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TESIS
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE
INGENIERO BIOTECNÓLOGO
PRESENTA
Bernardo Leirer Flores Burgos
I
“Agradecimientos”
A mi familia, especialmente a mis papás, que con
amor me han dado un hogar y la oportunidad de
estudiar.
Al amor de mi vida, que me apoya en todos mis
proyectos y que con fracasos o éxitos siempre
está a mi lado.
A mis compañeros y maestros de clases, quienes
me compartieron su conocimiento y amistad, y
me formaron tanto en lo profesional como en lo
personal.
A mis asesores (Dr. Jaime y Dra. Dalia), quienes
me abrieron las puertas de su laboratorio y me
ofrecieron su tiempo, espacio y recursos durante
mis cientos de horas de servicio y proyecto de
tesis.
A mis compañeros de laboratorio (Samanta, Lulu,
Karen, Angie, Ernesto, Oscar, y José), que junto
con otros me guiaron con paciencia y su
experiencia durante todo este tiempo.
II
ÍNDICE
Lista de tablas VI
Lista de figuras VII
Resumen IX
I. Introducción
1.1. Antecedentes……………………………………………………….…….. 1
1.2. Planteamiento del problema…………………………………….………. 2
1.3. Objetivos…………………………………………………………….…….. 3
1.3.1. Objetivos generales…………………………………………...……… 3
1.3.2. Objetivos específicos……………………………………...…………. 3
1.4. Justificación…………………………………………………….…………. 4
1.5. Hipótesis……………………………………………………….………….. 5
1.6. Limitaciones del estudio……………………………………….………… 5
III
2.2.3. Componentes……………………………………………...………….. 26
2.2.4. Recubrimientos de quitosano…………………………...……...…… 26
2.2.5. Otros recubrimientos comestibles………………………...………… 31
2.3. Quitosano…………………………………………………….
32
…………….
2.3.1. Estructura química……………………………………………………. 32
2.3.2. Propiedades biológicas………………………………………………. 33
2.3.3. Propiedades antimicrobianas………………………………...……... 34
2.3.4. Propiedades físicas y químicas……………………………...……… 35
2.4. Fundamentos metodológicos de las técnicas analíticas…….……….. 36
2.4.1. Humedad………………………………………………………………. 36
2.4.2. Cenizas………………………………………………………………… 36
2.4.3. Índice de Color……………………………………………...………… 37
2.4.4. Pérdida de peso……………………………………………………..... 38
2.4.5. Firmeza………………………………………………………………… 39
2.4.6. Acidez titulable……………………………………………………...… 39
2.4.7. pH…………………………………………………………………...….. 40
2.4.8. Contenido de sólidos solubles…………………………………...….. 41
2.4.9. Índice de deterioro y severidad……………………………………… 41
IV
3.4. Tratamiento de uva fresca………………………………………………. 44
3.4.1. Selección………………………………………………………………. 44
3.4.2. Pretratamiento de los frutos…………………………………………. 45
3.5. Aplicación de los recubrimientos de quitosano……………………….. 46
3.6. Inoculación de las uvas con moho……………………………………... 47
3.7. Índice de color…………………………………………………………….. 48
3.8. Pérdida de peso………………………………………………………….. 49
3.9. Firmeza……………………………………………………………………. 50
3.10. Acidez titulable………………………………………………………….. 50
3.11. pH………………………………………………………………………… 51
3.12. Contenido de sólidos solubles………………………………………… 51
3.13. Índice de deterioro……………………………………………………… 51
3.14. Índice de severidad……………………………………………………... 52
V. Conclusión…………………………………………………………………… 73
VI. Referencias………………………………………………………………….. 74
V
Lista de tablas
VI
Lista de figuras
VII
Titulación de jugo de uva con NaOH 0.1
16
N………………………… 51
Apariencia de las uvas cubiertas con quitosano a los 7 días de
17 almacenamiento a 25
ºC…………………………………………….. 56
Apariencia de las uvas cubiertas con quitosano a los 16 días de
18 almacenamiento a 6
ºC……………………………………………… 56
Pérdida de luminosidad (L*) de uva almacenada a 25 ºC (a) y 6
19 ºC (b)…………………………………...
……………………………… 58
Monitoreo del tono (hº) de uva almacenada a 25 ºC (a) y 6 ºC
20
(b)…………………………………………………………………….... 58
Figura Título Página
Pérdida de saturación (C*) de uva almacenada a 25 ºC (a) y 6
21 ºC (b)
…………………………………………………………………... 58
Pérdida de peso (%) de uva almacenada a 25 ºC (a) y 6 ºC (b)
22
….. 60
Firmeza (g·f) de las uvas almacenadas a 25 ºC (a) y 6 ºC (b)
23
……. 62
Cambio de acidez (g/kg) de la uva almacenada a 25 ºC (a) y 6
24 ºC (b)
…………………………………………………………….......... 64
Valor de pH de las uvas almacenadas a 25 ºC (a) y 6 ºC (b)…..
25
…. 66
Cambio del contenido de azúcares o sólidos solubles (ºBx) de
26 las uvas almacenadas a 25 ºC (a) y 6 ºC (b))……….
……………... 67
Cambio del índice de madurez (CSS/AT) de las uvas
27 almacenadas a 25 ºC (a) y 6 ºC (b)…...
…………………………….. 68
Imágenes de pudrición en uvas almacenadas a 25
28
ºC…………… 70
VIII
Imágenes al microscopio de la piel de uva con pudrición
29
visible… 70
Incidencia de moho (%) en uvas almacenadas a 25 ºC (a) y 6
30 ºC (b)
……………………………………………………………………… 71
Índice de severidad (%) de uvas almacenadas a 25 ºC (a) y 6
31 ºC (b)
……………………………………………………………………… 71
IX
Resumen
Este estudio se realizó en las instalaciones del Laboratorio de Ciencia y
Tecnología de los Alimentos, en el Centro de Investigaciones e Innovación
Biotecnológica Agrícola y Ambiental (CIIBAA), Unidad Centro del Instituto
Tecnológico de Sonora (ITSON). Se evaluó el efecto del recubrimiento de
quitosano sobre diferentes atributos de calidad (color, firmeza, pérdida de peso,
contenido de azúcares, acidez, pH, madurez y deterioro por hongos) de la uva de
mesa (Vitis vinifera) a diferentes concentraciones (0.0, 0.5, 1.0, 1.5 y 2.0%) y
temperaturas de almacenamiento (temperatura ambiente a 25 ºC y refrigeración a
6 ºC), con humedad relativa (HR) cercana al 98%. Se observó en general un
mayor índice de madurez y una menor pérdida de color y firmeza e incidencia de
moho en recubrimientos con mayor composición de quitosano almacenados tanto
a temperatura ambiente (25 ºC) como en refrigeración (6 ºC), principalmente en
recubrimientos con una composición del 2.0 %. Si bien el mecanismo antifúngico
del quitosano no ha sido comprendido completamente, su efecto positivo se puede
atribuir a propiedades de barrera, antifúngicas y elicitoras que inhiben la actividad
fisiológica del fruto y la germinación de esporas. Concluyendo que el recubrimiento
con quitosano puede ser una alternativa más ecológica y viable para retrasar el
deterioro postcosecha, al extender el valor comercial de la uva de mesa en
diferentes condiciones de temperatura de almacenamiento.
X
Capítulo I. Introducción
1.1. Antecedentes
Las uvas de mesa son frutas con pericarpio delgado y tejido frutal suculento,
expuestas a una grave pérdida de agua e infección por patógenos vegetales,
como bacterias del ácido acético (Gluconobacter spp., Acetobacter spp.),
levaduras (Zygosaccharomyces spp.) y mohos (Botrytis cinerea).
Se han utilizado varios métodos para conservar las uvas de mesa, el más común
es el SO2, no obstante, la Unión Europea ha prohibido su uso debido a los
problemas asociados con sus residuos. Así mismo, el uso de plaguicidas está
asociado al desarrollo de cepas resistentes a fungicidas y causa la preocupación
del público por la contaminación ambiental y la salud humana (Gorrasi et al.,
2020).
1
ácidos grasos; y los compuestos contienen tanto hidrocoloides como lípidos. La
elección de materiales para una película o revestimiento depende en gran medida
de su función deseada (Cha & Chinnant, 2004).
Las uvas de mesa son frutas expuestas a infección por patógenos vegetales,
como bacterias del ácido acéticas, levaduras y mohos. El uso de plaguicidas
2
permite extender su conservación postcosecha, pero su uso está asociado al
desarrollo de cepas resistentes y causa la preocupación del público por la
contaminación ambiental y sus efectos a la salud. Sonora es el principal productor
de uva en México y el país es uno de los principales exportadores de uva del
mundo. Sin embargo, el aprovechamiento de la vid para su cosecha se realiza
principalmente durante tres meses al año (mayo a julio). Es importante entonces
extender la vida de anaquel de la fruta para conservar sus propiedades físico-
químicas y sensoriales y evitar el desarrollo de microorganismos por el mayor
tiempo posible, principalmente Botrytis cinerea que en poco tiempo causa la
muerte de las células del hollejo de la uva, y provoca que se tenga un racimo de
apariencia y color desagradable.
1.3. Objetivos
3
● Monitorear los cambios en la apariencia visual y desarrollo microbiano en
las uvas cubiertas con quitosano y en el control.
● Valorar las propiedades fisicoquímicas de la uva de mesa durante su
almacenamiento.
● Evaluar el efecto del recubrimiento sobre la vida de anaquel de la uva de
mesa a diferentes temperaturas (25 y 6 ºC).
● Comparar los resultados con la literatura y requerimientos normativos.
● Determinar la composición de recubrimiento óptima con quitosano para
disminuir su deterioro y extender su vida de anaquel.
1.4. Justificación
4
1.5. Hipótesis
5
Capítulo II. Marco Teórico
2.1.1. Taxonomía
Taxonomía Género
Acareosperma
Ampelocissus
Reino: Plantae (plantas) Ampelopsis
Subreino: Viridiplantae Cayratia
(plantas verdes) Cissus
División: Tracheophyta Clematicissus
(plantas vasculares) Cyphostemma
Subdivisión: Espermatofita Nothocissus
(plantas con semilla) Parthenocissu
Clase: Magnoliopsida Pterisanthes
Orden: Vitales Pterocissus
Familia: Vitácea Rhoicissus
Tetrastigma
Vitis
Yua
Fuente: Almanza et al. (2020), Integrated Taxonomic Information System (www.itis.gov) y Jackson (2020).
6
El género Vitis se divide en dos subgéneros, Euvitis y Muscadinia (Tabla 2). La
única especie cultivada del subgénero Muscadiniae es V. rotundifolia,
principalmente en zonas subtropicales y tropicales. Mientras que el subgénero
Euvitis se divide en tres grupos: (1) variedades de América del Norte, resistentes a
la filoxera, siendo utilizadas para la propagación asexual (V. riparia, V. rupestris y
V. berlandieri); (2) variedades asiáticas, que incluyen de 10 a 20 especies; y (3)
variedades europeas, representadas por V. vinífera, que a su vez incluye unas
5,000 variedades conocidas, en su mayoría originadas por evolución natural
(Almanza et al., 2012).
V. riparia
V. rupestris
V. berlandieri
V. cordifolia América del Norte
Vitis
V. labrusca
Euvitis
V. candicans
V. cinerea
V. vinifera
Europa – Asia
V. silvestris
Fuente: Almanza et al. (2020) y Jackson (2020)
2.1.2. Morfología
7
por el tronco, los brazos, los pámpanos y los sarmientos, junto con las hojas, las
flores, los zarcillos y los frutos (Morales, 1995; Almanza et al., 2012; Venkitasamy
et al., 2019).
8
receptáculo que luego de la fecundación se convierte en una baya (Jackson,
2020).
El fruto o uva es una baya carnosa de forma esférica-ovoide, que varía de color
verde-amarillo al rojo-purpura oscuro, ver Figura 2. Está constituido por el
escobajo (soporte leñoso), exocarpio (piel), mesocarpio (carne), endocarpio (tejido
alrededor de las semillas), y pepitas (semillas), ver Figura 3. El escobajo (5 %), es
el raquis o parte leñosa del racimo que soporta los granos de uva, constituida por
el pedúnculo y pedicelo. El exocarpio (7 %), es una película exterior delgada y
resistente llamada cáscara u hollejo, que comprende la hipodermis y epidermis.
Este último tiene un grosor de 6.5 - 10 μm y contiene pigmentos como las
antocianinas, carotenos y clorofilas, y compuestos de sabor y aroma de la baya. El
mesocarpo y endocarpio (84 %), es la parte del fruto formada por 25 - 30 capas de
células de gran tamaño con vacuolas que contienen la fase líquida, rica en mosto.
En este mismo se encuentran los haces vasculares (xilema y floema),
comúnmente divididos en haces axiales, que alimentan las áreas central y
periférica de la baya. Finalmente, las pepitas (4%), son las semillas del fruto,
pudiendo encontrarse o no hasta cuatro semillas por baya (Zoffoli & Latorre, 2011;
Almanza et al., 2012; Picornell & Melero, 2012; Venkitasamy et al., 2019).
9
Fuente: Anna Kurzaeva de Flickr (2012)
10
Tabla 3. Información nutricional y energética de la uva roja (negra) y verde
(blanca).
Energía (Kcal) 86 80
Minerales
Vitaminas
11
Por otro lado, las uvas son frutas consideran como uno de los alimentos
potencialmente peligrosos o de fácil deterioro. Esto es debido a su contenido de
nutrientes favorables para el crecimiento de microorganismos, su alta actividad de
agua, alto nivel oxidativo y su baja acidez (pH 3.4 - 4.5), que está por debajo del
nivel que comúnmente favorece el crecimiento bacteriano, ocasionando que su
deterioro sea principalmente dominado por levaduras y mohos. Estos últimos son
también más tolerantes a la baja actividad del agua, por lo que generalmente son
encontrados en el deterioro de frutas (Allafi et al., 2012).
La especie más cultivada es Vitis vinifera L., abarcando más del 90% de las uvas
en el mercado. Existen diversas formas de productos de uva, además de fresca,
incluyendo vino, pasas, mermelada, jugo, vinagre y aceite de semilla de uva. Esta
amplia variedad de productos procesados se debe al fácil deterioro de la uva
fresca. Por ello, en países desarrollados, la uva de mesa es uno de los frutos con
mayor demanda tecnológica (enfriamiento, fumigación y empaque) y mano de
obra (Venkitasamy et al., 2019).
● Siembra
12
ºC daña los frutos; y horas de luz suficiente para la correcta maduración de los
frutos, debiendo acumular durante el periodo vegetativo de 2,800 a 4,000 °C
(Morales, 1995; Venkitasamy et al., 2019).
● Cosecha
● Comercialización
13
comprando uva de mesa de varias regiones del mundo, ya que el productor
solamente cosecha durante una temporada (Torres et al., 2014).
Del total de uva producida en México (470 mil toneladas), el 80.7% se destina a su
venta para consumo en fresco, 15.7% para la elaboración de vinos y jugos, y el
3.6% restante se deshidrata. Así mismo, el consumo per cápita de uva fresca en
2020 fue de 2.2 kg, cuya demanda es principalmente abastecida por el mercado
mexicano durante los meses de mayo a agosto, y el resto del año por Estados
Unidos (agosto-diciembre) y chile (enero-abril) (Torres et al., 2014; SADER-SIAP,
2021).
Entre los estados con mayor producción de uva fruta en México destaca Sonora,
donde las principales variedades cultivadas son Perlette, Flame, Sugarone y Red
globe (CEDRSSA, 2017). Su producción equivale al 92.2% del total de uva
producida en México (igual a 339,140 toneladas), principalmente en los municipios
de Hermosillo y Caborca, quienes representan el 95%.
14
identifican las variedades de uva de mesa, por lo que sus preferencias se enfocan
primero en la ausencia de semillas, el tamaño, el color y, en menor medida, el
empaque (AALPUM - SAGARPA, 2009).
La uva de mesa es una fruta con una tasa de actividad fisiológica relativamente
baja que no madura más después de la cosecha. Su maduración comienza con la
acumulación de azúcares, el ablandamiento de la baya, la síntesis de
antocianinas, el metabolismo de los ácidos orgánicos y la acumulación de
compuestos de sabor (Gardea et al., 2004). En comparación con otras frutas, la
tasa de respiración es baja y la conversión de azúcares y ácidos orgánicos en
CO2, H2O y calor es lenta. En cuanto al ablandamiento, la uva no contiene
almidones para convertir en azúcar, pero sí compuestos pépticos intercelulares,
cuya hidrólisis es poca o nula. Por lo que, el ablandamiento del tejido se debe a la
flacidez por la pérdida de agua. La uva, entonces, puede vivir un tiempo
relativamente largo, de hasta 6 meses o más (dependiendo de la variedad), si se
protege de factores bióticos y abióticos causantes del deterioro durante la
cosecha, transporte, almacenamiento y comercialización, incluyendo la pérdida de
agua, la descomposición por microorganismos y daños por manipulación después
de la cosecha, entre otros (Nelson, 1985).
● Índices de madurez
15
estándar de madurez mínima para asegurar uvas agradables al consumidor el
valor crítico varía entre países (Tabla 4). No obstante, en general es aceptada una
concentración de TSS del 16 ºBx para la mayoría de las variedades, o 15 ºBx para
variedades de baja acidez como Red Globe (Zoffoli & Latorre, 2011).
CFR-Titl7-Vol2-Part51 NMX-FF-026-SCFI-2006
Variedad
TSS (ºBx) TSS: TA TSS (ºBx) TSS: TA
Carindal 16.0
● Pérdida de peso
16
mayor sea el contenido de sólidos solubles totales, menor será la temperatura de
congelación de la baya (Luchsinger, 2020).
● Tasa de respiración
● Producción de etileno
● Conservación en refrigeración
Una fase crítica en el manejo postcosecha es la reducción del tiempo para eliminar
el calor sensible del fruto después de su cosecha, ya que los frutos transpiran y
respiran a altas tasas a temperaturas de campo. El enfriamiento por aire forzado
para eliminar el calor de las uvas es el método más adaptable, pero la mejor
17
temperatura para lograr una mayor vida de anaquel de la uva de mesa es a 0 ± 0.5
ºC con una humedad relativa de 93 ± 2 % y con un flujo de aire moderado de 1 L
kg-1 seg-1, requiriendo aproximadamente 2 h. Mientras que el almacenamiento en
frío comúnmente se realiza en cámaras con aire a 0 ± 0.5 ºC y HR de 93 ± 2 %,
con flujo de 0.3 m 3 min-1 ton-1 de producto durante toda su vida poscosecha (Zoffoli
& Latorre, 2011; Gross et al., 2016; Venkitasamy et al., 2019).
Producción de C2H4
Respiración CO2 (mg kg-1 hr-1)
Uva (µl kg-1 hr-1)
0 ºC 5 ºC 20 ºC 20 ºC
Americana 3 5 33 <0.1
Muscadinia 10 13 51 <0.1
Mesa 3 7 27 <0.1
Fuente: Gross et al. (2016).
18
Fuente: Haile et al. (2020).
19
patógenos son parcialmente controlados por fumigación con dióxido de azufre
(Crisosto & Smilanick, 2021).
▪ Ablandamiento de
Diseminación de conidios
la piel.
por viento, lluvia e
▪ Decoloración
insectos, y exposición a 15
Moho gris Botrytis cinerea rojiza-marrón.
- 25 °C por al menos 6 h.
▪ Aparición de
Sin infección en
micelio blanco y
condiciones secas.
esporulación gris.
▪ Decoloración café
Diseminación de conidios
de la piel.
por viento y contacto con
Penicillium ▪ Pudrición húmeda
Moho azul bayas contaminadas,
expansum y blanda.
principalmente asociado
▪ Aparición de moho
con frutos heridos.
verde-azul.
▪ Formación de
fisuras
Contaminación de bayas
longitudinales.
Podredumbre Rhizopus dañadas en condiciones de
▪ Decoloración gris
por Rhizopus stolonifer clima cálido durante la
de la piel.
cosecha.
▪ Aparición de moho
negro en fisuras.
▪ Lesiones húmedas
Aspergillus cafés Principalmente asociado
Podredumbre
carbonarius, A. ▪ Aparición de con condiciones climáticas
por Aspergillus
niger esporulación negra cálidas en el viñedo.
oscura
Fuente: Zoffoli & Latorre (2011)
20
● Control de la pudrición
21
exposición puede matar las esporas de Botrytis o inactivar el micelio expuesto.
Una CT de al menos 100 μL L -1 h-1 es el mínimo requerido para matar esporas y
micelios de Botrytis a 0 ºC. La primera fumigación se realiza junto con el
enfriamiento por aire forzado, las fumigaciones posteriores se realizan cada 7 - 10
días. No obstante, para períodos de más de 10 días, se recomienda el uso de
almohadillas generadoras de SO2 que contienen metabisulfito de sodio (Na 2S2O5)
incorporado para permitir una liberación constante y lenta de SO 2, asegurando el
control del moho gris sin aumentar la fitotoxicidad del SO 2 (Gross et al., 2016)
Por otro lado, el uso de SO 2 está asociado con el blanqueamiento de las bayas y
tallos, ya que este fumigante puede penetrar el fruto por medio de lenticelas,
estomas o lesiones, provocando una decoloración localizada del tejido de la piel.
Normalmente no hay estomas funcionales en la cutícula de la uva madura, aunque
están presentes en el pedicelo. Su ausencia en la baya es una de las razones por
las que la cutícula de las uvas es relativamente impermeable; permitiéndole tolerar
el SO2 en mayor medida que la mayoría de otras frutas (Klayton, 1985).
Otro problema asociado con la fumigación de uvas son los efectos a la salud
causados por la contaminación del aire y los sulfitos residuales que permanecen
hasta la venta final. Los efectos pulmonares manifestados por la exposición al SO 2
son atribuibles a su irritación. La exposición directa (aguda o crónica) al SO 2 solo
produce efectos en la nasofaringe y la tráquea con un transporte reducido de la
capa mucosa. En cuanto a su efecto residual, debido a que algunas personas son
peligrosamente alérgicas a los sulfitos, la Administración de Drogas y Alimentos de
los EE. UU. (FDA, por sus siglas en inglés) ha establecido una tolerancia de 10
ppm de residuos de sulfitos (Gammon et al., 2010).
● Atributos de calidad
22
La calidad de la uva involucra diversos aspectos, incluyendo contenido de sólidos
solubles o contenido de azúcares (CSS), relación contenido de azúcares (CSS)/
acidez titulable (TA), firmeza de la baya y falta de defectos tales como pudrición,
bayas agrietadas, oscurecimiento del tallo, arrugamiento, bayas secas o
quemadas por el sol y daño por insectos (Crisosto & Smilanick, 2021).
❖ Los racimos:
h) Cada empaque no debe exceder del 20 % de racimos ralos o compactos o
la combinación de ambos.
23
i) El peso de cada racimo debe encontrarse entre 250 g y 650 g, conforme se
admita para cada categoría. Esto se verifica a través de una balanza
granataria.
2.2.1. Funciones
24
2.2.2. Métodos de aplicación
25
(Ortega & Aparicio, 2020). Estas películas heterogéneas pueden aplicarse por
diversos métodos, ya sea en forma de emulsión, suspensión o dispersión de los
constituyentes no miscibles, o en capas sucesivas, o en forma de solución en un
disolvente común (Ciolacu et al., 2014).
2.2.3. Componentes
26
Botrytis cinerea en 49.38 ± 23.59%. Así como de otros microorganismos
causantes de la pudrición poscosecha de frutas, incluyendo Penicillium spp.,
Colletotrichum spp. y Alternaria spp. (Rajestary et al., 2021).
● Actividad antifúngica
● Inducción de resistencia
27
En general, las reacciones de defensa inducidas en las plantas están
correlacionadas con las respuestas enzimáticas. El Ghaouth et al. (1997), observó
que el quitosano (1 %) es eficaz para reducir la producción de poligalacturonasas
producidas por B. cinerea en tejidos de pimiento, reduciendo la actividad de la
poligalacturonasa, y en menor medida la celulasa, conservando los componentes
de la pared celular del huésped (pectina y la celulosa) debido a que las sustancias
pécticas juegan un papel importante en la estructura tridimensional de las paredes
celulares de las plantas, aunado a que su degradación favorece también la de
otros polímeros de la pared celular, como la celulosa. Por otro lado, Bhaskara et
al. (2000), evaluaron el efecto del tratamiento de tallo de tomate con quitosano
(1%), observando la inhibición de factores de virulencia de Alternaria alternata,
como enzimas degradadoras de la pared celular (poligalacturonasa, pectato liasa y
celulosa), toxinas específicas del huésped y ácidos orgánicos. Este último, facilita
la rápida colonización del tejido, ya que pueden quelar el calcio de la lámina media
de la pared celular de las plantas, volviendo a las sustancias pécticas más
susceptibles a la hidrólisis por enzimas pectolíticas secretadas por el hongo y
desestabilizando las membranas celulares causando la fuga de componentes
celulares.
28
La inducción de barreras estructurales en los sitios de intento de penetración de
hongos es otro de los procesos más comunes que ocurren en respuesta a la
invasión de patógenos en plantas. El Ghaouth et al. (1994), informan que el
tratamiento de pimiento morrón con quitosano restringe, hasta cierto punto, la
penetración de hongos e induce la formación de diferentes barreras estructurales,
formando una lignificación moderada como resultado del tratamiento con
quitosano y la inoculación con paredes celulares de B. cinerea en las hojas
después de 48 y 72 h. Mientras que El Ghaouth et al. (1997), reportan que las
respuestas de defensa estructural se observan solo en las primeras capas de
tejido debajo de las células rotas, como el engrosamiento de la pared celular
huésped, la formación de protuberancias hemisféricas y esféricas a lo largo de las
paredes celulares y la oclusión de los espacios intercelulares con material fibrilar.
29
● Formación de barrera estructural
30
cinerea, incluyendo menor pérdida de firmeza y cambio de color de la piel en uva
después de 4 semanas de almacenamiento en frío. Meng et al. (2010), estudiaron
los efectos precosecha (10 días antes) del antagonistas Cryptococcus laurentii (1
× 108 células/mL) de B. cinerea, combinado con el recubrimiento postcosecha de
uva con quitosano (10 g/L), encontrando que la descomposición natural durante el
almacenamiento redujo significativamente, probablemente por la reducción de la
infección inicial y la supresión de saprofitos y patógenos durante el
almacenamiento mediante la inducción de resistencia del fruto, como la activación
de enzimas peroxidasa (POD), polifenol oxidasa (PPO) y fenilalanina amonio liasa
(PAL). Gao et al. (2013), estudiaron los efectos del complejo quitosano-glucosa
(CGC) al 1%, sobre la calidad postcosecha de uvas, mostrando que el CGC posee
mayor actividad antimicrobiana y antioxidante en comparación con el
quitosano/glucosa solo. Además, redujo la intensidad respiratoria, mejoró las
actividades de las enzimas antioxidantes (peroxidasa y la superóxido dismutasa) y
disminuyó la pérdida de sólidos solubles totales, ácido ascórbico y acidez titulable.
Por ello, la aplicación de recubrimientos de quitosano combinado con otros
tratamientos, microorganismos antagonistas y aditivos comestibles puede ser un
método adecuado para mejorar la calidad de los productos alimenticios.
31
lípidos o proteínas) para mejorar las propiedades de los recubrimientos (Mohamed
et al., 2020). Por ejemplo, el recubrimiento de uva Red Crimson con almidón de
maíz (3 y 5 %) y gelatina (10 %) plastificada (con glicerol o sorbitol 100 g/kg),
mejora su apariencia después del almacenamiento durante 21 días en condiciones
de refrigeración y disminuye la pérdida de peso en comparación con control
(Fakhouri et al., 2015). Mientras que el recubrimiento comestible compuesto por
alginato (2,0%), galactomananos (0,5%), goma de marañón (0,5%) y gelatina
(2,0%) reduce la pérdida de peso en las uvas y mantiene su firmeza y color a los 9
días de almacenamiento en comparación con el control. Además, mejora el
contenido de compuestos fenólicos, contribuyendo al alto potencial antioxidante de
las uvas recubiertas (Candido et al., 2021).
2.3. Quitosano
32
Fuente: Mikušová & Mikuš (2021)
Los grupos amino protonados libres de quitosano permiten formar complejos con
derivados cargados negativamente, como polímeros sintéticos aniónicos,
polisacáridos, proteínas, colorantes y lípidos, y también con colesterol, grasas,
enzimas, células tumorales, proteínas de la pared celular de bacterias o ADN y
ARN. Además, tiene la capacidad de unirse a varios iones metálicos, debido a los
grupos hidroxilos neutros o cargados negativamente de D-glucosamina. La
combinación de todas estas y otras características con sus buenas propiedades
mecánicas, su biocompatibilidad y su biodegradabilidad abren el camino a muchas
aplicaciones (Philibert et al., 2017).
33
2.3.3. Propiedades antimicrobianas
34
Fuente: Wang et al. (2020)
35
2.4. Fundamentos metodológicos de las técnicas analíticas
2.4.1. Humedad
Todos los alimentos contienen agua en mayor o menor proporción (60 - 95 %). Los
métodos de secado en estufa, comúnmente usados para valorar el contenido de
humedad en los alimentos, consisten en el cálculo del porcentaje de agua, por su
evaporación debido a calentamiento, en base al peso seco, descrito en la
ecuación 1. Por lo que se requiere que la muestra sea térmicamente estable y que
no contenga una cantidad significativa de compuestos volátiles. Operacionalmente
el método es simple y solo se requiere de estufa y balanza analítica (Iturbe &
Sandova, 2011).
Ph −Ps
%H = · 100 Ecuación 1
Ph −Pr
2.4.2. Cenizas
36
Pc −Pr
% C= · 100 Ecuación 2
Pm−P r
37
índice análogo a la saturación o intensidad del color, definidos en las ecuaciones
3, 4 y 5 (McGuire, 1992).
−1 b¿
si a*>0 h °=tan ¿ Ecuación 3
a
¿
−1 b
si a*<0 h °=180+ tan ¿ Ecuación 4
a
C ¿= √ a ¿2 +b¿2 Ecuación 5
Valor
Espacio de color
Mínimo Máximo
El tamaño del producto puede ser importante dependiendo de su uso previsto. Los
consumidores tienden a asociar el tamaño grande con una mayor calidad y
asocian la fruta más grande como más madura. El peso es una medida bastante
38
precisa del tamaño del producto y permite registrar el porcentaje de producto que
no cumple con las características deseadas (Mitcham et al., 1996). El método se
basa en la medición de la pérdida de peso acumulada, registrando la diferencia
entre el peso inicial y final del fruto durante el almacenamiento, expresado en
porcentaje según la ecuación 6 (Madera et al., 2019).
mi−m x
% mp = ·100 Ecuación 6
mi
2.4.5. Firmeza
39
total) y es un mejor predictor del impacto del ácido en el sabor que el pH, ya que
los alimentos establecen sistemas de amortiguación que permiten la ionización de
hidrógeno (H+) y su especie aniónica original (base conjugada) en menos del 3%
(Nielsen, 2010). Su valor es determinado por valoración de un volumen conocido
de jugo de fruta con hidróxido de sodio (NaOH) 0.1 N hasta un punto final (pH 8.2
o viraje de indicador de fenolftaleína) y se expresa en miliequivalente del ácido
predominante por kg o L, según la ecuación 7 (Mitcham et al., 1996).
N·V·f Ecuación 7
Acidez= · 1000
m
2.4.7. pH
40
2.4.8. Contenido de sólidos solubles
41
superficie dañada y se expresa a menudo como porcentaje, utilizando la ecuación
9 (McKinney, 1923; Han et al., 2004; Nunes et al., 2005).
IS=
∑ d·f · 100 Ecuación 9
N·D
42
Capítulo III. Materiales y método
a) b)
43
Figura 8. Quitosano en hojuelas.
3.3.1. Humedad
3.3.2. Ceniza
3.4.1. Selección
44
el estudio, las uvas fueron elegidas en función de la ausencia de defectos visibles
(bayas limpias, enteras, turgentes, con tallos sin evidencia de moho o manchas) y
tamaño para tener muestras homogéneas (Figura 9). Los frutos con daños físicos
visibles fueron descartados.
a) b)
Las uvas seleccionadas fueron lavadas con agua corriente para la remoción de
suciedad como polvo y hojas. Posteriormente, se cortaron las uvas de su racimo
para obtener bayas individuales sanas con el pedicelo intacto. Luego, se lavaron
las uvas con desinfectante a base de plata ionizada (Microdyn, México) preparado
según las indicaciones del fabricante (8 gotas/ Lt x 10 min), y se enjuagaron con
agua destilada y se dejaron secar al aire durante 1 h (Figura 10).
45
Figura 10. Secado de uvas con ventilación.
46
a) b)
47
humedecidas a 25 ± 2 °C y humedad relativa cercana al 99% para favorecer la
esporulación durante 3 días (Terrones et al., 2019).
Posteriormente, los conidios se suspendieron en agua desionizada lavando el
fruto esporulante y frotando suavemente su superficie con una varilla de vidrio
(Figura 14). Una vez recolectadas las hifas, se vertió la suspensión en un
rociador y se agitó suavemente para dispersar los conidios (Broome et al.,
1995).
Luego, las uvas tratadas con quitosano fueron inoculadas rociando dos veces
con la solución de esporas sobre las uvas agrupadas en charolas plásticas.
48
led de 20 unidades (2 x 550 lm, temperatura de color 6000-6500 K) ubicadas a 20
cm en la parte superior (Figura 14).
49
3.9. Firmeza
3.11. pH
50
El valor de pH de las uvas se midió en diferentes intervalos de tiempo después del
tratamiento de recubrimiento. El jugo se extrajo con ayuda de un exprimidor de ajo
y se recolectó en un vaso. Luego se midió el pH a temperatura ambiente (Nia et
al., 2021).
51
descomposición por hongos se calculó usando la ecuación 8 (Romanazzi et al.,
2002; Han et al., 2004).
52
Capítulo IV. Resultados y discusión
53
Tabla 8. Caracterización de quitosanos experimentales y comerciales.
Se evaluó el efecto del recubrimiento sobre el cambio del color de las uvas
durante su almacenamiento y se promedió el color de los pixeles medidos de
imágenes digitales. Se observa en la Tablas 9 y 10 que con el paso del tiempo el
valor de L* y b* disminuyen, mientras que el valor de a* aumenta, siendo el valor
de a* un parámetro relacionado con la degradación de la clorofila y la síntesis de
carotenoides y antocianinas (Padrón, 2010).
Suehiro et al. (2019) explican que, en uvas de piel amarillo-verde, su tono de color
está influenciado principalmente por la clorofila y los carotenoides, cuya
degradación se asocia con el pardeamiento de los tejidos de las frutas debido a la
descomposición celular que conduce a la oxidación enzimática en presencia de
oxígeno (Ju & Zhu, 1988; Heaton & Marangoni, 1996). Hecho que se observa en la
aparición de manchas visibles en las uvas al final de su almacenamiento (Figuras
17 y 18), y por el que se considera que no cumplen con los requerimientos
normativos nacionales (NMX-FF-026-SCFI-200) y extranjeros (CFR-Titl7-Vol2-
Part51).
54
Tabla 9. Cambio de color de la uva almacenada a 25 ºC por 7 días.
Días
Tratamiento Coordenada
0 2 5 7
L* 68 60 62 58
Control a* -14 -12 -11 -8
b* 45 40 40 37
L* 71 61 61 56
0.5 a* -17 -12 -8 -5
b* 48 42 40 36
L* 68 66 58 56
1.0 a* -15 -14 -10 -8
b* 47 44 40 38
L* 70 54 61 62
1.5 a* -16 -8 -12 -12
b* 49 37 42 42
L* 70 64 63 63
2.0 a* -17 -15 -13 -12
b* 50 45 44 43
Días
Tratamiento Coordenada
0 2 5 9 12 16
L* 64 66 67 58 56 55
Control a* -14 -15 -13 -10 -8 -6
b* 54 56 56 50 48 47
L* 64 67 65 62 60 59
0.5 a* -14 -15 -13 -13 -11 -9
b* 56 58 56 54 52 51
L* 63 66 63 58 55 53
1.0 a* -14 -13 -11 -7 -6 -4
b* 55 57 55 51 49 47
L* 64 67 63 62 59 58
1.5 a* -13 -14 -12 -12 -10 -8
b* 55 57 54 54 51 50
L* 64 67 64 64 58 58
2.0 a* -14 -15 -13 -13 -10 -8
b* 54 57 55 55 50 50
55
Control 0.5% 1.0%
1.5% 2.0%
Figura 17. Apariencia de las uvas cubiertas con quitosano a los 7 días de
almacenamiento a 25 ºC.
1.5% 2.0%
Figura 18. Apariencia de las uvas cubiertas con quitosano a los 16 días de
almacenamiento a 6 ºC.
56
De acuerdo con Suehiro et al. (2014), una de las principales enzimas causantes
del pardeamiento es el polifenol oxidasa (PPO), que cataliza la oxidación de
compuestos fenólicos, monofenoles y difenoles para producir quinonas reactivas,
que pueden polimerizarse por sí mismas o con fenoles, formando sustancias de
color marrón, capaces de reaccionar con aminoácidos y proteínas. Así mismo,
menciona que la acumulación de trans-resveratrol y flavonoides, por acción de la
estilbeno sintasa (STS) y chalcona sintasa (CHS), como mecanismo de defensa
en respuesta al estrés, está relacionada con el oscurecimiento de la uva al servir
posiblemente como sustratos.
57
a) b)
a) b)
Figura 20. Monitoreo del tono (hº) de uva almacenada a 25 ºC (a) y 6 ºC (b).
a) b)
Por otro lado, en todos los casos las uvas almacenadas en refrigeración (6 ºC)
durante 16 días mostraron una menor disminución de los valores de L*, C* y hº en
comparación a las uvas almacenadas a temperatura ambiente, posiblemente
debido a la disminución de los procesos fisiológicos a baja temperatura. Teniendo
58
mejores resultados para las bayas recubiertas con menor concentración de
quitosano (0.5%). No obstante, el efecto de los recubrimientos fue similar en el
resto de las concentraciones de quitosano, siendo el recubrimiento con 1.0% el
que tuvo un menor desempeño en ambos casos.
En la Figura 22 se presenta la pérdida del peso (%) de las uvas recubiertas con
quitosano a diferentes concentraciones y temperaturas de almacenamiento (25 ºC
y 6 ºC). Se observa entonces que la temperatura es un factor que influye en la
pérdida de peso, puesto que en todos los casos las muestras almacenadas a 25
ºC tuvieron un mayor porcentaje de peso perdido respecto al tiempo, siendo mayor
para el recubrimiento de 0.5% con una pérdida de 5.9%, seguido del 1.0% (3.6%),
control (3.4%), 2.0% (3.0%), y 1.5% (2.6%). Similar al orden del efecto del
recubrimiento sobre el color a la misma temperatura (Figura 19a, 20a y 21a), que
podría atribuirse a la relación de la calidad visual y la pérdida de peso (Sabir et al.,
2019). Por el contrario, la muestra control a 6 ºC obtuvo la menor pérdida de peso
59
al final del almacenamiento (2.5%), mostrando una diferencia de 2.2% con
respecto al recubrimiento al 1.0%, que tuvo la mayor pérdida de peso (4.7%),
seguido del 2.0% (4.1%), 1.5% (4.0%), y 0.5% (3.0%).
a) b)
Chen et al. (2019) reportaron resultados similares en uva de mesa (V. vinífera L.
cv Kyoho) recubierta con quitosano 1.5%, con una pérdida de peso de 3.83 ±
60
0.17% después de 6 días de almacenamiento a 20 ºC, 1.06% menos que la
muestra control. Así mismo, Meng et al. (2008) y Sabir et al. (2019) observaron
que la tasa de pérdida de peso de uva almacenada a 0 y 1 ºC, respectivamente,
aumentaba con el tiempo, siendo menor para las uvas recubiertas con mayor
concentración de quitosano. Contrario a lo ocurrido en este estudio con las uvas
almacenadas en refrigeración a 6 ºC. No obstante, en todos los casos los autores
concluyeron que el recubrimiento de quitosano puede reducir la pérdida de peso
durante su almacenamiento debido a sus propiedades higroscópicas que permiten
la formación de una barrera de agua que reduce su transferencia, y su capacidad
de inhibir la respiración y aumentar el contenido de nutrientes.
Ngcobo et al. (2013) explican que el principal factor de la pérdida de peso de los
frutos es la deshidratación por el déficit de presión de vapor de agua, pudiendo
durar la uva (V. vinífera cv Regal Seedless) almacenada en condiciones
comerciales (-5 ºC y 95% HR) hasta 35 días, con una pérdida de peso de 1.08 %.
Sin embargo, mencionan que se ha observado que el humedecimiento excesivo
de la superficie del fruto favorece el desarrollo microbiano y la apertura de las
estomas, contribuyendo a la pérdida de agua. Además, Patricia et al. (2004)
observaron que en ocasiones las películas de quitosano incrementan su espesor,
posiblemente debido al hinchamiento como resultado de la naturaleza hidrofílica
del biopolímero. En este sentido, un control deficiente de humedad y su
acumulación excesiva pueden explicar la variación y el efecto negativo de los
recubrimientos de quitosano sobre la pérdida de peso en este estudio.
4.4. Firmeza
61
En la Figura 23 se resumen los resultados del cambio de la firmeza al inicio y final
de su almacenamiento, medida como la fuerza máxima requerida para la
penetración. En un principio se observa que el efecto de los recubrimientos de
quitosano sobre la firmeza fue variado, aunque en la mayoría de los casos se nota
un efecto positivo de los recubrimientos durante su almacenamiento en
comparación con el control a los 0 días, habiendo una tendencia al incremento de
la firmeza con el aumento de la concentración de quitosano aplicado sobre la
superficie del fruto. Similar a lo encontrado por El Ghaouth et al., (1991) en un
estudio sobre el recubrimiento de fresa con quitosano (1.0 y 1.5%) almacenadas a
4 ºC, quienes notaron un efecto benéfico sobre la firmeza de la pulpa, aunque sin
mejoras significativas entre tratamientos. Así como, por Lo’ay & Dawood (2017),
quienes disminuyeron la pérdida de firmeza después de cuatro días sumergiendo
las bayas de uva (V. vinifera cv Superior seedless) en una disolución de quitosano
(1%) y alcohol polivinílico (1%) mezclado con ácido ascórbico.
a) b)
62
observa una mayor variación sobre el efecto de los recubrimientos, apreciándose
una tendencia al incremento de la firmeza inicial con el aumento de la
concentración de quitosano y en algunos casos una disminución de su firmeza
después de su almacenamiento durante 16 días, siendo menor para el 1.0% con
419 g·f y mayor para el 1.5% con 483 g·f.
63
0.5% a 6 ºC, pues cuenta con una menor concentración de quitosano y tuvo una
mayor pérdida de peso en comparación al control (Figura 22).
4.5. Acidez y pH
a) b)
Estos resultados fueron similares a los reportados por Meng et al. (2008) en uva
(Vitis vinifera cv Jingxiu) recubierta con quitosano (1.0%), quienes también
observaron una disminución de la AT durante el almacenamiento a 20 ºC y por el
contrario su aumento a 0 ºC, pero con un valor final mayor al control en ambos
64
casos. Así como con los resultados de Sabir et al. (2019), quienes observaron una
disminución progresiva de la AT durante el almacenamiento de las uvas a 1 ºC,
incluyendo una mayor pérdida en el control. Indicando un posible efecto inhibitorio
del recubrimiento con quitosano sobre la respiración de la baya y, en
consecuencia, del catabolismo de los ácidos orgánicos, principalmente
constituidos por ácido tartárico y málico en más del 90%, que comúnmente no
exceden más del 1% del jugo (Lamikanra et al., 1995; Muñoz et al., 2011).
65
a) b)
66
aumento de la actividad metabólica, favoreciendo las hidrólisis de los
carbohidratos y el consumo de los azúcares de menor peso molecular (Min et al.,
2001).
a) b)
Figura 26. Cambio del contenido de azúcares o sólidos solubles (ºBx) de las uvas
almacenadas a 25 ºC (a) y 6 ºC (b).
67
aumenta gradualmente con el tiempo (Meng et al., 2008; Shiri et al., 2013; Sabir et
al., 2019). Contrario a la uva almacenada en refrigeración a 6 ºC durante 16 días,
donde disminuyó el IM respecto a su valor inicial en todos los casos.
Por otro lado, Shiri et al. (2013) y Sabir et al. (2019) explican que el cambio del IM
con el tiempo indica la senescencia postcosecha y se atribuye principalmente a
una disminución de TA más que a una disminución de TSS, lo que coincide con la
tendencia contraria que sigue la acidez (Figura 24). Mientras que Meng et al.
(2008) informan una mayor disminución del valor del IM en los tratamientos con
quitosano debido al efecto del recubrimiento, que funciona como una atmósfera de
autocontrol que permea selectivamente el C 2H4, CO2 y O2 dentro y fuera de la
fruta, reduciendo así el metabolismo de la respiración. Similar al efecto tenido en
este estudio, difiriendo en que los recubrimientos con mayor concentración de
quitosano (1.5 y 2.0%) tuvieron un mayor IM en comparación al control al final del
almacenamiento, siendo los recubrimientos con 0.5 y 1.0% quienes tuvieron un
menor valor para ambas temperaturas. No obstante, en todos los casos la uva
almacenada tuvo un IM mayor a 1.8, requerimiento mínimo establecido por la
NMX-FF-026-SCFI-200 y el CFR-Titl7-Vol2-Part51.
a) b)
Figura 27. Cambio del índice de madurez (CSS/AT) de las uvas almacenadas a
25 ºC (a) y 6 ºC (b).
68
4.7. Deterioro por hongo
De acuerdo con Meng et al. (2008), el quitosano podría inhibir el deterioro debido
a su capacidad antifúngica, la actividad elicitora exógena sobre la fruta, y las
propiedades de barrera de la película. Las cuales, dependen del peso molecular,
la estructura, la concentración de aplicación y el solvente del quitosano. No
obstante, El Ghaouth et al. (1992) sugieren que la actividad elicitora ocurre
mayormente cuando hay un contacto directo entre el quitosano y las células
epidérmicas, observando una mayor inducción de la actividad quitinasa en fresa
lesionada pero no en fruta intacta. Mientras que en un estudio realizado por
Romanazzi et al. (2009), encontraron que el control de la pudrición del moho gris
en uva recubierta con quitosano antes y después de la inoculación con B. cinérea
fue similar en ambos casos. Lo que implica que la actividad de la película de
69
quitosano se basa en sus propiedades antifúngicas y elicitoras en lugar de actuar
como una simple barrera mecánica. Además, mencionan que el grosor de las
películas de quitosano en las bayas de uva no se correlaciona con su efectividad
para controlar el moho gris.
50 x 600 x
70
la patogenicidad de los microorganismos a baja temperatura, siendo mayor para el
control (37.5%) y menor para el tratamiento con 1.0 y 2.0% a 6 ºC, inhibiendo por
completo la incidencia de moho visible. Mientras que el recubrimiento con 0.5%
mostró la mayor incidencia (64.7%) a 25 ºC, incluso por arriba del control.
a) b)
a) b)
71
Figura 31. Índice de severidad (%) de uvas almacenadas a 25 ºC (a) y 6 ºC (b).
72
73
Capítulo V. Conclusión
74
Capítulo VI. Referencias
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