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del Indio
a la Reinvención
del Cacicazgo
Estudios y reflexiones
sobre los caciques en los pueblos de indios
en la Provincia de Venezuela, siglos XVI y XVII
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Fundación BURÍA
Diseño editorial
Reinaldo Enrique Rojas Merchán
reinaldoryr@gmail.com
Montaje digital
R&R Imagen y Publicidad, c.a.
Presentación
Por una historia de todos. Reinaldo Rojas ............................................ 9
...
Reinaldo Rojas
Doctor en Historia
Individuo de Número de la Academia Nacional de la Historia
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De la invención del indio a la reinvención del cacicazgo
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ANHELOS HISTÓRICOS
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Ysabel María Gómez Cedeño
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De la invención del indio a la reinvención del cacicazgo
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canela” porque su madre era una india trigueña de esas que nunca
envejecían. Mi abuela paterna, de cutis blanco y lozano descendiente
de inmigrantes españoles, solía hablarme de su tatarabuelo cacique de
quien, según su opinión, yo llevaba la impronta mayor de su herencia.
Sin saberlo mi traspiración ha buscado drenar los horizontes de la
memoria. La piel y el alma no mueren en la espesura de los silencios,
ni son féretros de una historia que al contrario reencarna en el instante
continuo de la juventud.
Entre papeles escritos con letra procesal encadenada o
bastardilla reviven amores y pasiones de un pretérito en apariencia
remoto. En ese manojo desordenado encuentro las caras de mis
ancestros. El dominio de la cultura occidental no ha podido borrar
las huellas de los pueblos originarios. Esas huellas se consiguen en el
abrazo de la historia entre quienes estaban aquí descalzos, desnudos,
ignorando la fe católica y aquellos barbudos trajeados que venían de
tierras lejanas. La conquista no fue sólo una lucha de dominación o
una guerra de resistencia, donde se cruzaban las flechas envenenadas
con el fuego de los arcabuces, la palabra de Dios en latín y castellano
con los cantos a la naturaleza. Esas huellas las veo en el espejo, cuando
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me sonríen los niños, en el rostro tostado del campesino, en las manos
de quien me vende la yuca en el mercado, en mi piel y mi olor. No fue
solo guerra y destrucción. Aunque el látigo todavía quema nuestra
espalda las huellas sobreviven más por amor que por odio. No puedo
aceptar que soy fruto solo de sentimientos que producen dolor, que
como individuo o grupo social el único sentido que tiene nuestra
historia es comprender de dónde nos viene el resentimiento o validar
la conquista. Pienso que sabremos más si intentamos escuchar esas
voces, si caminamos sobre sus rastros hasta sus orígenes. Las huellas
quedaron impresas en prosa y verso en la arena del tiempo en relatos
y crónicas de mundos “no descubiertos”, en la oralidad que permanece
fiel a las querencias de los pueblos.
El tema indígena se teje en el discurso histórico desde el mismo
momento que se registran los diarios de viajes y las crónicas de los
conquistadores europeos. Bien como salvaje, antropófago, pagano,
infiel, idolatra, manso o rebelde, el indio aparece como expresión
concreta de su propia negación. La palabra indio surge con un
Ysabel María Gómez Cedeño
Que era una gente que comía carne humana, que eran sométicos,
más que generación alguna, y que ninguna justicia había entre
ellos; que andaban desnudos y no tenían vergüenza: eran como
asnos, abobados, alocados e insensatos, y que no temían en nada
matarse ni matar, ni guardarían verdad si no era en su provecho.
Eran inconstantes, no sabían qué cosa eran consejos, ingratísimos
y amigos de novedades, que se preciaban de borrachos y tenían
Ysabel María Gómez Cedeño
Por todas las vías que he podido, después que a estas Indias
passé, he procurado con mucha atención, assi en estas islas
como en la de Tierra-Firme, de saber por qué manera o forma
los indios se acuerdan de las cosas de su principio e antecesores,
e si tienen libros, o por quales vestigios o señales no se les olvida
lo pasado. Y en esta isla, a lo que he podido entender, solos sus
Ysabel María Gómez Cedeño
II
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1
Recopilación de las Leyes de Indias. Libro VI. Título VII. De los Caciques. Ley primera.
Que las Audiencias oigan en justicia á los Indios sobre los cacicazgos. D. Felipe Segun-
do y la Princesa G. En Valladolid 26 de Febrero de 1557.
De la invención del indio a la reinvención del cacicazgo
2
Carta de Jamaica.
Ysabel María Gómez Cedeño
3
Relación del Gobernador Pimentel y primer plano de Caracas en Briceño Perozo, M.
(1998) Temas de Historia Colonial Venezolana. Tomo II. Caracas, Biblioteca de la Aca-
demia Nacional de la Historia. p. 623
Ysabel María Gómez Cedeño
4
Ibíd. p. 627
De la invención del indio a la reinvención del cacicazgo
5
Ver Vaquero de Ramírez, M. (1991) “Español de América y Lenguas Indígenas.” ELUA.
Revista de Estudios de Lingüística Universidad de Alicante,7,1991, pp: 9-26. Disponible:
http://commonweb.unifr.ch/artsdean/pub/gestens/f/as/files/4740/29506_101356.
pdf
Ysabel María Gómez Cedeño
6
Ver Zavala, S. (1984). Filosofía política en la Conquista de América.
Ysabel María Gómez Cedeño
7
“Confirmación de encomienda de Valle de Aragua.” Archivo General de Indias. Santo
Domingo. 41. N. 10. Portal de Archivos Españoles (PARES). Ministerio de Educación,
Cultura y Deporte. Gobierno de España.
De la invención del indio a la reinvención del cacicazgo
Caciques Cantidad/Sujetos
Don Sebastián Cacique 25
Don Matheo Principal 58
Don Lorenzo Principal 15
Don Sebastián Principal 17
Don Gonzalo Pumere Principal 27
Don Diego Ditunaipuro Principal 30
Con Lorenzo Capitán 50
Don Gaspar Principal 20
Total 242
Elaboración propia.
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Fuente: “Confirmación de encomienda de Valle de Aragua.” Archivo General de Indias.
Santo Domingo. 41. N. 10. Portal de Archivos Españoles (PARES). Ministerio de Educa-
ción, Cultura y Deporte. Gobierno de España.
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De la invención del indio a la reinvención del cacicazgo
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III
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1
“Puntos sobresalientes de la relación del Obispo”. Santo Domingo de la Isla Española
de las Indias 30/11/ 1584, en Maldonado, F. A. (Mons) (19739 Anacletas de Historia
Eclesiástica Venezolana. Seis Primeros Obispos de la Iglesia Venezolana en la época his-
pánica. 1532 – 1600. pp. 451-452
Ysabel María Gómez Cedeño
2
“Suplicas al Rey encomendadas al procurador Simón de Bolívar” en Arcaya U, P. M.
(1968) El cabildo de Caracas. p. 128
Ysabel María Gómez Cedeño
3
“Testimonio de autos sobre la demora de los indios de la Provincia de Venezuela.”
en Cartas de Gobernadores. 6 de Agosto de 1650. Archivo General de Indias. Santo
Domingo, 195, R. 3, N. 27.
4
Ibídem. F. 2.
De la invención del indio a la reinvención del cacicazgo
que era del cabildo caraqueño no era extraño a las apetencias de los
encomenderos, si bien para esa fecha no poseía encomiendas, sus
parentescos y relaciones públicamente reconocidas lo ubicaba en
una posición inversa a los intereses de la parte que se suponía debía
defender. En el curso del expediente, se trata de demostrar lo contrario
con el aval de los testimonios de sus vecinos; pero, mientras más
certifican su neutralidad proporcionalmente exponen su vinculación
con el grupo de los encomenderos.5
5
Para la fecha del juicio Alonso Felix de Aguilar no tenía posesión de encomienda
aunque hubiera intentado obtenerla, años más tarde le será concedida. Sin embargo,
en su petición denegada de una encomienda en el valle de Mamo se mencionan los
siguientes datos sobre su persona: “A servido al Rey nuestro señor mas tiempo de diez
y seis años en las ocasiones que se han ofrecido en esta provincia asi de paz como de
guerra a fecho oficio de tesorero de la Real hacienda ussandole con fidelidad y cui-
dado procurando el aumento de ella y que en la quenta que de ella dio no se le hizo
alcance alguno y assido theniente de gobernación y capitán general de las ciudades de
Truxillo, Maracaibo, el Tocuyo, Portillo y de la Nueva Segovia, administrando justicia
con igualdad todo a satisfacción de sus superiores y con ser los yndios de paz belico- | 63
sos de aquella laguna an estado en su tiempo pacificos por lo que el a procurado su
buen tratamiento y conservación y a poblado algunas poblaciones de naturales sin
que se le aya dado salario alguno y a acudido al socorro y defensa de los enemigos
piratas personalmente a su costa con mucho gasto de su hacienda y peligro de su salud
acudiendo con soldados y gente necesaria a las partes mas ymportantes procurando
mantener en paz los yndios subjetos y reducir a ella con suavidad y buenos medios a
los alzados = y que tiene quatro hijas y tres hijos que no puede de poner en estado y
Doña Ana de Roxas su mujer es hija del Maestre de Campo Garzi Gonzales de Silva el
qual sirvió mas de cinquenta años a la corona en diferentes cargos y oficios en esta
gobernación y em pacificaciones de yndios y contra corsarios que ynfestan estas costa
= dicha Ana de Roxas su mujer /es nieta de Diego Gomez de Agüero que sirvió en la
Margarita domde le mato el tirano Lope de Aguirre estando sirviendo en la defensa de
aquella ysla lo qual todo conto por ynformacion hecha de oficio en la Real hacienda
de la ysla La Española que se presentó y pido en Real Consejo de las Indias que por
no aversele dado premio y hecho mas equivalente a su calidad y servicios se hallaba
padeciendo necesidades con su mujer y hijos demás de que después de lo sobredicho
assido Alcalde hordinario de esta ciudad y por muerte del gobernador Juan de Triviño
Guillamas quedó a su cargo el gobierno y le tuvo algún tiempo y visto la fuerza del
puerto desta ciudad disponiendo las cossas necesarias para lo que pudiesse ofrecerse
y aviendo tenido aviso del Rey nuestro señor de que el enemigo yba con una gruesa
armada sobre la fuerza de Araya y ordenandose enviase socorro a ella le puso en exe-
Ysabel María Gómez Cedeño
cucion y envio los bastimentos necesarios y por aver tenido nueva que el enemigo yba
por aquella costa acudió la mayor parte de la jente a la defensa del puerto y temeroso
de que se alsasen los yndios y negros tuvo cuerpo de guardia en las cassas reales y
anduvo armado visitando los guardas y rondas = y de la residencia que se le tomo del
tiempo que estuvo en el dicho gobierno fue dado por libre como consto por los rreca-
dos que se vieron en el dicho Real Consexo en cuya consideración y visto lo alegado
por el fiscal de su magestad el Rey nuestro señor manda se le de en yndios bacos al
dicho don Alonso Felix conforme a la Ley de sucesión la cantidad equivalente a su cali-
dad y servicio como por su reales cedulas esta mandado por ser esta su real voluntad.”
“Expediente de Confirmación de Encomienda de Valle de Mamo en Trujillo, Venezuela,
a Alonso Félix de Aguilar y María Méndez”, de fecha 12 de noviembre de 1616, Archivo
General de Indias. Santo Domingo, 41, N. 72.
6
“Testimonio de autos sobre la demora de los indios de la Provincia de Venezuela.”. F.
2 – 2vto.
De la invención del indio a la reinvención del cacicazgo
7
“Carta de Francisco de la Hoz Berrio, Gobernador de Venezuela.” en Cartas de Gober-
nadores. Archivo General de Indias. Santo Domingo. 194 R 1. n 1
8
“Testimonio de autos sobre la demora de los indios de la Provincia de Venezuela.” F.
1 vto.
Ysabel María Gómez Cedeño
9
Ibídem. F. 2 – 3.
10
Ibídem. F. 3 vto.
Ysabel María Gómez Cedeño
Para los españoles, romper con las formas de vida de los pueblos
originarios significaba un triunfo en su civilización. En cambio,
para los indígenas, mantenerlas representaba la comunión con su
cosmogonía, no era por flojos u holgazanes que se iban a las montañas
a buscar frutos y raíces, ni a cazar o pescar, esto formaba parte de sus
actividades económicas características para conseguir alimentos, que
entraban en contradicción con la noción de explotación de la tierra
y el trabajo como fórmulas para la acumulación y el enriquecimiento
individual y no para la satisfacción de las necesidades. Forjar en
el indígena ese nuevo significado del trabajo era desarraigarlo
completamente de su cultura y convertirlo en un ser distinto adaptado
a obedecer a un amo. El cacique no podía ordenar o prohibir lo que
era ajeno a su cotidianidad, no sabía cómo y de aprenderlo los demás
sujetos no podían entender porque debían obedecerle. Al final ni el
cacique mandaba ni los indios obedecían.
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2) Ytten si saben que los ttales cassiques en casso que quisieren a
premiar a dichos sus sujettos en qualquiera otra forma demora
o feudo, se huiría a los monttes como varvaros ymposibilittados
yncapasses para ello y allí sería conttingentte que alsandose con
facilidad se podrían aunar con los indios de guerra que por todas
partes rrodean esta provincia y la infectan en muchos etc.12
11
“Testimonio de autos sobre la demora de los indios de la Provincia de Venezuela.”
F. 4 vto.
12
Ídem.
De la invención del indio a la reinvención del cacicazgo
13
Ídem.
14
Ver documento de interrogatorio completo en Anexos.
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“Don Gerónimo Ladrón de Guevara, pretende el cacicazgo que desempeño su tío
Don Juan Martínez Parica”, Archivo General de la Nación, Sección Indígenas, Tomo XIV,
Turmero, 1716. F. 1. (En adelante AGN)
16
“Don Gerónimo Ladrón de Guevara, pretende el cacicazgo que desempeño su tío Don
Juan Martínez Parica” AGN… Ver también “Libro Sexto. Título Siete. De los Caciques”
en Real y Supremo Consejo de Indias, Recopilación de Leyes de los Reynos de Indias,
Madrid, Graficas Ultra, S.A., 1943, p.245
17
El testamento del cacique don Juan Ygnacio Martínez Parica es ilustrativo, al res-
pecto señala: “Declaro por mis vienes cinco novillas que tiene en el valle de Tocopio,
un platanal (…) un hacha, una chicora (… ) seis butaques llanos que todo está a las
orillas del río Aragua (…) Declaro por mis vienes mi ropa de vestir” “Ynformacion y
Testamento que otorgo el principal Don Juan Ignacio Martínez Parica Casique en este
pueblo de Turmero hecha por Don Gerónimo Ladrón de Guevara.” AGN, Sección Indí-
genas, Tomo XIV, Turmero, 1716. F. 13 vto.
De la invención del indio a la reinvención del cacicazgo
18
“Real Cedula y ordenanza para los indios de Venezuela que luego se aplicaron tam-
bién a los de Cumana. Madrid, 12 de diciembre de 1691” en De Napolitano, C. B (1977)
Cedulario Indígena Venezolano (1501 – 1812), p. 201
Ysabel María Gómez Cedeño
19
“…la tasación del tributo que han de pagar los indios en dicha Provincia a sus en-
comenderos, los de esta ciudad y diez leguas en contorno de ella, a razón de 6 pesos
y todos los restantes de dicha provincia, fuera de dichas diez leguas a razón de 4 pe-
sos…” “Pareceres y representaciones tocantes a la libertad y demora de los Indios de
la Provincia de Venezuela” en Archivo de la Academia Nacional de la Historia, Reales
Cedulas y Junta en virtud de que se han formado las cuentas de los indios de la Provincia
de Venezuela y Caracas. Traslados, Colección Caracas. Cuentas y libertad de indios. N.
24. 1690, F. 214. p. 26 (En adelante AANH)
20
Ídem.
De la invención del indio a la reinvención del cacicazgo
21
Ibídem. Fol. 218. p. 30
22
Ibídem. Fol.219. p. 31
23
Ibídem. Fol. 222. p. 34
Ysabel María Gómez Cedeño
24
“R.C. Gobernador de Caracas ordenándole restituya al oficio de cacique del pueblo
de Turmero a Bartolomé Cabaygon.” Archivo General de Indias. Audiencia de Santo
Domingo 876. Libro 25, fol. 117. En Konetzke, R. (1958) Colección de documentos para
la Historia de la Formación Social de Hispanoamérica 1493 – 1810. Volumen II. Segun-
do Tomo (1660 /1690). p. 816
De la invención del indio a la reinvención del cacicazgo
25
AANH. Matriculas de indios Año 1688. Traslados. Colección Caracas. Vol. 88. pp. 441-
508
26
“R.C. Gobernador de Caracas ordenándole restituya al oficio de cacique del pueblo
de Turmero a Bartolomé Cabaygon.”… p. 816
Ysabel María Gómez Cedeño
mandareis quitar en todas las partes que lo hubieren luego que recibáis
este despacho, pues ni son necesarios, ni el indio debe contribuir con
más cantidad que la que está señalada para el corregidor.”27
La pretensión del gobernador y capitán general, Diego Jiménez
Enciso, de someter al cacique de Turmero al escarnio público sería
repudiada por el obispo don Diego de Baños y Sotomayor y demás
miembros del clero de Caracas, en especial, los frailes mercedarios.
El comendador del Convento de la Merced, Fray Juan de Meneses,
en carta que escribiera al Rey en febrero de 1689, señalaba que el
gobierno en la Provincia se encontraba en ruina observando que: “La
causa que conozco después de mucha experiencia es la falta de justicia,
mucha ambición y codicia, gran rigor con los pobres y miserables y
en particular con los indios.” El fraile denunciaba que el gobernador
a través de los corregidores engañaba a los indios para que pagaran
tributos por encima de la tasa estipulada. Refería, Fray Juan de Meneses,
la lamentable situación del cacique de Turmero a quien el Gobernador
había mandado a azotar públicamente, ante la negativa del cacique de
aceptar tan desproporcionado e injusto castigo el Marques del Casal
respaldó a otro indio para que reclamara el cacicazgo.28 Debido a los
reclamos el Rey emite la real cédula de 18 de octubre de 1689 donde
78 | delegaba al Obispo de Caracas la misión de averiguar sobre lo pasado
con el castigo del mencionado cacique.29
La corona tuvo gran cuidado con la situación del cacique don
Bartolomé Cabaygon, circunstancia que fue tomada como referencia
de lo que ocurría en la Provincia de Venezuela con el tratamiento de los
indígenas y el cobro de sus tributos. A pesar de la crisis que enfrentaba
27
Ídem.
28
A.G.I. Santo Domingo. Legajo 221. “Fr. Juan de Meneses, Comendador del Convento
de la Merced, acusa recibo de la Cedula en que se ordenó al Prelado de aquel Convento
hiciese predicar a sus religiosos en la Catedral, respecto de haber informes de que no
querían…et” 7 de febrero 1689. Folios 1 Vto. y 2, citado por Castillo Lara, L.G. (1980).
Los Mercedarios y la vida política y social de Caracas en los siglos XVII y XVIII. Tomo I.
p. 278
29
A.G.I. Audiencia de Santo Domingo. Legajo 876. Fol. 114 y Vto. citado por Castillo Lara,
L.G. (1980). Los Mercedarios y la vida política y social de Caracas en los siglos XVII y
XVIII. Tomo I. p. 278
De la invención del indio a la reinvención del cacicazgo
30
Representación hecha al Sr. Rey Don Carlos Segundo por Don Gerónimo Limaylla,
Indio Cacique del Repartimiento de Luringuaca de la Provincia de Jauja, Reyno del
Perú, como Poder Teniento de los demás caciques de las demás Provincias de dicho
Reyno, y como parte principal y legitima… Mss. en Biblioteca de Palacio, Madrid, N°
2848. Miscelaneas de Ayala, t. XXXV, fs. 211-247. Citado por Morón, G. (Dir.) (1989)
Hispanoamerica VI. Periodo Colonial. p. 48
Ysabel María Gómez Cedeño
del gobierno de los unos y los otros, debe ser lo más semejante y
conforme que se pueda”.31 El proceso de colonización conducía a
la construcción de una sociedad atada en todo a la metrópoli. La
reducción de los indígenas en pueblos tenía el objetivo fundamental
de convertir su formas de vida originarias al estilo español, vivir en
policía significaba entonces asimilar las instituciones y sus jerarquías.
El cacicazgo, aun conservando algunos vestigios de las culturas
originarias, convendrá en ser una institución en dicho orden al
servicio del proceso de colonización y transculturación de la población
indígena.
En la comprensión del proceso de transición de la encomienda
de servicios personales a la encomienda de tributo, y la reorganización
de los pueblos de indios, es fundamental la interpretación de las reales
cedulas antes referidas, y la del 12 de diciembre de 1691, que establece
como debía organizarse el resguardo y el pueblo de indios. Con esta
última real cedula se estableció el derecho inalienable de los pueblos
de indios a las tierras de resguardo, de igual manera, se determinó
el perímetro de una legua de tierra a los cuatro vientos para que
tuvieran sus casas, conucos, pastos, ganado y siembras de comunidad;
no obstante, esta concesión estaba restringida solo al usufructo de
80 | las tierras comunales indígenas porque el Estado metropolitano se
reservaba el derecho absoluto de propiedad, tal como se establece en
su capítulo 16°:
31
“Ordenanza del Real y Supremo Consejo de las Indias, promulgadas por Felipe II el
24 de septiembre de 1571” en Anuario de Estudios Americanos, Nº 14, 1975, p. 376
Citado por Rafael Fernández Heres. Conquista Espiritual de Tierra Firme. Caracas, Edi-
ciones de la Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia, 1999, p. 47.
De la invención del indio a la reinvención del cacicazgo
32
“Real Cédula y ordenanza para los indios de Venezuela, que luego se aplicaron
también a los de Cumaná, Madrid, 12 de diciembre de 1691.” En De Napolitano, C.B.
(1977) Cedulario Indígena Venezolano (1501 – 1812).p. 206
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De la invención del indio a la reinvención del cacicazgo
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