Desde un punto de vista estratégico el arte de la guerra es un manual que
permite favorecer y mejorar la práctica militar, pero más allá de esta perspectiva se pensó para que enseñara la estrategia suprema de aplicar con sabiduría el conocimiento de la naturaleza humana en los momentos de confrontación. El núcleo de la filosofía de Sun Tzu descansa en estos dos principios: Todo el Arte de la Guerra se basa en el engaño. El supremo Arte de la Guerra es someter al enemigo sin luchar. En el capítulo uno Sun Tzu nos dice que la guerra es de vital importancia, es el dominio de la vida y la muerte. Por lo que es muy importante manejarla con precisión. Describe los cinco factores importantes con los que hay que valorarla: La Doctrina. Es tener un pueblo en armonía para que hagan lo que el gobernante requiera. El Tiempo. Hace referencia a los contrastes que se tienen en la guerra. El Terreno. Esto implica distancias, si son lugares estrechos o campos abiertos, y cómo esto influye en la supervivencia. El Mando. La persona que esté a cargo debe tener ciertas cualidades como sabiduría, coraje y benevolencia. La Disciplina. Es comprendida como la organización del ejército. Estos cinco factores fundamentales, han de ser conocidos por cada general. Aquel que los domina, vence; aquel que no, sale derrotado.
En los siguientes capítulos menciona sobre lo importante que es hacer de la
batalla algo rápido para que la población que depende de este conflicto no sufra. Lo mejor sería utilizar al enemigo para derrotar al enemigo. Un punto clave es la estrategia, ir a la batalla conociendo los elementos disponibles para aprovecharlos, como regla general es mejor conservar a un enemigo intacto que destruirlo. Un verdadero maestro de las artes marciales vence a otras fuerzas enemigas sin batalla, conquista otras ciudades sin asediadas y destruye a otros ejércitos sin emplear mucho tiempo. A su vez establece que la victoria se gana desde el inicio de la batalla, cuando ya tienes bien planteados los objetivos y cómo llevarlos a la práctica, cuando sabes que tu adversario es vulnerable y tu estas dispuesto al ataque. Esto quiere decir que, los buenos guerreros toman posición en un terreno en el que no pueden perder, y no pasan por alto las condiciones que hacen a su adversario proclive a la derrota. Para Sun Tzu los modos de ataque pueden ser directos (la propia batalla) o pueden ser indirectos (las maniobras realizadas). Por lo tanto, hay que saber equilibrar las estrategias y entender el momento de actuar directa o indirectamente. El ejército es clave, este puede tener puntos fuertes y débiles, por lo que es importante saber optimizar estos puntos fuertes y corregir los débiles. Como parte de ser un buen general de batalla, es necesario saber adaptarse al escenario que se enfrenta analizando ventajas y desventajas. Un ejército no debe ir a lo desconocido. Los lugares donde ocurren las batallas son todos diferentes, por lo que Sun Tzu recomienda conocer el campo de batalla para poder formular las estrategias adecuadas. Pero no solo eso, conocer al enemigo también es de suma importancia, porque como él mismo lo dice, solo conocer la suficiencia de tu ejército es apenas la mitad del camino hacia la victoria. Esto se relaciona con el siguiente punto que explica, son los nueve tipos de terrenos, el terreno clave que es cuando el territorio puede resultar ventajoso si lo tomas, y ventajoso al enemigo si es él quien lo conquista, un terreno accesible para ambas tropas se llama terreno de comunicación, cuando atraviesan montañas boscosas, u otros accidentes difíciles de atravesar, a esto se le llama terreno desfavorable, entre otros. Conocer los terrenos permite definir las estrategias para que la situación sea favorable a tu ejército y colaborar para que el ejército enemigo sea subyugado. Otro punto importante en la guerra es el uso del fuego para atacar y desestabilizar al enemigo. El fuego era la mejor arma en la época en que Sun Tzu formuló sus ideas. Por lo tanto, se debe definir cuál es la mejor arma para la guerra y las mejores formas de utilizarla, aportando los mejores resultados y contribuyendo a la victoria. Por último, el autor enfatiza constantemente la importancia de la información y la de ese conocimiento para darle a su ejército una ventaja competitiva, para obtener esta información es imprescindible el uso de espías, mediante ellos es posible comprender las tácticas del enemigo y desarrollar nuevas estrategias para derrotarlo.