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HAY UN FIN DE ANALISIS
PARA LOS NINOS
ERIC LAURENTEL NINO Y SU MADRE*
Ayer, yendo por las calles de Santiago, una amiga me pecgunts si
con ese titulo hoy iba a hablar de una Natividad. Pues no, no voy a
hablar de una Natividad, de una Madonna, sino de un Capricho, de
tun Capricho de Goya. Voy a hablar de una de los dibujos de esa
coleccidn, de esa notable meditacién posterior a la Revolucidn
Francesa y a su lectura de Rousseau, que agrupé bajo el nombre de
Caprichos.
Enesta serie de Caprichos hay uno, y sein creo s6lo uno, que
representa a un nifo y 8 su madre. Muchos de ellos representan a
hijas, madres y abuelas, ese mundo de las generaciones de niseres:
peto hay uno que representa a un hijo y a su madze y que se Hama
"Ya se quebr6-el cantaro!”. Este dibujo Heva us comentario de Goya
{que cito de memoria: "No hay que preguntarse si es eulpa de la ma-
‘dre culpa del nifo, pero el edntaro ya ests quebrado” Lo que qvie~
ro destacar es que Goya mantiene aqui la pregunta por el sentido
que puede tener este hecho: el desea de la madre con respecto del
nifo, en tomo a ese céntaro quebrado, como una incégnita, como
tuna x. Como nota al margen, et comentario de Goya podria Tormu-
larse asi: HH, una x que plantea la cuestin del deseo de Ia madre, va
que en la experiencia analitica nos encontramos con las significaciones
{que el mio viene a dar a este problema del deseo de la madre. Y estas
significaciones, estas respuestas (el término de respuesta ha sido acen:
tudo especialmente por J~A. Miller en su curso de Paris durante este
aio y el pasado"), las tres respuestas posible estin en la ensefianza de
"Cotes roa ot Vg 125 ted 984Lacan como ubicaciones del aio.
‘Voy a examinarlas para ver los problemas que plantean estas dife-
rentes respuestas que son
1, El io como flo de la madre.
2. El ni como sintoma (veremos en qué sentido se puede decir
sintoma de la made).
3. El nfo como objeto del fantasma de Ia madre.
1. El nifio come falo de la madro
‘Ya conocen Ia respuesta que figura en el escrito de Lacan titulado
“Acerea de una cuestién preliminar a todo tratamiento posible de la
psieosis”, donde leemos; Taco el problema de las perversiones consiste
‘en concebie cémo el mio, en su relacidn con la madre, relacién consti-
tutda en el andiisis no por su dependencta vita, sno por su dependen-
cia de amor, es decir por el deseo de su deseo, £0 identifica con el
‘bjeto imaginario de ese deseo en cuanto que la madre misina lo sim-
holiza en ef flo Aqui, la respuesta “identficarse con el falo de la
an la plantea del lado de la perversion,
Es une primera lectura, pero observamos que con el matema que
‘acommpafa al texto, el esquema R, Lacan pone en su temario imaginario
los tres términos del yo dividido, Junto ese espejismo de la imagen ()
‘vel yo (), el tercer polo del terario lo consttuye el falo (9), y, en a
‘estructura, el sueto viene a situarse debajo del falo:
lay que ver entonces en qué sentido esa respuesta del nifio identfi-
cado cone! falo de Ia madre puede ser una perversion, dado que, aun-
‘que en un sentido distinto, es comin a Ia neurosis y a la perversion
Solamente on Ja psicoss el sujeto a falta de sere flo que le falta ala
radie~ debe ser el falo bajo el disfraz de ser “la mujer que les falta a
todos los hombres”,
vu crane td wn pooled apn” (1956)
“
Existe pues una ambigiledad en la forma en que Lacan plantea, en
este texto, la respuesta de identificarse con el flo de Ia madre, Y esta
ambigtedad la recoge en un escrito posterior: “Subversion del sujeto y
ialética del deseo en el inconsciente freudiano”, para precisar esta
‘evestién del siguiente modo: La perversién aia ta recuperacion de
1a frcton fic. (.) Sblo nuestra forma del fentasma permute hacer
‘aparecer que el sujeto agui fen la perversién} se hace e? instrument
del goce del Otro’. Ks desir, solo a formula del Fantasma permite crien-
tase en la ambighedad ($00), formula que incluye al objeto «, 0 sea
‘que este objeto se presenta de tal manera que incluye al falo.
‘Sil falo no queda includo, entonces si que se planta en el hori-
zonte la cuesti6n de Ia psicosis. Por eso hay que precisar las ambigtie-
dades de esta respuesta, porque cuando es patologica es precisamente
‘cuando exe gooe se presenta de una manera tal que el sujeto se hace
instramento de goce del Otro (instrumento en tanto que se opone al
simbolo),
Esa es una de las respuestas que puede dar el nifio al deseo de su
madre, en cuanto que la madre lo simboliza en algo: identficarse con
ese fal.
2. EI nifio come sintoma
La segunda respuesta que puede dar el niio también se enewentra en
los textos de Lacan. Es la respuesta que surge y que puede lerse en el
arafo siguiente
tan, “Sabi aja y alte al nl nsec rin” (10)
1snfientado ala presencia del Otro, el sujeto da una respuesta que es
un efecto de significacion (5(A)), punto en el que Lacan sta el sito=
‘ma. ¥ de algiin modo se puede decir qu el niflo, o mejor el sintoma de
nit, viene como respuesta ala cuestion que plantea este enfrentamien-
to con el Otro. Pero, gen qué sentido? De qué Otro se trata en este
caso? Es un Otro que incluye el seguade plano del esquema SA):
significamte de Ia falta en el Oo. El nifio viene a contestar cou este
efecto de signficacién a Ia falta en el plano superior, falta de un
significant, y entonces produce era respuesta
Hay que decir que el nifo, cuando se coloca en posicién de res
puesta, de sintoma, no lo hace en posicin del sintoma dea made, sino
‘el deseo de la madre en cuanto esta articulado con el Nombre-del-
Padre. Para ello tenemos que desartollar la formula completa de la me-
tafora paterna,
NP. DM_NP(L
pir x” Co)
[EInifio, con su sintoma, da una signifcacion a esa x, al deseo de la
‘mace. Puede interpretarse como identifcacién can el sintoma de la
‘aeie, pero en la medida en que se articula con la posicidn del padre,
Por esto Lacan dice en 1969 =podemos lerlo en Ornicar? 37%, que st
! sintoma del nfo representa la verdad del discurso de la madre, no lo
«5 del discurso de Ia madre como tal, sino de la verdad de la estructura
dela pareja. Por Io tanto, para entender esta identificacin del nie con
esta posicién hay que toner en cuenta Ia escritura completa de la mtd
fora paterna y no limitarse a la posicién de la madee. Ademis, como
[Lacan precisa en el mistio texto, hay que aliadir que est tipo de res~
puesta del ni es la mis alcanzable en la técnica, en el discurso anali=
tion; es la que con la interpretacién permite un mayor aleance, puesto
que por or lado taberos que si un nfo se identifica cane instrumten-
to del goce del Otro, en posicin perversa, es mucho més difieil de
aleanzar en el andliss
acm "Dena ef (969, rac? 7d lam “Ds ea ee
lei Lacan noventans yn Bur Abe.
6
En cata segunda posicién, si el stoma del nil responde de esta
‘otra manera, podem intervenr. Hay, previsamente, en Lacan.un “caso
clinico” en el que presenta esta posicidn en un no, asi como el ipo de
interpretacion que pucde hacéxsela modificar. Se trata de un texto que
setitula “La equivocaciéa del sujeto supuesto saber”. A veoes nos po-
demos quejar de que no hay cas0s clinics en Lacan, pero hay’ algunos,
‘y cuando los hay tenemos que vtilizalos, En est texto hay uno’
Se trata de un niffo que sufte lo que Lacan lama “disgusto de st
mismo” y que en psiquiatria se denominaria un sintoma de depresién,
Hace, pce, una depresion. Este afecto es lo que destaca en el cuadro,
pero scarticula ~en su comienzo~ con wna declaracin muy precisa det
niflo que le dice un dia a su padre: Soy un ramposo de oficio. ,Qué
significa esto y eéma se puede milizar aqui?
Esta declaracidn del nido se produce cuando el padre lo ve enros~
cdndose en los brazas de Ja madre (en francés se dice se lover, enros-
cndose, ques un juego de palabras con ove; el vib francés es lover).
El padre mira al ni, que est sobre su madre y que le pregunta: ,Por
‘qed me miras? Y le contesta: Porque erer lindo; a lo que cl iio
esponde: Soy un trampasa de oficio.
Esta interogacién, Por qué me miras?, es una pregunta dvigida
al Otxo, de sujto hacia el Otro: