TEMA 7 FEDERICO GARCÍA LORCA (Contexto)

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TEMA 7. FEDERICO GARCÍA LORCA.

CONTEXTO 1

FEDERICO GARCÍA LORCA. CONTEXTO HISTÓRICO, CULTURAL Y LITERARIO.

CONTEXTO HISTÓRICO

En 1929 tiene lugar la Gran Depresión: una profundísima crisis económica de alcance mundial.
Comenzó como una crisis en el mercado de acciones y en las finanzas que llevó a la bancarrota a la
Bolsa de Nueva York. Del sector financiero se trasladó a la industria y, desde EEUU, al resto del planeta.
Las consecuencias de la Gran Depresión fueron muy importantes; las clases dirigentes
comenzaron a defender los mercados nacionales con medidas proteccionistas, lo que condujo al
desmantelamiento de las relaciones comerciales multilaterales y al caos en los intercambios monetarios.
El colapso económico afectó, lógicamente, al tercer mundo: los precios de las materias primas
sufrieron un fortísimo descenso y en las colonias comenzó un fuerte sentimiento antiimperialista, que
culminarán en las luchas por la independencia que tienen lugar tras la Segunda Guerra Mundial.
Si el imperialismo parecía que iba a morir, el viejo liberalismo que lo sustentó se daba ya por
muerto. Frente a él aparecían otras opciones: el comunismo –la Unión Soviética se había mostrado
inmune a la Gran Depresión- y el fascismo, movimiento nacionalista y militarista que desdeñaba las
diferencias de clase y subrayaba las diferencias de raza, que llegó al poder en Alemania de la mano de
Hitler.

En España, la proclamación de la República el 14 de abril de 1931 fue recibida con alborozo por
un pueblo hastiado de la Monarquía y de lo que a ella iba asociado: corrupción, injusticia, falta de
libertad...
El naciente régimen pretendía la creación de un nuevo sistema constitucional que diera lugar a
un parlamento representativo, lo cual, aunque no apartaba a la vieja oligarquía del poder, dejaba
abierto el camino a reformas sociales y a la modernización del país.
El reformismo moderado empieza a manifestarse durante los primeros años: tímidos proyectos
de reforma agraria, decreto para acabar con la saturación de jefes y oficiales en el Ejército, medidas para
extender la educación, preparación de los estatutos de autonomía, prohibición a la Iglesia de ejercer la
enseñanza, aprobación del matrimonio civil y del divorcio. Los terratenientes y patronos, la jerarquía
eclesiástica y la prensa derechista demonizan el nuevo régimen y alientan la conspiración. De otra parte,
se radicalizan las protestas de socialistas y anarquistas, que reclaman al gobierno verdaderas reformas, y
los conflictos sociales se agravan.
En esta situación, las elecciones de 1933 dan el triunfo a la derecha. Se inicia el Bienio negro
(1934-1936), en el cual la oligarquía vuelve a disponer directamente del poder político: paraliza la
reforma agraria, impide los desarrollos de los estatutos...La respuesta de los trabajadores es
contundente y en octubre de 1934 se convoca una huelga general en Asturias, donde los revolucionarios
resisten un tiempo, pero acaban siendo vencidos y reprimidos brutalmente. En las elecciones de 1936
gana el Frente Popular Antifascista (formado por la unión de las fuerzas progresistas) y eso desencadena
la intervención del Ejército con un golpe de Estado en Julio de 1936, que fracasa (en la única ciudad que
triunfa es en Sevilla) y el estallido de la Guerra Civil.

CONTEXTO LITERARIO

La Residencia de Estudiantes fue un lugar de encuentro para los miembros de esta generación;
allí se alojaron Lorca, Prados, Buñuel, Dalí, Severo Ochoa, Gabriel Celaya, etc. Allí acudía con frecuencia
Alberti, participaron en sus actividades Guillén o Aleixandre, y en ella residieron también
circunstancialmente Unamuno, Juan Ramón Jiménez y Manuel de Falla. Era un centro cultural de primer
orden (por él pasaron como conferenciantes Einstein, Marie Curie, H.G. Wells…) en el que se respiraba
un talante liberal y tolerante, como se correspondía con la vinculación de los fundadores a la Institución
Libre de Enseñanza. El espíritu laico, abierto y dialogante, es compartido por los del 27, en su mayoría
liberales, progresistas y republicanos.
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Muy importante para la difusión de la poesía de los escritores del 27, y en general para el arte
de vanguardia, es la proliferación de las revistas literarias. Muchas de estas publicaciones surgen en
provincias, lo que demuestra la importancia de la renovación cultural impulsada por los sectores
juveniles de las burguesías locales: Litoral en Málaga, Mediodía en Sevilla, Carmen (y su suplemento
Lola) en Santander. En Madrid son muy numerosas las revistas poéticas, entre ellas destacan La Gaceta
Literaria y la Revista de Occidente. Ésta, creada por Ortega y Gasset en 1923, había ido integrando en sus
páginas los postulados estéticos vanguardistas, limando sus aspectos más conflictivos. El
antiburguesismo provocador y rebelde de las vanguardias era así superado y asimilado al proyecto
cultural de las minorías cultas.
La Gaceta Literaria fue la revista más importante para la difusión de las vanguardias; en ella se
confrontan las que proponen la intrascendencia moral del arte (poscubismo, poesía pura, Futurismo)
con el Surrealismo y otras orientaciones que defienden la acción política y el compromiso moral.

GENERACIÓN DEL 27
Se consideran miembros de esta generación, en orden de edad, Pedro Salinas, Jorge Guillén,
Gerardo Diego, Vicente Aleixandre, Federico García Lorca, Rafael Alberti, Luis Cernuda y Dámaso Alonso
(aunque éste último afirmaba que había acompañado a esta generación como crítico más que como
poeta). Además hay muchos otros autores que podrían añadirse a este nómina (Manuel Altolaguirre,
Emilio Prados…)

La denominación del grupo se basa en un acontecimiento generacional: casi todos sus


miembros participaron activamente en los actos celebrados ese año con motivo del tercer centenario de
la muerte de Góngora, y en particular en el homenaje del Ateneo de Sevilla, del que ha quedado una
foto que es el emblema del grupo. Además. Hubo otros factores que contribuyeron a dotar a los del 27
de una cohesión superior a la de otras generaciones:

 Lugar de encuentro en la Residencia de Estudiantes de Madrid, donde tuvieron ocasión


de impregnarse del ambiente liberal, culto y europeo que allí se respiraba; además, durante algunos
años, Juan Ramón Jiménez ocupó el cargo de Jefe de Estudios de la Residencia.

 Amplia formación literaria, a diferencia del autodidactismo del 98. De hecho, casi
todos ellos –Pedro Salinas, Jorge Guillén, Luis Cernuda, Gerardo Diego, Dámaso Alonso- fueron
profesores de literatura fuera o dentro de España y, junto a su obra poética, publicaron también
ensayos de crítica literaria.

 Sólida amistad personal, lo que les llevó a colaborar en numerosas revistas y empresas
culturales. Así mismo, la Antología publicada por Gerardo Diego en 1932 dio fe pública de la existencia
del grupo, con la nómina precisa de sus miembros.

 Veneración por la figura de Juan Ramón Jiménez, de quien admiran el ideal de la


poesía pura, la profundidad de sus imágenes y su denodado esfuerzo por expresar las sensaciones. Sin
embargo, la llegada a España en 1934 de chileno Pablo Neruda, defensor de una poesía áspera y
comprometida, dejará al poeta de Moguer claramente relegado.

INFLUENCIAS LITERARIAS

La trayectoria poética de estos autores se enfrenta con circunstancias e influencias semejantes;


he aquí las más significativas:

-La tradición literaria española, que conocen a fondo y opera sobre ellos en tres
aspectos complementarios:
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 Los clásicos del Siglo de Oro. Ya hemos visto como el homenaje a Góngora sirvió para
aglutinar al grupo; del poeta cordobés admiraron su capacidad metafórica y, sobre todo, la concepción
del lenguaje poético como algo diferente al lenguaje común. También tomaron de Quevedo el dominio
del concepto –uso de palabras con varios significados a la vez-; de Lope, el amor por la poesía popular; y
no requieren mayor comentario estos versos de Alberti:
Si Garcilaso volviera
yo sería su escudero
pues buen caballero era.

 Se declararon herederos, también, de la tradición poética cercana, en especial de


Bécquer, cuya huella se encuentra en varios de estos poetas, y de manera explícita en Luis Cernuda y en
Rafael Alberti. De entre los contemporáneos, hay que recordar el magisterio de Juan Ramón Jiménez.

 Importantísima fue la influencia del Romancero y la lírica tradicional castellana, hasta


el punto de que al clasificar los primeros libros de algunos de estos autores se habla de poesía
neopopular.

- Los movimientos de vanguardia: la gran importancia concedida a la imagen y a la metáfora


proceden del Creacionismo y del Ultraísmo. Hubo también una tendencia hacia la poesía pura,
intelectual o “deshumanizada”. Más relevante fue la influencia del Surrealismo, que inspiró libros
fundamentales de Aleixandre, Cernuda, Lorca y Alberti.

- En 1934 llegó Pablo Neruda a España; enseguida funda la revista Caballo verde para la
poesía, en cuyo primer número publica un manifiesto a favor de la poesía “impura”, cercana a la
realidad, que orientará a los poetas hacia un mayor compromiso social.

La guerra civil supuso la segregación del grupo: Federico García Lorca fue asesinado en los
primeros meses de la contienda; unos miembros partieron hacia el exilio, otros quedaron en España.
Cada uno siguió entonces su propio camino poético, aunque en la obra de todos ellosse aprecia el
hondo trauma causado por el enfrentamiento fratricida. Una vez superado esto, su poesía recuperó el
equilibrio para abrirse de nuevo a los grandes temas humanos universales.

EVOLUCIÓN CONJUNTA

El considerable número de integrantes del grupo poético del 27 y su marcada individualidad


hacen difícil distinguir en bloque distintas etapas en su quehacer literario. No obstante, es indudable
que se produce en todos ellos una evolución desde sus comienzos como escritores. Convencionalmente,
podrían señalarse hasta la guerra civil tres momentos diferentes:

 Una etapa de juventud, que llegaría hasta 1925. Algunos son ya por entonces
conocidos poetas, como Gerardo Diego, inserto de pleno en las experiencias poéticas vanguardistas.
Otros componen sus primeros libros, aún de sabor posmodernista. Se aprecia también en algún caso el
deseo de depuración que aprenden en Juan Ramón. Es, por tanto, una época de tanteos en busca de un
estilo poético propio.

 Un segundo periodo del grupo sería el de la última mitad de los años veinte, cuando
todos ellos han publicado ya importantes libros, han participado en actos colectivos y se han
consolidado como la generación de los poetas jóvenes.

 La tercera etapa se correspondería con los años treinta. Durante la República se


produce la progresiva rehumanización poética a la que antes nos hemos referido. Algunos poetas como
Alberti, adoptan una abierta posición de compromiso político. Otros, como Lorca o Cernuda, también se
sitúan políticamente a la izquierda.

El final de la Guerra Civil supone la dispersión de estos poetas y el fin del grupo del 27 como tal.
Lorca ha sido asesinado, y del resto todos marchan para el exilio salvo Diego, Alonso y Aleixandre. Los
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supervivientes siguen cada uno su camino poético, aunque en los versos de casi todos se dejan sentir los
desgarradores años de la guerra y, en los exiliados, el recuerdo de la tierra perdida.

EL AUTOR: FEDERICO GARCÍA LORCA (1898-1936)

Uno de los escritores más célebres del siglo XX. Su asesinato influyó en esta difusión, pero con
el tiempo su vigencia y su prestigio continúan siendo enormes.
Hijo de una familia muy acomodada estudió música con Manuel de Falla y se trasladó a Madrid,
donde vivió en la célebre Residencia de Estudiantes y compartió con Dalí, Buñuel y tantos otros,
momentos cruciales para el arte del siglo XX. Viajó a Nueva York y a Cuba en el curso 29-30, donde fue
testigo del crack de la Bolsa del 29. Vuelto a España escribe tragedias y dramas de gran éxito. Fue
director del teatro universitario La Barraca con el que recorrió numerosos lugares del Estado (apoyando
al gobierno de la República) llevando lo mejor de su dramaturgia. Su republicanismo de izquierda y su
condición de triunfador hicieron de él en Granada, al estallar la guerra, una víctima fatal.
El universo lorquiano se define por un palpable sistematismo: la poesía, el drama, la prosa se
alimentan de obsesiones y claves estilísticas constantes. La variedad de forma nunca atenta contra esa
unidad de fondo. Un clasicismo de fondo, barroco, gongorino, nutre la imaginería lorquina. En el centro
de ese sistema expresivo alienta un poderoso código simbólico, cuyos elementos dorsales son la luna, el
agua, la sangre, el caballo, la hierba y los metales, unidos al tema de la muerte y el destino trágico.
La carrera literaria de Lorca dura dieciocho años, desde su primer libro de poemas hasta las
primeras obras de madurez como Poema del Cante Jondo o Romancero Gitano (1928). A estas seguirán
Poeta en Nueva York y Diván del Tamarit, el magistral Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías y
los Sonetos del Amor Oscuro.
La lírica de Lorca es una felicísima mezcla de poesía popular y renovación. Los temas y ritmos
tradicionales conviven con imágenes atrevidas y sugerentes de cuño vanguardista. Sus versos nos
transportan a un mundo dominado por misteriosas fuerzas atávicas o instintos ancestrales. El universo
poético de Lorca, presidido por la muerte, que acecha a cada paso, es trágico y violento. Las pasiones se
desencadenan con intensidad y abocan al individuo a un destino fatal. El amor y el sexo se presentan
como un impulso dionisíaco al que no cabe resistirse, una fuerza vital que se entrelaza inevitablemente
con la muerte.
La fusión de imágenes surreales con la vena popular logra sus mejores momentos en
Romancero gitano (1928). El poeta se ocupa de una raza marginada y manifiesta sus simpatías hacia ella;
toma partido frente a la represión institucionalizada que representa la guardia civil.
A raíz de una crisis íntima, Lorca viaja a EEUU. El resultado es Poeta en Nueva Cork (1929-1930),
denuncia de una sociedad materialista que oprime al débil y margina al negro; trabajará en esta obra
hasta el final de su vida. Usa el verso libre y se vale de imágenes oníricas, irracionales, para transmitir la
angustia que le produce esa ciudad monstruosa e inhumana. Alza su voz contra la técnica que domina al
hombre y contra el dinero que destruye a los seres indefensos. En su etapa final compone más teatro
que poesía.

LA OBRA: La casa de Bernarda Alba.

El teatro de Lorca es, con el de Valle-Inclán, el de mayor importancia escrito en castellano en el


siglo XX. Es un teatro poético, en el sentido de girar en torno a símbolos medulares —la sangre, el
cuchillo o la rosa—, desarrollarse en espacios míticos o de un realismo trascendido, y encarar problemas
sustanciales del existir. El lenguaje, aprendido en Valle-Inclán, es también poético. Sobre Lorca influyen
también el drama modernista (de aquí deriva el uso del verso), el teatro lopesco (evidente, por ejemplo,
en el empleo organizado de la canción popular), el calderoniano (desmesura
trágica, sentido de la alegoría) y la tradición de los títeres.
La producción dramática de Lorca puede ser agrupada en cuatro conjuntos: farsas, comedias
«irrepresentables» (según el autor), tragedias y dramas.
 Entre las farsas, escritas entre 1921 y 1928, destacan La zapatera prodigiosa, en la que el
ambiente andaluz sirve de soporte al conflicto, cervantino, entre imaginación y realidad, y
Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín, complejo ritual de iniciación al amor
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 Los «dramas irrepresentables» de 1930 y 1931: El público y Así que pasen cinco años, sus dos
obras más herméticas, son una indagación en el hecho del teatro, la revolución y la presunta
homosexualidad —la primera— y una exploración —la segunda— en la persona humana y en el
sentido del vivir.
 Consciente del éxito de los dramas rurales poéticos, Lorca elabora las tragedias Bodas de
sangre (1933), en la que una novia se escapa con su amante el mismo día de su boda,
reflejando en la historia una pasión que desborda barreras sociales y morales, pero que
desembocará en la muerte. Yerma (1934) es el drama de la mujer condenada a la infecundidad.
De un lado, el ansia insatisfecha de la maternidad; de otro, la fidelidad a su marido… Todo ello
se une al anhelo de la mujer por realizarse frente a la sumisión que se debe a la moral recibida
de la honra. De ese choque surge la tragedia
 Los problemas humanos determinan los dramas. Así, el tema de la «solterona» española (Doña
Rosita la soltera, 1935), o el de la represión de la mujer y la intolerancia en La casa de Bernarda
Alba, para muchos, la obra maestra del autor.

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