Título: La corrupción del ser humano ante la idea del poder.

Sophia Flores Rueda. 5°B.

Viernes 07 de octubre de 2022.

Introducción:
Cuando hablamos de poder lo primero que imaginamos es siempre a personas adineradas y con
un estatus social elevado, es algo que como sociedad nos llama y por más que no quisiéramos,
muchos deseamos que, en algún momento, por suerte o casualidad, un milagro llegue a nuestras
vidas y las cambie por completo; ¿qué nos sucede ante la idea del poder? ¿hasta dónde
llegaríamos por este?
El billete de lotería (1887), cuento de Antón Chéjov, sigue las características literarias del autor
sobre realismo y naturalismo mostrándonos la historia de una pareja feliz y cómodamente casada
que es corrompida en cuestión de minutos cuando un billete de lotería y su imaginación les
cambia el estilo de vida para siempre. Así pues, analizaremos la situación y descubriremos los
factores que llevan a los individuos a cambiar por completo el cómo son cuando disponen de la
idea del poder.

Desarrollo:
Para comenzar, el poder, cuya etimología viene del latín vulgar y raíz indoeuropea poti (amo,
dueño, esposo), es según la RAE: 1. Tener expedita la facultad o potencia de hacer algo. 2. Ser
más fuerte que alguien, capaz de vencerlo. Para el humano, el poder se percibe como una
herramienta que nos da la capacidad de ejercer control, obtener reconocimiento, admiración e
incluso miedo de los demás; puede obtenerse de múltiples formas: naciendo, obteniéndolo
políticamente, trabajando por ello, a medias de engaños y antivalores o incluso en un golpe de
suerte. De cualquier manera, el poder cambia la forma en que las personas se comportan,
aquellas que poseen poder tienen más probabilidades de lograr lo que desean, de tener éxito en la
vida según lo que los márgenes sociales nos han estipulado y justamente, hablando de sociedad,
de tener las puertas abiertas a múltiples marcos de la vida, pues el privilegio lo es todo cuando
estamos tan llenos de prejuicios y estigmas.

En la obra de Chejov, vemos reflejado como esa comodidad, amor y empatía se convierten en
irritación, odio y antipatía aún sin tener el poder, al plantearse todo lo que se podría con este (en
este caso, dinero) turba la relación de Iván y su esposa, les llena de envidia, intolerancia,
resentimiento y deslealtad que evoluciona con pensamientos cada vez más lastimosos hacía el
otro cuando en un inicio estuvieron conformes y felices con lo que tenían.

¿Por qué sucede esto? ¿Cuál es la diferencia? Para responder esto basémonos en el estudio
realizado por Sukhvinder Obhi —neurocientífico de la universidad Wilfrid Laurier en Ontario,
Canadá—y sus compañeros Jeremy Hogeveen y Michael Inzlicht. De título Power Changes How
the Brain Responds to Others (El poder cambia como el cerebro responde a otros), que en base a
pruebas que consistían en mostrar estímulos que hicieran sentir a los sujetos sentimientos de
poder o impotencia, obtuvieron como resultado lo siguiente: Al sentirse impotente, una persona
aumenta su empatía—observada en una región cerebral llamada “sistema espejo”—, mientras
que al sentirse poderosa la señal no es muy alta, traducido a que es más difícil para el individuo
ponerse en los pies del otro cuando tiene poder o que este disminuye los niveles de empatía en la
gente.
En la dinámica de la pareja del cuento, al luchar, pero no concluir con quien es el poderoso y
quien el impotente, la relación quiebra todo intento de empatía y comprensión para nunca ser
más vista.
Con respecto a las dinámicas de poder, Dacher Keltner señala en su libro The Power Paradox
(2016) cómo estas nos hacen adaptar nuestros comportamientos a los comportamientos de otras
personas, visto en la confrontación última con respecto al billete cuando ambos, la esposa e Iván,
intentan someter al otro con comentarios hirientes para ver quién será el poderoso y quien el
impotente.

Conclusión:
La mente humana es entonces, débil, pues aún con los años de evolución que nuestra especie
lleva, tiene arraigada esa pizca de irracionalidad que supondría la diferencia entre cualquier
animal y nosotros. Creo que una de las principales búsquedas ser humano –más allá de cualquier
propósito o meta personal— es la comodidad como individuo, buscamos sobrevivir de la forma
más cómoda posible y esto nos lleva justamente a esa lucha por el poder, por estar lo más arriba
posible en la jerarquía y así, alcanzar esa comodidad constante, aunque eso implique antipatía.