples y algunos complicados y los nódulos benignos sólidos, complejos. Variando la compresión se pueden eliminar
como los lipomas y hamartomas. La categoría BIRADS 3 se también artefactos de sombras por sombreado crítico en
refiere a lesiones «probablemente benignas» con un riesgo planos tisulares con ángulos agudos. Escorando y con
del 2% o menos de malignidad e incluye quistes complejos desplazamientos craneocaudales se puede minimizar el
y alguno complicado, papilomas intraductales pequeños y sombreado por el ángulo crítico que surge del ligamento de
un subgrupo de fibroadenomas. La amplia categoría de le- Cooper y se demostrará mejor la delgada y ecogénica cáp-
siones de la ACR BIRADS 4 que se llaman «sospechosas» se sula en los extremos de los nódulos sólidos, un signo muy
subdivide en tres subcategorías. Las reglas para esta subdi- importante en los bordes de una lesión no invasiva. Tam-
visión de los Bl RADS 4 en las opciones 4a, 4b y 4c no se han bién es importante este movimiento para mejorar el ángulo
desarrollado. Las categoría 4a es «levemente sospechosa» de incidencia con las paredes ductales, ya que permite un
y se acompaña de un riesgo de malignidad del 2%-10%. La mejor visionado de la anatomía y patología ductal, espe-
4b es «moderadamente sospechosa» y presenta un riesgo cialmente en las porciones subareolares de los conductos.
de malignidad del 10%-50% mientras que en el caso de la La evaluación con Doppler de la mama depende bastante
4c dicho riesgo se sitúa entre el 50% y el 95%. La categoría del uso de una ligera presión de compresión. El flujo san-
BIRADS 5 se denomina «maligna» e indica un 95% o más guíneo en una lesión de mama se puede reducir fácilmente
de riesgo de malignidad. o incluso suprimir si la compresión ejercida es excesiva.
Las reglas de malignidad para cada categoría se desa- Los cambios posicionales son importantes en la evalua-
r rollaron antes de la mamografía y son bastante simples. ción de los quistes complejos. Se pueden apreciar cambios
La caracterización de BlRADS 1 y 2 permite a la paciente posturales en los niveles líquido-detritus, leche cálcica
acudir de nuevo a seguimientos rutinarios. En la BIRADS o grasa-líquido entre las posiciones de decúbito supino y
3 la caracterización enfrenta a la paciente a tres alternati- lateral o incorporando a la paciente. Algunas alteraciones
vas: biopsia quirúrgica, biopsia dirigida mediante prueba palpables son clínicamente evidentes solamente en posi-
de imagen y seguimiento ecográfico de intervalo corto. ción de incorporado y por ello será necesario que el estu-
Aunque la subdivisión de la categoría BlRADS 4 es subje- dio se realice en dicha posición. Incluso los estudios de
tiva y no definida por reglas, las pautas de manejo de las rutina pueden precisar cambios de posición de la paciente
BlRADS 4 están bien establecidas. En el caso de lesiones durante la exploración. Las posiciones oblicua posterior
BlRADS 4a, 4b y 4c y 5 será siempre necesaria la biopsia. contralateral son mejores para evaluar la mitad lateral de
Después de la categoría 1 de ecografía la paciente suele la mama, mientras que en decúbito supino es mejor para
volver a un cribado rutinario. En el BIRADS 2 el manejo la mitad medial de la mama.
depende de la indicación del estudio. Si el paciente pre-
senta alteraciones palpables y un BIRADS 2 ecográfico se
someterá a un seguimiento clínico con palpación cada 6 INDICACIONES PRINCIPALES
semanas y cribado rutinario, salvo que exista una indica-
ción clínica de nuevas evaluaciones. Las pacientes con al-
teraciones mamográficas y un BlRADS 2 de exploración La mayoría de las ecografías diagnósticas de mama se rea-
ecográfica suelen volver a un cribado mamográfico ruti- lizan de forma dirigida para evaluar una alteración con-
nario. Los pacientes con BlRADS 3 ecográfico decidirán creta, mamográfica o clínicamente palpable.
Masas palpables cumente el dedo que palpa en la lesión (Fig. 20-16) . Limi-
La ecografía es muy útil para evaluar posibles masas, es- tarse a mostrar que el tejido normal o quiste benigno está
pecialmente cuando existe un tejido denso en la zona de la en el mismo cuadrante es una prueba insuficiente de que
masa palpable en la mamo grafía. Las lesiones que no con- sea la causa de la masa palpable. En lesiones más grandes
tienen calcificaciones pueden quedar enmascaradas por en mamas compresibles, el explorador puede deslizar el
el tejido denso circundante en la mamografía. La ecografía dedo índice que no participa en el barrido bajo el trans-
aporta bastante menos en los casos que sólo tienen densi- ductor mientras que hace el barrido. En lesiones peque-
dad grasa en la zona de la masa palpable de la mamogra- ñas y mamas firmes, el dedo índice elevará los extremos
fía. Es poco probable que la mamografía pase por alto algo del transductor tan lej os de la piel que no se podrá explo-
que pueda ser relevante y la masa palpable probablemen- rar la lesión entre transductor y piel. En tales casos se
te sea un lóbulo graso o un lipoma en casi todos esos ca- atrapa la lesión entre el índice y dedo medio y la lesión se
sos. La rara excepción a esta regla general es en casos de explora mientras que esté atrapada (Fig. 20-17) . En el ca-
masas palpables pequeñas o con forma de pera cuando la so de lesiones muy pequeñas y superficiales, se puede uti-
línea de la piel está sobrepenetrada en la película de la lizar un clip de papel abierto o un bolígrafo vacío para
mamografía y por tanto no se puede apreciar, incluso bajo palpar la lesión durante la exploración sin separar los ex-
luz intensa. Estas pacientes pueden tener lesiones dimi- tremos del transductor y la piel.
nutas y superficiales justo por debajo de la piel que no se Mediante una ecografía agresiva de las alteraciones pal-
pueden apreciar bien en la mamografía. Esta situación es pables en pacientes que tienen un tejido denso en la zona
mucho más rara en las mamografías digitales con las téc- de la masa palpable, la ecografía debe detectar nódulos
nicas habituales de ecualización de tejido. Cuando la zona malignos que no se aprecian en la mamografía. Esto no va
mamográfica de una masa palpable presenta una densi- en demérito de la mamografía sino que supone conocer
dad mixta de grasa yagua, la evaluación ecográfica debe sus limitaciones, con un uso apropiado de la ecografía en
realizarse de forma agresiva. El riesgo de pasar por alto casos muy seleccionados, que permitirán mejorar el ren-
una lesión en la mamo grafía se reduce considerablemente dimiento de la imagen en pacientes con mama densa en la
si la mama es grasa, pero incluso unas asimetrías mínimas mamografía.
izquierda/derecha merecen una evaluación ecográfica en La ecografía permite evitar la biopsia mostrando hallaz-
dichas pacientes. gos normales o definitivamente benignos. Múltiples estu-
El objetivo específico de una evaluación ecográfica diri- dios han demostrado actualmente un valor predictivo ex-
gida es o bien 1) encontrar causas normales o definitiva- tremadamente negativo (~990/0) para la combinación de
mente benignas de la masa que no requieren biopsia o mamografía negativa con unos hallazgos ecográficos nor-
seguimiento a corto plazo, o 2) detectar una lesión malig- males o benignos. El planteamiento tradicional en el pasa-
na que quedó enmascarada por tejidos densos adyacentes do de que todas las masas mamarias palpables necesita-
en la mamografía. Si se pretende que la ecografía evite ban biopsia ya no es cierto. Sin embargo, las alteraciones
realmente la biopsia de tejidos de mama normales palpa- palpables comprenden un amplio espectro, que abarca
bles o de lesiones definitivamente benignas (BIRADS 1 y desde un engrosamiento impreciso hasta masas inmóvi-
2), es imprescindible que la alteración se palpe y explore les y de dureza pétrea y esta última será motivo de clara
con ecografía al mismo tiempo. La imagen quedará regis- preocupación clínica. Sin embargo, las masas inmóviles
trada como «palpable» o se obtendrá una imagen que do- de dureza pétrea casi siempre se asocian a hallazgos eco-

\tJ Figura 20-16 El marcado de lesiones palpables durante la ecografía diagnóstica por objetivo es esencial.
~ Izquierda, Quiste simple pequeño, que se palpa con el dedo índice (que no participa en la ecografía) durante la
obtención de imagen. Derecha , cresta fibroductal que se palpa durante la exploración.
gráficos sospechosos. En general, nuestra clasificación de una proyección ecográfica transversal, ya que existe poca
BlRADS y las recomendaciones para su manejo se basan rotación y falta de oblicuidad en el haz de rayos-X en la
en hallazgos de imagen, o de que sean palpables. Sin em- proyección mamo gráfica. Por tanto, se obtendrá una pro- ctI
bargo, en muchas pacientes con hallazgos BlRADS 3, a las yección eco gráfica transversal en el plano exacto de la E
ctI
que se ofrece elegir entre seguimiento a corto plazo y compresión mamográfica. La proyección mediolateral
::E
biopsia, el hecho de que sean palpables influye en su deci- oblicua (PMO) se obtiene entre 30° y 60° de oblicuidad
sión y no la ecografía. Por lo tanto, las pacientes cuya indi- fuera del plano mediolateral verdadero y también suele
cación para una ecografía dirigida sea una masa palpable incluir cierta rotación de la mama. Es difícil obtener un
«autoeligen» la biopsia. plano ecográfico oblicuo que reproduzca con exactitud un
El concepto de ecografía «negativa» de pacientes con le- grado desconocido de oblicuidad utilizado para la PMO de
siones de mama palpables es erróneo. Las ecografías ne- la mamografía. El plano ecográfico tampoco puede repro-
gativas implican que el ecografista de mama está al mar- ducir la rotación de la mama que se consigue cuando se
gen de la interpretación de las imágenes y puede no obtiene una proyección mamográfica. Si la lesión mamo-
comprender por completo el problema por el que acudió gráfica sólo se puede apreciar en la PMO, lo mejor suele
la paciente. Realmente cualquier ecografía de pacientes ser obtener una proyección mediolateral verdadera (ML),
con masa palpable debe realizarse como si fuera «positiva teniendo la precaución de no rotar la mama durante la
para una explicación». Los hallazgos positivos pueden ser compresión y obtener entonces una proyección longitudi-
un tejido mamario normal palpable o una lesión clara- nal verdadera para correlacionarla con la proyección ma-
mente benigna palpable, como un quiste simple, pero el mográfica ML.
hallazgo explicará de forma positiva y definitiva la causa
de la alteración palpable. Es mucho más tranquilizador Correlación de tamaño
para la paciente observar en el monitor que una masa pal- La correlación ecograficomamográfica del tamaño debe te-
pada durante la ecografía se corresponde con un hallazgo ner presente cualquier cosa con densidad de agua. Por ello,
positivo pero normal, como una cresta de tejido fibroglan- una masa de 3 cm y perfil ovalado circunscrita puede ser:
dular, que escuchar que su ecografía es «negativa». Una 1) un quiste, o 2) un nódulo sólido con una cápsula ecogé-
ecografía positiva, pero normal, engendra mucha mayor nica delgada, 3) un quiste que contiene un nódulo mural, 4)
tranquilidad porque implica que el ecografista de mama una colección de 3 cm de tejido fibroglandular, o 5) un quis-
ha comprendido realmente el problema de la paciente, te pequeño, y 6) un nódulo sólido rodeado de tejido fibro-
mientras que un informe «negativo» alberga temores de glandular; donde el quiste o nódulo sólido, junto con el tejido
que el operador no comprenda porqué acude la paciente y fibroso adyacente, mide 3 cm (Fig. 20-18). Las seis estruc-
pueda haber pasado por alto algo más siniestro. turas referidas pueden constituir un tamaño perfecto ma-
mograficoecográfico que encajaría si todas las estructuras
Densidades mamográficas que parecen densidad agua en la mamografía fueran teni-
La ecografía es la mejor herramienta diagnóstica para eva- das en cuenta en forma apropiada. Las mediciones deben
luar las alteraciones en la mamografía que no presentan
calcificaciones sospechosas. Estas alteraciones mamográfi-
cas oscilan desde masas discretas hasta densidades asimé-
tricas focales. Al igual que con las alteraciones palpables, la
ecografía demostrará tejidos asimétricos normales o alte-
raciones que son definitivamente benignas, como quistes
simples en la mayor parte de las alteraciones mamográfi-
caso En un porcentaje pequeño de pacientes, la ecografía
mostrará hallazgos que serán más sospechosos de maligni-
dad que lo que parece en la mamografía.
Cuando una ecografía sugiere que una alteración benig-
na, como un quiste simple o tejido de mama normal asi-
métrico, representa una alteración en la mamo grafía, es
importante estar convencidos de que el hallazgo ecográfi-
co realmente explica la alteración mamográfica y de que
no se trata de dos hallazgos completamente diferentes: un
hallazgo mamográfico y un hallazgo ecográfico separados
e incidentales. Para garantizar que se trata de un único y fttJ Figura 20-17 Atrapamiento con los dedos para
exclusivo hallazgo y de que el hallazgo ecográfico y ma-
~ documentar la lesión de mama. El atrapamiento
de una alteración palpable entre el índice y dedo
mográfico es realmente el mismo, el clínico tiene que ga- medio puede resultar útil para documentar la causa de una
rantizar sin ningún género de dudas que el tamaño, perfil «masa». En algunos casos es posible que no se pueda pal-
y ubicación y densidad de los tejidos adyacentes a los ha- par a lo largo del eje largo del transductor si la lesión es
llazgos mamográficos y ecográficos son los mismos. La demasiado pequeña o cuando la mama es demasiado pe-
correlación mamograficoecográfica de tamaño, perfil y queña y firme como para que los extremos del transductor
ubicación y densidad del tejido adyacente se realiza mejor sigan en contacto con la mama cuando el dedo que palpa
entre una proyección mamográfica craneocaudal (CC) y se coloca entre el transductor y la piel.
(Fig. 20-19). Esto hace que el diámetro medio de las lesio-
nes compresibles obtenido mediante ecografía sea más pe-
queño que el diámetro medio de la misma lesión obtenido
en la mamografía. A pesar de los distintos diámetros me-
dios obtenidos por mamografía y ecografía el diámetro
máximo será el mismo. El diámetro máximo, no el diámetro
medio, es el que debe utilizarse para la correlación ecográ-
fica del tamaño de la lesión. El diámetro medio se puede
utilizar para un seguimiento a corto plazo de una lesión.

Correlación de perfil
La correlación ecograficomamográfica del perfil tiene que
considerar dos fenómenos; compresibilidad parcial y
fuerzas rotatorias aplicadas durante la compresión. El
mismo fenómeno que hace que el diámetro medio de las
lesiones parcialmente compresible parezca mayor en la
mamografía que en la ecografía, también es la causa de
una diferencia coherente en el perfil entre la mamo grafía
y la ecografía. Las lesiones parcialmente compresibles
'-ti Figura 20-18 Importancia de la correlación que parecen esféricas en la mam ografía son de perfil ova-
~ mamográfica. Todo lo que sea de densidad agua lado porque la ecografía es capaz de mostrar el diámetro
puede contribuir al tamaño de la lesión mamográ- comprimido, mientras que la mamografía no lo permite
fica. Por tanto, las masas ovaladas y circunscritas de 3 cm (Fig. 20-19) . Cuando la les ión mamográfica es esférica e
pueden representar A , un quiste, o B, un nódulo sólido, incompresible, el perfil tiene que ser esférico en la ecogra-
rodeados de una cápsula ecogénica fina; e, Una colección fía. La compresión mamográfica y ecográfica aplican dife-
de 3 cm de tejido fibroso estromal interlobular, D, Qu iste
rentes fuerzas rotatorias en lesiones que no son esféricas.
de 3 cm que contiene nódulos murales o E, Quiste más
pequeño o F, Nódulo sólido rodeado de tejido fibroso o La compresión mamográfica no sólo empuja las lesiones
glandular. fuera de la pared torácica, sino que además tiende a rotar
la lesión de forma que su eje largo queda perpendicular a
la pared torácica. La compresión ecográfica empuja la le-
realizarse de exterior a exterior para incluir la cápsula que sión hacia la pared torácica y tiende a rotar el eje largo de
rodea al quiste o nódulo sólido, ya que la cápsula es de den- la lesión paralelo al de la pared to rácica. Existe una típica
sidad agua y debe incluirse en las mediciones de la lesión diferencia de 90° en la orientación del eje largo de las le-
en la mamografía. La correlación mamo grafía-ecografía siones entre la mamografía y la ecografía (Fig. 20-20). Si
funciona mejor cuando la lesión se mide del mismo modo no se tiene en cuenta esta rotación el ecografista de mama
en ambas modalidades. La mamografía no puede discrimi- llegará a la Conclusión errónea de que el perfil de la lesión
c: es distinto en las imágenes ecográficas y mamográficas.
'o nar entre la densidad de agua de la cápsula y la densidad
'0
oQ) agua que la rodea, con lo cual la cápsula quedará también
en incluida en la medición ecográfica de la lesión. Correlación de localización o posición
El diámetro máximo es más adecuado para la correla- Como la mamografía empuja la mama fuera de la pared
ción ecográfica-mamográfica, ya que muchas lesiones ma- torácica y la compresión ecográfica empuja la lesión acer-
mográficas son parcialmente compresibles. Para obtener cándola a la pared torácica, las lesiones habitualmente
las tres mediciones necesarias para calcular el diámetro parecen en la ecografía más próximas a la pared torácica
medio de las mamo grafías, serán necesarias dos medicio- que en la mamografía. Las lesiones que parecen estar ale-
nes. Estas proyecciones no son ortogonales verdaderas. So- jadas muchos centímetros de la pared torácica en la ma-
lamente las dimensiones de la lesión que están perpendicu- mografía, pueden estar muy cerca de la pared torácica,
lares al eje de compresión deben mostrarse y ninguna incluso imbricadas con la musculatura de la pared toráci-
proyección que muestre una dimensión comprimida de la ca en la ecográfica. Las lesiones que pudieran considerar-
lesión. Las dos proyecciones mamo gráficas darán tres me- se en la zona B por profundidad en las mamografías que-
diciones, todas obtenidas perpendiculares al eje de com- darán en cambio dentro de la zona C en la ecografía. Si no
presión. La ecografía también requiere dos proyecciones se comprende esta aparente diferencia rutinaria en la pro-
para obtener las tres mediciones necesarias para el cálculo fundidad de las lesiones entre mamografía y ecografía, el
del diámetro medio, pero estas sí que serán realmente or- médico puede concluir erróneamente que las lesiones
togonales. Aunque dos de las tres dimensiones obtenidas ecográficas están demasiado profundas para que se co-
con la ecografía también son perpendiculares al eje de rresponda con la lesión mamográfica.
compresión, la ecografía puede mostrar el diámetro com-
primido, que es la tercera medida. Como consecuencia, la Correlación en la densidad del tejido adyacente
ecografía muestra dos diámetros largos y un diámetro cor- El último paso en la correlación de los hallazgos ecográficos
to. Por tanto, las lesiones que parecen esféricas de perfil en y mamográficos es la valoración de densidad de los tejidos
la mamografía con frecuencia son ovaladas en la ecografía adyacentes. Una lesión que protruye dentro de la grasa sub-
cutánea de la zona mamaria y que se rodea de grasa super- tintas categorías: 1) ADIN, 2) quistes, 3) nódulos sólidos,
ficial y tejido de densidad agua junto a su borde profundo y 4) lesiones indeterminadas (quiste vs. sólido).
en la mamografía, debe quedar en la unión de la grasa sub-
cutánea y la zona mamaria en la ecografía. Debe estar ro- Tejidos normales y variantes
deada de grasa subcutánea junto a su borde subcutáneo y Los tejidos normales de la mama, como la ectasia ductal,
por tejido fibroso hiperecoico o isoecoico glandular junto a cambios fibroquísticos y alteraciones proliferativas be-
su borde profundo en la ecografía (Fig. 20-21). nignas, pueden ocasionar alteraciones tanto mamográfi-
cas como ecográficas. Estos cambios se denominan, abe-
Confirmación ecográficomamográfica rraciones del desarrollo e involución normales (ADIN).
La correlación de tamaño, perfil, localización y densidad Las ADIN pueden mostrarse ecográficamente no sólo co-
del tejido circundante permitirá que los hallazgos ecográ- mo tejidos normales, sino como quistes o nódulos sólidos
ficos y mamográficos se correlacionen definitivamente en también, dando cuenta de algunos falsos positivos en las
la mayoría de los casos, pero en algunos casos no es así. Si biopsias, como ya se comentó. Dado que tanto las ADIN
no se puede determ inar con absoluta certeza que las le- como el tejido normal pueden cursar con alteraciones pal-
siones eco gráficas y mamográficas son las mismas, se em- pables o mamográficas, lo mejor es desechar el concepto
prenderán procedimientos mínimamente invasivos para de «ecografía negativa» cuando se evalúen alteraciones
confirmar la correlación. Si la ecografía muestra la lesión clínicas o mamográficas. Es mejor pensar en todas las eco-
mamográfica sospechosa como quística, se realizará una grafías como positivo-positivo para una explicación defi-
biopsia del quiste dirigida mediante ecografía y se repeti- nitiva de la alteración clínica o mamográfica. Este resulta-
rá la mamografía por si dicha lesión hubiera desapareci- do positivo puede ser una cresta de tejido fibroglandular
do. Si la ecografía muestra la lesión sospechosa como sóli- palpable o una colección de tejidos fibroglandulares asi-
da, se puede realizar la localización mediante ecografía métricos que ocasiona una densidad mamográfica asimé-
con aguja y guía extraíble y repetir la mamo grafía con la trica. Muchos tejidos normales en la mamografía pueden
aguja en su sitio, para documentar que la lesión ecográfica caracterizarse como BIRADS 1. Las ADIN pueden ser se-
y mamográfica son de hecho la misma lesión. cundarias a un amplio espectro de alteraciones que se ca-
racterizan como BIRADS 2, 3 04.

1 HALLAZGOS ECOGRÁFICOS Quistes simples


El papel inicial de la ecografía en el diagnóstico de mama
para distinguir entre quistes y nódulos sólidos, sigue
Los hallazgos ecográficos que se correlacionan con altera- cumpliendo un papel importante, pero también es cierto
ciones palpables o mamográficas pueden encajar en dis- que no es su única función. Demostrar que un quiste sim-

\iI Figura 20-19 Lesiones que parecen esféricas en la mamografía y con frecuencia parecen elípticas en la
~ ecografía. A, Nódulos mamográficos isodensos circunscritos que se muestran circulares en ambas proyecciones
(esféricas) debido a que la mamografía solamente muestra los ejes del quiste que quedan perpendiculares al eje
de compresión y no al eje comprimido. En la ecografía: sin embargo, se muestra el eje comprimido. El diámetro medio
calculado por mamografía incluye tres diámetros largos y todos ellos en ejes perpendiculares al eje largo comprimido. B, El
diámetro medio calculado para las proyecciones ecográficas cuenta con dos diámetros largos, que son perpendiculares al
eje de compresión (flecha sólida) y otro diámetro menor que va paralelo al eje de compresión (flecha punteada). Para las
lesiones compresibles, el diámetro medio obtenido por ecografía suele ser más pequeño que el diámetro medio obtenido
por mamografía, pero los diámetros máximos de mamografía y ecografía son similares.
..., Figura 20-20 Compresión mamográfica y orientación de la lesión. La compresión mamográfica (izquierda)
~ tiende a rotar el eje largo de la lesión perpendicular a la pared torácica, mientras que la compresión ecográfica
(derecha) tiende a rotar el eje largo paralelo a la pared torácica. Los ejes largos de la lesión en la mamografía y
ecografía suelen diferir en casi 90°. Las flechas de doble cabeza muestran el eje largo de las lesiones.

pIe es la causa de una masa palpable o de un nódulo en la eco gráfica de tejido de mama normal como causa de una
mamo grafía es con mucho el hallazgo demostrable más alteración palpable o mamográfica. Si se cumplen unos
valioso de la ecografía, ya que los quistes simples son tan criterios estrictos de quistes si mples, la lesión es una B1-
benignos definitivamente como se pueda demostrar con RADS 2 y no será necesaria ni biopsia, ni aspiración ni se-
cualquier modalidad diagnóstica. Además, el valor predic- guimiento. En general, nosotros solamente aspiramos los
tivo negativo de un quiste simple es del 100%, mayor que quistes simples en los casos en los que estén tan tensos
el valor predictivo negativo del 99% de la demostración como para ser causa de dolor. El valor predictivo negativo
1:
'o
'0
()
Q)
C/)

..., Figura 20-21 Correlación ecográfico-mamográfica de la densidad tisular adyacente. La mamografía muestra
~ un nódulo proyectándose entre dos ligamentos de Cooper (cabezas de flecha) y se abomba hacia delante en la
grasa subcutánea (flecha) desde la zona mamaria (asterisco). La ecografía muestra que el nódulo mamográfico es
un quiste pequeño que protruye fuera del tejido fibroso en la zona mamaria (asterisco) y a la grasa subcutánea (flecha).
Queda entre dos ligamentos de Cooper (cabezas de flecha).
de demostrar que un quiste simple es la causa de una alte- los estrictos criterios y que son idénticos a los aceptados
ración palpable o alteración mamográfica es mayor que como estándar en la literatura mamográfica.
demostrar un tejido normal o ADIN como causa. Los quis- En la Figura 20-22 se ilustra la heterogenicidad del
tes complicados o complejos entran dentro de las lesiones cáncer de mama, que puede considerarse como un espec-
que se pueden caracterizar como BlRADS 2, 3 Y 4. tro en expansión y que abarca desde lesiones circunscritas
a espiculadas. No sólo es el cáncer de mama heterogéneo
Nódulos sólidos entre un nódulo y otro, también pueden ser heterogéneo o
C\I
Puesto que el papel inicial de la ecografía en el diagnósti- dentro del propio nódulo, de forma que exista un acúmulo o
co de la mama era distinguir entre quistes y masas sóli- de lesiones espiculadas circunscritas mixtas en el centro
"3
~
C.
das, la demostración de un nódulo sólido era una indica- del espectro. Cualquier algoritmo diseñado para identifi- IV
(,)
ción implícita de biopsia. Múltiples estudios ecográficos car el subgrupo BIRADS 3 tiene que tener en cuenta esta
sobre caracterización de nódulos sólidos refirieron ini- heterogenicidad.
cialmente un considerable solapamiento entre los hallaz- Los cánceres espiculados y circunscritos difieren
gos de los nódulos sólidos benignos y malignos, que no bastante. Los hallazgos histológicos y macroscópicos
permitiría la diferenciación entre todas las neoplasias morfológicos de los extremos espiculados y circunscritos
malignas y todos los nódulos benignos sólidos. Estos estu- del espectro maligno difieren en su celularidad, constitu-
dios se realizaron con equipos antiguos de baja frecuencia yentes de la matriz extracelular (MEC), reacción del hués-
y baja resolución y generalmente evaluaron solamente ped y contenido de agua. Además, las lesiones espiculadas
hallazgos ecográficos aislados. Desde entonces el aborda- y estrelladas malignas tienden a ser de un grado histológi-
je para caracterizar los nódulos ha evolucionado. co bajo o intermedio, mientras que las lesiones circunscri-
La clave para desarrollar un algoritmo exitoso para la tas tienden a ser tumores de un tipo especial (p. ej., carci-
caracterización de los nódulos sólidos es cumplir objeti- noma coloide o medular) o carcinoma ductal invasivo de
vos realistas. El objetivo de distinguir todos los nódulos alto grado. El típico espiculado del carcinoma de mama
sólidos benignos de los malignos fue excesivamente ambi- se compone de células tumorales, MEC y respuesta des-
cioso e inalcanzable. Un objetivo asequible es identificar moplástica del huésped frente a la lesión. Comparado con
una subpoblación de todos los nódulos sólidos, que sea los carcinomas circunscritos, los carcinomas espiculados
tan probable que son benignos como para que se ofrezca habitualmente de bajo grado son paucicelulares (un pe-
a la paciente la opción de seguimiento y la opción de la queño porcentaje del volumen total de la lesión se compone
biopsia. El precedente de este enfoque viene recogido en de células tumorales). Por el contrario, carcinomas cir-
la literatura de la mamografía. Las lesiones BlRADS 3, se- cunscritos normalmente son carcinomas ductales invasi-
gún se definen en la literatura de la mamografía, tienen en vos de alto grado y son muy celulares. Los carcinomas es-
su mayoría un riesgo del 2% o menos de malignidad. Para piculados tienen MEC, sobre todo colágeno, mientras que
ser prudentes y conservadores, cualquier algoritmo que las lesiones circunscritas tienen más ácido hialurónico en
se desarrolle para identificar el subgrupo BlRADS 3 de nó- la matriz. Los carcinomas espiculados tienen una res-
dulos sólidos mediante la ecografía tendrá que cumplir puesta desmoplástica importante del huésped, mientras

EL CÁNCER DE MAMA ES HETEROGÉNEO

... y mezcla de componentes


Célular circunscritos y espiculados entre ... Espiculado
circunscrito paucicelular
• Matriz hialurónico • Matriz de colágeno
• Células inmunitarias • Desmoplástica
• Alto grado • Bajo grado
• Sonido potenciado • Sombra
• Doppler+ • Doppler-

W Figura 20-22 Masas malignas: posibles espectros. El aspecto del cáncer de mama abarca un espectro que va
~ desde I~sionesespiculada~ típicas hasta los carcinomas circunscritos. También existen lesiones mixtas espicula-
das y circunSCritas en la mitad del espectro. Los hallazgos ecográficos de las lesiones circunscritas y espiculadas
pueden ser contrarios entre sí. Solamente constatando múltiples hallazgos capaces de identificar lesiones en ambos extre-
mos del espectro se podrán identificar carcinomas con la necesaria sensibilidad (del 98% o incluso más).
que los carcinomas circunscritos se manifiestan princi- terior mediante 1) evaluación en su totalidad de superfi-
palmente como una respuesta inmune linfoplasmocítica. cie, perfil y volumen de la lesión respecto a signos sospe-
La naturaleza paucicelular, su matriz colágena y la res- chosos en dos planos ortogonales (preferiblemente radial
puesta desmoplástica del huésped frente a las lesiones y antirradial), y 2) debe ignorar los hallazgos benignos o
malignas espiculadas las hace relativamente pobres en no sospechosos en lesiones con mezcla de hallazgos sos-
agua, de forma que pueden presentar sombra acústica. La pechosos y no sospechosos. La lesión tiene que caracteri-
elevada celularidad, matriz de ácido hialurónico hidrófilo zarse en su totalidad respecto a sus rasgos más sospecho-
y la respuesta linfoplasmocítica de las lesiones circunscri- sos. En la Tabla 20-1 se muestran los hallazgos ecográficos
tas las convierte en ricas en agua. No sólo dejan de presen- más sospechosos de los nódul os de mama sólidos y los
tar las lesiones circunscritas sombra acústica, además comparan con los hallazgos mamo gráficos sospechosos.
muestran una transmisión del sonido aumentada. Obsérvese que seis de nueve hallazgos ecográficos sospe-
Por tanto, la sombra acústica le ayuda al médico a de- chosos son también sospechosos para la mamografía y se
tectar lesiones en el extremo espiculado del espectro y han aplicado directamente a la ecografía. De los nueve ha-
algunas lesiones mixtas en la mitad del espectro, pero es llazgos sólo tres (perfil más largo que ancho, sombra
mucho menos efectivo en el extremo circunscrito del es- acústica e hipogenicidad) son exclusivos de la ecografía.
pectro. Por la característica de alta celularidad de los car-
cinomas circunscritos, éstos elaboran abundantes facto- Hallazgos sospechosos
res angiogéncos y, por la respuesta linfoplasmocítica Los hallazgos ecográficos sospechosos se pueden clasifi-
inmunoinflamatoria, ocasionan además vasodilatación en car en tres subgrupos según sus rasgos morfológicos o los
los vasos adyacente. La neovascularización tumoral aso- rasgos histopatológicos. En la Tabla 20-2 se exponen los
ciada a una hiperemia inflamatoria en las lesiones cir- hallazgos sospechosos listados por sus rasgos morfológi-
cunscritas malignas las hace hipervacularizadas y positi- cos: características de superficie (espiculación, márge-
vas en los estudios con Doppler. Por otro lado, todos los nes angulados y microlobulaciones); perfiles (más largo
tejidos vivos tienen flujo sanguíneo. Puesto que las lesio- que ancho, extensión ductal y patrón ramificado) y carac-
nes es pi culadas presentan menos células tumorales que terísticas interiores (sombra acústica, ecotextura hi-
elaboren el factor angiogénico y dado que la matriz de poecoica y calcificaciones). La clasificación histológica
colágeno y la desmoplasia requieren escaso flujo sanguí- puede incluso ser más útil que la morfológica (Tabla 20-2).
neo, las lesiones espiculadas con frecuencia no muestran Las categorías histopatológicas incluyen los hallazgos
un flujo apreciablemente aumentado en comparación con «fuertes)), que indican la existencia de una invasión de los
las lesiones benignas o el tejido normal. Así, el Doppler es tejidos limítrofes (bordes angulados, espiculación, halo
habitualmente muy efectivo para detectar cánceres cir- ecogénico grueso y sombra acústica) y «hallazgos débi-
cunscritos, pero es menos efectivo para detectar lesiones les» que reflejan la existencia de componentes de CDlS
estrelladas. Esto significa que, debido a la heterogenici- del tumor (microlobulaciones, calcificaciones, extensión
dad del cáncer de mama, serán necesarios múltiples ha- ductal y patrón ramificado) y hallazgos mixtos que se
llazgos diferentes para diagnosticar el cáncer con una pueden observar en asociación con los invasivos o los
sensibilidad adecuada, alguno más idóneo para el extre- componentes de CDlS del tumor (ecotextura hipoecoica y
mo circunscrito y otros mejores para el extremo espicula- orientación más larga que ancha).
do del espectro. También es preciso un conjunto de reglas Es importante incluir los hallazgos débiles, ya que al
que permitan discriminar las lesiones circunscritas mix- carcinoma de mama más frecuente, el carcinoma ductal
tas y espiculadas que quedan en la mitad del espectro. invasivo (invasivo no específico por otro motivo o el carci-
El algoritmo que utilizamos nosotros para evaluar las noma de tipo inespecífico) contienen normalmente com-
lesiones tiene que tener en cuenta la heterogenicidad in- ponentes CDlS. Los hallazgos sospechosos débiles ayudan
de dos maneras: le pueden ayudar al médico a detectar
Ll.:..L:J..I,;.II~"L.I
Comparación de hallazgos
sospechosos en la ecografía
y la mamografía Comparación de signos
morfológicos e histomorfológicos de
Hallazgos mamográficos Hallazgos ecográficos los hallazgos ecográficos sospechosos
sospechosos sospechosos
Espiculación Espiculación (gruesa, halo Signos morfológicos Signos histopatológicos
ecogénico)
Bordes irregulares o mal Bordes angulosos Características de superficie Signos «fuertes»
definidos Espiculación Espiculación (halo)
Microlobulación Microlobulación Bordes angulosos Bordes angulosos
Calcificaciones Calcificaciones Microlobulaciones Sombra acústica
Patrón de calcificación lineal Extensión ductal Perfiles Signos mixtos
Patrón de calcificación Patrón de ramificación Más largo que ancho Hipoecogenicidad
ramificado Extensión ductal Más largo que ancho
Masa o nódulo Perfil más largo que ancho* Parón de ramificación Signos "débiles»
Densidad asimétrica Sombra acústica* Características internas Microlobulación
Densidad en desarrollo Hipoecogenicidad* Calcificaciones Extensión ductal
Sombra acústica Patrón de ramificación
* Hallazgos exclusivos de la ecografía Hipoecogenicidad Microcalcificaciones
CDIS puros que rara vez desarrollan hallazgos sospecho- nes que contengan solamente hallazgos débiles. Las lesio-
sos «fuertes». Además, incluir los hallazgos débiles puede nes que muestren solamente hallazgos débiles es más
ayudar también a detectar y caracterizar carcinomas duc- probable que sean benignas (papilomas, fibroadenomas y
tales invasivos circu nscritos que contienen tanto carcino- cambios fibróticos). Sin embargo, el riesgo de malignidad
mas invasivos circunscritos como componentes CDIS. En para los nódulos sólidos que muestren solamente hallaz-
tales casos la nu eva periferia de la lesión está donde se gos sospechosos débiles es mayor del 2%, requiere por
ubican los componentes CDlS. Por tanto, las característi- tanto que dichas lesiones se clasifiquen como moderada- o
C\I
cas de superficie y perfiles de la lesión se generan por los mente sospechosas (BlRADS 4a) y se deben biopsiar. Cada o
'3
elementos CDlS de la lesi ón, no por los componentes inva- uno de los hallazgos eco gráficos sospechosos tiene una ~
a.
sivos localizados centralmente. Finalmente, el uso de ha- base histopatológica sólida. ro
O
llazgos débiles ayuda de forma precisa al estadiaje de las
lesiones malignas de mama en la ecografía. Los compo- Espiculación O halo ecogénico grueso
nentes de CDIS de la lesión que se extienden dentro de los La espiculación (espícula) es un hallazgo ecográfico fuerte
tejidos adyacentes a distancias variables pueden identifi- que se corresponde con la invasión de los tejidos próximos
carse solamente por los hallazgos débiles. Los hallazgos y con una respuesta desmoplástica del huésped de la lesión.
débiles aumentan la sensibilidad del algoritmo ecográfico La lesión es un hallazgo mamográfico que se puede aplicar
para la detección de patología maligna, pero también au- directamente a la ecografía (Fig. 20-23, A) . Cuando la espi-
mentan la tasa de falsos positivos, especialmente en lesio- culación es burda se manifiesta como líneas hipoecoicas e

~ Figura 20-23 Espiculación. A, Espiculación como hallazgo mamográfico «fuerte» que indica invasión. B, Espicu-
~ laciones burdas (entre flechas) que se observan con líneas alternantes hipoecoicas e hiperecoicas, que se irradian
desde el nódulo en la ecografía. Las partes hipoecoicas representan dedos del tumor invasivo o un carcinoma
ductal in situ, y las líneas hiperecoicas se deben a la interfase entre el tumor y el tejido adyacente. La mayoría de las espí-
culas son finas y no burdas y se muestran sólo como una ecogenicidad simple, al contrario de lo que sucede en los tejidos
de fondo. e, Las lesiones espiculadas rodeadas por tejidos hiperecoicos fibrosos son hipoecoicas (entre flechas). D, Las
finas espículas de las lesiones rodeadas por grasa se muestran hiperecoicas (entre flechas). Obsérvese que las espicula-
ciones son más prominentes dentro del plano coronal a los lados del nódulo.
hiperecoicas alternantes que se irradian perpendiculares a
la superficie del nódulo. Los componentes hipoecoicos re-
presentan bien los dedos del tumor invadiendo o bien com-
ca
ponentes CDIS del tumor, que se extienden a los tejidos

-
CJ
'C
,O) próximos, y los elementos hiperecoicos representan las
'C interfases entre las espículas y los tejidos mamarios adya-
O)
a. centes (Fig. 20-23, B). En muchos casos las espículas son fi-
"-
ca nas y se manifiestan solamente como una ecogenicidad
'3 simple. Pueden ser hipo o hiperecoicas, dependiendo de la
CJ ecogenicidad del tejido que incluye la lesión.
1/)
ca Las espículas en los nódulos malignos que están rodea-
>
>- das de tejido fibros o hiperecoico parecen hipoecoicas
ca (Fig. 20-23, C), mientras que las espículas de los tumores
1J
~ malignos que están rodeados de grasa se muestran hiper-
'o
"- ecoicos (Fig. 20-23, D). El papel de la ecografía en lesiones
ca
CJ rodeadas por grasa es normalmente el de dirigir los pro-
ca cedimientos intervencionistas o determinar la extensión
'C
O) de la enfermedad, mientras que en las lesiones rodeadas de
t: tejidos fibrosos puede ser diagnóstico, ya que tales lesio-
ca
rñ nes pueden estar completamente enmascaradas por los
ca tejidos densos adyacente en la mamografía. El halo grueso
11:
O)
::l
y ecogénico que rodea algunos nódulos malignos sólidos
C'
Q)
representa la espiculación que es demasiado pequeña pa-
a. ra que se aprecie en la ecografía. Por este motivo, debe
1/)
O)
considerarse como espiculaciones tanto la existencia de
t: ~ Figura 20-24 Halo ecogénico con espículas hi- unas espiculaciones claras como la presencia de un halo
ca ~ perecoicas, Grueso halo ecogénico mal definido grueso y ecogénico. El típico halo ecogénico grueso pare-
a. que se aprecia alrededor de algunas lesiones ma-
1/)
lignas invasivas rodeadas por grasa y que representa las
ce más grueso a lo largo de los bordes del nódulo en sus
~ superficies anterior y posterior (Fig. 20-24). Las espícu-
O) espículas hiperecoicas demasiado pequeñas para que se
las son más numerosas en el plano coronal y son perpen-

-
1J resuelvan espontáneamente. El halo se observa con mayor
,!!;! frecuencia y es más grueso a los lados del nódulo y dentro diculares al haz junto a los bordes del nódulo, forman do
ca
"-
del plano coronal (flechas) debido a que las espículas son unas reflexiones espiculares pronunciadas. Las espículas
C) más frecuentes en el plano coronal y a que las espículas menos comunes que se producen en las superficies ante-
O que quedan dentro del plano coronal son perpendiculares
CJ rior y posterior del nódulo están casi paralelas al haz
W al haz de ultrasonidos, donde se convierten en un potente
ecográfico y por ello son reflectores espiculares débiles.
reflector espicular.
Considerando el halo ecogénico grueso como una varian-

~ Figura 20-25 Imagen tridimensional o de volumen con transductores manuales, Es útil la reconstrucción en
~ el plano coronal para evaluar espiculaciones. Lo que se observa como un halo grueso y mal definido en los planos
radial y antirradial (flecha izquierda), con frecuencia puede interpretarse como espículas hiperecoicas individuales
en la reconstrucción del plano coronal (flechas derechas). El plano coronal también muestra mejor otras distorsiones de la
arquitectura, como un engrosamiento de los ligamentos de Cooper (derecha, cabezas de flecha).
o
C'II
o
"3
~
a.
ctI
()

W Figura 20-26 Imagen tridimensional de volumen con barrido de mama automatizado. Las espiculaciones se
~ muestran mejor en el plano de reconstrucción coronal (derecha) que en las imágenes seriadas (originales) del pIa-
no nativo.

te de claras espiculaciones se duplica la sensibilidad de la la literatura. Los bordes angulados son una subcategoría
espiculación para los nódulos malignos desde el 36% BlRADS de la ACR «perfil irregular». El borde angular re-
hasta el 70%. presenta un hallazgo ecográfico fuerte que indica invasión
La imagen ecográfica tridimensional es muy útil para y también es un hallazgo mamo gráfico que también se ha
demostrar espiculaciones. La mayoría de las espiculacio- aplicado directamente a la ecografía. Los ángulos de la le-
nes se orientan en el plano coronal, de forma que la re- sión pueden ser agudos, rectos u obtusos. Un único ángulo
construcción en el plano coronal es especialmente útil. de cualquier tipo en la superficie de la lesión se considera-
Los halos gruesos y ecogénicos en planos estándar pue- rá sospechoso y la lesión quedará excluida de la categoría
den resultar con frec uencia claras especulaciones en el «probablemente benigna» o BIRADS 3. Los ángulos en la
plano coronal. Esto es cierto para ecógrafos de mama ma- superficie del nódulo se producen en zonas de baja resis-
nuales o automatizados (Figs. 20-25 y 20-26). tencia a la invasión. En lesiones rodeadas de grasa, las an-
gulaciones pueden producirse en cualquier superficie del
Bordes irregulares nódulo (Fig. 20-27, A). En lesiones rodeadas de tejido fi-
Los bordes angulados son los bordes irregulares o denta- broso, los bordes angulados tienden a producirse en los
dos en la mamografía y ecografía de mama ya descritos en bordes de la lesión, dentro de los tejidos periductales es-

W Figura 20-27 Bordes angulosos secundarios a la invasión de un carcinoma por rutas de baja resistencia. A,
~ La grasa ofrece escasa resistencia a la invasión, de forma que se pueden desarrollar nódulos malignos rodeados
por grasa en los ángulos junto a cualquier superficie (flechas) . B, En las lesiones rodeadas por tejidos fibrosos hi-
perecoicos, las rutas de baja resistencia están a lo largo de los tejidos periductales (cabeza de flecha) y horizontalmente
junto a los planos tisulares dentro del tejido fibroso (flechas). e, La mejor forma de detectar los ángulos (flechas) en la su-
perficie de los nódulos sólidos malignos consiste en seguir los ligamentos de Cooper (cabezas de flecha) en dirección
caudal hacia su base, donde cortan la superficie del nódulo.
fttJ Figura 20-28 Microlobulaciones. Pueden representar los ángulos de un tumor invasivo o componentes de lesión
~ de un carcinoma ductal in situ (CDIS). A, Cuando las microlobulaciones son puntiagudas o angulosas (flechas) y se
asocian a espiculaciones o a un halo grueso y ecogénico (asteriscos), se trata de las dig itaciones de invasión del
e tumor. B, Cuando las microlobulaciones se muestran como pequeñas «raquetas de tenis» (flechas) que se proyectan desde
'o la superficie del nódulo, representan lóbulos adyacentes distendidos con CDIS o lóbulos cancerosos. Las microlobulacio-
'(3
(,)
CJ)
nes que son redondeadas u ovaladas, con cápsulas delgadas y ecogénicas son conductos distendidos. La cápsula fina es
en una pared ductal intacta. e, Las microlobulaciones pequeñas (flechas) se corresponden con conductos mínimamente dis-
tendidos y rellenos de CDIS de bajo grado. D, Las microlobulaciones grandes (flechas) se corresponden con conductos
muy distendidos que contienen CDIS de alto grado nuclear.

tromales y entre los planos tisulares dentro del tejido fi- microlobulación es un hallazgo mixto, que se puede ob-
broso (Fig. 20-27, B). En casi los dos tercios de los nódulos servar tanto en tumores invasivos como en componentes
malignos que surgen de una UDLT de ubicación anterior CDlS, pero con mayor frecuencia se relaciona con compo-
en contacto con la fascia mamaria anterior, las angulacio- nentes in situ de un tumor. Se trata de un hallazgo mamo-
nes tienden a producirse en puntos donde el ligamento de gráfico que se aplica directamente a la ecografía. Cuando
Cooper contacta con la superficie del nódulo (Fig. 20-27, C). las microlobulaciones son angulosas y se asocian a un ha-
Los bordes angulosos tienen la segunda mejor sensibili- lo ecogénico grueso, representan dedos de carcinoma in-
dad de todos los hallazgos sospechosos (90%) pero tie- vasivo (Fig. 20-28, A) . Cuando las microlobulaciones son
nen la mejor combinación de sensibilidad y valor predicti- redondeadas y se asocian a una cápsula ecogénica delga-
vo positivo de cualquiera de los hallazgos. da, suelen representar componentes CDlS de tumores.
Los componentes CDlS pueden generar microlobulacio-
Microlobulaciones nes en dos formas distintas: dúctulos o conductos que se
Las microlobulaciones son lobulaciones de 1 mm a 2 mm distienden por el tumor o necrosis (Fig. 20-28, B) o lóbu-
que varían en número y djstribución a lo largo de la su- los cancerosos (Fig. 20-28, C). El tamaño de las microlobula-
perficie y dentro de la sustancia del nódulo. Puede produ- ciones se corresponde con el grado histológico del tumor.
cirse en una pequeña parte de la superficie del nódulo. La Las lesiones de alto grado tienden a presentar microlobu-
~ Figura 20-29 Carcinoma ductolobular de unidad terminal (UDLT). La orientación más larga que ancha corres-
~ ponde a un carcinoma in situ pequeño que afecta a una UOLT. A, Lóbulo normal (asterisco), su conducto terminal
extralobular (T) y parte del conducto segmentario (O). La orientación de la UOLT es más larga que ancha. B, Una
UOLT pequeña de grado nuclear intermedio que distiende macroscópicamente el lóbulo (asterisco) y su conducto extralo-
bular terminal y se mantiene orientada en el eje más largo que ancho del lóbulo del que surge. C, Pequeño carcinoma
ductal invasivo de bajo grado nuclear que distiende y distorsiona macroscópicamente el lóbulo (asterisco) y el conducto
terminal extralobular del que procede, pero mantiene una orientación más larga que ancha. Obsérvese los ángulos que
reflejan la invasión de los tejidos adyacentes.

laciones grandes, mientras que las lesiones de bajo grado el patrón de ramificación son patrones de calcificación
tienden a mostrar unas lobulaciones muy pequeñas y las mamográfica que se han aplicado a componentes de nó-
lesiones de un grado intermedio incorporan microlobula- dulos sólidos. La extensión ductal y patrones de ramifica-
ciones de tamaño intermedio. ción entran dentro de la categoría terminológica «efecto
sobre los tejidos adyacentes» de BlRAOS de la ACR. La ex-
Perfil más largo que ancho
Las lesiones que son más largas que anchas en la dimen-
sión AP que en cualquier dimensión horizontal son sospe-
chosas de malignidad. Se trata de un hallazgo mixto, que
puede observarse tanto en lesiones invasivas como en
CDIS (Fig. 20-29) . El perfil más largo que ancho es exclusi-
vo de la ecografía y no se aprecia en la mamografía. Fue
descrito inicialmente en la literatura japonesa. Más largo
que ancho (llamado «no paralelo» en la terminología eco-
gráfica BlRAOS de la ACR) es sobre todo un hallazgo pro-
pio de nódulos pequeños sólidos malignos que tienen un
volumen de 1 mi o menos. Nuestros datos lo confirman.
Cuando la lesión crece tiende a hacerse más ancha que
larga (llamada paralela en terminología BlRAOS). La me-
jor de diversas expli caciones para este hallazgo es que el
perfil de los carcinomas pequeños simplemente refleja
el perfil de las VOLT desde donde emerge el carcinoma. La
mayoría de las VO LT están en la cara anterior de la zona
mamaria y se orientan en un eje más largo que ancho. A
medida que la lesión maligna se expande dentro del siste-
ma ductallobar tiende a ser rápidamente más ancho que
largo (Fig. 20-30). Alrededor del 70% de los nódulos ma-
~ Figura 20-30 Carcinoma ductal in situ (CDIS).
lignos con diámetros máximos menores de 10 mm son ~ Crecimiento del COI S que modifica el perfil a más
más largos que anchos. Solamente el 20% de los nódulos ancho que largo. Cuando los nódulos malignos
malignos mayores de 2,0 cm de diámetro máximo son crecen, los componentes del COIS crecen siguiendo el
más altos que anchos. conducto lobar hacia el pezón y desarrollan lóbulos adya-
centes cancerizados, cambiando del perfil más largo que
Extensión ductal y patrones de ramificación ancho al de más ancho que largo. Lóbulos anteriores dis-
La extensión ductal y patrón de ramificación son hallaz- tendidos (*); lóbulos posteriores más pequeños pero dis-
tendidos por tumor (#) y conducto lobar distendido por tu-
gos de perfil «débil » que se correlacionan con la existen-
mor (flechas).
cia de componentes CDIS o tumores. La extensión ductal y
nódulos sólidos que tienen una extensión ductal mayor o
patrones de ramificación extensos tienden a presentar
componentes intraductales extensos (CDIS) que aumen-
tan la probabilidad de recidiva local.

Sombra acústica
La sombra acústica es un hallazgo característico interior
sospechoso «fuerte » que sugiere la presencia de neopla-
sia invasiva. La sombra acústica tiende a producirse en
nódulos sólidos que quedan en el extremo espiculado del
espectro maligno y suponen un tercio de todos los nódu-
los sólidos malignos. Los componentes desmoplásticos de
'-J Figura 20-31 Extensión ductal de un carcinoma
~ ductal in situ. El CDIS crece dentro del conducto la sustancia del tumor y las espiculaciones ocasionan la
lobar hacia el pezón. La mayoría de los carcinomas sombra (Fig. 20-33, A) . Como el carcinoma de mama pue-
ductales invasivos contienen componentes CDIS. En algu- de ser heterogéneo en su interior, sólo una parte del nó-
nos casos crecen alejándose del tumor hacia el pezón den- dulo maligno sólido puede dar lugar a la sombra acústica
tro del conducto lobar, que puede distender macroscópica- (Fig. 20-33, B). Otras partes de la lesión se pueden asociar
mente el conducto lo suficiente como para permitir la a una transmisión normal o potenciada del sonido. Los
detección de la extensión tumoral con la ecografía (flechas). carcinomas ductales invasivos de alto grado, los nódulos
Si no se detecta la extensión ductal, puede cortarse con la
malignos circunscritos más frecue ntes, no suelen presen-
cirugía, lo que conduce a unos bordes positivos, recidivas
locales y la necesidad de una nueva resección.
tar sombra acústica; de hecho, casi siempre se asocian a
una transmisión del sonido potenciada (Fig. 20-34, A) Y
muchas lesiones de grado intermedio muestran una
transmisión normal del sonido (Fig. 20-34, B). Incluso los
CDIS puros, o de alto grado nuclear, se asocian con trans-
tensión ductal y patrones de ramificación se aprecian me-
misión potenciada. Los tumores de tipos especiales y los
jor cuando el plano de barrido se orienta paralelo al eje
carcinomas lobulares invasivos también tienden a ocasio-
largo de los conductos mamarios en la región del nódulo
nar sombra acústica o una trasmisión potenciada del so-
(Fig. 20-31). Puesto que la extensión ductal con frecuen-
cia afecta a la porción del seno lactífero del conducto 10-
bar mayor, que es muy distensible, puede llegar a ser muy
grande y alcanza hasta 5 mm de diámetro. El patrón de
ramificación se manifiesta como una proyección de un nó-
dulo sólido dentro de múltiples pequeños conductos y el
patrón de ramificación alterado es generalmente menor
que la extensión ductal.
El tamaño del patrón de ramificación se correlaciona
con el grado histológico de la lesión. Las lesiones de alto
grado tienden a presentar patrones de ramificación ma-
yores, las lesiones de bajo grado cursan con patrones de
ramificación menores y las de un grado intermedio tien-
den a presentar una ramificación intermedia. La presen-
cia de una extensión ductal con patrón de ramificación no
es un signo específico de malignidad, más bien sugiere un
patrón de crecimiento intraductal. Las lesiones intraduc-
tales benignas, como los papilomas y mastitis y fibrosis
ductales crónicas, también pueden presentar extensión
ductal o patrón de ramificación. De hecho, cuando sola-
mente se aprecia extensión ductal o patrón de ramifica-
ción, la lesión es un papiloma benigno en el 87% de los
casos. Sin embargo, el 6% son CDIS y otro 7% son papilo-
mas que presentan atipia en el epitelio superficial. Incluso
en ausencia de otros hallazgos sospechosos, el riesgo de
'-J Figura 20-32 Carcinoma in situ que afecta la
malignidad en los nódulos que muestran extensión ductal ~ ramificación de los conductos. El crecimiento
con patrón de ramificación como único hallazgo sospe- del CDIS dentro de pequeños conductos periféri-
choso, es mayor del 2% para lesiones y dichas lesiones se cos puede distender los conductos lo suficiente como para
tienen que excluir del grupo de lesiones, del tipo BIRADS permitir el reconocimiento de un patrón de ramificación
3. Es importante reconocer la extensión ductal y patrón (flechas) . El patrón de ramificación ductal es múltiple y sue-
de ramificación por dos razones: 1) minimizan la caracte- le ser más pequeño y corto que las extensiones del con-
rización falso-negativo del CDIS puro, y 2) identifican los ducto, pero su anchura es proporcional al grado nuclear en
el interior del CDIS.
componentes intraductales de extensión del tumor. Los
tt,J Figura 20-33 Cáncer que muestra sombra acústica. La sombra acústica es un hallazgo «fuerte» que sugiere la
~ existencia de un tumor invasivo desmoplástico. Cualquier sombra acústica debe considerarse sospechosa; ya sea
A, completa o S, parcial. Los tumores que se hacen cada vez más indiferenciados y que son policlonales o que
contienen mezcla de componentes de alto, medio y bajo grado tienden a generar sombras parciales.

nido. La mayoría de los carcinomas invasivos lobulares y nódulos malignos asociados a una transmisión potencia-
los carcinomas tubulolobulares ocasionan sombra acús- da del sonido, por orden de frecuencia es con: 1) carcino-
tica. Algunos carcinomas tubulares menores de 1,5 cm ma ductal invasivo de alto grado, 2) CDIS de alto grado
de diámetro y todos los de más de 1,5 cm de diámetro nuclear, 3) carcinoma coloide, normalmente de diámetro
máximo cursan con sombra acústica. El diagnóstico dife- de 1,5 cm o más, 4) carcinoma medular, y S) carcinoma
rencial de los nódulos malignos que presentan sombra papilar invasivo.
acústica y por orden de frecuencia se hace con: 1) carci-
nomas ductal es invasivos de bajo-intermedio grado, 2) Calcificaciones
carcinoma lobular invasivo, 3) carcinoma tubulolobular, Las calcificaciones son hallazgos sospechosos en la ma-
y 4) carcinoma tubular. El diagnóstico diferencial de los mografía y se trasladan directamente a la ecografía. Las

tt,J Figura 20-34 Trasmisión de sonido variable por debajo del carcinoma. Alrededor de un tercio de los nódulos
~ malignos generan s~mbra acústi~a, y I~s otros dos tercios pueden tener una transmisión normal o una transmisión
aumentada. A, Carcinoma ductal Invaslvo de alto grado que se suele asociar a una transmisión sónica potenciada.
S, Los carcinomas ductales invasivos de grado intermedio tienden a asociarse a una transmisión normal o mixta.
..., Figura 20-35 Microcalcificaciones. Parecen ecos brillantes demasiado pequeños como para generar sombra
~ acústica. Las microcalcificaciones son signos «débiles» que sugieren la existencia de elementos CDIS. A, Se pue-
den producir microcalcificaciones amorfas dentro de la masa. Sin embargo, la mayor parte de las calcificaciones
malignas de mama se producen dentro de restos necróticos en el centro de la luz de conductos distendidos por el tumor.
B-D, Otros signos débiles que pueden presentar conductos rellenos de líquido y las calcificaciones con frecuencia se pro-
ducen en el interior de otros signos débiles, como B, Dentro de microlobulaciones (flechas). e, Dentro de la extensión
ductal (flechas) O, Dentro de patrones de ramificación (flechas).

e
'o
'0 calcificaciones dentro de nódulos sólidos son hallazgos dentro de un fondo débilmente ecogénico, de forma que
(.)
CIl
(J)
ecográficos sospechosos «débiles» que sugieren compo- cuando se hace el promediado de volumen con los tejidos
nentes CDlS. En la terminología de BIRADS de la ACR, las ecogénicos adyacentes no son suficientemente brillantes
calcificaciones pueden clasificarse como macro- o micro- como para que se identifiquen con la ecografía. Las calcifi-
calcificaciones. Las microcalcificaciones se producen den- caciones malignas quedan dentro de una sustancia tumo-
tro o fuera de la masa. Las calcificaciones se desarrollan ral hipoecoica homogénea y se mantienen visibles incluso
en el interior de detritus necróticos en el centro de la luz aunque estén sujetas al promediado de volumen con los
de dúctulos o conductos de CDlS distendidos. Debido a tejidos adyacentes. Por este motivo la ecografía suele
que las microlobulaciones, extensiones ductales y patro- mostrar un mayor porcentaje de microcalcificaciones ma-
nes de ramificación representan componentes CDlS de la lignas que benignas.
distención ductal del tumor, las calcificaciones malignas
se observan con frecuencia dentro de otros hallazgos dé- Hipogenicidad
biles relacionados con el CDlS. Así, muchas calcificaciones Una hipogenicidad marcada de la sustancia de un nódul o
malignas pueden observarse en el centro de microlobula- sólido (en comparación con la grasa) es una característica
ciones, extensiones ductales o patrones de ramificación interior mixta que es sospechosa de malignidad. Puede
(Fig. 20-35) . Las calcificaciones que se muestran en la ser la consecuencia de diversas características tumorales.
ecografía son más pequeñas que el haz y por ello están Los carcinomas ductales invasivos de alto grado, que son
sujetas al promediado de volumen. Normalmente tienen altamente celulares y contienen abundante ácido hialuró-
un tamaño en el rango de 200-500 micrones. Las calcifica- nico en la MEC, pueden parecer hipoecoicos por el alto
ciones que son más pequeñas que la anchura del haz no contenido de agua. Los CDlS puros parecen ecogénicos
presentan sombra acústica y parecen más grandes de lo por necrosis o secreciones dentro de la luz de los conduc-
real y además se muestran menos ecogénicas de lo que tos distendidos por el tumor. Los carcinomas ductales in-
son en realidad. Muchas calcificaciones benignas quedan vasivos de bajo grado se muestran como «marcadamente
,-

o
C'I
o
'3
:t:
a.
(ti
(,)

.., Figura 20-36 Carcinomas hiperecoicos. Los nódulos malignos con frecuencia son llamativamente hipoecoicos
~ en comparación con la grasa. La hipogenicidad puede deberse a A, elevada celularidad y alto contenido de ácido
hialurónico dentro de la matriz extracelular o B, a una intensa sombra acústica asociada con un carcinoma invasi-
vo. C, Necrosis dentro de la luz del tumor que contiene dúctulos y puede ocasionar hipoecogenicidad de las lesiones
compuestas de CDIS puros.

hipoecoicos» por la sombra acústica (Fig. 20-36). En años dulos sólidos parezcan marcadamente hipoecoicos en
recientes, desde que aprovechamos la frecuencia, ancho comparación con la grasa adyacente (Fig. 20-37).
de banda y sistema dinámico del transductor hasta ellí-
mite, el porcentaje de nódulos malignos que se muestran Hallazgos múltiples
marcadamente hipoecoicos ha disminuido desde casi el Ninguno de los hallazgos individuales consigue una sensi-
70% al 50%. Sin embargo, los ultrasonidos armónicos co- bilidad del 98% o más debido a que el carcinoma de mama
dificados pueden hacer que un mayor porcentaje de nó- es demasiado heterogéneo como para ser detectado con

I
... r •
.., Figura 20-37 La imagen de armónicos mejora la visibilidad de la masa. A, Nódulos que son isoecoicos con los
~ tejid?S adyacentes dificultan la ident!ficació.n con I~ imagen fundamental (flechas). B, Cuando se observa con
y
armonlcos se aprecia marcadamente hlpoecolco y mas evidente (flechas).
una elevada sensibilidad a partir de un solo hallazgo. Se de- que es centralmente hipoecoico pero con un halo muy
be recordar siempre que los hallazgos aislados permiten grueso y ecogénico que por una serie de errores técnicos,
detectar sólo casos en un extremo del espectro de maligni- como el promediado de volumen o la imagen tangencial a
dad y algunos casos mixtos, pero no los casos que están en través del halo, pueden hacer que la lesión parezca por
el otro extremo del espectro. Sin embargo, debido que el error puramente hiperecoica (Fig. 20-38, e).
promedio de hallazgos sospechosos en los carcinomas de
mama está entre cinco y seis, la sensibilidad global para el Perfil más ancho que largo
cáncer de mama con el algoritmo que utiliza múltiples ha- Un perfil elíptico más ancho q ue largo es el perfil típico
llazgos excede el objetivo del 98% o incluso más. de los fibroadenomas. Sin embargo, es preciso que este
perfil esté englobado además totalmente por una cápsula
Hallazgos benignos delgada y ecogénica para que cumpla los estrictos crite-
Solamente cuando no existan hallazgos sospechosos se rios de la clasificación BlRADS 3 (Fig. 20-39, A).
deben buscar hallazgos benignos. Dichos hallazgos benig- Un perfil levemente lobulado y más ancho que largo
nos son: 1) hiperecogenicidd pura o total, que se debe a que contenga tres o menos lobulaciones es el segundo per-
un tejido fibroso estromal interlobular, 2) perfil elíptico fil más habitual de los fibroadenomas. Al igual que en las
con orientación más larga que ancha, con la lesión to- lesiones elípticas, tiene que existir una cápsula delgada y
talmente englobada por una cápsula delgada y ecogénica, ecogénica demostrable que rodee toda la lesión antes para
y 3) perfil suavemente lobulado de una orientación que se pueda clasificar como B1RADS 3 (Fig. 20-39, B).
más ancha que larga con tres o menos lobulaciones, Son frecuentes los nódulos que parecen ser elípticos en
con la lesión totalmente englobada por una cápsula delga- una proyección y levemente lobulados en la proyección
da y ecogénica. Si el nódulo cumple uno de estos criterios ortogonal. El valor predictivo negativo del perfil elíptico
puede clasificarse dentro de la B1RADS 3 como «probable- es del 97% y el valor predictivo negativo del perfil leve-
mente benigno». mente lobulado es del 99%, en una población de nódulos
con un 33% de nódulos malignos.
Tejido hiperecoico
El tejido puramente hiperecoico es tejido fibroso estromal Cápsula ecogénica delgada
interlobular, que puede dar lugar a alteraciones tanto ma- Es importante combinar el perfil elíptico o levemente lo-
mográficas como a la palpación (Fig. 20-38). Para que se bulado con la existencia de una cápsula completa, delgada
considere benigno, el tejido hiperecoico debe contener y ecogénica para minimizar los falsos negativos en los car-
conductos o UDLT de tamaño normal, pero no debe conte- cinomas circunscritos (que están rodeados por una pared
ner estructuras iso- o hipo ecoicas mayores que los con- ductal ecogénica delgada intacta) yen los eDls puros (ro-
ductos o lóbulos normales. Los carcinomas puramente deados de una pared ductal ecogénica delgada), ya qu e
hiperecoicos son extremadamente raros, pero en ocasio- casi nunca son elípticos o de un perfil levemente ondula-
nes un carcinoma puede presentar un nido muy pequeño do. Suelen asociarse además con otros hallazgos sospe-

r::
'o
'0
en"
Q)

..., Figura 20-38 Colecciones de tejido fibroso hiperecoico. Colección aislada normal de tejido fibroso estromal
~ interlobular hiperecoico que puede ser origen de A, nódulos y masas mamográficas o S, cresta palpable. El valor
predictivo negativo de los tejidos exclusiva e intensamente hiperecoicos es de prácticamente el1 00%. Sin embar-
go, las colecciones de tejido hiperecoico no deben contener áreas hipo o isoecoicas que sean mayores que los conductos
o UDLT. C, Ciertos carcinomas invasivos pequeños pueden manifestarse como focos centrales diminutos (flecha) rodeados
por halos ecogénicos muy gruesos (*). El promediado de volumen por campo próximo o imagen tangencial a través de un
halo ecogénico y grueso de tales lesiones pueden mostrarlas erróneamente como totalmente hiperecoicas.
o
C'II
O
:;
:!::
C.
ca
O

..., Figura 20-39 Fibroadenoma. A, El perfil típico de un fibroadenoma benigno es elíptico. Tales lesiones son más an-
~ chas que altas y están totalmente englobadas por una cápsula ecogénica y delgada. B, El segundo perfil más fre-
cuente de los fibroadenomas benignos es ligeramente lobulado. Los fibroadenomas lobulados típicos tienen entre 3
y 5 lobulaciones, son más anchos que largos y están englobados por competo por una cápsula delgada y ecogénica.

chosos, como unos bordes angulados, perfil más largo que La sensibilidad para un carcinoma dentro de la totalidad
ancho, microlobulaciones, extensión ductal o patrón de de nódulos sólidos y el valor predictivo negativo para nódu-
ramificación. La fina pseudocápsula ecogénica que se los que cumplen criterios estrictos de BlRADS 3 excede el
puede observar alrededor de los carcinomas circunscritos 980/0. Por tanto, si se utilizan múltiples hallazgos en un
con frecuenc ia estará ausente junto a la superficie del nó- abordaje algorítmico estricto, estaremos en condiciones de
dulo. Combinando la presencia de una cápsula delgada, identificar un subgrupo de nódulos sólidos que cumplen la
completa y ecogénica con el perfil levemente ondula- definición mamográfica de BlRADS 3: un 2% o menos de
do y elíptico podemos conseguir un valor pr:edictivo ne- riesgo de ser malignas (Tabla 20-3). En la Tabla 20-4 se
gativo mayor del 99%. exponen los resultados de la caracterización eco gráfica
Suele ser necesario girar el transductor en su eje corto y BlRADS. Obsérvese que el porcentaje actual de los nódulos
escorar y oscilar el transductor a lo largo de su eje largo malignos dentro de cada categoría BlRADS queda dentro
para demostrar la existencia de una cápsula delgada y del riesgo previsible para cada categoría específica.
ecogénica a lo largo de los bordes del nódulo. Es benefi-
cioso ejercer una menor compresión para demostrar la Quistes complejos y complicados
cápsula ecogénica delgada en los nódulos benignos, que Los quistes simples son anecoicos y están totalmente ro-
están rodeados de tejido fibroso hiperecoico. deados de una pared o cápsula fina y ecogénica que po-

Caracterización de los nódulos sólidos de mama


Histología benigna Histología maligna Totales

Ecografía negativa (BIRADS 2 y 3) 287 (TN) 1 (FN) 288


Ecografía positiva (BIRADS 4 y 5) 610 (FP) 477 (TP) 1.087
TOTALES 897 478 1.375

BIRADS; Breast Imaging and Data System , TN , negativo verdadero; FN falso negativo; FP; falso positivo; Tp, positivo verdadero
Sensibilidad: 406/407 = 99,8%
Valor predictivo negativo: 245/ 246 = 99,6%
Especificidad: 245/804 = 30,5%
Valor predictivo positivo: 406/965 = 42,1 %
Precisión: (245 + 405) / 1211 = 53,8%
Caracterización de 1375 tumores sólidos en categorías BIRADS*
N.O de nódulos N.O de nodulos Riesgo de cáncer Riesgo real
biopsiados malignos esperado de cáncer

2 17 O 0% 0%
3 271 <2% 0,7%
4a 558 64 3%-49% 12%
4b 217 133 50%-89% 61%
5 312 280 >90% 91%
TOTALES 1.375 478 20%-50% 35%

' Los 1375 nódulos fueron biopsiados

tencia la transmisión del sonido y las sombras de borde mente son benignos con baj o riesgo de contener papilo-
fino (Fig. 20-40). Los quistes que cumplen el estricto cri- mas o carcinomas y son parte de un amplio espectro de
terio de ser «definitivamente benignos» no precisan nue- cambios fibróticos benignos (cambios fibroquísticos).
vos diagnósticos. La biopsia, aspiración o incluso el segui- Los quistes que presentan hallazgos complejos y compli-
miento no serán necesarios. La aspiración de quistes cados se deberán clasificar como el más sospechoso de los
simples está reservada habitualmente a casos en que se dos: complejo.
requiera aliviar el dolor espontáneo o a la palpación de En general los médicos están demasiado preocupados
quistes simples muy distendidos. por los quistes que no son simples. Una buena regla gene-
Siguiendo la terminología de la ACR de BIRADS, se hace ral es que la mayoría de los quistes no simples entran den-
una distinción entre quistes complejos y complicados: tro de la categoría del espectro de los cambios fibroquísti-
cualquier quiste que no sea simple es o bien complejo o cos benignos y los quistes malignos son relativamente
complicado. Los quistes complejos tienen unas paredes raros. Sin embargo, las reglas generales nunca tranquili-
gruesas e irregulares, nódulos murales, septos gruesos y zan a un paciente individual, que habitualmente quiere
flujo sanguíneo interior. Los quistes complejos presen- saber con seguridad si ella es o no la excepción a la regla.
tan un mayor riesgo de contener papilomas o carcinomas. La mayor dificultad en desarrollar un algoritmo sistemáti-
Los quistes complicados, por su parte, contienen líquido, co para evaluar quistes de mama no simples es que el pa-
niveles líquido-detritus o niveles grasa-líquido. General- trón oro para diagnosticar quistes (aspiración con citolo-
gía del líquido o seguimiento) es mucho menos fiable que
el patrón oro histológico que se utiliza en los nódulos só-
lidos. Requiere muchos más casos durante un periodo
mucho más largo para desarrollar un algoritmo para los
quistes no simples que lo que se necesita para desarrollar
e un algoritmo para los nódulos sólidos. El algoritmo utili-
'o
'0 zado para la evaluación de quistes no simples deriva del
(J
Q)
en algoritmo de la mamografía y los nódulos sólidos. Contie-
ne múltiples hallazgos sospechosos y benignos, requiere
buscar los hallazgos sospechosos primero y la búsqueda
de hallazgos benignos solamente en el caso de que no
existan hallazgos sospechosos. La existencia incluso de un
único hallazgo sospechoso implica su exclusión de la cate-
goría BlRADS 2 y, en la mayoría de los casos, también de la
categoría BlRADS 3.
Se deberá realizar cualquier esfuerzo para caracterizar
cuantos más quistes posibles como BIRADS 2. Existen de-
masiados quistes no simples para biopsiar, aspirar o in-
cluso seguir. Sin embargo, los quistes no simples tienen
que cumplir criterios estrictos antes de que se puedan
clasificar como BlRADS 2 y cualquier quiste caracterizado
como BlRADS 3 deberá someterse a un seguimiento a cor-
to plazo. Si no se cumplen los estrictos criterios de BI-
RADS 2 o 3, la lesión se clasifica como BIRADS 4a por de-
.,.; Figura 20-40 Quistes simples. Los quistes si m- fecto. Creemos firmemente que los quistes complejos
~ pies son anecoicos y tienen una transmisión del clasificados como BlRADS 4a no deben conducir a la cito-
sonido potenciada, unos bordes bien delimitados, logía aspirativa, sino a un estudio histológico, preferible-
sombra de borde delgado y paredes ecogénicas. Son be-
mente mediante una biopsia dirigida por ecografía con
nignos (BIRADS 2) y no requieren aspiración o seguimiento.
biopsia asistida por vacío direccional (BAVD). Se desple-
gará un marcador en casos sometidos a una BAVD dirigida complejos en racimos. Los septos gruesos isoecoicos son
por ecografía. Si la histología revela atipias o malignidad, sospechosos de papiloma intraquístico o carcinoma
el marcador será necesario para ayudar a localizar ellu- intraquístico (Fig. 20-41, A), mientras que los septos del-
gar de la biopsia para la extirpación quirúrgica. gados ecogénicos simplemente representan cambios fi-
broquísticos y las paredes intactas entre múltiples con-
Lesiones papilares intraquísticas ductilIos sin dilatación severa dentro de UDLT aisladas
Los quistes que no son simples pueden presentar una le- (Fig. 20-41, B). La mayoría de los nódulos murales se de- o
C\I
sión o inflamación papilar intraquística y también una in- ben a una metaplasia apocrina papilar (MAP), que for- o
:;
fección. La ecografía no distingue entre papilomas intra- ma parte del espectro de cambios fibroquísticos benignos ~
Q.
quísticos benignos y carcinoma de forma tan eficaz como o son pseudo nódulos ocasionados por barro tumefacto o co
O
caracteriza los nódulos sólidos a partir de la dirección de capas de grasa más que a papilomas o carcinomas papila-
la invasión. La invasión que surge de los nódulos sólidos res intraquÍsticos. Los nódulos murales sospechosos
se dirige hacia fuera, afectando considerablemente el per- muestran pérdida de la pared qUÍstica ecogénica exterior
fil y características de la superficie de la lesión. Sin embar- en sus puntos de fijación, extensión más allá del perfil
go, la invasión que surge de las lesiones intraquísticas se ovalado o circular del quiste hasta conductos adyacentes
dirige hacia adentro, hacia el tallo fibrovascular de la le- (Fig. 20-42, A) Y unos bordes angulados en el punto de fi-
sión. No afecta las características de superficie y el perfil jación. Los nódulos murales que se deben a MAP siguen
que son necesarios para la caracterización ecográfica de confinados dentro del perfil circular o redondeado del
los nódulos sólidos, lo que hace que los hallazgos que se quiste en el que están y no rompen la pared quística del-
aplican a los nódulos sólidos sean menos eficaces en los gada y ecogénica (Fig. 20-42, B).
quistes. Cualquier lesió n papilar intraquística debe clasi- Los papilomas y carcinomas intraquÍsticos generalmen-
ficarse como Bl RADS 4a o más y se evaluará histológica- te son vasculares y tienden a desarrollar unos tallos vas-
mente. Los quistes inflamados o infectados pueden clasi- culares prominentes que son fácilmente demostrables
ficarse como BlRADS 3 y someterse a aspiración dirigida (Fig. 20-43, A), mientras que los nódulos murales y septos
por ecografía. El líquido aspirado debe remitirse para interiores gruesos de una MAP florida rara vez desarrollan
gram y cultivo, pero generalmente no para citología. tallos vasculares (Fig. 20-43, B). Los papilomas y carcino-
Los hallazgos sospechosos de lesiones papilares intra- mas intraquísticos con frecuencia experimentan infartos
quísticas verdaderas son unos septos gruesos isoecoicos, hemorrágicos que pueden enmascarar la vascularidad. La
ciertos nódulos murales y un tallo vascular demostrable mayoría de los papilomas intraquísticos tienen vasos nu-
con el Doppler dentro de gruesos tabiques y microquistes tricios simples, mientras que las lesiones papilares intra-

W Figura 20-41 Septos dentro de una masa quística. A, Unos septos isoecoicos gruesos dentro de los quistes
~ complejos son sospec~osos de papilomas intraquísticos o carcinoma papilar intraquístico. B, Septos ecogénicos
delgados dentro de qUistes complejos que no son sospechosos. Dichos septos se deben a paredes residuales de
acinos con dilatación quística dentro de una UDLT aislada y que se puede interpretar como racimos de quistes simples.
..., Figura 20-42 Quistes complejos con nódulos murales. A, Nódulos murales que protruyen más allá del perfi l
~ circular o elíptico (cabezas de flecha), ausencia de una cápsula fina en el punto de fijación de la pared quística, son
angulosos en el punto de fijación y se extienden a los conductos adyacentes (flechas) y son sospechosos de pa-
piloma intraquístico o carcinoma papilar intraquístico. e, Nódulos murales que se deben a metaplasia apocrina papilar
(MAP) que se mantiene delimitada dentro del perfil circular o elíptico del quiste. La pared exterior adelgazada y ecogénica
está intacta en toda su extensión de superficie de fijación de los nódulos murales (flechas).

t::
'o
'0
(,)
al
en

..., Figura 20-43 Utilización del Doppler color para los nódulos murales. A, Nódulos murales secundarios a un
~ papiloma o carcinoma papilar que con frecuencia tiene unos tallos vasculares muy marcados. Los nódulos murales
se deben a un carcinoma intraquístico, como en este caso, que tiende a nutrirse de varios vasos, mientras que los
papilomas benignos tienden a nutrirse de un solo vaso. e, Los nódulos murales debido a una MAP rara vez desarrollan un
tallo vascular demostrable en la ecografía Doppler.
queísticas malignas tienden a inducir la formación de los tres signos (Fig. 20-46, A). El engrosamiento isoecoico
múltiples vasos nutricios (Fig. 20-43, B). Los microquistes uniforme es típico de la inflamación, no del tumor, de for-
complejos en racimos casi siempre se deben a cambios ma que este hallazgo no conlleva demasiadas dudas sobre
fibroquísticos o a una metaplasia apocrina (Fig. 20-44, malignidad. Los niveles de detritus pueden mostrar des-
A), pero los CDIS micropapilares de alto grado nuclear plazamiento a la porción declive del quiste complejo
también parecen microquistes complejos en racimo (Fig. cuando el paciente esté colocado en posición de decúbito
20-44, B). El aspecto en ecografía en escala de grises de lateral o posición incorporada (Fig. 20-46, By C). Sin em- o
N
los microquistes debid os a una metaplasia apocrina y un bargo, el barro tumefacto puede ser tan viscoso que preci- o
'5
CDIS micropapilar por desgracia son prácticamente in- se hasta 5 minutos o más para desplazarse a una nueva ~
c.
distinguibles. Sin embargo, los microquistes en racimo posición declive. Los vasos hiperémicos de la pared de los (ti
O
derivados de un CDIS micropapilar son habitualmente quistes inflamados siguen un curso paralelo a la pared
vasculares en la ecografía Ooppler, mientras que los mi- quística, en contraste con los vasos que nutren las neopla-
croquistes ocasionados por una metaplasia apocrina, co- sias intraquísticas, que tienden a seguir una trayectoria
mo los nódulos murales de la metaplasia apocrina, son perpendicular a la pared quística. Se puede apreciar un
normalmente avasculares en la evaluación con Ooppler. engrosamiento uniforme de la pared quística en quistes
Una evaluación positiva con el Ooppler es siempre mejor con paredes fibróticas, pero en tales casos, no existe hipe-
predictivo positivo que una evaluación ecográfica negativa remia o tensión de la pared engrosada, ya que los quistes
como predictor negativo. Incluso si uno de estos hallazgos con paredes fibróticas representan la fase de curación de
sospechosos estuviera presente, la lesión quística debe ca- la inflamación aguda.
racterizarse como BIRAOS 4a o más y debe evaluarse his- Estos hallazgos indican inflamación aguda, que es co-
tológicamente (Fig. 20-45) . mún a los cambios fibroquísticos, pero no necesariamente
indica infección. Ni siquiera aspirando pus bajo control
Inflamación e infección eco gráfico se podrá establecer clínicamente si el quiste
Los hallazgos sospechosos de inflamación o infección está o no infectado; será preciso una tinción con gram y el
aguda son: 1) engrosamiento uniforme isoecoico de la pa- cultivo.
red quística, 2) niveles líquido-detritus (barro tumefacto El líquido y detritus dentro de quistes con inflamación
o capas de pus), y 3) hiperemia inflamatoria de la pared aguda debe aspirarse normalmente por completo, pero
del quiste y tej idos adyacentes. Habitualmente coexisten puede persistir una pared quística residual engrosada. Si

fttJ Figura 20-44 Microquistes. Microquistes complejos en racimo que pueden ser debidos a A, cambios fibroquísti-
~ cos, en los que los microquistes se deben a MAp, o B, neoplasia, en la que los microquistes representan conduc-
tos distendidos por las secreciones y un CDIS micropapilar. Por desgracia, los aspectos en escala de grises de los
cambios fibroquísticos y el CDIS pueden ser indistinguibles. e, Sin embargo, los microquistes complejos en racimo oca-
sionados por un CDIS micropapilar con frecuencia muestran flujo sanguíneo interior en la ecografía Doppler pulsado o
color, mientras que los microquistes en racimo debidos a una MAp, igual que los nódulos murales por una MAp, rara vez
muestran flujo interior.
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\¡¡I Figura 20-45 Biopsia con aguja asistida de vacío y dirigida por ecografía para un quiste complejo sos pe-
~ Ch~so, La citolo~ía de líqui~o es inad~cua~apara la eval~ación de los quistes complejos, de forma qU,e la histo-
logia es necesaria. La biopsia con aguja aSistida para vaclo con despliegue de marcador es nuestro metodo pre-
ferido. A, Proyección radial estándar de un quiste complejo relleno de nódulo mural bilobulado. B, Imagen de proyección
de máxima intensidad (PMI) de un quiste complejo. e, Apertura de una aguja de vacío que se coloca bajo la lesión. D, La
lesión se ha extirpado y se han colocado unas bolitas ecogénicas impregnadas de aire que contienen el clip metálico. La
histología mostró un papiloma intraquístico con hiperplasia ductal atípica.

el quiste no estaba infectado, el líquido y detritus no se Quistes benignos (BIRADS 2)


volverán a acumular y la pared engrosada residual de- Sólo cuando no existen signos sospechosos de lesiones
saparecerá en unos días. Se deberá realizar un seguimien- papilares intraquísticas verdaderas o de inflamación aguda
to a los 10-14 días para documentar dicha resolución. buscamos signos «definitivamente benignos» (BlRADS 2) .
Puesto que los aspectos ecográficos de la inflamación Muchos tipos de quistes no simples se caracterizan como
aguda son tan típicos y no ofrecen dudas respecto a malig- BIRADS 2 y se pueden clasificar como quistes complica-
nidad, nosotros no solemos realizar estudios citológicos dos más que como complejos si se sigue la terminología
del líquido quístico aspirado. En su lugar obtenemos una de la ACR para BIRADS. Los quistes que pueden clasificar-
tinción de gram y cultivo y en casi todos los pacientes ad- se como BlRADS 2 son: 1) quistes con cristales de coleste-
ministramos una cobertura antibiótica para el estafiloco- rol móviles, 2) quistes con leche cálcica, 3) quistes con
co durante 72 horas esperando resultados de los cultivos. niveles grasa-líquido, 4) quistes líquidos, 5) quistes con
paredes calcificadas, 6) quistes con septos ecogénicos, y La lecha cálcica es un hallazgo BIRADS 2 de la mamo-
7) quistes de origen cutáneo. grafía que se ha aplicado directamente a la ecografía. La
Los quistes que contienen partículas suspendidas en el lecha cálcica es una colección de diminutos cálculos den-
líquido son tan ligeros que pueden moverse por la energía tro de la luz del quiste. Dichos cálculos son muy frecuen-
de la imagen del haz en el modo B o del Doppler color o tes en los cambios fibroquísticos benignos y se pueden
potencia. Dichas partículas son subcelulares de tamaño y demostrar de forma definitiva con el haz horizontal en las
con frecuencia se observan en los cambios fibroquísticos imágenes de la mamografía. La ecografía permite demos- o
C\I
no complicados. En general son necesarios unos paráme- trar la existencia de lecha cálcica dentro del quiste en zo- o
tros de alta transmisión de potencia para conseguir que
"S
nas declives nuevas al cambiar al paciente a decúbito lateral ~
c.
dichas partículas se muevan en la imagen en modo B y o posición incorporada (Fig. 20-48). Aunque la mamogra- ca
O
tiempo real. Sin embargo, la energía del haz del Doppler co- fía generalmente muestra calcificaciones pequeñas y más
lor o potencia es suficientemente alta como para que dichas numerosas, la ecografía tiene la ventaja sobre la mamo-
partículas se desplacen incluso con parámetros de energía grafía de poder demostrar la leche cálcica. La mamografía
bajos, generando lo que se ha llamado «rayas de color»: necesita docenas de calcificaciones pequeñas antes de
unas partículas que se fuerzan hacia atrás por la energía del que se observe la típica apariencia en «copa de te» en ne-
haz del Doppler, creando unas rayas de color de orientación gativos de proyecciones horizontales, mientras que la
vertical dentro del quiste cuando se desplazan (Fig. 20-47). ecografía demuestra de forma definitiva la leche cálcica
Las partículas que parecen ser el origen de las rayas de co- incluso cuando sólo existe un cálculo cálcico móvil en el
lor parecen ser cristales de colesterol, que se pueden apre- quiste (Fig. 20-49). AsÍ, aunque sea menos sensible que la
ciar en la evaluación citológica como cristales birrefracti- mamografía para las calcificaciones, la ecografía es más
vos cuando se observan con luz polarizada. específica que la mamografía para la lecha cálcica. Esto es

~ Figura 20-46 Quiste inflamado o infectado. A, Los quistes con inflamación o infección aguda muestran tres
~ signos: 1) engrosamiento de pared uniforme e isoecoico (entre las flechas), 2) detritus declives (asterisco), y 3) hi-
peremia de la pared engrosada. Imágenes B, supina y e, bipedestación que muestran detritus (asterisco), que re-
cuerda barro dentro de la vesícula y que se desplazan a partes declives del quiste cuando varía la posición de la paciente
de supino a bipedestación o decúbito lateral. Obsérvense los cambios en la posición de la interfase entre el líquido no
declive y los detritus o pus en partes declives (entre flechas).
fItJ Figura 20-47 Quiste con ecos que centellean y rayas de color: A, Este quiste complejo contiene ecos puntifor-
~ mes flotando que se desplazan hacia atrás cuando se hace la exploración, creando un centelleo en la ecografía en
escala de grises. B, Ecografía Doppler potencia que empuja los ecos hasta atrás más rápido y con mayor energ ía
que el haz de escala de grises. Los ecos se mueven suficientemente rápido como para que la persistencia de color genere
el aspecto de «rayas de color», un artefacto que no debe confundirse con flujo sanguíneo.

fItJ Figura 20-48 Leche cálcica. La leche cálcica es realmente una capa declive de cálculos diminutos (entre flechas)
~ dentro de los quistes de mama que se mueve cuando la paciente cambia de posición . A, Los cálculos están a lo
largo de la pared posterior declive en posición supina. B, Los cálculos caen a la posición inferior declive cuando la
paciente se incorpora y se explora en el plano longitudinal.
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W Figura 20-49 Leche cálcica que se manifiesta como un cálculo simple dentro del quiste. A, Ecografía que
~ muestra un cálculo aislado (flecha) en la pared posterior del quiste en posición supina. B, Cálculo que cae a la
pared inferior declive del quiste (flecha) cuando la paciente está incorporada y el quiste se explora en el plano
longitudinal.

especialmente cierto en casos en los que la mamografía Los niveles grasa-líquido son hallazgos mamográficos
muestra racimos inespecíficos de microcalcificaciones definitivamente benignos que se han aplicado directa-
puntiformes que pudieran requerir biopsia, pero en los mente a la ecografía. Los niveles grasa-líquido se demues-
que la ecografía muestra microquistes benignos en raci- tran rara vez en la mamografía y normalmente sólo den-
mo, cada uno conteniendo uno más cálculos diminutos tro de los típicos galactoceles, pero en cambio con la
(Fig.20-50). ecografía se detectan muy frecuentemente. La capa grasa

W Figura 20-50 Leche cálcica dentro de microquistes en racimo. A, Mamografía que muestra racimos inespecí-
~ ficos de calcificaciones puntiformes y granulosas. B, La ecografía muestra racimos de microquistes (avasculares
en el Doppler), muchos de los cuales contienen cálculos en partes declives, que son definitivamente benignos.
se muestra ecogénica en comparación con el quiste líqui- directamente a la ecografía, Por desgracia, los cristales lí-
do y flota en el líquido en una porción no declive del quis- pidos se suelen manifestar más definitivamente benignos
te. La capa líquida puede forzarse al desplazamiento den- en la mamografía que en la ecografía. Casi todos los quis-
tro del quiste hacia otra posición no declive mediante un tes lípidos realzan la transmisión de sonido y muchos
cambio en la posición del paciente desde supino a decúbi- muestran signos sospechosos en la ecografía, como: 1)
to lateral o posición incorporada (Fig. 20-51). Al igual que nódulos murales, 2) septos engrosados, 3) paredes grue-
sucede con el barro tumefacto, las capas lípidas tienden a sas, y 4) niveles líquido-detritus (Fig. 20-53), algo que no
desplazarse muy lentamente en el quiste cuando cambia debe sorprender por originarse muchos quistes lípidos en
·la posición del paciente, y necesitan más de 5 minutos pa- seromas/hematomas crónicos, que con frecuencia mues-
ra que se pueda documentar el desplazamiento del nivel tran dichos hallazgos. Los hallazgos eco gráficos sospecho-
grasa-líquido. Durante el desplazamiento de posición, el sos de los quistes Jípidos, a diferencia de los quistes que
perfil de la interfase de las capas lípido-líquido cambia y contienen lesiones papilares, son avasculares. En cual-
es habitualmente de orientación oblicua con respecto a la quier caso los quistes lípidos muestran con frecuencia un
mesa y muestra un perfil sigmoideo. La orientación obli- aspecto más preocupante en la ecografía que en la mamo-
cua de la interfase junto con el perfil sigmoideo es típico grafía con compresión focal. Así, cuando los signos mamo-
del nivel líquido-lípido en el proceso de equilibrado de gráficos y ecográficos son discordantes, nos basaremos
una nueva posición y puede servir como atajo en la espera más en los hallazgos de la mamografía en este subgrupo
de los 5 minutos hasta que se produce el desplazamiento de pacientes, salvo que el Doppler color muestre vascula-
del nivel grasa-líquido. También se utiliza el frémito eco- ridad interior.
gráfico para distinguir un nódulo mural de un nivel grasa- Las calcificaciones en cáscara de huevo son hallazgos
líquido. La capa líquida no está fijada a la pared quística, benignos que se trasladan directamente a la ecografía. En
de forma que el artefacto del frémito no la atraviesa. Por general las calcificaciones en cáscara de huevo son tan de-
otro lado, las lesiones papilares verdaderas que están fijas finitivamente benignas que no requieren ecografía (Fig.
a la pared del ajuste vibrarán y transmitirán el artefacto 20-54, A Y B). En ocasiones se observan en la ecografía de
del frémito en el Doppler potencia. Manteniendo un zum- una paciente sin mamografía o no se dispone de mamo-
bido del paciente en voz profunda se crea un artefacto na- grafía. Las calcificaciones puntiformes se pueden produ-
ranja en la ecografía de Doppler potencia (Fig. 20-52). cir dentro de una pared quística normal ecogénica y del-
Los quistes lípidos o quistes aceitosos son hallazgos gada que representa calcificaciones en cáscara de huevo
mamográficos definitivamente benignos que se trasladan incompletas y por ello también se considera un hallazgo

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..., Figura 20-51 Nivel grasa-líquido. La capa lípida es ecogénica en comparación con el quiste líquido y se mueve
~ dentro del quiste a su parte no declive cuando el paciente varía la posición. A, La capa ecogénica lípida (asterisco)
flota en la pared anterior no declive del quiste y la interfase se orienta horizontalmente cuando se explora a la pa-
ciente en decúbito supino. B, La capa lípida ecogénica (asterisco) flota a la nueva pared superior no declive y la interfase
se orienta verticalmente cuando la paciente está en decúbito supino y el quiste se explora longitudinalmente.
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't¡¡¡J Figura 20-52 Quistes de bellota de dos tipos distintos. A, Ecografía que muestra dos quistes que tienen un
~ engrosamiento en creciente ecogénico a lo largo de la pared anterior, recordando las cabezas de bellota. El mate-
rial ecogénico en el quiste en bellota izquierdo (#) está formado por detritus lípidos flotantes, mientras que el
material ecogénico junto a la pared anterior del quiste de bellota derecho (asterisco) es una metaplasia apocrina papilar
(MAP). Por desgracia, la distinción no se puede hacer a partir de una simple imagen obtenida en posición supina. Al cam-
biar la posición se necesitan unos 5 minutos, pero con el frémito vocal y el Doppler potencia la distinción es prácticamente
inmediata. Con un murmullo de la paciente con voz grave se crea un artefacto naranja en el Doppler pulsado en los tejidos
normales de la mama y dentro de los nódulos murales o septos gruesos que se fijan a la pared quística, pero no dentro de
detritus no fijados. B, Doppler potencia que muestra que el artefacto del frémito vocal no rellena los ecos ocasionados
por un nivel de detritus no fijados en el quiste de bellota izquierdo (#), pero llena la MAP ecogénica fijada (asterisco) dentro
del quiste de bellota derecho.

't¡¡¡J Figura 20-53 Quistes lípidos. Compresión focal mamográfica que permite caracterizar de forma más precisa
~ quistes I~pidos que con la ecog.rafía. En imágenes de. ecografía, A, las lesiones parecen ser los típicos quistes lípi-
dos benignos en la mamografla, pero con frecuencia muestran signos sospechosos, como B, pared irregular y
engrosada, septos gruesos isoecoicos y nódulos murales. Estos signos ecográficos sospechosos son típicos de los hema-
tomas crónicos, de donde proceden la mayoría de los quistes lípidos.
..., Figura 20-54 Calcificación en cáscara de huevo. A, Calcificaciones en cáscara de huevo como signo mamo-
~ gráfico definitivamente benigno. B, Calcificaciones densas en cáscara de huevo que ocasionan una sombra acús-
tica en la ecografía. C, Calcificaciones puntiformes confinadas a las finas paredes de quistes ecogénicos diminu-
tos que se pueden interpretar como calcificaciones incompletas en cáscara de huevo y por ello son benignas. D,
Calcificaciones no declives y no móviles puntiformes dentro del interior de un quiste que son inespecíficas y pueden aso-
ciarse a MAP o CDIS.

ecográfico BlRADS 2 (Fig. 20-54, C). En tales casos los ha- ángulo de incidencia. Dado que los quistes de origen cutá-
llazgos ecográficos son más definitivamente benignos que neo son de una ubicación tan superficial que están expues-
los hallazgos mamográficos. Las calcificaciones suspendi- tos a un importante artefacto por el promediado de volu-
das dentro de la luz de un quiste no pueden clasificarse men, normalmente será preciso utilizar una almohadilla
c: como BlRADS 2. En la mayoría de casos coexisten con acústica.
'o
·0 MAP pero también con CDlS (Fig. 20-54, D).
oQ)
ti) Los macroquistes en racimo son idénticos a los quis- Quistes esponjosos y de bellota
tes de finos septos (ver Fig. 20-41, B). Los septos realmen- Si no se pueden demostrar hallazgos BlRADS 2, podrán
te representan pares residuales de dúctulos individuales buscarse uno de los dos hallazgos BlRADS 3 posibles: 1)
quísticamente dilatados dentro de los UDLT individuales. aspecto de «quistes esponjoso», y 2) aspecto de «quistes
Cada dúctulo dilatado puede considerarse como un quiste de bellota». Los quistes esponjosos son quistes cuya luz
simple. Un quiste con fina tabicación es realmente un raci- está totalmente rellena de ecos de bajo nivel (Fig. 20-56,A) .
mo de quistes simples, cada uno con características de Otros nombres utilizados son quistes de gel y quistes es-
BIRADS 2. pesos. El aspecto de los quistes ecográficos esponjosos
Los quistes de origen cutáneo son benignos y normal- puede ser secundario a diversas lesiones, desde los que
mente representan quistes sebáceos y quistes de inclu- están completamente rellenos de MAP a los que contie-
sión epidérmica. Los quistes sebáceos muestran tres ti- nen sólo detritus proteináceo ecogénico o material protei-
pos de aspectos: 1) lesiones de aspecto complejo o de náceo. Otros quistes esponjosos contienen mezclas de
aspecto sólido que quedan totalmente dentro de la piel MAP y detritus grasos o proteináceos y dichas lesiones
(Fig. 20-55, A); 2) quistes complejos que quedan sobre muestran hallazgos ecográficos que se solapan con los de
todo dentro de tejidos subcutáneos, pero tienen una piel los fibroadenomas, y en alrededor del 3% resulta imposi-
hiperecoica en forma de garra de piel a su alrededor ble establecer si se trata de una lesión sólida y quística. En
(Fig. 20-55, B), Y 3) una lesión que está totalmente en la dichos pacientes el médico tiene que asumir que la lesión
grasa subcutánea pero que tiene un cuello glandular aso- es un nódulo sólido y clasificarlo o si no intentar aspirarlo.
ciado, anormalmente hipoecoico, engrosado e inflamado Si se asume que se trata de un nódulo sólido, estas lesio-
que atraviesa la piel (Fig. 20-55, C). El cuello glandular si- nes tienen unas características que entran dentro de la
gue una orientación oblicua y se demuestra mejor median- clasificación como BIRADS 3. Puede intentarse la aspira-
te basculación y oscilación del transductor para cambiar el ción, pero no puede determinarse al avanzar si se está as-
o
C\I
o
~Q.
(1:J
()

fIttJ Figura 20-55 Quistes sebáceos benignos de la piel. A, Quiste sebáceo totalmente dentro de la piel (marcadores
~ de calibres). B, El quiste está fundamentalmente dentro de la grasa subcutánea, pero se aprecia el fino «signo de
la garra» de la piel ecogénica (flechas) envolviendo al quiste, confirmando que se origina en la piel. C, Quiste inclui-
do por completo en la grasa subcutánea, pero se observa un cuello glandular dilatado y obstruido, con un trayecto oblicuo
a través de la piel (cabeza de flecha). Fue necesario un gel acústico interpuesto para ver estas lesiones. Para mostrar el
folículo piloso de orientación oblicua en ocasiones es necesario bascular o escorar el transductor.

~ Figura 20-56 Quistes esponjosos y de bellota. A, Los quistes esponjosos están rellenos de ecos difusos de
~ bajo nivel y son difíciles de distinguir de los nódulos sólidos. Los quistes esponjosos también se llaman espesos,
quistes de gel o mucoceles. B, Los quistes de bellota presentan una metaplasia apocrina papilar ecogénica de
borde cóncavo (MAP), que es similar a la caperuza de una bellota. A diferencia de las capas lípidas de aspecto similar
dentro de los quistes que tienen niveles líquido-grasa, la posición de la MAP no se modifica al cambiar de una posición en
decúbito supino (C) a posición incorporada (D) o lateral izquierda. E, El Doppler color que muestra que la MAP, a diferencia
de los papilomas intraquísticos o carcinomas, rara vez tiene un tallo vascular demostrable.
pirando el quiste. Cuando los ecos inferiores se deben to- tente. La ecografía también se puede aplicar con la
talmente a una MAP, la lesión podrá aspirarse. Cuando la galactografía y en algunos casos puede evitar tanto la ga-
lesión está rellena de detritus proteináceos o grasos, pue- lactografía diagnóstica como localizadora y la cirugía. In-
de aspirarse por completo. Si está parcialmente rellena de cluso cuando se demuestra una lesión intraductal por ga-
MAP, la lesión se podrá aspirar sólo parcialmente. La eva- lactografía, se requiere la ecografía porque es mucho más
luación citológica del aspirado de tales lesiones suele práctico realizar una BAVO dirigida por ecografía de una
mostrar racimos de células apocrinas, lo que es diagnósti- lesión papilar intraductal que una biopsia estereotáctica
co de cambios fibroquísticos benignos. con demostración mediante galactografía del conducto
Los quistes de bellota tienen nódulos murales o una pa- afectado y la lesión. Además, la ecografía estará indicada
red creciente, excéntrica engrosada ocasionada por MAP en la evaluación de secreciones del pezón de bajo riesgo,
que no rellena por competo el quiste (Fig. 20-56, B). A dife- mientras que la galactografía debe reservarse a secrecio-
rencia del creciente ecogénico dentro del quiste que contie- nes de alto riesgo. La galactografía de alto riesgo es uni-
ne niveles grasa-líquido, el creciente ecogénico ocasionado lateral, espontánea, a partir de un orificio ductal aislado y
por MAP no se desplaza dentro del quiste cuando el pacien- con secreciones claras, serosas, serosanguinolentas o
te cambia de postura, al margen del tiempo transcurrido francamente hemorrágica. La secreción se considera de
(Fig. 20-56, Cy D). En estos casos, la fina pared quística ex- alto riesgo porque con frecuencia se debe a papilomas o
terior está preservada a lo largo de toda la pared del quiste carcinomas. La galactografía es útil porque solamente se
y no existe un tallo vascular (Fig. 20-56, Ej. requiere evaluar un sistema de conductos aislado. La se-
Los quistes de bellota y quistes esponjosos se clasifican creción de bajo riesgo es bilateral, a partir de múltiples
como BlRAOS 3 y deben someterse a un seguimiento a orificios ductales y drenable, más que espontánea, y es
corto plazo. Si no se puede determinar si la lesión es quís- lechosa o verdosa de color. Se considera de bajo riesgo
tica o sólida y se puede clasificar como BlRAOS 3, a la pa- porque suele deberse a cambios fibroquísticos o a ectasia
ciente se le ofrecerá la opción de intentar la aspiración- ductal. No es práctico realizar una galactografía en múlti-
biopsia o un seguimiento a corto plazo. Por desgracia, si ples sistemas ductales en el mismo lado, lo que sería nece-
una de las lesiones no se puede aspirar por completo, se sario en muchos casos de secreciones de bajo riesgo; sin
deberá proceder a una ecografía BAVO y despliegue de un embargo, es posible evaluar todos los sistemas ductales
marcador. Cuando no se puede clasificar un quiste com- en una mama mediante la ecografía. Además, en mi propia
plejo como BlRAOS 2 o 3, tendrá que clasificarse como experiencia, incluso las secrecio nes de bajo riesgo podrán
BlRAOS 4a y será evaluado histológicamente. Se seguirá el estar causadas por lesiones papilares intraductales, que
algoritmo de los quistes complejos por su variabilidad podrá demostrarse mediante ecografía.
histopatológica. La mayoría de las lesiones papilares intraductales
que causan secreciones en el pezón quedan dentro de los

o~ APLICACIONES INDICADAS
DE LA ECOGRAFíA DE MAMA
conductos mamarios grandes y por debajo o cerca de la
areola. Dichos conductos se ven claramente en la ecogra-
fía si se recurre a planos y maniobras adecuadas, especial-
mente cuando los conductos estén distendidos con secre-
Existen diversas indicaciones raras de la ecografía de ma- ciones. Estos conductos centrales tienen normalmente
ma que son mucho menos frecuentes que las alteraciones una orientación radial, de forma que la ecografía radial es
palpables o mamográficas. Destacan entre ellas la secre- esencial para demostrar los conductos de forma óptima
ción del pezón, mastitis, implante de prótesis mamarias y en su eje largo. Una temperatura ambiental cálida, gel
ganglios linfáticos regionales, así como la correlación con acústico caliente y maniobras especiales, como la compre-
imagen de resonancia magnética de mama con realce sión con las dos manos y una técnica de pezón enrollado,
(RM), la llamada ecografía de segundo vistazo después de ayudan a minimizar la sombra que pudiera surgir en la
la RM. La evaluación de ganglios linfáticos regionales y su areola y pezón.
correlación con la RM son las aplicaciones nuevas y de Los papilomas de conductos grandes parecen nódulos
más rápido crecimiento. isoecoicos (menos ecogénicos que la pared de conducto)
dentro de los conductos rellenos de líquido ectásico. El as-
Secreciones en el pezón pecto de los papilomas varía con el grado de distribución
La secreción del pezón es una indicación importante. La de la dilatación ductal, el diámetro y longitud de la lesión
secreción del pezón se puede deber a papilomas ductales y la afectación de las ramificaciones de los conductos y
grandes, carcinoma, ectasia ductal, cambios fibroquísti- UOLT. Las lesiones pequeñas y ovaladas menores de 1 cm
cos benignos con quistes comunicantes e hiperprolactine- de longitud que no expanden la luz del conducto son be-
mia. En algunos casos la secreción es idiopática. nignas en más del 98% de los casos y se clasifican como
La galactografía se sigue considerando el procedimien- BIRAOS 3 (Fig. 20-57). Sin embargo, debido a que provo-
to de elección para evaluar la secreción del pezón, pero el can una secreción molesta, los papilomas se suelen extirpar
papel de la ecografía está en expansión, sobre todo por- por petición de la paciente, incluso aunque se clasifiquen
que la BAVO dirigida por ecografía es una forma efectiva como probablemente benignos. Las lesiones papilares in-
de diagnosticar y extraer papilomas. La ecografía se utili- traductales que expanden un conducto en mayor grado
za cuando la galactografía falla técnicamente o la secre- que la ectasia asociada del conducto, que son mayores de
ción de la paciente se ha interrumpido de forma intermi- 1,5 cm o que afectan las ramas de conducto tienen un ries-
go que excede el 2% de ser maligno y deben por tanto cla-
sificarse como BIRADS 4a o más alto (Fig. 20-58). Las le-
siones papilares que afectan UDLT son, por definición, ctI
papilomas periféricos, al margen de su distancia del pe- E
ctI
zón. Los papilomas periféricos son de mucho mayor ries- :E
go que los papilomas ductales grandes. Cualquier lesión
papilar que surja de UD LT o afecte a UOLT debe clasificar-
se al menos como «ligeramente sospechosa» o como BI-
RAOS 4a o mayor y se biopsiará.
La ecografía puede mostrar causas de secreción del pe-
zón distintas de los papilomas de conducto grande, como
un carcinoma, ectasia ductal, quistes comunicantes e
hiperprolactinemia (Fig. 20-59). La galactografía es pro-
bablemente superior a la ecografía para demostrar causas
de secreción del pezón distinta del papiloma. Nuestra
práctica habitual es recomendar a las pacientes que acu-
dan con secreción en el pezón tanto para la realización de
ecografía como de galactografía.
Cuando se utiliza una BAVO dirigida por ecografía para
la biopsia de lesiones papilares intraductales, se despliega ..., Figura 20-57 Lesión papilar intraductal. A, Las
un marcador para facilitar la biopsia excisional dirigida, ~ lesiones papilares intraductales ovaladas y pe-
en previsión de que la histología sea atípica o maligna. En queñas que no expanden el conducto, se deben a
papilomas ductales grandes benignos en más del 98% de
el 90% de los pacientes en los que se extirpa cualquier
los casos. B, Incluso los papilomas intraductales peque-
evidencia de lesión apreciada en imagen, la secreción del ños tienen un tallo vascular demostrable.
pezón cesa al menos durante dos años .

..., Figura 20-58 Lesiones papilares intraductales de alto riesgo. Las lesiones papilares intraductales que tienen
~ un riesgo mayor del 2% de malignidad que deben clasificarse como BIRADS 4 y someterse a biopsia son: A, Le-
siones que expanden el conducto o rompen su pared (flechas); B, Lesiones que son mayores de 1,5 cm; e, Lesio-
nes que afectan múltiples ramas de conductos periféricos (flechas), o O, Lesiones que afectan UDLT (asterisco) (papilomas
periféricos).
~ Figura 20-59 Lesiones distintas de papilomas que causan secreciones en el pezón, La ectasia ductal afecta
~ normalmente un sistema ductal a la vez. A, Al principio de su evolución, sólo está afectado un conducto. B, Con
el paso del tiempo otros conductos lobares pueden verse afectados, lo que conduce a la dilatación de múltiples
conductos. Cuando todos los conductos están gravemente afectados, se debe pensar en una hiperprolactinemia como
factor subyacente. e, Quistes comunicantes. D, La confirmación de que el quiste com unica realmente con el sistema duc-
tal se consigue al demostrar el «silbido de colores» en el conducto comunicante cuando se le somete a un peloteo con el
transductor. E, Carcinoma ductal puro in situ (CDIS) y carcinomas ductales invasivos que tienen un componente de CDIS y
que también pueden originar secreciones del pezón.

Infección pertinentes. El aspecto del absceso varía, dependiendo de


Las principales aplicaciones de la ecografía en pacientes si la mastitis es puerperal o no puerperal y de si tiene una
e con mastitis se centran en determinar si existe absceso, su ubicación central o periférica. Los abscesos periféricos en
'o
'(j madurez y si está o no multiloculado y dirigir la aspiración la mastitis puerperal normalmente surgen a partir de ga-
()
(1)
(f)
o colocación de drenaje dentro del absceso en los casos lacto celes preexistentes (Fig. 20-60), mientras que los abs-
cesos periféricos de la mastitis no puerperal surgen dentro
de quistes inflamados. Los abscesos centrales, tanto si
proceden de mastitis puerperales como si no son de origen
puerperal (Fig. 20-61), suelen ser consecuencia de la rotu-
ra de un conducto inflamado o infectado y tienden a alar-
garse en el plano paralelo al conducto inflamado. Los abs-
cesos uniloculados se pueden tratar mediante aspiración
dirigida por ecografía. Los abscesos lo culadas requieren la
colocación de drenaje o de su drenaje quirúrgico. En algu-
nos casos, se recurre a la ecografía para determinar si exis-
te un carcinoma inflamatorio subyacente.

Implantes
La imagen de resonancia magnética nuclear (RM) se consi-
dera generalmente la modalidad de elección para la eva-
luación de los implantes mamarios. Sin embargo, muchos
~ Figura 20-60 Abscesos puerperal periférico, pacientes con riesgo de rotura están dentro del grupo de
~ Con frecuencia surgen a partir de galactoceles pe- cribado mamográfico. Las pacientes con implantes acuden
riféricos, los abscesos puerperales periféricos con masas palpables y densidades mamográficas que re-
(marcadores de calibres) tienen unas paredes irregulares y
quieren evaluación ecográfica con mayor frecuencia que
mezcla de detritus líquidos y ecogénicos.
las que acuden para la evaluación con RM de sus implan-
tes. Por ello los ecografistas deben recordar que existen
amplias variaciones de la normalidad en los implantes y
tienen que saber identificar la rotura extracapsular, granu- (ti
lomas de silicona, herniación e infección capsular. E
(ti
La ecografía permite la identificación del tipo de im-
::E
plante, su zona de implante y las diversas complicaciones
asociadas. La cápsula que rodea al implante es fibrosa y
es una reacción normal de cuerpo extraño frente al im-
plante. La cápsula es anormal sólo cuando: 1) sea dema-
siado gruesa y cause contractura capsular, 2) desarrolle
una fisura por donde se pueda herniar el implante, o 3) se
inflame o infecte. El implante está relleno de gel de silico-
na o salino y está rodeado de un escudo de elastómero de
silicona. Este escudo, una parte del implante, tiene que
distinguirse de la cápsula, que es tejido vivo formado por
la paciente en respuesta al implante. Los implantes nor-
males pueden dar lugar a alteraciones palpables en cier-
tos casos. Los pliegues radiales pueden palparse cuando
la paciente está en determinadas posiciones. Es importan- ..., Figura 20-61 Absceso periareolar central. Ya
te explorar a la paciente cuando esté en la posición en la ~ sea puerperal o no puerpenil, los abscesos cen-
que nota la masa, ya que los pliegues radiales son dinámi- trales periareolares (marcadores de calibre) emer-
cos y con frecuencia se manifiestan solamente en ciertas gen normalmente a partir de rupturas ductales infectadas o
inflamadas, con fuga de contenido dentro de tejidos peri-
posiciones, normalmente en posición incorporada. Sola-
ductales; N, pezón.
mente los pliegues de localización anterior serán palpa-
bles (Fig. 20-62, A). Los pliegues radiales de la superficie
posterior casi nunca se pueden palpar. En las pacientes
con implantes de salino, la válvula de relleno puede ser eversión de la válvula (Fig. 20-62, B). La eversión es más
el origen de alteraciones palpables. Las válvulas de relle- fácil que ocurra en implantes que estén bajo presión cró-
no generalmente quedan por detrás del pezón. En deter- nica por una retracción capsular.
minados casos la válvula no queda directamente por de- En la rotura intracapsular el escudo desarrolla una fi-
trás del pezón o el implante rotó después de su colocación. sura y la silicona se extravasa a su través por el espacio
En tales casos la válvula puede ser palpable si el tejido de entre el escudo y la cápsula. La cápsula sigue intacta. Los
mama suprayacente es mínimo. En otros casos, las válvu- hallazgos típicos de la rotura intracapsular son el signo
las son palpables años después de su implante debido a la de la escalera de tijera (signo «linguini» en la literatura de

!
..., Figura 20-62 Componentes palpables de implante. A, Pliegues radiales anteriores que puede ser causa de al-
~ t~raciones palpables. Estos pliegues con fr~cuencia parecen «arrugarse». B, Implantes de salino de única luz con
valvula de relleno. En algunos casos, especialmente con la retracción capsular, la mayor presión dentro del implan-
te puede ocasionar que la válvula, que normalmente se nivela con la superficie del escudo del implante (RT, línea punteada),
sufra eversión y se haga palpable (LT).
ttJ Figura 20-63 Ruptura de implante de mama, A, Signos típicos de una ruptura intracapsular en un implante de
~ gel de silicona de única luz con el signo de «la escalera de mano» (flechas) y gel de silicona hiperecoico (asterisco)
en la mama derecha. Los ecos con múltiples líneas de orientación horizontal que representan las superficies inter-
nas y externas de cada pliegue del escudo (flechas). El gel extravasado que queda por fue ra del escudo del implante es
ahora hiperecoico (asterisco). Obsérvese que solamente se aprecia una línea ecogénica que se debe a la cápsula periim-
plante en la derecha (cabeza de flecha). B, Implante de mama izquierda normal, Obsérvese el aspecto superficial del
implante izquierdo sin ruptura que muestra una doble línea ecogénica (cabeza de flecha blanca) del escudo en la parte
anterior del gel de silicona.

RM) Y una ecogenicidad anormalmente aumentada por el intracapsulares con un colapso mínimo pueden distin-
gel extravasado que queda dentro del espacio intracapsu- guirse de los pliegues radiales por el perfil que se puede
e lar y por fuera del escudo (Fig. 20-63). Por desgracia, es- evaluar desde proyecciones ortogonales que se orientan
'o
'5 tos signos tienen escasa sensibilidad para la rotura intra- en paralelo y perpendicular al eje largo del pliegue. Los
(J
CI)
(/) capsular debido a que solamente se observan en casos pliegues radiales son unidimensionales (10), mostrando
donde casi todo el gel de silicona se ha extravasado del una gran separación entre la cápsula y el escudo paralelo al
escudo y el escudo está completamente colapsado. En ca- eje largo del pliegue, pero con una separación muy peque-
sos de rotura intracapsular los colapsos de menor grado ña cuando el pliegue se visualiza perpendicular al eje lar-
conducen simplemente a una separación como hojas de go (Fig. 20-64, B). Las rotu ras intracapsulares son gran-
libro del escudo hacia dentro desde la cápsula (Fig. 20-64, A). des separaciones bidimensionales entre cápsula y escudo
Existe un gama amplia de colapso intracapsular que va des- en ambas proyecciones (Fig. 20-64, A).
de la afectación de un pliegue radial aislado hasta el co- En la rotura extracapsular existe una fisura en la cáp-
lapso total. Los pliegues radiales son muy dinámicos y se sula y también en el escudo y el gel de silicona se extrava-
forman cuando la paciente está en una posición, pero en- sa dentro de los tejidos mamarios fu era de la cápsula. Por
tonces desaparecen cuando la paciente adopta otra postu- definición, todos los casos de rotura extracapsular tienen
ra. El ápex de los pliegues radiales es por ello propenso a que estar precedidos de una rotura intracapsular, aunque
las fracturas por fatiga. Debido a que los pliegues radiales en muchos casos sea difícil demostrarlo con la ecografía.
contienen normalmente un derrame anecoico periim- La rotura extracapsular indica que el gel de silicona se ha
plante, que es idéntico en écogenicidad al gel de silicona, extravasado no sólo desde el escudo de silicona, sino tam-
en cualquier pliegue radial individual será imposible sa- bién a través de la cápsula hasta los tejidos adyacentes. El
ber si el líquido dentro del pliegue es un derrame normal hallazgo típico es el granuloma de silicona con su aspec-
o gel de silicona extravasado por una fractura de fatiga, to en «tormenta de nieve». Dichos granulo mas son marca-
salvo que el gel extravasado dentro del pliegue se trans- damente hiperecoicos y están bien delimitados por delan-
forme en hiperecoico (Fig. 20-64, B). Los pliegues radiales te, pero muestran una sombra incoherente y «sucia». Lo s
deben considerarse normales salvo que tengan contenido granulo mas pueden detectarse superficiales respecto al
hiperecoico (aspecto de tormenta de nieve). Las roturas implante (Fig. 20-65, A), pero casi siempre se observan en
los bordes del implante, donde el escudo es más delgado y nusoides medulares, la corteza del ganglio linfático se ha-
donde es más probable que se produzcan las fracturas por ce hiperecoica y emerge una sombra sucia de todo el gan-
fatiga (Fig. 20-65, B). En ciertos casos, la extravasación del glio linfático (Fig. 20-65, E) . ca
gel de silicona fo rma una cubierta delgada por encima de Los granulomas de silicona pueden presentar muy di- E
la superficie externa del implante, más que una discreta versos aspectos. No todos presentan el típico aspecto de ca
masa (Fig. 20-65, C). En otros casos, el gel de silicona ex- tormenta de nieve. Las acumulaciones grandes y bruscas
:e
travasado puede migrar lejos del borde del implante hasta de gel de silicona extracapsular pueden mostrarse como ~
la axila o pared torácica, espalda o pared abdominal (Fig. masas complejas o quísticas (Fig. 20-66, A). Con el tiempo o
20-65, D). El gel de silicona extravasado puede ser extraí- pueden tener un aspecto sólido e isoecoico (Fig. 20-66, B) .
'3
,~
c.
do y transportado por los vasos linfáticos hasta los gan- El típico aspecto de tormenta de nieve se desarrolla tar- C'O
U
glios linfáticos, donde se acumula desde los senos medu- díamente, después de la fase sólida e isoecoica. Muy avan-
lares dentro del mediastino de los ganglios linfáticos hacia zada la evolución del granuloma de silicona, de forma que
afuera. La acumulación precoz de gel de silicona den- se haya desarrollado ya suficiente granuloma por cuerpo
tro de los ganglios linfáticos puede resultar difícil de extraño, la lesión puede hacerse hipoecoica, que ocasiona
detectar debido a que el gel de silicona hiperecoico tiene una distorsión de la arquitectura y el desarrollo de una
una ecogenicidad similar al ganglio linfático mediastínico, sombra acústica más intensa (hallazgos que simulan las
aunque el gel en el hilio del ganglio linfático ocasionará lesiones estrelladas malignas de mama) (Fig. 20-66, C). La
una sombra discr:eta de aspecto sucio que ayudará a de- . sensibilidad de la ecografía para la rotura extracapsular
tectar el gel de silicona. A medida que se acumula más gel, se puede potenciar si el ecografista sabe reconocer el es-
el diagnóstico del acúmulo de gel de silicona dentro del pectro completo de aspecto ecográfico.
ganglio linfático se hace más evidente. Cuando el gel de La existencia de implantes no debe disuadimos de rea-
silicona rellena los sinusoides corticales así como los si- lizar los procedimientos dirigidos ecográficamente que

..., Figura 20-64 Rotura parcial de un implante de silicona. En casos de ruptura intracapsular, cuando el colapso
~ es incompleto, el signo típico de la escalera de mano puede estar ausente. A, En el colapso parcial puede existir
una separación que recuerda hojas entre la cápsula (flecha) y el escudo (cabeza de flecha); el gel extravasado
protruye en el espacio anormal entre la cápsula y el escudo tiende a hacerse hiperecoico con el tiempo (asterisco). B, En
muchos casos con una fuga más precoz del gel de silicona, se produce a partir del ápex de los pliegues radiales, donde es
más frecuente la fractura por fatiga del escudo. Los pliegues radiales tienen un perfil en U cuando se observan con eje
corto. Solamente si el líquido dentro del pliegue radial se hace hiperecoico (asterisco) podremos estar seguros de que el
pliegue es el lugar de ruptura intracapsular y no simplemente una variación de la normalidad.
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"" Figura 20-65 Granuloma de silicona: aspecto típico en «tormenta de nieve» de una ruptura extracapsular,
1::: ~ Los granulomas de silicona que se manifiestan con el signo de la tormenta de nieve son hiperecoicos y muestran
(ti un borde superficial bien delimitado y un borde posterior enmascarado por una sombra «sucia» e incoherente. A,
a. Granulomas de silicona por delante del implante. B, Sin embargo, la mayoría se producen junto a los bordes del implante,
m donde el escudo es más delgado. e, Granulomas de silicona que pueden diseminarse por la superficie del implante como
~
Q) una cubierta fina en lugar de formar una masa evidente. D, Los granulomas de silicona pueden migrar lejos del borde del

-
"C implante hasta quedar en la pared torácica, abdominal o en la axila. E, La silicona extravasada se puede vehiculizar a través
(ti
,- de los linfáticos a los ganglios linfáticos regionales, donde llena los ganglios linfáticos con un gel hiperecoico, que les da el
aspecto de tormenta de nieve, desde la médula hacia el exterior, como en este ganglio de Rotter que queda entre el pec-
~
el toral mayor y el pectoral menor.
o
(J
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c:
'o
'o(,)
Q)
en

"" Figura 20-66 Granulomas de silicona: aspectos menos frecuentes de la ruptura extracapsular, A, Gran co-
~ lección de gel de silicona con extravasación aguda que puede mostrar un aspecto quístico complejo. B, Granulo-
mas de silicona de pocas semanas a pocos meses de duración que parecen nódulos sólidos isoecoicos. Habitual-
mente evolucionan hasta presentar un aspecto en tormenta de nieve unos meses después. e, Los granulomas de silicona
que tienen varios años de antigüedad pueden desarrollar una reacción de cuerpo extraño de tal envergadura que se con-
vierten en masas intensamente sombreadas que simulan una neoplasia. Obsérvese además que, aunque la mayor parte del
granuloma de silicona se debe a rotura extracapsular, también se puede formar entre la cápsula y el escudo, como en este
caso en la imagen de B,
consideremos pertinentes. Con la ayuda ecográfica se uti- Los ganglios linfáticos normales tienen un aspecto eco-
liza un ángulo de aproximación que es casi paralelo a la gráfico similar a unos riñones en miniatura. Tienen un per-
superficie del implante. Se puede inyectar una gran canti- fil ovalado en el eje largo, de perfil en C en el eje corto y
dad de anestésico local entre la lesión y el implante para plano en la dimensión AP (Fig. 20-67, A). La corteza es hi-
«hidrodisecar» la lesión lejos del implante y crear así un poecoica y la médula, que queda justo por debajo de la
espacio de trabajo seguro. corteza, es hiperecoica y la grasa dentro del mediastino
Es importante recordar que las pacientes con implantes del ganglio linfático es isoecoica. En pacientes más jóvenes
están expuestas a los mismos procesos patológicos que todo el mediastino parece hiperecoico, pero en pacientes
las pacientes sin implantes. Muchas pacientes están satis- mayores el mediastino hiperecoico se rellena de grasa y
fechas con sus implantes y no padecen ningún problema está comprimido dentro de una banda justo por debajo de
relacionado con sus implantes. El principal problema para la corteza hipoecoica (Fig. 20-67, B). El flujo del ganglio
el ecografista es que los implantes distraen y se puede de- pasa a través de canales aferentes linfáticos, que penetran
dicar tanto tiempo y esfuerzo a la evaluación de los im- en el ganglio linfático desde la periferia. La linfa pasa en-
plantes como para que se acabe olvidando la verdadera tonces, y por orden, a través de los sinusoides subcapsula-
razón por la que acude la paciente: un cáncer de mama. res, sinusoides medulares y después al exterior a través de
Para reducir el riesgo de pasar por alto un carcinoma de los linfáticos eferentes, que'salen a través del hilio.
mama, es importante evaluar los tejidos de la mama su- Se han desarrollado diversos criterios para la escala de
perficiales respecto al implante antes de prestar atención grises aplicables en la evaluación de los ganglios linfáti-
al implante. cos: tamaño, perfil y ecogenicidad. Un diámetro mínimo
mayor de 1 cm se considera anormal. Sin embargo, noso-
Evaluación regional del ganglio linfático tros hemos observado con frecuencia ganglios linfáticos
El estado de los ganglios linfáticos y el diámetro máximo metastásicos morfológicamente anormales con diáme-
de los carcinomas de mama son dos de los indicadores tros menores de 1 cm y ganglios linfáticos atróficos nor-
pronósticos más importantes del carcinoma invasivo de males con diámetros mínimos mayores de 1 cm. Por tanto,
mama. El ganglio linfático centinela se ha convertido en el el tamaño es un mal criterio para discriminar metástasis.
método de elección para evaluar el estado del ganglio lin- Las adenopatías metastásicas tienden a adoptar un perfil
fático. Sin embargo, la ecografía y la biopsia dirigida por anormalmente redondeado, pero por desgracia se trata
ecografía pueden ser de enorme utilidad para evaluar los de un hallazgo tardío. El hallazgo morfológico de un en-
ganglios linfáticos regionales en pacientes con nódulos de grosamiento cortical excéntrico es mucho más sensible
mama sospechosos que están pendientes una biopsia di- que la «redondez» de los ganglios linfáticos. La corteza en
rigida mediante ecografía por una lesión de mama. Puede algunos (no en todos) los ganglios linfáticos metastásicos se
realizarse antes de la lumpectomía como ayuda para deci- transforma en anormalmente hipo ecoica. Sin embargo, la
dir si se realiza un procedimiento sobre el ganglio centi- corteza del ganglio linfático siempre se muestra hipoecoi-
nela o se procede directamente a la disección axilar. ca cuando se explora con armónicos. Nosotros utilizamos

'tJ Figura 20-67 Ganglio linfático: posibles aspectos normales. A, En una mujer joven el mediastino del ganglio
~ linfát!co tiende a estar ~niformemente hiperecoico debido a que las cuerdas y senos rellenan la totalidad del me-
diastino (M). B, En pacientes mayores con repetidos episodios de inflamación, el centro del mediastino (M) se in-
filtra por grasa isoecoica y la médula (cabeza de flecha) se comprime justo por debajo de la corteza hipoecoica (e).
...., Figura 20-68 Rasgos definitorios de las metástasis de los ganglios metastásicos: espectro del engrosa-
~ miento cortical. A, Las metástasis que se implantan cerca de los sinusoides mediocorticales que tienden a engro-
sar la corteza focalmente y de forma similar hacia dentro y hacia fuera. B, Las metástasis que se implantan dentro
de los sinusoides subcapsulares tienden a ocasionar un engrosamiento cortical con abombamiento hacia afuera (en «orejas
de ratón »). e, Las metástasis que se implantan hacia la parte interna de los sinusoides subcapsulares originan un engrosa-
miento cortical que se abomba hacia dentro del mediastino del ganglio (<<defecto en mordisco de rata»). D, Las metástasis
que se implantan de forma difusa en los sinusoides corticales pueden ocasionar un engrosamiento cortical simétrico que
es indistinguible del engrosamiento cortical debido a la inflamación. E, Engrosamiento cortical tan severo que el hilio está
obliterado; habitualmente se debe a metástasis y será muy poco probable que el ganglio sea benigno y reactivo. F, Micro-
calcificaciones dentro del ganglio que indican metástasis mientras que no se demuestre lo contrario, especialmente en
lesiones primarias de mama que muestren microcalcificaciones.
c:
'o
'0
o
CI)
en todos los casos los armónicos cuando exploramos, ya de ratón» (Fig. 20-68, B). Las metástasis que se implantan
CIJ
que hace más evidente la corteza del ganglio y hace que hacia el lado interno de los sinusoides corticales tienden a
los ganglios sean más fáciles de localizar y caracterizar. abombar el mediastino del ganglio linfático, creando de-
Por tanto, los armónicos minimizan la utilidad de una fectos en «mordisco de rata» en el hilio (Fig. 20-68, C).
marcada hipogenicidad como hallazgo sospechoso. La Cuando la metástasis rellena los sinusoides corticales por
evaluación morfológica del ganglio linfático es más efecti- todo el ganglio linfático, el engrosamiento cortical se hace
va que evaluar su tamaño, perfil o ecogenicidad. Un en- uniforme; un aspecto que puede simular un ganglio linfá-
grosamiento cortical excéntrico tiene un valor predictivo tico reactivo benigno (Fig. 20-68, D). Las metástasis pue-
positivo alto. Los ganglios linfáticos que muestran un en- den ocasionar un engrosamiento suficientemente severo
grosamiento cortical excéntrico deben considerarse posi- como para obliterar el hilio con mayor frecuencia que la
tivos para metástasis. La biopsia se dirigirá específica- inflamación (Fig. 20 -68, E) . Los ganglios linfáticos que
mente al área de la corteza que está focalmente engrosada. contienen microcalcificaciones son metastásicos, espe-
Las metástasis tienden inicialmente a implantarse en cialmente cuando la lesión primaria de mama presenta
los sinusoides subcapsulares o corticales y crecen en esa microcalcificaciones (Fig. 20- 68, F).
zona ocasionando el engrosamiento cortical. El patrón de Los ganglios linfáticos que muestran un engrosamiento
engrosamiento depende de dónde se implantara primero cortical entre leve y moderado de 3 mm o más tienen un
la metástasis. Las metástasis que se implantan cerca del valor predictivo positivo menor para la metástasis y son
centro de los sinusoides corticales tienden a ensanchar la más ines pecíficos que los ganglios linfáticos con un engro-
corteza focal y simétricamente en dirección hacia dentro samiento excéntrico cortical bien nítido. Estos ganglios
y hacia fuera (Fig. 20-68,A). Las metástasis que se implan- pueden ser reactivos o metastásicos y la comparación con
tan en los sinusoides subcapsulares tienden a abombar el los ganglios linfáticos adyacentes es la mejor forma de de-
ganglio hacia fuera, generando la configuración en «oreja terminar si el ganglio linfático con engrosamiento simé-
trico es un ganglio benigno reactivo o un ganglio metastá- Si se identifican ganglios linfáticos anormales dentro
sieo. Salvo que exista una evidencia obvia de inflamación del nivel 1 de la axila, el siguiente nivel (superior) de los
en la mama ipsilateral o en la extremidad superior, los ganglios debe evaluarse mediante ecografía. Como ya se
ganglios linfáticos reaccionan a estímulos sistémicos y comentó, el músculo pectoral menor determina el nivel de
por tanto todos los ganglios serán reactivos. Normalmen- los ganglios linfáticos. Los ganglios que quedan laterales e
te se suele observar más de un ganglio linfático en un inferiores al borde lateral del músculo pectoral están en el
campo de visión simplemente rotando el transductor. Si nivel 1 de ganglios linfáticos. Son los primeros ganglios o
C\I
los ganglios linfáticos adyacentes muestran un engrosa- afectados por metástasis, excepto en los raros casos en o
miento cortical simétrico tanto leve como moderado en que un ganglio centinela llegue al nivel 2. Los ganglios lin-
'3
:t::
C.
una proporción parecida, es más probable que los gan- fáticos por debajo del pectoral menor están en el nivel 2, y (1l
()
glios sean reactivos que metastásicos (Fig. 20-69, A). Sin aquellos que quedan por encima y mediales al borde me-
embargo, si el ganglio adyacente es ecográficamente nor- dial del pectoral menor están en el nivel 3, o ganglios lin-
mal, el ganglio con un engrosamiento cortical simétrico es fáticos infraclaviculares (Fig. 20-71). Los ganglios linfáti-
más probable que sea metastásico (Fig. 20-69, B). La eva- cos de Rotter quedan entre el pectoral mayor y el menor y
luación de los ganglios linfáticos adyacentes no es necesa- quedan por delante y al mismo nivel de los ganglios linfá-
ria cuando el engrosamiento cortical sea tan severo como ticos del nivel 2 (Fig. 20-72). Si no se detectan y no se tra-
para que el hilio quede totalmente obliterado, ya que esto tan dan lugar a la invasión de la pared torácica. Si los gan-
sucede con mayor fre cuencia en ganglios metastásicos glios linfáticos del nivel 3 son positivos, deberán evaluarse
que en los ganglios rea ctivos (Fig. 20-69, C). Aunque el los ganglios supraclaviculares y yugulares. Los ganglios
Doppler también puede utilizarse para determinar si el linfáticos de la mamaria interna deben evaluarse en todos
ganglio con un engrosamiento cortical simétrico es reacti- los casos, especialmente cuando la lesión primaria sea
vo o metastásico, la imagen en escala de grises de los gan- medial y profunda y cuando una adenopatía voluminosa
glios linfáticos adyacentes lo suele hacer innecesario. funcione como contención tumoral y con flujo colateral
En la actualidad realizamos ecografía rutinaria de los medialmente (Fig. 20-73). La existencia de metástasis a
ganglios linfáticos axilares en cualquier paciente en la que los ganglios de la mamaria interna es especialmente im-
encontremos lesiones BRIADS 4 o 5 de mama. Si se identi- portante para la paciente y el oncorradiólogo. Las cadenas
fica un ganglio como sospechoso de metástasis, realizare- ganglionares de la mamaria interna ya no se tratan de for-
mos una biopsia del núcleo dirigida por ecografía al mis- ma rutinaria con radiación, debido a las complicaciones
mo tiempo que se biopsia la lesión de mama. Si se localiza cardiacas a largo plazo. Sin embargo, si existe una metás-
un engrosamiento cortical, la parte del ganglio con el en- tasis ganglionar conocida en la mamaria interna, el onco-
grosamiento de la corteza se marca para la biopsia (Fig. rradiólogo añadirá la zona de la mamaria interna al trata-
20-70). Colocamos un marcador en cualquier ganglio lin- miento. Las metástasis en los ganglios linfáticos de la
fático que se haya biopsiado y se obtienen muestras ra- mamaria interna son muy frecuentes entre los interespa-
diográficas de la muestra de los ganglios extraídos para cios 1-3, justo aliado del esternón.
confirmar que se han extraído los ganglios linfáticos posi- Si tanto la lesión de la mama como los ganglios linfáticos
tivos en la disección axilar. son positivos, se hace ya innecesario el procedimiento del

~ Figura 20-69 Comparación de los ganglios linfáticos adyacentes para evaluar la importancia de un engro-
~ samiento cortical simétrico. A, Cuando los ganglios linfáticos adyacentes dentro de la axila muestran grados
parecidas de engrosamiento cortical simétrico, es más probable que los ganglios linfáticos sean reactivos que
metastásicos. Si los ganglios linfáticos de la mama contralateral muestran grados parecidos de engrosamiento, el riesgo
de carcinoma se reduce aún más. B, Si el ganglio adyacente muestra un grosor cortical normal, el riesgo de metástasis en
el ganglio con engrosamiento cortical simétrico aumenta. C, Cuando el engrosamiento cortical es tan grave que el medias-
tino del ganglio está obliterado, la etiología deberá asumirse como metastásica, incluso aunque los ganglios linfáticos estén
afectados de modo parecido.
e ..., Figura 20-70 Biopsia guiada por ecografía de ganglios linfáticos axilares anormales. La biopsia confirmatoria
guiada por ecografía de metástasis ganglionares evita el procedimiento sobre el ganglio centinela y le permite al
cirujano proceder directamente con la disección axilar. En pacientes con lesiones de mama BIRADS 4 y 5 someti-
das a biopsia, los ganglios linfáticos anormales deben biopsiarse al mismo tiempo. A, Imagen antes del procedimiento de
un ganglio linfático anormal en el nivel 1 con engrosamiento cortical excéntrico. La aguja se dirige específicamente a la
zona del ganglio linfático donde la corteza está engrosada. B, Imagen posprocedimiento en la que se muestra el núcleo de
la aguja a través de la parte engrosada de la corteza.

ganglio centinela. Sin embargo, si los ganglios linfáticos tanto, creemos que las biopsias dirigidas mediante ecogra-
parecen normales en la ecografía o si los ganglios parecen fía de ganglios linfáticos deben reservarse a casos en los
anormales y la biopsia es negativa, la paciente seguirá ne- que tanto las lesiones de mama como de ganglio linfático
cesitando el procedimiento del ganglio centinela, en la for- son muy probablemente malignas. No creemos que una
ma planeada. El valor añadido viene dado en el caso de la biopsia del núcleo dEi! un ganglio linfático con citología be-
ecografía del ganglio linfático anormal con una biop-
sia positiva. Carece de valor una biopsia negativa de un
ganglio linfático y genera un procedimiento añadido. Por

e ..., Figura 20-71 Metástasis en tres ganglios linfá-


ticos. Ecografía de campo de visión extendido de
orientación oblicua que muestra metástasis en los
tres niveles de los ganglios linfáticos axilares. Adenopatía
masiva y microcalcificaciones en los ganglios linfáticos de
nivel 1 que quedan laterales e inferiores al músculo pecto-
e ..., . Figura 20-72 Metástasis en los ganglios de ni-
vel 2 y de Rotter. Los ganglios linfáticos de Rotter
(R) quedan entre los músculos pectoral mayor y
ral menor (oval puntiforme). Un ganglio linfático de nivel 2 menor al mismo nivel que los ganglios linfáticos de nivel 2
levemente hipertrófico queda por detrás al pectoral menor. (2) y, si pasan inadvertidos, son el origen de la invasión de
Se observa otro ganglio linfático de nivel 3 levemente hi- pared torácica. Esta paciente presenta metástasis macros-
pertrófico con microcalcificaciones que queda craneal y cópica que obliteraba el mediastino en los ganglios linfáti-
medial respecto al pectoral menor. cos de nivel 2 y de Rotter.
nigna afecte de forma negativa el procedimiento del gan- real. Por otra parte, no se ha podido establecer todavía la
glio centinela que sigue siendo necesario. La contención sensibilidad de la RM en los CDlS. Creemos que la RM es
tumoral dentro del ganglio centinela que fuerza a un flujo muy sensible para CDlS con alto grado de núcleos, mode-
colateral alrededor del ganglio es la principal causa de téc- radamente sensible en caso de grado intermedio nuclear
nicas falsamente negativas sobre ganglios centinelas. És- y de baja sensibilidad en aquellas de bajo índice nuclear,
tos son precisamente los ganglios que se han identificado pero la sensibilidad exacta es desconocida.
y demostrado como positivos con la ecografía. Excluir es- La ecografía de mama realizada después de una RM pa- o
N
tos pacientes de la cohorte de ganglios linfáticos centinela ra evaluar zonas de realce de contraste anormales en la o
'5
realmente reduce los procedimientos falso-negativos so- RM (la ecografía llamada de «segundo vistazo», incluso ,,!::
Q.
bre ganglios linfáticos centinela. cuando el «primer vistazo» nunca se realizara) será útil cu
O
Por último, en pacientes en los que la ecografía no pue- para resolver alguna, si no todas, las limitaciones de la RM
da evitar el procedimiento sobre el ganglio centinela, se de mama. La ecografía será también de gran utilidad para
puede recurrir a la ecografía como adyuvante para la in- evaluar el realce anormal que se muestra en la RM y para re-
yección de su lfuro coloidal de tecnecio. Con la ayuda de un ducir los resultados falsos positivos de las RM de mama
gamadetecto r, puede utilizarse la ecografía para identifi- pop una ADlN. Además, la guía ecográfica en procedimien-
car el ganglio centinela y dirigir la colocación de la aguja, tos intervencionistas es menos costosa y más eficiente
tanto para ganglios linfáticos primarios como centinelas. que cuando se dirigen con RM y además se realiza en
Los nuevos medios de contraste que se están desarro- tiempo real. Por último, salvo que se utilice Combidex co-
llando y que realzan específicamente los sinusoides linfáti- mo medio de contraste en la RM, la ecografía es mejor pa-
cos y ganglios linfáticos ayudarán a identificar las metásta- ra caracterizar los ganglios linfáticos regionales y para
sis en ganglios linfáticos y a señalar las áreas anormales de dirigir la biopsia en ganglios anormales.
la corteza del ganglio linfático para la biopsia. La ecografía de «segundo vistazo» resulta muy efectiva
para confirmar la existencia de focos adicionales ipsilate-
Correlación resonancia magnética-ecográfica rales o contralaterales de un cáncer de mama invasivo en
El papel de la RM con contraste en el estadiaje local y re- la RM y permite dirigir un «mapeo» de biopsias y localizar
gional del cáncer de mama se ha expandido enormemente focos para la cirugía. Los cánceres de mama invasivos que
en los últimos años, junto con el papel de la correlación se manifiestan sobre todo como hallazgos «fuertes » se so-
ecográfica-RM. La RM de mama muestra la extensión real lapan poco con hallazgos de la anatomía normal y ADlN
del cáncer de mama antes de la intervención mejor que benignos (Fig. 20-74). En la mayoría de los casos con fo-
cualquier otra modali dad de imagen y permite el plantea- cos realzados de carcinoma invasivo, la ecografía práctica-
miento terapéutico más adecuado. Minimiza los márge- mente garantiza la identificación de las mismas lesiones
nes positivos, el número de cirugías necesarias para con- invasivas ya detectadas en la RM. Sin embargo, la identifi-
seguir unos bordes claros y las recidivas verdaderas y cación ecográfica de focos adicionales de CDlS es más difí-
aquellas llamadas recurrencias verdaderas, que se deben cil. La ecografía no es tan sensible para CDlS como para el
a subestimación y/o no extirpación de focos adicionales cáncer de mama. Los CDlS presentes como hallazgos «dé-
del carcinoma ya presentes antes de la intervención. La biles» se solapan bastante con hallazgos de anatomía nor-
RM además muestra el tamaño de los cánceres de mama mal y ADlN benignos. La magnitud con la que se valoren
invasivos y de los componentes asociados de CDlS mejor los hallazgos ecográficamente débiles depende de la indi-
que otras modalidades de imagen. La RM de mama permi- cación de la ecografía de mama. Es preciso recordar que la
te la detección de neoplasias ipsilaterales multifocales y probabilidad «post-test» depende de la probabilidad
multicéntricas e ipsilaterales sincrónicas con una sensibi-
lidad mucho mayor que la de otras modalidades de ima-
gen. En nuestro grupo de población, la RM ha demostrado
enfermedad multifocal o multicéntrica en el 30% de las
pacientes y cancer contralateral sincrónico en el 6% de
las pacientes.
Aunque la RM sea la modalidad más sensible para el
cáncer de mama invasivo, no está exenta de problemas. En
primer lugar, debido a la alta tasa de resultados falsamen-
te positivos de cáncer de mama en las RM con contraste,
las decisiones terapéuticas requieren la confirmación his-
tológica del motivo del realce anormal. Por tanto, será ne-
cesaria la biopsia dirigida a las zonas de realce anormal,
pero la biopsia dirigida por RM entorpece un recurso muy
valioso. Nosotros consideramos que las biopsias dirigidas ~ Figura 20-73 Metástasis de los ganglios linfáti-
por RM no son tan precisas como con la ecografía (mien- ~ cos de la mamaria interna. Ecografía en eje largo
tras no estemos seguros de si hemos identificado son se- y campo de visión extendido que muestra una
guridad la zona del realce anormal en la RM) y menos pre- adenopatía metastásica macroscópica en la cadena de la
cisa de lo que se suele creer, precisamente porque las mamaria interna (entre flechas) entre los cartílagos de la
biopsias con RM no son realmente biopsias en tiempo primera (1) y segunda (2) costillas.
\J Figura 20-74 Carcinoma invasivo contralateral de-
~ tectado por RM y comprobado en un «segundo vis-
tazo». A, Ecografía diagnóstica guiada de un carcino-
ma invasivo de alto grado que se presentó como una masa
palpable. La biopsia dirigida mediante ecografía mostró un car-
cinoma de mama de alto grado. B, En el estadiaje, la RM de-
mostró un carcinoma de mama derecho y una masa con realce
inferior en la mama izquierda, contralateral. C, En la ecografía de
segundo vistazo se aprecia una masa irregular que se corres-
ponde con la lesión de mama izquierda en la RM. La biopsia
dirigida por ecografía demostró un carcinoma ductal invasivo
sincrónico de alto grado.

En el grupo del cr ibado, el riesgo de cáncer está en un ran -


go de 3-6/1.000 p acientes. En el grupo diagnóstico oscila
en torno al 3%-8% y en el de la correlación con la RM, un
grupo con cáncer demostrado por bi opsia y uno o m ás fo-
cos de realce anormal en la RM, el ri esgo se sitúa entre el
30% y el 40% (Fig. 20 -75). En el grupo del cribado tene-
mos que quitar trascendencia a los hallazgos «débiles», ya
que casi siempr e representan ADI N benignas. En el grupo
diagnóstico, sopesam os los hallazgos fuertes y débiles ca-
si por igual y, en cuanto al grupo de correlación con l a RM,
valoramos fuertemente los hallazgos débiles, sobre todo
cuando los patrones de realce no son «como masa», agru-
pada o ductal (Fig. 20- 76).

CURVA ROC PARA LA ECOGRAFíA DE MAMA.


REGLAS DE INTERPRETACiÓN DE CAMBIOS SEGÚN INDICACiÓN

100
Después de RM 30% de prevalencia,
resaltar signos débiles
iag. palp. anorm} > 5% de prevalencia - valorar signos
Diag. mama anorm . débiles y fuertes casi por igual

c: Cribado - 0,3% de prevalencia ,


'o resaltar signos fuertes
'(3
()
Q)
en

o~---------------------------------,
o Tasa de resu ltados falso positivo 100

\J Figura 20-75 La ecografía de segundo vistazo


~ debe interpretarse de forma distinta del cribado
o la ecografía diagnóstica dirigida de mama. En
pacientes sometidas a un cribado ecográfico para mama, el
riesgo de malignidad es de solamente 3/1.000 pacientes. La
inmensa mayoría de las lesiones con signos sólo «débiles»
tendrán lesiones benignas, de forma que las lesiones débi-
les deben confrontarse con menos rigor al clasificar las le-
siones. En pacientes con ecografías diagnósticas, sin em-
bargo, el riesgo de malignidad es de alrededor del 5% , de
forma que valoramos de igual modo las lesiones débiles o
fuertes en las lesiones palpables detectadas también en la
«pre-test». En la ecografía de mama, nos enfrentamos a mamografía. En pacientes con carcinoma de mama demos-
tres distintos grupos de pacientes, cada una con distinta trado que tienen un realce adicional sospechoso de masa o
prevalencia de cáncer de mama (probabilidad pre-test): el incluso un realce aunque no parezca masa, el riesgo de ma-
grupo del cribado, el grupo diagnóstico y el grupo de co- lignidad excede el 30%. Los hallazgos «débiles» tienen que
rrelación con la RM. Se necesitan distintos conjuntos de resaltarse en la ecografía de segundo vistazo ya que con
normas para interpretar los estudios en estos pacientes. frecuencia se deben a un carcinoma in situ.
.,., Figura 20-76 Carcinoma invasivo de alto grado
~ con lesión in situ que sólo presenta signos «dé-
biles». A, Ecografía diagnóstica dirigida que
muestra una masa de perfil irregular que se presentó como
masa palpable. La biopsia dirigida por ecografía mostró un
carcinoma ductal invasivo de alto grado. B, La RM muestra
una zona ipsilateral (flecha) sin forma de masa de realce
agrupado lejos, más inferior, que queda justo por debajo
del gran quiste. C, La ecografía de segundo vistazo no
muestra masa. Solamente signos débiles de conductos ra-
mificados y microcalcificaciones (dentro del cuadrado
punteado) cerca de un gran quiste simple y que se corres-
ponde con un realce agrupado de la RM . La biopsia dirigi-
da mediante ecografía de vacío mostró un carcinoma in
situ de grado nuclear intermedio.

Ecografía Doppler
Una vez que la neoplasia de mama excede unos 3 mm de
tamaño tiene que estimular la neovascularización para
poder seguir creciendo, y para conseguirlo los tumores
elaboran una serie de factores angiogénicos. Se forma una
red de neovascularización periférica que nutre la perife-
ria tumoral en rápido crecimiento. Se ha centrado mucha
atención en la detección de esta neovascularización con la
ecografía Doppler, con o sin medios de contraste. Se han
evaluado hall azgos subjetivos como la existencia o ausen-
cia de flujo y la distribución y patrón vascular. Se han con-
siderado además criterios semi cuantitativos, como la
densidad vascular, velocidad pico sistólica (VPS), índice
de pulsatilidad, índice de resistencia (IR) y velocidades
sistólica/diastólica. Sin embargo, todos estos ériterios
subjetivos y semi cuantitativos pueden verse alterados
cuando se aplica excesiva presión durante la exploración.
Sólo algunos autores han subrayado lo suficiente cómo de
importante es utilizar una presión extremadamente ligera
cuando se valora el fl ujo sanguíneo en la mama. Los vasos
tumorales carecen de capas muscular o elástica para man-
tenerlos abiertos y son muy blandos. El transductor es
duro, la pared torácica también y, además, incluso el peso
del brazo del ecografista sobre el transductor puede com-
primir una lesión entre la sonda y la pared torácica lo su-
ficiente como para reducir o anular por completo el flujo
dentro de las lesiones de mama (Fig. 20-77). Pero no sólo
se afecta la existencia o ausencia de flujo, los criterios se-
micuantitativos (p. ej., VPS, IR) también se modifican.
Cuando se utilizan para evaluar lesiones de mama, la eco-
grafía Doppler tiene que realizarse con una presión tan
ligera que el transductor simplemente contacte con la
piel. En algunos casos puede ser necesario utilizar una al-
mohadilla de gel de forma que el flujo sanguíneo detecta-
ble con Doppler no se vea afectado.
Hemos comprobado cómo los hallazgos más represen-
tativos del Doppler para caracterizar los nódulos de ma-
ma se derivan de comparar la forma de onda del Doppler
espectral pulsado en la periferia de la lesión con los del
centro de la lesión. En lesiones benignas las formas de
onda obtenidas en el centro y la periferia de la lesión son
parecidas entre sí (flujo de baja impedancia con unas ve-
locidades sistólicas relativamente bajas y picos sistólicos
redondeados). En las lesiones malignas las formas de
~ Figura 20-77 Importancia de la leve presión para el estudio con Doppler color. A, Lesión CDIS micro papilar
~ que parece extremadamente hipervascular cuando se explora con ligera presión . B, La lesión parece avascular
simplemente con el peso del brazo explorador reposando sobre el transductor durante la exploración .

c:
'o

(,)
Q)
en

..., Figura 20-78 Señales de Doppler central y periférico. A, Formas de onda espectrales de Doppler pulsado ob-
~ tenidas en el centro de un nódulo maligno sólido que tiene unas velocidades pico sistólicas elevadas (VPS) y un
índice de resistencia relativamente alto (IR). B, Las formas de onda obtenidas en la periferia de un nódulo de mama
sólido maligno 'tienden a tener las VPS más bajas, picos sistólicos más amortiguados y menores IR. Los nódulos sólidos
benignos difieren en que tienden a tener la VPS bajas, picos sistólicos amortiguados y unos IR relativamente bajos, tanto
en el interior como en la periferia del nódulo.
onda obtenidas de la periferia son parecidas a las que se La ecografía Doppler puede ser útil para evaluar la agre-
obtienen en las lesiones benignas (baja impedancia con sividad de los nódulos sólidos de mama. Una mayor vas-
picos sistólicos redondeados). Las formas de onda del cularidad en la ecografía Doppler es una manifestación de
centro de las lesiones malignas, en cambio, muestran una agresividad biológica de las lesiones (alto grado histológi-
impedancia mayor y picos de velocidad más bruscos (Fig. co) que hace más probable que se diseminen a distancia
20-78). Estas formas de onda intratumorales son proba- por vía hematógena. Los pacientes con dicho tipo de lesio-
blemente un reflej o de las mayores presiones dentro de la nes son los que probablemente se beneficien más de una
MEC de los tumores por la compresión extrínseca que se quimioterapia adyuvante, especialmente fármacos anti-
ejercen sobre los vasos sinusoides de pared fina dentro angiogénesis.
del centro del tumor. Entre las aplicaciones complementarias, la ecografía
Hemos observado que las características de la imagen Doppler será útil para evaluar los ecos interiores en el in-
en escala de grises son mucho más potentes y precisas terior de quistes o conductos ectásicos, permite diagnos-
que las de la ecografía Doppler para caracterizar la mayo- ticar inflamación o infección aguda y evita vasos grandes,
ría de los nódulos. Solamente en un reducido porcentaje especialmente arterias, durante los procedimientos inter-
de casos la ecografía Doppler supone una información vencionistas. La ecografía Doppler es imprescindible para
añadida a la imagen en escala de grises para caracterizar diagnosticar patología vascular como las malformacio-
los nódulos sólidos de mama. En nuestra experiencia, la nes arteriovenosas, fístulas arteriovenosas, malfor-
ecografía Doppler es de la máxima ayuda en carcinomas maciones venosas y trombosis venosas superficiales
pequeños y de alto grado, que tienen un tamaño de 6-7 (enfermedad de Mondor). La ecografía Doppler es valio-
mm o menor. Tales lesiones están habitualmente bien de- sa también para distinguir entre ganglios linfáticos reacti-
limitadas y no han desarrollado numerosos hallazgos sos- vos o inflamados y, en ciertos casos, nódulos portadores
pechosos en la escala de grises y son lesiones que muy de metástasis.
probablemente sean malinterpretadas como imagen ais- Los ecos interiores reales, más que los artefactos, con
lada BlRADS 3. A pesar de su pequeño tamaño, tales lesio- frecuencia complican los quistes de mama. Dichos ecos
nes con frecu encia están muy vascularizadas en compara- pueden deberse a diversas partículas celulares y acelula-
ción con las lesiones benignas del mismo tamaño. Creemos res dentro del quiste. Puede ser difícil distinguir con la
que la imagen en escala de grises seguirá siendo mejor ecografía en escala de grises de forma aislada entre las
para caracterizar las lesiones de mama que la ecografía diferentes causas de ecos interiores. Además, algunos nó-
Doppler en la mayoría de casos, incluso con el uso de me- dulos marcadamente hipoecoicos pueden mostrar un as-
dios de contraste. pecto pseudoquístico. La demostración de unos vasos in-

..., Figura 20-79 Nódulo pseudoquístico sólido frente a quiste complicado. La ecografía Doppler puede resultar
~ útil p~ra ~istinguir entre qui~t~s complejos y nódulos sólidos cuando la distinción sea incierta a,partir de la imagen.
A, Lelomlosarcoma metastaslco de mama que muestra aspecto pseudoquístico en la ecografla. B, Doppler color
que muestra abundante flujo interior que indica que la lesión es sólida.
teriores en la ecografía Doppler color indica que la lesión escala de grises en ciertos casos y se puede demostrar en
es sólida o un quiste completamente relleno por una le- una simple copia de la imagen de un negativo obtenido con
sión papilar (Fig. 20-79). Como ocurre siempre con el el Doppler color. Las secreciones que son suficientemente
Doppler color, un estudio positivo es de mayor valor que ecogénicas para generar una señal de color cuando se mue-
cuando es negativo, ya que en ciertos nódulos sólidos es ven dentro del conducto tienden a desplazarse hacia atrás
posible que no se pueda demostrar un vaso central. En durante la liberación de la compresión, generando señales
otros casos, la energía del haz de Doppler desplazará partí- de color del color opuesto. La demostración de dicho «silbi-
culas dentro del cristal para que se desplacen hacia atrás do de colores» sirve para documentar que los ecos interio-
(las llamadas rayas de color). Las partículas que se mueven res se deben a unas secreciones ecogénicas con sangre den-
exclusivamente por la energía del haz de Doppler son dimi- sa y no a un tumor. Es importante que las señales de color
nutas y de tamaño subcelular y habitualmente se trata de rellenen el conducto, ya que en algunos casos, la sangre
cristales de colesterol que forman parte del espectro benig- ecogénica debida a una lesión papilar intraductal puede
no de los cambios fibroquísticos. La ecografía Doppler color conducir a un silbido de colores, pero la lesión papilar sub-
resulta útil para distinguir entre una capa Iípida ecogénica yacente ocasionará un defecto en la señal de color. Al igual
o barro tumefacto dentro de un quiste y una lesión papilar que con las lesiones papilares intracísticas, las lesiones in-
intraquística verdadera. Las lesiones papilares intraquísti- traductales no suelen estar vascularizadas como para que
cas, ya sean malignas o benignas, están entre las lesiones se pueda demostrar un tallo vascular en la ecografía
más vascularizadas de la mama y normalmente muestran Doppler (Fig. 20-80, B). Esto ayuda a identificar las lesiones
un tallo vascular prominente que se demuestra con la eco- papilares intraductales y a distinguirlas de capas Iípidas
grafía Doppler o potencia (Fig. 20-80). La demostración de ecogénicas o de detritus dentro del conducto.
un vaso dentro de dicha zona intraquística de mayor ecoge- El dolor agudo de mama es una indicación frecuente
nicidad indica la existencia de un papiloma o carcinoma in- de ecografía de mama. En la mayoría de las pacientes la
traquístico. Los papilomas intraquísticos benignos tienden causa del dolor es incierta. En algunos casos, la ecografía
a presentar un vaso nutricio único y grande dentro del tallo con Doppler puede demostrar una etiología inflamatoria
vascular, mientras que las lesiones intraquísticas malignas aguda del dolor. Los quistes con inflamación aguda y la
tienden a recibir múltiples vasos nutricios. mastitis periductal aguda son las causas más frecuentes
Los conductos ectásicos, igual que los quistes, contie- de este dolor. La pared habitualmente fina y ecogénica de
nen secreciones ecogénicas o sangre que pueden resultar los quistes o conductos con inflamación aguda se hace
difíciles de distinguir de los papilomas intraductales o de gruesa e isoecoica y también se transforma en hiperémica
un CDIS sólo a partir de imagen en escala de grises. El pe- (Fig. 20-81). Las paredes de los quistes y conductos no in-
loteo de los conductos ectásicos que contienen ecos de flamados no presentan un flujo demostrable en la ecogra-
bajo nivel difusos provoca ecos de chapoteo de ida y vuel- fía Doppler. La hiperemia inflamatoria con las paredes
ta dentro del conducto. Esto se aprecia en la imagen en engrosadas de los quistes o co nductos con inflamación

L SA 300 Long
A Upright

..., Figura 20-80 Lesiones papilares intraquísticas y papilomas intraductales. A, Las lesiones papilares intraquís-
~ ticas, ya sean benignas o malignas, están entre las lesiones vascularizadas de mama. Se puede demostrar habi-
tualmente y con facilidad uno o dos pedículos vasculares en el Doppler color o potencia. Las lesiones malignas
tienden a nutrirse a partir de múltiples vasos, mientras que los papilomas intraquísticos benignos normalmente tienen un
único pedículo vascular. B, Incluso los papilomas intraductales pequeños normalmente tienen un pedículo vascular demos-
trable en la ecografía Doppler color o p'otencia.
o
C\I
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Q.
111
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"J Figura 20-81 Hiperemia de pared ductal en una mastitis periductal aguda. A, Imagen en escala de grises que
~ muestra una pared isoecoica uniforme engrosada en un conducto inflamado o infectado (flecha). Un conducto no
inflamado ectásico justo a la derecha tiene una pared ecogénica delgada y normal. B, Ecografía Doppler color que
muestra una marcada hiperemia de la pared y tejidos alrededor del conducto inflamado. Los vasos están orientados en
paralelo a la pared.

aguda se puede demostrar fácilm ente con el Doppler co- las metástasis en un ganglio suele ser idéntico al de la le-
lor o potencia. Es interesante el hecho de que la dirección sión primaria. Un tumor vascular primario tiende a pre-
que siguen los vasos dentro de las paredes de los quistes y sentar una adenopatía metastásica vascular. Si se obtie-
conductos inflamados difiere de la orientación de los va- nen en el centro del primario unas formas de onda
sos que nutren las lesiones papilares intraquísticas o in- espectrales con una elevada impedancia y unos picos sis-
traductales. Los vasos que están dentro de las paredes de tólicos elevados y bruscos, las formas de onda obtenidas
conductos inflamados o dentro de tejidos periductales si- en las metástasis de los ganglios de dicho primario ten-
guen un curso paralelo a la pared del conducto, ya que es- drán formas de onda similares. A la inversa, los ganglios
tán irrigando y drenando la pared ductal y tejidos peri- inflamados o reactivos tendrán unas formas de onda de
ductales. Los vasos que nutren las lesiones papilares baja impedancia con picos sistólicos amortiguados y ba-
intraductales se orientan perpendiculares al eje de la pa- jos. El patrón de los vasos sanguíneos dentro de los gan-
red ducta!, ya que los vasos simplemente pasan a través glios linfáticos también puede resultar útil. Los ganglios
de la pared, no irrigan la lesión que está dentro del con- linfáticos inflamados o reactivos tienden a nutrirse por
ducto. La ecografía Doppler y otros hallazgos de imagen una arteria hiliar única que se ramifica en diverso grado
en las cápsulas periimplante inflamadas o infectadas son dentro del mediastino del ganglio (Fig. 20-82, A). Los lin-
similares a las de los quistes y conductos inflamados de famas bien diferenciados y de bajo grado pueden mostrar
forma aguda. un patrón similar. Las metástasis ganglionares pueden es-
La trombosis venosa superficial aguda de mama (enfer- timular el desarrollo de neovascularización tumoral
medad de Mondar) también puede ser caUSa de dolor agu- transcapsular (Fig. 20-82, B) . Las metástasis tienden a im-
do. La ecografía en escala de grises con compresión es im- plantarse en los sinusoides subcapsulares y corticales y
prescindible para llegar al diagnóstico, igua l que sucede en los vasos neoformados que se generan penetran a través
las trombosis venosas de las extremidades inferiores. de la cápsula del ganglio linfático. Con la ecografía Doppler,
La ecografía Doppler puede resultar útil para evaluar la existencia de arterias nutricias capsulares son un pre-
los ganglios linfáticos que no son normales, pero que dictor positivo mejor de metástasis que la ausencia de va-
muestran unos signos inespecíficos que impiden concre- sos transcapsulares como indicador de inflamación. No
tar si el ganglio está simplemente inflamado o contiene todas las metástasis ganglionares estimulan la formación
metástasis. El comportamiento histológico o biológico de de neovascularización transcapsular.
W Figura 20-82 Patrones de flujo de Doppler color y formas de onda especiales que ayudan a distinguir las
~ etiologías metastásicas e inflamatorias de una linfadenopatía leve. A, Ganglio linfático benigno reactivo, habi-
tualmente irrigado por una arteria hiliar única (flecha). B, Ganglios linfáticos que portan metástasis y con frecuencia
desarrollan vasos transcapsulares para su nutrición (flechas) además de tener una arteria hiliar normal (H). e, Formas de
onda de Doppler espectral obtenidas a partir de ganglios reactivos benignos que tienden a mostrar unos IR bajos y una
baja VPS con picos sistólicos redondeados. D, Forma de onda de ganglios linfáticos con metástasis que tienden a mostrar
IR altos, altas VPS y picos sistólicos bruscos.

W Figura 20-83 Técnica de aspiración con aguja y biopsia. Las imágenes de ultrasonidos muestran un quiste
~ simple a tensión A, antes de su aspiración; B, durante la aspiración , y e, después de la aspiración. Los procedi-
mientos intervencionistas dirigidos mediante ecografía en la mama se realizan con la aguja orientada a lo largo del
eje largo del transductor, con angulación de la aguja y un escorado y angulación del transductor para colocar la aguja casi
paralela al frente del transductor y perpendicular al haz de ultrasonidos.
'tJ Figura 20-84 Localización de la guía dirigida por ecografía para la biopsia excisional. A, Nódulo (cabeza de
~ flecha) antes del procedimiento. B, Nódulo (cabeza de flecha) con la aguja localizadora (flechas) en su lugar, e,
Guía de localización (flechas) en su lugar después de retirar la aguja (cabeza de flecha, nódulo). D, Radiografía de
la mues; ra en la que se aprecia un nódulo (flecha) en el centro de la muestra. E, Ecografía de la muestra en la que se apre-
cia un nódulo que se extiende al borde superficial de la muestra (cabeza de flecha).

pre que sea visible en la ecografía. La guía ecográfica suele


INTERVENCIONISMO DIRIGIDO ser más rápida, precisa y menos costosa que la que propor-
MEDIANTE ECOGRAFíA ciona la imagen mamográfica, estereotáxica o RM. La guía
ecográfica es verdaderamente en tiempo real, mientras que
El uso de la ecografía como guía de procedimientos inter- las guías estereotáxica y con RM no lo son.
vencionistas es casi ilimitado; será posible guiar cualquier Nuestra preferencia consiste en colocar la aguja junto
tipo de procedimiento intervencionista de una lesión siem- al eje largo del transductor, lo que permite que la aguja

'tJ Figura 20-85 Biopsia dirigida por ecografía con aguja Tru-eut de 14G. A, Aguja (flechas) avanzada hasta el
~ borde del nódulo a la profundidad deseada. B, Aguja (flecha) disparada a través del nódulo y ahora en posición
poscorte. e, La aguja se ha retirado, pero el trayecto presenta macroburbuja (flecha) que todavía se pueden visua-
lizar dentro del tracto de la aguja, que documenta que la aguja pasó a través del nódulo objeto de estudio.
..., Figura 20-86 Biopsia asistida de vacío direccional guiada mediante ecografía (BAVD) con aguja de 10G.
~ A, Carcinoma ductal de 5 mm y alto grado. B, Sonda de vacío colocada justo por debajo de la lesión con la aper-
tura cerrada (flechas) justo por debajo del nódulo. e, Apertura abierta (flecha). Artefacto de anillo caído por debajo
de la apertura generada por los agujeros de vacío. D, Lesión extirpada con un marcador colocado a base de microbolas
impregnadas de aire una de las cuales contiene clip metálico.

sea visualizada en la totalidad de su recorrido y en tiempo extracción de cuerpos extraños (fragmentos de guías de
real durante todo el procedimiento. Un abordaje de eje localización), biopsias utilizando agujas finas o agujas de
corto permite la visualización de la aguja solamente cuan- TruCut grandes (Fig. 20-85), biopsia de vacío asistido (Fig.
c:::
'o do esté dentro del eje corto del haz ecográfico y requiere 20-86) Y extracción en bloque. Se puede recurrir también
'(3
(J un abordaje mucho más escorado. Esto es especialmente a la ecografía para localizar y orientar la cavidad de la
al lumpectomía para amplificar la dosis de radiación exter-
U) problemático en lesiones de localización muy profunda y
en pacientes con implantes. La principal dificultad que se na, dirigir la colocación de las agujas de braquiterapia y
presenta con el abordaje de eje corto consiste en conser- para localizar balones de irradiación parcial de mama.
var la aguja y eje largo del transductor exactamente para- También se utiliza la ecografía para la ablación de la lesión
lelos entre sí. Observar el monitor de ultrasonidos antes con láser, radiofrecuencia y crioterapia.
de introducir la aguja demasiado lejos dentro de la mama Nosotros colocamos un marcador después de cada
para que quede dentro del haz de ultrasonidos es la prin- biopsia de un núcleo y después de cada biopsia de vacío
cipal causa de mal alineamiento. Es preferible observar la asistido por diversas razones. La primera es que si la
propia mano hasta que la aguja esté suficientemente pro- biopsia revela que se trata de una histología maligna o atí-
funda dentro de la mama antes de dirigir la mirada hacia pica, suele ser necesaria una aguja de biopsia excisional
la pantalla del monitor. Una vez que la mano está dentro localizad ora. En segundo lugar, porque si la lesión es ma-
del haz, es relativamente fácil conservarla con precisión ligna, la paciente puede recibi r quimioterapia antes de la
paralela al haz. intervención. Después de la quimioterapia puede desapa-
La ecografía puede utilizarse para guiar la aspiración de recer toda evidencia de imagen de la lesión, pero seguirá
quistes (Fig. 20-83), localización de agujas con ecografía siendo necesaria la localización del marcador. Por último,
para la biopsia quirúrgica de una muestra (Fig. 20-84), in- la existencia de marcadores colocados en una lesión be-
yección en el ganglio centinela, localización del ganglio nigna ayuda enormemente en la interp retación de la ma-
centinela, drenaje de abscesos, ductografía percutánea, mografía del seguimiento.
Capítulo 21

ESCROTO
Brian Gorman

La ecografía diagnóstica es la modalidad de imagen más ca albugínea y convergen por detrás para formar el me-
utilizada como comple mento de la exploración física del diastino testicular (Fig. 21-1) ,
escroto y es una forma precisa de evaluar muchas enfer- El mediastino testicular sirve de soporte para los vasos
medades escrotales. Los avances técnicos en la ecografía y conductos que entran o salen de los testículos. Estos
de alta resolución y tiempo real y el Doppler color han séptulos siguen una trayectoria posterior desde la túnica
conducido a un aumento en las aplicaciones clínicas de la albugínea y acaban formando unos 250-400 lóbulos de
ecografía escrotal. perfil en cuña que contienen los túbulos seminíferos.
Son aproximadamente unos 840 por testículo. A medida
que los túbulos alcanzan al centro se unen con otros túbu-
, TÉCNICA ECOGRÁFICA los seminíferos para formar 20-30 conductos mayores,
llamados túbulos rectos. Los túbulos rectos entran en el
mediastino testicular, formando una red de canales den-
Es útil cuando el pacie nte puede localizar un nódulo pal- tro del estroma testicular, que se conoce como red 'testi-
pable en el escroto, que después le permitirá al ecogra- cular. La red termina en 10-15 conductos eferentes en la
fista su palpación durante la exploración. Se explora al zona craneal del mediastino, que lleva el líquido seminal
paciente en decúbito supino. El escroto se eleva con un desde los testículos hasta el epidídimo,
paño doblado sobre los muslos y el pene colocado sobre En la ecografía, el testículo normal tiene una eco textura
el abdomen del paciente cubierto con el paño. Como al - homogénea compuesta de ecos de medio nivel distribuidos
ternativa, el saco escrotal se puede sujetar con la mano de forma homogénea, parecida a la del tiroides (Fig. 21-2,A) .
del explorador. Habitualmente se utiliza un transductor Los séptulos testiculares se muestran como estructuras
de alta frecuencia (7,5-15 MHz), que permite una mejor lineales ecogénicas o hipoecoicas (Fig. 21-2, B). El medias-
resolución del conten ido escrotal. Si se necesita mayor tino testicular en ocasiones se ve como una banda ecogé-
penetración por edema escrotal, se utiliza un transduc- nica lineal que se extiende en dirección craneocaudal den-
tor de menor frecu encia: 6 MHz o menos. La exploración
directa se realiza interponiendo un gel acústico. Las imá-
genes de ambos testículos se obtienen en los planos sa- ECOGRAFÍA ESCROTAL:
gital y transversal y, si es posible, se obtiene un plano USOS HABITUALES
transversal de ambos testículos para su comparación
durante la técnica de doble imagen, con un transductor • Evaluación de la ubicación y características
de huella mayor o una imagen con campo de visión ex- de las masas escrotales
tendida. Se obtendrán proyecciones adicionales en los • Detección de tumores primarios ocultos en
planos coronal u oblicuo, con el paciente en posición in- pacientes con enfermedad metastásica
corporada o realizando maniobras de Valsalva cuando conocida
sea necesario. También se hace un Doppler color o po- • Seguimiento de pacientes con micro litiasis
tencia cuando se quiere evaluar flujo testicular en situa-
testicular
ciones estables o patológicas.
• Seguimiento de pacientes con neoplasias,
leucemia o Iinfoma testicular previos
• Evaluación de lesiones patológicas
ANATOMíA
extra testiculares
• Evaluación del dolor agudo escrotal
Los testículos del adulto son glándulas ovoides que miden • Evaluación del trauma escrotal
3-5 cm de longitud, 2-4 cm de ancho y 3 cm en su dimen- • Localización de testículos no descendidos
sión anteroposterior. Cada testículo pesa 12,5-19 g. Tanto
el tamaño como el peso de los testículos disminuye con la
• Detección de varicoceles en varones
infértiles
hiél
edad 1,2 . Los testículos están rodeados por una cápsula fi- • Evaluación de isquemia testicular con
brosa densa, la túnica albugínea. Surgen múltiples septos
Doppler color o potencia
delgados (séptulos) desde la parte más interna de la túni-
en el polo superior de los testículos o en el surco entre los
Cordón espermático testículos y la cabeza del epidídimo. El apéndice testicular
se identifica en la ecografía en el 80% de los testículos y se
aprecia con mayor facilidad cuando existe un hidrocele 3
Arteria testicu lar
(Fig. 21-2, EJ. El apéndice testicular se muestra con forma
Plexo pampiniforme de tallo y pedúnculo, quístico o incluso calcificad0 4 • Los
apéndices de cabeza y cola del epidídimo son túbulos de
Arteria
cremastérica extremos ciegos (vasa aberrantia) derivados del conducto
mesonéfrico (wolffiano). Forman tubos estrechos, que pue-
Dúctulos eferentes J~~~~~~ Vaso deferente
den estar duplicados y se proyectan desde el epidídimos
(Fig. 21-2, F). Rara vez se aprecian otros apéndices: el para-
Arteria dídimo (órgano de Giraldés) y los vasos aberrantes supe-
Septos deferente
riores e inferiores de Haller6 • Los apéndices del epidídimo
*.fSr~rtit- Red testicular se observan casi siempre en la ecografía como estructuras
seminíferos independientes cuando existe un hidrocele.
El conocimiento de la irrigación arterial de los testícu-
Cuerpo del los es importante para la interpretación de la ecografía
epidídimo Doppler testicular. El flujo sanguíneo testicular se abaste-
ce sobre todo de las arterias deferente, cremastérica (es-
permática externa) o testicular. La arteria deferente se
Cola origina a partir de la arteria vesical inferior y sigue su cur-
del epidídimo so hasta la cola del epidídimo do nde se divide y forma una
~ Figura 21-1 Anatomía intraescrotal normal. (De red capilar. La arteria cremastérica emerge de la arteria
~ Sudakoff GS, Ouiroz F, Karcaaltincaba M, Foley epigástrica inferior, sigue un trayecto con el resto de es-
WD; Scrotal ultrasonograhy with emphasis on the tructuras del cordón espermático a través del anillo ingui-
extra testicular space: anatomy, embryology and pathology, nal, continuando hasta la superficie de la túnica vaginal,
U/trasound O 2002;18:255-273.) donde se anastomosa con capilares de las arterias testicu-
lar y deferente. Las arterias testiculares surgen de la ca-
ra anterior de la aorta, inmediatamente por debajo del
origen de las arterias renales. Siguen su trayecto a través
tro del testículo (Fig. 21-2, C). Este aspecto varía en del canal inguinal junto al cordón espermático hasta lle-
función de la cantidad de tejido fibroso y graso presente. gar a la parte superior de los testículos. Al alcanzar los
Se aprecia mejor en edades entre los lS y 60 años. testículos, la arteria testicular se divide en ramas que per-
El epidídimo es una estructura curvada que mide 6-7 cm foran la túnica albugínea y se ramifican sobre la superficie
de longitud y está en una posición posterolateral dentro de testicular en una capa que se co noce como túnica vascu-
los testículos y está formado por cabeza, cuerpo y cola. La losa. Las ramas centrípetas emergen a partir de estas ar-
c: cabeza, también llamada globo mayor, adyacente al polo terias capsulares y estas ramas siguen un recorrido junto
'o
'u(J superior de los testículos es la parte más grande del epidí- a los séptulos para converger dentro del mediastino. A
Q) dimo. Está formada por 10-15 conductillos desde la red tes- partir del mediastino, estas ramas forman ramas recu-
en
ticular, que se unen entre sí para formar un conducto con- rrentes que siguen de forma centrífuga dentro del parén-
torneado único, el conducto del epidídimo. Este conducto quima testicular, donde se ramifican en arteriolas y capi-
forma el cuerpo de la mayor parte de la cola del epidídimo. lares? (Fig. 21-2, G). En casi la mitad de los testículos
Mide aproximadamente 600 cm de longitud y sigue un cur- normales una arteria transm ediastínica irriga los testí-
so tortuoso desde la cabeza a la cola del epidídimo. El cuer- culos, penetrando a través del mediastino para después
po del epidídimo está pegado al borde posterolateral del seguir un trayecto hacia la periferia de la glándula. Estas
testículo. La cola o globo menor está fijada de forma laxa arterias pueden ser unilaterales o bilaterales y simples o
al polo inferior del testículo por tejido areolar. El conducto múltiples, y con frecuenci a se aprecian como bandas hi-
epididimario forma un ángulo agudo en su parte inferior y po ecoicas en el testículo medio?,8 (Fig, 21-2, He 1). La arte-
sigue un trayecto craneal por la parte medial del epidídimo ria transmediastínica puede asociarse a una sombra acús-
hasta el cordón espermático. En la ecografía el epidídimo tica que enmascara el aspecto distal del testículo y da
es habitualmente isoecoico o ligeramente más ecogénico lugar al aspecto en «dos tonos » del testícul0 9 ,
que los testículos y su ecotextura es algo más burda. El glo- La velocidad en las formas de onda de las arterias cap-
bo mayor suele medir 10-12 mm de diámetro y queda late- sulares e intratesticulares normales muestra altos nive-
ral al polo superior testicular (Fig. 21-2, D). El cuerpo tien- les de flujo diastólico anterógrado a lo largo de todo el ci-
de a ser iso ecoico o ligeramente menos ecogénico que el clo cardiaco, lo que refleja una baja resistencia vascular en
globo mayor y testículos. El cuerpo normal mide menos de los testículos (Fig, 21-3, A). La forma de onda de la arteria
4 mm de diámetro, en promedio 1-2 mm. supratesticular varía de aspecto, Existen dos tipos de for-
El apéndice testicular es un remanente del extremo su- ma de onda: una de baja resistencia, en las arterias capsu-
perior del conducto paramesonéfrico (mülleriano). Se trata lar e intratesticular y otra con forma de onda de alta resis-
de una estructura ovoidea que normalmente está ubicada tencia, pendiente brusca, picos sistólicos estrechos y poco
o ningún flujo diastólico 10 (Fig. 21-3, B). Se considera que El dartos, una capa de fibras musculares que están por
esta forma de onda de alta resistencia puede reflejar la debajo de la piel escrotal, se continúa con el septo escrotal,
alta resistencia vascular de los tejidos extratesticulares. que divide el escroto en dos cámaras. Las paredes de las cá-
....o
Las arterias cremastérica y deferente dentro del cordón
espermático irrigan el epidídimo y cordón espermático
maras están formadas por la fusión de tres capas de fascia.
La túnica vaginal es el espacio entre estas capas fascia-
e
()
1/)
y tejidos extra testiculares, pero también irrigan los testí- les escrotales y la túnica albugínea de los testículos. Du- w
culos a través de anastomosis con la arteria testicular. rante el desarrollo embrionario, la túnica vaginal surge a
El cordón espermático está formado por un vaso defe- partir del proceso vaginal, una bolsa del peritoneo fetal
rente, arterias cremastérica, deferente y testicular y el que acompaña al testículo en su recorrido descendente
plexo venoso pampiniforme, linfáticos y nervios de los hasta el escroto. La parte superior del proceso vaginal,
testículos. En la ecografía, el cordón espermático normal que se extiende desde el anillo inguinal interno hasta el
queda justo alIad o de la piel y es difícil de distinguir de los polo superior de los testículos, suele estar obliterada. La
tejidos blandos adyacentes en el canal inguinal. Puede de- porción caudal, la túnica vaginal, se mantiene como una
tectarse dentro del escroto cuando existe un hidrocele o bolsa cerrada plegada alrededor de los testículos. La parte
con el uso del Doppler de flujo en color. posterior de los testículos, el lugar de fijación de los tes-

..., Figura 21-2 Anatomía intraescrotal normal. Ecografía longitudinal que muestra A, Ecotextura homogénea nor-
~ mal de un t~s~íCUI?; e, Aspe~to e.striado de los septos testiculares; e, Mediastino testicular (flecha) c?mo una
banda ecogenlca lineal de tejido flbrograso; D, Cabeza (flecha blanca) y cuerpo (flecha negra) del epidldimo; E,
Hidrocele (H) y apéndice testicular (flecha) y F, Apéndices del epidídimo (flechas). G, Ecografía Doppler que muestra las
arterias testiculares normales. H, Ecografía transversal que muestra una banda hipoecoica de arteria transmediastínica
(flecha). 1, Doppler color que muestra la arteria transmediastínica.
ca
o
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.....
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e.
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VJ
Q) ~ Figura 21-3 Doppler espectral del flujo arterial intratesticular y extratesticular normal, A, Arteria intratesticular
i ~ con forma de onda de baja impedancia y gran cantidad de flujo telediastólico. B, Irrigación de arteria escrotal extra-
e. testicular (arterias cremastérica y deferente) con forma de onda de alta impedancia e inversión del flujo en diástole.
VJ
~
Q)
"C tículos y el epidídimo, será la única que no estará en con- pueden presentar zonas de mayor ecogenicidad dentro de
ca tinuidad con la túnica vaginal. La capa interna o visceral los tumores.
~
E de la túnica vaginal cubre los testículos, epidídimo y parte Las neoplasias testiculares dan cuenta del 1%-2% de to-
O)
O inferior del cordón espermático. La parte externa, o capa das las neoplasias malignas en el hombre l4. Aproximada-
O parietal de la túnica vaginal, cubre las paredes de la bolsa mente el 65%-94% de los pacientes con neoplasias testicu-
W
escrotal y se fija a las cubiertas de fascia de los testículos. lares acuden por una masa testicular unilateral no dolorosa
Suele existir una pequeña proporción de líquido entre o un aumento testicular difuso, y el 4%-14% acuden con
c: ambas capas, especialmente en las regiones de los polos y síntomas de enfermedad metastás ical,1s.l6. La mayor parte
'o
'(5
() entre testículo y epidídimo. de los tumores testiculares primarios tienen su origen en
Q)
en Las capas que recubren el escroto resultan normalmen- células germinales y suelen ser malignos. Solamente el
te indistinguibles por ecografía y se visualizan como ban- 60% de los tumores testiculares de células germinales son
das ecogénicas simples. Si se detecta cualquier tipo de lí- de un subtipo histológico; los demás son de dos o más sub-
quido en la pared escrotal, la túnica vaginal se podrá tipos histológicos. Aunque pueden existir diversos subtipos
identificar como estructura separada l. histológicqs de tumores de células germinales, clínicamen-
te es importante reconocer solamente dos tipos básicos
dentro de los tumores de células germinales (TCG): se-
. MASAS ESCROTALES minomatosos (TCGS) y no seminomatosos (TCGNS). Los
TCG seminomatosos y no seminomatosos tienen una biolo-
gía distinta y por eso mismo tienen también distinto trata-
Con la exploración ecográfica se pueden detectar masas miento y pronóstico 17 • Los seminomas son más radiosensi-
escrotales con una sensibilidad de casi el 100%. La eco- bies y suelen tener un mejor pronóstico.
grafía es importante en la evaluación de las masas escro- Los tumores estromales gonadales proceden de las
tales debido a su precisión del 98%-100% para distinguir células de Sertoli o de las células de Leydig, dan cuenta del
signos patológicos intra o extratesticulares l2 . Esta distin- 3%-6% de las masas testiculares1,16 y la mayoría de estas
ción es importante para el manejo de la enfermedad, ya neoplasias mesenquimales son benignas.
que la mayoría de las masas extratesticulares son benig-
nas, mientras que la mayor parte de las masas intratesti- Tumores malignos
• culares son malignas 13 •
La mayoría de las neoplasias testiculares son más hi- Tumores de células germinales
poecoicas que el parénquima testicular normal pero, la Semi nomas. El semi noma es el tumor testicular de un úni-
hemorragia, necrosis, calcificación o los cambios grasos co tipo celular más frecuente en adultos y da 'c uenta del
40%-50% de todas las neoplasias de células germinales. Es una gran masa que ocasiona un aumento testicular difu-
además un componente frecuente de los tumores mixtos SO I4.Los signos ecográficos de un semi noma puro van pa-
de células germinales; se observa en el 30% de dichos tu-
mores. Los seminomas tienden a ocurrir en pacientes lige-
ralelos a su aspecto homogéneo macroscópico (Fig. 21-5).
Los seminomas puros son de predominio uniforme, con ...~o
ramente mayores que los de otras neoplasias testicula- ecos de bajo nivel sin calcificaciones y se muestran hi- (.)
tn
res l •18,19. Aunque los semi nomas se observan en edades más poecoicos en comparación con el parénquima testicular W
o menos avanzadas, rara vez se producen antes de la puber- restante y normalmente ecogénico 2o . Con la ecografía de
tad. Son menos agresivos que otros tumores testiculares y alta resolución, algunos seminomas pueden presentar una
normalmente quedan limitados dentro de la túnica albugí- ecotextura más heterogénea (Fig. 21-5, Ej. En raras oca-
nea en su presentación, con tan sólo un 25% de los pacien- siones, los seminomas se necrosan y parecen parcialmen-
tes con metástasis en el momento del diagnóstico. Como te císticos en la ecografía (Fig. 21-5,1).
consecuencia de la radio y quimiosensibilidad del tumor Entre los tumores de células germinales no semina-
primario y de sus metástasis, los seminomas tienen el pro- matasos (TCGNS) están los carcinomas embrionarios,
nóstico más favorable entre los tumores testiculares malig- teratomas, tumores del saco vitelino, coriocarcino-
nos. En el1 %-2,5% de los pacientes coinciden con otro tu-
mor de células germinales sincrónico o metácrono
primario (Fig. 21-4; ver además Fig. 21-5, D) .
El seminoma es el tipo de tumor más frecuente en los tes- CLASIFICACIÓN PATOLÓGICA DE LOS
tículos con criptorquidia. Entre el 8% y el 30% de los pa- TUMORES TESTICULARES
cientes con seminoma tienen antecedentes de testículos no
descendidos 16,19 . El riesgo de desarrollar seminoma au- TUMORES DE CÉLULAS GERMINALES
menta considerablemente en los testículos no descendidos, • Seminoma
incluso después de la orquidopexia. También existe un ma- • Clásico
yor riesgo de malignidad en el testículo contralateral y de • Espermatocítico
ubicación normal. Se suele utilizar la ecografía para cribar • Tumores de células germinales no
un tumor oculto en ambos testículos después de la orqui- seminomatosos
dopexia. En pacientes con orquiectomía por tumor de célu- • Células germinales malignas mixto
las germinales, la ecografía se utiliza también para cribar el • Carcinoma de células embrionarias
testículo contralateral por su mayor riesgo de tumor. Los • Tumor del saco vitelino (tumor del seno
pacientes con un testículo de localización normal, pero endodérmico)
atrófico, tienen un riesgo mayor de padecer un tumor de • Teratoma
células germi nales, especialmente de seminoma. • Coriocarcinoma
Macroscópicamente, el seminoma es un tumor sólido,
TUMORES DEL ESTROMA
firme, redondo u ovalado que puede variar de tamaño
• Células de Leydig (intersticial)
desde un pequeño nódulo en un testículo normal hasta
• Células de Sertoli
• Células granulosas
• Cordón sexual indiferenciado mixto

TUMORES MIXTOS DE CÉLULAS GERMINALES-


ESTROMALES
• Gonadoblastoma
• Estroma-cordón sexual-células germinales

NEOPLASIAS METASTÁSICAS
• Linfoma
• Leucemia
• Mieloma
• Carcinoma
OTROS*
• Restos suprarrenales
• Quiste epidermoide
• Malacoplaquia
• Tumor carcinoide
• Tumor mesenquimal
Datos de Mostofi FK, Sobin LH, Histological typing of
testis tumours, En International histological
ttJ Figura 21-4 Tumor mixto. Ecografía transversal classifications of tumors of the testes, Geneva, 1977,
~ de un tumor de células germinales (M) que coexis- World Health Organization.
te con un semi noma (S). . * Tumores raros y patología tumoral no neoplásica
.., Figura 21-5 Semi nomas: posibles aspectos. Ecografías longitudinales A y B, Seminoma hipoecoico poco evi-
~ dente (flechas) con flujo aumentado. e, Seminoma hipoecoico homogéneo típico. D, Dos focos pequeños de se-
minoma. E, Semi noma ligeramente heterogéneo. F, Seminoma asociado a microlitiasis y calcificaciones burdas. G,
Semi noma que ocupa casi todo el testículo. Típico aspecto ecográfico hipoecoico y homogéneo. H, Pieza macroscópica
de un semi noma de G. 1, Seminoma necrótico que sustituye al testículo.
e
'o
'0
o
al mas y tumores de células germinales mixtos. Estos tu- en el pronóstico 17 • La combinación más frecuente, antes
en
mores son más habituales en pacientes más jóvenes que llamada «teratocarcinoma», es la asociación de teratoma
los que padecen seminomas, con una incidencia pico al y carcinoma de células embrionarias.
final de la segunda década o en la tercera de la vida. Son Los carcinomas puros de células embrionarias son
raros antes de la pubertad y después de los 50 años. Estas tumores raros que dan cuenta solamente del 2%-3% d e
neoplasias son más agresivas que los seminomas y con todas las neoplasias testiculares de células germinales 21 .
frecuencia invaden la túnica albugínea y ocasionan una Con frecuencia se observan en combinación con otros ele-
distorsión del contorno testicular (Fig. 21-6). Cursan con mentos neoplásicos de células germinales, especialmente
frecuencia con metástasis viscerales l . El aspecto ecogéni- con el tumor de saco vitelina y el teratoma. Al igual que en
ca de los TCGNS refleja los hallazgos histológicos. Lo habi- otros TCGNS, estos tumores de células embrionarias se
tual es que estos tumores sean más heterogéneos que el producen en pacientes más jóvenes que los seminomas,
seminoma y pueden presentar componentes tanto sólidos con un pico de incidencia al final de las décadas segunda y
como quísticos. Son frecuentes las calcificaciones burdas. tercera. En su forma infantil, el tumor del seno endodér-
No es posible distinguir los diversos tipos de TCGNS en la mico o del saco vitelino, es el tumor de células germinales
ecografía. más frecuente en lactantes menores de 2 años y da cuenta
Los tumores de células germinales mixtos son los TCG- del 60% de las neoplasias testiculares en este grupo de
NS más frecuentes y la segunda causa de neoplasia testi- edad. Los tumores del saco vitelina se asocian a unos nive-
cular primaria después del seminoma. Suponen el 40% de les elevados de alfafetoproteína en el 95% de los lactan-
todos los tumores de células germinales. Contienen nu- tes. Tanto los carcinomas de células germinales como el
merosos elementos de células germinales no seminoma- tumor del saco vitelina son menos radiosensibles o qui -
tosas, en distintas proporciones. Los elementos semino- miosensibles que el seminoma. Los signos ecográficos de
matosos pueden estar también presenten pero no influyen los carcinomas de células germinales puro son similares a
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W Figura 21-6 Tumores de células germinales no seminomatosos: posibles aspectos. A-C, Carcinoma embrio-
~ nario. A, Ecografía longitudinal que muestra un tumor relativamente homogéneo (flechas). B, Ecografía longitudinal
que muestra una masa parcialmente quística calcificada que invade la túnica (flecha). C, Ecografía transversal que
muestra un tumor (flechas) con una calcificación más burda. D y E, Teratoma. Ecografía longitudinal que muestra en D,
Cambios quísticos y calcificación , y E, Calcificación extensa. F, Tumor de células germinales. Ecografía longitudinal que
muestra un gran tumor con cambios quísticos que ocupan la mayor parte del testículo.
los de los TCGNS mixtos (Fig. 21-6, A-C). Pueden existir blastomas. La mayoría de los gonadoblastomas se produ-
áreas quísticas en un tercio de los tumores y también se cen en pacientes varones con criptorquidia, hipospadias y
observan focos ecogénicos, con o sin sombra acústica. órganos sexuales secundarios internos femeninos19 •
Los teratomas suponen alrededor del 5%-10% de las La mayoría de los tumores estromales son tumores de
neoplasias testiculares primarias. Se definen de acuerdo células de Leydig y dan cuenta del 1%-3% de todas las
con la Organización Mundial de la Salud (OMS) en base a la neoplasias testiculares. Se producen sobre todo en pa-
presencia de derivados de las capas germinales (endoder- cientes entre los 20 y 50 años18,19,23. Los pacientes casi
mo, mesodermo y ectodermo). Las tres categorías de la siempre acuden con un aumento del tamaño testicular in-
OMS son: 1) maduro, 2) inmaduro, y 3) teratoma con tras- doloro o una masa palpable. Aproximadamente entre el
formación maligna 16. Un tercio de los teratomas metastati- 15% y el 30% de los pacientes presentan ginecomastia
zan, habitualmente por vía linfática, dentro de los 5 años 1. por la secreción de andrógenos o estrógenos o de ambos.
La incidencia pico es en la lactancia e infancia precoz, con También cursan con impotencia, pérdida de la libido o vi-
otro pico de incidencia en la tercera década de la vida. En rilización precoz en hombres jóvenes. El tumor es bilate-
lactantes y niños pequeños, los teratomas son la segunda ral en el 3% de los casos. Entre el 10% y el 15% de los
causa más frecuente de tumores testiculares y normal- tumores son malignos y ya han invadido la túnica en el
mente son maduros y bien diferenciados. En algunos casos momento del diagnóstico. Las células de Leydig son homo-
pueden contener elementos inmaduros, pero son raras las géneas, pero en el 25% de los tumores se observan zonas
metástasis19. Después de la pubertad, los teratomas habi- de hemorragia y necrosis18,23. Estos tumores gonadales sue-
tualmente contienen elementos inmaduros y maduros len ser pequeños, sólidos e hipo ecoicos en la ecografía y
mezclados con otros tipos de células germinales. Los tera- pueden mostrar flujo periférico en la imagen de Doppler
tomas del adulto suelen ser malignos. Pueden detectarse color 24 (Fig. 21-7, A-C). Los espacios quísticos derivados
niveles elevados de alfafetoproteína o gonadotropina co- de la hemorragia y necrosis se observan ocasionalmente
riónica humana que serán sugestivos de malignidad 17 . En en lesiones grandes.
la ecografía, el teratoma suele estar bien delimitado y es Los tumores de células de Sertoli son raros y dan
una masa muy poco homogénea que contiene zonas quísti- cuenta de menos del 1 % de todos los tumores testicula-
cas y sólidas de diversos tamaños y parece similar a otras res. Suceden con idéntica frecuencia en todos los grupos
TCGNS. Son frecuentes los focos ecogénicos densos que de edad 2s . La forma más habitual de presentación es como
ocasionan sombra acústica, como consecuencia de calcifi- una masa palpable no dolo rosa. Puede producirse una fe-
cación focal, cartílago, hueso inmaduro, fibrosis y cicatri- minización con ginecomastia, especialmente en los tumo-
ces no calcificadas 20 (Fig. 21-6, D YE). res de células de Sertoli malignos o en la variante de célu-
El coriocarcinoma puro es el tipo más raro de los tumo- las grandes calcificadas. Los tumores de células de Sertoli
res de células germinales y da cuenta de sólo el 0,5% de los se suelen observar en testículos no descendidos, en pa-
tumores malignos testiculares 21 . Sólo se detectaron 18 ca- cientes con feminización testicular, síndrome de Klinefel-
sos entre más de 6000 tumores testiculares registrados en te'r y síndrome de Peutz-Jeghers 26 . Los tumores de células
el Armed Forces Institute of Pathology22. Aproximadamen- de Sertoli suelen ser pequeños y homogéneos, como refle-
te el 23% de los tumores de células germinales contienen jo de su aspecto ecográfico, que muestra una masa peque-
un componente de coriocarcinoma 19. La incidencia'pico es ña e hipoecoica similar al tumor de células de Leydig. En
en las décadas segunda y tercera. Estos tumores son muy ocasiones, presentan hemorragia o necrosis mostrando
malignos y metastatizan precozmente por vía hematógena entonces un aspecto más heterogéneo en la ecografía. Los
y linfática. Los pacientes tienen síntomas derivados de me- tumores de células de Sertoli calcificantes son un subtipo
tástasis hemorrágicas: hemoptisis, hematemesis y del sis- con distintos rasgos clínicos, histológicos y ecográficos 26.
tema nervioso central. Es frecuente la ginecomastia por los Este tumor suele ser bilateral y multifocal y casi siempre
altos niveles de gonadotropina coriónica circulantes que está totalmente calcificado (Fig. 21-7, D).
producen estos tumores 23 . Las metástasis se producen sin
evidencia de coriocarcinoma testicular. La hemorragia con Tumores primarios ocultos
necrosis focal del tumor es un signo casi invariable y pue- La ecografía es la herramienta diagnóstica más importan-
den existir calcificaciones dando lugar a un aspecto similar te para los pacientes con metástasis mediastínicas, retro-
a otros TCGNS (Fig. 21-6, F) . peritoneales o supraclaviculares secundarios a un carci-
noma testicular con una exploración de los testículos
Tumores estroma/es ganada/es normal (Fig. 21-8). La detección de un tumor primario
Los tumores estromales gonadales dan cuenta del 3%-6% oculto es importante en el manejo de la enfermedad, ya
de todas las neoplasias testiculares. Aproximadamente el que si no se extirpa el tumor, las metástasis seguirán pro-
20% de estos tumores se producen en niños 20 . El término duciéndose. La ecografía permite detectar neoplasias tes-
tumor estromal gonadal se refiere a una neoplasia que ticulares no palpables. A diferencia de los tumores extra-
contiene células de Leydig, Sertoli, tecales, granulosas y gonadales mediastínicos y del SNC, que con frecuencia
luteínicas y fibroblastos en varios grados de diferencia- son lesiones primarias, los tumores retroperitoneales de
ción. Estos tumores pueden contener además tipos celula- células germinales con frecuencia son lesiones metastási-
res únicos o múltiples, dada la pluripotencialidad del es- cas que proceden de tumores primarios testiculares de
troma gonadaJ16. Los tumores estromales gonadales, junto células germinales 27,28. El tumor primario testicular puede
con los tumores de células germinales, se llaman gonado- involucionar, a pesar del avance de la enfermedad metas-
tásica, dejando una cicatriz ecogénica fibrosa y posible- Los tumores testiculares no palpables también se detec-
mente calcificada. Hipotéticamente la regresión se debe a tan mediante ecografía en los pacientes que acuden por
una tasa metabólica elevada del tumor y al compromiso molestias escrotales o infertilidad 32 -35 . Las lesiones no pal-
vascular del tumor que supera las posibilidades de su pables descubiertas de forma casual con frecuencia son be- ...eo
aporte sanguíneo. Normalmente se identifican las células nignas, pero alrededor del 20%-30% son malignas 33,34,36. El (,)
tumorales no viables en la preparación histológica en es- tratamiento de estos pacientes es algo controvertido. Mu- en
tos casos, aunque pueden existir células germinales ma- chos creen que si los marcadores tumorales y la radiogra-
w
lignas intratubulares 14,15,27 . El tamaño de los testículos fía de tórax son normales, los pacientes pueden someterse ....C\I
afectados suele ser normal o pequeño. Los signos ecográ- a una biopsia testicular excisional utilizando un abordaje o
ficos de los testículos afectados por un foco ecogénico con inguinal y conservando el órgano. En estos pacientes, la '5
~
C.
o sin sombra acústica posterior no son específicos de tu- ecografía preoperatoria puede facilitar la resección de la ni
mor «quemado», pero este diagnóstico se tiene que sos- masa testicular. Si el criotomo muestra una lesión benigna o
pechar en el contexto del antecedente de una metástasis normalmente se conserva el testícul0 33 . El seguimiento
testicular demostrada histológicamente 29 (Fig. 21-9). ecográfico en lugar de la extirpación de las lesiones que
Aproximadamente el 95% de las neoplasias primarias fueron hallazgos casuales (<<incidentaloma») sólo se reco-
testiculares que son mayores de 1,6 cm de diámetro mues- mienda si existe una sospecha clínica importante de que
tran una vascularidad aumentada en el Doppler color. Sin la lesión no sea neoplásica (p. ej., antecedente reciente de
embargo, los hallazgos del Doppler no parecen ser impor- trauma o infección).
tantes para la evaluación de los tumores testiculares del
adult0 30 . El Doppler color puede ayudar a identificar tu- Metástasis testiculares
mores que son relativamente isoecoicos con el parénqui-
ma testicular3!, pero las lesiones inflamatorias focales o Metástasis, linfoma y leucemia
difusas son indistinguibles de las neoplasias a partir de El linfoma maligno es la neoplasia testicular secundaria
los hallazgos del Doppler color o pulsado. más frecuente. Ellinfoma da cuenta del 1%-8% de todos

..., Figura 21-7 Tumores estromales: posibles aspectos. A-C, Tumor de células de Leydig. Ecografía longitudinal
~ que muestra A, Pequeña masa sólida e hipoecoica en el centro del testículo; B, Masa sólida hipoecoica en el polo
superior del testículo, y C, Masa hipoecoica poco evidente (flechas) en el testículo medio. El paciente presentaba
tumores estromales bilaterales. D, Ecografía transversal de un tumor de células de Sertoli de células grandes calcificantes.
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(ti ..., Figura 21-8 Semi noma testicular oculto con metástasis retroperitoneales. A, Te con contraste que muestra
'~ ~ una adenopatía retroperitoneal extensa a partir de un semi noma. B, Ecografía longitudinal que muestra un semi-
t: noma hipoecoico homogéneo oculto. La exploración física del testículo fue negativa.
(ti


(ti
le: los tumores testiculares y es el tumor testicular más fre- el 10% de los pacientes con \infoma acuden con una masa
Q)
j cuente en hombres por encima de los 60 años. Sin embar- testicular y parecen tener un pronóstico relativamente
tT bueno, aunque la exploración meticulosa suele poner de
Q) go, la afectación testicular se produce solamente en el
a. 0,3% de los pacientes con \infoma 16 • La edad pico de diag- manifiesto afectación ganglionar 16 . Todavía no se ha des-
nóstico dellinfoma es 60-70 años y el 80% tienen más de crito un linfoma primario verdadero del testículo 17 . La
50 años en el momento de su diagnóstico. Ellinfoma ma- mayoría de los pacientes con linfoma ma\igno del testícu-
ligno es el tumor testicular más frecuente y se presenta de lo presentan una masa indolora testicular o un agranda-
forma bilateral, bien de forma sincrónica o con mayor fre- miento testicular difuso. Aproximadamente el 25% de los
cuencia de forma metácrona en el 6%-38% de los casos. pacientes presentan síntomas constitucionales del \infa-
La mitad de las neoplasias testiculares bilaterales son \in- ma, como fiebre, debilidad, anorexia o pérdida de peso.
famas ma\ignos 16.18 • La mayoría de los \infomas ma\ignos Los \infamas testiculares suelen ser grandes en el mo-
del testículo son del tipo no-Hodgkiniano. El linfoma de mento del diagnóstico y la túnica vaginalis suele estar in-
Hodgkin del testículo es extremadamente raro. tacta, pero a diferencia de los tumores de células germina-
Ellinfoma testicular casi siempre se produce asociado a les, la extensión al epidídimo y cordón espermático es
una enfermedad diseminada o como manifestación inicial frecuente y sucede en el 50% de los casos 37 . La piel escro-
de una enfermedad ganglionar oculta. Aproximadamente tal rara vez está afectada. Macroscópicamente, el tumor
r:: no está encapsulado, pero comprime el parénquima hacia
'o
'ü la periferia. El aspecto ecográfico del \infama es inespecí-
u
Q)
(JJ fico y parecido al del seminoma. Muchos \infamas malig-
nos son homogéneos e hipo ecoicos y sustituyen de forma
difusa los testículos 16, sin embargo, pueden presentar le-
siones focales hipoecoicas (Fig. 21-10). Son raras la ne-
crosis o hemorragia.

METÁSTASIS TESTICULARES
LINFOMA
• Casi siempre !infama no-Hodgkin

LEUCEMIA
• Segunda más frecuente
• Leucemia aguda: 64%
• Zona «santuario»
..., Figura 21-9 Tumor de células germinales «que-
~ mado». Ecografía longitudinal que muestra un tu- METÁSTASIS NO LINFOMATOSAS
mor de células germinales no viable y parcialmen- • Pulmón y próstata las más frecuentes
te calcificado. Obsérvese la masa hipoecoica alrededor del
• Riñón, estómago, colon, páncreas y melanoma
foco de calcificación.
La imagen de Doppler color muestra una vascularidad La leucemia es la segunda enfermedad metastásica tes-
aumentada y un aspecto que recuerda una inflamación di- ticular por frecuencia. La leucemia testicular primaria es
fusa 38 (Fig. 21-1 0, C) . A diferencia de la inflamación, ellin-
fama normalmente es indoloro y los testículos no duelen
rara, pero la infiltración leucémica del testículo durante la
remisión de médula ósea es frecuente en niños 16•39 . Los ...2o
a la palpación. testículos parecen actuar como «santuario» para las célu- (.)
In
W
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C'II
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..., Figura 21-10 Linfoma, leucemia y metástasis. A-D, Linfoma. Ecografías longitudinales que muestran A, dos
~ focos poco evi~entes hipoecoicos de linfoma, y B, afectación hipoecoica, homogénea difusa del testículo. e,
Doppler potencia longitudinal de B, que muestra una marcada vascularidad del linfoma, en D, correspondiente
ecografía longitudinal. E, Leucemia. Ecografía longitudinal que muestra una afectación hipoecoica. F, Metástasis de me-
lanoma: Ecografía longitudinal que muestra una masa hipoecoica en el polo superior del testículo y epidídimo.
ca retrógrada e invasión tumoral directa. Las metástas~s
de puntos remotos, como pulmón y piel, acceden por vla
hematógena. La diseminación venosa retrógrada a través
de la vena espermática se observa en el carcinoma de célu-
,
las renales y también en tumores de prostata . Ies 43 .
y veslca
Las neoplasias con metástasis a los ganglios linfáticos late-
roaórticos pueden afectar a los testículos a través de una
extensión linfática retrógrada. El carcinoma colorrectal
puede invadir directamente los testículos. Los signos eco-
gráficos de las metástasis testiculares no Iinfomatosas va-
rían. El aspecto con fre cuencia es hipoecoico pero puede
ser ecogénico o complejo (Fig. 21-10, Fy
..., Figura 21-11 Imagen dual transversal que Otros tumores raros testiculares son los hamartomas
~ muestra múltiples hamartomas bilaterales. El (Fig. 21-11), dermoides, tumor adenomatoide intratesti-
paciente tiene la enfermedad de Cowden, un tras- cular, carcinoide, carcinoma del mediastino testicular, tu-
torno autosómico dominante que cursa con múltiples ha-
mor neuroectodérmico, tu mor de Brenner, fibroma, fibro-
martomas en el tracto gastrointestinal.
sarcoma, osteosarcoma, condrosarcoma y el sarcoma
indiferenciado.
las leucémicas durante la quimioterapia, debido a la ba-
rrera hematotesticular, que inhibe la concentración de Lesiones intratesticulares benignas
fármacos quimioterápicos 39 . La frecuencia más elevada de
Quistes
afectación testicular se observa en pacientes con leucemia
Los quistes testiculares se descubren de forma casual en la
aguda (64%). Aproximadamente el 25% de los pacientes
ecografía en el 8%-10% de la población masculina 44 . Las
con leucemia crónica tienen afectación testicular. Muchos
lesiones quísticas testiculares no siempre son benignas, ya
casos de afectación testicular se producen en el primer
que los tumores testiculares (especialmente los TCGNS)
año de interrupción de la quimioterapia de mantenimien-
pueden experimentar degeneración con hemorragia y ne-
to por una remisión prolongada.
crosis. La distinción entre un quiste benigno y una neopla-
El aspecto ecográfico de la leucemia es inespecífico y
sia quística es de una enorme relevancia clínica. Los quistes
parecido al del linfoma. Los pacientes casi siempre pre-
intratesticulares simples puede manejarse de forma con-
sentan una infiltración difusa, que cursa con una hipertro-
servadora sin necesidad de intervención quirúrgica45 . De
fia difusa de unos testículos hipoecoicos (Fig. 21-10, E).
las 34 masas testiculares descubiertas en la ecografía por
Hamm y cols. 44 16 fueron neoplásicas y todas ellas presen-
Míe/ama
taban signos ecográficos de quistes complicados. Las TCG-
La afectación de los testículos suele ser como manifesta-
NS, especialmente aquellas con elementos de un teratoma,
ción de un mieloma difuso, aunque en raras ocasiones los
son los tumores que con mayor frecuencia contienen com-
testículos pueden ser el mieloma focal primario (plasmo-
ponentes tanto quísticos como sólidos.
citoma)4o. Los testículos pueden presentar nódulos sim-
Los quistes de la túnica albugínea se localizan dentro
ples o múltiples que parecen hipoecoicos y homogéneos
de la túnica que rodea los testículos. Varían de tamaño en-
en la exploración ecográfica. La afectación bilateral se ob-
tre 2-30 mm y están bien delimitados. Normalmente son
serva en el 20% de los casos 17 .
solitarios y uniloculares, pero pueden ser también múlti-
Otras metástasis
Las metástasis no Iinfomatosas a los testículos son infre-
cuentes y suceden en el 0,02%-5% de todas las neoplasias LESIONES QUÍSTICAS TESTICULARES
testiculares 41 . Los primarios más frecuentes son el pul-
BENIGNAS
món y la próstata. 18 Otros lugares primarios frecuentes
• Quistes de la túnica albugínea
de las neoplasias metastáticas son los melanomas, riñón,
• Quistes de la túnica vaginal
colon, estómago y páncreas 42 . Muchas metástasis son clíni-
• Quistes intratesticulares
camente silentes y se descubren de forma casual en la au-
• Ectasia tubular de la red testicular
topsia o después de una orquiectomía por un carcinoma
• Displasia quística
de próstata. Las metástasis testiculares son más frecuen-
• Quistes epidermoides
tes en pacientes en la sexta o séptima década de su vida 1 .
• Abscesos
Normalmente son múltiples y bilaterales en e115% de los
casosl8. Dado que los tumores de células germinales tam- MALIGNOS
bién pueden ser multicéntricos y bilaterales, estos signos • Tumor de células germinales no
no son útiles para distinguir entre neoplasias testiculares seminomatoso
primarias y metastásicas. En los pacientes con metástasis • Necrosis o hemorragia intratumoral
testiculares es frecuente la diseminación simultánea de las • Obstrucción tubular por un tumor
metástasis sistémicas. Las posibles rutas de las metástasis • Linfoma
testiculares son venosas retrógradas, hematógena, Iinfáti-
...Eo
(.)
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C\I
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'tJ Figura 21-12 Lesiones quísticas benignas en el testículo. A, Quistes en la túnica albugínea. Ecografía longi-
~ tudinal que muestra dos quistes que surgen de la túnica. Estos quistes suelen ser palpables. B y e, Dilatación
quística de la red testicular. Ecografías longitudinal y transversal que muestran unos túbulos dilatados en la red
testicular en ambos testículos. D, Quiste intratesticular benigno con red testicular dilatada en la ecografía longitudinal. E a
F, Quiste intratesticular benigno con múltiples septos. Gel, Quiste epidermoide (benigno). G, Aspecto típico en remolino.
H, Típica calcificac ión periférica. 1, Ecografía transversal que muestra una masa hipoecoica con calcificaciones centrales
similares a otros tumores en la escala de grises, pero avascular en la exploración con Doppler. (H, Cortesía de Ben Hallen-
berg MO, Presbyterian Hospital, Charlotte, NC.)

pies o multiloculados 44.46 (Fig. 21-12, A). La edad media de Los quistes de la túnica vaginal son raros y proceden
presentación es de 40 años, pero los quistes también se de las capas visceral y parietal de la túnica vaginal. Pue-
observan en la 5. a y 6. a décadas 4 7 • Los quistes pueden cur- den ser simples o múltiples. En la ecografía se observan
sar deJorma asintomática, pero con frecuencia los pacien- como anecoicos pero pueden mostrar septos o contener
tes acuden con nódulos escrotales duros y clínicamente ecos por hemorragia so.
palpables. En la histología se observan quistes simples Los quistes intratesticulares son quistes simples re-
recubiertos de células cuboides o columna res bajas, relle- llenos de un líquido seroso claro y varían de tamaño entre
nos de líquido seros048 • Los quistes complejos de la túnica 2 y 18 mm S1 . La ecografía los muestra como lesiones bien
albugínea pueden simular neoplasias testiculares 49 • En delimitadas y anecoicas con paredes lisas y delgadas y un
ocasiones se puede identificar la naturaleza benigna de realce acústico posterior. Hamm y cols. 44 refirieron que
los quistes de la túnica albugínea si se realiza una explora- en todos sus 13 casos los quistes se localizaban cerca del
ción minuciosa en múltiples planos. mediastino testicular, lo que apoya la teoría de que se ori-
ginan a partir de la red testicular, posiblemente como con- La ecografía es variable y los quistes están generalmen-
secuencia de la fo rmación de constricciones postraumáti- te bien delimitados y son masas avasculares que pueden
cas o postinflamatorias (Fig. 21-12, D-F) . ser múltiples o bilaterales s8 . Su típico aspecto espiral, que
recuerda las capas de piel de cebolla, se corresponde his-
Ectasia tubular de la red testicular tológicamente con capas alternantes de queratina com-
La ectasia tubular de la red testicular puede confundirse pactada y células escamosas descamadas s9.61 (Fig. 21-1 2,
con una neoplasia testicular s2 ·ss . Esta ectasia tubular se G). Este aspecto, sin embargo, no es patognomónico ya
asocia con una obstrucción epididimaria secundaria a in- que se observa también en el teratoma 62 . Otro aspecto tí-
flamación o trauma. Se observan lesiones quísticas de ta- pico del quiste epidermoide es el de una masa hiperecoica
maño variable en la región del mediastino testicular sin bien delimitada con la cápsula ecogénica que puede estar
alteraciones asociadas del tejido blando y sin flujo en las calcificada (Fig. 21-12, HJ . Puede existir una calcificación
imágenes de Doppler color (Fig. 21-12, B-D). Muchas de central que le da el aspecto de «oj os de toro » o aspecto en
estas lesiones son bilaterales y asimétricas y se asocian diana s8 (Fig. 21-12,1). Los quistes epidermoides también
con frecuencia a un espermatocele. El aspecto típico en la pueden mostrar un aspecto inespecífico de masa hi-
ecografía y su localización permiten distinguir esta pato- poecoica con o sin calcificación y pueden recordar tumo-
logía benigna de una neoplasia, evitando de este modo res de células germinales. Su condición de avascular es
una orquiectomía. Los signos típicos en la resonancia clave para su diagnóstic0 61. Cuando el aspecto ecográfico
magnética (RM) consisten en una intensidad de señal es típico se busca la confirmación histológica a través de
anormal intratesticular similar al agua en la región del un abordaje con conservación del testículo mediante ex-
mediastino testicular s2 . tirpación local (enucleación) 63. Se ha utilizado la RM como
apoyo al diagnóstico ecográfico del quiste epidermoide
Displasia quística cuando se precisa confirmación antes de la cirugía de con-
La displasia quística es una malformación congénita rara servación del testícul064.6s. Para poder distinguir un tera-
que se describe en lactantes y niños pequeños, aunque se toma de un quiste epidermoide es necesaria una explora-
ha referido un caso en un varón de 30 añoss6.s 7. Esta lesión ción anatomopatológica minuciosa de la pared quística y
se considera consecuencia de una alteración embrionaria testículo adyacente.
que impide la conexión de los túbulos de la red testicular y
los dúctulos eferentes. A nivel anatomopatológico, la lesión Absceso
consta de múltiples quistes interconectados de diversos ta- Los abscesos testiculares suelen ser una complicación de
maños y perfiles, separados por septos fibrosos. Esta lesión la orcoepididimitis. También pueden originarse a partir de
se origina en la red testicular y se extiende al parénquima una torsión testicular no diagnosticada, un tumor gangre-
adyacente, ocasionando una atrofia por presión del parén- noso o infectado o una orquitis piógena primaria. Las cau-
quima testicular adyacente. Los quistes se recubren por sas infecciosas de fo rmación de abscesos son la parotidi-
una capa única de epitelio plano o cubo ideo y en la ecogra- ti s, viruela, escarlatina, influenza, fiebre tifoidea,
fía el aspecto es similar a una dilatación quística adquirida sinusitis, osteomielitis y apendicitis66 . Un absceso testi-
de la red testicular. La agenesia o displasia renal suelen cular puede romperse a través de la túnica vaginal, con la
s::
'o
coexistir con la displasia testicular quísticas7 . formación consiguiente de un piocele o una fístula a la piel.
'0 Casi siempre la ecografía muestra un testículo de tama-
u
Q)
en Quistes epidermoides ño aumentado que contiene una masa predominante re-
Los quistes epidermoides son tumores benignos, general- llena de líquido con áreas hipoecoicas o ecogénicas mix-
mente bien delimitados que se originan en las células ger- tas (Fig. 21-13, A). En su aspecto atípico, la arquitectura
minales y representan aproximadamente el 1% de todos testicular se interrumpe con estrías hiperecoicas que se-
los tumores testiculares. Estos tumores se observan a cual- paran espacios hipoecoicos67 (Fig. 21-3, By C). Las estrías
quier edad, pero la edad más habitual es entre las décadas se creen debidas a septos fibrosos en el parénquima testi-
segunda y cuarta de la vida 18. Habitualmente los pacientes cular hipoecoico y necrótico. Los abscesos testiculares ca-
acuden con un nódulo testicular indoloro, y un tercio de los recen de signos ecográficos diagnósticos, pero con fre-
tumores se descubren de forma casual en la exploración fí- cuencia pueden distinguirse de los tumores partiendo de
sica. En e110% de los pacientes existe una hipertrofia testi- los síntomas clínicos.
cular indolora. En el estudio anatomopatológico la pared En pacientes con el síndrome de la inmunodeficiencia
del tumor está formada por tejido fibroso con una cubierta adquirida (SIDA) distinguir un absceso de un proceso
interior de epitelio escamoso. El quiste está relleno de que- neoplásico puede resultar difícil a partir de la exploración
ratina blanca escamosa y cremosa. Aunque la histogénesis ecográfica. Los signos clínicos pueden resultar útiles, pero
del quiste epidermoide es controvertida, la opinión más suele ser necesaria la orquiectomía para establecer el
extendida es que la mayoría proceden de restos o inclusio- diagnóstico histológic0 68.69.
nes epiteliales y que carece de potencial maligno s8 . Los
quistes epidermoides obedecen a un desarrollo monomór- Infarto segmentario
fico o monodérmico de un teratoma en la línea de diferen- El infarto segmentario puede producirse después de una
ciación celular ectodérmica. Estas lesiones benignas se torsión, trauma, endocarditis infecciosa, vasculitis,
pueden diferenciar de los teratomas premalignos solamen- leucemia y estados de hipercoagulabilidad 7o . El infarto
te en base a su estudio anatomopatológico. espontáneo testicular es raro. El aspecto ecográfico de-
...eo
o
f/)
w

\iI Figura 21-13 Abscesos testiculares. A, Absceso testi-


~ cular hipoecoico típico (flecha fina) indistinguible de un
tumor. Sin embargo, la transmisión posterior realzada del
sonido (flecha gruesa) sugiere que la masa es sobre todo líquida.
e, Imágenes transversal en escala de grises y e, Doppler color
que muestran áreas ecogénicas e hipoecoicas en los abscesos
testiculares con aumento de la vascularidad en el absceso en de-
sarrollo. Este aspecto es parecido a las neoplasias y es preciso
conocer los antecedentes para distinguirlos.

pende de la edad del infarto. Al principio se aprecia un Sarcoidosis


infarto segmentario típico como una masa hipoecoica fo- La sarcoidosis puede afectar al epidídimo o a los testícu-
cal con un perfil en cuña o redondeado 71 • La masa hi- los76.78. La afectación genital se produce en menos del 1 %
poecoica focal no se diferencia de una neoplasia por su de los pacientes con una sarcoidosis sistémica l . La forma
aspecto en la ecografía en escala de grises 72.73 . Estas lesio- de presentación clínica es una epididimitis aguda o recu-
nes deben mostrar un flujo reducido o ausente, depen- rrente o una hipertrofia indolora de testículos y epidídi-
diendo de la antigüedad del infarto 71 • En una masa hi- mo. En la ecografía, las lesiones de la sarcoidosis son ma-
poecoica, relativamente periférica, no palpable y bien sas sólidas irregulares e hipoecoicas en los testículos y
delimitada que muestra además la ausencia completa de epidídimo (Fig. 21-15) . En ocasiones se observan focos
flujo en el Doppler potencia o después de aplicar medios calcificados hiperecoicos con sombra acústica lO . Distin-
de contraste ecográficos, será posible diferenciar los cita- guir la sarcoidosis de un proceso inflamatorio es difícil si
dos infartos benignos de una neoplasia 74.75 (Fig. 21 -14). se recurre sólo a la ecografía. Puede ser necesaria la resec-
Con el tiempo, la masa hipoecoica o todo el testículo redu- ción u orquiectomía para un diagnóstico definitivo.
cen su tamaño y desarrollan zonas de mayor ecogenici-
dad, debido a fibrosis o calcificación distrófica 67 . El aspecto Restos suprarrenales
ecográfico precoz es difícil de distinguir de una neoplasia La hiperplasia suprarrenal congénita (HSC) es una pa-
testicular; pero los infartos reducen bastante su tamaño, tología autosómica recesiva que se debe a un déficit de un
mientras que en los tumores lo habitual es que aumenten enzima adrenocortical. Esta patología puede ser clínica-
con el tiempo1.73. mente evidente en fases tempranas de la vida o al inicio de
~ Figura 21-14 Infarto testicular: posibles aspectos. A y B, Infarto agudo. A, Doppler potencia longitudinal que
~ muestra una zona avascular en el polo superior por torsión parcial. B, Ecografía Doppler color longitudinal q~e
muestra una zona avascular en el testículo medio secundaria a vasculitis, e y D, Infarto crónico. e, Ecografla
longitudinal que muestra una zona hipoecoica periférica con un perfil en cuña debido a orquitis previa por parotiditis. D,
Ecografía Doppler longitudinal que muestra ausencia de vascularidad en el polo inferior.

la edad adulta. Los pacientes suelen debutar con una ma- de corticotropina circulante en la HSC y síndrome de Cus-
sa o hipertrofia testicular y con pubertad precoz, con o sin hing, y rara vez hacen una trans formación maligna. En la
síndrome de depleción salina. Los restos suprarrenales ecografía, la HSC se observa en forma de lesiones hi-
surgen de células adrenocorticales aberrantes que migran poecoicas multifocales (Fig. 21-16). En ocasiones se ha
con los tejidos gonadales en el feto. Pueden formar masas descrito una sombra acústica posterior. Muchos restos
que parecen tumores en respuesta a los elevados niveles suprarrenales muestran una vascularidad en forma de ra-
dio de rueda, con múltiples vasos periféricos irradiados
hacia el punto central dentro de la masa. Normalmente, si
el paciente presenta las alteraciones asociadas con la HSC
y si la ecografía muestra los signos adecuados no serán
necesarios más estudios 79 ,Bo. Si se precisa una confirma-
ción diagnóstica, se obtendrá la biopsia dirigida mediante
ecografía de forma intraoperatoria cuando los testículos
queden expuestos,

Fusión esplenogonadal
La fusión esplenogonadal es una anomalía congénita que
consiste en la fusión de bazo y gónadas, Normalmente su-
~ Figura 21-15 Sarcoidosis testicular. Ecografía cede en el lado izquierdo y se asocia con frecuencia a la
~ longitudinal de los testículos que muestra múlti- criptorquidia B1 • Existen dos tipos de fusión esplenogona-
ples masas sólidas, hipoecoicas y pequeñas se- dal: continua y discontinua. En la forma más frecuente, la
cundarias a sarcoidosis. continua, las gónadas están unidas al bazo por un cordón
En el 1 %-2% de los pacientes remitidos para ecografía
testicular se observa una microlitiasis y se ha referido una
prevalencia en la población general del 0,6% al 0,9%86. La
microlitiasis se ha asociado con la criptorquidia, síndro- ...o~
me de Klinefelter, síndrome de Down, microlitiasis pulmo- O
In
nar alveolar, SIDA, neurofibromatosis, radioterapia previa y W
baja fertilidad83.86·88. Es interesante que muchos estudios
asocien la microlitiasis con las neoplasias de células germi-
...
C\I

nales testiculares (seminomatosas o no seminomatosas),


o
"5
~
neoplasia de células germinales intratubulares y tumores Q.
de células germinales extratesticulares85,89.98 (Fig, 21-17). m
O
Existe el convencimiento general de que la asociación con
la neoplasia existe, pero hay cierta controversia sobre la
fuerza de dicha asociación y la trascendencia de una mi-
crolitiasis Iimitada99·lo4. Los datos prospectivos muestran
que los tumores testiculares asociados se producen con
mayor frecuencia en pacientes que padecen microlitiasis,
tanto en su forma difusa como limitada, que se observa en
el 5%-10% de los pacientes 8s . A pesar de los casos publi-
cados, todavía no está claro si la incidencia de tumores
~ Figura 21-16 Restos suprarrenales. Imagen de testiculares nuevos es claramente más elevada en pacien-
~ Doppler color intraoperatoria que muestra masa tes con una microlitiasis preexistente 97 • Por tanto, no exis-
intratesticu lar (flechas) con flujo sanguíneo cerca te consenso sobre el seguimiento apropiado (clínico y ra-
del mediastino testicular. diológico) de pacientes con microlitiasis testicular. Se
suele recomendar una ecografía anual si existen factores
de riesgo adicionales, como infertilidad, atrofia testicular
o neoplasia testicular contralateral. Se sugiere una explo-
fibroso de tej ido esplénico, y en la forma discontinua un ración física anual y la autoexploración periódica en aque-
tejido esplénico ectópico se fija al testículo. En raras oca- llos que no presenten factores de riesgo asociados 8s,86,99,loo.
siones se observa tejido esplénico ectópico en el epidídi- Los cálculos escrotales extra testiculares surgen de la
mo y cordón espermático. La fusión esplenogonadal pue- superficie de la túnica vaginal y pueden quedar sueltos
de simular una malignidad testicular. El diagnóstico se para migrar entre las dos capas de la túnica (Fig. 21-18).
establece al documentar la gammagrafía por la captación Estos cuerpos fibrinoides laxos se han llamado perlas es-
de sulfuro coloidal de tecnecio 99 m. crotales debido a su aspecto macroscópico, que suele ser
redondo, blanco perla y gomoso. Histológicamente se tra-
Calcificaciones escrotales ta de material fibrinoide depositado alrededor de un nú-
Las calcificaciones escrotales pueden observarse dentro cleo central de hidroxiapatita 1os. Pueden ser secundarios
del parénquima testicular, en la superficie del testículo o a una inflamación de la túnica vaginal o a la torsión del
libremente ubicadas en el líquido entre las capas de la túni-
ca vaginal. Son típicas de tumores de células de Sertoli las
calcificaciones grandes, curvilíneas y lisas, sin masa de teji-
do blando asociadas, aunque en ocasiones, los tumores de
células germinales quemados también pueden mostrar CALCIFICACIONES ESCROTALES
un aspecto similar82. Las calcificaciones dispersas se obser- TESTICULAR
van en la tuberculosis, filariasis y cicatrices de tumores • Solitaria, granulomatosa ostinflamatoria, "
de células germinales en remisión o trauma. vascular
La microlitiasis testicular es una patología en donde • Microlitiasis
las calcificaciones están presentes dentro de los túbulos • Tumor de células germinales «quemad ~ . .
seminíferos de los testículos, en uno o ambos testículos. • Tumor de células de Sertoli calcificante de
Se cree que la microlitiasis se debe a la fagocitosis defec- células grades
tuosa de las células tubulares degeneradas por parte de • Teratoma
las células de Sertoli, que se calcifican entonces dentro de • Tumor mixto de células germinales
los túbulos seminíferos 83,84. La microlitiasis se ha clasificado • Sarcoidosis
como difusa y Iimitada 8s . En la forma difusa, innumera- • Tuberculosis
bles focos hiperecoicos de pequeño tamaño están disemi- • Infarto crónico
nados de forma difusa por todo el parénquima testicular.
Estos diminutos focos (1-3 mm) rara vez muestran som- EXTRATESTICULAR
bra y ocasionalmente muestran un artefacto en hilo de • «Perlas escrotales» en la túnica vaginal
cometa (Fig. 21-17). En la forma limitada, que antes se • Epididimitis crónica
creía irrelevante, se observan menos de cinco focos hiper- • Esquistosomiasis
ecoicos por imagen de los testículos (Fig. 21-17, B).
..., Figura 21-17 Microlitiasis y tumores testiculares asociados: posibles aspectos. A, Extensión en microscopio
~ de poco aumento que muestra múltiples calcificaciones intratubulares (áreas oscuras) típicas de la microlitiasis. e,
Ecografía longitudinal que muestra escasas y diminutas calcificaciones por una microlitiasis limitada. e y D, Micro-
litiasis difusa. E, Ecografía transversal de los testículos que muestra microlitiasis y masa parcialmente quística debida a un
tumor de células germinales. F, Microlitiasis limitada con seminoma. Ecografía longitudinal que muestra unas pocas
calcificaciones de escaso tamaño y una masa hipoecoica homogénea. G, Microlitiasis y dos focos de un seminoma. La
s:::: ecografía longitudinal muestra múltiples calcificaciones pequeñas y dos masas homogéneas e hipoecoicas (flechas). H e 1,
'o
·0 Microlitiasis y semi noma. H, Ecografía longitudinal que muestra una gran masa hipoecoica con múltiples calcificaciones
o
Q) pequeñas y groseras. 1, Imagen transversal dual que muestra una gran masa hipoecoica en el testículo izquierdo y micro-
(JJ
calcificaciones en el testículo derecho.

apéndice testicular del epidídimo. Los hidroceles facilitan co y por encima de testículo y epidídimo 106 (Fig. 21-19,
el diagnóstico ecográfico de los cálculos escrotales. A-C). El hidrocele es la causa más frecuente de edema no
doloroso escrotaPO y puede ser congénito o adquirido. El
Lesiones patológicas extratesticulares tipo congénito se debe a una comunicación persistente
entre el saco escrotal y el peritoneo, que normalmente se
Hidrocele, hematocele y piocele resuelve a los 18 meses de vida. Los hidroceles adquiri-
Los fluidos serosos, sangre, pus y orina se pueden acumu- dos pueden ser idiopáticos o derivados de epididimitis,
lar en el espacio que existe entre las capas parietal y visce- orcoepididimitis y rara vez son secundarios a tumores.
ral de la túnica vaginal que cubre el escroto. Estas coleccio- Los hidroceles asociados a tumores testiculares suelen
nes líquidas están confinadas a las porciones anterolateral ser pequeñosl.l07.108. La ecografía es útil para detectar la
del escroto debido a la fijación de los testículos al epidídi- causa potencial del hidrocele al permitir la evaluación del
mo y pared posterior del escroto (la zona nuda)5 (Fig. 21- testículo en situaciones en las que un hidrocele grande
19). El escroto normal contiene unos pocos milímetros de impide la palpación. Los hidroceles suelen ser colecciones
líquido seroso entre las capas de la túnica vaginal, que sue- anecoicas con buena transmisión del sonido por los bor-
le ser visible en la exploración ecográfica. des anterolaterales de los testículos. En ocasiones se ob-
El hidrocele es una acumulación anormal de líquido se- servan ecos de nivel bajo y medio por cuerpos de fibrina o
roso entre las capas de la túnica vaginal. En raras ocasio- colesterol con movimiento libre dentro del hidrocele 109.
nes el hidrocele se aloja alrededor del cordón espermáti- En raras ocasiones un hidrocele impide el drenaje venoso
una maniobra de Valsalva y se descomprime cuando el pa-
TUMORES EXTRATESTICULARES ciente está en supino. Los varicoceles primarios son bila-
BENIGNOS terales en casi el 70% de los casos. o
• Tumor adenomatoide
• Fibroma
Los varicoceles secundarios se deben a una presión
aumentada en la vena espermática o sus tributarias por
eo
ti)
• Lipoma una marcada hidronefrosis, hepatomegalia, neoplasia ab- w
• Hemangioma dominal o compresión venosa por una masa retroperito- ....
• Leiomioma neaJl9. El varicocele secundario también se puede obser- C\I
o
• Neurofibroma var en el síndrome del cascanueces (fenómeno del '3
~
• Granuloma de colesterol cascanueces) en el que la arteria mesentérica superior c.
CtI
• Restos suprarrenales comprime la vena renal izquierda 114. En casos de varicoce- (,)

• Cistadenoma papilar le recién detectado y no descompresible, que se produzca


en un paciente por encima de los 40 años en el lado dere-
MALIGNO cho se deberá buscar una obstrucción neoplásica al retor-
• Fibrosarcoma no venoso de la vena gonadal, ya que estos casos rara vez
• Liposarcoma son idiopáticos 1o (Fig. 21-21). El aspecto de varicoceles
• Rabdomiosarcoma secundarios no se modifica con la posición del paciente.
• Histiocitoma En varones infértiles, la ecografía ayuda al diagnóstico
• Linfoma de varicoceles clínicamente palpables o subclínicos. La
• Metástasis ecografía también es importante para evaluar el tamaño
testicular antes y después del tratamiento, ya que el vari-
cocele puede asociarse a un menor volumen testicular 1l2.
Existe una mala correlación entre el tamaño del varicoce-
testicular y ocasiona una ausencia de flujo anterógrado le y el grado de lesión del tejido testicular que conduce a
diastólico 107 . la infertilidad.
Los hematoceles y pioceles son menos frecuentes que En la ecografía, el varicocele consiste en estructuras
los hidroceles simples. Los hematoceles se deben a trau- anecoicas tortuosas y múltiples de más de 2 mm de diá-
matismos, ci rugía, neoplasias o torsión 110 • Los pioceles se metro, que crean una colección tortuosa y multiquística
deben a la ruptura de un absceso dentro de un hidrocele adyacente o proximal al polo superior de los testículos y
existente en el espacio entre las capas de la túnica vaginal. cabeza del epidídimo. Se utilizará un transductor de alta
Tanto el hematocele como el piocele contienen tabiques frecuencia junto con el Doppler con parámetros de bajo
interiores y loculacio nes (Fig. 21-19, D-FJ. En los casos flujo para optimizar la detección de flujos bajos dentro de
crónicos se observa un engrosamiento de la piel escrotal y las varices. El lento desplazamiento de los hematíes se
calcificaciones. puede visualizar con los transductores de alta frecuencia,
incluso cuando el flujo es demasiado lento para ser detec-
Varicocele tado con la imagen Doppler. El flujo venoso se puede am-
Un varicocele es una colección de venas anormalmente pliar con el paciente en una posición de bipedestación o
dilatadas, tortuosas y distendidas del plexo pampiniforme durante la maniobra de Valsalva. Los varicoceles siguen el
localizada por detrás del testículo, que acompaña al epidí- recorrido del cordón espermático en el canal inguinal y se
dimo y al vaso deferente dentro del cordón espermático 10 comprimen con facilidad con el transductorl. En raras
(Fig. 21-20). Las venas del plexo pampiniforme oscilan ocasiones los varicoceles pueden ser intratesticulares, ya
normalmente entre 0,5 y 1,5 mm de diámetro, con una ve- sea en una localización subcapsular o alrededor del me-
na de drenaj e principal de hasta 2 mm de diámetro. diastino testicular l 15,116 (Fig. 21-22).
Existen dos tipos de varicocele: Primario (idiopático) y
secundario. El varicocele idiopático se debe a unas vál- Hernia escrotal
vulas incompetentes en la vena espermática interna, que Una hernia escrotal es otra masa paratesticular frecuente.
permiten el paso retrógrado de la sangre a través del cor- Aunque las hernias escrotales habitualmente se diagnos-
dón espermático hasta el plexo pampiniforme. Los varico- tican a partir de la historia clínica y exploración física, la
celes afectan aproximadamente al 15% de los hombres, ecografía aporta una evaluación en casos atípicos. La her-
pero alcanzan incluso el 40% entre los varones que con- nia puede contener intestino delgado o colon, con o sin
sultan en clínicas de infertilidad ll 1.112 . El varicocele es la epiplón. La presencia de asas intestinales se confirma por
causa corregible más frecuente de infertilidad mascuj¡na 113 • la visualización de válvulas conniventes o haustras y la de-
Los varicoceles idiopáticos se producen en el lado izquier- tección de peristaltismo en la exploración en tiempo real.
do en el 98% de los casos y son más frecuentes en hom- Si están ausentes estos signos, puede resultar difícil dis-
bres entre los 15 y 25 años. El predominio del lado iz- tinguir una hernia de otras masas multiquísticas extrates-
quierdo probablemente se deba a que el drenaje venoso ticulares, como hematoceles y pioceles. Se puede detectar
del lado izquierdo es en la vena renal, a diferencia de la la existencia de un material altamente ecogénico dentro
vena espermática derecha, que drena directamente en la del escroto porque la hernia incluya el epiplón u otras ma-
vena cava. Las varices idiopáticas se distienden normal- sas grasas como lipomas (Fig. 21-23). Las hernias se pro-
mente cuando el paciente está en bipedestación o realiza ducen por delante del cordón espermático, mientras que
c:
'o
'0 W Figura 21-18 Calcificación intraescrotal benigna. A, Placa túnica calcificada en la túnica vaginal. B-D, Perlas
(J
G)
C/) ~ escrotales. B, Calcificación septal móvil en un pequeño hidrocele. C, Ecografía longitudinal que muestra una per-
la escrotal casi totalmente calcificada (flecha) en un hidrocele. T, testículo; O, Perlas escrotales bilaterales.

los lipomas son laterales o inferiores al cordón 11 7. La ex- tumores adenomatoides generalmente son unilaterales,
ploración ecográfica del canal inguinal permite identificar solitarios, bien delimitados y redondos u ovalados y rara
la extensión del epiplón o asas intestinales desde el canal vez miden más de S cm de diámetro. En ocasiones pueden
inguinal al escroto. tener forma de placa y están mal definidos. En la ecografía
se suelen presentar como masas sólidas y bien delimitadas
Tumores con una ecogenicidad que al menos es como la de los testí-
Las neoplasias escrotales extra testiculares son raras y nor- culos1. También puede ser hipoecoico.
malmente engloban al epidídimo. Muchas neoplasias extra- El resto de tumores extratesticulares benignos son ra-
testiculares de los adultos son benignas, pero las neopla- ros y son los fibromas, hemangiomas, lipomas (Fig.
sias extratesticulares en los niños suelen ser malignas 118 • La 21-24, F), leiomiomas (Fig. 21-24, G), neurofibromas y
neoplasia extratesticular más frecuente del adulto es el tu- granulomas de colesterol. Los restos suprarrenales
mor adenomatoide benigno15. Casi siempre se aloja en el también se observan en el cordón espermático,testículos,
epidídimo, especialmente en la cola, pero también puede epidídimo, red testicular y túnica albugínea en aproxima-
localizarse en el cordón espermático o la túnica testicular damente el 10% de los lactantes.
(Fig. 21-24, D Y EJ. Esta neoplasia en ocasiones invade el Los cistadenomas papilares del epidídimo se obser-
parénquima adyacente al testículo. Se observa a cualquier van en pacientes con enfermedad de Hippel-Lindau. Estos
edad pero es más frecuente entre los 20 y SO años1.119. Los tumores se consideran hamartomas y normalmente se
...eo
(.)
In
W

.",; Figura 21-19 Colecciones líquidas escrotales: posibles aspectos. A, Hidrocele. Ecografía trasversal que
~ muestra un hidrocele anterolateral con fijación del testículo a la túnica vaginal posteriormente. B, Hidrocele. El
líquido perfila el apéndice testicular (flecha). C, Hidrocele del cordón. Ecografía longitudinal de la región ingui-
nal que muestra una colección líquida alargada por encima del nivel del testículo y epidídimo. D, Hematocele. Ecografía
transversal que muestra líquido loculado con ecos interiores. E, Hematocele. Ecografía transversal que muestra líquido
con ecos interiores y membranas lineales. F, Piocele. Ecografía transversal que muestra colección de líquido con ecos
interiores.
"J Figura 21-20 Varicocele. Ecografía A, longitudinal y B, Doppler color que muestran unas venas dilatadas e hi-
~ poecoicas tortuosas posteriores al testículo. El flujo sanguíneo en un varicocele es lento y puede detectarse sola-
mente con parámetros de bajo flujo o maniobras de Valsalva.

e
'o
'(3
oel)
ti)

"J Figura 21-21 Varicocele ocasionado por un para-


~ ganglioneuroma retroperitoneal. A, Ecografía lon-
gitudinal que muestra las venas extremadamente di-
latadas de un varicocele grande derecho. B, Ecografía
abdominal transversal que muestra un paraganglioneuroma
(flecha) adyacente a la vena cava inferior (1): A, aorta; GB, ve-
sícula biliar. e, Te axial que muestra la masa vascular (fle-
chas) adyacente a la vena cava inferior.
cols.128 . En el 30% se trataba de quistes múltiples. Tanto
los espermatoceles como los quistes epididimarios se
consideran la consecuencia de la dilatación de los túbulos
del epidídimo, pero el contenido de estas masas difiere 10. ....o
Los quistes contienen un líquido seroso claro, mientras
2O
1/)
que los espermatoceles están rellenos de espermatozoos W
y sedimento que contiene linfocitos, glóbulos de grasa y
detritus celulares y ofrece un aspecto lechoso y más den-
SO l . Ambas lesiones pueden tener su origen en episodios
previos de epididimitis o trauma. Los espermatoceles y
quistes epididimarios se muestran idénticos en la ecogra-
fía: masas anecoicas, circunscritas y con poco o ningún
eco interior y con frecuencia con septos (Fig. 21-25). Rara
vez un espermatocele puede ser hiperecoico s. La diferen-
"J Figura 21-22 Varicocele intratesticular Ecogra- ciación entre el espermatocele y un quiste epididimario
~ fía longitudinal que muestra una vena dilatada. pocas veces tiene relevancia clínica. Los espermatoceles
casi siempre se observan en la cabeza del epidídimo,
mientras que los quistes epididimarios surgen en cual-
quier punto del epidídimo.
detectan en la cabeza del epidídimo so . Los tumores escro- Cambios postvasectomía del epidídimo
tales extratesticulares primarios malignos son el fibrosar- Son muy frecuentes los cambios en el epidídimo en pa-
coma, liposarcoma, histiocitoma y linfoma en adultos y cientes después de una vasectomía 129,13O . Estos hallazgos
el rabdomiosarcoma en niños (Fig. 21-24, H). El tamaño consisten en una hipertrofia del epidídimo con ectasia tu-
de las lesiones y la existencia de flujo en color aporta da- bular y el desarrollo de granulo mas espermáticos y quis-
tos útiles para el diagnóstico de las masas escrotales ex- tes (Fig. 21-26). Se asume que la vasectomía produce una
tratesticulares 120.121 • Las masas mayores (>1,5 cm) con mayor presión en los túbulos epididimarios, provocando
flujo vascular evidente pero sin clínica de inflamación son una ruptura tubular con la formación posterior de granu-
más probablemente malignas. lomas espermáticos. El vaso deferente dilatado se observa
Los tumores metastásicos en el epidídimo son raros y junto con la dilatación del epidídimo. Un aspecto inhabi-
los lugares del primario más habituales son el testículo, tual que se describe como «megaesperma danzante» se
estómago, riñón, próstata y con menor frecuencia el pán- observa en ocasiones en pacientes con vasectomía. Se tra-
creas122.123 (Fig. 21-24, 1).
ta de unos ecos muy reflectantes dentro de un epidídimo
dilatado que se mueve de forma independiente y que en la
Lesiones del epidídimo histología se corresponde con agregados de espermato-
zoos y macrófagos l3l .
Granuloma espermático
Los granulo mas espermáticos se piensa que surgen a par-
tir de la extravasación del esperma en los tejidos blandos
que rodean el epidídimo, produciendo una respuesta
granulomatosa necrotizante 1. Estas lesiones pueden ser
dolorosas o asintomáticas y se observan con más frecuen-
cia en pacientes después de la vasectomía. Los granulo-
mas espermáticos también se pueden asociar a infeccio-
nes del epidídimo o traumas. El aspecto típico en la
ecografía es de una masa heterogénea, sólida e hipoecoica
y habitualmente se ubica en el epidídimo, aunque puede
simular una lesión intratesticular (Fig. 21-24, B). El granu-
loma espermático crónico puede contener calcificación 124.

Pseudotumor fibroso
El pseudotumor fibroso es una masa rara no neoplásica
de tejido fibroso reactivo que engloba la túnica vaginal o
el epidídimo. En la ecografía los pseudotumores pueden
mostrarse como masas paratesticulares hipoecoicas, hi-
perecoicas o heterogéneas12s.127 (Fig. 21-24, C).

Lesiones quísticas
Los espermatoceles son más frecuentes que los quistes "J Figura 21-23 Grasa mesentérica herniada, Eco-
epididimarios, y ambos se observan en el 20%-40% de ~ grafía longitudinal C!.ue muestra ~r~s.a herniada (H)
por encima del testlculo (T) y epldldlmo (E).
todos los pacientes asintomáticos estudiados por Leung y
e
'o .,,; Figura 21-24 Masas sólidas escrotales extratesticulares: posibles aspectos (T, testículo). A, Epididimitis

u ~ crónica. Ecografía longitudinal del escroto que muestra una masa en la cola del epidídimo. e, Granuloma esper-
~ mático. Ecografía longitudinal que muestra una masa sólida hipoecoica (flechas) posterior al testículo en un pa-
ciente con vasectomía. e, Pseudotumor fibroso. Ecografía longitudinal que muestra una masa de ecogenicidad mixta
caudal del testículo. D, Tumor adenomatoide benigno del epidídimo. Ecografía longitudinal que muestra una masa hi-
po ecoica (flechas) en la cola. E, Tumor adenomatoide benigno de la túnica. Ecografía longitudinal que muestra una
masa hiperecoica (flechas). F, Lipoma intraescrotal. Ecografía longitudinal que muestra una masa hiperecoica caudal en
el testículo. G, Leiomioma del cordón. Ecografía longitudinal que muestra una masa sólida craneal respecto al testículo.
H, Rabdomiosarcoma. Ecografía con campo de visión extendida de un muchacho de 12 años que muestra una gran ma-
sa parasagital caudal al testículo. 1, Metástasis de un carcinoma de pulmón. Ecografía longitudinal que muestra una
masa en la cola del epidídimo.

Epididimitis crónica mitis granulomatosa se disemina a los testículos en el


Los pacientes tratados de forma incompleta de una epi di- 60%-80% de los casos. La afectación testicular focal simu-
dimitis bacteriana acuden normalmente por una masa la el aspecto de una neoplasia testicular en la ecografía.
escrotal clínicamente dolorosa (Fig. 21-24,A). Los pacien-
tes con epididimitis granulomatosa crónica debida a la
diseminación de una tuberculosis desde el tracto genitou- , DOLOR ESCROTAL AGUDO
rinario presentan una masa escrotal dura y no dolorosa 10 .
• La ecografía casi siempre muestra una túnica albugínea
engrosada en un epidídimo engrosado e irregular (Fig. El diagnóstico diferencial de un dolor agudo con edema
21-27), Se pueden identificar calcificaciones dentro de la escrotal incluye la torsión del cordón espermático y tes-
túnica albugínea o epidídimo 1 . Sin tratamiento la epididi- tículo, hidrocele agudo, hernia estrangulada, edema es-
...eo
o
rn
W
....
C'I
o
"3
~
a.
C\l
o

..,; Figura 21-25 Quistes escrotales extratesticulares: posibles aspectos. A, Espermatocele. Ecografía longitudi-
~ nal de un quiste anecoico en la cabeza del epidídimo. B, Espermatocele. Ecografía longitudinal que muestra un
gran quiste que contiene ecos interiores en la cabeza del epidídimo. e, Espermatocele tabicado. Ecografía lon-
gitudinal que muestra un quiste tabicado en la cabeza del epidídimo. D, Quiste del epidídimo. Ecografía longitudinal que
muestra un quiste en el cuerpo del epidídimo. E, Quiste en un resto del vaso deferente. Ecografía longitudinal que mues-
tra un quiste con ecos interiores y caudal al testículo (demostrado quirúrgicamente). F, Quiste epidermoide de inclusión
en el epidídimo. Ecografía Doppler color longitudinal que muestra una masa quística bilobulada en la cabeza del epidídimo
rodeada por vasos.
CAUSAS DE DOLOR ESCROTAL AGUpO
• Torsión del testículo
• Orcoepididimitis
• Torsión del apéndice testicular
• Hernia estrangulada
• Edema escrotal idiopático
• Trauma
• Púrpura de Schonlein-Henoch

crotal idiopático, púrpura de Sch6nlein-Henoch, absceso,


W Figura 21-26 Cambios postvasectomía en el
hemorragia traumática, hemorragia en una neoplasia tes- ~ epidídimo. Imagen longitudinal del escroto que
ticular y necrosis grasa testicular. La torsión del cordón muestra ectasia tubu lar del epidídimo en un pa-
espermático y la epididimitis aguda o una orcoepidi- ciente con vasectomía.
dimitis son las causas más frecuentes de dolor escrotal
agudo. En el 50% de los pacientes estas patologías no se
pueden distinguir mediante la exploración física o prue-
bas de laboratorio 132 • Se recomienda una exploración qui- vación testicular es del 80%-100% si la cirugía se realiza
rúrgica inmediata en los niños y adultos jóvenes con dolor entre las 5-6 horas del inicio del dolor, del 70% cuando se
escrotal agudo, salvo que se pueda establecer un diagnósti- realiza entre las 6 y 12 horas y cae a solamente el 20% si
co definitivo de epididimitis u orquitis. Este planteamiento la cirugía se retrasó más de 12 horas 134 •
agresivo tiene como consecuencia un mayor rescate testicu- Existen dos tipos de torsión testicular: intravaginal y ex-
lar de torsiones, pero al tiempo mayor frecuencia de ciru- travaginal. La torsión intravaginal, el tipo más frecuente,
gías innecesarias. Se ha recurrido a la gammagrafía testi- se produce casi siempre en la pubertad. Es la consecuen-
cular, RM, ecografía en tiempo real y ecografía Doppler cia de una suspensión anormal de los testículos por un
para mejorar la precisión en el diagnóstico diferencial de tallo largo del cordón espermático, que tiene como conse-
infección y torsión 133 . Actualmente la ecografía, utilizando cuencia un recubrimiento completo de los testículos y
el flujo color o Doppler potencia, es la modalidad de ima- epidídimo por la túnica vaginal. Esta anomalía se ha com-
gen de elección para diagnosticar la causa del dolor agudo parado con un badajo de campana (Fig. 21-28). La sus-
escrotal. pensión testicular anómala es bilateral en el 50%-80% de
los casos. Existe una incidencia que decaduplica la torsión
Torsión en los testículos no descendidos después de la orquido-
La torsión es más frecuente en niños que en adultos y re- pexia. La torsión extravaginal casi siempre se produce
presenta sólo el 20% de los dolores escrotales agudos en en recién nacidos con la deformidad en «badajo de cam-
varones prepuberales 1• Sin embargo, es esencial un diag- pana». Se cree que es la consecuencia de una fijación esca-
nóstico urgente, ya que la torsión requiere una cirugía in- sa o nula de los testículos a la pared escrotal, que permite
mediata para conservar los testículos. La tasa de conser- la rotación de los testículos, epidídimo y túnica vaginal

W Figura 21-27 Orcoepididimitis tuberculosa. A, Ecografía longitudinal que muestra una masa heterogénea con
~ calcificación que afecta a la cabeza y cuerpo del epidídimo y testículo adyacente (T). B, Ecografía Doppler longi-
tudinal que muestra una vascularidad aumentada en el epidídimo y testículo adyacente.
como una unidad y provoca la torsión del cordón a nivel puede resultar difícil demostrar el flujo en los testículos
del anillo externo 135 ,136 (Fig, 21-28, D). Las venas más dis- normales 155 . En la práctica muchos cirujanos eligen explo-
tensibles se obstruyen antes que las arterias en ambas rar los testículos quirúrgicamente si existen síntomas y o
formas de torsión, con la consecuencia de una ingurgita-
ción vascular y edema testicular.
signos sugestivos y los resultados de la ecografía resultan
poco concluyentes.
e
o
ti)
En la fase aguda de la torsión se producen cambios eco- Los errores potenciales al utilizar la ecografía en el diag- w
gráficos en la ecografía en escala de grises dentro de las nóstico de torsión son la torsión parcial, torsión/reduc-
primeras 1 a 6 horas 132,137.138. Al principio, los testículos ción de torsión y la isquemia por orquitis. Es necesaria
aumentan su tamaño con una ecogenicidad normal, pero una torsión de al menos 540 para la oclusión completa de
0

después se hacen heterogéneos e hipoecoicos en compa- la arteria146.147. En la torsión parcial, de 360 o menos, pue-
0

ración con el testículo normal contralateraJ139.141 (Fig. 21- de persistir cierto flujo arterial, pero el flujo de salida veno-
29). Una ecogenicidad hipoecoica o heterogénea puede so está interrumpido, ocasionando un flujo diastólico dis-
indicar que es inviable 142 . La hiperecogenicidad generali- minuido en la exploración con Doppler espectraJ157.158 (Fig.
zada se ha referido en ausencia de cambios histológicos 21-29). Si se produce una reducción espontánea de la tor-
de hemorragia o infarto testicular. sión, el flujo hacia el testículo afectado puede ser normal y
La torsión puede modificar la posición del eje largo de deja un infarto testicular segmentari074,75. Los infartos seg-
los testículos (Fig. 2~ -29, B). Los signos ecográficos extra- mentarios testiculares también se observan en la púrpura
testiculares habitualmente se producen en la torsión y su de Schonlein-Henoch o en la orquitis (ver Fig. 21-14). La
detección es importante. El cordón espermático inmedia-
tamente craneal al testículo y epidídimo está rotado oca-
sionando el típico nudo de torsión o «patrón en remoli-
no» de capas concéntricas que se aprecia en la ecografía o
RM137,143,144 (Fig. 21-29, G Y H). El epidídimo puede estar
hipertrofiado y ser heterogéneo por una hemorragia y
puede resultar difícil de diferenciar del nudo de torsión
del cordón espermático. Este complejo esférico epidídi-
mo-cordón espermático se puede confundir con una epi-
didimitis 137 . Con frecuencia se observa un hidrocele y un
engrosamiento cutáneo reactivos a la torsión. Se pueden
observar masas grandes ecogénicas extratesticulares por
hemorragia en la túnica vaginal o epididimitis en pacien-
tes con torsiones no diagnosticadas 145 . Los hallazgos en
escala de grises de la torsión aguda y subaguda son ines-
pecíficos y también se pueden observar en infartos testi-
culares causados por epididimitis, orcoepididimitis y en A B
rupturas testiculares traumáticas o infartos.
La ecografía Doppler color es la técnica más útil y rápida
para establecer el diagnóstico de torsión testicular y ayu-
da a distingui r la torsión de una orcoepididimitis 132.139,146
(Fig. 21-29). En la torsión, el flujo sanguíneo está ausente
en el testículo afectado o es claramente menor que en el
testículo normal contralateral. El meticuloso estudio de
parénquima testicular programando detección de flujo
bajo en los parámetros del Doppler color (frecuencia de
repetición de pulso bajo, filtro de pared bajo, ganancia al-
ta del Doppler) es importante porque los vasos testicula-
res son demasiado pequeños y tienen unas velocidades de e D
flujo bajas, especialmente en prepúberes. La ecografía .., Figura 21-28 Anomalía en «badajo de campa-
Doppler color es más sensible para mostrar el flujo testi- ~ na", torsión intravaginal y torsión extravaginal.
cular reducido en la torsión incompleta que la gammagra- A, Anatomía normal. La túnica vaginal (flechas)
fía con isótopoS147. Se utiliza el Doppler potencia y la des- no rodea totalmente el testículo y epidídimo. que están fi-
viación de fre cuencia del Doppler color, aunque las jados a la pared escrotal posterior (flecha corta). B, Ano-
técnicas parecen tener una sensibilidad equivalente para malía en badajo de campana. La túnica vaginal (flechas)
el diagnóstico de torsión 148·153 . En la torsión testicular, la rodea por completo al testículo, epidídimo y parte del cor-
ecografía con Doppler color tiene una sensibilidad del dón espermático, predisponiendo a la torsión. e, Torsión
intravaginal. Anomalía en badajo de campana con torsión
80%-98%, una especificidad del 97%-100% y una preci-
completa del cordón espermático, comprometiendo la irri-
sión del 97%137,146,154. El uso de medios de contraste intra-
gación de los testículos. D, Torsión extravaginal en neo-
venosos mejora la sensibilidad para detectar flujo sanguí- natos. La túnica vaginal (flechas) está en su posición nor-
neo en el escroto, pero esto no se ha podido demostrar en mal, pero una movilidad anormal permite la rotación de los
series numerosas 15O • En pacientes en edades pediátricas testículos, epidídimo y cordón espermático.
e
'O
'13
o
Q)
ti) ~ Figura 21-29 Torsión del cordón espermático y testículo: posibles aspectos. A-D, Torsión aguda. Doppler
~ pulsado longitudinal que muestra en A, ausencia de flujo en los testículos, y B, orientación anormal transversal Y
vertical de los testículos sin flujo. e, Después de una reducción manual de la torsión del caso B, Doppler color
longitudinal que muestra la orientación normal de los testículos con flujo sanguíneo presente. Los testículos tienen un as-
pecto estriado por la isquemia previa. D, Ecografía dual en escala de grises que muestra un testículo derecho hipoecoico
e hipertrófico debido a torsión y engrosamiento de la piel en el hemiescroto derecho. E, Torsión parcial. Ecografía longitu-
dinal con Doppler espectral que muestra una forma de onda de arteria testicular de alta resistencia con poco flujo diastóli-
co debido a oclusión venosa; se detectó un pequeño hidrocele reactivo. F, Después de la reducción espontánea del caso
E, ecografía longitudinal con Doppler espectral que muestra recuperación del flujo diastólico. G, Nudo de torsión . Ecogra-
fía longitudinal con torsión aguda del cordón espermático que muestra el «nudo de torsión» del complejo epidídimo-cordón
espermático. H, Torsión aguda. Fotografía intraoperatoria que muestra un cordón espermático rotado que da el aspecto
de nudo de torsión en la ecografía. 1, Torsión subaguda (3 días de dolor). Ecografía Doppler potencia transversal que
nuestra la ausencia de flujo dentro de los testículos con hiperemia adyacente. (H, de Winter TC, Ultrasonography of the
scrotum, Appl Radiol 2002;31:31(3). H, Cortesía de Drs. R. E. Berger, University of Washington, Seattle, and T.G. Winter,
University of Wisconsin, Madison.)

orquitis también puede provocar una isquemia global de La torsión del apéndice testicular es una causa fre-
los testículos y simular una torsión 159. cuente de dolor escrotal agudo y puede simular clínica-
En la torsión subaguda o crónica, el Doppler color mues- mente una torsión testicular. Los pacientes rara vez se re-
tra ausencia de flujo en los testículos y aumento del flujo miten para estudio con imagen, ya que el dolor no suele
en los tejidos paratesticulares, incluyendo el complejo ser importante y el apéndice rotado puede ser evidente
cordón-epidídimo y fascia dartos (Fig. 21-29). como signo de «punto azul»160. El aspecto ecográfico del
apéndice testicular con la rotación se ha descrito como y cordón l67 . Cuando la interrupción vascular es importan-
una masa hipoecoica avascular adyacente a unos testícu- te, con la consecuencia de un infarto testicular, los cam-
los normalmente perfundidos y rodeados de una zona de bios son indistinguibles de los que se observan en la tor- o
perfusión incrementada con Doppler color 146. Sin embar- sión testicular. La ecografía con Doppler color permite ~

go, el apéndice rotado puede mostrarse como una masa mostrar áreas focales de hiperemia reactiva y aumento
E!
(,)
1/)
extratesticular ecogénica situada entre la cabeza del epi- del flujo sanguíneo con áreas relativamente avasculares W
dídimo y el polo superior del testículo 161 . de infarto en ambos testículos y del epidídimo en pacien- ,..
tes con orcoepididimitis severa. Un signo ominoso es la N

Epididimitis y orcoepididimitis inversión del flujo diastólico en las formas de onda y se o


'3
La epididimitis es la causa más frecuente de dolor escrotal asocia con infarto testicular en las orcoepididimitis seve- ::
Q.
agudo en el varón postpuberal, y es la causa del 75% de ras 168 (Fig. 21-31, B). m
O
todos los procesos inflamatorios escrotales agudos. Nor- Además del infarto, otras complicaciones de la orcoepi-
malmente se debe a una infección del tracto urinario bajo didimitis aguda son los abscesos y el piocele (ver Figs.
y es con menor frecue ncia de origen hematógeno o trau- 21-13 y 21-19, F) . Se pueden apreciar cambios crónicos
mático. Los organismos causales habituales son: Escherí- en las epididimitis o en testículos con orcoepididimitis clí-
chía coli, Pseudomona y Klebsíella. Los organismos de nicamente resueltas. Un epidídimo edematoso puede per-
transmisión sexual que causan uretritis, como el gonoco- sistir como masa heterogénea en la ecografía (ver Fig.
co y la clamidia, son causa frecuente de epididimitis en 21 -24, A). Los testículos pueden mostrar un aspecto es-
hombres jóvenes. Con menor frecuencia la epididimitis se triado persistente con acentuación septal por fibrosis
debe a orquitis secundaria a tuberculosis, parotiditis, sífi- (Figs. 21-32 y 21-33). Este aspecto estriado de los testícu-
lis. Habitualmente los pacientes acuden por dolor de insi- los es inespecífico y también se observa después de una
dioso comienzo, que aumenta en un plazo de 1-2 días y se isquemia por torsión o durante la reparación de una her-
acompaña habitualmente de fiebre, disuria y secreciones nia 166,169, Se ha descrito también un aspecto heterogéneo
uretrales. de los testículos similar en pacientes ancianos por atrofia
En la epididimitis aguda la ecografía habitualmente y esclerosis de los túbulos seminíferos 17O , Las áreas fo-
muestra engrosamiento e hipertrofia del epidídimo, que cales de infarto pueden persistir como áreas hipoecoicas
inicialmente afecta a la cola del epidídimo y con frecuen- con perfil en cuña o de cono o se manifiestan como cicatri-
cia se extiende a su totalidad 168 (Fig. 21-30, A Y B). La eco - ces hiperecoicas 166 . Si se produce un infarto incompleto
genicidad del epidídimo suele estar reducida y su ecotex- de los testículos por una orcoepididimitis, los testículos
tura es burda y heterogénea, posiblemente por edema, reducen el tamaño y presentan una ecotextura hipoecoica
hemorragia, o por ambas razones. Es frecuente la forma- o heterogénea,
ción de un hidrocele y un engrosamiento cutáneo asocia-
do, y en la ecografía Doppler color se suele apreciar un Gangrena de Fournier
flujo sanguíneo aumentado en epidídimo o testículo, o en La gangrena de Fournier es una fascitis necrotizante del
ambos, en comparación con el lado sano 165 (Fig, 21 -30, C). periné que se produce con mayor frecuencia en hombres
La extensión directa de una inflamación del epidídimo debilitados o con diabetes entre los 50 y 70 años l31 . Se han
al testículo, llamada orcoepididimitis, se produce en el implicado múltiples organismos, como la Klebsíela, Strepto-
20% de los pacientes con epididimitis aguda. La orquitis . coccus, Proteus y Staphylococcus. Suele ser necesario el des-
aislada también es posible. En tales casos, se produce un bridamiento quirúrgico de los tejidos desvitalizados por-
aumento localizado del flujo en los testículos (Fig. 21-30, que la morbimortalidad es muy elevada sin un tratamiento
D Y E). La afectación testicular puede ser focal o difusa. La urgente, La ecografía es útil para el diagnóstico y mostra-
orquitis focal, la más habitual, produce una zona hi- rá un engrosamiento escrotal con gas.
poecoica adyacente a la porción hipertrofiada del epidídi-
mo. El Doppler color muestra un flujo aumentado en una
zona hipoecoica del testículo, un flujo aumentado en la , TRAUMA
túnica vascular visible en forma de líneas de señal de co -
lor radial desde el mediastino testicular l66 . Estas líneas de
color se corresponden con una acentuación septal que es El diagnóstico de una rotura testicular es crucial, ya que
visible como bandas hipoecoicas en la ecografía en escala existe una relación directa entre la intervención quirúrgi-
de grises (Fig. 21-30, H e 1). El Doppler espectral muestra ca urgente y la viabilidad del testículo. Aproximadamente
un flujo diastólico aumentado que es visible en forma de el 90% de los testículos con rotura pueden salvarse si la
bandas hiperecoicas en la orquitis no complicada (Fig. cirugía se realiza dentro de las primeras 72 horas, mien-
21 -31, A). Sin tratamiento todo el testículo puede afectar- tras que solamente se salvará e145% cuando se interviene
se y entonces se muestra hipoecoico e hipertrofiado. A pasadas las 72 horas l7l ,
medida que la presión en el testículo aumenta por el ede- El diagnóstico clínico es normalmente imposible por
ma, se puede producir un infarto venoso con hemorragia existir un dolor escrotal severo con edema, y la ecografía
y entonces se mostrará hiperecoico al principio y después puede ser valiosa para la evaluación de la integridad de la
hipoecoico (Fig. 21-3 0)166. La isquemia y posterior infarto túnica albugínea y de la extensión del hematoma testicu-
puede producirse cuando la vascularización del testículo lar81,171.173 , Los signos ecográficos consisten en zonas de eco-
se ve comprometida por la oclusión venosa de epidídimo genicidad alterada que se corresponde con zonas de hemo-
e
'o
'(3
o
CI)
en

lt¡¡J Figura 21-30 Orcoepididimitis, epididimitis y orquitis: posibles aspectos: A y B, Epididimitis aguda. Ecogra-
~ fía longitudinal en escala de grises y Doppler color que muestran una ecotextura hipertrofiada y heterogénea d,e la
cola del epidídimo, con un flujo muy aumentado en la cola del epidídimo y mínimamente aumentado en el testlcu-
lo adyacente. e, Orcoepididimitis aguda. Doppler color longitudinal que nuestra un flujo sanguíneo aumentado en el
epidídimo y testículo. O y E, Orquitis aguda. Imagen dual en escala de grises y Doppler color que muestra un testículo
derecho hipoecoico y con un flujo muy aumentado. (Continúa)

rragia o infarto, y formación de hematoceles en el 33% de Aunque inespecífico de rotura testicular, estos signos
los pacientes. En raras ocasiones se identifica un plano de sugieren el diagnóstico en un contexto clínico apropiado,
fractura poco evidente (Fig. 21-34, B). Una túnica albugí- urgiendo a una exploración quirúrgica inmediata. La ima-
nea íntegra excluye la rotura, pero el hematoma testicular gen de Doppler color puede ser útil ya que la ruptura de la
puede ocultar la túnica 81 (Fig. 21-34, A). La rotura de la tú- túnica albugínea se asocia casi siempre a la rotura de la
nica asociada a extrusión de los túbulos seminíferos es es- túnica vascular y a la pérdida del aporte sanguíneo parcial
pecífica de ruptura (Fig. 21-34, E). Sin embargo, la sensibi- o total al testículo 81 (Fig. 21-34, CJ. Un hematoma escrotal
lidad del diagnóstico de ruptura basado sólo en la rotura complejo puede resultar difícil de distinguir de una rotura
de la túnica es de sólo un 50%. La heterogeneidad de los testicular 174 • Los pacientes con hematomas o hematoceles
testículos con irregularidad del contorno testicular será escrotales grandes con frecuencia se someten a explora-
útil para llegar al diagnóstico de rotura 81 •1 72,173 . ción quirúrgica porque es difícil excluir ecográficamente
o
eo
en
W

W Figura 21-30 (cont.). F, Ecografía longitudinal en escala de grises después de 3 semanas con una orcoepididimitis
~ no resuelta con antibióticos que muestra zonas hipoecoicas en el testículo y una cola el epidídimo hipertrofiada y
heterogénea. G, Doppler color que muestra un flujo aumentado en el testículo y epidídimo con una zona de menor
flujo debido a isquemia (flecha). H e 1, Orquitis aguda. Ecografía en escala de grises y Doppler color que muestran bandas
hiperecoicas debidas a la acentuación de los septos por edema y una vascularidad aumentada de los testículos.

el diagnóstico de ruptura cuando existe un líquido com- rior del testículo al escroto y dirige los testículos en su
plejo circundante s1 . Se puede recurrir a la ecografía para trayecto descendente, que normalmente se completa en el
valorar la gravedad del trauma escrotal secundario a heri- nacimiento. Unos testículos no descendidos constituyen
das de bala y también permite localizar cuerpos extra- una de las anomalías genitourinarias más frecuentes en
ños 175 . Debe realizarse una minuciosa evaluación en esca- lactantes varones. En el nacimiento, el 3,5% de los lactan-
la de grises y Doppler color del epidídimo en todas las tes varon·e s que pesan más de 2.500 g presentan unos tes-
exploraciones por traumatismo cerrado. La epididimitis tículos no descendidos y el 10%-25% de estos casos son
traumática puede ser un hallazgo aislado que no debe bilaterales. Esta incidencia se reduce al 0,8% al año debi-
confundirse con un proceso infeccioso 176• do a que los testículos descienden espontáneamente en la
mayoría de los lactantes. La incidencia de testículos no
descendidos alcanza al 30% en lactantes prematuros, lle-
CRIPTORQUIDIA gando al 100% en neonatos con pesos menores del kilo en
el momento del nacimiento. El descenso completo es ne-
cesario para que puedan completar su maduración 177•17B •
Los testículos suelen comenzar su descenso a través del Unos testículos malposicionados pueden localizarse
canal inguinal hasta la bolsa escrotal alrededor de la 36." en cualquier punto del trayecto descendente desde el retro-
semana de la gestación. El gubernaculum testis es una es- peritoneo hasta el escroto. La mayoría (80%) de los testícu-
tructura fibromuscular que se extiende desde el polo infe- los no descendidos son palpables y quedan por debajo del
"" Figura 21-31 Cambios en el Doppler espectral en la orquitis. A, Orquitis no complicada. Ecografía longitudi-
~ nal con Doppler espectral que muestra un flujo diastólico aumentado. B, Orquitis con compromiso venoso.
Ecografía longitudinal con Doppler espectral en una orquitis más grave que muestra la inversión del flujo diastólico
por el edema que impide el flujo venoso .

c:
'0
'0
oel)
en
"" Figura 21-32 Testículo heterogéneo «a rayas». Imagen dual transversal que muestra heterogeneidad en el tes-
~ ~ículo d.erecho con marcada acentuación septal por una orquitis previa; este aspecto también se observa en la
Isquemia.

" " Figura 21-33 Fibrosis de los testículos después de una orquitis. Muestra patológica de un testículo que mues-
~ tra bandas lineales de fibrosis (áreas blancas) por una orquitis grave previa. También se puede observar una «fase
terminal» similar en el caso de una isquemia.
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fttJ Figura 21-34 Trauma testicular: posibles aspectos. A, Hematoma. Imagen longitudinal que muestra un hemato-
~ ma (flechas) en la superficie anterior del testículo. La túnica está intacta en la cirugía. B, Fractura testicular. Ecogra-
. fía transversa que muestra un testículo heterogéneo con una banda lineal (flechas) que indica fractura. H, Hematoma
testicular. e, Fisura de la túnica. Imagen de Doppler color transversal que muestra una irregularidad del contorno de los
testículos con interrupción de la túnica (flecha). El parénquima extruido no muestra flujo de color. D, El mismo caso de e, fo-
tografía durante la intervención y que muestra la fisura de la túnica en el testículo derecho expuesto. E, Rotura testicular.
Imagen longitudinal que muestra rotura del testículo con extrusión de los túbulos seminíferos (flecha). F, El mismo caso de E,
fotografía durante la intervención que muestra una fisura en la túnica inferior con extrusión de los túbulos seminíferos.

nivel del canal inguinal. La anorquia se observa en el 4%


de los pacientes restantes con testículos no palpables 178 •
La localización de unos testículos no descendidos es im-
portante porque previene de las potenciales complicaCio-
nes de la criptorquidia: infertilidad y cáncer. Los testícu-
los no descendidos son más proclives a experimentar
cambios malignos que los testículos normales l . La neopla-
sia más frecuente es el sel1)inoma. El riesgo de malignidad
aumenta tanto en el testículo no descendido después de la
orquidopexia como en el testículo que descendió con nor-
malidad. Por tanto, es importante un seguimiento seriado
de ambos testículos.
La ecografía de los testículos no descendidos con fre-
cuencia muestra unos testículos más pequeños y ligera- fttJ Figura 21-35 Testículos en el canal inguinal.
mente menos ecogénicos que el contralateral y que des- ~ Ecografía longitudinal que muestra unos testículos
cendió con normalidad (Fig. 21-35). Se puede confundir no descendidos ovoides y alargados.
un ganglio linfático o la pars infravaginalis gubernaculi
(PIG), que es un segmento bulboso distal del gubernacu-
lum testicular, con un testículo. Después de completar el lar por carecer de sensibilidad para evaluar testículos en
descenso testicular, el PlG y gubernaculum normalmente posiciones intraabdominales altas l8o . Se ha utilizado tam-
se atrofian. Si el testículo sigue sin descender ambas es- bién la RM en la criptorquidia por ser más sensible que la
tructuras persisten. La PIG se aloja distal al testículo no ecografía para detectar testículos no descendidos en el
descendido, normalmente está en el escroto, pero puede retroperitoneo l8l ,l82. La falta de visualización de unos testí-
detectarse en el cordón inguinal. En la ecografía la PIG es culos no descendidos en la ecografía o RM no excluye su
hipo ecoica y es una estructura con forma de cordón y de existencia, y por ello se recomienda una laparoscopia o ex-
una ecogenicidad similar a los testículos, pero con el gu- ploración quirúrgica si está clínicamente indicado.
bernaculum dirigido al testículo 179 .
La ecografía se utiliza con frecuencia para la evaluación Agradecimiento
inicial de la criptorquidia, aunque se ha cuestionado su va- A Frank Thornton, por su ayuda para reunir las imágenes.
Capítulo 22

MANGUITO DE LOS ROTADORES


Marnix T. van Holsbeeck, Dzung Vu y J. Antonio Bouffard

El dolor de hombro tiene diversas causas. Una tendinitis, siva del tendóm)17. Los desgarros asintomáticos afectan
la sobrecarga del manguito de los rotadores y los desga- a130% de la población por encima de los 60 años 13 . Cuan-
rros parciales o totales pueden causar dolor y debilidad al do falla una proporción mayor de fibras al mismo tiempo,
elevar el brazal. El dolor en la patología del manguito de el hombro presenta dolor en reposo y exacerbación del
los rotadores es con frecuencia peor durante la noche y dolor con el uso del manguito de los rotadores (extensión,
puede mantener al paciente despierto. La causa de estos abducción o rotación externa). Cuando falla incluso un
síntomas en muchos pacientes por encima de los 40 años número mayor de fibras, un proceso que se conoce como
es el fallo de las fibras del manguito de los rotadores 2• Las extensión aguda del hombro, se manifiesta como un
fibras del tendón del supraespinoso suelen ser las prime- brusco inicio de debilidad importante a la flexión, abduc-
ras en fallar. Los tendones subescapular e infraespinoso, ción y rotación externa.
dos tendones del manguito de los rotadores, fallan cuando A medida que el paciente envejece, el manguito de los
se extiende el desgarro. El teres menor, el cuarto compo- rotadores se hace cada vez más proclive a los desgarro ~,
nente del manguito de los rotado res, rara vez se afecta. La que se producen ante fuerzas proporcionalmente meno-
tendinitis calcificada, la radiculopatía cervical y la artritis res. Así, aunque se requiera una fuerza mayor para el
acromioclavicular pueden simular la patología del man- desgarro en el hombro de una persona de 40 años, una
guito de los rotadores. La artrografía con contraste ha si- fuerza relativamente banal puede conducir a un desga-
do durante mucho tiempo la principal exploración radio- rro en el manguito de los rotado res en personas por en-
lógica aplicada para diagnosticar desgarros de todo el cima de los 60 años. Esta circunstancia es parecida a la
grosor del manguito de los rotadores 3 . Actualmente exis- predisposición de las mujeres ancianas a las fracturas
ten dos técnicas de imagen no invasivas que compiten por del cuello femoral. Aunque las diferencias con el perfil
sustituir a la artrografía y son la ecografía y la resonancia acromial, alteraciones de la articulación acromioclavicu-
magnética (RM). La ecografía de alta resolución en tiempo lar y otros factores también pueden contribuir a la sus-
real ha demostrado ser coste-efectiva para explorar el ceptibilidad al fallo de las fibras, el deterioro relacionado
manguito de los rotadores 4 . 9. La ecografía es la modalidad con la edad y la sobrecarga del manguito de los rotado-
de imagen de elección en nuestra institución. En los últi- res parecen ser los factore s principales en los patrones
mos 15 años hemos realizado más de 40000 exploracio- de fallo de los tendones del manguito. En un estudio re-
nes de hombro mediante ecografía. trospectivo de pacientes gemelos con desgarros del
manguito de los rotadores, el ri esgo relativo de desarro-
llar desgarros sintomáticos de todo el grosor en gemelos
CONSIDERACIONES ClÍNICAS comparado con el grupo control fue de 4,65. Los autores
concluyeron que factores genéticos pueden jugar tam-
bién cierto papel en el desarro llo de los desgarros de los
El fallo de las fibras del manguito de los rotado res es la tendones en el hombro 18 •
causa más frecuente de dolor en el hombro y de disfun- Los síntomas de fallo de las fibras del manguito de los
ción en los pacientes por encima de los 40 años. Estudios rotado res consisten habitualmente en dolor en reposo y
epidemiológicos realizados por Codman, DePalma y otros con el movimiento. Más tardíamente se produce una cre-
han demostrado que la frecuencia del fallo de las fibras pitación subacromial cuando el brazo se rota en una posi-
del manguito de los rotadores aumenta con la edad lo·12 • ción parcialmente flexionada y, por último, se produce la
Este envejecimiento de los tendones también se ha com- debilidad del brazo. Cuando falla el manguito de los rota-
probado en estudios de imagen 13 . l6. Los primeros cambios dores puede aparecer una inestabilidad del hombro y se
se localizan en la sustancia del tendón y la consecuencia pondrá de manifiesto el llamado pinzamiento o impinge-
es la llamada delaminación del manguito. El fallo de las ment. La cabeza humeral ya no está estabilizada y puede
fibras es un proceso paso a paso desde el desgarro de gro- chocar contra los tejidos existentes entre la cabeza y el
sor parcial (casi siempre del supraespinoso) hasta el des- acromion (apófisis acromial) o entre la cabeza y la glenoi-
garro masivo de múltiples tendones. des posterior en los casos de impingement subacromial. El
El desgarro del manguito de los rotadores sucede de proceso conduce a la osteonecrosis y remodelado del
forma insidiosa y, de hecho, le puede pasar inadvertido al acromion que puede desembocar en un espolón de trac-
paciente. Es un proceso que se llama de «rotura progre- ción a lo largo del ligamento coracoacromiaJ19.
mediato. En cuanto a los que carecen de experiencia con
CONSIDERACIONES TÉCNICAS la artrografía pueden explorar en quirófano o laboratorio
de anatomía. La exploración quirúrgica o la disección pue-
den aportarnos lecciones muy útiles. Dichos pasos inicia-
Los ecógrafos sectoriales mecánicos con frecuencias en- les son necesarios para mejorar nuestros conocimientos
tre 5-10 MHz se utilizaron al comienzo de los años 80 y de anatomía y para el aprendizaje de la técnica y acelerar
proporcionaban un detalle adecuado para la detección de de este modo la curva de aprendizaje. Algunos investiga-
desgarros de grosor totaFo. La utilidad de aquellos trans- dores han combinado la técnica artrográfica con las ex-
ductores estaba limitada por varios factores: artefacto por ploraciones ecográficas, conocido como artroecografía,
campo próximo, campo de visión superficial estrecho y que es más sensible para evaluar la proliferación sinovial
anisotropía del tendón. Este último artefacto se debe a la y la estimación del tamaño de los desgarros del manguito
anisotropía de la estructura de los tendones y afecta bas- de los rotadores 25 . Entre las aplicaciones futuras destacan
tante a la exploración de los tendones. El paralelismo de las lesiones dellabrum o borde glenoide0 26-29 . Igual que en
las estructuras de colágeno dentro del tendón es la causa la RM, la imagen mostrada de la anatomía mejora cuando
de las peculiares características de la imagen y la ecogeni- se realza con la inyección de líquido intraarticular. Se uti -
cidad del tendón dependerá del ángulo del transductor liza salino como medio de contraste en la artroecografía ~
respecto al tendón durante la exploración del tendón. Una que es mucho más económico que el gadolinio, el contras- o
insonación oblicua origina un aspecto heterogéneo del te universal utilizado para la artrografía-RM. '3
~
Q.
tendón. Con una técnica perpendicular óptima, el centro Las referencias óseas guían la exploración ecográfica ro
()
de la imagen puede parecer hiperecoico, mientras que los del hombro (Fig. 22-1). Los dedos del explorador palpan
lóbulos laterales con frecuencia parecen hipoecoicos si se el acromion, la espina escapular, la apófisis coracoides y la
explora sobre la superficie redondeada del húmero proxi- articulación acromioclavicular. La orientación del trans-
mal. Esta hipogenicidad puede confundirse con patología ductor respecto a estas referencias será esencial para rea-
en manos de un explorador sin suficiente experiencia. lizar las correcciones técnicas que permitan después vi-
Actualmente, para obtener una imagen óptima del man- sualizar la compleja patología del hombro. Las referencias
guito se utiliza un transductor de red lineal y alta reso- óseas externas son importantes en la imagen del hombro
lución con una capacidad de frecuencia de banda ancha cuando se explora a pacientes con una patología impor-
amplia, habitualmente 5-13 MHz 20. Estos transductores tante y sin las referencias habituales en el tejido blando.
demuestran una marcada mejora en la resolución próxima El paciente se explora mientras está sentado sobre una
en comparación con dispositivos antiguos. El amplio cam- silla giratoria sin reposabrazos. El explorador se sienta en
po de visión de superficie es útil para mejorar la imagen de posición confortable de forma que quede colocado por
campo próximo. Los armónicos tisulares han demostrado encima del hombro del paciente. Cuando el explorador es
que mejoran la visibilidad de la superficie del tendón res- principiante, deben explorarse ambos hombros, comen-
pecto a la ecografía convencionaFl. En los últimos años, los zando por el menos sintomático de los dos. En nuestro
equipos de ecografía han cambiado desde unos equipos centro utilizamos la siguiente técnicaS:
pesados y que ocupaban bastante espacio a unos equipos Se obtienen imágenes transversales a través del bíceps
ligeros, adaptados a ordenadores portátiles y con sondas largo con el brazo y antebrazo sobre el muslo del paciente,
ergonómicas. Siguiendo esta tendencia los equipos de ele- con la palma en supinación (Fig. 22-2). La corredera bi-
vado coste se pueden sustituir por piezas más asequibles cipital sirve como referencia anatómica para diferenciar
que se comercializan para usos específicos en clínica2o ,22, el tendón subescapular del tendón del supraespinoso. La
en el quirófano y en el punto de la lesión. 23.24 Diversos fa - corredera es cóncava y refleja ecos brillantes desde la su-
bricantes fabri can actualmente ecógrafos que pesan me- perficie ósea del húmero. El tendón de la cabeza larga del
nos de 5 kg Y los precios de los equipos de aplicación para bíceps se visualiza como una estructura aislada hiperecoi -
su uso en ecografía osteomuscular han disminuido más del ca dentro del surco bicipital en las imágenes transversa-
80% respecto a los precios de los años 9020. les. El tendón sigue un curso a través del intervalo del
manguito de los rotadores y divide en subescapular del
tendón supraespinoso. La ecografía comenzará con el ten-
j ANATOMíA Y TÉCNICA ECOGRÁFICA dón proximal del bíceps largo por encima del surco del
tendón del bíceps. El bíceps intraescapular tiene un reco-
rrido más oblicuo en la cápsula del hombro. El bíceps cap-
Comprender la compleja anatomía tridimensional del sular está ubicado en un espacio que se suele denominar
manguito de los rotadores es esencial para que se pueda intervalo del manguito rotador. El espacio varía entre
realizar con éxito una ecografía del manguito de los rota- 1-3 cm de anchura 30 . En este intervalo entre el subescapu-
dores. Los huesos suelen limitar la exploración realizada lar superior y el supraespinoso anterior, una banda de
por exploradores inexpertos. Aquellos que se inician en la tejido conectivo rodea al tendón del bíceps largo proxi-
ecografía de hombro, pero que tienen cierta experiencia mal. Por debajo del bíceps, insertada en la corredera bici-
en la artrografía con RM, les recomendamos que realicen pita!, dicha banda está formada por fibras del ligamento
una exploración ecográfica rápida antes y después de ca- glenohumeral superior. Por encima del bíceps están las
da artrografía. Esto les permitirá a los futuros explorado- fibras del ligamento coracohumeraPl, que siguen su
res comprobar sus habilidades diagnósticas de modo in- curso desde el apófisis coracoides, medialmente, cubren
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Articu lación
del hombro en:
Aducción
Hiperexten sión
e Rotación medial

Figura 22-1 Articulación de hombro derecho con anatomía de superficie y estructuras musculoesqueléti-
cas subyacentes. A, Posición neutra del hombro; proyección frontal (imagen izquierda), vista lateral (imagen del
centro) y vista posterior (imagen derecha) de la anatomía de superficie. Las prominencias óseas formadas por la
clavícula (a), acromion (b), y apófiSis coracoides (e) que limitan la ventana acústica de la ecografía del hombro son visibles
en tejido subcutáneo. Otros contornos visibles son la tuberosidad mayor (d) y la espina de la escápula (e), que termina en
la superficie plana medial (f), sobre la que se desliza la aponeurosis del músculo trapecio. B, Anatomía en posición neutra,
visión frontal (imagen izquierda) que muestra el ligamento coracoacromial (g), fijación del tendón supraespinoso (s) y bíceps
braquial con su cabeza corta (S), que se origina a partir de la apófisis coracoides medial mente y la cabeza larga (L) que se
extiende en la articulación por debajo del ligamento coracoacromial. El tendón coracobraqu ial (eb) es otro tendón que se
origina en la apófisis coracoides. Ver vista lateral (imagen media) que muestra cómo el subescapular (se) es un tendón se-
parado de la parte anterior del hombro. Este tendón se divide del supraespinoso (S) por el tendón de la cabeza larga del
bíceps y por el intervalo del manguito de los rotadores. Vista posterior (imagen derecha) con el trapecio (t), infraespinoso
(i), teres menor (t), tríceps braquial (tb) y teres mayor (T) . El deltoides se ha cortado y su borde se observa alrededor del
acromion. En todos los esquemas anatómicos que siguen se ha extirpado el deltoides. En la ecog rafía miramos a través del
deltoides para ver al manguito de los rotadores. e, En aducción , hiperextensión y rotación interna (medial), se puede liberar
más tendón supraespinoso para su visualización. La zona más vulnerable del supraespinoso (S) es anterior al acromion y
lateral al tendón del bíceps largo intracapsular (L). La zona del manguito de los rotadores es donde se producen la mayoría
de los desgarros (zona crítica) que encuentra en el espacio trapezoidal entre las prominencias óseas de la clavícula lateral
(a), acromion anterior (b), coracoides (e) y tuberosidad mayor anterior. El tendón subescapular en esta posición se aparta
bajo el coracoides y es medial a la cabeza corta del bíceps (S).
el bíceps en el intervalo del manguito de los rotadores y se te detectar las más pequeñas colecciones líquidas en el
fijan al húmero lateralmente. En su inserción lateral, elli- receso triangular medial en el extremo distal de la vaina
gamento coracohumeral se bifurca alrededor del supraes- tendinosa 33 . Dichas mínimas colecciones de la vaina bici-
pinoso anterior. La capa profunda parece distinta y se de- pital representan un indicador muy sensible del líquido
nomina línea del manguito de los rotadores 32 , una articular. Con una rotación de 90° del transductor hasta la
estructura en el borde articular del supraespinoso. El liga- proyección longitudinal se podrá evaluar el tendón del bí-
mento coracohumeral superficial es más delgado y menos ceps34. El transductor tiene que alinearse con cuidado a lo
evidente. Los ecografistas pueden reconocer en ocasiones largo de la corredera bicipital (Fig. 22-3). Es necesario
la línea del manguito de los rotado res por sus exclusivas ejercer una suave presión en la parte distal del transduc-
características anisotrópicas con orientación perpendicu- tor para alinear el transductor paralelo al tendón y evitar
lar a las fibras longitudinales de la zona crítica del supra- artefactos debidos a la anisotropía (Fig. 22-4).
espinoso. Después de la exploración, del bíceps en la cáp- El transductor se vuelve a aplicar de nuevo en el plano
sula, se sigue el bíceps largo a lo largo de su recorrido por trasverso y se mueve en dirección proximal a lo largo del
la corredera bicipital. El barrido se extenderá caudalmen- húmero para visualizar el tendón subescapular, que se
te hasta alcanzar la unión musculotendinosa. Esto permi- muestra como una banda de ecos de medio nivel, profundo
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~ Figura 22-2 Eje corto o ecografía transversal del tendón del bíceps largo. A, Visión de la cabeza larga (LH) y
t..'"""""'"~ cabeza corta del tendón del bíceps. La posición del transductor se indica por el símbolo transparente. En este
~ barrido, el paciente descansa con el dorso de la mano confortablemente apoyada en el muslo con el codo flexio-
nado. S, tendón supraespinoso; Se, tendón subescapular. S, Sección de corte a través de la corredera bicipital a nivel del
subescapular (Se). El deltoides (O) tiene un perfil en pezuña y cubre los dos tendones del bíceps y el tendón del subesca-
pular en la parte anterior del hombro. Se trata de una visión anatómica en posición neutral y con el transductor colocado
en una posición transversal sobre la corredera bicipital. Las secciones de corte de la cabeza larga y corta del bíceps se ven
muy próximas entre sí. e, Por debajo del deltoides (O), el bíceps largo proximal (B) descansa en la corredera bicipital (fle-
chas). El ligamento transverso (flecha negra) representa la extensión lateral del subescapular y cubre el bíceps largo. Se
aprecia un pequeño segmento del subescapular entre la superficie ósea del húmero y la cabeza corta del bíceps en el
borde derecho de la imagen. D, Ecografía transversal de la parte inferior de la corredera bicipital en un paciente con pato-
logía del manguito de los rotadores. El tendón del bíceps largo (B) parece cubierto por una vaina hipoecoica distendida
(flechas). La hipogenicidad de la vaina del tendón representa líquido, hipertrofia sinovial o ambos. Es importante realizar un
barrido del receso más caudal de la vaina sinovial bicipital. En un paciente que está sentado durante la exploración, ellí-
quido estará en la parte más declive del de sinovia.
Figura 22-3 Eje largo o proyección longitudinal del tendón largo del bíceps. A, En una posición neutra, el bí-
ceps largo está en la corredera bicipital, siguiendo la línea media sobre el húmero anterior. La posición del trans-
ductor está indicada por el símbolo transparente, B, Sección de corte longitudinal a través del bíceps. El deltoides
también tiene perfil en pezuña en el plano sagital. Se trata de una proyección anatómica del hombro en posición neutra y
con el transductor ubicado longitudinalmente sobre la corredera bicipital. La cabeza larga del bíceps (LH) parece una es-
tructura tubular. e, Ecografía longitudinal que muestra el tendón del bíceps con una arquitectura fi brilar distinta por debajo
del deltoides. Obsérvense los reflejos lineales longitudinales distintos en la estructura tubular de un bíceps largo normal.
Cuando no se aprecia en la estructura tejido en capas el médico debe sospechar la posibilidad de tejido cicatricial que
sustituye un tendón roto.

con respecto a la grasa subdeltoidea y su bursa. El tendón mano hasta el bolsillo del pantalón contralateraL Esta po-
subescapular se aprecia paralelo a su eje (Fig. 22-5) en su sición de la mano se alterna con frecuenc ia con otra posi-
proyección de eje largo. Puede ser útil el barrido durante la ción con la mano sobre el bolsillo de detrás en el lado del
rotación pasiva y externa para evaluar la integridad del ten- hombro afectado y con el codo en aducció n máxima, Esta
dón subescapular, que puede estar roto en pacientes con última posición supone una mayor tensión sobre el ten-
luxación crónica anterior del hombro. La rotación externa dón y hace que la lesión del manguito se haga más eviden-
también es necesaria para diagnosticar una sub luxación te. Sin embargo, esta posición también puede llevar a que
del tendón del bíceps largo, sobre todo cuando sólo se pre- el explorador cometa errores, ya que puede sobrestimar
senta de forma intermitente35 • La mejor forma de evaluar la los desgarros 3B , Se obtendrán proyecciones longitudinales
proyección de eje corto del subescapular es sobre el resalte a lo largo del recorrido del tendón supraespinoso y tam-
de la tuberosidad menor y tan cerca como sea posible de la bién imágenes trasversales de la inserción del tendón y
corredera bicipital (Fig. 22-6). perpendicular a la cabeza humeraL La correcta orienta-
La bursa subdeltoidea normal, se reconoce por ser ción se consigue cuando el plano de la imagen muestra
una capa hipoecoica y delgada entre el músculo deltoideo una buena definición de la superficie ósea y perfil nítido
y el tendón del bíceps en su parte profunda. Existe grasa del cartílago de la cabeza humeraL Durante la exploración
hipo ecoica peribursal que rodea la parte externa de la ca- longitudinal, el transductor recorre el acromion medial-
pa sinoviaJ36. mente y la parte lateral de la tuberosidad mayor lateral-
El tendón del supraespinoso se explora perpendicular mente (Fig, 22-8, By C), El transductor hace el barrido al-
a su eje (transversal) moviendo el transductor en direc- rededor de la cabeza humeral en todo su perímetro y se
ción lateral y posterior. La ventana ecográfica es muy es- mantendrá todo el tiempo perpendicular a la superficie
trecha y es esencial una cuidadosa colocación del trans- de la cabeza humeraL Este movimiento de barrido a tra-
ductor (Fig. 22-7). El tendón del supraespinoso se vés del tendón supraespinoso comienza por delante pasa-
visualiza como una banda de ecos de medio nivel por de- do el tendón del bíceps largo, Nosotros abarcamos una
bajo de la bursa subdeltoidea y superficial a los ecos bri- superficie de unos 2,5 cm lateral al tendón del bíceps lar-
llantes, que se originan de la superficie del hueso de la go. El tendón del infraespinoso se explora por debajo de
tuberosidad mayor. este punto. La unión musculotendinosa muestra un mús-
El resto de la exploración se realiza con el brazo en culo hipoecoico que rodea al tendón infraespinoso hiper-
aducción e hiperextensión y el hombro en una rotación ecoico. El barrido transversal comienza justo lateral al
interna moderada S,?,3? (Fig, 22-8). Esta posición se entien- acromion y se traslada caudal por encima del tendón del
de perfectamente si le pedimos al paciente que lleve la supraespinoso y la tuberosidad mayor. La zona crítica es
la porción del tendón que comienza aproximadamente a guibles en una articulación sin derrame. Por el contrario,
1 cm posterolateral al tendón del bíceps. Cuando no se el líquido hipoecoico o la sinovia pueden separar conside-
consigue visualizar de forma correcta esta zona se pueden rablemente esos tejidos en la articulación con artritis. El
inducir resultados falsos -negativos s. cartílago articular hipoecoico de la cabeza humeral, que
El barrido del tendón supraespinoso se continúa con la queda lateral al borde glenoideo, contrasta claramente
visualización de los tendones del infraespinoso y teres con la hiperecogenicidad del fibrocartílago. El barrido de-
menor, desplazando el transductor hacia atrás y en un be extenderse medialmente para abarcar la escotadura
plano paralelo a la espina escapular. El tendón infraespi- espinoglenoidea y los vasos y nervio supraescapular. La
noso se muestra como una estructura de tejido blando de visualización de la escotadura puede mejorar si llevamos
perfil en pico cuando se fija a la parte posterior de la tube- el transductor a un plano trasverso, pero con el extremo
rosidad mayor 6 (Fig. 22-9). La rotación interna y externa medial del transductor en una posición ligeramente más
del hombro puede ser útil para la exploración del tendón cefálica que el extremo lateral. Si se realiza una rotación
infraespinoso. Esta maniobra relaja y contrae el tendón externa-interna dinámica durante la visualización del haz
infraespinoso de forma alternante. A este nivel, se aprecia neurovascular, que englobe el entorno de la escotadura
una porción del borde glenoideo posterior como una es- espinoglenoidea, se mostrará la distensión de la vena su-
tructura triangular hiperecoica. El líquido del receso del praescapular durante la rotación externa. El transductor ~
infraespinoso rodea el borde glenoideo. Se obtendrá una con 'una orientación transversa se mueve distalmente y o
imagen con el contraste óptimo para la detección de líqui- entonces se visualiza el teres menor. El tendón del teres '3
,~
Q.
do intraarticular llevando el brazo a una rotación externa menor es una estructura trapezoidaJ39 (Fig. 22-11), que ctI
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(Fig. 22-10). En esta posición el borde glenoideo normal se distingue del tendón del infraespinoso por ser más
estará recubierto por el tendón infraespinoso. Ambas es- gruesa y muscular su fijación. Los desgarros del teres me-
tructuras parecen hiperecoicas y se hacen casi indistin- nor son raros. En casos de síndrome de los cuatro espa-

~ Figura 22-4 Composición de imágenes a través del bíceps largo proximal mostrando anisotropía del ten-
er..""""""""~
dón. La orientación longitudinal predominante del colágeno en tendones como el bíceps los convierte en potentes
~ reflectores anisotrópicos. Imágenes superiores: Imagen transversal ; imágenes inferiores: proyección sagital a tra-
vés de la línea media de la corredera bicipital. La columna de la izquierda muestra una técnica ecográfica correcta. Los
tendones normales se muestran hiperecoicos solo cuando se exploran perpendicularmente. La columna de la derecha
demuestra la forma en que aparecen los tendones hipoecoicos cuando el ángulo del transductor diverge de los 90°. La
visualización de esta transición de la ecogenicidad del tendón desde hiperecoico a hipoecoico se utiliza en ocasiones para
mejorar el contraste tisular, y también es útil para distinguir tendón de cicatriz.
cios con atrapamiento del nervio axilar, el teres menor tis reumatoide y la artritis séptica, que ocasionan derra-
puede ser unilateralmente más pequeño y parecer hipere- me. En la enfermedad del manguito de los rotadores es
coico 40 . Los derrames articulares pequeños también se raro encontrar líquido en esta ubicación.
visualizan en esta ubicación 41 . La demostración de derra- Al final de la exploración se obtienen imágenes corona-
me ayuda a distinguir procesos articulares como la artri- les a través de las articulaciones acromioclaviculares. La

Brazo en posición neutra

Figura 22-5 Proyección de eje lar-


go del tendón subescapular o pro-
yección trasversal a través del hom-
bro anterior. A, Transductor para el estudio
del eje largo del su bescapular (Se) indicado
por el transductor transparente. S, Sección de
corte del subescapular (Se) y de los dos ten-
dones del bíceps proximal. El tendón subes-
capular se observa por encima del húmero y
c:
'o entre los dos tendones del bíceps. En posición
'(3 neutra o en rotación interna (medial) existe po-
o
Q)
fJ)
ca separación de los tendones del bíceps. En
rotación extrema, la cabeza larga puede pasar
bajo la cabeza corta. e, Ecografía de eje largo
que se visualiza en rotación externa y que
muestra el tendón subescapular (Sub) paralelo
a su eje, que se aprecia como una banda de
Brazo en rotación lateral ecos de nivel medio por debajo del músculo
deltoides (O); B, tendón del bíceps; Cor, cora-
coides. D, Imagen dual que ilustra el uso de la
rotación externa para sacar el subescapular
bajo el coracoides y cabeza corta del bíceps
(S). En la posición neutra, la cabeza larga (L)
del bíceps se mostrará por encima de la mitad
del húmero proximal anterior. En rotación ex-
terna la cabeza larga del bíceps se separa de
la cabeza corta. El tendón del subescapular
(Sub) muestra toda su extensión por encima
de la cabeza humeral anterior. O, deltoides.
Los diagramas anatómicos de la izquierda
muestran la posición del bíceps ' largo en la
proyección frontal. Las flechas indican lo que
sucede en la anatomía de corte seccional con
la rotación interna (arriba) y rotación externa
(abajo).
D
Figura 22-6 Proyección de eje corto del subescapular o ecografía sagital a través del hombro anterior. A, El
transductor transparente indica la posición del transductor. e, El tendón subescapular (Sc) cubre la cabeza hume-
ral y al cartílago de la cabeza humeral del hombro anterior. El tendón se visualiza a través del deltoides (D). El es-
pacio superior al subescapular, el intervalo del manguito de los rotadores, es un espacio de tejido mesenquimatoso que
rodea al bíceps intracapsular (L). e, Por debajo del deltoides (D), el subescapular (SUB) se estrecha en su grosor desde su
borde superior al inferior.

Figura 22-7 Proyección de eje corto del tendón supraespinoso. A, Con el brazo en extensión y rotación inter-
na, el transductor se coloca entre el acromion anterior y la apófisis coracoides. El transductor hace su recorrido
desde el acromion en dirección caudal hasta el nivel de la tuberosidad mayor lateral. e, Esta sección en el plano
del transductor muestra la forma en que el supraespinoso queda recubierto casi por completo por la bursa subdeltoidea
(S. bursa) por debajo del deltoides (D). e, El tendón del supraespinoso (SUP) se muestra como una banda de ecos de nivel
medio por debajo de la bursa subdeltoidea (flechas) y cubre el cartílago de la cabeza humeral (HH). Se muestra un tendón
edematoso sintomático en el lado izquierdo de la imagen desdoblada y en el lado derecho el hombro derecho normal del
paciente. D, Músculo deltoides. Compárese el grosor de la bursa hipoecoica con el grosor del cartílago hialino cubriendo
la cabeza humeral. Una bursa normal no excede el grosor del cartílago normal.
Figura 22-8 Proyección de eje largo del tendón supraespinoso. A, Con el brazo en extensión y rotación inter-
na, el transductor se coloca perpendicular a la curvadura de la apófisis acromial para la visión a lo largo de la
masa del mayor número de fibras del supraespinoso . Nos referimos a esta proyección como proyección de eje
largo. B, Esta sección muestra la dificultad que tiene la articulación acromioclavicular y el acromion lateral que cubre la
parte del supraespinoso (S). La posición del paciente (como se ve en la A, inserto) libera la zona crítica y se mueve en la
ventana acústica profunda respecto al ligamento acromioclavicular. e, Imagen longitudinal a través de supraespinoso iz-
quierdo. Existe más proporción de tendón que se extiende más allá de las caras lateral y anterior del acromion que en la
posición neutra. Los cambios en la ecogenicidad dentro del manguito de los rotadores se deben a la anisotropía del tendón.
La propagación de los ultrasonidos a través de tendón supraespinoso (S) parece poco evidente. Este hecho se observa
más claramente en una subcapa del tendón supraespinoso (flechas). Las fibras en esta capa tienen una orientación longi-
tudinal a lo largo del eje largo del tendón. C, cartílago hialino por encima de la cabeza humeral, D, Visión panorámica a
través del supraespinoso derecho que muestra la relación anatómica del tendón supraespinoso longitudinal (S) con el
acromion (Acr) y articulación acromioclavicular (flecha abierta). Esta imagen se ve mejor lado por lado con B. El deltoides
(O) se origina del acromion; CI, clavícula lateral; Hu, húmero proximal; el perfil del tendón se ha comparado con frecuencia
c: con un pico de loro. El tejido hipoecoico cubre el tendón en cada lado. La hipogenicidad entre tendón y hueso representa
'o
'u() cartílago hialino (flecha blanca) y la capa delgada e hipoecoica entre tendón y deltoides se corresponde con la bursa sub-
Q) deltoidea (flecha negra). E, Sección sagital que muestra la relación del supraespinoso uniéndose con el infraespinoso, que
en está localizado más posteriormente. También se aprecia la separación del supraespinoso anterior del·subescapular (Sc) por
el bíceps largo intracapsular (L). F, Proyección panorámica de la anatomía transversal del supraespinoso (SUP) relativa al
subescapular (SUB) y el bíceps intracapsular (B) en la parte anterior y en la parte posterior del infraespinoso (IS). De nuevo
el tendón parece un sandwich entre dos capas hipoecoicas. Obsérvese que la bursa subdeltoidea normal (flechas negras)
sigue ligeramente más delgada que el cartílago hialino (flechas bancas) por encima de la cabeza humeral (HH). El supraes-
pinoso e infraespinoso forman el tendón conjunto , mientras que el tendón del bíceps separa el supraespinoso del subes-
capular. La imagen se ha realizado haciendo un barrido circular por encima de los tendones en un movimiento que sigue el
perfil de pezuña del deltoides en el plano sagital, como se ilustra en E.

comparación derecha-izquierda mostrará patología dege-


nerativa o patológica que simule u ocasione síntomas pa- MANGUITO NORMAL
recidos al pinzamiento. El borde glenoideo superior ob-
serva con el transductor alineado por detrás de la unión
acromioclavicular y con una orientación perpendicular Manguito del adolescente
a la parte glenoidea superior. Será necesario transductor Los tendones del manguito de los rotado res y bíceps
de red curvada, lineal si se sospecha un diagnóstico de intracapsular(es) son hiperecoicos respecto a la cabeza
desgarro del borde glenoideo superior (lesiones SLAP) del músculo deltoides (Fig. 22-12). Los tendones del man-
Figura 22-9 Proyección
de eje largo del infraes-
pinoso. A, Con el brazo
a un lado del paciente el explora-
dor puede explorar el infraespino-
so (/S) desde su origen en la es-
cápula hasta su inserción en la
tuberosidad mayor posterior; 0,
deltoides. El transductor se colo-
ca por encima de la articulación
posterior a la izquierda del trans-
ductor y se orienta hacia la inser-
ción en la tuberosidad. B, Sec-
ción anatómica oblicua junto al
infraespinoso (IS) eje largo: 0 ,
deltoides; e, Proyección panorá-
mica junto al plano mostrado en
B. El infraespinoso (/S) se adelga-
za hacia su inserción humeral
(Hu) y parece un sandwich entre
el deltoides (O) y el húmero. La
flecha indica la ubicación de la
articulación.

ROTACiÓN INTERNA DEL BRAZO

Figura 22-10 Relación


del tendón del infraes-
pinoso y el músculo en
relación con el labrum glenoi-
deo. Con el brazo en rotación
medial (interna) y lateral (externa).
Diagrama superior, Labrum gle-
noideo fibroso (L) que parece un
triángulo hiperecoico por debajo
del músculo infraespinoso (M).
Obsérvese la imagen de ultraso-
nidos correspondiente de la iz-
quierda. Con el brazo en rotación
interna, el contraste entre el mús-
culo hipoecoico (IS) y el borde
glenoideo se acentúa (flechas) .
Diagrama medio; cuando el brazo
está en rotación externa, el ten-
dón hiperecoico (T) está en proxi-
midad directa con ellabrum hiper-
ecoico. Obsérvese el inserto de
ultrasonidos de la izquierda. La ROTACiÓN EXTERNA DEL BRAZO
interfase separada, que es esca- CON DERRAME INTRAARTICULAR
samente perceptible (flecha ne-
gra) representa la localización ac-
tual del sinovia. Diagrama inferior.
Rotación externa como posición
preferida para detectar derrame.
Si existe derrame (E), el líquido
hipoecoico distiende la sinovia
entre el labrum posterior y la su-
perficie profunda del infraespino-
so. HH, cabeza humeral.
Figura 22-11 Proyección de eje largo del teres menor. A, La sonda se coloca paralela a la espina de la escápu-
...""="'"~
la y proximal a la prominencia debida al vientre muscular del teres mayor (obsérvese las referencias de superficie
~ en la Fig . 22-1) que muestra la inserción tendinosa corta del teres menor (TM); IS, infraespinoso; O, deltoides cor-
tado proximal mente. B, Inserción oblicua a lo largo de la del teres menor, diagrama que muestra la inserción «muscular»
(carnosa) del tendón del teres menor; TM, teres menor, IS, infraespinoso; e, Teres menor (TM) como una estructura trape-
zoidal por debajo del deltoides inferior (O); húmero (flechas). La inserción parece hipoecoica, al contrario de otras insercio-
nes de tendones del manguito de los rotadores que son más fibrosas y por ello con inserciones más hiperecoicas.

guito de los rotadores están recubiertos por una capa si- es un espélcio virtual, ya que contiene líquido sinoviallu-
novial delgada que normalmente es menor de 1,5 mm y bricante y este fluido no se puede distinguir en un estudio
parece hipo ecoica respecto a los tendones. El grosor de eco gráfico de hombro de rutina. La sección de corte de la
esta capa de la bursa no cambia. La bursa subacromio- bursa tiene forma de pezuña y con frecuencia se extiende
deltoidea es tan gruesa sobre el tendón del bíceps como desde la apófisis coracoides por delante, alrededor del
sobre los tendones del subescapular, supraespinoso e in- hombro lateral y por detrás pasa la glenoides. Si la bursa
fraespinoso. Una exploración realizada correctamente subdeltoidea se extiende hasta ese punto por delante, si-
mostrará una bursa claramente definida que muestra una gue en continuidad directa con la bursa coracoacromial.
banda hipo ecoica más delgada que el grosor del cartílago El espacio pleural y espacio sinovial bursal tienen varias
hialino sobre la cabeza humeral. Esta bursa extraarticular similitudes; ambas son espacios virtuales (que se distien-

Figura 22-12 Proyecciones en eje corto del supraespinoso e intervalo del manguito de los rotadores, A, En
........."..~ un individuo joven y sano, el manguito de los rotad o res contrasta claramente en ecogenicidad con el deltoides. El
~ manguito de los rotadores parece hiperecoico en relación con el deltoides. C; apófisis coracoides. B, En el inter-
valo del manguito de los rotadores, una «banda» hiperecoica rodea al bíceps. Las fibras del ligamento glenohumeral supe-
rior (flecha blanca) se observan por debajo del bíceps intracapsular (B) y las fibras de ligamento coracohumeral (flechas
negras) siguen un curso superficial.
den en caso de derrame), la capa lubricante fina de líquido 77% (69 de 90) eran de raza blanca, el 13% (12 de 90)
en su luz y un extenso entramado de vasos capilares y va- negros, el 9% (8 de 90) asiáticos y un 1 % (1 de 90) hispa-
sos linfáticos en sus paredes. Estos vasos no son visibles nos. Dieciocho individuos estaban entre los 30 y 39 años,
con el Doppler color en los pacientes con una anatomía 18 entre los 40 y 49, 18 entre los 50 y 59, 13 entre los 60
normal del manguito de los rotadores, pero los vasos dis- y 69, 13 entre 70 y 79 Y 10 entre los 80 y 99 años de edad.
tendidos se pueden apreciar en la ecografía Doppler color La proporción de mujeres y hombres fue casi igual en ca-
o potencia de los pacientes con manguito inflamad0 42 • El da década.
límite entre la bursa y el músculo deltoideo está formado No se observaron diferencias estadísticamente signifi-
por la llamada grasa peribursa. Esta capa parece hipere- cativas en la prevalencia de las lesiones del manguito de
coica y su grosor es llamativamente uniforme, y el hábito los rotadores por sexos dependiendo de que fuera el bra-
corporal parece tener escasa influencia sobre el grosor de zo dominante o el no dominante (Fig. 22-13). Tampoco
dicha capa grasa. encontramos diferencias significativas en la incidencia de
La patología del manguito de los rotado res es rara en pa- las lesiones del rotador por sexo o por el nivel referido de
cientes jóvenes, aunque se puede producir esta patología a actividades recreacionales. Sin embargo, la prevalencia de
nivel del borde glenoideo y bursa\. Algunas de estas patolo- los desgarros del manguito de los rotado res en el brazo
gías pueden simular desgarros de los tendones y es dominante y no dominante mostró un aumento lineal des-
importante recordar que el manguito del adolescente tiene pués de la quinta década de la vida. Esta diferencia fue
más músculo que el manguito de mayor edad. La longitud estadísticamente significativa entre los pacientes en sus
relativa del tendón al músculo aumenta con la edad 43 . Las décadas 3.", 4.", 5. a y mayores 13 . El porcentaje acumulativo
zonas hipoecoicas del manguito en pacientes por debajo de de desgarros del grosor parcial y total fue aproximada-
los 20 años suelen representar simplemente músculo, y es- mente del 33% entre las edades de 50-59; del 55% entre
te hallazgo es difícil de atribuir a fisuras con facilidad. A 60 y 69, del 70% entre 70-79 y hasta el 78% por encima
partir de una meticulosa comparación de los tendones sub- de los 80 años (Fig. 22-14). Se detectaron un total de 25
escapulares derecha-izquierda en el adolescente se podrán desgarros totales y 15 parciales. Dieciséis pacientes (64%)
demostrar los desgarros del manguito rotador anterior en con desgarros presentaban desgarros bilaterales del man-
las lesiones deportivas. En nuestra experiencia la inserción guito rotador. El individuo más joven con desgarro parcial
subescapular parece ser la relación más lábil del manguito tenía 35 años. El individuo con desgarro total más joven
de los rotadores en el hombro en crecimiento. La ecografía contaba 54 años de edad. El rango de edad para los desga-
ha demostrado su utilidad para la detección de los desga- rros parciales fue de 35 a 80 años y para las totales de 54
rros del tendón del subescapular44 • a 92 años. La edad media de los desgarros fue de 56 años
y para los parciales de 63 años.
Cambios relacionados con la edad En 19 casos (46%) los desgarros del manguito de los ro-
El manguito de los rotadores en individuos mayores de 30 tadores se asociaban a líquido sinovia\. En 15 de estos pa-
años es estanco. Los estudios artrográficos demuestran cientes el líquido se localizaba en la vaina del tendón del
que no existe comunicación entre la articulación glenohu-
meral y la bursa subacromio-subdeltoidea 25 • En estudios CAMBIOS DEL MANGUITO DE LOS ROTADORES
postmortem y con cadáveres se ha observado una alta EN ADULTOS ASINTOMÁTICOS
prevalencia de desgarros completos del manguito de los BRAZO DOMINANTE/BRAZO NO DOMINANTE
rotadores en hombros añosos. Keyes y cols. 45 exploraron 100
73 cadáveres no seleccionados y detectaron desgarros to- • Brazo dominante
tales del supraespinoso en el 13,4% de los hombros. Los 80 D No dominantes
desgarros completos no se registraron en personas meno-
res de 50 años y la prevalencia por encima de los 50 años
fue del 31 %. Wilson y Duff46 estudiaron una serie no se- .~ 60
eal
leccionada de 74 cuerpos postmortem y 34 cadáveres en ~
la sala de disección por encima de los 30 años. Observa- o
a.. 40
ron desgarros totales del tendón del supraespinoso en el
11 % de desgarros completos del tendón del supraespino-
so y desgarros parciales en el 10% de los hombros. Fuku- 20
da y cols. 47 refirieron un 7% de prevalencia de desgarros
completas y del 13% como prevalencia de los parciales en o -t-"- --'-,....
un estudio con cadáveres, aunque no especificó detalles Décadas 4 5 6 7 8 9 Y 1O
sobre las edades. Con estos porcentajes elevados de des-
Años 30-39 40-49 50-59 60-69 70-79 80-99
garros del manguito de los rotadores, ¿cuántos de estos
desgarros podrían haber sido asintomáticos? Nosotros Figura 22-13 Desgarros asintomáticos del man-
realizamos un estudio que demostró que la ecografía po- guito de los rotadores. Porcentaje de hombros
dría detectar los desgarros asintomáticos. con desgarros del manguito de los rotadores en
En una población que nunca llegó a consultar al médico adultos asintomáticos en distintos grupos de edad. El grá-
fico muestra una comparación entre brazos dominantes y
por patología relacionada con el hombro y que estaba for- no dominantes.
mada por 90 voluntarios (47 mujeres y 43 varones), el
CAMBIOS DEL MANGUITO DE LOS ROTADORES se detectaron en todos menos cuatro de los desgarros par-
EN ADULTOS ASINTOMÁTICOS
ciales del manguito. Se observó irregularidad de la tubero-
GRADOS DE PINZAMIENTO
100 sidad mayor en 37 hombros o en el 21 % de los hombros de
este estudio. Doce hombros mostraron tuberosidades ma-
• Estadio 1 yores irregulares sin desgarros del manguito. Se observó
80 O Estadio 2
una correlación estadísticamente significativa entre los
l1li Estadio 3
desgarros asintomáticos del manguito de los rotado res y la
al
$ 60
irregularidad de la tuberosidad mayor (Fig. 22-15).
e
al
Veinte de los desgarros de todo el grosor se considera-
!:! ron grandes y afectaban a más de un tendón. Tres desga-
o
Il. 40 rros eran masivos y tenían un diámetro mayor de 4 cm y
tres desgarros eran pequeñas y menores de 2 cm de an-
20
cho cuando se midieron sobre la base de la tuberosidad
mayor. Diez desgarros parciales mostraban una ecogenici-
dad mixta y cinco eran hipoecoicas. Nueve lesiones de
o -f-L-----"'- - ecogenicidad mixta y dos de las hipoecoicas mostraron
Décadas 4 5 6 7 8 9 Y 10 cambios óseos en la tuberosidad mayor.
Años 30-39 40-49 50-59 60-69 70-79 80-99 Nuestros resultados indican que el hallazgo de altera-
ciones del manguito de los rotadores o el derrame en la
Figura 22-14 Prevalencia del estadía 1 yesta-
vaina del tendón del bíceps puede se r compatible con una
dio 3 de pinzamiento en el brazo dominante en
distintos grupos de edad. Alteraciones en el es-
movilidad normal y libre de dolor en el hombro. Los ha-
pacio subacromial se estadían ecográficamente como si- llazgos del manguito de los rotado res deben interpretarse
gue: estadio 1 si el grosor de la bursa es de 1,5-2 mm; con precaución en pacientes que sobrepasen los 50 años.
estadio 2 con un grosor de la bursa de más de 2 mm, y Un desgarro del manguito no es necesariamente la causa
estadio 3 si existe un desgarro parcial o total del manguito del dolor en un hombro añoso y puede ser un hallazgo ca-
de los rotado res. sual. Los cambios degenerativos del manguito de los
rotadores deben correlacionarse con la edad, con un au-
mento lineal de la significación estadística después de la
bíceps y en los otros cuatro casos se localizaba en la bursa quinta década de la vida. Por otro lado, el criterio clínico
subacromio-subdeltoidea. Dos individuos presentaban tiene que prevalecer para distinguir los desgarros del
desgarro y líquido en la vaina del tendón del bíceps y en la manguito asintomáticos de los sintomáticos. Además, de-
bursa al mismo tiempo. El receso infraespinoso fue normal tectar un desgarro en el manguito de los rotadores no de-
en todos nuestros pacientes. Se observaron 11 derrames en be llevar al médico a dejar de buscar otras causas de dolor
la vaina del tendón del bíceps largo en los sujetos con des- de hombro. Nuestra lectura ecográfica se realiza en con-
garros del manguito. Nunca se observó un exceso de líqui- junto junto con la lectura radiológica inicial. Hemos detec-
do en la bursa subacromio-subdeltoidea en sujetos sin des- tado neoplasias óseas primarias y secundarias, mielomas
c: garros del manguito. Las erosiones superficiales o y tumores de Pancoast utilizando un abordaje minucioso.
-o
'(> irregularidades de la superficie ósea bajo el desgarro se La elevación limitada y dolorosa del hombro puede tener
(J
Q) observaron en el 90% de los desgarros y los cambios óseos su origen en diversas patologías, aunque la patología del
C/)
rotador sea la más frecuente. La concurrencia simultánea
de desgarros totales del manguito con un tumor en hom-
bro o próximo al mismo no es rara en nuestra experiencia.
Yamaguchi y cols. 48 estudiaron el brazo asintomático con-
tralateral de pacientes con desgarros sintomáticas en un
brazo. Después de un seguimiento medio de 2,8 años, el
51 % de los hombros asintomáticos se hicieron sintomáti-
cos. En 23 pacientes los desgarros se evaluaron de nuevo
mediante ecografía. Ninguno de los desgarros curó y ningu-
no se redujo. En 9 de 23 pacientes aumentaron de hecho de
tamaño. En pacientes con desgarros que primero fueron
asintomáticos y después se hicieron sintomáticos, la capa-
cidad para las actividades diarias se redujo claramente.
En un estudio sobre jugadores de tenis de nivel medio,
~ Figura 22-15 Cambios óseos en desgarros asin- Brasseur y cols. 49 mostraron que los desgarros del man-
t...~ tomáticos del manguito de los rotadores. Eco-
.....:;>" guito de los rotadores eran dos veces más frecuentes en el
~ grafía longitudinal a través del tendón supraespi- hombro dominante. Los desgarros descubiertos habían
noso (ss) que muestra retracción del tejido (calibres). La sido sintomáticos en uno u otro momento en el 90% de
superficie ósea de la tuberosidad mayor no recubierta (gt) los jugadores. Sin embargo, no hubo relación entre la exis-
es irregular. La bursa subdeltoidea (b) está rellena de líqui- tencia de desgarro o calcificación en el momento del estu-
do. D, deltoides. dio y la existencia o ausencia de dolor 4 •
No visualización del manguito
ASPECTOS PREOPERATORIOS El contacto directo de la cabeza humeral con el acromion
es un signo de desgarro masivo del manguito. En esta si-
tuación la imagen ecográfica muestra el músculo deltoides
Criterios de los desgarros del manguito de los directamente en el techo de la cabeza humeral (Fig. 22-
rotadores 16). En algunos casos, se observa un engrosamiento de
La ecografía del manguito de los rotadores ha difundido bursa y grasa entre el músculo deltoides y la superficie de
su uso en parte porque la imagen del manguito de los ro- la cabeza humeral. Esta capa de tejido es más hipoecoica y
tadores ha alcanzado un alto grado de sofisticación. Ade- parcheada en su textura. El grosor de esta capa dependerá
más, tanto los pacientes como los médicos han contribui- de la localización del desgarro, pero generalmente será
do a un creciente interés en la ecografía del hombro. Los más delgada e irregular que la capa normal del manguito.
pacientes sometidos a una ecografía o RM de hombro Se han referido algunas bursas que alcanzan los 5 mm de
prefieren la ecografía a la RMso.Sl. Los médicos con un pro- grosor. Esta capa sinovial se ha confundido con un man-
fundo conocimiento de la anatomía del hombro y de su guito normal por ecografistas poco experimentados. En
patología tienen actualmente acceso a una tecnología eco- los desgarros masivos, que exceden los 4 cm, la cabeza hu-
gráfica muy compacta. Estos médicos son conscientes de meral puede ascender a través del defecto por el impulso C\I
C\I
las ventajas de una ecografía en el despacho, de que se del músculo deltoides. El tendón supraespinoso se retrae o
trata de una técnica de bajo coste y que proporciona ade- bajo el acromion y, como norma, en esta etapa será difícil '3
~
más la oportunidad de informar al paciente durante la una nueva fijación quirúrgica (Fig. 22-17). Debe reflejarse c.
ro
propia visita 2o.22 . la extensión del desgarro ya que se suelen afectar múlti- O
Con respecto a la reproductibilidad del estudio del ples tendones. El diagnóstico de estos desgarros puede
manguito de los rotadores, diversos radiólogos han mos- predecirse por los radiólogos de hombro. Algunos centros
trado la conformidad entre radiólogos experimentados y utilizan las radiografías para comparar proyecciones du-
h a n observado un acuerdo interobservador bueno-exce- rante la abducción activa del hombro o supino anteropos-
lente en desgarros totales del manguito de los rotadores terior del espacio subacromial para contrarrestar la fuerza
(valores kappa entre 0,6-0,81). En caso de desgarros par- de la gravedad sobre el húmero s6. El espacio subacromial
ciales y cambios intratendinosos la variabilidad interob- no debe ser menor de 5 mm.
servador era mayor S2 .S4 . O' Connor y cols. s4 observaron un
grado de acuerdo bajo entre exploradores experimenta- No visualización focal del manguito
dos y otros exploradores con sólo 6 meses de entrena- Los desgarros más pequeños se muestran como la ausen-
miento en ecografía de hombro. Este estudio llegó a la cia local del tendón supraespinoso o, en raros casos, como
conclusión de que era necesario un entrenamiento rigu- la ausencia local del tendón subescapular o infraespinoso;
r oso con medición de la competencia si la comunidad el patrón de desgarro más habitual se debe .a una enfer-
científica espera que esta técnica alcance un grado actual medad a nivel de la unión tendón-hueso. El tendón se re-
de credibilidad diagnóstica. trae desde la superficie ósea, dejando una zona desnuda
Los criterios ecográficos previamente publicados de la de hueso (Fig. 22-18). Este hallazgo se ha referido en el
patología del manguito de los rotadores puede clasificar- pasado como signo de la «tuberosidad desnuda»s7. La su-
se en cuatro grupos: no visualización del manguito, au- perficie ósea de la tuberosidad mayor y cuello anatómico
sencia localizada o no visualización focal, rotura y ecoge- del húmero son irregulares en aproximadamente el 79%
nicidad focal anormal. de este tipo de desgarros. Los estudios anatómicos confir-

Figura 22-16 No visualización del manguito. A, Proyección transversal que muestra el músculo deltoides (D) en
contacto directo con la cabeza humeral (H). Capa hiperecoica (flecha curva) de grasa que queda profunda respec-
to al deltoides. Esta capa se interpone entre el deltoides y el húmero. B, Proyección longitudinal a través de la lo-
calización esperada para el tendón supraespinoso; el supraespinoso no está. Capa hiperecoica de grasa (flecha curva) por
debajo del deltoides (D). H, cabeza humeral.
Figura 22-17 Desgarro irreparable del manguito de los rotadores. Comparación longitudinal izquierda-dere-
cha que muestra una discrepancia manifiesta en el grosor de los tejidos blandos. El tendón supraespinoso (SS)
parece normal en el hombro izquierdo asintomático (LFT). El tendón del supraespinoso en la derecha (RHT) está
retraído y fuera de la vista. El deltoides y la capa fascial subdeltoidea cubren la cabeza humeral directamente. La artrosco-
pia demostró el borde roto del tendón del supraespinoso apartado lejos de la cavidad glenoidea. El defecto del manguito
de los rotado res se consideró irreparable.

man estos cambios óseos 5B • Este proceso patológico afecta tuación ideal, estos desgarros pueden confirmarse en dos
no sólo a la superficie del hueso, sino también a la estruc- planos de barrido perpendiculares. A veces esto no es po-
tura interna de la tuberosidad mayor. Los cambios exte- sible porque el desgarro completo se aprecia en un plano
riores consisten en picaduras en la corteza, erosiones del pero no se identifica como tal en el plano ortogonal. Este
hueso, esclerosis, fragmentación de la tuberosidad y de- fenómeno se ha atribuido a un promediado parcial de vo-
pósito de cristales más allá del frente de avance 5B • Los lumen en los desgarros que son más pequeños que el ta-
cambios en la arquitectura de la tuberosidad se manifies- maño de la huella de los transductores. Los desgarros
tan como menos trabéculas y menos conexiones entre tra- horizontales pequeños parecen habitualmente imágenes
béculas. La gran mayoría de estos desgarros se producen longitudinales pero pueden pasar inadvertidas en las imá-
en la parte anterior del tendón supraespinoso y en la zona genes transversales 57 . Un hallazgo útil es la «invagina-
crítica. Es típico que una pequeña proporción de tejido ción» del tejido graso bursal y peribursal en el defecto fo -
quede preservada alrededor del tendón del bíceps. En si- cal. Con pocas excepciones, esta invaginación es un signo
e de desgarro completo. Si el desgarro es mayor, el tejido
'o
'u
(J bursal y peribursal se aproximará a la superficie ósea
Q)
C/) (Fig. 22-18). Los desgarros bursales más grandes mues-
tran en ocasiones este patrón de invaginación S0.
No debe confundirse la no visualización con un adelga-
zamiento segmentario del manguito después de una ciru-
gía del manguito de los rotado res. Este adelgazamiento es
normal después de la mayoría de los reimplantes tendón-
hueso. En estos pacientes se observa una depresión ósea,
como un defecto redondeado o de perfil en V en el contor-
no humeral. El tendón se reinserta en esta estrecha ranu-
ra. El tendón no se repara reinsertándolo en la tuberosi-
dad de forma automática, con una inserción ancha, sino
con un extremo que se va estrechando. Es bien conocido
que un buen número de estas reconstrucciones no son es-
tancas incluso tras cirugías exitosas. Las hendiduras en la
cápsula ocasionan un adelgazamiento focal suplementa-
Figura 22-18 Desgarro horizontal de todo el rio y se pueden identificar nuevos desgarros al visualizar
grosor. Imagen longitudinal a través del tendón líquido anecoico que se fuga a través del desgarro.
del supraespinoso (S) que muestra una retracción
de 2 cm del tendón roto (distancia entre calibres) . Grasa Discontinuidad del manguito
bursal y peribursal (flecha curva) que descansan directa- El término discontinuidad se aplica a desgarros que se
mente sobre la superficie del hueso irregular de la tubero- ubican más proximalmente en el tendón. Estos desgarros
sidad mayor (gt). E, epífisis humeral. tienden a ser del tipo vertical y con mayor frecuencia
C\I
C\I
o
"3
Figura 22-19 Desgarro vertical de todo el grosor. Izquierda, longitudinal y derecha, transversal. Imágenes de .t::
doble pantalla a través del tendón supraespinoso (Su) que muestran el área de la ruptura (flechas grandes) dentro
a.
ni
de la capa del manguito de los rotadores. El cartílago de la cabeza humeral está rodeado por una interfase brillan- O
te (flechas pequeñas). De, músculo deltoides.

traumáticas s7•s9 . El paciente puede referir un antecedente mado el signo de la interfase-cartílago en una publica-
de luxación previa del hombro. La discontinuidad se de- ción antigua s7.
tecta cuando un defecto pequeño se rellena de líquido ar-
ticular o tejido hipoecoico reactiv0 60 (Fig. 22-19). Tales Ecogenicidad focal anormal
defectos con frecu encia se magnifican con el brazo en ex- La ecogenicidad del manguito puede ser difusa o focal-
tensión y rotación interna (Fig. 22-20). Con frecuencia mente anormal. Las alteraciones difusas de la ecogenici-
ta mbién se observa una pequeña proporción de líquido dad del manguito han demostrado ser signos poco fiables
e n la bursa. El ecografista puede valerse de este líquido de desgarro del manguito, especialmente cuando no exis-
como medio de contraste natural para mostrar el desga- ten cambios asociados en la superficie ósea 61 . La ecogeni-
rro con más detalle. La compresión manual de la bursa cidad focal anormal se ha asociado con pequeños desga-
subdeltoidea puede desplazar el líquido a través del des- rros de grosor parcial o total. Una zona de mayor
garro hasta la articulación. Esta maniobra mostrará el ecogenicidad puede representar una nueva interfase en-
d esgarro con más claridad. Una interfase focalmente bri- tre el tendón y el lugar del fallo de la fibra, como se aprecia
llante alrededor del segmento de cartílago hialino y por en algunos desgarros de grosor parcial 8 . Las lesiones hi-
d ebajo del tendón hipo ecoico se considera signo de des- perecoicas pequeñas, lineales o con forma de coma suelen
garro de todo el grosor (Fig. 22-19). Este signo se ha lla- estar rodeadas de edema o líquido y se muestran como un

Figura 22-20 Desgarro del manguito. A, Ecografía transversal del tendón del supraespinoso (SUP) en posición
neutra. B, Ecografía transversal del tendón del supraespinoso con el brazo en extensión y rotación interna que
muestra un pequeño desgarro relleno de líquido (cabezas de flecha). Obsérvese que el desgarro resulta más evi-
dente con el brazo en extensión. D, músculo deltoides; flechas, bursa subdeltoidea.
Figura 22-21 Ecogenicidad focal anormal. A, Ecografía en proyección longitudinal del tendón supraespinoso
desde el lado articular de un desgarro de grosor parcial, la llamada hendidura de reborde. Una lesión hiperecoica
lineal en el tendón supraespinoso (flecha abierta) está rodeada por edema hipoecoico (flechas curvadas). B, Eco-
grafía transversal del mismo desgarro de grosor parcial del tendón supraespinoso. Se observa idéntica lesión hiperecoica.

halo hipoecoico (Fig. 22-21). Los desgarros de grosor par- para el diagnóstico de desgarro del manguito de los rotado-
cial son similares a las hendiduras de reborde descritas res. Farin y cols. 44 refirieron unos resultados similares64 . En
anatomopatológicamente por Codman lO . Una variante li- nuestro estudio prospectivo de patología del manguito de
geramente distinta de los desgarros parciales se muestra los rotadores, todos los pacientes con líquido en la bursa
en forma de punto anecoico en el lado articular o bursal tenían un desgarro del manguito de los rotadores 13 •
del tendón 8 . Será necesaria una inspección minuciosa de
las superficies sinoviales del tendón. Solamente los defec- Derrame articular
tos focales hipo ecoicos que violan la superficie deben El líquido articular puede observarse en los recesos articu-
considerarse desgarros por el artroscopista (Fig. 22-22). lares como los recesos infraespinoso, subcoracoideo yaxi-
La lesión intrasustancia es el tipo más frecuente de le- lar. En el paciente que esté sentado e incorporado, la mayor
siones parciales y dan cuenta de casi el 50% de los defec- parte del líquido se acumula en la porción más declive de la
tos. No los llamamos «desgarros» porque los cirujanos vaina del tendón del bíceps. Aproximadamente la mitad de
ortopedas no los consideran desgarros ya que no los pue- estos derrames se asocian con desgarros del manguito
den detectar mediante inspección directa. Esto supone un de los rotadores 6 . La otra mitad se debe a diversas causas de
problema diagnóstico similar al de las lesiones intrasus- patología del hombro. Cuando se detecta una cantidad im-
tancia de los meniscos que se observan en la RM. Los sig- portante de líquido en el receso infraespinoso sin líquido
e nos óseos o sinoviales asociados pueden ser útiles cuando en la bursa subdeltoidea, deberán descartarse causas infla-
'0
'ü los hallazgos ecográficos sean ambiguos 61 . Los armónicos matorias o infecciosas de dicha patología articular41 .
en"
CI)
tisulares hacen que la hendidura o delaminación intraten-
dinosa se haga más visible. Con la ayuda de esta nueva Contorno cóncavo subdeltoideo
técnica ha mejorado recientemente la precisión diagnósti- En el hombro normal, los ecos lineales brillantes de la bur-
ca en los desgarros parciales 62 . sa subdeltoidea son convexos. La concavidad del contorno
subdeltoideo puede observarse en los desgarros medios y
grandes, reflejando la ausencia del tendón del manguito.
Signos asociados
Puede ser posible aproximar el deltoides y superficie hu-
Derrame bursal subdeltoideo meral incluso en pequeños desgarros utilizando la compre-
La visualización de un derrame bursal subdeltoideo es el sión con el transductor en el punto del desgarro.
hallazgo asociado más fiable de desgarro del manguito de
los rotado res (Fig. 22-23). Se detecta tanto en los desgarros Irregularidad de la superficie ósea
parciales como en los completos. El líquido anecoico difiere Ha sido recientemente cuando se ha empezado a citar la
del edema hipoecoico de la sinovia bursal. El edema es un irregularidad ósea en la literatura médica como un hallaz-
hallazgo frecuente en hombros con pinzamiento, pero sólo go importante que se asociaba a desgarros del manguito
raras veces se asocia a un desgarro. El edema y líquido se de los rotadores 8 .10,s8,6s . La mayoría de los desgarros par-
distinguen entre sí aplicando un test de compresión con el ciales y totales del manguito de los rotado res del centÍme-
transductor. Un receso sinovial relleno con líquido quedará tro distal del manguito rotador se asocian con pequeñas
vacío por compresión; un receso relleno con edema sinovial huellas y espolones óseos de la tuberosidad mayor. Cuan-
cambia poco de perfil. Otras causas de líquido en la bursa do se utilizan transductores de alta frecuencia para la
son la presencia de leche cálcica con sinovitis y la bursitis imagen del manguito de los rotadores se consigue que es-
séptica. Hollister y cols. 63 demostraron que el aspecto eco- tos hallazgos sean más evidentes. Las alteraciones de la
gráfico del líquido bursal tiene una especificidad del 96% tuberosidad encajan con alteraciones del tendón en loca-
C\I
C\I
o
'3
~
c.
CII
(.)

Figura 22-22 Ecogenicidad focal anormal. A,


Proyección transversa del tendón supraespinoso
desde el lado bursal de un desgarro parcial. El cam-
bio hipoecoico no respeta la superficie bursal (flechas) B,
Proyección transversal del tendón supraespinoso con cam-
bios hipoecoicos dentro de la sustancia del tendón. C. Pro-
yección longitudinal a través de la misma alteración que en
B. La alteración hipoecoica parece intrasustancia (flechas) ;
fibras intactas del tendón (flechas grandes) que se aprecian
curvadas hacia el hueso, siguen cubriendo la superficie arti-
cular del tendón . La superficie de la tuberosidad mayor es
irregular (flechas negras pequeñas). Tales lesiones no se
pueden apreciar en la artroscopia.

Figura 22-23 Derrame bursal subdeltoideo. A, Ecografía transversal sobre el hombro anterior que muestra líqui-
do en dos distintos compartimentos sinoviales. Derrame sinovial (s) que rodea al tendón largo del bíceps (B). Este
líquido no se extiende más allá de la corredera bicipital. La colección grande de líquido que se observa por deba-
jo del deltoides rellena la bursa subdeltoidea y se extiende tanto medial como lateral a los confines de la corredera. B,
Ecografía longitudinal del tendón del bíceps largo que muestra derrame articular (s) que se extiende por debajo del tendón .
La bursa subdeltoidea se extiende como un gran saco por la cara anterior del hombro. El líquido en la articulación y bursa
implica desgarro del manguito de los rotado res en la mayoría de los pacientes.
lización, perfil y tamaño. La causa de la alteración es des- ha resaltado recientemente la cuantificación de la pérdida
conocida, aunque podría estar relacionada con el trauma muscular que acompaña a los desgarros crónicos del
por un impacto de la tuberosidad sobre el acromion du- manguito. Sofka y cols.68 refirieron que la atrofia grasa se
rante la elevación del hombro. manifiesta en forma de una mayor ecogenicidad en los
músculos con tendones rotos. Se comentó que el tendón
Tamaño del desgarro y atrofia muscular del teres menor es el úni co que ocasionalmente se atrofia
Diversos estudios han intentado cuantificar los desgarros sin llegar a romperse. Existen nuevos métodos para poder
del manguito de los rotadores. La ecografía permite medir estimar la atrofia que recurren a criterios que evalúan la
los desgarros con una precisión similar a la RM si los des- superficie del tendón, la visibilidad de la estructura uni-
garros son relativamente pequeños. Sin embargo, tanto la forme y aponeurosis centraI 69 ,70 . La medición más repro-
RM como la ecografía tienden a subestimar el tamaño de ducible es la «tasa de ocupación», que se puede evaluar en
los desgarros si se compara con lo que posteriormente se imágenes sagitales a nivel de la escotadura supraescapu-
aprecia en la cirugía. Si el diámetro de un desgarro excede lar medial a la apófisis acromiaFo.
los 3 cm, la evaluación ecográfica es más limitada 66•67• Se
Patología del espacio del manguito
de los rotadores
Los ligamentos subescapular, glenohumeral superior y
coracohumeral pueden distinguirse del tendón conjunto
del manguito de los rotado res. La tecnología de alta fre-
cuencia de los transductores permite el diagnóstico de la
hiperemia y fibrosis, que se aprecian como una masa den-
tro del espacio del manguito en pacientes con capsulitis
adhesiva 71 . Especialmente en pacientes diabéticos, en
ocasiones es obligado el diagnóstico diferencial entre los
desgarros del manguito de los rotadores y la capsulitis ad-
hesiva. Actualmente también se pueden diagnosticar con
mayor fiabilidad los desgarros del espacio del manguito
de los rotado res y las alteraciones del subescapular. La de-
tección de estos desgarros es importante ya que estos de-
fectos requieren un abordaje abierto distinto del abordaj e
artroscópico de los desgarros más habituales de los ten-
dones del supraespinoso e infraespinoso 72 ,73 .

, ASPECTOS POSTOPERATORIOS
c:
'o
'o(J A La literatura sugiere que la ecografía puede jugar un papel
Q)
en importante en el seguimiento postoperatorio después de
una reparación del manguito de los rotadores 74,75 . Puesto
que la cirugía puede distorsionar las referencias ecográfi-
cas, la ecografía en el paciente postoperatorio es más di-
fícil que en el paciente preoperatorio. Por ello es impor-
tante que se comprenda el procedimiento quirúrgico
utilizado en la acromioplastia y reparación del manguito.
En la acromioplastia la ca ra anteroinferior del acro-
mion se extirpa quirúrgicamente. En la ecografía se obser-
va como una interrupción del contorno redondeado nor-
Figura 22-24 Reparación del manguito de los mal y liso acromial. Después de la cirugía, el acromion
"'-.....",....~ rotadores. A, Los esquemas muestran la técnica
parece puntiagudo (Fig. 22-24). Al extirparse la parte in-
~ de reparación para reimplantar el manguito con
creación de una muesca (flecha) en la cabeza humeral, reim- ferior del acromion se podrá visualizar una mayor pro-
plante del tendón residual dentro de la muesca y el método porción del tendón del supraespinoso.
específico para la colocación de la sutura. B, Imagen longi- La reparación del manguito de los rotadores genera
tudinal del tendón supraespinoso (SUP) que muestra los tí- unas referencias ecográficas específicas. Los tendones del
picos aspectos de la muesca del reimplante (flechas). Tam- manguito se reimplantan en una muesca que se hace per-
bién se muestra un defecto de acromioplastia (flecha pendicular al eje del tendón del supraespinoso. La muesca
abierta). D, músculo deltoides; GT, tuberosidad mayor; fle- del reimplante se muestra ecográficamente como un de-
cha curvada, sutura de reimplante. (De Mack LA, Nyberg DA,
fecto en el contorno humeral, que se observa mejor con el
Matsen FA, 3rd, y cols., Sonography of the postoperative
shoulder. AJR Am J Roentgenol 1988; 150: 1089-1 093.)
transductor longitudinal al tendón del supraespinoso (Fig.
22-25, A) Y con el hombro en extensión. El material de su-
Figura 22-25 Manguito de los rotadores después de la intervención: importancia de la exploración durante
~ la extensión. A, Ecografía longitudinal del tendón supraespinoso en posición neutra de un paciente después de
una reparación de desgarro completo del manguito de los rotado res que muestra la muesca de reimplante, pero
no permite objetivar evidencia del tendón supraespinoso, lo que sugiere lesión recurrente. B, Ecografía con el brazo en
extensión y rotación interna que muestra que la reparación sigue intacta; el tendón supraespinoso residual (SUP) está adel-
gazado. Obsérvese la ausencia de los ecos típicos de la bursa subdeltoidea (cabezas de flecha). AS, sombra acromial; O,
músculo deltoides; GT, tuberosidad mayor; flechas , muesca de reimplante. (De Mack LA, Nyberg DA, Matsen FA, 3rd, y
ca/s., Sanographic evaluatian of rotatar cuff, Radiol Glin Narth Am 1988; 25: 161-177).

tura se ve profundo en la muesca como ecos especulares. rellena el defecto de la reparación de un manguito y unas
Puede ser necesario realizar la ecografía con el brazo en suturas o tornillos sueltos son otros signos de desgarro
extensión y rotación interna para visualizar el punto del recurrente (Fig. 22-26). Salvo que se disponga en el perio-
reimplante del tendón, especialmente si está ubicado me- do postoperatorio de ecografías basales, puede resultar
d ialmente (Fig. 22 -25, B) . Si no se puede visualizar esta difícil diferenciar desgarros pequeños y recurrentes del
posición se podría llegar a un diagnóstico falso-positivo. aspecto cuando sólo se mantiene fijada una pequeña pro-
Dicha maniobra debe utilizarse con cuidado, especialmen- porción del tendón del manguito. El adelgazamiento del
te en el postoperatorio inmediato, para evitar una nueva tendón es un criterio sin utilidad y la irregularidad ósea es
lesión de unos tendones friables y recién implantados. la regla en el periodo postoperatorio. Los desgarros recu-
Recientes avances en la reparación artroscópica han cul- rrentes son frecuentes y se observan en hasta el 40% de
m inado en una reconstrucción de los tendones más anató-
m ica. La reparación en dos hileras muestra dos superficies
reflectantes en el lugar de los anclajes, que se aprecian me-
jor en imágenes longitudinales. Un anclaje se coloca habi-
tualmente cerca del borde articular (anclaje medial) y el
otro más lateral a la tuberosidad 76. El número de anclajes es
p roporcional al tamaño del defecto original del manguito.
El aspecto ecográfico de los tendones del manguito nun-
ca llega a recuperar la normalidad en el paciente postope-
ratorio. Los tendones, especialmente el supraespinoso,
con frecuencia son ecogénicos y adelgazados si se compa-
ran con el hombro contralateral. Los derrames articulares
son frecuentes y se observan mejor junto al tendón del
bíceps. Como la extracción de la bursa deltoidea extirpa
una importante referencia, el barrido dinámico es espe-
cialmente importante para distinguir un manguito adel-
gazado e hipereco ico del músculo deltoides adyacente.
En pacientes con artroplastia de hombro se puede recu-
rrir a la ecografía para demostrar los desgarros que se de-
sarrollan en el postoperatorio 77 • Estos desgarros pueden
explicar el de hombro en el postoperatorio de algunos pa-
~ Figura 22-26 Desgarro recurrente: exploración
cientes. Los desgarros subescapulares, en especial, son
~ ecográfica postoperatoria. Ecografía longitudi-
lesiones importantes de detectar porque pueden condu- nal junto al músculo deltoides en la región de la
cir a un nuevo deterioro de la función del hombro por muesca de reimplante (flecha). Una sutura suelta (flechas
in estabilidad anterior 78 • pequeñas) se observa dentro de un derrame en la bursa
subdeltoidea. El supraespinoso ha dejado este espacio
Desgarros recurrentes subdeltoideo. El húmero proximal tiene un aspecto redon-
En la ecografía, los desgarros recurrentes casi siempre se deado y anormal. El cuello anatómico ha desaparecido por
m uestran como la ausencia de manguito. El líquido que un proceso de remodelado óseo.
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'tJ Figura 22-27 Áreas artefactadas con aparente ecogenicidad disminuida del tendón, A y B, Dos proyecciones
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'o del mismo tendón supraespinoso que demuestran cambios en la ecogenicidad que se generan de forma artificial
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(ti por la posición y orientación del transductor.
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~ Figura 22-28 Calcificaciones en el manguito de


..."""""'"~ los rotadores, A, Imagen longitudinal del supraespi-
~ noso (S) que muestra áreas estriadas de hipogenici-
dad (flecha) en la inserción del supraespinoso (D. deltoides).
B, Proyección transversal que confirma la ecogenicidad anor-
mal (flechas) dentro de la sustancia del supraespinoso (S); Bi,
bíceps intracapsular. No existe una sombra diferenciada más
allá de los depósitos. C, Radiografía del hombro que confirma
,- ''';; que la hiperecogenicidad se debe a calcificaciones (flecha).
los pacientes con reparación de pequeños defectos y has- ciones del tendón subescapular pueden resultar especial-
ta el 80% cuando los desgarros eran grandes en el preope- mente difíciles de diagnosticar sin la ayuda de la e(:ografía.
ratorio. El calcio puede surgir del tendón hacia la bursa subacro-
mio-subdeltoidea y ocasionar una sinovitis inflamatoria
aguda y muy dolorosa 8 ! . Los libros de texto sobre tendini-
ERRORES DE INTERPRETACiÓN tis calcificada han distinguido entre la fase crónica de la
formación y la fase aguda de reabsorción 82 • La ecografía
parece incapaz de estadiar el calcio a partir de estas fases.
Una posición del transductor inadecuada es el error más Sin embargo, se ha visto un aumento de señal del Doppler
frecuente en la ecografía del manguito de los rotadores. Los color en las calcificaciones más dolorosas 83 . La ecografía
falsos positivos y falsos negativos se producen de este mo- también ha mostrado un gran potencial para demostrar la
do. Por ejemplo, el barrido con el transductor colocado late- forma física de los depósitos de cristal84 . Los agregados de
ralmente puede simular de forma artificial un desgarro del calcio pueden ser sólidos, pastosos o líquidos (Fig. 22-28).
manguito de los rotadores. Un barrido oblicuo transverso Los depósitos líquidos parecen hiperecoicos sin sombra;
del tendón del supraespinoso puede describirse de forma los que son pastosos crean una sombra difusa y los depó-
errónea como un adelgazamiento del manguito. El explora- sitos sólidos muestran una sombra acústica muy nítida.
dor tiene por ello que ver el manguito en dos proyecciones Esta propiedad exclusiva de la ecografía ayuda en el trata-
ortogonales. La visualización de un contorno óseo nítida- miento cuando se utiliza la ecografía para localizar y aspi-
mente delimitado ayudará a evitar estos errores. rar el calci0 8s •86 •
Una causa de la heterogenicidad de los tendones es la Antes del procedimiento, el médico deberá decidir el ta-
relación de la geometría del tendón con el transductor. maño y número de agujas necesarias para el tratamiento.
Como ya demostró Crass y cols.79 y Fornage 80 cuando no se Las expectativas de recuperación disminuyen cuando el
orienta el transductor paralelo a las fibras del tendón se dolor se debe a calcificaciones duras. Se suele añadir una
producen zonas de artefacto con menor ecogenicidad pequeña cantidad de corticoides después de múltiples pa-
(Fig. 22-27). Cuando sólo una pequeña zona del tendón es ses a través del calcio con agujas de calibre 16-18 G. En un
paralela al transductor, se produce una pequeña zona de estudio retrospectivo con 44 pacientes y después de un
mayor ecogenicidad, que simulará un desgarro total o seguimiento mínimo de 8 meses, el 75% de los pacientes
parcial; este artefacto es especialmente acusado en los notaron una mejoría estadísticamente significativa des-
transductores sectoriales. pués del lavado del calcio bajo guía ecográfica 87 • Los auto-
res refirieron la necesidad de ensayos clínicos randomiza-
dos sobre este tema en parte por la historia natural de la
~-~:> CALCIFICACIONES DEL MANGUITO tendinitis calcifican te, que puede evolucionar a su cura-
V: DE LOS ROTADORES ción espontánea. Cuando el resto de tratamientos de la
calcificación fallan, los depósitos de calcio pueden mar-
Las calcificaciones pueden afectar a cualquiera de los cua- carse mediante guía eco gráfica para añadir precisión a la
tro tendones del manguito de los rotadores. Las calcifica- evaluación quirúrgica de las lesiones 88 .
Capítulo 23

TENDONES
Bruno D. Fornage, Didier H. Touche y Beth S. Edeiken-Monroe

Los tendones de las extremidades son especialmente ap- normalmente se fijan a las tuberosidades, espinas, trocán-
tos para la evaluación ecográfica mediante transductores teres, apófisis o crestas. El aporte sanguíneo de los tendo-
de alta frecuencia (hasta 20 MHz) debido a su localización nes es escaso y el intercambio nutricional se recibe casi
superficial. Además, el mejor modo de explorar los tendo- por completo a través de la sustancia base. Con la edad, la
nes es de forma dinámica durante su movimiento de des- sustancia base y los fibroblasto s disminuyen, mientras
lizamiento, que es precisamente donde son incompara- que las fibras y la grasa en el tendón aumentan.
bles las posibilidades exclusivas que brinda la ecografía En ciertas zonas sometidas a tensiones mecánicas, los
con su respuesta en tiempo real. La ecografía del aparato tendones se asocian a estructuras adicionales que propor-
osteomuscular en general y de los tendones de las extre- cionan soporte mecánico, protección o ambos. Las vainas
midades en particular sigue creciendo en aceptación, y fibrosas mantienen a ciertos tendones próximos a los
actualmente reumatólogos, traumatólogos ortopedas, fi- huesos y evitan que se tensen como «cuerdas de arco». A
siatras y médicos especialistas en medicina deportiva rea- modo de ejemplo baste citar el flexor y extensor de los
lizan ecografías de tendones. Esto ha llevado a comenta- retináculos de la muñeca, las vainas fibrosas (<<poleas»)
rios sobre muchos estudios previos que fueron realizados de los tendones flexores de los dedos y el peroneo y los
por radiólogos. flexo res retináculos del pie. Los huesos sesamoideos tie-
La ecografía se ha convertido en una modalidad de ima- nen como misión reforzar los tendones. Las vainas sino-
gen de primera línea en muchos centros especializados en viales son estructuras tubulares de doble pared que ro-
imagen osteomuscular y en medicina deportiva por todo dean a algunos tendones. La pared interna de estas vainas
el mundo, incluso aunque se disponga de resonancia mag- está en estrecho contacto con el tendón y las dos capas
nética (RM). De hecho, en manos expertas, la ecografía de están en continuidad entre sí en los extremos y también
alta frecuencia combinada con exploraciones físicas y una ocasionalmente a través del mesotendón. Una pequeña
radiografía simple, puede solventar muchos problemas proporción de líquido permite que el tendón se deslice
diagnósticos, haciendo que la RM sea innecesaria. La gran suavemente dentro de su vaina. Los tendones grandes
mayoría de las alteraciones de los tendones se relacionan (rotuliano, tendón de Aquiles) carecen de vaina sinovial y
con la inflamación o con un traumatismo y se asocia a las están rodeados de hecho por una vaina de tejido areolar y
actividades deportivas u ocupacionales que implican una adiposo conocido como paratendón. La bursa sinovial
sobreutilización del tendón, casi siempre por una excesiva está formada por pequeñas bolsas llenas de líquido que se
tensión o microtraumas repetidos. observan en localizaciones especiales y que actúan como
almohadillas para facilitar el movimiento (juego).

. ANATOMíA
Í"~2> INSTRUMENTAL Y TÉCNICA
. '<=' ECOGRÁFICA
~
Los tendones están formados por un tejido conectivo den-
so y son extremadamente resistentes a las fuerzas de trac- Debido a su amplio campo de visión y a su mejor resolu-
ción l . Fibras de colágeno estrechamente empaquetadas ción respecto a otros tipos de transductores, los dispositi-
se separan por una pequeña proporción de sustancia base vos electrónicos de red lineal son la mejor elección para la
con unos pocos fibroblastos alargados y que se distribu- ecografía de los tendones. Se obtienen unas imágenes de
yen en haces paralelos. El peritendón es una capa de teji- una resolución muy detallada con el uso de un amplio
do conectivo laxo que rodea el tendón y envía septos in- acho de banda (5-12 MHz, 7-15 MHz) que viene ya inclui-
tratendinosos entre los haces de las fibras de colágeno. En do en cualquier equipo actualizado (Fig. 23-1). En algún
los tendones grandes, los vasos linfáticos y sanguíneos ecógrafo disponible comercialmente se pueden encontrar
siguen su trayecto junto a las terminaciones nerviosas en algunos transductores mecánicos de hasta 20 MHz.
estos septos, mientras que los tendones pequeños son ca- La amplitud del campo de visión de la mayoría de los
si avasculares. En la unión musculotendinosa, las fibras dispositivos lineales de amplio ancho de banda se limita a
musculares se interdigitan con las fibrillas de colágeno. La unos 4 cm. Aunque muchos ecógrafos permiten desdoblar
inserción ósea de los tendones suele estar calcificada y se la imagen en el monitor para obtener un montaje de dos
caracteriza por ser de tejido cartilaginoso. Los tendones barridos contiguos, doblando de este modo la amplitud
Figura 23-1 Tendón ro-
tuliano normal. Ecogra-
fía longitudinal de la por- In
CI)
ción media del tendón rotuliano e
insonado con un transductor de o
red lineal que muestra la ecotex- 'C
e
tura fibrilar del tendón (flechas).
~

del campo de visión, las mediciones de las lesiones que ecografía compuesta en tiempo real ha conseguido cierto
abarcan las dos mitades de la pantalla corren el riesgo de éxito para reducir la proporción de ruido en la imagen, ha-
ser imprecisas si las imágenes contiguas se solapan. La ciendo que los tejidos uniformes parezcan más uniformes
técnica del procesado de imagen que se conoce como y los límites más continuos (Fig. 23-4). Esto puede parecer
campo de visión extendida o imagen panorámica permi- beneficioso para el visionado de la textura fibrilar de los
te ampliar la anchura del campo de visión hasta 50-60 cm. tendones y para reducir los artefactos por anisotropía. Es-
Con su precisa medición de las estructuras visualizadas tos beneficios potenciales tienen que contraponerse con
en estas ecografías extendidas, esta técnica consigue su- los riesgos: la inevitable borrosidad que se asocia a esta
perar una antigua limitación de la ecografía en tiempo técnica enmascara las lesiones mínimas y la reducción o
real y se ha hecho especialmente efectiva para la ecografía total desaparición de artefactos útiles demasiado sutiles,
osteomuscular en la que se exploran segmentos o lesiones como los finos trayectos de sombra o de hilo de cometa.
anatómicas (Figs. 23-2 y 23-3). También puede impedir la detección de reflectores dimi-
La ecografía espacial compuesta en tiempo real agru- nutos como cuerpos extraños o microcalcificaciones.
pa la obtención de ecos en un punto determinado de una En algunos ecógrafos de alto nivel se puede orientar el
imagen utilizando múltiples aperturas diferentes genera- haz electrónico. Puede resultar útil cuando el haz del
das por una tecnología computarizada de orientación de transductor lineal electrónico no sea perpendicular al
haces ultrasónicos. Las imágenes obtenidas a partir de tendón y sea necesaria una ligera corrección para cruzar
múltiples líneas de visión se componen en tiempo real. La las fibras del tendón con un ángulo de 90 04 . Esta técnica

Figura 23-2 Tendón ro-


tuliano normal. Ecogra-
fía de campo extendido
longitudinal que muestra ambas
inserciones (flechas) del tendón
rotuliano P, rotuliano; T, tibia.

Figura 23-3 Tendón de


Aquiles normal. Eco-
grafía longitudinal de
campo extendido que muestra
en toda su longitud el tendón de
Aquiles (cabezas de flecha) des-
de su origen hasta su inserción
en el calcáneo (e); K, triángulo
graso de Kager; FHL, músculo
flexor largo del dedo gordo; S,
terminación del músculo sóleo; T,
tibia.
Figura 23-4 Composi-
ción espacial en tiem-
po real. Ecografía longi-
tudinal compuesta en tiempo
real. Ecografía espacial en tiem-
po real compuesta del tendón ro-
tuliano que muestra con claridad
los bordes del tendón. Obsérve-
se la mancha asociada. P, rótula;
T, tibia.

ayuda a reducir la anisotropía relacionada con la oblicui- velocidad del desplazamiento y características del desli-
dad o concavidad de los tendones sin la borrosidad aso- zamiento en algunos tendones de la man0 6· 8 . Existen estu-
ciada con la ecografía espacial compuesta en tiempo real dios puntuales sobre el uso de medios de contraste para
(Fig. 23-5) . Además, la orientación del haz cambia la for- ultrasonidos con la finalidad de conseguir un mayor real-
mación de imagen de los transductores de red lineal des- ce que mejore la visibilidad del aporte sanguíneo en los
de rectangular a trapezoidal y de este modo ensancha el tendones mayores 9' 11, pero son de mero interés académ i-
campo de visión. co y no clínicamente relevantes.
La imagen armónica de los tejidos (IAT) está disponi- La elastografía (o imagen de elasticidad) es el mapeo
ble en transductores con dispositivo de red lineal de alta de la elasticidad de los tejidos. Se puede conseguir me-
frecuencia. Puesto que la IAT incrementa tanto la resolu- diante RM o ecografía. Aunque los fabricantes reciente-
ción espacial como el contraste, puede ayudar a confirmar mente han comercializado software que proporciona
el aspecto anecoico de colecciones líquidas diminutas o elastogramas, hasta ahora estas imágenes siguen siendo
profundas, como los derrames articulares, ganglios o te- burdas, difíciles de obtener y de un valor clínico cuestio-
nosinovitis agudas precozmente, que de otro modo mos- nable.
trarían unos ecos anodinos en imágenes convencionales. De la combinación de ecografías longitudinales y trans-
La imagen de Doppler color está disponible no sólo en versales se obtienen abordajes tridimensionales de la ex-
los ecógrafos de altas prestaciones sino también en los ploración del tendón. Se dispone de ecógrafos capaces de
ecógrafos de nivel medio e incluso en ecógrafos de tipo reconstrucción 3D, pero hasta la fecha no se ha referido
portátil, y siempre será una buena práctica utilizarla un beneficio en la evaluación de tendones superficiales
cuando se evalúa una patología inflamatoria o tumoral. La con el uso de estos ecógrafos (Fig. 23-8).
imagen de Doppler potencia es la preferida ya que tiene Aunque en otro tiempo fue necesario el uso de sondas
c: una mayor sensibilidad para la detección del flujo, sobre de 7,5 MHz junto con almohadillas de separación, actual-
'o todo por la escasa vascularidad de los tendones. Es impor- mente ya no es necesario gracias al uso de transductores
'0
()
Q)
tante recordar que las señales del Doppler color asociadas de alta frecuencia en los que se puede ajustar la zona focal
en a patología inflamatoria de los tendones se reducen consi- a tan sólo varios milímetros de distancia del barrido. Sin
derablemente cuando se ejercen presiones incluso mo- embargo, sigue siendo útil una fina almohadilla de sepa-
destas con el transductor o cuando el tendón está disten- ración para evaluar tendones demasiado superficiales,
dido, como sucede en la flexión de la rodilla en el caso del como un tendón extensor de los dedos en el dorso de la
tendón rotuliano o en la dorsiflexión del pie en el caso del mano, o tendones con trayectos que atraviesan zonas con
tendón de Aquiles S (Figs. 23-6 y 23-7). La imagen del una superficie irregular, como los tendones flexores de los
Doppler color se ha utilizado para evaluar y cuantificar la dedos12 (Fig. 23-9). También se aplica una almohadilla de

Figura 23-5 Orientación


del haz electrónico. Eco-
grafía longitudinal del ten-
dón rotuliano utilizando la orienta-
ción del haz para conseguir el
formato trapezoidal. Esta orienta-
ción le permite al transductor man-
tener una posición perpendicular
a las fibras del tendón incluso en
la inserción rotuliana, evitando de
este modo una hipogenicidad fal-
sa, P, rótula; T, tibia.
Figura 23-6 Efecto de la técnica de exploración sobre los hallazgos del Doppler: tendinitis rotuliana. A,
Ecografía longitudinal obtenida sin ejercer presión con el transductor que muestra una importante hipervasculari-
dad. P; rótula. B, Ecografía longitudinal obtenida con la presión habitual aplicada sobre un transductor que mues-
tra la casi desaparición de la hipervascularidad en las señales vasculares del Doppler. P, rótula.

separación para correlacionar los hallazgos ecográficos


con los de la palpación. Esto se consigue deslizando uno o ECOGRAFÍA DEL TENDÓNt: TÉCNICA
dos dedos de la mano entre la almohadilla y la piel mien- ECOGRÁFICA
tras que conserva el transductor en su lugar sobre la re-
• Utilizar transductores con dispositivo de
gión objeto de estudio con la otra mano. Esta palpación
red lineal.
bajo «ecoscopia» le permite al clínico enfocar durante una
observación en tiempo real una región con una sospecha • Utilizar la máxima frecuencia disponible.
palpable y, también a la inversa, apreciar la realidad de un • Identificar y corregir los artefactos
hallazgo eco gráfico. Cuando se utiliza una almohadilla de relacionados con la anisotropía (falsa
separación, debe mantenerse el haz de ultrasonidos es- hipogenicidad) ocasionados por un ángulo
trictamente perpendicular a la región que se quieré estu- inadecuado de insonación del tendón.
diar y evitar artefactos 13 • • Siempre combinar barridos longitudinales
Cuando se exploran los tendones con ecografía, el ex- y transversales.
plorador aprovecha todas las ventajas que permite la po- • Comparar con tendón contralateral como
sibilidad de explorar en tiempo real un tendón en reposo referencia.
y durante la movilización activa y pasiva con maniobras • Realizar exploración dinámica durante
de flexión y extensión 13 . Una valiosa referencia de la ana-
maniobras de flexión y extensión.
tomía normal de la región que se quiere explorar es obte-
• Utilizar imagen de Doppler potencia.
ner una imagen del área correspondiente en la extremi-
dad contralateral, aunque el médico deba siempre tener
en cuenta la posibilidad de trastornos tendinosos bilate-
rales.
Otra ventaja de la ecografía en tiempo real es la guía traste en una vaina sinovial distendida por el líquido de
precisa durante los procedimientos intervencionistas. La un tendón o la bursa adyacente se podrán realizar de for-
aspiración de líquido o la infiltración de fármacos o con- ma segura bajo guía ecográfica 14,15 .

y Figura 23-7 Efecto de la técnica de exploración sobre los hallazgos del Doppler potencia: tendinitis rotulia-
........."..~ na. A, Ecografía longitudinal con la rodilla en extensión que muestra importante hipervascularidad. P, rótula. B,
~ Ecografía longitudinal obtenida con la rodilla flexionada que muestra la práctica desaparición de la vascularidad
que se observa en las señales del Doppler pulsado. P, rótula.
Figura 23-8 Exploración ecográfica tridimensional de los tendones flexores de los dedos en la palma de la
mano. Arriba izquierda: Reconstrucción coronal de la ecografía que muestra los tendones flexores (T) de los dedos
tercero y cuarto con los músculos lumbricoides acompañantes (L). Arriba derecha: interpretación volumétrica.
Abajo izquierda : ecografía transversal; Abajo derecha: ecografía longitudinal.

En la ecografía transversal, los haces reflectantes de las


. ASPECTO ECOGRÁFICO NORMAL fibras dan lugar a un patrón ecogénico finamente pun-
tiforme (Fig. 23-11). Los barridos trasversales propor-
cionan las mediciones más precisas del grosor del ten-
Todos los tendones normales son ecogénicos y muestran dón 13 • Sin embargo, debido al pequeño tamaño de las
una característica ecotextura fibrilar en el barrido longi- estructuras medidas, se tendrá un especial cuidado en la
tudinaP3 (Fig. 23-10). Cuanto mayor sea la frecuencia ma- técnica de registro de las mediciones, ya que se ha referi-
yor será el número de fibrillas visible. Se ha demostrado do una importante variabilidad interobservadores 17 •
que las líneas ecogénicas finas se corresponden con inter- Al igual que los tendones, los nervios son ecogénicos
fases entre los haces de colágeno y el endotendón 16 . No con una ecotextura fib rilar. Sin embargo, los haces hi-
e
'o existe un aspecto ecográfico específico que parezca corre- poecoicos de los axones son más gruesos que los haces de
'0
CJ lacionarse con zonas de fragilidad del tendón, las llamadas fibrillas, y con frecuencias altas se observan menos inter-
Q)
en zonas vulnerables, donde se producen las roturas, como la ferencias dentro del nervio que dentro de los tendones de
zona del tendón de Aquiles ubicada 2,5-6 cm de su inser- menor calibre. En las ecografías transversales esto se tra-
ción en el calcáneo. Aunque se observan con facilidad duce en un patrón en panel de abejas para los nervios y
cuando están rodeadas por músculos hipoecoicos, los ten- una ecogenicidad del conjunto ligeramente menor en
dones están menos demarcados cuando están rodeados comparación con los tendones (Fig. 23-12).
por grasa ecogénica. El paso clave para la identificación de Los huesos sesamoideos parecen estructuras hiperre-
los tendones es su movilización bajo monitorización eco- flectantes asociados a sombra acústica (Fig. 23-13). Con
gráfica en tiempo real y en barridos longitudinales. frecuencias altas, las vainas sinoviales parecen delgadas

Figura 23-9 Dedo normal. Ecografía longitudinal con campo de visión extendido obtenido con una pequeña al-
mohadilla de separación que muestra los tendones flexores superficiales y profundos normales (flechas) con su
trayecto junto a las falanges; P1, primera falange; P2 , segunda falange; P3, tercera falange. Obsérvese que el
tendón muestra una ecogenicidad normal solamente en los segmentos paralelos a la red lineal del transductor; los tendo-
nes parecen falsamente hipoecoicos en los segmentos que quedan oblicuos al haz.
e hipoecoicas cubriendo el tendón (Fig. 23-14). La bursa conoce como propiedad de anisotropía de los tendo-
sinovial más grande (infrarrotuliana, retrocalcánea) pue- nes (Fig. 23-16). Las primeras descripciones, erróneas, de
de apreciarse en la ecografía como una estructura plana e los tendones normales hipoecoicos fueron la consecuen- In
el)
hipo ecoica que contiene solamente una pequeña propor- cia de este artefacto de anisotropía. Cuando se utiliza un c:
ción de líquido y solamente tiene unos pocos milímetros transductor de red lineal, el artefacto se produce siempre O
'C
de grosor 18 (Fig. 23-15). que el tendón o segmento de tendón no esté paralelo a la c:
La visualización óptima de la textura ecogénica fibrilar huella del transductor. Si se gira el transductor al tiempo ~
de un tendón requiere que el haz de ultrasonidos esté es- que se presiona con mayor firmeza en uno de los extre-
trictamente perpendicular al eje del tendón. La más míni- mos será suficiente para llevar la huella de la sonda de
ma oblicuidad ocasiona una dispersión del haz, con la nuevo a una dirección paralela al eje del tendón. Cuando
consecuencia de una hipogenicidad artificiaJ19, que se el artefacto de anisotropía se debe a la curva en el tendón

~ Figura 23-10 Ecografía longitudinal de tendones normales. Todos los tendones muestran ecotextura fibrilar, con
.....""""'"~ muchas más interfases visualizadas con el transductor de alta frecuencia. A, Tendón del bíceps largo (flechas) en la
~ cara anterior del hombro. B, Tendón del flexor largo del pulgar (flechas) en la eminencia tenar. e, Tendones de los
flexores superficial y profundo (flechas) del tercer dedo de la mano. D, Tendones flexores superficial y profundo (flechas) del
tercer dedo en la articulación metacarpofalángica obtenidos con un transductor de 20 MHz. Obsérvese el mayor número de
interfases perfiladas dentro de los tendones en comparación con la imagen de e, que se obtuvo a 13 MHz. E, Tendón rotulia-
no explorado con 7,5 MHz. F, Tendón rotuliano explorado con 13 Mhz que muestra más interfases interiores que en la imagen
E. G, Ecografía longitudinal del tendón de Aquiles con un transductor de 5 Mhz que muestra el tendón ecogénico (flechas) con
pocas interfases interiores; F, Triángulo graso de Kager; FHL, músculo flexor largo del pulgar; S, almohadilla de separación; T,
tibia. H, Tendón de Aquiles explorado con 13 MHz. La ecotextura fibrilar del tendón (flechas) está mejor perfilada que en la
imagen de G. 1, Tendón del músculo flexor largo del primer dedo (flechas) en la planta distal del pie.
Figura 23-11 Ecografías transversales de los tendones normales, A, Exploración transversal de la palma de la
mano que muestra los tendones flexores superficiales y profundos normales, ecogénicos, y de superficie redondea-
da de los dedos segundo y tercer (flechas) adyacentes a unos músculos lumbricoides hipoecoicos (flechas curvadas).
M , hueso metacarpiano. B, Ecografía transversal de la eminencia tenar que muestra una sección de corte redonda ecogénica
del tendón del músculo flexor largo del pulgar (flecha) rodeado de músculos hipoecoicos; M, hueso del metacarpo.

e Figura 23-12 Nervio mediano normal. A, Ecografía


'o
'(3
oQ) ..."""""'"~ longitudinal de la cara volar del antebrazo que muestra
~ un nervio casi totalmente ecogénico (flechas) entre el
ti)
flexor superficial de los dedos y el flexor profundo de los dedos.
B, Ecografía transversal que muestra el típico patrón de panal
de abejas (flechas) que diferencia nervios y tendones. e, Eco-
grafía transversal del túnel carpiano que muestra una sección
ecogénica de los tendones flexores (flechas) y la sección de
corte del nervio mediano (cabezas de fecha), que es menos
ecogénica que los tendones.

Figura 23-13 Tendones del


pie. Ecografía longitudinal de
la cara medial de la planta del
pie que muestra el tendón del flexor lar-
go del primer dedo (cabezas de flecha)
y hueso sesamoideo (S), M , hueso del
primer metatarsiano.
In
Q)
e
o
"C
e
~
~
o
"3
~
C.
tU
o

Figura 23-14 Vaina sinovial de los tendones flexores del tercer dedo de la palma de la mano (transductor de
15 MHz). A, Ecografía longitudinal que muestra los tendones superficial (S) y profundo (O) ecogénicos (flechas cortas)
con su típica ecotextura fibrilar. Las flechas largas señalan la vaina sinovial. B, Ecografía transversal que muestra una
sección de corte transversal de los tendones superficiales (S) y profundos (O); las flechas señalan la vaina sinovial.

(cóncavo o convexo), será suficiente con estirar el tendón en barridos longitudinales como transversales cuando se
mediante la contracción muscular para que desaparezca inserta en el olécranon (Fig. 23-19).
el artefacto (Fig. 23-16). Cuando esto no sea posible, la al-
ternativa es explorar el segmento del tendón, cambiando Mano y muñeca
la posición de la sonda de forma que su huella esté parale- En el túnel carpiano los tendones ecogénicos del flexor
la al segmento del tendón que se quiere explorar. Las eco- profundo de los dedos (FPD) y flexor superficial de los
grafías transversales se afectan igualmente por el efecto dedos (FSD) están rodeados por la bursa cubital hipoecoi-
de anisotropía del tendón, con unas secciones falsamente ca y se aprecian mejor cuando la muñeca está ligeramente
hipoecoicas mostradas cada vez que el plano de barrido flexionada. El nervio mediano sigue su curso por fuera de
transversal no está perpendicular al eje del tendón (Fig. la bursa cubital y por delante de los tendones flexo res del
23-16, Gy H). segundo ded0 20 (Fig. 23-20, A). En los barridos transver-
sales, se aprecia el movimiento de los tendones flexores
Hombro durante la contracción del puño. El nervio mediano tam-
La ecografía del manguito de los rotadores y del resto del bién está expuesto a marcados cambios de perfil ante dis-
hombro se trata en el Capítulo 22. tintos grados de flexión de la muñeca y dedos cuando se
deforma y desplaza moviendo los tendones flexo res. El
Codo
La cara anterior y lateral del codo se explora mejor con el
codo en extensión. En la cara lateral del epicóndilo lateral
se insertan el tendón extensor común que incluye tendo-
nes de los músculos extensores de los dedos, extensores
digitales mínimos, extensor cubital carpiano y extensores
breves radiales ca rpianos (Fig. 23-17). Igualmente, un
tendón común que es origen de los músculos flexo res su-
perficiales, que incluye el pronador teres, flexores carpo-
rradiales, palmar largo, flexores del carpo cubital y flexo-
res de los dedos superficiales, se inserta en el epicóndilo
medial. En la cara anterior del codo en extensión, el ten-
dón del músculo bíceps braquial puede visualizarse
cuando se inserta en la tuberosidad radial. Debido a la di-
rección oblicua del tendón, normalmente se muestra lige-
ramente hipoecoico (Fig. 23-18). La bursa cubital, que se
localiza entre el tendón y tuberosidad radial para facilitar ~ Figura 23-15 Bursa infrarrotuliana normal. Ba-
el deslizamiento del tendón, no es visible normalmente. ~ rrido longitudinal de la rodilla que muestra la bursa
Con el codo en flexión con un ángulo 90°, el tendón del infrarrotuliana (flechas) por detrás de tendón rotu-
músculo tríceps braquial se identificará fácilmente tanto liano distal (P), T, tibia.
c::
'o Figura 23-16 Falsa hipogenicidad debida a la propiedad de anisotropía de los tendones. A-E, Ecografías

oQ) longitudinales. A, Ecografía del tendón rotuliano distal obtenida con un transductor sectorial de red curva y 10
ti) MHz. El tendón muestra una ecogenicidad normal (flechas) solamente en la estrecha porción media del barrido,
donde el haz es perpendicular al tendón. A cada lado, la oblicuidad del haz, en cambio, es responsable de una hipoecoge-
nicidad artificial (flechas abiertas). B, Ecografía del tendón rotuliano obtenida utilizando un formato trapezoidal (orientación
del haz electrónico) en un transductor de dispositivo lineal. El haz es perpendicular a las fibras del tendón a lo largo de todo
el tendón , por lo que muestra correctamente la ecogenicidad del tendón. e, Ecografía del tendón del cuádriceps con la
rodilla extendida y el cuádriceps relajado que muestra una falsa ecogenicidad de la inserción rotuliana (flecha). D, Ecografía
obtenida con la rodilla flexionada y el tendón del cuádriceps estirado que muestra una ecogenicidad normal en la inserción
rotuliana (flecha). E, Con el dedo totalmente extendido, los tendones del flexor están curvados y muestran una ecogenici-
dad normal (cabezas de flecha), sólo en la porción media del barrido. F, La flexión moderada de la articulación estira los
tendones, que ahora muestran su ecogenicidad normal a lo largo de todo su trayecto (cabezas de flecha). G y H, Ecografías
transversales. G, Tendón rotuliano con un plano de barrido que no es totalmente perpendicu lar respecto al eje del tendón,
lo que ocasiona una hipogenicidad artificial (cabezas de flecha). H, Tendón rotuliano con el plano de barrido estrictamente
perpendicular al tendón y muestra una ecogenicidad normal (cabezas de flecha).

nervio mediano es ligeramente menos ecogénico que los to se aprecia en tiempo real durante la flexión y extensión
tendones y, al igual que ocurre con otros troncos nervio- de dicho dedo. En barridos trasversales, el par de tendo-
sos periféricos importantes, parece incluir túbulos hi- nes FPD y FSD parecen estructuras ecogénicas redondea-
poecoicos, con sus interfases responsables de la baja eco- das que corresponden a músculos lumbricoides hipoecoi-
genicidad global del nervio median0 21 (Fig. 23-20, B). cos (Fig. 23-21).
En la palma de la mano los pares de tendones del FPD y En los dedos, los tendones flexo res siguen la concavi-
FSD se identifican con claridad. En barridos longitudina- dad de las falanges y por ello se afectan por el artefacto de
les el desplazamiento de los tendones de un dedo concre- la anisotropía en los barridos longitudinales a lo largo de
1/)
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Figura 23-17 Tendón extensor normal en el codo. Ecografía coronal con campo de visión extendido de la cara O
lateral del codo que muestra un tendón de los músculos extensores del antebrazo normal, con un tendón que se
inserta en el epicóndilo lateral de una ecogenicidad normal (cabezas de flecha). H, húmero; R, radio.

tendones flexores (Fig. 23-22). En un estudio con cadá-


veres, la ecografía detectó la polea de A2 (falange proxi-
mal) en el 100% de los casos, con una longitud media de
16 mm y la polea A4 (falange media) en el 67% de los
casos, con una longitud media de 6 mm 24 . La ecografía
transversal de los dedos a nivel de la primera falange
puede demostrar el paso del tendón redondo FPD, que
se inserta en la base de la falange distal, a través de la
división del tendón FSD, que se inserta en la falange me-
dia (Fig. 23-23).

Rodilla
La ecografía es una técnica excelente para visualizar los
tendones extensores de la rodilla 26.27 . Dado que tanto el
Figura 23-18 Cara anterior del codo extendido.
cuádriceps como los tendones rotulianos pueden ser lige-
t........"....~ Ecografía longitudinal que muestra el tendón del
~ bíceps oblicuo (flechas) que se inserta en la tube- ramente cóncavos por delante, los barridos tienen que
rosidad del radio; R, cabeza radial. realizarse durante la contracción del músculo cuádriceps
o con la rodilla flexionada, que estira el tendón y elimina
los artefactos por anisotropía (ver Fig. 23-16).
gran parte de su recorrido, excepto en un segmento que El tendón del cuádriceps incluye los tendones del rec-
esté estrictamente perpendicular al haz de ultrasoni- to femoral, vasto lateral, vasto medio y vasto intermedio y
dos 22.23 (Ver Figs. 23-9 y 23-16, E YFJ. habitualmente no se distinguen ecográficamente como
Algunas vainas fibrosas (poleas) que mantienen los estructuras separadas. El tendón del cuádriceps queda
tendones flexo res en su lugar y evitan que se den de sí por debajo de la grasa subcutánea y por delante de una
(bowstringing) durante la flexión del dedo se visualizan almohadilla grasa y de la bursa suprarrotuliana colapsada
en ecografías sagitales como un engrosamiento focal hi- (Fig. 23-24). En los barridos transversales, el tendón del
poecoico escasamente visible en el borde anterior de los cuádriceps tiene una sección de corte ovalada.

~ Figura 23-19 Cara posterior del codo flexionada. Ecografía longitudinal del tendón del tríceps (flechas). H, hú-
~ mero; 0, olécranon.
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Figura 23-20 Tendones flexores de los dedos en la muñeca. A, Ecografía longitudinal de la cara volar de la
en
]! muñeca que muestra al nervio mediano (cabezas de flecha) con un trayecto anterior a los tendones flexo res del
O) dedo índice (flechas). Obsérvese la mayor ecogenicidad de los tendones respecto al nervio. B, Ecografía transver-
'O sal de la muñeca en flexión moderada que muestra la sección de corte ecogénica de los tendones de los flexores superficial
ca
:¡: y profundo de los dedos en una bursa ulnar hipoecoica. La flecha señala la sección oval del nervio mediano.
ca
1.
en
o(,) El tendón rotuliano se extiende desde la rótula hasta suele ser visible, pero la bursa infrarrotuliana pro funda
w la tuberosidad tibial y tiene una longitud de 5-6 cm (Fig. parece una estructura aplanada y anecoica de 2-3 mm de
23-25, A). En cortes trasversales el tendón rotuliano tie- grosor (ver Fig. 23-15).
c: ne una superficie anterior convexa y posterior plana La ecografía se ha utilizado en la evaluación de los liga-
'o (Fig. 23-25, B). En su porción media, el tendón mide alre- mentos colaterales de la rodilla y de la banda iliotibial 28,29,
'0
(,)
Q) dedor de 4-5 mm de grueso y 20 -25 mm de ancho 26 • La Los ligamentos normales no siempre son fácilmente dis-
en bursa subcutánea prerrotuliana e infrarrotuliana no cernibles en la cápsula articular y tejidos grasos subcutá-

Figura 23-21 Tendones flexores superficiales y profundos de los dedos. Ecografía transversal de la palma de
t i..,:"""""'"~ la mano que muestra los tendones flexores superficial y profundo normales de los dedos segundo, tercero y cuar-
~ to (flechas) adyacentes a unos músculos lumbricoides hipoecoicos (M).
neos adyacentes. En las lesiones crónicas del ligamento dos salvo en casos de rotura importante: como norma, los
colateral medial, la ecografía puede demostrar calcifica- ligamentos cruzados deben evaluarse mediante RM.
ciones dentro de un ligamento hipoecoico engrosado, lo
cual se conoce como enfermedad de Pellegrini-Stieda30. Pie y tobillo
Un reducido número de publicaciones comunicaron ini- El tendón de Aquiles está formado por la fusión de la apo-
cialmente buenos resultados en la evaluación de los liga- neurosis de los músculos sóleo y gastrocnemio y se inserta
mentos cruzados 31 .32 . Sin embargo, la exploración ecográ- en la superficie posterior del calcáneo. El tendón de Aqui-
fica de los tendones es limitada, ya que es virtualmente les es ecogénico y muestra una textura fibrilar típica en las
imposible explorarlos co n ecógrafo con una orientación ecografías longitudinales 34. La terminación del músculo ~
o
que no sea la oblicua, que origina un aspecto hipoecoico sóleo hipoecoica es fácilmente identificable en el origen '3
:t:
artificiaJ33. Es por ello difícil evaluar los tendones cruza- del tendón de Aquiles (Fig. 23-26). El triángulo graso de Q.
ca
O

Figura 23-22 Polea del tendón en las falanges primera y segunda del tercer dedo. A, Ecografía longitudinal
de la primera falange del tercer dedo que muestra la polea como una banda muy delgada (inframilimétrica) de te-
jido anterior a los tendones de los flexores (cabezas de flecha). B, Ecografía longitudinal obtenida a 20 MHz de la
región indicada en la caja de la imagen A, que muestra el extremo distal de la polea (flechas). e, Ecografía transversal que
muestra la polea hipoecoica (flechas).
~ Figura 23-23 Relación entre los tendones flexo res superficial y profundo, Ecografías transversales a distintos
"'"...."..~ niveles de la primera falange del tercer dedo desde la base a la articulación interfalángica proximal. A, Ecografía
~ transversal en la base de la primera falange que muestra un tendón superficial (S) por encima del tendón profundo
(O). B, El tendón superficial se adelgaza y distribuye lateralmente. e, El tendón superficial se divide en dos mitades (flechas)
que se aprecian a cada lado del tendón profundo redondo, que parece hipoecoico en el barrido por la anisotropía. D, Las
dos mitades del tendón superficial se reunifican por detrás del tendón profundo. E, El tendón superficial tiene ahora el
perfil de copa que contiene el tendón profundo, que ahora es superficial. F, Ecografía transversal obtenida a nivel de la
base de la falange media y que muestra un tendón profundo (O) que es más superficial que el tendón (S).

Kager, que está por delante de la mitad distal del tendón hipogenicidad artificial (Fig. 23-26, C). Este aspecto no de-
(ver Fig. 23-3), suele ser ecogénico pero puede mostrar va- be confundirse con la bursa calcánea subcutánea, que nor-
riaciones individuales en la ecogenicidad, Por delante se malmente no se aprecia. El estudio ecográfico del tendón
c: sitúa al músculo flexor largo del pulgar y la superficie pos- de Aquiles revela dos porciones tendinosas de distinta
-o terior ecogénica de la tibia. La bursa retrocalcánea hi- ecogenicidad que representan las porciones que surgen de
'o(,)
Q)
poecoica, pequeña y aplanada se puede apreciar a veces en los músculos sóleo y gastrocnemi0 3s .
en el ángulo formado por el tendón y el calcáneo. Las fibras En las ecografías transversales, la sección de corte del
del tendón siguen un breve trayecto oblicuo, que explica su tendón de Aquiles es macroscópicamente elíptica y tiene

~ Figura 23-24 Tendón normal del cuádriceps. Ecografía longitudinal que muestra el tendón ecogénico (flechas)
~ rodeado por grasa; P, rótula.
un perfil afilado medialmente. El plano del tendón es lla- En el pie la técnica de exploración y aspecto ecográfico
mativo, porqu e en lugar de ser estrictamente coronal, normal no difiere significativamente de la de otros tendo-
tiene una inclinación anteromedial (Fig. 23-27). Por esta nes de los dedos 23 • ti)
Q)
co nfiguración existe el riesgo de sobrestimar el grosor e
del tendón en barridos que sean estrictamente longitu- o
dinales, y las mediciones deben registrarse por ello en
barridos transversales. Dos o tres centímetros craneal
PATOLOGíA "~e
a su inserción, el tendón de Aquiles tiene un grosor de
5-7 mm y 12-15 mm de anch ura 34 . Se ha encontrado una Los trastornos de los tendones se originan casi siempre
correlación positiva entre el grosor del tendón y la altura en traumatismos (desgarros), patología degenerativa no
del individu0 36•37 . inflamatoria (agrupadas como tendinosis) y patología in -
En el tobillo, la ecografía muestra lateralmente los ten- flamatoria (tendinitis, peritendinitis).
dones de los músculos peroneo largo y peroneo corto y
los del tibial posterior medialmente. Los tendones del
músculo flexor largo de los dedos y flexor largo del pulgar
también se identifican por detrás del maléolo medial, SIGNOS ECO GRÁFICOS DE LOS
mientras que los tendones del tibial anterior, extensor DESGARROS DE TENDÓN
largo del pulgar y extensor largo de los dedos se obser-
van en la parte anterior de la articulación del tobill0 38 . • Interrupción de las fibras (parcial o
Las exploraciones dinámicas con maniobras específicas completa)
de flexión y extensión de tobillo y pie permiten identifi- • Adelgazamiento focal del tendón
car individualmente los tendones. Los tendones del tobi- • Hematoma de tamaño variable, --~~
llo están recubiertos por vainas sinoviales. En un estudio normalmente pequeño
sobre tobillos de voluntarios asintomáticos, se detectó • Fragmento óseo (en el arrancamiento óseo)
una pequeña proporción de líquido en las vainas de los • No visualización del tendón retraído (en el
tendones tibial post~rior y pero neo común en el 71% Y desgarro completo)
12%, respectivamente 39 •

Figura 23-25 Tendón rotuliano normal. A, Ecografía longitudinal con campo de visión extendido que muestra el
tendón desde su inserción en la rótula (P) a su terminación en la tuberosidad tibial anterior. Obsérvense las fibras
prerrotulianas (cabeza de flecha). T, tibia. B, Ecografía transversal que muestra la superficie convexa anterior y
plana posterior (flechas) .
c
:§ Figura 23-26 Tendón de Aquiles normal. A, Ecografía longitudinal del origen del tendón (cabezas de flecha) que
(.) ........"....~ muestra la terminación de las fibras musculares (S) que conectan con el tendón. B, Ecografía longitudinal de la
~ ~ porción media del tendón (cabezas de flecha) que muestra una típica ecotextura fibrilar. e, Ecografía longitudinal
de la terminación del tendón que muestra una bursa pequeña retrocalcánea (flecha) sin líquido. .

Figura 23-27 Orientación oblicua de los tendones de Aquiles normales. La ecografía transversal de ambos
......."....~ tendones de Aquiles del mismo individuo muestra la orientación oblicua (líneas blancas) de los planos de los ten-
~ dones. Izquierda ; tendón izquierdo; derecha , tendón derecho.
Desgarros zarse. La falta de visualización del tendón se observa en
Se acepta que la mayoría de las roturas de tendón repre- roturas completas del manguito de los rotadores, del ten-
sentan la fase final de una destrucción progresiva de las dón del bíceps braquial y de los tendones flexo res de los 11>
Q)
fibrillas. Los desgarros se producen en tendones que se dedos. Excluyendo las rupturas del tendón de Aquiles, en s::
han hecho frágiles por factores como la edad, presencia de las que se puede desarrollar hematoma alrededor de todo O
"O
calcificaciones, tratamiento local o general con corticoi- el tendón, las rupturas habitualmente se asocian con una s::
des y enfermedades sistémicas subyacentes (artritis reu- mínima hemorragia focal. Con el arrancamiento del ten- ~
matoide, espondiloartropatías seronegativas, lupus erite- dón del hueso, se pueden mostrar uno o más fragmentos
matoso, diabetes mellitus, gota)40.43. óseos como focos brillantes y ecogénicos con sombra ~
o
acústica44. '3
~
Desgarros completos a.
C\l
Los desgarros debidos a trauma directo de los tendones Desgarros incompletos O
(laceraciones) son raros. La gran mayoría de los desga- El diagnóstico preciso mediante ecografía de un desgarro
rros completos se deben a una tensión excesiva aplicada incompleto es importante, ya que el diagnóstico y trata-
al tendón o a una tensión normal aplicada en un movi- miento precoz evitará una posterior rotura completa. Sin
miento que se realiza en condiciones anormales. Los des- embargo, los desgarros parciales son difíciles de diagnos-
garros completos recientes con frecuencia se diagnosti- ticar clínicamente y de diferenciar las áreas focales de
can clínicamente. Si la exploración física se retrasa, el tendinosis o tendinitis.
diagnóstico puede ser indeterminado por los cambios in- En la ecografía, las roturas parciales recientes parecen
flamatorios. La ecografía puede mostrar discontinuidad defectos hipoecoicos focales con discontinuidad del patrón
de todo el grosor del tendón. El hueco entre los fragmen - fibrilar dentro del tendón o en su fijación 18•45 (Fig. 23-29).
tos de tendón rotos (o coágulo) o tejido granulomatoso, Una irregularidad focal en la superficie del tendón puede
depende del tiempo de evolución de la lesión (Fig. 23-28). ser el único signo de un desgarro parcial pequeño. Una
El hueco varía, y cuando los fragmentos rotos se separan rotura parcial puede manifestarse también sólo por un
una distancia grande, el tendón puede no llegar a visuali- adelgazamiento focal del tendón, como en el manguito de

Figura 23-28 Roturas completas que afectan al tercio medio del tendón de Aquiles. A, Ecografía longitudinal
' ...:~::3'"~
que muestra el hueco entre los dos extremos (flechas) del tendón roto, que está relleno de tejido ecogénico y una
~ mínima cantidad de líquido. B, Ecografía longitudinal que muestra un fragmento superior edematoso y retraído
(flechas) rodeado de un hematoma organizado. e, Ecografía longitudinal que muestra la discontinuidad de las fibras tendi-
nosas (flechas).
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Figura 23-29 Desgarros parciales del tendón, A, Rotura parcial del tendón rotuliano en su inserción en la
rótula, Ecografía longitudinal que muestra un arrancamiento parcial de las fibras profundas del tendón en la rótula
con un hematoma anecoico muy pequeño (flechas). B, Arrancamiento parcial de la porción superior del tendón
rotuliano, Barrido transversal que muestra un hematoma bien delimitado, redondo e hipoecoico en la línea media (flecha).
w Las cabezas de flecha indican los bordes del tendón. e, División del tendón tibial posterior, Ecografía coronal del tobillo
que muestra la división central (*) que separa las fibras del tendón (flechas) .

los rotado res. Debe hacerse una especial mención a los parcialmente desinsertado del ápex rotuliano, la ecografía
desgarros o roturas intrasustancia, que ocurren con fre- longitudinal mostrará la discontinuidad de las fibras tendi-
cuencia en los tendones del tobillo y se muestran como nosas, mientras que la ecografía transversal obtenida cau-
hendiduras hipoecoicas longitudinales 46 (Fig. 23-29, B). dal al ápex rotuliano mostrará un defecto redondeado en la
Pueden hacerse evidentes unos hallazgos ecográficos su- línea media del tendón (Fig. 23-29, C). Esto puede ser indis-
tiles durante la exploración dinámica del tendón en fle- tinguible de las típicas lesiones de tendinosis que se obser-
xión-extensión/activa-pasiva de los músculos asociados. van en la inserción superior del tendón.
La evaluación tridimensional de las roturas parciales re-
quiere la combinación de una ecografía transversal y lon- Tendinosis
gitudinal. Entre los signos indirectos de rotura destacan el El término tendinosis se utiliza para describir cambios
derrame en la vaina del tendón y el engrosamiento de la degenerativos en un tendón sin signos clínicos o histopa-
bursa adyacente. tológicos de inflamación dentro del tendón o paratendón.
Se ha referido una sensibilidad del 94% para el diagnós- Casi siempre se aSbcian con un engrosamiento nodular
tico ecográfico de los desgarros parciales del tendón de focal o difuso del tendón. La tendinosis se ha descrito so-
Aquiles 45 . Otros estudios referían la superioridad de la bre todo en el tendón rotuliano (<<rodilla del saltador») Y
RM sobre la ecografía para el diagnóstico de desgarros in- en el tendón de Aquiles (aquilodinia). Existe una fuerte
completos del tendón de Aquiles47 . Aunque la ecografía es interrelación entre la tendinosis y el microtrauma repeti-
un método aceptable para diagnosticar los desgarros com- do de las lesiones por sobreutilización. La degeneración
pletos del tendón de Aquiles, es limitada para el diagnósti- normal que se corresponde con la edad o con una menor
co diferencial de desgarros incompletos del tendón de resistencia probablemente se aceleran con el aumento de
Aquiles o incluso de microrrupturas de áreas focales de la tensión o con una menor resistencia, lo cual es especial-
tendinosis 48•49 • En la rodilla, cuando el tendón rotuli~no está mente cierto en lesiones relacionadas con el deporte.
Se ha descrito una amplia variedad de cambios histopa-
tológicos, como los cambios degenerativos (degeneración SIGNOS ECOGRÁFICOS
mixoide y hialina, necrosis fibrinoide, microquistes), la re- DE LA TENDINITIS 1/)
Q)
generación (neovascularización y tejido de granulación) y s::
• Engrosamiento del tendón
microdesgarros. Sin embargo, un hallazgo constante es la O
• Menor ecogenicidad 'C
ausencia de células inflamatorias. La distinción clínica en- s::
• Bordes borrosos
tre tendinosis y tendinitis no siempre es evidente. ~
La ecografía de las lesiones de tendinosis muestra zo- • Mayor vascularidad en el Doppler- color
nas focales o difusas de ecogenicidad muy reducida con • Calcificación en la tendinitis crónica ~
o
hipertrofia del tendón. En el tendón de Aquiles las lesio- '3
:!::
nes afectan sobre todo al tercio medio del tendón, mien- C.
!ti
tras que en el tendón rotuliano las lesiones se detectan O
en la inserción craneal del tendón. En ambas zonas el nes rotulianos y el 11 % en el tendón de Aquiles. Los ju-
tendón estará difusamente edematoso, con áreas focales gadores con tendones rotulianos anormales presentaron
o difusas hipo eoicas so. El Doppler color o potencia mues- un riesgo del 17% de desarrollar rodilla de saltador sin-
tra una vascularidad aumentada, normalmente a partir tomática a lo largo de la temporada de 12 meses, mien-
de la superficie profunda del tendón rotuliano superior tras que los que presentaron un tendón de Aquiles anor-
y de la superficie profu nda del tendón de Aquiles dis- mal tenían un riesgo del 45% de desarrollar tendinosis
taI S1 · S3 . (Fig. 23-30). La ecografía del tendón rotuliano de Aquiles S6 • La detección precoz de una tendinosis ocul-
muestra lesiones focal es hipoecoicas que consisten en ta debe urgir a un tratamiento adecuado para evitar sín-
tendinosis en el 14% de los atletas asintomáticos sin his- tomas crónicos y resistentes al tratamiento y las poste-
toria previa de rodilla de saltadors4 . Sin embargo, la tras- riores roturas del tendón.
cendencia de estas lesi ones en deportistas asintomáti- La ecografía Doppler color de la tendinosis de Aquiles
cos sigue siendo algo incierta. Se ha visto que en los permite demostrar la existencia de vasos no sólo fuera sino
jugadores de baloncesto que presentan zonas hipoecoi- también dentro de un tendón de Aquiles engrosado, sobre
cas en el tendón rotuliano, dichas zonas pueden desapa- todo en la porción ventral del tendón. Se ha intentado la
recer, seguir igual o aumentar sin síntomas que permi- esclerosis guiada mediante ecografía de estos vasos como
tan predecir los síntomas de la rodilla del saltador ss . Por tratamiento de la tendinosis crónica de Aquiles s,s7. Nunca
el contrario, un estudio con jugadores de fútbol de élite se ha confirmad060 que la existencia de hipervascularidad
mostró alteraciones ecográficas en el 18% de los tendo- en la ecografía Doppler color se asociara a dolor sB,s9.

Figura 23-30 Tendinosis. A y B, «Rodilla del saltador». Ecografía longitudinal con Doppler color y potencia que
t...- ~
muestra un engrosamiento hipoecoico en el tercio superior del tendón rotuliano con una llamativa hipervasculari-
~ dad asociada. e y D, Aquilodinia. Ecografía longitudinal del tendón de Aquiles que muestra engrosamiento y
menor ecogenicidad del tendón con un mínimo, pero evidente, aumento de la vascularidad en la superficie profunda del
tendón.
fttd Figura 23-31 Tendinitis. A, Tendinitis en la inserción tibial del tendón rotuliano. Ecografía Doppler potencia longi-
~ tudinal que muestra un área focal de menor ecogenicidad e hipervascularidad; T, tibia. B, Tendinitis del tendón de
Aquiles distal. Ecografía longitudinal que muestra edema y menor ecogenicidad del tendón; e , calcáneo: e y D,
Tendinitis del tendón de Aquiles. Doppler potencia y espectral longitudinal que muestra la hipervascularidad de los tendo-
nes difusamente edematosos e hipoecoicos.

Inflamación Tendinitis
El edema asociado con inflamación es responsable del en- Al igual que con la tendinosis, la tendinitis se asocia con
grosamiento y menor ecogenicidad de los tendones, vaina actividades deportivas y ocupacionales, pero en la explo-
sinovial o paratendón afectados. El aumento de la vascu- ración anatomopatológica, existe evidencia de inflama-
laridad asociado con la inflamación puede apreciarse en ción aguda, con frecuencia asociada a cambios degenera-
la ecografía Doppler potencia 61 ,62 que además permite do- tivos preexistentes por una tendinosis. La tendinitis
cumentar la respuesta al tratamiento de los pacientes con puede afectar a todo el tendón o sólo a una parte. Por
lesiones inflamatorias 63 . ejemplo, en el tendón rotuliano, igual que en la tendinosis,
Figura 23-32 Tendinitis rotuliana calcificada cróni-
ca. A, Ecografía longitudinal de la fijación inferior del
tendón que muestra un tendón marcadamente engro-
sado e hipoecoico (flechas grandes) con un contorno borroso y
calcificaciones diminutas e hipoeoicas (flechas cortas), una de
ellas con artefacto de hilo de cometa (cabeza de flecha). B, Ra-
diografía lateral de bajo kilovoltaje obtenida con una unidad
mamográfica que muestr\l un tendón rotuliano edematoso con
pequeñas calcificaciones (flecha); T, tibia; P, rótula. C')
C\I
o
'3
;t:
Q.
CtI
O

8
Ti
con frecuenci a se afecta la inserción craneal del tendón, ello la técnica de la exploración ti ene que ser impecable.
mientras que la afectación focal de la inserción distal sue- Se utiliza la ecografía Doppler potencia para documentar
le ocurrir después de una transposición quirúrgica de la el aumento focal o difuso de la vascularidad (Fig. 23-31).
tuberosidad tibia!. Suele ser útil la comparación con ecografías del tendón
En la ecografía de la tendinitis aguda el tendón está contralateral no afectado. La existencia de flujo en una zo-
engrosado y los bordes con frecuencia están mal defini- na focal de menor ecogenicidad confirma el diagnóstico
dos. Existe además una reducción difusa de la ecogenici- de tendinitis focal y descarta un desgarro parcial agudo,
dad 26.34 . A consecuencia de un barrido inapropiado se ya que el flujo sanguíneo no es compatible con la cavidad
puede observar un ten dón falsamente hipoecoico y por rellena de sangre asociada a un desgarro. La ecografía con

Figura 23-33 Peritendinitis de Aquiles. Doppler potencia longitudinal que muestra un engrosamiento hipoecoico
del paratendón (flechas) anterior al tendón (cabezas de flecha) y un aumento asociado de la vascularidad.
Figura 23-34 Tenosinovitis. A, Tenosinovitis leve del tendón tibial posterior en el tobi llo. Ecografía coronal que
muestra una mínima cantidad de líquido en la vaina tendinosa. B, Tenosinovitis aguda del tendón flexor de los
dedos de la mano. e, Imagen transversal de la muñeca que muestra líquido rodeando los tendones flexores. D,
Tenosinovitis de los tendones peroneos. Doppler potencia coronal que muestra líquido en la vaina sinovial e hipervascula-
ridad alrededor de los tendones.

c: Doppler potencia también se puede utilizar para monito- color será muy útil para documentar una mayor vasculari-
'o
'ü rizar la respuesta del paciente al tratamiento antiinflama- dad que se asocia con esta patología 61 (Fig. 23-33).
o
(1)
en torio. Una reducción en el tamaño del tendón y la recupe-
ración del nivel normal de ecogenicidad y muy baja Tenosinovitis
vascularidad indican curación. La tenosinovitis se define como una inflamación de una
En la tendinitis crónica los márgenes del tendón pue- vaina tendinosa. Cualquier tendón rodeado de una vaina
den estar deformados y ser desiguales. La ecografía puede sinovial (especialmente tendones de la mano, muñeca y
detectar calcificaciones intratendinosas mínimas, que se tobillo) puede afectarse. El trauma, incluido el microtrau-
muestran como focos brillantes con o sin sombra acústica y ma repetido y la infección piógena, son los principales
ocasionalmente con artefacto en hilo de cometa. Como nor- responsables de la tenosinovitis aguda. Se han publicado
ma, el tamaño y perfil de estas calcificaciones se apreciarán casos de tenosinovitis secundarios a un cuerpo extraño
mejor en radiografías de bajo kilovoltaje, de fácil obtención retenido dentro de la vaina de un tendón de la man0 6S • En
con el uso de una unidad de mamografía 64 (Fig. 23-32). la ecografía, es posible el diagnóstico de tenosinovitis
aguda cuando se identifica líquido (incluso en mínimas
Peritendinitis cantidades) en la vaina 66 -68 (Fig. 23-34). Se pueden obser-
La peritendinitis es una inflamación que ocurre a nivel del var ecos interiores por detritus en las tenosinovitis supu-
paratendón, la capa de tejido conectivo que rodea el ten- rativas, una patología grave que si no se trata puede con-
dón en ausencia de vaina sinovial. Esta patología se obser- ducir a una rápida destrucción del tendón 69 •
va con frecuencia en el tendón de Aquiles. En la ecografía La tenosinovitis crónica se caracteriza por un engrosa-
la peritendinitis se caracteriza por un engrosamiento hi- miento hipoecoico de la vaina sinovial, casi siempre con
po ecoico del peritendón, con un tendón que sigue macros- poco o nada de líquido (Fig. 23-35). El engrosamiento de
cópicamente sin afectación. Puesto que la ecografía en es- la vaina puede reducir el movimiento de los tendones al
cala de grises no suele permitir diagnosticar peritendinitis estrechar su paso. En la tenosinovitis de De Quervain
leves con suficiente fiabilidad 48 , la imagen con Doppler los tendones del abductor del pulgar largo y pulgar breve
se encogen por un engrosamiento de la vaina en la polea del pannus (Fig. 23-36). La ecografía con Doppler potencia
por encima de la apófisis estiloides radial. La ecografía muestra una hipervascularización importante del pannus.
permite demostrar el engrosamiento hipo ecoico de la vai- Los hallazgos eco gráficos de afectación del tendón son el
na tendinosa 23 ,7o (Fig, 23-35, B) Y el Doppler en modo po- engrosamiento y la falta de homogeneidad del tendón,
tencia muestra una mayor vascularidad en los tejidos con bordes de aspecto dentad0 74 • En una fase tardía, la
afectados. Se puede aplicar la ecografía como guía para la ecografía permite demostrar un marcado adelgazamiento
inyección de medio de contraste en la vaina para una te- del tendón o una ruptura parcial o completa 7s .
nografía, un estudio que traza la silueta de la pared de la C')
vaina pero no puede demostrar su grosor. También se ha Bursitis C'II
o
utilizado la ecografía para dirigir la infiltración con corti- La bursitis casi siempre afecta a las bursas subdeltoidea, :;
~
coides en pacientes con artropatía inflamatoria crónica 71 • del olécranon, radiohumeral, rotuliana y calcánea. El trau- c.
C'CI
La artritis reumatoide muestra predilección por los ma y, más importante, los repetidos microtraumas, juegan O
tejidos sinoviales, incluido las vainas tendinosas de las ex- un papel importante en la bursitis, aunque en muchos ca-
tremidades distales. La ecografía ha demostrado su efica- sos no se encuentra un factor desencadenante. La bursitis
cia en el diagnóstico de la tenosinovitis reumatoide de prerrotuliana, también conocida como «rodilla del ama de
la mano n ,73 . La vaina del tendón afectado es extremada- casa» es un hallazgo frecuente en individuos que pasan
mente hipoecoica y en ocasiones puede apreciarse tam- periodos prolongados de rodillas, como es el caso de los
bién líquido dentro de la vaina, que mejora la visibilidad instaladores de alfombras 76 • El acúmulo transitorio de Ií-

Figura 23-35 Tenosinovitis cromca. A,


Tenosinovitis crónica de los tendones
f1exores de los dedos después del trata-
miento quirúrgico de un síndrome del túnel carpia-
no. La ecografía longitudinal de la cara volar de la
muñeca muestra una bursa hipoecoica engrosada
(flechas) y la completa ausencia de líquido. B, Teno-
sinovitis crónica postraumática de los tendones
f1exores del dedo índice. Ecografía longitudinal que
muestra una vaina sinovial engrosada hipoecoica
(flechas) que no contiene líquido. Obsérvense los
tendones flexo res macroscópicamente intactos,
con el tendón superficial insertándose en la base de
la segunda falange. P1, primera falange; P2, segun-
da falange. e, Tenosinovitis de De Quervain. Eco-
grafía transversal de la muñeca que muestra una
vaina sinovial engrosada e hipoecoica (flechas) ro-
deando los tendones de los músculos del abductor
largo del pulgar y extensor largo del pulgar.
quido en la bursa subacromial se ha podido demostrar en
ecografías de hombro hasta pasadas 16-20 horas de un
entrenamiento de balonmano 77 • En la fase aguda precoz
de la bursitis, cuando la bursa está rellena de líquido, las
ecografías muestran una colección rellena de líquido so-
nolucente, con bordes mal definidos. En la fase crónica, el
aspecto ecográfico es complejo con detritus ecogénicos
interiores que se deben a la presencia de tejido granulo-
matoso, fibrina precipitada y en ocasiones calcificación.
La imagen del Doppler potencia suele mostrar una mayor
vascularidad en la pared engrosada de la bursa y adyacen-
te a ella 78.79 (Fig. 23-37). Puesto que la bursa y tendón ad-
yacente están afectados en el mismo proceso patológico,
se recomienda una minuciosa valoración del tendón adya-
cente. En el 82% de los pacientes con tendinosis del tercio
distal del tendón de Aquiles presentarán además una bur-
Figura 23-36 Tenosinovitis reumatoide del ten-
sitis retrocalcánea 79 .
dón extensor del dedo en el dorso de la mano.
Ecografía transversal que muestra pannus hipoecoi-
co (flecha) rodeando el tendón (flecha abierta): M, hueso Entesopatía
metacarpiano. La entesopatía inflamatoria o entesitis se define como
una inflamación de la inserción de los tendones en los

c
'0
'(3
O
Q)
ti)

Figura 23-37 Bursitis, A, Ecografía Doppler potencia transversal de la cara posterior del codo que muestra la
bursa con la pared engrosada y contenido líquido e hipervascularidad de la bursa. 0, olécranon. B, Ecografía lon-
gitudinal de la parte distal del brazo con el codo flexionado y que muestra una bursa subtendinosa hipertrófica e
hipervascular del músculo tríceps braquial. e, Bursitis prerrotuliana. Ecografía longitudinal que muestra una bursa prerro-
tuliana subcutánea rellena de líquido. P, rótula. D, Bursitis infrarrotuliana. Doppler potencia longitudinal que muestra la hi-
pervascularidad alrededor de una bursa infrarrotuliana subcutánea distendida.
huesos. Se observa en espondiloartropatías seronegati- Movimiento del tendón disminuido
vas, pero también se describe en actividades ocupacio- y atrapa miento
nales, metabólicas, inducidas por fármacos, infecciosas y La ecografía tiene la ventaja de mostrar en tiempo real el
degenerativas. Los te ndones habitualmente afectados movimiento normal y anormal de los tendones. El desliza-
son el rotuliano y el de Aquiles así como la fascia plantar. miento del tendón del extensor largo del pulgar se ha es-
En la ecografía la inserción tendinosa se muestra edema- tudiado en la muñeca 87 . En pacientes con un chasquido
tosa e hiperecoica, con calcificaciones desarrolladas en del tendón del «iIiopsoas» la ecografía demostró que el
lesiones crónicas, que oscilan entre finas calcificaciones chasquido estaba provocado por un brusco movimiento
y espolones óseos80·82 . Con frecuencia coexisten con una del tendón del iliopsoas alrededor del músculo ilíaco, per- ~
bursitis.
o
mitiendo un contacto brusco del tendón contra el hueso '3
púbico que produce finalmente el chasquido audible 88 . La ~
Q.
ca
Osteocondrosis no articular ecografía confirma en tiempo real la subluxación de la ca- O
Las enfermedades de Osgood-Schlatter y de Sinding-Lar- beza larga del tendón del bíceps89 y de los tendones pero-
sen-Johansson son osteocondrosis no articulares de la ro- neos 90 . La ecografía también ha permitido demostrar el
dilla, que se producen en centros de osificación expuestos atrapamiento de los tendones flexores de un dedo compli-
a tensiones de tracción. Ambas patologías se observan en cando una fractura 91 .
adolescentes, habitualmente muchachos, que participan
en actividades deportivas. Aunque el diagnóstico se apoya Patrones postoperatorios
sobre todo en la historia clínica, se suelen realizar estu- Después de una reparación quirúrgica, los tendones siguen
dios radiológicos para confirmar el diagnóstico. Se ha uti- alargados, hipo ecoicos y heterogéneos con bordes irregula-
lizado la ecografía de alta resolución en la evaluación de res y borrosos18.92.93 (Fig. 23-39). Los ecos lineales interio-
estas dos patologías 83 -86 . La enfermedad de Osgood- res que constituyen la ecotextura del tendón son más del-
Schlatter es una osteocondrosis de la tuberosidad tibia\. gados y cortos que los tendones normales. La ecografía no
En un estudio sobre 70 casos, la ecografía demostró ede- permite distinguir de forma fiable los desgarros recurren-
ma con un cartílago anecoico en el 100% de los casos, tes y la tendinitis por cambios postoperatorios. En la eco-
fragmentación del centro de osificación ecogénico de la grafía transversal postoperatoria el tendón suele mostrar
tuberosidad tibial anterior en el 75%, engrosamiento di- una sección redondeada. El patrón postoperatorio puede
fuso del tendón rotuliano en el 22% y bursitis infrarrotu- mantenerse durante meses o incluso años. En ocasiones la
liana en el 17% de los casos 8S (Fig. 23-38). La enferme- ecografía permite detectar focos brillantes y ecogénicos de-
dad de Sinding-Larsen-Johansson es una osteocondrosis bidos a restos de material sintético de sutura o calcifica-
de los centros accesorios de osificación en el polo inferior ción, que se aprecia como focos ecogénicos y brillantes. Los
rotuliano. En esta rara enfermedad la ecografía presenta estudios postoperatorios con ecografía Doppler pueden
un centro de osificación ecogénico fragmentado y un car- mostrar hipervascularización en los tendones (Fig. 23-39, C).
tílago hipoecoico y los tejidos blandos adyacentes edema- En un estudio de seguimiento a largo plazo de roturas de
tosos, incluido el origen del tendón rotulian0 86 . tendones de Aquiles, muchos de ellos reparados quirúrgi-

~ Figura 23-38 Enfermedad de Osgood-Schlatter. Ecografía Doppler potencia longitudinal que muestra el edema
~ del cartílago, fragmentación del centro de osificación ecogénico de la tuberosidad tibial anterior y bursitis infrarro-
tuliana profunda.
~ Figura 23-39 Patrones postoperatorios. A, Ecografía longitudinal que muestra el tendón del músculo palmar
....""""""~ largo después de su reparación quirúrgica por una rotura completa. Se aprecia engrosamiento focal hipoecoico del
~ tendón (flechas). Las cabezas de flecha indican el tendón normal. B, Barrido longitudinal que muestra el tendón
rotuliano 15 meses después de la cirugía de una tendinitis, con un tendón hipoecoico, difusamente engrosado y heterogé-
neo (flechas) de bordes mal definidos y calcificaciones diminutas (flecha abierta). P, rótula. e, Ecografía longitudinal con
Doppler potencia que muestra el engrosamiento residual y la hipervascularidad de la porción alta del tendón rotuliano. Se
aprecian cambios inflamatorios postoperatorios crónicos residuales en el tendón rotuliano después de la fijación percutá-
nea de una fractura del tallo tibial que se intervino para la colocación de un clavo intramedular a través del tendón .

camente, se observó que el grosor promedio era de 12 mm de Aquiles con un tratamiento no quirúrgico y no se encon-
(rango, 7-20 mm), comparado con 5 mm de los controles y traron diferencias excepto por una función de deslizamien-
que el 14% de los tendones curados contenían calcificacio- to más limitada del tendón después de la cirugía. Además
nes 94 • En un estudio se comparó el aspecto ecográfico des- existía una débil correlación entre hallazgos ecográficos y
pués de la reparación quirúrgica de una rotura del tendón pronóstico clínic092 •
Tumores y pseudotumores familiar, el grosor medio del tendón de Aquiles fue de 11,1
Los tumores benignos de los tendones y sus vainas inclu- mm, comparado con los 4,5 mm de los sujetos normales y
yen los tumores de células gigantes y los osteocondro- los 4,9 mm en un grupo con hipercolesterolemia no fami-
mas. Los tumores de células gigantes de las vainas de los liar 98 . Se ha propuesto utilizar un valor como punto de
tendones se consideran una forma circunscrita de la sino- corte de 5,8 mm para el grosor del tendón de Aquiles que
vitis pigmentada vellonodular. Afecta de modo preferente ofrece una sensibilidad del 75% y especificidad del 85%
a la superficie flexora de los dedos y normalmente se ob- con la ecografía en el diagnóstico de hipercolesterolemia
serva en mujeres jóvenes y de mediana edad. Son posibles familiar 99 • En la hipercolesterolemia familiar en portado-
las recidivas después de su extirpación incompleta. La res de la mutación, la ecografía aumenta el porcentaje de
ecografía muestra tumores de células gigantes que se ma- diagnóstico clínico de los xantomas desde e143% al 68%100.
nifiestan como masas hipoecoicas, algunas veces de con- La ecografía también ha demostrado que detecta la infil-
torno lobulado 23,9s , La imagen de Doppler potencia revela tración hipoecoica del tendón de Aquiles en el 38% de los
una vascularidad interna importante en el 71 % de las le- niños con hipercolesterolemia familiar 101. La ecografía
siones 96 , también se puede utilizar para monitorizar el efecto del
Los tumores malignos son raros, Los sarcomas sino- tratamiento sobre el grosor del tendón de Aquiles y su
viales pueden surgir de la vaina del tendón, como una ecotextura.
masa irregular o lobulada e hipo ecoica que contiene calci- Los nódulos intratendinosos reumatoides se observan
ficaciones. en la ecografía como nódulos hipoecoicos 72 • Por el contra-
En el 95% de los pacientes con hipercolesterolemia rio, son varios los aspectos que se han referido para los
familiar, la ecografía muestra múltiples xantomas hi- tofos gotosos en el interior o próximos a tendones. Una
poecoicos en el tendón de Aquiles y pueden detectarse primera publicación mencionó unos focos muy ecogéni-
precozmente xantomas focales en tendones que todavía cos con sombra acústica, apoyando así una fácil diferen-
no han crecido97 , En 30 adultos con hipercolesterolemia ciación con los nódulos reumatoides intratendinosos102 •

~ Figura 23-40 Quiste gangliónico. A, Ecografía longitudinal de la primera falange del tercer dedo que muestra un
""-....""...~ quiste bien definido (0,4 x 0,2 cm) anterior del tendón flexor del dedo (cabezas de flecha). Obsérvese el realce
~ acústico distal. M , hueso metacarpiano; P1 , primera falange. B, Proyección longitudinal de la muñeca que muestra
un quiste gangliónico pequeño dorsal a los huesos de la muñeca. Obsérvese el cuello pequeño (flecha) que conecta el
quiste con la articulación.
r:::: ~ Figura 23-41 Quiste de Baker. A, Ecografía longitudinal que muestra dos colecciones líquidas (flechas) separa-
'o
'(3 "'""""""""~ das por el tendón del músculo gastrocnemio medial. B, Imagen transversal que muestra dos colecciones que
(J
Q) ~ forman parte del mismo quiste y rodean el tendón del músculo gastrocnemio medial. e, Ecografía longitudinal que
en muestra un quiste poplíteo grande.

~ Figura 23-42 Rotura de quiste de Baker. Ecografía longitudinal con extensión del campo visual de la pantorrilla
ti........."..~ que muestra una masa compleja (flechas) que se conecta con una pequeña cantidad de líquido residual de la fosa
~ poplítea (cabezas de flecha) que representa un quiste roto.
Sin embargo, otros estudios mostraron que todos eran retraso, el diagnóstico ecográfico es problemático ya que
hipoecoicos con un aumento periférico de la vascularidad la fuga líquida se ha reabsorbido y solamente queda una
en la imagen en Doppler color 103. El aspecto ecográfico de zona hipoecoica residual mal definida (Fig. 23-42).
los tofos gotosos parece seguir un curso paralelo al grado
de su calcificación e inflamación asociadas.
En la amiloidosis relacionada con la diálisis, las mem- OTRAS MODALIDADES
branas sinoviales articulares, cápsulas y tendones (supra- DE IMAGEN
espinoso) pueden estar engrosados, con una proporción
de engrosamiento que aumenta con la duración de la diá- Aunque se pueden perfilar los tendones, especialmente
lisis 104. cuando están rodeados por grasa, la radiografía con bajo
Los quistes gangliónicos casi siempre se producen en kilovoltaje no permite demostrar su estructura. Sin em-
la mano, pero pueden desarrollarse en cualquier articula- bargo, la radiografía simple sigue siendo la mejor modali-
ción o vaina tendinosa. La ecografía muestra una colec- dad para documentar de forma segura la presencia de fi-
ción líquida ovalada adyacente al espacio articular o ten- nas calcificaciones en tendones o bursas.
dón (Fig. 23-40). En ocas iones, los quistes crónicos tienen La tenografía se realiza inyectando medio de contraste
ecos interiores, y como consecuencia el quiste podría si- en la vaina sinovial del tendón. Esta técnica de imagen
mular un tumor sólido hipoecoico. proporciona vistas globales de la pared interna de la vai-
El quiste de Baker es otro tipo de quiste que se observa na, pero no permite apreciar el grosor de la pared como
adyacente a una articulación. El quiste de 8aker se debe a hace la ecografía llo.11l . Igualmente, la bursografía consis-
una distensión anormal de la bursa del gastrocnemio-se- te en una opacificación directa de una bursa. Estas dos
mimembranoso, que con frecuencia se comunica con la técnicas se han sustituido en la práctica diaria por estu-
articulación de la rodilla a través de una apertura con for- dios de imagen con sección de corte. Recientemente se
ma de hendidura en la parte posteromedial de la cápsula está utilizando la RM después de una bursografía guiada
articular. Los quistes de 8aker se suelen asociar a situa- por ecografía para evaluar mejor la bursa infrarrotuliana
ciones patológicas que aumentan la presión intraarticular superficial y profunda y las bursas ulnar y radial de la mu-
por sobreproducción de líquido sinovial, esclerosis capsu- ñeca 112,1l3.
lar o hipertrofia sinovial, casi siempre en la artritis reu- La tomografía computarizada (TC) se utiliza en raras
matoide. Los quistes de 8aker se presentan clínicamente ocasiones para la evaluación de tendones 114.lls . La RM por
como masas poplíteas que pueden cursar con o sin sínto- su excelente contraste y resolución espacial y posibilida-
mas. Los quistes rotos o los grandes quistes que disecan des de imagen multiplanares, se ha convertido en la mo-
hacia la pantorrilla producen una extremidad edematosa dalidad de elección para la imagen de tejidos blandos y es
y dolorosa que simula una tromboflebitis. Un quiste de el patrón oro para imagen de tendones en Estados Uni-
8aker se muestra habitualmente en la ecografía como una dos 116 . Sin embargo, su coste es de alrededor de 10 veces
colección rellena de líquido 105-107. En ocasiones un barrido el de la ecografía, con frecuencia para obtener una infor-
longitudinal demuestra una segunda zona anecoica ante- mación diagnóstica similar.
rior al tendón del músculo gastrocnemio. Las ecografías La ecografía de alta frecuencia es actualmente la única
transversales confirman que ambas zonas se correspon- técnica de imagen transversal y en tiempo real y proporcio-
den con secciones del mismo quiste, que rodean el tendón na información dinámica única. Las ecografías se pueden
del músculo 108 (Fig. 23-41). Los ecos interiores se deben a obtener con rapidez y en cualquier orientación práctica-
filamentos o detritus y engrosamiento sinovial y se pue- mente y los transductores de alta frecuencia proporcio-
den apreciar en los quistes inflamados o infectados. En nan actualmente una detallada resolución espacial y de
pacientes con artritis reumatoide, un quiste de 8aker pue- contraste. En manos experimentadas y determinadas loca-
de estar totalmente relleno de pannus, que simula una lizaciones anatómicas y también en determinadas situacio-
masa s(>lida. El Doppler potencia demostrará la hipervas- nes patológicas (desgarros de tobillos, tendinopatías rotu-
cularidad del pannus y lo distinguirá de detritus. La os- lianas, epicondilitis) se ha referido que la ecografía de alta
teocondromatosis también se puede desarrollar a partir resolución es casi tan precisa o incluso más que la RM1l7-12O.
de un quiste de 8aker, dando lugar a cuerpos libres hipe- Sin embargo, debido al pequeño tamaño de las estructuras
recoicos, que ocasionan sombras acústicas cuando se cal- y la posibilidad de artefactos relacionados con la técnica,
cifican 109. En un quiste roto recientemente, la ecografía y a que la ecografía de tendones es operador-dependien-
puede demostrar la fuga como una colección líquida sub- te, es preciso tener suficiente pericia, un entrenamiento
cutánea que se extiende distal mente hacia la pantorrilla adecuado y suficiente experiencia para conseguir los me-
baja y hasta el tobillo. Sin embargo, cuando se explora con jores resultados 17.121.
Capítulo 24

INTERVENCIONES
MUSCULOESQUELÉTICAS
Ronald s. Adler

Las posibilidades que ofrece la ecografía al mostrar ima- y geometría local. La selección de la aguja se basa en las
gen en tiempo real hace que sea especialmente idónea co- características anatómicas concretas (profundidad y ta-
mo guía para diversos procedimientos intervencionistas maño de la región de interés). Nosotros utilizamos una
musculoesqueléticos 1.1o. La observación continua de la técnica de mano libre siguiendo el principio de que se de-
aguja permite garantizar que la posición de la aguja es la be garantizar la visualización de la aguja como reflector
adecuada y que consigue una monitorización correcta de especular7. Esto se consigue con la orientación de la aguja,
la distribución del material inyectado y aspirado. Los de forma que quede perpendicular (o próxima a los 90°)
efectos adversos de la colocación inadecuada de una aguja respecto al haz de insonación (Fig. 24-1). La aguja se con-
durante la administración de corticoides están bien docu- vierte entonces en un reflector especular con frecuencia
mentadosll.1 6 • Igualmente permite la descompresión de con un potente efecto de anillo caído. Aunque se dispone
lesiones rellenas de líquido y la fragmentación de depósi- de aguja guía, que puede resultar útil, una técnica de ma-
tos de calcio. no libre permite mayor flexibil idad para ajustar la posi-
La generación actual de transductores de alta frecuen- ción de la aguja durante el procedimiento. Además, la vi-
cia para la ecografía de estructuras pequeñas permite una sualización de la aguja se puede mejorar inyectando una
excelente definición del detalle del tejido blando y de las pequeña cantidad de líquido anestésico y observando los
superficies articulares, especialmente en la mano, muñe- correspondientes ecos de movimiento, bien en la ecogra-
ca, pie y tobillo 17. Esto permite la colocación de una aguja fía en escala de grises o de flujo colorl.
en estructuras que no están distendidas por líquido, como Lo primero es decidir la colocación del paciente para
articulaciones, tendones, vainas o bursas no distendidas. asegurar el confort y una óptima visualización de la ana-
Los fármacos administrados producen un efecto de con- tomía. Es importante tener presente que la representa-
traste que puede mejorar el perfilado de las estructuras ción del tendón se acompaña del artefacto de la anisotro-
adyacentes (morfología del borde glenoideo) y proporcio- pía; parecerá hipoecoico si la huella del transductor no es
nar información adicional respecto a la distribución del paralela al tendón 17 . Por ello el transductor tiene que es-
fármaco administrado 18.l9 . La guía ecográfica tiene una tar orientado para maximizar la ecogenicidad del tendón
gran aceptación porque no requiere el uso de radiación y evitar así interpretaciones falsas del tendón como por
ionizante y este hecho es especialmente ventajoso en la ejemplo, que fuera un líquido complejo o sinovia. Es nece-
población pediátrica y durante el embarazo. saria una compensación en el punto de entrada de la piel
Entre las infiltraciones guiadas por ecografía que se rea- para la aguja en relación con el transductor que permita
lizan en el aparato locomotor destacan las infiltraciones una orientación adecuada de la aguja. Las estructuras
de tendones, vainas, bursas y quistes gangliónicos. Este profundas, como los tendones alrededor de la cadera, con
capítulo resalta las infiltraciones más habituales que se frecuencia se visualizan mejor utilizando un transductor
realizan en nuestro centro, un hospital especializado en de sector o curvo y trabajando con frecuencias de alrede-
ortopedia y reumatología. La indicación clínica más habi- dor de 3,5-7,5 MHz. Las estructuras superficiales y orien-
tual para las infiltraciones guiadas por ecografía es el do- tadas linealmente, como la muñeca o el tobillo, se exploran
lor que no responde a otras medidas más conservadoras. mejor utilizando dispositivos lineales con altas frecuen-
Al margen del lugar anatómico, el dolor puede ser secun- cias centrales (>10 MHz). Los transductores de pequeña
dario a una agresión crónica repetitiva en el entorno labo- huella (<<palo de hockey») son especialmente adecuados
ral, lesiones relacionadas con deportes o a un trastorno para las infiltraciones superficiales. Estos factores deben
inflamatorio subyacente, como es el caso de la artritis reu- valorarse antes de la preparación de la piel.
matoide. La naturaleza inmiscible de anestésicos y esteroides es
probable que contribuya al efecto de contraste temporal
que se genera (Fig. 24-2). Los experimentos in vitra sugie-
CONSIDERACIONES TÉCNICAS ren que esta propiedad se debe a alteraciones en la impe-
dancia acústica del material dispersado, que está formado
por una suspensión de esteroides en un fondo acuoso, con
El diagnóstico y posteriores exploraciones intervencio- la consecuencia de un aumento en la intensidad de ecos
nistas se realizan con frecuencia mediante transductores de alrededor de 20 dB 19. Este efecto contraste tiene la ven-
fásicos, lineales o curvos dependiendo de la profundidad taja de aumentar la visibilidad del fármaco inyectado en
se coloca además encima de componentes del ecógrafo. El
radiólogo o ecografista coloca el transductor; un radiólo-
go coloca la aguja y realiza el procedimiento. Nosotros uti- m
lizamos lidocaína al 1% o bupivacaína (0,25%-0,75%) co
(J
para la anestesia local. Una vez que se ha colocado la aguja :¡:o
'CI)
en posición, el procedimiento se realiza con imagen en Q)
tiempo real. Dependiendo de la localización anatómica, se ::::s
C"
utilizará una aguja raquídea de 3,8 cm con estilete para m
CI)
administrar la mezcla anestésico-corticoidea, que suele o
consistir en un anestésico de vida media larga y uno de los ::::s
(J
derivados corticoideos inyectables estándar (p. ej., triam- m
::::s
cinolona). E
Existen dos abordajes para realizar las infiltraciones y m
CI)
son el eje largo y el eje corto, según la orientación de la c:
Figura 24-1 Aguja con reflector especular con aguja con respecto a la estructura que se quiere infiltrar9 • o
'C)
artefacto de reverberación. Aguja de 25 G (N) El abordaje de eje largo supone la colocación de la aguja c:
CI)
posicionada por dentro de la bursa retrocalcánea en el plano paralelo a la estructura de interés (Fig. 24-4).
y por debajo del tendón de Aquiles (T). Obsérvese que la
aguja es un reflector especular con un artefacto caracterís-
tico de reverberación (flechas).
Por ejemplo, se puede utilizar la imagen longitudinal de la
cadera para mostrar un derrame de cadera como plano
para dirigir la aguja en una aspiración guiada mediante
ecografía. De modo alternativo, el abordaje de eje corto
-
t=
CI)
c:

se refiere a la entrada de la aguja perpendicular al eje lar-


tiempo real, permitiéndole al explorador una mejor defi- go de dicha estructura (Fig. 24-5). Por ejemplo, la infiltra-
nición de la distribución del fármaco inyectado durante el °
ción de la bursa retrocalcánea articulación metatarso fa-
tratamiento guiado por ecografía. lángica puede recurrir a un abordaje lateral. En nuestra
experiencia, el abordaje de eje corto funciona bien en in-
filtraciones y aspiraciones de articulaciones pequeñas y
" TÉCNICA DE INFILTRACiÓN vainas tendinosas de la mano y pie. El abordaje de eje lar-
go parece mejor adaptado a infiltraciones de articulacio-
nes profundas, como la cadera u hombro. Es importante
Nosotros utilizamos una técnica estéril en la que se limpia ser consciente de que tal planteamiento sirve sólo como
el área en cuestión con una solución iodada y se cubre con una orientación y que no existe ningún método aislado
un paño estéril (Fig. 24-3). El transductor se sumerge en que se aplique necesariamente a cada una de las infiltra-
una solución iodada y se rodea de un paño estéril. El paño ciones específicas.

LíNEA BASAL PRECOZ TARDío

~ Figura 24-2 Efecto del contraste. Se ha inyectado una suspensión del anestésico y triamcinolona en un quiste .
...~~ Línea basal. Antes de la inyección, «quiste» anecoico mostrado en un medio disperso, con exposición de las in-
~ tensidades de píxel basales. Precoz: La fase precoz de mezcla se obtiene inmediatamente después de la inyec-
ción. Es evidente el efecto de contraste, en donde el quiste se hace casi isoecoico respecto al fondo. Tardío: A los 20 mi-
nutos de la inyección. Eh la fase tardía, el efecto aparente de la gravedad ocasiona un depósito de la suspensión en la
parte declive del quiste y el desarrollo de gradiente de contraste.
rápida absorción 20· zz . Los fármacos cristalinos son la triam-
cinolona y el acetato de metilprednisolona (Depo-Medrol).
Un fármaco soluble de uso frecuente es el Celestone, que
incluye una sal de betametasona de rápida absorción. Pue-
de producirse una reacción inflamatoria reactiva o res-
puesta de calor local con los corticoides cristalinos, que
habitualmente no se produce con los fármacos solubles 13 .
Las complicaciones más importantes asociadas con el
uso de corticoides inyectados en el aparato locomotor son
la condrólisis (cuando se utiliza en articulaciones de car-
ga), depigmentación, necrosis grasa y una menor ca-
pacidad da cicatrización (cuando se aplica a tejidos
blandos)11.14. La cicatrización retrasada se ha observado
en tendones, ligamentos y en la rotura de la fascia plantar.
La mezcla que se utiliza con mayor frecuencia contiene
Figura 24-3 Técnica estéril utilizada para las partículas insolubles, de forma que la inyección sistémica
intervenciones guiadas por ecografía. La ima- podría desencadenar en teoría un «fenómeno embólico»,
gen muestra un abordaje posterior para la infiltra- que se ha implicado como mecanismo responsable de
ción de la primera articulación metatarsofalángica. Un
complicaciones neurológicas asociadas a las inyecciones
transductor lineal de alta frecuencia con una configuración
en palo de hockey es adecuado para la infiltración de arti- transforaminales. Nosotros no hemos detectado esta
culaciones pequeñas, como la que se ilustra en la presente complicación cuando realizamos infiltraciones en el apa-
imagen . En este caso la aguja está en el plano perpendicu- rato locomotor a nivel de extremidades.
lar al transductor y el transductor paralelo a la articulación Los anestésicos más habituales son la lidocaína (Xylo-
de forma que la aguja se aprecia en la sección de corte caína) y bupivacaína (Marcaína)Zz.z3. Ambos se caracteri-
(abordaje de eje corto). zan por ser «anestésicos inyectables locales» pero difie-
ren en el inicio de acción y duración. La lidocaína se
caracteriza por un inicio precoz (segundos) y una dura-
ción breve (1-2 horas). La bupivacaína es efectiva a los
, MATERIALES DE INFILTRACiÓN 5-10 minutos y generalmente dura 4-6 horas. Además de
las reacciones alérgicas, sus potenciales efectos adversos
son la neurotoxicidad y la cardiotoxicidad y son gen·eral-
La mayoría de las infiltraciones requiere el uso de corticoi- mente raras cuando se utilizan las bajas dosis requeridas
des de larga duración en combinación con anestésicos lo- con la guía ecográfica, teniendo la precaución de evitar la
cales en unos volúmenes relativamente pequeños. Se dis- inyección intravascular. La bupivacaína también se ha
pone de corticoides inyectables en preparaciones asociado con la condrólisis cuando se utiliza en infiltra-
cristalinas, asociados con una tasa baja de absorción, o ciones intraarticulares, pero sólo en la infusión contin'Ua
e soluciones solubles, que en cambio se caracterizan por su durante la artroscopia e in vitro 4 • Probablemente la con-
'o
.C:;
oQ)
(J)
PREINFILTRACIÓN POSTINFILTRACIÓN

Figura 24-4 Abordaje de eje largo: infiltración de la cadera izquierda. El abordaje de eje largo es adecuado
para la infiltración de articulaciones profundas, como cadera u hombro. A, Antes de la infiltración se coloca una
aguja espinal de 22 G (N) en la unión de cabeza y cuello femorales en una mujer de 50 años con desgarro del bor-
de glenoideo detectado en la RM (no mostrado) para evaluar el alivio después de la infiltración terapéutica. S, Después de
la infiltración, confirmación ejel depósito intraarticular por la presencia de microburbujas (flechas) por debajo de la cápsula
articular: fh, cabeza femoral; fn, cuello femoral.
PREINFILTRACIÓN POSTINFILTRACIÓN

(/)
(ti
(,)
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,O)
Gi
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O)
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Figura 24-5 Abordaje de eje corto para la infiltración de la primera articulación metatarsofalángica (MTF). e
A, Proyección de eje largo que muestra una aguja de 25 G colocada en la articulación MTF de una mujer de 53 o
años con lesión de la placa plantar; aguja (N) vista en sección de corte; M, cabeza metatarsiana; P, falange proxi-
'ue
O)
mal. B, Al tiempo que se monitoriza la infiltración en tiempo real, la cápsula articular se distiende y rellena con material
ecogénico; C, cápsula.
...e~
O)

drólisis no deba ser un motivo de preocupación dados los conveniente e indirecto de la articulación que deslizar la
volúmenes pequeños y fijos de bupivacaína que habitual- aguja por un pequeño espacio articular.
mente se utilizan en infiltraciones del aparato locomotor. Se recurre a un abordaje de eje largo y aguja raquídea
cuando se realizan infiltraciones de articulaciones gran-
des como hombro o cadera (Fig. 24-7) . Se suele inyectar
. INFILTRACiÓN DE ARTICULACIONES un volumen mayor, habitualmente 5 mI, de mezcla anesté-
sico-corticoidea. En casos de capsulitis adhesiva, se re-
quieren unas cantidades significativamente mayores de
Se utiliza un transductor lineal de alta frecuencia en las anestésico local (5-10 mI) que se añadirán para propor-
infiltraciones de mano, muñeca, codo, pie y tobillo. Suele cionar una distensión adicional de la articulación. Noso-
resultar más fácil técnicamente un abordaje de eje corto tros habitualmente realizamos un abordaje posterior de
en la infiltración de articulaciones pequeñas. La aguja de- la articulación glenohumeral, con el paciente en decúbito
be penetrar en la piel paralela al plano del espacio articu- y el brazo en aducción cruzada. Se utiliza un transductor
lar. Las articulaciones superficiales suelen mostrarse co- de frecuencia intermedia, lineal o curvilíneo que será sufi-
mo separaciones entre los ecos especulares continuos ciente en la mayoría de los casos. Un transductor lineal
normales producidos por las superficies corticales. Al con frecuencia intermedia consigue un mejor detalle ana-
igual que en otras estructuras que contienen líquidos, la tómico que los dispositivos curvados. La interfase de la
existencia de un derrame facilita la visualización de la articulación glenohumeral se evalúa con el paciente en
aguja cuando penetra en la articulación, ya que proporcio- posición de decúbito y cuando el cartílago articular hi-
na una almohadilla de líquido. poecoico está por encima de la cabeza humeral. Realiza-
El abordaje de eje co rto implica el barrido a través de la mos esta infiltración utilizando un abordaje de eje largo,
articulación controlando la transición desde una superfi-
cie cortical a la siguiente, se marca entonces la piel (con
un marcador quirúrgico) y entonces se ubica la aguja en la
articulación con la guía eco gráfica. Cuando la imagen de la
articulación sea en el eje largo, la aguja se detectará en
sección de corte (Fig. 24-5). La colocación de la aguja se
confirma mediante inyección de una pequeña cantidad de
lidocaína al1 % que debe mostrar la distensión articular y
los ecos rellenando la articulación. Las inyecciones en ar-
ticulaciones pequeñas suelen requerir 0,5-1 mI de la mez-
cla terapéutica. En nuestra experiencia, este abordaje fun-
ciona bien en las articulaciones metatarsofalángicas,
metacarpofalángicas (MTF /MCF), interfalángicas, pie
medio, tobillo y codo. En ocasiones el abordaje de eje lar- Figura 24-6 Abordaje de eje largo para una in-
go puede ser efectivo como sucede en la articulación ra- filtración de la articulación radiocarpiana tera-
diocarpiana y canal lateral del tobillo (Fig. 24-6). La guía péutica. Aguja de 25 G (N) colocada por debajo
ecográfica le permite al clínico salvar los osteofitos y cuer- de la cápsula dorsal (C) y por encima del hueso semilunar
pos articulares y le permite también la identificación de (L)en una mujer de 19 años con dolor crónico de la muñe-
evaginaciones capsulares y, por tanto, es un abordaje más ca, para evaluar un posible alivio; R, radio; CA , h. grande.
Las articulaciones fib rosas como la acromioclavicular
(AC) también se pueden infiltrar utilizando la guía ecográ-
fica (Fig. 24-8). Se utiliza una técnica de eje corto similar a
la utilizada en el pie. La mayoría de estas infiltraciones se
pueden realizar con una aguja de 3,8 cm y con un volumen
pequeño (0,5 -1,0 mI) de mezcla terapéutica. Además de
su uso en la articulación AC, este abordaje es válido para
la articulación esternoclavicular y la sínfisis púbica.

INFILTRACIONES PERITENDINOSAS
. SUPERFICIALES Y PERIARTICULARES

Figura 24-7 Abordaje de eje largo para la infil- La infiltración peritendinosa de anestésicos y corticoides
tración de la articulación glenohumeraJ. Aguja
de vida media larga es una forma efectiva de tratar la te-
de 22 G (N) colocada profundamente en la cápsu-
la posterior (flechas) durante una infiltración de la articula- nosinovitis,.bursitis y qu is't es gangliónicos en la mano, pie
ción glenohumeral en una mujer de 42 años con una cap- y tobillo. Estas estructuras están localizadas superficial-
sulitis adhesiva. Se aprecia una leve distensión del receso mente y bien delimitadas por ecografía. Las infiltraciones
posterior de la articulación. H , cabeza humeral; G, glenoi- guiadas por ecografía son una forma efectiva de garanti-
des; 1, músculo infraespinoso; D, músculo deltoides. zar una correcta ubicación de los fá rmacos terapéuticos.

Pie y tobillo
con la aguja dirigida hacia la articulación junto al cartílago En mi experiencia personal, las infiltraciones peritendi-
articular y por debajo de la cápsula posterior. Una inyec- nasas del pie y tobillo son las más solicitadas por los pa-
ción de prueba con lidocaína al1 % debe mostrar ecos bri- cientes con aquilodinia o en quienes padecen dolor de
llantes rellenando el cartílago articular. tobillo medial o lateral secundario a tendinosis o tenosi-
El abordaje para la cadera es también por su eje largo, novitis medial o laterar del tobillo. Con menor frecuencia,
con el transductor colocado sobre el muslo anterior, los pacientes son remitidos para diferenciar el dolor de un
proximal al nivel de la articulación 25 (ver Fig. 24-4). El pinzamiento posterior de una tenosinovitis estenosante
abordaje es similar al que se utiliza para evaluar la articu- del tendón flexor largo del pulgar 26 • Esta distinción es
lación respecto a posibles derrames. Lo ideal es visionar compleja y en ocasiones requiere infiltración diagnóstica
la cápsula anterior en la unión de cabeza y cuello femoral. y terapéutica dentro de la vaina del correspondiente ten-
Con este abordaje el plano de barrido es lateral al haz vas- dón. Los pacientes con dolor en la planta del pie debido a
culo nervioso. La aguja puede dirigirse hacia la articula- fascitis plantar o dolor del antepie por neuromas doloro-
ción mientras se mantiene su posición en el plano de ba- sos también son remitidos con fre cuencia para infiltracio-
rrido del transductor. La inyección de prueba de lidocaína nes guiadas por ecografía 27 - 28 •
c: al1 % confirma la posición intraarticular de la aguja y des- La gran mayoría de los pacientes con aquilodinia tienen
'o pués se administra la infiltración terapéutica.
'(3
()
un dolor atribuible a la entesis, con bursitis retrocalcánea
CI)
en y tendinosis de Aquiles asociadas. La entesis es el lugar
de fijación de los músculos o ligamentos al hueso y donde
las fibras de colágeno se mineralizan e integran en el hue-
so. La infiltración bursal retrocalcánea puede contribuir a
aliviar el dolor e inflamación locales (Fig. 24-9). Nosotros
realizamos una ecografía con el paciente en decúbito pro-
no y el tobillo en ligera dorsiflexión utilizando un trans-
ductor de 10 MHz o más de frecuencia. Suele ser suficien-
te una aguja de 3,8 cm en estos pacientes, utilizando para
la colocación un abordaje de eje corto. La bursa retrocal-
cánea suele apreciarse con fa cilidad. Una pequeña canti-
dad de anestésico confirmará la posición por la distensión
activa de la bursa en tiempo real.
Figura 24-8 Abordaje de eje corto para la infil-
tración de la articulación acromioclavicular
Accedemos de forma similar a los tendones tibial y pero-
(AC). Se aprecia una aguja de 25 G (flecha larga) neo en el eje corto (Fig. 24-10). Los pacientes que presen-
en sección de corte en una articulación Ae distendida e ten dolor con esta distribución han demostrado que se be-
hipertrófica durante una infiltración terapéutica en una mu- nefician de las infiltraciones locales de la vaina del tendón.
jer de 73 años con dolor centrado en la articulación Ae. La La presencia previa de líquido en la vaina del tendón facilita
articulación parece ensanchada conteniendo material eco- la visualización de la aguja. Sin embargo, debe realizarse
génico debido al efecto de contraste (flecha corta) del fár- una minuciosa ecografía antes del procedimiento para eva-
maco terapéutico. A, acremien, eL , clavícula; e, cápsula
luar la trayectoria de la aguja en relación a estructuras vas-
distendida.
culonerviosas adyacentes. El uso del Doppler color o poten-
Figura 24-9 Infiltración de la bursa retrocalcánea. A, Proyección de eje corto del tendón de Aquiles (1) en un
varón de 59 años con dolor retrocalcáneo y antecedentes de deformidad de Haglund. Se introduce una aguja de
25 G (N) perpendicular al eje largo del tendón que termina en un pequeño derrame bursal retrocalcáneo. B, Rotan-
do el transductor 90° se consigue una proyección más habitual, con la aguja (flecha) visible en la sección de corte. e,
Mientras que se observa en tiempo real, la bursa se distiende (flechas) y rellena con material ecogénico (efecto contraste).
La aguja sigue siendo evidente dentro de la bursa distendida.

PREINFILTRACIÓN POSTINFILTRACIÓN

Figura 24-10 Infiltración en la vaina tendinosa utilizando un abordaje de eje corto. Mujer de 17 años con
dolor en el tobillo medial remitida para infiltración guiada por ecografía de la vaina del tendón tibial posterior. A,
Proyección preinfiltración que muestra una aguja de 25 G (N) dentro de un pequeño derrame de la vaina tendinosa
(flecha larga) en la porción inframaleolar del tendón (1). El tendón, que no es homogéneo, se aprecia en sección de corte.
B, Ecografía postinfiltración que muestra la vaina del tendón distendida, confirmando el depósito del material inyectado.
Obsérvese que los bordes de la vaina tendinosa están distendidos, lo que confirma el depósito correcto del material inyec-
tado. Obsérvese que los bordes del tendón están mejor definidos por el efecto tenoecográfico del líquido inyectado. El
pedículo vascular (flecha corta) del tendón es evidente.
PREINFILTRACIÓN POSTINFILTRACIÓN

Figura 24-11 Infiltración en la vaina del tendón del flexor largo del pulgar. Abordaje de eje corto con guía
ecográfica en un profesional de la danza de 31 años con dolor en el tobillo posteromedial durante la flexión plantar.
A, Imagen preinfiltración que muestra el tendón (T) a nivel del surco posterior del talón (TA). Las flechas muestran
la relación del tendón con las estructuras neurovasculares. S, Imagen postinfiltración que muestra una aguja de 25 G (N)
dentro de la vaina del tendón distendida (flechas), caudal respecto a las estructuras neurovasculares.

cia puede facilitar la visualización del haz vasculonervioso. puede evitar colocando la aguja lateral al tendón de Aqui-
El nervio tibial posterior está estrechamente relacionado les cuando se hace el barrido medialmente (Fig. 24-11).
con las estructuras vasculares adyacentes y se suele apre- Este abordaje permite flexibilidad en la colocación de la
ciar con facilidad antes de su bifurcación en las ramas plan- aguja mientras se mantiene la aguja perpendicular al haz
tares medial y lateral. Se suele observar líquido en relación de insonación.
con el tendón tibial posterior en la región sub maleolar. Los El diagnóstico por ultrasonidos de la fascitis plantar
tendones peroneos son menos predecibles. El uso del requiere observar engrosamiento de la banda medial de
Doppler potencia junto con la guía ecográfica en tiempo la fascia plantar y un edema de la placa grasa. Una opción
real ayudan a localizar áreas de inflamación para dirigir la terapéutica de las fascitis plantares severas consiste en la
infiltración. En la tenosinovitis estenosante los tendones infiltración regional con corticoides, que se suele realizar
estarán rodeados solamente por un retináculo engrosado, utilizando referencias anatómicas. Sin embargo, las infil-
sinovia proliferativa o tejido cicatricial. En este caso el uso traciones «ciegas» en el talón se han asociado con roturas
de una infiltración de prueba con anestésico local será muy de la fascia plantar y fallo del arco longitudinaP3. La eco-
útil para confirmar la distribución del fármaco terapéutico grafía se puede utilizar para dirigir la aguja a lo largo del
dentro de la vaina del tendón en tiempo real. borde plantar de la fascia, evitan do de este modo la infil-
El tendón del flexor largo del pulgar (FLP) conlleva tración intrafascial directa 26• La fascia plantar se visiona
un problema más complejo, ya que está en estrecha rela- con el paciente en prono y el pie ligeramente dorsiflexio-
ción con el haz vasculonervioso del tobillo medial poste- nado y con un abordaje de eje largo. El transductor se cen-
r:::: rior. Un hallazgo útil cuando se realiza una infiltración tra encima de la banda medial, que es habitualmente la
'o
'0 en la vaina del tendón del FLP es que los derrames en la más afectada en estos pacientes. Se coloca una marca so-
u
Q)
U) vaina del tendón tienden a ubicarse en el receso poste- bre la parte posterior del talón y se avanza la aguja super-
rior de la unión tibiotalar. El paquete vasculonervioso se ficial a la fascia plantar, aproximadamente hacia el borde
del tubérculo medial (Fig. 24-12). Realizamos la infiltra-
ción perifascial utilizando este abordaje, monitorizando
el material infiltrado en tiempo real.
Los neuromas interdigitales (de Morton) son una
causa frecuente de dolor en el antepie, especialmente en
mujeres, y se han descrito en la ecografía como masas hi-
poecoicas que sustituyen la grasa hiperecoica normal en
los espacios de la membrana interdigital. En ocasiones se
puede apreciar una estructura tubular hipoecoica dilata-
da asociada a un neuroma, que refleja un nervio interdigi-
tal tributario hipertrófico. Los espacios segundo y tercero
de la membrana son los que se afectan con mayor frecuen-
Figura 24-12 Infiltración de la fascia plantar. La cia. Generalmente infiltramos los neuromas de Morton
banda medial proximal de la fascia plantar (PF) es- utilizando un abordaje dorsal mientras que se visiona el
tá engrosada y no es homogénea (flechas) en este neuroma en el eje larg0 28 (Fig. 24-13). Sin embargo, en al-
varón de 36 años con dolor en el pie posterior. Cale, calcá- gunos pacientes es preferible un abordaje plantar para
neo. Se coloca una aguja de 25 G (N) superficial a la fascia infiltrar el nódulo, abordaje que es similar al utilizado en
plantar y se realiza una infiltración perifascial. El material las subluxaciones severas en la unión MTF. En cada caso la
inyectado (flechas) fluctúa junto al borde superficial de la aguja se coloca directamente dentro del neuroma y/o
banda medial.
bursa intermetatarsiana adyacente (si existe) y se infiltra
PREINFILTRACIÓN POSTINFILTRACIÓN

ti)
CO
CJ
:¡:;
'O)
~
::::1
C'
ti)
O)
.2
::::1
CJ
ti)
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c:
O
Figura 24-13 Infiltración de un neuroma de Morton. A, Imagen preinfiltración que muestra una aguja de 25 G (N) '0
c:
colocada en el tercer espacio de la membrana con un neuroma. Se utiliza un abordaje dorsal en un varón de 45 años O)

con dolor en el antepié. El neuroma parece un nódulo hipoecoico heterogéneo (flechas) dentro de la grasa ecogénica c=
normal. B, Después de la infiltración y extracción de la aguja, el nódulo parece expandido y ecogénico (flechas) . El material !
inyectado con frecuencia se descomprime hacia la bursa adventicia adyacente, que suele englobar estos nódulos. .E

una pequeña cantidad de volumen de la mezcla terapéuti- to evitará las estructuras neurovasculares próximas y se
ca, similar a la utilizada para la infiltración de una articu- infiltran las correspondientes vainas tendinosas.
lación pequeña (0,5 mI).

Mano y muñeca INFILTRACiÓN DE TENDONES


La tendinosis de De Quervain es una tendinopatía de la . PROFUNDOS
mano y muñeca que se observa con frecuencia afectando
el abductor largo de los tendones del pulgar y extensor Los tendones que con mayor frecuencia se desea infiltrar
breve del pulgar y que responde a la administración local son la vaina del tendón bicipital, iliopsoas, inserción del
de fármacos anti inflamatorios (Fig. 24-14). La infiltración tendón del glúteo en el trocánter mayor y el origen de los
también se solicita con frecuencia para pacientes con ar- tendones de la corva.
tritis reumatoide o artritis psoriásica. Estos pacientes
habitualmente experimentan una tenosinovitis grave que Tendón del bíceps
puede conducir a una rotura y deformidad secundaria del El dolor anterior del hombro con irradiación al brazo pue-
tendón. El abordaje es similar al utilizado para estructu- de ser secundario a una tendinitis bicipital o a una tenosi-
ras superficiales en el pie y tobillo. Un abordaje de eje cor- novitis 29 • El tendón del bíceps se palpa, pero cuando no

PREINFILTRACIÓN POSTINFILTRACIÓN

Figura 24- 14 Infiltración del primer compartimento dorsal de la muñeca. Este varón de 70 años con tendino-
sis de De Quervain tiene unos síntomas clínicos de dolor de muñeca que se irradian a lo largo de la superficie ex-
tensora del antebrazo. A, Imagen preinfiltración que muestra una aguja de 25 G (N) colocada en el primer compar-
timento dorsal de la vaina tendinosa bajo guía ecográfica. Los tendones (T) no son homogéneos y es evidente una
pequeña colección (flecha) en la parte declive de la vaina tendinosa. B, Después de la infiltración y extracción de la aguja.
El material inyectado distiende la vaina (flechas) produciendo un efecto tenoecográfico; las alteraciones intrínsecas del
tendón se hacen más evidentes; ra , arteria radial.
PREINFILTRACIÓN POSTINFILTRACIÓN

'o"
'¡:
.....
'CI)
'¡:
CI)
Q.
'-
]!
::::J
o
t/J

'>>-"
:E'"
'O
Figura 24-15 Infiltración en la vaina del tendón del bíceps, Se sospecha clínicamente una tendinosis del bíceps
~ y se solicita la infiltración de la vaina del tendón del bíceps en este varón de 41 años que refiere dolor anterior de
O hombro después de una cirugía artroscópica de hombro por un desgarro del borde glenoideo. A, Imagen preinfil-
,~ tración que muestra una aguja de 25 G (N) que se coloca superficial a la cabeza larga del tendón del bíceps (flecha), bg,
CI) corredera bicipital. B, Después de la infiltración y extracción de la aguja, existe una distensión de la vaina del tendón por
i líquido (flechas) que contiene ecos de bajo nivel por el efecto del contraste.


'"
le::::
CI) está distendido, la vaina deja menos de 2 mm de espacio presencia de distensión líquida de la vaina con microbur-
::::J
C' para colocar la aguja. Esto se complica por la extensión bujas localizadas superficialmente ayuda a confirmar una
CI)
Q. caudal de la bursa subdeltoidea subacromial, que puede infiltración exitosa.
t/J quedar por encima de la vaina del tendón bicipital. Una
CI)
infiltración no guiada por ecografía puede tener como Tendón del iliopsoas
t::
consecuencia la aplicación de la infiltración en un espacio El tendón del iliopso as es superficial al borde medial de la
'"
Q.
t/J
sinovial extratendinoso o posiblemente una infiltración cápsula anterior de la cadera y sigue su trayecto junto a
]! intratendinosa. Hemos observado que la guía ecográfica ella. El tendón se inserta en el trocánter menor. Se observa
CI) permite la localización de los fármacos terapéuticos en la en este punto una bursa que con frecuencia se comunica
'O
vaina del tendón bicipitapo. con la cadera y se puede distender por patología de la ar-
.....'"
,-
El paciente se coloca en una posición recostada con el ticulación subyacente o por una bursitis primaria del
~ antebrazo en supinación y orientado hacia delante. Se uti- iliopsoas. La tendinosis del iliopsoas también puede produ-
en
O liza un transductor de 7,5 MHz con un abordaje lateral y cirse en ausencia de una bursitis preexistente para la cual
O
W una aguja de 22 o 25 G (Fig. 24-15). La cabeza larga del se solicitará una infiltración peritendinosa30 • El abordaj e
tendón del bíceps se explora en el eje corto. Cuando ellí- lateral del tendón suele precisar el uso de un transductor
quido distiende la vaina del tendón bicipital, la punta se de baja frecuencia y geo metría curvilínea o sectorial. El pa-
dirige hacia el líquido. En otros casos la aguja se dirige quete vasculonervioso se aloja medial y superficial al ten-
junto al borde superficial del tendón y se realiza una infil- dón, de forma que es mejor un abordaje desde el borde
tración de prueba con anestésico local para confirmar la lateral del tendón. Se deberá realizar una infiltración de
distensión local de la vaina, que entonces se continúa con prueba para comprobar la posición de la aguja. La infiltra-
la administración de un corticoide de larga duración. La ción exitosa mostrará el aspecto del líquido o las micro-

PREINFILTRACIÓN POSTINFILTRACIÓN

Figura 24-16 Infiltración por dolor de la bursa del iliopsoas guiada por ecografía. Esta mujer de 66 años con
t ..:....::>""~ artroplastia total de cadera presentaba dolor a la flexión en la cadera. A, Imagen preinfiltración que muestra una
~ aguja espinal de 22 G (N) colocada por debajo del tendón (T) a nivel de la eminencia iliopectínea (e) utilizando un
abordaje de eje corto ; fa, arteria femoral; fn, nervio femoral. B, Después de la infiltración y extracción de la aguja, el líquido
rodea al tendón dentro de una bursa del iliopsoas que está distendida (flecha).
Figura 24-17 Aspiración e infiltración de una bursa iliopsoas multiloculada guiada por ecografía. A, Imagen
que muestra una aguja espinal de 22 G (N) colocada en el componente lateral de la bursa en una mujer de 65 años
con dolor inguinal; fh, cabeza femoral; e, eminencia iliopectínea. B, Después de la aspiración del componente la-
teral, la aguja se avanza hasta el componente medial para la aspiración y posterior infiltración con mezcla terapéutica; nv,
estructuras neurovasculares.

burbujas en la bursa distendida que sigue el curso del eje Tendinitis calcificada
largo del tendón (Fig. 24-16). La presencia de una calcificación intratendinosa sintomáti-
ca se debe al depósito de hidroxiapatita de calcio, que se
aprecia normalmente como una masa ecogénica nodular ~
o
INFILTRACIONES BURSALES dentro del tendón, que puede o no mostrar sombra acústica "3
~
y EN GANGLlONES QUíSTICOS posterior33 . Aunque casi siempre afecta al hombro, puede C.
1'0
suceder en cualquier otro punto del aparato musculoesque- O
Las bursas distendidas alrededor de las inserciones tendi- lético. Se han descrito la fragmentación y lavado guiados por
nosas proporcionan una localización anatómica para los ecografía como un método excelente para reducir el nivel de
fármacos terapéuticos. Se suele solicitar la infiltración en calcificación y para depositar fármacos terapéuticos 34-37 •
estas zonas en pacientes con bursitis local y alteraciones del Nosotros utilizamos normalmente una técnica de aguja úni-
tendón adyacente. Como ejemplo baste citar las bursas re- ca, con la aguja que sirve como entrada del anestésico/sali-
trocalcánea, del iliopsoas, trocantérea mayor e isquiática no estéril y como salida de la solución de calcio (Fig. 24-20).
(Fig. 24-17). De forma alternativa, la existencia de una bur- La elasticidad de la pseudo cápsula que engloba el calcio es
sitis, quistes sinoviales distendidos o un quiste gangliónico suficiente para descomprimir la masa cálcica en la mayoría
pueden ocasionar un pinzamiento mecánico de los tendo- de los casos. Después de repetidos lavados, la aguja se utili-
nes adyacentes. La descompresión de estos quistes con la za para inyectar la mezcla anestésico-antinflamatorio. La
posterior administración de fármacos terapéuticos suele mezcla inyectada se distribuye dentro de la calcificación y
aliviar los síntomas 3 1.3 2 (Fig. 24-18). La guía mediante eco- bursa subdeltoidea adyacente en muchos casos. Cuando la
grafía le permite al médico evitar las infiltraciones intraten- calcificación es demasiado pequeña o está fragmentada, im-
dinosas y de estructuras neurovasculares adyacentes. Ade- pidiendo el lavado y descompresión, se utiliza una aguja
más, la aguja puede redireccionarse según sea necesario en única para fenestrar el depósito de calcio y la infiltración
presencia de quistes multiloculados (Fig. 24-19). terapéutica peritendinosa ha demostrado ser efectiva.

PREINFILTRACIÓN POSTINFILTRACIÓN

Figura 24-18 Aspiración e infiltración de una sospecha de quiste de Baker guiadas por ecografía. A, Imagen
preinfiltración que muestra una aguja de 22 G (N) colocada en el quiste (e) bajo guía ecográfica en una mujer de
59 años con dolor y edema dorsal de rodilla; mhg, cabeza medial del músculo gastrocnemio. B, Después de la
aspiración e infiltración del quiste con la mezcla terapéutica, el líquido anecoico se sustituye por líquido ecogénico que
motiva un efecto de contraste (flechas).
~ Figura 24-19 Aspiración e infiltración guiadas por ecografía de un quiste gangliónico multiloculado. A, Eco-
" "'"""="'"~
grafía basal que muestra un quiste multiloculado (c) dentro del músculo vasto lateral de la rodilla izquierda y super-
~ ficial al borde lateral del fémur (f) en una mujer de 41 años. B, Aguja espinal de 20 G (N) colocada inicialmente
dentro del componente proximal del quiste. e, Posteriormente la aguja se reorienta hacia el componente distal. Múltiples
lavados y la aspiración permiten una total descompresión del quiste (no mostrado).

de las plaquetas (FCDP), que a su vez pueden inducir una


INFILTRACIONES INTRATENDINOSAS: respuesta de cicatrización directa 41 . Los datos prelimina-
TENOTOMíA PERCUTÁNEA res sobre el desarrollo de reparaciones tendinosas dirigi-
das por ecografía parecen prometedores. Se han utilizado
La literatura reciente sugiere que la guía mediante imagen técnicas de «cosido en seco» con éxito en pacientes con
puede ser útil para realizar una ten oto mía percutánea e epicondilitis lateral refractaria a medidas conservado-
infiltraciones intratendinosas con sangre autóloga o con ras 38 . Igualmente las inyecciones de sangre autóloga y de
plasma rico en plaquetas (PRP) 38-42. Todos estos métodos PRP han sido exitosas tanto en el codo como en la rodi-
se asocian a la liberación secundaria de factores de creci- lIa 39 -41 (Figs. 24-21 y 24-2 2). La ventaja de realizar estas
miento local, como los factores de crecimiento derivados infiltraciones bajo la guía ecográfica se hace evidente

~ Figura 24-20 Aspiración e infiltración guiada por ecografía para una tendinosis calcificada. A, Imagen que
""~~ muestra una aguja de 20 G (N) colocada sobre la calcificación (flecha) bajo guía ecográfica en un varón de 42 años
~ con dolor de hombro; H, cabeza humeral; D, deltoides. B, Serie de lavados repetidos y aspiraciones de la calcifi-
cación realizados con calcificaciones casi reemplazadas totalmente por contenido líquido dentro de la pseudocápsula de
la masa calcificada; T, manguito de los rotadores. Obsérvese que el grado de sombra acústica posterior ha disminuido y
que el centro de la calcificación (flecha en A) está parcialmente sustituido por líquido. Después de numerosos lavados, la
calcificación suele estar fenestrada y se inyecta una mezcla terapéutica que se suele descomprimir dentro de la bursa
subdeltoid~a (no mostrado).
ti)
cg
o
~
'G)
Q)
::::1
C"
ti)
G)
o
::::1
oti)
::::1
E
ti)
G)
c:
o
'oc:
G)

...c:~
G)

Figura 24-21 Administración de sangre autóloga guiada por ecografía para inducir una respuesta de cica-
trización, A, RM de inversión-recuperación coronal del codo afectado en un varón de 43 años con epicondilitis
medial que muestra un aumento de la intensidad de señal (flecha) del tendón del flexor común y ligamento colate-
ral adyacente. B, Imagen ecográfica en el eje largo del tendón (T) y epicóndilo medial adyacente (me) que muestra que el
tendón es predominante hipoecoico, reflejando una tendinosis subyacente. e, La imagen muestra una aguja de 22 G (N)
colocada dentro de la masa del tendón del flexor común con el objeto de la fenestración mecánica y la inyección de 5 mi
de sangre autóloga, obtenida de la vena antecubital. Ecogenicidad del tendón (flecha corta) aumentada por microburbujas
dentro de la sangre inyectada.

cuando el médico necesita generalizar el uso de estas téc-


nicas para abarcar tendones próximos a estructuras neu-
rovasculares, como en el caso del origen del tendón de los
músculos de la corva.

. CONCLUSiÓN

La ecografía ofrece ventajas específicas al aportar la guía


ecográfica para la administración de infiltraciones tera-
péuticas. Más importante aún, la ecografía le permite al
explorador visualizar la aguja y hacer los ajustes necesa-
rios en tiempo real para garantizar que la medicación se
Figura 24-22 Imagen basal antes de la adminis- libera en una localización apropiada. La actual generación
tración de sangre autóloga, Masa en el tendón de equipos de ecografía proporciona una excelente defini-
extensor común (T) en una mujer de 50 años de ción de la anatomía musculoesquelética relevante. La agu-
edad con un desgarro parcial de la porción profunda del ten- ja tiene un aspecto ecográfico propio que se puede reco-
dón (flecha corta , extensor carporradial corto) en su inser- nocer en la imagen en tiempo real, igual que la mezcla
ción en el epi cóndilo medial (me); re, articulación radiocapi-
cortico-anestésica. Dadas estas ventajas la guía ecográfica
telar; flecha grande, plano de entrada de la aguja para la
tenotomía percutánea y la inyección de sangre autóloga.
es el método de elección para realizar una amplia varie-
dad de intervenciones musculoesqueléticas guiadas.
Capítulo 25

VASOS CEREBRALES
EXTRACRANEALES
Edward 1. Buth y Barbara A. Carroll

El ictus secundario a patología arteriosc\erótica es la ter- riesgo independiente de ictus isquémico transitorio
cera causa de muerte en Estados Unidos. Muchas víctimas (lIT).
de ictus sobreviven al evento agudo con algún grado de En las últimas dos décadas, la ecografía carotídea ha
déficit neurológico 1. Cada año se comunican más de sustituido ampliamente a la angiografía como principal
500.000 casos nuevos de accidente cerebrovascular agu- método de cribado de la patología arteriosc\erótica caro-
do (ACVA, ictus)Z. La isquemia por una estenosis severa tídea extracraneal. La exploración con las técnicas de ima-
por limitación del flujo secundaria a patología arteriosc\e- gen ecográficas en escala de grises, Doppler color, Doppler
rótica en las arterias carótidas extracraneales es la res- pulsado y Doppler potencia se utiliza de forma rutinaria
ponsable del 20%-30% de los ictus 2 • Se estima que e180% en la evaluación de paci entes con síntomas neurológicos y
de los ACVA son de origen tromboembólico y con frecuen - sospecha de enfermedad cerebral extracraneaF.
cia es una placa carotídea el origen del émbol0 3 • La ecografía es un método no costoso, no invasivo y muy
La placa arteriosc\erótica carotídea con la estenosis re- preciso que permite diagnosticar la estenosis carotídea.
sultante afecta a la arteria carótida interna (ACI) en los La angiografía es una prueba costosa, invasiva y con
dos primeros centímetros desde su bifurcación. Esta loca- morbilidad potencial, y este es el motivo de una mayor ad-
lización es fácilmente accesible a la exploración ecográfi- herencia a la ecografía y a que cada vez se recurra menos
ca y también a su intervención quirúrgica. La endarterec-
tomía carotídea (EAC) demostró inicialmente que era
más beneficiosa que el tratamiento médico en pacientes
sintomáticos con estenosis carotídea de más del 70%, se- INDICACIONES PARA LA ECOGRAFÍ~
gún refirieron la North American Symptomatic Carotid CAROTÍDEA
Endarterectomy Trial (NASCET) y el European Carotid • Evaluación de pacientes con síntomas
Surgery Trial (ECST)4,5.
neurológicos, incluidos ictus, accidentes
Posteriores resultados de la NASCET sobre estenosis
transitorios agudos y amaurosis fugaz
moderadas han demostrado un beneficio neto de las in-
tervenciones quirúrgicas en las estenosis carotídeas del • Evaluación de pacientes con soplo ..-"'"'
50%-69% del diámetro vascular. Se pudo comprobar una carotídeo
reducción del 15,7% en la tasa de 5 años de ictus, frente a • Evaluación de masas pulsátiles en el cuello.
la reducción del 22,2% de ictus en los tratados médica- • Evaluación preoperatoria de pacientes
mente. Estos resultados no son tan contundentes como remitidos para procedimientos
los observados en las estenosis de mayor grado referidas cardiovasculares mayores
en el ensayo NASCET inicial. El beneficio de la cirugía era • Evaluación de síntomas neurológicos no
máximo en varones, pacientes con un ictus reciente y hemisféricos o no explicados
aquellos con síntomas hemisféricos. Además, los estudios • Seguimiento de pacientes con enfermedad
del NASCET que valoraron estenosis carotídeas modera- carotídea demostrada
das requirieron experiencia quirúrgica contrastada, sien-
• Evaluación de pacientes después de una
do necesario que los riesgos de ictus incapacitante o
revascularización carotídea, incluido el
muerte no excedieran el 2% para conseguir un beneficio
quirúrgic0 6 . En el estudio Asymptomatic Carotid Athe- stent
rosclerosis Study CACAS) publicados en 1995 se refirió • Monitorización intraoperatoria de la
una reducción en el ictus ipsilateral en pacientes asinto- cirugía vascular
máticos con más del 60% de estenosis de la ACI que se • Evaluación de una sospecha del síndrome
sometieron a EAC2. Sin embargo, estos resultados estaban de robo de subclavia
peor definidos que los estudios de NASCET. • Evaluación de un origen potencial de
El diagnóstico preciso de la estenosis carotídea es críti- émbolos retinianos
co para identificar a los pacientes que pudieran benefi- • Seguimiento de una disección carotídea.
ciarse del tratamiento quirúrgico. Además, la ecografía • Seguimiento de radioterapia cervical en
puede evaluar la morfología de la placa y determinar si la pacientes seleccionados
placa es homogénea o heterogénea, lo cual es un factor de
a la angiografía preoperatoria. La angioresonancia mag- gún las preferencias del explorador. Esta secuencia incluye
nética (ARM) y la tomografía computarizada (TC) son un la ecografía en escala de grises, el análisis de Doppler es-
métodos de cribado no invasivo adicionales para la identi- pectral y el Doppler color. La ecografía en Doppler poten-
ficación de la bifurcación carotídea y también para com- cia no es obligada. Se utiliza un transductor de 5-12 MHz
probar hallazgos ecográficos. La angiografía se reserva para la imagen en escala de grises y uno de 3-7 MHz para
actualmente a aquellos pacientes en los que la ecografía o la ecografía Doppler, y la elección depende del hábito cor-
ARM resultó ambigua o inadecuada. poral del paciente y de características técnicas del equipo
Otras aplicaciones de la ecografía carotídea son la eva- eco gráfico. La imagen en Doppler color y Doppler potencia
luación de los soplos carotídeos, monitorización de la pro- puede realizarse con transductores de 5-10 MHz. En caso
gresión de la enfermedad arteriosclerótica conocida 7-9, de estenosis críticas, los parámetros del Doppler deben
evaluación durante o después de una EAC o colocación de optimizarse para detectar flujos extremadamente bajos.
stent10, cribado preoperatorio antes de una cirugía mayor La exploración en escala de grises comienza en la pro-
y la evaluación después de la detección de un émbolo reti- yección transversal. Los barridos se obtienen a lo largo de
niano de colesteroF. Ade más, se pueden evaluar enfer- todo el recorrido de la arteria carótida cervical, desde la
medades carotídeas no arterioscleróticas, como el se- escotadura supraclavicular hasta el ángulo mandibular
guimiento de una disección carotídea ll -15, exploración de (Fig. 25-2). Una angulación caudal del transductor en la
la displasia fibromuscular o arteritis de Takayasu, evalua- zona supraclavicular permite visionar el origen de la ACC.
ción de la invasión arterial carotídea maligna 16•17 y el diag- El origen de la ACC izquierda es más profundo y más difí-
nó stico diferencial de las masas pulsátiles del cuello y tu- cil de observar de forma clara que en el lado derecho. El
mores del cuerpo carotídeo 18,19. bulbo carotídeo se identifica como un ensanchamiento
leve de la ACC cerca de la bifurcación. Las proyecciones
transversales de la bifurcación carotídea determinan la
orientación de las arterias carótidas externa e interna y
ayudan a definir el plano longitudinal óptimo para reali-
zar el análisis con Doppler espectral. Cuando la imagen
La primera rama importante del arco aórtico es la arteria ecográfica transversal muestra patología arteriosclerótica
innominada o braquiocefálica, que se divide en la arteria oclusiva, el porcentaje del «diámetro de estenosis» o
subclavia derecha y arteria carótida común derecha «área de estenosis» se puede calcular directamente utili-
(ACC). La segunda rama importante es la ACC izquierda, zando un calibre electrónico y software con algoritmos de
que generalmente surge por separado de la tercera rama análisis que están disponibles en la mayoría de los equi-
principal, la arteria subclavia izquierda (Fig. 25-1). pos dúplex.
Las ACC izquierda y derecha ascienden hacia el cuello
posterolateral a la glándula tiroidea y queda por debajo de
la vena yugular y el músculo esternocleidomastoideo. Las
ACC tienen una configuración proximal distinta y así la de-
recha se origina en la bifurcación de la arteria innominada
(braquiocefálica) que da la arteria carótida común yarte-
ria subclavia. La ACC izquierda habitualmente se origina
directamente del arco aórtico, pero con frecuencia surge
del tronco braquiocefáli co. Se conoce como configuración
de «arco bovino». La ACC normalmente no tiene ramas en
su región cervical. En ocasiones, sin embargo, puede dar
las arterias tiroideas superior, arteria vertebral, faríngea
ascendente y occipital o tiroidea inferior. En la bifurcación
carotídea, la ACC se divide en arteria carótida externa
CACE) y arteria carótida interna (ACI). La ACI normal-
mente no tiene ramas vasculares en el cuello. La ACE, irri- R L
ga la musculatura facial, tiene múltiples ramas en el cuello.
La ACI puede presentar una región ampular con una pe-
queña dilatación justo por debajo de su origen.

La exploración de la arteria carótida se realiza con el pa- Figura 25-1 Ramas del arco aórtico y arterias
~ cerebrales extracraneales. R, lado derecho; L, la-
849
ciente en supino, el cuello ligeramente extendido y la cabe-
za girada hacia el lado contralateral al explorado. Algunos do izquierdo; A; arco aórtico: e, arteria carótida co-
exploradores prefieren sentarse al lado de la cabeza del mún; E, arteria carótida externa; In, arteria innominada; " ar-
teria carótida interna; S, arteria subclavia; V, arteria vertebral.
paciente. La secuencia de la exploración también varía se-
cu
u
'C
'Q)
~
'C
Q)

...C.cu
'3
u
UJ
cu
>
~
cu
"C
+=
...cu
'o
u 9 Jra 25-2 Anatomía ecográfica de la carótida. A, Imagen transversal de la bifurcación carotídea izquierda; el
cu vaso mayor y más lateral es la arteria carótida interna (J); E, arteria carótida externa. B, Doppler color que muestra
'C
Q) la separación normal del flujo (flecha) en la arteria carótida interna proximal.
1::
cu

cu Después de la imagen transversal se obtienen barridos 9% de la población. La ACI frecuentem ente tiene una re-
le
Q)
~
longitudinales. El plano de exploración requerido para un gión ampular de dilatación justo por debajo de su origen y
C' barrido longitudinal óptimo dependerá del trayecto de los normalmente es mayor que la ACE. Un rasgo diferencial
Q)
C. vasos detectados en el estudio transversal. En algunos pa- de la ACE son sus ramas vasculares (Fig. 25-4, A).
UJ cientes la orientación longitudinal óptima será casi coro- La arteria tiroidea superior se suele observar como
Q)
1:: nal, mientras que en otros será casi sagital. En muchos primera rama de la ACE después de la bifurcación de la
cu casos el plano longitudinal óptimo será oblicuo, entre sa- ACC. En ocasiones, una arteria tiroidea superior aberran-
c.
UJ gital y coronal. En aproximadamente el 60% de los pa- te surge de la ACC distal. La ACI no suele dar ramas en el
.!2 cientes, ambos vasos por encima de la bifurcación caro tí- cuello, aunque rara vez la ACI da como ramas las arterias
Q)
"C dea y la ACC se pueden visionar en el mismo plano (Fig. faríngea ascendente, occipital, facial, laríngea o meníngea.
cu 25-3) Y en el resto solamente se obtiene un único vaso en En algunos pacientes, es visible una parte importante de
~
el mismo plano de la ACC. Las imágenes se obtienen para la ACI, pero en otros solamente puede ser accesible el ori-
E representar la relación de ambas ramas de la bifurcación
O) gen inmediato de los vasos. Es muy raro que la bifurcación
o carotídea y poder visualizar la placa carotídea y entonces no pueda visionarse en absoluto 19 . Rara vez la ACI es hipo-
u
w se mide la extensión cefalocaudal de la placa. Existen va- plásica o está congénitamente ausente 20 • Un método útil
rios hallazgos anatómicos que diferencian la ACI de la para identificar la ACE es taponar la arteria temporal su-
e ACE. En casi el 95% de los pacientes, la ACI es posterior y perficial en la zona preauricular, el toque temporal (TT).
'o lateral a la ACE, sin embargo esto puede variar considera-
'(3 Las pulsaciones se transmiten hacia atrás de la ACE, don-
o blemente 10 y la ACI puede ser medial a la ACE en el 3%-
al de ocasionan un aspecto en diente de sierra en la forma
en
de onda espectral (Fig. 25-4, B) Aunque el toque ayuda a
identificar la ACE, esta deflexión puede transmitirse a la
ACC e incluso a la ACI en situaciones concretas.

Cada parte de la exploración ecográfica carotídea es im-


portante para poder establecer finalmente la existencia o
ausencia de patología. En la mayoría de los casos la escala
de grises, Doppler color y Doppler potencia y evaluacio-
nes coincidirán, sin embargo cuando existan discrepan-
cias entre el Doppler y la información disponible, deberá
emprenderse cualquier esfuerzo para salvar dicha in-
coherencia. Cuanto más se correlacionen la imagen y los
hallazgos del Doppler, mayor será el grado de fiabilidad
850 Figura 25-3 Bifurcación carotídea, Imagen lon- del diagnóstico. En general, la escala de grises y el Doppler
gitudinal que muestra la arteria carótida común color o potencia demuestran y cuantifican mejor las este-
(e); arteria carótida externa (E); arteria carótida in- nosis de bajo grado, mientras que la enfermedad oclusiva
terna posterior (1). de alto grado se define mejor con el Doppler espectral.
~
o
"S
~
..., Figura 2b Arteria carótida externa normal (ACE). A, Doppler color de la bifurcación que muestra dos arterias Q.
ro
~ pequeñas que se originan de la ACE. B, Doppler espectral de la ACE que ocasiona una variación habitual del flujo O
(en diente de sierra) con el toque temporal (TT).

Para la clasificación de la placa, la evaluación tiene que se ha recomendado como una forma de evaluar la efectivi-
realizarse en la escala de grises, sólo, sin el Doppler color dad de intervenciones médicas para reducir la progresión
o potencia. del engrosamiento I-M o incluso para referir el engrosa-
miento de la pared. El hecho de que estas mediciones ten-
Inspección visual de las imágenes gan o no validez para la evaluación en un paciente concre-
en escala de grises to frente a grandes grupos de pacientes sigue siendo tema
de controversia. Se requieren estudios que demuestran la
Grosor de la pared vascular y engrosamiento
de la íntima-media
Las proyecciones longitudinales de la pared carotídea
normal muestran dos líneas ecogénicas prácticamente
paralelas separadas por una región hipoecoica-anecoica
(Fig. 25-5). El primer eco, que bordea la luz vascular, re-
presenta la interfase luz-íntima; el segundo eco se debe a
la interfase media-adventicia. La media es la zona anecoi-
cajhipoecoica entre las líneas ecogénicas. La distancia en-
tre estas líneas representa el grosor combinado de la Ínti-
ma y media (complejo I-M). Se mide la pared lejana de la
ACC. Muchos consideran la medición del grosor Íntima-
media (CIM) como un marcador representativo de pato-
logía arteriosclerótica en todo el sistema vascular y no
sólo de la patología cerebrovascular. Algunos autores con-
sideran un grosor del complejo I-M mayor de 0,8 anormal
y que puede repres entar los primeros cambios de la pato-
logía arteriosclerótica. Sin embargo, debido a que el gro-
sor de la I-M aumenta con la edad, las mediciones absolu-
tas del GIM para una persona concreta pueden' no ser
indicadores fiables como factor de riesgo arterioscleróti-
21
C0 (Fig. 25-6).
Numerosos estudios apoyan la relación entre el GIM y
un mayor riesgo de infarto de miocardio o ictus en la po-
blación de pacientes asintomáticos 14 ,22.29 . El GIM puede Figura 25~5 Complejo normal íntima-media (1-
851
ser superior a la puntuación de calcificación de arterias ~ M) de la arteria carótida común. Se aprecia el
coronarias para identificar a pacientes con alto riesgo pa- complejo I-M (flechas) en una arteria carótida co-
ra estos eventos cardiovasculares 14. La evaluación del GIM mún izquierda.
Figl ra 25-6 Complejo íntima-media anormal de la arteria carótida común (ACC). A, Hiperplasia precoz de I-M
con pérdida de componente hipoecoico del complejo I-M y engrosamiento (flechas) . B, Engrosamiento del com-
plejo I-M con hiperplasia (flechas).

precisión de la variabilidad interobservador, reproducti- neurológicos 33'39 . Sin embargo, la relación entre la placa
bilidad y precisión antes de que la evaluación de GIM pue- hemorrágica ecográfica y el inicio de los síntomas es un
da recomendarse para el manejo de un paciente concreto. tema sujeto a cierta controversia.
La textura de la placa se clasifica generalmente como
Clasificación de la placa homogénea o heterogénea 9.24,27,31,33'35,4o'44, La evaluación
Las placas carotídeas ateromatosas deben evaluarse precisa de la placa sólo se puede realizar con ecografía en
minuciosamente para determinar la extensión de la placa, escala de grises y sin el uso del Doppler color o potencia,
localización, contorno de superficie y textura, así como la La placa se tiene que evaluar en los planos sagital y trans-
evaluación de la estenosis luminapo. La placa debe explo- versaJ31. La placa homogénea tiene un patrón de eco ge-
rarse en los planos sagital y transversaJ31. La causa más neralmente uniforme y una superficie lisa (Fig, 25-7).
frecuente de lIT es el embolismo y no la estenosis Iimi- Pueden apreciarse áreas sonolucentes, pero la proporción
tante de flujo: menos de la mitad de los pacientes con lIT de sonolucencia es menor del 50% del volumen de la pla-
presentan una estenosis hemodinámicamente significati- ca, La textura acústica uniforme se corresponde anatomo-
va. Es importante identificar las lesiones arterioscleróti- patológicamente con tejido conectivo fibroso denso, La
cas de bajo grado, ya que pueden servir de nidos para los placa calcificada produce una sombra acústica posterior
e émbolos y podrán ocasionar lIT o ictus 1. Polak y cols. 32 y es frecuente en individuos asintomáticos (Fig, 25-8). La
'o
'ü demostraron que la placa es un factor de riesgo indepen- placa heterogénea tiene un patrón de eco más complejo
()
Q)
rn diente para desarrollar ictus 32 ; entre los pacientes con un y contiene una o más zonas focales sonolucentes que se
ictus hemisférico, el 50%-70% presentaron una placa he- corresponden con más del 50% del volumen de la placa
morrágica o ulcerada. El análisis de la placa a partir de (Fig. 25-9). La placa heterogénea se caracteriza anatomo-
muestras de EAL ha implicado la hemorragia intraplaca patológicamente por contener hemorragia intraplaca y
como un factor importante para el desarrollo de síntomas depósitos de Jípidos, col esterol y material proteináceo 1o,42,
La placa homogénea se identifica con mucha mayor fre-
cuencia que la placa heterogénea y se observa en el 80%-
85% de los pacientes estud iados 32 , La ecografía permite
determinar de forma precisa la existencia o ausencia de
TIPOS ECOGRÁFICOS DE MORFOLOGÍA hemorragia intraplaca (sensibilidad del 90%-94%, espe-
DE PLACA cificidad del 75%_88%)33,39,42.45,47,
• Tipo 1. Predominantemente sonolucente, con Algunos autores proponen clasificar la placa en cuatro
tipos, Las placas de los tipos 1 y 2 son similares a las pla-
una capa ecogénica fina
cas heterogéneas y es muy probable que se asocien a una
• Tipo 2. De predominio sonolucente y con
hemorragia y ulceración intraplaca se consideran inesta-
pequeñas áreas de ecogenicidad (",50%
bles y expuestas a un aumento abrupto en el tamaño de la
sonolucente) placa después de la hemorragia o ulceración 9,31,43,4B,49, Las
• Tipo 3. Predominantemente ecogénico con placas de los tipos 1 Y 2 se encuentran habitualmente en
852 pequeñas zonas sonolucentes «50 % pacientes sintomáticos con estenosis mayores del 70% de
sonolucente) diámetro, Las placas de los tipos 3 y 4 se componen gene-
• Tipo 4. Ecogénica uniformemente ralmente de tejido fibroso y calcificación, Estos tipos de
placa son similares a la placa homogénea, Generalmente
son unas placas más estables y benignas, y se observan en
individuos asintomáticos (ver Fig. 25-8). SIGNOS ECOGRÁFICOS SUGESTIVOS
Se están introduciendo otros métodos de clasificación DE ULCERACIÓN DE LA PLACA
de la placa de forma más reproducible y automatizada. • Depresión focal o rotura de la superficie de
Reiter y cols. 50 desarrollaron un nivel medio de escala de
la placa
grises (EG) para la ecolucencia de la placa después de es-
• Región anecoica dentro de la placa que se
tandarizar y ajustar las imágenes en modo B. Obtuvieron
unos niveles de EG estándar para los pacientes asintomá- extiende a la luz del vaso
ticos con estenosis mayor del 30% y observaron que la • Remolinos de color dentro de la placa
reducción de la ecolucencia en las placas carotídeas a lo
largo de 6-9 meses sería predictivo de eventos cardiovas-
culares que afectarían a la circulación coronaria, periféri- grafía ni la ecografía han demostrado una alta precisión
ca y cerebrovascular. Sin embargo, los niveles absolutos para detectar todas las placas ulceradas 48 ,5 1. Sin embargo,
de EG no se asocian con un riesgo específic0 5o • casi todas las placas ulceradas que se identificaron de for-
ma precisa encajaban en el patrón heterogéne0 31 ,48,51 . Los
Ulceración de la placa hallazgos ecográficos que sugieren una ulceración de la
Aunque se ha referido que la ecografía detecta la hemo- placa son la depresión focal o la rotura de la superficie de
rragia intraplaca de for ma fiable, realmente ni la angio- la placa, ocasionando una superficie irregular o zona ane-

Figura 25-7 Placa homogénea. A, Imagen sagital y B, transversal que muestra una placa homogénea en la arte-
853
ria carótida común izquierda (tipo 4). Obsérvese la ecotextura uniforme. Imágenes e sagital y D transversal, que
muestran una placa homogénea en la arteria carótida interna izquierda proximal (tipo 3). Obsérvese la zona hi-
poecoica dentro de la placa, que se estima que es menor del 50% del volumen de la placa.
siderarse una lesión qUlr urgica en un entorno clínico
apropiado. Muchos autores consideran la placa heterogé-
nea como «vulnerable», una forma inestable de placa que
debe tratarse de forma distinta a las formas más estables
de placas 55. Debe considerarse la clasificación de la placa
cuando se plantee el tipo de tratamiento a utilizar en la
intervención carotídea. La angioplastia y stent posterior
de los vasos carotídeos puede ser más seguro si se realiza
en pacientes con placa homogénea que en aquellos con
placa heterogénea 55 .

Evaluación de la placa en escala de grises


Las mediciones del diámetro carotídeo y área de esteno-
sis deben registrarse en el plano transversal, perpendicu-
lar al eje largo del vaso, utilizando la imagen ecográfica
del Doppler potencia o flu jo-B30 (Fig. 25-12). Las medicio-
nes realizadas en el barrido longitudinal sobrestiman o
subestiman la gravedad de la estenosis por «muestreo de
volumen» parcial a través de una placa excéntrica. El por-
Figura 25 8 Placa calcificada. Placa calcificada centaje del diámetro de la estenosis y el porcentaje del
(flecha) que produce una sombra (8) que enmas- área de la estenosis no siempre guardan una relación li-
cara una porción del bulbo carotídeo izquierdo. neal. Los registros clínicos deben determinar el tipo de
estenosis medida. Las estenosis asimétricas son las que
mejor se describen como mediciones con «porcentaje de
área de estenosis»30, aunque con frecuencia son laborio-
coica dentro de la placa que se extiende a la superficie de sas y técnicamente difíciles. Deben anotarse la extensión
la placa sin intervenir ecos entre la luz vascular y la región cefalocaudal y longitud de las placas y si existen placas
de la placa anecoica. Recientes estudios sugieren que el tándem.
Doppler color o potencia puede mejorar la identificación A medida que aumenta la gravedad de la estenosis, se
eco gráfica de la ulceración de la placa. El Doppler color o deteriora la calidad de la imagen en tiempo reaI 54.56 . Diver-
potencia o la imagen en modo-B (una técnica de imagen sos factores son los que van en contra de una imagen óp-
no Doppler) permite demostrar remolinos de movimiento tima para la evaluación de una estenosis de alto grado. La
lento en color dentro de la región anecoica en la placa, que calcificación e irregularidad de una placa produce som-
sugerirían ulceración 47 (Fig. 25-10). En una publicación se breado, que enmascara la luz vascular. Las placas hetero-
refirió que la demostración de estos vórtices de flujo su- géneas tienen habitualmente propiedades acústicas simi-
pusieron una precisión del 94% para predecir placa ulce- lares a las del flujo sanguíneo, lo que hace que las placas o
e trombos anecoicos sean casi invisibles en las imágenes en
'o
.C:;
rada en la cirugía 52. Estudios preliminares sugieren que la
() ecografía con medios de contraste puede mejorar aún escala de grises. En los casos más extremos, los vasos pue-
Q)
en más la capacidad para identificar las características de la den mostrar una placa pequeña todavía a pesar de estar
superficie de la placa 53 . ya totalmente ocluidas (ver Fig. 25-9; E Y F). La ecografía
Un potencial error en el diagnóstico de la ulceración de en Doppler color identifica de forma fiable tales fenóme-
la placa se debe a un artefacto por imagen especular, que nos. Por esta razón, la ecografía en escala de grises y tiem-
se manifiesta como una pseudoulceración de la arteria po real es más adecuada para la evaluación de lesiones no
carótida. Una placa muy reflectante puede producir un ar- limitantes por grado y no para cuantificar estenosis de
tefacto Doppler fantasma que simula una ulceración. Sin alto grado, que se valoran mejor con el análisis espec-
embargo, se puede reconocer la región del color dentro de tra¡S7.58. Los hallazgos en escala de grises y el análisis de
la placa como artefacto porque tanto su forma de onda es- valores espectrales del Doppler tienen que integrarse y
pectral como el sombreado de color dentro de la pseu- correlacionarse dentro de una compleja evaluación eco-
doulceración son de menor amplitud, aunque por lo de- gráfica de los vasos carotídeos.
más es idéntica a las que existe dentro de la luz carotídea Probablemente sea innecesario hacer una evaluación
verdadera 54. A la inversa, los trazados del Doppler pulsa- cuantitativa del grado de estenosis. Parece más apropiado
do dentro de los cráteres ulcerados muestran formas de realizar una evaluación de la proporción de la placa y
onda amortiguadas de baja velocidad (Fig. 25-11). compararla con los hallazgos del Doppler espectral para
Aunque el diagnóstico de ulceración es un tema contro- garantizar la precisión en la clasificación de la estenosis.
vertido, la capacidad de predecir la posibilidad de una he- Un desequilibrio entre la evaluación cualitativa de la
854 morragia intraplaca, con las implicaciones clínicas asocia- magnitud de la placa y los hallazgos del Doppler deben
das, subestima la importancia de la clasificación de la alertar al explorador sobre un posible error técnico, y en
placa con ecografía. La existencia de una placa heterogé- el caso de que no se pueda resolver dicha incoherencia
nea e irregular debe tenerse en cuenta, ya que la placa he- deberán realizarse otros estudios de imagen con angioTC
morrágica en una estenosis de menos del 50% puede con- o angioARM
Figura 25-9 Placa heterogénea en la arteria carótida interna (ACI). Imágenes A, sagital y e, transversal que
muestran una placa (flechas) casi totalmente sonolucente, compatible con una placa heterogénea (tipo 1). Obsér-
vese la superficie lisa de la placa. C, Imágenes sagital y D, transversal que muestran una zona sonolucente focal
dentro de la placa mayor del 50% del volumen de la placa que se corresponden con una placa heterogénea (tipo 2). Ob- 855
sérvese la superficie irregular de la placa. E, Imagen sagital de la ACI que muestra una placa sonolucente heterogénea más
evidente en la imagen de dúplex color como una luz residual desplazada y pequeña. La placa es totalmente sonolucente
(tipo 1) e indicativa de una hemorragia aguda. F, En escala de grises, la placa puede pasar fácilmente desapercibida por su
grado de sonolucencia.
Flg ra 25- O Ulceración de la placa. Imágenes longitudinales de A, Doppler color y B, Doppler potencia, que
muestran flujo sanguíneo (flecha) dentro de una placa ulcerada hipoecoica.

Análisis del Doppler espectral frecuencia en velocidad. Las desviaciones de frecuencia


El Doppler espectral es una representación gráfica cuan- varían dependiendo del ángulo theta y de la frecuencia in-
titativa de las velocidades y direcciones de las células san- cidente del Doppler; las mediciones de velocidad tienen
guíneas en movimiento (hematíes) presentes en el volu- ambos factores en cuenta.
men muestreado con el Doppler. Aunque la evaluación La representación del Doppler espectral representa ve-
con Doppler de la enfermedad vascular carotídea se pue- locidades del eje y y el tiempo en el eje x. Por convención,
da realizar a partir de datos de desviación de frecuencia, el flujo hacia el transductor se muestra por encima de la
son preferibles los cálculos de velocidad. Los valores de línea de base o cero, y el flujo que se aleja del transductor
velocidad son potencialmente más precisos que las medi- se representa por debajo. Por simplificar el análisis, el es-
ciones de desviación de frecuencia, ya que se utiliza el án- pectro que se proyecta por debajo de la línea de base con
gulo theta, entre la línea del transductor de visionado y el frecuencia está invertido y se traza por encima de la línea
vector del flujo sanguíneo, para convertir la desviación de de base, teniendo en cuenta siempre la verdadera direc-
c:
'o

(,)
Q)
(JJ

856 Figura 25-11 Ulceración de la placa y flujo anormal. A, Imagen longitudinal de la arteria carótida interna proxi-
mal derecha que muestra una placa heterogénea con una zona asociada de flujo turbulento e invertido de baja
velocidad dentro de la úlcera (flecha). B, Doppler pulsado en ese cráter ulceroso que muestra una forma de onda
con flujo invertido de baja velocidad y amortiguado, no habitual en la luz vascular de los principales vasos de la ACI.
Figura 25-12 Medición del diámetro de la arteria carótida. A, Doppler potencia transversal que muestra la
imagen de una estenosis con un diámetro menor del 50% (cursores). S, Imagen en modo B transversal de la bifur-
cación de la carótida derecha que muestra las mediciones de la estenosis (8) en el área de la arteria carótida inter-
na. A , área externa de la ACI.

ción del flujo dentro del vaso. La amplitud de cada compo- te aplicar el volumen de señal del Doppler pulsado en las
nente de velocidad (número de hematíes con cada compo- zonas de dicha alteración, especialmente en zonas con
nente de velocidad) se utiliza para modular la brillantez jets de alta velocidad. Estos jets de alta velocidad se lo-
del trazado. También se llama gráfico de escala de gri- calizan en regiones distales a estenosis de alto grado o
ses. En la arteria carótida normal el espectro de frecuen- muy próximo a ellas (Fig. 25-15). En casos en los que las
cias es estrecho en sístole y algo más ancho en diástole. imágenes en escala de grises y Doppler potencia y color
Esto suele generar una zona negra entre la línea espectral de todo el recorrido carotídeo sean normales, sólo será
y la línea basal de velocidad cero, la llamada ventana es- necesario representar trazados espectrales de ACC, ACE y
pectral s9 •60 (Fig. 25-13). ACI para completar la exploración.
Las ramas ACI y ACE de la ACC tienen distintas formas de La exploración estándar con Doppler espectral consiste
onda (Fig. 25-14). La arteria carótida externa irriga va- en trazados obtenidos de la ACC distal y proximal, bulbo
sos de un lecho de alta resistencia de la musculatura facial, carotídeo, ACE proximal, muestras de la ACI proximal, dis-
de forma que su flujo recuerda el de otros vasos arteriales tal y media y un trazado representativo de la arteria ver-
periféricos. La velocidad de flujo sube de forma abrupta tebral. Las velocidades normales son más altas en la ACC
durante la sístole y cae con rapidez durante la diástole y se proximal y menores en los vasos distales. Las velocidades
aproxima a cero o de forma transitoria invierte la direc- de la ACI normales tienden a aumentar desde su parte
ción. La arteria carótida interna irriga una circulación de proximal a la distal. Además, las velocidades del flujo se
baja resistencia cerebral y muestra un flujo parecido al de obtienen inmediatamente proximales a las regiones por
vasos de otros órganos ávidos de flujo, como el hígado, ri- debajo de la estenosis máxima visible (o al mismo nivel) y
ñones y placenta. El rasgo común de todas las formas de
onda arteriales de baja resistencia es que una importante
proporción de fluj o anterógrado persiste durante la diás-
tole. La forma de onda de la arteria carótida común es
una mezcla de las formas de onda de la externa e interna,
pero con mayor frecuencia, el flujo de la ACC recuerda más
al de la ACI y el flujo diastólico queda habitualmente por
encima de la línea basal. Aproximadamente el 80% del flu-
jo sanguíneo desde la ACC pasa a través de la ACI al cere-
bro y el restante 20% pasa por la ACE a la musculatura fa-
cial. La relativa reducción de flujo a través de la ACE
ocasionará una reducción de amplitud de la forma de onda
generalmente más baja que en la ACI o ACCIO.

Evaluación estándar
Prácticamente todos los equipos en uso actualmente ofre- Figura 25-13 Forma de onda de la arteria caró-
857
cen Doppler color y potencia, con posibilidad de escala de ~ tida interna normal (Ael). Forma de onda normal
grises y Doppler pulsado para las exploraciones carotí- de la ACI de baja resistencia con una clara venta-
deas. Un cribado rápido con el Doppler color permite la na espectral (W) que indica que no hay ensanchamiento
detección de alteraciones de patrones de flujo, que permi- espectral.
Figura 25-1 Formas de onda normales de las arterias carótida externa (ACE), carótida interna (ACI) y ca-
rótida común (ACC). A, ACE derecha que muestra un brusco ascenso sistólico y una velocidad del flujo teledias-
tólico relativamente bajo (flecha) que indica un vaso nutricio con una circulación de alta impedancia. e, La ACI
c:: muestra un gran componente de flujo diastólico, compatible con una circulación intracerebral de baja resistencia/impedan-
'o cia. El ángulo theta (flecha) es de 50°. C, Forma de onda normal como composición de las formas de onda de baja resis-
'(3
o tencia de la ACI y de mayor resistencia de la ACC. Obsérvese que el flujo en C va hacia el transductor (flecha) y el Doppler
Q)
(/) espectral se representa por encima de la línea basal. En A y e, el flujo se aleja del transductor. Aunque estos espectros se
han invertido, los signos de velocidad negativa (flechas) recuerdan al explorador la dirección real del flujo.

a un centímetro distal a placa visualizada o más craneal, si frecuencia no es posible optimizar la colocación del cursor
fuera posible. La colocación del Doppler paralelo a las pa- en la porción media del vaso utilizando esta técnica cuan-
redes del· vaso determina el ángulo theta, utilizado para do se trata de vasos tortuosos. Por ello, nuestra técnica
convertir la información en valores de velocidad (ver Fig. consiste en seleccionar el lugar para el análisis espectral y
25-14, B). El ángulo theta del Doppler se define como el se coloca el transductor paralelo a las paredes del vaso en
ángulo entre la línea de visionado del transductor y la di- ese punto, cumpliendo el requisito de que el ángulo del
rección del flujo sanguíneo. El ángulo theta ideal es de 0°, Doppler no exceda los 60°. Aunque se puede utilizar una u
al ser el coseno de este ángulo 1, con lo que se acompaña otra técnica, los resultados con estos dos métodos pueden
de la máxima detección posible de desviación de frecuen- conducir a velocidades distintas. Por tanto, si se utiliza la
cia. Puesto que pocas veces se consigue este ángulo en la primera técnica debería esperarse también un conjunto de
práctica clínica, existe un amplio rango de ángulos desde criterios de velocidad distintos que cuando se utiliza el se-
30° a 60° que se consideran aceptables para el análisis es- gundo método. Este es uno de los factores responsables de
pectral carotídeo. las diferencias en los criterios de velocidad utilizados en
858 Ciertos centros ecográficos utilizan una técnica en la que distintos centros (Fig. 25-16). Cuando el ángulo theta exce-
el ángulo Doppler se sitúa a 60° y el transductor se «bascu- de los 60-70°, la precisión de las mediciones de velocidad
la y escora» hasta quedar paralelo a la carótida para el aná- cae de forma brusca, hasta el punto de que no hay casi
lisis espectral con Doppler. En nuestra experiencia, con cambios de velocidad con un ángulo de 90° (Fig. 25-17). El
cuantificar esa dispersión cuantitativa del ensanchamien-
to. Sin embargo, aún no se ha demostrado la validez de es-
tas mediciones y se necesitan más estudios para demostrar
la relación entre los parámetros cuantitativos del ensan-
chamiento espectral y los distintos grados de estenosis 63 .
Existen muchas tablas que ya no incluyen una medición del
ensanchamiento espectral para graduar la estenosis caro tí-
dea. En cualquier caso, la representación visible de la pro-
porción de obliteración de la ventana espectral y la homo-
geneidad del Doppler color, son de hecho predictores útiles
(no cuantitativos) de la gravedad de la alteración del flujo.

Errores de interpretación
Figur' 25-15 Jet de Doppler color. Jet de alta El ensanchamiento pseudoespectral se debe a factores
velocidad (flecha) o aliasing de color que demues- técnicos, como un parámetro de ganancia demasiado alto.
tra una zona de máxima velocidad en la zona de En tales casos el fondo alrededor de la forma de onda es-
estenosis. pectral suele contener ruido. Siempre que se sospeche
ensanchamiento espectral, la ganancia debe reducirse pa-
ra ver si la ventana espectral se despeja. Igualmente, pue-
recorrido completo de la ACC y ACI debe explorarse con un de existir un ensanchamiento espectral debido al movi-
ángulo theta coherente entre transductor y vaso, que miento de la pared vascular cuando la muestra de volumen
además se mantendrá durante toda la exploración siempre del Doppler sea demasiado grande o esté posicionada de-
que sea posible. Lo habitual es que solamente se explore el masiado cerca de la pared vascular. Si se reduce el tamaño
origen de la ACE en busca de placas oclusivas, que son me- de la muestra de volumen y se coloca en el centro del flujo
nos frecuentes aquí que en la ACI y rara vez son clínica- se eliminará este error potencial.
mente significativas. Deberá detectarse una estenosis de la En ciertos puntos del sistema carotídeo se encuentra un
ACE porque puede ser el origen de un peligroso soplo cer- patrón de flujo alterado. Por ejemplo, es normal obser-
vical cuando la ACI es normaJ2o. var una separación del flujo en el lugar en que se ramifi-
can los vasos, como sucede en el lugar de ramificación de
Ensanchamiento espectral la ACC en ACE y ACI64. Las alteraciones del flujo también
La placa ateromatosa que se proyecta a la luz arterial inte- se producen en puntos donde existen cambios bruscos en
rrumpe el fluj o laminar normal de los eritrocitos. Los he- el diámetro vascular. Por ejemplo, las alteraciones del flu-
matíes se mueven dentro de un amplio rango de velocida- jo y forma de onda abigarradas secundarias a la separa-
des, de forma que la línea espectral se hace más amplia, ción del flujo pueden observarse en el bulbo carotídeo
rellenando la ventana espectral normalmente negra. Este normal donde la ACC termina en un área de dilatación lo-
fenómeno, llamado ensanchamiento espectral aumenta en calizada cuando se divide en ACE y ACI (Fig. 25-19).
proporción a la gravedad de la estenosis de la arteria caro- La tendencia del ensanchamiento espectral aumenta en
tídea 61.63 (Fig. 25-18). Algunos equipos dúplex permiten proporción directa a la velocidad del flujo sangu íneo. Por
que el operador mida la dispersión entre las velocidades ejemplo, el ensanchamiento espectral se puede observar
máxima y mínima (ancho de banda) y por tanto que pueda en una ACE, arteria vertebral y ACC normales que aporten

.., Figura 25-16 Medición del ángulo theta del Doppler. A, Velocidad obtenida en la carótida interna distal con un 859
~ ángulo theta de 60°, que es mayor que la obtenida con el ángulo de 44° (flecha). B, Sin embargo, el ángulo de la
, muestra no es paralelo a la pared vascular a 60°. Obsérvese el aliasing de color en la zona de máxima velocidad
(flecha curvada).
ca

-
CJ
-c
'Q)
-c
Q)

...Q.ca
"3
CJ
m
ca
>
>-
ca
"'o...
~

ca
CJ
ca
-C
Q)
~
ca
uf Figura 25-17 Ángulo theta de Doppler incorrecto. Velocidad obtenida en la arteria carótida interna (ACI) con un
ca
le: ....- ~ ángulo theta de 60
0
(A) que es menos preciso que la velocidad obtenida en la misma zona de la ACI con un ángu-
Q)
:J ~ lo theta de 70 0 (B).
C"
Q)
Q.
m
~ca circulación colateral a una ACI contralateral ocluida. La
Q.
mayor velocidad tambi én explica el flujo alterado que a
m veces se observa en las arterias carotídeas extracraneales
.!!! de los deportistas jóvenes con gasto cardiaco normal o en
Q)
situaciones hemodinámicas patológicas de alto gasto car-
"ca diaco. También se aprecia en arterias que irrigan fístu-

~C)
las y malformaciones arteriovenosas1o.6s • El ensancha-
miento espectral postoperatorio puede mantenerse
o durante meses después de una EAC en ausencia de una
CJ
W enfermedad residual importante o recidivante, posible-
mente por los cambios en la flexibilidad de la pared.
Los vasos carotídeos tortuosos pueden mostrar un
ensanchamiento espectral o un flujo asimétrico de alta ve-
locidad con jets de flujo en ausencia de placa patológica.
Otras causas no ateromatosas de flujo sanguíneo alterado
en las arterias carotídeas extracraneales son los aneuris-
mas, disecciones de pared arterial y displasia fibro-
muscular.

Patrones de flujo sanguíneo de alta velocidad


Las estenosis carotídeas comienzan a ocasionar cambios
eñ la velocidad cuando sobrepasan el 50% del diámetro
(70% del área de la sección de corte)l (Fig. 25-20, A-C).
Los aumentos de la velocidad se producen cuando se
agrava la estenosis. En las estenosis que son críticas
(>95%), las mediciones de velocidad pueden disminuir
realmente y la forma de onda comienza a amortiguar-
sé8•66 (Fig. 25-20, DY E)
En estos casos, la correlación con la imagen del Doppler
color o potencia es esencial para diagnosticar la gravedad
Figura 25-18 Estenosis de alto grado de la ca- de la estenosis. Los aumentos de velocidad son focales y
860 ...._ ~rótida externa (ACE) _Elevadas velocidades y es- muy pronunciados a nivel de la estenosis o inmediata-
~ tenosis visible . Se aprecia un ensanchamiento mente distales a ella, lo que subraya la importancia de
espectral (flecha). También se aprecia ensancham iento es-
muestrear directamente en estos puntos. A medida que se
pectral en el Doppler color.
desplaza la muestra más distal a la estenosis, el flujo co-
mienza a reconstituirse y asumir patrones más normales, Doppler correctas puede evitar muchos errores diagnós-
siempre que no exista una lesión tándem más distal allu- ticos potenciales.
gar de la estenosis inicial. El ensanchamiento espectral se El grado de estenosis carotídea que se puede considerar
debe a los jets de flujo de alta velocidad asociados con la clínicamente significativo en pacientes sintomáticos y
estenosis carotídea. Sin embargo, la correlación con la es- asintomáticos sigue evolucionando. Inicialmente se consi-
cala de grises y Doppler color puede definir otras causas deraba que las lesiones que ocasionaban una estenosis
de ensanchamiento espectral. Un adecuado conocimiento del 50% del diámetro eran significativas. Este dato ha
del espectro de flujos normales con unas técnicas de cambiado a medida que se publicaba información proce-

- - - 861
.., Figura 25-19 Patrón de flujo alterado normal en la ramificación de la arteria carótida común. A, Imagen
~ longitudinal del bu!bo carotídeo izquierdo que muestra la separación del flujo de color (flecha). B y e, Dos ejemplos
de patrones de flUJO alterado en zonas de separación del flujo entre el bulbo carotídeo normal y la arteria carótida
interna (Ae/).
'--
..., Figura 25-20 Estenosis de la carótida interna
~ (ACI). A, Estenosis de la ACI del 50%-69% de
diámetro que muestra una velocidad pico sistóli-
co (VPS) de 129 cm/s. B, ACI derecha que muestra una
estenosis visible de alto grado con el Doppler color con
velocidades telediastólicas (VTD) de más de 288 cm/s y
VPS con aliasing a más de 400 cm/s, que es compatible
I con una estenosis de muy alto grado. C, Bulbo carotídeo

izquierdo en proyección longitudinal con Doppler color


que muestra una estenosis de alto grado y ensancha-
miento espectral, con una velocidad pico sistólico de 400
cm/s y de 150 cm/s al final de la diástole, compatible con
una estenosis del 80%-95%. D, La velocidad obtenida en
la ACI muestra velocidades bajas. La VPS es de 78 cm/s,
. la VTD de 22 cm/s, ratios de velocidad sistólica de 1,7 Y
ratios de velocidad diastólica de 2,8. E, Imagen de Doppler
color que muestra Un vaso marcadamente estenosado. El
grado de estenosis se correlaciona con un 95%-99%.
862
dente de dos estudios clínicos numerosos. Como ya se co- El grado de estenosis se evalúa mejor a partir de la esca-
mentó previamente, el NASCET demostró que la EAC era la de grises y parámetros de Doppler pulsado, cuando in-
más beneficiosa que el tratamiento médico en pacientes cluye en la evaluación la VPS de la ACI, velocidad tele-
sintomáticos con estenosis de la ACI del 70%-99%4. El diastólica (VTD) de la ACI, VPS de la ACC, VTD de la ACC,
ECST demostró que la EAC beneficiaba al paciente cuando ratio pico sistólico AClj ACC (RVS, ratio vascular sistó-
el grado de estenosis era mayor que el 60%5. Es interesan- lica) y relación pico telediastólico AClj ACC (RTD, ratio
te el hecho de que el método utilizado para graduar la es- telediastólica) 66.67.7o. La velocidad pico sistólico ha de-
tenosis en el estudio ECST era claramente distinto al utili- mostrado su precisión para cuantificar las estenosis de
zado en los estudios NASCET. Los estudios NASCET alto grad0 57.67 . La relación de la VPS con el grado de este-
compararon la gravedad de la estenosis de la ACI en las nosis luminal se define bien y se mide fácilmente 71.72 • Aun-
arteriografías con luz residual con la luz distal de la ACI que las velocidades del Doppler han demostrado ser fia-
presumiblemente normal. La metodología del ECST in- bles para definir estenosis del 70% o más, Grant y cols. 67
cluía la evaluación de la gravedad de la estenosis con una detectaron unos resultados menos favorables en la clasifi-
«intuitivo-estimación» de la luz de la arteria carótida a ni- cación de subestenosis entre el 50%-69% utilizando VPS
vel de la estenosis. La evaluación del ECST es más compa- y ratios de VPS de AClj ACC. Sin embargo, en nuestra expe-
rable a la evaluación visible por ultrasonidos del grado de riencia, si se utilizan los cuatro parámetros y la determi-
estrechamiento, mientras que las tablas de velocidades nación de una correcta categoría para el grado de esteno-
actualmente en uso se derivan de las determinaciones an- sis dispondremos de la forma más eficaz de garantizar
giográficas de la NASCET para estenosis. El método ECST dicha precisión. Habitualmente existe coincidencia entre
para graduar la estenosis carotídea tiende a dar una gra- los cuatro parámetros en las situaciones clínicas. Cuando
duación más grave del estrechamiento que la técnica de la existe un parámetro disperso será necesaria una nueva
NASCET (Fig. 25-21). evaluación prestando atención a la técnica y detalle. VTD
Los estudios iniciales de la NASCET compararon respec- y RTD son especialmente útiles para diferenciar entre al-
tivamente los datos de velocidad obtenidos en estudios tos grados de estenosis. Además, la correlación de la esti-
Doppler con mediciones angiográficas de las estenosis. mación visual del grado de estenosis y números de veloci-
No se utilizó un protocolo estandarizado ecográfico en los dad ayudarán a clasificar correctamente la estenosis,
numerosos centros· que participaron en el estudio. A pe- especialmente cuando el grado de estenosis quede «cer-
sar de la ausencia de uniformidad, se consiguió una mode- cana a la oclusión» (Figs. 25-22 y 25-23; ver también Fig.
rada sensibilidad y especificidad que osciló entre 65%- 25-20, D Y E). En raras ocasiones pueden ser necesarios
77% para graduar las estenosis de la ACI con velocidades otros métodos de imagen (ARM o ATC).
Doppler. Si se estandariza la técnica ecográfica y los crite- No se han establecido criterios para la clasificación de la
rios se validan en un laboratorio concreto, la velocidad estenosis de la arteria carótida externa. Una buena
pico sistólica (VPS) y tasa sistólica pico han demostrado norma general es que si las velocidades de la ACE no exce-
que proporcionan un método preciso para determinar la den los 200 cmjs no habrá una estenosis significativa. Sin
estenosis carotídea 67. El grupo ECST comparó tres distin-
tas técnicas de medida angiográfica: la NASCET, el ECST y
ACI
una técnica que comparaba las mediciones de ACC dista-
les con las de la estenosis de la ACI. Los investigadores
llegaron a la conclusión de que las técnicas de NASCET y
ECST eran similares en su valor pronóstico, mientras que
la medición de ACCjestenosis era la más reproducible de
las tres técnicas. Llegaron igualmente a la conclusión de
que el método de la ACC, aunque reproducible, quedaba
invalidado en caso de patología de la ACC68. Prácticamente Metodología de medición
todos los investigadores recomendaron el uso de las téc-
nicas de medición angiográficas de la NASCET. B-A
ECST= x 100
Los resultados de estos estudios, así como los más re- B
cientes del ACAS y estudios NASCET perfeccionados, han
dado lugar a revisiones de los criterios de velocidad con A
NASCET -1- - - x 100
Doppler que definen de forma precisa una estenosis del ACAS - C
70% o más y, más recientemente, también las estenosis
con diámetros mayores del 50%69. Se ha realizado un es-
fuerzo importante en determinar los parámetros de
ACC
Doppler o una combinación de parámetros que permitan
identificar de forma fiable una estenosis de cierto grado. ."", Figura 25-21 Métodos de medición comparati-
Diversas fuentes coinciden en que el mejor parámetro es ~ va. Se exponen distintas metodologías para la
la VPS de la ACI en la zona de la estenosis 66 . Utilizando gradación de la estenosis de la carótida interna de 863
múltiples parámetros se puede mejorar la fiabilidad diag- I la North American Symptomatic Carotid Endarterectomy
Trial (NASCET), Asymptomatic Carotid Atherosclerotic Stu-
nóstica, especialmente cuando se combinan con la imagen
dy (ACAS) y European Carotid Surgery Trial (ACST).
de Doppler color o potencia.
e
-o
'(j
()
Q)
en

Figura 25-22 Formas de onda anormales de alta resistencia, Formas de onda de alta resistencia: A, Arteria caró-
~ tida común. B, Arteria carótida interna proximal (ACI) y e, ACI distal. Imagen de Doppler color del bulbo carotídeo en
proyecciones transversal D, y sagital E, que muestran una ACI con estenosis significativa. Estos hallazgos son com-
patibles con una estenosis mayor del 95% de la ACI y una estenosis tándem distal de la arteria carótida intracraneal.

864
embargo, nosotros nos basamos en la evaluación visual da común. Sin embargo, si se consiguen visualizar los
del grado de estenosis asociada a los cambios de veloci- 2 cm proximales y 2 cm distales a la estenosis de la ACC, se
dad. La placa oclusiva que afecta a la ACE es menos común puede utilizar una ratio de VPS obtenida 2 cm proximal a
que la que afecta a la ACI y suele carecer de relevancia la estenosis (vs. la zona de la máxima estenosis visible)
clínica. Tampoco se han establecido los criterios de veloci- para obtener el «diámetro porcentual de la estenosis», del
dad para determinar una estenosis de la arteria caróti- mismo modo que en los estudios arteriales periféricos.

Figura 25-23 Oclusión casi completa (95%-99%) con placa homogénea. Imagen en escala de grises A, trans-
~ versal y B, sagital de la arteria carótida interna izquierda (ACI) que muestra una placa homogénea del tipo 3. Imá- 865
genes de Doppler potencia e, transversal y D, sagital que muestran una luz residual extremadamente estenosada.
E, Mediciones de velocidad de la ACI con velocidad pico sistólico de 51 cm/s, velocidad acústica de Doppler de 19 cm/s,
ratio de velocidad sistólica 51/64 = 0,8; ratio de velocidad diastólica 19/12 = 1,5. La combinación de las imágenes visuales
y hallazgos de Doppler espectral indican que se trata de una estenosis del 95%-99%.
Criterios diagnósticos para las exploraciones ecográficas de la carótida
VPSde ACI Placa Ratio VPS ACII ACC VTDACI

Normal <125 cm/s Ninguno <2,0 <40 cm/s


<50% <125 cm/s <50% de reducción de diámetro <2,0 <40 cm/ s
50%-69% 125-230 cm/s ~ 50% de reducción de diámetro 2,0-4,0 40-100 cm/s
~ 70% -casi oclusión >230 cm/ s ~ 50% de reducción de diámetro >4,0 >100 cm/ s
Casi oclusión Puede ser baja o indetectable Visible Variable Variable
Oclusión completa Indetectable Visible luz no detectable No aplicable No aplicable

De Society of Radi%gists in U/trasound, Consensus Conference on Carotid U/trasound, Octubre 2002, San Francisco. Radi%gy, 229; 340-346, 2003
AC/; arteria carótida interna; VPS, velocidad pico sistólico; ACC, arteria carótida común; VTO, velocidad telediastólica

Una VPS duplicada a lo largo de la lesión se corresponderá namente que alteraran sus prácticas, sí propusieron a los
con al menos una estenosis del diámetro del 50% y una médicos que crearan nuevos departamentos que conside-
ratio de velocidad por encima de 3,5 se corresponde con rasen estos criterios. Los que ya disponían de tablas po-
una estenosis mayor del 75%. Aunque la ecografía dúplex drían plantearse comparar los criterios propios con los
sigue siendo un método preciso para cuantificar la este- que proporcionaba la conferencia de consenso. Los crite-
nosis de la ACI, el uso del Doppler color o potencia ha me- rios de velocidad correspondientes a grados específicos
jorado significativamente la fiabilidad y reproductibilidad de estenosis que se listan en las tablas. En nuestra institu-
del diagnóstico 73 . ción utilizamos la Tabla 25-2, que permite la clasificación
Un problema sin resolver con el Doppler dúplex durante del 80%-95% de estenosis. Nuestros cirujanos son más
la evaluación en escala de grises de las carótidas es que partidarios de considerar la cirugía en pacientes con este-
distintos centros utilizan rangos de VPS desde 130 cm/s 74 nosis asintomáticas mayores del 80% que en los que tie-
hasta 325 cm/s 69 para diagnosticar estenosis de la ACI de nen estenosis menores 30,7B.
más del 70%. Entre los factores que generan estas discre- Los valores de la ACI deben obtenerse en el punto de
pancias están la técnica y el equi p0 75 . Este amplio rango máxima estenosis visible o justo distales a ella y en el pun-
de VPS refuerza la necesidad de un departamento espe- to de mayor alteración del Doppler color espectral. Se ob-
cializado de ecografía para determinar cuáles son los pa- tendrán valores de la ACC 2 cm proximales al ensancha-
rámetros más fiables de cada institución 75 . La correlación miento en la zona del bulbo carotídeo. Puesto que las
entre los rangos de velocidad obtenidos por ecografía con velocidades normalmente se reducen de la parte proximal
resultados angiográficos y quirúrgicos es necesaria para a la distal en la ACC y aumentan desde la parte proximal a
disponer de unas exploraciones precisas y reproducibles la distal en la ACI es importante estandarizar los niveles
en un departamento de ecografía 76 . que se utilicen de forma rutinaria para obtener una ratio
La Society of Radiologists in Ultrasound, que aglutina de velocidad ACI/ ACC.
múltiples especialistas medicoquirúrgicos, auspició una
conferencia de consenso en 2002 sobre la ecografía caro- Ecografía Doppler color
tídea con Doppler77 . Además de las guías para realizar e La ecografía Doppler color muestra la información del flu-
interpretar las exploraciones ecográficas de la carótida, jo sanguíneo en tiempo real en toda la imagen o en una
miembros destacados idearon unos criterios de fácil apli- zona seleccionada. A las estructuras estáticas de tejido
cación por los departamentos vasculares (Tabla 25-1) 77. blando, que carecen de fase o desviación de frecuencia de-
Aunque la conferencia no recomendó a los laboratorios tectable, se les asigna un valor de amplitud que se muestra
que contaban ya con cartas de velocidad validadas inter- en formato de escala de grises con la sangre en los vasos

Criterios diagnósticos alternativos para la estimación


de la patología carotídea
Velocidad Velocidad pico Ratio velocidades Ratios velocidades
Diámetro de estenosis
pico sistólica (cm/s) diastólica (cm/s) pico (VACINACC) diastólicas (VACINACC)

0% (normal) <110 <40 <2,0 <2,6


1%-39% (leve) <110 <40 <2.0 <2,6
40%-59% (moderado) <170 <40 <2,0 <2,6
60%-79% (severo) >170 >40 >2,0 >2,6
80%-95% (crítica) >250 >100 >3,7 >5,5
96%-99% Las velocidades demuestran
866 variabilidad y pueden ser bajas
100% (oclusión) No se detecta flujo

Basado en el European Carotid Surgery Tria/s method%gy of measuring residua//umen to outer vesse/ margin, Radiographics 8:487-506, 1988. J Vasc Surg
22 ; 697-703.
superpuesta en color. La desviación media de la frecuencia
de Doppler producida por los hematíes recuerda el pulso a OPTIMIZACIÓN DEL DOPPLER COL())R
través de un volumen de muestra obtenido utilizando un EN LA EVALUACIÓN DE VASOS DE FLUJO
método autocorrelativo o un método de dominio procesa- BAJO
do de tiempo (análisis de movimiento de la mancha) . Las • Utilizar una frecuencia de repetición del
asignaciones de color dependen de la dirección del flujo
pulso baja
sanguíneo respecto al transductor de Doppler. El flujo ha-
• Utilizar un ángulo de Doppler de menos
cia el transductor se muestra de un color y el flujo que se
aleja de otro. Estas asignaciones de color son arbitrarias y de 60°
generalmente se programan de forma que el flujo arterial • Aumentar los parámetros de ganancia
se dibuje en roj o y el venoso en azul. Las sombras profun- • Aumentar el parámetro potencia
das normalmente indican bajas velocidades centradas al- • Disminuir los filtros de pared
rededor de la velocidad cero del color de la línea de base. A • Mayor persistencia
medida que la velocidad aumenta, las sombras comienzan • Mayor tiempo de permanencia
a ser más claras o se asigna un tono distinto de color. Algu-
nos sistemas perm iten mostrar desviaciones de frecuencia
seleccionadas en un color distinto, como el verde. Esta ca-
racterística proporciona una estimación en tiempo real potencia, una reducción del filtro de pared, mayor persis-
de la existencia de flujo de alta velocidad. tencia y aumento del tiempo de exploración para optimi-
También se pueden programar los parámetros de Doppler zar la detección de flujos bajos.
color para generar un artefacto de aliasÍng que se corres- El flujo sanguíneo constituye, de hecho, un medio de
ponda con el máximo flujo de velocidad dentro del vaso contraste asociado al Doppler color o potencia y define la
(ver Figs. 25-16, B; 25-18 Y25-21). Estos jets de alta velo- luz de los vasos permeables. Esto permite la determina-
cidad delimitan áreas para el análisis espectral. Las asig- ción del trayecto verdadero del vaso, facilita la colocación
naciones dependen tanto de las desviaciones de alta fre- del cursor de Doppler y por tanto proporciona una deter-
cuencia medias producidas por el movimiento de los minación de la velocidad más fiable. Además, el Doppler
hematíes como del ángulo theta del Doppler. Si el vaso es color facilita el análisis del Doppler espectral al identificar
tortuoso o profundo, el ángulo theta entre el transductor y con rapidez las zonas con alteración del flujo. Las veloci -
el vaso puede cambiar a lo largo del recorrido del vaso, lo dades máximas en la región y justo distales a una esteno-
que ocasiona un cambio en las asignaciones de color sis se detectan como jets de color con aliasing por alta
que no se debe a cambios en la velocidad de los hematíes. velocidad. El Doppler color facilita colocar el acceso para
Las asignaciones de color en vasos tortuosos se invierten el rango del Doppler pulsado en la región donde existen
cuando su trayecto cambia en relación con el transductor las máximas alteraciones del color para su análisis con
del Doppler, incluso cuando la dirección real del flujo no Doppler espectral pulsado. La existencia de una estenosis
cambia. Las zonas del vaso paralelas al haz del Doppler se puede determinar por los cambios del Doppler color en
cuando el ángulo theta sea de 90° no tienen una desviación la luz vascular y también por la estenosis visible de la luz.
de la frecuencia (es muy pequeña) y no mostrará color. Aunque se puede utilizar el color para determinar la exis-
tencia de una placa hipoecoica, no es correcto su uso para
Parámetros óptimos para evaluación vascular determinar el área de la luz permeable en la proyección
de flujo bajo transversal, ya que el ángulo óptimo para medir el área de
Los estudios con flujo Doppler color deben realizarse con estenosis es de 90° con el eje largo del vaso, que es el peor
parámetros de sensibilidad y flujo óptimos. El flujo en co- ángulo para la imagen con el Doppler color. Se puede re-
lor debe rellenar t oda la luz vascular pero no salirse fuera currir a la evaluación con escala de grises, Doppler poten-
a los tejidos adyacentes. La frecuencia de repetición de cia o imagen en modo B para valorar el diámetro/área de
pulso (FRP) y ritmo de imágenes se situarán para permi- la luz carotídea permeable (ver Fig. 25-12). Cuando la es-
tir una visualización del fenómeno del flujo previsto en un tenosis produce un soplo o thríll, las vibraciones tisulares
vaso. El ritmo de imágenes puede variar en función de la resultantes se pueden apreciar realmente como manchas
anchura del área elegida para la representación del transitorias en los tejido blandos adyacentes, más promi-
Doppler color y de la profundidad de la zona de interés. nentes durante la sístole 79 (Fig. 25-24).
Cuanto mayor sea el área de color, más lento será el ritmo La comparación de la ecografía Doppler color con las
de imágenes. Cuanto mayor sea la profundidad del límite muestra de Doppler dúplex convencional y angiografía ha
posterior de la imagen en color, más lenta será la FRP. La demostrado que ofrece una precisión, sensibilidad y espe-
sensibilidad del Doppler color debe ajustarse para detec- cificidad parecidas 80 . Sin embargo, el Doppler color tiene
tar las velocidades previstas, de forma que si se busca un muchas ventajas, como por ejemplo la reducción del tiem-
flujo lento en una lesión preoclusiva carotídea, se utiliza- po de la exploración al delimitar las zonas de alteración
rán los parámetros de bajo flujo con menores muestras. con el Doppler color para su análisis con Doppler pulsado
Sin embargo, el sistema mostrará alias a velocidades me- espectral. Las ramas de la ACE se detectan con facilidad y 867
nores debido a la reducción de FRP. Además de los cam- permiten su diferenciación de la ACI. La información del
bios en FRP y la optimización del ángulo de Doppler, se flujo en tiempo real proporciona una revisión global de
recomiendan un aumento de ganancia y parámetros de alteraciones de flujo y permite una determinación fiable
nas formas de onda llamativamente abigarradas en el
Doppler. Sin embargo, el aspecto del Doppler color dife-
rencia de forma fi able la naturaleza de los cambios en las
formas de onda. Además, la ausencia de esta inversión de
flujo puede ser anormal y tratarse de un cambio precoz
dentro de la patología arteriosclerótica B1 • La inversión de
flujo que se observa en la región de la bifurcación carotí-
dea es muy distinta de la que se aprecia con el aliasing del
Doppler color. Se aprecian áreas saturadas contiguas de
color rojo y azul en esta separación de flujos de baja velo-
cidad, frente a tonos de color contiguos muy diferentes
que representan las asignaciones de color más altas para
flujos anterógrados y retrógrados.
El flujo helicoidal en la ACC puede ser el indicador in-
directo de una estenosis arterial proximal, pero también
se observa como una variante de la normalidad. La eco-
grafía Doppler color representa de forma gráfica el flujo
helicoidal excéntrico del flujo por encima de la ACC.

Ventajas e inconvenientes
Figura 25-24 Soplo en el Doppler color, Extenso La ecografía con Doppler color ayuda a evitar potenciales
~ soplo en tejido blando en registro de Doppler color errores diagnósticos. Las alteraciones en la fisiología car-
(flechas) que rodea la bifurcación de la arteria ca-
diovascular, lesion es tándem, patología carotídea contrala-
róti da derecha con estenosis del 90 % de la arteria carótida
interna derecha (Ae/). teral, arritmias, cambios postoperatorios y vasos tortuosos
pueden conducir a subestimar o sobrestimar el grado de
estenosis. En tales casos la ecografía Doppler color ofrece
una visualización directa de la luz permeable de una forma
del trayecto del vaso. Además, el Doppler color mejora la análoga a la angiografía B3 • De hecho, a diferencia de la an-
fiabilidad diagnóstica y reproductibilidad de los estudios giografía que sólo muestra la luz del vaso y no la pared del
ecográficos, evitando de ese modo muchos errores diag- vaso, el Doppler color y el Doppler potencia tienen la posi-
nósticos potenciales. bilidad de evaluar la estenosis incluso de forma más com-
El flujo laminar se interrumpe en la región de la bifurca- pleta que la angiografía. Puesto que los patrones de flujo se
ción carotídea donde se produce una inversión transito- muestran con imagen de Doppler color, se pueden distin-
ria normal del flujo opuesta al origen de la ACE (ver Fig. guir claramente las consecuencias hemodinámicas de la
25-19). El Doppler color muestra esta separación normal lesión. El Doppler color y potencia tienen un valor especial
del flujo en una zona de inversión de flujo localizada a lo para descartar pequeños canales residuales de flujo en zo-
c: largo de la pared exterior del bulbo carotídeo, que apare- nas de estenosis carotídea de alto grad o79.BQ,B3.Bs (Fig. 25-25).
'o
'o(,) ce en la sístole precoz o como pico sistólico y persiste du- La ecografía Doppler potencia ofrece la misma ventaja y
rante un periodo variable de la parte diastólica del ciclo
~ cardiaco B1 •B2 • Esta inversión del flujo puede producir algu-
tiene además el potencial teórico de ser más sensible para
detectar flujos de amplitud y velocidad extremadamente
bajos. Por último, el Doppler color y potencia pueden acla-
rar las incongruencias en la imagen de Doppler, mejorando
así la precisión y fiabilidad diagnóstica.
Aunque la ecografía con Do ppler color tiene muchas
ventajas, depende del ángulo, y es propensa a los artefac-
tos, como el aliasing. La resolución espacial del Doppler
color es menor que la escala de grises, y la resolución del
Doppler es inferior al análisis espectral del Doppler pul-
sado. La saturación del Doppler color no puede equipa-
rarse a velocidad 7s • La imagen de color se corrige sólo
para un ángulo determinado, de forma que los cambios
en la saturación de color pueden simplemente reflejar
los cambios en el curso del vaso y el ángulo relativo del
Doppler. Los sistemas de color generalmente computan
la velocidad media para producir el pixelado de color en
la imagen. Sin embargo, el explorador suele estar intere-
868 \J Figura 25-25 Estenosis de alto grado, «signo sado en determinar la máxima velocidad y por ello sigue
" " de la cuerda», en la arteria carótida interna, siendo necesario el an álisis espectral del Doppler pulsa-
Forma de onda tardus-parvus con baja velocidad
do para una cuantificación de una estenosis hemodiná-
en un segmento largo.
micamente significativa.
do en una interfase ecogénica exceden el nivel de corte de
DOPPLER COLOR EN LA EVALAUCIÓN filtro, la información de color puede mostrarse como
DE LA ESTENOSIS CAROTÍDEA áreas donde no existe flujo. Siempre debe realizarse una
VENTAJAS evaluación con Doppler pulsado de una cuerda de poten-
cia o color para confirmar la existencia de flujo real.
• Reducción del tiempo de la exploración
El cribado con Doppler potencia puede suponer un mé-
• Identificación rápida de las zonas de estenosisj
todo preciso y coste-efectivo en pacientes con riesgo de
alta velocidad, que facilita el análisis especfral patología carotídea 89.9o . La imagen en Doppler potencia,
de artefactos utilizada de forma independiente del análisis espectral, se
• Mejor reproductibilidad diagnóstica y completó de forma efectiva en 89 de 100 pacientes. La
fiabilidad sensibilidad para la detección en estenosis del 40% o más
• Distingue oclusión de «signo de la cuerda» con el Doppler potencia llegó al 91 %, con una especifici-
• Información simultánea hemodinámica y dad del 79%. Esto podría ser razonable para una prueba
anatómica e información del flujo sanguíneo de cribado, ya que hace posible que los pacientes con es-
direccional tenosis mayores del 40% sean sometidos a otros análisis
• Mayor precisión para cuantificar estenosis espectrales más costosos. Algunos autores creen que utili-
zar el Doppler potencia, que es poco costoso como méto-
• Clarifica las incoherencias Dopplerlimagen
do de cribado, podría suponer un abordaje más coste-
DESVENTAJAS efectivo del cribado carotídeo mediante Doppler. Además,
• Proclive a dependencia de ángulo el Doppler potencia, además de la imagen en modo B, son
• Menor resolución que con la escala de grises especialmente idóneos para su uso combinado con me-
dios de contraste vasculares que estarán muy difundidos
• Menos el Doppler espectral que el Doppler
en el futuro.
pulsado
• Menos frecuencia de imágenes que el Doppler Errores y ajustes
pulsado Aunque las determinaciones absolutas de velocidad sean
• No se puede clasificar la placa valiosas para establecer el grado de estenosis vascular, es-
tas mediciones son menos fiables en algunos pacientes l .
Las variaciones en la fisiología cardiovascular pueden
afectar las mediciones de la velocidad carotídea 9l ,92, Por
ejemplo, las velocidades producidas por una estenosis en
Ecografía con Doppler potencia
un paciente hipertenso pueden ser más altas que las de
La señal de color en el Doppler potencia se genera a partir
una persona normotensa con una estenosis similar, espe-
del espectro integrado del Doppler potencia. La amplitud
cialmente en el contexto de una presión con amplitud de
de los ecos reflejados determina la luminosidad y tono de
pulso. Por otro lado, una reducción en el gasto cardiaco,
color de la señal de color. Esta amplitud depende de la
reducirá tanto la velocidad sistólica como la diastólica
densidad de los hematíes que fluyen dentro del volumen
de muestra. La ecografía con Doppler potencia utiliza un
rango dinámico mayor con una mejor relación señal-rui-
do (ratio SIR) que la ecografía Doppler color. Puesto que EVALUACIÓN CON DOPPLER POTEN€IA
el Doppler potencia no evalúa frecuencias sino amplitu-
DE LA ESTENOSIS CAROTÍDEA
des (o potencia), no se producen artefactos como el alia-
sing. El Doppler potencia, a diferencia del Doppler color, VENTAJAS
es muy independiente del ángulo. Estos rasgos hacen que • No aliasing
el Doppler potencia sea extremadamente sensible para • Mejora potencialmente la precisión en la
detectar hilos residuales de flujo en la región de una clasificación de la estenosis
sospecha de oclusión carotídea 84 . • Ayuda distinguir las lesiones preoclusivas de
También se ha referido que el Doppler potencia ofrece
las oclusivas
una mejor definición de los bordes que el Doppler color.
• Potencialmente superior definición de la
La combinación de dicha mejoría en la definición del bor-
morfología de la superficie de la placa
de y la relativa independencia del ángulo permite poten-
cialmente una mejor evaluación visual del grado de este- • Mayor sensibilidad para detectar flujo
nosis utilizando Doppler potencia86 • Una mejor definición sanguíneo de baja velocidad y baja amplitud
del contorno también le permitirá al Doppler potencia • Independiente del ángulo
definir más claramente las características de la superficie
de la placa 87 (ver Fig. 25-10, B). DESVENTAJAS
A pesar de los múltiples beneficios potenciales del • No proporciona información sobre dirección o
Doppler potencia, no proporciona información de veloci- velocidad de flujo 869
dad o dirección de fluj 0 88. Además, el Doppler potencia es • Muy sensible al movimiento (mala resolución
muy sensible al movimiento, lo que puede generar una en el tiempo)
pseudo cuerda del flujo. Si las vibraciones del tejido blan-
cle de vídeo, mediante su grabación en el computador, se
CAUSAS DE INCONGRU,ENCIA almacena en registros de hasta 10 segundos de flujo de
IMAGEN /DOPPLER Doppler color para su reproducción en tiempo real o ima-
• Arritmias cardiacas gen a imagen. Esto le permite al médico evaluar el llenado
• Patología valvular cardiaca, mio cardiopatía de todas las partes de la luz del vaso. Las lesiones obs-
tructivas en la carótida pueden afectar a las velocida-
• Estenosis aórtica severa
des en el vaso contralateral. Por ejemplo, una estenosis
• Hipotensión o hipertensión~
u oclusión severa unilateral de la ACl puede ocasionar una
• Lesiones tándem derivación a través del sistema carotídeo contralateral.
• Estenosis carotídea contralateral Este flujo aumentado eleva las mediciones de la velocidad
• Placa no estenótica de forma artificial en el vaso contralateral, especialmente
• Estenosis de alto grado concéntrica y de en zonas de estenosis 94 .97 . A la inversa, una estenosis en la
segmento largo carótida común proximal o arteria innominada puede re-
• Disección carotídea ducir el flujo, con la consiguiente reducción de las medi-
• Lesión preoc1usiva ciones de velocidad en una estenosis que es distal al punto
• Vasos tortuosos de obstrucción (lesión tándem) (Fig. 25-22).
• Placa calcificada, placa hipo ecoica o Las ratios de velocidad que comparan valores de veloci-
anecoica dad en la ACI con las de la ACC ipsilateral ayudan a evitar
• Variantes anatómicas ciertos errores S8 . Es de especial relevancia la ratio pico
sistólico (VPS en ACI VS. VPS en ACC)63.98 y la ratio tele-
diastólica (RTD ACI/ ACCro. Grant y cols. mostraron que
las ratios VPS ACI/ACC eran comparables por su precisión
(Fig. 25-26). Las arritmias cardiacas, lesiones de la vál- a la precisión de los valores de VPS para determinar el
vula aórtica y miocardiopatías severas pueden ocasionar grado de estenosis de la ACI 67. Aunque la velocidad pico
aberraciones importantes en el perfil de la forma de onda sistólica y ratio de velocidad pico sistólica de ACI/ACC han
carotídea y en consecuencia alterar las lecturas de veloci- demostrado unas sensibilidades y especificidades relati-
dad sistólica y diastólica (Fig. 25-27). La utilización de un vamente comparables, en ocasiones la ratio de velocidad
balón de contrapulsación intraaórtico también distor- identificará mejor el grado de estenosis y la velocidad ab-
siona el espectro de velocidad el Doppler (Fig. 25-28). Estas soluta. Las ratios de velocidad deben utilizarse siempre
alteraciones pueden invalidar el uso de parámetros del cuando se detecten velocidades altas o bajas de ACC o una
Doppler para cuantificar estenosis. La bradicardia, por asimetría importante de las velocidades de la ACC. Las es-
ejemplo, produce un volumen sistólico aumentado, que tenosis de segmentos largos y de alto grado no muestran
hace que aumentan las velocidades sistólicas, mientras el grado esperado de elevación de velocidad de la ACI. En
que la prolongación del declive diastólico ocasiona va- dichas situaciones, la ratio de velocidad junto con el as-
lores diastólicos falsamente decrecientes. Los pacientes pecto del Doppler potencia/color/escala de grises pro-
con una estenosis aórtica crítica severa aislada pueden porcionarán información sobre el grado real de estenosis.
s:: Como ya se comentó en relación con el ensanchamiento
'o mostrar alteraciones con formas de onda dobles, con
'ü tiempo de aceleración prolongado, menos pico de veloci- espectral, el Doppler color y potencia son muy valiosos
(.)

dad, ascenso diferido y formas de onda redondeadas 93 . Sin


Q)
en para evitar errores relacionados con trazados espectrales
embargo, las estenosis aórticas leves-moderadas nor- fallidos de Doppler.
malmente no cursan con alteraciones ecográficas (o son Aunque las estenosis de alto grado normalmente oca-
pequeñas). Las arterias carótidas tortuosas o acodadas sionan una velocidad alta en la región de una placa y distal
pueden ser secundarias a cambios congénitos o adquiri- a ella, las lesiones en tándem pueden reducir las des-
dos de la arteria carótida. La importancia clínica es con- viaciones previstas de velocidad y ser el origen de una
trovertida, pero la tortuosidad vascular con frecuencia forma de onda atípica de alta resistencia en la ACI (ver Fig.
tiene como consecuencia jets excéntricos con flujos de al- 25-22). Se debe explorar los vasos llegando hasta una po-
ta velocidad en ausencia de una estenosis importante 94 sición tan alta como sea posible para evitar que se pase
(Fig. 25-29) A la inversa, si el bulbo carotídeo es amplio, por alto una lesión tándem distal. El flujo inmediatamente
una gran placa que podría ser potencialmente peligrosa distal a una estenosis de más del 95% muestra con fre-
no producirá los aumentos previstos de la velocidad. La cuencia una forma de onda tardus-parvus de muy baja
relativa diferencia en el área entre la ACC distal y la luz velocidad, frente a las previsibles velocidades elevadas en
residual permeable de un bulbo amplio no será suficiente las estenosis de alto grado (ver Fig. 25-25). Las estenosis
para ocasionar un cambio del 50% en la velocidad. Algu- vasculares de alto grado, especialmente aquellas de na-
nos autores se refieren a esta circunstancia como la placa turaleza perimétrica, pueden producirse a lo largo de un
(homogéneos) no estenótica (Fig. 25-30). Con frecuen- segmento largo del vaso y ocasionar unas formas de onda
870 cia un desequilibrio entre la imagen/desequilibrio amortiguadas sin desviación de frecuencia de alta veloci-
Doppler alerta al explorador sobre potenciales errores. dad. Aunque no presentan unas elevaciones de velocidad
Se puede utilizar el Doppler color para resolver los dile- definidas en dichas estenosis largas y perimétricas, será
mas diagnósticos en estas situaciones, especialmente evidente un ensanchamiento espectral y un flujo distal al-
cuando exista la posibilidad de un «bucle de vídeo». El bu- terado. Además, las estenosis fusiformes suelen detectar-
~
o
"5
:!:
C.
I'CI
O

Figura 25-26 Importancia de la ratio de las arterias carótida interna/carótida común (ACI/ACC). A, Aumento
~ de velocidad de la ACI y ACC en un paciente con hipertensión. La velocidad pico sistólica de la ACI (VPS) es de
166 cm/ s, velocidad telediastólica (VTD) de 79 cm/s. Las velocidades en la ACC: VPS = 96 cm/s, VTD = 36 cm/s,
ratio de velocidades ACI/ACC (RVS) es de 1,7 Y ratio de velocidades diastólicas (RVD) de 2,2, compatible con una esteno-
sis con un grado menor del 50% . B, Velocidades bajas en la ACI izquierda. VPS = 67 cm/s; VTD = 23 cm/s. C, En la ACC
izquierda, VPS = 23 c m/ s; VTD = 8 cm/s, RVS de 2,9 y RVD de 2 ,9 que se corresponde con una estenosis del 50%-69% en
un paciente con m iocardiopatía.

se con imagen en tiempo real, especialmente si se utiliza Doppler, la FRP, sea demasiado baja. Un ejemplo visual
Doppler color. Las oclusiones de la arteria innominada típico de aliasing se observa en las películas del oeste,
pueden cursar con formas de onda tardus-parvus e inclu- con una aparente inversión del giro de los radios de las
so patrones de robo de subclavia similares a los que se ruedas de la diligencia cuando el giro de las ruedas exce-
871
observan en la arteria vertebral (Fig. 25-31). de el ritmo de imágenes de la película. La máxima des-
Otra fuente de error en el análisis del Doppler pulsado viación de frecuencia detectable no puede ser mayor que
es el aliasing, debido a la imposibilidad de detectar un la mitad de la FRP. Con el aliasing los extremos del espec-
pico sistólico real porque la tasa de muestreo del tro de la velocidad de tiempo (que representa velocida-
Figura 25-27 Formas de onda anormales secunda-
rias a cardiopatía. A, Paciente con una patología de
válvula aórtica y fibrilación auricular que muestra un
ritmo irregular en el Doppler pulsado con velocidades variables
y un ascenso sistólico diferido compatible con una estenosis
. aórtica. B, Forma de onda de Doppler pulsado en un paciente
con una estenosis de la arteria carótida interna (ACI) del 80%-
99% combinada con una estenosis/insuficiencia aórtica que
muestra una clara disparidad en las velocidades pico sistólico
y telediastólica debido a una insuficiencia aórtica severa. e,
Forma de onda de Doppler de la arteria carótida común (ACC)
en un paciente con insuficiencia aórtica. Obsérvese la inversión
del flujo en diástole.

c: des altas) se recortan y engloban alrededor y aparecen


'o
'(3 por debajo de la línea de base (Fig. 25-32). Si se produce
u
CI)
en el aliasing, se utilizarán sondas de onda continua con
el Doppler dúplex para objetivar de forma fiable la des-
viación de velocidad pico real. El aliasing también puede
aumentarse o reducirse aumentando el ángulo theta
(el ángulo de insonación del Doppler), reduciendo de es-
te modo la desviación del Doppler detectada o reducien-
do la frecuencia del haz sónico de insonación. Al aumen-
tar la FRP también aumenta la desviación de frecuencia
detectable, pero el aumento de la FRP está limitado por
la profundidad del vaso y también por el centro de fre-
cuencia del transductor 30,6o, También se puede desviar
la línea de cero y reasignar un rango mayor de velocida-
des para el flujo anterógrado para compensar el aliasing,
También es válido añadir valores de velocidad por en-
cima y por debajo de la línea basal para obtener un
Figura 25-28 Forma de onda de Doppler anor-
t..- ~ mal en relación con un balón de contrapulsación
valor de velocidad preciso, siempre que no se produzcan
~ intraaórtico. Trazado de Doppler pulsado de la ACI múltiples envolventes, como en el caso de velocidades
(arteria carótida interna) que muestra el efecto de un balón de extremadamente elevadas, El aliasing puede ser útil en
872 contrapulsación aórtico sobre las formas de onda carotí- ocasiones para la interpretación de imagen del Doppler
deas. El inflado del dispositivo en sístole (flecha) produce un color, cuando el aliasing del Doppler color permite de-
segundo pico sistólico, mientras que la deflación produce un terminar la gravedad de las alteraciones del flujo y defi-
flujo invertido (cabeza de flecha) en la telediástole. nir la luz permeable,
t/J
CI)
mCI)
e
E
o
E
><CI)
t/J
CI)

E
.Q
~
CI)
o
t/J
ot/J
~
10
C'I
Figura 25-29 Flujo de Doppler anormal debido a vaso tortuoso. A, Arteria carótida común tortuosa (ACC) que o
~ muestra unos jets excéntricos en el Doppler color (flecha). B, Velocidad falsamente elevada debida al jet excéntri- "3
,~
co en la ACC proximal tortuosa sin estenosis visible. c.
m
O

Figura 25-30 Placa homogénea con estenosis me-


~ nor del 50%. A, Imagen transversal en escala de gri-
ses del bulbo carotídeo derecho que muestra una es-
tenosis moderada con una placa homogénea. B, Doppler color
que muestra una moderada estenosis. e, En el análisis del
Doppler espectral no se aprecia el correspondiente aumento en
873
la velocidad sistólica en la zona de la estenosis (88 ,7 cm/s).
Esta estenosis es menor del 50 % en un paciente con un bulbo
carotídeo amplio.
la intervención sobre estos pacientes es especialmente
importante.
La oclusión carotídea se diagnostica cuando no se de-
tecta flujo en el vaso. En ocasiones, las pulsaciones trans-
mitidas dentro de una ACI ocluida pueden simular un flu-
jo anormal en un vaso permeable. El cursor del Doppler
pulsado debe ubicarse con nitidez en la luz de la ACI y
debe identificarse el flujo pulsátil arterial. Se prestará una
especial atención a la dirección del flujo y naturaleza de
las pulsaciones. El muestreo del centro verdadero del
flujo debe documentarse mediante un barrido transver-
sal y el volumen de muestra se reducirá de tamaño todo lo
posible. Las pulsaciones ajenas pocas veces se transmiten
al centro del tromb0 61 .
A medida que la estenosis de alto grado se acerca a la oclu-
sión, el jet de alta velocidad se reduce hasta convertirse en
un simple goteo. Puede resultar difícil localizar un pequeño
hilo residual de flujo dentro de una luz ampliamente ocluida
utilizando sólo la imagen en escala de grises, especialmente
si la placa adyacente o trombo es anecoico (lo que hace que
la luz residual sea invisible durante la exploración en tiem-
po real) o cuando la placa calcificada enmascara la visualiza-
ción. En estenosis críticas de alto grado (>95%), los paráme-
tros de Doppler color con una sensibilidad estándar no
Figura 25-31 Velocidad anormal en la arteria ca- podrán mostrar un hilo de flujo residual. Por todo lo dicho
......- ~
rótida común debido a una estenosis de la arte- es prudente utilizar unos parámetros de sensibilidad de flu-
~ ria innominada. Velocidades de la ACC derecha jo lento en el Doppler color para discriminar entre estenosis
bajas con una forma de onda de pre-robo en una ubicación críticas y oclusiones80,83. Como alternativa, la ecografía
distal a una estenosis severa de la arteria innominada.
Doppler potencia (con su mayor sensibilidad para detectar
señales de baja amplitud y baja velocidad) se puede utilizar
para visualizar una cuerda residual de flujo sanguíneo
Oclusión de la arteria carótida interna (Fig. 25-33). El Doppler color ofrece una precisión del 95%-
Distinguir entre un signo de la cuerda y una arteria ca- 98% para diferenciar estenosis de alto grado de oclusión
rótida totalmente ocluida tiene una enorme relevancia completa en la angiografía cuando se utilizan unos paráme-
clínica. Grubb y cols. 99 mostraron que las lesiones preoclu- tros técnicos adecuadosloo.lo2.
sivas suponían un riesgo anual del 5% de ictus. Por tanto, Se puede determinar la existencia de una estenosis de la
ACI de alto grado u oclusión a partir de la inspección de la
forma de onda de la ACC ipsilateral con el Doppler pulsa-
do o imagen de Doppler colorjpotencia (ver Fig. 25-31).
Las formas de onda del Doppler pulsado en la ACC ipsila-
teral y ACI proximal a la lesión con frecuencia muestran
una señal de alta resistencia y asimétrica con reducción,
ausencia o inversión del flujo diastólico, excepto cuando
existen colaterales de la ACE en la circulación intracra-
neal (Fig. 25-34). La principal ruta colateral intracranealj
extracraneal se observa entre las arterias orbitaria y oftál-
mica. Otras rutas colaterales son la rama occipital de la
ACE a la arteria vertebral y las ramas cervicales que emer-
gen del arco con la arteria vertebral. Igualmente, las imá-
genes de Doppler color o potencia pueden mostrar un
flash de flujo de color en sístole, pero un sutil descenso o
ausencia de flujo color en diástole, asimétrico comparado
con el lado opuesto. El diagnóstico de oclusión carotídea
frente al signo de la cuerda se realiza de forma más preci-
sa con el Doppler color o potencia que con el dúplex en
Figura 25-32 Aliasing de la forma de onda de escala de grises y puede evitar la necesidad de una angio-
874 ......_ Doppler en una zona de estenosis de alto grado
~
grafía para confirmar ecográficamente una oclusión de la
~ (80%-95%); ACI, arteria carótida interna. Las velo-
ACI diagnosticada por ecografía100,lOl.
cidades más altas se enmarcan (flecha) y muestran debajo
de la línea de base de velocidad cero. Otro error diagnóstico que se produce en una ACI total-
mente ocluida es confundir una ACE permeable (o una
de sus ramas) con la ACI. La situación es especialmente
OCLUSIÓN DE LA AR'FERIA confusa cuando se abren colaterales de ACEj ACI en res-
CARÓTIDA INTERNA: HALLAZGOS puesta a una patología de larga evolución de la ACI y la
ECO GRÁFICOS ACE y adquieren una forma de onda de baja resistencia
(internalización) (Fig. 25-35). Una técnica que puede ayu-
• «Internalización» de la forma de onda de la
dar a identificar la ACE es el barrido en el origen del vaso
arteria carótida externa ipsilateral
al tiempo que se presiona suavemente la arteria temporal.
• Ausencia de flujo en la arteria carótida La percusión sobre la arteria temporal superficial con fre-
interna (ACI) por Doppler color, Doppler cuencia se acompaña de una distorsión en diente de sie-
potencia o Doppler pulsado rra de la forma de onda en el Doppler de la ACE (80 % de
• Inversión del flujo en el segmento de la ACI las ACE percutidas en un estudio 102 , ver Fig, 25-4, B) . Sin
o arteria carótida común (ACe) proximal al embargo, esta maniobra debe utilizarse con precaución,
segmento ocluido ya que el toque temporal también se puede apreciar en la
• Trombo o placa que rellena por completo la ACC y ACI, aunque con menor frecuencia (54% y 33 % res-
luz de la ACI en escala de grises, Doppler pectivamente) que en la ACp03. Las ramas vasculares son
color o Doppler potencia un hecho diferencial de la ACE, que también se pueden
• Forma de onda amortiguada de alta explorar para diferenciar estos vasos de la ACI. La ecogra-
fía Doppler color puede facilitar la identificación de las
resistencia en la ACC ipsilateral oACI
ramas vasculares (ver Fig. 25-4, A). Normalmente la com-
proximal
binación de tamaño vascular, forma de onda, presencia de
• La ACC puede mostrar velocidades ramas y la respuesta a la percusión temporal permite
significativamente más elevadas que la ACC identificar correctamente la ACE.
ipsilateral Aunque la propagación distal del trombo se produce ca-
si invariablemente después de una oclusión de la ACI, la

Figura 25-33 Oclusión casi completa y oclusión total de la arteria carótida interna. A, Goteo preoclusivo en 875
~ una ACI izquierda. B, Placa heterogénea hipoecoica con la luz de la ACI totalmente ocluida. En esta imagen de
I Doppler color no se aprecia flujo en la ACI. e, Imagen de Doppler color que muestra ausencia de flujo en un pa-
ciente con oclusión de la ACI.
ca
o
'C
....'C
,el)

el)
Q.
110..
ca
'5
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1/)
ca
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>-
ca
"C
~
'o
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ca
o
ca
'C
~ca
u;
ca
le: Figura 25-34 Oclusión de la arteria carótida interna, A, Oclusión completa de la ACI izquierda que muestra una
! ~ forma de onda dentada compatible con una oclusión. B, Arteria carótida externa derecha proximal (ACE) que
g muestra una forma de onda de baja resistencia compatible con colaterales a la circulación intracraneal y una velo-
Q. cidad aumentada por estenosis. TAP , toque de arteria temporal.
1/)

~ca oclusión de la ACC es más localizada. El flujo puede man- CET, ECST y ACAS4,S,106. El tema de los valores que deben
Q. tenerse en la ACE y ACI, pero se tiene que invertir en uno utilizarse para un estudio ecográfico carotídeo depende de
1/)
de los dos vasos. La ecografía es el método preferido para la intención de la exploración. ¿Cuál es el objeto del estu-
.!!!
el) evaluar la conservación del flujo alrededor de la bifurca- dio? Si la exploración es un cribado: ¿estamos evaluando
"C ción carotídea después de la oclusión de la ACC proximal. todos los pacientes o solamente a pacientes sintomáticos?
ca Casi siempre el flujo retrógrado en la ACE sustituye el flu- Si estamos intentando seleccionar a pacientes para cirugía
~ jo anterógrado en la ACI ipsilateral; en ocasiones puede en base sólo a los hallazgos ecográficos, un conjunto dis-
O
C)
observarse el patrón de flujo opuest0 61 ,104,lOS (Fig. 25--36). tinto de variables producirán unos resultados también dis-
O tintos, El propósito de la exploración carotídea y la pobla-
W
Estrategias preoperatorias para pacientes con ción de pacientes cribados tendrán impacto sobre la
patología de arteria carotídea selección de umbrales de velocidad, Por ejemplo, será me-
e El diagnóstico diferencial de la patología carotídea está
'o jor cribar a los pacientes asintomáticos de alto riesgo con
.C)
(J evolucionando como respuesta a los resultados de la NAS- umbrales de alta velocidad para una mayor especificidad,
C1)
(JJ mientras que en pacientes sintomáticos que es más proba-
ble que se sometan a cirugía como tratamiento óptimo se
elegirán umbrales más bajos y de mayor sensibilidad.
Aunque muchos siguen considerando la angiografía co-
mo el estándar, sus críticos citan la variabilidad intraob-
servador y la frecuente subestimación del grado de este-
nosis10 7 • La comparación de las estimaciones angiográficas
y ecográficas revela una correlación quirúrgica más estre-
cha con las mediciones ecográficas 1, La ecografía carotí-
dea ha demostrado una alta precisión para detectar este-
nosis de alto grado y también para diferenciar estenosis
crítica de oclusiones, especialmente desde la introducción
del Doppler potencia y color, La ARM demuestra actual-
mente una precisión parecida a la ecografía y la angiogra-
fía para la detección y cuantificación de estenosis caro tí-
deas, Igual que la ecografía, la ARM permite definir la
morfología de la placa, pero además evalúa la circulación
876 intracraneal. La ARM será útil en situaciones donde la pla-
Figura 25-35 Oclusión crónica. Oclusión de la ca cálcica enmascare la luz carotídea subyacente para la
~ arteria carótida interna de larga evolución que se insonación.
acompaña de una forma de onda de baja resisten-
cia en la arteria carótida externa, Muchos investigadores proponen actualmente sustituir
la angiografía preoperatoria por una combinación de eco-
grafía y ARM carotídea. Recomiendan utilizar la angiogra- Ecografía postoperatoria
fía solamente en casos donde la ARM y ecografía carotídea La arteria carotídea endarterectomizada muestra va-
ofrezcan resultados discordantes o estos sean inadecua- rios hallazgos característicos1l 7.U8 (Fig. 25-37). Suele apre-
dOS108-110. Otros estudios apoyan el uso de la ecografía ca- ciarse una discreta cuña entre un complejo I-M normal y
rotídea de forma aislada antes de la endarterectomía 109 -llS . la superficie endarterectomizada, y también se observan
Numerosos estudios demuestran que más del 90% de los las suturas ecogénicas separadas a intervalos periódicos.
candidatos quirúrgicos pueden ser cribados de forma Se ha visto que el complejo I-M ausente vuelve a crecer.
adecuada a partir de una evaluación clínica y la ecografía Aunque no se recomienda el seguimiento postoperatorio
únicamente. Sin embargo, en casos de sospecha de patolo- rutinario en pacientes asintomáticos, en un estudio se de-
gía proximal del arco aórtico o en casos de sospecha de mostró que aproximadamente el 6% de los pacientes con
oclusión completa, algunos especialistas siguen recomen- EAC presentaban colgajos carotídeos, estenosis residua-
dando una angiografía preoperatoria. les entre moderadas y severas o ACE ocluidas l19 . Dos de
Randoux y cols.ll6 refirieron una fuerte correlación en- estos pacientes con alteraciones postoperatorias en la
tre la angiografía-TC, la RM con gadolinio y la angiografía ecografía experimentaron un ictus postoperatorio. Los
convencional para la estimación de la estenosis carotídea. pacientes sin alteraciones postoperatorias no tendrán se-
Cuando la ARM está contraindicada, la angioTC debería cuelas perioperatorias ni la necesidad de nuevos procedi-
ser la modalidad de imagen no invasiva preoperatoria al- mientos. Los pacientes con estenosis preoperatorias ma-
ternativa. yores del 75% tienen mayor riesgo de estenosis residual.

Figura 25-36 Oclusión de la arteria carótida común (ACC) que ocasiona una forma de onda anormal en la )
~ arteria carótida interna (ACI). A, Forma de onda anterógrada tardus-parvus en la ACI distal a la oclusión de la
ACC. B, Flujo arterial retrógrado en la carótida externa (ACE) con forma de onda tardus-parvus debido a flujo co-
lateral de la ACE para perfundir la ACI distal ipsilateral a la oclusión de la ACC. C, Imagen de Doppler color que muestra 877
flujo anterógrado en la ACE (E) con una rama de la ACE (flecha) y flujo retrógrado en la ACE (1); J, vena yugular interna. D,
Imagen de Doppler espectral que muestra flujo retrógrado de alta resistencia en la ACI derecha. E, Flujo anterógrado en la
ACE derecha distal a la oclusión de la ACC.
Figura 25-37 Aspecto post-endarterectomía
~ (EAC). A, Cambios normales post-EAC con un par-
che venoso (flechas). B, Cuña anormal por placa!
trombo residual/recurrente en un paciente que vuelve a pre-
sentar síntomas después de una EAC. C, Suturas post-EAC
con un colgajo de la íntima en la luz.

La ecografía parece útil en la población de pacientes sin- cación de la placa en la selección del paciente sigue siendo
tomáticos, pero su papel entre los que están asintomáti- discutido, parece más importante para evaluar la vulne-
cos es más controvertid0 12O • rabilidad de la placa, por su importancia como etiología
del ictus. La placa vulnerable parece correlacionarse con
Stents carotídeos y revascularización el tipo 1 o 2 de placa ecolucente o heterogénea. El tipo de
El stent de arteria carotídea transluminal y percutáneo placa se asocia con hemorragia intraplaca y se piensa que
(SAC) asociado a la angioplastia carotídea se está exten- tiene un fuerte potencial embolígeno. Utilizando la eco-
diendo y se ha convertido en una forma habitual de revas- grafía intravascular (ElV), Diethrich y cols. 124 demostra-
cularización carotídea. Entre los años 1998 y 2004, la in- ron una fuerte correlación entre la clasificación de la pla-
cidencia de EAC disminuyó un 17%, mientras que la ca por EIV y la propia exploración histológica después de
incidencia de SAC subió un 149%l21. Diversos estudios la endarterectomía. Considerando la precisión de la carac-
refirieron que el SAC era equivalente en seguridad y efica- terización eco gráfica, cuando se identifica una hemorra-
cia incluso en pacientes con mayor riesgo quirúrgico 122 ; gia intraplaca o una placa vulnerable, será preferible una
sin embargo se trata de un tema controvertido. Es esen- EAC a un SAC como método de revascularización cuando
cial una cuidadosa selección de los pacientes para que se se pretende reducir el riesgo de complicaciones embolí-
den los beneficios potenciales de la revascularización ca- genas. Sin embargo, Reiter y cols. 125 fueron incapaces de
rotídea. La ecografía será útil para: 1) evaluar la existencia utilizar la ecolucencia de la placa como criterio para de-
y gravedad de la estenosis, 2) caracterizar la bifurcación tectar los que tienen un mayor riesgo de eventos neuroló-
carotídea, y 3) evaluar variaciones anatómicas, tortuosi- gicos post-SAC y por ello no recomendaron este plantea-
dades del vaso y placas de calcificación antes de la im- miento para la estratificación del riesgo. El uso de la
plantación del stent (Fig. 25-38). clasificación de la placa para determinar el tipo de inter-
El papel de la ecografía para la selección del paciente vención terapéutica necesita más estudios.
también es controvertido. Es cierto que la precisión de la
ecografía dúplex para la clasificación de las estenosis limi- Gradación de la reestenosis carotídea intrastent
878 tantes de flujo está bien documentada, con una sensibili- La ecografía permite una evaluación precisa del stent im-
dad del 94% y especificidad del 92%, y es universalmente plantado dentro de los vasos carotídeos 126 . Los stents ca-
aceptado que es un importante criterio para la selección rotídeos se pueden visualizar de forma fiable mediante
de pacientes 123 • Sin embargo, aunque el papel de la clasifi- ecografía, que permite evaluar la patología antes, durante
y después del stent. La tasa de reestenosis post-SAC se ha fiable las arterias carótidas normales en la arteriografía
referido que es de.l 1,9%_16%126-129. Los criterios de velo- después de SAC. También refirieron que las velocidades
cidad para la gradación de las estenosis en el stent no son post-SAC no siempre se correlacionaban con las tablas de ti)
Q)
los misffip's que para las estenosis sobre arterias nati- estenosis limitantes de flujo preestenótico y que las velo-
vas 130. Algunos investigadores han mostrado que las velo- cidades parecían ser desproporcionadamente elevadas en
1ii
Q)

cidades a lo largo del stent son habitualmente más altas los vasos leve o moderadamente reestenosados. Las velo- e
que las de los vasos sin stent. Las elevaciones de la veloci- cidades desproporcionadamente elevadas próximas al
E
o
dad en el rango de 12 5-140 cmls son muy comunes en stent pueden ser secundarias a varios factores: cambios E
stents totalmente permeables. Además, se puede apreciar
normalmente un aumento de la velocidad en 'la ACI distal
en la distensibilidad de la pared vascular y cortocircuito
del flujo sanguíneo lejos de la ACE. También la técnica uti-
¡
ti)
Q)
más allá del stent implantado. Lo cierto es que si se obser- lizada en muchos estudios clínicos, que requiere una es-
van pequeños incrementos en la velocidad dentro de un tricta adherencia a la técnica del ángulo theta de 60° du- E
stent que parece totalmente permeable con el Doppler rante la exploración Doppler, puede suponer sistemáticos
.c
aumentos de la velocidad. Como tal, se sugirió que debían
!Q)
potencia o color, es poco probable que exista una esteno-
sis significativa o que requiera nueva evaluación o inter- confeccionarse nuevas tablas y validarlas para el segui-
o
ti)
vención. miento de los pacientes con SAC. Se han hecho múltiples oti)
Fleming y cols.126 y Chahwan y cols. 131 demostraron que propuestas para la gradación de los parámetros post-
la ecografía Doppler normal permitía identificar de forma SAC132-136 (Tabla 25-3) ~
Il)
C\I
o
'3
~
a.
C'O
o

Figura 25-38 Stent carotídeo. A, Stent carotídeo derecho normal (flecha) que muestra relleno normal en la explo- 879
~ ración con Doppler color. B, Imagen transversal del stent carotídeo (flecha) en el bulbo carotídeo que muestra una
placa reSidual (cabeza de flecha) en la luz. C y D, Stent carotídeo izquierdo que muestra un visible estrechamiento
en el Doppler color (C) y velocidades elevadas (D) compatibles con una estenosis mayor del 70% utilizando criterios de
velocidad carotídea estándar.
C'O
(.)
'c
....'c
'G)

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...c.
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G)
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....,~
f!
C)
O
(.)
W
\J Figura 25-39 Displasia fibromuscular, A, Imagen de Doppler
~ color longitudinal de la porción media y distal de la carótida inter-
e na (ACI) que muestra una elevación de la velocidad e importante
'0
'0 estenosis. B, La misma parte proximal del paciente de la ACI muestra que
(.)
Q) no existe estenosis. e, Angiografía que muestra el aspecto típico de la
en displasia fibromuscular en la ACI media y distal. Obsérvese el aspecto de
collar debido a bandas focales (flecha) de tejido engrosado que estrechan
la luz.

sección carotídea o unos eventos trombóticos posteriores


r-:-; , PATOLOGíA CAROTíOEA NO . (Fig. 25-39). La arteritis como consecuencia de procesos
.G......... .
"-
ARTERIOSCLERÓTICA , autoinmunes (síndrome de Takayasu, arteritis de la tem-
poral) o cambios por radioterapia puede producir un en-
La patología carotídea no arteriosclerótica es mucho me- grosamiento difuso concéntrico de las paredes carotídeas
nos frecuente que la placa de ateroma. La displasia fibro- y suelen afectar a la ACC139 (Fig. 25-40).
muscular (DFM) es un proceso no inflamatorio que cursa El traumatismo cervical puede ser causa de diseccio -
con hipertrofia de las capas muscular y fibrosa de la pared nes carotídeas o aneurismas. La disección de la arteria
arterial separadas por zonas anormales de fragmentación carótida se debe a una fisura de la íntima que permite
y afecta a la ACI media y distal con mayor frecuencia que a que la sangre diseque la pared de la arteria y produce una
otros segmentos de la carótida. Se ha descrito como as- falsa luz. La falsa luz puede ocluir o estrechar la luz verda-
pecto típico de «collar» en las angiografías. Son pocas las dera y producir unos síntomas similares a los que se ob-
880 publicaciones que describen los signos eco gráficos de la servan con la placa. Las disecciones pueden producirse de
DFM137·138. Muchos pacientes con DFM muestran unas al- forma espontánea o secundaria a trauma o patología in-
teraciones inespecíficas y poco evidentes en la ecografía. trínseca por degeneración del tejido elástico (síndrome
La DFM puede cursar sin síntomas o desarrollar una di- de Marfan) o también puede .estar relacionada con una
Gradaci6n de la estenosis de arteria carotídea
Estudios Grado de estenosis VPS (cm/s) VTD (cm/s) Ratio de VPS ACI/ACC

Setacci y cols.132 <30% ~ 104


30%-50% 105-174
50%-70% 175-299
~ 70% ~ 300 ~ 140 ~3 ,8

Zhou y COIS . '33 >70% >300 >90 >4


Lal y COIS. '34 ~ 20% ~ 150 >2,15
~50% ~ 220 ~2 , 7
~ 80 % >340 ~4 , 15

Armstrong y cols Ys >50% >150 >2


>75% >300 >125 >4
Chi y COIS . ' 36 ~50 % 240 2,45
~ 70 % 450 4,3

Modificado de Fleming y cols."6 y Chahwan y cols.'"


vro,
VPS, pico sistólico de velocidad, velocidad telediastólica; ACI/ACC carótidas interna/común

patología arterios clerótica con formación de placa 1s. La teraciones en escala de grises en el contexto de claras al-
exploración ecográfica de una disección carotídea puede teraciones del flujo (Fig. 25-41).
revelar un colgaj o de la íntima móvil o fijo, con o sin for- La ecografía con Doppler color o potencia puede clarifi-
mación de trombo. Con frecuencia existe un llamativo car el origen de este desequilibrio al demostrar un abrup-
desequilibrio entre la imagenjDoppler y la escasez de al- to afilamiento del relleno de la luz vascular hasta llegar a

Figura 25-40 Estenosis de larga evolución en la


"""_ ~ arteria carótida común (ACC) secundaria a una
~ arteritis de Takayasu. A, Imagen de Doppler po-
tencia de la ACC izquierda que muestra una estenosis de
larga evolución de segmento largo por unas paredes arte-
riales muy engrosadas. B, Imagen de Doppler potencia de 881
la ACC derecha en el mismo paciente que muestra un estre-
chamiento concéntrico similar (flechas). C, Forma de onda
de Doppler espectral derecha que muestra una discreta
forma de onda tardus-parvus.
~ Figura 25-41 Disección de la arteria carótida. A, Forma de onda anormal (flecha) en el origen de la arteria
~ carótida interna derecha (Ael) sin evidencia de flujo distal a ese punto (flecha curva). B, Evaluación en escala de
grises del vaso en la zona de la oclusión que muestra solamente una estructura ecogénica lineal y pequeña
(flecha) sin evidencia de una estrechez arteriosclerótica significativa. e, Angiografía correspondiente que nuestra el típi-
co afilamiento hasta llegar a la oclusión (flecha) asociado a la disección de la arteria carotídea y oclusión trombótica.
Imágenes D, transversal y E, longitudinal de otro paciente con un colgajo de la íntima (flecha) en la arteria carótida ex-
terna; 1; arteria carótida interna.

la oclusión de la ACI, de modo similar a los hallazgos an- disección como causa de síntomas neurológicos, especial-
giográficos. Aunque la ACI con frecuencia está ocluida, mente cuando la presentación clínica, edad y anteceden-
mostrando una ausencia de formas de onda de alta resis- tes personales sean atípicos de patología arteriosclerótica
tencia en la ACC proximal ipsilateral, el flujo en la ACI pue- o ictus hemorrágico.
de presentar altas velocidades asociadas al estrechamien- Los aneurismas de la ACC más frecuentes se observan
to luminal secundario a hemorragia o trombo en la zona en la zona de la bifurcación carotídea. Estos aneurismas
de la falsa luz. Como corresponde, las formas de onda de pueden ser consecuencia de arteriosclerosis, infección,
la velocidad de flujo en la ACC pueden ser normales o trauma, cirugía o etiología infecciosa, como la sífilis. La ACC
mostrar unas formas de onda de alta resistencia y extre- normal no suele medir más de 1 cm de diámetro. Los tu-
madamente amortiguadas. La ARM, otra modalidad de mores del cuerpo carotídeo, una de las múltiples patolo-
imagen no invasiva, puede mostrar de forma fiable el he- gías que afectan cabeza y cuello, suelen ser masas benignas,
matoma que confirma el diagnóstico de disección de la bien encapsuladas y localizadas en la bifurcación carotídea.
ACI. Aunque con frecuencia se utilice la angiografía ini- Estos tumores pueden ser bilaterales, especialmente en su
cialmente para diagnosticar una disección, la ecografía variante familiar, muy vascularizados y con frecuencia pro-
permite hacer el seguimiento de estos pacientes evaluan- ducen un soplo audible. Alguno de estos tumores produce
do la respuesta terapéutica a la anticoagulación. Una ex- catecolaminas, que provocan bruscos cambios en la tensión
882 ploración eco gráfica repetida de los pacientes con disec- arterial durante la cirugía. La ecografía con Doppler color
ción de la ACI después de la anticoagulación revela la muestra una masa de tejido blando extremadamente vas-
recanalización de la arteria hasta en el 70% de los ca- cularizada en la bifurcación carotídea (Fig. 25-42). El
SOSI40. 142 . Es importante tener en cuenta el diagnóstico de Doppler color también es útil para monitorizar la emboli-
~ Figura 25- 2 Tumor en el cuerpo carotídeo. A, Imagen transversal de la bifurcación carotídea que muestra una
~ masa (flechas) que estenosa las arterias carótida interna (ACI) y externa (ACE). B, Trazado de Doppler pulsado del
tumor del cuerpo carotídeo que muestra la típica forma de onda de baja resistencia del shunt arteriovenoso.

zación o resección quirúrgica de los tumores del cuerpo


carotídeo. Una típica no-masa es una ACC proximal/inno- o
'~.
ECOGRAFíA DOPPLER
TRANSCRANEAL
minada ectásica, que con frecuencia se manifiesta como
masa supraclavicular pulsátil en mujeres mayores. Una
consulta solicitada para descartar un aneurisma carotídeo En el Doppler transcraneal (DTC) se utiliza una frecuencia
casi invariablemente muestra los típicos hallazgos norma- baja de 2 MHz para evaluar el flujo sanguíneo dentro de la
les de estos vasos tortuosos (Fig. 25-43) carótida intracraneal y sistema vertebrobasilar y el polígo-
Las masas extravasculares (ganglios linfáticos, hema-
tomas, abscesos) que pueden comprimir o desplazar las
arterias carótidas, se pueden distinguir fácilmente de ma-
sas vasculares primarias, como aneurismas o pseudoa-
neurismas (Fig. 25-44). Los pseudoaneurismas pos-
traumáticos se distinguen de los aneurismas carotídeos
verdaderos cuando se demuestran las características de
vaivén de la forma de onda en el cuello del pseudoaneuris-
ma y la variabilidad interior (yin-yang) que es caracterís-
tica de los pseudoaneurismas (Fig. 25-45).

DISECCIÓN DE LA ARTERIA CAI!ÓT91A


INTERNA: HALLAZGOS ECOGRAFICOS
Arteria carótida interna
• Flujo ausente u oclusión
• Colgajo de la Íntima ecográfico, con o sin
trombo
• Trombo hipoecoico, con o sin estenosis
luminal
• Aspecto normal
Arteria carótida común ~ Figura 25-43 Arteria carótida común con ecta-
• Forma de onda de alta resistencia \IiíI sia (ACE). Imagen de Doppler color que muestra
883
• Flujo amortiguado una ACC proximal con ectasia desde la arteria in-
nominada (1) que es secundaria a una masa pulsátil supra-
• Aspecto normal
clavicular derecha.
flujo sanguíneo en el vaso afectado comparado con el vaso
contralateral e idéntica localización 144,145,
Las ventajas del OTC también se deben a su disponibili-
dad para monitorizar pacientes en la mesa de quirófano o
departamento de angiografía en busca de potenciales
complicaciones cerebrovasculares 145 . La monitorización
intraoperatoria con OTC se consigue con un transductor
que se aplica sobre la ventana transtemporal, lo cual per-
mite la evaluación del fl ujo sanguíneo en la ACM durante
la EAe. Se valora así la ido neidad de la perfusión cerebral
mientras se clampa la arter ia carótida 145 ,147. El OTC ade-
más permite detectar m icroembolizaciones preopera-
torias (<<HITS»), que producen picos de alta amplitud en
el espectro del Ooppler 144,14S-150. La técnica puede utilizar-
se para una evaluación seriada de los vasoespasmos. Es-
te diagnóstico se suele basar en exploraciones seriadas en
las que se valora el relativo aumento del flujo sanguíneo y
cambios en índices de resistencia secundarios a cambios
en la luz de los vasos secundarios al vasoespasmo 145 ,

Las arterias vertebrales irrigan la mayor parte de la circu-


Figura 25-44 Adenopatía linfática cerca de la
t...- ~ bifurcación carotídea. Imagen de Doppler poten- lación del encéfalo posterior. A través del polígono de Wi-
~ cia que muestra una adenopatía linfática (flecha) llis, las arterias vertebrales tamb ién aportan una circula-
lateral a la bifurcación carotídea.

no de Willis. El acceso se consigue a través de las órbitas,


foramen magno o casi siempre en la región de adelgaza-
miento temporal del cráneo (ventana transtemporal) 143.
Sin embargo, muchos pacientes (hasta el 55% en una se-
rie 144 pueden no disponer de acceso para la exploración
con OTe. Las mujeres, especialmente las afroamericanas,
c: tienen un hueso temporal grueso a través del cual es difícil
'o insonar las arterias cerebrales de la base 144,145. Esta dificul-

()
Q)
tad limita la idoneidad de la imagen de OTC como parte
en rutinaria del diagnóstico diferencial cerebrovascular144 .
Mediante el análisis espectral, se determinan varios pa-
rámetros, como la velocidad media, VPS, VTO y la pulsati-
lidad e índices de resistencia de los vasos sanguíneos. El
Ooppler color o potencia puede mejorar la medición de la
velocidad proporcionando un mejor ángulo theta y locali-
zando el trayecto de los vasos 143 , Las aplicaciones de OTC
son: 1) evaluación de estenosis intracraneal y circulación
colateral, 2) detección y seguimiento de vasoconstricción
por una hemorragia subaracnoidea, 3) determinación de
muerte cerebral, 4) evaluación de pacientes con enferme-
dad de células falciformes, y 5) identificación de malfor-
mación arteriovenosa140-143,146. El OTC es muy fiable en el
diagnóstico de estenosis de la arteria cerebral media
(ACM), con una sensibilidad de hasta el 91%. En cambio,
es men'os fiable para detectar estenosis del sistema intra-
craneal vertebro basilar, cerebrales anterior y posterior y Figura 25-45 Pseudoaneurisma de la arteria
884 la ACI terminal. Sin embargo, el OTC es útil para evaluar la ~ carótida común (ACC). Imagen transversal de la
permeabilidad de la arteria vertebral y su dirección de carótida común distal izquierda (ACC) (C) que
flujo cuando no se detecte flujo en la arteria vertebral ex- muestra la típica forma de onda de vaivén en el cuello de
un gran pseudoaneurisma (P), debido a un intento de cana- I
tracraneal (Fig. 25-46). El diagnóstico de estenosis intra-
lización venosa central.
craneal se basa en un aumento en la velocidad media del
Figura 2:>- .s Imagen de Doppler transcraneal. A, Barrido dúplex transcraneal de la fosa posterior en un pacien-
"'"- ~te con s índrome de robo incompleto de subclavia izquierda que muestra el flujo sistólico retrógrado (flecha) y flujo
~ anterógrado diastólico (flecha curvada). El registro se obtuvo en una proyección transversal de la región del aguje-
ro magno (flecha abierta). B, Imagen de Doppler color obtenida en el mismo paciente que muestra que existe flujo retrógra-
do no sólo dentro de la arteria vertebral izquierda, sino también en la arteria basilar (flecha).

ción colateral a otras porciones del cerebro en pacientes arterias vertebrales entran en el agujero magno a nivel de
con patología carotídea oclusiva. La evaluación de la arte- es o e7 y, rara vez, a nivel de e4. El tamaño de las arterias
ria vertebral extracraneal parece una extensión natural de vertebrales es variable, siendo la izquierda mayor que la
la imagen del Doppler color y dúplex carotídeo 15 1.1S2 . Sin derecha en el 42 %, las dos arterias iguales en el 26% y la
embargo, lo habitual era que estas arterias no se explora-
ran de forma tan exhaustiva como las carótidas. Los sínto-
mas de insuficiencia vertebro basilar tienden también a
ser relativamente vagos y mal definidos en comparación
con los síntomas atribuibles a la circulación carotídea.
Suele ser difícil establecer una asociación segura entre la
lesión y los síntomas que provoca. Además, el interés por
una corrección quirúrgica de la lesión de arteria vertebral
ha sido limitado. La variabilidad anatómica, su pequeño
tamaño, trayecto profundo y una limitada visualización
por estructuras interpuestas suprayacentes hacen que las
arterias vertebrales resulten más difíciles de explorar de
forma minuciosa mediante ecografía 151.153.1S4. Se sigue in-
vestigando la utilidad clínica de la ecografía dúplex de la
arteria vertebral. Su papel para diagnosticar el robo de
subclavia y fenóm eno de pre-robo está bien documenta-
d0 155.156. Menos claro es el caso de la ecografía dúplex para
la evaluación de estenosis, disección o aneurisma de la
arteria vertebral.

Anatomía
La arteria vertebral normalmente es la primera rama de la
arteria subclavia (Fig. 25-47). Sin embargo, son frecuentes
las variaciones en el origen de las arterias vertebrales. En el
..., Figura 25-47 Trayecto de la arteria vertebral.
6%-8% de los individuos la arteria vertebral izquierda sur- ~ Diagrama lateral de la arteria vertebral (flecha) que
ge directamente a partir del arco aórtico proximal a la arte- muestra su trayectoria a través de los agujeros
ria subclavia izquierda. En el 90% la arteria vertebral transversos de la columna cervical (cabezas de flecha) en '
885
proximal asciende superomedial, pasando por delante de su recorrido hasta unirse a la arteria vertebral contralateral
la apófisis transversa de la séptima vértebra cervical (e7) y para formar la arteria basilar (B);. e, arteria carótida; S, ar-
penetra en el agujero magno a nivel de e6. El resto de las teria subclavia.
en sístole y diástole. Sin embargo, existe una amplia varia-
bilidad en el perfil de la fo rma de onda en vasos que se ha
comprobado que son nor males en la angiografía 16o. Debi-
do a que es un vaso pequeño, el flujo tiende a mostrar un
espectro más amplio. La ventana espectral clara que se
suele apreciar en el sistema carotídeo normal suele estar
rellena en el caso de la arteria vertebral (Fig. 25-49).
La vena vertebral (con frecuencia un plexo de venas) si-
gue paralela y adyacente a la arteria vertebral. Se tendrá un
especial cuidado en no confundir su flujo con la arteria ad-
yacente, especialmente cuando el flujo venoso sea pulsátil.
La comparación con el flu jo venoso yugular durante la res-
piración permite distinguir claramente la arteria de la vena,
En ocasiones una rama ascendente del tronco tirocervical
se confunde con la arteria vertebral, lo cual se puede evitar
observando como referencia la apófisis transversa que
acompaña a la arteria vertebral y prestando una especial
atención a la forma de onda del vaso visualizado. La rama
cervical ascendente tiene un patrón con una forma de onda
de alta impedancia similar a la de la ACp55 .
.,,; Figura 25-48 Arteria y vena vertebral normales.
La exploración ecográfica del sistema de la arteria ver-
tr...- ~ Imagen de Doppler color longitudinal que muestra
~ una arteria (A) y vena (V) vertebral normales que tebrobasilar con Doppler transcraneal se puede realizar
discurren entre la apófisis transversal de las vértebras cer- como complemento a la evaluación extracraneal. La ex-
vicales segunda y sexta y que se identifican por su som- ploración se realiza con un transductor de 2 MHz con el
breado acústico periódico ($). paciente sentado, utilizando el abordaje en la línea media
suboccipital nucal o co n el paciente en supino, utilizando
un abordaje retromastoideo. El Doppler color o potencia
vertebral derecha mayor que la izquierda en el 32%157. Pue- facilita la imagen de DTC del sistema vertebrobasilar 161 .
de existir incluso una ausencia congénita de la arteria ver-
tebral. Habitualmente las arterias vertebrales confluyen Robo de subclavia
para formar la arteria basilar. Rara vez la arteria vertebral El fenómeno del robo de subclavia (síndrome) se pro-
termina en una arteria cerebelosa posteroinferior. duce cuando existe un alto grado de estenosis u oclusión
de las arterias subclavia proximal o innominada con arte-
Técnica ecográfica y exploración normal rias vertebrales permeables en ambos lados. La arteria de
Se consigue visualización de la arteria vertebral normal la extremidad isquémica «roba» sangre de la circulación
con análisis de flujo Doppler en el 92%-98% de los va- vertebrobasilar a través de un flujo arterial vertebral re-
SOS151.158 (Fig. 25-48). El Doppler color facilita una rápida trógrado, que puede ocasionar síntomas de insuficiencia
detección de las arterias vertebrales pero no mejora de
forma significativa esta tasa de detección 154. Las explora-
ciones con dúplex arterial vertebral se realizan localizan-
do primero la ACC en el plano longitudinal. Se determina
la dirección del flujo en la ACC y vena yugular. Se angula
ligeramente el transductor lateralmente para mostrar la
arteria vertebral y vena recorriendo las apófisis transver-
sas de C2-C6, que se identifican por una periódica sombra
acústica. El barrido transverso con Doppler color le per-
mite al explorador visualizar la arteria carótida y vena yu-
gular al mismo tiempo y utilizarlas como referencia para
establecer la dirección de flujo en la arteria vertebrap53,155.
Al angular el transductor en dirección caudal se consigue
la visualización del origen de la arteria vertebral en el
60%-70% de las arterias; en el 80% en el lado derecho y
en el 50% en el lado izquierdo. Esta discrepancia puede
estar relacionada con el origen de la arteria vertebral iz-
quierda más profundo y que surge directamente del arco
aórtico en el 6%-8% de los casos 153,159.
886 Se documentará la existencia y dirección de flujo, Debe Figura 25-49 Forma de onda normal de la arte-
evaluarse toda placa patológica que sea visible. La arteria ~ ria vertebral. Forma de onda normal de baja re-
vertebral irriga el cerebro y suele tener un patrón de flujo sistencia de la arteria vertebral con relleno de la
de baja resistencia similar al de la ACC, con flujo continuo ventana espectral.
en el lado de la lesión de la subclavia o innominada, se
FORMAS DE ONDA ANORMALES Dj pueden favorecer los hallazgos eco gráficos y transformar
. ARTERIA VERTE RAL un robo ineompleto de subclavia en complet0 97•115 .
Robo completo de subclavia La forma de onda de pre-robo (<<conejito») muestra
flujo anterógrado, pero con una clara deceleración de la
• Inversión del flu jo dentro de la arteria
velocidad en el pico sistólico hasta un nivel menor del
vertebral ipsilateral a la arteria subclavia o
VTD. Esto se aprecia en pacientes con estenosis proximal
innomi nada estenosada u ocluida -
de la subclavia, que normalmente son menos graves que
Robo incompleto o parcial de subclavia los que presentan formas de onda de robo parciaj163. La
• Inversión transitoria del flujo arterial vertebral forma de onda de pre-robo puede transformarse en un ro-
durante la sístole bo parcial o completo con maniobras de provocación, co-
mo el uso de un manguito de presión (Fig. 25-53). Se apre-
• Puede convertirse en robo completo con las
ciará una forma de onda amortiguada, tardus-parvus,
maniobras de provocación
en pacientes con una estenosis vertebral proximal de alto
• Sugiere lesiones estenóticas no oclusivas grado 156,163.
Fenómeno de pre-robo En el robo de subclavia, el Doppler color puede mostrar
• Forma d e onda de «conejito»: deceleración dos vasos con códigos de color parecidos entre las apófi-
sistólica menor que el flujo diastólico sis transversas, que representan la arteria y vena verte-
bral 83 . Las imágenes transversales de la arteria vertebral
• Puede t ransformarse en robo parcial con las
maniobras de provocación
• Se obs erva en estenosis proximales de
subclavia
Forma de onda tardus-parvus
• Se observa en estenosis de arteria vertebral

vertebrobasilar (Fig. 25-50). Los síntomas son más acusa-


dos con los cambios en la posición de la cabeza. Sin em-
bargo, con fre cuencia existe escasa correlación entre los
síntomas vertebrobasilares y el fenómeno del robo de
subclavia. Normalmente, el flujo dentro de la arteria basi-
lar no se afecta, salvo que exista una grave estenosis de la
arteria vertebral que irriga el lado donde se produce el
robo l6l . Además, la restauración quirúrgica o angioplásti-
ca del flujo sanguíneo pueden no acompañarse de un ali-
vio sintomático 162 . El síndrome del robo de la subclavia
casi siempre se debe a patología arteriosclerótica, aunque
también se han implicado factores traumáticos, embóli-
cos, quirúrgicos, congénitos y neoplásicos. Aunque puede s
resultar difícil visionar la estenosis u oclusión de la sub-
clavia proximal, especialmente en el lado izquierdo, las
alteraciones de la forma de onda en la arteria vertebral se
correlacionan con la gravedad de esta patología subclavia.
La evaluación con Doppler de la arteria vertebral revela
cuatro patrones distintos de forma de onda que se corre-
lacionan con patología vertebral o subclavia en la angio-
grafía. Estos son el ro bo de subclavia completo, parcial o
incompleto y el fe nómeno de pre-robo y formas de onda
arterial del tipo tardus-parvus 16o. En el robo completo de
arteria subclavia el flujo dentro de la arteria vertebral
está totalmente invertido (Fig. 25-51). En el robo incom- Figura 25-50 Patrón hemodinámico en el sín-
pleto o robo parcial se aprecia una inversión transitoria ~ drome del robo de subclavia. La lesión oclusiva
del flujo vertebral durante la sístole (Fig. 25-52). El robo proximal de la arteria subclavia izquierda (cabeza
incompleto sugiere una estenosis de alto grado de las ar- de flecha) reduce el flujo hacia la arteria subclavia distal (S).
terias subclavia o innominada más que una oclusión. Con Esto ocasiona un flujo retrógrado (flechas largas) hacia la
887
maniobras de provocación, como el ejercicio con el bazo arteria vertebral izquierda (L) que roba flujo desde la arteria
durante 5 minutos o 5 minutos de inflado del esfigmoma- vertebral derecha (R) y otros vasos intracraneales a través
nómetro en el brazo para inducir una hiperemia de rebote del polígono de Willis (W).
C'CI
o
.~

.....
'(1)
~
(1)

...Q.
C'CI
'3
o
(/)
C'CI
>
>-
C'CI
't7
~
...
'o
C'CI
o
C'CI
.~

~C'CI

C'CI
11:
! Figura 25-51 Flujo en la arteria vertebral. A, El robo de la subclavia ocasiona un flujo invertido en la arteria ver-
O' "'"- -~ tebral. Existe una inversión completa del flujo de la arteria vertebral por la oclusión de la arteria subclavia. El flujo
8. ~ en esta arteria vertebral es hacia el transductor. B, Arteria vertebral ligeramente aberrante con inversión del flujo.
(/)

~
~ con Doppler color muestran la inversión del flujo compa- producen en el origen de la arteria vertebral, que está si-
(/)
S rada con la ACC. Se buscará una forma de onda con tuada en la profundidad del tórax superior y se aprecia
(1) Doppler espectral para evitar la confusión del flujo inver- sólo en el 60%-70% de los pacientes153.15S.159. Incluso cuan-
't7 so dentro de la arteria con el flujo pulsátil de la vena S3.155 . do se puede visualizar el origen de la arteria vertebral sa-
,!
.... liendo de la subclavia, el ajuste optimizado del ángulo de
E
C)
Estenosis y oclusión Doppler para una medición precisa de la velocidad es muy
O El diagnóstico de estenosis de la arteria vertebral es difícil por la ubicación profunda y la tortuosidad del vaso.
O más difícil que el diagnóstico del flujo invertido. La mayo-
W No existen unos criterios precisos para evaluar si existe
ría de las estenosis hemodinámicamente significativas se una estenosis de la arteria vertebral. Puesto que el flujo
c: suele ser turbulento dentro de la arteria vertebral, no se
'o podrá utilizar el ensanchamiento espectral como indica-
·0
(.)
CI)
dor de estenosis. Las mediciones de velocidad no son fia-
en bles como criterio de estenosis por la amplia variabilidad
en el diámetro de la arteria vertebral. Aunque velocidades
mayores de 100 cmls suelen indicar estenosis, también se
describen en vasos angiográficamente normales. Así, sólo
un aumento focal en la velocidad de al menos el 50%,
una estenosis visible en escala de grises o Doppler co-
lor o una forma de onda vertebral tipo tardus-parvus
clara serán probablemente indicativos de estenosis verte-
bral. La variabilidad de los índices de resistencia en las ar-
terias vertebrales normales y anormales impide el uso de
este parámetro como indicador de patología vertebraJ16o.
El diagnóstico de oclusión de la arteria vertebral tam-
bién es difícil. Con frecuencia, la incapacidad para detec-
tar flujo arterial se debe a una arteria vertebral pequeña,
a su ausencia congénita o a una exploración técnicamente
difícil. La diferenciación de una estenosis y una oclusión
es difícil por las mismas razones. Una velocidad de flujo
888 Figura 25-52 Robo incompleto de subclavia. El extremadamente amortiguada en las estenosis de alto
~ flujo en la sístole precoz es anterógrado, el flujo en grado y un menor número de hematíes atravesando el
el pico sistólico es retrógrado y el flujo en la sísto- área evaluado serían el origen de una señal de Doppler
le tardía y diástole (flecha) es de nuevo anterógrado. con amplitudes demasiado bajas como para que se pue-
LO
N
o
'S
:!:::
o.
!ti
O

.., Figu 25-53 Robo incompleto de la arteria subclavia y maniobra de provocación. A, Forma de onda de la
""-__~ arteria vertebral pre-robo. El flujo se desacelera en el pico sistólico pero no se invierte. B, Después de las manio-
I ~ bras de provocación, existe una inversión del flujo en el pico sistólico en respuesta a la reducción de la presión
arterial periféri ca .

.., Figura 25-54 Velocidad de flujo aumentada en


~ la arteria vertebral. Trazado de Doppler espectral
pulsado de una arteria vertebral Izquierda que
muestra unas velocidades llamativamente elevadas Y un
flujo alterado (flecha). Aunque este grado de elevación de
la velocidad y alteraciones del flujo podrían asociarse a una .., Figura 25-55 Vena yugular normal. Pulsacio- 889
estenosis focal en este caso existía un aumento de la ve- ~ nes venosas complejas en una vena yugular nor-
locidad a travé~ de la arteria vertebral por una oclusión bi- mal (J) que reflejan el ciclo de eventos de la aurí-
I lateral de la arteria carótida y un flujo colateral aumentado cula derecha.
en la arteria vertebral.
Figura 25-56 Trombosis de la vena yugular: posibles aspectos. A, Imagen transversal de una trombosis aguda de
....- ~ la vena yugular interna izquierda (flechas). La vena está distendida y no es compresible. e, arteria carótida común. B,
~ Imagen longitudinal de otro paciente que muestra un trombo hipoecoico y ausencia de señal de Doppler. e, Imagen
Doppler color longitudinal que muestra un pequeño trombo que surge de la pared posterior de la vena yugular interna (VYI).
D, Imagen transversal que muestra un trombo ecogénico, que indica un trombo crónico en la VYI. E, Imagen longitudinal que
muestra un trombo alrededor del catéter de la vena yugular. F, Imágenes longitudinales que muestran un trombo que surge de
la pared anterior. Este trombo probablemente se deba a la presencia previa de un catéter en esta zona.

r:: dan detectar 154. El Doppler potencia puede demostrar su contralateral. Se obtienen barridos longitudinales y trans-
'o
'(3 utilidad en esta situación. La visualización de una vena versales con una mínima presión del transductor sobre el
()
Q) vertebral aislada puede indicar la oclusión o ausencia cuello para evitar el colapso de la vena. Se recurre a una
en congénita de la arteria vertebral. visión coronal de la fosa supraclavicular para evaluar el
segmento medial de la vena subclavia cuando se une al
tronco braquiocefálico.
VENAS YUGULARES INTERNAS !
;f1,~
La vena yugular queda lateral y anterior a la ACC, lateral
a la glándula tiroidea y profunda respecto al músculo es-
ternocleidomastoideo. El vaso tiene unas paredes nítida-
Las venas yugulares internas son los principales vasos mente ecogénicas y una luz hipoecoica o anecoica. Habi-
responsables del retorno venoso del cerebro. La indica- tualmente se suele apreciar una válvula en la porción
ción clínica más habitual para la ecografía Doppler dúplex distaJ168.176.180. La vena yugular interna derecha suele ser
y color de las venas yugulares internas es la evaluación de mayor que la izquierda 175 .
una sospecha de trombosis de la vena yugular 165 .172 • La La ecografía en tiempo real muestra unas pulsaciones
formación de un trombo puede tener su origen en un ca- venosas que se relacionan con las contracciones del
téter venoso central. Otra indicación es el diagnóstico de ventrículo derecho y también con los cambios del diámetro
una ectasia yugular interna171'174 y como guía para una vía venoso que oscila con los cambios en la presión intratoráci-
venosa yugular o subclavia 175.179, especialmente en situa- ca. La exploración con Doppler describe gráfiéamente estos
ciones difíciles en las que la anatomía puede estar distor- patrones de flujo (Fig. 25-55). Durante la inspiración, se
sionada. produce una presión intratorácica negativa que ocasiona
890 un flujo hacia el corazón y las venas yugulares reducen su
Técnica ecográfica diámetro. En la espiración y también con las maniobras
La vena yugular interna se suele visualizar con facilidad de Valsalva, un aumento de las presiones intratorácicas
en el cuello extendido y con la cabeza girada hacia el lado ocasiona una reducción en el retorno venoso, que queda
U')
CII
o
"3
~
a.
(ti
()

Figura 25-57 Formas de onda normales y anormales. A, Vena braquiocefálica con cambios respiratorios nor-
males en su forma de onda venosa, lo que implica una vena cava permeable. B, Estenosis de la vena braquioce-
fálica casi oclusiva secundaria a un catéter venoso central previo en otro paciente. La forma de onda del Doppler
pulsado muestra la inversión del flujo no pulsátil en la vena yugular interna (VYI). e, Vena subclavia izquierda (VSI) que
muestra flujo dirigido por el centro, pero monofásico, hacia una zona de colaterales centrales (flecha) en un paciente con
una fístula de diálisis arteriovenosa izquierda malfuncionante.

con un flujo mínimo o sin flujo. Las paredes de las venas Trombosis
yugulares normales se colapsan completamente cuando Los signos clínicos de la trombosis de la vena yugular
se aplica una moderada presión con el transductor. Un ol- (TVY) consisten en una masa inespecífica o edema en el
fateo brusco del paciente reduce la presión intratorácica cuello, mal definida y dolorosa. El diagnóstico correcto
891
ocasionando un momentáneo colapso de la vena en la puede no ser inmediato 168 . La trombosis de la vena yugu-
ecografía en tiempo real, acompañado de un breve au- lar interna puede ser totalmente asintomática por la po-
mento en el flujo venoso hacia el corazón como se aprecia sición profunda de la vena y la existencia de abundante
en el Doppler167.168,171, circulación colateral l7l . Esta patología se diagnosticaba
antes mediante venografía, un procedimiento invasivo ción de la pérdida bilateral de la pulsación venosa apoya
que se realizaba solamente en casos de una sospecha fuertemente la existencia de un trombo más central, que se
muy fundada. Con la introducción de técnicas no invasi- podrá confirmar mediante venografía o ARM.
vas, como la ecografía, TC18l y ARM 182, la TVY se identi- Un trombo que se deba a la inserción de un catéter con
fica con mayor frecuencia. La trombosis de la vena yugu- frecuencia se demuestra en la punta del catéter, aunque
lar interna con frecuencia es una complicación por un también se puede detectar en cualquier punto del trayec-
catéter venoso centraP66.170.171. Otras causas son el uso to de la vena. El catéter se aprecia como dos líneas ecogé-
abusivo de fármacos parenterales, tumor mediastínico, nicas paralelas separadas de la región anecoica. No se sue-
situaciones de hipercoagulabilidad, cirugía cervical e in- le apreciar flujo en el catéter, incluso aunque el propio
flamación o adenopatías locales 168. Algunos casos son catéter sea permeable.
idiopáticos o espontáneos168 . Como posibles complicacio- La ecografía ha demostrado ser una técnica fiable para
nes de la TVY destacan la trombo flebitis supurativa, pro- el diagnóstico de la trombosis yugular y subclavia y tiene
pagación del coágulo y embolismo pulmonar168.172 • la ventaja sobre la TC o RM de ser menos costosa, ser por-
La exploración en tiempo real revela una vena dilatada y tátil y que no utiliza radiaciones ionizantes o recurre al
no compresible, que puede contener un trombo intravascu- uso de medios de contraste intravenosos. La ecografía tie-
lar ecogénico. Una trombosis aguda puede ser anecoica e ne un acceso limitado y no se pueden visionar todos los
indistinguible de la sangre en movimiento. Sin embargo, segmentos de las venas yugular y subclavia, especialmen-
que no sea compresible y la ausencia de flujo en el Doppler te de los que quedan por encima de la mandíbula o por
espectral o Doppler color en la región del trombo lleva rápi- debajo de la clavícula, aunque el conocimiento de la ex-
damente al diagnóstico correcto. Además, existe una pérdi- tensión completa del trombo no suela ser un factor esen-
da visible de la respuesta venosa a las maniobras respirato- cial para el enfoqúé terapéutico 168.172 . Pueden realizarse
rias y el Doppler espectral y color muestran una ausencia con seguridad y bajo céste·estudios ecográficos seriados
de flujo (Fig. 25-56). Pueden identificarse venas colatera- para evaluar la respuesta al tratamiento después de la
les, especialmente en casos de trombosis crónica de la vena evaluación inicial. La ecografía puede además documen-
yugular. La presencia de licuefacción central y otras formas tar la permeabilidad venosa después de la colocación de
de heterogenicidad del trombo sugieren cronicidad. Los una vía venosa, facilitando una inserción del catéter más
trombos crónicos pueden resultar de difícil visualización segura y exitosa.
debido a que tienden a organizarse y resultan difíciles de
diferenciar del tejido graso perivascular ecogénico 176 . La Agradecimiento
ausencia de fases cardiorrespiratorias en un paciente con Queremos expresar nuestro agradecimiento a Rita Premo
venas yugular o subclavia permeables puede indicar un y Barbara Siede por su asistencia en la preparación del
trombo más central, no oclusivo (Fig. 25-57). La confirma- manuscrito.

c:
'o
'0
()
Q)
en

892

-
Capítulo 26

ARTERIAS PERIFÉRICAS
Joseph F. Polak y Jean M. Alessi-Chinetti

Las arterias de las extremidades superior e inferior se ex- ARM, se puede utilizar para evaluar tejidos blandos res-
ploran fácilmente con la ecografía Doppler. Al estar habi- pecto a patologías no vasculares. Sin embargo, la ARM
tualmente a profundidades de 6 cm o menos, las arterias requiere secuencias de imagen adicionales y un tiempo
de las extremidades se detectan con mayor claridad que de obtención de imagen mayor. La ARN y la ATC depen-
las arterias toracoabdominales. Además se dispone de su- den menos del explorador y en situaciones concretas son
ficientes ventanas de insonación, que permiten colocar el más precisas y más reproducibles los resultados que con
transductor sobre la arteria sin la presencia de tejidos la ecografía-Doppler. Sin embargo, el valor del Doppler
atenuantes que contengan gas o hueso. Se suelen utilizar no se discute en pacientes con una situación renal dete-
transductores con frecu.encias de imagen por encima de riorada. Aunque la ARM y la ATC sean más coste-efectivas
los 5 MHz por estar las arterias próximas a la piel. Las fre - que la ecografía en determinadas situaciones clínicas, la
cuencias de Doppler suelen ser mayores de 3 MHz. ecografía Doppler puede ayudar a identificar pacientes
Aunque la ecografía en tiempo real y escala de grises que deben ser remitidos directamente para realizar in-
juega un papel limitado, se utiliza para evaluar la existen- tervenciones arteriales percutáneas3-6.
cia de placas de ateroma o para confirmar masas extra-
vasculares. La imagen de Doppler color le permite al clíni-
co evaluar la zona de interés con rapidez y detectar
estructuras vasculares y sus patrones de flujo sanguíneo
(Fig. 26-1). Al incluir la forma de onda del Doppler espec-
tral se añade una poderosa herramienta diagnóstica para Imagen en escala de grises en tiempo real
la evaluación de la repercusión clínica de la estenosis ar- El diámetro de las arterias periféricas que son clínicamen-
terial respecto a oclusiones y se explora la naturaleza de te relevantes varían entre 1 y 6 mm. La visualización pre-
masas perivasculares. En comparación con la ecografía cisa de la pared arterial requiere unos transductores de
dúplex aislada (Doppler espectral y ecografía en escala de alta resolución, de más de 5 MHz, para visualizar todas las
grises), la imagen del Doppler color permite evaluar con lesiones posibles. Un rango de frecuencia amplia de 5-10
más rapidez y en toda su extensión las arterias de las ex- MHz es el preferido, ya que ofrece una buena resolución
tremidades y detectar estenosis y oclusiones significati- global permitiendo una buena penetración en profundi-
vas. La imagen de color reduce la duración de la explora- dad, incluso en los muslos. Para una visualización detalla-
ción de la arteria periférica en comparación con la da de arterias de diámetros pequeños se pueden utilizar
ecografía dúplex aislada 1 y mejora la precisión diagnósti- frecuencias de 7-12 MHz. Con estas frecuencias elevadas
caz. Por este motivo, la imagen de arterias periféricas pre- los transductores tienen una penetración en profundidad
supone, de hecho, una ecografía con Doppler color. La eco- menor, pero pueden ser útiles para evaluar injertos de
grafía con Doppler potencia es un derivado de la imagen bypassy arterias cubitales y radiales y arterias menores
del Doppler color y puede mejorar aún más el rendimien- de la mano.
to diagnóstico de la ecografía Doppler en situaciones clí- El transductor lineal en fase es ideal para la imagen de
nicas concretas. arterias de las extremidades. El transductor tiene sufi-
En compa ración con la angiografía, los abordajes eco- ciente longitud para permitir una rápida cobertura de
gráficos tratados en este capítulo tienen la ventaja de que segmentos extensos de la arteria manteniéndolo paralelo
son no invasivos, relativamente poco costosos y están al eje largo de la arteria o injerto y deslizándolo en sucesi-
bien adaptados a exploraciones seriadas. Además vos incrementos que no se solapen. Será útil una sonda o
permiten la evaluación de estructuras de tejidos blan- transductor sectorial o curvado con huella más pequeña
dos contiguos a las arterias. La angiotomografía compu- para la imagen de arterias ilíacas y las porciones de ubica-
tarizada (angioTC, ATC) es una tecnología más costosa ción más centrales de las arterias subclavias.
que requiere la administración de medios de contraste. El
uso de la ATC ha reducido los tiempos de obtención de Ecografía Doppler
imagen, mejorado la resolución y actualmente es compe- La representación simultánea de las formas de onda del
titiva frente a las arteriografías. La angioresonancia Doppler espectral y los datos e imagen en escala de grises
magnética (ARM) también se utiliza para detectar la (ecografía Doppler dúplex) constituyen el requisito bá-
existencia de lesiones arteriales. Al igual que la ATC y la sico para la evaluación de las arterias periféricas e injer-
Figura 26-1 Estenosis de una arteria femoral superficial con la ecografía Doppler color y espectral. A, Ima-
.....- ~ gen de flujo color que muestra que el lugar de la estenosis ocasiona una alteración en las señales de color dentro
~ de la arteria. Existe aliasing de las señales de Doppler color (azul) en el punto de máxima estenosis. Las alteracio-
nes en las señales de flujo color se extienden al menos a 1 cm en dirección caudal a la les ión. Las placas calcificadas
ocasionan áreas de caída de señal Doppler distales a la estenosis. B, Forma de onda de Doppler pulsado obtenida antes y
en el sitio del aliasing que muestran un aumento significativo de la velocidad (duplicada), compatible con una estenosis
significativa de la arteria femoral superficial.

tos de bypass arteriaF. Se necesita un control exquisito en gráficos en escala de grises de la imagen. Este plantea-
tiempo real respecto a la ubicación de la ventana de mues- miento permite aumentar la profundidad de penetración
tra del Doppler y es necesario detectar con precisión los de la imagen de flujo en color sin comprometer la resolu-
puntos de máxima velocidad del flujo sanguíneo e injertos ción de la imagen.
de bypass. Las frecuencias del transductor pueden variar La ecografía en Doppler potencia es una variante de
entre 3 y 10 MHz y se tiende a que sea mejor inferior que la imagen del Doppler con fluj o en color que muestra la
la de la simultánea imagen en escala de grises. La selec- suma de las señales del Doppler derivadas del movimien-
ción de una frecuencia para el transductor de Doppler de to de la sangre. Las ventajas del Doppler potencia respec-
aproximadamente 5 Mhz sacrifica cierta sensibilidad para to al Doppler color son que: 1) la información de flujo san-
detectar flujos sanguíneos con movimiento lento, pero re- guíneo no produce alias, 2) las intensida<;les de señal están
duce la probabilidad de que el sistema produzca aliasing mucho menos influenciadas por el ángulo, y 3) la sangre
e en puntos de sangre en rápido movimiento, como sucede con movimiento lento se detecta con mayor facilidad. Su
'0
'(3 en estenosis o fístulas arteriovenosas. desventaja es la pérdida de info rmación relativa a la direc-
C,)
Q)
ti)
La ecografía Doppler color es un componente esencial ción del flujo sanguíneo, aunque esta información tam-
de la exploración ecográfica arterial. La representación bién se puede mostrar.
simultánea de la sangre en movimiento superpuesta so-
bre la imagen en escala de grises permite una rápida revi-
sión de los patrones de flujo dentro de secciones grandes
de las arterias periféricas e injertos de bypass 8 . En gene-
ral, un enfoque eficiente en la ecografía vascular periféri-
ca debe basarse en una ecografía vascular periférica en Arterias normales
color que identifique con rapidez las alteraciones del flu- El patrón del flujo arterial normal en la extremidad es dife-
jo, para entonces recurrir a la ecografía dúplex, incluyen- rente del que se observa en las arterias carótidas. En repo-
do el análisis con Doppler espectral, para caracterizar el so, los músculos de las extremidades son el origen de una
tipo de alteración del flujo presente 1,9. El Doppler color elevada resistencia periférica (distal) y un flujo diastólico
muestra solamente la desviación media de la frecuencia relativamente bajo. El típico perfil del flujo sanguíneo es un
ocasionada por las estructuras en movimiento. El tamaño patrón trifásico (Fig. 26-2, superior). Comienza, durante la
del píxel (resolución) es más grosero de lo que correspon- sístole, con un componente anterógrado intenso de flujo
de al tamaño del píxel en la imagen en escala de grises y sanguíneo. Después, durante la diástole precoz, existe una
esto puede ser el origen de cierta ambigüedad en el ali- breve inversión del flujo sanguíneo y finalmente, durante el
neamiento de las dos imágenes separadas y el motivo de resto de la diástole, existe un flujo de baja amplitud hacia
894 que la información del Doppler color se superponga más delante. La magnitud del componente anterógrado del flujo
allá de la pared de las arterias. La mayoría de los fabrican- sanguíneo durante la diástole varía y desaparece con la va-
tes utilizan transductores con frecuencias más bajas para soconstricción que provoca el frío y aumenta con el calor o
la imagen de flujo en color que la de los componentes eco- después del ejercicio (Fig. 26-3).
del diámetro luminapo·12. Esto puede manifestarse como
un aumento en la saturación de color o aliasing en el mapa
de Doppler color o como un aumento en el pico de veloci- ti)

dad sistólico en la representación del Doppler espectral ca


(,)
(ver Fig. 26-1, A YB). El patrón del flujo sanguíneo distal a "¡:
Normal
la estenosis es no laminar y muestra una gran variación ....
'(1)
"¡:
en dirección y amplitud. Esta zona de flujo alterado se (1)
Q.
A Bifásico, mantiene a lo largo de una distancia de algo más de 1 cm.
-L~Vr-7"_.......A~v
___....LA~v,....,.._-J.A4-v......-- baja velocidad , ti)
ca
alta resistencia En ciertos casos, la zona de alteración del flujo sanguíneo "¡:
puede ser muy reducida. Esta zona de flujo sanguíneo al-
~
Obstrucción distal
terado se captura con la forma de onda del Doppler como oC(
un ensanchamiento de la ventana espectral y por una ima-
Monofásico, gen en Doppler color con variación incrementada de las
- - - - - -- -- - - - - - - - baja velocidad, señales del Doppler color en el vaso.
baja resistencia
Obstrucción de entrada
Fístulas arteriovenosas
Las fístulas arteriovenosas (AV) pueden ser congénitas o
Monofásica, iatrogénicas. Las fístulas congénitas se manifiestan de
alta velocidad, forma variable: como comunicaciones anormales entre
baja resistencia
una arteria y una vena grande y distendida, como canales
Fístula arteriovenosa venosos distendidos o como alteraciones venosas prima-
rias. Las alteraciones que se identifican con mayor facili-

A Bna,i~
dad con el eco-Doppler habitualmente son demasiado ob-

Ac::rL::J
I
A Ac::rc:: reciprocante
vias clínicamente y tienden a estar localizadas cerca de la
superficie cutánea de la extremidad afectada 13 . Se suelen
visualizar como canales venosos distendidos dentro de
los que se aprecian ramas arteriales aisladas o múltiples.
Pseudoaneurisma
,--- Las venas más pequeñas y no distendidas que no se han
~ Figura 26-2 Diagrama de las formas de onda dilatado pueden contener señales de flujo aumentado a
~ de Doppler arterial normal y anormal" El espec- consecuencia de la fístula.
tro de fl ujo arterial normal con Doppler en las arte- . Las comunicaciones iatrogénicas suelen aparecer des-
rias de la extremidad inferior habitualmente muestra un pa-
pués de un cateterismo selectivo arterial o venoso u otras
I trón trifásico: 1) flujo anterógrado durante la sístole, 2) I
periodo breve de inversión del flujo en la diástole precoz, y formas de traumatismo penetrante. La comunicación pue-
, 3) flujo de baja velocidad durante el resto de la diástole. Las de visualizarse como un «jet de sangre» con la vena impli-
señales de Doppler arteriales están alteradas dependiendo · cada distendida en comparación con la del otro lado. Las
de los cambios patológicos. Los otros cuatro patrones son señales del flujo sanguíneo en la vena receptora también
ejemplos de patologías arteriales habituales: obstrucción • muestran un aspecto arterial y la arteria nutricia puede
distal, obstrucción de entrada, fístula arteriovenosa y pseu- presentar un aumento de su flujo diastólico (Fig. 26-4). El
I doaneurisma. jet de sangre muestra señales de alta velocidad y el impac-
to contra la pared venosa opuesta puede ocasionar una
vibración perivascular que se ve como un artefacto en la
Arterias estenosadas imagen de Doppler color 14 • Plantea un diagnóstico dife-
Los patrones de alta resistencia que se observan en arte- rencial importante con la compresión de una vena por
rias periféricas normales en reposo se transforman en un un hematoma. La compresión venosa ocasiona una este-
patrón de baja resistencia cuando existe una lesión arte- nosis que aumenta la velocidad del flujo sanguíneo en la
rial con oclusión o estenosis grave proximal al segmento vena y simula una señal de alta velocidad de una fístula
arterial en el que se recoja la muestra de señal del Doppler (Fig.26-5).
(ver Fig. 26-2). Este patrón de baja resistencia recuerda al
de la arteria carótida interna. Se piensa que refleja la Masas
apertura de ramas arteriolares colaterales y a la pérdida El diagnóstico diferencial de las masas perivasculares se
de un tono arteriolar de reposo normal en respuesta a la ve facilitado por el uso de imagen de Doppler color ya que
isquemia. Se suele apreciar distal a un segmento arterial se permite cierta especificidad diagnóstica a partir del
ocluido, pero también se detecta distal a lesiones estenó- análisis de la forma de onda. El flujo sanguíneo dentro de
ticas severas. una masa contigua a una arteria sugiere el diagnóstico de
En la zona de una estenosis verdadera se produce un pseudoaneurisma. La comunicación tiende a tener un
aumento local de la velocidad. Este aumento en la veloci- cuello amplio si el aneurisma emerge de la anastomosis 895
dad de flujo sanguíneo ocasiona una desviación en la fre- de un injerto venoso sintético o autólogo 1S. En un pseu-
cuencia de Doppler muestreada en la estenosis. La desvia- doaneurisma iatrogénico en la arteria nativa, existe un
ción de frecuencia de Doppler y el aumento en la velocidad canal de diámetro pequeño que se comunica con una co-
estimada de flujo son proporcionales al estrechamiento lección más grande y contenida de sangre. La imagen en
>
Femoral
común ~
<
I---
Femoral
profunda
-+---7 "
Femoral ---:f-----~~
superficial

Poplítea

Tronco --f------!--J
tibio-peroneo
Tibial anterior
Peronea
Tibial posterior -~HI
s

Figura 26-3 Formas de onda arteriales normales. Formas de onda del Doppler en las arterias femoral común y
poplítea que muestran patrones trifásicos.

Doppler color muestra señales del flujo sanguíneo en la rebrovascular 22 • La aterosclerosis es un proceso generali-
cavidad del pseudoaneurisma (Fig. 26-6) . Se suele obser- zado en el que la presentación clínica y desarrollo de los
var un típico movimiento en remolino o signo de color síntomas depende del lecho arterial y de los órganos dia-
en yin-yang dentro de la propia colección 16,17. La forma de na. La cardiopatía isquémica y la enfermedad carotídea
onda de Doppler muestreada en el cuello comunicante puede debutar de fo rma dramática, como un infarto de
tiene un aspecto típico (Fig. 26-6, A YB): el canal contiene miocardio (1M) o un accidente cerebrovascular (ACVA, ic-
un patrón de flujo de delante-atrás o de vaivén l B. El patrón tus), respectivamente. Es muy distinto de lo que sucede
de vaivén del flujo sanguíneo muestra una entrada rápi- con la arteriopatía periférica (APP). Muchos pacientes tie-
da en la cavidad en sístole y una salida más lenta y de ma- nen una APP años antes de acudir en busca de ayuda mé-
yor amplitud en diástole (Fig. 26-6, Cy D). dica 23 • Esto refleja el desarrollo de canales arteriales cola-
Los ganglios linfáticos hiperplásicos y los ganglios terales que sortean los segmentos arteriales afectados a
linfáticos malignos pueden mostrar señales tanto veno- medida que se estrechan progresivamente. Las colatera-
sas como arteriales que se irradian desde el hilio del gan- les suelen ser suficientes para mantener la perfusión de
glio (Fig. 26-7). Estos ganglios pueden confundirse con las extremidades inferiores. El balance entre aporte san-
pseudoaneurismas 19,2o. Aspectos que se deben tener en guíneo y demanda de oxígeno se mantiene en tanto el pa-
cuenta para el diagnóstico diferencial son: 1) detección de ciente no haga ejercicio o deambule de forma demasiado
las señales arteriales muy venosas donde debería estar el vigorosa. En general, los pacientes con una APP pueden
supuesto canal de comunicación, y 2) ausencia del patrón seguir así durante años, reduciendo su nivel de actividad
de vaivén del flujo sanguíneo. a medida que progresa la enfermedad. La claudicación in-
Los tumores pueden mostrar una «malla» de hipervas- validante es por ello más probable como síntoma de pre-
cularidad en su periferia, como sucede con los adenomas sentación en pacientes más jóvenes con mayores niveles
tiroideos. Los aneurismas arteriales se reconocen con de actividad diaria.
facilidad por su ubicación típica dentro de los límites de la El paciente también puede buscar ayuda médica ante la
pared arterial. Aunque los aneurismas fusiformes siguen aparición de cambios crónicos por insuficiencia arterial o
esta regla, puede resultar muy difícil diferenciar un aneu- heridas con evolución tórpida. Las embolias agudas que se
risma sacular de un pseudoaneurisma 2 l . originan en lesiones arteriales más proximales, ya sea por
placas ulceradas o aneurismas poplíteos, pueden ocasionar
una isquemia arterial y pérdidas extensas de tejido, que
conducen a la amputación salvo que se realice una inter-
vención. El extendido uso de la cirugía de bypass ha modifi-
896 cado la historia natural de la APP. Las elevadas tasas de per-
Incidencia e importancia clínica meabilidad que se consiguen con la cirugía de bypass
La enfermedad vascular periférica es al menos tan preva- arterial y las tasas similares de permeabilidad obtenidas
lente como la cardiopatía isquémica o la enfermedad ce- con la angioplastia permiten a los pacientes, que previa-
mente habrían tenido que amputarse la extremidad, per-
manecer asintomáticos 24,2s, salvo que sobrevengan otras
causas de mortalidad. Los eventos cardiovasculares agudos ti)
(1M, muerte súbita) son causas frecuentes de mortalidad en m
(.)
estos pacientes, que ya padecían aterosclerosis. 'C
....
,(1)
'C
Técnica ecográfica (1)
C.
La ecografía Doppler dúplex, con escala de grises y ti)
Doppler espectral, se suele considerar la principal moda- m
'C
lidad no invasiva para detectar evidencias de disfunción (1)
t:
de injerto de bypass en la extremidad inferior. También se
utiliza para evaluar el resultado de una angioplastia peri-
«
férica, aterectomía o colocación de un stent2 6.31• La imagen
de Doppler de las arterias de la extremidad inferior para
determinar la extensión y naturaleza de las lesiones arte-
riales se ha hecho popular con la ayuda del Doppler color.
Aunque la ecografía con Doppler dúplex puede utilizarse
para establecer la existencia de lesiones arteriales impor-

Figura 26-4 Fístula arteriovenosa (AV) de los


4Iio..- ~ vasos femorales después de una angiografía.
~ A, Imagen de Doppler color que muestra un jet de
alta velocidad (flecha) desde la arteria femoral común (A) ..., Figura 26-5 Compresión extrínseca de la vena fe-
hasta la vena femoral distendida (\1) . B, Las señales arteria- ~
to..- moral común (\1) por un gran hematoma (H) que
les muestreadas en la vena femoral común son compati- ~ causa un aumento de la velocidad del flujo veno-
bles con una gran fístula AV mostrando un patrón de flujo so. Puede simular la velocidad aumentada que se aprecia
venoso arterial izado. en las venas donde existe la fístula arteriovenosa.

Figura 26-6 Imágenes sistólica y diastólica de un pseudoaneurisma. A, Imagen durante el final de la sístole 897
4Iio..- ~ que muestra el llenado de un pseudoaneurisma y el movimiento en remolino de la sangre. B, Imagen al final de la
~ sístole que muestra el vaciado del pseudoaneurisma a través de un canal pequeño comunicante. e, Doppler es-
pectral del canal del cuello entre la arteria femoral común y una colección perivascular que muestra el típico movimiento de
vaivén en la forma de onda de un pseudoaneurisma.
Figura 26-7 Ganglio linfático inguinal con señal e Doppler. A, Las señales de Doppler color en los tejidos blan-
.....- -~ dos de la ingle son complejas. La exploración minuciosa muestra que estas señales proceden del centro de una
~ estructura que es un ganglio linfático hiperplásico (flecha). A , arteria femoral; V, vena femoral. B, Forma de onda
de Doppler espectral del centro de esta masa que confirma la existencia de una forma de onda fundamentalmente arterial
y no la forma de onda de vaivén del pseudoaneurisma.

tantes, el trabajo de evaluar toda la extremidad inferior es se ramifica pronto para irrigar la región de la cabeza fe-
laborioso y lleva mucho tiempo. Requiere entre 30-60 mi- moral y los músculos profundos del muslo. En la APP, con
nutos recorrer el árbol arterial de cada extremidad infe- frecuencia se forman rutas colaterales entre la arteria fe-
rior con la ecografía dúplex 3Z . Con el mapeo con Doppler moral profunda y las porciones inferiores de la femoral
color este trabajo puede resolverse en 15-20 minutos 1. La superficial o arterias poplíteas. La arteria femoral superfi-
imagen de Doppler color también mejora la precisión de cial continúa junto a la parte medial del muslo a una pro-
la ecografía Doppler como test diagnóstico para la detec- fundidad de 4-8 cm hasta que alcanza el canal aductor. En
ción y gradación de la severidad de la APP2.29. el límite del canal del aductor la arteria femoral superfi-
cial continúa como arteria poplítea. La arteria poplítea
Extremidad inferior cruza por detrás de la rodilla, enviando ramas geniculares
pequeñas y termina con dos ramas principales: la arteria
Anatomía normal tibial anterior y el tronco tibioperoneo. La arteria tibial
Las arterias profundas de las extremidades inferiores si- anterior sigue su trayecto por el compartimento anterior
c: guen su trayecto acompañadas por la vena. La arteria fe- de la pierna para después cruzar por la membrana interó-
'o
'(3 moral común comienza a nivel del ligamento inguinal y
oCI) sea. Finalmente, atraviesa la articulación del tobillo como
en sigue 4-6 cm hasta que se divide en las ramas femorales arteria pedia dorsal. El tronco tibioperoneo se divide en
superficial y profunda (ver Fig. 26-3) . La arteria femoral las arterias tibial posterior y peronea posterior, que
it rigan los músculos de la pantorrilla. La tibial posterior
es más superficial que la arteria peronea y puede seguirse
hacia abajo hasta su ubicación típica por debajo del ma-
léolo medial.
El patrón de flujo sanguíneo de todas estas ramas es tri-
fásico (Fig. 26-8; ver además Fig. 26-2) . Existe una acele-
ración de velocidad sistólica precoz, seguido de un breve
periodo de inversión de flu jo de baja amplitud antes de
volver a un flujo dia~tólico anterógrado de baja velocidad,
y este patrón puede ser más pulsátil en la arteria femoral
profunda. La velocidad pico sistólica (VPS) varía con el
nivel de la arteria; habitualmente 100 cml s en la femoral
común, baja hasta 70 cmls en la arteria poplítea. Las arte-
rias tibioperoneas tienen una VPS de 40-50 cmls y la res-
puesta al ejercicio o isquemia transitoria consiste en la
pérdida del patrón trifásico y la aparición de un patrón
898
monofásico con flujo anterógrado y pérdida de la inver-
Figura 26-8 Forma de onda trifásica normal de sión diastólica del flujo sanguíneo (Fig. 26-9) . Aunque
~ las arterias de la extremidad inferior. puede apreciarse un patrón monofásico en la patoiogía de
la extremidad inferior con el ejercicio, la VPS estará dismi-
nuida en la extremidad isquémica en pacientes con APP, La técnica ecográfica con Doppler es útil para confirmar
mientras que en individuos sanos después del ejercicio la permeabilidad mantenida o la oclusión de la luz dentro
estará aumentada. del aneurisma. Un abultamiento o dilatación focal del
20% del diámetro esperado del vaso constituye una defi-
Aneurismas nición funcional simple de aneurisma. Se considerará una
Criterios diagnósticos. Los aneurismas se desarrollan monitorización seriada en los pacientes con pequeños
cuando se debilita la integridad estructural de la pared ar- aneurismas menores de 2 cm.
terial. La dilatación focal de la arteria es más probable a Precisión diagnóstica. La verificación patológica directa
nivel de las arterias poplítea y femoral.superficial distal de los aneurismas diagnosticados por ecografía ha de-
(Fig. 26-10). Los aneurismas con frecuencia son bilaterales mostrado que la técnica es sensible y específica y también
y pueden cursar sin síntomas durante largos periodos. La superior a la angiografía con contraste. Todavía no se ha
ecografía se ha convertido en el patrón oro para confirmar publicado la precisión de técnicas del Doppler para con-
la sospecha diagnóstica33 .34. Aunque la ecografía permite firmar la permeabilidad u oclusión de la luz a nivel del reO
visualizar la trombosis progresiva que rellena la luz del aneurisma, pero se acepta como patrón oro.
"S
aneurisma hasta el nivel de la pared dilatada, la luz puede :t::
C.
parecer normal en la angiografía. Se puede utilizar la eco- Estenosis y oclusiones (ti
O
grafía para seguir estos aneurismas, igual que en el caso de Criterios diagnósticos. Los efectos de las lesiones arte-
los aneurismas abdominales. Por desgracia, no existen cri- riales periféricas son detectables por un cambio en el pa-
terios estrictos para determinar la necesidad de interven- trón del flujo sanguíneo en la forma de onda arterial del
ción quirúrgica, y de modo empírico se ha establecido un Doppler. En la lesión, la velocidad pico sistólica aumenta
punto de corte de 2 cm 35 . La aparición de síntomas sugesti- (Fig. 26-12; ver además Fig. 26-1) Y la velocidad de la in-
vos de embolización distal por el trombo acumulado en la versión diastólica precoz desaparece. Distal a una lesión
luz es una indicación absoluta de intervención quirúrgica, arterial moderadamente severa, la inversión del flujo
al margen del tamaño del aneurisma 35 . Los aneurismas ha- diastólico precoz disminuye y finalmente desaparece
bitualmente se ocluyen con el tiempo debido a la acumula- cuando la lesión se hace más grave y el pico sistólico de
ción de trombos (Fig. 26-10, B). La exclusión quirúrgica velocidad disminuye. El componente diastólico de la for-
(ligadura del aneurisma) es el tratamiento tradicional y la ma de onda aumenta en importancia con respecto a la re-
ecografía-Doppler servirá para monitorizar el éxito de la ducción del pico sistólico de flujo sanguíneo. En ocasiones
intervención 36 . La exclusión del aneurisma con stents recu- puede observarse un patrón de alta resistencia monofási-
biertos es un tratamiento alternativo a la intervención qui- co con flujo diastólico ausente, posiblemente debido a va-
r úrgica (Fig. 26- 11). Se puede utilizar la ecografía Doppler soconstricción periférica. El patrón de baja resistencia
para monitorizar la permeabilidad del stent y la exclusión distal a la lesión se acentúa a medida que aumenta la gra-
del aneurisma de la circulación 37,38. vedad de la lesión. En las lesiones más graves, el patrón

Femoral
común

Femoral --+--~r.
profunda
Trifásica proximal

superficial

Colateral

Poplítea --++--.

Monofásica (bajo resistencia


'\ a flujo de salida distal)

*',~L Monofásica (alta resistencia


al flujo de salida)

Figura 26-9 Patología arterial importante que altera la forma de onda del Doppler. La muestra se obtiene 899
distal a la oclusión. La forma de onda de Doppler muestreada proximal a una estenosis de alto grado puede ser
normal o mostrar la pérdida de los componentes precoz y tardío después del flujo diastólico. La forma de onda
distal es monofásica, casi siempre por un componente diastólico relativamente fuerte; patrón que se llama forma de onda
tardus-parvus.
Figura 26-10 Aneurisma de arteria poplítea. A, Ima-
gen transversal del es pacio poplíteo que demuestra un
gran aneurisma (flechas) con patrón de flujo sanguíneo
en remolino. B, Imagen transversal del espacio poplíteo de otro
paciente con una arteria poplítea trombosada (flechas) que des-
plaza las venas poplíteas contiguas duplicadas. e, Imagen en
escala de grises longitudinal de otro paciente que muestra un
aneurisma fusiforme con gran cantidad de trombos que se
aprecian en las paredes anterior y posterior.

del flujo sanguíneo es sobre todo anterógrado con una ve- que reducen la resistencia efectiva del lecho arterial distal.
locidad al final de la diástole que se aproxima en amplitud Este patrón está presente en la mayoría de los casos de le-
a un pico sistólico de velocidad gravemente deprimido. siones suficientemente graves, pero puede estar ausente
Una explicación para el desarrollo de este patrón es la cuando la muestra obtenida dentro del segmento arterial
progresiva dilatación de las arteriolas dentro del lecho sea proximal a lesiones pares como lesiones u oclusiones
vascular distante, debido a la liberación de metabolitos de- distales focales de alto grado. Las señales de una arteria
rivados de la isquemia local y otra explicación alternativa proximal a una lesión de alto grado pueden mostrar un pa-
c: sería el desarrollo de muchas ramas colaterales pequeñas trón de alta resistencia (ver Fig. 26-9). En la ausencia de
'o

(,)
(1)
CIJ

.., Figura 26-11 Oclusión de un stent de arteria poplítea. A, Doppler color de la porción proximal de un stent re-
900 ~ cubierto utilizado para excluir un aneurisma de arteria poplítea. Se observa flujo sanguíneo alrededor del stent
ocluido, un efecto ocasionado por una endofuga del tipo 1. B, Doppler espectral por dentro del stent que confirma
la oclusión. Se detectan algunas señales débiles procedentes de la vena poplítea contigua debidas a la elevada ganancia
de los parámetros.
colaterales, el flujo sanguíneo anterógrado puede a veces en los puntos donde se sospe~ha estenosis 9 • Se ha visto un
mantenerse sólo durante la sístole. El patrón de baja resis- efecto similar cuando se utiliza para detectar lesiones ar-
tencia, un patrón de ascenso lento y baja amplitud que se teriales en la extremidad inferior l . La precisión diagnósti- ti)
observa distal a oclusiones segmentarias, es una forma de ca también mejora con el Doppler color, en comparación m

-
(,)
onda que se llama tardus-parvus (ver Fig. 26-9). Aunque con la ecografía dúplex 2.40. Con la Dopplercolor el tiempo .~

'(1)
se observa en muchos segmentos distales a la oclusión del estudio se reduce en 30 minutos l .
.~
(Fig. 26-13) el patrón de flujo de baja resistencia puede La precisión de flujo color para distinguir segmentos (1)
estar ausente cuando existe vasoconstricción periférica. ocluidos y no ocluidos de las arterias periféricas es de casi Q.
ti)
Se puede utilizar la imagen de Doppler color para explo- un 98%. La precisión para la detección de estenosis es m
.~
rar arterias de la extremidad inferior e identificar lesiones mayor del 85% en el 'caso de las arterias femoropoplí- (1)
probablemente estenóticas, a través de zonas donde la teas1.4H3, en algunos casos se incluía la exploración de las t:
imagen en Doppler color muestre aliasÍng. Se han visto arterias ilíacas 32.4o y arterias salientes 44. La evaluación de <C
á reas focales dond e la VPS medida sea más del doble del las arterias salientes no es tan precisa como el sistema fe- <D
C\I
segmento contiguo y normal que se corresponden con le- moro poplíteo, especialmente en el caso de la arteria pero- o
siones de más del 50% de estenosis en el diámetro de la nea 3,35,46. Sin embargo, permite elegir de forma adecuada '3
~
luz de la arteria 39 . La velocidad medida en la estenosis se segmentos de las arterias tibiales para la anastomosis dis- m
Q.

divide por la velocidad medida proximal a la estenosis. La tal de injertos de bypass 47-49. Además, a partir del uso ex- O
velocidad pico sistólico es menos sensible a los efectos de clusivo de la eco-Doppler antes de un injerto de bypass en
vasodilatación y vasoconstricción, de forma que el pará- la extremidad pueden ser innecesarias otras modalidades
metro de velocidad del Doppler es el preferido para estra- de imagen 5o .52 (más probable en el caso de injertos de
tificar la estenosis de la arteria de la extremidad inferior. bypass femoropoplíteo )53.
Se pueden utilizar como indicadores tanto las velocidades La imagen de Doppler color es efectiva para el estadiaje
telediastólicas (ejemplo VTD; ~80 cm/s) como la VPS de pacientes con síntomas de enfermedad arterial en la
(>200 y >300 cm/s) de la gravedad de la estenosis. Sin extremidad inferior y reduce la necesidad de arteriogra-
embargo, las estimaciones de la VTD resultan más varia- fías diagnósticas en la evaluación clínica de más de la mi-
bles que la VPS debido a los cambios de la VTD en función tad de los pacientes 54. La ecografía Doppler también sirve
de la vasodilatación periférica. para identificar a los pacientes que puedan necesitar una
Precisión diagnóstica y aplicaciones. En su documen- angioplastia periférica, con un mejor manejo que otras
to original de 1987, Kohler y cols. 32 refirieron que la eco- fuentes de imagen más costosas, como la arteriogra-
grafía Doppler tenía una sensibilidad del 82% y una es- fía 29,55-57. Ningún estudio numeroso ha comparado la efica-
pecificidad del 92% para detectar lesiones arteriales cia del Doppler color y la ATe. Sin embargo, los análisis
segmentarias en las arterias femoropoplíteas. Sin embar- coste-eficacia sugieren que cualquiera de estas modalida-
go, destacaba que la muestra selectiva tenía que realizar- des puede utilizarse (ARM o Doppler) para identificar pa-
se a lo largo de todo el trayecto de las arterias femoral y cientes que requieren intervención como sustituto de la
poplítea. Estos segmentos normalmente miden 30-40 cm, arteriografía con contrasté .
de forma que no debe sorprender que dicho estudio re- Las imágenes de Doppler color y ecografía dúplex son
quiera entre 1-2 horas, especialmente cuando se evalúan especialmente adecuadas para evaluar zonas de interven-
las arterias ilíacas. ción percutánea para angioplastia, aterectomía e implan-
La ecografía Doppler ha demostrado que reduce en un tación de stent (Fig. 26-14). En una publicación original
40% el tiempo necesario para explorar la arteria carótida de 1992 se indicaba que una medición ecográfica realiza-

,,
,,
,, 'O
ro
'O
,, "(3

----
o

Figura 26-12 Alteracio-


, u Qi
>
~ nes de la velocidad del ,
flujo sanguíneo que se ,, m
producen en una estenosis de al ,
Tiempo
menos el 50%. Proximal a la le-
2-4 cm proximal
sión el patrón de flujo es normal.
En la estenosis el pico sistólico de
velocidad aumenta en proporción ,
al grado de estenosis. Las altera- ,,
ciones de la porción diastólica de ,, -g
la forma de onda de Doppler mues- ,, 'O
"(3
o
treada en la lesión dependen del Qi
estado de las arterias distales y de >
901
la gravedad y geometría de la le-
sión; el flujo diastólico puede au- ,,
mentar de forma drástica o puede , Tiempo
estar casi ausente.
En la estenosis
~ Figura 26-13 Formas de onda de una oclusión de
~ una arteria femoral superficial (AFS), por encima, a
la misma altura y por debajo, A, Imagen de Doppler
que muestra aliasing de señales de flujo en color en la AFS
proximal en el punto de una estenosis severa. Distalmente, la
pérdida de señal de la arteria se debe a la oclusión. Existe flujo
en la zona de estenosis debido a los vasos colaterales (no
mostrados). B, Forma de onda muestreada más distal, que
confirma la ausencia de señales de flujo en color, que indica
oclusión de la AFS (A). e, Flujo caudal a la oclusión de la AFS
de señales de la arteria poplítea que es monofásico. El flujo
diastólico es bajo, probablemente debido a la vasoconstricción
. periférica. Existe flujo sangu íneo en esta arteria poplítea por el
aporte sanguíneo de colaterales (no mostrado).

da pocos días después de la angioplastia era predictiva de Extremidad superior


e la recidiva de la lesión s8 , Posteriores estudios no han con-
'o
'(3 seguido demostrar esta observación s9,6o, pero el eco- Anatomía normal y patrones de flujo Doppler
(,)
CIl Doppler se puede utilizar para detectar la recurrencia de Las arterias de la extremidad superior se acompañan de
en
una estenosis u oclusión en el lugar de una intervención venas, y lo habitual es que exista sólo una vena a nivel
previa, Así, las observaciones postaterectomía muestran de la vena subclavia, ocasionalmente duplicada a nivel de
una mayor incidencia de reoclusión que la que sugieren las venas axilares, siempre duplicada a nivel de las venas
los síntomas del paciente, La aterectomía no fue tan eficaz braquiales y también más distalmente. La unión de la ar-
como la angioplastia, ya que existen más recidivas de le- teria subclavia con la arteria braquiocefálica derecha
sión después de la aterectomía 61 . Existen dudas sobre si se (innominada) o con la arteria braquiocefálica izquier-
debe repetir la imagen en la zona de una intervención pre- da se puede identificar mediante una ventana de imagen
via cuando el paciente sigue asintomático 62 • Parece que la superior a la unión esternoclavicular. La arteria se localiza
monitorización seriada de las zonas de la angioplastia y superficial a la vena cuando el transductor está colocado
stent puede predecir el éxito técnico y la recidiva de lesio- en la fosa supraclavicular. Cerca de la unión de los tercios
nes 63 ,64, No existen datos que indiquen un beneficio de la medio y proximal de la clavícula es necesario utilizar una
reintervención en el lugar de las lesiones detectado me- ventana con el transductor colocado en el tórax, por deba-
diante la ecografía-Doppler 26 . De hecho, los hallazgos del jo de la clavícula. La arteria queda por debajo de la vena
Doppler sugieren que la implantación del primer stent subclavia. El origen de la arteria axilar es lateral a la pri-
parece superior a la implantación del stent después de mera costilla, normalmente cerca de la unión de las venas
una angioplastia 30 , cefálica y axilar. La arteria axilar puede trazarse cuando
La imagen de Doppler color se ha utilizado para dirigir sigue un trayecto medial al húmero proximal y se convier-
902 las intervenciones percutáneas e implantación de stents, te en la arteria braquial. En la mayoría de los individuos
sin el uso de la arteriografía con contraste, pero es funda- la arteria se puede trazar hasta la fosa antecubital, donde
mental la selección del paciente para el éxito del procedi- se trifurca en las ramas radial, ulnar e interósea. Las ra-
miento. mas radial y ulnar se suelen visionar a nivel de la muñeca
y también es posible visualizar ramas digitales más pe- Después del cateterismo cardiaco, se podrán confirmar
queñas. El patrón de flujo normal es trifásico y similar al rápidamente las oclusiones sospechadas. También pue-
que se aprecia en las piernas. den evaluarse hematomas grandes y se confirmarán o en
descartarán los pseudoaneurismas de suturas de arte- ca

-
O
Fisiopato/ogía Y precisión diagnóstica riotomías en riesgo. La arteria radial se utiliza en ocasio- 't:
'Q)
El mayor interés clínico en la evaluación no invasiva de las nes como punto de acceso para el cateterismo cardiaco. ' t:
ramas arteriales de la extremidad superior se centra en: Pueden aparecer pseudoaneurismas después de un cate- Q)

1) confirmació n de pseudoaneurismas, 2) detección de C.


terismo cardiac0 67 (Fig. 26-17). en
estenosis focales ocasiona das por el síndrome de salida La arteria radial también puede extirparse y servir co- ca
't:
torácica (Fig. 26-1 5), 3) confirmación de una oclusión de mo conducto donante para un bypass coronario. Un pre- Q)
la arteria nativa secunda ria a émbolos o trauma (Fig. rrequisito es la confirmación de la integridad del arco pal- t:
26-16),4) detecci ón de complicaciones después de un ca- mar (arteria ulnar dominante) antes de extirpar la arteria
«
teterismo cardiaco, 5) eva luación de shunts de diálisis, y radial. Esto puede explorarse mediante eco-Doppler de la
6) evaluación preoperatoria de la permeabilidad de la ar- arteria radial distal y confirmando la inversión del flujo
teria radial. sanguíneo con la compresión de la arteria radial más
Se puede inducir la estenosis en la arteria en los pacien- proximaI 68.69. El flujo sanguíneo ulnar debe aumentar
tes con el síndrome de salida torácica colocando el bra- cuando la arteria radial se comprime y ocluye 69 .
zo en la orientación que no rma lmente desencadena los
síntomas, casi siempre la abducción (Fig. 26-15). El sín-
drome de salida torácica se asocia a una embolización ar- V MASAS VASCULARES
terial distal, probablemente a través de fuerzas mecánicas ,,-' · y PERIVASCULARES,.'; ~'
~.~
'o', '

que predispon en a que la arteria desarrolle un aneurisma.


Los trombos forman e ntonces un aneurisma y pueden La ecografía Doppler y el Doppler flujo color tienen la ca-
embolizar a las arterias digitales. La extensión de estas pacidad de documentar la existencia o ausencia de flujo
oclusiones agudas o cró nicas ti ene que mapearse para sanguíneo dentro de masas localizadas cerca de los vasos
evaluar la idoneidad de una cirugía de bypass antes de so- o prótesis vasculares. Aunque la existencia de flujo san-
meter al paciente a la angiografía. También se podrá con- guíneo dentro de una masa perivascular puede diagnosti-
firmar una estenos is p roximal y la oclusión asociada con carse de pseudoaneurisma, la ausencia de flujo sanguíneo
una vasculitis 66 • permite un abordaje más conservador. Si se sospecha un

Figura 26-14 Stent arterial, A, Imagen transversal


....__~ que señala un stent que se muestra con ecos brillan-
~ tes (flecha) en la pared de la arteria femoral media-su-
perficial. B, Forma de onda Doppler espectral en el stent dentro 903
de los límites normales de 84 cm/ s (fleCha). e, Distal al stent,
las velocidades del flujo sanguíneo están ligeramente elevadas:
145 cm/s (flecha).
Figura 26-15 Síndrome de salida torácica. A, Formas de onda de arterias subclavias basales normales. B, For-
~ mas de onda alteradas durante la hiperextensión, con compresión contra la clavícula, que ocasiona estenosis y
síndrome de salida torácica.

hematoma, se puede recurrir a exploraciones seriadas pa- injerto y suele afectar sobre todo a la anastomosis femoral
ra documentar la desaparición del proceso y si la sospe- de los injertos aortofemorales 1s,71, Las infecciones se pro-
cha es un absceso se puede realizar una biopsia sin miedo ducen en cualquier momento y se asocian al desarrollo de
de hemorragia no controlada. pseudoaneurismas anastomóticos. Con el tiempo, los
cambios ateroscleróticos y lesiones hiperplásicas de la fi-
Injertos sintéticos de bypass vasculares broíntima se entremezclan con zonas de depósito crónico
Las distintas complicaciones que pueden afectar la fun- de trombo que se desarrollarán en el conducto del injerto,
ción de los injertos de bypass sintéticos de la extremidad
inferior 1s,7o dependen del tipo de injerto y del tiempo de Masas: hematoma versus pseudoaneurisma
su implantación (Fig, 26-18). Hasta pasados los dos pri- Aunque la precisión diagnóstica del Doppler dúplex supe-
meros años de la cirugía, el fallo del injerto se debe sobre ra el 95% cuando se utiliza para el diagnóstico de pseu-
todo a errores técnicos o al desarrollo de lesiones de la doaneurismas en la anastomosis de los injertos de
fibroíntima en la anastomosis. Los fallos más tardíos se bypass, no se ha descrito una forma de onda específi-
deben a la progresión de las lesiones ateroscleróticas en ca 72 ,73 , Al asociar la imagen del Doppler color se puede ob-
los vasos nativos proximal y distal al injerto, La complica- jetivar un aspecto casi típico de movimiento en remolino
e ción tardía de un pseudoaneurisma anastomótico se pro- de la sangre en la masa perivascular 1s . El signo es inespe-
'o
'(3 duce en promedio a los S-ID años de la implantación del cífico de pseudoaneurisma, ya que los aneurismas sacula-
(.)
Q)
(f)

Figura 26-16 Formas de onda normal y anormal en las arterias braquiales. A, Forma de onda normal en el
904 lado izquierdo de la arteria braquial que recuerda la forma de onda trifásica que se observa en las arterias de ex- '
tremidades inferiores. B, Forma de onda anormal del lado derecho de la arteria braquial que se 'obtiene distal a la
oclusión de la arteria subclavia. El Doppler espectral muestra una forma de onda de baja amplitud (parvus) con ascenso
lento sistólico (tardus). Esta forma de onda tardus-parvus es típica de una oclusión arterial.
de vena superficial nativa que se extrae de su ubicación
anatómica normal, se invierte y se anastomosa después a
un segmento arterial nativo proximal y distal a los seg-
mentos afectados. La técnica in situ habitualmente utili-
za la vena safena grande, aunque puede utilizarse la vena
safena pequeña en la cirugía de bypass poplítea a tibiope-
ronea distal. La vena se deja en su lecho nativo. Las válvu-
las se lisan y las ramas laterales (las venas perforantes
que comunican normalmente con el sistema venoso pro-
fundo) se ligan. Las partes proximal y distal se movilizan y
..., Figura 26-17 Pseudoaneurisma de arteria ra- anastomosan a los segmentos arteriales seleccionados .
~ dial. Pseudoaneurisma (flechas) que surge de una
~ arteria radial después de un cateterismo cardiaco. Existen tres mecanismos distintos como responsables
del fallo de un injerto de bypass. Los fallos precoces se reo
observan dentro del primer mes de la cirugía y normal-
"S
mente son la consecuencia de errores técnicos, como ,t::
res comparten patrones de flujo similares. El diagnóstico Q.
ca
una mala aplicación de la línea de sutura, apertura de ca-
diferencial se suele realizar a partir de una detallada ima- O
nales venosos no conocidos en los injertos in situ, mala
gen en tiempo real que confirme que la masa está situada
selección de los puntos anastomóticos o válvulas venosas
más allá de la luz normal del vaso. El signo de vaivén en
rotas. A los dos años de la cirugía tienden a desarrollarse
el pseudoaneurisma nativo se detecta tras el análisis con
lesiones fibroÍntimas o fibróticas, normalmente en la
Doppler espectral de la señal muestreada en el canal co-
anastomosis o dentro del conducto del injerto y casi siem-
municante entre la colección perivascular y el vaso nativo.
pre en el punto de una válvula venosa. Los fallos más tar-
Este cuello con frecuen cia no existe o es demasiado ancho
díos, después de los dos años, se consideran consecuencia
y desplaza la arteria en lugar de extenderse como una es-
de un proceso de aterosclerosis progresivo en el vaso
tructura delgada que abarca varios centímetros. Lo habi-
nativo proximal y distal a la anastomosis.
tual es que los pseudoaneurismas anastomóticos no
muestren unos canales comunicantes evidentes.
Estenosis del injerto de bypass venoso
Se tendrá la precaución de diferenciar las pulsaciones
La reducción de la velocidad del flujo venoso dentro de
perivasculares trasmitidas al hematoma a partir de la
un bypass venoso indica con gran probabilidad la oclu-
sangre que fluye. Los ajustes de la sensibilidad del flujo
sión y trombosis incipiente del injerto (Fig. 26-19).
del dispositivo de imagen para minimizar este artefacto
Bandyck y cols. 75 ,76 mostraron que una VPS menor de
en la arteria normal proximal o distal al lugar de la altera-
40-45 cmls servía para identificar tales injertos. Este cri-
ción pueden ayudar a eliminar este error. La regulación de
. terio diagnóstico permite identificar adecuadamente sólo
la escala de velocidad de color (frecuencia de repetición
los injertos con las afectaciones más graves 77 • No identifi-
pico, FRP) a un valor alto elimina este artefacto, sin que
ca el punto de la estenosis que probablemente evolucione
afecte la detección del canal comunicante.
a una restricción del flujo y finalmente presente la trom-
bosis del injert0 78 . Las lesiones que se desarrollan dentro
Oclusiones y estenosis anastomóticas
del bypass casi siempre son la consecuencia de una hi-
La ausencia de señales Doppler dentro del injerto de
perplasia fibroÍntima y su presencia tiene que identifi-
bypass es diagnóstica de oclusión. Una estenosis anasto-
carse más precozmente para que se pueda monitorizar
mótica ocasionará habitualmente un marcado aumento
una posible progresión de su severidad. La ecografía-
en las señales de Doppler muestreadas en la anastomosis
o más allá. Sin embargo, las velocidades del flujo sanguí-
neo tienden a aumentar a medida que el injerto se reduce
en dirección a la anastomosis. Los aumentos de velocidad
ocasionados por la geometría de las conexiones anastomó-
ticas son frecuentes y pueden ocasionar un aumento de
hasta el 100% en la velocidad sin que sea indicativo de una
lesión patológica. Ningún estudio ha reflejado la incidencia
a ctual e importancia de este hallazgo. La monitorización
seriada del flujo alterado puede realizarse partiendo de la
base de que el aumento de la velocidad de pocos meses
será indicativo del desarrollo de una estenosis 74 •

905
Figura 26-18 Injerto sintético. Aspecto en esca-
Se suelen utilizar dos tipos de injertos venosos de bypass
~ la de grises de un PTFE sintético como injerto de
ara la revascularización arterial: la vena invertida y los by pass en extremidad inferior (flechas) .
fn jertos venosos in situ. La vena invertida es un segmento
da en la porción del injerto que queda 2-4 cm proxi mal
(Fig. 26-21). Una ratio de velocidad de flujo sanguíneo de
2 o más corresponden a una estenosis con un diámetro
del 50%32,57, Las ratios de flujo sanguíneo de 3 o más re-
presentan una estenosis con red ucción del diámetro
del 75%27,57, Las estenosis críticas se han identificado
de forma empírica como aquellas que aumentan la velo-
cidad por un factor de 3,5, 3,7 o incluso 4,0 79 ,80 , La ratio de
la velocidad de flujo sanguíneo es muy precisa para la de-
tección de una estenosis y determina su gravedad 81 ' 83 .
Una limitación potencial de la imagen de Doppler es la
existencia de lesiones pareadas, donde el campo del flujo
Figura 26-19 Velocidad de flujo anormal de un de una estenosis se solapa con el de otra lesión ubicada
~ injerto de bypass. Velocidad disminuida «40 más distalmente 84 .
cm/s) en un injerto de bypass que indica una alta Actualmente se admite que las lesiones precoces se de-
probabilidad de oclusión futura. La velocidad diastólica si- sarrollan dentro de los tres primeros meses después de la
gue aún preservada. cirugía y son detectabl es por ecografía incluso antes de
que el paciente presente síntomas 85 y también que una ex-
ploración precoz identifica la mayoría de las lesiones que
Doppler se puede utilizar de forma muy eficiente para la finalmente pueden progresar y ocasionar una trombosis
evaluación de un bypass de hasta 30-80 cm. El punto con del injert0 86 . En muchas de estas lesiones estará indicada
la sospecha de estenosis se identificará con rapidez y el una corrección quirúrgica de las nuevas «estenosis preco-
Doppler espectral permitirá entonces la graduación de la ces», ya que si se dejan, suelen evolucionar hasta ocasio-
gravedad mediante la ratio de VPS (Fig. 26-20). Las imá- nar una oclusión del injerto de bypass 85,87 , Actualmente el
genes de Doppler potencia y la imagen en modo B (una seguimiento se centra más en estas lesiones precoces y se
técnica que visualiza la sangre en movimiento) se utilizan intervienen cuando alcanzan un umbral determinad0 88,89,
además para confirmar la existencia de cualquier lesión Se acepta una ratio de VPS de 4,0 como umbral que define
estenótica. La ratio de VPS se calcula dividiendo la veloci- la estenosis que debe tratarse 79 , Los injertos de bypass ti-
dad pico sistólico de la estenosis sospechada por la medi- biales con detección intraoperatoria de una velocidad de

c:
'o
'0
(,)
G)
en

Figura 26-20 Estenosis focal de un injerto de bypass en la pantorrilla. A, Doppler color que muestra un punto de
906 ~ aliasing con soplo en tejido blando (flecha). B, Imagen de Doppler color en la que se aprecia el segmento correspon- I
diente de un injerto de by pass que fue muestreado desplazando el acceso del Doppler junto al injerto. Se produce un
importante aumento de la velocidad pico sistólico en el punto del aliasing. e, La imagen de Doppler potencia confirma la
existencia de una lesión (flecha). D, Imagen en modo B que también confirma la gravedad de la estenosis (flecha).
Figura 26-21 Flujo de Injerto in situ Medición de velocidad Tasa de velocidad: A/ B
~ Doppler muestreado
en un injerto. El diagra-
ma muestra los distintos aborda- m
!ti
jes para muestreo con Doppler "O (.)
ro
"O
.¡:
de las velocidades de flujo san- ·ü '(1)
o ~
guíneo en los injertos de bypass. ID ~

Para el muestreo de las veloci- > (1)


C.
dades de flujo sanguíneo en la m
anastomosis se tendrá en cuen- Tiempo !ti
'¡:
ta el previsible afilamiento entre (1)
EN LA ESTENOSIS
el injerto y la arteria nativa. ~
<C
"O
ro <D
"O
N
·ü
o
o
ID '3
,,
~
~
> Q.
, , ClI
O
Estenosis del conducto del inje~o
Tiempo

/ Referencia
/ Ratio 2,0 = 50% de estenosis
Ratio 4,0= 75% de estenosis

Estenosis anastomótica distal

flujo diastólico final reducido tienen un elevado riesgo de Fístulas arteriovenosas


fallo posterior del injerto 9o . Las mediciones preoperato- La comunicación AV persistente a través de unas venas
rias del diámetro venoso también parecen predecir dis- perforantes no ligadas se produce con la técnica in situ.
tintos aspectos del éxito a largo plazo de los bypass veno- Las fístulas AV pueden pasar fácilmente inadvertidas du-
SOS91 . Al igual que en el caso de la enfermedad de la arteria rante o inmediatamente después de la cirugía, ya que un
nativa, las intervenciones dirigidas mediante ecografía sin porcentaje significativo se abre en las primeras semanas
la necesidad de contraste han demostrado un éxito tera- del postoperatorio. La imagen de Doppler color es una
péutico durante la reparación endovascular o del tiempo forma simple y clara de documentar la existencia de fístu-
quirúrgico en el caso de intervenciones directas 92 • las AY, aunque los hallazgos pueden simular los de una

Figura 26-22 Estenosis en un injerto de bypass y fístula arteriovenosa (AV) que ocasiona una elevación fo-
~ cal de la velocidad. A, Muestra tomada ~n el punto. de alíasíng de este injerto de by pass en la pantorrilla que 907
muestra el Importante aumento de la velocidad del fluJo sanguíneo debido a una estenosis. B, Muestra del mismo
injerto en el muslo que señala un patrón claramente distinto, con bastante más flujo en diástole y soplo en el tejido peri-
injerto (flechas). Aunque este patrón puede observarse en una simple estenosis, en este caso la elevación del flujo sanguí-
neo se debía a una fístula AV permeable que surgía del injerto en esta localización.
estenosis (Fig. 26-22). La ecografía intraoperatoria se uti- brazo, habitualmente de politetrafluroetileno (PTFE) sin-
liza para detectar fístulas que deben ser ligadas 76 . Los tético y rara vez venas autólogas. Los problemas comunes
puntos de comunicación entre el injerto in situ y las venas con los injertos de acces o por interposición son el desa-
nativas profundas pueden detectarse en el postoperatorio rrollo de microaneurismas, a neurismas grandes y es-
simplemente con la ecografía Doppler. Habitualmente se tenosis. La imagen de fluj o col or puede detectar de forma
utiliza la ecografía como única guía para la corrección qui- fiable y con gran precisión masas periinjerto o pseudoa-
rúrgica, sin la necesidad de una angiografía 93 . neurismas. Las imágenes de Doppler color y ecografía dú-
plex se utilizan para detectar estenosis con una precisión
del 86%, sensibilidad del 92% y especificidad del 84%98.
í'2> INJERTOS Y FíSTULAS'DE.'AC'CESOfl"- La pérdida de especificidad se debe a patrones de flujo
I "'~~,
~~ .
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'PARA ~, DIÁLisis~:t~~'~(.?~l~~
~" ~ _ "'~r ~ ~ltt~1,}
>! ?dt ... turbulento en el curso tortuoso de la vena de retorno y a
--'
sus altas velocidades basales. La precisión diagnóstica se
La utilidad de la ecografía en la evaluación de las fístulas mejora en los injertos con segmentos rectos hacia la vena
AV de diálisis y los injertos para acceso en hemodiálisis eferente, donde la sensibilidad alcanza el 95% con una es-
suponen un asunto controvertid0 94 . Sin embargo, las fístu- pecificidad del 97%98. Añadir el Doppler color no parece
las AV son el acceso preferido para la diálisis a largo plazo, mejorar la precisión diagnóstica99 . La trombosis del in-
a pesar de la alta prevalencia de injertos para acceso en jerto acaba siendo la causa del fallo del injerto y es la evo-
hemodiálisis en Estados Unidos (Fig. 26-23). lución final del injerto de diálisis. La extensión del tiempo
La fístula AV arteria-vena nativas es también la preferi- de vida efectivo de un acceso de diálisis es crítico para el
da para garantizar una hemodiálisis prolongada. La co- paciente en diálisis, ya que existe un número limitado de
municación AV suele crearse entre la arteria radial y una oportunidades para crear fístulas AV o injertos de diálisis.
vena superficial, como la vena cefálica distal (Brescia-Ci- La trombosis del injerto casi siempre es secundaria al flu-
mino). Su creación requiere una técnica cuidadosa y la jo sanguíneo lento en el contexto de la aparición de lesio-
maduración del injerto suele precisar un mes 9S . La ecogra- nes estenóticas. El Doppler dúplex se utiliza para detectar
fía ofrece una información preoperatoria del estado de las estas lesiones. Sin embargo, existe controversia sobre si
arterias y venas nativas que permitirá mejorar la tasa de esta información alarga la vida útil del acceso 100 o simple-
éxitos técnicos cuando se crea la fístula 96 • Las mediciones mente provoca un mayor número de intervenciones que
eco gráficas del diámetro arterial pueden predecir el fallo no afectan la permeabili dad a largo plazo 101 .
de la fístula de diálisis. Es esencial la maduración adecua- Son pocos los estudios que proporcionen criterios diag-
da de la fístula para el éxito a largo plazo de la fístula de nósticos aplicables a la ecografía-Doppler de las esteno-
diálisis. La vena que se pretende utilizar tiene que estar sis de injertos para acceso en hemodiálisislo2-104. La
suficientemente cerca de la piel para un acceso fácil. El VPS en los accesos a injertos de diálisis que funcionan
diámetro de la vena aumenta habitualmente a medida que bien es de 100-200 cmls (Fig. 26-24), Y tiende a ser más
el flujo de segmento venoso arterializado aumenta. Erro- elevada en los primeros 6 meses de la implantación del
res técnicos en la formación de la fístula, como acodadu- injerto o de la creación de un shunt AVlo 4. Las estenosis
ras y estenosis y el fallo para ligar las rutas venosas cola- sobreañadidas pueden por ello resultar difíciles de detec-
terales dominantes, pueden conducir a un fallo de la tar dadas estas velocidades basales elevadas. Una eleva-
maduración venosa. El Doppler dúplex permite identifi- ción en la velocidad de flu jo sanguíneo del 100% (ratios
car estas fístulas y dirigir con éxito las intervenciones co- de velocidad;:: 2) se considera compatible con la existen-
rrectoras 97 • cia de una estenosis importante. El Doppler color y poten-
Un tipo alternativo para el acceso de diálisis consiste en cia y las imágenes en escala de grises también son útiles
la interposición de injertos que se insertan en el ante- para confirmar la existencia de lesiones anatómicas 102.

Arteria Vena \J Figura 26-23 Tipos de fístula


..._ ~ en diálisis. Fístula arterioveno-
~ sa de Brescia-Cimino por sutu-
ra directa (Iaterolateral) de una arteria y
una vena. Los injertos interpuestos se
crean con PTFE sintético o análogos
biológicos como material puente entre
arteria y una vena superficial idónea.

908

Fístula arteriovenosa Injerto de interposición Injerto de interposición


de Brescia-Cimino (asa) (recto)
Las lesiones estenóticas tienden a desarrollarse en el lado lor. Se aprecia una zona de turbulencia dentro de la fe-
venoso de la fístula de acceso en las del 80% de los ca- moral común o de la vena femoral profunda, con señales
SOSI05. En ocasiones la estenosis puede estar a nivel de la arterializadas en el Doppler espectral (ver Fig. 26-4). La In
vena subclavia, especialmente en individuos que han lle- comunicación fistulosa se puede observar en el mapa de ca
(.)
vado catéteres insertados en la vena subclavia. Después colores, aunque su localización puede resultar difícil sólo '¡:
de las intervenciones percutáneas, puede utilizarse la con la ecografía dúplex. La turbulencia asociada a la fístu- ....'¡:
'(1)

ecografía Doppler para monitorizar el desarrollo de este- la puede interpretarse erróneamente como señales de (1)

nosis recurrentes. Los estados de flujo sanguíneo bajo de turbulencia ocasionadas por compresión extrínseca de
o.
In
50 cm/s o menores también indican un alto grado de este- una vena por un hematoma (ver Fig. 26-5), que es otra ca
'¡:
nosis en el conducto del injerto o vena de retorno. complicación frecuente del cateterismo. La visualización
de un canal comunicante debe realizarse por este motivo ~
<C
con parámetros de velocidad de alto color (FRP de alto
~ ~ .. ~I&QMRLlCACIONES DE color). Un signo indirecto de una fístula es una dilatación
'~ LO~:E'~9~E;I?IMIENTOS INVASIVOS de la vena con escasa respuesta a la maniobra de Valsalva.
En una comunicación pequeña, las señales de velocidad
La ecografía dúplex y color son útiles para evaluar pacien- venosas pueden disminuir con facilidad o desaparecer
tes que se quieren someter a procedimientos invasivos y durante el Valsalva (Fig. 26-25). Las señales de flujo san-
pueden tener una fístula AV o pseudoaneurisma. El núme- guíneo en una vena receptora de una comunicación de
ro de casos observados ha aumentado en respuesta al uso fístula grande no disminuyen durante las maniobras de
de procedimientos endovasculares. Los hallazgos ecográ- Valsalva (Fig. 26-26). La abolición completa de las señales
ficos se consideran válidos sin necesidad de estudios an- de flujo durante el Valsalva sugiere que la fístula es peque-
giográficos u otras pruebas de imagen antes de realizar la ña y que probablemente se ocluya de forma espontánea
correspondiente reparación. en las próximas semanas. Se ha descrito un tratamiento
transcutáneo para conseguir el cierre utilizando monito-
Comunicaciones fistulosas rización ecográfica y aplicando presión sobre la fístula
Las comunicaciones fistulosas después de un cateterismo durante 20-60 minutos. Las tasas de éxito de las repara-
cardiaco u otros procedimientos angiográficos se pueden ciones transcutáneas son del 30% o menos10 6 . Otra inter-
detectar rápidamente mediante imagen con Doppler co- vención consiste en aplicar una banda compresiva en la

Figura 26-24 Formas de onda normal en los injer-


~ tos de diálisis, A, Flujo de entrada arterial normal en
un injerto de diálisis implantado en la ingle. B, Forma 909
de onda con Doppler obtenida en el injerto que muestra veloci-
dades de aproximadamente 200 cm/s. e, Forma de onda de
Doppler del flujo de salida normal, con evidencia de turbulencia
persistente.
..., Figura 26-25 Forma de onda en la vena femoral que sugiere una fístula arteriovenosa. A, Soplo en tejidos
4Ii....- -~ blandos como única evidencia de una fístula AV. B, Muestra de una forma de onda de Doppler casi en la vena fe-
~ moral nativa que muestra una respuesta parcial (flujo sanguíneo decreciente) durante la maniobra de Valsalva
(HOLO) con normalización después de la maniobra (REL): Esto sugiere que la fístul a AVes pequeña.

zona; las fístulas se resolvieron en 16 pacientes que lleva- del pseudoaneurisma que se expande al entrar la sangre
ron un vendaje compr esivo entre 4 y 46 días con ulcera- durante la sístole. El componente de vuelta se observa
ción en el lugar de punción en dos de los pacientes y trom- durante la diástole cuando la sangre almacenada en la ca-
bosis de la vena femoral en otro paciente. vidad se expele de nuevo hacia la~rteria y es más promi-
nente en funci ón de la capacidad-;(tamaño) del pseudo-
Pseudoaneurisma aneurisma, la distensibilidad de .los t ejidos blandos q ue
El pseudoaneurisma se puede desarrollar después de rodean al pseudoaneurisma y la presión de pulso entre
traumas penetrantes o de un cateterismo cardiaco. La sístole y diástole. Los pseudoaneurismas pueden presen-
comunicación directa entre el pseudoaneurisma y la luz tar múltiples compartimentos o solamente uno.
arterial debe ser detectable por imagen de Doppler color. El tratamiento de los pseudoaneurismas se consideraba
Con frecuencia será necesaria una escala de alta velocidad tradicionalmente una emergencia médica, algo que ha
(FRP) porque las velocidades pueden ser muy elevadas. cambiado sustancialmente con el uso extendido de la eco-
Los hallazgos de la ecografía dúplex en forma de signos de grafía. En un grupo de pacientes en reposo en cama, Kotval
vaivén o entrada/salida se detectan habitualmente en el ca- y COIS. 108 observaron que la historia natural de los pseu-
c: nal de la comunicación del pseudoaneurisma (vér Fig. 26-6). do aneurismas solía ser benigna y documentaron el cier re
'o
'ü El componente de ida se debe a la expansión de la cavidad espontáneo y la trombosis del pseudoaneurisma del pa-
(,)

910
Figura 26-26 Forma de onda en la vena femoral que sugiere una gran fístula arteriovenosa. A, Doppler color
que detecta una fístula AV profunda: A, arteria femoral común; V, vena femoral común . B, Escasa respuesta (falta
de variación en la velocidad) con la maniobra de Valsalva, que sugiere que la fístula AVes relativamente grande.
ciente. Fellmeth y cols. 106 fueron los primeros en describir risma. La sonda se mantiene a lo largo del eje largo de la
el uso del tratamiento de compresión transcutánea de arteria mientras que el flujo a la cavidad queda obliterado,
los pseudoaneurismas secundarios a cateterismo, utili- utilizando una secuencia de más de tres aplicaciones
zando un protocolo simple en el que aplicaba presión con transcutáneas, cada una de 20 minutos. El tratamiento
la sonda de ultrasonidos sobre el cuello del pseudoaneu- transcutáneo fue exitoso en más del 80% de los casos. Es-

CUELLO DEL PSEUDOANEURISMA

Sístole

Arteria
""O
.¡g Sístole

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-
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.., Figura 26-27 Pseudoaneurisma de arteria femoral. A, Ecografía longitudinal de una arteria femoral común (A)
~ que muestra una gran colección de líquido perivascular. B, Ecografía Doppler color que muestra un patrón en yin-
yang debido a un remolino de sangre en una cavidad pseudoaneurismática. Obsérvese el cuello delgado de co-
municación entre la arteria y la colección perivascular. Los trazados del Doppler espectral muestran el típico patrón de la
forma de onda en vaivén del pseudoaneurisma. e, Diagrama que muestra el flujo sanguíneo que penetra en el pseudoa- 911
neurisma durante la sístole (ida) cuando la presión es mayor en la arteria que en la vena. La sangre sale durante la diástole
(vuelta) cuando la presión/energía que ha quedado almacenada en los tejidos adyacentes que rodean la colección es aho-
ra mayor que la presión diastólica. Continúa
Figura 26-27 Cont. D, Inyección guiada mediante ecografía de trombina para trombosar el pseudoaneurisma. Se
~ fija una aguja de 25 G a una jeringa de 1 mi que contiene trombina. E, Ecografía Doppler color longitudinal a los
dos minutos de inyectar la trombina, que muestra que la luz del pseudoaneurisma se rellena de ecos que repre-
sentan el coágulo y que no existe flujo sanguíneo en la exploración con Doppler.

tos autores subrayan la necesidad de una buena analgesia, incluso en los pseudoaneurismas pequeños para reducir
una mayor dificultad de reparación en pacientes anticoa- el coste de visitas repetidas 108.127 . Los pseudoaneurismas
guiados y refieren complicaciones potenciales, como de cuello ancho son los que con mayor probabilidad ten-
trombosis arteriales o venosas. Las publicaciones poste- drán que manejarse quirúrgicamente 128, dado el riesgo de
riores han confirmado la alta tasa de éxitos de la compre- fuga de la trombina en la arteria nativa y la consiguiente
sión transcutáneal09.110, incluso en pacientes que toman hemorragia 129 .
anticoagulantes l l l . Otras publicaciones describen una Otro tratamiento alternativo disponible es la inyección
mayor probabilidad de éxito en pseudoaneurismas pe- paraaneurismática de salino para comprimir el cuello
queños y en aquellos con canales más largos ll2 ·113 . Los pseudoaneurismático l3O • Entre sus ventajas están la au-
pseudoaneurismas que surgen de otras arterias (axilar l14, sencia de reacciones alérgicas, un riesgo que existe con la
e braquiaP1S) también se tratan con éxito mediante trata- trombina. Entre sus desventajas destaca la necesidad de
'o
'C:; miento compresivo. volúmenes más grandes y una colocación precisa de la
oQ)
en La inyección de trombina dirigida por ecografía es un punta de la aguja.
tratamiento alternativo que se ha sustituido casi total-
mente por el tratamiento compresivo dirigido por ecogra-
fía 116.118. (Fig. 26-27). Después de la colocación de una
aguja en la cavidad del pseudoaneurisma se inyectan has-
ta 1.000 unidades de trombina 119·12l • El protocolo básico
de utilizar altas concentraciones de trombina se ha modi-
ficado para utilizar mejor una concentración diluida de
1.000 U en 10-20 mi de salino, con inyección lenta bajo
monitorización ecográfica. La dosis media de trombina
puede reducirse a 192 U122, reduciendo de este modo el
riesgo de inyección inadvertida en arterias nativas. Esta
técnica es más eficaz y tiene mayores tasas de éxito 121.123
que la reparación mediante compresión 124 • La inyección
de trombina también es exitosa si se aplica a pacientes an-
ticoagulados 125 • Incluso después del tratamiento puede
persistir una comunicación (Fig. 26-28). La utilización de Figura 26-28 Cuello persistente en el pseudoa-
ecografía compresiva se puede intentar todavía, especial- neurisma. A pesar de la trombosis exitosa de la
912 mente en los pseudoaneurismas pequeños «2 cm)126. cavidad de un pseudoaneurisma (flecha), el pe-
queño cuello comunicante sigue abierto. En muchos pa-
La supervisión ecográfica de los pseudoaneurismas pe-
cientes se ocluirá espontáneamente en las siguientes ho-
queños con frecuencia confirma su cierre espontáneo. Al- ras o días.
gunos autores sugieren el uso de la trombina inyectada
Figura 2C 29 Dispositivo de cierre arterial que ocasiona una estenosis de la arteria femoral común (AFC).
A, Dispositivo de cierre (flecha) colocado en la pared próxima de la AFe . B, Desplazamiento caudal parcial de
este dispositivo que ocasiona una estenosis y el correspondiente aumento de la velocidad del flujo sanguíneo.

nuevos dispositivos de cierre, la ecografía dúplex ofrecerá


la posibilidad de evaluar la eficacia confirmando la ausen-
cia de fístulas AV y la formación de pseudoaneurismas 137 •

La incidencia de pseudoaneurismas ha aumentado apa- ~ ""'~-¡"'~'~""'-<~~~ ,"",<'"---~.' '- -


rentemente en la última década. Kresowik y cols. l3l refi-
rieron una incidencia de casi 10 veces la incidencia que se
CO~~L.~~I.<?~ . :;',',; .~ o _ '.~
había referido del 0,5% en décadas previas. Una posible
explicación a este aumento es el uso más agresivo de la La ecografía Doppler del sistema arterial periférico es una
anticoagulación y de catéteres de mayor diámetro duran- herramienta coste-efectiva para el diagnóstico diferencial
te la angioplastia y procedimientos de implantación de de diversas patologías vasculares. La ecografía Doppler es
stent. La duració n necesaria para asegurar la hemostasia su propio «patrón oro» para el diagnóstico de aneurismas,
después del cateterismo y la extracción de dicho catéter fístulas AV y pseudoaneurismas. Estos procedimientos
de arteria femoral es el predictor más importante respec- diagnósticos se ven facilitados por el uso de imagen de
to a la formación posterior de pseudoaneurismas 132 . flujo sanguíneo mediante el Doppler color. El Doppler co-
El uso de dispositivos de cierre para sellar el punto de lor y el Doppler dúplex pueden utilizarse para valorar y
entrada arterial ha disminuido la incidencia global de for- estudiar cambios en las dinámicas de flujo a lo largo de
mación de pseudoaneurismas 67 . Cuando suceden, los segmentos largos de arterias periféricas, La integración
pseudoaneurismas tienden a ser grandes y se identifican de la modalidad diagnóstica como principal mecanismo
fácilmente con ecografía 133 . El dispositivo Angio-Seal pue- diagnóstico de seguimiento en pacientes con intervencio-
de ocasionar una estenosis arterial (Fig. 26-29) o incluso nes de bypass arterial periférico está bastante implantado
la oclusión arterial, por un desplazamiento inadvertido actualmente. Con las recientes incertidumbres respecto al
del componente intraarterial del dispositivo 134. El compo- uso del contraste en pacientes con disfunción renal, la
nente clave de algunos dispositivos de cierre es un «ta- ecografía Doppler ofrece una evaluación coste-efectiva de
pón» de colágeno de colocación intravascular; que puede la enfermedad arterial nativa, permitiendo la detección de
migrar y caer en la luz de la arteria 135 . A pesar de esta lesiones y ayudando al triage de pacientes para interven-
complicación potencial, el dispositivo también se puede ción u otras opciones terapéuticas, como la angioplastia o
utilizar en la arteria radiaP36. En cuanto se disponga de la implantación de stents.

913
Capítulo 27

VENAS PERIFÉRICAS
Amy Symons Ettore y Bradley D. Lewis

La tomo grafía computarizada (TC) sigue desarrollándo-


~, MÉTODOS DE CRIBADO se en función de la disponibilidad de la TC helicoidal mul-
~ DIAGNÓSTICO tidetector. Los reducidos tiempos para la obtención de
imagen de estas técnicas permiten una imagen vascular,
La evaluación clínica del sistema venoso periférico es que se dirige sobre todo al sistema arterial (AngioTC,
compleja e imprecisa. Por este motivo se han desarrollado ATC), pero que permite además una definición exquisita
numerosos métodos con imagen y sin imagen para ayudar del sistema venoso (TC venoso, o VTC) . Se ha investigado
al clínico en este problema diagnóstico. Estos métodos la estrategia de añadir una evaluación venosa de la extre-
pueden dividirse en tres categorías principales. midad inferior o pélvica en los pacientes que se someten a
una angiografía TC multidetector para descartar un em-
Métodos fisiológicos, sin imagen no invasivos bolismo pulmonar1-3. En el estudio multicéntrico Prospec-
Los métodos fisio lógicos sin imagen y no invasivos se ba- tive Investigation of Pulmonary Embolism Il (PIOPED) se
san en la hemodinámica de un flujo venoso alterado que demostró que la sensibilidad y especificidad de la ATC
permite deducir de forma indirecta la existencia de una pulmonar combinada con la ecografía de las extremida-
patología venosa. Como ejemplos destaca la pletismogra- des inferiores era equivalente a la ATC y VTC combina-
fía y la ecografía-Doppler de onda continua. En general, das 3 • La imagen de angio y flebo -resonancia magnética
estas técnicas son muy dependientes del operador, son siguen en desarrollo y han demostrado unos resultados
subjetivas y de baja especificidad y no permiten definir la prometedores en la imagen del sistema venoso periférico.
anatomía. Sin embargo, son poco costosas y pueden servir En cualquier caso, dada la alta precisión, disponibilidad
como herramientas útiles de cribado en manos de médi- y bajo coste de la ecografía, junto con la incertidumbre
cos competentes y experimentados. que existe respecto a la potencial exposición a la radiación
de repetidos estudios con TC, parece poco probable que la
Métodos de imagen invasivos TC o RM puedan sustituir a la ecografía como principal
La flebografía convencional muestra la anatomía del sis- técnica de cribado. En la mayoría de los centros es la prin-
tema venoso y es la referencia clásica de la imagen venosa cipal técnica de imagen para la evaluación venosa de
frente al resto de técnicas con las que se compara. Sin em- las extremidades inferiores. La TC y RM juegan un papel
bargo, su coste relativamente alto, su naturaleza invasiva secundario, normalmente más orientado a la búsqueda de
y un riesgo bajo pero concreto junto con las flebitis post- trombosis pélvica, abdominal o torácica. En cuanto a la
flebográficas secundarias a su utilización han llevado a flebografía convencional se reserva a situaciones comple-
que los médicos sean reacios a su uso. La flebografía tam- jas poco frecuentes.
poco proporciona una información fisiológica.

Métodos de imagen no invasivos . TÉCNICA ECOGRÁFICA


La imagen en tiempo real con ecografía en modo M, con el
uso adicional del Doppler dúplex y color, proporciona una
información anátómica objetiva similar a la que aporta la Imagen en escala de grises
flebografía convencional y además aporta información fi- La ubicación relativamente superficial y la ausencia de in-
siológica de la hemodinámica venosa. Su coste relativa- testino o estructuras anatómicas interpuestas permiten
mente bajo, naturaleza no invasiva y amplia (tisponibilidad, una imagen de alta resolución en la mayoría de las venas
portabilidad y la elevada precisión que ha demostrado, ha periféricas, aunque con alguna excepción. Esta ubicación
llevado a la ecografía a desempeñar un papel primordial superficial anima al uso de transductores de alta frecuen-
en el diagnóstico de la trombosis venosa. La ecografía cia. En la mayoría de los pacientes el uso de un transduc-
también juega un papel esencial en la evaluación de la in- tor de 9 MHz, lineal, fásico, optimiza la imagen en escala
competencia venosa, mapeo preoperatorio y evaluación de grises de las venas femoropoplíteas y subclavias. En
del sistema venoso respecto a la permeabilidad antes de pacientes grandes o cuando se desea evaluar las venas
la colocación de un catéter venoso. ilíacas o la vena cava inferior para determinar la extensión
El sistema venoso es idóneo también para su evaluación craneal del trombo, puede ser necesario un transductor
con otras técnicas de imagen. de 6 MHz o 4 MHz para obtener una adecuada profundi-
dad de penetración. Frecuencias más elevadas, de 9 MHz o neal a la bifurcación de la vena femoral común (Fig. 27-1).
15 MHz, optimizan la visualización de venas más superfi- La vena safena grande se extiende entonces caudalmente
ciales, tales como la safena grande y menor, braquiales y hasta alcanzar el pie por los tejidos subcutáneos del mus-
venas de la pantorrilla inferior. Al igual que en otras zonas lo medial y pierna. La vena safena grande suele ser una
de la ecografía, deberán utilizarse transductores con la vena única con 1-3 mm de diámetro a nivel de tobillo y de
mayor frecuenci a posible para permitir una profundidad 3-5 mm de diámetro en la unión safenofemoral. Estas me-
de penetración adecuada y una buena resolución espacial. diciones cobran relevancia cuando se evalúan los vasos
antes de su extracción para su uso como injerto venoso
Ecografía Doppler autólogo.
La técnica Doppler dúplex incluye tanto el análisis espec- La vena safena pequeña tiene una inserción variable
tral dúplex como la ecografía Doppler color con flujo cua- dentro de la cara posterior de las venas poplíteas superior
litativo. Ambas técnicas juegan un papel importante para y media. La vena safena pequeña sigue entonces un curso
identificar y cuantificar de forma objetiva situaciones pa- por los tejidos subcutáneos de la pantorrilla dorsal y tobi-
tológicas de las venas periféricas y dota a la ecografía de la llo. La vena safena pequeña tiene un diámetro de 1-2 mm
capacidad de detectar una alteración hemodinámica ve- caudal y de 2-4 mm en su unión con la vena poplítea, y
nosa. Esta combinaci ón de información fisiológica y ana- también es válida como material para autoinjerto en mu-
tómica alterada es lo que hace de la ecografía una potente chos pacientes. Tanto la vena safena grande como la pe-
herramienta diagnóstica en la evaluación de la patología queña pueden tener una longitud anormal o ser varicosas
vascular. El mismo transductor fásico y lineal se acopla cuando existe una incompetencia venosa superficial.
con la ecografía Doppler, que habitualmente tiene una La evaluación de las venas de las extremidades inferio-
menor frecuenci a. Muchos transductores fásicos tienen la res se centra habitualmente en el sistema venoso profun-
capacidad de emitir el haz del Doppler con ángulos inde- do. La vena femoral común comienza a nivel del ligamen-
pendientes de la imagen del haz. De este modo pueden to inguinal como continuación de la vena ilíaca externa y
utilizarse ángulos Doppler más estrechos, reduciendo el se dispone medial y profunda respecto a la arteria femoral
error derivado de ángulos de Doppler inadecuados. La común (Fig. 27-1). La vena femoral común se bifurca en las
ecografía Doppler de flujo en color muestra simultánea- venas femoral profunda y femoral en el muslo proximal,
mente la información de flujo en color superpuesta con la 6-8 cm distal al ligamento inguinal y varios centímetros
escala de grises. Esta información cualitativa demuestra distal a la bifurcación de su arteria respectiva. La vena fe-
la velocidad relativa del flujo, zonas de alteraciones de flu- moral profunda continúa en una posición medial respec-
jo y dirección del flujo sanguíneo. La ecografía con Doppler to a su arteria cuando sigue un trayecto profundo y lateral
color se ha simplificado y ha reducido los tiempos de ex- como drenaje de la musculatura del muslo. Habitualmente
ploración de muchos estudios ecográficos vasculares. Es- la vena femoral profunda se ramifica ampliamente y sólo
ta técnica permite un cribado rápido de segmentos largos puede evaluarse en su porción craneal.
del sistema venoso y puede proporcionar una informa- La vena femoral se extiende en dirección caudal por el
ción crítica, especialmente de segmentos no aptos para la espacio fascial por debajo del músculo sartorio, medial al
compresión, como las venas subclavias o las venas de la grupo muscular del cuádriceps y lateral al músculo aduc-
pierna de pacientes muy obesos. El Doppler potencia per- tor. La vena femoral sigue medial a la arteria femoral su-
mite una imagen ecográfica en color que es ángulo inde- perficial hasta que pasa a través del canal aductor en el
pendiente y mej ora la detección de flujos venosos muy muslo distal. El canal del aductor se forma por la separa-
lentos. Además tiene ciertas ventajas sobre la imagen de ción de la inserción tendinosa del músculo aductor mayor.
eco-Doppler color al demostrar venas pequeñas o venas Este canal es profundo en el muslo distal y consiste en un
con flujo lento, como las venas de las pantorrillas. tejido aponeurótico y tendinoso. Esto hace que la visuali-
zación y compresión de este segmento de la vena femoral
inferior sea difícil en pacientes grandes. La vena femoral
~ ' VENAS DE LAS EXTREMIDADES es la continuación de la vena femoral común y es una vena
'~' - ",1" INFERIORES profunda, por lo que su descripción anatómica clásica co-
'-~ ... -
mo «superficial» parece desafortunada. En unas encues-
Anatomía tas en las que participaban médicos de familia e internis-
El sistema venoso de las extremidades inferiores se divide tas reflejaron un escaso conocimiento del sistema venoso
en sistemas venosos superficiales y profundos. En el año profundo de las extremidades inferiores. En dicho estudio
2002 un foro internacional de especialistas vasculares re- se demostró que el 76% de dichos médicos no tratarían a
comendó cambiar la nomenclatura de las venas superfi- un paciente con trombosis de la vena femoral con anticoa-
ciales. La terminología nueva utiliza el término safena gulación, por tratarse de una vena «superficial»5. Parece
grande (frente a mayor) y pequeña (en lugar de menor), aconsejable por este motivo que el radiólogo limite el uso
en un esfuerzo por conseguir un estándar internacional del término vena femoral superficial y recurra al término
común 4 • más genérico de vena femoral. La vena poplítea es la con-
El sistema venoso superficial lo forman las venas tinuación de la vena femoral cuando sale del canal aduc- 915
safenas grande y pequeña y sus ramas. La vena safena tor en el espacio poplíteo del muslo distal posterior. A este
grande surge de la cara medial de la vena femoral común nivel la vena poplítea queda inmediatamente superficial a
en el muslo proximal, caudal al ligamento inguinal y cra- la arteria poplítea cuando pasa a través del espacio poplí-
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en Venas tibiales
posteriores
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Figura 27-1 Anatomía de las extremidades inferiores.

~
tea dentro de la pantorrilla superior. Se ha referido una tibiales anteriores, el tronco venoso tibioperoneo se bi-
duplicación de las venas femorales en el 20% y de las po- furca en el par pero neo y tibial posterior. Las venas pero-
plíteas en el 35%. Es importante recordar esta variante neas son adyacentes a la arteria peronea y mediales a la
anatómica, ya que pueden pasarse por alto trombosis ve- cara posterior del peroné. La visualización de la parte su-
nosas profundas (TVP) de una rama de un sistema par perior de la vena tibial posterior puede ser difícil en
durante la exploración ecográfica. pantorrillas musculosas o en pacientes obesos. Sin em-
Las primeras ramas profundas de las venas poplíteas bargo, estas venas pueden identificarse cuando pasan por
son las venas tibiales anteriores, que acompañan a las detrás del maléolo medial y suelen evaluarse de forma
916 correspondientes arterias en el compartimento anterior retrógrada.
de la pierna. Estas venas continúan caudalmente a lo largo Numerosas venas profundas drenan la musculatura de
de la superficie anterior de la membrana interósea hasta la pierna. Las venas gastrocnemia y sólea no se acompa-
la cara dorsal del pie. Poco después del origen de las venas ñan de arteria y varían en tamaño y extensión. Son un ori-
27-2) Y 100.000 personas fallecen por este motiv0 6• Cada
año ingresan unos 200.000 pacientes para ser tratados de
una TVP aguda, aunque la mayoría de las TVP cursan sin en
síntomas 7,8, La dificultad para llegar al diagnóstico radica ca
O
sobre todo en la falta de precisión de la evaluación clínica, ·C
Los signos y síntomas de una TVP aguda son dolor, eri- ....
'(1)
·C
tema y edema. Estos hallazgos son inespecíficos y pueden (1)
O-
ser secundarios a otras patologías locales o sistémicas. La en
existencia de un cordón palpable o vena trombosada casi ca
e
siempre se asocia a una trombo flebitis superficial, que ha-
bitualmente no se suele asociar a una TVP. Estos factores
~
contribuyen a una precisión clínica de aproximadamente
el 50% en el diagnóstico de TVP en pacientes sintomáti-
COS 8-lO . De hecho, la mayoría de los pacientes hospitaliza-
dos con un riesgo elevado de desarrollar una trombosis
venosa profunda están asintomáticos 8 , En nuestro servi-
cio, solamente el 11 % de los pacientes remitidos por sos-
pecha de TVP en el 2001 presentaban signos positivos en
la exploración ecográfica,
Puesto que la TVP aguda es un diagnóstico clínico difícil
Figura 27-2 Embolismo agudo de pulmón. TC y al mismo tiempo tiene una elevada tasa de complicacio-
~ de tórax de 64 cortes y con contraste que de- nes si no se trata, como el embolismo pulmonar o el sín-
muestra un embolismo pulmonar bilateral de las drome postflebítico, se requiere un método no invasivo y
arterias pulmonares. preciso para llegar al diagnóstico. Numerosos estudios y
la amplia experiencia clínica demuestran que la ecografía
es una técnica ideal para este propósito.
gen frecuente de las TVP agudas en la población de alto
riesgo o en pacientes postoperados. Su variabilidad hace Exploración ecográfica
que con frecuencia la evaluación y detección completa de La evaluación del sistema venoso profundo de la pierna
la TVP resulte subóptima. en pacientes con sospecha de TVP se basa principalmente
en la imagen en escala de grises y la compresión venosa
Trombosis venosa profunda en el plano transversal, además de la ecografía Doppler
Se desconoce la verdadera incidencia de la TVP y su com- con flujo color, En la mayoría de los pacientes será sufi-
plicación principal: el embolismo pulmonar. En Estados ciente un transductor de dispositivo lineal de 9 MHz, Apli-
Unidos, la incidencia de la TVP y embolismo pulmonar cando una suave presión sobre la pierna con el transduc-
es de 70 casos por 100.000 habitantes. Cada año, hasta tor, una vena normal se colapsa totalmente y las paredes
600000 americanos sufren un embolismo pulmonar (Fig. de la vena coaptan entre sí (Fig. 27-3). El grado de presión

917
Figura 27-3 Ecografía con compresión venosa normal. Imagen transversal de la arteria (A) y vena (flechas) fe-
~ moral común sin compresión (Non comp) y con compresión (Comp) con un transductor ecográfico. La vena normal
se colapsa totalmente con la compresión . .
Valsalva
1,

Figura 27-4 Oclusión de la vena ilíaca con


~ la maniobra de Valsalva. A, Respuesta nor-
mal. Imagen longitudinal de la vena femoral
común (CFV) con análisis dúplex espectral que mues-
tra una respuesta normal con la maniobra de Valsalva.
Al inicio de la maniobra de Valsalva, existe un periodo
breve de inversión del flujo (flecha recta) seguido de
ausencia de flujo durante el resto de la maniobra de
Valsalva. Con la finalización de la maniobra de Valsalva
se recupera el flujo normal (flechas curvas). B, Res-
puesta anormal. Análisis dúplex espectral que mues-
tra ausencia de respuesta a la maniobra de Valsalva. e,
Adenopatía maligna (flechas) que engloba la arteria
ilíaca externa (flecha curvada). La vena ilíaca externa
está ocluida por la adenopatía.

c:
'o
'(3
(,)
Q)
en necesario varía en función de la profundidad y ubicación Modificaciones de la exploración. El sistema venoso
de la vena, pero siempre es menor que la que requiere pélvico se visualiza peor por su profundidad y la interpo-
comprimir la arteria adyacente. sición de gas intestinal. Sin embargo, el análisis dúplex
El paciente se explora en posición supina con la pierna espectral de la vena femoral común, cuando el paciente
en abducción y se deja en rotación externa, con ligera fle- hace una maniobra de Valsalva, proporcionará una evi-
xión de la rodilla. La exploración estándar comienza con la dencia directa de la permeabilidad de las venas pélvicas.
cara superior de la vena femoral común, distal al Iigamen- En individuos normales existe un flujo anterógrado nor-
to inguinal. Las venas se visualizan en el plano transversal mal con variaciones ligeras superpuestas con cada fase
y se comprimen por pasos cada 2-3 cm a través del nivel de respiratoria. Durante la maniobra de Valsalva se produce
la parte inferior de la vena femoral en el canal aductor. La un breve periodo de inversión del flujo seguido de ausen-
vena safena grande y la vena femoral profunda proximal cia de flujo por el aumento de la presión intraabdominal.
también serán visibles en este plano y se pueden explorar Con la supresión de la maniobra de Valsalva, existe un
en casi todos los pacientes. Las venas poplíteas se evalúan aumento abrupto del flujo venoso anterógrado, que rápi-
mejor con el paciente en prono y el pie descansando sobre damente vuelve a valores basales (Fig. 27-4, A). Los pa-
una almohadilla para mantener una ligera flexión de la ro- cientes con una obstrucción de la vena ilíaca común o
dilla. La posición en decúbito lateral izquierdo también externa presentarán un flujo reducido o ausente y la pér-
permite una visualización adecuada. En estas posiciones, dida de la variación con la respiración. No existe variación
918 la ecografía con compresión ecográfica transversal se rea- en este patrón espectral con la maniobra de Valsalva (Fig.
liza a través de la trifurcación poplítea. Se pueden utilizar 27-4, B). Puede apreciarse flujo venoso viscoso en la
diversas modificaciones o complementos a esta compre- imagen en tiempo real estándar, debido a que se hace visi-
sión estándar de la exploración ecográfica. ble el cilindro de los hematíes. La maniobra de Valsalva
supone una evidencia fisiológica indirecta de la permeabi- de exploraciones ambiguas. Las venas pares tibiales pos-
lidad venosa desde el nivel de la vena femoral común has- teriores y peroneas se visionan con el transductor colo-
ta la vena cava. cado por encima de la pantorrilla posterior. Se puede rea-
Se pueden producir falsos negativos en las exploracio- lizar una ecografía compresiva en el plano transversal y
nes en esta parte indirecta de la exploración en caso de ecografía Doppler color con aumento del flujo venoso pa-
trombo no oclusivo de las venas ilíacas y en pacientes con ra confirmar la permeabilidad vascular. Las venas tibiales
unas colaterales venosas pélvicas bien desarrolladas. anteriores se evalúan a partir de un abordaje anterior.
Cualquiera de estas situaciones puede acompañarse de Puesto que los trombos aislados de estas venas son raros,
una respuesta normal a la maniobra de Valsalva. En pa- no suele ser necesaria fa exploración anterior cuando se
cientes con una maniobra de Valsalva anormal o una sos- visualizan bien y las venas peroneas y tibiales posteriores
pecha clínica de TVP, será útil una ecografía pélvica veno- son normales 12 . Las venas profundas de los músculos gas-
sa específica. En pacientes delgados pueden visualizarse trocnemio y sóleo no se acompañan de arteria y tienen
directamente las venas ilíacas. Un transductor de 6 MHz o una anatomía variable. Así las cosas, no se suelen incluir
4 MHz con posibilidad de Doppler color puede proporcio- en la exploración de las venas de la pantorrilla en la mayo-
nar una buena visualización. Cuando se realiza la ecogra- ría de los centros. Sin embargo, la evaluación con ecogra-
fía después de una noche de ayuno se reduce el gas intes- fía compresiva ha demostrado ser una técnica precisa con
tinal y mejora la visualización de las venas pélvicas. Si las una sensibilidad y especificidad similar a la de las venas
venas pélvicas se aprecian mal en la ecografía y existe una tibial posterior y peronea 18 . En céntros en los que la TVP
elevada sospecha de TVP de las venas pélvicas o una com- de las pantorrillas se trata con anticoagulación deberán
presión extrínseca, se suele realizar una TC con contraste incluirse estas 'venas de la pantorrilla como parte de la
como siguiente prueba diagnóstica. exploración ecográfica.
La adición de la ecografía Doppler color es una varia- Se ha propuesto una modificación a la exploración es-
ción útil a la exploración estándar con compresión. En ve- tándar que podría reducir considerablemente el tiempo
nas normales, el color debe rellenar la luz vascular de pa- de la exploración 19.2o . La exploración ecográfica venosa li-
red a pared con poco o nada de aliasing de color fuera de mitada únicamente a las venas femoral y poplítea en pa-
la luz vascular. Suele ser necesario el aumento del flujo cientes sintomáticos podría suponer una considerable
venoso mediante la compresión de la pantorrilla para reducción de tiempo, con una mínima reducción en la sen-
conseguir un relleno total de color. La ecografía con sibilidad. Se ha argumentado que podría estar justificado
Doppler color puede ayudar a evaluar segmentos vascula- por la relativa rareza de trombosis aisladas de las venas
res que se ven con dificultad por el tamaño del paciente o femorales o ilíacas, porque las venas de la pantorrilla son
la profundida d de los segmentos ll . El Doppler con flujo en menos importantes y porque supondría un potencial aho-
color además supone algunas ventajas sobre la compre- rro económico al reducir el tiempo de exploración. Frede-
sión estándar en pacientes con TVP crónica ll •12 • rick y colsY refirieron recientemente una incidencia del
La evaluación de las venas de la pierna es una modifica- 4,6% de la trombosis aislada de la vena femoral. Es cues-
ción adicional de una exploración estándar que se añade a tionable que el ahorro económico de la ecografía compre-
las técnicas de Doppler color8 ' lO , pero su valor clínico y siva limitada pueda justificar una menor precisión. La
coste-eficacia es discutido. En algunos centros médicos la ecografía compresiva completa, desde la parte superior
pierna inferio r no se evalúa, ya que es raro que una TVP de la vena femoral común hasta la parte caudal de la vena
aislada en la pierna pueda ocasionar un embolismo pul- poplítea sigue siendo un estándar diagnóstico.
monar significativo 13 • En otros centros médicos, la pierna
se evalúa de forma rutinaria en los pacientes con sínto- Hallazgos ecográficos
mas localizados por debajo de la rodilla, ya que existe una Los hallazgos de la ecografía compresiva en escala de gri-
incidencia del 20% de propagación del coágulo y una ma- ses en el caso de una TVP aguda se basan en la visualiza-
yor incidencia de síndrome postflebítico e insuficiencia ción directa del trombo y en una vena no compresible
venosa importante cuando no se trata un trombo en la (Fig. 27-5). La visualización del trombo es variable y de-
pierna. Siguiendo estas preferencias locales en el plantea- pende de la extensión, antigüedad y ecogenicidad del coá-
miento, es posible evaluar las venas tibiales y peroneas de gulo. Por desgracia, algunos trombos agudos pueden ser
la pierna en muchos pacientes con una sensibilidad del anecoicos y la imagen representada sólo en escala de gri-
92,5% y especificidad del 98,7%12.14-16. ses pudiera ser ambigua. Por tanto, la ausencia de com-
En el año 2007, la Intersocietal Cornrnission for the Ac- presión venosa completa es .el hallazgo clave de la TVP.
creditation of Vascular Laboratories (ICAVL) modificó sus La distensión venosa por el trombo puede apreciarse de
estándares requiriendo una exploración rutinaria de las forma aguda en los pacientes, pero es menos frecuente a
venas tibial posterior y peronea en las exploraciones de la medida que el coágulo envejece y se organiza. Los cam-
extremidad inferior cuando eran realizadas por servicios bios en el calibre venoso con la respiración y las manio-
vasculares acreditados por la ICAVL 17 • bras de Valsalva se pierden en pacientes con TVP. Este
El paciente se coloca en prono, posición de decúbito la- hallazgo está presente solamente en el muslo proximal, de 919
teral izquierdo o en posición sentado. La inclinación de la forma que no suele ser de ayuda por debajo de la bifurca-
tabla de exploración se coloca en un anti-Trendelenburg ción de la vena femoral común.
o con el paciente sentado para mejorar la visualización al La definición de la TVP con ecografía Doppler color se ba-
distender las venas de la pantorrilla, lo que reduce la tasa sa en la identificación del defecto persistente de relleno
c:
'o
'(3
u
Q)
UJ

Figura 27-5 Trombosis venosa profunda (TVP): posibles aspectos. Trombo hipoecoico agudo que rellena y distien-
~ de varias venas profundas de la extremidad inferior. A, Imagen longitudinal de trombo agudo en la vena femoral común
(flechas rectas) y vena safena grande (SFV) a nivel de la unión safenofemoral. B, Imagen longitudinal de un trombo
agudo (flechas) en la cara superior de la vena femoral (SFV). Obsérvese la permeabilidad de la parte superior de la vena femoral
profunda (OFV). e, Imagen longitudinal de la parte inferior de la vena femoral que muestra distensión por un trombo oclusivo
agudo (cabezas de flecha). D, Imagen de compresión transversal de una TVP aguda en la vena poplítea (flechas) que no se
comprime. La arteria poplítea es permeable (cabezas de flecha). Imágenes E, longitudinal y F, transversal de una TVP aguda en
ambas venas tibiales posteriores (PTV, flechas). La arteria tibial posterior (PTA) es permeable (cabezas de flecha).

o del trombo en la columna de color de la luz vascular (Fig. Precisión diagnóstica


920 27-5) o en la ausencia de flujo. La ecografía Doppler color Se ha estudiado en profundidad la precisión y utilidad clí-
define el grado de obstrucción del flujo y cualquier luz resi- nica de la evaluación ecográfica de la TVP. El grupo pobla-
dual persistente. Es más útil en segmentos profundos de cional de los pacientes es de una importancia crítica y de-
venas de muslo, pelvis y de la pantorrilla. ben tenerse en cuenta dos amplios grupos: pacientes
sintomáticos y asintomáticos. En los pacientes sintomáti- lo, oclusión crónica o engrosamiento de la pared del
cos, los estudios que comparan la flebografía con la eco- segmento implicado (Fig. 27-6). Estos cambios conducen
grafía con compresión han demostrado una sensibilidad a la visualización del coágulo y de una oclusión incomple- en
media para la ecografía del 95% y una especificidad del ta venosa. Aunque la ecografía con compresión juega un ca

-
(.)
98%22. Los estudios con pacientes asintomáticos de alto papel menos trascendente en la distinción entre TVP agu- 'C
,(1)
riesgo o pacientes postoperatorios han presentado unos da y crónica, la eco-Doppler será valiosa para diferenciar ·C
resultados peores. Los resultados acumulativos mostra- entre TVP aguda y crónica. Entre los signos que sugieren (1)
Q.
ron una sensibilidad promedio del 59% y una especifici- TVP crónica en la imagen del eco-Doppler destacan unas en
dad del 98% en una población asintomática 23 . El pequeño paredes irregularmente ecogénicas, engrosamiento de las ca
e
tamaño, naturaleza no oclusiva y mayor prevalencia de los paredes venosas debido a la retracción del trombo, trom-
trombos aislados de la pantorrilla en este grupo de pa- bos retraídos calcificados, un menor diámetro de la luz ~
cientes dan cuenta sin duda de la menor sensibilidad, ya vascular, segmentos venosos atrésicos, venas colaterales
que son más difíciles de diagnosticar con ecografía que bien desarrolladas, insuficiencia venosa profunda asocia-
con la flebogra fía. Dados estos resultados el paciente ideal da y ausencia de venas distendidas que contengan trom-
para una evaluación ecográfica presenta síntomas que se bos isoecoicos o hipoecoicos (Fig. 27-7). Algunos centros
.extienden por debajo de la rodilla. utilizan la ecografía como seguimiento de todos los pa-
cientes con TVP hasta la completa resolución o hasta que
Trombosis 'venosa profunda crónica se estabilizan los cambios de TVP crónica. Estos pacientes
La capacidad para detectar una TVP como aguda o crónica tendrán entonces unos estudios ecográficos que permiti-
supone un problema clínico y de imagen difícil. En estu- rán identificar TVP agudas o sobreañadidas.
dios seriados sobre pacientes con TVP agudo se observó
que hasta el 53% presentaban signos anormales persis- Trombosis venosa supeñicial
tentes en la ecografía con compresión realizada a los 6-24 La trombosis venosa superficial (TVS) o tromboflebitis
meses 24•2S • Estos pacientes pueden acudir con el síndrome superficial se refiere a los trombos localizados en las ve-
postflebítico y presentar síntomas que recuerdan los de la nas safenas grande o pequeña o en varicosidades superfi-
TVP aguda. ciales. La TVS no tiene las mismas implicaciones clínicas
No estará indicado el tratamiento anticoagulante en es- que la TVP y se trata sin mayor complicación con calor y
tos pacientes. La fleb ografía es el método de imagen de aspirina. La excepción es cuando la TVS se extiende en di-
referencia en estos pacientes para distinguir entre TVP rección craneal hasta llegar a 2 cm de la profundidad del
aguda y crónica. Sin embargo, consideraciones respecto a sistema venoso profunda (Fig. 27-8). En general, los pa-
costes han relegado la flebografía a un papel de resolver cientes con TVS progresarán al sistema venoso profundo
dudas en la mayoría de los centros hospitalarios. en el11 % de los casos. Sin embargo, casi todos los pacien-
A medida que el trombo agudo envejece experimenta tes con una TVS que afecta la parte superior de la vena
una organización fibroelástica, con retracción del coágu- safena progresarán si no se anticoagulan 26 • Por tanto, en

921
Figura 27-6 Trombosis venosa profunda aguda. A, Imagen de Doppler color longitudinal que muestra un trombo
...,
~ agudo en la vena poplítea (fI~ch~s}- B, Im~gen de Doppler c?lor después de dos meses de tratamiento anticoagulan-
te que muestra una recanahzaclon parCial de la vena poplttea con retracción crónica de la TVP restante (flechas).
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Figura 27-7 Trombosis venosa profunda crónica. A y B, Imágenes longitudinales de un trombo crónico retraído
~ (flechas) junto a las paredes de la vena femoral. e, Imagen longitudinal con engrosamiento irregular de pared (fle-
chas) de la parte inferior de la vena femoral común y de la parte superior de la vena femoral. O, Imagen longitudinal
de una vena femoral crónicamente ocluida y atrésica (flechas), E y F, Imágenes longitudinales de una membrana intralumi-
nal (flechas) en la vena femoral común. G, Imagen longitudinal de un trombo crónico calcificado en la vena femoral (flecha).
H, Imagen transversal de un trombo crónico calcificado en una vena muscular de la pantorrilla (flecha). 1, Imagen transver-
sal de varias venas colaterales (flechas) cerca de la arteria y vena poplítea.

muchos centros se anticoagula a los pacientes con TVS todas las válvulas adyacentes. Esto conduce a una insufi-
que afecte a las safenas grande y pequeña cuando llegan a ciencia venosa que se desarrolla aproximadamente en la
una distancia a 2 cm de la safena femoral o unión safeno- mitad de los casos de TVP aguda 27 , Con la insuficiencia ve-
poplítea. nosa existe una transmisión directa de la presión hidros-
tática del volumen de líquido del sistema venoso en bipe-
destación y que llega hasta la extremidad inferior distal.
Insuficiencia venosa
Clínicamente esto conduce a cambios cutáneos y de la
Fisiopatología pigmentación, induración y por último úlceras venosas
922 En muchos pacientes la insuficiencia venosa profunda se por estasis,
debe a una lesión de la válvula venosa después de una La insuficiencia venosa superficial se acompaña de va-
TVP. La organización fibroelástica y retracción presentes ricosidades subcutáneas distendidas, pero tiene un pro-
en la organización del trombo afectan secundariamente a nóstico mucho mejor, Las venas perforantes comunican el
Figura 27-8 Trombo venoso superficial con extensión venosa profunda. A, Imagen longitudinal en escala de
grises y B, Imagen de Doppler color de la vena safena grande y de la unión safenofemoral. Trombo ecogénico que
se extiende desde la vena safena grande por toda la pared anterior de la vena femoral común (flechas).

sistema superficial co n el profundo y también pueden ha- para medir la duración del tiempo de reflujo. Estos esque-
cerse incompetentes, habitualmente como consecuencia mas de cuantificación son algo subjetivos y requieren su
de una insuficiencia venosa profunda de larga evolución. validación para cada laboratorio vascular.

Exploración ecográfica
Mapeo venoso
La exploración se realiza con el paciente en una posición
vertical o semivertical, con el peso del cuerpo soportado Extracción de vena para el injerto autólogo
por la extremidad contralateral. Esta posición es necesa- El mapeo ecográfico y su marcado son útiles en muchos
ria para crear la presión hidrostática necesaria para re- pacientes antes de la extirpación de la vena como material
producir la insuficien cia venosa. Se realiza la exploración vascular para un injerto en un injerto de bypass periférico
con dúplex espectral a varios niveles del sistema venoso arterial. Se puede utilizar cualquier vena superficial, pero
superficial y profund o durante las maniobras de provoca- la vena safena grande es la más adecuada para un injerto.
ción. Los trazados del dúplex espectral en la vena femoral Se realiza la exploración con el paciente en posición supi-
común y parte superior de la vena safena grande se regis- na o de anti-Trendelenburg. Se hace un torniquete o se
tran durante las maniobras de Valsalva. Se obtienen va- infla un manguito de presión hasta los SO mm Hg y se co-
rios trazados en los sistemas venosos hasta el nivel de las loca alrededor del muslo proximal para aumentar la dis-
venas poplíteas y safenas en la rodilla. Se utilizan el au- tensión venosa y ayudar en el mapeo. La vena safena gran-
mento inverso por compresión del muslo proximal o el de se identifica y se marca desde el nivel de la unión
aumento distal venoso estándar por compresión de la safenofemoral hasta lo más caudal que sea posible. Debe-
pantorrilla para evaluar la insuficiencia. El aumento distal rán marcarse además todos los puntos ramificados para
es más reproducible y por tanto sencillo cuando el explo- ayudar al cirujano. Una vena superficial necesita ser de al
rador sea único. menos 3 mm de diámetro y no varicosa para que sea un
material apto para su injerto. La vena safena pequeña, ve-
Hallazgos ecográficos na cefálica y vena basílica son opciones secundarias que
Después de un aumento brusco, el flujo de las venas nor- se pueden utilizar cuando ya se ha extirpado la safena
males es anterógrado con un periodo muy breve de flujo grande o sea inadecuada.
invertido hasta que la sangre que retorna cierra la prime-
ra válvula venosa competente (Fig. 27-9, A). El aumento Marcado de la insuficiencia venosa perforan te
distal puede realizarse de forma manual o con dispositi- Se están utilizando nuevas técnicas de ligadura endoscó-
vos automáticos de inflado cada 5-10 segundos. Los dis- pica subfascial de las venas insuficientes perforantes en
positivos automáticos proporcionan una compresión de algunos centros médicos para tratar el estasis cronicove-
la pantorrilla más reproducible y facilitan la exploración. naso. Estas técnicas se ven facilitadas por una localización 923
Unas venas insuficientes tienen un mayor grado de flujo precisa y por el marcado de las perforantes venosas insu-
invertido y durante un periodo más prolongado (Fig. ficientes. La mayoría de las venas perforan tes se localizan
27-9, B). Se han propuesto esquemas de cuantificación por debajo de la rodilla en la pantorrilla medial. En un
para evaluar el pico de reflujo durante el reflujo venoso y paciente en bipedestación, se aprecian unas venas perfo-
Figura 27-9 Insuficiencia venosa. A, Análisis con Doppler espectral de la vena poplítea que muestra una forma
de onda con aumento distal. Obsérvese que no existe inversión del flujo después del aumento distal. B, Análisis
con dúplex espectral de la vena safena grande que muestra un reflujo prolongado después de un aumento distal,
compatible con una insuficiencia venosa superficial.

rantes distendidas a través de la fascia superficial en di-


rección a los músculos profundos de la pantorrilla. Son
fácilmente visibles en la imagen estándar en escala de gri-
ses y se puede documentar la insuficiencia con el análisis
dúplex espectral y ampliación del flujo (Fig. 27-10). Las Anatomía
venas perforantes competentes son mucho más pequeñas El retorno venoso del brazo se produce fundamentalmen-
de calibre y con frecuencia son difíciles o imposibles de te a través de la vena superficial cefálica y basílica. La vena
visualizar. cefálica sigue un trayecto a través de la grasa subcutánea
de la cara lateral del brazo. La vena cefálica se une al sis-
tema venoso profundo en la cara medial de la vena axilar
o a la cara lateral de la vena subclavia (Fig. 27-11). La ve-
na basílica transcurre superficial en la cara medial del
brazo. A nivel del músculo teres mayor se une con las dos
venas braquiales profundas. Las venas braquiales son
más pequeñas, profundas y adyacentes a la arteria bra-
quial. El nivel donde la vena braquial y basílica se unen, en
el músculo teres, define la cara lateral de la vena axilar. La
vena axilar discurre adyacente y superficial a la arteria
axilar cuando pasa desde el músculo teres mayor hasta la
primera costilla a través de la axila.
Cuando la vena axilar cruza la primera costilla se convier-
te en la parte lateral de la vena subclavia. La vena subclavia
sigue un trayecto inferior y superficial respecto a su arteria
adyacente cuando pasa medial y por debajo de la clavÍCula.
La porción medial de la vena subclavia recibe la vena yugu-
lar externa (más pequeña) y la yugular interna (más gran-
de) en la base del cuello para formar el tronco braquiocefá-
lico (vena innominada). La vena yugular interna se
Figura 27-10 Vena perforante incompetente. extiende desde el agujero yugular en la base del cráneo has-
~ Imagen en escala de grises y análisis espectral de ta su confluencia con la vena subclavia. La vena yugular in-
una vena perforante dilatada (flecha curva) que terna transcurre dentro de la vaina carotídea y es superficial
atraviesa el plano de la fascia (flechas) entre la grasa sub- y lateral a la arteria carótida interna en el cuello anterior. Las
924 cutánea y la musculatura en una varicosidad superficial venas yugulares internas izquierda y derecha son con fre-
(cabezas de flecha). El análisis con dúplex espectral mues-
cuencia de un tamaño desigual. La vena braquiocefálica
tra un flujo invertido en la vena perforante que indica in-
está formada por la confluencia de las venas subclavia y yu-
competencia.
gular interna. La vena braquiocefálica derecha viaja a lo lar-
go de la cara superficial del mediastino superior derecho. La Las ,secuelas de la trombosis de la extremidad superior
vena braquiocefálica izquierda es mayor y pasa desde el me- son menos graves que las de la trombosis de la extremi-
diastino superior izquierdo hacia la derecha, justo por deba- dad inferior. Solamente el 10%-12% de los pacientes con tn
jo del esternón. Las venas braquiocefálicas izquierda y dere- TVP en el brazo desarrollan embolismo pulmonar y la ma- ca

-
(,)
cha se unen para formar la vena cava superior. yoría de ellos son insignificantes 30 -32 • El desarrollo y mani- 'C
'(1)
festación del estasis venoso y de la insuficiencia venosa 'C
Fundamentos clínicos derivados de una TVP del brazo es menos frecuente y me- (1)
Q.
La indicación más habitual para una evaluación ecográfica nos grave que en las piernas. El edema crónico, cambios tn
de las venas de la extremidad superior es identificar una cutáneos y úlceras venosas de evolución tórpida son raras ca
e
trombosis venosa. La causa e importancia clínica de una en los brazos por dos razones: se suelen desarrollar múl-
TVP aguda en la extremidad superior difiere de la que tie- tiples rutas colaterales venosas en el brazo y tórax supe-
~
ne una TVP aguda en la extremidad inferior. La mayoría de rior después de un episodio de trombosis u obstrucción ,...
C'I
los casos de TVP se consideran secundarios a la existencia venosa y además, las venas del brazo no están expuestas a o
"'S
de un catéter venoso central o a un electrodo de mar- la alta presión hidrostática de las venas de las extremida- ~
o.
capasos. Entre los pacientes con catéteres venosos cen- des. La oclusión crónica relacionada con el uso de un caté- ca
trales, el 26%-67% desarrollan trombosis, aunque la ma- ter intravenoso y la trombosis venosa ha hecho que en o
yoría son asintomáticos 28 ,29. La radioterapia, trombosis ocasiones resulte difícil conseguir un acceso venoso ade-
inducida por el esfuerzo y la obstrucción maligna son cuado en pacientes hospitalizados o críticamente enfer-
causas de obstrucción venosa que son más frecuentes en mos, La ecografía es ideal para identificar puntos adecua-
el tórax y brazo que en las piernas, Aunque la causa de la dos para el acceso venoso. En casos difíciles se puede
TVP difiere de las causas en las extremidades inferiores, la recurrir a la guía mediante ecografía para la colocación de
fisiopatología de su evolución es parecida, un catéter venoso.

V. braquiocefálica

M. pectoral menor

V. axilar

V. cefálica ---;----..;¡IP

M. teres mayor - -+- .....-+--

Vv. braquiales - --II-*1H rt

V. basílica

NAYO
02013

925
Figura 27-11 Anatomía de las venas de la extremidad superior. IJV, vena yugular interna.

~
Trombosis venosa
Exploración ecográfica
La evaluación del sistema venoso del tórax superior y brazo
abarca habitualmente la parte superior de las venas bra-
quiocefálicas, las venas axilar o braquial y también se estu-
dia la vena yugular. El paciente se coloca en supino, con el
brazo que se quiere explorar en ligera abducción y rotación
externa. La cabeza del paciente se gira ligeramente hacia el
lado opuesto. Se elige un transductor con la máxima fre-
cuencia que aún permita una adecuada profundidad de pe-
netración. Habitualmente será un transductor de 9 MHz li-
neal para la yugular interna y venas del brazo, incluida la
vena axilar. Suele ser necesaria una ecografía con Doppler
color y de 6 MHz para visualizar la vena subclavia.
La evaluación del sistema venoso del tórax superior y
brazo presenta varias dificultades técnicas que no se pro-
ducen en la extremidad inferior. En primer lugar, las estruc-
turas anatómicas suprayacentes hacen que la visualización
directa y exploración de las partes caudales de las venas
braquiocefálicas y vena cava superior sea imposible. En
segundo lugar, la clavícula impide la ecografía con compre-
sión de la vena subclavia. En tercer lugar, el típico desarro-
llo de rutas colaterales venosas en pacientes con obstruc-
ción venosa puede resultar confuso y conducir a resultados
ecográficos falsos negativos si no se reconocen como cola-
terales. Por todas estas razones, el Doppler color, una bue-
na atención al detalle y el conocimiento de las relaciones
anatómicas son esenciales para una buena exploración.
La yugular interna se explora al comienzo con ecografía
con compresión en el plano transversal y después caudal a
su unión con la vena subclavia y venas braquiocefálicas. Es
necesario un abordaje supraclavicular coronal y angula-
ció n caudal con el Doppler color para evaluar la porción
superior de la vena braquiocefálica y la porción medial de
la vena subclavia. El análisis de la ecografía Doppler dúplex
e de la vena yugular interna inferior, vena braquiocefálica y
'o
'u
(,)
vena subclavia medial es útil para evaluar la pulsatilidad
Q)
en cardiaca transmitida y las fases respiratorias. Debido a la
proximidad cardiaca, los trazados con el Doppler dúplex
espectral mostrarán una mayor pulsatilidad que las venas
de las piernas. La pérdida de esta pulsatilidad puede ser
debida: a una obstrucción venosa más central (Fig. 27-12).
La comparación de estas formas de onda del Doppler con
las del brazo contralateral suelen ser útiles para confirmar
la existencia o ausencia de obstrucción venosa. Puede ob-
servarse también la respuesta a la maniobra de Valsalva o a
una brusca inspiración, que puede orientar respecto a la
permeabilidad venosa, ya que cuando un paciente normal
inspira, la vena yugular interna o la subclavia reduce su diá-
Figura 27-12 Comparación de una vena sub- metro y el análisis espectral mostrará un aumento en la ve-
clavia normal y obstruida. A, Vena subclavia locidad del flujo. Los pacientes con una vena central bra-
normal con ecografía Doppler color y análisis es- quiocefálica o vena cava superior obstruidas pierden esta
pectral. Existe un relleno completo de color y pulsaciones respuesta (Fig. 27-13).
cardiacas transmitidas con normalidad. S, Pérdida de la La vena subclavia es difícil de visualizar totalmente. Se
transmisión de las pulsaciones cardiacas. Doppler color recurre a un abordaje coronal, supraclavicular de angula-
926 y análisis espectral en otro paciente que muestra una vena ción caudal medialmente y con una angulación craneal
subclavia permeable pero que muestra inversión en la di- lateralmente. El segmento venoso por debajo de la claví-
rección del flujo. C, Oclusión de la vena subclavia (fle-
chas) con numerosos vasos colaterales en la flebografía.
cula se suele visionar de forma incompleta. Como conse-
cuencia de la interposición de la clavícula, es necesaria la
.....
C\I
o
'3
~
c.
ca
O

Figura 27-13 Respuesta normal y anormal a la prueba del olfato. A, Análisis con dúplex espectral de la vena
~ yugular interna que muestra un aumento en la velocidad del flujo con la prueba del olfato, una respuesta normal
que sugiere la permeabilidad venosa central. B, Análisis con dúplex espectral de la vena yugular contralateral
que no muestra aumento de velocidad del flujo sanguíneo con la inspiración olfativa, una respuesta anormal que sugiere
obstrucción de la vena cava braquiocefálica o cava superior.

ecografía Doppler color para confirmar la permeabilidad


venosa completa. El explorador debe confirmar además la
relación superficial inferior normal de la vena con su arte-
ria adyacente. Esto evitará que se confundan los vasos co-
laterales bien desarrollados de una oclusión crónica con
una subclavia permeable. Las venas axilares y las venas de
la parte superior del brazo también se exploran con una
compresión transversal o ecografía Doppler color. La ex-
tensión de la exploración del brazo depende de la indica-
ción clínica, pero habitualmente se continúa a través de la
bifurcación de la vena axilar a las venas braquiales.

Hallazgos ecográficos
Los hallazgos normales y anormales de las venas de la ex-
tremidad superior son reflejo de los que se observan en la
extremidad inferior. Los pacientes con trombosis venosa Figura 27-14 Trombosis de la vena subclavia.
muestran un colapso incompleto de la vena con la com- ~ Ecografía con Doppler color de la vena subclavia
presión. Será visible un trombo o un defecto de llenado que muestra extensos trombos hipoecoicos con
mínimo flujo periférico remanente.
intraluminal en la columna de color con el Doppler color
(Fig. 27-14). Serán igualmente útiles la ausencia o reduc-
ción de la pulsatilidad cardiaca en el análisis espectral y
una respuesta anormal a la inspiración. Son frecuentes estudiado tan extensamente como en el caso de la extre-
unas colaterales abundantes y bien desarrolladas en las midad inferior. La literatura disponible muestra una sen-
oclusiones de larga evolución. sibilidad que oscila entre 78% y el 100% y una especifici-
dad del 92% al 100%33-35. La menor precisión de la
Precisión diagnóstica extremidad superior respecto a la extremidad inferior es
La precisión de la ecografía frente a la venografía en pa- la consecuencia del mayor número de dificultades técni-
cientes con TVP aguda de la extremidad superior no se ha cas con las que se tiene que enfrentar el explorador.

927
CI)

ÍNDICE .2
'O
,-c:

Abordaje del hueso temporal como complicación del trasplante renal,


A 599
A, ultrasonidos en modo, 7-8 en el Doppler transcraneal, 1453
en la imagen de Doppler cerebral del drenaje guiado por ecografía, 566
Aase, síndrome de, 1247, 1248
neonatojlactante, 1438 pielonefritis aguda, 297
Abdomen
Aborto, espontáneo en el embarazo precoz. Ver suprarrenal bacteriano, 386
agudo, 249-2 67. Ver ade más Abdomen
Embarazo, pérdida de sutura, después de la herniorrafia, 457, 458
Agudo
Aborto involuntario testicular, 767
biopsia de, 547-558. Ver además Biopsia
después de la amnioncentesis, 1357, 1359, tuboovárico. En la enferemedad pélvica
(s), aguja percutánea guiada por
1360 inflamatoria, 533, 534, 1706-1708
ecografía
después de la toma de muestra de Acardia amorfa, 1029
fetal Accidente cerebrovascular, 848. Ver además
musculatura de, ausencia, en el síndrome vellosidad coriónica, tasa, 1359,
1360 lctus
de abdo men en ciruela pasa, 1215
Absceso en los puntos de sutura, después de Acefalia aca rdica, 1029
pared de, 1184-1193. Ver además pared
herniorrafia, 457, 458 Acetabular, displasia familiar, 1744
abdominal, fetal
Absceso perinéfrico. Pielonefritis aguda u 297 Acetábulo
perímetro
Abscesos descripción, en la evaluación de lactantes
en la determinación de la edad
abdominal, drenaje guiado por ecografía, con riesgo, 1750-1752
gestacional, 1286, 1287
561 Acetilcolinesterasa, (AChE) en el cribado de
venas sistémicas pediátricas, patrones de
apendicular, pediátrico, 1739, 1740 defectos del tubo neural, 1115
flujo de, 1602
drenaje, 1744 ACM. Ver arteria cerebral media (ACM)
Abdomen agudo, 249-267
quistes ovárico hemorrágico diferenciado Acondrogénesis, 1237
dolor en la fosa iliaca derecha, 254-264
por, 1697, 1698 compresibilidad del cráneo, 1231
en la apendicitis de la enfermedad de
biopsia guiada por ultrasonidos, 558 diagnóstico, 1224
Crohn, 260
en la enfermedad de Crohn, 246 tipo 1, 1237
por adenitis mesentérica, 262
ep idural, pediátrica, 1541-1549 tipo Il, 1237
por apendicitis aguda, 254-260
esplénico, 139 Acondroplasia
por diverticulitis del lado derecho, 260
drenaje guiado por ecografía, 565, 566 configuración de «mano tridente» , 1255
por ileitis terminal, 262
pediátrico, 1619 displasia tanatofórica homocigótica, versus,
por infarto del epiplon segmentario del
gastrointestinal, 537, 538 1234
lado derecho, 262-264
hepática heterocigótica, 1243, 1244
por tiflitis aguda, 233, 260-262
amebiano, drenaje de, guiado por detección, edad gestacional para, 1229
dolor en la fosa iliaca izquierda, 264-267
ecografía, 563 patrón hereditario, 1228
por diverticulitis aguda, 264-267. Ver
después del trasplante hepático, 587 Acortamineto del miembro, patrones, 1228
además Diverticulitis, aguda
hidatídico, drenaje de, guiado por Acrania, 1075, 1076
evaluación, 249-254
ecografía, 563 Acromelia, 1229
Abdominal, disección de, estenosis de arteria
piógeno, 78, 79 Acromioplastia, 805
renal y, 411, 412
drenaje de, guiado por ecografía, Actitud expectante, en el cáncer de próstata,
Abdominal, ectopia cordis, 1171
561-563 369
Abdominal, pared
anterior, hernia de. Ver además Hernia de linfadenitis complicada, en niños, 1515, Actividad del activador de plasmonógeno tisular,
pared abdominal anterior 1516 potenciación de, mediante Doppler
ecografía dinámica en, 432-468 mama, 734 transcraneal, 1480-1482, 1842
defectos, engrosamiento de traslucencia musculoesquelético, movimientos de eco Acueductos de Silvio
en, 1757, 1758 en lactantes, permeabilidad, evaluación,
nucal,1005
embriología, 1184-1186 pancreáticos 1449
fetal, 1184-1193 como complicación de la pancreatitis estenosis de
defectos, 1186 aguda, 211 en la romboencefalosinapsis, 1087
complejo onfalocele-extrofia-ano tratamiento, 212 hidrocefalia obstructiva, 1400
imperforado-defecto medular, 1193 drenaje, guiado por ecografía, 564, 565 ventriculomegalia, 1071
complejo pared cuerpo-extremidad, parotídeo, pediátrico, 1486 Acústica, 5
1191-1193 pélvico, 537 frecuencia, 1-2
ectopia cordis como, 1190, 1191, 1192 drenaje, guiado por ecografía, 561 longitud de onda y, 1-2
extrofia vesical, 1193 transrectal,561 Acústica, atenuación en los fibroides uterinos,
gastrosquisis, 1187 -1189 transvaginal, 561 499,500
onfalocele como, 1189, 1190 perianal, enfermedad perianal inflamatoria Acústica, cavitación
síndrome de la brida amniótica. y,281 definición, 33
1191-1193 perinéfrico ecoquímica y, 40
Abdominal, síndrome de deficiencia abdominal después del trasplante renal, 612-616 efectos, 38-44
hidronefrosis pediátrica y, 1630-1632 pielonefritis aguda, 297 en el intestino, 41
Ablación por radiofrecuencia, en los nódulos peritoneal 479 en el pulmón, 41
tiroideos con función autónoma, próstata, 357, 358-361 evidencia de, en litotricia, 40, 41
662 psoas, pediátrico, apendicitis vs, 1739, 1740 índice mecánico de, 42
Ablación termal por radiofrecuencia, en el pulmonar pediátrico, 1559 inercial, 38
cáncer de próstata, 368 renal medios de contraste y, 41, 42
origen potencial, 38-40 Adenomatoide, tumor drenaje de absceso, guiado por ecografía,
Acústica, desconexión, en la imagen del tumor escrotal, 771, 772 558-566
de mama, 691-693 paratesticular pediátrico, 1727 en niños, 1596-1598
Acústica, impedancia, 3 Adenomiomas de vesícula, 190, 191 Amelia, definición, 1246
Acústica, propagación del sonido, 2-3 Adenomiomatosis de vesícula, 186-188 Amenorrea primaria, causas, 1708
Acústica, realce, derrame pleural productor de, Adenomiosis, 501, 502 American Institute in Medicine (AIUM)
1558,1559 Adenopatía mesentérica, en el abdomen agudo, índice térmico, 36-37
Acústica, sombra 254 medidas de seguridad, generalidades, 45-46
disminuida/ausente. En displasias Adenopatía supraclavicular, 1513 sobre biD efectos
anatómicas, 1230 Adenovirus, infección fetal, hidrops, 1274-1279 de los ultrasonidos diagnósticos con
en la detección de lesión de mama, 708 Adherencias amnióticas, 1078 medios de contraste gaseosos, 41
nódulos sólidos de mama con, 714-716 Adherencias endometriales, 509 en zonas del cuerpo con cuerpos
Acústico, potencia, 5 Agenesia lumbosacra, 1538-1541 gaseosos, 42-44
Adenitis mesentérica, 262 Agente de detección de imagen (ADI, 60) térmicos, 38
pediátrica, 1683-1685 Agiria, en la lisencefalia, 1090 Amiloidosis
diagnóstico diferencial con la apendicitis, Agnatia, 1056 fallo renal y, 344, 345
1740 Aguja tendones, 831
Adenocarcinoma caliber grueso, usos, 548 Amniocentesis, 1283
colorrectal,237 Chiba, 1757 complicaciones, 1357, 1358
del uraco, 327-329 de pequeño calibre, usos, 548 diagnóstico
gastrointestinal, 237-241 en intervenciones osteomusculares, de madurez fetal, 1358
geniotourinario, 321 selección, 836 en el cribado de defectos en el tubo
pancreático ductal, 218-220. Ver además para biopsia, 548 neural, 1115
Páncreas, neoplasias, carcinoma selección, 548, 1757, 1760 en el embarazo multifetal, 1024
prósta ta, 364, 365 sistemas guía, 548 técnica, 1359
Adenolinfoma, pediátrico, de la glándula visualización, 549-551 indicacio nes, 1357, 1358
parotídea, 1490-1492 Agujero de Bochdalek, hernia diafragmática a para pruebas genéticas, 1358
Adenoma través de, 1141 técnica, 1359
de vesícula biliar, 190, 191 Agujero de Magendie, imagen de la fontanela técnica, 1359
hepático fetal, 1178 mastoides enneonato/lactante, equipo, 1358, 1359
hepático, 108-113 1374,1375 técnica, 1358, 1359
errores innatos del metabolismo, 1589 Agujero magno, abordaje terapéutica
pedíatrico, 1593 en el hidrops, 1281, 1282
en el Doppler transcraneal, 1453-1458
hiperparatiroidismo primario debido a, 673 técnica, 1359
en la imagen de Doppler cerebral del
paratiroideo Amnioinfusión, 1357
neonato/lactante, 1438
arquitectura interior, 674 Amnionicidad, en el embarazo multifetal, 1018
Aicardi, síndrome de
aspecto ecográfico, 674 determinación, 963-967
agenesia de cuerpo calloso y, 1385, 1386
biopsia percutánea, 687 determinación ecográfica, 1019, 1018
papilomas de plexos coro ideos, 1102
carcinoma diferenciado, 674 Amniorredu cción seriada, en el síndrome de la
SIDA, colangitis, 166
ecogenicidad, 674 transfusión entre gemelos, 1027,
Aire libre intraperitoneal, en el abdomen agudo,
en la enfermedad glandular múltiple, 1028,1359
250-254
674,675 Amnios
Alagille, síndrome de, pediátrico, 1584, 1585
exploraciones falso negativo, 683, 684 aspecto ecográfico normal, 963-967
Alantoides, 1194
exploraciones falso positivo, 683 en la pérdida del embrión, 972, 973
extirpación quirúrgica, 686 Alas de murciélago, configuración en, en la
Amnios, quistes de inclusión, 967, 968
ecografía intraoperatoria, 687 malformación de Chiari Il, 1384, 1385 Amniótica, cavidad, formación, 955,957
imagen de, precisión, 684-687 Albunex,49 Amniótica, membrana, grosor de, corionicidad,
con la ecografía, 684-686 Aldosterona, secreción, 384
1018,1019
con la gamagrafía, 684 Alergia a la leche, engrosamiento de la mucosa
Amniótico, líquido
con la imagen de resonancia gástrica, 1666 evaluación
magnética, 684 Alfa, ángulo, en la clasificación de la articulación en el perfil biD físico, 1319
con modalidades combinadas, 684 de cadera, 1748 fuga después de la amniocentesis, 1357
la tomografía como puta rizada, 684 causas de elevación, 1115 volumen, 1197, 1198
intratiroideo, 680 cribado de la espina bífida, 1109, 1114, evaluación de, en la evaluación de la
localización, 674, 577 1115 función placentaria, 1319, 1320
exploración eco gráfica, 674 en el cribado de malformaciones en Amniótico, saco, alteraciones que predicen mal
localizacio nes ectópicas, 674-681 gemelos, 1024 pronóstico, 979, 980
localizaciones habituales, 674 Alfa-talasemia, hidrops no inmunitario por, Amnniótico, índice de líquido (ILA), 1197, 1198
mediastínicas, 677-680 1262-1265,1274-1276 en el perfil biofísico, 1319
pediátrica, 1504-1506 Aliasing método de obtención, 1198
perfil,674 en la ecografía abdominal pulsada, 874 Amortiguación, materiales, en los transdustores, 6
retrotraquealjretroesofágica,677 en la imagen de Doppler, 25, 26, 28 Amplitud
tamaño, 674 en la ecografía Doppler duplex de arteria evaluación, Doppler potencia en, 868
vaina carotídea, 680, 681 renal, 413 imagen de modulación de fase y, 58
vascularidad,674 en la imagen vascular abdominal pediátrica, Ampolla, 491, 512, 513
pleomórfica, glándula salival pediátrica, 1600 Amputaciones, de la secuencia de brida
1490,1491 Almacenamiento de la imagen, 12 amniótica, 1247
suprarrenal,386-388 Aloinmune, arteritis, después del trasplante Anafiláctica, reacción, frente al contenido del
consideraciones de las imágenes de, 387, páncreas, 623 absceso hidatídico, 563
388 Aloinmunme, trombocitopenia, hemorragia Anal, canal, ecoendografía, 277-283
diferenciación histológica, 404 intracraneal, 1100 Anaplásico, carcinoma, de tiroides, 646-649
en el síndrome de Cushing, 387 Alteraciones de la hormonogénesis, hiperplasia Anasarca fetal, hidrops, 1260
en la enfermedad de Conn, 387 tiroidea, 637 Anderson-Carr- Randall, teoría de la progresión
tratamiento, 387 Alteraciones del flujo en diente de sierra, por el del cálculo, 312, 313
[2 tiroides, 639 toque temporal, 850-852 Andrógenos, secreción, 384
folicular pediátrico, 1501 Altraciones migracionales, agenesia del cuerpo Anemia, fetal
Adenoma maligno cervical, 511 calloso, 1385, 1386 hidrops, 1274-1276
fetal, 1133, 1134 Ambiens, cisterna, fetal, aspecto normal en la hipertrofia hepática, 1176, 1177
pediátrico, 1571 ecografía, 1064 predicción de, velocidad piso sistólico en la
Adenomas foliculares, tiroideo, pediátrico, 1501 Amebiasis hepática, 81, 82 arteria cerebral media, 1313-1316
Anencefalia, 992, 1163, 1164, 1106 Anillo tubárico, signo, en el embarazo ectópico historia natural, 399
aumento de la temperatura intraútero, 948 pediátrico, 1705 inflamatorio, 398, 406
detección, precoz, 930, 931 Anisoespondilia, en la displasia disegmentaria, infrarrenal, 399
hernia congénita diafragmática, 1144, 1145 1246 inspección, 401
iniencefalia, 1081 Anisotropía, tendón, 812, 836, 837 técnica ecográfica, 401
Anencefalia, diferenciación de, 1076 barrido del manguito de los rotado res, 787 tomografía computarizada, 401-404
Anestésicos Anisotrópico, efecto, en la imagen del músculo planificación terapéutica, 404
en procedimientos osteomusculares, 838, pilórico, 1664-1666 rotura de, evaluación ecográfica versus
839 Ano TC,404
locales en la ecogra fía intervensionista en ectópico, 1675-1677 tratamiento médico, 399
pediatría, 1759, 1772 no perforado, 1675-1677 aneurisma suprarrenal, 399
Aneuploidía disrafia vertebral, 1537, 1538 dilatación
definición, 996 ecografía en la evaluación, 1737, 1738 aneurisma como causa de, 399-406. Ver
gastrosquisis, 1187 regresión caudal con, 1538-1541 además aorta Aorta abdominal,
identificación, hibridación en la Anoftalmia, 1041 aneurisma de
fluorescencia in situ, 1280 Anomalía del tronco corporal, 1719 arteriomegalia como causa, 406
intestino fetal ecogénico, 1183 Anomalías cromosómicas, 996 ectasia aórtica como causa de, 406
malformaciones de mano y pie, 1251 Ebstein, anomalía, 1162 pseudoaneurisma como causa, 406
Aneurisma fetal, restricción del crecimiento úlcera penetrante como causa, 406
alteraciones del flujo carotídeo, 860 intrauterino, 1296 disección aislada, estenosis aórtica del, 408
arteria carótida co mún, 883, 884 hidrops fetal por, 1274-1276 patología estemnótica, 407, 408
arteria hepática y, 98 riesgo de, relacionado con la edad materna, ramas de. Ver además Vena iliaca; Vena cava
después del trasplante hepático, 996 inferior, VCl); Arteria mesentérica;
1616-1618 triploidía, 1014, 1015 Arteria renal
arteria renal, 341, 416, 417 trisomía del par 17 como, 1012, 1013 patología de, 408-430
arteria umbilical, 1337 trisomía del par 19 como, 1013, 1014 Aórtica subvalvular, estenosis, 1168
de aorta abdominal, 399-406. Ver además, trisomía del par 21 como, 1006-1012, Ver Aparato osteomuscular. Ver además Hueso;
Aorta abdo minal, aneurisma además Trisomía del par 21 Huesos. Tendones, además de los
de las arterias periféricas, 896 (Síndrome de Down) huesos, músculos y tendones
extremidad inferior, 899 Turner, síndrome de, 1015, 1016 específicos
en la interposición de injertos para la Anómalo, retorno venoso pulmonar, 1157, 1166, infiltraciones
diálisis, 909 1167 articulares, 839, 840
vena de Galeno, 1098 total vs. parcial, 1166 bursales, 844
Anorquidia, por criptoruidia, 785 de los tendones profundos, 843, 844
estudios intracraneales en lactantes/
Anorrectal, atresia, 1182 bíceps, 844
niños con, 1451, 1452
Anorrectal, estenosis, en la triada de Currarino, iliopsoas, 844
quistes en el velum cavum interpositum,
1541 intratendinosos, 846, 847
diferenciación de, 1065-1070
Anorrectal, malformación fetal, 1182 materiales, 839
quistes supra renales, diferenciación de,
obstrucción de la unión ureteropélvica, anestésicos, 838, 839
1088
1212 corticoides, 838
vena porta, 97
Antecedentes familiares, incidencia de quistes gangliónicos, 844
después del trasplante hepático,
embarazo múltiple, 1018 superficial peritendinoso y periarticular,
1616-1618
Antibióticos, en las intervenciones eco gráficas 840-843
Aneurismas inflamatorios de aorta abdominal,
pediátricas, 1772, 1773 para mano y muéca, 842, 843
398,406
Anticoagulantes, deficiencia fisiología en la para pie y tobillo, 849-842
Anexial, masa, pediátrica
trombosis fetal del seno dural, técnica de, 837, 838
en el embarazo ectópico, 1705 1099,1100 abordaje de eje corto, 837, 838
en la enfermedad pélvica inflamatoria, Anticonceptivos orales, adenomas hepáticos, abordaje de eje largo, 837, 838
1706-1 708 intervenciones, 836-847
1593
Anexial, torsión, pediátrica, 1695-1698 Anti-Trendelenburg, posición, en la exploración consideraciones técnicas, 836, 837
Angio potencia armónica, 60 de las venas de la pantorrilla, 919 pediátrico
Angiogénesis en la pared del saco vitelino, 963 Antley-Bixler síndrome de, craniosinostosis, alteraciones congénitas, 1761-1763
Angiografía 1037 cadera, 1743. Ver además Cadera,
en el diagnóstico de estenosis carotídea, Antral foveolar, hiperplasia, inducida por pediátrica
848,849 prostaglandina, engrosamiento de inflamación, 1757-1760
resonancia magnética, en la evaluación de la mucosa gástrica, 1666 infecciosa, 1757-1760
arterias periféricas, 893 Anular fetal, páncreas, 1180 no infecciosa, 1760
tomografía computarizada, en la evaluación Aorta trauma, 1760, 1761
de arterias periféricas, 893 coartación de, 1167, 1168 Apéndice
Angiografía-Tomografía computarizada (ATC), hidrops fetal, 1266 inflamación, 254-260. Ver además
en la evaluación de una arteria síndrome del corazón izquierdo Apendicitis
periférica, 893 hipoplásico, 1162 mucocele,272
Angiomas, células litorales, esplénica, 146 descendente. Forma de onda con el Doppler, pediátrico
Angiomiolipoma hepático, 113 en la restricción del crecimiento abscesos,1739,1740
Angiomiolipoma renal, 321-326 intrauterino, 1305 diferenciación entre quiste ovárico
pediátrica, 1649 pequeño, en el síndrome de Turner, 996, hemorrágico y, 1697, 1698
Angiosarcoma 1016 drenaje, 1785
hepático, 118 Aorta abdominal gangrenosa, 1681
lesiones esplénicas, 143 anatomía, 399 normal, 1681
Angio-Seal, dispositivo, 912, 913 aneurisma de, 399-406 perforación, 259, 260
Ángulo theta, 856 cribado, 399-401 Apéndice, significado de la hiperemia, 1738,
aumento para superar el aliasing, 874 abordaje ecográfico, 401 1739
compatible con, análisis carotídeo espectral, abordajes recientes, 399-401 Apéndice del epidídimo, pediátrico, 1719
858 resultados falsos positivos/falsos Apéndice gangrenoso, pediátrico, 1721, 1681
Doppler, 858 negativos 404 Apéndice testicular, 754
«Anillo de fuego», signo, en el embarazo tomografía computarizada, 401-404 pediátrico, 1719
ectópico pediátrico, 1705 definición del, 399 Apendici tis
Anillo inguinal interno, como referencia para las fisiopatología, 399 aguda, 254-260
hernias inguinales, 435, 437 endofugas después de, 404-406 diagnóstico diferencial, 255
Anillo tubárico, ectópico, 984, 985 evalución postoperatoria, 404-406 diagnóstico eco gráfico de, 255
errores diagnósticos, 260 lóbulo lateral, 16 Artroecografía, en el barrido del manguito de
fisiopatología, 255 multirruta, 18 los rotado res, 787
síntomas, 255 realce, 18 Artrogriposis múltiple congénita, 1248-1250
el) de Crohn, 260 refracción, 4-5 hallazgos, 1231
.~ grasa inflamada focal, 486 reverberación, 16 Ascariasis, biliar, 165, 166
'C pediátrica, 1681-1 685 posterior, absceso hepático, 79 Ascitis, 471-473
c:
,- aguda, ecografía, 1738 sombreado, 18 en las metástasis del aparato
perforada, 1681 velocidad de propagación, 1 gastrointestinal, 241
Apendicolito, 1738 Artefacto de propagación de la velocidad, 1 evaluación del mesenterio del intestino
en el diagnóstico de la apendicitis aguda, Artefacto multidireccional, 18 delgado con, 469-471
255-259 Artefactos por lobulación, 16 fetal
Apert, síndrome, Arteria epigástrica inferior, (AEl) drenaje de, guiado por ultarsonidos,
craniosinostosis, 10 37 como referencia para las hernias inguinales, 1364
hipoplasia de hemicara, 1046, 1047 435-437 drenaj e, 1280
Apnea del sueño, en niños, Doppler transcraneal relación de la hernia inguinal indirecta con, en el hidrops, 1257-1259
en la evaluación de, 1459 437-439 masivo
Apófisis neural vertebral, 1106 Arteria hepática, 71 en la infección por parvovirus, 1262
Aponeurosis oblicua interna, rota, en la hernia anastomosis, en el trasplante hepático, 569 en la peritonitis por meconio, 1262
de Spigel, 445, 446 aneurisma y pseudoaneurisma, 98 urinaria, en la ruptura de las válvulas
Aquiles, tendón de anomalías, 73, 74 uretrales posteriores, 1214, 1215
aspecto ecográfico normal, 819-823 después del trasplante hepático, aspecto líquido en la bolsa de Douglas, 513
Aquilodinia, infiltraciones peritendinosas de pie normal,571 pediátrica, diferenciación del líquido
y tobillo, 840 elevación del índice de resistencia de, pleural,1558
Aracnoideas, granulaciones, 1070, 1071 después del trasplante hepático, quilosa,472
Aracnoideos, quistes, 1088 580 Asfixia
agenesia del cuerpo calloso, 1385, 1386 estenosis de, después del trasplante intrauterina, casi completa, en el edema
diferenciación de los quistes del cavum veli hepático, 577-580, 1614 cerebral difuso, 1421, 1422
inteposti,1065-1070 exploración con Doppler, 1614 pediátrica, Dopplertra nscraneal, 1461
en el encéfalo dellactantejneonato, oclusión de, después del tasplante hepático, perinatal, estudios cerebrales con Doppler,
1433 571, 572 1445, 1446
Arañazo de gato, en ferm edad por, pediátrica, pediátrico, estudios con Doppler, mejores Asherman, síndrome, 508, 509
adenopatías, 1515, 1516 abordajes, 1690, 1604 Aspiración de los abscesos hepáticos piógenos,
Arañazo de gato, fiebre, en pediatría, 1759, 1760 1596,1597
pseudoaneurisma de, después del
Arco aórtico Asplenia, 151
trasplante hepático, 580
cervical, 1520, 1521 corazón univentricular, 1162-1164
trombosis, después del trasplante hepático,
fetal, 1152 en el síndrome cardioesplénico, 1168, 1169
571,572,575-577
interrumpido, en el síndrome de Turner, Astas frontales, de los ventrículos
Arteria pedia dorsal, 898, 899
996 en la agenesia del cuerpo calloso, 1386
Arteria suprarrenal, análisis de la forma de onda
Arco neural, osificación, 1106 en la malformación de Chiari Il, 1384, 1385
en la restricción, de crecimiento
Arcuatas, arterias, 493 neonatal jlactante
intrauterino, 1307
calcificaciones, 493, 494 en la imagen coronal, 1368, 1370
Arteria(s). Ver además la arteria específica
Arcuato, útero, 496 quistes, 1379, 1380, 1436
(Carótida, Renal, etc.)
Área cerebrovasculosa, en la anencefalia, 1075, Astas occipitales,
1076 arterias, periféricas, 893. Ver también
fetal, atrio, eval uación de la
Área membranácea, 1084 Arterias periféricas ventriculomegalia, 1071-1075
Armónicos, generación de, 12 vasos, transposición de los grandes, 1165,
neonataljlactante
Arrenoblastoma pediátrico, 1699, 1701 1166 en la agenesia del cuerpo calloso, 1386
Arritmia Arteriomegalia, 406 en la imagen coronal, 1372
Ebstein, anomalía, 1162 Arteriosclerosis asintomática, estudio, 848 en la imagen de la fontanela posterior,
embrionaria, predictora de un pronóstico Arteriovenosas, malformaciones, (MAV) 1374, 1383
anormal,974-976 arterias nutricias, ensanchamiento Astas temporales, de los ventrículos laterales,
fetal espectral, 860 neonataljlactante, en la imagen
bloqueo cardiaco congénito, 1173, 1174 cerebral, pediátrica, detección con el coronal,1372
bradicardia, 1173 Doppler transcraneal, 1460, 1461 Astrocitomas, cerebral, neonataljlactante,
contracciones ventriculares y auriculares Arteritis 1430-1432
prematuras, 1173 aloinmune, después del trasplante de Atelectasia pediátricas, 1561
hidrops, 1269, 1270 páncreas, 623 Atelosteogénesis, 1242
taquicardia, 1172, 1173 de la arteria carótida común, 880 Atenuación coeficiente, 34
formas de onda en el flujo carotídeo, 869 esclerosan te, en el rechazo crónico del Atenuación de la energía acústica, 5
Artefacto, 16 trasplante renal, 1659 Aterosclerosis, 398
anillo caído, 241 Takayasu, estenosis aórtica de, 408 Atresia biliar, ictericia y, 1584-1587
anisotropía, 812 Articulación acromioclavicular, 794, 795 Atresia fetal yeyunoileal, 1181, 1182
centelleo infiltración de, 840 Atrofia cerebral, cambios hemodinámicos, 1459
con cálculos renales, 309 Articulación glenohumeral, infiltración, 839, AU. Ver Umbilical, arteria
simulando una malformación 840 Auditiva, respuesta, en ecografía obstétrica, 949
arteriovenosa, después de un Articulaciones Aurícula
trasplante renal, 611, 612 fetal, contracturas, múltiples, en la de los ventrículos laterales, neonatalj
como causa de pérdida de información, 18 artrogriposis múltiple congénita, lactante, imagen coronal, 1372
duplicación renal, 285-287 1248 derecho, en la circulación fetal, 1297
en hilo de cometa, 18 infiltración, 839, 840 izquierdo, en la circulación fetal, 1297
en la diferenciación entre nódulos Artritis Auriculoventricular válvulas, del corazón fetal,
tiroideos benignos y malignos, 655, psoriásica, de mano y muñeca, infiltraciones 1150-1152
656 para, 842, 843 Auriculoventriocular, defecto septal,.115 7-11 61
en los quistes tiroideos degenerativos, reumatoide compensado vs. no compensado, 1161
1501 afectación sinovial, 829 completo, 1160
estómago vacío, 1666 de mano y muñeca, infiltraciones, 842, en la trisomía, 19, 1010
flash,52 843 Autopsia en el diagnóstico del hidrops, 1280
go lp e, 52 séptica pediátrica, 1758 A-V, defectos del canal, 1150
imagen tangencial, del músculo pilórico, Artrocentesis, guiada por ecografía, para el Avulsión en pediatría, 1760
1662,1663 derrame articular, 1757 de raíces nerviosas, 1760, 1761
Axilar, arteria, 902, 903 errores de interpretación con, 151 trauma sobre, hemofilia, 159-163
Axilar, vena, 924 fetal,1180 variantes de, normal. 153, 154
Azimuth, resolución, 16 funciones, 131 Biliar, conducto
hemangiomas, 139 dilatación, en la enfermedad de Caroli,
B hipertrofia, 135-137. Ver además 1584,1585
Bacterias Esplenomegalia. estenosis, después del trasplante hepático,
adenopatías cervicales secundarias, itinerante, 151 571,572
1513-1516 linfangiomas, 139 interlobular, escasez, ictericia por, 1584,
glándulas salivales, 1486 medición de, abordaje ecográfico, 134 1585
tiroides, 1498, 1499 metástasis a, quística, 139 necrosis, postrasplante hepático, fugas
absceso piógeno hepático, 78, 79 pediátrica, 1617-1620 biliares, 573
pediátrico, 1596, 1597 abscesos, 1619 normal. 153-155
Baker, quiste, 835 calcificaciones, 164 rotura espontánea, ictericia secundaria,
infiltraciones en, 844 hematomas, 1620 1584,1585
pediátrico, 1760 infartos, 1620 Bilioma, después del trasplante hepático, 584
Balón de contra pulsació n aórtico, formas de itinerante, 1620 Bilobulada, placenta, 1334, 1336
onda de flujo carotídeo, 869 quistes, 1619 Bioefectos, 32-46
Banana, signos de la, en las malformaciones de rotura espontánea, 1620 cavitación acústica, 38-44. Ver además
Chiari JI, 1080, 1530 peliosis, 139 cavitación acústica
en el cribado de la espina bífida, 1109, 1117 procedimientos intervencionistas, 151 control de la salida, 44, 45
Banda de frecue ncias, 6 quistes, 137-139. Ver además Quistes, ecografía obstétrica, 946
ancho de banda, 6 esplénicos estudios en humanos, 950-952
Barlow, test retrorrenal, 151 mecánica, 949
con la aducción, en la exploración dinámica rotura, 148 potencia instrumental, 946, 947
en la proyección coro nal/ fl exión, 1749 espontánea, 136, 137 configuración del sistema, 947
en la proyección transversal/flexión, situaciones patológicas, 135-148 modalidad de la ecografía y, 947
1749,1750 trauma, 148 tiempo de permanencia y, 947
en la determinación de la estabilidad de Beate-Stevenson, síndrome de, craniosinostosis, térmica, 948, 949
cadera, 1745 1037 efectos físicos del sonido, 33
Barrido transversal de la próstata, 349 Beckwith-Wiederman, síndrome en ecografía enfocada de alta intensidad, 30
Barro displasia mesenquimatosa de plancenta, epidemiología, 44-46
biliar, 180 1331 estándar en la representación de potencia,
pancreatitis aguda, 201 hepatoblastoma, 1594 44,45
en el líquido amniótico, parto espontáneo hernia diafragmática congénita, 1144, 1145 investigación animal. 949-950
pretérmino, 1351, 1352 hiperecogénicos, 1206 mecánica, 30
vesícula biliar macroglosia, 1052 modos de programación, 28-30
fetal. 1178 Beta, ángulo, para la clasificación de la precauciones del usuario, 30
pediátrico, 1591 articulación de la cadera, 1748 regulación de la potencia, 32, 33
Barro biliar, 180 Bezoar, 1668, 1669, 1671 salida de ultrasonidos y, regulación, 32, 33
como complicación de un trasplante Bíceps braquial, tendón del músculo, 812 térmica, 33-38
hepático, 573-575 Bíceps, infiltración del tendón del. 844 consideraciones transitorias que afectan,
pancreatitis aguda, 20 1 Bicipital, corredera, 787-790 33,34
Barro tumefacto, 180 Biliar enfoque espacial. 33
Basilar, arteria, 885 calcárea, 180 estimación, 38
Basílica, vena, 924 flujo, estasis, formación de cálculos y, 1591 factores de control, 33-35
Basocelular, síndrome del nevus, fibromas y, fuga, después del trasplante hepático, 572, resumen de conclusiones, 38
532,533 573 tipo de tejido y, 34, 35
Bazo,129 leche cálcica, 180 Biometría, segundo trimestre, 934
abscesos, 139 Biliar, árbol,153-177 Biopsia
drenaje guiado por ecografía, 565, 566 anatomía, 153-155 aguja percutánea
accesorio, 148-151 ascariasis, 165, 166 guiada por ecografía
alteraciones focales,137-146 clonorquiasis y, 165 complicaciones, 556, 558
lesiones nodulares, 139-141 colangiocarcinoma, 170-177 contraindicaciones, 547, 548
calcificados, 140, 141 colangiopatía autoinmune, 170 de abdomen y pelvis, 547-558
en ellinfoma, 141 colangiopatía por VIH, 166 de hígado, 551-553
en la candidiasis, 140, 141 coledocolitiasis, 158 de la glánd ula suprarrenal, 396, 556
en la tuberculosis, 140 cálculos en el colédoco, 159 de las adenopatías cervicales, 658-660
metastáti cas, 141 intrah epática, 159 de los nódulos de mama, 752
microabscesos, 140, 141 después del trasplante hepático de páncreas, 551-554
lesiones sólidas, 1389, 146 aspecto normal. 570 del adenoma paratiroideo, 687
benignas, 141-146 complicaciones relacionadas, 571-575 del bazo, 151, 556
malignas, 141-145 dilatación de, en la colangitis aguda, 164 del riñón, 554-556
quistes como, 137-139. Ver además ecografía, 155 indicacio nes, 547, 548
Quistes espénicos. enfermedad de Caroli, 156 métodos de imagen, 548
anatomía, 129 estenosis, en el trasplante hepático, 571, procedimiento para, 548, 549
anomalías congénitas, 148-151 572 selección de la aguja, 548
aspecto ecográfico, 135-148 fascioliasis y, 164 guiada por tomo grafía, 548
ausencia, 131 fetal, lesiones quísticas, 1178 aspiración con aguja fi na, de tiroides, 651,
biopsia helmintos hepáticos y, 164, 165 652
aguja percutánea, guiada por ecografía, hemobilia, 159-163 en el estadiaje del carcinoma de células
556 infección, 162. Ver también colangitis renales, 316, 317
guiada por ecogafía,151 metástasis, 177 hepática percutánea, 126-128
como ventana para el espacio pleural, 1554, Mirizzi, síndrome de, 159 postrasplante, fugas biliares, 573
1558 neumobilia, 162 lesiones de pared torácica, guiadas por
cuerpos de Gamna-Gandy, 147 obstrucción ultrasonidos, 1573
ecografía, 132 en la colangitis aguda, 162 masa mediastínica, pediátrica, 1777, 1781
embriología, 129-131 repaso, 156 próstata
en la enfermedad de células falciformes, opistorquiasis, 165 dirigida por PSA, 365
146,147 patrón de ramificación, 154 gu iada por ecografía, 374-378. Ver
en la enfermedad de Gaucher, 147 quistes del colédoco del. 155, 156 además Biopsia de próstata
transrectal guiada por ultrasonidos Brunn, nidos epiteliales, en la cistitis crónica, de las vesícu las seminales, 361
(TRUS) 306 del quiste renal, 311-313
Biparietal, diámetro, (BPD) Budd-Chiari, síndrome, 93-97 del saco vitelino, predictor de mal
Q) corregido, para la determinación de la edad en párvulos, hipertensión portal pronóstico, 977
CJ gestacional, 1199 suprahepática, 1612, 1613 del vaso deferente, 361
:a1: en la determinación de la edad gestacional, Burbujas. Ver además Microburbujas en cáscara de huevo
,- 1285 cavitación acústica, generación, 40 en los quistes de mama, 728
longitud del fémur versus, en la comportamiento de, presión incidente, 52 en el miometrio, 494
acondroplasia heterocigótica, 1243 interacciones ultrasonidos-tejido, 65, 66 en las arterias arcuatas, 493, 494
y huesos nasales en la trisomía del 19, Burbujas de aire, encapsuladas, medios de en las masas asociadas a la pancreatitis
1008, 1009 contraste de, 49 crónica, 217
Blake, bolsa Burbujas de gas en los fibroides uterinos, 500
formación, 1063 baja solubilidad, como medio de contraste, en los nódulos tiroides
quistes, 1065-1068, 1086 49 en el carcino ma papilar, 642
diferenciació n entre la malformación libre como medio de contraste, 49 importancia diagnóstica, 656, 657
Dandy-Walker y, 1085 Bursitis, 829, 830 en los quistes tiroideos recubiertos de
quistes aracnoideos, diferenciación de, infiltraciones bursales, 844 epitelio, 637
1088 Bursitis prerrotuliana, 829, 830 escrotal, 769, 770
Blastocisto, fase, 955, 957 Bursografía, 835 esplénico, 140
Blastoma pulmonar, pediátrico, 1572 guiada por ecografía, 835 pediátrico, 1619
Bloqueo aurículoventricular completo, fetal, focal , en la periorquitis meconial, 1727
hidrops, 1266-1270 e hepática, fetal, 1176-1178
Bloqueo cardiaco congénito, 1173, 1174 CA 125 en el cáncer ovárico, 524 intracraneal fetal, 1097, 1098
Bloqueo vertebral, 1538-1541 Cabeza manguito de los rotado res, 807, 808
en la escoliosis y cifosis, 1124 fetal nódulos sólidos de mama, 716
Bocio, 637 alteraciones ovárica, focal, 515
adenomatoso, aspecto eco gráfico, 669 de perfil, 1035, 1040 prostática, 355
fetal ,1 061 craneosinóstosis, 1037-1039 psamomatosa, en el nódulo peritoneal, 474
multimodular, 654 huesos wormianos, 1039 renal. Ver además Nefrocalcinosis
adenoma paratiroideo, detección, 683, de tamaño, 1035, 1036 causas, 1640-1643
684 mediciones, en la determinación de la Calcio
aspecto eco gráfico, 669 edad gestacional, 1285, 1286 depósitos, en el riñón, en párvulos,
en niños, 1501 perímetro de 1640-1643
Bolas de hongos en la determinación de la edad Calcio, hidroxiapatita, en la tendinitis
en el sistema colector, 303 gestacional, 1285, 1286 calcifican te, 844-846
formación de, en la candidiasis neonatal, ovalado, 1037 Calcio biliar, leche, 180
1639, 1640 pediátrica, lesiones, escleroterapia, 1788 Calcio miméticos, para el hiperparatiroidismo
Bosniak, clasificación del potencial maligno de y cuello, cáncer de, pediátrico, 1517, 1518, secundario, 673
los quistes renales, 332, 333 1519 Calcitonina, secreción, en el carcinoma medular
Brachmann-de Lange, síndrome, hernia Cabeza anterior, fetal, alteraciones, 1040 de tiroides, 646
diafragmática congénita, 1255 Cabeza de medusa, 1602 Cálculo calicial, 307, 308
Bradicardia Cabeza rabadilla, longitud Cálculos
embrionaria, como predictor de pronóstico diámetro medio del saco, como predictor calicial, 307, 308
anormal, 974-976 pronóstico, 974-976 conducto intrahepático, 159
fetal, 1173 en la determinación de la edad gestacional, coraliforme
hidrops, 1266 1285 en la pielonefritis xantogranulomatosa,
formas de onda en el flujo carotídeo, 869 en la estimación de la edad gestacional, 968 301
Bradicardia sinusal, fetal, 1173 traslucencia nucal y, 997, 998 en párvulos, 1643
Branquial, arcos, 1034 Cadera en el colédoco, 159
malformaciones, 1506-1508 ecografía, desarrollo de, 1744 como complicación de un trasplante
Branquiales, quistes fetal, luxación, espina bífida, 1117-1122 hepático, 575
tipo 1, pediátrico, 1493 infiltración, 839, 840 pancreatitis aguda, 201
tipo pediátrico, 1493 pediátrica, 1743-1763 escrotal, extra testicular, 770
Braquial, arteria, 902, 903 cápsula de, ecogénica, 1745, 1746 renal, 307-3 09
Braquial, lesión del plexo, pediátrica, 1760, derrame articular, 1755-1757 patología que simula, 309
1761 aplicación clínica y experiencia con, ureteral, 309, 311
Braquial, vena, 924 1757 como complicación del trasplante renal,
Braquicefalia, 1036, 1037 revisión clínica, 1755 609
Braquidactilia, fetal, 1255 técnica eco gráfica y anatomía, uretral, pediátrico, obstrucción de la salida
Braquiocefálicas, arterias, 902, 903 1755-1757 vesical, 1729, 1730
Braquiocefálicas, venas, 924 dolor, en la evalulación ecográfica, 1743 vesicales, 311
Braquiterapia, en el cáncer de próstata, 368 estabilidad pediátricos, 1732, 1733
guiada por ecografía, 378-381 determinación 1745 Calentamiento
Brazo, hidrópico, en el síndrome de Turner, 996 en la evaluación del lactante en riesgo, óseo, 35
Breast lmaging Reporting Data System 1750 tejido blando, 35, 36
(BlRADS), categorías de riesgo, luxación y displasia del desarrollo, Calentamiento del transductor, en la ecografía
699-701 1743-1750. Ver además Luxación y obstétrica, 949
Brenner, tumor, 529 displasia del desarrollo de cadera Calentamiento tisular con enfoque espacial, 33
Brescia-Cimino, fístula AV de diálisis, 908, 909 (LDDC) Cálices, dilatación, en la hidronefrosis, 1209,
Breus, mola, 1328, 1329 luxación 1210
Bridas amnióticas definición, 1745 Calicial, divertículo, depósito de leche cálcica,
constructiva, 1078 descripción, 1745 1643
simulando placenta circumvallata, 1332 teratológica, 1744, 1763 Calota, fetal, compresibilidad
Bridas peritoneales, obstrucción, 1670, 1671 normal, definición, 1745 en displasias óseas, 1231
16 Broncograma aéreo, ecografía, 1554, 1558
en el pulmón con atelectasia, 1561
subluxable, definición, 1745
Calcáneo, osificación, 1225, 1226
en la osteogénesis imperfecta del tipo 11,
1239
en el pulm ón consolidado, 1558-1561 Calcar avis, desarrollo neonatal/lactante, 1214 Campo de visión, en la ecorafía obstétrica, 947
en la neumonía redonda, 1561 Calcárea, bilis, 180 Campo lejano, del haz, 6, 7
Broncopulmonar, malformación del intestino Calcificaciones, Ver además Microcalcificaciones Campo próximo, del haz, 6, 7
anterior, 1572 de la vesícula biliar, 186 Campodactilia fetal, 1251-1254
Campomélica, displasia, 1239-1242 de tiroides, 639-646 aneurisma de la arteria carótida común,
combamiento de los huesos largos, 1230 cístico, hallazgos ecográficos, 656 848
costillas, 1231 pediátricos, 1501-1503 arteritis, 880
tanatofórica, displasia, diferenciada de, Carcinoma papilar seroso perotoneal primario, displasia fibromuscular, 880 Q)
1234 475 masas extravasculares, 884 .~
Canal aurículoventricular, en la trisomía, 19 Carcinomatosis peritoneal, 474, 475 por trauma cervical, 880, 881 1J
Canal cervical, dilatación de, parto pretérmino Cardiocentesis fetal, 1361 pseudoaneurismas postraumáticos, 884 ,e-
espontáneo, 1351,1352 Cardioesplénico, síndrome, 1168, 1169 tumores del cuerpo carotídeo, 883, 884
Canal de Nuck acodamiento, forma de onda del flujo patrón de flujo
cierre diferido de una hernia inguinal por, carotideo, 869 alta velocidad, en las estenosis, 860-863
437-439 disección, 880-883 alterado, errores, 859
quiste o hidrocele, simulando hernia ecografía postoperatoria, 876-880 inversión, transitoria normal, en el
inguinal, 463 endarterectomizadas, signos ecográficos, origen de ACE, 867, 868
Canal neural, en la embriología de columna, 876 pseudoulceración, 853
1104 enfermedad, estrategia preoperatoria, 876 revascularización, ecografía después de,
Canalización en la embriología de la médula, estenosis 876,877
1522 ensanchamiento espectral, 859 stent
Cáncer colorrectral, sind rome del, hereditario evaluación ecografía después, 876, 877
no poliposo, 524 análisis con Doppler espectral, reestenosis, clasificación, 877-880
Cándida albicans 863-868 tortuosas
infección del tracto urinario neonatal, 1639, Doppler color, 863-868 ensanchamiento espectral, 860
1640 Doppler potencia, 868-874 formas de onda del flujo carotídeo, 869
infección hepática, 80, 81 escala de grises, 853-856 Cardiopatía isquémica, 398
infecciones del tracto genitourinario, 303 patrones de flujo sanguíneo de alta Cardiovascular, enfermedad, 398
Candidiasis velocidad, 860-863 Caroli, enfermedad de, 156
hepatoesplénica, abscesos esplénicos, 140, recurrente, clasificación, 877 -880 pediatrica, 1583-1585
141 exploración ecográfica, 849-851 Carotídea, bifurcación, 850
neonatal, 1639, 1640 externa, 849 cerca de un adenopatía patológica, 890
Cara estenosis, grados, 863 Carotídeas, arterias
ecografía de rutina, 933 forma de onda, 856,857 anatomía, 849
fetal,1034 ramas vasculares, 850 común, 849
embriología y desa rarollo de, 1034, 1035 flujo helicoidal, 868 aneurisma, 883, 884
hemangioma, 105 6 ectásico, 883, 884
arteritis de Takayasu, 880
inferior, alteraciones, 1052-1056 enfermedad arteriosclerótica
estenosis de, clasificación, 863
macroglosia como, 1052 clasificación de la placa, 852, 853. Ver
forma de onda, 856, 857
micrognatia co mo, 1056 además Placa carotídea,
oclusión, forma de onda anormal de la
retrognatia co mo, 1056 ateromatosa
carótida interna, 848, 874
malformaciones del macizo facial, 1040 Carotídeo, bulbo, 850
interna, 849
malformaci ones hemifaciales, 1046- Carotídeo, cuerpo, tumores, 883, 884
estenosis
1052. Ver ade más Malformaciones Carpenter, síndrome, craneosinóstosis, 1037
estadiaje, 860-863
he mi faciales Carpiano, túnel, tendones, 812, 813
ictus, 848
normal, ecografía, 1035 Cartílago, características ecográficas, 1745,
forma de onda, 856, 857
orbitarias, 1040-1046. Ver además Feto, 1746
oclusión, 874 Cartílago, signo de la interferencia por, en la
órbita, malformaciones en la,
colaterales ACE de la circulación fisura del manguito de rotadores,
hendida, línea media, en la trisomía 13
intracraneal, 874 349
malformaciones, asociadas con
craneosin óstosis, 1037 diferenciación del signo de la cuerda Cataratas
tumores de tejidos blandos, 1056 de, 874 congénita, 1046
Cara, plana, en el cribado de la aneuploidía, errores en el diagnóstico, 874 temperatura, aumento en el útero, 948
1004 próxima y total, 848 Catéter venoso central, trombosis veniosa
Carcinoide, tumor, 329, 330 interpretación ecográfica, 851-880 profunda en la extremidad superior
Carcinoma, 534-536 con el análisis del Doppler espectral, secundaria a, 924, 925
pediátrico 856-863 Catéter
en la enfermedad pélvica inflamatoria, ensanchamiento espectral, 859 central, de inserción periférica, en pediatría,
1705,1706 errores de interpretación, 859, 860 918
torsión, 1695-1698 exploración estándar, 857, 858 drenaje
Carcinoma patrones de flujo sanguíneo de alta colocación, 560
células renales, 313-318. Ver Carcinoma de velocidad, 860-863 extracción, 561
células renales (CCR) con la ecografía Doppler potencia, selección, 559, 1757
células transicionales, 314-318. Ver 868-874 Catéteres centrales de inserción periférica,
carcinoma de células transicionales con la ecografía Doppler, 863-868 pediátricos, 1775
(CCT) parámetros óptimos, en la evaluación Cateterismo
cervical, 511 de vasos de bajo flujo, 867, 868 de las arterias periféricas,
colon, 237 ventajas e inconvenientes, 868 pseudoaneurismas como
de vesícula biliar, 191, 192 inspección visual de la imágenes en complicación de, 910-944
ecoendoscopia gástrica, identificación, 275 escala de grises, 851-856 venoso central
endometrial,506-509 en el engrosamiento de la íntima, 851, trombosis de la vena yugular, como
enfermedad ovárica poliquística, 1697, 852 complicación, 890
1698 en el grosor de la pared vascular, 851, trombosis venosa profunda de la
estadiaje esofágico, en la ecoendoscopia, 852 extremidad superior, 924, 925
275 en la clasificación de la placa, 852, 853 Caudado, núcleo, neonataljlactante, hiperecoico,
pancreático, pediátrico, 1690 en la evaluación de la estenosis, 1424, 1425
próstata, ecografía transrectal, 277 - 853-856 Caudal, neuroporo, en le embriología de
rectal, estadiaje, ecoendoscopia, 275, 27 en la ulceración de la placa, 853 columna, 1104
vaginal pediátrica, 1704, 1705 lesiones obstructivas, velocidades en el vaso Caudales, masa de células, diferenciación, en la
Carcinoma adrenocortical, en la vena cava contralateral, 869-871 embriología de columna, 1522
inferior, 427-429 lesiones tandem, 869-871 Caudotalámico, neonataljlactante
Carcinoma papilar paredes, disecciones, alteraciones del flujo, en la hemorragia intraparenquimatosa,
de mama, intraquístico, 721-723 860 1410-1413
ecografía Doppler, 747-751 patología no arteriosclerótica, 849, 880-884 en la imagen sagital, 1372, 1373
Cava inferior, vena, (VCI), 424-427 Celular, alteración de la membrana en la Cerebral, vasos sanguíneos, extracraneales,
anastomosis de, en el trasplante hepático, ecografía obstétrica, 949 848-891
569 Celular, migración arteria vertebral, 884-890. Ver además
Q) anatomía, 424, 425 alteraciones, en la malformaciones Arteria vertebral
.~ cabeza pancreática, 195 cerebrales por, 1393, 1394 yugular interna, vena 890-892. Ver además
'O continuación de la ácigos, 425 en la organogénesis, 1383, 1384 Vena yugular interna.
e
,- dilatación de, en la insuficiencia cardiaca Células escamosas, carcinoma genitorurinario, Cerebro
congestiva, 429 321 cuerpo,1078
duplicación, 425 Células falciformes, enfermedad, bazo en, 146, displasia septo-óptica, 1097
en la circulación fetal, 1297 147 en la fosa posterior, 1084-1088
estenosis, después del trasplante hepático, Células falciformes, pacientes pediátricos, ictus, esquizencefalia, 1091, 1393, 1394
582 cribado con Doppler transcraneal, hipoplasiafdisplasia del vermis, 1086
filtros, 429, 430 1471,1482 lisencefalia, 1090, 1091, 1394
forma de onda de Doppler, en la restricción Células gigantes, tumor de células macrocefalia, 1090
del crecimiento intrauterino, 1307 delostendones,831 malformaciones vasculares, 1098, 1012
neoplasias, 427-430 Células renales, carcinoma (CCR), 313, 318 megacisterna magna, 1087, 1088
transposición, 425 ablación por radiofrecuencia, 314-316 megalencefalia, 1090
trombosis, 426 abordajes de imagen, 314 microcefalia, 1088-1090
después del trasplante hepático, 59, biopsia, 316 por alteraciones en los surcos, 1393,
1614, 1615,1616 en la vena cava inferior, 427-429 1394
variantes anatómicas, 425, 426 errores de interpretación, 318 por errores en la induccion ventra l,
Cava superior, vena (VCS) necrótico, 314-316 1081-1 084
en la circulación fetal, 1297 papilar, 314 por trastornos en el cierre del tubo
trombosis, hallazgos con el Doppler, 1564 pediátrico, 522, 523 neural, 1384-1391
Cavernoma, portal, en la trombosis de la vena planteamientos terapéuticos, 314 quistes porencefálicos, 1394, 1395
porta, 1608, 1609 pronóstico, 316, 317 romboencefolosinapsis, 1086, 1087
Cavernomas, hemangiomas quística, 314-316 tumores, 1102, 1103
de hígado, 105, 106 tipos histológicos, 313 desarrollo, lesiones destructivas, 1384
biopsia, 551 triada diagnóstica clásica, 314 fetal,1062
de vejiga, 330 Células transicionales, carcinoma, 318-321 alteraciones, 1073 -110 3. Ver además
Cavidad peritoneal, 469 no papilar, 318 Cerebro, malformaciones
líquido, libre versus localizado, 472, 473 papilar, 318 congénitas.
proceso inflamatorio localizado, 486 renal, 318, 319 anatomía ecográfica de, 1063-1068
Cavitación ureteral, 319 proyección cerebelosa, 1064
acústica, 38, 44. Ver además cavitación vesical, 319-321 proyección medial, (mediosagital),
Centelleo, artefacto de, en cálculos renales, 309
acústica. 1064
Centro, del cuerpo vertebral, 1105
inercial, por las interacciones del tejido con proyección talámica, 1064
osificación, 1106
los ultrasonidos con las burbujas, proyección ventricular, 1064
Centro semioval, neonatoflactante, 1368
65,66 cavidad del velum interpositum,
Cerclaje cervical abdom inal, 1355
Cavitación inercial, 38 1065-1070
Cerclaje cervical para la incompetencia cervical,
Cavum septo pe lúcido, 1062, 1063 desdoblamiento, 1091
1353-1355
fetal embriología, 1062, 1063
Cerclaje cervical, en la incompetencia cervical,
aspecto ecográfico normal, 1064 hidrocefalia, 1070-1075
1353-1355
aspecto en la ecografía de rutina, 937 imagen de resonancia magnética, 1062
Cerebelo
neonatalflactante, desarrollo, 1378, 1379 embriología, 1063 quiste de la bolsa de Blake, 1065-1068
Cavum velum interpositum quiste del plexo coro ideo, 1065-1068
neonatalflactante, en la imagen coronal,
fetal, 1065-1070 variantes (habitualmente normales),
1372
neonatalfÍactante, desarrollo 1379 Cerebelosa superior, arteria, análisis de la forma 1065-1070
Cavum vergae, 1062, 1063 de onda con el Doppler, restricción ventriculomegalia, 1070-1075. Ver
dilatado, quistes del cavum del velum del crecimiento intrauterino, 1307 además Ventriculomegalia.
interpositum, diferenciación, Cerebelosa, hemorragia, cerebro neonatalf lesión, en el síndrome de embolización
1065-1070 lactante, 1414-1416 gemelar, 1028
neonatalflactante Cerebeloso, infarto, encéfalo neonatalfdel malformaciones congénitas, 1382
desarrollo, 1378, 1379 lactante, 1423 acrania, 1075, 1076
en la imagen coronal, 1372 Cerebeloso, vermis, desarrollo, 1062, 1063 agenesiafdisgenesia del cuerpo calloso,
Cebocefalia Cerebelosos, hemisferios, fetal, aspecto 1094-1097,1385,1386. Ver además
en la holoprosencefalia alobar, 1392 ecográfico normal, 1064 cuerpo calloso, agenesiafdisgenesia
hipotelorismo, 1040 Cerebral, arteria anencefalia, 1075, 1076. Ver además
Cefalea en migraña, Doppler transcraneal en la anterior Anencefalia
evaluación, 1458, 1459 como referencia para el abordaje ausencia del septo pelúcido, 1097
Cefálica, vena, 924 transtemporal,1453 calcificaciones intracraneales, 1097,
Cefalocele, 1040, 1076-1078 del lactante, índice de resistencia, 1098
Cefalocentesis, guiado por ultrasonidos, 1364 1440-1442 camb ios craneales en la espina bífida,
Celiaca, arteria, (AC) compresión de la fontanela en la 1078-1081
anatomía, 417 hidrocefalia, 1448, 1449 cefalocele, 1076-1078
ecografía Doppler duplex, 420, 421 interna como referencia para el abordaje Chiari, 1384, 1385. Ver además
en el síndrome del ligamento arcuato transtemporal, 1453 malformación de Chiari
mediano, 420 media del desarrollo, cortical, 1088-1094
estenosis, después del trasplante hepático, como referencia para el abordaje en el cerebelo, 1084-1088
580 transtemporal, 1453 encefalocele, 1076-1078. Ver además
ocluido, 424 Doppler, estudios, en detección de Enfefalocele
Celiaca, enfermedad, tracto gastrointestinal, 275 aloinmunización fetal, 1262-1265 encefalomalacia quística, 1395
Celiaco, tronco, análisis de la forma de onda con velocidades anormales, en la enfermedad exencefalia, 1075, 1076
el Doppler, en la restricción del de células falciformes en pediatría, hemimegalencefalia, 1090
crecimiento intrauterino, 1305- 1478 hidranencefalia, 1100-1102, 1395
1307 Cerebral, flujo sanguíneo, neonatalflactante holoprosencefalia, 1081-1084, 1391-
Celoma, 1184-1186 velocidad, determinación, 1440 1393. Ver además Holoprosencefalia
Celular, agregación, en la ecografía obstétrica, venoso, patrones normales, 1442, 1443 infecciones, 1098
949 Cerebral, muerte. Ver Muerte cerebral lesiones hemorrágicas, 1100
malformación de Dandy-Walker, 1085, Cerebro-he pato-renal, sindrome, malformciones en el cribado de la espina bífida, 1109
1388-1391. Ver además Dandy- corticales, 1091-1093 fetal
Walker, malformación Cerebro-musculo-ocular, síndrome de, displasia aspecto ecográfico normal, 1064
por alteraciones de la diverticulación, verminana con, 1086 en la espina bífida abierta, 1078, 1117 Q)
1391-1393 Cerebrovascular, patología hallazgos ecográficos, 1384 (,)
por alteraciones en la migración celular, criterios de Doppler transcraneal en, 1471, mielomeningocele, 1528-1530 :c
r:
1393, 1394 1472 ventriculomegalia, 1071 ,-
por errores en la inducción dorsal, en pacientes con la anemia de células IlI,1384
1075-1100 falciformes, indicaciones de, 1472 Chocolate, quistes, 521
por lesiones destructivas, 1394-1399 Cero, línea, desviación, para superar el aliasing, Cicatrices abigarradas, simulando una hernia de
por trastornos de excisión 1391-1393 874 pared abdominal, 465
quistes aracnoideos, 1088 Cerradura, signo del agujero de, en las válvulas Ciclofosfamida, cistitis pediátrica por, 1640
secuencia de brida amniótica, 994 posteriores uretrales del feto, 505 Ciclopía, 1040
trombosis del seno dural, 1099, 1100 Cervical, arco aórtico, 1520, 1521 en la holoprosencefalia, 1392
neo natal/lactante Cervical, teratoma, 1058-1061 Cifoescoliosis fetal, 1250
alteraciones, 1382 -1384. Ver además Cervix, 491,512, 513 en la diosplasia ósea, 1230
Cerebro, malformaciones acortamiento, progresivo, parto pretérmino Cifosis cervical, en la displasia campomélica,
congénitas espontáneo, 1349,1350 1230
anatomía del desarrollo, 1377-1382 adenoma maligno, 511 Cifosis fetal, 1124-1126
astrocitoma, 1430, 1121 alteraciones, 510, 511 cervical, en la dosplasia campo mélica, 1230
ecografía Doppler, 1438-1452. Ver anchura, en la predicción de parto Cigosidad, en el embarazo múltiple, 1018
además Ecografía Doppler del pretérmino espontáneo, 1348, 1349 Cingulado, surco, neo natal/lactante, desarrollo,
neo nato y lactante anormal, protocolos de tratamiento, 1355, 1377,1378
ependimoma, 143 0-1432 1356 Circulación fetal, 1297, 1298
estudios cerebrales con Doppler, 1448 cambios en, parto pretérmino dinámico, Circumvallata, placenta, 1332
hidrocefalia, 1397-1404. Ver además 1350-1352 Circunvoluciones
hidrocefalia canalización de alteraciones en la lisencefalia, 1090
hipóxico-isqémica, lesión, 1404-1425. después del cerclaje cvervical, 1353- desarrollo, 1062, 1063
Ver ad emás Hipóxico-isquémicos, 1355 Cirrosis
eventos en la predicción del parto pretérmino biliar, 86, 87
imagen de, 1367 espontáneo, 1348, 1349 pediátrica, 1591
ecografía tridi mensional, 1376 carcinoma, 511 en los errores innatos del metabolismo,
equipo, 1367 cirugía, previa, evaluación cervical, 1353, 1589
fontan ela mastoides, 1374, 1375 1354 hepática, 86-89
fontanela posterior, 1373, 1374 corto, 1347 características del Doppler, 89
informes estandarizados, 1376, 1377 ecografía de, 1344-1347 carcinoma hepatocelular, 116, 117
sagital, 1372, 1373 abordaje transabdominal, 1344, 1345
hipertensión portal intrahepática, 90
técnica coronal, 1368-1372 abordaje transperineal/translabial, 1345
pediátrica, 1591
técnica ecográfi ca, 1367-1375 abordaje transvaginal, 1345, 1346
hipertensión portal intrahepática y,
infecciones, 1425-1430 limitaciones técnicas e inconvenientes,
1610-1612
adquiridas, 142 7, 1429, 1430 1346
postnecrótica, pediátrica, 1591
citomegaloviruas, 1426-1429 ecografía normal, aspecto de, 1346, 1347
Ciruela pasa, síndrome del abdomen en
congénita, 142 5, 1427, 1429 evaluación
meningitis, 1427-1430 fetal
después del cerclaje cervical, 1353-1355
rubeola, 1427, 1429 con megauretra, 1216
en el cribado de la población obstétrica
toxoplasmosis, 1426-1429 de alto riesgo, 1353, 1354 obstrucción urinaria, 1215
ventriculitis, 1430 general, 1351-1353 pediátrico
virus herpes simple, 1427, 1429 en el embarazo múltiple, 1353 hidronefrosis y, 1630-1632
lesión postraumática, 1425 en el parto pretérmino previo, 1353 obstrucción del tracto urinario, 1729
lesiones quísticas intracraneales, 1432, en el polihidramnios, 1353, 1354 Cistadenocarcinoma
1433 en la cirugía cervical previa, 1353, 1354 apendicular, mucocele asociado con, 272
leucomalacia periventricular, 1436, en la incompetencia cervical, 1353-1355 ovárico
1437 en la rotura prematura de membranas en mucinoso, 529
malformaciones de la vena de Galeno, el pretérmino, 1353, 1354 pediátrico, 1699-1701
1437 en las malformaciones uterocervicales, seroso, 527-529
masa intracraneal, 1432, 1433 1353, 1354 Cistadenocarcinoma mucinoso de ovario, 529
neuroecografía, 1368, 1370 en pacientes sintomáticos, 1353, 1354 Cistadenocarcinoma seroso de ovario, 519-527
papilomas del plexo coroideo, 1430-1121 tratamiento fetal y, 1353, 1354 Cistadenoma
prematuro incompetencia, 1343, 1344 apendicular, mucocele asociado con, 346
eventos hipóxico-isquémicos, 1404 en el embarazo múltiple, 1025, 1026 biliar, 75
imagen coronal, 1372 evaluación cervical, 1353-1355 en el primer trimestre
leucomalacia periventricular, 1418, longitud, 1346, 1347 ovárico, 529
1419 en la predicción del parto pretérmino epididimario, pediátrico, 1727
quistes espontáneo, 1347, 1348 ovárico, pediátrico, 1699-1701
aracnoideos, 1433 Nabothian, quistes de, 510 papilar, del epidídimo, 772
astas frontales, 1436 pólipos, 511 seroso ovárico, 527-529
periventricular, 1427-1437 pseudodilatación, 1349 Cistadenoma biliar, 75
plexos coroideo, 1433 trauma, lesión de la arteria carótida, 880, Cistadenoma mucinoso de ovario, 529
porencefálico, 1433 881 Cistadenoma seroso de ovario, 527-529
subependimario, 1436 Cesárea Cisterna, como referencia del abordaje
surcos, desarrollo de, 1377, 1378 cicatriz de, implantación en, 987 transtemporal,1453
teratoma, 1430-1432 complicaciones, 538, 539 Cisterna magna
tumores, 1430-1432 en el embarazo pediátrico, 1705 fetal
neuroectodémicos primitivos, Charcot, triada, en la colangitis aguda, 162 aspecto eco gráfico normal, 1064
1430-1432 CHARGE, sindrome, coloboma, 1042 borradura de, en la malformación de
rabdoides, 1430-1432 ventriculitis química, en la hemorragia Chiari /1, 1080
supratentoriales, 1430-1432 ventricular, 1406, 1409 neo natal/lactante
pediátrica, ecografía Doppler de, 1842. Ver Chiari, malformaciones 1384, 1385 coágulo, en la hemorraiga
además Ecografía Doppler 1,1384 intraventricular, 1406, 1409
transcraneal pediátrica /1 desarrollo, 1382
tratamiento, 173 Colon
mega, malformación de Dandy-Walker, carcinoma, 237
diferenciación de, 1390 Colangiocarcinoma intrahepático, 170-1 72
intraductal, 171, 172 metastático ovárico, pediátrico,
pedlátrica, hemorragia, 1528 1699-1701
Cística, arteria, 179 Colangiografía percutánea pediátrica, 1777,
1781 divertículos, 264. Ver además Diverticulitis.
Cístico, adenomatoide, malformación, congénito,
Colangiografía y drenaje percutáneo en fetal
1133,1134
pediatríca, 1777, 1781 atresia anorrectal, 1182
fetal, hldrops, 1271
Cola ngiohepatitis oriental, 165 megacolon, 1182
tipos 1-1I1, 1135
Colangiopatía microcolon, 1182
Cistitis, 306
autoinmune, 170 en el síndrome de megavejiga-
crónica, 306
VIH,166 microcolon-hipoperistaltismo
enfisema tosa, 306
infecciosa, 306 Cola ngiopatía del VIH, 166 intestinal,1216
intersticial, 346 Cola ngitis pediátrico, 1675-1 677
pediátrica aguda (bacteriana), 162-164 anatomía normal y técnica para, 1675,
granu lomatosa, 1732 ascendente. Como complicación del 1676
hemorrágica, 1732, 1733 trasplante hepático, 573-575 anatomía, 1761, 1763
Cistitis enfisematosa, 306 esclerosante ano ectópico o imperforado, 1675-1677
Cistitis glandu lar, 306 primaria, 170 Color, asignaciones, modificaciones, en el
pedlátrica, 1732, 1733 cálculos intrahepáticos, 159 Doppler color, 867
Cistitis hemorrágica, pediátrlca, 1732, 1733 recurrente, después del trasplante Color, ganancia, en el Doppler duplex de arteria
Cistitis quística, 306 hepático, 573 renal,413
pedlátrica, 1732, 1733 piogénico, recurrente, 165 Color, signo del yin-ya ng, en el pseudoaneurisma
Cisura calcarina, neonataljlactante, desarrollo, SIDA,166 de una arteria periférica, 896
1377,1378 Colangitis esclerosante Colpocefalia,
Citogénesis, definición, 1382 primaria, cálculos intrahepáticos, 159 en la agenesia del cuerpo calloso, 1386
Citomegalovirus (CMV), en la tiflitis aguda, recurrente, como complicación del en la malformación de Chiari 11, 1384, 1385
260-262 trasplante hepático, 573 Columna de Bertin, en el desarrollo renal, 1624
Cltomegalovi rus (CMV), in fecc ión Colangitis primaria esclerosante, cálculos Columna de Bertin hipertrófica, 285
cerebra l congénita, neonataljlactante, intrahepáticos, 159 Columna vertebral fetal .
1426-1429 Colaterales, ligamentos, aspecto ecográfico alteraciones
fetal normal,815-819 agenesia sacra, 1126
desarrollo cerebral, 1098 Colección líquida pericolecistítica, en la vesÍC!Ji-· cifosis, 1124-1126
ecogenicidad intestinal, 1184, 1185 perforda, 185 diastematomelia, 1123, 1124
hidrops, 1274-1279 Colecistectomía, no visualización de la vesíclllB escoliosis, 1132-1126
riñones hiperecogénicos, 1206-1208 por; 177 espina bífida, 1122, ver además Espina
neonataljlactante, esquizencefalia, 1393, Colecistitis bífida
1394,1426,1427 aguda, 180-185 masa presa era fetal, 1128
Citopatólogo, 548 hallazgos ecográficos, 182 mielocistocele, 1122, 1123
Clamidia, perihepatitis, como complicació n de la pediátrica, 1591, 1592 regresión caudal, 1126
enfermedad pélvica inflamatoria alitiásica, 185 sirenomelia, 1126
pediátrica, por, 1708 pediátrica, 1591, 1592 teratoma sacrococcígeo, 1126-1128
Clavfculas, crecim iento normal, 1227 colecistostomía percutánea, guiada por a natomía del desarrollo, 1104-1109
Cleidocraneal, displasia ecografía, 563 embriología, 1104-1106
costillas, 1231 crónica, 186 evaluació n en la displasia ósea, 1230
huesos wormianos, 1039 enfisematosa, 162, 185 image n
pediátrica, 1763 gangrenosa, 185 ecografía tridimensional, 1104
Clinodactilia, fetal, 1251-1254 no visulización de la vesícula por, 1 77 resonancia magnética, 1104
CUtoris, fetal aumentado, 1220, 1221 xantogranulomtosa, 186
Cloaca, 1194 osificación, 1106-1108
Colecistoentérica, fístula, 162 técnicas de barrido, 1109-1111
Clonorqulasis, 165 Colecistostomía, percutánea, guiada por
Coartación con los ultrasonidos tridimensionales,
ecografía, 563 1111
de aorta, 1167, 1168 Colédoco
fetal, hldrops, 1266 planos de barrido, 1109-1111
anastomosis en el trasplante hepático, 569 Coma, diagnóstico de muerte cerebral, Doppler
síndrome del corazón izquierdo cálculos, 159
hipoplásico, 1162 transcraneal, 1467-1469
como complicación de un trasplante Co misuras, deformidad, 1063
del asta frontal, 1379, 1380
Cóccix hepáico, 575 Compensación de ganancia de tiempo (TGC)
pancreatitis aguda, 201 control,7
desarrollo de, variaciones, 1525
dilatación, cilíndrica y sacular, pediátrica, en el control de salida, 45
osificación, en lactantes, 1525
Codo 1583 Compensación de la ganancia de profundidad,
Coledococele, pediátrico, 162
Infitración, 839 control, 7
Coledocolitiasis, 159
pedlátrico. Luxaciones congénitas, 1761 Complejo eco central, en el riñón pediátrico,
cálcu los en el colédoco, 159
tendones del aspecto ecográfico normal 1624, 1625
812 ' intrahepático, 159
en la duplicación renal, 1628-1625
Colédocos, quistes, 155-156
Cojinetes endocárdicos, 1150, 1157 Complejo fémur-tibia, radio, 1246, 1247
feta l,1178
desarrollo normal, 1172 Complejo fémur-tibia-cúbito, 1246, 1247
Colágeno, enfermedad vascular, materna, ictericia neonatal, 1583-1585
Complejo pared miembro-cuerpo, 1078,
Coledocoyeyun ostomía, en el trasplante
bloqueo auriculoventricular fetal 1191 -11 93,1247
por; 1173, 1174 hepático, 569, 570
Comportamiento, aspectos, ecografía obstétrica,
Colangiocarcinoma hiliar, 172, 173 Colelitiasis, 179, 180, 183
95 2
Colangiocarcinoma, 170-177 engrosa miento de la pared de la vesícula
183 ' Compos ición espacial, 12-14
distal, 175-177 Compresión, en la onda de sonido, 1, 2
estadiaje, 173 Colelitiasis, pediátrica, 1591 1592
Colitis ' Compresión, maniobras de
evaluacion, ecograffa, 173 en la ecograffa dinámica de las hernias, 434,
hillar, 172, 173 pediátrica
435
infecciones por helmintos, 165 pseudomembranosa, engrosamiento de
en la imagen de mama, 701
intrahepática, 170-172 la pared intestinal, 1677
pseudomembranosa, 271, 272 Compresión transcutánea, como tratamiento,
Intraductal, 171, 172 del pseudoaneurisma después del
tuberculosa, 260-262
pa~ones de crecimiento tumoral, 172, 173 cateterismo, 910
ulcerosa, 241
penférica, 123
Coloboma, 1042
Comunicaciones fistulosas, como complicación hipoplásico, síndrome del corazón pseudoquistes, 1337
de procedimientos invasivos sobre izquierdo, 1162 puntos de, corionicidad, 1018
arterias periféricas, 909, 910 hipoplásico, síndrome del ventrículo rotura de, espontánea, 1337
Condrodisplasia puctata, 1245, 1246 derecho, 1162 tamaño, 1334-1337 Q)
malformaciones corticales, 1091-1093 miocardiopatía, 1170, 1171 tenso, en la regresión caudal, 1538-1541 .2
Condrodisplasia rizomélica punctata, 1245 síndrome cardioesplénico, 1168, 1169 tumores, 1337 'C
Condroectodérmica, displasia, 1245 tetralogía de Fallot, 1163, 1164 vasa previa y, 1338-1340 ,c::
-
Condrolisis, como complicación de infiltración transposición de los grandes vasos, velamentoso 1337-1340
con corticoides, 838 1165,1166 en el embarazo multifetal.
Conducto tronco arterioso, 1163, 1164 Morbimortalidad por, 1026
de Santorini, 199 ventrículo derecho como doble salida, presentación fúndica, 1338-1340
de Wirsung, 199 1163-1165 quiste, 1337
mamario arritmias, 1172-1174 Corioamnionitis materna, leucomalacia
aspecto ecográfico normal, 694 bloqueo cardiaco congénito, 1173, periventricular y, 1418
subareolar e intra-pezón, barrido de, 1174 Corioangioma, 1330-1419
694-697 bradicardia, 1173 Coriocarcinoma
timofaríngeo, form ación, 1508 contracciones auriculares y ovárico pediátrico, 1699-1701
Conducto del epidídimo, 754 ventriculares prematuras, 1172 testicular, 758-760
Conducto onfalomesentérico, 967, 968 taquicardia, 1172, 1173 Coriomeningitis linfocitaria congénita,
Conducto vitelino, 963 disfunción, en la anomalía de Ebstein, desarrollo del cerebro fetal y, 1098
Conectivo, tejido, denso fibroso, placa 1162 Corion frondosum, 1321, 1322
homogénea,8 52,853 eje, 1, 1130-1132 Corion, hoja, 1321, 1322
Conn, enfermedad de, adenomas suprarrenales, anormal, tasa de mortalidad, Corion, placa, 1321, 1322
387 1073-1075 Corion, separación del amnios del, 1324
Cono medular evaluación con Doppler Coriónica, cavidad, 955, 957
en la médula fetal color, 1152 Corionicidad, en el embarazo multigemelar,
determinación del nivel, 1525 pulsado, 1152 1018
posición, 1525-1 52 7 tridimensional y tetradimensional, determinación ecográfica, 1019, 1018
fetal, localiación 11 08, 1109 1152-1157 Coriónico, saco de líquido, 963
Conradi-Hünermann, 1245, 1246 evaluación, en el segundo trimestre, Cornelia de Lange, síndrome, microcefalia, 1088,
Contracciones auriculares prematuras, fetal, ecografía, 933, 934 1089
1172 fallo, en el teratoma sacrocccígeo, 1128 Cornua, 490, 491
Contraste, efecto del, de la mezcla anestésica- malfomraciones de, en los defectos del Coroideo, plexo
corticoidea, 83 7 tabique auriculoventricular, 1161 fetal
Cooper, ligamento de, 694 posición, 1130-1132, 1150 papilomas, 1102
Coracobraquial, bursa, en el manguito de los anormal, tasa de motalidad con, 1150 quistes, 1065-1068
rotadores del adolescente, 795 proyecciones ecográficas de rutina, 933 en la espina bífida abierta, 1117-1122
Coracohumeral, ligamento, 787-790 situs, 1130-1132 en la trisomía 16, 1013
Coraliformes, cálculos técnicas de ecografía, 1147-1157. Ver en la trisomía 19, 1011
en la pielonefritis xantogranulomatosa, 301 además Ecocardiografía fetal. neonatalflactante
. en niños, 1643 tumor de, 1169, 1170 desarrollo, 1380, 1381
Corazón tumores de, hidrops, 1266-1269 en la imagen coronal, 1372
anomalía, congénita univentricular, 1162-1164 quistes, 1433
en la trisomía 19, 1006, 1007, 1010 válvulas auriculoventriculares, papilomas
traslucencia nucal, 1004-1006 1150-1152 cerebro neonataljlactante y, 1430-1432
embrionario ventrículos, en la proyección de eje corto, ventriculmegalia, 1070, 1071
actividad, aspecto ecográfico normal, 1152 Coroides
963-967 foco ecogénico, en la trisomía 19, 1009 asimetría, en la ventriculomegalia,
latido, en la determinación de la edad insuficiencia, congestiva, en la tetralogía de 1073-1075
gestacional, 1284 Fallot, 1163, 1164 separación de, de la pared medial del
enfermedad de Corazón izquierdo hipoplásico, síndrome, 1162 ventrículo, en la evaluación de una
congénita Cordocentesis, 1361-1363 ventriculomegalia, 1073-1075
en el sindrome de Miller-Dieker, 1090, Cordón espermático, 755, 756 Coronario, seno, en la circulación fetal, 1297
1091 quistes, pediátrico, 1725 Corteza
hernia diafragmática congénita, 1144, relacion de las hernias inguinales indirectas ovárica, 491
1145 y,437-439 renal, en el riñón pediátrico, 1624, 1625
obstrucción de la unión ureteropélvica, torsión, 772-777,1714 Corteza cerebral, desarrollo, 1063
1212 Cordón triangular, signo, en la atresia biliar, malformaciones, 1088-1094
formas de onda del flujo carotídeo, 869 1583,1587 focal, 1091
isquémica, 398 Cordón umbilical, 1334-1340 Corteza del lóbulo occipital, neonataljlactnate,
fetal, 1147 alteraciones, en los gemelos en la imagen coronal, 1372
anatomía anormal, 1148-1157 monocoriónicos, 1027 Corteza suprarrenal
proyección de cuatro cámaras, 1147 aneurismas, 1337 cáncer, 391
anomalís estructurales, 1157, 1171 aspecto, 1334-1337 desarrollo, 382
anomalías del retorno venoso diámetro, 1334, 1336 funciones, 384
pulmonar, 1166, 1167 enrollado, en gemelos monocoriónicos, Corticoides
coartación de aorta, 1167, 1168 1029 anabolizantes, para adenomas hepáticos,
corazón univentricular, 1162, 1163, hemangioma, 1337 1593
1164 inserción, 1337-1340 infiltraciones, en pediatría, guiadas por
defecto del tabique auricular, 1157, acodamiento, 1334-1337 ecografía, 1761-1763
1158-1160 ausente, 1337 inyectables, en intervenciones
defecto del tabique anomalías vasculares, 1337 osteomusculares, 838
auriculoventricular, 1158-1161 aspecto ecográfico normal, 967, 968 Cortisol, secreción, 384
defecto del tabique ventricular, longitud, 1334, 1336 Costal, sombra, en la ecografía de tórax, 1559
1158-1160 marginal,1337-1340 Costilla corta-polidactilia, síndromes de, 1242
Ebstein, anomalía, 1161, 1162 en el embarazo múltiple, hallazgos, 1231
ectopia cordis, 1171 morbimortalidad,1026 Costillas
estenosis aórtica, 1168 nucal,1337 en la displasia ósea, 1231
estenosis pulmonar, 1168 nudos, verdaderos, 1337 fracturas en pediatría, 1579
hidrops, 1266 prolapso de, en el hidrops, 1281, 1282 Couinaud, anatomía hepática, 69, 70
Coxsackie, infección viral. hidrops,1274-1277 hidrops, 1270 romboenfalosinapsis diferenciada de, 1087
Coxsackie 8, virus, fibroelastosis endocárdica, malformaciones linfáticas, 1058 teorías etiológicas, 1389
1170,1171 tiromegalia, 1061 Dandy-Walker, variante, 1086, 1389, 1390
Q) Craneal, neuroporo, en le embriología medular, translucidez nucal y engrosamiento Dartos, 756
(,) 1104 de, 1056-1 058 De la Chapelle, displasia, 1242
=es:: Cráneo, en hoja de trébol aspecto ecográfico normal, 1035 De Moisier, síndrome, 1097
'- en la displasia tanatofórica del tipo 2, 1234 embriología y desarrollo, 1035 De Quervain, 666
en las displasias óseas, 12 31 pediátrico De Quervain tendinosis, infiltración en, 842, 843
Cráneo, en la displasia ósea, 1231 alteraciones congénitas, 1506-1513 De Quervain, tenosinovitis, 829
Cráneo, fetal branquial. 1506-1508 De Quervain, tiroiditis, pediátrica, 1499
en hoja de trébol. 1036, 1037 anatomía normal, 1483 Decibelio, 5
en la displasia tanatofórica del tipo 2, anomalías vasculares, 1520, 1521 Decidua basal, 1321, 1322
1234 enfermedad inflamatoria, 1513-1519 Decidua capsular, 1321, 1322
perfil de fresa, 1036, 1037 espacio carotídeo, 1506 Dedos
perfil de limón, 1036, 1037 espacio de riesgo, 1506 tendones, de aspecto ecográfico normal.
Craneocervical. unión, en la médula pediátrica, espacio intrahioideo, 1495-1506. Ver 813-815
1527 además Espacio infrahioideo, Defecto de llenado persistente, en la trombosis
Craneofaringioma intracraneal fetal, 1102 pediátrico. venosa profunda, 919
Craneolacuna, en la malformación Chiari n, espacio prevertebral, 1506 Defecto de unión parenquimatosa, 285, 1624
1384,1385 espacio retro faríngeo, 1506 Defecto del tabique ventricular, 1158-1160
Craneorraquisquisis, 1075, 1106 espacio suprahioideo, 1483 -1494. Ver con espina bífida abierta, 1117-1122
Craneosinóstosis, 1037-1039 además Espacio suprahioideo, Defecto membranoso del tabique ventricular,
compliance intracraneal, evaluación de, pediátrico.-tumores, 1510 1666
1448 fascia cervical profunda, 1483 Defecto septal auricular, 1157-1160
indicando el contorno craneal, 12 31 fascia superficial, 1483 Defecto septal ventricular perimembranoso,
Cráter ulceroso, en la ulceración de la placa, 853 fibromatosis coli, 1515-1517 1158-1160
Crecimiento lesiones de, escleroterapia, 1788 Defectos de la regresión caudal, 1106
fetal malformaciones vasculares, 1510-1513 secuencia de la regresión caudal. agenesia
alteraciones; 1291-1296 neoplasias, 1517-1519 sacra en, 1126
curvas descriptivas, 1291 rabdomiosarcoma, 1519 Defectos de los cojinetes endocárdicos,
restricción, 1294-1296. Ver además «Cuentas de collan>, signo, en la enfermedad 1158-1160
Restricción del crecimiento pélvica inflamatoria, 533 Deferente, arteria, 754, 755
intrauterino (RCIU) Cuerda, signo de, para diferenciar una arteria Deficiencia de la columna lumbar, en la
intrauterino carótida totalmente ocluida regresión caudal. 1126
restringido Cuerpo call1oso, Déficit de hemoglobina fetal, hidrops
en la trisomía 18, 1012, 1013 adelgazamiento, en la leucomalacia inmunitario, 1262
Cremastérica, arteria, 754, 755 periventricular, 1419 Definity, 49
Cresta neural. células, 1034, 1522 agenesiajdisgenesia, 1094-1097, 1385, Deflux, técnica, para el reflujo vesiculoureteral,
Crioterapia, en el cáncer de próstata, 368 1386 en infecciones del tracto urinario,
Criptorquidia, 783-785 en la malaformación de Chiari !l, 1384, 1730,1735,1736
pediátrica, 1711 1385 Deformaciones, definición, 1246
Cristalizada, presentación, en los corticoides en la romboencefalosinapsis, 1087 Deformidad en badajo de campana, 1714, 1715
inyectables, 838 hallazgos eceográficos, 1386 Deformidades anatómicas, tamaño pulmonar
Crohn, enfermedad de, 241-249 ventriculografía, 1071 fetal,1129
alteraciones mucosas, 245 lipoma,1388 Depigmentación, como complicación de la
apendicitis asociada con, 260 Cuerpo lúteo infiltració n con Corticoides, 838
complicaciones, 245-249 desarrollo, 515-519 Derivación
formación de fístulas, 246-252 formación, 955 de la hidrocefalia, en lactantes, estudios
masas inflamatorias, 246 Cuerpo lúteo, quistes cerebrales con Doppler, 1448, 1449
perforaciones localizadas, 247 en el primer trimestre, 993 en la hidrocefalia, malfuncionante, índice de
problemas inflamato rios perianales, pediátricos, 1695 resistencia, 1459
247-249 Cuerpo vertebral para el drenaje del útero, colocación,
enfermedad inflamatoria perianal, 281 fetal, ultrafino, en la displasia tanatofórica, 124-126
engrosamiento de la pared intestinal, 245 1234 potositémico, 124-126
estenosis, 245 pediátrica, anomalías, 1538-1541 intrahepático, 97, 98
hiperemia, 245 Cuerpos amiláceos, 355 transyugular, 124-126
linfadenopatía, 245 Cuerpos extraños toracoamniótico, guiado por ecografía,
pediátrica, apendicitis diferenciada de, en el tracto gastrointestinal, 275 1363
1739,1740 osteomuscular, 1760 ventriculoperitoneal. en la malformación de
progresión de la grasa, 245 vaginitis pediátrica, 1708 Dandy-Walker, 1389
signos típicos, 245 Cúmulo oóforo, 955 vesicoamniótico, para la obstrucción del
Cromosoma 11p13, hepatoblastoma y, 1594 Currarino, triada,1541 tracto urinario inferior, 1216-1219
Cromosoma 16p, mutación, en la nefropatia Cush ing, síndrome Derivación cardiopulmonar
poliquística autosómica dominante, adenomas suprarrenales, 387 parcial, en neo natos y lactantes. Estudios de
1205 pediátrico, restos suprarrenales, 1723, Doppler cerebrales, 1444-1446
Cromosoma 6p, mutación, en la nefropatía 1724 pediátrico, Doppler transcraneal, 1469
poliquística autosómica recesiva, Derivación urinaria, evaluación después, 338
1204-1206 D Dermal dorsal. pediátrica, 1173
Crouzon, sín drome Dacriocistocele, 1042-1046 uracal,296
craneosinostosis, 1037 Dandy-Walker, complejo, en la Dermoides, quistes
hipoplasia de la hemicara, 1046, 1047 ventriculomegalia, 1071 de cabeza y cuello, pediátrico, 1509
Cruzados, ligamentos, aspecto ecográfico Dandy-Walker, continuum, 1086 en la región suprahioidea, 1493, 1494
normal,815-819 Dandy-Walker, malformación, 1084, 1085,1388- ovárico, 529-531
Cuadriceps, tendón, aspecto ecográfico normal, 1391 en el primer trimestre, 993, 994
815 agenesia cel cuerpo calloso, 1385-1386 pediátrico, quistes ovárico hemorrágico,
Cuadrilátero, síndrome del espacio, 777-791 derivación ventriculoperitoneal, 1389 diferenciación de, 1697, 1698
Cuello diagnóstico diferencial. 1390, 1391 Derrame, en la fisura del manguito de los
fetal diferenciación de quistes aracnoideos, 1088 rotado res, 802
alteraciones, 1056-1061 frecuencia, 1085 Derrame articular, en la fisura del manguito, 802
bocio, 1061 malformaciones del SNC asociadas a, 1389 Derrame pericárdico fetal, en el hidrops, 1260
Derrame pleural. Ver además Líquido pleural hallazgos asociados, 1231 vertebral, 1106, 1527, 1528. Ver además
fetal, 1139-1141 pulgar de autostopista, 1254 Disrafismo verterbral.
en el hidrops, 1259, 1260 Didelfo, útero, signos ecográficos, 497, 498 Disrafismo vertebral, ver además defectos de
hidrops por, 12 70 Diencéfalo, 991, 992 tubo neural Q)
primario, 1139 Dietilstilbestrol (DES), en la exposición fetal, 1106 (.)
secundario, 1139 intraútero, malformaciones uterinas cefalocele, 1040 =a
e
tamaño pulmonar, 1129 por, 496, 1702, 1703 pediátrico, 1527, 1528 ,-
pediátrico evaluación cervical, 1353, 1354 abierta, 1528, 1530
drenaje o decorticación quirúrgica, reflectores difusos, 3, 4 mielocele, 1528, 1530
determinación ecográfica, 1573 Diferenciación de la acondrogénesis con, 930 mielomeningocele, 1528
signos ecográficos, 1551-1558 Diferenciación entre holoprosencefalia y, 1084 anomalías asociadas con, 1537, 1538
Desarrollo de, en la evaluación dinámica de la como holoprosencefalia leve, 1391, 1392 oculta, 1530-1538
cadera, 1745 en la romboencefalosinapsis, 1087 diastematomelia, 1535-1537
Desinserción labral superior, 692, 693 Diferenciación retrógrada, embriología de hoyuelo sacro, 1537
Desmineralización, de columna, en la displasia columna, 1522 lipoma vertebral como, 1531-1534
ósea, 123 0 DiGeorge sindrome, evaluación del timo, meningocele, 1531-1534
Desmoide, tumor, simulando hernias de pared 1130-1132 notocorda desdoblada, síndrome del
abdominal anterior, 465 Digestivo tubo, embriología, 1174 como, 1537, 1538
Desprendimiento placentario en el hidrops, Dilatación y legrado, succión senos dermales dorsales, 1531-1534
1281,1282 para la retención de restos placentarios, Distocia, en el primer trimestre, 993
Desxtrotransposición, de los grandes vasos, 979,980 Distorsión de amplitud finita, en el tejido
1165, 1166 para la terminación de un fallo precoz de blando, 35
Dextrocardia, 1150 embarazo, 979, 980 Distrofia muscular congénita, Iisencefalia en
Diabetes meilitus Disgerminoma, de ovario, 531 adoquín con, 1091
fracaso renal crónico, 344 pediátrico, 1699-1701 Distrofia torácica asfíctica, 1242
anomalías del tubo neural por, 1106 Dislexia, ecografía obstétrica, 951, 952 polidactilia en, 1231
en el feto grande para su edad Disostosis, definición, 1224 Disyunción, en la embriología de columna, 1522
gestacio nal,12 92-1294 Displasia boomerang, 1242 Diverticulación
fase avanzada, restricción del Displasia del miembro combado, 1239. Ver en la organogénesis, 1382
crecimiento intrauterino, 1298, además Displasia campo mélica trastornos de, malformaciones cerebrales
1299 Displasia disegmentaria, 1246 por, 1391-1393
holoprosencefa lia, 1391, 1392 Displasia renal quística obstructiva, 1203-1206 Diverticulitis
regresión caudal, 1538-1541 aguda, 264-267
Displasia septoóptica
Diafragma cambios pericolónicos, 265-267
Displasia torácica asfíctica, 1244, 1245
duodenal, 1669, 1671 hipertrofia muscular, 265-267
Displasias anatómicas, fetales
fetal signos clásicos, 264
evaluación ecográfica, 1228-1233
agenesia, 1141 del lado derecho, 260
con antecedentes familiares positivos,
desarrollo, 1130-1132 inflamación focal de la grasa, 486
1228
eventración, 1141, 1144, 1145 Divertículo
con tamaño o aspecto anormal del hueso,
gástrico, 1666 calicial, depósito de leche cálcica, 1643
1228-1232
pediátrico, 1572, 1573 colónica, 264. Ver además Divercitulitis
ecografía tridimensional, 12 32
anatomía, 1760, 1761 del colédoco, 1583-1585
imagen adicional, 1232, 1233
eventración, 1570 invaginación, 1674
hidrops, 1279 pediátrica, iinflamada, diferenciación de
comparaci ones de, 1572, 1573
paradójico, 1572, 1573 letal, 1233-1242 la apendicitis, 1683, 1685
parálisis, 1572, 15 73 acondrogénesis, 1237. Ver además pediátrica, 1537
ruptura, 1572, 1573 Acondrogénesis. uracal pediátrica, 1730
Diafragma, signo, de líqu ido i1eural, 1558 costillas cortas-polidactilia, síndromes, uretral, 296
Diafragmática, hernia 1242 anterior, pediátrica, obstrucción de la
congénita, 1141 diagnóstico, 1224 salida vesical por; 1729, 1730
anomalías asociadas, 1144, 1145 displasia campo mélica como. Ver además vejiga urinaria, carcinoma de celulas
bilateral, 1144, 1145 campo mélica, displasia. transicionales, 319-321
del lado derecho, 1144, 1145 hipofosfatasia congénita, 1239 vesical, 347
del lado izquierdo, 1141-1145 osteogénesis imperfecta, 1237-1239. Ver identificación, 538
evaluación con Doppler, 1318 además Osteogénesis imperfecta. pediátrica, 1730
herniación gástrica, 1176, 1177 tanatofórica, displasia, 1233, 1234. Ver Divertículo de Hutch, 347
morbilidad y mortalidad por, 1144-1146 además Tanatofórica, displasia. Diverticulosis espástica, 264
tamaño del pulmón fetal y, 1129 mortalidad por; hipoplasia pulmonar, 1230, División
tratamiento intraútero de la, 1146 1231 anomalías por, malformaciones cerebrales
hidrops fetal no letal o de pronóstico variable, 1243- por, 1391-1393
engrosamiento de la translucidez nucal, 1246 incompleta, gemelos unidos y, 1017
1005 acondroplasia heterocigótica, 1, 11, IV; sincronía y, corionicidad y, 1018
herniación hepática, 73 1246 «Dobe burbuja», signo de la, en la atresia
Diafragmático, deslizamiento, 73 condroplasia punctata, 1245, 1246 duodenal fetal, 1180
Diálisis displasia diastrófica, 1244 «Doble pico» (»twin peak»), signo del, en
fístulas y accesos de acceso para, 908, 909 displasia disegmentaria, 1246 embarazo dicoriónico, 1018
nefropatía quística adquirida asociada con, displasia torácica asfixiante, 1244, 1245 Dolicocefalia, 1036, 1037
336 Ellis-van-Creveld, síndrome de, 1243, Dolor
qúistes renales adquiridos, en niños, 1635, 1244 como indicación de infiltración
1636 prevalencia, 1224 osteomuscular guiada por ecografía,
Diámetro medio del saco gestacional ratio fémur/pie, 1228 836
saco vitelino, 963 Dispositivos anticonceptivos intrauterinos, en la trombosis venosa profunda, 917
Diamnióticos, monocoriónicos, gemelos, 1246 (DIU), 509, 510 Doppler, ángulo, 19-21, 28
Diastasis del recto abdominal, 450 Dispositivos, transductores, 10 Doppler, desviación de frecuencia, 19-21
Diastematomielia bidimensionales, 10 Doppler, ecografía, 18-28
fetal, 1123, 1124 curvado, 10 aliasing, 25, 26, 28
pediátrica, 1535-1537 de fase, 10 bioefectos, 28-30
Diastólico, escape, prolongado, forma de onda lineales, 10 color, 22, 23. Ver además Color, Doppler
del flujo carotídeo, 869 Disrafismo como predictor pronóstico de embarazo,
Diastrófico, dwarfismo definición, 1527, 1528 979
consideraciones técnicas, 26-28 inversión de pulso, 58 selecci ón, 559, 1757
cordón umbilical, en el embarazo múltiple, onda continua, 22 contraindicaciones, 559
1026 onda de pulso, 22 cuidados en el seguimiento, 561
CI) del cerebro fetal/lactante, 1438-1452 en la evaluación del corazón fetal, 1152 de abscesos
u abordaje de la fontanela anterior, 1438 para determinar el pronóstico de los fetos abdominal y pélvico, 561
:oe abordaje óseo temporal, 1438 con RCIU, 1295 en ped iatría, 1775
,- abordajes transcraneales, 1438 potencia armónica, 56 apen dicular, 1763, 1785
agujero magno, abordaje, 1438 potencia; 23 esplénico, 565, 566
asfixia, 1445, 1446 proceso de señal y representación, 21 hepático, 561, 563
consideraciones sobre seguridad, 1439, tamaño de la muestra de volumen, 28 renal,566
1440 transcraneal, 884. Ver además Doppler transrectal, 177 5
Doppler optimización, 1438, 1439 transcraneal (DTC) de la ascitis fetal, 1364
edema cerebral, 1445-1448 vascular renal, 339, 340 de las colecciones líquidas pancreáticas,
estructuras en el campo próximo, 1451, Doppler, efecto, 18, 19 564,565
1452 Doppler, espectro, 856 de los líquidos de la vesícula biliar, 563
hemodinámica normal, 1440-1443 Doppler, ganancia, 28 de los líquidos de las vías bil iares, 563, 564
hemorragia intracraneal y, 1448 Doppler, haz, vaso paralelo, en el Doppler color, de los líquidos del conducto biliar, 563, 564
hidrocefalia, 1448-1449 867" de los líquidos pleurales y peritoneales,
ictus y, 1448 Doppler, índices, 24 - pediátrico, 1775-1781
lesión neuronal difusa, 1445-1448 Doppler color, ecografía, 22, 23 indicaciones dem 558, 559
malformaciones vasculares, 1451, 1452 bioefectos, 28-30 intrauterino, 1364-1366
mediciones, 1440 en diagnóstico de la placenta acreta, 1327 preparació n del paciente, 560
membrana de oxigenación extracorpórea, en el síndrome de Budd-Chiari, 94 procedim iento, 560, 561
1444-1446 en la evalaución del corazón fetal, 1152 Drenaje entérico, en el trasplante de páncreas,
muerte cerebral, 1448 en la evaluación de la estenosis carotídea, 616, 617
patrones de flujo venoso normal y, 1442, 863-868 Drenaje pleural, fetal hidrops por, 1272
1443 parámetros óptimos, para la evaluación Ductal, arco, fe tal, 1152
tratamiento en cuidados intensivos, de vasos de bajo flujo, 867 Ducto venoso, 1150
1443-1446 ventajas e inconvenientes, 868 en la circulación fetal, 1298
tumores intracraneales, 1451, 1452 en la evaluación del flujo sanguíneo fluj o inverso, en el cribado de la
ventilación mecánica, 1443, 1444 placentario, 1324 aneuploidía, 1004
del cerebro pediátrico, 1453, 1842. Ver en la evaluación del hígado pedÜtrico, 1602 forma de onda de Doppler, en la restricción
además Doppler transcraneal en la exploración de una trombosis venosa del crecimiento intrauterino, 1307,
pediátrico DTC) profunda, 918 308
del hígado pediátrico. en la imagen del líquido pleural, 1554-1558 Ductus arterioso, 1150
en la evaluación de la enfermedad, interpretación, 24-26 en la circulación fetal, 1297
1600-1613 parámetros de sensibilidad de flujo bajo, indometacina y, evaluación con Doppler,
en la evaluación de la hipertensión 874 1316-1318
portal,1600-1613 Doppler de onda continua, 22 Ducha de émbolos, en el bypass cardiopulmonar
Doppler, ángulo, 19-21, 28 Doppler transcraneal (DTC), 884 pediátrico, Doppler transcraneal,
Doppler, desviación de frecuencia, 19-21 adulto detección, 1469
Doppler, ecuaciones, 18-21 aplicaciones de, potencial, 1458 Duodeno
Doppler, efecto, 18, 19 indicaciones, 1458, 1469 atresia, en la trisomía, 19, 1006, 1007, 1010
Doppler, frecuencia, 26, 27 migraña, 1458 fetal
Do¡ipler, ganancia, 28 vasoespasmo, 1458 atresia 1180, 1181
Doppler, índices, 24 pediátrico estenosis, 1180
en la confimación del embarazo ectópico, abordaje del agujero magno para, pediátrico, 1668-1676
988,989 1453-1458 anatomía, normal, 1668, 1669
en la evalaución del trasplante renal, 595, abordaje orbitario, 1458 atresia, 1669
596 abordaje transtemporal, 1453 hematoma, 1671, 1672
en la evaluación de la pared intestinal, 237 dosis de ultrasonidos con, 1452 obstrucción congénita, 1669-1671
en la evaluación del nódulo de mama, en el bypass cardiopulmonar, 1469 técnica ecográfica, 1668, 1669
744-751 en el cribado del ictus en pacientes con Duplicación, quistes de
en la evaluación fetal, 1297 enfermedad de células falciformes, entérico, fetal, 1184, 1185
de la indometacina y el dusctus arterioso, 1471-1482 ováricos, diferenciación de, 1223
1316-1318 en la endarterectomía, 1469 gastrointestinal,272
en el embarazo múltiple, 1316 en los procedimientos pediátrico, 1685
en la aloinmunización de los hematies, neurorradiológicos quistes ováricos diagnóstico
1313,1314 intraoperatorios, 1469-1471 diferencial con, 1695
en la predicción del hematocrito fetal, errores, 1458 Duty, factor, 34
1313-1316 indicaciones, 1458-1469 Dwarfismo, diastrófico
en la restricción del crecimiento apnea del sueño, 1459 pulgar de autostopista, 1254
intrauterino, 1299-1311. Ver asfixia, 1461 signos asociados con, 1231
además Restricción del crecimiento edema cerebral, 1461
intrauterino (RCIU), análisis de la hidrocefalia, 1459 E
forma de onda en. malformaciones vasculares, 1460, Ebstein, anomalía, 1161, 1162
en las alteraciones morfológicas feta les, 1461 Ecocardiografía fetal
1318 muerte cerebral, 1461-1469 abordaje sistemático, 1150-1152
para la puntuación del perfil biofísico, tratamiento con hiperventilación, indicaciones, 1147
1318-1320 1461 modo-M,1152
en la imagen venosa periférica, 915 parámetros de potencia, 1458 proyección de cinco cámaras, 1152
enfoque espacial, 33 realce con contraste para, 1480-1842 proyección de cuatro cámaras, 1150-1152
ensanchamiento espectral y, 27, 28 técnica, 1453-1458 apical,1150-1152
equipamiento, 22-23 Down, síndrome. Ver Trisomía del par 21 subcostal, 1150-1152
114 espectral, 54-56
en el análisis de la arteria carótida,
(Slndrome de Down)
Drenaje, guiado por ecografía, 558-566
proyección de tres vasos y tráquea,
1152-1072
856-863. Ver además interpretación aspiración diagnóstica, 560 sincronización, 1150
de, análisis del Doppler espectral catéteres para Ecocardiografía fetal, indicaciones, 1147
filtros de pared, 27 colocación 560 Ecoelastografía en la imagen del tiroides, 634,
interpretación de la seál, 23, 24 extracción, 561 657,658
Ecoendoscopia dificultad para la fijación de catéteres en Ecovirus, desarrollo cerebral fetal, 1098
del canal anal, 280-283 lactantes,l774, l775 Ectasia aórtica, 406
del recto, 275-277 estudios de coagulación, 1773-1775 Ectopia cordis,1171,1190-1192
del tracto gastrointestinal superior, 275 sedación, 1771, 1772 Ectopia cordis cervical, 1171 Q)
Ecogenicidad, en la detección de masas técnica de anestesia local, 1772 Ectopia cordis torácica, 1171 O
hepáticas, 102 técnicas ecograficas, 1744-1746 Ectopia tímica cervical, 1570 :e
Ecogénico, colgajo de la íntima, en la disección
de la carótida interna, 880, 881
tomografía computarizada, 1765
transductores, 1765
Ectrodactilia, fetal, 1254
Echovist, 49
.-c:
Ecogénico, halo, en los nód ulos sólidos, 709 uno o dos operadores, 1765 Edad
Ecografía abdominal orientada a traumatismos Ecografía obstétrica. Ver además entradas para cambios en el manguito de los rotadores y,
(FAST),472 Embrión; Fetal; Embarazo 795-799
en niños, 1620 aspectos del comportamiento, 952 fallo de las fibras del manguito de los
Ecografía Doppler duplex bioefectos, 946. Ver además Bioefectos, rotadores y, 785-787
arteria mesentérica, 42 0-424 ecografía obstétrica materna
interpretación, 421-424 desarrollo neurológico, 952 alteraciones cromosómicas, riesgo de,
arteria renal, 413-416 dislexia, 951, 952 996
interpretación, 416 en el diagnóstico de hidrops, 1279, 1280 embarazo multifetal, incidencia de, 1018
resultados falso positivos/falso en el primer trimestre, 954. Ver además Edad de gestación, definición, 1283
negativos, 416 embarazo, primer trimestre Edema
en el síndrome de Budd-Chiari, 94 entrenamieneto, 928, 929 intestinal, 270
en la exploraci ón de arteria periférica, 893 equipamiento, 928, 929 subcutáneo, fetal, en el hidrops, 1260
en la hipertensión portal, 68, 90, 91 guías Edema, en la trombosis venosa profunda, 917
técnica básica, 1600 en el primer trimestre, 929-931 Edema cerebral
Ecografía Doppler potencia en el segundo y tercer trimestre, 931-935 en el neonato/lactante, estudios cerebrales
en la evaluación de arterias periféricas, indicaciones, 928 con Doppler, 1445-1448
894 malformaciones congénitas, 952 neonatalflactante, 1418-1424
en la evaluación del hígado pediátrico, 1602 neoplasias en la infancia, 952 difuso, 1419-1422
en la exploración de la arteria carótida, no diestro, 952 pediátrico, Doppler transcraneal, 1461
868-874 para el cribado de rutina, 935-945 Edema intestinal, 270
en la exploración de la estenosis de la ecografía tri y tetradimensional, 945 Edwards, síndrome de (trisomía del par 18),
arteria carótida, 868-874 en al identificación del embarazo 1015-1013. Ver demás Trisomía 16
Ecografía endovaginal, 1691 gemelar/mú ltiple, 937-942 Efectos teratógenos, por la hipertermia, 36
Ecografía intervencionista, ped iátrica, en la estimación de la edad gestacional, Ejercicio, patrón de flujo venoso en la
1764-1788 935-942 extremidad inferior, enfermedad
agujas de Chiba, 1771 en las malformaciones fetales, previsión arterial periférica, 899
anatomía, 909 diagnóstica, 937-945 Elastoecografía, en la imagen de tiroides, 657,
antibióticos, 1772, 1773 resultados perinatales, 937-942
658
catéteres de drenaje, 1771 uso prudente, 945
Elastografía, en el cáncer de próstata, 374
dispositivo para la punción inicial, 1771 personal, 928, 929
Elevación, resolución, 16
Doppler color, 1765, 1767 peso al nacer, 951
Ellis-van Creveld, síndrome, 1242,1245
en catéteres centrales de inserción repaso, 928
polidactilia, 1231
periférica, 177 5 retraso en el habla, 951
Embarazo
en la colangiografía y drenaje percutáneo, seguridad, 946. Ver además Bioefectos de la
compresión de la vena iliaca, 45
1777,1781 ecografía obstétrica
con feto normal 542
en procedimientos osteomusculares, guías, 952, 953
1785-1788 de ubicación desconocida, 989
Ecografía potenciada con ultrasonidos-en el
equipo,1764,1765,1769-1771 diagnóstico del hígado graso, 85 ectópico, 979-981. Ver además Embarazo
equipos intervencionistas multimodalidad, en el cáncer de próstata, 373, 374 ectópico
1765 en la imagen de tiroides, 634 pediátrico, 1705
infiltración de coticoides, 1785 Ecografía translabial, de la uretra femenina, 287 fallo precoz, 968-980. Ver además Embrión,
mano alzada Ecografía transperineal, en la detección del pérdida de
ayudas en el entrenamiento, 1770 cálculos ureterales, 309 imagen de resonancia magnética, 945
colocación inicial de la aguja, 1750-1752 Ecografía transperineal, en la enfermedad de lesiones ováricas asociadas con, 519, 520
corrección del ángulo de la aguja, 1769, Crohn, 247-249 luteoma, 520
1770 Ecografía transvaginal mola hidatidiforme, 539-546
guía mecánica versus, 1765-1770 Doppler flujo color multifetal, 1017. Ver además Embarazo
localización de la aguja después de su en el embarazo, 955 multifetal
inserción, 1767-1770 en la identificación del saco gestacional, neoplasia trofoblástica persistente,
rectificación de una aguja fuera de 963 542-546. Ver además Neoplasia
objetivo, 1769, 1770 drenaj e de absceso pélvico guiado por, 561 trofoblástica persistente
métodos guia, 1765 efectos térmicos, 36 pediátricas, 1705
paciente, 1764 en el diagnóstico de apendicitis aguda, 259 primer trimestre, 954. Ver además
para el drenaje del absceso, 1775 en la detección de cálculos urinarios, 309 Embrión: Entradas Fetal y Feto
apendicular, 1785 en la evaluación de patología peritoneal, aspecto eco gráfico normal, 958-968
transrectal, 1775 471 amnios en, 963-967
para el drenaje peritoneal, 1775-1781 en la evaluación del grosor endometrial, cordón umbilical, 967, 968
para el drenaje pleural, l775 -1 781 504 embrión, 963-967
para la biopsia ginecológico actividad cardiaca, 963-967
lesión de órgano diana, 1771 ecografía transvaginal versus, 561 quiste del cordón umbilical 967, 968
masa mediastínica, 1777, 1781 ventajas, 491 saco gestacional, 958-963
para la extracción de cuerpos extraños, para la placenta previa, 1326 saco vitelino, 963-967
1788 valor diagnóstico, 237 edad gestacional, estimación en, 967, 968
para lesion es de cabeza y cuello, 1788 Ecografía tridimensional (3D), 14 embriología, 955-958
personal,1764-1765 en el cáncer de próstata, 374 evaluación del embrión durante, 990-993
principios, 1764, 1765 en la evaluación del volumen placentario, fisiología materna, 955
procedimiento típico, 1773, 1774, 1775 1323 indicaciones por ultrasonidos, 928
ayudas y expectativas, 1774, 177 5 en la imagen cerebral del neonato/lactante, masas ováricas, 993, 994
consulta previa y estudios, 1773 1376 masas uterinas, 994
cuidados postoprocedimiento y Ecohisterografía, 490, 491, 492 procedimientos intrauterinos, invasivos,
seguimiento,l774,l775 Ecoquímica, cavitación acústica, 40 guiados por ultrasonidos, 1357
amniocentesis, 1357, 1359. Ver además actividad cardiaca y, 971, 972 postmenopáusico, 504
Amniocentesis criterios amnióticos, 972, 973 proliferación, 955
cordocentesis, 1361-1363 etiología, 970 Endometrioide, tumores ováricos, 529
CI) muestra de vellosidades coriónicas, signos en el saco gestacional, 972 Endometrioma, 521
(,) 1359-1361. Ver además Muestra de terminación del embarazo, 979, 980 simulando una hernia inguinal, 464
=ee vellosidades coriónicas tamaño, discrepancia entre fech as y, 993 Endometriosis, 345, 346
en el peritoneo, 486
'- muestra sanguínea percutánea de sangre tasa, 968-970
umbilical,1361-1363 criterios del saco votelino para, 972, 973 en los ovarios, 521, 522
reducción fetal, 1361-1 363 diagnóstico ecográfico, 970-973 Endometriosis, 509
segundo trimestre, indicaciones de predictores eco gráficos, 973-980 en la enfe rmedad pélvica inflamatoria,
ecografía, 928 alteraciones en el saco a mniótico, 979, 1705,1706
tercer trimestre, indicaciones de ecografía, 980 postparto, reconocimiento, 538
928 bradicardia en el embrión, 974-976 Endotraqueal, s ucción, en el neonatoflactan te.
vídeos de entretenemientofrecuerdo, 45, diámetro medio del saco y longitud Estudios con Doppler cerebrales,
46 coronilla-rabadilla, 974-976 1443, 1444
Embarazo, fecha, 935-943 Doppler y, 979 Enfermedad a rteriosclerótica, estenosis de la
Embarazo ectópico, 979-990 gonadotropia cooriónica humana baja areria renal, 411
abdominal, 987-989 como, 977 Enfermedad de injerto contra huésped,
cervical, 987-989 subcoriónica, hemo rragia, 977-979 pediátrica, engrosamiento de la
confirmación mediante Doppler, 988, 989 tama ño del saco vitelino y perfil como, pared intestinal 16 77
de localización incierta, 989 974-977,982,983 Enfer medad gla ndular múltiple, adenomas
diagnóstico ecográfico, 982-985 restos placentarios retenidos, 979, 980 paratiroideos, 674, 675
gestación heterotópica, 981, 982, 988, 989 Embrionarias, tumores de células, 758 Enfermedad infla matoria intestinal, 241-249.
hallazgos específicos, 982, 983 Embrionario, disco, trilaminar, en el desarrollo Ver además Enfermedad de Crohn
diagnóstico del embarazo intrauterino, de la columna vertebral, 1104 diferenciación de la apendicits pediátrica,
982 Embrionario, periodo, 958 1739-1740
embrión vivo en anejos, 982 Embrionario, rabdomiosarcoma, pediátrico, Enfer medad inflamatoria intestinal, pediátrica,
saco pseudogestacional como, 982 1519 1677-1687
hallazgos inespecíficos, 983-985 paratesticular, 1725, 1727 apendicitis, 1681-1685. Ver además
anil o tubal ectópico, 984, 985 Embrionario, sarcoma, indiferenciado, en el Apendicitis
líquido libre pélvico, 985 hígado pediátrico, 1596, 1597 crónica granulomatosa como, 1662
masas aneiales, 984 Empiema, pediátrico, 1559 en el paciente inmunodeprimido, 1662
niveles de B-HCG, 983, 984 aspecto ecográfico, 1554, 1558 enfermedad de injerto contra hués ped,
implante en la cicatriz de la cesárea, 981, diferenciación de un absceso, 1573 16 77
982 drenaje, 1775-1781 infección por rotavirus, 1662
infertilidad y, 981, 982 Encefalitis leucemia, 1662
intersticial, 987 pediátrico, vejiga neurógena, 1730 mucosa, 1677
lugar de implante, 985-989 Encefalocele, 1040 Sh6nlein-H enoch, púrpura, 1677
pediátrico, 1705 Encefalocele síndrome urémico hemolítico, 1677
prevalencia, 981 cuerpo calloso, agenesia, 1385, 1386 transmural, 1677
riesgo, 981 fetal, 1076-1078 Enfermedad inflamatoria perianal, ecografía
tratamiento, 989, 990 cráneo anterior inclinada, 1040 transanal, 281-283
conservador, 990 diferenciación de la anencefalia, 1076 Enfermedad ovárica poliquística, 1697, 1698
laparoscópico, 989 occipital, en el síndrome de Meckel- Enfermedad pélvica inflamatoria (EPI)
médico, 989 Gruber, 1206 apendicitis aguda malinterpretada como,
Embarazo molar hidatidiforme, 539-546 Encefalomalacia quística, 1395 1705-1708
adolescentes, 1699-1701 Endarterectomía ecoh isterografía, 492
completo, 541 arteria carótida, signos ecográficos después pediátrica, 1705-1708
parcial, 541, 542 de, 876 Enfermedad pleural, pediátrica, diferenciación
Embarazos gemelares carotídea con enfermedad pulmonar,
dicigóticos, alteraciones anatómicas, 12 32 para la estenosis crotídea, 848 ecografía en, 1558
monocigóticos, alteraciones anatómicas, pediátrica, Doppler transcraneal, 1469 Enfermedad quística renal adquirida, 336
1232 Endarterectomía carotídea (EAC) carcinoma de células renales, 313
Embionario, carcinoma embrionario pediátrico en la estenosis carotídea, 848 Enfermedad renovascular, 340
ovárico, 1699-1701 pediátrica, Doppler transcraneal, 1469 Enfermedad veno-ooclusiva, hepática, 96, 97
testicular, 1721, 1722 Endocervical, canal, aspecto ecográfico normal, Enfermedad veno-oclusiva, hepática, pequeño
Embolismo 136 vaso, 1612, 1613
arteria carótida. TIA por, 852 Endocrinos, tumores, 227-230 Enfermedades por depósito de glucógeno
pulmonar, trombosis venosa profunda, 917 Endodérmica, capa, en el disco embrionario fetal, hipewrtrofia hepática, 1176, 1177
Embolización, arteria uterina, en los fibroide s trilaminar, 1104 hígado, 85, 86
uterinos, 500 Endodérmico, tumores del seno, 758 pediátrico
Émbolos, estenosis de arteria renal y, 413 pediátrico tipo 1, adenomas hepáticos, 1593
Embrión ovárico, 1699-1701 Enfisema lobar congénito, 1137
actividad cardiaca, aspecto ecográfico testicula r, 1721, 1722 Ensanchamiento espectral, en la imagen de
normal,963-967 vaginal, 1704,1705 Doppler, 21, 27, 28
agenesia renal, 992, 993 Endometrial, carci noma, enferm edad ovárica en la estenosis carotídea, 859
anencefalia, 992 poliquística, 1698 Enteritis regional pediátrica, engrosamiento de
anomalías cromosómicas, 996. Ver ade más Endometrio, 490, 491 la pared iontestinal,
Alteraciones cromosómicas alteraciones, 509 Enterocolitis necrotizante pediátrica, 1677-
anormal. Aspecto normal, 992, 993 atrofia, 506 1681
aspecto ecográfico normal, 963-967 carcinoma, 506-509 Entesis, 840
definición, 1285 dispositivos a nticonceptivos Entesitis, 830, 831
estructuras intracraneales quísticas, 991, intrauterinos, 509, 510 Entesopatía, 830, 831
992 endometritis, 509 Entoameba histolítica, infección hepática, 81, 82
evaluación, 990-993 hematometrocolpos, 504, 505 Ependimomas, cerebral neonatalf lactante,
116 latido cardiaco, determinación de edad hiperplasia, 505 1430-1432
gestacional, 12 84, 1285 pólipos, 506 Epidermoides quistes
pared abdominal anterior fisiológi ca aspecto ecográfico, 494 esplénico, 129, 138, 139
normal, 992 capas, aspecto ecográfico, 494 pediátricos
pérdida del cubierta, aspecto eco gráfico, 494 de cabeza y cuello, 1509
en la zona suprahioidea, 1504, 1494 Escroto, 753-785. Ver además Testículos, pronóstico, 1117
testicular, 1723, 172 4 anatomía, 753-756 patogenia, 1114
testicular, 766, 767 bífido fetal, 1220, 1221 patología, 1114
Epididimitis calcificaciones, 770-854 prevención, ácido fólico, 1111-1114
aguda, dolor escrotal por, 772-777, 781 cálculos, extratesticulares, 770 pronóstico, 1122
crónica, 772 criptorquidia, 783-785 Espina bífida abierta, 1528
pediátrica dolor, en agudo, 772-579 Espina bífida oculta
crónica, 1718 de una orcoepipdidimitis, 781 patología, 1114
orquitis, 1718 del epidídimo, 781 Espina bífida quística, 1528
Epididimitis bacteriana, 772 para la torsión del apéndice testicular, Espirales, arterias
Epidídimo, 754 780, 781 Esplénica, arteria, análisis de la forma de onda,
cistadenoma papilar, 862-772 para la torsión testicular, 777-781 en la Restricción del crecimiento
granuloma espermático, 772 por una gangresa de Fournier, 781 intrauterino, 1305-1307
inflamación, crónico, 772 ecografía Esplénica, vena
lesiones quísti cas, 772 técnica, 753 cuerpo del páncreas, 194
lesiones, 772 hematoceles, 770 pediátrica
pediátrico, 1711 hernia, 771 dirección del flujo en, hipertensión
postvasectomía, cambios, 772 hidrocele, 770 portal, 1602
pseudotumor fibro so, 772 lesiones del epidídimo, 772. Ver además estudios con Doppler, mejor abordaje,
torsión, 1712-171 4 Epidídimo 1602
Epidídimo, cistadenoma del, pediátrico, 1725 lesiones patológicas, extratesticulares, trombosis
Epífisis, deslizamiento, 1245 770-772 como complicación de la pancreatitis
Epífisis punteada, 1245 masas, 756-772. Ver además Testículos, aguda, 212
Epignatia, 1058-1061 tumores en la pancreatitis crónica, 214-216
Epinefrina, secreción, 384 pediátrica Esplénicas, varices, en la hipertensión portal
Epiplon,471 anatomía, 1709 Esplenogonadal, fusión, 768
infarto, segmentario del lado derecho, dolor/edema de, agudo, 1714-1721 tejido esplénico extópico, 1727
262-264, 486 secundario a patología Esplenomegalia, 135-137
mayores, 471 intraabdominal, 1721 causas, 135
menor, 471 edema, idiopático agudo, 1720, 1721 complicaciones, 136, 137
quistes pediátricos, diferenciación de los gangrena de Fournier, 1721 difusa, 136
quistes de ovario de, 1695 masas, 1721-1727 en la enfermedad de células falciform es,
Ep itelioide, hemangioepitelioma hepático, 119 causas extratesticulares, 1724, 1725 146,147
Epstein-Barr, virus causas intratesticulares, 1716-1724 focal,136
linfadenopatía difusa paratesticulares, 1725-1727 masiva
trauma, 1719, 1720 causas, 135
trastorno linfoprolife rativo
piocele, 770 definición, 135
postrasplante, 625
trauma, 781-783 pediátrica, 1619
Equinococo, enfermedad
tumores, extra testiculares, 771, 772 Esplenorrenal, ligamento, 151
esplénica, 139
varicocele, 770, 771 Esplenorrenal shunt, en la hipertensión portal,
genitoruninaria ratio, 304
Escroto bífido, fetal, 1220, 1221 1608
hepática, 82, 83
Escrotolitos, 1719 Esplenosis postraumática, 151
pediátrica, 478, 479
Esfínter de Oddi, disfunción como complicación Esplenúnculos, 148-151
suprarrenal,386
del trasplante hepático, 575 Espondiloepifisaria, displasia pediátrica, 1763
Equinococo granuloso, infestación hepática, 82
Esofágicos, quistes pediátricos, 1506 Espondilotorácica, disostosis, anomalías del
Equinococo multilocularis, infestación hepática,
Esófago cuerpo vertebral, 1538-1541
83 adenoma paratiroideo malinterpretado Esqueleto, fetal
Erb, parálisis de, en la trombosis venosa como, 683 hallazgos en la aneuploidía con afectaación,
profunda, 917 atresia fetal, 1176, 1177 1255-1256
Eritroblastosis fetal, 1262. Ver además Hidrops estómago ausente, 1176, 1177 normal, 1225-1228
inmunitario obstrucción de la unión ureteropélvica, desarrollo, 1225, 1226
Erosiones en el borde en las fisuras de 1212 mediciones de la extremidad y,
manguito, 800, 801 carcinoma, en el estadiaje, ecoendoscopia, 1225-1228
Errores innatos del metabolismo fetal, hidrops 275 trastornos, Ver además displasia ósea
por, 1279 pediátrico defectos con reducción de extremidad,
Escala de grises, gráfico de velocidad, 856 anatomía, 1662 1246-1250. Ver además defectos
Escala de grises, nivel medio, para la placa de técnica ecográfica, 1662 función con reducción de miembro
ecolucencia, 853 Esoteatosis Esquistosomiasis
Escalera de mano, signo de, en la rotura del difusa, 84, 85 hepática, 83
implante de mama extracapsular, en los errores innatos del metabolismo, pediátrica, 1600
735,736 1589 tracto urinario, 303, 304
Escapula hipoplásica, en la displasia pediátricos, 1590, 1591 Esquizencefalia, 1091, 1393, 1394
campomélica, 1230 Espacios intervellosos, 1321, 1322 citomegalovirus, infección, 1393, 1394,
Esclerosis tuberosa, (ET) flujo sanguíneo, 1324 1426, 1427
angiomiolipoma con, 1649 Espejo, síndrome, en el hidrops, 1281 diferenciación entre holoprosencefalia y,
angiomiolipoma y, 321-325 Esperma, transporte, 955-966 1084
malformaciones cardiacas, 1093, 1094 Espermático, granuloma, 772 Esquizencefálica, hendidura, diferenciación de
pediátricos, quistes renales, 1635 Espermatoceles, 772 la hidranencefalia de, 1100
quistes renales, 337 pediátrico, 1725 Esquizencefalia encefaloclástica, 1091
rabdomioma cardiaco, 1169 Espiculación, en los nódulos sólidos, 709, 713 Estadiaje mediante imagen de Doppler cojor de
tumores intracraneales prenatales, 1102 Espina bífida, 1106 patología arterial de la extremidad
Escleroterapia, guiada por ecografía abierta, cambios craneales, 1078-1080 inferior, 901, 902
de la malformación linfática macroquística, alteraciones asociadas con Esteatosis difusa, 84, 85
1573 craneal, 1117 Estenosis aortica, 1168
de la malformación linfática orbitaria, 1763 no craneal, 1117-1122 forma de onda carotídea, 869
Esclerotomo, en la embriología de columna, cerrada, cambios craneales, 1080, 1081 hidrops fetal, 1266
1104-1106 cribado Estenosis aórtica valvular, 1168
Escoliosis fetal, 1124-1126 alfafetoproteína, 1109, 1114, 1115 Estenosis en la enfermedad de Crohn, 245
Escrotal, saco, torsión, 1714, 1715 hallazgos de la ecografía en, 1115-1117 Esternocleidomastoideo, músculo, 636
Escrotales, perlas, 770 nivel Esternohioideo, músculo, 636
Estómago Extremidades. Ver además Extremidades y en la ecografía de cadera en proyeción
carcinoma, identificación ecoendoscópica, Entradas de extremidades transversal/flexión, 1750
275 fetal en la evaluación de dinámica de la
Q) fetal, 1174-1177 mediciones, 1225-1228 cadera, 1745
(,) de la línea media, 1176, 1177 Extrofia cloacal, 1193 posición de, en la evaluación del
:s
c:
del lado derecho, 1176, 1177
dilatado, 1176, 1177
con disrafismo medular, 1537, 1538 lactante en riesgo, 1750
,- Extrofia cloacal, secuencia, agenesia sacra, 1126 Fémur/pie, ratio de longitud, 1228
pequeño o ausente, 1174-1177 Exudados, pleural, aspecto ecográfico, 1554, Fenilcetonuria, microcefalia por, 1088, 1089
quistes de duplicación, 1184, 1185 1558 Feocromocitoma, 390
linfoma, identificación ecoendoscópica, 275 Eyaculatorios, conductos, 352 extrasuprarrenal, 390
pediátrica obstrucción, 363 vesical,3 30
anatomía, 1662, 1663 quistes, 358 pediátrico, 1725-1736
antro, distensión para la imagen del resección transureteral, 363 Fertilización, 955, 957
músculo pilórico, 1664-1666 in vitro, incidencia del embarazo multifetal,
bezoar, 1668, 1669 F 1017
diafragma gástrico, 1666 Facies distócica, en el síndrome de Miller- Fetal, 1099
estenosis hipertrófica pilórica, 1663- Dieker, 1090 hidrops, 1274-1276
1666 Falange, media, hipoplasia en la trisomía 21, del mio metrio, 502, 503
gastritis, 1666 1010,1011 pediátrica del cuello, 1513
pilorospasmo, 1664 Falciforme, ligamento, 70 renal, 340
técnica ecográfica, 1662, 1663 pediátrico, 1580 como complicación del trasplante renal,
Estomodeo, 1034 Falopio, trompa de, 491, 512, 513 610-612
Estrógeno uterino, fibroides, 498, 499 Fanconi, pancitopenia, 1247 artefactos que simulan, 611, 612
Estroma, ovárico, 491 Faríngeas, bolsas, 1506, 1507 Fetal arteria, aberrante, sirenomielia, 1126
Estroma gonadal, tumor, testicular, 760 Fármacos Fetal, periodo, 1135
Estromal, tumor gastrointestinal, 241 hidrops fetal secundario, 1279 Fetal, secuencia de aquinesia, 1248
Estromal, tumores de células, ováricos, uso ilícito, gastrosquisisis y, 1187 Feto
pediátricos, 1698-1701 Fascia cervical pediátrica aparato genital, 1220-1223. Ver además
Estroma ovárico, 531 capas profundas, 1483 Aparato genital, fetal
Etanol, ablación espacio infrahioioideo, 1483, 1495-1506. aparato osteomucular, 1224. Ver además,
en los nódulos tiroideos Ver además Espacio infrahioideo, Aparato osteomuscular, fetal
de función autónoma, 661, 662 pediátrico atresia anorrectal, 1182
funcionan tes benigno, 660, 661 suprahioideo, 1483-1494. Ver además cara de, 1034. Ver demás facies fetal
percutánea, de la adenopatía metastática
Espacio suprahioideo, pediátrico cerebral, 1062 . Ver además Cerebro fetal
cervical, en el carcinoma papilar,
circulaci ón de, evaluación con Doppler,
662-664 Fascioliasis, 164 1297,1298
en el hiperparatiroidismo secundario o
Fascitis plantar, infiltracicón de, 842 cirugía, guiado por ecografía, 1364-1366
recurrente
Fase, aberracion de, creación, 12 colon, 1180-1185
solitario sólido benigno, «frío», 662
Fase, modulación de imagen, amplitud y, 58 corazón, 1147. Ver Corazón fetal.
Etiqueta verde, signo de, en el Doppler color
Fasicidad de la vena femoral, 426 Hidrocefalia, diagnóstico, 1397-
863-867
Fecalitos, en la apendicitis aguda, 1681 1400
Etmocefalia
Fecha probable de parto, determinación de, crecimiento
en la holoprosencefalia alobar, 1392
935-942 alteraciones, 1291-1452
hipotelorismo y, 1040
Feminización testicular, 1222 curvas de seguimiento de, 1291
European Carotid Surgery Trial, 848
amenorrea primaria, 1708 evaluación, 935-943
Evaluación ósea, postnatal, en el diagnóstico de
hidrops, 1280 Femoral, arteria restricción de, 1294-1296. Ver además
Eventos hipóxico-isquémicos, cerebro neonatal/ análisis de la forma de onda con el Doppler, Restricción del crecimiento
lactante en la restricción del crecimiento intrauterino (RCIU)
edema cerebral e infarto, 1418-1424 intrauterino, 1307 definici ón, 1285
hemorragia común, 898, 899 estómago, 1174, 1176, 1177
cerebelosa, 1414-1416 profundo, 898, 899 evaluación, 1297, 1152. Ver además
cerebro neo natal/lactante y, pseudoaneurisma, 893 Evaluación fetal
1404-1425 superficial, 898, 899 evaluación de, por aloinmunización,
intraparenquimatosa, 1410-1414 oclusión, 893 1262-1265
intraventricular, 1406, 1409 Femoral, hernias, 443, 444. Ver además Hernias, glándulas suprarrenales
matriz germinal, 1404-1409 femoral masas, 1209
subaracnoidea, 1416-1418 Femoral, vena, 917 normal,1209
subependimaria, 1406, 1409 compresión, por un hematoma, 896 grande para su edad gestacional, 1291-
núcleo caudado hiperecoico, 1424, 1425 común, 916, 917 1294
vasculopatía de loa ganglios basales, 1424 forma de onda, sugestivas de fístula incidencia, 1291, 1292
zona de penumbra arterial, 1404 arteriovenosa, 909, 910 madres diabéticas, 1292-1294
Exencefalia, 1075, 1076, 1106 profundo 916, 917 hígado, 1176, 1177, 1178
Exorbitismo Fémur imagen de recuerdo, 45, 46
craneosinóstosis y, 1037 fetal imagen de resonancia magnéica, 945
Extensor, tendón corto intestino delgado, 1180-1185
del codo, 812 en la trisomía 19, 1009 madurez pulmonar, en la amniocentesis,
Extremidad, anomalías, nomenclatura etiología, 1229 1358
pterigion, 1250 deficiencia de, focal proximal, 1246, 1247 mal desarrollo de, complejo extremidad.
Extren;lidad, defectos de reducción, 1246, 1250 hipoplasia, en la regresión caudal, 1126 cuerpo ocasionado por, 1191, 1192
aisladas, 1247 longitud malformación de, cribado con ecografía de
déficit femoral proximal focal, 1246, 1247 en la determinación de la edad rutina, precisión diagnóstica,
deformidades, 1246 gestacional, 1286 937-945
interrupciones, 1246 evaluación, 1225, 1226 mano, deformidades, 1250, 1255
malformaciones, 1246 versus diámetro biparietal, mediciones, 1283
muestra de vellosidad coriónica, 1360 acondroplasia heterocigótica, 1243 en la determinación de la edad
raya radial, 1247, 1248 subtrocantérea, ausenciam 1246, 1247 gestacional, 1283-1289
secuencia brida amniótica, 1247 pediátrica en el primer trimestre, 1284, 1285
síndrome de regresión caudal, 1247 cabeza de en los trimestres segundo y tercero,
sirenomelia como, 1247 centro de osificación, 1746 1285-1288
médula, 1104. Ver además Médula fetal. Fibronectina, fetal, como predictor del parto Flebolitos, en las malformaciones venosas
Bazo, 1180 pertérmino espontáneo, 1348 cervicales, 1511-1513
megaquistes, 1214 Fibroplasia medial, estenosis de la arteria renal, Flemonosos, cambios, en la enfermedad de
movimientos de, desarrollo osteomuscular, 411 Crohn, 246
1225,1226 Fibrosarcoma, simulando un tumor de pared Flexor largo del pulgar, tendón, infiltración, 842
muerte abdominal anterior, 467 Flexor profundo de los dedos, tendones del,
elevación materna de la alfa feto proteína, Fibrosis quística (FQ) aspecto ecográfico normal, 812, 813
1115 fetal, hidrops por, 1273 Flexor superficial de los dedos, tendones del,
intestino ecogénico, 1184, 1185 intestino fetal ecogénico, 1183 aspecto ecográfico normal, 812, 813
órbitas, 1040-1046. Ver además Órbitas, fetales obstrucción del ileon, 1181, 1182 Flexores, músculos, del codo, 812
orejas pancreatitis crónica, 919 Fluidos, en la imagen cerebral neonatalf
anomalías, 1046 quistes ováricos y, 1695 lactante, 1367
embriología, 1034, 1035 tracto gastrointestinal, 275 Flujo, 33
páncreas, 1180 vesícula biliar, falta de visualización de, Flujo sanguíneo
pared abdominal, 1184-1193. Ver además 1178 cerebral. Ver flujo sanguíneo cerebral
Pared abdominal, fetal Fibroso, pseudotumor, epididimario, 772 neonataljlactante, velocidad,
pequeño para su edad gestacional, 1294, Fibrotórax, aspecto ecográfico, 1554, 1558 determinación, 1440
1298,1299 Filariasis, 304 en las arterias carótidas
peritonitis meconial, 1184, 1185 Filtros de paso alto, en la imagen de Doppler, 27 cuerda residual, en la oclusión, detección,
peso Filum terminale, en la médula pediátrica, 1525 868
estimación de, 1289, 1290 muslo, 1531-1534 interna, cuerda residual, detección, 874
abordaje recomendado, 1290 Física de los ultrasonidos, 1-30 inversión normal transitoria, en el origen
frente a edad gestacional, 1291 acústica, 1-5 de la ACE, 867, 868
percentil de, versus edad gestacional, atenuación, 5 patrones de
1291 calidad de imagen, 14-16 alta velocidad, en la estenosis,
evaluación, en relació n con edad de la ecografia Doppler, 18-28. Ver además 860-863
gestacional, 12 90, 1291 Ecografía Doppler alterado, en la estenosis, 859
pie, deformidades, 1250, 1255 errores de imagen, 16-18 pseudocuerda, en el Doppler potencia,
presentación, determinaciones, 933, 934 impedancia acústica, 3 869
procedimientos invasivos, guiados por instrumentación y 5-12, Ver además fetal, pulsátil versus continuo, 1299
ecografía, 13 5 7 Instrumentación, modalidades de invertido, en el ducto venoso, en el cribado
pseudoquistes meconial, 1184, 1185 de la aneuploidía, 1004
trabajo e implicaciones clínicas,
punto, determina ción del, 933, 934 28-30 venoso
aumento, en el Doppler flujo color, 918
quistes entéricos de duplicación, 1184, medición de distancia, 3
ausencia, en la trombosis venosa
1185 modalidades de imagen especiales, 12-14
profunda, 919
reducción de, en el embarazo multifetal, reflexión, 3, 4
viscoso, en la trombosis venosa profunda,
1031,1032,1363 refracción, 4, 5
918
complicaciones, 1363 representación y almacenamiento de la
Fluorescencia in situ, hibridación, en el
indicaciones, 1363 imagen, 12
diagnóstico del hidrops, 1280
técnica, 1363 Fístula
Flurescencia in si tu, hibridación, para el análisis
sistema biliar, 11 78 colecistoentérica, 1610
del líquido amniótico, 1357
tracto urinario, 1194- 1198. Ver además coledocoduodenal, 162
Flutter auricular fetal, 1172
Tracto urinario, fetal. diálisis, 908, 909 hidrops, 1269
tracto urogenital, 1194 dorsal entérica, pediátrica, 1537 Focomelia, definición, 1246
transfusión 1363 en el ano imperforado, 1675, 1676 Fólico, ácido, en la prevención de la espina
Feto pequeño para edad gestacional, 1294, en la enfermedad de Crohn, 246-252 bífida, 1111-1114
1298, 1299 perianal, enfermedad inflamatoria perianal, Folicular, carcinoma de tiroides, 646
Fetter, síndrome, craniosinóstosis, 1037 281 pediátrico, 1501-1503
Fbrilación auricular fetal, 1172 traqueoesofágica, fetal Folículo de Graaf, 955
hidrops, 1269 en la secuencia VACTERL, 1176, 1177 Fondo de saco
Fibrilar, ecotextura, de los tendones, 812 obstrucción congénita de la vía aérea anterior, 490, 491
Fibrocondrogénesis, 1242 superior, 1137, 1138 en la holoprosencefalia fetal, 1083
Fibroelastosis endocárdica, 1170, 1171 vesical,307 fetal, aspecto ecográfico normal, 1064
bloqueo cardiaco, 1270 vesicocutáneo, 307 líquido en, 513
Fibroelastosis endocárdica fetal, 1170, 1171 vesicoentérico, 307 posterior, 490, 491, 512, 513
bloqueo cardiaco, 1270 vesicoureteral, 307 Fondo de saco de Douglas, 512, 513
Fibroide, uterino, 498-500 vesicovagainal, 307 Fontanela
en el primer trimestre, 994 Fístula arteriovenosa anterior
Fibroíntima, hiperplasia, estenosis de injerto arterias nutricias, ensanchamiento compresión, en la hidrocefalia, indice de
venoso de bypass, 905-908 espectral en, 860 resistencia, 1448, 1449
Fibrolamelar, carcinoma, 118 después del trasplante de páncreas, 623 imagen cerebral, de neonatalflactante a
Fibrolipomas, del filum terminale, pediátrico, después del trasplante hepático, 1593 través de, 1367
1531-1534 diálisis, 908, 909 Doppler, 1438
Fibroma dural, evaluación con el Doppler planos coronales
cardiaco fetal, 1170 transcraneal,1461 Doppler, 1438
gastrointestinal, identificación en arterias periféricas, 894-896 mastoides, imagen cerebral del neonatalj
ecoendoscópica, 275 como cpmplicación de procedimientos lactante a través de, 1367, 1374,
ovárico, 532, 533 invasivos, 909, 910 1375
simulando una hernia de pared abdominal con injertos autólogos venosos, 908 Doppler, 1438
anterior, 467 congénitos, 894-896 posterior, imagen cerebral en neonatoj
vesical pediátrico, 1733, 1735, 1736 iatrogénicos, 896 lactante a través de, 1367, 1373,
Fibromatosis, diferenciación con el edema de renal,340 1374
ovario, 1698 después de la biopsia, 554, 556 posterolateral, imagen cerebral neonatalj
Fibromatosis coli, 1515-1517 Fístula entérica dorsal, pediátrica, 1537 lactante a través de, Doppler, 1438
pediátrico, 1763 Fitobezoares, 272-275 Foramen oval, 268, 1157
Fibromuscular, displasia Fitz-Hugh-Curtis, síndrome de, 1708 aspecto ecográfico, 1157-1160
alteraciones en el flujo carotídeo, 860 Flash, artefacto, 52 en la circulación fetal, 1297
de la arteria carótida interna, 880 Flebectasia, yugular interna, pediátrica, 1520, Forma de onda
estenosis de la arteria renal, 411 1521 de las arterias carótidas, 856, 857
injerto de diálisis normal, 909 morfología, 1513 obstrucción intestinal mecánica en,
intrarrenal, en el Doppler duplex de arteria patológicos, cerca de la bifurcación 267-270. Ver además Obstrucción
renal,416 carotídea, 890 intestinal mecánica
el) Fosa posterior regional, evaluación de, en el cáncer de pediátrico, 1662-1690. Ver además órgano
(,) hemorragia, 1414 mama, 739-743 específico.p.ej; Estómago,
:s
c::
quiste subaracnoideo, diferenciación de la
malformación de Dandy-Walker,
ecografía Doppler, 751 pediátrico.
inflamación, ecografía, 1738-1740
,- Ganglio linfático cervical
1085,1390 adenomas para tiroideos malinterpretados neoplasias, 1685-1687
Fotocoagulación, láser como, 683 obstrucción de, ecografía, 1736
en el gemelo acárdico, 1364-1366 enfermedad inflamatoria pediátrica, quistes, 1685
en el síndrome de trasfusión entre gemelos, 1513-1516 quistes, congénitas, 272
1359 Ganglioneuromas, 390, 391 técnica ecográfica, 237
Fotodinámica, tratamiento, para el cáncer de Ganglios basales, feta l, ecografía normal, tumores estromales, 241
próstata, 368 aspecto, 1064 úlcera péptica, 272
Fournier, gangrena, 781 Ganglios basales, vasculopatía cerebral, Gastrosquisis, 1187-1189
pediátrica, 1721 neonatalflactante, 1424 fetal, 1187-1189
FQ. Ver Fibrosis quística Gangrena de Fournier, 781 materna, elevación de la alfa feto proteína,
Fractura pediátrica, 1721 1115
fetal, en la displasia ósea, 1230 Gartner quiste ductal, 511, 512 Gaucher, enfermedad de, bazo, 147
pediátrica Gasatritis eosinofílica, engrosamiento de la Gemelar, síndrome de embolización del gemelo,
costal,1579 mucosa gástrica, 1666 1028
metafisaria, 1760 Gastrulación, 958 Gemelo-gemelo, síndrome de transfusión entre,
Fraser, síndrome, atresia laríngea, 1137 en la embriología de la columna, 1522, 1027,1028
Fraunhofer, zona, del haz, 6, 7 1523 amniocentesis terapéutica, 1359
Frecuencia Gasto cardiaco amniorreducción seriada, 1027, 1028, 1359
de banda, 6 fetal, medición mediante análisis de la anemia por, diagnóstico de velocidad media
de sonido, 1, 2 forma de onda del Doppler, pico, 1316
Frecuencia, espectro de banda, 6 1309-1311 ecografía Doppler, 1316
Frecuencia compuesta, 6 reducido, formas de onda del flujo fotocoagulación laser, 1359
Frecuencia de repetición de pulso (PRF) carotídeo, 869 hidrops, 1274-1276
aumentando, para superar el aliasing, 874 Gástrica, vena, izquierda pediátrica Gemelos. Ver además embarazo múltiple
control del transmisor, 6 dirección del flujo, hipertensión portal, acárdico
en el control de salida, 45 1602,1605-1608 fotocoagulación con láser, 1364-1366
en la interpretación del Doppler color, 25, hid rops, 1274-1276
en la hipertensión portal intrahepática,
26,28-30 parabiótico, 1028, 1029
1611
en los parámetros del Doppler color, para la conjunto, 1018, 1029-1031
estudios con Doppler de, mejor abordaje,
evaluación de vasos de bajo flujo, clas ifica ción, 1029-1031
1602
867 dicigótico (hermano), 1018
Gastritis eosinófila, engrosamiento de la mucosa
Frecuencia media medida, 25, 26 dicoro iónico diamniótico, 1018
gástrica, 1666
Frecuencia pico de repetición, ajuete para hallazgos placentarios, 1018
Gastrocólico, tronco, cabeza pancreática, 195
diferenciar el hematoma y flujo discordante, 1025
Gastroesofágico, reflujo, detección ecográfica,
sanguíneo en movimiento, 905 ecografía Doppler de arteria umbilical,
1662
Frémito, por la estenosis carotídea, Doppler 1316
Gastrointestinal, atresia fetal
color, 867 evanescente, 1022, 1023
Fresnel, zona, del haz, 6-7 diferenciación del estómago dilatado fetal, hidrops, 1274-1276
Frigio, gorro, 177 -179 1176,1177 monoamniótico, complicaciones, 1029-
Frontal, prominencia, ecogenicidad intestinal, 1184, 1185 1031
en la displasia ósea, 1231 Gastrointestinal, tracto, 233. Ver además Órgano anudamiento del cordón, 1029
Frontonasal, prominencia, 1034 específico; p. ej., Colon gem elos unidos como, 1018, 1029-1031
Frontotalámica, distancia, en la trisomía 19, abdomen agudo y, 249-267. Ver además monocigóticos (idénticos), 1018
1010 Abdomen agudo monocoriónico
Fryn, síndrome, hernia diafaragmática anatomía, 233-237 complicaciones, 1026-1029
congénita, 1144, 1145 bezoares, 272-275 comunicación vascular como, 1026
Fugas duodenales, después del trasplante capas, 233, secuencia de perfiusión arterial
pancreático, 623 colitis pseudomembranosa, 271, 272 invertida en gemelo, 1028, 1029
Fukuyama, síndrome, lisencefalia, en adoquín, Crohn, enfermedad de, 241-249. Ver síndrome de embolización gemelar,
1091 además Enfermedad de Crohn 1028
Fundus uterino, 490, 491 cuerpos extraños, intraluminal, 275 síndrome de transfusión gemelo-
Fúngicas, enfermedades ecoendoscopia, 275-283 gemelo como, 1027, 1028
genitourinaria, 303 del canal anal, 280-283 diamniótico, 1018
hepática, 80, 81 del resto, 275-277 hallazgos placentarios, 1018
del tracto gastrointestinal superior, 275 monoamniótico, 963-967,1017
G edema intestinal, 270 Gemelos onfalópagos, 1029, 1031
Gadopentato, dimeglumina de, como fármaco en la enfermedad celiaca, 275 Genéticas, pruebas
en el embarazo de categoría C, 945 en la fibrosis quística, 275 amniocentesis
Galactografía, 732-734 enfermedad isquémica intestinal, 272 ocasión, 1358
Galactorrea, exploración ecográfica, 732-734 fetal, 1174. Ver además órgano específico; muestra de vellosidad coriónica, 1359
Gamagrafía ósea con isótopos, para las p, ej., Estómago, fetal Genéticos, trastornos, fetal, hidrops, 1279
metástasis del cáncer de próstata, anomalías de, hidrops por, 1273 Genitales
381 hematoma, 272 ambiguos, 1220, 1221
Gamna-Gandy, cuerpos, en el bazo, 147 íleo paralítico, 270 fetal
Ganacia del receptor, en la ecografía obstétrica, infecciones, 271 anormal,1220-1222
490,491,512,513 marca intestinal, 233, 234 Genitourinario, 284-348. Ver además Vejiga;
Ganglio linfatico masas, 537, 538 Riñón; Tracto urinario
hiperplásicos, diferenciación de, de mucocele apendicular y, 272 anatomía, 284-287
pseudoaneurismas arteriales neoplasias, 237-241 anomalías congénitas
periféricos, 896 adenocarcinoma, 237-241 ascenso del riñón, 288
maligno, diferenciación de, de los. linfoma, 241 crecimiento renal, 287
pseudoanaeurismas artenales metastático, 241 desarrollo uretral, 296
periféricos, 896 neumatosis intestinal, 272 desarrollo vascular, 293, 294
desarrollo vesical, 294-296 en el primer trimestre, 967, 968 Granulosa, tumores de la teca, pediátricos,
esbozo uretral, 288, 293 tamaño del saco gestacional, 968 1699-1701
cálculos, 307-311 evaluación del peso fetal en relación con, Granulosa, tumores, ováricos, 531, 532
divertículos vesicales, 347 1290,1291 Grasa, progresión, en la enfermedad de Crohn, el)
duplicación del sistema colector; 290, 291 longitud cervical, 1346, 1347 245 .~
embriología, 284
evaluación postqui rúrgica, 347
infecciones, 296-306
uso del término, 1062
Ginecología, 490
anatomía pélvica, 490, 491
Graves, enfermedad
bocio fetal, 1061
pediátrico, 1499
"
&:
'-
cistitis, 306 complicaciones de la cesárea, 538, 539
fúngica, 303 masa pélvicas no ginecológicas y, 537, 538 H
necrosis papilar; 303, 304 métodos ecográficos, 491, 492 Hábito corporal, incidencia de embarazo
equinococosis, 304 neoplasia trofoblástica gestacional, 539-546 multifetal, 1018
esquistosomiasis, 303, 304 neoplasia trofoblastica persistente y Habla, retraso, ecografía obstétrica, 951
filariasis, 304 542-546. Ver además Neopalsia Haces de Probst, en la agenesia de cuerpo
pielitis incrustada alcalina, 297 trofoblástica persistente (NTP) calloso, 1386
pielonefritis, 296-301. Ver además ovario en, 513-533. Ver además Ovarios Hamartoma
Pielonefritis patología pélvica postparto, 538, 539 biliar, 76
síndrome de inmunodeficiencia receso rectouterino, 512, 513 esplénico, 146
adquirida, 306 trompas de Falopio, 533-536 fetal
tuberculosis, 301-303 vagina, 511, 512 hepático, 1178
malformacion es vasculares como, 327-329. Ginecomastia, en el coriocarcinoma testicular; renal, 1646, 1647
Ver además bajo Renal, arterias, 758-760 hipotalámico, pubertad precoz, 1708, 1709
Renal, venas Giral, interdigitación, en Chiari fl, malformación, pediátrico, mesenquimatoso, 1593
fístulas arteriovenosas y malformaciones 1384,1385 testicular; 762-764
como, 340 Glial, cicatriz, en la leucomalacia periventricular, Hamartoma biliar, 76
renal, ecografía vascular con Doppler; 1419 Hamartoma hipotalámico, pubertad precoz,
339,340 Glioependimario, quistes, cavum velum 1708,1709
trombosis de la vena ovárica, 342 interpositum difenciado de, Hamartoma renal fetal, 1646, 1647
malformaciones, en el sindrome de 1066-1070 HARD-E,lisencefalia en adoquín, 1091
Miller-Di eker, 1090, 1091 Glioma hipotalámico, pubertad precoz en,1708, Hartmann, bolsa, 177
patología médi ca, 342-346 Hashimoto, tiroiditis, 666
1709
amiloidosis, 344, 345 bocio fetal, 1061
Gliomas hipotalámicos, pubertad precoz, 1708,
cistitis intersticial, 346 pediátrico, 1499
1709
diabetes mellitus, 344 Haz, anchura, 33
Glisson, cápsula, 70
endometriosis como, 345, 346 Haz, orientación, 9
Glomerulonefritis, 344
glomerulonefritis, 344 Heerfordt, enfermedad, sialodenitis crónica
pediátrica, 1621, 1640
necrosis cortical aguda, 344 pediátrica, 1489
Glomo, plexo coroideo, neonataljlactante,
necrosis tubular aguda, 342 Hemangioblastoma, fetal intracrenal, 1102
desarrollo, 1379
nefritis intersticial aguda, 344 Hemangioendotelioma
Glucocorticoides, secreción, 384
técnica ecográfica, 287 fetal hepático, 1178
trauma, 337-339 Glucogenosis, nefrocalcinosis con
hepático epitelioide, 119
tumores, 313-330 Glucosa 6-Fosfato deshidrogenasa (G6PD),
infantil, 1593
adenocarcinoma uracal, 327-329 déficit de, fetal, hidrops por;
Hemangioma
adenocarcinoma, 321 1274-1278
caracterización de, con microburbujas como
angiomiolipoma como, 321, 326 Glucosa, niveles plasmáticos, en los defectos del
medio de contraste, 102
carcinoma de células escamosas, 321 tubo neural altos, 1106
cardiaco
carcinoma de células renales, 313-318. Glutárica, aciduria, tipoI, 1400-1404
del lactante, 1169
Ver además Carcinoma de células GoIdenhar; síndrome, hendidura del segundo fetal,1170
renales (CCR) paladar a, 1052 cavernoso
carcinoma de células transicionales, Gonadal disgenesia, 1708 hepático, 105, 106
318-321. Ver además carcinoma de Gonadales, venas, variantes anatómicas, 426 biopsia, 551
células transicionales (CCT) Gónadas, diferenciación mediante ecografía, vesical, 330
leucemia, 326 1708 dacriocistocele, diferenciación, 1042, 1046
metastáticos, 326, 327 Gonadoblastoma, 760 esplénico, 145, 146
oncocitoma, 321 pediátrico,1699-1701 fetal, hepático, 1178
raro, 329, 330 en las gónadas dispIásicas, 1721, 1723, infantil
vejiga neurógena, 346, 347 1724 del cuello, 1510
Geografía, incidencia de embarazo multifetal, Gonocócica, perihepatitis, como complicación glándulas salivales, 1490, 1491
1018 de enfermedad pélvica inflamatoria, intravertebral pediátrico, 1538-1541
Germinal, epitelio, 491 1708 mesentérico, pediátrico, 1685, 1686, 1687
Germinal, matriz, neonataljlactante, desarrollo, Gorlin, síndrome, fibroma, 532, 533 pediátrico
1381,1382 Grande-para-edad-gestacional, feto, 1291-1294. superficial, 1549
Gerota, fascia de, 287 Ver además Feto-grande-para-edad- tracto urinario inferior, 1733-1736
Gestación heterotópica, 981, 982, 988, 989 gestacional. cordón umbilical, 1337
Gestacional, edad Grandes vasos, fetal, proyección de eje corto, Hemangioma mesentérico, pediátrico, 1687-910
cálculo, 955 1152 Hemangiomatosis neo natal, 1580
determinación Granuloma Hemangiopericitoma
en el cribado ecográfico de rutina, espermático, 772 lesiones esplénicas, 118
935-942 esplénico, pediátrico renal,330
fórmulas compuestas, 1287, 1288 pediátrico, hepático, 1600 Hemangiosaracoma hepático, 118
mediciones fetales, 929, 930, 1283-1289 punto, después de una herniorrafia, 457, Hematíes, aloinmunización
asignación de edad, 1288, 1289 458 anemia por; diagnóstico, 1316
en el primer trimestre, 1284, 1285 silicona, en la rotura extra capsular del cribado fetal con hidrops por riesgo de,
en el segundo y tercer trimestre, implante de mama, 736, 737 1262-1265
1285-1288 Granulomatosa, cistitis, pediátrica, 1732, 1733 muestra percutánea de sangre de cordón
precisión, 1287, 1288 Granulomatosa crónica, enfermedad, umbilical, 1361
efecto termales de los ultrasonidos, 948 engrosamiento de la mucosa vigilancia fetal, 1313, 1314
estimación gásterica, 1666 Hematíes, menor producción fetal, hidrops por,
diámetro biparietal, 968 pediátrica, engrosamiento de la pared 1274-1276
distancia coronilla-rabadilla, 968 intestinal, 1677 Hematocele, escrotal, 770
pediátrico, 1725 intraparenquimatosa, cerebro neonatalf pediátrico, 1594-1597
Hematocolpos, por un himen imperforado, 504, lactante, 1410-1414 Hepatocelular, carcinoma (CHC)
505,511,512 intraplaca, en la placa heterogénea, 852, en el hígado cirrótico, clasificación, 116,
Q) Hematocrito, fetal, predicción, 1313, 1314, 1316 853 117
u Hematoipoyesis, en el saco vitelino, 963 intraplacentario, placenta gruesa y, en la cava inferior, 427-429
=e Hematoma 1321-1323 errores innatos del metabolismo, 1589
.-e arteria periférica, 905
como complicación de una cesárea, 538,
intraventricular
por la hemorragia de la matriz germinal,
fib rolamelar, 118
formas, 114
539 1404 pediátrica, 1596, 1597
compresión venosa por, diferenciación de neonatal/lactante, cerebro, 1406, 1409 recurrente, como complicación del
fístula y, 909, 910 matriz germinal, por una lesión hipóxico- trasplante hepático, 587-589
después de un trasplante hepático, 584 isquémica en el lactante prematuro, Hepatoduodenal, ligamento, 70
después de una herniorrafia, 457, 458, 460, 1404-1409 Hepatoesplenomegalia
461 pediátrico, en la médula espinal, 1541, 1549 feta l, en el hidrops inmune, 1262-1265
duodenal, pediátrica, 1671, 1672 placentario, 1330 por citomegalovirus en el embarazo precoz,
epidural, neo natal/lactante, 1425 postparto, en el hidrops, 1281, 1282 1098
esplénico, 148 quistes del cavum velum interpositum Hepatófugo, flujo portal venoso, 1602
pediatrico, 1620 diferenciados del 1065-1070 Hepatolitiasis, 165
intestinal, obstrucción del intestino subaracnoideo, cerebro neonatal/lactante, Hepatoma, recurrente, como complicación de un
delgado, 1673 1416-1418 trasplante hepático, 587 -589
intraparenquimatoso, después de un subependimario, cerebro neo natal/lactante, Hepatópeto portal, flujo venoso, 1602
trasplante hepático, 584-pélvico, 1406,1409 Hereditario, linfedema, fetal, 1250
537 suncoriónico Hereditario, telangi ectasia hemorrágica, 98
perirrenal, después de un trasplante renal, como predictor de resultado adverso, Herm afroditismo verdadero, 1711
616 977-979 Hermafroditismo verdadero, 1711
preplacentario, 1328, 1329 suprarrenal,395-396 Hern ia
psoas, pediátrico, diferenciación de una después del trasplante hepático, 584 complicaciones, 461, 462
apendicitis y, 1739-1740 fetal,1209 deportes, 446-449
reciente, absceso diferenciado de, neonatal,1661 diafragmátiva, Ver Hernia diafragmática
1757-1758 Hemorragia fetomaterna, diagnóstico, velocidad en pantalón, 455, 456
renal, pediátrico, 1643, 1644 piso sistólico de la arteria cerebral escrotal, 771
simulando hernias de pared abdominal media, 1316 pediátrico, 1725
anterior, 465 Hemorragia intracraneal estrangulada, 461
subcoriónico, diferenciación de un fetal, 1100 hallazgos, 462
desprendimiento placentario con, neo natal/lactante, estudios cerebrales con femoral, 432, 443, 444
1328,1329 Doppler, 1448 con hernia inguinal, 455, 456
subdural, neo natal/lactante 1425, 1427 Hemorragia intraventricular de Teale, 443, 444
subplacentario, 1328, 1329 cerebro del neonatalflactante, 1406, 1409 ubicación, 435-437
testicular pediátrico, 1719, 1720 en la hemorragia de la matriz germinal, hiatal, detección ecográfica, 1662
tracto gastrointestinal, 272 1404 incarcerada, 461
Hematoma epidural, neonatalflactante, 1425 Hemorragia subaracnoidea, cerebro de lactante/ incisional, 453, 454
Hematoma preplacentario, 1328, 1329 neo nato, 1416-1418 inguinal, 432, 437-443
Hematoma subamnótico, 1330 Hemotórax, aspecto ecográfico, 1554, 1558 con la hernia femoral, 455, 456
Hematometrocolpos, 504, 505, 1704 Hendido, labio/placa directa, 439-443
Hematospermia, 363, 364 bilateral, 1051 bilateral,441-443
Hemisferio cerebral, neo natal/lactante, en la medial, 1051, 1052 descripción, 437
imagen sagital, 1373 Tessier, clasificación de, 1052 en atletas, 446
Hemitórax, pediátrico, radiopaco unilateral, 1051 localización, 435-437
en el quilotórax neo natal Hepática, vena ecografía dinámica, maniobras de
Hemivértebra anomalías, 74, 75 Valsalva, 434
causa de su desarrollo, 1538-1541 dilatación, en la insuficiencia cardiaca indirecta, 437-439
escoliosis y cifosis por, 1124, 1126 congestiva, 429 descripción, 437
Hemobilia, 159-163 estenosis, después del trasplante hepático, tipos, 439
Hemocromatosis, 396 582-584 pediátrico, 1725
Hemodiálisis, acceso de injertos y fístulas por, estenosis, en la cirrosis 89 posición del paciente y 435
908,909 normal, 69, 71 inguinal
Hemoglobina fetal oclusión, en el síndrome de Budd-Chiari, 94 contenidos, 432-434
déficit, hidrops inmunitario, 1262 pediátrica ecografía dinámica, 432-468
Hemólisis anatomía, 1581, 1583 informe, 449-467
fetal, hidrops, 1274-1276 estudios con Doppler, mejor abordaje, maniobras, 434, 435
por una ecografía obstétrica, 949 1602 requisitos técnicos, 432
Hemoperitoneo, 471, 472 trombosis, hi¡iertensión portal patología similar, 456-464
Hemorragia suprahepática, 1612, 1613 recurrente, 456-461
cerebelosa, encéfalo del neo natal/lactante y, variaciones anatómicas, 425 referencias ecográficas clave, 435-449
1414-1416 Hepático, equinococo alveolar, 83 Morgagni,1141
como complicación de una biopsia guiada Hepáticos, helmintos, 164, 165 múltiple, 454-456
por ultrasonidos, 556 Hepatitis obstruida, 461
diferenciación de quistes supratentoriales y, A,77 paraumbilical, 453
1088 aguda, 78 pared abdominal anterior
en el tiroides pediátrico, 1501 B, 77 contenido, 432-434
fetomaterna, diagnóstico de, arteria C, 77 ecografía dinámica, 432-468
cerebral media, velocidad pico crónica, 78 maniobras, 434, 435
sistólico, 1316 D,77 requisitos técnicos, 432
hidrops fetal por, 1274-1276 E, 77 patología similar, 464-467
intracraneal ictericia neonatal y, 1587, 1588 perfil, como complicación potencial, 461,
en el neonato/lactante, estudios viral, 69-76 462
cerebrales con Doppler, 1448 Hepatitis B, infección, hidrops, 1277-1279 pericárdica, 1141, 1144, 1145
fetal,1100 Hepatización de la vesícula, 180 periumbilical,453
intramural, pediátrico Hepatoblastoma reparación
en la púrpura de Shónlein-Henoch, 1677 fetal, 1174, 1178 clips espirales, dolor por, 461
dolor después de, 457-459 reactivo, 1725 derrame pleural, 1259, 1260
malla en, ecografía y 459,460 que simula una hernia inguinal, 463 edema subcutáneo, 1260
spigeliana, 444, 445 Hidrocolpos, 1703 placentomegalia, 1260
localización, 435-437 Hidrometrocolpos, 504, 505, 927 polihidramnios, 1260 Q)
umbilical, 452, 453 fetal, 1222, 1223 Hidrops fetal, 1257. Ver además Hidrops .2
Hernia hiatal, detecci ón ecográfica, 1662
Hernia pericárdica, 1141, 1144, 1145
Herniación
malformación cloacal, 1216
Hidromielia, saco, en el mielociscocele, 1122
Hidronefrosis
Hidrops tubae profluens, 534, 536
Hidrosalpinx, 521
en la enfermedad pélvica inflamatoria, 533,
"1:
.-
intestinal, fisiol ógica, en el feto, 1184-1186 definición, 1209 1705,1706
intestino medio, fisio lógico, en el embrión, fetal Hidrotórax fetal, hidrops, 1270
992 en el reflujo vesiculoureteral, 1214 Hígado. Ver además Hepática, entradas: p.ej.,
Hernias del deportista, 446-449 en las anomalías con duplicación, 1213 Hepáticas, venas
Hernias incisionales, 453, 454 por obstrucción de la unión agenesia, 73
Hernias umbilicales, 452, 453 ureteropélvica, 1212 alteraciones vasculares, 89-99
Herpes simple sistema de clasificación, 1209 aneurisma de la arteria hepática y
congénito obstrucción de la unión ureteropelvica, pseudoaneurisma como, 98
cerebro del neonata l/lactante, 1427, 1630-1632 aneurisma de la vena porta, 97
1429 obstrucción ureteral, 1630-1632 hipertensión portal, 68, 89-92. Ver
. fetal pediátrico además Hipertensión portal.
desarrollo cerebral, 1098 anomalías del uraco, 1633 peliosis hepática, 98, 99
hidrops, 1277-1279 ecografía Ooppler, 1655-1657 shunt venoso postosistémico
Hertz, definición, 1, 2 extrofia vesical, 1633 intrahepático, 97, 98
Hetarotaxis, síndrome de, estómago fetal en la obstrucción en el tracto de salida vesical, síndrome de Budd-Chiari, 93-97
línea media en el, 1176, 1177 1630-1632 telangiestasia hemorrágica hereditaria
Heterotaxia visceral, alteraciones esplénicas, síndrome de megavejiga-microcolon- como, 98
151 hipoperistaltismo intestinal, 1632, trombosis de la vena porta, 92, 93
Heterotopia, 1063, 1091 1633 anatomía de
periventricular nodular, 1091 síndrome del abdomen en ciruela pasa, Couinaud, 69, 70
Hidatídico, absceso, hepático, drenaje guiado 1630-1632 normal, 68-73
por ecografía, 563 Hidrops, 1285-1257 vascular, 69
Hidatídicos, quistes abordaje diagnóstico, 1279, 1280 anomalías
del bazo, 139 antecedentes maternos, 1280 congénitas, 75, 76
hepáticos en el niño, 1598-1600 antecedentes, 1279 del desarrollo, 73-75
Hidatidosis ecografía obstétrica, 1279, 1280 posicional, 73
genitourinaria, 304 investigación fetal 1280 vascular, 73-75
hepática, 82, 83 investigaciones postnatales, 1280 biopsia
Hidranencefalia complicaciones maternas, 1281 aguja percutánea, guiada por ecografía,
diferenciación de la holoprosencefalia con, etiología, 1261, 1262 551
1084 fetal percutáneo, 126-128
fetal, 1100, 1102 en el teratoma sacrococcígeo, 1128 circulación, 70, 71
neonatal/lactante, 1395-1398 malformación adenomatoide quística cirrosis, 86-89
Hidrocefalia, 1397-1404 congénita, 1135 características del Ooppler, 89
cefalocentesis, guiada por ecografía, 1364 placenta gruesa, 1321-1323 colecciones líquidas, después del trasplante,
comunicante, 1070, 10 71 por citomegalovirus en el embarazo 584-587
diagnóstico, 1397 -1400 precoz, 1098 como ventana para el espacio pleural, 62
diferenciación de la hidranencefalia con, tratamiento del colangiocarcinoma, 1331 ecogenicidad, 73
1100 inmune, 1262-1265 en el sarcoma de Kaposi, 12 3
diferenciación de la holoprosencefalia con, Rh (O) inmunoglobulina, 1261 enfermedad infecciosa, 76-84
1084 tratam iento del feto con, 1262-1265 bacteriana, 78, 79
diferenciación de la ventriculomegalia con, no inmune, 1262-1265, 1279 fúngica, 80, 81
mediante Ooppler, 1459 ca usas, 1266-1279 parasitaria, 81-83
en el lactante, estudios cerebrales con alteraciones endocrinas, 1279 amebiasis, 81, 82, 1596-1598
Ooppler, 1448, 1449 alteraciones genéticas, 1279 enfermedad hidatídica, 82, 83
en la romboencefalosinapsis, 1086, 1087 alteraciones metabólicas, 1279 equinococosis, 1598-1600
en niños, monitorización con Ooppler alteraciones óseas, 1279 esquistosomiasis, 83, 1600
transcraneal, 1459 anemia como, 1274-1276 neumocistis carini en, 83, 84
etiología, 1400-1404 anomalías crosómicas, 1274-1276 viral, 76-78, Ver además Hepatitis
incidencia, 1397, 1398, 1399 anomalías gastrointestinales, 1273 enfermedad venooclusiva, 96, 97
nivel de obstrucción, 1400 cardiovascular, 1266-1270 enfermedades por depósito de glucógeno
obstructiva, 1070, 1071 displasia linfática, 1274 que afectan al, 85, 86
en la malformación de Oandy-Walker, fármacos, 1279 fallo, 78
1388, 1389 idiopáticas, 1279 festoneado, en el pseudomixoma peritoneal,
extraventricular, 1400 infección, 1274-1276 478
intraventricular, 1400 malformaciones cervicales, 1270 fetal,1176-1178
por hemorragia de células germinales, 1404 evaluación del bienestar fetal, 1280 calcificacines, 1176-1178
por hemorragia intraventricular, 1406, fisiopatología, 1274, 1266 masas, 1178
1409 malformaciones torácicas, 1270-1272 fibrosis, periportal, enfermedad de Caroli
postmeningitis, pubertad precoz, 1708, gemelos, 1274-1276 con, 156
1709 malformaciones del tracto urinario, fisuras, 68, 69
ventriculomegalia ligada al cromosoma X, 1274 accesoria, 73
1071 tumores, 1274-1276 graso, 84, 85
Hidrocefalia ex vacuo, 1703 tasa de mortalidad por, 1280 hemihipertrofia de, hepatoblastoma y, 1594
Hidrocefalia postmeningitis, pubertad precoz, parto, 1281, 1282 herniación 73
1708,1709 procedimientos de aspiración preparto, hiperplasia focal nodular, 106-108
Hidrocele 1282 clasificación de, con medios de contraste
escrotal, 770 pronóstico obstétrico, 1280-1282 de microburbujas, 102
fetal, 1220 pronóstico postnatal, 1282 imagen volumétrica, 68
en el hidrops, 1258, 1259 signos ecográficos, 1257-1260 infiltracaión grasa focal, 85
pediátrico ascitis, 1257-1259 ligamentos de, 70
comunicante, 1724, 1725 derrame pericárdico, 1260 lóbulos, 68, 69
neoplasias, 99-123 tamaño de, normal, 73 pediátrica, 1504-1506
benignas, 105-113 técnica ecográfica, 68 persistente, 681, 682
adenomas, 108-113 trasplante, 569-571 primario, 672-674
angiomiolipoma, 113 aspecto normal, 570, 571 diagnóstico, 672, 673
hemangioma cavernoso, 14-106 colección de liquidos después importancia, 686, 687
hiperplasia nodular focal como, Ver extrahepática, 584 patología, 673
Hígado, hiperplasia nodular focal intrahepatica, 584-587 prevalencia, 672
lipomas, 113 complicaciones arterial es, 575-580 tratamiento, 672-674
clasificación, 99-102 elevación del índice de resistencia de recurrente, 681, 682
con medios de contraste con la arteria hepática, 580 secundario, 682, 683
microburbujas, 99-102 estenosis de la arteria celiaca, 580 Hiperplasia benigna de próstata (HBP),
detección 102-104 estenosis de la arteria hepática, 349-352,355-357
maligna, 113-119 577-580 Hiperreacción luteínica, 518
carcinoma hepatocelular, 113, 118. Ver pseudoaneurismas de la arteria Hipertelorismo, 1041
además Carcinoma hepatocelular hepática, 580 craniosinostosis, 1037
(CHC) trombosis de la arteria hepática, en las displasias óseas, 1231
hemangioendotelioma epitelioide 575-577 Hipertensión
como, 119 complicaciones biliares, 571-58 enferm edad renovascular, 340
hemangiosarcoma, 118 barro biliar, 573, 575 formas de onda carotídeas, 869
patología metastática, 119-123. Ver además cálculos en los conductos biliares, 575 materna, restricción del crecimiento
Metástasis hepáticas. colangitis esclerosante recurrente, intrauterino y, 1296, 1298, 1299
pediátrico, 1580-1620 573 portal, 68, 89-99, Ver además Hipertensión
absceso disfunción del esfínter de Oddi, 575 portal
parasitario, 1596-1600 estenosis biliar, 571, 572 pul monar, con la hernia diafragmática
piógeno, 1596, 1597 fugas biliares, 572, 573 congénita, 1146
adenomas, 1593 neumobilia, 1615-1617 renovascular
errores innatos del metabolismo, 1589 complicaciones venosas de estenosis de la arteria renal, 408-413
anatomía, 1580-1583 aneurisma de la vena porta, 1616- Hipertensión portal, 89-92
segmentaria, externa, 1580 1618 colaterales portosistémicas venosas, 90
vena porta, 1580, 1581 estenosis de la vena cava inferior, 582 del lado izquierdo, trombosis de la vena
venas hepáticas, 1581-1583 estenosis de la vena hepática, 582-584 esplénica, en la pancreatitis crónica,
biliar, rabdomiosarcoma, 1596, 1597 estenosis de la vena porta, 581 214-216
carcinoma hepatocelular, 1596, 1597 trombosis de la vena cava inferior, 582, derivaciones portosistémicas, 124-126
cirrosis y, 1591 1580,1614-1616 intrahepática, por cirrosis, 90
'colelitiasis, 1591, 1592 trombosis de la vena porta, 581, 582 pediátrica, 1605-1608
degeneración e infiltración grasa, 1593 contraindicación de, 569 después del trasplante hepático, 1614
detección de angiogénesis en el tumor, donante vivo emparentado, 570 estudio con Doppler, 1600-1613
1596,1597 masa sólida intrahepática como ausencia de señal de Doppler, 1604
esteatosis, 1590, 1591 complicación, 587-589 de los patrones de flujo anormales,
estudios con Doppler de, 1600-1613 pediátrico, estudios de Doppler del 1604,1605
de los patrones de flujo normales en receptor, 1613-1618 de los patrones de flujo normales en
los vasos esplácnicos, 1602 en la evaluación postrasplante, vasos esplácnicos, 1602
en el trasplante hepático, 1613-1618 1614-1618 en la hepatopatía, 1602-1604
para la hipertensión portal, 1602- en la evaluación pretrasplante, 1613, en la hipertensión portal
1604. Ver además Hipertensión 1614 intrahepática, 1610, 1612
portal en trasplantes multiórganos, 1617, en la hipertensión portal prehepática,
principios básicos, 1600, 1602 1618 1608-1610
técnica ecográfica, 1602 quistes renales como complicación 1636 en la hipertensión portal
ventajas e inconvenientes, 1602 selección del paciente, 569 suprahepática (posthepática), 1612,
fibrosis congénita de, hipertensión portal técnica quirúrgica, 569, 570 1613
prehepática por, 1609, 1610 trastornos linfoproliferativos, 625, 632 flu jo de entrada-salida, 1604, 1605
granuloma 1600 trastornos metabólicos, 84-89 fluj o hepatófugo, 1605-1608
hamartoma mesenquimatoso, 1593 trauma, 123-126 fluj o invertido, 1604, 1605
hemangioendotelioma infantil, 1593 Hígado graso, 84, 85 patrones arteriales hepáticos
hemangioma, 1593 Higroma quístico. Ver además Malformación anormales con el Doppler, 1605
hepatoblastoma, 1594-1597 linfática patrones de flujo arterializados, 1604
ictericia y, 1583-1590. Ver además en el cribado de la aneuploidía, 1002 principios básicos, 1600-1602
Ictericia, neonatal en el síndrome de Turner, 996, 1016 técnica ecográfica, 1602
lóbulo cuadrado, 1580 hidrops por, 1270 ventajas e inconvenientes, 1602
lóbulo derecho, 1580, 1581 Hijos, quistes, en la equinococosis, 1598-1600 teoría de flujo anterógrado, 1611
lóbuo izquierdo, 1580 Himen imperforado teoría del flujo retrógrado, 1611
masas, hematocolpos, 504, 505, 511, 512 presinusoidales, 89, 90
metástasis, 1596, 1597 obstrucción veginal, 1703 Hipertermia
sarcoma embrionario indiferenciado, Hipercalcemia familiar hipercalciúrica, defectos del tubo neural por, 1106
1596,1597 diferencicación con el indice térmico, 36-38
tumores, 1592-1597 hiperparatiroidismo, 673 seguridad,36
benigno, 1593 HipercaJcemia hipocaJciúrica familiar, Hipertiroidismo fetal
identificación, 1592, 1593 diferenciación del bocio fetal, 1061
malignos, 1594-1597 hiperparatiroidismo primario, 673 hidrops por, 1279
quistes, 75 Hipercolesterolemia familiar, xantomas en el Hipertrofia septal asimétrica, estenosis aórtica
en la enfermedad poliquística del adulto, tendón de Aquiles, 831 subvalvular, 1168
76 Hiperecogenicidad pericolecistítica en la Hipocondrogénesis, acondrogénesis tipo 2,
peribiliar,75 enterocolitis necrotizante, 1237
tratamiento percutáneo, 567, 568 1677-1681 Hipofisario, quiste, diferenciación de los quistes
shunts quirúrgicos portosistémicos, Hiperemia del cavum velum interpositum con,
124-126 del apéndice, importancia, 1738, 1739 1065-1070
ecografía intraoperatoria, 128 en la enfermedad de Crohn, 245 Hipofosfatasia
intrahepática transyugular, 126 reactiva, en la reducción testivular, 1716 compresibilidad craneal, 1231
transyugular intrahepática, mal Hiperparatiroidismo diferenciación de la anencefalia, 1076
funcionamiento de dependiente de injerto, 681, 682 Hipofosfatasia congénita, 1239
-

Hipospadias fetal, 1220, 1221 escasez de conductos biliares Incoherencia ventriculooarterial, en la


Hipotálamo en el ciclo menstrual, interlobulares, 1584, 1585 transposición de los grandes vasos,
Hipotelorismo, 1040 hepatitis neonatal y, 1587, 1588 1165,1166
craniosinostosis, 1037 infección del tracto urinario, 1588 Incontinencia fecal, ecoendoscopia anal, 280 CI)
Hipotiroidismo quiste del colédoco, 1583-1585 Índice de acodamiento umbilical, 1334-1337 O
congénito, 636 rotura del conducto biliar, 1584, 1585 Índice de res istencia (IR), 1299 :s
en el paciente ped iátrico, 1496, 1497 lctus, 848 en la arteria cerebral anterior en lactantes, ,c:
-
fetal en estud ios con Doppler trascraneal en 1440-1442
en el bocio fetal, 1061 neonatosjlactantes, 1448 en la arteria hepática, elevación después del
hidrops por, 1281 en pacientes con enfermedad de células trasplante hepático, 580
huesos wormianos, 1039 falciformes, 1471, 1482 en la disfunción del shunt versus atrofia,
juvenil, congénita, quistes de ovario, 1695 Ictus isquémico transitorio (TIA), estenosis 1459
Hirschprung, enfermedad carotídea, 848 en la ecografía duplex de arteria renal, 416
fetal, 1182 lleales, conductos, evaluación 347 en la monitorización de la hemodinámica
obstrucción del intestino neo natal, 1736 lleitis terminal intracraneal en lactantes, 1440
Histiocitosis aguda pediátrica, diferenciación de la intracraneal, 1458
células de Langerhans apendicitis aguda de, 1740 en lactantes con asfixia, 1445, 1446
metástasis, a los testículos, 1724 Íleo factores de cambio, 1440
Histiocitosis sinusal, metástasis de, a los biliar, 162 hidrocefalia, 1448
testículos, 1724 meconial, obstrucción del intestino delgado intrarrenal, pediátrica, 1650
Histogénesis, defini ción, 1382 por, 1736 aumentada, causas, 1650
Histopatólogo, definición, 548 paralítico, 270 en el rechazo del trasplante, 1658, 1659
Histoplasmosis, glándulas suprarrenal es, 386 Íleo biliar, 162 Índice mecánico (1M)
Hodgkin, enfermedad, 141-143 Íleo paralítico, 270 definición, 52
Holoprosencefalia, 1081-1084, 1391-1393 Iliacas, arterias, análisis de las formas de onda en ecografía obstétrica, 947
agenesia del cuerpo calloso, 1385, 1386 en la restricción del crecimiento interacción con los medios de contraste de
agenesia sacral, y estudios genéticos, 1644 intrauterino, 1307 microburbujas, 52, 99
agnatia, 1056 lliacas, venas, 424-427 para la cavitación acústica, 42
alobar, 1081-1083, 1391, 1392 fisiología de May-Turner, 424, 425 Índice pulsatilidad (IP), 1299
en la trisomía lO, 1013, 1014,1391, trombosis, 426 de los vasos intracraneales, 1458
1392 Iliaco, longitud y ángulo, en la tri so mía 19, 1010 en la monitorización hemodinámica
hipotelorismo, 1040 Ilionguinal, atrapamiento nervioso, despu és de intracraneal, 1440
labiojpaladar hendido medial, 1034 una herniorrafia, 461 Índice térmico, (IT), 36-38
tipo bola, 1083 Iliopsoas, tendón, infiltración, 844 en la ecografía obstétrica, 947
tipo copa, 1083 1M. Ver Índice mecánico (1M) modelo de tejido de
tipo donut, 1083 Imagen con el hueso enfocado, 37, 38
diferenciación con la hidranencefalia, 533 armón icos tisulares, 12 con hueso en la superficie, 38
factores asociados con, 1391, 1392 modos de, especial, 12-14 homogéneo, 37
interhemisférico med io, 1083 Imagen armónica, 52-59 para el hueso (ITH), en el embarazo tardío,
lobar, 1083, 1391, 1393 compromisos forzados, 57 950
sem ilobar, 1083, 1367, 1391, 1392 de las unidades ductolobulares terminales para tejido blando (ITB), en el embarazo
Holt-Oram, síndrome de, 1248 de la mama, 697, 698 precoz, 950
Hom bro del árbol biliar, 155 Indice tímico, 1568
infiltración, 839, 840 espectral, 54-56 lndometacina
tendones, aspecto ecográfico normal 812 modo-B,54 en el tratamiento del hidrops, 1281, 1282
Hormona gonadotropina coriónica (KHCG), 955 tisular, 12, 35, 36, 56, 57 en la exposición del útero
bajo, como predictor de mal pronóstico, 977 Imagen de armónicos tisulares, 12, 35, 36, 56, al ductus arterioso, 1316-1318
concentraación en la trisomía 21,998,999 57 hidrops, 1279
niveles Imagen de Doppler en potencia armónica Infarto
anormal, en el embarazo ectópico intermitente, con medios de epiplon
pediátrico, 1705 contraste para el torrente pediátrico, diferenciacicón de la
saco gestacional, 961 sanguíneo, 60 apendicitis de, 1683-1685
Hoz, signo de la, brillante, osteogénesis Imagen, calidad de, 14-16 segmentario, del lado derecho, 262-264
imperfecta, tipo ll, 1238, 1239 resolución espacial, 14-16 esplénico, 146
Hoz de la línea media, fetal. imagen eco gráfica, Imagen, representación, 7-9, 12 pediátrico, 1620
937 Imagen de interrupción-rellenado, 61 flujo materno, 1329
Hueso Imagen de inversión de pulso, 57 hepático, después del trasplante hepático,
calentamiento, 35 Imagen de tensión de difusión, en la 587
fetal leucomalacia periventricular, 1419 periventricular hemorrágico, en lactantes,
aspecto, anormal, ecográfica, 12 30 Imagen desdoblada, 58 1410
largo Imagen intermitente, con medios de contraste placentario, 1329, 1330
plegado, 1230 para el torrente sangu íneo, 4 testicular
anormal, evaluación eco gráfica, Impedancia, imagen de Doppler, 24 pediátrico, 1716
1228-1703 Impedancia vascular, 1299 segmentario, 767
diámetros biparietales, a distintas Imperforado, ano, 1675-1677 Infarto cerebral
edades menstruales con el disrafismo vertebral, 1537, 15 38 focal, neonataljlactante, 1423
irregularidad de superficie en las fisuras del ecografía en la evaluación, 1737, 1738 pediátrico, en los pacientes con anemia de
manguito de rotadores, 804 regresión caudal, 1538 células falciformes, cribado con el
wormiano, 1039 Imperforado, himen Doppler transcraneal, 1471-1482
hematocolpos, 504, 505, 511, 512 Infarto del suelo materno, 1329
obstrucción vaginal, 1703 Infarto en epiplon, pediátrico, diferenciación de
Ictericia Implante, 955, 957 la apendicitis con, 1683-1685
en las neoplasias periampulares, 218 In vitro, fertilización, incidencia de embarazo Infarto para sagital, por lesión hipóxico-
neonatal,1583-1590 múltiple, 1017 isquémica en el lactante a término,
Alagille, síndrome, 1584, 1585 Inclusión, quistes de 1404
atresia biliar, 1584-1587 peritoneales, 473 Infección
causas, 1583 vaginales, pediátricos, 1705 aparato genital, pediátrico, 1705-1708
errores innatos del metabolismo y, Incoherencia en el crecimiento, en el embarazo como complicación de un trasplante renal,
1588-1590 múltiple, 1025 597-599
como complicación de una amniocentesis, Inserción velamentosa del cordón umbilical, anatomía de, normal, 1668, 1669
1358 1337,1338-1340 obstrucción, 1672, 1673
como complicación de una biopsia guiada en el embarazo multoifetal, 1026 técnicas ecográficas, 1668, 1669
Q) por ecografía, 558 Instrumentación, 5-12 Íntima-media, complejo, en la pared carotídea,
.5:! congénita, cerebro dellactante/neonato, en la imagen de Doppler; 22, 23 851,852
'tJ 1425-1429 en la representación de imagen, 7-9 Íntima-media, grosor, patología arteriosclerosa,
,c:
- después del trasplante de páncreas, 625 receptor, 7 851,852
fetal transductor, 6, 7 Intracardiaco, foco, ecogénico, en la trisomía del
hidrops, 1274-1279 transmisor, 5, 6 21,1 009
hipertrofia hepática, 1176, 1177 Insuficiencia cardiaca congestiva Intracraneal, tumores neonatales, estudios con
trombosis de los senos de la dura, 1099, dilatación de la vena cava inferior y venas Doppler, 1451, 1452
1100 hepáticas, 429 Intraparenquimatosa, hemorragia, cerebro
viral, ecogenicidad intestinal, 1184, 1185 Insuficiencia del tendón conjunto neonataljlactan te, 1413, 1414
gastro intestinal,271 hern ia inguinal directa, 439-443 Invaginación
genito urinario, 296-306. Ver además Tracto hernias del deportista, 446 en la púrpura de Sh6nlein-Henoch, 1677
genitorurinario, infecciones de Insuficiencia femoral proximal, 1246, 1247 obstrucción intestinal, 269-270
hepático, 76-84. Ver ade más Hígado, pediátrica, 1761 pediátrica, 1673-1676
infecciones Insuficiencia valvular holosistólica en el Inversión de pulso en la imagen de Doppler, 58
osteomusculares, pediátricas, 1757-1760 defecto septal atrioventricular, Inyección de salino, paraaneurisma, para la
Infección intrauterina, en gemelos 1161 compresión del cuello del
monocoriónicos, 1027 Insuficiencia venosa, en las extremidades pseudoaneurisma, 912
Infertilidad inferiores, 921-923 Inyección de trombina, giuiada por ecografía
embarazo ectópica, 981, 982 exploración 921-923 para el pseudoaneurisma después
por criptorquidia, 785 fisiopato logía, 921 del cateterismo, 910-912
Infierno tiroideo, en la enfermedad de Graves, hallagos, 923 Irradiación, microcefalia, 1088, 1089
669,670 Ínsula, fetal, aspecto ecográfico normal, 1064 Isomerismo, aurícula izquierda, defecto del
Infiltración salina para-aneurismática, para la Insulina, defectos del tubo neural por, 1106 tabique aurículoventricular,
compresión del cuello del Insulinomas, pediátricos, 1690 1158-1160
pseudoaneurisma, 912 Intelectual funcionamiento, en la espina bífida, Isomerismo auricular derecho, en el retorno
Inflamación 1122 venoso pulmonar anormal total,
de los tendones, 826-831. Ver inflamación Intensidad 1167
de los tendones de sonido, 5 Isqu emia transitoria, patrón de flujo en la
en la enfermedad de Crohn, 246 potencia de ultrason idos, 33 extremidad inferior en la
Intensidad pico temporal 34 arteriopatía periférica, 899
en la pancreatitis aguda, 205
Intensidad promedio de pulso, 34 Isquion, en la ecogra fía de cadera desde una
osteomuscular, pediátrica, 1757-1760
Interfalángica, articulación, infiltración en el proyección transversal/flexión,
infecciosa, 1757-1760
abordaje de eje corto, 839 1750,1750
no infecciosa, 1760
Interhemisférico, cisura, fetal , aspecto Ivemark, síndro me, 1168, 1169
Infraespinoso, tendón, 791-794
ecográfico normal 1064
Infrahioideo, espacio pediátrico, 1495-1506
Interrenicular, defectos de unión, 1624
anatomía, 1495
Intestinal, enfermedad isquémica 272 Jarcho-Levi, síndrome, anomalías del cuerpo
visceral, espacio, 1495-1506. Ver además
Intestino vertebral, 1538-1541
Paratiroides, glándulas, pediátricas.
cavitación acústica, 41 Jet ureteral, pediátrico, 1624, 1730
Tiroides, glándulas, pediáticas.
ecogénica, en la trisomía, 19, 1009 ecografía Doppler; 1655-1657
laringoceles, 1506
enfermedad isquémica, 272 Jets de alta velocidad, Doppler color, en la
quistes, 1506
estenos is en la enfermedad de Crohn, 245 estenosis carotídea, 857, 858, 867
Infundíbulo, 491, 512, 513
fetal aliasing, 867
Ingle ecogénica, 1182-1185 Jeune, síndrome, 1244, 1245
definición 432 en al fibrosis quística, 1183 Joubert, síndrome, 1084, 1085
hernias. Ver además Hernias, inguinales en la aneuploidía, 1183 Dandy-Walker, malformación,
ecografía dinámica, 432-468 en la atresia gastrointestinal, 1184, diferenciación del, 1389-1390
Inguinal, hernias, 432, 437-443. Ver además 1185 displasia verm ina con, 1086
Hernia, inguinal en la deglución de sangre fetal, frecuencia, 1085
Inguinal, pared, posterior, insuficien'cia, hernias 1183-1185 romboencefalosinapsis, diferenciación del,
del deportista, 446 en la infección fetal, 1184, 1185 1087
Iniencefalia, en la espina bífida, 1081 en la restricción del crecimiento
Injerto intrauterino, 1184, 1185 K
bypass. Ver Injertos de bypass pérdida del feto, 1184, 1185 Kaposi, sarcoma
diálisis, acceso, 908-910 obstrucción de, malformación cloacal, de la glándula suprarrenal, 392
Injerto endoluminal, en la reparación del 1183-1185 hígado en, 123
aneurisma de aorta abdominal, función de, en la espina bífida, 1122 Kasabach-Merritt, secuencia fetal, hidrops,
404-406 herniación, fisiológico, en el feto, 1184- 1274-1276
Injerto venoso autólogo, para arterias 1186 Kawasaki, adenopatía cervical en niños con 110
periféricas, 905-908. Ver además neoplasias, 537, 538 Klippel-Feil, síndrome
Arterias periféricas, injertos obstrucción, mecánica, 267-270. Ver anomalías del cuerpo vertebral, 15 38-1541
venosos autólogos para además Obstrucción intestinal iniencefalia, 1081
Injertos de derivación, en arterias periféricas mecánica Klippel-Trenaunay, síndrome, malformaciones
injertos venoso autólogo. Ver además pediátrica venolinfáticas, 1511-1513
Arterias periféricas, injertos anatomía, 1761-1763 Kniest. Displasia, acondrogénesis tipo 2,
venosos autólogos para necrosis, con perforación, enteroco litis diferenciación de, 1237
vena autóliga, 905, 908 necrotizante, 1677-1681 Krukenbergm tumor, 533
vascular sintético, 904 primitivo, 963
Inj ertos de interposición, para diálisis, 909 Intestino anterior, malformaciones, L
Inmunodeprimidos, pacientes broncopulmonares, pediátricas, Labio
126 can didiasis hepática, 80 1572 hendido. Ver además Labio/paladar
tiflitis aguda, 260-262 Intestino delgado hendido
Inmunosupresión, infecciones de la glándula fetal, 1180-1185 completo versus incompleto, 1050
suparrenal, 386 invaginación de, transitoria, 1674 Labrum, del acetábulo, 1745, 1746
Innominada, arteria, oclusión de, fo rmas de linfoma, 241 Laceración
onda, 848, 874 pediátrico, 1668-1676 en el embarazo pediátrico, 1705
Lactante Levocardia, 1150 no Hodgkin, pediátrico, como masa
imagen cerebral, 1367. Ver además Cerebro, Levotransposición de los grandes vasos, 1165, extraganglionar cervical, 1518,
neonataljlactante, imagen de 1166 1519
riñón, 1625-1628 Levovist, 49 ovárico, pediátrico,1699-1701
Lactobezoar, 1668, 1669 Leydig. tumores, 760 pediátrico, 1724
Lagos placentarios, 13 21, 1322 pediátrico, testicular, 1722, 1723 peritoneal, 477
Lambda signo en la dicorionicidad, 1018 Li-Fraumeni, síndrome, tumor intracraneal primaria, glándula salival, pediátrico, 1493
Láminas, en la espina bífida, 1115 prenatal. 1102 renal. 326
Laminectomía, ecografía vertebral después de, Ligamento pediátrico, 1649
1549 ancho, 490, 491 retroperitoneal,430
Langerhans, histiocitosis de células coracohumeral. 787-790 testicular, 761, 762
metástasis testiculares, 1724 falciforme, pediátrico, 1580 tiroideo, 646-652
Langer-Saldino, como forma de acondrogénesis, hepático, 70 pediátrico, 326
1237 redondo, 490, 491. Ver además Ligamento vesical. 326
Laparoscopia, en el embarazo ectópico, manejo, redondo Linfoma no-Hodgkin
989 suspensorio, de ovario, 491, 512, 513 lesiones esplénicas, 141-143
Largo del cuello, músculo, adenoma Ligamento ancho, 490, 491 pediátrico, como masa extraganglionar en
paratidoideo malinterpretado como, Ligamento arcuato medio, 420 elcuello,151H, 1519
683 Ligamento teres, 70 peritoneal, 477
Laringe, fetal Ligamento venoso, 70 Linfoproliferativo, trastorno, postrasplante, 625
agenesia, obstrucción de la vía aérea, 1137 pediátrico, 1580 Lipoadenomas, paratiroideos, 674
atresia, obstrucción de la vía aérea, 1137 Línea alba, descripción, 450 Lipoleiomioma, 500, 501
Laríngeas, membranas, obstrucción de la vía Línea alba, hernia, 449, 452. Ver además Hernia Lipoma
aérea, 1137 de la línea alba. agenesia del cuerpo calloso y, 1385, 1386
Laringocele, pediático, 1506 Línea media, en la imagen sagital del cerebro del cuerpo calloso, 1388
Larsen, síndrome, anomalías del cuerpo neonatojlactante, 1372 de la línea media en la agenesia del cuerpo
vertebral. 1538-1541 Líneas ecogénicas, casi paralelas, en la pared calloso, 1097
Láser, fotocoagulación con carótida normal. 851, 852 escrotal. 772
en el síndrome de transfusión entre Linfadenitis complicada con, en niños, 1515, espina bífida iculta, 1531-1534
gemelos, 1359 1516 intradural,1531-1534
en gemelos con acardia, 1364-1366 pediátrica, 1757, 1758 glándulas salivales pediátricas,1493
Lateral, prominencia nasal, 1034 hepático, 113
Linfadenitis, pediátrica, 1515,1516
Lateral. resolución, 16 intracraneal fetal, 1103
Linfadenopatía
Leche cálcica, en los quistes de mama, 725 intramuscular, simulando hernia de pared
causas
Leche cálcica biliar, 180 abdominal anterior, 464
lugar del ganglio y. 245
Lehman, síndrome, espina bífida y, 1114 pancreático, 230
en la enfermedad de Crohn, 235-245
Leiomioma simulando hernia inguinal. 464
en la peritonitis tuberculosa, 439
cordón espermático, 772 subcutáneo, simulando hernias de pared
pediátrica
gastrointestinal, identificación por abdominal anterior, 464
cervical. 1513
endoecografía, 275 Lipomatosis, en el síndrome de Schwachman-
renal, 329, 330 mediastínica, 1568
Diamond,1690
supraclavicular, 1513
simulando una hernia inguinal, 463 Lipomatosos, tumores uterinos, 500, 501
uterino, 498, 509 retroperitoneal,430 Lipomielocele, 1112
vesical,330 Linfangioma Lipomielomeningocele, 1112
pediátrico, 1733-1736 abdominal pediátrico, 1685-1687 medular, pediátrico,1531-1534
Leiomiomatosis peritoneal diseminada, 487 fetal, cuello, hidrops, 1270 Liposarcoma, renal, 330
Leiomiosarcoma, 501 pancreático, pediátrico, 1690 Líquido cerebroraquídeo, sobreproducción de,
renal,330 pediátrico, glándula salival, 1490, 1491 hidrocefalia por, 1400
vena cava inferior (VCI), 429 pélvica, quistes mesentéricos, 474 Lisencefalia, 1090, 1091, 1394
vesical,330 Linfática, displasia congénita, hidrops, 1274 clásica (tipo 1), 1063, 1091
pediátrica, 1733 Linfática, malformación, Ver además Higroma en adoquíin (tipo 2), 1063, 1091
Lemetrier, síndrome de, pediátrico, 1493, 1520, quístico Lisosomales, trastornos, fetales, hidrops por,
1521 cervical. 1058 1279
Lemon, signo de, en la malformación de Chiari macroglosia, 1052 Litiasis
ll,1080, 1530 pediátrica fetal,1178
en el cribado para la espina bífida, 1109, del cuello, 1510, 1511 pancreatitis aguda, 201
1117 espacio sub mandibular, 1493 pediátrica, 1591, 1592
Lengua, fetal, aumento anormal, 1052 glándulas salivales, 1490, 1491 Litio, tratamiento a largo plazo,
Leriche, síndrome de, 407 mediastínica, 1566, 1567 hiperparatiroidismo y, 580
Lesión isquémica-trombótica, placenta gruesa pared torácica, macroquística, Litoral, angioma de células, esplénico, 146
en, 1321-1323 escleroterapia guiada por ecografía, Litotriptor con onda de choque extra corpórea,
Leucemia 1573 evidencia de cavitación, 40, 41
afectación renal, 326 Linfedema hereditario, fetal 1250 Litrotroptores, evidencia de cavitación con,
infiltración de las glándulas salivales por, Linfoceles 22-41
pediátrica, 1493 después del trasplante renal, 616 Lóbulo subcenturiado, en el gemelo
infiltración ovárica, pediátrica,1699-1701 pélvico, 537 monocoriónico, 1018
testicular, 762 Linfoma Longitud de la bursa, en el control de salida, 45
pediátrica, 1724 afectación ovárica, 533 Longitud de onda
Leucomalacia, periventricular gástrico, identificación ecoendoscópica, 275 de sonido, 1, 2
en el cerebro dellactantejneonato, 1436, gastrointestinal,241 definición, 1, 2
1437 pediátrico, 121, 123 Longitud de pulso, 6
por lesión hipóxico-isquémico en lactantes glándula suprarrenal, 391, 392 Lujo, perfusión, en el infarto cerebral, 1448
prematuros, 1404, 1418, 1424 hepático, 121-123 Lumbar, arterias, 408
Leucoma lacia periventricular Hodgkin pediátrico, como masa cervical o Lumbosacra área, espina bífida, 1115
en el cerebro de neonatojlactante, 1436, supracervical,1518,1519 Lupus eritematoso diseminado, materno,
1437 lesiones esplénicas bloqueo auriculovenricular fetal
por noxa hipóxico-isquémica en el lactante nodular,141-143 por,1173,1174
prematuro, 1404,1418,1419 sólido,141-143 Lútea, defecto en la fase, fallo precoz en el
Leucomalacia quística periventricular, 1418, mediastíncio, pediátrico, biopsia de,l777, embarazo, 970
1419 1781 Luteoma del embarazo, 520
Luxación teratológica de cadera, pediátrica, densidades mamográficas, evaluación, calcificaciones, 807
1744,1763 703-705 cambios relacionados con la edad, 795
Luxación y displasia del desarrollo de cadera confirmación ecografía-mamografía, 705 consideraciones clínicas, 787
el) (LDDC),1743-1750 correlación con el perfil, 704 consideraciones técnicas, 787
u evaluación clínica, 1743, 1744 correlación con el tamaño, 703, 704 desgarros
:a evaluación del lactante con riesgo de, correlación de la localización o posición, asintomáticos, relacionados con la edad,
,c
- 1750-1752 704 795-799
evaluación durante el tratamiento, densidad del tejido adyacente, 704, 705 aspectos preo peratorios, 799-801
1752-1755 drenaj e linfático, 698 criterios, 799-801
incidencia, 1744 ecogenicidades de, 694 discontinuidad en el manguito, 800
mecanismo, 1744 exploraciones con ultrasonidos ecogenicidad anormal, 800, 801
programa de cribado, 1745 aplicaciones, 690, 691 falta de visualización foc al del
proyecciones anteriores, 1750-174 ecografía Doppler, 744-751 manguito, 799, 800
técnica ecográfica dinámica, 1744-1750 en la correlación ecografía-resonancia no visualizació n del manguito como,
factores técnicos, 1745 magnética, 743, 744 799
maniobras de provocación, 1745 en la evaluación de los ganglios linfáticos recurrente, 805
proyección coronal/flexión 1748, 1749 regionales, 739-743 reparación de, aspectos preoperatorios,
luxación, 1749 en la evaluación del implante, 734-739 805
subluxación, 1749 en la infección, 734 signos asociados con, 802-804
proyección coronal/neutra, 1746-1748 en la secreción del pezón, 732-734 atrofia muscular, 804
en la cadera luxadam 1746 equipamiento, 691-693 contorno graso subdeltoideo cóncavo,
en la cadera normal, 1746 hallazgos sospechosos, 708-717 804
proyección transversal/flexión para, imagen de pantalla desdoblada, 693 derrame articular, 802
1749,1750 indicaciones, 701-705 desgarro y tamaño, 804
luxación franca, 1749, 1750 densidades mamográficas, 703-705 irregularidad de la superficie ósea,
subluxación, 1749, 1750 nódulos palpables, 701-703 804
proyección transversal/flexión, 1750 nuevas aplicaciones, 732-751 patología del intervalo del manguito
luxación, 1750 técnicas, 698-701 de los rotado res, 802
subluxación, 1750 categorías de riesgo BlRADS, 699-701 errores en la ecografía, 807
Luxaciones en pediatría especial,701 normal,795-799
de cadera, del desarrollo, 1743-1 750. Ver para documentar las lesiones, 699 adolescentes, 795
además Luxación y displasia del para el informe, 698, 699 reparación de, aspecto postoperatorio, 804,
desarrollo de cadera (LDDC) tejido normal y sus variaciones, 705 805
de codo, congénita, 1761 fisiología, 693-698 técnica ecográfica, 787-795
de rodilla, congénita, 1761 implantes, evaluación de, 734-739 Maniobra de empuje y tracción, en la
Lyme, enfermedad de, pediátrica, 1758, 1759 intervenciones guiadas por ecografía, 751, exploración dinámica de la cadera,
752 1749
M nódulos sólidos, 707, 708 Maniobras de estrés, para determinar la
Macizo facial, hipoplasia, craniosionostosis, biopsia, guiada por ecografía, 752 estabilidad de la cadera, 1745
1037 con calcificación, 716 Maniobras dinámicas
Macizo frontal, en la displasia ósea, 1231 con cápsula ecogénica fina, 718, 719 en la imagen en pediatría, 701
Macrocefalia, 1035, 1036 con especulación o halo ecogénico para la obtención de imagen en hernias,
Macrocráneo grueso, 709 434,435
en la displasia ósea, 1231 con hallazgos benignos, 717-719 Maniquíes, en el entrenamiento ecográfico a
en la displasia tanatofórica, 1233, 1234 con hipogenicidad, 716, 717 mano alzada, 1755
Macrosomía, 1291 con límites angulares, 709-712 Mano zamba
Mal registro de estructura, defracción, 4, 5 con microlobulaciones, 712, 713 en las displasias óseas, 1231
Malacoplaquia, 307 con múltiples hallazgos, 717 fetal, 1254
Malformación, definición, 1246 con perfil más ancho que alto, 718, 719 Marca intestinal, 233, 234
Malformación medular desdoblada con perfil más largo que ancho, 713 Marcapasos, electrodo, trombosis de la
fetal, 1123, 1124 con sombra acústica, 714-716 extremidad superior después de,
pediátrica, 1535-1537 con tejido hiperecoico, 717, 718 924, 925
Malformaciones adenomatoides quísticas en la extensión ductal y patrón de Marginal, inserción, en el embarazo múltiple,
congénitas fetales, 1133, 1134 ramificación, 713, 714 morbimortalidad por, 1026
pediátricas, 1571 pezón, secreción en el pezón, 732-734 Mariposa, vértebra en, en escoliosos y cifosis,
Malformaciones cloacales, 1738 quistes 1124
con el disrafismo medular, 1537, 1538 acórneo, 730-732 Masa celular in terna, 955, 957
obstrucción del tracto urinario, 1216 aspiración guiada por ecografía, 752 Masa intermedia, aumentada, en la
Malformaciones congénitas, ecografía benigno (BlRADS 2), 723-730 malformación de Chiari 1I, 1384,
obstétrica, 952 calcificación en cáscara de huevo, 728 1385
Malformaciones de la vía aérea pulmonar cambios fibroquísticos, 719, 720 Masetero, músculo, pediátrico
congénitas, pediátrica, 1571 complejo, 719-732 cl oroma, 1495
Malformaciones del macizo facial, 1046-1052 complicados, 719-732 Masticador, espacio, patología pediátrica, 1494
ausencia de hueso nasal, 1047-1050 de origen cutáneo, 730 Mastitis, 734
hipoplasia, 1046, 1047 esponjoso, 730-732 ecografía Doppler, 751
labio y paladar hendido, 1050-1052 infectado, 723 Mathias, secuencia de lateralidad, espina bífida,
Malformaciones vasculares, pediátricas inflamado, 723 1114
del cuello, 1510-1513 lesiones papilares intraquísticas, Matriz germinal, hemorragia, lesión hipóxico-
en el espacio masticador, 1494 720-723 isquémica en el lactante prematuro,
Malrotación intestinal, con vó lvulo de intestino ecografía Doppler de, 747, 748 1404-1409
medio, 1670, 1671 lípidos,728 MAY, Ver Malformaciones arteriovenosas (MAV)
Maltoma, pediátrico, 1493 macroquistes en racimo, 728-730 Mayer-Rokitansky-Küster-Hauser, síndrome,
Mama, 690-752 simples, 707, 719 1703,1704
anatomía, 693-698 Mama-ovario, síndrome, 524 May-Turner, fisiología, 424, 425
carcinoma Manchas, 3, 4 McCune-Albright, síndrome, quistes de ovario y,
circunscrito, 707, 708 composición espacial, 12-14 1695
esp iculado, 707, 708 efecto del contraste, 1251 Microtia, 1046
heterogeneidad, 707, 708 Mandíbula, prominencia, 1034 Mecedora, pie en, fetal, 1255
intraquísticos, 721-723 Manguito de los rotado res, 787 Meckel, divertículo
Doppler, 747-751 anatomía, 787-795 invaginación, 1674
pediátrico, inflamado, diferenciación de la necesidad de, 51, 52 análisis de la forma de onda del Doppler, en
apendicitis de, 1683-1685 retrodispersión no lineal, 52-59 la restricción del crecimiento
Meckel-Gruber, síndrome Médula intrauterino, 1307
Dandy-Walker, diferenciación de la cerebral, como referencia para el abordaje cuerpo del páncreas, 194 CI)
malformación de, 1390, 1391 del agujero magno, 1453-1458 Mesentérica superior vena, cuerpo del páncreas, O
espina bífida, 1114 ovárico, 491 194 :o
riñones quísticos, 1194, 1206 renal, en el riñón pediátrico, 1624, 1625 Mesentéricas arterias, 417-424 ,e
-
Meconial, íleo, obstru cción intestinal en el calcio, depósito, 1643 anatomía, 417, 418
neo nato, 1736 Médula a tensión anatomía, 417
Meconial, peritonitis en la diastematomielia, 1216 conexiones, con la arteria mesentérica
fetal, 1184, 1185 espina bífida oculta con, 1114 inferior, 418
ascitis masiva, 1262 Médula a tensión, síndrome, 1114 ecografía Doppler duplex, 421
hidrops, 1273 Médula espinal ocluida, 424
pediátrica, cística, 1672 fetal, posición, normal 1108, 1109 celiaca, arteria, 417. Ver además Arteria
Meconial, pseudoquistes pediátrica, tumor, vejiga neurógena por, celiaca CAC)
diferenciación de los quistes ováricos de, 1730 Doppler duplex, 420-424
1223 Médula suprarrenal interpretación, 421-424
Mediano, nervio, aspecto ecográfico normal, desarrollo, 382 en el síndrome del ligamento arcuato
812,813 funciones, 384 mediano, 420
Mediastínica, desviación, como hipoplasia Medular, carcinoma, de tiroides, 646-649 estenosis de, turbulencia después, 421
pulmonar mediastínica, 1132 pediátrico, 1501-1503 inferior
Mediastino. Ver Timo Medular, nefrocalcinosis, 311 anatomía, 417, 418
masas fetales, en el hidrops, 1270 Medular, riñón en esponja, 312, 313, 333 conexiones, con la arteria mesentérica
pediátrica, 1563-1570 depósito de calcio, 1643 superior, 418
malformaciones linfáticas, 1566, 1567 Megacisterna magna fetal Doppler duplex, 421
masas en, 1566-1568 aspecto ecográfico normal, 1064 estenosis, 421
biopsia, 1777, 1781 diferenciación de los quistes aracnoideos ocluida, 424
normal, 1566, 1567 de, 1088 isquemia, 418-420
planos longitudinales, 1566, 1567 Megaouretra, fetal, obstrucción del tracto Mesentéricos, quistes, 474
planos transversales, 1566, 1567 fetal, diferenciación de los quistes de ovario
urinario, 1216
Mediastino testicular, 753, 754 de, 1223
Megaquiste, fetal, 1182, 1214
pediátrico, 1709 pediátricos, 1685
en el síndrome del abdomen en ciruela
Medioaórtico, síndrome, estenosis de la arteria diferenciación de los quistes de ovario
pasa, 1216
renal,41 3 de, 1695
Megauréter
Medios de contraste, 48-67 Mesenterio, intestino delgado, 469-471
fetal, 1212, 1213
captación selectiva, 51 Mesoblástico, nefroma
primario, hidronefrosis pediástica,
cavitación acústica, 41, 42 congénito, 1208
1630-1632
consideraciones sobre seguridad, 65, 66 pediátrico, 1646, 1647
Megavejiga-microcolon-hipoperistaltismo
en el Doppler transcraneal pediátrico, Mesocardio, 1150
intestinal síndrome de, 1182, 1216
1480-1842 Mesocolon transverso, inflamación, en la
Meigs, síndrome, neoplasia ovárica 532, 533 pancreatitis aguda, 205-207
en las intervenciones osteomusculares,
Melanoma maligno, lesiones esplénicas, Mesodermo, capa, del disco embrionario
836
143-145 trilaminar, 1104
evitando, en la venografía obstétrica, 949
Membrana antral, pediátrica, 1666 Mesomelia, 1229
lecho vascular, 49. Ver además Lecho
Membrana de oxigenación extracorpórea Mesonefros, 284
vascular, medios de contraste
micro burbujas complicaciones, 1414 Mesorquio, torsión, 1714, 1715
en neonatos/latantes. Estudios con Doppler Mesotelioma multiquístico, 473
en la caracterización de la masa hepática,
99-102 del cerebro, 1444-1446 Mesotelioma peritoneal primario, 475-479
realce de lesiones, 102 Meningea. Capa, en el mielocistocele, 1122 Mesotelioma
vascularidad lesional, 99 Meningitis, neo natal/lactante 1427-1430 cardiaco, en lactantes, 1169
en la detección de una masa hepática, Meningitis estreptocócica, grupo B, neonatalf multiquístico, 473
103,104 lactante, 1427-1430 peritoneal, primario, 475
en la detección del carcinoma Meningocele Mesotendón, 808
hepatocelular, 117 fetal,1106 Meta-atópica, displasia, pediátrica, 1763
necesidad de, 51, 52 craneal,1076 Metabólicos, síndromes, hígado graso en, 84
perflurocarbono, en la detección de una espina bífida oculta, 1114 Metabolismo, errores innatos del, ictericia y,
masa hepática, 103, 104 lumbar, hallazgos ecográficos, 1104 1588-1590
potenciación de ecos, 52 patogenia, 1114 Metacarpofalángicas, infiltración de, abordaje
regulación, 66 pediátrico, 1531-1534 de eje corto, 839
requisitos, 48-51 dorsal,1531-1534 Metacisterna magna, 1087, 1088
Medios de contraste para lecho sanguíneo lateral, 1531-1534 Metafisaria, fractura pediátrica, 1760
burbujas de aire de baja solubilidad, 49 Meningoencefalocele, 1106 Metanefrogénico, blastoma, en el desarrollo
burbujas de aire encapsuladas, 49 Menopausia renal,284
burbujas de aire libre, 49 endometrio después, 504 Metanefros, 284, 958
captación selectiva, 51 ovarios después, 515 Metástasis
comportamiento de la burbuja, 52 Menstrual edad. Ver además Edad gestacional árbol biliar, 177
en la imagen de rotura-rellenado, 61 definición, 1283 del cáncer de mama, evaluación de los
imagen activada, 60 uso del término, 1062 ganglios linfáticos regionales, 739,
imagen con Doppler potencia armónica Mesencéfalo, formación de, 954 740
intermitente, 60 Mesenquima, formación, 958 ecografía Doppler, 751
imagen de armónicos, 52-59 Mesenquimatosos, tumores, intracraneal fetal, del cáncer de ovario, 533
modo Doppler, 54-56 1102 en los ganglios cervicales, en pacientes
modo-B,54 Mesentérica, vena pediátricos, 1518, 1519
tisular, 56, 57 coágulos, en la pancreatitis aguda, 205-207 esplénico
imagen de inversión de pulso, 57 pediátrica lesiones nodulares, 141
imagen de inversión del pulso de Doppler, dirección del flujo, en la hipertensión lesiones sólidas, 143-145
58 portal, 1602 gastrointestinal, 241
imagen intermitente, 59-61 estudios con Doppler, mejores abordajes, glándulas salivales, pediátrico, 1493
índice mecánico, 52 1602 hepática, 119-123
interrupción transitoria, 59-61 Mesentérica superior, arteria calcificado, 123
ecogénico, 121 fetal, 1122, 1123 amniocentesis, 1024
en niños, 1596, 1597 pediátrica, 1299 técnica, 1359
hipoecoico, 121 Mielodisplasia, 1230 amnionicidad,1018
infiltrativo, 123 Mielolipoma, suprarrenal, 388, 390 determinación ecográfica, 1019
patrón del objetivo, 123 Mieloma, afectación testicular, 762 determinación, 963-967
patrón en ojo de toro, 123 Mielomeningocele, 1106, 1528-1530 complicaciones, 1026-1031
quístico, 123 abierta versus cerrada, 1114 en gemelos monoamnióticos, 1029-1031
ovario pediátrico, 1699-1701 cirugía fetal, 1122 en gemelos monocoriónicos, 1029
pancreático, 231 en la malformación de Chiari 11, 1442-1530 corionicidad, 1018
peritoneal, 474, 475 patogenia, 1114 dete rminación ecográfica, 1019, 1018
renal, 326, 327 pediátrica, vejiga neurógena por, 1730 cribado de aneuploidía, 998, 999
suprarrenal, 392, 393 pronóstico, 1122 ecografías en el primer trimestre, 930
testicular, 761, 764 Mielopoyesis, fetal anormal, 1178 elevación de la alfafetoproteína sérica
pediátrico, 652 Mielosquisis, 1106, 1114 materna, 1115
tiroideo, 652 hallazgos ecográficos, 11 04 estudios con Doppler, 1316
ureteral,327 Miembro evaluación cervical, 1353
vesical,327 hipertrofia de, asimétrica, 1250 hidrops, 1274-1276
Metatarsofalangica, articulaciones, infiltración, Miller-Dieker, síndrome, diagnóstico, 1090 identificación, cribado ecográico de rutina,
abordaje de eje corto, 839 Mineralización 937-942
Methotrexate, en el manejo del embarazo anormal, en la acodrogénesis, 1237 incidencia, 1017, 1018
ectópico, 989, 990 en los vasos tálamoestriados, 1098 morbimortalidad,1018-1026
Micobacterianas, infecciones, pediátrica, reducida alteraciones estructurales, 1022, 1023
diferenciación de las linfadenitis, en la hipofQsfatasia congénita, 1239 test de cribado, 1024
1515,1516 en la osteogénesis imperfecta del tipo 1, alteraciones placentarias, 1026
Micrencefalia, 1088, 1089 1238 crecimiento discordante, 1024, 1025
Microabscesos esplénicos, 1028 Miocardio, fetal, disfunción, hidrops rediucido, incom petencia cervical, 1025, 1026
Microaneurismas, en los injertos de 1270 in serción marginal, 1026
interposición en diálisis, 909 Miocardiopatía inserción velamen tosa, 1026
Microburbujas fetal, 1170, 1171 parálisis cerebral, 1022, 1023
como medios de contraste del lecho hidrops, 1270 parto prematuro, 1018-1023, 1025
vascular, 49 forma de onda del flujo carotídeo, 869 pérdida fetal intrauterina, 1022, 1023
comportamiento acústico, régimen, 52 Miometrio, 490, 491 prematuridad,1018-1023
interacciones tejido-últrasonidos, 65, 66 alteraciones, 498-503 restricció n del crecimiento, 1024, 1025
resonancia de, en el campo de ultrasonidos, adenomiosis, 501; 502 restricció n del crecimiento intrauterino,
52 leiomioma, 498-500 1018-1023
Microcalcificaciones leiomiosarcoma, 501 placentaciónm 1018
en el endometrio y miometrio, 494 malformaciones arteriovenosas, 502, 503 reducció n selectiva, 1031, 1032, 1363
en los nódulos tiroideos, 642, 657 tumores uterinos lipomatosos, 500, 501 complicaciones, 1363
nódulos sólidos de mama con, 716 capas, 493 indicaciones 1363
Microcefalia, 1035, 1036, 1088, 1090 Miopatía, pediátrica congénita, 1763 técnica, 1363
inclinación de cabeza anterior, 1040 Miositis osificante, 1760 zigosidad,1 018
Microcefalia, aumento de la temperatura en el diferenciación del absceso, 1757, 1758 Mülleriano, conductos
útero, 948 Mirizzi, síndrome, 159 anomalías, 496
Microcolon fetal, 1182 Mitral, estenosis, fetal, hidrops, 1266 duplicación de, 1702, 1703
en el síndrome de megavejiga-microcolon- Mitral, regurgitación Müllerianos, quistes ductales, 358
hipoperistaltismo intestinal, 1216 en la restricción de crecimiento fetal, 1309 pediátrico, 1730
Microcolon megaquístico-hipoperistaltismo fetal, hidrops, 1266 Muñeca
intestinal-malrotación, Modo- B, ecografía en, escala de grises, 8, 9 infiltración de, superficial, peritendinosa y
hidronefrosis pediátrico, 1632, Modo-M. Ultrasonidos en, 8 periarticular, 842, 843
1633 Modulación a potencia con inversión de pulso, MURCS, asociación, 1538-1541
Microembolización intraoperatoria, detección (PMPI), 58 Murphy, signo, 183, 184
con Doppler transcraneal, 884 Mola, Breus, 1328, 1329 Músculo-ojo-cerebro, enfermedad, lisencefalia
Microémbolos cerebrales, en los procedimientos Monorquidia, 1711 en adoquín, 1091
pediátricos, detección con Doppler Montículo, 1034, 1035 Músculos, atrofia, en la fisura del manguito de
transcraneal,1469-1471 Morfologia de los velos valvulares, 1162 los rotado res, 804
Microftalmia, 1041 Morgagni, hernia, 1141
aumento de la temperatura intraútero, 948 Morton, neuroma, infiltración, 842 N
Microlitiasis Mórula, 955, 957 Nabothian, quistes, 510, 1355
pancreatitis aguda, 201 Mosaicismo, confinado a la placenta, 1359 Nacimiento, pretérmino, 1343. Ver además
testicular, 769, 770 Motora, disminución de la función, en la espina Pretérmino, nacimiento
pediátrica, 1727 bífida, 1122 Nanogotas, uso terapéutico, 66
Micromelia, 1229 Mucocele apendicular, 272 Nariz, fetal
fetal Mucoepidermoide, carcinoma, de la glánadula ausente o hipoplásica, 1047-1050
en la acondrogénesis, 1237 salival, pediátrica, 1492, 1493 en el cribado de la aneuploidía, 1002-1004
en la displasia anatómica letal, 1233 Muerte cerebral en silla de montar, en la displasia ósea, 1231
severa en neonatosflactantes. Estudios de Doppler Nasolacrimal, conductos, obstrucción del
em la displasia tanatofórica, 1233, transcraneal, 1448 dacriocistocele. por, 1042-1046
1234 pediátrica Necrosis cortical aguda, (NCA), 342-344
en la hipofosfatasia congénita, 1239 ausencia de, Doppler trancraneal para Necrosis grasa
en la osteogénesis imperfecta del tipo determinar la, 1467-1469 como complicación de los corticoides
11,1238 Doppler transcraneal para establecer, inyectables, 838
Micropene fetal, 1220, 1221 1461-1469 simulando hernias de pared abdominal
Microstomía, 1056 Muestra de volumen, en el Doppler obstétrico, anterior, 465
Microvesícula biliar, en la atresia biliar, 1587 947 Necrosis por coagulación, por ultrasonidos
Mielinización Muestra en el centro del flujo sanguíneo, enfocados de alta intensidad, 30
desarrollo, 1062, 1063 verdadera, en el diagnóstico de Necrosis tubular aguda (NTA), 342
en la organogénesis, 1383, 1384 oclusión carotídea, 874 como complicación del trasplante renal,
Mielitis transversa, pediátrica, vejiga neurógena Muestra sanguínea umbilical percutánea, 597
por, 1730 (PIUBS),1361 -1363 Necrótica, masa, diferenciación del absceso de,
Mielocistocele Multifetal, embarazo, 1017 1757,1758
Nefrectomía iloinguinal, atrapamiento de, después de esplénicas, 139-141
infecciones intersticiales, 1638, 1639 herniorrafia, 460 tiroideas, 636-665. Ver además Glándula
túbulointersticiales, simulando rechazo de Nervio facial, pediátrico, anatomía, 1484 tiroidea, enfermedad nodular
injerto renal intersticial, 1658 Nesidioblastosis, hipertrofia pancreática, 1690 Noonan, síndrome Q)
Nefritis tubulointersticial, rechazo de injerto Neumatosis intestinal, 272 disgenesia gonadal, 1708 O
intersticial renal simulando una,
1658
Nefrobastoma pediátrico, 1644-1646
en el abdomen agudo, 250
en la enterocolitis necrotizante, 1677-1681
Neumobilia, 162
estenosis pulmonar, 1168
orejas de implantación baja, 1046
Norepinefrina, secreción, 384
"
,c:
-

Nefrocalcinosis,311-313 - después del trasplante hepático, 570, North American Symptomatic Carotid
hiperecogénicos, riñ ones, 1206-1208 1615-1617 Endarterectomy Trial, 848, 860
pediátrico, 1640, 1643 Neumonía, pediátrica Notocorda desdoblada, síndrome, pediátrico,
Nefrocalciosis cortical, 311, 312 redonda, 1561 1537, 1538
Nefroma Neumositis carinii, infección hepática por, 83, 84 Notocorda, en la embriología de columna, 1104
mesoblástico Neumotórax, detección ecográfica, 1573 Notocorda, restos, en la embriología de
congenito, 1208 Neural, anomalías del tubo, (Ver además columna, 1104-1106
pediátrico, 1646, 1647 anomalías específicas; p. ej.: Espina Notocordal, proceso, en la embriología de
quístico bífida) columna, 1104
multilobular, 335, 336 descripción, 1106 Nucal, pliegue, en la trisomía 19, 1007, 1008,
pediátrico, 1649 factores de riesgo, 1112-1114 1056-1058
Nefronoptisis hernia diafragmática congénita y, 1144, Nucal, translucidez, (TN),
familiar juvenil, 333 1145 cribado, estudios en humanos, 951
juvenil, 1635 ligados a cromosoma X, 1114 en el cribado de las anomalías en gemelos,
Nefronoptisis juvenil, 1635 teratógenos inductores de, 1106 1024
familiar, 333 Neural, tubo en la evaluación del riesgo de aneuploidía,
Nefropatía cierre, 1382 954, 955
asociada al VIH, 306 alteraciones, 1106, 1384-1391 en la trosimía 16, 1002
reflujo, 299 en la embriología de columna, 1104 en la trosomía 10, 1002
Nefropatía en fase terminal, nefropatía por formación, 1382, 1522 en la trosomía 19,998, 999
reflujo, 299 Neuroblastoma engrosada
Nefropatía 'poliquística, 333 del espacio presacro, 1742 con un cariotipo normal, 1004-1006
autosómica dominante, 333, 1204-1206 intravertebral, pediátrico, 1538-1541 en el higroma quístico, hidrops, 1270
pediátricos, 1634, 1635 metástasis cervicales, en niños, 1518, 1519 en los defectos cardiacos congénitos,
quistes pancreáticos, 225 metástasis de, testicular, 1724 1004,1005
autosómica recesiva, 333, 1204-1206 ováricos, pediátricos, 1699-1701 situaciones asociadas con, 1056-1058
pediátricos, 1646 material ecogénico en el saco vitelino, 977
pediátrica, 1633, 1634
suprarrenal, fetal, 1209 técnicas de medición para estadariación,
con fibrosis hepática grave, 1634
Neuroectodérmicos, tumores, primitivos, 999
fibrosis hepática congénita recesiva, 1609,
cerebro neonatal/lactante, 1367 Núcleo caudado hiperecoico, cerebro neonatalf
1610
Neuroentéricos, quistes fetales, 1139 lactante, 1424, 1425
fibrosis hepática congénita, 1609, 1610
Neuroepiteliales, tumores, intracraneales Número corto, en la trisomía de 19, 1009
Nefropatía poliquística autosómica dominante.
fetales, 1102 Nutrición parenteral total
333
Neurofibromas Nutrientes, transferencia, saco vitelino, 963
Nefropatía poliquística autosómica dominante,
vaginal, 511, 512
quistes pancreáticos, 225
Nefropatía poliquística autosómica recesiva,
vesical,330 o
glándula salival, pediátrica, 1493 Obesidad
333 pediátrico, 1733, 1735, 1736 ecografía Doppler duplex renal, 411
Nefropatía tubular, errores innatos, del Neurofibromatosis hígado graso, 84
metabiolismo, 1589 estenosis de arteria renal, 413 Obstrucción de la unión uretepélvica, 291
Nefrosis tumores intracraneales prenatales, 1102 dilatación de la pelvis renal, 1210
congénita, elevación de la alfa feto proteína Neurógena, vejiga, 346, 347 hidronefrosis fetal, 1212
materna, 1115 pediátrica, 1730 hidronefrosis pediátrica, 1212
finlandesa, riñones hiperecogénicos y, hidronefrosis pediátrica, 1630-1632 reflujo vesicoureteral, 1214
1206-1208 Neurógenicos, tumores pediátricos, Obstrucción de la unión ureteropélvica,
Nefrosis terminal, riñones hiperecogénicos, mediastínicos, 1568 pediátrica, 1730
1206-1208 Neurológico, desarrollo, ecografía obstétrica, Obstrucción de la vía aérea fetal, 1137, 1138
Nemoperitoneo, 489 952 hidrops, 1271
Neonata l, resucitación, en el hidrops, 1282 Neuroma Obstrucción de la vía aérea superior, fetal
Neonatos, imagen cerebral, 1367. Ver además interdigital, infiltración de, 842 congénita, hidrops, 1271
cerebro, neonato/lactante, imagen. Neuromas interdigitales, 842 Obstrucción maligna, trombosis venosa
Neoplasia endocrina múltiple (MEN), 390 Neuronal proliferación, en la organogénesis, profunda de la extremidad superior,
tipo 1, hiperparatiroidismo primario, 673 1383,1384 924,925
tipo 1I, carcinoma medular de tiroides, 646 Neuronas Obstrucción mecánica intestinal, 267-270
Neoplasia mucinosa papilar intraductal, 225, desarrollo, 1063 asa aferente, 269
226 neo natal/lactante, lesión de, estudios con asa ciega, 268
Neoplasia trofoblástica gestacional (NTG), Doppler del cerebro, 1445-1448 evaluación ecográfica, 268
539-5 46 Neurulación, 958 predisposición por mala rotación del
malformción arteriovenosa del miometrio, en la embriología de columna, 1104, 1522 intestino medio, 270
502 Nevus, gigante pigmentado, papilomas de plexo secundaria a invaginación
Neoplasia trofoblástica persitente (NTP), coroideo, 1102 Occcipitoparietal, cisura, neonatal/lactante,
542-546 Nevus pigmentario gigante, papilomas del plexo desarrollo, 1377, 1378
coriocarcinoma, 543-546 coro ideo, 1102 Occipitofrontal, diámetro, en la determinación
diagnóstico y tratamiento, 545, 546 Nivel de discriminación, para visionar el saco de la edad gestacional, 1285
mola invasiva, 542, 543 gestacional, 961 OElS, complejo, 1219, 1220
signos ecográficos, 543-545 Nivel grasa-líquido, en los quistes de mama, Oftálmica, arteria
tumor trofoblástico en el lugar de la 725-728 anormal, en la enfermedad de células
placenta, 543 No disyunción postcigótica, 1018 falciformes pediátrica, 1472
Neoplasias, infancia, ecografía obstétrica, 952 No lineal, retrodispersión, 52-59 evaluación de, abordaje orbitario, 1458
Neoplasias pediátricas, ecografía obstétrica, 952 No rizomélica condrodisplasia punctata, 1245, Oído
Nervio 1246 baja, en la trisomía 19, 1011
aspecto ecográfico normal, 812 Nodulares, lesiones embriología de, 1034, 1035
fetal Osteocondroma, de los tendones, 831 pubertad pseudoprecoz, 1709
alteraciones, 1046 Osteocondrosis, no articular, tendones, 831 quistes, 1694, 923
implantación baja, 1046 Osteogénesis imperfecta, 1237-1239 del cuerpo lúteo, 1695
CI) Olfateo, test de, en la exploración de la acodamiento de los huesos largos, 1230 en la enfermedad ovárica poliquística,
(.) trombosis venosa de la extremidad 1697,1698
diferenciación de la anencefalia de, 1076
:e; superior, 926 fracturas, 1238 folicular, 1695
,e
- Oligodactilia huesos wormianos, 1039 hemorrágico, 1697, 1698
definición, 1246 tipo 1, 1246 teca-Iuteínico, 1695
Oligohidramnios craneal, en la reconstrucción TC en 3D, torsión, 1695-1698
como prerequisito para la derivación 12 32,1233 torsión, 1695-1698
vesicoamniótica, 1219 tipo 11, 1238, 1239 posmenopáusico, 515
definición, 1198 compresibilidad craneal, 1231, 1238 quistes, 515
en la agenesia renal, 992, 993 diagnóstico, 1224 postmenopá usica, 515
en la sirenoelia, 1126 diferenciación de la hipofosfatasia rotura, en el primer trimestre, 993
importancia diagnóstica, 1198, 1199 congénita, 1239 teratoma, inmaduro, 531
por la disfunción placentaria, 1319, 1320 tipo 1lI, 1246 torsión, 523, 524
precoz, predictor de un pronóstico anormal, tipo IV, 1246 Ovario poliquístico, síndrome del, 522, 523
974-976 Osteogénesis normal, 1225, 1226 Ovotestis, en el hermafrod itismo verdaero, 1711
tamaño pulmonar fetal, 1129 Osteomielitis, pediátrica, 1757, 1759 Ovulación, 955
Omohioideo, músculo, 636 costales, 1579 Oxigenación, complicaciones de la membrana
Oncocitoma renal, 321 Ostium primum, 1157 extracorpórea, 1414
Onda continua, (CW), dispositivos, 6 Ostium primum y defecto septal, 1157 en neo natos/lactantes, estudios cerebrales
Onda continua, dispositivos de ultrasonidos, 6 Ostium secundum, 1157 con Doppler, 1444-1446
Onda continua, ultrasonidos de, 34 Ostiumsecundum, defecto del tabique auricular,
Onda de choque, 35 1157 p
Onda de pulso de Doppler, 22 Otocefalia, 1046 Pacchionian, 1071
flujo testicular, 1709 Ovárica, arteria, 491 Pacientes pediátricos
Onda de pulso de ultrasonidos, 34 pediátrica, 1695 bazo, 1617-1620. Ver además Bazo,
Ondas de sonido, 1, 2 Ovárica, sín drome de hiperestimulación, 519, pediátrico
Onfalocele, 1190 518 cabeza y cuello de, 1483-1521. Ver además
Onfalocele Ovárica, vena, 491 Cuello, pediátrico
detección de, precoz, 930, 931 trombo flebitis, 538 cadera, 1743-1763. Ver además Cadera,
elevación de la alfafetoproteína materna, trombosis, 342 pediátrica
1115 Ovárico, foco ecogénico, 515 canal vertebral, 1617-1620, 1522-1550. Ver
en el síndrome de Miller-Dieker, 1090, 1091 Ovárico, folículos, 955 además Vertebral, canal, pediátrico
en la espina bífida abierta, 1117-1122 Ovárico, fosa, 491 cerebro, ecografía Doppler, 1453, 1842. Ver
en la trisomía 16 Ovárico, signo de semiluna, 529 además Doppler transcraneal
fetal, 1189, 1190 Ovárico, síndrome del resto, 520 (DTC), ecografía, pediátrica
herniación hepática, 73 Ovario, 491, 512-533 estenosis de la arteria renal, 413
Onfaloceie-extrofia, ano imperforado, defectos anatomía de, ecográfica, 513-515 gastrointestinal, tracto, 1662, 1663, Ver
vertebrales, 1193 dermoides, 529-531 además órganos específicos, p. ej.:
Oocito, transporte, 954 en el primer trimestre, 993, 994 Estómago pediátrico
Opistorquiasis, 165 fetal, 1223 glándulas suprarrenales, 1659-1661. Ver
Optison,49 funcional,515-519 además Glándulas suprarrenales,
emisión armónica por, 53, 54 hemorrágico, 519 pediátricas
Órbitas, fetales inclusión peritoneal, 520, 521 hembra, anatomía pélvica, 1691-1695
alteraciones, 1040-1046 manejo percutáneo, 568 hígado, 1619, 1620. Ver además Hígado,
anoftalmia, 1041 paraovárico, 520, 521 pediátrico
cataratas congénitas, 1046 edema de, masivo, 524 pélvica, ecografía, 1691-1743
coloboma, 1042 endometriosis, 521, 522 riñones, 1621-1661. Ver además Riñones,
dacriocistocele, 1042-1046 fetal, quistes, 1223 pediátricos
exorbitismo, 1040 hiperestimulados, 519, 518 tórax, 1551-1579. Ver además Tórax,
hipertelorismo, 1041 en el primer trimestre, 993, 994 pediátrico.
hipotelorismo, 1040 lesiones asociadas al embarazo, 519, 520 tracto urinario, 1621-1661. Ver además
microftalmia, 1041 lesiones no neoplásicas, 515, 524 Tracto urinario, pediátrico
proptosis, 1040 quistes como, funcional, 515-519 vejiga, 1628. Ver además Vejiga, pediátrica
Orcoepididimitis quistes, hemorrágios, 519 vida fetal, especialistas, 1621
dolor escrotal agudo por, 772-777, 781 neoplasias, 524-533 Paget-Schroetter, síndrome de, pediátrico,
torsión testicular por, 778 border-Iine, 529 trombosis de la vena subclavia,
Organogénesis células claras, 529 1563,1564
definición, 1382 células de Sertoli-Leydig, 532 Paladar
estadíos, 1382, 1383 células germinales, 529-531 fetal,1035
Orientación del haz electrónico, 9 células granulosas, 532, 533 hendido, 1050-1052. Ver además Hendido,
Orientación del haz mecánico, 9 de células transicionales, 529 labio/paladar
Orofaringe, teratomas, 1058-1061 de la superficie del epitelio estro mal, secundario a, aislado, 1052
Orquitis, pediátrica, 1718 527-529 Pancitopenia, Fanconi, 1247
aislada, 1718 del estroma del cordón sexual, 531-533 Páncreas, 193
epididimitis, 1718 endometrioide, 529 abscesos, 211
paperas, 1718 fibromas, 532, 533 drenaje, 212
Ortolani, test, para determinar la estabilidad de metastáticas, 533 guiado por ecografía, 199-201
la cadera, 1745 ovario poliquístico, síndrome, 522, 523 anatomía, 193-201
Osgood-Schlatter, 831 pediátricos, 1694, 1695 de las estructuras circundantes, 201
Osificación, centros ectópico, 1695 biopsia de, aguja percutánea, guiado por
en el cartílago en la condrodisplasia edema, masivo, 1697, 1698 ultrasonidos, 554-561
punctata, 1245 en la enfermedad pélvica inflamatoria, cabeza, 195, 196
"'32 primaria, 1225, 1226 1705-1708 cola, 195, 196
secundaria, 1225, 1226 macroquistes, 1694, 1695 masa esplénica que simula un, 151
Osler-Rendu-Weber, enfermedad, 98 mediciones de volumen, 1694 colecciones líquidas, drenaje de, guiado por
Osteitis púbica, hernia del deportista y, 446-449 metástasis, 1699-1701 ultrasonidos, 564, 565
Osteocondrodisplasia, prevalencia, 1256 neoplasias, 1698-1701 cuerpo, 194, 195
ecografía, 193-201 parotiditis por, pediátrica, 1486 patología, 234, 237
embriología, 197-199 Papilar microcarcinoma, de tiroides, 642-646 Pared, filtros
endocrinos, tumores, 227-230 Papilar, cistadenomas, dep epidídimo, 772 en la ecografía Doppler duplex de arteria
fetal,1180 Papilar, metaplasia apocrina, 721 renal, 413 CI)
hipertrófico, en la pancreatitis aguda, 204 Papilar, necrosis, 301 en la imagen de Doppler, 27 O
lipoma, 230 Papilar-quístico, pancreático, pediátrico, 1690 Parinaud, síndrome óculoglandular, 1487 =s
neoplasias, 218-2 22 Papiloma de células transicionales, pediátrico, Parótida, glándula ,e
-
carcinoma, 218-220 vesical, 1733-1736 accesoria, pediátrica, 1484
detección, 220-22 2 Papilomas pediátrica
ecografía Doppler color, 222 mama anatomía, 1484
hallazgos ecográ fi cos, 220, 221 intraductal,732 hemangioma, 1490, 1491
imagen de condición de resecable, 221 ecografía Doppler, 747-751 hipertrofia ganglionar, 1487
inusual y ra ro, 230, 231 intraquístico, 721-723 infección bacteriana, 1486
metastático, 231 periférica, 732 malformaciones linfáticas, 1490, 1491
periampular, 218 plexo coroideo Parotídeo, espacio, pediátrico
quístico, 225, 226 carcimoma de células transicionales, lesiones quísticas, 1493, 1494
mucinoso, 226 vesical, 1733-1736 Parotiditis
papilar intraductal, 225, 226 fetal, 1102 juvenil (recurrente) recurrente, 1487-1489
raro, 226 neonataljlactante, 1430-1432 VlH pediátrico, 1489
seroso, 22 5 imagen de Doppler Parto
parénquima, 195-197 ventriculomegalia, 1070, 1071 . en el hidrops, 1271, 1282
pediátrico, 1686-1690 Paquigiria, 1063, 1091 pretérmino, 1343. Ver además Parto
anatomía y técnica normal, 1686, 1687 en la lisencefalia, 1090 pretérmino
hipertrófico y difuso, 1690 Parálisis cerebral Parto, incidencia del embarazo multifetal, 1018
inflamación 1686, 1687, 1690 en gemelos, 1022, 1023 Parto, productos de reteención, 538
masas, 1690 periventricular, leucomalacia, 1418, 1419 Parto pretérmino, 1343, 1344
pseudoquistes, 1686-1690 vejiga neurógena pediátrica, 1730 como complicación de la amniocentesis,
perfil, 195-197 Paramesonéfrico, quistes ductales, pediátricos, 1358
proceso inflamatorio. Ver Pancreatitis 1705 definición, 1343
pseudoaneurismas, 212 Paraneumónicas, colecciones, en el tórax espontáneo, 1343, 1344
pseudomasas, 195-197 pediátrico, 1559 predicción, 1347-1352
pseudoquistes, drenaje de, guiado por Paraovárico, quistes, pediátrico, 1695 anchura y acanalamiento cervical,
ultrasonidos, 565 Parapélvicos, quistes, 333 1348,1349
quistes, 222-226 Paraplegia, traumática, pediátrica, vejiga cambio dinámico cervical, 1350-1352
signos de alto riesgo neurógena, 1730 factores obstétricos, 1351, 1352
tamaño, 195 Pararrenales, espacios, inflamación en, en la relación de cambio cervical, 1349,
trasplante, 616-625 pancreatitis aguda, 205-207 1350
aspecto normnal, 61 7-623 Parasitarias, enfermedades signos ecogáficos, 1351, 1352
coleccions líquidas después de, 623-625 del aparato genitourinario, 303, 304, Ver incidencia, 1343
fístula arteriovenosa después de, 623 además Genitourinario, infecciones longitud cervical, 1347
pancreatitis después de, 623 parasitarias del aparato, morbimortalidad en el embarazo multifetal
pseudoaneurisma después de, 623 hepáticas, 81-83, Ver además Hígado, y 1018-1023, 1025
rechazo, 623 enfermedades infecciosas, previo, evaluación cervical, 1353
técnica quirúrgica, 616, 617 parasitarias Parvovirus B19, infección
trombosis del injerto después de, 534 Parásitos, desarrollo cerebral fetal, 1098 desarrollo cerebral fetal, 1098
trombosis vascular, 623 Paratendón, 808 fetal
tumor sólido seudopapilar, 226 Paratidoidectomía, acceso mínimo, en el ascitis masiva, 1262
variaciones anatóm icas, 199-201 hiperparatiroidismo primario, 686 ecogenicidad intestinal, 1184, 1185
Páncreas divisum, 199-20 1, 1687 Paratiroidea, hormona, producción, células hidrops, 1274-1278
Páncreas poliquístico, ped iátrico, 1180 principales, 672 Parvus-tardus, curva, en la estenosis de la
Pancreático, conducto, 197 Para tiroides, glándulas, 671. Ver además arteria renal, 1655-1657
Pancreatitis Hiperparatiroidismo Pastilla en epiplon, por metástasis en el tracto
aguda, 201-212 anatomía, 671, 672 gastrointestinal, 241
cálculos biliares, 201 carcinoma, 674 Patau, síndrome (trisomía 10), 1013, 1014. Ver
causas, 201 primario, hiperparatiroidismo, 673 además Trisomía 10 (Síndrome de
complicaciones, 207-212 embriología, 671, 672 Patau)
absceso, 211 hipertrófico, en el hiperparatiroidismo Patología carotídea no arteriosclerótica,
colecciones líquidas agudas, 208 secundario, 683 880-884. Ver además carótida,
necrosis, 211 pediátrico, 1504-1506 arteria, enfermedad no
pseudoquiste, 210, 211 supernumerario, 672 arteriosclerótica
tratamiento, 212 tejido de, autotrasplante, evaluacion, 849
vascular, 212 hiperparatiroidismo recurrente, Patrón ecogénico, punteado fino, de los
hallazgos ecográficos, 204-207 681,682 tendones, 812
imagen y abordaje, 201-204 Para umbilical, hernia, 453 Patrón en diana, en la pared intestinal, 234
crónico, 212-217 Paraumbilical, vena Patrón entrada-salida del flujo sanguíneo en el
autoinmune, 217 dirección del flujo, en la hipertensión portal pseudoaneurisma de arteria
hallazgos ecográficos, 213-216 1602-1608 periférica, 896, 904, 905
imagen, abordaje, 213 en la hipertensión portal intrahepática, Pediátricos, 1760
masas asociadas, 216, 217 1611 de los tendones, 831
pseudoquistes, 213, 214 Parauretrales, quistes pediátricos,1617,1618 infiltraciones, 844
trombosis de la vena esplénica, 214-216 Paravertebrales, masas, yuxtafrénicas, detección Pedículos
trombosis de la vena portal, 214-216 de,1566-1568 en la espina bífida, 1115
después del trasplante pancreático, 623 Pared inguinal posterior, insuficiencia, hernia Pedúnculos, como referencia para el abordaje
pediátrica, 1686-1690 del deportista, 446 transtemporal,1453
Pancreatoblastoma, pediátrico, 1690 Pared intestinal Peliosis, esplénica, 139
Pantalón, hernia en, 455, 456 engrosamiento Peloteo, en la imagen de mama, 701
Panus, en la tenosinovitis reumatoide, 829 en la enfermedad de Crohn, 245 Pélvica pediátrica, ecografía,1691-1743
Paperas patologías relacionadas, 234 técnica, 1691
fibroelastosis endocárdica, 1170, 1171 evaluación con Doppler, 237 Pelvicaliectasias, por obstrucción urinaria,
orquitis, pediátrica, 1718 masas, 234-237 1211,1212
Pélvicas pediátricas, varices fallo, 905 Periventricular, infarto hemorrágico en el
en la hipertensión portal, 1608 fístulas arteriovenosas, 894 lactante, 1410-1413
Pélvicas, masas muestra de flujo de Doppler, 905-908 Periventricular, quistes, en el cerebro neonatalj
el) en la muj er adulta, evaluación ecográfica, técnica in situ, 905 lactante, 1436, 1437
.2 536,537 venoso invertido, 905 Perlman, síndrome de

"
,s:::
-
evaluación de, ecografía transrectal, 381
no ginecológico, 537, 538
postoperatorio, 537
injertos y fístulas de acceso para diálisis,

masas, 896
898,909
hernia diafragmática congénita, 1144, 1145
riñones hiperecogén icos, 1206
Permeable, ductus arterioso, índice de
tracto gastrointestinal, 537, 538 métodos de cribado diagnóstico, 893 resistencia intracraneal, 1440
Pelvis patología, 896-904 Peroneal, arteria, 898, 899
anatomía, 490, 491 extremidad inferior, 898-902 Peroneas, venas, 917
biopsia, 547-558, Ver además bajo Biopsia, extremidad superior, 902-904 evaluación de, en la trombosis venosa
aguja percutánea, guiada por importancia clínica, 896-898 profunda, 919
ecografía incidencia, 896-898 Pero neos, tendones posterior, infiltración,
drenaje linfático, 491 técnica ecográfica, 898 840-842
situacio nes postparto patológicas, 538, 539 pseudoaneurisma, 896 Peso
Pelvis renal prevención 912, 913, dispositivos de fetal
adenocarcinoma, 32 1 cierre en, 912, 913 estimación, 1289, 1290
fetal técnica ecográfica, 893, 894 abordaje recomendado, 1290
diámetro, medición, 1209 estenosis anastomóticas, 905 frente a edad gestacional, 1291
dilatación 1209, Ver además injertos de bypass vasculares sintéticos, percentil de, versus edad gestacional,
Hidronefrosis, 904 1291
pediatrica, duplicación, 1628 masa vasculares, 904, 905 evaluación de, en relación con edad
Pelvoinfundibular, atresia, en los riñones masas perivasculres, 904, 905 gestacional, 1290, 1291
displásicos multiquísticos, 1201, oclusiones, 905 Peso al nacer, Ecografía obstétrica y, 951
1202 patrones de flujo, 894 discordancia en el peso al nacer, en el
Penil cordae, fetal, 1220, 1221 por dispositivos de cierre, 912, 913 embarazo multifetal, 1025
Pentalogía de Cantrell, corazón ectópico, 1171, Perihepatitis, como complicació n de una Pfeiffer, síndrome
1190-1192 enfermedad inflamatoria pélvica craniosinostosis, 1037
Péptica, úlcera, 272 aguda pediátrica, 1708 hipoplasia hemifacial, 1046, 1047
PercuNav, en el cáncer de próstata, 374 Pe'riodo, onda de sonido, 1, 2 PHACES, síndrome, pediátrico, 1510
Perfil biofísico, puntuación, 1318-1320 Periorquitis meconial, pediátrica, calcificación Picnodisostosis, huesos wormianos en, 1039
en fetos con restricción del crecimiento, Pico sistólico AClj ACC, tasa
focal, 1727
1320 en la evaluación de la estenosis de la arteria
Periportal hepática, fibrosis, enfermedad de
evaluación del líquido amniótico, 1319 carótida interna, 871-874
Caroli con, 156
interpretación, 1319 en la evaluación del grado de estenosis
Periportal, manguito, en la hepatitis aguda, 78
modificado, 1319, 1320 carotídea, 860-863
Perirrenal, espacio, inflamación, en la
pruebas para, recomendaciones, 1319 Pie
pancreatitis aguda, 205-207
Perfluorocarbono, en medios de contraste, 49 fetal
Perirrenal, urinoma, por obstrucción de la unión
Perforación, del intestino en la enfermedad de deformidades, 1250-1255
ureteropélvica, 1212
Crohn, 247 en la displasia ósea, 1231
Peristaltismo, evaluación de la, 234
Perfusión en mecedora, 1255
Peritendinitis, 828
de lujo, infarto cerebral con, 1448 longitud de, mediciones de, 1228
Peritendón, 808
imagen, imagen burbuja-específica, 52 infiltración, 839
Peritoneo, 469-489
medición, im agen de interrupción- superficial, peritendinosa y periarticular,
rellenado, 61 anatomía, 469 840-842
Perianal, enfermedad inflamatoria, ecografía ascitis, 471 pediátrica, anomalías congénitas,
transanal,281-283 carcinomatosis, 474, 475 1761-1763
Perianal, inflamación, en la enfermedad de de inclusión, 473 tendones, aspecto ecográfico normal, 819,
Crohn, 247-249 mesentéricos, 474 823
Periaortitis crónica, 406, 431 endometriosis, 486 Pie equino varo, fetal, 1254, 1255
Periféricas, arterias, 893 enfermedad inflamatoria, 478-486, Ver Pie zambo
aneurismas, 896, 899 además Peritonitis fetal, 1254, 1255
criterios diagnósticos, 899 leiomiomatosis peritoneal diseminada, 487 en las displasias óseas, 1231
cateterismo de, como complicación de parietal 469 espina bífida, 1117-1122
pseudoaneurismas, 910-912 peumoperitoneo, 489 pediátrica, 1761-1763
dispositivos de cierre, 912, 913 pseudomixoma, peritoneal, 477, 478 Pielectasia como marcador, 1210
ecografía Doppler, 893, 894 quistes mesentéricos, 474 cribado durante el primer trimestre,
color, 893 técnica eco gráfica, 471 1006-996
complicaciones, 909-912 tumores, 474-478 combinado, 998-1000
comunicaciones fistulosas, 909-910 carcinomatosis, 474, 475 contingente, 999, 1000
pseudoaneurismas, 910-912 primaria, 475-477 facies aplanada, 1004
dispositivos de cierre, 912-913 visceral, 469 fluj o invertido en el ductus inverso, 1004
estenosis y ocl usiones, 899-902 Peritonitis, 478 higroma quístico, 1002
criterios diagnósticos, 899-901 absceso, 479 hueso nasal, 1002-1004
precisión diagnóstica y aplicaciones, infecciosa, 478 integrada, 999, 1000
901,902 meconial, 1184, 1185 marcadores sérico s bioquímicos, 998,
patrones de flujo en, 899 ascitis masiva, 1262 999
stent, evaluación de, 902 esclerosante, 439-486 pantalla cuádruple, 999, 1000
tumores, 896 hidrops, 1273 regurgitación tricuspídea, 1004
imagen real en escala de grises, 893 quística, 1672 secuencial, 999,1000
injertos venosos autólogos, 908 química, 478 translucidez nucal, 998, 999
en arterias estenosadas, 894 tuberculosa, 439-479 técnica de medición, estandarización,
en arterias normales, 894 Peritonitis esclerosante, 439-486 999-1002
estenosis, 905, 908 Peritonitis tuberculosa, 439-479 hallazgos osteomusculares asociados a,
50%-75%,905-908 Peritrigonal, realce, en la imagen sagital del 1255, 1256
crítica, 905-908 cerebro neonataljlactante, 1373 riesgo de, translucidez nucal en la
por hiperplasia fibroíntima, 905-908 Periumbilical, hernias, 453 evaluación de, 930, 931
extracción para injerto, mapeo venoso, Perivascular, inflamación, en la pancreatitis Pielectasia-definición, 1209
923,924 aguda, 205-207 importancia, fetal, 1210
leve, en la trisomía 19 en el tercer estadío del parto, 1338-1342 Polidactilia
Pielitis en las gestaciones molares, 1331 definición, 1246
enfisema tosa, 298 evaluación ecográfica, 1321-1342 en los síndromes de costilas cortas-
incrustación alcalina, 297 exploración postnatal, en el hidrops, polidactilia, 1242 Q)
Pielitis con incrustación de alcalinos, 297 diagnóstico, 1280 fetal, 1254 O
Pielonefritis, 296, 301 función de, en el perfil biofícsico postaxial :s
aguda, 296, 297 modificado, 1319, 1320 en el síndrome de Meckel-Gruber, 1206 ,c-
absceso renal y perinéfrico por, 297 grosor en la trisomía 13
crónica, 299 excesivo, causas, 1321-1323 Polidactilia de los dedos del pie, 1255
enfisematosa, 298 normal, 1321-1323 Polidactilia postaxial, fetal, 1254
como complicació n del trasplante renal, hematomas Polidactilia preaxial, fetal, 1254
599 subamniótico, 1330 Poliesplenia, síndrome, 1169
pediátrica subcoriónico, 1330 atresia biliar, 1584, 1585, 1587
aguda,1638,1639 infarto, 1321, 1322, 1329, 1330 evaluación con Doppler del receptor de
crónica inserción del cordón umbilical, 1337-1340 trasplante hepático, 1613, 1614
trasplante, 597-599 lóbulos accesorios, 1332-1336 Polihidramnios
xantogranulomatosa, 301 lóbulos succenturiatos, 1332-1336 atresia duodenal, 1180, 1181
Pierre-Robin, secuencia masas, 1330, 1331 en el hidrops, 1260
hendiduras en el segundo paladar, 1052 corioangioma, 1330, 1331 en el nefroma mesoblástico, 1208
micrognatia con, 1056 maligna, 1331 en la displasia ósea letal, 1233
Piezoelectricidad, 6 posición de, determinación ecográfica, en la trisomía 16, 1012, 1013
Pilar, signo del, líquido pleural, 1558 1324-1326 evaluación cervical, 1353, 1354
Pilórica hipertrófica, estenosis, 1663-1666 posparto, 1342 hidrops y, 1279
diagnóstico de, errores, 1664-1666 productos de retención placentarios, 1342 importancia diagnóstica, 1198, 1199
Pilórico, músculo quistes de, subcoriónicos, 1321-1330 Polimicrogiria, 1091
artefactos de imagen tangencial, 1662, 1663 raqueta, 1334, 1336 Poliorquidia, 1711
hipertrofia seno marginal, 1321, 1322 Polipo
en la estenosis pilórica, 1663 tamaño, 1321-1324 cervical,511
mínima, en el piloroespasmo, 1664 vascularidad endometrial, 506
Piocele, escrotal, 770 Doppler, 1324 tamoxifeno, 508, 509
Piogénica, bacteria, abscesos hepáticos, 78, 79 vascularización, 958 invaginación, 1674
pediátrico, 1596, 1597 volumen uretral, posterior, pediátrico, obstrucción en
Piomiositis, pediátrica, 1757, 1758 en el primer trimestre, en la evaluación la salida vesical por, 1729, 1730
Pionefrosis, 298 precoz del embarazo, 1323 Poliquística, enfermedad, del adulto, 76
como complicación del trasplante renal, evaluación, 1323 Polisplenia, 151
599 Placenta acreta, 1326-1328 corazón univentricular en, 1162-1164
pediátrica, como comp licación de la Placenta percreta, 1326 en el síndrome cardioesplénico, 1168, 1169
pielonefritis aguda, 1639 Placenta previa, 1324-1326 fetal, estómago mal posicionado, 1176,
Piosalpinx, en la enfermedad pélvica completa, 1324-1326 1177
inflamatoria, 533, 1705, 1706 marginal,1324-1326 Pontocerebeloso, síndrome, displasia vermiana,
PKDl, gen mutación en la nefropatía poliquística placenta acreta con, 1327 1086
autosómica dominante, 1205 Placentario, escudo, 1332 Poplítea, arteria, 898, 899
PKHDJ, gen, mutación en la nefropatía Placentaria, insuficiencia Poplítea, quistes, pediátricos, 1760
poliquística autosómica recesiva, en gemelos monocoriónicos, 1027 Poplítea, vena, 917
1204-1 206 restricción del crecimiento intrauterino, Porencefalia
Placa 1298,1299 diferenciación de la holoprosencefalia y la,
carotídea ateromatosa Placentario, cociente de volumen, 939 1084
calcificada, 852, 853 Placente increta, 1326 por hemorragia de la matriz germinal, 1404
clasificación, 852, 853 Placentomegalia, en el hidrops, 1260 por hemorragia intraparenquimatosa, 1413
disección de la arteria carótida, 880, 881 Placoda neural, en el mielocele y Porencefálico, quiste, 1394, 1395
evaluación cualitativa de, en la estenosis mielomeningocele, 1528 en el cerebro neonatalflactante, 1433
carotídea, 856 Placoda, nasal, 1034 Porta, vena
heterogénea, 852-853 Placodas nasas les, 1034 anastomosis de, trasplante hepático, 569
homogénea, 852, 853, 869 Plagio cefálicas, cabezas, 1037 aneurismas, 97
morfología, tipos ecográficos de, 853 Plasma proteína A, concentración asociada al anomalías congénitas, 74
no estenóticas, 869 embarazo en la trisomía 19, 998, coágulos, en la pancreatitis aguda, 205-207
tandem, en la estenosis carotídea, 853, 999 después del trasplante hepático, aspecto
854 Plasma rico en plaquetas, inyección normal, 571
tipos 1-4, 853 intratendinosa, 846, 847 estenosis, después del trasplante hepático,
ulceración, 853 Platispondilia 581,1614
vulnerable, identificación, decisiones en la displasia ósea, 1230 normal, 69, 70
terapéuticas, 877 en la displasia tanatofórica, 1234 pediátrica
en la arteriosclerosis, 398 Pleomórfico, adenomas, glándula salival, anatomía, 1580,1581
Placa neural, en la embriología de columna, pediátrica, 1490, 1491 dirección del flujo, ingesta y, 1602
1104 Pleural, líquido, pediátrico major aprovechamiento, 1602
Placas carotídeas ateromatosas, caracterización, aspiración, guiada por ecografía, 1573 principal, estudios Doppler, mejores
852,853. Ver además Placa, libre, 1554, 1558 abordajes, 1602
carotídea ateromatosa signos ecográficos, 1551-1559 transformación cevernosa, en la
Placenta. Ver además cordón umbilical señal de Doppler color del líquido, hipertensión portal prehepática,
abruptio, 1328, 1329 1554-1558 1608,1609
en el embarazo pediátrico, 1705 tabicado, 1554, 1558 trombosis
alteraciones de, morfológicas, 1332-1336 ecografía versus Te, 1558 causas, 1608
aspecto ecográfico normal, 1321, 1322 Plexiforme, neuroma, en los procedimientos prehepática, hipertensión portal,
baja, 1324-1326 intraoperatorios 1608,1609
bilobulada, 1334, 1336 PlieglÍes cutáneos, fetal engrosamiento en la pseudoestenosis, después del trasplante
circumvallata, 1332 displasia letal ósea, 1233 hepático, 581
desarrollo, 1321-1324 Poland, sindrome, costillas en el, 1231 transformación cavernosa, 92, 93
displasia mesenquimatosa, 1331 Polares, arterias, 408 trombosis, 92, 93
en el embarazo multifetal, corionicidad, Policitemia, trombosis del seno dural, 1099, después del trasplante hepático, 581,
1018 1100 582,1614
en la pancreatitis crónica, 214-216 ecografía diferenciación de los quistes de ovario
maligna, 92, 93 equipamiento, 354 de, 1223
por carcinoma hepatocelular, 115, 116 historia, 349 pancreáticos
el) Porto sistémicas, colaterales venosas, en la técnicas, 354 como complicación de una pancreatitis
o hipertensión portal, 90 transrectal, 349 aguda, 210, 211
:e
e
rutas espontáneas, 1604, 1608 ectasia ductal benigna, 355 trata miento, 212
drenaje de, guiado por ecografía, 565
,- Portosistémico, shunt, 124-126 gamagrafía ósea, 381
en la hopertensión portal, 1605, 1608 hematospermia, 363, 364 pediátrico, 1686-1690
intrahepática, 1611 hiperplasia benigna, 349-351, 355-357 Pseudorriñón, signo del, en la pared intestinal,
intrahepático, 97, 98 imagen de resonancia magnética, 381 234
portocava, permeabilidad de, evaluación infertilidad,361-363 Pseudosindactilia, fetal, 1251
con Doppler, 1613 inflamación, 439-358 Pseudotumor
quirúrgica, 1613 prostatitis, 357, 358 de los tendones, 831-835
total versus arcial, 1613 quistes, 355, 357, 358 fibroso, ep ididimario, 772
transyugular intrahepático, 124-126, 1613 resección transureteral, 355 inflamatorio, engrosamiento de la mucosa
Posición erecta, para la ecografía dinámica de tomografía computarizada, 381 gástrica, 1666
las hernias, 435 variantes de la normalidad, 355 Pseudotumor infl amatorio, esplénico, 146
Potencia, Doppler en modo, 23 Próstata específico, antígeno, 365 Pseudou!ceración de la arteria carótida, 853
Precocidad sexual, periférica, quistes de ovario, densidad, 365 Psoas, absceso, pediátrico, diferenciación de la
1695 en el cribado del cáncer de próstata, apendicitis, 1739, 1740
Preeclampsia 365-367 Psoas, hematoma, pediátrico, diferenciación de
ecografía Doppler, 1299 estándares, 365 la apendicitis, 1739, 1740
en el embarazo pediátrico, 1705 para decidir la biopsia, 365 Psoriásica, artritis de la mano y muñeca,
Presacra, masa ratio libre/total, 365 infitraciones, 842, 843
fetal,1128 velocidad, 365 Pubertad
pediátrica en la triada de Currantino, 1541 Prostatectomía radical, en el cáncer de próstata, precoz, 1708, 1709
pediátrica, 1740-1742 368 pseudoprecoz, 1709
Presión intracraneal aumentada (PIC), Prostática, arteria, 352 Pubis, en la ecografía de cadera en proyección
diferencia con el vasoespasmo, Prostatitis, 357, 358 transversal/flexión, 1750
1458 Protodiastólica/telediastólica, ratio, en el feto Puericultores, 162 1
PRF, Ver frecuencia de repetición de pulso con restricción en el crecimiento Pulgar
Probóscide intrauterino, 1308 aplásico o hipoplásico, en la pancitopenia
cíclope, 1040 Proyección temporal de máxima intensidad, 58, de Fanconi, 1247
Procedimiento de aspiración preparto, en el 59 de autostopista
hidrops, 1282 Psamoma, cuerpos, en el carcinoma papilar en el dwarfismo diasatrófico, 1231
Proceso uncinado, 195, 196 tiroideo, 639-642 en la displasia diastrófica, 1244
Proceso vaginal, 756 Psamomatosas, calficicaciones, en un ganglio trifalángico, en el síndrome de Aase, 1247,
Profundidad focal, en la ecografía obstétrica, peritoneal, 474 1248
947 Pseudoacetábulo, en la luxación y displasia del Pulgar de autostopista
caracterización, medios de contraste con desarrollo de cadera, 1744 en el dwarfi smo diastrófico, 1231, 1254
microburbujas, 102 Pseudoaneurisma en la displasia diastrófica, 1244
hiperplasia nodular focal, 106-108 como complicación de un procedimeinto Pulgar, artefacto del, 52
Promedio temporal, 34 arterial periférico invasivo, Pulmón
Prominencia formando la cara fetal, 1034 910-912 agenesia de, unilateral y bilateral,
Prominencia maxilar, 1034 prevención de, dispositivos de cierre en, 113 0-1132
Prominencia nasal media, 1034 911,912 biopsia de, aguja percutánea, guiada por
Pronefros, 284 del arco aórtico, 406 ecografía, 556
Prosencéfalo, 954 en las anastomosis de los injertos de cavitación acústica, 41
Próstata, 349 bypass, 904, 905 fetal
absceso, 357, 358-361 hepática, arteria, 98 desarrollo, 1129
alteraciones congénitas, 358 después del trasplante hepático, 580 hipoplasia
anatomía pediátrica, 1709 pancreático, 212 en las displasias óseas letales, 1233
anatomía, 349-352 pediátrico, por procedimientos invasivos, letalidad en la displasia ósea, 1230,
«cápsula» prostática, 352 1520, 1521 123 1
axial,352 postraumático, de la arteria carótida lesiones ocupantes de espacio, 1129
estructuras neurales, 352 común, 884 madurez de, amniocentesis para, 1358-
sagital, 352 radial, arteria, 904 masas en, hidrops por, 1271
vascular, 352 Pseudoaneurismas postraumáticos de la arteria tamaño, evaluación de, 1129
zonal, 349, 352 carótida común, 884 hipoplas ia, 1130-1132
biopsia Pseudoascitis, 1258 primaria, 1130-1132
dirigida por PSA, 365 Pseudocuerda de flujo, en Doppler potencia, 869 secundaria, 1130-1 132
guiada por ultrasonidos, 374-378. Ver Pseudoefedrina, gastrosquisis, 1187 unilateral, desiación mediastínica, 1135,
además Transrectal, ultrasonidos Pseudoespectral, ensanchamiento, en el análisis 1132
(TRUS), biopsia guiada de próstata espectral de la carótida, 859 infección/inflamación. Ver Neumonía,
calcificaciones, 355 Pseudogestacional, saco, 982 pediátrica
cáncer, 364-374 Pseudohermafroditismo, mujer, diagnóstico absceso, 1559
antígeno específico de próstata, 365 prenatal, 1222 atelectasia, 1561
aspecto ecográfico, 370, 374 Pseudomembrabosa, colitis, 271, 272 blastoma, 1572
braquiterapia, 368 Pseudomixoma peritoneal, 477, 478 consolidado, 1559-1561
guiado por ecografía, 378-381 Pseudopólipos, en la cistitis focal, 306 enfermedad, diferenciación de la
cribado, 365-367 Pseudoprecoz, pubertad, 1709 patología pleural, ecografía en, 1558
ecografía transrectal, 277, 369, 370 Pseudopubertad precoz, quistes de ovario, 1695 secuestro, 1570, 1571
epidemiología, 364, 365 Pseudopubertad precoz, quistes ovñaricos y, malformaciones congénitas
estadiaje, 367, 368 1708,1709 enfisema lobar congénito, 1137
guiado por ecografía, 349, 378-381 Pseudoquistes espectro, 1132-1137
histología, estadiaje, 368 cordón umbilical, 1337 malformaciones quísticas
radioterapia, 368 en la pancreatitis crónica, 213, 214 adenomatoides, 1133, 1134
guiada por ecografía, 378-381 esplénico, 138, 139 secuestro broncopulmonar como, 1134,
tratamiento, 368, 369 gastrointestinales pediátricos, 1685 1137
cuerpos amiláceos, 355 meconial, 1184, 1185 Pulmonar, atresia
fetal, hidrops por, 1266 renal, 1201-1208. Ver además Nefropatía Quistes de la cola del intestino, 272
o estenosis, anomalía de Ebstein, 1162 quística renal Quistes de leche cálcica, como complicación de
ventrículo derecho hipoplásico secundario filar, en el neonato, 1525 trasplante renal, 599
a,1162 folicular, 515-519 Quistes del intestino anteriorm pediátrico, 1506
Pulmonar, embolismo, trombosis venosa ganglio n Quistes dorsal de la línea media, en la agenesia
profunda, 917 de los tendones, 831 del cuerpo calloso, 1386
Pulmonar, estenosis, 1168 pediátrico, 1760 Quistes entéricos de duplicación, fetal, 1184,
en la transposición de los grandes vasos, Gartner, conducto, 511, 512 1185
1165,1166 pediátrico, 1705 diferenciación con los quistes ováricos,
Pulmonar, hipertensión, con hernia gastrointestinal, 272 1223
diafragmática congénita, 1146 pediátrico, 1685 Quistes entéricos, pediátricos, 1537
Pulmonar, válvula, fetal, análisis de forma de hepático, 75 Quistes foliculares, 515-519
onda de Doppler, en la restricción manejo percutáneo, 567, 568 pediátricos, 1695
del crecimiento intrauterino, 1309 hidatídico Quistes hemorrágicos ováricos, 519
Pulmonar, venas esplénico, 139 Quística encefalomalacia, 1395
anómalas, 1166, 1167 renal,304 Quística meconial, peritonitis, 1672
Pulso-eco, principio, 34 hijos, en la equinocosis, 1598-1600 Quística presaccra, lesión, 1742
Puntuación de ReIU, 1295 inclusión amniótica, 967, 968 Quística testicular, displasia, 764-766
Puño inclusión pediátrica, 1711, 1712
cerrado, en la trisomía del 16, 1012, 1013 peritoneal, 473 Quístico, teratoma ovárico, 529, 530
fetal vaginal, pediátrico, 1705 Quísticos, tumores
deformidades, 1250, 1255 leche cálcica, como complicación de un diferenciación con los quistes del cavum
en la displasia ósea, 1231 trasplante renal, 599 velum interpositum, 1065-1070
persistentemente cerrado, 1251 ligamento redondo, simulando una hernia diferenciación con los quistes
infiltración peritendinosa superficial inguinal, 463 suspratentoriales, 1088
periarticular, 842, 843 manejo percutáneo, 567, 568
palma, tendones de, 813, 831 mesentérico, fetal, diferenciación con los R
tendones, aspecto ecográ fico normal, 812 quistes ováricos, 1223 Rabdoide, tumor
Nabothian, 510, 1346 cerebro del neonatalflactante, 1430-1432
Q ovárico. Ver quistes ováricos pediátricos, intraraquídeo, pediátrico, 1538-1541
Quilotórax 1695-1698 Rabdomioma
congénito, fetal hidrops, 1270 pancreático, 222-226. Ver adenás Páncreas, cardiaco
fetal neoplasias, quísticas. en lactantes, 1169
en el hidrops, 1259, 1260 congénitas, 1690 fetal, 1169
primario, 1139 simples, 225 hidrops, 1269
Quiste filar, en el neonato, 1525 peritoneal Rabdomiosarcoma alveolar, 1519
Quiste subaracnoideo, fosa posterior, inclusión, 473 Rabdomiosarcoma biliar, en el hígado
diferenciación entre la mesentérica, 474 pediátrico, 1596, 1597
plexo coroideo Rabdomiosarcoma
malformación de Dandy-Walker y,
1085,1225,1226 en la trisomía 16, 1013 embrionario, pediátrico, 1519
Quistes en la trisomía 19, 1011 paratesticular, 1725-1727
fetal,1065-1068 escrotal, 772
anexial, en el embarazo, 933
en la espina bífida abierta, 1117-1122 metástasis de, en los testículos, 1724
aracnoides, 1088
poplítea, pediátrica, 1760 pedíatrico, 1519
asta frontal, 13 79, 1380
porencefálico, 1394, 1395 biliar, en el hígado, 1596, 1597
branquial, 1506, 1508
próstata, 355, 358-361 del espacio presacro, 1742
broncogénico, pediátrico, 1506, 1572
renal, 330-337. Ver además Riñón, quistes próstata, 1733
carcinoma de células renales, 314-316
manejo percutáneo, 567 uterino, 1704
cavum veli interpositi, 1065-1070
multilocular, pediátrico, 1649. vaginal, 1704
conductos müllerianos en pediatría, 1730
simulando una hernia iunguinal, 463 vesical, 1649, 1733
cordón espermático, 1725 subaracnoideo, fosa posterior, salival, glándula, 1493
cordón umbilical, 1337
diferenciación con la malformación vesical, 330
aspecto ecográfico, 967, 968 de Dandy-Walker, 1085, 1390 Radial, anomalías, 1247, 1248
cuerpo lúteo en el primer trimestre, 993 subcoriónico, infarto del suelo, maternal, Radial, arteria, 493, 902, 903
cuerpo lúteo, 519 1329 pseudoaneurismas, 904
chocolate, 521 subependimario, por inclusión de Radio, aplásica o hipoplásica, en la pancitopenia
de Baker, 835 hemorragia subependimaria, 1406, de Fanconi, 1247
pediátrico, 1760 1409 escleroterapia, 1763
del colédoco, 155, 156 suprarrenal,393-395 ránula pediátrica, 1493
fetal,1178 teca-lúteos, 518 Radiografía
ictericia neonatal, 1583-1585 testicular, 764. Ver además Testículos, bajo kilovoltaje, para la imagen de
del epidídimo, 772 quistes tendones, 835
pediátrico, 1725 tímico, 1508, 1509 postnatal, en la evaluación de la displasia
del intestino anterior, pediátrico, 1506 tirogloso, conducto, pediátrico, 1493, 1494, ósea, 1232, 1233
en la adenomiosis, 501-541 1497,1498 prenatal, en la evaluación de la displasia
entérico, pediátrico, 1537 infectado, 1498 ósea, 1232, 1233
esofágico, pediátrico, 1506 túnica albugínea, 764 Radioscópica, guía, para la colocación de un
esplénico, 137-139 túnica vaginal, 764 catéter de drenaje, 559
congénito primario, 134-139 pediátrica, 1725 Radioterapia, haz externo, en el cáncer de
de cubierta epitelial, 139 uracal,296 próstata, 368
epidermoide, 138, 139 diferenciación de los quistes ováricos, guiado por ultrasonidos, 378-381
falso, 138, 139 1223 Radioterapia, trombosis venosa profunda de la
hidatídico, 139 pediátricos, hidronefrosis pediátrica, extremidad superior 924, 925
pseudoquistes, 138, 139 1633 Raíz aórtica, fetal, diámetro
fetal vallécula pediátrica, 1493, 1494 Rango de eco, 3
broncogénico, 1138, 1139 vesícula seminal, pediátrica, 1730 Rango dinámico de amplitudes, 7
cortical, en la displasia renal, 1203-1206 Quistes broncogénico Ranúnculos, 285
del colédoco, 1178 fetal, 1138, 1139 Raqueta, placenta en, 1337
hepático, 1178 pediátrico, 1506, 1572 Raquisquisis, 1106
neuroentérico, 1139 Quistes de inclusión peritoneal, 520, 521 definiciones
Ratio telediastólica, en la eva luació n de la signos, 1655-1657 diagnóstico, 1295, 1296
estenosis de la arteria carótida permeabilidad, evaluación con Doppler, en el síndrome de Miller-Dieker, 1090, 1091
interna, 871-874 1651 estad iaje y clasificación, 1311-1314
Ratios de velocidad, en la evaluacion de la polar, 408 facto res de riesgo asociados a
Q)
CJ estenosis carotídea, 871-874 trombosis de después del trasplante renal, fetal, 1295
:et: Raza, incid encia sobre el embarazo multifetal, 599-604
Renal, corteza, 284, 285
placentaria, 1295
intestino ecogénico, 1184, 1185
'- 1018
Reacción decidual, 955 Renal, cresta elevada, pediátrica, 1640 monitorización fetal, 1296
Realce, 18 Renal, defecto de la unión, 1624 morbimortalidad en el embarazo multifetal,
Receptor, 7 Renal, disgenesia, 333-335 1018-1023
Recto dorsal, en el desarrollo vesical, 284 Renal, displasia, 333-335 perfil biofísico, 1320
Recto Renal, eco pélvico, en la localización del riñón, por citomegalovirus en el embarazo precoz,
carcinoma, estadiaje, ecoe ndoscopia, 1196 1098
275-277 Renal, hilio, 284 retraso en la osificación, 1225, 1226
ecoe ndoscopia, 275, 277 Renal, parénquima, 284, 285 simétrica vs. asimétrica, 1294
Recuerdo, vídeos de, en el embarazo, 45, 46 Renal, pirámides medulares, 284,285 tratamiento, 1311-1 314
Rechazo Renal, seno, 284 Resucitación, neonata l, en el hidrops, 1282
en al trasplante de páncreas, 623 Renal, venas Rete testis, 753, 754
en el trasplante hepático, 1615, 1616 anastomosis, en el trasplante renal, 590 ectasia tubula r; 764
en el trasplante renal estenosis de, trasplante renal, 608 ped iátrica, 1730, 1712
agudojhiperagudo, 597 izquierdo, variantes anatómicas, 425 Retención de restos placentarios, 979, 980,
crónico, 597 pediátrico 1342
Redonda, neumonía, en pediatría, 1561 permeabilidad, evaluación con Doppler; en pacientes pediátricas, 1704
Redondo, ligamento, 490, 491 1651 Retinoblastoma, metástasis de, a los testículos,
quistes, s imulando hernia inguinal, 463 trombosis 1724
relación de la hernia inguinal indirecta, causas, 1651, 1652 Retinoico, ácido y defectos del tubo neural, 1106
437-439 ecografía Doppler, 1651, 1652 Retracción del coágulo, en la evolución de la
trombosis de, simulando una hernia trombosis, 341,342 trombosis venosa profunda, 919,
inguinal,464-490 calcificación renal, 1643 921
varices de, sim ulando hernia inguinal, 463, después del trasplante renal, 606, 608 Retrodispersado, 18
464 riñones ecogénicos, 1206
Retrodispersión, 3
Reducción hidrostática de la invaginación, Renal/abdominal, ratio de perímetros, 1196
no lineal, 52-59
guiada por ecografía, 1674 Renales, cálculos, 307-309
Retromandibular; vena, pediátrica, 1484
Reflujo vesicoureteral, 1730 patología que simula, 309
Retroperitoneo, 398-43 1
cribado de gemelos como pacientes con, Renovascular, hipertensión
1728 aneurisma de aorta abdominal, 399-406.
estenosis de la arteria renal, 408-412
fetal, 1214 Ver además aorta abdominal,
Renúnculos, en el desarrollo renal, 1624
neuropatía asociada con, 299 aneurisma de
Resolución axial, 14-16
pediátrica, hidronefrosis pediátrica y 1722 Resolución espacial, 14-16 arteriosclerosis, 398
Reflectores especulares, 3 Resonancia magnética nuclear, (RMN) colecciones líquidas, 431
Reflexión, coeficiente, 3 de próstata, 381 dilatación de aorta abdominal, 406
Reflexión, del sonido, 3, 4 en el diagnóstico de la estenosis carotídea, enfermedad estenótica de la aorta
Reflujo, nefropatía, 299 848,849 abdominal, 407, 408
Refracción, 4, 5 en la evaluación de la arteria periférica, 893 enfermedades no vasculares, 430, 431
artefactos secundarios a, 4, 5, 16 en la evaluación de la displasia ósea fetal, fibros is, 431
Regresión caudal 177,1233 masas
fetal, 1126 Respiración fetal, forma de onda de la arteria benignas, 430
pediátrica, 1538-1541 umbilical, 1301, 1302 linfadenopatía, 430
Regresión caudal, síndrome, 1247 Respuesta de cicatrización, disminuida, como metastáticas, 430
displasia anatómica, 1230 complicación de los corticoides, 838 neoplasias malignas, 430
Reidel, estruma, 670 Restricción al crecimiento intrauterino (RCIU), sólidas, 430, 431
Reidel, lóbulo, 73 1294-1296,1298-1314 páncreas, 193, 194
Relación señal-ruido, mejoría de, espacial analisis de las formas de onda de Doppler, prepancreática, inflamación de, en la
compuesta, 12-14 1299-1311 pancreatitis aguda, 205-207
Remolino, signo del, en el vólvulo de intestino de la aorta descendente, 1305 Reverberación, artefactos, 16
medio, 1670, 1671 de la arteria cerebelosa superior, 1307 posterior, absceso hepático, 79
Renal, acidosis tubular, nefrocalcinosis, de la arteria cerebral media, 1302, 1305 Reversión sexual, en la displasia campo mélica,
Renal, arteria 1242
índice de pulsatilidad, 1302, 1303
accesoria, 408 RH, aloinmu nización
baja, efecto de ahorro de cerebro,
análisis de la forma de onda, en la 1303,1304 anemia por, diagnóstico, 1316
restricción del crecimiento velocidad pico sistólico y, 1297 cribado del feto con hidrops con riesgo de,
intrauterino, 1307
velocidad pico sistólica en 1262-1265
anatomfa, 408
aumento, mortalidad y, 1304 supervisión pediátrica, 1313, 1314
aneurisma de, 341,416, 417
de la arteria esplénica, 1305-1307 RhO (D), inmunloglubulina (RhoGAM), en la
ecograffa Doppler duplex, 413-416
de la arteria femoral, 1307 prevención del hidrops inmunitario,
interpretación, 416
de la arteria mesentérica superior; 1307 1261,1262
resultados falso-positivo, falso-negativo
de la arteria renal, 1307 Rho (D), anticuerpos, hidrops inmunitario, 1262
con,416
de la arteria suprarrenal, 1307 Riñón. Ver además Renales, entradas
estenosis, 340, 341
de la arteria umbilical, 1301-1307 abscesos
causas, 411, 413
de la arteria uterina, 1299-1301, 1301 como complicación de una trasplante
después del trasplante renal, 604
de la vena cava inferior; 1307 renal,599
en niños, 413
de las arterias iliacas, 1307 drenaje dirigido por ecografía, 566
hipertensión renovascular, 40 8-413
fetal de las válvulas aórtica y pulmonar, 1309 pielonefritis aguda, 297
infarto, 340 de las válvulas auriculoventriculares, agenesia, 288-290, 992-102
1308,1309 reflujo vesicoureteral, 1214
oclusión, 340
del ductus venoso, 1307, 1308 anatomía, 284-287
pediátrica
estenosis en las mediciones del gasto cardiaco angiomiolipoma, 321-326
fetal, 1309, 1311 anomalías congénitas, malformaciones
causas, 1652
índices utilizados, 1299 uterinas, 49
ecografía Doppler; 1652-1657
con la espina bífida, 1117, 1122 ausencia, regresión caudal con, 1538-1541
biopsia, aguja percutánea, guiada por agenesia, de las glánd ulas suprarrenales, potencial maligno, 332, 333
ecografía, 554-556 1630 simple, 330
cálculos, 307-309 anatomía, normal, 1624, 1541 tabiques, 331
carcinoma de células escamosas, 321 aplicaciones clínicas, 1651-1657 riñón en esponja, 312, 313, 333 Q)
anatomía y patrones de flujo normal, depósito de calcio, 1643 ()
supernumerario, 29 0
carcinoma de células transicionales, 318, 1650 sarcomas, 330 :s
319 en e l trasplante renal, 1655-1659 técnica ecográfica, 287 ,e
-
crecimiento, anomalías congénitas resistencias aumentadas al flujo trasplante, 589-616
relacionadas co n, 287 intrarrenal, 1650 anormal, 596
desarrollo 284 técnica, 1649, 1650 aspecto normal, 590-596
displásico multiquístico, 333-335 aspecto ecográfico, 1621-1624 evaluación con Doppler, 595, 596
duplex, reflujo vesicoureteeral, 1214 ausencia, 1630 eva luación en escala de grises,
ectópico, 288 biopsia de, dirigida, 1757 590-595
en herradura, 288 cicatriz focal, por pielonefritis aguda, colecciones líquidas, 612-616
enfermedad 1635 infarto global después de, 601
fase terminal, nefropatía por reflujo, 299 complejo eco central, 1624, 1625 infarto segmentario después de, 601-604
hidátide, 304 cresta renal elevada, 1640 malformaciones arteriovenosas como
materna, restricción al crecimiento diferenciación corticomedular, 1624- complicación, 610-612
intrauterino, 1296 1628 artefactos que simulan, 611, 612
poliquístico, 333. Ver además Nefropatía displásico multiquístico, 1635 pares de cadáver, de donantes jóvenes,
poliquística ecografía-Doppler, 1655-1659 590
quística, 330-337. Ver además Riñones, rechazo de injerto, 1658 patología parenquimatosa como
quistes de resistencia postraspante, 1658, 1659 complicación de, 597-599
adquirida, 336 ectopia con fusión cruzada, 1630-1632 infección como, 597-599
carcinoma de células renales, 313, 336 en herradura, 1630-1632 necrosis tubular aguda, 597
localiza do, 336 glomerulonefritis y, 1621, 1640 rechazo agudo, 597-599
medular, 333 hidronefrosis y, 1630-1633. Ver además rechazo crónico, 597
relacionado con una neoplasia, 336, Hidromefrosis, pediátrica postrenal, obstrucción del sistema
337 infecciones de, crónica, calcificaciones, coéctor, como complicación,
estallido, 339 1643 608-610
fallo, crónico, trasplante para, 589, 590 intratorácicas, 1570 prerrenal, complicaciónes vaculares de,
fetal longitud 599-608
frente a edad, altura y peso, 1621 estenosis de arteria renal, 604-606
agenesia
mediciones, 1621 estenosis de vena renal, 608
bilateral, 1199-1201
nefrocalcinosis, 1640-1643 trombosis arterial, 599-604
unilateral,12 01
patología médica, 1640-1643 trombosis venosa, 606-608
displasia, por obstrucción urinaria, 1211,
patología vascular, eva luación con pseudoaneurismas después de, 612
1212
Doppler, 1649-1659 técnica quirúrgica, 590
ectópica, 1201
pélvico, ectópico, 1730 trastorno linfoproliferativo después de,
embriología, 1194
quistes, 1633-1636 625
en herradura, 1201
diálisis y, 1635, 1636 trauma, 337-426
con megalouretra, 1216
en la enfermedad de von Hippel- tumores de, raros, 329,330
enfermedad quística, 1201-1208
Lindau, 1635 vascular, ecografía Doppler, 339, 340
displasia renal quística obstructiva,
en la esclerosis tuberosa, 1635 Riñón displásico multiquístico fetal, 1201-1204
1203-1206
medular, 1635 pediátrico, 1635
nefropatía displásica multiquística,
multilocular, 1649 Riñón en herradura, 288, 30
1201-1204
simple, 1636 fetal, 1201
poliquística
trasplante hepático, 1636 con megalouretra, 1216
autosómica dominante, 1204-1206 trauma, 1643, 1644 pediátrico, 1630-1632
autosómica recesiva, 1204-1206 tumores, 1644-1649 Riñón pélvico fetal, 1201
quistes simples, 1208. angiom iolipomas, 1649 Rizomelia, 1229
síndromes asociados, 1206 calcificaciones, 1643 Roberts, signo, 1248
hiperecogénico/brilllante, 1206-1208 carcinoma de células renales, 1647 Rodilla
hipertrofia reniforme bilateral, en la linfoma renal, 1649 pediátrica, luxación congénita, 1761
nefropatía quística poliquística, nefroma mesoblástico, 1646, 1647 tendones, aspecto ecográfico normal,
1204-1206 neuroblastoma como, 1646 815-819
longitud, 12-40 semanas de gestación, quiste renal multilocular, 1649 Rolland-Desbuquois, 1246
pélvico, 1201 Wilms, 1644-1646 Romboencefalia, cavidad, 1063
tumores volumen Romboencefalia, formación de, 954
riñones hiperecogénicos bilaterales, determinación, 1621 Romboencéfalosinapsis, 1084-1087
1206-1208 pélvico, 288 frecu encia, 1085
glomerulonefriris, 344 id entificación, 538 Rostral, neuroporo, 1062, 1063
hematoma, 339 quistes, 330-337 Rotuliano, tendón
hipertrofia, compensatoria, 287 calcificaciíon de, 331, 332 fisuras de, parcial
hipoplasia, 287 compleja, 330 Rotura, definición, 1224, 1246
laceraciones, 339 cortical,330-333 Rotura de membranas
leucemia que afecta a, 326 ecos interiores, 331 como complicación de una amniocentesis,
linfoma que afetca a, 326 en el nefroma quístico multilocular, 335, 1358
lobulación fetal, 287, 1624 336 pretérmino prematuro 1343, 1344
lóbulos, formación, 1624 en la enferemedad de von Hippel-Lindau, ' evaluación cervical, 1353, 1354
megacálices congénitos, 291 337 Rotura prematura de membrana
metástasis a, 326, 327 en la enfermedad quística localizada, 336 en gemelos monocoriónicos, 1027
necrosis cortical aguda, 342, 344 en la esclerosis tuberosa, 337 hipoplasia pulmonar y, 1132
necrosis tubular aguda, 342 en la nefropatía displásica multiquística, Rubeola
nefroma quística multiloular, 335, 336 326,327 congénita, cerebro neonatal/lactante 1427,
oncocitoma, 321 en la nefropatía poliquística, 333 1429
parénquima, calcificación, 311-313 en la nefropatía quística adquirida, 336 hidrops fetal, 1277-1279
pediátrico manejo percutáneo, 572 maternal, estenosis pulmonar, 1168
absceso, como complicación de una medular, 333 Rueda dentada, signo, en la enfermedad pélvica
glomerulonefritis aguda, 1639 parapélvico, 333 inflamatoria, 533
Ruptura, complejo pared corporal-extremidad afectación testicular, 767 en el embarazo múltiple. Corionicidad,
por, 1191, 1192 Sarcoma 1018
separación del corion, 1324 de Kaposi fetal, identificación 1220
Q) de las glándulas suprarrenales, 392 Shónlein-Henoch, púrpura, pediátrica, 1677
(,) S hepático, 123 afectaci ón escrotal, 1721
:se Saco gestacional
diámetro medio
embrionario, indiferenciado en el hígado afetación testicular, 1721
Shunt arteriovenoso, en el teratoma fetal
'- pediátrico, 1596, 1597
aspecto ecográfico normal, 958, 963 espacio masticador en pediatría, 1494 sacrococcígeo, 1128
en la determinación de la edad renal,330 Sialoadenitis crón ica, pediátrica, 1489
gestacional, 1284 retroperitoneal,430 infecciosa, 1489
longitud coronilla-rabadilla, como sinovial, de las vainas tendinosas, 831 no infecciosa, 1489
predictor de un pronóstico anormal, Sarcoma botrioide, pediátrico, 1649, 1694, 1733 Sialolitiasis
974-976 Scheneckenbecken, displasia, 1242 pediátrica, 1486, 1487
tamaño de, en la estimación de la edad Schwachman-Oiamond. Síndrome, hipertrofia Sífilis fetal, hidrops por, 1274-1279
gestacional, 968 pancreática, 1690 Signo de la doble burbuja, en la demostración
en la pérdida del embrión, 972 Secuencia de brida amniótica, 963-967,1078 del amnios, 963-967
identificación, en la determinaciónd e la amputaciones ocasionadas por, 1247 Signo de la doble decidua, 961, 962
edad gestacional, 1284 Secuencia de contraste de pulso (CPS), 58 Signo de la doble salida ventricular, 1163-1165
niveles de beta-gonadotropina coriónica, Secuencia de perfusión arterial invertida doble, Signo del área nuda, en el líquido pleural, 1558
961 1028,1029 Signo del punto azul, 1719
Saco vitelino hidrops, 1274-1276 Signo del saco intradecidual, 958-961
anormalmente grande, como predictor de Secuestro Silicona, granulma, en la rotura del implante de
mal pronóstico, 976, 977 fetal, Ooppler en la evaluación, 1318 mama extracapsu lar, 736, 737
aspecto ecográfico normal, 963, 963, 967 pediátrico pulmonar, 1570, 1571 Silverman-Handmaker, 1246
calcificado, como predictor de mal Secuestro broncopulmonar, 1134 Silvia na, cisura, desarrollo en el lactante/
pronóstico, 977 extralobar, 1136 neonato 1377, 1378
en la pérdida del embrión, 972, 973 fetal, hidrops, 1271 Silla de montar, nariz en, en la displasia ósea,
evaluación, 929, 930 intralobar, 1136 1231
identificación de, en la determinación de la Sedación, en la ecografía pediátrica Simpson-Golabi-Behmel, hernia diafragmática
edad gestacional, 1284 intervencionista, 1763 congénita, 1144, 1145
material ecogénico en, como predictor de Seguridad Sincitiotrofoblasto, 958
mal pronóstico, 977 Sincronizada, image n, 60
de la ecografía obstétrica, 946. Ver además
número de, amnionicidad y, 1019, 1018 Sindactilia
Bioefectos, de la ecografía
primario, formación de, 955, 957 fetal,1254
obstétrica.
secundario, formación de, 955, 957 Sinding-Larsen-Johansson, síndrome, 831
de los medios de contraste de burbujas, 65,
tamaño y perfil, como predictores de mal Síndrome de inmunodeficiencia adquirida
66
pronóstico, 974-977 (SIDA)
del diagnóstico por imagen. American
Saco vitelino, tumores, 531, 758 infección del tracto gastrointestinal, 271
lnstitute of Ultrasound in Medicine,
Sacra, agenesia, infecciones de viás urinarias, 306
statements, 45, 46
fetal,1126 neumocistis carinii, infección hepática, 83
hipertermia, 36
en el síndrome de regresión caudal, 1247 tiflitis aguda, 260-262
en la regresión caudal, 1126 Seldinger, técnica, para la colocación de un
Síndrome de la brida amniótica, 1191, 1192
pediátrico, en la triada de Currarino, 1541 catéter de drenaje, 560
hendidura facial, 1052
Sacro, tumores del hueso, 1742 Seminales, vesículas, 352
Síndrome de la salida torácica, 904
Sacrococcígeo, teratoma calcificación, 361
Síndrome del tapón meconial, obstrucción
fetal, 1126, 1128 pediátricas, 1709
intestinal neonatal, 1736
evaluación con Ooppler, 1318 quistes, 361 Síndrome urémico hemolítico, (SUH), ped iátrico,
pediátrico, 1538-1541,1740 pediátricos, 1730 ecografía Ooppler, 1655-1657
Safena, vena Seminíferos, túbulos, 753, 754 engrosamiento de la pared intestinal, 471,
grande, 915, 916 Semi noma 472
pequeña, 915, 916 en la gónada desplazada, 1721 Sinovial, bursa, 808
Safenofemoral, unión, como referencia de las pediátrico, testicular, 139 Sinovial, sarcomas, de las vainas tendinosas, 831
hernias femorales, 443, 444 testicular, 757, 758 Sinovial, vainas, 808
Salivales, glándulas, pediátricas, 1484-1494. Ver por criptorquidia, 785 aspecto ecográfico normal, 812
además. Glándulas parótidas, Seno dural, fetal trombosis, 1099, 1100 Sinovitis
pediátricas; Glánadulas Senos dérmicos dorsales, pediátricos, de cadera, pediátrica, 1757
sublinguales, pediátricas; Glándulas 1531-1534 pediátrica, 1760
submaxilares, pediátricas. Sepsis, pediátrica, ictericia, 1588 Sintelencefalia, 1083
inflamación, 1485-1489 Septado, útero, 496 Suprahioideo, espacio, pediátrico
aguda, 1486, 1487 Septal, hipertrofia, fetal, en madres diabéticas, anatomía, 1483-1494
crónica, 1489 1171 lesiones quísticas, 1493, 1494
masas vasculares, 1490, 1491 Septicemia en el síndrome de Lemierre, 1520, masticador, espacio, patología, 1494
masas, 1490-1493 1521 parotídeo y submandibular, espacios,
neoplasias, 1489-1491 Séptico, émbolo, en el síndrome de Lemierre, 1484-1494
Sangrado 1520,1521 Sirenomelia
comp licación de amniocentesis, 1358 Séptula testis, 754 fetal, 1126, 1247
en la placenta previa, 1324 Septum pelúcido pediátrica, 1538-1541
Sangre ausente, en la romboencefalosinapsis, 1087 Sirenomelia, secuencia, agenesia sacra, 1126
autóloga, inyección intratendinosa, 846, cavum, fetal, proyeción eco gráfica de rutina, Sistema biliar, fetal, 1178
847 937 Sistema colector renal pediátrico
fetal Septum primum, 925 dilatación, 1630-1632, 1633. Ver además
deglutida, sangre intestinal por, Septum secundum, 1158-1160 Hidronefrosis, pediátrica
1183-1185 Seroma duplicación, 1628-1630
muestra de después de la herniorrafia, 457, 458, 460, Sistema nervioso central (SNC). Ver además
en el diagnóstico de hidrops, 1280 461 cerebro; Médula espinal; Columna
en el hidrops inmunitario, 1274 pélvico, 537 malformaciones en el embarazo múltiple,
incompatibilidad, hidrops inmunológico, Sertoli, tumores de las células, 532 1022,1023
1262 Sesamoideos, huesos, aspecto ecográfico Sístole-diástole (S/O), ratio, 1299
Sarcoide, sialoadenitis crónica pediátrica, 1489 normal, 812 Sitio-específico, síndrome del cáncer de ovario,
Sarcoidosis Sexo 1174
Situación ácido -base, en el perfil biofísico Subdural, hematoma bilateral, fetal, 1101 en la anomalía de Ebpstein, 1162
modificado, 1319 Subdural, hematoma, neonataljlactante, 1425 fetal, 1172 '
Situs inversus total hepático, 73 Subendometrial halo, 493 hidrops, 1269
Situs inversus total versus parcial, 1174 Subependimaria, hemorragia, cerebro del Surco callosomarginal, neonatalflactante, 1377, CI)
Sjiigren, síndrome, sialoadenitis pediátrica neonataljlactante, 1406, 1409 1378 O
crónica, 1489 Subependimario, quistes Surcos, cerebrales :e;
Smith-Lemli-Opitz, síndrome de, 1220, 1221 neonataljlactante, 1436 desarrollo, 1062, 1063 ,e-
microcefalia por, 1088, 1089 por envejecimiento de hemorragia, 1406, disposición radial, en la agenesia del cuerpo
Society of Fetal Urology, sistema de gradación 1409 calloso, 1386
de, para la hidronefrosis, 1209 Subglótica, estenosis o atresia, obstrucción neonataljlactantes, 1377, 1378
«Sol naciente» signo del, en la agenesia del congénita de la vía aérea alta, 1137 silueteado, en el edema cerebral difuso,
cuerpo calloso, 1386 Sublingual, glándula, pediátrica, anatomía, 1485 1419
Solubles, formas de presentación de los Subluxación, descripción 1745 Surcos, formación, alteraciones de,
corticoides inyectables, 838 Submandibular, espacio, pediátrico, 1484 malformaciones cerebrales, 1393,
Sombreado, 18 lesiones quísticas, 1493, 1494 1394
acústico Submandibular, glándulas, pediátricas Suspensorio, ligamento, de ovario, 491, 512, 513
disminuidojausente, en la displasia ósea, anatomía, 1484, 1485 Suturas, craneales, fusiones prematuras,
1230 sialolitiasis, 1486, 1487 1037-1039
en la detección de lesiones de mama, 708 Subplacentario, hematoma, 1328, 1329
nódulos sólidos de mama con, 714-716 Superficial, infitración peritendinosa y T
en los fibroides uterinos, 499, 500 periarticiular «T», signo, en la monocorionicidad, 1018
So mitos, en embriología de columna, 1104, en el pie y tobillo, 840-842, 846, 847 taquiarritmias, fetal, hidrops por, 1269,
1522 en la mano y muñeca, 842, 843 1270
Sonazoide,49 Supraclavicular, estenosis aórtica, 1168 Tabaco, consumo, gastrosquisis, 1187
Sondas de onda continua, para el Doppler Supraespinoso, tendón, 790 Tabique óseo, en la médula espinal, en la
duplex pulsado, 874 Suprarrenal, hiperplasia congénita, restos, 767, diastematomielia, 1123, 1124
Sonido 768,1723,1724 Táctil, sensación, en la ecografía obstétrica, 949
efectos físicos, 33 Suprarrenal, restos de Takayasu, arteritis
propagación, 2, 3 extra testiculares, 772 de la arteria carótida común, 880
velocidad de propagación, 2, 3 testiculares, 767, 768 estenosis aórtica, 408
SonoVue,49 pediátrico, 1723, 1724 Tálamo, fetal, aspecto ecográfico normal, 1064
Soplo por estenosis carotídea, Doppler color, Suprarrenales, glándulas, 382 Talamoestriados, vasos, mineralización, 1098
867 alteraciones metabólicas, 396 Tamoxifeno, carcinoma endometrial, 508, 509
Spigelianas, hernias, 444, 445 anatomía, 382-384 Tanatofórica, displasia, 1233, 1234
localización, 435-437 aguja percutánea, guiada por ecografía, cráneo con perfil en hoja de trébol y, 1036,
Stein-Leventhal, síndrome, pediátrico, 1697, 556 1037
1698 guiada por ecografía, 396 craneosinostosis, 1037
Stensen, conducto, en pediatría, 171, 1484 corteza. Ver Corteza suprarrenal diagnóstico, 1224
Stent derecha, 383 diferenciación entre la acondroplasia
arteria periférica, evaluación, 896 barrido multiplanar, 384 homocigótica y, 1234
Stickler, síndrome de, hendidura en el segundo drenaje, guiado por ecografía, 396 diferenciación entre la displasia
paladar en, 1052 ecografía intraoperatoria, 396 campomélica y, 1234
Stroke Preventncion Trial in Sickle Cell Anemia ecografía, 384 hallazgos SN C, 1234
(STOP), estratificación del riesgo de embriología, 382 plegado de huesos largos, 1233, 1234
ictus de, 1478 fetal tipo 1, 1234
Sturge-Weber, síndrome hiperplasia congén ita, genitales en, 1221, tipo 2, 1234
evaluación con Doppler transcraneal, 1461 1222 Tanatofórica, displasia ósea, malformaciones
hemangioma facial, 1056 masas, 1209 corticales, 1088
malformaciones venolinfáticas, 1511-1513 normal, 1209 Tandem, placa, en la estenosis carotídea, 853,
Subacromial-subdeltoidea, bursa, en el hemorragia, 395, 396 854
manguito de los rotadores del después del trasplante hepático, 584 Taquicardia
adolescente, 795 izquierda, 383, 384 fetal, 1172, 1173
Subaracnoideo, espacio, del neonatojlactante barrido multiplanar, 386 neonatalflactante, índice de resistencia
colecciones líquidas en la imagen del neoplasias intracraneal, 1440
Doppler, 1451, 1452 benignas, 386-391 supraventricular
desarrollo 1377, 1378 adenomas, 386-388 en la anomalía de Epstein, 1162
Subcapsular, tendón, 790, 792 feocromocitoma, 390 fetal, hidrops por, 1269
Subcenturiado, lóbulo plancentario, 1332-1336 mielolipomas, 388-390 Taquicardia paroxística supraventricular, fetal,
Subclavia, arteria, 902, 903 neoplasia endocrina múltiple, 390 1172
Subclavia, síndrome del robo, 886-888 rara, 390, 391 Taquicardia ventricular, fetal, 1172
completo, 887 maligno 391, 393 Tardus, parvus, forma de onda
forma de onda de prerrobo, 887 cáncer adenocortical, 391 en el síndrome de robo subclavia, 887
incompleto o parcial, 887 linfoma, 391, 392 en la ecografía Doppler duplex de la arteria
Subclavia, vena, 924 metastático, 392, 393 renal, 416
en el síndrome de Paget-Schroetter, 1563, sarcoma de Kaposi, 392 en la estenosis de la arteria carótida, 874
1564 pato logía infecciosa, 384-386 en la trombosis de la arteria hepática
trombosis pediátrico después del trasplante hepático,
exploración, 926, 927 anatomía de, normal, 1659 575-577
Subcoriónica, hemorragia ecografía, 384 en le estenosis de la arteria renal, 340
como predictor de una evaluación anormal, en la agenesia, renal, 1659 en oclusiones de arteria periférica, 899,
977-979 hemorragia dentro de, neo natal, 1661 899-901
Subcoriónico, hematoma, 1330 hiperplasia congénita, 1659 TargetScan, en el cáncer de próstata, 374
diferenciación del desprendimiento restos suprarrenales, 1723, 1724 Tasa de imágenes
placentario, 1328, 1329 mediciones, en neonatos, 1659 en la ecografía Doppler duplex de arteria
Subcoriónicos, quistes maternos, infarto del tumores feminizantes, pubertad renal,413
suelo materno, 1329 pseudoprecoz, 1709 en la ecografía obstétrica, 947
Subcutáneo, edema, fetal en el hidrops, 1260 quistes, 393-395 Tasa de picos telediastólicos AljACC, en la
Subdeltoidea, bursa, 790 Supratentorial, tumores, cerebro neonatalf evaluación del grado de estenosis
Subdural, colección, imagen de Doppler lactante, 1430-1432 carotídea, 860-863
neonataljlactante, 1451, 1452 Supraventricular, taquicardia Teale, hernia, 443, 444
Teca externa, 955 imagen de Doppler color, 808, 809 Testicular pediátrico, apéndice
Tecaluteínicos, quistes, 518 imagen de Doppler potencia, 808, 809 torsión, 1719
pediátricos, 1695 imagen panorámica, 808 Testículos
el) Técnica de intercambio sobre guía, para la maniobras de flexión -extensión, 811 absceso, 767
o colocación del catéter de drenaje, orientación del haz electrónico, 808 apéndice, 754
=a
c:
559 teres menor, 791-794 clasificación patológica
,- Técnica de tratamiento extrauterina intraparto tofo gotoso, 831 células de Sertoli, 760
para el teratoma cervical. 1058- tumores, 831-835 primario, oculta, 760, 761
1061 de células gigantes, 831 criptorquidia, seminomas en, 757
Tecnología de microburbujas, futuro, 66, 67 osteocondromas, 831 en el mieloma, 762
Tecnología de reproducción asistida, incidencia sarcomas sinoviales, 831 estromal, 757
de embarazo multifetal, 1017 xantomas, 831 terato mas, 758
Tecomas, ováricos, 446-532 vainas, 808 fetal
Tejidos blandos Tenografía, 829, 835 descendido, 1220
calentamiento, 35, 36 Tenosinovitis, 828, 829 no descendido, 1220, 1221
perientéricos, en el abdomen agudo, 831 de De Quervain, 829 fu sión esplenogonadal, 768
Tejidos blandos perientéricos, en el abdomen estenosante, infiltraciones para, 832, 842 hamartoma, 762-764
agudo, 254 reumatoide, 829 infarto
Telangiestasia, hemorragia hereditaria, 98 Tenotomía percutánea, 846, 847 después de herniorrafia, 457, 458
Telencéfalo, formación, 991, 992 Teratocarcinoma, pediátrico, testicular, 1722 segmentaria, 767
Tendinitis, 826-828 Teratogenia por los efectos térmicos del los in fertilida d masculina, factores implicados,
aguda,828 ultrasonidos, 948 363
calcificada, infiltraciones para, 844-846 Teratógenos, holoprosencefalia por, 1391, 1392 leucemia, 762
crónica, 828 Teratoma Iinfoma, 761, 762
Tendinosis, 823-826 de ovario, inmaduro, 531 mediastino, 754
en hernias del deportista, 446-449 diferenciación entre dacriocistocele y, 1042- pediátrico, 1709
infiltración para, de De Quervain, 842, 843 1046 metástasis, 761-764
Tendones, 808-834 fetal microlitiasis, 769, 770
anatomía, 808 cardiaco, 1170 no descendido, 783-785
aspecto ecográfico normal, 812 -823 cervical,1058-1061 en el síndrome del abdomen en ciruela
en el codo, 812 coccígeo, hidrops, 1274-1276 pasa, 1216
en el hombro, 812 cuello, hidrops por, 1270 normal, 754
en el pie, 819-823 intracraneal, 1102 pediátrico
en el tobillo, 819-823 intrapericárdico, hidrops,1266-1269 accesorios, 1711
en la rodilla, 815-819 sacrococcígeo, 1126-1128 anatomía, 1621-1709
en mano y muñeca, 812-815 evaluación con Doppler, 1318 anomalías congénitas, 1711
conjunto neo natal/lactante bilobulado, 1711
debilidad/fisura, hernia del deportista y, cardiaco, 1169 displasia quística, 1711, 1712
533 cerebral, 1430 duplicación, 1711
hernia inguinal directa, 439-443 pediátrico ectopia de, transverso, 1711
ecografía de, como función del explorador, cervical. 1509, 1510 hematomas, 1719, 1720
835 gastrointestinal, 1685-1687 infarto , 1716
en la osteocondrosis no articular, 831 mediastínico, 1568 más pequeño de lo normal,l711
estructura anisotrópica, en el barrido del ovárico,1698-1701 microlitiasis, 1727
manguito de los rotadores, 787 diferenciación entre el quistes de neo nato, 1709
fisuras, 823, 824 ovario hemorrágico y, 1697, 1698 no descendido, 1711
completas, 823 sacrococcígeo, 1538-1541,1740 postpuberal, 1709
incompletas, 823, 824 testicular, 1722 quistes de, solitario simple, 1724
intrasustancia, 823 tiroideo, 1504 ruptura, 1719, 1720
inflamación, 826-831 quístico de ovario, 529-531 torsión, Ver además Torsión testicular
en la bursitis, 829, 830 testicular, 758 tumores, 1721-1724
en la entesopatía, 830, 831 Teratoma coccígeo feta l, hidrops, 1274-1276 quistes, 764
en la peritendinitis, 828 Teres menor, tendón, 791-794 displasia quística, 764-766
en la tendinitis, 826-828 Térmicos de los ultrasonidos, efectos, 30, 33-38 ectasia tubular de la rete testis, 764
en la tenosinovitis, 828, 829 Ver además Bioefectos térmicos epidermoide, 766, 767
infraespinoso, 791-794 obstétricos, 948, 949 intratesticular, 764
instrumental, 808-812 Terminal, i1eitis, 262 restos suprarrenales, 842
almohadilla de separación para, 810, 811 aguda, pediátrica, diferenciación entre la sarcoidosis con afectación de, 853
movimiento limitado y atrapamiento, 831 apendicitis y, 1740 seminoma, 757, 758
no visualización de, en las roturas Terminal, mielocistocele, 1123 semi noma, por criptorquidia, 785
completas, 823 pediátrico, 1535-1537 séptula, 754
otras modalidades de imagen, 835 Terminales, anomalías transversales, de la trauma, 781, 783
patología, 823-835 extremidad,1247 tumores de
patrones postoperatorios, 831 Tessier, hendidura, clasificación, 1052 carcinoma de células embrionarias, 758
profuda, infiltración, 843, 844 Test sin estrés, perfil biofísico, puntuación, 1318 células germinales, 757, 760
propiedad de anisotropía, 812, 836, 837 Testicular, arteria, 754, 755 mixto, 758
pseudotumores, 831, 835 Testicular, feminización no seminatoso, 758-760
quistes fetal,1222 quemado, 760, 761
de Baker, 835 pediátrica, amenorrea primaria en, 1708 coriocarcinoma, 758-760
gangliones, 831 Testicular, torsión, 777-781 de células de Leydig, 760
subescapular, 790 pediátrica, 1712-1714 maligno, 757-761
supraespinoso, 790 crónica, 1716 metastático, 757
técnica ecográfica, 808-812 Doppler flujo color, 1716-1721 mixto, de células germinales del estroma,
barrido compuesto espacial en tiempo reduccion de una torsión, 1716 757
real,808 «desapercibida», 1715, 1716 Testículos no descendidos, 783-785
barrido tridimensional. 810 espontánea, 1718 Tetralogía de Fallot, 1163, 1164
elastografía, 809, 810 extravaginal, 1714 Tibial, arteria
en procedimientos intervencionistas, incompleta,l718 anterior, 898, 899
811,812 intravaginal,l714,1715 posterior, 898, 899
imagen de armónicos tisulares, 808 tardía, 1716 Tibial, hemimelia pediátrica, 1761
Tibial, tendones, posteri ores, infiltración de, cáncer, 1501-1503 técnica, 1554, 1558
840-842 disgenesia, 1496, 1497 ventajas y desventajas de, 1558, 1559
Tibial, vena, 917 enfermedad inflamatoria, 1498, 1499 fracturas costales en, 1579
posterior, evaluación, en la trombosis hemiagenesia, 1496, 1497 líquido pleural, signos ecográficos, 1551, el)
venosa profunda, 919 hemorragia, 1501 1552 ()
Tibioperoneo, tronco, 898, 899 istmo, 1495 masas en, extracardiaca, 1570-1572 "C
Tiempo de permanencia, 34 lesiones congénitas, 1496-1498 mediastino y, 1563-1570 ,s:::
-
en la ecografía obstétrica, 947 lóbulo piramidal, 1495 osteomielitis costal, 1579
Tiempo medio de velocidad pico, 1458 neoplasias, 1499-1504 pared de, lesión de, biopsia de, guiado
Tiempo medio promediado de máxima pseudo nódulo, 1501 por ultrasonidos, 1573
velocidad, 1458 quistes degenerativos, 1501 parénquima pulmonar, 1559-1561
Tiflitis retroesternal, 1566, 1567 procedimientos guiados por
aguda, 260-262 técnica, 634 ultrasonidos, 1573
Tímico, quiste, 1508, 1509 vascularización, 635 Tórax fetal
Timo Tiroidea inferior, arteria, 635 anomalías, hidrops por, 12 70-1272
como ventana acústica, 1563 Tiroidea superior, arteria, 850, 851 perímetro del, disminuido
fetal, desarollo, 1130-1132 Tiroides lingual, pediátrico, 1493 en la hipofosfatasia congénita, 1239
herniación superior, 15 70 Tiroiditis perímetro y longitud
pediátrico, 1568-1570 aguda supurativa, 665, 666 hipoplasia pulmonar, 1230, 1231
ectópico, 1508, 1509 crónica autoinmune supurativa, 666 TORCH infecciones, cerebro neo natal/lactante,
quistes, 1570 de De Quervain, pediátrica, 1499 1426
Timofaríngeos, conductos, formación, 1508 fibroso invasivo, 670 Torsión testicular, 777-781
Tirogloso, quistes del conducto, pediátrico, focal pediátrica, 1499 Torsión testicular extravaginal, 1714
1493, 1494,1497, 1498 Hashimoto, 666 Torsión testicular intravaginal, 1714, 1715
infectado, 1498 bocio fetal y, 1061 Toxemia, en el embarazo pediátrico, 1705
Tiroidea glándula, 634-761 pediátrica, 1499 Toxoplasmosis
adenomas, 639 indoloro (silente), 669 desarrollo cerebral fetal, 1098
anatomía, 634-636 subagudo granulamatoso, 666 fetal, hidrops, 1274-12 78
aplasia, 636 Tiromegalia, fetal, 1061 prenatal, cerebro neonatalflactante,
carcinoma, 639-646 Tirosinemia 1426-1429
anaplásico, 646 tratamiento, 1589, 1590 Tracto de salida, proyecciones ecográficas de
incidencia, 665 TN. Ver Translucidez nucal rutina
medular, 646-649 Tobillo Tracto genital, fetal, 1220-122 3
metastático a ganglios linfáticos infiltración, 839 hidrometrocolpos, 1222, 1223
cervicales en el niño, 1518, 1519 superficial peritendinoso y periarticular, quistes ováricos y, 1223
papilar, 639-646 840-842 Tracto urinario. Ver además Vejiga; Tracto
quístico, signos ecográficos, 656 tendones, aspecto eco gráfico normal, genitourinario; Riñón
ectópico, 636 819-823 equinococosis, 304
el volumen de, calcula ndo, 634, 635 Tobillo, vertical, 1761-1763 esquistosomiasis, 303, 304
enfermedad difusa, 665-670. Ver además Tofo gotoso, en los tendones, 831 fetal
Tiroiditis Tomografía computarizada (TC) alteraciones fetales, 1198-1220
bocio adenomatoso, 669 de la próstata, 381 agenesia renal bilateral, 1199-1201
enfermedad de Graves, 669, 670 en el aneurisma de aorta abdominal agenesia renal unilateral, 1201
enfermedad nodular, 636 -665 para el cribado y vigilancia, 401-404 diagnóstico prenatal, 1198
adenomas paratidoideos para la planteamiento terapéutico, 404 ectopia rena l, 1201
malinterpretados como, 683 en la rotura de aorta abdominal, 404 nefropatía quística, 1201-1208. Ver
adenomas, 639 tridimensional, en la displasia ósea, además Nefropatía quística, fetal
aplicaciones ecográficas, 651-664 evaluación, 1232, 1233 prevalencia, 1198
como guía para el tratamiento Toque temporal, en la identificación de la arteria riñón en herradura, 1201
percutáneo, 66 0-664 carótida externa, 850, 851 aspecto ecográfico, 1194-1197
como guía para la biopsia con aguja, Toracoabdominal, ectopia cordis, 1171 primer trimestre, 1194-1196
658-660 Toracoabdominal, síndrome, ectopia cordis y, segundo trimestre, 1194-1196
ecoelastografía, 657, 658 1190-1192 tercer trimestre, 1194-1196
para la detección de la masa tiroidea, Toracoamniótica derivación, guiado por embriología, 1194
651-655 ecografía, 1363 extrofia vesical, 1219, 1220
para la diferenciación entre nódulos Toracocentesis inferior, obstrucción, 1214-1216
benignos y malignos, 655-657 en el útero, guiado por ultrasonidos, en el síndrome de megavejiga-
biopsia de, aspiración con aguja fina, 651, 1363 microcolon -hipoperistaltismo
652 Toracópagos, gemelos, 1029-1031 intestinal, 1216
carcinoma, 639-646 Tórax. Ver además entidad específica; p. ej: en el síndrome del abdomen en ciruela
correlación ecográfica, 637-652 Pulmón, Timo pasa, 1215
hallazgos patológicos, 637-652 fetal,1129 en la intervención intrauterina,
inyección de etanol, para los nódulos con derrame pericárdico, 1141 1216-1219
función autónoma, 661, 662 derrame pleural, 1139, 1141 en la megalouretra, 1216
en lesiones quísticas benignas, 660, desarrollo de estructuras, 1129-1132 hidrops por, 1273, 1274
661 hernia diafragmática congénita, 1141. malformación cloacal, 1216
en nódulos «fríos» benignos sólidos Ver además Hernia diafragmática megavejiga, 1214
solitarios, 662 congénita por atresia uretral, 1215
linfoma, 646-652 obstrucción congénita de la vía aérea, por las válvulas uretrales posteriores,
nódulos detectados de forma incidental y, 1137,1138 1214,1215
664,665 quistes broncogénicos, 1138, 1139 normal, 1194-1198
pediátrica, 1499-1501 quistes neuroentéricos, signos de, obstrucción, respuesta renal, 1211, 1212
hiperplasia, 636 1129-1132 superior, dilatación, 1209-1214
instrumental, 634 secuestro, evaluación con Doppler, 1318 duplicación, anomalías, 1213, 1214
linfoma, 646-652 pediátrico, 1551-1579 hidronefrosis como, 1209-1212. Ver
lingual pediátrica, 1493 absceso pulmonar, 1559 además Hidronefrosis.
malformaciones congénitas, 636 colecciones paraneumónicas, 1559 obstrucción de la unión ureteropélvica,
metástasis, 652 diafragma, 1572, 1573 1212
pediátrica ecografía obstrucción de la unión vesicuoreteral,
anatomía, 1495, 1496 indicaciones, 1551, 1552 1212,1213
reflujo vesicoureteral, 1214 Trastornos metabólicos Trisomía 18 (síndrome de Edwards), 1012,
masas, 538 alteraciones cerebrales, 1397, 1398, 1399 1013
pediátrica, 1621-1661 fetal, hidrops, 1279 atresia biliar y, 1584-1587
Q) anomalías congénitas, 1628-1632 Trasudado pleural, aspecto ecográfico, 1554, . cordón umbilical, quistes, 1337
o infección, 1636-1640, 1727, 1728 1558 hallazgos anató micos, 1256
:e; candidiasis neonatal, 1639, 1640 Tratamiento con hiperventilación, pediátrica, hendiduras faciales, 1050
c:::
,- cistitis, 1640 monitorizción con Doppler hernia diafragmática, congénita, 1144, 1145
ictericia, 1588 transcraneal, 1461 hidrops por 1274-1 276
pielonefritis, 1638, 1639 Tratamiento esteroide anabolizante, adenomas holoprosencefalia, 1391, 1392
inferior hepáticos, 1593 megacisterna mangna, 1064
anomalias congénitas, 1727-1730 Tratamiento fetal, evaluación cervical, 1353, riñón en herradura, 1201
infecciones, 1732, 1733 1354 riñones quísticos, 1206
neoplasias, 1733-1736 Tratamiento hormonal sustitutivo, translulcencia nucal, 1002
trauma, 1735, 1736 sincronización con la Trisomía 21 (síndrome de Down), 996
tuberculosis 301-303 ecohisterografía con, 492 anomalías congénitas, 1006, 1007
Transabdominal, barrido, en la placenta previa, Tratamiento intraparto extraútero (<<EXIT»), anomalías estructurales, 1010
1326 técnica, para la obstrucción de la vía atresia du odenal fetal, 1180
Transductores, 6, 7 aérea superior, 1138 ausencia de hueso nasal, 1047
en la ecografía transrectal, 354 Tratamiento transcutáneo, para el cierre de la cribado de, en el segundo trimestre,
para la imagen de cerebro en neo natos/ fístula, 909, 910 1006-10 12
lactantes, 1367 Trauma defectos del tabique auriculoventricular,
selección, 10-12 biliar, hemobilia secundaria, 159-163 11 58-1160
en el control de salida, 45 cervical, lesión de arteria carótida, 880, 881 ecografía genética, 1011, 1012
en la ecografía obstétrica, 947 ecografía abdominal centrada en, 472 fo co intracardiaco ecogénico, 1009, 1010
Transductores con dispositivos de fase, 10 epididimitis por, 1719 hallazgos anatómicos, 1255
orientación del haz en, 9 esplénica, 148 hidrops por, 1274-1276
Transductores de dispositivo bidimensional, 10 estenosis aórtica secundaria, 159-163 hipoplasia facia l, 1046, 1047
Transductores de dispositivo curvado, 10 genitourinaria, 337-339 hueso nasal, 1046, 1047
Transductores de dispositivo lineal, 10 hemorragia suprarrenal secundaria a, 396 huesos wormianos, 1039
orientación del haz, 9 hepática, 123-126 intestino ecogénico, 1009
Transductores sectoriales mecánicos, 10 musculoesquelética pediátrica, 1760, 1761 intestino fetal ecogénico, 1183
Transfundal, presión, cambio cervical dinámico, no accidental, 1760 longitud del fém ur, 1009
1351,1352 renal, 337-339 longitud humeral, 1009
Transfusión fetal intravascular, 1313, 1314 pediátrica, 1643, 1644 macroglosia, 1052
Transfusión feto materna, elevación de la alfa testicular, 781-783 marcadores
fetoproteína materna, 1115 combinado, 1011, 1012
trombosis del seno dural, fetal, 1099, 1100
Transfusiones pielectasia en, leve, 1009
ureteral,339
fetal, 1363 pliegue nucal, 1007, 1008
vejiga, 339
fetal intravascular, 1313, 1314 riesgo de, sugestiva por un fémur corto,
Treacher Collins, síndrome
feto materna, elevación de la 1229
hendidura en el segundo paladar, 1052
alfafetoproteína sérica materna, signos asociados, 1010, 1011
hipoplasia hemifacial, 1046, 1047
1115 translucidez nucal, 998, 999
Tríceps braquial, tendón del músculo, 812
gemelo-gemelo, 1027, 1028. Ver además Trocánter, elevado, 1763
Síndrome de transfusión gemelo- Tricobezoar, 272-275, 1668, 1669
Trócar, técnica para la co locación del catéter de
gemelo Tricuspídea, atresia
drenaje, 560
Transmediastínica, arteria, 754, 755 fetal, hidrops por, 1266
Trombocitopenia
Transmisor, 5, 6 ventrículo derecho hipoplásico, 1162 aloinmune, muestra sanguínea umbilical
Transposición de los grandes vasos, 1165, 1166 Tricuspídea, regurgitación percutánea, 1361
corregida, 1166 en el cribado de la aneuploidía, 1004 Trombocitopenia-radio ausente, síndrome, 1248
Transtemporal, ventana, en la ecografía Doppler en el feto con restricción del crecimiento, Tromboflebitis
transcraneal, 884, 1453 1309 en el síndrome de Lemierre, 1520, 1521
Transureteral, resección de la próstata por HBP, en la anomalía de Ebstein, 1162 superficial, 921
355 neo natal/lactante, latido cardiaco en las vena ovárica, 538
Transverso abdominal, ligamento, rotura de, en venas, 1442, 1443 Trombosis
las hernias spigelianas, 445 Trifalángico, pulgar, en el síndrome de Aase, arteria hepática, después del trasplante
Transyugular intrahepática portosistémica, 1247,1248 hepático, 575-577
derivación. (TIPS), 124-126, 1613 Trígono arteria renal, 341, 342
Tráquea, fetal neo natal/lactante, en la imagen coronal, del seno dural, fetal, 1099, 1100
agenesia, obstrucción de la vía aérea alta 1372 en el injerto de interposición para diálisis,
congénita, 1137 pediátrica, identificación, 1691 909
atresia, obstrucción de la vía aérea alta Trillizos, primer trimestre inducida por el esfuerzo, trombosis
congénita, 1137 Triorquidia, 1711 profunda de la extremidad superior,
Traqueales, membranas, fetal, congénita, Triploidía, 1014, 1015 924,925
obstrucción congénita de la vía hallazgos anatómicos, 1256 injerto, después del trasplante de páncreas,
aérea alta, 1137 hidrops por, 1274-1276 623
Traqueoesofágica, fetal sindactilia, 1254 ligamento redondo, simulando una hernia
en la secuencia VACTERL, 1176, 1177 Trirradiado, cartílago inguinal, 463, 464
obstrucción congénita de la vía aérea alta, de cadera, 1745, 1746 vascular, después del trasplante de
1137,1138 en la ecografía de cadera en proyección páncreas, 623
Trasplante de órganos, 569-632. Ver además transversal/flexión, 1750 vena cava inferior, después del trasplante
Órg~os específicos; p.ej.: Riñones, Trisomía 9, riñón en herradura, 1201 hepático, 582
Hígado, páncreas Trisomía 13, (síndrome de Patau), 1013, 1014 vena cava superior, hallazgos en la ecografía
monitorización después de, 569 cordón umbilical, quistes, 1337 Doppler, 1564
trastorno linfoproliferativo postrasplante, hallazgos anatómicos, 1256 vena esplénica
625 hendidura facial en, 1050 como complicación de una pancreatitis
Trastorno linfoproliferativo postraspalnte, 625 hidrops, 1274-1276 aguda, 212
Trastornos autoinmunes holoprosencefalia, 1391, 1392 en la pancreatitis crónica, 214-216
glándulas suprarrenales, 386 riñones hiperecogénicos, 1206 vena ovárica, 342
sialoadenitis crónica en pediatría, 1489 riñones quísticos, 1206 vena porta, 92, 93
Trastornos en docrinos, fetal, hidrops, 1279 translucidez nucal, 1002 después del trasplante hepatico, 581, 582
anastomosis de, en el trasplante renal,
anasarca en el feto con, 1260
en la pancreatiti s crón ica, 214-216 590
maligna, 92, 93 disgenesia gonadal, 1708
hipoplasia hemifacial, 1046, 1047 anatomía, 287
vena renal, 341 atrésico, con el riñón displásico Q)
malformación linfática, 1058 ()
después del tras plante renal, 606-608
pediátricos, 165 1,1652 riñón en herradura, 1201
multiquístico, 1201, 1202
cálculos, 297, 309-311 =s
causas, 1651, 1652 como complicación del trasplante renal, ,e
-
ecografía Dop pler, 1651, 1652 U 609,610
riñones hipereco génicos, 1206-1208 Úlcera carcinoma de células escamosas, 321
vena subclavia, en eI síndrome de gástrica, 1666 carcinoma de células transicionales, 319
Paget -Schro etter, 1563, 1564 penetrante en la aorta abdominal, 406
desarrollo, 284
vena yugular intern a,89 0-892 péptica,272 distal, dilatado, identificación 538
vena yugular, secun daria la colocación de Ulnar, arteria, 902, 903 fetal, megauréter, 1212, 1213
una vía cen tral, 1520, 1521 Ultrasonidos dirigidos de alta intensidad
linfoma que afecta al, 326
venosa (HlFU),30 megauréter congénito, 291-293
extremidad infer ior superficial, 921 en el cáncer de próstata, 368
metástasis, 327
extremidad supe rior, 925-927. Ver Ultrasonidos intravasculares (lVUS), en la obstrucción de, como complicación del
además Ven as periféricas, clasificación de la placa, 877 trasplante renal, 609
extremidad superior, trombosis Ultrasonidos transrectales (TRUS) pediátrico, 1730
venosa de la pelvis duplicación, 1628, 1727, 1728
intracraneal, en Ia imagen de Doppler en drenaje de absceso guiado por, 561 ectópico, 1727, 1728
neonatos/la ctantes, 1451, 1452 en la evaluación de una masa, 381 inserción ectópica, hidronefrosis
Trombosis, identificació nde de la próstata, 349 pediátrica, 1630-1632
en la trombosis ven osa profunda, 919 en el tratamiento del cáncer, 369, 370 obstrucción de, hidronefrosis pediátrica,
en los vasos torácic os pediátricos, 1563, guiada por biopsia, 374-378 1630-1632
1564 complicaciones de, 375, 376 reimplante, quirúrgico, 1735, 1736
Trombosis venosa profu nda, (TVP) después de una prostatectomía retro cava, 294
extremidad inferior,917-919 radical,378 técnica ecográfica, 287
crónica, 919-921 efectos secundarios, 375, 376 trauma, 339
evolución, de agu da a crónica, 919-921 en hombres sin ano, 378 Ureterectasia, en el síndrome del abdomen en
exploración de, 9 18,919 indicaciones, 376-378 ciruela pasa, 1216
modificación, 9 18,919 para la biopsia inicial, 377, 378 Ureterocele, 290
hallazgos, 919 para repetir la biopsia, 378 fetal, en las anomalías por duplicación,
precisión diagnós tica, 919 preparación para, 375 1213,1214
extremidad superio r, 92 4, 925 técnica, 367 pediátrica
Tronco arterioso, 1163, 1164 tratamiento guiado por, 378-381 ectópico, 1727, 1728
Tronco, longitud de, acortamiento en la de la uretra masculina, 287 en las anomalías de duplicación, 1628
acondrogéne sis, 1237 en el estadiaje del carcinoma rectal, 275 Uretra
Troncoencéfalo, neo nata l/lactante, ededma en el estudio de la infertilidad masculina, desarrollo, 284
cerebral difu soy 363 divertículos, 296
Tuberculosis en la enfermedad de Crohn, 247-249 fetal
apididimitis asociad a,772 Umbilical, arteria (AU) atresia
glándula suprarrena1, 386 aislada, 1335 con megalouretra, 1216
tracto urinario, 301- 303 aneurisma, 1337 obstrucción del tracto urinario inferior
Tubo -ovárico, complejo, en la enfermedad índice de pulsatilidad, aumentado, en la por, 1214, 1215
pélvica inflam atoria, 533, 534 RClU, 1299 uropatía obstructiva, 1215
Tubovárico, absceso, en Ia enfermedad pélvica patrón de flujo sanguíneo obstrucción, dilatación de la pelvis renal,
inflamatoria,533,534,1706-1708 anális is de una forma de onda 1210
Tubular aguda, necrosis, 342 discordante entre gemelos, 1316 pediátrico
como complicación d e un trasplante renal, en la restricción del crecimiento divertículo de, anterior, obstrucción de la
597 intrauterino, 1301, 1302 salida vesical, 1729, 1730
pediátrica, 1640 Umbilical, vena duplicación de, obstrucción de la salida
Tubular, atrofia, en el rec hazo crónico del análisis de la forma de onda de Doppler en vesical, 1729, 1730
trasplante re nal, 1659 la restricción del crecimiento estenosis, obstrucción de la salida
Tubular, ectasia, de la rete testis, 764 intrauterino, 1307 vesical, 1729,1730
pediátrica, 1711, 171 2 en la circulación fetal, 1297, 1298 pólipo, posterior, obstrucción de la salida
Túbulos rectos, 753, 754 muestra de flujo de, percutáneo, 1361-1363 vesiscal, 1729, 1730
Tumores de células epite liales, ovárico, Umbral mínimo, para visionar el saco técnica ecográfica, 287
pediátrico, 1 698-1701 gestacional,961 Uretral, válvulas
Tumores de células germ inales Unidades ductolobulares terminales (UDLT), de anterior, pediátrica, obstrucción a la salida
ovárico, 529-531 mama, 692, 693 vesical, 1729, 1730
pediátrica, 1698-1 701 aspecto ecográfico, 697, 698 posterior
testicular, 757-760 Univentricular, corazón, 1162, 1163, 1164 fetal
«quemado», 760, 7 61 Uracal, seno, pediátrico, 1730 con megalouretra, 1216
Tumores neuroectoderm os primitivos, cerebro Uraco, 1194, 1633 derivación vesicoamniótica, guiada
neonatal/lactante, 1430-1432 adenocarcinoma, 327-329 por ultrasonidos, 1363, 1364
Tumores suprarrenales fe minizantes, pubertad anomalías, 296 diferenciación del síndrome de
pseudopreco z,1709 identificación pediátrica, 1730 megavejiga-microcolon-
Túnica albugínea divertículo, pediátrico, 1730 hipoperistaltismo intestinal, 1216
ovárica, 491 en el desarrollo vesical, 284 obstrucción a la salida urinaria, 1214,
testicular, 753, 754 1215
pediátrico
pediátrica, 1755 permeable, 1730 pediátrica
quistes, 764 resto de, normal, 1621, 1691 hidronefrosis pediátrica y, 1630-1632
Túnica vasculosa, 754, 75 5 obstrucción del tracto urnario, 1728, il'::iit'zJi!;
quistes
Túnica vaginal, 756 fetales, diferenciación de los quistes 1729 :(; ,'!~,
quistes, 764 ováricos de, 1223, 1695 Urinoma, 537
pediátrica, 1725 después de la rotura vesical espontánea,
pediátrico, 1730
Turbulencia, en las comun icaciones fistulosas hidronefrosis pediátrica y, 1633 1736
después de un a angiografía, perirrenal, por obstrucción de la unión
909-910 Uréter
adenocarcinoma, 321 ureteropélvica, 1212
Turner (45, X), síndrome, 1015, 1016
después del trasplante renal, 616 estenótica. Obstrucción vaginal por, 1703 interrupción del complejo parietal
Urogenital, seno, en el desarrollo vesical, 284 infección, 1705-1708 extremidad-cuerpo, 1191, 1192
Uropatía, postnatal, pielectasia como marcador neoplasias, 1704, 1705 malformaciones hepáticas, 89-99
de, 1210 obstrucción, 1703 pediátricos, enfermedad inflamatoria, 1520,
Uso de las manos, ecografía onstétrica, 952 quistes, obstrucción vaginal, 1705 15 21
Uterina, arteria, 491 Vaginal, fórnix, 491 permeabilidad de, después del trasplante
análisis de la forma de onda, en la Vaginal, septo, tansversal, obstrucción vaginal, hepático, evaluación, 570, 571
restricción del crecimiento 1703 renales
intrauterino, 1299-1301 Vaginitis pediátrica, cuerpos extraños, 1708 aberrra ntes, 293, 294
embolización de, en los fibroides uterinos, Vainas fibrosas, 808 ecografía Doppler, 339, 340
500 Valproico, ácido, defectos del tubo neural, 1106 suprarrenales, 384
pediátricos, 1695 Valsalva, maniobra torácicos, 1563, 1564
Uterina, venas, 493 en la ecografía dinámica de las hernias, 434 VATER, asociación anomalías renales en, 1199
Uterinas, sinequias, simulano placenta en la exploración de la trombosis venosa VATER, síndro me
circumvallata, 1332 profunda, 918 espina bífida, 1114
Uterino, septo, simulando placenta Válvula aórtica obstr ucción de la unión ureteropélvica,
circumvallata, 1332 fetal, análisis de la forma de onda de 1212
Útero Doppler en la restricción del Vejiga
alteracines congénitas, 494-498 crecimiento intrauterino, 1309 adenocarcinoma, 321
evaluación cervical, 1353, 1354 lesiones de, forma de onda del flujo agen esia, 294
alteraciones cervicales, 510, 511 carotídeo, 869 regresión caudal, 1538-1541
alteraciones endometriales y, 503-510. Ver Vallécula, neonataljlactante en la imagen de la anatomía, 28 7
además Endometriales, fontanela mastoidea, 1374, 1375 cálculos, 312
alteraciones. Varicela carcinoma de
anatomía, 490, 491 desarrollo cerebral fetal, 1098 células escamosas, 321
ecográfica, 492-494 fetal, hidrops, 1277-1279 células transicionales, 319-321
aplasia, 496 Varices desarro llo, 284
arcuata, 496 ecoendoscopia gastrointestinal, anomalías congénitas relacionadas con,
bicorne, 496, 1702, 1703 identificación, 275 29 4-296
diagnóstico ecográfico, 497, 498 en el diagnóstico de esplenomegalia, 136 divertículos, 347
del miometrio, alteraciones, 498-503. Ver identificación, 538
ligamento redondo, simulando una hernia
además Miometrio, alteraciones de inguinal, 463, 464 drenaje de, en el trasplante de páncreas,
didelfo, diagnóstico ecográfico del, 497, 498 mural gástrica, en la pancreatitis crónica, 616
embarazo duplicación, 296
214-216
dehiscencia o ruptura, evaluación del endometriosis, 345, 346
pared vesicular, en la pancreatitis crónica,
riesgo de, 933 esquistoso miasis, 303, 304
214-216
en la segunda ecografía, 933 extrofia, 296, 1193
Varicocele
en retroversión, 492 feo cromocitoma, 330
escrotal, 770, 771
masas, en el primer trimestre, 994 fetal, 1196, 1197
testicular
neo natal, 1691 extrofia, 1219, 1220
diferenciación de la ectasia tubular de la
pediátrico, 1691 no visualización, etiología
rete testis, 921
alteraciones endocrinas, 1708, 1709 rotura de, desde las válvulas posteriores,
pediátrico, 1725
embarazo, 1705 12 14,1215
Varicosidades subcutáneas, por insuficiencia
en la enfermedad pélvica inflamatoria, volumen máximo, 1196, 1197
venosa, 921
1705, 1706 fístulas, 3 O7
Vascular, estenosis. Ver además vaso específico.
infección, 1705-1708 funci ón de, en la espina bírfida, 1122
P. ej.: Carótida, arteria. hemangioma cavernoso, 330
neoplasias, 1704, 1705
postpuberal, longitud, 1691 Doppler, imagen, 23 inflamación, 306. Ver además cistitis
Vascular, resistencia, 1299 leiomi oma, 330
prepuberal, 1691
perfil en T, exposición al dietilstilbestrol y, Vascularización de la placenta, 958 leiomiosarcoma, 330
1702,1703 Vasculitis linfoma, 326
perfusión, evaluación, 494 aguda, edema intestinal, 413 malacoplaquia, 306
prepuberal, crecimiento, 493 estenosis de la arteria renal, 413 malformaciones del uraco, 296
septado, 496 Vasculopatía, ganglios basales, cerebro del metástasis, 327
diagnóstico eco gráfico, 497, 498 lactantejneonato, 1424 neoplasias
subseptado, 496 Vasectomía, cambios en el epidídimo después mesenquimatosas, 330
tumores, lipomatosos, 500, 501 de, 772 raras, 330
unicorne, 496, 1702, 1703 Vaso deferente, 1334, 1336, 1338-1340 neurofibromas, 330
diagnóstico ecográfico Vasopespasmo neurógena,346,347
Útero bicorne, 496,1702,1703 Doppler transcraneal en el diuagnóstio, pared, engrosamiento
diagnóstico ecográfico, 497, 498 1458 en la cistitis intersticial, 346
Útero subseptado, 496 evaluación, Doppler transcraneal, 884 pediátrica
Útero unicorne, 496,1702,1703 Vasos intratesticulares, pediátricos, 1709 ampliación, 1735, 1736
diagnóstico ecográfico, 498 Vasos sanguíneos anatomía de, normal, 1628
Uterocervical, anomalías, evaluación cervical, cerebral cálculos, 1732, 1733
1353, 1354 extracraneal, 848-886 de la salida, obstrucción, hidronefrosis
Utrículo, quistes del, prostático, 358, 359 arteria carótida, 849. Ver además pediátrica, 1633
Arteria carótida disfuncional, 1730
V arteria vertebral como, 884-890. Ver extrofia, hidronefrosis pediátrica,
VACTERL, anomalías renales, 1199 además Arteria vertebral. 1630-1632
VACTERL, asociación venas yugulares internas, 890-892 Ver grosor de pared, determinación de,
agenesia sacra, 1126 además Vena yugular interna 1622-1624
costillas, 1231 malformaciones de, Doppler transcraneal neurógena, 1730
VACTERL, secuencia, atresia esofágica, 1176, en la detección, 1460, 1461 hidronefrosis pediátrica, 1630-1632
1177 en las malformaciones del cerebro fetal, postoperatoria, 1735, 1736
Vagina, 491, 511, 512 1098,1099 reimplante ureteral, 1735, 1736
neurofibroma, 511, 512 estenosis. Ver además Vaso específico. P. ej., rotura de, espontánea, 1735, 1736
pediátrica, 1691-1694 Arteria carótida. trauma, 1735, 1736
alteraciones endocrinas, 1708, 1709 formas de onda de alto grado de, 874 tumores, 1649
atrésica, obstrucción vaginal, 1703 imagen de Doppler, 23 hidronefrosis pediátrica, 1630-1632
volumen de Venas perforantes, insuficiencia, marcado de, diferenciación entre hidrocefalia y, ecografía
determinación, 1622 mapeo venoso, 924 Doppler, 1459
rabdomiosarcoma, 33 0 Venas periféricas, 914 en la espina bífida abierta, 1078-1080,
técnica ecográfica, 287 ecografía Doppler 915 1117 Q)
trauma, 339 engrosamiento de pared, en la trombosis en la romboencefalosinapsis, 1086, 1087 .2
Vejiga, complejo extrofia-epispadias, 1193 venosa profunda, 919-921 en la trisomía 19, 1006, 1007, 1010 "C
Vejiga, obstrucción de salida, pediátricas
epididimitis, 1719
extremidad inferior, 915-924
anatomía, 915-917
exploración ecográfica, 1071-1075
de los ventrículos, 1071-1075
.-c:
Velocardiofacial síndrom e, hendiduras del insuficiencia venosa, 921-923. Ver patogenia, 1149-1071
segundo paladar, 1052 además Insuficiencia venosa, en las Ventriculoperitoneal, derivación, en la
Velocidad extremidades inferiores malformación de Dandy-Walker,
en el análisis de Doppler espectral de la mapeo venoso, 923, 924 1389
patología carotídea, 856 en el marcado de las insuficiencia Ventriculoseptales, defectos, en la trisomía 19,
propagación del sonido, 2, 3 venosa perforante, 924 1010
sistólico en la extracción de vena para injertos Vermis
pico, para determinar la estenosis autólogos, 923, 924 fetal
carotídea, 860 profunda, 916-925 anomalía con el perfil en cerradura,
telediastólica, en la evaluación del grado de superficial, 915, 916 importancia, 1086
estenosis carotídea, 860-863 trombosis venosa defecto trapezoidal, en la displasia
Velocidad, rango, en la ecografía Doppler profunda, 917-919. Ver además, vermiana, 1086
obstétrica, 947 Trombosis venosa profunda (TVP). displasia, 1086
Velocidad media, en el cálculo del índice de Extremidad inferior diferenciación entre malformación de
pulsatilidad, 1299 superficial, 921 Dandy-Walker y, 1085
Velocidad pico sistólico (VPS) extremidad superior, 924-927 embriología, 1063
arteria cerebral media, hemoglobina fetal anatomía, 924 error diagnóstico que afecta a, 1382
1313-1316 trasfondo clínico, 924, 925 hipogénesis de, diferenciación entre
en arterias periféricas de la extremidad trombosis venosa, 925-927 romboencefalosinapsis y, 1087
inferior, 899 exploración, 925-927 hipoplasia, 1086
para determinar la estenosis carotídea, hallazgos, 927 inferior, diferenciación entre quistes
860 precisión diagnóstica, 927 aracnoideos y, 1088
Velocidad telediastólica imagen en escala de grises, 915 o displasia, 1086
en la evaluación del grado de estenosis métodos de cribado diagnóstico, 914, 915 hipoplasiajdisgenesiajagenesia, 1086
carotídea, 860-863 invasivos, 914 neonataljlactante
en la interpretación del Doppler duplex no invasivos, 914, 915 del desarrollo 1382
mesentéri co, 42 1 sin imagen, fisiológicos, 914 en la imagen coronal, 1372
Vellosidad, en el desarrollo placentario, 1321, oclusión de, crónica, en la trombosis venosa Vértebra
1322 profunda crónica, 919-921 bloqueo, 1538-1541
Vellosidad coriónica, muestra de, 1359-1361 técnica ecográfica, 915 en la escoliosis y cifosis, 1124
complicaciones, 1359, 1360 Venigrafía en mariposa, en la escoliosis y cifosis
en el cribado de malformaciones en convencional,914 1124
gemelos, 1360, 1361 en el diagnóstico de la vena yugular interna, Vertebral, arteria, 884-890
indicaciones, 1359, 1360 890 anatomía, 890
técnica, 1360, 1361 Ventana espectral, 856 estenosis, 888
abordaje transabdominal, 1360 Ventilación mecánica, en neonatosjlactantes y oclusión, 890
abordaje transcervical, 1361 estudios cerebrales con Doppler, síndrome de robo de subclavia, 885-888
Vellosidades coriónicas, 1321, 1322 1443,1444 técnica y exploración normal 886
formación, 958 Ventriculitis Vertebral, canal, en pediatría, 1522-1550
Vena. Ver además vena específica, p.ej.: Porta, química, 1100 anatomía de, normal, 1523-1525
vena; Renal, vena en la hemorragia intraventricular, 1406, cuerpos vertebrales, anomalías, 1538-1541
compresión de 1409 disrafismo vertebral, 1527, 1528. Ver
incompleta, en la trombosis venosa Ventrículo además Disrafismo vertebral,
profunda, 919 cardiaco pediátrico
por hematoma, diferenciación con una fetal, derecho embriología, 1522, 1523
fístula, 909, 910 doble salida, 1163-1165 hemorragia, 1541-1549
de Galeno hipoplásico, 1162 infección, 1541-1549
aneurisma, 1098 focos ecogénicos, importancia, 1170 regresión caudal, 1538-1541
diferenciación entre quistes neonatal/lactante, disfunción de, índice técnica ecográfica, 1523-1527
supratentoriales y, 1088 de resistencia intracraneal y, 1440 tumores, 1538-1541
en neonatosjlactantes cerebral unión craneocervical, 1527
estudios cerebrales con Doppler y, cuarto, atrapamiento, en la hemorragia Vertebral, vena, 886
1451,1452 ventricular, 1406, 1409 Vertebro basilar, insuficiencia, síntomas, 884,
quistes del cavum veli interpositi, dilatado, causas de 885
diferenciación con, 1065-1070 hidrocefalia como, 1400. Ver además Verumontanum, 352
extracción de, para injertos autólogos, Hidrocefalia Vesical inferior, arteria, 352
mapeo venoso, 923, 924 no hidrocefalia, 1400-1404 Vesicoamniótico, derivación
fetal, malformación de, evaluación con lateral neonatojlactante, en la imagen en las obstrucciones del tracto urinario
Doppler, 1318 sagital, 1372 bajo, 1216-1219
neonataljlactante, malformaciones, 1437 lesión hipóxico-isquémica a, 1400-1404 en las válvulas uretrales posteriores,
estudios cerebrales con Doppler, 1451, pared lateral, convexidad en la guiadas por ultrasonidos, 1363,
1452 ventriculomegalia, 1073-1075 1364
distensión de, por trombos en la trombosis pared medial, separación coroidea de, en Vesicocentesis, en la megavejiga, 1217, 1218
venosa profunda, 919 la evaluación de la Vesicoentéricas, fístulas, 307
pantorrilla, evaluación de, en la trombosis ventriculomegalia, 1073-1075 Vesicoureteral, obstrucción de la unión
venosa profunda, 918 tercero fetal, megauréter, 1212, 1213
pediátrico, malformaciones de, en el cuello, en la agenesia del cuerpo calloso, 1386 renal, dilatación pélvica, 1210
1511-1513 fetal, aspecto eco gráfico anormal, Vesicoureterales, 307
perforan te, insuficiente, marcado, mapeo 1064 Vesicouterina, fondo de saco, 490, 491
venoso, 924 Ventrículo derecho hipoplásico, 1162 Vesicovaginal, fístulas, 307
periférico, 914, 915. Ver además. Venas Ventriculomegalia Vesícula biliar, 177-192
periféricas adenomas, 190, 191
adenomioma, 190, 191 en la restricción del crecimiento lisencefalia en adoquín, 1091
adenomiomatosis, 186-188 intrauterino, 1298-1314. Ver Warthin, tumor, 1490-1492
agenesia 177 además Restricción del crecimiento Wharton, conducto, pediátrico, 1484, 1485
Q) anatomía, 177-179 intrauterino, (RClU), análisis de la Wharton, gelatina, 1334, 1336
(,) atresia, 1178 forma de onda de Doppler, Wilms, tumor 1208, 1644-1646
=s
c:::
ausente o pequeña, en la atresia biliar, 1583 en las alteraciones morfológicas, 1318 metástasis testiculares, 1724
,- barro biliar, 180 para la predicción del hematocrito fetal, Wolf-Hischhorn, Síndrome, 1040
calcificación, 186 1313-1316 hipoplasia hemifacial, 396
carcinoma, 191, 192 puntuación dé perfil biofísico, 1318- Wormianos, huesos, 1039
colecistitis y. Ver colecistitis 1320. Ver además Biofísico,
duplicación, 177-191 puntuación de perfil X
ecografía, 179 Virus X.ligados a, defectos del tubo neural, 1114
fetal,1178 cistitis pediátrica, 1732, 1733 Xantogranulomatosa, pieleonefritis, 301
barro, 1178 hepatopatías, 76-78. Ver además Hepatitis. Xantogranulomatosa. Colecistitis, 186
hipertrofiada, 1178 infección fetal Xantomas, en el tendón de Aquiles, en la
patología litiásica, 179, 180 ecogenicidad intestinal, 1184, 1185 hipercolesterolemia familiar, 831
hepatización, 180 restricción del crecimiento intrauterino,
intrahepática, 177 1287 y
leche cálcica biliar y, 180 infecciones pediátricas «Yacente», signo suprarrenal, en la agenesia
neoplasias, 191 glándu las salivales, 1486
renal bilateral, 1199
no visualización eco gráfica, causas, 177 linfadenopatía cervical 1515, 1516
Yema ureteral en el desarrollo renal, 284
pared Virus de la inmunodeficiencia humana (VlH),
Yeyuno, fetal, atresia, en «cáscara de manzana»,
engrosmaiento, infección, parotiditis crónica en
1181,1182
causas, 1780 niños con, 1489
Yeyunoileal feta l, obstrucción, 1182
en niños, 1591, 1592 Volumen de imagen, en la ecografía obstétrica,
Yin yang, signo, en el pseudoaneurisma de
hiperemia, en la colecistitis aguda, 183, 184 1723
arteria periférica, 896
pediátrica. Engrosamiento de pared, 185 Vólvulo
Yodo, déficit, en la hiperplasia tiroidea, 637
pequeña, en la atresia biliar, 1587 de intestino medio, malrotación intestinal
Yugular interna, vena, 890, 892, 924
pólipos con, 1670, 1671
técnica eco gráfica, 890
colesterol, 188-190 de vesícula biliar, 186
trombosis, 890-892
inflamatoria, 190, 191 Vómer, desviación de, en el paladar hendido,
para la colocacion de una vía central,
porcelana, 186 1050,1051
1520,15 21
torsión (vólvulo), 186 Von Hippel-Lindau, enfermedad de
Yuxtafrénicos, masas paravertebrales, detección,
variantes de, normal, 96-179 carcinoma de células renales, 337
1566-1568
Vesícula de porcelana, 186 pediátrico, quistes renales, 1635
Yuxtaglomerular, tumores, 329, 330
Vídeos de entrenimiento, 45, 46 quistes pancreáticos, 225
Vigilancia quistes renales, 337
activa, en el cáncer de próstata, 369 Von Hippel -Lindau, síndrome, tumores Z
fetal, 1297 intracraneales prenatales, 1102 Zellweger, síndrome de, malformaciones
circulación, 1297, 1298 Von Meyerburg. Complejo de, 76 corticales, 1091-1093
de la indometacina y el ductus arterioso, Zigote, formación de, 955, 957
1316-1318 Zona fasciculad a, 384
W Zona glomerulosa, 384
en el embarazo múltiple, 1316 Walker-Warburg, síndrome
en la aloinmunización de los hematíes, Zona reticularis, 384
diagnóstico de, 1090
1313,1314 Zuckerkandl, fascia, 287
displasia vermiana, 1086

148
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