La changunga, nanche, nancite, nanchi o nance es el fruto pulposo de la
especie Byrsonima crassifolia, de color amarillo al rojo en su maduración, con fuerte aroma, un poco más pequeño que una aceituna, con una semilla dura y redonda. Es un árbol pequeño y torcido o arbustivo perennifolio, caducifolio en bosques secos, entre 3 a 15 m de altura con un diámetro a la altura del pecho de 30 cm. Su copa es amplia, abierta e irregular. Presenta hojas alargadas, dispuestas en cruz, simples, en forma de láminas de 5 a 15 cm de largo por 2 a 7.5 cm de ancho, elípticas con el margen entero; son de color verde oscuros y casi lisas en el haz, y verde amarillentas grisáceas pubescentes en el envés. El tronco muestra ramas ascendentes y frecuentemente ramificadas desde el suelo. Su corteza externa es escamosa y se desprende en pedazos rectangulares de color gris. La corteza interna es de color crema rosado, cambiando a pardo rosado, fibrosa y amarga. Las flores se presentan en racimos o panículas estrechas terminales de 5 a 15 cm de largo, pubescentes; son flores actinomórficas, hermafroditas de color amarillo y se vuelven rojizas al madurar, de 1.5 cm de diámetro; cáliz verde, con 6 a 10 glándulas sésiles; pétalos 5, redondeados. Infrutescencias péndulas de 10 a 15 cm de largo, tipo drupa drupas globosas, de 1.7 a 2 cm de diámetro, amarillentas a ligeramente anaranjadas, con una abundante carne agridulce rodeando a un hueso grande y duro. Las semillas son blancas y están rodeadas por una testa delgada morena. Una semilla por fruto. Ellos son muy importantes por esta y otras razones: la generación de sombra, la regulación bioclimática debido a que absorbe el agua por sus raíces y la devuelve al ecosistema en forma de vapor a través del proceso llamado evapotranspiración, favoreciendo la humedad. Esto contribuye también a la regulación de las temperaturas. Además, canalizan los vientos y enfrían los ambientes de forma pasiva.
La planta en general se considera beneficiosa para reducir la tos, además de ser
antimicrobiana, antibacteriana y antifúngica. De acuerdo la CONABIO, el tallo y la raíz en infusiones, ayudan a combatir bacterias infecciosas, como Escherichia colli o E. Colli, Salmonella typhi, entre otros. Este fruto, además de ser un ingrediente muy común en la cocina, también es parte importante de la medicina tradicional mexicana. A pesar de que su uso más común es para aliviar malestares gastrointestinales, el nanche y las distintas partes de su árbol pueden ser utilizados para aliviar algunas enfermedades, aunque siempre será mejor consultar a un especialista. No por ello, tenemos que dejar de conocer los beneficios de las especies originarias de nuestro país, así entonces ¡vamos a comer nanches!