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J. A. Heredia
Ilustrado por: Arturo Ceballos Heredia

La niña Martha de la Rosa

Editorial Kokingo
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La niña Martha de la Rosa

Primera edición: noviembre 2018

Segunda edición: septiembre 2021

@ 2021, J. A. Heredia

Ilustraciones: Arturo Ceballos Heredia

@ Editorial Kokingo
Ciudad de México

Impreso en la Ciudad de México

ISBN: en trámite.

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Para Martha de la Rosa,


sin ella este libro no habría sido posible.

Für Martha de la Rosa,


ohne Sie es dieses Büch nicht gabe.

En repetidas ocasiones le han preguntado a Martha de la Rosa


si le gustaría patentar su método para auto-aprender idiomas
por internet.

Martha todavía no está segura de tener el tiempo para


patentarlo, tal vez el método aún pueda ser perfeccionado.

Y por ahora, tiene su tiempo ocupado en otras actividades.

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Prólogo
La determinación es la chispa que además de transformar las decisiones
en acciones, genera la fuerza que conduce hacia el logro de los sueños.
Basilio Azuleta

Conocí a José Antonio en una entrevista que le hice hace cinco años
aproximadamente. En aquel entonces formaba parte del personal de un
corporativo al que realizábamos un proceso de diagnóstico.

A pesar de que percibí cierto recelo durante la entrevista, se mostró


receptivo y abierto. A diferencia del resto de los entrevistados, los
intereses de José Antonio se orientaban hacia la música, los idiomas, la
escritura y la robótica, lo que llamó mi atención, además de su forma de
ser: sencillo y claro.

Después de esa entrevista, iniciamos sesiones de coaching como parte


del programa que llevábamos acabo para el corporativo, las cuales
continuarían fuera del programa de forma personal. La búsqueda de una
satisfacción en el desarrollo profesional y personal motivarían dichas
sesiones.

Durante este tiempo que he estado acompañando a José Antonio, con


sesiones de coaching, he aprendido a conocerlo mejor.

Es de gran satisfacción ver la forma en que ha ido creciendo, tanto en lo


personal como en lo profesional, como ha ido dejando atrás sus
limitaciones auto-impuestas e ir flexibilizando sus creencias y conductas,
hasta ir logrando una transformación personal que se refleja en sus
acciones, en las que se le ve más satisfecho que hace cinco años.

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Uno de los resultados más palpables de su evolución personal, es haber


encontrado la fórmula mágica para transformar las decisiones en
acciones y así cristalizar uno de sus sueños: escribir un libro.

José Antonio, desde una narrativa sencilla, clara y sin más pretensiones
que la de liberar ese deseo contenido por tantos años, nos comparte la
historia de Martha, una niña introvertida, de clase media, con unos
padres muy ocupados y una Abuela indulgente.

Martha, con la complicidad de su Abuela, va sobrellevando la relación


con sus padres y va descubriendo un mundo diferente a través de formas
de comunicación, desconocidas para ella, al encontrarse con la
tecnología y otro idioma.

Gracias José Antonio por dejarnos asomar a tu corazón y dejarnos


conocer, a través de tu Martha, nuestras Marthas particulares.

Muchas gracias por enseñarnos que los sueños dejan de ser sueños para
convertirse en realidades cuando nos hemos determinado hacerlo.

Mario Joaquín Obregón Larrauri


Coach Ejecutivo Estratégico y de Vida
Febrero 2018

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Una llegada inesperada


- ¡ No estoy pidiendo tu opinión mamá, me voy a casar con Hugo !

- Además... estoy embarazada.

La mamá de Sandra se quedó sin palabras. Acabaron más de 45 minutos


de discusión. Ahora tendría realmente que aceptar a Hugo y a sus
pedantes padres, exactamente lo que tanto había intentado que Sandra
no tuviera.

Al menos tendría un pretexto para que Sandra le permitiese mudarse con


ella: iba requerir ayuda cuidando a la bebé, su futura nieta, impediría que
ella también tuviese una vida mediocre y simple como la de ella y ahora
la de Sandra, casada con ese “bueno para nada” de Hugo.

- Me voy, te dejo en tu casa, me voy a cenar con Hugo, al Vips. Y Sandra


salió del departamento donde vivía su mamá sin saber a dónde ir. Vivía
con su mamá, se salió por causa del enojo que ambas se habían causado
con la discusión; pero realmente no tenía a donde ir.

La mamá de Sandra se quedó pensando, aun alterada por la discusión,


en que tal vez esta era una última oportunidad que le daba la vida para
hacer las cosas bien. Con su nieta, de una forma u otra, haría las cosas
diferentes a como lo hizo con Sandra.

Si Hugo realmente me quiere, me apoyará. Le voy a hablar para que

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venga por mí y me ayude a pasar esta noche, hoy no regreso con mi


mamá, mañana más tranquila platicaré con ella. No puede impedir que
me case, y no seré una madre soltera o divorciada.

Cuando estemos cenando, Hugo y yo, le voy a dar la noticia de que


seremos padres. Va tener que pagarme una noche de hotel, ahora vive
con sus papás y no van a ver bien que su novia pase la noche con el antes
del matrimonio.

También tendremos que informarles a ellos que nos vamos a casar y


decirles de mi embarazo, va a ser difícil que lo tomen bien.

Hugo se enterará que será Papá, pagará la cena, y luego tendrá que
pagarme también un lugar donde pueda dormir. Otra prueba mas para
nuestra relación, si la pasa, realmente me quiere.

Hugo no pudo salir temprano de su trabajo.

Se vieron en la estación del Metro Potrero, en la cercanía de la Basílica


de Guadalupe, y Sandra le pidió que fueran a cenar a la cadena de
restaurantes Vips.

Ese lugar me hace sentir bien, voy a pedir la ensalada del Chef que tanto
me gusta, se saboreó Sandra, ahí siento que soy una de esas personas
importantes que lo tienen todo en la vida y que cenan en el Vips con
amigos.

- ¿ Tienes dinero para pagar la cena, verdad, Hugo ?

- Es un lugar caro; pero dices que tienes algo importante que decirme,
vamos, te invito a cenar al Vips.

- ¿ Te enojaste otra vez con tu mamá ?, no me quiere, ¿ verdad ?. Ni

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modo, no soy “santo de su devoción”, siempre podrás buscarte otro


novio, uno mejor que yo, ja, ja, ja.

- No digas eso, Hugo, mi mamá está preocupada por nuestra futura hija,
por nosotros dos, la vida es cada día mas difícil, las cosas …

- Dices ¿ por nuestra futura hija ?, ¿ es una broma ?, mmm, esa sí que es
una noticia, ahora entiendo el venir al Vips.

- Déjame continuar, Hugo, las cosas son cada vez más caras, y esta es
una noticia que nosotros no esperábamos. Te va terminar ella aceptando
como a un hijo.

- Voy a pedir la cuenta, mañana más vale que llegue a tiempo a la oficina,
voy a tener que trabajar más; me ayudará para que no me despidan y
para aclarar mi mente.

- No más noticias por hoy, por favor.

- Quiero que se llame “Martha”, ese nombre me gusta.

- No puedo ya hoy regresar a mi casa, ¿ me podrías pagar una noche de


hotel ?, por favor. Algo sencillo.

- Si, está bien, vámonos, te voy a dejar la habitación pagada, hoy tuve un
día muy difícil. Tengo el presentimiento que ella será niña, “Martha” me
gusta a mi también.

- Sé que nosotros tenemos muchos gastos, ahora viene nuestra hija, y yo


pidiéndote una cena en el Vips y una habitación de hotel para mi.

- Te quiero mucho Hugo, siempre me entiendes a mi bien, y me apoyas,


no te vas arrepentir de casarte conmigo. No somos la única pareja que
pasa por esto, saldremos adelante. Casémonos por el Civil únicamente,
sin gastar en fiesta.

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Martha de la Rosa
- Hola Señora, acaba de nacer su nieta, puede pasar a visitarla, sólo
recuerde que el horario de visitas termina a las 5 de la tarde. Si no
alcanza a llegar, la esperamos mañana temprano, como de
costumbre.

La madre de Sandra no podía creer que le hubieran avisado del


nacimiento de su nieta, se había convertido en la Abuelita de
Martha. Estaba segura que Sandra y Hugo no le iban a decir nada,
sino hasta que estuvieran instalados en casa con la bebé; pero el
hospital no sabía de los problemas que había entre ellos y por eso
le avisaron; le avisaron a las pocas personas que tenían como
contactos de Sandra.

Hugo se aventuró a comprar una casa pequeña para su esposa e


hija, a crédito. Un crédito a 25 años.

La Abuelita tenía una tienda de abarrotes, pequeña, en el centro


de la ciudad. Cerró la tienda, tomó su suéter, bolsa de mano y
paraguas, y se dirigió a la estación del Metro. Estaba amenazando
con llover, algo poco usual para la época del año, mas parecía que
la lluvia estuviera anunciando el nacimiento de Martha.

Eran las 3 de la tarde, en el centro de la ciudad era también la parte

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comercial de la ciudad, y había mucha gente en las calles: algunas


regresando del horario del almuerzo, otras en sus actividades
comerciales, otras cargando grandes bolsas de compras, etc.
Todas yendo y viniendo apresuradamente, sin tomar cuenta de las
demás.

Usualmente la Abuelita tomaba el Metro para ir a la casa de Sandra,


y en los últimos días también lo hacía para ir al Hospital a visitar a
su hija y cómo iba su futura nieta; pero iba o muy temprano o por
la noche, cuando aún era poca la gente andando por la ciudad.

Salió a la calle, lleno de gente, le pareció buena idea pensar en otra


cosa que no fuera el trato brusco de la gente. Con tantas personas,
el camino al hospital sería mas largo.

La Abuelita ya se había mudado a vivir con Sandra y Hugo, le


habían acomodado un lugar en la sala, separado con una cortina
de piso a techo. Martha dormía con Sandra y Hugo, en la única
habitación de la nueva casa.

Quiero que mi nieta sea diferente a mí y a Sandra.

Yo no estudié y me casé muy joven. Me mudé a casa con mi esposo


y pocos meses después nació Sandra. La vida en aquella época no
era tan cara ni tan complicada como hoy, y pudimos vivir con
tranquilidad y con cierta comodidad: vacaciones en Acapulco una
vez al año, fiesta de 15 años para Sandra, auto nuevo cada 5 años.
Pasé mis años cuidando de la casa, de mi esposo y de Sandra, lo
que se esperaba de una esposa; pero nunca fue algo con lo que
estuve de acuerdo.

La estación del metro tiene mucha gente tratando de entrar y salir.


Quiero ser la primera en ver a mi nieta, quiero disfrutarla antes de

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que llegue el molesto de Hugo.

El vagón llegó, las personas entraron y salieron, ella también entró,


buscó un lugar para sentarse, el vagón estaba lleno, una muchacha
la vió y le cedió el lugar para que se sentara.

- Gracias, hija, que Dios te lo pague.

No son muchas las estaciones que tengo que viajar; pero ir sentada
hará el trayecto mas cómodo.

Con el tiempo decidí abrir un negocio propio, vendiendo


desayunos por la mañana, en un pequeño establecimiento de un
conocido de mi esposo, en el centro de la ciudad, que me rentó
barato. El negocio fue creciendo. Agregué la venta de refrescos,
jugos, pan, etc., hasta convertirse en una pequeña tienda de
abarrotes. Pasaban muchas personas por la zona y eso ayudaba
para tener buenas ventas.

A mi esposo no le gustó la idea de que trabajara, la casa y Sandra


ya no tenian toda mi atención, y 2 años después de comenzar con
el negocio, tuve que cerrarlo a petición de mi esposo.

Ahora, como viuda, lo comencé de nuevo, en el mismo lugar, ahora


lo rento a un chino.

La bocina del metro anunció “Próxima estación, Hospital General”,


se levantó, se acercó a la puerta del vagón, y junto con otras 14
personas, salió del vagón. Ahora era cosa de caminar 2 cuadras
para llegar al hospital.

Sandra pudo estudiar una licenciatura, de tiempo completo, no


tuvo que trabajar para ayudar con los gastos de la casa, en aquella
época no era la vida tan difícil ni tan cara, no fue una vida de lujo;

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pero Sandra la pasó bien.

Si tan solo no hubiese conocido a Hugo: habría terminado su


carrera, habría podido graduarse como licenciada, y comenzar una
vida exitosa. Ahora sólo tendría una bebé, estudios truncados, será
una ama de casa, madre de tiempo completo, sirvienta sin sueldo
diría yo.

- Gracias a Dios, todo se puede lograr con perseverancia y


educación, eso es lo que le voy a enseñar a mi nieta.

De camino al hospital se acordó que hacía unos meses habían


abierto cerca de su tienda una tienda de conveniencia tipo OXXO,
Seven Eleven, no recordaba el nombre exactamente, y sus clientes
comenzaban a comprar allá.

Ya estaba lloviendo fuerte, así que apresuró el paso, una cuadra


más y estaría en el hospital, la lluvia no le iba impedir ser la primera
en ver a su nieta. Hugo no podía salir de su trabajo antes de las 6
de la tarde.

Por otro lado, los papás de Hugo no hacían el menor esfuerzo por
ocultar su molestia por el embarazo de Sandra y la boda obligada
de su hijo.

Hugo podría haber conseguido una mejor esposa, de mejor


posición social, una esposa bonita, de buena familia, con un futuro
prometedor.

A ellos no les interesaba conocer a la nueva bebé.

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Aprendiendo a vivir
La bebé recibió a su Abuelita con los ojos abiertos, como si la hubiese
estado esperando.

- Por todos los Santos, ¿ pensé que los recién nacidos tenían los ojos
cerrados ?, dijo la Abuelita al verla.

- Sabes mamá, los bebes sienten lo que la madre también siente, y yo le


hablé de ti a tu nieta Martha, desde antes que ella naciera.

A Hugo lo seguían amenazando con despedirlo del trabajo, así que


Sandra tuvo que buscar un trabajo, y encontró uno como asistente
administrativa, cuyo sueldo complementaba el ingreso familiar y los
gastos de la casa.

La Abuelita llenó con gusto el espacio de estar con Martha. Tuvo como
apoyo una persona que Sandra y Hugo contrataron para ayudar con el
trabajo en la casa: la limpieza, lavar la ropa, preparar la comida, etc.

Martha y su Abuelita desayunaban en la casa y luego se iban a la tienda,


en donde pasaban todo el día, y regresaban hasta la noche a casa.

Martha hacía poco ruido, casi no lloraba, y siempre estaba muy atenta.
No perdía detalle de lo que pasaba a su alrededor. Lloraba cuando no
sentía a su Abuelita cerca.

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Ver una bebé ayudó para que algunos clientes regresaran a comprar con
mas frecuencia a la tienda, Martha estaba siendo más una ayuda que una
responsabilidad.

- Mi nieta realmente está siendo diferente, te lo agradezco mucho Señor.

Llegado el momento, Hugo y Sandra le pidieron a la Abuelita que


buscara una escuela para Martha: buena, cerca de la casa y que no fuera
cara.

- Estos quieren: “bueno, bonito y barato”.

- Todo se puede con perseverancia y educación. Ahora llegó el momento


de la educación de mi nieta.

- Esos dos, Hugo y Sandra, tendrán que pagar, para eso ambos trabajan.

Así que la rutina mudó para: despertarse, bañarse, vestirse, guardar en


una maleta la ropa que pudieran necesitar durante el día (suéter,
bufandas, impermeables, cambio de ropa), tomar lo que sería el
almuerzo y la comida del día, que la señora que ayudaba en la casa les
había preparado y dejado listo para que sólo lo tomaran, la mochila de
escuela de Martha, y salían corriendo para llegar a tiempo a la escuela.

La señora de limpieza les ayudaba cargando parte de las cosas.

- Marthita, antes de ir a la tienda, vamos a ir la Escuela, en este lugar me


vas a esperar, voy abrir la tienda y regreso por ti.

- Las señoritas ahí dentro se llaman „Profesoras“ y te van a contar


cuentos, apréndelos, y cuando estemos en la tienda me los dices. Yo
también quiero aprenderlos. Si necesitas ayuda, te dejo estos cuadernos
y colores, dibuja los cuentos para que no se te olviden.

No me tardo, sólo abro la tienda y regreso por ti. Te quiero hijita.

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- No me vayas a dejar Abuelita, ¿ me lo prometes ?

- Te lo prometo.

La Abuelita abrió la tienda y a la hora de la salida de la escuela regresó


por Martha.

- Vámonos a la tienda almorzar, mi tesoro, cuéntame, ¿ qué viste en la


escuela ?

- Vi un patio grande, muchas niñas y niños, maestras y profesores,


muchos salones. El mío es color blanco, con muchas sillas, yo tomé una
hasta adelante, frente a la maestra.

- La maestra nos contó el cuento de “el pastor y el lobo” ...

- ¿ Dibujaste ?

- No, la maestra me dijo que guardara mis cosas.

- ¿ Me podrías dibujar el cuento, mi amor, y todos los otros cuentos que


te hayan enseñado ?

- Si, los aprendí todos.

Martha pasó la tarde dibujando y platicando.

El almuerzo fue de lo más agradable y también rico.

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La tienda
- Hola hija, ¿ cómo te fue hoy en la escuela ?

- Bien mamá, ¿ ya vamos a cenar ?

- Si hija, siéntate, tu Abuelita está en la cocina. Ya no tardamos en cenar.


Tu papá y yo te tenemos una sorpresa, hoy es tu cumpleaños, y siempre
nos has traído buenas calificaciones.

- Sabes que tu papá y yo te queremos mucho, aunque no estemos


contigo tanto tiempo como quisiéramos, para eso está aquí tu Abuelita,
para que no estás sola. Abre tu regalo, te lo damos tu papá y yo con
mucho gusto.

- ¡ Wow !

- ¡ Wow, Abuelita, es una computadora !, me regalaron una computadora.

Martha encendió la computadora, la vio, no supo qué hace con ella, se


aburrió y la guardó. No tenía programas instalados.

Acostumbrada a estar en la tienda, Martha hacía ahí su tarea, apoyada


sobre el mostrador, no le importaba que los clientes se aproximaran a
ella, que se apoyaran también en el mostrador mientras esperaban a ser
atendidos.

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- Mi amor, ¿ ya hiciste la terea ?

Martha no se molestó en responder a su Abuelita, estudiar y hacer la


tarea era una actividad que le permitía abstraerse del mundo.

Algunos clientes se acercaban a ver lo que Martha hacía, algunos hacían


comentarios acerca de ella, otros se molestaban que les estorbara
mientras los atendían.

En una ocasión, uno de los clientes, un profesor de primaria, vio que


realizaba una multiplicación: 7 x 8 = 42.

- 7 x 8 no es 42, niña.

- 7 x 8 es 56.

- ¡ Abuelita, te buscan !, fue la respuesta de Martha y continuó con su


tarea, ignorando totalmente al profesor.

- Que niña tan grosera. Me da un refresco, por favor, Señora.

En otra ocasión, entraron en la tienda una pareja, un hombre y una mujer,


a quienes también les incomodó que Martha estuviese apoyada en el
mostrador.

Buscaron a la Abuelita y le pidieron un litro de leche y un kilo de huevo,


y se pusieron a platicar entre ellos:

- Möchtest du noch anderes kaufen ? (¿ quiéres comprar otra cosa ?)

- Haben wir alles für das heute Abendessen ? (tenemos todo lo necesario
para la cena de hoy ?)

- Ja, das glaube ich, wir haben alles (si, ya tenemos todo.)

- Sehr gut (está bien.)

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Recibieron la mercancía, pagaron y se fueron.

- Abuelita, ¿ qué fue eso que estuvieron hablando ?, no les entendí nada.

- Hablaron muy raro.

- Ellos hablan su idioma, mi amor, son extranjeros, ¿ escuchaste como


hablaron conmigo en español ?, además de su idioma también hablan
español, como nosotras.

- ¿ Otro idioma ?, mmm, ¿ cuántos idiomas hay ?, ¿ por qué yo no hablo


otro idioma ?

- No hablas otro idioma porque no lo has estudiado, cuando yo era joven


tomé clases de inglés; pero nunca lo aprendí, fue muy difícil para mi;
pero tu puedes hablar inglés si quieres, ¿ en tu escuela no te enseñan
inglés ?

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Los idiomas
En la escuela, Martha le preguntó a su maestro de música, un gordito
bonachón, sobre los idiomas.

- Existen muchos, español es el que hablamos todos nosotros. Luego


viene el inglés, chino, francés, alemán, japonés, ruso, italiano, portugués,
el náhuatl que ya es considerado un idioma, el maya también, etc.

- ¡ Uf !, ¿ cuántos idiomas ?, pensó Martha, ¿ cuál hablará la pareja de


extranjeros de la otra vez ?

Y volvió a preguntar, ¿ por qué en México sólo hablamos español ?

El profesor le respondió que en México el idioma oficial es el español y


luego le preguntó:

- ¿ Tú qué idioma quieres aprender ?

Martha volvió a reflexionar sobre el idioma que hablaría la pareja de


extranjeros, se dio la media vuelta y regresó a su asiento para continuar
con la clase.

Ese día, en la tienda, estuvo esperando a que los extranjeros regresaran;


pero el día terminó y no aparecieron.

- Abuelita, ¿ por qué los extranjeros no vinieron hoy ?

- Porque la gente solo viene aquí cuando necesita comprar algo, mi

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Angelito. Yo creo que ellos tardarán en regresar, apenas compraron hace


unos días.

A partir del día siguiente, Martha puso mucha atención a las personas
que llegaba a tener cerca: de camino a la escuela, a sus compañeros de
clase, a sus profesores, a los clientes que entraban en la tienda, a la gente
de camino de regreso a casa, etc.

A todos los podía entender, todos hablaban español, algunos de sus


compañeros hablaban un poco raro; pero también era español lo que
hablaban, y preguntó a su Abuelita: ¿ cuántos idiomas existían ?

- Angelito, ¿ ya preguntaste eso en la escuela ?, ¿ qué te dijeron tus


profesores ?

- No me respondieron nada.

- ¿ por qué no usas tu computadora para investigarlo ?, la que te dieron


tus padres, ¿ no te la dieron para eso ?

- ¿ No te gustó que te la hayan regalado ?, casi no la usas.

Pero una vez que Martha prendía la computadora, no sabía que hacer
con ella, los programas que ahí encontraba no le ayudaban mucho, y sin
impresora, no le servía ni para escribir sus tareas y entregarlas impresas.

Volver a preguntar a sus profesores no la llevaría a nada, era mejor buscar


en otra parte alguna manera de usarla.

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La computadora
- No lo sé, mi angelito, yo no sé usar eso. Pide a tus papás o a tus
maestros que te enseñen a usar la computadora, le respondió la Abuelita.

Luego de cerrar la tienda, habiendo regresado a casa, esperó a que


terminaran de cenar y le preguntó a su mamá.

Su mamá le respondió que en su trabajo las computadoras ya están todas


programadas y listas para usarse.

- Tenemos una persona que se encarga de que las computadoras


siempre funcionen, y esta persona las arregla cuando tienen errores.
También esa persona nos ayuda cuando nosotros no sabemos como
usarlas para lo que nos piden nuestros jefes.

- Usando un programa llamado Navegador de Internet buscamos


cualquier información. Yo ahí busco lo que me jefe me pide.

- Voy a buscar lo de los idiomas y mañana te digo. Ahora si ya terminaste


de cenar, vete a dormir que mañana tienes que ir a la escuela temprano.
- ¿ Ya hiciste tu tarea ?

Martha se fue a su habitación.

Su mamá había obtenido un crédito bancario y lo usaron para construir


una segunda habitación en la casa. Esa era la habitación de Martha.

Como pareja exitosa, que Hugo y Sandra se esforzaban en mostrar, no

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podían realizar reuniones con amigos en una casa pobre. Ahora sólo les
faltaba conseguir un coche.

Martha obedeció; pero se mantuvo atenta para escuchar la voz de su


papá de regreso del trabajo.

Cuando lo escuchó, bajó las escaleras y se fue directo a preguntarle:

- Papá, ¿ cómo le hago para usar el navegador de internet en mi


computadora y buscar información ?

Lo primero que a su papá le vino a la mente fue lo mucho que esa


computadora le hubiese ayudado a él; pero inmediatamente después se
puso muy contento: Martha estaba usando la computadora que le habían
regalado, se sintió orgulloso de haberle dado algo que la ayudara a
mejorar, a seguir saliendo bien en la escuela.

Se visualizó como un padre responsable.

La computadora no la había comprado para Martha, se la había ganado


en una rifa en su trabajo, y después de una larga conversación con
Sandra, acordaron que sería mejor que se la dieran a Martha.

Luego le respondió a Martha que se necesitaba una conexión a internet,


que en casa no tenían una porque no valía la pena pagar por algo que
nadie usaría. Le dijo que conectando la computadora a internet
funcionaría el navegador de internet, e incluso podría abrir una cuenta
de correo electrónico, como la que él y su mamá tenían en el trabajo, así
los tres podrían estar en comunicación.

- Abrir una cuenta de correo es gratis y fácil, varios de mis amigos ya lo


hicieron, cuentas de correo personal. Usa el internet en tu escuela.

Y continuó: “la computadora te va ayudar mucho, Marthita, fue un gran

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invento, con ella podrás aprender muchas cosas, incluso te ayudará hacer
mejor tus tareas, mantener tus buenas calificaciones y darnos la sorpresa
de una beca de estudio”.

- Me sentiré orgulloso de ti cuando eso pase. Ahora vete a dormir,


mañana tienes que ir a la escuela temprano.

Martha regresó a su habitación a dormir. Su papá quedó un poco


preocupado, ojalá no le fuera a pedir una conexión a internet en casa, no
la podría pagar, además podría implicar un contrato de 2 o mas años. Sin
internet, la computadora de su hija tendría pocas posibilidades de hacer
todo lo que había acabado de decirle.

Martha no sabía lo que era una conexión a internet. Tampoco tenía idea
de cómo conseguirla.

La pareja de extranjeros entró de nuevo a la tienda y pidió medio kilo de


huevo, una bolsa chica de pan y dos paquetes de pilas AA.

- “Heute ist ein schones Tag” (hoy es un día bonito).

- “Doch, in Mexiko sind alle Tage schon” (si, en México todos los días
son lindos).

Martha los escucho hablar y espero a que su Abuelita los terminara de


atenderlos.

- Abuelita, ¿ me puedes adelantar mi regalo de cumpleaños ?, quiero un


internet para mi computadora.

- Claro, mi hijita, cuando cerremos la tienda vamos a comprarlo; pero vas


a tener que portarte bien y sacar buenas calificaciones. Y no les vayas a
decir a tus papás.

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La internet
Cuando la Abuelita terminó de cerrar la tienda, le preguntó a Martha
dónde había visto el internet.

Martha nunca había visto un internet y no sabía cómo sería tampoco, sólo
sabía que era algo que su computadora necesitaba para poder buscar
información y descubrir el idioma que hablaba la pareja de extranjeros.

La Abuelita tampoco sabía qué era eso, y lo único que se le ocurrió fue
preguntar en una de las tiendas vecinas que se dedicaba a la reparación
de computadoras y celulares.

El joven que atendía ese taller las recibió muy amablemente, ya las
conocía, sabía que ellas atendían una tienda de abarrotes cerca de su
taller, y en algunas ocasiones les compraba un refresco y algo de comer.

Martha y su Abuelita no lo reconocieron.

El joven les dijo que el servicio de internet era como comprar un celular,
se adquiere una tarjeta que se instala en la computadora y luego se paga
una renta mensual por usarlo, y que podían obtenerlo en una tienda que
vendiera celulares.

Luego, al verlas que no le entendían, se ofreció a ayudarlas. Y al saber

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que la Abuelita se lo estaba comprando a su nieta re regalo, le explicó


que era mejor comprarlo con tarjetas de pre-pago.

- De este modo su nieta tendrá el servicio de internet y usted podrá


comprar el tiempo aire que requiera, es decir, solo paga el tiempo de
uso que necesita, sin contratos forzosos, ni pagos mínimos.

También se ofreció para dejárselo instalado y configurado en la


computadora, y enseñarla a usarlo.

Sin embargo, cuando le dio el precio total a la Abuelita, incluyendo el


costo de la primera tarjeta de pre-pago, la Abuelita tuvo que responder
que tenía que pensarlo, porque era mucho dinero para un regalo de
cumpleaños.

El precio total era como adelantarle 10 regalos de cumpleaños a Martha,


¿ y si Martha lo usaba 1 semana y luego se aburría ?, como ya lo había
hecho cuando le regalaron la computadora.

La Abuelita prefería seguir ahorrando ese dinero o usarlo para comprar


mercancía para la tienda.

Pero por otro lado, su amor y cariño por Martha le pedían que la ayudara.
Esta era la primera vez que Martha solicitaba un adelanto de su regalo,
la primera vez que pedía algo tan inusual.

Algo debía traer en mente.

- Dios mío, ayúdame, adiós a una parte mis ahorros.

Martha estaba un poco desorientada, habían pasado varias semanas


desde la visita al taller de computadoras, y su Abuelita no le decía nada
sobre adelantarle su regalo o no.

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Un día, al cerrar la tienda, la Abuelita llevó a Martha al taller y Martha


supo de inmediato que era para comprarle su internet. De haber sabido,
habría traído su computadora para que se la dejaran lista para usar.

El joven también se sorprendió cuando las vio entrar, estaba seguro que
no regresarían.

Martha casi se pone a llorar cuando el joven les dijo que regresaran al
día siguiente, con la computadora, para dejarles el internet instalado y
funcionando.

Pero se puso muy contenta cuando vio todo funcionando: el navegador


de internet, su computadora, la búsqueda de información, y le
enseñaban a usarlo.

Se fijó en todos los detalles del navegador de internet y de cómo enviar


y recibir correos electrónicos desde su nueva cuenta de correo.
Memorizó que tenía 30 días de garantía en caso que ocurriese alguna
falla.

De camino a casa, le dio mil gracias a su Abuelita, acompañado de varios


besos.

Pensó si le diría a sus papás o no. A sus papás no les iba a gustar que su
Abuelita la consintiera tanto. Seguramente ya habrían olvidado sus
preguntas sobre cómo usar la computadora y el navegador de internet.

Pero ¿ cómo usaría el internet sin que sus papás se dieran cuenta ?

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Descubriendo información
Martha pasó toda esa noche usando su computadora, navegando en
internet.

En su habitación, cubierta bajo sus cobijas, cuidando que no viera luz


saliendo de su habitación, buscó cuántos idiomas existían en el mundo,
y algunos videos donde pudiera escuchar como sonaban, para identificar
cuál hablaba la pareja de extranjeros.

También buscó una mochila en la que pudiera esconder su computadora


y el internet, y llevarlos de la casa a la escuela, y luego a la tienda en
donde podría usarlos sin problemas.

En la escuela, no se atrevió a sacarla, la estuvo cargando todo el tiempo


dentro de la mochila, tuvo miedo de perderla, o que sus profesores se la
quitaran, o que sus compañeros la rompieran. Y en uno de sus cuadernos
apuntó todas las cosas que le llamaban la atención, para buscarlas en el
internet por la tarde.

Martha descubrió que además de textos, videos, dibujos, en el internet


también había películas, libros, cursos, etc. Tenía mucha información que
ver, y siguió buscando videos en donde pudiera escuchar cada uno de
los idiomas que había en el mundo. Uno de ellos tenía que ser el de los
extranjeros.

Pasó por el inglés, el francés, el italiano, el alemán, el chino.

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Todos sonaban irreconocibles, muy raros, ninguno le pareció que fuese


el que estaba buscando; pero en realidad no recordaba exactamente
como hablaban los extranjeros.

- “Perseverancia y educación”, como dice siempre mi Abuelita.

Si todo se puede con la computadora y el internet, se dijo a si misma,


habrá forma de resolver esto.

- Seguro hay una forma de encontrar el idioma de esos extranjeros que


van a la tienda.

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Otra forma de estudiar


Martha estaba fascinada con la computadora y el internet, no perdía una
oportunidad para usarlos.

La Abuelita andaba muy contenta con el regalo que le había dado. Se


daba cuenta que Martha le empezaba a platicar de cosas y temas
diferentes, y como pasaba todas las tardes trabajando con la
computadora, totalmente abstraída de lo que pasaba a su alrededor.

Uno de esos días, la abuelita cerró la tienda 1 hora más temprano para
que Martha le mostrara lo que estaba haciendo.

- Enséñame lo que haces, princesa. Y Martha acomodó la computadora


para que su Abuelita pudiera ver la pantalla.

Con el navegador de internet comenzó a mostrarle fotos de edificios


antiguos, ruinas griegas, la Ciudad de México en la época de Don Porfirio
Díaz, la antigua Tenochtitlán, animales en peligro de extinción, videos de
la historia medieval de Europa, gente bailando en el Amazonas, gente
cantando en otros idiomas, fechas importantes de la historia de México,
venta de juguetes por internet, los planes de renta mensual de internet
(por si a Abuelita le interesaba comprarse un internet para ella), etc., etc.

Y luego le preguntó si le gustaría que le abriera una dirección de correo


electrónico, le prestaría su computadora cuando quisiera usarlo.

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- Yo no sé usar eso, mi vida, y además a mi edad ya no necesito una


computadora.

Martha pensó si habría algún programa que pudiera usar su Abuelita. Ella
sólo usaba el navegador de internet y el correo electrónico, que
realmente no usaba porque no tenía a nadie a quien enviarle un correo.
Si intentara enviar correos a sus papás, se darían cuenta que su Abuelita
le había dado el internet. Le quedaba la dirección del joven del taller de
computadoras; pero no tenía algo que decirle y tampoco tenía ganas de
platicar con él.

Había visto muchos programas en su computadora que nunca había


abierto, o que por lo menos pensaba que eran programas, así que esa
noche nuevamente se quedó despierta hasta tarde, cubierta bajos sus
cobijas, sobre su cama, buscando un programa que su Abuelita pudiera
usar.

Luego de abrir todos los programas que encontró, se propuso


aprovechar la tarde siguiente para visitar al joven del taller y pedirle
ayuda. Abrió el correo y escribió:

”¿ Qué programas en la computadora puede usar mi Abuelita ? mañana


vamos contigo”.

Su primer correo electrónico, fue sencillo.

Al cerrar su Abuelita la tienda, Martha le dijo que tenía algunas dudas


con el internet y que quería ir al taller de computadoras.

- Mi hijita, no podemos ir porque no le avisamos a tus papás que


llegaríamos tarde, se van a preocupar. Vamos mañana, ¿ te parece ?

Martha asintió con la cabeza y planeó otra vez buscar un programa que
viniera en su computadora para su Abuelita; pero ahora con la ayuda del

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internet. Volvió a dormirse tarde.

Al día siguiente, al final del día, Martha entró en el taller, no saludó al


joven. Cuando este las vio entrar, les dio las buenas noches, estaba a
punto de cerrar también y las había estado esperando desde la tarde
anterior; pero aún así se dispuso atenderlas, eran vecinos.

Martha directamente pidió donde conectar su computadora a la


corriente eléctrica, prendió la computadora y preguntó para qué servían
todos los programas que las noches anteriores había visto, señalando los
íconos y opciones que en su computadora aparecían.

- ¿ Cómo los uso ?

La noche anterior había puesto en un solo lugar todos los programas que
le habían interesado: el block de notas, la calculadora, el calendario, el
folder de archivos, el medidor de rendimiento del CPU.

El joven del taller se puso a explicarle a Martha, con paciencia y sin tomar
a mal las descortesías que le hacía, cada uno de esos programas,
respondiendo todas sus dudas y hablando en términos que ella pudiera
entender.

Al terminar, Martha dijo: „quiero un programa que mi Abuelita pueda


usar“.

- Mmmm, respondió el joven, yo creo que el juego de solitario le va


gustar; pero luego no te va dejar a ti usar la computadora, y rió.

La Abuelita, que estaba atenta a toda la conversación, se quedó


sorprendida con todo lo que su nieta había logrado sola.

Cuando escuchó que hablaban del juego de solitario, los interrumpió y


dijo que ella ya estaba muy grande para usar la computadora.

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- Es mejor que Martha sea la única que la use, sus papás se la regalaron
a ella, no a mí.

Con esa tarde de asesoría, Martha aprendió a usar el calendario para


llevar control de sus actividades incluyendo sus tareas, trabajos y
exámenes en la escuela, el block de notas, la calculadora, y le dejaron
instalado un procesador de texto, una hoja de cálculo y un programa
para hacer presentaciones. Todos sin costo.

- Ahora sí vas a sacar 10 en la escuela, le dijo el joven.

También le mostró a usar un programa para grabar sonidos, que le


pareció muy divertido a Martha porque podría grabar los ruidos de la
calle y luego adivinar que habían sido. Pensó que en la escuela podría
grabar las clases y después por las tardes repasar los detalles que en
clase se le hubiesen pasado.

Así que un día, antes de llegar a la escuela, prendió su computadora,


inició el programa de grabación y volvió a guardar su computadora
dentro de la mochila. No la iba a sacar durante la clase, dentro de la
mochila iba a grabar las clases.

Por la tarde, Martha descubrió que la batería se había descargado, la


computadora estaba apagada, solamente se habían grabado los sonidos
de la entrada a la escuela y algunos minutos de la primera clase.

Este programa podría servirle para grabar a la pareja de extranjeros y


luego comparar esos sonidos con los idiomas en internet. En la tienda
podría mantenerla conectada a la electricidad, para que no se apagara,
y sin que notaran lo que estaría haciendo.

¿ Qué pasaría si la pareja de extranjeros descubriera que los estaba


grabando ?

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¿ Se enojarían con ella ?

¿ La regañarían ?, ¿ llamarían a la policía ?

- Abuelita, ¿ que pasa si una persona graba a otra ?

- Bueno, seguramente esa persona se va enojar, ¿ qué quieres hacer ?, ¿


a quién quieres grabar ?, ¿ a tus papás ?, ¿ los escuchaste peleando ?

Martha no se molestó en responder y su Abuelita tampoco se molestó


en seguirle preguntando.

A partir del día siguiente, Martha mantuvo en la tienda su computadora


encendida todo el tiempo, lista para comenzar a grabar.

Su Abuelita estaba asombrada que su nieta estuviese todo el tiempo


delante del mostrador de la tienda, con una actitud poco usual: muy
atenta.

Hacía su tarea; pero luego se ponía a observar todo lo que pasaba a su


alrededor, en lugar de abstraerse.

El día que los extranjeros se presentaron, Martha acerco la computadora


a la pareja y presionó el botón de “Grabar”.

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El idioma Alemán
- ¡ Mira Lile, la niña nos está grabando !, dijo uno de los extranjeros.

- Tienes razón Frank, ¡ nos está grabando usando la computadora !

- ¿ Qué haces niña, para qué nos grabas, es para una de tus tareas en la
escuela ?

La Abuelita, que estaba siempre al pendiente de su nieta, ahora más que


estaba inusualmente sobre el mostrador, escuchó que interrogaban a
Martha, pidió permiso al cliente que esta atendiendo y fue a ver lo que
ocurría.

- ¿ Qué ocurre ?, ¿ estás bien Marthita ?

Martha respondió que “sí“, mientras cerraba y guardaba su


computadora.

La pareja de extranjeros explicó a la Abuelita que Martha estaba usando


la computadora para grabarlos y que estaban sorprendidos.

- ¿ Los estás grabando, mi amor ?

- ¿ Es para hacer tu tarea de la escuela ?

Martha tuvo que contarles, y no de buena gana, que quería saber cuál
era el idioma que ellos hablaban, con la grabación iba a buscar en

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internet el idioma, y les mostró su computadora con lo que había


investigado hasta el momento.

- Nosotros hablamos Alemán, niña. Frank y yo somos alemanes y vivimos


en la Ciudad de México desde hace 3 años.

- ¿ Quieres aprender Alemán ?, y dirigiéndose a la Abuelita le


preguntaron: podemos dar clases privadas a la niña, ¿ le gustaría ?

Más gastos era lo menos que la Abuelita necesitaba, no más regalos de


cumpleaños adelantados.

- Son ustedes muy amables; pero por ahorita no vamos a tomar clases;
muchas gracias, les respondió la Abuelita.

La pareja de extranjeros se despidió y les dijo que estaban dispuestos a


enseñar a Martha, por si cambiaban de opinión.

- ¿ Quieres tomar clases de Alemán, mi vida ?

- No Abuelita. Me gustó mucho el internet. Te quiero mucho. Y se


dispuso a buscar con su computadora todo lo que pudiera encontrar de
ese idioma.

Esa noche, una vez más, pasó varias horas viendo videos sobre el
Alemán, sobre Alemania, su cultura, los diferentes dialectos que la gente
hablaba en cada región, la comida, las cervezas, los trajes típicos, el
festival Oktoberfest. Todo muy diferente a lo que ella conocía.

Pero lo más importante: había mucha, mucha información, cursos y


videos para aprender alemán por Internet.

¿ Sería posible que ella pudiera aprender el idioma, sin tener que pedirle
clases a su Abuelita ?

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¿ Podría hablar con la pareja de extranjeros en ese idioma tan raro ?

¿ El internet también podría ayudarla con sus tareas ?, como le dijeron


sus profesores y su papá.

Parece que la perseverancia y educación dan resultados.

Pensando en todo eso, se quedó dormida.

A la mañana siguiente, Martha despertó debidamente acostada y


tapada. Su computadora estaba cerrada al lado de su cama. Sus papás
habían entrado en su habitación mientras ella dormía.

Desde ese momento, Martha comenzó a llevar su computadora,


guardada en su mochila, a donde quiera que fuera. Si algo le pasara, se
iba a morir. ¿ Su Abuelita le podría comprar otra ?

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La escuela
- “Martha, no puedes usar aquí tu computadora. Úsala en tu casa“, le
dijeron sus maestros cuando vieron que ella la sacaba durante clase.

- “La computadora te va ayudar hacer tus tareas más bonitas y mejorar


tus calificaciones“.

- “Tus calificaciones han bajado en los últimos meses“.

- “Pero úsala en tu casa. No la traigas a la escuela“.

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Carta de la escuela

Estimados padres de familia,

Me apena mucho informarles, que su hija Martha de la Rosa ha bajado


su aprovechamiento escolar, pasando de una alumna con promedio de
95/100 a una con promedio de 40/100.

Este cambio se ha presentado en las dos últimas evaluaciones


mensuales, por lo que les solicito se presenten en la Dirección de la
Escuela, el próximo lunes a las 9:00 am.

En caso de que su hija no mejore su aprovechamiento escolar, me veré


obligado a negarles la re-inscripción al siguiente ciclo escolar.

El reglamento de la escuela indica que el aprovechamiento escolar


mínimo es de 85/100.

Atentamente,

Flavio Cardoso
Director.

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Sus calificaciones
- ¡ Martha, van dos meses que tus calificaciones han bajado !

- ¡ Y la escuela nos pidió presentarnos con el Director el próximo lunes


por la mañana !

- ¡ Ni tu mamá, ni yo, podemos ir !

- ¡ Sabes que mañana tenemos que ir a trabajar !

- ¡ En qué estabas pensando !

- ¿ Por qué nos causas estos problemas ?

Sus calificaciones habían sido malas por todas las noches que pasaba en
internet. Descuidaba sus tareas, estudiaba muy poco, ponía menos
atención en clase por pensar en lo que iba a buscar en internet esa tarde
y esa noche.

- No vamos a llegar tarde al trabajo, y mucho menos vamos a permitir


que nos descuenten un día de sueldo por ir a tu escuela, le dijo su papá.

- No voy a ir a pedir perdón por tu comportamiento, continuó su mamá,


¿ por qué nos causas estos problemas ?

- Tenemos que trabajar unidos en esto, Hugo. Tu y yo estuvimos de


acuerdo en darle la computadora a Martha.

- Sí, pero era para que mejorara sus calificaciones, no para que las

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empeorara. Y mira lo que pasó, Martha se está distrayendo mucho con


la computadora.

- Lo mejor es quitársela de una vez.

Martha sabía que la iban a castigar.

Sus papás pasaban muy poco tiempo con ella, casi no le hacían caso, por
las noches la mandaban a dormir inmediatamente al acabar de cenar, y
ahora la iban a castigar con la única cosa que realmente le estaba
ayudando: la computadora y el internet.

¿ Por qué no podrían ser mas cariñosos con ella ?

- ¡ Martha !, te vamos a quitar la computadora hasta que mejores tus


calificaciones, dijo su papá.

- Lo siento hija; pero te estas distrayendo mucho con ella. Hasta te


quedas dormida con la computadora prendida, ¿ hasta que hora pasas
despierta jugando con la computadora en las noches ?

- Hugo, ¿ cuándo nos vamos a ir de vacaciones ?, todas mis amigas toman


vacaciones una vez al año en Cancún, con su familia, me han mostrado
las fotos y se ve que la pasan muy bien. Esta familia se llevaría mejor si
hiciéramos lo mismo.

- Sabes que mi sueldo completo se va en proveer a esta familia, Sandra.


Por lo menos me hubieses dejado quedarme con la computadora, ¿ y
ahora me pides vacaciones ?

- Entonces tenemos que enseñarle a Martha a usar la computadora, a


usarla para bien, para sus estudios. Estoy segura que en la tienda su
Abuelita la deja toda la tarde perder el tiempo con ella. Y ahora, ve el
resultado.

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- Y tampoco me digas que tu sabes usarla mejor, si te la hubieses


quedado también la pasarías en videojuegos, es lo que he visto que
hacen las personas en mi trabajo cuando no están ocupadas.

Al día siguiente, la Abuelita fue a la escuela, le dio al director la mejor


explicación que pudo encontrar, no fue sencillo, se disculpo por todos
los atrasos que tenían en el pago de las colegiaturas (que la Abuelita no
sabía) y por la ausencia de los papás de Martha a esa cita, y se
comprometió a que ella vería que su nieta mejorara sus calificaciones.

El director aceptó en informar a los padres de Martha que el problema


estaba resuelto y que confiaba en que Martha recuperaría sus
calificaciones en las siguientes evaluaciones escolares.

La Abuelita tomó la computadora y el internet, y los escondió en su


tienda.

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Problemas
- ¡ No estoy consintiendo a mi nieta !, si ustedes pensaran menos en sus
empleos y más en su hija, yo no tendría que velar por ella.

- Fue vergonzoso enterarme que ustedes siempre se retrasan en el pago


de las colegiaturas y que en este momento deben 2 meses, que nunca
regresaban firmados los comunicados que la escuela enviaba, y que
Martha participaba en los eventos de la escuela sin pagar la cuota de
recuperación.

- Tuve que pagar las cuotas de recuperación; me las debes, Hugo.

- Explicar en la escuela que Martha no es floja ni tonta, no es consentirla,


es ayudarla en su crecimiento.

- A ustedes les toca pagar las colegiaturas pendientes a la escuela. Me


voy a dormir, ¡ buenas noches !

- Siempre culpándome Hugo, conozco esa mirada, tal vez no debimos


casarnos.

- Ya vas a empezar, te dije que la computadora me iba a servir más a mi,


nunca pido nada para mí. Me voy a dormir, mañana tengo mucho trabajo
y tú también.

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- Hugo, ya está mejor el ambiente en tu trabajo. Ya acabaron los


despidos, ¿ por qué no buscas pasar más tiempo en la casa ?, le podrías
ayudar a Martha.

- ¡ Tú qué me dices !, tú tampoco tienes planeado pasar más tiempo en


casa, con eso de que tu jefe es muy exigente y le gusta trabajar horas
extras, dile que es hora de salida y llega temprano a casa para ayudar a
Martha.

- ¿ Quieres las vacaciones o no ? Estamos ahorrando para eso, ¿ no ?,


nos vamos a ir todos a Cancún y esto nos va ayudar como familia.

- Espero que este año si nos podamos ir, te quiero Hugo.

- Yo también, Sandra.

¿ Cómo le iba ayudar, la Abuelita, a su nieta ?, ella tenía muchos años sin
estudiar, no había ido a la universidad, lo mejor que sabía hacer eran las
cuentas en su tienda.

Esa semana fue a pagar los adeudos a la escuela, Hugo y Sandra


simplemente olvidaron el tema, adiós a sus ahorros, el internet no debía
haberlo comprado. No pudo dormir por noches.

Martha había escuchado, desde su habitación, la discusión entre su


Abuelita y sus papás.

Sabía que su Abuelita había ido hablar a la escuela; pero nadie le hacía
ningún comentario al respecto, ni sus papás ni su Abuelita ni sus
maestros.

Tenía miedo de perder su computadora e internet para siempre, no sabía


si los tendrían sus papás o su Abuelita, tal vez los irían a vender.

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Para recuperarlos tendría que mejorar sus calificaciones, y mientras tanto,


¿ cómo iba hacer para seguir aprendiendo Alemán ? Martha tuvo siempre
buenas calificaciones, sin esfuerzo obtenía a veces las mejores notas, la
escuela era sencilla.

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Estudiando de nuevo
Martha recibió de su abuelita su computadora y su equipo de internet:
“que no te los vayan a ver tus papás”.

- Todas las tardes vamos a estudiar juntas, yo te ayudaré con tus tareas.

Con un promedio superior a 80/100, Martha aprobaría el año escolar y


tendría oportunidad de seguir estudiando, obtener una carrera
profesional y mejorar su vida, eso le explicó su Abuelita.

Esa tarde, Martha estuvo esperando a su abuelita para estudiar juntas;


pero no ocurrió. En la tienda no dejaban de entrar personas a comprar o
a preguntar por alguna cosa, y cuando el día terminó, su abuelita no le
había puesto atención, estaba cansada, tomaron sus cosas y regresaron
a casa como de costumbre.

Por si acaso, Martha dejó su computadora e internet en la tienda.

Su abuelita no iba a tener tiempo para ayudarla, aunque realmente no


necesitaba ayuda para mejorar en la escuela, todo era por causa del largo
tiempo que pasaba en internet.

La escuela es muy importante, pensaba Martha; pero tal vez hablar


alemán le sería de utilidad para ayudar a su Abuelita. La pareja de
alemanes podría llevar a sus amigos alemanes a comprar también en la
tienda y su abuelita tendría más dinero, sería más feliz y no tendría que

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estar peleando con sus papás.

Parecía que a su papá realmente le caía mal su abuelita.

¿ Y con su mamá, por qué se peleaban ?

Con la computadora en la tienda, sin llevarla a casa, podría aprender


alemán por las tardes y hacer su tarea por la noches.

Luego de varios días de desvelarse; pero haciendo sus tareas y


repasando los temas vistos en la escuela, Martha se decidió hablar con
el Director de la Escuela.

- Profesor, ¿ sabe que mi mamá está enferma y que está muy grave ?

- Esta semana se la llevaron al hospital en una ambulancia, desde la casa.


Y no ha regresado.

- Mi papá ha pasado todos los días con ella.

- ¿ Es posible que me deje menos tarea, para que pueda pasar más
tiempo con ella en el hospital ?

- Mi abuelita va seguir pasando por mi y de aquí iremos a visitar mi Mamá.

La Abuelita era la única persona que el Director conocía como familiar de


Martha, ella era quien había regularizado los pagos a la escuela, y sería
la persona que asistiría a todas las reuniones de padres de familia y
estaría en los eventos de padres e hijos. Ayudar a Martha a que no tuviera
problemas en su casa, era lo menos que podía hacer para una alumna de
una familia disfuncional.

- Como excepción, y confiando en que me dices la verdad, le voy a pedir


a tus maestros que solamente te asignen lo más importante. Tus
maestros me dijeron que estas empezando a mejorar, continúa así.

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- ¿ Crees que puedas estudiar mientras estás en el hospital ?, se acerca


la fecha de exámenes y es muy importante que salgas bien.

- ¿ Si salgo bien en los exámenes, podría usted enviar una carta a mi


mamá diciendo que ya estoy bien en la escuela ?

- Si obtienes promedio de 80/100, yo mismo le entrego la carta a tu


mamá.

Luego de adelantar un poco la tarea en la tienda, Martha prendía su


computadora y veía los videos de alemán para principiantes.

Aprendió a saludar, a preguntar cómo se está, a despedirse, a pedir la


hora, etc. Todas frases simples; pero que usadas con prudencia darían la
impresión de que dominaba el idioma.

Entender el alemán completo era una tarea más complicada, aprender el


vocabulario mínimo para una conversación iba a requerir de menos
tiempo.

Todas las palabras sonaban muy extrañas, Martha tenía que esforzarse
para memorizarlas.

Su Abuelita siempre decía „todo se puede lograr con perseverancia y


educación“.

- Esto del alemán es mas perseverancia que educación.

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Aprovechamiento escolar
Estimados padres de familia,

Me complace informarles que su hija Martha de la Rosa aprobó


satisfactoriamente los exámenes del tercer periodo escolar.

Los resultados fueron los siguientes:

• Español 95/100

• Matemáticas 85/100

• Ciencias Naturales 90/100

• Historia 95/100

• Educación Física 80/100

• Música 95/100

Por lo que Martha obtiene al estatus de alumno sobresaliente.

Aprovecho para desear que la Madre de Martha de la Rosa esté mejor


de salud y que haya pronto sea dada de alta del Hospital.

Atentamente,

Flavio Cardoso
Director

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Se habla alemán
- Martha, pasaste todos tus exámenes, ¡ Que bueno !

- ¿ Qué significa esto, de que haya mejorado mi salud y que no esté en


el Hospital ?

Martha estaba terminando de cenar, no respondió ni dio la menor señal


de haber escuchado. Terminó de cenar, tomó su mochila de la escuela,
con su computadora e internet dentro y se fue a su habitación.

Desde que su Abuelita le había regresado secretamente su computadora


e internet, hablaba menos con sus papás y después de cenar se iba
rápidamente a su habitación; no pedía permiso ni esperaba a que la
mandaran a dormir.

Sus papás observaban en ese comportamiento una hija que estaba


madurando, mas responsable.

Estaban seguros que haberla regañado, y quitado la computadora, había


traído un buen cambio en Martha; su Abuelita la consentía demasiado y
eso le estaba haciendo daño.

El día que la pareja de alemanes entró en la tienda, Martha los escuchó,


se acercó al mostrador y les dijo:

- Hallo, wie geht ́s es Ihnen ?, mir geht es gut. (Hola, ¿ cómo están ?, yo
estoy bien).

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- Lile, kuck mal ! die Kleine sprichts mit uns auf Deutsch. (Mira Lile, la
pequeña está hablando con nosotros en alemán).

- Hallo Kleine, bei uns geht es Gut auch. Wo hast du Deutsch gelernt ?
(Hola pequeña, nosotros también estamos bien. ¿ Dónde aprendiste
hablar Alemán ?).

- Mein Name ist Martha, ich bin acht Jähre alt. (Me llamo Martha, tengo
8 años).

- Lile, es ist besser in diese Tante Emma Laden zu kaufen. Das Oxxo
gefällt mir nich mehr. (Lile, es mejor comprar en esta pequeña tienda. Ya
no me agrada el Oxxo.)

Cuando la pareja de alemanes salió de la tienda, se despidió de Martha,


„Aufwiedersehen Martha. Morgen besuchen wir Ihnen noch ein Mal. Und
wir kommen mit unseren Freunden mit.“ (Hasta mañana, Martha. Mañana
vendremos nuevamente y traeremos a nuestros amigos).

Una vez que la Abuelita salió de su asombro, tomó una cartulina y


plumones, y con ayuda de Martha, la computadora y el internet,
elaboraron un letrero que colocaron en la puerta de su tienda:

Man spricht hier Deutsch.

Se habla Alemán.

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J. A. Heredia, nació en la Ciudad de México,


estudió Ingeniería, y durante más de 20 años se
desempeño en la industria de TI en el país, hasta que
un día se decidió en ocupar su tiempo libre para
escribir.
Esta es su primera novela.

Arturo Ceballos Heredia, nació en la


Ciudad de Veracruz en el 2006, y desde que
pudo tomar un lápiz y papel mostró actitud
para el dibujo.
Este también es el primer libro que ilustra.

Esta edición de 30 ejemplares se terminó de imprimir en la


Ciudad de México, en el mes de octubre del 2021.
_______de 30___

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Martha de la Rosa es una niña de clase media mexicana,


cuyos padres luchan por salir adelante, obtener el
reconocimiento social que tanto anhelan, mostrarse como
una “familia exitosa”, y con ello alcanzar la felicidad.

Pero olvida, sin proponérselo, a su hija Martha.

Martha intentará también salir adelante por su propia


cuenta. Y su Abuelita será pieza clave para conseguirlo.

La Abuelita tampoco se siente satisfecha con lo que ha


logrado en la vida, y Martha será su última oportunidad
para obtenerlo.

Basada en una historia real.

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