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Mientras tanto, al norte del país Benito Juárez se negaba a proclamarse derrotado, aun
cuando Jesús González Ortega, ministro de la Suprema Corte de Justicia, le exigiera
entregar la presidencia.
Los liberales, encabezados por Benito Juárez, derrumbaron el Imperio; Maximiliano fue
fusilado en el cerro de las campanas el 19 de junio de 1867. Tras el triunfo liberal, Juárez
volvió a la Ciudad de México, este acto significó la anulación del Imperio y el triunfo
de la defensa de la soberanía mexicana, y con ello la restitución del proyecto
político de los liberales: la República Federal.
Desde que México se convirtió en un país independiente la población había pasado por
años de lucha, lo que había provocado que existiera una escasa población, concentrada
principalmente en el sur y centro del país. La igualdad que había prometido la lucha de
Independencia no sucedió, la mayor parte de la población vivía aun en la miseria. Además,
el desorden del país por los años de luchas se veía acompañado de una alta
improductividad provocada por el abandono de minas y haciendas. Aunado a esto, los
caminos eran inseguros, provocando una complicada situación económica.
La recomposición era una ardua tarea para la nueva República. Se puso énfasis en
consolidar los procesos de secularización de la sociedad.
Maestras
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La contienda electoral fue ganada por Juárez, lo que generó un gran descontento entre
sus enemigos políticos, que cuestionaban su reelección. Sus enemigos se multiplicaron
cuando promovió la restauración del Senado. Juárez impulsó un gabinete de civiles, los
militares, que asumían la victoria sobre el Imperio de Maximiliano, se sintieron
provocados, en especial uno de ellos: Porfirio Díaz.
Por otro lado, un interés primordial de Juárez era impulsar la deteriorada economía
mexicana, una de sus medidas fue imponer el orden de la Hacienda y limitar el
presupuesto al ejército para reducir el gasto público.
En 1871 Benito Juárez se reelige; sin embargo, en esta ocasión Porfirio Díaz no se resigna
y se pronuncia contra la reelección a través del Plan de la Noria, promulgado el 8 de
noviembre. Los juaristas lograron contener el movimiento y Juárez llegó a la presidencia,
pero su frágil salud hizo que muriera el 18 de julio de 1872. Lerdo de Tejada, presidente
de la Suprema Corte de Justicia asumió el poder Ejecutivo. Enseguida convocó a
elecciones y ganó, dándole continuidad a las políticas de Juárez. Entre los logros de
Lerdo de Tejada está dotar de carácter constitucional a las leyes de Reforma, lo que daba
una clara muestra de la tendencia hacia la secularización de la vida del país.
Las aspiraciones de Porfirio Díaz a la presidencia no esperaron hasta que se realizaran las
siguientes elecciones y nuevamente se pronunció en contra del gobierno. Desde
Tuxtepec, acusó a Lerdo de Tejada de violar la Constitución.
Aspecto económico
El Porfiriato fue una etapa de claro crecimiento económico a través de la inversión
extranjera. Los estímulos para invertir caracterizaron este periodo, no olvidemos que
Porfirio Díaz heredó una situación económica complicada de los gobiernos que le
antecedían; las deudas con el extranjero y una Hacienda pública en quiebra no
beneficiaban a la nación.
Aspecto político
Su política tenía como base el orden pese a la libertad, su propósito era ser “el hombre de
palo y de mando” (Cosío, 2010). En general, Porfirio Díaz era un hombre al que le gustaba
dar órdenes, se inclinaba por la pulcritud y las buenas costumbres, por lo que podía ser el
mando esperado por las clases medias. Tenía conflicto para el manejo de civiles, así que
su gabinete sufrió de constantes cambios (para seis Secretarías de Estado hubo 22
secretarios en cuatro años).
Porfirio Díaz y su esposa María Fabiana Sebastiana Carmen Romero Rubio y Castelló
“Carmelita”
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El primero de diciembre de 1884 regresó Porfirio Díaz a la presidencia, renovado y
acompañado de una esposa joven “Carmelita, tesoro de gracias y virtudes” (Cosío, 2010)
regresó con el firme propósito de poner orden y hacerse indispensable. Mantuvo un
ejército grande, si acaso hubo reducciones fue en las filas lerdistas, lo que causó
revueltas.
El ejército de Porfirio Díaz combatía no sólo las sublevaciones de sus enemigos militares,
sino también la de los indígenas insurrectos, se aplicaba la lucha armada contra cualquier
intento de rebeldía, esto provocó aprietos en el tesoro público, ya que los gastos para
mantener la paz se incrementaban.
Otra característica de la política porfirista fue su relación con Estados Unidos. Díaz sabía
que México tenía un peligroso vecino: “¡Pobre México! tan alejado de Dios y tan cerca de
Estados Unidos” (Díaz, s.f., citado en Cosío, 2010)”. Porfirio Díaz ponía especial atención en
la puntualidad del pago de la deuda para evitar conflictos con la nación vecina. Sin
embargo, Estados Unidos empezaba a condicionar el reconocimiento al gobierno de Díaz,
lo que llevó al presidente a buscar ampliar sus relaciones con otras naciones.
Aspecto social
La paz se convirtió en un tema importante para el gobierno porfirista. Éste ponía especial
atención en mantener la paz interna, por lo que generó medidas que consistieron en
utilizar la fuerza militar. Sofocar cualquier manifestación en contra del gobierno era una
de sus prioridades.
El gobierno de Díaz tuvo diversas crisis en los planos económico, político y social que lo
hicieron encrudecer su política de mantenimiento de la paz.
El régimen de “paz” no daba cabida a nuevos sectores sociales, además, la fractura de los
militares provocó una crisis política. Para 1908, Díaz concedió una entrevista al periodista
norteamericano Creelman, en ella declaraba que México estaba listo para la democracia y
que no era su intención participar en las elecciones que se aproximaban; la crisis
desatada a raíz de esto ayudó a poner fin a la dictadura años después.
Francisco Ignacio Madero González
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Cierre
La etapa de “orden y progreso” del Porfiriato estuvo tildada por dos temas importantes: el
crecimiento económico (México marcó su camino a la modernidad) y las crecientes
injusticias sociales que vinieron aparejadas. El costo social de ingresar a la escena
internacional provocó un incremento en la pobreza, que aunado a la fórmula política del
mantenimiento de la paz dio como resultado la violencia social que desembocó en una
revuelta de mayores alcances. Sin duda, el papel que jugó la escena internacional durante
este periodo es primordial, no sólo se dejó ver en el incremento de las inversiones en
nuestro país, sino también en el estilo de vida y hasta en el desconocimiento del régimen
de Porfirio.
Para 1909, después de giras para crear clubes anti releccionistas, Madero celebra una
convención nacional que dio origen al Partido Antirreeleccionista. Este partido logró
una fórmula política que conjugaba ambos movimientos: el maderismo y el reyismo; sus
candidatos fueron Madero y Francisco Vázquez (ex reyista).
Acusado de rebelión, Madero es encarcelado en una prisión de San Luis Potosí. Durante
su encierro se lleva a cabo la contienda electoral en la que ganó Porfirio Díaz (Escalante,
2008). Posteriormente, Madero se refugió en Estado Unidos y redactó el Plan de San
Luis, convocando a la lucha armada contra la reelección de Porfirio.
Revolucionarios
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¿Hacia dónde debía dirigirse la lucha armada? ¿A qué sectores iba dirigida la convocatoria
de Madero a través del Plan de San Luis? ¿Quiénes respaldarían su llamado? La respuesta
no es una sola y tiene que ver con los grupos sociales que se involucraron en la lucha
armada revolucionaria. ¿Qué esperaban los campesinos y los obreros? ¿Dónde estaban
los reyistas?
Un evento importante que contribuyó al llamado de la lucha armada fue la muerte de los
hermanos Aquiles Serdán en Puebla, que provocó sobre todo el surgimiento de guerrillas
en la serranía, en poblaciones que no provenían precisamente de los clubes anti
releccionistas, pero que también tenían reclamos. El movimiento revolucionario se tornó
desorganizado. En 1911 Madero regresó al país e intentó darle orden asumiendo el
liderazgo.
Inicio de la Revolución
El inicio de la lucha armada tiene sus orígenes en el llamado a través del Plan de San
Luis, emitido por Francisco I. Madero en octubre de 1910. Este Plan desconocía el
gobierno de Díaz y proclamaba el lema “No reelección”. A este llamado se sumaron
grupos sociales provenientes sobre todo del ámbito rural.
En mayo de 1911 Porfirio Díaz presentó su renuncia ante el Congreso, de esta manera
Madero ingresó triunfante a la Ciudad de México. El presidente interino León de la Barra
convocó a elecciones y dio el triunfo a Francisco I. Madero como presidente y a José María
Pino Suárez como vicepresidente. Para Madero, el movimiento armado debía de cesar,
pues se había cumplido con el objetivo; pero el resto de los grupos armados no lo
pensaba así, sobre todo los grupos rurales, ya que para ellos la Revolución no se traducía
en la caída del régimen de Porfirio Díaz, sino en cambios sociales que aún no se
concretaban.
Movimientos insurgentes
Al tomar Madero la presidencia pronto olvidó a los grupos populares que lo apoyaron,
quienes le exigían la restitución de tierras (grupos rurales). El presidente no cumplió y el
movimiento armado continuó, se organizaron levantamientos en su contra, entre ellos el
encabezado por Emiliano Zapata en el sur del país, y Pancho Villa y Pascual Orozco en
el Norte.
A la par de los movimientos agrarios surgió el movimiento obrero que se fue
extendiendo por el país. Los obreros demandaban mejores condiciones de trabajo,
por tal motivo fundan en septiembre de 1912 la Casa del Obrero Mundial.
El régimen de Madero contaba con un número considerable de enemigos, no sólo
enfrentaba los movimientos insurgentes, sino al mismo ejército quien pronto se
manifestó en su contra.
Constitucionalismo
Cierre
Indignado por el asesinato de Madero y por los métodos crueles usados por el presidente
Huerta, Venustiano Carranza firmó el 27 de marzo de 1913 el Plan de Guadalupe; en
este documento se desconocía a Huerta y se reconocía como primer jefe del ejército
constitucionalista a su signatario. Dicho documento también exaltaba la necesidad de
una constitución.
Villa y Zapata exigían al nuevo gobierno el cumplimiento del Plan de Ayala, que
reclamaba la restitución de tierras a los campesinos. El ejército carrancista, apoyado
por la embajada norteamericana, contaba con recursos y armas para enfrentar a Villa.
Pronto la División del Norte y Villa caerían ante los ejércitos constitucionales; el mismo
destino se esperaba para el Ejército del sur encabezado por Emiliano Zapata. Vale la pena
mencionar que, en el sur, Zapata estableció nuevas formas de trabajo apoyadas en la
comunidad. Se echaron a andar ingenios y destilerías, y se devolvieron tierras al pueblo,
estas medidas provocaron un gran apoyo de la población a la causa zapatista. Sin
embargo, Zapata y Villa fueron vencidos, por lo que Carranza pudo centrar su atención en
su proyecto constitucional.
El proyecto carrancista estaba basado en la Constitución de 1857. Después de fuertes
debates entre el ala radical y la conservadora, se concretó la Constitución donde se
resaltaba el funcionamiento del Estado, con un tinte social responsable. La Constitución
otorgaba derechos a los ciudadanos en cuanto a la libertad, igualdad, y seguridad. Así
mismo, se establecía el derecho a la educación gratuita, los derechos laborales de los
obreros y el pleno dominio del subsuelo a la nación. Nuestra Carta Magna fue
promulgada el 05 de febrero de 1917.
Después de la derrota del movimiento agrario encabezado por Villa y Zapata y el triunfo
de Carranza aparecerían nuevas rebeliones de los revolucionarios. Ahora el conflicto
que se asomaba era la sucesión presidencial.
Carranza consideraba que la presidencia debería de recaer sobre un civil, por otro
lado, Álvaro Obregón, su colaborador, consideraba que él debía ser el sucesor
natural. A sus ojos, su participación en el movimiento armado le daba la autoridad
para merecer la sucesión.
Con la muerte de Carranza ascendió al poder el llamado Grupo Sonora; entre los
nombres que se destacaban estaban Álvaro Obregón, Plutarco Elías Calles y Adolfo de la
Huerta. Este último asumió la presidencia en 1920.
Para 1924 otro sonorense ocupó la presidencia: Plutarco Elías Calles. Éste dependía de la
fuerza de Obregón, quién pronto contendió por la presidencia, triunfó, pero fue
asesinado.
Plutarco Elías Calles
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Calles, buscando soluciones pacíficas a la sucesión del poder, creó en 1929 el Partido
Nacional Revolucionario. El nuevo Partido propuso a Pascual Ortiz Rubio como
candidato a la presidencia.
Durante la presidencia de Pascual Ortiz Rubio era evidente la influencia de Calles, esto
generó una severa crisis que provocó la renuncia del presidente. Calles, a través del
Partido, nombró como presidente a Abelardo Rodríguez.
9.3 El Cardenismo
El periodo presidencial del General Lázaro Cárdenas fue el primero en tener una duración
de seis años. Él consideraba que era urgente terminar con la influencia de Calles y lo
expulsó del país en 1936, de esta manera se puso fin a la era del caudillismo
revolucionario.
Cárdenas también dio gran impulso a la educación rural y técnica, creando el Instituto
Politécnico Nacional.
Cierre
El aparente fin del movimiento armado revolucionario no concluyó con el triunfo de los
constitucionalistas y la promulgación de la carta magna, ahora había que resolver la
sucesión presidencial, tema sensible para los caudillos revolucionarios, quienes por su
participación en el movimiento armado creían que eran herederos naturales de la
silla presidencial.
Durante esta etapa se crea el partido político abuelo del actual PRI y se generan los
mecanismos de sucesión presidencial que hasta hoy siguen vigentes.
Cabe resaltar que el fin del periodo caudillista da paso al del México moderno,
donde los civiles harán acto de presencia en la escena política de nuestro país.
Ávila Camacho fue el último General que ocupó la presidencia, los sucesivos
presidentes fueron civiles que no llegaron a la presidencia por sus méritos en
campaña militar.
Miguel Alemán Valdés
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El Licenciado Miguel Alemán, sucesor de Ávila Camacho, demostró que el centro del
poder ya no se localizaba en los militares, incluso éstos ya habían dejado de ser parte
del partido oficial. Se estableció que los miembros del ejército que desearan continuar en
las actividades del partido podían hacerlo, pero ahora como individuos.
Para 1945 se señaló en el Diario Oficial que la participación directa del ejército en las
actividades del partido ponía en peligro la necesaria cohesión de los militares, por lo
tanto, éstos debían permanecer ajenos a ella. Con esto se puso fin a la carrera
política de los militares, cediendo el paso a los candidatos civiles del partido oficial.
Durante esta etapa de la historia (años 40), México se esforzó por cambiar su organización
económica. Años atrás, la economía se había caracterizado por el crecimiento y desarrollo
del sector primario. La economía de nuestro país dependía sobre todo de actividades
agropecuarias, ahora intentaba desarrollar el sector secundario (la industria).
No debemos negar que la situación mundial (Segunda Guerra Mundial) permitió al país
lograr el crecimiento industrial, ya que las naciones estaban en guerra y no era posible
que abastecieran nuestras necesidades de consumo. “Entre 1940 y 1970 la tasa de
crecimiento anual del producto interno bruto superó 6%, un verdadero milagro
económico" (Escalante, 2008).
A partir de 1946 el sistema político mexicano se caracterizaría por el dominio del partido
político oficial, el PRI (Partido Revolucionario Institucional). Esto no significaba la
inexistencia de otros partidos políticos, el sistema político era pluripartidista, pero la
historia demostró la hegemonía del partido oficial.
Votaciones populares.
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