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eer TORRE ROJA ‘a partir de? ates Claudio queria tener un hermano mayor que lo defendiera en la escuela, como les suoedia a Gabi y a Pedro, sus companeros de clase. Pero, come esto era imposible, decidid convertirse len hermano mayor... Dimiter Inkiow nacié en Bulgaria, pero vive en Alemania. Trabaja para la radio y la television y eseribe libros para niiins, entre ellos Yoy fri kermina Clara, Clara y ol {gute Casimira y ;Hurra! Susanita ya tiene tientes, que también forman parte dela coleccién Torre de Papel ‘MaCION WHY UNTERNATIONAL BOARD OF 'ROOKS FOR YOUNG READERS. 1292 COMO [UNO DE LOS MENORES LIMROS [AR NINOS. Tetrinta! DE COMO DECIDi CONVERTIRME EN HERMANO MAYOR DIMITER INKIOW ix La noticia se difunde x Diganme si no es injusto x Susana no tiene pelos en la cabeza xa De compras xu Qué suerte que Susana no puede mirarse en el espejo xv De cémo Pedro y Ali vinie- rom en. comisién de estudio xy Decémo le crece él pelo a un bebé rapidamente xvi El desodorante ambiental xyit El mundo es injusto xvi Un bebé hace lo que quiere xix _Decomo papé exclams: jHu- ta! (Nos llegé otro bebé! CAPITEL | Pe He DE COMO DECIDI SER HERMANO MAYOR De todos en mi casa, yo ern el que mas deseaba que legara nuestro bebe; ¥O queria ser un hermano mayor. ‘Querras preguntarme por qué, Porque Gabi — una companera de Surso — estaba siempre muy orgullo- $a de su hermano mayor. Le. mismo Pasaba con mi amigo Pedro. Cuando ellos tienen algun problema, Sempre amenazan con su hermano mayor, Nadie en la clase se atreve a molestar a Pedro oa lirarle las trenzas a Gabi LY donde esta el bebé? te pre. gunté, —Aqui, en mi vientre. —2Y cuando va a salir? —Cuando crezea lo suficiente. To- davia es muy, muy pequenite —dijo mama, —iTan pequefio como una hor- miga, 0 como un escarabajo? {Yo fui también tan chiquito? —Claro que si. Cuanto ta estabas adentro, eras muy pequeitito, —Entonces, mama, tienes que co- mer mucho le dije—, Asi nuestro bebé va a crecer mas répido y podra salir antes del vientre. CAPITULO v DE COMO EL BEBE DABA PATADAS Esa noche me costé mucho trabajo quedarme dormido, Me imaginaba el vientre de mamé, y adentro, en un blando nidito, un bebé muy, pero muy pequeiito. No mas grande que una hormiga. ;Habria sido yo tan pe- quefio? {Cudnto tendriamos que espe- Yar para que el bebé naciera? Soné toda la noche con nuestro bebé. Pero él vientre de mamé no crecia tan rapido come yo queria. A veces pensaka que el médico se habia equi- vocado porque mamd seguia vién- dose muy delgada. Sin embargo, al poco tiempo mamé empezé a ponerse mas y mas gorda. Ya no habia ninguna dada de que el ‘bebé estaba adentro. Incluso habfa co- menzado a moverse. —iQuieres sentir cémo se mueve? —me dijo mama. — Si! —le dije. Mamé4 me puso la mano sobre su vientre, y de repente senti un empu- j6n que venia de adentro. —Esas son las piernas. Desde ayer estd pateando muy fuerte. Supe que el bebé nos estaba escu- chando, porque de inmediato dio otra patada. Y otra, Y otra. «Pobre mam4é>, peasé, «Seguro que se va a lenar de moretones si el bebé le sigue dando esas patadas tan fuer- tes», —Oye, mamé, zyo también te daba Patadas asi? —le pregunté preocu- pada. —iPor supuestol Ta eras terrible — me contesté, —{Te duele mucho? te dije, —No, solamente me hace cosqui- las. Eso me tranquilizé, Ahora com- Prendia por qué mama sonrefa cuan- do el bebé se movia adentro de ella, Muy pronto comenzaron los Prepa- tativos para la llegada del bebé. Mamé empezé a tejer pantaloncitos y camisitas. Papd Fensaba cémo iba a reorganizar mi alcoba. ~—Vas a tener que sacar algunos ju- guetes —me advertian, —Estd bien —contestaba yo—, Voy a pensar cudles. Mami opinaba que habia suficiente tiempo para hacer todo bien, El behé iba a nacer a fines de enero —jEstas segura? —le pregunté. —Por supuesto. Me lo dijo el mé- dico —contesté. «Entonces», pensé, «todavia tengo tiempo para acostumbrarme a la idea de tener que compartir mi aleoba con el bebé». No era una idea tan terrible. Todo lo contrario. CAPITULO VW ——— DE COMO EL BEBE SE ASUSTO Y LLEGO ANTES A. veces pasan cosas que nadie es- pera, Asi pasé con nuestro bebe. Imaginate: el bebé lego la noche de Afio Nuevo, jy pap4, mama, el médico y yo lo esperabamos para fines de enero! Incluso la abuela, que le estaba tejiendo una colcha de lana, lo espe- raba para esa fecha, —Cuando el bebé nazca —decia la abuela—, estard lista la colcha Peto el bebé nacié de repenie v la colcha no estaba lista aun. Yo 56 por qué el bebé salié esa no- che tan stibitamente: los fuegos artifi- siales Io asustaron, La verdad es que yo también me asusté, y eso que yo sabia que la noche de Aflo Nuevo todo el mundo tira cohetes y enciende fuegos artificiales, Yo me habia quedade dormido en un silldn frente al televisor y salté por lo menos un metro cuando empezé a estallar la pélvora, jHacia un ruido espantoso! El vecino habia instalado en su bal- eén toda una bateria de cohetes. Pare- Gia que los hubiera encendida todos al Hiempo, |Hacian un estruendo infer- nal! Asustado, abt los ojos y lo primero que vi fue a papa y a mamé junto ala ventana, cada uno con una copa de champafa en la mano, Se besaron e hicieron un brindis. —iTe deseo un feliz afc! Ile dijo papd a mama. iY yoa ti! dijo mam’. De pronto, mamé puso cara de Preocupacion, se tomé el vientre y exclamé: —iDios mio! ;Qué vamos a hacer? JEste nifto ya va a nacer! Después de varios intentos, ex- lamé: —{Parece que no hay nadie! iNo contestan! Mama se senté en el sofa, muy pa- lida, y se agarré el vientre con Jas dos manos. —{Sabes? Lo mejor es ir de inme- diato a la clinica —le dijo a papa. —;Yo también quiero ir! —les dije. —jNo! —me contest6 papa enérgi- camente—. Tai te quedas en casa. — {Estas segura? —dijo papa, po- niéndose muy serio. Sf, siento que quiere salir —dijo mama. Bra claro que ese muido espantoso habia agustado a nuestro bebé, tal como me habia asustado a mi, —jVoy a lamar a la clinica! —dijo papa y cormnid al teléfono. —Pero yo no me quiero quedar en casa —les dije—. ;Ne quiero quedar- me solo! {Me oyen? jNo quiero! Pero nadie me escuchd. Papa se ocupaba solo de mama. Tuve que quedarme en casa, a pesar de las ganas que tenia de ver cémo salia el bebé del vientre de mama. Porque, como ustedes saben, los bebés no salen caminando. Al comienzo, s6lo pueden gatear. CAPITULO vit ie a> a UNA PELICULA POLICIACA Por supueste, no me podia dormir. Me quedé en la cama, con los ojos’ abiertos como dos platos. Pensaba en mama, que ahora estaba en la clinica: «Pobre mamié, jojalé no sienta dolor! {Seré una nifia 0 un ninito?» Queria saber, cuanto antes, si iba a tener un hermano 9 una hermanita. De todas maneras, jiba a ser un bebe! Seguro que al comienzo iba a llorar, porque esos cohetes lo habian asus- taco mucho. Yo hubiera hecho lo imisme en su lugar: salir. Cuando hay mucho ruido, lo primero que uno quiere hacer es mirar para todas par- tes. Esta espera era peor que mirar una pelicula policiaca. Nadie sabia si el bebé ibaa ser nifio onifa. )¥ qué tal si llegaban mellizos? Eso si que seria una gran sorpresa, Habria que poner dos cunas en mialccba, y guardar aun mds juguetes, Claro que habia espacio suficiente. Ademas, la abuelita ten- dria que tejer, a toda velocidad, otra coicha, Lo mds importante es que yo seria dos veces hermano mayor. Decidi rezar toda la noche, para ver si nacfan mellizos. «Si Dios no esté muy ocupado», pensé, «escuchara mis oraciones y hard que se cumplan mis deseosy. Seguro que papa pondria una cara larga; sin embargo, nunca sabria quién estaba detris de toda esa opera- cidn. carituce vm k AE ee am, TENGO UNA HERMANITA DE TRES KILOS Y MEDIO Los mellizos no legaron. Supengo que no recé suficiente pues, sin darme cuenta, me quedé dormido Cuando desperté, la abuelita sane sentada en mi cama —Tienes una hermanits —me ai Pesa tres kilos y medio, — Bravo! jBraaaavo! —grité. Enseguida, me puse a saltar de feli- “eidad, cada vez mas alto. Creo que ‘Miinca habia saltado santo. Salté hasta Ja abuelita me dijo: —jPara de una vez! {Vas a deshara tar la cama! —Bueno, y ,cudndo podremos ver alanifa? —Més tarde. Mamd debe descansa: un buen rato —me dijo, —jTu tampoco Ia has visto? —I regunté, : —Tampoco. Tu papa me llamé ho: temprano y me conté que era un nifita. — Qué més dijo? —le pregunté a la abuelita. —jPapé todavia esi en la clinica? —Ppregunté. —No. Ya volvié, pero esté dor mide. No durmié en toda la noche, Voy a hacer el desayuno. ;Quieres huevos? —me pregunts. —Bueno —le dije. Mientras la abuelita hacia el de sayuno, me deslicé silenciosamente en la aleoba de papd y mamé y me acurruqné al lado de papa. Estaba ti- bio. —Papdaa... —le susurré- tro bebé es chiquitito? —Déjame dormir, por favor —mur- mur entre suefios. —Papéaa... zy ya sabe que tiene un hermano mayor? —iYa te dije que me dejes dormir! —tontesté papa. —Pero... )Ya le hablaste de mf? . gNues- Pues siempre existe el peligro de que aparezca el famoso hermano mayor, —Tener un hermano mayor —me dijo Gabi un dia—, es lo mejor del mundo. —iPor supuesto! —confirmé Pe- dro—. Un hermano. mayor te protege, iQué listima que tti no tengas uno! —iQué puedo hacer? —Ies dije. La verdad es que no podia decir otra cosa. Es imposible encargar un hermano mayor, cuando no se tiene uno. Pero... entonces, iSE me ocurrid una Bran idea! Debia ser fantéstico tener un her mano mayor. Pero pensé que también Seria fantastico ser hermano mayor, y tener hermanos 6 hermanitas meno- tes para protegerlos. Ellos, ademas, podrian contar por todas partes, que tenian un hermano mayer, iSeria fantéstico ser un hermano mayor! Papd no me contest nada, Dormia profundamente, Entonees, me pegué bien a él ¥ pensé que uma hermana era mucho mejor que meilizos, Afortunadamente Dios no me habia hecho caso, A los mellizos no se los puede distinguir muy bien, porque se ven iguales. Si el uno se llama Pedro y el otro Pablo, uno se equivoca siempre y llama Pa- blo a Pedro y Pedro a Pablo, Al final, nadie sabe quién es quitn, y eso seria terrible. Por eso, era mejor que me hubiera llegado una hermanita. Una hermana pequefia, amorosa, que aho- ra dormia y que atin no sabia que tenfa un hermano mayer, iQué fantéstico! De la noche a la mafana me habia convertido en her- mano mayor, Tenfa qué contarselo inmediata- mente a tode el mundo. CAPITULO Wy LA NOTICIA SE DIFUNDE Desayuné inés rapido que nunca, Sélo entonces me di cuenta de que aun ne me habia vestido Me vest! con tanta prisa que me puse dos medias distintas. Pero de eso no se da cuenta nadie, salvo mamé, pero ella no estaba. Yo mismo sdlo me doy cuenta mas tarde, cuando me las quitoen lanoche, Y siemy Pre me asom- bra no haberme dado cuenta antes Apenas estuve vestido, corri.a la @scalera, —{Para dénde vas? —alcanz6 a gri- tarme la abuela. —A ninguna parte. Slo voy a la escalera —contesté. Nosotros vivimos en un edificio de ‘ocho pisos. Nuestro apartamento es en el cuarto piso, justo en el medio. Pensé por cual puerta debfa empezar. ¢Seria mejor ir de abajo para arriba, de arriba para abajo? Queria contarle a todo el mundo que teniamos un bebé. Resolvi subir en el ascensor hasta el ultimo piso ir de arriba hacia abajo anunciando la llegada de mi hermanita. Muchos sé asombraron de que yo tocara a la puerta tan temprano en domingo. — Buenos dias! Sélo querfa decirles que tenemos un bebé—anunciaba en- tusiasmado. —jFelicitaciones! ;¥ qué es? —Una nifita, Pesa tres kilos y me- dio. Mide 53 centimetros. —j¥a la viste? —Todavia no, porque papa esta durmiendo, Vamos a ira la clinica después del medio dia. —Entonces, felicita a tu mama de mi parte. Y a tu papa. —Muchas gracias. Y me iba a golpear a otra puerta, | —Buenos dias, queria decirles que | tengo una hermanita recién nacida. _ —,Verdad? ;Cémo pasa el tiempo! —St y pesa tres kilos y medio, y mide 53 centimetros. —iYa la viste? —Neo, Papa esté durmiendo, Iremos a verla por la tarde. —iFelicitaciones a tu mama! —iGracias! Y asi fui de piso en piso, de aparta- mento en apartamento, hasta llegar abajo, donde vivia el portero del edifi- cio. —( Qué pasa, campeon? —me dijo, —Nada: que tenemos un bebé, —Oh, felicitaciones! —Pesa tres kilos y medio y mide 53 centimetros —le dije. —iPertecto! 2¥ como se lama? — me pregunto. Caramba, no tenia la menor idea. —Supongo que no tiene nombre to- davia. Acaba de nacer —contesté Preocupado. CAPITULO x DIGANME SI NO ES INJUSTO El portero me dijo que todo bebé de- bia tener un nombre. Esto me asom- bré mucho. —:Como puede un bebé tener un nombre, cuando esta recién nacido y atin no Io han bautizado? le pre- gunté—. ,Quién puede haberle pues- to un nombre? —jTus padres! —me contesté son- tiendo—, Todos les padres del mun- do les ponen nombre a sus hijos, un nombre que ya han elegido y que les gusta. Fso lo encontré sumamente injusto. Pensé: «¥ si el nifio encuentra espan- toso su nombre, .qué puede hacer?» Tenia que averiguar de inmediato el nombre de mi hermana. Asi que corri donde papa. —jPapé! —grité—. |Despierta! jEs muy importante! —iQué pasa? ,Qué pasa ahora? —_ dijo papa. —Papa, :cémo se llama nuestro bebe? —Susana. {No lo sabias? —me dijo. —No. Nadie me lo habfa dicho, —Por supuesto, Lo que pasa es que te has olvidado. Hemos hablado mu- cho de este asunto. Habiamos pen- sado que si era nifia la lamariamos Susana 0 Cristina, por eso, le hemos puesto Susana-Cristina, — Sin preguntarle nada? —pre- gunté, —;Se te ha aflojado una tuerca hoy? —Claro que no —le dije—. No te hagas el bromista. Me parece muy in- | justo que los padres puedan ponerle cualquier nombre a los hijos, sin pre- guntarles antes, ;Qué pasa con los nifios a quienes despues no les gusta su nombre? —Bueno, pueden cambidrselo, si quieren. Pero s6lo cuando crecen y son mayores de edad —dijo papi— Pern, gpor qué lo preguntas? jAcaso no te gusta tu nombre? —Claro que si. Y también me gusta Susana-Cristina. Dicho esto, volvia salir y recorri de nuevo todas las puertas para contarle a todo el mundo el nombre del bebé. Sin embargo, me sigue pareciendo injusto que los padres les pongan nombre a los nifios sin preguntarles. net CAPITULO M _ SUSANA NO TIENE PELOS EN LA CABEZA Tuve que esperar a que pasara toda la ‘manana para poder ver por primera vez a mi hermana Me parecié uma eternidad. De pura impaciencia, yo habia estade saltando en una pierna y Juego en la otra. —iQuiero ver al bebé! ;Partamos de una vez! —decia yo cada cierto hempo, —Ya sabes que iremos en la tarde —me decia la abuelita, tratando de tranquilizarme —Pero, {papé por qué duerme tanto? —insistia yo, —Porque el pobre est4 muy can- sado. un pelo en la cabeza! Tenia la cara roja como un tomate, y muchas arrugas, come la abuela, Su boca parecia como i un color az Te salfa Yo no sabia que el tiempo podia ra aes pasar tan despacio. El abuelo habla Megado desde el mediodia Finalmente. papd se levants, Durante el viaje a la clinica traté de imaginar cémo serfa mi hermanita, Seguro que tenia los ojos azules, como Papa. Y un bonito pelo mibio, como mama. :Tendria ridtos? Al entrar en Ia clinica, salf co- rriendo Pero como yo no sabia en qué habitaciGn estaba mamé, tuve que es- perara los. demas Una enfermera nos dijo que no po- diamos entrar sin que nos pusiéramos unos delantales blancos, Parectamos meédicos, y eso me gusté mucho, Entonces, de pronto, tuve una gran ‘Sorpresa: me encontré frente a un bebé, muy, pero muy pequeio, jy sin saliva. «;Qué horror!», pensé. «;Esa es mi hermana?» Estaba tan desilusionado que no dije palabra. Justo en ese momento, escuché que la abuela y después el abuelo excla- maban: —iPor Dios! |Qué preciosura! Me di cuenta que decian eso porque no Hevaban puestos los anteojos,jGra- clas a Dios! El problema era que papé también encontraba maravilloso al bebé, y eso Mme molesté un poco, o mds que un Poco. 3 Acaso no tenia ojos? 1Se habian vuelto todes ciegos? Lo inico que me gusté de mi her- mana es que era muy pequenita. Te- nia una voz delgadita y gemia suave- mente, como un gatito. Yo estaba un poco confundido al lado de la cama de mamd, Por fin, me atrevi a preguntar: —Mamé, jestas segura de que es una ninita? —Si, {por qué lo preguntas? —me dijo sonriendo. a —Porque no tiene pele... Hubiera sido mejor no decir — todos estallaron en risas. auc wae se rié fue la enfermera. —El pelo le va a crecer después —me contesté mam. «Eso habré que verlo», pensé. «Al abuelo todavia no le ha salido todo el pelo». CAPITULO xt (Como Susana habia Iegado antes de tiempo, hubo mucho que hacer én la casa los dias siguientes, Papa dijo que habia que comprar una cuna —jYo te acompano! —le dije iDe acuerdo! Pero antes me tienes que ayudar con la limpieza de la casa —me dijo. —jClare que sil jEmpecemos de una vez! —contesté feliz. Inmediata~ mente fui a traer la aspiradora. Me fascinaba. Mama nunca me daba per- miso de usarla, CAFITULO 1 MAMA, ;CUANDO TENDREMOS UN BEBE? Esperé impaciente a que fuera la hora de salida para correr hasta casa y po- der preguntar: «Mamé, jcudndo ten- dremos un bebé?» De dénde vienen los nifios, eso ya lo sé hace tiempo. Por algo estoy en la escuela. Apenas son6 el timbre, parti dispa- rado, Ms rapido que un cohets, subi la escalera de a dos y hasia de a tres escatones de una vez. |¥ eso que iba con la maleta! Papa tuvo que desarmar —jEspera! —me dijo pepa—. Eso se} Ja aspiradora, y sacar las hace después. Primero hay que recc ger las cosas, ponerlas en su lugar... dos serpientes de papel. Lo Pero ya era tarde: la aspiracora seg hizo tan bien y tan rapido habia tragado dos enormes serpientegag que le dije: de papel que colgaban desde el techo) —jPapa, eres genial! Yo sé que a él le gustan mucho estas frases, asi que me salvé. Al dia siguiente fuimos a comprar la cung; hasta el suelo. Eran los adornos de Afto Nuevo. El motor se trabé y em- pezo a sonar como la sirena de una ambulancia. I primero, tuvimos que ir al banco a sacar dinero. Papd retiré un montén de billetes. Casi no le cabian en la billetera, Ense- guida, fuimos a un almacén especiali zado en cosas para nifios. Buscamos hasta que encontramos una cuna fan- tastica. Era tan bonita, que pensé me- terme en ella, cuando nadie me viera. Papa acabada de pagar, cuando la vendedora le pregunté: —1Y2 tiene colchién para esta cuna? —Claro que na —dijo papa—. ;Tie- fen aqui un colchén apropiade? Cuando papé estaba pagando el colchdn, la vendedora le preguntd: —Perdone, zy tiene sabanas de ese tamafio? —No. Y por supuesto que las nece- sitamos —le contesté papa. —Le traeré un par —dijo la vende- dora. Cuando papa estaba pagando las sabanas, la vendedora agrego: —Usted. tambien necesita una tela impermeable para proteger el col- chén. Enseguida agregamos una pequefia almohada, un par de frazadas y otras sdbanas, Luego, un movil y un pe- quefio escarabajo rojo, del que salia una cuerda, Al tirar de la cuerda, el escarabajo cantaba: «/Duérmete, nifio, duérmeteya...!» Papa pagaba y pagaba, Pago hasta que no le qued6 nada de dinero en la _ dilletera. —Papé —le susurré—. Es mejor que nos vayamos. Sino, vamosa tener que comprar todo el almacén, Que un bebé tan pequefiite necesi- tara tal cantidad de cosas caras, jeso no me Ic habia imaginado nunca! Carituto xt K at : QUE SUERTE QUE SUSANA NO PUEDE MIRARSE EN EL ESPEJO Mama y Susana permanecieron en le clinica toda una semana. Durante este tiempo, nuestro apartamento cambié mucho. También tuvimos que com- prar una pequefia cémoda, con una superficie para cambiarle los pafiales al bebé, que pusimos en mi alcoba. En Jos cajones metimos la ropa de la nifia. Pantaloncitos tan pequefios que da- ban risa, camisitas como para vestir mufecas. Lo mas divertido de todo eran las medias. Junto a la cémoda, instalamos la cuna. Por supuesto, five que sacar muchos de mis juguetes grandes, le varios a otro lado o meterlos debaj de mi cama. Ayudé mucho a papa durante es dias. Una vez instaladas las cosas nue~ vas, tuvimos que volver a limpiar casa porque, con tanto movimiento, todo se habia vuelto a ensuciar. (Cuando paps fue de compras al su- permercado, abri las ventanas para que se ventilara la casa. Aftiern hacia tanto frio que me tuve que poner mi abrigo grueso, una bufanda y hasta mi gorro de piel. Me senté frente al televisor en medio del salon. Tanto era el frio, que me salian golas de la nariz, Cuando papa regresé exclamé: aterrado: —)Dios mio! {Esto parece Siberia! jNos vamos a resiriar todes! —No, Es saludable —le dije—. Los bebés necesitan aire fresco, Al fin pasé la semana y mamé y Susana volvieron a casa. Lo primero. que hice fue observar si a Susana le habia crecido el pelo. Por desgracia, mi querida hermanita seguia tan pe- lada como antes. «jPobrecita!», pensé, «Per suerte, no puede mirarse en el espejo». Si pudiera hacerlo, le darfa un susto tan tremenda que se pondria a lorar dia y noche, {Qué podia hacer para ayudarle? Ella dormia todo el tiempo con los puntos apretados junto a la cabeza. {Debfa comprarle una peluca? Seguro que no habia tan pequefias. Decidi preguntarle a mi amigo Pe- dro. El tiene dos hermanas menores. :Habrian sido tan calvas como Su- sana? CAPITULO xv MTB DE COMO PEDRO Y ALI VINIERON EN COMISION DE ESTUDIO Pedro dijo que para dar una opinién. tenia que ver al bebe, De lo contrario, no podria decir nada, porque hay per- sonas a las que no les sale pelo du- rante toda su vida, ;Te imaginas? |Ni un pelo! —Pero, jella no tiene pelo por al- guna parte? —me pregunto Pedro. —No, me parece que no —le con- testé. —{No tiene pestafias? —dijo Pedro. —Si, claro que tiene pestafias. Y también unas cejas muy pequefias — le contesté. —Necesito mirar yo mismo si tiene ono algun pelo en la cabeza. Decidimos incluir a otro observa- dor que acababa de Vegar a nuestra clase Ali. Sus padres son drabes. Tiene seis hermanas, todas menores que él, Tenia que saber algo acerca del problema del pelo en los bebés. A Alfle gust6 mucito poder partici- paren la investigacion acerca del pelo de mi hermana. Esa tarde Pedro y Alf fueron a nues- tro apartamento. Mama estaba _ha- ciendo algo en la cocina, Los Hevé directamente a mi alcoba, para que miraran a Susana con toda calma. —Seguro que no va a ser calva — dijo Pedro— Ya tiene uncs pelitos muy pequenos y delgados. Casi no se ven, pero tiene, —Mi hermana menor —dijo Ali—, cuando era bebé, tenia muchos pelitos negros que le fueron creciendo y cre- ciendo a medida que pasaba el tiempo. Pero tal vez los bebés de este pais no tengan pelos al nacer. Eso que no lo sé. —Si. Pero a Susana le va a crecer el. pelo. Estoy seguro —dijo Pedro—. No- es calva, como tii crees. Eso me tranquiliz6, pero segui pen- sando en cémo ayudar a mi hermana a tener pelo del modo més répido posible, Tal como se veia ahora, pare- cia un nino. CAPITULO XW DE COMO LE CRECE EL PELO A UN BEBE RAPIDAMENTE De repente se me ocurrié une idea genial. Decidi regalarle un poco de mi pelo a mi hermana, Tendria que darle parte de mis rizos, pero no importaba. Se los iba 2 pegar en la cabeza, con mucho cuidado iMe daria permiso mamd? Era se- guro que se iba a poner feliz de que Susana se viera como una nifita. Por desgracia, mama no estaba en casa y, por tanto, no pude preguntarle nada. Sus tijeras grandes estaban en el canasto de costura, ¥ yo tenia pegante suficiente en mi maleta de Ja escuela. Tomé un plate hondo, me puse frente al espejo, ¥ empecé a cortarme aigu- nos rizos, Muy pronto se lend el plato. Tomé el pegante y el plato y me dirigi con mucho cuidado a la cunade Susana. Ella dormia, y en ningtin caso. debia despertarla. Tenia que ye ¢] pelo mientras tanto. Después la mdria frente al espejo; estaba se- de que se iba a alegrar mucho. Infartunadamente, desperté casi de inmediato y se puso a llorar como un gatito. —No Ilores, Susanita —trataba de consolarla—. Por favor, no sigas lo- rando. Mira lo que he hecho por ti, para que te veas bonita. Me he cor- tado mis rizos, para que tu tengas pelo. Deja, deja de llorar. Dentro de poco, te verds como una verdadera nifita. Ya estaba a punto de pegarle dos preciosos rizos en medio de su calva, cuando entré mama. —¢Qué estds haciendo? ;Por qué llora Susana? —me pregunté cru- zando el umbral de la puerta—. {Pero qté pasd? {Qué hiciste con tu pelo? —Estd aqui —le dije y le mostré el plato Meno de rizos—. Me lo corté pare pegdrselo a Susana. Lo voy a hacer con mucho cuidado. Asi se vera come una nifita, —/Dios mio! Afortunadamente Ie. gué a tiempo —exclamé mama. De esta manera, Susana siguié sien do calva, y yo tuve que ir de inme- diato a la peluqueria ey ROS he 9 Hlegué a casa transpirando y sin aliento. Al verme, mam se toms la cabeza Son las dos manos y me dijo: —iDies mio! :Qué te pasa? |Estas sudando! —Venia corriendo —le dije. —i¥ no puedes caminar como todo ¢l mundo? —me pregunts, Si le contesté—, Pero hoy que- ria llega: lo mas rapido posible, —sPor qué? —Porque quiero hacerles a ti y a Papé una pregunta muy importante: éCuando vamos a tener atro nifio? —iQué estas diciendo? —exclamé sorprendida mama, —Que cudnde vamos a tener otro bebé —dije en vor més alta—. Me §ustaria mucho tener un hermanito 9 una hermanita, —Dime, :qué te pasa? {Que bicho te ha picado? —Ninguno, Pero ti y Pap tienen que apresurarse. Todos los nifios tie. hen hermanos, menos yo. —iNo grites tanto! —dijo mama Suavemente—. ;Qué van a pensar los vecinos! —No importa lo que piensen los vecinos. Sé buena, mamd, dime Cuando vamos a tener un bebé. —1Céme puedo saberlo? —aijo CAPITULO XM * EL DESODORANTE AMBIENTAL ‘Una cosa no me gustaba de mi her- manita: lo terrible que olia Cuando se hacia, qniera decir, cuandy ensuciaba los panales Se podia oler desde lejos cuando esto pasaba. Claro que yo tengo una buena nariz. 52 lo conté a Pedro, una vee que me pregunto como le ibe a nuestro bebe. —Tu hermanita ya reconoce 4 la gente? —me pregunto. —Yo creo que si —le conteste. —1Y se rie? —No, todavia no. Sélo Llora. cuando se hace, todo el apartament huele terrible te dije. —jY tino dices nada? —No... —le contesté. —Mira, la soluci6n es que compre: un desodorante ambiental, Un spri con algiin olor agradable. —Nunca he visto uno. ¢Cdme fun. ciona? —le pregunté. —Mamé lo usa cuando alguno d nosotros se tira uno... —me dijo Pe- dro—. 0 cuando el abuelo viene a la) casa y entra al bafo. Apenas sale, mama echa una rifaga de desodo- rante, y tado queda arreglade. —Yo creo que mama no conoce ese’ aparato tan fantastico. Se lo voy decir. Me quedé pensando un rato y le dije a Pedro: —Oye, Pedro, ;me puedes prestar un poco de dinero? Yo mismo voy a comprar el famoso desodorante. —Espera... —dijo—. SL aqui tengo unas monedas. —Yo tengo otras, Debe ser sufi- dente... ;Cémo dijiste que se lamaba ¢so? —Desodorante ambiental, spray. —S{ —dije decidido—. Compraré ee un desodorante ambiental, spray. Ya no aguanto ese olor en casa. Al salir de la escuela, fui con Pedro al supermercade de la esquina y com- ptamos él desodorante ambiental. Lo ensayames y olia superbien, Cuando Megué a casa, le dije a mama: —jMamal {Compré algo fantastico! Ya no clera mal cuando Susana se haga! Y le mostré orguiloso mi desodo- ante ambiental, spray. cArITOLa xur 22 » EL MUNDO ES INJUSTO Muchas cosas han cambiado desde que Susana est4 en casa, Por las no~ ches, cuando Susana se despierta y llora, sé forma un alboroto. Mama salta de la cama y papa viene detris. de ella. Le dan al bebé un biberén con leche o la toman en brazos y pasean con ella hasta que se calma. ‘Aunque les he pedide a papa y a mam4 que me carguen en brazos como a Susana, a mi nadie me carga, —No. Tu ya eres grande y pesas demasiado —dicen mam y papé No soy tan pesado como ellos cen. A veces me gustaria volver a un bebé tan pequetiito como mi hi mana, y que mama me acariciara. volver a meterme dentro de mama sentirme bien calientito. Ademés, todo el mundo es simpa co con un bebé, aunque se vea mal como mu calva hermanita. Por qué se le permite tode a u bebe, y a mi no? Me gustaria ver qué haria mamd sf yo de repente me hiciera en los panta- Jones, Cuando mi hermana lo hace, parece que todo fuera normal. Ayer Susana volvié a hacer su Brae cia. ;Y en gran cantidad! Cuando mama le cambié Ins paniales, el olor era tan espartoso que yo, para ayu- dar, abri una ventana. LY qué creen que hizo mamd? {Me agradecié acaso? jTody lo contrario! Me grits: ‘2Estas loco? jCierra la ventana! {Quieres acaso que Susana se resfrie? —Yo no quiero que Susana se res- frie, pero tampoco quiera que aqui haya ese olor espantoso. Después de todo, ésta también es mi alcoba. jNo. aguanto mas! —le dije a mama muy enojado. —WNo seas exagerado. No huele tan mal —dijo ella. —Si, mami, jes terrible! —grité. —Entonces, vete a otra parte y cie- rra la puerta. Esto era el colmo de la injusticia. Me senti tan maltratado que le dije: —Vas a ver, mama. jVas a ver! Yo también me voy a hacer en los panta- Jones y entonces me vas a decir si huele espantoso 0 no, Y me escondi debajo de la cama. Me iba a quedar alli para siempre, pues yo ya no les importaba nada a mis padres. Lo tinico que importaba en mi casa era mi hermana ¢alva. jSi por lo menos tuviera un par de mechas! CAMITULO: NVI 5, _ UN BEBE HACE LO QUE QUIERE Mama fue a buscarme debajo de la cama. Creo que se dio cuente de que me habia ofendido. —j{Oyel —me dijo, como si no hu- biera pasado nada—. {Me quieres ayudar a bafiar a Susana? —Bueno —le dije y sali de mi escon- dite—. jPodriamos baharnos todos juntos en la bafera, tu, Susana y yo? —Eso lo haremos mas adelante, cuando Susana sea un poco mis grande, Todavia es muy pequefia. No sabe ni sentarse —dijo mama. —Pero ti puedes ayudarle —in- sisti—. Tu la puedes sostener para que no le pase nada. Y cuando te canses, te ayudo yo, —No, no se puede. Es muy peli- groso. Es mejor esperar. Verds que el tiempo pasa rapido, —jPor favor, mama! |Metaémosnos Jos tres en la banera! —insisti. —Te prometo que lo vamos a hacer muy pronto. En cuanto se pueda — me dijo mama. —Esté bien le dije— Esperaré. Pero lo prometido es deuda Entonces ayudé a bafiar a Susana. Es muy divertido, por lo pequefia que es, y por las cosas cémicas que hace con las manos y los pies, Ademas, con su chapoteo, me moja de pies a ca- beza, Desde que lego Susana pienso que to mas maravilloso del mundo es ser un bebé. Un bebé lo pasa muy bien. Todos son simpaticos con él. Todos se maravillan con cualquier SAL LA MLM VAM ia Mi z ih eee AY ai te tae lh ‘i 4) a cosa que el bebsé haga. Incluso cuando se hace en los pafiales. Nadie lo regana, aunque lore toda la noche sin motivo’ alguno, y nadie pueda dormir tranquilo. Asi fue anc- En vez de protestar, como era de esperarse, papd pased a Susana por toda la casa, la abrazd y le dijo suave- mente: —,Qué tienes? ,Qué te pasa, pe- quefia? —Le van a salir los dientes —dijo mamé—. Por eso lora, Parque le duele. Pero mama estaba equivocada. Yo $ que Susana llora de noche, porque no hace nada en todo el dfa. Por la noche tiene muchas energias, eso 5 evidente. Yo también estaria super- despierto si pasara el dia durmiendo. No entiendo por qué papa y mama no se dan cuenta de algo tan simple, Susaria hace lo que quiere con ellos. ;Y ni siquiera sabe sentarse! CAPITULO MIX geen { oY val DE COMO PAPA EXCLAMO: jHURRA! |NOS LLEGO OTRO BEBE! Finalmente, decidi volver a ser bebé, Estaba pensando como podria empe- zar mi nueva vida, y tuve una idea. En la mafiana del domingo, comencé a Horiquear en la cama, tal como, lo hacia Susana: —jUahbhh, wahhhh, uahhh! Lioriqueaba y Horiqueaba, esperan- do que alguien llegara a consolarme, Por fin, aparecié papé, pero en lugar de consolarme, me dijo: —Por favor, termina con ¢] teatro! Susana duerme. jQuieres desper- tarla? $ Yo quedé aterrado. jQué vida la mial {Por qué no me habria quedado para siempre en la edad de los bebés? Estuve triste toda la mariana. Como lo del loriqueo no habia resultado, me Ppuse a pensar en qué otra cosa podria idear para que me volvieran a tratar como a un bebé. Entonces, s¢ me ocu- ri6 una gran idea: Me puse un pafal de Susana, y tomé uno de sus bibero- nes. Llené el biberén de leche, me tendi en el suelo al lado de la cuna de Su- sana, y comencé a chupar. —jMe converti en bebé! —comencé a gritar—. |Agu, agu! jBe-bé! Bebé! Mamé legs y no podia creer lo que veian sus ojos. —Be-bé! jBe-bél —iVen, papa! ;Ven rapido! Nos llegé otro bebé. Ahora tenemos dos bebes! “hig, “saith ce HG I I See Por fin mamé habia comprendido. — i$! —decia yo—. jBe-bé! Papa apareci6. —jDios mio! jY este si que es grande! —No, soy muy pequeniito! Todavia tengo pafiales. jY no sé hablar! —Ah, si? {No sabes hablar? —dijo papa. —No. Vean: be, be, be... —Bueno, entonces tendré que car- garte en mis brazos un rato, porque eres un bebé chiquitito. —Claro, jCargala! —dijo papa, y la sacé de la cuna y me la pasé, —No llores, hermanita —Je dije lo mds suave que pude—. Soy tu her- mano mayor ¥ te cuidaré mucho toda la vida. Susana se fue tranquilizando. Me mir6 con sus enormes ojos, lenos de asombro, y sonrid. (Sonrié por pri- mera vez en su vida! Y¥ papa me levanté y me paseo e brazos, Me gusté tanto que cije: Agu, agi SjHurra! —dijo papa—. jTeneme otro bebe! Y me pregunto: —Te gusta ser un bebé? —Sj, Mucho —le dije. —Asi te cargaba yo cuando ti er: muy pequefito, A veces te cargal horas enteras, hasta que dejabas di llorar. —jDe verdad? —pregunte. lor supuesto! {Qué crees? — Me tratabas tan bien como a Su sana? _/Mejor todavia! No olvides quet fuiste nuestro primer bebé. Cuando escuché esto, me puse mu feliz. Sélo que ya no queria segui siendo un bebé Entretanto, Susana despertd y a lloriquear en su cuna, — Papa! —le dije—. Déjame car a Susana. [Tendré cuidado! —Bueno, para que lo sepas, lo que mas quiero es tener un bebé —mur- muré répidamente y me fui para mi alcoba. Alli me quedé solu tuda la tarde. Mama tenia que darse cuenta de que el asunto del bebé era muy serio, CAPITULO UE CF OCS ~~ —S Ma ot DE COMO SEGUI INSISTIENDO A partir de ese dia, todas las mafa- nas a Ia hora del desayuno pregunté Jo mismo: —jCudndo vames a tener otro bebé? (Me gustaria tanto tener un her- mano o una hermanita! Mama y papa sélo se refan. Pero eso. ya era una buena sefal. Por eso me atrevi a insistir: —Sé byena, mama, y dime cudndo Megara nuestro querida bebé Papa, {por qué no entiendes que tengo ga- nas de tener una hermanita o un her~ manito? —Pero entonces tendrias que com- partir tu aleoba con el bebé —dijo pa —No importa. jEso me encantarfa! —dije yo. —2¥ cuando el bebé lore toda la noche? —dijo papa. —Lo tranquilizaré meciendo !a cu- na —le contesté. —Un bebé no es ningiin juguete —Yo sé. —Ademés, cuando llega un bebé, se queda para siempre con uno —dijo papa muy serio. —jEso es lo que yo quiero! {Ustedes creen que yo quiero un hermanito para un dia o una semana? ;Lo quiero para toda la vida! —No es tan sencillc, Un bebé no se puede simplemente encargar. Hey gente que se pasa la vida esperando un bebe. ;Sabias eso? —me preguntd Paps. rr —Claro que lo sé, papa. Pero yo creo que si todos lo deseamos, el bebé Negara algun dia. Quiero tener un hermanito o una hermanita. ,Por qué no lo comprenden? —Si, sf e80 lo comprendo muy bien —dijo papa. —Nunca nos habias dicho que que- rias tener hermanos —dijo mami, —Tienes razén —dije—, pero antes yo era muy pequefio, Ahora lo unico que quiero es ser un hermano mayor. ae CAPITULO W DE COMO ENCARGUE EL BEBE Decidé hacer todo lo posible para que se Cumplieran mis deseos de tener un bebé en casa. Me dirigi al responsable final de todos los ninos que Hegan al mundo. 2A la cigiiena?, preguntards. No. Nada menos que a Dios, Comencé a rezar todas las noches antes de dormirme. Dios tenia que saber que yo queria que tuviéramos Un bebé, También rece en nombre de Papa y de mama, porque no sabia st ellos lo hacian. Asi Pasé mucho tiempo, Pasé tanto tiempo, que ya casi no me acuerdo. Entonces, llegd un domingo que no podré olvidar nunca. Estabamas to- dos desayunando, Mama, papa y yo. Haba un rico olor a café-ya chocolate. La leche estaba tibia, como a mi me gusta, y el pan fresquito, Era prima- vera; afuera cantalan los pajaros. Yo me estaba preparando mi se- gundo pan con mantequilla, cuando mamé me miré-sonriente y me dijo: —Hoy tengo una gran noticia que comunicarte. Cuando te la diga, vas a saltar hasta el techo de alegria, —iMe compraste algo que me gusta mucho? —pregunté ilusionado. —No. Es algo mucho mas bonito: \Vamos a tener un bebé! — De verdad? —De verdad —dijo mama. Me quedé mudo. Luego, me subi a Ja ailla-y me Puse a gritar de alegria: = —1Yuniiil

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