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Busqué a Jehová, y él me oyó, Y me libró de todos mis temores.

(Salmos 34:4)

Un gusto poder saludarles, Dios les bendiga ricamente. Hay temores que
generan dudas, aumentan la desesperanza y roban la tranquilidad y la paz del
creyente, alejándonos de las promesas de bienestar y vida verdadera que el Señor
quiere que reinen en nuestro día a día. De allí que pidamos con fe fortalecida, y
veremos como por la gracia del Señor, cualquier tormenta será superada, al saber
que sus manos que todo lo puede y todo lo conoce nos están guiando a puerto
seguro. Te invito a orar: Querido Padre celestial, líbrame de mis temores. No
dejes que me aplasten. No dejes que roben mi esperanza. Creo en Ti. Confío en
Ti. Lléname de tu Amor y tu Paz y no permitas que me aparte de Ti. Tengo la
confianza de que tu mano poderosa me sostiene y me guía. En Cristo Jesús.
Amén. Lo que sea que venga a tu vida. Lo que sea que robe tu paz y te llene de
temor e incertidumbre, no puede ser más grande que Jehová. Búscalo. Abre tu
corazón. Escucha. Deja que Él te libre.

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