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ISBN-978-9942-13-383-0
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PRÓLOGO EN ALEGORÍA
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LOS CANTARES DE ROMEO
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LAMENTO DE LA ESPOSA
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LA NOVIA
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EL AMADO Y LA SULAMITA
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UN CANTAR PARA EL AMOR
Yo vine aquí para mirar a las doncellas, para mirar a los mercaderes y
para ver si en los huertos brotaban los cardos, los lirios y las rosas.
Pero he aquí estabas tu, y tus ojos me han mirado y tomaste
prisionero mi corazón. Y cuando me di cuenta, antes que los supiera
mi alma me dijo: No mires a todas las doncellas, mira a la que ama tu
alma. Ella tiene sus cabellos castaños como los rayos del sol, y sus
ojos como de gacela junto a los arroyos de las aguas. Su cuerpo es
claro como marfil cubierto de zafiros. Ella es como un muro cerrado
por la crudeza del invierno. Golpea a su puerta y dile: Hermana mía,
amor mío, ábreme la puerta, es tiempo que salgas a escuchar el canto
de los bulbules, porque el invierno ya se ha ido. Los tulipanes y las
madreselvas han florecido. Amor mío, salgamos a la campiña a ver si
las vides están en cierne y para ver si en el valle del corazón el viento
no ha apagado el fuego del amor.
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LA NOVIA
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Que mi lecho de amor, es límpido y nupcial,
recamado de amor, recamado en violetas
como de una princesa en un tiempo feudal
Cuando por los caminos se olía a flor de azalia,
y crecían altivos el jacinto y la dalia,
y todas las hermosas violetas del jardín.
Cuando el soplo del céfiro avienta por la tarde,
mientras en llamarada el fuego del sol arde,
y trata de perderse en un rojo confín.
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EL NOVIO
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RUT LA MOABITA
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La casa de Booz, y Rut la moabita,
tiene la bendición que da el sagrado amor,
se llena de gran júbilo, la bendice el Señor,
es la casa preciosa del pueblo israelita.
Allí está la promesa, allí el canto sonoro,
que se anuncia en el tiempo como armonioso coro,
la venida del Mesias, la edad de.. nueva Era,
que llega como un eco, la nueva primavera.
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EL REY Y LA SULAMITA
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EL CANTAR DE ANA
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EL CANTAR DE LA MAGDALENA
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LA CANCIÓN DE JUDIT
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La piadosa Judit, sola bajo la carpa…
Toma la fuerte espada de este feroz guerrero,
que está cerca la lumbre de una vieja y gran arpa…
Invoca el nombre Santo y del feroz arquero.
La cabeza de un tajo, le corta a Holofernes…
Presurosa Judit, la ebria cabeza mete,
en su bolsa de cuero…con lento paso arremete,
su caminar airoso rumbo hacia la Betulia,
a su encuentro le sale su amable sirva Julia.
Entra hacia la ciudad donde todos la aclaman,
bendicen a Jehová y cantan de alegría,
canciones de alabanza que amorosos proclaman
de Dios su alta grandeza y su soberanía.
Y cantaron los niños sus canciones de júbilo…
Cantaron las doncellas, un canto de alegría,
alzando en son de triunfo, sus acentos en coro…
Loanzas al bendito, al que forjó el tesoro,
de la divina alianza de la sacra eufonía
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UN CANTO DEL RECUERDO
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EL CANTO DE ESTER
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allí se presentaron las más lindas doncellas,
mozas vírgenes blancas radiantes cual estrellas,
enviadas del divino y poderoso arquero.
Allí entre las más bellas, allí como una flor,
del jardín de Israel cual diosa del amor,
está presente Ester blanco lirio de albura,
que al corazón impacta con su noble ternura.
Ataviada de tules llegó ante el rey Asuero,
que cautivo quedó hechizado de amor,
por la noble presencia que infude su dulzor…
Ester la reina virgen del rey, blanco lucero…
Y fue Ester la divina reina del rey de Persia,
en la corte brillaba su virtud y nobleza,
en Dios forjaba amor con dulce gentileza,
y fue todo un ejemplo que en la virtud se aprecia.
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UN CANTO DE PRIMAVERA
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para hechizar con su canto
a los delirios del alma.
Dulce compañera mía:
solo escucha mi canción;
los versos de este poeta,
que en las noches estrelladas
compite con la armonía
de las constelaciones,
para entonar el poema
que cante tu amor y el mío.
Tú entre todas las mujeres,
eres bella sulamita,
que tiene voz argentina,
cuando se habla del amor,
cuando hablas y tu palabra,
suena cual fino cristal
con mágica sinfonía,
que cautiva de emoción,
cuando el amor delirante,
se embeleza en tu presencia,
y queda cautiva el alma.
Eres cual la primavera,
tu rostro tiene el encanto,
de los lirios del jardín,
tus pupilas son ensueños,
que recuerdan los viñedos,
los viñedos que están en cierne,
cuando la voz del amor,
suena en la penumbra azul
de la estancia solariega,
y el amor tiene su encanto,
en la verde primavera.
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CANTARES A MI TIERRA
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ALMA GUALACEÑA
25
YO SOY
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Estrechas son las calles que adornan a la Villa,
sus balcones evocan amores y nostalgia,
de viejas serenatas con la vibrante magia,
de una guitarra oriuda de la vieja Castilla.
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GUALACEO
28
RÍO GUALACEO
29
CANTAR DE OTOÑO
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Se conmueve en su lánguido movimiento de amor,
su dulzura azotada por la ventisca dura,
y los rayos del áureo sol que otoño perdura,
ponen para el paisaje su pálido color.
Y el otoño promueve, ensueños y delirios,
cuando se han marchitado las flores del jardín
cuando se han muerto tristes las dalias y el jazmín,
y láguidos de albura han quedado los lirios
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PROSAS
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Entonces el alma del alma deshoja,
sus blancos delirios que amor poseía,
el hechizo ingenuo de una boca roja,
canteras de amor en la noche y día
Dulce Euterpe, amada, inspiración bella,
que brotas del alma, de la noble entraña,
que palpita como una blanca estrella,
que en cielo nocturno con alba luz baña.
Dulce Euterpe, amada, pulsa tus cordajes,
tu lira sonora con ecos lejanos,
de músicas leves, de inquietos bagajes,
que brotan límpidos de viejos pianos
La divina Euterpe, tiene una sonrisa,
que cautiva el alma, y nadie la iguala,
a veces cual cisne ágil se desliza,
su bella silueta que ostenta con gala.
El acento dulce de su voz exhala,
y sus manos leves cual un abanico,
surcan por el aire cual pluma de un ala,
que avienta un aroma de perfume rico.
Euterpe, es amada, la niña del parque,
la que en los nocturnos el amor desvela,
bogando por sueños en límpido estanque,
para la ilusión cual radiante estela.
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Y todo es cantares de un glauco bocaje,
del canto inefable en bella glorieta,
el viento divaga buscando paraje,
do pueda inspirar la voz del poeta.
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INTIMO
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DIVAGACIÓN EN EL BOSQUE
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Dulces cantares pueblan las alas de la brisa,
arpegios con sonoros trinos como cristales,
circundan los ramajes divagando de prisa,
entre azules fontanas y espesos matorrales.
Pero Euterpe en su lago espejo azul se mira…
Y se encorvan los cisnes en una danza ufana,
imitando una zambra de una tierra lejana,
donde a las hadas buenas se cantan y se admira.
Y de un jardín lejano se desprenden aromas,
de blancas madreselvas y de flores de nardos,
donde ensayan su amor unas castas palomas,
mientras a lo distante rugen viejos leopardos
Cerca de esa fontana en sus alegres fiestas,
se bañan unas ninfas con efeba belleza
que deslumbran de amor como una poesía,
con su esbelta silueta repleta de armonía…
Cerca del azul lago urden sus aventuras,
unos bicornes sátiros bohemios soñolientos,
por el rojizo vino que abruma de ternuras,
el ánfora del alma llena de sentimientos…
Y a la orilla del lago, una mullida grama…
Se comienza la zambra de bacantes desnudas,
que cantan sus romances y narran su epigrama,
unas son hablatinas y otras se quedan mudas.
Hay nomos del boscaje que se deslizan ciegos,
escuchando la zambra se les despierta el ansia,
de la divina danza y del vino que escancia,
la copa del dios Baco en sus extraños juegos…
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Discuten sus bohemias y sus locas perfidias,
la chacota del vino que produce la viña,
cuando el amor cautivo y se provocan lidias
por alguna ninfalia o una graciosa niña.
Los ritmos del boscaje se acoplan a la lira,
y tienen armoniosos, y melódicos sones,
con los que el suave céfiro acompaña y delira,
susurrando inefables y silentes canciones.
Mariposas que rondan de multiples colores,
semejan a las hadas del reino misterioso,
y las aves cantoras endechan sus amores,
desde el glauco follaje de un abedul hermoso.
Y la luz que de Apolo llega áureo al sentido,
y en la fontana clara se retrata el celeste
cielo lleno de nubes como un lecho dormido,
arrullado de un canto de melodía agreste.
Eutrepe entre las musas silenciosa se llega,
pulsa con suaves toques las cuerdas de su lira,
y una inefable música a la orquesta lo entrega,
mientras en la fontana una ninfa suspira…
Y todo lo dispersa el céfiro agorero,
por el inquieto boscaje a donde los faunos,
míticas melodías de un viejo romancero,
mascullan muy cotentos en su algarabía.
Y todo se parese una estampa de encanto,
donde el alma se embebe de un ensueño divino,
no hay lugar de tristeza para el dolor y llanto,
la selva se cobija con su manto de lino.
Euterpe, entre las aguas del Leteo se baña,
y trae en sus cantares, el cántico sonoro,
del verso que se acuna en su dorada entraña,
para las bellas musas que entonan en su coro.
Y toda la armonía de la verde floresta,
es un mágico sueño, que, entre los abedules,
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entonan las canciones de la inefable orquesta,
con los trinos sonoros de amorosos bulbules
Y hay eco de violines que el cierzo de muy lejos,
escondido comparte aquella melodía,
y son ritmos secretos de romances añejos,
compuestos con amor como una sinfonía
Y Citeres hermosa en la blonda mañana,
reluciente, escondida entre los verdes mirtos,
a los ritmos del bosque amorosa se hermana,
buscando del amor seguir los sacros ritos.
Y Euterpe, es la sibila del mágico concierto,
el céfiro escondido divaga, los divinos bulbules,
entonan la canción que al poeta han despierto,
para bogar los sueños en sus lagos azules.
Y Euterpe son los versos que del poeta canta,
cuando el cierzo divaga por la vieja alquería,
donde el bosque a los malos caminantes espanta,
cuando bella aparese la dulce poesía.
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YO NACÍ
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ACRÓSTICO
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FANTASÍA
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NOCTURNO
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ORACIÓN
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Por esos románticos que pasan en vigilia,
esperando a su musa, un instante sereno,
por las necesidades de amor en la familia,
cuando el corazón busca su lado bueno.
Señor te suplicamos, que borres el ludibrio,
que marca nuestras vidas con deseos carnales,
que nuestra paz mantenga todo sano equilibrio,
olvida por siempre nuestros deseos bestiales.
Padre nuestro, bendice a todo aquel que sufre,
al que busca la vida de lo sublime, eterno,
a los que en la penumbra peciben el azufre,
que satanás atiza adentro del infierno.
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REMINISCENCIA
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Cuando Eolo sopla su céfiro amoroso,
remeda a la siringa que suena en la alquería,
cuando el panida ronda con paso sigiloso,
el redil de ovejas que inquieto le tenía.
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RECUEDOS OLVIDADOS
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NOCHE DE LUNA
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ALONDRA
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MIRANDO
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LO ANTIGUO
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EUTERPE
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ZORZAL
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MADRE
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ESTANCIAS
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Nardo es pequeño de buenas expresiones
como la de los vascos en las horas de infancia
cuando la vida enseña los primeros sollozos
para emprender la vía del sendero escabroso.
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ACRÓSTICO A MI PADRE
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ACRÓSTICO A MI MADRE ANA LUISA ARÍZAGA
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ACRÓSTICO A MI HERMANA GLORIA
ELENA ARÍZAGA ARÍZAGA
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ACRÓSTICO A MI PADRE VICTOR ARCESIO
ARÍZAGA CABRERA
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Cuento las horas tristes, las flores marchitaban,
Aulló entre la arboleda una ventisaca leve,
Brilló la luz de Febo más pálida y aleve,
Recuerdos de nostalgia, los bulbules lloraban,
Era un día de Junio silente travesía,
Rezaban los gorriones del viejo campanario,
Aquietado de pena lloraba el alma mía.
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PEGASO EN GUALACEO
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Blanco corcel pifante, cascos dee fino oro,
dando coces la tierra do cantan los bulbules,
al arrullo de ríos con sus linfas azules.,
y el cantar de los gallos en inefable coro.
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GUALACEO NOCTURNO 1960.
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Los balcones abiertos respiran esperanza,
trayendo los suspiros de una bella princesa,
es un instante inquieto pero el viento atraviesa,
y solo los suspiros quedan como semblanza.
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GUALACEO
MI NOCHE VENECIANA.
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Se ilumina la noche…se oye una algarabía,
los nomos y las ninfas acallan sus voces,
Solo Euterpe su lira entona con roces,
de sus divinas manos…era la poesía.
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Preside un cisne góndola plateado y de oro,
incrustado de perlas con diamantinos reflejos,
es la barca de Euterpe, se divisa a lo lejos…
vienen los argonautas con la reinna del coro.
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LA CHOLITA GUALACEÑA.
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Cholita gualaceña pollera castellana,
el relente solano ha besado tu cara,
la musa del destino tus ensueños ampara,
cuando ríes y cantas al pie de tu ventana.
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AMOR EN PUMA PUNGO
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Mientras en Puma Pungo, suave silba el céfiro,
que recuerda el romance de la Coya cuzqueña,
y del Gualacco de ojos que brillan cual zafiro
como el azul del río que indica esta reseña.
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CHOLITA CUENCANA
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CUENCA
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DEVOCIÒN CUENCANA
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MIS CANTARES A IBARRA
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Viene y canta una endecha de mágicos soñares,
me cautiva de encanto su suave melodía,
y el aroma del huerto es todo poesía,
que embeleza la mente con sus bellos lugares.
Ibarra, pincelada de dorados fulgores,
cuando llega la brisa del inquieto verano,
cuando el céfiro leve viene desde el solano,
para entonar silente sus nostalgias de amores.
Ibarra, eco de flauta, y eco de castañuelas,
cuando el alma afligida de sus tristes pesares,
se conmueve con llanto de los palmares,
cuando se oye el sonido de amorosas vihuelas.
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IBARRA
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LA DAMA DEL COCO
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EL CANTO DEL CEIBO
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MI CANTAR DE YAHUARCOCHA
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Yahuarcocha, laguna donde llegan las ninfas
de los claros ensueños de un poeta lejano,
que engasta sus poemas en tiempos de verano,
para decir el lago de diamantinas linfas…
Es uin sueño inefable, lleno de poesía,
donde bogan alegres las loas del destino,
y el céfiro en sus arpas silba con dulce trino,
y el alma se conmueve llena de fantasìa.
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LAS TRES PIEDRAS DEL TAHUANDO
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Las ninfas pudorosas cual timidas doncellas,
de los sátiros tratan de escapar con premura,
mas los apasionados bicornes con locura,
las toman entre brazos a estas náyades bellas.
Rendidas a la fuerza las tres ninfas del bosque,
caen a la merced de las patas de chivo,
mientras bajo de un árbol de majestuoso olivo,
una maga que guarda los secretos del valle…
Acude con premura a librar a las ninfas,
alza su voz rotunda como imprecación,
a los alzados sátiros en su vana pasión…
Caen hacia el arroyo entre las claras linfas,
los sátiros que abrazan a las castas doncellas…
Escuchan la palabra de la divina maga,
su verbo cual espada es penetrante daga,
de los bicornes presos en sus propias querellas.
Al eco del divino verbo de la sibila,
las castas ninfas quedan quietas dentro del agua,
estàticas estatuas, rocas de piedra y tagua…
Los deseos impuros que la mente encandila…
los sátiros perversos murieron engullidos,
por las límpidas aguas que corren mansamente
por el rìo Tahuando en donde dulcemente,
se adurmen las tres piedras en su lecho nacidas.
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EL RETORNO
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Entonces la ciudad renació refulgente
Como renace el ave fénix entre cenizas,
màs bella, floreciente, entre suaves sonrisas,
de mujeres, y niños que rìen dulcemente,
mientras en la alquería del refugio acordado,
el céfiro suspira su sonata doliente.
Ibarra, valle càlido para mi poesía…
como cuando la rama su grata melodía,
entona el ruiseñor cuando està enamorado.
Ibarra, es un latido de amor que me ha llegado,
cuando la noche viene con bnrisa de ternura,
trayendo su caricia de inefable dulzura.
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TAITA IMBABURA
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INDICE PÁGS
PRÓLOGO EN ALEGORÍA 3
LOS CANTARES DE ROMEO 4
LAMENTO DE LA ESPOSA 5
LA NOVIA 6
EL AMADO Y LA SULAMITA 7
UN CANATAR PARA EL AMOR 8
LA NOVIA 9-10
EL NOVIO 11
RUT LA MOABITA 12-13
EL REY Y LA SULAMITA 14
EL CANTAR DE ANA 15
EL CANTAR DE LA MAGDALENA 16
LA CANCIÓN DE JUDIT 17-18
UN CANTO DEL RECUERDO 19
EL CANTO DE ESTER 20-21
UN CANTAR DE PRIMAVERA 22-23
CANTARES A MI TIERRA 24
ALMA GUALACEÑA 25
YO SOY 26-27
GUALACEO 28
RÍO GUALACEO 29
CANTAR DE OTOÑO 30-31
PROSAS 32-34
INTIMO 35
DIVAGACIÓN EN EL BOSQUE 36-39
YO NACÍ 40
ACRÓSTICO 41
FANTASÍA 42
NOCTURNO 43
ORACIÓN 44-45
89
REMINISCENCIA 46-47
RECUERDOSOLVIDADOS 48
NOCHE DE LUNA 49
ALONDRA 50
MIRANDO 51
LO ANTIGUO 52
EUTERPE 53
ZORZAL 54
MADRE 55
ESTANCIAS 56-57
ACRÓSTICO A MI PADRE 58
ACRÓSTICO A MI MADRE 59
ACRÓSTICO A MI HERMANA ELENA 60
ACRÓSTICO A MI PADRE 61-62
PEGASO 63-64
GUALACEO NOCTURNO 65-66
MI NOCHE VENECIANA 67-69
LA CHOLITA GUALACEÑA 70-71
AMOR ENPUMA PUNGO 72-73
CHOLITA CUENCANA 74
CUENCA 75
DEVOCIÓN CUENCANA 76
MIS CANTARES A IBARRA 77-78
IBARRA 79
LA DAMA DEL COCO 80
EL CANTO DEL CEIBO 81
MI CANTAR DE YAHUARCOCHA 82-83
LAS TRES PIEDRAS DEL TAHUANDO 84-85
EL RETORNO 86-87
TAITA IMBABURA 88
INDICE 89-90
90
91