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Seccién Tercera LA POLITICIDAD HUMANA 1 politico”. contractualista, 1. El punto de vista antropolégico sociologico. 12. Las formas politicas en el devenir histérico. 13, s de formas politicas. 14, La forma politica moderna: el Estado. 9. “EL HOMBRE, ANIMAT POLITICO” Destacébamos, en un parrafo inicial, la dimensi6n social del hombre: “el hombre es sociable por naturaleza”. Los individuos nunea vivieron solos, sino que siempre con- vivieron. No hay estados presociales. Ahora bien, zpuede sostenerse con igual, certeza la naturaleza politica del hombi En otros términos, :puede vivir en sociedad sin organizacion poltt iste una etapa prepolitica? Estas interrogantes, a pesar de ser con- temporsineas no tienen en nuestros dias una respuesta definitiva, y los planteamientos que en uno yotro sentido se formulan no estan exentos de carga ideolégica. Arist6teles es el primer expositor de la politicidad natural del hombre y su célebre sentencia “el hombre es un animal poli ” o (zon politikon) tiene un alcance y proyeccién no siempre bien comprendidos.! A Aristételes no le faltaban en su idio- ma vocablos suficientes para expresar la sociabilidad del hombre si su propésito s6lo hubiere sido ése. Pero, como aparece de manifiesto en su obra, para Aristételes lo privativo del hombre no es el appetitus societatis, sino que su manera de convivir con sus semejantes en esa forma de asocia- cidn tan concreta que fue la polis. Es decir, el hombre no puede vivir en sociedad s forma de organizacién politica. Su otra sentencia -tan divulgada como la anterior-, “s6lo una bestia 0 un dios Es frecuente encontrar en las taduc Ia Politicala locucién animal social en lugar de animal politico nes de puede vivir fuera de la polis’, también debe entenderse literalmente. No es por falta de sociabilidad que las bestias y los dioses estan excluidos de la polis, sino porque las. asociaciones vigentes entre las unas y los otros son bien distintas, por los caracieres que respectivamente les atafien, de esta forma de vida tan tnica que es la polis: organizacion en que intervienen tanto la raz6n como la coacci6n, y que, por lo primero, excluye a los entes infer por lo segundo, a los que son superiores. Para vivir fuera de la polis es necesario se menos que un hombre (una bestia) o mas que un hombre (un dios). Pero el ambito natural de la vida del hombre es la polis. Solo en ella llega a ser el que en principio y potencia es.” EI planteamiento aristotélico ha contado en todas las €pocas con entusiastas seguido- res (Polibio, San Agustin, Santo Tomas, los organicistas). En el presente, los estudiosos de la politica ~al margen de las conclusio- nes de los antropélogos- admiten que el hombre no sélo es sociable, sino politico: que la convivencia en que se sustenta su sociabilidad tiene que ser, necesariamente, politica. “Porque si los hombres conviven, silos hombres estiin juntos, necesitan una ordenacién, una direccién, un gobierno. Y con esta necesidad aparece el princ politico que informa la vida societaria. La convivencia social se politiza, porque de otra En este punto hemosseguido ka nota introductora, de ANTONIO Gomez ROBLEDO (Politica, Universidad Nacional Auténoma de México, 1968). Una version, for proyeccién a lo social que a lo politico se halla en la introducci6n de Julidn Marias, para su taduccién al clésico aristotélico (Instituto de Estudios Politicos, Madrid, 1961). econ FURIDICA seenue SB Manual de Derecho Politico manera se disolverfa, serfa caos, anarquia, desorden; simplificando la noci6n, dirfamos, para hacer plenamente comprensible la idea, que la conviveneia social no puede prescindir de una jefatura, de una direcci6n, de un rectorado. Con ello aparece ya la po- liticidad; al erigir un mando, un gobierno, a convivencia social se torna politica; en cuanto ese mando y ese gobierno tienen a uu cargo la regencia de los hombres y pro- curan algiin yunque, es comiin a la misma totalidad: fin ptiblico”* 10. LA HIPOTESIS CONTRACTUALISTA La posicién opuesta a la corriente aris- totélica esté representada por la doctrina “contractualista” 0 del “pacto social”, que tuvo precursores en la antigitedad entre algunos sofistas y estoicos, pero que logra uu mejor expresion a partir del siglo XVIL en las obras de Hobbes y Locke, para pro- yectarse, mas adelante, con Rousseau.! Al margen de las numerosas diferen- cias entre los autores citados, hay un punto comin a todos ellos: describen una etapa prepolitica de la sociedad. En efecto, mientras la corriente aristotéli- casostiene que el nacimiento de la sociedad yla organizacion politica son simultaneos, los contractualistas afirman que habria existido una etapa llamada “estado de naturaleza”, sin politicidad, S6lo posteriormente, por obra de la voluntad y del acuerdo humano, se habria celebrado el “pacto” 0 “contrato so- cial”, en virtud del cual la convivencia social queda politicamente organizada. No todos los contractualistas conciben el “estado de naturaleza” en los mismos términos, Para Hobbes, por ejemplo, el es tado de naturaleza, previo a la constitucién de la sociedad politica, serfa un estado de lucha general, de “guerra de todos contra todos*. Locke, en cambio, no tiene una vision tan pesimista del estado prepoliti- ® BIDART CAMPOS, JORGE, Derecho Politico, Ealitor Aguilar, Buenos Aires, 1967, p. 194, * Ver textos complementarios atinentesa parrafo Wp. 45. 7 BB ros juRD1cA oven co. El “sentido comin”, inherente a todo hombre, contribuye a que éste supere los conflictos de intereses que se originan en la vida social. Finalmente, la vision de Rousseau es francamente optimista: “E] hombre es bueno por condici6n natural y solamente las circunstancias histérico-sociales inade- cuadas a Ta exigencia de su naturaleza le han viciado”. La diferente concepeién que tienen los contractualistas del “estado naturaleza” explica consecuentemente el caracter que atribuyen al poder politico emergido del “pacto social”. Hobbes ~el pesimista— postula por un go- bierno autocrético, su doctrina sostiene con cenergia maxima el principio de la monarquia absoluta, Su pensamiento se sintetiza en la maxima: “Gobierno absoluto 0 caos”. Locke -el ecléctico~ sostiene que en el “pacto” hay una reserva de derechos para los particulares, de tal modo que solamente se delega en el poder politico aquella parte de libertad que es indispensable ceder para salvaguardar el resto. La monarquia consti tucional constituye su {6rmula politica, La concepeion idilica de Rousseau cie~ rrael cuadro contractualista: del estado de naturaleza se pasa a la sociedad, como si los hombres vivieran en el estado de naturale- za, ala ereccion de un poder que no es el de un hombre, que se impone a todos los demas con facultades soberanas derivadas del pacto, sino que es el poder de la ley, expresion de la “voluntad general”, :Cual es su expresin politica? Para algunos la democracia directa; para otros, el absolu- tismo democratico. Un enfoque, obviamente diferente, pero que tiene de comin con el contractualismo el hecho de concebir una etapa prepolitica, corresponde al marxismo. Asi, para Marx y Engels, la organizacién politica slo emerge cuando la sociedad se escinde en clases. Expresa Engels que el Estaco es un pro- ducto de las sociedades econémicamente evolucionadas, en las que la propiedad y los privilegios estan distribuidos en forma desigual. Estas sociedades son complejas, divididas en clases. La mas elevada de ellas es la clase rectora, y se cesigna clase superior en virtud de su posicin social y politica, que Seee se basa en la propiedad y el control de los medios de produccién: tierras, fabricas, ete. Aunque no gobiernan directamente sinoa través de una instituci6n social especifica (el Estado), las clases rectoras conservan su situaci6n superior a todas las demas, y de manera indirecta unifican las diferentes formas de poder bajo su mando. En consecuencia, para el marxismo el Estado tiene un cardcter de instrumento de dominacién de una clase por otra, en Ta sociedad burguesa 0 capitalista. En la sociedad socialista etapa de la dictacura del protetariado~el Estado, en cambio, sirve al proletariado, la inmensa mayorfa. Fina mente, en la etapa comunista sociedad sin clases~el Estado se extinguira yal gobierno de las personas sucederd la administraci6n de las cosas." IL. EL PUNTO DE VISTA ANTROPOLG« SOCIOLOGICO, Las explicaciones precedentes acerca de la aparicion de la organizaci6n politica tie~ nen un marcado basamento légico, racional € ideolégico, pero zcual es la conclusion que otras disciplinas, mas empiricas, como la antropologia o sociologia, dan sobre el particular? En lo tocante a las investigaciones an- topoldgicas y etnol6gicas, las conclusio- nes distan de ser concordantes. En efecto, existen dos bandos entre los antropélogos que se dedican al estudio del origen y con- textura del Estado, Por una parte, el de los que piensan que el Estado es el principio organizante de todas las sociedades. Segtin Eduard Meyer, el Estado es la unidad del F El tema se encuentra desarrolka ‘mente en las siguientes obras: FEDERICO ENGEL onigen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado, Antiddhying. del mismo autor, y EL Estado y la Rewo- Ihuin, de LENIN. © Gierto es que FEDERICO ENGELS emplea las investigaciones del antropslogo MORGAN en apo- yo de su teoria del Fstadlo, pero es notorie q construccion no esti exenta de carga ideologica, ‘empleando el vocablo en la acepeién que le otorga K. Mannheim. # in Tercera: La politicidad humana orden politico y militar de la sociedad; sin el Estado no puede mantenerse el orden legal, ya que falla la unidad de voluntad de la sociedad. “El Estado no s6lo es con- temporaneo del hombre, sino que corres- ponde al orden animal. Por su origen es mis antiguo que el género humano, cuyo desarrollo cabalmente s6lo se hace posible en ély por él”? Otro investigador mas reciente ~el des- aparecido etndlogo austrfaco Wilhelm Kop- pers también expuso en forma inequivoca Ia doctrina de la universalidad del Esta- do y su gran antigiedad. Bonald resulta igualmente concluyente: “El Estado es una realidad primitiva, cl instrumento gracias al cual toda sociedad asegura su orden.” Se ha estimado que estas tesis represen tan una reaccién a una doctrina anterior, segtin la cual en las sociedades primitivas el sistema de parentesco u orden consan- guineo de la sociedad ocupaba el lugar del Estadio u orden politico de la sociedad. Pero aun en el presente esta tendencia tiene sus defensores. Para ellos el Estadio no aparece mas que en las sociedades complejasa titulo de instrumento especializado de gobierno. “La etnologia nos ensciia que las sociedades humanas que se encuentran en los niveles inferiores del desarrollo cultural carecen por completo de una organizacion politica. Por decirlo con palabras de Birket-Smith, lasociedad es tan antigua como el hombre mismo, igual que el habla y la economia. El Estado, en cambio, es mas reciente. Existen varios pueblos que viven en una feliz igno- rancia de toda organizacién estatal”.!” Hasta aqui la visién sindptica de los antropélogos. :Cual es el enfoque de los socidlogos? En primer lugar, una especie de declaracién de principios: “descarta- 7 Gitado por LAWRENCE KRADER, La formacién del Bsiado, Editorial Labor, Barcelona, 1972, p. 30. Ver ademis HERMANN HELLER, Teoria del Estado, Edito- rial Fondo de Cultura Econémica, México, 1947, pM, tado por KRADER, ob. cit. p. 31 * Citaelo por GEORGES BELANDIER, Antropologia Po- litica, Editorial Peninsula, Barcelona, 1969, p. 142. LEON GriMperG, EU Origen del Poder Politico, edicién mimeografiada, Stgo., 1969. econ FURIDICA seenue SB Manual de Derecho Politico mos, desde Inego, de este estudio todas las ideas a priori que consideran el origen del Estado. Toda hipétesis metafisica relativa al asunto debera ser excluida, cuidadosa- mente, de la ciencia social, para relegarla a su campo propio, que es la ética como teoria de los fines tiltimos de la asociacién hhumana’.!! Ahora bien, al parecer los socidlogos, mas que indagar sobre “el momento” en que aparece la organizacién politica, pro- yectan su preocupacién en orden a precisar las causas del fendmeno. Dos opiniones =a nuestro entender representativas= asi parecen demostrarlo. “Ha sido corriente hablar del origen del Estado. Mas exacto seria decir que, en un momento determinado de Ia histo- ria, y como resultado de diversos factores, surgicron los estados de las comunidades © sociedades. Pero si sus historias son di- ferentes, su fundamento es similar. Los estacos se han desarrollado y han persis- tido porque las comunidades requieren organizacion Si se convierten en comunidades orga- nizadas, lo hacen con ciertos propésitos, para la agresion y la defensa, para el man- tenimiento del sistema legal y el orden, para conservar la norma comin. Y puesto que una comunidad organizada est mejor equipada para la lucha por la existencia que una comunidad no organizada, el aparato del Estado se hace universal y caracteristico de las civilizaciones superiores”.!2 En el mismo sentido, anota Ely Chinoy: “Las diferentes instituciones politicas han aparecido en contextos histéricos muy di- versos y por muchas razones: las necesidades de la guerra y las campanas militares, los movimientos migratorios y las conquistas, el crecimiento y diversificaci6n de la poblacién, a medida que los grupos y los individuos dentro de la sociedad consideraron util centralizar laautoridad, establecer métodos para la solucin de las disputas y emplear la SANTONIO CASO, Socialogia, Editor México, 1964, p. 319. J, RUMNEY, Spencer, Editorial Fondo de Cultura Econémica, México, 194, p. 130. BB roa juiD1cA vec fuerza para mantener el respeto de algunas normas sociales”.! 12. LAS FORMAS POLITICAS EN EL. DEVENIR HISTORICO Las discrepancias entre racionalistas y empiristas acerca del origen simultineo © sucesivo de la organizacién politica, no impiden captar una verdad que se impone con caracteres de evidencia: el hombre, para poder mantenerse en sociedad, para estar con su préjimo, requiere la organizaci6n politica, La politicidad de la convivencia humana es una necesidad, y tan neces dad que representa un modo de ser del hombre. Tal parece ser el real aleance de la sentencia aristotélica cuando se referia al hombre como 200n politikon. Aceptar esta premisa no conduce, obvia- mente, a desconocer las diferencias entre las organizaciones politicas que han emergido en el devenir hist6rico. Identifiear, pura y simplemente, la polis griega con el Estado moderno —como suelen hacerlo algunos autores constituye un grave error. Los tiem pos son otres, diferentes las condiciones, diversas las cantidades y las calidades. Ahora bien, zcual o cuales son los rasgos distintivos de estas organizaciones politi- cas hist6ricas, cualquiera que haya sido el nombre que se les haya dado? En primer lugar, la sociedad politica ha de ser comprendida como un sistema social institucionalizado, esto es, como una instituci6n, lo que supone la convivencia de todos los elementos a que hiciéramos referencia en parrafos anteriores. La segunda caracteristica de las orga- nizaciones politicas superiores, que viene a representar, al mismo tiempo, su factor realmente cualificador, es la autarquia, Esta superioridad institucional atribuida a la sociedad politica fue ya enfatizada por Aristételes cuatro siglos antes de Cristo y se proyecta al presente en forma casi in- variable. © Ety Ciunoy, La Sociedad, Editorial Fondo de Cultura Econémica, México, 1966, p. 209. Seec La autosuficiencia de la organizacién politica engloba todos los drdenes de la vida social, pues la sociedad politica puede, en todo momento, asumir la realizacin de todas aquellas necesidades sociales que se hacen imprescindibles. Esta idea de autarquia lleva ademas apa- rejada una serie de implicancias que mas adelante pormenorizaremos: supremacia (se considera la expresi6n superlativa de lo social); autonomia (monopolio legitimo de Ta fuerza fisica para el mantenimiento del orden vigente); coherencia (desarrolla una fuerza de cohesion unificadora sobre una pluralidad de agrupaciones menores) Las organizaciones politicas que en di- versas épocas presentan estos caracteres han recibido diferentes denominaciones: polis, civitas, imperium, estado, A estos tipos de organizaci6n politica suele denominarselos con la expresién ge- a “formas politicas”, comprensiva de os distintos sistemas politicos superiores que han tenido existencia historica.!4 13. ESPECIES DE FORMAS POLITICAS Las limitaciones propias de un Manu como éste impiden describir con un mini- mum de pulcritud la compleja evolucién de las diversas formas politicas a través de la historia. Aqui, por lo tanto, nos limitamos aun rapido eshozo de lo que tradicional- mente se presenta como rasgos distintivos de las formas politicas mas relevantes de la cultura occidental. 13.1. La polis griega En el antiguo Oriente existieron formas politicas de gran envergadura (imperios chino, indio, persa, egipcio antiguo, israeli, etc.), pero sus instituciones poco o nada se vinculan con las que actualmente conocemos, La cultura occidental de hoy proviene de Grecia, Roma yel Cristianismo, y ninguno ¥ Ver sobre el particular, Maxto Justo Loi ob. cit, tomo I, p. 318. in Tercera: La politicidad humana de estos tres fenémenos se habria producido. en las realidades politicas orientales.” El primer antecedente de las sociedades politicas del presente debemos buscarlo en la polis griega, particularmente en la ateniense del siglo V a. de C La polis fue la tiltima unidad politico-so- cial del antiguo mundo griego. El vocablo design6 primeramente la fortaleza construida en Io alto de la montaiia 0 Ta colina, y se extendié después al conjunto de lo edifica- dol pie de ella. A tal centro de poblacién vinieron a someterse e incorporarse después lasaldeas circunvecinas. El vinculo original de quienes construyeron la polis debio de ser tribal, de sangre o parentesco, referido aun héroe ancestral; y, efectivamente, en todas partes quedaron instituciones y usos conformados con ese origen. Se suele traducir la voz polis, como estado- ciudad, pero ello puede inducir a errores, por cuanto la polis no puede identificarse con las entidades que hoy denominamos estado y ciudad. La polisno es s6lo ui incorporada a una unidad mas grande y superior, sino al mismo tiempo una unidad politica soberana. Pero tampoco coincide con la forma politica que hoy denomii estado, por cuanto, a diferencia de polis también es unidad religiosa. Generalmente se mencionan las signien- tes caracteristicas de la polis: ~ Estrechez de dimensiones. Atenas, en los dias de su mayor expansi6n, llegé a tener una superficie de 2.650 kilémetros cuadra- dos. De ello se derivan una fuerza y una debilidad. La fuerza reside en la intensidad de la vida social y politica dentro de cada ciudad; la debilidad, en el desmenuzamien- toy el particularismo de aquellas ciudades demasiado numerosas. ~ Lapolis es humanista. Aun cuando en un principio la polis es un concepto territorial, luego st nombre no evoca simplemente una fortaleza, un territorio y unas casas, 5 Una caracteri fin de las instituel orientales se encuentra en la identificacién total de los poderes politicos con los religiosos. econ FURIDICA secnue SB Manual de Derecho Politico sino unos hombres: unos ciudadanos. De ahi que para el griego solo la vida de la polis responde a la definicién del hombre; el mundo barbaro esté compuesto de masas inorgnicas. En cambio, vivir como ciuda- dano es idéntico a civilizacién. Es por eso. que para el griego llega a ser inconcebible un hombre retirado de la vida ptiblica, que no tenga interés por los asuntos ptiblicos, El hombre es una parte inseparable de la polis. El hombre est hecho para la polis y, reeiprocamente, la polis para el hombre. — Naturaleea militar de la polis. Ya hemos mencionado que en un principio la polises un refugio, uma fortaleza que debe su nacimiento alas necesidades de la defensa. No deja de ser significativo sobre este particular que las magistraturas implican en su origen man- los militares y que la calidad de ciudadano activo se adquiere el dia en que se reciben las armas y se presta el juramento. —Autarquia econdmica, El desenvolvimiento econémico de la polis es tan natural como. su desenvolvimiento militar, No solamente ha de estar la colectividad dispuesta para Ja defensa, sino que ha de cuidar también de alimentarse a si misma: ha de ser, en la estrechez de su territorio, autirquica, no solo en el sentido politico, sino tambien en el sentido econémico de la palabra. = Lapolis es también unidad religiosa. Tres sociedades cohabitan en su seno: la de los vivos, la de los muertos y la de los dioses. Entre ellas encontramos a Los seres inter- medios: los héroes y los semidioses. Practicamente toda la vicla helénica se hallaba penetrada de religion hasta un ex- temo que resulta dificil imaginar, a menos que exista una profunda compenetracién del mundo griego. Cada uno de los actos de aquella vida, y muy especialmente cada uno de los actos pliblicos, posee caracter ritual = La polis es centro de educacién cindada- na, En la mentalidad griega ¢ entre el ideal individual y el ideal colecti- vo de la polis, entre el “hombre bueno’ y el buen cuidadano, En esa perspectiva, la BB ros juRD1cA oven educacién es esencialmente educacién del ciudadano, modelada de acuerdo con los ideales y los fines de la polis. Para algunos autores entre la polis y el Estado moderno existen diferencias mas bien cuantitativas que cualitativas.” 18.2. De lacivitas al imperio La forma politica romana no ofrece. en un comienzo, diferencias muy marca- das respecto a la griega. La civilas no es fundamentalmente distinta a la polis. En efecto, la civitas romana también es en sus origenes una asociacion religiosa en la que el ius sacrorum forma parte del ius publicum. Seguidamente, también la civitas es la cosa comin del ciudadano; es la res publica. En tercer lugar, igualmente la idea de ciuda- dania esta caracterizada por la necesidad de que el individuo tenga participacion activa en el gobierno de Ta civitas; es el ius sufragiy el ius honori Un factor diferenciador entre la civi- tas romana y la polis griega es que un solo 6rgano dentro de Ia civitas debe tener la autoridad, lo que ellos Hamaban el Imperium 0 Maistas, y este solo 6rgano es el principe. El principe toma las riendas de la civitasy se justifica su poder por la dex regia, en virtud de la cual todos los poderes del pueblo han sido transmitidos al principe. Es la primera vez que en el mundo oc- cidental la autoridad politica se encuentra concentrada en manos de una persona. Posteriormente toda concentracién de poder, toda centralizaci6n politica que se realice, ha de efectuarse sobre los moldes romanos. Se encuentra aqui la base de la centralizaci6n que es Ta fundamentacién del Estado contemporanco.!” "En tal sentido, Exnest BaRKER, Grek political theory: Plato and his predecessors, Oxford, Londres, 1952. En sentido contrario, GEORGE Sane, Historia de las Toorias Politicas, Editorial Fondo de Cult Econémica, México, 1945, p. 15. *” En este punto hemosseguido a GEORG JELLINEK, Teoria General del Estado, Editorial Allsatros, Bucnion Aires, 1964, pp. 234 y ss. Ademis: ANTONIO CARRO Maxrintz, Derecho Politic, Editorial Universidad de Madrid, 1959, pp. 47 y ss. Seee Ona diferencia, de no menos importancia, entre las formas politicas que comparamos, reside en la clara distincién que se hace en Ia civitas entre derecho ptiblico y derecho privado.!* Cierto es que en Roma se va a pasar por diversos sistemas: del “régimen mixto”, es- tablecido en la época de la Reptiblica -cuyo equilibrio y estabilidad son admirados hasta nuestros dias-, pasara mds tarde a una forma politica que desbords el ambito territorial de la civitas originaria: el Imperio.!? Roma puso en prictica una idea politica tipicamente oriental. “Fue el genio juridico de los ciudacanos romanos -con sus con- ceptos de imperium y provincia, potestas y maistas~ el que dio al Imperio la armazon yla estructura de sus instituciones. Pero las ideas sobre las que éste descansaba habian germinado en el Oriente. Toda sociedad permanente tiene que descansar sobre un cuerpo de creenciasy sobre la voluntad social que tal cuerpo de creencias origina, Fue en ¢1 Oriente donde los hombres habian apren- dido a creer en una sola sociedad universal yen el gobierno de tal sociedad por un rey que era ‘como un dios entre los hombres’ y que, efectivamente, era un verdadero dios; y fue en esto, en el sentimiento de lealtad hacia la persona de tal monarca, ¢ incluso en Ia ‘adoracion’, donde encontr6 su ex- presi6n el anhelo social correspondiente. Si imperium era una palabra latina, la ide de un imperio y la idea de un emperador no era de origen latino”? Coinciden, en efecto, los historiadores en que las instituciones politicas romanas ® Al lado del derecho piiblico, al lado de la participacién activa del ciudadano en las tarcas de gobierno, existe una esfera privada en la que los individuos son soberanos. EL imperium es una de las ideas politicas m: esenciales en Roma. Es la autoridad soberana de un Estado, Desaparecida la monarquia, el imperium entonces a manos de la asamblea po: \que es ejercido predominantemente por el Senado. Después de la Repiiblica esta facultad, pasa en parte al emperador y tiende a través de los tiempos a identificarse con él ® ERNEST BARKER, EI concepto de Imperio, en el Legado de Roma, Editorial Pegaso, Madrid, s/f, 3° edicién, p. 61 in Tercera: La politicidad humana son el resultado de situaciones concretas y no de un sistema de filosofia politica. Por ejemplo, el hecho concreto que hizo posible Taexpansi6n territorial romana ya cimenta- ci6n del Imperio fue el ejército profesional. Conquistada Italia, Roma se encontré en posesion de un territorio tan considerable que no era ya posible licenciar las tropas y permitirles que volvieran periédicamente a Taborarsus campos. La tiniea soluci6n era la creaci6n de una milicia regular. Esta nueva tropa era ajena en gran medida a la cons titucién republicana y preferia seguir a su general, a quien miraba como un caudillo, en vez de las instrucciones de un Senado Iejano, Asi sucedié que los nuevos hombres influyentes vinieron a ser los generales, en especial aquellos que conquistaban la ciega confianza de sus legionesy que estaban, por ello, en condiciones de desafiar la autor dad senatorial2! Surgié asi el cesarismo, definido por Barker como “una especie de autocracia, respaldada por un ejército, la cual descansa virtualmente sobre alguna forma de plebiscito, y realmente —por lo menos, mientras tiene éxito en una base popular”. rto es que la estabilidad y coherencia del Imperio no se mantenian s6lo por la coerci6n; contribufaa ello, por una parte, la eficiente administraci6n; por otra, la divini- zacion del emperador, tinica solucién para unificar la abigarrada mezcla de pueblos, razas y lenguas sometidos a Roma. Generalmente se admite que el Dere- cho Politico debe a Roma dos conceptos de gran importancia que tendrin singular relevancia en la formacién de los Estados modernos: el concepto de soderaniay el de imperium, Respecto al primero de los conceptos ~el de soberania— su nocién emerge de la relaci6n existente entre la Roma imperial = SALVADOR GINER, Historia del Pensamiento Social Editorial Ariel, Barcelona, 1966, p. 73. # Asi definido, el cesarismo es idéntico al bona- partismo, Pero hay entre ellos uma diferencia funda- mental. Elbo :ieter personal y tansitorio, como un resplandor de gloria fugitivas el cesarismo en cambio se convirti6 en una institucion, permanente (BARKER, ob. cit, p. 79). econ FURIDICA seenue SB Manual de Derecho Politico ylos pueblos conquistados. En efecto, aun cuando éstos gozaban de cierta libertad, la autoridad del poder imperial quedaba de manifiesto de diversas formas: los pueblos administrados no podian hacer la guerra entre vecinos, Roma imponia el arbitraje; debfan proporcionar contingentes militares, pagar tributos y otra serie de prestaciones que accedian en beneficio del Imperio. “El poder de Roma o, mas exactamente quizas, el del emperador, se presenta como caquel por encima del cual no existe nada mas. La autoridad del emperador aparecia como la instancia tiltima, como Ia autoridad suprema, yel término del bajo latin superanitastraduce esta cualidad de un poder sobre el que no existe ninguna presién, De ahi hemos extraido nosotros ¢l término soberania”.2* En cuanto al concepto de imperium —al cual ya nos hemos referido- cabe puntua- lizar que los autores encuentran en él la raiz del poder politico moderno. 13.3. La civitas cristiana Las formas politicas similares a Roma desaparecen en la Edad Media. Los intentos de reconstruccién —uno de Carlomagno y otro de los normandos- s6lo tienen ca- ricter episédico. El concepto de unidad politica con base territorial permanece generalmente ausente durante este largo periodo histérico. El concepto de poder politico centralizado es reemplazado por el de las poliarquias feudales Originariamente el nomadismo de los pueblos germanicos motiva que el tinico vinculo propiamente politico existente fuera el vinculo personal: la fidelidad. Las leyes no eran territoriales, sino estrictamente personales. Cuando se hacen sedentarios Jos pueblos germanos crean un vinculo in- tensisimo con el territorio sobre el cual se han asentado, pero el régimen politico que en esta segunda fase adoptan es extraordi- nariamente descentralizado. = ANDRE HAURIOU, Derecho Constitucional ¢ Ins tituciones Poiticas, Editorial Ariel, Barcelona, 1971, p.Sl. BB ros juRD1cA oven 40 En la organizacién politica germana no hay un poder centralizado, sino un poder dividido en muchas esferas: Imperio, Papada, sefores feudales, corporaciones, ciudades."* Como anota Carro, “el dualismo prepon- derante se da entre el poder temporal y el poder espiritual. Este ultimo, organizado con las clasicas (éenicas romanas, ofrecia una técnica organizativa muy superior ala que ofrecian los pueblos germanos. Por ello le resulta facil al Papado mantene una preeminencia sobre las endebles or ganizaciones politicas de los germanos; es asi como la ‘civitas Dei'se impuso sobre la ivitas’ diabolica a wavés de un proceso hist6rico de sobra conocido. la baja Edad Media se aprecia como, pocoa poco, el poder temporal se va inde- pendizando y va abriéndose camino hacia ica de este periodo en la que coinciden los historiadores ataiie a la escasa o ninguna participacién del pueblo en la vida politica. “Esto no sélo puede decirse de los territories alemanes en los que atin no ha legado a adquirir vida la idea del Estado y s6lo existen restos ruinosos de la subordinaci6n del indivi- duo al imperio, sino incluso alli donde los estamentos se sienten nacién politica. lo cual implica precisamente la exclusion de Ia mayor parte de los gobernados de la vida publica’ No obstante las notables diferencias cua- litativas que se pueden observar entre la forma politica de la Edad Media y el Estado. moderno, se reconocen ciertos aportes del feudalismo: — El desarrollo de un podereso indivi- dualismo de naturaleza aristocratica que, generalizado, aparecera mas tarde como una de las raices de Ia libertad. # Sobre los factores que originan el feudalismo, ver Historia de las Formas Politics, de OVLO HINTZ, Editorial Revista de Occidente, Madrid, 1968, pp. 95 % Ob. cit, p.49. 0 JELLINEK, ob. cit, p. 242. Seee ~ El desarrollo de los lazos de hombre a hombre y la idea de que la sociedad re- posa, en gran parte, sobre el intercambio de servicios. ~ La exaltacién ~con la caballeria~ de Jos sentimientos del honory de la fidelidad, que se traspondran a continuacién en la Jealtad frente al principe y, mas tarde aun, en el civismo moderno. ~ Por tiltimo, la perspectiva de igualdad entre los hombres, necesaria para equilibrar el sentimiento de la jerarquia social, se en- cuentra en la Edad Media, época de la fe ardiente, en la igualdad ante Dios” 14, LA FORMA POLI EL Estapo, Entre los estudiosos de la Teoria del Es- tado prevalece en la actualidad la opinion de que solo a partir del Renacimiento se comienza a estructurar la forma de organi- zacion politica que habria de denominar- se Estado. Fue, precisamente, en una de las Repiblicas italianas del Renacimiento, Florencia, donde vivio Nicolis Maqui Jo, cuyo libro mas divulgado introduce el vocablo “lo Staio” para la designacion del status politico. En efecto, Maquiavelo comienza El Principe: “Todos los Estados, todas las do- minaciones que tuvieron y tienen autoridad. sobre los hombres, fueron yson reptiblicas © principados”, con lo que da la genérica designacién técnica de Estado a toda rele- vante y permanente organizacién de poder politico. “Durante el curso de los siglos XVI y XVII Ia nueva acepcién que se le daa la palabra ‘Stato’y que designa justamente una nueva estructura concreta histérica, es receptada en las lenguas espanola, francesa, alemana e inglesa. Estado en espanol, Etat en francés, Siaat en aleman, Staicen inglés, muestran que la concepcién de un poder politico monistico, su activa realizacion y la ve" = ANDRE HAURIOU, ob. cit, p. 63. > Maguuwe10, Ll Principe, en Obras, Editorial Vergara, Barcelona, 1961, p. 95 41 in Tercera: La politicidad humana nominaci6n correspondiente, se expandi6 dominante por toda Europa”2? Queda claro, entonces, que a partir del periodo indicado la palabra Estado pasa a tener un significado “moderno”, ya que sirve para designar una nocién también “moderna” de forma politica. No se wata entonces ~como pretenden algunos auto- res- de hacer depender de la existencia 0 inexistencia de un vocablo el reconoeimiento de la esencia cel Estaclo. Ello implicaria volver al nominalismo, con lo que encerrarfamos la realidad en vocablos herméticos.”” 2Qué caracteristicas tiene esta nueva forma politica, esta nueva institucionali- zaci6n de las relaciones? “Lo propio de la edad moderna, en materia politica, reside en la instauracin de la unidad politica, es decir, del Estado propiamente dicho. Simultineamente se esfuma el dualismo entre el poder espiritual y el poder tem- poral y entre el principe y los estamentos del vecino. La ‘forma politica’ naciente ~el Estado-se diferencia de las anteriores por Ja naturaleza de sus ‘elementos’. Esa la vez Estado-nacidn, por su especial composicién geodemografica (territorio y poblacién), y Estado soberano (absolutista), por el car ter que reviste el poder”. Efectivamente, frente a las poliarguias medievales, en las cuales no se advertia un centro tinico de poder, una sola auto- ridad suprema, provista del maximo de las facultades de mando y direccion, el Esta- do emerge como instrumento de control politico fuertemente centralizado y coi Ia aspiracién de constituirse en una uni dad absoluta, a cerrarse como un niicleo social totalmente auténomo. “EI Estado moderno ha nacido como una unidad de asociacién, organizada conforme a una constitucién, gracias a haber dominado eldoble dualismo que forma rey y pueblo ® ARTURO SaMPay, La crisis del Derecho Liberal-Bur- gués, Editorial Losada, Buenos Aires, 1949, p. 158. Sobre el particular puede verse la critica de DE Los Rios, FERNANDO a la posicién forn cade Stammler en gAdinde va el Estado?, Editorial Sudamericana, 1951, p. 208. Manto Justo Lore, ob. cit, tomo I, p. 320. econ FURIDICA seenue SB Manual de Derecho Politico yel poder espiritual y temporal. En cada Estado particular, como no podia por me- nos, ha tenido lugar este fendmeno de una manera peculiar, si bien bajo el influjo, en parte, de relaciones politicas universales.... La idea de la unidad es la conclusion de una gran evolucién histérica. El Estado, moderno tiene como punto final lo que para el antiguo era el punto de partida. Como el segundo, atribtiyese también a él, y aun en mayor medida, el derecho y el poder para dominar de un modo efectivo todos los aspectos de la vida de la comu- nidad. Es verdad que pone limitaciones de grande importancia a su accion; pero Glo Lo son las que él mismo se ha puesto en vista del conocimiento que tiene de su problema. Por el contrario, no reconoce a ninguno de sus miembros un derecho extraestatista que pueda ofrecerle una li- mitacion absoluta: si existiere, equivaldria esto a una reaparicidn de aquel dualismo que fue vencido después de una lucha de iglos”.%2 Las causas que van a originar tan fun- damentales cambios en la concepcién de Ia forma politica, son por cierto complejas y muy dificiles de cualificar. Sin embargo, es posible decantar algunas de mayor re- levancia. Desde Inego, la influencia de los des- cubrimientos geograficos y los progresos tGenicos del Renacimiento. Nuevas condicio- nes técnicas generales imponen un cambio también en la técnica de organizacién del control social. Algunos descubrimientos que en principio parecen totalmente ajenosa la relaci6n politica, resultan, no obstante, de singular incidencia para el nacimiento de Ja nueva institucionalizacion de la relaci6n. del poder. El descubrimiento de la brajula, por ejemplo, permitio la navegacién de altura, cuya conse el poder politico, creando formaciones mas voluminosas y mas fuertes alrededor de Jos puntos donde el trafico maritimo se cumplia.” uencia fue concentrar & JeLLINes, ob. cit, pp. 242-244. 8 Francisco AYALA, ob. cit, pp. 198 ys. BB ros juRD1cA oven 42 ‘También opera, en el mismo sentido, la transformacidn que produce en todos los dispositivos militares el descubrimiento y aplicacién de la pélvora y la invencin de las armas de fuego. Con la modificacion de Ia técnica guerrera, que se trasmuté en el empleo creciente de canones y ar- mas manuales de fuego, se hizo necesaria la creacion de un ejército permanente y adiestrado debido a lo cual los soldados quedaban econémicamente pendientes de sus pagas. “Con esto, el principe se libra de la tornadiza fidelidad de sus va- sallos, ganando el Estado el manejo tinico de las fuerzas armadas, al mismo tiempo que hicre de muerte el preponderante papel politico y militar de los caballeros. Lo costoso de la nueva técnica guer exigié la creaci6n central de los medios militares, que a su vez apur6 una reorga- nizaci6n de la hacienda publica. Recién, con esta forma de gobierno financiero, se pudo sustituir al ejército vasallo, de servicio internamente inseguro, por una organizacién militar continuada y rigida, cuya direcci6n esta concentrada en el gobierno del Estado”. La administracién feudal resultaba inade- la para atender los requerimientos de una sociedad y de una economia cada vez mas complejas. La burocratizacién del Estado se hace inevitable: “el instrumento mas eficaz para lograr la independizacién de la unidad de poder del Estado fue la jerarquia de autoridades, ordenada de modo regular, segtin competencias claramente delimitadas y en la que funcionarios especializados, nombrados por el superior y econémica- mente dependientes, consagran su actividad de modo continuo y principal a la funcic publica que les incumbe, cooperando asi la formacién consciente de la unidad del poder estatal. Mediante la burocracia se elimina la mediatizacién feudal del poder del Estado y se hace posible establecer el vinculo de stibdito con caracter general y unitario. Los apoyos burecraticos dan ala moderna construccién del Estado sus netos Shwway, ob. cit, p. 158. Seecién Tereera: La politicidad humana contornos y condicionan el caracter relati- amente estatico de su estructura’. Ejército permanente y burocracia tu vieron por premisas la regularidad del go- bierno financiero del Estado, que exige un sistema de impuestos reglados y entradas predeterminadas, Los titulares del poder politico en ta Edad Media desconocian completamente os presupuestos financieros, pues nunca existié una separacion entre el erario y el patrimonio de los principes. Laconcreci6n del Estaclo como eficiente unidad politica, militar y econdmica solo pudo adquirir realidad cuando se corporiz6 también como unidad de decision. En el continente europeo, ello fue obra de la monarquia absoluta. “Histéricamente, el Estado soberano ¢s, ante todo, un Estado autoritario, cuyo poder esta basado en un Derecho propio, en contraposicién a la teoria de la transmi- HERMANN Hite, Teoria del Estado, Editorial Fondo de Cultura Econémiea, México, 6* edicién, 1908, pp. 147-148 sién del poder por el pueblo que aparece ya en la Edad Media. La soberania es ante todo hist6rica: soberania del principe con tendencia al absolutismo, el cual se asocia facilmente con la validez exclusiva absoluta del poder estatal, pero que solamente apa- rece en paises donde el territorio estatal ha sido creado de nuevo mediante la politica monarquica centralizadora”."* Admitir que los Estados modernos apare- cenen el Renacimiento como monarquias absolutas no implica, por cierto, pensar que éstas surgen de la noche a la manana, brotando en el vaeio, sino que mas bien se constituyen por una especie de desarrollo ycrecimiento que ha venido verificandose desde siglos atras en las monarquias medie- vales, cuyas instituciones prefiguran en algtin modo lo que sera el Estado moderno.”” 8 Oro HiNTZE, ob. cit, p. 308. Sobre la aparicién de las monarquias abso- Iutas modernas, ver Or10 Hint2t, ob. cit, pp. 293 Ys55 AVALA, ob. cit, pp. 207 y ss SAMPAY, ob, cit, pp. 162s, TEXTOS COMPLEMENTARIOS, I. CONCEPCIONES SOBRE EL ORIGEN DE LA SOCIEDAD POLITICA A. HIPOTESIS NATURALISTA Textos atinentes a parrafo 9: ARISTOTELES.* Politica Universidad Nacional Auténoma de México, 1968, Libro I, See. 1? HOMBRE, ANIMAL POLITICO EI porqué sea el hombre un animal politi co, mas atin que las abejas y todo otro animal 822 a, de C). Filésofo griego, discipulo de Platén y preceptor de Alejandro Magno. Funda- dor del Liceo. gregario, es evidente, La naturaleza —segiin hemos dicho- no hace nada en vano; ahora bien, el hombre es entre los animales el tinico que tiene palabra. La vores sefal de penay de placer, y por esto se encuentra en los demas animales (cuya naturaleza ha Hegado hasta el punto de tener sensaciones de pena y de placer y comunicarlas entre sf). Pero la palabra esta para hacer patente lo provechoso y lo nocivo, To mismo que Io justo y lo injusto, y lo propio del hombre con respecto a los demas animales es que él sdlo tiene la percepcidn de lo bueno y de lo malo, de lo justo y de lo injusto y de otras cualidades semejantes, yla participaci6n comin en estas percepciones es lo que constituye la familia y la potis. La polis es asimismo, por naturaleza, ante- rior a la familia y a cada uno de nosotros. EL todo, en efecto, es necesariamente anterior a Ia parte. Destruido el todo corporal, no habra econ FURIDICA seenue SB Man ni pie ni mano a no ser en sentido equivoco, como cuando se habla de una mano de piedra; algo semejante sera la mano de un cuerpo en fodas las cosas se definen porsu obra yu potencia operativa, de modo que cuando, éstas no son ya lo que eran, no deben las mismas, cosas decirse tales, a no ser que queramos hablar en sentido equivoco. Es pues manifiesto que la polis es por naturaleza anterior al individuo, pues siel individno no puede de por si bastarse asf mismo, debera estar con el todo politico en Ja misma relacin que las otras partes lo estan con su respectivo todo. El que sea incapaz de entrar en esta participacién comtin, 0 que a causa de su propia suficiencia no necesite de ella, no es més parte de la polis, sino que es una bestia o-un dios. En todos los hombres hay pues por natura- leza una tendencia a formar asociaciones de esta especie; y con todo, el primer fundador de ciudades fue causa de los mayores bienes. Pues asi como el hombre, cuando Hega a su perf cin, es el mejor de los animales, asi también, es el peor de todos cuando esté divorciado de la ley y la. SANTO TOMAS DE AQUINO® Del gobierno de los principes Editorial Losada, B. Aires, 1964 EL HOMBRE SOCIAL Y POLITICO Pero es propio del hombre el ser animal social y politico, que vive entre la muchedum- bre, mas que todos los otros animales: lo cual dectaran las necesidades que naturalmente tiene. Porque ellos la naturaleza les preparé el man- tenimiento, el vestido de sus pelos, Ia defensa de sus dientes, cuernos y uiias, 0 a Io menos la velocidad para huir, y el hombre, empero, no recibié de la naturaleza ninguna de estas cosas, ‘mas en su lugar fuele dada la raz6n, para que mediante ella, con el trabajo de sus manos, Io pudiese buscar todo; a lo cual un hombre solo ho basta, porque de por sf no puede pasar la vida suficientemente; y asf, decimos, Ie es natural vivir en compaiiia de muchos. Ademiis de esto, los otros animales tienen natural industria para todas las cosas que les son A Santo Tomiis de Aquino (12971974) se lo el representante mas significative de kt 1¢ canonizado en 1323 y proclamado escoldstica. Doctor de la Iglesia por Pio Ven. BB ros juRD1cA oven ral de Derecho Politico iitiles © nocivas, como la oveja conoce al lobo naturalmente por enemigo; y otros animales, por natural industria, conocen algunas hierbas medicinales y otras cosas necesarias a su vidas mas el hombre, de las que lo son para vivir, s6lo, tiene conocimiento en comin, como quien por Ia razén puede de los principios universales venir en conocimiento de las cosas que son necesarias para la vida humana. No es, pues, posible que un hombre solo aleance por su raz6n todas las cosas de esta manera; y asi es necesario vivir entre los muchos, para que unos @ otros ayuden y se ocupen unos en inventar unas cosas, y otros en otras. se pru simamente porserles propio a los hombres el hablar, con lo cual pueden explicar sus conceptos totalmente yotros animales declaran sus pa loen. comtin, como el perro, en ladrar, la ira, y otros, por diversos moos. Asi que un hombre es mas comunicativo para otro, que los animales que i ntos, como las gallinas, las hor- igasy las abejas; y considerindolo, Salomén, dice en el Eclesidstico: “Mejor es estar dos que uno, porque gozan del socorro de la corres- pondiente compan Pues siendo natural al hombre el vivir en compaiifa de muchos, necesario es que haya entre ellos quien rija esta muchedumbre; porque donde hubiese muchos, si cada uno procurase para si solo Io que estuviese bien, la muche- dumbre se desunirfa en diferentes partes, si no hubiese alguno que tratase de lo que pertenece al bien comiin; asf como el cuerpo del hombre y de cualquier animal vendvia a deshacerse si no hubiese en él alguna virtud regitiva, que acudiese al bien comtin de todos los miembros; yasi dijo Salomén: “Donde no hay Gobernador, el pueblo se disipara”... Asi que en cualquiera muchedumbre conviene que haya quien go- bierne (Libro Primero, Capitulo 1°). Yademis de todo lo dicho, hay otra razén para mostrar que es necesario el vivir los hombres juntos, yes el apetito que tienen de comunicar sus obras otros, de manera que a este apetito le seria molest hacer ninguna cosa de virtud sin la compaiia de otros hombres. De don- de es que dice Tulio en el libro de la amistad que la naturaleza ninguna cosa solitaria ama; porque segtin pienso, es cierto lo que of a los pasados, que solia decir Archita Tarentino: Que si alguno subiese al cielo, y viese la naturaleza del mundo y Ia hermosura de las estrellas, si fuese sin amigos y compaiieros, no le seria suave aquella admiracion, Y las mismas riquezas no Seecién Tereera: La politicidad humana resplandecen sino se esparcen entre muchos, como dice Boecio, De manera que parece que ¢l hombre tiene necesidad de vivir entre mu- chos, considerando asi por la parte del cuerpo, sensitiva, como de parte de la natu nal. Por lo cual naturalmente es necesaria la fundacién de las ciudades... Yaunque los que primero las fundaron, segtin dice la Escritura, fueron hombres malos, como Cafn, fratricida, y Nembret, opresor de los hombres, el cual edificé a Babilonia, y Asur, que edifics a Nini- ve; con todo eso se movieron a ello por estas comodidades de los hombres encaminandole a Iautilidad de su dominio, que para conservarla era necesario que los hombres viviesen juntos (Libro Guarto, Capitulo 39). B. HIPOTESIS CONTRACTUALISTA ‘Textos atinentes a parrafo 10 THOMAS HOBBI Leviathan DE LA CONDICION NATURAL DEL GENERO HUMANO La naturaleza ha hecho a los hombres tan iguales en las facultades del cuerpo y del espiritu que,sibien un hombre esa veces, evidentemente, nds fiterte de cuerpo o mas sagaz de entendimien- to que otro, cuando se considera en conjunto, ladiferencia entre hombre y hombre no es tan. importante que uno puede reckamar, a base de ella, para si mismo, un beneficio cualquiera al que otro no pueda aspirar como él. En efecto, porlo que respecta ala fuerza corporal, el mas il tiene bastante fuerza para matar al mas mediante secretas maquinaciones © confederndose con otro que se halle en el mismo peligro que él se encuentra, Enllo quea facultades mentales yo encuentro atin una igualdad mds grande entre los hombres que en lo referente a la fuerza... No hay, en efecto y de ordinario, un signo mas claro de “© (1588-1679) Fil6sofo inglés. Las Inchas politicas y religiosas que convulsion Inglaterra durante el siglo XVII como consecuencia de las rivalidades existentes entre el Parlamento ya Corona, lle sistema de gobierno absoluto, Los fragmentos ua desu obra. "Livintiay”, Puerto Rico, 196 distribucién igual de una cosa, que el hecho de que cada hombre esté satisfecho con la porcion que le corresponde. De esta igualdad en cuanto a la capacidad se deriva la igualdad de esperanza respecto ala consecucién de nuestros fines. Esta es la causa de que si dos hombres desean la misma cosa, y en modo alguno pueden disfrutarla ambos, se vuelven enemigos, y en el camino que conduc: al fin (que es, principalmente, su propia conser- vacidn, yaveces su delectacién tan s6lo) tratan de aniquilarse o sojuzgarse uno a otro. Dada esta situacidn de desconfianza mutua, ningtin procedimiento tan razonable existe para que un hombre mismo, como la anticipacién, es decir, el dominar por medio de Ia fuerza o por la astucia a todos los hombres que pueda, durante el tiempo preciso, hasta que ningtin otro poder sea capa de amenararle. Ademis, los hombres no experimentan pla- cer ninguno (sino, por el contrario, un gran desagrado) reuniéndose, cuando no existe un) poder capaz de imponerse a todos ellos. En efecto, cada hombre considera que su compa- iero debe valorarlo del mismo modo que él se valora a sf mismo. ¥ en presencia de todos los signos de desprecio 0 subestimacin, procu- ra naturalmente, en la medida en que puede atreverse a ello (lo que entre quienes no reco- nocen ningtin poder comiin que los sujete, es suficiente para hacer que se destruyan uno a otro), arrancar una mayor estimaci6n de sus contendientes, infligiéndoles algtin dato, y de os dems por el ejemplo. Asi hallamos en la naturaleza del hombre tres causas principales de discordia: primera, Ia competencia; segunda, Ia desconfianza; ter- cera, la glo La primera causa impulsa a los hombres a atacarse para lograr un beneficio; la segunda para lograr seguridad; la tercera, para gar odo ello es manifiesto que durante el tiempo en que los hombres viven sin un poder que los atemorice a todos, se hallan en la condicién ‘estado que se denomina guerra: una guerra tal que es la de todos contra todos. Porque la GUERRA no consiste solamente en batallar, en el acto de luchar, sino que se da durante el pe- riodo de tiempo en que Ia voluntad de Iuchar se manifiesta de modo suficiente. Por consiguiente, todo aquello que es con- sustancial a tn tiempo de guerra, durante el cual cada hombre es enemigo de los demas, es natural también en el tiempo en que los econ FURIDICA seenue SB Manual de Derecho Politico hombres viven sin otra seguridad que la que su propia fuerza y su propia invencion pueden proporcionarles. En toda situacién semejante no existe oportunidad para la industria, ya que su fruto es incierto; por consiguiente, no hay cultivo de la tierra, ni navegacién, ni uso de articulos que puedan ser importados por mar, ni construcciones confortables, ni fuerza, ni conocimientos de la faz de la tierra, ni computo, del tiempo, ni artes ni letras, ni sociedad; y lo que es peor de todo, existe continuo temor igro de muerte violenta;y la vida del hombre es solitaria, pobre, tosca, embrutecida y breve. nsarse que nunca existié un tiempo o condiciones en que se di a guerra semejante, y en efecto, yo creo que nunca, ocurrié generalmente asi, en el mundo entero, jos lugares donde viven ahora de ese modo. Los pueblos salvajes en varias co- marcas de América, si se exceptia el régimen de pequefias familias cuya concordia depende de laconcup ral, carecen de gobierno en absoluto, y viven actualmente en ese estado, bestial a que me he referido. De cualquier modo que sea, puede percibirse cual sera el género de vida cuando no exista un poder comtin que temer, pues el régimen de vida de los hombres, que antes vivian bajo un gobierno pacifico, suele degenerar en uma guerra civil ‘Ahora bien, aunque nunca existi6 um tiempo en que los hombres particulares se hallaran en, una situacién de guerra de uno contra otro, en todas las épocas, los reyes y personas reves- tidas con autoridad soberana, celosos de su independencia, se hallan en estado de con- tinua enemistad, en la situacién y postura de tos gladiadores, con las armas asestadas y los ojos fijos uno en otro. Es decir, con sus fuer- tes guarniciones y caiiones en guardia en las fronteras de sus reinos, con espias entre sus vecinos, todo lo cual implica una actitud de guerra. Pero como a la ver defienden también la industria de sus stibditos, no resulta de esto aquella miseria que acompaiia a la libertad de os hombres particulares. nesta guerra de todos contra todos, se da una consecencia: que nada puede ser injusto. Las nociones de derecho e ilegalidad, justicia ¢ injusticia estén fuera de lugar. Donde no h: poder comtin, la ley no existe; donde no h: ley, no hay justic En la guerra, la fuerza y el fraude son las cos virtudes cardinales. Justicia ¢ injusticia no son facultades ni del cuerpo ni del espiritu, Si lo fueran, podriin darse en un hombre que estuviera solo en el mundo, lo mis BB ros juRD1cA oven 46 mo que se dan sus sensaciones y pasiones. Son aqueéllas cualidades que se refieren al hombre en sociedad, no en estado solitario. Es natural también que en dicha condicién no existan propiedad ni dominio, ni distincién entre ymio; s6lo pertenece a cada uno lo que pueda tomar, y sélo en tanto que pueda conservarlo. ‘Todo ello puede afirmarse de esa miserable condicién en que el hombre se encuentra por obra de la simple naturaleza, si bien tiene una cierta posibilidad de superar ese estado, en parte por sus pasiones, en parte por su razon. Las pasiones que inclinan a los hombres ala paz son el temor a la muerte, el deseo de las cosas que son necesarias para una vida confortable, y la esperanza de obtenerlas por medio del trabajo. La raz6n sugiere adecuadas normas de paz, a las cuales pueden llegar los hombres por mutuo consenso (Primera parte. Capitulo XID. LA GENERACION DE UN ESTADO Eltinico camino para erigir semejante poder comtin, capaz de defenderlos contra la invasion, de los extranjeros y contra las injurias . asegurindoles de tal suerte que por su propia actividad y por los frutos de Ia tierra puedan nutrirse a sf mismos y vivir satisfechos, es con- ferir todo su poder y fortaleza a un hombre o una asamblea de hombres, todos los cuales, por pluralidad de votos, puedan reducir su: voluntades a una voluntad. Esto equivale a decir: elegir un hombre o una asamblea de hombres que represente su personalidad; y que cada uno considere como propio y se reconozca a sf mismo como autor de cualquiera cosa que haga o promueva quien representa su persona, en aquellas cosas que conciernen a la paz y ala seguridad comunes; que, ademas, sometan sus voluntades cada uno a la voluntad de aqueél, y sus juiciosa su juicio. Esto esalgo mas que con- sentimiento 0 concordia; es una unidad real de todo ello en tma misma persona, instituida por pacto de cada hombre con los dems, en forma tal como si cada uno dijera a todos: autorizo y transfiero a este hombre o asamblea de hombres mi derecho de gobernarme a mi mismo, con Ia condicién de que vosotres transferiréis a él vuestro derecho, y autorizaréis todos sus actos, de la misma manera. Hecho esto la multitud, asi umida en uma persona se denomina ESTA- bo, en latin civrras. Esta es la generacion de aquél gran LEVIATHAN, 0 mas bien hablando con mis reverencia, de aquel dios mortal, al Seecién Tereera: La politicidad humana cual debemos, bajo el Dios inmortal, nuestra pazy nuestra defensa. Porque en virtud de esta autoridad que se le confiere por cada hombre particular, el Estado posee y utiliza tanto poder y fortaleza, que por el terror que inspira es capaz de conformar las voluntades de todos ellos para la paz en su propio pais, y para la mutua ayuda contra sus enemigos, en el extranjero. Yen ello consiste la esencia del Estado, que podtemos definir asf: uma persona de cuyos ac~ tos se constituye en autora una gran multitud mediante pactos reciprocos de sus miembros con el fin de que esa persona pueda emplear Ia fuerza y los medios de todos como lo juzgue conveniente para asegurar la paz y la defensa comin. El titular de esta persona se denomina, SOBERANO y se dice que tiene poder soberano; cada imo de los que lo rodean es SUBDITO suyo... (Segunda parte, Del Estado, Capitulo XVII). JOHN LOCKE" Ensayo sobre el gobierno civil Editorial Aguilar, Madrid, 1985 EL ORIGEN DEL PODER POLITICO. Para comprender bien en qué consiste el poder politicoy para remontarnosa su verdadera fuente, sera forzoso que consideremos cusil es el estado en que se encuentran naturalmente los hombres, a saber: un estado de completa libertad para ordenar sus actos y para disponer de propiedades y de sus personas como mejor les parezca, dentro de los limites de la ley natural, sin necesidad de pedir permiso y sin depender de la voluntad de otra persona. Es también un estado de igualdad, dentro del que todo poder y toda jurisdiccién son re- ciprocos, en el que nadie tiene mas que otro, puesto que no hay cosa mais evidente que el que seres de la misma especie y de idéntico \g0. nacidos para participar sin distincién de todas las ventajas de la naturalezay para servirse de las mismas facultades, sean también iguales entre ellos, sin subordinacién ni sentimiento, a menos que el Senor y Dueiio de todos ellos haya colocado, por medio de una clara mani- festaci6n de su voluntad, a tno de ellos por (1682-1704). Filésofo ymédico inglés. Partidario del régimen parlam ideradlo el padre del liberalisino politico. Los fragmentos transeritos han sido tomados de su obra Ensayo sobre el gobierno civil, Editorial Aguilar, Madrid, 1955. tari, Esco 47 encima de los demés, y que le haya conferido, mediante un nombramiento evidente y claro, el derecho indiscutible al poder ya la soberanfa (Capitulo 11). endo, segtin he dicho ya, Ios hombres li- bres, iguales ¢ independientes por naturaleza, ninguno de ellos puede ser arrancado de esa situaci6n y sometido al poder politico de otros sin que medic su propio consentimiento, Este se otorga mediante convenio hecho con otros hombres de juntarse ¢ integrarse en una comu- nidad destinada a permitirles una vida cmo- da, segura y pacifica de unos con otros, en el disfrute tranquilo de sus bienes propios, y una salvaguardia mayor contra cualquiera que no pertenezcaa esa comunidad. Esto puede llevarlo acabo cualquier cantidad de hombres, porque no perjudica a Ia libertad de los demas, que siguen estando como lo estaban hasta entonces, en la libertad del estado de naturaleza. Una ver que un determinado ntimero ha consentido, en constituir una comunidad o gobierno, que- dan desde ese mismo momento conjuntados y forman un solo cuerpo politico, dentro del cual la mayoria tiene el derecho de regir y de obligar a todos. En efecto, una ver que, gracias al consenti- miento de cada individuo, ha constituido cier to ntimero de hombres una comunidad, han formado, por ese hecho, un cuerpo con dicha comunidad, con poder para actuar como un solo cuerpo, lo que se consigue por la voluntad, y la decisin de la mayoria, De otra forma es imposible actuar y formar verdaderamente un solo cuerpo, una sola comunidad, que es a lo que cada individuo ha dado su consentimiento al ingresar en la misma. El cuerpo se mueve hacia donde lo impulsa la fuerza mayor, y esa fuerza es el consentimiento de la mayoria; por esa razén quedan todos obligados por la reso- luci6n a que legue la mayoria. Por eso vemos que en | nbleas investidas por las leyes, positivas para poder actar, pero sin que esas leyes positivas hayan establecido un mimero fijo para que puedan hacerlo, la resolucién de la mayoria es aceptada por la resolucién de la totalidad de sus miembros, y por la ley natural y de la raz6n, se da por supuesto que obliga por llevar dentro de si el poder de la totalidad, (Capitulo VIII. Por consiguiente, debe darse por supuesto que quienes, saliendo del estado de nanuraleza se constituyen en comunidad, entregan todo el poder necesario para las finalidades de esa integracion en sociedad a la mayoria de aquélla, econ FURIDICA seenue SB Manual de Derecho Politico ano ser que, de una manera expresa, acuerden que deba estar en un mimero de personas su- perioral que forma Ia simple mayoria. Y se da por supuesto que esto lo realizan por el simple hecho de unirse dentro de una sociedad poli ca, no requiriéndose otro pacto que ése entre los individuos que se unen o que integran una comunidad. Tenemos, pues, que lo que inicia y realmente constituye una sociedad politica cualquiera, no es otra cosa que el consenti- miento de un niimero cualquiera de hombres libres capaces de formar mayorfa para unirse, integrarse dentro de semejante sociedad. Y eso, y solamente eso, es lo que dio © podria dar principio a un gobierno legitimo. JUAN JACOBO ROUSSEAU” El.contrato social Editorial Aguilar, Madrid, 1969, Libro I, capitulo VI “ORIGEN DEL CONTRATO SOCIAL” Supongo a los hombres llegados a un pun- to en que los obsticulos que se oponen a su conservacidn en el estado natural vencen con su resistencia a las fuerzas que cada individuo, puede emplear para mrantenerse en ese esta- do, Entonces, ese estado primitivo no puede ya subsistir, el género humano perecerfa si no) cambiase su manera de ser Ahora bien, como los hombres no pueden engendrar nuevas fuerzas, sino solamente aunar y dirigir las que existen, no les queda otro me- dio, para subsistir, que formar por agregaci6n una suma de fuerzas que puedan superar la resistencia, ponerlas en juego mediante un solo movil y hacerlas actuar de consuno. Esta suma de fuerzas no puede nacer mas que del concurso de varios; pero como la fuerza yla libertad de cada hombre son los primeros instrumentos de su conservacién, zc6mo lo com- prometeran sin perjudicarse y sin descuidar las atenciones que se debe a si mismo? Esta dificultad aplicada a mi tema puede enunciarse en estos términos: “Encontrar una forma de asociaci6n que defienda y proteja con toda la fuerza comin a la persona y los bienes de cada asociado, y por lo cual, uniéndose cada uno a todos, no ® (1712-1778). Fil6sofo y e nacido en Ginebra, Se considera que sus doctrinas fluyeron en el proceso de la Revolucién francesa. or suizo-francé BB ros juRD1cA oven 48 obedezca, sin embargo, mas que a sf mismo y permanerca tan libre como antes”. Tal es el problema fundamental, cuya solucién da el Contrato Social. Las cliusulas de este contrato estan de tal modo determinadas por la naturaleza del acto que la menor modificaci6n las harfa vanas y de nulo efecto; de suerte que, aunque no hayan sido acaso nunca formalmente enunciadas, son. en todas partes las mismas, en todas partes ti- citamente admitidas y reconocidas; hasta que violado el pacto social, cada uno vuelve a sus primeros derechos y recupera su libertad na- tural, perdiendo la libertad convencional por Ta que renuncié a aquélla. Estas cliusulas, bien entendidas, se reducen todas a una sola: la enajenacién de cada asociado con todos sus derechos @ toda la comunidad. Pues, en primer lugar, dandose cada uno todo entero, la condicién es igual, para todos, y sien- do igual para todos, ninguno tiene interés en, hacerla onerosa para los demas. Por otra parte, diindose cada uno sin reser vas, la unién es todo lo perfecta que puede ser yningtin asociado tiene ya nada que reclamar. Pues si les quedaran algumos derechos a los particulares, como no habria ningiin superior comiin que pudiera fallar entre ellos el ptiblico, siendo cada cual su propio jue, pretenderia en seguida serlo en todo, subsistirfa el estado de naturaleza y la asociacion Hegaria a ser ne- cesariamente tirdnica o inttil. En fin, como dandose cada uno a todos no se daa nadie, y como no hay un solo asociado sobre el cual no se adquiera el mismo derecho que a él se le cede sobre uno mismo, se gaa el equivalente de todo lo que se pierde, y mas fuerza para conservar lo que se tiene. De suerte que si se separa del pacto social, Jo que no forma parte de su esencia, resultara que se reduce a los términos siguientes: Cada mo de nosotros pone en comin su persona y todo su poder bajo la suprema direccién de la voluntad general: y recibimos en cuerpo a cada embro como parte indivisible del todo. En el mismo instante, en lugar de la per sona particular de cada contratante, este acto de asociacién produce un cuerpo moral y co- lectivo compuesto de tantos miembros como votos tiene Ia asamblea, el cual recibe de este mismo acto su unidad, su yo comtin, su vida y su yoluntad. Esta persona ptiblica que se forma asi, por la unién de todas las demas, tomaba en otro tiempo el nombre de Ciudad, y toma ahora el de Reptiblica o el de cuerpo politico, Seecién Tereera: La politicidad humana al cual Haman sus miembros Estado cuando es pasivo. Soberano cuando es active. Poder cuando lo comparan con otros de su misma especie. Por lo que se refiere a los asociados, toman colectivamente el nombre de Pueblo, y se Haman en particular Ciudadanos como par- ticipantes en la autoridad soberana, y Stibditos como sometidos a las leyes del Estado. Pero, estos términos suelen confuundirse y tomarse uno por otro; basta saber distinguirlos cuando son empleados en su sentido preciso. C. HIPOTESIS ANTROPOLOGICA Texto atinente a parrafo 11 GEORGE BALANDIER Antropologia politica Editorial Peninsula, Bareelona, 1969, pp. I7Lyss. LA ASOCIACION VOLUNTARIA LA DOMINAGION Giertos antropélogos, antiguos y modernos, se sittian igualmente entre los que impugnan Ia universalidad de Ios fenémenos politicos. Uno de los “fundadores”, W. C. Mac-Leod, enjuicia a unos pueblos que considera -como los Yurok de California desprovistos de una organizaci6n politica y viviendo en un estado de anarquia (The Origin and History of Politics, 1931). B. Malinowski admite que los grupos politicos estan ausentes “entre los Vedda y los ianos” y B. Redfield subraya que las astituciones politicas pueden faltar totalmente en el caso de las sociedades “mas primitivas”. Yel propio Radcliffe-Brown, en su estudio de los Andaman (The Andaman Islanders, 1922), reconoce que esos insulares no disponen de ningin “Gobierno organizado”. De hecho, la verificacién negativa tiene raras veces un valor absoluto; en la mayoria de los casos no expresa sino la ausencia de instituciones politicas comparables a las que rigen el Estado moderno. Dado este implicito etocentrismo, no puede ser satisfactoria. De ahi los intentos por romper una dicotomfa demasiado simplista, ‘oponiendo las sociedades tribales a las socieda- des con un Gobierno claramente constituido y racional. Esas tentativas suelen operar por diferentes vias. Pueden caracterizar el dominio politico menos por sus modos de organizacién, que por las funciones cumplidas; en ese caso se amplia su extensién. Tienden igualmente a localizar un “rellano” a partir del cual lo politico se manifiesta nitidamente. L. Mair lo recuerda: “Algunos antropélogos tendrian por seguro que la esfera de lo politico empieza alli donde acaba la del parentesco”. O bien la dificultad se aborda de frente, y el conocimiento del hecho, politico se busca a partir de las sociedades donde es menos aparente, es decir, en las sociedades Mamadas “segmentarias”. Asi, M. G. Smith dedica un largo articulo a las sociedades de linaje que considera en un tiple aspecto: en tanto que sistema con caracteristicas formales, en tanto que modo de relacién distinto del parentesco, y mayormente en tanto que estructura de conte~ nido politico. Llega a considerar la vida politica como un aspecto de toda vida social, no como el producto de unidades o de estructuras espe- cificas, ya negar la pertinencia de la distinci6n, rigida establecida entre “sociedades con Estado” y “sociedades sin Estado”. Pero también esta interpretacidn es imputada, entre otros, por D. Easton, en su articulo sobre los problemas de Ia antropologia politica: el anilisis te6rico de Smith es -a juicio suyo- de un nivel tan eleva do que no permite aprehender mediante qué rrasgos los sistemas politicos se parecen, por la mera razon de que descuida el examen de lo que los hace diferenciarse. De modo que la incertidumbre sigue siendo total. D. HIPOTESIS MARXISTA Texto atinente a parrafos 10-11 FEDERICO ENGELS “El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado” en Obras escogidas de Marx y Engels Editorial Progreso, Mosct pp. 621 yss. EL ESTADO Y LAS € LASES SOCIAL , pues, el Estado no es de ningtin modo un poder impuesto desde fuera a la sociedad; tampoco es “la realidad de la idea moral”, “ni la imagen y la realidad de la raz6n”, como afirma, Hegel. Es mas bien un producto de la sociedad cuando llega aun grado de desarrollo determi- nado; es la confesion de que esa sociedad se ha enredado en una irremediable contradiccién consigo misma y esta dividida por antagonis- mos itreconciliables, que es impotente para conjurar, Peroa fin de que estos antagonismos, estas clases con intereses econémicos en pugna, econ FURIDICA seenue SB Man no se devoren a si mismas y no consuman a la sociedad en una lucha estéril, se hace necesario un poder situado aparentemente por encima de lasociedad y llamado a amortiguar el choque, a mantenerlo en los limites del “orden”. Y ese poder, nacido de la sociedad, pero que se pone por encima de ella y se divorcia de ella mas y mas es el Estado. Frente a la antigua organizaci el Estado se caracteriza en primer lugar por la agrupacin de sus stibditos segtin divisiones territoriales. Las antiguas asociaciones gentili- cias, constituidas y sostenidas por vinculos de habian Hegado a ser, segtin lo hemos nsuificientes en gran parte, porque supo- determinado, lo cual habia dejado de suceder desde largo tiempo. El territorio no se habia movido, pero los hombres si. Se tomé como pumto de partida la divisién territorial, y se dejé a los ciudadanos ejercer sus derechos y sus de- beres sociales donde se hubiesen establecido, ndependientemente de la gens y de la tribu. a organizacién de los stibditos del Estado conforme al territorio es comtin a todos los Estados. Por eso nos parece natural; pero en anteriores capitulos hemos visto ewin porfiadas ylargas Iuchas fueron menester antes de que en ‘Atenas y en Roma pudiera sustituir a la antigua organizacion gentilicia, segundo rasgo caracteristico es la insti- tuci6n de una fuerza piiblica, que ya no es el pueblo armado. Esta fuerza publica especial hacese necesaria porque desde la division de lasociedad en clases es ya imposible una orga- nizacin armada espontinea de la poblacién. Los esclavos también formaban parte de la poblaci6n; los 90.000 ciudadanos de Atenas solo constitufan una clase privilegiada, frente a los 365.000 esclavos. El ejército popular de la democracia ateniense era una fuerza publi. a contra los esclavos, a quienes mantenia sumisos; mas, para tener a raya a los ciudadanos, se hizo necesaria también una, policia, como hemos dicho anteriormente. ‘iblica existe en todo Estado; y no esta formada sélo por hombres armados, sino también por aditamentos materiales, las crceles y las instituciones coercitivas de todo género, que la sociedad gentilicia no conocia. Puede ser muy poco importante o hasta casi nula, en las sociedades donde atin no se han desarrollado los antagonismos de clase y en territorios lejanos, como sucedié en ciertos lugares y épocas en los Estados Unidos de BB ros juRD1cA oven ral de Derecho Politico América, pero se fortalece a medida que los antagonismos de clase se exacerban dentro del Estado y a medida que se hacen mas grandes y mas poblados los Estados colindantes. Ysi no, examinese nuestra Europa actual, donde la Iu- cha de las clases y la rivalidad en las conquistas han hecho crecer tanto la fuerza publica, que amenaza con devorar a la sociedad entera y aun al Estado mismo. Para sostener en pie esa fuerza puiblica, se necesitan contribuciones por parte de los ciu- dadanos del Estado: los impuestos. La sociedad, gentilicia nunca tuvo idea de ellos, pero nosotros bastante bien. Con los progress ncluso los impuestos Hlegan a stad libra letras sobre el futuro. ser pocos; el contrata empréstitos, contrae deudas de Estado. También de esto puede hablarnos, por propia experiencia, la vieja Europa Duefios de la fuerza ptiblica y del derecho de recaudar los impuestos, los fimcionarios, como érganos de la sociedad, aparecen ahora situados por encima de ésta. El respeto que se tributaba libre y voluntariament de la constitucién gentilicia ya no les basta, incluso si pudieran ganarlo; vehiculos de un poder que se ha hecho extrano a la sociedad, necesitan hacerse respetar por medio de las; eyes de excepcion, merced a las cuales gozan de una aureola y de una inviolabilidad particu- ares. El mas despreciable polizonte del Estado, civilizado tiene mas “autoridad” que todos los Grganos del poder de la sociedad gentilicia reunidos; pero el principe mas poderoso, el mas grande hombre piiblico o guerrero de la civilizacién, puede envidiar al mas modesto jefe gentil el respeto espontineo y universal que se le profesaba. El uno se movia dentro de Ta sociedad; el otro se ve forzado pretender representar algo que esté fuera y por encima de ella Gomo el Estado nacié de la necesidad de refrenar los antagonismos de clase, y como, al mismo tiempo, nacié en medio del conflicto de esas clases, es, por regla general, el Estado de la clase mas poderosa, de la clase econd- micamente dominante, que, con ayuda de él, se convierte también en la clase politicamente dominante, adquiriendo con ello nuevos me- dios para la represion y la explotacion de la clase oprimida. Asi, el Estado antiguo era, ante todo, el Estado de los esclavistas para tener sometidos a los esclavos; el Estado feudal era el 6rgano de que se valia la nobleza para tener sujetos a los campesinos siervos, y el moderno, Seecién Tereera: La politicidad humana Estado representativo es el instrumento de que se sirve el capital para explotar el trabajo asalariado, Sin embargo, por excepcion, hay «los en que las clases en Tucha estan tan equilibradas que el poder del Estado, como mediador aparente, adquiere cierta indepen- dencia momentinea respecto a una y otra. En este caso se halla la monarquia absoluta de los siglos XVI y XVIII, que mantenia a nivel Ia balanza entre la nobleza y el estado Mano; y en este caso estuvieron el bonapartismo del primer Imperio francés, y sobre todo el del segundo, valiéndose de los proletarios contra la clase media, y de ésta contra aquéllos. La mas reciente produccién de esta especie, donde opresores y oprimidos aparecen igualmente ridiculos, es el nuevo imperio aleman de la naci6n bismarckiana; aqui se contrapesa a ca- pitalistas y trabajadores unos con otros, y se les extrae el jugo sin distincién en provecho de los junkers prusianos de provincias venidos Ademis, en la mayor parte de los Estados histéricos los derechos concedidos a los ciuda- danos se gradkian con arreglo a su fortuna, y con ello se declara expresamente que el Estado es un onganismo para proteger a la clase que pose contra la desposefcla. Asi sucedia ya en Atenas yen Roma, donde la clasificacién era por Ja cuantia de los bienes de fortuna. Lo mismo sucede en el Estado feudal de la Edad Media, donde el poder politico se distribuys segtin la propiedad territorial. Y asi lo observamos en el censo electoral de los Estados representatives modernos. Por tanto, el Estado no ha existido eterna- mente, Ha habido sociedades que se lasarreglan, sin él, que no tuvieron la menor nocién del Estado ni de su poder. Al legar a cierta fase del desarrollo econémico, que estaba ligada necesariamente a la divisién de la sociedad en. clases, esta divisién hizo del Estado una nece- sidad. Ahora nos aproximamos con rapidez una fase de desarrollo de la produccin en que la existencia de estas clases no sdlo deja de ser una necesidad, sino que se convierte en un obstaculo directo para la produccién. Las clases desaparecerin de un modo tan inevitable como surgieron en su dia. Con la desaparicién de las clases desaparecera inevitablemente el Estado. La sociedad, reorganizando de um. modo nuevo la produccién sobre la “base de una asociacién libre de productores iguales, enviara toda la maquina del Estado al lugar que entonces le ha de corresponder: al museo, de antigtiedades, junto a la rueca y al hacha de bronce. I. EL ORIGEN DEL TERMINO. STADO, Texto atinente a parrafo 14: La forma politica moderna: el Estado ;ANDRO PASSERIN D'ENTREVE! La nocién del estado ica, Mad . 1970, LA PALABRA TADO Es legitimo concluir que no hay ninguna exageracién en atribuira Maquiavelo el mérito de haber introducido por primera ver el tér- mino “Estado”, en su acepcién moderna, en el léxico politico del mundo civilizado; primero, en el italiano, y de modo mis lento y no sin re sistencia en las otras lenguas europeas. En esta paulatina difusi6n, la palabra “Estado” entra en competencia con otras expresiones utilizadas hasta entonces y que habfan sido derivadas del latin, Asi, el francés Bodino, que tiene una im= portancia capital en el desarrollo de la moderna teoria del Estado, intitula su obra De la République (1876), y con este término designa al Estado, conservando en é1la palabra éat, pese a algunas opiniones contrarias a esta tesis, el significado, tradicional de condicién o situacién (état d'une république, l'état de la France). Algo parecido ocurre con los escritores ingleses de ese mismo periodo, los cuales para designar al Estado si de Estado en sentido moderno puede hablarse en Ia Inglaterra de aquella época utilizan la palabra commonwealth, que etimolégicamente reproduce con toda exactitud el término lati- no respublica. Unicamente en Hobbes hallamos (Leviatin, 1651, Introduccién) expresamente establecida la identidad eévitas = commonwealth = State; después de él, con Pufendorf y con Barbeyrac, traductor de éste, las palabras status tat entran definitivamente en el lenguaje politico corriente. Por su parte, Montesquieu (Esprit des Lois, 1748, lib. II) consagraba con su autoridad el uso de la palabra reptiblica, ya Gado por Maquiavelo, para designar una forma particular de Fstado, el “Estado popular”, como, antitesis de la monarquia o principado. Es significativo el hecho de que en Inglaterra el nombre de reptiblica 0 commonsvealih fue el econ FURIDICA seenue SB Manual de Derecho Politico adoptado oficialmente después de la caida de Ja monarquia (1649), ra76n por la cual la pala- bra cayé en profundo descrédito a partir de la Restauracion, aunque no tanto que impidiera a Locke (Segundo Tratado sobre el gobierno civil, 1690, 183) seguir utilizandola por no acertar a encontrar como confiesa explicitamente ‘otra mejor para designar la nocién de civitas, es decir, de una “comunidad independiente” © Estado. En tiempos ya proximos a nosotros aquella palabra fue adoptada, como es sabido, para designar lo que fue el Imperio britinico y hoy es una libre confederacién de pueblos, la British Commonwealth of Nations. En general, los paises anglosajones no acogieron la palabra “Estado” con tanta facilidad como los del continente europeo. Las razones de ello son complejas y ne po- demos detenernos aqui en el examen de Jas mismas, que no seria sino un anilisis del diverso desarrollo que el concepto (juridico) de la personalidad del Estado ha tenido en los diferentes paises occidentales. Baste recordar que los ingleses, para mencionar al Estado, prefieren con frecuencia recurri a perifrasis 0 circunloquios, como cuando identifican ~identificaci6n que, por cierto, quedé consagrada por una especial disposi- ci6n legislativa— el “servicio de la Corona” o “de su Majestad” con el “servicio del Estado”, refiriendo al “gobierno” oa los funcionarios individuales muchas atribuciones y funcio- nes que nosotros solemos referir al Estado, Jgualmente incierto es el uso del término “Estado” al otro lado del Atlantico, donde con tal nombre se designan los cincuenta Estados que hoy componen Ia Federacié1 norteamericana, en tanto que lo que para nosotros seria el Estado “verdadero”, es decir, el Estado federal, recibe el nombre de Federal Government. Pese a todo, es indu- BB ros juRD1cA oven dable que también en la lengua inglesa la palabra “Estado” ~introducida originaria- mente, en tiempo de Isabel I, por directa influencia italiana~ tiene hoy plena carta de ciudadania Es preciso ahora, antes de terminar el capitulo, dar respuesta a la pregunta que al principio nos hacfamos, a saber, si es licito utilizar la palabra “Estado” en locuciones corrientes como “la concepci6n o la doctrina del Estado”, referidas a la Antigtedad © al Medievo, es decir, a 6pocas en que tal término eraen absoluto ignorado. Descle luego, si con clempleo de la palabra moderna se velaran las diferencias sustanciales que existen entre las estructuras politicas de aquellas épocas ylas de la nuestra, hablar de “Estado” para referirnos a la polis griega, a la res romana © a la communitas perfecta medieval, seria condenable como un abuso lingiiistico. Pero no hay tal abuso -o, por lo menos, esta muy atenuado- cuando el término “Estado” se utiliza como una formula abrevia podria decirse estenografica- para designar Jo que hay de comtin en todas esas experien- cias politicas y en las realidades que en las mismas se reflejan; lo cual no exime, claro std, de la necesidad de examinar diferencias ycoincidencias, las cuales —unas y otras- se manifestaran en distinto grado segtin los diferentes puntos de vista desde los que se acometa el problema del Estado. Es, sobre todo, en el plano juridico donde, a nuestro juicio, se ira haciendo cada vez mas compleja Ianocin de Estado con el paso de los siglos, y nuevos elementos, como el concepto de soberania o el de la personalidad del Estado, contribuiran a diferenciar palmariamente el Estado moderno y las experiencias politicas anteriores. a —casi

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