Boletín Bimestral Año LVII EJEMPLAR GRATUITO Nº 457 Enero - Febrero 2017

¡Beato Leopoldo de Alpandeire: ruega al Señor por nosotros!

 9 DE FEBRERO: BEATO FRAY
LEOPOLDO DE ALPANDEIRE
El 9 de febrero es una fecha imborrable para
todos los devotos del Beato Fray Leopoldo. En ese
día se celebra su fiesta litúrgica o, como en el len-
guaje eclesiástico se suele denominar, «el día de su
nacimiento para el cielo». Ese día los devotos están
a primera hora en la cripta rindiéndole homenaje de
veneración y de súplica por los problemas personales
y familiares.
En los Actos conmemorativos del 50 Aniversario
de la muerte de Fray Leopoldo del 8 de febrero de
2006, el periodista y fiel devoto de nuestro Beato, Tico
Medina, puso al auditorio en pie cuando comenzó su
Pregón con los versos de Icaza:
Dale limosna, mujer,
que no hay en la vida nada,
que no hay en mi vida nada
como la alegría de hablar
de Fray Leopoldo en Granada.
Tico Medina subrayó cómo Fr. Leopoldo tenía un
resplandor diferente a los grandes de la tierra, a los
que él había entrevistado y cómo siempre que lo ne-
cesita lo tiene al otro lado del hilo telefónico.
Nuestro Beato nació en el pueblo malagueño de
Alpandeire, el día 24 de junio del año 1864 de padres
humildes y trabajadores, siendo bautizado el 29 del
mismo, recibiendo los nombres de Francisco Tomás
de San Juan Bautista; en el seno de la familia recibió
la primera educación humana y cristiana. De sus pa-
dres, Francisco Tomás, que así se llamaba, aprendió
los buenos modales, los principios cristianos, la “hom-
bría de bien” y el valor del trabajo. De labios de Jeró-
nima, madre cristiana al recio estilo español, aprendió
a rezar aquellas tres Ave Marías que, cada vez que
las rezaba, era como si cayera un pedazo de cielo
sobre la tierra.
Ya, desde temprana edad, Francisco Tomás ayu-
dó a sus padres en las rudas tareas del campo, que
le sirvieron para forjar su carácter generoso y como
experiencia en su vida concreta; era muy amante del
silencio y de la sobriedad, y al mismo tiempo alegre,
bondadoso y familiar con todos. Así fue creciendo en
él una singular preocupación y sensibilidad por los
demás, sobre todo por los pobres y los más nece-
sitados, con los que compartía momentos de frugal
convivencia, a los que daba su comida o su calzado.
«Dios da para todos», dirá años más tarde.
Era de conducta ejemplar, constante en la partici-
pación de la Eucaristía y en la recitación mariana del
Rosario; fiel en el cumplimiento de las obligaciones
diarias y consciente de los problemas de su tiempo,
a saber, de la sublevación Cubana en la que perdió a
su hermano Juan Miguel, de los tiempos de la guerra
civil carlista y de la restauración de la Primera Repú-
blica, cuyos efectos fueron también muy notorios aún
en el pequeño pueblo de Alpandeire.
Siendo joven, el Siervo de Dios vivió un período
de noviazgo, hasta que, cumplido el servicio militar,
durante las fiestas de la beatificación del capuchino
Diego José de Cádiz, en Ronda, maduró la decisión
de seguir el ideal franciscano, tras haber oído la pre-
dicación de aquellos capuchinos. Los religiosos: «Lla-
maron su atención por lo recogidos que iban», dirá
años después. Finalmente, tras haber superado algu-
nas dificultades e incomprensiones, al cumplir los 35
años de edad, entró en el convento de Sevilla, donde
al tomar el hábito, se le impuso el nombre de Leopol-
do, que como dirá más adelante: «Le cayó como un
jarro de agua fría».
Trasladado posteriormente al convento de Gra-
nada, allí emitió su profesión solemne, en 1903. Fue
sobre todo en esta ciudad, después de haber pasado
breves intervalos en otros lugares, donde se desa-
rrolló su vida tejida de oración y de humilde servicio,
de espíritu de comunión y de santa alegría, de obe-
diencia y pobreza. Inmerso en un vigoroso y sereno
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espíritu de contemplación y de entrega, y atraído por
el constante clima de la presencia de Dios, que en
todo momento la percibía con fervor y gratitud, Fray
Leopoldo luchó con todas sus fuerzas por encarnar en
sí mismo, con sencillez y coherencia, la conducta del
Pobrecillo de Asís.
En su espiritualidad resplandece la perfecta y total
normalidad de vida; lo extraordinario era lo ordinario
del día a día. No se manifiestan en
él ni especiales dotes humanas,
ni carismas espirituales, sino una
sencilla e interior conversación
diaria con Dios, al que conside-
raba como un amigo y maestro,
como fuente de vitalidad y fin de
toda acción. “Todo por amor de
Dios” eran las palabras que fluían
con mayor frecuencia de sus la-
bios: la presencia de Dios no se
alejó nunca del horizonte sereno
de su vida.
Entre las responsabilidades
que le fueron encomendadas es-
tán los oficios de hortelano, porte-
ro, sacristán y, especialmente, el
de limosnero, actividad que cum-
plió con graves riesgos personales
en los angustiosos años treinta de
la vida social y política española
del siglo pasado, logrando acer-
carse a muchas personas que, en
sus graves dificultades, acudían
a él de buen grado en busca de
consejo y ayuda. Los dolores y las
angustias de los pobres llenaban
su corazón, ya desde su infancia y
juventud, y fueron creciendo hasta
convertirse en el «místico de la hu-
mildad por las calles de Granada».
En el silencioso ritmo de su
vida diaria se cumplía en el Sier-
vo de Dios una progresiva trans-
formación a imagen de Jesucristo
pobre y crucificado. La vida de Fr.
Leopoldo fue «una vida hecha de
muy pocas cosas». En la profun-
da verdad de su vida pueden objetivarse las cosas
grandes que Dios realizó en él. Muchos milagros flo-
recieron a su paso. Milagros referidos siempre a las
cosas sencillas y humildes de los pobres y necesitados
de Granada o de los campesinos y pastores que Fray
Leopoldo encontraba en sus correrías por esos pue-
blos de Dios. Aunque el milagro más auténtico era él
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mismo con su bondad y su sonrisa: por donde pasaba
L
dejaba que todo quedara traspasado del soplo creador
de Dios. Muchos se asomaban a sus puertas para ver-
lo pasar y decían que «sólo el verlo llevaba a Dios».
Durante uno de sus recorridos para pedir la limos-
na, Fray Leopoldo ya anciano, resbaló por las escaleras
de un portal sufriendo la fractura del fémur. Fue ingre-
sado en la Clínica de la Salud de Granada; afortunada­
mente y sin operación, los huesos
le anuda­ron; regresó al convento y
pudo caminar con la ayuda de dos
bastones, pero ya no salió más a
la calle. Así pudo entregarse total-
mente a Dios que era la pasión y el
gran amor de su vida. Y lle­nándose
de Dios, pasó los tres últimos años
de su existencia terrena, hasta irse
poco a poco consumiendo «cual
llama de amor viva». Las palabras
del poeta, P. Gonzalo de Córdoba,
se cumplían fielmente en él: «Tan-
to a Dios se ha acercado / que de
presencia divina / los ojos se le han
llenado».
Finalmente, la llama se extin-
guió. Con el beso de la hermana
muerte, Fray Leopoldo, el humilde
limosnero de las tres Ave Marías,
se durmió en el Señor. Era el 9 de
febrero de 1956 y tenía 92 años.
Una gran multitud acudió a su fu-
neral, dando así testimonio de la
fama de su santidad en el pueblo.
Tanta santidad de vida no po-
día quedar encerrada en un minús-
culo frasco de perfume. Dios abrió
el frasco del aroma de su santidad
para que pudieran percibirla en la
Iglesia todos los cristianos. Y Fray
Leopoldo que: «Testimonió el Mis-
terio de Cristo Crucificado con el
ejemplo y la palabra, al ritmo hu-
milde y orante de la vida cotidiana,
compartiendo y aliviando las pre-
ocupaciones y los sufrimientos de
los pobres y afligidos», según lo
define el Papa Benedicto XVI, en la Carta Apostólica
de la Beatificación, sigue hoy irradiando luz y consuelo
a cuantos imploran su intercesión.
Alfonso Ramírez Peralbo
Vicepostulador
LOS SANTOS,
Majestad. Simone Martini 1315 y 1321). Palacio Público de Siena.
SANTOS, MARTIRES, MISERICORDIA
S. E. Rvdma. Ángelo, Cardenal Amato SDB
Prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos
1.- San Juan Da-
masceno afirmaba
que, venerando a los
santos con iconos y
estatuas visibles, los
cristianos están lla-
mados a imitar sus
virtudes, convirtién-
dose ellos también en
iconos vivientes de
santidad: «Observan-
do atentamente la vida de los santos, esti-
mulamos la fe, el amor, la esperanza, el ar-
dor, la vida, la firmeza contra las pasiones, la
perseverancia hasta el derramamiento de la
sangre, para que en el futuro podamos com-
partir con ellos las coronas de la gloria» (San
Juan Damasceno, Exposición de la fe, 88).
Los santos son la verdadera élite de la
Iglesia. Son nuestros maestros de vida, de
oración, de apostolado. No sólo ennoblecen
a la Iglesia, sino que benefician a la huma-
nidad con una multiplicidad de dones, que
vuelven a la sociedad más fraterna, acoge-
dora, pacífica, buena.
¿Para qué sirven los santos? A esta pre-
gunta es todavía actualísima la respuesta
que en 1802 dio el escritor François René
de Chateaubriand en su obra El Genio del
Cristianismo. En esta obra monumental el
autor se admira frente a la fantasía benéfica
de los santos, que van al encuentro de la hu-
manidad necesitada creando hospicios, hos-
MENSAJEROS DE
MISERICORDIA
pitales, leproserías; trabajando para rescatar
a los esclavos, a las prostitutas, a los pri-
sioneros; protegiendo a los indígenas de la
explotación de los colonizadores y creando
el derecho de salvaguardia de su dignidad y
libertad. Los santos son los protagonistas de
estas y de otras extraordinarias empresas de
bienestar.
«Los santos, con sus obras de
misericordia, son un extraordina-
rio criterio de la credibilidad de
la Iglesia católica. A través de la
santidad, el cristianismo ha pro-
movido una mayor fraternidad
humana y ha hecho popular una
virtud absoluta que por sí sola
vale más que todas las demás,
la caridad».
Hablando de los Mercedarios, el escri-
tor francés cita, como ejemplo, a San Pedro
Pascasio, obispo de Jaén, que, después de
haber gastado sus ahorros en el rescate de
los esclavos y en la ayuda a los pobres, fue
hecho prisionero y encadenado. El clero y el
pueblo de su iglesia le mandaron una suma
de dinero para su rescate. El santo la reci-
bió con mucho agradecimiento, pero en vez
de usarla para su libertad, rescató con ella
5
El Papa Francisco dirige la palabra a los miembros de la Congregación de las Causas de los Santos, a su derecha
Mons. Bartolucci, Secretario y a su izquierda, el P. Turek Boguslaw, Subsecretario

una gran cantidad de mujeres y niños, cuya trañas de la tierra, lejos de la luz del día para
fragilidad le preocupaba porque temía que buscar a los desventurados» (p. 553).
pudiesen abandonar la religión cristiana, y
Los santos, con sus obras de misericor-
permaneciesen para siempre en manos de
dia, son un extraordinario criterio de la cre-
sus verdugos, que en el 1300 le proporcio-
dibilidad de la Iglesia católica. A través de la
naron la corona del martirio (F. René de Cha-
santidad, el cristianismo ha promovido una
teaubriand, El Genio del Cristianismo, Turín
mayor fraternidad humana y ha hecho popu-
2014, 553).
lar una virtud absoluta que por sí sola vale
El escritor cita también a San Pedro de más que todas las demás, la caridad.
San José de Bethencourt, franciscano espa-
2.- En este volumen hay muchas homi-
ñol, misionero en Guatemala y fundador de
lías relativas a los mártires, cuya santidad es
los Hermanos de Belén. También él, sensible
coronada por el derramamiento de su san-
a la miserable suerte de los esclavos, cons-
gre por Cristo. El mártir cristiano se opone al
truyó para ellos una tienda que muy pronto
odio con las únicas armas de la bondad y del
se convirtió en un ambulatorio gratuito para
perdón. Es una víctima inerme ante el verdu-
los pobres. Muchos ricos, conmovidos por
go, que trata, de todos modos, de disuadirlo
sus virtudes, lo ayudaron con generosas li-
de su convicción de fe, sin embargo, no lo
mosnas, que transformaron la pobre tienda
consigue. El mártir que la Iglesia glorifica y
en un magnífico hospital. El misionero mu-
honra, sale victorioso de este enfrentamien-
rió joven. El amor por la humanidad le había
to. Sus verdugos, por el contrario, se pierden
deteriorado el corazón. Apenas se difundió
en la niebla oscura del olvido y de la insigni-
la noticia de su muerte, los pobres y los es-
ficancia.
clavos corrieron al hospital para ver por úl-
tima vez a su gran bienhechor. Le besaban El mártir cristiano no mata, sino que como
los pies, le cortaban trozos de su hábito, lo el manso cordero es hecho prisionero, tortu-
hubieran desgarrado para llevarse alguna rado, injustamente condenado y finalmente
reliquia. Chateaubriand al final comenta: «Si sacrificado de miles de modos brutales, fruto
la religión nos empuja hacia las cimas de las de la oscura fantasía del enemigo del bien y
montañas, ella desciende también a las en- de la luz.

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 La palabra del Papa:
«El Señor siempre nos espera y
nos mira con ternura»
«Al inicio del año es bonito intercambiar-
se las felicitaciones. Renovamos así, unos a
otros, el deseo que aquello que nos espera
sea un poco mejor. Es en fondo, un signo de la
esperanza que nos anima y nos invita a creer
en la vida. Pero sabemos que con el año nue-
vo no cambiará todo, y que muchos problemas
de ayer permanecerán también mañana. En-
tonces quisiera dirigir un deseo sostenido de
una esperanza real, que traigo de la Liturgia
de hoy.
Son las palabras con las cuales el Señor
mismo pide bendecir a su pueblo: «El Señor
ilumine su rostro sobre ti […]. El Señor te
muestre su rostro» (Nm 6, 25-26). También yo
os deseo esto: que el Señor ponga su mirada
sobre vosotros y podáis alegraros, sabiendo
que cada día su rostro misericordioso, más
brillante que el sol, resplandece sobre voso-
tros y ¡no se oculta nunca! Descubrir el rostro
de Dios hace nueva la vida. Porque es un Pa-
dre enamorado del hombre, que no se cansa
nunca de recomenzar desde el principio con
nosotros para renovarnos. ¡El Señor tiene una
paciencia con nosotros! No se cansa nunca
de recomenzar desde el inicio cada vez que
nosotros caemos. Pero el Señor no promete
cambios mágicos, Él no usa la varita mágica.
Ama cambiar la realidad desde dentro, con
paciencia y amor; pide entrar en nuestra vida
con delicadeza, como la lluvia en la tierra, para
después dar fruto. Y siempre nos espera y nos
mira con ternura. Cada mañana, al despertar,
podemos decir: «Hoy el Señor hace resplan-
decer su rostro sobre mí». Hermosa oración
que es una realidad.
La bendición bíblica continúa así: «[El Se-
ñor] te conceda paz» (v. 26). El 1 de enero ce-
lebramos la Jornada mundial de la paz, que
tiene por tema: «Vence la indiferencia y con-
quista la paz». La paz, que Dios Padre desea
sembrar en el mundo, debe ser cultivada
por nosotros. No sólo, debe ser también
«conquistada». Esto implica una auténtica
lucha, una lucha espiritual que tiene lugar en
nuestro corazón. Porque no sólo la guerra es
enemiga de la paz sino también la indiferencia,
que hace pensar sólo a sí mismos para crear
barreras, sospechas, miedos y cerrazones.
Estas cosas son enemigas de la paz. Tenemos,
gracias a Dios, muchas informaciones; pero a
veces estamos tan inundados de noticias que
nos distraemos de la realidad, del hermano
y de la hermana que necesitan de nosotros.
Comencemos en este año a abrir el corazón,
despertando la atención hacia el prójimo, a
quien está más cerca. Este es el camino para
la conquista de la paz.
Nos ayude en esto la Reina de la Paz, la
Madre de Dios, de la que hoy celebramos la
solemnidad. Ella «conservaba todas estas co-
sas, meditándolas en su corazón» (Lc 2, 19).
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 El Padre Hugolino de Belluno, en Granada
La Cripta de Fray Leopoldo en Granada es visi-
tada diariamente por numerosos fieles que admiran
las pinturas grafitos del P. Hugolino, capuchino de la
provincia italiana de Roma, que recogen episodios
de la vida del limosnero capuchino de Alpandeire,
pero muy pocos conocen la personalidad de su au-
tor. Esto es lo que nos proponemos hacer en esta pe-
queña sección: dar a conocer la personalidad del P.
Hugolino, no en vano, su obra de Granada es la últi-
ma del autor y viene conocida y llamada en Italia, por
artistas, estudiosos del arte y maestros de la pintura,
como la “Sixtina” del P. Hugolino, que se encuentra
en Granada.
La provincia capuchina de Roma, a la que per-
tenecía, ha honrado este año con una magna expo-
sición, clausurada en noviembre, la memoria de tan
predilecto y destacado hijo.
Seguramente no bastarán estas pocas pá-
ginas para poner de relieve la figura y la obra
del P. Hugolino de Belluno, un fraile capuchi-
no simpático e infatigable, en el que la inspira-
ción del arte sacro revive con toda su fuerza,
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belleza, religiosa inspiración y contenidos de
fe. Su arte es modernísimo, y al mismo tiem-
po gráficamente eficaz y de una majestuosa
compostura.
El P. Hugolino tiene una increíble osadía.
Sus obras, mosaico, grafito o pintura, cubren
superficies inmensas: paredes enteras, ábsi-
des incluso de 1000 m2, donde, felizmente, se
conjuga el diseño con las líneas arquitectóni-
cas que engloba, subraya y que, frecuente-
mente, hace revivir de modo admirable.
En España, la única obra del P. Hugo-
lino es el grafito de la capilla-cripta de Fray
Leopoldo, de la iglesia de los PP. Capuchinos
de Granada. El sujeto de esta obra de arte
está constituido por la ilustración de algunos
episodios de la vida del santo limosnero. “He
planteado la representación -dice el P. Hugoli-
no- a dos niveles de composición y de lectura.
En primer plano he colocado el acontecimien-
to biográfico en su descarnada realidad, como
simple episodio, mientras que en un segundo
plano, con proporciones superiores y con viva
eficacia de colores y tonalidades, he coloca-
do su proyección transcendente, figurativa y
exegética a modo de elevar a absoluto lo que
es relativo y a sobrenatural lo que es natural”.
El P. Hugolino nació el 15 de diciembre
de 1919, en Belluno. Es un fraile capuchino
de la provincia de Roma. Siempre ha sen-
tido una profunda inclinación artística. Ya
desde niño llamaba su atención todo lo que
era plásticamente expresivo. Así, después
de los estudios de humanidades, filosóficos
y teológicos y, tras su ordenación sacerdotal,
pudo frecuentar la Academia. Desde 1945 a
1950 asistió al Instituto d’Arte Beato Ange-
lico de Roma, la Scuola d’Arte Ornamentali
 El P. Hugolino
ha realizado dis-
tintas exposiciones
personales: Roma,
Turín, Milán, Mu-
seo Civil de Bellu-
no, Teatro Perma-
nente del Aquila,
Palacio Diamanti
de Ferrara, “Aula
Carolina”, de Aa-
chen (Alemania)
y en exposiciones
junto a otros artis-
tas: VI y VII cua-
trienal de Roma,
XXI y XXXII Premio
y la Accademia delle Belle Arti, siempre de Michetti, Festival
Roma. Tras sus estudios en las distintas Aca- de las Artes de Cannes, Exposición de Chica-
demias, realizó algunos cursos de especiali- go’80, Art. 11 de Basilea, Bienal de Menton y
zación en la técnica del grafito y en la pintura Bienal del Arte Sacro de Venecia, de Reggio
mural. Después ha continuado estudiando a y de Pescara.
través de viajes o residiendo algunas tempo-
Son numerosísimos sus trabajos reali-
radas en países culturalmente significativos
zados al fresco, en mosaicos y al grafito así
como Francia (1947), Suiza (1949), España
como muchísimas son también las vidrieras
(1954), Inglaterra (1955), Alemania (1960),
historiadas que el P. Hugolino, tiene en su ha-
Bélgica y Holanda (1962), Grecia (1969),
ber.
Tailandia, Macao, Hong Kong, Japón (1970),
Turquía e Israel (1973), India y Nepal (1976),
Amazonia, Brasil y Perú (1980), Tanzania
(1982)...
Eran viajes de estudios y de trabajo. “Me
he interesado -manifiesta el P. Hugolino- por
todas las expresiones artísticas, antiguas y
sobre todo nuevas. Me ha sido de gran uti-
lidad, por ejemplo, ver en Suiza y Alemania
muchas estructuras arquitectónicas de la
postguerra, en Francia muchos museos y
arriesgadas soluciones artísticas. En Inglate-
rra he estado siete meses trabajando, pero he
encontrado tiempo para visitar todos los mu-
seos del Reino Unido. Y lo mismo en Holanda,
Bélgica, Austria... En España me interesaba
Goya. En Japón me llamó la atención su pin-
tura llana, plana, modernísima, de la que ha
surgido el impresionismo, movimientos mo-
dernos tendentes a dar una nueva vibración
colorística. Basta con mirar a Oriente donde
el color es todo luz y no hay claro-oscuros,
ni falsas profundidades o falsa redondez, ni
perspectivas”...

9
 La leyenda de la fiesta de las candelas
La Fiesta de Nuestra Señora de la Candela- treinta y tres días más, purificándose a través
ria o Fiesta en Honor a la Virgen de la Candela- del recogimiento y la oración.
ria, es una fiesta popular celebrada por los cris- Ya que se cumpliera la fecha, acudía en
tianos, en honor de la Virgen de la Candelaria. compañía de su esposo a las puertas del tem-
Inicialmente la fiesta de la Candelaria o de plo para llevar una ofrenda: un cordero y una
la Luz tuvo su origen en el Oriente con el nom- paloma o tórtola. Con respecto al niño, todo
bre del “Encuentro”, posteriormente se exten- primogénito debía ser consagrado al Señor,
dió al Occidente en en recuerdo de los
el siglo VI, llegan- primogénitos de
do a celebrarse Egipto que había
en Roma con un salvado Dios. Lo
carácter peniten- mismo pasaba con
cial. Aunque según los animales primo-
otros investiga- génitos.
dores, esta fiesta José y María
tuvo su origen en llevaron a Jesús al
la  antigua Roma, templo de Jerusa-
donde la procesión lén. Como eran po-
de las candelas bres, llevaron dos
formaba parte de palomas blancas.
la fiesta de las Lu- Al entrar al templo,
percales. Esta ce- el anciano Simeón,
lebración se unió movido por el Es-
más tarde a la litur- píritu Santo, tomó
gia de la Presenta- en brazos a Jesús
ción de Jesús en el y lo bendijo dicien-
Templo, asociada do que Él sería la
a los cirios, antor- luz que iluminaría a
chas y candelas encendidas en las manos de los gentiles. Después, le dijo a María que una
los fieles. espada atravesaría su alma, profetizando los
En tiempo de Jesús, la ley prescribía en el sufrimientos que tendría que afrontar.
Levítico que toda mujer debía presentarse en La fiesta es conocida y celebrada con di-
el templo para purificarse a los cuarenta días versos nombres: la Presentación del Señor, la
que hubiese dado a luz. Si el hijo nacido era va- Purificación de María, la fiesta de la Luz y la
rón, debía ser circuncidado a los ocho días y la fiesta de las Candelas; todos estos nombres
madre debería permanecer en su casa durante expresan el significado de la fiesta.  Cristo  la
10
Luz del mundo pre-
sentado por su Madre
en el Templo viene a
iluminar a todos como
la vela o las candelas,
de donde se deriva el
nombre de “Candela-
ria”.
Tras la aparición de
la virgen en Canarias,
y a su identificación
iconográfica con este
acontecimiento bíbli-
co, la fiesta empezó
a celebrarse con un carácter mariano en el
año 1497, cuando el conquistador de Teneri-
fe, Alonso Fernández de Lugo celebró la pri-
mera Fiesta de Las Candelas (ya como Vir-
gen María  de La Candelaria), coincidiendo
con la Fiesta de la Purificación.  Más tarde
esta advocación mariana y su fiesta sería lle-
vada a varias naciones americanas de mano
de los emigrantes canarios.
El día 2 de febrero de cada año, se re-
cuerda esta presentación del Niño Jesús al
templo, llevando a alguna imagen del Niño
Dios a presentar a la iglesia o parroquia.
También ese día, se recuerdan las palabras
de Simeón, llevando candelas (velas he-
chas de parafina pura) a bendecir, las cua-
les simbolizan a Jesús como luz de todos
los hombres. De aquí viene el nombre de
la “Fiesta de las candelas” o el “Día de la
Candelaria”.
La Virgen de la Candelaria es una de las
muchas  advocaciones  de la Virgen María.
Tuvo su origen en Tenerife, una de las islas
Canarias. Según la tradición, la Virgen se le
apareció en 1392 a dos indios guanches que
pastoreaban su rebaño, quienes, al llegar a la
boca de un barranco, notaron que el ganado
no avanzaba, como si algo impidiera seguir
adelante. Para ver qué era lo que pasaba,
uno de los pastores avanzó y vio en lo alto de
una peña una imagen de madera como de un
metro de alto de una mujer. Traía una vela en
la mano izquierda y cargaba a un niño en el
brazo derecho. El niño llevaba en sus manos
un pajarito de oro.
Cuando la gente se acercaba a Ella, se
oían armonías celestiales, se percibían aro-
mas exquisitos y la imagen despedía una luz
resplandeciente. Infundía en las personas te-
mor y respeto, pero ellos no sabían a quién
representaba.
Años después, los españoles conquista-
ron la isla de Lanzarote y soñaban con con-
quistar la isla de Tenerife.
En uno de sus intentos de conquista,
apresaron a un niño guanche y lo llevaron a
Lanzarote. Ahí lo bautizaron con el nombre
de Antón, lo catequizaron y un tiempo des-
pués, lo llevaron de regreso a su isla natal
de Tenerife.
Antón fue a la casa del rey a contarle todo
lo que le había sucedido y el rey le dio permi-
so de ver a La Extranjera.
Cuando Antón la vio, se puso de rodillas
y les dijo a todos que hicieran lo mismo. Les
explicó que aquella Señora, era la represen-
tación de la Virgen María cuando llevaba a
Jesús a presentar al templo. Le explicó que
la Virgen María era la Madre del Dios y de
todos los hombres y que era una gran suerte
tener ese gran tesoro.
Desde el año 1599 se nombró a la Virgen
de la Candelaria patrona de todo el archipié-
lago canario. Su devoción se ha extendido
por la península y por toda Hispanoamérica,
principalmente por Venezuela.
Sus milagros y favores son constantes.
Cada año acuden a visitarla miles de perso-
nas de todas clases sociales para darle gra-
cias y pedirle beneficios.
11
 Santos, símbolos y animales: historias y leyendas
Los tres Arcángeles. Filippino Lippi. Florencia.

Simbolismo de la lana de los corderos de santa Inés

Una de las más hermosas relación con la festividad de
tradiciones de la Roma cató- Santa Inés, a la cual, por cier-
lica es, sin duda, la bendición to, se suele representar con
de los corderos en la festivi- un cordero. Y es que el nom-
dad de Santa Inés. Cada 21 bre de Inés en latín,  Agnes,
de enero son presentados al es una variante de “agnus”,
Papa dos corderos criados que significa “cordero”. Este
por los monjes de la abadía animal es considerado sím-
trapense de Tre Fontane (en bolo de pureza e inocencia
las afueras de la Urbe, lu- por su aspecto y por su lana
gar donde fue martirizado el cándida. Y Santa Inés fue
apóstol San Pablo). A la Capi- pura e inocente y pereció por
lla de Urbano VIII del Palacio seguir siéndolo.
Apostólico son llevados los Cuenta la tradición de su
animalitos en sendas cestas martirio que, siendo apenas
aderezadas primorosamente una adolescente, el hijo del
con cintas y guirnaldas de prefecto de Roma se enamoró
flores. El Romano Pontífi- de ella y la pidió en matrimo-
ce pronuncia sobre ellos la nio, a lo que Inés respondió
bendición ritual en medio de con una negativa por aspirar
una ceremonia breve, al cabo a un Esposo más excelente.
de la cual, los corderos son El desaire hizo desencadenar
entregados a las monjas de la ira del pretendiente, el cual
Santa Cecilia. Son ellas las la acusó como cristiana a su
encargadas de tejer con la padre. Tras encerrarla en un
lana trasquilada a estos cor- prostíbulo, salió indemne.
deros benditos los palios que Acusada entonces de magia, fue condenada a
el Santo Padre consigna a los arzobispos metro- morir en la hoguera, siendo conducida al Estadio
politanos el día de San Pedro y San Pablo como de Domiciano para la ejecución de la sentencia.
signo de comunión con Roma. Envuelta en llamas, éstas no le hacían daño, por
Todos estos detalles están llenos de sim- lo cual se le dio muerte degollándola a la manera
bolismo. Para empezar, consideremos la cir- de los corderos. Mansamente, como ellos, en-
cunstancia de la bendición, que tiene lugar en tregó Inés su alma al Creador.

12
 El fuego, como hemos visto,
es elemento con una importan-
te presencia en la historia de
Santa Inés. De hecho, ade-
más de su significación latina,
el nombre proviene del griego
‘αγνεία (ágnia), término que se
refiere a lo que ha sido purifi-
cado por el fuego del sacrificio.
Santa Inés puede así ser con-
siderada como la víctima del
Amor Divino, que la purifica con
el fuego inextinguible del Espí-
ritu Santo.
Siguiendo con el simbolis-
mo de la bendición de hoy, con-
sideremos ahora su objeto: el
cordero. Este animal aparece
vinculado de manera especial fieles (corderos) y a sus pastores (las ovejas,
a los sacrificios antiguos como víctima desde los que son madres de los corderos), de modo que
comienzos mismos de la humanidad, como su- el Príncipe de los Apóstoles es, por así decirlo,
giere la referencia del Génesis al hablar de las no sólo el “pastor fidelium” sino también el “pas-
ofrendas de Abel, que eran aceptas a Dios. tor pastorum”. Los demás pastores apacientan
También en los sacrificios de la antigua Alianza el rebaño en comunión con el pastor principal
está presente. Abraham ofrece un carnero  al que es el Vicario de Cristo en la tierra. Esto es lo
Señor en substitución de su hijo Isaac, prefigu- que pone de manifiesto la consigna de los palios
ración del sacrificio de Jesucristo, el Cordero hecha por el Papa a los arzobispos metropolita-
inmaculado, ofrecido en substitución y para la nos el día en que se conmemora el Primado de
redención de toda la humanidad. Pedro (29 de junio).
Pero hay otra significación del cordero. Aquí El palio es una insignia litúrgica de jurisdic-
hemos de remitirnos al episodio evangélico de ción que consiste en una banda estrecha de
la triple confesión de Pedro después de la Re- lana blanca que, en el rito latino, circunda las
surrección de Cristo, contrapartida de su triple espaldas y el pecho del arzobispo y de la cual
negación durante su Pasión. Como se sabe, el caen dos tiras cortas, una por delante y otra por
Señor le pregunta por tres veces:  “Simón, hijo detrás. Está adornado con seis cruces de seda
de Juan, me amas más que éstos?”, a lo que negra que recuerdan la oveja perdida y hallada
el interpelado contesta afirmativamente. A las después. El palio fue originalmente privativo del
dos primeras respuestas de Pedro, Jesús le Romano Pontífice, que comenzó a concederlo
dice: “Apacienta mis corderos”; a la tercera, en como signo de comunión con él (para recalcar
cambio:  “Apacienta mis ovejas”. San Ambrosio lo cual los palios que se consignan cada vez son
explica que, al investir a Pedro de la misión de puestos previamente junto a la Confesión de
apacentar en su Iglesia, el Señor le confió a los San Pedro).

Se ruega a todos los que deseen suscribirse

al Boletín del Beato Fray Leopoldo que, junto a los
datos de su dirección postal, pongan, además, un
nº de teléfono fijo o móvil.
13
 Cuadro del altar de la celda-capilla del Beato Diego, en Sevilla. Escuela de Goya.
El Director perfecto y
el Dirigido Santo
Correspondencia epistolar entre el Beato Diego y el P. Francisco Javier González,
de la Orden de los Mínimos
J. M. y J.
Málaga, 11 de enero de 1779.
Amadísimo y venerado Padre mío
en el Señor: Este nos dé su gracia
para que le sirvamos.
Esta sólo sirve, no para obligar a
usted a que me responda, sí para no-
tificarle cómo ya no voy a Ronda la
Cuaresma, y me quedo aquí para tra-
bajar en ella un poco. A este fin, con el
dictamen del P. Guardián, he pedido
licencia al Sr. Obispo para hacer diez
días de Misión, a ver si el pueblo se
arregla algo, que está necesitadísi-
mo; mas no ha venido la respuesta.
También le he pedido licencia a mi
Prelado para hacer yo diez días de
ejercicios ahora, antes de entrar en
tareas, porque además de que el año
pasado no los hice, como está dis-
puesto entre nosotros, me hallo con
extrema necesidad; y así hago juicio
que el 22, o 23 los principiaré, supo-
14
niendo el permiso de usted, el que por
escrito no puedo esperar por lo corto
del tiempo. Omito decir a usted mis
cobardías y miserias en todo, porque
creo basta decir soy cada día más
ruin y atrasado.
La Biznieta se ofrece a usted de
corazón, y, para cuando usted pueda
leerlo, le remito ese papel en que me
da cuenta del modo de tener a Dios
presente, para que, cuando usted me
lo vuelva, me diga si he hecho bien
en aprobárselo. Camina lejos de todo
lo sensible, muy resignada en sus de-
solaciones y desamparos, que son
continuos. Deme usted, Padre de mi
alma, su bendición; mándeme lo que
quiera y encomiéndeme a Dios, a
quien pido me guarde su vida muchos
años en su santo amor y gracia. De
usted su menor hijo.
Q. S. P. B.
Fr. Diego J. de Cádiz
 La coronación de la Virgen con los Apóstoles y Santos. Beato Angélico.
LA SANTIDAD
Reflexiones teológico-espirituales
1. Un elocuente y gracioso episodio
El escritor católico toscano Piero Barge-
lini cuenta que, una mañana muy temprano,
mientras paseaba por las calles todavía si-
lenciosas de su Florencia, se le acercó un
señor que tenía todo
el aspecto de una
persona perdida en la
gran ciudad. Tenien-
do bajo los ojos un
folio de papel viejo,
le preguntó: Perdo-
ne, ¿sabe decirme
por favor donde se
encuentra la calle de
(san) Vicente Giober-
ti? La citada calle se
encontraba cerca; se
la indiqué; él me dio
las gracias y comenzó
a caminar en la direc-
ción indicada.
Aquí cedemos la
palabra a Piero Bar-
gelini: “Estuve tentado de llamarlo para de-
cirle que Vicente Gioberti no había sido un
santo. Pero me contuve; no quise quitar a
aquel hombre sencillo la persuasión de que
para merecerse que a uno le dedicaran una
calle, no era necesario ser santo. En su an-
tigua sabiduría, nuestro pueblo cree en una
jerarquía de valores, en la cima de la cual ha
puesto la santidad. Y ha acuñado incluso un
proverbio: Quién quiere saber que conozca
a Cristo; quién sabe sin necesidad de Cristo
no sabe nada.
Conocer a Cristo significa ser santos,
y sólo ante semejante grandeza nuestro
pueblo está dispuesto a inclinarse. Con fre-
cuencia nuestra gente no sabe ni siquiera
quién ha sido tal o cuál santo venerado con
gran devoción, pero a la gente le basta sa-
ber que es un “santo”, porque ciertamente ha
sido muy bueno y ha hecho siempre el bien
a todos. Cada santo, en realidad, ha hecho
bien, el bien y “ha conocido a Cristo”.
2. “Todos llamados a la santidad”
El Vaticano II, en la
constitución dogmática
sobre la Iglesia (Lumen
Gentium) afirma que “to-
dos en la Iglesia están lla-
mados a la santidad” (LG,
39), porque la santidad es
la vocación de todo bau-
tizado, como confirma
Pablo en su carta a los
Romanos: “somos san-
tos por vocación” (Rom
1,7) y, en la primera a los
Corintios precisa que “he-
mos sido llamados a ser
santos” (1Cor 1,2).
Y esto, porque somos
partícipes de la misma
santidad de Cristo. Por lo que el autor de la
epístola a los Hebreos puede escribir: “Her-
manos santos, partícipes de una vocación
celestial, fijad bien la mirada en Jesús” (Hbr
3,1). De este modo tanto debemos orientar y
fijar la mirada y toda nuestra vida en Jesús
hasta dejarnos asir fuertemente por él, y po-
der afirmar con Paolo: “Ya no vivo yo, es Cri-
sto quien vive en mi” (Gal 2,20). “La Iglesia
es santa – concluye Brunero Gherardini - por
su cristoformidad constitucional que difunde
sobre el Cuerpo la gracia de la Cabeza (…):
santa porque tiene a Cristo por Jefe y está
animada por el Espíritu Santo”.
P. Ubaldo Terrinoni, Capuchino
Ex-Consultor Teólogo de la Congregación
de las Causas de los Santos.
15
 Santoral Capuchino.

Santos y santidad en la Orden Capuchina

SIERVO DE DIOS
MATEO DE AGNONE
Capuchino (1536 - 1616)
El Siervo de Dios Aurunca donde vistió el
nació en Agnone, en el hábito capuchino cam-
Alto Molise (Italia), en la biando su nombre de pila
actual provincia de Iser- por el de Mateo.
nia, en 1563. Su padre Durante el año de no-
se llamaba José Lolli, viciado tuvo que ir, des-
se desconoce el nombre pués de tantos años, a
de su madre. En el bau- Agnone por la muerte de
tismo recibió el nombre sus padres y para atender
de Próspero y ya, desde las necesidades de fami-
pequeño, manifestó una liares. Después regresó
inteligencia viva en la al noviciado e hizo la pro-
escuela y con sus her- fesión y fue destinado al
manas jugaba a celebrar convento de Aversa, más
misa y a predicarles. tarde regresó a su Pro-
Siendo joven, un gra- vincia del Santo Ángel de
ve accidente marcó toda Foggia y fue enviado por
su vida: al jugar con una el Provincial, P. Silvestre
arma de fuego, mató a un amigo suyo de un de Rossano, al convento de Serracapriola.
tiro involuntario. Sus padres, para evitarle la Más tarde, en 1586, fue enviado al estudio
cárcel, lo escondieron lejos, en la casa de general de Bolonia para seguir las lecciones
unos amigos. de Pedro Trigoso de Calatayud, famoso teó-
Con tan solo trece años llegó a Nápo- logo bonaventuriano. En 1592 concluyó los
les para estudiar Filosofía y Medicina en la estudios y fue ordenado sacerdote y nom-
Universidad de Nápoles. Allí pasó tres años brado sucesivamente predicador del Ministro
frecuentando la casa de los Padres Jesuitas General, Jerónimo de Polizzi, ocupándose de
entre los que había encontrado un director la predicación en los tiempos litúrgicos fuer-
espiritual. Sin embargo, siguiendo el consejo tes de Adviento y Cuaresma.
de un gran amigo, que luego se hizo capuchi- Durante este periodo compuso un ma-
no con el nombre Tomás de Trivento, tomó nuscrito de sus predicaciones que aún se
la decisión de seguir la vida rígida y austera conserva y que representa el documento
de los frailes capuchinos, y llamó al convento principal para reconstruir la figura espiritual y
de Nápoles de la Concepción y fue acepta- cultural del Siervo de Dios. En el centro de su
do y enviado el 1579 al Noviciado de Sessa espiritualidad estaban la Pasión de Cristo, la
16
Virgen Inmaculada y la Asunción. El compro-
miso de su predicación asidua minó su salud
y en 1596 tuvo que suspender su actividad
pastoral. Finalmente regresó a la Provincia y
fue nombrado superior y profesor de lógica
en el convento-estudiantado de Vasto, en la
provincia de Chieti. En 1598 fue nombrado
Ministro Provincial, encontrando aún tiempo
para sus predicaciones. Volviendo por fin a
Agnone, su pueblo, se reconcilió en público
con la madre del joven que había matado
involuntariamente, suscitando la conmoción
general. Su predicación fue tan eficaz que el
pueblo entero tomó la decisión de construir
un convento a los capuchinos, a los que se le
consignó en 1608.
Mientras tanto, Mateo fue nombrado
Maestro de Novicios, un cargo que desempe-
ñó también en los años sucesivos. En 1601
fue nombrado visitador general de la provin-
cia capuchina de Bari, más tarde sería supe-
rior, Consejero y profesor en Serracapriola,
continuando con el ministerio de la predica-
ción. Tenía una gran capacidad de comunica-
ción, utilizando en su enseñanza el método
de los apuntes.
En 1613, era Consejero provincial, supe-
rior y profesor en Agnone donde permaneció
hasta 1616. Durante estos años se le murió
el más íntimo amigo que entonces era supe-
rior provincial, el P. Tomás de Trivente, al que
acompañó en la agonía y luego tuvo un fervo-
roso discurso fúnebre.
El Padre Mateo rezaba y meditaba día y
noche, hacía penitencia. Tenía el don de ha-
cer milagros, del discernimiento de espíritus y
de la profecía pero sobre todo fue un famoso
exorcista. Su carisma fue descubierto mien-
tras él todavía era estudiante en Bolonia.
Un día una mujer que estaba poseída
por el diablo desde hacía trece años, llegó
al convento para ser exorcizada por los ca-
puchinos, pero durante el exorcismo los dia-
blos gritaron: «Hagáis lo que hagáis nosotros
nunca saldremos de ella hasta que llegue
fray Mateo, cuya humildad nos atormenta y
flagela más que todo». En aquel momento
fray Mateo estaba estudiando en su celda;
entonces le buscaron pidiéndole exorcizar a
la mujer poseída, pero él rehusó porqué pen-
saba que fuera un engaño diabólico. Para
convencerlo, el superior tuvo que ordenarle
exorcizarla. Cuando fray Mateo llegó frente a
la mujer, el diablo gritó: “He aquí fray Mateo.
¿Qué quiere? No puedo tolerar verlo más” y
huyó inmediatamente, dejando a la mujer.
Tres meses antes de morir, el Padre Ma-
teo de Agnone se trasladó al convento de
Serracapriola, donde murió, haciendo que le
leyeran la recomendación del alma que había
compuesto él. En este convento se encuentra
su tumba. El 19 de junio de 1996 empezó la
Causa de Canonización.
Alfonso Ramírez Peralbo
Vicepostulador

Visualización permanente, vía internet,

@
de la tumba de Fray Leopoldo
La persona que desee orar ante la tumba del Beato Fray Leopol-
do, puede hacerlo a través de la página Web.
La cámara digital para poder ver permanentemente el sepulcro
de Fray Leopoldo y orar desde cualquier lugar del mundo, a través
de Internet, está instalada desde hace tiempo. Puede verse a través
de esta dirección:
www.fray-leopoldo.org

17

Devociones del Beato Fray Leopoldo
El Beato Fray Leopoldo tuvo gran
devoción a los Santos y a los Ángeles,
especialmente a S. Francisco de Asís
y al Beato Diego de
Cádiz, a San Félix de
Cantalicio, limosnero
como él, en las calles
de Roma. El día de la
festividad de este úl-
timo procuraba que
se hicieran rosquillas
para bendecirlas en la
Misa Conventual y lue-
go las repartía entre
los bienhechores de la
Comunidad. Era tam-
bién muy devoto de
San José y procuraba
que la devoción de los
siete domingos en su
honor se hiciera con
toda la solemnidad po-
sible. El mismo busca-
ba quien costeara la Exposición Ma-
yor y los estipendios de los sermones.
18
P. Hugolino
Asimismo tuvo siempre gran de-
voción a los Ángeles y en especial al
Ángel de la Guarda. Con su ejemplo y
sus consejos enseña-
ba a otros la devoción
a los Santos y a los Án-
geles, especialmente
a los niños de las Es-
cuelas del Ave-María
entonces inmediatas al
convento.
Tuvo también gran
devoción a las Almas
del Purgatorio y pro-
curaba llevarles todos
los sufragios posibles.
Durante el mes de no-
viembre hacía todo lo
que él podía para que
se hicieran con gran
devoción los cultos y
sufragios por las ben-
ditas ánimas; muchas
veces él mismo dirigía el ejercicio.
 PROCEDENCIA DESCONOCI-
DA: ¡Fray Leopoldo, siempre estás ahí
cuando te necesito!
Aquejada desde hace mucho, mucho
tiempo de fuertes dolores en la espalda.
En mayo mi médico de cabecera me re-
mitió al neurocirujano, me hicieron una
resonancia. Encontrando el especialista,
una especie de tumor que empujaba una
hernia en la columna vertebral a la altura
de (D-9 y D-10), según el neurocirujano
había que operar lo antes posible, pues si
el tumor era maligno, empezar el trata-
miento ya y la hernia estaba afectando a
las vértebras antes mencionadas, contan-
do ya con una separación respetable que,
según él, de seguir esta progresión podría
tener consecuencias irreversibles, como
no sentir nada de cintura para abajo. La
operación, me explicó, era más que com-
plicada, debido a la situación de la hernia.
Yo escuchaba todo lo que me decía y no
me lo podía creer. Al final le dije que an-
tes de operarme, lo pensaría junto con mi
familia. Me dijo que no lo dilatara mucho
en el tiempo, de hecho, me firmó los pa-
peles de la operación, tan solo a falta de
mi autorización. La espalda cada vez me
dolía más, mi médico de cabecera me dio
la baja poniéndome un tratamiento para
combatir el dolor, hasta mi decisión de
operarme. Durante todo el verano, estaba
aterrada, yo quería ser positiva y me decía
“todo va a salir bien”, pero cuando llega-
ba la noche, era terror lo que me producía
el pensamiento de que podía quedarme en
una silla de ruedas. Solo me quedaba re-
zar, sobre todo a Fray Leopoldo. 
En septiembre, decidí operarme. Ya en
la consulta al neurocirujano, le dije que
tenía mucho miedo, contestándome él:
“Más miedo me da a mí, intervenir en un
sitio tan delicado, pues tengo que abrir y
hay que ser muy preciso para no tocar las
meninges ni la médula ósea”, añadió que
después de mirar y mirar la resonancia,
seguía con dudas a lo que se enfrentaba.
Mandándome con urgencia una nueva re-
sonancia con contracte, me la hicieron y
ese mismo día, también me hicieron un
TAC. Cuál fue mi sorpresa, cuando el ra-
diólogo (amigo de mi marido) me dijo “ni
hay tumor, ni hay hernia”, por lo visto es
un hueso más grande de lo normal y una
especie de pico que va hacia la médula,
que posiblemente eso lo tengo de siempre
y que no tiene por qué crecer más. En con-
clusión, que no hay que operar. 
Todo el verano, me lo pasé pidien-
do a Fray Leopoldo que no me tuviera
que operar. Este me ha escuchado “Fray
Leopoldo mil veces gracias”. No sé cómo
lo ha hecho, pero para mí es cosa suya y
de Dios. Si mi testimonio puede servir
para aumentar sus posibilidades para con-
seguir ser santo, para mí ya lo es, estaré
encantada.                                                                                                                                     
Inma C M    
                                                                      
19
 GRANADA: ¡La predilección de GRANADA: ¡La intercesión de
Fray Leopoldo por los niños! Fray Leopoldo ayuda hasta en los casos
más difíciles!
Ya sé que es muy tarde y también que
no puedo dar detalles de los que pasó Estimados PP. Capuchinos:
(pues hace 30 o 35 años) por ello sólo
Soy una devota del Beato Fray Leopol-
con mi agradecimiento, mi gran deseo y
do, que hoy día 9 es su día más importan-
mi más cordial amor hacía Fray Leopoldo
te, no quiero dejar pasar más tiempo sin
para que Dios en su Reino lo tenga como
comunicaros el milagro tan grande que el
un regalo de su misericordia para todos
Beato Leopoldo nos ha hecho.
los humanos de la tierra.
Mi hermano se sometió a una inter-
Mi caso fue así: teníamos una hija de 4
vención grave de corazón, salió bien del
años (hoy tiene 45) que se le obstruyo el
quirófano, pero después se le complicaron
conducto de la comida hacía el estómago.
muchas cosas; y ha estado en extrema gra-
Los médicos no sabían qué hacer, la lle-
vedad varios días. Todos en la familia nos
vamos a su presencia en la tumba de Fray
encomendamos a nuestro beato Leopol-
Leopoldo y al salir del acto la niña pidió
do, para que le sacara sano y salvo de esa
de comer. Y esto es así de simple. Hace
situación. Así ha sido y ante el asombro
muchos años.
de los médicos se está recuperando paso
Encarna Rodríguez a paso. Doy las gracias y espero que el
Beato Leopoldo nos siga ayudando.
Mª Belén Martínez

20
 DONATIVOS
CORRESPONDIENTES
AL 1-10 AL 30-11-16
AGUILAS: Baltasara Medi-
na.- ALBACETE: Celia Co-
dina.- ALCALA DE LOS
GAZULES: Francisca Sán-
chez.- ALCAZAR DE SAN
JUAN: Antonia Ruíz.- AL-
CORCON: Francisco Fer-
nández.- ALCOY: Anónimo,
Sari Mañez.- ALCUDIA DE
GUADIX: Anónimo.- ALGE-
CIRAS: Juan Rondan, Rafaela
Guille.- ALICANTE: Adela
Cuesta, Alicante 7.- ALMEN-
DRALEJO: Inés Mª Rodríguez,
José Cordero.- ALMERIA:
Anónimo.- ARACENA: Mª
Victoria Delgado.- ARAHAL:
María García.- AVILES: Juan
R. Fuentes.- BADAJOZ: Mª Es-
peranza Echeverría, J. Antonio
Rodríguez.- BADALONA: An-
drés Cruz, Mª Esperanza Eche-
verría.- BARCELONA: Celia
Solsona, Eloísa Díaz, Francisco
Caballero, Mª Dolores Lopo,
Sebastián García, Virtudes Mo-
reno.- BEJAR: María Vicen-
te.- BENACAZON: Alejandra,
Daniel ,Dolores y Mª Luisa y
Rosario Perejón, Luisa Mu-
ñoz, Teodora.- BENETUSER:
Carmen Muñoz.- BERJA: Isi-
dro Martin.- BETXI: Rosario
Lorites.- BILBAO: Esperanza
Iruretagoyena.- BOCAIRENT:
Nati Silvestre.- BOLAÑOS DE
CALATRAVA: Rosa E. Aran-
da, Valentina Ruíz.- BORNOS:
Francisca Armario.- BULLAS:
Juana Mª del Baño.-BURGOS:
Mª Jesús Hernández, Soledad
López.- CACERES: Carmen,
Maruja, Pilarín, Reyes.-CA-
DIZ: Mª Carmen López, Mª
Josefa Gutiérrez.- CAMPA-
NILLAS: Anónimo, Mónica
Luque.-CEUTA: Josefa Anaya.-
CIUDAD REAL: Juana Cha-
to.- CIUDAD RODRIGO: Mª
Ángeles Gorrionero.- CONIL
DE LA FRONTERA: Dolores
Moreira.- DEIFONTES: Berta
Ortega.- DOMINGO PEREZ:
Una devota.- DURCAL: Car-
men.- FRANCIA: Anónimo.-
FUENGIROLA: Mª Carmen
Gómez.- GALAPAGAR: Mª
Asunción López.- GALARO-
ZA: Josefa Jara, María Valle,
Reyes Beneyto.- GRANADA:
Angelina Callados, Encarna
Morillas, Carmen Rodríguez,
Filomena y Trinidad Castillo,
Margarita Alba, María Berna-
beu, Mª Mercedes, Mª Mercedes
de Vera, Rosario Holanda, Tri-
nidad Garrido.- GUADAHOR-
TUNA: Jiménez Caballero.-
HORNACHUELOS: Verónica
López.- HUELVA: Javier Pena,
Manuela Santos, Pepi.- ILLAR:
Natividad Ros.- JAEN: Josefa
Rubio.- JEREZ DE LA FRON-
TERA: Rosario Ruíz.- JIME-
NA DE LA FRONTERA: Yo-
landa Baez.- LAGARTERA:
Julio Ortega.- LA LINEA DE
LA CONCEPCION: Julia
Sánchez, Katy Fernández.-LA
PALMA DEL CONDADO:
Mata Recio.- LA PEZA: Anto-
nio Vélez y varios devotos.-LA
PUEBLA DEL RIO: Begoña
Pérez.- LAS PALMAS: Este-
fanía Hernández, María Santos,
Orlanda M. Guillén.- LEON:
Mª Socorro Nuevo.- LERIDA:
José A. Castet.- LIBRILLA:
María Muñoz.- LINARES: Isa-
bel Soriano.- LOS BARRIOS:
Mª Carmen Sánchez.- LOS NE-
GRALES: Rafaela Masedo.-
LOS REALEJOS: Javier Her-
nández.- LOS SILOS: Dania
Hernández.- MADRID: Agusti-
na Fúnez, Ángeles y Aurora Vé-
lez, Carmen Cañamares y Pablo
21
21
Ruiz, Francisca Mateos, Gloria
Santos, Inés Castillo, José San-
tos, Juliana Andrada, Mª Dolo-
res López, Mª José Vacas, Mª
Luisa Alonso, Pilar López, Rosa
Mª Clemente.- MALAGA:
Ana Mª Barrenechea, Merce-
des Alcalá, Mercedes Romero,
Natividad Jimena, Reme Esco-
lano.- MANCHA REAL: Car-
men Ruíz, Juana Guzmán, Laura
Gutiérrez.- MARBELLA: Ra-
fael Quesada.- MARCHENA:
Asunción López.- MARMO-
LEJO: Anónimo.-MARTOS:
Adelaida Hernández.- ME-
LILLA: Antonia García, Mª
Ángeles Baza, Remedios de
Ramos.- MERIDA: Ánge-
la Jiménez, Mª Victoria Sán-
chez.- MORILES: Rosario Do-
blas.- MOSTOLES: Damián y
José Moreno.- MOTRIL: Una
devota.- MURCIA: Mª Anto-
nia Sánchez.- NERJA: Rosa
Mª Cerdera.- ONTENIENTE:
Carmen Sanchís, Familia Martí-
nez Benavet.- ORIA: Francisco
Galera, Josefa Masegosa.- ORI-
HUELA: Anónimo, Asunción
Robles, Isabel López.- PADUL:
Mª José Arias.- PALENCIA:
Amparo Pinto.- PALMA DE
MALLORCA: Ana García,
Francisco Panadero.- PALMA
DEL RIO: Lucio González,
Ponga siempre claro el remite completo, incluido el nº de teléfono fijo o móvil. Si se trata de una “presunta” curación,
enviar una relación escrita detallada y conservar todo el historial clínico completo.
22
Edita: Vicepostulación de Fray Leopoldo. Avda. Divina Pastora, 11 · 18012 GRANADA. Con censura eclesiástica y de la Orden.
Depósito Legal: GR-4169-2011. Imprime: Gráficas Zaidín, C/ María Auxiliadora s/n · 18006 GRANADA
Mª del Valle Lopera.- PALOS cillo.- SAN JUAN AZNALFA-
DE LA FRONTERA: Puri- RACHE: José Chávez.-SANTA
ficación López.- PATERNA: CRUZ DE TENERIFE: Josefa
Familia Baviera Acedo, Familia Mª López, Mª Irene Melian.-
SANTANDER: Marta Iyera.-
SANTA OLALLA DE CALA:
Hermandad Santa Ángela de la
Cruz.- SANT CLIMENT DE
LLOBREGAT: Josep Espi-
nach.- SEVILLA: Esperanza
Rincón, Higinio Graus, Juan
Coy.- SEVILLA (CAPILLA
SAN JOSE): Aurora Rodrí-
guez, María Merchán, Una de-
vota.- SIERRA DE FUENTES:
Manuela Galindo.- TABERNES
DE LA VALLDIGNA: Vicenta
Félix.- TACO: Varios devotos.-
THARSIS: Manuela Durán.-
TEROL: Lolina García, Luis
Quesada.- TOMARES: Isabel
Barranco.- TORREDELCAM-
PO: Josefa Moreno.- TORRE
Corchado Caserna- PREMIA LA VEGA: Mª Rosario Moli-
DE MAR: Familia Valenzuela na.- UBEDA: Antonio Ruíz.-
Gómez.- RIPOLLET: Sole- UTRERA: Mª Carmen Arroyo.-
dad Sánchez.- RONDA: Loli.- VALDELAMUSA: Aurora
RUBI: Mª Dolores Requena.- González.- VALDEPEÑAS:
RUBIELOS DE MORA: Mª Gracia María, Isidro Aguilar.-
Pilar Bertolín.- RUGAT: Mª VALENCIA: Ángeles López,
Carmen Martínez.- SALOU: Enrique Moreno, Inés Molina.-
Claudia Garcia.-SAN ADRIAN VILANOVA Y LA GELTRU:
DEL BESOS: Andrés Cruz.- Nuria García.- VILLANUEVA
SAN FERNANDO: Elías DE CÓRDOBA: Elías Romero
García.- SAN JOSE DE LA ZARAGOZA: Adolfina.-
RINCONADA: Mª Isabel Mor-
propagandafrayleopoldo@gmail.com
 9 de febrero de 2017:
Fiesta litúrgica del Beato Fray Leopoldo
Los Hermanos Capuchinos, en unión de todos sus
devotos y amigos, celebran, en la cripta de Fray Leopoldo,
durante los días 6, 7 y 8 de febrero,
un Triduo de preparación a la fiesta litúrgica del

Beato Fray Leopoldo

de Alpandeire
El triduo se desarrollará en este orden:

6,30 de la tarde: Santo Rosario y ejercicio del Triduo

7 de la tarde: Santa Misa con homilía.
En la misa del día 8 celebraremos el glorioso tránsito del Beato.

El 9 de febrero se celebrará en la cripta la misa de 8 de la mañana;

las misas de 9, 10, 11, 12 y 7 de la tarde serán todas en la iglesia

Durante estos cultos se dará a besar

la reliquia del Beato