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I.- Intereses.
El uso y goce de un capital, respecto del cual existe la obligación de restituir,
genera un costo que se calcula en forma proporcional sobre dicho capital, estos frutos
son los intereses compensatorios.
Se llama interés por tanto a la suma de dinero que se pacta y calcula en
proporción al capital usado y al tiempo que dura dicha disponibilidad. Los intereses
constituyen un accesorio de la obligación principal de pagar una suma determinada de
dinero.
Quien se priva de un capital para entregarlo a otro, normalmente lo hace con el
ánimo de lucrar y el lucro esperado son los intereses que se cobran por permitir, al ahora
deudor, usar del dinero como propio, durante un lapso determinado de tiempo.
III.- La usura.
La usura es concebida como un delito dentro del ordenamiento legal. Tal como
lo expresa el artículo 175 bis del Código Penal, conforma el delito de usura, entre otros
recaudos, el hacer, dar o prometer, en cualquier forma, para sí o para otro, intereses y
otras ventajas pecuniarias evidentemente desproporcionadas con la prestación.
Cabe tener presente en el análisis, que las tasas de interés se fijan computando,
no solo la ganancia que espera percibir el acreedor por haberse privado del uso del
dinero, sino que también se contempla la existencia de procesos inflacionarios que
restan poder adquisitivo al signo monetario, los gastos que para el acreedor irroga la
operatoria, y el riesgo crediticio que estaría dado por la mayor o menor seguridad de
cobro que tenga aquél.
La mayoría, para dar una respuesta afirmativa a este interrogante, interpretó que
las normas legales que regulan la cuestión no agotan el catálogo de supuestos de
capitalización, sino que enuncian el “modo negocial en que los sujetos pueden
concertarla”.
Entendieron estos magistrados que el artículo 565 del Código de Comercio, al
remitir al “interés que cobren los bonos públicos” para la fijación judicial de los
intereses en caso de existir obligaciones en mora, autoriza a liquidar los accesorios, del
mismo modo que lo hacen las entidades financieras.
Concluyeron por tanto que la remisión legal lo es, no sólo con relación a la
magnitud de la tasa de interés, sino también al modo en que dicha tasa se aplica.
Como resultado se dispuso que, por la remisión legal al “interés cobrado por los
bancos públicos” y que se refiere a una tasa de corto plazo, el acreedor está habilitado
para liquidar intereses del mismo modo en que lo hacía la banca.
La minoría en dicho plenario sostuvo que no corresponde apartarse de la
normativa legal, sino que es imperativo a los jueces el aplicar las normas, no juzgar su
equidad u oportunidad.
Agregan los jueces disidentes que la operatoria bancaria para actuar la
capitalización de intereses, requiere del acuerdo de ambas partes.
Afirman por último que la razón fundamental del rechazo de esta solución radica
en que, la pretendida reparación integral del daño que se postula de este modo, requiere
de la invocación y prueba de tal mayor daño. Es menester que el acreedor pruebe el
daño cierto y actual que le provocó el obtener en plaza el capital adeudado.
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Fallos 315-2981: J.A. 1999-IV-602.
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con fecha 24 de noviembre de 1980, en los autos “ledesma S.A. s/recurso de apelación” la corte sostuvo
queen razón de la ausencia de una norma específica sobre el particular y en tanto no resulta incompatible
con los principios rectores en la materia fiscal, se impone el rechazo del reclamo de capitalizar los
intereses que se devengan sobre el capital no pagado, habida cuenta que el caso no encuadra en las
excepciones previstas en el artículo 623 del Código Civil. Fallos 302-1363; 316-3132; J.A. 1997-I-370;
J.A. 1999-IV-602
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Fallos 315-2982; 316-3132
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Fallos 308-815; 315-2982
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Fallos 315-2983; J.A. 1997-I-370
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Fallos 316-3131; Okretich, Raúl A. v. Editorial Atlántida S.A.” , pub. en
JA,1999-IV, p. 602
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Patricia Ferrer.-