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El poema expresa la devoción del autor hacia Dios, refiriéndose a Dios como el Señor y describiendo cómo el autor se eleva y se une a Dios como parte de su "sinfonía de cuerdas". El autor encuentra consuelo, misterio y belleza en Dios, y ve a la humanidad y la creación como una "sinfonía" o "concierto universal" que refleja a Dios. El poema concluye implorando a Dios que ponga fin al sufrimiento humano.
El poema expresa la devoción del autor hacia Dios, refiriéndose a Dios como el Señor y describiendo cómo el autor se eleva y se une a Dios como parte de su "sinfonía de cuerdas". El autor encuentra consuelo, misterio y belleza en Dios, y ve a la humanidad y la creación como una "sinfonía" o "concierto universal" que refleja a Dios. El poema concluye implorando a Dios que ponga fin al sufrimiento humano.
El poema expresa la devoción del autor hacia Dios, refiriéndose a Dios como el Señor y describiendo cómo el autor se eleva y se une a Dios como parte de su "sinfonía de cuerdas". El autor encuentra consuelo, misterio y belleza en Dios, y ve a la humanidad y la creación como una "sinfonía" o "concierto universal" que refleja a Dios. El poema concluye implorando a Dios que ponga fin al sufrimiento humano.
me elevo, Señor; me tejo en tus hilos sagrados, mi esencia en ti, dormita ya en mí. Está aquí, infinito, Señor. Mis manos la oración de ser, silencio interior, musical altura. Vibra en clamor, aún humano: en ti, Señor, trilogía en vos. Mírame en tu resplandor, en mi fe prodigiosa, en tu voz azul, en tus ojos luz, en tu aire místico; en uno, ambos, los latidos que da el corazón. En ti, Señor, consumado misterio, mi hondo clamor, oscura melodía. Bordoneo en bajo, iluminada ascensión. Aquí, con los dedos tramados, en ti, Señor, ahogo de notas que deja el dolor, que abruma en cruel desolación. Ser en la unidad de los todos: Tú, pleno, allí, Señor. El milagro de la vida, perfecta creación, dulce y sutil sintonía. Espacio de aire, agua y tierra, en concierto universal. Señor, aquí, en santa espera, Siempre. Troza el alarido, desgarra el pavor, apaga la soledad. Somos partitura en pleno vuelo, tu imagen, tu obra; nosotros, Señor, nosotros: ¡desecha este tormento; lágrima sal, mortal agonía! Aquí, todos, Señor, todos, sinfonía de cuerdas, tu divina armonía.