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Nos ponemos de pie, uniendo nuestras voces y nuestros corazones, para empezar la santa Misa.
Cantamos:
INTRODUCCIÓN
La Misa es el gran encuentro entre Dios salvador y el hombre salvado por medio de Cristo, Sumo
Sacerdote de la Nueva Alianza. Celebramos con alegría.
LITURGIA DE LA PALABRA
El evangelista Lucas incia el llamado “sermón del llano”, con las bienaventuranzas; nos muestra a
Jesús anunciando a la gente su Palabra de salvación. Nos ponemos de pie y cantamos el Aleluya.
Por toda la Iglesia, para que, a la luz del Evangelio, se mantenga abierta a las necesidades de todos
los hombres. Oremos.
Por nuestra Iglesia particular, para que sea ante la sociedad, un signo del Reino de Dios en
la tierra. Oremos.
Por nuestra comunidad parroquial, para que la Palabra del Señor, guíe sus criterios en el uso de los
bienes temporales. Oremos.
Por cada uno de nosotros, para que las bienaventuranzas, que dibujan el rostro de Jesús, ilumen
nuestras acciones y nuestras actitudes. Oremos.
LITURGIA EUCARÍSTICA
“Las bienaventuranzas están en el centro de la predicación de Jesús. Con ellas Jesús recoge las
promesas hechas a Abraham; pero las perfecciona ordenándolas no solo a la posesión de la tierra sino al
Reino de los Cielos”1.
Junto a los dones de pan y vino, llevemos al altar nuestro mayor compromiso en la práctica de las
enseñanzas del Maestro.
Cantamos:
PREFACIO
Alabemos al Señor porque Él nos ha enseñado a vivir en la tierra el anticipo de la Pascua eterna.
COMUNIÓN
“Todos somos llamados a ser FELICES. En el núcleo de las bienaventuranzas está el llamado a la
santidad que consiste en ser FELICES poniendo nuestra confianza en Dios… Encontrar en Él y solo en Él
la raíz profunda del sentido de nuestra vida”2. Vayamos a comulgar cantando:
DESPEDIDA
1
Catecismo de la Iglesia Católica. Nº 1716.
2
Los tres puntitos para cada Domingo, Ciclo C. Mons. Gabriel A. Mestre. Pág. 131.