Está en la página 1de 13

Aspectos contables del fideicomiso (primera parte)

Giménez Ortiz, Verena

Introducción
La idea inicial del trabajo nació de preguntándonos: los Fideicomisos, dónde están tratados
en nuestras Normas Técnicas Profesionales? Los Fideicomisos no debieran tener un
tratamiento diferencial, exponiéndose información especial?
Al repasar las Normas Técnicas, centramos la atención en la Res. técnica 21 el punto 3 que
trata sobre Información a exponer sobre partes relacionadas, así en las definiciones vertidas de
control, no pudimos dejar de pensar por qué la omisión de incluirlos como un tipo de relación.
Iniciamos el camino con la bibliografía disponible, de hecho nutrida, pero sólo desarrollada
desde el punto de vista legal, y la más reciente abarca el aspecto tributario. Consultamos a
editoriales e incluso por internet sobre el tratamiento contable dado a los fideicomisos y sólo
tuvimos acceso al Cuaderno N° 28 publicado bajo el título "Tratamiento contable del
Fideicomiso" de Agosto de 1997, emitido por el CPCE de Capital Federal.
Es sabido, que la contabilidad como "sistema de información", es una sola, no varía por el
sólo hecho de cambiar la actividad o la forma jurídica que adopte el ente económico. Pero de
todas maneras, ya que el fideicomiso es la vedette del momento, la figura más utilizada en el
último lustro en nuestro país, resultó intrigante y por ende un desafío, investigar sobre el tema.
Con la ley bajo la lupa, releyendo los artículos una y otra vez, con la lectura del Código de
Comercio, comenzamos a indagar la manera como fueron encarados los temas contables en la
ley de Fideicomisos (ley 24.441, BO: 16/01/1995), surgiendo nuevos interrogantes:
• Fue atinado incluir una Rendición de Cuentas, si el código le exige al comerciante la
confección de Estados Contables? Rendir una cuenta, apunta como el nombre lo indica, a dar
explicaciones documentadas sobre un tema (una cuenta). La información que brindan los
Estados Contables, es una información total y completa de la situación patrimonial, financiera
y los resultados obtenidos por el ente.
• Fue suficiente decir que "los bienes fideicomitidos constituyen un patrimonio separado del
fiduciario y del fiduciante". No se exige una contabilidad por separado, y menos aún menciona
los registros contables obligatorios que debieran llevar.
Fue así, que de preguntarnos sobre el encuadre en las Normas Técnicas Contables, hemos
encontrado y agregado puntos interesantes, todos ellos desarrollados en el presente trabajo, que
esperemos sea de interés, tendiendo a complementar aspectos de escaso tratamiento y reducida
bibliografía, pensando coadyuvar al ejercicio del profesional en ciencias económicas.
1. Glosario
Los términos que aparecen a lo largo del presente trabajo, se utilizan con el significado y
alcance que se detalla a continuación:
Fiduciante: También denominado constituyente, fideicomitente: es el sujeto propietario
del bien /bienes que se trasmiten en fideicomiso y es quien instruye al fiduciario acerca del
encargo que deberá cumplir. La regla general es que el fiduciante sólo tiene poderes de
Página 1 © Thomson Reuters checkpoint.laleyonline.com.ar
disposición (amén del encargo asignado al mismo) y por ello es que el análisis del rol del
fiduciante debe basarse en su capacidad de trasmitir la propiedad y manifestar su voluntad de
crear un fideicomiso. También es dable la pluralidad de fiduciantes, ya sea desde el inicio o a
posteriori, en este último caso debería estar previsto en el contrato o requerir de la aprobación
unánime de los fiduciantes originarios. (1)
Fiduciario: También denominado fideicomitido. Es el sujeto quien ejerce la propiedad
fiduciaria para cumplir con el encargo establecido en el contrato. El art. 5° de la ley 24.441
establece que podrá ser fiduciario cualquier persona física o jurídica, excepto cuando hablamos
de fideicomisos financieros, para los cuales está previsto que podrán desempeñarse como tales
las entidades financieras (reguladas por la ley 21.526) y las personas jurídicas que autorice la
Comisión Nacional de Valores (CNV). Dicho tema excede el desarrollo del presente trabajo,
para mayor información consultar la Res. general 368/2001 (CNV), libro 3, capítulo XV.
Para el Dr. Mario Kenny la ley deja abierta la posibilidad de pluridad de fiduciarios, al que
lo denomina cofiduciario, utilizado por primera vez en el fideicomiso financiero Consubond
Serie III: Fiduciario Banco Sáenz SA, cofiduciario Banco Sudameris Argentina SA (2). La
pluridad de fiduciario se encuentra ratificada por otra ley, que es la ley 25.284 Régimen
especial de administración de las entidades deportivas con dificultades económicas.
La Ley prohíbe al fiduciario constituirse en beneficiario o fideicomisario (primer párrafo in
fine del art. 7° de la ley 24.441). El fundamento se orienta a poner límites, evitando excesos del
fiduciario en detrimento de los reales beneficiarios del contrato.
Beneficiario: Es aquel en cuyo beneficio se administran los bienes fideicomitidos; es quien
tiene el derecho a los beneficios económicos que emerjan del patrimonio fiduciario. La misma
ley estipula la posibilidad de pluridad de beneficiarios, y la individualización de ellos,
pudiendo ser personas físicas o jurídicas de cualquier naturaleza, que puede o no existir al
tiempo de la firma del contrato (en este último caso, deberá constar los datos que permita su
individualización).
Fideicomisario: Es aquel que tiene el derecho a recibir el remanente de los bienes
fideicomitidos al finalizar el contrato. Se diferencia del beneficiario, porque éste es el que
percibe los frutos (rentabilidad) durante la vigencia del contrato. Una vez cumplido el plazo o
condición, el remanente del patrimonio es para el fideicomisario (pudiendo existir pluridad de
sujetos).
Patrimonio fiduciario: El art. 14 de la ley dispone que "los bienes fideicomitidos
constituyen un patrimonio separado del patrimonio del fiduciario y del fiduciante". El
patrimonio se lo caracteriza como el conjunto de bienes, derechos y deudas que posee una
persona. En este caso, este patrimonio es de titularidad del fiduciario, pero constituye un
patrimonio "especial" separado del resto de sus bienes propios. No está de más mencionar, que
el fideicomiso no es sujeto de derecho, por ello, el fiduciario es el titular de los bienes que lo
conforman, como lo veremos más adelante.
2. Roles que pueden adoptar las partes
Cierta línea de la doctrina considera "partes" a todos los sujetos mencionados en el art. 1° de
la ley 24.441, cuyo significado hemos desarrollado en el glosario.
Página 2 © Thomson Reuters checkpoint.laleyonline.com.ar
El concepto dado especifica la existencia de un sujeto que constituye el fondo (fiduciante)
mediante la transmisión de bienes en propiedad fiduciaria a otro sujeto que es el fiduciario,
quien deberá llevar adelante el encargo y distribuir los frutos a los designados como
beneficiarios. Una vez cumplido el plazo o condición, el fiduciario debe entregar el patrimonio
residual al fiduciante, al beneficiario o al fideicomisario.
a) Fiduciante, fiduciario, beneficiario y fideicomisario: sujetos distintos

Figura 1 - Fideicomiso
b) Fiduciante-beneficiario: el mismo sujeto.

Figura 2 - Rol Fiduciante-beneficiario


¿Por qué transmite los bienes a un tercero, si mantiene para sí los beneficios? La principal
razón de ser, es la confianza que merece el que administra, así también de su calificación
profesional; y por otro lado, la posibilidad de "aislar" ciertos bienes, lograr encapsular los
activos, frente a terceros ajenos destinados a la realización de proyectos específicos. Como
ejemplo de ellos son los emprendimientos inmobiliarios. Donde empresarios PyMe (pequeñas
y medianas empresas) por ejemplo aportan: un terreno a cambio del derecho de recibir como
beneficiario y fideicomisario, otro sujeto aporta los fondos líquidos necesarios para realizar la
obra, otro puede poner su fuerza de venta de las unidades que construyen. El fiduciario es quien
administra y lleva adelante la ejecución de la obra, dando seguridad a los participantes que el
patrimonio sólo será utilizado para la realización del proyecto, sin verse afectado por riesgos
ajenos al mismo.
Los fideicomisos de este tipo, son muchos más ágiles que la constitución de una sociedad
anónima o similar, menos rígidos en cuanto a la distribución de beneficios y por sobre todo los
Página 3 © Thomson Reuters checkpoint.laleyonline.com.ar
procedimientos de liquidación más rápidos y menos costosos y sirven para este tipo de
emprendimiento temporario.
c) Beneficiario-fideicomisario: el mismo sujeto

Figura 3 - Rol Beneficiario-Fideicomisario


d) Fiduciante-beneficiario-fideicomisario: el mismo sujeto

Figura 4 - Rol Fiduciante-Beneficiario-Fideicomisario


Esto genera un tratamiento fiscal beneficioso, ya que al coincidir en una misma persona
fiduciante-beneficiario, constituye un caso especial en que el fideicomiso no es sujeto del
Impuesto a las Ganancias, en la medida que sus participantes sean residentes argentinos (art. 69
de la Ley de impuesto a las ganancias). De esta manera, no se crea un sujeto para los fines
fiscales, limitando la responsabilidad de las partes (3).
e) Fiduciario - fiduciante - beneficiario-fideicomisario
El art. 7° de la ley prohíbe al fiduciario que adquiera para sí los bienes fideicomitidos. En
razón de ello, la doctrina mayoritaria apoya dicho imperativo como resguardo hacia los
terceros, tendientes a evitar el abuso que en épocas romanas se producía, dejando
desprotegidos a los verdaderos beneficiarios de la operatoria encomendada.
La ley, entonces, le estaría negando la posibilidad de ser fideicomisario, es decir, que sea el
destinatario final de los bienes del fondo.
Pero en relación a ser fiduciante o beneficiario, allí el tema amerita un análisis particular.
El párrafo diez de los considerandos de la Res. general de la Comisión Nacional de Valores
271 del 29/08/95 establece que ante la inexistencia de una prohibición expresa de la ley para la
constitución de fideicomisos por acto unilateral, "resulta oportuno prever esta posibilidad para
los fideicomisos financieros, particularmente a la luz de la práctica internacional en procesos

Página 4 © Thomson Reuters checkpoint.laleyonline.com.ar


de titulización de activos."
Ello se ve cristalizado en el art. 2° de la citada resolución que rezaba:
"2°— Constitución por acto unilateral: podrá constituirse fideicomiso financiero por acto
unilateral, en el cual coincidan las personas del fiduciante y del fiduciario..."
De esta manera, a través de una resolución de un órgano de menor jerarquía que la ley —no
deberíamos dejar pasar, aunque sea habitual su utilización, sobre todo por el poder ejecutivo—
se aprobaba una nueva forma de creación de fideicomisos que es por acto unilateral y donde
la figura de fiduciante-fiduciario podían coincidir en un mismo sujeto, pero sólo para los de
carácter financiero.
Esto fue así, como bien surge de los considerandos, por aplicación de la doctrina
comparada, especialmente el trust, que permite reunir la calidad de fiduciante-fiduciario en un
mismo sujeto.
Una parte de la doctrina no condena que el fiduciario sea beneficiario, siempre y cuando no
sea el único, y las reglas sobre rendición y distribución sean claras y equitativas.
Partimos de la base que el contrato es oneroso, en tanto y en cuanto el fiduciario cobra una
retribución por el desempeño de sus funciones.
Nos preguntamos: Si la retribución es elevada, ¿no estaríamos encubriendo una distribución
de ganancias hacia el fiduciario en detrimento de los verdaderos beneficiarios? Esta asimetría
se amplía si la vemos desde el punto de vista financiero, ya que el fiduciario percibe
—habitualmente— en forma mensual sus honorarios, siendo que los beneficiarios deben
esperar —a su costo financiero— hasta el momento de disposición de la rentabilidad, si la
hubiere.
¿Qué pasaría si se establece una retribución mínima base, y una variable que esté en
relación al rendimiento, como los vendedores a comisión? si bien tiene sus inconvenientes a la
hora de establecer la base sobre el cual recae el porcentaje, tema no menor convengamos, de
todos modos lo vemos menos oneroso que un monto fijo elevado.
La resolución antes mencionada fue dictada en el año 1995, al poco tiempo de la existencia
de la propia ley. Con el transcurrir del tiempo, la doctrina que fue consolidándose, ha predicado
sobre el impedimento del fiduciario de desempeñar conjuntamente otro rol, es decir, le ha
negado la posibilidad de ser fiduciante-fiduciario o fiduciario-beneficiario. Si ajustamos más
todavía, lo podemos llevar a que:
El fiduciante instruya que el fiduciario será un beneficiario más al momento de la
disposición de resultados, lo que daría nacimiento a una categoría especial, que podrá
reglamentarse teniendo en cuenta las disposiciones sobre las restricciones de distribución
dividendos que sólo proceden si resultan de ganancias realizadas y líquidas correspondientes a
un balance de ejercicio regularmente confeccionado y aprobado (art. 224 de la Ley de
sociedades comerciales). El art. 261 (4) de la ley de sociedades comerciales, en su segundo
párrafo fija un límite máximo del 25% de las ganancias, como retribución a los miembros del
directorio y del consejo de vigilancia —en su conjunto—, entre otras consideraciones, cuyo
fundamento se centra en la protección del derecho a percibir dividendos por parte de los

Página 5 © Thomson Reuters checkpoint.laleyonline.com.ar


accionistas y minimizar cualquier abuso por parte de la administración.
En el año 2001, la Comisión Nacional de Valores, reordena y unifica la normativa del
organismo con el dictado de la Res. general 368/2001 que versa, entre otros puntos, sobre el
fideicomiso, derogando las disposiciones anteriores.
Este tema es tratado en el Libro 3 Capítulo XV titulado: Fideicomisos, perteneciente al
anexo de la resolución mencionada.
El punto 1.3 se subtitula: "Prohibición de constitución de fideicomiso unilateral y de
reunión de la condición de fiduciario y beneficiario". Explícitamente queda prohibido que el
fiduciante pueda ser fiduciario y que éste sea designado como beneficiario.
Era necesario que el Organismo dejara reglamentado en forma clara y precisa este cambio
de criterio, de aplicación hacia el futuro, y convalidando la vigencia de aquellos ya constituidos
de esa manera, hasta su extinción.
A modo de síntesis, los roles de fiduciante, beneficiario y fideicomisario pueden recaer
sobre sujetos distintos o sobre una misma persona. El fiduciario, en nuestro país, en este
momento, sólo puede desempeñar esa única función.
3. Patrimonio fiduciario
El art. 4° de la ley 24.441 establece que el contrato deberá contener la individualización de
los bienes, si a la fecha del contrato no fuera posible, deberá constar la descripción de los
requisitos y características que deberán reunir los mismos. Lo resaltado es otro
fundamento dado por la ley que demuestra factibilidad de la transmisión de bienes que no sean
cosas, ya que en materia de derecho real, no puede haber transmisión de dominio sobre cosas
que no estén debidamente individualizadas al momento de realización del acto, tema que en los
derechos personales nada lo impide, incluso los créditos futuros pueden ser cedidos (arts. 1446
a 1448 Código Civil).

Las características principales que se destacan del patrimonio fiduciario, son:


a) El titular de los bienes, es el fiduciario, debiendo afectar dichos bienes al encargo
establecido en el contrato, y al término del plazo o condición entregar el remanente del
patrimonio al fideicomisario, estando prohibido adquirir para sí los bienes fideicomitidos.
b) Es un patrimonio separado del patrimonio del fiduciante y del fiduciario, por lo tanto:
Página 6 © Thomson Reuters checkpoint.laleyonline.com.ar
c) No responde por las deudas del fiduciante ni del fiduciario (ventaja del encapsulamiento
de los bienes), así como:
d) El fiduciario no responde por las deudas contraídas por el fideicomiso, salvo acción de
fraude.
e) Los acreedores de los beneficiarios podrán ejercer sus derechos sobre los frutos de los
bienes fideicomitidos (no menoscabar el patrimonio de afectación) y subrogarse en sus
derechos.
f) La insuficiencia del patrimonio no dará lugar a la declaración de la quiebra del fondo,
pero sí se procederá a su liquidación.
4. Tratamiento contable del fideicomiso
Retomando la visión del tema, y considerando al fideicomiso como una herramienta
moderna para el desarrollo de las actividades económicas, la contabilidad, como parte
integrante del sistema de información de la empresa, deberá adaptarse para captar y procesar la
realidad económica de dichas actividades, más allá de la forma jurídica que adopte —atributo
de la información contable: aproximación a la realidad, esencialidad (sustancia sobre la
forma)—.
Más aun, cuando los únicos indicios contables que surgen de la ley son:
a) La rendición de cuentas al beneficiario (art. 7°) que debe presentarse por lo menos una
vez al año y,
b) los bienes fideicomitidos constituyen un patrimonio separado del patrimonio del
fiduciario y del fiduciante (art. 14°).
Fowler Newton (5) define a la Contabilidad como una disciplina técnica que a partir del
procesamiento de datos sobre la composición y evolución del patrimonio de un ente, los bienes
de propiedad de terceros en su poder y ciertas contingencias, produce información para la toma
de decisiones de administradores y terceros interesados y para la vigilancia sobre los recursos y
obligaciones del ente.
La teoría contable en general, adopta el vocablo de ente, como todo aquél que realiza actos
o hechos económicos, es decir, desarrolla actividades aplicando los recursos escasos para la
satisfacción de las necesidades, con el objeto de maximizar su utilidad. Dicho vocablo
—ente— proviene del latín: ens, entis, traducido como "todo lo que es, existe o puede tener
existencia". Es importante observar la amplitud del término, que no se circunscribe sólo a la
persona física, o incluso jurídica, sino que va más allá: a todo lo que puede tener existencia
autónoma (agregaríamos), independiente, separada.
Aquí es donde nos animamos a considerar al fideicomiso como un ente
contable-impositivo, pero no jurídico. Y como tal se caracteriza por:
a) Nacer de un acuerdo de voluntades de las partes, de naturaleza contractual.
b) Estar conformado por un patrimonio —recursos—
c) Constituido con una finalidad determinada.
d) Subordinada a una condición resolutoria de su vida, ya sea por el cumplimiento del plazo

Página 7 © Thomson Reuters checkpoint.laleyonline.com.ar


o condición.
e) Cuya administración y decisiones descansa en un tercero —fiduciario— que si bien es el
titular de los bienes, subyace la obligación de gestión en busca de la finalidad exteriorizada en
el contrato.
Es por ello, que la doctrina, con acierto, ha interpretado que para poder cumplir con el
concepto de "patrimonio separado", era necesario llevar una contabilidad separada del
fiduciario, e independiente, por cada fondo que éste pudiera administrar.
Crear una contabilidad separada del fiduciario y de los fondos administrados, es parte de la
adaptación de nuestra ciencia a una nueva realidad económica en franco desarrollo.
Con ello se puede cubrir la premisa de "patrimonio separado", y al mismo tiempo cumplir
con la obligación de "rendir cuentas", puesto que la culminación del proceso contable, como
fuente de información a terceros, es la confección de los Estados Contables.
La Comisión de Estudios sobre Contabilidad del Consejo Profesional de Ciencias
Económicas de la Capital Federal (6), ha emitido en agosto de 1997 el informe 28 sobre
"Tratamiento Contable del Fideicomiso" donde expone el tratamiento contable a seguir por los
sujetos intervinientes, previo cumplimiento de los requisitos allí establecidos, distinguiendo:

Página 8 © Thomson Reuters checkpoint.laleyonline.com.ar


El fiduciario registrará en sus libros, las comisiones u honorarios devengados por su
gestión, pudiendo reflejar en cuentas de orden o en notas a sus estados contables su
responsabilidad como fiduciario sobre los bienes fideicomitidos.
La alternativa 1.b), a nuestro entender, sólo sería aplicable en forma restrictiva a los
fideicomisos de garantía, por su finalidad, que es dar un mayor resguardo al acreedor en el
cobro de su crédito. Mientras el fiduciante-deudor cumpla con normalidad con sus
obligaciones, el fiduciario solamente deberá tomar los recaudos de conservación y vigilancia
de acuerdo a las características del bien en cuestión, devengando los gastos y sus honorarios
pactados. Cancelada la deuda, el bien reingresa al patrimonio del fiduciante más/menos los
frutos y gastos por el período afectado.
Caso contrario, el fiduciario deberá ejecutar el bien, cancelar la deuda, cobrar los gastos y
sus honorarios, y el remanente (de existir) reingresará al patrimonio del fiduciante. En este
supuesto, queda en manos de las decisiones que tome el fiduciario, para que las acciones
ocasionen el menor perjuicio económico al fiduciante quien confió en él al momento de la
firma del contrato.
Por lo tanto, desde nuestro punto de vista, ya no puede ser calificado un "activo del
fiduciante" según la definición establecida en el punto 4.1.1. de la RT 16:
"4.1.1. Activos. Un ente tiene un activo cuando, debido a un hecho ya ocurrido,
controla los beneficios económicos que produce el bien (material o inmaterial con valor
de cambio o de uso para el ente)...
Más adelante agrega: "... El carácter de activo no depende ni de su tangibilidad ni de la
forma de su adquisición (compra, producción propia, donación u otra) ni de la
posibilidad de venderlo por separado ni de la erogación previa de un costo ni del hecho
de que el ente tenga la propiedad" (lo destacado nos pertenece).
En nuestra opinión, en el supuesto de ejecución del bien y en los demás casos, la titularidad
del bien junto con los frutos que de ellos se pueda obtener, se transmiten al fiduciario,
recayendo en él, el control de los beneficios económicos que produce el bien como así también
de la propiedad de los bienes fideicomitidos (con las consideraciones vertidas en el punto 6 del
presente).
Si bien, lo afecta para una finalidad establecida en el contrato, y ella es llevada adelante por
el fiduciario, es este último quien pasa a tener la titularidad y por sobre todo la capacidad de
controlar la rentabilidad que del mismo deriven.
La contrapartida se definirá en función de si existe o no una contraprestación que surgirá del
contrato (situaciones 1.a.1 y 2.1.). La calidad de beneficiario, aunque sea único, a nuestro
entender no obstaría para aplicar este criterio, es decir, que al tiempo de la suscripción del
contrato, contablemente el bien deba ser dado de baja; pues el control de los rendimientos
queda en manos del fiduciario.
En el período de asignación de los beneficios del fondo, éstos serían considerados como
resultados, positivos o negativos. Y al extinguirse el fideicomiso, el patrimonio residual, en
caso de existir, puede componerse de bienes totalmente distintos en calidad y cantidad a los
dados al inicio, lo que no podría encuadrarse como "reingreso". Cabe recordar el principio de la
Página 9 © Thomson Reuters checkpoint.laleyonline.com.ar
partida doble, que rige la registración contable, estableciendo entre otros puntos:
• Todo valor que entra debe ser equivalente al que sale.
• Todo valor que entra por una cuenta debe salir por la misma cuenta.
Justamente, uno de los cambios que se introdujo en el art. 2662 del Código civil, fue
reemplazar la palabra "restituir" la cosa por "entregar" la cosa... Ya que el primer término
conlleva a devolver lo que se recibió, sin posibilidad de gestiones propias que lleven a
intercambiar, diversificar los bienes recibidos.
Los asientos contables a realizar en los momentos posteriores al de constitución de los
fondos, se encuentran explicitadas en un ejemplo desarrollado en los Anexos I y II del informe
28 arriba mencionado, distinguiendo las registraciones contables para cuando la transmisión
resulte asimilable a una operación de venta, de cuando no lo es.
El tratamiento contable descripto en el Anexo II no es por nosotros compartido, por el hecho
de que la función encomendada al fiduciario es más amplia que la de ser el dueño de bienes
recibidos en confianza pertenecientes al fiduciante, para el resguardo del acreedor de este
último, del cobro de su obligación. Sino que se le encarga realizar las gestiones tendientes a la
obtención del préstamo objeto de garantía, como así también administrar los bienes, deudas y
gastos del fideicomiso, debiendo además percibir sus honorarios por tales conceptos.
Se produce la transferencia del derecho de propiedad y de la administración que de ello
derive, no pudiendo permanecer en el activo del fiduciante por los fundamentos antes
expuestos —insistimos que es nuestra postura personal—, optando como regla a aplicar el
tratamiento desarrollado en el Anexo I.
La Contabilidad como parte del sistema de información, requiere de datos —considerada la
materia prima— para que combinados con los demás elementos del proceso, obtenga su
"producto" que es la información. Todo proceso supone que:
a) Tiene un inicio —constitución del fideicomiso—;
b) Posee un desarrollo, que implica el procesamiento de las operaciones propias de la
gestión, y que concluye con
c) La salida, que es lo que conocemos como información, o dato procesado, que sirve para
la toma de decisiones —como medio para reducir la incertidumbre a la hora de elegir— o como
elemento de base para quien deba ejercer el control. Esta información, se presenta en un
momento, y abarca un período de tiempo.
Estamos ante un nuevo desafío, nos preguntamos: ¿Cuál es la fecha de cierre? ¿Debe haber
un cierre?
La única referencia normativa al respecto, es el imperativo legal de rendir cuentas por lo
menos una vez al año (art. 7°), siendo nulo todo pacto en contrario. ¿Qué debemos interpretar
de la frase antes resaltada? Al decir año, ¿se refiere al año calendario? ¿O al año de la firma del
contrato?
La doctrina en general, recepta como año, al año desde la fecha de firma del contrato, al año
de gestión y no al año calendario (ver más adelante oportunidad de la rendición).
Recordemos que el fideicomiso no es sujeto de derecho, por lo tanto no queda bajo la órbita
Página 10 © Thomson Reuters checkpoint.laleyonline.com.ar
de la Ley de Sociedades Comerciales, tampoco "per se" puede ser considerado como
comerciante, pero el titular de dicho patrimonio sí es una persona física o jurídica.
La ley de Sociedades Comerciales permite la elección de la fecha de cierre de ejercicio
(punto 10 del art. 10° de la citada norma). En cambio, del código de comercio como marco
referencial, surge en principio, que el año calendario es la regla:
Artículo 48° "... Después formará todo comerciante en los primeros meses de cada
año, y extenderá en el mismo libro, el balance general de su giro, comprendiendo en él
todos sus bienes, créditos y acciones, así como todas sus deudas y obligaciones pendientes
a la fecha del balance, sin reserva ni omisión alguna..." (segundo párrafo del artículo que
trata sobre el libro inventarios y balances).
La referencia de ejercicios surge del art. 52°:
Artículo 52°: Al cierre de cada ejercicio todo comerciante está obligado a extender en
el libro inventario y balances, además de éste, un cuadro contable demostrativo de las
ganancias o pérdidas, del que éstas resultan con verdad y evidencia.
En esta misma línea, la determinación de las ganancias basadas en el año calendario, es
seguida por la normativa fiscal (art. 18 de la Ley de ganancias), con la excepción de las
ganancias de tercera categoría —empresas— (art. 49) cuyo período fiscal queda subordinado a
la fecha de cierre del ejercicio comercial establecida en el estatuto constitutivo.
El párrafo agregado al inc. d) del art. 49 de la ley de ganancias, expresamente incluye que se
encuentran alcanzadas, las ganancias derivadas de fideicomisos. Pero llamativamente, el art. 1°
s/N° a continuación del art. 70 del decreto reglamentario del impuesto a las ganancias (dec.
1344/98 y modificatorias) restringe como ejercicio para los fideicomisos, al año fiscal que
comienza el 1° de enero y termina el 31 de diciembre, en contraposición a lo catalogado por el
art. 49° de la ley antes mencionada. Es uno más de los excesos a que nos tiene acostumbrado el
poder ejecutivo por sobre la ley de fondo.
La Res. 368/2001 de la Comisión Nacional de Valores, en el inc. j) del art. 27 establece que
el fiduciario deberá presentar por cada fideicomiso, los estados contables, a saber: Estado de
Situación Patrimonial, Estado de Resultados, Estado de Evolución del patrimonio neto y,
Estado de Origen y Aplicación de Fondos.
Como información complementaria de los mismos, corresponderá entre otros puntos:
"Indicar la fecha de cierre de ejercicio del fideicomiso la que deberá ser informada a la
Comisión al momento de presentarse la solicitud de autorización" —para la
administración de cada fondo— y el art. 28: "Los estados contables indicados en el artículo
anterior deberán ser presentados por períodos anuales y subperíodos trimestrales siendo
de aplicación los plazos de presentación, formalidades y requisitos de publicidad
establecidos para las emisoras de valores negociables comprendidas en el régimen de
oferta pública y que coticen en la sección especial de una entidad autorregulada".
La normativa expuesta, es aplicable para los fiduciarios que se desenvuelvan bajo la órbita
de la Comisión Nacional de Valores, que si bien excede el marco del presente trabajo, sirve
como antecedente y guía en la materia.

Página 11 © Thomson Reuters checkpoint.laleyonline.com.ar


La regla general del fideicomiso es su amplitud y flexibilidad a la hora de la redacción del
contrato, y conteste a ello, como lo no prohibido estaría permitido, proponemos —quedando
pendiente de modificación las normativas fiscales pertinentes—:
En virtud que el fideicomiso no califica como sujeto, pero sí posee su calidad de ente
contable-fiscal independientemente de quien sea su dueño-fiduciario. Debiendo este último,
sí ser sujeto capaz (no importando su cualidad: física o jurídica), sería conveniente que el cierre
del ejercicio económico del fideicomiso coincida con la fecha de cierre del fiduciario, o no
difiera en más de tres meses pero anteriores a la fecha de aquél.
4.1. Registros contables.
Al inicio de este punto, expusimos como únicas menciones en materia contable la de
rendición de cuentas y el mantenimiento de patrimonios separados.
Nada dice sobre los registros contables, ante esta omisión normativa, nos remitimos al
Código de Comercio como ley de fondo, para determinar los libros contables que debieran
llevarse, siendo de carácter obligatorio, los enunciados en el art. 44° del mismo: a) Libro Diario
y b) Libro Inventarios y Balances.
Las formalidades que deben reunir los mismos, surgen de lo expuesto en el art. 53° del
código de comercio, y que enumeramos a continuación: a) encuadernados; b) foliados, y c)
rubricados por el Tribunal de Comercio (Registros Públicos de Comercio).
Parece a simple vista que no es tan grave la omisión normativa con respecto a los libros.
Coincidimos que ante la existencia de patrimonios separados, deben llevarse contabilidades
separadas y como consecuencia libros individuales, tanto del fiduciario como de cada fondo
que administre.
Pero no olvidemos, que el único sujeto de derecho, es el fiduciario, y por lo tanto, los únicos
libros que la juez del registro rubrica, son los que pertenecen a las personas (físicas o jurídicas)
ante ella inscripta, en su calidad de comerciante o sociedad.
Hecha la consulta al secretario técnico (7) del consejo de nuestra provincia, nos pusimos a
investigar y recabar información sobre el particular. Pero el camino fue corto, sin respuestas ni
contables ni legales, creando un nuevo desafío. Y con la guía del secretario técnico de entonces
y ante la necesidad de cumplimentar con las formalidades, presentamos a la Juez del Registro
Público de Comercio de Resistencia (capital de la provincia del Chaco) para su consideración y
en caso afirmativo, la rúbrica de los registros, de la siguiente manera:
a) Libro Inventarios y Balances: solicitamos la rúbrica de este registro a nombre de
Fiduciaria .... SA (denominación de la Sociedad Anónima con participación estatal mayoritaria
creada para administrar fondos fiduciarios).
b) Libro Diario y Libros Subdiarios de Cuentas de Orden: El Libro Diario a nombre de
Fiduciaria ... SA y los Subdiarios de cuentas de orden: a nombre de cada uno de los fondos
administrados por la fiduciaria.
En el Libro Inventarios y Balances, transcribimos además del inventario de los bienes y del
Estado Contable propio de la fiduciaria; los inventarios y balances de cada uno de los fondos,
fundados en el hecho que Fiduciaria ... SA es la titular de todos los bienes, es decir, de sus

Página 12 © Thomson Reuters checkpoint.laleyonline.com.ar


bienes propios, y "dueña" de cada uno de los patrimonios fiduciarios, que se encuentran
individualizados separadamente, pero que pertenecen durante la vigencia del contrato a la
fiduciaria.
Como bien dijimos, es dueña de los bienes fideicomitidos, y como tal se encuentran
registrados en su contabilidad mediante cuentas de orden (a modo indicativo de su titularidad,
y por qué no de las eventuales contingencias que de la administración de ellos derive).
Con dicho argumento, emitimos los libros diarios de cada fondo (que se encuentran en
contabilidades individuales) denominándolos Subdiarios de cuentas de orden. Si analizamos su
naturaleza, desde la teoría contable, sabemos que las cuentas de orden no son subdiarios. Pero
en cierta medida, queríamos utilizar un término contable, que al ser leído, sea interpretado
como un subsistema, autónomo, independiente, pero parte integrante de un sistema global
superior que lo contenga.
De allí que el término más acorde que elegimos en cuanto a nombre es subdiario, si bien
indica más una subordinación al Diario que una independencia del mismo, lo vimos con una
visión amplia, al traspolar las normas contables de exposición aplicables a las Participaciones
Permanentes en Sociedades. El método de consolidación en una sola línea (RT.21 punto 2.4)
refleja en el Estado Contable de la Controlante, como bien lo dice, en una sola línea su
participación en el patrimonio neto y en los resultado de la controlada. Esa "sola línea" sería a
nuestro parecer, las cuentas de orden en la contabilidad del fiduciario (en lugar del
controlante), que reflejan las variaciones del patrimonio neto del fondo. El saldo de la cuenta al
cierre de ejercicio debiera ser el valor del patrimonio neto del fondo fiduciario(en lugar de la
controlada). Esa línea, en el método de consolidación total, se "reemplaza" por la composición
del patrimonio y resultados de la controlada, nuestro caso estaría dado por el libro diario del
fondo, denominado "subdiario de cuentas de orden".
Estamos por lo tanto, abierto a ideas nuevas (por que no críticas constructivas) que marquen
un camino a seguir, esperando que nuestra experiencia, sirva como granito de arena en el
proceso constructivo de la figura.
Especial para La Ley. Derechos reservados (ley 11.723)
(1) MALUMIAN y otros. 2001. Fideicomiso y securitización. Análisis legal, fiscal y
contable. Editorial La Ley.
(2) KENNY, M. Titulización y Fideicomiso Financiero. Editorial Errepar, 2002.
(3) MALUMIAN, N. y otros. Op. cit. pág.25
(4) ROUILLON, A. "Código de Comercio comentado y anotado". Editorial La Ley, 2006.
(5) FOWLER NEWTON, E. "Contabilidad Básica". Editorial La Ley, 2004.
(6) CPCE Capital Federal. Agosto 1997. "Informe 28 — Tratamiento Contable del
Fideicomiso".
(7) CPCE CHACO. Secretaría Técnica hasta el año 2005 a cargo del Cr. Enrique Uberti.

Página 13 © Thomson Reuters checkpoint.laleyonline.com.ar

También podría gustarte