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SENTENCIA DEL 27 DE ENERO DE 2021, NÚM.

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Sentencia impugnada:Cámara Civil y Comercial de la Corte de Apelación de La Vega, del 18 de julio de 2016.

Materia:Civil.

Recurrente:Edenorte Dominicana, S. A.

Abogados:Licdos. Miguel A. Durán y Arlen Peña Rodríguez.

Recurrido:Guillermin Antonio Martínez Cruceta.

Abogados:Lic. Fausto Antonio Caraballo y Licda. Neida Antonia Cruceta Santos.

Jueza ponente:Mag. Pilar Jiménez Ortiz.

EN NOMBRE DE LA REPÚBLICA

La PRIMERA SALA DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA, competente para conocer de los recursos de
casación en materia civil y comercial, regularmente constituida por los jueces Pilar Jiménez Ortiz, presidente,
Blas Rafael Fernández Gómez y Justiniano Montero Montero, miembros, asistidos del secretario general, en la
sede de la Suprema Corte de Justicia, ubicada en Santo Domingo de Guzmán, Distrito Nacional, en fecha 27 de
enero de 2021, año 177° de la Independencia y año 157° de la Restauración, dicta en audiencia pública, la
siguiente sentencia:

En ocasión del recurso de casación interpuesto por Edenorte Dominicana, S. A., sociedad comercial organizada
y existente conforme a las leyes de la República Dominicana, RNC núm. 1-01-82125-6, con domicilio y asiento
social en la avenida Juan Pablo Duarte núm. 87, ciudad de Santiago de los Caballeros, debidamente
representada por su administrador Julio César Correa, dominicano, mayor de edad, titular de la cédula de
identidad y electoral núm. 047-0150646-3, quien tiene como abogados constituidos y apoderados a los Lcdos.
Miguel A. Durán y Arlen Peña Rodríguez, matriculados en el Colegio de Abogados de la República
Dominicana bajo los números 9475-521-90 y 21454-50-99, con estudio profesional abierto en la Oficina Durán
y Peña, ubicada en el módulo 107 de la Plaza Century, sito en la avenida Rafael Vidal núm. 30, sector El
Embrujo de la ciudad de Santiago de los Caballeros, y domicilio ad hoc en las oficinas de la Corporación
Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE), situada en la avenida Independencia esquina calle Fray
Cipriano de Utrera, sector Centro de los Héroes de esta ciudad.

En este proceso figura como parte recurrida Guillermin Antonio Martínez Cruceta, dominicano, mayor de edad,
titular de la cédula de identidad y electoral núm. 047-0056342-6, domiciliado y residente en el paraje de Rio
Verde Abajo, municipio de La Vega, quien tiene como abogados constituidos y apoderados a los Lcdos. Fausto
Antonio Caraballo y Neida Antonia Cruceta Santos, titulares de las cédulas de identidad y electoral núms. 047-
0052277-6 y 047-0002497-1, con estudio profesional abierto en el número 55 de la calle Duvergé, municipio de
La Vega, y domicilio ad hoc en el apartamento núm. 303 del edificio Disesa, ubicado en la avenida Abraham
Lincoln esquina calle Pedro Henríquez Ureña núm. 597, sector Bella Vista de esta Ciudad.

Contra la sentencia civil núm. 204-16-SSEN-00126, dictada el 18 de julio de 2016, por la Cámara Civil y
Comercial de la Corte de Apelación del Departamento Judicial de La Vega, cuyo dispositivo copiado
textualmente establece lo siguiente:

PRIMERO: en cuanto al fondo del recurso principal rechaza, en cuanto al recurso incidental de apelación se
acoge de manera parcial en consecuencia se modifica el segundo ordinal de la sentencia civil no. 1397 de fecha
22 de diciembre del año 2014, emitida por la Primera Sala Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia
del Distrito Judicial de La Vega, en tal virtud se condena a la recurrente Empresa Distribuidora de Electricidad
del Norte, S. A., (EDENORTE), al pago de las suma una de cuatro millones de pesos dominicanos a favor de la
parte demandante inicial señor Guillermin Antonio Martínez Cruceta, como justa indemnización por los daños y
perjuicios sufrido por este a causa del hecho generador del daño y se confirman los demás ordinales de la
sentencia, por las razones expuestas en la sentencia. SEGUNDO: condena a la parte recurrente empresa
Distribuidora de Electricidad del Norte, S. A., (EDENORTE), al pago de las costas procesales ordenando su
distracción en provecho del Lic. Neida Antonia Cruceta Santos, abogada que afirma haberlas avanzado en su
totalidad.

VISTOS TODOS LOS DOCUMENTOS QUE REPOSAN EN EL EXPEDIENTE:

(A) Constan los siguientes: a) el memorial de casación depositado en fecha 29 de diciembre de 2016, mediante
el cual la parte recurrente invoca los medios de casación contra la sentencia recurrida; b) el memorial de defensa
depositado en fecha 17 de enero de 2017, donde la parte recurrida expone su defensa respecto de la decisión
impugnada; y c) el dictamen de la procuradora general adjunta, Casilda Báez Acosta, de fecha 16 de mayo de
2017, donde expresa que procede acoger el presente recurso de casación.

(B) Esta sala, en fecha 26 de septiembre de 2018 celebró audiencia para conocer del indicado recurso de
casación, en la cual estuvieron presentes los magistrados que figuran en el acta levantada al efecto, asistidos del
secretario y del ministerial de turno; a la indicada audiencia compareció la parte recurrida, quedando el
expediente en estado de fallo.

(C) Esta sentencia ha sido adoptada a unanimidad y en estos casos el artículo 6 de la Ley 25-91, Orgánica de la
Suprema Corte de Justicia, permite que la Sala se integre válidamente con tres de sus miembros, los que figuran
firmando la presente sentencia.

LA SALA, DESPUÉS DE HABER DELIBERADO:

En el presente recurso de casación figura como parte recurrente Edenorte Dominicana, S. A., y como parte
recurrida Guillermin Antonio Martínez Cruceta; verificándose del estudio de la sentencia impugnada y de los
documentos que a ella se refiere, que: a) el hoy recurrido sufrió un accidente eléctrico cuando caminaba por una
propiedad privada e hizo contacto con unos alambres de electricidad que se encontraban envueltos en una mata
de plátano, recibiendo una descarga eléctrica que le produjo varias lesiones; b) como consecuencia de ese hecho
Guillermin Antonio Martínez Cruceta, interpuso una demanda en reparación de daños y perjuicios contra
Edenorte Dominicana, S. A., en virtud del artículo 1384 párrafo I del Código Civil; demanda que fue admitida
por la Primera Sala Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de La Vega,
mediante sentencia civil núm. 1397, de fecha 22 de septiembre de 2014, que condenó a Edenorte al pago de
RD$1,000,000.00 como indemnización por los daños ocasionados; c) ambas partes apelaron el referido fallo,
Edenorte Dominicana, S. A., de manera principal, pretendiendo la revocación total de la decisión, y Guillermin
Antonio Martínez Cruceta, de manera incidental, con el propósito de la variación del monto indemnizatorio,
procediendo la corte a qua a rechazar el recurso principal y a acoger el recurso incidental, a través del fallo
objeto del recurso de casación que hoy nos apodera.

El recurrente propone los siguientes medios de casación: primero: Violación del artículo 141 del Código de
Procedimiento Civil, falta de base legal, falsa motivación, desnaturalización de los hechos; segundo: Violación
del artículo 1384 párrafo I del Código Civil y violación del artículo 1315 del Código Civil.

En un aspecto de cada uno de los medios de casación anteriormente citados, examinados conjuntamente por
estar estrechamente vinculados, la recurrente alega que la corte a qua incurrió en los vicios denunciados, ya que
dio por establecido que el cable con el cual se accidentó el demandante es propiedad de Edenorte, lo que retuvo
en virtud de las declaraciones de uno de los testigos deponentes ante la alzada, otorgando responsabilidad a la
demandada sobre la base de circunstancias no probadas según los medios previstos en la ley que rige la materia,
como lo sería una certificación de la Superintendencia de Electricidad; continúa la recurrente aduciendo que la
transgresión del artículo 1384 párrafo I del Código Civil, es manifiesta en la sentencia de la corte, puesto que
afirma que el suceso lo produjo un cable o línea de distribución, lo que es igual a un cable de media o baja
tensión, que son los que corresponden a redes de distribución, conforme la Ley 125-01 General de Electricidad,
y que podrían pertenecer a Edenorte, sin embargo, no señala el tribunal cuáles hechos y pruebas le han
permitido llegar a esa conclusión, pues también existen los cables de alta tensión, los cuales aun cuando se
encuentren en la zona norte, no pertenecen a la demandada, sino a la Empresa de Transmisión Eléctrica
Dominicana (ETED), todo lo cual debe ser verificado, como se lleva dicho, por la Superintendencia de
Electricidad previo a inspección de las redes involucradas en un evento determinado; finalmente, señala la
recurrente que la corte ignoró que la obligación de la demandada de probar las causas eximentes de
responsabilidad, solo existe a partir del momento en que el demandante haya probado la guarda de la cosa
inanimada, lo que no aconteció.

La parte recurrida defiende la sentencia criticada alegando que la corte a qua pudo comprobar a través de las
pruebas testimoniales y las fotografías, que el tendido eléctrico en cuestión es propiedad de la recurrente.

La decisión impugnada se fundamenta en los motivos que se transcriben textualmente a continuación:


() Que en el informativo testimonial, fue escuchado el señor Santos Braulio Morales, quien declaró lo siguiente:
eso fue en Río Verde en la tarde, el padre mandó al muchacho del accidente, a la casa para que fuéramos al
conuco a buscar un racimo de plátano para cenar, fuimos al conuco él se va le pasó cerca a una mata de plátano,
el callo disparado, se explotó por los pies, son tres alambres que pasan por mi tierra que esta al lado de la
carretera, eso se ha caído varias veces; que también fue escuchado el señor Daniel Vásquez García, quien
declaró cerca de donde vivo hay un alambre de Edenorte, se le había informado que el alambre estaba bajito, no
nos pusieron caso, el fue a buscar unos plátanos y se electrocutó, todavía esta bajito, al muchacho lo llevan al
médico a cada rato vive durmiendo, como que se desespera, tiene un zumbido en la cabeza, de la mente esta
como raro no actúa bien; que siendo la Corte un tribunal de hecho y derecho en el entendido de que a los hechos
revelados durante el proceso el juzgador debe valorarlo en su justa dimensión a los fines de escudriñar la
verdadera realidad de estos, y dar prioridad a determinados medios de pruebas sobre otros si le son
convincentes, procede a continuación a valorar las pruebas aportadas; que en el caso de la especie, todas las
pruebas aportadas al proceso sin existir contradicción ninguna señalan que el accidente aconteció cuando la
víctima caminaba por una propiedad privada y al rosar unos alambres que se encontraban a una altura muy por
debajo de su regulación legal, al tener contacto con la mata de plátano y estar la misma en contacto con los
alambres propiedad de Edenorte, provocó que el joven recibiera una descarga eléctrica, hecho que se consolida
con la ilustración de la fotografía depositada en el expediente en especial la que muestra el alambre encima de
la hoja de plátano y que se muestra quemada por la descarga eléctrica recibida así como los certificados
médicos y demás piezas indicada en la sentencia; que dentro de los criterios que rigen las pruebas se encuentra
la corresponsabilidad de las pruebas, que implica la igualdad de oportunidades en materia de pruebas, también
se encuentra en nuestro ordenamiento de derecho, el principio ‘Actori Incumbit Probatio’ que implica que a una
de las partes (el demandante) tiene la necesidad de suministrar la prueba de ciertos hechos, sea porque lo
invoque a su favor o porque de ellos se deduce lo que pide o porque el opuesto goza de presunción, que es lo
mismo decir todo el que alega un hecho en justicia debe justificarlo; que de la configuración de los hechos y
circunstancias reveladas al plenario se puede colegir que el accidente nace de un hecho cuasi-delictual, situación
que se encuentra regulado por el artículo 1384 del Código Civil, el cual dispone: ‘No solamente es uno
responsable del daño que causa un hecho suyo, sino también del que se causa por hechos de las personas de
quienes se debe responder, o de las cosas que están bajo su cuidado’, que de los hechos de la causa se puede
colegir que el accidente aconteció como consecuencia del contacto de las líneas o cable de distribución de la
energía eléctrica con la mata de plátano que provocó que la misma se electrificara al momento en que el joven
hizo contacto recibiendo la descarga eléctrica que le ocasionó daños físicos y psicológicos; que frente a estas
pruebas, la recurrente no ha debatido con otros medios de pruebas los hechos relatados anteriormente y tampoco
ha formulado razonablemente ningún medio o argumento que destruya las pruebas presentadas de que la
víctima hizo contacto con la energía eléctrica al tocar la mata de plátano que hacía contacto con los alambres al
encontrarse los mismos por debajo de la regulación legal hecho generador del accidente, en el desarrollo de la
presente instancia la recurrente no ha presentado pruebas que destruyan los hechos establecidos en el proceso
por lo que se puede deducir que el fundamento del recurrente, no es más que un simple alegato, pues aceptar
pura y simplemente sus pretensiones conllevaría a contradecir el espíritu y la esencia del artículo 1315 del
Código Civil Dominicano, por lo que en tal virtud procede rechazar sus conclusiones; que la presente acción en
responsabilidad civil como se ha establecido se encuentra regulada por el artículo 1384 del Código Civil, el cual
dispone ‘en el párrafo 1ro., una responsabilidad civil a cargo del guardián de la cosa inanimada, en donde el
guardián de la cosa inanimada solo se libera de su responsabilidad probando una causa extraña, como la fuerza
mayor, la falta de la víctima, el hecho de un tercero o la transferencia válida de la guarda a otra persona; que
esta presunción de guarda y comitencia derivada de la propiedad de la cosa generadora del daño, como se puede
deducir solo puede ser combatida por el propietario, cuando demuestre que el hecho aconteció por las
características enumerado en el artículo, circunstancias que no se demostraron en el presente caso.

De las motivaciones anteriormente transcritas se puede colegir que la corte a qua otorgó responsabilidad civil a
Edenorte respecto del accidente sufrido por Guillermin Antonio Martínez Cruceta, valorando para ello las
declaraciones de los testigos presentados, las fotografías que daban muestra del alambre generador del daño
encima del árbol quemado, así como las certificaciones médicas donde se hacían constar los daños sicológicos y
siquiátricos sufridos por la víctima producto del shock eléctrico.

La insuficiencia de motivos equiparable a la falta de base legal denunciada por la recurrente constituye un vicio
susceptible de casación, cuando los motivos dados por los jueces no permiten reconocer si los elementos de
hecho necesarios para justificar la aplicación de la ley se encuentran presentes en la sentencia, ya que esta
violación no puede provenir sino de una exposición incompleta de un hecho decisivo. Por su parte, el medio de
casación por desnaturalización de los hechos de la causa es definido como el desconocimiento por los jueces de
fondo de su sentido claro y preciso, privándolos del alcance inherente a su propia naturaleza.

En el presente caso se trata de una acción en reparación de daños y perjuicios, fundada en la responsabilidad
que pesa sobre el guardián de la cosa inanimada, prevista en el párrafo primero del artículo 1384 del Código
Civil, de acuerdo al cual, la víctima está liberada de probar la falta del guardián y de conformidad con la
jurisprudencia constante de esta Corte de Casación, dicha presunción de responsabilidad está fundada en dos
condiciones, a saber: que la cosa debe haber intervenido activamente en la producción del daño y haber
escapado al control material del guardián.

En la misma línea discursiva, el régimen de responsabilidad por el hecho de la cosa inanimada, consagrado en el
artículo 1384, párrafo I del Código Civil dominicano; en el que se presume la falta, corresponde al demandante
demostrar (a) que la cosa que provocó el daño se encuentra bajo la guarda de la parte intimada y (b) que dicha
cosa haya tenido una participación activa en la ocurrencia del hecho generador.

La noción de guarda dentro del margen de la responsabilidad civil se caracteriza por el poder de uso, de
dirección y de control de la cosa. Es decir, en el uso que es el hecho de servirse de la cosa, generalmente para su
interés; el control, en virtud del cual el guardián puede vigilar la cosa, teniendo asimismo la aptitud de evitar
que esta cause cualquier daño; y finalmente, la dirección que manifiesta el domino efectivo del guardián sobre
la cosa. Por lo tanto, de manera precisa, la guarda implica el control de la cosa y la autonomía del guardián; se
trata de una noción que implica deber de vigilancia, supervisión y seguimiento.

En el caso concreto, esta Sala es de criterio que, si bien queda demostrada la ocurrencia del suceso con las
pruebas aportadas por Guillermin Antonio Martínez Cruceta, las cuales ponen en evidencia la veracidad de los
acontecimientos establecidos en cuanto al accidente sufrido por el demandante se refiere, estas no
permiten establecer la guarda del tendido eléctrico, como alega la recurrente, es decir, que las mismas carecen
de legitimación procesal en tanto cuando no es posible a partir de esa ponderación vincular esos elementos
probatorios con los presupuestos propios de la responsabilidad por el hecho de la cosa inanimada y llegar a la
conclusión de que Edenorte ha comprometido su responsabilidad civil. Por tanto, al haber la alzada
fundamentado su decisión en las referidas pruebas, las cuales, como se lleva dicho, solo comprueban lo
ocurrido, no así la guarda del cableado causante del hecho, a juicio de esta Corte de Casación, la corte a
qua incurrió en los vicios denunciados en los aspectos de los medios examinados, motivo por el cual procede la
casación del fallo impugnado.

Cuando la sentencia es casada por falta de base legal, falta o insuficiencia de motivos, desnaturalización de los
hechos o por cualquiera otra violación de las reglas procesales cuyo cumplimiento esté a cargo de los jueces, las
costas pueden ser compensadas, al tenor del numeral 3 del artículo 65 de la Ley 3726-53 del 29 de diciembre de
1953, sobre Procedimiento de Casación; en tal virtud, procede compensar las costas del procedimiento.

Por tales motivos, la PRIMERA SALA DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA, por autoridad y mandato
de la ley y en aplicación de las disposiciones establecidas en la Constitución de la República; artículos 1, 2, 3, 4
y 12 de la Ley núm. 3726-53 del 29 de diciembre de 1953 sobre Procedimiento de Casación; y 141 Código de
Procedimiento Civil;

FALLA:

PRIMERO: CASA la sentencia civil núm. 204-16-SSEN-00126, dictada el 18 de julio de 2016, por la Cámara
Civil y Comercial de la Corte de Apelación del Departamento Judicial de La Vega, en consecuencia, retorna las
partes y la causa al momento en que se encontraban, y para hacer derecho envía el asunto por ante por la
Cámara Civil y Comercial de la Corte de Apelación del Departamento Judicial de Santiago, en las mismas
atribuciones.

SEGUNDO: COMPENSA las costas.

Firmado: Pilar Jiménez Ortiz, Blas Rafael Fernández Gómez y Justiniano Montero Montero. César José García
Lucas. Secretario General.

La presente sentencia ha sido dada y firmada por los señores Jueces que figuran en su encabezamiento, en la
audiencia pública del día, mes y año en él expresados, y fue firmada, leída y publicada por mí, Secretario
General, que certifico.

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