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En los comienzos del siglo XX el Tortoni era uno más entre los
grandes cafés de tertulias de una ciudad que había dejado ya de
ser la “gran aldea” y crecía vertiginosamente. Era la época en que
brillaban lugares como el Café de los Inmortales y el Politeama, en
la calle Corrientes, escenarios de reunión de figuras brillantes de la
cultura como el poeta Rubén Darío, el dramaturgo Florencio
Sánchez, el pensador José Ingenieros y el escritor Ricardo Rojas.
En aquellos tiempos la parroquia del Tortoni resultaba algo más
modesta, menos rutilante diríamos; habría que esperar a la década
del veinte para que se constituyera en el subsuelo -en la había sido
la bodega del café- la legendaria Peña que durante quince años
fue uno de los motores de la vida cultural de Buenos Aires. En
cuanto a su ambiente: en el 900 era el típico café frecuentado por
los entonces llamados bohemios; jóvenes con ambiciones literarias
y poco dinero en los bolsillos. Pero veinte años después sus
habitués ya eran más variados: escritores, periodistas, actores y
músicos; pero también políticos, empresarios, profesionales y
simples empleados. Fue a partir de ese momento un café
cosmopolita, donde convivían el potentado y el desempleado, el
culto y el analfabeto, y donde todas las ideas y posturas ante la
vida se confrontaban y armonizaban.
Años más tarde se pudo ver en las mesas del café a dos
intelectuales preocupados por el destino argentino y
latinoamericano: Arturo Jauretche y Raúl Scalabrini Ortiz. Y en la
misma época a una de las figuras políticas más limpias y
coherentes: Lisandro de la Torre. Y a Juan Domingo Perón, cuando
todavía estaba lejos del lugar central que ocuparía después en la
política argentina.
Ese espíritu sigue vivo en la relación siempre intensa del lugar con
el tango, a través de espectáculos pero también mediante los
encuentros en sus mesas de la Academia del Lunfardo y hasta no
hace mucho de la Academia del Tango. Y durante algunos años,
hasta no hace tanto, las trasmisiones de Alejandro Dolina desde la
vieja bodega atrajeron a las nuevas generaciones y renovaron la
vida social y cultural al Tortoni.
Silvana Silveira
Reportaje publicado en La Diaria, el 7 de abril de 2009.