En virtud de que he notado mucha burla entre los estudiantes por el
tono o la forma de reírse de los demás compañeros de clase, pues aplicaría esta estrategia de la orquesta tratando de acompasar con las risas de cada uno, así todo tendrían la oportunidad de reírse un buen rato al tiempo de que se estudian las notas musicales y en función a ello se establece una suerte de coro que los involucre a todo pero de manera coordinada. Sería un ejercicio que pondría en evidencia que la diversidad es necesaria en todo ámbito y que tal y como se coordina para esta orquesta improvisada, así somos todos necesarios en la vida diaria para mantener un equilibrio entre las distintas actividades que cada quien desarrolla, respetando “los tiempos” y validando lo que los demás realizan.