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Las pantallas de Plasma, paneles de LCD o TV’s de LCD con panel de LED. Hace un
poco menos de 10 años, palabras como esas hacían parte del vocabulario de pocas
personas. Hoy en día, en cambio, ellas se transformaron en sinónimo de sueño de
consumo para muchas personas que conversan abiertamente sobre sus ventajas y
desventajas.
Bajakí ya abordó en diversos artículos las diferencias entre todos los tipos de
pantallas, detalles de configuración que debes llevar en consideración a la hora de la
compra de un determinado equipo y como identificar el modelo que se adapta mejor a
tu estilo y a tus necesidades.
¿Pero alguna vez te preguntaste como es que esos equipos funcionan? ¿Qué
diferencia una tecnología de la otra y hace con que una pantalla de Plasma, por
ejemplo, presente mayor contraste en relación a otras tecnologías? ¿Qué es lo que
ocurre exactamente dentro del equipo a partir del momento en que lo conectas al
tomacorriente hasta el momento en que la imagen se forma y llega hasta tus ojos?
Prepárate para viajar por dentro de los televisores y conocer la tecnología que está
por detrás de las imágenes que ves.
Las ventajas de los displays de LCD en relación a los ya casi extintos monitores CRT
son muchas. La más perceptible de todas es el tamaño. Aún al inicio del desarrollo de
la tecnología, raramente un panel LCD pasaba los 3,5 cm de profundidad, mientras
que los televisores convencionales se presentaban en cajas enormes y pesadas.
Cuando los comparamos a los de pantalla de Plasma, los modelos más avanzados
pueden presentar un consumo de hasta 60% menor de energía. En el proceso no hay
emisión de ningún tipo de onda electromagnética perjudicial a la salud y la durabilidad
media puede llegar a 60 mil horas de uso, el equivalente a 2,5 mil días o algo más de
6 años de funcionamiento constante.
Fuente: LG
Aun con tantos puntos positivos, las pantallas de LCD también presentan desventajas,
en especial cuando las comparamos con las pantallas de Plasma. Ángulo de visión,
tiempo de respuesta y contraste son elementos que a pesar del avance tecnológico,
todavía pueden ser fácilmente superados en una competencia directa con el
funcionamiento de las pantallas de plasma.
Para entender de forma clara la razón por la cual una tecnología presenta
determinados puntos positivos o negativos en relación a la otra, es necesario
comprender como se forma la imagen en cada una de ellas. Es justo eso lo que
mostraremos en este artículo. Después de eso, con seguridad será más fácil escoger
el modelo que más se adapta a tus necesidades.
Cuando el cine fue presentado al mundo por primera vez, muchos imaginaron que
aquellas imágenes en movimiento mostradas en una pantalla no pasaban de trucos
de brujería. Hasta ese entonces, nadie había visto nada parecido y comprender
conceptos tan abstractos como una “copia del mundo real” era una tarea bastante
complicada.
Hoy en día ciertamente nadie más imagina que exista algún tipo de magia negra en
acción para que un televisor funcione, Sin embargo, no por eso, comprender el
concepto de formación de una imagen es una tarea fácil para quien no trabaja en
áreas relacionadas a la tecnología o no tiene tanta afinidad con el tema.
Todo el proceso comienza cuando una señal de video es enviada para el equipo, que
llega por medio de un cable externo que puede ser VGA, HDMI, AVI, DVI o cualquier
otro dispositivo que permita la transmisión de datos de medio para la TV.
A pesar de que todos tengan la misma función, la forma como eso ocurre es lo que
hace con que algunos cables sean más adecuados que otros para determinado tipo
de transmisión. Los dos principales factores a ser llevados en consideración, en esa
cuestión son: la velocidad de transmisión y la cantidad de datos.
Es justamente por ese motivo, por ejemplo, que los cables HDMI son los más
indicados para la transmisión de datos de un Blu-ray Player para la TV, ya que
consigue transferir un mayor número de datos y de forma más raída que un cable AVI
o DVI. Por eso, recuerda verificar las conexiones disponibles en un equipo antes de
comprar un producto.
La señal de video acabó de llegar por el cable. No puedes verlo, pero internamente la
punta del cable en cuestión está conectada a una tarjeta descodificadora, una especie
de tarjeta de video. Ella es la responsable por “leer” las señales de video recibidas,
interpretarlas y enviarlas para la pantalla en forma de puntos coloridos. Esos puntos
coloridos, también conocidos como píxeles, serán los responsables por componer un
cuadro de imagen.
Las especificaciones de una tarjeta de TV son secundarias y difícilmente verás
indicado en algún manual de instrucciones o guía de usuario, el modelo de la placa
utilizada. Sin embargo, eso no significa que ella no sea importante, sino todo lo
contrario.
Un ejemplo: un punto blanco con el brillo en 100% es diferente a un punto blanco con
el brillo en 20 %. La capacidad de enviar a la pantalla decenas de opciones de
porcientos de blanco, o cualquier otro color, de forma precisa, determina un nivel de
calidad superior o inferior de un equipo.
Una pantalla de TV, no importa si es de Plasma, LED o LCD, está compuesta por
píxeles. Los píxeles son pequeños puntos de imagen que sumados componen un
cuadro entero y por eso forman una imagen. Para entender mejor como funciona,
vamos a tomar como ejemplo una pantalla de TV con resolución Full HD – 1920x1080
píxeles.
Imagina la pantalla de tu televisor dividida en pequeños cuadros formando líneas y
columnas. El primer número, 1920, corresponde al número de líneas en que la
pantalla será dividida. Ya el segundo, 1080, corresponde al número de columnas.
De esa forma puedes imaginar millones de cuadros lado a lado para formar una
imagen. Para ser más exacto, en nuestro ejemplo de la pantalla con resolución Full
HD son exactos 2.073.600 puntos de colores, o píxeles, para formar un cuadro con la
imagen.
O sea, cuando la tarjeta recibe una señal de video, ella envía 2.073.600 informaciones
diferentes para la pantalla, una para cada punto específico. Para tener una idea de la
velocidad de procesamiento de esas informaciones basta estar atento a la frecuencia.
Un televisor con frecuencia de 120Hz, por ejemplo, exhibe 120 cuadros diferentes de
imagen por segundo. Eso significa más de 248 millones de informaciones de datos
para píxeles por segundo, números que realmente impresionan ¿no es cierto?
El proceso funciona muy bien y deja las imágenes finales con una calidad superior a
la fuente original. Sin embargo, por razones obvias, el upscale tiene una calidad
inferior a la de una fuente en alta resolución, ya que en vez de píxeles aproximados
tenemos píxeles originales con sus variaciones e colores específicos.
Cuarto paso: formación de color en los píxeles
Los tres primeros pasos que presentamos funcionan de la misma manera en cualquier
tipo de pantalla. El recibimiento de datos, la descodificación y la formación de la
imagen por píxeles es un proceso idéntico tanto en los televisores de Plasma, LCD y
LED.
Lo que diferencia la calidad de una para otra es la forma en que esos datos de color
son exhibidos. Para entender mejor las diferencias entre ellos, es necesario conocer
de forma detallada el proceso de formación de un píxel, en los tres tipos de pantalla.
Pantallas de Plasma
Para que los electrodos sean activados y muestren los colores correctos ellos
necesitan de Plasma, una sustancia que no está dentro de la pantalla en estado
permanente. Sí, es eso mismo. Tu TV de Plasma, cuando está apagada no tiene
plasma.
La transformación ocurre dentro de cada uno de los píxeles. Cada pequeño cuadrado
es subdividido en tres partes. Cada una de las partes representa un color del perfil
RGB, siendo R el rojo, G el verde y B el azul. Todos los colores que visualizas en la
pantalla son formados a partir de una combinación entre esos tres colores primarios.
Cada una de esas tres partes dentro del píxel está compuesta por el elemento
químico fósforo. Esa sustancia tiene como característica el hecho de emitir luz cuando
es bombardeada por rayos ultravioletas. La combinación de los colores y la luz
emitida forman un punto de imagen.
Para que esa emisión de luz sea posible es necesario llevar en consideración que
además de fósforo, otros dos elementos químicos componen cada sub píxel: el xenón
(Xe) y el neón (Ne). Todos ellos están en estado gaseoso.
Son los rayos ultravioletas los que agitan el sub píxel, haciendo con que emita luz en
el color específico que está programado para hacer. La intensidad de cada uno de los
colores, mezclados forman un único color. Un solo píxel puede reproducir un espectro
de hasta 549 millones de colores.
¿Describiendo así, paso a paso, parece algo demorado y trabajoso, no es cierto? Sin
embargo, imagina que en un televisor de 120 Hz, ese proceso que ocurre dentro de
cada píxel y es repetido cerca de 120 veces por segundo.
Nuestro ejemplo de la tabla con resolución Full HD, es la mezcla del proceso ind
ividual ocurrido en cada uno de los 2.073.600 píxeles que formará un cuadro de
imagen. El conjunto de cuadros de imagen, exhibidos sucesivamente, le dará al
espectador la impresión de movimiento, formando el video de la manera como lo
conocemos.
Pantallas LCD
De forma general, el proceso de formación de una imagen en las pantallas de LCD es
el mismo. Existe el envío de una señal de imagen descodificado para los píxeles que
a partir de una matriz RGB, forman todo el espectro de colores que podemos
visualizar en la pantalla.
Ese fenómeno no es nada más que la dispersión que la luz sufre al atravesar una gota
de agua. O sea, ella llega con una intensidad y dentro de la gota, modifica su
percepción, saliendo del otro lado con un aspecto diferente.
En la naturaleza no hay control de esa variación y por eso, ves un arcoíris con
múltiples colores, no todos con la misma intensidad, nitidez ni brillo en todos los
puntos del cielo. Dentro de la pantalla, los impulsos eléctricos son los responsables
por el control del color.
3. Cristal líquido.
Cada ángulo corresponde a un color. De esa forma, mezclando los datos recibidos de
la tarjeta de video con la refracción de una luz de fondo a través del cristal líquido, el
resultado es un punto de color específico que surge dentro de cada píxel.
Ese proceso ocurre decenas de veces por segundo en cada píxel, de acuerdo con la
frecuencia del equipo. El resultado de todos los píxeles sumados forma un cuadro de
imagen y los cuadros de imágenes exhibidos seguidamente crean la impresión de
movimiento.
La composición del color en los paneles de LCD explica la razón por la cual las
pantallas de Plasma presentan un nivel de contraste superior. El proceso de
formación de imagen en las pantallas de Plasma es químico y proporciona más
precisión que el proceso en las pantallas de LCD, que es óptico.
Pantallas de LED
O sea, en las pantallas de LCD una luz común es enviada para atravesar los cristales
líquidos y formar un punto de color del otro lado, aquí un panel de LED’s refuerza la
formación del color. Así, tenemos por detrás de cada píxel tres minúsculos LED’s en
los colores primarios que forman el RGB.
Algunos equipos más modernos llegan a tener cuatro puntos de luz. Además del
RGB, un segundo punto rojo refuerza la intensidad del color. El resultado es
exactamente la diferencia que las pantallas de LED tienen en relación a las de LCD
convencionales: mayor brillo, nitidez, contraste y cantidad de colores.
Uno de los eventos relacionados a las pantalla de Plasma con mucha frecuencia es el
efecto burn-in. Él ocurre cuando la pantalla muestra por un tiempo continuo una
misma imagen estática. Al apagar el televisor, es posible notar una especie de
“mancha”, marcando la pantalla.
La exhibición de una imagen estática de forma continua hace con que el fósforo
presente en la composición de las pantallas de Plasma asuma una forma modular
permanente. En otras palabras, es como si se “quemara” el píxel, afectando su
capacidad de agitarse y formar nuevos colores.
Cuando conoces el proceso, queda mucho más fácil verificar los puntos positivos y
negativos de una tecnología en relación a otra. Eso no significa de forma alguna que
uno de esos tipos de pantalla sea mejor que otro.
La diversidad de tecnologías existe para que puedas escoger la opción que se adapta
mejor a tus expectativas. No todos los usuarios son exigentes a punto de frustrarse
por una paleta de colores menos nítida o un modelo con menos opciones de control
de color.
Obviamente durante los procesos existen otras acciones secundarias que ocurren
contribuyendo para el resultado final de la imagen. Esos otros procesos son
elementos que no vienen al caso en esta explicación, pero no por eso dejan de tener
su importancia durante el funcionamiento del equipo.