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Tanto los virus como los gusanos causan daños y se reproducen rápidamente. La diferencia
principal radica en su forma de replicarse, los virus requieren la ayuda de un anfitrión y los
gusanos actúan de forma independiente.
Un virus permanece inactivo en su sistema hasta que lo ejecuta o realiza alguna otra
acción necesaria, como habilitar macros en un archivo DOC infectado. Una vez activado,
el virus inserta su código en otros programas de su dispositivo para copiarse a sí mismo,
corromper sus archivos, dañar el rendimiento del dispositivo y propagarse a otros
dispositivos.
Aunque comparten algunas características con los virus, los gusanos informáticos son
programas autosuficientes que no requieren un programa o archivo anfitrión. Por lo tanto,
los gusanos no dependen de nadie para desencadenarse. Muchos gusanos pueden
autorreplicarse y autopropagarse sin necesidad de activación por parte de humanos. Esto
permite que los gusanos se propaguen extremadamente rápido, a menudo a través de una
red local y, a veces, a una velocidad exponencial.
En resumen: Tanto los virus como los gusanos causan daños y se reproducen rápidamente.
La diferencia principal está en cómo se autorreplican, los virus necesitan la ayuda de un
anfitrión y los gusanos actúan de forma independiente.
A diferencia de los virus, los gusanos se replican y propagan sin la ayuda de una acción
humana.
Si bien un gusano puede usar un archivo o programa para colarse en su equipo, una vez que
está en su sistema, puede propagarse sin el archivo anfitrión y sin que un humano interactúe
con él. Un gusano informático puede entrar en su sistema explotando una vulnerabilidad de
seguridad, por lo que no lo notará en absoluto. Por el contrario, un virus se propaga desde
su anfitrión infectado una vez que el usuario lo ha activado inadvertidamente.
Pérdida de datos o dinero y robo de identidad: los virus y los gusanos podrían
robar su información personal, lo que lleva al robo de identidad y a pérdidas
económicas.
Normalmente, los gusanos son más peligrosos que los virus, ya que pueden propagarse con
mayor rapidez. Por ejemplo, un virus puede infectar a todos sus contactos de correo
electrónico. Después, podría extenderse a todos los contactos de estos, y así sucesivamente,
creando un crecimiento exponencial con un extraordinario potencial de daños.
Los gusanos también pueden propagarse sin previo aviso o sin interactuar con usted, como
a través de una vulnerabilidad de seguridad. El gusano puede detectar cualquier dispositivo
que contenga la vulnerabilidad e introducirse explotándola.
Amenazas combinadas
En teoría, existen diferencias claras entre malware y virus (aunque estos últimos son parte
de los primeros), virus y gusanos, spyware y adware, etc. Pero en el mundo real, las líneas
pueden difuminarse cuando los ciberdelincuentes combinan aspectos de varias amenazas
diferentes.
WannaCry es un ejemplo real de una amenaza combinada que causó enormes daños en todo
el mundo. Combinaba aspectos de un gusano y ransomware, e infectó los equipos de sus
víctimas a través de EternalBlue, un exploit desarrollado por la NSA revelado en 2017 por
el grupo de hackers Shadow Brokers.
Una vez que WannaCry infectaba el equipo de su víctima mediante el exploit EternalBlue,
cifraba sus archivos y exigía un rescate para liberarlos. Después, analizaba la red en busca
de otros dispositivos con la misma vulnerabilidad. Tan pronto como encontraba uno, se
instalaba en el nuevo dispositivo y repetía el proceso una y otra vez.
WannaCry se propagó como la pólvora, infectando 10 000 PC cada hora. Antes de ser
detenido, WannaCry abatió varios objetivos de alto perfil, incluidos hospitales, gobiernos y
universidades.
Si observa alguno de los problemas anteriores, puede ser difícil determinar si tiene un virus,
un gusano o algún otro tipo de malware. Afortunadamente, en la mayoría de los casos la
solución es la misma: necesita una herramienta de eliminación de virus potente.