Está en la página 1de 6

El texto habla de los factores del desarrollo empresarial en Colombia y cómo estos difieren

del modelo exitoso de los países industrializados. Se menciona que los antecedentes del
desarrollo empresarial en Colombia parten de condiciones precarias en términos
institucionales y de población, debilidad del sistema financiero y baja capacidad para la
acumulación de capital. Además, se destaca la herencia cultural e institucional española
como un obstáculo para la capacidad de asimilación de la racionalidad técnica de la
sociedad industrial. Se mencionan actividades como la explotación minera y la producción
de tabaco como las primeras fuentes de acumulación de capital y desarrollo empresarial
en Antioquia durante el siglo XIX. También se habla de la escasa productividad e
innovación tecnológica en Colombia como resultado de los valores culturales y religiosos
trasladados desde la "madre patria" a sus colonias, que crearon un sistema educativo y de
administración de carácter premoderno y precarios incentivos sociales.

El crecimiento del mercado y la población urbana en Colombia y Estados Unidos se discute


en el texto dado. La población de Estados Unidos aumentó de 4 millones en 1790 a 270
millones a fines del siglo XX, mientras que la población de Colombia era de 2,5 millones a
principios del siglo XX, de los cuales medio millón eran urbanos. Los factores que
contribuyeron al desarrollo empresarial colombiano fueron el sistema financiero, el
crecimiento del mercado (aumento de la población), la producción de café, la educación y
la mejora de la capacidad técnica, la inversión extranjera y el sistema de gestión tradicional
basado en el cliente. En la primera mitad del siglo XX, el sistema financiero colombiano era
débil, con muy pocos inversionistas y casi total libertad a la entrada de capitales externos,
principalmente de Europa.

El texto habla sobre la situación del sistema financiero en los años 30, en el contexto de la
Gran Depresión que llevó a una mayor intervención del Estado en la economía. La crisis
hizo evidente el fracaso del mercado libre sin restricciones, por lo que se necesitó
complementar el mercado con la planificación y la gestión pública de la economía. Estados
Unidos e Inglaterra controlaron la demanda por el mecanismo de los precios del mercado
y propiciaron la expansión del Estado, incluso recurrieron al déficit fiscal para ser cubierto
con la expansión del sistema financiero. Las sociedades desarrolladas tuvieron que
propiciar una mayor intervención del Estado ante la crisis y la grave situación del
desempleo. Los Estados Unidos formalizaron una política intervencionista de Estado a
través del New Deal, que fortaleció los espacios democráticos, la organización sindical, el
mejoramiento de los procesos de planeación económica y social, y la programación del
presupuesto. En Colombia, la crisis llevó al cierre repentino del crédito externo y el
descenso drástico en la capacidad para importar productos extranjeros, lo que llevó a que
se otorgaran facultades extraordinarias al presidente para restringir las importaciones,
especialmente de los productos agrícolas no esenciales y de los bienes manufacturados
que se pudieran producir en el país. Además, se prohibió cualquier aumento en los
aranceles de maquinaria agrícola y se crearon la Junta de Control a las exportaciones y la
Junta de Control de Cambios e Importaciones. Durante estos años, Colombia abandonó el
patrón oro y declaró la moratoria en el pago de la deuda externa. Con la reforma
constitucional de 1936, el Estado definió una política de intervención y control de la
economía nacional con la regulación del sistema financiero, un mayor endeudamiento, la
inversión y la creación de empresas públicas. A pesar de los ciclos de violencia, las
empresas crecieron durante los años treinta y cuarenta.

Este texto relata la evolución del sistema financiero y la Bolsa de Valores en Colombia,
desde la década de los 70 hasta el 2005. Se menciona que en los 70, el país tuvo una
reforma financiera que permitió la creación de nuevas entidades financieras, y se dio la
oportunidad a pequeños empresarios de conformar compañías de financiación de
consumo. En 1997, debido a la caída del sector de la construcción y la especulación
financiera, el sector financiero no pudo continuar con los préstamos y hubo una gran crisis
económica. El Gobierno tuvo que rescatar a las corporaciones de ahorro y vivienda a través
del Fondo de Garantías Financieras (Fogafin), estatizando seis bancos. En 2004, solamente
110 empresas se encontraban inscritas en la Bolsa de Valores de Colombia, y la
concentración de las acciones en pocos propietarios y la falta de cultura de inversión en
acciones ha impedido que la Bolsa juegue un papel preponderante en el sistema financiero
y del desarrollo empresarial del país. Se ha formulado una política de desconcentración
que busca fomentar la inversión en acciones por parte de nuevos inversionistas y crear una
alternativa diferente a la inversión en títulos de deuda pública del Gobierno (TES). También
se menciona la evolución del modelo de gestión de empresas en Colombia, que tuvo que
adaptarse a las condiciones del país debido a la predominancia de los productos primarios
en las exportaciones. ++

El texto presenta información sobre la contribución del café al desarrollo de la tecnología


local, específicamente en la región de Caldas, Colombia. Se menciona que las pequeñas
empresas de fundición de Amagá y La Estrella producían despulpadoras de manubrio para
el café, y que su uso se extendió a cada finca cafetera en la región. Durante las décadas de
los veinte y treinta, las bonanzas cafeteras incentivaron el crecimiento de la producción del
grano, especialmente en Antioquia y Caldas. Además, se discute la creación de la
Federación Nacional de Cafeteros en 1927, liderada inicialmente por los cultivadores de
Medellín y Manizales, y su modelo de organización sui géneris, que no encaja en las
formas internacionales estándar acogidas por otros países productores de café.

Durante el gobierno de Carlos Lleras Restrepo en Colombia se promovió la organización


de los campesinos en torno a la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos (ANUC), y
mediante la Ley 1ª. de 1968 se aumentó la financiación del Incora con el fin de transferir la
propiedad de la tierra a los aparceros o arrendatarios. Sin embargo, en junio de 1974, de
545.000 arrendatarios inscritos, únicamente 1.819 se habían convertido en propietarios y la
ley no tuvo un impacto significativo en las grandes propiedades de las mejores tierras del
país. Durante el gobierno de Misael Pastrana, se aprobó una nueva política de
redistribución de la tierra a través del Plan de Desarrollo Rural Integrado (DRI), pero la
tendencia fue que los pequeños agricultores perdieran sus propiedades. En los años
setenta, el precio del café aumentó significativamente y las exportaciones pasaron de
US$300 millones a más de US$2.000 millones en 1980. Además, en este periodo se
conformó el Grupo Cafetero, que se consolidó y llegó a ser el más poderoso del país en
ese momento. En 1989, con el rompimiento del Acuerdo Internacional del Café, se inició la
crisis de las instituciones del Grupo Cafetero. Desde 1910, la producción y exportación de
café logró una expansión significativa en Colombia y permitió acumular capital a algunos
hacendados y parceleros de Antioquia y el Viejo Caldas, convirtiéndose en el principal
producto de exportación colombiano.

El texto describe la crisis de la industria del café en Colombia a fines del siglo XX y los
factores que la llevaron a ella. Desde 1910 hasta la década de 1980, el café representó más
del 40% de las exportaciones colombianas, con un pico en la década de 1950. Sin
embargo, la crisis de 1989 provocó una caída dramática en las exportaciones y los precios
del café, lo que provocó un aumento del desempleo. Los factores que contribuyeron a la
crisis incluyeron un cambio hacia un mercado más competitivo con la liberación de los
precios internacionales, reacciones lentas a los cambios en el mercado y la necesidad de
reducir costos e invertir en estrategias de gestión más eficientes. La crisis también reveló
problemas internos como la mala distribución de la tierra, la baja inversión en educación y
capacitación técnica, y la falta de iniciativa durante los períodos de crecimiento económico.
Después de más de una década de crisis,

El texto aborda el papel de la ingeniería mecánica y el management en el desarrollo de la


empresa corporativa, y cómo este proceso se dio en los Estados Unidos y Colombia en
períodos históricos distintos. Se destaca la importancia de la capacidad de innovar y
producir máquinas en el desarrollo industrial y la productividad de las empresas. Los
ingenieros mecánicos jugaron un papel importante en la introducción de máquinas en los
procesos de producción y en la capacidad de gestión empresarial. En los Estados Unidos, la
ASME desempeñó un rol destacado en la sistematización del conocimiento del
management, mientras que en Colombia, la educación formal y memorística promovida
desde el siglo XV favoreció una institucionalización tardía de la ingeniería mecánica y el
management. En el inicio del siglo XX, en Colombia no existían las condiciones para
producir e innovar máquinas ni para formar ingenieros mecánicos con capacidad de
innovación y gestión.

El texto analiza la influencia de los valores religiosos en la educación colombiana durante


la primera mitad del siglo XX. La Iglesia Católica tuvo una fuerte presencia en la educación,
y la Constitución de 1886 formalizó su papel en la supervisión del currículo y los textos. La
influencia de la Iglesia en el sistema educativo también se vio reforzada por sermones y
sacramentos que enfatizaban la salvación de los pobres. Sin embargo, los valores
tradicionales y la organización clientelista obstaculizaron el desarrollo de las empresas
industriales y la capacidad de gestión. La difusión de las teorías gerenciales no fue
suficiente para asimilar estos conceptos y técnicas en las prácticas de las empresas
colombianas. Las limitaciones de una sociedad premoderna con valores culturales e
institucionales precapitalistas y premodernos también fueron factores que impidieron el
estudio y evaluación sistemática de la productividad y eficiencia en las empresas del país.
Finalmente, el texto vislumbra las características de la gestión premoderna en las empresas
colombianas durante la primera mitad del siglo XX, las cuales fueron moldeadas por el
inadecuado transporte, la escasez de maquinaria y la falta de institucionalización de la
educación gerencial.

El pasaje describe los orígenes de varias empresas colombianas. Fabricato, empresa textil,
fue fundada en Bello en 1920 por Carlos Mejía, Antonio Navarro y Rudesindo Echavarría.
Postobón, una empresa de refrescos, fue fundada en Medellín en 1904 por Valerio Tobón y
Gabriel Posada. Carvajal SA, una imprenta y empresa comercial, fue fundada en Cali en
1904 por Manuel Carvajal y sus hijos Alberto y Hernando. Finalmente, Carulla y Compañía,
una empresa comercial, fue fundada en Barranquilla en 1905 por José Carulla Vidal.
Además, el pasaje brinda información sobre la situación económica en Colombia a
principios del siglo XX, incluida la presencia de fábricas textiles de lana y algodón de baja
calidad, el uso de tecnología inglesa obsoleta en la producción de bebidas y la fundación
de Scadta, una compañía aérea. que luego se convirtió en Avianca.

El texto analiza la inversión extranjera, el comercio y la inmigración como factores en la


gestión y el desarrollo empresarial. En el pasado, la mayor parte de la inversión extranjera
indirecta en América Latina provenía de Europa y luego de los Estados Unidos después de
la Segunda Guerra Mundial. Inicialmente, la inversión extranjera se concentró en las
industrias extractivas y luego en los sectores manufacturero y financiero. En muchos países
latinoamericanos, la inversión realizada por comerciantes y empresarios extranjeros fue un
factor importante en el desarrollo de los negocios.

Los extranjeros jugaron un papel importante en el desarrollo empresarial de Antioquia y el


resto del país, según Hagen, Choo, Lipman, Barry y McGreevey. En las décadas de 1930 y
1940, los comerciantes extranjeros continuaron participando y algunos finalmente se
establecieron en el país y contribuyeron al desarrollo comercial.

En la década de 1940, las empresas manufactureras colombianas crecieron debido a la


acumulación de capital proveniente de la producción y exportación de café, la intervención
estatal a través de políticas de sustitución de importaciones después de la Segunda Guerra
Mundial, la innovación tecnológica apoyada en la inversión extranjera y la inmigración de
extranjeros con capacidad de inversión. Las empresas de consumo (alimentos, bebidas,
textiles y tabaco) fueron las que más rápidamente se consolidaron durante la década de
1940.

El gobierno colombiano ha sido criticado por su política hacia los inmigrantes con
conocimiento o capital de inversión. Se le ha acusado de cerrar sus puertas al personal
extranjero calificado, y se ha comparado el caso de Brasil, que entre 1887 y 1936 admitió
más de 2,8 millones de inmigrantes, mientras que Colombia admitió sólo 400 entre 1902 y
1919.

En 1940 se crea en Colombia el Instituto de Fomento Industrial (IFI) para contribuir a la


creación de empresas para la producción de bienes e insumos para la industria debido a la
escasez en el mercado internacional provocada por la guerra. Lamentablemente, la
organización contaba con recursos muy limitados y, por lo tanto, los resultados eran
precarios.

Este texto ofrece un panorama histórico del desarrollo de las prácticas laborales y
gerenciales en Colombia, particularmente en la industria textil, desde mediados del
siglo XX hasta principios de la década de 1990.

A mediados del siglo XX, las prácticas de gestión tradicionales, clientelistas y


paternalistas dominaban las empresas colombianas, con una cultura influenciada
por ideas religiosas católicas, educación no técnica y un bajo grado de confianza
en las normas y reglamentos. La industria del café fue el principal motor del
desarrollo económico durante este período, con la expansión del cultivo y las
exportaciones de café.

En la década de 1940, las industrias textil y manufacturera se desarrollaron


simultáneamente con la sindicalización de los trabajadores bajo la influencia de la
moral católica. La política de sustitución de importaciones posterior a la Segunda
Guerra Mundial fue crucial para el desarrollo de los conglomerados en la región,
caracterizados por estructuras de propiedad cerradas, débil participación en el
mercado de valores, atraso tecnológico en las áreas de producción y
comercialización, y un sistema de control centrado en los principales familia
propietaria.

En la década de 1950, el sector textil en Colombia creció significativamente,


modernizándose con el apoyo de políticas proteccionistas y experiencia técnica y
de gestión extranjera. Las nuevas tecnologías se implementaron en los procesos de
producción, contratación, capacitación y seguridad social, generando resistencia al
cambio, tensiones políticas y la necesidad de negociar con los movimientos
laborales.

En 1955, las empresas textiles de Medellín, entre ellas Coltejer, Fabricato,


Tejicóndor, Sedeco y Vicuña, con alrededor de 150.000 trabajadores, contrataron a
American Associated Consultants para aplicar métodos de gestión científica o
ingeniería industrial.

Durante las décadas de 1960 y 1970, la industria textil importó maquinaria y


asistencia técnica, con un 70% de empresas utilizando tecnología extranjera.

Para 1992, la industria textil se había convertido en el principal sector exportador


no tradicional de Colombia, generando 150.000 empleos directos y 500.000
indirectos. En ese año se desmanteló la Dirección de Aduanas y en 1993 se fusionó
con la Administración Tributaria. Este período también vio una concentración de
capital y una importante inversión extranjera en el país, siguiendo la política de
sustitución de importaciones impulsada por la Comisión Económica para América
Latina y el Caribe (CEPAL).

También podría gustarte