Está en la página 1de 12
naro usa el extendido procedimiento oes para conocer la enfermedad y el ee Gf Jos granos arrojados sobre una limpia superficie de tela. Pregunto al curandero si ha visto a Dios: Cuando tomo la semilla, y siento como que me em- porracho —responde. : Después de diversas preguntas, Genaro, que esta en camiseta a la puerta de su casa, y que parece tiritar wrizés por el bafio que acaba de darse, o por algin es- ‘0 propio a su ministerio, pone énfasis en esta de- Garacién que nadie le pide: Yo soy catélico, Yo rezo. ¥ sabe hacerlo bien, por los nueve afios que estuvo de secristan en San Martin. También lanza esta impor- tante afirmacién en busca de su seguridad profesional. Me gustarfa mucho estudiar medicina, pero no ten- go ocasion. Dice que conoce doce o trece clases de hierbas que aplica en sus curaciones. Unas son grandes y otras pe- quefias y las emplea segiin la clase de enfermedad que ya a combatir. Melquiades abona una vez més la efi- cacia del curandero, y para convencernos vamos con él y con Genaro, a su casa. Tendida en una hamaca se encuentra una nifia gordinflona, de cuatro afios de edad, hija de Melquiades. La nifia padecfa una enfermedad ‘que la tenia agitada, en movimientos tal vez producidos Por él paludismo o la epilepsia. Genaro tomé a su cargo la curacién, y el padre de la nifia, que la sefala ahora inmovilizada en la hamaca, dice satisfecho: Ya la ha curado la mitad... El curandero logré, después de su tratamiento, que lesaparecieran los ataques, pero la criatura quedé con Un brazo y una pierna inmovilizados. Para curarla tost Una hoja de tabaco, la molié, mezelé el polvo con hierbas ae €1 sélo conoce, puso esto y otras sustancias ee n una pluma de guacamaya, colocd en la casa a la €nfermita el paquete formado con todo ello, Tez°--- iy a Melquiades. on a Ja nifia la mitad gy eee rue ese ine el iagnéstico de & po’ ‘a podido pagarle todavia todos 1, mal ena, 08 hy preigusedes PO, ‘eumplirlos on de cel norarios: asar 8 la segunda parte: quélla en qe? ¥ entonces Fr pra de hacer que el brazo y la pierng we a qurandere Mya niiia Se Ponsa eee To a. vilizad0s | no. cura todos 10s dias. Sélo los lunes, may, es y domingos. Dios prohibe hacerlo los ve Pe rerapoco puede curar de noche, porque mientras dias Te duerme, el espiritu abandona el cuerpo, alc: .gresa por Ja mafiana, y precisa que su accion migie legue al espiritu, que es donde se encuentra el mal, Py, eco es imposible curar esta ‘noche a la nifia de otro in fgena, que esta sudando sin duda a causa de la por aqui hace estragos. Genaro | extendida gripa que : toma un brazo, la pulsea, ausculta su pecho y diagnostica: “Tiene espanto. Para eurarla cobrara dos pesos. Pero es de noche, ¥ ademas, el padre de la nina nos hace sefias diciendo que no, que primero va a ver al promotor de salubridad para que le ponga una inyeccion. Menos mal. Después de esto, abandonamos Chicali | con algin optimismo. Los hongos alucinantes Desde que el antiguo periodista y actual banquero ¢ freed Rog ee eteano R..G. Ryaston, y el profesor fnatica ja ger Heim, dieron a conocer de manera siste ap los Ae de tomar hongos, que mantiene? V ee ones trad azatecos, esa costumbre enraizad® © Ny de uuclonales ha degenerado también ° m io de atractivos internacionales. Tambier pot a conti ente de la medicina moderna, Pu dejar hébito, ot la psilocibina, droga que no PaTee” 5 ¥ Ia adivinagter 108 indios para la curacion peel én y conocimiento del futur: inaciones y deformaciones de 1a P&* bol bajo cuya copa dirfa lo que quiere “patria, revolucion ¥ CaS. ae Rostros de resignada condicién, de escéptico gesto, acompafiaban a los ofrecimientos de ayuda. Porque ™ dian Hegado las Huvias y no 5° cumplieron los ofre' mientos. Acaso los indios de Navenchauc confiaban mas en que otro rayo, como en su antigua leyenda, dé paso @ Jas amenazantes aguas, que en la Megada del auxilio téenico de los hombres que viven en Jas casas sin Tayo. Aparece “Cabeza de Cal” En Navenchaue, bajo el manto del drama, buscamos aun curandero, a un brujo. Los curanderos o brujos son a novidos como pulseadores, pues su ciencia esta en Teese el pulso de stis numerosos pacientes y asi descu- Wir al mal que los aqueja. Los indios creen en el alma de la religion eatélica, pero también en otra especie de Sime © espiritu que esta en un animal Hamado chulel. aia jndigena tiene su chulel: un toro, un tigre, un gallo, tn venado... Los curanderos envuelven sus diagnésticos Frecelas en misterios del més allé. Desde que el Insti- tuto Nacional Indigenista comenzé a trabajar en la zona han eparecido algunos médicos. Pero todavia la mayor parte de los indigenes sélo acuden a ellos cuando fracasa él curandero pulseador. Don Erasto, nuestro excelente guia de raza india, ya ladinizado en San Crist6bal Las Casas, habl6 eon uno de Jos principales hombres de Navenchaue: José Pérez Tan- jol. El segundo apellido quiere decir cabeza de cal, pero José no parece tenerla de esa materia. En todo ae vivo como la cal viva. Mientras nosotros veiamos baja: de los montes a imaginarios sacerdotes, aceite en grandes capas negras, de cruces rojas, caballeros de m of Psat eee ce po teary cohcted lon iraate Perel afanCobertrai Callgaralciecnow' cohalaracacun Bee Pacolaicntotenteabiidissta) tort gentes: devmucha feofifianzay es. posible hacerlo, Se Los “sacerdotes” Iegaron. Colocados cerea de nos: y maligno, al que debe ahi aposentados, para poder i sng fo puilseadores ahuyentan ta a lo gon causa acipal y gi ‘ un espiri e fombre enfermo. El curandero tiene = flo un socorrido remedio, como lo Pinte negro del Brasil en el sacrificio de parte de 1a cerernonia afrobrasile Pm de meter o sacar ¢l mal en el cuerpo de alguien ‘Aqui, en los Altos de Chiapas, el curandero o pulsea- dor toma un gallo o un pollo muerto, lo pasa una y Cnughas veces sobre el cuerpo del enfermo, y luego se Tome el ave. Creo que mas como honorarios en especie que formando parte de la ceremonia, ya que acompafia ja carne con los dos o tres litros de aguardiente que también recibe en pago inequivoco de su trabajo. Prac- fica en este caso, la conocida operacién de la limpia, comin en otras regiones del pais, y con Ta cual me tro- pecé muy frecuentemente entre los otomies del Mez- quital. Tamada macu’ Médico e “ilol’”, coexistencia y primacia En estos montes chiapanecos, el médico —alli donde Jo hay, pues no existe en todas partes ha de convivir con el curandero y con el prujo, y hasta compartir con éstos la clientela, Desde las clinicas y puestos, desplazéndose por la abrupta serrania marcada con las juellas del mundo in- asible, magico de los indigenas, unos cuantos médicos heroicos —algunas mujeres entre ellos— tropiezan con el muro de creencias y practicas, alzado entre Ja medi- cina cientifica y los pobladores. Los médicos van abrién- dose paso entre las ssombras. Cada vez que un enfermo acepta la aplicacién de un julel —como Jos indios desig- nan las inyecciones— se apuntan uné victoria en el cuer- po y en el espiritu de las sobrevivencias prehispanicas. Pero no todas las luces en tales sombras se mantienen a2 encendidas. Se apagan, y es necesario volver g va as en una lucha que no acaba des. Los indios tzotciles y tzeltales saben que men médico. Pero no se despegan del ilol » re acuden a uno y al otro, segiin sean log sintomas ae y enfermedades: cuando no dan calentura, van al deg for; si producen fiebre, al ilol, Es decir: Jog ©8508 loves sf los lMevan a Ja ciencia, y los graves, aquellos de may" ine6gnita, que no se. manifiestan en un site restria los graves, los ponen ante el discernim, iento imprevisine de la magi: = Porque para ellos lo mas grave es que el espirity fapante, ¥ de es0 no entiende el médico, un hoot a trafo a la comunidad, sino el curandero > brujo. Cuands el “espiritu se espanta”, fiebre y tristeras acaban por Mevarse al paciente de este mundo, Entrelazadas las ideas sobrenaturales antiguas con los inferido al mismo tiempo, Murié un indigena arrojando sangre por la boca. La doctora fue a verlo, “Le dieron un balazd a su chuldl ex el monte”, explicaron los indigenas. El ind{gena murié. Se fue de este mundo, creian en la comunidat «] mismo Hempo que su chulel o animal habia sido cazado ¥ muerto, En la clinica del Instituto, las mujeres que Levan a vacunar a sus hijos despliegan el rebozo a 1a puerta, para que el espiritu del hijo no se quede alli, cuando salen de la vacunaci6n. “Vente, no te quedes”, dicen fatiniosamente al espiritu, como arropindolo con el e bozo. Si el nifio grité al recibir Ia inyeccién contra epidemia —eosa que los indigenas van aceptando— © jatura “se espanté” i ica. Entonces, la madre vuelve por el espiritu. Enei, is a la puerta del puesto médico para que ree A cuerpo. Sin el espiritu, el nifio no podra sanar. Hay enfermos indigenas que al sentirse graves piden al mismo tiempo la asistencia del médico y del case ero, Ambos se encuentran sin ho ribundo. Todavia han de tolerarse. HI prestigio que rodea al curandero, la fe que el in. digena tiene en él, produce una catarsis emocional en elenfermo y asi obtiene el iol indicios sobre la cauen del mal. No les es dificil inventar luego una eausa ean remedio generalmente psicolégicos, Algunos de esos curanderos se modernizan y recetan a veees inyecciones: de calcio para todo, El miedo a la muerte empieza a admitir recursos distintos a los sobre. naturales, La medicina triunfar en los Altos de Chiapas, a medida que avance la progresiva reintegracién de los taotziles y tzeltal a una vida mas contemporanea del Mé. xico actual, pero en la transicién subsisten el curan. dero y la brujeria como poderosos elementos de la vida ¥ de la muerte. ¥ con ellos, las ramas de arbustos que pian la enfermedad, la gallina que debe morir en el acto de suprimirla, las velas y el copal —resina olorosa, aue se quema como incienso—, y el aguardiente, ese al- Sthol fortisimo que exalta los sentidos y ayuda a comu- Atatse con el Sol, Hamado Chultotic, en estos mundos de nubes, Picos y abismos. idad junto al mo- Furamenty en Larrainzar EL lol de Larrat \drés, pueblecito tzot- ‘ainzar 0 San Andrés, p' ace la sierra adentro, habia estado tocando el arpa bolonchén en la fiesta durante la cual, el 4 de mas, Occige AMento un nuevo alférez, jerarquia HOTTIES tos pant@l, encargado de los listones y de los demas obje- iosos para las festividades de esa indole. ponian en marc ‘nuevos pueblos. Una a en el proceso de reestructuraci eles ‘pormas co? algunos desconocidos ele a Iueha det agua contra Ta tierra p fe cada persona indigena tregua. Dentro ¢ un fluir y refluir, como el de las aguas ha ineég on dee n de nent oe HI honrado brujo de Soyaltepec Como entre todos los niicleos indigenas poco abs pide fe organizacién social del México modern magia ejerce poderosa influencia en los mazatecos. eo See y praeticas una fuerza que los proteja de ages) eaniene provenientes de la naturaleza que de la oes ee etal are Taman a mestizos y blancos, qui ae Bees ee cpr, farce 2 meen econ mneuentra el Cerro nee ea a patieyaima, coeve donde los maze- eee tac nore e008 cuicatecos— acuden ae ee luefios de la tierra, de los nade Sol y la pe psapenentales; sefiores del trueno, de tos uaa levons una dominan todavia el alma ‘mal de oj } zateco tiene ie ¥ los hechizos causan males que el m2 earisacs cesidad de combati: : a Is magicos son los ché atir. Sus peores enemigos 3 ie deammbulan por el es aneques, espiritus malignos a arrebatan su eeivte Pan espantan a las personas uae Ee ion de Pireideccc recuperarlo se requiere sigue de ciertos honoraries, ¥ brujos, y, naturalments muerto, o guacamaya, carrizy por el sabio empleo de Jas na, Avy, o Copal quemado ‘0s de aguardiente, flores 4¢ los chores campesinos peer ado con sangre de galli- que Magar ¥ cémo ee la existencia 4° Men, papa pentades @ sus bran rodear a las nifiss mayores, quiges, aus casas diciendo: sani Vie lenes entonces ae a los nifos 0 105 rman y no hay m45 re PEE que han sido despojados. ; ales del espiritu, pero ta grviendo algiin m 6 o espiritu de , Pero en la mayoria de Ja comunidad. andero 0 brujo puede limitarse a aliviar dol f lolen- Ia Hegada de Jas aguas tan obliga a movi 2 naturalmente, a los curanderos y a jos aiden a fires ahora inuindados. Siguen a sus comnimldaieesdons fan de prestigio y de las cuales pueden val trasplante de los poblados, aunque sea en comunicacion, escuelas, médicos, medicin Aefemprano estos recursos pueden vencer e aeciones coercitivas, sin persecuciones, por su vir toda- ya practicando su profesién. Pero resulta inevitable que un medio ido, tropiecen con mayores dificultades. Porque tie- as, y tarde m la lucha fictamente entablada contra brujos y curanderos. Sin propia ac- tién y bondad, esos recursos habrén de imponerse. Pasa ton los brujos lo mismo que con los caciques, cos— su funcién desaparece 0 se transforma, formacién no se da por aleanzad con el simple traslado de las comunidades. Esto parece saberlo bien el brujo Calixto Soyaltepec, en cuya busca salimos una tarde. se ha transformado, de ante un cerro domin: en una elevada isla, no lejos de Ja cor! Ia lencha nos deja'en un punto de la fald: te, por donde cuatro afios atras hubiéramos P apie o a caballo. Tomamos, a Pie, el camino Pero el menos pronunciado. Arriba del ceri” fue Soyaltenec, sin duda un bello y animace luger, lodavia lo es bello aunque casi despoblado, macién de los pueblos. Un manantial de agua Pequefios, agradables y naturales canales. El Por las faldas, sobre las que se desP’ fabricadas con los tipicos materiales ¥ que en los nuevos ambiente —no obstante Ja relativa depresién mo- tal que el reacomodo causa en algunos nticleos mazate- si la trans- a, como no puede darse, Gémez, de Soyaltepee de la region, tina de la pres. a del mon- odido pasar mas largo, esta lo que como sin la ani- fresca abre agua Tu Jas casas 1 fegetales. Hermo- Ppoles invitan a quedarse De 1a iglesia quedan la torre er carcomidas por algas Gbandonada y un cascr e Ja escuela y @! struccion Pe Y lag es, sin tech : tigua Y “iglesia 28 ye antes fu amine —4r Tas dinicas cons! eae) viejo y casi desierto Soyalt gallinas Y e otra persona sale & la puerta de su casa por. ‘Alguna 4 f el sol est muriendo, aunque el calc, Gque es hora en qu ze bee sel ambiente del brujo Calixto Gomez. Su eisa est en la ladera contraria por la que subimos, sobre ¢ Viejo camino al pueblo. Cuando Hegamos, su mujer esti deabando de barrer el piso de tierra y piedra natur Cubierta por el largo huipil, bordado a la altura del cho y de la espalda con flores y dos palomas, continu do Tuego a base de largas franjas en sentido horizontal Jas trenzas amarradas sobre la cabeza, la sefiora del bruja mueve la escoba y saca afuera la basura. Después s sienta en un rineén, y sin decir palabra, se pone a des granar mazoreas tiernas, con la ayuda de unas nifies Aqui est el brujo. Viste camisa y pantalén de man- ta, y va descalzo, como cualquier campesino. Es de cara huesuda con prominente nariz. Resulta dificil entabla 4 conversacién, por desconocer totalmente el idiome. La mantenemos por medio del intérprete. Pero es dificl funtgarsPot,'2 delicadeza del tema. Comenzamos pot Pi eiebs ga el ahora islote para irse 2 ¥ de ne salat€ munca del vaso, No me iré 2 un Due ice Calixto con Coren’ alli ya no me van @ creer Y otras econecimiento y sinceridad. | el brujo ee merecieron el titulo de ho NGUe al ope ewaltepec. Fue sincero en sus Of Principio mostraba resistencia &D 0S SUS arte i ‘Sy “, . ef Speracion, 2eabs, a as presenciar en plent lu wD di

También podría gustarte