Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
PROFESOR
SEMINARIO DE INVESTIGACIÓN
BOGOTÁ D.C.
2018
1
Resumen
debate en Colombia. El Nuevo Código de Policía – Ley 1801 de 2016 establece que es
privada. Sin embargo, esta regulación fue declara inexequible por la Corte Constitucional. En
Colombia.
2
Introducción
creciente, en la medida que, de una parte, el Estado no tiene la capacidad de atender todos los
Policía Nacional “el mantenimiento de las condiciones necesarias para el ejercicio de los
derechos y libertades públicas, y para asegurar que los habitantes de Colombia convivan en
paz”. Así mismo, la Ley 1801 de 2016 define un nuevo reglamento para la actividad de la
Policía Nacional. En esta ley, denominada como Código Nacional de Policía y Convivencia,
y/o empresas de logística. Valga aclarar qué entiende la ley por aglomeraciones complejas de
público. De acuerdo con los artículos 581 y 602, el grado de complejidad lo determina la
1
Artículo 58. Definición de actividades que involucran aglomeraciones de público no complejas. Las
actividades que involucran aglomeraciones de público no complejas son aquellas que de acuerdo con
variables tales como: aforo, tipo de evento, clasificación de edad para el ingreso, lugar donde se desarrolla,
infraestructura a utilizar, entorno del lugar, características del público, frecuencia, características de la
presentación, carácter de la reunión, den lugar a riesgos bajos o moderados de afectación a la comunidad o
a los bienes y con baja probabilidad de ocurrencia, además de no generar afectación de la dinámica normal
del municipio, distrito o del área específica en que se realizan y que por ello no requieren condiciones
especiales para su desarrollo, determinadas por el Gobierno nacional de conformidad con el parágrafo del
artículo 47 del presente Código.
2
Artículo 60. Definición de las actividades que involucran aglomeraciones de público complejas. Las
actividades que involucran aglomeraciones de público complejas son aquellas que de acuerdo con variables
tales como: aforo, tipo de evento, clasificación de edad para el ingreso, lugar donde se desarrolla,
infraestructura a utilizar, entorno del lugar, características del público, frecuencia, características de la
presentación, carácter de la reunión, den lugar a riesgos de afectación a la comunidad o a los bienes,
generando una alta afectación de la dinámica normal del municipio, distrito o del área específica en que se
realizan, y que por ello requieren condiciones especiales para su desarrollo, determinadas por el Gobierno
nacional de conformidad con el parágrafo del artículo 46 del presente Código.
3
estimación de un alto riesgo de afectación para la comunidad y sus bienes, sin que se aclare
223/17, 2017) con efectos diferidos hasta el 19 de junio de 2019, abriendo un debate sobre las
competencias de la seguridad privada y sus relaciones con la Policía Nacional para asuntos
como la aglomeración de público. En este sentido, es importante hacer un análisis sobre los
dado el potencial riesgo que representan para la convivencia pacífica y el ejercicio de los
vigilancia y seguridad para prestar un servicio de corta duración que requiere de personal
panorama inicial de gran valor, que puede extenderse con una revisión de literatura
actual que abre la Ley 1801 de 2016 respecto de la participación de empresas de seguridad y
4
vigilancia privada y/o empresas de logística en las actividades que involucran aglomeraciones
Desarrollo
alrededor del siglo XIII, a través de un proceso en el que los caballeros ya no actuaban para la
protección de las monarquías y los feudos, sino en favor de agentes como los comerciantes y
terratenientes, que pagaban sus servicios para su protección al margen de los mandatos de la
Estas fuerzas privadas se fueron consolidando durante los siglos XIV y XV, llegando
el siglo XVIII (Mandel, 2001). Estas organizaciones fueron usadas por los primeros grandes
1892 en Estados Unidos, donde la Carnegie Steel Company contrató a la llamada Agencia
Nacional de Detectives Pinkerton para resolver por la fuerza un conflicto laboral (Schneider,
Como consecuencia de las revoluciones burguesas del siglo XVIII, que trajo consigo el
obedece a la rama ejecutiva del poder político, tiene una función central: garantizar la
soberanía sobre un territorio. El Estado tiene el legítimo monopolio del poder militar para
5
policiales para atender los problemas de orden público. Por tanto, las organizaciones
mercenarias, a comienzos del siglo XX, fueron objeto de intervención y supresión por parte
Las dos guerras mundiales en la primera mitad del siglo XX hicieron que la estructura
incapacidad de la organización policial para atender la gran cantidad de asuntos que requiere
Estados. En las décadas de 1960 y 1970, conocidas como la era de la privatización, entraron
toda clase de empresas en el negocio de la seguridad (Lozano, 2012), animados entre otros
asuntos por la falta de confianza generada por la incapacidad de la fuerza pública de atender
fenómeno que emergió desde la primera revolución industrial, y se reconoce que este
Posguerra, ya que existía una falla en el mercado por la incapacidad de la policía para
prestadoras de diferentes servicios de seguridad (Mandel, 2001). Así mismo, se vende una
percepción de inseguridad por parte de los prestadores de servicios privados, que aumenta las
Se fue generando un mercado creciente para los servicios de seguridad, en tanto que los
seguridad de las naciones (Mandel, 2001). Tanto la ola de privatización que se inicia en las
por ejemplo, de que organismos como Naciones Unidas acompañen desde la década de 1990
procesos de paz con una fuerza militar privada y compañías de seguridad privadas es muy
indicativo (Avant, 2004). Así mismo, en Estados Unidos, por ejemplo, la relación de
efectivos de la seguridad privada frente a la fuerza pública es de tres a uno (Sarre y Prenzler,
2000).
los españoles en las Américas (Lozano, 2012). Esto continuó en los diferentes conflictos del
siglo XIX e inicios del XX. En la década de 1950 aparecen empresas privadas de seguridad,
Estado, como lo son “espectáculos públicos, circos, boxeo, corridas de toros, carreras,
deportes, etc” (Art. 1 Decreto 776 de 1945), pero en los que podía trabajar el personal de la
fuerza pública.
que esta entidad del Estado tiene la competencia para emitir conceptos favorables o no sobre
7
Ministerio de Defensa Nacional para expedir licencias de funcionamiento para las empresas
de vigilancia. De esta forma se puede deducir que el auge de la seguridad privada estaba de la
mano con la facultad del Estado para privatizar, o facultar a organizaciones privadas, a
356 de 1994 por medio del cual se establece un marco regulatorio para la seguridad privada
vigente. Se entiende de esta normatividad que las empresas de vigilancia y seguridad privada
amenazas que afecten a las personas y sus bienes, así como las perturbaciones a la seguridad
y la tranquilidad (Conpes, 2008). Asimismo, en el documento Conpes 3521 de 2008 sobre los
de 1994) a la fecha, han pasado más de dos décadas, en las cuales se ha evidenciado un
SVSP a través de una serie de resoluciones y circulares para complementar y/o reformar este
en manos de empresas privadas actividades de seguridad que actualmente son asumidas por
debate sobre las implicaciones que esta situación puede desencadenar, sin embargo, la Corte
reunión, del Libro Segundo, artículos 47, 48, 49, 50, 51, 52, 53, 54, 55, 56, 57, 58, 69,
60, 61, 62, 63, 64, 65, 66, 67, 68, 69, 70, 71, 72, 73, 74 y 75 de la Ley 1801 de 2016,
libertad de expresión y los derechos políticos, que versa sobre el núcleo esencial, los
estructura y los principios de tales derechos, lo que obligaba a que esa regulación sea
expedida por los procedimientos de la ley estatutaria y no por los de la ley ordinaria,
inexequibilidad de las referidas normas, defiriendo los efectos de dicha declaración por
Si bien la Corte Constitucional declara inexequibles los artículos del Título VI de la Ley
1801 de 2016, por considerar que los mismos versan sobre derechos fundamentales de
reunión y protesta pública pacífica y que por tanto deben ser regulados por procedimiento de
9
ley estatutaria en virtud del art. 152 de la CP, nada dice sobre la importancia que conlleva
dejar en manos de las empresas de vigilancia y seguridad privada y/o empresas de logística la
continuación, se expone una revisión de la literatura internacional sobre las relaciones entre la
seguridad pública y privada, orientada al debate que abre las disposiciones de la ley 1801 de
Desde una posición teórica, se puede indicar que la policía se encarga de regular el
orden social fuera de las edificaciones, mientras que la seguridad privada se encarga del
orden dentro de los edificios y las infraestructuras (Greene et al. 1995). Avant (2004)
como el control del crimen organizado. De hecho, Loader (2012) indica que la protección a la
comercial y de negocios entre privados. La seguridad puede verse como un servicio que se
puede vender y comprar. Como indica Loader (2012), la seguridad como mercancía se
convierte en capital de función privada más que en un bien público del cual todos deben
gozar.
10
metrópolis, se presentan una serie de relaciones entre las dos fuerzas para salvaguardar la ley
y el orden, basadas en la idea de que la seguridad privada extiende los ojos y los oídos de la
policía para su efectiva actuación (Greene et al. 1995). De hecho, como lo argumenta Greene
et al. (1995, pag. 8) la cooperación con la seguridad privada es una estrategia que la policía
densamente pobladas.
En las décadas recientes las relaciones entre la seguridad pública y privada han venido
resultados (Boyle y Haggerty, 2009). La destinación de fondos específicos para mega eventos
por parte del Estado y los organizadores, ha permitido que las fuerzas armadas y las firmas de
seguridad privada coordinen sus esfuerzos para garantizar el orden social. Las divisiones
conjuntas frente a los riesgos en seguridad de los mega eventos (Boyle y Haggerty, 2009).
Sin embargo, estos mega eventos son planeados con mucha anticipación, preparando
entre otros asuntos, la coordinación en las relaciones entre la seguridad pública y la privada.
Lo interesante es analizar cuándo esas relaciones deben organizarse en razón de eventos que
no tienen una programación definida en el largo plazo, como lo pueden ser los conciertos
importante entonces, señalar algunos de los factores que dificultan la relación entre la
para las que es necesario tener protocolos preparados y formas de atención de emergencias en
fuerza pública de un problema colectivo, es necesario que ambas fuerzas puedan articularse
para actuar. Sin embargo, hay tensiones en las relaciones y la coordinación de la seguridad
pública y privada.
encuentran las percepciones y estereotipos entre los miembros de las dos fuerzas (Nalla y
Hwang, 2006; Greene et al. 2005). Los policías tienden a considerar a los vigilantes como un
personal mal preparado, mal pagado y con bajo estatus, mientras que los vigilantes pueden
considerar a los policías como agentes corruptos que abusan de su estatus y poder, que no
comparten información y subestiman la fuerza privada (Greene et al. 1995; Nalla y Hwang,
2006, pág. 487). Sin embargo, la responsabilidad del control social es de la policía y del
Estado, que legítimamente controlan y regulan lo que la seguridad privada puede o no hacer,
haciendo que la seguridad privada tenga un rol marginal. Como bien indica Gimenez-Salinas
(2004, pag. 169): “La policía tiene una superioridad que puede dificultar el logro de una
cooperación real e igualitaria con el sector privado: tienen poderes de licencia, control y
sanción”.
12
También se generan tensiones sobre los límites de la seguridad pública y privada. Los
en las que tienen que interactuar (Greene et al. 1995; Yoshida, 1999). Button, (2003, pag.
230), en su análisis sobre la seguridad privada en espacios cuasi-públicos, como lo pueden ser
estadios y otras infraestructuras para aglomeración de público, indica que “Todos los agentes
cuando se ha cometido una ofensa arrestable o el uso de fuerza razonable para evitar que se
cometa un delito”. Yoshida (1999, pág. 247) indica que los guardias de seguridad se
consideran como una autoridad cuasi-policial, con poder para intervenir en función de
criminales en “flagrante delicto” (Yoshida, 1999, pág. 249). En esta tensión se podría situar el
contingencias que urgen ser atendidas pueden generar conflictos entre la seguridad pública y
Finalmente, las empresas de seguridad y vigilancia privada tienen fines diferentes a los
que tienen las organizaciones del Estado en materia de seguridad pública (Bures y Carrapico,
2017). Particularmente la empresa privada presta sus servicios donde es rentable hacerlo,
mientras que la fuerza armada del Estado debe atender por orden constitucional los diferentes
policía y otras fuerzas del Estado no reciben el apoyo que esperan o requieren para establecer
la capacidad en personal y tecnología disponible para la contratación, sino garantizar que las
fallas en la seguridad son responsabilidad del Estado y su fuerza armada. Las empresas de
Casos internacionales
sobre las relaciones entre la seguridad pública y privada. Si bien no se encuentran casos
seleccionó un caso de Asia, uno de África, uno de Europa y uno de América del Norte.
En Corea del Sur la policía tiene facultades para inspeccionar a las empresas privadas de
seguridad y vigilancia dos veces al año, administrando las sanciones en los casos en los que
las firmas y el servicio no cumplen con los requisitos estipulados en la ley. Este marco de
relación puede generar tensiones que se convierten en barreras para la cooperación y las
relaciones cordiales entre la seguridad pública y privada (Nalla y Hwang, 2006, pág. 488).
14
Sin embargo, el estudio de Nalla y Hwang (2006) sobre la percepción de las relaciones entre
la seguridad pública y la privada muestran que la vigilancia privada tiene una percepción
positiva sobre la colaboración con la policía. Pese a ello, la policía no tiene una percepción
tan positiva en la colaboración con la vigilancia privada. Esto en parte a la superioridad que
legalmente disponen para el control del orden social. Por lo tanto, en asuntos como el manejo
Improvement District – CID, diseñada para obligar a las empresas de seguridad privada a
profundidad, Berg (2004) encuentra que las grandes empresas de seguridad privada son
comandadas por exmiembros de la fuerza pública, que con sus relaciones generan sistemas de
coordinación con la policía en un marco informal pero funcional para el control del delito. En
otros casos, donde no hay relaciones entre los empresarios y los miembros de la fuerza
Berg (2004, pág. 119) argumenta que “La mayoría de los delitos que se tratan en las áreas de
CID son delitos menores: delitos callejeros, infracciones de la ley y seguridad pública general
en los centros comerciales y durante los eventos deportivos. Es una excepción más que una
regla que las compañías de seguridad privadas se relacionen con la policía en operaciones
organizadas”. Por lo tanto, las relaciones tienden a ser funcionales, en el sentido de que la
vigilancia privada provee información y la fuerza pública actúa en consecuencia, sin que se
creen formas de trabajo coordinado, por ejemplo, para el manejo de eventos deportivos.
15
más que del poder público de control criminal, lo que ha derivado el término de ‘nuevo
feudalismo’ (Loader, 1997, pag. 146). Las compañías aseguradoras han incidido en que los
tecnologías de prevención del crimen. El problema reside en que “Betraña está casi sola en la
(Loader, 1997, pag. 147). Mientras que la British Security Industries Association – BSIA
busca mantener las lógicas de un libre mercado en el que puedan proveer sus servicios
contratados acorde a las necesidades de los demandantes, la policía teme los intereses
coordinar sistemas de seguridad para clases medias y bajas. Así mismo, debates sobre el
Finalmente, en el caso de Canadá se puede ver que las relaciones entre la seguridad
pública y privada son muy diversas y heterogéneas, donde los roles tienden a confundirse.
Alain y Crête (2009) indican como caso representativo que la seguridad en el Departamento
de Policía de Montreal es provisionada por empresas privadas. También Alain y Crête (2009,
pag. 77) indican que “las organizaciones policiales compiten ahora con firmas privadas por
contratos para brindar seguridad durante eventos públicos como conciertos de rock y
garantizar que los eventos no generen problemas de orden público y seguridad, tienen la
facultad de establecer las formas en las que pueden proveer seguridad. Señalan que se pueden
contratar miembros de la fuerza pública para asuntos privados, lo que genera problemas para
de contar con policías que, en uso de sus vacaciones o licencias, eran contratados para prestar
sus servicios, asunto que se restringió con la regulación de la década de 1990 arriba
mencionada.
Alain y Crête (2009, pag. 88) proponen que el sector de la seguridad debe organizar
comités entre la seguridad pública y privada para que se planifiquen y coordinen las formas
comités deben no solo generar un espacio de diálogo y capacitación conjunta, así como de
planificación y negociación, también debe fungir como árbitro para dirimir los conflictos que
se presenten en las relaciones entre la seguridad pública y privada. También indican que la
capacitación es un tema fundamental para crear una cultura de colaboración entre las dos
fuerzas.
seguridad. Para lograr una seguridad ciudadana, es fundamental que tanto las personas que
seguridad privada, definir claramente las reglas de juego para este sector y contar con la
privada, como un proceso de privatización de la seguridad en el que debe legislarse para que
exista un equilibrio en la libre empresa y libre competencia con la responsabilidad que tiene
Conclusión
aglomeraciones es, como indica el documento Conpes 3521 de 2008, una oportunidad para el
crecimiento del sector, que puede capitalizarse con la actualización de la legislación vigente.
del Decreto 356 de 1994 exige que la prestación de servicios sea realizada por empresas y
requisitos y con personal calificado, el Código de Policía abre la puerta para que la seguridad
en aglomeraciones de público sea prestada por empresas de logística. Como indica Carlos
18
señalar y establecer que una actividad que involucra un alto riesgo social exige que sea
prestado con los más altos índices de idoneidad, condiciones que avala la Superintendencia al
expedir una licencia de funcionamiento para el desarrollo de este tipo de actividad y que le
brinda garantías e incluso seguros” (El Nuevo Siglo, 2015). Por lo tanto, esta disposición en
Otro problema está en la preparación y capacidad para las empresas del sector, así como
los incentivos para prestar servicios en aglomeraciones de público. Como se indicó, para una
empresa movilizar recursos y capacidades para atender un evento público, puede no resultar
atractivo como negocio. Es posible que emerjan empresas de seguridad privada dedicadas a
este sector, o las empresas grandes formen unidades estratégicas de negocio para atender este
naciente segmento. Sin embargo, sin una debida organización del sistema jurídico-legal, se
Existen asuntos clave de análisis para las empresas, como lo es contratar masivamente
personal altamente capacitado para un evento temporal, así como los problemas que pueden
surgir como reacción a cualquier emergencia o contingencia que se pueda presentar durante
el evento, donde muy posiblemente los guardas de seguridad se pueden extralimitar en sus
los derechos ciudadanos, así como la generación de problemas de responsabilidad para las
empresas frente a las contingencias por las acciones tomadas por sus vigilantes.
19
sumada al excesivo crecimiento del sector ha impedido al ente de control estar el día en
tramites, así como en el cumplimiento las funciones misionales, siendo estas últimas las que
en gran medida han provocado la denominada desconfianza publica, dado que no se ejerce un
adecuado control sobre los vigilados y menos sobre los usuarios del servicio, que ejemplarice
Así las cosas, la disposición del Código de Policía respecto de la prestación del servicio
por ahora, toda vez que puede generar graves implicaciones frente al monopolio de la fuerza
del Estado, más cuando no ha sido posible la expedición de una reforma al Decreto- Ley 356
de 1994, que le brinden al ente de control los instrumentos para que pueda ejercer sus
mientras no se cuente con las herramientas que permitan poner en orden lo existente a la
empresas de seguridad privada, el cual ha estado vigente por más 20 años y que
societarias, entre otros aspectos como bien lo señala el mencionado documento Conpes 3521.
relaciones entre la seguridad pública y privada no están claramente definidas para enfrentar
situaciones que por ahora le corresponde a la fuerza pública, por eso se reitera la importancia
Referencias
Alain, M., & Crête, C. (2009). Continuous training as a subject of negotiations in public and
private policing. Policing: An International Journal of Police Strategies & Management,
32(1), 75–91. https://doi.org/10.1108/13639510910937120
Boyle, P., & Haggerty, K. D. (2009). Spectacular security: Mega-events and the security
complex. International Political Sociology, 3(3), 257–274.
https://doi.org/10.1111/j.1749-5687.2009.00075.x
Bures, O., & Carrapico, H. (2017). Private security beyond private military and security
companies: exploring diversity within private-public collaborations and its consequences
for security governance. Crime, Law and Social Change, 67(3), 229–243.
https://doi.org/10.1007/s10611-016-9651-5
Button, M. (2003). Private security and the policing of quasi-public space. International
Journal of the Sociology of Law, 31(3), 227–237.
https://doi.org/10.1016/j.ijsl.2003.09.001
El Nuevo Siglo (2015). Celadores son un gran apoyo para la Policía: Mayorga. Disponible
en: http://elnuevosiglo.com.co/articulos/8-2015-celadores-son-un-gran-apoyo-para-la-
policia-mayorga
Greene, J., Seamon, T. M., & Levy, G. (1995). Merging public and private security for
collective benefit. American Journal of Police, 14(2), 3–20.
https://doi.org/https://doi.org/10.1108/07358549510102721
Loader, I. (1997). Private security and the demand for protection in contemporary
Britain. Policing and Society: An International Journal, 7(3), 143-162.
Loader, I. (2012). About Private Security Thinking Normatively. Journal of Law and Society,
24(3), 377–394.
Mandel, R. (2001). The privatization of security. Armed Forces & Society, 28(1), 129-151.
McCrie, R. (2017). Private security services regulations in the United States today.
International Journal of Comparative and Applied Criminal Justice, 41(4), 287–304.
https://doi.org/10.1080/01924036.2017.1364281
Nalla, M. K., & Hwang, E.-G. (2006). Relations between police and private security officers
in South Korea. Policing-an International Journal of Police Strategies & Management,
29(3), 482–497. http://doi.org/10.1108/13639510610684719
Sarre, R., & Prenzler, T. (2000). The relationship between police and private security:
Models and future directions. International Journal of Comparative and Applied
Criminal Justice, 24(1), 91–113. https://doi.org/10.1080/01924036.2000.9678654
Schneider, L. (1982). The citizen striker: Workers’ ideology in the homestead strike of 1892.
Labor History, 23(1), 47-66.
Yoshida, N. (1999). The Taming of the Japanese Private Security Industry. Policing and
Society, 9(3), 241–262. http://doi.org/10.1080/10439463.1999.9964815