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los Team Uaude “La feicomoiddadt" ee Twemal . bee VR? Ws ha intensa. Esta actividad se increme wr sostenida y decrece con el on la con-| dad, de enderezamiento y de equil iramiento sos-| miotético se mantiene. La experiencia de Sherrington (seccién transrie idad, un sistema regulador del re-| rica) perm comprobar un incremento excesivo Hotético que evita la produccién brusca delos| wc inet de los misculos extensores en la que se fos .que caracteriza a la verdadera act vidad refleja, con la torpeza que la acompafa Indiquemos ahora alguiios de sus caracteres: — cxiste un umbral del estiramiento pasivo, por un lado, y dela actividad gamma por otro, para Que la respuesta ténica se produzca en forma adecu: el refiejo quilibrio cuyos origenes cesiden cn el unque se mantienen todos los reflejos 03). son, muy brevemente expuestos, algunos iad gamma se refuerza antes de la eje-{ de los asoen, légicos del tono. Este en- actos motores y los prepara; foque neurot ien €s esencial para la iceptiva (estimulo doloroso)} comprensi los mecanismos del tono, no reviste, Screcienta, la actividad gamma (estado de| sin embargo, iportancia fundamental para Is aierta). Feeducacion pficomot Asi, gracias a esta acti Los aspectos que Jo, la precision de los gestos, su modi son los qui terés para el especialista en sarrollo sin brusquedades, y su re, Psicomotticidad pues son los que debe cfrentar reforzados, y se asegura constantemen cién del equilibrio, a causa de la tensién de los misculos extensores que luchan conira la gravedad (musculos antigravificos) permitiendo, tanto al hombre como al animal, mantenerse erguido. D) Las influencias centrales. - Existen, claro luencias procedentes del sistema nervioso trama” del movimiento. - El movie ine, en todas sus formas, aun la de su lajacién), se elabora so E! tono muscular es un fenémeno de naturaleza' "0 igen se sitéa en el misculo, pero cuya regulacién depende del cerebelo, ‘Asi, cuando se suprimen todas las estructuras centrales y la totalidad de las reacciones de estabili- Escaneado con CamScanner ia at a a “gatillo de fusil”, posicién fetal, brazo debajo de la cabeza, etcéteca. Pero corresponden a las estructu- ras personales que a veces miembros de una misma fa: periférica es ta pla tono laberintico; un tono explosivo que corresponde a los movi- tos en preparacién; un tono de sostenimiento, que acom- pafia y sostiene a los movimientos en curso de ejecuci {ono cataténico, que sirve a la conservaci6n de las a Pero precisa, no obstante: id de sus caracteres no aut parecen en todos los Hay, por otra parte, modos muy distintos de ini- ciar el sueho: algunos (se dice que Napoleén era uno de ellos) pueden hallar reposo en cualquier momento del dia y distenderse completamente en cuanto se procuran un instante de calma. Otros sélo acceden al suefio sélo al cabo de un largo y pr sin embargo, a uraleza o de una esencia particular. tono adonde hay que remontar la de- entes aspectos."" (Les origenes du co- otros, sélo si estan familiarizados con el roctére chez l'enfant, A 1 } 5 ractére chee enfant, PUF, pig. 153) marco de objetos que lo rodean: Para precisar esos diferentes aspectos del tono es | tudiaremos dos ejemplos particulares: el tono y el reposo, el sueno y el tono en las manifestaciones emocionales. Nos referiremos después al cardcter los objetos desconocidos que me rodea- .-) hubieran mantenido mis miradas, mi oido, todos mis sentides, en una posicién tan reducida e incémoda (aun cuando hubiese estirado las piernas) como la del cardenal La B: ‘A) El tono y el reposo; el relajamiento, - El sue- ho, y el reposo en general, no son simplemente inte- rrupciones de la actividad, pues aun en el mas pro- fundo descanso la inactividad muscular es solamen- iva y muy variable. Pareciera haber un solo ejemplo de relajamiento muscular total, pero pasa- nr jero: el que acompaiia a la funda del suefio. EI nifio muy pequefio muestra claramente en su encia de un importante tono mus- que se recoge sobre si mismio hasta ha- Ia posicién fetal. En un mismo individuo se ve~ rifican durante el sueho actitudes caracteristicas que objetivamente —anatémicamente— no pare- cieran favorecer un descanso 6ptimo: posicién de p ividad ténica, es decir, de esa ac. iividad que da a los misculos un grado de consis: encia y una forma determinada"’ (H. Wallon, Zor origines du caractére... ; a ére..., pags. 31 y 32), » aun durante el suefio, cuando los 36 37 Escaneado con CamScanner misculos conservan cierta consistencia, la actividad] ténica persiste. No obstante, entre el tono y la distensién muscu: lar hay una relacién muy estrecha: segdin Dupré, relajamiento, es decir, la distension muscular, otro aspecto de la motricidad. Para la psicomotri dad reviste tanto interés el movimiento, al que sub- yace cierto comportamiento ténico, como el relaj “‘miento, que no es simple inaccién sino un compor. tamiento t6nico especifico, puesto que apunta justa- mente a la resolucién tonica, al descenso del ton¢ tonicas cada vez més finas, hasta llegar a un com- + pleto relajamiento del conjunto de la musculatur: periférica. Lo que podria Mamarse el “tono de relaja miento” es caracteristico de una distensién comple ta, pues, a.la inversa de la hipnosis, en la que | sugestion induce el relajamiento muscular mediant un condicionamiento psiquico, el relajamiento mu cular induce la distensién psiquica y enriquece I imaginacién corporal. Pues hay una estrecha relacién entre el compor tamiento ténico y el psiquismo. En su obra La rela. xation thérapeutique chez l’enfant (Masson), Ber- gts y Bounes muestran que los nifios inestables son} capaces, después de una cura de relajamiento, de proyectar en las planchas del test de Rorschach pet 38 cepciones globales y en movimiento (factor K, por “‘kinestesia””), mientras que anteriormente eran fragmentarias y estaticas, como si la resolucién té- nica de la inestabilidad hubiese permitido recupe- rar, en el nivel de la imaginacién, la energia gasta- da sin objeto en los movimientos incontrolados del inest ible. No obstante, la definicién de esa ‘“‘energi modelidades de su paso del “soma” a la iguen siendo completamente misteriosas. Pertene- cen al mismo orden que los fenémenos que Charcot y desaués Freud habian observado en relacién con la histeria (y con la hipnosis), y de los que la conceptualizacién energética (a la manera del siglo XIX) no permite una clara comprensién. Esta relacién entre el tono y el psiquismo, entre el movimiento y el pensamiento, es muy evidente en las manifestaciones que Ajuriaguerra llama “ténico emocionales”’. B) il tono en la expresién de las emociones. « Las manifestaciones emocionales, que implican la Protilematica de la emocién, pertenecen a un orden del que desde hace mucho tiempo se ocupé la psico- logia clasica. _ Desde Descartes —para quien la pasién es una itrupcién de la vida corporal en el plano del alma, que debe dominarla— a W. James, que hace de la €mocién el tinico ingreso en la conciencia de un de- sorden organico ('‘no lloramos porque estamos tris- tes, sino que estamos tristes porque loramos”), muchos pensadores han intentado explicar este fenémeno particular que muchas veces se presenta ¢omo una sucesién de reacciones sin.orden ni cohe- 39 Escaneado con CamScanner 5 rencia y que pareciera que no es posible sistefhat zar (ésta es la posicién de Kantor). H. Wallon, en Ia obra anteriormente citada plantea claramente el problema: “*O bien la emocién es esencialmente una perturbacién, una de- gradacién de la actividad, y el lugar que ocupa en el plano de las reacciones biolégicas es el de la enfermedad, 0, a lo sumo, cf de los defectos que contrarian el normal juego de las funciones; © bien tiene, entre las funciones, su razén de ser, pero entonces| hay que explicar las manifestaciones perjudiciales o molest. que siempre la acompafian.” (pig. 63) Por nuestra parte, nos limitaremos a las manife taciones emocionales que se vinculan con el tono. Para desarrollar esta idea H. Wallon toma ejemplo de Ja risa: una excitacién periférica como el cosquilleo desencadena una elevacién del tono que al acumularse, encuentra una salida en la risa. Tall es la fuente de toda emocidn: ésta viene a resolver la| tensién que crea una acumulaci‘in de hipertonia Esa elevacién de la tensién dard lugar a manifes. taciones emocionales paroxisticas si la excitacié produce una cantidad tal de tono que no puede libe- rarse en una reaccién del organismo, o cuya cre ciente tension éste no puede soportar. La hipertonial ¢s causa de malestar si no logra resolverse en una actividad equivalente: si nos obstinamos en hacer| cosquillas a un chico que rie, el tono acumulado por| Ja excitacién, después de la risa, desembocard en los| espasmos del sollozo, manifestandose de tal modo elf malestar del nifo. Hay que tener en cuenta, como sefiala H. Wallo en la obra mencionada (pig. 98), que “‘las rela, ciones que pueden existir entre la emocién y las cir 40 decir que habiéndose ligado con ciertos estimulos exteriores, como una imagen, una actitud o un mar- co (oscuridad, soledad...), la excitacién que origina- riamente desencadené la emocién ya no es nece- saria: basta el estimulo que la acompafaba, el cual desempefia entonces el papel de estimulo condi- cional. Ese ¢s el origen de muchas supersticiones: si en una situaci6n dada un incidente ha suscitado una emoci6n fuerte, esta emocién resurgir4 cada vez que el incidente se repita, sea cual fuere la situacién y por distinta que sea: el ladrido de un perro en el momento de una ansiosa expectacién que nos pro- voca-temor, basta para hacer del ladrido una causa persistente de temor que reactiva la hipertonia ori- ginariamente debida, sin embargo, a la expecta- cién. Pues, ademés, cualquier expectacién produce un estado de tensién ténica que se incrementa y puede transformarse en angustia, de acuerdo con meca- nismos al mismo tiempo nerviosos y humorales (que involucran la intervencién de glandulas endo- crinas, en particular las suprarrenales) —superpro- duccién de .glucosa, aumento de las oxidaciones, aceleracién cardiaca, contraccién vascular, inhibi- cién del aparato digestivo— bajo la accién parti- cular de la adrenalina (Cannon, 1929). Subrayemos que ¢l relajamiento produce efectos contrarios: dilatacién vascular, regulacién de los ritmos cardiaco y respiratorio, disminucién de las” oxidaciones. En resumen, hay que insistir en el lazo estrecho y Necesario que existe entre el comportamiento tonico a i Escaneado con CamScanner y la emocién: toda emocién tiene origen en el domi _nio postural, es decir, segdn Sherrington, en toda la ‘actividad ténica. Si, en el nino, la sensibilidad de relacién (que Head llama protopdtica) es sustituida por la sensibilidad organica (epicritica), inmediata mente conquistara su autonomia: asi, la mirada del otro, o su simple presencia, una palabra que él pro- nuncie, seran para el nifio de seis afios, lo mismo que para el adulto, excitacién suficiente para desen- cadenar un aumento de la tensién y, con ello, reac- ciones emocionales que traducirdn el malestar o la alegria que producen. Esta sensibilidad frente al otro, o ante la presencia del otro, que ya se mani: fiesta en la nutricién, ¢s muy marcada en el plano emotivo: la disminucién del tono en algunos (intro- vertidos, autocontemplativos), la hipertonia en otros, ponen de manifiesto la influencia que sobre ellos ejercen las exigencias del otro: el miedo es el mejor ejemplo de ello. Muchos giros lingiiisticos lo revelan: “me tiemblan las piernas” por el golpe de una fuerte emocién, 0 ‘no puedo ni mover un brazo”’; si tengo miedo, ‘se me sera la boca"’ y “se me hace un nudo en el estémago””. Ello se debe a que el tono participa en todos los comportamientos comunicativos del individuo. 3. Ell tono y la comunicacién: el “‘didlogo t6 nico”. - Antes de estudiar este ultimo aspecto del tono, aspecto que ciertamente no es el menos im- portante en relacién con la psicomotricidad, remi timos al lector al capitulo referente a la comunica cién, sin el cual la comprensién de este andlisis resultard ardua. 42 Remitimos asimismo al estudio muy rico y rigu- roso de Michel Bernard titulado Liexpressivité du corps (Paris, Jean Pierre Delarge, 1976), donde el sutor nos previene acerca de la ambigiiedad del tér- nino: “*E| concepto de ‘expresién’ es sin duda uno fe los mas ambivalentes de la lengua francesa: en otro registro rivaliza con Ja polisemia de ‘hacer’ que la acompaia y a ‘menudo la completa” ( Intro- dution”, pag. 11)- Esta furcién comunicativa que el tono asegura, tiene su origen en la primera infancia, cuando él cuerpo del nifo no es algo distinto del cuerpo dela madre y del mundo que lo circunda. = Se trata, segin la feliz expresién de Jean de Aju- riaguerra, del didlogo ténico que une al nifo con su madre. Veamos’cual es el papel y cual es el lugar de la madre en esa relacién. A) La madre y la comunicacién infantil. - Hasta el noveno mes, si bien progresivamente se establece entre la madre y el nino una comunicacién activa, reciproca, el nifio ain no emplea ninguna “sefal semintica”, es decir, cargada de sentido, ni, claro est, palabras: no hace mas que reaccionar de ma- nera espontanea a estimulos, tanto externos como internos, que slo la madre sabe interpretar dando- les un sentido. Esta comunicacién se organiza en un sistema gestual hasta el fin del primer afio, cuando el nifio utiliza algunas palabras que indican mas que nombran. Hay que esperar hasta el segundo aio para que el nifio utilice de manera realmente simbélica algunas articulaciones fonéticas. Spitz (De fa naissanse d la parole, PUF, 1968) sefala que en toda la naturaleza no hay otro ejem- a3 Escaneado con CamScanner plo de una comunicacién cuya relacién sea tan desi- gual. Desde antes del nacimiento el nino ocupa de- terminado lugar en el deseo de la madre: deseo de tener un nifio —un nifo o una nifia—, una educa- cién, un ideal. ‘Ademas, depende enteramente de su madre en todo lo que se relaciona con la supervivencia, pues sélo ella puede satisfacer sus necesidades, y todas sus necesidades son vitales. La madre tiene una triple funcién: protege al nifio de los estimulos exteriores que lo’ perturban (imponiendo, por ejemplo, reglas de silencio en el entorno), apacigua la tensién nacida de los estimu- Tos interiores suscitados por las necesidades (satisfa- ciendo a éstas) y proporciona los estimulos necesa- rios para su desarrollo perceptivo y afectivo (con- tacto dérmico, calor, caricias, miradas, palabras dulces). Esta presencia materna exhibe caracteres muy destacables, que pertenecen a la psicologia pro- funda, La identificacién intima que une al nifo con su madre (“‘carne de su carne...””) le permite perci- bir muy sutilmente sus necesidades y sus reacciones Lo escucha moverse o gemir en su cuna atin cuando el ruido de una calle con mucho transite no la des- pierta. Por su parte, el nifio percibe, no sélo en el tono de su vor y en sus gestos, sino también en la mas in- fima variacién neurovegetativa, el humor y las disposiciones afectivas de su madre para con #1 “Tales son los caracteres de esa diada —segiin el término de Spitz— donde ‘lo que (en ella) ocurre sigue siendo un tanto oscuro” (pag. 10). 44 Uno de los procesos que se verifican en esta diada —que seré la base de los comportamientos comuni- cativos del nifio— esté constituido por la doble rela- cién dolor-placer, tensién-distensién que sefiala el ritmo de las variaciones de la necesidad. B) La hipertonia del llamado, 1a hipotonia de satisfaccién. “EL fin de una pulsién es siempre la satisfaccién, la cual sélo pure obtenerac sp lene estado de excitacién que es la fae de pe in” (Freud, Métapsychologie, Gallimard, Toda necesidad ¢s fuente de una excitacién que crea tensién, y ésta es acompafada de displacer, El descenso de la tensién, por la satisfaccién de la ne- cesidad, va acompafiada de placer, correlativo de la distensi6n. El niio, como para defenderse de la agresién que representa para él su estado de nece. sidad, manifiesta una tensién en todo su cuerpo: tiende los brazos, cierra los puios, yergue su cabeca sosteniéndose sobre su eje corporal (espalda ca). En el nivel neurovegtativo se registra ners calor ato. Grit, hipa, supra: es la hipertonta Porque la madre interpreta F i del nifio como un llamado visite sella: Responde a él satsfaciendo su necesidad de calor, de comodi- dad, su hambre. Durante el amamantamiento, la istensién se apodera del nifio: ya no grita, natural. mente; sus miembros se relajan, los dedos se abré ¥ el ritmo respiratorio se hace més lento.! Después ' Las imagenes del filme de J. C. 7 i choryntonique, ilustran pe eenaan oe attic 45 Senet Escaneado con CamScanner del amamantamiento, cuando la necesidad esta sa- tisfecha, su cuerpo se halla enteramente distendido, su fisonomia se ha apaciguado, su respiracién es regular y profunda. Es el estado de Aipotonia de satisfaccién. C) Displacer-placer, tensidn-distensién. - La ten- sidn es la manifestacién y el signo de un displacer’ La fuente de la excitacién de necesidad, que se sitia en ciertas partes del cuerpo, suscita estimulos de displacer en esas zonas: el nifo vive el hambre como un malestar en la boca, esa parte extrafa de un cuerpo atin desconocido. EI placer, ligado a la satisfaccidn de la necesidad, sera experimentado en esa misma zona: ése ¢s el motivo por el cual tal o cual regién del cuerpo sera una zona erdgena, lugar de displacer (estado de ne- cesidad) y de placer (durante la satisfaccién), que rapidamente el niio aprendera a estimular con independencia de la necesidad, por el solo placer que en‘ella encuentra y para pasar asi a la disten- sion y al suefio (chupar su dedo). Pero es la madre y su cuerpo, al responder al cuerpo del nifio, lo que le permite resolver esas ten- siones: en la boca que busca en vano el seno donde nace el deseo, el de- seo de que su madre acuda, el deseo de su madre” (J.C. Coste, La relaxation psychosyntonique, Editions Universitaires, pag. 85). Es una verdadera corriente de tercambio la que 46 se ingtaura entre la madre y el nifio, intercambio } que toma las vias silenciosas e intuitivas del cuerpo y del tono. : alternancia de la tensién y de la distension, del displacer y el placer es escondida por las expre- siones y las palabras de la madre: “Aqui estd... nono... bebé””. El aifio se halla, pues, condicionado a la articula- cién de un sonido y de una reaccién ténica, a la simbotizacién de su estado de necesidad y de los me- dios de resolverlo. Podr& hacer que surja el placer de la presencia materna, escondiendo, como lo des cribe Treud, su aparicién y su desaparicién, ha- ciendo visajes: iOh...! isi... Estas experiencias originarias que el nifio vive en su cuerpo seran las que en definitiva lo empujaran al universo de la comunicacién humana, la cual, si bien se organiza seguin el modelo y Las leyes del len- Buaje, no excluye, sin embargo, al cuerpo y sus reacciones. Por el contrario, siempre presentes ¢ interviniendo constantemente, nuestras posturas, nuestras actitudes, nisestros gestos, tejen la textura de nuestras relaciones con los otros. Nuestro placer, cl que obtenemos en la satisfaccién parcial (pues nunca llega a ser realmente completa) de nuestro deseo, provoca una distensién; la tensién o el hiper- tono acumulado es fuente de malestar. Ese es el motivo por el cual el dominio de las reacciones tonicoemocionales es un elemento funda- reabiacién dean cusps ek ee an bajo el constrefiimiento o Ta incomodid dai eae tudo la torpeza. Permit la elaboracién dean te . racién de una ges- 47 Escaneado con CamScanner IIL. Del movi, el proyecto El “movimiento” pleja que des Su conjunto. 1. El movimiento, . término genéri motor imiento al gesto: gna a una realidad muy diversificada, ico que abarca EI movimiento es, pues, un anto a los reflejos Jenn 2108 actos motores, conscientes 0 no, none: les o patologicos, significantes sentido. ~En un texto de Psicomotricidad, Bs © desprovisios de del Primer Congreso Internacional vimiento pasivo: el que el sujeto cuando el contr ‘ol de |: runo Castets delimita el mo- sufre, por ejemplo, a distension en relajamiento ¢ en kinesioterapia (kinema, en Briego, “movi. miento”). No obstant Para limitar el e, el sujeto puede intervenis movimiento, E] Movimiento activo mad, [a intervencién del sujeto de uno u otro establecer entonces una diferencia » innatos o ad. quiridos, reacciones condicionadas, comperia: mientos y ritos socioculturales, gestos couric actos fallidos, que no constituyen un campo hom o Eitin, en primer lugar, los reflejos mas comunes, que se hallan determinados solamente por la kien constitucién del sujeto: reflejo tendinoso,- reflej. miotatico (véase: ““El tono”) en el nivel muscular. Refcjo de las pupilas ante la luz, y muchas reaccio- nes localizadas del cuerpo ante estimulos especi- ne ellos se cuentan reflejos que dependen del desarrclto de! nifio y aparecen o desaparecen segiin cl estadio de ese'desarrollo: por ejemplo, los reflejos arcaicos (véase: ‘El desarrollo del nino’); Pero, en términos generales, el conjunto de los reflejos pueden agruparse bajo una definicién comin: reac- cién automatica, estereotipada y localizada del or- ganismo ante un estimulo especifico (Pavlov da, por cierto, a la palabra “'reflejo” un sentido mucho més amplio). Se desencadenaria, pues, independiente- mente del conciencia del sujeto. ” No obstante, algunos reflejos involucran, sino la “conciencia”, por lo menos cierta actitud psicolé.” Bica, 0 una educacién, puesto que son resultado de un aprendizaje. Asi, los reflejos que eluden los esti. mulos nociceptivos, son reacciones adquiridas y Cesan en ciertos estados de obnubilacién (quimica 6 Patolégica) de la conciencia. Mas aun: Tttard desta- caba que, en el momento de su captuira, el niao sal- vaje de Aveyron no parecia conocer las lagrimas de Escaneado con CamScanner rellejos no involucran a la conciencia (en el sentido mas amplio del término: fendmeno cultural) del su- jeto. Lo mismo ocurre en todo movimiento cor por: la definicion de Bruno Castets: ‘(el gesto) puede definirse como movimiento determinado por una intencién, por cierta intencionalidad; el gesto es un movimiento que tiene un fin consciente o incon: ciente”” (ibidem) es discutible, pues el término “intencionalidad”, del que se sirve para delimitar el gesto, no es claro. 2. Utilidad del concepto de intencionalidad. - El Proyecto motor, que es la intencionalidad puesta en acto, es uno de los puntos nodales en los que conver- Ben y se retinen las facultades intelectuales y ps quicas (gnosias) y las po: xias), para que de ello resulte un gesto. Disponemos del término que Liepmann elaboré a comienzos de siglo al mismo tiempo que el de ran mérito, segin Schilder (L'image du corps, Gallimard, pag. 7) radica en haber moe. trado que todo acto se cumple sobre un fondo ideal" que anticipa y hace posible ese acto, Ese fondo ‘ideal 10 solamente contiene el objetivo final, sino también un resumen de todas las acciones Particulares necesarias para su realizacién, Li mann habla de Teilzielstorstellungen (imigenes te Fines parciales). Este plan generti de la atcion (el subrayado es nuestro) y cada detalle del plan, deben \radutirse en una inervacién”. El proyecto moten €s, pues, una especie de Gestalt Operatoria en ta que 10s objetivos parciales y el objetivo final de un acto 50 n de la motricidad zni: 1a operacié se orgznizan para que la ope! perma va eficaz: para caminar debo levantar i distribuir imi energia de manera tal que se ee el equilibrio (posicién de los hombros, de la cal fi za...) adelantar mi eae etcétera, y dirigir mi ia la meta que les impongo. : : Dera no ee plan clara y suneeen ener te elaborado, con independencia de las estructura ténico-motrices; pero, mas aca de la conciencia, suscita estimulos nerviosos que ponen al cuerpo en las condiciones requeridas para la accién, en fun- cién, por una parte, de las aferencias sensitivas que nos informan acerca de la posicién del cuerpo y de los objetos, y por otra parte, de los esquemas gnési- cos: esquema corporal (en estado de constante adaptacién), estructuracién espaciotemporal. a. Intervienen otros factores que dependen del exte- rior 0 de nuestra aprehensién: dificultades parti- culares (fisicas: fatiga, ejercicio; o psicolégicas: se esté ante muchos espectadores) que hacen que el nivel de nuestra atencién ascienda o descienda. Cuanto més se ha reiterado el acto, mas débil es la atencién, mas espontdneo e involuntario es el pro- yecto motor y mas automético'es el gesto. Bajar por una escalera es un movimiento completamente utomatico, salvo cuando varian las condiciones ob- Jetivas (oscuridad) 0 psicolégicas (‘‘zHe ‘bajado ‘correctamente?”), Se Si bien podemos descomponer el acto de modo tal que quede aislado el proyecto motor (sabemos que ése es el camino que toman los fenomendlogos), de- be destacarse que ésta no es condicién suficiente para la correcta realizacién del gesto. 51 Escaneado con CamScanner 7 se equivoca respecto de la intencién que nosotros le atribuimos. ae De modo que seria mas riguroso definir el gesto por la significacién que posee, 0 que reviste. Ahora bien: todos nuestros actos pueden ser interpretados Por otro; siempre pueden cargarse de una significa- cién: tienen sentido sélo en la medida en que el otro se lo asigna, y por tanto significan sin que nosotros, que lo eecutamos, tengamos esa intencién. Esa es la raz6n por la que B. Castets puede decir que la reeducacién del lenguaje del cuerpo y del lenguaje sin més, son una y la misma cosa”’, aunque tomen caminos distintos. : Pero el gesto no sdlo es comunicacién: también es realizacién. Y es en ese nivel donde puede definirse la apraxia. La imposibilidad de realizacién gestual: la apra- xia. - Ciertos gestos no se efecttian, o yerran su ab- jetivo; se presentan dos casos: — 0 bien los gestos no alcanzan a tener una reali- zaci6n efectiva en raz6n de una deficiencia en el nivel ideal. En la mayoria de los casos se trata de perturbaciones del esquema corporal (asque- matia) y, por tanto, de una agnosia. Es el caso de ciertos sujetos inestables desde el Punto de vista psicomotor, y de disléxicos. La deficiencia opera en el nivel del conacimiento previo nece- sario para la realizacién, : —0 bien el sujeto sabe qué es lo que tiene que ha- cer y cémo hacerlo, pero es incapaz de poner en obra ese conocimiento en un acto motor: tal es el caso del apraxico, €n gereral: el escal tros gestos son tanto 3. La intencionalidad de . La int lel gesto. - El sen cionalidad Pertenece a fenomenologs? tat i Giencia deren’ USserl “oda concienca es ciencia de algo”; es una oriewt.. d + €$ una orientacién inmedi uuna accién en el mundo, ao! Camere acute: el mundo se organiza y se Percibe de Primera, © porque se efectiia sin intenci c tencion re también, porque aquel a quien el Besto esté digi 52: Escaneado con CamScanner — 1 “Cuando ef Paciente. . : ‘€3 capaz de formar su ria Guang Tansformarlo ‘€M acto, nos la ee alPe = _. 3 trata de un desorden en la ejecuciés pe Shes ee cs Gen ae an tne apne S02 Potmenores de los acts cna plan est: a riz’ (Schilder, L'image du corps, Pig. 73) ie A st ml de pct PA YM (Ma , - ¥ ecordaremos que la gestualidad y dos términos del comporta, Problemética que errr conduce a ratifi tractas y que hemos resuelto icar una sujeto en dos es} descartar, 2 la ideacion como una erdo con los pardme- ete sentido, Schilder EIT scene Mae AKEn ORE Sit SS Me” OES Esto nos introduce en el dominio del simbolo, del intercambio —de la comunicacién—, en el que de- beremos definir el lugar que le corresponde al gesto y al cuerpo. IV. La comunicacién En reeducacién una funcién esencial. Como la psicomotricidad toma en cuenta el aspecto comunicativo del ser hu- mano, del cuerpo y de la gestualidad, se cuida de ser tna reeducacién mecdnica del cuerpo. No obstante, es necesario definir rigurosamente ese concepto, cuya utilizacién sistematica, a me- nudo inadecuada, ha trastornado su sentido. Puede entenderse el término ‘‘comunicacién”’ con connotaciones completamente distintas. Tene- mos, en el campo del pensamiento metafisico, lo jue Rousseau concibe como la relacién inmediata, ima, casi ‘‘natural’’ de dos conciencias, de dos corazones, comynic que suprime toda dis- tancia y mediante la cual los calvinistas definian la lacién con Dios, en contra de la cristiandad del lo XVIII. Esta comunicacién es todavia el ideal ¢ todo amante: el de ‘‘ser uno solo”’ con la persona amada, de acuerdo con el modelo del mito platénico del andrégino dividido en dos por la venganza de los dioses y que moria en un abrazo desesperado con la otra midad perdida. En otro sentido, menos poético seguramente, pero también mds cientifico, la comunicacién es la Propagacién de cierta informacién desde un emisor 33 Escaneado con CamScanner _ Ba 56 1. La comun, Femitimos ala Gfones: = En razén dy ante, su universo In ser | an esa 68 un ser ha. Conjunto de la creacign “MIME™E distito de de i bien el ori igen del Para la que no hay lenguaje es una cuestisn “Hay twaduecién ircelona, Seix Bar espaiola: ral, 1974, Fespuesta, no hay Er Mnrayes de lingiistica general nicativos en animales, y la abeja (estudiada por Karl von Frish) es un buen ejemplo. Pero hay diferencias muy notables que dis- tinguen la danza de las abejas del lenguaje hu- mano; en las abejas, : — el cédigo, transmitido genéticamente, es estable, fijado definitivamente, congelado y ademés li- mitado; — el vinculo del signo (determinada direccién de la + danza) con la realidad es invariable. De manera que la abeja no podria mentir o inducir a error a sus congéneres; — la informacién no provoca, como respuesta, otra informacién, sino un comportamiento especifi- co: no hay, por tanto, un didlogo. Podrian multiplicarse las diferencias sehalando, * por ejemplo, que es imposible la combinacién de unidades de significacién en estructuras nuevas (la abeja no podria hacer poesia). La lengua es, pues, el modelo de todas las formas de comunicacién. Modelo en el doble sentido (mate- miatico) del término: todos los modos de comunica- cién humana estan construidos a su imagen (len- guaje de los sordomudos, cédigo morse, sefales visuales, etc.); ademés, la lengua es la generadora de los diversos medios de comunicacién; los en- gendra. . Gracias a la lengua, pues, el hombre vive en un universo de significaciones; los gestos quieren decir algo; el cuerpo tiene un sentido que siempre puede interpretarse, traducirse (como puede traducirse la danza de las abejas). B) Los elementos de la comunicacién. - Jacobson 7 SEY Escaneado con CamScanner

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