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Yrs bMAE canto unoeo Poh Reid 6? Uistonia, @ $420 EL CONGRESO ANTIFICTIONICO DE PANAMA Y LA UNIDAD LATINOAMERICANA Por Gerardo Brat senumunvanenanans XEPE | nh nanan iceneenermennmesmenmenmayg f ¢ ig AL HEROE INCOMPARABLE Zz “'Si yuestra excelencia uo digna adherir a él, preveo retardos y perjuicios inmensos, a tiempo que el movimiento del mundo acelera todo, pudiendo acelerarlo er nuestro dato.” (Advertencia de Simén Bolivar, contenida en la circular-convocatoria dirigida a los gobicrnos de las Tamances republicas hispanoamericanas, invitandolos a nombrar representantes ante el Congreso de Panama) Aviso de un acto ite-ario que fe celebrd en honor de Sinn Bolivar, presidente de Cotambiny ef 18 de sb de 1820, en! convenia de fos Irancseanos, de Bogart Entre las profusas_inquietudes ‘entroncadas en el vital anhelo de ins tituir la unidad latinoamericana, el Congrese de Panama. de 1826 ‘en- cara el primer fatento-de-erteraicar al magno ideario. Su instauracion perfiloun principio elemental de I ‘América Hispana en su_amanecer emancipador, redundante en una as- piracién proyectada hacia el futuro. EI ctlebre Congreso adquirié presencia historica gracias a la vision Continentalista de Simon Bolivar. Ei ella consustancidbanse, armonio- samente, la pasion por una Hispano- amériea’unida y el providencialismo ante un futuro juzgado mcierto; una pasién que estaba plenamente identi- ficada con el espiritaamericanista que inspird a San Martin en su epo- peya andina. Por supuesto que #m- bos libertadores habian abrazado Ia causa de América en su esencial in- tegralidad, previendo’ de que el Nuevo Mundo. lograria alcanzar su maxitha expresién cuando, concluida Ja gesta tmancipadora, asumiria un prominent> lugar en el contexto un- dial. La compactacion hen:isférica era la clave de su poderio. ‘Ya en 1815, asilada en Kingston (Jamaica), et Libertador venezolano enfatizaba sus esperanzas en palabras voleadas en la historicamente conoci- a como Carta de jamaica: “Es una idea. grandiosa pretender formar de todo e! mundo nuevo una sola na- cién, con un solo vinculo que ligue sus partes entre si con el todo. Lo {ue tiene wn origen, una lengua, unas Costumbres y una religibn, deberia or consiguiente tener un mismo go- bierno que confederase los diferentes Estados que hayan de formarse: mas no es posible, porque climas remotos, Jorge Canning, miniatura de E'Scomey (Coleccion det ‘onde de Harewood). Dijo Canning: i levamos fa cosas con sufciente habilidad, Ie America espatote femancipada ters nuestra”, Jntereses opuestos, caracteres deseme- fantes dividen Ia América, (...) El Nuevo Mundo debe estar unido. por rnaciones libres ¢ indeperdientes.uni- as enire si por un cuerpo de leyes comunes que regulen sus relaciones exteriores. (..) Qué bella que el Istmo de Panama fuese para nosotros 10 que el de Corinto para los gricgos! Ojalé que algin dia ‘engamos fa for- ‘una de instalar alli un augusto Congreso de los representantes de las repidblicas, reinos e imperins, para tratar y discutirsobre los altos intere- ses de la paz y de la guerra cen las raciones de las ovras partes del mun- do. Esta ecpecie de corporacién odra tener lugar en alguna época dichosa.”" La preocupacién de Bolivar no encarnaba exclusivamente un id solidariolimltado a una armonia Consubstancial: seniaba las bases para Ia regimentacion de un Derecho In- ternacional Americano, cimentado en el principio de Ia no intervencign, Ia igualdad ante las leyes internariona- les, la condicion juridica de los extranjeros, la responsabilidad de los Extadot por los dahos y_perjuicios que los slibditos de un gobierno pre- tendan haber sufrido en el territorio de otto, la conciliacon y el arbitraje Premisas fundamentaies. que jalona- ron la esencia de una Doctrina Lati- noamericana, Sun Martin alent idén- ticos principios, lo eval qued® asenta- o en diversas documentos, cronol6- picamente desperdigados. Falta aun el ‘estudiaso de su vida que los retina, para profundizar en desconocida in Quietd de su preclara existencia, “Bolivar.».—sefala F. Garcia Calderda— presentia Ia organizacién del Nuevo Mundo sobre bases de s0- lidaridad continental, de igualdad Juridiea de todas las naciones que lo Torman, de ausencia de antagonismes icreductibles y de identidad de aspira- ciones y decirinas en politicr interia- ional, pero fue en sii memorable cir {cular del 7 de diciembre de 1824, dirt ‘gida a todos los gobiernos america. ‘nos —inelusive los Estados Unidos— para invitarlos oficialmente a enviar Sus plenipotenciarios al Congreso que ddebia reunirse en Panamé, cuando Bolivar expuso toda la magnitud de su peasamiento en relacién con tos problemas de América; los fines que €l Libertador persegula se sintetiza- ban en ‘a creution de una liga de laz naciones americanas organizada mer- ed a la reglamentacidn de la politica exterior de las mismas, segin una ley comin acatada por focas elas de co- ‘min acuerdo, y a su proteccién reclproca en caso 2 agresion. ex- terna,?"| Los’ esfuerzos bolivarianos ore: anunclaban una reunion de todos los Estados del hemisferio en una gran asamblea de caracter permaneatte, festrueturada en base ala ayuda reciproca, para oponer a la Europa absolutista un continente libre, com- acto y vigoroso. Asi, Ia Hispano- América asumiria un gravitance factor de equilibria, politico y diplomatico, al convertirse en una potencia acorde on el nivel bélico y econdmico de las hnaciones mAs adelantadas. Ello se al- canzaria a través de un pacto que, al feunificar a todas las tepablicas en tun solo cuerpo politico, brindaba se- guridad, en todos los Ordenes, a la ez que'contribila al adelanto de los pueblos recientemente liberados “del Sominio espanol. EL Congreso convocado- durante 1826 en Panama no tuvo el éxito es- perado. Las causa de su frustracion hos rozan por no’ haber participado_ en, Los motivos son inherentes al ostenuibie.asiacioniimo de nuestros gobernantes de entonees, obnubila- fos, com relaign a la trascencencia de aquel romantica intento de cont furaruna uniOn que,_ de haber Ceneretado, redundaria’ en favor de una Latinoamérica que con el dseure 50 de las épocas padeceria las nefas- tas conseeuencias de 0 cieversion in- terna, peomoviendo el estancamiento Yr oF consiguiente, su debilidad, (No es desechable el argumento esgrimido por numerosos historiado- fee e ideslogos sobre las nefastas ma- hiobras promovidas yor los intereres fordneos que obraron en distavor de una "unin. eonducente a. descolocar as ‘potencias imperalsas, en sus Manes de penetracion yaprovecha- imiento de Tas riquezas naturales del fiuevo mundo. Pero ella exist — como realmente Io cteemos— Ia cule paeside en los obernantes. que Eniraron en el juego, motivados por torpes desconfiansas y su proclividad 2 alent deletéreos antagonismos. De todos modos, el Congreso de Panama signified el aniscedente mis genuino en la historia de In sonada Patria Latinoamerieana, Con el paso de los ahos con el sombre de Panam: Heaninne a nacions hpanoamer: Canas se alinearian en Ta politica hege- monica de los Estados Unidos, sume aidas en Ia condicion de" sub- esarrolladas. Ello no impide que el ide! de Bolivar y Sen Martin siga sient ftouoa esperanza Presentes y ausentes Si bien Ia idea estaba arraigada fen los desvelos de Bolivar desde mucho tempo atras, recién en 1824 comenzda\ ser practicamente di- sehada, Factores adversos, como los avatares propios a la lucha emancipa- dora, los escollos politico: y la nece sidad de dar fin a una contienda bél ‘ea que se habia prolongado mas de lo previsto, fueron la suma de incon- Venientes que retard® su concrecion, La convocatoria del Congreso Antfic- Wionico de Panama, fue formulada por el Libertador desde el Peri, el 7 de diciembre del precitado afo, es de- cir, dos dias antes de haberse prods: ido la. independencia. sudamericana con la victoria de Ayacucho. En tal Fecha, en su caracter de presidente de la Gran Colombia y Encargado del gobierno del Perd, remitié Ia circular 8 los gobiernos de Colombia. Méxi- 0, Rio de la Plate, Chile y Guatema- la (entonces capital de Cencroameri- cca). Decia en algunas de sus partes: “Grande y buen amigo: despues de quince aios de sacrificios consagrs 2 ios.aJa_lbectad-de América por ob tener al sistema de garanag que, 20 pacy-guerra, sencl.escudo de nuestro huevo destino, es tiempo ya de duc los interess'y. las Pelaciones que ten entre sa las repiblicas amen cans, antes cplonias spanolss, ten {gan una base fundamental que etera= fe si es posible, la duracion de estos poblemoe, (0). Profundamente. pe- hetrado de esias ideas, invité.en 1822, como Presidente de ia Republica de Colombia, a los gobiernos de MExt fo, Pert, Chile y Buenos Aitss, para Ge formidramo: una confederacion, ~ Peunitsemos, en el istmo de Panamd Vowo. punto elepible a pluralidad, tina asantblea de pleniporencarios de Gada Estado que nos sirviese de con- Selo, en. los grandes conflictos, de unto de contacto en Jos pligros co- Imunes, de fel inerprete en 10s trata: ios pibiicos cuando ocurran dificrl- {ades, y de concliador, en fin, de duescas diferencias, ‘Aparte de la totalidad de-los go- biernos. hispanoamerieayos,” fueron invitados por el vieepresidente de Co- Jombia, ‘Santander Inglaterra, Esta: dos ‘Unidos, el Imperio del rail y ios reinos de Francia y los Paises Bax je Bolivar disipaba_ciertos_res- quemores advertidos algunos rohombres dc la época, a través de tuna carta dirigida a José Rafael Ra- venga, fechada el 17 de febrero de 1826: “La alianza con la Gran Bre- aia nos dard grande importancia y respeiabilidad. A su sombra uacere- ‘mos, ¥ nos presentaremos despues tenure jas ‘naciones civilzadas y fuer- tes. Los temores de que esa nacion poderosa sea el arbitra de los conse: Jos y decis:anes'de la asamblea: que Su voz, su voluntad y sus intereses ‘sea el alma de ella, son tenores re- ‘motos y que, ain cuando se realicen algin dia, no pueden balancear Ios ventajas positivas, proximasy sen sibles que nos da ahora, Nacer y ro- bustecerse es 10 primero; 10 demas viene después. En la infancia necesi- tamos apoyo, que en la virilidad sabremos defendernos.Ahora ncs vs muy iti, y en Jo futuro ya seremos otra cosa.” # conceptos subrayan a ha- bilidad politica de su autor, a la vez que su" maestria diplomdtica. En quel entonces, frente al peligro de luna Espana proclive ain a rescatar sus colonias, resultaba _imperioso adoptar una’ actiuud precavida, sin ue ella menoscabara Ta firmeza de Jos ideales de auronomia Bolivia nombré representante, a Presbitero. José M. Mendizabal yal doctor José M. Serrano; Chile a los doctores Joaquin Campino y Jost M. Infante (por no haber congreso, tales ombramientos no fueron confirma: os). Brasil al comodoro Theodora Biancardi,, ministro consejero.impe- rial, que al no poder asistir delegd la Fepresentacién ‘en e) Vizconde Sao Salvador de Campos, ministro en Bo- {g0ta, quien no se hizo presente. Tam- oco hiubo representantes de las Pro- Vincias Unidas del Rio de la Plata En definitiva, el Congreso contd con los siguientes concurrentes: doc- tor Pedro Gual y general Pedro Bri- eno Méndez, por Colombia; doctor Manuel Lorenzo Vidaurre y Manvel Perez de Tudela, por Peri; doctor Jost Dominguez Manso y general Jo- 3€ Mariano’ Michelén, por México; monselor Antonio Latraeabal y doc- lor Pedro Molina, por Centroamériea. De acuerdo con la ac- tual divisién territorial asistieron diez paises: Guatemala, Honduras, San Salvador, Nicaragua y Costa’ Rica (constitutivas de la Republica Federal de Centroamérica). Venezuela, Co- Jombia_y Beuador (integrantes'de la Gran Colombia). Y Per y México. Hubo, asimismo, representantes no Jatinoamericanos ue participaron co- mo. observadores: Edward James Dawkings, por Gran Bretona, y el mayor general Jan Yan Veer, por los Paises Bajos. En los altos niveles Legislativos del gobierno norteamericano hubo re- hnuencia. El comité de Relaciones Ex: leriores del Senado se opuso a enviar representantes, Recien en mayo de 1826, fueron ‘designados en calidad. de Observadores, John Sergeant y Richard Anderson. Este dltimo falle- cid durante el-trayecto del viaje; Ser- geant lego a Panama después de Clausuradas las sesiones. Las resoluciones E12 de unio de 1826, en la sale capitular del ‘Convento de’San Fran- flseo, comenzaron las deliberaciones. EL temario comprendia: 1) Acianza- miento de la independencia de las nuevas naciones y paz firme mediante al eeconocimleno por Espace Ia hueva situacion. 2) Seguridad en cuan- to-al orden interno y no intervencién, ‘excepto para asegurar ese mismo orden Interne y falvarlo de cualquiera aco- ‘metida de las facciones andrquicas. 3) Ipualdad juridica de todos los Estados americanos. 4) Estatuto que fie las re- Iaciones entre las naciones mediante un congreso de plenipotenciarios general y permanente; y 5) La reforma social bajo los auspicios de ia libertad y dela az En forma oficial realizdronse diez conferencias. Hubo, asimismo, nume- rosas reuniones de tipo informal, no registradas en acta. "E110 de jullo, se comenz6 a consi- derar el Tratado’ de Unién, Liga y Desembarco de exciavos en Rio de Janeiro euadro de Rugendas). Ef congrese combatis el infame tice human Stir 31 “panamericanismo" ‘fectuada por ln revs "Caras y Cares" en abril de 309. 1 (ARAS (ARETAS Confederacion Perpetua, Se_leyeron los articulos desde el 1r0. al 10° inclu: sive, que comprenden Ia liga y conte. deracién tanto en la paz como en la {guerra en forma permanente, el mante himiento de la soberania de las poten cas confederadus contra toda dominas clon extranjera, y el afianzamiento de la paz, en crmonia e inteligeneia con los demés pueblos de a tierra, Las par- tes contratantes se obligaron a recha- zat solidariamente (edo ataque contra alguna o algunas de elias que naan pe- lgrar su existencia politica, empleando ‘ontra_el enemigos comtia toda. su Tntuenciay recursos uerst mai mas yterrestres; de (ilar fos contingen- tes com que cada una se obliga: y se es- tablecieron las condiciones, eantidades e tropas, barcos y pertreciios a movi- lizar y las facilidades otorgadas mu taamente para su traslado, Ulterior- ‘mente, el Tratado seria sometido a una fevisién, modificatoria en cuanto alos contingentes ylas asignaciones, El dia postericr, se reaiza la cuar ta conferencia, plantedndose por vez brinvera en América el recurso de con Giliacién y arbitraje. Segin coincides en ‘alirmar distinguidos tratadistas historiadores, qued6 consagrudo en el Derecho Internacional Americano co sma la fOrmula ideal para solacionar di- ferencias, por graves que fueren, entre las naciones continentales Quedé asi establecido el articuln 16, que expresa textualmente: “Las partes contratantes se obligan y comprometen solemnemente a trans: Git amigablemente entre xi todas las di ferencigs que en el dia coistan 0 puedan coistir entre algunas de ellas; fen caso de no terminarse entre las Po. tencias discordes, se llevard con prefe rencia a toda vie de hecho, para proc ver su conciliaciOn, al juicio de Ia Asancblea, cuya decisién no seré obli gatoria si otras’ Potencias no se i= biezan convenido antes explicitameate eu fo que sea.” Tal articulo teria luego reforzado por el siguiente, el cual di uso que por ningiin concepto de in Fino graves daflos se recurrird ala ‘Buerra ose ejercerin represaliag contra “Larga y cansadora seria Ia enumeracién de las in tervenciones armadas que tuvieron, como pretexto, la de- fensa de los intereses europeos”.. Esta frase, de Pierre CChaunu, resume una époc de la historia de nuestra Améti cca, que ilustra su desguarnecimiente ante las potencias ‘extracontinentales, y que suscitarian la condena de eminen- tes tratadistas en Derecho Internacional. ‘Uno de ellos, Federico de Martens, quien fuera miembro de la Corte Permanente de La Haya, eseribio: “EI sentimiento de Ja justicia nos obliga a hacer constar que muy a menudo esas medidas de fuerza brutal han sido Gmpleadas en defensa de reciamaciones dedosas y ain bas- {ante turbiss. Comprendo los sentimientos de profunda in- Gignacién con que los hombres de Estado de los paises “amerleanos hablan de esos bloqueos pacificos o interven- clones armadas que las grandes potencias han hecho sopor- (ara sus patrias con frecuencia” ‘Al reférirse a las causas aparentes de los contlictos, puntualiza que los pequefios estados han sido objeto de bloqueos, con o sin bombardeo de costas, efectuados por grandes potencias, derivando, = veces, en represalias de hecho. No ocurre asi entre naciones”poderosas, que se idan de dirlinie lo conflctes a través de accioner com- pulsvas, ‘Martens analiza las principales causas de las reclama clones efectuadas alas repablicas latinoamericanas:guerras Civiles, revueltas, insucrecciones, incumplimiento de ‘contrates © compromisos contraidos con extranjeros, “x- Dulsion de extranjeros y falta ae pago de deudas publicas 0 privadas. “El examen superficial de estas causas de reclama- ciones —alega— probard que n.nguna de ellas podria just- {iear, aleual cs, ina intervencién armada o el empleo dela violencia antes de que un tribunal competente haya deter~ minado Ia legalidad de las demandas que se tata de Tormrlar”. Seguidamente, asevera “que es imposible afir- ‘mar que los extranjeros puedsi. pretende: una seguridad ‘mayor en sus personas 0 propiedades, en los casos de {guerra civil o de revolucién, que ls poblacién indigena del als.” ¥-acusa a los gobiernos extranjeios de creerse con Gerecho a reclamar dafos y perjuicios para sus sibditos, {que padecieron las cunsecuencias producidas por conmo- clones incernas sucedidas en el pais donde ddencia, sin tener en cuenta las Zausas de fuerza mayor de {que fue vietima el gobierno local. Asi, alirma que siel de- Fecho a una reclamacién debe ser reconocido, es preciso {que una autoridad judicial y competente establezca sus Principios y limites, Seralando, taxativamente, que es muy ‘enojoso que esta cuestin de derecho se resuelva por consi- deraciones politicas, y la ausencia de fuerza material en la nacign demandada. En tal caso, asegura, se abre la puerta ‘alos abusos mas irritantes dela arbitrariedad y dela fuerza brutal ‘Al ocuparse de las deudas piblicas, expresa: “Desde hace mucho tiempo el Derecho Internacional ha admitido el principio de que los suscriptores de empréstitos de Esta- Go, la mismo que los acreedores de [os gobiernos, arriesgan voluntariamente sn dinero al confiar en elerédivo del Esta- do deudor. Es imposible sostener la tesis de que el Estado a ‘que pertenecen los acreedores tenga obligacion de forzar al fobleno deudor a pagar sus deuclas 0 a proveer el dinero hnecesario para abonar los cupones vencidos. Los acreedo- res de un Estado extranjero a los detentadores de obliga- Clones extranjeras, 20 tienen el derecho de sustitule en su lugar n su gobierno nacional exigiendo que intervenga has- acon fuerza armada para hacer pagar al deudor sus 4 Las intervenciones armadas: una Ilaga en la Historia Latinoamericana deudas, 0 reducirlo a que ejerute las obligaciones ‘contraidas”. ‘Toda la cuestion podria reducirse en esta pregunta: {Cusndo esta obligado el pais de los acreedores a intervenir tn favor de los tenedotes de bonos extranjeros?... Respues- fa: desde el momento en que todos los medios legases y or dinarios de obtener justicia hayan sido agotados. Los acre- tedores deben acudi a los tribunales competentes, Sélo en Jos casos de denegacidn de justicia tienen derecho a pedir la proteccion de su gobierno, "Esa proteccion —concluye ‘Martens no deberia degenerar nunca en una intervencién {de fuerzn armada y jamas una intervencién de esa especie Gederia. comprometer I paz de las relacione? internacionales”. ‘Cabe agregar: una vez reconocidas las soberanias de las naciones americanas, los capitales europeosinfluyeron procurando la obtencion de cuanciosas ganancias. Y resulta Sportuno resaltar lo que todo capitalista sabe y nadie discu- ter el Iuero desmedido compensa los riesgor a que est x: puesto el capital en juego, Los capitalistas europeos jamais Eonsultaron a sus respectivos gobiernos con respect> a ga- Tantias en sus negocios en tierras americanas. Procedieron Siempre como lo que eran: comerciantes independientes. Y si bien en diversas elicunstancias hubo demoras en el cobro Ge ss intereses, Estos se vieron compensados, luego, por el alto porcentaje obtenido, doble y a veces triple, del que podian aleanzar en las plazas europeas. /.demés, los fraca- ‘Sas son pasajeros: siempre llega el momento de la cancela- ‘En cuanto a la situaci6n de los comerciantes radicados en América, deberian haber comprendido que cuando fijan ‘nu residencia en un pais que le brinds amparo, otorgandole Jos mismos derechos constitucionales que gozan los nati- vor, deben quedar sujetos, como los naturales, en las pérdi- {das'como en las gananclas, hablando en términos concre- tos, Hasta resulta ins6lito’ que un gobierno que abre las, puertas a las corrientes inmigratorias, ofreciendo fuentes Ge trabajo y un porvenir, deba otorgarles privilegios veda- {dos a Jos hijos del pais, de tal manera de que éstos deben soportar las consecuencias de las luchas inzernas, sin de- Tetho a reclamo alguno, y los extranjeros esten amparados por la nacién a la cual abandonaron, en fa mayoria de los ‘ca30s definitivamente. Y llega esta situacion al absurdo, ‘cuando el pais que acoge a esos inmigrantes, es intervenido militarmente, los costosos buques que integran su defensa son hundidos ~com> el caso de Venezucla— sus fuerzas de Seguridad atacadas, las aduanas interyenidas; todo en hombre de inexistentes der-chos sobre una compensacién monetaria que, segin el criterio de los sitiadores, debe ero- {garse por dafos infligidos a propiedades privadas, locales comerciales, 0 feudos. Finalmente, recordaremos que en 1849 Gran Bretaha reclagné al reing de Napoles y el Gran Ducado de Toscana, por perjuicios sufridos por subditos a raiz de convulsiones politicas, Rusia y Austria se opusieron. El ministro rus0 fue explicito: *Segin las reglas dei Derecho Internacional, no se puede admitir que un sobsrano, forzado por la rebe- Hign de sus sibditos, estt obligado a indemnizar a los extranjeros que hayan sufrido por tal causa dafos y per~ juicios... Que de reconocerse ese principio por Inglaterra, la presencia de subcitos ingleses en una nacion llegaria has- taser ua azote, y podria servir de instrumento a los revolu- cionarios de todos los paises, para ocasionar embarazos al respectivo estado de cada uno”. Tnglaterra retir la reclamacién.., Nose trataba de una repablica latinoamericana, —l la parte ofensora, “... sin Hevar ances: su causa, apoyada en fos documentos y comprobantes necesarios con una ex. pposicién circunstanciada del caso, a la decisién conciliatoria de la Asamblea General.” La “‘iniea sesion borrascosa de las ceuniones informales”, segin el de cir de un historiador, la promovié el uti possidts juris 1810, La delegacién centroamerieana pretendi6 hacer valer sus derechos sobre Chiapas, bajo la s0- beranis territorial mesteana; tambien Se suscit6 una discusion motivada en la Costa de Mosquitos, reclamada por Colombia. 2 De esa sesin resaltan por su im- portancia los artieulos 21, 22, 23 y 24, tn ella aprobados. Los irascribimos integros, dada su trascendencia. “Atticulo 21: Las partes contra tantes se obligan y comprometen s0- lemnemente a sostener y defender la integridad de sus territorios respecti- vos, oponiéndose eficarmente 8 Ios ¢5- tabiecimientos que se intenten hacer en ellos sin la correspondiente autoriza- cién y dependencia de los Gobiernos a quienes correspondan su dominio’ y Propiedad y a emplear en comin sus fuerzsy recursos, si fuere nevesario,”™ “Articulo 22: Las partes contea- tantes se garantizan Mucuamente lain (egridad de sus terrwtorios, luego que en virtud de las convenciones particu lares que celebren entre si, se hayan de mareado y fijado sus limiter respecti- vos, cuya conservacion se pondra en- tonces bajo la proteceién de Ia conte- deracion.” “Articulo 23: Los ciudadanos de ‘cada una de las partes contratantes Bo zarin de los derechos y prerrogativas de ciudadanos de la Republica en que residan, desde que manifestando su de- seo de adquirir esta calidad ante las autoridades competences conforme |a Ley de cada Una de las potencias aliadas, presten juramento de fidelidad ala Con.titucin del pais que adopten; ¥ como tales ciudadanos podran obte het todos los empleos a que tienen de- echo. los demas ciudadanos, ex ‘ceptuando siempre aquellos que las reglas fundamentales reservaren a los naturales y sujetandose para la opeion de los dem&s, a tiempo de residencia y fequisitos que exijan las leyes particy- lares de cada potencia,” “Articulo 24: Si-un ciudadano 0 ciudadanos de ‘una Repiblica aliada prefieren permanecer en el territorio de ‘otra, corservando siempre su carkcter de cludadano del pais de su naciraiento 0 de su adopci6n, dicho ciudedano 0. iudadanos -gozarin igualmente, en cualquiera de las partes contratantes fen que residan, de todos los derechos y prerrogativas de naturales del pais, en ‘cuanto se refiera ala administracién de justicia ya Ia proteccién corres: Pondiente en sus personas, biencs y Propiedades; y por consiguicnte no les Std pfohibid Bajo preieatdalguo el élerelco desu profesion u ocupacton, il disponer entre vivos 0 por aia Yoluniad, de sus Bienes, mucbles oi smueblet, como mejores parezrs, Sue. tndose en todos los casoc's ls cargns yleyes aque lo estuvieran los naturales fel terrtorio en que se hallaren” Ell, se reaiza ta quinia sesion; én sila s¢ aprueba un articulo: sah ‘ional, de incuestionable televancis or haber sido coneeptuado como el fermen dels futirus sociedades de lat naciones se invtaba aodos los pases Jutgados amigos @ tomar parte activa on is egeitsones de a Confess cién, por medio de sus plenipoter: sisrios. Dice: “Por cuanto fat partes Contraiancesdescan srdienemente if Wire paz con todas las nacioncs del Universo, evitando todo mo,ivo de di 40810 ade pueda dimanar cel cerca MEMORIAL DE LA PATRIA FELIX LUNA’ sis devechos legitinigt en pad y guerra, ‘han convenido y conviench ‘gualmente, en que luego que se ob- {enga ta ratficacién del presente trata. do, procederin a fijar de comin acuer. do’ todas aquellos. puntos, reglas y principios que han de dirigir su con Gucta en uno y otro caso a euyo efecto invitardn de nuevo a las Potencias nneutrales y amigas, para que silo ere yeran conveniente, omen una parte activa en semejante negociacion 9 con, ‘urran por medio de sus Plenipoten: ciarios a ajustar, conctuir y firmar ef tratado 0 tratados que se hagan en tan ‘importante objeto.” El articulo 27 fiaba una linea de condueta —a la ver que dictaba instru ‘ments punitivos— frente ala esclavi- td. Detlaraba incurso en el delito de pirateriaa todo buque bajo el pabellon e cualesquiera de los paises contr tanles, que trasportara esclavos proce ~ dente del continente africano. ‘En esa misma reunion leyése el proyecto de Convencién sobre con- Uingentes de tropas, estableciéndo las ccantidades de acuerdo con la densidad poblacional de los paises signatarios, ‘Alsiguiente dia, se replanteo el re- ‘conocimiento europeo, sin llegar a un fentendimiento, El" representante Michelena propuso que “'México pa- ‘gue a Espana 25.000.000 de pesos adi- Cionales para ia compra de la escuadra espanola del Caribe y clertos arsenales de Cuba y Puerto Rico a un precio ‘mucho més grande que su valor. En cambio de ésto, Espafa debia recono- cer Ia independencia de todas las Re- ppiiblicas, asumir 45,000,000 de pesos Ge la derrola mexicans, e hipotecar tuna de sur isles antillanas para ga- rantia del pago.” Tal propuesta fue ‘ecvazada por unanimidad. EL 14, se efectia a octava sesi6n, destinada'a un asunto pendience: Ia mediacion de Gran Lretana en la paz con Espana. Decfdese diferr la resolv- cién final para el dia posterior, “acor- dandose que los Plenipotenciarios tra- jesen sus ideas concretas segin sus conceptos."” Esa misma neche ras- ‘curre la novena conferencia, donde se ‘vuelve a considerar la mencionada me- iacign briténica. Pero como todos los fepresentantes carecian de expresas ingtrucciones sobre tan agudo proble- ma, se convino en tratar la resolucién efinitiva cuando les fueran acorda- as, El 15, se revisa el Tratado de Unién, Liga y Confederaci a Perpe- ‘ua, en lo-atinente a contingentes de tupas, el convenio sobre el lugar y tiempo de la futura asamblea, la forma yy orden de sus sesiones ¥ el concierto provisional sobre ejéfcito y marina. Fi Jose, entonces, el contingente que cada luna'de las partes confederadas debia contribuie para la defensa comin: ops esas Pea para me ‘iinet Colombia 15280 aa0ggieas7ie Saco” 3270 ESS ae Gontemas "6790 “9ssat "Stas “h.000 7795000300000 El Perii debia contribuir al soste- nimiento de las fuerzas navales en el ‘Auintico. Pero en caso de producirse lum ataque a las costas del Pacifico, ese pals se encargaria de todos los gastos ‘Que demandara la escuadra destinada & la defensa. Se establecio, también, que cada Estado estaba obligado a socorrer al aliado cuyo territorio fuese invadi do, con un subsidio de 200.000 libras. ‘Asimismo, se instituy6 una convencién militar, especificamente creada para fi- dar las'bases sobre el empleo y direc- mn de los contingentes. Ademas, esti- 36 pulése que ninguna invasion “se consi- deraria seria" si no pasaba de cinco mil hombres de desembarque, y se de {erming la eantidad de 28.000 hombres el contingente de tropas auxiliares que se pondria a disposicion del Estado in- vadido, mientras que éste debia poner fen campana el doble de la cantiaad de las tropas invasoras. Durante la nocts de ese mismo dia (15 de julio de 1826) se celebra una reunion solemne en la Sala Capitular actualmente convertida en Salon Bolivar del Instituto Bolivar—, exclu- sivamente convocada para la firma de los protocolos y las convenciones. “A este acto siguid una entusiasta recep- cién, a la pélida Juz de las velas, a Ja {que asistieron, ademas de los Plenipo- (enciarios y sus secretarios, autarids- des y personalidades panamenas y los ‘gbservadores extranjeros.”" 3 Elaparente fracaso Bolivar no extizd los resultados del Congreso como la suma de sus ex {ero y anhelos. Ya durante el tras curso de sus deliberationes habia ma: nifestado descontento on algunas de {us decsones. En cara diigi¢a desde Guayaquil al general Pedro. Briceno Mende, sefalabar “He feldo agul los tratadotcelebrados en Panam, y voy farts fencamente mi opin Bd onveniente sobre contingents de o- pus principalmente sobre el modo, c fry eanidad en que debe presarse, inl ¢ inefieas. Puede ef enemigo Sbrar sobre princpioscierioseinvadir Soni dob de fucrrs. No amar i ftuidn seria sino ln que pave de 5.000 ombres, ijaio comet easo desde donde principin fos suaios ex conde. te eae Estados une scp sive. El décimo de eabaleria cn. Eompatiblcon todos los prinipios del Ste milrar. Tamblen es defects lo ‘ue se ha extipulado respecto. de la arr ‘Yet8 dé agorto del mismo ato, en una misiva destinada al general Paer Yoleaba estos lapidarotconceptos: “EI Congreso de Panamd, insiucion due deblera ser mds udmirable si tue Alera mis eicacin, no coir cosa que Aguel loo piego que pretends dsr desde una toca fos bugues que navesa- ban. Su poder serd na tombra ysis deeretos,conseos: nade mas.” Bt dealento de Bolivar estaba in- Jusificado- Los tetmpos demostrarian Que sus esfuerzos no fueron vanos Rauela nistbrica Asamblea se const tullisen elantecedente mis genuino en fl futuro de ls relacionesimeramer- Ganat! en todat ell preven el espiritu qu le ra vida, basado en la Concienteacign dela anfitonisibero finericana, la ineestonablerelevan- Gindesustesluciones, muchas de elas onsiderades como piares constut ver del Derecho Incraacional Ameri cano. “Bolivar —afirms._ Peni Vazquer— irradi para los tenipo3 10 lurros sus acertadas concepeiones sobre el Derecho Internacional Publico y Privado, tal como se aprecia en el texio ‘del Tratado de Unién. Liga y Confede- racion Perpetua, surgido de las delibe- raciones de aque! congreso por las ini. | Ciativas de Pedro Cual, en cumpli- ‘miento de expresas insirucciones del Libertador." « También debemos considerar a quella veunion como precursora de foras organizaciones. internacionales que emergerian aurante el trascurso de las tpocas posteriores. Baste una opi- nin: la de Eduard Herriot, jefe del go- bierno francés: "Es deber nuestro, — cien attos después del Congreso de Pa- namé, recordar que aquella obra, ain imperfecta, hha precedido Ia obra re- lente de la Sociedad de las Naciones. =| A nuestro entender, Ia més alta gloria de Bolfvar es haber querido estabilizar para siempre Ia paz apoyésdola en los principios del Derecho y de la solidari« ad universal del mundo”. : Y en el trabajo editato por el, | Instituto Interamericano de Estudios’ Juridicos Internacionales, titulado: BI Sistema Interamericano—Estudiv =| sobre u.desarrollo y fortalecimiento"”, | se hace mencién al ya citado Tratado on precsiones definitorias: “Estepri- | { mer’ instrumento establecié. clertos rincipios juridicos y normas de con- Gucta internacional” que sirvieron de inspiraci6n y estimulo a otros congre- $02 latiioamericanos que se celebraron en el curso del siglo XIX, asi come a la organizacién regional jinteramericar que se cred en 1890, ¢ incluso, en ces {os aspectos, a la Sociedad dé vas Ns iones y a las Naciones Unidas. En efecto, Ia Confedcracion de Estados previsia en e Tratado de Panemd ‘le 1826 se basaba en principios y procedi- iientos que se generalizarian mas (a de, tales como el establecimiento de tuna Asamblea General, que seria el 6r {gana principal de ‘a Confederacién, en {a cual estarian represeatados todos los Estados confederados en un plano de ‘igualdad juridica y con amplios pode- {es para concluir tratados tendientes a timentar las relaciones 2ntre las partes, contribuir al mantenimiento de la paz Yala solucion amistosa de las diferen- Gias que existicran o pudieran surgir entre ellas y procurar la conciliscion y ImediaciOn, ya sea enure las potenciés Confederadas o entre éstas y Una 0 mds potencias extrafas; la garsntia mutua Ge la integricad de los respectivos terr- ‘orios, la obligacién de cooperar hac:a In completa abolicién de la esclavitud, [a codificaciéa del derecho interna: clonal, la exclusion de a Confedera- ién del Estado miembro que violara el Tratado en materia de mantenimiento dela paz.o de respeto de las decisiones de Ia Asamblea General y el estableci- Imiento de a ciudadania continental en favor de los ciudadanos de los Estados ‘miembros. En el propio Congreso de Panama se firmaron, ademds. tres instrumentos adicionales, entre ellos una Convencion que fijnba fa cuo.a de Lropas propia a cada Republica, para constituir y mentener un ejército per- Imanente de 60.000 suldades, » rela: ‘mentaba todo lo referente a ia organi 2acion y direccion, All, pues, se origi ‘76 también Ia idea de una fuerza in. ternacional para garantizar Ia pz.” Intrigas, recelos indiferencias Entre las_muchas explicaciones provenientes de historiadores que se euparon de dilucidar el aparente fra- aso del Congreso, algunas coinciden en acusar a la “labor de 2apa” llevada 8 cabo por agentes diplomaticos norte- americanos. Sehiilase, con ese fin, al entonces embajador estadounidense en México, Pinsett, y a William Tedor ue desempenaba idértica funcién en Lima, quienes, segin la especie, proce- dieron de acuerdo con insiruce‘ones emanadas de la Casa Blanca, A tal ver sida, se suma la existencia de una cam- aha destinada a endosarle a Bolivar luna imagen napoleénica, con el objeto de crear recelos en los pueblos hispa noamericanos. “... asi se buseaby des- confienzas y recelos —atirmd Pena Vasquez— entre los demés gover antes fin de que no se consolidera fa obra extraordinaria de la confedera- ida, 0 sea, el poder supra-nacional ue’ significaba ‘Ia Liga, la unidad olitica de Latinoamérice, llamada a enar el vacio al poder dejado por Ia ‘monarquia espafola, conservando ca- da Estado su autonomia, Esto habria significado wn equilibrio mas del poder ‘mundial, tanto frente a Europa como frente a fos Estados Unidos. Los del norte, comprendieron mejor su misién cuando se esforzaron por realizar Ia Unida. Les del sur eayeron en la desu: nién y, en Jo que es peor, en Ia anar- quia. Asi surgié pera el porvenir, 010 ue es igual, para los tiempos presen- fes, el poderoso bloque de los Estados Unidos de Norteamarica y los débiles Estados de la América del Sur. Nada podia servir mejor a los intereses del "Destino Manifiesta”. ¢ (Otr05 hhistoriadores, en cambio, ‘acusan a Gran Bretaa de Naber sido el factor disolvente, centrando los argu- ‘mentos en la peligrosidad que repre- sentaba para los intereses econémicos de esa potencia, la unidad integral ha- Cia fa que se encaminaban los esfuerz0% bolivarianos, La bien conocida frese de Canning: “Si llevamos las cosas con suficiente habilidad la América es paflola emancipada ser nuestra”, es ‘muy ilustrativa sobre los designios del Reino Unido. Entre las muchas opiniones sobre el particular, es la de Pierre Chaunu: “Poco tiempo después de In declara: ion de Monroe, ef Congreso de Pana ‘md, reunido en el Isimo en 1826, por Iniciativa de Dolivar realize una tent liva mucho mas seria para poner en ‘marcha fa solidaridad interamericans, Las guerra: de la independencia Iabian producido el esgarrarsiento de las Indias de Castilla y dado vida # va- vias Republicas. Bolivar que goberna- bbs muchos de esos estados (Venezuela, Colombia, Peri, Rolivi, tratd de lograr la unidad de Ia América republi- cana frente a una Europa monirquica, Siempre amenazante. Todos los esta dos americanos fueron convocados 4 Ja conferencia mediante diplomaticos del Libertador. Pero la hostilidad declarada, de Inglaterra, a Ia que 20 Contratrnidad Latinoamerieana, febrero de 1973: el presidente de Venezivla, Rafael Caldera ‘emprende una ira por el, ontlnente. El grabado refleia el momento en gue impone I Orden del Libertador af bresidente de Ecvador. Detrés Seve un cuadro del Libertador Simén Boliver. convenia que bajo la forma de’una gran unidad politica se constituyese tina potencia éapaz de imponerle trato ‘gual en sus relnciones comerciales, {9 desconfianza de los Estados Unidos, {que rehusaron conceder plenos pode: es a sus delegados (llegaron despues de la clausura de las sesiones),y, final Imente, sobre todo, las divisiones in fernas del mundo asinoamericano en que la geografia hacia valer exigencins durante demasiado tiempo conten, Ja anarquia en que se debatia, los sta dos recién fundados, su natural recelo ‘estirulado por ia diplomacia inglese ‘ni tas Provincias Unidas del Rio de la Plata, ni Chil:, ni el Brasil se hicieron presenies) constitulan otros. tantas fausas de fraccso para una tentativa {uera dsltiempo.? Ses forineos: "De este modo, In idea de una Confederacién hispanoameri- cana sustentada por Bolivar y Sen Martin, estaba condenada al fracaso or Ia presion de Inglaterra y los Est dios Unidos, en complicit con las recientes aristocraciasnacionales terfatenientes interesadas en intensili- cab el intercambio comercial, sin modi- car el antiguo sistema productivo he redado de Espafta, Las formas preca- Ditalistas de produccién, propias del Deriodo hispdnico, la difusa distribu ida demografica, fueron los escollos para la unificacién continental. En ‘Adelante, esta debilidad de una eco- homia tubdesarrollada desbarataria fodo intento de unin, mediante la in- ervencion diplemdtica, financiera 0 ailitar, de las superpotencias mun- isles, Inglaterra, Francia y los Esta- 0s Unidos”.s Para Ia América Latina se aveci- nnaba su descomposici6n. No. pasaria mucho viempo en que ocurrria Ia de~ Fintegracion de la Gran Colombia. La lunidad de Ainérica Central fenecié por sus divisiones internas. Otro tanto su Cederia en el sur del continent Por qué ne participamos?... La prédica sanmartiniana no ob- tayo ios Trutas esperados en su tierra de origen. Tampoco los. principios proclamados por Bernardo de Monte Bgudo, autor de un meduloso trabajo: “Ensayo sobre la necesidad de una fe deracion general entre los estados his panoamuticanos y. plan” de agrupa- Fign'". En él abogaba por los ideales {ue inspiraron al Congreso de Pana: ma. ‘La presencia en el gobierno-de Bernardino Rivadavia —ha expresado Laurio H. Destefani—, con un plan propio de negociaciones de paz con Es- ana, las resistencias que produjo en @L interior la constivucion unitaria de 1826, todo impide el envio de los pleui- potenciarios argentinos. "9 El histoviador verszolano O'Le- ary afiemo: “El gobierno de Buenos Aires, imbuido todavia en Ia politica ‘de mezquin lades y celos que caracteri- Garon. la administracion Rivadavia, “aunque este individuo ya ro era parte Gel gobierno, miro o afecto mitar el proyecto con menos fervor que el Di rector de Chile. El general Las Heras eclard al Congreso Constituyente de las Provincias Unidas que: “las razo nes que indujeron a 1a anterior adii= hiseracién a negar su asenuimiento a fa roposicion no habian perdido nada Ge fuerza por _posteriores acontec: Imientos”.... Agrega que Las Heras al Dresentar un proyecto de ley para que Se autorizase al gobierno a enviar le hipotenciarios, pretendia que se acep laran”"ciertas restricciones"”. El onpreso constiyvente dd la aorza cién, pero ésios no fueron ddesignados.10 “0 El eseritor norteamericano Fen- wik, “dice al tespecto: “La opinién ilblica de las Provincias Unidas del ‘Rio de la Plata esiaba muy dividida en lo que respecta a la realizacion del Congreso de Panamé, y 1a oposicién tra lo bastante fuerte como para impe- Git que se aceptara la invitacion a par. tieipar-en él, Monteagudo, dirigente evolucionario argentino que en ese momento era canciller de Bolivar en Peri, estaba convencido de la necesi- aad de In Tederacion, pero los elemen- {os locales emian que la Gran Colom- bia tratase de dominar al Congreso, y In. vieja Pivalided existente , entre Bolivar y San Martin (sic) parece haber Confirmade las sospechas. de und po ible intervencion ae la Gran Colomt’a en. los. asunios de los. palses sud: Caleedo' Castilla, opina: El go- bieno de Ia Republica Argentine al principio acepio; luego medificd su acx fitud. La causa principal del cambio radicb en el liigio evistente con el Bra Sil sobre el Estado Cisplatino, pues obierno argentino considerd que con fl proyectado tratado de. confedera tién podria obtener una solucion favo- ‘able de aquel. Como los delegados co- Tombianos hicieron conocer esa hipéte- sis a su gobierno, solicitando instruc: Giones, el vicepresidente Santander res- pondid que no era viable la soliciud argentina. “No veel vicepresidente en. fodo esto —decia ‘a “nota oficial respectiva-~ sino una guerra de Estado 2 Estado, cuyo objeto es la pasesion de lun territrio que ambos reclaman co- Imo propio y con la cual, en ningin modo, se anenaza Ia independencia de cada una de las dos". 12 icerilli nos ilustra_en su biografia de Rivadavia sobre los temo~ fes de don Bernardino con respecto a fas intenciones de Bolivar. Refiere 1a Conversacion que ésle mantuviera con el representante inglés, Woodbine Pa Fish, relatada en la aria que el sibdito britinicy enviara a Jorge Canning, En Encuentro de Volar y Suere on elDesapuailer lla resaltaba la desconfianza del esta- dista argentino, pensando en la posibi- Tidad de que los ejercitos colombianos se vieran obligados a participar en Ia {guerra con el Brasil, en caso de prolon- euise las hostilidades. Ello devendria En "un acontecimiento que sélo podia contemplar como precursor de una guerra de principios republicanos Contra los monarquicos, que podrian Comprometer en breve’ teripo a los huevos estados de America ance las po- (encias de Europa; que estaba intima- Imente persuadido. de qu. el gran de- geo del Libertador era el de tomar una arte prominente en esta guerra, « lle Warla hasta ef Brasil con la subversion dela presente forma de gobierno”.|3 ‘Cabe inferir que predomind la desconfianza y la faics de vision Y no fe dable descarcar as influencias exiranjeras, suulmente urdidas, enca- Iminadas.'reavivar resquemeres.. Lo ual no justifica en lo mas minimo a fos gobernantes de entonces. Aceptar que Tuimos inocentemente enganiados, Signifiea reconocer nuestra estolidec. Conclusiones Si aquel histéricu Congreso obtu Viera en su momento la suma de bene Ficios que inspiraion a sus propulsores, traducida en hechos positivos, nuestro ontinente se hubiera ahorrado gran parte de los vergonzosos acontecimien- {os que le sucedieron. ‘En 1€33, Gran Bretaha se aduena de las argentinas islas Malvinas; en Ia ddécada del 40, plania sus garras en Be- Tice y el puerto de San Juan. Por aguellos afo:, Francia interviene en Mexico, pretextando atropellos come tidos en perjuicio de subditos suyos, cups el puerto de Veracruz. En 1838, fetablece Un bloquep naval en el Rio de fs'Plata, motivado en que el gobierno de Juan Manuel de Rosas, habia dis- puesto que los Tranceses residentes en ferritorio argentino, al igual que los natives, cumplieran con el servicio mis La tins despedide, 1 Payador (sibujo de timene) Les masas de América Latina fueron inditerentes Ia inegracion orate al ide! botveriane Sanmartiniano fe ‘ald calor Popular por cesconocimiento fessu necesidnd historia Reta poco ditundide de Simda Bolan. Ef Liberador 2 través de! Congreso “AntietiSnico de 1826 demostrs 1a purezn de sus desvelos Desafortunadaimente, Subslten ls erfteas tcbre un Dresunto af4n nepoleonico. Fads existd un norte botivariano enfrentago la {esta de Sen Martin, como se Dreteudio hacer erer Drejucio que sin cuente con Sigunos sostenecoren 4 vecee veladamence perflsdo en comentarios sobre a vasidad personal del Gran Wenezolan, 0 40 aunjeanismo, litar. En 1845, esa nacién, conjunta- mente con Inglaterra, bloquea ncva- mente el Rio dela Plata. En épocas posteriores sucedieron hechos.parecides. La. implantacion, por parte de Francia, de una monar: ‘uia'en México —la del etletre archi duque Maximiliano—; la accion de fi Hibustero. Walker en Nicaragua;. el bombaideo de puertos venezolans, ent 1902, por parte de Gran Bretafa, Ale- mania'e Italia; la segregacion de Pana. ma; Ia retencion de Puerto Rico; el ca. 0 de Cuba, el cercenamiento de una {ran extencidn del territorio mexicano. El robo de tertitorio venezolanc, a (3 vor de la Guayana Britanvea, a través de un fally injusto, amparado. per Washington. La lista es larga, ¥ Beno. sa. En tales atropelios,aparie de po- tercias europea, intervinteron los Bs. tados Unidos de'Theodoro Rooseveit, ede la politica del garrote, el " Desti- ho Manifiesto", y Ia manipulacion de Ja Doetrina Monroe, segin los intere= Ses en juego. “Poco a poco —escribié Lerche— comenzando ‘por el Caribe. avan. dando graduaimente hacia ef sur, se volvié tmanifiesto. un dominio norte- americano cada vez mas grande vobre Tberoamérioca, al amparo. de” la Doctrina Monroe. va" para 1885 se ‘habia legado tan lejos que el secretario de Estado Olney podia afirmar que “Los Estados Unidos son practica- mente soberanos en este continente ¥ su mandato es fey en los asuntos a 10s que limiian su” interposicién”.. La Uransformacién de esta tendencia en i> aque leg 2 congcerse como a diplo Imacia del dBlar” no osurrié sino hasta desaués de 1900, pero ef principio ‘habla quedadc bien establecido desde ‘mucho tiempo antes que terminara el Sigho XIX". 1: Liegamos asia los tiempos ac- tuales; en ellos se acentvan las secuelas ‘de nuestra disgregacion, Latinoaméri= ca desfallece, envilecida por una.eco—del-gran garroiesescapiado por las i- homia en ereciente deterioro. A medi- tes y no:por las grandes mayorias".15 4a que las superpotencias alcanzan un—Ello se advierte-en-todo-intento del pa~ Fitmo vertiginoso, en materia de pro- uccion y expan, "nuestro cont hente permanece condenado en la con- 4Aielon de subdesarroliado.. “América Latina es la inica regién subde- sarrollada de Occideme", ha denun- lado Gustavo Lagos, agregando que: ha surgido para América Latina un nuevo desalio externa: lograr cl de- Sarrollo y superar la dependencla.(...) Este desafio externo es de un caracter difuso, no tiene nila eonerecion de las, guerras de la. independencia, ni la Eoncrecién tampoco del impetialismo sado y del presente, EI ideal de la uni- Gad latinoamericafa siempre estuvo esposeido de adhesion popular. Obrd fen. los. estratos gubernamentales. y iplomaticos. El hombre latinoameri- ano —al cual, medularmente, esta ddestinado— permanecio ausente. En el tqao del Congreso' de Panam, por ejemplo, los gobiernos convocados, a abiendas de =sa impopularidad, deci- dieron por si solos. ¥. la ausencia de muchos de ellos rest fuerzas al histo= ico Congreso, cuya imperiosa necesi- dad de apoyo exigia contar con el res- paldo uninime de las flamantes na- iones iberoamericanas. Y cuando femergieron, en diversos_ lugares. del Continente,'lideres populares que con fos exeasos medios disponibles empren- dieron la titaniea lucha contra las fuer- as de la disgregacion, rapidamente fueron anulados por los factores de poder que sirven a intereses extiafios @ Er'causa de América, Tal es el caso de Augusto César Sandino. En el mundo actu smo y el comunismo sostienen una n= conada puja para extender sus areas de influencia. Frente a esas dos fuerras se encuentra nuestra Latinoamérica, ‘mantenida en una situacion de depen: AMERICA’ LATINA Y SU INTEGRACION El drama del Atlantico Sur —de reciente memoria— se tuasmut6 en el acontecimiento generador del reverdecer del e- cufto que sear Tos “filSsofos obran despiadadamente, Y que nunca faltaron “tal el caso de Kipling que loaba la **mision cular ideario de la Unidad Latinoamericana De todos modos, devino en un benéfico influjo en quienes desconocian su con- cepeidn historiga V su aval como factor de seguridad y progre- 0, por encontrarse inmersos en la indiferencia para todo lo gues Sstancia continental Bata eas etapa el Conflicto dieron contenido confraternal al alma de los pueblos hermanos. Oimos, entonces, conceptot laudatorios con sabor popular en todos lor ambitas del hemisferio, en favor de la Eausa integracionalista; conceptos otrora ceAidos a lasolemni- Gadde los claustros universitarios, los. congresos 0. las Teuniones academicas. Esa guerra injusta quebro Ie apatia e hizo posible un mayor conocimiento sobre los numerosos atropellos cometidos y a lo argo y a lo ancho de Iberoamérica, sracias a una profuse informacien, perioditica y bibliografi- fa, ¥ lo que se supo, inquiet6. Reffos6, asi, la imagen de la America Someti,desgarrada ysumeisia por obra del ol nialismo opresor.. En esa emergencia se experiment, asimismo, 'alenidad de os ratados y la ambivaleneia de ciertas doctrinas, en lo que tafe a contenido y aplicacion, instrumentadas en nombre de tin proclamado panamericanismo, pero confinadat a servr e pisios intereses. Yo caben dudas de que si fuera necesario pare la sobrevivencia del poderio economico y hegeménico de Fas superpotencias, en el futuro se reterarian posisiones ya co- nocidas,invalidando lo coneertado a través de pactos de anto- Jadizas interpretaciones, alo delineado en declaraciones am- pulosas, destinadas al mantenimiento de las apariencias. Tal el, aso del Tratado Interamericano de Ayuda Reciproca (TIAR), {Que alined a las naciones signatarias en el sistema de seguridad militar de los Estados Unidos, con el implicito objetivo de co- {Adyuvar ala proteccion de sus zonas de influencia, ue, eparte el coat:nente americano, incluye, una vasta area del Atlanti- to Norte. Recordamos el aticulo que sostiene: el ataque ‘mado conira un Estado americano por parte de cualquier Es- tado, serd considerado como un ataque contra todos los Esta- dos americanos™. Las sanciones a aplicar al agresor invo- lucran la ruptura de relaciones y hasta la declaracion de averra, Ulterformente, este tratado seria complementado con Una serie de pactos bilateraes, entre Norleamérica y la ma- Yoria de los gobiernos latinoamericanos; ellos aseguran la Contribucién material y humana, de producirse un conflicio nice Estados Unidos 7 otra nacion, Seria especioso referir lo ‘eurrido cuando Tuimos atacados por el colonialismo brit 0, Es harlo sabido que el goblerna de Ronald Reagan 10s co- ocd en la condicion de agiesores y no de agredides. Sin em- bargo, el TIAR habia servido a esa potencta para intervenir milltarmente en los conocidos sucesos ee la Republica Domi- nicana y Cuba. ‘La suma de experiencias del pasado y los amargos episo- dios del presente, revela que los imperialismos, de cualquier 2 civilizadora’” del pueblo inglés— que pretendieron otorgar vi- Vencias humanitarias a los despojos. Es indispensable recor arlo, no para formular condenas, sino fara trabajar con el ‘objeto de impedir su reiteracion. El devenir puede enfren- larnos, como cousecuencia de la problematica inlerente al Aagotamiento de los recursos energéticos, la insvficiencia de las feservas alimenticias ante la superpob!acion mundial, y otras Carencias de similar contextura, con la icrupcln de una nueva forma de expansinnismo, aviesamente racionalizada en los im- perativos contemporaneos de un rea‘uste de las reas rebosan- {es de riquezas naturales, en cuanto a su explotacién Y es valido advertir que para llevar a la practica sus pro- pésitos los poderes internacionales recurren a cualquier tipo 4e metodologia, aviniendo a un pragmatismo acorde con las circunstancias. Ya no son id6neos los métodos em pleados en tl pasado, en el cual las intervenciones por endeudamientos, log bloqueos compulsivos, las "re oluciones” digitadas, el su puesto perluicio tufrido.por connacionales, motorizaron flo- {as prefusamente artlladas y movilizaron desembarcos de in- Tantes de marina, En esios tiempos nuestros existe una forma ‘mas sul de penetracion —aunque el caso Malvinas demostr3 {Que pueden reeditarse ales esquemas—, padecida por la tota- lidad de las naciones iberoamericanas: la realizada’a través debilitamiento econdmico, con la consiguiente sujecibn a po- ‘erosas organismos multinacionales —Fondo Monetario In- temacional, Banco de Liquidaciones Internacionales, ele. Asi, ‘se oblitera ‘a soberaiia de nuestras republicas, euyos gobier hnos se ven compelidos a acatar medidas que impiden el de sarrollo indusirial, comercial y financiero, y que afectan, par- Uicularmente, @ 10s niveles poblacionales de escasos recursos, promnoviend el desacalabro social, y, consecuentemente, Ia Subversion, Seriamos injustos si no'reconociéramos que gran parte de la culpabilidad nos pertenece. “Tal estado de dependencia no es nuevo, pero en los tiem= os que corren ha aleanzado aspectos ominosos, ala vez que Slarmantes. Y ante la incertidumbre de un inquietante porve- hir, previsiolemente no muy lejano, resulta imprescindible emprender Ia busqueda urgente de soluciones. Asi como el Mercado Comiin Europeo nac’d por el peligro que representa- ba ei Este, el Mercado Comin Latinoamericano traduce, se- gin lo afirmado por estadistas y economistas, la esperanza de onetie fin ala dependencia. Ella devendra, aseguran, através fe la integracin economica latinoamericana, En tal sentido se fnotan algunos progresos, pero muy modestos por cierto. Des tacados integracionalistas coinciden en determinar que la uni ddad hemisferiea se encuentra en un estado de transicion. ¥ que ‘queda mucho camino por recorrer aUn; camino que exige ser transitado rapidamente por la crisis esonomica mundial que se dencia a uno de esos dos grandes pode Fes internacionales. Aliada por immpost. lon de las creunstancias aos Esco Unidos, y obligada a prestar una ayt! dda que no recibe en forma reciproca, fal ese caso del TIAR: un tratado usa ‘do por esa nacin para su exclusivo be- neficio. V que resulto totalmente ano dino para los argentinos, cuando fuimos agredidos por [a Gran Bretaha ena guerra del Auantico Sur Es necesario, entonces, amparar- ‘nos en un sentimiento nitidamente lat Roamericanista, exento. de toda influencia extranjera, de todo tipo de exuemismo, Basado, Unicamente, en ‘Aina Bolivar aevirtié: " los ideales de nuestros heroes comu- 0 "2 hes, que en sus Iuehas s6lo rensaban en potenciar al hemisferio, sin recurrir LLAMADAS. ams fuerza qu las propiat Sino seg gs aleanzan «ales metas, el destine de as islas Malvinas habra'aleanzado a todo elcontinente toa jUgrospalses extn, abrume fos por el peso de una deuda externa manifesto” Eduardo R.Coness— cuyos vencimientos e :atereses para el afio 1983, supera el valor de nuestras exporiaciones de este ad, En 1983, los ag0s por interes=s insumirdn alrede: or del 35 por eiento de las exporta- iones de Argentina; 32 por ciento de las exportaciones “del Brasil, 31 por lento de las exportaciones de Chile: 15 por ciento de Ins exportaciones de Co: 5, lombi 31 par clio de las etpori iones de México, y J? por ciento de 9, las exportaciones a2 Venezuela, En Jos aos sucerivos estos valores declinan Suavemente, aunque renegociemas la 10. EP Sistema Volumen" XIX deuda & corto plazo proléngando loi ~~ lazos de vencimiento a 10.0 15 alos de cusiguier manera, ef sen cio dela deuda absorber’ mis de la mi fad de nuestras exporiaciones. De alli a necesidad de América Latina “de ahorrar divisas para. pocer pagar {a deuda, y una delas formas mas claras > gue tenemos de inyportar sin uso de di. visas es mediante la integracion latino 4Se comprenders ahora por qué 45, ‘preveo retardos erjuicios inmensos, a tiempo gue ¢ - 16 ‘movimiento del taundo acclera todo, udiendo acelerarlo en nuestro da Calderon. BI Pénamericanizmo, Sogots, 1976 Ut possilts Juris 1810 pose se seguir poseyendo™. Formos Ede tas buenas relacimes de Tos Palses iberoamericanos at en 1810 hiclaron el proceso emancipadcr, 3, Satvader Pena Vinguee, Panama, an fongreso yun destino. Caracas 1573, Salvador Peta Vsaqver. Obra chad, Interameneano-Estudio Sobre su desazrlloy Toralecimiento (Siirma, Madea, 1960 Salvador Pena Vazquer. Obra citads, Pier Chauns. 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