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LICENCIATURA EN DERECHO

7mo. Cuatrimestre

TÉCNICA DE LITIGACIÓN ORAL

ALUMNO:Erick Israel Salgado Plácido

-INVESTIGACIÓN-

1. INTERROGATORIO
2. IMPUGNACIÓN DE TESTIGOS
3. OBJECIONES

Licenciado Cesar Enrique Torres.

Fecha de entrega: sábado 3 de diciembre del 2022.


INTRODUCCIÓN

Es importante que el abogado prepare a sus testigos y en general todas sus


pruebas antes de presentarse al juicio oral. No es cierto que el mejor orador será
quien ganará un caso, sino quien lo conozca, quién esté muy bien preparado y
quien domine las estrategias de litigio necesarias para desarrollarse exitosamente
en el juicio. Ahora bien, la mayoría de las veces, los testigos no son abogados, por
lo que el abogado constituye una guía fundamental para que el testigo pueda
proveer la información que éste desea de la teoría del caso.

El abogado debe entrevistarse y preparar a los testigos para guiarlos con respecto
al tipo de preguntas que les hará y sobre los momentos en los que desee que se
explayen para que sean más detallistas y precisos; por ejemplo, en el lugar de la
escena. De esta manera pueden ayudarlo a llevar de la mano a los jueces, a ese
lugar, en el tiempo y modo del caso en particular.

Para los testigos no es fácil presentarse en la sala de juicio oral, declarar ante una
audiencia pública y sujetarse tanto a las preguntas del interrogatorio como a las del
contrainterrogatorio de la contraparte.

Por ello, es imprescindible que el abogado no sólo les indique el tipo de preguntas
que les hará en el interrogatorio, el objetivo de éste y la manera en que les pedirá
que se explayen o detallen más en ciertos momentos y de acuerdo con la
información que proveen, sino que también les explique que la contraparte les hará
un contrainterrogatorio; que les diga el objetivo de éste, les informe los puntos
débiles de sus testimonios, cuál sería el objetivo de las objeciones, etc. No se debe
entender esto como el aleccionamiento de los testigos, ya que el abogado que
alecciona a sus testigos comete un error fatal.

Dentro de las muchas bondades del nuevo sistema de justicia, encontramos que los
testigos aleccionados son fáciles de detectar gracias a la publicidad de las
audiencias, al contacto directo entre las partes (lo que no permite que haya
intermediarios entre la pregunta que realiza el abogado y el testigo que contesta), al
contacto directo del juez con las partes (quien ve cómo contesta el testigo y también
observa su lenguaje corporal), y a la aplicación del principio de contradicción (que
permite controvertir toda la información que el abogado provea y, en este caso
específicamente, a través de los testigos.

El contrainterrogatorio es una herramienta poderosa y muy útil para desenmascarar


al testigo mentiroso, al inseguro por no conocer el caso y al que está aleccionado).
1. INTERROGATORIO

Después de los alegatos de apertura, comienza el desahogo de los medios de


prueba para que causen convicción al Tribunal y, a través del protocolo en la
audiencia de juicio oral, sean admitidos como pruebas. El desahogo se realiza por
medio de los interrogatorios, contrainterrogatorios y las repreguntas.

El interrogatorio es la forma mediante la cual las partes presentan sus medios de


prueba a los jueces y logran exponer y apoyar sus respectivas teorías del caso a
través de la voz de sus testigos.

Existen autores que nos hablan de interrogatorio y otros de examen directo. En


cualquiera de los dos casos, es la oportunidad que tiene el abogado “para narrar y
aprobar su historia, permitiéndole al Tribunal revivir la versión de los hechos de su
cliente”.

En el nuevo procedimiento penal, se da el uso de la palabra primero al Ministerio


Público, por ser el que tiene la carga de la prueba. Recordemos que bajo este nuevo
sistema el principio de presunción de inocencia, que ya está de manera expresa
tanto en nuestra Carta Magna como en la legislación secundaria, prevalece en todo
momento en que el imputado es parte del proceso penal, y hasta que no sea
sentenciado como culpable por medio de sentencia condenatoria firme.

De acuerdo con el artículo 20 de la Constitución Política de los Estados Unidos


Mexicanos, el proceso penal es acusatorio y oral. En él cada una de las partes
deberá presentar su propia versión del caso ante el órgano jurisdiccional. Para tal
efecto, es común que se haga necesario el examen de testigos, peritos o, incluso,
del propio acusado.

El examen de los deponentes se desarrolla a partir de una serie de preguntas que le


son formuladas por quien ofrece su testimonio, con la finalidad de incorporar
información que permitirá acreditar su versión del caso.
Para Quiroz (2013), interrogatorio es la acción externa que ejecuta una persona
(examinador) frente a otra (examinado), con la finalidad de obtener de éste una
respuesta sobre determinado punto en concreto, por medio de una pregunta idónea.
Esta técnica busca siempre recibir información válida y eficaz para los intereses del
examinador, la ejecución y el desarrollo formal de las preguntas que sigue pautas
regladas por el sistema que las permite.

Ramírez y Arguelles (2017) afirman que el objetivo principal del interrogatorio es


extraer del testigo toda la información indispensable para acreditar el elemento
fáctico de nuestra teoría del caso, ante la presencia del juez de control, o bien, del
tribunal de enjuiciamiento.

Por su parte, López y Gómez (2016) plantean que la práctica del interrogatorio tiene
como finalidad lograr que el testigo presente todos los hechos que le constan, como
los haya percibido, los recuerde y los pueda reproducir oralmente. Cadena y Herrera
(2008) definen el interrogatorio como “el arte de cuestionar y examinar a una fuente
con el fin de obtener la máxima cantidad de información utilizable (usable), en el
menor tiempo posible” (p. 10).

Durante el interrogatorio, a la parte oferente (Ministerio Público, asesor jurídico o


defensor) corresponde articular directamente las preguntas al deponente en
presencia del juez de control o del tribunal de enjuiciamiento (atendiendo a la etapa
procesal en que el interrogatorio tenga lugar), a efecto de obtener de éste la
información que respalde los hechos por dicha parte afirmados.

En este sentido, el artículo 372, párrafo primero, parte primera del Código Nacional
de Procedimientos Penales (CNPP), al referirse al desarrollo de interrogatorio,
dispone:

“Otorgada la protesta y realizada su identificación, el juzgador que presida la


audiencia de juicio concederá la palabra a la parte que propuso el testigo, perito o al
acusado para que lo interrogue, y con posterioridad a los demás sujetos que
intervienen en el proceso, respetándose siempre el orden asignado.”
De conformidad con el párrafo segundo del citado numeral:

En el interrogatorio, el centro de atención es el declarante, de modo que es


importante que su interrogatorio esté bien estructurado. Al respecto, destaca la
importancia de la acreditación inicial del interrogado, a fin de dar a conocer de quién
se trata.

De acuerdo con Quiroz (2013), en el caso del testigo se hace necesario formular
preguntas puntuales sobre su credibilidad y la de su testimonio, ya sea por su
relación con el acusado, su interés en el testimonio, advertir o exhibir ante el juez
una evidencia adversa sobre la credibilidad del testigo, etcétera; la credibilidad está
estrechamente vinculada también al grado y forma de percepción directa o de
escucha que tuvo el testigo respecto a los hechos.

En cuanto a los peritos, es indispensable acreditar su cualificación, tal y como se


desprende de lo dispuesto en los numerales 368 y 369 del Código Nacional de
Procedimientos Penales, que establecen:

Artículo 368. Prueba pericial

“Podrá ofrecerse la prueba pericial cuando, para el examen de personas, hechos,


objetos o circunstancias relevantes para el proceso, fuere necesario o conveniente
poseer conocimientos especiales en alguna ciencia, arte, técnica u oficio.”

Artículo 369. Título oficial

“Los peritos deberán poseer título oficial en la materia relativa al punto sobre el cual
dictaminarán y no tener impedimentos para el ejercicio profesional, siempre que la
ciencia, el arte, la técnica o el oficio sobre la que verse la pericia en cuestión esté
reglamentada; en caso contrario, deberá designarse a una persona de idoneidad
manifiesta y que preferentemente pertenezca a un gremio o agrupación relativa a la
actividad sobre la que verse la pericia.
No se exigirán estos requisitos para quien declare como testigo sobre hechos o
circunstancias que conoció espontáneamente, aunque para informar sobre ellos
utilice las aptitudes especiales que posee en una ciencia, arte, técnica u oficio.”

En este sentido, al llevar a cabo su acreditación, es necesario que el interrogatorio


se dirija a demostrar su pericia.

Luego de la acreditación, corresponde al examinador formular preguntas de


transición que lleven al testigo a narrar los hechos directamente relacionados con el
motivo de su declaración.

Quiroz (2013) explica que en el cuerpo del interrogatorio se cubren situaciones que
se produjeron en la escena del crimen o en el lugar de los hechos, el objeto
utilizado, la pluralidad de sujetos, la existencia o inexistencia de una defensa
legítima, forma, circunstancias de la ejecución del evento y todo aquel detalle útil
que sirviera para probar o refutar las alegaciones que expusieron las partes en la
presentación de su caso.

Siguiendo a Ramírez y Arguelles (2017), podemos sintetizar las preguntas que


pueden formularse durante el interrogatorio:

Abiertas o narrativas

Preguntas que comiencen con qué, cuándo, cómo o por qué, etc., permiten al testigo
expresarse en lenguaje común, como él prefiera, y explicar así los hechos que percibió y
que el abogado necesita obtener de voz del propio testigo. Estas preguntas hacen que el
testigo obtenga más credibilidad, puesto que le permiten explicarse con sus propias
palabras y de esta manera el juez puede evaluar si el testigo sabe o no sobre lo que se
le está preguntando.

Las preguntas abiertas son la manera mediante la cual el testigo, en el interrogatorio,


explica los hechos; sin embargo, se debe tener cuidado, ya que aun cuando el testigo
puede explicarse, también se corre el riesgo de que dé demasiados detalles sobre algún
punto irrelevante para su teoría del caso, o que empiece a divagar y se salga del punto
en específico sobre el cual usted, como abogado, pretendía que diera más detalles. Si el
testigo se explaya demasiado, o divaga sobre aspectos que no tienen nada que ver con
los hechos del caso, puede confundir al juzgador.

Cerradas

Las preguntas cerradas, es decir, a las que el testigo sólo pueda contestar “sí” o
“no”, o sólo una palabra o una respuesta concreta, son recomendables exclusiva y
excepcionalmente cuando quiera refrescar la memoria del testigo (lectura para
apoyo de memoria), aclarar respuestas o, de manera transitoria, cuando quiera
ubicar al testigo en un momento, lugar o circunstancia distintos para que siga
relatando los hechos, continuando con el interrogatorio. Las preguntas cerradas, en
este sentido, permiten al testigo solamente proporcionar una respuesta específica, y
no dan lugar a que éste se explique.

Sugestivas

No se permiten en el interrogatorio. Son las que tienen la respuesta incluida en la


misma pregunta. Al responder, únicamente permiten que el testigo conteste
confirmando o negando la información que le aporta el abogado en la pregunta. “Es
el abogado el que pone las palabras de la respuesta en la boca del testigo”

Las preguntas sugestivas que se utilizan en el interrogatorio están prohibidas y si se


hacen no sólo son objetables, sino que el abogado puede hacer que el testigo
pierda credibilidad.

Narrativas

Son aquellas que permiten al testigo relatar, explicar de manera detallada, algunos
puntos importantes de su dicho y apoyar con fuerza la teoría del caso del abogado
que lo presenta. Por ejemplo: ¿Qué vio usted en la escena? ¿Qué pasó luego de
que usted llegó a la fiesta? Se debe hacer uso de este tipo de preguntas de manera
estratégica, atendiendo al rumbo del interrogatorio y al tiempo que se solicita para
realizarlo. Si usted hace demasiadas preguntas narrativas, se perderá el impacto en
aquellos puntos donde realmente haya sido necesaria la utilización de esta clase de
preguntas.

De seguimiento

Permiten al testigo explicar de manera cronológica, poco a poco, aquellos hechos


que le constan y que no son fáciles de explicar, ya sea por cuestiones emocionales,
nerviosismo o por contener el relato muchos detalles que no son fáciles de recordar.

Al abogado también le sirve usar este tipo de preguntas cuando requiere que el
testigo, que está relatando sobre un punto en específico, se detenga un poco en
detalles que desea obtener el abogado y que son importantes, para dar mayor
claridad y credibilidad a su teoría del caso, ante el Tribunal. Por ejemplo: Luego de
su llegada a la reunión, ¿qué pasó? Cuando usted dice “ellos” ¿a quiénes se
refiere?

El orden que escoja el abogado para hacer un interrogatorio deberá obedecer a una
estrategia. Sin embargo, en todo momento deberá tener presente que es imperante
que el juzgador tenga claro cómo sucedieron los hechos. Para esto, es muy útil
contextualizar al testigo, ubicarlo en un lugar o tiempo, para después seguir con el
interrogatorio; se introduce de esta manera el siguiente tema sobre el cual hablará el
testigo.

De esta manera, el cambio de un tema, tiempo o lugar, a otro, no es tan brusco. Al


momento de pasar a un tema distinto sobre el cual se está preguntando, es
importante hacer una pausa, respirar hondo y continuar con el siguiente tema.
Puede comenzar con una frase que haga recordar al testigo el momento al cual lo
está llevando, para seguir con el interrogatorio. Al tocar un tema de suma
importancia, tómese su tiempo al hacer las preguntas; parecerá más profundo y
enfatizará el tema como algo importante.
En el interrogatorio se deben hacer preguntas abiertas en general, y sólo algunas
cerradas de manera excepcional, en las que se guíe al testigo, de tal manera que
únicamente pueda contestar “sí” o “no”, o que dé una única respuesta, producto de
una pregunta cerrada. Siga en todo momento su teoría del caso al elaborar y hacer
las preguntas al testigo.

ESTRUCTURA DEL INTERROGATORIO

No existe un orden de presentación de los testigos ni tampoco un orden en la


presentación del testimonio del testigo. Sin embargo, se sugiere el siguiente orden,
de acuerdo con la lógica del sistema acusatorio.

Ahora bien, antes de abordar el orden sugerido, cabe mencionar que el abogado
tendrá que hacer que la estrategia a seguir (para el orden de presentación de cada
testigo, y del testimonio de cada uno de ellos) apoye y sea acorde con el orden
cronológico que contiene su teoría del caso. Recuerde que cada una de las
actividades que realiza dentro del procedimiento penal, y especialmente dentro del
juicio oral, tiene que estar encaminada a apoyar su teoría del caso.

Usted puede presentar a los testigos y a sus pruebas en general, de acuerdo con
las siguientes formas:

1. El orden cronológico: En el que aparecen en el relato explicativo de su versión del


caso (teoría del caso).

2. La importancia: En su teoría del caso.

3. La credibilidad: Comenzando por la más creíble.

4. El impacto que desea producir: Puede ubicar sus pruebas más fuertes, al
principio y al final, colocando las débiles en medio, para causar mayor impacto en lo
que escuchen los jueces. Si lo hace así, podrá minimizar al mismo tiempo las
debilidades de su caso.
5. El tipo de tribunal: Puede ser que, por el caso concreto, algunas pruebas puedan
influir produciendo una determinada impresión, como puede ser un mensaje
psicológico. Es por eso que algunos abogados ordenan la presentación de sus
pruebas de acuerdo con el mensaje que deseen transmitir o la impresión que
quieran obtener de los jueces.

6. La estrategia en el juicio oral: Hay ocasiones en las que el abogado prefiere


presentar primero sus pruebas más fuertes, o las más débiles. En el primer caso,
presentará las pruebas más fuertes para mostrar a su contraparte que su teoría del
caso está fuertemente motivada y fundamentada. En el segundo caso, para que su
contraparte crea que sus pruebas no son lo bastante fuertes y entonces pueda
minimizar el “ataque” que pudiera hacerle su contrario a la credibilidad de éstas.

En este sentido, si bien corresponde a la parte oferente plantear el interrogatorio, no


todo tipo de preguntas serán admisibles, por lo que su contraparte podrá objetar las
que no lo sean.

Así, el artículo 373 del CNPP, al establecer las reglas para formular preguntas en
juicio, señala en su párrafo primero:

“Toda pregunta deberá formularse de manera oral y versará sobre un hecho


específico. En ningún caso se permitirán preguntas ambiguas o poco claras,
conclusivas, impertinentes o irrelevantes o argumentativas, que tiendan a ofender al
testigo o peritos o que pretendan coaccionarlos.”

Las preguntas sugestivas, es decir, aquéllas que contienen dentro de su estructura


interrogativa implícitamente la respuesta que quiere obtener el examinador,
sugiriendo o forzando el contenido de la respuesta (Quiroz, 2013), tampoco son
admisibles en interrogatorio, excepto si se trata de un testigo considerado hostil
(artículo 374, párrafo segundo y 375 del CNPP), como podría ser aquél que
constantemente alega no recordar nada, tergiversa u omite hechos, mostrándose
adverso a la parte que lo presenta.
En el interrogatorio o examen directo, como ya se indicó, se efectúa la parte
procesal que lo ofertó, siendo éste quien fija la materia o el alcance a ser abordado
durante todas las etapas del interrogatorio cruzado y, como afirma Quiroz (2013), la
diferencia con el contrainterrogatorio es que el examen directo es una obligación
para quien ofreció el testimonio del testigo, mientras que el contrainterrogatorio no
es obligatorio para la parte adversaria, es voluntario, salvo que afecte su teoría del
caso o se trate de un testigo importante para su teoría.

Quiroz, W. (2013). El interrogatorio


y el contrainterrogatorio en el nuevo
Código Procesal Penal. Lima: Gaceta
Jurídica S. A.

Ramírez, C. y Arguelles, I. (2017).


El interrogatorio en el nuevo proceso
penal acusatorio. En Ciencia Huasteca, 5(9).
El interrogatorio es la oportunidad del abogado que ofrece la prueba, para que la
información relevante de su teoría del caso no venga de él, sino de su prueba.

La prueba testimonial adquiere gran importancia, ya que es a través de los


interrogatorios y del testimonio que den los testigos como respuesta a estos
interrogatorios que los jueces conocen la teoría de caso de las partes. No se permite
ser sugestivo en el interrogatorio, precisamente porque la información debe venir de
la prueba.

La prueba material es de gran relevancia, pero, a diferencia del sistema inquisitivo


mixto, es necesario que ésta se introduzca a través del interrogatorio
correspondiente que se le practique a quien pueda hacer “que ésta hable”. Esto
significa que si, por ejemplo, deseamos presentar una pistola como prueba en el
juicio, entonces tenemos que mostrarle a los jueces que dicha arma se obtuvo, se
examinó y se incorporó al procedimiento siguiendo un método confiable y lícito; para
eso, tenemos que llamar a declarar en el juicio a quien pudiera mencionar y explicar
lo anterior.

En este caso, se podría llevar a declarar al policía que hizo la detención del
imputado, y que fue quien encontró en posesión del imputado, dicha arma, o al
perito para que explique y declare sobre la metodología que siguió y las
conclusiones a las que llegó cuando examinó el arma. De esta forma, los jueces
pueden relacionarse y entender cómo ésta se incorpora como prueba importante en
el caso. No hay una regla que diga que sólo se admitirán dos o tres personas como
testigos “fuente de la prueba” para hacer que la prueba material o documental, por
ejemplo, “hable” sobre lo que son, y se introduzcan en la audiencia de juicio oral; sin
embargo, tiene que quedar claro que no es la cantidad sino la calidad de los medios
de prueba lo que logrará que se introduzcan esos documentos u objetos de manera
cronológica, idónea, creíble y con impacto ante los jueces en un juicio oral.

Por ejemplo, de las personas (testigos) que presente el abogado en juicio como
“fuente de la prueba”, debe escoger la idónea para que, específicamente con ésta,
se haga el protocolo de introducción de la prueba material o documental.
CONTRAINTERROGATORIO

Es una herramienta de litigio sumamente poderosa que permite sacar a la luz, en la


mesa de debate del juicio oral, inconsistencias, falsedades, dudas, parcialidades y
poner en evidencia a testigos aleccionados.

Aunque su técnica ayuda a obtener resultados muy convenientes para el abogado


que lo realiza, se requiere dominarlo muy bien. El litigante que no sepa cómo
contrainterrogar perderá credibilidad y el control del testigo y sólo logrará apoyar la
teoría del caso de su contrario, pero no la de él, en un juicio oral.

En un interrogatorio, las partes pueden contar su historia mediante las diferentes


respuestas que proporcionan sus testigos y que son producto de preguntas abiertas.
La atención de los jueces se centra en sus testigos y en las pruebas en general, no
en los abogados, porque la información valiosa que apoya la teoría del caso de las
partes no viene de éstas, sino de sus pruebas; razón por la que no se permiten
preguntas sugestivas en un interrogatorio. “La luz del escenario está sobre los
testigos, sobre las pruebas en general de las partes, no en los abogados”.

En el contrainterrogatorio sucede lo contrario: la luz y la atención se concentran en


los abogados que lo realizan. Es por el tipo de preguntas, cerradas y sugestivas,
que se aprecia que la historia es contada a partir de la información que viene de los
abogados y sólo es confirmada a partir de la respuesta cerrada de los testigos.

Estamos ahora en un ejercicio muy interesante y con un gran impacto en el


desarrollo de un juicio oral: el contrainterrogatorio. Éste tiene por objetivo quitar toda
credibilidad a la prueba del contrario. “En otras palabras y como objetivo del
litigante, se busca destrozar la prueba del contrario para quitarle toda credibilidad en
la información que aporta a los jueces. Esta información es estratégicamente
seleccionada por el abogado para realizar preguntas de contrainterrogatorio”.

Contrainterroga quien no presenta al testigo para apoyar su teoría del caso; su uso
es estratégico y tiene por objetivo lograr un impacto psicológico. Es la oportunidad
que tiene el abogado de decir cómo sucedieron los hechos por medio de frases
cortas, a manera de preguntas, y a las cuales sólo se requiere contestar “sí” o “no”.
Si alguna pregunta invitara a un testigo a decir otra cosa de manera extensa o
explicativa, entonces no es una buena pregunta que pueda usarse en este tipo de
examen.

Es importante que se utilicen únicamente ciertos puntos necesarios, para probar


algunas partes de la teoría del caso. Para lograr un mayor impacto, de ser posible,
escoja hasta tres puntos. Una vez que se hayan escogido, se pueden derivar las
preguntas del contrainterrogatorio.

Estructura del contrainterrogatorio

Es muy importante, por cada punto se deben considerar dos tipos de preguntas para
lograr el objetivo del contrainterrogatorio:

1. Preguntas encaminadas a lograr que el testigo se abra con el abogado, que se


sienta en confianza.

2. Preguntas encaminadas a atacar la información proporcionada por este testigo.

Estrategias para realizar un buen contrainterrogatorio

1. El testigo, al contestar, debe tener la mirada en los jueces (causará mayor


impacto).

2. Escoja un hecho para cada pregunta y vaya de lo general a lo específico.

3. Contrainterrogue por puntos.

4. Al desarrollar su último punto, piense en la conclusión y agregue los hechos que


lo apoyan para elaborar sus preguntas; este punto debe causar mayor impacto.
5. No deje que el testigo conteste algo más que “sí” o “no”, o asegúrese de que
proporcione una respuesta concreta. Si le da la oportunidad de aclarar las cosas,
entonces perderá el control sobre el testigo y el tiempo (necesario e invaluable) que
tiene para probar su teoría del caso.

6. Mantenga un lenguaje corporal adecuado. No haga ninguna expresión que


pudiera dar a entender que usted está guiando al testigo, porque ésta podría
malinterpretarse.

7. Asegúrese de que, aun cuando el testigo lo siga en cada pregunta y le conteste


varias veces con un “sí”, el Tribunal tenga la impresión de que está consciente de
cada respuesta que da. Por eso, se recomienda que, dentro de estas preguntas,
usted formule una a la cual el testigo tenga que contestarle “no”. De esta manera, el
Tribunal y la audiencia podrán apreciar que el testigo sí lo está siguiendo y no está
contestando sólo por contestar.

8. A la hora de atacar la credibilidad del testigo con su propio testimonio, se


recomienda partirlo en frases pequeñas u oraciones, e ir diciendo una por una, a
manera de pregunta. Si no lo hace de esta manera, puede correr el Diana Cristal
González Obregón riesgo de que al contestar el testigo, éste pueda manifestar que
eso no fue lo que dijo.

9. Es importante que las conclusiones a las que usted llegue en el contraexamen no


las exponga en esta etapa, sino hasta el alegato de clausura. En éste, usted podrá
exponerlas y argumentar sobre las mismas. No es prudente manifestar sus
conclusiones a manera de preguntas en el contrainterrogatorio, recuerde que el
testigo que usted contrainterroga no viene a apoyar su teoría del caso, por lo que es
muy probable que ante una pregunta que involucre su conclusión, el testigo quiera
explicar e incluso hasta comportarse de una manera demasiado hostil y así afecte el
desarrollo de su contrainterrogatorio.

10. Al hacer el contraexamen (contrainterrogatorio), debemos tener presente cuál es


el punto final al cual pretendemos llegar. Este punto final se obtiene al considerar los
hechos que apoyan nuestra conclusión del tema.
11. No podemos hacer un contrainterrogatorio sin tener presente y claro cuál es
nuestra teoría del caso.

12. Cuando el testigo esté respondiendo, usted no asiente con la cabeza, porque
parecerá que lo está guiando.

13. Aunque el contrainterrogatorio tiene por objeto quitar toda credibilidad a la


prueba, esto no significa que usted tenga que ser grosero(a) con el testigo. De
hecho, el serlo no afecta la credibilidad del mismo, sino la de usted, así como su
reputación. Por eso, aún contrainterrogando, sea cordial y mantenga contacto visual
con el testigo.

14. Haga preguntas sobre los hechos, no sobre las conclusiones a las que usted
pueda llegar.

15. Si es posible, tome sólo tres puntos de las debilidades del testimonio del testigo
para hacer sus preguntas. Al escogerlos, asegúrese de que éstos sean los que le
ayuden a probar su teoría del caso.

16. Sea claro, conciso y muestra confianza en lo que hace.

17. Deje las conclusiones para el alegato de clausura.


RECONTRAINTERROGATORIO

La examinación de testigos puede concluir mediante un recontrainterrogatorio, el


cual consiste en la formulación de preguntas que llevará a cabo la parte que no
ofreció al testigo, única y exclusivamente sobre las respuestas que haya brindado el
testigo a las repreguntas a que haya dado respuesta.

De la misma manera que en el contrainterrogatorio, las preguntas deberán ser


formuladas de forma sugestiva y tendrán como fin plantear incongruencias,
imposibilidades o bien atacar la credibilidad del testigo, sobre cuestiones que éste
haya fortalecido a través de las repreguntas que le formuló su oferente.
Después de que una de las partes ha formulado repreguntas, es ahora la
oportunidad de la contraparte de recontrapreguntar. El objetivo no es aclarar, como
es el caso de las repreguntas, sino de confirmar el error, hacer que sobresalga la
contradicción. Las preguntas de recontrainterrogatorio no tienen por objetivo
continuar con un contrainterrogatorio que no se ha terminado, sino más bien buscan
señalar el error, destacándose aún más. Vale la pena analizar si es
estratégicamente conveniente o no hacer este tipo de preguntas. Hay ocasiones
(como también se comentó en el caso de las repreguntas) en las que es mejor no
recontrainterrogar.

Tanto las repreguntas como las preguntas de recontrainterrogatorio se hacen


después de que se ha interrogado y contrainterrogado a los testigos, por lo que no
se deben repetir o continuar interrogatorios o contrainterrogatorios. El uso de las
repreguntas y de las preguntas de recontrainterrogatorio es únicamente para aclarar
y resaltar el error, respectivamente.

Muchas veces, el Tribunal, antes de cederle el uso de la palabra a los intervinientes


para que practiquen este tipo de preguntas, los invita a que se concreten al objetivo
mismo de estos cuestionamientos. Así, no se recomienda a las partes utilizar un
tiempo excesivo o muchas preguntas, ya que se vuelve un desarrollo dilatorio que
no es bien visto por los jueces, sino, por el contrario, el abuso de este tipo de
preguntas quita credibilidad a las partes.
Nuestro Código Nacional de manera innovadora y por primera vez de acuerdo a la
experiencia nacional en la aplicación del sistema penal acusatorio, contempla el
recontrainterrogatorio en el artículo 372.Como se ha mencionado antes, la manera
innovadora en la que se incluye el orden para el desahogo de los medios de prueba
por las partes en nuestro Código Nacional, permite que se vaya limitando de manera
estratégica la información que van aportando los testigos/peritos (testigos expertos).
Este es el caso también del recontrainterrogatorio.
Se recontrainterroga cuando hay algo que refutar sobre la información vertida por el
testigo/perito (testigo experto) de la contraparte en repreguntas formuladas por la
parte que ofreció al testigo/perito (testigo experto).
OBJECIONES

El desahogo de las pruebas en el juicio oral se hace por medio de información


proveniente de preguntas comprendidas dentro del interrogatorio, el
contrainterrogatorio, las repreguntas y el recontrainterrogatorio que formulen las
partes a los testigos de manera directa y sin intermediarios. Aun hablando de la
prueba material y documental, se requiere que “la fuente de la prueba” declare en el
juicio oral para que aporte los datos necesarios, a fin de que los abogados puedan
hacer cumplir el protocolo requerido para introducir como pruebas dichos
documentos y objetos. No hay quién califique las preguntas que formulen las partes,
como sucede en un sistema procesal penal inquisitivo mixto. Entonces, ¿cómo
proteger a un testigo para que no conteste una pregunta sugestiva, impertinente o
capciosa? Para eso se permiten las objeciones en un sistema acusatorio. Éstas
provienen de la contraparte y se hacen de manera estratégica.

Las objeciones son una herramienta en el juicio oral que permiten al abogado evitar
que cierta información o pruebas que no sean admisibles formen parte del juicio, y
que las partes realicen preguntas de una forma que no esté permitida.

Las objeciones son una señal que indica a los jueces que hay desacuerdo entre las
partes con respecto a las reglas de la prueba o del procedimiento. Éstas constituyen
un elemento indispensable para el sistema acusatorio y donde se puede percibir el
derecho de las partes a controvertir cualquier información provista por alguna de
ellas.

“El objetar es un reparo de una opinión; igual es la razón o dificultad que se


presenta en contra de una opinión o para impugnar una intención o una
proposición”.

Se pueden objetar las preguntas, las respuestas, los medios de prueba y,


virtualmente, cualquier cosa que se exponga en el juicio.
Es importante que el abogado tenga en mente que no todo se debe objetar,
estratégicamente hablando; es decir, el proceso penal acusatorio provee a las
partes de las herramientas suficientes para dar oportunidad a éstas de argumentar,
responder y manifestar lo que a su favor consideren necesario, dando celeridad en
el proceso y una pronta respuesta a las peticiones de ambas.

Las objeciones tienen que estar relacionadas con su teoría del caso, es decir,
siempre que piense en objetar, hágase la siguiente pregunta: ¿Si se excluye esta
información, la cual estoy objetando, contribuyó a mi teoría del caso Si no lo hace,
entonces no vale la pena objetar.

La principal aportación de las objeciones es evitar que se admita información o


pruebas que realmente afecten su caso. Si no es así, entonces no objete.

PREGUNTAS QUE SE PUEDEN OBJETAR

1. Preguntas que llevan a respuestas inconducentes, impertinentes o


irrelevantes.- No tienen fundamentación legal o no buscan probar hechos
esenciales del proceso.

2. Preguntas superfluas.- Aquellas que no son necesarias para dar certeza


sobre un hecho determinado.

3. Preguntas capciosas.- Las que se hacen con engaño, para desviar al


testigo del relato que hace de los hechos.

4. Preguntas que requieren que el testigo esté calificado para poder


contestar, pero no lo está.- Cuando para poder brindar la respuesta se
requiere que el testigo tenga conocimientos científicos, técnicos, artísticos u
otros que se requieran, para que esté calificado profesionalmente o que
tenga destrezas especiales.
5. Preguntas que violan el secreto profesional.- Cuando la persona que
declara está impedida legalmente para contestar, porque debe guardar
secreto.

6. Preguntas que se refieren a testimonios de oídas.- Cuando el testigo no


puede contestar, porque no presenció directamente los hechos, no tuvo la
capacidad de observar o no tiene conocimiento de éstos. En este caso, el
testigo conoce de los hechos sólo a través de otras personas.

7. Preguntas sugestivas.- Las respuestas están implícitas en las preguntas.

8. Preguntas que llevan a conclusiones.- Las preguntas sugieren llegar a


conclusiones y llevan al testigo a que deduzca hechos.

9. Preguntas que llevan a expresar opiniones.- Cuando el testigo no está


calificado y se le pide que conteste especulando o haciendo juicios de valor.
También, cuando siendo persona calificada para contestar, se le pide que lo
haga especulando o haciendo juicios de valor sobre algo distinto al dictamen
o al estudio realizado.

10. Preguntas especulativas.- Aquellas que llevan al testigo a que responda


con una hipótesis o que adivine. Además, desvían al testigo de los hechos
que presenció o sobre los cuales puede declarar.

11. Preguntas compuestas.- Cuando se le hacen al testigo dos o más


cuestionamientos en una sola pregunta.

12. Preguntas argumentativas.- Contienen en sí mismas los argumentos que el


abogado quiere resaltar. Son las que buscan emitir un juicio de valor sobre
los hechos. Preguntas repetitivas. Cuando ya fueron formuladas.

13. Preguntas confusas, ambiguas, vagas o ininteligibles.- Las que no se


formulan con precisión ni claridad.
ESTRATEGIAS ÚTILES PARA OBJETAR

1. Antes de objetar analice si la pregunta o la respuesta realmente afecta su teoría


del caso. Hay ocasiones, por ejemplo, en que la respuesta que da un testigo,
producto de una pregunta objetable, no daña su caso realmente, ya que usted
puede controvertir esa respuesta con el propio dicho de otro testigo que presente en
el juicio oral y que al contestar su interrogatorio minimice el impacto de lo que
contestó el anterior testigo.

2. Aprenda muy bien el protocolo para objetar. No es recomendable, por ejemplo,


levantar la mano o interrumpir a la contraparte que está haciendo la pregunta, de
manera agresiva o impertinente.

3. Recuerde que aun cuando la contraparte le objete una pregunta o alguna


respuesta proporcionada por uno de los testigos, esto no quiere decir que la
contraparte tenga la razón, o que los jueces la vayan a aceptar. Muéstrese siempre
seguro cuando conteste la objeción si considera que no hay razón para ella, y hable
concisa y firmemente.

4. No utilice las objeciones de manera excesiva, puede que el tribunal piense que
usted sólo quiere dilatar o afectar el desarrollo del juicio oral.

5. Al explicar el motivo de la objeción, hágalo de manera concreta, breve y


persuasiva.

6. Ponga mucha atención en el desarrollo del juicio oral, en particular cuando su


contrario es el que está interrogando, contrainterrogando o formulando Manual
Práctico del Juicio Oral preguntas de redirecto o recontrainterrogatorio, ya que la
objeción se debe hacer en cuanto se está produciendo (ya sea la pregunta o la
respuesta), es decir, con rapidez.
Nuestro Código Nacional de Procedimientos Penales establece, de manera atinada
y general, cuales son los tipos de preguntas permitidas de acuerdo al orden en el
desahogo de los medios de prueba.

También, establece de manera general el protocolo a seguir para formularlas. De


manera innovadora también, y aprendiendo de la experiencia nacional, se establece
que no se podrá admitir recurso alguno contra la determinación que en materia de
objeciones emita el juez. Lo anterior era muy importante, para que, entre otras
cosas, se evite dilación en el desarrollo de las audiencias.
BIBLIOGRAFÍA

López, M. N. y Gómez, J. F. (2016). Interrogatorio y contrainterrogatorio: una


mirada académica-teoría y práctica. En Investigar y Aprender, 1.

Quiroz, W. (2013). El interrogatorio y el contrainterrogatorio en el nuevo


Código Procesal Penal. Lima: Gaceta Jurídica S. A.

Código Nacional de Procedimientos Penales [Versión electrónica]. Última


reforma publicada en el DOF el 17/06/2016. Consultada el 06 de abril de 2018
de http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/CNPP_170616.pdf

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos [Versión electrónica].


Última reforma publicada en el DOF el 15/09/2017. Consultada el 06 de abril de
2018 de http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/1_150917.pdf

González, J. F. (2015). La entrevista y el interrogatorio científico en el sistema


acusatorio adversarial. México: Flores Editor y Distribuidor.

Manual Práctico del Juicio Oral. Cuarta Edición.


Diana Cristal González Obregón. Ciudad de México, 2016.
Editorial: tirant lo blanch

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