Está en la página 1de 47
B.inhelder | del nino : ee De DECIMA EDICION JEAN PIAGET Y BARBEL INHELDER Psicologia del nifo écima edicion wre EDICIONES MORATA, S. A. Fundacién de JAVIER MORATA, Editor, en 1920 MADRID-4 Titulo original de la obra: LA PSYCHOLOGIE DE L’ENFANT (Coleccién «Que sais-je», ntim. 369) © by Presses Universitaires de France, Paris Primera edicién: 1969 Segunda edicién: 1969 Quinta edicién: 1973 Sexta edicién: 1975 Séptima edicién: 1977 Octava edicién: 1978 Novena edicién: 1980 Décima edicién: 1981 Queda terminantemente prohibida la reproduccién total o parcial de este libro por impresi6n, fotocopiado, microfilme o cualquier otro medio sin permiso previo, por escrito, del Editor. © EDICIONES MORATA, S. A. (1981) Mejia Lequerica, 12. Madrid-4 ISBN: 84-7112-103-4 Depésito legal: M. 14.689-1981 Cubierta: A. Coraz6n Printed in Spain Imprime: Artes Graficas EMA. Miguel Yuste, 27. Madrid-17 CONTENIDO INTRODUCCION ... ... 0... ee ll CAPITULO I El nivel senso-motor ... ... ... 15 I. La inteligencia senso-motora . 15 II. La construccién de lo real . 24 II. El aspecto cognoscitivo de las reacciones senso- motoras ... ... 29 Iv. El aspecto afectivo de las reacciones senso-mo- foras)| 2 Un esquema es la estructura o la organizacién de las ac- ciones, tales como se transfieren o se generalizan con motivo de la repeticién de una accién determinada en circunstancias iguales o andlogas, El nivel senso-motor 21 tiles, fuentes de simples habitos, a un nivel en que no fe observa todavia una inteligencia propiamente dicha, Wino que también proporciona una serie continua de in- lermediarios entre esas dos variedades de reacciones. As{, después del estadio de los reflejos (1) y el de los primeros habitos (ID, un tercer estadio (III) presenta las transiciones siguientes a partir del momento, hacia los cuatro meses y medio, por término medio, en que hay coordinacién entre la visién y la aprehensién (el niflo coge y manipula todo lo que ve en su espacio préximo). Un sujeto de esa edad atrapa, p. ej., un cor- don que pende del techo de su cuna, lo que tiene por efecto sacudir todos los sonajeros suspendidos sobre él. Repite en seguida ese acto una serie de veces, con resultados insdlitos, lo que constituye una “reaccién circular” en el sentido de J. M. Batpwin, esto es: un habito en estado naciente, sin finalidad previamente di- ferenciada de los medios empleados. Pero, a continua- cién, basta suspender un nuevo juguete del techo para que el nifio busque el cordén, lo que constituye un principio de diferenciacién entre el fin y el medio. En los siguientes dias, cuando se balancee un objeto sus- pendido de un gancho, a dos metros de la cuna, e inclu- so cuando se hagan oir sonidos inesperados y mecdnicos detrds de un biombo y esos espectéculos o esa miisica se acaben, el nifio buscard y tirard nuevamente del cor- dén magico; nos hallamos esta vez en el umbral de la inteligencia, por extrafia que sea esa causalidad sin con- tacto espacial. 5. Los estadios IV y V.—En un cuarto estadio (IV), se observan actos mds completos de inteligencia prdc- tica. Se le impone al sujeto una finalidad previa, inde- pendientemente de los medios que vaya a emplear: por ejemplo, alcanzar un objeto demasiado lejano o que va a desaparecer bajo una sdbana o un cojin. Esos medios son, después solamente, intentados o buscados, y ello, 22 ‘Psicologia del nifio en conjunto, a titulo de medios; p. ej.: coger la mano de un adulto y Mevarla hacia el objeto que se ha de alcanzar, o levantar lo que tapa el objeto oculto. Pero durante este cuarto estadio, si la coordinacién de los medios y de los fines es nueva y se renueva en cada situacién imprevista (sin lo cual no habria inteligencia en ello), los medios empleados sélo se toman de los esquemas de asimilacién conocidos (en el caso del objeto escondido y encontrado, la combinacién es también nue- va, como se verd en el § II, pero el hecho de coger y de apartar un cojin no corresponde sino a un esquema habitual), Durante un quinto estadio (V), que comienza hacia los once o doce meses, se afiade a las conductas prece- dentes una reaccién esencial: la busqueda de medios nuevos por diferenciacién de los esquemas conocidos. A este respecto, puede citarse lo que llamamos conducta del soporte: si un objeto demasiado lejano se halla sobre una alfombra, el nifio, después de haber intentado en vano alcanzar directamente el objetivo, puede lograr coger una esquina del tapiz (por casualidad o con ayu- da); y observando entonces una relacién entre los mo- vimientos de la alfombra y los del objeto, lHega, poco a Poco, a tirar de la alfombra Para conseguirlo, Un descubrimiento andlogo caracteriza la conducta de la cinta, estudiada por K, BUHLER y luego por otros: atraer hacia si el objeto, tirando de la cinta a la que esta unido, _ 6. El estadio VI.—Finalmente, un sexto estadio se- fala el término del perfodo senso-motor y la transicién con el periodo siguiente: el nifio se hace capaz de en- contrar medios nuevos, no ya sélo por tanteos exte- niores 0 materiales, sino por combinaciones interioriza- das, que desembocan en una comprensién repentina o insight. Por ejemplo: el nifio, ante una caja de cerillas El nivel senso-motor 23 fipenas entreabierta, en la que se ha repetido un dato, tata, en primer lugar, de abrir la caja mediante tanteos Materiales (reaccién del V estadio), pero después del fra- ¢aso presenta esa reaccidén muy nueva, de un paro en la acci6n y un examen atento de la situacién (durante el cual abre y cierfa lentamente la boca; en otro suje- to, la mano, como para imitar el resultado por obtener, es decir, la ampliacién de la apertura); tras lo cual, bruscamente, desliza su dedo en la hendidura, y consigue as{ abrir la caja. En este mismo estadio se descubre, en general, la cé- lebre conducta del bastén, estudiada por W. KOHLER en los chimpancés, y luego por otros en los pequefiuelos. Pero W. KOHLER, como K. BUHLER, considera que hay en ello acto de inteligencia solamente en el caso en que haya comprensién brusca, apartando el tanteo del te- rreno de esa inteligencia, para clasificarlo en las conduc- tas de suplencia o de “Dressur”, etc. CLAPAREDE, al contrario, vefa en el tanteo el criterio de Ja inteligencia, atribuyendo el nacimiento de las hipétesis a un tanteo interiorizado, Este criterio es seguramente demasiado amplio, puesto que hay tanteo en el reflejo y en la formacién de los hdbitos. Pero el criterio del insight * es, ciertamente, demasiado estrecho, porque, gracias a una serie ininterrumpida de asimilaciones de diversos niveles (I a V), los esquemas senso-motores se hacen susceptibles de esas nuevas combinaciones y de esas interiorizaciones que hacen posible, finalmente, la com- prensi6n inmediata en ciertas situaciones. Este tiltimo nivel (VI) no puede ser separado de aquellos cuyo aca- bamiento simplemente seifiala. * En inglés, “conocimiento, discernimiento, perspicacia, ob- servacién, penetracién”. (N. del T.) 24 Psicologia del nino IL—LA CONSTRUCCION DE LO REAL‘ Pe ae de los esquemas de asimilacién senso-mo- _cesemboca en una especie de Idgica de la accién, que implica poner en relaciones y en correspondencias (funciones), ajustes de esquemas (cfr. la Iégica de i clases), en una palabra: estructuras de orden y reunio- nes que constituyen la subestructura de las futuras ope- raciones del pensamiento. Pero la inteligencia Rd motora conduce a un resultado muy importante en ie que concierne a Ja estructuracién del universo del su- jeto, por restringido que sea ese nivel practico: orga- niza lo real, construyendo, por su funcionamiento mie mo, las grandes categorfas de la accién que son lo esquemas del objeto permanente, del espacio, del Hien po y de Ja causalidad, subestructuras de las futuras nociones correspondientes. Ninguna de esas categorias se da al comienzo; y el universo inicial estd entera- mente centrado en el cuerpo y la accién propios, en u egocentrismo tan total como inconsciente de at nina (falta de una conciencia del yo), En el transcurso de los dieciocho primeros meses se efectiia, por el contra- Tio, una especie de revolucién copernicana 0, mds sim- plemente dicho, de “des-centracién” general, de modo que el nifio acaba por situarse como un objets entre otros, en un universo formado por objetos permanentes, estructurado de manera espacio-temporal y sede de una causalidad a la vez espacializada y objetivada en las Zi ) " ie El objeto permanente.—Ese universo practico ela- ora lo en el segundo aio estd, ante todo, formado de objetos permanentes. El universo inicial es un mundo ® Pracet, J.: La i 5 iy NiSae ae construction du réel chez l’enfant. Delachaux El nivel senso-motor 25 fin objetos, que sdlo consiste en “cuadros” méviles e inconsistentes, que aparecen y luego se reabsorben por eompleto, bien para no tornar, bien para reaparecer en forma modificada o andloga. Hacia los cinco o los siete meses (estadio III del § 1), cuando el nifio va a coger un objeto y se tapa éste con una sdbana o se le oculta con una pantalla, retira simplemente Ja mano ya ten- dida 0, si se trata de un objeto de especial interés (el biberén, p. ej.), se pone a Horar o a chillar de decepcién: reacciona, pues, como si el objeto hubiera sido reabsor- bido. Se responderd, acaso, que él sabe muy bien que ¢l objeto existe donde ha desaparecido, pero que, sim- plemente, no consigue resolver el problema de buscarlo y levantar la pantalla. Pero cuando empieza a buscar bajo ésta (véase el estadio IV del § I), puede hacerse e] siguiente control: ocultar el objeto en A, a la dere- cha del nifio, que lo busca y lo encuentra; y luego, a su yista, quitar el objeto y ocultarlo en B, a la izquierda del nifio: cuando éste ha visto desaparecer el objeto en B (bajo un cojfn, p. ej.), ocurre a menudo que lo busque en A, como si la posicién del objeto dependiese de las acciones anteriormente realizadas y no de sus desplazamientos auténomos e independientes de la ac- cién propia. En el estadio V (nueve a diez meses) el objeto es buscado, por el contrario, en funcién sdlo de sus desplazamientos, salvo si éstos son muy comple- jos (acumulacién de pantallas); y en el estadio VI se afiade a esto un juego de inferencias que logran domi- nar ciertas combinaciones (levantar un cojin y sdélo en- contrar debajo otro obstdculo imprevisto, que es enton- ces levantado inmediatamente) '. 1 Esos resultados obtenidos por uno de nosotros han sido confirmados después por TH. GoumN-DécaRIE en Montreal (en 90 sujetos) y por S. ESCALONA en Nueva York, Esta ultima ha observado que el objeto oculto en la mano es buscado mds tardfamente que bajo una pantalla exterior (dicho de otra ma- nera: que la reabsorcién sin localizacién predomina entonces mds tiempo que la permanencia sustancial y espacial), Por otra 26 Psicologia de] nitio La conseryacién del objeto es, principalmente, de su localizacién, Este hecho muestra que la c cién del esquema del objeto permanente es soli toda la organizacién espacio-temporal del unive: tico, asf, funcién ‘onstruc- daria de TSO préc- naturalmente, como de Su estructuracién causal, 2. El espacio yel tiempo.—Comenzando Por las estruc- turas espacio-temporales, se comprueba que al principio no existen ni un espacio unico ni un orden temporal que engloben los objetos y los acontecimientos, como el continente engloba lo contenido, Sélo se da un con- junto de espacios heterogéneos, centrados todos en el cuerpo propio: espacio bucal (STERN), tactil, visual, au- ditivo, posicional; y ciertas impresiones temporales (es. Pera, etc.), pero sin coordinaciones objetivas. Esos es- Pacios se coordinan luego progresivamente (bucal y tactil-cinestésico), Pero esas coordinaciones siguen sien- do parciales mucho tiempo, en tanto que la construc- a la distincién fundamental, que H. Porncaré conside- Ta, erréneamente, como primitiva®, de los cambios de estado o modificaciones fisicas, y de los. ‘cambios de Posicién o desplazamientos constitutivos del espacio. En solidaridad con las Conductas de localizacién y de busqueda del objeto Permanente, los desplazamien- tos se organizan, finalmente (estadios Vy VD, en una Parte, H. Gruser ha realizado una investigacién sobre los Mmismos problemas con gatos pequefios; éstos pasan, en ge- neral, por los mismos estadios; pero llegan a un inicio de fio, en este Punto como en otros muchos, se halla retrasado con tespecto al animal; mds acentuadas, ya que, seguidamente, el primero consigue sobrepasar ampliamente al segundo, . ® Poincaré tuvo el gran mérito de prever que la organizacién del espacio iba ligada a la construccién del “grupo de los des- plazamientos”; Pero, como no elaboraba Psicologia, consideré SO @ priori, en lugar de como el producto de una construc- cién progresiva. El nivel senso-motor 27 estructura fundamental, que mane He oe i Acti era de servir de base, espacio practico, en esp t 3 de a iori le la métrica eucli interiorizada, a las operaciones J sae “grupo de desplazai es lo que los geémetras Naman gru laza tos”, > cuya significacién are . 3 Oe i B y un despla: 4) Un desplazamiento A. a Raden coordinarse en un solo SSE aneee ere i i 8; b) Todo despla forma atin parte del sistema; sapere i ido BA, de donde resul AB puede ser invertido % ee : Alicta de “‘retorno” al punto de Partida; c) La on sicién del desplazamiento AB y de su a ae el desplazamiento nulo AA; > Los po ae i i ie 5 ociativos, es decir, que en la seri [ : ‘ABYBD=AC-+CD; esto significa que un mismo pune to D puede ser alcanzado a Bee me ae . i i AB, , etc., ferentes (si los segmentos Se fee recta), lo que constituye la conducta aa at cuyo cardcter tardio se conoce (estadios ye - el “nif conducta comprendida por los chimpancés, pi I ., i da de las gallinas, etc.). aed 7 Pen ceeictn con esa organizacién de las Se e de los desplazamientos en el espacio, se consti ay a b aivdlinenta series temporales oe ya oo a cf ico de los desplazamientos, caso del grupo prdctico Te = i i te de modo progresivo y se efectian materialmen t i seems ici las nociones abstrac’ q tras otro, por oposicién a 1 oe ira ma samiento y que perm onstruira mds tarde el pen! 1 ie representacién de conjunto simultdnea y cada vez mas extratemporal. 3. La causalidad.—El sistema de los objetos a nentes y de sus desplazamientos es, por oe a disociable de una estructuracién causal, Lees es pio de un objeto es ser la fuente, el lugar 0 e i tan 9 El trayecto AC puede no pasar por B si AB y BC no esi en linea recta. 28 Psicologia del nifio de acciones diversas cuy: ‘ as relacio i tegoria de la causalidad. ac Speed Mas aS, en paralelo completo con el desarrollo de log esqui ‘Squemas precedentes, la Causalidad sélo se hace Obje- — r It cuyas oe s n MN propia e j eee espaciales y fisicas techie ae causales materiales, En el estadio I tediivta _ f 5 I cuando la criatura llega ya a sonreir a lo ig eels los objetos segtin diversos eeatiaeaé eee ce balancear, golpear, frotar, etc,), an causa Unica su acci i 1d c ; : ién propia, i oe inclusive, de jos coligiind eee a rely. : 5 fe Ae out del cordonciflo que cuelga del techo an ft 4 sain no sittia en el cordén la causa © de Ios sonajeros gs i 0 uspen. i ie aren global de “tirar del Sordga roe: istinto: ‘ oe a ee de ello es que contintia tirando del ae actuar sobre objetos situados a dos metro: ue we ° sobre sonidos, etc. De igual modo, he. ese nivel III se enc n s orvan y se dej ara mi ié Sb: ce oe Cun a, también Para actuar cae ee antes, 0, mds tarde, guifian los ojos ; conmutador para encender una ldmpara eléctrica Ait 5 etc! Esa causalidad inicial nomenista; fenomenista, producir cualquiera otra s observadas; y “magica”, Puede denominarse magico-fe- Porque cualquier cosa puede eguin las reacciones anteriores Porque se centra en la accién retaci i Pence la eeauaed por Hume, pero con centra , a en el centro, exclusj i ; ie , usiva en la accién i ee fe aspecto recuerda las Concepciones de Mae ee ; Pero no hay aqu{ conciencia del yo ni deli. ton entre éste y el mundo exterior. . oe El nivel senso-motor 29 A medida, por el contrario, que el universo es estruc- lurado por la inteligencia senso-motora segiin una or- fnizacién espacio-temporal y por la constitucién de objetos permanentes, la causalidad se objetiva y se es- pacializa; es decir, que las causas reconocidas por el fujeto no estén ya situadas en la sola accién propia, sino en objetos cualesquiera, y que las relaciones de causa a efecto entre dos objetos o sus acciones suponen un contacto fisico y espacial. En las conductas del so- porte, de la cinta y del bastén (§ I, estadios V y VI) estd claro, p. ej., que los movimientos de la alfombra, de la cinta o del bastén tienen que actuar sobre los del objeto (independientemente del autor del desplaza- miento), ello a condicién de que haya contacto: si el Objeto est4 colocado junto a la alfombra, pero no encima de ella, el nifio del estadio V no tirard del soporte, mientras que el del estadio III, e incluso el del IV, al que se le haya ensefiado a servirse del soporte (0 que haya descubierto casualmente su papel), tirard todavia de Ja alfombra, si el objeto deseado no sostiene con él la relacién espacial “situado encima”. Ill._EL ASPECTO COGNOSCITIVO DE LAS REACCIONES SENSO-MOTORAS Si se comparan las fases de esta construccién de lo real con la que corresponde a los esquemas senso- motores que intervienen en el funcionamiento de los reflejos, de los hdbitos o de la inteligencia, se com- prueba la existencia de una ley de desarrollo, que ofrece alguna importancia porque regira igualmente toda la evo- lucién intelectual posterior del nifio. El] esquematismo senso-motor se manifiesta, en efec- to, bajo tres grandes formas sucesivas (las precedentes no se pierden, por lo demds, hasta que aparecen las siguientes): 30 Psicologia del nitio a) Las formas iniciales estan Constituidas por estruc- turas de ritmos, como las que se observan en los mo- vimientos espontdneos y globales del organismo, cuyos reflejos no son, sin duda, sino diferenciaciones progre- sivas. Los mismos reflejos particulares dependen tam- bién ‘de Ja estructura de ritmo, no sélo en sus acomo- damientos complejos (succién, locomocién), sino porque su desarrollo conduce de un estado inicial X a un esta- do final Z, para recomenzar seguidamente en el mismo orden (de inmediato o de manera diferente), b) Vienen en seguida regulaciones diversas que di- ferencian los ritmos iniciales siguiendo miltiples es- quemas. La forma mas corriente de esas regulaciones es el control por tanteos que intervienen en la forma- cién de los primeros hdbitos (las “reacciones circulares” aseguran a tal respecto la transicién entre el ritmo y las regulaciones) y en los primeros actos de inteligencia, Esas_ regulaciones, cuyos modelos cibernéticos entrafian sistemas de boucles 0 feedbaks, alcanzan asi una semi- reversibilidad aproximada, por el efecto retroactivo de las correcciones progresivas. c) Aparece por fin un comienzo de reversibilidad, fuente de futuras “operaciones” del pensamiento, pero ya actuando al nivel senso-motor desde la constitucién del grupo prdctico de los desplazamientos (cada despla- zamiento AB lleva consigo entonces un desplazamiento inverso BA). El producto mds inmediato de las estruc- turas reversibles es la constitucién. de nociones de conservacién o de invariantes de “grupos”. Al nivel Senso-motor ya, la organizacién reversible de los des- plazamientos entrafia la elaboracién de tal invariante, bajo Ja especie de un esquema del objeto permanente, Pero es: obvio que, a ese nivel, ni esa reversibilidad en accién ni esa conservacién son completas, por falta de representacién. Si las estructuras de .ritmo no aparecen ya en los El nivel senso-motor 31 veles representativos posteriores (de 2 a 15 aiios), oda la evolucién del pensamiento estara dominada como se veré después— por un paso general de las Yogulaciones a la reversibilidad interiorizada u_opera- toria, es decir, a la reversibilidad propiamente dicha. {V,—EL ASPECTO AFECTIVO DE LAS REACCIONES i SENSO-MOTORAS El aspecto cognoscitivo de las conductas ee im su estructuracién, y el aspecto CS en ee tica (0, como decfa P. JANET, en su Se dos aspectos son, a la vez, irreducibles i. en a rios: no hay que extrafiarse, pues, de ee ie lelismo notable entre sus respectivas evo co un modo general, en eres pene eae nae | itivo pasa de un estado t J ta Poibet noel ala construcci6n de un ee oe tivo y descentrado, la afectividad de los pee senso-motores procede de eee eee i a pe entre el yo y el “entorno” fisi ) s i mtinuacién un conjunto de cambios entre ° Be aioraacteaes y las personas Gentine ta viduales) o las cosas (intereses variados, seguin veles). Pero el estudio de la afectividad del ee mucho mas dificil que el de ‘fer era ciiccancie rque en é] es mayor el riesgo : ee a ees de los trabajos conocidos a oe turaleza psicoanalftica y se han aes hie mucho tiempo, con una reconstitucion de = < ee elementales, a partir de la psicopatologia a oo R. Spritz, K. Woir y Tu. GouIN-DECARIE, el psi a lisis del bebé se ha hecho, por el ee Se tal; y con las actuales investigaciones de S. ’

También podría gustarte