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niet de la Clecin Di ‘Dies: Siva ena Tenor enor coma) aya fn de ls poral nde, por Ee Laure. {edn stembee de 1999, Clactie Dina 2 edi, ma de 2003, Cleecion Din eaalecimient de estoy hous Si lea Tena, nage de tp: Diet Enchant Fresqe dela vote ‘Antal Cache Derecho tor riLawrent st Isa ‘elmo: Elgrat'.A. Delgado 34, Buenos Aires, Ari. HAY UN FIN DE ANALISIS PARA LOS NINOS ERIC LAURENT EL NINO Y SU MADRE* Ayer, yendo por las calles de Santiago, una amiga me pecgunts si con ese titulo hoy iba a hablar de una Natividad. Pues no, no voy a hablar de una Natividad, de una Madonna, sino de un Capricho, de tun Capricho de Goya. Voy a hablar de una de los dibujos de esa coleccidn, de esa notable meditacién posterior a la Revolucidn Francesa y a su lectura de Rousseau, que agrupé bajo el nombre de Caprichos. Enesta serie de Caprichos hay uno, y sein creo s6lo uno, que representa a un nifo y 8 su madre. Muchos de ellos representan a hijas, madres y abuelas, ese mundo de las generaciones de niseres: peto hay uno que representa a un hijo y a su madze y que se Hama "Ya se quebr6-el cantaro!”. Este dibujo Heva us comentario de Goya {que cito de memoria: "No hay que preguntarse si es eulpa de la ma- ‘dre culpa del nifo, pero el edntaro ya ests quebrado” Lo que qvie~ ro destacar es que Goya mantiene aqui la pregunta por el sentido que puede tener este hecho: el desea de la madre con respecto del nifo, en tomo a ese céntaro quebrado, como una incégnita, como tuna x. Como nota al margen, et comentario de Goya podria Tormu- larse asi: HH, una x que plantea la cuestin del deseo de Ia madre, va que en la experiencia analitica nos encontramos con las significaciones {que el mio viene a dar a este problema del deseo de la madre. Y estas significaciones, estas respuestas (el término de respuesta ha sido acen: tudo especialmente por J~A. Miller en su curso de Paris durante este aio y el pasado"), las tres respuestas posible estin en la ensefianza de "Cotes roa ot Vg 125 ted 984 Lacan como ubicaciones del aio. ‘Voy a examinarlas para ver los problemas que plantean estas dife- rentes respuestas que son 1, El io como flo de la madre. 2. El ni como sintoma (veremos en qué sentido se puede decir sintoma de la made). 3. El nfo como objeto del fantasma de Ia madre. 1. El nifio come falo de la madro ‘Ya conocen Ia respuesta que figura en el escrito de Lacan titulado “Acerea de una cuestién preliminar a todo tratamiento posible de la psieosis”, donde leemos; Taco el problema de las perversiones consiste ‘en concebie cémo el mio, en su relacidn con la madre, relacién consti- tutda en el andiisis no por su dependencta vita, sno por su dependen- cia de amor, es decir por el deseo de su deseo, £0 identifica con el ‘bjeto imaginario de ese deseo en cuanto que la madre misina lo sim- holiza en ef flo Aqui, la respuesta “identficarse con el falo de la an la plantea del lado de la perversion, Es une primera lectura, pero observamos que con el matema que ‘acommpafa al texto, el esquema R, Lacan pone en su temario imaginario los tres términos del yo dividido, Junto ese espejismo de la imagen () ‘vel yo (), el tercer polo del terario lo consttuye el falo (9), y, en a ‘estructura, el sueto viene a situarse debajo del falo: lay que ver entonces en qué sentido esa respuesta del nifio identfi- cado cone! falo de Ia madre puede ser una perversion, dado que, aun- ‘que en un sentido distinto, es comin a Ia neurosis y a la perversion Solamente on Ja psicoss el sujeto a falta de sere flo que le falta ala radie~ debe ser el falo bajo el disfraz de ser “la mujer que les falta a todos los hombres”, vu crane td wn pooled apn” (1956) “ Existe pues una ambigiledad en la forma en que Lacan plantea, en este texto, la respuesta de identificarse con el flo de Ia madre, Y esta ambigtedad la recoge en un escrito posterior: “Subversion del sujeto y ialética del deseo en el inconsciente freudiano”, para precisar esta ‘evestién del siguiente modo: La perversién aia ta recuperacion de 1a frcton fic. (.) Sblo nuestra forma del fentasma permute hacer ‘aparecer que el sujeto agui fen la perversién} se hace e? instrument del goce del Otro’. Ks desir, solo a formula del Fantasma permite crien- tase en la ambighedad ($00), formula que incluye al objeto «, 0 sea ‘que este objeto se presenta de tal manera que incluye al falo. ‘Sil falo no queda includo, entonces si que se planta en el hori- zonte la cuesti6n de Ia psicosis. Por eso hay que precisar las ambigtie- dades de esta respuesta, porque cuando es patologica es precisamente ‘cuando exe gooe se presenta de una manera tal que el sujeto se hace instramento de goce del Otro (instrumento en tanto que se opone al simbolo), Esa es una de las respuestas que puede dar el nifio al deseo de su madre, en cuanto que la madre lo simboliza en algo: identficarse con ese fal. 2. EI nifio come sintoma La segunda respuesta que puede dar el niio también se enewentra en los textos de Lacan. Es la respuesta que surge y que puede lerse en el arafo siguiente tan, “Sabi aja y alte al nl nsec rin” (10) 1s nfientado ala presencia del Otro, el sujeto da una respuesta que es un efecto de significacion (5(A)), punto en el que Lacan sta el sito= ‘ma. ¥ de algiin modo se puede decir qu el niflo, o mejor el sintoma de nit, viene como respuesta ala cuestion que plantea este enfrentamien- to con el Otro. Pero, gen qué sentido? De qué Otro se trata en este caso? Es un Otro que incluye el seguade plano del esquema SA): significamte de Ia falta en el Oo. El nifio viene a contestar cou este efecto de signficacién a Ia falta en el plano superior, falta de un significant, y entonces produce era respuesta Hay que decir que el nifo, cuando se coloca en posicién de res puesta, de sintoma, no lo hace en posicin del sintoma dea made, sino ‘el deseo de la madre en cuanto esta articulado con el Nombre-del- Padre. Para ello tenemos que desartollar la formula completa de la me- tafora paterna, NP. DM_NP(L pir x” Co) [EInifio, con su sintoma, da una signifcacion a esa x, al deseo de la ‘mace. Puede interpretarse como identifcacién can el sintoma de la ‘aeie, pero en la medida en que se articula con la posicidn del padre, Por esto Lacan dice en 1969 =podemos lerlo en Ornicar? 37%, que st ! sintoma del nfo representa la verdad del discurso de la madre, no lo «5 del discurso de Ia madre como tal, sino de la verdad de la estructura dela pareja. Por Io tanto, para entender esta identificacin del nie con esta posicién hay que toner en cuenta Ia escritura completa de la mtd fora paterna y no limitarse a la posicién de la madee. Ademis, como [Lacan precisa en el mistio texto, hay que aliadir que est tipo de res~ puesta del ni es la mis alcanzable en la técnica, en el discurso anali= tion; es la que con la interpretacién permite un mayor aleance, puesto que por or lado taberos que si un nfo se identifica cane instrumten- to del goce del Otro, en posicin perversa, es mucho més difieil de aleanzar en el andliss acm "Dena ef (969, rac? 7d lam “Ds ea ee lei Lacan noventans yn Bur Abe. 6 En cata segunda posicién, si el stoma del nil responde de esta ‘otra manera, podem intervenr. Hay, previsamente, en Lacan.un “caso clinico” en el que presenta esta posicidn en un no, asi como el ipo de interpretacion que pucde hacéxsela modificar. Se trata de un texto que setitula “La equivocaciéa del sujeto supuesto saber”. A veoes nos po- demos quejar de que no hay cas0s clinics en Lacan, pero hay’ algunos, ‘y cuando los hay tenemos que vtilizalos, En est texto hay uno’ Se trata de un niffo que sufte lo que Lacan lama “disgusto de st mismo” y que en psiquiatria se denominaria un sintoma de depresién, Hace, pce, una depresion. Este afecto es lo que destaca en el cuadro, pero scarticula ~en su comienzo~ con wna declaracin muy precisa det niflo que le dice un dia a su padre: Soy un ramposo de oficio. ,Qué significa esto y eéma se puede milizar aqui? Esta declaracidn del nido se produce cuando el padre lo ve enros~ cdndose en los brazas de Ja madre (en francés se dice se lover, enros- cndose, ques un juego de palabras con ove; el vib francés es lover). El padre mira al ni, que est sobre su madre y que le pregunta: ,Por ‘qed me miras? Y le contesta: Porque erer lindo; a lo que cl iio esponde: Soy un trampasa de oficio. Esta interogacién, Por qué me miras?, es una pregunta dvigida al Otxo, de sujto hacia el Otro:

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