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La Catedral de la Diócesis
de San Felipe de Aconcagua
Orígenes y Gestores
Domingo Torres Cáceres - Enrique Segovia Barrientos
Rafael Gómez Navarro - Roberto Carrandi Muñoz
Autores
Domingo Torres Cáceres, Enrique Segovia Barrientos, Rafael Gómez Navarro, Roberto Carrandi Muñoz
Apoyo a la investigación
Sebastián Yáñez, Padre Hernán Acuña, Norma Rodríguez
Diseño
Marcela Meneses Castro, Iván Carreño Ibaceta
Fotografías de archivo
Cristian Jury, Iván Carreño, Rodrigo Vega
Gestión fotográfica
Enrique Segovia, Rafael Gómez, Roberto Carrandi, Domingo Torres, Hanny Suckel
Entrevistados
Rolando Stevenson, Relacionador Público,
Padre Hernán Acuña, Párroco de la iglesia Catedral de San Felipe,
Padre Félix Arévalo, ex Párroco de la iglesia Catedral de San Felipe,
Padre Mario Lazo, ex Párroco de la Catedral, actual Párroco de Cabildo,
Norma Rodríguez, Notaria Eclesiástica,
Cristina Soruco, ex Catequista de la Catedral,
Adriana Vásquez, ex Catequista de la Catedral.
Agradecimientos
Juan Carlos Cerda, Tomás Garrido, Mario Caballero, Sonia Castro,
Ivar Lemus, Roxana Serey, Juana Astudillo
y a los Consejeros Regionales Eduardo León y Nelson Contador.
Miriam Waisberg
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Indice
Presentación Pág. 09
Capítulo I
La Catedral de San Felipe como Monumento Nacional 19
Capítulo II
Introducción a la Historia Religiosa de Aconcagua y Petorca 27
Capítulo III
La Diócesis de Aconcagua 43
Capítulo IV
Los Obispos de la Diócesis 53
Capitulo V
La Pastoral 87
Capítulo VI
Aspectos Arquitectónicos de la Catedral 119
PRESENTACIÓN
Esta afirmación con que los autores inician esta obra es certera. El patrimonio
de un pueblo está constituido por todo aquello que expresa su devenir en el tiempo,
su manera de ser y de expresarse, su identidad profunda, en todo lo cual el senti-
miento religioso ocupa un lugar protagónico. En efecto, aún cuando las circunstancias
han cambiado y hoy vivimos una cultura más plural y diversa, en la que no todos se
confiesan creyentes, nadie podría negar el sustancial aporte de la fe al ser de nuestro
pueblo. Chile tiene raigambre cristiana, se ha constituido como nación sobre los valo-
res del Evangelio que le fue predicado desde sus mismos orígenes por los misioneros
como Pantaleón Correa, los frailes Mercedarios, Franciscanos, Jesuitas, Agustinos,
Dominicos entre otros, quienes sembraron la semilla de la fe en la primera hora de
nuestra nación.
Junto a ellos, como estrechos colaboradores, han estado los sacerdotes que
ejercieron como párrocos de la Catedral, entre los cuales ha habido quienes se
destacaron tanto por su dinamismo pastoral como por su vida ejemplar. Entre ellos
perdura hasta hoy el recuerdo cariñoso y agradecido de don GuilIermo Echeverría.
Por ello, ha resultado tremendamente valioso el aporte de este libro que recoge
la historia de nuestra Catedral. Se trata de un primer paso dado en esta dirección, ya
que no existe, hasta la fecha, un trabajo sistemático con los datos del principal tem-
plo de nuestra Diócesis.
Introducción a la Historia
de la Catedral de
San Felipe
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Para ello, recorrimos desde los inicios, con el primer “doctrinero”, don Pantaleón
Correa, las riberas del río Aconcagua, el valle de Putaendo, las alturas de San
Francisco, luego cruzamos el cordón montañoso hacia el norte y llegamos a
Petorca, llevando hasta allá el santo evangelio.
Marchamos al norte con el cura Gómez y luego fuimos al destierro junto con él,
a tierras de Gorbea y San Carlos. Nos alegramos el año 25 cuando el Papa Pio XI nos
nominó como Diócesis. Apoyamos la reconstrucción del templo junto a los padres
Echeverría y Arévalo y hoy vemos con orgullo, después de este largo caminar que
nuestra iglesia Mayor, Templo Matriz o Catedral se levanta como testimonio de fe
del Pueblo de Dios, que peregrina por los valles de Aconcagua y Petorca, dando
testimonio de su presencia.
Los Autores
San Felipe, invierno 2010.
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Capítulo I
La Catedral de San Felipe
como Monumento Nacional
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Debemos por lo tanto conocer que significa este concepto y que sea monumento
nacional.
Patrimonio Natural
Por otra parte, el patrimonio cultural está formado por los bienes culturales
que la historia le ha legado a una nación y por aquellos que en el presente se crean y
a los que la sociedad les otorga una especial importancia histórica, científica, simbó-
lica o estética. Es la herencia recibida de los antepasados, y que viene a ser el testi-
monio de su existencia, de su visión de mundo, de sus formas de vida y de su manera
de ser, y es también el legado que se deja a las generaciones futuras.
Patrimonio Cultural
“El Patrimonio Cultural de un pueblo comprende las obras de sus artistas, ar-
quitectos, músicos, escritores y sabios, así como las creaciones anónimas, surgidas
del alma popular, y el conjunto de valores que dan sentido a la vida, es decir, las
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obras materiales y no materiales que expresan la creatividad de ese pueblo; la
lengua, los ritos, las creencias, los lugares y monumentos históricos, la literatura, las
obras de arte y los archivos y bibliotecas”.
Capítulo II
Introducción a la
Historia Religiosa de
Aconcagua y Petorca
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La provincia de San Felipe, posee una superficie de 2.659,2 km2 y en ella ha-
bitan 131.911 personas. Se divide en seis comunas, Santa María, San Felipe, Catemu,
Panquehue, Putaendo y Llay Llay.
El valle de Aconcagua, donde están ubicadas las provincias de San Felipe y Los
Andes, destaca por su privilegiada ubicación geográfica, rodeada por extraordinarios
cerros, ricos en minerales, con cuencas muy fértiles tanto en sus tierras como sus
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aguas, las que constituyen los elemento fundamentales para el desarrollo de la agri-
cultura y la minería, principales actividades productivas practicadas durante siglos
por los habitantes que poco a poco fueron poblando su territorio.
Las ciudades de San Felipe y Los Andes son las cabeceras provinciales de una
red de pequeñas ciudades, decenas de aldeas y centenares de caseríos que confor-
man en su conjunto los territorios del valle.
Ellos son los protagonistas de una densa historia de cambios que han confor-
mado una compleja estructura social, económica ambiental y político administrativa
que en su larga data otorga al valle la noble reputación de centro productivo de ali-
mentos y minerales.
Las principales ciudades de la Diócesis, San Felipe, Los Andes y La Ligua, fue-
ron fundadas en 1740, 1790 y 1754 respectivamente.
Pero somos sorprendidos con otra nota, “Con Almagro el año 1535 vinieron los
Mercedarios Fray Antonio Solís y Antonio de Almansa, amén del clérigo Cristóbal
Molina, quienes permanecieron alrededor de seis meses con la expedición en
Aconcagua”.
Con fecha anterior, 15 de abril de 1580, el mismo Fray Diego de Medellín in-
forma al Rey que “el clérigo Juan de Oces está ocupado en la doctrina de Petorca y
otros pueblos de esa zona”.
Posteriormente, por carta del Obispo Salcedo al Rey, sabemos que en 1663 La
Ligua ya era Parroquia. Tal noticia la debemos a la famosa Quintrala. Se comenta un
hecho de violencia al cura de La Ligua, el cual fue agredido por mandato de doña
Catalina de los Ríos, por un problema de casamiento de indios. Pero el asunto quedó
en nada ya que doña Catalina tenía influencias en esferas superiores.
En 1603 llegan los Agustinos a Panquehue, les siguen los hijos de Santo Do-
mingo, que en 1666 tienen una hospedería en la zona de Santa Rosa de Los Andes.
Los Dominicos tenían en el siglo XVII la casa y convento principal en Santiago del
cual dependían los conventos de Paraguay y Argentina. Con el objeto de facilitar es-
tos viajes y dado la ubicación geográfica del valle deciden instalar un convento en Los
Andes, el cual fue destruido en 1730. La ubicación es muy estratégica, pues las cara-
vanas llegaban muy maltrechas con el paso de la cordillera y tenían inmediato reposo
en Los Andes. En 1760 se establecen en San Felipe en la calle San Juan Bautista (hoy
calle Santo Domingo).
En 1682 llegan los Mercedarios a establecerse en el lado norte del “gran río de
Chile” (llamaban así pomposamente y con mucho o exagerado orgullo al río Aconcagua)
lugar donde más tarde se fundaría la ciudad de San Felipe.
“Edificado el convento e iglesia, que corrió a cargo de don Andrés de Toro Hi-
dalgo en compensación del legado testamentario de su padre, ya que los terrenos en
que se edificó la villa de San Felipe pertenecían a los Mercedarios, se trasladaron los
religiosos que vivían en el antiguo convento a distancia de media legua y fueron reci-
bidos con general aclamación del vecindario”.
“La devoción y culto a la virgen de la Merced, era muy grande y general en Aconcagua
y Petorca, en efecto, en todas las capillas y parroquias y antiguas casas ya de abolen-
go, ya de campesinado, su venerable imagen ocupaba durante la Colonia, e incluso
hasta fines del siglo XIX el lugar preferente en los retablos hogareños y así la tienen
por titular y patrona las parroquias de Chincolco, Petorca, Papudo, Calle Larga y la
Merced de San Felipe”.
Que nos dice este pasaje: que ya había iglesia o capilla de quincha (rama con
barro como pared) y techo de paja, pues don Andrés de Toro Hidalgo promete: “de
adobe y tejas”. Y esa fue nuestra primera Iglesia Matriz, futura Catedral.
“Otro costado destínese a la iglesia, casa del párroco y el saldo para rentas de
la iglesia, a distancia proporcionada de la plaza resérvese una cuadra al convento de
la Merced y otra al de los Jesuitas, una tercera para la construcción de un beaterio”.
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A fines del siglo, en 1696 se establecen los Franciscanos en Curimón; los Je-
suitas se establecieron en San Felipe desde su fundación en el año 1740, teniendo
colegio y residencia desde 1743.
La primera escuela del corregimiento, que en ese año tenía 40 alumnos, fue
apoyada por doña Isabel de Toro Mazote, quien donó a la Compañía de Jesús
(Jesuitas) la hacienda de San Juan Francisco de Regis, para que una parte de sus
productos se empleara en una escuela pública donde se enseñó gramática, y pri-
meras letras. Ello aconteció hasta su expulsión de los dominios de España en 1767.
Los Obispos
Sacerdotes
Capítulo III
La Diócesis de Aconcagua
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Comuna de Catemu
San José (1898)
Comuna de LlayLlay
San Ignacio de Loyola (1871)
Comuna de Panquehue
San Maximiano (1892)
Comuna de Putaendo
San Antonio de Padua (1797)
Nuestra Señora del Carmen, Rinconada de Silva (1956)
Comuna de La Ligua
Santo Domingo (1633)
Placilla de La Ligua. Nuestra Señora del Carmen (1911)
Santa Ana, Longotoma (1952)
Comuna de Cabildo
San Lorenzo del Ingenio (1824)
Comuna de Petorca
Nuestra Señora de la Merced (1732)
Sagrado Corazón de Jesús, Chincolco (1923)
Comuna de Papudo
Nuestra Señora de las Mercedes (1928)
Comuna de Zapallar
Santa Teresa de Jesús (1927)
San Luis Rey, Catapilco (1941)
Santuarios
Esta Diócesis tiene 2 Santuarios: Santa Teresa de Los Andes en Auco, comuna de
Rinconada de Los Andes. A cargo de la Orden del Carmen Descalzo y el Santuario
Santo Cristo de Rinconada de Silva en Rinconada de Silva, comuna de Putaendo. A
cargo de la Orden Misioneros de la Transfiguración.
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Clero y religiosos
Masculinas
Carmelitas Descalzos, Hermanos Maristas de la Enseñanza, Hermanos de la
Instrucción Cristiana (Menesianos), Religiosos de la Merced (Mercedarios), Religiosos
de la Pasión de Jesucristo (Pasionistas), Religiosos de Santa Cruz, Padres Salesianos.
Femeninas
Buen Pastor, Carmelitas de la Caridad de Vedruna, Madres Carmelitas Descalzas,
Carmelitas Misioneras Teresianas, Dominicas de la Presentación, Franciscanas Belgas,
Franciscanas Cooperadoras Parroquiales, Franciscanas Misioneras de María, Hijas
de María Auxiliadora, Hospitalarias de San José, Mercedarias del Santísimo
Sacramento, Misioneras de Jesús, Misioneras de Jesús Crucificado y Religiosas
Filipenses.
Capítulo IV
Los Obispos de la Diócesis
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Período 1925-1938
Su lema fue
Gloria al Padre, al hijo y al espíritu santo
(Gloria patri, et filio et spiritu sancto).
Sus padres, oriundos de Los Andes, fueron don Pedro Ignacio del Canto y la
señora Rosario Terán. Sus estudios básicos los hizo en Los Andes y cursó humanida-
des y estudios filosóficos y teológicos en el seminario de Santiago. Se ordenó sacerdo-
te el 20 de diciembre de 1890 y cantó su primera misa en la iglesia de las monjas de
la Providencia al día siguiente.
Monseñor del Canto, fue cura rector de la iglesia del Salvador de Valparaíso,
profesor del seminario de Santiago y cura párroco de la iglesia Matriz de Valparaíso,
nombrado en 1897. Posteriormente lo fue de los Doce Apóstoles de la misma ciudad.
Su acción se hizo notar con brillantez en el terremoto del año 1906. Fue canónigo
magisterial de la Catedral y en 1919, vicario general del Arzobispado, desde donde la
Santa Sede lo elevó a la dignidad episcopal como primer Obispo de San Felipe, to-
mando posesión de tal investidura el 9 de mayo de 1926.
Viajó a Europa y visitó al papa Pío XI en 1929. En 1932 viajó a Lima para repo-
ner su salud que estaba quebrantada. Al no mejorar, dimitió su cargo, siéndole
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Una obra muy importante para el Obispo fue la fundación del Seminario Menor,
su obra exclusiva y personal, la que bendijo en mayo de 1936 en el nombre de la
Santísima Trinidad luego de diez años de trabajo.
Fue una persona muy querida y altamente valorada por la comunidad católica,
quien veía en él no sólo a su Obispo sino que al buen amigo, al consejero y al pastor.
Monseñor del Canto fundó las parroquias del Sagrado Corazón de Chincolco
(1927); San Francisco de Curimón (1927); Nuestra Señora de la Merced de Papudo
(1928); Santa Teresa de Jesús de Zapallar (1928); San Antonio del Almendral (1929)
y La Asunción de Los Andes (1929).
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Llegan las Hijas de María Auxiliadora y, por retiro de los Hermanos de las
Escuelas Cristianas, se entregó al clero secular el Instituto Abdón Cifuentes, siendo
nombrado como primer Rector al que más tarde sería Obispo de La Serena, don
Alfredo Cifuentes.
Período 1938-1957
Lema Episcopal
Pro Corpore Eius- Por su cuerpo
(Texto de San Pablo y se refiere a la Iglesia).
El Señor quiso que fuera religioso y lo fue, pese a que nunca pudo observar la
descalcez, como tampoco llevar la tonsura religiosa ni cumplir con los ayunos pres-
critos por la Orden.
El 19 de marzo de 1938 fue designado por el Santo Padre Pío XII, Obispo de San
Felipe. El 14 de julio, se realizó su Investidura Episcopal, el 17 de julio, su Ordenación
Episcopal y el 24 de julio, tomó posesión de la Diócesis de San Felipe.
Su obra episcopal fue intensa, pues había que terminar la organización de una
Diócesis que recién se había empezado a formar. Se preocupó de aumentar el núme-
ro de vocaciones para afirmar el Seminario, de crear nuevas parroquias en un exten-
so territorio, donde la población estaba dispersa entre valles y serranías con escasas
vías de comunicación fácil.
Por eso el primer año de su episcopado realizó la visita pastoral para conocer a
los sacerdotes y los lugares donde ejercían su ministerio. Como dijera el Arzobispo de
La Serena y terciario franciscano, Alfredo Cifuentes:
“Fue pastor que conoció a sus ovejas y sus ovejas le conocieron a él, porque se
confundió en él el pastor con el misionero. Allí donde se había de predicar una misión,
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con enseñanza de catecismo, con visita a los enfermos, con socorro a los pobres, allí
estaba él, más que con cayado de Obispo, con corazón de Padre”.
Nunca olvidó que él no era otra cosa sino un instrumento en manos de Cristo
para servir a sus hermanos. Amó a su Iglesia, creyó en ella y la sirvió con todas sus
fuerzas en la Diócesis que le encomendaron. Siempre consideró que su vida debía
estar al servicio de la realización de un plan divino y se entregó generosamente a
realizarlo con alegría y entusiasmo.
Con razón el Nuncio Apostólico en Chile, Monseñor Sotero Sanz Villalba, le con-
fesó a uno de sus hermanos franciscano que fray Bernardino Berríos era un santo y
que se encomendaría a él.
Creó las parroquias de San Luis Rey en Catapilco (1941); Nuestra Señora de la
Merced de Calle Larga (1941); Nuestra Señora de Fátima en Los Andes (1948); San-
ta Ana de Longotoma (1951); La Merced de San Felipe (1953) y Nuestra Señora del
Carmen de Rinconada de Silva (1956).
Se distinguió por fomentar y animar la vida religiosa, en su período se estable-
cieron en la diócesis las religiosas Mercedarias. Fue cofundador de las Hermanas
Franciscanas de Cooperadoras Parroquiales junto a la madre Teresa Ortúzar en 1944
y trajo también a las Hermanas del Amor Misericordioso.
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Monseñor Ramón Munita Eyzaguirre
Período 1957-1963
Lema episcopal
“En tu nombre Señor, echaré la red” (In nomine tuo
laxabo rete)
Al ser creada la Diócesis de Puerto Montt, el Papa Pío XII lo designó como su
primer Obispo el 29 de abril de 1939. La noticia la recibió en la ciudad de La Habana,
Cuba, escala obligada de un largo viaje - vía marítima - con destino a Roma para
cumplir con su visita “Ad Limina Apostolorum” (visita a los umbrales de los Apósto-
les), para dar cuenta al Santo Padre del estado de la Diócesis de Ancud. Tomó pose-
sión de la Diócesis de Puerto Montt el 14 de mayo de 1940. Durante su fructífera
acción religiosa fueron creadas las parroquias de Los Muermos, Tegualda y Llanquihue.
Celebró el I Sínodo de Puerto Montt en 1957.
Radicado en Santiago desde 1963, en 1970 opta por el título de Obispo dimisio-
nario de Puerto Montt. Falleció en Santiago el 18 de junio de 1992.
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Monseñor José Luis Castro Cabrera
Período 1965-1974
Los Obispos lo eligieron para ocupar puestos claves en los organismos creados
para impulsar la renovación de la iglesia chilena a partir del Concilio Vaticano II.
Murió en Santiago, con fama de santidad y como gran Apóstol de los pobres el 29
de abril de 1982, siendo vicario de la zona oriente. Celebró su Pascua, rodeado del dolor
y cariño de su querido pueblo. Sus restos reposaron en la basílica de Lourdes en la
comuna de Quinta Normal, hasta el 13 de abril de 2008, día en que se trasladaron a la
parroquia San Luis Beltrán, ubicada en la zona oeste.
Don Enrique Alvear fue un hombre de Dios. Buscó a lo largo de su vida ser fiel al
llamado que le hiciera a seguir el camino de su hijo. En un retiro espiritual que realizó
en 1980 escribe lo siguiente: “Siento que a través de mi vida, el señor me ha ido
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llevando hasta este último período en la zona oeste. El compromiso con los pobres,
mundo obrero y poblacional. Es un verdadero éxodo. Por aquí pediré luz al Señor y
buscaré”.
“Cristo es el Dios hombre que se hace pobre para escuchar el grito de los
pobres, para hacerse su representante y defensor ante el Padre y ante los
hombres” (1º de mayo de 1973).
“La iglesia quiere ser el rostro y el corazón y la acción del buen pastor preocupado
de sus ovejas heridas” (Homilía durante la huelga de hambre de junio de 1978 a favor
de los detenidos desaparecidos).
A San Felipe llegó sin pompa, como un peregrino. Durante su estadía se mostró
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como una persona de extrema humildad y algunos recuerdan que trasladó sus cosas en
un camioncito, donde todo venía embalado en cajas de cartón y junto al intendente le
ayudaron a descargar.
Período 1974-1983
Lema Episcopal
sé a quién me he confiado (Scio cui credidi)
Tuvo grandes colaboradores como al padre Félix Arévalo con quien fundó el
IFCA, en que se formaron muchos laicos que sirven a la iglesia como catequistas y
agentes pastorales. En su equipo había otras personas muy activas y creativas con
quienes se inició la revista de la Diócesis.
También fue devoto de sor Teresa a partir del día en que fue nombrado Obispo
de la Diócesis, siendo él quien reanudó el proceso de la causa de beatificación de sor
Teresa de Los Andes. También tuvo la iniciativa de trasladar el Monasterio de las
Hermanas Carmelitas desde Los Andes a Auco, adquiriendo un pequeño terreno, en
el que luego se construyó el Santuario.
La Iglesia aconcagüina agradece en forma viva y gozosa los dones recibidos por
la providencia Divina.
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El 3 de mayo de 1983 la Santa Sede comunicó a Monseñor Francisco de Borja
Valenzuela Ríos su designación como Obispo de Valparaíso, asumiendo el cargo el 24
de junio del mismo año.
período 1983-2000
Lema Episcopal
Buen Pastor, Padre de los pobres.
Entre los años 1972 y 1980 se desempeñó como Asesor del Movimiento
Schöenstatt en Concepción atendiendo las ciudades de Chillán, Los Ángeles, Laja y
Concepción. Al mismo tiempo trabajó estrechamente con el Obispo Manuel Sánchez
como Asesor de la Comisión Diocesana de Pastoral Familiar; Director del Departa-
mento de Servicio Social y miembro del Consejo de Presbiterio. En ésta ciudad perci-
be la crudeza del golpe militar de 1973, cuando es requerido para visitar a los presos
políticos encarcelados en distintos lugares de la provincia, o para averiguar el para-
dero de personas de parroquias, movimientos o comunidades eclesiales. Esa dura
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realidad gatilla su amor y su preocupación por la dignidad de las personas. Emana de
allí su actitud de afecto paternal y de protección, que a muchos ayudará y a otros
molestará.
El Papa Juan Pablo II lo eligió Obispo Auxiliar del Cardenal Raúl Silva Henríquez,
el 25 de marzo de 1980 y su Consagración Episcopal de manos de Raúl Silva Henríquez
se celebró, en Santiago, el 18 de mayo de ese año.
A medida que fue haciéndose parte de ésta realidad, aplicó como Pastor toda su
experiencia acumulada, para ir modificando la organización, creando nuevos servi-
cios y dinamizando las relaciones.
Para el Padre Manuel Camilo, una Iglesia que quiere y tiene que asumir los
desafíos del mundo actual, debe contar con un presbiterio de rigurosa formación es-
piritual y de gran sensibilidad social y solidaria. Para ello es necesario entrar en con-
tacto con materias que ayuden a la tarea pastoral, promoviendo la formación
extracurricular de los alumnos. Su preocupación la hacía sentir con la ordenación,
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estrechando una relación personal con cada seminarista. Si bien es cierto, “no todos
los llamados fueron escogidos”, un número importante de seminaristas coronó su
período de formación filosófica y teológica con la ordenación, sacramento recibido de
manos del Obispo Manuel Camilo.
Este pequeño “rejuvenecimiento” del clero significa que mucha vitalidad nueva
se injerta en los organismos clericales y pastorales de la Diócesis, transformándose de
una Diócesis tradicional en una que busca nuevos caminos pastorales para enfrentar
los desafíos de los tiempos modernos.
Esta visita pastoral general fue continuada en 1991 con una visita pastoral a los
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colegios y escuelas de la Diócesis. Allí confirmó sus opiniones acerca de la necesidad
urgente de mejorar la calidad de la educación chilena, la que no responde ni a las
necesidades económicas del país, ni a los intereses de los niños y jóvenes escolares.
Es, quizás, ésta rica experiencia pastoral lo que lleva a plantear la preparación
de una Misión General diocesana. El objetivo central es llevar el mensaje salvador y
liberador de Cristo a todos los rincones de la Diócesis.
Fue el gran impulsor del Santuario de Teresa de Los Andes en Auco, lugar de
oración y peregrinación para miles de fieles. Trabajó incansablemente por la beatifica-
ción y posterior canonización de Teresa de Los Andes, nuestra primera Santa chilena.
Durante los dieciocho años que estuvo en San Felipe siempre celebraba su
cumpleaños con la familia, en la casa del Obispado, y era muy simpático porque
iban de todas las edades. El Padre Obispo Manuel Camilo tiene una gran familia:
conformada por sus siete hermanos, 46 sobrinos y 110 sobrinos nietos. Le encanta
compartir con ellos y cariñosamente los llama el “sobrinaje”. Sus vacaciones las
pasa en casa de su hermana Pepa en el Lago Ranco. Ahí instala su carpa en medio
de la naturaleza y a veces una segunda, donde invita a sus sobrinos. Goza de la
pesca, afición suya de hace muchos años, rema y disfruta también de las exquisiteces
gastronómicas con que lo regalonean.
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En un resumen de sus aportes más importantes y significativos como Obispo de
San Felipe, se pueden destacar la construcción del nuevo Seminario en Santiago; la
apertura de estructuras participativas del pueblo cristiano en su iglesia; el proceso
de beatificación y Canonización de Teresa de Los Andes; la construcción y difusión
del santuario de Auco; la organización económica de la Diócesis; la reconstrucción de
diversos edificios después del terremoto de 1985; la organización del Departamento
de la Acción Social (DAS) y la difusión de los Derechos Humanos; la creación de los
Departamentos Diocesanos de la Casa Pastoral; la implementación de una Casa de
Retiros; facilitar la llegada de varias Comunidades Religiosas y Movimientos; la
ordenación de 17 sacerdotes diocesanos; la creación de Radio Encuentro pertene-
ciente al Obispado y la reorganización y fundación de Hogares para niños y jóvenes
(Pablo VI, Divina Providencia 1 y 2, y la Casa de los Jóvenes Walter Zielke), además
de su apoyo a la fundación de la Corporación de Desarrollo Social Ciem Aconcagua.
Su lema episcopal es
“El señor me envió”.
Capítulo V
La Pastoral
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¿Qué es la Catedral?
Tiene este nombre, porque es en esta Iglesia donde se encuentra la cátedra o sea
el asiento alto reservado al Obispo, para que como maestro de su pueblo predique la
palabra de Dios. La Catedral es la Iglesia Madre de la Diócesis, precisamente por estar
en ella la Cátedra Episcopal.
El Vaticano II en la constitución sobre Liturgia, nos enseña: “El Obispo debe ser
considerado como el gran sacerdote de su grey de quien deriva y depende, en cierto
modo, la vida de Cristo en sus fieles. Por eso conviene que todos tengan en gran
aprecio a la vida litúrgica de la Diócesis en torno al Obispo, sobre todo en la iglesia
Catedral.”
Dice el Directorio Pastoral de los Obispos: “Todos los Clérigos y fieles deben con-
siderar a la Iglesia Catedral algo así como el centro del culto divino, de la comunidad
diocesana”.
Para este fin, el Obispo personalmente preside con frecuencia las funciones
sagradas, además provee para que en la Catedral la vida litúrgica se desarrolle con
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Iglesia Matriz
decoro, respeto de las leyes y fervor de parte del pueblo cristiano, que le haga aparecer
realmente como madre y maestra de los otros de la Diócesis”.
Nos encontramos con celebraciones oficiales, que involucran no sólo a los fie-
les, sino también autoridades de gobierno, instituciones públicas como los Te Deum.
También y fundamentalmente las de carácter religioso, tanto a nivel diocesano como
parroquial (ordenaciones sacerdotales, confirmaciones, primeras comuniones y
otras); porque no hay que olvidar que la Catedral tiene carácter de Parroquia, en ese
orden hemos tratado de conectar la acción. Hay ocasiones en que se convoca a toda la
gente de la Diócesis, no son muchas veces por los costos y dificultad que representan
los traslados. Normalmente los párrocos se preocupan de enviar delegaciones”.
Por ello se confunden la iglesia Catedral con la iglesia Parroquial, pues son
una sola.
La Catedral es la sede del Obispo, pero hay que hacer cosas nuevas buscando
métodos novedosos, hay que renovar la fe en ese sentido.
Yo recuerdo a un sacerdote haciendo charlas con una filmina en espera del oficio,
hay muchas cosas que pueden hacerse, es necesario repensar todo, ya que también
existe un aspecto que son los costos, se debe pensar en guardias, mantener abierto
todo el día, consumo de luz, considero urgente renovarse en la Catedral.
San Felipe dejó de ser una pequeña ciudad, hoy tiene desafíos de gran ciudad y
la actividad religiosa no debe quedarse al margen. Hoy es necesario hacer de la Catedral
un centro irradiador de religiosidad, cultura, historia, turismo y vida de la comunidad.
Esta Catedral tiene una Trinidad tallada en madera que es una maravilla, tiene
pinturas cuzqueñas y quiteñas, tiene imágenes de importancia, la Catedral de por sí
es muy bella y eso debe explotarse.
Cuando llegó la empresa City luz ofreció iluminar la Catedral, pero el costo
debía asumirlo la ciudad, es decir el municipio, hasta la fecha nada se sabe. Veo
necesario crear un comité que se dedique exclusivamente a crear actividades que
sean sistemáticas y de interés para los fieles y la ciudad”.
Viene mucha gente a rezar a confesarse, hay que estar atento, disponible. Otros
vienen a la misa del día Domingo, nosotros no tenemos una asistencia extraordinaria,
pero una asistencia muy importante de fieles el día Domingo y gran porcentaje de
gente que viene de afuera, incluso de las comunas aledañas. Hay una misa de 12, los
días laborales que es gente que trabaja, que se hace espacio, vienen a la misa que
dura media hora, porque está hecha para ellos y es gente de todas partes que trabaja
aquí en la ciudad, la Catedral le ofrece su servicio. Los catequistas también reciben
personas que necesitan y solicitan sacramentos, vienen de fuera del radio parroquial,
de poblaciones”.
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Concepto de Pastoral
Es la acción del pastor por excelencia (el Obispo), el encargado de llevar adelante
la proclamación del evangelio, el cual a su vez es encargado a los párrocos y a los
agentes pastorales y a todo bautizado.
Fue uno de los acuerdos propuestos, otro es responder al desafío que implica la
concentración de colegios en el radio Parroquial, colegios de Iglesia, como el Vedruna,
Juana de Arco, José Agustín Gómez, y otros que son como si fueran de Iglesia, como el
Abdón Cifuentes, algunos de inspiración Católica como el Alonso de Arcilla, el Pumanque,
también el Portaliano y escuelas municipales, que también se han agregado.
Una de las cosa que pidió fue las puertas abiertas de la Catedral y así se hizo y al
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pasar la gente tanto del pueblo como de afuera se empezó a trabajar con ellos, se les
preguntaba si querían confesarse o era algún problema que los afligía y de esta forma
se empezó a hacer contactos, ya que la gente necesitaba que la escucharan.
Otra cosa que se hacía eran las visitas a los enfermos, tanto a las casas como al
hospital; también se hacía trabajo en la catequesis familiar y nos preocupábamos
del aspecto litúrgico. Mi paso por la Catedral fue muy gratificante, hicimos una
gran participación con los fieles, las liturgias se hacían con un órgano que lo reparaba
un amigo del Mercado que tiene conocimientos de electrónica.
Niños celebrando su
Primera Comunión
97
El trabajo Pastoral de las Mujeres
El día sábado nos reuníamos con los niños que se preparaban para recibir su
primera comunión, la catequesis Familiar se preocupaba de la enseñanza del
evangelio, tanto con los padres como con los niños. Durante 16 años fui catequista de
catequesis familiar y paralelamente junto a mi esposo, como catequista de novios.
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No imaginan la felicidad tan grande que se siente cuando finaliza un ciclo, uno
ve como los niños salen airosos de su primera comunión o aquellos novios que
entienden con claridad el mensaje cristiano que le entregamos.
Fueron 16 años de mucha entrega, de mucho cariño por lo que hacía, pero creo
haber recibido mucho más de lo que di; es por eso que hoy en forma esporádica aún
entrego mi labor de catequista a la Parroquia Catedral”.
La señora Norma nos transmite su experiencia: “Mi paso por la Catedral de San
Felipe fue una experiencia muy enriquecedora. Comencé en el año 1979, realizando
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un trabajo más bien interno, es decir sin atención de público. Consistía en poner al
día y mantener los escritos de los libros parroquiales donde se asientan las partidas
de quienes reciben los sacramentos de Bautismo, Confirmación, Matrimonios y otros.
Al poco tiempo de asumir este trabajo, pude sentir y darme cuenta del grado de
responsabilidad y delicadeza de éste, al punto de pensar que era muy diferente ser
secretaria en una Parroquia que serlo en otro tipo de oficina. Por lo demás, se trataba
de la Parroquia más importante de la Diócesis. La Catedral era centro cúlmine de las
celebraciones más importantes, cátedra del Obispo, lugar de encuentro de los sacerdotes.
Es por ello, que el conocimiento y saber como secretaria ejecutiva se fue complementado
con una constante formación pastoral, que junto al apoyo y confianza que me brindó
el Padre Félix Arévalo, muy pronto alcancé una amplia y profunda participación, la
Es difícil hacer una síntesis de esta experiencia que duró muchos años; son
muchos los momentos, emociones, desafíos, exigencias, alegrías. Mirando hacia atrás
surge una gran verdad: la inmensa gratuidad al Señor por haberme llamado a este
servicio, que sin duda me aportó un amplio conocimiento del quehacer de una parroquia,
lo que ahora me permite hacer servicio a las parroquias a nivel diocesano como Notaria
Eclesiástica en el Obispado de San Felipe”.
101
Preside toda acción el señor Obispo, luego están el Párroco (1 persona), Diácono
(1 persona), Consejo Pastoral (14 personas), Agentes Pastorales (40 personas), Grupos
de Catequesis: Confirmación de Adultos (1 persona), Confirmación de Jóvenes (2
personas),Confirmación primer año (2 personas), Catequesis Familiar: Primer año
(2 personas), Segundo Año (2 personas), Catequesis Pre-bautismal (2 personas) y
Consejo Económico (4 personas). Funcionarios de la Catedral (4 personas).
La Catequesis
La catequesis es la acción por la cual la Iglesia educa en la fe a sus miembros,
sean estos adultos o niños. La catequesis no es solamente una enseñanza, sino una
verdadera formación para la vida cristiana. En un sentido más amplio, la Iglesia
catequiza siempre: en la predicación del domingo, en el seno de las comunidades, en
la preparación de los Sacramentos.
Matrimonio
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“En el mes de diciembre del año 1971, las catequistas visitaron a los reos de la
cárcel, y cada fin de año se reunían y se intercambiaban regalitos, se cantaba y se
realizaban números artísticos. Esto unía a las catequistas”.
En cuanto a los catequistas de la familia nos dimos cuenta de que el horario más
adecuado para las mujeres era la tarde, ya que la mayoría eran dueñas de casa y
debían cumplir sus obligaciones hogareñas.
De manera que se fijó el día jueves donde tuvieron una formación permanente
por años, de 1976 hasta el año 1992, hecho que se transformó en hábito muy profun-
do y muy bueno. Cada jueves en el decanato de San Felipe se reunían en la catedral
entre 60 y 70 personas, provenientes de las parroquias de la ciudad y de ciudades
vecinas”.
La Liturgia
La liturgia es una palabra de origen griego que se refiere a “un servicio público”
que en general, prestaba un individuo a la comunidad. La palabra se aplicó entre los
cristianos primeramente a la eucaristía, ahora designa todo el conjunto de la oración
pública y oficial, con la eucaristía en su cumbre.
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La liturgia es la acción sagrada por excelencia, es la cumbre hacia la que tiende
la acción de la Iglesia y al mismo a tiempo la fuente de la que emana su fuerza vital. A
través de la liturgia, Cristo continúa en su Iglesia, con ella y por medio de ella, la obra
de nuestra redención.
En todo este proceso se estableció una misa especial al medio día, ya que la
Catedral, ubicada en el centro de la ciudad proporcionaba a la gente la posibilidad de
asistir a la eucaristía a esa hora.
Junto a esta gran novedad que trajo el Concilio Vaticano II, tomó especial
relevancia la celebración de Semana Santa.
Cada vez que se destaca a alguien, se comete una injusticia con aquellos que
han desarrollado una labor; sabiendo esto, hemos escogido a tres sacerdotes, quienes
destacaron por su labor en la Diócesis.
Los muchachos del orfanato forman una orquesta y van a Valparaíso a tocar,
para traer dinero para la obra.
“Los músicos del asilo son buscados y en todas partes se les paga el doble de su
valor. Están de moda los músicos del Cura Gómez. Han sido contratados hasta para
los bailes familiares”.
“Se enrola el sacerdote como capellán del regimiento Esmeralda, logrando así
realizar sus sueños tanto tiempo acariciados: ayudar desde cerca a sus compatriotas”.
“El famoso sacerdote José Agustín Gómez, dolido por lo que sufrían en un
sector de su parroquia, cruzó el cordón sanitario, sabiendo que no podía regresar.
El año 1891 fue un año trágico para el país, especialmente para aquellos que
simpatizaban con el Gobierno, es el caso del cura Gómez que es detenido y encarcelado
en Santiago:
“En San Felipe se ataca a los gobiernistas, un grupo de soldados y exaltados atacan la
portería y ahí ante el espanto de huérfanos y religiosas, lo cogen, empujan, le dan de
culatazos.
Que salga el reo. Ya, a la estación… cura traidor. El pueblo quiere oponerse,
pero a la intimidación de los guardianes se calla. En tiempos de revuelta, las balas
vuelan…y ese pueblo que cree tan suyo, lo traiciona por primera vez”.
Se cuenta que su hermano Pedro Gómez, logró su libertad y retorno a San Felipe.
113
Ya en San Felipe, continua al frente de su congregación acrecentando su obra,
consolidando la casa del corazón de Jesús con su colegio y el hogar de ancianos, obras
que más tarde proyectaría en otras ciudades.
Continuando con su obra, funda una nueva rama de religiosas las hospitalarias
del Corazón de Jesús. Este nombre le recuerda la cuna de la obra, el rincón de San
Felipe de la alameda Chacabuco. La ciudad de San Carlos, hermanada por el nombre
real, acoge a la naciente fundación respaldado por un Obispo benévolo, patriarcal,
un misionero también, monseñor Plácido Labarca”.
En 1923, cuando Monseñor tenía sólo 26 años, se le comunicó que debía hacerse
cargo de la parroquia de San Felipe. En sus manos depositaba la iglesia toda la
responsabilidad de la vida religiosa de Aconcagua, pues en aquel tiempo aún no exis-
tía el Obispado. Asumió funciones el 22 de marzo de 1924.
Estuvo al frente de su Parroquia por más de medio siglo y su figura llegó a ser
legendaria, pues bautizó, confirmó, casó y educó cristianamente a generaciones de
familias sanfelipeñas. Su estampa sacerdotal alta, su trato afable y cordial, su
tenacidad y convicción para argumentar la dádiva de la comunidad para la
restauración de su parroquia, seriamente dañada por los fenómenos telúricos, eran
simpáticas e inconfundibles.
Entre otros rasgos humanos se recuerda su puntual asistencia a todos los ac-
tos oficiales de la ciudad y a las veladas artísticas y culturales. Apreciaba el arte, las
letras y la pintura y destacó como un asiduo cronista de la ex Voz de Aconcagua y el
diario El Trabajo, en donde se publicó su pensamiento religioso y filosófico. Impulsó
en 1959 la fundación de la sociedad de Historia y Arqueología de Aconcagua y entre-
gó, por muchos años, valiosos trabajos de investigación de hechos y cosas de San
Felipe.
Pocos funerales concitaron una concurrencia tan masiva, sus restos descansan
en la cripta de la Catedral “su iglesia”, la que remodeló y restauró con singular es-
fuerzo y desde donde predicó el evangelio de Jesús.
“Fue el Párroco que más tiempo ejerció el cargo, fue un cura de fuste, comba-
tivo, de gran personalidad, muy culto y preparado para su ministerio. Realizó deba-
tes de muy alto nivel en la prensa de la época (Voz de Aconcagua) refutando en tér-
minos filosóficos y teológicos a la masonería de la zona” (R. Stevenson).
116
El año 1939 deja el valle de Petorca, cruza el cordón montañoso y llega a asumir
la Parroquia de San Esteban, luego de muchos años, en 1960 es nombrado Vicario
sustituto de la Parroquia de San Antonio de Putaendo y en 1968 asume como Vicario
117
Cooperador, para atesorar los datos de la historia de la Diócesis y la historia de Chile.
Fue nombrado hijo ilustre por el Municipio de San Felipe en la década de los
70. Junto a su destacada y particular personalidad se le recuerda además por su
buen humor y su dedicación a la lectura, que hacía incluso mientras se desplazaba
por las calle de nuestra ciudad.
Capítulo VI
Aspectos Arquitectónicos
de la Catedral
120
121
La villa de San Felipe El Real, fundada por el gobernador y capitán general don
José Antonio Manso de Velasco el año 1740, es el punto de partida de una serie de
villas que cambian la fisonomía de Chile central durante el siglo XVIII.
La ordenanza local que Manso de Velasco dicta para San Felipe, además de
especificar detalladamente el proceso a seguir, servirá de modelo para las sucesivas
fundaciones.
Por ello, la ciudad de San Felipe se caracteriza por ser un referente típico
de la ciudad fundacional colonial, dada la morfología de su trazado en damero y
su edificación de fachada continua.
Antes de la fundación de San Felipe (según los libros parroquiales), el año 1729
parece ser el de fundación de la Parroquia bajo el mando del Obispo de Santiago don
Alfonso del Pozo y Silva (1723-1730), siendo el asiento de la Parroquia Putaendo,
que fue desmembrada de la zona conocida como Aconcagua, -hoy Los Andes-;
aunque en 1744 se había trasladado ya a San Felipe.
Antiguo Plano de
San Felipe
123
O como cuentan los libros…
Según otras fuentes, las primeras obras de la Iglesia Mayor se iniciaron en 1742,
bajo la dirección del presbítero Matías Beas y Durán, pero ellas no pasaron de los
muros principales y la fundición de las campanas.
“Al fundarse la ciudad de San Felipe, en las actuales calles Prat esquina Coimas
(antiguas calles conocidas como San Felipe y San José), se alojó la Iglesia Mayor creada
oficialmente en 1742, con la fundación de la ciudad, la que posteriormente se denominó
Iglesia Matriz y luego Iglesia Catedral, siendo su primer párroco don José de Rojas y
Ovalle”.
Por 1745 se establece que San Felipe ya tenía Parroquia, casa de Cabildo,
convento de la Merced y Jesuitas, 5 tiendas, 95 casas por concluirse, 32 construcciones
y que contaba con 130 vecinos.
Entre 1748 y 1751 se terminó el templo de la, por entonces, Iglesia Matriz de
San Felipe, la que se mantuvo en condiciones aceptables hasta mediados del siglo
126
El terremoto de 1822 había destruido los edificios más grandes como el conven-
to e Iglesia de la Merced, construido en 1740 por Andrés de Toro, la Iglesia Matriz y
el convento de Santo Domingo. La sala consistorial había sufrido grandes daños en
sus paredes y techos y la cárcel y la recova derrumbadas totalmente.
Francisco Prieto del Río dice que el párroco José Manuel Fernández (1840-
1844) edificó la Iglesia Parroquial, puede que se trate de la capilla provisoria que se
menciona.
De acuerdo a otras informaciones, en 1845 bajo la administración del presbíte-
ro José de los Dolores Villarroel, se construyó la actual, en ladrillo con mortero de
barro.
El censo de 1865 estableció que San Felipe era la novena ciudad de Chile con
8.696 habitantes.
Monseñor Valdivieso en otra visita pastoral realizada en 1869 dice: “La Iglesia
es nueva, está bastante aseada, tiene su torre recién concluida, dos sacristías. Hay
pila con llave y todo lo demás concerniente al culto se encuentra en buen arreglo”.
Esta podría ser la Catedral de la actualidad, con los edificios de estilo neoclásico.
129
La Actual Catedral de la Diócesis de San Felipe
Entre 1924 y 1972 fue párroco Monseñor Guillermo Echeverría, quien en 1945
llevó a cabo una nueva remodelación y restauración, en que se reestructuró la fachada
y el campanario y se hermoseó y refaccionó el interior, enriqueciéndolo con valiosas
imágenes de talla y otras obras de arte.
En una oportunidad solicitó a los fieles traer desde sus casas los mármoles que
tuviesen en las cómodas para ser instalados en el altar. Como dato anecdótico, las
baldosas del piso fueron donadas por el presidente Balmaceda, son las del tipo
hexagonal, actualmente en uso.
Parroquia Catedral
S. Felipe – Casilla 39
San Felipe, a 1° de enero de 1949
Distinguido señor:
Planos de
proyecto para la
Catedral
Imagen bóveda
catedral
134
El padre Echeverría entregó información valiosa referida a Santa Teresita del
niño Jesús, la Rosa de Lisieux, quien tiene en la Catedral una capilla que le está
consagrada y que es también la capilla del Santísimo Sacramento.
Otra remodelación tuvo lugar mientras fue párroco el padre Félix Arévalo,
entre 1972 y 1992.
Comenta sobre las remodelaciones de la Catedral, dando cuenta que por aquellos
años él había asumido como párroco. Frente a las ocupaciones del Obispo Enrique
Alvear que lo comprometían con toda la Diócesis, el padre Arévalo debió hacerse
cargo de esta labor.
“El desafío tremendo que había de restaurar en una gran dimensión material el
templo, no hay párroco que no tenga que asumir esa realidad y después de un año o
dos me di cuenta, eso no podía seguir. La Catedral estaba muy fea, faltaba la nave
poniente del templo, se restauraría y había que asumir eso y ahí había un desafío
muy grande, averiguar lo que se había hecho y como se había hecho.
En la nave oriente había que hacer algo igual a lo que estaba en las otras naves,
ese fue un trabajo de envergadura, de manera que eso quedó muy sólido. Después se
hizo necesario sacar la imagen de la Virgen del Carmen que estaba en el Templo
porque queríamos hacer un vano o ventana, igual a la del lado oriente.
Había que hacer un lavado del muro a vapor, se contrató una empresa, vinieron
a hacer esa operación y quedó estupendo, lavaron el frontis y el costado oriente.
135
Se restauró parte de la torre, estructura metálica que tienen las ventanas. También
había problemas en la techumbre, tejas quebradas, eso también se arregló.
La cúpula estaba también muy mal, con los vidrios quebrados y no había
posibilidades de meterse ahí. Entonces se hizo una escalera de fierro, para poder
trabajar bien, eso quedó a perpetuidad y se pusieron todos los vidrios. Después las
puertas de entrada a la capilla, la puerta interior y la puerta exterior, hubo que conseguir
piedras y esas las conseguí allá en Montenegro, piedras especiales rosadas que había que
poner en los dinteles, después hacer una gradería hacia el exterior; las bases de las
columnas del templo hubo que revestirlas con un material especial, de manera que eso
quedó como imitación de piedra.
Luego venia el desafío de arreglar el presbiterio; vino la reforma litúrgica y había que
adecuar el templo, que es el principal de la diócesis, adecuarlo al nuevo estilo litúrgico,
desarmar el altar que había, que estaba revestido de mármol y era de estructura de
ladrillo; se sacó todo eso y se construyó un nuevo altar, todo de mármol. A continuación,
las sillerías para los Presbíteros se prolongaron y al fondo, se puso la sede episcopal, con
baldaquino, que es lo que está actualmente. Para el piso se hizo una gradería de mármol,
se ocupó mucho mármol nuevo.
Después venían las imágenes, las pinturas. Hay una pintura muy valiosa que es la
Circuncisión del Señor, que estaba deteriorada en el presbiterio, me recomendaron a
don Juan Busnoza, quien trabajó casi un año en la restauración de las pinturas y de las
imágenes.
En cuanto a la entrada, hubo que cambiar la mampara que era muy pesada, se hizo una
nueva con pino oregón, que es la que está actualmente y que fácilmente permite la
entrada y salida del templo.
La restauración fue una gran obra, la gente fue dando a medida que se iba
construyendo, se iba pidiendo a la gente y hubo personas muy constantes como la
señora Alicia Ceballos de Esterio que por la radio motivaba a la gente, ella humildemente
hizo ese trabajo muy eficaz. Con eso y algunas ayudas que consiguió el Obispo
Francisco Valenzuela del extranjero, se pudo costear todo ese arreglo para tener
una Catedral restaurada.
Nos resta todavía por realizar los siguientes trabajos, a fin de que
nuestra Catedral quede como todos lo deseamos.
Parte dispositiva
Glosario
Bibliografía
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Glosario
Acción Católica
Grupos de laicos comprometidos con el mensaje de Cristo y su propagación. Grupos
abierto a todas las especialidades: JOC. Juventud obrera Católica. JAC, Juventud
Agraria Católica. JEC, Juventud Estudiantil Católica. AUC, Acción Universitaria
Católica.
Acólito
El ayudante laico que asiste al sacerdote en las ceremonias religiosas.
Administrador Apostólico: obispo o sacerdote nombrado por el Papa por sede vacante
mientras se nombra el obispo titular.
Agentes Pastorales
Personas que sin formar un movimiento o agrupación, mantienen un compromiso
muy fuerte con la Iglesia y desarrollan en su comunidad alguna acción.
Agrimensor
topógrafo.
Altar
Mesa sobre la cual el sacerdote celebra la Eucaristíaía. En el Antiguo Testamento era
la piedra donde se ofrecían los sacrificios a Dios.
Aparecida
Documento pastoral de los Obispos latinoamericanos sobre la misión continental. Lleva
el nombre de la ciudad donde se reunieron.
144
Ayuntamiento
Municipio, formado por alcalde y concejales. También el edificio donde sesionan.
Beaterío
Asociación de mujeres dedicadas a la oración y a las obras de misericordia.
Bula
Decreto o nombramiento pontificio.
Baldaquino
Pabellón de tela de seda que cubre el altar, también se le llama palio o dosel y cubre
además la cátedra o el asiento del Obispo y a Cristo Sacramentado cuando va en
procesión.
Cáliz
Se le llama a la copa con que el sacerdote emplea en la celebración de la Eucaristía.
Capilla
Iglesia menor de tamaño, en la cual se dividen las parroquias.
Capellán
Sacerdote comprometido para atender un colegio, hospital, regimiento, en donde
celebre la Eucaristía y otros sacramentos.
Catecismo
Libro que contiene la explicación de la Doctrina Cristiana.
Catedral
O Cátedra donde reside y preside el Obispo, que es el pastor por excelencia. Físicamente
la Catedral es la Iglesia central de la Diócesis.
145
Catequesis
La acción de educar en la fe a niños, jóvenes y adultos.
Catequista
Aquel cristiano laico o sacerdote que ejerce la acción de la catequesis.
Concilio
Asamblea de Obispos presidida por el Papa. Cuando es de todos los Obispos, se le llama
Ecuménico (Concilio Ecuménico Vaticano II).
Congregación Religiosa
Grupo de cristianos consagrados a Dios mediante votos de pobreza, castidad y
obediencia. Pueden ser Sacerdotes o Hermanos, hombres o mujeres (por ejemplo:
Mercedarios y Religiosas del Buen Pastor).
Convento
Edificación en donde viven un grupo o comunidad religiosa.
Corregidor
Alcalde nombrado por el Rey, para presidir ayuntamientos, pero también con
funciones de magistrado.
Correjimiento
Termino administrativo proveniente de los tiempos del Descubrimiento y la
Conquista para designar un territorio. Por ejemplo, se habla del “corregimiento
de Aconcagua”.
Cripta
Normalmente es un subterráneo, en el caso de la Catedral, donde están Sepultados
los Obispos y otros sacerdotes.
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Curato
Construcción y cargo o asentamiento, donde hay un cura, a diferencia del doctrinero
que no tenía lugar físico. El curato deriva en parroquia.
Damero
Planta de una zona urbanizada constituida por cuadros.
Decanato
grupo de parroquias vecinas entre sí, que organizan su acción pastoral con criterios
comunes, para facilitar el crecimiento de sus comunidades.
Derecho Canónico
Normativa que rige a los miembros de la Iglesia Católica.
Diócesis
Sector o territorio a cargo de un Obispo, el cual se divide en decanatos y estos en
parroquias.
Diácono
Hombre que ha recibido el primer grado del orden sacerdotal, para conducir una
comunidad, puede ser casado y puede celebrar ciertos sacramentos.
Doctrinero
Sacerdote misionero encargado de enseñar la doctrina cristiana a los habitantes de
un determinado sector o territorio, llamado “doctrina”.
Encomendero
Encargado de un territorio llamado encomienda, quien entre otras cosas debía velar
por los indígenas que la habitaban.
Encomienda
Era el vinculo jurídico impuesto al indio y que la Corona traspasaba a particulares en
compensación por determinados servicios.
Estilo Neoclásico
Sinónimo de sobriedad. No recargado. Se aleja del Barroco y del rococó.
Evangelización
Acción que realiza la Iglesia por mandato de Cristo, de llevar “la buena nueva” o la
“palabra de Dios” a todas las gentes.
Fábrica
En el periodo colonial, era sinónimo de construir. En fábrica…en construcción
Jornada Anual
Jornada es sinónimo de reunión. Reunión una vez al año.
Laico
Se designa al cristiano bautizado, para diferenciarlo del cristiano con el orden
sacerdotal.
148
Legua
Medida de longitud, 1 legua es aproximadamente 4,5 km.
Misa Concelebrada
Cuando son varios los sacerdotes celebrantes.
Morfología
Estudia la forma y estructura de un cuerpo, tanto humano como social.
Obras de misericordia
Asistencia a huérfanos, hospitales, cárceles o a personas con necesidades básicas.
Obispo
Es el continuador de la acción de los apóstoles. Es nombrado por el Papa y encargado
de la evangelización de un territorio, la Diócesis.
Ofm
Ordinis fratrum minorun, de la orden de los frailes menores Franciscanos.
Paramentos
Habla en general de las vestimentas que el sacerdote usa tanto para la Misa como
para ceremonias religiosas.
Parroquia
Es una determinada comunidad de fieles, constituida de modo estable en la Iglesia,
cuya pastoral, bajo la autoridad del Obispo, se la encarga a un párroco como pastor
propio. (Derecho Canónico C. 515)
Presbítero
En lenguaje corriente es sacerdote, pero también se designa al colaborador inmediato
al Obispo, cuya dependencia participa del ministerio sacerdotal.
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Propios de la villa
Los “propios” eran los de confianza, aun el término se usa en el campo, entre gente
mayor. Gente conocida, del sector.
Recova
Mercado, sitio de abastos, sinónimo de abastecimiento.
Residencia
Se designa a una casa donde vive una comunidad religiosa, es sinónimo de
convento.
Sacristía
Lugar detrás o al lado del altar, donde se viste el sacerdote para la misa u oficio
religioso.
Sala Consistorial
Sala de reunión del ayuntamiento o alcaldía.
Sacerdote Regular
Sacerdote perteneciente a una orden religiosa.
Sacerdote Secular
Sacerdote diocesano, no perteneciente a una orden religiosa.
Velatorio
Lugar transitorio de un fallecido, mientras se espera la Misa u otra ceremonia fúnebre
y su posterior sepultación.
Vitrales
Vidrios de colores, puestos en una ventana con motivos religiosos y también para
aumentar la luminosidad de las Iglesias.
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Bibliografía
- Historia de las calles de San Felipe (1740-2001). Carlos Ruíz Zaldívar. Segunda
edición. Santiago. Ediciones Ilustre Municipalidad de San Felipe. 2002
- Historia de San Felipe, Julio Figueroa. Imprenta La Voz de Aconcagua. San Felipe.
1902 recuperado el 1 de junio del 2010 en www.dibam.cl. Memoria chilena, e-libros, pdf
libro San Felipe, autor Julio Figueroa
- Tríptico elaborado por Sebastián Yáñez Espejo, con motivo del Día del Patrimonio
Cultural, Año 2008.
- Desarrollo humano en Chile rural, seis millones por nuevos caminos. PNUD.
Año 2008. Santiago. Impresión Ograma
Carta de obispo Francisco de Borja, año 1981.
- Santa María “Entre Las Juntas o Lo del Cura”. Historias Locales de Aconcagua.
Ediciones del Centro Almendral. Corporación Ciem Aconcagua. Varis Autores. Año 2004
www.biblioredes.cl
www.iglesiadeiquique.cl
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www.revistacriterio.com.arg
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