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Caupolicán

Caupolicán (? - 1558) 1 ​ (en mapudungun:


Kallfülikan o tal vez Kewpulikan) fue un toqui Caupolicán
mapuche (y un posible sobrino de Colo Colo) que
lideró la resistencia de su pueblo contra los
conquistadores españoles que llegaron al actual
Chile durante el siglo xvi.

Índice
Biografía
Primeros años
Combate de Lagunillas
Elección de Caupolicán como toqui
Batalla de Millarapue
La batalla del fuerte de Cañete
Muerte de Caupolicán «Yo soy Caupolicán, que el hado mío
por tierra derrocó mi fundamento,
Véase también y quien del araucano señorío
Notas tiene el mando absoluto y regimiento»
Referencias Canto XXXIV, La Araucana.
Enlaces externos
Toqui
Sucesor Caupolicán el joven
Biografía
Su principal esposa conocida fue Fresia, también Información personal
denominada Güeden o Paca por otros autores.2 ​ Su Nacimiento siglo xvi
principal hijo conocido fue Lemucaguin, también Fallecimiento Febrero de 1558
llamado como Caupolicán el Joven. Cañete (Chile)
Causa de
Empalamiento
Primeros años muerte
Familia
Luchó desde su juventud contra los conquistadores Cónyuge Fresia
españoles para mantener la región en la que estaba Hijos Caupolicán el joven y un hijo
bajo su control. Fue elegido toqui (jefe militar) de con Fresia de nombre
los mapuches, siendo sucesor de Lautaro, aunque desconocido (aparece con 1
Alonso de Ercilla destaca su elección antes, siendo año en La araucana siendo
el candidato secreto de Colo Colo para la abandonado por su madre a los
conducción de la guerra. Al parecer era miembro de pies de Caupolicán).
una familia muy respetada en la sociedad mapuche,
Información profesional
pues él y sus hermanos estaban siempre en el núcleo Ocupación Militar
de jefes que planificaba los movimientos de guerra. Años activo Alrededor de 20 años
De hecho, Gerónimo de Vivar lo señala en la Batalla
Rango militar Toqui
de Millarapue:
Conflictos Guerra de Arauco
«Al fin fue desbaratada aquel haz donde dio Batalla de Lagunillas
el capitán Rodrigo de Quiroga. Murieron Batalla de Millarapue
ciento veinte indios, entre los cuales Batalla del fuerte de Cañete
mataron siete principales y un hermano de Batalla de Antihuala
Oteopolicán (caupolicán), que no era menos Título Toqui
velicoso».
Gerónimo de Vivar

Además, sabemos de su hijo Lemucaguin.3 ​ El historiador Juan Ignacio Molina escribió que el toqui en
Quiapo era Caupolicán el joven, hijo del toqui Caupolicán.4 5​ ​

«Caupolicán era un varón de autoridad, grave y severo, duro y decidido, firme para mantener
sus opiniones y llevar a cabo sus empresas. Había nacido tuerto, y ese defecto, que daba a su
cara un aspecto feroz y un poco tétrico, no era desmedro para su habilidad física...»
Fernando Alegría en su libro Lautaro, joven libertador de Arauco

Los mapuche son un pueblo que resistió la conquista española del sur de Chile. Junto con Lautaro fue uno
de los conductores de los araucanos en las guerras del siglo xvi. Cooperó con Lautaro en la toma del fuerte
Tucapel y en la batalla de Tucapel, donde es derrotado el ejército conquistador y muere Pedro de Valdivia.
Su nombre es símbolo de la resistencia indígena, su vida y hechos son recogidos por Alonso de Ercilla —
uno de los capitanes de García Hurtado de Mendoza y Manrique— en su obra épica La Araucana y Rubén
Darío en su poema Caupolicán.

Combate de Lagunillas
Después de la muerte de Lautaro, los mapuches quedaron sin un
jefe digno que los guiara; esto se evidenció en el combate del
Fuerte de San Luis, que no pudo ser tomado, y en la batalla de
Lagunillas el 8 de noviembre de 1557. Entonces, una crecida
fuerza de 12 000 mapuches al mando de varios toquis —entre ellos,
los caciques Lincoyán y Galvarino— atacó a una poderosa fuerza
realista al mando de García Hurtado de Mendoza. Al pasar el río
Biobío, proveniente de Concepción, García traía una fuerza de 600
soldados bien armados y unos 1500 yanaconas, que fueron
arremetidos por esta fuerza mapuche en unos cenagales, llamados Monumento a la Araucanía (con
Caupolicán como unos de los 5
«lagunillas».
personajes)
El ataque fue desorganizado, y a pesar de la gran diferencia
numérica, los mapuche fueron derrotados en una brutal lucha
cuerpo a cuerpo; dejando en el campo cientos de muertos y heridos y 150 prisioneros. Entre estos
prisioneros estaba uno de los toquis: Galvarino. García de Hurtado y Mendoza, haciendo gala de la misma
actitud, tan común entre los conquistadores españoles, así como la de Pedro de Valdivia en la Batalla de
Andalién, ordenó como escarmiento, mutilar la mano derecha y la nariz a los prisioneros. Galvarino no sólo
colocó su mano derecha para que le fuera amputada, sino que, en un acto de gran valor, colocó la otra
mano ante su verdugo y ambas fueron amputadas antes de ser liberado. Esta forma de escarmiento lograba
enfurecer y endurecer aún más a los mapuches frente a los usurpadores de su territorio.

Elección de Caupolicán como toqui


Después de estas derrotas los mapuches se reunieron en un gran
Consejo en la Sierra de Pilmaiquén, este Consejo tenía por objetivo
unificar en un solo mando a las fuerzas mapuche, con la elección de
un toqui. Caupolicán fue elegido por su gran fortaleza física y valentía.
Era de rostro severo y tuerto desde la niñez. Según cuentan las
tradiciones, Caupolicán tuvo que demostrar su fuerza ante los
caciques, entre los que se encontraba Tucapel y Rengo, presididos por
Colo Colo, sosteniendo un grueso tronco de árbol sobre sus hombros
durante dos días y dos noches sin desmayarse antes de ser elegido
toqui; Caupolicán fue el vencedor entre otros candidatos tales como
Ongolmo, Lincoyán y Elicura. Alonso de Ercilla lo inmortalizaría en Caupolicán sosteniendo el tronco
La Araucana: de árbol durante su elección de
toqui.

Con un desdén y muestra confiada,


asiendo el tronco duro y nudoso,
como si fuera vara delicada,
se lo pone en el hombro poderoso:
la gente enmudecía maravillada
de ver el fuerte cuerpo tan nervoso.
El color a Lincoya se le muda
poniendo en su victoria mucha duda.

El bárbaro sagaz despacio andaba,


y a toda prisa entraba el claro día;
El sol las largas sombras acortaba,
más él nunca decrece en su porfía:
al ocaso la luz se retiraba,
ni por eso flaqueza en él había;
las estrellas se muestran claramente,
y no muestra cansancio aquel valiente».

A fines del siglo  xix, el poeta nicaragüense Rubén Darío escribió


«Caupolicán», uno de los sonetos aparecido en el libro Azul... Estatua retratando la elección de
(1888),6 ​en cuya escena mitifica la mencionada gesta del héroe. Caupolicán.

Es algo formidable que vio la vieja raza:


robusto tronco de árbol al hombro de un campeón
salvaje y aguerrido, cuya fornida maza
blandiera el brazo de Hércules, o el brazo de
Sansón.
Por casco sus cabellos, su pecho por coraza,
pudiera tal guerrero, de Arauco en la región,
lancero de los bosques, Nemrod que todo caza,
desjarretar un toro, o estrangular un león.
Anduvo, anduvo, anduvo. Le vio la luz del día,
le vio la tarde pálida, le vio la noche fría,
y siempre el tronco de árbol a cuestas del titán.
«¡El Toqui, el Toqui!» clama la conmovida casta.
Anduvo, anduvo, anduvo. La aurora dijo: «Basta»,
e irguióse la alta frente del gran Caupolicán.

Rubén Darío, Azul... (1888).

Batalla de Millarapue
Después de la victoria de las armas españolas en Lagunillas, García se internó en territorio hostil buscando
una batalla decisiva. Las fuerzas realistas acamparon en Millarapue, al interior de la Araucanía, el 29 de
noviembre. Los mapuches al mando de Caupolicán, intentaron un ataque por sorpresa al campamento
enemigo en la alborada del 30 de noviembre. Coincidió que ese día se celebraba entre los españoles el Día
de San Andrés y sonó el toque de una alegre diana de trompetas, que los mapuches interpretaron como
alarma; y así, creyéndose descubiertos, se arruinó el ataque. El número de atacantes era 15 000; entre ellos
venía Galvarino al frente, que se mostraba con su dos brazos cortados azuzando las pasiones de sus
camaradas. La batalla fue encarnizada. La batalla de Millarapue duró desde la madrugada, hasta las 14:00
horas del día siguiente, y Caupolicán la dirigió montado en un caballo blanco. Finalmente, los mapuches
fueron envueltos por los flancos y la retaguardia y derrotados. Los españoles establecieron el fuerte de
Cañete, no muy lejos de donde estuvo emplazado el de Tucapel.

La batalla del fuerte de Cañete


El 20 de enero de 1558 los españoles sufrieron un ataque en la ciudad fortificada de Cañete, siendo rodeada
y sitiada por más de 15 000 mapuches. La idea de Caupolicán era dejar morir de hambre a los sitiados. La
situación se hizo muy crítica, ya que la salida a campo abierto era una derrota segura para los españoles;
asimismo, un ataque directo al fuerte, con el contingente hispano bien armado, implicaba una gran cantidad
de bajas entre los araucanos. Un yanacona proespañol llamado Andresillo (nombre muy común, tal como
Felipillo y otros terminado en -illo, dado a los yanaconas) se ofreció para atraer a los mapuches mediante
engaño al fuerte. El plan consistía en hacerse amigo de los atacantes, haciéndose aparecer Andresillo como
desertor de los españoles; los mapuches creyeron en este personaje y él les contó que la hora de la siesta era
la mejor para atacar desprevenidos a los españoles; él les abriría las puertas para atacar por sorpresa.
Caupolicán hizo comprobar la veracidad del argumento de Andresillo ordenando introducir un espía en el
interior del fuerte. Alonso de Reinoso, capitán del fuerte ya había previsto la visita del espía y dio
instrucciones para que todos se hicieran los dormidos. El 5 de febrero se fijó como fecha de ataque.
Andresillo abrió las puertas del fuerte y una masa de mapuches se introdujo silenciosamente. Cuando ya
casi todos estaban en el interior del fuerte, fueron recibidos por descargas de fusilería que provocaron una
gran mortandad entre los atacantes, quienes escaparon en desbandada; Caupolicán pudo huir gracias a que
todavía no había llegado la caballería hispana a la zona de combate. Para cuando esta llegó, las tropas
mapuches se retiraban ya por los cerros y los españoles salieron en su persecución.

Muerte de Caupolicán
Mientras aún se retiraban los mapuches supervivientes, una avanzada al mando de Pedro de Avendaño
llegó a Pilmaiquén, y en la Batalla de Antihuala (5 de febrero de 1558) capturó a Caupolicán, quien
preparaba una contraofensiva. Según Ercilla, cuando era conducido atado por un piquete hacia el fuerte de
Tucapel, le salió al paso una mapuche iracunda, de nombre Fresia, con un bebé en brazos; era hijo del
derrotado toqui. La mujer le reprochó el hecho de haberse dejado capturar vivo; le arrojó su hijo a los pies y
se marchó, siendo estériles los ruegos de que volviese por la criatura. La marcha continuó su rumbo en
silencio.7 ​Fue llevado ante el veterano Alonso de Reinoso, quien lo condenó a morir en la pica, una muerte
terrible por empalamiento. Cristóbal de Arévalo, Alguacil de campo, fue el encargado de ejecutar la orden.
Caupolicán fue subido y amarrado a una
tarima que tenía una punta de madero cortado
en forma de pica en el centro; Caupolicán,
mostrando gran serenidad, miró con soberbia a
la multitud de españoles que lo contemplaban
y dijo:

«Pues el hado y suerte mía me tienen


esta suerte aparejada, vean que yo la
pido, yo la quiero, que ningún mal
hay grande y es postrero».
La Araucana
La captura de Caupolicán según Raymond Monvoisin.

Dicho esto, alzó el pie derecho aún con las


amarras puestas y dio una gran patada al
verdugo, que rodó de la tarima; hecho esto, él
mismo se sentó en la pica y, sin dar ninguna
muestra de dolor, murió por empalamiento.
Galvarino también había sido capturado y
ahorcado. Después de estos atroces episodios,
y debido al prestigio familiar, Caupolicán el
Joven, su hijo mayor, fue elegido líder militar,
actuando en la batalla de Quiapo (noviembre
de 1558).

Caupolicán, sin duda, fue un bravo guerrero,


aunque no obtuvo las victorias ni poseía el
genio militar de Lautaro; las hazañas de ambos
fueron cantadas en el poema épico La
Araucana, de Alonso de Ercilla. Rubén Darío Caupolicán prisionero y Fresia según Raymond Monvoisin.
también le dedicó un poema. Unos 40 años
después se levantó un nuevo caudillaje
mapuche entre los que se destacaría Pelantarú, Lientur y el mestizo
Alejo. Actualmente, Caupolicán es reconocido por sus proezas, fuerza
e inteligencia en todo Chile mediante el nombramiento de calles,
teatros, parques y monumentos en su honor. Erróneamente se cree que
la estatua de bronce ubicada en el cerro Santa Lucía de Santiago es un
homenaje al toqui. Lo cierto es que se trata de una obra del escultor
Nicanor Plaza, que la tradición popular chilena asoció con Caupolicán.

«Ha cambiado la historia para nosotros, claro. Los “libros


oficiales” dicen que son otros los que la hicieron y la siguen
haciendo por nuestros pueblos. Los héroes de esta historia, en
un mundo “civilizado” en el que ya no debiera haberlos, son los
invasores. Mas Caupolicán empalado, enfrentándolos,
representa el suplicio de nuestro pasado, que entra ardiendo en
La muerte de Caupolicán.
nuestros corazones. Lautaro es el futuro que vislumbramos,
detrás de la cortina del misterio y del compromiso, y que saldrá
como la luz de nuestros ojos».
Elicura Chihuailaf.

Véase también
Fresia
Lautaro
Galvarino

Notas

Referencias
1. Caupolicán (http://es.thefreedictionary.com/Caupolic%C3%A1n)
2. Fuentes, Jordi; Cortes, Lía (1966). Diccionario Histórico de Chile. Santiago: Editorial del
Pacífico. p. 175.
3. Diego de Rosales, Historia General del Reino de Chile, Flandes Indiano, Tomo II, Capítulo
XXI
4. The Geographical, Natural, and Civil History of Chili By Don Juan Ignatius Molina,
Longman, Hurst, Rees, and Orme, Paternoster-Row, London, 1809
5. Historiador Joel Avilez Leiva, Valdivia y sus rivales en la Guerra de Arauco; a la Luz de Las
Crónicas de la Conquista, p.15, Ensayo Histórico IPVC, La Serena, 2006
6. http://www.vmorales.es/Comentarios/Modernismo/RUB%C9N_DARIO_caupolicán.pdf
(enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial (https://web.archive.org/web/*/http://www.v
morales.es/Comentarios/Modernismo/RUB%C9N_DARIO_caupolic%C3%A1n.pdf), la primera versión
(https://web.archive.org/web/1/http://www.vmorales.es/Comentarios/Modernismo/RUB%C9N_DARIO_c
aupolic%C3%A1n.pdf) y la última (https://web.archive.org/web/2/http://www.vmorales.es/Comentarios/
Modernismo/RUB%C9N_DARIO_caupolic%C3%A1n.pdf)).
7. De Ercilla y Zúñiga, Alonso (1840). La Araucana (https://books.google.cl/books?id=ZhhCAA
AAcAAJ&pg=PA194). Baudry. p. 194. Consultado el 30 de agosto de 2018.

Enlaces externos
Futa Wall Mapu, el estado difunto mapuche (http://chiwulltun.blogspot.com/2010/12/fut
a-wall-mapu-el-estado-mapuche.html)

Toqui (Jefe Militar)


Predecesor: 1557 - 1558 Sucesor:
Lautaro Caupolicán II

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Esta página se editó por última vez el 6 ene 2023 a las 20:08.
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