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La organización de la Iglesia

Y ahora, a menos que las iglesias sean organizadas para continuar su marcha y
poner en vigencia el orden, no tienen ninguna esperanza para el futuro, y serán
esparcidas en fragmentos. 1Testimonios para la Iglesia. 246

¡Oh, cómo se regocijaría Satanás si lograse tener éxito en sus esfuerzos para
penetrar entre este pueblo y desorganizar la obra en un tiempo en que la
organización esmerada es esencial y constituirá el mayor poder para evitar los
movimientos espurios, y refutar los asertos que no son apoyados por la
Palabra de Dios! Necesitamos sostener en forma pareja las riendas, a fin de
que no se quebrante el sistema de organización y orden que fue edificado por
una labor sobria y cuidadosa… Algunos han sostenido que a medida que nos
acercamos al fin del tiempo, cada hijo de Dios actuará independientemente de
cualquier organización religiosa. Pero el Señor me ha indicado que en esta
obra no es posible que cada hombre sea independiente. 9 Testimonios para la
Iglesia. 207-208

Es un engaño del enemigo que alguien sienta que puede desvincularse de los
agentes que Dios ha señalado y trabajar en una línea independiente por sí
mismo, con su propia supuesta sabiduría, y sin embargo tener éxito. Aunque
se halague a sí mismo con la idea de que está haciendo la obra de Dios, al fin
no prosperará. Somos un cuerpo, y todo miembro ha de estar unido al cuerpo,
cada persona trabajando en su respectiva capacidad. —Carta 104, 1894. 3
Mensajes Selectos. 28

No es una buena señal cuando los hombres no se unen con sus hermanos, sino
que prefieren actuar solos, cuando no aceptan a sus hermanos porque éstos no
ejecutan sus planes. Si los hombres llevan el yugo de Cristo, no pueden
separarse. Llevarán el yugo de Cristo. Trabajarán junto con él. —Manuscrito
56, 1898. 3MS 28

Cuando alguien se está apartando del cuerpo organizado del pueblo que
guarda los mandamientos de Dios, cuando comienza a pesar la iglesia en sus
balanzas humanas y a pronunciar juicios contra ella, podéis saber que Dios no
lo está dirigiendo. Está en el camino equivocado. Mensajes Selectos Tomo 3
Pág. 19
La Iglesia no es Babilonia

Los que aseveran que las iglesias adventistas constituyen Babilonia, o parte
alguna de Babilonia, deberían permanecer en casa. TM 37

Cuando se levanta alguien, de entre nosotros o de afuera, que siente la


preocupación de proclamar un mensaje que declara que el pueblo de Dios se
cuenta con Babilonia, y asevera que el fuerte pregón es un llamado a salir de
ella, podéis saber que no proclama el mensaje de verdad. No le recibáis, ni le
digáis “¡Bienvenido!”, porque Dios no habló por él, ni le dio mensaje alguno,
sino que él corrió antes de ser enviado… El pretender que la Iglesia
Adventista del Séptimo Día es Babilonia es tener la misma pretensión que
Satanás, que es un acusador de los hermanos, que los acusa delante de Dios
día y noche. TM 42, 43

“Hermano mío, he sabido que usted pretende que la Iglesia Adventista del
Séptimo Día es Babilonia, y que todos los que quieran ser salvos deben salir
de ella. Usted no es el único hombre a quien el diablo ha engañado en este
asunto. Durante los últimos cuarenta años, un hombre tras otro se ha
levantado, pretendiendo que el Señor lo había enviado con el mismo mensaje;
permítame que le diga, como les he dicho a ellos, que este mensaje que usted
está proclamando es uno de los engaños satánicos destinados a crear confusión
entre las iglesias… “Hermano mío, si usted está enseñando que la Iglesia
Adventista del Séptimo Día es Babilonia, está equivocado. Dios no le ha dado
ningún mensaje semejante que llevar. TM 59-60
¿Un pueblo más santo sale de la IASD en el tiempo del fin?

Ud. toma pasajes de los testimonios que hablan de la terminación del tiempo
de gracia, del zarandeo entre el pueblo de Dios, y Ud. habla del surgimiento
de entre este pueblo de un pueblo más puro y más santo que se levantará.
Todo esto agrada al enemigo. No debemos tomar innecesariamente un rumbo
que haga diferencias o cree disensiones. No debiéramos dar la impresión de
que si no se siguen nuestras ideas particulares, es porque les falta comprensión
y fe a los ministros, y porque ellos están caminando en la oscuridad.
La mente de Ud. ha estado sometida a una tensión forzada durante un largo
tiempo. Ud. tiene mucha verdad, preciosa verdad, pero mezclada con
suposiciones. Sus ideas extremistas y su vigoroso lenguaje con frecuencia
destruyen el efecto de sus mejores esfuerzos. Si muchos aceptaran las
opiniones que Ud. presenta y hablaran y procedieran conforme a ellas,
veríamos la más grande conmoción fanática que jamás se haya visto entre los
adventistas del séptimo día. Esto es lo que desea Satanás.1MS 211-212

Os digo, hermanos míos, el Señor tiene un cuerpo organizado por medio del
cual él trabaja. Puede haber más de una veintena de Judas entre ellos; puede
haber un Pedro áspero, que en circunstancias difíciles niegue a su Señor.
Puede haber personas representadas por Juan a quien Jesús amaba, pero que
pueden tener un celo que destruiría las vidas de los hombres pidiendo fuego
del cielo sobre ellos para vengar un insulto inferido a Cristo y a la verdad.
Pero el gran Maestro trata de dar lecciones de instrucción para corregir estos
males existentes. Él está haciendo hoy lo mismo con su iglesia. Está señalando
sus peligros. Está presentando delante de ellos el mensaje a Laodicea. 3MS
18-19
Así sancionó Jesús la autoridad de su iglesia organizada, y puso a Saulo en
relación con los agentes que había designado en la tierra. Cristo tenía ahora
una iglesia como su representante en la tierra, y a ella incumbía la obra de
dirigir al pecador arrepentido en el camino de la vida. Muchos tienen la idea
de que son responsables ante Cristo solo por la luz y experiencia, y que no
dependen de sus seguidores reconocidos en la tierra. Jesús es el amigo de los
pecadores, y su corazón simpatiza con el dolor de ellos. Tiene toda potestad,
tanto en el cielo como en la tierra; pero respeta los medios que ha dispuesto
para la iluminación y salvación de los hombres; dirige a los pecadores a la
iglesia, que él ha puesto como un medio de comunicar luz al mundo. Los
Hechos de los Apóstoles Pág. 99-100

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