Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Romanticismo:
“En el espacio, inmenso, las enormes distancias y lapsos de tiempo casi eternos, fuera
de la imaginación de los humanos. Aquí, donde hace unos 8 minutos el sol brilló,
donde hace años luz de distancia, estuvieron los guerreros más fastuosos que hayan
pisado nuestro planeta, los Cuetlāchtli…”
sabes que hay muchas personas que matarían por el plato que tienes en la mesa-
-Madre sé perfectamente bien que hay personas que matarían por ese plato o en
general por cualquier cosa, así funciona la avaricia humana - exclamé un poco
momento por el libro que traía en las manos, solo que se ahorró sus comentarios
Una vez terminé mi cena no podía dejar de pensar en lo que estaba escrito en
aquel libro, me quedé tan perpleja…
Mi libro hablaba sobre unos guerreros llamados Cuetlāchtli, los cuales peleaban
entre ellos debido a que se encontraban en una búsqueda de lo más sagrado. Cada
uno de los guerreros tenía una función en su tribu, sin embargo, esa virtud estaba
acompañada de una maldad, que al no ser medida podría terminar con todo a su
paso.
Al recostarme y cerrar los ojos, solo podía pensar en la similitud que tenía la
humanidad con los guerreros Cuetlāchtli. Somos tan capaces, tan fuertes, que
dormida.
Estaba dando vueltas en la cama, enredándome con las sábanas; podía sentir como
el calor de mi sangre recorría mis venas hasta que de un momento a otro… Me
encontraba en lo que parecía ser el fondo de un volcán, el cual podía escalar para
finalmente emerger y sentir un dolor indescriptible, podía sentir como si un millón
de ampollas en mi espalda estuvieran reventadas y encima les hubieran echado el
jugo de limón más ácido jamás extraído. Intenté gritar pero ya no tenía una boca,
Jamás me había sentido tan jindama en mi vida, cuando de pronto sentí algo, o
más bien, a alguien. Podía sentir como este ser desconocido estaba desconsolado
Yo ya no tenía boca, pero si tenía muchas preguntas. De algún modo este ser me
Mariana Monterroso Pérez Grupo: 408
-No-me respondía este ser por medio de sensaciones- no soy Dios, solo soy yo-
continuó explicando.
-Soy algo que no pudiste respetar, algo que olvidaste porque creaste a una deidad
la cual persigues todos los días, todas las noches, para ella vives, para ella mueres-
Exclamó con lo que se sentía una corriente helada- Toda tu especie-Continuó- Oh!
Para este punto yo no tenía idea de a qué se refería así que pregunté- ¿Y quién es
presente que no lo notas. Aquel verde y liviano “papel” al que tanto valor le
atribuyen todos ustedes. Aquel que desde su invención, se han sentido con
derecho de pasar sobre mí, sobre mis demás hijos, sobre mi alma, me han
quebrado una y otra y otra y ¡OTRA! Vez, aun así yo resisto- Sentía como este ser
estaba inmerso en una gran decepción y un gran repudio, sin embargo, también
podía sentir una gran gentileza y paciencia, la cual me dio esperanza.
y aun así estas dispuesto a resistir. Podemos tocarte y así venerarte, podemos
tocarte y así conservarte, podemos tocarte y así amarte…- Al transmitir eso a este
despertador.
Lo primero que hice al despertar fue respirar profundo, tocar mi cara y prestar
atención a cómo se sentía mi pijama en cada centímetro de mi cuerpo. Una alegría
inundó mi alma y solté una carcajada ahogada al sentirme viva y llena de energía.
Esa mañana decidí que cuidaría a ese ser divino responsable de nuestra mera
existencia pues es lo único seguro que tenía. No necesitaba un nombre o una
imagen pues era simplemente el lugar en el que habitaba, desde la semilla angular,