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Laura Gotkowitz FLACSO - Biblioteca La revoluci6n antes de la Revoluci6n Luchas indfgenas por tierra y justicia en Bolivia 1880-1952 Traduccién Hernando Calla 303.48 EUV La publicaci6n de este libro fue posible gracias al apoyo de la Universidad de Iowa. Gotkowitz, Laura La revolucién antes de la revolucién, Latchas indigenas por tierra y justicia en Bolivia Laura Gotkowitz; trad. Hernando Calla. ~ La Paz; Plural editores; Fundacion PIEB, 2011 404 ps fots.; maps.: 23 em D.L. : 4-1-1867-11 ISBN: 978-99954-1-392-7 MOVIMIENTOS CAMPESINOS / MOVIMIENTOS INDIGENAS / TIERRA / REFORMA AGRARIA/ PROPIEDAD DE LA ‘TIERRA / REFORMA DE LA’TENENCIA DE LA ‘TIERRA /TENENCIA DE LA TIERRA / PARCELACION DE LA TIERRA / RECUPERACION DE ‘TIERRAS / TIERRAS COMUNALES/ ACGESO A LA TIERRA /JUSTICIA/ LEGISLACION / DERECHOS PUEBLOS INDIGENAS / DERECHOS POLITICOS / LUCHAS INDIGE- NAS / INSURRECCIONES / REVOLUCION DF 1952 / CICLO REBELDE DE 1947 / CONGRESO INDIGENA DE 1945 / LIDERAZGO INDIGENA / ABOLICION — SERVI- DUMBRE/ TERRATENIENTES / GOBIERNO MILITAR ~ POPULISMO / IDENTIDAD CULTURAL / NACIONALIDAD / CIUDADANIA /- COCHABAMBA / LA PAZ 1.titulo 2. Trad Edici6n original en ingh ? Jor Land and Justice im Bolivia, 1880-1952. Duke University Press, 2007 — LACSO “EC ‘Traduccién: Hernando Calla Revision de estilo: Luis H. Antezana J. © Laura Gotkowitz, 2011 © Plural editores / PIEB, 2011 Primera edicién: diciembre de 2011 Produccién: ~ AASAOL 1 Plural editores Av. Ecuador 2337 esq. Calle Rosendo Gutiérrez ALS Ig BLICTEC: Teléfono 2411018 / Casilla $097 / La Paz, Bolivia Email: plural@plural.bo / www.plural.bo Impreso en Bolivia CAPITULO 4+ El problema de la unidad nacional: de la Guerra del Chaco a la Convencién Nacional de 1938 Después de la devastadora derrota en la Guerra del Chaco (1932-1935), una nue- va generacion de politicos reformistas intenté arrancar a la Nacién de la crisis ¢ impulsarla hacia un futuro de progreso y unidad. En mayo de 1936, al calor de una huelga general, un grupo de jovenes oficiales del Ejército asumié el control del gobierno, Estos autoproclamados “socialistas militares” enarbolaron nuevas visiones de ciudadania y la Nacién. Aunque sus bases de apoyo politico eran los obreros urbanos y los excombatientes que inundaron las ciudades después de la guerra, los militares reformistas no ignoraron a los habitantes rurales del pais. Al decir de un destacado socialista militar de la época, el problema mas apremiante de Bolivia era la pobreza y miseria de la “raza indfgena”. Durante y después dela guerra, hubo grupos de izquierda que hicieron circular acres criticas a los militares, a la oligarquia y a las marcadas divisiones sociales en el pais. Pero la manifestacién mas patente del surgimiento de un proyecto populista en Bolivia fue un foro legislativo: la Convencion Nacional de 1938 Durante los seis meses de esta convenci6n, que produjo el primer gran cambio constitucional desde 1880, 122 delegados, expresamente elegidos para ello, re- dactaron una Constitucién de orientacion corporativista.' La nueva Constitucién I La Convencidn de 1938 ha recibido poca atencién por parte de los investigadores, pero la Asamblea Constituyente de 2006-2007 renové el interés por aquella. El “Constitucionalis- ‘mo Social” de Klein, publicado en 1966, destacé la importancia de la Convencién de 1938 para la politica Boliviana y subrayé el papel de los obreros y la izquierda. El libro Asembleas Constituyentes, publicado recientemente por Barragén, la ubica en una historia mis larga de constituciones bolivianas y enfatiza los temas recurrentes de la desigualdad y la representacién. territorial. Sobre la Convencidn de 1938, ver también Ferran Gallego, Hicrcito, nacionalismno y refarmisina en América Latina, 31-100. Agradezco a Hernén Pruden por la informacién acerca del mimero de delegados. 150 LA REVOLUGION ANTES DE LA REVOLUCIOD represent6 un neto punto de inflexién hacia formas de proteccién social, basadas en nuevas formas de intervencién estatal; a partir de su ratificacion, ingresaron al ambito constitucional areas de vida que, hasta entonces, se habian considerado asuntos de la legislaci6n civil. Sin embargo, las disposiciones corporativistas no representaban una ruptura total con el liberalismo. La nueva Carta Magna de Bolivia encarnaba una mezela de derechos individuales y colectivos, de orden civil, politico y social Los delegados a la Convencién, provenientes de corrientes politicas tanto de derecha como de izquierda, no identificaban de la misma manera las posibles causas ni los sfntomas de la crisis nacional. Pero, sobre una cosa si estaban de acuerdo: la pérdida en el Chaco simbolizaba los defectos de la sociedad bolivia- na, y planteaba la necesidad urgente de construir un pais mas cohesionado. Sus polémicas se centraban sobre dos sintomas, claves de la debilidad existente: la guerra no sélo habia revelado los peligros de la diversidad étnica y lingiifstica sino que puso en peligro la estabilidad de la vida familiar y un orden social basado en jerarquias de género. En parte, como respuesta a la presién de las organizaciones de mujeres y el movimiento obrero, los delegados hicieron del bienestar de los nifios y la familia asuntos prioritarios de la preocupacién estatal. Sin embargo, tal como sus antecesores oligrquicos, los diputados de la post-guerra del Chaco consideraban la “cuestién indigena” como la principal preocupaci6n nacional. A Ja larga, la Convenci6n no logré repensar significativamente el lugar de los indi- genas en la Nacién. Pese a todo, al proporcionar valiosos instrumentos legales, la Convencién abrié el espacio politico a los indigenas y campesinos. La inflexién hacia el corporativismo en Bolivia refleja patrones de reforma social y construccién estatal que fueron comunes por toda América Latina en las décadas de 1930 y 1940. Estos proyectos populistas, que abarcaban ideologias diversas, se destacaban por sus coaliciones poli-clasistas, sus lideres carismaticos, sus politicas de bienestar social y sus campafias nacionalistas en contra de las varias formas del imperialismo. En general, los populistas latinoamericanos —entre los que se destacaban Getulio Vargas del Brasil y Juan Domingo Perén de la Argen- tina pactaron politicamente, sobre todo, con los obreros urbanos. En efecto, el populismo latinoamericano ha sido considerado generalmente como sin6nimo de urbanizaci6n e industrializacion.’ Pero, el socialismo militar de Bolivia demuestra que el populismo no era simplemente un fenémeno urbano sino que también podia ser una poderosa tendencia en el area rural+ Klein, Bolivia, 205-6. Sobre la tendencia mis amplia en América Latina, ver Hale, “Political and Social Ideas”, 280-299. 3 Para un panorama general, ver Michael Conniff, “Introduction”; Paul Drake, “Conclusion”; Knight, *Populism and Neo-populism in Latin America, especially Mexico”. 4 Varios trabajos recientes iluminan las rafces rurales del populismo. Ver, especialmente, Gould, Te Lead as Equals; Tarits, Foundations of Despotism. EL PROBLEMA DE LA UNIDAD NACIONAL 151 Ciertamente, los regimenes populistas en otros paises de América Latina convocaron sus respectivas asambleas constitucionales y aprobaron cartas mag- nas con orientacién social. Pero los antecedentes y el espiritu de la Constitucién boliviana de 1938 diferian considerablemente de los de las otras constituciones En México (1917), Cuba (1940) y Guatemala (1945), el conflicto revolucionario dejé su sello en el proceso de reforma constitucional; en Bolivia, en cambio, fue més bien la catastrofe de la guerra la que impuls6 la reforma. Y, si bien la Convencién de Bolivia aprobé cambios similares, su filosofia global diferia bas- tante del discurso democratico de las otras asambleas. Fn Cuba y Guatemala, la convergencia especitica de factores globales y locales condujo a los delegados a aprobar enunciados de amplio alcance en contra de la discriminacién.’ En cambio, Ja nueva Carta Magna de Bolivia no abordé abiertamente los prejuicios raciales, de clase, 0 de género. Los delegados a la Conyencién constitucional de 1938 debatieron sobre quiénes pertenecian a la Nacién, quiénes merecfan derechos politicos y sociales, a de Cuba fue la de mayor aleance, en parte debido a que la proximidad con Estados Unidos en plena Segunda Guerra Mundial condicioné un vigoroso espiritu “democratico”, La fuerza del Partido Comunista en Cuba -una organizacién més bien débil en Bolivia facilité, en su momento, la aprobacién de reformas radicales. Pero, el articulo que ilegalizaba la diserimina- cién surgié de una mas profunda razon: de las promesas incumplidas de la revolucion cubana de 1898. EI sufragio masculino universal, un influyente movimiento obrero que defendia ideales antiracistas y una fuerte representacién de los cubanos de color hizo de la discrimina: racial una preocupacisn fundamental de la convencién de 1939, También, los movimientos feministas influyeron en la Constitucién cubana, pues las mujeres que ya habian recibido el derecho a votar y ser elegids (en 1934) ayudaron a colocar en el centro de la convencidn los asuntos concernientes a las mujeres, los nitios y la familia, Pero fue el racismo, no la discri- minacién de género, el que impulsé el articulo por la igualdad (ver Robert Whitney, Stace and Revolution in Cuba, 173; Alejandro de la Fuente, A Nation for AU, 211, 220-222; Alejandra Bronfman, Measures of Equality, 159-81; Russell Fitzgibbon, The Constitutions of the Americas, 230; Lynn Stoner, From the House tw» the Streets, 162-164, 185). La Constitucién mexicana de 1917 no incluyd una declaraciGn amplia en contra de la discriminacién, ni tampoco dio a las mujeres el derecho a voto, pero el capitulo sobre Jas garantias personales hizo de la igualdad una meta de la educacién (Fitzgibbon, The Constitutions of the Americas, 498). 6 Esto no implica sobreestimar las disposiciones de las otras constituciones, Aunque la con cién de Guatemala en 1945 establecié la ilegalidad de “cualquier discriminacion por motivo de filiacién, sexo, raza, color, clase, creencias religiosas o ideas politicas”, y no obstante haber rechazado una propuesta de estatuto que creaba un estatus juridico separado para los indigenas (Estatuto Indigena), no logré extirpar la herencia segregacionista del pais, En lugar de las leyes de tutelaje propuestas, la Gonstitucidn otorgé al poder ejecntivo la responsabilidad de encarar los “problemas indigenas” (Arturo Taracena, Etnicidad, estado y nacion en Guatemala, \944~ 1985, 35-41). demas, aunque la nueva Constitucién otorgaba a los analfabetos varones mujeres alfabetizadas el derecho al sufragio, negaba el voto a las mujeres iletradas y, ademis, distinguia entre hombres letradas ¢ iletrados ~y, por tanto, basicamente entre indigenas y no indigenas~ mediante las practicas de votacién (optativa y pablica versus obligatoria y secreta). Al respecto, ver Deborah Yashar, Demanding Democracy, 121-122. yalas 152 LA REVOLUCION ANTES DE LA REVOLUC y sobre qué bases. Sus propuestas abordaron controvertidos asuntos que iban desde la reforma agraria hasta una ciudadanfa més inclusiva. Aunque respaldaban cierta ampliacién de los derechos, los delegados también insistian en los limites de la igualdad. Lidiaban, ademas, con cuestiones de representatividad: zeémo deberian definirse y diferenciarse los sectores del nuevo estado corporativist en tanto clases, “razas” o regiones etno-culturales? zDeberian tener representa- cién las mujeres, 0 sélo los hombres, y qué clase de mujeres u hombres? :Serfan ciudadanos los indigenas? Los delegados no llegaron a resolver plenamente lo que se plantearon, pero sus negociaciones sf ponen en evidencia los dilemas de la cindadania, la igualdad y la nacionalidad en la turbulenta época de la posguerra del Chaco. La convencién de 1938 encarnaba una tensién esencial del populismo holiviano: mientras se ampliaban los derechos sociales de los wabajadores, las madres y los nifios, a nueva Constitucién subrayaba los limites de la igualdad La Guerra del Chaco y la pacificaci6n del campo La Guerta del Chaco marea un gran giro en la historia boliviana. En su versi6n popular, el conflicto consistié en uma disputa por territorios ricos en yacimientos de petréleo que habfa sido instigado por empresas petroleras extranjeras: Ia Standard Oil de propiedad norteamericana y la Royal Dutch Shell de propiedad britinica, En realidad, la mayor parte de la contienda bélica sucedié lejos de los campos petroleros bolivianos; el petr6leo fue un problema séloal final de la guerra, cuando las tropas paraguayas Hegaron a las proximidades de los valles interandinos de Tarja, Chuquisaca y Santa Cruz, Esta explicacién de los aconteciientos por los intereses petroleros en juego circulé ampliamente durante la guerra y galvaniz6 las demandas nacionalistas de los movimientos reformistas y revolucionarios de la posguerra del Chaco. Enel fondo, la guerra fue impulsada por las agresivas politicas de exploracién y asentamiento militar del asediado gobierno de Salamanca (1931-1934), que ésperaba distract las tensiones sociales ocasionadas por la depresién de 1929.’ Bl principal objetivo del plan de exploracion fue ocupar y “pisar fuerte” en el vasto tertitorio deshabitado del Chaco, cerca de la frontera con Paraguay. Lo que ha- bia comenzado con la construccin de vias y edificacién de fortines se convirtié rapidamente en hostilidades militares. En junio de 1932, tropas bolivianas ocu- paron un fuerte abandonado en Paraguay. Después que contingentes paraguay’ retomaran el control de la guarnicién militar, y a despecho de la oposicién de sus propios consejeros militares, el presidente Salamanca ordené al ejército atacar otros dos fortines paraguayos. Asi se darfa comienzo a un contlicto de tres aftos de 7 Klein, Bolivia, 185; Klein, Parties and Political Change in Bolivia, 145-154, 182-183. FLACSG - Biblioteca EL PROBLEMA DE LA UNIDAD NACIONAL, 153 duracién, que terminaria en una devastadora pérdida de vidas humanas y territorio nacional. Nunca antes el ejército boliviano habia movilizado tanta tropa; més de 65 mil soldados bolivianos —25% de los efectivos del pafs—murieron en combate 0 fueron capturados; muchos otros volvieron a sus familias invalidos 0 seriamente heridos. Por su parte, cerca de 36 mil soldados paraguayos muricron durante los combates. No fue casualidad que el escenario de la guerra llegara a conocerse como un “infierno verde”, puesto que se combatié en un ambiente remoto, plagado de insectos, enfermedades y temperaturas extremas. Para empeorar las cosas, los soldados carecian, por lo general, de alimentos y provisiones suficientes. El ham- bre, las enfermedades y la deshidratacin mataron a mas bolivianos que el mismo conflicto armado, Esta fue la guerra internacional mas prolongada del siglo XX en América Latina y una de las mas sangrientas libradas en el continente.* Con una poblacién total de cerca a 2 millones de habitantes, las bajas bolivianas en términos per capita se equiparaban a las bajas de la Primera Guerra Mundial en Europa.’ Pero, habia una diferencia: fueron los indigenas y campesinos aymaras y quechuas los que engrosaron las filas del ejército boliviano, y predominaron en las largas listas de muertos y heridos. En general, los varones de clase media y alta facilmente lograban quedar exentos del servicio en la linea de fuego o inclusive del servicio militar; aquellos que, de todos modos, fueron reclutados, generalmente participaron como oficiales de retaguardia o personal de auxilio." En algiin caso, Jos indigenas llegaron a ser suboficiales de los contingentes de primera linea, pero fueron excluidos del cuerpo de oficiales del ejército.'! ‘Lodos los puestos de mando y de retaguardia estaban reservados para los no indigenas. A excepcidn de aquellos tachados de comunistas por el gobierno, los no indigenas no fueron destinados al frente, La ecuacién entre indigenas y vanguardia era practicamente absoluta. La permanente escasez de soldados también hizo que los indigenas fueran perpetuas victimas de violencia en sus propias comunidades. Cuando empezé la guerra, el gobierno busc6 denodadamente reclutas voluntarios. En vista de que los campesinos y los obreros ignoraban con frecuencia estos Ilamamientos, los militares organizaban patrullas para ir en su buisqueda." Y, en vez de perseguir 8 — Klein, Parties and Political Change in Bolivia, 134-135, 145-418, 151-154, 187; David Zook, The Conduct of the Chaco War, 240-241; Dunkerley, Origenes del poder militar en Bolivia, 169-170; Whitehead, “Bolivia since 1930”, $19; Arze, Guerra y conflicts sociales, 74-75; Miguel Angel Centeno, Bload and Debt, 58-59, 92, 228; Bruce Farcau, The Chaco War, 18-19. 9 Klein, Bolivia, 194. 10 Dunkerley, Origenes ded poder militar en Bolivia, 167, 174; Avre, Guerra y conflictos sociales, 76; Klein, Parties and Political Change in Bolivia, 197 .1; Mamani, Taragtt, 101; Farcau, The Chaco War, 19. 11 Para un ejemplo, ver Choque, “Las rebeliones indigenas de la post-guerra del Chaco”, 37. 12 Dunkerley, Origenes del poder militar en Bolivia, 167, 174; Klein, Parties and Political Change in Bolivia, 155, 187-188. 13 Klein, Parties and Political Change in Bolivia, 155. 154 LA REVOLUCION ANTES DE. LA REVOLUCION a los evasores del reclutamiento en las ciudades, las patrullas se inclinaban por realizar sus rondas en el rea rural. Muchos de los comunarios eran arrancados de sus casas, “arreado|s] {...} como llamas” y embarcados hacia los cuarteles militares."’ Los procedimientos violentos utilizados por los encargados del reclutamiento redujeron la poblacién de muchas comunidades indigenas casi exclusivamente a la conformada por mujeres, nifios y ancianos.'* Mas atin, las comisiones de reclutamiento exigian contribuciones en alimentos de los pro- ductores rurales, y, a veces, esperaban a la salida de los pueblos para apoderarse de los bienes que los comerciantes indigenas llevaban a vender en las ferias aledafias, después de recorrer, a menudo, enormes distancias. Los corregidores exigian donaciones obligatorias de productos agricolas a los indigenas, utilizan- do las necesidades de los soldados como un pretexto."° Por iltimo, el gobierno dio a los hacendados otra arma represiva al otorgarles en esencia el derecho a escoger qué colonos debfan engrosar Ia cuota oficial de conscriptos. Aunque con frecuencia los hacendados ocultaban del reclutamiento a los colonos para proteger sus necesidades de mano de obra, también utilizaban de modo selectivo esta cldusula para expulsar a aquellos que consideraban rebeldes o insolentes. Los colonos de hacienda y los obreros urbanos fueron componentes esenciales de las fuerzas en el frente, pero los miembros de las comunidades indigenas conformaron probablemente el contingente més grande del ejército durante la Guerra del Chaco.! Fue asf que se desat6 una guerra interna a la sombra del conflicto internacional, yla brutalidad de ambas se centré en las comunidades indigenas."* Los familiares ocultaban a sus hombres y a veces se enfrentaban a los encargados del recluta- miento militar.”” A los intentos por bloquear la conscripcidn, les seguian actos brutales de represion..” Y, no era solamente la conscripeiGn; ka guerra intensifies también las cargas impositivas y las faenas de trabajo, en la medida que las auto- ridades estatales afadian sobrecargas a la contribuci6n territorial acostumbrada ¢ imponian turnos de trabajo para proyectos viales.*! Las necesidades de la guerra hicieron de ese trabajo piiblico algo mucho mas exigente. En las zonas de guerra 14 THOA, La mujer andina en ta historia, 40 15. Tid. Arze, Guerra y conflicas sociales, 47-50. 16 Aree, Guerra y conflictos sociales, 39-40, 64-65. 17 Thid., 48; THOA, “Indigenous Women and Community Resistance”, 157. Desafortunadamente, no cxisten estudios detallados sobre la composici6n del ejército de la Guerra del Chaco, pero la documentacién disponible apoya esta conclusién, Debido a la importancia econémica de la mineria, los propictarios de minas obtuvieron una exencién que les permitié mantener a kk mayor parte de sus obreros fuera del ejército. 18 Arze, Guerra y conflicts sociales, 48. 19 "THOA, La mujer andina en la bistoria, 41. 20 Dunkerley, Origenes del poder militar en Bolivia, 168. 21 Atze, Guerra y conflictas sociales, 2,71. FL PROBLEMA DE LA UNIDAD NACIONAL 1 de tiempo de guerra debian abrir nuevos caminos v y la retaguardia, los obrer mantener expeditos los existentes, La guerra dio lugar también a nuevas olas de expropiaci6n de tierras comu- nales. Antes de iniciarse las acciones bélicas, la expansién de las haciendas habia legado a detenerse en el Altiplano como consecuencia de la crisis econémica y politica provocada por la Gran Depresion.® Pero el conflicto con el Paraguay revivio los conflictos entre comunidades y haciendas. Los hacendados intentaron compensar la escasez de mano de obra provocada por la conscripcién mediante la incorporacién de comunarios en la fuerza laboral de las haciendas. Se apro- vecharon también de la ausencia de los colonos para despojar a sus familias de las parcelas que usufructuaban. Por lo general, los hacendados intensificaron la demanda de mano de obra y de servicios obligatorios para enfrentar la crisis.”4 Para los comunarios de Jestis de Machaca, estos terratenientes inescrupulosos eran “dignos imitadores de los paraguayos, que quieren aprovecharse de lo que no les pertenece, {...} sin que les asista derecho ni raz6n alguna”. Por iiltimo, la guerra dio lugar a la represidn politica interna. Durante los anos de combate, el gobierno de Salamanca intenté suprimir a los sindicatos obreros, a la izquierda y a los movimientos indigenas. En 1933, el presidente decreté una prohibicién de los sindicatos; s6lo se permitirian mutuales y socie- dades de socorro con fines benéficos. En base a esta ley, el gobierno desmanteld gradualmente a las organizaciones obreras en las principales ciudades del pais. Algunos destacados intelectuales, dirigentes laborales y politicos radicales tuvie- ron que soportar el exilio y confinamiento en lugares inhospitos; muchos otros fueron reclutados y despachados al frente de combate." Asi como se persiguid a los lideres sindicales, también se acos6 a los lideres indigenas del drea rural. La policfa detuvo al influyente apoderado Eduardo Leandro Nina Quispe con rgos de subversién ~como se vio en el Capitulo 3. Decenas de otros apoderados fueron encarcelados u obligados a la clandestinidad en visper en 1933, Santos Marka Tula fue acusado por un tribunal militar de incitacién a los disturbios entre los colonos de hacienda.”” A los caciques apoderados se los puso en la mira no sdlo porque exigfan la devolucién de sus tierras, sino también porque se oponian abiertamente a la guerra. Salamanca calificé a sus d., 2, 45-46, Ver también Repibliea de Bolivia, Proyectos ¢ Informes del H. Senado Nacional, Legistarura Ordinaria de 1934, 188-193, 23 Klein, Bolivia, 186. Sobre el fin de la venta de tierras por parte del Estado 1920, ver Langer, Economic Change and Rural Resistance in Southern Bolivia, 66. 24° Arze, Guerra y conflictas sociales, 29-36; Langer, Economic Change and Rural Resistance in Southern Bolivia, 87; Lagos, Autonomy and Power, 43-44. 25 Citado en Arze, Guerra y conflictos saciales, 35-36. 26 Klein, Parties and Political Change im Bolivia, 132-142 27 Arze, Guerra y conffictos sociales, 95. n Ia década de 156 LA REVOLUCION ANTES DE LA REVOLUCION demandas de autonomia, tierras y proteccién legal como una conjura comunista antinacional. Durante los dos primeros aiios del conflicto, el presidente consiguié a duras penas controlar la agitacin en el campo, pero, poco a poco, la rebelién cedié ante la represién.* En Pucarani (La Paz), las fuerzas del gobierno masacraron a los rebeldes que intentaron recuperar la tierra, al tiempo que decenas de otros dirigentes comunales fueron encarcelados.” Debido a que los militares se en- contraban destacados en la zona de combates, el gobierno intent6 sofocar las controntaciones mediante guardias particulares como la Legion Civica, una ins- titucién paramilitar con reclutas en ciudades y pucblos principales.” A la larga, los hacendados y vecinos de pueblos conformaron sus propias patrullas, a veces con la ayuda de colonos y comunarios que no se identificaban con las rebeliones. Hacia mediados de 1934, la fuerza combinada de grupos estatales y guardias particulares puso temporalmente fin a los levantamientos.*! Aunque los caciques apoderados continuaron presentando demandas, la agresién interna durante la guerra fragmento sus redes, Y, en general, la movilizaci6n politica en el campo fue suprimida. La Guerra del Chaco termino con un tratado de paz que se firmé el 14 de junio de 1935 en Buenos Aires, Para ese momento, los militares ya habjan obligado a renunciar al presidente Salamanca.” Junto a las pérdidas incurridas en guerras anteriores, la derrota de Bolivia en 1935 dejé al pais con menos de la mitad del territorio con el que habfa nacido a la Independencia (ver Mapa 1)." Las conse- cuencias de la guerra excedian con mucho esta pérdida territorial. Ningiin sector de la sociedad boliviana escapé del conflicto sin verse, de una u otra manera, afectado por el mismo. Sin embargo, como se suele creer, la guerra no represent6 un vacio absoluto en términos politicos. Si bien la Guerra del Chaco provocé la represin de Jos activistas en las ciudades y el érea rural, las postrimerias de la guerra vieron el resurgimiento de los movimientos sociales y de las organizaciones laborales que habjan surgido en las décadas previas a la guerra con Paraguay. Sin duda, la guerra misma alent6 nuevas asociaciones y proyectos politicos, pero ambos tenfan raices en los movimientos de la preguerra. Las redes indigenas rurales de 28 Para un panorama de las rebeliones durante la guerra, ver Arze, Guerra y conflictos sociales, 60, 85-115. Aunque la agitacion se centré en el Departamento de La Paz, también Potosi y Sucre se vieron afectados. 29 Ver THOA, “Indigenous Women and Community Resistance”, 158. 124. 30 Mamani, Taragu, 113-16; Ticona y Alb6, La lucha por el poder comunal, 148 n, 13; Aree, Guerra conflicts sociales, 109-110, 112. 31 “Arze, Guerra y conflicies sociales, L12-114. 32. Klein, Bolivia, 192-193. 33. Dunkerley, Rebellion in the Veins, 27. 59; Mamani, Taragu, 120- EL PROBLEMA DE LA UNIDAD NACIONAL 157 las décadas de 1910 y 1920 ~debilitadas por la represi6n y la guerra— no podian haber influido directamente en los resultados de la Convencidn de 1938, pero, de todos modos, el fantasma de la agitaci6n en el érea rural dejo su marca en los debates legislativos y el giro populista de la posguerra en Bolivia. La movilizacién social después de la guerra Mucho antes que comenzara la guerra, el sistema politico oligarquico en Bolivia enfrentaba una considerable oposicién y cuestionamiento. Ademas de las redes indigenas en el campo, hubo organizaciones laborales y agrupaciones politicas radicales que habian surgido en la década previa al conflicto internacional. Aun- qne esta izquierda de la preguerra sufrié persecucién y expulsibn, resurgio aun antes de que efectivamente terminara la guerra. A través de una serie de novelas de realismo social, y otras formas de critica social, los intelectuales de izquierda condenaron al ejército y la oligarquia.** Pero, los portavoces de las criticas mas influyentes fueron los obreros y las mujeres trabajadoras, y, luego, un sinnimero de excombatientes que inundaron las principales ciudades de Bolivia exigiendo empleo, vivienda y la asuncién publica de responsabilidades por el desastroso desemperio de los conductores militares en el conflicto armado. Los tres afios de conflicto habian ocasionado una enorme dislocacién social. Cuando la guerra se aproximaba a su fin, multitudes de excombatientes abando- naban sus raices rurales para asentarse precariamente en las ciudades. Después de la guerra, Ia poblacién de las ciudades de Bolivia, particularmente La Paz y Cochabamba, crecié al menos en 30%, y los nuevos inmigrantes eran, en su mayoria, excombatientes. Los flujos sin precedentes de inmigracién urbana agravaron las tensiones en la economia desarticulada por la guetra, presionando sobre los restringidos mercados de vivienda y de mano de obra. Los sindicatos obreros reaccionaron con hostilidad a los cuantiosos contingentes de inmigrantes de mano de obra no calificada y, en 1936, el gobierno aprobé un decreto de trabajo obligatorio destinado a retornar al campo los vagabundos que no ingresaran a a industria. Los gobiernos de posguerra también tuvieron que habérselas con un creciente clamor popular por las condiciones de salud existentes en las ciudades, que se en contraban ahora en un proceso de rapida expansién. En La Paz, las familias de la elite culpaban a las empleadas domésticas -muchas de ellas inmigrantes recientes por la difusién de enfermedades; insistian (sin éxito) que las sirvientas estuvieran 34 Klein, Parties and Political Change in Bolivia, 189-190. 35 Ibid. 243 n. 1 36 Ibid., 241-243

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