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Estas son muy buenas preguntas. Es muy desalentador pensar que las cosas no pueden
volver a ser como antes, una vez que hemos cruzado ciertas líneas o una vez que hemos
hecho sonar ciertas campanas. Es, incluso lo llevaría más lejos y diría que es más que, más
que desalentador. Es doloroso, ha habido una pérdida. Y a menudo, muy a menudo, las
personas acuden a una consejería matrimonial y quieren hacerlo, están tratando de volver a
ser como antes. Ya sea hace un año o hace diez años o al comienzo de nuestra relación,
creo que es un objetivo realmente equivocado. Aunque, por un lado, realmente
entendemos cuál es ese deseo, casi como una fantasía de volver a ser como eran las cosas,
pero realmente no creo que ese sea el deseo de Dios en situaciones como esta. Dios no
está sorprendido, Dios no está mirando esta situación en la que has roto la confianza.
Donde has traicionado algo, donde has hecho agravios realmente graves a la otra persona.
Diciendo – Ay no, qué hacemos ahora, cómo volvemos atrás, ni en lo más mínimo.
En realidad, es una serie de quizás uno, dos o tres nuevos matrimonios. Donde una pareja
tiene la oportunidad de hacer crecer algo nuevo, algo diferente. Reconocer con
humildad y amor lo que se ha hecho, reconocer cómo les ha impactado. Y a dedicarse
poco a poco a crear o recrear un nuevo matrimonio, donde el matrimonio que sigue
adelante es en realidad mejor, está mucho más lleno de un reconocimiento humilde del
fracaso, del error. Y una oportunidad para crecer en el amor y en reconstruir la confianza.