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Casi, casU

Martín tenía problem as. Serios problem as. Sentad o en el escalón de


13 entrad a de la escuela , rascán dose atrás de la oreJa derech a (como
hacía siempr e que tenía problemas), pensab a en cuál era la
mejor manera para encara r a Florencia.
Florencia. la linda.
Florencia. la rubia con pecas.
Florencia. la de la sonrisa soleada y los ojos de mar.
- Florencia. el amor de su vida.
Florencia... la de sexto.

El problem a de Martín no era que fuera tímido, ni feo, ni


torpe. ni lento.
El problem a de Martín era que estaba en cuarto.
Y Florencia, el amor de su vida, era Florencia ... la de sexto.

lQué posibilidades de éxito tenía? Ninguna o casi ningu-


na. Manín se aferraba a ese "casi".
"Casi" era un milagro que podía sucede r.
"Casi" era un golpe de suerte.
''Casi'' era que, a lo mejor, a Florencia la diferencia de
edades y de grados y de altura no le importaba.
"Casi'' era su única posibilidad y por eso, rascánd ose la
oreja (que ya estaba bastan te colorada), pensab a en las
palabra s exactas que le iba a decir cuando ella llegara
a la escuela.

Martín había decidid o que hoy era el día. Lo


había decidido la semana pasada.
Sí, a Martín le gustab a planificar las cosas
con mucha anticipación.
La semana pasada, al cruzarse con ella
en el quiosco (él llegaba a compra r un
juguito y ella se iba con un sándwich de
mortadela), se dijo: "El miérco les que
viene se lo digo".
Lo que no se dijo, lament ableme n-
te, fue "qué" le iba a decir y eso era
lo que estaba pensando ahora, en la
puerta de la escuela.

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II Había llegado media hora antes para
11 encontrarla en la entrada.

'' Lo que tenía que decirle, fuera lo que fuera, no se


lo podía decir adentro, con todos los chicos mirando, con

'' todos los chicos tratando de escuchar, preparados para la car-


cajada fácil cuando ella lo rechazara.

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Se lo tenía que decir a solas, o "casi" a solas ("casi" otra vez),
porque en la puerta de la escuela, es difícil que uno esté solo.

,, La noche anterior no había pegado un ojo pensando y pen-


sando cuál sería la frase más adecuada.

,, "Hola, Flor''. Ese era un saludo inofensivo, sin riesgo, pero


que no lo iba a llevar a ninguna parte. En el otro extremo esta-

,,
ba: "Hola, Flor, ¿querés ser mi novia?". Eso sí era arriesgado,
pero tampoco lo iba a llevar a ninguna parte, porque lo más
seguro era que ella le dijera que no.

,, "Hola, Flor, ¿puedo hablar con vos?" tenía varias opciones:


que la respuesta fuera "sí", y entonces ¿de qué iba a hablar?;

,, o que la respuesta fuera "no", y entonces chau su "casi" posi-


bilidad. También la descartó.

,
El piropo repentino tampoco le sonaba bien: "Hola, Flor,
qué lindos ojos". Una verdadera pavada.
No había encontrado la solución a la noche y tampoco la
estaba encontrando ahora.
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.... .

* ........--~-
• • • •
~
El ruido de la llave en la puerta lo sobresalt ó. Marga rita, la port era,
estaba abriendo la escuela.
-iUh! Martín. lQué pasó? l Te caíste de la cama? ........
......
Sería por los nervios.
.....
Cuando le quiso contestar, se dio cuenta de algo terrible: la voz no le salía.

....
Lo resolvió sonriendo.

...
....
-¿No vas a entrar?-insistió Margarita, viendo que Martín no se movía.
Martín negó con la cabeza.

....
.•......
Margarita. sin preocuparse, se fue para adentro y Martín, preocupa-
do, intentó probar su voz, como quien prueba un micrófono, pero sin
micrófono.
~
-Hola. Un. dos, tres, probando... Flor... Flor... Florencia...
Sí, voz tenia. La cosa es que le saliera cuando le tuviera que salir, o ,
sea, cuando Hegara Florencia. Para decirle... ¿qué? l ....

Armó un discurso en su cabeza: "Mirá, Flor, quería decirte algo. Me


gustás desde el primer día que te vi, que fue el primer día de clases,.. t ~~
l

(
. .~
.
.~
-
-

..'.--
que fue en primer grado. Yo estaba jugando una mancha y te choqué y
( ~~
vos me dijiste 'iPará, pibe!' y yo te dije 'Disculpá'. lTe acordás? No, no
-...
.-
,
(
creo que te acuerdes, p ero yo sí, porque esa fue la única vez que habla-
~
mos. Y como vos me gustás y ya nos queda poco de estar juntos en la

,.-
escuela porque vos terminás séptimo el año que viene, quería decírtelo
antes de q ue fuera demasiado tarde. Quiero decir, que vos me gustás y

.-- .- ' .-
. .

q ue me gustaría que fuéramos ... (ahí, dudó) amigos (ahí, se decidió: un


amigo no era un novio, pero era mejor que nada). Si no te molesta, digo, ,.-
.-
,.-
porq ue capaz que no da que seas amiga de uno de cuarto, como yo".
Ahí terminaba el discurso y venía la respuesta de Florencia. Sí, no
---
( ~-

--
estaba mal.
Empezó a practicarlo: "Mirá, Flor, quería decirte algo. Me gustás desde ...". e ~-
Llegó Leandro y le pateó los pies: e ~-
-¿Qué hacés acá, chabón? ¿No vas a entrar? e ~ ..,
-
Quiso contestar que sí, que iba a entrar después y, otra vez, c~ - -
:a voz no le salió.
c
r-
~
- ~----
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-Hola. Un, dos, tres, probando... "Mirá, Flor -volvió a
..,- ·
< . ...
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empezar-, quería decirte algo. Me gustás desde..." ,- .
Llegaron cuatro de séptimo que lo empujaron al
..,..,
-.,
~
( .
pasar.

-"Mirá, Flor -retomó-, quería decirte algo. Me


.,
.,
,
gustás desde el primer día ...".
,
-¿Qué hace acá, Montesori?
iZas!, la dire.
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• A • •
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• • •
-Adc>ntro, vamos. Yo saben qu0 no se tÍC!ncn que quedar en la puerta.
El "Sí, señorita" nuncn le solió.

-Un, dos, tres, probando...


Int0ntó hablar un poco más fuerte para calentar la garganta. Se con·
centró, bajó la cabeza, cerró los ojos y repasó su discurw en voz baja,
muy baja, hablando como para su propia panza.
-"Mirá, Flor, quería decirle algo. Me gustás desde..." -'j evta vez,
como no miraba a nadie y estaba supcrconcentrado pudo llegar al
final-. "Si no te molesta, digo, porque capaz que no da que seas amiga
de uno de cuarto como yo".
-Obvio que no me molesta, ¿Por qué me iba a molestar?
iAy! iSi Florencia contestara eso!... iQué felicidad! El ''casi" ézito sería
verdad ... Volvió a empezar, más entusiasmado.

-"Mirá, Flor, quería decirte algo. Me gustás desde..."


-lMe lo vas a decir todo otra vez?-. Como la pregunta vino acom·
pañada por un dedo que le martillaba el hombro insistentem"'nte, Mar·
lín tuvo que aceptar que esto ya no era imaginación sino... iFlorencia
misma, que le estaba contestando!

Colorado, como un tomate colorado con orejas, levantó la cabeza y


abrió los ojos. Florencia le sonreía (casi podríamos decir que se reía)
sentada a su lado, en el escalón de la entrada.
-lEscuchaste todo?
-Sí. "Florencia, quiero decirte algo"... -se burló Florencia y se colo-
reó aún más Martín-. Yo también me acuerdo de aquel día en que me
chocaste -agregó.
Más color colorado. Las orejas le hervían.
-Ah ... -fue todo lo que pudo decir-. lSomos ... amigos, entonces?
-Claro -dijo Florencia.
-lDesd e ahora? Maria lnts Falcon1
-Desde hace mucho, me parece -dijo Florencia. 1:r-4 V • e'l
-Ah... No sabía. :-n·
-Yo tampoco, pero está bueno. nev t ,:10. Oe el
on ) manta
El timbre sonó. ¡e del Ti ~ ~ er l..l Manct\J, p.\@

Florencia se levantó de un salto y le dio la mano para nyudarlo a adolescel\•es ~ °'~ E"ue sus
pararse. Martín no se la soltó. oblas se ~tacan 8.d~dt>cuenro,
Entraron de la mano a la escuela, con Florencia... la de sexto. A~s«'las di cuc?Oro Ctiou, Señor
.t,' ido
, Htmo el dormngo, todos
Ahora eran amigos... casi novios.
publicadas por Nom1a
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