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SUMMA N'4, Abul, Hace tres cuartos de siglo comenzoron a surgir las corrientes de la orquitectura moderna, cuando los grandes recursos técnicos ‘que introdujeron ingenieros como Telford, Paxton y Brunel fueron oplicados a otras formas de edificacién. Este fue el periodo en que Jenney, Sullivan y sus colegas, desarrollaron la construccién con estructuras de acero y encontraron una forma para el rascacielos; en que Eiffel produjo su torre y Freyssinet su ‘Halle des Machines” y en que el espirity nuevo que habia traido Richardson al disefio de las tradicionoles viviendat de piedra y madera, se estaba difundiendo por doquier, desde los casas de Ashbee, Voysey y Parker, en Inglaterra, a las lejanas orillas de California donde, al finalizar el siglo, Maybeck habia comenzodo su lobor. Por razones que nadie ha llegado a descubrir, esta corriente se agolé sole durante la década anterior @ la, primera guerra mundial: con excepcién del diseio de evtructurat estriclamente vtilitarias, hubo un retorno a lo preudo-histérico y lo exteriormente tradicional, por lo menos en lo que se refiere @ las fachadas decorativas de los edificios, como ser rascacielos con pinéculos géticos rivalizando con aquellos coronados por templos griegos del amor, y la espléndida estacién de ferrocarrl de la Grand Central Station, ahora arruinada por un estrepitoso embadurnamiento de avisos comerciales, y antes traicioneda por ive de tu fachada. Cuando, pasado un considerable lopto, la arquitectura moderna volvié a aparecer en la décade del 20, primero en Francia a través de Le Corbusier y Lureat, y luego en Alemania con Mendelsohn A463 El casé" contra “la arquitectura_ moderna” The Case against “Modern Architecture” earners Le cas contre “architecture moderne Lewis Mumford ew y Gropius, ésta fue obligada a volver a pelear la batella que ya se creia ganada en 1890. En los ltimos 30 affos, Ia arquitectura moderna se ha impuesto en todo el mundo. la victoria del movimiento moderno sobre sus enemigos tradicionales ha sido tan completa, que muchas veces ha sido necesatio dicter clases fuera de lo usuel, para dotar a los arquitectos del suficiente conocimiento y apreciacién histéricor como para mantener y restavrar antiguos monumentos preservados entre nosotros por su valor histérico. Ahora, en los siltimos quince aiies, han aparecido muchos signos ‘ominosos que parecen indicar que las fuerzos victoriosas no hhan sabido cémo usar en forma completa su victoria, ya que se han desarrollado contradicciones y conflictos entre varios grupos de orquitectos, suficientemente como para romper de una ver el fente unido del CIAM. porque evidentemente lar diferencias que se han producido en las filas de los arquitectos modernos, ron seguramente tan serias como las que dividieron a los pioneros de la erquitectura moderna por un lado, de lot tradicionalistas que @ toda costa buscaban continuar las antiguas formas, y por otro de los eclécticos que trateron de disfrazor las nuevas @ su gusto y voluntad. El orden y el consenso que la erquitectura moderna parecié pronta @ establecer en la décade del 30, ex todavia dificil de registrar; fen efecto, elgunos de sus més brillantes exponentes, como ser el desaparecido Saarinen, exalté una teoria de la forma que neg la necesidad de una continuidad e hizo de coda proyecto separado, un ensayo de disefio abstracto, sin ninguna afiliacién a Ia obra de otros arquitectos de nuestra época 0 a los disefios previos © posteriores propios del arquitecto. Asi, en los moldes Publicitarios actuales, los arquitectos modenos de més éxito hora... una sensacién distinta para su gust también “Viva usted @ le vanguerdie, con el dltime modelo’ Esta situacién ha dado esperanza y sotisfaccién las mentalidades que estén tan radicalmente entregadas a las formas del pasado, que quieren resolver los problemas que les plantea la arquitectura moderna, barriendo despreocupadomente Ie historia del siglo XIX y volviendo hacia los moldes clésicos de a antigiedad, particularmente de la antigiedad romana. Esta 5 la Gltima esperanza de Henry Reed (demasiado vulnerable vyacio para merecer algo més que una leve sontisa). Pero las jones del sefior Reed son absurdes, la situacién de la ‘arquitectura moderna es profundamente insctisfactorio; casi ton ica ¢ irracional como la sitvacién politica del mundo moderno, fen el cual los jefes de Estado se amenazan solemnemente con resolver sus problemas, si el otro lado no cede, mutilando la raza humana y borrando del mapa la civilizacién. El hecho mismo de que se puedan hacer tales comparaciones, sefiala ciertos errores Patentes respecto a la noturaleza del progreso social y técnico {que se insinué en Ia arquitectura moderna casi desde el momento fen que la concepcién de las nuevas formas, que reflejaban las necesidades y los ideales de nuestra época, llegé 0 concretarse fen los escritos de algunos criticos y pensadores como Adolf Loos y mucho después Le Corbusier. Ha legado la hora de examinar estes concepciones Yolver @ formular las ideas y los ideales que, hasta este momento, han regido el desarrollo de todo el movimiento, Quizé fencontremos, en esta oportunidad, una necesidad de restaurar algunos de los valores despiadadamente descariados en el desarrollo de la forma moderna. 1 Las beses de la forma moderne. Por debajo de Ia fe an la orquitectura moderna, yacen ciertor preconceplos respecto a Ia naturaleza de la civilizacién moderna, y estos preconceptos han resultado ton inadecuados que ya es hhora de hacer una revisibn completa de la sitvaci El centro de estas creencias fue quizés la fe en el progreso ‘mecéinico. Esta nocién involucraba Ia oculte suporicién de que el Progreso humano llegaria més répido, casi avtomaticamente, al dedicar todas nuestras energias a la difusién del conocimiento Kientifico y los inventos tecnolégicos; que el conocimiento y experiencia tradicionales —formas y valores tradicionales— detenion dicha expansién e invencién, y desde que el orden incorporado por la méquina era el méximo tipo de orden, ningin tipo de freno era deseable. Considerando que toda evolucién orgénica es acumulativa e intencional, por cvanto el pasado esta 1a6n presente en el futuro, y el futuro como potencialidad esta "ye presente en el pasado, el progreso mecdnico existié en un tiempo de dimensign dnica: el presente, ‘Bojo la idea del progreso mecénico s6lo contabe el presente, ‘y.el continuo cambio ero necesario para prevenir al presente ‘de tornarse pasado y en consecuencia, fuera de moda. El * progreso fue més bien medido de acuerdo con la novedad, con el constante cambio y la diferenciacién mecénica y no por la continuidad y el progreso humano. En todos los planos el siglo XIX bartié estrepitoramente con lat leas, los viejas tradiciones @ instituciones y también con iejos edificios, convencido de que no habia nada que la méquina no pudiera reemplazar © mejorar. tAcaso hemos olvidado que nuestro Independence Hall, santua central de nuestra independencia y constitucién, fue cosi rematado fal mejor postor a los comienzos de este siglo? Pero este enti-tradicionalismo impuso un castigo @ la arquitecture moderna ¥ con esto quiero decir que fue privada por sus propios postulados, de desconocer su continuidad esencial con el pasado o de const su propia tradici6n. Bartiendo con el pasado, desgraciadamente, el culio de la maquina destruy subrepticiamente su propio futuro, y sélo dejé un subdimensionado presente, programado como una especulativa inversién edilicia para ser répidamente reomplazado. Por debojo de esta fe en el progreso mecénico como un fin en si mismo, existia también otra conviecién: la de que una de las més importantes funciones de le orquitectura era expresar su civilizecién. Esta era una sana conviecién y, en efecto, aun sin ‘lla, esa condicién, abiertamente reconocida o inconsci lograda, es inevitable. Pero aquellos de nosotros que insistimos sobre el valor de esta expresién quizé no estébamos preparados para lo que sobre “los tiempos modernos” llegaria a revelarnos. Hemos usado la palabra moderno como un "homengie' Vocabulario de Robert Frost, y pasamos por alto la posibilidad de que la técnica moderna que nos proporcionabe una co- ‘municecién instanténea, también habria de proveernos une exterminacién masiva instanténea; © también el hecho de que fen sus hospitales, servicios médicos y precauciones sanitarias iban © reducir los enfermedades y cliviar el dolor; pero también habrian de contaminar nuestros alimentos y enrarecer el aire con hollin y también producir nuevos tensiones, nuevas enfermedades y nuevas ansiedades, ton inhebilitantes como aquellas que habian sido superadas. la pticologia modera ha introducide al hombre en las profundidades de sv propia naturaleza, en toda su inmensa variedad y potencialidad creativa; pero también he producide la personalidad burocrética, esterlizada, regimentada, supercon- trolada y erencialmente hostil @ toda forma de vida que no sea la propia, aislada de los recursos y roices humanas, Ya que la arquitectura moderna empez6 a expresar la civilizacién moderna, sin la hipocresia y el disimulo que los arquitectos eclécticos practicaban, no es sorprendente que los rasgos poco gratos de nuestra civilizacién sean tan conspicuos como sus més logradas y admirables realizaciones. Hemos estado viviendo ‘en un mundo de incautos, desde que dimos por garantizado que el progreso mecénico resolveria todos los problemas de la existencia humana, introduciendo al hombre en el desafiante, ‘nuevo, simplificade y automatico mundo de la maquina. Si observamos nugsiros edificios de hoy con los ojos bien abiertos, podremos enéontrar que, aun manejando las grandes fuerzas positivas de nuestro tiempo, con admirable facilidad constructiva, el mayor némero de ellos ha descvidedo, incluso, los datos cientificos qye necesiton considerar pera lograr una buena rolucién, ‘A duras penas existe alguna gran innovacién en la arquitectura de estos ltimos 30 aios —acondicionamiento de aire total, iluminacién de luz fluorescente continua, fachadas totalmente Vidriadas— que respete lot conocimientos meteoroldgicos, 5 © psicolégicos actualmente asequibles, porque estos jentos reclaman alteraciones radicales en su uso. Ademés, estas innovaciones toman ain menos en cuenta las actividades © los deseos humanot. En cuanto a que la arquitectura moderna ha triunfado en expresar la vida moderna, ha logrado més llamar la atencién por sus omisiones, sus rigideces y sus fracasos, que en poner de manifiesto, con la ayuda de la imaginocién creadora del arquitecto, sus inmensas y latentes posibilidades. Al arquitecto moderno le felta ain enfrentarse del todo con las realidades multidimensionales del mundo actual. Se ha acomodado con los procesos mecdnicos que favorecen rapide explotai ‘comercial, y con anénimas formas repetitivas y burecréticas, tales como el alto edificio de departamentos o de oficinas, con facilided matemética @ la manipulacién financiera. Pero no josofia ‘alguna que haga justicia @ las funciones orgénicat 0 @ lot propésitos humanos lo que impide construir un orden més comprensible, en el cual la maquina, en vez de dominar nuestra Vida y de pedir, dentro de esta modalided, sacrificios cada ver mayores, llegue a ser un instrumento més ductil para lograr un disefio més humano, para ser usade, modificado © quiz rechazado @ volunted. 2 De la méquina al envas ‘A pesar de la superficialidad de la teoria del progreso mecénico, las primeras construcciones de arquitectura moderna, empezando por el Crystal Palace en 1851, descansoron sobre una base sélida: la idea de que la tecnologia del siglo XIX habia enriquecido fenormemente el vocabulario de la forma moderna, y facilitado las maneras de constrvir que apenas podian haber sido sofiadas fen mejores materiales, mientras hacie posibles proyectot de une naturaleza orgénica mucho mayor que los pesados coporazones que constituian los edificies del pasado. En su orgullo de estas nuevas posibilidedes, los ingenieros que transfirieron estos procesos ol arquitecto, naturalmente sobreestimaron esta contribucién, y cuando Lovis Sullivan proclamé que lo forma seguia a la funcién. sus sucesores enfatizaron falsamente lo forma y la func anicas, Ambar son, en efecto, esenciales pare Ia constitucién de le arquitectura moderne; pero ninguna por si misma —ni ambas juntas— son suficientes Frank Lloyd Wright lo entendié osi desde el comienzo, e insistié, con razén, en que él era algo més que un “funcional cuando en la sltima fase de su billonte carrera, sucumbié @ Ia fascinacién de una elegante solucién mecénice, tratade ja el caso del edifi 2 tvido -para el Laboratorio Johnton 0 el Museo Guggenheim. En el renacimiento, que data del le Corbusier de “Vers une corchitegture" (Hacia una arquitectura), Jo. maquina ocupé una poticién central: su austerided, su econgimiay su pureza geométrica, fueron proclamadas casi como si fuéran las virtudes exclusivas de la nueva orquitectura, Entonces,s.Je: cocina se convirlié en laboratorio, y el bofio tomé las cavacterisicas de una fria sola de cirugia; mientras las otras paftes de la casa, por espacio ‘aproximado de una décade, fueron de una impecobilidad lograda @ un grado tal, que también estabon desprovistes de contenido humano. Este fue un periodo muy stil en cuanto a put y elavificacién. Unot cuantos criticos, sobre todo Henry Russell-Hitchcock, ‘onocieron que éste era el primer poto en la evolucién de un tstilo histérico, y que después de un tiempo, ciertor elementos, como ser la ornamentacién, que hasta ese momento habia sido descartada en este nuevo esfuerzo hacia Io integridad, volverian @ tener vigencio — a pesar de que en la préctica nunca haban sido abandonados por Wright. Desgraciadamente, estas interpretaciones de las nuevas posibili- dades mecénicas fue dominada por una estética superficial que hizo que los nuevos edi n respetar la méquina, sin importar cudles eran los materiales y métodos de construccién, y fue esta estética superficial lo que, expresando obi su indiferencia hacia las euténticas funciones mecénicas y biolégicas 0 a los objetivos humanos, fue formalmente proclamada por Philip Johnson y su asociado Hitchcock como el International Style (estilo internacional) @ pesor de que fue Alfred Barr el que aculé esta denominacién bastante dudosa. A partir de ‘aqui, sélo un paso Hlevé al arquitecto, con Mies van der Rohe para que lo guiara, desde la Maquina ol Envate. Mies van der Rohe us6 las extraordinarias facilidades que ofrecian el acero y el para crear elegantes monumentos a la nada. Tenian el seco estilo de las formas de la maquina, pero sin su contenido. La pureza de su propio gusto dio @ estas vacias estructuras de vidrio une cristalina pureze de forma; pero ellas sélo tomaban cuerpo en el mundo platénico de su imaginacién, sin relacién algune al sitio, lima, gitlacién, funcién © actividad interna, Efeclivamente, ellas dieron la espalde completamente a estas realidades, tal como las sillos rigidamente ubicadas de sus solas de estar que desconocion abiertamente las intimidades e informalidades inherentes y necesarias a la conversacién. ios porect tamente Esta fue 1a opoteosis del espiritu burccratico y compulsivo, Su vacuided y sequedod eran més expresivas que lo que der Rohe habla pensado. Aqui quizé estaba el punto decisive en el desarrollo de la arquitectura moderna. El del funcionalismo, tomado aun en sus términos més erudos, era légico hasta donde se lo llevase; y si la arquitectura moderna habia de seguir desarrolléndose, el principio necesitaba ser oplicado © todos los aspectos de la orquitectura. Era necesario desarrollar el anélisis funcionol hasta sus limites méximos, no solamente abarcando los elementos fisicos del edificio sino también los servicios Internos; no solamente lo estructura exterior, también lo planta y la relacién del edifcio al sitio y Ia de éste @ la del entorne urbane © rural. Y oun esto es solamente el UE ee Se caracteristicas funcionales, Por eso, lo asi llamada planta libre para la casa-hobitacién ‘est muy lejos de ser aceptoble como una solucién universal, tuna vez que uno se da cuenta de la necesidad de privacidad, soledad, recogimiento, o de las diferencias entre el extrovertide, Yrovertide y la personalidad integrada. Y como uno agrega fet bioldgicas y sociales @ aquellos requerimientor ‘estructurales puramente fisicos y necesidades y deseos personales, como diseio resultante algo mucho més y sutil que si se centrara la atencién solamente sobre un puiiado de condiciones. Cudnto se ha alejado la arquitectura moderna del esfuerzo por logror semejaite riqueza orgénica, puede opreciarse en lo Sltimas exposiciones de arquitectura que muestran a los edificios modernes como abstracciones espaciales, en medio de un total cislamiento. Algunos de los més famosos arquitectos de nuestro tiempo hon tirado por la ventana sus mejores oportunidades; més de un ‘edificio de oficinas ha sido plantado en medio de un gran espacio, ‘abierto, con todas los ventajas que ofrece un atractivo paiscie, solamente para dar las espaldas a lo que lo rodeo, desperdiciando los accesos con una vasta playa de estacionamiento, mientras que el edificio en si, con aire acondicionado y cortinas venecianas, se burle del sitio, de su posible osoleamiento y ventilacién’ natural, al volcarse sobre un patio cerrado. El resultado es un envase sin cardcler, que ha legado o ser el sello de la arquitectura de moda de la dltima década. Es, acaso, la Unidad-Hobitacién de Marsella de Le Corbusier, luna excepcién a esta regia? Lejos de ello. Su poderosa fachade de hormigén con la variacién por la mal coneebida y ya abondonada zona del mercado, la distingue estéticamente de las fachadas menos costosas y menos esculturales de edificios similares pero, con todo, es simplemente un envase, porque Io planta de cada departamento individual esté torturada y comprimida para poder llenar Io arbitraria subdivisién del espacio, de una manera tan orcaica como la de los frentes de las tipicas casas neoyorkines de piedra de fines del siglo pasado, detras de los cuales hay estrechas y oscuras habitaciones sin ventilocién. La genialidad. de le Corbusier en este caso consistié en hacer que un mero envase pareciera un edificio real; y la debilided de la etica orquitecténica actual se registra en las clabonzos en coro que esta extravagante pieza de escenogrofia avn despierta. 3. El envase y el figurin de modas. Mientras tonto, el envase tecnolégico ha ofrecide al arquitecto una gran coleccién de nuevas aleaciones metélicas y nuevos plasticos; nuevos materiales esiructurales como el hormigén pretensado, nuevos elementos producides en gran escala tiles para el disefio modulade, y nuevos recursos mecdnicos que se agregaron al costo total del proyecto, lo mismo que @ su cohzervacién, En la creencia de que el progreso mecénico en si mismo es més importante que los propésitos humenos, el ‘arquitecto se ha sentido, ol menos asi poreceria, en la obligacién moral de usar estos moteriales y métodos aunque més no sea 5 para mantener su prestigio de disefiador creador. En este aspecto, fl arquitecto se encuentra en la misme desafortunada posicién que el médico, abrumado por Ia inmensa cantided de nuevor antibiétices y otras drogas que irrumpen en el mercado lanzadas por las grandes organizaciones farmacéuticas, sintiéndose incapaz de agotar las posibilidedes de un remedio, cuando se siente ‘atosigedo con otro, Pero los avances tecnolégicos, que han abierto las posibilidades formas, enticipados por Erie Mendelsohn en sus imaginatives eroquit allé por el 20, han revelado también la posibilidad de dos nuevas perversiones cténicas. Una de ellas es la utilizocién de métodos nalistas de construccién para producir formas igualmente clistos, que no tienen otro fin que el de demostrar le oudacia estética del disefiador. La estructura exterior de la nueva Opera de Sidney revela este tipo de diseo. Por esto mismo se ita tanto al Museo Guggenheim de Nuevo York, y todavia més al edificio municipal de Wright en Marin County. Por otra parte, © lo large de todo el pais se encuentran iglesias moderna: cvya forma de construccién revel nada més que el deseo de competir supermercado 0 el © las nuevas brillontemente fen los mismos términos ettéticos con el ‘emporio del “hot-dog", Esto no es una capacidad creative funcional e intencionada: es la copacidad creadora de! coleidoscopio, de | exitosa de todas las invenciones para imitar la creacién mediante el manipuleo de formas mecénicas. Cuando un nifio esté aburride 0 un adulto exté enfermo, lo estética del caleidoscopio es alucinante, y no trato de subestimar su fascinacién. Tampoco negaria que relacionadas a nvestras necesidades més urgentes, muchas nuevas formas deben y han de aparecer en la arquitectura moderna, que revelordn significadot y valores, intviciones respecto a la naturaleza del cosmos o de la condicién del hombre y las que no estén presentes en los sistemas orquitecténicos onteriores. Pero la capacidad de crea base latente de orden y lo que et mét, la forma mét original necesita ser repetida con modificaciones si su valor total ha de ¥ el espectador. $n, para ser atimilade, requiere uno EI deseo de una sucesién de cambios caleidoscépicos, hecho posible por los modernos medios tecnolégicos, cuando los propéritoz y el contenido estan excluides de la ecvacién, inevitablemente degrada el proceso creative. Semejante facilidad técnica y estétice impulsada en gran escalo, promete sélo aumentar el dominio del cor, semejante cudacia Yo las revistas de orquitectura muestran proyectos y también edificios, que porecen ingeniosos recortes de papel retorcido, formas plenas de fantasia capaces de despertar un placer infantil, suponiendo que no sean realizados en consirucciones més sélidas. Se puede explicar este excesivo virluosismo con el cual se ha visto emenazada la arquitectura moderna, por los dor siguientes motives: por un lado, la rebeldia contra la regimentac excesive, que se manifiesta en todos los érdenes de la vida; ‘es0 regimentacién cuyo simbolo es la vastemente repetida insubstancialidad de lo angosta y erecta torre; y por el otto, se debe, al hecho de que Ia copacidad de creacién genuina que toma'en cuento todas las posibilidades estructurales, la naturaleza de los propésitos y de las funciones institucionales, valores que el cliente extrae de le comunidad, y que a sv vex deben de volorar a ello, es, sin duda, un proceso lento. Porque tal conocimiento y tal facilidad no pueden ser improvisados fen unas pocas semanos. El arquitecto creador debe construir de estructura @ estructura, sobre su propia experiencia, y absorber la de otros arquitectos posados y presentes. Es bastante més facil las foci fear une estructura sensacionalista, con lades constructivas chora disponibles, que llenor todas las funciones arquitecténicas. Un ingeniero genial como Nervi, ha mostrado el camino para una reclizacién més sélida; pero ain hha logrado més, cuando el contenido interno del edificio era tan sencillo como serian las filas de espectadores de un compo de deporte, © una exposicién 0 un salén de ventas, los que podrion ser adecuadamente encerrados bajo una simple cubierta. Pero existe una alternativa a la creatividad caleidoscépica que || seria iguolmente desestroso pora la arquitectura y el espirtu | | | humane, aunque la omenaze venga desde el lado opuesto nvestra economia maquinista, En lugor de un sinfin de nuevas formas superfciales —desiumbronter paguetes de Novidad ave |} to Han releclén cored contenido, stones omenatodot Ger | otra nueva faclided temolégica cuya forma presente favorita es |i la cépula geodésica. | Bojo este triunfo del potencial de la técnica, los edi ) toles desoparecerian, con excepcién quizé de habitaciones | improvisadas en un medio controlade mecénicamente que prodvsco temperatura e iluminacién uniformes, por timo | ‘gracios © la ayuda de los drogos e intervenciones quirérgicas y | genéticas, también seces humanos uniformes e indiscriminados. 12 0 por debaio de ello, este desorrollo llevaria © un final, en un mundo de descolorida uniformidad, a la larga | Por sobre la historia de la vivienda del hombre; éste regresaria a los cavernas desde donde emergiera, ni mas rico, ni ma: jemte, después | de hober vivide toda esta experiencic No examinaré esta posibilided particular en detalle, pero haré notar que muchas mentes se estén preporando para este gran acto de svicidio. Tan comprometides estén muchos arquitectos de nuestro tiempo por el automatiemo de la maquina, que se ven abligados a seguir el proceso hasta sus limites, eun cuando exe final sea una descoloride y deshumanizoda existencia, que 1e apenas un soplo més de vide, que el mundo que podria emerger después de uno catéstrofe nuclear. 4. Politéenica_y mulifuncion Silo arquitectora moderna no ha de continvar sy desinte- gracién en una confided de sectas y manierismor— estistos imernacioncles, empircistas, brotalistas Sin equé no?— ha de apoyarse indefectiblemente sobre algunor | Principios de orden, y ete orden debe orociar @ lo orquitec: | Se neo-romén ee ee La nacién del progreso mecénico no serviré mientras deje afvera fl elemento que da sentido al progreso: el hombre mismo. © quizé, también, mientras haga de la personalidad humana una mera herramienta del proceso que, en realidad, deberia servirla. El hombre mismo es un organismo cuya existencia depende del mantenimiento del delicado balance que existe entre todas las fuerzas de la naturaleza, fiticar y orgénicas, desde lo luz solar, tl aire, la tierra, las bacterias, el humus, hasta las plantas que crecen, y @ la compleja interaccién de miles de especies. ‘A pesar de lot grander avances de Ia tecnologia, el hombr controla solamente una parle de estos procesos: porque ni une destruccién 0 sustitucién mecénica es, en efecto, una forma de control. De esta compleja herencia biolégica el hombre e: forden orgénico esté basado en la variedad, comple equilibrio, y este orden da continvidad a través del cambio, ‘estabilided @ través de la adeptacién, armonia, encontrando le solucién adecvada de conflictos, oportunidad y desorden limitado fen transformaciones ain més complejas. Esta interdependencia orgénica fue reconocida y expresada en cada cultura histérica, particularmente en sus concepciones césmicas y religiosas, con sus genuinamente sagrados edificios ‘que, aunque hayan sobrevivide a sus tecnologias, todavia hablan al alma humana. El original andlisis de Ia forme, de Greenough, sobre una bose biolégica y fisiolégica de organismos, hizo justicia a ombos: proceso y funcién. Pero pasé por alto su transformacién a través de una categoria més compleja y més elevada, aquella de los propésitos humanos, El hombre ne es solamente un actor y un febricante, sino un intérprete y un transformador. En los més altos niveles de la existencia, lo forma de‘ermina Ia funcién, de la misma manera ave la funcién determina la forma. En este punto el continuo desarrollo del hombre integral i precedentes en el continuo desarrollo de sus herramientas y maquinas, y el Gnico modo de orden que puede osegurorlo es ‘aquel que pueda proveer un medio polifacético, capaz de sostener la mayor variedad de intereses y propésitos humanos. Un medio ‘0 una estructura que haya sido reducide al nivel de la méquina, que es correcto, tedioso, repelitivo y mondtono, es hostil también 1 Ia realidad orgénica y al propésito humano; aun cuando delinee, con cierta eficiencio, una funcién positive, como ser el proveer amparo, todavia permanece como un simbolo negativo, © en el mejor de los casos, un simbolo neviro. Hay tres fuentes para este amplio orden: la naturaleza es una, las otras son los procesos acumulativos de la historia y de las historias de las culturas, en segundo lugar, y en tercer término, la psiquis humana. Dar lo espaldaig estas fuentes, en nombre del progreso mecénico 2¢ ¥ por la solveguardia de la produccién puramente cuantitativa, la eficiencia mecdnica y el orden burocrético, et esterilizar la ‘orquitectura y la vida que ella deberia sustentar y elevar. Una época que endiosa la maquina y busca solamente la riqueze {que esa maquina produce, en cantidades cada vez mayores y con beneficios siempre crecientes, ha perdido contacto con le realidad ¥ quizé en un futuro inmediato © en Ia préxima generacién fraduzea su negocién a le vide en un salvaje gesto final de exterminacién nuclear. De entre el contexto del orden orgénico y el propérito humano, vestra tecnologia tiene todavia potencialmente un gran papel ‘que jugar, pero muchos de los eleances de la técnica moderna quedardén ineptos hasta que las funciones orgénicas y lot propésitos humenos, antes que lot procesor mecénicos, sean las dominant Un enfoque orgénico manejaré con igual destreza, pero con mayor libertad de eleccién cada tipo de funcién: no rechazaré ‘automaticamente la luz del dia en favor de un sustitute mecénico fécil, y tampoco el aire puro renovado noturalmente gracias 2 la vegetacién, por un sistema puramente mecénico de econdicionamiento de aire, pero tampoco trensformaré edificios de bancos en frivolot polacior de cristal, lat entradas de las oficinas en catedrales o las iglesias en hangares. Por el contrario, propésito y funcién proveerén un criterio de la forma en cade Peldafio del proceso del disefio, y finalmente esto produciré, 1no solamente una variedad y exuberancia estética que por ahora fs casi desconocida, sino también economias en el campo de Ia méquina, que fueron burladas por nuestro compulsive compromiso con la misma. Hoy dos movimientos que ahora son visibles y que indican un comienzo por la buena senda, que conducirén, sin alejarse del funcionalismo, @ un enfoque multifuncional @ cada problema arquitecténico. Uno de estor movimientos, quizé el mas de arquitectura actuales, es el constante pedido por parte de los clumnos de le ensefianza de la historia de la arquitecture y el jsible en lar escuelas Planedimiento urbono, EI deseo que los induce a ello no es poder imitar antiguas formas, ‘experiencia y entimiento para un alimento espiritual més pleno que el que le ofrece, el medio inmediato 0 la brevedad del momento presente, Esta es una razén sana y vital, que se opone a la idea de que la experiencia de una sola generacién © una sola década de una generacién, pueda nutrir el conocimiento y el discernimiento que el hombre necesita para crear un entorno de gran riqueza y profundided. El otro movimiento se hizo palpable el verano pasado, en lo reunién de los jévenes arquitectos que hobian roto con los vieios maestros del CIAM. En su intento por volver a definir la incumbencia de la arquitectura actual, ellos expreseron muchas diferencias con la generacién de Le Corbusier y Gropius, asi como también las diferencias caracterolégicas y personales en sus propias filas, pero que finalmente estaban unidos, con amplios matices, en una sola conclusién final: que la arquitectura era algo més que el arte de construir, era, més bien, el arte de transformor todo el habitat del hombre, Este concepto se enroizé fuertemente en California, cvando la Escuela de lo Universidad de Berkeley fue reorganizada y rebautizada con el nombre de Escuela de Diseio Medioambiental (School of Environmental Design) Si el desarrollo humano no se convierte en estéril y frustrado a través de un excesivo esfuerzo por conquistar la naturaleza sin extraer todos los recursos de lo historia y la cultura pore rehumanizar @ los hombres, la arquitectura del futuro seré otra ver una auiéntica politécnica, utiizende todos los recursos de ,, desde el trabajo menuel hasta el ltimo invento Estaré més cerca en espirity y forma a la primera obra de Frank Lloyd Wright y quizé més de Bernard Maybeck, que de los maestros del CIAM. E iré més lejos que cllos porque extraerd los recursos humanos més ricos, que ahora son mundiales en el panorama cultural y que son felizmente valederos tanto para la ‘expresién individual como para lo colectve.

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