Where We Left Off X Sapphire Hale. X

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Donde dejamos
zafiro sano
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Copyright © 2022 Zafiro Hale
Todos los derechos reservados
Los personajes y eventos retratados en este libro son ficticios. Cualquier similitud con personas reales, vivas o
muertas, es coincidencia y no es intención del autor.
Ninguna parte de este libro puede reproducirse, almacenarse en un sistema de recuperación o transmitirse de
ninguna forma o por ningún medio, ya sea electrónico, mecánico, fotocopiado, grabado o de otro modo, sin el
permiso expreso por escrito del editor.
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contenido
Pagina del titulo
Derechos de autor
lista de reproducción
Capítulo 1
Capitulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
capitulo 14
Capítulo 15
capitulo 16
capitulo 17
capitulo 18
capitulo 19
capitulo 20
capitulo 21
capitulo 22
capitulo 23
capitulo 24
capitulo 25
capitulo 26
capitulo 27
capitulo 28
capitulo 29
capitulo 30
capitulo 31
Epílogo
Sobre el Autor
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lista de reproducción
Odio todo sobre ti Tres días de gracia
Pensamientos sucios Chloe Adams
Ya no me drogarás Phantogram
Entrometerse Acerca de – Chase Atlantic
Aliento – Breaking Benjamin
Enciende la noche Nueva medicina
Cuerpos – Piscina ahogada
Desperdiciado – Juice Wrld x Lil Uzi Vert (Huken x Murkish)
Villano que no soy Three Days Grace
Celos Olas pálidas
La víctima de tus sueños Maggie Lindemann
Chico de pueblo pequeño Dustin Lynch
Huracán Luke Combs
Noches americanas – Morgan Wallen
Uncover – Zara Larsson
Gracia Lewis Capaldi
Snap – Rosa Linn
Hasta el final – Breaking Benjamin
La vida comienza ahora Tres días de gracia
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Capítulo 1
Regalo
Tiro mi brazo hacia atrás y golpeo mi puño contra el costado de la caja del camión.
Guau. Eso fue mucho peor de lo que había anticipado.
Tiro mi mano hacia atrás antes de que pueda ser empalada, apretándola contra mi pecho,
y miro horrorizada al camión.
En lugar de subirme a mi bicicleta y regresar a casa, estoy parado en el centro de la plaza
del pueblo de Phoenix Falls en medio de una tormenta eléctrica, los libros de preparación
para la universidad que acabo de tomar prestados de la biblioteca metidos de manera segura
en mi bolso (y, dentro, metido de forma segura dentro de una bolsa de transporte a prueba
de agua), porque un imbécil ha estacionado su camión directamente en frente de mi bicicleta,
bloqueándome para que no pueda escapar de la multitud cada vez mayor que comienza a
infiltrarse en el restaurante de la ciudad. .
Está oscuro, mis anteojos están manchados y no me di cuenta de que este camión tiene
mil años. Los paneles están desprendiendo metal en pequeñas secciones explosivas. Ni
siquiera quiero mirar mi mano. Lo miro de todos modos y me atraganto un poco.
Eso parece mucha sangre. Aunque me retiré rápidamente, puedo sentir picaduras agudas
en mis dedos y nudillos. Voy a necesitar pasar mi mano bajo un grifo frío durante los próximos
diez años.
"¿Estás bien?"
Me sobresalto y me doy la vuelta al oír la voz, pero la fuerte ráfaga de aire que sigue
despierta mi herida de nuevo. Siseo y frunzo el ceño hacia mi mano, mi capucha negra
protege mi cara de la lluvia.
“Mierda, ¿eso es sangre? ¿Quieres que te lleve al hospital?
Algo en su tono se agita como miel en el fondo de mi estómago.
y siento que un lento hilo de lava comienza a recorrer mi torrente sanguíneo.
Profundo y ronco.
Preocupado.
Familiar.
Miro hacia arriba, permitiendo que la lluvia finalmente azote mi piel mientras mi capucha
cae hacia atrás, y respiro profundamente.
No solo estoy a punto de perder la mano, voy a tener un aneurisma.
Chorros de agua caen a borbotones por sus pómulos bronceados y su cabello está
pegado, oscuro y despeinado, a su frente. La lluvia corre por sus labios de una manera
que se siente explícita.
Y sus ojos están en los míos.
"Riv... ¿Río?"
Ojos. Labios. Ojos. Labios. Su mirada se mueve entre ellos como si no pudiera elegir.
que merece más su atención.
Tropiezo un paso hacia atrás, un charco de agua me escupe en las pantorrillas y lo saca
de su ensimismamiento.
Bueno. Ya no puede soñar despierto conmigo.
tate Coleson.
El mejor amigo que he tenido.
Quien luego se convirtió en el peor amigo que he tenido.
Cuadra los hombros y su voz se vuelve rígida y tensa. "Río.
Si quieres, puedo llevarte al hospital y podemos ir a que te revisen la mano”.
Si quisiera ¡Qué concepto! Ya es un poco tarde para eso, ¿no Tate?
"Está bien", digo bruscamente, aunque a estas alturas es probable que me hagan una
amputación en casa. Sus hombros se flexionan cuando escucha mi voz y se mueve como
si un escalofrío le recorriera la columna.
"Río, por favor". Su voz es mucho más profunda de lo que solía ser, y su cuerpo se ha
duplicado en tamaño. Siempre fue alto, pero ahora me estoy rompiendo el cuello solo para
poder verlo. Me pregunto si podría envolver completamente mis manos alrededor de la
gruesa base de su garganta. "¿Que pasó aquí?" pregunta, sus ojos demorándose
momentáneamente en mi boca, antes de volver a bajar a mi mano. "¿Que estabas
haciendo?"
¿ Qué estoy haciendo? ¿Qué está haciendo ? Y, lo que es más importante, ¿qué está haciendo
él aquí? La familia de Tate se fue de la ciudad justo después de que él cumpliera los dieciséis,
pero ahora que tiene casi diecinueve y se graduó de la escuela secundaria, supongo que podría
haberse mudado. Podría haberse mudado de regreso.
Podría haber regresado por un tiempo.
"Me voy", digo y me doy la vuelta, listo para raspar la mierda de la plataforma del camión
mientras saco mi bicicleta. Espero que los radios estén más puntiagudos hoy.
"Espera", dice, y su tono es repentinamente más ligero, casi entretenido.
Entrecierro los ojos con sospecha.
"¿Golpeaste este camión?"
Me doy la vuelta y lo veo mirando a la vista del crimen. Metal malvado
protuberancias que sobresalen del panel. No creo que lo haya abollado.
Una pena.
Casi aplasta mi bicicleta digo.
¿Por qué estoy hablando con él? Púdrete en el infierno, Tate.
Puedo escucharlo reírse suavemente mientras trato de meterme entre la plataforma del camión y
el arbusto detrás para acceder a mi bicicleta para recuperarla.
Estúpido.
Pero luego un motor acelera y ya no estoy siendo exprimido mientras el camión avanza tres pies.
Tate estaciona la camioneta y luego sale del lado del conductor, apoyando su bíceps contra la puerta
con un brillo juguetón en sus ojos.
"Me alegro de haber llegado aquí antes de que cortaras los neumáticos".
Que excelente idea.
Da la vuelta al otro lado de la cama y levanta la lona, mirándome con los ojos entrecerrados contra
la lluvia. “Pon la bicicleta en la cama. Te llevaré al hospital.
"Uh, de ninguna manera", le digo y le doy una mirada como si levantara una ceja mientras monto mi
bicicleta.
De repente, está frente a mí, agarrando el manillar con sus grandes puños empapados.
"No puedes hablar en serio", dice, su voz dura.
Miro hacia arriba y desearía no haberlo hecho. Está tan cerca de mí que casi puedo saborear la
lluvia que irradia de su cálida piel. Su mandíbula está tan tensa y sus ojos tan duros que prácticamente
vibra.
"Montando una bici. Sin casco. En una tormenta. Baja la mirada hacia mi puño ensangrentado.
"Con una sola mano."
Se ve furioso, lo que me llena de alegría malvada.
Hago sonar mi campanita.
"Muevete por favor."
Sus manos agarran con más fuerza, flexionando la mandíbula. Sus nudillos blancos me están haciendo
enfermo de placer.
¿Por qué te importa tanto, Tate?
"No hagas esto, Río".
Empujo el suelo para poner mi pie en el pedal, que es, sin duda, preocupantemente resbaladizo.
La rueda delantera se clava en la pierna de sus jeans.
y de mala gana da un paso atrás. Mete las manos en los bolsillos y me atraviesa con una mirada
profunda y fundida.
Estoy casi brillando de satisfacción.
“Aléjate de mí”, le advierto con los ojos entrecerrados, y luego me tiro hacia atrás del asfalto y
me alejo lo más rápido que puedo.
Tan pronto como doblé algunas esquinas, me bajé de la bicicleta, me lavé las heridas con
los restos de mi botella de agua y me arreglé los nudillos con cuatro tiritas. Sí, soy una portadora
de yeso; da la casualidad de que una chica propensa al peligro como yo nunca puede ser
demasiado anal.
Tiro mi bolso en mi habitación y miro por la ventana. Está completamente oscuro excepto por
la farola, oscureciendo completamente la vista de la casa frente a mí.
Bueno.
Me encuentro con mi mamá en la cocina mientras pone papas en el horno.
Cuando voy a lavarme las manos para poder empezar a hacer la ensalada, se da cuenta de mi
mano y toma aire.
"Jesús, ¿qué pasó?" Ella pregunta. Luego, "¿Le rociaste perfume?"
El perfume en una herida es la respuesta de nuestro hogar para desinfectar heridas. No creo
que mi mamá me haya llevado a un hospital desde que me rompí el labio a la edad de siete años.
Ella me ha hecho muy DIY.
Omito por completo contarle sobre el incidente con la camioneta de Tate. No quiero volver a
pensar en eso nunca más, simplemente porque no quiero volver a pensar en él nunca más. Eludo
el tema y le digo que lo echaré un vistazo más tarde.
Una vez que nuestra cena está lista, nos sentamos a la mesa, el café jazz suena suavemente.
desde mi computadora portátil en el mostrador.
"Así que este viernes", comienza, y mi estómago se agita con inquietud porque generalmente
no tenemos planes. hago escuela Ella trabaja. Esa es la rutina.
Mi mamá es profesora en el campus universitario que está a veinte minutos en automóvil de aquí
y, como su miniatura, es la misma visión que me ha estado inculcando desde antes de que
naciera. Trabaja duro, permanece en un sistema reglamentado y siempre estarás protegido.
Puntos de bonificación si obtienes una fortuna de un multimillonario de la Ivy League; si no,
deléitate con tu castidad, hija, porque eso es lo que mamá quiere.
Razón de más por la que no menciono a Tate. Mi madre, literalmente, no tiene idea
de lo que pasó entre nosotros, diablos, no creo que ella siquiera supiera que él existía ,
y definitivamente no prescribe el futuro que ella me ha trazado.
Ojalá no me recetara el futuro secreto que me había trazado .
“Quiero que lo conozcas”, termina.
Está bien, puedo ser un aguafiestas en mi propia vida, pero no voy a arruinar la
situación del nuevo novio secreto de mi madre. La ha estado invitando a cenar, a
caminar y más cenas todos los fines de semana durante tres meses seguidos, y ni
siquiera he conocido al tipo. No los acecho, los observo desde la ventana de mi
habitación mientras desaparecen del camino de entrada. No miro por la ventana
completamente.
—Quiero conocerlo —concuerdo con un movimiento de cabeza, aunque mi tono
suena un poco ofendido porque odio el hecho de que ella esté pensando que yo pondría
un obstáculo en el camino de su felicidad. "¿A qué hora viene?"
"Hmm", dice, con la boca sospechosamente llena de mi lechuga cortada a la
perfección. Entrecierro mis ojos en ella y detengo su muñeca cuando va por otro bocado.
"¿Mmm?" pregunto
"Vamos a su casa", dice rápidamente, y luego embiste en el
tenedor que estaba previniendo, engreído con la velocidad.
Puedo manejar esto, puedo manejar esto. No quiero avergonzarla siendo su hija
ermitaña desconfiada, así que digo: "Eso suena encantador", aunque creo que acaba
de desencadenar mi SII.
“Eso espero”, dice ella, con los ojos fijos en una patata. “Ponte algo bonito,
por favor”, agrega.
Mi estómago se hunde un poco.
"Sí, mamá", murmuro, y me callo por la noche, mi pecho se contrae con fuerza.
“Esa es la casa”, dice mi mamá, señalando.
Es igual que todos los demás. Lindo porche. césped limpio. Solo este
también tiene un leñador bronceado que nos sonríe desde la entrada del garaje.
Mi boca se abre, pero rápidamente la cierro en caso de que pueda vernos como
visiblemente como podemos verlo. De ninguna manera voy a inflar su ego.
Mide más de seis pies, y quiero decir que mide más de seis pies. Su piel es tan bronceada que no me
deja ninguna duda de que debe trabajar al aire libre. Por la tira de su camisa puedo decir que está
desgarrado. Lo único negativo en este momento es el hecho de que está usando una camisa .
Giro noventa grados completos en mi asiento para enfrentar a mi mamá. "¿Ese es el?"
Su boca se inclina hacia arriba en una pequeña sonrisa de satisfacción mientras maniobra hacia el
camino de entrada. No puedo dejar de notar el hecho de que el disco está vacío, lo que significa que este
hombre movió su vehículo a propósito para que el de su novia tuviera un ajuste fácil. Mi corazón se
aprieta.
Quiero decir, estoy prácticamente celoso. De un vistazo a este chicoslashdios puedo decir que él es
todo de lo que mi madre me ha dicho que me aleje. Estoy siendo presuntuoso, pero la vibra inicial que
estoy recibiendo es: actividades al aire libre; usa un traje no más de una vez cada tres años; y posee un
sombrero de vaquero irónicamente. ¿Por qué no puedo tener uno?
Cuando lo miro de nuevo, esta vez miro el contenido de su garaje. Mi frente se arruga. “¿Por qué
tiene tantas sierras y palas?” Pregunto.
Mi mamá se ríe mientras sus ojos se desplazan hacia el garaje. Es dueño de una empresa de
carpintería. Es tan normal como parece”.
Ahora estoy muy celoso. Cierra el garaje mientras mi mamá pone el auto en Park y él se acerca para
abrirle la puerta. Estoy congelada de asombro cuando él la ayuda y le da un beso en la mejilla, diciéndole
algo con una voz como el jarabe de arce.
Tomo algunas respiraciones profundas, pero de alguna manera me hacen sentir aún más
ansiosa, así que decido joderme la respiración y simplemente salir del auto.
Una vez que cierro la puerta, me encuentro con ojos oceánicos brillantes y profundos
hoyuelos encamados. Choca esos cinco con mamá.
“River”, dice arrastrando las palabras, con una hermosa sonrisa jugando en sus labios, “estoy tan feliz
que estás aquí.
Guau. Yo también.
Se señala a sí mismo y dice: “Mitchell, pero llámame Mitch. O Mitchell.
Cualquiera que sea tu preferencia.
Uno de sus brazos está envuelto alrededor de los hombros de mi mamá y me hace pasar con su
mano libre, diciendo: “Por favor, entra”.
Mitch y mi mamá están dentro de la puerta cuando llego a la parte superior de
los escalones. Todavía hay luz, pero hay un brillo acogedor que se emite desde la
entrada, sin mencionar el olor. De ninguna manera un chico tan bueno también
puede cocinar. Miro a mi madre de nuevo y me pregunto si hizo brujería para
convocar a este hombre.
“Espero que tengas hambre”, dice mientras toma el abrigo de mi mamá. Su
acento es tan fuerte que podría verterlo sobre panqueques. “Mi hijo insistió en
hacer la comida esta noche y es increíble cuando se trata de cocinar”.
Mira hacia la cocina y grita: “¡Tate, sal aquí!”.
Instantáneamente hago una pausa.
Tate?
¿Qué?
Mis ojos parpadean en dirección a la cocina y veo que el hijo de Mitch sale.
Sostiene una toalla de cocina en una mano y se está quitando el cabello
despeinado de los ojos con la otra cuando su mirada se encuentra con la mía. Su
cuerpo instantáneamente se detiene y su expresión se convierte en pura sorpresa.
Agarra la toalla en su puño con renovado vigor.
Mitch le da una palmada en la espalda y me sonríe. "Espero que no te moleste
tener un hermanastro!”
Se me cae el estómago y trago saliva.
Vaya.
Mi.
Dios.
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Capitulo 2
Hace tres años
Cierro rápidamente mi casillero cuando escucho que las puertas del pasillo se abren.
La clase de estudiantes de segundo año de este año es realmente aterradora. Creo que es
porque son más altos que los juniors, y los seniors están demasiado deprimidos como para
preocuparse por mantener una reputación. Solo soy un estudiante de primer año, pero todos
pueden ver la jerarquía. Sé exactamente qué radar para evitar esta caída.
No conozco al que está al frente, pero tiene el pelo negro, hombros anchos y está empapado
de lluvia. De repente, tira de su brazo hacia atrás y luego lo golpea hacia adelante, lanzando la
pelota de baloncesto en su mano como un misil. Golpea el suelo con tanta fuerza que es
reimpulsado contra el techo antes de rebotar por el resto del pasillo alejándose de su amo.
No te culpo, pequeño. Sigue rebotando.
"¿Conseguir eso para mí?" Hombros está hablando. Es antes del período, por lo que el pasillo
está abarrotado y, casi cómicamente, todo el corredor gira para ver a quién ha agraciado con su
atención.
Mi boca se seca.
Está recostado con los otros dos alfas y me mira fijamente a los ojos. El de la derecha resopla
como si fuera el mejor chiste que ha escuchado en las últimas cuatro semanas. Cabello rubio sucio
y despeinado y ojos que parecen como si pudieran cortarte. Él piensa que es un semental, pero
tiene la sonrisa más fea que he visto.
jamas visto.
¿Y a la izquierda?
tate Coleson.
El chico más alto de la escuela, cuyo cabello castaño chocolate está en desorden perpetuo.
Rica piel bronceada, largas pestañas negras y una cadena de plata con una pequeña cruz colgando
sobre los botones de su camisa. Lo observo con acecho todas las mañanas desde la ventana de
mi habitación.
El chico de enfrente.
Tate cruza los brazos sobre el pecho hasta que el golpeteo de la pelota de baloncesto cesa por
completo, y luego vuelve su mirada hacia mí.
Un apretón delicioso se aprieta dolorosamente en mi pecho.
Antes de que pueda apagarme y volverme a encender en un intento por encontrar algunas
palabras coherentes, veo a Tate dispararle a Shoulders con una mirada fulminante, con los labios
entreabiertos como si estuviera a punto de decir algo, pero luego nos salva en sentido figurado la campana.
Un joven agarra la pelota y se la devuelve a su dueño, un cachorro mira hacia adentro.
sus ojos que ruegan ¡Por favor déjame unirme al equipo!
Y luego suena la campana real.
Inmediatamente giro a la derecha y camino a toda velocidad por el pasillo, el ominoso ruido sordo
de la pelota de baloncesto golpeando una y otra vez detrás de mí mientras los estudiantes de
segundo año se abren paso hasta su próximo pobre maestro desprevenido. Por alguna razón, espero
que estén en camino a un maestro varón. No me gusta la idea de Dirty Blond cerca del personal
femenino.
Camino con mi bicicleta hasta la parte trasera de la casa y luego doy la vuelta al porche y abro
la puerta principal. Me lavo los gérmenes escolares de las manos, preparo un trago y luego me dirijo
a mi habitación.
Ya tengo mi CD favorito de Breaking Benjamin en mi estéreo, así que le doy al play mientras me
quito el uniforme y miro la casa frente a mí. ¿Están abiertas mis cortinas? Sí, pero no estoy montando
un espectáculo. La mamá de Tate, Pamela, y su nuevo novio uniformado trabajan hasta tarde todos
los días, y Tate tiene actividades extracurriculares hasta que casi oscurece, así que nadie me va a
ver.
No sé qué deportes practica en qué días, pero sé que hace casi todo. Fútbol americano.
Baloncesto. Nadar, pero eso es fuera del campus.
Sus brazos fueron construidos para levantar cosas pesadas y tiene las manos más grandes que
jamás haya visto. Los observo como un buitre mientras manipula su comida en la cafetería.
Me siento en mi cama una vez que me quito la ropa de la escuela y tomo el libro que estamos
leyendo en Literatura. Termino las secciones restantes en menos de una hora y luego recompenso
mi tortura con un libro no escolar para divertirme. Me deslizo contra mi almohada hasta que mi cuello
está a unos peligrosos noventa grados y leo hasta que mi mamá está en casa y el exterior está lo
suficientemente oscuro como para necesitar encender una lámpara.
Entonces lo escucho. La puerta al otro lado de la calle se cerró de golpe. Sonrío cuando siento un
pequeño fuego encenderse en mi vientre.
Siempre lo escucho cuando se va.
Me arrastro hasta el borde de mi cama y me levanto de mi posición agachada para
poder ver su porche a través de mi ventana.
Tiene algo debajo del brazo y se ve realmente enojado. Se ve enojado todas las noches.
Lo veo caminar hasta el último escalón del porche y luego se detiene. Mmm.
Lleva puesto el top de manga larga que va debajo de su camiseta de fútbol, dándome una
visión explícita de sus locos hombros de mariscal de campo. Se ha puesto un par de jeans
de mezclilla azul, del tipo adecuado para un trabajador, no de un diseñador llamativo, y
sus manos bronceadas se flexionan como si estuviera haciendo crujir los nudillos uno por
uno.
Luego me mira directamente.
¡Mierda, mierda, mierda!
Me sacudo como si me acabaran de electrocutar, mi corazón rebota como si fuera una
maldita pelota de baloncesto, y me tiro contra la almohada, temblando con fuerza.
Ese es el chico más sexy que he visto en mi vida. Paso mucho tiempo deseando no ser
heterosexual porque los chicos de la escuela apestan, pero para Tate Coleson hago la
excepción. ¿Cómo se hizo tan grande? Apuesto a que se va a divertir mucho haciendo
quién sabe qué con todas las otras personas populares esta noche. Alguna chica obtendrá
toda su fuerza de su atención y tendrá la mejor noche de su vida. Definitivamente la
besará. Tal vez haga aún más.
Agarro mi oso de peluche rosa bebé y lo aprieto con fuerza contra mi pecho.
No volví a mirar por la ventana durante el resto de la noche.
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Capítulo 3
Regalo
No no no.
Los ojos de Tate están fijos en los míos y una pequeña ola de ira se estremece a través
de mi cuerpo. Escondo mi mano golpeada detrás de mi espalda y entrecerro los ojos hacia él
con disgusto.
Estoy plantado en la entrada y estoy emitiendo vibraciones de asesino en serie.
Sin inmutarse, Tate se coloca frente a mí, aunque con cautela, e inhala profundamente antes
de tragar con dificultad. Observo cómo su espesa nuez de Adán sube y baja por su garganta.
“Río”, dice. Sus ojos brillan cuando extiende su mano hacia mí. Su mano derecha . Decir
ah. Como si fuera a dejarle ver el estado aterrorizado de mi mano derecha después del
incidente de la otra noche. Le ofrezco mi izquierda en su lugar.
Las comisuras de sus labios se contraen y dejo caer mi mano por completo.
"¿Cómo está el otro?" él pide.
"Increíble", miento. Mi mano está tan hinchada que podría perderla.
"¿Lo hiciste revisar?"
"No", admito en un raro momento de honestidad. Esto parece irritarlo, lo que me anima un
poco. Veo el crucifijo de plata que cuelga sobre su camisa y digo: "Aunque he estado orando".
Mi madre se ha ido a la cocina, así que dirijo mi atención a Mitch, pero mi expresión falla
cuando me doy cuenta de que ha estado observando todo nuestro intercambio. Me apresuré,
señalo el comedor con el pulgar y pregunto: "¿Quieres que te lo prepare?".
Mitch arquea una ceja hacia mí, y veo exactamente el mismo estrabismo en sus ojos que
estaba en los de Tate hace un momento. Él también está conteniendo una pequeña broma
oscura.
“Eres nuestro invitado”, me regaña, tomando el abrigo que me había quitado a medias de
los hombros antes de tener mi convulsión del tamaño de mi hermanastro. "Toma asiento. Te
serviré un trago.
Mi cabeza da vueltas porque no puedo creer que esto esté sucediendo. Nos acercamos a
la mesa y Mitch me pasa uno de los vasos antes de abrir una botella de refresco. Me quedo
de pie mientras observo la habitación.
De hecho, ya ha puesto la mesa, un detalle que no había observado mientras mis entrañas comenzaban
a desmoronarse como linguini. Los muebles son de madera oscura y los acentos son de color rojo vino.
Sin desorden e innatamente primitivo. Sexy.
Paso un dedo por la superficie pulida de la mesa y el aceite de mi huella estropea la superficie.
Cuando vuelvo a mirar a Mitch, me observa con mucha cautela. Tengo la horrible sensación de que él
está de alguna manera en mi cabeza, y no solo en la superficie consciente. Está sumergido en las cosas
oscuras y desagradables que quiero mantener reprimidas. Está mirando los pensamientos que ni siquiera
me permito mirar.
“Me alegro de conocerte por fin”, dice, apartando la botella del borde de mi vaso. “Obviamente tu
mamá me ha hablado mucho de ti, pero estoy seguro de que serás aún mejor en persona”.
Me da una sonrisa cautelosa, pero por la mirada en sus ojos creo que lo dice en serio. Solo que no
entiendo por qué es él quien está poniendo su guardia.
Está actuando como si estuviera escondiendo algo y me está poniendo nerviosa.
Escucho a Tate dejar la vecindad mientras camina de regreso a la cocina.
Dejo la bebida y miro a Mitch mientras me meto las gafas en la nariz a propósito. Es un gesto que
dice, mira que inocente soy. Tan pequeño e inofensivo. Luego cruzo los brazos sobre el pecho porque
hablo en serio. "Gracias. Solo quiero lo mejor para mi mamá. Si ese eres tú, entonces bien”.
Mitch se mece sobre la parte trasera de sus talones y me observa con un movimiento de cabeza lento.
De repente, decido que estoy siendo demasiado amable. Me he programado para nunca volver a ser
amable con un chico, así que elijo despistarlo un poco.
"Y si no", continúo con complicidad, pensando en su garaje, "ya he visto dónde guardas las
herramientas de asesinato".
Los ojos de Mitch se agrandan y luego echa la cabeza hacia atrás en una risa deslumbrante, con una
mano agarrando su estómago ancho y musculoso. Literalmente no puedo creer que mi madre haya
sacado a este tipo. Cuando vuelve a dejar caer la cabeza hacia adelante, suspira con una sonrisa
perezosa, disfrutando de mi amenaza.
Conozco esa sonrisa.
"Sabía que serías aún mejor en persona", dice y me da otra sonrisa ganadora mientras sale del
comedor. Dejo escapar un suspiro tembloroso cuando desaparece. Es sorprendente que ahora que él
piensa que estoy trastornada, incluso en broma, el aire de repente se aclara. Él es sonrisas reales y
carcajadas.
Hombres.
En un intento desesperado por recuperar mis células cerebrales, me quedo solo en la
parte trasera de la casa, mirando a través de la ventana hacia el jardín trasero. Parece que
los muchachos casi han terminado de construirse una piscina. No me permito pensar en eso
por mucho tiempo.
Mitch y, Jesucristo, Tate tardan tres minutos en poner los platos en la mesa, y luego Mitch
me llama como el demonio que soy de vuelta al comedor.
Me siento y fuerzo una sonrisa a Mitch. "Gracias", le digo, muy consciente de que debería
estar diciéndole esto a Tate. Mi persona menos favorita en el mundo. Mi futuro hermanastro.
Tengo un chapoteo peligroso en el estómago.
Mitch señala mi mano derecha con la cuchara de servir. "Y qué
¿Qué pasó con tu mano?
Me meto un tenedor lleno de puré de papas en mi boca. son realmente
sabroso, lo cual es molesto.
Miro por encima de la mesa y un escalofrío me recorre el cuello y me pica las mejillas. Sin
embargo, no me siento demasiado culpable mirándolo, porque los ojos de Tate no están en
mi cara, también están en mi mano.
Me vuelvo hacia Mitch y le doy un ligero encogimiento de hombros.
"Lo golpeé con algo".
Veo a Tate moverse en su asiento fuera de mi visión periférica. “Te quitaré el vendaje y lo
revisaré después de la cena, si no te importa”, dice Mitch, sirviéndose un trago.
Me importa, pero creo que está empeorando por horas, así que concedo en silencio y
vuelvo a mis molestas papas buenas. Durante la próxima hora me concentro en psicoanalizar
la decoración interior de Mitch. Es muy amaderado, lo que tiene sentido teniendo en cuenta
su trabajo. Me pregunto si él hizo esta mesa. Me pregunto si Tate hizo esta mesa. Mis mejillas
se calientan cuando lo imagino frotando la parte superior de roble oscuro.
Sácame de esta casa.
Cuando todos terminan de comer, Mitch insiste en inspeccionar mi mano, así que me
siento en el sofá mientras deshace las vendas y deja escapar un pequeño silbido una vez
que mi mano está desnuda.
"¿Hace cuánto tiempo hiciste esto?" pregunta, ya hurgando en su botiquín de primeros
auxilios en busca de algo. Ojalá un hacha.
Tate está parado frente a nosotros luciendo indignado con los brazos cruzados sobre el
pecho. Disfruto encantada de su incomodidad. “Hace unos días”, respondo, con un
encogimiento de hombros indiferente. Cuando la mirada de Tate se mueve de mi mano a mis ojos,
esbozo una especie de sonrisa satisfecha. Sus ojos se estrechan.
"Papá, ella necesita ir al médico".
¿Qué te importa, Tate?
Mitch no mira a su hijo pero asiente con la cabeza. “Los cortes no son profundos pero
son múltiples, y se está hinchando porque uno de ellos debe haberse infectado. Ojalá
solo uno de ellos. Te conseguiremos antibióticos mañana.
Niego con la cabeza hacia Mitch. "Puedo ir solo, no necesito que lo hagas".
ven conmigo."
Mitch me mira una vez que termina de aplicar algún tipo de gel. “Tu mamá dijo que no
manejas”, responde.
Eso es un poco vergonzoso, especialmente porque me gustan los autos, pero lo
descarto. “Yo no, pero ella puede tomarme algún tiempo. No te voy a sacar.
Mitch frunce el ceño. “Tu mamá va a estar muy ocupada en la unidad de almacenamiento
mañana”.
Ahora es mi turno de fruncir el ceño. “Mi mamá ni siquiera tiene una unidad de almacenamiento.
¿De qué estás hablando?"
Mitch pliega sus labios sobre sí mismos. Mi mamá se sienta en el sillón libre como un
Ángel de la Muerte. La miro y ella me da una sonrisa inquietantemente inocente.
“River, estoy segura de que te estás preguntando por qué te encuentras con Mitch
hoy”, comienza con calma. Me siento un poco hacia atrás para tener suficiente ventaja
para mirarla completamente. “Como mencioné, Mitch es un carpintero increíble”. Su
pausa me pone nervioso. “Así que quería que lo conocieras antes de decirte que él estará
haciendo la remodelación de nuestra casa”.
Mi frente se arruga en confusión. ¿Qué? No sé por qué querría que nuestra casa fuera
renovada, pero eso no parece ser un problema, de todos modos. ¿Por qué actúan como
si esto fuera un problema? ¿Soy tan hostil?
Me encojo de hombros y digo: "Está bien".
Nadie dice nada más. Mitch está mirando a mi mamá. Mi mamá me está mirando.
Quiero mirar a Tate y averiguar si sabía sobre nuestros padres, pero mi instinto me dice
que esto también es una pesadilla recién revelada para él.
Vuelvo a mirar a mi madre, mis sospechas aumentan por segundos.
"¿Aaaay...?" insto
“Bueno, obviamente él va a estar en la cocina para hacer los gabinetes, porque todo
va a salir. Y también podría hacer una estantería en la sala de estar, para el televisor y
algunas pantallas, ya sabes el tipo”, dice casualmente.
No sé a dónde va con esto.
“Entonces, debido a que él va a hacer todo eso, pensamos, ¿por qué no arreglar el
piso de arriba también? Tal vez armarios a juego en el dormitorio principal y luego, um”
hace una pausa momentánea. Luego empieza a hablar a una milla por minuto. “Pensamos
que sería beneficioso derribar la pared de la oficina para tener tres habitaciones superiores
grandes, en lugar de solo dos grandes y dos pequeñas”.
Parpadeo hacia ella como un extraterrestre. ¿Por qué me importaría nada de esto?
Reflexiono sobre sus palabras por un momento.
Entonces vuelvo a mirarla.
"Pero si atraviesas la pared de la oficina, vas a"
Estarás en mi dormitorio.
No voy a poder quedarme en mi dormitorio.
Lo que significa
“Entonces, mientras Mitch, Tate y los chicos del equipo ayudan en nuestra casa, pensó
que sería útil si solo… nos quedamos con ellos. Aquí." Ella sonríe.
Las últimas partículas de aire salen de mis pulmones.
"Bueno", interrumpe Mitch, "Tate técnicamente no vive aquí, tiene su propio lugar, pero
obviamente puede quedarse aquí en cualquier momento". Mitch está mirando
deliberadamente a Tate, quien ahora se ha girado ligeramente en nuestra dirección,
mientras hace ese último punto.
¿QUÉ?
Entonces Mitch me enfrenta. “Es solo temporal, y no será por mucho tiempo. Pero
durante el tiempo que el equipo y yo estamos trabajando en tu habitación”, levanta las
manos en señal de derrota. "No podrás quedarte allí mientras hacemos eso".
Hay muchos pensamientos pasando por mi cabeza en este momento. En primer lugar,
¿por qué diablos mi mamá está renovando nuestra casa en primer lugar? Ha sido de la
misma manera desde siempre y no pensé que a ella le importara gastar dinero en
interiores lujosos.
En segundo lugar, si ya no puedo usar mi habitación, y vamos a dormir aquí...
“Entonces, ¿dónde voy a estar durmiendo?” Pregunto.
Mi mamá y Mitch se miran. Luego sus ojos parpadean hacia Tate.
Derecho.
Ni siquiera debería haber preguntado.
Sé exactamente en qué habitación voy a dormir.
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Capítulo 4
Hace tres años
La música es básicamente un período libre. Hemos tenido un maestro subbie desde
el comienzo del trimestre, por lo que darnos un libro de texto y decirnos "hazlo" es el
alcance de sus capacidades pedagógicas.
Soy un buen estudiante, pero no soy un goteo, así que después de quince minutos de
barajar y volver a barajar los papeles en mi bolso, pregunto si puedo ir al baño. Como un
regalo del cielo, dice que sí sin siquiera pensar en darme un pase para ir al baño. Agarro
mis maletas con agilidad ninja y salgo rápidamente por las puertas, lista para estudiar un
poco en la biblioteca.
Tomo las escaleras de la izquierda hasta el segundo piso y doblo la esquina del ala de
Informática porque la biblioteca está más allá de Inglés y las salas de detención, justo en
el otro extremo de la escuela. Afuera es de un miserable color gris y mi corazón se hincha
de alegría. Amo este clima. La lluvia cae por los cristales en una cascada interminable y, si
tenemos suerte, en uno o dos minutos oiremos el estruendo de un trueno a lo lejos.
Estoy caminando rápidamente pasando el siguiente cruce de escaleras entre las clases
de Literatura cuando los veo. Uno de los profesores de ciencias camina con determinación
hacia la Oficina de Detención, y detrás de él hay un rastro de tres deportistas de aspecto
engreído. Están pavoneándose lentamente como si estuvieran dando un paseo a media
tarde y, por el estado de las camisas blancas que se pegan húmedas a los músculos de
su equipo de natación de segundo año, parece que eso es lo que acaban de atrapar
haciendo. Afuera. Durante el cuarto período.
Es el tipo con el pelo negro quien me nota primero. Hombros, sí recuerdo. Lleva la
corbata alrededor de la cabeza para lograr el efecto completo de Odio la escuela y sus
colmillos brillan cegadoramente blancos con cada carcajada arrogante. Si tuviera que
encasillarlo en el anuario, lo clasificaría como "Más probable que sea un vampiro en
secreto".
Para evitarlos, me detenía y fingía que estaba a punto de abrir un casillero, pero,
después de la semana pasada, existe la posibilidad de que recuerden que mi casillero no
está en este pasillo, así que en lugar de eso jugueteo con mi casillero. bolso, abrochando
y desabrochando el cierre, mientras intentaba no desmayarse al ver a Tate Coleson.
Tate recibe un codazo en el brazo y me mira a mitad de la risa.
Estoy tan deslumbrado que no puedo respirar. Considero desabrochar mi bolso de nuevo
para poder respirar con mi inhalador.
Lo increíble es que no deja de sonreír. Todavía se está riendo desde algún lugar profundo
de ese increíblemente ancho pecho suyo, y está sonriendo de esa manera sexy y arrogante.
Tiene un brillo de mal comportamiento en sus ojos y lo siento palpitar más brillante cuanto más
me acerco.
Dirty Blond me saca de eso.
"Jeeeeeesussssss" , gime en voz alta, rodando los ojos como si esto fuera lo más
momento molesto de toda su vida. "Dame un maldito descanso, ya".
Tate lo mira, todavía riéndose, y le hace una fuerte llave de cabeza. El otro niño resopla y
desaparecen en el corral de los niños traviesos, sacudiéndose el agua de lluvia del cabello
como una manada de lobos.
El profesor que los acompañaba espera fuera de la sala y apenas me dedica una mirada.
¿Una pequeña estudiante, con gafas y una falda de Goodwill? De ninguna manera estaría
abandonando la clase.
Disminuyo el paso antes de girar hacia la biblioteca y me arriesgo a mirar en dirección a la
sala de detención. A través de la ventana del ojo de buey los veo a los tres, con las manos
detrás de la espalda mientras escuchan su palmada en la muñeca regañando. Dos de ellos
están mirando hacia adelante, luchando por mantener a raya sus sonrisas. El otro tiene la
cabeza inclinada hacia la puerta, los ojos encendidos y fundidos, con una sonrisa tirando de
sus labios.
Mi corazón se estremece de placer mientras corro hacia la biblioteca.
Tate Coleson solo me sonrió.
Me siento como si estuviera en un nivel alto de azúcar. Tate Coleson es un helado de
caramelo de chocolate inyectado directamente en mi torrente sanguíneo. Tengo tanta energía
durante mi hora en la biblioteca que no solo termino el trabajo de práctica de matemáticas de
mañana, sino que también termino mi tarea de francés para el próximo mes.
soy un drogadicto Dame, dame, dame.
Cuando suena la campana del último período, considero saltarme otra clase. Fácilmente
podría estar enfermo y en el baño: mi desaparición de Música coincidiría con la coartada.
Quiero dar vueltas por la Oficina de Detención y ver si todavía está allí. Quiero que me sonría
de nuevo. Quiero estar tan cerca de él que pueda ver todos los colores en sus ojos.
También quiero empujar a ese sucio amigo rubio suyo por la ventana.
¿Por qué Tate es su amigo? Parece un idiota.
Voy a mi clase de Diseño y Tecnología y termino haciendo una maqueta de un póster para el
baile de Homecoming. Es principalmente azul marino oscuro excepto por el texto, y en el centro
superpuse una toma en movimiento de una niña girando tan rápido que todo lo que puedes distinguir
es su cintura y el dobladillo levantado de su vestido rosa bebé. Cliché pero lindo. Probablemente no
será elegido de todos modos.
Mi buen humor supera la campana final y todavía estoy un poco trémulo cuando estoy lavando
los platos después de cenar con mi mamá.
Escucho que la puerta se cierra de golpe desde el otro lado de la calle, pero estoy tan
concentrada en mis notas de Historia que no voy a la ventana y compruebo. Bien, la razón principal
por la que no reviso es porque tengo miedo de que uno de estos días lo vaya a ver con una chica.
Es una pesadilla completa con la que a veces me traumatizo durante aproximadamente una hora y
media antes de irme a dormir.
Estoy realmente loco.
Una vez que termino de resaltar y hacer anotaciones en mis notas de Historia, meto el trabajo
en su carpeta y recuesto mi silla. Solo estoy estirando mi cuello, el cabello cayendo en cascada por
mis hombros y mis brazos levantados sobre mi cabeza, cuando lo noto.
Son literalmente las ocho de la noche y te juro que Tate salió de su casa alrededor de las seis y
media. Dejo mi lámpara encendida, porque no quiero que se dé cuenta del cambio, pero me hundo
más en mi silla para que sea menos probable que me atrape mientras miro.
Está sentado en la parte superior de los escalones de su porche con su sudadera con capucha
y pantalones cortos de chándal, y con lo que parece una carpeta de tareas y un bloc de notas
colocados detrás de él, bajo el escudo del techo del porche. Sus codos están doblados sobre sus
grandes rodillas bronceadas y tiene las manos extendidas sobre las orejas en la parte exterior de la
capucha. Tiene los ojos bien cerrados y el flequillo le cae sobre la cara, chorreando un poco de
donde le ha pillado la lluvia.
Qué. Él. Infierno.
Pensé que después de sus prácticas deportivas llegó a casa a comer y luego se fue.
de nuevo para pasar el rato con sus amigos.
¿Ha estado sentado allí solo todas las noches?
Con cautela me pongo de pie y extendiendo la mano lentamente apago mi lámpara. Tate siente
el cambio como un animal y sus ojos se disparan hacia la ventana de mi habitación. Me pregunto si
él puede verme. Mientras contemplo esto, recuerdo que yo
No me quité el uniforme esta noche y, de repente traviesa, decido que tal vez ahora sea un
momento tan bueno como cualquier otro.
Deslizo mis dedos en el nudo de mi corbata escolar, aflojo suavemente la longitud
a través del lazo, y luego lo tiro al suelo junto a mi mochila escolar.
Tate se sienta derecho.
Para que puedas verme, Tate.
Me siento audaz y me gusta. Tiro de mi chaleco de suéter a los lados, deslizo mis dedos
debajo del dobladillo y luego me lo paso por la cabeza, antes de dejarlo caer al suelo con la
corbata.
Está realmente al borde de su asiento ahora. ¿Camisa? ¿Falda? ¿Qué podría ser lo
siguiente?
Me muevo hacia la repisa para poder verlo claramente a través de la lluvia que está
rayando mi ventana. Nos miramos como dos primates en la naturaleza. Ninguno de nosotros
ha parpadeado en los últimos treinta segundos.
Voy a ser astuto esta semana. Cada día que escucho el portazo, voy a esperar diez
minutos y luego veré si todavía está afuera.
Entonces esperaré una hora y comprobaré de nuevo. Para el viernes, si me doy cuenta de
que ha estado sentado fuera de su casa todas las noches, haré algo al respecto.
¿Pero por ahora?
Paso el botón superior de mi camisa por el agujero y luego cierro las cortinas.
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Capítulo 5
Regalo
El antiguo dormitorio de Tate está en el ático.
Aunque comencé a tener una hemorragia silenciosa cuando Mitch me dijo dónde dormiría,
estoy tranquilamente zumbado sobre residir en el ático, ya que realmente facilitará mi agenda
de ermitaño.
Pero no pude quedarme a comprobarlo después de la cena. Estaba extrañamente
conectado y había esta energía en la casa que se estaba cargando demasiado, así que decidí
que, después de que Mitch me llevara a mi cita de mano esta mañana, me permitiría un
recorrido por la casa sin compañía. En solitario. Completamente solo.
El sueño de todo acosador.
Mitch me llevó de regreso a casa de mi mamá, tomé mis antibióticos y luego se fueron
juntos para comenzar a poner cajas en su unidad de almacenamiento secreta. Me dieron una
gran maleta azul marino para depositar mis artículos esenciales, así que amontoné ropa de
invierno, mis artículos para el cuidado de la piel y unos treinta libros de más, antes de intentar
comenzar a trabajar en la cremallera. Imposible, obviamente. Saqué el cuidado de la piel y lo
cerré.
Naturalmente, empieza a llover a cántaros cuando me doy cuenta de que mi impermeable
está en el fondo de la maleta, así que, como necesito una alternativa, me pongo una sudadera
con capucha y salgo de la casa de mi madre.
Se suponía que Mitch y mi madre ya habían regresado, así que decido esperarlos en el
pequeño espacio protegido sobre nuestra puerta principal, es decir, hasta que veo que otro
camión se detiene en la calle.
Resulta que la trampa mortal de metal raído en la que le di un puñetazo era de Mitch, y la
sexy camioneta Ford negra que vi ayer en su acera pertenece a Tate. Antes de que tenga la
oportunidad de aparcar frente a la entrada, tiro del asa de la maleta y empiezo a conducirla a
toda velocidad hacia la acera.
Abre la puerta y deja caer las piernas sobre el escalón. Es tan alto que sus pies están
plantados en la acera, con las rodillas dobladas.
"¿Mochilero?" —pregunta, con una mano grande todavía aferrada al volante. Puedo ver los
tendones de su antebrazo flexionándose a través de la manga de su camisa.
Camino directamente hacia él y luego doy un giro brusco a la izquierda, yendo a la mierda.
por la calle.
“Sube a la camioneta y dejaré tu maleta en el asiento trasero”.
Lo ignoro y sigo ignorándolo, incluso cuando lo escucho correr hacia mí, charcos de lluvia
salpicando ruidosamente contra sus botas.
“Te ahogarás con este clima”, dice, con un tono burlón en su tono de bajo.
Lo miro con el ceño fruncido y mis gafas se llenan de gotas de lluvia de inmediato. yo
sigue caminando sin embargo, perra terca que soy.
Da un paso frente a mí y bloquea mis intentos de esquivarlo. Lleva una camisa de manga
larga y está pegada a su pecho. Puedo ver cada curva y cresta de su torso.
Todos. Único. Uno.
"No tienes que disparar conmigo, puedes viajar en la parte de atrás con tu maleta si
quieres". Su voz es más tranquila ahora y se ve un poco abatido. Y también sonrojada.
Interesante.
Sin una palabra, doy la vuelta en U de regreso a la casa, arrastrando el estuche detrás de
mí mientras la lluvia me azota la cara. Siento que me arranca el estuche de la mano y lo
observo mientras corre delante de mí hacia su camioneta, abre una de las puertas traseras y
la desliza hacia adentro.
Pongo los ojos en blanco mientras cierra la puerta. Luego lo vuelve a abrir,
recordando la improbabilidad de que yo quisiera disparar con él.
—Conduciré yo —digo, y extiendo mi mano hacia las llaves.
Cruza los brazos sobre el pecho. Desearía que mis anteojos fueran más claros
que pudiera tener una mejor vista. “No tienes licencia”, responde rotundamente.
Hago un movimiento de agarre impaciente con mi palma extendida. Me arriesgaré.
“Sube al coche, por favor. Te estás mojando mucho.
en realidad soy Mi sudadera con capucha pesa alrededor de quince kilos.
Me alejo de él y salto a la parte de atrás. Cierra la puerta detrás de mí, sorprendentemente
suave. Cuando se sienta en el asiento del conductor, me doy cuenta de que tengo una vista
horriblemente perfecta de él gracias al espejo retrovisor. Me deslizo en mi asiento para evitar
que me mire.
“Tu caso pesa mucho”, dice mientras baja del bordillo y comienza
camino a la casa de Mitch.
Bajo la mirada hacia mi mano. “Tuve que abastecerme de nudillos”.
Sus ojos se encuentran con los míos brevemente y luego vuelve a mirar la carretera. "Haría
¿Te gusta algo de música?
Lo miro por el espejo retrovisor, con la boca abierta. Seguramente no lo haría Sus dedos
se mueven, cerniéndose sobre el botón de radio. Se retiran un poco.
Luego lo presiona. Hay un CD en el reproductor y lo reconozco inmediatamente. Este es mi
disco. El coche tiembla de tensión y creo que ninguno de los dos respira ya.
Cuando se detiene en la casa de Mitch, salgo de la camioneta antes de que haya detenido
el auto. Arrastré mi maletín conmigo y golpeó dolorosamente contra el pavimento. No me
sorprendería si eso se registrara en la escala de Richter.
Tate sale del lado del conductor y cierra la puerta, mirándome vacilante. La lluvia corre
como sudor sobre su piel.
"Te llevaré a... tu habitación", dice con cautela.
Mi habitacion.
Su habitación.
Trago pero mantengo mi ceño fruncido, aunque parpadeo un poco raro porque
del aguacero torrencial. "Bueno."
Sus ojos se desvían hacia mi atuendo: una sudadera con capucha severa, jeans de hombre
de gran tamaño, gorra de béisbol, y una mirada de dolor arruga su frente antes de volverse
hacia la casa y abrir la puerta.
Wow, me veo tan mal que le causó dolor físico.
Cuando abre la puerta, la empuja para abrirla y luego se hace a un lado para que yo pueda
entrar primero. Un pequeño parpadeo lame la fogata seca en mi estómago. Lo pisoteo de
inmediato.
Ambos dejamos nuestros zapatos debajo del techo del porche afuera antes de entrar.
Una vez que estamos dentro, dice: "Si dejas tu sudadera con capucha en la cocina, la pondré
en la secadora por ti".
Me niego a quitarme cualquier prenda de ropa que tenga delante. "Me arriesgaré a la
neumonía", respondo secamente.
Me mira fijamente, una flexión tensa en su mandíbula. Se gira para desaparecer en la
cocina por un momento y cuando vuelve a salir escucho el zumbido del sistema de calefacción.
No vuelve a mirarme mientras sube al dormitorio.
mi dormitorio
Sé por qué está siendo tan dócil y muy bien debería serlo. Espero que esté lleno de culpa
por lo que me hizo pasar.
Cuando Tate abre la puerta del dormitorio, me mira por encima del hombro, como si
estuviera pensando en dejarme pasar primero de nuevo. El hueco de la escalera hacia el
ático es tan angosto que pasar junto a él indudablemente resultaría en que yo quedara
totalmente aplastado, así que lo piensa mejor, con el pecho agitado, y se dirige a la
habitación.
Hay un pequeño aleteo en mi pecho cuando bebo en la habitación. Sería estrecho para
la mayoría de la gente pero, a mi altura, es acogedor. Cortinas oscuras, fundas de
almohadas y fundas de edredones. Una lámpara a cada lado, enmarcando la cama. El
aguacero afuera crea un sonido de golpeteo repetitivo y calmante contra el techo sobre
nosotros, y hay hermosos paneles de madera hechos a medida en todas partes.
Es rústico, y a mi corazoncito solitario le encanta.
Presiono mi mano en el edredón negro y la cama da un pequeño chillido.
“Te dejaré desempacar”, dice Tate con voz profunda y tensa. Miro hacia él y está
parado rígido en la entrada, su cuerpo corpulento rígido por la incomodidad. "¿Debería
cerrar la puerta?"
Me doy la vuelta por completo para quedar frente a él y me doy tres segundos para
apreciar por qué me siento tan incómoda con él. Piel bronceada enrojecida por el aguijón
de la tormenta. El cabello castaño chocolate ahora es un desastre despeinado y chorreante.
Sus músculos ganados con tanto esfuerzo con el trabajo manual se contraían con la
necesidad de romper algunos troncos con sus propias manos. ¿Mencioné que es más de
un pie más alto que yo? Porque el es.
Está parado en mi maldita habitación. voy a estar durmiendo en su maldito
cama. Es el hijo del novio de mi mamá.
Y él fue lo peor que me pudo pasar.
Doy la vuelta hacia la cama para que ya no esté frente a él y tiro de mi
sudadera empapada sobre mi cabeza.
"Definitivamente deberías cerrar la puerta".
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Capítulo 6
Hace tres años
Nunca tuvimos asientos preasignados para Biología, por lo que es una de las pocas
clases en las que puedo sentarme junto a mi mejor amiga Kit. En realidad, su nombre es
Kitty, pero insiste en la versión abreviada porque suena más breve.
Kit de no tomar mierda. Muy apropiado.
Ella está peinando su largo cabello negro en una cola de caballo mientras el Sr. Miller
dibuja una escalera de ADN en la pizarra cuando me da un codazo.
La miro y sus feroces ojos de gato están fijos en los míos como un objetivo. ¿Cómo no es
la chica más popular de la escuela? Ella es definitivamente la más caliente. Por alguna razón,
la gente siempre evita a los nerds.
Ella me susurra: "¿Enviaste tu póster al comité de Homecoming?" justo cuando su cabello
demasiado estirado se rompe y vuela por la habitación, Pablo Picasso en la pizarra
evidentemente no se da cuenta.
Asiento con la cabeza hacia ella. Kit está en todos los comités disponibles. Es su intento
de interacción social forzada, que dice que es para el mantenimiento de sus requisitos
animales naturales, de lo contrario, sin duda, evitaría a nuestros compañeros de clase como
la peste.
"Será mejor que lo hayas hecho", continúa, sujetando su cabello hacia atrás con un clip
rojo en su lugar. “De ninguna manera dejaré que elijan a Madden”.
Escribo "No creo que el mío sea muy bueno" en un pedazo de papel y
Empújalo hacia ella.
Ella me lo devuelve y susurra: "Esta nota es mejor que
El cartel de Madden.
No sé quién es Madden, pero me río y vuelvo a copiar el diagrama del Sr. Miller en mi
libro de biografía. Miro a Kit y ella está dibujando un pene cortado con una cara triste en su
mano.
Una vez que termina la clase de biología y tratamos de salir de la habitación, tenemos
que abrirnos paso a empujones a través del enjambre abultado porque hay un bloqueo en
los pasillos superiores. Todos están apretados contra los cristales de las ventanas, tratando
de echar un vistazo a las canchas deportivas exteriores.
"Ese equipo de segundo año es irritantemente bueno", comenta Kit mientras pongo mi
libro de biología en mi casillero. "Va a ser tan asqueroso cuando algunos de ellos se
vuelvan profesionales, y cada vez que los veamos en la televisión, recordaremos lo
imbéciles que eran en la escuela secundaria".
Pasamos la pared de cuerpos y bajamos las escaleras.
"¿Quieres objetivarlos un poco?" pregunta, estirando el cuello sobre la
estudiantes por las ventanas mientras caminamos por el corredor.
“Solo los animaremos,” digo.
En realidad, la razón por la que no quiero mirar es porque he estado evitando a propósito
a Tate Coleson toda la semana y sé que él estará ahí afuera anotando aro tras aro con los
otros estudiantes de segundo año. Lo observé como un detective toda la semana pasada
y en un giro que me revolvió el estómago resultó que se sienta afuera solo todas las noches.
Hay algo que ninguna de las chicas de las ventanas sabe.
Kit se desliza por un pequeño hueco y se asoma a la cancha. Ella suspira
dramáticamente. "Odio esto. ¿Por qué no podía ser más gay? Esto se siente tan
antifeminista”.
Tenemos un minuto más hasta el próximo timbre de clase, así que espero con ella
mientras observa la cancha con melancolía. Estoy de pie de espaldas a la ventana, mi
corazón late con fuerza mientras pienso en lo que voy a hacer cuando vea a Tate afuera
otra vez esta noche. Estoy tan nerviosa que me sudan las manos. Los froto por la parte
delantera de mi falda y temblorosamente vuelvo a atarme la cola de caballo.
“Oh, Dios mío, entrando”, sisea Kit, y se empuja contra mí mientras la multitud se aleja
de las puertas para dejar espacio a los jugadores que se dirigen hacia la fuente de agua.
Mantengo mis ojos en mis zapatos pero puedo escuchar los tonos bajos de sus voces
mientras bromean y consiguen sus bebidas.
"Pinky engreídos", susurra. Luego agrega: "¿De quién crees que es el pene más
pequeño?"
El timbre sonará en cualquier momento, así que me empujo de la pared y me doy la vuelta para
caminar a clase. Siento a Kit detrás de mí, pero puedo sentir su potente mirada ceñuda sobre los
chicos que están delante.
"El rubio", le susurro, y ella asiente con seriedad en acuerdo.
A medida que nos acercamos a ellos, siento un tirón animal salvaje y parece que no
puedo evitar lanzar una mirada hacia los grandes cuerpos sudorosos que descansan
alrededor de la fuente. El chico con el pelo negro y puntiagudo está bebiendo directamente
del pico, sus ojos en nosotros mientras deja que el agua fluya entre sus labios, sobre
derramando solo un poco. Aparto la mirada, mortificada pero también hipnotizada, y mis ojos
naturalmente encuentran la cosa más hermosa en el área. La suave piel bronceada de Tate
brilla por el sudor y la lluvia, y sus manos están cerradas en puños en los bolsillos de sus
pantalones cortos de baloncesto. Sus ojos son abrasadores, como fuego líquido, mientras
atraviesan los míos. Graban un mensaje en lo profundo de mi cerebro que dice Sé lo que sabes
sobre mí.
Te devuelvo Sé que lo haces. Y te veré esta noche, Tate.
Ahora que ha llegado el momento, tengo mucha menos confianza en mi plan. Sé que no
debería estar saliendo, no hemos intercambiado una palabra en toda nuestra vida , pero parece
tan deprimido y solo. Si yo estuviera en sus... zapatos gigantes , querría que alguien cuidara de
mí.
Voy a mi ventana y miro hacia el porche de Tate. Su cabeza está agachada justo fuera del
techo del porche, permitiendo que la lluvia corra por los mechones de su cabello, y sus manos
están agarrando su cabeza, presionando firmemente contra su
oídos.
Suficiente.
Corro silenciosamente escaleras abajo, no queriendo molestar a mi mamá de su trabajo en
su oficina, y abro la puerta silenciosamente. Una vez que estoy afuera, miro hacia el porche de
Tate y, para mi sorpresa, ahora está de pie. Es como si supiera que estaba a punto de salir
aquí. Es como si me estuviera esperando.
Instantáneamente estoy cincuenta veces más nerviosa que hace un minuto, así que observo
mis pies mientras paso charco tras charco en lugar de mirarlo a la cara. Me toma diez segundos
cruzar la calle y luego estoy de pie justo en frente de él.
Me arriesgo a mirarlo a la cara y me mira con el ceño fruncido, con las manos grandes y bronceadas
apretadas a los costados.
"No deberías estar aquí", dice en un tono autoritario. Casi suena como si estuviera
decepcionado de mí. De hecho, estoy un poco confundido en cuanto a por qué estoy aquí yo
mismo, así que me muevo de pie por un momento, mis botas chapoteando.
Miro hacia la puerta detrás de él porque puedo escuchar sonidos que vienen de
adentro, su mamá y su novio regresaron del trabajo por el día.
“Yo… te traje algo,” grazno. Estoy avergonzado y sin aliento porque nunca he hablado con
este chico en mi vida, y ahora estoy
decidiendo técnicamente darle un regalo. Extiendo mi mano y me estremezco por ser tan bicho
raro.
Su frente se arruga aún más. "¿Qué es esto?" él pide. Me mira como si estuviera loco, lo
que probablemente sea cierto.
Mi estómago se ha doblado sobre sí mismo tantas veces que no creo que
poder volver a comer.
“Lo sé, lo siento, esto es tan raro, no quise decir eso. Es solo… bueno… porque vives frente
a mí… y a veces te veo por aquí… y pensé que esto podría ayudar… es estúpido, lo siento,
solo…
Empiezo a retraer mi brazo, pero él desliza su mano hacia afuera y toma mi muñeca para
detenerme. Estoy tan sorprendido que jadeo y luego dejo caer el objeto en mi mano. Lanza su
otra mano y la atrapa antes de que toque el suelo.
Jugadores de baloncesto.
"Es un reproductor de CD", dice, ya no frunce el ceño mientras sus ojos buscan los míos.
Tate Coleson es una de esas raras personas que tienen pestañas increíblemente hermosas y
sus iris brillan como cristales de azúcar. Cuando los miro siento como si estuviera cayendo
dentro de un caleidoscopio.
"Sí", lo admito.
"Retro", responde, sonriendo.
Sonriente.
Niego con la cabeza. “Es… arcaico. Muy primitivo. Lo siento. Solo pensé…” Me desvanezco.
No tengo ningún aparato nuevo a pesar de que soy el mejor de mi clase de Tecnología
Informática. Sé que los otros niños tienen dispositivos más pequeños, elegantes y que no
funcionan con baterías, pero no me importa. Me hace sentir como si fuera de una generación
diferente y, a su vez, hace que el rechazo de las personas de mi edad duela un poco menos.
Entonces me doy cuenta. “Obviamente, no quieres escuchar música de todos modos; de lo
contrario, estarías usando tu teléfono. Lo siento, de nuevo. Levanto la mano para recuperar al
jugador, pero él dispara su mano y la sostiene sobre su cabeza con sus estúpidos brazos de
jugador de baloncesto.
“Mi mamá me da toques de queda tecnológicos y no se me permite salir entre semana”,
dice. "Se supone que debo estar estudiando y no me gusta hacerlo cuando viene su novio, eso
es todo".
Baja el dispositivo y lo sostiene entre nosotros. Traga saliva.
"Entonces... ¿me dejas usar esto esta noche?" él pide. Nos miramos a los ojos de nuevo y
pienso en cómo sus cálidos dedos todavía están firmemente
envuelto alrededor de mi muñeca.
Asiento con la cabeza. “Puedes usarlo mañana por la noche también si quieres. y el siguiente
noche. Y la noche después de eso.
Callate callate callate.
Agacha la cabeza, sacudiéndola ligeramente, y cuando endereza su postura puedo ver que sus
ojos brillan en el resplandor del porche dorado.
candelabro de pared.
"Gracias", dice. Su voz es profunda y gruesa. creo que es el
la voz más bonita que he oído nunca.
Lo miro con una pequeña sonrisa. "De nada. Supongo." Me río nerviosamente, lo que lo hace reír a
él también.
"¿Puedo mirar dentro?" él pide.
Está hablando del jugador, pero se siente como si estuviera a punto de mirar dentro de mi cerebro.
Asiento de nuevo.
Abre la tapa y ladea la cabeza para mirar la inscripción en el disco. Es mi álbum Breaking Benjamin
Phobia . La escritura es minúscula y ni siquiera tiene el título del álbum: la calcomanía ocupa
principalmente un nudo celta marrón y negro ardiente, salpicado de una manera que hace que parezca
un iris, y el nombre de la banda y el sello discográfico bordean el círculo en letra plateada tan pequeño
que no estoy seguro de si puedes leerlo bajo esta luz. Entrecierra los ojos durante mucho tiempo para
tratar de descifrar el texto, pero después de un rato sus labios se contraen con una pequeña sonrisa y
luego hace girar el CD con el dedo medio juguetonamente.
Hay un aleteo suave en mi estómago cuando hace eso.
“Eres un poco emo”, dice entre risas, pero lo dice de forma entrañable.
Siento mis mejillas calentarse pero ya no me siento tan avergonzada, así que ahora también sonrío.
“Te lo devolveré mañana por la mañana antes de la escuela”, dice.
Instantáneamente, mi estómago cae como una tonelada de ladrillos.
Debe notarlo porque luego dobla un poco las rodillas para que estemos a una altura más parecida
y fija mi mirada en la suya.
“Y luego, mañana por la noche, puedes volver aquí”, agrega. Luego hace una pausa, con los ojos
muy abiertos como si acabara de decir algo incriminatorio.
"Quiero decir, puedes traerlo aquí de nuevo". Me da una sonrisa nerviosa, con las cejas levantadas
mientras espera mi respuesta.
Puedo sentir mi corazón en mi estómago. Está golpeando como si fuera a ser
enfermo y orinarme en los pantalones al mismo tiempo, pero en el buen sentido.
Arrugo la nariz, me sonrojo y sonrío al mismo tiempo, y sus ojos brillan cuando los
encuentro con los míos.
“Vale… sí, seguro, vale. Nos vemos mañana —digo, y un cálido sentimiento se extiende
por mi pecho.
Aparecen hoyuelos en sus mejillas. “Hasta mañana, River”.
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Capítulo 7
Regalo
“No puedo creer que vamos a presentar nuestras solicitudes para la universidad pronto.
Somos, como, literalmente adultos ahora”, dice Kit mientras se coloca las muñequeras protectoras
contra el sudor.
Me levanto los calcetines de gimnasia, frunciendo el ceño. “No quiero ir a la universidad,” digo.
“Quiero vivir en una granja”.
Ella asiente con la cabeza y salimos al campo de atletismo. El barro salpica nuestras zapatillas
tan pronto como pisamos el césped. Lo cruzamos a brincos como si fueran arenas movedizas
hasta que llegamos a la pista pavimentada, raspando con los talones el costado del camino para
quitar la tierra.
"¿Ya elegiste tus universidades?" ella pregunta.
Niego con la cabeza mientras nos ponemos en marcha por el sendero. “Cualquier lugar con
buenas becas”, digo. “Pero no estaba bromeando sobre la granja”.
"Lo sé. Solo quiero ser ama de casa”.
La última victoria feminista: prosperar con el patriarcado para nuestro propio beneficio malvado.
"Serás senador o algo así", le digo, mi respiración un poco más pesada ahora. Mi cerebro está
imaginando mi inhalador con pequeños corazones rosados de amor alrededor.
“Eres el tipo de persona que nuestra nación merece”.
Ella resopla ligeramente. “Odio la atención del público casi tanto como tú. Quiero vivir en las
sombras como un vampiro”.
La miro y veo que se está mordiendo un lado del labio, con una expresión ansiosa en su rostro
mientras nuestras suelas golpean la pista.
Cambiando de tema, Kit pregunta: "¿Estás ayudando con la fiesta de Halloween?"
bailar este año?
Lo mastico. "No estoy seguro", digo lentamente. “Mi situación de vida se volvió un poco
extraña”.
Me apunta con sus ojos láser. "Digas."
Ahora también me estoy mordiendo el labio. “Mi mamá y yo acabamos de mudarnos con su
novio. Es solo temporal, y él está bien, pero…” Me desvanezco. No sé si debería mencionar a
Tate. Durante toda nuestra amistad, Kit y yo casi nunca hemos hablado de chicos, por la sólida
razón de que si nuestras vidas
Si fuera una película, moriríamos si no pasara la prueba de Bechtel. Además, odio
pensar en Tate, simplemente porque me duele tener que odiarlo.
Estiro la espalda mientras trotamos. “En realidad, tal vez debería ayudar, y no solo
con el diseño. Tal vez esta sea una gran excusa para salir de casa”.
“Y se verá bien en tus solicitudes para la universidad”, agrega.
Las solicitudes universitarias que ni siquiera quiero solicitar, no agrego.
Hay un dolor palpable que viene con no vivir tu vida por ti mismo, pero sé mejor que ir
en contra de mi mamá. Le ha ido bien en su vida: un trabajo estable, un buen hogar,
una hija seminormal y, no lo olvidemos, ella es la razón por la que estoy corriendo por
esta pista en este mismo segundo. Le debo mi vida. Lo menos que puedo hacer es
tratar de dárselo.
Cambio el tema de nuevo al baile de Halloween, y hablamos de él hasta que mis
pensamientos sobre las solicitudes para la universidad y Tate Coleson casi se olvidan.
Casi olvidado.
Pensé que mudarme temporalmente a la casa de Mitch con mi mamá resultaría
en encuentros incómodos y cortesía forzada, pero no ha requerido ningún ajuste en
absoluto. Mi mamá y Mitch están en el trabajo todo el día y yo ceno en mi habitación,
por lo que rara vez nos cruzamos. Básicamente, soy un inquilino en mi nueva pequeña
cueva en el ático, pero amo tanto el espacio que realmente no me importa.
Para el viernes esto se siente normal.
El cielo está ominosamente nublado esta noche. Mi mamá y Mitch se quedan en
casa de su hermano esta noche y me ofrecieron unirme, pero la idea de que me
presentaran a otro paso hizo que se me revolviera el estómago, así que negué con la
cabeza y les dije que tenía que trabajar en una tarea.
En mi lecho tibio y dócil.
Estoy completamente desempacado ahora, lo cual fue fácil considerando el hecho
de que no traje mucho para empezar. No tengo mucho para empezar. Mi ropa está
en los cajones debajo de la cama y mis libros están apilados en montones en miniatura
alrededor del borde de la habitación. Mi mamá recuperó mis artículos de baño de la
casa, por lo que han sido almacenados en los gabinetes junto a la cabecera. mantuve el
sábanas negras porque soy emo, o tal vez las guardé porque soy un bicho raro. De cualquier
manera, conservé las sábanas y no encontré ningún elemento incriminatorio que perteneciera al
residente anterior de la habitación mientras trabajaba en ella.
Confía en mí, lo comprobé.
Y fui muy minucioso.
Dejo mi bebida en la mesita de noche y me bajo los pantalones del pijama por las piernas
para quedarme solo con la camiseta y la ropa interior, antes de deslizarme debajo de las sábanas
con mi libro. La colcha de algodón se siente fresca en mi piel desnuda y me estremezco cuando
me deslizo más en el colchón, la lluvia golpea repetidamente en el cristal de la ventana exterior.
Estoy casi inconsciente cuando lo escucho. Fuertes voces afuera. Conseguir
más cerca Y luego el sonido de la puerta principal siendo abierta.
El sonido de la puerta principal siendo abierta.
Me tiro en la cama, empujando mis anteojos hacia atrás en mi nariz mientras trato de aliviar
el calambre en mi cuello por la sacudida tan repentina.
Hay voces en la casa.
Ni siquiera pensé en cerrar la puerta de mi habitación porque estoy solo en casa esta noche.
Puedo escuchar múltiples voces masculinas, desplegándose escaleras abajo. Alto y claro.
Obviamente no van a ser mi mamá y Mitch, pero quienquiera que esté aquí tiene una llave...
Agarro con más fuerza mi libro, hago una pausa por un momento y luego me extrapolo
suavemente del edredón. Me vuelvo a poner los pantalones del pijama y miro fuera de la ventana
en busca de camiones familiares. Veo un gran Ford negro y mi estómago se contrae.
Fascinante.
Hora de investigar.
Salgo de mi habitación con sigilo y gracia. Nadie se ha movido tan silenciosamente. Cuando
llego a la parte superior de las escaleras que conducen a la planta baja, veo sombras que se
mueven por la sala de estar. Están reproduciendo música a través del teléfono de alguien y
escucho el silbido de las botellas al abrirse. Miro contemplativamente mi puño curativo.
"¿Río?"
Levanto mi cabeza y mi respiración se queda atrapada en mi garganta.
Tate está parado al pie de las escaleras con nada más que un par de jeans y su crucifijo de
plata. Su torso es del mejor color que he visto nunca,
como caramelo caliente. Tiene una mano metida en el bolsillo delantero y la otra se pasa por el
pelo.
Y, a menos que mi cerebro esté fallando, hay un gran tatuaje oscuro, algo así como una cruz y
nubes de tormenta y tal vez alguna escritura, envolviendo su bíceps hinchado.
No lo he visto desde que me depositó en su antiguo dormitorio, así que este
se siente como un sueño lúcido.
Pongo mi cara de enfado y cruzo los brazos. "¿Allanamiento de morada?"
Sus ojos recorren mi cuerpo, una mirada un tanto renuente en su mirada mientras se da cuenta
de mi ropa, y luego deja escapar un suspiro, con las cejas fruncidas. Mira a la sala de estar y luego
a mí, con cautela. Él avanza un paso hacia adelante y yo retrocedo un paso.
"Pensé que estabas en casa de Jason esta noche", responde.
¿Quién diablos es Jason?
“No conozco a nadie con ese nombre”, digo con voz digna.
Inclina la cabeza y suelta una carcajada. Sus abdominales ondulan. Esto se siente como una
prueba de Satanás. Quiero que levante la cara para poder ver su sonrisa, pero me la oculta hasta
que la risa ha pasado.
Agarra la parte inferior de la barandilla con una mano, los tendones de su brazo se flexionan.
“Jason es mi tío”, aclara. Él mira mi atuendo una vez más y luego de repente me mira con ojos
acalorados y burlones. Las comisuras de sus labios se contraen. "Nuestro tío".
¿Lo
hizo? Antes de que pueda pensar en una réplica, uno de los amigos de Tate dobla la esquina
y se detiene para apoyarse en el otro lado de la escalera. Está tan bronceado como Tate y lo más
probable es que tenga la misma edad, pero su cabello, que sobresale de una gorra de béisbol
hacia atrás, es dorado claro, estilo surfista.
Cruza los brazos sobre el pecho.
"Sup", dice, señalando con la barbilla hacia mí antes de inspeccionar mi ropa. Creo que
empeora cada vez que alguien lo ve. Luego mira a Tate.
"¿Quién es ese? Si esa es la novia de tu papá, voy a perder la cabeza”.
Tate sigue mirándome. "Ella no es su novia".
Su amigo asiente, saciado. "¿Quién es ella entonces?"
Un segundo.
Dos segundos.
Tres.
Levanto una ceja hacia Tate y él entrecierra los ojos.
“Ella está viviendo aquí mientras hacemos su remodelación”.
Sonrío como la pequeña perra engreída que soy. Siento que acabo de ganar una
discusión.
Su amigo me mira. Soy Caulder. ¿Eres legal?
Tate se da la vuelta. "¿Que acabas de decir?"
Caulder se ríe y toma un sorbo de su botella, sus ojos brillan juguetonamente.
"Deberíamos ver si ella quiere bajar a tomar una copa, eso es todo".
En el espacio de un segundo, Tate comienza a subir las escaleras luciendo como un
asesino en serie. Instantáneamente empiezo a caminar hacia atrás, a doble velocidad,
y llegamos a la parte trasera del rellano casi en el mismo momento.
"¿Qué estás haciendo?" —pregunto, sin aliento por la confusión.
Me está guiando sin tocarme, la demanda irradiando de su piel expuesta. Acepto en
parte porque no quiero que me pisoteen, pero también porque tengo la misma altura
que sus sólidos pectorales y esta disposición me da tiempo para pervertir.
"Vas arriba".
Respondo “estoy arriba” porque soy un sabelotodo.
"Vas arriba".
“¿Y si quiero un trago?”
Me detengo abruptamente al pie de la escalera del ático y él tiene que agarrarse al
marco de la entrada para evitar que caigamos cuerpo contra cuerpo.
Tate está ardiendo de frustración cuando me mira. “No vas a tener uno. Voy a hacer
que todos se vayan. No sabía que estabas en casa esta noche.
De vuelta al ujier.
—Deja de arrearme —grito, irritado. Cuando no obtengo respuesta, elijo la violencia.
“¿Estás invitando a chicas o algo así? ¿Tener una orgía en el sofá? Menudo santo eres.
Espero una jodida limpieza profunda mañana por la mañana.
Su voz es más áspera que la grava. “¿Quieres una limpieza profunda?”
Esta vez, cuando me doy la vuelta para mirarlo, choca contra mí.
Su pecho golpea mi hombro izquierdo, pero antes de que pueda tropezar hacia atrás,
me rodea la cintura con el brazo derecho para evitar la caída.
Hay una fracción de segundo de infarto en la que nos miramos, con los ojos muy
abiertos, con incredulidad durante los últimos cinco segundos. Que acaba de decir eso.
Que nuestros cuerpos se vuelvan a tocar. Ni siquiera es piel sobre piel, pero siento su
rigidez y calor filtrándose a través de la tela de mi blusa. Mis anteojos se deslizan por mi nariz, así
que los empujo hacia arriba con una mano temblorosa.
Entonces estoy furioso.
Doblo mis brazos hacia arriba y empujo mis codos en su pecho, con fuerza. Él no se mueve, pero
me las arreglo para salir de sus brazos de todos modos. Estoy subiendo las escaleras corriendo y mi
corazón está retumbando en mi pecho porque puedo escucharlo corriendo en mi cola. Me empujo
hacia mi habitación y me doy la vuelta a propósito para poder mirarlo mientras le cierro la puerta en
la cara, pero él saca el brazo y lo detiene.
—No puedes entrar aquí —digo rápidamente, y le levanto una ceja .
Mira por encima de mi hombro. Me gusta lo que has hecho con el lugar.
Sabe que no he cambiado nada desde la última vez que estuvo aquí. yo
Estrecho mis ojos en él.
"Gracias. Su visita ha terminado ahora. Dile a Caulder que dije hola.
Él mira hacia abajo a mis pantalones de pijama. “¿Tienes frío aquí? Estás
vestido para la Antártida.
Hago una pausa por un momento que me hunde el estómago porque con ese comentario ha
tocado un nervio, pero rápidamente lo sacudo. “Estoy tostado. ¿Sabías que estás desnudo?
Está mirando mis pequeños montones de libros. Gracias a Dios que está lo suficientemente lejos
de ellos como para que los títulos sean ilegibles. Luego mira hacia la cama, un desastre arrugado
con mi lectura actual entronizada en la almohada como un pequeño santuario obsceno.
Tate me mira y cruza los brazos sobre el pecho en un intento de modestia masculina. Sus bíceps
sobresalen contra sus pezones en mi visión periférica.
“¿Te quedas esta noche? Es viernes." Suena genuinamente preocupado.
“Estoy muy ocupado”, respondo.
“¿Para qué son las pequeñas pestañas?” Sus ojos están de vuelta en las pilas de libros, para mi
horror.
“Marco las partes útiles de información. Escenas de asesinatos vívidas y grotescas, por ejemplo”.
Se pasa la mano por el pelo. "¿Simplemente los dejas en el suelo así?"
Le frunzo el ceño mientras continúa inspeccionando la habitación. ¿Qué está haciendo todavía
aquí?
Su respiración se vuelve un poco rara y me doy cuenta de que está mirando mi pila de ropa sucia.
Está rematado con el sostén rosa bebé que necesito lavar a mano debido al borde de encaje negro.
Puedo oler las tormentas eléctricas y las feromonas que irradian de su piel caliente y húmeda y baja los
ojos y traga, un rubor subyugado se extiende por sus pómulos.
Da un paso atrás, evitando mis ojos. “Yo… siento lo de esta noche. Sacaré a todos de aquí, cinco
minutos como máximo.
Luego se da la vuelta y comienza a bajar las escaleras con las manos en los bolsillos.
Cuando pongo mi mano en la puerta para finalmente cerrarla, un pensamiento cruza mi
mente cuando llega al último escalón.
"Quiero un candado en mi puerta", llamo por las escaleras.
Hace una pausa de espaldas a mí por un momento antes de mirar por encima de su ancho hombro
y encontrarse con mi mirada, bajo un velo de cabello húmedo y despeinado y unas impresionantes
pestañas negras. Sus ojos brillan con algo que no puedo identificar.
Luego gira los hombros y exhala profundamente.
“Confía en mí, me pondré uno”.
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Capítulo 8
Hace tres años
Para el lunes siguiente, Tate sabe el orden de la lista de canciones y cada letra de mi álbum
Breaking Benjamin Phobia .
En la segunda noche que fui a darle el jugador de nuevo se veía mucho más feliz que la noche
anterior. Tenía las manos metidas en los bolsillos de su sudadera con capucha y una hermosa
sonrisa tirando de sus labios.
Cuando fui a entregárselo, noté que había sacado unas mantas dobladas para sentarse, lo
cual era inusual porque estoy bastante seguro de que nunca antes había hecho eso. Se sonrojó
un poco cuando me vio mirar, pero luego se enderezó mucho y dijo: "Me preguntaba si querías
escucharlo conmigo esta noche".
¿Cómo sus ojos se pusieron tan brillantes? Dije que sí, por supuesto, y nos sentamos,
tomando un auricular cada uno. Estaba sujetando el último escalón del porche con un agarre
mortal porque su dedo meñique estaba muy cerca del mío y lo flexionó un par de veces como si
pudiera sentir la atención.
Al final de la semana me había sentido más cómodo, así que le pedí si podía desdoblar las
mantas y acostarme mientras estábamos aquí. Ser un swat de tiempo completo era un poco
agotador, y me vendría bien el tiempo de descanso.
Tate estaba ansioso por aceptar. Estaba tan de acuerdo con la idea de que
incluso volvió a entrar para sacar las almohadas de su cama para que nos acostáramos.
Estábamos cerca del final del álbum cuando lo escuché. Solo llevaba un auricular para poder
escuchar los ruidos a nuestro alrededor y, siendo un nerd y todo eso, el susurro de las páginas
me llamó la atención. Abrí los ojos y miré a Tate, pensando que tal vez estaba dormido, así que
saqué los auriculares con la mano que no estaba junto a la suya y me senté.
Girando la cabeza, miré la carpeta dispuesta detrás de nosotros y abrí suavemente la primera
página. Estaba repleto de ensayos antiguos, solo que parecía que ninguna de las preguntas
había sido respondida todavía. Tal vez estos eran sus papeles de revisión que aún tenía que
pasar. Suavemente moví unas cuantas hojas más hasta que llegué a una que estaba fechada
esta semana, nuevamente vacía, pero esta tenía una letra F en un círculo en la parte superior, y
un hasta luego de clase garabateado debajo.
¿Tate estaba fallando en sus clases? El pensamiento hizo que mi frente se pellizcara.
Por lo que pude ver, Tate era inteligente. Era articulado y considerado, dos habilidades
que requieren un cerebro inteligente desarrollado. Lo reflexioné un poco más y luego
me di cuenta de que tal vez se debía a todos los deportes que ha estado practicando,
quitándole tiempo a sus estudios, y eso no es necesariamente algo malo, especialmente
si ese es el tipo de profesión física. preferiría hacerlo después de terminar la escuela,
pero explicaba por qué querría esconder estas cosas de su madre y su novio.
Sin embargo, no pude evitar que las diez toneladas cayeran en mi estómago. Mi
mamá nunca lo aprobaría.
De repente miré hacia abajo y los ojos de Tate estaban sobre los míos. No parpadeó
porque sabía lo que estaba viendo, y un suave rubor rosado se extendió por sus mejillas.
Sin decir una palabra, volví a ponerme los auriculares en la oreja y me agaché para
quedar frente a él. Ninguno de los dos cerramos los ojos esta vez. Era como si
estuviéramos hablando entre nosotros sin decir ninguna palabra.
Entonces lo sentí. El cálido roce de sus largos dedos contra los míos, el suave
frotando sus nudillos en mi piel.
Miró nuestras manos y luego volvió a mirarme a mí a través de hermosas pestañas
negras.
Y luego nuestros dedos se entrelazaron.
Me deslizo en la silla giratoria al lado de Kit mientras nuestra profesora de
informática sale momentáneamente de la habitación y le devuelvo la tarjeta de memoria
en la que guardé el cartel actualizado de Homecoming.
“¿Usted envalentonó el tema?” ella pregunta.
"Sí." Estamos teniendo un tema de la década de 1950 porque aparentemente es obligatorio que
todas las escuelas secundarias hagan eso al menos una vez.
"Gracias. ¿Qué vas a llevar? me voy a poner un traje
tal vez uno de cuero”, dice ella.
No habrá competencia con eso.
Arrugo la nariz. “Es posible que en realidad no vaya a Homecoming como asistente”.
Mi estómago se siente raro solo de pensarlo. Ver a la gente divertirse en sus grandes
círculos sociales mientras me aferro a mi única amiga con su traje de cuero.
El profesor vuelve a entrar en la sala, sin darse cuenta de la alteración en el plano de los
asientos, así que me quedo plantado en la silla con la esperanza de que no me atrapen.
"Por supuesto que asistirás a Homecoming", susurra y regaña. "Espero
una actualización de atuendo para la próxima semana”.
Después de clase nos dirigimos a nuestros casilleros para recoger nuestra ropa de gimnasia.
Giro la llave, abro la puertecita, y cuando voy a agarrar mi bolso deportivo veo un papel doblado
que no recuerdo haber puesto ahí. Parpadeo por unos momentos como si fuera un extraterrestre.
Supongo que, sea lo que sea, se deslizó debajo del marco de la puerta, así que tomo un bolígrafo
de mi bolso y lo deslizo entre el pliegue, levantándolo con la precaución de un neurocirujano.
Es una nota mecanografiada, impresa desde uno de los laboratorios de computación por el
se ve el papel casi translúcido, y mi pecho se agita mientras lo leo.
Encuéntrame después de la última campana, o le ROMPERÁS el corazón a Tate :)
Ubicación: estacionamiento, árbol grande
Sonrío al papel y luego lo deslizo suavemente en mi cartera. Hay un pequeño salto en mi paso
mientras nos dirigimos al gimnasio.
Pensé que llegaría antes que él a la reunión porque el gimnasio está justo al lado del lote,
pero una vez que salgo, veo que Tate ya está al lado.
árbol.
Pero no está solo.
El tipo con el cabello negro está de pie junto a él y ambos están usando su equipo de atletismo.
Hay un golpeteo frío de lluvia y hace un poco de viento, pero mi sangre se ha enfriado por otra
razón.
¿Por qué hay alguien más aquí?
En el momento en que Tate me ve, mi sonrisa se ha desvanecido y estoy empujando
nerviosamente mis anteojos hacia atrás en mi nariz. Está recostado contra el árbol y su amigo
está jugando con algo pequeño en sus manos. Cuando estoy a unos seis pies de distancia, Tate
se empuja del baúl y me sonríe.
No le devuelvo la sonrisa. En cambio, miro deliberadamente a su amigo, quien me da una
sonrisa de complicidad a cambio.
“Este es Madden”, me dice Tate, y tira de la manga de mi camisa para acercarme a él.
¿Enloquecer? Le doy una mirada helada. Así que este es el tipo del que hablaba Kit.
—Correcto —digo, con hielo acumulándose en mi estómago.
“Él sabe quién eres”, dice Tate, la sonrisa todavía en sus labios mientras trata de
deslizar mis dedos en los suyos.
Me encojo de hombros.
Madden pone los ojos en blanco y me mira con una mirada arrogante y significativa.
"Estaba esperando con él mientras Su Alteza se tomaba su dulce tiempo en los vestuarios",
dice, cruzando los brazos sobre el pecho. “Confía en mí, no quiero participar en esto”.
Señala con la barbilla a Tate. “Nos vemos en cinco”.
Madden se aleja y Tate entrelaza nuestras manos, su sonrisa aún en su lugar. “Madden
es genial, lo prometo. No es como Huddy”.
Lo miro. Huddy. Así que ese es el nombre del rubio sucio.
"¿Estás triste de verme?" pregunta, agachando la cabeza para que nuestros ojos estén
nivelados. sus ojos Nunca los superaré.
Niego con la cabeza, sintiéndome cohibido y fuera de mi alcance. “Lo siento, no, eso
fue raro de mi parte. Simplemente no esperaba... Estoy seguro de que es increíble". Formo
una pequeña sonrisa.
Tate tira del lazo para el cabello de mi muñeca y empuja mis rizos hacia atrás de mi
cara, sosteniéndolos suavemente en su puño antes de asegurarlos con la banda.
Cuando la cola de caballo está en su lugar, mueve su boca hacia mi oído y susurra con
picardía: "No tan increíble como yo".
Me río y él se echa hacia atrás, un oleaje satisfecho en su pecho.
“Mira, tenía que verte hoy porque no voy a ir a casa después de la práctica. Me dirijo a
Mad's con los chicos, así que no estaré en casa esta noche para lo nuestro. Desearía no
tener que hacerlo, pero volveré mañana, así que no me estoy desmoronando, lo digo en
serio”.
Hay una gota triste en mi estómago al saber que no tengo mi parte favorita de la noche
para esperar esta noche, pero también hay un pequeño destello de alivio en mi pecho al
saber que ahora esto es lo nuestro.
Sonrío tan brillantemente que creo que lo ofende. Luego me río, lo que hace
cosas aún peores.
“Está bien, Tate,” digo, mi voz tintineando con alegría. Estoy en otro subidón de azúcar.
"Eso está muy bien, lo prometo".
Es mi turno de dar los ojos por favor perdóname .
Él asiente con cautela y luego baja la cabeza, soltando una pequeña risa. "Dios, eres
tan genial".
Elijo no corregirlo.
Me acerca más que antes, más cerca de lo que nunca he estado a él, hasta que
nuestros pechos casi se tocan. Puedo oler la lluvia fresca que irradia de su cálida piel
color caramelo. Sus manos son tan grandes y fuertes que quiero estar cubierta por
ellas.
Nuestros rostros están a solo unos centímetros de distancia. Está mirando mi boca,
así que miro la suya. Una gota de agua recorre la curva de su labio inferior y pienso
en cómo me sentiría si la atrapara con la lengua.
Sus ojos vuelven a los míos, ahora penetrantes y en llamas. Se agacha y presiona
la gota de lluvia en su boca contra la piel sonrojada de mi mejilla.
Mi piel está helada y sus labios están fundidos. Mi sangre bombea rápido. Creo que
podría haber añadido diez años a mi vida.
Se aparta y aprieta mis manos con fuerza entre las suyas. Siento esa misma compresión
alrededor de mi corazón. Lo dejo ir antes de que tenga la oportunidad de hacerlo, moviendo
mis manos para agarrar la correa de mi bolso.
Mete las manos en los bolsillos de sus pantalones cortos y me da una perfecta
sonrisa de despedida.
“Te veré mañana, River”.
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Capítulo 9
Regalo
"¿Qué demonios es eso?" Mi mamá mira con escepticismo desde el frente.
puerta en la cama de la camioneta de Mitch.
Él le lanza una sonrisa arrogante. “¿Quieres intentarlo?”
Ella parece completamente mortificada. "Si eso es tuyo, me voy de aquí ahora mismo".
Miro por la puerta con ella. En la parte trasera de la camioneta de Mitch hay una motocicleta
negra monstruosa. Nunca antes había visto uno tan de cerca y, desde su posición elevada en la
cama, es mucho más grande de lo que esperaba.
"No es mío", responde Mitch, y me lanza una mirada penetrante.
"Entonces, ¿qué estás haciendo exactamente con eso?" mi mamá pregunta, con los brazos cruzados
a través de su pecho.
Mitch se pavonea hasta la boca de la cama y se apoya en ella con las palmas de las manos
detrás del cuerpo. “No estoy haciendo nada con eso”.
Siento la presencia de un cuerpo grande y cálido detrás de mí, así que me niego a darme la
vuelta. Se siente como si tuviera un encendedor lamiendo mi columna, y mi estómago se arremolina
con calor.
El brazo de Tate agarra el marco de la puerta sobre mi cabeza y lo frota con su
pulgar. Hago como que no lo veo.
Mi madre sale por la puerta, pero Tate se queda a mi espalda de todos modos. Me recuerdo por
qué lo odio mientras mi cuerpo se empapa masoquistamente en sus feromonas calientes.
Mi mamá mira entre Mitch y Tate.
“¿Tu hijo anda en motocicleta?” ella pregunta. Tiene una mirada intrigada en sus ojos ahora que
sabe que no es su novio quien va a arriesgar su vida en el camino, pero su voz está llena de
desagrado.
“Hace carreras de motos cuando hay comps los fines de semana.
Hay una pista cerrada en las afueras de la ciudad, pero está fuera de uso cuando llueve mucho, por
lo que este será probablemente el último evento hasta la próxima primavera.
Lo que significa que lo tendré en el sitio a tiempo completo durante los próximos meses”. Mitch le guiña
un ojo a Tate, pero mi estómago se sacude como si me estuviera apuntando a mí.
Tate desliza su pulgar por el marco de la puerta y luego vuelve a subir. Se siente como
si lo estuviera presionando contra mi columna.
Su timbre de bajo me golpea desde atrás, imposiblemente profundo y como un pastel de chocolate.
rico. “¿Vienes, Río?”
Decido arriesgar mi vida. “Ver cómo te golpean otros treinta hombres en
motocicletas? Claro que soy yo."
Siento su cuerpo tenso y me pongo todo cálido y borroso mientras observo su antebrazo.
flexionar con rabia. Disfrazo mi sonrisa jugueteando con mis anteojos.
Mi cuerpo suspira con alivio cuando salgo de la puerta y salgo al porche, extrapolándolo
de la embriagadora mezcla de su colonia de heroína y mis violentas hormonas. Le doy a
Mitch una mirada alegre que hace que me mire con desconfianza.
"¿A que hora nos iremos?" Pregunto inocentemente.
Mitch lanza una mirada a Tate y luego a mí. “La compensación comienza a las seis, así
que tienes todo el día para hacer cualquier otra cosa. Tareas escolares o…”. Agita su mano,
tratando de pensar en otras cosas que las chicas de diecisiete años podrían hacer los
domingos.
Mi mamá pincha una de las ruedas como si fuera una muestra de laboratorio. "Cuéntame
fuera”, dice, con la boca torcida por la preocupación.
Le disparo una mirada. "¿Todavía puedo ir, mamá?"
Ella no me mira, sigue observando distraídamente la bicicleta. "¿Quieres ver un
espectáculo de bicicletas?" ella pregunta, su voz dudosa. Ella exhala una risa ligera por la
nariz. "Claro cariño." Se limpia los dedos en los pantalones y luego camina de regreso por
el camino, en dirección al patio.
Me lo llevo.
Sonrío exuberantemente a Mitch y él tiene un brillo divertido en sus ojos mientras
cruza los brazos sobre el pecho.
"¿Tienes ropa para ponerte esta noche?" pregunta Mitch.
Estoy ofendido. "Por supuesto que tengo ropa".
"Sí, pero ropa para esto". Golpea la bicicleta con el dorso de la mano.
Me retuerzo un poco.
“Quiero que te mezcles, River. No quiero que parezca que traje un sacrificio”.
Le frunzo el ceño. ¿Por qué este es siempre el punto de conflicto? De acuerdo, sí, uso
anteojos recetados y la ropa es inusualmente grande para mi cuerpo, pero ¿por qué a otras
personas les importa tanto lo que llevo puesto? ¿Qué preferirían que me ponga?
La voz de Tate suena desde la puerta. “Tengo algunas cosas que ella puede
vestir. Ella solo necesita sus propios pantalones cortos”.
Niego con la cabeza hacia Mitch. "Absolutamente no."
Mitch levanta las manos y se aleja de mí.
Me giro para encarar a Tate pero mi estómago se hunde instantáneamente. Lleva vaqueros
cubiertos de aserrín y una camiseta negra ajustada. Mi pecho se contrae con más fuerza que el
algodón envuelto alrededor de sus pectorales. No puedo creer que él era casi mío.
"No voy a tomar una sola cosa de ti", le digo con la voz más firme que puedo manejar.
Se cruza de brazos y el tatuaje de su bíceps sobresale. "¿Dime en qué cama estás durmiendo
de nuevo?"
Lo miro y cruzo mis brazos también. "Estoy seguro de que has dormido en todo tipo de camas,
Tate".
Levanta las cejas y juro que sus dedos casi suben a tocar la cruz de su cadena. Parece
disgustado.
“No tiene que ser así”, dice. Suena como si estuviera suplicando.
Hay un dolor punzante horrible en lo profundo de mi esófago, pero las palabras salen de mi
boca de todos modos antes de que pueda detenerlas.
“Espero que pierdas esta noche, Tate”.
Y luego me voy, con el estómago revuelto.
Después de nuestra conversación, Tate se encerró en el garaje y escuché todo tipo de
sonidos de golpes y perforaciones, así que me imagino que está haciendo una especie de muñeco
vudú. Rápidamente me cambié y huí a la casa de Kit.
Soy artística por naturaleza y Kit es morbosa por naturaleza, por lo que las pancartas de baile
de Halloween están saliendo excepcionalmente bien. Todo es naranja, morado y negro, y en
realidad estoy deseando estar en algún tipo de reunión social.
Lo cual me recuerda.
Me doy la vuelta para estar directamente frente a Kit y la miro hasta que ella levanta la vista.
Ella grita cuando ve la intensidad de mi mirada.
"Oh, Dios mío, ¿qué?" exclama, un escalofrío retumba a través de ella.
“Tengo una pregunta relacionada con la moda”, digo.
Ella está completamente asombrada. Ella agrega una pierna final a uno de sus colgantes
arañas negras y deja su cepillo. “Continúa”, la alienta.
“Es puramente con fines maliciosos”, confieso.
Ella asiente. "Como debería ser."
“Me preguntaba…” trago, mi estómago revoloteando con mariposas.
"¿Tienes un top que es súper lindo... pero también violentamente inapropiado que podría
usar esta noche?"
Ella me parpadea. Sus ojos recorren mi suéter holgado y mi pierna ancha
vaqueros. Ella asiente como si estuviera soñando.
"¿Está seguro?" pregunta mientras saca una prenda secreta y escondida de
uno de sus cajones debajo de la cama.
"Sí. Sólo por esta noche —añado.
Kit me pide que cierre los ojos y luego coloca el artículo en mis manos.
De hecho, primero lo pone sobre un cojín, para darle más dramatismo.
Lo miro y luego le doy una sonrisa tímida.
"Gracias, Kit", le digo. "Es perfecto."
Mitch y Tate llegan a recogerme a la casa de Kit a las cinco y luego llegamos al lugar
de la carrera con tiempo de sobra. Tengo mi blusa secreta debajo de mi suéter y me hace
emitir un brillo diabólico.
Tate puede sentirlo. Él sigue mirándome en el espejo retrovisor porque
él sabe que estoy tramando algo.
Pero también puedo sentir algo secreto brillando debajo de su fachada inflexiblemente
compuesta, despertando mi interés y molestándome sin sentido.
No me ha dicho nada desde mi erupción volcánica en el camino de entrada y, si soy
honesto, no lo culpo.
Mientras nos detenemos, miro hacia abajo a la pista iluminada. Ahora entiendo la
vacilación de mi mamá: esto parece peligroso. No parece que se ajuste a muchos corredores,
por lo que tal vez solo unos pocos ciclistas corran a la vez. Hay una multitud alrededor de la
pista, y detrás veo puestos instalados por patrocinadores y vendedores de mercancías.
Cuando salimos, Tate se baja de su bicicleta y desaparece sin mirarlo dos veces.
Ahora me siento como si fuera la hija de Mitch. Me lleva a un puesto de comida donde
consigue un perrito caliente para él y papas fritas para mí, y luego nos abrimos paso para
unirnos al resto de la audiencia.
Hace mucho calor cerca de las luces del estadio. Sigo tirando del cuello de mi jersey, pero el
aire está tan quieto que no ayuda. Ahora que voy a tener que exponer mi estúpida estratagema
de venganza, no parece una buena idea.
"¿Quieres quitarte eso?" Mitch está mirando mi pelea con el saltador
con una expresión dudosa. "Me quedo con tus papas fritas".
Me rindo. Le entrego las patatas fritas y me quito el jersey, suspirando de alivio.
de tenerlo fuera de mi piel.
"¡Jesucristo!"
Parece que no se puede confiar en Mitch para sostener mis papas fritas. Las patatas fritas
están por todas partes. Están en el suelo. Están en mi suéter. Mitch me mira con una expresión
tan consternada que confirma que este top fue una excelente elección. Recoge mi jersey del
suelo, sin siquiera molestarse en limpiarlo.
Vuelve a ponerte esto. Ahora mismo."
Arranco el suéter de su mano y luego lo dejo caer al suelo.
"Río, ¿qué diablos estás pensando?"
Wow, realmente es como un padre.
“Tate no puede verte así”, dice Mitch. “De hecho, Tate no puede imaginar que otras personas
te vean así. Se va a volver loco”.
Entrecierro los ojos hacia Mitch y todo se vuelve claro.
Mitch lo sabe.
Nunca le dije nada a mi mamá, pero por la expresión de Mitch sé que él lo sabe.
Y eso hace que su preocupación sea aún más absurda.
"Puedo usar lo que quiera, Mitch", digo mientras recojo mis papas fritas caídas.
de la suciedad y vuelva a colocarlos en la caja.
Él tiene su mano sobre su boca como si estuviera tratando de decidir qué neurovía tomar
en su cerebro masculino. A o B.
“Después de la carrera de Tate, quiero que te lo vuelvas a poner”, dice con voz severa y
autoritaria. Luego se aleja de mí sin decir una palabra más, esperando que comience la carrera.
No puedo decir cuál es Tate porque todos en la pista están montando una gran bicicleta
negra, pero cuando escucho a Mitch gritar me doy cuenta de que está justo detrás del
Plomo. Mitch está gritando algo sobre "el gato y el ratón" mientras los motociclistas bordean
precariamente las curvas sinuosas, y luego, cuando el primer corredor acelera sobre la línea de
meta, Mitch está golpeando el aire con vehemencia.
Veo como Tate se quita el casco. Su cabello se ha pegado contra su frente en un desorden
sudoroso y despeinado y su sonrisa perfecta es visible desde aquí.
Me doy la vuelta y me dirijo de nuevo a la camioneta de Mitch.
Solo he estado caminando un minuto cuando lo escucho.
"Oye, te conozco whoaaaa, ¿cómo te va?"
Miro hacia arriba y me encuentro con la vista del amigo de Tate de la casa el
otra noche Caldero. Así que debe ser uno de los amigos motociclistas de Tate.
No lleva camiseta (realmente hace calor bajo estas luces) y lleva pantalones de ciclista con
una marca muy marcada. Hay una V rígida cortando cada lado de sus abdominales y, lo más
obvio de todo, los ojos de Caulder están magnetizados en mi pecho.
"Oye", le digo, poniendo mi mano en mi cadera. Se siente diferente hablar con un chico que
no está en la escuela conmigo. Él no tiene ideas preconcebidas y, por lo tanto, puedo ser quien
quiera ser.
"Oye", dice de nuevo, antes de parpadear con fuerza y mirar hacia arriba. “Caulder”, suelta,
con la mano extendida. Obviamente no recuerda haberme dicho su
nombre.
—Río —digo, y paso junto a él, dejándolo colgado.
"¡Hey, espera!"
Sonrío cuando lo escucho perseguirme. A Tate le va a encantar esto.
"¿Qué estás haciendo aquí? Si me dices que montas, tendré que casarme contigo en el acto.
Pongo los ojos en blanco, ascendiendo la colina para llegar a donde está estacionado el camión.
“Déjame traerte un trago. No estás aquí con Tate, ¿verdad? No
importa, podemos escondernos de él.
Vaya amigo que es. Me pregunto si todos los amigos de Tate son tan malos.
Me ve detenerme junto a la camioneta de Mitch y asiente con la cabeza.
“Así que estás aquí con los Coleson. Maldita sea. Ven a pasar un rato conmigo de todos
modos.
Apoyo mi estómago contra el panel lateral de la cama, mirando hacia el
pista posterior a la carrera, y Caulder se inclina a mi lado.
"Lindas gafas", dice, y puedo sentir el calor que irradia de su piel.
más cerca de mí que antes.
Me vuelvo para mirarlo, con la ceja levantada, pero realmente es lindo. Sus ojos son azul
zafiro y su cabello es dorado californiano. Él siente mi evaluación y se inclina un poco más cerca,
con un brillo de complicidad en sus ojos sonrientes.
Solo toma cinco segundos y luego está en el suelo.
Tate lo jala por los hombros y la espalda de Caulder golpea el suelo con un ruido sordo
dolorosamente fuerte. Los muslos de Tate se sientan a horcajadas sobre las caderas de Caulder,
con una mano sujetando sus clavículas, y golpea con la palma de la mano el costado de su sien.
Los observo por encima del hombro con curiosidad de experimento científico.
"¿Qué diablos te dije la otra noche, Caul?" Esta es una voz que nunca antes había escuchado.
Es tan tranquilo que da miedo. Mi estómago se hunde al saber que esta pantalla es para mí.
"¡No pasó nada, hermano!" Caulder está confundido, lo cual es comprensible.
No hay una razón lógica de por qué Tate estaría actuando así conmigo, especialmente teniendo
en cuenta lo que hizo hace tres años. Pero, por alguna razón, puedo sentirlo. Todavía puedo
sentirlo profundamente en mis huesos en el nivel primitivo más innato de que esto es para mí.
Tate empuja los hombros de Caulder contra el suelo como advertencia de partida.
y luego se pone de pie, sacudiéndose la tierra de las rodillas con manos grandes y tensas.
Giro hacia el camión y miro al frente para darle la espalda. La cama de la camioneta se hunde
con un gemido cuando las manos de Tate agarran el panel a cada lado de mi cintura.
“Río”, dice, en una voz baja y mortal. “Mírame a los ojos, ahora mismo”.
Lo ignoro porque sé que eso es lo que más lo molestará.
Siento el agarre firme y caliente de su palma en mi hombro y luego gira mi cuerpo con
facilidad para enfrentarlo.
Su cerebro explota.
¿Lo de nunca mostrar tu piel? Cuando lo muestras, es un gran problema. El pecho de Tate
se hincha con el impacto y se dobla ligeramente por la mitad, como si le acabara de dar un
puñetazo en el estómago. Sus manos se han cerrado en puños a cada lado de mí, los antebrazos
se ponen rígidos mientras traga saliva. Sus ojos parpadean en los míos y están frenéticos,
desesperados, salvajes.
Entonces Caulder se pone de pie detrás de él y la luz se apaga como un interruptor.
Tate se da la vuelta y lanza un puño al lado de la mandíbula de Caulder, su cabeza se gira
hacia la izquierda y lo envía tropezando contra el costado del auto de otra persona. Tate lo
acecha como un animal, agarrando su hombro y
balanceando su brazo hacia atrás como si fuera a golpearlo de nuevo, pero de repente la
pequeña multitud que nos rodea se involucra, y los muchachos los separan, sujetando
sus brazos y muñecas.
Mitch aparece y forcejea con Tate hasta que está en el lado del pasajero del camión.
Lo empuja a través de la puerta, la cierra de golpe y luego arrastra la bicicleta de Tate
hacia la parte trasera. Mitch viene a pararse frente a mí, los ojos lívidos y el vapor
prácticamente rezuma de su piel bronceada.
¿Qué diablos le estás haciendo, River? Podría ser descalificado por eso —masculla,
con los brazos temblando a los costados—.
Me mantengo firme. Nada comparado con lo que me hizo, Mitch.
“Simplemente súbete al camión y no digas una palabra”. Él asalta a la del conductor
puerta y se lanza dentro.
Es oficialmente el viaje más tenso de mi vida. Cuando regresamos a casa de Mitch,
Tate sale de la camioneta de su papá y rápidamente se sube a la suya, pateando el
vehículo en reversa y saliendo corriendo del camino de entrada a una velocidad peligrosa.
Mitch se vuelve hacia mí, su rostro rojo como una manzana de caramelo con un brillo almibarado.
“Por eso, estás castigado. Para siempre —ordena, y luego
truena en la casa, con los hombros rodando como un vikingo.
Me siento satisfecha cuando entro en la casa detrás de él, todo hasta que llego al final
de las escaleras a mi habitación en el ático.
Hay un dolor en mi estómago cuando veo algo sentado cuidadosamente justo afuera
de mi puerta. Mitch y mi mamá están ahora en su habitación y el rellano está en completo
silencio. Subo lentamente los escalones, mis ojos fijos en el objeto y mi estómago se
hunde más y más hasta que no siento nada más que vacío por dentro.
Por favor, no seas lo que creo que eres, por favor, no seas lo que creo que eres.
Mi mano vuela hasta mi boca y siento un hormigueo horrible detrás de mis ojos.
Ahora sé lo que hizo cuando se encerró en el taller todo el día.
En la parte superior de las escaleras, envuelto con una pequeña cinta, hay una
pequeña librería de madera perfecta.
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Capítulo 10
Hace tres años
"¿Estás bien?"
Kit me mira raro mientras pongo algo de mi tarea terminada en mi casillero. Por
alguna razón, cada hoja de papel se siente como si pesara ochenta toneladas hoy y por
mi vida no puedo llevar el exceso por un segundo más.
"Estoy bien", le digo con una voz vergonzosamente débil. Mi estómago en realidad se
convulsiona cuando las palabras salen de mi boca. Descanso mi cabeza contra el
casillero encima del mío, sin siquiera preocuparme por todos los gérmenes que ahora
estarán incrustados en mi frente.
¿Qué me pasa hoy?
Te ves todo pálido y sudoroso. Se las arregla para decirlo de una manera amistosa.
Me siento un poco… Me quito la chaqueta y agito los brazos, tratando de que el aire
fresco me cure al estilo de la ósmosis. “Siento que podría estar a punto de desmayarme”.
"Hmm", reflexiona mientras comenzamos a caminar a clase. “Tal vez es tu sangre
azúcar. ¿Quieres un Starburst?
Ella hurga en su bolso.
"En realidad, solo me quedan los verdes, y eso podría enviarte".
Yo suspiro. Ella no está equivocada.
Cuando llegamos a clase tomo mi asiento como un zombi. Ni siquiera sé en qué clase
estamos, así que empiezo a sacar todo de mi bolso en un aturdimiento de párpados
pesados. Kit me da su botella de agua antes de ir a su asiento al otro lado de la habitación
y absorbo el líquido como una esponja. Entonces mi estómago comienza a doler aún
más.
Al final de la clase, he coloreado las cuatro esquinas de mi bloc de notas,
clasificándolas de negro oscuro como la tinta, a gris paloma y luego al blanco de la
página. También me las arreglé para no desmayarme, lo que se siente como un logro
muy significativo en este momento.
Kit me ayuda a guardar mis cosas en mi bolso y luego salimos de la habitación,
parados junto a un par de puertas que conducen al patio. El aire, fresco con
lluvia reciente, se siente tan bien que quiero salir y acurrucarme como un animal en el
concreto. Justo después de que me haya arrancado los intestinos.
“Tenemos una hora más, ¿estás seguro de que no quieres ir a casa? Por cierto, puedes
quedarte con la botella de agua.
Mi corazón late con fuerza en mis oídos, haciéndola sonar como si estuviera bajo el
agua. —Te compraré uno nuevo —digo, sintiéndome culpable por mi grosería.
“Por favor no lo hagas. Todo lo que pido es que no te mueras porque eres el único
amigo que tengo.”
Que traspasa el velo. La miro y ella se está poniendo de pie, medio queriendo asegurarse
de que estoy bien y medio asustada por no llegar a tiempo a clase.
Tengo que estar allí para ella.
"Una hora más", balbuceo, y regresamos por el pasillo.
Planto mi cama boca abajo tan pronto como llego a casa. Mis anteojos ahora están
atrincherados en mi cráneo. Me quito la falda, las medias y el chaleco y trato de unirme a
la colcha. ¿Estoy muriendo? Si lo soy, al menos no tendré que hacer la prueba de escucha
de francés la próxima semana.
Cuando mi mamá llega a casa, inmediatamente sube a mi habitación.
“Entrega de Amazon”, canta secamente. “Gracias por mantener la puerta principal
abierta. Estoy aquí para asesinar a una pequeña adolescente”.
Gimo y me doy la vuelta, mirando su rostro severo.
Espero que empiece a sermonear, pero sus ojos bajan a la cama y hace un pequeño
olfato de complicidad.
"Oh" , dice ella.
Miro hacia abajo también.
Vaya.
"Río, ¿por qué no me dijiste?" ella pregunta, su tono decepcionado.
Hay un pequeño círculo de sangre en mi cama. Me siento y miro hacia abajo a mi
ropa interior, y también hay un pequeño círculo de sangre.
Mi mamá dejó de tener períodos cuando llegó a una menopausia temprana hace unos
años, así que realmente no tengo ninguna experiencia de segunda mano para continuar.
Nunca he tenido un período antes.
Estoy tan asombrado por la vista que dejo de sentir los dolores por un minuto.
"Debe haber sucedido", digo, mi tono de asombro. RIP mi ropa interior.
“Bien, voy a salir a buscarte unas toallitas e ibuprofeno. Quédate aquí."
Honestamente, ¿dónde cree ella que iré? Mi propio cuerpo me apuñala por dentro y el
sudor me corre por la frente. La escucho cerrar la puerta principal y me vuelvo boca abajo,
hacia mi pequeña mancha de sangre.
Entonces hay otro golpe en la puerta.
Puaj. ¿Por qué está tratando de torturarme? ¿Es esta su forma de obligarme a salir de
la cama para que tenga que cerrar la puerta desde adentro? ¿Por qué no puede cerrar la
puerta desde afuera?
En el momento en que llego al último escalón me siento como el infierno otra vez.
Demasiado zarandeo. Me veo en el espejo y Kit tenía razón. Estoy toda pálida y sudorosa.
Abro la puerta y se me cae el estómago.
Tate Coleson es una presencia imponente cuando está parado en tu puerta. Ni siquiera
tiene dieciséis años todavía y ya mide seis pies de alto. Su rostro está a la sombra del
techo del porche, lo que hace que su piel tenga un bronceado aún más profundo, y cuando
me mira a los ojos se ve duro y enojado.
Entonces su rostro cambia por completo.
"Río, ¿qué pasa?"
De repente ya no aguanto más. Quiero poner la cabeza entre las rodillas, pero eso se
vería raro frente a Tate, así que opto por acostarme en las baldosas.
"Estoy bien", miento. Desde aquí abajo en las tejas la mentira suena creíble. Creo que
podría estar desmayándome. Cuando miro a Tate, no parece convencido.
"Río, por favor, ¿puedo pasar?" Todo su cuerpo se esfuerza en la puerta. Se ve tan
desesperado que quiero decir que no y luego seguir viéndolo hacer esta lucha agonizante
con la barrera invisible, pero en lugar de eso suspiro y acepto.
“Puedes llevarte al jugador, Tate. Está en mi habitación. Sólo déjame aquí para morir.
Él está a mi lado en un instante, una mano ahueca mi cabeza para que no toque las
baldosas y la otra entrelaza nuestros dedos.
"¿Qué es? ¿Qué sucedió? Vi a tu mamá irse. Dime, Río.
De repente tengo este horrible recuerdo de lo que estoy usando. Afortunadamente, debido a
mi baja estatura, la camisa blanca que tengo puesta técnicamente parece demasiado grande,
pero aún así, si mira más allá...
“Tate, por favor no mires hacia abajo,” digo con urgencia.
Obviamente, los ojos de Tate inmediatamente bajan y ve exactamente por qué me estoy
derritiendo como un charco en las baldosas de mi madre.
Sus ojos están de vuelta en los míos en un segundo, su expresión tímida y culpable.
“Lo siento”, dice, “no era mi intención”.
Mueve la mano que estaba en la mía hasta mi mejilla y gimo de forma agonizante. Lanza
una mirada cautelosa a la puerta principal y luego vuelve a mirarme. Él hace esto un par de
veces. Luego me toma en sus brazos al estilo nupcial, golpea la puerta principal con el hombro
y comienza a llevarme escaleras arriba.
—Podría sangrar en tu brazo —susurro.
Suelta una pequeña risa, pero sobre todo parece que está dolido.
Él está sufriendo porque yo estoy sufriendo.
En la parte superior de las escaleras, pregunta: "¿Qué habitación es la tuya?" como si no tuviéramos
hemos estado mirando las ventanas del otro durante toda nuestra vida adolescente.
Ambos cuerpos están un poco tensos ahora. Dejo caer vagamente mi brazo en dirección a
mi habitación y él me lleva dentro, sus dedos agarrando mis muslos con más fuerza que antes.
Con cautela me acomoda en mi cama como un artefacto único de valor incalculable.
Ruedo sobre mi costado mientras él se agacha a mi lado, y me estremezco cuando mi
estómago se retuerce.
"¿Que puedo hacer?" Está acariciando mi mejilla con una dulzura imposible. "¿Hay alguna
forma de aliviarlo?"
¿Así son los hombres? Seguramente no. Tal vez estoy muerto.
Luego pregunta: "¿Puedo tocar tu estómago, River?"
Mis ojos parpadean en los suyos y mi cabeza da vueltas un poco. Es muy poco probable que
tener a un hombre extendiendo su palma sobre mi estómago alivie el dolor dentro de mí.
Y todavía.
"Sí", digo rápidamente.
"Gracias", responde, y se pone de pie, elevándose sobre mí.
Ruedo sobre mi espalda y lo miro.
Lentamente, se sube la manga y extiende la mano unos centímetros por encima de mi
estómago. El aire entre mi barriga y su palma palpita.
agresivamente con anticipación. Sus dedos son tan largos y sus nudillos son tan grandes que
tengo que agarrarme a la sábana para evitar retorcerme. Debo estar emitiendo todo tipo de
feromonas violentamente explícitas porque su mandíbula está apretada y palpitante.
Pasa sus dedos por el algodón blanco de mi camisa y luego, gradualmente, comienza a
presionar la gran extensión de su cálida palma contra la parte baja de mi estómago. El calor de
su piel se hunde a través de la tela y al instante puedo sentirlo sumergirse en mi cuerpo. Arqueo
mi espalda más arriba para que pueda tocar tanto como sea posible y su mano presiona aún
más firmemente contra mí.
Empujo mi cabeza hacia atrás en mi almohada y la suave superficie se abulta indulgentemente
alrededor de mis mejillas.
Cuando escucho los sonidos duros de una respiración irregular, abro los ojos.
Tate instantáneamente aparta la mirada de mí, un profundo rubor se extiende por sus pómulos.
Miro mi estómago y puedo ver la tensión ondeando a través de los gruesos tendones de su
antebrazo. La posibilidad de que yo sea responsable de su comportamiento sonrojado me hace
sentir brillante por todas partes.
"Se siente bien ahora, Tate".
Mi voz es toda ronca. Es extraño para los dos y lo sobresalta. Retira su mano como si mi
cuerpo acabara de quemarlo y la sostiene detrás de su cabeza, dándome una muestra
satisfactoria de abdomen tenso.
“Mi mamá estará en casa en unos minutos. ¿Quieres llevarte al jugador? Asiento con la
cabeza hacia la esquina de mi habitación donde mi reproductor de CD está mirando ansiosamente
por la ventana hacia el porche de Tate.
Tate deja escapar un largo suspiro y niega con la cabeza. Se sienta a mis pies y la cama
cruje de alegría. "Solo quiero escuchar si estoy contigo", dice en voz baja, con las manos
agarrando sus rodillas. Luego mira mi cuerpo hasta que sus ojos finalmente se encuentran con
los míos. "Solo contigo."
Un sentimiento cálido se extiende dentro de mí.
“Siento no haber venido hoy, me estaba muriendo,” digo disculpándome. Meto las rodillas
para poder esconder mi ropa interior.
Sacude la cabeza y un dedo roza mi pantorrilla. “Estaba siendo codicioso, no debería haber
hecho eso”, dice. “Ya no tienes que venir a verme todos los días, no es justo para ti. Voy a
empezar a planear cosas. Quiero mimarte. Luego me mira con una sonrisa juguetona. "¿Vas a
dejar que te mime, River?"
Me río encantada bajo su atención, pero luego un coche pasa por delante de la ventana y
nos saca del momento.
No fue mi mamá, pero podría haber sido.
Saca el cobertor desechado del costado de mi cama y lo acomoda cómodamente.
alrededor de mi cuerpo.
“No puedo creer que esté en tu dormitorio”, susurra con ternura.
—No mires nada —susurro de vuelta. Mis ojos se mueven nerviosamente hacia el
pila de libros románticos junto a la puerta.
El sonrie. “No lo he hecho. Pero quiero un recorrido en profundidad la próxima vez que
esté aquí”.
La próxima vez.
Se agacha a mi lado otra vez y murmura: "Quiero mirar dentro de cada uno de estos
cajones", mientras pasa los dedos por los bordes. Me estremezco como si estuviera pasando
sus dedos sobre mí.
Él sonríe.
Tate se empuja hacia arriba y con cuidado me quita las gafas de la cara. Los deja en el
tocador de la manera correcta, lo que hace que mi TOC se estremezca de placer, y luego se
inclina, cubriéndolo con el cálido olor de su piel dorada. Presiona un beso firme en la parte
superior de mi pómulo mientras me susurra adiós.
Mi mejilla hormiguea incluso después de que él se escapa de la casa. Me quedo dormido
con la sensación de su cálida palma presionando el calor y el placer profundamente en mi
útero.
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Capítulo 11
Regalo
Mitch me mantiene bajo vigilancia intensa ahora. Como mi castigo por "incitación
deliberada" tengo que quedarme en la escuela todas las tardes hasta que Mitch termine el
trabajo del día en casa de mi mamá, y luego me recoge, me lleva a su casa y me envía a mi
habitación.
De lo que no se da cuenta es que esto es más o menos lo que hacía todos los días de
todos modos, así que esencialmente el único cambio es que ahora me está llevando a casa.
Lo único que me decepciona es el hecho de que ya no se me permite asistir al baile de
Halloween. Estoy bien para ayudar a prepararlo en la noche, pero luego me recogen y,
sorpresa, sorpresa, me envían de regreso a mi habitación. Realmente no quería ir en primer
lugar, pero ahora que me han quitado la opción, especialmente después de todas mis
inversiones artísticas, me ha dado una buena razón para deprimirme cada vez que veo a Mitch.
Mi otro castigo es que Mitch quiere que lo ayude con su negocio y "gane mi sustento", que
obviamente es solo un código para "proporcionar mano de obra gratuita". No es mi culpa que
Tate no pueda controlar sus hormonas rabiosas.
Mitch está sentado conmigo en la mesa de su cocina, mostrándome su sitio web muy
básico. Le digo que encaja perfectamente con él y ahora estoy sentenciado a lavar sus platos
por el resto de la semana además de todos mis otros castigos también.
Lo aplaco, principalmente para tratar de deshacer la situación de los platos. "Sí, puedo
arreglarlo", le digo. "Sería útil si pudiera proporcionar algunas fotos de antes y después de la
renovación, y tal vez algunas fotos del equipo para que los compradores sepan lo que están
recibiendo". No le digo que me estoy imaginando a todo su equipo parado sin camisa alrededor
de un camión, sosteniendo tablones de madera sobre sus hombros hinchados y sudorosos.
"Si me das los detalles de inicio de sesión del correo electrónico, también puedo configurar
algunas páginas sociales para difundir un poco de conciencia a través de los canales".
Mitch hojea distraído el cartel del baile de Halloween que diseñé.
"¿Esto es lo que vas a hacer en la universidad?" él pide.
Hago una mueca y niego con la cabeza. "No", murmuro. En realidad, no veo el sentido de
ir a la universidad para "estudiar" sobre una habilidad que ya tengo, sin mencionar todas las
extremidades que tendré que vender para financiarla, pero sé que en el mundo real tienes que
probarte a ti mismo con un nombre universitario y una hoja de calificaciones si quieres
conseguir un trabajo. De todos modos, nada de esto importa porque me prepararon para
hacer exactamente lo que mi madre quería de mí desde antes de que comenzara la escuela
secundaria.
Él asiente pero no dice nada. Luego baja el cartel y
dice: "Está bien, estás contratado". El "gratis" no se dice aquí.
Después de que Mitch y yo resolvamos lo básico, camino penosamente hasta mi habitación
y me acurruco sobre la colcha, me quito las gafas y hundo la cara en el algodón.
—Uggghhhhhh —gimo y me quito las pantuflas con los dedos de los pies. Está grisáceo
afuera, no llueve pero está muy nublado, y mi ventana está entreabierta, llenando la habitación
con aire frío. Me doy la vuelta solo para poder sacarme el suéter de la escuela por la cabeza
cuando llaman a mi puerta.
Me siento muy erguido. Busco a tientas mis anteojos hasta que están de vuelta en mi cara
y aplano mi suéter hacia abajo.
"¿Sí?" Pregunto. ¿Por qué mi corazón está en mi garganta?
La puerta se abre un par de pulgadas y Tate está de pie frente a mí. Jeans de mezclilla
descoloridos y una camiseta claramente seleccionados para antagonizar. Las venas de sus
antebrazos bronceados están hinchadas, lo que significa que debe haber estado esforzándose
bastante en la renovación hoy. Ahora también tenemos manos heridas iguales envueltas en
gasa, debido a mi incidente con el camión de Mitch y la escena de Tate en la carrera de
motos. A pesar de que no debería importarme, siento una punzada de calor en el estómago al
saber que todavía ejerzo algún control primario sobre él. Sostiene una caja de herramientas
en una mano y agarra la parte superior del marco de la puerta con la otra.
Sostiene la caja. "¿Quieres que coloque esa cerradura en tu puerta?"
Estoy aferrándome a la colcha por mi vida. Su voz es tan profunda que puedo sentirla en
mis huesos. Principalmente mis huesos pélvicos.
Estrecho mis ojos en él de todos modos. —Bien —digo, y me doy la vuelta sobre mi
estómago para no tener que mirarlo.
Lo escucho tomar aire detrás de mí y luego las tablas del piso suenan cuando él sale de la
habitación. Miro por encima del hombro y veo que ha cerrado parcialmente la puerta para
poder empezar a desatornillar las piezas de la manija exterior. Sólo la gran curva de su
hombro derecho está actualmente
visible, así que hago un barrido rápido de mi habitación para comprobar si hay algo
incriminatorio. La pequeña librería de madera al lado de mi cama es probablemente una de
esas cosas. Me inclino ágilmente hacia adelante y tiro la parte superior de mi pijama sobre él.
Arrastré los pies contra las almohadas y recogí los folletos universitarios que había
estado coleccionando en la biblioteca de la escuela. No estaba mintiendo cuando le dije a
Kit que postularía a los lugares con las mejores becas, incluso si es poco probable que
obtenga una de ellas. Será bueno dejar este pueblo, incluso si mi alma me ruega que me
quede.
Después de unos minutos, la puerta se abre de nuevo y Tate está de pie.
allí, vacilante y rígido. "¿Puedo entrar?" —pregunta, su voz rígida.
No ha estado en esta habitación desde que se convirtió en mi habitación. Siento que si
lo invito a entrar, de repente revelará que es un vampiro y me chupará toda la sangre. Miro
los perfectos dientes blancos mordiendo su labio inferior y los imagino hundiéndose
deliciosamente en mi cuello.
Lanzo el folleto y él lo mira con los ojos entrecerrados. Yo doblo
mis brazos sobre mi pecho. “Si es necesario,” asentí, fingiendo aburrimiento.
Entra y la habitación instantáneamente se vuelve más pequeña. Más oscuro. Lo llenó
con su tamaño, olor y feromonas, y ahora, cuando respiro, lo inhalo. Deja la caja y saca un
tubo de su bolsillo. Debe ser algún tipo de grasa de carpintero porque aprieta el gel en sus
dedos y luego comienza a frotarlo en círculos alrededor de los tornillos.
El folleto se desliza de mi regazo y cae al suelo, lo que hace que Tate me mire por
encima del hombro. Se da cuenta de mi expresión aturdida y mi respiración pesada, y un
destello brilla en sus ojos. Se vuelve hacia la puerta y se deja caer, recogiendo su
herramienta mientras comienza a desenroscar los cerrojos. Los músculos de sus hombros
están duros bajo mi mirada.
"Entonces", comienza, con la voz ronca. “¿Disfrutaste la carrera?”
Pienso en el hecho de que tengo al piloto de motos más rápido de esta ciudad
desgastándose las rodillas con los vaqueros mientras atornilla la cerradura de la puerta de
mi dormitorio, y mi estómago se llena lentamente de calor.
Me inclino con el pretexto de recoger el folleto de la universidad, pero en realidad estoy
viendo sus manos forzar el metal fuera de mi puerta. “No disfruté la carrera”, admito.
Se queda en silencio por un momento mientras trata de resolver eso.
Cuando se suelta el mango, sostiene uno nuevo en su lugar y empuja la punta del primer
tornillo. Luego pregunta en voz baja: “¿Cuál fue tu parte favorita?”.
Estoy mirando su cabello castaño alborotado, desaliñado por donde pasó sus dedos por él, y
la piel suave de su cuello grueso y bronceado. Lo imagino elevándose sobre Caulder...
dominándolo... en mi honor.
“Había una parte que realmente invitaba a la reflexión cerca del final”, digo.
Tate ajusta el último tornillo en la configuración de la manija interior y luego se levanta y
camina hacia el final de la cama en la que estoy descansando. Tira su taladro manual y puedo
ver el contorno de su crucifijo colgante sobresaliendo a través del fino algodón de su camiseta.
Sus ojos están sobre mí, sumergido en sus sábanas, mientras saca el trapo de su bolsillo trasero
y limpia el aceite de sus dedos.
"¿Oh sí?" él pide.
Asiento lentamente.
"¿Y qué tipo de pensamientos provocó exactamente?" Él me mira con ojos oscuros e
inflexibles, y su tenor bajo resuena a través de mí.
a mí.
Sus ojos parpadean hasta mi mano que descansa contra la colcha y él
subrepticiamente se inclina hacia adelante y toma mi muñeca.
Mi piel de repente está en llamas. Su cuerpo es diez veces más cálido que el mío y me está
descongelando, centímetro a centímetro. Sus dedos presionan firmemente entre los delicados
ligamentos y respiro profundamente cuando me doy cuenta de lo que está haciendo. El punto de
mi pulso palpita bajo su toque y sus ojos estallaron en llamas.
Suelta mi muñeca y toma el taladro, mirándome en la cama. "Ese tipo de pensamientos, ¿eh?"
él se burla. Sus muslos vestidos de mezclilla están presionados contra el colchón.
"¿Has terminado?" Pregunto sin rodeos.
Sus dedos agarran la hebilla de su cinturón y tira de él hacia un lado, como si estuviera
incómodo. “¿Hay algo más que pueda hacer por ti?” él pide. Ignoro la sensación de sus ojos
recorriendo mi cuerpo de arriba abajo.
"Vete por favor para que pueda bloquearte".
Exhala una carcajada y camina de regreso a la puerta. "Lo que quieras", murmura, con los
ojos parpadeando peligrosamente cerca de la pequeña librería camuflada.
—Qué caballero —me quejo secamente y me hundo contra el edredón. Miro mis folletos
universitarios y quiero tirarlos por la ventana.
Sacude la cabeza y sale de la habitación. "Solo contigo."
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Capítulo 12
Hace tres años
Kit no está en la escuela hoy, así que cuando entro en la cafetería reviso el banco a lo largo
de la pared izquierda en busca de asientos individuales. Hay uno en el borde, lejos del bullicio de
la cocina y la caja, así que me deslizo dentro y dejo todas mis cosas.
Hacía un poco de humedad esta mañana, por lo que mucha gente está especialmente alegre.
La mayoría de los estudiantes compran su comida en la cafetería y la selección de hoy parece
bastante buena. Granizados y ensaladas de frutas y algunos bizcochos ridículamente lindos.
Siempre me sentí raro por ser uno de los únicos niños de la lonchera, pero a Kit no le importa y
eso me hace sentir menos raro.
Dejo mi mochila a un lado de mis pies y pongo mi contenedor de comida sobre la mesa.
"Hola, hermosa", una cálida voz murmura suavemente detrás de mí.
Me sobresalto y mi corazón comienza a latir con entusiasmo, pero mantengo mi cuerpo quieto.
¿Está haciendo esto en la escuela? Miro hacia la mesa habitual de Tate en el otro lado de la
habitación y sus amigos se ríen y sacuden la cabeza hacia él.
"Oye", digo. "No deberías estar aquí". Hablo bajo, para que no
alguien más en el banco puede escuchar.
“Tenía que venir a ver a mi chica favorita”, responde fácilmente. Puedo sentir su sonrisa
irradiando junto a mi mejilla y me hace retorcerme con mariposas.
Pero luego se impone la realidad.
—Tate, se van a burlar de mí —digo, aún sosteniendo mi lonchera sin abrir, con la cabeza
gacha. Ya se están burlando de mí.
Lo siento retroceder y luego, de repente, mi taburete gira para mirarlo. Su corbata cuelga
suelta, como la usan los chicos populares, y desde este ángulo se ve ridículamente alto e
intimidante. Su expresión es segura de sí misma y un poco engreída.
“No se les permite burlarse de ti. Nadie te va a decir nada sobre esto porque, si lo hacen,
tendrán que vérselas conmigo”. Él me muestra una sonrisa infantil arrogante. "Eres mío."
Trato de ignorar los aleteos en mi estómago porque sé que esta dinámica
no está realmente a mi favor.
"Piensan que soy tu presa".
Él sonríe aún más. “Eres mi presa. Pero tú también eres… Saca la cadena de debajo de su
camisa y sostiene el colgante de la cruz hacia mí. “la respuesta a todas mis oraciones.”
Agacho la cabeza para ocultar mi sonrisa ante eso.
“Quiero que vengas a la mía después de la escuela hoy”, dice. “Cuando salí este fin de semana
compré algunas cosas para ti. Bueno, para nosotros. Pero en realidad son para ti.
¿Quiere que entre en su casa? Creo que estoy sudando. Me agarro la corbata y trato de
aflojarla para no desmayarme frente a él en la cafetería.
Comprendiendo lo que estoy haciendo, Tate mete dos dedos bajo el nudo de mi corbata y tira
suavemente hacia adelante, quitando la tela de alrededor de mi cuello. Luego pasa el pulgar por
la longitud de la lengua hasta que llega a la punta en la caverna de mi regazo.
Estoy respirando como si acabara de correr un maratón. Gracias a Dios no tengo Gimnasio
después.
“No puedo ir,” digo.
Él me da un ceño triste.
"¿Por qué no?" él pide. Coloca la mano que estaba detrás de su espalda en el
mesa a mi espalda, inclinándose más cerca.
“Tengo deberes”, respondo.
“Puedes hacer la tarea en la mía. Luego, como regalo, te mostraré tus dones.
Lo miro por debajo de mis pestañas y él se me echa encima,
los ojos brillan expectantes y la piel bronceada resplandece de emoción.
Me muevo en mi taburete y toco mi corbata en los lugares donde sus dedos acaban de estar.
—Si mi mamá llega a casa y se da cuenta, pensará que eres mi novio o algo así —murmuro,
avergonzada de siquiera insinuar tal cosa.
Endereza su columna y su pecho se duplica en tamaño. Me estremezco. Lo sé.
Qué pensamiento tan repulsivo será para ti, Tate.
Pero luego dice: “Bien”, con voz dura y segura. “Ya era hora de que Ud.
Tuviste un hombre de verdad en tu casa.
Cierro los ojos con fuerza porque no tengo control de mis emociones. Creo que estoy a punto
de orinarme en los pantalones.
Puedo sentir como Tate se inclina de nuevo hacia adelante para que su cara quede justo en frente de
el mio y yo asomo un ojo abierto. Él está sonriendo. "¿Es un sí?" él pide.
Arrugo la nariz.
“No me des esa mirada como si no quisieras,” me regaña. esta bromeando
pero puedo decir por su voz que él también está un poco nervioso. Mi corazón se hincha.
"Bien", suspiro. Pongo los ojos en blanco como si estuviera aburrida de él, pero realmente quiero su
dedos corriendo por mi corbata otra vez.
Inhala profundamente, con una sonrisa de satisfacción en su rostro. Luego susurra: "Mira
después de la escuela, River.
Se levanta de la mesa y camina casualmente hacia sus amigos. Puedo oírlos reprenderlo por
su trabajo, pero no tengo ninguna intención de mirarlos y dejar que arruinen mi estado de ánimo.
Cuando vuelvo a mi lonchera, devuelvo una sonrisa.
Encima de la pequeña tapa gris hay una magdalena de terciopelo rojo, rematada con un
pequeño corazón.
Después de la campana final, me dirijo a mi casillero para agarrar mi chaqueta y me la
pongo en un aturdimiento rosa de corazón de amor. La idea de ir a la casa de Tate me da
mariposas. Antes de que terminara el último período, lo vi a él y a Madden saliendo de los
terrenos de la escuela, lo que me hizo sentir que tal vez él también estaba emocionado. Tal vez
se está asegurando de llegar a casa antes que yo para que todo esté bien. Los observé por la
ventana del salón de clases hasta que desaparecieron por completo de mi vista.
Cierro la puerta de mi casillero pero jadeo una vez que está cerrada. Me doy cuenta de la cara astuta a continuación.
a mí y tratar de calmar mi respiración.
“Oye , River” , dice condescendientemente, con los ojos entrecerrados. su boca es
se curvó en una sonrisa, pero a mí me parece más un gruñido.
Trago saliva y saco la llave de la puerta del casillero.
“Um, hola,” digo rápidamente. No quiero hablar con él. Es Huddy, la amiga de Tate con el
cabello rubio sucio. Clava su mano en mi brazo, tratando de que lo sacuda.
“No nos han presentado correctamente”, continúa. “Parece un poco egoísta de Tate si me
preguntas. No sabrás lo que está haciendo hoy después de la escuela, ¿verdad?
Mis ojos se abren en estado de shock y él se burla a sabiendas. Cuando no tomo su
mano, agarra la mía y la aprieta con fuerza. Siento que mi sangre va a ser aplastada
fuera de mi piel.
"¿Te ha dicho Tate quién soy?" —pregunta, nuestras manos aún apretadas juntas.
Levanto la barbilla. "Sí, lo digo. "Eres Huddy".
Su rostro se divide en una amplia sonrisa. "Por supuesto que diría eso", se ríe. Se
pasa la lengua por el labio inferior y me echa un vistazo.
Luego se inclina hacia adelante y dice con deleite: “Creo que descubrirás que mi nombre
es Hudson”.
Fuerzo mi mano fuera de la suya y frunzo el ceño nerviosamente hacia su cara de suficiencia.
Lo entiendo. Su nombre es Hudson. Mi nombre es Río. Lo que sea.
Cruza los brazos sobre el pecho. No me sorprende que no te lo haya dicho. Me
pregunto qué otras cosas no te ha dicho. Ladea la cabeza de una manera que hace que
los latidos de mi corazón latan peligrosamente. Sea lo que sea lo que está insinuando,
no me gusta. Él tose fuertemente, descartando su digresión por el momento, y continúa:
"Pero, de todos modos , ¿ qué tiene de especial ?"
Me pregunto lo mismo sobre él. ¿Por qué Hudson sería uno de
¿Los mejores amigos de Tate?
—Eres solo una perra nerd de dos zapatos que ni siquiera tiene un par de planchas
para alisar —dice amargamente y luego pasa sus dedos por un nudo en mi cabello.
Jadeo por el escozor en mi cuero cabelludo y luego cierro la boca con fuerza. "¿Qué
demonios hace él contigo?"
Él da un paso adelante y yo retrocedo por instinto. Sus ojos brillan con el rechazo y
juro que su cuello se sonroja. Saca algo de su bolsillo y lo tira hacia mi pecho. Golpea
mi chaqueta y aterriza en el suelo, pero no quito los ojos de él para mirarlo.
"No te preocupes, te conoceré lo suficientemente pronto", dice en voz baja.
y amenazante. Luego gira sobre sus talones y se pavonea por el pasillo.
Miro hacia el suelo y al instante me sacudo hacia atrás angustiada.
El artículo que me arrojó fue un condón.
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Capítulo 13
Regalo
“Creo que nos superamos a nosotros mismos con este”.
Kit gira el cucharón a través de la tina de ponche de frutas rojas, recogiendo algunos de los
cubitos de hielo en forma de calavera y luego dejándolos caer nuevamente. Una gran cantidad
de gotas de ponche salpican la parte delantera de su camisa blanca de la escuela, haciendo que
parezca se volvió loca con un machete, y ella asiente con aprobación.
Ambos nos quedamos atrás después de la campana final para preparar el salón para el baile
de Halloween esta noche. La cinta amarilla de PRECAUCIÓN está pegada alrededor de la
habitación y las telas de araña entrelazadas con luces de hadas brillan en las paredes.
Hicimos un laberinto de maíz de hierba de pampa de bricolaje en la entrada, alineado con velas
electrónicas parpadeantes y un ejército de fantasmas de sábanas, e intentamos tallar un par de
calabazas, pero esa mierda es difícil. También escuchamos Drowning Pool en bucle antes de
que comenzara el baile, por lo que no queda ni una sola célula cerebral en ninguna de nuestras
cabezas.
Observo a nuestros compañeros de clase bajo las luces de neón mientras se aclimatan a una
fiesta en los terrenos de la escuela. Las chicas principalmente comparan disfraces y bailan
juntas, mientras que los chicos las miran acosadoramente desde lejos. Cuando los chicos
comienzan a perseguir a sus enamorados por la habitación, sé que el baile realmente ha
comenzado.
“Apesta que tengas que dejarme aquí tirado”, me grita Kit, enfatizando que apesta porque
lleva colmillos protésicos. “Hicimos un buen trabajo esta noche”.
Estoy de acuerdo. Me siento como si estuviera en un episodio de The Vampire Diaries. Como
que quiero quedarme y ver el baile, pero Mitch está cumpliendo su palabra de encarcelarme por
el resto de mi vida, así que debo recogerme en unos cinco minutos.
Suspiro con tristeza y dejo que me dé de comer un malvavisco extra grande.
Bajamos de un salto de la mesa de aperitivos para que yo pueda agarrar mi abrigo y mi
cartera del armario del conserje y luego regresamos a la estación de aperitivos.
Hay un grupo de jóvenes dando vueltas frente a nosotros, las máscaras levantadas sobre sus
cabezas mientras se agrupan alrededor de las bebidas. Dios sabe por qué están
tomando tanto tiempo Una vez que finalmente abandonan el área, Kit me sirve un vaso rojo de
ponche, pesado en las calaveras de hielo, y me grita al oído: "¡Uno para el camino!"
Finjo un sollozo mientras la abrazo para despedirme y luego me dirijo a la salida, tomando
un bocado del ponche a medida que avanzo.
Es una combinación de todos los jugos que suenan remotamente a Halloween disponibles.
Naranja sanguina, arándano, cereza negra, soda de manzana y… junto las cejas. Esta es una
mezcla extraña. Tomo un sorbo de nuevo, tratando de recordar qué más echamos aquí. ¿Uva
gaseosa? no puedo recordar Me pregunto qué sabor fue la gota que colmó el vaso.
Salgo por las puertas dobles y, naturalmente, se está tirando hacia abajo, así que bordeo el
costado del edificio para mantenerme lo más seco posible. Examino el lote en busca del camión
de la muerte de Mitch, pero no se ve por ningún lado, y las gotas de lluvia en mis anteojos no
ayudan en cuanto a la visibilidad. Me meto de nuevo en la puerta para protegerme y tomo otro
trago. Por suerte, el ponche me está calentando por dentro.
Cuando pasan quince minutos sin que llegue Mitch vuelvo al edificio para ir al baño. El
ponche de Halloween me ha atravesado y prácticamente me caigo en el establo en mi
desesperación por hacer mis necesidades. ¿Orinar siempre se ha sentido tan orgásmico? Me
seco, tiro de la cadena y tropiezo hasta los lavabos para lavarme las manos. Presiono el grifo
pero por alguna razón no funciona. Lo presiono una y otra vez, hasta que estoy a punto de
probar un toque diferente, pero luego una chica de primer año me dice: "Es uno sinuoso".
Parpadeo hacia ella. Ella está como vibrando.
"¿Estás bien?"
No sé si solo se lo pedí a ella o si ella me lo preguntó a mí, así que ahora estamos los dos.
mirándose el uno al otro con desconcierto.
“El grifo”, repite, “es uno sinuoso”.
Eso tiene mucho sentido. Giro el grifo y el agua sale a borbotones tan rápido que me echo
a reír. Después de lavarme las manos, vuelvo a salir para esperar a Mitch sintiéndome ligero y
eufórico. La lluvia golpea mis mejillas y es una sensación tan agradable que me quito el bolso
y la chaqueta, y me arremango para que la lluvia toque la mayor parte de mi cuerpo.
Echo la cabeza hacia atrás y siento las gotas golpear contra mi cuello. yo un poco
abre mi boca para que pueda atrapar las corrientes en mi lengua.
Mis gafas están tan empapadas de agua que cuando los faros que se aproximan me
iluminan veo refracciones caleidoscópicas. reconocería eso
peligroso camión Ford negro en cualquier lugar, y ahora mismo estoy feliz de verlo.
Tengo catorce años otra vez y soy tranquilamente romántico. También soy muy estúpido, así que
decido caminar directamente hacia el parachoques cuando se acerca.
Tate golpea los frenos instantáneamente y salta del camión. puedo
dile que si me echara a correr ahora mismo me perseguiría.
Dice algo en voz alta, enojado y decepcionado, pero no puedo escucharlo por los
sonidos de la lluvia, el motor y el sentido común saliendo de mi cabeza. Su piel bronceada
ya está goteando agua y me apoyo contra la parte delantera del auto para poder mirarlo
desde un ángulo más amplio.
Esto parece confundirlo y mete las manos tímidamente en los bolsillos de sus jeans.
Dejo que mis ojos se desplacen hacia donde ahora tiene las manos rellenas. Muy interesante.
“¿Por qué están tus cosas en el suelo?” Está mirando mi chaqueta y mi bolso que olvidé
recoger y, incluso antes de que responda, los recoge en sus brazos y me los devuelve.
Solo entonces mira hacia abajo y ve que estoy empapado. “¿Alguien te los quitó? ¿Estás
bien, Río?
Tiene esa mirada de enojo y preocupación en sus ojos, como si estuviera listo para una
ronda con Caulder 2.0. Me siento mareada, pero reúno la fuerza suficiente para arrancarle
la chaqueta de los brazos, aunque tengo demasiado calor para ponérmela.
"¿Río?" dice lentamente, como si algo se le estuviera ocurriendo.
Algo se me está dando cuenta a mí también. Tate es caliente como la mierda y no puedo recordar
por qué empecé a odiarlo.
"Río, ¿has estado bebiendo?"
Mis ojos escalan su torso y bebo en la amplitud de sus hombros.
Lleva una camisa negra de manga larga, tapando esos tatuajes que quiero cubrir con mis
uñas.
¿Qué dijo de nuevo?
Encuentro algunas palabras. “Estoy esperando a Mitch”, exhalo, mientras simultáneamente
me saco el suéter por la cabeza.
Las cejas de Tate se disparan y luego rápidamente comienza a llevarme a la parte de
atrás. Sus cálidas manos están cubriendo mis caderas por detrás mientras me pregunta:
“¿Quién te emborrachó, River? Dime su nombre por favor.”
Su antebrazo se envuelve alrededor de mi estómago mientras usa su otro brazo para
abrirme la puerta. No quiero que su toque me deje todavía, así que sutilmente me arqueo
hacia él, disfrutando de la dura presión masculina de sus abdominales e ingles. Toma aire
y por un momento juro que el brazo alrededor de mi vientre se aprieta,
pero después de unos segundos me empujan al asiento trasero y la puerta se cierra detrás de mí.
Evalúo el área mientras me levanto de mis manos y rodillas para sentarme en una posición
erguida. Hay una gran sierra de mano de metal en el suelo frente a mí, lo que sería preocupante
si Tate no fuera carpintero. Tiene una chaqueta en el asiento del pasajero y la agarro antes de
que entre al lado del conductor. Me encojo en la parte de atrás y tomo una profunda inhalación
de la tela. Creo que mis ojos se están poniendo en blanco en la parte posterior de mi cabeza.
Tan pronto como Tate se sienta detrás del volante y sale del estacionamiento, me siento en mi
rodillas e inclinarse sobre su asiento. Sus labios están rodados entre sus dientes.
"¿Cómo es que nunca quisiste ir a la universidad o practicar esos deportes que siempre
practicabas?" Pregunto, sentándome de nuevo. “Supongo que sabías que siempre ibas a ser un
carpintero como tu papá”. Hago una pausa y lo miro con malicia. “Nuestro papá”.
Respira con dificultad y me lanza una mirada por el espejo retrovisor. Luego él
dice, tranquilo y sobrio: “Era eso o el sacerdocio”.
Balanceo su colgante pez cristiano que cuelga sobre mi ventana y pruebo las palabras en mi
boca. “Padre Coleson. De todos modos, así es como me gusta pensar en ti —admito—. “Te
verías tan bien en una de esas pequeñas prisiones de la iglesia, de rodillas. ¿Cómo los llamas de
nuevo?
"Confesionarios", responde pacientemente. Huele tan bien, como lluvia fresca y testosterona.
Me inclino más para poder mirar su pequeño espejo plateado.
cruzar.
"Perdóname padre porque he pecado."
Sonrío mientras sus manos aprietan el volante y reajusta la parte inferior de su cuerpo contra
el asiento.
"Adelante", susurro burlonamente, "di lo que viene a continuación".
Inhala lentamente y su pecho se hincha. Su voz es baja cuando me mira de nuevo. "¿Qué te
gustaría confesar?"
Una emoción sacude a través de mí. Mis ojos están quemando un agujero en su espejo y el
caramelo fundido se acumula en mi vientre. ¿Por qué un atleta de carreras de motos temeroso
de Dios no debería sentir algo por el pequeño bibliotecario emo? Quiero agarrar un puñado de su
suave cabello color chocolate y hacer que me suplique que lo perdone. Quiero que utilice cada
músculo de su cuerpo con el único propósito de mi placer. Creo que accidentalmente le estoy
transmitiendo telepáticamente estos pensamientos porque se pasa la mano por la cara y traga
como si estuviéramos en el Sahara.
¿De dónde viene mi confianza? Sé mejor que luchar contra eso, así que
apoyarse en él en su lugar.
Inclinándome hacia delante de nuevo, mis manos dudan momentáneamente frente a
sus hombros agitados y luego las envuelvo cuidadosamente alrededor de su garganta. Es
tan caliente y espeso, y su barba afilada araña la piel de mis dedos. Tengo tanto más frío
que él que provoco que todo su cuerpo se estremezca, y un estruendo suena en lo
profundo de su pecho cuando indica la calle de Mitch.
—Es tu culpa, ya sabes —susurro en voz baja, meciéndome cuando golpeamos un
bache porque, sintiendo que cera cera, no me abroché. —Pensé que eras mi mejor amigo,
y lo arruinaste. Y ahora tengo que dormir en tu cama y no puedo quitarme esta picazón.
Quiero que termine este sentimiento, pero solo se me ocurre una cosa para resolverlo, y
nosotros... no podemos hacer eso.
Estamos estacionados afuera de la casa de Mitch ahora y la cálida luz del porche está
encendida, pero no creo que haya nadie en casa. Asumo que Tate está pensando lo
mismo porque, mientras una mano todavía está en el volante, la otra presiona firmemente
contra la tienda de sus jeans.
"¿Por qué no podemos hacer eso?" suplica, ojos implorantes, venas tensadas.
Me tiro hacia atrás contra el asiento y golpeo mi cráneo contra el reposacabezas duro
como una roca. Froto el dolor y un lejano déjà vu pasa a través de mí. Lo sacudo y
entrecierro mis ojos en él en un desafío.
“Porque los sacerdotes son célibes”, concluyo.
De repente, abre la puerta del conductor, la cierra de un portazo y luego estoy siendo
arrastrado hacia la tormenta de afuera. Sus manos agarran mi cintura y sus ojos están en
llamas.
Su voz no es más que un gruñido cuando finalmente dice: "Entonces es bueno que no
sea un sacerdote".
Me tira por encima del hombro y entra como un trueno en la casa.
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capitulo 14
Hace tres años
Tate está en la puerta antes de que mi puño toque el cristal. Me sonríe con el cabello
despeinado recién duchado y sus ojos brillan.
"Oye", dice, alcanzando la correa de mi bolso para poder llevarme a la casa. Veo a
Madden apoyado en la encimera de la cocina y pone los ojos en blanco cuando me mira.
Pasa arrastrando los pies, con las manos en los bolsillos, y murmura a Tate un "nos vemos"
a regañadientes mientras sale por la puerta.
Tate se ríe y me arrastra completamente adentro, abriendo los bolsillos de mi chaqueta
para que pueda poner sus manos en ellos. Todavía estoy un poco conmocionado por lo que
pasó con Hudson y quiero contárselo a Tate, pero puedo oler el embriagador olor a jabón
que emana del calor de su piel y no quiero estropear el momento. Nos gira uno ochenta
para poder cerrar la puerta de una patada y luego me lleva de espaldas a los taburetes de
la cocina.
"¿Tiempo de tarea?" me pregunta mientras me empuja hacia abajo en la silla. Me
desabrocha la chaqueta y me la quita de los hombros después de que me desenredo de mi
bolso. "¿O podemos simplemente olvidarnos de la tarea e ir a mi habitación?"
Cuelga mi chaqueta sobre la silla y luego se arrodilla, desatando los cordones de mis
zapatos antes de deslizarlos por mis pies. Los sienta prolijamente a mi lado y toma
suavemente mis tobillos, mirando hacia arriba por entre mis rodillas.
"¿Mi habitacion?" él insta "¿Antes de que nuestras madres vuelvan a casa?"
Delibero por unos momentos. Entonces digo: "Esa parece la opción más lógica".
Nuestros dedos están entrelazados y de repente subimos corriendo las escaleras. Una
vez que estamos en su puerta, Tate se coloca detrás de mí y entramos en su habitación como
uno.
Su habitación es mucho mejor que la mía. Tiene una estructura de cama de madera
tallada a mano y un conjunto de cajones a juego que parecen artesanales. Hay carteles de
motocicletas en las paredes, trofeos deportivos en su escritorio y, lo que es más intrigante,
un frasco de vidrio lleno de billetes de dólar, con una etiqueta grande que dice:
dice "DINERO DEL TATUAJE". Todo el espacio parece habitado por alguien con una vida
plena y emocionante.
"Está bien, cierra los ojos", dice, llevándonos frente al espejo para que
puede comprobar si estoy espiando.
Me doy la vuelta, sorprendido. “Pero acabo de llegar”, exclamo.
Se ríe y presiona un beso en la parte superior de mi mejilla. Mis ojos se cierran
instintivamente y cuando se aparta, susurra: "Así como así".
Una vez que su cuerpo deja el mío, de repente me siento nerviosa y fría. Me muerdo el
labio para ocultar mis nervios y me pregunto si estar aquí es una mala idea. Quiero saber por
qué Madden estuvo aquí, y necesito saber por qué diablos es amigo de Hudson. He mirado
la ventana de la habitación de Tate desde el día en que se mudó, pero ahora que estoy
dentro, todo parece demasiado bueno para ser verdad. Seguramente la felicidad no puede
ser tan simple de lograr.
"¿Estás listo?" murmura y siento que pone algo afilado y fresco en mis manos. "Abre tus
ojos."
Si mis manos no estuvieran llenas, me las habría llevado a la cara con un deleite
encantado. Arrugo la nariz y mi corazón se hincha dolorosamente cuando me doy cuenta de
lo innecesariamente reflexivo que fue esto.
Saturar. No estamos solos. Querida Agonía. Oscuridad antes del amanecer. Ascua.
Todos los demás álbumes de estudio lanzados por Breaking Benjamin.
Trato de frotar el rubor de mis mejillas en mi hombro. "Debes estar bastante harta de la
fobia a estas alturas, supongo", bromeo, con la mirada baja. Instantáneamente decido darle
mi álbum Phobia la próxima vez que salgamos juntos porque esto fue muy dulce. Mis iris se
han convertido en pequeños corazones de amor que brillan intensamente, así que no puedo
arriesgarme a mirarlo ahora mismo.
No importa. Tate me acerca a su cuerpo y presiona su frente contra la mía.
Cierro los ojos con fuerza y lo siento tomar los CD de mis manos, arrojándolos sobre su
edredón. Las gotas de agua que corrían por su cabello de la ducha ahora están goteando por
mis mejillas.
“Nunca”, susurra. Puedo escuchar la hermosa sonrisa en su voz. “Ese CD es lo mejor que
me ha pasado”. Se presiona más cerca.
"Bueno, eres lo mejor que me ha pasado".
Sus manos frotan mis brazos, ahuecando, agarrando, apretando, hasta que sus palmas
se encuentran con mis clavículas, y luego sus dedos comienzan a acariciarme con firmeza.
mi piel fresca. Sus pulgares se deslizan por debajo del botón superior de mi camisa y empuja su
torso contra el mío.
—Río —susurra, sus labios me hacen cosquillas en la mejilla. "¿Puedo besarte, por favor?"
Abro los ojos y me estremezco. Sus pupilas se han marcado y su cuerpo está
todavía depredadora. Inclino mi cara hacia arriba y su cuerpo se inclina hacia mí.
"Necesito que digas sí o no, River", insta, con los ojos fijos en mis labios.
Estoy ebria del poder que este momento me está dando sobre él. La capacidad de otorgar o
privar, dar o tomar. Está tan desesperado por mi consentimiento que me hace sentir deliciosa,
malvada. Mis ojos parpadean hacia abajo y veo el colgante de cruz que cuelga sobre su camiseta.
“¿Qué pasa si digo que no?” susurro, deslizando mis manos hasta sus muñecas.
Sus dedos presionan más firmemente en la base de mi garganta. "¿Es eso lo que vas a decir?"
Caminamos hacia atrás hasta que mi cuerpo toca la superficie dura de su puerta, y rápidamente
mueve una mano hacia mi cabeza, ahuecándola protectoramente. Se ve tan salvaje. Quiero jugar
con él por el resto de mi vida.
Niego con la cabeza y él gime.
"Por favor, dilo, River", suplica en voz baja, su suave cabello me hace cosquillas en la frente.
No puedo contener mi pequeña sonrisa engreída por más tiempo y eso lo hace sonreír.
cariñosamente a mí a cambio.
"Está bien", digo. "Sí, Tate, puedes".
Él sonríe contra mis labios.
"Gracias", dice.
Y luego me besa.
Su toque es tan perfecto que elijo quedarme quieta, no queriendo interrumpir el momento.
Besa suavemente sus labios en los míos y luego permanece inmóvil, evaluando mi respuesta
para poder decidir qué hacer a continuación. Nunca me han besado antes y probablemente él
pueda decirlo. Hay una pizca de humedad entre nuestras bocas, pero creo que podría ser el agua
de la ducha goteando sobre nosotros.
Se aleja después de unos segundos y busca mis ojos. Los suyos son oscuros y tormentosos.
"¿Eso estuvo bien?" pregunta, rozando su frente contra la mía. Su voz nunca ha sido tan
profunda antes.
"Estuvo bien", admito. Fue un poco extraño pero, al mismo tiempo, no quiero que no
lo vuelva a hacer.
Exhala una carcajada y entierra su cara en mi cuello. “'Está bien',” repite, su voz
atormentada. "Tengo que hacerlo mejor que eso". Se levanta y me mira a los ojos.
“¿Alguna vez te han besado antes? De hecho, no respondas eso. Pasa sus dedos por
mi cabello y me da una sonrisa torcida. “ Soy tu primer beso.”
Me río y frota su nariz contra la mía.
“¿Puedo hacerlo de nuevo, River?” él susurra.
Asiento con la cabeza.
Y esta vez, es diferente.
Presiona sus labios con ternura contra los míos, pero tan pronto como le devuelvo el
beso, comienza a moverse. Su boca me acaricia con más fuerza, con más urgencia, y
una de sus manos se cierra en puños y tira de mi cabello. Cuando dejo escapar un
pequeño jadeo, su otra mano se desliza alrededor de mi garganta, cálida, dominante,
protectora. Mi corazón late más rápido que el aguacero de afuera. Empuja la mitad
inferior de su cuerpo contra el mío y deja escapar un gruñido de satisfacción cuando
siente que el pulso en mi garganta se acelera bajo la firme presión de su pulgar. Deslizo
mis manos alrededor de las curvas hinchadas de sus bíceps y froto mis dedos por el
músculo sólido, haciendo que alivie un gemido largo y bajo. Mueve su boca a mi cuello
y succiona hasta que mi pecho palpita.
“¿Puedo salir contigo este viernes, River?” pregunta, sus manos acariciando mis
costillas. “Quiero mostrarte algo y quiero hacerlo de nuevo, sin límite de tiempo”. Sus
dientes rozan mi garganta y luego tira delicadamente de la piel.
Lo atraigo hacia mi boca entrelazando mis dedos profundamente en su cabello, tan
suave y húmedo por la ducha. —Sí —digo, y dejo que se incline para besarme de nuevo.
Inhala profundamente mientras sus manos envuelven mis caderas, sus dedos se
clavan ansiosamente en mi suavidad flexible. "Quiero usar mi lengua la próxima vez",
susurra mientras coloca una de sus rodillas entre las mías, y luego lentamente la levanta,
sube, sube .
Salto hacia atrás y, habiendo perdido todas mis células cerebrales, me golpeo la
cabeza con fuerza contra la puerta. Aullo y me río, pero Tate rápidamente se recompone
y me tira contra él.
"Lo siento", dice, sus dedos masajean círculos relajantes contra mi cráneo.
"No debí haber hecho eso, lo siento". Me encierra en la cuna de su
brazos, su mejilla presionada contra la parte superior de mi cabeza.
"Está bien", le digo, riéndome, pero me está abrazando con tanta fuerza que puedo decir
que no cree que esté bien. Ni siquiera puedo inclinar mi cabeza hacia atrás para mirarlo
porque estoy muy apretada contra su pecho. Todo su cuerpo está rígido, incluido el músculo
largo y tenso que presiona mi estómago.
Trato de pensar en algo para distraerlo.
“¿Qué tatuaje te vas a hacer?” Pregunto, mi voz temblando solo un poco.
“Tu nombre, en mis nudillos”, responde de inmediato.
Me río de nuevo porque creo que está bromeando, pero no se está riendo con
a mí.
Muevo mis manos para que queden planas contra su espalda y un escalofrío recorre su
cuerpo. Cuando me mira, se relaja un poco. Se inclina hacia adelante y me da un beso en la
frente, antes de acariciar mi mejilla con el dorso de sus dedos.
"¿Por qué te duchaste?" Pregunto.
Una pequeña sonrisa tira de las comisuras de su boca. “Para calmar mis nervios”,
responde pacientemente. "No es que haya funcionado", se ríe, y luego sumerge su cara en
mi cuello de nuevo, succionando suavemente. “E iba a pedirle a Madden que me ayudara
con algo, pero no tuvimos suficiente tiempo”, agrega, antes de hundirme los dientes.
Jadeo, sorprendida, sensibilizada y eufórica, y él muerde con más fuerza.
Pasa su lengua por el área y sus manos serpentean alrededor de mi cintura.
"Debería irme a casa, Tate", susurro, en un intento de lanzar un poco de frío.
agua sobre el fuego en mi vientre.
Lo siento sonreír contra mi garganta. "Probablemente deberías", está de acuerdo, y luego
se pone de pie en toda su altura, elevándose sobre mí. Vuelve a alinear mis anteojos en el
puente de mi nariz antes de besar rápidamente la punta.
“Espero que te encanten los CD”, dice Tate mientras me acompaña al otro lado de la calle.
antes de que mi mamá regrese del trabajo, apretando mi mano en la suya.
Le sonrío antes de apartar la mirada y tragar nerviosamente.
Creo que podría amar algo más que los CD, Tate.
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Capítulo 15
Regalo
Cuando entramos en la casa, Tate me deja en el suelo y me hace girar por los hombros. Mitch está
de pie en la cocina con un tazón de palomitas de maíz recién hechas y una expresión de sorpresa en su
rostro. Me pongo de puntillas para comprobar si hay algún extra (M&M's o algo así) en la mezcla, pero es
maíz y sal sin adulterar hasta donde alcanza la vista.
“Ese es un tazón pequeño y triste”, le digo a Mitch, mirando deliberadamente el maíz en sus manos.
“Creo que su bebida estaba drogada”, interrumpe Tate rotundamente, como si eso explicara por qué
está actuando como un neandertal.
Los ojos de Mitch se vuelven locos y deja el tazón. "¿Le diste un poco de agua?" le pregunta a Tate.
Las manos de Tate agarran con más fuerza. "No tenía ninguno", responde, y puedo escuchar el
arrepentimiento en su tono. “Lo siento”, agrega, si a Mitch oa mí, no lo sé.
Mitch abre el grifo en un vaso y luego me lo pasa. Lo trago y él vuelve a llenarlo.
“Llévala a la cama”, ordena Mitch mientras se dirige a la sala de estar. Tate puede sentir que estoy a
punto de estallar en carcajadas, así que me tapa la boca con la mano para sofocar el sonido. Cuando
pasa la ola, vuelve a poner su mano en mi hombro y me acompaña escaleras arriba hasta su habitación.
Mi habitacion.
Nuestra habitación.
Una vez que crucé el umbral, me doy cuenta de que ya no tengo las cálidas palmas de Tate cubriendo
mis hombros, así que me doy la vuelta y veo que está agarrando la parte superior del marco de la puerta,
con la cabeza gacha y el pecho agitado. Su cabello ha caído por toda su cara y los tendones de sus
gruesas muñecas se están flexionando.
La habitación está excesivamente oscura, iluminada solo por el tenue brillo de las farolas de afuera, y
la lluvia golpea rápidamente contra los cristales. Obviamente, el ambiente es bastante angustioso para
Tate porque está respirando lo suficientemente fuerte como para que yo lo escuche desde el otro lado del
ático.
"¿Estás esperando una invitación?" —pregunto, todavía en ese estado mental de
ninfómana poseída que se apoderó de mí en el auto. "Entra aquí ahora, vampiro".
Tate levanta la cabeza y veo una expresión de dolor en su frente.
Abro el cajón de la mesita de noche y saco mi paño de limpieza para poder limpiar las
manchas de lluvia de mis lentes, ignorando la desesperación que puedo sentir irradiando del
cuerpo de Tate. Cuando mis anteojos están limpios tiro el trapo en el cajón y me dirijo a la
puerta.
“Entra o sal”, exijo, a solo pulgadas de distancia de los planos duros de su pecho expansivo.
“¿Bebiste alcohol esta noche, River? ¿O crees que fuiste
¿claveteado? Si estás bajo la influencia, no puedo entrar aquí contigo.
Eso es muy amable de su parte. Agarro el suave algodón de su camisa y tiro de él dentro
de todos modos.
“Río, lo digo en serio. No estoy haciendo nada para lo que no estés completamente...
lúcido.
Me muevo a su alrededor para cerrar la puerta y girar la pequeña cerradura, antes de
empezar a quitarme los pantalones. Están tan salpicados por la lluvia que se me pegan a la
piel. Me los quito, los empuño y luego los lanzo al otro lado de la habitación como un
lanzamiento de peso. Slam dunk.
Cuando miro a Tate de nuevo, su mirada se ha endurecido y su mandíbula está apretada.
lo cual es inesperado pero también excitante. Comienzo a desabrocharme la camisa.
Tate agarra mis manos, deteniendo mi progreso, y me fija con una mirada inflexible.
“¿Por qué sigues diciendo que arruiné todo para nosotros? Cómo puedes decir eso?
Habría hecho cualquier cosa por ti. El timbre de su voz está enviando ondas de choque hasta
mi útero. Descanso mi cabeza contra la puerta y mi cuerpo late mientras miro las
profundidades oscuras de sus ojos brillantes.
Quiero sentirlo, solo una vez, y luego puedo dejarlo ir. Lo que sucedió fue hace tanto
tiempo, y él era tan joven, que casi parece insignificante ahora, pero aún es lo suficientemente
malo como para hacerme saber que nunca podré volver a confiar plenamente en él.
Pero quiero una noche para darme el gusto antes de dejarlo fuera para siempre.
Además, ¿por qué solo los hombres pueden ser casuales con el sexo o utilizarlo como
medio de venganza? Por la mirada en el rostro de Tate en este momento creo que el
La idea de nuestros cuerpos unidos lo torturará por el resto de su vida y no se merece menos.
Muevo las muñecas para que las suelte y luego paso la mano por su manga hasta el bulto de
su bíceps tatuado. Instintivamente envuelve mi espalda baja en la cálida presión de sus antebrazos,
y apoya su frente contra la mía, haciéndome cosquillas en la cara con su cabello suave, negro
como la tinta en la oscuridad de la habitación.
"Quiero empezar de nuevo", susurra, sus duros pectorales agitados con cada inhalación
constante.
Meto los dedos en su pelo y tiro de él con fuerza. "No me importa", susurro de vuelta.
Inclina su rostro hacia atrás y me mira, mi cabeza queda debajo de su barbilla. Es un ángulo
tan dominante que mi estómago da un vuelco, y le doy una pequeña sonrisa de por favor no me
lastimes , aunque supongo que es demasiado tarde para eso realmente.
"Te importa." Su voz es baja y regañona. Presiono mis caderas contra las suyas y él se mueve
agitadamente.
Definitivamente le importa.
“Lo superé hace mucho tiempo”, respondo, indiferente, aunque me siento un poco mareado.
Pero me merezco un regalo de despedida antes de ir a la universidad, eso es todo. Sus manos se
extienden por mi espalda baja, avanzando poco a poco hacia abajo, y mis pensamientos hacen un
cortocircuito.
Justo cuando sus dedos se clavan en las curvas redondas de mi trasero, lo empujo lejos de mí.
Tropieza hacia atrás y traga saliva.
Necesito agua digo con naturalidad.
Se pasa la mano por el pelo, respirando entrecortadamente, y luego asiente hacia el suelo. —
Te traeré eso —exhala, y luego me rodea con cuidado y sale por la puerta.
Tan pronto como se va me tiro en la cama, gimiendo. Porque el infierno
esta actuando asi? Y, lo que es más importante, ¿por qué diablos soy yo?
Pienso en el baile de Halloween y tal vez Tate tenga razón, tal vez estaba drogado, pero un
pequeño trago de licor en mi sistema no es el único catalizador de estos sentimientos. Han estado
supurando desde el momento en que lo volví a ver, tan pronto como puse un pie en esta habitación,
tan pronto como comencé a dormir en sus sábanas.
Me quito el uniforme, dejando solo mi chaleco térmico, y me pongo los pantalones cortos de
pijama. ¿Qué demonios es lo que me pasa?
Cuando Tate regresa a la habitación, cierra la puerta en silencio detrás de él y me
ofrece el vaso de agua. Voy a tomarlo pero luego lo levanta fuera de mi alcance.
“Quiero una tregua”, exige. Está usando su voz baja y autoritaria que te gustaría
confesar que corre como un trago de whisky por mi ombligo.
—Eres un idiota —contesto, pero luego chillo porque siento algo helado contra mi
pierna. Echó una gota de agua sobre mí y, cuando observo bien el vaso que tiene en las
manos, está lleno de cubitos de hielo congelados.
"Tregua", dice de nuevo, con expresión inquebrantable.
Estrecho mis ojos en él. "Solo si me das lo que quiero a cambio".
Sus cejas se pellizcan por la sorpresa, pero rápidamente se las quita de encima. “No
querrás eso cuando estés sobrio”, responde. Luego cede, pasándome el agua y
haciéndome sentir un poco engreída.
Cuando va a salir de la habitación, le pregunto en voz baja: "Pero, ¿y si lo hago?"
El cuerpo de Tate se queda quieto, la gran extensión de su espalda frente a mí por
unos momentos, y cuando se da la vuelta puedo ver que la necesidad animal salvaje ha
sofocado todo pensamiento moral y racional. Su cuerpo palpita con el deseo de saciarse,
y estoy dedicado a ayudarlo en su difícil situación.
Me siento sobre mis rodillas para estar más cerca de él, y él sella el espacio entre
nosotros con un solo paso. Envuelve sus brazos alrededor de mi cintura y tira de mí hacia
el borde de la cama para que nuestros torsos queden al ras uno contra el otro. Tomo su
mandíbula en mi mano y él se inclina hacia mi toque, solo inclinándose para poder besar
la base de mi pulgar. Paso mi otra mano por sus abdominales hasta que me encuentro
con su crucifijo, y lo agarro en mi puño, haciendo que suelte una respiración profunda y
tensa.
“¿Harás eso por mí, cuando esté sobrio?” susurro, eufórica al darme cuenta de que,
por alguna razón desconocida, llámese su conciencia, Tate hará todo lo que pueda para
enmendarse. Agarro el colgante un poco más fuerte. Gracias Dios.
Él asiente con la cabeza, agachando la cabeza para que nuestros rostros estén en una posición más igualitaria.
altura y sus dedos sosteniéndome firmemente en su lugar.
Pienso por un momento. “¿Y me dirás qué dice tu tatuaje?” Pregunto, porque por qué
no.
"Juan 7:38", murmura inmediatamente mientras entrelaza sus dedos a través de la
cinta roja en la parte delantera de mis pantalones cortos de pijama. Su respiración es tan
dificultosa que prácticamente jadea.
"Gracias", le digo, haciendo una nota mental para comprobarlo más tarde. Lo observo
pellizcar la cinta entre sus dedos y luego tira de ella bruscamente. Hago un pequeño sonido
de temblor y los ojos de Tate parpadean hacia arriba. Su mano deja mis pantalones cortos y
se mueve alrededor de la parte de atrás de mi cuello, sujetándolo como si estuviera tratando
de sacarme más ruidos. Funciona, e inmediatamente todo su cuerpo zumba.
—Un beso —susurra, y sus ojos pasan de mis labios a mi garganta. Baja la boca de modo
que se cierne sobre mi punto de pulso y murmura: "Justo aquí".
Una vez que doy mi pequeño asentimiento de confirmación, aplasta sus labios contra mi
cuello.
Lame mi piel, gimiendo por el sabor, y luego lo succiona con avidez en su boca. Una de
sus manos desciende por mi espalda, y cuando llega a mi trasero amasa la carne
desesperadamente. Su otra mano sube hacia arriba hasta llegar a mi pecho, al principio
trazando suavemente alrededor de las curvas y pendientes, pero luego gradualmente
presionando con más fuerza hasta que me palmea con frenesí. Encierro mis manos en su
cabello, sosteniéndolo contra mí mientras mueve mi cuerpo hasta convertirlo en un desastre.
De repente, me empujan hacia atrás y me hundo contra el grueso edredón, la necesidad
me atraviesa mientras miro a Tate que se eleva sobre mí. Acomoda mis muñecas contra la
cama, acariciando la piel suave con los pulgares, y luego coloca su ingle entre mis caderas.
Mi cuerpo late con más fuerza que la tormenta de afuera cuando hunde sus dientes en mi
cuello, los músculos tensos de su espalda giran sin esfuerzo mientras se muele contra mí, y
su corta barba afilada roza mi piel sensibilizada.
Me estoy ahogando en el placer de mi entrega voluntaria hasta que escucho un gruñido.
gritó: "Realmente eres un pedazo de mierda".
Jadeo y me sobresalto, al principio pensando que las palabras vinieron de Tate, pero en
un segundo Mitch está sacando a su hijo de mi cuerpo y estrellándolo contra el tocador.
Mierda. Miro rápidamente hacia la puerta para ver si está mi mamá, pero por suerte no
hay luces encendidas y creo que Mitch está aquí solo. Cierro las piernas y trato de
equilibrarme sobre los codos.
"¿Me estás tomando el pelo?" Mitch gruñe, sus ojos clavados en Tate. “¿Esta chica odia
tus entrañas, y la única vez que tiene licor en su sistema te encuentro inmovilizándola en su
cama y calentando tu pene entre sus muslos?
¡ Explica esto, ahora! Las palabras están siendo escupidas a través de los dientes apretados,
pero su voz es lo suficientemente baja como para darme cuenta de que no tiene intención de
que mi madre se entere de esto.
Tate se frota la cabeza y mira hacia el suelo. “No es así”, responde.
“Estoy saliendo con su madre, Tate, y si su madre descubre lo que intentas hacer,
literalmente te matará. Y luego tendré que romper con ella, porque no puedo tener una
relación con la mujer que asesinó a mi hijo”.
Mitch se pasa la mano por la cara y se da la vuelta, pero tan pronto como
recuerda que todavía estoy aquí, gira de vuelta.
“Ella no va a estar aquí”. Mitch me señala con el pulgar por encima del hombro. “Ella va a
ir a la universidad, y tú lo sabes”.
Tate cuadra los hombros, se para en una locura de seis pies y cuatro, y se hace un partido
parejo contra Mitch. Me siento mal y culpable al darme cuenta de lo atractivos que se ven los
dos en este momento, así que me retuerzo en la cama avergonzada.
“Ni siquiera sabemos que ella quiere eso”, responde Tate, cruzando los brazos sobre el
pecho.
Silenciosamente tomo un sorbo de mi agua helada.
Mitch hace una especie de risa sin gracia. “No importa lo que ella quiera.
No importa lo que tú quieras, y no importa lo que yo quiera. Si su mamá quiere que lo haga,
lo hará. Tiene a ese niño encadenado.
Me muevo incómodamente porque no me gusta el hecho de que Mitch parece sentir lo
reprimida que ha sido mi vida. Las chicas nerds introvertidas no nacen así. Si no fuera por
todos los momentos robados que tuve con Tate cuando era más joven, realmente no tendría
ningún recuerdo de la infancia .
Tate aprieta la mandíbula. “Con la universidad o sin ella, puedo hacer que funcione. puedo
hacer larga distancia.”
¿Esperar lo?
Mitch se inclina hacia adelante como si estuviera a punto de arrancarse los sesos. "¡Tate!"
sisea con incredulidad. “¡A la chica ni siquiera le gustas , hombre! ¡Te rompió el corazón y lo
va a volver a hacer ! ¿Cuándo aprenderás?
Espera, ¿QUÉ?
—Vaya, vaya, vaya —digo, pero cuando trato de ponerme de pie siento que voy a vomitar
un poco y me doy cuenta de que no cené esta noche. Ambos se giran para mirarme, así que
trago y trato de humedecer mi boca. —Eso no fue lo que pasó, Mitch —digo—. Me quito las
gafas para difuminar su cara caliente y enfadada.
“Y tienes razón sobre mi mamá, no tengo nada que decir. Pero tengo casi dieciocho años y...
lo que sea que estábamos haciendo aquí, mi mamá no necesita saberlo.
Lo que sea que acabo de decir definitivamente fue algo incorrecto. mitch es asi
furioso porque cuando se vuelve hacia Tate está prácticamente radiante.
“¿Me estás diciendo”, gruñe lentamente, “que mi hijo de casi diecinueve años estaba
a punto de entablar relaciones sexuales con una chica de secundaria y, para colmo, ella
aún no ha cumplido los dieciocho? ”
Wow, realmente dije algo incorrecto.
La habitación está tan silenciosa que vibra. Ambos sabemos lo que Mitch está
insinuando.
"Esto no puede volver a suceder", dice Mitch en un tono final . "No quiero atrapar a
ninguno de ustedes intentando esto porque habrá consecuencias, y no estoy hablando de
mí".
Mitch me lanza una mirada angustiada y se pasa la mano por el pelo. Después
palmea a Tate en el hombro y asiente para que salga de la habitación.
Antes de irse, los ojos de Tate se encuentran con los míos y hay una llama oscura
parpadeando debajo de la superficie. Está pensando en dónde han estado sus manos,
trabajando, apretando, frotando, presionando. Está pensando en mi suavidad extendida
ante él, lista y dispuesta a tomar su toque.
Mitch le da un codazo, irritado, pero veo todo lo que necesito saber.
Tate agarra su cinturón con una mano y su crucifijo con la otra.
Tate es mi penitente y está listo para confesar.
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capitulo 16
Hace tres años
Después de la campana final del viernes, me encojo de hombros con mi
impermeable, me levanto la capucha para salvarme del aguacero torrencial y camino
a toda velocidad hacia la parada de autobús justo afuera de los terrenos de la escuela
para esperar a Tate. Me alegro de que quisiera pasar el rato después de la escuela en
lugar de un fin de semana, porque de esta manera será más fácil mentirle a mi mamá
sobre mi paradero. Si íbamos a ir a algún lugar un sábado, habría tenido que inventar
una historia sobre pasar el rato con Kit, lo que, sin duda, probablemente sería sólido
ya que mi madre no tiene el número de teléfono de la casa de Kit, pero de esta manera es más fácil.
Puedo decir que me quedé en la biblioteca o que estaba ayudando con el comité de
Homecoming. Excusas de libros de texto. Pan comido.
Cuando aparece la parada de autobús, veo que Tate ya está allí. Un par de sus
amigos están merodeando a su alrededor bajo el refugio, pero cuando me ve, se abre
paso entre el grupo y se pasea hacia mí, con las palmas de las manos extendidas y
una sonrisa que deja caer las bragas. Ni siquiera tengo tiempo para preocuparme por
las porristas y los chicos de fútbol que nos miran con incredulidad porque, tan pronto
como estoy a un metro de él, Tate me agarra por la cintura y presiona sus labios contra
los míos. Está empapado al instante por la lluvia, pero permanece completamente
imperturbable. Me lleva de espaldas al costado del refugio para que nadie pueda
mirarnos, y mis ojos se cierran cuando envuelve su antebrazo alrededor de mi espalda
debajo de mi chaqueta y mi blazer, apretando mi cuerpo lo más cerca posible del suyo.
No hemos salido ni hablado en un par de días, así que está dejando bastante claro que
me ha estado extrañando. Mis mejillas se calientan por lo mucho que su cuerpo está
demostrando que me ha estado extrañando.
Como si pudiera leer mis pensamientos, Tate aleja sus caderas de mí y murmura
un "lo siento" antes de mover su boca hacia la mía y luego besa mi cuello.
"Estoy tan contento de que estés aquí", murmura y luego levanta la cabeza para
poder mirarme a los ojos. Esta es la segunda vez que me besan, así que he perdido
casi todo el sentido de mi cerebro en los últimos veinte segundos. Solo lo miro, asiento
y trato de calmar mi respiración. “Quiéreme
decirte adónde vamos, ¿o quieres una sorpresa? pregunta, pasando sus pulgares
arriba y abajo de mi garganta. Si sigue haciendo eso, me olvidaré por completo de
cómo hablar.
"Una sorpresa", le digo sin aliento, y él me da una sonrisa deslumbrante.
"Una sorpresa", coincide, y luego envuelve mi mano en la suya para que pueda
llevarnos de vuelta al interior de la marquesina. Tate comienza a hablar con sus amigos
de nuevo, totalmente tranquilo, pero puedo sentir que algunas de las chicas me miran
como si fuera un extraterrestre. Miro a uno de ellos desde debajo de mi capucha y ella
se sobresalta, sorprendida de haber sido atrapada en el acto. Sigo mirándola hasta que
ella mira hacia otro lado incómoda, su expresión irritada y avergonzada.
Cuando llega el autobús, solo Tate y yo nos subimos, probablemente porque este
se dirige a las afueras de la ciudad en lugar de a los suburbios residenciales. Saca su
tarjeta de sus pantalones y me dice que vaya y me siente en la parte de atrás para que
pueda informar al conductor de nuestra parada sin que yo lo escuche. ¿ La espalda?
Dios, Tate Coleson realmente es un tipo popular de principio a fin.
Me dirijo a la zona de asientos en la parte de atrás y, cuando me siento, Tate ya
está casi a mi lado. Se sacude el agua del cabello, se desliza en el asiento junto al mío
y luego me besa de nuevo, esta vez con más fervor. El autobús está vacío y no hay
nadie para alcanzarnos, así que mueve su mano a mi cadera y me empuja para que
esté más cerca de él. Mientras el autobús se aleja de la parada, Tate levanta sus labios
de los míos y sus ojos recorren mi cuerpo. Cuando llegan a mis piernas, asomando por
debajo del dobladillo de mi falda en medias delgadas empapadas por la lluvia, pasa su
mano sobre mi rodilla hasta que está agarrando firmemente la parte inferior sensible.
La vista de su gran mano bronceada rodeándome tan fácilmente hace que mi respiración
se atraviese en mi garganta.
"Van a ser unos veinte minutos", dice, envolviendo su otro brazo alrededor de mis
hombros para que mi cabeza descanse contra su pecho. "Puedes dormir la siesta si
quieres".
Casi me río porque ¿cuántos años cree que tengo? ¿Cinco? Pero luego me doy
cuenta de que, en realidad, fue hace menos de una década que literalmente tenía cinco
años, y como la escuela me estaba cansando, lo mejor que podía hacer en este
momento sería refrescarme con una siesta. Me acurruco con más fuerza contra su
torso y él hace un ruido bajo de satisfacción cuando cierro los ojos.
Me da un pequeño apretón en el muslo cuando llegamos a nuestra parada. Abro los
ojos adormilada mientras él entrelaza nuestros dedos y comienza a caminar con
nosotros por el pasillo central del autobús. Mirándolo, me siento como si hubiera muerto.
y se ha ido al cielo. Imagina despertarte con Tate Coleson todas las mañanas.
Mis piernas tiemblan ante la idea.
Una vez que estamos completamente fuera del autobús, me doy cuenta de que
literalmente me ha llevado a la parte trasera de Bumfuck, Nowhere. Ni siquiera hay una
acera al lado del cartel del autobús. En cambio, el camino está encerrado por una alcoba
arqueada de árboles de hoja perenne, el agua de lluvia se filtra pesadamente a través de
los escasos espacios en el dosel y un golpeteo constante golpea contra las hojas sobre nosotros.
Hay un pequeño letrero de ubicación justo detrás de nosotros, pero el agarre de Tate en
mi mano no se afloja lo suficiente como para poder inclinarme y leerlo. Él me mira antes
de intentar caminar a través del denso bosque que aparentemente bordea el camino fuera
de la ciudad, su expresión es cautelosa.
"Estamos a sólo un minuto de distancia, lo prometo", dice, probablemente sintiendo mi
inquietud. Mantengo mi rostro impasible pero no lo convence en lo más mínimo. Me aparta
del borde de la carretera, de modo que ambos estamos protegidos detrás de uno de los
árboles que bordean, y frota suavemente sus pulgares en mi mandíbula.
Mi cuerpo traidoramente se derrite un poco, así que realmente espero que no sea un
asesino en serie. Se inclina y presiona sus labios castamente contra los míos, para tratar
de aliviarme. El calor de su boca se filtra en mí y me estremezco de placer ante la
sensación, sin importarme las gotas de lluvia que caen sobre mi frente y mis mejillas
expuestas. Se aparta y dice: “Desearía que el clima fuera mejor, pero creo que aún así te
gustará. Es mi lugar favorito.
La vulnerabilidad en su voz capta mi interés, pero se da la vuelta y comienza a guiarnos
a través de los árboles de nuevo antes de que tenga la oportunidad de estudiarlo.
¿Me llevará a su lugar favorito? Mi pequeño ego se estremece de placer.
Solo toma otros veinte segundos para que el lugar aparezca a la vista y jadeo cuando
lo veo. ¿Cómo he vivido aquí para siempre y nunca supe de este lugar?
Al escucharme, Tate gira la cabeza y me da una pequeña sonrisa. "¿Te gusta?" él pide.
me encanta _ En todo caso, la avalancha de lluvia lo hace aún más atmosférico. A
medida que la espesura de los árboles se vuelve más escasa, entramos en un claro aislado
de grava, que rodea un lago gigantesco. Su suave superficie plateada está siendo
acribillada por ráfagas de lluvia y está creando un trueno de bofetadas ensordecedoras,
armonizado por el ruido sordo de los perdigones que golpean las hojas esmeralda que nos rodean.
Lo miro, sus dientes se hunden en su labio inferior mientras me mira con nerviosismo, y
le devuelvo su tímida sonrisa anterior. "Esto es tan asombroso", digo, todavía
brillando con el hecho de que Tate Coleson me invitó a su lugar sagrado secreto.
“¿Dónde estamos? Tenemos, como, todo el lugar para nosotros solos.
Sus ojos recorren mi cuerpo mientras me atrae hacia su pecho y toma una larga
y profunda inhalación, como si estuviera respirando mi olor. “Silver Lake”, murmura,
sus manos frotando arriba y abajo de mis brazos. Y me alegro de que te guste.
Cuando levanta sus ojos hacia los míos, están peligrosamente brillantes.
Nos hace caminar hacia atrás para que permanezcamos bajo el dosel protector
de hojas y luego se quita la chaqueta y la extiende entre el rincón de un árbol,
creando una especie de trono de bosque. De alguna manera se las arregla para
hundirnos a los dos en el suelo, conmigo sentada en su chaqueta y él arrodillado
entre mis piernas, sus musculosos muslos separados de una manera que me hace
sonrojar. Se agacha para que su cabeza esté a la altura de la mía, y luego toma
mis labios entre los suyos mientras se estabiliza, agarrándose a mis caderas.
Mueve sus manos para poder bajar la cremallera de mi chaqueta y, una vez
abierta, las coloca suavemente en mi cintura. He leído muchos libros de romance,
así que sé que probablemente esté a punto de tocarme el pecho, y estoy medio
tentada de disculparme por adelantado porque realmente no hay nada para él allí,
pero me toma por sorpresa cuando arrastra los dedos. a la mitad inferior de mi
camisa, y suavemente extiende su palma sobre mi estómago tembloroso. Mis
rodillas chocan contra los costados de su amplia caja torácica y envía una descarga
eléctrica a través de ambos cuerpos. Se aleja, su respiración completamente fuera
de control mientras cae de nuevo sobre sus patas traseras.
La forma en que está sentado me da la vista más explícita de lo que hay entre sus
muslos y no creo que haya estado tan roja en mi vida.
Ni siquiera ha usado la lengua, aunque dijo que quería hacerlo cuando estuvimos
en su habitación el otro día, pero puedo ver que ya se ha puesto rígido bajo la tela
de sus pantalones.
Se da cuenta de lo que estoy mirando e instantáneamente cambia de posición,
se pone de pie y luego se sienta a mi lado. Estoy medio sorprendida de que no me
saque el ojo cuando se agacha a mi lado antes de estirar sus largas piernas. Su
padre debe ser un gigante si así es como se ve Tate antes de cumplir dieciséis
años.
Nos sentamos en silencio durante un minuto mientras tratamos de que nuestra
respiración vuelva a la normalidad, y Tate apoya la cabeza contra el tronco del
árbol, su nuez de Adán sube y baja por su cuello mientras traga. Su piel de
caramelo se ve aún más bronceada bajo la sombra de las hojas y es tan hermosa que no
quiere apartar la mirada de él. Doblo las manos sobre el lugar donde me tocó en el estómago y él
inclina la cabeza hacia un lado para poder mirarme.
"¿Qué pasa con la cosa de la barriga?" Pregunto, un poco audazmente, pero soy demasiado curioso.
por no mencionarlo.
Sus ojos parpadean hasta los míos, pero los vuelve a bajar a mi estómago, un suave rubor
aparece y tiñe sus pómulos. “Uh…” se frota una de sus manos en la parte de atrás de su cuello,
como si estuviera avergonzado o nervioso y no estuviera seguro de decírmelo. “Yo solo… porque
es donde…” Exhala una exhalación temblorosa y se mueve un poco, bajando su mano de nuevo.
“No en este momento, por supuesto, porque ambos somos jóvenes y todo eso, pero… cuando
seamos mayores…”
Inclino mi cabeza para poder mirarlo a los ojos y él pasa su mano
por su rostro, gimiendo un poco.
"Es solo... es donde harás bebés, eso es todo", termina, y mis cejas se disparan hasta la línea
de mi cabello. Lo que sea que esperaba que dijera, no era eso. ¿Tate quiere bebés? ¿Por qué
nunca he pensado en los niños como si quisieran tener hijos? Honestamente, nunca he pensado
realmente en los bebés, pero la idea de que Tate Coleson piense en... hacerlos ... me deja sin
aliento.
—Está bien —digo temblorosamente y él se ríe, dejando caer su cabeza entre sus manos.
“Lo siento, eso es tan raro. No quise asustarte —dice, sentándose derecho de nuevo para
poder evaluar tentativamente mi reacción. Nuestras miradas se cruzan y ambos nos reímos,
ignorando la fuerte corriente de emoción que zumba entre nosotros con el conocimiento de que él
quiere tener un bebé, y en gran medida insinuó que quiere tenerlo conmigo.
Buscando una distracción, noto algo al otro lado de la orilla, así que pregunto: "¿Qué es eso?"
apuntando a la estructura de madera al este del lago, la madera dorada se volvió de un color más
profundo, casi caoba bajo su manto de lluvia.
“Creo que es” Tate hace una pausa por un momento y traga saliva. Su voz se ha vuelto tan
profunda que siento que reverbera dentro de mí. Se pasa la mano por el cabello, las gotas de agua
caen en cascada por su mandíbula y cuello definidos, y lo intenta de nuevo. “Creo que es un viejo
chalet o un bungalow, pero ha estado abandonado por mucho tiempo. Súper pintoresco y
tradicional.” El piensa por un momento. “Apuesto a que mi papá y yo sabríamos cómo arreglarlo
muy bien”.
Lo miro a la cara con sorpresa porque estoy bastante seguro de que esta es la primera vez
que Tate menciona a su padre. Mueve su mano hacia la mía y entrelaza nuestros dedos como si
pudiera sentir lo que estoy pensando.
“Mi papá recientemente se mudó de regreso a la ciudad... y tengo la esperanza de que
mi mamá me deje ir a vivir con él, una vez que tenga su negocio listo y funcionando de
nuevo. Quiero empezar a trabajar con él lo antes posible”, dice. Sus ojos se posan en mi
boca, pero rápidamente aparta la mirada y trata de proteger la gran hinchazón entre sus
muslos con su rígido puño. “Él te amaría, solo para que lo sepas”, agrega, con los ojos
aún mirando hacia el pequeño chalet de madera.
Miro nuestros dedos conectados y pregunto: “¿Te trajo aquí? Es
¿Así es como encontraste este lugar?
Él asiente, sonriendo, y un rubor carmesí se extiende delicadamente por sus pómulos.
"Sí, voy a sonar como una toallita húmeda, pero supongo que es algo especial para mí,
por eso", responde, riendo mientras se sacude más lluvia de su cabello. Tate Coleson está
tan cortado que está en el límite de Sasquatch, por lo que el hecho de que no tenga miedo
de admitir sus emociones enciende una bandada de luciérnagas en mi vientre, y hace que
me guste aún más. No he traído a nadie aquí, nunca. Madden no. Y especialmente no
Huddy, a pesar de que nosotros…”, suspira y mueve los hombros, los huesos grandes
hacen sonidos de crujidos intimidantes. “Compartimos todo”, finaliza.
Se me cae un poco el estómago, pero no digo nada. Al menos Tate parece estar tan
incómodo con Hudson como yo, pero luego tengo que preguntarme, ¿por qué diablos
sigue siendo su amigo?
Acaricio mi pulgar a lo largo de su dedo índice, cayendo rítmicamente en las depresiones
alrededor de sus grandes nudillos, y su atención inmediatamente regresa a mí. Evito su
mirada hasta que llego a la punta de su dedo y luego lo miro por debajo de mis pestañas.
Los ojos de cierva parecen accionar un interruptor en su cerebro porque se encorva a mi
alrededor de nuevo, ensartando los dedos de su mano libre en mi cabello.
"Quería traerte aquí para poder preguntarte algo", dice, acercando mi rostro al suyo. "Y
no tienes que decir que sí... o, si ya tenías planes..." Se calla por un momento, sus ojos
miran profundamente a los míos, como si estuviera tratando de leer mi mente antes de
seguir adelante con el resto. de su sentencia. Se prepara, y yo me preparo en secreto , y
luego, con una inhalación profunda y con los hombros levantados, me pregunta: "River,
¿irás a Homecoming conmigo?"
Mi boca se abre en una pequeña o, porque esta es la segunda vez en los últimos cinco
minutos que me ha noqueado por completo por seis. Mis ojos
se ensancha y me observa atentamente, como si estuviera esperando tensamente mi
respuesta.
Nunca en mi vida esperé que alguien me pidiera ir a Homecoming, y mucho menos Tate
Coleson. Estoy temblando, pero de ninguna manera voy a dejar pasar este momento.
"Tate", susurro, parpadeando a través de mi sorpresa para poder dar
él mi pequeña sonrisa emocionada. “Claro que sí, me encantaría.”
Todo su rostro estalla en la sonrisa más hermosa que he visto en mi vida, con dos pliegues
gemelos que se asientan profundamente en la piel color caramelo de sus mejillas. Se agacha
para poder besarme de nuevo y estoy casi inconsciente por la ola de testosterona que me
inunda. Tal vez sea la lluvia, pero el aire que nos rodea parece estar aún más cargado de lo
normal, pesado con la humedad del lago y nuestras hormonas embriagadoras.
Nuestras manos entrelazadas caen en mi regazo y dejo escapar un grito ahogado que
hace que su pecho estire el algodón de su camisa. Muevo mi otra mano a su cuello, tirando
de él hacia mí, y sus ojos brillan.
"Solo querría ir contigo", admito sin aliento, y sus labios chocan contra los míos.
Los dedos que había entrelazado a través de mi cabello se mueven hacia mi cuello para
poder agarrarme con firmeza, y luego su pulgar comienza a moverse hacia arriba y hacia
abajo por la columna de mi garganta.
“No puedo esperar a verte con tu vestido de Homecoming,” susurra roncamente contra mi
boca, antes de tomar mi labio inferior suavemente entre sus dientes. Hago un pequeño sonido
y se abre un estruendo profundo desde el interior de su pecho. Deja caer su mano de mi
cuello, extendiéndola protectoramente por mi barriga, y justo cuando comienza a presionar
con firmeza, desliza su lengua dentro de mi boca.
"Tate" , exclamo en voz baja, y empuja su palma contra mi estómago.
con más presión, sus dedos se flexionan mientras se aferran a mi suavidad.
Se aleja solo para poder preguntar: "¿Puedo seguir?" y yo asiento con ardor, su cabello
acaricia suavemente mi frente mientras me inclino hacia atrás para mirarlo.
Nos vuelve a juntar y lentamente desliza su lengua hasta el fondo, su gruñido bajo golpea
la parte posterior de mi garganta mientras reclama mi boca por completo. Me muevo en su
chaqueta porque tengo un incendio en mis partes íntimas y, por los fuertes sonidos de sus
fuertes inhalaciones, Tate puede decirlo. Desliza su lengua en un movimiento exuberante e
interminable antes de empujarla hacia atrás incluso
más profundo que antes. Está húmedo y cálido y tan grande por todas partes que mi
cuerpo se está debilitando debajo de él.
Se da cuenta y se aparta, sus deslumbrantes ojos me miran con urgencia. La mano en
mi vientre se mueve hasta mi mandíbula.
“Joder”, murmura, “lo siento, me detendré, eso fue demasiado, ¿no?
Lo siento, quédate conmigo bebé.”
Me llevo la mano a la cara y me río mientras sus dedos intentan convencerme de que
recupere la plena conciencia, mi cabeza tiembla de vergüenza. "Yo soy el arrepentido"
digo, y luego, tratando de ser alegre, agrego, "si estoy al borde del desmayo por un beso,
imagina cómo estaré cuando" pero Tate mueve su mano hacia mi boca, presionando su
palma contra mi boca. mis labios e impidiéndome terminar mi oración.
Traga saliva y luego lleva mis ojos a su entrepierna. No sé exactamente cómo funciona
con los chicos, pero creo que Tate de alguna manera ha crecido aún más de lo que era
hace unos minutos, la larga duración de su excitación sobresale aún más obviamente
ahora contra la lamentable tela de sus pantalones.
“Creo que sería mejor si no terminas esa oración”, dice, con una voz dolorosamente
tranquila. Se da cuenta de mi expresión de asombro, llena de lujuria y aterrorizada, y luego
agrega un tenso "Por favor".
Asiento con la cabeza, mis labios rozan su palma y él la aparta para poder acceder a
mi boca de nuevo. Me da una multitud de besos lentos y delicados y luego me ayuda a
ponerme de pie, llevándome bajo la curva de un bíceps, nuestras manos aún entrelazadas.
Recoge su chaqueta y, sin siquiera quitarle el polvo, se la encoge a medias sobre su otro
brazo antes de que comencemos a caminar en silencio por la costa y hacia la espesa
vegetación.
Tate no suelta mi mano durante todo el camino a casa.
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capitulo 17
Regalo
Kit y yo logramos enviar nuestras solicitudes para la universidad incluso antes de
que llegara el Día de Acción de Gracias, para el deleite de mi madre y los ojos
observadores de Mitch. No estoy seguro de qué es lo que más le teme, pero ahora soy
lo opuesto a estar conectado a tierra, y él me quiere tan socialmente activa como sea
posible. Esto es una especie de desafío para un nerd asmático e introvertido, pero por el
bien de él, no le cuente a mi madre sobre mi sórdida agenda con Tate, estoy retrasando
mi parte del trato.
Me quedo en la biblioteca hasta que terminan las prácticas deportivas extraescolares
y luego voy a la piscina del pueblo, a relajarme en el agua durante una hora. Es un
natatorio poco iluminado e infrautilizado que alberga principalmente aeróbicos acuáticos
para personas mayores, por lo que se adapta perfectamente a mis propósitos de
mantener un perfil bajo. Me encojo de hombros, me pongo el traje de baño y, tomando
el lado del agua que no usan los jubilados, vadeo los arroyos sin prisas.
No soy el nadador más fuerte, probablemente porque no tengo la mejor capacidad
pulmonar, pero me encanta estar en el agua. Se necesita concentración y precisión para
mantenerme a flote, y ayuda a despejar mi mente cuando quiero deshacerme de mis
pensamientos pecaminosos que se arrastran.
Después de nadar, voy al baño con todas las ancianas y me lavo el cabello con cloro
en mi cabina pequeña, usando diez toneladas de acondicionador para tratar de salvar
mis rizos. Sin las distracciones que tuve mientras controlaba mi remo en el agua, mi
mente vaga por caminos oscuros y peligrosos mientras estoy bajo los arroyos. Pienso en
esa noche hace unas semanas con Tate y Mitch en el ático, y todas las cosas confusas
que dijeron. Tenían razón en muchas cosas, pero también estaban equivocados en
algunas partes.
Mitch le ha prohibido a Tate subir las escaleras y apenas lo he visto porque pasa
tanto tiempo en la biblioteca, haciendo tareas y terminando mis solicitudes después de
la escuela. No hemos hablado desde esa noche y puedo decir que se lo está comiendo
vivo. Estoy disfrutando sádicamente sosteniendo todas las cartas, así que cuando lo veo
afuera en el garaje con su
andar en bicicleta o dando vueltas por la cocina de Mitch, hago un silbido decidido y me alejo
del área.
Me seco el cabello con una toalla lo mejor que puedo, me pongo el abrigo y la capucha, y
luego camino desde la plaza del pueblo de regreso a la casa de Mitch. Hace tanto frío que me
quita el aliento, especialmente con el cabello y la piel húmedos, así que cuando llego a casa mis
mejillas están rojas y casi jadeo por el fuerte frío de noviembre. Mis pulmones están muriendo
oficialmente por mi inhalador.
Cuando abro la puerta, veo a mi madre, Mitch y Tate sentados en la habitación del fondo, lo
cual es extraño porque estoy bastante seguro de que nunca antes habían hecho eso, y aún más
extraño porque es casi de noche, así que Por lo general, Tate ya no está.
Le doy un pequeño saludo a mi mamá, quien hace una evaluación poco convencida de mi
atuendo de gabardina, gorro de invierno y zapatos toscos para la escuela antes de volverme
hacia Mitch, así que después de eso empiezo a subir las escaleras.
Ay. Es solo mi uniforme, ¿por qué tiene que ser tan implacable?
Salgo de mis pensamientos cuando siento que un par de brazos me agarran por la cintura y
me levantan, llevándome rápidamente desde el segundo piso hasta el último tramo de escaleras
hasta mi habitación en el ático.
Tate me baja y cierra la puerta de golpe.
"¿Dónde demonios has estado?" él truena, su voz profunda y de reproche. Supongo que
piensa que, con mi madre preocupada por Mitch, su padre no montará una escena si Tate solo
se va unos minutos.
Me hace retroceder hasta la cama y cuando mis piernas tocan el colchón tengo que apoyarme
en su brazo. Rápidamente lo solté y le fruncí el ceño.
"He estado holgazaneando durante horas para darte suficiente tiempo para largarte de aquí,
ahí es donde, y por alguna razón desconocida todavía estás aquí".
siseo. Me quito el sombrero y lo tiro sobre la cama.
"Puedo decir lo que has estado haciendo, River", gruñe. “Todavía estás en tu puto uniforme,
y llegas a casa a las ocho de la noche con la cara sonrojada y jadeando”.
Frunzo el ceño, confundida, hasta que me roza el cuello con dos dedos y aparta la mirada,
consternada.
“Estás literalmente sudando”, agrega sombríamente.
Y entonces me doy cuenta.
Meto la mano en mi bolsa de gimnasia y saco mi traje de baño enrollado.
golpeándolo en su pecho con un golpe frío y húmedo.
—Estás literalmente loco —digo y lo empujo para poder quitarme la chaqueta.
Está parpadeando hacia el traje de baño y su rostro está rojo cálido.
—Fuera —siseo cuando le arrebato el objeto.
"River", comienza, pero lo empujo en el pecho para que retroceda. El tamaño y la rigidez
debajo de su camisa me hacen tomar aire y clavar mis dedos en él, y cuando trato de apartar
mis manos, me esposa y las vuelve a colocar.
"Basta", le digo, luchando contra su cálido agarre.
"Lo siento", dice, "no debería haber asumido"
—Parece que te arrepientes mucho de muchas cosas, y está empezando a enfadarme
mucho —escupí—.
Su expresión se endurece. "¿Qué tal si no quería la pequeña y caliente de mi padre?"
vivir en casa jodiendo mientras él le da un techo para dormir?
Arqueo una ceja antagónicamente. "Así que esto es en nombre del padre, ¿verdad?" —
pregunto, y luego miro deliberadamente hacia su crucifijo. “¿No, el hijo?”
Antes de que tenga la oportunidad de tomar represalias, llaman urgentemente a la puerta.
Le doy a Tate una pequeña sonrisa engreída y llamo: "Está abierto".
Sus ojos se abren como platos y de mala gana suelta mis manos cuando Mitch irrumpe en
la habitación.
Es rojo erupción volcánica. "Será mejor que esto no sea lo que sé que es", grita Mitch.
Cruzo mis brazos sobre mi pecho y respondo, “No me lleves tu tono .
Es él quien necesita que le pongan una correa”. Luego me giro hacia Tate y le susurro:
“Podemos conseguirte uno que combine con tu pequeño alzacuellos”.
Tate sonríe mientras Mitch lo empuja fuera de la habitación y, en serio, ¿qué pensó Mitch
que Tate iba a hacer? Obviamente no iba a tratar de odiarme porque eso es lo que pedí, y no
ha hecho ningún movimiento en ese frente en semanas. ¿Y delante de Mitch también?
En realidad, la idea de correrme mientras Tate y Mitch están en la habitación me marea,
así que será mejor que deslice rápidamente ese pensamiento debajo de la alfombra.
"No te preocupes", digo, descarado mientras descienden la escalera del ático. "Saldré de
este estúpido arreglo en poco tiempo, terminaré la escuela secundaria y me iré a la universidad,
y luego nunca tendrás que volver a verme".
Mitch se da la vuelta. "Sí, sobre eso, tienes que ir a la sala de estar porque tu
madre quiere hablar contigo ahora".
¿Qué? Eso es raro. Mi mamá nunca quiere hablar conmigo.
Espero un minuto hasta que Mitch y Tate se pierden de vista, doy dos bocanadas
a mi inhalador cuando ya no están cerca de la audiencia, y luego bajo las escaleras a
la sala de estar en la parte de atrás. Mi mamá está mirando fotografías de renovación
que supongo que son de nuestra casa, pero se ve tan diferente en su estado desnudo
que es prácticamente irreconocible en este momento.
—Oye —digo mientras me siento tentativamente en el cojín junto a ella.
“Hola, cariño”, responde casualmente mientras recoge las fotos y las cierra en una
carpeta. “Así que tengo algunas noticias”, comienza, y mi estómago se cae
instantáneamente. "En primer lugar, quería decir que ha sido genial verte llevarte tan
bien con Mitch estos últimos meses".
Realmente muestra cuánta atención me presta esta mujer si no se ha dado cuenta
de que mis encuentros con Mitch terminan con vapor saliendo de su cuerpo.
Miro hacia donde está parado al otro lado de la habitación y veo que se está
mordiendo el borde cuadrado de su pulgar.
“Y es por eso que sé que puedo decirte esto ahora”, continúa,
"porque te has portado muy bien mientras estuvimos aquí".
Su pausa prolongada hace que mi corazón comience a latir a un ritmo
peligrosamente rápido.
“Sé que te dije que nuestra estadía con Mitch durante las renovaciones fue una
situación temporal, pero en realidad ha sido una prueba, para ver qué tan bien te
relacionas con él en la familia. El trabajo de Mitch en nuestra casa está casi terminado
y eso significa que, en cuestión de semanas, finalmente la pondré en el mercado; la
ha hecho tan vendible que estará fuera de nuestras manos en un abrir y cerrar de
ojos. , y luego podremos mudarnos oficialmente... aquí. A la casa de Mitch.
Permanentemente."
Ella me da un poco de tada! sonríe y luego me aprieta con fuerza antes de que
pueda quitarme la sorpresa de la cara.
Qué.
Él.
Mierda.
*
Cuando me despierto en mi cama, todavía está completamente oscuro afuera. Me doy la vuelta,
con la cara aplastada contra la funda oscura de la almohada, y lucho por mi teléfono para poder ver qué
hora es. 2:52 a. m.
Supongo que no es tan extraño, pero algo extraño es el hecho de que hay tanta vida saliendo del
patio trasero de Mitch en este momento. Me siento erguido, poniéndome las gafas y luego me levanto de
la cama. Tan silenciosamente como puedo, abro la puerta y bajo de puntillas los dos tramos de escaleras
hasta que estoy en el rellano del primer piso. Luego me doy la vuelta y empiezo a caminar hacia la parte
trasera de la casa para poder mirar por las ventanas que dan al jardín.
Por eso Tate todavía estaba aquí cuando llegué a casa esta noche. Ni siquiera sé si sabe que me
mudaré "permanentemente" a su habitación, al menos hasta que me inscriba en la universidad, y
técnicamente no tendría ninguna consecuencia para él, ya que vive en algunos ubicación secreta
desconocida, pero no importa de todos modos: mi "charla" con mi madre no es la razón por la que se
quedó aquí esta noche.
Tate organiza una fiesta en la piscina.
Es extraño ver una fiesta en la piscina en noviembre, especialmente cuando está lloviendo, pero por
lo que sé, la nueva piscina de Mitch podría estar tan equipada como un jacuzzi y, a juzgar por el vapor
que sale de la superficie, lo está.
No me había atrevido a aventurarme en la piscina al aire libre antes, principalmente porque nunca
pensé en la casa de Mitch como mi hogar, pero ahora que lo es , estoy molesto conmigo mismo. No
quiero entrar allí después de que todos los chicos con los que Tate anda por ahí hayan lavado su basura
allí.
Y definitivamente no quiero entrar ahí después de todas las chicas.
Se me revuelve el estómago mientras me acerco tentativamente al alféizar de la ventana para ver
mejor. Siento que salí de la cama y caí en una casa de fraternidad, porque el jardín de Mitch, iluminado
con faroles y colillas de cigarrillos, está iluminando perfectamente una orgía universitaria de motociclistas
chic para esta audiencia de mujeres. Son tipos con tatuajes y gorras al revés (de noche, bajo la lluvia) y
chicas con el pelo decolorado y bikinis fibrosos ajustados hasta donde alcanza la vista. Trato de ignorar
el hecho de que me encanta la canción que actualmente vibra en los parlantes portátiles.
Cuando veo a Tate me siento aún peor. Está sentado en el borde de la piscina, con las piernas
musculosas abiertas, las pantorrillas medio sumergidas en el agua y el abdomen bronceado a la vista.
Está sin camisa y su cabello está desordenado, como si hubiera pasado sus manos por él cincuenta
veces en los últimos diez minutos.
O como si alguien más lo tuviera.
Hay una chica sentada a su lado hablando animadamente y creo que está tratando de leer lo
que dice en su tatuaje. Frunzo el ceño. Me pregunto si ella es la que maltrató su cabello.
Cuando vuelvo a mirar a Tate, casi salto de mi piel porque sus ojos están clavados en los
míos. Inmediatamente me tambaleo hacia atrás, chocando contra el sofá de la sala de estar como
una bola de pinball, pero él ya se está sacudiendo el agua de la piscina y camina hacia mí. Pongo
un sillón entre nosotros una vez que está dentro de la habitación.
"Me preguntaba si aparecerías", dice con voz ronca mientras sacude la lluvia.
de su cabello alborotado, momentáneamente cautivándome.
Cruzo mis brazos sobre mi pecho y muevo mis ojos hacia afuera de nuevo. La chica que
estaba a su lado está estirando el cuello para ver a dónde ha ido. Espero que ella no pueda ver
aquí tan bien como él.
“Es muy ruidoso ahí fuera,” observo, como odiando mi forma de bibliotecaria en este momento.
"Pensé que te gustaría la música", dice, levantando la boca ligeramente a un lado.
“Sí”, respondo, “especialmente a las tres de la mañana”.
Sus hoyuelos se profundizan. ¿Bajaste aquí para castigarme? bromea, acercándose un poco
más que antes. Puedo oler la lluvia y el agua que irradia de su piel caliente y es... tentador. Una
vez que está tan cerca de mí como lo permite el sillón, inclina la cabeza hacia abajo y pregunta
provocativamente: "¿Qué es exactamente lo que tenías en mente?"
Aparto la cabeza y hago una pequeña tos digna. “Por lo que sé
podrían haber sido mi mamá y tu papá allá afuera,” miento.
Apoya las manos en el respaldo del sillón y luego se agarra a él mientras toma una inhalación
que le hincha el pecho. “Sí, apuesto a que a tu mamá le encanta Three Days Grace”, dice, sus
ojos ardiendo en los míos.
Sacudo la cabeza y me muevo para salir de la habitación, pero empuja su cuerpo hacia arriba
y salta sigilosamente sobre el sillón, recuperando su postura al instante y luego tomando mis
hombros en sus manos.
"¿No recuerdas qué día es?" pregunta, y aun en la penumbra
de la habitación puedo ver la tristeza grabada en su frente.
¿Que dia es? Parpadeo, confundido.
Y entonces me doy cuenta.
Es curioso cómo nuestras mentes retienen cierta información, incluso si el uso ha expirado
hace mucho tiempo. Me siento un poco mal por no haberlo recordado antes, pero al mismo
tiempo me estoy chocando los cinco por casi olvidarlo por completo.
Observo el colgante que descansa en la profunda depresión entre sus pectorales y me
pregunto si el metal está frío por el aire de la noche o si está caliente por la temperatura de su
cuerpo.
Se agacha un poco, los ojos todos tristes y brillantes cuando se encuentran con los míos, y él
une nuestras miradas.
“Mi papá me dijo que te mudaste aquí con tu mamá, y lo siento, River. Sé que te hace sentir
incómodo. Yo…” Aparta la mirada y traga, luego se muerde el labio inferior en la boca. Cuando
sus ojos se encuentran con los míos de nuevo, hay un parpadeo de algo en ellos que no puedo
distinguir en la oscuridad. "Ojalá no lo hiciera", termina, y me doy cuenta de que ahora estamos
casi al ras.
Ni siquiera trato de empujarlo lejos. Puede que ya no ame su alma, pero seguro que puedo
disfrutar de su cuerpo caliente como el infierno. No puedo negarlo, me encanta mirarlo. De
hecho, me encanta mirarlo . Me encanta inclinar mi cuello completamente hacia atrás solo para
poder encontrarme con su mirada intimidante, oscurecida aún más debido a las largas curvas de
sus pestañas. Me encanta respirar el calor cargado de testosterona que rezuma de su cuerpo
inflado. Puede que odie querer tocarlo, pero me encanta que me abracen. Todo se siente
contradictorio pero, en este momento, no
cuidado.
Empuño su colgante y apoyo mi frente en su pecho endurecido. Dios que se siente bien. Ha
estado bajo la lluvia toda la noche y de alguna manera su cuerpo sigue siendo volcánico. Creo
que lloro un poco cuando envuelve sus brazos alrededor de mis hombros.
Quiero llorar pero no me dejo. En cambio, antes de que me arrastro fuera de sus brazos y me
obligue a volver a subir a su cama, suspiro y me acurruco aún más. Paso mi mano libre alrededor
de la cinturilla de sus pantalones cortos y siento un brillo en mi pecho cuando se estremece
contra mí.
Mi voz es apenas insignificante pero sé que me escucha. Me arranco y me arreglo las gafas
antes de irme.
—Ojalá no lo hiciera, también —susurro.
Y luego me voy.
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capitulo 18
Hace tres años
Estoy jugueteando nerviosamente con el tul rosa bebé inflado alrededor de mis muslos
mientras estoy de pie junto a las cortinas corridas en el salón principal, esperando que Kit
termine de preparar la lista de reproducción para el Homecoming de esta noche. Siempre
supe que iba a venir, pero no siempre supe que iría , y cuando me doy cuenta por completo,
no estoy aquí solo por el comité, sino porque Tate Coleson quiere estar en el Baile de
Bienvenida conmigo mariposas felices revolotean nerviosamente bajo el suave corpiño
de mi vestido.
Tate quería que yo fuera en el paseo con él y sus amigos, así que no le gustó cuando
le dije que no iba a necesitar que me recogiera. Kit y yo estaríamos aquí desde la campana
final, arreglando el salón con el resto del comité. Es cierto que quería ir con él, quería verlo
vestido en mi porche delantero, quería sostener su mano en el auto y quería cruzar las
puertas de la escuela con él como mi cita, pero puedo también respire un poco más fácil
de esta manera. No tenía que decirle a mi madre que tengo una cita, y mucho menos el
hecho de que él es el chico de enfrente con el que he estado saliendo en secreto a sus
espaldas. Además, no tenía que estar en un espacio confinado con Hudson, quien sin
duda vendría con Tate y sus amigos. Hudson es un caso de interminables miradas de
soslayo y sonrisas desconcertantes, y quiero pasar el menor tiempo posible con él,
especialmente cuando me siento un poco vulnerable en mi elección de ropa esta noche.
Miro mi vestido mientras muerdo mi pequeña capa de brillo labial. Tiene un corpiño sin
mangas de cuello alto que se hincha en una falda tutú pequeña pero completa, todo rosa
bebé y reluciente. Creo que es lindo, pero sé lo raras que se ponen las personas en la
escuela cuando alguien que nadie piensa que es lindo intenta ser lindo. Trato de bloquearlos
de mi mente. Tate parece gustarle y la opinión de nadie más sobre la situación importa.
Dios, espero que piense que me veo linda esta noche.
Kit presiona reproducir en la lista de reproducción y la canción suena instantáneamente
a través de los parlantes, lo que hace que el director abra la puerta del pasillo y admita a
todos los estudiantes que han estado esperando en el vestíbulo y afuera. yo
Inmediatamente salgo de mi escondite y paso por una de las entradas laterales en miniatura,
evitando la prisa mientras voy a buscar a Tate.
Estoy momentáneamente inmovilizado cuando me doy cuenta de lo mucho más adultas
que se ven todas las otras chicas aquí. Claro, solo soy un estudiante de primer año y algunos
de estos son estudiantes de segundo y tercer año, pero ¿por qué se ven mucho mayores que yo?
¿Y cómo diablos los cultivaron ? Me abro paso alrededor del vestíbulo, pegándome a las
paredes, hasta que llego a la entrada y vislumbro el exterior.
Afuera está oscuro pero templado, y la llovizna interminable de Phoenix Falls parece haber
cesado por el momento. Estudio los vehículos que están parados en el estacionamiento hasta
que me encuentro con el Wrangler que me como tus autos para desayunar y el grupo de
estudiantes que están parados afuera. Es el coche de Madden. Lo sé porque a veces lo
conduce a la escuela, ya que obtuvo su licencia tan pronto como cumplió los dieciséis. No
sorprende que el Conde Drácula II sea un bebé de octubre.
Un peso nervioso se asienta en mi barriga mientras observo a su grupo. Dos porristas de
segundo año con cabello oscuro y sexy están apoyadas contra la parte delantera del Jeep,
aparentemente absortas en una conversación con Hudson: son hermosas, pero obviamente
también están tristemente locas. Y luego a un lado... una multitud de muchachos de fútbol de
otro automóvil se han encontrado con Madden y Tate, medio escondidos detrás de otro
camión, y están haciendo ese contacto mínimo de agarre de manos y abrazos mientras
asienten con la cabeza para indicar quién. sus fechas son.
Me agarro del lado de la puerta con una mano temblorosa, protegiendo mi cuerpo de la
vista mientras los observo tímidamente. Absolutamente no puedo salir. Esta fue una mala
idea. ¿Qué estoy haciendo aquí? Oh Dios, oh Dios, oh Dios.
Me doy la vuelta con la intención de caminar rápido de regreso al pasillo para decirle a Kit
que me voy, pero la "cola" y el hoyo de mosh que conducen a la sala principal aún no se han
disipado. Me muevo nerviosamente en la parte de atrás de la multitud, golpeando mi pie
agitadamente, desesperada por desaparecer.
De repente siento una ráfaga de aire como si alguien acabara de correr detrás de mí y el
calor inmediatamente envuelve mi espalda. Miro hacia abajo mientras me rodean rápidamente
dos antebrazos firmes, la piel bronceada expuesta de las mangas blancas arremangadas, y
Tate se inclina para descansar su barbilla en mi hombro desnudo, sus labios besan suavemente
el lado de mi mejilla enrojecida.
“Oye, cariño”, susurra y yo bajo la cabeza, superada por la vergüenza, el asombro y el
amor puro, puro. Se inclina ligeramente sobre mi clavícula, mirando mi cuerpo, y me encojo un
poco bajo su escrutinio. yo
Puedo sentir su sonrisa contra mi mejilla. "Me encanta tu vestido", continúa, y sus pulgares acarician
suavemente mi caja torácica, como si supiera lo fuera de mi profundidad que me siento en este
momento. Me besa de nuevo y luego murmura en voz baja: "Sabía que mi niña sería la cosita más
dulce aquí esta noche".
Me río, enamorada, y doy vueltas, instantáneamente borracha con la vista y el olor de él. Está
usando una especie de colonia mezclada con cocaína que me está mareando la cabeza, y la imagen
de él con una camisa blanca medio abotonada y un par de pantalones de vestir que apenas cubren
sus muslos realmente no ayuda a no desmayarse. cosa. Sus ojos brillan mientras me mira
embriagadoramente, sus palmas ahuecan mi rostro mientras me inclino hacia él como un girasol.
—Te ves tan bien —admito, y él me lanza una sonrisa infantil engreída que
me hace reír a carcajadas.
“¿Quieres venir a conocer a los chicos antes de que te robe por el resto de la noche? ¿O debería
simplemente robarte ahora mismo? pregunta, inclinándose como si estuviera a punto de besarme.
Robarme, pienso. Definitivamente robarme.
Pero antes de que sus labios tengan la oportunidad de rozar los míos, un alboroto asalta la
entrada e instantáneamente sé que tenemos compañía, con lo que quiero decir: todo el equipo de
fútbol, el equipo de porristas, Madden y… “Ha tenido dieciséis años por ¡ Menos de veinticuatro horas
y ya se está mojando la polla! Hudson golpea a Tate con fuerza en la espalda pero, milagrosamente,
Tate no se mueve ni un centímetro, de lo contrario me habría aplastado debajo de sus pectorales
de cemento.
Tate se retuerce, una vena que nunca antes había visto abultándose furiosamente en su cuello
mientras mira fijamente a Hudson. —Cuidado, hombre, podría haberla noqueado —gruñe, y sus
manos se mueven para comprimirme contra su costado.
Hudson arquea una ceja hacia él y luego sonríe a los chicos que nos rodean.
"Estoy bastante seguro de que eso es exactamente lo que has estado haciendo", se burla. "O al
menos, eso es lo que harás esta noche". Hudson mueve sus rajas hacia mí.
"Estoy seguro de que sabes lo que hacen todos los chicos en su decimosexto, ¿verdad?"
Parpadeo hacia él, mis mejillas ardiendo furiosamente por la atención, y sus palabras se instalan
con inquietud en mi cerebro. Confundido, miro de Hudson a Tate, y luego de vuelta a Hudson.
¿Hoy es el cumpleaños de Tate?
Hay una especie de silencio incómodo cuando el grupo que nos rodea mira furtivamente entre
Hudson, Tate y luego a mí, pero afortunadamente es casi imperceptible debido al ruido que proviene
del pasillo. No estoy seguro de quién necesita ser eliminado de esta escena más para rectificar la
vibra: Hudson, yo o, literalmente, cada uno de nosotros. Por la mirada que Madden le está disparando
en este momento, voy a decir Hudson.
Tate sacude la barbilla. "Entonces, ¿dónde está tu cita, hombre?"
Hudson me mira como un francotirador. "Tal vez la estoy mirando directamente a ella".
Retrocedo en el mismo momento en que Tate me hace a un lado, y luego mete las palmas de las
manos en los planos del pecho de Hudson. Hudson tropieza y Tate lo agarra del cuello, susurrándole
algo inaudible mientras lo aleja del alcance del oído del resto del grupo. Lo mantiene alejado de
nosotros durante unos veinte segundos, antes de darle otro empujón y luego darse la vuelta,
caminando hacia nosotros con sus enormes hombros agitados.
Curiosamente, el extraño intercambio parece haber saciado a la multitud de deportistas populares
sexys, y ahora me miran con curiosidad impresionada. Tate agarra mi mano y me atrae hacia él
mientras dice: “Disculpen”, a los compañeros de clase que están en la multitud frente a nosotros.
Mágicamente, todos se dispersan para dejarlo pasar.
Una vez que llegamos al pasillo, Tate me toma un trago y luego me hace girar hacia el centro de
la pista de baile.
El último minuto me ha confundido tanto que todo lo que puedo hacer es beber su ofrenda y
mirarlo implorante, las luces rojas que envuelven el salón lo hacen brillar como un ángel peligroso.
Aprieta mi cuerpo contra el suyo y murmura en mi cabello: “Baila conmigo primero. Te explicaré
todo más tarde.
Inclino mi cabeza hacia atrás y noto que sus ojos brillan mientras permanecen en mi boca.
"Me gusta eso, por cierto", dice, con los ojos entrecerrados ligeramente. me doy cuenta de que
está hablando de mi brillo de labios, así que le doy una sonrisa tímida y brillante.
Él sonríe a cambio y luego presiona un largo y casto beso en mis labios.
Entonces nos balanceamos.
Tate me guía desde el vestíbulo, por el corredor que alberga muchas de las oficinas del personal,
y luego por la salida cerca de la bahía científica. el nos pasea
alrededor del lado del exterior de ladrillo hasta que estemos casi en el otro lado del lote. El Wrangler
de Madden está a la vista y nos dirigimos hacia él, las llaves en la mano de Tate.
Tate abre la puerta del pasajero y recupera la chaqueta de su traje del tablero, inmediatamente
me mete en ella para protegerme del frío invernal. Luego me sienta en el asiento, mis pies colgando
sobre el asfalto, y frota sus cálidas palmas de un lado a otro a lo largo de mis hombros, listo para
explicar.
"Hay... algunas cosas", admite en voz baja y mi estómago se retuerce nerviosamente. Su
vacilación me está asustando. Sus ojos se clavan en los míos y niega con la cabeza, como si
estuviera leyendo exactamente lo que estoy pensando. "Nada de esto tiene nada que ver contigo,
te lo prometo, eres la... eres la única parte buena de todo esto".
Deja caer la cabeza y se toma unos momentos para respirar profundamente, tranquilizándose.
abajo. Yo, en cambio, estoy tan ansioso que estoy palpitando.
“Hoy es mi decimosexto”, comienza, “y sé que es extraño que no te lo dijera, pero no quería que
pensaras ni por un segundo en nada de esa mierda que Huddy estaba insinuando. no quiero eso
Quiero decir, lo hago, tienes que saber cuánto quiero eso, pero también cuánto quiero esperar por
ti, hasta que seas mayor”. Pone una expresión de dolor y aparta la mirada brevemente. “No sé si
esto está saliendo bien”, dice, quitando una de sus manos para poder agarrar la nuca.
Asiento hacia él animándolo y él se relaja un poco. “Entiendo, es
está bien, yo... lo siento, no estoy”
Sacude la cabeza y usa ambas manos para ahuecar mi mandíbula. No se arrepienta, por favor.
Literalmente acabo de cumplir dieciséis años y quiero esperarte. No me importa cuánto tiempo sea
eso. Quiero que sea contigo, y solo contigo, ¿de acuerdo?
Trago saliva y asentí un poco, con la esperanza de que en realidad no pueda leer mi mente
porque algo sobre Tate diciéndome cuán ardientemente quiere esperarme me hace querer
arrancarme toda la ropa aquí mismo en el auto de Madden.
"¿Es eso lo que te estaba molestando?" Pregunto. "Porque honestamente no es un gran"
"Me estoy mudando", dice.
Dejo de hablar y al instante me quedo quieto. Mis pies ya no son felices
meneándose sobre el escalón debajo del marco de la puerta.
"¿Te estás... moviendo?" Repito, como si no hubiera escuchado exactamente lo que acaba de decir.
Te prometo que no cambiará nada, River, te lo prometo. Pero tengo que mudarme
porque mi mamá y su novio se van a casar, así que encontraron un lugar más grande fuera
de la ciudad para que todos quepamos. Intentaré mudarme con mi papá tan pronto como
esté todo listo. y luego puedo transferirme de nuevo para que sigamos juntos en la escuela,
aunque ya no estaré al otro lado de la calle. De verdad, de verdad desearía no tener que
hacerlo, y lo siento muchísimo. En cuanto pueda volveré por ti, River. Te prometo que
volveré por ti”.
Sus ojos brillan y mi pecho se contrae con fuerza. Estoy confundido. me duele Pero
también estoy asombrado de que, con toda la mierda que se interpone en nuestro camino
en este momento, Tate Coleson todavía quiere ser mío, y todavía quiere que yo sea suya.
Solo tengo catorce años, pero él quiere esperarme todo el tiempo que sea necesario.
Su mamá lo está mudando y él va a tratar de regresar tan pronto como pueda. Tan triste
como estoy, no puedo evitar sentirme afortunado de que este chico perfecto esté dispuesto
a luchar contra cualquier cosa para mantenerme en su vida.
"Por favor, di algo", dice, tirando de sus manos hacia atrás y metiéndolas en los bolsillos
de sus pantalones, visiblemente nervioso mientras evalúa mi silencio.
Salgo del Wrangler y envuelvo mis brazos, que ahora están envueltos en la chaqueta
de su traje, alrededor de su cuello. Sus manos instantáneamente encuentran mi cintura y
me agarra con fuerza, empujándome ligeramente contra la puerta trasera del Jeep.
—Yo también quiero esperar por ti —susurro, y él deja escapar un tenso aliviado.
gimo, sumergiendo su frente para poder presionarla contra la mía.
—Río —gime, sus palmas corriendo hacia mis omoplatos. “No quiero perderte. Siempre.
Por favor, ¿quieres…? Toma una respiración profunda. "Por favor, di que serás mi novia".
Mi corazón tartamudea y mis ojos se abren en estado de shock. Se encuentra con mi
mirada, los iris brillan con un hambre que aún no entiendo muy bien, y asiento como si
estuviera bajo un hechizo. “Tate,” digo, “por supuesto que seré tu novia. Sí, sí , por supuesto.
Paso mis dedos por su suave cabello y me pongo de puntillas, lista para mostrarle
cuánto lo digo en serio, pero sus labios atrapan los míos primero, para mostrarme que lo
dice en serio aún más.
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capitulo 19
Regalo
La detención de Kit realmente arruinó nuestros planes de fin de período, pero voy a hacer
que funcione para nosotros de todos modos. No me ha dicho por qué fue detenida, solo que
ocurrió un incidente fuera de clase, pero ha estado exiliada de las lecciones por el resto del
día y, lo que es peor, ha sido descalificada de competir en la competencia de pista en el pre
anual. Noche de deportes de Navidad esta noche. No iba a correr, a pesar de que soy el
compañero de carrera de Kit en otras ocasiones, pero iba a estar en las gradas rezando para
que ganara, y luego saltando con ella cuando destruyera los egos. de todos los que la
rechazaron del equipo de atletismo.
Ella tiene que quedarse una hora extra después de la escuela, así que voy a la biblioteca
a esperarla, y luego le prometí una noche de chicas, aunque eso significa llevarla a la casa de
Mitch por primera vez y eso hace que me siento muy nervioso.
Como es el final del trimestre, no me queda ninguna tarea por hacer, así que decido
enloquecerme aún más hojeando los folletos universitarios de las escuelas que escogí. La
idea de comenzar a trabajar a largo plazo en el campo elegido por mi madre para mí me da
náuseas: será como la escuela otra vez, ¿y si odio a la gente? Ese es el quid de la cuestión:
como alguien que no es una persona sociable de todos modos, la idea de trabajar con
personas a las que no amo por el resto de mi vida me hace… suspiro solo de pensarlo. Me da
pensamientos muy oscuros.
Kit me encuentra en la biblioteca después de que la liberan de su encarcelamiento y me da
un triste abrazo por detrás mientras pongo los catálogos en los soportes de pared. Voy a
poner mi mano sobre la de ella, pero se siente extrañamente dura, así que la miro e
instantáneamente grito. Me doy la vuelta y veo que me estaba abrazando el esqueleto de
tamaño natural que usamos como decoración en el baile de Halloween, solo que ahora está
usando la camiseta sin mangas de Kit y un sombrero flexible de Papá Noel.
“Iban a reciclarlo”, explica Kit mientras apoya la barbilla en el
clavícula del esqueleto.
Intento que mi respiración vuelva a la normalidad y asiento mientras salimos de la
biblioteca. Aunque esa cosa me dio palpitaciones, digo: "Hiciste lo correcto".
Mientras cruzamos los terrenos afuera, protejo los ojos de Kit para que no tenga que ver
la mascota, el equipo de porristas y las pancartas que se colocan para la velada deportiva
de esta noche, pero puedo decir que ya está de mejor humor porque ella también está
protegiendo los "ojos" del esqueleto.
Para suplir la ausencia de una victoria deportiva vamos a tener una noche llena de
distracciones navideñas azucaradas. Con toda honestidad, creo que podría necesitar las
distracciones más que Kit. Kit es tan normal (bueno, dejando de lado el secuestro de
esqueletos, ella es bastante normal) que me enoja conmigo mismo por tener fluctuaciones
hormonales tan temperamentales.
Cuando llegamos a la casa de Mitch me siento muy ansiosa porque el hecho de que Kit
esté aquí y vea esto como mi nuevo hogar lo hace más real. Lo examina mientras subimos
al porche con los labios fruncidos.
"Entonces, ¿él vive aquí?" ella pregunta.
Sé de quién está hablando. Niego con la cabeza. “No, pero él trabaja con
su padre, por lo que está mucho por aquí”.
Aprieta sus brazos alrededor de su cuerpo y asiente, y dejamos el tema cuando entramos
en la casa. Entro en la cocina donde nos quitamos las bolsas y los abrigos, nos lavamos las
manos y luego saco leche de la nevera para calentarla y preparar chocolate caliente en la
estufa.
“¿Galletas de azúcar o brownies?” —pregunto, recuperando las barras de chocolate y la
caja de azúcar glasé que recientemente escondí en el aburrido armario de proteínas en
polvo de Mitch la semana pasada. Los sostengo para que Kit decida.
Kit está emitiendo pequeños corazones rosados cuando ve la caja de azúcar glas.
"Galletas de azúcar, por favor", responde, y creo que ya no se perderá el evento de atletismo.
Cojo la mantequilla, el azúcar, la harina y los huevos y los pongo sobre la mesa antes
sacando el tazón para mezclar de uno de los gabinetes inferiores.
“Esta casa es agradable”, comenta mientras mira hacia la cocina, su aura aún brilla con
la anticipación de las galletas de azúcar.
Giro la boca hacia un lado mientras vierto la harina. "Lo sé", murmuro en voz baja, y luego
rompo la hoja de mi cuchillo en la cáscara del huevo, abriéndolo.
Ella mueve sus ojos hacia mí. Kit no sabe exactamente qué pasó hace tantos años, pero
su instinto femenino le dice que no merece la pena.
una disculpa. “Estarás fuera de aquí en menos de un año”, dice ella. Creo que lo dijo
para consolarme, pero se me encoge el estómago y arrugo la cara.
aún más.
Por suerte, tengo que batir un huevo, así que empiezo a batirlo más, más fuerte.
Puedo sentirla esperando algún tipo de respuesta de mi parte, así que después de
verter un poco de extracto de vainilla, comienzo. “Me gusta Mitch y me gusta su estúpida
casa, y estar aquí hace que incluso me guste su estúpido hijo. Estoy tan enojada conmigo
misma porque soy una feminista fuerte y, sin embargo, cada vez que lo veo, mi cuerpo
dice no, no lo eres. Por eso es tan malo que esté aquí, es como Lost. Juntas a un grupo
de personas en una isla y en dos días se están enamorando. Solo que aquí, yo ya tenía
sentimientos en el pasado, así que ahora se están reavivando con fuerza, y él… él está
actuando…” Busco la palabra más apropiada, y lo mejor que se me ocurre es: “Perfecto.
Está actuando perfecto. Tiene dieciséis años otra vez y está tratando de darme el trato
de princesa, pero sé que debe ser un acto, porque ¿cómo alguien perfecto también
puede ser capaz de hacer algo tan terrible?
En el tiempo que me ha llevado terminar mi diatriba, Kit ha logrado comerse siete
trozos de chocolate de una de las barras que dejé sobre la mesa, aunque todavía se las
arregla para parecer atenta y pensativa.
"Hmm", dice finalmente.
Bien, retiro lo de “atento y reflexivo”.
“Eso es mucho para asimilar”, continúa. Deja la barra y dobla la pestaña resellable,
pasando el dedo por ella hasta que parece que nunca se abrió en primer lugar. “Creo
que somos muy duras con nosotras mismas, como niñas”, dice lentamente, como si
estuviera eligiendo cada palabra con mucho cuidado. Disminuyo la velocidad de mi
mezcla hasta que me detengo por completo. “Creo que tal vez deberías permitirte el
derecho de ser egoísta, y tal vez deberías tomar algunas decisiones que satisfagan tus
necesidades en este momento, en función de las circunstancias a las que te has visto
obligado. Como dije”, reitera, “pronto estarás en la universidad, y la vida que tu mamá
está haciendo aquí no tiene que ser la tuya. Pero si experimentas como te plazca ahora
mismo… Creo que será bueno darte algunas opciones. Podrás huir literalmente de todo
si quieres el próximo otoño. Quizá solo necesites… Y luego se inclina sobre la mesa, se
pone la mezcla de galletas de azúcar en el dedo meñique y se la mete en la boca. Ella
se lo traga y me da una pequeña sonrisa. “Disfruta”, termina.
Parpadeo hacia ella como si acabara de recibir una lección sobre los caminos de los Jedi. Equipo
Kenobi. Quien lo hubiera pensado.
Y luego ambos salimos de nuestro trance por el sonido de un
motocicleta acelerando el camino de entrada.
Ella me da una mirada y sé exactamente lo que dice.
Dice tiempo para disfrutar.
Tate permaneció en el garaje hasta que Kit se fue a casa. Puse la bandeja en el horno,
vimos una película navideña y luego, bajo el brillo de un par de velas negras, "decoramos" las
galletas. Por alguna razón, todas las galletas de Kit tienen caras sonrientes con pequeños
colmillos de vampiro. Incluso los árboles de Navidad.
Una vez que Kit se ha ido, pongo un poco de música como solía hacerlo en la casa de mi
madre y empiezo a lavar los tazones y los utensilios que había estado remojando. No voy a
mentir, no es música bonita. Es un cover agresivo de Three Days Grace, pero lo tengo tan
bajo que no se nota al principio.
Le oigo entrar en la habitación pero no me doy la vuelta. Estoy muy concentrada en fregar
cada milímetro de masa de galletas de azúcar de la cuchara mezcladora, incluso cuando lo
siento acomodarse contra el mostrador detrás de mí, con los ojos ardiendo en la parte posterior
de mi cabeza. Mi cabeza estúpida y traidora.
"¿Quieres ayuda con eso?" pregunta en voz baja.
Maldita sea. No hemos estado completamente mudos estas últimas dos semanas, pero
principalmente he estado manteniendo el pretexto de tratarlo en silencio. Son momentos como
ahora donde eso viene a morderme en el trasero.
Suelta una carcajada y viene a pararse justo detrás de mi espalda. Juro que segrega calor
como un animal. Descansa su mano izquierda junto a mi torso al lado del fregadero, por lo
que deliberadamente salpico más con mi enjuague.
"Quería decírtelo", dice, y mis venas instantáneamente se contraen por los nervios. ¿Qué
diablos quieres decirme, Tate? “Tu mamá se va la próxima semana, pero ella no lo sabe
porque es un regalo de Navidad de mi papá. Se van a quedar en una cabaña en Pine Hills.
No sabía si te lo habría dicho todavía, pero quería decírtelo porque…
Se apaga y siento el cambio cuando se frota el cuello o los hombros con la mano derecha.
Cae hacia atrás para que esté al lado de mi cintura otra vez y mi
el estómago se agita por la proximidad.
“Significa que tendrás la casa para ti solo”, finaliza.
Esta vez, cuando tiro el agua del fregadero, no es deliberado. Hace una gran mancha
húmeda en la parte delantera de mis pantalones escolares, lo que hace que salte hacia
atrás porque el agua está ardiendo, y golpeo justo en los planos del pecho de Tate. Él me
estabiliza, y luego me cambio de posición para estar frente a él.
Me está dando una sonrisa cautelosa, como si estuviera nervioso acerca de cómo voy a
responder. Él debería ser.
"¿Y?" Prácticamente grito la palabra. Realmente necesito calmarme para joderme.
Independientemente de lo que pasó entre nosotros, necesito empezar a ser más sensato
en todo. No puedo cambiar el pasado, pero puedo cambiar la forma en que respondo a él.
"¿Qué estás implicando?" Pregunto, arqueando una ceja. "Un poco presuntuoso, ¿no
crees?"
Baja los ojos al suelo entre nosotros y sacude la cabeza, su respiración es inestable.
Murmura algo que suena mucho a "no presuntuoso, he estado orando" , pero no creo que
lo esté diciendo para mis oídos. Mantiene su cabeza inclinada hacia abajo pero levanta sus
ojos hacia los míos, y están ardiendo con las cosas no dichas que obviamente se muere
por decir. “Mi papá me dijo que no viniera mientras no estaban”, explica con voz profunda
y controlada. Y no lo haré. Hace una pausa momentánea mientras sus ojos buscan los
míos. Luego termina: "A menos que quieras que lo haga".
Estoy enojado con él por sugerirlo, pero estoy más enojado conmigo mismo por quererlo.
Demonios, fui yo quien lo sugirió en primer lugar. Aunque una parte de mí quiere echarlo a
patadas y decirle que se mantenga alejado de mí hasta que me vaya a la universidad, otra
parte de mí quiere que cierre la puerta con llave y le prohíba salir hasta que nuestros
padres regresen de su casa . vacaciones.
El comportamiento de Tate en este momento no se alinea con la persona que llegué a
odiar; en cambio, está completamente sincronizado con el chico del que me estaba
enamorando. ¿Puede la gente cambiar? ¿Pueden tener momentos que son tan perversos
y malos, pero es solo un momento de locura en el que nunca vuelven a caer? Nunca he
creído que la gente cambie. Sus comportamientos solo se alteran si hay algo para ellos, lo
que me lleva de vuelta al pensamiento original que desencadenó mi sádica agenda sexual:
Tate quiere mi cuerpo, y mi capacidad para proporcionarlo o privarlo será el tornillo en su
cuello.
¿Pero es ese el caso? Tal vez entendí todo completamente mal. Odio cuestionarme
a mí mismo porque siento que estoy traicionando mi intuición, pero no todos los
pensamientos que pasan por mi mente serán correctos o verdaderos. Tal vez los motivos
de Tate no eran los que parecían en ese momento, y tal vez, como sugirió Kit, puedo
permitirme disfrutar de su bondad mientras me la ofrecen.
Deslizo mis ojos por la piel bronceada de su cuello, sobre sus pectorales y estómago
tensos, y todo el camino por sus muslos vestidos de mezclilla hasta que estoy mirando
sus enormes botas negras de motorista. Si esto fue hace tres años...
Justo cuando estoy a punto de abrir la boca, Tate se mueve ligeramente y me saca
de mi evaluación.
"¿Esas velas están sangrando?" pregunta, sus cejas juntas
en… voy a decir preocupación.
Observo las velas negras que parpadean junto al escurridor. Había olvidado que
había encendido mis velas de lágrimas de vampiro. La cera roja rezuma sobre la punta
afilada de una manera aterradora y provocativa.
Muevo mis ojos de nuevo a Tate con una expresión indiferente en mi rostro.
“No,” digo.
Exhala una carcajada y vuelve a bajar los ojos, la punta de su bota ahora roza de un
lado a otro en el espacio entre nosotros. "Eres tan raro", murmura, y luego se endereza
y me encierra con su mirada penetrante. "¿Quieres que esté aquí?" finalmente pregunta,
directo al grano.
Puedo ver en mi visión periférica que sus manos están agarradas con fuerza alrededor
del cuero de su cinturón y cuando lo miro a los ojos, mi barriga da un vuelco brillante.
Trago un poco y hago mi expresión resuelta. No es más que un susurro, pero lo
ahogo antes de que pueda detenerme.
"Sí, lo digo.
Tate instantáneamente cierra la brecha entre nosotros pero, justo cuando lo hace, las
luces del camión de trabajo de Mitch parpadean en el camino de entrada. Tate gira la
cabeza, gimiendo de frustración, y luego vuelve a concentrarse en mí. Coloca sus
manos en mis mejillas y trato de no temblar mientras su calor se filtra en mí. Puedo
sentirlo agruparse en mi vientre y él no está ni siquiera cerca de allí.
Todavía.
Sumerge su cabeza en mi garganta y presiona su boca contra mí con fuerza,
chupando rápidamente la piel suave antes de rozarla con los dientes. Él
La sensación gotea por mi cuerpo como la cera fundida en mis velas y mi estómago
comienza a lamer con calor.
"Tan pronto como se hayan ido, soy tuyo", murmura en voz baja, las palabras
cálidas y silenciosas contra mi cuello. Me estremezco cuando pasa la punta de su
lengua sobre la piel que acaba de reclamar y sus palabras presionan mi cuerpo
con tanta presión como sus manos.
Soy tuyo.
Realmente dijo eso.
Soy. Tuyo.
Antes de que Mitch salga del camión, Tate se aleja y sale de la cocina.
sin una segunda mirada.
Me dejo caer contra el lavabo y pienso en qué diablos acabo de empezar.
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capitulo 20
Hace tres años
El último día antes del cierre de clases para las vacaciones de invierno también termina
siendo el último día de Tate antes de transferirse. Tan pronto como me dijo que se mudaría,
ya no me dejó seguir fingiendo no estar con él en la escuela, llevándome a su mesa cada
hora del almuerzo y reuniéndose conmigo en las gradas después de la campana final. y no
me ha importado ni un poco.
Está bien, nadie a su alrededor puede creer que me elegiría a mí para ser su novia, pero
Tate está demasiado cortado para discutir con él al respecto. Incluso Hudson ha cerrado la
boca, aunque parece que me tropiezo con él en todos los pasillos por los que camino y
realmente me da escalofríos. Si tan solo él fuera el que se transfirió de escuela.
Nevó anoche, así que hay una capa de azúcar glas por todo el campo de deportes, las
briznas de hierba brillan con escarcha mientras cruzo el patio para llegar a mi próxima clase.
Veo a los estudiantes de segundo año en el campo haciendo su doble lección de gimnasia,
así que me detengo a mirar, sabiendo que Tate estará allí. Como es el último día del trimestre,
las clases son básicamente gratuitas, por lo que las chicas evidentemente se han encargado
de "observar" como yo, vestidas con su ropa de gimnasia pero sentadas en las gradas para
mirar a los chicos.
En el campo, los muchachos están equipados con sus pantalones cortos y camisetas de
fútbol, y actualmente están divididos en dos equipos, acurrucándose mientras discuten sus
planes de ataque. Cuando todos se ponen de pie, aplaudiendo para animarse unos a otros,
veo a Tate en el otro lado y aprieto mis libros con fuerza contra mi pecho.
Guau. Incluso con ese casco parece morirse. Y esos hombros
almohadillas? Quiero que me derribe.
Empujo mis anteojos hacia atrás en mi nariz rosada y empiezo a hacer mi
Camino a la puerta del bloque tecnológico cuando escucho una voz que grita: "¡Oye!"
Giro la cabeza, tratando de sofocar mi sonrisa cuando Tate viene saltando por el campo,
quitándose el casco y dirigiéndose en mi dirección. Me alejo de la puerta y camino
tentativamente hacia la hierba, deteniéndome justo cuando rompo el borde verde centelleante,
rebosante de nervios y alegría por la muestra de atención de Tate. Tan pronto como estoy a
su alcance, envuelve sus brazos.
alrededor de la parte de atrás de mi falda y me levanta, sus dedos ahuecando mi trasero. Dejo
escapar un sorprendida pero encantada oof cuando me aprieta contra su pecho y me hace
rebotar arriba y abajo en sus sólidos brazos bronceados.
Me sonríe antes de bajar los ojos a mi boca y me da un beso ligero pero largo, sus labios
congelados pero suaves como la seda.
Me río cuando se echa hacia atrás e inclina la cabeza para mirarme, sus manos se deslizan
lentamente hacia un territorio peligroso.
—Hola, mariscal de campo —bromeo y él me da un destello arrogante de dientes blancos
perfectos.
"Hola esposa", dice, y presiona un beso firme en mi cuello.
Contengo mi grito de asombro y hundo mis dientes en mi labio inferior. Él es
Nunca me había llamado así antes, pero a mi cuerpo realmente le gusta.
“Quiero que te quedes atrás después de la escuela esta noche, ¿de acuerdo?” —pregunta,
inclinándose hacia atrás para poder mirarme a los ojos. “Me quedaré aquí con el equipo por el
resto del día, pero quiero que te reúnas conmigo en la entrada después de la campana para que
pueda darte tu regalo”.
Mi corazón se aprieta. "¿Mi presente?" Pregunto, arqueando las cejas con asombro.
Me hace rebotar de nuevo y trato de ignorar la fricción que está ocurriendo cuando el vértice
de mis muslos se encuentra con los músculos debajo de su camiseta. “Sí, tu regalo. Ya casi es
Navidad, cariño —dice, y luego me doy cuenta de que, por supuesto , Tate le da mucha
importancia a la Navidad. Mis ojos se posan en la cadena que sobresale alrededor de su cuello
y pienso en el colgante que actualmente se encuentra entre sus pectorales. "¿Me conocerás?"
insta, trayendo mi mente de vuelta de la cuneta.
Asiento con firmeza y, con otra sonrisa, agarra la parte de atrás de mi cuello para que pueda
traer mis labios hacia los suyos, deslizando su lengua dentro de mi boca y haciendo que una
ráfaga de chispas caiga por mi vientre. Él gime en voz baja mientras se desliza sobre mí y me
rodea, bebiéndome mientras sus manos comienzan a apretarme suavemente.
“¡Colesón! ¡ Aquí, ahora!
Retrocedo, sobresaltado, avergonzado, y mil células cerebrales más ligeras, y observo cómo
su carruaje comienza a marchar hacia nosotros. Tate me baja con fluidez y pasa el dorso de sus
dedos por mi mejilla sonrojada.
Doy un paso hacia atrás, no queriendo meterlo en más problemas, pero me atrae hacia él de
nuevo para poder besarme un par de cientos de veces más.
Me río y empujo su pecho, retrocediendo rápidamente antes de que su entrenador pueda
darnos a ambos una detención de último día. Tate hace lo mismo, con esa sonrisa de
complicidad jugando en sus labios mientras me observa abrir la puerta para regresar adentro.
Me observa a través de las ventanas hasta que giro la esquina y desaparezco por
completo de la vista.
Después de que suena la última campana, corro y camino rápidamente hacia mi
casillero, lista para encogerme de hombros y ponerme el abrigo, meter el papeleo de un
trimestre en mi bolso y luego ir a encontrarme con Tate en la entrada. Pero tan pronto como
casi lo he vaciado, veo una última cosa sobre la base de metal, como si acabara de deslizarse
por la rendija debajo de la puerta.
Ladeo la cabeza y lo deslizo lentamente hacia el frente, consciente de que podría ser algo
que se cayó de mis carpetas pero, por alguna razón, no siento que lo sea.
Lo recojo y siento una descarga recorriendo mi columna.
Es otra nota.
Esta vez no ha sido mecanografiado en uno de los laboratorios de computación, sino que
está escrito a mano, con una fuente más inclinada y elaboradamente cursiva de lo que
esperaba, y parece como si hubiera sido arrancado de un libro de tareas rayado.
Inmediatamente miro al final de la página y veo el nombre que estaba esperando. Me relajo
un poco y sonrío mientras leo la nota.
Encuéntrame en los vestuarios después de la campana final
Tengo algo para ti bebé ;)
Tate
Parpadeo ante la nota y la leo varias veces, una sensación de ansiedad confusa se
asienta en mis entrañas. Doy la vuelta al papel para ver si hay algo escrito en el otro lado y
luego vuelvo a mirar las palabras.
Lo principal que me hace detenerme es el hecho de que ahora quiere encontrarse
conmigo en los vestuarios. Quiero decir, por lo que sé, tal vez eso es lo que realmente quiso
decir cuando dijo que quería que nos encontráramos en la entrada, tal vez quería encontrarnos
en la entrada del vestuario. Y dijo que tenía algo para mí, y a veces me llama bebé.
Pero por alguna razón, se siente… mal.
Doblo la nota en unos pocos cuadrados y luego cierro lentamente mi casillero, girando
la llave en una neblina ligeramente entumecida. ¿Por qué me siento un poco incómodo?
Tal vez sea la cara que guiña el ojo. Tate y yo nunca nos hemos enviado mensajes de texto
antes, así que tal vez él sea del tipo de persona que guiña un ojo, pero no coincide con la
imagen de él que he estado construyendo en mi cabeza. No parece muy... él.
Bajo las escaleras con el resto del éxodo masivo, naturalmente analizando en exceso mi
propia paranoia. Honestamente, ¿cuál es mi problema? ¿Y qué si usó una cara de guiño?
¿Y qué si su letra no es tan... brillante como esperaba? Por una razón que desconozco,
siento un escalofrío en el estómago cuando llego al final del bloque de ciencias y me detengo.
Si sigo yendo hacia la izquierda, llegaré al vestíbulo ya la entrada principal en menos de
veinte segundos, más o menos. Si subo hacia la derecha, me dirigiré al gimnasio y podré ir
a los vestuarios, que parece ser donde Tate quiere verme ahora.
Me paro en la pared del corredor, mirando de un lado a otro entre las dos direcciones.
Saco la nota de mi bolso y la leo una vez más.
Estoy siendo estúpido. Definitivamente dice vestuarios, así que obviamente
ahí es donde tengo que estar.
Meto la nota en mi bolso y tomo la salida a la derecha, sin saber cuán equivocada estaba
a punto de estar.
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capitulo 21
Regalo
Cuando Mitch y mi mamá se van, no sé cuál va a ser el protocolo con Tate, así que elijo
continuar con mi día como de costumbre. Implica preparar comida, comer comida y luego leer
hasta mi próxima comida. Después de un tiempo me doy cuenta de que me estoy comportando
como un recluso autoimpuesto, así que decido hacer algo que no he tenido la confianza para hacer
por mi cuenta en mucho tiempo. Dejo mi libro, salgo de mi fortaleza de edredones y abro un cajón.
Una vez que tengo los elementos necesarios, me cambio la ropa de la casa y me pongo las piezas
más ajustadas y útiles. Bajo las escaleras, bebo medio vaso de agua y luego salgo, cierro la puerta
y deslizo la llave en el bolsillo al costado de mis mallas.
Y entonces empiezo a correr.
Realmente es más como trotar porque no quiero sobrecargar mis pulmones, pero es lo
suficientemente rápido como para acelerar los latidos de mi corazón. Me concentro en los músculos
de mis piernas y en controlar mis inhalaciones y exhalaciones, tratando de distraerme del fuerte
ardor que rápidamente se asienta en mi pecho. Cuento las casas en la calle y luego cuento cada
camión que paso corriendo, segmentándolos en mi mente por marca.
Lo único con lo que no contaba era decidir hacia dónde correr, pero mis pies parecían encontrar
el camino por sí solos.
He estado trotando durante un tiempo con un par de descansos para caminar en el medio, y
ahora estoy parado afuera de la que pronto será la antigua casa de mi madre. Mi prontoaser
antiguo hogar. No puedo ver ninguno de los cambios de Mitch desde el exterior, así que camino
por el camino de entrada con el nerviosismo de un intruso y miro por la ventana del frente. Siento
una sensación fría y aguda que se extiende por mi pecho, pero no es nada grave, es solo porque
se ve diferente allí. Coincide con las fotografías que mi madre había estado hojeando la noche en
que me dijo que nos mudaríamos con Mitch. Se ve bien allí, pero no se parece a mi casa.
No sé si alguna vez lo hizo realmente.
Camino por el camino de entrada y cuento cuántos pasos se necesitan para llegar al fondo
desde el porche. Es menos de lo que esperaba. Entonces detengo mi
estancamiento y morder la bala. Miro hacia la antigua casa de Tate.
Es básicamente el espejo de mi mamá. No son casas grandes pero tienen todas las
partes importantes. Se ven un poco pintorescos y me da una sensación divertida cerca
de mi corazón. Nostalgia. No puedo creer que, después de tres años de no ver a Tate,
ahora sienta nostalgia. ¿Cómo puede evocar todavía estos sentimientos en mí? Pensé
que nuestro vínculo se había roto.
Es después de la hora de la cena cuando vuelvo a la casa de Mitch, por lo que el aire
es más frío y está oscureciendo lo suficiente como para que la gente encienda sus luces
navideñas. Reflexiono sobre lo que Tate debe haber hecho en el tiempo entre su partida
y su regreso a mi vida. Obviamente vivió con su mamá y su padrastro por un tiempo.
Luego, en algún momento antes de que pudiera vivir solo legalmente, vivió con su padre.
¿Dónde fue a la escuela? Técnicamente, una vez que estuvo de regreso con Mitch,
podría haber regresado a su antigua escuela secundaria conmigo. ¿Por qué no lo hizo?
Me sobresalto cuando llego a la acera frente al camino de entrada de Mitch. Tate está
sentado en el escalón frente a la puerta, justo debajo del porche, con los codos apoyados
sobre las rodillas y mirándose las palmas de las manos abiertas. Viste jeans de mezclilla
con una chaqueta de motociclista y tiene una caja grande empacada en una bolsa de
supermercado blanca en el piso a su izquierda. A su derecha se sienta un pequeño ramo de
rosas
Se da cuenta de mí cuando estoy a la mitad del camino. Su cabeza se levanta de
golpe, y luego recoge la bolsa y las flores mientras se pone de pie, sus ojos nunca dejan
los míos. No sé cuál es el protocolo para este momento porque ni siquiera sé cuál es
este momento, así que camino por el porche hasta que estoy junto a él, mi hombro contra
su pecho, y busco la llave. de mi bolsillo.
"Pensé que tenías una llave", digo mientras deslizo mi llave en la cerradura, giro y tiro
hacia abajo la manija de la puerta. Abro la puerta y entro, y luego miro a Tate por encima
de mi hombro para invitarlo a entrar en silencio. Tiene que caminar de lado para acomodar
la caja en su mano y, seamos honestos, sus hombros gigantes. .
“No quería entrar mientras no estabas en casa. Este lugar es más tuyo que mío”,
responde. Cierra la puerta con un empujón hacia atrás desde su deltoides y luego
comienza a seguirme a la cocina. Me siento extrañamente conectado. Estoy nervioso
porque realmente no sé qué va a pasar mientras nuestros padres no estén aquí, pero
también estoy emocionado, lo que me avergüenza de mí mismo, porque no estoy seguro
si estoy siendo fuerte y autocomplaciente o simplemente débil de voluntad.
Tampoco puedo evitar el calor líquido que se arremolina en mi estómago cuando
me doy cuenta de que Tate no negó tener acceso a una llave. Pensé que Mitch podría
habérselo confiscado, por lo que saber que puede ingresar libremente a esta casa
cuando quiera es alarmante, pero, por alguna razón enfermiza y retorcida, me gusta.
Tate deja las bolsas sobre la mesa y se mueve a mi alrededor para encender los
interruptores en el tablero de la calefacción, luego abre un armario y toma un jarrón.
Camina hacia el fregadero y lo llena con un rápido y largo chorro de agua, antes de
colocarlo en el centro de la mesa. Arranca el celofán de las rosas y vierte en el agua
la bolsita de alimento que cae de entre los tallos. Una vez que abre un cajón, corta en
masa la parte inferior de los tallos con un par de tijeras de mano de tamaño mediano
y luego coloca las rosas en el agua. Arruga el celofán en sus manos y lo lleva al
contenedor exterior, sin mirarme todo el tiempo.
Trago saliva y, en mi breve respiro de su presencia, aprovecho la oportunidad para
literalmente oler las rosas. Son de un color rojo vino oscuro y los pétalos aún están
mayormente compactados en capullos arrugados, sin haber florecido aún. Siento una
constricción cálida y ligeramente dolorosa en el pecho cuando pienso en Tate
comprándolos para mi beneficio, sin otra razón que el hecho de que las rosas son
hermosas.
No, es más que eso. Las rosas son románticas.
"¿Estás corriendo de nuevo?" Tate pregunta mientras vuelve a entrar en la cocina.
Está siendo sospechosamente normal, lo cual me parece perturbador. Pela la bolsa
sobre la caja marrón y tengo la vaga sensación de que lo que sea que haya dentro
está ahí para mí. Esa cálida sensación en mi pecho de antes resurge pero trato de
mantener mi expresión neutral, para no transmitir lo vergonzosamente profundo que
mi cuerpo disfruta de este afecto. Cuando no respondo, Tate continúa hablando.
“Siempre pensé que te unirías al equipo de atletismo, pero nunca hiciste las pruebas,
aunque tenías la resistencia para ello. Por cierto, me gusta tu atuendo —dice,
mirándome desde debajo de largas pestañas negras, y un hoyuelo parpadea en su
mejilla cuando me sonríe—.
Los microbiomas en mi barriga están nerviosos. Es un infierno allí. Se ha desatado
un incendio y cada parte de mi cuerpo está participando en un caos de gritos y
carreras. Estoy usando mallas que sin duda están hundidas quince centímetros en mi
trasero, y me he desabrochado la chaqueta impermeable para revelar mi blusa con
cuello halter que está empapada de sudor, haciendo que me quede ceñida.
Cruzo los brazos sobre mi pecho. Estoy profundamente en guerra conmigo mismo en este momento.
Es un fuego cruzado entre disfrutar y tener algo de orgullo. La ironía es que
mientras me estoy golpeando a mí mismo, por alguna razón siento que Tate es la
persona que me levanta.
Tate se acerca a mi lado de la mesa y se apoya en ella, separando las piernas
y sosteniéndose con las palmas de las manos apoyadas en la superficie detrás de
él. Si doy dos pasos hacia adelante, estaré acurrucado justo contra el músculo que
sobresale de su... "Dime lo que estás pensando, River".
Lucho por lo que sea que estaba en mi cerebro antes de empezar a pensar en
su cuerpo. No voy a mentir, se tarda unos segundos.
Creo que tal vez un poco de honestidad femenina le repugnará lo suficiente
como para dejarme en paz con mi frustración sexual, así que digo: “Ya no sé cómo
hablar contigo. Realmente no quiero hablar más contigo. Pero cuando empiezo a
hablar contigo, siento que estoy hablando con tu antiguo yo, y eso lo hace más
fácil. Pero eso lo hace más difícil, porque no debería querer hablar contigo. Te
convertiste en una persona realmente imperdonable, y no sé si quiero dejarlo
pasar, incluso si solo tenías dieciséis años”.
Para su crédito, parece que Tate está tratando de entender lo que estoy
diciendo. Tiene el ceño fruncido con irritación contemplativa y sus hombros se ven
un poco más tensos que hace un minuto. Se aparta de la mesa, de alguna manera
cerrando el pequeño espacio entre nuestros cuerpos con su propio tamaño, y toma
suavemente mis hombros en sus cálidas y envolventes palmas. Se inclina un poco
para que pueda mirarlo desde un nivel más uniforme. Habla en voz baja pero
ronca, y las palabras raspan mi esternón.
"¿De qué diablos estás hablando, River?"
Estrecho mis ojos en él. Es fascinante cómo las cosas que son perjudiciales en
la vida de una persona pueden olvidarse por completo en la de otra. Tal vez
literalmente no recuerda. Para ser honesto, si no lo hace, no se lo voy a recordar,
así que niego con la cabeza para decirle que lo olvide, pero él no se dará por
vencido tan fácilmente.
“En serio, River, no sé de qué estás hablando. Si crees que alguna vez quise
lastimarte, ha habido un malentendido. Me jodió cuando las cosas terminaron como
lo hicieron. Si pudiera regresar y borrar ese día de nuestras vidas para que las
cosas se hubieran quedado como estaban, lo haría. Confía en mí, lo haría con
River”.
Su agarre mortal sobre mis hombros ahora me está aplastando contra su torso. A
él no parece importarle que mi sudor después de la carrera roce su camisa de algodón
limpia, así que me inclino más y él se da cuenta al instante. Sus ojos tienen un brillo
oscuro por un largo momento y luego quita mi chaqueta de mis hombros, baja por mis
brazos hasta que toca el suelo. No deja que sus ojos se desplacen hacia mi cuerpo;
en cambio, se aferran a los míos todo el tiempo.
“Quiero continuar donde lo dejamos”, finaliza. Sus manos se deslizan en las mías y
tira de ellas para que mis brazos estén envueltos alrededor de su cintura. Luego mueve
su propia espalda hacia mis clavículas, guiándolas lentamente hasta que se envuelven
alrededor de ambos lados de mi cuello.
"¿Me estrangularás si digo que no?" Pregunto sin aliento.
Sus ojos se abren momentáneamente y luego deja caer su cabeza sobre mi hombro,
dejando escapar una hermosa y estimulante risa. Cuando vuelve a levantar la cabeza,
me deslumbra la mirada juguetona pero obediente en sus ojos. "De los dos, sabes que
serías tú quien estrangulara", bromea, y me doy cuenta de que me está sacando de la
habitación. Mi corazón se cae a mi estómago y comienza a acelerarse demasiado
rápido. ¿Ahora? Pienso para mí. ¿Estamos haciendo esto ahora?
Me está llevando de espaldas por las escaleras, así que parece probable y estoy
entrando en pánico. Pero peor que eso, después de todo lo que acaba de decir, creo
que cometí un error, y no estoy hablando esencialmente de invitarlo a violarme mientras
estoy sin supervisión. Estoy hablando de hace tres años. Creo que falta una enorme
pieza gigantesca del rompecabezas que está girando burlonamente sobre su pequeño
borde afilado, justo fuera de su alcance. Por otra parte, nunca sabré si eso es cierto,
así que me hace pensar que nunca debería poder volver a confiar en él. Pero lo hago.
Tal vez sea intuición animal, o tal vez solo soy un imbécil. Tal vez ambos. Pero confío
en él, y me odio por ello.
Mi rostro debe estar traicionando la naturaleza secreta de mis pensamientos
internos porque una vez que estamos en el rellano del segundo piso, Tate me pregunta:
"¿Por qué estás hiperventilando?" Luego, justo cuando me presiona contra el panel de
una puerta de madera y dice: "El agua debe estar caliente en unos cinco minutos", le
digo en el mismo momento: "Todavía no estoy lista para tener sexo contigo".
Este es el momento en que me doy cuenta de que mi espalda está contra la puerta
del baño y él me ha maniobrado aquí porque quiere que me duche, es decir, no está
tratando de follarme en los primeros cinco minutos sin que nuestros padres estén aquí.
Me inmoviliza con una mirada tan sorprendida que bordea la perturbación. "¿Qué
dijiste?" pregunta, alarmado logrando levantar y torcer su ceja. Se ve sorprendido y
angustiado. Tal vez debería serlo. Definitivamente lo soy.
Rápidamente intento desviarme. Muevo lánguidamente mi mano frente a mi cara y
hago un sonido de aturdimiento . “Creo que me siento un poco débil. Debe ser mi asma.
Hago un ligero tambaleo.
Sus ojos son agudos pero ligeramente encapuchados mientras me mira. Puede leer
mi mente, y yo lo sé. Está pensando en el hecho de que todo lo que pienso cuando estoy
cerca de él es la posibilidad de que nos llevemos bien. ¿O quiero decir en? No sé por
qué esto no lo hace feliz, creo que lo haría para cualquier otro hombre heterosexual con
un fetiche bibliotecario. En cambio, parece completamente confundido.
"¿Por qué estás tratando de hacer esto sobre el sexo?" pregunta, sus ojos brillando
como cuchillos.
—Es por eso que estás aquí —digo, confundida. El duh está implícito.
Entrecierra los ojos con tanta severidad que por un momento siento un escalofrío
animal deslizándose por mi columna. Es mucho más fácil disfrutarlo cuando está así
porque puedo ver lo malo en él y me ayuda a separarme de todo lo bueno que es molesto.
"Eso no es por lo que estoy aquí", responde bruscamente. Siento que el cristal detrás
de mí cede y me doy cuenta de que ha abierto la puerta y nos está empujando hacia el
baño. Abre el armario del baño de un tirón para agarrar una toalla y la arroja sobre el
mostrador sobre el lavabo. Luego nos inclina hacia el panel de la bañera para poder girar
el grifo y hacer correr el agua caliente. Sus ojos se mueven de nuevo hacia mí donde
hace un barrido rápido de mi torso y luego me da la vuelta y nos mueve al centro de la
habitación de nuevo, para que estemos frente al espejo del tocador.
Descansa su barbilla en mi hombro expuesto y jadeo cuando su barba
apuñala en mi piel. Nuestros ojos están fijos en los reflejos del otro.
"¿Quieres saber cuánto no es por eso que estoy aquí?" —pregunta, deslizando un
antebrazo alrededor de mis hombros y el otro alrededor de mi estómago. Se queda
quieto por un momento y luego, de repente, agarra mi cuerpo contra el suyo con tanta
firmeza que casi me orino. Baja su voz a un susurro y corre por mi cuello como jarabe
caliente. “No traje ningún condón”, murmura.
Y será mejor que no tengas condones. Así que, a menos que quieras que te embarace
esta noche, voy a necesitar que te detengas.
Mis ojos se deslizan hacia mi estómago, donde su brazo me protege con fuerza, y
cuando vuelvo a mirar veo que Tate también está mirando allí. estoy chisporroteando
peligrosamente abajo porque, me guste o no, conozco a Tate. Como en, sé lo que le gusta.
Y sé más que nada que su fantasía más profunda consiste en conseguir que una buena
chica diga que sí en el altar de una iglesia y luego dejarla embarazada por el resto de su
vida.
—Te llevaré a salir esta noche —dice, frotando la barbilla de lado a lado, la barba rozando
mi piel. “Así que vas a ducharte, y luego estarás lista para mí en la puerta en una hora”. Sus
ojos se elevan hacia los míos y sus manos recorren los lados de mi estómago mientras
agrega: "Si quieres".
No quiero querer hacerlo, pero mi sentido común está siendo ahogado por el sonido de
la sangre corriendo por todas mis partes importantes. "Dos horas", digo.
Sí, me odio a mí mismo.
“Una hora y media”, responde.
Frunzo el ceño y trato de apartar sus manos de mí a pesar de que eso es lo último que
realmente quiero, pero tiene el efecto deseado. Me aprieta más fuerte en su agarre y cede
con, "Está bien, está bien, dos horas".
Soy malvada y mi interior está rebosante del placer de recibir un trato de princesa por
parte de Tate Coleson. Esto es lo que me he estado perdiendo durante los últimos tres
años: alguien que me malcría.
“¿Está bien? ¿Vas a... vas a salir conmigo en dos horas? pregunta, sus ojos brillan con
anticipación en el espejo. Tres años de añoranza le hacen eso a un hombre.
Resoplo, porque estoy tratando de pensar en una manera de decir que sí sin decir que
sí, y luego casi me ahogo porque en los últimos diez segundos la habitación se ha vuelto
tan opaca como una fuente termal con todo el vapor.
Me quito las gafas porque se han nublado y Tate me las quita de la mano antes de que
pueda protestar. Me estiro para recuperarlos, pero él los sostiene demasiado alto sobre su
cabeza, liberando un maremoto de ese embriagador olor a hombre de cedro. Cuando me
doy la vuelta, veo un trozo del rastro oscuro y feliz que corre por su abdomen color caramelo
y se mete directamente en la cinturilla de sus jeans, así que, naturalmente, olvido cómo
respirar, y mucho menos cómo dar una buena pelea.
"Rehenes", dice en broma, y los lentes brillan hacia mí de manera antagónica.
"Bien", murmuro y luego lo empujo fuera de la puerta, principalmente solo para que
Puedo clavar mis garras pervertidas en sus abdominales rígidos. Delicioso.
Doy un portazo, manteniendo mi pretensión de que eres el enemigo , pero siento que mi
pecho acelera. Le guste o no a mi cerebro, en mi biología Tate
está perdonado en un noventa y nueve por ciento, y por eso quiere su regalo de despedida.
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capitulo 22
Regalo
Está parado a noventa grados de la puerta, su espalda presionada contra la pared
adyacente, con una pierna hacia adelante y la otra arqueada hacia arriba.
Cuando siente que estoy bajando las escaleras, inmediatamente gira su cabeza hacia
mí, se levanta de la superficie y luego planta su cuerpo al pie de las escaleras, una
barrera inamovible gigante.
Cuando estoy a unos pasos del fondo y estamos más o menos a la misma altura, sus
brazos se ciernen a mis costados y me mira a los ojos esperando una invitación para
dejar que me toque. Hago el movimiento de cabeza más pequeño del mundo y las
llamas nacidas del infierno se encienden detrás de sus iris.
Sus manos se envuelven instantáneamente alrededor de la parte posterior de mis
muslos y me amasa con tanta fuerza que tengo que agarrarme a sus hombros para
evitar caerme. Eso no es exactamente una dificultad teniendo en cuenta que Tate se ha
quitado la chaqueta y ahora estoy agarrado a un cuerpo que pasa más de doce horas al
día acarreando madera. Al menos eso es lo que me he estado imaginando que hará
cuando esté sola en su antiguo dormitorio.
Por alguna razón, esperaba que se abriera camino hasta mi trasero, pero en lugar de
eso, siento que sus palmas presionan hacia abajo hasta que cubren la parte posterior
de mis rodillas y, por alguna razón, esto se siente aún más explícito. Tal vez sea porque
tuvo que agacharse un poco y ahora su rostro está a solo unos centímetros de mi calor.
Me ve palpitar y la comisura de su boca se levanta un poco. Luego levanta su cuerpo
hacia arriba, levantándome con él, y rápidamente me comprime en la parte delantera de
su torso. La forma en que me estoy extendiendo contra su camisa me hace doblar mis
labios en mi boca para evitar hacer algún sonido que traicione mi tumulto hormonal.
Estoy súper excitado .
Está lleno de sonrisas porque mis feromonas le han dicho todo lo que necesita saber.
Ella te quiere, están susurrando. No están equivocados.
"¿Estás listo?" pregunta mientras reposiciona una de sus manos para estabilizar mi
espalda y nos da la vuelta para que nos dirijamos a la puerta. Su mano se desliza dentro
del bolsillo en la culata de mis jeans, y saca el estuche que había deslizado allí para mis
anteojos, haciendo clic en el botón de abrir y cerrar un par de veces.
de veces y haciéndome preocupar por el desgaste de la función. Lo vuelve a deslizar dentro
del bolsillo. ¿Cómo sabía siquiera que estaba allí? Ahora también me preocupa que tenga
visión de rayos X, así como habilidades psiónicas.
“Tendrás que darme un sí o un no en algún momento”, bromea, pero tan pronto como lo
dice mi cuerpo se queda quieto y sus ojos parpadean en los míos, lejos del interruptor de
la luz que estaba a punto de apagar. Sus hombros se hinchan y se tensan.
Modo depredador.
Mis ojos se han expandido traidoramente a cinco veces su tamaño habitual en flashback
miedo. Gracias a Dios que no estoy usando mis anteojos en este momento o se verían diez
veces más grandes de lo normal. Trago saliva rápidamente y trato de neutralizar mi rostro,
pero él no lo acepta. Solo hay una razón por la que una persona reaccionaría de manera
extraña cuando alguien le pidiera consentimiento.
“Vas a tener que explicármelo, River”, ordena, y es en ese momento que estoy noventa
y nueve punto nueve por ciento seguro de que me he equivocado todo este tiempo. ¿Lo
que pasó que pensé que Tate era la causa? Tate no sabe lo que pasó. Tal vez había
planeado algo, pero lo que sucedió posteriormente no es lo que había planeado. No es de
extrañar que haya estado tan confundido.
La comprensión hace que mi estómago se hunda con náuseas, la ansiedad por haber
sido tan innegablemente engañado, pero mi cerebro se aclara como si un aguacero acabara
de lavar todos los escombros de mierda que habían estado supurando durante, no sé, ¿tres
años?
Revestimientos de plata, pienso para mí mismo.
—River —incita de nuevo, reajustándome contra su pecho.
No quiero pensar más en el pasado. Ya no necesito pensar en el pasado. Este es un
buen momento y estoy tan feliz que casi suelto una especie de chillido de júbilo.
Niego con la cabeza hacia él con una sonrisa en mi rostro, y entierro la nariz en su
cabello. Puaj. Es tan suave que empiezo a respirar audiblemente y luego paso una de mis
manos a través de él también, tirando de su grosor y longitud. Todavía no hemos salido
porque Tate ahora está congelado en estado de shock debido a mi ciento ochenta; es
demasiado intrincado para que me importe explicárselo, así que espero que acepte mi
iluminación como un milagro divino.
Lo escucho tragar mientras sigo inhalándolo y susurra, en voz baja y ronca: "¿Es esto
un... un truco para mí?" Enrosca una mano en mi cabello y tira suavemente hacia atrás para
que pueda ver mi rostro. Evaluando su reacción, parezco un adicto a mitad de un golpe.
Ojos. Labios. Ojos. Labios. Está decidiendo si continúa con esta conversación, aunque
es un tema bastante importante que estoy decidido a evitar, o me arrastra arriba y me
muestra cuánto me ha extrañado. Me gustaría ir con la opción número dos.
Tate susurro.
Y eso es todo lo que se necesita.
Sé que él sabe que esta es la primera vez que digo su nombre en los tres meses que
hemos estado atrapados en este experimento de frustración sexual de trauma infantil, y
antes de eso habían pasado tres años.
Uno pensaría que acabo de decir su palabra desencadenante de activación del agente
espía porque de alguna manera deja caer todos los escudos que sostenía mientras se
expande y endurece simultáneamente en todas las direcciones. El sonido que sale de su
pecho no es humano, y la forma en que empuja mis caderas hacia abajo desde su cintura
para presionar su ingle no es suave. Estoy más alto que un globo aerostático y mi pequeño
brasero acaba de recibir un tirón. Toot Toot.
Ahora estoy contra la pared en la que él estaba parado mientras me esperaba, y realmente
no hay lugar en el que prefiera estar. Agarra mi mandíbula con una mano, forzando mi rostro
hacia arriba, y sus ojos, endiabladamente hambrientos, escanean rápidamente los míos.
"¿Yo puedo?" pregunta bruscamente, con los ojos en mis labios.
Borracho de astucia me burlo de vuelta, "¿Puedes?"
Y luego me demuestra que sí puede.
Sus manos son firmes mientras me sujetan en el lugar, pero su boca es la cosa más
suave que jamás haya sentido. Presiona sus labios contra los míos suavemente, solo lo
suficientemente separados para respirar mis suspiros mientras acaricia mi piel, pero su
cuerpo es una experiencia completamente diferente. La mano que ahuecó mi mandíbula se
movió para agarrar la parte posterior de mi cuello, sosteniéndome en el lugar para su boca,
mientras entrelazaba sus dedos en mi cabello y tiraba con fuerza. Su otra mano está apoyada
en la pared para hacer palanca mientras mece la cremallera de metal de sus jeans hasta mi
centro. Cuando quita la mano de la pared, la desliza por el centro de mi trasero hasta que
sus dedos alcanzan mi calor, y me sujeta con tanta fuerza que tengo que apartarme para
jadear. Me da unos tres segundos antes de acercar mi cara a la suya y esta vez desliza la
parte caliente de su lengua en mi boca, llenándome suavemente al principio y luego
acariciando gradualmente hasta que las caricias se vuelven implacables. El charco de agua
fundida en mi vientre se desborda cuando abre más mis labios, y luego vuelve a llenar mi
boca con su largo músculo húmedo.
"No quiero salir más", dice, su voz baja y grave, labios a milímetros de los míos. Muerdo un
pequeño mordisco en su labio inferior y él gime. Pasa ambas manos por las curvas de mis
caderas y luego frota su ingle endurecida en mi entrepierna, para mostrarme exactamente lo
que quiere hacer en su lugar.
—No tienes condones —le susurro en broma, y ahogo una risa tranquila cuando deja caer
su cabeza en el hueco de mi cuello, gimiendo de dolor. Paso mis dedos por su cabello,
saboreando lo espeso y sedoso que es.
¿Has cambiado de opinión, oh moral?
Tate está tan excitado que ha olvidado cómo hablar con oraciones adecuadas.
Sus ojos están a media asta y sus músculos están hinchados y ondulados. Mantiene su boca
presionada contra mi garganta mientras murmura algo como: "Necesito a mi chica esta noche".
Me estremezco de placer y él se retuerce contra mí, empujando mi cuerpo contra la pared una
y otra vez.
En ese momento mi estómago hace un sonido y Tate levanta la cabeza de mi cuello para
mirarme. Parece que está en la mitad de una cogida, el cabello completamente desordenado
y sus pupilas tan negras que han extinguido sus iris. "¿Tienes hambre?" él pide. Ni siquiera sé
cómo se las arregló para ahogar las palabras, su timbre se ha vuelto tan profundo que lo siento
más de lo que lo escucho.
Miro fijamente su alma y asiento, transmitiendo mis ondas cerebrales cargadas de insinuaciones.
Tengo tanta hambre, Tate.
¿Quién necesita sutileza?
Hace un ruido ronco y me muerde el cuello, rozando y chupando mientras una de sus
manos encuentra mi barriga. Voy a alimentarte murmura y luego me lleva a la cocina, su boca
nunca deja mi piel. Su mano vuelve a meterse en mi bolsillo trasero, saca el estuche de las
gafas y lo coloca sobre el mostrador mientras se gira para irse.
“Espera”, protesto, “¡Necesito eso! Y todavía tienes mis anteojos, devuélveme a los rehenes.
Frota su palma sobre mi nalga en el lugar donde había estado el estuche de las gafas, y
luego lo agarra mientras abre la puerta principal. “No puedes usarlos ahora, bebé. Te prometo
que los tendrás de vuelta cuando lleguemos a casa. Mientras cierra la puerta desde afuera,
inclina su cabeza hacia mi oreja y aprieto mis brazos alrededor de su cuello un poco más
fuerte. Baja su voz a un susurro. "Sabes que voy a hacer que te los pongas cuando te folle".
Casi me resbalo de él cuando me sobresalto. —Jeepers —murmuro, aturdida, y él se ríe
mientras me deja en el suelo. Tengo piernas de barco tambaleantes de estar
llevado como un koala y casi tropiezo con mis propios pies cuando paso a su alrededor.
Entonces lo veo.
“Ohhh no,” digo, retrocediendo inmediatamente, y por lo tanto golpeando de nuevo el torso de
Tate. No le importa en absoluto, y envuelve sus brazos alrededor de mi cintura, tirando de mí
contra los planos rígidos de su pecho.
"¿Por qué no?" —pregunta, sus dientes encontrando su camino hacia un lado de mi cuello
otra vez. Si Tate fuera un vampiro, no quedaría ni una sola gota de sangre en mi vaso mortal.
"Mi mamá me matará", digo, el horror se filtra en mi torrente sanguíneo mientras observo la
vista.
“Tu mamá no está aquí”, responde, su voz ronca.
“Los espíritus enviarán por ella cuando vean esto. Probablemente ya esté en camino.
La gigantesca moto de Tate está estacionada en el camino. Es un monstruo espeluznante y
es sexy como el infierno, pero mi madre literalmente me repudiará si lo toco con un palo.
Voy a dar la vuelta pero Tate tiene otras ideas. La barrera de proximidad rota ha desatado
tres años de añoranza y su cuerpo no tiene intenciones de dejar el mío. Está frotando círculos en
el costado de mi estómago con el brazo que está envuelto con fuerza alrededor de mi barriga, y
su otra mano se desplaza lentamente hacia abajo, a punto de abrirse camino debajo de mi
cremallera.
“Tate,” siseo, y su mano mágicamente se mueve al otro lado de mi estómago. "Estamos
afuera" , continúo, y puedo sentir su sonrisa presionada contra mi mejilla. Por alguna razón puedo
sentirlo presionando mucho más al sur.
Escaneo las casas frente a la de Mitch pero no puedo ver a nadie mirando por sus ventanas,
gracias a Dios.
“Abre la caja”, murmura, y por primera vez me doy cuenta de que la caja que había traído a la
cocina está junto a la moto. No hay escritura en el cartón, es simplemente un simple cubo marrón,
pero puedo adivinar bastante bien lo que hay dentro.
Doy un paso lejos del cuerpo de Tate para no arquear mi trasero directamente en su
entrepierna mientras me inclino hacia adelante para abrir la caja. Abro los pliegues superiores y
luego empujo hacia atrás las tablas metidas debajo. Me pongo de pie y miro hacia abajo.
"¿Es... rosa bebé?" —pregunto, ladeando la cabeza hacia un lado.
Tate da un paso a mi alrededor, suprimiendo una sonrojada sonrisa satisfecha, y él
saca el casco de la caja. Muy rosa bebe.
“Lindo,” digo. Luego agregue, "¿Dónde está el mío?"
Se ríe y da un paso hacia mí, listo para colocar el casco sobre mi cabeza.
De ahí la razón detrás de no llevar gafas, supongo.
Doy un paso atrás pero él sigue conmigo. “Sabes que no puedo ir en esa bicicleta.
¿Por qué no comemos aquí? Me declaro.
Él niega con la cabeza. “No podemos comer aquí, porque si estamos aquí no estaremos
comiendo”. Sus ojos recorren mi frente y se detienen sobre el botón superior de mis jeans.
"Bueno, no vas a comer", agrega en voz baja.
Crikey. Salto de un pie a otro. “Tendrá que estar en algún lugar cercano,” especifico. “Como,
un viaje de cinco minutos”. La cosa es que realmente quiero que Tate me lleve a pasear en su
bicicleta. Sé que cuando mi mamá llegue a casa no volverá a presentarse la oportunidad, así
que no quiero perderla, pero tampoco quiero ser ingenua e imprudente. Está bien, no quiero ser
demasiado ingenuo e imprudente.
Se pasa una mano por el pelo. “Pero eso significa que solo puedo llevarte al restaurante”,
dice, su voz un poco decepcionada.
—Tomaré el restaurante —concuerdo y me acerco a él para que pueda ponerme el casco
sobre la cara. Antes de que lo haga, se inclina para darme un beso en la parte superior de mi
pómulo. Cierro los ojos con fuerza como si eso ayudara a sofocar el calor que acaba de
extenderse por mi pecho.
“Tenemos que irnos antes de que llueva”, dice, colocándome el casco. Es realmente pesado
y mis rizos están como en mis ojos, pero puedo ver la boca de Tate levantándose ligeramente
en las esquinas mientras me mira usándolo. Se dirige al garaje para recoger su propio casco,
se encoge de hombros y se vuelve a poner la chaqueta, y luego se acerca y levanta un muslo,
colocándose a horcajadas sobre el asiento. Vuelve la cara hacia mí antes de ponerse los
guantes y el casco. —Ponte detrás de mí, Mochila —bromea, y me tambaleo durante unos
segundos antes de moverme hacia él, colocando mis manos sobre la extensión de sus hombros
mientras me acomodo contra su espalda. Nunca me di cuenta de cuán ancho sería este asiento
y ahora temo exactamente dónde van a golpear las reverberaciones de los neumáticos. Tan
pronto como entro, Tate agarra mis manos y las tira con fuerza alrededor de su cintura. “No
pienses ni por un segundo en dejarlo ir”, ordena, y luego se coloca su propio casco en la cabeza
y le da una patada a la bicicleta.
*
Cuando Tate estaciona afuera del restaurante en la plaza del pueblo de Phoenix Falls,
me levanto de la bicicleta con toda la gracia de Ariel experimentando la tierra por primera vez.
Me siento como si me hubieran frotado en carne viva. Tate desabrocha la correa debajo de
mi casco, me la quita de la cabeza y luego se ríe de mi expresión, que es tranquilizadora.
Me empuja hacia la curva de su bíceps y me derrito con gratitud en él mientras nos lleva
hacia las puertas del restaurante. Cuando entramos, está embestido. No esperaba que lo
fuera, pero supongo que es porque son las vacaciones. Todos los reservados de cuero rojo
parecen estar llenos, pero hay un taburete libre frente al mostrador, así que Tate nos conduce
hacia él y me empuja hacia abajo para que quede sentada a horcajadas con mi espalda
contra su torso. La iluminación es baja y de color rojo oscuro, así que cuando giro la cabeza
para mirar a Tate de pie detrás de mí, siento que he caído en una de mis fantasías sexuales
desquiciadas de Tate Coleson.
Sus brazos están bloqueando ambos lados de mi cuerpo, los puños apretados en el
mostrador frente a mí, y su pecho está presionando mi espalda.
"¿No quieres sentarte?" —pregunto, aunque no creo que haya otra superficie libre
disponible en todo el restaurante.
"Estoy bien", responde lacónicamente, y sus ojos permanecen en los míos mientras toma
un menú y lo desliza frente a mí. Su repentino cambio de humor me pone ansioso, porque
me hace dudar del escepticismo que he estado teniendo sobre mí mismo, pero trato de
posponerlo como si tuviera hambre. Miro el menú y puedo decir desde el espejo detrás del
mostrador que sus ojos todavía están en mí. Mis mejillas se sonrojan bajo su escrutinio, pero
una vez que decido lo que estoy ordenando, me vuelvo hacia él y le entrego la tarjeta.
Él no lo toma.
Mi pánico realmente está aumentando ahora. Tal vez me trajo aquí para asesinarme.
¿Pensó que confiscar mis anteojos debilitaría mi cuerpo por completo?
"¿No tienes hambre?" Pregunto, mi voz un poco nerviosa, maldita sea.
Mantiene sus ojos en los míos, pero se suavizan un poco mientras niega con la cabeza.
“Estamos aquí para ti, River. Consigue lo que quieras y luego te llevaré a casa. Se inclina
más hacia mí y de repente siento la rigidez de su excitación clavándose en mi espalda.
El alivio se apodera de mí. Gracias a Dios. La razón por la que está lleno de tensión es
porque está a punto de reventar una nuez.
Satisfecho, vuelvo al frente y el mesero detrás del escritorio asiente con la cabeza.
a mí.
"¿Qué puedo conseguirte?" él pide.
"¿Podemos pedir una cocacola y papas fritas grandes, por favor?" Le devuelvo el menú
y asiente de nuevo. Tate saca su billetera y escanea una tarjeta en el lector, mientras el
mesero hace el pedido en la cocina y pasa la boquilla de coca cola a una taza.
El mesero coloca las papas fritas y el refresco frente a mí, y me inclino hacia atrás hacia
Tate, inclinando mi cabeza hacia atrás para mirarlo desde abajo.
"Gracias", digo mientras deslizo la pajilla en mi boca, absorbiendo la coca.
Me sonríe y, cuando voy a dejar la bebida en el mostrador, la levanta y toma un sorbo, sus
ojos brillando en los míos. Me está besando sin besarme. Mis mejillas se enrojecen como
un asiento de piel sintética, así que me agacho para mordisquear las papas fritas. Cada vez
que tomo un trago, inmediatamente toma uno después, frotándome un poco más fuerte por
detrás. Para cuando termine, me pregunto si tendré un moretón.
Justo cuando me doy vuelta para saltar del taburete, Tate está siendo empujado en uno
de esos "abrazos" que agarran el puño y golpean el hombro que dan los hombres, y cuando
veo quién es el otro destinatario, me quedo atónita y quieta. Pelo negro y esponjoso, ¿y eso
es un aro en el labio? Permanezco inmóvil con la esperanza de que él no se dé cuenta de
mí, pero eso se vuelve imposible cuando Tate me desliza del asiento y me aplasta contra
su costado.
Los ojos de Madden me miran y se entrecierran, una mirada que deriva en escepticismo
más que en desprecio, pero cuando vuelven a mirar a Tate, inmediatamente se inclina hacia
su oído (irritantemente del lado de él contra el que no estoy parado ) y comienza a susurrar .
No puedo escuchar una palabra porque el restaurante está lleno de ruidosas cabinas y
música country, pero los dedos de Tate nunca dejan de acariciar mi caja torácica, así que
asumo que no es demasiado incriminatorio.
Nunca tuve un problema con Madden, por lo que deduje que era (afortunadamente) el
amigo favorito de Tate, pero Dios sabe lo que él sabe... o peor aún, lo que cree que sabe.
De repente estamos caminando afuera y Tate me está sentando al costado de su
bicicleta, colocando el casco sobre mi cabeza. Me habla en un tono suave y silencioso.
“¿Puedes quedarte aquí por mí un minuto, por favor? Madden va a... Necesito su ayuda
con algo —termina, sus ojos se fijan brevemente en Madden por encima de mi hombro.
Asiento con la cabeza a pesar de que mis terminaciones nerviosas están inflamadas y él
me da un beso rápido antes de abrocharme el casco.
No me doy la vuelta para ver hacia dónde corren, pero escucho el tintineo
de la puerta de una tienda cuando entran y nuevamente cuando se van.
Cuando regresa, puedo ver que hay algo metido en el bolsillo de su chaqueta,
pero no hago comentarios, ni muevo mis manos dentro mientras él se agacha
para besar la piel expuesta en mi cuello. Se acomoda en el asiento, acomodo
mi cuerpo detrás de él y luego pone la bicicleta en acción, listo para andar.
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capitulo 23
Regalo
Me bajo de la moto al suelo del garaje y Tate me pasa la mano por el centro del trasero
y me levanta con un brazo para que pueda envolver mis piernas alrededor de su costado.
Entierra su rostro en la calidez de mi cuello, velado por mis rizos barridos por el viento, e
inhala profundamente mientras nos saca del garaje, cierra la puerta con su brazo libre y nos
lleva al porche.
Se aparta solo para comprobar qué llave colocar en la cerradura, abriéndola y entrando, y
luego sumerge su rostro en el mío, plantando besos castos y calientes en mi mejilla,
haciéndome temblar.
"¿Qué hay en tu bolsillo?" Pregunto, está bien, jadeo, mientras arrastra los dedos.
ahuecando mi culo más ásperamente contra mi centro.
Él hace un sonido áspero detrás de mi oreja pero lo siento hurgar en su bolsillo y sacar la
caja envuelta en celofán. Giro la cabeza para poder ver el artículo y lo empuja en mi mano
mientras comienza a rozar con sus dientes el otro lado de mi cuello.
Levanto la caja y me estremezco involuntariamente. Lo siento respirar una risa
contra mi piel, su boca levantada en las comisuras.
Es un paquete de veinticuatro condones que envía sacudidas de deleite y miedo a mi
espalda. No puedo evitar preguntarme por qué estaba con Madden cuando los compró.
¿Estaba siendo medido?
Tate se aleja, sus ojos velados por la oscuridad de una noche estrellada, para estudiar mi
reacción a la caja. El movimiento libera inadvertidamente una cálida oleada del aroma
embriagador de pino, madera fresca y piel caliente que se adhiere a su pecho y puedo
saborearlo en mi boca. Trato de sacudirme el mareo mientras pretendo leer el empaque.
"'Extra, extra, extra grande'" , digo, con los ojos entrecerrados en profunda concentración.
Deja escapar una fuerte risa que sacude el cuerpo y sus ojos brillan de placer. Encuentro su
mirada y hago un pequeño siseo para morderme los labios. "Ay. Mejor no te arriesgues,
entonces.
Me coge la caja y se la mete en el bolsillo mientras nos lleva a la cocina. Palpa la mesa y
lo siguiente que sé es que desliza suavemente mis anteojos sobre mi nariz. Me quita las
zapatillas y
se quita las botas mientras me ajusto las gafas para que estén lo más cómodas posible, y
luego me clava una mirada ardiente de pupila mientras empieza a subir las escaleras.
—Lo haré encajar —susurra sombríamente.
Soy mordida y apretada hasta que llegamos al dormitorio, donde él cierra la puerta
suavemente detrás de nosotros, la bloquea y luego pone mis pies con cuidado sobre la
alfombra. Las acciones de Tate son tan tranquilizadoramente tiernas que empiezo a dudar si
los condones son para que los usemos o no, o si son más un accesorio para tener a mano
por si acaso.
Cuando cae de rodillas, entiendo que los usaremos.
"¿Puedo quitarme esto?" pregunta mientras me mira por debajo de sus pestañas, su
cabeza en algún lugar cerca de la parte superior de mi caja torácica. Realmente es muy alto.
Me doy cuenta de que a estas alturas se supone que debo responder lo que sea que haya
dicho, pero en lugar de eso, mis manos han encontrado su camino hacia su cabello color
chocolate y lo estoy tirando con más fuerza de lo que pretendía. A él no parece importarle.
"¿Qué?" Pregunto de vuelta.
Tate me sonríe y me doy cuenta de que mi botón superior y la cremallera se han soltado
sin darme cuenta, y sus dedos están rozando mi cintura de mezclilla.
"¿Quieres mis jeans?" Pregunto. No sé por qué lo digo de esa manera, pero ahora parece
que le estoy ofreciendo mis jeans.
"Sí, por razones personales", dice, sus manos se deslizan entre mi piel y la tela, y luego
las empuja hasta mis tobillos con un movimiento suave. Mete una mano detrás de mi rodilla,
levantándome una pierna a la vez para que pueda salir de mis pantalones. Luego los dobla y
los deja a un lado, sus manos gravitan hacia mis caderas como un imán, y encierra mis dos
nalgas entre sus dedos, amasándolos ansiosamente hasta que empiezo a jadear.
Abre más los muslos por el suelo para poder alcanzar mi mitad inferior con más facilidad y
usa dos dedos para levantar minuciosamente el dobladillo de mi camisa. Mira mi ropa interior
con el enamoramiento de la Caja de Pandora. Todavía me sobresalto y me sobresalto cuando
de repente presiona su cara contra el fino algodón blanco, cubriendo mi calor con su boca, y
respirando con dificultad por la nariz. Mi estómago se agita cuando roza la tela y luego me
mira con ojos brillantes mientras toma el refuerzo entre sus dientes y lo quita de mi piel. Tomo
aire, prácticamente me desmayo.
El calor que tenía encerrado entre mis piernas se libera de su ropa interior.
prisión y Tate me huele como un animal, llamas ardiendo detrás de sus ojos mientras
consume mi calor. Luego se pone de pie y me apoya en el colchón.
Una vez que mi trasero está en el edredón, con una palma detrás de mi espalda, levanto
la otra mano y él hace una pausa como si hubiera tenido entrenamiento. "Estás completamente
vestido", le digo.
La caja de condones se tira sobre la cama detrás de mí y su chaqueta se tira en algún
lugar cerca de la puerta. Se quita los calcetines y luego alcanza la parte trasera del cuello de
su camiseta, colocándola sobre su cuerpo en un movimiento fluido. Lo único que queda en la
parte superior de su cuerpo es su cadena de plata con la cruz. Me estremezco y me contraigo
al ver los músculos bronceados y carnosos ondeando en su abdomen y la dura hinchazón de
sus bíceps bombeados por el trabajo. Deja caer la camiseta a mi lado y tengo que contenerme
físicamente para no aplastar mi cara contra ella para oler su olor caliente.
Debe haber un ligero delatamiento cuando mis ojos locos y poseídos se lanzan entre las
severas sombras debajo de los pectorales de Tate y el top negro se arrugó a mi lado, porque
después de un momento Tate toma la camiseta y la sostiene justo debajo de mi barbilla. No
sé qué está pensando que quiero hacer con él, pero cada pensamiento que tiene
probablemente sea correcto. Envuelvo mis manos alrededor de su muñeca y empujo mi cara
contra el algodón. Es el cielo. Su olor es tan masculino y delicioso que saliva. Inhalo como un
adicto y cuando retrocedo estoy drogado. Una parte de mí espera que se ría de mí, pero
cuando veo su rostro no se ríe. Me observa intensamente mientras disfruto de su ofrecimiento,
y es inamovible en su seriedad. Esto no es una broma para él… Yo no soy una broma para
él.
"¿Bueno?" pregunta, su voz tan baja que vibra.
Asiento y él se inclina para besarme suavemente. Coloca la camiseta en mi regazo y sus
dedos comienzan a desabrocharme la camisa. Desabrocha el último botón y alisa la tela de
mis hombros sin que sus labios se separen de los míos, pero cuando se aparta para mirarme,
un gruñido profundo sale de entre sus dientes descubiertos.
¿Me puse el pushup rosa bebé con ribete de encaje negro que le dio palpitaciones hace
tres meses cuando me vestía esta noche? Soy una zorra tortuosa. Mi pecho, por lo general
pequeño, está hinchado y palpitante: suave, suculento y atado con un pequeño lazo. Las
cómodas copas de satén captan la luz de la luna que entra por la ventana, guiñándole y
diciendo desátame.
Tate vuelve a caer de rodillas, con la boca abierta.
"Eres jodidamente hermosa", retumba bruscamente. Luego dice con voz áspera:
"Jesucristo".
Miro su cruz. Diré.
De repente, manos ásperas agarran mis tobillos hasta que se enganchan en la amplitud
expansiva de sus hombros, y luego Tate se inclina hacia adelante y aplasta su boca contra
mi carne. Él gime instantáneamente mientras chupa bocados de suavidad entre sus labios,
pero cuando desliza su lengua larga y húmeda por el interior de la taza apretada, rozando
mi pezón, soy yo quien jadea. Usa una palma para engordarme y dos dedos para deslizar
la copa hacia abajo, y luego su boca succiona alrededor del pequeño pico hasta que estoy
extendida y retorciéndose. Se inclina hacia atrás, con los ojos aturdidos, y observa mis
caderas frotar pequeños círculos de desesperación en su pecho. Pone una mano en mi
cadera, sintiendo mi cuerpo contraerse, y sus dedos se clavan en mi piel, inflexibles.
Cuando hago un ruido para recuperar su atención, acerca su cara a la mía y me deja tirar
de su labio inferior con un pequeño mordisco.
"Joder", gruñe mientras desabrocha mi sostén por detrás. Al menos sé lo que está
pensando. Saca el sostén de mi pecho y, tan pronto como estoy libre, masajea mis senos
en dos manos ásperas. "Esa es mi chica."
Golpeo hacia atrás sobre la cama y él se pone de pie.
La larga correa de cuero de su cinturón se desliza a través de la hebilla hasta que se
abre contra las presillas de sus jeans. Presiona el botón a través de la abertura y baja la
cremallera antes de empujar la mezclilla justo debajo de sus caderas. Tomo la sombra que
proyecta a través de sus calzoncillos y pierdo un par de millones de células cerebrales.
Parece que está a punto de darme una paliza en un granero. Mejor aún, parece que está
a punto de follarme en el taller. Él en mezclilla cubierta de aserrín, rodeado de sus taladros;
yo con calcetines de cama mullidos, sobre una mesa que acaba de hacer.
Le digo eso, y luego sus bóxers también bajan.
Saca toda la longitud de su músculo endurecido, su puño agarra el grosor cerca del
cabello áspero en la base, y lo mantiene fuertemente apretado mientras reajusta el pesado
saco detrás de él. Luego frota su pulgar sobre la resbaladiza cabeza abovedada, sonrojada
en contraste con su abdomen, y creo que me atraganto con mi propia saliva. Mis ojos
parpadean hasta los suyos.
Por alguna razón, creo que está esperando que diga algo, así que
decir con voz estrangulada, "¿Es eso para mí?"
Él me da una sonrisa tímida, pómulos bronceados brillando de color rojo rosa, y una
el dolor se extiende a través de mi pecho.
Me siento sobre mis rodillas, envuelvo mis brazos alrededor de su cuello y lo beso tan
dulcemente como puedo. Puedo sentir el tímido calor en su rostro y garganta mientras lo abrazo.
Me hace acercarlo más fuerte, suavizando mi suavidad en él hasta que está seguro.
Sus manos están extendidas sobre mi espalda, cubriéndola con su calor. "Olvidé ponerme
lubricante, bebé", admite en voz baja, con la frente tensa por el arrepentimiento.
Froto mis muslos internos juntos. "Creo que nos las arreglaremos", digo, y mi
La respiración se entrecorta cuando comprueba que no estoy mintiendo.
Traga pesadamente. "Guau."
Estoy a punto de decir "Lo sé", pero resulta que su oración no estaba terminada.
"Te voy a chupar", dice, con una voz tan profunda que mi estómago
se aprieta, y se hunde en cuclillas con su excitación a la vista.
—Debería darme una ducha primero —digo, un poco asustada cuando su pulgar tira del
refuerzo hacia un lado. No es como si no me hubiera olido ya, pero "Pero eso anula todo el
punto", susurra, y luego presiona su
labios a mi centro.
Me siento suavemente hacia atrás, arqueado, inclinado, extendido. Manos cálidas esposan
y envuelven mis tobillos, luego se mueven firmemente detrás de mis rodillas, y él desliza su
lengua en mis partes más secretas, lamiendo y chupando con tierna adoración.
Mi estómago está ardiendo y mi corazón late vergonzosamente fuerte. Hace un sonido
profundo y de adoración y dejo de respirar por completo.
"Tate" , susurro lo más bajo posible, en un intento de ocultar mi gemido.
Hace un largo gemido que sale disparado hacia mi útero y empuja su lengua más fuerte
contra mí. —Di mi nombre otra vez —murmura, pero cuando la áspera palma de su mano
presiona y gira con fuerza contra mi protuberancia sonrojada, ya no soy capaz de hablar.
Clavo mis uñas en su cabello y trato de arrastrarlo hasta mi estómago, pero todo lo que
parece hacer es aumentar la tortura, mientras su largo flequillo despeinado se levanta y me
frota.
"Un minuto más, bebé", murmura suavemente. Lo estás haciendo muy bien.
Mis muslos se levantan ligeramente, rozando cada lado de su suave cabello castaño, y
hace un ruido bajo mientras empuja desde un ángulo más profundo. Levanta su otro brazo y
lo usa para sujetar mi estómago, sujetando mis caderas contra el colchón mientras se traga.
De repente se pone de pie, levantando mis piernas por los tobillos para poder deslizar
mi ropa interior por encima de mis piernas sin que yo tenga que moverme ni un centímetro.
Mantiene el algodón apretado en su mano mientras se quita los pantalones y los bóxers.
"Me quedo con estos", dice mientras lo último de su ropa es apartado a un lado.
Me incorporo sobre un codo mientras alcanza la lámpara del suelo y enciende la
bombilla de tono cálido bajo antes de volver a la cama. "Entonces, ¿puedo quedarme con
el tuyo?" Pregunto de vuelta.
Se acomoda entre mis piernas, los bíceps se amontonan a cada lado de mi cabeza. Él
roza suavemente mi mejilla con el dorso de sus dedos. "¿Qué quieres hacer con ellos?"
responde, medio desconcertado, medio sorprendido.
Levanto una ceja y sus mejillas se sonrojan.
Con cuidado coloca mi ropa interior en la cómoda y me da un beso en la garganta
mientras se inclina para recoger la caja de condones. "Solo si me lo muestras", susurra, y
ahora es mi turno de sonrojarme.
Tate se sienta en cuclillas, golpeando suavemente mis rodillas más abiertas mientras
arranca el celofán de la caja. Sus ojos permanecen fijos en los míos. Es como una
competencia de miradas, solo que ambos estamos a punto de ganar. Clava los dedos en
el cartón para perforar la abertura, pero su hombro se ondula cuando la parte posterior
suave de mis muslos se frota para acariciar sus rodillas y todo el costado se abre, la mitad
de la caja de condones se derrama sobre mi estómago.
"Oh , mierda" , maldice con voz ronca, antes de morder su antebrazo, girando su
torso lejos de mí, y apretando sus ojos cerrados.
Mis ojos se mueven entre los paquetes derramados sobre mi barriga y el agarre mortal
de Tate sobre su erección. No lo está moviendo, es más... refrenándolo. Rápidamente me
limpio los paquetes y los vuelvo a meter en la caja rota.
Luego saco uno y lo coloco justo debajo de mi ombligo.
Cuando se da la vuelta, su frente está pellizcada por la agonía, y cuando ve el paquete
de aluminio, parece que está a punto de llorar. Lo levanta y baja su cuerpo sobre mí, sus
ojos se encuentran con los míos con una mirada preocupada y protectora.
"¿Está seguro?" pregunta, sus ojos brillando con preocupación.
Reajusto mis anteojos y le doy una pequeña sonrisa lista. Siento que acabo de abrir un
examen y la pregunta en la parte superior es exactamente para lo que me preparé. "Sí, lo
digo. Luego agrego, "¿lo eres?"
La mirada en sus ojos cuando atrapa el borde de aluminio en su boca, rasga el paquete
y luego lo escupe a nuestro lado responde mi pregunta antes que él.
"No tienes idea", susurra, los ojos brillan mientras enrolla el condón a lo largo de su
longitud.
Hmm, tengo una idea.
Deja caer su frente sobre la mía y se mueve entre nosotros, rozando
tentativamente, y tengo que tragarme un pequeño aullido de chihuahua.
Vaya, tengo miedo. Que tiempo para eso. ¿Esto le sucede a todos o es solo para
personas con PTSD?
Tate puede sentirlo. Me he quedado tan inmóvil que puedo distinguir el golpeteo fresco
de la lluvia que se ha desatado del cielo negro como la tinta y ahora está golpeando el
cristal de la ventana.
"Oye", dice en voz baja y suave. Parpadeo hacia él y de repente me siento avergonzado,
como, ¿a dónde fue mi ropa? ¿Cómo llegamos aquí? ¿Por qué lo dejo? Cuando se aleja
lentamente, me doy cuenta de por qué. Porque este es Tate, el chico del otro lado de la
calle. No es otra persona. Él no quiere lastimarme. Él nunca quiso lastimarme.
Presiono mis manos en sus omoplatos y le doy una sonrisa de disculpa. Mi estómago
se revuelve un poco. "Lo siento", digo, haciendo una mueca. "¿Acabo de matar el estado
de ánimo?"
Sus ojos se abren. “Río, no. Por favor, nunca me pidas disculpas. ¿De qué tienes que
arrepentirte? Eres perfecto, me estoy pellizcando que incluso me dejes entrar aquí. Mi
corazón late con fuerza y paso mis manos hacia arriba, para poder agarrar los músculos
carnosos en la parte superior de su espalda. Rueda en mi toque y cada parte de él se
presiona contra mí. "¿Todavía quieres?" pregunta en voz baja, sus ojos buscando en mi
rostro cualquier indicio de desgana.
Asiento y él se inclina para besarme largo y lento.
Antes de que entienda lo que está pasando, Tate levanta ligeramente mi cabeza y lo
siento deslizar algo sobre nosotros y por mi cabello. Cuando me suelta siento una fina
sensación alrededor de mi clavícula y miro hacia abajo entre nosotros. Mis ojos se
agrandan cuando miro la cruz que ahora descansa en la base de mi cuello.
Libera mi cabello del interior de la cadena y me mira con ojos cautelosos. “No quería que
te golpeara cuando yo…” Se calla, tragando saliva y tratando de evaluar si voy a retroceder.
O tal vez está probando para ver si estallo en llamas. Estoy bastante seguro de que Tate
me bautizaría él mismo si se lo permitiera, y ahora mismo no creo que me importe. Toco
el colgante con cuidado mientras lo miro. el es todo
brilla con esperanza y es tan entrañable que me inclino para darle un besito.
Tate se coloca con cuidado contra mí y permito que mi cuerpo se hunda más en la
gruesa colcha y las almohadas. Su gruesa colcha y almohadas. Estoy completamente
envuelto por él y estoy realmente feliz por ello. Usa una mano para empujar mi muslo un
poco más y yo tarareo con anticipación nerviosa.
El brazo abultado que sostiene sobre mi cabeza es más rígido que el acero y su voz
es tensa. "¿Debería... te gustaría que yo...?" Su respiración es errática y su cuerpo emite
calor como un volcán.
Tiro uno de mis brazos hacia atrás para encontrar su mano situada tensa sobre mí en
la almohada. Suavemente abro su puño y deslizo mis dedos entre los suyos. “Sí y sí”,
digo. Sus ojos buscan los míos con certeza y le doy una pequeña sonrisa.
Aprieta mis dedos y empuja lentamente.
Hago un pequeño y silencioso jadeo y luego dejo que mis ojos se cierren. Estoy
hechizado. La mano de Tate por encima de mi cabeza se ha deslizado entre el respaldo
del colchón negro y la cabecera, agarrándolo como palanca mientras me llena por
completo. Su otra mano está envuelta alrededor de mi hombro, sosteniéndome
preciosamente contra él para que permanezca en mi lugar.
Siento que una de sus manos se mueve y aprieta ligeramente el hueco de mis mejillas,
pidiéndome en silencio que abra los ojos, antes de deslizarla entre mi cabeza y la
almohada, enredándose en mi cabello. Obedezco y abro los ojos. Estoy envuelta en
músculos duros e hinchados, sus bíceps rozan mis rizos, su pecho casi toca mi boca.
Inclino la cabeza hacia atrás para poder mirarlo a los ojos y su rostro está rígido por la
tensión mientras me espera.
“Cariño, ¿puedo…” Su oración se interrumpe cuando un escalofrío lo recorre, pero
permanece completamente inmóvil mientras lucha desesperadamente contra su propio
deseo. Inhala profundamente y vuelve a intentarlo, su voz más áspera que papel de lija.
"¿Está bien si me muevo?"
Estoy hipnotizado por su moderación. Asiento y él gime, se inclina y chupa mi cuello
en señal de gratitud. Se retira, largo y exuberante, y luego vuelve a empujar.
"¿Me gusta esto?" —pregunta, su voz tensa por la necesidad. Intenta varias
alineaciones hasta que mi respiración se entrecorta y luego rueda a la posición con fuertes
empujones decididos. La tormenta está salpicando más fuerte afuera y los ojos de Tate
brillan como si estuviera poseído. Empuja su cuerpo contra el mío una y otra y otra vez, y
mis uñas tratan de agarrarse a su cuerpo entintado e hinchado.
bíceps. Baja su mirada hacia mi pecho y comienza a empujar más rápido y más fuerte mientras
me ve rebotar hacia arriba y hacia abajo con su propulsión. “Dime cuándo quieres que acelere el
ritmo”, exhala, tenso.
Mi boca se abre. ¿Qué? ¿Él va lento?
“Tate,” susurro con urgencia. Cuando sus feroces ojos se encuentran con los míos, mi
pregunta se evapora.
Se sumerge para deslizar su lengua contra la mía y luego pregunta con voz ronca: "¿Más?"
Tengo una curiosidad masoquista por los experimentos científicos, así que me muerdo el
labio y asiento con la cabeza, y en un segundo aumenta el impulso para martillar directamente.
Me sujetan en el lugar para que no me rompa el cráneo en la cabecera. Siento que estoy siendo
exorcizado.
Me está mostrando para qué fue hecho su cuerpo ganado con tanto esfuerzo: placerdolor
asesinatosalvación. Sus manos tiran, presionan, frotan, provocan y luego inclina la cabeza hacia
abajo para poder verse a sí mismo mientras entra y sale de mí.
Las bofetadas húmedas se hacen más fuertes a medida que Tate nos empuja más cerca del
borde. Envuelve su mano alrededor de la parte posterior de mi pierna y fuerza mi muslo hacia
arriba para poder ver más. Gruñe mientras lo asimila, y sus hombros se ondulan por la tensión.
"Estoy... estoy cubierto de ti", gime bruscamente, y de repente, justo cuando me doy cuenta de
que no puedo soportar más, extiende toda la extensión de su cálida y áspera palma sobre mi
estómago y presiona hacia abajo. duro.
—Tate —lloriqueo. Le estoy rogando, desesperada por que continúe haciéndome esto por el
resto de su vida. El sonido que hace en respuesta es tan obsceno que literalmente me convulso
debajo de él.
Me chupa la garganta, palmea mis pechos, sujeta mis piernas. Me alaba por ser una niña
buena, por ser un ángel, por tomarlo tan bien. Empuja a través de mis temblores implacables
mientras me desmayocolapso en su edredón y, aunque me estoy acercando al coma, él no se
detiene. Su cuerpo está profundamente anclado y se sumerge dentro y fuera con tanta fuerza
que sus músculos tensos comienzan a vibrar con la necesidad de liberarse. Se queda quieto por
un momento y luego sus caderas comienzan a sacudirse violentamente, una y otra vez, golpeando
contra la suavidad de mis muslos hasta que todo su gasto es bombeado y descargado, con
gruñidos de ira saliendo de su garganta.
Se derrumba sobre mí, su pesado cuerpo me mantiene clavada en el colchón mientras sus
manos se deslizan por mi cabello y entierra su rostro en mi cuello.
Repite algo un par de veces que no soy lo suficientemente coherente para descifrar.
Envuelvo mis brazos alrededor de su cintura y rápidamente me duermo.
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capitulo 24
Regalo
Todavía está oscuro afuera cuando me despierto. Hay un tinte púrpura inusual en la negrura y
me toma un momento ubicarlo. El chapoteo de la lluvia se ha convertido en un golpe sordo suave,
casi inaudible, y todo el vecindario está envuelto en silencio.
Está nevando.
Estoy a punto de sentarme para mirar afuera cuando siento un cambio en el peso pesado que me
envuelve. Ambos brazos de Tate están firmemente envueltos en mi cintura, sus manos están
extendidas protectoramente sobre mi estómago y su cabeza descansa sobre la mía en la almohada.
Puedo sentir que estoy usando una camiseta y mi ropa interior de antes, así que Tate debe haberme
metido en ellos hace unas horas. La longitud de su excitación, rígida y prolongada, se clava en mi
espalda y me arqueo inconscientemente. Las manos en mi estómago instantáneamente se agarran
con más fuerza y Tate toma una profunda inhalación que me hace saber que está despierto.
Se mueve con cuidado detrás de mí, sus caderas bajan hacia las mías para poder presionarse
contra mi trasero, y hace un sonido gutural profundo en la parte posterior de su garganta.
"Jesús", susurra, y levanta una mano para sostenerme por la clavícula.
para que pueda empujarme contra su pecho.
"Bebé", murmura en voz baja, su voz es un bajo bajo en mi oído. Me estremezco y él me presiona
con más fuerza. "¿Estás despierto?"
Aplasto mi cara contra la almohada porque solo tengo alrededor del cinco por ciento
despierto, pero asiento de todos modos.
Hace un ruido de comprensión. "¿Estás... demasiado cansado?" él pregunta, su
tono callado, profundo, tranquilo.
Lo pienso por un minuto. Pienso en ello durante tanto tiempo que casi me vuelvo a dormir, y
puedo sentir a Tate soltar una risa suave detrás de mí. Cuando niego con la cabeza, traga saliva.
Se presiona sobre mí de modo que su pecho se empuja contra mi espalda, mi barriga se comprime
contra la ropa de cama, y una de sus manos tira suavemente de mi cadera para encontrar la gruesa
tienda en su ropa interior. Está cargado. Una llama dolorosa me lame el vientre y trato de contener
un ronroneo lujurioso. el desliza mi
La ropa interior baja por mis piernas y me quita la camisa que llevaba puesta anoche por
mi espalda y sobre mi cabeza. Sus manos recorren mi frente, apretando suavemente, y
luego se inclina sobre mi espalda para alcanzar la caja en la mesita de noche. Oigo el
suave desgarro del paquete cuando tira de él con los dientes, y se aparta un poco de mí
mientras lo enrolla.
"¿Esta bien?" murmura, sus hombros me enjaulan mientras se posiciona
él mismo contra mí.
Inclino mi cabeza hacia atrás para mirarlo y una vibración rueda por mi columna,
instalándose en mi estómago. Me mira como si yo fuera su dueño. Sus ojos brillan con
posesividad mientras espera mi permiso, y mi cuerpo se tensa ante la yuxtaposición.
Deslizo una de mis manos sobre su gran puño, aflojando sus dedos de su agarre mortal
sobre la almohada, y él se inclina para besarme suavemente en los labios.
—Sé amable, tengo sueño —susurro, y él hace un ruido de dolor mientras deja caer su
rostro sobre mi hombro. Él asiente contra mi piel, su suave cabello me hace cosquillas en
el cuello, mientras me empuja hacia arriba y se frota arriba y abajo de mi
centro.
"Voy a... voy a tomarte con tanta delicadeza", dice con voz áspera, sus músculos se
tensan mientras me abraza, y luego, con un empujón largo y minuciosamente lento, se
guía hacia adentro.
Después de ducharme, me pongo ropa interior sencilla de algodón rojo, un suéter
verde suave y esponjoso, y reviso mi teléfono, aunque de forma borrosa, mientras espero
que se me desahoguen las gafas. Hay dos mensajes de texto de mi mamá, lo cual es
inusual pero no un shock total considerando que esta es quizás la primera vez que no he
estado al alcance de la mano.
El primer texto es una fotografía de Mitch parado afuera de una cabaña nevada.
Se ve un poco molesto, como si no quisiera que le tomaran una foto en primer lugar, pero
está siendo un buen deportista al respecto, con una mano agarrando la barandilla de
madera y la otra sosteniendo un frasco. Lleva capas de franela y sus jeans azules, lo que
hace que su bronceado sea odiosamente deslumbrante. Todavía no puedo creer que este
galán sea de mi mamá.
El segundo texto es un mensaje real (boooo) y mi estómago hormiguea un poco.
poco como lo leí.
¡Feliz Navidad anticipada para mí! Llegué a salvo y disfrutando de Pine Hills.
¿Mitch te habló de esto? De todos modos, hágame un favor, ¿podría organizar una
fiesta de inauguración de la casa cuando regresemos? Necesito algunas cosas,
enumérelas a continuación. ¿Puedes agarrarlos por nosotros?
Instantáneamente desarrollo una migraña menor. Me alegro de que mi madre esté
disfrutando de sus vacaciones, pero odio la forma en que estoy empezando a atarme a los Coleson.
Y no es porque no quiera estar atado a los Coleson, es porque no quiero estar atado a ellos
de esta manera. Como la hijastra de Mitch.
Peor aún, como hermanastra de Tate. Y una fiesta de inauguración de la casa para oficializar
nuestra mudanza solo resaltará mi... papel. Hago una mueca y me pongo las gafas mientras
bajo las escaleras. Esto es asqueroso.
Me descomprimo minuciosamente una vez que salto del último escalón. Tate está
cocinando algo en la cocina cuando me acerco, la amplia extensión de su espalda desnuda
expuesta y sus jeans colgando de sus caderas. Su cabello está divinamente desordenado y
tiene rasguños felinos elevados que estropean su caja torácica. Ups. Me sonrojo, me retuerzo
y miro hacia otro lado.
Debo haber liberado una pequeña oleada de estrógeno porque Tate voltea la cabeza
sobre su hombro y me mira con una sonrisa complacida y ligeramente sorprendida. Le da un
repaso a mi atuendo y su boca se levanta aún más.
más.
"Baby Grinch", dice cariñosamente, sus ojos bromean suavemente.
Frunzo el ceño y le muestro mi ropa interior.
Deja caer la espátula, maldice y luego el aceite de la sartén le escupe en la piel.
"Rojo", se ahoga. Hazte a un lado de Keats. Baja el gas detrás de él para poder seguir
mirando el algodón rosado que encierra mi calor sin correr el riesgo de otra lesión. Dios sabe
que hemos tenido suficiente de esos en los últimos meses.
—Para que coincida con mis ojos —digo mientras cierra la distancia entre nosotros y me
levanta para que esté sentada cómodamente alrededor de su cintura. Sostiene el dobladillo
de mi suéter para que pueda observar el algodón presionado contra sus abdominales.
"Estaba pensando en otra cosa", murmura y luego vuelve a mirarme a los ojos. Él me da
una sonrisa de conocimiento secreto y presiona un beso en mis labios. Luego otro. Un
zumbido se libera de su garganta y su mano libre se mueve debajo de mí para que pueda
reajustarse. Frota su palma sobre mi muslo y luego suavemente la engancha alrededor de la
parte posterior de mi rodilla. Su
los pómulos se sonrojan cuando se aleja. "¿Estuvo... estuvo bien lo de anoche?" él pide. Su
voz es tranquila y ronca. Vacilante. Tímido.
Asiento cuando me mira a los ojos. —Así fue esta mañana —digo, y él
inhala profundamente, todo su cuerpo endureciéndose de placer.
Su mirada se sumerge en mi garganta por un momento y tira suavemente del cuello de mi
suéter. Se asoma y su sonrisa se ensancha. "Todavía lo llevas puesto", dice, sus dedos
ásperos acariciando la cadena atada alrededor de mi cuello.
Ahora es mi turno de tirar de la cadena. Bueno, ¿qué se suponía que debía hacer? Si voy
a disfrutar mi tiempo aquí antes de que me envíen a la universidad para una vida de flagelación
académica, también puedo hacerlo correctamente.
—Penitencia —murmuro, evitando sus ojos, y él se ríe, dándome besos.
mis mejillas en contento deleite.
Como si leyera mi mente, dice: “Dime que no vas a estudiar hoy. yo
Quiero pasar el día contigo.
Quiero quedarme envuelta en sus brazos durante toda esta semana, olvidándome del
pasado y definitivamente olvidando el futuro, pero también quiero mantener mi fachada de
indiferencia para que no sepa cuán desesperadamente deseo esto. Arrastré los pies como si
fuera a desmontar, pero él me mantiene firme. —Tengo regalos para robar —murmuro y
entierra su sonrisa en mi cuello.
"¿Estás tratando de echarme?" él pide. Su boca es celestialmente cálida contra mi piel.
"Sí. No, quizás." Me estremezco. Me he convertido en una bola ocho mágica.
De hecho, tengo que hacer algo por mi madre digo. "Y tu papá."
Eso llama su atención. Levanta la cabeza, su mandíbula se tensa ligeramente, pero aprieta
su mano en mi muslo para que continúe.
“Mi mamá me envió un mensaje de texto esta mañana, tal vez Mitch te hizo lo mismo, no
lo sé. Van a tener una cosa de inauguración de la casa aquí cuando regresen y ella quiere
que tome, como, bebidas y lo que sea ". Me encojo de hombros. Me siento un poco mal por
eso.
“La nieve es demasiado profunda para que puedas caminar, y comestibles como ese son
demasiado pesados para alguien que no está conduciendo”. Sus ojos están un poco
entrecerrados y sus músculos se están volviendo más rígidos.
Me siento un poco confundido, así que me muevo de incomodidad. ¿Por qué está enojado?
Odio preguntar pero, naturalmente, lo hago de todos modos. "¿Hice algo mal?" Oh, cómo han
cambiado las tornas.
Su cuerpo parece hincharse protectoramente a mi alrededor mientras me aprieta más
contra su pecho y comienza a llevarnos a la sala de estar. Él niega con la cabeza
y se pasa la mano por el pelo. “River, por supuesto que no has hecho nada malo. Yo…
yo no estoy molesto por tu culpa. Se sienta en el sofá de modo que estoy a horcajadas
sobre su regazo, y frota sus manos sobre la parte posterior de mis tobillos. "Iré. Sólo dime
lo que quieren.
Me invade un pequeño escalofrío de alivio. Realmente odio ir de compras en la ciudad,
así que estoy agradecido por la ayuda. —Te lo reenviaré —digo. "¿Cuál es tu número?"
Desbloqueo distraídamente mi teléfono para ver el texto, pero Tate agarra mi mano
ligeramente y la empuja hacia el cojín del sofá.
Él niega con la cabeza. "Está bien, prefiero que me digas lo que quieren", dice.
No puedo evitarlo. Hago una pausa instintivamente cuando siento que mi escepticismo
recientemente enterrado comienza a abrirse camino desde debajo de la superficie, como
huesos de cadáveres destrozados que abren una brecha en la tierra en una película de
terror. Lo miro y por un breve momento tengo miedo de ver una pequeña bandera roja
ondeando detrás de sus ojos.
¿Estoy loco? No necesito su número, ¿verdad? Él no ha necesitado el mío para
contactarme antes, así que no debería pensar que es un gran problema. De hecho, no
estoy seguro de haberlo visto alguna vez usar un teléfono celular. ¿Tiene uno?
¿¿Alguien?? ¿Son reales los teléfonos móviles?
Comienza a acariciar mis tobillos. Me sacudo la locura y recito la lista.
"Está bien", dice, "podría llevar un poco de tiempo, pero me ocuparé de eso".
Sus manos se han movido a la piel suave y cálida detrás de mis rodillas, y no quiero
que se vaya más. Presiono mi pecho más cerca del suyo y el delicioso calor de sus
pectorales se extiende entre nosotros.
Recogeré sus cosas después del desayuno y las llevaré a las mías. Me iré hasta
alrededor de las cinco. Dejo escapar un gemido involuntario y él sonríe. Me está haciendo
psicología inversa. Me está dando el espacio que originalmente pedí y ahora quiero tener
todos sus bebés.
Me da un ligero beso mientras sus manos suben por el dobladillo de mi suéter y bajan
por la parte de atrás de mi ropa interior. “Entonces vendré y te haré la cena. Después de
que hayamos comido, te llevaré a la cama. Y luego haremos lo que quieras. Donde
quieras. Las veces que quieras.” Sus ojos están ardiendo peligrosamente. “Ya no voy a
perder un solo momento, River.
He tenido tanto tiempo sin ti y ahora solo tenemos días hasta que nuestros padres
regresen. Y después de eso irás a una universidad que esté lo más lejos posible de mí.
Te necesito mientras me dejes tenerte.
Me estremezco porque eso es exactamente lo que estaba pensando sobre él.
Tomo una inhalación profunda y acaricio con mis palmas sus bíceps, luego alrededor
de su garganta. Enlaza una de sus manos con la mía y nos mantiene juntos sobre
su punto de pulso.
Asiento con la cabeza. Me recompensa con otro beso de seda.
Está oscuro afuera y estoy en medio de los planes de estudio de la universidad
de primer año de historia cuando Tate llama a la puerta. Y por 'en medio' de eso,
me refiero literalmente. Tengo todos los trabajos del curso de Historia que he escrito
rodeándome en la mesa del comedor. Lo habría quitado para no presumirlo frente
a Tate, particularmente dada la conversación que tuvimos antes del desayuno, pero
llega media hora antes.
—Llegas media hora antes —digo. Responde agachándose para besarme y nos
empuja de nuevo a través de la entrada, cerrando la puerta con una patada detrás
de él. Su rostro está sonrojado y sonrosado, y su piel está helada. Ahueca sus
manos heladas alrededor de la cálida piel de mi cuello mientras desliza su lengua
dentro de mi boca y una cascada de escalofríos cae por mi barriga.
Tira al suelo la bolsa de la compra que tiene colgada del codo mientras nos lleva
al comedor, pero, cuando se aparta para decir algo, sus ojos se mueven rápidamente
hacia la mesa detrás de mí y su respiración entrecortada se detiene. Se endereza
un poco, echando los hombros hacia atrás y traga. Él no mueve sus manos de mi
garganta. Simplemente echa un vistazo a los papeles que están esparcidos por la
madera, sin parecer leer nada, pero sin embargo reúne la esencia de los contenidos,
y luego me mira con una expresión ilegible. Como que quiero disculparme y prender
fuego a mis ensayos, pero también me alegro de que piense que soy tan indiferente.
Acaricia con sus pulgares el centro de mi cuello y hace un tarareo contemplativo.
Tomo una respiración profunda. "Estaba a punto de aclarar", digo, mi voz
a traición unas octavas más altas de lo normal.
Una leve sonrisa tira de sus labios. "Está bien", dice, y, moviendo sus palmas a
mis hombros, me da la vuelta. Envuelve un brazo sobre mi clavícula y el otro brazo
sobre mi cintura, apretándome suavemente. La mezclilla de sus jeans está fría
contra mis piernas desnudas, y baja la cabeza para morder suavemente el
parte de atrás de mi cuello. Estoy temblando de escalofríos mientras susurra: "Déjame
ayudarte".
Nos inclina hacia adelante, inclinándose sobre mí, y comienza a apilar lentamente los
documentos. Desliza su otra mano desde mi cintura hasta el dobladillo de mi suéter y luego
la frota sobre mi barriga desnuda. Dejo escapar un pequeño oof cuando él se estira para
recoger los papeles en el otro lado de la mesa y, al escucharme, nos empuja hacia adelante
un poco más.
Dos pueden jugar a ese juego.
Aspiro una agradable respiración y le pregunto: "¿Qué hiciste mientras
¿Te fuiste hoy?
Hace una pausa, su palma se cierne sobre el último par de papeles. Sinceramente, me
niego a mirar las pilas que ha hecho, sabiendo que no están ordenadas por fechas.
Presiona sus fríos labios en mi mandíbula, besándome suavemente antes de rozar mi
cuello. "Tengo las cosas para la inauguración de la casa", murmura.
“Hmm, aunque te tomó un tiempo. ¿Qué más hiciste?
Su pecho se hincha contra mi espalda, músculos duros me presionan contra la superficie
de madera. La mano sobre mi vientre se desliza hacia arriba hasta agarrar el colgante que
cuelga entre las copas de mi sostén debajo del suéter. Él tira de él ligeramente, su otra
mano deja su lectura de la mesa para acariciar mi cadera. Su voz es tan profunda que la
siento en el estómago cuando responde: “Fui a la iglesia”.
Intento levantarme con las palmas de las manos apoyadas en la madera, pero él nos
sujeta firmemente en el lugar. “¿Sintió la necesidad de confesar sus pecados?” Pregunto,
mi tono un poco amargo.
Está sorprendido. "¿Qué? No." Se levanta y me guía para que me gire y lo mire. Su
ceño está fruncido, pero sus ojos son cálidos y amables. El rubor que tiñe sus pómulos me
perseguirá por el resto de mi vida.
“No hicimos nada malo, River. No quiero que pienses eso. Se pasa la mano por el pelo y
luego la ahueca alrededor de la parte de atrás de mi cuello.
“Solo fui a orar”, dice. “Y para… encender una vela.”
Lo observo en silencio mientras se frota sobre mí. Dedos, palmas, brazos.
Siento que estoy siendo marcado, en silencio pero con intención. “¿Y en honor de quién
era la vela?” Pregunto en voz baja, con la esperanza de que mi intromisión resulte como
una linda intriga.
“El santo patrón de mantenerme alerta”, dice, sonriendo y pasando uno de mis rizos
entre dos de sus dedos.
—Suena como una lata —digo, saltando sobre la mesa despejada y abrazando los
muslos de Tate entre mis piernas—. "Deberías pasar a pastos más fáciles".
Suelta una carcajada, un brillo complacido brillando sobre él mientras presiono su
cuerpo contra el mío, y coloca sus manos a cada lado de mis caderas. Se ha calentado
exponencialmente. Solo puedo suponer por qué.
"Soy un fanático del dolor", susurra, sus ojos ardiendo traviesamente en los míos.
Descruzo mis tobillos, levanto una pierna hacia atrás y luego la pateo con fuerza en la
culata de sus jeans. Salta hacia adelante con sorpresa, empujándose encima de mí, y
gime ante el contacto. Su cuerpo se agita contra el mío y sus ojos brillan, asombrados,
salvajes.
“Río”, dice. Está en llamas y mi nombre sale como una advertencia.
soy insaciable Paso mis dedos por la barba afilada de su mandíbula y un gruñido bajo
retumba desde lo más profundo de su pecho. Qué dulce que se pase la vida complaciendo
este concepto ficticio de domesticidad dócil, cuando en realidad es un animal, con una
necesidad primaria y violenta atravesando su corpulento cuerpo cargado.
Me baja de la mesa, toma una de mis manos y nos lleva de regreso a la cocina,
recogiendo su bolsa de compras en el camino. Al menos uno de nosotros tiene algo de
autocontrol. Salto a uno de los mostradores mientras desempaca la bolsa, llena de los
artículos que va a usar para hacer nuestra cena. Me están mimando y me hace mover los
pies como un niño con deleite. Lo último que saca es otro paquete de veinticuatro
condones, y mi cara se sonroja más que mi ropa interior rosada.
"Me gusta que encendiste una vela para mí", le digo, viéndolo limpiar un
superficie con un paño húmedo.
Me mira, sus ojos brillan y sonríe un poco. “Hago eso mucho”, dice.
Es tan dulce que me duele. No puedo creer que haya desperdiciado tanto
tiempo dudando de él.
Sus pensamientos deben estar en un camino similar al mío porque, mientras desvía la
mirada para comenzar a picar tomates, dice: "Así lo decidiste". Él espera un latido. "Sobre
la universidad".
Me retuerzo como un pequeño gusano. Si fuera por mí, no iría a la universidad. ¿Por
qué se les dice a todas las chicas inteligentes que necesitan hacer eso? En realidad, mi
resultado universitario será una cantidad vergonzosa de deuda y una
trabajo de bajo salario, solo compensado por el hecho de que mi mamá estará feliz de que sea
oficialmente su miniyo. Ni siquiera quiero ese tipo de trabajo. Todo lo que quiero es hacer algo
que disfruto, tal vez incluso hacer varias cosas que disfruto, y en general, simplemente ser feliz.
Me gusta que Tate supiera lo que quería hacer: quería estar con su padre, en un espacio
emocionalmente cómodo y financieramente estable, trabajando en cosas que le resultan tan
naturales. Tiene a sus amigos, tiene a su padre, y si no estuviera tan ansioso, tal vez incluso me
tendría a mí.
Suavizo el golpe diciendo la verdad. —Nunca ha sido mi decisión tomar —digo.
Detiene el cuchillo por un momento, con la cabeza aún inclinada, y luego reinicia el corte como
si nunca se hubiera detenido. Transfiere los tomates de la tabla de cortar a un plato de cerámica.
"Bueno." Respira audiblemente, como si estuviera tratando de mantener la calma. "¿Y después?"
él pide.
Parpadeo. "¿Después?"
Saca una bandeja de pizza del armario cerca del horno y destapa una botella verde oscuro de
aceite de oliva. Inclina la botella y la rocía sobre la bandeja, un suave y lujoso sonido de gorgoteo
escapa del cuello mientras vierte el contenido. Vuelve a tapar la botella y frota el aceite en la
superficie con los dedos, haciendo que su piel bronceada se vuelva brillante y resbaladiza.
“Después de la universidad”, aclara.
"Conseguiré un trabajo", respondo.
"¿Donde?" Su tono es más agudo que antes, exigente, inflexible.
Tomo una respiración temblorosa. Mi mamá y yo nunca hemos hablado de eso. Todo lo que
sé es que voy a ser el Profesor Linton 2.0. “Um, realmente no he pensado en eso,” admito. Esto
de decir la verdad es realmente adictivo.
Sus músculos giran y me mira, mi cuerpo está quieto en el mostrador a su lado. Hay
relámpagos destellando detrás de sus ojos y siento que está tratando de transmitirme algo
telepáticamente, pero no puedo alcanzarlo. Vuelve a mirar hacia el mostrador, recogiendo la caja
de masa enrollada y evitando mis ojos mientras prepara la hoja. Su voz es tranquila cuando habla.
"Solo diré esto una vez, porque no quiero que te enojes conmigo", murmura. “Pero hay otras
opciones para ti. Hay... otras cosas que puedes hacer. Él traga. “Y gente que quiere cuidarte”.
Bajo al suelo y sus ojos se cruzan con los míos. Nivel de intensidad: nuclear.
¿Qué otras cosas puedo hacer? ¿Y quién más que mi madre dadora de vida
podría saber qué es lo mejor para mí? Quiero complacerme en la fantasía, pero sé
que somos demasiado jóvenes para hablar en serio. Los adultos dicen ese tipo de
cosas sobre personas como nosotros todo el tiempo.
Frunzo el ceño y pongo mis manos en mis caderas. Desliza sus antebrazos entre
los huecos triangulares que hacen, entrelazando sus manos detrás de mí, y presiona
mi espalda para que me aplaste contra su torso. Puedo ver lo que estaba tratando
de transmitirme ahora. Estoy aquí. Quiero cuidarte.
Me siento mareado. Esto es imposible. Obviamente tengo que escuchar a mi
mamá, pero no hay nada en el mundo que quiera hacer menos que seguir las
órdenes que me ha dado. Trato de enmascarar el anhelo fundido en mi estómago
mirándome los dedos de los pies, incluso cuando él nos empuja con más fuerza.
"¿Es esto por lo que oraste cuando encendiste una vela por mí?" Pregunto en voz baja.
Exhala una carcajada y es cálido en mi piel. Se sumerge para que su boca esté
en mi cuello y chupa la piel con dulzura. —No —dice, y luego jadeo cuando sus
dientes rastrillan mi garganta. “Esto es por lo que oré cuando encendí una vela por
mí”.
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capitulo 25
Regalo
Mitch está de pie frente a mí en la cocina, con las manos en las caderas y la cabeza gacha.
Es Nochebuena y él acaba de regresar de Pine Hills con mi madre, así que ella está arriba
deshaciendo la maleta que él llevó a su habitación mientras yo me preparo para la Inquisición de
Mitch, parte iii. No es una tarea tan pesada cuando puedo ver la curvatura de sus bíceps a través
del algodón estirado de su camiseta blanca de manga larga, y está usando los mismos jeans
azules que tenía en la foto que mi mamá me envió. ¿Solo es dueño de un par?
Está clavado en el lugar en silencio durante al menos un minuto entero, el vapor se filtra
lentamente de él como un volcán. Cuando me mira, su expresión es rígida pero no agresiva. Al
menos ya no es rojo Cadillac.
Levanta la mano, con la palma hacia afuera. No sé si es para someterme prematuramente o
silenciarme, pero permanezco sometido y silenciado mientras espero a que rasgue el vendaje.
“No es de mi incumbencia, River, y no quiero hablar de esto en ningún momento.
más de lo que tú haces.”
Si se está refiriendo a que me enrollo con su hijo, lo cual estoy bastante seguro de que es
así, puede que se sorprenda al saber que en realidad no me importaría hablar con él al respecto.
Quiero decir, tengo literalmente dos amigos, y su hijo ahora es una especie de uno de ellos, por
lo que estoy atrasado en una jugosa indulgencia sobre el sexo alucinante que misericordiosamente
me han concedido antes de mi vida de triste servidumbre académica.
Además, Mitch es muy atractivo, así que no me daría asco si pensara en mí desnudo. Sé que no
debería estar pensando en eso, pero solo soy humano. En todo caso, va a ser mucho más
incómodo para él hablar de esto que para mí.
Sin embargo, no digo nada de esto, sino que opto por observarlo en silencio mientras lucha.
Está todo caliente y molesto. Ojalá tuviera palomitas de maíz.
Cambia su peso de un pie al otro. “Por el bien de que tu mamá sea mi pareja, tú seas su hija
y Tate sea mi hijo, hay muchas personas que me importan involucradas aquí, así que tengo que
hacer
Asegúrese de que se tomen precauciones para que nadie salga lastimado a largo
plazo”. Sus ojos se clavan en los míos mientras trata de determinar si lo estoy
tomando en serio o no. Asiento, cediendo. Casi pongo los ojos en blanco, pero
valoro mi vida. "Entonces", dice vacilante. Los músculos de su pecho se tensan y
mueve los hombros. Siento que es un mariscal de campo, y estoy a un paso en
falso de que me derribe. "¿Tuviste cuidado?"
Sabía que esto es de lo que me iba a hablar, pero por alguna razón, ahora que
me está hablando de eso, no me siento preparado. Mi pequeño jadeo se me escapa
antes de que pueda meterlo de vuelta en mi garganta, así que trato de distraerlo
entrecerrando los ojos hacia él. No hay forma de que él sepa lo que sucedió
mientras estuvo fuera, así que no voy a entregarle información tan preciada en
bandeja de plata.
Opto por la inocencia hasta que se demuestre lo contrario. —No puedo imaginar
qué te hizo asumir tal cosa, Mitch —digo, mi tono es la mezcla perfecta de
adolescente desconfiado e hijastra escandalizada—.
Él entrecierra sus ojos en mí a cambio. “¿Qué tal si llamo al teléfono fijo de mi
hijo todos los días durante la última semana y contesta un gran total de, cuántas
veces fue de nuevo? Correcto. Sin tiempos.
Casi hago un pequeño resoplido de poni, pero Mitch no parece estar de buen
humor. Le doy mi mejor mirada perpleja en su lugar y digo: "Muy sospechoso".
"Río"
"Sí." Lo dejo escapar y él se detiene como un cuadro congelado de VHS: se
detiene en medio del movimiento pero falla un poco. Está al borde de la detonación,
así que elijo sacarlo de su miseria. “Tuve cuidado. Él fue cuidadoso. Fue todo muy
lindo y cuidado.”
Nos miramos el uno al otro, midiendo nuestras reacciones como si no estuviéramos
seguros si estamos en el mismo equipo o no. Después de unos segundos, se realinea, se
pone de pie en toda su altura y su pecho se hincha mientras respira profundamente. Él
asiente una vez. Luego hace una mueca.
"No necesitaba saber sobre la parte 'agradable'", murmura, una mano áspera y
bronceada rascándose el cuero cabelludo con irritación. No puedo evitar la pequeña
risa que brota de mí y llama su atención. Su expresión es más suave ahora, aunque
puedo ver su incomodidad en las arrugas al lado de sus ojos y boca. Se ve
arrepentido mientras dice la siguiente parte. “Obviamente, Tate vendrá mañana,
pero no puedo permitir que ustedes dos estén solos en ningún momento, ¿de
acuerdo? Será demasiado obvio, y quiero que lo sepas.
lo que está sucediendo en tu futuro antes de que le digas a tu mamá sobre esto, si 'esto'
todavía está sucediendo para cuando hayas descubierto lo que vas a hacer. Sé que sueno
insensible y lo siento, pero debemos ser pragmáticos al respecto”.
Todo lo que acaba de decir es totalmente lógico y correcto, pero ahora todo en lo que estoy
pensando es en Tate el día de Navidad. Tal vez debería haberle devuelto su cruz para que
pudiera sentir una santidad óptima mañana, pero no quiero llamar la atención de nadie ahora,
así que descarto la idea.
Continúa: “Es posible que puedas encontrar un momento en la inauguración de la casa la
próxima semana pero, te lo digo, estrictamente nada inapropiado, River. Si alguien te ve y le
dice a tu mamá que estarás en una profunda mierda”.
Mitch gira la punta de su pie de un lado a otro, observándolo como si fuera la brújula de su
alma. Mira hacia la entrada y luego hacia mí, rascándose la nuca contemplativamente.
"¿Sabes cuando me conociste y dijiste algo como que solo quiero lo mejor para mi mamá?" él
pide. Inclino la cabeza, perplejo, pero digo que sí de todos modos, no estoy seguro de adónde
quiere llegar con esto. "¿Sí? Bueno, eso es lo que siento por Tate”, dice, su voz tenaz pero
amable. Sus manos están metidas en los bolsillos de sus pantalones, decidida. Asiento con la
cabeza entendiendo, suponiendo que ha dejado claro su punto, pero luego agrega: "Y tú".
Mis ojos destellan hacia los suyos inmediatamente, sin saber si lo escuché correctamente,
y él sostiene mi mirada.
Eres... familia ahora. Ya sea a través de mi hijo o de tu mamá, no importa. Así que eso es
lo que siento por ti también.
Estoy demasiado sorprendida para hablar, así que solo sigo mirándolo, la sangre en
mi cerebro se siente como si se estuviera coagulando, mis músculos tensos e inmóviles.
Mitch se preocupa por mí? Es imposible. Mitch me odia . Escuché lo que le estaba diciendo
a Tate en el ático esa noche. Pensó que iba a usar a su hijo y luego irme sin dejar rastro, lo
cual, está bien, es esencialmente cierto, pero no en el sentido de que no tengo sentimientos al
respecto, porque, molestamente, los tengo. Pero Mitch no lo sabe. ¿Derecho?
Finalmente asiente de nuevo y sale de la habitación, dejándome sola y estupefacta, con
solo el mostrador de la cocina como apoyo.
*
La fiesta de inauguración de la casa está perfectamente encajada entre el Boxing Day y
la víspera de Año Nuevo, ese momento de la temporada navideña en el que nadie quiere
que terminen las celebraciones, por lo que la casa de los Coleson está iluminada como una
casa de fraternidad de mediana edad esta noche. Los compañeros de trabajo de Mitch, que
son tan corpulentos y besados por el sol como puedas imaginar, están descansando en la
sala de estar cerca de la parte de atrás con sus compañeros, reclinados en los suaves sofás
marrones con botellas de cerveza colgando de los puños sueltos. La mamá de Tate incluso
ha sido invitada aquí, pero estoy bastante seguro de que va a declinar cortésmente venir.
Encima de la chimenea, el manto está forrado con una guirnalda de hoja perenne, adornos
rojos brillantes que se dispersan intermitentemente entre las hojas, y tazones de galletas de
mantequilla y botellas de vino abiertas se colocan en la mesa del comedor.
El ambiente está lleno de risas, viejas canciones navideñas y velas aromáticas de pan de
canela.
Obviamente estoy invitado, quiero decir, técnicamente vivo aquí ahora, pero me mantendré
lo más apartado posible, aunque, por el bien de mi madre, me he esforzado por vestirme
'normalmente' por si acaso. Llevo mis vaqueros de mezclilla oscuros porque afuera hace
mucho frío, aunque el manto de nieve inicial ha desaparecido por ahora, y para darle un toque
de personalidad llevo mi camiseta color crema de manga larga con un pequeño Kewpie en el
centro.
He estado en mi habitación durante la última hora, acostado en mi cama bajo la luz
parpadeante de las velas y escuchando un CD que no debería, pero ahora tengo tanta
hambre que voy a tener que atreverme a ir a La cocina. Me pongo un par de calcetines
peludos y salgo de mi habitación en silencio hasta que llego a la entrada de la planta baja.
Giro a la derecha hacia el comedor y tomo dos galletas de mantequilla del tazón, muerdo una
mientras me dirijo a la cocina para poner la tetera. Dios, esta es una galleta realmente buena.
Se siente muy mal disfrutarlo tanto, pero el hecho de que Tate los haya hecho los hace aún
mejores. No puedo esperar a que llegue aquí esta noche. No sé por qué, pero necesito verlo.
La galleta se derrite en mi garganta, cremosa y dulce, y luego me meto la segunda galleta en
la boca. Enciendo la tetera después de comprobar cuánta agua hay dentro, al mismo tiempo
que saco una taza del armario y una cucharilla del cajón.
Entonces lo escucho. El silencioso sonido de arrastre detrás de mí. Da como resultado
una sensación de hormigueo en la parte posterior de mi cuello, que se filtra por mi columna
vertebral y mis músculos, un tipo de parálisis primitiva que mantiene mi cuerpo inmóvil.
¿Que demonios?
Lentamente levanto mi mano hacia el armario sobre mi cara y lo abro para recoger
una bolsita de té. Me muevo como el monstruo de Frankenstein, lento e inestable,
mientras vierto el agua en la taza, mirando directamente hacia la puerta del armario
ahora cerrada, decidido a permanecer lo más quieto posible.
Hay ojos clavados en mí, a través de mi cabello y mi piel, pero no ha habido
cambios en el aire a mi alrededor, lo que implica que soy la única persona en la
habitación.
Mi columna se flexiona y un ligero escalofrío me recorre los hombros cuando me
doy cuenta. La ventana de la cocina. Está justo detrás de mí y estoy casi cien por
ciento seguro de que alguien me está mirando a través de él.
Tengo un mal presentimiento. En un nivel animal, mi cuerpo puede sentir las
malas intenciones y me está mareando. El ruido y la alegría de la sala de estar ha
descendido al inframundo, palpitando en mis oídos como si estuviera debajo de una
superficie de agua.
Un ligero movimiento llama mi atención y de repente estoy mirando el pomo
redondo de plata en el armario frente a mí. Está borroso y distorsionado, pero hay
una mancha de color en la mancha negra que representa la ventana, como si la luz
se reflejara en algo presionado contra el cristal.
Me doy la vuelta y un destello de oro se evapora de la vista. Hay alguien por ahí
que no está destinado a serlo. Mi corazón está en mi garganta y estoy agarrando la
encimera detrás de mí. Incluso si no confiara en mis ojos, no sería capaz de negar el
crujido rápido de los zapatos en el borde de grava de Mitch. Ahora lo único que
puedo ver en el cristal es mi propio reflejo aterrorizado, desvanecido en un tinte
plateado acuoso contra la oscuridad más allá del porche. Diez segundos, veinte
segundos, treinta. Estoy demasiado aterrorizado para poder moverme. Quiero correr
escaleras arriba y esconderme debajo de mi cama. Quiero conseguir mi inhalador y
liberar el dolor de mis pulmones.
Quiero caminar hasta la parte trasera de la casa y decirle a Mitch que hay un
intruso en su propiedad.
Estoy a punto de sacar mis dedos congelados del mostrador detrás de mí cuando
se abre la puerta principal. ¿ La puerta principal está abierta? ¿Ni siquiera lo
cerramos ? Mis ojos se agrandan y la sangre corre de mi rostro hasta que Tate entra
en la entrada, con los dedos en la manija para cerrar la puerta detrás de él. Cuando
me ve, su expresión cambia de calidez a conmoción y luego a una preocupación
indignada. Se ve enojado mientras corre hacia mí, dejando la puerta abierta, y
encierra sus puños alrededor de mis codos.
“Río”, dice. Su ceño está fruncido, y sus ojos recorren todo mi rostro. Me siento debil.
Me alegro de que me esté agarrando con tanta fuerza porque, si no lo estuviera, creo que
estaría en el suelo. "Dime lo que pasó."
Me tiemblan las manos cuando las levanto para agarrarme a sus antebrazos. Los miro
y mis uñas se han vuelto moradas. Estoy helada cuando pienso en lo que está pasando.
Conozco esta reacción. Mi cuerpo conoce esta reacción más de lo que mi cerebro puede
comprender en este momento, y todo en lo que puedo pensar es en el hecho de que
necesito alejarme lo más posible de aquí.
—Tengo que irme —susurro. Él no duda. No miramos detrás de nosotros para
asegurarnos de que nadie esté mirando mientras me saca de la cocina, me pongo los
zapatos y luego nos arrastra desde la puerta principal hasta su camioneta. Empiezo a
temblar fuerte, y no estoy seguro si es porque la temperatura ha bajado al nivel de heladas
o porque sé que alguien está al acecho aquí en la oscuridad.
No miro a mi alrededor para ver. No quiero volver a verlo nunca más.
¿Qué pasa si literalmente me estoy volviendo loco? No hay ninguna razón lógica por la
que hubiera visto lo que sé que acabo de ver. No tiene sentido. Simplemente no tiene
sentido.
Abre el auto y abre rápidamente la puerta del pasajero, ayudándome a subir al escalón
y prácticamente empujándome adentro. Camina hacia el lado del conductor y se encorva,
cerrando con llave tan pronto como todas las puertas están cerradas.
Se vuelve hacia mí y toma mi cara con ambas manos. Son tan reconfortantes y cálidos
que casi me hacen llorar. Sus dedos se enrollan en el cabello en la base de mi cráneo y
frota sus pulgares firmemente en mis mejillas. Me confunde al principio porque su toque es
mucho más rudo de lo normal, pero luego me doy cuenta de que no me está consolando:
está tratando de recircular mi flujo de sangre.
“Tus labios son blancos”, murmura perturbado. Su rostro está retorcido por el dolor
cuando comienza a empujar sus pulgares en las mitades acolchadas de mi labio inferior,
presionando hasta que siento que su calor comienza a filtrarse dentro de mí.
—Dime —dice de nuevo, y esta vez quiero obedecer.
—Ese día —digo, y me sorprende mi propia voz. Sale más fuerte de lo que pensé que
sería y reverbera alrededor del auto, haciendo que el silencio sea aún más penetrante.
“Tienes que decirme lo que pensabas que iba a pasar”.
Tate parpadea hacia mí, como si estuviera confundido, y puedo ver su mente tratando
de llegar al lugar en el que se encuentra la mía. No está seguro de qué día estoy hablando.
acerca de. Ha habido muchos días, pero solo uno merecería esta reacción.
Tan pronto como se da cuenta de lo que estoy hablando, su cuerpo se tensa y se queda quieto.
No está seguro de a dónde voy con esto y, para ser honesto, yo tampoco. Pero algo no
se siente bien. Algo ha estado mal en nuestras historias durante demasiado tiempo y
necesito corregirlo ahora o me volveré loco.
"¿El último día que estuvimos juntos en la escuela antes de Navidad?" él pide.
Su voz es baja y tranquila, insegura. Asiento con la cabeza y se pasa la mano por la
cara, luego por el pelo. “Um”, dice pesadamente, “pensé… pensé que nos íbamos a
encontrar después de la campana final. Estaba afuera mientras tú estabas en tus clases,
y seguí mirando hacia las ventanas para verte”. Traga y ondula sus hombros, sus ojos
desviados por la ventana.
Parece que no quiere continuar, así que me acerco a él y dejo caer mi mano sobre su
muslo, que está muy extendido y endurecido debajo de sus jeans.
Veo un corte en la mezclilla por encima de su rodilla y deslizo mi mano en él.
Instantáneamente me encuentro con el calor abrasador de su piel, tan extremadamente
yuxtapuesto a las puntas invernales de mis dedos, y él hace un silencioso gemido. Gira
la cabeza para mirarme y luego envuelve una de sus manos alrededor de un lado de mi garganta.
"¿Tengo que continuar?" suplica, y aprieto mi mano alrededor de su muslo desnudo
para animarlo. Vuelve a gemir y esta vez tira de mí por el cuello para poder alcanzar mis
labios. Me besa y un sonido de dolor sale de su pecho. Abre mi boca para poder
besarme más íntimamente, y pasa su otra mano por mi espalda, hasta que me agarra
con fuerza por detrás. Arrastro mis dedos desocupados hasta su cinturón y tira de mi
cara hacia atrás para poder mirar hacia abajo, un gruñido de deseo se le escapa.
"Continúa", le ordeno y sus ojos angustiados vuelven a los míos. Quita ambas manos
de mi cuerpo y levanta los brazos hacia atrás para poder agarrar el reposacabezas
detrás de él. El cálido aroma de su cálida piel y colonia se precipita sobre mí.
“No me estabas esperando donde te pedí, y luego, cuando te encontré, estabas tan
enojado conmigo. Tú... me odiabas y no querías volver a verme. Su tono es ligeramente
amargo, pero capto los destellos de confusión y traición en sus ojos, así que paso la
mano que tengo dentro de sus jeans tan arriba de su muslo como lo permite la mezclilla.
"Joder" , gruñe.
Cierra los ojos y sus manos caen a su cinturón, golpeando la lengüeta de cuero a
través de la hebilla de metal. Sus dedos presionan apresuradamente su botón superior.
a través del lazo y la cremallera de su bragueta, y luego presiona su mano entre la mezclilla
y su ropa interior. Se palmea con angustiadas caricias sobre el algodón estirado.
"¿Por qué me estás preguntando esto?" pregunta, con los ojos todavía cerrados.
Mientras observo su mano, momentáneamente olvido todo lo demás que ha sucedido en
los últimos cinco minutos, pero luego siento el escalofrío silencioso nuevamente y mi cuerpo
se pone rígido con ansiedad.
La nota digo. “Olvidaste la nota que me escribiste.” Y sin la nota, nada de esto terrible
hubiera sucedido. Tengo que saber la verdad. ¿Cuáles eran sus intenciones si no eran que
las cosas terminaran exactamente como terminaron?
Abre los ojos y hay una nueva expresión grabada en su rostro.
Desafío.
Levanta los brazos nuevamente para poder agarrar el reposacabezas de la misma manera que
lo hizo antes. Si no lo hiciera, no estoy seguro de lo que serían capaces de hacer sus manos en
este momento.
"Nunca te escribí una nota, River", dice, con los ojos fijos en los míos.
Siento el giro de un cuchillo presionando mis entrañas. “Sí lo hiciste,” refuto.
"Me diste una nota"
“Sí”, responde, su voz tensa por la tensión y una cacofonía de emoción hirviendo debajo
de la superficie. “Te di una nota, pero nunca te escribí una nota. Te escribí una nota. Ladea
la cabeza, más confundido que nunca. Únete al club Tate.
Presiono mis sienes bruscamente y luego sacudo mi cabeza recta. "Me escribiste una
nota y me escribiste una nota", le digo, ahora agitada. "El día del que estoy hablando... ese
es el día en que me escribiste una nota". Los minuciosos detalles entre estas discrepancias
me están congelando la sangre.
Sacude la cabeza, pareciendo menos perplejo ahora pero mucho más preocupado.
“River, no había ninguna nota escrita a mano. Ese día teníamos un plan.
¿Por qué te escribiría si ya sabíamos lo que estábamos haciendo?
Un pensamiento terriblemente lógico. Lo descarto, firme en mi negativa a ser manipulada.
“Literalmente te lo mostré afuera cuando te vi, antes de que…” Antes de que te gritara
cosas horribles. Antes de que te arañara, te empujara, te empujara. Antes de que lo
perdiera por completo.
Gira noventa grados completos en su asiento y sus ojos están fundidos. "Pensé que tú
habías escrito eso".
Lanzo mi cabeza hacia atrás contra el reposacabezas y huele fuerte. Tate inmediatamente
ahueca la parte de atrás de mi cráneo y entrelaza sus dedos en mi cabello para que no pueda
hacer eso otra vez. Su mandíbula es completamente rígida.
"¿Por qué escribiría una nota y luego la firmaría como 'Tate'?" Pregunto. —Lo miraste,
habrías visto lo que decía —argumento—. Estoy perdiendo la voluntad de soportar esta lucha,
parece tan infructuosa y siento que no puedo confiar en mi mente.
¿Qué me está pasando?
Su tono cambia para que sea bajo y tranquilizador mientras frota sus pulgares en mi
mandíbula. “Cariño, no lo leí. Te lo dije, dije algo como 'si quieres decirme algo, dilo ' porque
no quería leer una nota. Lo miré y no pude...
Inmediatamente se detiene y luego mira alrededor del auto como si estuviera buscando el
resto de su oración. ¿Por qué no lo habría leído? Cambia de rumbo por completo.
“Pensé que estabas enojado conmigo por irte o que querías a alguien más, y por eso
estabas tan enojado. Pensé que no querías hacer una larga distancia conmigo porque éramos
jóvenes locos. Y entendí eso, no estaba de acuerdo con eso, pero lo entendí. Iba a quedarme
con mi mamá y mi padrastro hasta que pudiera mudarme a esta casa con mi papá, y luego
me transferiría de regreso a la escuela. Cuando ya no querías que fuéramos una cosa,
todavía me mudé aquí porque no quería estar en casa con mi padrastro y…” Sacude la
cabeza. “Mi papá me dejó estudiar en línea hasta que me gradué. fue más fácil Me ayudó
con... ciertas cosas. Él suspira y sumerge su frente en la mía. Mis ojos se abrieron como
platos pero él está tan perdido en su pasado que no se ha dado cuenta.
Levanta la cabeza y sus ojos están en mi boca. Presiona sus labios contra los míos y otro
sonido suave y angustiado sale de él. Se remueve en su asiento y aprieta sus manos sobre
mí con más fuerza, una se mete en mi cabello y la otra se frota alrededor de mi garganta.
Estoy demasiado sorprendido para reaccionar. Mis ojos están abiertos cuando separa mis
labios y desliza suavemente su lengua contra la mía. Lo siento en lo profundo de mi estómago
y me remuevo por el calor que se desliza por mi vientre.
Tate se aleja y me mira a los ojos, entendiendo que algo
esa noche salió muy mal, y ahora él también quiere respuestas.
Estoy desesperada por claridad, necesito estar cien por ciento seguro, y Tate puede
decirlo. Una mirada de dolor cruza su rostro, como si no quisiera llegar a esto, y presiona su
frente contra mi hombro. Lo escucho inhalar
profundamente y sus anchos hombros se hinchan. Paso mis manos por sus músculos y los aprieto
en mis palmas.
Le toma unos momentos recuperarse y luego levanta su rostro determinado hacia el mío. "Bebé,
la razón por la que te escribí un mensaje esa vez en lugar de escribirlo... la razón por la que no quería
leer la nota ese día..." Aparta la mirada de mí brevemente, haciendo una mueca leve, y luego vuelve
a mirarla. al mío. “Soy disléxico”, dice. “Tengo dislexia. No es gran cosa, pero cuando estaba en la
escuela era... difícil. Algunas personas lo manejan mejor y con una buena tutoría pueden mejorar,
pero yo era un poco terco en ese entonces, así que simplemente me dediqué a los deportes, andar
en bicicleta y esas cosas con mi papá. No me malinterpreten, puedo leer, pero en ese momento,
especialmente con texto escrito a mano, era... me llevaría mucho más tiempo que al típico niño leer
algo jodidamente básico. Por eso estaba tan enojado y, para ser honesto, avergonzado cuando me
mostraste esa nota. No quería que me vieras así, especialmente porque pensé que estabas rompiendo
conmigo”. Su frente está contorsionada mientras me estudia en busca de una reacción. “Lo siento
mucho, River”.
Mi corazón da un vuelco en mi pecho mientras las piezas del rompecabezas caen lentamente en
su lugar.
Tate nunca me escribió una nota.
Tate nunca me escribió una nota.
La dislexia de Tate... está en todo. Todo lo que dijo o hizo que no entendí bien en ese momento.
Ha estado justo en frente de mi cara y ni siquiera lo vi.
Tate nunca escribió esa nota, y Tate no tiene idea.
Está esperando que responda, así que hago lo único que se me ocurre para transmitir todas las
emociones que siento en este momento. Envuelvo mis brazos alrededor de su cuello y lo beso con
tanta fuerza. Él gime cuando me aplasto contra él y siento el alivio de sus pulmones derramarse
dentro de mí. Su pecho está agitado. Paso mis manos por todo él, alrededor de su garganta, subiendo
por su mandíbula, en su cabello, y abro mis labios para que pueda deslizarse dentro.
¿Por qué diablos se disculpó conmigo hace un momento? Odio que sintiera que debería decir
eso. Nunca me he sentido tan aliviado en mi vida.
Me alejo de él para poder quitarme las gafas y las coloco en el tablero antes de moverme para
acomodarme en su regazo. Sus pantalones todavía están desabrochados, dejando al descubierto el
algodón de sus calzoncillos, y la presión de mi ingle hace que su cabeza caiga hacia atrás de placer.
Abre más los muslos,
estiro mis rodillas hasta que jadeo, y luego se desliza hacia abajo en su asiento para que
su cara esté más cerca de la mía. Él usa la mano alrededor de mi nuca para acercarme a
él y poder besarme de nuevo, y su otra mano se desliza entre nosotros. Hábilmente abre
mis jeans con solo tirar de la mezclilla y desliza sus dedos por la parte delantera de mi ropa
interior, gruñendo de placer al sentir lo suave que soy. Cuando trato de hacer lo mismo con
él, me hace retroceder.
"Espera, bebé, tenemos que" Me retiene las muñecas en sus manos y lucho
mezquinamente contra su agarre. “Tienes que terminar esto. Tienes que decirme lo que
pasó.
Pongo los ojos en blanco y suspiro con exasperación. ¿En serio? “No quiero. Ya se
terminó."
Él niega con la cabeza. “Uhuh. Tienes que decirme qué te hizo sentir así durante tanto
tiempo”.
Lo miro fijamente con los ojos entrecerrados y molesto y él acaricia mis muñecas
consoladoramente, persuadiéndome con un trato de princesa. Resoplo y tiro la cabeza
hacia atrás. Lo agarra con la palma de la mano antes de que pueda hacer más daño, como
estrellarlo contra el parabrisas.
—No te va a gustar —le advierto. Dios sabe que definitivamente no lo hice.
El asiente. "Lo sé. Si esto es la mitad de malo que lo que soy
pensando, estoy a punto de ser arrestado.”
Una pequeña llama de placer me lame el esternón. En la oscuridad del auto con solo las
decoraciones navideñas de los vecinos para iluminar su rostro, Tate brilla hacia mí como
un ángel. Presiono un casto beso en la almohadilla de su labio inferior y su pecho se
agranda protectoramente.
"Dime", dice finalmente.
Así que hago.
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capitulo 26
Hace tres años
Es raro. El edificio que alberga el gimnasio se ve completamente desierto,
evidentemente porque todos los demás estudiantes se están yendo por la
entrada del vestíbulo principal, acompañados por los maestros que se despiden
cuando nos vamos para las vacaciones de invierno. Tal vez por eso Tate quería
que nos reuniéramos en los vestuarios, porque no habría nadie más aquí, pero
eso me confunde porque ha sido abiertamente cariñoso conmigo estas últimas
semanas. Miro alrededor del patio vacío una vez más, y luego abro las puertas
para entrar al gimnasio.
La entrada está helada y el olor a equipo de goma y aerosol permanece en el
aire. Además, Tate no está parado en la entrada principal, lo que me confunde
aún más. Naturalmente, al no ver a nadie, mis ojos se movieron posteriormente
a las dos puertas directamente en frente de mí: el vestuario de niñas a la
izquierda y el vestuario de niños a la derecha. Miro a mi alrededor de nuevo, el
edificio tan frío que mi aliento se empaña opaco frente a mi cara, y ahora me
siento realmente inquieto.
¿Por qué Tate me traería aquí?
Tate definitivamente no entraría en el vestuario de las chicas, eso estoy
seguro, así que vacilante me acerco un paso más al vestuario de los chicos.
Nunca he estado dentro del vestuario de los chicos. Obviamente, nadie va a
estar allí excepto Tate, por lo que debería estar bien, pero no puedo evitar la
incómoda sensación de chapoteo que gorgotea en mis entrañas. Respiro larga y
lentamente el aire cortante de diciembre y luego abro la puerta de la habitación de los niños.
habitación.
Lo primero que noto es que la luz automática sigue encendida, lo que significa
que todavía hay alguien aquí, así que me relajo un poco. Creo que el baño de
los niños es un poco más grande que el de las niñas, doblando en una esquina
donde se sientan más bancos y casilleros, despejados para las vacaciones.
Doblo la esquina vacilante y veo una bolsa de deporte que descansa sola en el
banco en el centro de la habitación. Entrecierro los ojos, asumiendo que debe
ser de Tate, pero juro que nunca lo he visto usarlo antes. Al ver que todavía está
abierto, me dirijo hacia él, preguntándome si mi regalo está allí y si esto es algún tipo de
una búsqueda del tesoro un poco desconcertante, pero todo lo que veo es un equipo de
fútbol arrugado, un par de zapatillas de deporte desgastadas durante mucho tiempo, una
lata de desodorante para hombres y una caja abierta de palma tan fría que envía agujas
a través de mis mejillas. Observo, horrorizada, sus brillantes ojos vueltos hacia arriba.
Muevo mis ojos alrededor de la habitación para ver si Tate está cerca y trato de contener
la humedad que parece estar a punto de derramarse por mis mejillas. ¿Qué diablos está
pasando?
"Estoy tan contento de que puedas unirte a nosotros, bebé", se burla Hudson, su boca
haciendo una mueca en una especie de mueca satisfecha. Mis ojos se disparan hacia él
y parece leer el hecho de que estoy buscando a Tate. Si esto es una broma, no lo
entiendo. Para nada. “Él no está aquí”, comenta Hudson, y luego agrega, “está esperando
afuera para que pueda darte tu regalo a solas”.
Mis cejas se pliegan hacia arriba y luego Hudson aprieta sus dedos en mis mejillas con
más fuerza, haciendo que un grito de dolor escape involuntariamente de mi garganta y se
ahogue contra su palma. Tan aturdida por el giro de los acontecimientos que no me di
cuenta en qué momento había agarrado mis codos detrás de mí con su otro brazo,
haciendo que mis omóplatos se tensaran y me dolieran por la posición distorsionada.
“Te voy a quitar la mano de la boca River pero ni se te ocurra gritar. Lo juro, si siquiera
lo intentas” Clava sus uñas en mis mejillas y yo asiento con la cabeza ferozmente, las
lágrimas ahora se derraman sobre mi piel y sus dedos, prometiéndole que no gritaré.
Quiero que quite sus manos de mi cara. Odio el hecho de que mis labios lo estén tocando
en este momento. ¿Por qué diablos quiere Tate que esté aquí con Hudson?
Satisfecho, Hudson quita su mano de mi boca e inmediatamente me empuja hacia
atrás, la parte trasera de mis rodillas golpea la madera detrás de mí y caigo sobre mi
trasero, en el banco al lado de su bolso.
"¿Que esta pasando?" Digo, mi voz temblando ligeramente. "Me encontraré con Tate"
Hudson se ríe y cruza los brazos sobre su pecho, sonriéndome.
"Primero que nada, cállate por un minuto, yo hablo". Mis ojos se agrandan mientras lo
miro, pero mantengo la boca cerrada. Cuanto más hable, más tiempo no intentará y... y...
"Ya sabes cómo es Tate, tan religioso y todo eso, y no puede soportar la idea de hacer
algo para ensuciarte". Me mira de arriba abajo, desde la parte superior de la cremallera
de mi chaqueta hasta el dobladillo de mi falda. “Joder sabe por qué, realmente no eres
nada especial. El punto es que realmente lo decepcionaste en Homecoming en su
cumpleaños, así que estoy aquí para darte un regalo a ambos y solucionar tu problema”.
Mi ceño se frunce significativamente y miro hacia atrás, hacia la curva de la habitación que
conduce a la salida, desesperada por que Tate entre aquí y me diga que se trata de una broma
rara. Miro a Hudson y niego con la cabeza. "No entiendo de lo que estás hablando"
Su mano azota mi mejilla y mi cabeza se gira hacia un lado, mi piel se inflama
instantáneamente con alfileres y agujas heladas, quemando su camino hacia la superficie de mi
carne. Mis anteojos se incrustaron dolorosamente en el costado de mi nariz, pero en todo caso,
estoy agradecida de que no volaron por la habitación. Los reajusto y me obligo a detener el flujo
de lágrimas. Desearía no estar llorando frente a él, pero al menos mis sollozos son silenciosos.
"Cállate", dice de nuevo. “Tate no hará nada contigo a menos que yo arregle
tu problema primero, por lo que deberías sentirte jodidamente agradecido en este momento”.
Sacudo la cabeza pero no digo nada porque no quiero que me vuelva a pegar.
Lo siguiente que siento es a Hudson agarrando mi cabeza y estrellando su cara contra la
mía. Es una de las cosas más dolorosas que he experimentado, y literalmente me acaban de
golpear en la cara. Su boca es tan dura que me hace cerrar los ojos con fuerza para tratar de
aliviar la succión. Muerde sus dientes en mi labio superior y creo que voy a gritar por el dolor
que atraviesa mis nervios.
Se aleja y me mira a la cara, arrugada por la confusión y la agonía. Quiero gritarle a Tate,
pero luego recuerdo que él me quería aquí, así que realmente lo que tengo que hacer es
escapar, rápido y tan pronto como sea posible.
¿Es esto realmente lo que quería Tate? ¿Es esto lo que esperaba que sucediera en este
momento?
"¿Por qué estás siendo tan raro?" Hudson dice, con una mirada de disgusto en su
cara mientras levanta una ceja pálida.
Literalmente no puedo creer lo que está pasando, así que sigo mirándolo fijamente mientras
trato de pensar en cómo puedo liberarme de las garras de Hudson y huir del edificio antes de
que me atrape. Hudson quita sus manos de mi cara, haciéndome casi estremecerme de alivio,
y las pone en sus caderas en su lugar.
Observo su cabello rubio ondulado y sus ojos dorados y considero cómo, si fuera una persona
completamente diferente, Hudson podría haber sido un chico hermoso. Pero la realidad es que
puedo ver los pensamientos escapando de su cerebro y filtrándose en cada grieta de su rostro,
la realidad de quién es incapaz de permanecer verdaderamente oculta. Es como uno de esos
retratos de miedo con los que las personas decoran sus casas en Halloween: desde un ángulo,
es un caballero respetable,
pero desde el otro es un horrible zombi con ojos malvados y una sonrisa sofocada por
la sangre. No hay ningún retrato en descomposición oculto en el ático de Hudson.
Puedo ver las grietas muy bien desde aquí.
“Es lo que él quiere, River”, dice Hudson, llevándome de vuelta al presente.
"Seguramente no eres tan egoísta como para privarlo de eso antes de que se vaya".
Levanta las cejas como si me incitara a responder, así que, retrocediendo un poco,
digo en voz baja: "Tate no querría esto", aunque ahora no estoy tan seguro.
Todo se está sumando.
Desearía que no lo fuera.
Hudson exhala como si estuviera exasperado, lanzándolo hacia arriba y haciendo
que algunos de sus zarcillos rubios revolotearan sobre su frente. “Esto es exactamente
lo que quiere. Él quiere que te ayude, y al hacer esto lo estás ayudando a él, así que
deja de ser una perra al respecto. Es lo que siempre iba a pasar. Tate y yo… lo
compartimos todo”.
Y así, cae el último centavo.
Compartimos todo.
Las mismas palabras exactas que Tate me dijo no hace mucho, casi como si fuera
un lema de un pacto de sangre. Tate no había sonado tan feliz por eso en ese momento,
pero entonces, ¿qué es lo que realmente sé sobre Tate? ¿Qué es lo que realmente sé
acerca de algo? ¿Y qué si he estado suspirando por él desde la ventana de mi habitación
desde el día en que se mudó por primera vez? Eso no significa una mierda.
Obviamente los chicos mienten, y son muy buenos haciéndolo.
Me han jugado y necesito salir de este juego ahora.
Pero antes de que pueda ponerme de pie, Hudson empuja su mano en mi clavícula
y mi cabeza se estrella contra el banco debajo de mí, golpeando con un ruido sordo
horrible y fuerte. La parte de atrás de mi cabeza está palpitando, y mi sangre bombea
tan salvajemente que puedo escucharla en mis oídos.
Me levanto sobre mis codos, pero es demasiado tarde porque Hudson ya ha hecho
un corte en la tela de mis medias y su mano ahora está arañando el material alrededor
de mi entrepierna.
Toda mi cara palidece de cualquier color cuando levanto una mano a mi boca,
temblando incontrolablemente al ver lo que está a punto de hacer, lo que está haciendo,
lo que ha hecho.
Siento un dedo empujando en mi cuerpo y aprieto mis ojos cerrados en el
quemadura y la picadura. Que carajo, que carajo, que carajo, no, no, no
No me siento bien por la intrusión y, en cambio, me siento dolorida, seca y luego totalmente
entumecida. No se siente como esperaba, y no se parece en nada a lo que dicen en los libros
que he leído. Pienso en los romances oscuros y tórridos que tengo apilados en mi habitación y
en cómo voy a tirarlos a la basura tan pronto como llegue a casa. No hay alegría en este
momento. No hay deseo, no hay lujuria. Todo lo que siento está muerto por dentro.
Estoy paralizado por la conmoción y el miedo por una cantidad inconmensurable de momentos.
antes de que mi cerebro empiece a volver a registrar lo que me está pasando.
Me arriesgo a mirar la mano de Hudson y aprieto la boca para sofocar el sollozo.
No más. No más.
Miro a un lado para ver si hay algo que pueda aplastar contra la sien de Hudson y mis ojos
instantáneamente aterrizan en su desodorante en bote.
Gracias a Dios.
Agarro la lata e inmediatamente la rocío en la dirección de su rostro, apuntando a sus ojos o
su boca, pero mi propia visión es demasiado borrosa en este momento para distinguir la situación
con claridad.
Hudson instantáneamente se aleja, maldiciendo salvajemente mientras cubre sus ojos, y
levanto mis pies, empujándolo con fuerza en las costillas y haciéndolo caer hacia atrás. Lanzo la
lata a su cuerpo como un lanzamiento de bala y me lanzo desde el banco, doblo la esquina y me
estrello directamente contra la puerta. Tan pronto como franqueo la salida de los vestuarios de
los chicos, me dirijo hacia las puertas que marcan la entrada al gimnasio, repentinamente
abrumado por la gratitud por estar siempre al día con Kit.
Empujo la entrada y casi me tropiezo con el pequeño escalón que nunca había notado antes,
pero me las arreglo para mantener el equilibrio y corro a través del patio, dejando el edificio del
gimnasio detrás de mí y dirigiéndome directamente al estacionamiento ahora desierto. .
Un sudor que no recuerdo soltar hace que los vellos de la cara se me peguen a las sienes ya
la frente. Lo golpeo con mis manos temblorosas y el aire helado acaricia las lágrimas que cubren
completamente mis mejillas. Corro hacia el final del lote vacío, desesperada por salir de aquí lo
más rápido que pueda.
Nunca debí haberle creído, pienso para mis adentros. Sabía que esto era demasiado bueno
para ser verdad.
Mi confianza.
Mi fe.
Mi culpa.
Tan pronto como doblo la esquina me estrello contra los planos sólidos del pecho de Tate.
Al principio me sonríe, una mirada maravillosa en sus ojos, pero luego su
la cara cae rápidamente y su frente se retuerce en confusión, miedo, dolor.
Instantáneamente tropiezo hacia atrás, negándome a quedar atrapada en sus brazos,
y lo miro a los ojos con cierta confusión, miedo y dolor propios.
Pero también rabia. Principalmente rabia.
—River —dice, en un tono bajo pero urgente, sus manos alcanzandome.
"¿Qué ocurre? ¿Bebé que ha pasado? ¿Dónde has estado?"
Está recorriendo distraídamente sus ojos sobre mí, tal vez buscando pistas de que lo que
casi acaba de suceder realmente sucedió, así que aprovecho la oportunidad para echar mi brazo
hacia atrás y golpearlo en la cara.
Sus ojos se abren momentáneamente pero recibe el golpe, un suave brillo rosa se extiende
instantáneamente por su pómulo y mandíbula. Me mira a los ojos, parece aún más desesperado
que antes, y toma mis hombros con ambas manos.
"¡Puaj!" Gimo con disgusto y empujo su pecho, tratando de quitármelo de encima, pero él me
sostiene con firmeza. “¡Aléjate de mí, Tate! ¡Quítame las manos de encima ahora mismo!”
No me quita las manos de encima. En cambio, baja su cabeza hacia la mía para que nuestros
ojos estén al mismo nivel y me mira con una mirada de preocupación en su rostro. "¿Que pasó
bebé? Te he estado esperando. Dime lo que tengo que hacer.
Rebuscando en mi bolso, golpeo la nota de mi casillero en el centro de su pecho y él la atrapa
con la palma de su mano para que no caiga sobre el concreto escarchado.
"Ya has hecho suficiente", escupo, y me libero de su agarre en mi hombro.
Tate trae el papel entre nosotros para poder mirarlo y juntar las cejas. Sus ojos ni siquiera
recorren las líneas, ¿y por qué deberían hacerlo? Él los escribió. Se arremolinan más alrededor
de la página, su desesperación y frustración aumentan por segundo, hasta que él dispara sus
ojos hacia mí, luego hacia la página y hacia mí otra vez. ¿Está sorprendido de que lo esté
llamando? ¿Está experimentando alguna forma de culpa tardía? No lo sé y, ahora mismo, no me
importa. Inhala profundamente, como si tuviera la audacia de estar herido e irritado, y arruga la
nota, arrojándola a la alcantarilla mientras se acerca a mí de nuevo.
“Si quieres decirme algo, no lo quiero en una carta, quiero que me lo digas en
la cara”, dice, confundiéndome momentáneamente. No puedo evitar la risa
sorprendida que sale de mí porque técnicamente desearía que esa hubiera sido
mi línea, pero mi risa parece enojarlo aún más. "Río, por favor dime qué está
pasando".
"¿Decirte lo que está pasando?" Grito, todo mi cuerpo temblando de conmoción,
frío y odio. “Si tan solo me hubieras dicho lo que estaba pasando.
¿Esa… esa mierda con Hudson? Imperdonable —digo y voy a pasar junto a él,
completamente harta de esto, pero me bloquea. Corté mis uñas a través de su
bíceps, tratando de apartarlo del camino, pero en realidad ahora me está
empujando contra el costado de la pared.
"¿Esto tiene algo que ver con Hudson?" pregunta, su tono es tan bajo que casi
no lo escucho.
“¡Esto tiene todo que ver con Hudson!” gruño. “¡Eres un monstruo y no puedo
creer que confié en ti! ¡ Nunca debí haber confiado en ti!” Mis ojos se desbordan
cuando mi mente de repente se llena con la imagen de mi madre, los deseos que
ella trató de inculcarme durante toda mi vida. Seguí con ella, pero nunca estuve
realmente de acuerdo con ella, obviamente pensando que yo tenía una
comprensión más profunda e ilustrada del siglo XXI que ella.
¿Por qué no puedo salir con un deportista guapo? ¿Por qué tengo que elegir un trabajo 'sensato'?
Ahora sé. Si tan solo la hubiera escuchado, esto nunca hubiera pasado.
a mi.
Los ojos de Tate brillan y ahogo una mitad risa mitad sollozo. ¿Pensó que yo
habría estado bien con esto? ¿ Que él y Hudson me compartan ? No me importa
el código de hermano tonto que tengan juntos, no quiero tener absolutamente
nada que ver con eso.
“River, por favor,” susurra, su voz ahogada y espesa en su garganta. “Puedo
ser mejor, puedo hacer más. Pensé que tú también me querías. Sacude la cabeza
mientras trata de entrelazar sus dedos en mi cabello. Con mi espalda presionada
contra la pared, todo lo que puedo hacer es apartar la cabeza de su boca, un
sinfín de lágrimas fluyendo silenciosamente de mis ojos. Entierra su nariz en mi
cuello, inhalando profundamente mientras su pecho se sacude contra mí. “Río,
estoy en”
Levanto mis codos y los golpeo tan fuerte como puedo en su pecho.
Aunque la fuerza de eso no lo hace moverse, capta la indirecta y retrocede,
metiendo una mano en su bolsillo mientras se frota las mejillas empapadas con la
otra muñeca. Observo que la cadena del crucifijo que siempre usa está
envuelto alrededor de su puño en lugar de colgarlo de su cuello, y me pregunto por qué se lo
quitó. Luego mete esa mano en su otro bolsillo.
Mi voz es plana y fría cuando hablo de nuevo. “Tú no eres nada para mí, Tate. ¿Esto?
Todo esto fue nada. Eres el fraude más grande que he conocido y no quiero volver a verte,
nunca. Doy gracias a Dios que ya no vas a vivir cerca de mí, y espero que nunca vuelvas a
hacerlo”.
Sin una segunda mirada me doy la vuelta y salgo corriendo, mis lágrimas brotan
ruidosamente ahora mientras caen por mi cara y cuello. Mi garganta se siente apretada y
estrangulada, y mis pulmones duelen con la presión de mis gritos jadeantes. Buscaría a
tientas en mi bolso mi inhalador, pero ya casi no puedo sentir mis dedos.
Mientras corro a través de la puerta de la escuela, siento una ráfaga de aire invernal subir
por mis piernas, perforando el área ahora desnuda debajo de mi falda donde mis medias
estaban tiradas y rotas. Vuelvo a llorar al recordar lo que acaba de pasar y me bajo la falda lo
más que puedo, para asegurarme de que mis piernas sean lo más invisibles posible.
Mis pies golpean el pavimento y bajo la mirada hacia mis medias, una larga escalera que
se extiende desde el interior de mi muslo hasta la punta de una cola de serpiente justo debajo
de mi rodilla.
Miro hacia atrás y trago dolorosamente, mi pecho está tan apretado que creo que podría
morir.
No más faldas, pienso para mis adentros mientras giro en la siguiente esquina, aferrándome
a mi bolso como si fuera mi vida. No más faldas.
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capitulo 27
Regalo
Me había bajado del regazo de Tate antes de contarle lo que había sucedido y
ahora lo observo nerviosamente mientras sus manos se aprietan y aflojan alrededor
del volante. Todo su cuerpo se ha puesto rígido y puedo decir por la forma en que
está mirando por la ventana delantera que solo hay un pensamiento en su mente en
este momento.
Golpea el motor y agarra la palanca de cambios.
—¡Tate, no! grito "¡No puedes conducir así!" Envuelvo mi mano sobre la suya y
su cabeza se vuelve hacia mí. En la oscuridad del coche, sus ojos están rojos como
el fuego. Empuja el auto de vuelta a Park y me tira de nuevo encima de él.
“Pensé que tú… todo este tiempo he pensado que tú…” Él junta sus labios en su
boca y toma algunas respiraciones aterradoramente profundas, la subida y bajada
de su pecho es tan extrema que mis párpados comienzan a revolotear. Me examina
de arriba abajo, con la mandíbula rígida apretada, y un escalofrío me recorre. “Quiero
matarlo, River. Realmente quiero matarlo.
Oculto mi cara en su cuello, asintiendo suavemente antes de acariciar su cálida
piel.
"Ni siquiera sé si debería tocarte ahora mismo", admite en voz baja, su voz
áspera. No sé si quiere decir que no debería tocarme porque le acabo de contar que
me agredieron sexualmente o porque está tan enojado que no sabe de lo que es
capaz, pero he tenido años para llegar a un acuerdo. con ser tocado por Hudson, y
ahora lo único que quiero es que Tate borre su recuerdo de mi cerebro para siempre.
Me inclino hacia adelante, presionando mis labios contra los suyos, y tomo la
decisión por él.
Él gime cuando acaricio su camiseta, sus duros abdominales se flexionan bajo
mis dedos, y suavemente llena mi boca con la longitud de su lengua. Sus manos me
amasan desde atrás y mueve lentamente sus caderas hacia arriba, sensibilizándome
rítmicamente hasta que estoy jadeando.
"Voy a llevarte a mi casa ahora mismo", murmura, apartando su boca de la mía.
No podemos hacer esto aquí. Nadie más puede verte así.
Pasa una de sus manos por la depresión de mi cintura y luego llega a mi pecho,
donde extiende su palma y aprieta, masajeándome suavemente hasta que estoy
agarrando mis dedos a sus costados.
“Tate,” susurro a modo de advertencia.
"Un minuto más, bebé", murmura, y sus labios se deslizan por el centro de mi cuello.
Cierro los ojos y suspiro. En un minuto más estaré en coma.
Mi estómago está lleno de mariposas. Froto mi cuerpo contra el de Tate, pensando
en que no estoy seguro de si podremos llegar a su casa. No tengo ni idea de dónde
vive y quiero ver cómo es. Me encanta que quiera llevarme allí y tenerme dentro de su
espacio secreto. Me encanta todo sobre ahora.
Me encanta tanto que abro los ojos mientras Tate me besa a lo largo de la clavícula,
pero en lugar de mirar hacia abajo para ver su boca chupando mi piel y su mano
jugueteando suavemente con mi pecho, mis ojos se fijan en el rostro que me sonríe
directamente a través de la ventana. .
Grito e inmediatamente me bajo del regazo de Tate, escondiendo mi cuerpo detrás
de su costado. "¡Mierda!" grito, en pánico. El hielo cae directamente a través de mi
estómago y, si no estuviera a punto de desmayarme, creo que estaría enfermo. Tate
tarda un momento en volver a calibrar, pero tan pronto como ve lo que estoy viendo,
me empuja hacia el otro lado del auto y tira la camisa que cuelga sobre el hombro de
su silla encima de mí. Está fuera del coche antes de que yo parpadeé.
Hudson se está alejando de él, pero su boca todavía está abierta en una sonrisa
astuta. Sabía que lo vi. ¿Qué mierda está haciendo aquí? ¿Cómo supo dónde
estábamos?
Mi sangre se hiela. ¿Él sabe que vivo aquí?
Hudson pone la cama de la camioneta entre su cuerpo y el de Tate, y ambos se
agarran a los lados mientras se miran: Hudson alegre, Tate asesino. Mis manos están
temblando mientras busco a tientas la camisa por mis brazos y, aturdida, abro la puerta
de la camioneta, lista para agarrar a Tate y largarme de aquí.
"Apretada para una pequeña zorra, ¿no es así?" Hudson se ríe cuando aparezco,
envolviendo mis manos alrededor del antebrazo tenso de Tate y tratando inútilmente
de empujarlo de vuelta al auto.
Tate mueve la cabeza de un lado a otro, crujiendo el cuello y girando los hombros,
y luego murmura en voz baja para que solo yo pueda escucharlo: "Suéltame un minuto,
bebé".
"¿Qué fue eso?" grita Hudson, llevándose una mano a la oreja. Su arrogancia lo hace volver
a nosotros, aparentemente subestimando la masa muscular que Tate mantiene escondida
debajo de su ropa sin pretensiones.
El cuerpo de Tate vibra bajo mis dedos. Lo último que quiero hacer es dejarlo ir porque sé que,
si lo hago, inmediatamente comenzará a pulverizar a Hudson, y por mucho que yo también haya
fantaseado con amarrar a Hudson y cortarlo en tiras largas y carnosas, no quiero que las
repercusiones del asalto público vuelvan a Tate.
“Tate, vámonos,” susurro, mis ojos suplicándole.
Me mira y casi me estremezco por lo intimidante que se ve.
Su cuerpo es sólido como una roca y puedo sentir las feromonas que emanan de él mientras
me mira de arriba abajo, su respiración pesada. “Vuelve al auto”, me dice. “Necesito encargarme
de esto, y luego, después de eso, yo…” Inhala profundamente mientras arrastra sus ojos lejos
de mis labios, hacia mis ojos. Puedo leer su mente. Sé exactamente lo que está pensando.
Y luego, después de eso, me ocuparé de ti.
Asiento y lo dejo ir lentamente, pero tan pronto como las yemas de mis dedos dejan el brazo de Tate,
escuchar el golpe seco de la piel contra la piel.
Mis ojos parpadean en estado de shock al puño de Hudson, que hace solo dos segundos se
encontraba con la mandíbula de Tate. Inquebrantable, Tate no se ha movido ni un milímetro. Su
ceja se arquea cuando su mano sube para acariciar su mejilla y una mirada desconcertada
cruza su rostro cuando sus ojos finalmente vuelven a Hudson.
Y luego sonríe.
Al momento siguiente, Hudson es empujado hacia abajo y clavado en el asfalto, con una de
las manos de Tate envuelta alrededor de su garganta y ambos muslos a horcajadas sobre su
cintura. Su otra mano está apretando las muñecas de Hudson juntas, imperturbable por sus
intentos de liberarse, mientras le grita, “¿La tocaste? Tocaste a mi chica, ¿eh? ¿Y ahora estás
esperando fuera de mi camioneta como si no fuera a joderte?
Hudson escupe sangre por la boca, como si se hubiera mordido gravemente la lengua
cuando su cabeza golpeó la carretera, y con un toque de suficiencia en su voz dice con voz
áspera: "Sabes que no puedes hacerme una mierda".
Esta vez Tate se ríe. "¿Oh sí?" pregunta, y luego, soltando las muñecas de Hudson, golpea
su puño en la mejilla. La cabeza de Hudson golpea de costado contra el camino, ambos lados
de su cara se parten e hinchan cuando gira de nuevo hacia Tate.
Hudson hace un sonido bajo de dolor pero mantiene su voz ronca neutral.
"Sabes, no esperaba que trajeras una novia a la inauguración de la casa de tu padre, así que las cosas
deben ser bastante serias allí". Vuelve a escupir y luego susurra en voz alta: "Pero recuerda, llegué
primero".
La cabeza de Hudson es tirada hacia adelante y luego Tate la golpea contra la carretera. Tate se pone
de pie, cerniéndose sobre él con las manos agarrando los agujeros de sus pantalones vaqueros y, por un
momento, al mirar la cara de Tate, creo que está a punto de mearse encima.
Pero luego aparecen nuevas luces y ruidos de la casa de Mitch y tres personas salen corriendo. La
primera persona se parece tanto a Mitch que me doy cuenta de que debe ser el tío, Jason, a quien no
había llegado a conocer.
Su frente es más severa y su barba es más oscura, lo que lo hace parecer formidable cuando se precipita
hacia nosotros. Entonces detrás de él Oh no. No no no.
Detrás de Jason están Mitch y mi mamá, tomados de la mano mientras corren hacia
nosotros.
“Jason te escuchó a través del maldito doble vidrio, Tate”, grita Mitch, y todos se detienen abruptamente,
viendo a Hudson tentativamente tratando de sentarse derecho contra la acera. Los ojos de Mitch están
muy abiertos. "¿Qué diablos está pasando?"
Estoy pensando exactamente en la misma pregunta. ¿Por qué diablos está Hudson aquí?
Los ojos de Tate van de Hudson a su padre, pero justo cuando abre la boca
para hablar suena una voz completamente inesperada.
“¿Por qué tienes los pantalones abiertos, River?”
Mi mamá se ha alejado de Mitch, y ladea la cabeza hacia un lado mientras sus ojos se detienen en mi
entrepierna. Me miro como si no fuera a ver mi bragueta completamente abierta pero, por supuesto, mis
jeans están exactamente como estaban hace cinco minutos, cuando el hijo del novio de mi mamá estaba
a un minuto de follarme en su camioneta.
Cuando levanto la cabeza para tratar de explicarle esto a mi mamá, sus ojos ya se han dirigido a Tate,
cuya ropa está en un desorden similar, su cinturón abierto balanceándose rígidamente a lo largo de su
ingle.
Se lleva las manos a la boca y ahoga un grito ahogado. Sus ojos se encuentran con los míos y está
sacudiendo la cabeza con incredulidad. Su voz es confusa detrás de su mano, pero puedo escucharla
fuerte y clara. "Oh, niña estúpida ", susurra. Me estremezco cuando sus palabras me atraviesan.
Tate mueve su cuerpo frente al mío y tomo el respiro de sus ojos para abrocharme los pantalones.
Quiero agarrar la camisa de Tate y presionarme contra él, pero ahora no es el momento.
¿Alguna vez tendré la oportunidad de hacer eso de nuevo?
Como si pudiera leer mi mente, Tate mueve su mano derecha para que descanse con la palma
hacia afuera contra su espalda baja, y la flexiona a modo de invitación. No sé quién necesita más el
consuelo en este momento, pero inmediatamente envuelvo su mano con la mía y envuelvo la otra
con fuerza alrededor de su muñeca.
Hudson se levanta del suelo y se ríe a carcajadas, a pesar de la postura torcida que tiene
actualmente. Hace un gesto vago entre mi mamá y yo y luego le dice, directamente a Tate, “Espera.
¿Eres... De ninguna manera. ¿Son ustedes dos, como, hermanastros? Sus ojos brillan tanto que
parecen radiactivos. Tose húmedamente después de otra risa y luego dice con descarado regocijo:
“Por favor, dime que esa es su mamá”.
Mi mamá habla. No puedo verla desde detrás del escudo muscular protector frente a mí pero,
por su tono, puedo decir que está hablando con Tate.
"¿Hablas en serio? ¿Es esto una broma para ti?” La oigo acercarse. “Sabes lo inteligente que es,
¿verdad? Sabes que ella se irá a la universidad”.
Los hombros de Tate se erizan e inmediatamente tengo una nueva comprensión de por qué ha
sido tan cauteloso conmigo cada vez que veía mi trabajo preuniversitario y mis solicitudes.
Consciente de que este podría ser un tema delicado para Tate, especialmente considerando lo
que me dijo esta noche, Mitch interviene.
"Vamos, son solo niños", dice Mitch, su tono apaciguador. Luego gira a popa. “Estoy más
preocupado por por qué mi hijo está golpeando al hijo de un policía”.
hago una pausa ¿ El padre de Hudson es policía?
Tate mueve los músculos de su espalda y dice, en voz baja y brusca: “En defensa propia.
Él lanzó el primer golpe”.
Mi mente retrocede a la paciencia depredadora de Tate con Hudson, y me maravillo con la suave
piel color caramelo sobre el escote de su camisa. Así que por eso lo estaba esperando, para que
cuando le devolviera el golpe, no se viera obligado a detenerse. Un brillo cálido se extiende por mi
pecho y siento un sentido primitivo de pertenencia, casi lo suficiente como para hacerme sonreír,
incluso en esta horrible situación. Pero tan rápido como el pequeño enjambre de mariposas
revoloteo en mi estómago, un frío escalofrío de premonición comienza a calmarme,
deslizándose lentamente por mi cuerpo.
¿Cómo sabe Mitch quién es el padre de Hudson?
Peor aún, ¿cómo sabe Mitch quién es Hudson ?
No tengo tiempo para procesar esta información mientras mi madre se vuelve incrédula
hacia Mitch, con una risa seca ahogándose en ella. "¿'Son solo niños'?" ella repite, su voz
mortalmente tranquila. “Tal vez tu hijo es solo un niño, pero mi hija es todo lo contrario”.
Aprieto la mano de Tate en la mía mientras su brazo se vuelve rígido por la tensión, y
él maneja la más mínima presión en respuesta. Miro por encima de su hombro para mirar
su hermoso rostro y su inexpresividad intencional hace que mi corazón se contraiga
dolorosamente.
Mi madre se da la vuelta para mirarme tan pronto como vuelvo a estar a la vista.
"Por favor, dime que me equivoco en esto", exige, con la frente levantada en un arco
venenoso.
No tengo intención de decir nada delante de Hudson, así que la única palabra que digo
es "mamá".
Ella está sacudiendo la cabeza. Es peor que la incredulidad: es decepción.
¿Por qué lo que más quiero es lo que mi mamá quiere?
para mí lo mínimo?
Mitch intercambia un diálogo tácito con su hermano, y Jason se retira por el camino de
entrada y se dirige al garaje. Mitch mira entre mi mamá y yo, su autoritaria gran polla
tranquila aparentemente aquí para salvar el día. “Mira, no quise decir eso. River es un gran
chico, muy inteligente, lo sé. Quise decir que son jóvenes y tienen una historia...
"¿Una historia?" Los ojos de mi mamá se están electrocutando. Mitch se estremece y
aparta la mirada de ella, con las manos metidas en los bolsillos. Ella gira hacia mí.
"¿Qué diablos quiere decir con 'una historia'?"
Hudson reprime una carcajada y de repente desearía que Tate hubiera orinado sobre él.
Mi mamá se vuelve hacia Mitch, su voz demasiado controlada. "¿Por qué estás tan
tranquilo con esto?" ella pregunta. Mitch mira sus ojos entrecerrados y escrutadores y su
mirada de respuesta es dura. Ella inclina la cabeza como si estuviera navegando a través
de su cerebro y luego se cruza de brazos, con el ceño fruncido. —Dime que no sabías
sobre esto —dice ella, su tono tan inquietantemente suave que incluso me estremezco—.
“Dime que no sabías lo que tu hijo le estaba haciendo”.
haciéndole a ella? retrocedo. No se me escapa la ironía de que mi madre satanice a
Tate, especialmente cuando está parado justo en frente de Hudson.
—No es así —digo, ya sin control de las palabras que salen de mi boca.
—No hables —le espeta mi mamá.
“Oye”, ladra Mitch y se mueve para pararse frente a ella. Si Tate no fuera tan alto, Mitch
estaría bloqueando la vista de mi madre de Tate y de mí por completo. “Suficiente, ¿de
acuerdo? No están haciendo una maldita cosa mal.
No hay necesidad de que te metas con ella de esta manera, porque estos son dos niños
dignos de confianza”
"¿Quieres hablar de confianza?" ella responde, su voz fría.
El silencio crece y crece hasta que de repente me doy cuenta de lo malditamente helado
que está aquí. Miro mis manos envueltas alrededor de Tate y soy fantasmal. Cuando
exhalo por la boca, una voluta gris paloma se eleva y se evapora en la noche clara y negra.
Mi mamá se hace a un lado para poder verme detrás de mi pared de hombres Coleson.
Sus ojos están decepcionados, pero sé que hay un sentimiento maternal allí. “Entra y
empaca tus cosas”, me dice. "Volveremos a la nuestra por un tiempo".
Mi respiración se detiene. Estamos literalmente en la fiesta de inauguración de la casa
para ella y su novio, ¡¿y ella quiere que regresemos a su antigua casa ahora?!
La mano de Tate de repente es un vicio y no estoy seguro de poder hacer palanca.
lejos de él aunque quisiera.
"Ahora" , grita, con más severidad esta vez.
“Deberías soltar a su Tate”, bromea Hudson, deslizándose por la acera para poder
mirarme a los ojos. Me niego rotundamente a mirarlo, y me acerco más a Tate. "No quiero
que llame a mi padre aquí, ¿verdad?"
La amenaza parecería vergonzosa para un chico de diecinueve años si no me hubiera
dado cuenta de que el padre de Hudson es policía, pero algo en la insinuación detrás de
sus palabras me eriza el hueco entre los omoplatos. ¿Por qué lo dijo así?
Mi madre gira la cabeza para evaluar a Hudson y levanta una ceja.
"¿Exactamente quién eres?"
Hudson le sonríe y luego mira a Tate. “Sí, Tate. ¿Quién soy exactamente ?
Mitch cruza los brazos sobre los pectorales y frunce el ceño hacia Hudson. "Cállate."
Hudson mira a mi madre de nuevo y quiero meter mi puño en su garganta. “Tate y yo
nos conocemos desde hace mucho tiempo. Estamos, como” mira fijamente a Tate “ muy
cerca.”
Tate flexiona su mano libre, ansioso por ponerla a trabajar, y grita: "No por elección".
Hay una incómoda tensión palpable en el aire y mis miedos anteriores están resurgiendo.
¿Qué no se está diciendo en este momento? ¿Qué más no sé?
Hudson me señala con la barbilla y hace que lo mire instintivamente. Sé que me está
hablando a mí, pero miro hacia otro lado de todos modos. "¿Quieres saber cómo llegué
aquí esta noche?" él se burla. “Aunque, en realidad no sabía que estarías aquí. Pero me
llegó la noticia de la ciudad de que habían estado juntos en el restaurante, así que pensé
que, dado que había una fiesta, era la oportunidad perfecta para venir y ver. Y he aquí
que…” se apaga, con una sonrisa triunfante en su rostro. Se ve siniestro cuando se
yuxtapone a la sangre que se seca en sus mejillas.
Todavía estoy de pie detrás de Tate, pero mis ojos están fijos en Mitch. Tiene esa
mirada aprensiva y preocupada por mí en su rostro que hace que mis intestinos se
contraigan. Mi cara está tan pálida que pensarías que estoy muerta.
¿Cómo supo Hudson sobre la fiesta en la casa de Mitch esta noche?
Al sentir el diálogo secreto entre Mitch y yo, Hudson se vuelve hacia Mitch con renovado
vigor. “Gracias por la invitación por cierto.
Obviamente, Pam no iba a venir, pero fue muy caballeroso de tu parte preguntar.
¿Pam?
Los ojos de Hudson se concentran en Tate, y siento que se hincha toda su forma. Mi
mamá los mira a los dos, sin darse cuenta de la importancia del intercambio, pero
desconfiando de los crecientes niveles de testosterona. Mitch mantiene sus ojos en mí
todo el tiempo, sacudiendo la cabeza lentamente mientras la comprensión finalmente
atraviesa la superficie.
La razón por la que Mitch conoce a Hudson. La razón por la que Mitch conoce al padre
de Hudson.
La razón por la que Tate y Hudson tenían que ser amigos en la escuela. La razón por la
que compartían todo.
La razón por la que Hudson dejó la escuela exactamente al mismo tiempo que Tate,
cuando Tate se estaba mudando de casa con su madre.
Tropiezo un paso hacia atrás cuando todo encaja en su lugar.
Pamela es el nombre de la mamá de Tate, y resultó que estaba saliendo
un tipo que era policía hace tres años.
Solo puede significar una cosa.
Hudson es el hermanastro de Tate.
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capitulo 28
Regalo
La cantidad de información que ha salido a la luz en la oscuridad fuera de la
casa de Mitch es demasiada, demasiado rápido, y me cuesta procesarla. Hay una
tensión mortal entre Tate, Hudson y Mitch, e incluso mi madre puede sentirlo,
aunque no tiene todas las piezas de este rompecabezas para facilitarle la
comprensión del significado de lo que Hudson acaba de revelar.
Si Hudson es el hermanastro de Tate, eso significa que estará en su vida para
siempre. Y de todas las personas en el mundo, Hudson es la última persona de la
que alguna vez quiero estar cerca de nuevo.
Si quiero tener a Tate en mi vida, entonces tengo que tener a Hudson en mi vida.
también.
Y eso es algo que es simplemente imposible.
La puerta del conductor de la camioneta de Tate todavía está entreabierta desde
que saltó hace apenas diez minutos, así que suelto la mano de Tate de la mía y me
doy la vuelta para poder subir al escalón, arrodillarme sobre su asiento y recoger
mis anteojos. el tablero Me los pongo mientras bajo del auto, mis movimientos
cargados de ingravidez mientras la parálisis de mi angustia se extiende por mis
venas. Cuando vuelvo a poner mis pies en el camino, Tate ha girado ciento ochenta
para mirarme, pero no lo miro a los ojos, demasiado asustada de mi propia reacción.
Me niego al cien por cien a llorar frente a Hudson, lo hice en ese entonces, pero no
lo haré ahora, así que no puedo arriesgarme a mirar la cara de Tate.
Miro en dirección a mi mamá y jugueteo con mis marcos mientras digo: “Solo
necesito un minuto. Volveré... Solo necesito...
Aprieto los labios, giro sobre mis talones y luego empiezo a caminar rápidamente
por la calle, cruzando hacia el pavimento al otro lado de la calle, ansiosa por poner
la mayor distancia posible entre toda esta situación y yo.
Escucho a mi mamá gritar algo sobre lo peligroso que es estar solo así de noche,
pero sigo caminando sin intenciones de
parada. Poco sabe ella que el mayor peligro para mí en este vecindario está parado junto a
ella.
En el momento en que doy la vuelta a la esquina de la calle, empiezo a correr. Dispara una
ráfaga de adrenalina directamente al centro de mi pecho y en el segundo siguiente, tres años
de lágrimas brotan de mí. es feo Estoy sollozando tan fuerte que me arde el esternón y un
dolor oxidado me raspa la parte posterior de la garganta. Ojalá tuviera mi inhalador conmigo
porque no sé cuánto tiempo puedo correr así sin ayuda externa para mis pulmones. Me
tiemblan las piernas, pero mi adrenalina inducida por el horror me impulsa hacia adelante, las
manos se deslizan por mis mejillas empapadas y las pestañas mojadas dejan puntos salados
en los cristales de mis gafas. Un sollozo involuntario escapa de mi garganta y desearía poder
callarme. ¿Qué pasa si alguien escucha? Espero que nadie me vea porque este es el momento
más vergonzoso y desgarrador de mi vida.
Solo registro los pasos detrás de mí cuando están a un segundo de distancia, pero cuando
me doy la vuelta, esperando que quienquiera que esté allí intente detenerme o traerme de
vuelta, me encuentro con el cálido pecho de Tate. Me toma en sus brazos, envolviéndome en
su cuerpo, y me ayuda a escapar sin una palabra. Su chaqueta cuelga sobre su antebrazo y
trata de envolverme mientras nos aleja de la casa de Mitch. Mis lágrimas aún son audibles y
me encojo en su cuello mientras pienso en lo débil que me veo en este momento. Pero, de
nuevo, si una vida con Tate ahora es imposible, no debería importar si él piensa que soy un
tonto, porque de todos modos no tendrá que estar cerca de mí por mucho más tiempo.
El pensamiento me hace llorar más fuerte.
No sé adónde me lleva, pero la confianza uniforme de sus pasos me dice que sí. Me alejo
un poco de su cuello para poder mirarlo, pero la mano que estaba acunando mi espalda me
acaricia hacia arriba y presiona mi cabeza contra su cuerpo nuevamente. Mis lágrimas son
silenciosas ahora y me siento un poco menos patética sabiendo que él no puede escucharlas.
Froto las puntas de mis dedos alrededor de la gruesa base de su cuello y presiono mi fría nariz
contra su piel, inhalando. Su aroma es masculino, reconfortante, cálido. Toda su caja torácica
se hincha bruscamente contra mi cuerpo, como si sintiera una extracción física palpable por
mi respiración.
Reduce la velocidad para caminar, pero no me muevo para ver dónde estamos. Me froto
rápidamente la cara para eliminar cualquier evidencia de lágrimas, y las huellas pican heladas
cuando el aire de la noche las toca.
Siento que mi espalda se presiona contra algo duro y Tate lentamente me pone de pie. No
puedo soportar lo que estoy a punto de hacer, así que rápidamente alcanzo su cuello, entrelazo
mis dedos en su suave cabello y arrastro su boca hacia la mía. Mi prisa provoca un gemido en su
pecho y no lucha contra mí como esperaba. Él nunca me niega. Me pican los ojos porque voy a
tener que renunciar a él cuando acabo de recuperarlo.
Sus manos se mueven a mis hombros, volviendo a asegurar su chaqueta cuidadosamente
sobre ellos, antes de permitirse rendirse por completo. Sostiene mi cara contra la suya con el
agarre expansivo de su mano, manteniéndome en el lugar, antes de deslizar su palma por la
columna de mi garganta. Me sostiene con más firmeza que nunca antes y la dominación
inquebrantable hace que mi cuerpo se vuelva flácido, el dulce calor líquido se arremolina en la
parte baja de mi vientre. Su otra mano se sumerge debajo de la parte de atrás de mi camiseta y
se mueve hacia arriba hasta que está entre mis omoplatos. Luego usa su antebrazo para
presionarme, haciendo que mi piel fría arda con calor, y me empuja contra su sólido torso.
Me alejo un poco para que pueda empezar a decir lo que hay que decir, pero me obliga a que
mi boca vuelva a la suya. Sabe lo que se avecina y está decidido a evitarlo. Murmuré su nombre
contra sus labios, pero solo hizo que se apretara más contra mí. Mis ojos revolotean cuando libera
toda la fuerza que normalmente mantiene bajo riendas tan apretadas contra mi cuerpo, mucho
más pequeño que el suyo y, por lo tanto, mucho más fácil de controlar. Desliza su lengua dentro
de mi boca, llenándome tan profundamente que siento los movimientos en mi útero, y sus manos
trabajan juntas para contener, controlar y recompensar los movimientos involuntarios de mi
cuerpo. Sé lo que está haciendo y es tan dolorosamente injusto.
Me está recordando quién es él y de lo que solo él es capaz.
Me está mostrando lo que voy a extrañar cuando lo deje ir.
Y no quiero dejarlo ir, esa es la tragedia aquí. Lo que quiero es que Tate vaya a buscar su
camioneta, me arrastre adentro, luego me lleve a su casa secreta y nunca me deje ir. Quiero darle
todas sus fantasías porque, en algún momento del camino, también se convirtieron en mis
fantasías. Quiero interpretar a su pequeña novia malcriada y luego convertirme en su pequeña
esposa cautivada, viéndolo obsesionarse conmigo mientras los convierto en sus hermosos bebés
despeinados. No quiero volver a la casa de Mitch, empacar mis pertenencias y luego ir a casa de
mi mamá, donde pasaré mis días estudiando hasta que termine la escuela secundaria y luego me
envíen a la universidad para cumplir su sueño . a mí.
Pero eso es lo que tengo que hacer.
“Tate” , gimo, empujando con toda la fuerza que puedo reunir en su pecho. No lo
mueve ni un centímetro. Su cabeza está enterrada bajo mi cabello en la sensible
curva de mi cuello y me está inhalando tan profundamente que ahora entiendo su
reacción anterior. Puedo sentirlo , la atracción magnética entre mi alma y la suya,
mientras él consume mis feromonas que lo invitan, lo provocan y le ruegan que haga
lo que quiera. Su cuerpo se ondula mientras decodifica el mensaje y los sonidos que
son más animales que humanos retumban bruscamente en su pecho.
“Tate, por favor, tenemos que hablar de esto,” imploro, pero mi voz se debilita en
mi lujuria. "Sabes que yo"
"Lo sé", dice, su cara de repente mirando hacia la mía. El timbre de su voz es tan
bajo que gimoteo, y sus ojos se entrecerran al escuchar el ruido. Traga saliva y se
inclina hacia atrás para poder darme beso tras beso tras beso. "Lo sé", susurra,
ahuecando mis mejillas en sus manos.
Como si se hubiera abierto un grifo, mis lágrimas comienzan a caer de nuevo y
Tate las limpia con sus pulgares mientras sus labios intentan consolarme castamente.
Su frente está contorsionada y sus ojos brillan, como lágrimas de su propio vaso
sobre la superficie. Siempre ha sido así, esta conexión anormal que a veces ni
siquiera llega una vez en la vida de una persona. Mi dolor es su dolor. Él está
sufriendo porque yo estoy sufriendo.
He tenido la suerte de conocer a Tate Coleson, pero ahora se me acabó el tiempo.
Nada tan bueno nunca viene sin un precio, y Dios sabe que he tenido mi parte justa
de dolor para equilibrar su bondad.
Desearía poder dejar de llorar. Mis ojos están demasiado borrosos y no puedo
verlo correctamente, lo que me hace llorar aún más, porque esta es la última vez que
lo voy a ver y ni siquiera puedo verlo. Me paso los dedos por las mejillas y debajo de
la nariz. No es lindo. Toda la felicidad que he tenido como resultado de Tate está
sangrando fuera de mí en todas las formas de líquido que mi cuerpo puede conjurar.
Es tan doloroso que me froto el pecho, preocupada de que esta agonía nunca termine
y mi corazón sea cortado para siempre. He leído historias sobre personas que
mueren por corazones rotos, parejas de ancianos que dejan el mundo con solo unos
días de diferencia, porque es como si su cuerpo lo supiera: sabe que la mejor parte
ya pasó y que ya no hay razón para quedarse. Y así es como se siente. Dejar Tate
se siente como si la mejor parte hubiera terminado... y ya no hay ninguna razón para
quedarse.
"Bebé", susurra, "lo siento mucho".
Mis lágrimas continúan corriendo por mi cara y mi cuello hasta que están profundamente
en mi escote, ungiendo la cruz de plata de Tate. Saco el colgante y ambos lo miramos
mientras brilla con mis lágrimas. Él puede sentir que estoy a punto de quitármelo por la
cabeza y devolvérselo porque lo agarra en su mano y lo desliza hacia atrás en mi parte
superior, tirando de mi pecho contra el suyo para que su collar descanse finalmente entre
nosotros. Presiona su mejilla contra la parte superior de mi cabeza y aprieta sus brazos
alrededor de mi cintura.
Pasa mucho tiempo antes de que cualquiera de nosotros se mueva de nuevo.
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capitulo 29
Regalo
Solo cuando miro hacia arriba para ver la camioneta de Mitch doblando la esquina me
doy cuenta de dónde estamos. Mi espalda está presionada contra las paredes de piedra
de la iglesia de Tate. Supongo que estaba buscando una pequeña intervención divina esta
noche, pero incluso mientras estoy de pie con una cruz empapada en lágrimas clavándose
en mi pecho, no estoy tan seguro de que así sea como funciona.
Tate vuelve la cabeza hacia el ruido familiar del motor y puedo ver que está examinando
el interior de la cabina para asegurarse de que Mitch está solo.
Satisfecho, vuelve a bajar su cabeza hacia la mía, presionando un ligero beso en la punta
de mi mejilla mientras me levanta y me rodea por la cintura. Nos acompaña hasta la
camioneta y abre la puerta del asiento trasero antes de dejarme en el suelo y guiarme por
las caderas. Una vez que Tate cierra la puerta, me pone en su regazo y luego nos amarra
a ambos debajo del cinturón. Mitch gira ciento ochenta para poder vernos en el asiento
detrás de él. Sus ojos parpadean entre nosotros durante unos segundos y luego finalmente
se fijan en mí.
—Se ha ido, para que lo sepas —dice, y dejo escapar un silbido bajo de alivio, a pesar
de que Tate se pone tenso debajo de mí. No quiero volver a ver a Hudson nunca más, así
que estoy agradecida de que se haya ido, pero el recuerdo de que siempre será un
elemento fijo en la vida de la madre de Tate y, por extensión, en la vida de Tate, hace que
la situación sea agridulce. pesado en lo amargo.
“Esta mierda con tu mamá…” continúa Mitch, pasando su mano ansiosamente por su
cabello. “Porque aún no tienes dieciocho años, no tienes mucho margen de maniobra en
términos de elección independiente. Tu madre está tan furiosa que quiere que te mudes
por completo mañana por la mañana.
Los brazos de Tate, que están envueltos firmemente sobre mi pecho y estómago, se
tensan significativamente. Me siento como el juguete favorito de un niño cuando se lo
quitan, cuando sus padres creen que es hora de crecer.
"No está pasando", muerde Tate, y sus manos comienzan a agarrarse a lugares que
son francamente inapropiados para llamar la atención de Mitch.
Los ojos de Mitch destellan hacia los míos como si estuviera pensando exactamente lo
mismo que yo, e inhala profundamente, dándose la vuelta para no tener que mirar.
Apoya un codo en el marco de la puerta mientras se limpia la otra mano por la
rostro. Después de un momento de contemplación desgarrada, Mitch gira la llave en el
encendido y pone el auto en marcha.
Tate golpea con la palma de la mano sobre el reposabrazos de su padre y sale en un
voz grave, "Quiero que tomes el camino largo a casa".
Mitch resopla. "Decir ah. Si crees que voy a llevarte como chofer para que tengas suficiente
tiempo para meterse dentro de ella, entonces te espera otra cosa”. Está sacudiendo la cabeza,
pero te juro que toma un giro equivocado en el camino de la iglesia.
“Entonces déjame ayudarla a empacar su habitación”, dice Tate.
Mitch suelta otra carcajada. “Muy sutil, Tate. ¿Crees que su mamá no podrá oírte romper
mis paredes cuando estás golpeando su cabecera contra ellas a una milla por minuto? Sin
mencionar mi casa llena de invitados”. Hace un sonido angustiado mientras se frota la frente.
“Si estás buscando un lugar para llevar a cabo tu sexo de despedida, entonces vas a tener
que pensar en algo realmente astuto, porque su mamá no te dejará acercarte a esa chica.
Como, lo digo en serio. Ve a su casa y ella te cortará los neumáticos. Ella me dijo."
La respiración de Tate es tan irregular que estoy realmente preocupada por él. Giro la
cabeza para poder mirarlo y sus ojos se han vuelto vidriosos. Tan pronto como mi boca está
cerca de él, toma mi barbilla y levanta mis labios hacia los suyos, la mano en mi regazo de
repente acaricia con más fuerza. La mirada de dolor en su rostro está partiendo mi corazón
irremediablemente. Cuando se aleja, sostiene mi mejilla contra su pecho y puedo sentir el
rápido latido de su corazón mientras murmura: “No es sexo de despedida. Me la quedo.
Un dolor constrictivo se apodera de mis sienes y empujo mi frente contra su camisa.
Tate entrelaza sus dedos en mi cabello mientras susurra: "Acabo de recuperarla".
Mitch deja escapar una fuerte exhalación por la nariz mientras conduce por la calle
adyacente a la suya, y escucho el sonido de él golpeando impacientemente sus dedos contra
el volante. Justo antes de llegar a la esquina, se sube a la acera y detiene el camión.
Mitch se aclara la garganta. “¿Todos ustedes son decentes ahí atrás?”
Todo es decente aquí atrás, lo cual es sorprendente considerando la gruesa pendiente que
puedo sentir clavándose en mi trasero. Como si pudiera leer mi mente, Tate se mueve debajo
de mí, sujetando sus dedos en mis caderas, y luego frota su camino hacia arriba y hacia abajo
en mi centro. El pico en los niveles de adrenalina de Tate ha hecho
él rudo y descuidado esta noche, mucho más fuera de control de lo que normalmente se
permite estar, y mi cuerpo está ardiendo por ello. Me cubro la boca con la mano, demasiado
abrumada y confundida para aceptar la excitación por encima de todas mis otras emociones
en este momento, y Tate entierra su rostro en mi cabello con un gemido.
Mitch nos da unos segundos y luego se da la vuelta. Cualquiera que sea mi expresión, él
no comenta. En cambio, me mira con calma y pregunta con voz amable y paternal: "¿Qué
pasó afuera de mi casa esta noche?"
Aunque todos estamos desenfrenados por la ansiedad y drogados por la pelea, la energía
en la camioneta de Mitch, con la pequeña luz naranja interior encendida y la misericordiosa
niebla de la calefacción entrando, es tan cálida y reconfortante que no puedo evitar derramarla.
todo para él. La temperatura celestial de Tate irradia desde su pecho hacia mi espalda mientras
sus palmas acarician mis brazos.
Mitch mantiene una mano sobre su boca mientras cuento cómo Tate y yo nos conocimos, lo
que sucedió posteriormente con Hudson y cómo ambos fuimos engañados por los detalles de
la situación, solo que ahora la realidad de ese día salió a la luz. Estoy rodeado por la atención
indivisa de los hombres Coleson y nunca me había sentido tan seguro en toda mi vida.
Cuando termino, Mitch entrelaza los dedos de ambas manos y los sostiene con las palmas
hacia la frente. Deja escapar un silencioso chorro de aire y niega con la cabeza, mirando por
la ventana lateral mientras ordena sus pensamientos.
Le toma un minuto antes de que regrese su mirada a la mía. "Ella
¿saber?" él pide.
Parpadeo. Han pasado demasiadas cosas para que yo sepa exactamente de lo que está
hablando.
Él me lo explica. “Ha sido una noche de mierda, especialmente para ti, pero olvídate de que
tu madre no quiere que salgas fuera de la Ivy League por un minuto. ¿Ella sabe lo que pasó
con Hudson?
Lo miro hasta que capta mi respuesta del resonante silencio.
Él asiente y luego suspira. "Si no lo hace... deberías decírselo".
Decirle a mi mamá la profundidad de mis sentimientos por Tate y sobre mi horrible pasado
con Hudson no cambiará el hecho de que una vida con Tate ahora también significa una vida
con su hermanastro. Tate presiona un beso a un lado de mi cuello y abrazo sus brazos más
firmemente a mi alrededor. “Eso no cambiará nada,” digo.
Mitch me da una mirada comprensiva. "Nunca sabes. Podría cambiarlo todo”.
Se da la vuelta y nos sentamos en silencio durante un minuto, mi cuerpo se cansa cada
vez más a medida que el peso de la noche se asienta sobre mí. Me recuesto somnolienta en
el pecho de Tate, mental y físicamente agotada, y él me besa silenciosamente en la mejilla.
Me avergüenza que incluso después de ver a Hudson, a quien personalmente me gustaría
desmembrar, y después de sentir la ruptura emocional con mi madre, después de que ella se
diera cuenta de que no soy más que un adolescente apasionado, todavía quiero a Tate. A una
parte de mí no le importa tener que soportar a Hudson por el resto de mi vida. Solo quiero a
Tate.
Como si pudiera sentir la pequeña llama volviendo a encenderse en su asiento trasero,
Mitch señala con el dedo a Tate y luego señala con el pulgar sobre su hombro. "Tengo que
salir, chico".
Tate mueve sus dedos a mi barbilla e inclina mi cabeza hacia él. La ternura en sus ojos me
hace doler. “Solo hasta que tengas dieciocho años, ¿cierto?
Entonces puedo ir a buscarte.
Agacho la cabeza mientras las lágrimas se derraman. Siento su pecho temblar bajo mi
toque y eso es todo. Estoy cayendo en el dolor más angustioso que jamás haya sentido.
La puerta de Mitch se abre con un clic y, antes de que la cierre de golpe, dice
en voz baja, "Todos tienen un minuto y luego ella tiene que irse, ¿de acuerdo?"
Miro a Tate, con ojos brillantes. “Tengo que pensar en mi mamá, Tate. Y no es solo eso,
ahora también es Hudson. Ahora que lo sabe, estará en todas partes. Hará de mi vida un
infierno, y no quiero volver a pasar por eso”. Estoy tratando de no sonar como si estuviera
sollozando, pero ya es difícil mantenerlo bajo control.
Tate niega con la cabeza mientras frota las lágrimas de mis mejillas con las palmas de sus
manos. “Deja de pensar en los demás, River, nadie más importa. Quiero que seamos tú y yo.
Si te mudas conmigo después de graduarte, nunca sabrá dónde estás. Nunca dejaré que se
acerque a ti de nuevo.
—No puedes prometer eso —argumento. “Él está en la vida de tu mamá para siempre, y
ella no me debe nada.
“Si le dijera lo que hizo, nunca más lo dejaría entrar a su casa”.
Niego con la cabeza. "Si ella ama a su padre, esto no la hará cambiar de opinión".
El agarre de Tate en mi cara se vuelve más desesperado mientras inclina mi cabeza hacia
atrás. "Olvídate de el. Dime que volverás a mí.” Trato de esconder mi rostro pero él no está
dispuesto a hacerlo, presiona sus labios contra los míos y me besa profundamente. Me alejo
y empujo su pecho agitado. el agarra mi
mano mientras me muevo para desabrochar el cinturón de seguridad y él prácticamente lo incrusta
sobre su corazón. "Maldita sea River, dime que no te vas a dar por vencido con nosotros".
no respondo Aprieta los ojos y se pellizca el puente de la nariz, dejando
escapar un fuerte gemido que es tan doloroso como enojado.
Abre los ojos y coloca sus manos debajo de mi mandíbula. "¿Hablas
jodidamente en serio?" —pregunta, su dulce voz contradiciendo la rabia y el
dolor en sus palabras. Sus ojos abrasadores buscan los míos frenéticamente.
Te he deseado durante toda mi vida. He estado enamorado de ti toda mi vida.
¿No puedes ver esto? ¿No ves lo que tenemos? Nunca encontraremos esto
con otra persona, sé que no lo haré. Solo va a ser así contigo, River. Muerdo
con fuerza mi labio mientras presiona su frente contra la mía, y una lágrima
solitaria corre por su mejilla. "Solo contigo."
Me aferro a él por el resto de nuestro minuto, pero tan pronto como Mitch
abre la puerta, me seco las lágrimas y me voy.
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capitulo 30
Cinco meses mas tarde
Miro el vestido en mi cama en contemplación mientras el resplandor de finales de mayo brilla a
través de la ventana. A un lado de mi cama yace una camisa blanca, mi camisa de uniforme habitual,
doblada sobre un par de pantalones de vestir negros. Es aburrido, porque esto es lo que uso todo el
tiempo, y es alternativo de una manera que ni siquiera coincide con mi personalidad. De cualquier
manera, no es lo que yo
desear.
Sin embargo, mirar la opción de los pantalones no me hace sentir como si estuviera a punto de
vomitar mis intestinos, a diferencia del vestido. Mientras que mi vestido de Homecoming de hace tres
años era dulce, con su corpiño rosa bebé y nubes de tul, este vestido es recatado y sofisticado. Es una
cascada completa de satén negro, que comienza justo debajo de mi cuello y se extiende hasta el suelo,
con los brazos desnudos para exponer mi piel y una amplia capucha hacia atrás para... bueno, supongo
que también hará exactamente lo mismo allí. No me malinterpreten, no es ostentoso, seré perfectamente
combinable si elijo este vestido, y combina a la perfección con el tema de Old Hollywood para nuestro
baile de graduación. Pero aún así, no puedo evitar el aleteo ansioso que siento en mi estómago cuando
lo miro, ni los flashbacks que resurgen.
No más faldas.
Recojo el dobladillo y paso el material suave por mis dedos. Es tan brillante que casi brilla con la luz
del sol de la tarde que entra en mi habitación desde el techo de la antigua casa de Tate. Los cálidos
aromas de verano de flor de guisante de olor y loción bronceadora de coco llegan desde el exterior, y
dejo caer el vestido de mi mano mientras me cruzo de brazos y miro al otro lado de la calle. Mi habitación
es más grande de lo que solía ser después de la renovación que hicieron los muchachos de Mitch, pero
aparte del espacio extra, sigue siendo exactamente igual a como era antes. Seguro que los recuerdos
se han mantenido apretados. La tensión que todo lo consumía en mi pecho disminuyó después del
primer mes, pero nunca pareció desaparecer por completo. Una vez que obtenga los resultados de mi
examen y luego sepa si seré admitido o no en mis opciones universitarias, el dolor tendrá que
desaparecer. Me alejaré y seguiré adelante. estaré tan ocupado
con la escuela, toda una vida de escuela, que no tendré tiempo para pensar en mis deseos. Mi
mamá estará feliz. No tendré que preocuparme por Hudson.
Pero no tendré a Tate.
Supongo que ya habrá seguido adelante, y no puedo culparlo. Si yo fuera él, también me habría
ido. ¿Por qué perder el tiempo suspirando por alguien como yo, alguien que está demasiado
sorprendido como para siquiera decir te amo , cuando podrías tener a alguien divertido, hermoso,
normal? Creo que puede que lo haya empujado demasiado fuerte esta vez.
Y no es que no lo intentara, durante meses, repetidamente. Vino a tratar de hablar con mi
madre y ella le advirtió que le cortaría los neumáticos si no se alejaba de su propiedad. Ella no
necesitaba confiscarme mi teléfono porque, para empezar, nunca tuve su número, pero ha hecho
un esfuerzo para incluirme más en su horario, principalmente para poder recogerme después de la
escuela y asegurarse de que tenga El caballero de los vaqueros y la cazadora de motociclista no
me ha quitado los pies de encima.
Poco a poco ha estado reintroduciendo a Mitch en su propia vida: se tomaron un descanso
durante el primer mes y luego comenzaron a verse una vez cada pocas semanas, ya sea como
amigos o socios, no lo sé, pero él no ha estado aquí. en absoluto. Me dijo que Mitch quiere verme
pero le dijo que no debería contener la respiración.
En general, me siento muy Bella Swan dando vueltas en su silla vacía.
Pero al menos mi mamá está feliz.
Alguien llama a mi puerta y al instante miro la hora en mi teléfono.
Parpadea 18:35. Las puertas se abren para nuestro baile de graduación a las siete, así que
necesito irme pronto. Le prometí a Kit que estaría allí, y sería bueno ver que todos nuestros
esfuerzos (hacer carteles, pancartas, menús y listas de reproducción) tuvieran su momento
después de todo.
"¿Sí?" Pregunto, y mi mamá abre la puerta. Ha estado fuera toda la tarde, lo cual es raro
porque no estaba trabajando hoy, y se ve un poco sonrojada, como si tal vez le hubiera dado el sol.
O como si tal vez hubiera estado llorando.
“Deberías ir así”, bromea, moviendo la barbilla para señalar mi atuendo. Llevo pantalones de
pijama a cuadros y una camiseta sin mangas de color rosa bebé, pero mi cabello está suelto de su
habitual prisión para el cabello y me he aplicado un poco de rímel y brillo labial.
Asiento con la cabeza, aunque mis brazos se aprietan sobre mi pecho. “Sería muy yo”, admito.
“Kit haría algo así”, comenta, pero no hago comentarios. Siento que tengo derecho a
estar un poco amargado. ¿Qué sabes de mi vida personal, mamá?
Cuando da un paso dentro de mi habitación, sé que algo está pasando. Me acerco a la
ventana para poder inhalar más profundamente el aire fresco de mayo, y la observo con
cautela mientras se mueve para pararse frente a mi selección de atuendos para el baile de
graduación, con la mano presionada contra la mejilla. Mueve los labios dentro de la boca
hasta que se convierte en una línea tensa y plana, y luego suspira mientras la suelta.
“Me encontré con Mitch hoy”, dice ella.
Mi estómago cae instantáneamente. ¿Me está provocando? Esto se siente como un
truco para iniciar una conversación, así que la miro en silencio.
Se frota la frente con la palma de la mano y luego hace un gesto hacia abajo a un vacío.
mancha en mi cama. "¿Podemos sentarnos?"
Ella puede sentir mis sospechas por las olas de tensión que salen de mi cuerpo y levanta
sus manos hacia mí en señal de rendición. Mi estómago cae aún más. “Tuvimos una
conversación”, continúa, y su voz es un poco más temblorosa ahora. Se sienta al borde de
mi cama y asiente con la cabeza para que yo haga lo mismo. Inmovilizado, la ignoro y me
agarro al alféizar de la ventana para salvar mi vida. "Sobre ti", termina.
Me doy la vuelta y dejo caer mis codos en el alféizar de la ventana, agarrando mi cabello
con mis dedos y obligándome a no arruinar mi increíble máscara de pestañas.
No llores, Río. Hacer. No. Llorar.
“Me dijo que le habías dicho algo, esa noche… la noche de la fiesta de inauguración de
una casa más irónica del mundo, y que era muy importante que te preguntara al respecto.
Tenía algo que ver con su hijo y algo que ver con ese chico que estaba allí también”.
Hace una pausa por un minuto, esperando que me dé la vuelta, pero no lo hago. Levanto
la vista y miro al otro lado de la calle, directamente a la habitación que solía pertenecer a
Tate. ¿Cuánto tiempo me perseguirá? ¿Cuándo terminará este sentimiento?
“Voy a admitirte esto ahora mismo”, dice con naturalidad. “Absolutamente lo obligué a
contarme todo. Quiero decir, sé que, como caballero que es, innegablemente escatimó
detalles específicos por tu bien, pero no podía arriesgarme a que no me dijeras algo que
incluso él creía que era muy importante. Lamento mucho haber hecho esto a tus espaldas,
pero no lamento que ahora sepa la verdad”. Vuelve a hacer una pausa y pasa un minuto
entero sin que digamos una sola palabra. Por un momento, creo que puedo
escucharla llorar. “No puedo creer que te haya pasado esto y que tuvieras tanto miedo de lo
que yo pudiera pensar que no me lo dijiste. Desearía que nunca te hubiera pasado... y
desearía haber estado allí para ayudarte a superarlo".
Sacudo la cabeza, pero en realidad siento que me quitan un peso de los hombros.
Tal vez Mitch tenía razón: un problema compartido es un problema reducido a la mitad. Me
siento poderosa al ser vista a la luz de una verdad tan desnuda.
Supongo que un tipo con hombros como los de Mitch sabría un par de cosas.
sobre llevar una carga pesada.
—No quiero lástima —digo finalmente, girándome hacia ella. Mis ojos están, para mi
propio asombro, secos.
“Lo sé, Río. Eres una chica fuerte. Quería que fueras una chica fuerte, por eso supongo
que no me lo dijiste. Pero, cariño, creo que eras casi demasiado fuerte. Y luego, además de
todo eso, ¿ hacer que te haga sentir culpable por enamorarte del hijo de Mitch? Ella pone su
cabeza en su mano por un momento, como si estuviera avergonzada, y luego me mira con
las cejas fruncidas y la mandíbula apretada. “¿Quién soy yo para dictarte? Soy una madre
soltera, River.
Y, sinceramente, nunca había visto a un chico tan empeñado en sacar a una chica de su
casa. No tienes idea de la cantidad de noches que tuve que echarlo de nuestro camino de
entrada”.
En realidad lo hago. Podía escucharlos afuera todas las noches, e hice un
nota en mi diario cada vez. Sin palabras. Sólo un pequeño corazón.
—No importa —digo, moviéndome para recoger mi camisa y mis pantalones, con la
esperanza de que capte el mensaje y se vaya. “El hijastro de su madre me violó, así que
oficialmente nunca me involucraré con su familia”.
Se pone de pie y se coloca frente a mí. “Es por eso que estuvimos fuera tanto tiempo
hoy, River. Renunciar a Tate debido a una seudoconexión con... Hudson... Me mira con
cautela por un segundo y luego deja escapar una bocanada de aire, como si se estuviera
sumergiendo en lo más profundo, me guste o no. “Le dije al padre de Hudson. Declan King,
es policía. Y la maldad de su hijo no es... hereditaria. Declan estaba mortificado y no permitirá
que Hudson vuelva a estar cerca de ti. Quiero decir, estoy seguro de que no es desde un
lugar de inocencia total por parte de su padre, Pamela estaba absolutamente disgustada y
podrías presentar cargos, pero es un comienzo. No dejes que un gilipollas se interponga en
tu camino para hacer lo que quieras. Y me refiero a lo que quieras. No es lo que quiero. Ella
endereza su columna vertebral. “Quieres un año sabático para averiguar qué
¿usted quiere? Tómalo. ¿Quieres decir a la mierda la universidad y vivir como un nómada? Hazlo."
Ella se acerca y me da una mirada que viaja más allá de mis iris y dentro de mi alma. “¿Quieres
salir con el hijo de Mitch y empezar un futuro con él? Entonces eso es exactamente lo que debes
hacer. He estado ausente, asfixiante, dictatorial, y me da tanta vergüenza. Dejaste ir lo bueno, pero
ahora es el momento de dejar ir lo malo. Te lo compensaré para siempre, River, a partir de ahora,
pero lo más importante es que quiero que sepas que tienes opciones”.
Las lágrimas arden en mis ojos, pero no por lo que acaba de decir. Estoy emocionada porque
momentos como este siempre llegan demasiado tarde. Tate ya no me estará esperando, no tengo
ni idea de qué hacer si no voy a la universidad y estoy a punto de llegar tarde a mi baile de
graduación. Triple mierda.
No tengo suficiente tiempo para digerir por completo las palabras de mi madre y, afortunadamente,
ella no hace ningún movimiento para abrazarme en mi estado abrumado, pero una sensación
palpable se aprieta entre nosotros en una promesa silenciosa. Tú. Tener.
Opciones.
El sol quema un poco más brillante en mi espalda mientras dejo caer la camisa y los pantalones.
al suelo y me inclino sobre el edredón para recoger mi vestido.
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capitulo 31
Regalo
Le entrego un billete de veinte al conductor y le doy las gracias rápidamente antes
de salir del taxi a la grava. Cierro la puerta y ella se aleja, levantando una pequeña nube
de polvo a su paso mientras doy un paso atrás para mirar hacia el exterior del hotel.
Maldito Kit. Podría ponerme un poco lloroso al pensar en lo brillante que es mi mejor
amigo en todo el mundo.
Los pilares blancos que se elevan sobre los escalones del porche están envueltos en
gasa negra y luces de hadas amarillas parpadeantes, encendidas a pesar de que el sol
de la tarde aún brilla. Se extiende una pequeña alfombra roja frente a las puertas de
madera abiertas y adentro veo el enorme letrero de cartón de Hollywood que Kit y yo
pasamos dos semanas de almuerzo en la escuela perfeccionando. Los carteles de cine
en blanco y negro que diseñé están colgados en marcos barrocos negros, y mis pequeñas
entradas de cine falsas están esparcidas por todas las mesas, repisas y escritorios.
Hay algunos chicos mayores fumando y dando vueltas por la entrada, presumiblemente
la banda que contratamos, pero no me molesto en mirarlos mientras doy mis primeros
pasos adentro. Puedo escuchar música de relleno instrumental a todo volumen en un
estéreo, y camino directamente hacia adelante para seguir el ruido. Justo antes de doblar
la esquina a la derecha para entrar al salón principal, Kit sale disparada como un tornado
y se arroja a mis brazos. Por alguna razón, mi garganta se contrae y mis ojos pican como
si estuviera a punto de llorar.
"Esto es increíble", grazno. Mi voz es ronca y susurrante, y cuando se aparta puedo
ver lo redondos y vidriosos que se han vuelto sus ojos también. Ninguno de nosotros
sabe lo que nos deparará nuestro futuro precario, pero lo que sí sabemos es que pocos
amigos de la escuela secundaria se mantienen cercanos después de la graduación. Ella
me da una suave media sonrisa y nos envía a los dos completamente al límite.
Ahogo un pequeño sollozo pero haré que las lágrimas se queden en mis ojos. No hice
pasa cinco minutos completos aplicando máscara para borrarlo en diez segundos.
"Esto es increíble", responde Kit, empujándome bruscamente en mi pecho huesudo.
Me concavo y gimo, olvidando las lágrimas mientras le golpeo la parte carnosa debajo
del brazo. Ella se ríe y toma mi mano, medio arrastrándome a la sala principal. Todo son
cortinas de terciopelo y obscenos candelabros de cristal que brillan en el resplandor de
la tarde. Nuestros compañeros de clase están sentados y de pie alrededor de las mesas,
tomando fotos grupales y disponiéndose a bailar. No soy realmente yo, pero supongo
que es un poco... agradable.
"Algo sexy, ¿verdad?" —pregunta Kit, mirándome por debajo de unas gruesas
pestañas negras. Su largo cabello color ónix se derrama sobre sus hombros, y sus
mejillas sonrosadas le dan un rubor de Blancanieves.
Asiento con la cabeza, inclinándome para recoger un puñado de billetes falsos de
cien dólares que hice, y luego los arrojo como confeti en el aire sobre nosotros. Un
destello brillante a nuestra izquierda me ciega momentáneamente, y miro para ver a un
tipo con un esmoquin suelto sosteniendo una cámara voluminosa en su rostro. Parpadeo
hacia él y luego me confundo aún más cuando me doy cuenta de que, de pie junto a él,
es evidentemente la persona que es el fotógrafo real. Baja la cámara y mis ojos se abren
exponencialmente.
Madden nos sonríe, con una púa de guitarra entre los dientes y los ojos brillando
como cuchillos. Le devuelve la cámara a la fotógrafa, que pone los ojos en blanco
mientras se aleja de él, y luego, con las manos en los bolsillos, Madden se acerca
lánguidamente a nosotros. Le da a Kit una mirada minuciosa y no puedo evitar sonrojarme
ante la obvia insinuación de su mirada. Ella lo observa con expresión aburrida, una ceja
arqueada y los brazos cruzados cuidadosamente sobre la chaqueta de su traje. Su aro
en el labio brilla bajo las refracciones de cristal de la lámpara de araña y, después de
quitarse el pico de la boca, hace rodar el aro constantemente con la punta de la lengua.
"River, este es Madden", dice Kit, suspirando. “Es uno de los chicos de la banda, y es
realmente molesto. Madden, esta es River, es mi mejor amiga y está fuera de los límites”.
Mis cejas prácticamente tocan la línea de mi cabello mientras observo su mirada fija.
Me siento ansioso por ver a Madden, pero no estoy muy seguro de por qué. Tal vez sea
porque me hace pensar en Tate, y es muy probable que Tate esté usando su libertad
finalmente encontrada para abrirse camino por esta ciudad con su cuerpo de Dios del
Trueno.
Bien por él.
Trato de aflojar los dientes.
Bueno. Para. A él.
Madden lanza la púa de guitarra al aire y la vuelve a atrapar una y otra vez con dedos
largos y hábiles. Ooookay.
—No es necesario que me digas que ella está fuera de los límites —dice finalmente,
sus ojos moviéndose hacia mí con nitidez. Jesús. Solo puedo imaginar lo que sucede
en esa cabeza suya para que su mirada fuera tan cortante. “Lo sé desde hace mucho
tiempo”, finaliza, y nos muestra sus perfectos dientes blancos.
Cruzo los brazos sobre mi pecho, imitando a Kit. Debemos parecer las dos chicas más
hostiles de todo el Estado, y mucho menos en esta sala. "En realidad" empiezo, pero él
levanta dos dedos, su púa encajada entre ellos como un cigarrillo.
"Sí, estoy seguro", dice, y luego mueve la cabeza hacia el escenario. "Tengo algunas
cosas que hacer", dice arrastrando las palabras y luego, con una última mirada a Kit, gira
sobre sus talones y vuelve al lugar de donde vino.
¿Qué carajo?
Me giro para mirar a Kit en busca de algún tipo de explicación, pero ella ya me está
dando su ni siquiera preguntes , con los ojos en blanco y sacudiendo la cabeza. Miro hacia
el escenario y veo que los otros muchachos de afuera se han unido a Madden, reajustando
sus guitarras, probablemente ya perfectamente afinadas, y bajando el volumen de la pista
en el estéreo para que puedan retomar su papel.
"¿Una bebida?" dice Kit, y luego me lleva del brazo a la mesa larga en el lado derecho
de la habitación sin esperar una respuesta.
Buen intento, pero no soy de los que se distraen. Miro con la boca abierta a Madden
mientras pasa los dedos arriba y abajo por el mástil de la guitarra, sus ojos fijos en mí
como un puntero láser, con una expresión de conocimiento y expectante arqueándose en
la comisura de su boca. ¿Debería estar inquieto? Mi cerebro dice que sí, pero mi intuición
no detecta ningún peligro. Estrecho mis ojos en él mientras hace un rasgueo de prueba.
Se toca la nariz para burlarse de que tengo un secreto.
—Toma —Kit empuja un vaso de algo carbonatado y brillante en mi pecho pero, sin
darme cuenta, doy una sacudida y se derrama por mi frente.
"Mierda" , siseo y sus mejillas se sonrojan. ¿Por qué todos están tan nerviosos hoy?
Busco a mi alrededor una servilleta de papel pero no veo ninguna, así que aprieto el
dobladillo de su manga para tranquilizarla mientras grito por encima del volumen creciente
de las guitarras de la banda: "Voy a correr al baño, voy a estar". de vuelta."
Mientras camino de regreso a través de los grupos y las mesas hasta la entrada de la
sala, se corren las cortinas y todas las luces se atenúan mientras la música estalla en el
escenario. Estoy casi en las puertas que desde entonces se han cerrado cuando la canción
finalmente se registra en mi cuerpo. Los pesados acordes de la guitarra resuenan,
enfatizados por el baterista que golpea el tom con la fuerza del maldito martillo de Thor, y
un escalofrío me recorre la columna mientras me preparo para la letra que sé que estoy a
punto de escuchar.
Esto no es lo que pusimos en nuestra lista de reproducción sugerida.
Pero conozco esta canción demasiado bien.
Me doy la vuelta y veo que todo el mundo se ha apiñado en el área de pseudo mosh pit frente al
escenario, los profesores vigilan los perímetros, pero no me concentro en ellos. Mis ojos están fijos
en Madden, quien solo ocasionalmente aparta la mirada de mí para poder mirar sus dedos mientras
se flexionan sobre las cuerdas. El vocalista a su lado envuelve su mano alrededor del micrófono y,
aunque mi cuerpo sabe lo que viene, mi boca se queda boquiabierta cuando escucho la letra.
Estoy enojado y él puede decirlo, pero la expresión de Madden permanece inquebrantable.
Salgo disparado desde el fondo de la sala con la intención de abrirme camino hasta el frente de la
multitud pero, dada la compacidad del enjambre, no hay forma de que pueda ponerle las manos
encima. Dios sabe de lo que seré capaz cuando lo haga.
¿Es posible que él lo sepa? ¿Tate le dijo? Hasta que el final era mi canción favorita del álbum
Phobia que le di a Tate cuando tenía catorce años, la que sé que todavía guarda en su Ford, y a
medida que la banda toca la canción, la letra comienza a sonar un poco más fuerte. de lo que solían.
¿Qué está diciendo? Esta canción trata sobre la esperanza posterior a la desolación, por lo que
tengo bastante claro el simbolismo, pero si este es un intento de broma de Madden, entonces está a
punto de encontrar un final muy infeliz, comenzando con mi puño y terminando con su cara. Sintiendo
ojos en mí, me pongo de puntillas y miro hacia el extremo derecho de la multitud. Veo a Kit
haciéndome señas con una expresión de qué diablos está pasando con respecto al motín de la lista
de reproducción de la banda, con los brazos levantados en confusión. La reflejo con un movimiento
de cabeza que dice tú y yo, hermana.
Vuelvo a mirar a Madden y su rostro se ha torcido posteriormente, como si estuviera tratando de
ocultar una sonrisa. Sus ojos de acero me miran burlonamente desde debajo de su velo de pelo
negro y puntiagudo y, recién recargado de venganza, paso mi pulgar por mi garganta para hacerle
saber que es un guitarrista muerto caminando.
Cuando toca la última nota, me abro paso a través de la marea de cuerpos, recién liberados
mientras golpean en el aire y gritan, y no me detengo hasta que estoy dos metros y medio por debajo
de su sonrisita arrogante. Todos están demasiado distraídos para notarnos, excepto el tipo cuyo pie
acabo de empalar con mi estilete de picahielos, mientras le grito: "¡¿Qué diablos fue eso ?!"
Agarra el soporte del micrófono frente a su compañero de banda y lo inclina hacia sus labios
petulantes. Él murmura en él: "River, tu viaje al frente está bloqueando el camino, si fueras tan
amable de moverlo".
Estoy medio tentada de lanzarle mi zapato. —No tengo quien me lleve al frente —digo
entre dientes.
Levanta una ceja hacia mí y luego se deja caer para quedar en cuclillas frente a mi cara.
La banda detrás de él comienza a tocar la introducción de una nueva canción, manteniendo a
la multitud saciada, pero Madden se inclina hacia adelante y me susurra: "¿Estás seguro de
eso?"
Se levanta y me dice que me vaya, antes de darse la vuelta y caminar hacia el otro lado
del escenario para no tener que lidiar más conmigo.
Entrecierro mis ojos en él durante unos segundos y luego me doy la vuelta, abriéndome paso
entre la multitud, lista para descubrir qué tiene este imbécil bajo la manga.
Empujo las puertas de madera y estoy momentáneamente desorientado. Está mucho más
oscuro que hace quince minutos. Los profundos tonos del crepúsculo se filtran a través de las
ventanas del piso al techo y me toma unos segundos recordar de dónde vengo. Giro a la
izquierda hacia la entrada y empiezo a caminar tan rápido como puedo. Me meto las gafas en
la nariz mientras llego al frente del vestíbulo, atravesando la lujosa alfombra roja y luego bajo
los amplios escalones del porche con la prisa de Cenicienta.
Y luego me congelo.
Da un paso desde el costado de la camioneta, descruzando los brazos por la parte
delantera de su camisa blanca con botones, y lo miro en estado de shock, mi boca se abre en
una o.
Tate me mira.
Bajé temblorosamente los dos últimos escalones, mis dedos sujetando el satén negro para
que no se me resbale debajo de los tacones de aguja, y trato de tragar suficiente oxígeno
para seguir el frenético martilleo de mi corazón.
Cuando mis pies llegan a la grava, lo miro con el ceño fruncido, mordiéndome los labios
por puro nerviosismo. Da un paso cauteloso hacia adelante y, cuando no retrocedo, da otro.
Se detiene cuando está a unos seis pies de mí y mi corazón está en mi garganta por él para
cerrar esa distancia. Yo soy el que lo siente ahora. Yo soy el que está equivocado.
“¿Qué estás…” empiezo, pero mi voz es tranquila y pequeña. hago un poco
tosa y vuelva a intentarlo. "¿Qué estás haciendo aquí?"
Me observa cuidadosamente, su pecho sube y baja bajo la camisa de su traje. No puedo
creer lo que estoy viendo ahora mismo. Tate Coleson, sin tonterías, jeans y camiseta Tate
Coleson, está vestido para el baile de graduación. Su camisa es fresca y
presionado, y estoy bastante seguro de que la razón por la cual los botones superiores
permanecen desabrochados es porque simplemente no pueden estirarse más a lo largo de su
pecho. Sus pantalones negros muestran un nivel anatómico de músculos abultados en los
muslos, y mi corazón se hincha cuando veo que está usando su cinturón de cuero marrón
oscuro a través de las presillas. Así Tate.
Él da otro paso adelante y esta vez yo también. No siento que esté aquí para regañarme,
castigarme o regodearse. Todavía puedo sentir cada onza de la sinceridad y la promesa que
siempre me ha otorgado, irradiando entre nosotros en el cálido aire de mayo. Mi pulso que
bombea erráticamente y el zumbido de los mosquitos de verano son los únicos sonidos que
llenan la quietud de la noche del amanecer.
"Dos razones", dice, y el timbre profundo de su voz me recorre la columna vertebral. Por
instinto, doy otro paso adelante, uno grande, y él hace lo mismo. Estamos apenas a dos pasos
de distancia ahora. Estoy prácticamente temblando de anhelo, miedo, anticipación. “Algo pasó
con tu mamá hoy.” Mueve una mano para rascarse la nuca y mis ojos recorren la curvatura de
su bíceps. Mi anhelo se desquicia y el brazo de Tate se flexiona bajo mi mirada, tan sensible
como si lo hubiera tocado físicamente.
“Ella vino con mi papá y quería hablar, disculparse. Fue surrealista”, afirma, y luego da otro
paso más cerca. “Pero lo estoy tomando”.
Estoy lista para caer en sus brazos pero mantengo las tangibles pulgadas de aire presionadas
entre nosotros. La noche se ha vuelto tan suave que puedo saborearla en mi lengua.
"¿Cuál es la segunda razón?" —pregunto, mis ojos de cachorro silencioso brillan hacia él,
encendidos con lágrimas que me niego a derramar mientras aprieto la mandíbula para detener
el bamboleo.
Permanece en silencio durante cinco, diez, veinte segundos, como si estuviera midiendo lo
que está pasando dentro de mi cerebro, y luego da el paso final hacia adelante. Nuestros
cuerpos permanecen intactos, pero si levantara mi dedo meñique podría rozar la tela negra que
envuelve su muslo.
"Porque cumpliste dieciocho años ayer, bebé", dice en voz baja, "así que tuve
para venir a buscar a mi chica.
Salto a su agarre justo cuando envuelve sus manos alrededor de mis caderas, levantándome
en picada para que pueda encontrar mis labios con los suyos. Un ligero sonido, en algún lugar
entre la agonía y el alivio, sale de mi pecho al sentir que él me abraza de nuevo, y Tate responde
con un profundo gruñido protector. Agarro mis brazos alrededor de su cuello, enredando mis
dedos en su cabello, mientras él me abraza fuerte y
me besa dulce. Me derrito contra las sólidas crestas de su pecho cuando nos da la vuelta
para poder llevarnos de regreso a su auto. Cuando mis pantorrillas se encuentran con la
puerta, me deja en el suelo y se aparta para poder mirarme. Sus cálidas manos encuentran
su camino hacia la parte trasera abierta de mi vestido, deslizándose firmemente por los
lados de mi caja torácica hasta que sus pulgares rozan mis pezones, y dejo escapar un
pequeño grito ahogado.
Sus ojos están entrenados en mi boca.
—Brillo de labios —digo espesamente.
Sus ojos se están encapotando un poco. —No te había visto así desde el regreso a
casa —murmura en voz baja, y junto los labios, sintiéndome cohibida. Saca una de sus
manos de la parte delantera de mi vestido, haciendo que un escalofrío me atraviese las
terminaciones nerviosas, y tira de mi labio inferior con el pulgar, antes de frotar la
almohadilla sobre el oleaje rosado. “Te queda bien”, finaliza. Luego vuelve a sumergirse
para tomarlo con los suyos.
—Lo siento —susurro mientras él me mima con besos, subiendo por mis mejillas y
bajando por mi cuello. “No debería haberme rendido así. Debí haber luchado más duro”. Mi
voz es ronca.
Sacude la cabeza y luego presiona su frente contra la mía. “Pasaste por mucho. Lo
siento, cariño. Pero estoy aquí ahora, y estaré aquí siempre. Lo que quieras, lo vas a
conseguir”.
Muerdo mi labio, mis preocupaciones anteriores resurgen. “Pero la universidad, ahora
que mi mamá me liberó, no sé qué quiero hacer al respecto. Estoy tan jodida —digo, las
lágrimas amenazan con caer.
Agarra mi mandíbula con sus manos. El calor se dispara en mi vientre. Hablaremos de
eso, cariño. Lo resolveremos. Lo resolveré. Hasta entonces quiero llevarte a mi casa y…”
Me mira profundamente a los ojos. “Y voy a cuidar de ti ahora. Mientras me lo permitas.
Aprieta mi cuerpo contra la puerta del pasajero antes de inclinarse para besarme de
nuevo, una mano se enreda en mis rizos revueltos y la otra en el capó de la camioneta.
Retrocedo, jadeando, mientras reaparece otra célula cerebral. En este punto, es
uno de los pocos "La canción, y la banda, ¿conseguiste que Madden tocara?"
Me hace callar presionando su boca firmemente contra la mía, un gruñido bajo
retumbando en su pecho. Bien, supongo que la respuesta a eso es bastante obvia, además
puedo interrogarlo tanto como quiera mañana por la mañana cuando me despierte en su
cama.
Y no el de la casa de Mitch, estoy hablando de finalmente ir a la casa de Tate , donde
sea que esté. Paso mis manos sobre sus hombros y luego muevo una de ellas para encontrar
sus dedos ahuecando la parte de atrás de mi cuello.
Hace un sonido silencioso de sorpresa y se aleja un poco, sus ojos se mueven hacia
nuestras manos. Lo miro sorprendida, ¿lo arañé o algo así? – pero luego baja la mirada
tímidamente y sacude la cabeza como para despejarse.
"Uh", comienza, y traga saliva. “Así que esto es un te llevaré de vuelta
un momento, ¿verdad? —pregunta, sus pómulos resplandeciendo al rojo del atardecer.
Parpadeo hacia él confundida pero asiento de todos modos. —Sí, obviamente —digo,
tratando de acercar su cara a la mía.
Se ríe tímidamente y luego asiente. "Gracias a Dios por eso", dice, y luego
mueve la mano de mi cabello para que descanse sobre su pecho.
Mis ojos instantáneamente se mueven a su mano y mi boca se abre. yo leo el
letras recién escritas en sus nudillos en mayúsculas cuidadosamente escritas.
RÍO.
Como él siempre dijo que lo haría.
Mis dedos vuelan hasta mi cara y rompo a llorar. Exhala una carcajada mientras me atrae
hacia su pecho, acunando mi cabeza contra el cuello abierto de su camisa, su hermoso y
fuerte aroma llena el aire a mi alrededor.
"La única palabra que nunca jodo", bromea, pero solo me hace llorar más fuerte. La
persona más fiel que he conocido ha marcado su cuerpo inhumanamente increíble con mi
nombre, de forma permanente.
¿Cómo tuve tanta suerte?
Inclino la cabeza hacia atrás para poder mirarlo, me quito las gafas manchadas para
poder ver con más claridad, y él limpia los restos de rímel de mis mejillas con la yema áspera
de su pulgar. Sus ojos brillan contra el resplandor del sol poniente y son del color más
hermoso que he visto en mi vida. Fundido. Espumoso. Mío.
Tengo que decir las palabras con claridad porque solo tienes un intento de decirlo por
primera vez, así que trago saliva y respiro profundamente antes de entrar. Paso mis manos
por su cuello y entrelazo mis dedos en su cabello. . No lo dije antes, pero no hay forma de
que nadie me impida decirlo ahora. Ambos hemos esperado lo suficiente.
"Tate", digo, toda ronca y tranquila porque mis emociones son una locura, ¿verdad?
ahora.
Me está sonriendo, moviendo la barbilla para decir que sí antes de asentarse .
frente contra la mía de nuevo.
Aprieto su cabello con más fuerza mientras rezo por la fuerza para sacar esto bien.
Me alejo para poder mirar su rostro perfecto, y sus ojos se encuentran con los míos
con paciencia, adoración y confianza.
"Te amo."
Esas tres palabras son todo lo que tengo tiempo de decir antes de que Tate choque
sus labios contra los míos y me muestra cuánto me ama.
también.
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Epílogo
Un año después – diciembre
La luz cegadora de la mañana entra a raudales a través de las cortinas abiertas,
apartadas de las puertas del patio que conducen del dormitorio al porche. Parpadeo ante la
blancura que me rodea (almohadas blancas, paredes blancas, edredones blancos) antes
de cerrar los ojos de nuevo y retroceder hacia el cálido cuerpo de Tate. Uno de sus brazos
se encuentra debajo de mi cintura para que su pulgar pueda frotar mi estómago hacia arriba
y hacia abajo, y su otra mano, la mano que lee mi nombre, sostiene mi cadera, trazando
suaves patrones en mi piel con las hipnotizantes puntas de sus dedos. .
Después de tomarme un año para volver a postularme a diferentes cursos y diferentes
universidades desde mi primera vez, mientras trabajaba como el único asistente de diseño
y relaciones públicas de Mitch para reunir un poco de dinero para mi fondo universitario,
comencé la universidad en octubre con una especialización en Literatura. Tate venía
literalmente en cada momento en que Mitch no lo tenía trabajando, pero ahora que son mis
primeras vacaciones de invierno, me quedaré en su casa durante la Navidad.
Bueno, en realidad no es tanto una casa. El pequeño chalet de madera con vista a Silver
Lake tiene la calidez acogedora de una cabaña, pero sin otros residentes en los alrededores.
Tate condujo hasta mi campus ayer para venir a recogerme, y regresamos a su casa
justo cuando amanecía. Hablamos mientras él conducía, pero una vez que llegamos a la
casa del lago, había otras cosas en las que queríamos pasar el tiempo.
Me doy la vuelta y lo miro. Está acostado contento, con los ojos cerrados, con un pecho
constantemente agitado que me deja saber que está despierto. Me deslizo más cerca de él
para poder presionar un beso en la caverna entre sus pectorales, y un gemido satisfecho
escapa silenciosamente de su garganta.
Sus manos vagan hasta que me sostienen justo debajo de mis axilas, y levanta mi torso
para que mi cabeza descanse a la misma altura que la suya sobre la almohada. Luego
maniobra para que pueda rodar su cuerpo sobre mí, enganchando mis rodillas alrededor de
su cintura, mientras se acomoda entre mis piernas y presiona sus labios en mi cuello.
"Hola ángel", murmura, su voz matutina profunda y consumidora. Me estremezco bajo
su peso corporal y me envuelvo más fuerte alrededor de él. Probablemente debería
mencionar que, aunque estoy usando su camiseta y calzoncillos suaves, él está
completamente desnudo.
Se ríe en voz baja y trata de alejar sus caderas de mí. No es tan fácil cuando estás al
borde del centauro. Cuando se levanta sobre sus palmas planas, todavía hay pulgadas de
músculo endurecido arrastrándose por mi muslo.
Me agacho para tocarlo y él sujeta mis manos, una sonrisa secreta jugando en sus
labios. Incluso medio dormido tiene más fuerza que su diminuta novia ninfómana. "Bebé,
no", se ríe.
Cariño, sí. Levanto una pantorrilla para que descanse contra su hombro y me saco la
camisa por la cabeza. Toma aire mientras me mira, pero afloja la mandíbula y reconfigura
mis miembros como un cubo de Rubik.
Lo miro con una pequeña expresión triste y presiona castos besos.
arriba y abajo de mis mejillas.
"Hay algo que quiero hacer primero", susurra, y luego nos empuja
en posición vertical para que podamos mirar por las ventanas.
Quedo deslumbrado al instante cuando mis ojos se encuentran con el reluciente manto
de nieve que cubre el porche justo más allá del dormitorio, hasta la grava y la arena, justo
hasta el borde de la superficie lisa del lago. Realmente se llama Silver Lake por una razón.
Me inclino hacia el tocador para poder ponerme las gafas y luego, envuelto en los brazos
bronceados de Tate, miro la vista un rato.
más.
"Agradable, ¿eh?" dice, haciéndome rebotar en su regazo mientras lo asimilo todo.
Obviamente, pude sentir el crujido de la nieve debajo de mis botas cuando llegamos
anoche, pero bajo la fría luz del sol de la mañana parece otro planeta.
“Vamos afuera por un minuto, ¿de acuerdo?” pregunta, y mis ojos instantáneamente se disparan
hacia los suyos.
“¿No estamos… pensé que íbamos a…” Intento rodar sus bóxers por mis caderas
mientras simultáneamente paso mi palma sobre su longitud. Han pasado dos semanas
desde la última vez que pudo visitarme en el campus, así que ahora que lo tengo debajo
de mí siento un hambre desesperada. Soy Oliver Twist con su pequeño plato de avena.
Por favor, señor, ¿puedo tener un poco de polla?
Besa mi cuello para consolarme y dice: “Solo quiero mostrarte una cosa primero”.
Hago una mueca pero confío en él, así que dejo que se aleje para quitarse un par de
calzoncillos y sus jeans, deslizando rápidamente la lengüeta de su cinturón a través de
la gruesa hebilla de metal, y luego poniéndome una camisa y una chaqueta. Me tira de
los tobillos hasta el borde del colchón, empujando sus pantalones de pijama por mis
piernas, pero se detiene por un minuto después de mirar mi pecho, pasando sus dedos
sobre mí antes de tomarme en su boca. Lo aprieto con fuerza contra mi cuerpo, pero él
gime y se aparta, mirando a su alrededor para encontrar otra camisa y mi abrigo de
invierno, y luego caminamos hacia las puertas del patio para ponernos los calcetines y
las botas.
Empuja la puerta para abrirla y me encuentro con el aire fresco y silencioso, la nieve
centelleando hacia nosotros desde todas las superficies disponibles. Le da a mi trasero
una pequeña y firme nalgada y yo grito de mi ensimismamiento, frunciendo el ceño ante
su molesto y atractivo rostro con los ojos entrecerrados y el ceño fruncido. Agarra mis
mejillas, ya congeladas de color rosa, y aplasta su boca contra la mía, una risa
reverberando en su pecho mientras lo muerdo con petulancia. Lo empujo y camino
penosamente a través de la nieve hasta el borde del lago. Está bien, es hermoso, pero
podría haber esperado otros quince minutos. O otros veinticinco minutos. O incluso otra
hora, no me importa, lo he extrañado, ¿de acuerdo?
Me paro en la orilla del agua, esperando que venga detrás de mí, y miro mi reflejo en
la superficie cristalizada. Mi cabello se derrama a mi alrededor en gruesos rizos y ondas,
revuelto por la noche anterior, y mis ojos, aunque fingen irritación, brillan como el cielo
sobre mí. Casi me sobresalto cuando me observo porque mi expresión está tan llena de
esperanza, asombro y amor. Exhalo un suspiro, y se empaña en el aire frío a mi
alrededor. No creo que pueda ser más feliz de lo que soy en este mismo momento, y
qué sensación tan agradable es tener.
"¿Tate?" Pregunto, sin sentir su cuerpo detrás de mí. Me doy la vuelta para ver
adónde ha ido y se me corta el aliento en la garganta. Mis pulmones se vacían. Si mis
botas no estuvieran atravesadas a diez pulgadas de profundidad en la nieve,
probablemente me habría caído.
Tate está sobre una rodilla, sus manos agarrando una pequeña caja de cuero, y
cuando mis ojos redondos parpadean hacia los suyos, los dedos con mi nombre escrito
en ellos abren suavemente la tapa. Sentado dentro de una mullida cama acolchada hay
un gran diamante titilante, tan brillante y multifacético bajo la luz del sol invernal que
envía millones de refracciones centelleando a través de la piel besada por el sol de Tate.
“He querido hacer esto desde que tenías catorce años”, dice. Mis ojos pican mientras
contengo un sollozo. “Y necesitaba que fuera perfecto para mi niña, así que
Pensé que debería escribir un discurso.
Mi visión se vuelve borrosa, así que rápidamente me levanto las gafas por un momento y me
limpio los ojos con las palmas de las manos. Desde que Tate me habló de su dislexia, se ha
esforzado mucho por mejorar todas las cosas que no priorizó durante la escuela secundaria. Lo
amo tanto, y mi corazón se contrae dolorosamente cuando pienso en él presionándose a sí mismo
de esta manera.
Vuelvo a ajustar mis anteojos para que estén en su lugar y él mueve su barbilla hacia mi
abrigo.
"Revisa tu bolsillo, bebé", dice, con los ojos en la cremallera plateada.
Con dedos temblorosos bajo la cremallera y meto la mano dentro. Cuando siento un pedacito
de papel doblado no puedo contener las lágrimas por más tiempo.
Me caen por la cara como una cascada mientras me atraganto: "Por favor, dime que esto no es
lo que creo que es".
Espera a que lo saque y cuando lo abro me agarro el pecho con angustia. Es una propuesta
de matrimonio, y está escrita a mano. Mis ojos se arrastran hasta el pulcro signo de interrogación
negro al final de la última oración y apenas puedo ver por mis lágrimas.
Sacudo la cabeza y escucho la risa tranquila de Tate mientras se pone de pie para acercarme
a su pecho. Aprieto mis dedos en la tela de su abrigo mientras acaricia mi cabeza con su mano
libre, sus bíceps aseguran mi cuerpo al suyo.
"¿Quieres leerlo más tarde?" pregunta, con una sonrisa en su voz.
Asiento con la cabeza y me inclino hacia atrás para poder mirarlo. Ve mi rostro y pone una
expresión de adoración, acariciando con el dorso de sus dedos mi piel manchada de sal.
"Necesito decir las partes importantes ahora, ¿de acuerdo?" él pregunta, antes
presionando un beso en la punta de mi mejilla.
"Está bien", susurro, envolviendo mis brazos alrededor de su cintura.
Él me sonríe y dice, “Te he amado por siempre bebé, y no tengo intenciones de parar. Me
hiciste un mejor hombre de lo que jamás pensé que podría ser, y quiero vivir el resto de mi vida
contigo. Solo contigo. Entonces, por favor, ¿me harías el honor de ser mi legítima esposa?”
Acerco sus labios a los míos e instantáneamente exhala con alivio y
placer, deslizando su lengua contra la mía con caricias largas y pausadas.
Después de un minuto, murmura contra mi boca: "¿Eso es un sí, bebé?"
Me río y me muerdo el labio. “Sí,” digo emocionado, mariposas revoloteando en mi
estómago. “Definitivamente, definitivamente sí”.
Atrae mi boca hacia la suya, y me llena tan profundamente que lo siento
En todas partes. Jadeo ante la intensidad.
—Necesito ponerte este anillo —murmura, alejándose solo para poder volver a arrodillarse,
tomar mi mano temblorosa entre las suyas y deslizar el diamante por mi dedo. Inclina la cabeza
y besa el dorso de mi mano, y mis piernas tiemblan ante la vista. Vuelve a ponerse de pie y me
levanta para que pueda envolverme alrededor de su cintura mientras nos lleva de vuelta a la
orilla del chalet.
Tan pronto como regresamos adentro con la puerta cerrada, Tate está arrancando la ropa
de mi cuerpo, gruñendo mientras me empuja hacia la cama.
"Solo el anillo", dice mientras tira de sus pantalones por mis piernas, sus dientes
rozando el interior de mis muslos. "Quiero que lleves solo el anillo".
Cuando estoy convenientemente desnuda, se mueve para desvestirse, pero entonces yo
de repente se da cuenta: "¡Espera, mis calcetines!"
Ambos miramos hacia abajo a los calcetines de cama de color rosa bebé en mis pies y Tate
exhala una carcajada, presionando mi piel desnuda contra su chaqueta y jeans.
Sus manos recorren mi trasero, amasando bruscamente mientras dice: "Está bien, el anillo
y los calcetines, no me vas a acobardar, bebé".
Me arrastro hacia atrás sobre el colchón y lo observo mientras se quita la ropa de su propio
cuerpo. Abrigo: desaparecido. Camisa: se fue. Cuando llega a su cinturón, me estudia con los
ojos entornados, midiendo el ritmo acelerado de mi pecho desnudo. La hebilla tintinea cuando
desenvaina la lengüeta de cuero, se abre el botón de un tirón y se baja la bragueta. Mis ojos
recorren la tinta en su bíceps y las letras en su mano, y me retuerzo agitadamente sobre la
suave colcha. Se baja los vaqueros y los calzoncillos hasta las caderas y yo hundo los dientes
en mi labio con anticipación.
Toma un condón de la caja en el piso y apoya su cuerpo sobre el mío, el cuero duro y la
mezclilla se clavan en mis muslos. "¿Quieres que me los quede?" susurra mientras tira de mis
caderas hacia abajo para encontrar las suyas.
Asiento lentamente como una mujer poseída y luego paso lánguidamente mi mano izquierda
por mi garganta. Sus ojos destellan hacia el anillo y una llama se enciende detrás de sus iris.
Entrelaza nuestros dedos y presiona nuestras manos contra la cama, usando su otra mano
para morder el paquete de aluminio, se enfunda el condón y luego alinea su cuerpo contra el
mío.
Muevo mi mano libre a su mejilla y la acaricio dulcemente. Encuentra mi mirada y presiona
un lento beso en mis labios.
"Te amo tanto, bebé", murmura. "No puedo esperar para hacerte mi esposa".
Lo beso de nuevo, pasando mis dedos por la gruesa columna de su cuello y en
su cabello. "Yo también te amo."
Luego, con un beso más, rueda sus caderas contra las mías y recogemos
Donde dejamos.
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Sobre el Autor
Sapphire es una autora debutante que escribe historias románticas
contemporáneas y para adultos nuevos. Tiene un título de la Universidad de Durham,
donde se graduó con una licenciatura con honores de primera clase en literatura inglesa
y estudios de educación, y un título de la Universidad de Cambridge, donde se graduó
con una maestría en filosofía.
Sus pasatiempos favoritos incluyen comprar libros, leer libros y escribir libros.
Puede encontrar más información sobre la autora en su sitio web:
www.sapphireauthor.com
Para obtener más actualizaciones, Sapphire se puede encontrar en TikTok e
Instagram: @sapphiresbookshelf
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