Está en la página 1de 5

“LOS CRIADOS”

sketch tradicional de la Commedia dell’arte. Adaptación Martín Layune

PANTALEÓN (entrando): ¡Vaya, vaya! Estos criados todavía no arreglan este desorden. ¡Colombina!
¡Colombina!... ¡Arlequín! ¡Arlequín! ¡Ah, par de sinvergüenzas! (Toca una campana) ¡Colombina!
¡Arlequín! (cada vez con más fuerza, para un lado y otro. Entra Colombina por el lado opuesto al que él
busca, sacudiendo con un plumero) ¡Colomb… (Colombina le sacude la nariz) ¡A-a-a-chú! ¡Fíjate,
mujer.... ¡A-a-a-chú!

COLOMBINA: ¡Caray, el patrón siempre con sus aspavientos!

PANTALEÓN: ¡Silencio! Tienes mucho trabajo por hacer. Anda, no te quedes ahí. (La va empujando
mientras le indica) Tienes que barrer y trapear, preparar mi cena, remendar mi ropa, sacudir.
¡Sacudir, caramba!

COLOMBINA (como autómata): ¡Sí, sí! sacudir (sigue desempolvando, le pasa el plumero por pies, por
la panza, por las axilas) ¡Fuchi! (por el trasero) ¡cuánto polvo! (por la cara).

PANTALEÓN: ¿Qué haces? ¡Con un... a-a-a-chú!

COLOMBINA (acelera cada vez más sus acciones hasta que se sienta) ¡Uf, no puedo más!

PANTALEÓN: ¿Qué te pasa? ¿Es así como trabajas?

COLOMBINA (lloriquea): ¡Ay, qué pesado es trabajar para este viejo! (se levanta y trata de irse).

PANTALEÓN ¡Alto! ¿A dónde vas?

COLOMBINA: Voy a decirle a Arlequín que trabaje en mi lugar, porque tengo una cita muy importante
y no puedo faltar. (Le da el plumero) Señor Pantaleón, mientras lo espera puede ir arreglando la casa.
(Sale)

PANTALEÓN: ¡Ah, es el colmo! Esta Colombina se va y me deja aquí como un tonto! (va al sillón, se
sienta de golpe, se levanta una nube de polvo) ¡Cof, cof! ¡No se puede vivir así! (sacude el polvo, levanta
el sillón y lo acuesta sobre su respaldo. Grita) ¡Arlequín! ¡Ven aquí, que tengo que salir y todavía no he
almorzado!

Entra Arlequín.
PANTALEÓN: ¡Vaya, por fin te apareces! Me he quedado ronco de tanto llamarte. Me estás colmando
la paciencia, ¿eh? A ver si te compones.

Arlequín le lanza una mirada de reproche. Va al sillón y lo acomoda.


PANTALEÓN: ¡Muy bien! (Arlequín se sienta) ¡Bribón, eres un perezoso! (Pantaleón se acerca
amenazante).

ARLEQUÍN (lo detiene): ¡Oiga: estoy agotado! ¡Me muero de hambre! ¡No aguanto más!

PANTALEÓN: ¿Qué cosa estás diciendo?

ARLEQUÍN: Que usted no me ha dado bien de comer, por eso me canso. Yo necesito comer pollito y
carne todos los días.

PANTALEÓN: Eres un descarado (toma una escoba y le lanza un golpe, Arlequín lo esquiva y el golpe
da en el sillón, levantando más polvo. Otro golpe, más polvo, mas golpes al sillón.)

1
ARLEQUÍN: El sillón ya está limpio, sígale con mi habitación.

PANTALEÓN (furioso): ¡Basta! Escúchame bien, Arlequín: tú y Colombina van a hacer mi desayuno,
cepillar mi traje y arreglar la casa; si no tienen todo listo en cinco minutos, les voy a dar una
soberana paliza y luego los pondré de patitas en la calle.

ARLEQUÍN: Así por las buenas... ¡Voy a cepillar su traje ahora mismo! (toma el saco y lo da a
Pantaleón) Sostenga usted, por favor.

PANTALEÓN: Pero... (Arlequín le cepilla el traje y de paso la cara) ¡Fíjate en lo que haces!

ARLEQUÍN: Es que usted no aguanta nada, mejor póngaselo.

Pantaleón se pone el traje y Arlequín lo cepilla por todos lados causándole cosquillas y gestos de pena
luego con fuerza le cepilla la espalda hasta enderezarlo.

PANTALEÓN: ¡Oye, detente, atolondrado!

ARLEQUÍN: Pues el traje ya quedó bien limpio.

PANTALEÓN: ¡Eres un zoquete, un bobo!

ARLEQUÍN (al público): ¡Ay! Cómo me quiere don Pantaleón.

COLOMBINA (entrando): ¿Me llamó el patrón?

PANTALEÓN: ¡Oye a la otra!... Entiéndanme bien: ustedes dos harán lo que les dije o así les va.
Regreso en cinco minutos (sale).

ARLEQUÍN: ¡Uf, pensé que nunca se iba a largar! A este viejo no se le da gusto.

COLOMBINA: Hasta quiere que limpiemos la casa.

ARLEQUÍN: A este paso al rato va a querer que le demos de comer en la boca. (se levanta de un salto)
¡Tengo una idea!

COLOMBINA: ¿Qué te pasa?

ARLEQUÍN: Tengo una idea para que ya no hagamos los quehaceres de esta casa. Nos desharemos de
todo lo que haya que limpiar y represente trabajo.

COLOMBINA: ¡Caramba! ¡Esa es una ideota!

ARLEQUÍN: Andando... Las botas hay que tirarlas (Colombina mete las botas en la olla del cocido). La
mesa, el traje, hay que tirarlo todo.

COLOMBINA: No, mejor dame el traje y se lo vendo al boticario. (toma el saco de un extremo)

ARLEQUÍN: Dámelo, hay que tirarlo (jala).

COLOMBINA: Que lo vendo (jala).

ARLEQUÍN: Que lo tiro. (Jala. Colombina suelta y Arlequín tira el traje que se maltrata). ¡Mira lo que
hiciste! Ahora habrá que plancharlo y cepillarlo.
2
COLOMBINA: Dame acá. (Mete el traje también a la olla).

Ambas siguen tirando cosas. Toman el sillón para lanzarlo cuando escuchan la voz de Pantaleón.

PANTALEÓN: ¡Colombina! ¡Arlequín! Ya regresé, espero que todo esté limpio.

COLOMBINA:¡Escondámonos! (se oculta tras el sillón. Arlequín trata de hacer lo mismo y ella la echa.
Arlequín al no saber dónde esconderse, se sienta en el sillón).

ARLEQUÍN: ¡Ay, me muero! ¡Ay, estos dolores que no me dejan! ¡Ay tengo cólicos! (se retuerce y rueda
por el suelo, lejos del sillón).

PANTALEÓN: ¿Estás enfermo?

ARLEQUÍN: ¡Ay, los retortijones! ¡Ayúdeme, patrón!

PANTALEÓN: Eso te mereces por flojo.

ARLEQUÍN: ¡Tenga compasión! Ayúdeme a sentarme.

PANTALEÓN: ¡Mal rayo me parta! Tengo corazón de pollo. A ver, te acomodo el sillón. (Arlequín deja
de fingir cuando no lo ve. A veces Pantaleón duda) Ven acá, siéntate.

ARLEQUÍN (se sienta): Ahora hágame piojito.

PANTALEÓN: ¡Basta! Eso es demasiado. (Sale).

ARLEQUÍN: ¡Colombina, puedes salir! Don Pantaleón ya se fue.

COLOMBINA: ¡Qué bueno! Si ve lo que hicimos a sus cosas, nos mata.

ARLEQUÍN: No te preocupes, el patrón es un chorlito, se creyó que me dolía la panza.

COLOMBINA: Tienes razón, el patrón es tan tonto que no se da cuenta de que... (voltea y ve a
Pantaleón que ha entrado sin que ella lo note)

PANTALEÓN: Eso lo arreglo después contigo. (A Arlequín) Con esto te vas a aliviar (trae una jeringa
grande) Aquí tienes tu comida.

ARLEQUÍN: Ya me siento mejor (sale huyendo).

PANTALEÓN: ¡Cobarde! (A Colombina) Ah, qué bueno que no te fuiste. (se sienta) ¿Está lista la sopa?

COLOMBINA: Voy a ver. (Trata de salir por el lado opuesto al que está la olla).

PANTALEÓN (deteniéndola): ¡Ey! ¿a dónde vas? Acá está la estufa. (La lleva). Mmmmmh... esto
huele.... (saca unas botas pequeñas) ¿Qué es esto? ¡Mis botas! ¡Se encogieron! (a Colombina) ¿Qué
significa esto?

COLOMBINA (fingida): ¡Oh, debe ser un hechizo!... ¡Sí, debe ser una brujería!

PANTALEÓN: ¿Qué hacían mis botas ahí?

3
COLOMBINA: ¿Verdad que es increíble? Esas botas se metieron solas a la olla. Yo no las dejaba, pero
me dieron una patada y saltaron dentro.

PANTALEÓN: Es una patraña. Tú y Arlequín echaron a perder todo lo que había en la casa.

COLOMBINA: Si el patrón no está contento conmigo, págueme y me voy.

PANTALEÓN: ¡Ja! De eso sí estás bien enterada ¿verdad? Está bien, te pagaré... (se busca) ¿Dónde
está mi dinero?... Ah, sí. Está en mi saco. ¿Dónde está mi saco, mujer?

COLOMBINA: ¿Su saco?

PANTALEÓN: ¿Estás sorda?

COLOMBINA: ¡Ahora hasta me dice gorda!

PANTALEÓN: ¡Es por demás! (él mismo busca por la habitación, destapa la olla y encuentra un pedazo
de tela en la sopa). ¡El traje se volvió sopa, y con él, todo mi dinero! ¡Buaaaaa!

COLOMBINA: ¡A mí no me va a engañar con el cuento que perdió su dinero! ¡O me paga mi


liquidación o me quejaré ante las autoridades!

PANTALEÓN: ¡Lo perdí todo, en ese saco tenía todo mi dinero!

COLOMBINA: ¡Ya me sé esos pretextos! Ustedes los patrones siempre quieren abusar de los
empleados. Pero me quejaré ante la comisión de los derechos de la mujer, y le va a ir muy mal.

PANTALEÓN: ¡Espera! Ya conozco esos procesos y siempre me han fastidiado. Mejor tratemos de
llegar a un arreglo. Quédate, por favor.

COLOMBINA: No lo sé, usted me ha ofendido.

PANTALEÓN: Si te quedas, tú serás la patrona por una semana y yo el sirviente. ¿Qué te parece?

COLOMBINA: Bueno, deje le aviso a Arlequín.

PANTALEÓN: ¿También serviré a Arlequín?

COLOMBINA: Sí; o nos veremos en el tribunal.

PANTALEÓN: Está bien. ¡Malaya mi suerte!

COLOMBINA: ¡Arlequín! ¡Ven aquí que ahora don Pantaleón hará los deberes de la casa y nosotras
seremos las patronas. (Entra Arlequín temerosa).

ARLEQUÍN: ¿Él hará lo que digamos?

COLOMBINA: Así es. Mira: (A Pantaleón) tome esta cofia y este trapo (se los pone).

PANTALEÓN: Esto es ridículo.

COLOMBINA: Obedezca (le pega).

PANTALEÓN: ¡Auch! Está bien. (Aparte) tal vez eso de ser criado sea mejor, ellas siempre hacen lo que
les viene en gana.
4
ARLEQUÍN: ¿Qué cosa está cuchicheando? Es de mala educación (le pega). Voy a tener que educarlo.
(Golpe. Pantaleón refunfuña) ¿Quién es aquí el amo ahora?

PANTALEÓN: ¡Me lleva! (Aparte) Voy a hacer lo mismo que él para no trabajar. (en voz alta) ¡Ay, qué
cansado estoy! ¡tengo mucha hambre! (se sienta).

ARLEQUÍN: No nos venga con cuentos, holgazán (le da con una tabla. Pantaleón salta de dolor).

PANTALEÓN: ¡Oye, yo no te hacía eso, Arlequín!

ARLEQUÍN: No me tuteé, dígame señor patron (le pega).

PANTALEÓN: ¡Ay, está bien! Como usted diga, gentin amo. (Aparte) ¿Cómo le hacía ella? ¡Ah, sí! (En
voz alta) ¡Ay, me duele la panza! ¡Ay, los cólicos! ¡Ayuda!

COLOMBINA: Yo lo curaré con esto (enseña la jeringa) y con una lavativa.

ARLEQUÍN: Y yo le enseñaré a no mentir (le pega). ¿Verdad que ya no está enfermo?

ARLEQUÍN: Tenemos hambre. Apúrese a darnos de comer.

COLOMBINA: Y póngase a remendar mi ropa.

ARLEQUÍN: Yo quiero mi comida.

PANTALEÓN: ¿Comida? Yo tenía aquí un panecito. (Saca dos panes, los mira con antojo y cuando se
los va a comer, Arlequín se los quita y le da uno a Colombina).

ARLEQUÍN: Deme acá. Los criados no deben comer en horas de trabajo, porque luego andan pesados
y no trabajan, es mejor andar ligeros.

COLOMBINA (del otro lado): Mi ropa.

ARLEQUÍN: Mi cena.

COLOMBINA: Primero mi ropa.

Ambas atosigan a Pantaleón con las órdenes: “mi ropa”, “mi cena”, hasta que Pantaleón estalla.
PANTALEÓN: ¡Basta! ¡Es insoportable! Esto de ser criado no era fácil, como pensaba. ¡Renuncio!

ARLEQUÍN (intercambia con Colombina una mirada de complicidad): Está bien. Le concedemos su
deseo (lo toman y lo sacan).

COLOMBINA: ¡Al fin nos deshicimos del patrón!

ARLEQUÍN: Esto hay que celebrarlo

COLOMBINA: Sí, con el dinero que había en el saco (muestra un costalito con las monedas).

ARLEQUÍN: Eres una joyita, Colombina.

COLOMBINA (adulada): ¡Ajá! (salen).

TELÓN
5

También podría gustarte