Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Hebreos H-WPS Office
Hebreos H-WPS Office
HEBREOS.
La Epístola a los Hebreos describe en detalle cómo
Jesucristo no solo cumple las promesas y las profecías del
Antiguo Testamento, sino también cómo Jesucristo es
mejor que todo el sistema de pensamiento judío. Los judíos
aceptaron el Antiguo Testamento, pero muchos de ellos
rechazaron a Jesús como el Mesías por tanto tiempo
anhelado. Los destinatarios de esta carta dan la impresión
de haber sido judíos cristianos. Tenían un buen
conocimiento de las Escrituras y habían profesado su fe en
Cristo. Ya sea debido a la duda, a la persecución o a la falsa
enseñanza, pudieron haber estado en peligro de abandonar
su fe cristiana y regresar al judaísmo.
Se desconoce la paternidad literaria de este libro. Se han
sugerido varios nombres, como Lucas, Bernabé, Apolos,
Priscila y Pablo. La mayoría de los estudiosos no creen que
Pablo haya sido el autor, ya que el estilo de redacción
empleado en Hebreos es algo diferente del de las epístolas
de Pablo. Además, Pablo se identifica en sus cartas y apela
a su autoridad como apóstol, mientras que el escritor de
Hebreos nunca da su nombre y, en busca de autoridad,
apela a los testigos presenciales del ministerio de Jesús. Sin
embargo, el autor de Hebreos evidentemente conocía bien a
Pablo. Es probable que Hebreos fuera escrito por uno de los
colaboradores de Pablo, que con frecuencia oyó su prédica.
Está es una muy breve
Hebreos 12:2
Fijemos la mirada en Jesús.
La función del Espíritu Santo es guiarnos siempre a poner
nuestros ojos en Jesús y quitarlos de nosotros,
pero Satanás se ocupa de hacer exactamente lo contrario, ya
que de continuo trata de hacernos pensar en nosotros en vez
de en Cristo.
Satanás insinúa: “Tus pecados son demasiados para ser
perdonados, no tienes fe, no te arrepientes lo suficiente,
nunca persistirás hasta el fin, no tienes el gozo de un hijo
de Dios y tu manera de aferrarte a Jesús es débil y
vacilante”. Ente otras cosas más que podría decirte incluso
en este momento
Todos estos pensamientos son sobre el yo, sin embargo,
jamás habremos de hallar consuelo y seguridad mirando
dentro de nosotros mismos.
El Espíritu Santo hace que quitemos los ojos del yo
diciéndonos que nada somos; pero Cristo es nuestro “todo
en todos” (1Co_15:28).
Recuerda,
lo que te salva no es que tú te aferres a Cristo, es Cristo
el que te salva.
No es tu gozo en Cristo lo que te salva … es Cristo.
Ni siquiera es tu fe en Cristo, aunque este sea el medio
que él emplea … es la sangre, la obra y el valor de
Cristo.
Por lo tanto, no mires tu mano con la que te aferras a
Cristo … mira a Cristo.
No mires tu esperanza … mira a Jesús, la fuente de tu
esperanza.
No mires tu fe… mira a Jesús, “el iniciador y
perfeccionador de nuestra fe” (Heb_12:2).