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INSTITUT

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CAMPUS
TUXTLA

MAESTRIA
EN
DERECHO
CIVIL

DERECHO
FAMILIAR

INVESTIGACI
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SOCIEDAD 1

CONYUGAL
INTRODUCCIÓN

La familia es el pilar de la sociedad, es por ello que el Derecho busca conservarla,


protegerla y vigilar su correcto desarrollo. Se sabe que una de las principales
instituciones creadoras de la familia es el matrimonio, de ahí que en nuestro
cuerpo normativo existan disposiciones tendientes a regularlo y preservarlo.

La institución comentada ha sufrido transformaciones debido a los constantes


cambios sociales y a las necesidades de la familia moderna y es debido a ello que
las leyes han buscado ajustarse a tales circunstancias, desde luego conservando
en todo momento su esencia fin.

El presente trabajo se enfocará al estudio de la sociedad conyugal, estableciendo


las consecuencias jurídicas que trae para los esposos la elección de ésta como su
régimen y los efectos que la sociedad comentada tiene sobre su patrimonio.

El presente trabajo se enfocará al estudio de la sociedad conyugal, estableciendo


las consecuencias jurídicas que trae para los esposos la elección de ésta como su
régimen y los efectos que la sociedad comentada tiene sobre su patrimonio.

en el siguiente capítulo, estudiaremos a las capitulaciones matrimoniales y


distinguiremos entre éstas y el convenio conyugal que los futuros esposos celebran
para establecer su régimen patrimonial. Estableciendo si se trata de un convenio,
contrato o un mero pacto entre cónyuges.

1
SOCIEDAD CONYUGAL

DEFINICION DOCTRINAL Y LEGAL

La sociedad conyugal ha sido un tema ampliamente discutido por la doctrina;


desde esta perspectiva estableceremos la naturaleza jurídica de la misma,
consideramos apropiado iniciar nuestros argumentos con las definiciones que al
respecto han descrito algunos de los mas destacados juristas especializados en el
tema.

“… como un régimen que puede participar de algunas características de la


comunidad, pero tiene un contexto mas amplio y que es algo diverso a la sola
comunidad, se presenta la sociedad conyugal. La sociedad conyugal se puede
integrar por el conjunto de todos los bienes que sirven de base a la vida económica
del matrimonio, por lo cual puede tener un carácter mas amplio que una sociedad
legal de gananciales o una comunidad limitada. En nuestro Derecho no
necesariamente la sociedad conyugal abarca todo el conjunto de bienes. Los
cónyuges tienen la libertad para construir un régimen mixto y dentro del régimen
de sociedad conyugal definir cuáles forman parte y cuáles se excluyen…

… la sociedad conyugal se constituye por las capitulaciones matrimoniales como un


régimen de bienes, al cual los cónyuges en su carácter de consocios, aportan sus
bienes y el producto del trabajo de los cuales ambos coparticipan, y con las
utilidades forman un fondo social que se dividirá entre ambos en la forma
convenida al liquidarse la sociedad.

De acuerdo con lo anterior, el contrato de sociedad conyugal es bilateral, oneroso,


nunca será gratuito, dado que los cónyuges conviven sobre sus bienes y responden
de utilidades y perdidas; es un contrato formal porque siempre se deberá otorgar
1
por escrito…

Como pudimos observar, el Dr Chávez distingue entre sociedad conyugal


como régimen patrimonial y como contrato. Tratándose de régimen, el autor
citado define a la sociedad que nos ocupa como una especie de comunidad de

1
Cháves Asencio, Manuel F. Op. Cit Nota pp.185 y 194

2
bienes pero con mas amplitud que ésta la cual es constituida libremente por los
cónyuges en las capitulaciones matrimoniales ( mismo momento en que ellos
decidirán si todo o sólo una parte de los bienes ingresará al que Chávez Ascencio
denomina un fondo social). Entendemos también de la definición apuntada se
considera que la sociedad conyugal es un régimen de coparticipación entre los
cónyuges y que en las capitulaciones se debe establecer la forma en que se
liquidaría la misma al momento de disolverse.

Vista la sociedad como un contrato, el autor en comento lo considera


naturalmente bilateral pero forzosamente oneroso puesto que los bienes aportados
a la sociedad conyugal en todo momento responden de pérdidas y desde luego de
ganancias y formal porque debe constar por escrito en un documento que se
denomina capitulaciones matrimoniales.

Es objetable lo que el autor expone, en cuanto a la forma de constitución de


la sociedad conyugal sean exclusivamente las capitulaciones matrimoniales, puesto
que no es el único medio; ya que el régimen patrimonial del matrimonio se
constituye a la celebración del mismo (inclusive sin la realización de capitulaciones)
y que no es requisito de existencia que medie la elaboración de un contrato que
así lo manifieste, de hecho, para constituir la sociedad conyugal, lo que los
cónyuges deberán hacer es manifestar tal voluntad a la autoridad correspondiente
para que asiente en el acta que al respecto se levante para que desde ese
momento comience a surtir efectos; que serán por regla general, los que
supletoriamente señala el Código Civil para la sociedad conyugal en caso de falta u
omisión de capitulaciones.

“… La sociedad conyugal tiene por objeto directo el de constituir la persona


moral…

Mediante la aportación de los bines que constituyen el activo de la misma y las


deudas que integran su pasivo.

3
El objeto indirecto ésta representado por el conjunto de bienes presentes o futuros
y por las deudas u obligaciones que integran respectivamente el activo y pasivo de
la sociedad.

En cuanto al activo la sociedad puede comprender tanto bines muebles como


inmuebles, corporales o incorporales (derechos). Los bienes de una y otra
naturaleza pueden ser presentes o futuras, es decir, los que existan en el momento
de celebrarse la sociedad y los que se adquieran después. Además, en los bienes
presentes puede comprenderse la totalidad de los que posea cada consorte o una
parte de ellos. Asimismo, puede referirse a los bienes o productos o sólo a
éstos…”2

Ahora bien podemos constatar respectivamente que la definición de éste autor, al


igual que Chávez Ascencio, define a las sociedad conyugal como un contrato dado
que incluso señala el objeto directo, que de acuerdo con el autor está integrado
por la que él considera la persona moral en sí y el objeto indirecto consiste en los
bienes o derechos que se aportan a la sociedad o bien se adquieren dentro de la
duración de ésta.

Por su parte Fausto Rico y sus coautores, definen a la sociedad conyugal de la


siguiente manera:

“… La sociedad conyugal consiste en una comunidad de bienes accesoria a la


comunidad de vida que es el matrimonio, por lo que sólo pueden acceder a tal
comunidad los cónyuges…”3

Los coautores de esta definición, destacan el carácter accesorio de la sociedad


conyugal que como hemos venido señalando, depende de la existencia del
matrimonio para surtir efectos, los cuales sólo recaerán sobre la persona de los
cónyuges pues son ellos como lo anotaron los citados quienes pueden acceder a
esta “comunidad de vida” que es el matrimonio y por lo tanto compartir bienes y
derechos de que sean titulares hasta en tanto el acto principal subsista.

2
Rojina Villegas, Rafael. Op. Cit, nota 3 p 364
3
Rico Álvarez, Fausto et, al., De la persona y de la familia en el Código Civil para el Distrito Federal. México,
2006 ed. Porrúa p.191

4
Por tanto la sociedad conyugal como régimen patrimonial del matrimonio, es una
institución de derecho familiar, creadora de derechos y obligaciones que surtirán
efectos sobre la persona de los cónyuges, pero que pueden hacerse valer frente a
terceros. Con la creación de la misma, los integrantes de ella, deciden compartir
los bienes corpóreos o incorpóreos que adquirirán durante el matrimonio o bien
aporta algunos ya existentes y con ello concederle al otro cónyuge derechos
iguales sobre dichos bienes, lo que traerá como consecuencia que sólo con el
acuerdo de voluntades entre ambos se pueda disponer de ellos.

Y por su parte, como contrato, se considera a la sociedad conyugal como un acto


jurídico accesorio al matrimonio, que requiere el acuerdo de voluntades de los
cónyuges para que sea creada, dicha voluntad se debe hacer constar en el acta de
matrimonio, pero los términos de la misma, se pueden ampliar con la elaboración
de capitulaciones matrimoniales.

CONVENIOS CONYUGALES Y CAPITULACIONES MATRIMONIALES

El matrimonio es considerado como una fuente de obligaciones, puesto que la


celebración de éste traerá para los cónyuges el nacimiento de derechos y deberes.
Nuestra legislación, brinda la oportunidad a quienes se convertirán en esposos ( o
incluso ya siéndolo) de celebrar convenios relativos a la forma en que surtirán
efectos dichos deberes y obligaciones, solamente en materia patrimonial.

Es por ello que la elaboración de convenios conyugales tiene como principal


objetivo favorecer la relación jurídica que se creará entre los cónyuges al celebrar
el matrimonio, no sólo en las relaciones familiares sino también en las económicas.

Es de considerar los convenios conyugales como los pactos que celebran los
cónyuges antes o durante la vigencia del matrimonio a efecto de determinar los
deberes, derechos y obligaciones que regirán a la familia y la forma en que serán
cumplidos.

5
Estos convenios surgen de la convivencia diaria conyugal y familiar, donde muchas
de las relaciones tienen carácter de jurídicas, y en algunas es necesario el acuerdo
de voluntad de los cónyuges para determinar la forma y manera como esas
relaciones conyugales o familiares van a vivirse en lo humano y en lo jurídico.

Debe tomarse en cuenta que como principio de legislación prohíbe cualquier acto
en contra de los fines del matrimonio. El articulo 147 previene que serán nulos los
actos que hagan los contrayentes, en contravención de lo señalado en el articulo
anterior… se trata de una nulidad absoluta por ir contra las normas de orden
público.

Lo que está como posibilidad de convenio es determinar, mediante acuerdo


conyugal de voluntades, la forma y manera de lograr los fines del matrimonio, y
también la forma y manera de cumplir los deberes y obligaciones conyugales y
exigir los derechos, en las situaciones que nuestra legislación posibilita este
acuerdo… los convenios posibles en nuestra legislación, abarcan tanto los deberes,
… como también a las obligaciones que tienen un contenido patrimonial económico
4
y los respectivos derechos.

Es importante mencionar que el momento para realizar este convenio conyugal es


insustituiblemente la celebración del matrimonio, ya que aunque los esposos
puedan válidamente modificarlo con posterioridad a éste acto, no existe la
posibilidad de que no lo manifiesten en el momento oportuno a la autoridad
correspondiente, ya que ello impide la realización del matrimonio.

Los contrayentes o cónyuges deben celebrar un acuerdo relativo al régimen que


seguirán los bienes que adquieran durante el matrimonio, que incluso puede -si así
lo desean los cónyuges- afectar a bienes adquiridos con anterioridad a la
celebración del mismo.

4
Chávez Ascencio, Manuel F. Convenios conyugales y familiares. 5ª edición, México, ed. Porrúa 2005 pp 40 y
50.

6
Ese convenio conyugal debe pactarse –como ya lo apuntamos- al momento de
celebrar el matrimonio, pues se trata de un requisito indispensable para que el
Juez del Registro Civil pueda celebrar el acto e incluso el Código Civil señala que el
convenio relativo al régimen patrimonial que regulará el matrimonio debe hacerse
constar en el acta que al efecto levante el Juez. Al respecto citamos el artículo 103
de la Ley de la materia que señala:

“Art. 103.- Se levantará luego el acta de matrimonio en la cual se hará constar: ….

…. VII. La manifestación de los cónyuges de que contraen matrimonio bajo


el régimen de sociedad conyugal o de separación de bienes…”

Del artículo anterior, se desprende que, al referirse al convenio conyugal relativo al


patrimonio de los cónyuges, significa que los cónyuges deben decidir bajo qué
régimen de los reconocidos por nuestra legislación civil, regirá su matrimonio, a
saber: sociedad conyugal o separación de bienes.

Como mencionamos, este acuerdo debe ser expresado a la autoridad


correspondiente al momento de celebrar el matrimonio, sin que esto impida que
dicho convenio pueda ser modificado por los cónyuges en el transcurso de su vida
como esposos.

A reserva de que, en el capítulo posterior, detallemos cada uno de estos


regímenes, por ahora dejemos asentado que, si los cónyuges deciden contraer
matrimonio bajo el régimen de sociedad conyugal, cada uno de los bienes que
adquieran dentro de la vigencia de éste (salvo algunos bienes que más adelante
puntualizaremos) entrarán a un patrimonio en conjunto, que por regla general será
administrado por ambos cónyuges.

Por lo que se refiere a la separación de bienes, si este régimen es establecido,


cada cónyuge será titular de los bienes que adquiera y por lo tanto su
administrador.

7
La posibilidad de ampliar, modificar o limitar este convenio conyugal, la
establecerán los propios cónyuges con la realización de capitulaciones
matrimoniales.

Capitulaciones matrimoniales. Concepto.

El artículo 179 del Código Civil vigente en el Distrito Federal, define a las
capitulaciones matrimoniales de la siguiente forma:

“Las capitulaciones matrimoniales son pactos que los otorgantes celebran


para constituir el régimen patrimonial de su matrimonio y reglamentar la
administración de los bienes, la cual deberá recaer en ambos cónyuges,
salvo pacto en contrario.”

Ahora bien, dado que el Código define a las capitulaciones como pactos,
consideramos importante dejar dicho que esa palabra, ha tenido muchas
acepciones y desde luego la más antigua la encontramos en el derecho romano, tal
como se señala a continuación:

“.. . La noción del pactum no fue unívoca a través de las distintas etapas del
Derecho romano, sino que aparece sometida a una constante evolución que tiene
como punto de arranque la ley de las XII Tablas y que, pasando por la obra del
pretor y la labor de la jurisprudencia clásica y de la legislación imperial, arriba
hasta la compilación justinianea. La voz pactum (o pactio) derivada del verbo
antiguo pacere... originalmente designaba al acuerdo entre las partes dirigido a
poner fin a un litigio... de esta manera para el derecho antiguo la voz pactum
significó tanto como transactio y se caracterizó por la renuncia, gratuita o
mediante compensación, a la persecución judicial de un derecho...” 5

5
Gordillo Montesinos, Roberto Héctor. Derecho privado romano, México, ed. Porrúa, 2004 p. 665

8
Como podemos ver, la palabra pacto, significa simplemente convención, un
acuerdo de voluntades que puede o no tener consecuencias jurídicas y aunque
creemos innecesario que el Código defina a esta institución familiar, consideramos
que en todo caso decir que las capitulaciones son un pacto no es atinado, ya que
éstas son el medio con el que los cónyuges cuenta para delimitar los alcances que
tendrá el régimen patrimonial que hayan elegido.

Realizar un contrato que especifique los lineamientos a seguir en el régimen


patrimonial del matrimonio, es una costumbre antigua y aunque la figura ha
cambiado de denominación a lo largo del tiempo, la idea para la cual fueron
creadas ha permanecido, es decir, determinar el futuro de los bienes que se
adquirirán al celebrar el matrimonio, tal como señala el siguiente autor:

“...Es en el siglo XVII cuando aparece la costumbre de convenir sobre el régimen.


La clásica y castiza denominación española: capitulaciones matrimoniales, quizá
deba reservarse para los pactos que se realizan antes del matrimonio, puesto que
capitular da la idea de concertación previa de algo, más si el pacto puede
realizarse durante el matrimonio es más propio utilizar la expresión convenciones
matrimoniales, que es más amplia. Ambas expresiones, a su vez, equivalen a la de
contrato de matrimonio que predomina en Francia...su objeto es el de determinar
el estatuto que regirá la asociación conyugal desde el punto de vista pecuniario, el
de instituir la carta patrimonial de los esposos, su régimen matrimonial...” 6

Las capitulaciones matrimoniales son también un medio para modificar un régimen


existente, como lo estipula el artículo 180 del Código que nos ocupa.

Celebrar capitulaciones matrimoniales, implica un acuerdo de voluntades entre los


cónyuges, que surtirá efectos desde el momento de la celebración de las mismas o
en todo caso, cuando el matrimonio se realice y ello otorga posibilidad a los
otorgantes de crear, transferir, modificar o extinguir derechos y obligaciones entre

6
Vidal Taquíni, Carlos. Régimen de bienes en el matrimonio, ed. Astria, 1995 p.9

9
los cónyuges; pactos que en todo caso se reflejarán en obligaciones pecuniarias
que surtirán efectos en el patrimonio de los consortes.

Momentos en que se pueden otorgar y requisitos.

Las capitulaciones en comento, pueden formalizarse antes de la celebración del


matrimonio, a la celebración de éste o bien posteriormente.

La posibilidad de realizar las capitulaciones matrimoniales antes o durante el


matrimonio, la previenen los artículos 180 y 184 del Código Civil vigente en el
Distrito Federal, de la siguiente manera:

Art. 180.- Las capitulaciones matrimoniales se otorgarán antes de la celebración


del matrimonio y durante éste. Podrán otorgarse o modificarse durante el
matrimonio, ante el Juez de lo Familiar o ante Notario, mediante escritura pública.

Art. 184.- La sociedad conyugal nace al celebrarse el matrimonio o durante éste y


podrán comprender, entre otros, los bienes de que sean dueños los otorgantes al
formarla.

Como pudimos observar, si éste supuesto se realiza, es decir que las capitulaciones
matrimoniales se otorguen después de celebrado el matrimonio, la ley exige una
formalidad distinta a dichas capitulaciones, a saber: que sean otorgadas ante el
Juez de lo Familiar o ante notario en escritura pública, sobre todo si implican la
transmisión de bienes que requieran de dicha formalidad para surtir efectos.

Dicho precepto también es aplicable, en caso de modificación a las capitulaciones


matrimoniales, situación que analizaremos más adelante.

Destacamos que la celebración de las capitulaciones matrimoniales, ya sea antes o


durante la vigencia del matrimonio y cumpliendo con los requisitos que la ley
establece surte plenos efectos e incluso, atendiendo a lo que disponen los artículos
255 y 256 del Código aplicable al caso, la nulidad del matrimonio no causa la
nulidad de las capitulaciones si éste se contrajo de buena fe. Al respecto el Código
establece:

10
“Art. 255.- El matrimonio contraído de buena fe, aunque sea declarado nulo,
produce todos sus efectos civiles en favor de los cónyuges mientras dure; y en
todo tiempo en favor de sus hijos.

Art. 256.- Si ha habido buena fe de parte de uno solo de los cónyuges, el


matrimonio produce efectos civiles únicamente respecto de él y de los hijos…”

Para el caso de capitulaciones constitutivas del régimen de separación de bienes,


la Ley no exige mayor requisito, pero citemos a continuación los lineamientos que
deben cumplir las capitulaciones matrimoniales en que se constituya una sociedad
conyugal.

“Art. 185.- Las capitulaciones matrimoniales en que se constituya la sociedad


conyugal, constarán en escritura pública cuando los otorgantes pacten hacerse
copartícipes o transferirse la propiedad de bienes que ameriten tal requisito para
que la traslación sea válida.

Art. 186.- En este caso, la alteración que se haga de las capitulaciones deberán
también otorgarse en escritura pública, haciendo la respectiva anotación en el
protocolo en que se otorgaron las primitivas capitulaciones y en la inscripción del
Registro Público de la Propiedad. Sin llenar estos requisitos, las alteraciones no
producirán efecto contra tercero.

Art. 189.- Las capitulaciones matrimoniales en que se establezca la sociedad


conyugal, deben contener:

I.- La lista detallada de los bienes inmuebles que cada consorte lleve a la sociedad,
con expresión de su valor y de los gravámenes que reporten;

II.- La lista especificada de los bienes muebles que cada consorte introduzca a la
sociedad;

III.- Nota pormenorizada de las deudas que tenga cada esposo al celebrar el
matrimonio, con expresión de si la sociedad ha de responder de ellas o únicamente

11
de las que se contraigan durante el matrimonio, ya sea por ambos consortes o por
cualquiera de ellos;

IV.- La declaración expresa de si la sociedad conyugal ha de comprender todos los


bienes de cada consorte o sólo parte de ellos, precisando en este último caso
cuáles son los bienes que hayan de entrar a la sociedad;

V.- La declaración explícita de si la sociedad conyugal ha de comprender los bienes


todos de los consortes o solamente sus productos. En uno y en otro caso se
determinará con toda claridad la parte que en los bienes o en sus productos
corresponda a cada cónyuge;

VI.- La declaración de si el producto del trabajo de cada consorte corresponde


exclusivamente al que lo ejecutó, o si debe dar participación de ese producto al
otro consorte y en qué proporción;

VII.- La declaración acerca de que si ambos cónyuges o sólo uno de ellos


administrará la sociedad, expresándose con claridad las facultades que en su caso
se concedan;

VIII.- La declaración acerca de si los bienes futuros que adquieran los cónyuges
durante el matrimonio pertenecen exclusivamente al adquirente, o si deben
repartirse entre ellos y en qué proporción;

IX.- La declaración expresa de que si la comunidad ha de comprender o no los


bienes adquiridos por herencia, legado, donación o don de la fortuna; y

X.- Las bases para liquidar la sociedad.

De la lectura anterior, específicamente del artículo 189 antes transcrito,


destacamos la posibilidad de que una vez establecida la sociedad conyugal, no
todos los bienes adquiridos durante éste forme parte de ella, previa especificación
que conste en las capitulaciones matrimoniales.

Distinción entre convenio conyugal y capitulaciones matrimoniales.

12
De una primera lectura, parecieran encontrarse ciertos puntos de controversia en
el Código Civil; por un lado, concede la posibilidad a los cónyuges -de conformidad
con lo dispuesto por el artículo 180- de celebrar sus capitulaciones matrimoniales
durante la vigencia del matrimonio y por otro lado, en su artículo 235 fracción III
sanciona con la nulidad a los matrimonios que se hayan realizado en
contravención, entre otros, con el artículo 98 de ese mismo ordenamiento, relativo
a que es necesario presentar el convenio conyugal que regirá sobre los bienes de
los cónyuges, para poder celebrar el matrimonio.

Y es que el Código Civil confunde estas figuras, pero para el caso que nos ocupa
es trascendente realizar, como bien lo señala Domínguez Martínez 7 - a quien
seguiremos en lo fundamental en este punto- la distinción entre convenio conyugal
y capitulaciones matrimoniales.

De vital importancia son los artículos 180, 185 y 189 ya citados, dado que éstos en
unión con el numeral 98 que referimos a continuación, nos ayudarán a comprender
la importancia de la distinción entre conceptos, que dicho ordenamiento
equivocadamente confunde..

Artículo 98.- Al escrito que se refiere el artículo anterior -relativo a los


requisitos que debe contener la solicitud para contraer matrimonio- se
acompañará: ...

…V. El convenio que los pretendientes deberán celebrar con relación a sus
bienes presentes y a los que adquieran durante el matrimonio. En el
convenio se expresará con toda claridad si el matrimonio se contrae bajo el
régimen de sociedad conyugal o bajo el de separación de bienes….No puede
dejarse de presentar este convenio ni aún a pretexto de que los
pretendientes carecen de bienes, pues en tal caso, versará sobre los que
adquieran durante el matrimonio. Al formarse el convenio se tendrá en
cuenta lo que disponen los artículos 189 y 211, y el Juez del Registro Civil
7
Domínguez Martínez, Jorge Alfredo. La nueva sociedad conyugal en el Código Civil para el Distrito Federal.
Breviario 43 del Colegio de Notarios del Distrito Federal, México, ed. Porrúa, 2008.

13
deberá tener especial cuidado sobre este punto, explicando a los
interesados todo lo que necesiten saber a efecto de que el convenio quede
debidamente formulado.

Si de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 185 fuere necesario que las


capitulaciones matrimoniales consten en escritura pública, se acompañará un
testimonio de esa escritura.

De los artículos comentados, podemos claramente verificar que el Código Civil


confunde al convenio conyugal que los cónyuges deben presentar al Juez para
poder celebrar el matrimonio, con las capitulaciones matrimoniales, mencionamos
ahora la razón de nuestra afirmación.

Por un lado, el artículo 98, relativo a los requisitos que debe contener la solicitud
presentada ante el Juez del Registro Civil para contraer matrimonio, señala que la
misma debe contar con el convenio que especifique el destino que seguirán a
partir de la celebración de dicho acto jurídico, los bienes presentes y futuros de
quienes se convertirán en cónyuges.

De la misma lectura, encontramos a este convenio, un requisito insubsanable para


que el Juez pueda celebrar el matrimonio, el dicho anterior lo confirmamos en ese
mismo artículo que señala que el convenio no puede dejar de presentarse, aunque
los cónyuges no tengan bienes, puesto que, en todo caso, dicho convenio afectará
a los bienes que se adquieran con posterioridad al matrimonio.

El artículo en comento, en sus líneas finales, señala también la denominación de


capitulaciones matrimoniales como si se tratará de un sinónimo de convenio
conyugal, e incluso especifica requisitos de las mismas; situación errónea dado que
si el convenio conyugal y las capitulaciones matrimoniales, se trataran de
sinónimos, entonces el Código en su artículo 180, no nos daría la posibilidad de
celebrar las capitulaciones incluso después de efectuado el matrimonio.

14
Siguiendo con el artículo 98, mismo que nos remite al numeral 189 que contiene
los lineamientos a seguir para elaborar las capitulaciones matrimoniales, se
continúa confundiendo los conceptos estudiados.

Cierto es que las capitulaciones deben contener como mínimo lo solicitado en las
fracciones señaladas por el artículo 89, pero, dichas capitulaciones pueden
válidamente celebrarse después del matrimonio, puesto que -como ya lo
expusimos- cuando hablamos de capitulaciones matrimoniales, nos referimos a un
contrato accesorio al acto principal es decir, el matrimonio, que puede surtir
efectos sin que la no existencia de capitulaciones pueda invocarse como una causa
de nulidad en cualquiera de sus posibilidades.

Por otro lado, el convenio conyugal al que se refiere nuestro artículo 98 debe
irremediablemente entregarse a la autoridad correspondiente en la solicitud de
matrimonio, puesto que su inexistencia no permite la celebración de dicho acto.

Dicho lo anterior, precisemos: el convenio conyugal al que hemos venido haciendo


referencia, únicamente debe informar al Juez del Registro Civil si el matrimonio se
celebrará bajo el régimen de sociedad conyugal o el de separación de bienes, de
ahí la importancia del mismo para poder llevar a cabo el acto; y por otro lado, las
capitulaciones matrimoniales contendrán la forma en que se llevará a cabo
cualquiera de los dos regímenes patrimoniales mencionados, por ello es que es
perfectamente válida su elaboración y celebración después del matrimonio.

Con frecuencia, el convenio conyugal en el que consta el régimen patrimonial al


que se someterá el matrimonio, se menciona en las capitulaciones matrimoniales,
por ello es que el realizar esta distinción únicamente tiene como finalidad el
precisar que hablamos de conceptos distintos, con requisitos y consecuencias
independientes y que, por lo tanto, deberían regularse como tal.

15
CONCLUSIÓN

El matrimonio es una de las principales fuentes creadoras de la familia, es


por ello que la finalidad del Derecho es lograr su correcto funcionamiento
ello con la implementación de normas tendientes a vigilar las consecuencias
que traerá para los cónyuges el cambio en su estado civil; debido a tales
consecuencias es que se presenta la necesidad de elaborar convenios
conyugales tendientes a regular el funcionamiento del hogar.

Uno de los primeros y más importantes acuerdos que celebrarán los esposos
será establecer el régimen patrimonial de su matrimonio, entendido como
un acuerdo de voluntades entre los cónyuges que regirá el destino de sus
bienes presentes y futuros y que se crea para cumplir los fines del
matrimonio velando en todo momento por el interés de la familia. En la
legislación civil mexicana existen dos clases de regímenes patrimoniales y es
la propia Ley la que determina que son los cónyuges quienes están
facultados para decidir cuál de ellos regirá su patrimonio, a saber: sociedad
conyugal o separación de bienes.

Por lo que hace a la sociedad conyugal, debe ser analizada desde dos
ángulos: como régimen patrimonial y como contrato. Como régimen es una
institución de derecho familiar, creadora de derechos y obligaciones que
surtirán efectos sobre la persona de los cónyuges, pero que pueden hacerse
valer frente a terceros. Con la creación de la misma, los integrantes de ella,
deciden compartir los bienes corpóreos o incorpóreos que adquirirán en la

16
vigencia del matrimonio o bien aportar algunos ya existentes y con ello
concederle al otro cónyuge derechos iguales sobre dichos bienes, lo que
traerá como consecuencia que sólo con el acuerdo de voluntades entre
ambos se pueda disponer de ellos.

Como contrato, consideramos a la sociedad conyugal como un acto jurídico


accesorio al matrimonio, que requiere el acuerdo de voluntades de los
cónyuges para que sea cread;, dicha voluntad se debe hacer constar en el
acta de matrimonio, pero los términos de la misma, se pueden ampliar con
la elaboración de capitulaciones matrimoniales.

Por lo que hace a la naturaleza jurídica de dicha sociedad, afirmamos que es


en realidad una comunidad de bienes y la razón más contundente para tal
afirmación, es el hecho de que ambas instituciones tienen un fin
preponderamente social, tutelares en todo momento del bienestar colectivo
(los comuneros o los cónyuges -según sea el caso-) por encima de los
intereses del individuo, es decir, las leyes adjetivas tienen como objeto la
conservación de éstas instituciones.

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BIBLIOGRFÍA

CHÁVEZ ASENCIO, Manuel. Convenios conyugales y familiares. México, ed.


Porrúa, 2005.  CHÁVEZ ASENCIO, Manuel. La familia en el derecho.
Relaciones jurídicas conyugales. México, ed. Porrúa, 2008.

ROJINA VILLEGAS, Rafael. Derecho Civil Mexicano. México, ed. Porrúa,


2008. T. II.

RICO ALVAREZ, Fausto et. al. De la persona y de la familia en el Código Civil


para el Distrito Federal. México, ed. Porrúa, 2006.

GORDILLO MONTESINOS, Roberto Héctor. Derecho Privado Romano.


México, ed. Porrúa, 2004.

DOMINGUEZ MARTINEZ, Jorge Alfredo. Sociedad conyugal y separación de


bienes. Libertad de los esposos para convenir su cambio. Breviario 14 del
Colegio de Notarios, ed. Porrúa, 2008.

Código Civil para el Distrito Federal y para toda la República en materia


federal, comentado. Instituto de Investigaciones Jurídicas UNAM, México,
1997.

CODIGO CIVIL FEDERAL

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