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INTRODUCCIÓN AL SISTEMA INMUNITARIO

Los animales superiores son atacados por microorganismos y partículas


extrañas. Pero poseen sistemas defensivos frente a tales patógenos; dichos
mecanismos tienden a distinguir lo propio de lo extraño

Concepto de inmunidad: Conjunto de mecanismos de defensa de los animales


frente a agentes externos extraños. Se adquiere al nacer, y va madurando y
consolidándose durante los primeros años de vida.

Inmunología: Ciencia biológica que estudia todos los mecanismos fisiológicos


de defensa de la integridad biológica del organismo. Dichos mecanismos
consisten esencialmente en la identificación de lo extraño y su destrucción. La
inmunología también estudia los factores inespecíficos que coadyuvan a los
anteriores en sus efectos finales.

Respuesta inmune: Actuación integrada de un gran número de mecanismos


heterogéneos de defensa contra sustancias y agentes extraños. En general, a
las sustancias extrañas se las denomina como antígenos, y son ellos los que
desencadenan en el organismo una serie de eventos celulares que provocan la
producción\n de los mecanismos de defensa. Como veremos, los mecanismos
de respuesta tienen una componente celular y otra molecular.

La inmunología es, en la actualidad, una ciencia autónoma y madura, pero sus


orígenes han estado estrechamente ligados a la Microbiología. Su objeto
consiste en el estudio de las respuestas de defensa que han desarrollado los
animales frente a la invasión por microorganismos o partículas extraños,
aunque su interés se ha volcado especialmente sobre aquellos mecanismos
altamente evolucionados e integrados, dotados de especificidad y de memoria,
frente a agentes reconocidos por el cuerpo como no propios, así como de su
neutralización y degradación.

Como tantas otras ciencias, la Inmunología presenta un prolongado período


pre-científico, de observaciones y aproximaciones meramente empíricas. La
resistencia a ulteriores ataques de una enfermedad infecciosa fue ya recogida
en escritos de la antigüedad; el historiador griego Tucídides (464-404 a.C.)
narra que en una epidemia acaecida durante la guerra del Peloponeso, los
enfermos eran atendidos solo por aquellos que habían sobrevivido previamente
a la enfermedad, en la seguridad de que éstos no volverían a ser contagiados.

VISIÓN GENERAL DEL SISTEMA INMUNITARIO

El sistema inmunitario consta de varias "líneas de defensa" principales:

Inmunidad innata (= natural o inespecífica): es una línea de defensa que


permite controlar a mayor parte de los agentes patógenos. Inmunidad adquirida
(= adaptativa o específica): suministra una respuesta específica frente a cada
agente infeccioso. Posee memoria inmunológica específica, que tiende a
evitar que el agente infeccioso provoque enfermedad en una segunda
infección. Pero incluso antes de que actúe la inmunidad inespecífica, el
organismo posee una serie de barreras naturales que lo protegen de la
infección de los agentes patógenos, así como una protección biológica por
medio de la microflora (microbiota) natural que posee. Comenzaremos
nuestro estudio de la inmunidad precisamente por estas primeras líneas
defensivas.

1. Barreras anatómicas y físicas


 Barreras anatómicas (superficies corporales): la piel y
membranas mucosa
La parte externa de la epidermis está compuesta
de varias capas de células muertas, recubiertas de
la proteína queratina, resistente al agua. Dicha
capa se renueva cada 15-30 días. La dermis
subyacente contiene tejido conectivo con vasos
sanguíneos, glándulas sebáceas y sudoríparas, y
folículos pilosos. La piel es una auténtica barrera
infranqueable para la mayor parte de los
microorganismos. El papel de barrera de la piel se
pone de manifiesto por contraste, por ejemplo al
comprobar lo fácilmente que se producen
infecciones a partir de quemaduras. Pero como
contrapartida, en un organismo sano, las heridas
se cierran rápidamente por coágulos. Algunos
patógenos pueden obviar la barrera de la piel
debido a que son inoculados por artrópodos
vectores (ácaros, mosquitos, chinches, etc.).

Por otro lado, existen zonas de la superficie del


cuerpo no recubiertas por piel:ojos intestino tracto
respiratorio tracto urinario En estas zonas hay
fluidos (y en su caso tapizado ciliar) que colaboran
a la eliminación de microorganismos

Algunos microorganismos han desarrollado


estructuras para invadir el cuerpo del hospedador a
partir de las mucosas. Por ejemplo, el virus de la
gripe posee una molécula que le capacita para
unirse firmemente a las células de la membrana
mucosa y así escapar al efecto de las células
ciliadas. Muchas bacterias patógenas logran
adherirse a las mucosas a través de sus fimbrias,
que se unen con ciertas glucoproteínas o
glucolípidos de los epitelios de tejidos
determinados.
 Función del pH
Por ejemplo, en el estómago, el pH bajo (alrededor de
pH 2) impide que lo atraviese la mayoría de
microorganismos, excepto algunos patógenos (p.
ej., Salmonella, Vibrio cholerae, etc.).

pH ligeramente ácido de la piel y de la vagina.


 Función de la temperatura

Muchas especies no son susceptibles a ciertos


microorganismos sencillamente porque su
temperatura corporal inhibe el crecimiento de éstos.
Así, los pollos presentan inmunidad innata al ántrax
debido a que su temperatura es demasiado alta para
que el patógeno pueda crecer.
 Secuestro de hierro,

que hace que el Fe libre en el organismo sea muy


escaso (del orden de 10-8M). En las células, el Fe está
"secuestrado" formando complejos con moléculas
como hemoglobina, mioglobina, citocromos, ferritina,
etc. En la sangre, el Fe está unido a la transferrina.
Sin embargo, algunos patógenos han evolucionado
mecanismos para obtener Fe a partir de algunas de
estas proteínas: se trata de un tipo de moléculas
llamadas sideróforos, que pueden captar Fe a partir
de la transferrina. Como ejemplo,
la enterobactina de miembros de la familia
Enterobacteriáceas.

2. Protección de la microbiota normal


La microbiota normal del organismo evita la colonización del
hospedador por microorganismos exógenos.

En la piel existen dos tipos principales de "hábitat":

la superficie de la piel propiamente dicha es un medio relativamente


"hostil", ya que es seca y muy salada, de modo que normalmente sólo la
pueden colonizar algunas bacterias bien adaptadas: Micrococcus,
Staphylococcus epidermidis, S. aureus.

Las glándulas: sudoríparas y sebáceas. En estas últimas, durante la


adolescencia se desarrolla el típico acné (espinillas), producido por el
ataque de Propionibacterium acnes.

La boca posee una población heterogénea de bacterias, donde son


importantes los representantes orales del género Streptococcus: S.
salivaris (en la lengua), S. mitis (en los carrillos) y S. mutans (en los
dientes). Este último es uno de los principales responsables de la placa
dental y de la caries.

El intestino grueso posee una abundantísima flora microbiana, con una


concentración del orden de 1010 bacterias/ml. Funciona como si fuera un
quimiostato.

3. Sistema inmunitario (propiamente


dicho)
 Sistema de inmunidad innata, natural o inespecífica

Elementos del sistema de inmunidad natural. Si el


microorganismo o partícula extraños logran atravesar
la piel y los epitelios, se pone en marcha el sistema
de inmunidad natural (inespecífica o innata), en el
que participan los siguientes elementos:

Células:

Fagocitos (o sea, leucocitos del sistema retículo-endotelial, que se


originan en la medula ósea):en la sangre: los PMN neutrófilos (de vida
corta) y los monocitos; en los tejidos: los macrófagos, que se diferencian
a partir de los monocitos. Todos ellos fagocitan y destruyen los agentes
infecciosos que logran atravesar las superficies epiteliales.
Células asesinas naturales (células NK): son leucocitos que se
activan por interferones inducidos en respuesta a virus. Reconocen y
lisan células "enfermas", infectadas por virus o malignizadas
(cancerosas).

Factores solubles:

 Proteínas de fase aguda: aumentan su concentración


rápidamente unas 100 veces ante una infección Una de ellas
(la proteína C-reactiva) se une a la proteína C de la superficie
del neumococo, favoreciendo que éste sea recubierto por el
sistema de proteínas del complemento (al que aludiremos
enseguida), lo cual a su vez facilita la fagocitosis por los
fagocitos.

  Sistema del complemento: se trata de un conjunto de unas


20 proteínas del suero que interaccionan entre sí y con otros
componentes de los sistemas inmunes innato y adquirido. En el
sistema de inmunidad innata el sistema se activa por la
llamada ruta alternativa. He aquí un resumen de sus efectos:

El complemento se activa por ruta alternativa al contacto con


la superficie del microorganismo. El hecho de que el
complemento quede activado tiene una serie de
consecuencias:

Funcionamiento del sistema de inmunidad natural

 Endocitosis

La endocitosis es la ingestión de material soluble


(macromoléculas) del fluido extracelular por medio de
invaginación de pequeñas vesículas endocíticas. La
endocitosis puede ocurrir de dos maneras distintas:

 Pinocitosis

La internalización de las macromoléculas ocurre por


invaginación inespecífica de la membrana plasmática. Debido
a esa inespecificidad, la cuantía de la internalización depende
de la concentración de las macromoléculas.
 Endocitosis mediada por receptor

Las macromoléculas son selectivamente internalizadas debido


a su unión a un receptor específico de la membrana.

En cualquiera de estos dos casos, tras la internalización, las


vesículas endocíticas se fusionan entre sí y después con los
endosomas. En el caso de endocitosis, el contenido ácido de
los endosomas hace que se disocie la macromolécula de su
receptor. El endosoma se fusiona con el lisosoma primario,
para dar el lisosoma secundario. Los lisosomas primarios
derivan del aparato de Golgi y transportan grandes
cantidades de enzimas hidrolíticos (proteasas, nucleasas,
lipasas, etc.). Dentro de los lisosomas secundarios, las
macromoléculas ingeridas son digeridas hasta productos
hidrolizados (péptidos, aminoácidos, nucleótidos y azúcres),
que finalmente son eliminados de la célula.

 Fagocitosis

La fagocitosis es la unión del microorganismo (o, en general,


un agente particulado, insoluble) a la superficie de una célula
fagocítica especializada (PMN, macrófago), por algún
mecanismo inespecífico, de tipo primitivo (ameboide):
emisión de pseudópodos y englobamiento, para crear un
fagosoma (10-20 veces mayor que el endosoma) al que se
unen lisosomas; a partir de aquí el proceso es similar al
descrito anteriormente. La fusión de los gránulos de los
fagocitos origina la destrucción del microbio en unos pocos
minutos. La expansión de la membrana en la fagocitosis
(emisión de pseudópodos) requiere la participación de los
microfilamentos, cosa que no ocurre en la pinocitosis-
endocitosis.

La destrucción del microorganismo en los lisosomas


secundarios de los fagocitos se produce por dos tipos de
mecanismos:

Mecanismos dependientes de oxígeno: Se activa una ruta metabólica


(hexosa monofosfato) que consume grandes cantidades de oxígeno, lo
que a su vez produce grandes cantidades de radicales tóxicos
antimicrobianos (como el O2-, H2O2, OH-, O21), que a su vez pueden
reaccionar para dar otras sustancias tóxicas, como hipocloritos y cloruros.
Estas sustancias provocan una intensa halogenación que afecta a muchas
bacterias y virus.

Mecanismos dependientes de óxido nítrico (NO).

Mecanismos independientes de oxígeno: Liberación de enzimas


hidrolíticos: lisozima, proteínas catiónicas, proteasas, etc., que ejecutan
un efecto bactericida o bacteriostático.

Pero como hemos dicho, el paso inicial de la fagocitosis


implica que el fagocito debe ser capaz de unirse al
microorganismo y activar la membrana para poder
englobarlo. Para ello, cuenta con una ayuda evolutiva que se
ha "añadido" al sistema primitivo ameboide, y que aumenta
su eficacia: el sistema de activación del complemento por la
vía alternativa.

Activación del complemento por la ruta alternativa: Como ya


dijimos, el complemento es un conjunto de 20 proteínas del
plasma, que interactúan entre sí y con otros elementos de los
sistemas inmunitarios innato y adquirido, para mediar una
serie de importantes respuestas inmunológicas. El
complemento se activa por dos rutas diferentes: la ruta
clásica, (que corresponde al sistema de inmunidad específica,
y que depende de interacciones antígeno-anticuerpo), y la
ruta alternativa (perteneciente al sistema natural). Ambas
rutas consisten en un sistema de activación enzimática
en cascada, que sigue la lógica de que el producto de una
reacción es a su vez una enzima para la siguiente
reacción, produciéndose una respuesta rápida y
amplificada del estímulo inicial.

En la ruta alternativa podemos distinguir dos grandes fases:


la iniciación por el componente C3 y el ensamblaje del
complejo de ataque a la membrana (CAM).

a) Iniciación de la ruta alternativa por el componente C3.


La acción concertada del polisacárido microbiano y de la
properdina del hospedador estabiliza a la C3-convertasa,
que de esta forma comienza a producir grandes cantidades de
C3b que se fijan a la superficie del microorganismo; a su vez,
el C3b fijado provoca la producción y fijación de mayores
cantidades de convertasa (C3bBb).

b)  Ensamblaje sobre la membrana del microorganismo del


complejo de ataque a la membrana (CAM), por la "vía post-
C3":

Ahora comienzan a juntarse, junto al C3b, y en orden


secuencial, una serie de otros componentes del sistema
complemento, que finalmente constituyen el
llamado complejo de ataque a la membrana (CAM), que
representa un canal totalmente permeable a iones y agua.
Como lo que acabamos de describir ocurre en toda la
superficie del microorganismo, el resultado son innumerables
complejos CAM ensamblados en la membrana citoplásmica,
por los que entran grandes cantidades de agua con iones Na+,
que pueden provocar la lisis del microorganismo.

En este proceso se liberan algunos componentes solubles del


complemento, de los cuales los más importantes son el C3a y
el C5a.

Funciones biológicas del complemento activado por la ruta


alternativa:

a) Como acabamos de ver, una primera secuela (aunque no


siempre ocurre en todos los microorganismos) es la lisis
celular por el CAM. El recubrimiento del microorganismo por
numerosas unidades de C3b es un ejemplo
de opsonización: facilita la unión de los fagocitos al agente
extraño, para su inmediata fagocitosis. Papel de los pequeños
péptidos solubles C3a y C5a:

b) estimulan la tasa respiratoria de los PMN neutrófilos,


lo que supone una activación de sus mecanismos destructivos
dependientes de oxígeno (citados más arriba). estos péptidos
son anafilotoxinas, es decir, estimulan la desgranulación
de los mastocitos y de los PMN basófilos, lo cual supone
la liberación de una variedad de sustancias
i. histamina: provoca vasodilatación y aumento de la
permeabilidad de los capilares sanguíneos.
ii. heparina: efecto anticoagulante.
iii. factores quimiotácticos que atraen a PMN neutrófilos
y eosinófilos.

Todo ello, como se puede ver, va encaminado a congregar


hacia el foco de infección a las células fagocíticas, parte de las
cuales se activan para mecanismos defensivos. Pero además,
estas anafilotoxinas inducen el que los mastocitos
sinteticen prostaglandinas (PG) y leucotrienos (LT),
cuyos papeles fisiológicos son:

intervenir en el mecanismo fisiológico del dolor

favorecer aún más la quimiotaxis de los PMN

favorecer más la vasodilatación.

Reacción de inflamación aguda:

La inflamación es una reacción ante la entrada de un


microorganismo a un tejido, con síntomas de dolor (debido a
PG y LT), enrojecimiento, hinchazón y sensación de calor, con
un edema debido a la acumulación de líquido rico en
leucocitos. Esta reacción deriva de algunos de los
componentes citados en el anterior epígrafe:

Los péptidos C3a y C5a, junto con los factores quimitácticos


segregados por los mastocitos atraen hacia el tejido afectado
a los PMN que están circulando por la sangre, que atraviesan
los capilares ayudados por el efecto de vasodilatación de la
histamina. Al llegar al foco del microorganismo invasor, las
células atraídas despliegan todo su arsenal: los PMN
neutrófilos reconocen (por medio de unos receptores
específicos) a los microorganismos "opsonizados"
(recubiertos) por C3b, los fagocitan, y en el fagolisosoma
formado descargan su "artillería química", entre ella los
mecanismos dependientes de oxígeno, que han sido activados
por C3a y C5a.

La vasodilatación y el incremento en la permeabilidad capilar


facilitan la entrada al tejido dañado de las enzimas del
sistema de coagulación sanguínea: se activa una cascada
enzimática que conduce a la acumulación de cadenas
insolubles de fibrina, que constituyen el coágulo sanguíneo.

Una vez ocurrida la respuesta de inflamación aguda, y


eliminado el microorganismo por los fagocitos, tiene lugar la
reparación del tejido dañado y la regeneración con tejido
nuevo. La reparación comienza con el crecimiento de vasos
capilares en el entramado de fibrina del coágulo sanguíneo.
Conforme el coágulo se disuelve, va siendo sustituido por
fibroblastos nuevos. La cicatriz es el resultado de la
acumulación de nuevos capilares y de fibroblastos.

Otros mecanismos de inmunidad inespecífica:

A) Mecanismos humorales:

Proteínas de fase aguda. Estas proteínas incrementan su


concentración espectacularmente cuando se produce una
infección. Una de las m<s importantes es la proteína C-
reactiva (CRP), que se produce en el hígado ante daño en
tejidos. Se une al llamado polisacárido C de la pared celular
de una amplia variedad de bacterias y de hongos. Esta unión
activa a su vez al complemento, lo que facilita su eliminación,
bien sea por lisis dependiente del complemento (por el
complejo de ataque a la membrana, CAM), bien sea por
potenciación de la fagocitosis mediada por el complemento.

Interferones (consultar lo estudiado en Virología). Los


interferones modulan, además la función de las células NK.

B) Mecanismos celulares: dependen de células que


destruyen "desde fuera" (no por fagocitosis):

células NK (asesinas naturales): son linfocitos grandes,


distintos de los B y T que veremos más adelante, y que a
diferencia de estos poseen gránulos citoplásmicos. Su papel
es reconocer células tumorales o infectadas con virus, se
unen a ellas y liberan al espacio que queda entre ambas el
contenido de sus gránulos.

una perforina, proteína que se ensambla en la superficie de


la célula enferma y origina un canal parecido al de CAM,
provocando la lisis. factores citotóxicos, que matan a la célula
enferma PMN eosinófilos: especializados en atacar grandes
parásitos, incluyendo helmintos.

 El sistema de inmunidad adaptativa o específica

Algunos microorganismos no desencadenan activación del


complemento por la ruta alternativa, y no pueden ser lisados
porque no llegan a quedar opsonizados por la proteína C3b.
Incluso existen microbios que escapan al control de los
fagocitos. Para poder enfrentarse con estos "invasores", la
evolución ha desarrollado en los vertebrados, y
principalmente en los mamíferos, una barrera defensiva
adicional, aún más sofisticada, consistente en un tipo de
moléculas que funcionan como "adaptadores flexibles", que
por un lado se unen a los fagocitos, y por el otro se unen al
microorganismo, no importa de qué tipo se trate. Este tipo de
adaptadores son los anticuerpos.

En cada tipo de anticuerpos existen 3 regiones:

una que reconoce específicamente a cada invasor dos con


funciones biológicas: unión al complemento, activándolo por
la ruta clásica;

unión a fagocitos.

En la inmunidad específica se dan dos tipos de respuesta:

inmunidad específica humoral

inmunidad específica celular. A continuación se expone un


breve resumen de ambas respuestas, que nos servirá para
"abrir boca" de cara al estudio con más detalle que
emprenderemos más tarde.

Los anticuerpos son los mediadores de la inmunidad específica


humoral.
La unión entre el antígeno (Ag) y el anticuerpo específico (Ac)
provoca:

la activación del complemento por la ruta clásica, que puede


conducir, al igual que en la ruta alternativa, a la lisis del microorganismo
invasor;

opsonización (recubrimiento) de los fagocitos con complejos Ag-Ac, lo


cual facilita la fagocitosis;

neutralización directa de ciertas toxinas y virus por la simple unión


Ag-Ac. Obsérvese que los dos primeros efectos son formas que tiene el
sistema específico de "aprovechar" elementos del sistema de inmunidad
innata, mediante los cuales determinados elementos de este sistema
inespecífico son "encarrilados" mediante los anticuerpos (que son
específicos) hacia el foco de la infección de un determinado
microorganismo, para su eliminación.

Los Ac están producidos por las células plasmáticas,


diferenciadas a partir de los linfocitos B.

Los Ag son las moléculas del microorganismo o partícula


extaña que evocan y reaccionan con los Ac. Son los Ag los
que seleccionan el Ac específico que les hará frente. Sin
embargo, cada tipo de Ac está preformado antes de entrar
en contacto por primera vez con el Ag. Cada linfocito B
que se diferencia en la médula ósea está programado
genéticamente para sintetizar un solo tipo de Ac, a la
espera de contactar con el Ag específico.

Tras su primer contacto con el Ag específico, cada linfocito


B se multiplica y diferencia hasta dar un clon de células
plasmáticas, que fabrican y excretan grandes
cantidades del Ac específico para el que estaba
programado el linfocito original. A este fenómeno se le
conoce con el nombre de selección y expansión clonal. En
cada individuo existen cientos de miles, o millones de tipos de
linfocitos B, cada uno preparado para originar un clon
productor del correspondiente Ac.
La respuesta de formación de Ac provocada tras el primer
contacto de cada Ag con el linfocito B se llama respuesta
primaria. Este primer contacto confiere al individuo
una memoria inmunológica, de forma que el cuerpo se
encuentra preparado para afrontar la eventualidad de una
segunda infección por el mismo agente. En la respuesta
secundaria la formación de Ac es más rápida y más
intensa. Ello se debe a que a partir del linfocito primario que
tuvo el primer contacto, aparte del clon de células
plasmáticas (responsable de la respuesta primaria), se generó
en paralelo otro clon de células B de memoria: cuando el
Ag entre por segunda vez, hay en el cuerpo m<s células
preparadas que las que encontró en la primera ocasión.
Además, estos linfocitos cebados de memoria necesitan
menos divisiones celulares antes de poder
diferenciarse a su vez en células plasmáticas
productoras de Ac.

La memoria inmunológica es específica para cada antígeno.


Su base es que cada anticuerpo reconoce un solo antígeno
(aún más: como veremos, reconocen porciones concretas de
cada antígeno, denominadas epitopos).

Cómo puede el organismo reconocer tan específicamente


moléculas "extrañas", a las que ataca, y discriminarlas
respecto de sus propias moléculas, a las que respeta? En
1960 Burnett y Fenner propusieron un hipótesis que se
demostraría b<sicamente correcta años más tarde: El cuerpo
desarrolla ontogenéticamente un sistema para distinguir lo
propio y evitar reaccionar contra él. Cuando el sistema
linfoide se está desarrollando (desde la fase fetal a la
perinatal) van llegando a él componentes circulantes de las
moléculas de las distintas partes del cuerpo; así, el sistema
inmune "aprende" a reconocer a estos componentes, y se
provoca una incapacidad permanente para reaccionar contra
ellos (se "suprimen" o inactivan los clones de linfocitos que
reconocen "lo propio").

La inmunidad celular es la otra rama de la inmunidad


específica
La inmunidad humoral, por sí misma, sería de poca utilidad frente
a patógenos intracelulares, bien sea los estrictos (virus) o facultativos
(como los Mycobacterium o muchos protozoos, como las Leishmania).
Para ello ha evolucionado un sistema de inmunidad celular, que
está mediatizado por linfocitos T, parecidos citológicamente a los B,
pero que se diferencian en el timo.

Los linfocitos T reconocen al Ag extraño siempre que esté situado sobre


la superficie de células del propio organismo hospedador. Pero no
pueden reconocer al Ag por sí solo, sino que éste ha de estar en
combinación con una molécula marcadora de la superficie celular,
que le "dice" al linfocito que está en contacto con una célula "enferma".

El receptor de los linfocitos T (TCR) es diferente a los Ac, aunque ambos


comparten algunos rasgos estructurales.

Las moléculas marcadoras de superficie pertenecen al llamado sistema


principal de histocompatibilidad (MHC, de "Major Histocompatibility
Complex").

Los linfocitos T, al igual que los B, se seleccionan y se activan


combinándose con el antígeno (aunque necesitan junto a él moléculas
MHC), lo que provoca su expansión clonal.

Funcionalmente, existen dos tipos de linfocitos T:

linfocitos T citototóxicos o matadores (TC);

linfocitos T colaboradores o coadyuvantes ("helper") (TH);

Los linfocitos T citotóxicos son los principales efectores de la


inmunidad específica celular: destruyen células del propio
organismo infectadas por virus. En el cuerpo existe multitud
de clones distintos de TC, cada uno de los cuales posee en su
superficie receptores distintos de los Ac, aunque con
porciones parecidas a las de los Ac.
Cada clon de TC está programado para fabricar un solo
tipo de receptor, y reconoce la combinación de un
determinado Ag junto con una molécula MHC de clase
I, situados sobre la superficie de la célula diana enferma. De
esta forma, el TC entra en estrecho contacto con la célula
diana, tras de lo cual le da el llamado "beso de la muerte",
consistente en la secreción de sustancias citotóxicas, que la
matan. También secreta interferón gamma (IFN-(), que
tiende a reducir la diseminación del virus en caso de que éste
no induzca bien el IFN-" o el IFN-8.

Los linfocitos T colaboradores no tienen actividad matadora,


sino que ocupan un papel central en el sistema inmune,
activando a otras células: macrófagos, linfocitos TC y B.

Se unen a una combinación de {Ag + MHC de clase II}


presente en la superficie de macrófagos que tengan en su
interior algún parásito que ha logrado sobrevivir
intracelularmente. (En estos casos, el macrófago, aunque no
ha logrado vencer por sí mismo al parásito, ha logrado al
menos procesar y enviar a la superficie antígenos del
invasor). Al unirse al macrófago de esta manera, se induce en
el TH la producción de IFN-gamma y de linfocinas, que
activan las funciones del macrófago, provocando la
muerte intracelular del parásito. De nuevo nos encontramos
con otro ejemplo de conexión entre el sistema de inmunidad
natural y el adquirido. (El sistema de inmunidad adquirida,
que es muy específico, y que supone un logro evolutivo
"reciente" -apareció en los vertebrados- aprovecha lo que ya
sabía hacer el más primitivo sistema de inmunidad natural,
mejorándolo y confiriéndole especificidad de modo indirecto;
esto es un buen ejemplo de que la evolución no suele
desechar logros antiguos, sino que los reutiliza y modifica
para integrarlos en sistemas cada vez más complejos y
perfectos).

Los linfocitos TH juegan un papel importante en la activación y


expansión clonal de los linfocitos B para producir anticuerpos,
y de los linfocitos T citotóxicos.

Como se ve, la inmunidad innata y la adquirida no se dan


independientes una de la otra, sino que interactúan
estrechamente entre sí en toda respuesta inmune. Como ha
quedado indicado, los macrófagos y otras células del sistema
innato de inmunidad intervienen en la activación de la
respuesta inmune específica (adquirida); por otro lado, varios
factores solubles del sistema de inmunidad adquirida
(citoquinas, componentes del complemento) potencian la
actividad de las células fagocíticas del sistema innato.

Resumiendo, podemos expresar así las principales


características de las respuestas inmunes específicas:

Especificidad hacia antígenos distintos. De hecho, como veremos


oportunamente la especificidad es hacia porciones concretas del antígeno
o partícula extraña, denominados epitopos o determinantes
antigénicos. Dicha especificidad es anterior al contacto con el antígeno,
y se produce durante las primeras fases de vida del individuo, en las que
se originan clones diferentes de linfocitos T y B, cada uno con un tipo de
receptor capacitado para enfrentarse ulteriormente a epitopos concretos.

Diversidad: el repertorio de linfocitos en cada individuo es gigantesco


(se calcula que en humanos es al menos de mil millones), y se deriva de
variaciones en los sitios de unión para el antígeno en los
correspondientes receptores de células T y B. El origen de dichas
variantes reside en un complejo conjunto de mecanismos genéticos.

Memoria inmunológica, de modo que el organismo guarda recuerdo de


cada agente o partícula extraña tras su primer contacto con él. En los
ulteriores encuentros del sistema inmune con cada antígeno se producirá
una respuesta secundaria más rápida, más intensa y en el caso de los
anticuerpos, cualitativamente superior a la respuesta primaria. La
memoria inmunológica se aprovecha para las técnicas de vacunación
activa, que tan importantes son en la profilaxis de enfermedades
infecciosas.

Autolimitación, de modo que la respuesta va decayendo con el tiempo,


conforme se va eliminando el agente extraño, debido a unos sistemas de
retrorregulación que devuelven el sistema inmune a su nivel basal,
preparándolo para nuevas respuestas. Existen varias patologías
por hipersensibilidad, en las que se produce una reacción excesiva del
sistema inmune, que puede ser lesiva para el hospedador.
Discriminación entre lo propio y lo ajeno: durante las primeras fases
ontogenéticas del individuo el sistema inmune específico "aprende" a
reconocer lo propio, de modo que se induce un estado de autotolerancia
(incapacidad de atacar a los componentes del propio individuo). Esto
supone que los trasplantes de tejidos procedentes de donadores
genéticamente distintos sean rechazados. Los fallos en este sistema de
discriminación entre lo propio y lo ajeno puede desembocar
en enfermedades por autoinmunidad (ataque a componentes
propios).

Composición de los Inmunobiológicos

La naturaleza específica y los contenidos de las vacunas, difieren entre sí,


dependiendo de la casa productora. Un inmunobiológico contra la misma enfermedad
puede variar en su composición por el uso de diferentes cepas o por la cantidad de
unidades viables. Los constituyentes de los inmunobiológicos generalmente son:

a) Líquido de suspensión Puede ser tan simple como agua destilada o solución salina,
o tan complejo como el medio biológico donde se haya producido el inmunobiológico,
tal es el caso de proteínas séricas del huevo de medios celulares o de cultivo

. b) Preservantes, estabilizadores y antibióticos Se utiliza este tipo de componentes


para inhibir o prevenir el crecimiento bacteriano en los cultivos virales, en el producto
final o para estabilizar el antígeno. Son sustancias tales como mercurios (timerosal),
fenoles, albúmina, y antibióticos específicos. Por ejemplo; neomicina en el
inmunobiológico antisarampionoso.

c) Adyuvantes En algunos inmunobiológicos con microorganismos muertos y


fracciones de los mismos se utilizan compuestos de aluminio o alumbre, o de calcio,
para incrementar la respuesta inmune. Los inmunobiológicos que contienen tales
adyuvantes, deben inyectarse profundamente en la masa muscular; pues su
inoculación en grasa o intradérmica provoca severa irritación local, granulomas o
necrosis

tipos de inmunidad

Dependiendo de qué tipos de mecanismos desencadenan y consiguen la


memoria inmunológica se habla de inmunidad natural y artificial.

 
 

    Tradicionalmente, dependiendo de si es el organismo el que sintetiza sus


propios anticuerpos o bien los recibe de otro, se habla también de inmunidad
activa o pasiva, respectivamente.

 a) Inmunidad natural activa. Obtenida por los propios mecanismos del
individuo, tal  como se ha descrito anteriormente, cuando de forma ocasional
penetra un germen en su organismo.

        b) Inmunidad natural pasiva. Se da cuando los anticuerpos son recibidos


en estado embrionario a través de la placenta. Se ha comprobado también que,
en la mayoría de los mamíferos, la primera leche materna, llamada calostro, es
rica en inmunoglobulinas que actúan hasta que el bebé va desarrollando sus
mecanismos inmunológicos.

      c) Inmunidad artificial activa. Es la vacunación. Consiste en la introducción


de gérmenes muertos o atenuados, incapaces de desarrollar la enfermedad,
pero que son portadores de los antígenos específicos que desencadenas la
respuesta inmune, confiriendo la memoria inmunológica al organismo. Es un
método preventivo.

  d) Inmunidad artificial pasiva. Es la sueroterapia. Consiste en inyectar al


individuo que sufre una infección los anticuerpos específicos del germen
causante sin que haya que esperar la respuesta de inmunidad el indivíduo. Los
anticuerpos se logran vacunando con dicho germen a un animal, para que este
ponga en marcha su respuesta inmune. En su sangre estarán posteriormente
las globulinas específicas. Tras la extracción de la sangre del animal, se aislan
y purifican los anticuerpos que van a ser inyectados en la persona infectada.
hasta ahora el animal de laboratorio empleado en la obtención de suero y
anticuerpos ha sido el caballo, debido a su gran volumen sanguineo. La acción
del suero es terapeútica, es decir, curativa.

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