Modern - Astrology - A - Critique (Traducido) PDF

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Astrología moderna: una crítica
Artículo en Psychological Reports ∙ Diciembre 1997
DOI: 10.2466/pr0.1997.81.3.1035
CITAS LEE
26 23,294
1 autor:
Iván Guillermo Kelly
Universidad de Saskatchewan
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Los conceptos de
Astrología moderna:
una crítica
Universidad
Ivan W. Kelly de Saskatchewan, Canadá [Nota 1]
Resumen
Este artículo es una crítica metodológica y filosófica de la astrología. Argumenta que la astrología, tal
como la practican actualmente la mayoría de los astrólogos (ya sea en su forma tradicional o
psicológica), no ofrece una contribución válida para entendernos a nosotros mismos, ni nuestro lugar
en el cosmos. La astrología en sí es profundamente problemática de principio a fin. Nociones centrales
como "como es arriba, es abajo" e "interconexión" están demasiado poco desarrolladas por los
astrólogos para que resulten útiles. Hay poco consenso sobre cuestiones básicas en astrología y poco
acuerdo sobre cómo resolver las diferencias entre técnicas y teorías astrológicas. El simbolismo
astrológico no es sistemático y se basa en metáforas, analogías, asociaciones verbales y mitología, las
cuales son desarrolladas de diferentes maneras por los astrólogos sin una forma clara de evaluarlas.
Los defensores modernos no pueden proporcionar estudios de investigación que tengan resultados
acordes con las afirmaciones hechas en los libros de astrología. Los astrólogos confían abrumadoramente
en anécdotas o testimonios como evidencia central, aparentemente inconscientes o desinteresados en
los posibles defectos y sesgos inherentes a tales historias como evidencia. La astrología como
disciplina es un excelente ejemplo de lo que sucede cuando los defensores consideran solo la evidencia
que confirma su multitud de afirmaciones contradictorias sin tener en cuenta la evidencia contraria,
que se "explica" apelando a otras partes del horóscopo o con consignas. como "la complejidad de la
astrología", y "la astrología es otra forma de ver el mundo".
1. Introducción
Sin embargo, desde Newton, los puntos de vista de astrólogos y científicos se han vuelto cada vez
más opuestos. Los astrólogos de hoy todavía sostienen que la conexión entre los fenómenos
celestiales y terrenales es tan fuerte que conocer los cielos nos permite explicar y/o predecir los
acontecimientos terrenales. Pero los científicos y los filósofos no están de acuerdo. Las ciencias
terrestres y cosmológicas, incluidas las ciencias de la vida y las ciencias sociales, aunque no menos
interesadas en las relaciones extraterrestres con los eventos terrenales, no brindan ningún apoyo a
estos reinos de nuestra existencia como defienden los astrólogos (ver Kelly & Dean, 2000) . La base
simbólica de la mitología, las analogías, las metáforas y las asociaciones verbales que sustentan las
afirmaciones astrológicas están plagadas de problemas metodológicos muy problemáticos. Por un lado,
gran parte de la tradición astrológica entra en conflicto con lo que hemos descubierto sobre el sistema
solar. El planeta Venus está asociado con la estética, el amor y el sentido de armonía interna del
individuo. Sin embargo, hemos descubierto, durante el siglo pasado, que Venus se parece más a Hades con su alta tem
Conceptos de la astrología moderna: una crítica
peraturas, paisaje cubierto de lava y nubes de ácido sulfúrico. Es incluso más caliente que Mercurio, aunque
el doble de lejos del sol. El punto es que la mayor parte del simbolismo que usan los astrólogos modernos
fue creado en tiempos en que los astrónomos/astrólogos de entonces no tenían idea alguna acerca de las
características físicas de los planetas. Hay poco acuerdo mundial sobre los principios centrales de la
astrología, y mucho menos acuerdo sobre cómo se pueden resolver los problemas astrológicos.
Las encuestas de investigación en astrología no han proporcionado evidencia de que la astrología funcione,
al menos no en la forma y en la medida que afirman los astrólogos. Por supuesto, cada vez que nos
despertamos con el sol, o planeamos barbacoas en las noches de luna, o salimos a pescar con la marea
alta, estamos demostrando cómo los cuerpos celestes tienen un impacto real en nuestras vidas. Pero esto
es muy diferente de la conexión simbólica que afirman los astrólogos. Podrían existir otros canales de relación
y la ciencia ciertamente está abierta a descubrimientos inesperados (incluidos los efectos celestiales en el
comportamiento humano). Pero en las ciencias, la tradición y las autoridades no son deificadas como lo son en la astrología.
Los astrólogos (a diferencia de los científicos), en general, pueden caracterizarse como menos interesados
en descubrir la verdad de sus afirmaciones y más interesados en defender las proposiciones ya aceptadas
de antemano (consulte revistas como The Mountain Astrologer o sitios web astrológicos como Starik, 2000).
Antes de 1950 existían muy pocos estudios científicos de astrología. La mayoría de las críticas a la
astrología a lo largo de los siglos se centraron en la naturaleza problemática de la teoría astrológica o la
brecha entre las afirmaciones de los astrólogos y su desempeño real (Long, 1982). Algo así como una docena
de importantes recopilaciones estadísticas de astrólogos habían aparecido desde 1900, especialmente en
Francia, Alemania, Inglaterra y EE. UU., pero ninguna era ampliamente conocida y, en cualquier caso, su
metodología era demasiado pobre (por ejemplo, sin controles) para obtener resultados significativos. No es
de extrañar que las pocas críticas publicadas se limitaran principalmente a estudios históricos (p. ej., Thomen,
1938, Bok & Mayall, 1941; Eisler, 1946). La única crítica científica extensa disponible fue la del astrónomo
francés Paul Couderc (1951/1974). Luego, en 1955, Michel Gauquelin publicó su hito L'Influence des Astres,
el primer estudio riguroso de afirmaciones astrológicas, con resultados generalmente negativos pero con lo
que parecían ser excepciones provocativas (Gauquelin, 1955).
El interés por la investigación que estimularon Dean y Mather (1977) condujo a la fundación en 1981 de
Correlation, una revista internacional revisada por pares dedicada íntegramente a la investigación científica
en astrología, seguida en 1982 por AstroPsychological Problems, más orientada a los intereses de Gauquelin.
Para entonces, el advenimiento de las computadoras personales a fines de la década de 1970 había
revolucionado la práctica y la investigación astrológicas. Calcular una carta natal (así como las cartas
complementarias que a menudo se requieren, como progresiones, tránsitos, etc.), antes tomaba entre una
hora y un día; ahora podría hacerse en segundos, lo que permitiría a los investigadores realizar estudios
que antes eran impensables. Hoy existe una base de investigación académica que cubre la mayoría de las
afirmaciones básicas de la astrología. Incluso se han probado columnas de signos solares (Dean & Mather,
2000). El resultado de todo esto, en lo que probablemente asciende a más de doscientas personasaño de
investigación, es casi uniformemente negativo (Dean, Mather y Kelly, 1996). Desafortunadamente, gran parte
de este trabajo no es ampliamente conocido ni de fácil acceso, un punto al que volveré en breve.
Las revisiones críticas de la astrología a la luz de los hallazgos de la investigación, posteriores a 1980,
incluyen las de los psicólogos Eysenck y Nias (1982), los astrónomos Culver e Ianna (1988), Crowe (1990),
los escépticos Martens y Trachet (1998) y los estudiosos de la Biblia Ankerberg. y Weldon (1989) y Bourque
(1997). Las revisiones más recientes y las primeras en incluir metanálisis son las de Kelly, Dean y Saklofske
(1990) y Dean, Mather y Kelly (1996). Las críticas a los aspectos filosóficos, religiosos o sociales de la
astrología incluyen a Kelly y Krutzen (1983), Leahey y Leahey (1983), Thagard (1980), Kanitscheider (1991),
Dean (1992), Dean y Loptson (1996), Kelly
(1998) y Spencer (2000). Las revisiones de los argumentos de los astrólogos incluyen a Kelly, Culver y
Loptson (1989), Dean, Mather y Kelly (1996), Dean (1997) y Kelly (1999, 2000).
Las teorías de la astrología (incluida la teoría de la sincronicidad de Jung) se examinan críticamente en
Dean, Loptson y Kelly (1996) y Dean, Ertel, Kelly, Mather y Smit (2000). Las descripciones del trabajo
de Gauquelin incluyen Gauquelin (1983, 1988) y Ertel (1992) y Dean (2000). El 'efecto Marte' es abordado
específicamente por Benski et al. (1996), cuyas conclusiones son cuestionadas por Ertel e Irving (1996).
Los sesgos cognitivos y de percepción que pueden subyacer a la creencia en la astrología son revisados
brevemente por Dean (1992) y en detalle por Dean, Kelly, Saklofske y Furnham (1992), y Dean, Kelly y
Mather (1999). Las razones sociopsicológicas para creer en la astrología son descritas por Durant y
Bauer (1997), Lindeman (1998), y la astrología junto con otros fenómenos paranormales en Goode (2000
b). Las críticas recientes de lo oculto que cubren la astrología incluyen a Couttie (1988), Hines (1988) y
Neher (1990). Por supuesto, existe una literatura extensa y en curso sobre la historia de la astrología,
por ejemplo, la astrología antigua (Baigent, 1994; Barton, 1994; Stewart, 1996), la psicología medieval
(Kemp, 1990), la astrología anterior al siglo XIX (Tester , 1987, Spencer, 1997) y la astrología del siglo
XIX (Curry, 1992). La reciente revista académica Culture and Cosmos bajo la dirección de Nick Campion
es una importante contribución a la historia de la astrología en todo el mundo.
2 Cambios recientes en las ideas astrológicas
La astrología clásica (tradicional) se asoció con el pronóstico y con hipótesis comprobables y relativamente
específicas acerca de las configuraciones planetarias y las actividades humanas (Barton, 1994: French,
1996: Genuth, 1997; Grafton, 1998). Hasta el siglo XX, los astrólogos sostuvieron que la conexión estelar
reflejaba principalmente el comportamiento humano exterior real, pero hoy en día, entre el influyente
grupo de astrólogos psicológicos, existe la tendencia a poner el peso principal en los arquetipos jungianos
y las estructuras (generalmente psicoanalíticas) que subyacen a la personalidad.
Para apreciar el cambio de afirmación, consideremos primero la opinión de Charles Carter, quien fue el
principal astrólogo británico a mediados del siglo XX:
Los experimentos prácticos pronto convencerán a los más escépticos de que los cuerpos del sistema
solar indican, si no lo hacen. realmente producen, cambios en: (1) nuestras mentes. (2) Nuestros
sentimientos y emociones. (3) Nuestros cuerpos físicos. (4) Nuestros asuntos externos y relaciones con
el mundo en general (1925, p.14).
Aunque cada carta astral era diferente y había que evaluar muchos factores astrológicos (a menudo
con indicaciones contradictorias entre sí), se reconoció que había algo en común observable y
relativamente específico que las personas con una configuración planetaria particular deberían exhibir en
su nacimiento. gráfico (horóscopo). Como señala el psicólogo holandés Jan van Rooij,
Si se toma a cien personas con el sol en Aries, deberían tener algo en común,
independientemente de otros factores astrológicos. Y esta comunidad debería ser diferente
del factor común en cien personas con el sol en Tauro, independientemente de los factores
adicionales (1994, p.55).
Sobre esta base, no deberíamos esperar ver la influencia de un factor en particular sobre una persona
en particular. Pero el examen de grandes grupos de personas debería permitir detectar puntos en común, si
Ellos existen. Compare esto con los puntos de vista del psicoterapeuta y astrólogo Dr. Glenn Perry, uno de los
principales defensores de la astrología psicológica moderna (también conocida como astropsicología y astrología de
arquetipos) en los Estados Unidos hoy en día: la astrología no trata con
cantidades que se pueden medir objetivamente. ... la carta [natal] describe la estructura y la dinámica de la
conciencia... [cambia] el énfasis de predecir resultados a interpretar el significado de los resultados en relación con la
vida interior de la persona (1993, pp. 7, 8,9).
Además, “la astrología solo juega un papel en el plano mental y no se expresa de manera consistente o
sistemática en eventos o comportamiento” (Terpstra, 1994, p.42). Aquí se minimiza la conexión directa de Carter con
el comportamiento externo y los eventos externos. En cambio, el énfasis está en las estructuras psíquicas teóricas
que están conectadas simbólicamente a los planetas. [Nota 2]
En la segunda mitad del siglo XX, muchos astrólogos pensaron que las investigaciones científicas podrían
confirmar muchas de las afirmaciones de la astrología. Desde la década de 1950, tanto los astrólogos como los
investigadores que simpatizan con la astrología han realizado muchos estudios. La imagen que surgió de esta
investigación, como se señaló, fue en su mayoría malas noticias para la astrología. Pero los estudios negativos,
incluso cuando son acumulativos, han sido 'explicados' y descartados de muchas maneras diferentes por los
astrólogos, como que las estrellas se inclinan pero no obligan, o que el astrólogo o la técnica no son infalibles, lo que
les permite mantener su creencia. en astrología cualquiera que sea la evidencia o las críticas (ver Kelly, 1998).
3 Lidiar con las críticas de la manera astrológica
Algunas formas de reacción que se encuentran a menudo en el campo astrológico son las siguientes:
Ignore las malas noticias: en primer lugar, tales hallazgos pueden ignorarse o minimizarse. Como nos dice el
astrólogo Robert Hand, “los resultados positivos en el estudio científico de la astrología deben ser tomados en serio
innegablemente, pero los resultados negativos no tan en serio” (citado en Perry, 1995a, p.37).
En general, esta ha sido la respuesta dominante de la comunidad astrológica. John Anthony West toma este rumbo
en su “The Case for Astrology” (1991), donde dice: “Puesto que el objetivo de este libro es presentar la evidencia
positiva, los detalles íntimos de la mayor parte de la evidencia negativa realmente no interesan. nosotros” (p.234).
Pero casi toda la evidencia es negativa o no se corresponde con las afirmaciones astrológicas, por lo que la supresión
deliberada de West es irresponsable (Dean, 1993). Una visita a cualquier librería de astrología confirmará rápidamente
que la investigación sobre astrología rara vez se cita y, cuando lo es, por lo general solo implica una presentación
distorsionada de los hallazgos de Gauquelin (Kelly & Saklofske, 1994) [Nota 3] y una confianza y un error obsoletos .
interpretación de estudios que examinan los supuestos efectos lunares en el comportamiento humano (ver Kelly,
2000, para un análisis de los conceptos erróneos de los astrólogos con respecto a los estudios lunares, y Kelly, Rotton
& Culver, 1996 para una revisión reciente de los estudios de los efectos lunares). [Nota 4]
Mover los postes de la portería: las críticas y las anomalías graves y duraderas también se pueden abordar moviendo
la mano en otra dirección y elevando la especulación a un plano superior futurista.
Por ejemplo, un problema serio para la astrología es la gran división entre el zodíaco sideral oriental y el zodíaco
tropical occidental. Estos zodiacos actualmente difieren en casi un signo.
Uno puede ser Aries en América del Norte pero Piscis en la India (Cornelius, Hyde & Webster, 1995, p. 31). ¿Este
conflicto entre zodiacos es un problema para la astrología? Cornelio et al. decirnos que esto podría ocurrir porque
hay “dos órdenes diferentes de influencia, uno de la constela
ciones y el otro del ciclo tierrasol” o, alternativamente, podemos ver “ambos zodíacos como dos reflejos
de las mismas formas simbólicas... [que] ambos se muestran en sus propias formas diferentes” (p.
32). Las ofuscaciones 'órdenes de influencia' y 'reflejos... que se muestran a su manera' no se aclaran
en ninguna parte, por lo tanto, no estamos más lejos en nuestra comprensión después de que nos digan
esto que antes. [Nota 5]
¿Qué pasa con las personas que nacen al mismo tiempo y tienen destinos diferentes? Este ha sido
durante mucho tiempo un argumento estándar contra la astrología. Los mismos astrólogos nos dicen:
“El horóscopo singular [puede ser] leído como una firma para estos gemelos particulares con diferentes
grupos de planetas describiendo a los dos individuos... donde con frecuencia un gemelo responde al
sol y el otro a la luna en el mismo horóscopo” (Cornelius, et al. 1995, p. 131). Aquí el término
'frecuentemente' se refiere a inclinarse, no obligar, para evitar la refutación. [Nota 6] También tenemos
derecho a preguntar cómo se diría cuál es el sol y cuál la luna, pero no se proporciona ninguna
respuesta. [Nota 7] Si eso no funciona, Cornelius et al. recuérdanos que siempre podemos interpretar
el simbolismo astrológico de manera metafórica, por ejemplo, “Sigmund Freud nació en un continente
diferente pero a minutos de Robert Perry (sic). Freud descubrió el inconsciente y Perry (sic) descubrió
el Polo Norte” (p. 131; ver también p. 96). ¡Por lo tanto, estos gemelos del tiempo fueron ambos
descubridores! [Nota 8] Si las interpretaciones que abarcan tanto lo literal como lo simbólico (incluidas
las metafóricas) son igualmente admisibles con las afirmaciones astrológicas, entonces no podemos
dejar de encontrar un ajuste entre el horóscopo y la persona. El lado positivo de esto es nunca tener
que admitir que estás equivocado, el lado negativo dice muy poco de importancia.
Invocar negativos: una cuarta respuesta popular es decir que los fenómenos que trata la astrología son
muy sutiles y esquivos, y lo que se necesita son formas más creativas de investigarlos. Por ejemplo, a
pesar de que un gran cuerpo de investigación consistente converge en la opinión de que los signos
solares no son válidos (Dean & Mather, 2000), el astrólogo Harvey aún podría decir: "Es absolutamente
correcto decir que no hay evidencia de signos y casas todavía ... (1982, p. 47, cursiva de Harvey) y
doce años más tarde, después de reconocer un cuerpo aún más grande de estudios negativos, nos
dice: "Personalmente, todavía estoy convencido de que, dadas pruebas más sensibles e imaginativas,
la confirmación de la realidad de las tipologías de signos solares, y los signos en general, se
obtendrán" (1994, pv) [Nota 9]. De manera similar, después de no encontrar relación entre la disforia
de género y los factores astrológicos, Anderson (1997) nos dice " En algún lugar debe existir la firma
astrológica prediciendo que en algún momento de la vida del nativo se producirá este trastorno
devastador” (p.106, cursivas mías). Dado que es difícil probar una negativa en tales casos, esta posición
puede mantenerse indefinidamente. Otro punto es que los astrólogos con posiciones incompatibles
sobre principios fundamentales pueden adoptar la misma actitud intransigente con respecto a sus
propias creencias. Tal postura ante la evidencia negativa puede garantizar un sistema estático y sin
progreso. Si los científicos hubieran adoptado actitudes similares frente a estudios y argumentos
negativos, la física seguiría siendo aristotélica. También contradice la supuesta facilidad con la que se
reconocieron por primera vez las conexiones astrológicas. Como Perry (1993) nos dice de los antiguos,
“la validez parcial, si no completa, de la astrología era evidente para cualquiera que quisiera intentar un
estudio serio del tema” (p.3). Esta discrepancia necesita una explicación. Además, las apelaciones a lo
evidente no han sido guías muy fructíferas hacia la verdad en la historia de las ideas.
Culpe a los métodos defectuosos: Finalmente, se puede decir que si los investigadores obtienen
resultados negativos, deben estar haciéndolo mal. Están usando la metodología equivocada, el
paradigma equivocado o ambos. Este enfoque ha sido adoptado por un número creciente de astrólogos desde
la década de 1950, cuando se iniciaron las investigaciones (y los resultados negativos). West (1991, 1996), por
ejemplo, sostiene que las críticas científicas a la astrología son irrelevantes porque la astrología es “un sistema de
magia” (p.223), donde la magia es “el intento de dominar las leyes fundamentales de resonancia que han produjo
el cosmos” (p.220). No es suficientemente explícito acerca de este "sistema de magia" y nos quedamos con una
conjunción de afirmaciones no formuladas sobre "los poderes creativos de la naturaleza", o las "leyes de la armonía"
y apelaciones a la autoridad ("sabiduría antigua"). West (1991, pp.222223) atribuye las manifestaciones planetarias
simbólicas en la tierra estudiadas por los astrólogos a las interacciones de las fluctuaciones mal entendidas en los
campos físicos alrededor de los planetas, con 'reinos enrarecidos' metafísicos aún menos entendidos más altos
que el nuestro. Él dice,
es Heka, Magia, el Principio de las Correspondencias que vela por que la Inspiración Divina (Voluntad
o Intención), manifestada en los planetas, se transmita... en frecuencias y amplitudes sutiles. Estos,
a su vez, producen fluctuaciones en los campos electromagnéticos o geomagnéticos... aún no
claramente entendidos o específicamente identificados pero cuya existencia es reconocida. Estas
fluctuaciones son físicas en un sentido directamente análogo a las fluctuaciones en el aire, las ondas
de sonido, que el oído interpreta como música, o el ojo interpreta como color. En este caso, esas
fluctuaciones representan armonías celestiales y se manifiestan en la tierra como 'significado'. El
estudio de este significado es la astrología.
La “analogía directa” de West entre la audición y la visión y el significado astrológico es profundamente defectuosa.
Las diferencias entre las dos cosas que se comparan son mucho más significativas que cualquier similitud. Tenemos
un gran conocimiento de las ondas de sonido y color. Por ejemplo, conocemos los receptores involucrados y las
áreas del cerebro asociadas con estos sentidos. Por otro lado, tenemos poca idea de lo que significa la frase
'fluctuaciones que representan armonías celestiales', ni podemos identificar métodos que nos permitan distinguir
de manera confiable diferentes fluctuaciones de los planetas y asteroides, y mucho menos entender cómo las
frecuencias y Las fluctuaciones se relacionarían con planetas hipotéticos , ni identificarían qué receptores están
involucrados. Además, si bien tenemos cierta comprensión de cómo las ondas de sonido se relacionan con el tono,
etc., y se interpretan como música, no se nos proporciona ningún paralelo sobre cómo podemos interpretar o
identificar de manera confiable estas fluctuaciones como descriptivas de nuestras vidas amorosas o vidas
financieras. únicas posibilidades futuras, o cómo tales 'armonías celestiales' podrían conducir a la afirmación de
que la hierba Cayenne está gobernada por Marte. Además, mientras que nuestras capacidades sensoriales varían
entre las personas, y nuestras habilidades sensoriales disminuyen con la edad, no hay nada análogo a que las
personas tengan diferentes sensibilidades a los efectos astrológicos, o que nuestra capacidad de respuesta a las
influencias astrológicas disminuya con la edad. Como señala Evans (1994), West
sistema mágico es un sistema cerrado. Estamos invitados a creer que es verdad, no porque se
conecte con otras cosas que la experiencia ha demostrado que son verdad, sino por alguna verdad
inherente propia que tendrá que el planeta Saturno simboliza la contracción mientras que
Júpiter simboliza la expansión. ..(pág. 413).
Si bien, en general, los astrólogos dan la impresión de que las afirmaciones sobre los signos zodiacales, las casas,
los aspectos planetarios, etc., son declaraciones empíricas (es decir, afirmaciones que pueden ser rechazadas o
modificadas por la investigación o la teoría), para la mayoría de los astrólogos tales afirmaciones realmente
funcionan. como afirmaciones necesariamente verdaderas (Kelly, 1998). La verdad de los principios astrológicos
centrales nunca están en duda. [Nota 10]
4 Supuestos de la astrología
La astrología involucra una idea fundamental, el vago “Como es arriba es abajo” y los planetas.
Uno puede, sin embargo, discernir varias otras ideas que son sostenidas libremente por muchas
tradiciones astrológicas. El segundo y el cuarto son comunes a muchos tipos de astrología, a saber,
que todo en la carta natal afecta todo lo demás en la carta natal, y que la astrología está relacionada
con una realidad oculta y trascendente. La tercera afirmación es inusual, a saber, que la carta natal no
indica comportamiento o eventos, sino cambios en la conciencia. Ahora se puede echar un vistazo a
estas cuatro afirmaciones una por una.
4.1 — Las relaciones postuladas por los astrólogos entre los fenómenos celestes y los
fenómenos terrestres son sólo correlativas.
La ex astróloga Joanna Ashmun (1998, p.6) señala,
La noción básica de la astrología es 'como es arriba, es abajo'. Ha sido elaborado para significar
muchas cosas, muchas de ellas ridículas, pero su significado básico es que el patrón celestial se refleja
en el individuo, como si el horóscopo estuviera incrustado de alguna manera en la persona. Simplemente
se supone que existe una identidad entre el patrón natal y la persona.
La astrología tradicional generalmente adoptaba la noción de que las relaciones entre los asuntos
celestiales y terrestres eran de algún tipo causales. Como dijo Placidus en 1657, "Es imposible que las
causas celestiales eficientes (al estar tan distantes de las cosas de abajo) influyan en los cuerpos
sublunares, a menos que sea por algún medio o virtud instrumental... la causa instrumental de las
estrellas es la luz". , y “las estrellas, donde no salen, están inactivas”, por lo que los astrólogos deberían
“rechazar una influencia secreta como superflua, es más, incluso imposible” (p. 1, 3). La mayoría de
los astrólogos modernos rechazan este enfoque causal [Nota 11]. Perry (1994) nos dice que la relación
entre las personas y sus cartas natales no es causal sino correlacional. Los cuerpos astronómicos
reflejan las experiencias de la vida humana como un espejo que refleja un paisaje que debe ser
interpretado. Pero hay mucho desacuerdo sobre los tipos de configuraciones celestes que son
relevantes y cómo deben interpretarse. De hecho, no importa lo que un astrólogo pueda afirmar, una
búsqueda en la literatura invariablemente encontrará una afirmación contradictoria de otro grupo de
astrólogos. A diferencia de las disputas en la ciencia, no está claro cómo pueden resolverse tales
disputas, ni siquiera en principio. Este desacuerdo existe incluso en el nivel más fundamental para
poblaciones enteras de astrólogos, por ejemplo, los astrólogos occidentales no están de acuerdo con
los astrólogos orientales sobre qué zodíaco usar y cuántos planetas usar. Mientras que los astrólogos
indios aplican las constelaciones reales relacionadas con las estrellas en sus cartas, el zodíaco
occidental es independiente de las estrellas. Dichos sistemas son incompatibles entre sí, pero sus usuarios los considera
Los signos astrológicos y las casas son problemáticos y no existen reglas acordadas para sopesar sus
efectos. Por ejemplo, como dice la astróloga Prudence Jones (1996, p.282),
[Los signos del zodiaco] descansan sobre cimientos inestables desde el punto de vista moderno.
¿Cómo diablos doce sectores de 30 grados de la eclíptica, medidos desde el equinoccio vernal pero
nombrados después de constelaciones ahora muy lejanas, imparten alguna cualidad a los planetas,
casas, partes y nodos que vemos contra sus fondos? ¿Lo hacen de hecho, o se trata de una ilusión?
Algunos astrólogos justifican los signos (tomando, por lo general sin explicación, el sol en los signos
como su ejemplo) como abreviatura de las características estacionales. Pero esto implica que su orden
debería invertirse en el hemisferio sur, lo que rara vez sucede. ¿Y qué, en todo caso de horóscopos
para latitudes ecuatoriales, donde el cambio estacional es mínimo, pero donde, por supuesto, se
inventó la astrología?
Aunque el zodíaco occidental ha perdido su conexión con el cielo original (y no puede reducirse
simplemente a un efecto estacional), las personas nacidas dentro del zodíaco occidental todavía se dice
que muestran las características personales asociadas con las constelaciones originales. Los signos
siderales tienen los mismos significados que los signos tropicales, por ejemplo, Aries es agresivo en ambos
sistemas, pero el trozo de cielo al que se aplica este significado no es el mismo. Entonces, un lado puede
creer que cierta parte del cielo significa 'intenso', mientras que el otro lado puede creer que la misma parte
del cielo significa 'relajado' (esto es Escorpio contra Libra).
Mucho de lo mismo se aplica a la noción astrológica de las casas. Los significados entre los sistemas
suelen ser los mismos, pero debido a que los límites pueden variar, el significado de cualquier parte del
cielo en particular puede depender del sistema. Los sistemas de casas difieren en cuanto a número,
secuencia, método de división e interpretación (Dean y Mather, 1977; Martens y Trachet, 1998). Además,
algunos sistemas de casas (incluido el popular Placidus) se descomponen en latitudes altas. En latitudes
altas, algunas partes del zodíaco nunca salen ni se ponen, y en los sistemas de casas afectados, las
cúspides de las casas o los planetas que caen en dichas áreas no se pueden mostrar en la carta natal,
por lo que dejan de existir.
Los astrólogos occidentales también difieren en cuántos planetas deben usarse, algunos usan
planetas hipotéticos no descubiertos, otros usan asteroides (Dean & Mather, 1977). La interpretación
buena/mala de los tránsitos coexiste con la visión de que los tránsitos deben ser vistos como oportunidades
de aprendizaje y crecimiento. Esta diversidad de fundamentos nos da motivos para ser escépticos ante las
afirmaciones de que los astrólogos están hablando de algo que realmente han aprehendido. Esta diversidad
de fundamentos se vuelve aún más problemática cuando se sitúa en un contexto histórico. La astrología,
en diferentes sentidos, existe desde hace al menos dos mil quinientos años. Al comienzo del nuevo milenio,
la astrología se encuentra en un estado caótico con una plétora creciente de afirmaciones contradictorias
con poco acuerdo sobre cómo adjudicar entre ellas [Nota 12] Las afirmaciones se vuelven más variadas y
conflictivas a medida que algunos astrólogos (eventualmente) toman nota de resultados de la investigación
y retirarse a pastos más seguros.
4.2 — El horóscopo es un sistema completo en el que
cada parte está influenciada por todas las demás partes.
4.2.a. La idea de interconexión: junto con la noción vaga y diversamente interpretada de 'como es arriba,
es abajo', está la ambigua idea de 'interconexión'. Harding dice: “Estamos interconectados; Creo que este
es el mensaje central de la astrología” (en Phillipson, 2000, p.187), y Brady nos dice: “La piedra angular
central de la astrología es la interconexión de las cosas, así que [la astrología] no puede decir que eres
totalmente aislado y ya está. No puede” (en Phillip son, 2000, p.189). Los astrólogos no tienen el
monopolio de decir que estamos interconectados. Es nuestra familiaridad con otras nociones de
interconexión lo que da alguna plausibilidad inicial a la noción astrológica más problemática. En la década
de 1600, Newton planteó la hipótesis de la interconexión en su afirmación de que todos los cuerpos del
universo atraen a todos los demás cuerpos. La teoría evolutiva enfatiza que los organismos vivos y sus
entornos están constituidos por redes interconectadas, y que la vida comparte la misma base química. La
astronomía reconoce que toda la materia del universo está interconectada en el sentido de que toda la
materia está compuesta de "materia estelar" que se produjo en el Big Bang. Los seres humanos están
interconectados biológicamente porque comparten la misma estructura de ADN, y la historia y las ciencias
sociales muestran que no podemos ser seres aislados porque compartimos una cultura y un patrimonio, y
la creciente especialización en nuestro sistema económico nos asegura que seamos interdependientes de
los demás.
Ninguna de las nociones anteriores implica ni apoya la idea astrológica de interconexión. Cuando
los astrólogos hablan de interconexión, lo hacen desde una perspectiva que se refiere a las conexiones
simbólicas entre los cuerpos celestes y los eventos terrestres mediados a través de la interpretación
basada en nociones como la mitología (Mercurio era el mensajero de los dioses, por lo que Mercurio rige
los sistemas corporales que funcionan como mensajeros). , metáforas tomadas literalmente (los anillos
de Saturno representan constricción), analogías (el rojo Marte representa sangre y agresión) y
asociaciones elegidas idiosincráticamente (“Si quieres activar la energía de Marte, vístete de
rojo” (Phillipson, 2000, p.67) Ninguna de las nociones mencionadas anteriormente de las ciencias
sociales o naturales sugiere de ninguna manera que las configuraciones planetarias simbólicas (que a
menudo no están conectadas con las posiciones planetarias reales) tienen una fuerte relación con los
eventos terrenales, ni que las configuraciones planetarias en el nacimiento de uno tienen alguna efecto
duradero en nuestras vidas, ni que el simbolismo de la astrología es universal para las personas en el tiempo y el espacio.
4.2.b.La carta natal completa : Dado que todo está interconectado, los factores astrológicos no pueden
examinarse de forma aislada, se necesita la carta natal completa. Entonces, la regla de oro es que “solo
se debe considerar la carta completa, para cualquier propósito astrológico que sea” (Dwyer, 1985, p.1).
Como señala Perry, "... ninguna parte de un horóscopo puede aislarse... ya que todo influye en todo lo
demás" y "... no se puede observar empíricamente un [factor astrológico] puro aislado de otros factores
en el gráfico" ( Perry, 1993, p.6; Vaughan, 1998). Pero los astrólogos no están de acuerdo sobre qué
factores individuales son importantes, por lo que no están de acuerdo sobre lo que comprende la carta
completa; simplemente están de acuerdo en que sea lo que sea, es importante tenerlo en cuenta al
hacer astrología. Como preguntó Van Rooij (1994):
¿Dónde termina todo el gráfico? Con diez planetas, doce signos, doce casas, puntos medios,
puntos arábigos, nodos, aspectos y cualquier otro concepto astrológico que pueda usarse, es
simplemente imposible interpretar una “carta completa”. Cuando los astrólogos afirman que
usan la carta completa, solo se refieren al hecho de que usan más factores que uno solo. Sin
embargo, no importa cuántos factores puedan usar, siempre usan un número restringido de
factores y, por lo tanto, solo una parte del horóscopo. Nunca usan el gráfico completo. Pero
entonces la pregunta es ¿cuántos factores se considerarían y cuáles?... Supongamos que
considero hasta 20 factores, entonces indudablemente aparecerá un astrólogo que afirma que
debo usar 21 factores (p.56 cursiva mío).
Las decisiones de los astrólogos con respecto a qué incluir en sus cartas parecen totalmente arbitrarias.
Algunos astrólogos usan asteroides en las cartas natales. Como señala Hand (1981), el tamaño de un
cuerpo astronómico no está relacionado con la efectividad astrológica, por lo tanto, “[el] desastre es que
hay miles de asteroides y otros cuerpos menores orbitando alrededor del sol, y utilizando las técnicas
astrológicas actuales. no hay forma de contabilizarlos todos en un gráfico” (p. 93). Otros astrólogos
utilizan planetas hipotéticos como Vulcano y Lilith que no han sido detectados por los astrónomos (Hand,
1981, p. 95). No hay evidencia de que los astrólogos que usan asteroides o planetas hipotéticos sean
consejeros más perspicaces o más exitosos que los que usan "en cartas completas", o que los
psicoterapeutas no orientados a la astrología o incluso los terapeutas legos (Dean, 1985; McGrew &
McFall, 1992) .
¿Cómo pueden diferentes conjuntos de partes dar el mismo todo significativo? Este problema parece
exacerbarse cuando recordamos que las astrologías occidentales en conflicto utilizan diferentes factores,
e incluso cuando se usan los mismos factores, a menudo se ponderan de manera diferente. Si diferentes
escuelas de astrología usan diferentes factores astrológicos y por lo tanto operan con diferentes
nociones ent de la "tabla completa", entonces cualquier referencia a la supuesta similitud de la "tabla completa"
es menos que significativa. Perry (1995a) afirmó que “cada planeta y cada signo del zodíaco está influenciado
por el todo en el que está incrustado” (p. 34). Pero si la carta completa de un astrólogo y la carta completa de
otro astrólogo involucran factores que son diferentes en tipo o número, el resultado final debe (según Perry)
ser cuestionable. Es como si pensáramos que hablábamos de lo mismo, pero al investigar descubrimos que
me refería a Volkswagen, mientras que tú te referías a Cadillacs.
Además, los escritos de los astrólogos continuamente (muy a menudo en el mismo trabajo que condena el
uso de factores aislados) violan esta máxima (Kelly, 1999). Se refieren constantemente a factores aislados no
calificados. Así que en Phillipson (2000) leemos: “Saturno se correlaciona con la falta de concepción” (página
80), “Cuando tenía a Marte en ángulo, sabía que iba a tener un día ajetreado” (página 81), y la Luna Marte en
cuadratura se asocia con personas que trabajan frenéticamente (página 93). Los astrólogos seleccionan
continuamente un factor aislado de un gran conjunto de posibles factores en un gráfico (a menudo ignorando
los factores en conflicto) para explicar tanto los eventos terrestres en curso como los eventos que ya han
sucedido. Por ejemplo, Wolfstar (2000) explica que los problemas que están teniendo Harrison Ford y su
esposa se deben a “el alborotador Urano”, también conocido como “el planeta del divorcio”.
Durante el último año, Urano en tránsito ha estado frente al Marte de Harrison Ford... esta es la
mayor tensión que lo llevó a separarse de su esposa.
Si los problemas de la relación matrimonial de Harrison Ford no estuvieran ocurriendo, Wolfstar y otros
astrólogos no tendrían dificultad para encontrar factores astrológicos que indiquen satisfacción.
Por ejemplo, cuando Suzanne LilleyHarvey (1981), una destacada astróloga británica, comparó las cartas
natales del príncipe Carlos y Lady Diana antes de su boda, encontró “una relación muy fundamental...
comunicación armoniosa... atracción física... .compatibilidad general emocional y social...fuerte lazo social/
cultural/espiritual...excitantemente atractivo y romántico...habilidad para trabajar juntos de una manera muy
práctica.” Lo que no impidió que Campion (1993, p.154), otro astrólogo británico de primer nivel, después de
su separación, viera en las mismas cartas natales, solo trauma, ira, rebelión y desastre. La maravillosa
compatibilidad anterior no se encontraba por ningún lado. En otras palabras, debido a la enorme cantidad de
factores, siempre se puede encontrar una correspondencia perfecta entre cualquier gráfico, cualquier persona
y cualquier evento. Nada podría ser más fácil que elegir los símbolos que se adapten a las circunstancias oa
las creencias y expectativas personales del astrólogo. Como ejemplo de esto último, se pidió a diez astrólogos
destacados que hicieran sus predicciones sobre quién ocuparía la Casa Blanca después de las elecciones
presidenciales estadounidenses del año 2000; Al examinar las cartas natales de Gore y Bush, cada astrólogo
encontró múltiples indicadores para su candidato preferido. Cuatro predijeron que ganaría Gore, cuatro
predijeron que ganaría Bush y dos evitaron predecir un ganador (Stariq, 2000). Un horóscopo astrológico
generalmente proporciona configuraciones planetarias para cualquier cantidad de predicciones contradictorias
o explicaciones posteriores de eventos, por lo que no es de extrañar que los astrólogos afirmen verlo
'funcionando' en todas partes.
Entonces, cuando los astrólogos nos dicen que "la astrología funciona", no estamos seguros de qué hacer
con eso. [Nota 13] También es importante tener en cuenta que el lema "funciona" presentado por los astrólogos
enmascara una serie de cuestiones. En primer lugar, la astrología no es un tipo de animal, sino un conjunto
diverso de técnicas en conflicto, teorías en conflicto, visiones del mundo en conflicto y afirmaciones en conflicto
de lo que la astrología puede y no puede hacer. Segundo, que los astrólogos de todas las tendencias (a
menudo muy contradictorias) citarán testimonios e historias como evidencia de sus muy a menudo contradicciones.
versiones compatibles de la astrología sugieren que los factores no astrológicos pueden jugar un papel importante en el éxito
percibido (ver Kelly, 1999, p. 43, nota al pie 6; también, Dean, Kelly & Mather, 1999).
En tercer lugar, "funciona" puede tener una variedad de significados diferentes, desde "la astrología es verdadera" hasta "los
clientes están satisfechos", por lo que la declaración también es ambigua. [Nota 14]
4.3 — Cuestiones sobre el origen de las ideas astrológicas
Una consulta legítima aquí se refiere a cómo se establecen las conexiones astrológicas. Por ejemplo, ¿por qué los astrólogos
dicen que “La Luna Llena en Tauro es un buen momento para atender la glándula tiroides” o “Evita viajar cuando el planeta que
rige tu novena casa está haciendo un aspecto desfavorable a otro planeta” (Stariq, 2000) , o “Las mujeres viajan en sus líneas
de Marte para conocer hombres”
(Phillipson, 2000, p.99), o “Neptuno está asociado con el amor universal, la espiritualidad, los sueños y las drogas” (sitio de
astrología Equinox, 1999)? La mayoría de los astrólogos escriben como si los principios astrológicos estuvieran basados en
una forma de 'empirismo inductivo', una base donde se han observado correlaciones entre eventos celestiales y eventos
terrestres en la práctica diaria. Elwell (1999, p.24) dice: “Este proceso de observación, refinamiento y confirmación es cómo se
construyó la astrología a lo largo de los siglos”. Para facilitar el examen de esta afirmación, consideremos inicialmente una
afirmación astrológica relativamente sencilla y examinemos las teorías propuestas por los astrólogos para explicar estas
conexiones.
Según la astrología tradicional, los planetas están asociados con ciertos rasgos de carácter, por ejemplo, Urano está
asociado con la originalidad y la independencia. ¿Cómo descubrieron o determinaron esto los astrólogos?
Gauquelin (1980) y Startup (1981) han descrito cinco teorías que los miembros de la comunidad astrológica toman en
serio. A continuación, describiré cada uno de estos teorías, basándome en gran medida en muchos de los conocimientos de
Startup para examinarlos críticamente:
1) Las conexiones planetarias fueron reveladas a los antiguos por una inteligencia superior, por ejemplo, por dioses, ángeles,
demonios o extraterrestres. Por ejemplo, Harris (en Phillipson, 2000, p.17) sugiere que la astrología puede haberse originado a
partir de seres espirituales que se asentaron en la tierra y son anteriores a la Atlántida. Aparte de plantear la cuestión de la
existencia de estos seres en primer lugar, explicar los misterios en términos de otros misterios no nos lleva más lejos de lo
que estábamos antes. “No hemos explicado cómo estos extraterrestres obtuvieron su conocimiento”, por lo que simplemente
lleva el problema a otra parte (Startup, p. 26). Tampoco está claro cómo esta propuesta podría probarse de forma independiente.
2) Los primeros astrólogos adquirieron esta información sobre los planetas y la personalidad por medios paranormales. Esto
supone que la ESP es capaz de establecer relaciones mucho más allá de las afirmaciones de los investigadores de lo
paranormal. También,
¿Qué habilidad psíquica en particular se va a invocar? Seguramente la telepatía no es buena aquí ya
que, antes del establecimiento de la tipología, no había la mente de nadie para leer. La clarividencia es
igualmente dudosa ya que es difícil imaginar qué estado de cosas podría haber sido percibido
paranormalmente que no estaba disponible para la percepción ordinaria. Eso deja la precognición... pero
esto presumiblemente requeriría que los antiguos astrólogos de alguna manera vieran los resultados
de las investigaciones modernas que, a su vez, estaban inspiradas, aunque indirectamente, por las
'percepciones' de los antiguos (Startup, 1981, p. 26).
Hay otros problemas. ¿Cuál es el 'eso' que estamos detectando por medios paranormales? ¿Alguna 'fuerza'
que emana del objeto celeste? ¿Cómo se relacionan los elementos detectados paranormalmente con los
elementos detectados por percepción normal? (Por ejemplo, si detectamos todo tipo de 'rayos' paranormales
a nuestro alrededor, ¿cómo podemos saber que provienen de lo que percibimos visualmente como Marte?).
¿Cómo sabemos que existe una correlación entre lo normal y lo paranormal? ¿Por medios paranormales? —
¡Eso es doblemente una petición de principio! ¿Por medios normales? Si es así, ¿por qué no pudimos haber
notado el elemento paranormal a través de canales normales?
3) Las conexiones planetarias surgieron por analogía con la apariencia y velocidad de los planetas.
Startup elabora esta conjetura: la idea aquí
parece ser que los creadores de la tipología planetaria comenzaron con la teoría simple de que los
planetas influyen en la personalidad humana y luego, para descubrir cuáles son estas influencias, tomaron
nota de las apariencias brutas. de los planetas e interpretó estas apariencias analógicamente en términos de
características de personalidad. Francoise Gauquelin da una explicación típica de cómo se suponía que
pensaban los antiguos: '... el grande y brillante Júpiter sugiere poder, el rojo Marte sugiere fuego y guerra, el
azul claro Venus sugiere ternura, el ceniciento Saturno amarillento sugiere lejanía y vejez, etc.' (págs. 2627).
Startup sostiene que es poco probable que estas analogías hayan sido la fuente de la persona
características de realidad asociadas astrológicamente con los planetas:
Cada uno de los planetas tiene muchas características visibles a simple vista, entonces, ¿cómo
iban a saber los babilonios cuáles eran los más importantes?... Venus (y otros planetas hasta
cierto punto) varía mucho en brillo visible y, sin embargo, no es se piensa que es de carácter variable.
El sol, y también la luna, son notoriamente diferentes de los planetas en apariencia y, sin embargo,
los temperamentos atribuidos a todos estos cuerpos son del mismo orden. Júpiter es
comparativamente grande y brillante, y tal vez el brillo sugiera poder, pero [a simple vista]
Venus parece aún más grande y brillante (Startup, 1981, p. 27).
Además, el retrato de los muy antiguos que los astrólogos profesan admirar como eruditos es poco
halagador:
Requiere que creamos que los sabios de Babilonia procedieron de una manera completamente
asistemática e inconsistente. Sugiere que los planetas fueron juzgados por una mezcolanza de
diferentes tipos de características, la Luna fue juzgada por sus fases, Marte por su color, Júpiter
por su brillo o tamaño, Saturno por su velocidad aparente, etc. 1981, pág. 27).
Si bien el conocimiento puede evolucionar a través de una mezcolanza de experiencias, por ejemplo, la
medicina herbaria popular china probablemente evolucionó a través de una variedad de experiencias menos
sistemáticas, tales afirmaciones pueden investigarse y demostrarse mediante los mismos tipos de estudios
que la mayoría de los astrólogos evitan (Allen , 2001). Además, ¿cuáles son los mecanismos análogos a la
selección natural que separan las técnicas e hipótesis astrológicas deficientes de las mejores? Como se queja
el astrólogo McDonough (2000):
¿Hay alguien... que no esté confundido y abrumado por la plétora de técnicas en la bolsa de
trucos del astrólogo?... ¿Por qué tenemos que lidiar con un lío tan grande y confuso de factores?
Porque no ha habido forma de tirar nada.
4) Las conexiones planetarias se basan en la observación. Como afirmó Perry (1993),
Los observadores de estrellas de la antigüedad registraron sistemáticamente sus observaciones de los
movimientos celestiales y las correlacionaron con eventos observables en la tierra. A través de un análisis
inductivo continuo, estos primeros exploradores llegaron gradualmente a ciertas conclusiones en cuanto al
significado de las variables en cuestión y las transmitieron a las generaciones siguientes (p.2).
De manera similar, Harding (2000, p.29) dice:
No necesito una teoría de la carta natal para interpretarla, simplemente un conocimiento que las personas
con Marte en X y Venus en Y tienden a presentar de varias maneras... En última instancia, tengo que
explicar mis ideas sobre el mundo en términos de como es el mundo. Puede que tenga una idea asombrosa
sobre la relación de Marte y Venus, pero mi 'prueba' estará... solo en las posiciones de los planetas mismos
y lo que dicen y hacen las personas que nacieron en ciertos momentos.
En una forma popular de este escenario, los antiguos, en el proceso de recopilar datos sobre asuntos tanto
celestiales como terrestres, comenzaron a notar una relación entre las manifestaciones de la personalidad y la
actividad de los planetas. También se notó que estas características de personalidad asociadas con ciertos
planetas eran similares a las atribuidas a ciertos dioses. Sobre la base de estas similitudes, los antiguos
comenzaron a relacionar los nombres de los dioses con los planetas.
Como señala Startup (1981, p. 28), esto supone un modelo de ciencia primitivo e inductivista (observacional
de teoría neutral). Sin embargo, las observaciones, incluso las de bajo nivel, no son completamente neutrales
desde el punto de vista teórico porque lo que creemos influye (al menos hasta cierto punto) en lo que vemos.
Mientras que las afirmaciones sobre la presencia o ausencia de un perro debajo de la cama implican una cantidad
mínima de contenido teórico, las afirmaciones sobre la presencia o ausencia de neutrinos presuponen mucha más
teoría. En el caso de la personalidad, ¿por qué uno buscaría asociaciones con los planetas en primer lugar y no
en otra parte? Si todos los pueblos antiguos tuvieran un acceso teórico neutral al mundo que los rodea,
esperaríamos una diversidad de creencias mucho menor sobre el mundo. De hecho, a partir de esta hipótesis,
¡sería peculiar si solo los babilonios (y nadie más) hubieran notado sus relaciones personalesplanetarias
particulares que se supone juegan un papel tan importante en la vida humana! Otro problema es que la segunda
afirmación fundamental de la astrología dice que los factores astrológicos no se pueden examinar de forma aislada,
porque todo afecta a todo lo demás. Entonces, por definición, las conexiones planetarias aisladas con la actividad
humana no podrían haberse observado en primer lugar.
5) La teoría de que los planetas eran símbolos de los dioses y tenían los mismos efectos terrestres que sus
homónimos llevó a emparejamientos comprobables de planetas y dioses. Esta es la opinión contraria a la anterior.
Allí las observaciones llevaron a las teorías. Aquí es al revés:
Los dioses babilónicos 'existieron' mucho antes de que sus nombres también fueran dados a los planetas.
Los babilonios teorizaron que los planetas eran los dioses, o simbolizaban a los dioses, y por lo tanto tenían
la misma influencia sobre los asuntos terrestres que se suponía que tenían los dioses en su panteón. Así,
para descubrir qué influencias tenía cada uno de los planetas, todo lo que tenían que hacer era encontrar
el binomio correcto de dios y planeta... En este relato, se utilizó la observación para comprobar la idoneidad
de los binomios diosplaneta que se proponían. y, donde los emparejamientos iniciales resultaron
insatisfactorios, puede haber promovido una nueva ronda de conjeturas y observaciones (Startup, 1981,
pp. 3031).
Como dijo Startup, un problema grave aquí es que "cada factor horoscópico emite solo una señal
débil que está incrustada en el ruido... [por lo que] no está claro cómo se podrían haber realizado
tales comprobaciones" (p. 31). Una forma sugerida de solucionar el problema es apelar a lo que
Startup llama un "filtro de ruido social". Quizás hubo grupos de astrólogos que estudiaron, en detalle,
solo uno de los planetas y "también retroalimentaron los resultados de sus pensamientos y
observaciones al grupo que discutió sus ideas en profundidad" (p. 32). Con el tiempo, estos grupos
restringidos, según el argumento, filtraron gradualmente el trigo de la paja. Startup señaló que esto
parece tener cierta plausibilidad inicial, ya que muchas culturas tempranas pueden haber usado un
proceso de este tipo para aprender cosas como remedios antibióticos antes de que la gente supiera
por qué y cómo funcionaban. Sin embargo, hay un gran salto entre hacer conexiones de observación
sobre el uso de mohos para tratar infecciones y emparejar atributos de personalidad complejos con
planetas y dioses. Además, incluso las teorías falsas pueden tener una larga vida cuando sirven a
intereses políticos y están respaldadas por facciones poderosas. Los astrólogos, a lo largo de la
historia, han utilizado su arte como herramienta de propaganda para varias facciones políticas. Por
ejemplo, en el siglo XVII , el trologer William Lilly escribió panfletos que atacaban a Carlos I al
seleccionar cualquier factor celestial que se adaptara a sus propósitos (Ginebra, 1995). Esta
flexibilidad de interpretación del simbolismo astrológico y la capacidad de denotación múltiple ha
permitido a los astrólogos jugar cualquier lado en la arena política, y así garantizar patrocinadores y la supervivencia d
Como señaló Startup, no hay “suficiente documentación de los hechos relevantes [sobre cómo
operaban los primeros astrólogos] para hacer innecesaria la especulación” (p. 33) y la especulación
no es una explicación adecuada de nada.
Startup concluye que todas estas explicaciones propuestas son ad hoc e insatisfactorias. En
otras palabras, los astrólogos tradicionales no pueden explicar plausiblemente los orígenes de una
afirmación comparativamente sencilla sobre la relación entre los planetas y la personalidad.
Pero los astrólogos afirman haber descubierto relaciones mucho más variadas y complejas entre
los asuntos humanos y el cosmos que la simple asociación entre los planetas y la personalidad. Hay
un número increíblemente grande, pero finito, de posibles patrones celestes de los que los astrólogos
han excluido arbitrariamente ciertos componentes. Por ejemplo, pueden haber optado por ignorar las
lunas de Júpiter o las contribuciones individuales de las 10 ^ 22 estrellas en la parte del universo que
podemos ver (puede haber incluso más que son demasiado débiles para ver), etc. . Esto todavía deja
una gran variedad de patrones celestes a considerar al separar las combinaciones astrológicamente
efectivas de las astrológicamente ineficaces. Y por enorme me refiero a ENORME , porque incluso
en el nivel más básico hay diez planetas (por conveniencia, los astrólogos cuentan el sol y la luna
como planetas), cada uno de los cuales puede aparecer en doce signos y doce casas, y hacer nueve
tipos. de aspecto (conjunción, semisextil, sextil, semicuadrado, cuadrado, sesquicuadrado, trígono,
quincuncio, oposición) a cada uno de los otros nueve planetas. Sin embargo, debido a que cualquier
combinación dada de planetasensignos limita inmediatamente las posibilidades de casas y aspectos
(por ejemplo, dos planetas en el mismo signo no pueden ocupar casas opuestas o estar en oposición),
y porque algunas combinaciones de planetasensigno debe descontarse (por ejemplo, Mercurio
nunca está lejos del Sol, y los planetas exteriores se mueven demasiado despacio para permitir todas
las combinaciones excepto durante miles de años), el total de combinaciones por planeta no es
simplemente 12 x 12 x 9 x 9 , ni las combinaciones totales por diez planetas son simplemente 10^
(12 x 12 x 9 x 9) o alrededor de 10^40. En cambio, el total es más como 10 ^ 28 combinaciones, la
cifra exacta depende de la ubicación geográfica, el sistema de casas y el período de tiempo. Esto,
por supuesto, es solo para los factores astrológicos más básicos: muchos astrólogos usarían más
factores, a menudo muchos más, por ejemplo, ejes, puntos medios, retrogradación y asteroides. En efecto,
una astróloga estadounidense (sin dar detalles de su cálculo) afirma que el número de combinaciones es 5,39 x
10^68 (Doane, 1956, p. 1). Esto hace que 10 ^ 28 parezca insignificante. Pero incluso 10 ^ 28 combinaciones
reducidas a un cuarto de página cada una, aún requerirían una pila de papel aproximadamente diez veces más
pesada que la tierra. Además, nuestros problemas acaban de empezar.
Debido a que tenemos prohibido considerar los factores de forma aislada, ahora debemos relacionar esta enorme
variedad de patrones directamente con la gran variedad de patrones de la acción humana. Evidentemente no se
puede hacer. En otras palabras, la teoría astrológica no podría basarse en la observación ni en la prueba de ideas
astrológicas basadas en dioses. Otra complicación se refiere a la importancia del lugar de nacimiento en la
construcción de un horóscopo. No hay evidencia de que los primeros astrólogos hicieran o pudieran haber hecho
estudios longitudinales que incluso hoy en día serían difíciles.
Dado que estas afirmaciones resultan profundamente problemáticas, tenemos buenas razones para rechazar
afirmaciones más complicadas basadas en estas mismas teorías.
No podemos escapar de este dilema enfocándonos solo en uno o dos factores aislados, porque nuestro
segundo principio fundamental (usar solo el cuadro completo) lo prohíbe. Pero incluso si rompemos las reglas y
observamos factores aislados, todavía tenemos problemas. Supongamos que encontramos que, de todas estas
10^28 combinaciones celestiales, las personas nacidas con el Sol en Acuario aspectando a Saturno en la Casa 12
están reservadas, pero aquellas con el Sol en Acuario aspectando a Saturno en la Casa 11 son extrovertidas. En
la población general, las personas reservadas o extrovertidas son comunes, pero aquellas con una configuración
planetaria particular serán relativamente raras. El desajuste en la ocurrencia hace que nuestro hallazgo carezca de
un significado claro. Incluso entonces, nuestros problemas no han terminado. Supuestamente, los mismos factores
astrológicos están asociados con muchas cosas diferentes, incluidos los aspectos positivos y negativos, que
pueden expresarse de muchas maneras diferentes. Por ejemplo, Marte y Neptuno juntos pueden indicar impulsos
altruistas para realizar buenas obras, o frustración e ira (Vaughan, 2000b). Nuestra interpretación del significado
de los factores en el horóscopo también está matizada por otros factores más terrenales como el sexo de la
persona, el nivel de madurez, la edad, la cultura, etc. Además, las mismas configuraciones planetarias pueden
significar cosas diferentes según se trate de un ser humano, un perro, una empresa, un país o una idea. Así que
tenemos complejidad sobre complejidad, sobre complejidad. La extrema inverosimilitud (otros dirían imposibilidad)
de que los antiguos fueran capaces de correlacionar aspectos tan diversos, complejos y amorfos de la realidad en
un paquete completo debería reforzar nuestro escepticismo acerca de que la astrología tenga algún tipo de base
en la observación y, sobre la base de Por los mismos motivos, las afirmaciones astrológicas no podrían haber
sido refinadas con el tiempo por ningún procedimiento empírico. [Nota 15]
4.4 — La astrología predice cambios en la conciencia, no en el comportamiento ni en los
acontecimientos Es aquí donde la nueva astrología psicológica se aparta de la tradición. Aquí, la relación central
entre los patrones celestiales y los seres humanos no es con los patrones de comportamiento y las tendencias
externos y observables, sino con la vida interior no observable de una persona, o lo que Perry llamó la "estructura
psíquica que subyace a la personalidad" (Perry, 1995). b, página 123; véase también Perry, 1988). Gran parte de
lo siguiente se basará en los escritos del astrólogo y psicoterapeuta Glenn Perry, ya que es uno de los portavoces
más destacados y representativos de la escuela de astrología psicológica. Perry (1999, p.2) contrasta la astrología
tradicional orientada a eventos y la astrología psicológica de la siguiente manera:
Una astrología estrictamente predictiva... implica que el destino de uno está más o menos fijo y que el
bien supremo de uno radica en evitar el dolor y maximizar el placer. Mientras que la astrología psicológica
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ayuda a las personas a descubrir cómo están creando su propio destino, la astrología predictiva
simplemente describe el destino sin relacionarlo con la vida psicológica interna de la persona. Desde
esta perspectiva, los eventos no tienen significado más allá de ser 'buenos' o 'malos'. Decir que son
'karma' de vidas pasadas, para ser sufrido y soportado (o tal vez evitado a través del consejo
cósmicamente informado del propio astrólogo), hace poco para ayudar a las personas a vivir más
constructivamente en el aquí y ahora. Creo que el destino puede ser alterado positivamente a través
de un proceso de sanación e integración interna. El significado real de los eventos es que constituyen
una 'retroalimentación' que refleja al individuo dónde se encuentra en términos de salud y plenitud. y su verdadero
el valor es que estimulan el crecimiento precisamente en aquellas áreas donde el individuo más
necesita cambiar...
Además, no es trabajo del astrólogo decirles a los clientes qué hacer, ya que las configuraciones planetarias
proporcionan:
una oportunidad para aprender en lugar de una ocasión para la acción evasiva... [y] uno de los
significados centrales de la oportunidad que brindano, requiere, [es] aumentar la confianza en una
fuente interna de conocimiento, lo quito por recomendar un curso de acción específico. Le hago un
gran flaco favor. Le robo su elección, porque sería interferir en su destino predecir un desenlace... Lo
importante no es lo que va a pasar, sino cómo se acomoda [a ello]
....Creo que nuestro valor como astrólogos radica menos en decirle a la gente qué hacer que en
alentarlos a confiar en sí mismos y en el Universo (Perry, 1999, p.2, 3).
Perry (1999) nos dice además que los astrólogos deben ayudar al cliente a lograr una "mayor realización de
sus potenciales [como se revela en la carta natal]" (p.4) y, por lo tanto, "armonizarse mejor con el
universo" (p.1). ¿Cómo sabemos cuándo el individuo ha logrado esto? Cuando se encuentran en un estado
de “salud y plenitud” (p.2). El consejo dado por Perry no es exclusivo de la astrología.
Gran parte de la charla trascendental y los consejos dados por los astrólogos psicológicos se pueden
encontrar en el asesoramiento pastoral y la psicología popular (como se encuentra en todas las librerías),
sin hablar de las cartas natales y el simbolismo astrológico. El punto crucial es que los comentarios de
Perry acerca de sí mismos, etc., no requieren estrellas ni horóscopos. Saca provecho de la astrología
mediante el uso de conocimientos aceptables o discutibles proporcionados por otros. Es muy probable que
existan formas más efectivas de tratar los problemas existenciales y cotidianos de los clientes que las que
pueden ofrecer los astrólogos. Farha (2001) señala que la mayoría de los astrólogos no tienen capacitación
en gestión de crisis o campos relacionados, y tampoco existen estándares astrológicos nacionales que
proporcionen una base de práctica ética como existe en campos como el asesoramiento, la psicología, el
trabajo social u otros servicios humanos. . Además, la provisión de un consejo constructivo para vivir en el
aquí y ahora, y la provisión de significado, junto con formas de estimular el autoexamen, son posiblemente
más efectivas por parte de los profesionales en el campo emergente de la consejería filosófica (ver Marinoff,
1999). ; Raabe, 2001; Le Bon, 2001). Dado que muchos de los problemas con los que se enfrentan los
clientes son existenciales o espirituales,
Los filósofos suelen estar mucho mejor formados filosóficamente que sus homólogos. Por lo tanto,
pueden ayudar mejor a un cliente cuando se trata de aclarar su pensamiento, evitando errores lógicos
y de procedimiento en el razonamiento, la toma de decisiones éticas, la clarificación de valores, las
preguntas sobre el significado de la vida y el desarrollo de una personalidad sana y razonable.
filosofía (Raabe, 2001, p.277).
La noción astrológica de potencial puede ser más estrecha que la defendida por los filósofos y
psicólogos humanistas. Si bien nuestros potenciales pueden, desde estas otras perspectivas, estar
limitados hasta cierto punto por nuestra genética y oportunidades culturales, el astrólogo agrega una
limitación adicional, a saber, las potencialidades 'prometidas' en la carta natal. El astrólogo Cornelius
(1998, p.10) critica esta noción de la siguiente manera:
Si naces, dice esta escuela de pensamiento, con un Saturno muy poderoso, entonces tienes el potencial
para ciertas experiencias [oportunidades] de naturaleza saturnina. Recuerda, sin embargo, que este es un
fatalismo de guante de terciopelo porque ¡todavía estás destinado a haber nacido con un potencial de
Saturno! Este enfoque realmente no ha resuelto el problema.
4.4.a.La psique interior. Pasemos ahora a la psique interior supuestamente simbolizada por los
planetas. Perry dice,
Un horóscopo simboliza la naturaleza compleja y evolutiva de la conciencia... las profundidades de la
personalidad... las relaciones dinámicas entre los impulsos psicológicos. Por ejemplo, el Sol en cuadratura
con Saturno simboliza un conflicto entre la necesidad de autoexpresión y la necesidad de autocontrol...
(Perry, 1995b, p.124).
Los signos del zodíaco simbolizan "... las necesidades humanas fundamentales, o impulsos
motivacionales, inherentes a la condición humana" (Perry, 1988, p.1), mientras que las posiciones de
las casas y los aspectos planetarios simbolizan el "mapa de conciencia" de un individuo en particular.
o “estructura de personalidad innata” (Perry, 1988, p.2,3). [Nota 16] Los problemas extremos de dar
cuenta de las relaciones entre los factores celestes y los resultados observables y relativamente
específicos postulados por el astrólogo tradicional se ven exacerbados aún más por las conjeturas
adicionales del astrólogo psicológico. ¿Cómo sabemos que tales procesos psicológicos invisibles
subyacen al simbolismo astrológico? Perry nos dice que tales estructuras y procesos cognitivos se
destilan de las descripciones compuestas asociadas con el simbolismo astrológico tradicional. Por ejemplo,
..la necesidad de un signo [zodíaco] se puede inferir del comportamiento que es característico de ese
signo, por ejemplo, el orgullo leoniano, la creatividad y la amabilidad evidencian la necesidad humana
universal de validar la identidad percibida (Perry, 1988, p. .2).
Es difícil ver cómo se sigue, en primer lugar, de los comportamientos característicos de un signo que
un factor motivacional intrínseco los une a todos, e incluso si se pudiera hacer el caso, sería necesario
hacer un caso adicional de forma independiente para el particular. impulsos humanos postulados por
Perry. Nunca establece claramente cómo llegó a estas conclusiones. No se discuten conjuntos de
estudios de naturaleza cuantitativa o cualitativa, ni se apela a ningún examen cuidadoso de los
comportamientos simbolizados astrológicamente por astrólogos o psicólogos independientes para
determinar qué se podría inferir de ellos. Además, si solo basta con el gráfico completo, las inferencias
basadas en partes no tienen sentido por definición. Un problema adicional es la falta de acuerdo
sobre las características o comportamientos asociados a cada signo en particular. Los conjuntos de
palabras clave y expresiones asignadas a planetas, signos y casas particulares están lejos de ser
consistentes (Dean, Mather y Kelly, 1996, p.82). Si bien hay acuerdo sobre muchas características
asociadas con los signos y los planetas, los desacuerdos podrían contribuir a inferencias bastante
diferentes sobre las estructuras psicológicas subyacentes simbolizadas.
Perry eleva la astrología psicológica al estado de milagro bíblico al informarnos además que las
relaciones dinámicas entre varios impulsos psicológicos simbolizados por el horóscopo
son “fluidos y cambiantes, que varían de acuerdo con la especificidad de la situación, la edad de
desarrollo, la madurez emocional y el nivel de integración psicológica” (1995b, p. 123; 1994, p. 34).
Además, “...a diferencia de los límites de los objetos físicos, los contenidos y procesos de la
conciencia implican significados cuyas regiones límite son borrosas...[s]ignificados son indefinidos,
arbitrarios, relacionales y culturalmente incrustados” (Perry, 1995) a, p.34). La borrosidad alegada
por Perry sería una razón más por la que las astroconexiones serían, en el mejor de los casos,
extremadamente difíciles de establecer, y una razón más por la que la astrología se vuelve aún más infalsable.
4.4.b. Conciencia. Está claro que ninguna teoría de la conciencia basada en procesos físicos puede
desempeñar el papel exigido, por lo que Perry opta por el dualismo, la existencia de una mente o
alma no física, inmaterial. Si bien la astrología psicológica se describe como una teoría de
“complejidad extraordinaria y un modelo de conciencia” (Perry, 1995a, p.32; 1994, p.33), nunca se
abordan las cuestiones epistemológicas relacionadas con esta visión dualista de la conciencia.
simplemente ofreció cositas tales como, la conciencia es un "sistema no físico" (1995a, p.32) y "una
experiencia subjetiva de conocimiento que no tiene correlatos materiales..." (1995a, p.34).
En ninguna parte Perry intenta articular la naturaleza intrínseca de su versión de la mente no física.
Si bien la noción de "alma" es una parte central de muchas posiciones astrológicas, nos quedamos
con vagas imágenes mentales de un poltergeist interno no físico que actúa de manera igualmente
misteriosa sobre la estructura neurológica y el comportamiento de los seres humanos. No está nada
claro cómo la postulación de un alma/mente no física puede contribuir a clarificar e informar nuestra
comprensión de nociones centrales como el comportamiento intencional, los valores, la
autocausalidad interna, los significados y la creatividad, por encima de lo que ofrecen los modelos
contemporáneos consistentes. con el materialismo (como los ofrecidos por Crick, 1994; Flanagan,
1992; Penrose, 1994; Searle, 1992; Dennett, 1996) [Nota 17]. Tampoco nos ofrece ninguna pista
sobre el papel mediador que juega la mente no física entre el cosmos y la estructura psíquica. Lo
más que obtenemos son vagas apelaciones a nociones como la sincronicidad que sustituyen un
misterio por otro y eluden cuestiones de astrologías en conflicto, pero no aclaran las cuestiones de
cómo se lleva a cabo esta impresión del cosmos en la psique. Toda la charla astrológica sobre
almas y entidades no físicas empeora el panorama de la astrología sin aumentar la comprensión.
Dado que la astrología psicológica no tiene una teoría propia sobre la naturaleza y estructura
de los procesos psicológicos internos supuestamente reflejados por las configuraciones planetarias,
se basa principalmente en los postulados por varias teorías psicodinámicas. Más específicamente,
Perry relaciona la carta natal (horóscopo) con “procesos conscientes e inconscientes, áreas de
represión y conflicto, caminos de sublimación, dinámicas de transferencia, proyecciones y
similares” (Perry, 1995b, p. 123; Ver también, Perry, 1988; Arroyo, 1993; Greene, 1996).
Incluso si afirmamos que los astrólogos psicológicos han refinado las toscas aproximaciones de los
astrólogos tradicionales (quienes mismos no ofrecen escenarios plausibles de cómo se establecieron
sus correlaciones), este caso es muy difícil de hacer. La razón es simple. La teoría del siglo XX
estuvo influenciada por una gran variedad de áreas de investigación, incluidas las investigaciones
sobre la función cerebral, las escuelas de psicología humanista y existencial, la neuropsicología, la
inteligencia artificial, el fisicalismo y el funcionalismo en la filosofía, etc.
Las teorías de la mente antiguas, medievales y renacentistas que habrían utilizado los astrólogos
del pasado eran bastante diferentes de los modelos contemporáneos (ver Pasnau, 1997; Wright &
Potter, 2000). Además, esta estructura psíquica simbolizada astrológicamente se basa en teorías
psicológicas psicoanalíticas y humanistas que desde la década de 1950 han sido muy criticadas.
[Nota 18] Procesos y conceptos psicoanalíticos, aludidos por muchos
astrólogos psicológicos, han sido descritos como infalsables porque son consistentes con cualquier
comportamiento humano físicamente posible. Además, la coherencia de la teoría es cuestionable, junto
con la controversia sobre su eficacia terapéutica (por ejemplo, ver Crews, 1998; Grunbaum, 1993; Spence,
1994; Esterson, 1993; Kerr, 1993; Macmillan, 1991; Webster, 1995; McGinn, 1999; Coiffi, F, 1998). Si la
estructura psicológica simbolizada por los planetas y sus interrelaciones son problemáticas, el resto de la
teoría se encuentra en terreno inestable. [Nota 19]
¿Es la naturaleza humana la misma en todo el mundo? ¿Todas las personas comparten los mismos
tipos de arquetipos subyacentes que sostienen algunos astrólogos psicológicos? Por supuesto que existen
similitudes físicas y psicológicas entre culturas, pero ¿los estilos cognitivos y los procesos de pensamiento
son iguales? Algunas investigaciones recientes sugieren que las personas en Oriente siguen procesos
básicos de pensamiento diferentes a los de Occidente. Las personas en Oriente prestan más atención al
contexto y las relaciones y confían más en el conocimiento basado en la experiencia que en Occidente.
En Occidente, la gente tiende a separar los objetos de su contexto y está más preocupada por la
consistencia en el razonamiento. Si existen estas variaciones culturales en el pensamiento y la percepción,
como afirman algunos filósofos y psicólogos (p. ej., Nisbett, Peng, Choi y Norenzayan, 2001; Stich, 2001),
surge el problema de cómo las mismas configuraciones planetarias pueden reflejar diversos patrones de
razonamiento, procesos psicológicos. , o naturalezas humanas. Los puntos de vista de muchos astrólogos
psicológicos parecen asumir que cualquier pensamiento divergente o diferencias psicológicas entre
culturas pueden reducirse a los mecanismos psicodinámicos populares en sus círculos. [Nota 20]
Considere también la afirmación de los astrólogos psicológicos de que la dinámica mental interna
puede expresarse en una gran variedad de formas. Aquí rechazan por simplista la afirmación del
astrólogo tradicional de que los patrones celestes se asocian típicamente con resultados relativamente específicos.
Como ejemplo de esta complejidad, el astrólogo británico Charles Harvey (1995) afirma:
La misma combinación [planetaria] puede expresarse en toda una gama de formas. Por ejemplo,
Urano en aspecto duro con el punto medio del Sol y la Luna puede producir un Napoleón o un Hitler,
pero igualmente puede producir una Margaret Thatcher, un Spike Mulligan, un Martín Lutero o un
astrólogo particular [espiritual, solidario] [como ] como Dr. Zip Dobyns (pág. 52).
De manera similar, Perry afirma que la Astrología Psicológica no predice comportamientos específicos o
resultados de la vida, sino que “predice experiencias cualitativas de conciencia que pueden reflejarse en
una variedad de manifestaciones” (Perry, 1995a, p. 34; 1994, p. 34). Afirma que “Los significados de las
partes pueden ser estables, [pero] las cualidades emergentes que producen cuando se combinan no lo
son [porque] las personas reales están cambiando, entidades en evolución que son demasiado complejas
para escribir o etiquetar con unas pocas claves simples. palabras” (Perry, 1993, p.7). En otras palabras,
según Perry y Harvey, la carta natal muestra con precisión nuestros procesos subjetivos subyacentes,
pero en cuanto a su manifestación externa, los astrólogos solo pueden adivinar una variedad de posibles
sucesos. El estado psíquico interno se muestra en la carta natal, pero después de eso casi todo vale.
Como dijo Perry, “todos tenemos el potencial de comportarnos de cualquier manera que sea humanamente
posible, y lo hacemos con frecuencia” (1995 a, p.36).
Podemos ver que el astrólogo psicológico está trabajando con un sistema desafiante. Se trata de
configuraciones celestiales que nunca pueden examinarse de forma aislada, y cuya variedad, cuando se
combinan, es inmensamente mayor de lo que cualquiera podría afrontar. Sin embargo, estas
configuraciones planetarias supuestamente se correlacionan con una estructura psíquica invisible, en
gran parte inconsciente, filosófica y científicamente controvertida, que se supone subyace en la
personalidad y está asociada con resultados tan variados e inciertos que el astrólogo sólo puede hacer
conjeturas.
Este milagro de la fe se complica aún más por la falta de consenso sobre los conceptos básicos
dentro de la propia escuela de astrología psicológica: "probablemente no existe un enfoque psicológico
uniforme de la astrología" (Perry, 2000). [Nota 21] A los clientes que ven a diferentes astrólogos
psicológicos se les proporcionarán diferentes consideraciones de potenciales y probablemente diferentes
descripciones de oportunidades para el crecimiento y el cambio. [Nota 22] Además, el lector no debe
quedarse con la impresión de que la astrología psicológica no ha pasado sin ser criticada por otros
astrólogos. En Harding (1992) y Elwell (1999) se pueden encontrar críticas reflexivas desde dentro de la
astrología de muchas de las nociones problemáticas de los astrólogos psicológicos.
4.5 — La astrología sólo puede evaluarse
apropiadamente en una cosmovisión trascendente y
animista La astrología tradicional enfatiza la predicción de eventos, la asociación de resultados
observables relativamente específicos con factores astrológicos, a veces con la visión de que los planetas
son transmisores de influencia física. Así, los clientes del famoso astrólogo del siglo XVII William Lilly
esperaban predicciones y toma de decisiones, no psicología y religión. Tal orientación tradicional no es
adversa a la investigación experimental. Un problema principal de este enfoque, como reconoció Perry,
es que la gran mayoría de los estudios no han respaldado tales afirmaciones (Perry, 1995a). Además,
hay pocas posibilidades de que se descubran vínculos físicos plausibles que expliquen las asociaciones
astrológicas con la actividad humana (Perry, 1995a, pp.
2633; Culver e Ianna, 1988; Crowe, 1990; Negre, 1998). Por ejemplo, ninguna explicación física propuesta
puede explicar, de antemano, cómo los contactos SolJúpiter simbolizan creencias expansivas y
optimistas en lugar de otra cosa, cómo Escorpio puede simbolizar el secreto en lugar de otra cosa, o
cómo la Casa 2 puede simbolizar posesiones en lugar de otra cosa, o cómo los planetas hipotéticos y las
configuraciones planetarias imposibles se pueden incluir en las cartas, etc.
Perry afirma que, aunque los estudios que relacionan las configuraciones astrológicas con resultados
observables específicos han fracasado, esto no plantea ninguna dificultad para la astrología psicológica,
ya que se ocupa de la "vida interior" de un individuo, que no puede ser probada adecuadamente por los
modernos, materialistas, científicos. metodología. Además, afirma, los astrólogos ya tienen evidencia
experiencial (clínica) independiente de que la astrología funciona [Nota 23] (Perry, 1995a, pp. 14, 26).
4.5.a ¿Qué es la cosmovisión astrológica? Si bien la astrología parece inverosímil desde la perspectiva
de las teorías físicas modernas, se nos dice que si adoptamos un conjunto diferente de supuestos
metafísicos (por ejemplo, un marco más trascendental), la astrología se vuelve plausible.
[Nota 24] Esta cosmovisión, según muchos astrólogos, es muy diferente de las cosmovisiones científicas.
Por lo tanto, dice Vaughan (2000), “el punto de vista científico es una forma de observar el mundo, y la
astrología es otra” (lo que no impide que ella reclame evidencia científica para la astrología). De manera
similar, Harding (2000, p.17) nos dice, sin brindar detalles específicos, que “Se puede afirmar que la visión
científica del mundo es tan completamente diferente de la del astrólogo, que la ciencia simplemente no
puede relacionarse con el modelo astrológico. en absoluto…” (Esta afirmación existe simultáneamente
junto con la prisa en la comunidad astrológica por asociar la astrología con las últimas teorías científicas
– ver nota #18). Pero, ¿cuál es esta visión astrológica del mundo? ¿Es la cosmovisión aristotélica
sostenida por muchos astrólogos antiguos? ¿La visión neoplatónica sostenida por astrólogos como
Plotino? ¿O la cosmovisión astrológica está asociada con una jerarquía de 'planos de ser y existencia',
como lo describe Nègre (1998)? O, siguiendo a Cornelius (1994, 1998), ¿deberían los astrólogos volver a
las ideas de la antigua Mesopotamia con respecto a
presagios y espíritus? ¿O son los astrólogos psicológicos que se contentan con que la astrología es solo una
proyección de arquetipos inconscientes en el camino correcto? Además, ¿qué implican expresiones como
“diferentes formas de ver el mundo” y “completamente diferente”? ¿Proporciona la astrología una explicación
alternativa de los orígenes humanos y está asociada con sus propios modelos del origen y el funcionamiento del
universo en comparación con los modelos científicos contemporáneos? Las encuestas de los propios astrólogos
occidentales no indican que se suscriban a ninguna visión del mundo en particular.
No parecen diferentes de ningún otro grupo de la sociedad (véase, por ejemplo, Elliot, 1993).
Desafortunadamente, encontrar una visión del mundo, un paradigma o una filosofía que sea más compatible
con la astrología que los científicos modernos, por sí solo, proporciona poco apoyo para la premisa astrológica
básica y vaga de "como es arriba, es abajo", y mucho menos para sistemas particulares de astrología . .
Encontrar un paradigma que sea compatible con la astrología logra poco ya que la astrología todavía tiene que
ser probada dentro del paradigma. ¿Por qué debería tomarse en serio la astrología solo porque un nuevo
paradigma podría ser compatible con ella? A modo de comparación, consideremos la visión del mundo
materialista o naturalista, que puede respaldar una gran diversidad de teorías en competencia con supuestos
muy diferentes, como el lamarckismo y la evolución en biología, y teorías como la frenología, el conductismo, el
funcionalismo, el conexionismo, la sociobiología, etc. Psicoanálisis freudiano y Piaget en psicología. Cada uno de
estos enfoques está englobado dentro de una visión naturalista del mundo, pero esto no impide su extensa
evaluación crítica y comparación dentro de ese marco y, en muchos casos, el rechazo.
Perry (1991a) nos dice que la visión del mundo necesaria para dar sentido a la astrología debe involucrar “un
reino sagrado que une, ordena y anima el cosmos” (p. 19), o lo que West llama “un sistema de magia” ( 1991, p.
223) y Cornelius (1994, p. 19) llama “algún otro elemento” (es decir, distinto del delirio y la percepción
extrasensorial). La perspectiva propuesta por Perry reintroduce nociones antiguas de causalidad teleológica,
poderes ocultos de atracción y, lo que es más importante, la noción de que la psique y el cosmos son similares y
se corresponden a través de la acción simbólica a distancia (1995a, p.15). 16), sin la discusión y el debate
necesarios para evaluar estas expresiones.
Además, explica Perry, esto supondrá un retorno, al menos en parte, a las creencias que eran comunes en
las culturas precientíficas en las que un "alma/conciencia mundial" era inmanente en todas las partes del universo.
El universo, así concebido, implicaba una jerarquía con partes interconectadas por "resonancias simpáticas". La
astrología jugó un papel importante en tales visiones del mundo porque le dio a la gente un lenguaje simbólico
“para comprender los diversos significados y correspondencias de los fenómenos naturales” (Perry, 1995a, p.
15; también, 1993, p. 2).
En la perspectiva trascendente de Perry, el “Universo tiene intenciones para nosotros” y “hay una inteligencia
subyacente que organiza la infinidad de cosas que suceden en el universo”. Esta "inteligencia organizadora" o
"mayor conciencia" siempre nos ayuda en el desarrollo de nuestras capacidades innatas, haciéndonos crecer, por
así decirlo, para que podamos volvernos más plenamente conscientes de nuestras verdaderas identidades" (Perry,
1999, p.1, 3) [Nota 25] No está claro cómo Perry sabe esto, parece poco probable que tenga acceso directo y sin
mediación a la mente divina. Muchos incluso podrían estar de acuerdo con la noción general de Perry sobre una
'inteligencia subyacente' y, sin embargo, negar que la astrología nos dé una idea de sus intenciones para los
seres humanos (ver Bourque, 1997; Ankerberg & Weldon, 1989). [Nota 26] La noción de 'nuestra verdadera
identidad', por ejemplo, es una que muchos empiristas, filósofos posmodernistas y budistas considerarían
problemática.
Los budistas consideran que hablar de un núcleo esencial del ser de uno es ilusorio, mientras que los
posmodernistas considerarían que hablar de "nuestras verdaderas identidades" es una ilusión modernista.
Entonces, una explicación de las teorías astrológicas debería explicar estos elementos centrales. En cambio, se
nos ofrecen evasivas como “La astrología parece pertenecer a algún otro orden de conocimiento de las cosas, apenas concebible”.
capaz en el mundo moderno” (Cornelius, Hyde & Webster, 1995, p. 167). Si bien no se proporciona nada
remotamente parecido a una discusión más completa de la naturaleza de estas fuerzas o resonancias,
todavía se nos dice que, sean lo que sean, “hacen posible la creación, de hecho, toda vida orgánica
consciente” (West, 1991, p. 221).
4.5.b.El problema de la diversidad de cosmovisiones astrológicas. La noción de visiones del mundo está
relacionada con las tradiciones filosóficas. Campion (1996, p. 134) señala que “las escuelas filosóficas
que muchos astrólogos encuentran tan atractivas, especialmente el platonismo, el budismo y el taoísmo,
pueden igualmente fomentar el escepticismo y, por lo tanto, la hostilidad hacia la astrología”. Por ejemplo,
Wilber (1999), trabajando desde una perspectiva espiritual transpersonal, critica fuertemente la astrología.
Además, Perry y otros ignoran o restan importancia a la gran diversidad encontrada entre las culturas
primitivas con respecto a las visiones del mundo precientíficas y las astrologías en conflicto que se
desarrollaron dentro de ellas. Las diferentes astrologías que encontramos en todo el mundo están
entrelazadas con varios sistemas religiosos y cosmologías en conflicto.
Las sociedades que poseían lo que reconoceríamos como una forma de astrología estaban asociadas
tanto con visiones del mundo como con astrologías que diferían radicalmente y eran contradictorias en
muchos fundamentos, incluidas sus concepciones sobre la naturaleza de la realidad última y lo
trascendente, ya fuera lo trascendente. puede ser conocido o es inefable e incognoscible, las estructuras
jerárquicas básicas dentro de las realidades trascendentes postuladas, los modos de la actividad divina (y
si la naturaleza divina era personal o no personal), la naturaleza del yo, el destino de los seres humanos,
etc. Además, las astrologías en Oriente tienen vínculos más estrechos con los sistemas teológicos que los
occidentales modernos. También existe una mayor preocupación en Oriente por eliminar los efectos
astrológicos negativos de formas que muchos astrólogos occidentales no considerarían posibles. Por
ejemplo, en la India, mucha gente visita a los astrólogos para suavizar los golpes del destino horóscopo;
“Los domingos muchos adoradores vienen al templo a pedir que [la diosa]
Kali elimina las malas influencias astrológicas de los dos planetas de sombra, Rahu y Ketu”
(Malville y Swaminathan, 1998, pág. 9). Por lo tanto, las declaraciones generales de que los astrólogos
creen en una "realidad espiritual o trascendente" en lugar de suscribirse a una visión naturalista del
universo, enmascara una miríada de filosofías en conflicto. [Nota 27] ¿ A qué cosmovisión astrológica
precientífica o antigua defienden los astrólogos como Perry que volvamos? [Nota 28]
Asimismo, las astrologías asociadas a menudo diferían entre sí en dimensiones esenciales. Por
ejemplo, las estrellas circumpolares, la estrella polar y las divisiones de cuadrantes del cielo utilizadas en
la astrología china se usan de manera diferente en la astrología occidental. El círculo de 12 animales en
la astrología china tiene poca semejanza con el zodíaco occidental. En la antigua China, Marte estaba
relacionado con la alegría y Júpiter con la ira, lo opuesto a lo que se encuentra en la astrología occidental
(Douglas, 1999). El ascendente es importante en la astrología occidental pero no en la astrología china,
y así sucesivamente (Culver & Ianna, 1988, p.25; Dean, Mather & Kelly, 1996, pp. 5657). Dentro de la
mitología vikinga, la constelación de Tauro se interpretaba como la boca abierta y mordaz del furioso lobo
fenris, una interpretación psicológica diferente en comparación con la persona normalmente tranquila y
lenta de Tauro de la astrología moderna.
En la India también hay una serie de sistemas astrológicos que están en conflicto entre sí y con los
enfoques occidentales. [Ver Premanand, Bhatty & Risbud (1993) para una visión general y crítica de la
astrología india]. “En la astrología occidental, la tendencia general es considerar el Nodo Norte como
benéfico y el Nodo Sur como maléfico. En la astrología hindú, la tendencia general es considerar ambos
Nodos como maléficos” (Dean & Mather, 1977, p.259). En el sistema Dashapaddhati, los nombres de los
planetas están escritos en una secuencia que no es sólo ar
bitrario desde una perspectiva astrológica occidental, pero tampoco está relacionado con ninguna
característica física de los planetas o su distancia de la tierra. Se alega que cada planeta tiene un cierto
período de influencia sobre el destino de las personas. Estos períodos varían de 6 años a 20 años. Cada
planeta toma el control sobre el destino de una persona en el orden especificado por el sistema y la duración
asignada a ellos. La secuencia de los planetas es la misma para todas las personas siempre que siga el
sistema de 120 años de Vinshotiari. Por otro lado, si un astrólogo usa el sistema Ashtottari dasha, los últimos
cuatro planetas aparecen en orden inverso y juntos tienen una duración diferente de 108 años. Durante la
, a menos que viva más de 120
vida de uno, el mismo planeta no puede volver a hacerse cargo de su destino,
años (o 108 años) (ver Risbud, 1998 para una crítica de estos sistemas). Estos dos sistemas no pueden ser
ambos correctos, pero esto parece no haber tenido efecto en su aceptación por parte de astrólogos y clientes.
Cuando nos dirigimos a las Américas, surgen otras diferencias fundamentales en la visión del mundo,
junto con las diferencias astrológicas. Los aztecas solo estaban interesados en el Sol, la Luna y Venus
(Botherstone, 1988). En términos de estructuras jerárquicas y astrología aliada, la cosmología maya era
bastante diferente de las ideas de otras culturas centradas en la tierra o el sol con temas orbitales. Para
empezar, la astrología maya asignó un papel muy central a Venus. Además, la posición de Venus con
respecto al horizonte era, contrariamente a la astrología occidental, más importante para los mayas que su
movimiento. También asociaron las apariciones matutinas y vespertinas de Venus con fases lunares y
eclipses que no tienen equivalentes en otros sistemas astrológicos. Finalmente, la astrología en la vida maya
estaba más cerca de la astrología de la India y de la astrología occidental tradicional que la versión de Perry
en que el enfoque central era la adivinación y la profecía (Aveni, 1992; Danien & Sharer, 1992).
Incluso hay diferentes asociaciones de colores con los planetas entre culturas. Las culturas han percibido
a Venus como blanco o amarillo; Saturno como blanco, amarillo, rojo, marrón y negro; Ju piter como blanco
o azul verdoso; Mercurio como verde o azul, y la luna se ha descrito de diversas formas como verde, azul y
plateada (Douglas, 1999). Dentro de la astrología occidental, Venus está asociado con “todo lo bello, que
capta la atracción de tus ojos: museos, teatros, cabarets y burdeles” (de Wohl, 1951, p.146).
Los serios problemas que surgen debido a estas nociones diferentes son precisamente análogos a los
problemas que surgen con la diversidad religiosa en todo el mundo (ver Hick, 1997 para una descripción
general de estas cuestiones críticas). No se puede suponer que las nociones diferentes pueden estar
refiriéndose a la misma realidad última (como diferentes dedos apuntando a la misma luna). Las diferentes
astrologías en todo el mundo (tanto en el pasado como en el presente), están conectadas con ideas muy
diferentes sobre la realidad fundamental y su complejidad que no se pueden eludir con un discurso general
como “La astrología nos une con un cosmos viviente. En un universo consciente, las personas y los planetas
están entretejidos en la misma red sin fisuras del ser” o “hay una inteligencia guía divina inmanente” al
universo (Perry, 1991, p.8; 1999). Claramente, no todos los puntos de vista conflictivos de lo divino y lo
trascendente pueden ser verdaderos, y tampoco pueden serlo los diferentes puntos de vista de la naturaleza
humana y el destino o las astrologías conflictivas asociadas con ellos. [Nota 29]
Es importante tener en cuenta que la diversidad puede generar productividad y no debemos apegarnos a
un enfoque dominante, sino buscar concepciones alternativas y promover la investigación de tales alternativas.
Sin embargo, esta actitud no prevalece en la astrología. La indagación genuina implica el deseo de aprender
y la determinación de seguir la verdad adondequiera que ésta nos lleve. en estafa
En contraste, un examen de libros astrológicos, sitios de Internet, revistas y diarios revelan lo que se puede
denominar investigación simulada, los astrólogos realizan los movimientos de investigación para demostrar
conclusiones inevitables (Kelly, 1998; ver Haack, 1998 sobre la noción de investigación simulada). consulta).
4.5.c. Problemas con el simbolismo astrológico. Anteriormente se argumentó que las correspondencias
reclamadas por los astrólogos no se basaban en ningún tipo de empirismo inductivo, como han afirmado
varios astrólogos. Más bien, las conexiones se establecen sobre la base de asociaciones de palabras,
asociaciones mitológicas, una variedad de nociones simbólicas culturales basadas a su vez en una
plétora de creencias teológicas y ocultas en conflicto, y juegos de palabras idiosincrásicos de astrólogos
individuales. Otros factores son la influencia de la autoridad y la tradición. Autoridad porque así lo dijo
un maestro astrológico, y tradición porque así se hace desde hace cientos o miles de años. El resultado
final es el estado caótico que caracteriza a la astrología sin una metodología acordada para separar las
nociones válidas de las nociones menos válidas o inválidas. En esta sección exploraremos estas
nociones simbólicas.
Mientras que las bases astronómicas y matemáticas de las cosmologías y astrologías desarrolladas
por las culturas mesopotámica, china, maya e india eran sofisticadas, el significado o la cualidad
atribuida a las conjunciones y movimientos planetarios dependía de las creencias religiosas y mitológicas
de las sociedades particulares en las que se encontraban. pregunta. Esto explica por qué muchas de
las características físicas de los cuerpos celestes (tamaño, distancia, etc.) se consideran irrelevantes
en cuanto a sus efectos o significado, o incluso si realmente existe un cuerpo planetario (por ejemplo,
Vulcano) porque lo que importa es el simbolismo o mitología unida al nombre del cuerpo. Las influencias,
efectos o correlaciones atribuidas a las configuraciones planetarias se basan en “correspondencias
mágicas” endémicas a priori , apoyándose en similitudes y analogías superficiales. Por ejemplo, el
astrólogo y médico medieval William de Inglaterra, apeló a la doctrina mágica de "lo similar afecta lo
similar", al igual que los astrólogos de todos los períodos. Por lo tanto, argumentó, "... el sol y Marte
afectan la bilis roja (porque los tres son calientes) y la luna y Venus afectan la flema (porque son fríos)"
y "¿Debería el Marte caliente y seco estar causando una perturbación?" equilibrio de la sangre,
entonces cuando Marte se muda a una casa que tiene un trastorno del pecho, el paciente escupirá
sangre” (French, 1996, p.478). [Nota 30] El astrólogo Davidson (1963) nos dice: “Sin el sol no habría
vida. Es la fuerza impulsora detrás de todo el sistema solar. Representa Fuerza de Voluntad, Vitalidad,
Liderazgo, Creatividad...” (p. 29) y “Los anillos de Saturno simbolizan las limitaciones impuestas por la
acción de Saturno que operan como una dura disciplina externa hasta que hemos aprendido a
disciplinarnos a nosotros mismos” (p. .32). En la mitología, se hace referencia a Mercurio como el
"mensajero de los dioses", por lo tanto, por simple analogía, "Mercurio rige los sistemas corporales que
funcionan como mensajeros o conductos para la comunicación, [como] el sistema nervioso central, el
sistema endocrino y el sistema respiratorio” (Gailing, 2000). Lo interesante del último ejemplo es que
mientras Mercurio era el mensajero de los dioses en la mitología, hablar de sistemas corporales como
mensajeros es metafórico. Los tres sistemas corporales mencionados se 'comunican' de formas bastante
diferentes con partes del cuerpo, ¿por qué no incluir también el sistema circulatorio y linfático? ¿Qué
determina hasta qué punto los astrólogos extienden tales metáforas? No parece haber un método
sistemático subyacente.
Cada vez que se encuentra un cuerpo astronómico recién descubierto, la atribución de sus
conexiones terrestres no se basa en los resultados de investigaciones publicadas con amplia discusión
pública para establecer sus relaciones con los asuntos mundanos. Más bien, si el nombre se puede
identificar (por ejemplo, buscándolo en diccionarios de mitología) y se puede relacionar plausiblemente
con la mitología planetaria existente (no es difícil), entonces el resultado serán largos artículos en
revistas de astrología por autores que exploran la mitología. onda, donde los lectores se conmoverán
hasta las lágrimas o la indignación por la belleza y la perspicacia de las conexiones. Cuando Plutón fue
descubierto en 1930 y Quirón en 1977 (un planeta o luna menor entre las órbitas de Saturno y Urano),
los astrólogos no publicaron investigaciones para establecer sus relaciones con los asuntos humanos y mundanos. Plutó
se le otorga, como cabría esperar de la mitología, una influencia maléfica sobre la vida humana. Como nos dice
Davison (1963), “El planeta que lleva el nombre del Dios de Hades representa el Inframundo de la conciencia del
hombre, aquellos elementos de su naturaleza que no han sido redimidos...” (P.33)
¿Podría ser de otra manera? ¡Es difícil imaginar que los astrólogos alguna vez nos informarían que un planeta llamado
“Plutón” estaría asociado con el amor por la vida y los demás seres humanos, la sensibilidad y el placer (como
Venus)! De manera similar, Hand (1981) comentó: "Muchos creen que (Chiron) tiene una conexión con las enseñanzas
de expansión de la conciencia y con la iniciación a una conciencia superior" (p. 94). En el caso de Quirón, como en el
caso de Plutón, estas relaciones son las que esperaríamos que los astrólogos les atribuyeran si estuvieran basadas
en gran medida en la mitología (Culver & Ianna, 1988).
De manera similar, como dice el astrólogo Press (1993) sobre los asteroides, “...la mitología particular, ya sea
griega, romana, egipcia, etc., es relevante para la expresión del asteroide en la carta [natal]” (p. 178). Habiendo
determinado la mitología del asteroide, el astrólogo observa la posición del asteroide (p. ej., por signo, por casa, por
aspecto) en las cartas de varias personas para ver si hay algo en la personalidad o en el historial que pueda coincidir
con la interpretación de ese asteroide. posición. Por ejemplo, “El asteroide Ícaro representa volar demasiado cerca
del sol. La posición (casa, signo, número) y los aspectos exactos de Ícaro mostrarán dónde se arriesgará una
persona” (p. 197). Siempre que sea posible, algunos astrólogos agregarán simbolismo físico al simbolismo mitológico.
Por ejemplo,
La órbita de Ícaro está entre el sol y Júpiter. Esta contención envuelve a Ícaro con la irradiación del Sol y la
expansión de Júpiter. La órbita de Ícaro está dentro y cruza las órbitas de Mercurio, Venus, la Tierra y Marte. Estar
en esas órbitas le da a Ícaro una idea de la inquietud de Mercurio, la sensualidad de Venus, la terrenalidad de la
Tierra y la autoafirmación de Marte" (Press, 1993, p. 196). [Nota 31 ]
¿Qué sucede si los nuevos cuerpos astronómicos llevan el nombre de individuos modernos?
Inicio (1981) dijo:
Una doctrina astrológica moderna popular sostiene que a los planetas recién descubiertos
inevitablemente se les dan nombres apropiados [de los cuales se pueden inferir las relaciones
terrestres correctas], aunque los astrónomos de hoy en día les otorgan los nombres. Esto suele
tomarse como un ejemplo más de sincronicidad (p.33).
Los asteroides sin nombres clásicos tienen un tipo especial de importancia, nuevamente basada puramente en
consideraciones simbólicas. Aquí entramos en el reino de los "asteroides de nombre personal". Press (1993, p.212)
concluye (después de mucha investigación no controlada) que si un asteroide tiene tu nombre, o algo parecido,
entonces su posición en tu horóscopo describe tu relación contigo mismo (lo que sea que eso signifique). Si un
asteroide tiene el nombre de otra persona (por ejemplo, el asteroide #3085 se llama Donna), entonces su posición en
tu horóscopo (carta natal) describe tu relación con esa persona. Esto parecería implicar que su relación con todas las
Donna del mundo tendría mucho en común.
Las preocupaciones culturales llevan a los astrólogos de una región en particular a atribuir asociaciones
simbólicas a fenómenos astronómicos que los astrólogos en otras partes del mundo verían de manera completamente
diferente, suponiendo que consideraran relevantes tales observaciones en primer lugar.
Por ejemplo, en algunos templos hindúes de la India se cree que el sol sufre de lepra.
Las manchas solares pueden haber jugado un papel en esta asociación simbólica (Malville & Swaminathan, 1998).
La mayoría de los astrólogos modernos ven la astrología como un sistema que abarca toda la vida. Para ellos,
todo lo que sucede en la tierra, incluidos los combustibles y sus precios, la ira al volante, robar bases en el
béisbol, encontrar a tu mejor compañero, las ventajas atléticas en las Olimpiadas, el comportamiento político
de los candidatos contrarios, una persona que se resbala en el hielo en invierno. , ya sea que una persona
tenga o no un accidente automovilístico, etc., todos están conectados a los planetas (ver artículos de as
trologers en el sitio de astrología, Stariq, 2000). Las conexiones simbólicas descritas por los astrólogos,
como "Neptuno está vinculado a los combustibles fósiles" y "Urano y Neptuno nos trajeron Internet", se basan
completamente en asociaciones verbales, analogías estiradas y extensiones idiosincrásicas del simbolismo
mitológico. Además, la validez de estas conexiones simbólicas no está determinada por la investigación
empírica o la coherencia con la teoría científica establecida, sino más bien por el prestigio del astrólogo, la
creatividad del astrólogo para extender el simbolismo para abarcar los intereses de los lectores, y la habilidad
del astrólogo para contar una 'buena historia'. Por lo tanto, diferentes astrólogos llegarán a interpretaciones
simbólicas bastante diferentes de las posiciones planetarias y los eventos terrestres, y cada uno estará
convencido de la validez de sus propias conexiones percibidas. Si por casualidad, el astrólogo puede encontrar
un estudio empírico que respalde las afirmaciones, se promociona como 'científicamente respaldado', pero la
falta de cualquier investigación empírica de respaldo no tendrá ningún efecto sobre la validez percibida de
las conexiones simbólicas afirmadas [ver cualquier número de Mountain Astrologer, Astrological Journal o el
sitio astrológico Stariq, 2000).
4.5.d. El simbolismo y la prueba de afirmaciones astrológicas. La sección anterior sobre simbolismo indica
cómo los astrólogos pueden afirmar que la prueba de la astrología es casi imposible, al tiempo que afirman
que su experiencia diaria (es decir, la prueba) lo confirma todo. Aunque existen tradiciones astrológicas
específicas, la flexibilidad del simbolismo permite que casi cualquier resultado se considere confirmatorio. En
consecuencia, un problema principal con la prueba de afirmaciones astrológicas es que no hay resultados
claros que se consideren problemáticos para la teoría astrológica. De hecho, el comportamiento de los
astrólogos indica que parece haber solo una 'teoría' general en astrología, "Como es arriba, es abajo", o la
afirmación de que existen (no especificadas de antemano) correlaciones entre las posiciones de los cuerpos
celestes y acontecimientos terrenales.
Los astrólogos llaman a Urano el planeta del divorcio (ver Wolfstar, 2000), pero ni Urano ni ninguna
conjunción o tránsito en particular con Urano tienen que jugar un papel en ningún divorcio en particular o
incluso en la mayoría de los divorcios. De hecho, casi cualquier otra conjunción o tránsito planetario podría,
con un poco de extensión, ser interpretado para desempeñar un papel en una carta de parejas divorciadas,
haciendo que todo sea 'explicable' en términos astrológicos. Si encontramos “Venus Cuadratura Saturno” en
la mayoría de las cartas de las personas divorciadas, esto tendría sentido astrológico. Pero con un poco de
extensión también lo sería “Sol Cuadratura Marte”. Sol Cuadratura Marte significa fuerza de voluntad, agresión,
etc. Una expresión en la vida diaria sería muchas discusiones, luchas, la voluntad de una pareja de dominar
sobre la otra, y así sucesivamente, por lo tanto, “Con razón estas personas se divorciaron. ” [Nota 32]
Considere ahora a un astrólogo que explica la muerte súbita de un cliente con un Urano en tránsito dentro
de un grado en conjunción con la cúspide de la Quinta Casa. Esto parece extraño porque la Quinta Casa está
asociada con los niños y la diversión. Pero el astrólogo podría señalar, en el nivel 'mundano', que la cúspide
de la Quinta Casa forma un Cuadrado con la cúspide de la Octava Casa, que es la Casa de la Muerte. Un
lector no encontrará nada sobre tal 'causa' en ningún libro de texto de astrología. Sin embargo, habría
bastantes astrólogos a los que se podría persuadir fácilmente de que tal explicación tiene sentido (este tipo
de malabarismo astrológico ad hoc se lleva a cabo todo el tiempo en sitios astrológicos de Internet como
Stariq ).
De acuerdo, en la investigación de los astrólogos y simpatizantes, "todo vale" siempre que se obtenga alguna
relación entre el simbolismo astrológico y los eventos terrenales. Y, por supuesto, la probabilidad de que se
descubra alguna relación es mucho, mucho mayor que la de que se descubra una relación específica. [Nota
33] Consideremos el estudio publicado recientemente por Denness (2000). Este estudio encontró una tendencia
de los ladrones de autos y sus víctimas a compartir el mismo signo solar en dos áreas de Inglaterra. Aquí no se
prueba ninguna teoría astrológica específica, solo la cuestión de si existe una conexión entre un conjunto de
datos (en este caso, el signo de nacimiento de los propietarios de automóviles) y otro conjunto de datos (signo
de nacimiento de los ladrones de automóviles). Si la relación descubierta era muy diferente, por ejemplo, las
víctimas y los ladrones de autos evitaban compartir los mismos signos, o tenían signos opuestos, o un grupo
tenía signos impares y el otro pares, o un grupo tenía signos masculinos y el otro grupo femenino. signos, el
estudio todavía se describiría como "un argumento de que los signos zodiacales influyen en las elecciones de
carrera" (p. 47). Por otro lado, si el estudio no hubiera encontrado relación de ningún tipo entre los signos de
los participantes, esto tampoco sería un problema para los astrólogos. Los hallazgos negativos serían criticados
por los astrólogos por probar factores aislados e ignorar los efectos calificadores de otros factores en los
horóscopos, o se argumentaría que los signos solares son demasiado toscos para detectar efectos tan sutiles
y las conjunciones y tránsitos planetarios habrían sido más informativo Irónicamente, podría ser criticado por
no probar ninguna afirmación de libro de texto reconocida. [Nota 34]
Probar afirmaciones específicas tampoco ayuda, ya que los astrólogos tienen una gran variedad de
excusas ad hoc para rechazar cualquier estudio que no confirme ninguna afirmación específica. Algunos de
estos son: se pasó por alto un factor en el gráfico, se hizo en el país equivocado, las estrellas se inclinan no
obligan, el significado de los factores puede haber cambiado para las personas involucradas, etc. (ver Kelly,
1998). Todo esto apoya la conclusión de que la astrología no es una disciplina digna de ese nombre. Los
hallazgos positivos nunca podrían sumar nada coherente, ya que no hay forma de hacer un seguimiento de los
estudios y probar hipótesis refinadas que podrían hacer avanzar el campo. No existe una teoría astrológica en
la investigación, excepto el vago “como es arriba, es abajo”, y una hipótesis ad hoc para cada hallazgo negativo.
5 Apelaciones a fuerzas misteriosas y desconocidas
Se apela a influencias mágicas o desconocidas siempre que la astrología está en dificultades. Anteriormente
en este artículo (p.10) se describió el problema de incluir todos los asteroides en la carta natal/horóscopo. Hand
(1981) señala que la astróloga Eleanor Bach 'resolvió' el problema utilizando sólo los primeros cuatro asteroides
descubiertos. Hand (1981) justifica esta elección arbitraria al decirnos que: Una forma de defender el uso de
los primeros cuatro
que se descubren (en lugar de los cuatro más grandes) es decir que el efecto de los cuerpos celestes
está relacionado de alguna manera con conciencia humana de ellos en lugar de sus propiedades físicas. Como
los primeros en ser descubiertos, sin duda causaron un mayor impacto que los miles que se descubrieron más
tarde (p. 93).
Nos quedamos en la oscuridad en cuanto a lo que tiende a significar aquí "de alguna manera relacionado"
y "mayor impacto". ¿Qué pasa con las personas que nunca han oído hablar de los primeros cuatro asteroides?
(¡El mismo problema se aplica al uso de Urano, Neptuno y Plutón! Hasta el descubrimiento de Urano a finales
de 1700, la astrología tenía a Saturno como el planeta exterior). ¿Significa esto que los asteroides no pueden
usarse para construir sus cartas, o la conciencia de los académicos sobre su existencia nos cubre al resto de
nosotros? Sin duda, otro conjunto de "reglas especiales" puede ser ideado por
astrólogos para 'resolver' este problema. [Goodman (1971) menciona que los nuevos asteroides simplemente
funcionan desde el primer momento en que son descubiertos por los astrónomos]. Tales especulaciones tienen la
gran ventaja de no requerir argumento y la desventaja de no decir nada.
Algunas de las graves dificultades de las correspondencias mágicas como explicaciones son descritas por
Dean, Loptson y Kelly (1996):
Primero, las correspondencias mágicas son argumentos de analogía, que pueden expresarse en la forma en
que el objeto X tiene las propiedades A y B, el objeto Y tiene la propiedad A, por lo tanto, Y también tiene B.
John Smith es alto, por lo tanto, John Brown es alto... la inferencia es vívida y rápida, y por lo tanto (como en
la astrología) agradablemente seductora, pero nuestras posibilidades de que sea correcta no son buenas...
Las parteras ya no abren la puerta para aliviar un parto doloroso. Ya no aparecen ideas alquímicas en los
cursos de química. De hecho, las correspondencias mágicas han tenido un éxito tan espectacular que en la
educación occidental actual la doctrina sobrevive solo como un ejemplo de pensamiento falaz. En segundo
lugar, es imposible especificar dos cosas cualesquiera, por diferentes que sean, que no muestren algún tipo
de correspondencia. Un cuervo es como un escritorio porque ambos comienzan con el sonido 'r', ambos
proyectan sombras, ambos contienen púas. Una mota de arena es como el Empire State Building porque
tienen el mismo color, ambas contienen sílice y tienen una gran cantidad de átomos... El punto es, ¿cómo
podemos distinguir una correspondencia mágica de otras correspondencias? Los libros no nos lo dicen.
Tercero, no tenemos una forma inmediata de elegir entre correspondencias mágicas opuestas. Los gatos
negros fueron afortunados para los antiguos egipcios, pero desafortunados para los europeos medievales. La
luna era masculina para los babilonios pero femenina para los griegos... ¿Es Marte desafortunado porque rojo
= sangre (guerra), o afortunado porque rojo = sangre (vida)?
¿Quién puede creer en una correspondencia mágica cuando es tan fácilmente negada por otro? (págs. 2829).
Otras críticas al pensamiento mágico pueden encontrarse desde un punto de vista filosófico en Thagard (1980) y
Vickers (1988), y desde una perspectiva psicológica en Zusne y Jones (1989).
6. Conclusión
Los argumentos presentados en este artículo muestran que las explicaciones presentadas por los astrólogos
sobre el origen y la justificación de las relaciones celestiales postuladas con el comportamiento/actividades
externas de los seres humanos (astrología tradicional), o las estructuras internas de la conciencia (astrología
psicológica moderna) son problemáticas y inverosímil en extremo.
Podemos concluir que la astrología, tal como la practican actualmente la mayoría de los astrólogos, en sus
variaciones multifacéticas y a menudo contradictorias (todas las cuales afirman verdades que supuestamente
trascienden tanto el tiempo como el espacio) no es una fuente confiable de información o conocimiento sobre
nosotros mismos. Las anomalías y los problemas no resultan en intentos constructivos de revisar la base
conceptual de la astrología o extenderla de manera que permita a los astrólogos aprender de los fracasos como
lo hacen en las disciplinas ortodoxas (Mayo, 1996). Más bien, se abordan mediante el uso de metáforas que no
conducen a ninguna parte y de hipótesis ad hoc que cambian constantemente y que no se pueden comprobar de forma independien
Las confirmaciones se atribuyen fácilmente como apoyo, pero las fallas pueden estar ocultas en la complejidad
de la astrología y nunca necesitan confrontar ninguna hipótesis astrológica específica. De ahí la indiferencia
general de la mayoría de los astrólogos a la evidencia negativa (Mayo, 1996, pp 280282; Kelly, 1998).
El fracaso de los modelos físicos para proporcionar una base plausible para los principios astrológicos ha
resultado en un cambio o retorno a visiones del mundo más animistas y trascendentales. Mientras que
La trología es más “plausible” dentro de tales visiones del mundo, lo es solo en el sentido banal de
que tales marcos proporcionan menos restricciones sobre lo que se puede postular que las
formulaciones científicas modernas del mundo. La apelación a cosmovisiones trascendentes permite
que las postulaciones de los astrólogos anulen o eludan cualquier ley física que pueda entrar en
conflicto con el filosofar astrológico (Evans, 1994). Los astrólogos que abogan por tales visiones del
mundo no proporcionan posiciones articuladas capaces de una evaluación y mejora constructivas,
sino que expresan su "marco" en términos de expresiones espirituales/ocultas, junto con referencias
pasajeras a la física moderna y disciplinas afines para parecer contemporáneas y de moda. A estas
circunvoluciones (por ejemplo, 'espíritus animadores', 'simpatías', 'conciencia pura', 'enlaces
resonantes de frecuencias vibratorias', 'anatomía psíquica', etc.) no se les atribuyen propiedades que tengan algún valo
Nos quedamos con un conjunto dispar de ideas sacadas de contexto de varias visiones del mundo
antiguas, a menudo incompatibles, yuxtapuestas sin ninguna metafísica coherente e interconectada.
Hay poco acuerdo dentro de la astrología sobre qué factores astrológicos deben considerarse en
una carta (es decir, qué factores pueden ignorarse), ni cómo deben combinarse los factores
seleccionados, ni qué factores hacen la contribución más fuerte en la carta natal, ni cómo para recopilar
datos relevantes para resolver incluso las disputas astrológicas más básicas. En consecuencia, la
astrología no tiene los recursos conceptuales para lidiar con sus propias anomalías, y mucho menos
para contribuir a los descubrimientos en otros campos (como la psicología o la biología) que no sea
por medios arbitrarios y sofismas. Las interpretaciones astrológicas de las cartas natales se basan en
una mezcolanza no sistemática de simbolismos físicos, asociaciones de palabras, analogías,
conexiones mitológicas y contribuciones idiosincrásicas de astrólogos individuales, así como autoridad
y tradición. La astrología es parte de nuestro pasado, pero los astrólogos no han dado ninguna razón
plausible por la que debería tener un papel en nuestro futuro, excepto por su innegable valor histórico.
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***
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notas
NOTA 1. Este artículo es una versión ampliada y revisada de un artículo publicado en Psycho logical
Reports, 1997, 81, 10351066. Quiero reconocer las importantes contribuciones de Geoffrey Dean y
Suitbert Ertel a este manuscrito. De muchas maneras contribuyeron a un artículo más legible y preciso.
También agradezco sus comentarios: Rudolf Smit, JWNien huys, Mogens Winther, Anthony Aveni
(sobre astrología maya), Dale Beyerstein, Peter Loptson y MS Risbud.
NOTA 2. ¿Qué tan exitosos son los astrólogos al hacer predicciones? Diferentes astrólogos ofrecen
respuestas contradictorias. Vaughan (1995) nos dice que los astrólogos, a lo largo de la época medieval,
han hecho muchas predicciones exitosas, incluyendo predicciones de muerte. Por otro lado, dice
Guinard (1997), “sigue siendo cierto que durante dos mil años, la astrología por sí sola no ha predicho
estrictamente ningún evento político o cultural importante”. Campion (1997) sostiene que no existen
técnicas confiables en astrología para hacer predicciones específicas exitosas. Por ejemplo, considere
las predicciones de la muerte: “La predicción de la muerte, astrológicamente, es un asunto altamente
subjetivo, y no puede haber reglas para predecir la muerte, porque si se aplicaron en la época medieval,
se aplicarían ahora, pero ahora tenemos mucho más. mayor esperanza de vida y los ciclos planetarios
no se han estirado”. También es interesante notar que cuando se hacen predicciones exitosas, no hay
consenso en la comunidad astrológica con respecto a las predicciones. Las predicciones exitosas
parecen ser hechas por astrólogos aislados y la gran mayoría se pierde el evento por completo. Si bien
varios astrólogos sostienen que los astrólogos no pueden predecir eventos específicos, afirman que
pueden decir que "algo" va a suceder.
Pero los astrólogos no predijeron la Segunda Guerra Mundial, y ¿por qué la gran mayoría de los
astrólogos se perdieron 'el algo' de la caída del muro de Berlín y la ruptura de Rusia en 1990? ¿Y por
qué tantos astrólogos predijeron erróneamente una catástrofe a principios del siglo XX con el fiasco del
Y2K? [Véase el sitio astrológico de Townshend (1999) para un gran número de predicciones de
astrólogos sobre el desastre del año 2000]. La gran mayoría de los astrólogos pasan completamente
por alto eventos importantes, y la gran mayoría se equivoca cuando hace predicciones específicas de eventos importante
Interesantes ejemplos recientes incluyen las predicciones de los astrólogos sobre el resultado de las
elecciones presidenciales de EE. UU. del año 2000 y las predicciones del terremoto del 26 de enero en
la India (el peor en 50 años). Como de costumbre, solo unos pocos astrólogos aislados hicieron las
llamadas correctas. Veámoslos en contexto. En una encuesta de diez astrólogos prominentes en el sitio
astrológico Stariq (2000), cuatro encontraron múltiples indicadores celestiales de que Bush ganaría,
cuatro predijeron que Gore ganaría y dos cubrieron sus apuestas y no hicieron una predicción clara
sobre quién sería el nuevo presidente. . Estas predicciones siguen las encuestas realizadas a los
votantes estadounidenses que estaban igualmente divididos. Después de la elección, los astrólogos
hicieron mucho hincapié en que "Mercurio se estacionó directamente en la noche del 7 de noviembre
de 2000" (ver Tarriktar, 2001). Si era tan obvio acerca de Mercurio, ¿por qué millones de astrólogos de
todo el mundo lo pasaron por alto? Además, ¿Tiene sentido astrológico hablar de Mercurio estacionario,
dado que Mercurio retrógrado es un factor aislado? De manera similar, se nos dice (Stariq, 2001) que
al menos dos astrólogos en la India, de quizás cien mil, predijeron el terremoto del 26 de enero , 2001 y
”Podemos ver el terremoto reflejado en los tránsitos a la carta de la India" (Wolfstar, 2001). Pero
nuevamente estamos tratando con un factor aislado que supuestamente es tabú en astrología. Además,
si es tan fácil de ver, ¿por qué las comunidades astrológicas de todo el mundo (y especialmente en la
India) no emitieron advertencias públicas? ¿Y por qué solo unos pocos de los millones en todo el mundo lo vieron venir?
todos los promedios de bateo (predicciones específicas correctas versus predicciones específicas incorrectas)
de los astrólogos que hacen predicciones exitosas? Es poco probable que el lector sepa de la comunidad
astrológica que algunos astrólogos hindúes predijeron que un terremoto aún mayor que el del 26 de enero
ocurriría en la India el 5 de febrero de 2001 (Yahoo, 2 de febrero de 2001). Felizmente, se equivocaron esa
vez. Dado que los astrólogos no solo poseen la misma información que todos los demás tienen, también se
supone que tienen una fuente adicional de información proporcionada por los cielos. Uno podría esperar que
los astrólogos no solo tengan mucho más consenso en sus predicciones, sino que también, como grupo,
superen constantemente a todos los demás. Si hay tanta diversidad entre los astrólogos con respecto a las
predicciones de dos resultados como las elecciones, seguramente no se puede confiar en ellos en temas más
complejos. Para una interesante discusión histórica de la predicción relevante para la predicción astrológica
ver Pickover (2001).
NOTA 3. La investigación del difunto Michael Gauquelin y su esposa Françoise ha sido constantemente
malinterpretada y distorsionada por astrólogos y simpatizantes de la astrología (p. ej., West, 1991, 1996). Los
Gauquelin no encontraron evidencia de signos, aspectos o tránsitos, pero sí encontraron una débil relación
entre algunas posiciones planetarias en el cielo y el nacimiento de eminentes profesionales en diversas
ocupaciones. Por ejemplo, en el nacimiento de destacados campeones deportivos, Marte tendía a ocurrir más
a menudo de lo esperado por casualidad en las áreas justo después del ascenso y la culminación.
Los Gauquelin intentaron explicar estos hallazgos sugiriendo que los procesos subyacentes involucraban un
temperamento heredado (rasgos de carácter) que estaba impreso por efectos geomagnéticos planetarios.
Una implicación aquí fue que si los factores mediadores sugeridos eran correctos, uno esperaría que tales
relaciones planetarias estuvieran vinculadas a factores hereditarios y rasgos de carácter.
En 1966, un estudio inicial de Gauquelin de un total de N=16034 padres e hijos sí encontró una débil tendencia
a que los niños nacieran con el mismo énfasis planetario que sus padres. En 1976 un segundo estudio de
N=18298 confirmó el efecto, aunque fue un poco más débil, pero en 1984 un tercer estudio más amplio de
N=33120 no encontró ningún efecto (Gauquelin, 1988).
Gauquelin atribuyó el efecto decreciente al uso cada vez mayor de la inducción del parto, pero Ertel (1989) no
encontró evidencia de efectos de inducción y concluyó que el mecanismo propuesto por Gauquelin era
problemático, por lo que debe ser "reemplazado por otra cosa".
Posteriormente, Ertel (1990, 1993) no encontró apoyo para los efectos de carácterrasgo o para los efectos
geomagnéticos, lo que dejó solo los efectos de ocupación inicial con profesionales eminentes. La confiabilidad
de la base de datos de Gauquelin ha sido cuestionada por el matemático holandés JW Nienhuys (1997), quien
afirma que los hallazgos pueden explicarse mediante la selección y manipulación de datos.
Dean (2000, 2002) ha vuelto a analizar recientemente los datos hereditarios y profesionales de Gauquelin y
ha encontrado pruebas de artefactos sociales hasta ahora insospechados. Los efectos predichos por los
artefactos sociales muestran una coincidencia provocativa con los efectos observados por Gauquelin, pero
como enfatiza Dean, esto no significa necesariamente que los efectos observados se expliquen de ese modo,
solo significa que los artefactos sociales tienen que ser controlados antes de que podamos seguir adelante.
Sin embargo, la presencia de artefactos sociales argumentaría en contra de que los datos no sean confiables
o sean fraudulentos, simplemente porque Gauquelin difícilmente podría ser fraudulento con los artefactos
sociales que desconocía. Ertel (2000, 2003) ha cuestionado los hallazgos de Dean, argumentando que no
existían las condiciones sociales necesarias para producir artefactos sociales, argumentos que han sido
refutados por Dean (2003).
Es interesante notar que los hallazgos generales de Gauquelin apenas apoyan la astrología. Como señaló
Dean (2002), “los astrólogos no afirman que la astrología no funcione para la mitad de los planetas, signos,
aspectos, carácter o (según las cifras de Gauquelin) para el 99,994 por ciento de la población que no es
eminente. ” Además, cuando Gauquelin probó la capacidad de los astrólogos para predecir el carácter y el
comportamiento de las personas utilizando toda la tabla, invariablemente fallaron, lo que lo llevó a concluir
que los horóscopos no tenían ningún valor útil para comprender a las personas (Gauquelin, 1983).
Seymour (1990, 1996) ha defendido la validez de una astrología limitada basada en los hallazgos de
Gauquelin. Él especula que nuestras redes neuronales responden a las fluctuaciones en el campo
geomagnético de la tierra que, a su vez, interactúa con los campos gravitatorios de los planetas.
McGillion (2002) ha argumentado a favor de un intermediario pineal.
Desafortunadamente, mientras que las teorizaciones de Seymour y McGillion no contradicen las teorías
físicas modernas, para hacer un caso plausible uno necesita más que un ajuste posterior al evento a los
resultados de Gauquelin. A pesar de sus apelaciones al estatus científico de su explicación, no especifican
cómo podrían probarse sus teorías. Por ejemplo, no abordan el desajuste entre las frecuencias planetarias
y biológicas, y cómo un niño por nacer puede captar la diferencia entre Júpiter y Saturno cuando las
frecuencias de sus señales diurnas en realidad se superponen, y cómo puede funcionar realmente cuando
la cadena causal de la herencia genética a la personalidad es extremadamente compleja y no lineal (ver
Turkheimer, 1998). Ver también Dean (2000) para más críticas.
Peor aún, tanto Seymour como McGillion no logran discutir la inviabilidad de una astrología basada en
efectos débiles que se desvanecen (llamarla una "astrología limitada" es una gran subestimación).
Por ejemplo, supongamos que tenemos un cliente masculino cuyo Marte acaba de salir o culminar.
Si sobre la base del efecto Marte de Gauquelin predijéramos que podría ser un campeón deportivo, nuestra
probabilidad de acertar sería del 52 % si en realidad fuera un campeón deportivo eminente, del 50,2 % si
fuera eminente y del 50,00001 % si fuera un campeón deportivo eminente. no eminente, todo contra 50%
por lanzar una moneda. Incluso si fuera eminente, una predicción que no estuviera de acuerdo con aquello
en lo que ya era eminente probablemente sería ignorada. Nuestra astrología sería impracticable.
Por supuesto, si los artefactos sociales resultan explicar los efectos de Gauquelin, tanto Seymour como
McGillion no tienen nada que explicar.
NOTA 4. La calidad de gran parte del pensamiento astrológico se resume en las descripciones de la ex
astróloga Joanna Ashmun de los intercambios de Internet entre astrólogos: “El escepticismo no es evidente
y, de hecho, se desaconseja... La forma en que los astrólogos tratan a los investigadores y a los escépticos
es simplemente la forma en que tratan a otros astrólogos que no están de acuerdo con ellos, continuando
como si ellos y sus desacuerdos nunca hubieran existido... Lo que me resulta menos cómodo de las
discusiones sobre astrología (y no solo en Internet) es su inmaterialidad, su falta de toma de tierra.
Los astrólogos están menos alfabetizados que el promedio; escriben mal y leen mal; casi no hay respuesta
crítica; los errores son ignorados, las correcciones no son reconocidas. Responden sin pensar, citan de
memoria, afirman que cualquier cosa publicada en cualquier lugar y en cualquier momento es de
conocimiento general, y luego se desvían y discuten sobre quién es un mentiroso en lugar de resolver los
hechos de la pregunta original. No hay nada parecido a la revisión por pares, excepto en lo que respecta a
la corrección política. El hecho es que no buscan cosas, ¡ni siquiera cuando no están de acuerdo contigo!
La mayoría de los astrólogos preferirían tener una cita dudosa de Dane Rudhyar o CG Jung para respaldar
sus opiniones que una buena investigación” (Ashmun, 1996, p.4143).
NOTA 5. Esta forma de tratar con ideas en conflicto es bastante común en el mundo astrológico. A menudo se
afirma que “todo funciona”; solo depende del punto de vista, la línea de enfoque, etc. de cada uno. Aquí, la
especulación, sin argumentos que la acompañen, suele ser la regla. Entonces, con respecto a los sistemas de
casas en conflicto, uno puede escuchar respuestas como: "Quizás Regiomontanus funciona mejor para el carácter
y las circunstancias de la vida, mientras que Placidus puede dar una mejor percepción de los eventos, y Koch
funciona mejor para las carreras de caballos...". Pero no hay acuerdo entre los astrólogos sobre estas afirmaciones
o incluso un acuerdo mínimo sobre cómo se podría probar tal especulación.
NOTA 6. La afirmación que se escucha con frecuencia en los libros de texto de que “las estrellas se inclinan, no
obligan” se contradice con declaraciones en cualquier libro o revista de astrología. Así nos dice el astrólogo británico
Campion (1987), “los signos gobiernan las habilidades y los talentos” (p.45), “los artistas están vinculados
específicamente a un” (p.17), 5ª casa (p.47), y el sol en quinta casa" (p. 49). No hay peros
aquí. fuerte Venus
NOTA 7. Se podría usar una variedad de reglas ad hoc , por ejemplo, mayor = Sol, o (para gemelos de sexo
opuesto) Varón = Sol, o podría ser la que mejor se adapte a la inspección. Al fin y al cabo, todo lo que les importa a
los astrólogos es tener una estrategia práctica, por arbitraria que sea.
NOTA 8. En realidad, Freud no descubrió el inconsciente. Hay una gran literatura prefreudiana sobre el tema. Lo
que hizo Freud fue utilizar el término como una herramienta de trabajo que podía ser investigada psicológicamente
(Fine, 1973, p.3637). Además, el Polo Norte no fue 'descubierto' en absoluto. Todos sabían dónde y qué era.
NOTA 9. Owen (2000), escribiendo en The Mountain Astrologer, elogia las delineaciones de los signos solares
porque las personas pueden "reconocerse a sí mismas" en ellas, lo que implica que son precisas, pero está
desconcertado por el apetito del público por los pronósticos de los signos solares cuando son precisos. tan
"consistentemente equivocado". Desafortunadamente, ella no aclara la distinción entre pronósticos y delineaciones
o por qué uno y no el otro podría verse como exacto.
NOTA 10. Una cuestión subyacente más general aquí es por qué los mismos astrólogos creen en la astrología.
Como señalan Dean, Mather y Kelly (1996), los pasos para creer son a grandes rasgos: 1. Leer libros
de astrología, tomar conciencia del sistema.
2. Obtenga más información, calcule gráficos, compruebe que parecen
funcionar. 3. Deslúmbrese con la historia, la majestuosidad y el puro atractivo de todo.
4. Adopte el sistema como verdadero y rechace los ataques para evitar la disonancia cognitiva.
La secuencia del 1 al 4 no es irrazonable. A los estudiantes de astrología no se les dice que acepten la astrología
sin cuestionamientos, se les dice que prueben las cosas por sí mismos, así que a primera vista, ¿qué podría ser
más justo? El problema, por supuesto, es que no se les informa de todas las trampas de la validación personal (y el
sesgo de confirmación), ni se les dice cómo hacer pruebas controladas o diseñar investigaciones que realmente
prueben hipótesis astrológicas y no hipótesis auxiliares.
Tampoco se les presenta el vasto cuerpo de críticas a los principios astrológicos, como se encuentra, por ejemplo,
en este artículo y en las referencias. Una vez que llegan a (4), entonces cualquier inconsistencia interna y
desacuerdo lógicamente pueden acomodarse como contratiempos menores debido a las complejidades de la
astrología o la inevitable falibilidad humana (ver Dean, Mather y Kelly, 1996).
NOTA 11. Los astrólogos a menudo, en el mismo artículo o libro, alternarán entre terminología causal y no causal.
Cornelius (1998, p.10) menciona que esto fue notado por
San Agustín hace casi dos milenios: “[Agustín] observó que los astrólogos (cuando les convenía) dirán 'Marte
provocó la acción de la violencia en ese hombre' y, si luego se presiona sobre ese punto, dirán 'Marte es un
símbolo ', pero atrápalos otro momento y volverán a hablar como si Marte hubiera causado la cosa". Por ejemplo,
el astrólogo británico Campion (1987) dice: “Saturno provoca retrasos, obstáculos y dificultades materiales” (p.19)
y “Urano gobierna toda nueva tecnología” (p.19).
NOTA 12. Johnsen (2000) señala que el debate entre aquellos astrólogos que creían en la astrología adivinatoria
y aquellos que buscaban explicaciones físicas de las influencias astrales estaba presente en el siglo II EC Casi 20
siglos después, el debate sigue vivo en los círculos astrológicos. con tanta esperanza de ser resuelta como hace
dos milenios.
NOTA 13. Considere como analogía la frase “la medicina funciona”. Esto probablemente se interpretaría en el
sentido de que la medicina como disciplina ha demostrado técnicas que funcionan.
Sin embargo, algunas afirmaciones médicas sobre el funcionamiento del cuerpo humano están fuertemente
respaldadas por evidencia, algunas están moderadamente respaldadas y otras son débilmente respaldadas o dudosas.
De manera similar, algunos estudios han demostrado que algunas técnicas en la práctica médica funcionan muy
bien, otras moderadamente bien [pero aún pueden usarse debido a la falta de mejores alternativas, otras no muy
bien (por ejemplo, la prueba de PSA para el cáncer de próstata, pero aún puede ser utilizado debido a la falta de
alternativas a pesar de los altos falsos positivos y falsos negativos)]. Además, existe conciencia en la comunidad
médica de que algunas técnicas pueden funcionar por razones diferentes a las consideradas por los defensores
(ver Beyerstein, 1999). La medicina está respaldada por un gran consenso en la comunidad médica (en áreas
como la anatomía, los mecanismos de muchas enfermedades) y está asociada con una tecnología exitosa (rayos
X, cirugía, resonancia magnética, tomografía por emisión de positrones, etc.). No existe un consenso comparable
dentro de la astrología sobre la confiabilidad comparativa de las técnicas o incluso sobre cómo podemos determinar
la confiabilidad de las técnicas.
NOTA 14. Los astrólogos podrían argumentar que muchas de las técnicas son complementarias en lugar de
contradictorias (varias enfermedades pueden curarse con hierbas, medicamentos, cambio climático, psicoterapia,
etc.). Pero esto depende del astrólogo y/o escuela astrológica. A la mayoría de los trologers no parece importarles
la consistencia en los sistemas que utilizan, aunque solo sea porque la mayoría de ellos no tiene idea de los
detalles técnicos o de la filosofía detrás de ellos. Solo unas pocas escuelas de astrología (Ebertin, Hamburg, Ram,
etc.) saben exactamente lo que están haciendo y, por lo tanto, rechazan los sistemas que no se ajustan a sus
ideas. Como lo ven muchos astrólogos, la astrología es un negocio pragmático. Mientras parezca funcionar, no
se preocupan por (la ausencia de) consistencia en técnicas, filosofía, etc.
NOTA 15. West (1991) intenta eludir el problema de cómo podrían haberse determinado las relaciones astrológicas
apuntando en otra dirección. Está de acuerdo en que un sistema complejo como la astrología no podría haberse
construido sobre la base de observaciones, pero argumenta que esto es igualmente válido para otros cuerpos de
ideas: “... este sistema (astrología)... es un todo. Ninguna cantidad de observación sin objetivo, no importa lo
precisa o minuciosa que sea, podría convertirse, de cualquier manera, en un sistema tan elegante e internamente
consistente. En el reino del hombre, nada evoluciona sin pensar. Ningún cuerpo coherente de conocimiento, como
la astrología, simplemente se acumula, tomando forma a medida que avanza” (p.38). Sin embargo, la astrología
no es un cuerpo coherente de conocimiento sino un cuerpo de ideas, y las ideas no tienen que ser verdaderas
para ser coherentes (por ejemplo, el mundo de Tolkien, Star Trek, etc.). También el
Las inconsistencias históricas y las diferencias entre los sistemas astrológicos de todo el mundo muestran que la
astrología no es el sistema genérico internamente coherente que West pretende que sea.
Además, los cuerpos de conocimiento en las ciencias sociales y naturales tienen estructuras conceptuales
teóricas que se han vuelto más refinadas con el tiempo en respuesta a los hallazgos de la investigación que, a
su vez, dirigen y facilitan la investigación (Whitt, 1992). En contraste, la astrología no ha mostrado ningún
progreso en la solución de sus problemas empíricos y conceptuales. A diferencia de muchas otras teorías, la
astrología no tiene evidencia diversa que converja en sus afirmaciones centrales, no tiene una explicación
plausible para sus supuestas correlaciones, hay poco acuerdo mundial sobre los principios centrales y las
anomalías que señalaron los críticos hace siglos aún permanecen. como dificultades persistentes (Ver Dean
, Mather y Kelly, 1996, págs. 6264; Dean, Ertel, Kelly, Mather y Smit, 2000).
NOTA 16. Dane Rudhyar inició el movimiento en los Estados Unidos para alejarse de las ideas tradicionales.
En su orientación psicológica, Rudhyar y Perry se superponen, siendo la principal diferencia que Rudhyar está
más inclinado al misticismo oriental y los conceptos religiosos. Se puede encontrar un examen crítico de la
astrología de Rudhyar en Kelly y Krutzen (1983). Una consideración profunda del desarrollo de la astrología
psicológica a principios del siglo XX también daría cuenta de las ideas teósofas inyectadas por el astrólogo
británico Alan Leo y el astrólogo estadounidense Marc Edmund Jones (Zoller, 1998).
NOTA 17. En Parsons (2000) se puede encontrar una crítica útil de las visiones no físicas/dualistas de la mente.
NOTA 18. Los astrólogos siempre están tratando de aumentar la plausibilidad superficial de la astrología
asociándola con las últimas teorías que han captado la imaginación del público. Entonces Blumenthal (1994, p.
19) apeló a la relevancia de la "lógica difusa" para la astrología, mientras que Perry aludió a la 'teoría del
caos' (1994, p. 34) y la 'nueva física' ejemplificada por Fritjof Capra y David Bohm. Townley (1994) nos informa
que “las áreas más avanzadas de las matemáticas de sistemas [teoría de la complejidad, teoría de la información]
y la neurociencia [podrían] ser muy amigables con el tipo de pensamiento estructural que ofrece lo mejor de la
astrología y al que la astrología podría contribuir. aportes importantes” (p. 43). Judíosbury (1988) señala cómo el
principio de causalidad formativa de Rupert Sheldrakes “debería eliminar la objeción de que la astrología es
imposible”, añadiendo en una circularidad interesante que “la astrología en sí es un indicador más de su verdad”.
Los astrólogos simplemente afirman, sin proporcionar detalles, que el teorema de Bell, la teoría holonómica de
la mecánica cuántica de Bohm, el principio antrópico y la evolución intencional son compatibles entre sí y
respaldan los principios en los que se basa la astrología. Una característica negativa de los escritos de estos
astrólogos es su tendencia a ser crucialmente vagos en los puntos críticos. No se nos proporcionan detalles de
cómo se llevarán a cabo estas yuxtaposiciones. Sólo nos dan pagarés. Nunca queda claro cómo la nueva física
y otras disciplinas modernas pueden brindar apoyo a la suposición de que configuraciones planetarias específicas
pueden SIMBOLIZAR necesidades humanas fundamentales o impulsos motivacionales (p. ej., cómo el Sol en
cuadratura con Marte simboliza la fuerza y el vigor generales de la personalidad) [ Ver Stengler (1995, 1996)
para comentarios críticos sobre malas interpretaciones de la Mecánica Cuántica por parte de los defensores de
las afirmaciones de la Nueva Era].
Además, estos enfoques modernos de la física no explican por qué las posiciones planetarias de un momento
en el pasado (nacimiento) describen la naturaleza supuestamente continua de una persona en el presente. ¿Y
qué pasa con el 'nacimiento' de un país, una empresa, una resolución, un domicilio, etc., todo lo cual los
astrólogos toman con confianza como si tuvieran sus propias cartas natales? (Jones, 1996). El astrólogo
Cornelius (1998) ha señalado que este es un viejo juego que los astrólogos tienen al
modos jugados, a saber, que la astrología ha sobrevivido disfrazándose como parte de la ciencia y la
filosofía de cada período de tiempo en particular. El disfraz moderno es, según Cornelius, la psicología
profunda (psicoanálisis del arquetipo junguiano) y la física moderna.
Aparte de dar la impresión de que las teorías modernas de la física tienen la clave de la explicación
astrológica, muchos astrólogos mezclan la teoría moderna de las ciencias sociales y biológicas con sus
interpretaciones simbólicas, creando una alianza muy incómoda. Dado que las teorías en las ciencias
sociales cambian en respuesta a nuevos descubrimientos y evidencias, es interesante la facilidad con
la que los astrólogos relacionan las conjunciones planetarias con hallazgos y teorías completamente
diferentes a lo largo del tiempo. Por ejemplo, Banfield (2000) en "La astrología de la depresión" se refiere
a los hallazgos en la literatura psicológica de que puede haber un vínculo entre "la depresión adulta y ser
hipersensible, tímido, introvertido y tímido cuando es joven". Estas firmas infantiles, afirma Banfield, se
pueden identificar en la carta natal/de nacimiento y pueden sugerir una futura depresión. Por ejemplo,
"Los indicadores astrológicos de sensibilidad y vulnerabilidad están vinculados a un fuerte énfasis natal
en los planetas receptivos... énfasis en los signos de agua... y las casas de agua... y la supresión del
elemento fuego en la carta" (Banfield , 2000, p.77). Por otro lado, Angelfire (1999) considera la depresión
en términos de Saturno excesivo y no necesita tal teorización. Así encontramos a algunos astrólogos que
relacionan las configuraciones planetarias con teorías psicológicas y otros que ignoran tales hallazgos.
Esto añade más caos al ya inflado conjunto de técnicas astrológicas y el consiguiente desorden en todo
el campo.
También lo hemos oído todo antes. En el pasado, los astrólogos expresaron la misma confianza con
cada teoría destacada del período. Los dos milenios de fracasos proporcionan una buena base inductiva
para creer que la confianza de los astrólogos actuales está tan fuera de lugar como la de sus
predecesores. Tal representa el triunfo de la esperanza sobre la experiencia.
NOTA 19. Se nos dice que “la astrología nunca fue refutada por los métodos de la ciencia.
Más bien, su invalidez era una presuposición. El problema no era de prueba, sino de paradigma”
(Perry, 1991/2000, p.4). [Nota 35] Sin embargo, en la historia de la ciencia y las ideas, las teorías y los
paradigmas no tienen que ser refutados para ser reemplazados o superados. Tanto Popper como Kuhn
(dos destacados filósofos de la ciencia del siglo XX ) sabían que la astrología no estaba refutada. Popper
(1959), argumentó que, por el contrario, los astrólogos se esfuerzan por desarrollar estrategias de
inmunización para asegurarse de que ninguna evidencia amenace seriamente su teoría. Sus teorías
únicas para todos son tan elásticas que cualquier evidencia que las desmienta puede 'explicarse'. Kuhn
(1970a, b), en términos relacionados, sostuvo que la astrología falla porque los practicantes no
aprendieron y no aprenden de los fracasos. No han establecido procedimientos confiables para determinar
las causas de los errores, aprender de ellos y mejorar sus teorías.
Si bien los astrólogos han adquirido múltiples 'excepciones' para los fracasos, no han acordado los
medios para reducir estas explicaciones alternativas de fracaso e identificar afirmaciones astrológicas
específicas que necesitan rechazo o revisión. También podríamos señalar que los puntos de vista de
los astrólogos en la Edad Media y medieval (que a menudo están en desacuerdo con gran parte de la
práctica actual) tampoco han sido refutados por los astrólogos actuales (por ejemplo, véase Crane (1999)
para una revisión de tales enfoques en la época medieval). Un ejemplo interesante es la doctrina de la
secta, donde los gráficos de nacimientos diurnos y nocturnos se leen de manera diferente (Hand, 1995).
¡En este enfoque, los planetas cambian sus significados en los gráficos diurnos y nocturnos!
NOTA 20. Los astrólogos podrían sortear este problema haciendo que el simbolismo astrológico se
restrinja a los conceptos básicos de la naturaleza humana como afirman los investigadores biopsicológicos y
psicometristas. Esto convertiría a la astrología en una ciencia que podría ser investigada por los métodos
cuantitativos utilizados en las ciencias sociales y de la vida. Este no parece, sin embargo, un camino que la
mayoría de los astrólogos parecen estar dispuestos a seguir.
NOTA 21. Una situación similar surge en el asesoramiento y la psicoterapia. Sin embargo, un examen de los
libros de astrología comparados con los textos clínicos y de consejería muestra diferencias importantes. Los
textos psicológicos, a diferencia de los textos para astrólogos, presentan una visión general de la literatura de
investigación y comparan y contrastan diferentes perspectivas en términos de fortalezas y debilidades (ver
Capuzzi & Gross, 1999 para un ejemplo típico). Además, en la literatura psicológica se pueden encontrar análisis
profundos basados en investigaciones sobre lo que se sabe actualmente acerca de qué tratamientos son más
efectivos para diversos trastornos psicológicos (p. ej., Nathan y Gorman, 1998), pero no existen comparaciones
similares de técnicas basadas en investigaciones. la literatura astrológica.
Las teorías en psicología tampoco requieren los supuestos trascendentales y sobrenaturales extravagantes y
problemáticos que subyacen a la astrología. La astrología complica nuestra visión del universo sin proporcionar
un aumento en la comprensión.
NOTA 22. Los astrólogos a menudo afirman, de manera vaga y asistemática, que la astrología puede llegar a
una comprensión más rápida y profunda de una persona que los psicólogos. Entonces Tyl (en Phillipson, 2000,
p.62) dice: “Hay cientos y cientos de personas que han dicho '¡Dios mío, mi terapeuta tardó seis meses (o un
año) en llegar a eso!' ”. En primer lugar, las mismas historias ocurren en psicología, cuando los clientes cambian
a un terapeuta con una orientación diferente, por lo que la situación no es exclusiva de la astrología. A menudo
sucede dentro de la astrología misma cuando los clientes consultan a un astrólogo diferente. En segundo lugar,
¿qué podemos inferir de esto? No mucho sin las transcripciones completas de las entrevistas. En tercer lugar,
tales historias crean otros problemas para la astrología, ya que la misma situación puede surgir cuando se utiliza
información de nacimiento incorrecta. El psicólogo/astrólogo Niehenke (1983) informa: “Uno de mis clientes había
consultado a otros cuatro astrólogos antes de acudir a mí. Juzgó mi interpretación como la más adecuada de
todas y me mostró para comparar el trabajo de mis colegas. Entonces me di cuenta de que había cometido un
error de 20 años en su fecha de nacimiento” (p. 37).
NOTA 23. La frase seductora 'evidencia experimental' (o 'evidencia clínica') es problemática. Los practicantes
de los enfoques psicológicos que Perry desaprueba (por ejemplo, el conductismo skinneriano, el psicoanálisis
freudiano ortodoxo) y las muchas escuelas de astrología en competencia tanto en Oriente como en Occidente,
muchas de las cuales cuestionarían el enfoque de Perry, citan pruebas testimoniales y estudios de casos en
apoyo. Pero si todos podemos citar evidencia experimental para nuestras posiciones, difícilmente puede, por sí
misma, distinguir lo bueno de lo malo, la mejor teoría de la peor. Como señala Meehl, “los eruditos autores de
Malleus Maleficarum persiguieron... una empresa que detalla los síntomas que diagnostican la brujería. A pesar
de sus esfuerzos académicos, sabemos que hoy en día no hay personas que hayan hecho un pacto solemne
con Satanás y por lo tanto hayan obtenido poderes sobrenaturales. Si se les pidiera que apoyaran su sistema
teórico y los procedimientos técnicos garantizados por él, [ellos] sin duda habrían invocado el equivalente
medieval de 'experiencia clínica'” (1995, p. 1021).
Una lección saludable aquí es proporcionada por otros enfoques no convencionales como la frenología, la
grafología (análisis de escritura a mano) y la quiromancia que cubren el mismo terreno que la astrología
psicológica. La frenología fue inmensamente popular en el siglo XIX y tanto la frenología
Los lógos y sus clientes quedaron muy satisfechos con las lecturas frenológicas. La grafología ha existido
durante siglos y sigue siendo muy popular. Es instructivo comparar los siguientes respaldos de la astrología
psicológica, la frenología, la grafología y la lectura de la palma de la mano: (1) “[E]l carácter y
la historia de vida del cliente inevitablemente se ajustan al rango de potenciales simbolizados por el
[horóscopo], a menudo de maneras extraordinariamente específicas” (Perry, 1994, p. 35).
(2) “El frenólogo ha demostrado que es capaz de leer el carácter como un libro abierto, y de poner al
descubierto los resortes ocultos de la conducta con una precisión que los amigos más íntimos no pueden
alcanzar” (Alfred Russel Wallace, citado en Severn, 1916 , p.6). (3) “Tu letra es reveladora. Para el ojo
entrenado, abre tu mente secreta. Cada giro o línea que escribes expone tu verdadero carácter y
personalidad...” (Marne, 1988, p.2). (4) “El estudio de la mano dice mucho sobre... el cuerpo físico... la
salud, la vitalidad... la naturaleza emocional, el potencial de amor... la voluntad y la individualidad... el éxito
en los negocios... talento... creatividad... fama... Autorrealización: viajes, experiencia de vida, desarrollo
espiritual” (Wilson, 1971, pp. 78).
La astrología es sólo uno de un gran número de contendientes, pasados y presentes, que se basan en el
pensamiento mágico y pretenden producir un conocimiento inalcanzable por la ciencia materialista. No se
han proporcionado razones plausibles de que todos estos contendientes extracientíficos estén
interconectados o se apoyen mutuamente. (Loptson, 1996). Planetas o golpes en la cabeza o palmas o
escritura a mano, al menos uno de ellos es redundante. La astrología se encuentra en la posición poco
envidiable de tener que demostrar que proporciona una comprensión genuina de áreas no cubiertas por las
ciencias sociales y disciplinas afines, o que puede mejorar nuestra comprensión en los mismos dominios
que cubren las teorías psicológicas y sociológicas contemporáneas. Los astrólogos tienen que demostrar
que pueden proporcionar conocimientos o beneficios más allá de los proporcionados por las teorías no astrológicas.
Tercero, muchas fuentes de sesgo operan en tales experiencias personales que pueden llevar a los médicos
a afirmar que su conocimiento personal no es válido, a pesar de su asociación con altos niveles de
convicción (Dean, Kelly, Saklofske & Furnham, 1992; Dawes, 1994, 2001; Grove y Meehl, 1996).
NOTA 24. El astrólogo Pottenger (1994) dijo: “A los que se oponen a la astrología les gusta citar 'las
afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias' sin dar ninguna prueba de que 'como es
arriba es bajo' es una afirmación extraordinaria. Solo es extraordinario en algunas filosofías, especialmente
en los marcos materialistas que niegan el significado” (p. 37). Tal como está, lo que dijo Pottenger es
trivialmente cierto. LO QUE SE POSTULE (salvo imposibilidades lógicas) es más 'plausible' dentro de
algunas visiones del mundo que otras. Por ejemplo, las burbujas de hadas, los duendes y los ángeles
guardianes son reclamos extraordinarios en las concepciones materialistas del mundo (y quizás también en
muchos otros), pero esto por sí solo no proporciona ninguna razón para creer en su existencia.
La afirmación de que el universo tiene un SIGNIFICADO y nos proporciona señales/portentos no implica
que las señales se encuentren 'allá arriba', solo se pueden encontrar en las entrañas, las huellas y los
movimientos de la naturaleza, o solo en los mensajes de ángeles o seres similares, o en un número de
otras formas. No se sigue que un universo animista/mágico DEBE tener, o incluso podría tener, un
significado reflejado en todas partes. Necesitamos razones convincentes para preferir el universo animista
de los astrólogos a otros posibles universos animistas y, además, evidencia para un sistema astrológico
particular que otras alternativas.
También hay un número increíblemente grande de posibles combinaciones entre 'como es arriba, es abajo'.
Las posibilidades son aún mayores para un sistema basado en el significado simbólico de los signos. Por
ejemplo, probablemente haya más emparejamientos posibles de dos cosas en, digamos, el simbolismo
junguiano que si nos limitamos a las relaciones (materiales) causales putativas; por lo que es aún más en
Corresponde a los astrólogos proporcionar una razón por la que conectan dos cosas de lo que sería para
un materialista.
NOTA 25. Perry (1999, p. 1) nos informa, sin argumentos de apoyo, que “Creo que el propósito de la vida
es desarrollar progresivamente una conexión más profunda y más amplia con esta conciencia de los
padres hasta que finalmente nos demos cuenta de nuestra unicidad. ment con él.” El tema del propósito
en la vida es muy complejo con diversas respuestas tanto dentro como entre culturas. La expresión 'una
conexión más profunda y más amplia con esta conciencia de los padres' es menos que útil, ya que tendría
interpretaciones muy diferentes en las tradiciones oriental y occidental. También necesitaría una gran
cantidad de explicaciones sobre cómo la astrología puede ayudarnos a realizar este propósito. Muchos
negarían la afirmación de Perry de que los seres humanos pueden conocer cualquier propósito trascendental.
Además, no está claro si las afirmaciones trascendentales de significado y propósito realmente ayudan,
ya que podemos dar un paso atrás desde cualquier perspectiva espiritual propuesta y dudar de su punto
también (Nagel, 1980). Finalmente, la noción de propósito es ambigua en el sentido de que si no hay un
propósito cósmico para el universo, no se sigue que los seres humanos individuales no puedan vivir vidas
significativas/con propósito (Ames, 1999; Sharpe, 1999; Taylor, 1999) .
NOTA 26. Desde la perspectiva de Perry, la 'inteligencia subyacente' también parece ser benévola en
lugar de indiferente o vengativa (dado que 'siempre nos está ayudando'). Presumiblemente, esta es la
razón por la que debemos 'confiar en el universo'. Esta noción se enfrenta cara a cara con el argumento
del mal (ver Weisberger, 1999). Dado que esta 'Inteligencia' juega un papel importante en el aspecto
trascendental de muchas astrologías, uno podría esperar una elaboración, junto con cierta conciencia del
extenso debate en la literatura filosófica y religiosa sobre este tema.
NOTA 27. Compare esto con los debates en la física moderna sobre la naturaleza de la realidad. Los
físicos, a diferencia de los astrólogos, son muy explícitos en cuanto a las debilidades y defectos de sus
teorías y su voluntad de adoptar nuevos paradigmas (ver economist.com, 2000; Johnson, 2000). A los
astrólogos, a diferencia de los físicos, les gustan los nuevos paradigmas siempre que no desafíen la
práctica astrológica básica o las creencias fundamentales.
NOTA 28. Los astrólogos ven la astrología de diferentes maneras. La mayoría de los astrólogos, aunque
implícitamente, mantienen una visión realista , es decir, que la astrología transmite verdades sobre el
universo y la situación humana. Si bien tal perspectiva indica la necesidad de arbitrar puntos de vista
astrológicos en conflicto, existe una renuencia general en la comunidad astrológica a hacerlo. Sin
embargo, la 'Regla de Basinger' seguramente se aplica a la astrología como lo hace con la religión: si
queremos maximizar la verdad y evitar el error, tenemos la obligación de intentar resolver un conflicto
significativo entre las afirmaciones astrológicas. Los astrólogos tienen la obligación de identificar y evaluar
las razones por las que los astrólogos con los que no están de acuerdo mantienen sus posiciones
(Basinger, 2000; ver también, Trigg, 1998). Otros astrólogos no son realistas, ya que afirmarían que las
afirmaciones astrológicas no se basan en pruebas, sino que expresan compromisos con una forma de
vida o valores particulares. Mientras que los teólogos no realistas pueden hablar de 'Dios' y 'la vida
después de la muerte', rechazarían la charla realista de un Dios objetivamente real o una supervivencia
física real de nuestras muertes. De manera similar, los astrólogos no realistas como Kochunas (1999)
sostienen que la astrología está más en línea con el drama y la poesía. No proporciona significados
fácticos, pero aún puede agregar valor, interés y significado a nuestras vidas.
NOTA 29. Muchos astrólogos parecen ser simultáneamente universalistas y relativistas. Afirman que se
demuestra que su astrología funciona por su propia experiencia y es válida para todas las personas del
planeta, pero también reconocen la existencia de tradiciones conflictivas de astrología que también
funcionan. Una situación problemática similar ocurre cuando los astrólogos pretenden ser posmodernistas y
abrazan la astrología como una Gran Narrativa universal. La astrología es, irónicamente, un ejemplo
paradigmático del tipo de depósito autodenominado universalista y abarcador de la sabiduría recibida al que
se opone el posmodernismo (ver Sim, 1998, pp. viiix).
NOTA 30. En ese momento se creía ampliamente que Venus era un planeta frío, mientras que Marte se
caracterizaba por ser cálido y seco. Caliente (h), frío (c), húmedo (w) y seco (d) eran las cuatro cualidades
subyacentes a los cuatro elementos considerados por los filósofos griegos como los constituyentes básicos
del mundo físico, a saber, tierra = cd, aire =hw, fuego=hd, agua=cw. Los elementos con cualidades comunes
podían cambiarse entre sí, por ejemplo, el agua =cw podía cambiarse a tierra=cd porque ambos incluían la
cualidad de frialdad. La mayoría de los eruditos griegos, por supuesto, consideraban que la ciencia (tal como
la conocemos hoy) era una parte insignificante de la filosofía, lo que significaba que su visión del mundo se
basaba principalmente en ideales filosóficos más que en observaciones empíricas.
Así que caliente y frío, etc., no corresponden necesariamente a lo que hoy llamamos caliente y frío, etc.
NOTA 31. La diversidad de simbolismos usados por astrólogos aparentemente sin reglas acerca de ser
consistentes es digna de mención. Davison (1963) basa su simbolismo astrológico de diversas formas en
los atributos físicos de los planetas y en los atributos de los dioses griegos. The astrologer Press (1993), por
otro lado, utiliza otras mitologías y agrega otra dimensión de características físicas a su simbolismo, como
la proximidad de un cuerpo celeste a otros cuerpos celestes. Las correspondencias mágicas particulares
que se perciben como relevantes están en el ojo del espectador, y hay muchos espectadores astrólogos
diferentes.
NOTA 32. En general, los astrólogos reconocerán algunas combinaciones más fácilmente que otras.
Reconocerán Venus 0/90/180 a Saturno, o Venus 0/90/180 a Urano, o Venus 0/90/180 a Neptuno, o Venus
0/90/180 a Plutón como una 'causa' o contribuyente al divorcio. .
Después de todo, Venus es el planeta del amor, y los otros planetas mencionados se consideran "fuerzas"
disruptivas cuando se conectan en aspecto negativo con Venus (Saturno = frialdad, Urano = incapaz de
casarse, Neptuno = engaño y Plutón = opresión). ).
NOTA 33. Algunos astrólogos ven “Como es arriba, es abajo” en el sentido más amplio posible para abarcar
cualquier correlación (incluidas las correlaciones físicas) entre eventos celestiales y terrestres. Desde este
punto de vista, los efectos de las manchas solares en las transmisiones de radio en la Tierra, los efectos
gravitacionales o electromagnéticos (aunque sean variables) en los animales y las plantas, o los ciclos
diarios en el metabolismo animal se subsumen bajo la etiqueta de astrología, aunque los astrólogos no
postularon la naturaleza o la forma del relaciones obtenidas, o contribuir a la investigación que descubra
tales relaciones. De alguna manera, se supone que tal investigación confirma la noción de que el resto de la
astrología es compatible. Una dificultad con esta vaga posición es aclarar cómo uno pasa de tales
correlaciones físicas a afirmaciones simbólicas astrológicas como que la hierba ajo está regida por Marte, o
el área del cielo llamada Séptima Casa está asociada con el matrimonio, o cómo una instantánea de la el
cielo capturado en un momento particular (expresado en una carta astral) debería tener una fuerte relación
duradera con casi todos los aspectos de la vida de una persona (ver también Kelly & Dean, 2000 para un
examen crítico de esta posición).
NOTA 34. La astróloga Valerie Vaughan (2000) critica los estudios realizados por escépticos
que no lograron descubrir resultados significativos con "¿a qué teoría astrológica se refiere?"
NOTA 35. También podríamos señalar que los muchos puntos de vista divergentes de los astrólogos en la
Edad Media y medieval (que a menudo están en desacuerdo con gran parte de la práctica actual) tampoco
han sido refutados por los astrólogos actuales (ver, por ejemplo, Crane, 1999). ). Más bien, tales puntos de
vista están pasados de moda en la comunidad astrológica. Un ejemplo interesante es la doctrina de la
secta, donde las tablas de nacimientos diurnos y nocturnos se leen de manera diferente (Hand, 1995). En
este enfoque, los planetas cambian sus significados en las cartas natales diurnas y nocturnas.
***
Referencias
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