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Declaración de quiebra y condiciones

En la República Dominicana, el procedimiento de quiebra, tanto de personas


físicas como jurídicas, se encuentra regulado por los artículos 437 y siguientes del
Código de Comercio. En este sentido, podemos resumir el procedimiento de la
siguiente manera:
- Distinto a un proceso de cobro, en la quiebra el acreedor pretende que su deudor
sea declarado en cesación de pagos y apartado del manejo de sus bienes,
nombrándose un administrador o “síndico” encargado de liquidar las cuentas y
saldar todos los pasivos del deudor. El deudor puede impulsar por sí mismo la
quiebra a fin de negociar montos menores para sus deudas, pero a riesgo de
perder todo su patrimonio.
- Ya sea impulsada por acreedores o por el mismo deudor, la cesación de pagos y
consecuente quiebras debe ser declarada por un tribunal de comercio. No
obstante, en razón de la ley 4582-56, antes de iniciar el procedimiento de quiebra,
debe celebrarse una tentativa conciliación ante la Cámara de Comercio y
Producción del domicilio del deudor. En dicho proceso el deudor debe ofrecer un
plan de pago que no puede desconocer más que el 50% de las acreencias, ni ser
ejecutado en más de dos años.
- Si la conciliación fracasa la consecuencia principal de la declaratoria en cesación
de pagos y consecuente quiebra, el quebrado queda de pleno derecho aparado
del manejo de sus bienes, incluso de aquellos que pudiera recibir posteriormente a
la sentencia de quiebra. Esto implica:
 a) Cualquier acto de disposición o administración posterior a la fecha en que la
sentencia declara la cesación de pagos y la consecuente quiebra puede ser
declarado nulo. Los actos a título oneroso que aparenten buena fe, realizados
después de la cesación de pagos, pero antes de la sentencia de quiebra, podrán
ser anulados si quien recibió el pago tenía conocimiento de la cesación de pagos
del deudor.
b) Cualquier acción de cualquier naturaleza, incluyendo procedimientos ejecutivos,
solo podrá intentarse contra los síndicos de la quiebra.
c) A partir de la sentencia de quiebra, todos los pasivos del quebrado que fueran
se hacen exigibles.
d) A partir de la quiebra, los intereses de los créditos no privilegiados ni
garantizados mediante prenda o hipoteca, quedan suspendidos.
- Declarada la quiebra, el juez del Tribunal de  Comercio se autodesignará como
juez comisario para tomar cualquier medida necesaria ya sea ordenar la fijación de
sellos, medidas conservatorias, nombramiento de expertos, etc. Sus decisiones
son en principio irrecurribles, excepto en los casos previstos en la ley.
- Declarada la quiebra, igualmente se nombrará un síndico quien administrará los
bienes y hará un inventario en la medida que se alcanza un acuerdo o se
distribuyen los activos entre los acreedores.
- Los acreedores quirografarios y los garantizados que hubieren renunciado a sus
garantías podrán llegar a un acuerdo llamado “concordato”. A falta de acuerdo, la
unión de acreedores perseguirán la venta de los activos del deudor y se cobrarán
a prorrata.
En próximas entregas expandiremos respecto al proceso de verificación de
créditos, los poderes de los síndicos y las formalidades del concordato.

Procedimientos de la Quiebra:

 Preliminar obligatorio de la
conciliación;
 Acta de no acuerdo;
 Demanda a cargo de uno cualquiera de los acreedores
del Ministerio Público o del propio deudor, de la
declaratoria de cesación de pago, apoderando al
tribunal de Primera Instancia del Distrito Judicial del
domicilio del deudor;
 Declaratoria de quiebra por sentencia del
Tribunal;
 Sentencia.
Quienes pueden ser declarados en quiebra.
Codigo de Comercio

Art. 437.- Se considera en estado de quiebra a todo comerciante que cesa en el


pago de sus obligaciones mercantiles. Se puede declarar la quiebra de un
comerciante después de su muerte, siempre que hubiese fallecido en estado de
cesación de pagos. No se podrá hacer la declaratoria de quiebra, sea de oficio,
sea a pedimento de los acreedores, sino en el año que siga al fallecimiento del
comerciante.

Cesación de pagos
Estado del deudor que no puede hacer frente a su pasivo exigible con su activo
disponible y que se traduce en una suspensión del servicio de caja.
La jurisprudencia tiende a exigir, a fin de colocar al deudor en estado de arreglo o
preconcordato judicial o de liquidación de bienes, que la situación sea
irremediablemente comprometida, lo cual atenúa la diferencia con la insolvencia.

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