JORGE ALEJANDRO AMAYA

Director

('

Tratado de control
de constitucionalidad
y convencionalidad
2
Sistemas latinoamericanos
Argentina. Bolivia. Brasil. Chile. Colombia
Costa Rica. Guatemala. México. Panamá
Paraguay. Perú. Uruguay. Venezuela

Autores
AMAYA • ARIAS LÓPEZ • AYALA CORAO • BARRIOS GONZÁLEZ
CHACÓN CORADO • ESPINOSA SALDAÑA • ESTEVA GALLICCHIO
FIGUEREDO • MENDON<;A BONNET • QUIROGA NATALE
RODRÍGUEZ • SUÁREZ CROTHERS • VALVERDE VARGAS

oDDD
ASTREA
BUENOS AIRES - BOGOTÁ - PORTO ALEGRE

2 o 18
312 SISTEMAS LATINOAMERICANOS
2) LA ACCIÓN ABSTRACTA DE INCONSTITUCIONALIDAD. Como s s
ella fue incorporada al sistema jurídico mexicano en 1994, am l'
do con eso la facultad de control constitucional de la Suprema
de JusticIa de la Nación. Analizar en abstracto una normajurídi
alcance general supone descubrir si está viciada de inconstitu .
nalidad, sin que previamente haya agraviado a algún particul
Este medio de control se encuentra previsto en el arto
fracción II, de la Consto Federal, y regulado en la Ley Reglam
ria del arto 105, fracciones I y 1I.
Se puede decir que la razón de ser de la acción abstracta
protección del principio de supremacía constitucional conteni
el arto 133, en función de velar por que el legislador respete la
magna, tanto en su parte dogmática como en la orgánica.
Los sujetos legitimados para promover la acción de incon ti
cionalidad son aquellos que el constituyente consideró como
de representación política y de los intereses públicos (el fisc 1
neral de la República respecto de las normas jurídicas relacion
con sus funciones; los partidos políticos en contra de leyes el r dos; de ahí que se piense en una ampliacJón de la legitimidad
les generales y locales; el 33 % -cuando menos- de los integran
del órgano legi~lativo que haya expedido la norma, federal o 1
así como la' Comisión Nacional de Derechos Humanos y comisi
estatales ~~ derechos humanos).
Como se señaló, toda norma jurídica de alcance general
sujeta a revisión constitucional en abstract047. En ese sentido
constituciones estatales son normas de carácter general no solo
las características que revisten, sino porque, si no lo fuera ,
parían al control abstracto de la Suprema Corte de Justicia d
Nación, y por tanto dejarían de estar subordinadas a la Cons'j
ción Federal, lo cual sería inadmisible bajo el principio de supr
cía constitucional y del orden federal.
La acción abstracta es improcedente' en los siguientes supu s1,
a) Contra decisiones de la Suprema Corte de Justicia de la
1 apertura de u~a nueva etapa en' materia de derechos humanos.
ción.
46 DEL ROSARIORODRíGUEZ,"La acción abstracta de inconstitucionalida 1
supremacía constitucional", en FERRER MAC-GREGOR- DANÉS ROJAS (coords.)
protección orgánica de la Constitución, p. 177.
47 HUERTA OCHOA, La acción de inconstitucionalidad como control a
tracto de conflictos normativos, "Boletín Mexicano de Derecho Comparado", 1
va serie, año XXXVI, n° 108, 2003, p. 947 a 949.
MÉXICO 313
b) Contra normas jurídicas de alcance general pendientes de re-
Iv r en otra acción abstracta, siempre que exista identidad de parte,
rmas generales y conceptos de validez.
e) Contra normas jurídicas de alcance general que hubieran sido
at ria de una ejecutoria dictada en otra acción abstracta, siempre
u xista identidad de partes, normas generales y conceptos de in-
lidez.
d) Cuando hayan cesado los efectos de la norma jurídica de
1 ances generales materia de la acción abstracta.
La sentencia de la acción tendrá efectos generales siempre que
aprobada por ocho votos de los ministros integrantes del plen048.
En tiempos recientes se ha cuestionado quiénes son los suje-
legitimados para interponer la acción abstracta, toda vez que,
muchas ocasiones, existen normas jurídicas de alcance general
uyo contenido pudiera consi~erarse como inconstitucional, y no
n sometidas al test de constitucionalidad, pues el establecimiento
la demanda está sujeto a la discrecionalidad de los entes legiti-
rocesal, y así garantizar una mayor eficacia de este instrumento.
S 77. EL CONTROL DIFUSO DE CONSTITUCIONALIDAD Y CONVEN-
IO 'AL/DAD. - El 12 de julio de 2011, la Suprema Corte de Justicia
la Nación resolvió la aplicabilidad de la sentencia dictada por la
rt Interamericana de Derechos Humanos, en el caso "Rosendo
dilla", surgida de la consulta a trámite identificada con el expte.
12/2012.
a) EL CASO "ROSENDO RADILLA" y EL CONTROL DIFUSO DE CONSTITUCIO-
LIDAD (CONVENCIONALIDAD). Dicha resolución resulta significativa
n cuanto hace a la erección de nuevos paradigmas que rigen en el
is ma jurídico mexicano, dado que -junto con la reforma constitu-
í nal del 10 de junio de 2011- este caso resultó condicionante para
Entre los distintos cambios que se dieron en la dinámica constitu-
j nal, como consecuencia de lo anteriormente señalado, la inclusión
l control difuso de constitucionalidad y de convencionalidad re-
48 HUERTAOCHOA, La acción de inconstitucionalidad como control abs-
a to de conflictos normativos, "Boletín Mexicano de Derecho Comparado", nue-
s rie, año XXXVI, n° 108, 2003, p. 945.
314 SISTEMAS LATINOAMERICANOS
viste un cambio sustancial para garantizar la tutela efectiva d
dos los derechos humanos reconocidos en el bloque de constitu i
nalidad.
La Suprema Corte de J~sticia, tomando en cuenta lo vertido
la sentencia dictada por la Corte Interamericana de Derechos H
manos en el caso "Rosendo Radilla vs. México", estimó como váli
la obligación de llevar a cabo el control de constitucionalidad y
convencionalidad para "todas las autoridades". Con ello se gen
un cambio en el sistema de control constitucional, pues ant ri
mente prevalecía un control concentrado de constitucionalidad,
positado en el Poder Judicial de la Federación49, y los jueces local
se encontraban imposibilitados para ejercerlo, pese a estar estipul
do desde la Constitución de 1857.
Vale la pena señalar estas consideraciones, puesto que el o -
trol difuso de constitucionalidad primigenio se diferencia en cual
to a sus fines, y en su modo de aplicación del control difuso
constitucionalidad y convencionalidad, inserto en el sistema jurí i-
co mexicano por la resolución del asunto "Varios 912/2010".
El control difuso de convencionalidad es una figura que f 1
construyéndose mediante los criterios jurisprudenciales emitidos por 1
Corte Interamericana. Su concepción se encuentra en los votos r -
zonados elaborados por el entonces Juez de la Corte Interamerican
el jurista SERGIOGARCfA RAMfREZ50en, los casos "Myrna Mack Chal
vs. Guatemala", del 25 de noviembre de 200351, y "Tibi vs. Ecuador
del 7 de septiembre de 200452•
49 Cfr. HUERTA OCHOA, El control de la constitucionalidad, "Boletín M
no de Derecho Comparado", n° 93, 1998, p. 713 a 739.
50 SAGÜÉS, Obligaciones internacionales y control de convencionalida
"Estudios Constitucionales", año 8, n° 1, p. 117 a 120.
51 En el voto razonado esgrimido por el juez GARCÍA RAMÍREZ, en el consí .
27 señaló: "Para los efectos de la Convención Americana y del ejercicio d 1
jurisdicción contenciosa de la Corte Interamericana, el Estado viene a cuentas
forma integral, como un todo. En este orden, la responsabilidad es global, atal
al Estado en su conjunto y no puede quedar sujeta a la división de atribucion
que señale el derecho interno. No es posible seccionar internacionalmente al E -
tado, obligar ante la Corte solo a uno o algunos de sus órganos, entregar a estos 1
representación del Estado en el juicio -sin que esa representación repercuta s
bre el Estado en su conjunto- y sustraer a otros de este régimen convencional 1
responsabilidad, dejando sus actuaciones fuera del 'control de convencionalida
que trae consigo la jurisdicción de la Corte internacional".
52 En los consids. 3 y 4 de su voto razonado, el jurista GARCÍA RAMÍREZ r ti -
re: "3. En cierto sentido, la tarea de la Corte se asemeja a la que re~lizan los tri-
MÉXICO 315
Fue en el caso "Almonacid Arellano y otros vs. Perú" cuando
r primera vez el pleno de la Corte Interamericana se refirió a la
ligación de los jueces de los Estados parte del sistema interame-
i ano de salvaguardar la Convención de toda norma que pudiera
rmarla.
"Un Estado ha ratificado un tratado internacional como la Con-
vención Americana, sus jueces, como parte del aparato del Estado,
también están sometidos a ella, lo que les obliga a velar por que los
fectos de las disposiciones de la Convención no se vean mermadas
por la aplicación de leyes contrarias a su objeto y fin".
Posteriormente -tal y como lo resalta SAGÜÉS-,con los casos
Trabajadores del Congreso vs. Perú", del 24 de noviembre de 2009,
"Rosendo Radilla Pacheco vs. México", del 23 de noviembre de
09, se completaron los rasgos definitorios del control de conven-
i nalidad53, consistentes en el ejercicio que deben realizar los jue-
nacionales para armonizar las normas locales al contenido de la
nv nción Americana y a la jurisprudencia interamericana, o bien
aplicando aquellas disposiciones normativas que contravengan di-
ha contenido.
unal s constitucionales. Estos examinan los actos impugnados -disposiciones
alcance general- a la luz de las normas, los principios y los valores de las leyes
'undamentales. La Corte Interamericana, por su parte, analiza los actos que llegan
u conocimiento en relación con normas, principios y valores de los tratados en
1 qu funda su competencia contenciosa. Dicho de otra manera, si los tribunales
nstitucionales controlan la 'constitucionalidad', el tribunal internacional de dere-
hos humanos resuelve acerca de la 'convencionalidad' de esos actos. A través
1 control de constitucionalidad, los órganos internos procuran conformar la ac-
i idad del poder público -y, eventualmente, de otros agentes sociales- al orden
u ntraña el Estado de derecho en una sociedad democrática. El tribunal in-
ramericano, por su parte, pretende conformar esa actividad al orden internacional
ogido en la convención fundadora de la jurisdicción interamericana y aceptado
1 r los Estados partes en ejercicio de su soberanía. 4. Del mismo modo que un
tribunal constitucional no podría -ni lo pretende- traer ante sí todos los casos
1 que se cuestione o se pueda cuestionar la constitucionalidad de actos y normas,
un tribunal internacional de derechos humanos no aspira -mucho menos toda-
ía qu el órgano nacional- a resolver un gran número de litigios en los que se
r produzcan violaciones previamente sometidas a su jurisdicción y acerca de cuyos
Inas esenciales ya ha dictado sentencias que expresan su criterio como intérprete
] atural de las normas que está llamado a aplicar, esto es, las disposiciones del
tratado internacional que invocan los litigantes. Este designio, que pone de mani-
. sto una función de la Corte, sugiere también las características que pueden tener
I asuntos llevados a su conocimiento".
53 SAGÜÉS, Obligaciones internacionales y control de convencionalidad,
"Estudios Constitucionales", año 8, n° 1, p. 117 a 120.
316 SISTEMAS LATINOAMERICANOS
Se puede decir -tal y como lo afirma SAGÜÉS-que el control i-
fuso de convencionalidad tiene los siguientes efectos.
'1) Represivo o destructivo. Cuando la norma doméstica opu -
ta al pacto o la jurisprudencia de la Corte Interamericana es inconv n-
cional o anticonvencional tiene un resultado de mínima; no se aplica 1
caso bajo examen, se descarta o resulta inválida para él.
2) Positivo o constructivo. En esta etapa, los jueces deb
aplicar y hacer funcionar el derecho local de acuerdo con las r gl
del Pacto de San José de Costa Rica, y según, también, la jurispru-
dencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
En la sentencia del caso "Rosendo Radilla", emitida por la Cor
Interamericana, se resaltó el carácter oficioso del control de conv -
cionalidad, lo cual implica que la labor de contrastar las normas d 1
sistema jurídico local con los parámetros de convencionalidad no
sujeta a la discrecionalidad de los Estados y las autoridades.
De ahí que, tal y como lo define el juez FERRERMAC-GREG J
todos los jueces nacionales son jueces de convencionalidad54, y 1
solo ellos, sino que, a partir del caso "Gelman" -que se verá post -
riormente-, todas las autoridades de los Estados que forman par
del sistema interamericano tienen la obligación de velar por la vi-
gencia de las normas convencionales.
La activación del control difuso de constitucionalidad tr
jo consigo la posibilidad de que, ante cualquier norma jurídi
que pudiese traer consigo una vulneración del orden constituci -
nal, sea inaplicada, evitando así efectos negativos en su vig 1-
54 "24. El 'control difuso de convencionalidad' convierte al juez nacían 1
en juez interamericano: en un primer y auténtico guardián de la Convención An1 -
ricana, de sus Protocolos adicionales (eventualmente de otros instrumentos in-
ternacionales) y de la jurisprudencia de la Corte IDH que interpreta dicha n
matividad. Tienen los jueces y órganos de impartición de justicia nacional s l'
importante misión de salvaguardar no solo los derechos fundamentales previs.
en el ámbito interno, sino también el conjunto de valores, principios y derech
humanos que el Estado ha reconocido en los instrumentos internacionales y Cl!
compromiso internacional asumió. Los jueces nacionales se convierten en 1
primeros intérpretes de la normatividad internacional, si se considera el cará t
subsidiario, complementario y coadyuvante de los órganos interamericanos 1
respecto a los previstos en el ámbito interno de los Estados americanos y la nu
'misión' que ahora tienen para salvaguardar el corpus iuris interamericano a tra
de este nuevo 'contra!''' (Corte IDH, 26/11/10, "Cabrera García y Montiel Flor s
México", voto razonado del juez ad hoc FERRERMAC-GREGOR POISOT).
MÉXICO 317
i 55. Si bien el control difuso se encontraba contemplado en el
t. 133 de la Consto Federal, por jurisprudencia de la propia Su-
r ma Corte se interpretó que su 'aplicación era inviable, toda vez
u 1Poder Judicial de la Federación era el único competente para
solver sobre los medios de control y tutela constituciona156. De
. ual manera, derivado de la reforma constitucional del 10 de junio
d 1resolutivo del expediente "Varios 912/2010", el pleno de la Su~
r ma Corte, en la tesis LXVII/2011, enfatizó el deber de toda auto-
i ad de proteger los derechos humanos de las personas57•
55 El control difuso de constitucionalidad fue tomado de la Constitución
, tadounidense, donde se lo pudo justificar como encaminado a impedir que los
J 1 S de los Estados trataran de sobreponer su derecho al de la Unión, en una
a en la que el sistema federal contaba todavía con numerosos adversarios'
la si allá prosperó el precepto fue porque la defensa jurisdiccional de la Cons~
i 1 ión se inicia ante los jueces locales y pasa después a la justicia federal me-
i' nt el recurso de alzada, que vincula dentro de un solo proceso las dos ins-
n ias desarrolladas sucesivamente ante las dos jurisdicciones. En México no
ra posible que medrara el arto 133, no solo porque el constituyente del 1857 tuvo
1 11 cuidado de impedir la intervención de la justicia local en la defensa
. lrisdiccional de la Constitución, sino también porque falta aquí el eslabón entre
l. dos jurisdicciones, que en los Estados Unidos de América es el recurso de
]2' da (TENARAMfREZ, Derecho constitucional mexicano, p. 548 Y 549).
56Cfr. HUERTAOCHOA,El control de la constitucionalidad, "Boletín Mexi-
1:0. de Derecho Comparado", año XXXI, n° 93, 1998, p. 713 a 39, y http://biblio.
ndlcas. unam.mx/revista/DerechoComparado/numero/93/ art/ art4 .htm.
57 "Control dt! convencionalidad 'ex officio' en un modelo de control difuso
onstitucionalidad. De conformidad con lo previsto en el arto 10 de la Consto
líti a de los Estados Unidos Mexicanos, todas las autoridades del país, dentro del
bito de sus competencias, se encuentran obligadas a velar no solo por los de-
has humanos contenidos en la Constitución Federal, sino también por aque-
11 s ontenidos en los instrumentos internacionales celebrados por el Estado
" icano, adoptando la interpretación más favorable al derecho humano de que
trate, lo que se conoce en la doctrina como principio pro persona. Estos
ndatos contenidos en el arto 10 constitucional, reformado mediante decreto
II li ado e~ el Diario Oficial de la Federación de 10 de junio de 2011, deben in-
t 11 r tarse Junto con lo establecido por el diverso 133 para determinar el marco
ntro del que debe realizarse el control de convencionalidad ex officio en ma-
ria de derechos humanos a cargo del Poder Judicial, el que deberá adecuarse
] modelo de control de constitucionalidad existente en nuestro país. Es en la
n ión jurisdiccional, como está indicado en la última parte del ~rt. 133 en
la i~n con el arto 10 constitucionales, en donde los jueces están obligados a
f nI' los derechos humanos contenidos en la Constitución y en los tratados
rnacionales, aun a pesar de las disposiciones en contrario que se encuentren
] ualquier norma inferior. Si bien los juece's no pueden hacer una declaración
n ral sobre la invalidez o expulsar del orden jurídico las normas que consider'en
318 SISTEMAS LATINOAMERICANOS MÉXICO 319

El reconocimiento del control difuso conllevó un cambio su - la que se arribó en virtud del marco constitucional generado con
tancial en la forma de ejercer el control jurisdiccional de la Con - otivo de la entrada en vigor del decreto por el que se modificó la
titución de México, para lo cual la Corte estableció, a partir d 1 nominación del Capítulo 1 del Título Primero y que reformó di-
referido expediente "Varios 912/2010", los pasos a seguir para rsos artículos de la Constitución Política de los Estados Unidos
aplicación en la tesis P. LXIX/2011, a fin de que las autoridades pu- icanos, publicado en el Diario Oficial de la Federación de 10 de
dieran aplicar de manera uniforme y armónica el control difuso, 1 junio de 2011.
cual no solo debía atender los parámetros del texto constitucion 1
b) EL PARAMETRO DE CONTROL DE REGULARIDAD CONSTITUCIONAL (RE-
sino también los de carácter convenciona158.
OLUCIÓN DE LA CONTRADICCIÓN 293/2011).
DE TESIS Desde la reforma
En la resolución emitida el 25 de octubre de 2011 por el pI - 110 de junio del 2011 se generó un debate en torno a la existencia
no de la Suprema Corte de Justicia de la N.ación, en la solicitud d no del bloque de constitucionalidad. Muchos sectores adujeron
modificación de jurisprudencia 22/2011, se determinó que había u , para afirmar la presencia de dicho bloque en el texto constitu-
quedado sin efecto las tesis jurisprudenciales P/J 73/99 Y P/J 74/9 ional, no bastaba lo plasmado en los arts. 10y 103, fracción 1, de la
cuyos rubros son los siguientes: "Control judicial de 'la Cons(-
onstitución Política, dado que -según su posición-, al no haberse
tución. Es atribución exclusiva del Poder Judicial de la Fed r - r formado el precepto que regula la supremacía y jerarquía consti-
ción" y "Control difuso de la constitucionalidad de normas g -
u ional (art. 133, Consto Federal) 59, era improcedente argüir a favor
nerales. No lo autoriza el arto 133 de la Constitución", conclusiór su presunta existencia. .
Tal posición resulta equívoca, porque el bloque de derechos se
contrarias a los derechos humanos contenidos en la Constitución y en los tratad ncuentra de manera explícita en los arts. 10 y 103, fracción 1, en
(como sí sucede en las vías de control directas establecidas expresament uya redacción se proyecta a los derechos humanos como factores
los arts. 103, 105 Y 107 de la Constitución), sí están obligados a dejar de alli-
car las normas inferiores dando preferencia a las contenidas en la Constitución y
upremos en el orden constitucional mexicano, tal como se señaló
los tratados en la materia". n párrafos anteriores.
58 "Tesis P. LXIX/2011 (9a). Pasos a seguir en el control de constituci - Es un hecho que, por una cuestión de armonización del orden
nalidad y convencionalidad 'ex officio' en materia de derechos humanos. L onstitucional, lo idóneo hubiese sido una modificación constitucio-
posibilidad de inaplicación de leyes por los jueces del país, en ningún mom nt nal al arto 133, pero la existencia y vigencia del bloque de derechos
supone la eliminación o el desconocimiento de la presunción de constitucionalid
no está sujeta a una reforma, pues los arts. 10y 103, fracción 1, re-
de ellas, sino que, precisamente, parte de esta presunción al permitir hacer el con-
traste previo a su aplicación. En ese orden de ideas, el Poder Judicial al ejercer Ul saltan la primacía de los derechos humanos y del principio pro per-
control de convencionalidad ex officio en materia de derechos humanos, deb r ona en el ámbito constitucional.
realizar los siguientes pasos: a) interpretación conforme en sentido amplio, lo qu
significa que los jueces del país -al igual que todas las demás autoridades del Esta 1 c) CONSIDERACIONES SOBRE LA RESOLUCIÓN DE LA CONTRADICCIÓN DE
mexicano-, deben interpretar el orden jurídico a la luz y conforme a los derecho TESIS 293/2011. Era necesario que el máximo tribunal mexicano
humanos reconocidos en la Constitución y en los tratados internacionales en lo. onfirmara la supremacía de los' derechos humanos reconocidos en
cuales el Estado mexicano sea parte, favoreciendo en todo tiempo a las persona
la Constitución y en los instrumentos internacionales, y así determi-
con la protección más amplia; b) interpretación conforme en sentido estricto, lo qu
significa que cuando hay varias interpretaciones jurídicamente válidas, los juec nar sus alcances dentro del sistema jurídico mexicano.
deben, partiendo de la presunción de constitucionalidad de las leyes, preferir aqu 11 El pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación consi-
que hace a la ley acorde a los derechos humanos reconocidos en la Constitución y d ró, en la resolución de la contradicción de tesis 293/2011, que
en los tratados internacionales en los que el Estado mexicano sea parte, para evitar
incidir o vulnerar el contenido esencial de estos derechos; y, c) inaplicación de la 1 y
cuando las alternativas anteriores no son posibles. Lo anterior no afecta o rorop 59 Cabe señalar que no solo en el arto 133 de la CPEUM se encuentra el prin-
con la lógica de los principios de división de. poderes y de federalismo, sino qu. ipio de supremacía, pues este se desdobla a lo largo del texto constitucional, do-
fortalece el papel de los jueces al ser el último recurso para asegurar la primacía y tándolo de fuerza y vigencia primaria. Aun cuando no existiera explícitamente,
aplicación efectiva de los derechos humanos establecidos en la Constitución y en lo 1 principio de supremacía es inherente a la condición de ser Constitución y no ser
tratados internacionales de los cuales el Estado mexicano es parte". otra norma cualquiera.
320 SISTEMAS LATINOAMERICANOS
los tratados internacionales que contienen derechos humanos 1 Inos casos- puede constituir una merma o debilitamiento
Constitución poseen un mismo nivel jerárquico. Con esta r sol
ción, la Corte reconoció la primacía de los derechos humanos,
locándolos como parámetros de validez para cualquier actua i
estatal.
Si bien es cierto que este nuevo criterio armoniza el contenido
los arts. 10y 133 constitucional, definiendo con precisión que -deriv -
do de la reforma constitucional del 10 de junio del 2011-10s derech
humanos son los .verdaderos factores de supremacía constitucion 1
apoyándose en un bloque normativo que integran la Constitución, 1
tratados internacionales y las jurisprudencias interamericanas6o,
un hecho que tal criterio pudo haber sido mucho más favorable y d -
ferente con el principio pro persona.
Como se advirtió, la razón de ser del bloque de constitucion -
lidad son los derechos humanos de la persona, los cuales requi r 1
estar positivizados para garantizar su eficacia, pues de lo contrari
se hace complejo exigir su judicialización.
Como consecuencia de que los derechos humanos se encu n-
tran contemplados en disposiciones normativas, se genera la facul-
tad para que cualquier individuo o colectividad, ante el caso de un
violación de derechos, pueda exigirle a la autoridad jurisdiccional la
aplicación de la norma o criterio interpretativo más favorable,
pand'iendo el ejercicio efectivo de estos, y protegiendo al máxim
su esfera jurídica 61.
Por ello, siendo la persona el eje rector del sistema jurídico, r -
sulta un tanto contradictorio que la Suprema Cqrte de Justicia d
la Nación se haya decantado por hacer prevalecer las restriccion
que estén contempladas por .el texto constitucional, lo cual -en al-
60 En la tesis "Varios 912/2010", la Suprema Corte de Justicia de la Nación s
había decantado por conferir vinculatoriedad única y exclusivamente a las sent n-
cias en las que el Estado mexicano fuera parte, señalando que, en el resto de lo
casos, las resoluciones serían criterios orientadores, lo cual contrariaba el crit ri
jurisprudencial ver~ido por la Corte Interamericana en el caso "Rosendo Radilla vs.
México". Es por ello que con la resolución de la contradicción de tesis 293/2011,
la Suprema Corte de Justicia de la Nación se armoniza con los parámetros de con-
vencionalidad, dándole el mismo valor a las sentencias interamericanas, siendo
parte o no de la litis.
6,1 Cfr. BAZÁN, Vías de exigibilidad de los derechos económicos, social:>5
y culturales en los ámbitos, interno e interamericano, p. 82 a 129, y www.
juridicas. unam.mx/publica/librev /rev /contex/ cont/2/ cnt/ cnt6. pdf. .
MÉXICO 321
de la
rimacía de los derechos humanos.
En cambio, bajo un modelo en el que no se apliquen restric-
j n s, sino que el principio pro persona prevalezca permanente-
nte, el juez está en mejores condiciones para buscar la solución
rmativa o jurisprudencial que le permita tutelar de manera efec-
j a los derechos humanos. Con un margen amplio de aplicación
rmativa, los jueces pueden desdoblar sin límites el.reconocimien-
y protección de los derechos humanos desde un plano garantista
progresivo.
Para tener una perspectiva más clara de cómo se llegó a esta
olución de la contradicción de tesis 293/2011, se debe recordar
u 1primer proyecto presentado por el ministro ponente ZALDÍVAR
LI' LO DE LAREAno pudo alcanzar consenso en el pleno. El rubro de
i ha proyecto expresaba lo siguiente: "Los derechos humanos con-
-nidos en la Constitución y en los tratados internacionales consti- .
tuy n el parámetro de control de regularidad constitucional".
Esta propuesta de jurisprudencia buscaba darle reconocimien-
° al conjunto de derechos contenidos en la Constitución e ins-
rumentos internacionales, de los cuales el Estado mexicano sea
1 .rt.e. Llevando a cabo una interpretación literal, sistemática y
~lglnalista del contenido de la reforma constitucional del 10 de ju-
;0 d~ 2011, las normas de derechos humanos no se relacionan je-
'. r~uIcamente entre sí, sino que su armonización dimana del prin-
1pIO pro persona,
Dichas posturas devienen de la añeja confrontación entre la vi-
ión jerárquica de la supremacía constitucional, caracterizada por
r saltar el valor normativo de la Constitución como único parámetro
validación en el ordenamiento jurídico, y la visión de la supre-
nacía de los derechos humanos, en la cual la norma suprema posee
sto carácter, no solo por su aspecto jerárquico, sino por ser deposi-
arIa de los derechos humanos y los principios fundamentales.
Al decantarse por reconocer la supremacía de los derechos huma-
nos y una vinculación irrestricta de la jurisprudencia interamericana
presumía que el proyecto primigenio no lograría alcanzar la mayo~
ría para su aprobación, por lo que el ministro ZALDÍVAR LELODELARREA .
d ci.diómodi.f~carlo, buscando con esto una posición intermedia que
pudIera concIlIar las dos posturas prevalecientes.
El segundo proyecto también reconoce la existencia y alcan-
del bloque de derechos como parámetro de control y validez de
21. Amaya, Tratado, 2.
322 SISTEMAS LATINOAMERICANOS
los actos y normas jurídicas que forman parte del sistema jurí
mexicano, pero -a diferencia del primero- los alcances de~ bI.
fueron acotados, al establecerse que, cuando existan restrlc 1
en el ejercicio de los derechos humanos de las personas, se t .
rán en cuenta los previstos por la Constitución y no los cont nI
en los instrumentos internacionales. Con esto sé integró a di
proyecto la visión de la supremacía normativa de la Constitu i
generando con ello una mayoría de diez votos a favor y uno n
tra , resolviendo así la contradicción de tesis 293/2011.
"Entre las normas de derechos humanos consagradas en la
titución y las del orden internacional, no existe una relación j rár
ca. Lo~ derechos humanos de fuente internacional tienen la mi.
eficacia normativa que los previstos en la Constitución Federal, s
cir, que tienen un mismo rango normativo.
La reforma de derechos humanos de 2011 amplía el catálogo
titucional de estos con lo cual los juzgadores deben tomar en con i
ración criterios de' armonización de estos derechos, que deban apli
se en casos concretos.
La armonización de normas constitucionales e internacion 1
debe realizarse a través del principio pro persona o pro homi?
fin de garantizar la protección más amplia para las personas.
Cuando exista una restricción expresa en las normas consti
cionales al ejercicio de algún derecho humano, debe estarse a lo 1
indica l~ norma constitucional de que se trate, según 10 establ i
en el primer párrafo del arto 10 y en el arto 133 de la Constitución".
En relación con la jurisprudencia interamericana y su vincul -
toriedad en el sistema jurídico mexicano, el proyecto elaborado p
el ministro ZALDfvAR LELODELARREA fue aprobado por una mayolí
de seis votos, estableciendo en su rubro lo siguiente: "La jurisp
dencia emitida por la Corte Interamericana de Derechos H
manos. Es vinculante para los jueces mexicanos siempre qu
más favorable a la persona".
Con este criterio jurisprudencial se asume la vinculatori d
-con independencia de que el Estado mexicano haya sido par~
no del caso- de la jurisprudencia emitida por la Corte Interamerl -
na , buscando en todo momento hacer prevalecer el principio p
persona.
Es interesante advertir que, con el reconocimiento de la vin-
culatoriedad de la jurisprudencia interamericana por parte d 1
Suprema Corte, se está configurando la concepción de un ius ca.
mune interamericano en materia de derechos humanos, sostenl
MÉXICO 323
r un corpus iuris interamericano, cuando en el texto del rubro
justifica que dicha jurisprudencia interamericana obliga a todos
jueces nacionales, puesto que todos los criterios jurisprudencia-
vertidos en las sentencias dictadas por la Corte Interamericana
nstituyen una extensión de la Convención Americana sobre Dere-
has Humanos62.
En este criterio se asientan los aspectos que todo juez debe
v rtir al momento de aplicar la jurisprudencia de la Corte Inter-
11 ricana, los cuales son pertinentes citar, para tener una idea
u ha más amplia del sentido altamente convencional de dicho
rit rio.
"En cumplimiento de este mandato constitucional, los operado-
res jurídicos deben atender a lo siguiente: i) cuando el criterio se haya
emitido en un caso en el que el Estado mexicano no haya sido parte,
la aplicabilidad del precedente al caso específico debe determinarse
con base en la verificación de' la existencia de las mismas razones
que motivaron el pronunciamiento; ii) en todos los casos en que sea
posible, debe armonizarse la jurisprudencia interamerlcana con la
nacional; y iii) de ser imposible la armonización, debe aplicarse el
criterio que resulte más favorecedor para la protección de los dere-
chos humanos de las personas".
Haber señalado los derechos humanos como factores primarios
validación, resaltando la obligación insoslayable de todo juez de
uscar la aplicación del criterio interpretativo más favorable para la
rsona, es -sin duda- un paso determinante en el proceso de con-
ncionalización del sistema constitucional mexicano.
Con independencia del gran avance que por vía interpretativa
1 ajo consigo el reconocimiento del bloque de derechos y su prima-
ía en el orden jurídico mexicano, por parte del máximo tribunal
1 país, la prevalencia de las restricciones previstas en la Constitu-
ión -en lo que hace al ejercicio de los derechos humanos- demues-
ra una deferencia a la idea de concebir la supremacía constitucio-
al desde una perspectiva jerárquica.
S 78. IMPLICACIONES DEL CONTROL DIFUSO DE CONSTITUCIONALI-
DAD Y CONVENCIONALIDAD. - Una vez que se ha analizado la natura-
62 Esta afirmación se explica en razón de que, mediante los criterios juris-
1rud nciales de la Corte Interamericana, se definen los alcances y contenidos de
1 onvención Americana sobre Derechos Humanos y demás instrumentos inter-
. m ricanos.
324 SISTEMAS LATINOAMERICANOS
leza del control difuso de constitucionalidad, cuyo contenido y 1-
cances fueron perfectamente delineados por IGNACIO VALLARTA en 1
voto elaborado para resolver el caso "Justo Prieto", y que se h
advertido las particularidades que posee el control difuso de con-
vencionalidad, reconocido 'a partir de la resolución de la consul
a' trámite, identificada con el expte. 912/2010, es necesario ha
una reflexión respecto de las variantes que existen entre el con-
trol difuso primigenio y la noción actual que se tiene al resp t
y así se pueda definir qué aspectos deben mejorarse, incluirs
modificarse.
Como se ha señalado, el fin último del control difuso de cons i-
tucionalidad es la salvaguarda de la supremacía constitucional.
Al menos esa fue la intención original de los padres fundador 1
momento de su creación, tal como se refirió en párrafos ant ri -
res. Y ese mismo alcance pretendió darle el constituyente de 18 7
cuando incorporó, sin deliberación de por medio, la cláusula d u-
premacía constitucional estadounidense en el texto fundam n 1
mexicano.
Con independencia de que el citado control nace en un mod 1
federal siendo un medio de control diseñado para la defensa d 1
supr~~acía, es lo suficientemente -dúctil para adaptarse a cualqui
sistema jurídico, incluyendo la forma de Estado centralista.
ahí que pueda coexistir con cualquier tipo de control concentra .
Es indispensable insistir en que, en la medida en que existan c
troles jurisdiccionales en función, la conservación del orden con
tucional será menos compleja y mucho más eficiente63.
MÉXICO 325
Lo anterior debido a la incorporación de la interpretación con-
forme como una condición necesaria para la realización del control
difuso por parte de los jueces, dejando como última opción -si y
ola si no fuera posible una armonización normativa por parte del
op radar jurisdiccional en el momento de resolver un conflicto- la
inaplicación de aquella norma que se presuma como inconstitucio-
nal e inconvencional.
Este nuevo matiz no es una cuestión meramente epidérmica,
ino que trae un trasfondo y de cierta manera se aparta de la no-
ión original de control difuso, concebida en el modelo constitucio-
nal estadounidense. Si bien lo que se pretende con el estableci-
nlÍ nto de la interpretación conforme (stricto y lato sensu)64 es
r spetar -hasta donde sea posible- el principio de presunción de
onstitucionalidad de las leyes65, es un hecho que para su correcta
j cución se requiere de una formación y capacitación profunda de
los operadores judiciales, pues de lo contrario el contraste normati-
vo entre las disposiciones y los criterios interpretativos domésticos
internacionales no llevará necesariamente a la protección efectiva
i la persona y sus derechos. Por ende, es necesario que los jueces
ngan una permanente instrucción, siendo el eje de esta la sensibi-
lidad y entendimiento a fondo de lo que implica la persona, su digni-
ad y sus derechos humanos.
Aunado a lo anterior existe otra problemática que el control di-
fuso de constitucionalidad y convencionalidad ha traído con su ac-
ivación por vía interpretativa, que no fue prevista y que solamente
In diante su regulación por ley se podría solventar.

Sin embargo, no basta la simple coexistencia para que los i'- Cuando un juez toma la decisión de optar por la inaplicación
tintos medios de control (concentrado y difuso) puedan funcion un dispositivo normativo, una vez llevada a cabo una interpre-
de manera adecuada, sino que se requiere una estructura apta, qu ación conforme de manera exhaustiva, lo que está haciendo es sal-
permita que la aplicación de ambos conlleve necesariamente la 1 aguardar todo el sistema normativo mediante la protección que
vaguarda de la supremacía constitucional. tá efectuando de la supremacía constitucional. Sin embargo, tal
como ocurría en los tiempos en que VALLARTA elaboró su voto para
Como se ha señalado, la reinstauración del control difuso, p
r solver el amparo "Justo Prieto"66, al no existir un recurso que per-
decirlo de alguna manera, a partir de la sustitución de la jurispru
n1ita revisar la correcta aplicación del control difuso por parte del
dencia que restringía su aplicación en 2011, referida en párraf
anteriores, trajo consigo una vertiente distinta en su contenid
ejercicio. 64 CABALLERO, La interpretación conforme, p. 25 a 30.
65 FIGUEROA MEJíA, "La presunción de constitucionalidad de la ley como cri-
río jurisprudencial", en ASTUDILLO - CARPIZO (coords.), Constitucionalismo p. 237
63 DEL ROSARIO RODRÍGUEZ, "El juicio de amparo y el control difuso", en GONZ 'L 263. '
OROPEZA - FERRER MAC-GREGOR (coords.), El juicio de am>paro,t. 1, p. 375. 66 VALLARTA, Obras completas, t. III Y IV, p. 390.
326 SISTEMAS LATINOAMERICANOS MÉXICO 327

juez, su ejercicio es defectuoso, pues no impacta eficazmente en l para revisar las actuaciones de los jueces que han llevado a cabo
defensa del sistema jurídico. un control difuso. De ahí que sea necesaria la creación de una ley
Si no existe un procedimiento cuya revisión sea efectuada por que reglamente los alcances y contenidos de los arts. 10 y 133, y así
un tribunal con competencia, de control constitucional, la decisión d proveer al control difuso de un diseño legislativo que le dé soporte,
inaplicar una norma por parte del juez llevará a que la vigencia d 1 pI na vigencia y aplicación.
referido control difuso, lejos de ser un complemento adecuado par
la regularidad constitucional, se traduzca en una merma de la tut la
constitucional con dos efectos.
Ante la omisión de un procedimiento de revisión constitucio-
nal, uno de ellos es el que se produce cuando hay una inaplicación
normativa, cuyo contenido efectivamente resulta contrario al pará-
metro de control de regularidad constitucional, evitándose así una
vulneración en la esfera jurídica de la persona.
Sin embargo, esa norma que ya fue inaplicada en el caso con-
creto, al no ser declarada inconstitucional por un órgano comp -
tente (en el caso del sistema jurídico mexicano, sería la Suprem
Corte de Justicia de la Nación), sigue formando parte del sistem
normativo, y con -ello sigue siendo susceptible de ser aplicada n
otro cas067.
El segundo efecto es el que puede resultar aún más perjudi-
cial, pues consiste en la deficiente aplicación del control difuso, cu-
yos efectos no necesariamente pueden ser revertidos, toda vez qu
no se cuenta con un recurso ex profeso para ello.
Pese a la omisión por parte del legislador federal de crear un
recurso judicial que permita revisar la adecuada aplicación o no
del control difuso de constitucionalidad, por los medios de control
existentes (v.gr., juicio de amparo; recurso de reconsideración n
materia electoral), se ha salvaguardado -de cierta manera- el prin-
cipio de presunción de constitucionalidad de las normas, así como
la vigencia de los derechos humanos.
Sin embargo, los recursos jurisdiccionales referidos no fueron
diseñados para atender esas cuestiones de constitucionalidad, aun
cuando por vía interpretativa se les haya dotado de competencia

67 En ese sentido es importante recordar que la inaplicación no signific

que una norma ha sido declarada inconstitucional, y en consecuencia ha sid
expulsada del sistema jurídico. Esto solo puede ser efectuado por un Tribunal
Constitucional (formal o materialmente) cuya competencia le permite ejercer un
control abstracto sobre cualquier tipo de norma, concentrando esa atribución d
manera exclusiva para sí.